Relatos de hora y media

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RELATOS ILUSTRADOS

Francisco Daniel Aguilar



“Este libro esta dedicado a todos.. con profundo agradecimiento a quienes confiaron en mi forma de expresarme y en especial a mi familia�.



Inspiración

C

ontar la vida desde una uva en el racimo de la parra, puesta en una fotografía sobre la cómoda del cuarto de mi casa… que está en un pueblo junto al río; aquí en el continente

sur donde millares de sueños el cielo cobija… hete aquí un trayecto; entre la uva y el cielo donde la imaginación vaga. Vaya a saber uno donde recoge la historia que bajo el sol huelo la parra…

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Contigo

S

i cada estrella en el techo, fue puesta por la mano de un sufrido y del frío, tiritando los suspiros en el pecho se quedaban… que escupa mi boca el amor que al corazón

tanto ha dolido. Contigo pude alargar el camino sin que me venciesen los gigantes, contigo la muerte es un juguete triste en el rincón… contigo los gorriones en las mañanas me saludan y es mi corazón en su esperanza; la suerte que le falta para salirse del montón… Qué pasó por mi vida antes, que me dejó un sueño sin sentido, lo sabe tu cama que por las noches sepulta lo herido y al despertarte lo sabes tú, también los acertijos en tu cartera que de plata y oro sueñan conmigo. Si por menester estas palabras riegan lo dormido y al despertarte en mi lecho, de irónica la vida pone los gladiolos a mirarte, pasajera del amor; también de charcos se enamora el navegante…

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Sombra de fruto

S

oy una sombra destinada como otras tantas a no alcanzar el cuerpo jamás, gata negra buscando refugio; siempre en misterio siempre enlutada.

Esforzándose como pocas en abrazar el sol, rutinaria de la vida sin suerte. Ennegrecida de tiempo, negada de nobleza… sólo un renglón de página, sólo una sombra de fruto.

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Serpiente negra

L

ejos de la casta, abandonado de perfumes artificiales… ando caminando alumbrado por la estrella del sur; rodeado de viudas profetas del llanto, de nubes que esparcen polen,

de lágrimas de flores que simulan el rocío, mestizo de amores y divorciado del vicio… tengo regada la memoria de andar recordando tus ojos brillar. Quién debiera abrirse camino; sino yo, escarabajo hospitalario que en la tercera hora de coserse las alas… soltó su regalo como resabio de vida, aprendiendo del poeta el amor y del amor las heridas…

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SERPIENTE NEGRA l acr铆lico + tinta l ilustraci贸n original 25 x 25 cm


En Corrientes

H

ace muchos años, deambulaba por la calle en busca de los primeros frutos del naranjo y me topé con un espejismo que refractaba el sol para esconder su hermosura… como la

perla que se esconde, bajo la espesa corteza que la cubre. Aquella mujer que sabía escuchar los caracoles iba perdiendo sus lagrimas… me preguntó que buscaba a lo que respondí “nada” y me invitó a acompañarla… me dejé llevar a donde el río con su fuerza me quería llevar… De aquel tiempo a esta parte necesité un silencio procaz que sólo la noche supo darme, siendo también el peor refugio donde esconderme… entonces busqué en el fondo del pensamiento donde se balancea la fuerza de lo desconocido; lo debo haber hecho sin darme cuenta que al encontrarla entre mis letras vuelve sin volver. Mejor terminar la historia antes que el tiempo la borre cuando barra lo dolido. Pájaro de papel plegado destinado al descuido, de esta forma pasaste sin ocultarte. Así el final sabe a llanto, un día tendré que arrancar a tirones del corazón esa mujer pero hasta que el día llegue, tiraré su recuerdo a que el mar lo lleve… aunque sepa vuelve con la espuma desperezándose en el polvo o desparramándose en la arena.

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Uno y uno Cuando el corazón de tanto cerrar los ojos queda evidenciado, Cuando aventurarse no tiene permiso ni penitencia. Cuando el rio lo que trae, lo trae abnegado. Cuando al final del día sobran las condolencias. Cuando el pasado vuelve con la insistencia del espejo, Cuando en la calle busco un sueño que perder. Cuando la soledad me advierte que el vino esta añejo, cuando la muerte me dice que es hora de nacer. Cuando el amor en el amor es un jardín coronario, cuando es una nube oscura borrando las dolencias. Cuando es el sístole preso de los cuervos sombríos, cuando el amor busca amor de dudosa procedencia.

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Amor completo

E

l amor es la carne húmeda de un fruto a la sombra de un olivo, el cabello de la rubia rompiendo la rutina o la poesía de los espirales sin sentido aparente… también el almizcle

en las gotas del rocío. El amor es un animal a la caza con la respiración agitada, la comisura de tu nuez empapada en licor o la planicie del león en soledad a la francesa… también la gloria de mi pincel sobre tus senos. El amor es el fetiche de un color pasionario abriendo sorpresas y escotes, el secreto debajo de tus ropas o los pétalos de rosa en el piso arrastrados por el viento en su baile de lujuria… también las ocarinas queriendo cantar como pájaros. El amor es el cuello rosado de una joven desabrigado del roce, el arte de media naranja y media más en el trémulo brillo de un lucero o las plumas mojadas echándose a volar… también el mar en estado de ebullición y la sirena complaciente del navegante. El amor es la medusa sin serpientes, los chocolates en código descifrado o el espasmo cardíaco sin marcapasos… también los caracoles del arrecife o la vida resuelta y promiscua a tejer sus redes y oler a vainilla.

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Soledad

M

i soledad no es una camelia abandonada en el florero empecinada en la subsistencia o en la azarosa vida de convertirse en violeta, no es de las que se lloran o caen

con la noche… mi soledad no es de las que duermen dentro hasta que despiertan y caminan con la pesadez en andas… tampoco un vacío en el living… no es un interrogante, ni un vuelo en retorno a la nostalgia. Mi soledad es un arcángel que corta con su espada cualquier brote de melancolía. Me estoy alienando… esta es su consecuencia, es una ironía; ella comprende que los caminos se recorren solos, que recoger materiales es trabajo suyo y que entre los suyos se trova si hablar. Que siempre que la llamen puede llegar flotando por encima de los perros… anda calando hondo en mí. Ella se acoraza en los altillos para bailar con los fantasmas del destierro… mi soledad es lo que es y sólo yo la comprendo. Mi soledad no es un llanto sino un arpegio, no es una infección sino un contagio… no es una sombra en el espanto sino un sendero del pensamiento ancestral. Lo puedo sentir, nubla el cielo pero trae luz, pareciese eterna pero es una expresión mínima que dura lo que un caracol viaje desde el ligustro al limonero…

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Razones

M

i vida anda en aventuras de animales, pájaro herido por toque leve, que flaquea… mi corazón es apenas un ángulo en la historia. Desventuras y soledades… ya lo

dijeron los trovadores guardando memoria; quién creyera que si a un niño no se lo riega anda llorando por los rincones.

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Hasta Neptuno

Y

o llegué con media luna en la cabeza, a golpear la puerta de tu casa… de esa casa que hace tiempo estaba vacía. Yo llegué con el valiente acto de no haber usado corbata en

mi vida, reputación que me precede… y llegué como un náufrago sobre los adoquines; caminando por la calle en medio de las veredas enfrentadas. Y llegué esperando que las penas sobre mis hombros se hagan sombra y que la sombra me lleve… también sé, llegué a tu corazón que esperaba un amor que nunca vino. Y hoy que no llegan a mí las luces, ni retornan las palomas, ni los peces me saludan… hoy que el día anochece temprano y el frío rueda por las hendijas hasta enfriar mi cuarto. Sé que el viento no sabe arrastrar las arenas hasta el desierto del hastío; donde se halla el silencio, donde estaba nuestra esquina… se llegue tarde a la salida pero que sería de la vida si los soñadores no supiéramos perseguir.

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HASTA NEPTUNO l acr铆lico + tinta l ilustraci贸n original 25 x 25 cm


El verso en la sangre

M

i sangre viene precipitándose moviéndose en el encierro, que le va quedando de los entierros que ni el paso del tiempo diluye; viene con la empresa difícil de cargarme

sobre sus hombros y llevarme al lugar del que todos huyen. Resuelta a buscar su pedigree en los escombros de vocación libertaria e infantil. Viene recogiendo cosas del suelo, volviendo de la memoria suelta sin doblegarse… y llega en su vuelo osado, donde los astros se confunden sin mezclarse Mi verso cree no haber salido de mí, sístole de ceguera removiendo lo olvidado… mi verso es aliado del que espera encadenado. No es un perro que se pasee corolario ni un arbusto en la ventolera. Sólo cierra salidas con un punto final arbitrario para que la sangre no se le escape… mi verso sin bozal muerde a quien le ladre… Mi verso y mi sangre tienen el corazón duro a medio camino, vienen domándose con desatino, guardando semilla de algo puro…llegan a tocarse con pronóstico desfavorable… irrigado de consuelos y derramados de sal.

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Melancolía

E

n respuesta al hueco que dejaste, donde ahora crecen los versos esperando la luna y las lunas se mueren como las luces a lo lejos se borran.

Melancolizando un arreglo que me hice contando las sobras; mas en piedad de saberme con algunos requisitos y contando con algún veneno. Me sé en edad de empate, lleno de nostalgia donde cada insistencia de rendición gana peso y cada peso a la vez se lleva con soltura. Aún con esto, terco como siempre he sido, tuve que ceder cada intento de compostura y traerte del pasado…. También ver mi desdén en los ojos del perro y cada pérfido despojo caer como polvo al suelo. Y al encerrarme por encontrarme herido… lo que el corazón siente cuando le atañen los suspiros; soplando el viento los renglones que te escribo. Es el llanto sin decoro, agónico brotando desde el centro saliendo una lagrima tras otra sin salirse lo que estaba dentro.

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La flor

C

omo explico esta mecánica saturada de ficción, que involuntaria sigue en el trabajo día tras noche de la añoranza.

Eres mi mejor intento de persona, universo de beneficios secundarios en unión perdurable, quién pudiera descansarme del peso de esta ilusión, tentación que Platón puso para que me la choque… quién… privarte de verme o separarte de mis ojos que tienen sed de pintarte desnuda. Dejo que se vaya este invierno de llorar y borrar esa flor que sostuve… mandrágora del misterio, te buscare mientras mi juventud dure… como los terapeutas van a diagnosticar el amor como enfermedad.

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Los cuervos

Q

ué sería si no acariciase el lugar donde descansan aunque sepa este vacío, sin espiarlas en la noche blanca como en la mansión del frío, sin contarlo convencido de que las espero

y no al revés… sin oírlas entre sueños donde se escuchan los pasos caminar la penumbra y también entrar las sombras a cubrir el blanco sombrío… donde caen los fatales en un llanto del gemido. Qué sería sin sus tijeras esmerándose en cortar la vida, sin impacientarme por contar lo visto y pintar a quien amo; sin la caravana de espectros, sin el resplandor de lo vivido… Qué sería si el sol les brillase como lo hace conmigo, que sin las flores del sepulcro y que de la estatua en el entierro. Qué sería sin que la muerte siniestra ejecutase sinfonía, qué si no se olvidaran los heridos; qué del fin sin la esperanza, qué del polvo donde viajan los vencidos. Qué sería sino me apresurara a decir lo que siento y más si es cierto que viajamos dormidos; a despertar en su lecho… qué sería de mi vida sin los mortuorios ovíparos al asecho, si me apura lastimero el corazón darse en la muerte por satisfecho. Qué sería, sin que los cuervos se colgasen dando hospicio de encierro a las ecuaciones de resistencia, qué sería sin sus penas para medir mis flores, qué del iluso en su ausencia… qué, sin que ellos extrañen la chance del día por entibiar su plumaje frío, qué de mí en la añoranza de la niebla para estas aves de alevosía.

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LOS CUERVOS l acr铆lico + tinta l ilustraci贸n original 25 x 25 cm




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