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Kindergarten | Taller de Arquitectura Miguel Montor

Entre círculos, cuadrados y triángulos

JARDÍN DE NIÑOS NUEVA CREACIÓN | TALLER DE ARQUITECTURA MIGUEL MONTOR | TULTEPEC, ESTADO DE MÉXICO - 2022

Texto MARTHA LYDIA ANAYA Fotos ONNIS LUQUE

Este proyecto forma parte de un programa planteado en el municipio de Tultepec en el Estado de México, una entidad en desarrollo y reconocida por su trabajo con la pirotecnia, ya que por muchos años ha sido su foco de actividad económica a nivel nacional e internacional.

TRAS UN ESTUDIO minucioso por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) se detectaron necesidades inmediatas dentro del marco de los Programas de Mejoramiento Urbano (PMU) de Tultepec. Bajo este planteamiento, las autoridades, en conjunto con el departamento de urbanistas, buscaron equipar áreas de interés en esta localidad, consiguiendo así una mejora urbana y recuperación económica.

Este Programa de Mejoramiento Urbano tiene un enfoque socio cultural y educativo, por lo tanto, dentro de la cartera de posibles proyectos se buscó que uno de ellos aportara un inmueble dentro del rubro educativo. El objetivo es: tener más habitantes con acceso a una formación de calidad desde temprana edad.

«Con base en nuestra experiencia fijamos una postura que pretende dar la posibilidad de futuros usos a los proyectos. No sólo buscamos cubrir la necesidad inicial, sino que procuramos que los inmuebles se puedan convertir en un pretexto para que haya una apropiación social y que estos funcionen en un futuro para más fines. Con esta visión hacemos proyectos con esquemas que a través del tiempo puedan tener otro uso, una primera, segunda, tercera o cuarta vida», relata el arquitecto Miguel Montor, director general de Taller de Arquitectura Miguel Montor.

«El motor que rige el diseño de este proyecto –aclara Montor– es atender a las necesidades y posibilidades que se presentan en esta etapa nuestros principales usuarios: los niños. Pensamos en la edad de quienes les toca estudiar ahí para que mediante la forma, secuencia espacial y volumetría fuera posible la realización pura de la educación al ayudar al niño a desarrollar experiencias e identificarse dentro de la escuela».

La topografía de este jardín de niños cuenta con un desnivel a lo largo del predio de casi dos metros por lo que el desplante de cada aula está escalonado. Se pudo realizar este desnivel gracias a la decisión de independizar cada aula y así lograr que el cambio de niveles fuera prácticamente imperceptible y sutil.

«Como resultado de nuestra experiencia y diversos estudios siempre hemos tenido presente la inquietud de que un aula eficiente no es

Las voluntades geométricas específcas dan como resultado la textura perceptible en el despiece de pisos y losas; mientras que la paleta vegetal atiende a una mezcla de olores y colores con el objetivo de ser un estímulo sensorial para los niños.

cuadrada. Este es uno de los motivos por los que buscamos borrar cualquier arista al bolear las esquinas de las aulas. Por otra parte, este gesto genera un ambiente seguro para los infantes y de transiciones no lineales que causan menos tensión en el recorrido de los espacios, procurando una sensación inconsciente de seguridad para sus alumnos al existir menos filos y ángulos».

Pensamos que en medida de que la luz fuera más homogénea en los espacios de transición existiría un mayor confort, así fue que buscamos que la luz cenital fuera transmitida por geometrías omnidireccionales; es proyectada a través de tragaluces circulares por el que pasa a los intersticios de las aulas. Esta entrada de luz se extiende sin dirección ni quiebres lo que permite una iluminación envolvente. El impedir que la luz se enmarque conlleva una sensación de tranquilidad que provoca la permanencia en los espacios, siendo esto lo que buscábamos», dice Montor.

En opinión del arquitecto, «la educación no sólo se lleva a cabo dentro de las aulas sino también fuera de ellas; por lo que, el espacio entre éstas es de gran importancia en el proyecto. La orientación específica de cada aula promueve la permanencia en los espacios transitorios. Por medio del giro de los volúmenes de las aulas buscamos generar esta estática que invite al alumno a quedarse».

A la entrada se distingue el recorrido de una luz que refiere a un reloj solar que desde la losa permite apreciar el paso de las horas al dejar pasar la proyección de la sombra sobre el suelo. «Una de nuestras premisas principales fue la de no cerrarse por completo a la calle, lo que nos llevó a buscar la desmaterialización de la barrera que se genera con el exterior. Para llegar a esto, buscamos que por medio de la ambigüedad de una reja se percibiera una frontera virtual en la que el límite de lo interior de la escuela y lo exterior de la calle no estuviera delimitado claramente. La celosía de acero produce sensaciones de independencia al ser percibida como generadora de un área exterior segura. La geometría toma gran importancia en el proyecto, círculos que proveen de iluminación, cuadrados a grandes rasgos en la cimbra y triángulos como detalles en la misma», concluye Montor. miguelmontor.com

A través de la arquitectura y el urbanismo se atacan problemas de la sociedad, con estas herramientas se busca elevar el nivel educativo de la población y así minimizar problemas como la violencia, inseguridad y el vandalismo.

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