1 minute read

Rosana Molina

Respiro palabras

En un lugar de la palabra y en el espiral del tiempo, con el aroma de cuatro vestidos, Mujercitas abrió el cauce que alimenta mi caudal.

Advertisement

Bécquer, Neruda y Benedetti estrecharon las horas de nocturnas esperas. Como un puente se alargaron las figuras de Electra, Ofelia y Rosita. En el espejo de sus nombres descubrí la orilla que salva.

A las mariposas amarillas de García Márquez y a los conejitos de Cortázar, los amarré con el hilo de Ariadna a mi mano y juntos recorremos el laberinto de lo indecible.

Respiro la alquimia entre página y página. Hoy escribo porque primero

soy lectora.

This article is from: