2 minute read

EL CAPITAL SOCIAL EN EL SIGLO XXI GUILLERMO JAIME CALDERÓN

por TGSM Editorial Board

Graduado por Harvard Business Schl, lidera una de las más impoantes iniciavas de carácter social a nivel mundial, el Grupo MIA, que desarrolla viviendas sociales en lugares remotos o de alta marginalidad proporcionando viviendas dignas y confoables, para un gran número de comunidades vulnerables económicas y socialmente. La labor de Guillermo ha sido reconocida con numerosas disnciones en los úlmos años, también en los grandes medios de comunicación, siendo poada de Forbes y otras publicaciones. Su voz es una de las más relevantes en el ámbito del empresariado social a nivel global.

Advertisement

—AUNQUE su labor como empresario social es conocida en México y otros países de la región, le pedimos que explique a nuestros lectores cuál es su recorrido vital, intelectual y empresarial. ¿Qué le mueve para dedicar su vida al emprendimiento social? ¿Cuáles son sus planes presentes y en el inmediato futuro para hacer cumplir su sueño? —Después de graduarme en 1994 como ingeniero civil en la universidad iberoamericana en México, y tras haber trabajado en la constructora más grande del país durante mi paso por la universidad, fui invitado por Cemex —la cementera más grande de México y una de las tres mayores del mundo— a trabajar con ellos. Tras ocupar diversas posiciones directivas, fui seleccionado para participar en un proyecto llamado “innovación” que consistía en implementar un modelo de “intrapreneurship” dentro de la empresa. Buscando oportunidades de negocio para presentarlas ante el comité directivo, tuve la oportunidad de viajar a diversos países de África, como Angola, Mali, Burkina Faso, Congo y otros. Encontré un mundo lleno de pobreza, por lo que me dediqué a plantear modelos de negocio para que desde nuestra trinchera pudiéramos combatir la pobreza patrimonial. Posteriormente, visitando algunos estados del sureste mexicano, me dí cuenta de que la carencia de viviendas habitables y las necesidades para la base de la pirámide eran enormes, y que había que empezar en casa. Conocí en ese tiempo a uno de mis grandes mentores, un empresario ecuatoriano llamado Isidro Romero, quien creyó en mí, y me invitó a perseguir el sueño juntos. Tras presentar algunas iniciativas ante el comité, sin éxito, decidí dejar atrás mi vida corporativa y buscar ese sueño, asociado con Isidro, de terminar con la pobreza patrimonial en el mundo. Dos años después, la empresa que

“Quizá ninguna empresa logre solucionar por sí sola un gran problema social, lo importante es que haya muchas empresas trabajando por tener un mejor entorno, hay que atreverse a pensar en grande.”

This article is from: