INNOVAR PARA FORMAR SOCIEDADES DEL CONOCIMIENTO
MAESTRA: LAURA ELENA FLORES OLAGUE
DOCENTE EN FORMACIÓN: GISSEL ROMERO
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“El hombre no puede descubrir océanos a menos que tenga el coraje de perder de vista la costa” -Andre Gide.
La educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos. Además de que la educación tiene entre sus funciones conservar la cultura, pero a su vez puede transfórmala y acrecentarla. La palabra cultura, es sustancial en este escrito, como sabemos, la cultura en ocasiones es la que provoca el estancamiento comprenderse
de
nuevas
entonces
oportunidades.
como
un
proceso
El
aprendizaje
debe
multidimensional
de
apropiación cultural, pues se trata de una experiencia que involucra el pensamiento, la efectividad y la acción. En la tarea docente, día con día nos enfrentamos a nuevos retos en los que en ocasiones no se encuentra una respuesta inmediata. Pero cuando se tiene la real vocación que invade el alma, los retos y los problemas se vuelven acciones con un grato interés de resolución; es justo ese momento cuando se entienden todos los esfuerzos que se les han dedicado en la trayectoria docente. Sin más preámbulos quisiera comenzar como punto de partida principal del presente ensayo, el cual es dar a conocer al público lector el concepto finito de innovar; sin embargo cabe destacar que desde el ámbito Educativo de la misma, contiene un significado polisémico, puesto que todas las perspectivas conceptuales a las que atribuimos los docentes, son meras cuestiones cualitativas, lo que nos permite engrandecer nuestro panorama. Entendamos el concepto como DOCENTE EN FORMACIÓN: GISSEL ROMERO
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la actualización y constantes modificaciones de lo ya establecido sean así las competencias, los planes, los programas, las situaciones, la pedagogía, la manera de intervención, entre otros. En ocasiones caemos en el error común de la conformidad, en la que no nos atrevemos a dar más y abrir nuestras expectativas al cambio, se cree que una intervención tiene que ser la misma rutina monótona a la que estamos acostumbrados desde nuestra formación, lo cierto aquí, es que deberíamos ser docentes actualizados constantes, donde el amor hacia lo que se hace en el aula sea el propulsor en la tarea de la construcción de una nueva intervención pedagógica. Después de lo ya mencionado, se describirán entonces las siguientes interrogantes: ¿Cómo enseñar? Y, ¿Qué enseñar? Uno de los perfiles que conlleva a una innovación pedagógica consiste así, de ser docentes creadores de proyectos educativos, que en síntesis, son una condición para obtener un aprendizaje experimental, en éstos su principal objetivo es crear educandos pensadores en el futuro, donde la inclusión, la equidad y la calidad en la educación deben ser, tal como la palabra lo dice; ser por que en la actualidad, si hacemos un análisis crítico, sólo pensamos que se hace, cuando en realidad todos esos conceptos son obsoletos. Aprender se pensaba que era reducir el pensar y mejor aprender algo mecanizado, debemos darle oportunidad de pensar y contextualizarlos en su mundo de tal forma que le hallen utilidad a lo aprendido. Los errores no significan una falta o imprudencia de parte de la persona si no que es una oportunidad para cambiar lo hecho y mejorarlo, porque como es dicho, de los errores se aprende. Por tanto que se hace el proceso ensayo y error,
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es éste el principal eje que nos da la razón al cambio, la razón concreta para comenzar a innovar dentro del ámbito educativo. El proceso de aprendizaje equivale aquí a un proceso de interiorización que logra mejores resultados en la medida en que los procesos de mediación instrumental e interpersonal se articulan tomando en cuenta tanto las condiciones objetivas del contenido a enseñar, como así también las condiciones subjetivas de los docentes y alumnos. No basta que sencillamente exista una comunidad, en la cual y para cual se educa. Lo que interesa son los contenidos éticos en relación a los cuales la comunidad actúa. El verdadero educador se enfrentará apenas con tales reflexiones filosóficas. Posee un órgano originariamente propio para las órbitas, en las cuales se mueve el espíritu que actúa a través de él. Cabe destacar que cada persona posee cualidades y aptitudes diferentes, por lo que un método que le vaya bien a uno, puede no serle tan útil a otro, es decir, necesitamos innovar los métodos de enseñanza, de modo que se tomen en cuenta las demandas de las sociedades actuales para que adquieran un aprendizaje. Es necesario “ocupar” sus mentes en cosas productivas, de modo que desarrollen habilidades en todos los campos. Una escuela no debería ser meramente un establecimiento de enseñanza sino una comunidad juvenil de vida. El aprendizaje con la experiencia hace que sea más significativo para la persona, más que memorizar se evocan sentimientos y se aceptan para actuar. Vivir es actuar y actuar es reaccionar. Aprendemos en el grado que concedemos significación o importancia al asunto. Si es de poca importancia lo olvidaremos pero DOCENTE EN FORMACIÓN: GISSEL ROMERO
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cuando nos interesa lo aprendemos para toda la vida. Aprendemos lo que nos satisface y no aprendamos lo que molesta.
Ahora bien, para continuar en la órbita sobre el cómo podemos innovar es necesario entender que se puede dar a través de la profesionalización del oficio de cualquier enseñante ya sea que éste requiera una transformación en el funcionamiento de los centros que hacen inmersión dentro del contexto escolar y una evolución paralela de otros oficios de la enseñanza: inspectores, directores, etc. Todo lo anterior es tan importante como la innovación individual, ya que la escuela es sólo un órgano dentro de un grandísimo cuerpo, del cual se tiene que ir de proceso a proceso para concebir entonces la educación que tanto se desea, una educación natural. La autonomía y la responsabilidad de un profesional no se entienden sin una gran capacidad de reflexionar en la acción y sobre la acción. Con anterioridad, se mencionó la importancia de actuar y de vivir, por lo que en mi concierne entender la educación tal como un árbol lleno de vida, el cual se adapta a las condiciones que presente el clima, la tierra, y el contexto que le rodea, la educación debería ser invaluable, tal como es la vida de cualquier ser, y aun que en su mayoría tomen la educación con un escaso valor formativo, deberíamos someter aquellas pedagogías a una revisión exhaustiva, donde se elimine aquel dogma mecánico, excesivo y defectuoso, para convertirlo en algo extraordinario. Dewey plantea que el educador tiene que seleccionar aquellas cuestiones dentro del rango de las experiencias existentes que sean promisoras y ofrezcan nuevos problemas potenciales por medio de los cuales se estimulen formas de observación y juicio, que a su vez lleven a los sujetos a ampliar su ámbito de experiencia ulterior. En la actualidad, tenemos la dicha de trabajar con niños naturales, quizá la caracterísitica suene un tanto insignificante, no obstante es entendible cuando hacemos alusión a DOCENTE EN FORMACIÓN: GISSEL ROMERO
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la bondad del niño y la capacidad que tiene para adaptarse rápidamente, son los niños de edad más temprana quienes demandan un cambio a la forma en la que trabajamos, creemos que ellos son los maleables, cuando desde mi perspectiva; pudiera atreverme a decir que en realidad nosotros moldeamos nuestro pensar para entender las exigencias que solicitan en el entorno áulico, cuando podamos lograr todo esto, entonces ya estaremos innovando, ya se habrán roto los dogmas, esterotipos, monotonías, etc. Para concluir, quisiera hacer referencia a que lo descrito aquí son acciones que en efecto resultan difíciles de conseguir, innovar el currículo, innovar la sociedad, innovar en sí, pero es nuestro deber hacer el intento, es nuestro deber comprometernos con aquella pasión hacia el trabajo que realizamos, porque las innovaciones empiezan por acciones tan pequeñas, como el abrir nuestros panoramas, todo cambio y toda innovación empieza cuando uno decide mejorar.
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