Go Mag 133 Julio-Agosto 2012

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133 JULIO-AGOSTO 2012 EDICIÓN GRATUITA FREE ISSUE

TODD TERJE A$AP ROCKY THE WALKMEN MOSTLY ROBOT RUFUS WAINWRIGHT TWIN SHADOW REGINA SPEKTOR PEAKING LIGHTS HIDROGENESSE ALABAMA SHAKES

SIGUR RÓS



133

sumario

julio-agosto 2012

38 A$AP ROCKY

staff Edita UNIPRENSA S.A. GO MAG Directora: Janina Canet. Jefe de redacción: Manu González. Director de arte y diseño gráfico: Fabián Taranto. (www.ftdesignlab.com) Redacción GO MAG. Muntaner, 492, bajos. 08022 Barcelona. Tel. (+34) 93 417 68 67 / (+34) 93 418 50 05 Fax (+34) 93 417 33 63 E-mail: go@go–mag.com Suscripción y logística: 93 418 50 05 solicitudejemplares@uniprensa.com Web: www.go–mag.com MySpace: www.myspace.com/gomagbarcelona Facebook: www.facebook.com/gomagspain Twitter: www.twitter.com/gomagspain Coordinador de cine y literatura: Philipp Engel. Coordinadora de moda: Anna Tomàs. Coordinador de tecnología: Xan Pita. Corrección: Nati Arco. Web: Virginia Arroyo. Redactores: María Adell, Virginia Arroyo, Leticia Blanco, Octavio Botana, David Broc, Óscar Broc, Javier Burgueño, Matías Bosch, Joan Cabot, Alfonso Cardenal, Pau Cristòful, Philipp Engel, Albert Fernández, Laura Gamundi, Bruno Garca, Álex Gil, David Giménez, Daniel Gómez, Gloria González, Manu González, Toni Junyent, Violeta Kovacsics, Milo J. Krmpotic’, David López, Israel Márquez, Pepo Márquez, Luis Meyer, Luna Miguel, Beatriz Montalvo Pulgar, Àlex Montoya, Half Nelson, Banessa Pellisa, Marc Piñol, Vidal Romero, Jesús Sáez, Roger Salvans, Silly Savage, Everett True, Toni Vall, Álex Vicente, Alberto Vidal y Pablo Vinuesa. Fotógrafos: Alicia Aguilera, David Black, Shawn Blackbill, Lilja Birgisdóttir, Damia Bosch, Rebecca Escabrós, Arno Frugier, Leticia Manzano, Eric Pamies, Tanit Plana, Óscar Romero, Juan Sala, Hörður Sveinsson, Tina Tyrell y Eva Vermandel. Fototografía de portada: Lilja Birgisdóttir. Publicidad Barcelona Tel. (+34) 93 418 50 05 / 93 417 68 67 E-mail: publicidad@go–mag.com Agentes comerciales: Ramón Villarquídez, Gina Selicorni y Eneida Fonseca. Dep. Legal: B-19124-00 Fotomecánica, impresión y encuadernación: Rivadeneyra. Distribución gratuita: Barcelona (Blind Records). Resto de España (Envialia).

08 BITES 12 INTRO

22 En portada: sigur rós

16 especial FIB 18 arp attack 20 oscar mulero 21 hidrogenesse 26 daptone records

16 TODD TERJE

28 alabama shakes

36 rufus wainwright

29 pajara jack 32 regina spektor 33 peaking lights 37 twin shadow 40 DISCOS, MAXIS, ÚLTIMO CLÁSICO...

30 THE WALKMEN

34 MOSTLY ROBOT

54 AGENDA MUSICAL Y LIVE 66 GADGETS Y MODA 76 CINE Y LIBROS

GO MAG se distribuye gratuitamente en las siguientes ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cartagena, Castellón de la Plana, Ciudad Real, Donostia, Girona, Granada, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Gijón, Vigo, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia, Vitoria y Zaragoza.


004/005

concurso

¡Sorteamos 18 entradas para The Brandery! The Brandery, el salón internacional de moda urbana de Barcelona, que tendrá lugar los días 13, 14 y 15 de julio de 2012 en la Fira de Montjuïc, vuelve a apostar una vez más por la música, con una atractiva programación que incluye actuaciones en directo y sesiones de DJs. The Human League, Mala Rodríguez y Miranda Makaroff protagonizan el cartel de cada jornada, acompañados por DJ2D2 AV Show, Shelby Grey, Stand Up Against Heart Crime, GatoTV (Tvno & DjGato), Mash AV Show y Amable. Las actuaciones se celebrarán en el pabellón 8 del recinto de Montjuïc a partir de las 20.30h en el espacio abierto al público denominado Brandtown, donde convivirán desfiles, grandes marcas como Custoline o Superdry, y diferentes exposiciones y talleres que mostrarán la relación entre arte, cine, erotismo y moda. www.thebrandery.com Participa a través de nuestra web www.go-mag.com

¡Sorteamos 3 abonos dobles para Piknic Electronik! Piknic Electronik Barcelona ofrece la posibilidad de que las generaciones que han crecido bajo el manto de la cultura electrónica puedan continuar disfrutando de ella una vez iniciada la paternidad, al mismo tiempo que sus hijos les acompañan o se entretienen con los talleres, actividades y espectáculos programados para ellos en cada jornada. Dentro de toda la zona se dispondrá de mesas de picnic para poder comer bajo la sombra de los árboles, con unas impresionantes vistas de la ciudad de Barcelona. Por Piknic pasarán entre julio y septiembre algunos de los nombres de la escena electrónica más importantes del momento como James Holden y Fairmont, DJ Koze, Deadbeat y Ernesto Ferreyra, DJ Sneak, Frivolous, Dave Aju, los estiletes del sello Get Physical, TV Smash y Nôze; Pablo Bolivar, dOP, Masomenos y Timid Boy encabezando el cartel de la jornada dedicada a la escena electrónica francesa. Consultar la programación por días en piknicelectronik.es Participa a través de nuestra web www.go-mag.com



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bites

Paredes de Coura ¿Y por qué no Portugal?

Bites

Este festival en la vecina Portugal, Paredes de Coura, tiene un hueco especial en nuestros corazones. Ya son muchas ediciones confirmándose como uno de los acontecimientos musicales de referencia en el sur de Europa. Para los españoles, Paredes de Coura más que un festival es una semana de vacaciones, porque el festival se encuentra en un lugar paradisíaco, la playa de Río de Kilchberg, y cuenta con buenas comunicaciones al estar cercano a la frontera con la provincia de Pontevedra, estando a poco menos de una hora por carretera de Vigo. El cartel es una muestra ecléctica y representativa del mejor pop-rock que se está haciendo en 2012, siendo Japandroids y Patrick Watson los dos últimos artistas confirmados. Además de ellos, del 13 al 17 de agosto en la Playa Fluvial do Tabuão, estarán dEUS, Kasabian, The Go! Team, Anna Calvi, The Whitest Boy Alive, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Gang Gang Dance, Crystal Fighters, The Temper Trap, I Like Trains, Kitty, Daisy & Lewis, The Wave Pictures, Stephen Malkmus and The Jicks, Of Montreal, School Of Seven Bells, Kavinsky, Ornatos Violeta, Tune-Yards, Midlake, Dry The River, Deer Tick y Dead Combo, entre otros. El abono general con derecho a camping vale 83 € y el abono especial para estudiantes está a la venta a 70 € en la web www.paredesdecoura.com.

// Desde el jueves 12 hasta el sábado 14 de julio, Depósito Legal presenta el festival Petit Format en los jardines de Can Sumarro de l’Hospitalet de Llobregat, con las actuaciones de Joe Crepúsculo + Violeta Vil, Linda Guilata + Lorena Álvarez y su banda municipal, Hidrogenesse + Lidia Damunt. Los conciertos empezarán a las 20 h. // Cáceres también presume de festival y, así, el 20, 21 y 22 de septiembre se celebra la tercera edición del Europa Sur, festival hispano-luso con las actuaciones de The New Raemon, Nacho Vegas, Francisco Nixon, Christina Rosenvinge, Luis Brea, The Soaked Lamb, The Poppers, Hemingway Noise, D3Ö, Murdering Tripping Blues y otros, en la Plaza de San Jorge, en pleno casco antiguo de Cáceres. // Con la voluntad de exhibir la mejor música emergente local e internacional y financiado por medio del crowdfunding, nace el festival TIU. El evento tendrá lugar el 20 de octubre en el antiguo recinto industrial de Fabra i Coats del barrio de Sant Andreu de Barcelona. Haciendo especial énfasis en la escena de la ciudad condal, el festival ha confirmado por lo pronto a cinco bandas: Dulce Pájara de Juventud, Beach Beach, Ocellot, L’Hereu Escampa y Wind Atlas. La campaña de crowfunding para este festival va destinada a difundir el proyecto, recaudar fondos, buscar colaboradores y darle estabilidad en su primera edición. www.goteo.org/project/tiu // El 3 de julio 2012 se celebra en Privilege Ibiza la primera fiesta Magma, un nuevo concepto de fiesta con el balearic trance como banda sonora. Tras los platos pondrán la magia Joe Markendale aka Dj Joe Sonic, Andrei Oliver Brasovean aka Dj Andrei y Benji Vaughan aka Dj Benji. Todo un remember de los mejores años de Ku Ibiza de la mano del promotor que impulsó la mítica discoteca en la Isla Blanca. // Tras las actuaciones de Carl Craig bajo su formato Live: 69, la primera sesión de eme & Dixon de Innervisions o Tensnake ‘live’, llega el cuarto festival We Love Space con un line up muy apetecible. Este domingo 1 de julio en la fiesta We Love Sundays de Space Ibiza actuarán Groove Armada, Claude Vonstroke, DJ Hell, Pier Bucci, Ben Ufo y Smokin Jo.

SON Estrella Galicia

Deleste Festival

El ciclo de conciertos de SON Estrella Galicia se despide de la temporada con los conciertos en Madrid de Destroyer, el próximo 19 de julio en el Teatro Lara, y la musa del folk Alela Diane, en el Café Berlín el 26 de julio. Pero la programación se retoma después del verano con nuevas actuaciones que arrancarán en septiembre con Ted Leo & Rebecca Gates, Christina Rosenvinge y Sharon Van Etten. Y en octubre, será el turno de Veronica Falls, El Hijo, Fanfarlo, Tindersticks y Jane Joyd. Seguirá el ciclo de conciertos en noviembre con los directos de The Wave Pictures & Allo Darlin, Craig Firm, Patterson Hod & Will Johnson, Saint Etienne, Megafaun y Meat Puppets. son.estrellagalicia.es

Nace un nuevo festival en Valencia de pequeño formato: Deleste. Poniendo especial atención en la calidad y el interés artístico de su cartel, Deleste huye de las programaciones clónicas, masificaciones y grandes escenarios para ofrecer un festival de otoño en un espacio único, vanguardista y accesible por transporte público, el recién estrenado Centro Cultural La Rambleta. La cita tendrá lugar el 20 de octubre y combinará los conciertos en sala, las actuaciones en auditorio y diferentes actividades artísticas paralelas. El norteamericano Josh T. Pearson, junto a los nacionales Nudozurdo y McEnroe, son los primeros confirmados. Entradas a la venta el 1 de julio. www.delestefesticval.com

El ciclo se despide en julio y vuelve en septiembre

Festival de otoño en Valencia

Electromar 2012

Entradas semi-agotadas a precio crazy cost A las primeras confirmaciones de Love Of Lesbian, Tiga, Booka Shade, Cyberpunkers y Dubsidia en el Electromar Day, el festival levantino que tendrá lugar el 11 de agosto en Torrevieja, se suman ahora las incorporaciones de Orbital Soundsystem, Oliver Huntemann, Iván Ferreiro, Christian Smith, Ambivalent, Soak, Fuck Norris o los showcases de Metrodanceclub y Restless. La venta de entradas sigue el novedoso método Crazy Cost, es decir, el precio de salida es de 1 € e irá ascendiendo a medida que se vaya agotando el aforo y se acerque la fecha del festival; ahora mismo el precio está en 19 €. www.electromarfestival.com


Electrospective

EMI relanzará 500 álbumes fundamentales de la música electrónica y dance desde 1958 EMI Music anuncia el lanzamiento a nivel mundial del proyecto Electrospective (Electronic Music since 1958), que a partir de julio de 2012 relanzará 500 álbumes fundamentales que marcaron la historia de la música electrónica y dance, desde sus comienzos a la actualidad, a través de una extensa selección de artistas, álbumes y acontecimientos que han impulsado la trayectoria de esta música. La colección no abarca la totalidad de los nombres que han contribuido al desarrollo de la música electrónica, por eso EMI invita a los seguidores de este estilo en todo el mundo a participar en el proyecto, añadiendo artistas y/o álbumes, enriqueciendo así el proyecto que nace con vocación de hacer historia en este tipo de lanzamientos. Electrospective es una campaña de alcance mundial que contará con web propia y presencia en las redes sociales para informar puntualmente de las últimas novedades de este histórico proyecto, sustentado por la calidad y cantidad de artistas cuyas obras serán reeditadas conjuntamente para ponerlas al alcance del público a un precio insuperable. Desde los incipientes trabajos de visionarios como Kraftwerk o Brian Eno al ascenso de superstrellas actuales como Daft Punk o David Guetta, sin olvidar el paso por épocas intermedias con la explosión cultural de un nuevo tipo de música a través de Depeche Mode o Human League.

Sinsal San Simón

El único festival que no anuncia su cartel

Ahondando en su carácter excepcional, el Sinsal San Simón no anunciará su cartel. El festival gallego, que se celebrará los próximos 24 y 25 de julio en la Isla de San Simón, irá desvelando pistas a través de las redes sociales y su web oficial (www.festival.sinsalaudio.org). Los primeros en llegar a la isla serán los primeros en conocer el cartel. Las entradas están ya a la venta a 30 € la anticipada (35 € en taquilla). El cartel y los horarios serán los mismos en cualquiera de los dos días de festival. Asimismo, el 24 de julio Sinsal traerá a la terraza del Auditorio del Mar de Vigo el concierto de Destroyer, el proyecto personal de Dan Bejar, componente también de New Pornographers.

Don’t Let Daddy Know

Bites

//Damon Albarn y compañía estrenan el 2 de julio a través de Twitter dos temas nuevos, que estarán incluidos en “Blur: The box”. La caja contendrá, además, sus siete álbumes publicados, tres DVD y rarezas y se publicará el 30 de julio. Las canciones, “Under the westway” y “The puritan”, que se darán a conocer a través de un vídeo filmado en vivo en un lugar no revelado de Reino Unido, han sido compuestas para el próximo concierto de la banda en Hyde Park.

La mayor fiesta de hip hop y R&B en Privilege Ibiza

Cada domingo en Privilege Ibiza, el club más grande del mundo con capacidad para 10.000 personas, se instala la fiesta Don’t Let Daddy Know, que traerá desde el 8 de julio hasta el 26 de agosto, a los nombres más grandes de la escena hip hop y R&B norteamericana, entre ellos a Drake (uno de los mejores discos del año pasado), Ne-Yo, Sean Paul, Nicki Minaj (que realizará su primer concierto en España), los raperos Flo Rida y Wiz Khalifa (en la foto), y los agitadores de masas Steve Aoki y Diplo. Serán sesiones eclécticas donde brillará desde el hip hop y el R&B hasta el electro o el dubstep. La programación de Don’t Let Daddy Know se complementa, además, con otros nombres como los de Sidney Samson, Lil Jon, Bassjackers o Sem Vox.

Wilco Sublimes

La banda de Chicago ofrecerá conciertos especiales Wilco vuelve en octubre a España de la mano de Los Conciertos Sublimes y lo hará de forma diferente a la que nos tiene acostumbrados, tocando en espacios emblemáticos como el Palacio Euskalduna de Bilbao, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Palacio Vistalegre de Madrid (este último aforado y con una decoración especial para la ocasión), para que podamos disfrutar de la cercanía que requieren sus conciertos. La banda quiere así acercarse a sus fans y ofrecer conciertos más especiales, premiando la calidad a la cantidad. Wilco actuará el 14 en Bilbao, el 15 en Barcelona y el 16 en Madrid. Entradas a la venta entre 32 y 120 €.

//The Human League, Mala Rodríguez, La Casa Azul y Miranda Makaroff protagonizan la programación musical del próximo The Brandery Summer Edition, el salón internacional de moda urbana, los días 13, 14 y 15 de Julio de 2012 en Barcelona. También actuarán esos días DJ2D2 AV Show, Shelby Grey, Stand Up Gainst Heart Crime,GatoTV (Tvno & DjGato) - Mash AV Show y Amable. Las actuaciones se celebrarán en el pabellón 8 del recinto de Montjuïc a partir de las 20.30h en el espacio abierto al público denominado Brandtown, donde convivirán desfiles, grandes marcas como Custoline o Superdry, y diferentes exposiciones y talleres que mostrarán la relación entre arte, cine, erotismo y moda. www. thebrandery.com //El pasado 25 de junio tuvo lugar en el Teatro Arteria Coliseum la ceremonia de entrega de los Premios de la Música Independiente. De entre las 31 categorías del certamen, cinco de ellas las coparon los pamploneses El Columpio Asesino, que se llevaron los premios a Mejor Artista Español, Canción del Año, Mejor Álbum de Rock, Mejor Directo y Mejor Producción Musical. También se han ido a casa con trofeo Nacho Vegas, La Casa Azul, Los Pilotos, Manos de Topo y Vetusta Morla, entre otros. //Del 26 de junio al 20 de julio puedes ver en FNAC El Triangle de Barcelona la muestra “25 anys sense The Smiths”, una exposición de originales de los 30 pósters promocionales que el prestigioso sello discográfico Rough Trade distribuyó en edición limitada por las tiendas de discos en su momento. Gracias al esfuerzo del coleccionista Marc Capella, esta exposición mostrará los pósters que usaban las portadas de The Smiths como elemento gráfico, siempre con guiños al cine, la literatura y la música. Un fantástico homenaje a la banda de Manchester a los 25 años de su disolución.


010/011

bites / club del mes

DCode Fest 2012

El festival madrileño saca las entradas de día a la venta y anuncia nuevas confirmaciones

Bites

// The Vaccines, la banda que nos fascinó y protagonizó nuestra portada en mayo de 2011, ya han desvelado el artwork y el listado de canciones que conformará su segundo trabajo “Come of age”. El nuevo disco de The Vaccines, compuesto de 11 canciones, se publicará el martes 4 de septiembre 2012, aunque también se lanzará una edición de lujo de dos CDs con tres bonus tracks en el primero de los discos y con su directo en el Brighton Centre del 7 de mayo.

El DCode Festival se consolida en su segunda edición como el festival de referencia en Madrid, con fecha fija en septiembre, exactamente los días 14 y 15 en el campus de la Universidad Complutense de Madrid. Y lo hace con razones de peso: un cartel suculento a base de grandes nombres y grupos nuevos que lo petan como Django Django o The Shoes. Mejorando su programación notablemente respecto al año pasado, nos encontramos como cabezas de cartel a los noruegos Kings Of Convenience y su folk-pop preciosista, los ya anunciados Sigur Rós (con nuevo disco bajo el brazo y portada merecida de este mes), The Killers, dEUS y The Kooks. En el apartado nacional, Niños Mutantes, Dinero y Fira Fem presentarán sus nuevos trabajos “Náufragos”, “Año Perro” y “Aedificatoria” respectivamente. Además de ellos, estará el electro-pop adictivo de Dorian, el rock de Capsula y la electrónica de Kill The Hipsters, DJ Joan S. Luna y Ocho Y Medio DJs. Las entradas de día ya están a la venta al precio de 55 € (+ gastos de distribución). El abono seguirá a precio promocional (80 € + gastos) hasta el 15 de julio. Pueden adquirirse en los puntos de venta habituales (Live Nation, Ticketmaster, Servicaixa, El Corte Inglés, FNAC...). www.dcodefest.com

Cine al aire libre en Montjuïc

Youfest

Sala Montjuïc, la Muestra de Cine al aire libre de Barcelona, llega este año a su 10ª edición y presenta toda una programación pensada para celebrar estos diez años de trayectoria. Un referente de las noches de verano en Barcelona que selecciona las mejores películas de todos los tiempos, precedidas por un corto, con conciertos y picnic en un marco incomparable, el Castillo de Montjuïc. Este año la Muestra amplía los días de exhibición, desde el 29 de junio hasta el 8 de agosto. 18 días de cine en 35mm con pantalla gigante, films en versión original (con subtítulos), música en directo, cortometrajes y picnic, cada lunes, miércoles y viernes. Consulta toda la programación de películas y conciertos en www.salamontjuic.org.

Youfest, un festival que se había erigido en oda al frikismo de la era Youtube, da un golpe sobre la mesa y se ajusta la corbata. Tras las confirmaciones de artistas con gran éxito en Youtube como Wendy Sulca, La Tigresa del Oriente, Delfín Hasta El Fin, Shakiro, Los Manolos, Locomía o Rick Astley, ahora el Youfest nos trae su hornada de nombres más delirante con Primal Scream, Underworld, Diplo, Buraka Som Sistema y El Guincho, entre otros. Los conciertos tendrán lugar el 28 y 29 de septiembre en Matadero Madrid, sede que acogerá el festival entre las 16 y las 24.30 h, y en la sala La Riviera, donde continuará la propuesta en formato de fiesta ecléctica a partir de las 24.30 y hasta las 06 h. Síguelo en Twitter @YouFestweet.

10 años añadiendo color a las noches de verano

El festival de la generación Youtube

// Aloud Music ha enviado un comunicado en el que confirman la disolución de la banda de rock madrileña Nothink. Para el recuerdo quedarán esos tres discos, “Bipolar age” (05), “Spotlights” (07) y “Hidden state” (10), y, sobre todo, sus incendiarios conciertos. Según el comunicado oficial “Nothink fueron la banda que cambió la historia y el rumbo de Aloud Music. La banda que nos abrió al gran público, la banda que con su energía y su trabajo llevó este sello a vivir historias que nunca podríamos haber imaginado”. Triste noticia. // El Museo Guggenheim Bilbao en colaboración con Radiation Tours presenta Women’s Nights, un ciclo de artistas consagradas y grandes promesas que se unen en este programa íntimo y exclusivo en el Atrio del Museo, con motivo de la celebración del 15 Aniversario del Museo Guggenheim de Bilbao. Este gran evento se desarrollará en los meses de julio y noviembre, y aunará a cinco grandes damas de la música: Patti Smith, Wanda Jackson, Nneka, Cocorosie y Julieta Venegas. // La playa del Prat de Llobregat acogerá el próximo 13 de julio la primera edición del Bailes de Mar Fest, un festival que mostrará una pequeña selección de lo mejor del indie en el escenario del Chiringuito Calamar. 8 horas de música sin descanso con Aliment, Dulce Pájara de Juventud, F.A.N.T.A., Hans Laguna, Susan’s Red Nipples, Nice Place y Point In Mouth, además de los sets de Batidora DJ y Manu Rec DJ. Un planazo a la orilla del mar de las 20h de la tarde hasta las 5h de la madrugada. // Micah P. Hinson tiene nuevo disco y lo vendrá a presentar en directo en noviembre. El álbum verá la luz ese mismo mes con el título de “Micah P. Hinson & The Lonesome” y contendrá dieciséis canciones sacadas de su baúl de los recuerdos y los secretos.

Roxy Surf Camps 2012

Una semana de surf & fun

Un año más, vuelven los Roxy Surf Camps 2012 (sólo para chicas) a lo largo de toda la costa del Cantábrico y Fuerteventura, Canarias, durante los meses de julio, agosto y septiembre en las mejores escuelas de surf de Roxy a nivel nacional: la Escuela Cántabra de Surf, Barrika Surf Kanp, Escuela de Surf de Ribadesella y Quiksilver Surf School Fuerteventura. Los camps incluyen clases intensivas de surf, iniciación al skate y Stand-Up-Paddle (surf a remo), y sesiones de yoga, entre otros. Convivirás con otras chicas amantes del surf, compartiendo vivencias únicas: barbacoas y veladas nocturnas, proyecciones de surf y más.


INGENIUS WORKSHOPS BY B-MAX CASA DECOR 2012

Texto

Ana Tomás

C

asa Decor es la mayor pasarela de decoración de Europa en la que profesionales del diseño, la arquitectura y el interiorismo tienen la oportunidad de dar a conocer sus productos, su propuesta estética y su excelencia a la hora de trabajar. Dentro de este marco, Ford, patrocinador oficial de Casa Decor 2012, quiso reflejar su sintonía con el mundo del diseño, la arquitectura y las últimas tendencias con el ciclo de actividades Ingenius Workshops by B-MAX. Desde el 30 de mayo hasta el 20 de junio, Casa Decor se convirtió en un punto de encuentro en el que debatir sobre diseño, arquitectura, música y fotografía. We Are Standard, el grupo vizcaíno con gran proyección internacional y un directo demoledor, fueron los encargados de iniciar este ciclo con un taller sobre arquitectura y música. Gracias a su formación como arquitectos, nos pudieron ofrecer su punto de vista sobre el vínculo de inspiración que une música y arquitectura. Durante una hora nos dieron su particular visión de cómo el proceso creativo de una canción se puede equiparar al proceso que se utiliza en el estudio de arquitectura, ya que en ambos casos se parte de una tabula rasa; reto al que debe enfrentarse cualquier creador. Finalizaron su taller con un breve concierto acústico en el

que tocaron sus mejores canciones, como “Summer”, “On the floor”, “The first girl who got a kiss” y “Bring me back home”. El taller Master Class Design estuvo en manos de Lotte Kanters, diseñadora de materiales y colores de Ford Europa y miembro de su equipo de coolhunters, explicó cómo las tendencias en el diseño y la moda se pueden plasmar en un vehículo. El ciclo continuó con el Encuentro de Instagramers, en el que una veintena de miembros de la comunidad online participaron en un concurso para plasmar el concepto OpenWorld de Ford en imágenes. Francisco Nixon cerró el ciclo con el taller Cómo se diseña una canción pop, en el que el artista planteó los retos y caminos que conducen a la composición de la canción pop perfecta y acabó su intervención con una interpretación en directo de sus temas mientras el dibujante Darío Adanti lo ilustraba, también en directo. El nuevo B-MAX es un sofisticado modelo que rompe con lo establecido en términos de innovación tecnológica, economía de combustible y originalidad en soluciones de accesibilidad. Descubre más en www.fordmedia.eu


012/013

intro

Jonston

Perfeccionándose

33 años, tres discos, uno de ellos autoeditado, y cientos de conciertos a su espalda. Jonston, o lo que es lo mismo José Martorell, no es un recién llegado. Pero como si lo fuera. Padece los sinsabores de un principiante. “La situación con las salas de ensayo no ha cambiado. Son caras y hay pocas. Y garitos para actuar hay cada vez menos. Es complicado tocar en Madrid. Faltan salas medias”. Martorell acaba de editar su tercer largo, “Veo visones” (Primeros Pasitos, 12). “Es una coña. Empecé a cambiar visión por visón en expresiones como ‘gafas de visón nocturno’. Cuando empecé con la maqueta, elegí ese nombre para la carpeta. Y así se quedó”. Ha sido un parto limpio. “Llamé a Álex poco antes de grabar. Quería un disco fresco. Ensayamos unos días antes. Algunas de las canciones las terminamos en el local”, recuerda. Los temas hablan de superhéroes, chulapos y astronautas. “Las letras son muy visuales”, opina. Entroncan con otra de sus pasiones, el dibujo. “Lo tengo un poco abandonado, pero si no me hubiese dedicado a la música, habría estudiado Bellas Artes”, comenta. Hoy estudia programación. El amor por la música le viene de lejos. “Empecé a componer con 17 años. En cuanto me rompieron el corazón. Es la mejor receta emocional”. Es de

Villaviciosa de Odón, a las afueras de Madrid. “Había una microescena. De allí son Patrullero Mancuso y otras bandas. Eran más mayores que yo. Pero yo era fan, así que hablaba con ellos. Conocí al hermano pequeño de uno de sus miembros. Y luego monté un grupo con Quique, hoy parte de Cohete”, relata. Le sobran referentes. “Admiro mucho el trabajo de Pablo Cogollo, de Soul Bisontes. Le falta reconocimiento. Y a clásicos como Fernando Alfaro,  Sr. Chinarro, Antonio Arias…. Todos los que tienen un universo propio... Hay muy buenos letristas en este país”, sentencia. ¿Y cómo compone este madrileño? “En bares y en la calle. Me gusta observar a la gente. Aunque para este disco he dejado volar más la imaginación”.

“Veo visones” es su álbum menos clásico, ya no sabe tanto a los Kinks. “He estado escuchando muchas cosas, bandas como Beach House, Bill Callahan o Broadcast. Me apetecía hacer algo distinto. No me he cortado”. Ha probado las tres recetas: editar con sello (su debut, un trabajo homónimo, salió con Limbo Starr en 2009), la autoedición (con “Taller de memoria” en 2010) y ahora la coproducción (“Veo visones”; con Primeros Pasitos). “Internet no es la panacea. Parecía que iba a servir para mucho más. Pero para grabar y distribuir un álbum se necesita tiempo y dinero. Si no los tienes, no es viable. Y si al final, editas un disco y nadie lo escucha, no sirve de mucho, ¿verdad?”. Ana Sempere

Ocellot

Comenzando a volar

Marc Fernández y Elaine Phelan decidieron ir a vivir a la Vall d’Aran, Lleida, instalándose en una casa en Les, cerca de la frontera con Francia. Allí Marc tenía un cuarto “con todos los trastos que me gustan para tocar” en el que poco a poco fue consiguiendo un sonido “al cual Elaine le sumó sintetizadores”. Meses más tarde grabaron sus primeros temas con sus amigos del estudio La Atlántida y acabaron de formar el grupo con Llubet a la batería. Un bandcamp con unas pocas canciones, un sello hermano con una forma muy especial de trabajar (Discos La Gàbia, del cual Marc es cofundador, produce sus referencias a

mano), una serie de conciertos y mucha expectación a su alrededor han convertido a Ocellot en una seria promesa del panorama catalán. Su sonido es una bocanada de aire fresco y renovador sobre la psicodelia clásica que actualiza el legado de bandas de la vanguardia de los años 70 como Música Dispersa a la vez que evocan a bandas actuales como Animal Collective: “Me gustan muchos grupos  e intento componer sin pensar mucho en referentes pero naturalmente siempre se acaban notando en la música, porque lo que escuchas se te queda dentro.  Sí que nos gustan los de Baltimore pero hay muchos

más nombres. No me aburro de escuchar a los primeros Pink Floyd, Beach Boys, Electric Prunes, Bob Dylan, los Doors, la Velvet, los Kinks, Marc Bolan, Pep Laguarda...”.  A la hora de llevar su sonido sobre los escenarios la banda se ha reforzado con Jordi al bajo y Lluis Huedo (el cual también ha dirigido el estupendo videoclip de “Escola de colors”) a las proyecciones.  “Al formar el grupo, lo que más apetecía era que todo lo que sonara en directo se estuviera tocando en el escenario, y no usar samplers. No porque no me gusten los samplers, sino porque nos lo pasamos mejor grabando los loops en directo, para poder tocar las canciones un poco más cañeras y distintas cada vez”.  Todo lo contrario que en la grabación, con motivo del Record Store Day, del casete de edición limitada, “Dins la roca”. “La grabación del casete fue rara y divertida. Tenía muchos loops grabados de improvisaciones que habían salido en el valle. Entonces quedé con mi amigo Miqui, y en una tarde y media, jugamos un poco con los loops mientras iba grabando lo que salía”. Tras la buena acogida del EP, su primer disco llegará en un futuro muy cercano: “hemos grabado ya el largo, y solo falta la mezcla. Espero que en unos meses podamos sacarlo ya. Pero por ahora nos centraremos en los conciertos. Tocaremos en el Faraday y también en el Palm Fest”. Javier Burgueño


Bear in Heaven

Gatetes en el paraíso

En esta santa casa somos muy fans del synthpop con clase, por eso el anuncio de un nuevo disco de Bear in Heaven nos dilató las pupilas como a un gatete hambriento. ¿Synth-pop con pinceladas de disco, toques de psicodelia y el atrevimiento de algún deje soft-rock? ¡Miau! Diez años después de su debut musical, en “I love you, it’s cool” (Dead Oceans / ¡Pop Stock!, 12), el trío de Brooklyn deja atrás su concepción más rock de los temas y relega a los sintetizadores casi todo el protagonismo. “Cuando sacamos nuestro último disco, ‘Beast Rest Forth Mouth’, nos pidieron que hiciéramos algunos remixes, así que empezamos a obsesionarnos con los sintetizadores y la música de baile. Supongo que esa obsesión ha acabado viéndose reflejada en el resultado final de nuestro nuevo trabajo. Además, mientras estábamos de gira, aprendimos un montón de truquitos para tocar como trío música que estaba escrita para ser tocada por cuatro músicos. Los sintetizadores son fascinantes si dedicas tiempo a aprender cómo funcionan y qué hacen todos sus pequeños botoncitos”. Lo que afortunadamente no ha cambiado es su capacidad para crear capas sonoras y atmósferas envolventes que ayudan a hacer crecer sus temas. “Buscamos sonidos que nos gusten y los toqueteamos y modificamos hasta llevarlos al límite. Nos gusta que nuestras canciones tengan subidas y bajadas, nos gusta arriesgarnos con las buenas ideas y también con las malas. La

cuestión es que, sencillamente, nos gusta probar cosas y poner toda la carne en el asador cuando lo hacemos”. Si se quieren hacer una idea de cómo suena lo nuevo de Bear in Heaven piensen en su sonido de toda la vida mezclado con el de los Pet Shop Boys más classy y el Neil Tennant más suave y elegante. Aunque según cuentan Jon, Adam y Joe, no es el dúo británico su mayor influencia (pese a gustarles mucho), sino “más bien quizá Talk Talk. En general nos gustan estilos muy diversos, desde rock raro, hasta country super profundo, pasando por hip hop duro o la new wave más fría. Escuchamos un montón de cosas y todas, de un modo u otro, acaban conformando lo que acaba siendo Bear in Heaven”. Antes de despedirnos, les pregunto sobre el título del álbum, “I love you, it’s cool”, parte de una nota de despedida que les dejó Sadek Bazarra (bajo y teclados) cuando abandonó el grupo. “Bueno, en realidad no nos lo tomamos como una despedida, sino que más bien lo usamos como un ‘hola’. Nos llevamos genial con Sadek y lo queremos un montón, así que hemos encontrado la manera de mantenerlo involucrado en la banda, aunque de otro modo: ha hecho la portada de nuestro disco. Me encantó que dejara esa nota cuando se iba porque llegó en el momento oportuno: yo estaba hecho polvo antes de encontrarla y él siempre ha tenido una forma mágica e inexplicable de hacernos sentir bien”. Virginia Arroyo / Foto Shawn Brackbill

Isaac Ulam

En busca de la autenticidad Isaac Ulam es uno de esos autores que parece vivir en un mundo paralelo, que parece alejarse de la realidad como manera de encontrarse consigo mismo, y haciendo referencia a sus raíces como única agarradera posible. “Murtra” (Bankrobber, 12), su segundo álbum, mantiene la frescura y espontaneidad que permite que esto sea creíble, que nos ayuda a pensar que Isaac Ulam es un artista honesto, en constante búsqueda de la autenticidad que supone ser uno mismo, sin cortapisas. “‘Murtra’ me evoca a mi pueblo natal que es Blanes y allí es donde compuse la mayoría de canciones. Para mí este nombre sitúa el disco en un lugar definido, ya que el jardín botánico de Blanes se llama ‘Mar i Murtra’... Me quedé con murtra también por su vinculo con Cytherea, la diosa del amor”. Definiendo el porqué del título del disco, Ulam ya deja ver las constantes de su música: las referencias terrenales, melancólicas, propias, entremezcladas con otras más etéreas, inabarcables. Puede que por esto se hayan alternado adjetivos tan peculiares como ‘mediterránea’ o ‘hippie’, a la hora de hablar de su música. “No sé el porqué de esa asociación de mi música con el termino folk mediterráneo o psicodelia mediterránea. Lo encuentro muy presuntuoso y más hablando de mi música. Para mí son simplemente cancioncillas quebradizas e imperfectas. Quizás sea porque las he compuesto en un pueblo de mar. De todas maneras la definición que más me gusta es ‘Canciones de cuello de cisne, cantadas por el patito feo’”, aunque posteriormente afirma que “me puedo llegar a identificar con dicho adjetivo por el vínculo que tengo con mi pueblo en este disco. De hecho, preferiría quedarme con este adjetivo que con otros”. Un disco que busca ofrecer un lado positivo y vitalista, luminoso, a lo cual ha contribuido el hecho de haber abandona el formato básicamente acústico de guitarra y voz, para, rodeado de una banda, darle un empaque mayor a sus canciones. “En general creo que este disco es más luminoso porque las composiciones son mas luminosas. Evidentemente mi intención era hacer un disco diferente al primero ya que lo veo como una evolución natural. Pero le tengo mucho respeto a mi primer disco”. De hecho, canciones como “Viure amb tu” u “Objecte Pur” marcan puntos álgidos en una obra con altibajos, pero que siempre viene marcada por la personalidad del autor, capaz de explicarse citando frases como “Caga más un buey que cien golondrinos” o “¡Aquí enciendes un grifo y todavía sale agua!”, cargándolas de simbolismo. “Yo no pienso en lo que voy a hacer y qué resultado quiero conseguir. Simplemente lo hago. La música que hago no es para mí, es para los demás, así que no paro en detalles. Me interesa más la intención que la perfección. La conexión en sí misma, es ya la música”. Jesús Sáez / Foto Tanit Plana


016/017

agenda festivales

agenda festivales heineken JAZZALDIA

JAMÓN POP

del 19 al 23 de julio (donostia-san sebastián) teatro victoria eugenia, auditorio kursaal, etc. abono: varios precios www.heinekenjazzaldia.com

6 Y 7 DE JULIO (HUELVA) CORTEGANA, LA SIERRA DE HUELVA ABONO: 40 €. entrada: 20 €. www.jamonpop.es

Cartel... Antony And The Johnsons & Et Incarnatus Orkestra, Destroyer, Zola Jesus, Jonathan Wilson, Gary Clark Jr., Sharon Jones & The Dap-Kings, Alabama Shakes, Jamaican Legends, Neneh Cherry & The Thing, Dayna Kurtz, L’Orchestre d’Hommes-Orchestres performs Tom Waits...

Cartel... Lidia Damunt, Hola A Todo El Mundo, Corizonas, Balago, Kenedy, Disco Las Palmeras!, Pegasvs, La Débil, I am Dive, Lasers, Hidrogenesse...

SONORAMA RIBERA

DCODE

DEL 9 AL 12 de AGOSTO (BURGOS) aRANDA DE DUERO abono: 50 €. www.sonorama-aranda.com

14 Y 15 DE SEPTIEMBRE (MADRID) CAMPUS DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE abonos: 80 € www.DCODEFEST.COM

Cartel... Vetusta Morla, Sidonie, Russian Red, Corizonas, El Columpio Asesino, Love Of Lesbian, We Are Standard, La Casa Azul, Maika Makovski, The Dandy Warhols, Kakkmaddafakka, Lüger, Calle 13, Odio París...

Cartel... Sigur Rós, The Killers, The Kooks, Justice, dEUS, The Shoes, Supersubmarina, Triángulo de Amor Bizarro, Eme DJ, Syberia, Lüger, Napoleón Solo, The Right Ons...

ELECTROMAR LOW COST

11 de AGOSTO (ALICANTE) TORREVIEJA ABONOS: 19 €. www.electromarfestival.com

DEL 27 AL 29 DE JULIO (BENIDORM) CIUDAD DEPORTIVA GUILLERMO AMOR abono: 55 €. ENTRADA: 35 €. LOWCOSTFESTIVAL.COM

Cartel... Tiga, Booka Shade, Orbital Soundsystem, Love Of Lesbian, Ambivalent, Christian Smith, Iván Ferreiro, Oliver Huntemann...

Cartel... Suede, Placebo, Kasabian, Vetusta Morla, Kakkmaddafakka, Fanfarlo, The Sounds, 2ManyDJs, The Whip, Etienne De Crécy, Is Tropical, Citizens!, The New Raemon, La Habitación Roja, La Casa Azul...

EBROVISIÓN

BEATS & FISH

DEL 30 DE AGOSTO al 1 de septiembre (burgos) miranda de ebro abono: 35 €. www.ebrovision.com

13 y 14 de julio (tossa de mar) castillo y playa de tossa de mar abono: 15 €. www.beats-fish-festival.com

Cartel... Love Of Lesbian, Sidonie, Corizonas, El Columpio Asesino, Pegasvs, El Inquilino Comunista, We Are Standard, Grupo de Expertos Solynieve, Nudozurdo, Chinese Christmas Cards, Fuel Fandango...

Cartel... Goldie, Headbirds, Chelis, Freestylers Sound System, Rusty Warriors, Teddy and Trebor, Daddy Panda, Ovocaman, Bailable, Alex-Klar, Rotten DJ, Skunk...

CRUÏLLA BCN

BEAT & RaW

nocturama

6 y 7 de julio (barcelona) Parc del fòrum ABONO: 70 €. entrada: 40 €. www.cruillabarcelona.com

6 de julio (ibiza) space ibiza abono: 90 €. www.spaceibiza.com

DEL 27 de junio al 28 de julio (sevilla) centro andaluz de arte contemporáneo ENTRADAS: 6 €. www.southpopfestival.com/nocturama

Cartel... Iggy & The Stooges, Cypress Hill, The Specials, Julieta Venegas, Gogol Bordello, Za!, 2ManyDjs, Linton Kwesi Johnson, Mendetz...

Cartel... Cypress Hill, Thievery Corporation, Digitalism, Front 242, Orbital, Violadores del Verso, The Temper Trap, Jaguar Skills, The Subs, D-Formation, Dub Elements...

Cartel... MF / MB/, La Casa Azul, Los Punsetes, Bertrand Betsch, Antonia Font + Pleasant Dreams, Mièle, Benjamin Schoos, LCMDF...

ARENAL SOUND del 2 al 5 de agosto (castellón) Playa el arenal (burriana) ABONO: 40 €. www.arenalsound.com

Cartel... The Ting Tings, Metronomy, Kaiser Chiefs, Crystal Fighters, Crookers, Love Of Lesbian, The Sounds, Two Door Cinema Club, Felix Da Housecat, The Wombats, Digitalism, Los Campesinos!, Lori Meyers, Catpeople...


recomendados julio-agosto 2012 Santander Music

2, 3 y 4 de agosto, Santander

Hay muchas buenas razones para visitar Santander, pero no sólo para admirar su cocina o paisaje. El Santander Music Festival es una de ellas. Una cita que llenará de buena música el primer fin de semana del mes de agosto en la capital cántabra, desde uno de los mejores escenarios posibles, la Campa de la península de la Magdalena, en Santander capital. Bandas como !!!, Clap Your Hands Say Yeah, Fanfarlo, Delorentos, Sidonie, Love of Lesbian, Lori Meyers, La Casa Azul o The Zombie Kids han confirmado su presencia en la cuarta edición de esta cita a la que se suman también varios nombres como Anni B. Sweet, Fuel Fandango, La Bien Querida, el dúo francés If The Kids y una de las bandas emergentes más conocidas en el circuito independiente cántabro, Somepeople. Los abonos continúan a la venta al precio especial de 40 € (43€ con camping). Del 2 al 4 de agosto. www.santandermusic.es

Palmfest

Del 26 al 29de julio, Tarragona

Palmfest cierra su programación con el anuncio de los últimos grupos y DJs que tomarán parte en la séptima edición del festival de música independiente por excelencia en la Costa Dorada y Sur de Cataluña. Se trata de tres formaciones que destacan por la explosividad de sus directos, aunque sea desde planteamientos diametralmente opuestos: la contundencia políticamente implicada de The Suicide of Western Culture, el espectáculo visual de los directos del cuarteto barcelonés Yall y el rock con tintes glam de los argentinos afincados en Bilbao, Cápsula. Estos grupos se suman a un line up liderado por el retorno de The Wedding Present y la presencia de We Have Band, Russian Red, Wolfgang Flür (Ex Kraftwerk), We Are Standard, Klaus & Kinski, Bigott, Litoral, Pegasvs, The Last Dandies, Doble Pletina, The Marzipan Man, Espaldamaceta (Electric Trio), Stand Up Against Heart Crime, Grushenka, Ocellot, Las Ruinas yThe Free Fall Band, entre otros muchos. www.palmfest.es

Creamfields-Andalucía 10 y 11 de agosto, Cádiz

El festival de música electrónica promovido por el club Cream de Liverpool en la costa de Almería vuelve en su nueva edición al Circuito de Velocidad de Jerez de la Frontera, Cádiz, el próximo 10 y 11 de agosto. Creamfields Andalucía completa su cartel por todo lo alto con Paul Rose, más conocido entre los fieles de la electrónica como Scuba. Los últimos artistas confirmados, además de Scuba, son Aldo Ferrari, Babarians y Juanjo Martín, que se suman así a un line-up con masters de la electrónica como Orbital, que ahora vuelven para presentar su primer disco en 8 años, The Chemical Brothers, Modeselektor, Miss Kittin, Nathan Fake, Carl Craig, John Talabot, DJ Hell, Knife Party, Tiësto, Steve Aoki, Caribou, Four Tet, Maceo Plex, Dirtyphonics, Luke Abbott, James Holden, Fangoria, Wally López y Flying Lotus, entre más de 60 artistas. Los abonos continúan a la venta al precio de 60 € (+gastos). www.creamfields-andalucia.com

Monegros

21 de julio, Fraga

Parece que fue ayer, pero ya han pasado 19 años desde aquella primera fiesta en el desierto a la salida de una noche de techno y alegría en el club Florida135 en 1994, cuando nació el Monegros Desert Festival. La experiencia Monegros no se parece a ninguna otra: mantiene vivo el espíritu de las raves de los 90 en una localización inigualable, el desierto de los Monegros, Fraga. Además de la mejor música electrónica, esta edición del Monegros también incorpora actuaciones de teatro, performance, pasacalles e instalaciones, que en el marco del desierto, serán impresionantes. ¿Y que podemos decir del cartel? Pues que siguen apostando por lo más granado del hip hop y la electrónica internacional: The Prodigy, la formación al completo de Wu-Tang Clan, Violadores del Verso, Paul Kalkbrenner, 2ManyDjs, Booka Shade, Laurent Garnier, Dubfire, Doctor P, Loco Dice, Luciano, Marco Carola, Falsalarma, The Bloody Beetroots, Tiga y las actuaciones del escenario de la Reb Bull Music Academy con Ewan Pearson, Roman Flugel y otros. www.monegrosfestival.com

Bilbao BBK Live 12 - 14 de julio, Bilbao

La edición de este año del Bilbao BBK Live, sin duda el festival de referencia del País Vasco, es de esos que cortan el hipo. Es de esos festivales que arrastran a los fans, porque sólo entre los cabezas de cartel ya se llena el recinto: The Cure, Radiohead, Garbage y Keane. Y para los más sibaritas, hay propuestas de todos los gustos y colores: Snow Patrol, Bloc Party, James Murphy, The Jon Spencer Blues Explosion, The Kooks, Mumford & Sons, Four Tet, Glasvegas, The View, Vetusta Morla, The Maccabees, Lori Meyers, Noah & The Whale, Warpaint, Zea Mays, Pat Mahoney, Band Of Skulls, The Gift, Corizonas, Enter Shikari, Ben Howard, Tribes o Young Guns. El festival está emplazado en el parque situado en el alto de Kobetas, desde donde se disfruta de una magnífica panorámica de la ciudad de Bilbao. En el interior del recinto se encuentra un mercadillo en el que se podrán adquirir todo tipo de artículos, desde ropa hasta música. www.bilbaobbklive.com

Aquasella

3 y 4 de agosto, Asturias

El Aquasella es el festival por antonomasia del verano: música, fiesta y verde, mucho verde. Porque el entorno natural del valle de la música en Arriondas, Asturias, es la localización perfecta para llenarse de buena energía este verano. Si hace nada el festival asturiano anunciaba la presencia de Surgeon y Chris Liebing en su cartel, esta edición de Aquasella 2012 vuelve con una nueva tanda de confirmaciones en la que apuestan fuertemente por el techno. Ben Sims vuelve al festival y se pone al mando de un showcase llamado Ben Sims & Friends. También estará presente el colectivo nacional de techno Pole Group, en un showcase que desplegará lo más granado del sello: Óscar Mulero, Exium, Reeko y Christian Wünsch. Otros que también pasarán por Arriondas el 3 y 4 de agosto son Michael Mayer, Agoria, Felix Da Housecat, Damian Lazarus, Dave Clarke, DJ Rush, Maceo Plex, Joris Voorn, el chileno Matias Aguayo y el teutón DJ Koze. www.aquasella.com


016/017

report FIB ‘12 Todd Terje

TODD TERJE INSPECTOR DISCO

De Todd Terje no se puede decir que sea un productor prolífico: si juntamos todos los temas que ha publicado a lo largo de diez años de carrera, difícilmente darán para llenar el espacio de un disco compacto. Y sin embargo, el noruego se ha ganado una plaza en el Olimpo de la música disco. Las claves: el centenar largo de remixes que ha realizado (muchos de ellos edits sin acreditar de oscuros temas disco, publicados bajo alias tan delirantes como Chuck Norris, Pitbullterje o Duliatte Disco Dandia), y sobre todo unas sesiones maravillosas, en las que mezcla todo tipo de géneros, épocas y cosas locas, siempre al servicio del baile y la diversión. Que además gaste un sentido del humor finísimo y luzca un bigotón de hechuras setenteras, son hechos que sólo pueden servir para acrecentar su leyenda.

Texto

Vidal Romero

“C

recí en un barrio bastante alejado de la capital, muy cerca del campo, lo que significa que no llegué a pisar un club hasta muy tarde, hasta los dieciocho o diecinueve años”. Al otro lado del teléfono, desde algún sitio de Oslo, Terje Olsen hace memoria. Cuenta que la música fue un virus que le atacó desde muy pronto, “con seis años ya estaba aprendiendo a tocar el trombón, y poco después comencé a compaginarlo con piano, guitarra y batería”, y que llegó a la electrónica espoleado por la curiosidad. “A los trece años cayó en mis manos un programa para hacer música en un PC, algo muy básico pero que me abrió los ojos a cómo funcionaban las producciones de techno y de house. Para mí el techno resultaba algo fascinante”, recuerda, “toda esa simetría, esa perfección en la forma. De algún modo, lo veía como el auténtico sonido clásico, un lenguaje que me resultaba mucho más asequible que el de la música clásica o la contemporánea”, y en el que Olsen fue profundizando “gracias a la radio: tampoco había demasiadas tiendas de discos en las que comprar novedades”. Claro que si hay que buscar un momento mágico, un punto de no retorno en la particular educación musical de nuestro hombre, ese se produjo cuando escuchó “Sexy disco”, un tema seminal de Bjørn Torske (que viene a ser el padre putativo de todo el movimiento de space disco que surgiría durante la década pasada en los clubes noruegos) editado en 1999. “Para empezar, aquello funcionaba con ritmos en contratiempo, y eso lo diferenciaba de la mayoría del

house y del techno que había caído en mis manos”, explica Olsen. “Era divertido y muy musical, transmitía felicidad y buenas vibraciones, y no se parecía a nada de lo que había escuchado hasta entonces. Quiero decir, sabía lo que era la música disco, conocía a los Bee Gees y todas esas cosas comerciales, pero aquello era algo distinto. Mucho más oscuro y sexual, mucho más interesante y extraño”. Una auténtica epifanía, en fin, que le convenció de que su sitio estaba en alguna ciudad con escena de clubes y productores. Por ejemplo, Oslo. ¿Cómo entraste en contacto con Lindstrøm y Prins Thomas? Conocí a Prins Thomas poco después de llegar a Oslo, en 2001 o 2002. Thomas era uno de los pocos que estaban peleando por cambiar la escena de la ciudad, que en aquel momento era un asco: los clubes sólo ponían deep-house, y todo resultaba de lo más aburrido y predecible. Uno de sus planes consistía en montar un sello, así que le pasé algunas maquetas en las que había estado trabajando. No le gustaron demasiado y me dijo que tenía mucho que mejorar, pero a pesar de todo nos hicimos amigos y no tuvo más remedio que publicarme un maxi un par de años más tarde. Imagino que hablas de “Mjøndalen diskoklubb”. Sí, a ese me refiero. Aquella era una época en la que hacíamos muchas cosas, así que resultaba muy sencillo estar


inspirado. Y además, yo estaba preocupado por darme a conocer, así que pasaba mucho tiempo en el estudio, dándole vueltas y más vueltas a los temas. No me costaba tanto trabajo terminarlos como ahora. De hecho, algunos meses después publicaste otro maxi, “Eurodans”, y ya no se volvió a tener noticias tuyas en cinco años. ¿Es una cuestión de perfeccionismo o se trata de pura vagancia? Bueno, la verdad es que me resulta mucho más sencillo hacer remezclas que temas propios. Cuando haces una remezcla siempre hay ideas del tema original que puedes robar, tienes puntos desde los que partir y una cierta idea de sonido; no hay que empezarlo todo de cero, que es un proceso que siempre me cuesta mucho. Así que imagino que se trata de una mezcla de perfeccionismo y vagancia. Pues cuando entrevisté a Prins Thomas para esta misma revista, hace un par de años, y le acusé de ser un poco vago, me dijo que “afortunadamente tengo a Todd Terje ahí cerca, que es mucho más vago que yo, y evita que tenga complejos al respecto”. ¿Eso dijo, el muy miserable? Sí, pero te puedo dar la oportunidad de responderle. Déjame pensar: hablamos de un tipo que ha publicado varios discos, que ha montado una banda, que hace giras, dirige un par de sellos y lleva no sé cuántas cosas más adelante… Oh, maldita sea. Prins, ésta me la has ganado, pero que sepas no se me olvida lo que has dicho. También podrías recordarle que le ganas por goleada en cuanto a remezclas. En páginas como Discogs aparecen listadas más de un centenar, y eso sin contar la infinidad de edits de temas clásicos que has grabado de manera, ejem, poco oficial. Pero es que es un trabajo que me encanta; a veces hasta me sorprende que me paguen por ello. Además, hacer tantas remezclas me ha permitido crecer mucho como artista: manejar todas esas visiones tan diferentes, enfrentarte a temas de pop, rock o cualquier género electrónico hace que se te abra la cabeza, y te da muchos recursos que luego puedes utilizar en tus propias producciones. Con tus remezclas siempre me ha dado la sensación de que escoges algunos samples del tema original y luego vas improvisando sobre esa base. Es una de las técnicas que utilizo, y desde luego una de las más interesantes: improvisar alrededor de fragmentos y loops muy pequeños te puede llevar a lugares muy extraños, y eso siempre es excitante. Pero de todos modos, cuando me enfrento a una remezcla intento no ponerme reglas: me gusta que las canciones vayan creciendo, que tengan un recorrido. Es mucho más interesante que limitarse a mantener un groove y luego ir probando distintos trucos. También he notado que últimamente te interesan mucho el jazz y las percusiones tribales. Las remezclas que has hecho para Bjørn Torske (“Lang fra Afrika”) y Bepu N Gali (“I travel to you”) me parecen fantásticas, y van en esa dirección. Siempre me he sentido muy implicado con el ritmo. Mi hermano es un batería de jazz, y además bastante bueno, así que desde niño he tenido instrumentos que aporrear y alguien que me enseñaba, y el resultado es que el ritmo es algo en lo que pienso de manera continua. En cuanto a los elementos tribales, se trata de algo que está muy asumido en la música electrónica y que, de hecho, la mayoría de las veces se utiliza de una forma muy aburrida. Pero en esos dos casos que dices los originales tenían esas percusiones tan maravillosas que hubiera sido un crimen no utilizarlas. De todos modos, y para responder a tu pregunta, la verdad es que ahora mismo estoy trabajando más en un rollo house porque me están llamando de muchos sitios para pinchar en esa onda. Y me parece estupendo, he descubierto que los clubes pagan mucho mejor. ¿Es eso cierto? Se me hace extraño que alguien te llame para pinchar house en vez de disco. A mí también me sorprende, pero es algo que sucede cada vez con más frecuencia, y creo que “Ragysh” (su maxi de 2011) tiene mucho que ver con eso. Tuvo mucho éxito, mucho más del que yo hubiera imaginado, sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera estaba seguro de que debiera ver la luz. ¿Y eso por qué? A mí me parece un buen tema. Más que bueno, es un tema efectivo, que funciona muy bien en la pista de baile porque el ritmo es siempre el

mismo, y van entrando y saliendo arreglos y detalles. Es casi minimal, si te paras a pensarlo, nada demasiado interesante. El caso es que el dueño de Running Back escuchó el tema por casualidad y estuvo dándome la brasa hasta que consiguió publicarlo. Desde luego, no tiene nada que ver con tu maxi de este año, “It’s the arps” (Small-town Supersound, 12), que es mucho más disco. Me llama la atención que sólo utilizaras un sintetizador ARP para grabarlo. ¿Se trataba de algo parecido a un experimento de tipo Dogma, de limitar los recursos para forzar la creatividad? Tener limitaciones hace que trabajar sea mucho más sencillo, aunque esto pueda parecer una contradicción. Cuando me meto en el estudio soy muy obsesivo: puedo tardar tres meses sólo en hacer un ritmo o en diseñar un sonido concreto, así que poner trabas que reduzcan la libertad y las opciones siempre ayuda a que todo se agilice. Y otro aspecto interesante de trabajar de esta manera es que te obliga a pensar qué elementos vas a necesitar, porque tienes que crearlos tú mismo. No es como coger una caja de ritmos y procesarla con unos cuantos efectos: si quieres que suene un bombo, tienes que diseñar ese bombo desde cero. Y puede ser algo bastante complicado. De todas maneras, me he prometido a mí mismo que no voy a dejar pasar de nuevo un año hasta que publique algo nuevo. De hecho, estoy terminando algo, y es posible que para después del verano esté en la calle. Siempre puedes volver a probar la misma técnica, utilizando algún otro sintetizador, una caja de ritmos o algún módulo de sonido. Esa es una buena idea: hacer una serie de discos en la que cada volumen esté dedicado a un cacharro diferente. Incluso se podría llevar más lejos de lo que tú propones y utilizar instrumentos clásicos, por ejemplo un piano. Hacer el sonido de un bombo a partir de un piano puede ser algo muy enfermizo. También me contó Prins Thomas que estabais preparando un proyecto conjunto con Lindstrøm en el que los tres tocaríais instrumentos ‘de verdad’. ¿Qué ha sucedido con eso? Bueno, eso me suena al típico proyecto que Thomas se inventa cuando ha bebido demasiado. En el fondo no es algo tan descabellado: somos todos músicos, y es bastante habitual que coincidamos alguno en el estudio del otro, aunque con las agendas que tenemos los tres se me antoja complicado sacar algo así adelante. Pero quién sabe, Lindstrøm y yo estaremos haciendo algo parecido en un festival este octubre. Será una mezcla de ordenadores, sintetizadores, cajas de ritmo y tal vez una batería y algún instrumento más. La idea es que funcione como una banda de versiones de temas clásicos de house y disco, y si sale bien quizás nos decidamos a hacer algunos bolos más. Volvamos a tu faceta como DJ. Siempre me ha gustado de tus sesiones que dan mucha más importancia a los aspectos melódicos y a las armonías que al ritmo. Eso es porque siempre me he sentido músico antes que DJ, y eso me da una ventaja muy importante a la hora de entender las sesiones y a la hora de tomar riesgos: no me preocupa tanto la técnica o que los temas encajen bien a un nivel rítmico, como que la sesión tenga una cierta línea argumental. Y para eso es fundamental la musicalidad. ¿Cómo piensas enfocar tu sesión en el FIB? Pinchar en un festival es algo que siempre me ha parecido extraño: un DJ es lo mejor para bailar, pero también lo más aburrido para ver encima de un escenario. Tiene la ventaja de que pinchas para mucha gente, y eso siempre es excitante, y la desventaja de que no es tan fácil experimentar como en un club. Creo que me han puesto entre dos bandas de guitarras, así que utilizaré mucho más rock de lo que tengo por costumbre, para no espantar al público. Y por supuesto, habrá sorpresas, giros inesperados y temas clásicos, de esos que no te crees que alguien se pueda atrever a pincharlos. Para terminar podrías recomendar algún tema reciente a nuestros lectores. Ahora sí que me has puesto en un apuro... Creo que podría servir el “Running man” de WhoMadeWho, remezclado por Dave DK; lo he utilizado mucho últimamente, y siempre pone la pista al rojo vivo. Y casi seguro que sonará en Benicàssim. ¤ Todd Terje tocará en el Escenario FIB Club el domingo 15 de julio.


018/019

report FIB ‘12 Arp Attack / Artistas

ARP ATTACK SINTES PARA COMER Durante su época universitaria, Frankie Murdoch, Chris Smallwood y Kevin Jones no se alimentaron de espaguetis, McDonald’s y Jägermeister, como todo hijo de vecino, sino que se fundieron todo su sustento vital en sintes y cacharros con los que hacer música. La jugada al final les acabó saliendo bien y, tras varias idas y venidas, Arp Attack han creado un sonido compacto y divertido, que nos presentarán en el FIB este mes y en su primer EP que verá la luz durante el verano.

Texto

Virginia Arroyo

“T

odos estudiábamos en la misma universidad y decidimos gastar nuestros préstamos de estudios en sintetizadores y secuenciadores en lugar de comprar comida o emborracharnos”. Ése, amigos, es el espíritu. Pero, claro la falta de alimento en el estómago y el cerebro llevó a Frankie, Kevin y Chris a hacer cosas como “escribir canciones de rock progresivo relajadas” o cambiar cinco veces de bajista en cuatro años hasta que alcanzaron la iluminación y decidieron “adaptarnos a los tiempos modernos y programar nuestras líneas de bajo” y cambiar su sonido “hacia algo con lo que nos sentíamos más identificados”, en este caso, el pop electrónico. Un pop electrónico con espíritu shoegazer que ellos mismos definen como “un trío intentando sonar como un octeto mientras se desata una lucha entre un groove bailable y un riff de rock, y encima de todo ello dulces melodías vocales flotando”. Si no te ha quedado claro, siempre puedes escucharlos y/o entrar en su página web, donde tienen una sección en la que se dedican exclusivamente a colgar las canciones que les gustan o los músicos que les han influenciado. A día de hoy podréis encontrar vídeos de Youtube de artistas tan diversos como Daniel Johnston, Dan Le Sac, Devo, Totally Enormous Extinct Dinosaurs o Friends. Durante nuestra entrevista, estos británicos volvieron a hacer gala de un gran eclecticismo mostrándose fascinados por el “Gloss drop” de Battles, al igual que por el bluesrock ruidoso de Kill It Kid, el “Noctourniquet” de Mars Volta, el nuevo trabajo de Marilyn Manson o el “Visions” de Grimes. “En las radios importantes suena un montón de música ‘pop’ (entre muchas comillas) horrible y pocas bandas de verdad. Por eso nos gusta escuchar a bandas que intentan llegar al límite, romper barreras, crear sonidos raros y escribir canciones pop inteligentes, bandas como las que hemos ido comentando o Sleigh Bells, The Horrors, Tom Vek, Omar RodriguezLopez Group o Muse”. En el terreno vocal Frankie se mueve en unos registros y maneras parecidas a las de Kate Bush o su versión actual, Florence Welsh, aunque ella cree que le han enseñado más intérpretes viscerales como Merrill Garbus de

TuneYards, Amber Coffman de The Dirty Projectors o Björk, “además de Beth Orton y Jenny Lewis de Rilo Kiley, que eran de lo que más escuchaba de más joven; de hecho la gente me decía que me parecía mucho a ambas, así que algo se me debió de pegar de ellas”. Un poco de todas ellas y todos ellos hay en “Follow the rhythm”, “Lonely heart” e “Illusions”, los tres hits e únicos temas que la banda ha lanzado hasta la fecha. Pero si los escuchan sabrán por qué, pese a tener tan poco material de estudio, estos tres se hinchan a dar conciertos por el Reino Unido, y por qué el FIB se apresuró a ficharlos para su cartel antes de que ningún otro festival nacional se les adelantara. “No tenemos preparado nada especial para el FIB todavía pero nos pareció una pasada que nos contrataran. Lo daremos todo, como en todos nuestros conciertos, que básicamente consisten en que los tres derrochamos toda nuestra energía sobre el escenario hasta que no podemos más: trepamos por los amplis, bajamos abajo a bailar con la gente, nos lanzamos a hacer stagediving…”. Suena a planazo para todo aquel que vaya al FIB el viernes 13 de julio. Además, igual con un poco de suerte, te los encuentras por el festival y os acabáis haciendo amigos. “Vamos a coger una furgoneta con unos amigos e intentaremos aprender español mientras conducimos hasta Benicàssim. ¡Queremos hacer amigos españoles!”. Ganchos pop, bases rítmicas bailongas y melodías amables y pegadizas sin llegar a facilonas son los ingredientes de un cóctel ideal para animar el ecuador del festival o para refrescar cualquier tarde-noche de verano. Pero tres temas saben a poco y ya hay ganas de ese nuevo EP que me cuentan verá la luz durante este verano a través de Hype Music. “Se llamará ‘Devil’s drop’ y será una mezcla de pop veraniego conciso y directo con ritmos experimentales. Lo grabamos y produjimos en el pequeño estudio que tenemos en nuestro ático así que estará impregnado del más puro espíritu Arp Attack”. * Arp Attack tocarán en el Escenario Trident Senses el viernes 13.


FIB 2012 HORA DE REUNIRSE

Volver a congregar una banda añeja y legendaria es lo que se lleva este 2012. Y el Festival Internacional de Benicàssim, siempre atento, ha confeccionado un cartel donde las reuniones, el extremo eclecticismo y el acento británico son las claves para comprender —y disfrutar— la presente edición. Texto

Beto Vidal

THE HORRORS

DJANGO DJANGO

Desde que editaran el seminal “Primary colours” en 2009, la música del quinteto británico no ha dejado de crecer para convertirse en una de las apuestas indie más consistentes del panorama internacional. Con los últimos coletazos de la gira del notable –y muy new age– “Skying” editado el año pasado y con las pulsiones pseudo-suicidas del frontman Faris Badwan reducidas a mera anécdota, The Horrors marcan el punto de partida para el FIB: sus directos, enérgicos y catárticos, valen de por sí el valor total del abono.

Nos topamos con una de las bandas tapadas del FIB y que no en vano fueron portada de abril de esta santa casa. Desde Edimburgo nos ha llegado un tesoro bautizado “Django Django”, LP homónimo que concentra altas dosis de psicodelia que engordan el ya nutrido escenario lisérgico escocés. Oportunidad de oro para calibrar el talento del cuarteto encima de un escenario y sobre todo ver cómo montan los trozos de collage psicodélicos que componen temazos como “Default”, “WOR” o “Waveforms”.

AT THE DRIVE IN

NEW ORDER

La banda post-hardcore de culto comandada por Cedric Bixler-Zavala y Omar Rodríguez López (los también capitanes de The Mars Volta) vuelve a pisar un escenario tras once años, algo que implica a la fuerza buenas noticias: cualquiera que haya estado en un concierto de los tejanos sabe que son un torbellino devastador que aniquila todo a su paso. Para su vuelta al ruedo no prometen nuevo material, pero sí un repaso que hurga principalmente en “In/Casino/Out” (98) y “Relationship of command” (00).

Otras viejas glorias de Madchester que se reúnen para patear festivales, aunque el caso de New Order es algo diferente. No porque toquen por amor al arte, sino porque el formato original de la legendaria banda brilla por su ausencia. Peter Hook, alma máter y miembro fundador, no estará aporreando su bajo y enseñando barriga. En su lugar tocará Tom Chapman y repescan a Gillian Gilbert a los teclados con el fin de ofrecernos lo que todos codiciamos: pelotazos synthpop legendarios, que los tienen a patadas. Y de postre, desenterrar temas de Joy Division para redondear la jugada.

BOB DYLAN

Intentar hablar sobre Bob Dylan es como tratar de explicar la crisis financiera sin salir ileso: algo inabarcable. El aliciente de ver al genio de Minnesota encima de un escenario presentando nuevo material que conformará su álbum previsto para finales de año, además de poder entonar a pleno pulmón alguno de sus incontables clásicos, supone matar dos pájaros de un tiro. Así que todos con las Converse, pitillos (y shorts para ellas) y a levantar los brazos con “Like a rolling stone”.

BUZZCOCKS

Los reyes del punk en su versión más pop resucitan también en su semilla inicial, esto es, con Howard Devoto y Pete Shelley a los mandos. Cierra los ojos y nota como fluyen las notas del EP “Spiral scratch” (última contribución en 1977 de Devoto antes de marcharse y formar Magazine) o los himnos “Just lust” o “Ever fallen in love” reunidos en “Love bites” (78). Profetas allá donde pisen suelo, héroes en cualquier rincón del planeta: niños y niñas, apártense que llegan los Buzzcocks.

DE LA SOUL

El mitológico trío de Long Island serán los encargados de dar la nota hip hop al FIB. Kelvin Mercer, David Jude Jolicœur y Vincent Mason trasladarán su recio directo al escenario Trident Senses a base de insuflar beats bien gordotes y repasar los clásicos que les han situado como los principales valores del hip hop alternativo, especialmente cuando pasen por la cara de los fibers clásicos extraídos del (hippy) “3 feet high and rising” o “De La Soul is dead”.

KURT VILE & THE VIOLATORS

Entre tanta estrella británica sobre el escenario y tanto hooligan disfrazado de moderno entre el público, nada mejor que programar una escapada para deleitarse con Kurt Vile, el nuevo ídolo ‘singer-songwriter’ en su versión indie. El de Philadelphia, escogido por Animal Collective el año pasado para el festival ATP, volverá a traer a nuestro país las canciones de “Smoke ring for my halo”, su último y portentoso LP que tan bien entra con una cerveza fresca en la mano.

THE STONE ROSES

La resurrección del año tiene nombre y apellidos. Y viene de Madchester, con d de Dinamarca. Ahhh, los Stone Roses. Autores de temazos generacionales, maxis y caras B de culto, de un debut irrepetible y una actitud encima del escenario todavía no superada. Sí, vuelven por pasta, Mani chochea y Ian Brown sigue desafinando. Es igual, en cuanto toquen “She bangs the drums”, “I am the resurrection” o los diez minutos de “Fools gold” en tus narices cerrarás tu bocaza, porque en el fondo ambos sabemos que (fueron) son los mejores.

BONUS TRACK: DAVID GUETTA

Con permiso del genial grupo de culto Matmos, el anexo está dedicado a la “sorpresa” que siempre nos guarda la organización: en la mega-estrella David “Jeta”. De nuevo, el hipsterismo ilustrado fiber ha tenido la oportunidad de apedrear primero vía redes sociales –el año pasado le tocó a la pobre Julieta Venegas– para quizás luego esconder la mano y bailar los hits mainstream-ibicencos del francés. Que venga Pitbull y nos pille a todos confesados.


020/021

report Oscar Mulero / Hidrogenesse

Oscar Mulero

Reincidente

Hace un año que uno de los adalides del techno patrio editó “Grey fades to green”, un trabajo que dejó en fuera de juego a más de uno por su carga ambient en una de sus partes, algo no tan usual en la paleta de recursos sonoros del español. Con la edición de su nuevo LP en Warm Up, “Black propaganda”, Mulero reincide en el techno anabólico y oscuro.

Texto

Beto Vidal

E

s un placer tener en un lapso de tiempo tan corto dos larga duración de Oscar Mulero. ¿A qué se debe tan efímera espera para tener en nuestras manos tu segundo trabajo? La idea de este álbum era hacer algo más físico y enfocado a la pista de baile, así que el proceso ha sido en cierto modo más natural que el anterior. El 50% de las ideas del disco están hechas hace bastante tiempo y las he ido probando en mis DJ set, mejorando y dándoles forma después en mi estudio. Después de tener casi la mitad del disco clara, he terminado en la otra mitad del disco siguiendo el mismo proceso hasta completarlo.

Cabe destacar el estado anímico que reflejas con la frase de la nota de prensa referente a los temas de “un paisaje europeo triste: mental, industrial, repetitivo y, en definitiva, no melódico”. ¿Es el disco un espejo que refleja tu estado de ánimo u opinión acerca de los duros momentos que estamos viviendo? Sin lugar a dudas refleja en cierto modo mi estado de ánimo, parte de la inspiración sale de todo lo que me rodea, lo que ocurre en la sociedad en la que vivo. Creo que hay una clara complicidad entre lo emocional y lo creativo: existe una relación directa entre ambos factores.

“Black propaganda” (Warm Up, 12) no es una continuación de “Grey fades to green” (Warm Up, 11): vuelve, para suerte de muchos, el techno cíclico, musculoso y algo más oscuro. El Oscar Mulero que nos gusta, vaya. Exacto, hay menos cabida a material exclusivo para escucha o intimista. Por otro lado también me atraía la idea de hacer un disco en cierto modo contemporáneo, con beats más lentos y repetitivos así como referencias cercanas al techno más actual, pero sin perder matices de identidad. Creo que para la gente que sigue mi música sigue siendo fácil reconocer que suena a Oscar Mulero.

¿Te has sentido especialmente cómodo produciendo tu segundo álbum? ¿Notas una cierta fluidez en tu manera de crear? Quizá sí, ya que está más dirigido a la pista y esto es algo a lo que estoy más acostumbrado. Por otro lado cada vez me encuentro más cómodo a nivel de técnica porque tengo más claro que es lo que necesito en mi estudio para llegar al sonido que busco.

El significado del título del álbum huele a conceptos como desinformación o mala praxis en la comunicación. ¿Estamos en lo cierto? ¿Cuál es su significado? Sí, se refiere al caso de internet como herramienta comunicativa: el hecho de ser un gran avance en la comunicación y de cómo será definitivo en el modo en que las próximas generaciones tendrán acceso a la cultura en el futuro. “Black propaganda“ hace referencia a la manipulación y difusión de falsa información a través de la red, al peligro que internet puede tener como herramienta según su uso y su capacidad para transmitir información de un modo explosivo, instantáneo e imparable.

¿Podemos hablar ya de un sonido electrónico español propio y reconocible? Estamos ante una quinta de talentos palpables de productores de música electrónica, ¿no te parece? Sinceramente lo de etiquetar el sonido nacional no es algo a lo que le dé mucha importancia: creo que es importante el hecho de tener una escena bien considerada a nivel internacional y que tenga algo que aportar a nivel musical. Creo que la música de club, en particular a día de hoy, tiene mucho de reciclaje y no creo que nadie invente algo realmente nuevo a estas alturas. Por ejemplo, ¿acaso el minimal actual no suena a lo que hacían Mike Ink o Porter Ricks o lo que editaban sellos como Chain Reaction o Basic Channel en los 90?
 ¤ Oscar Mulero tocará en el FIB (viernes 13 de julio) y en el festival Aquasella (2 y 3 de agosto en Arrionda).


Historia del mundo contada por las computadoras

Hidrogenesse Hace un año un centro de arte de Sevilla les encargó una pieza que mezclara arte, ciencia y tecnología. Cuando empezaban a darle forma a un recital dedicado a Alan Turing, el proyecto se canceló y se quedaron con la idea, las ganas, algunas canciones escritas y una absoluta fascinación por Turing. En 2012, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, Hidrogenesse han decidido convertir ese recital en su nuevo disco, “Un dígito binario dudoso” (Austrohungaro, 12), una oda a la ciencia, a las máquinas y al synth-pop. Texto Foto

Virginia Arroyo Alicia Aguilera

“T

uring cree que las máquinas piensan. Turing se acuesta con hombres”. En “Enigma” resumís en dos frases los dos hechos que más marcaron el devenir de Alan Turing. ¿Qué más creéis que podría haber conseguido Turing de no suicidarse? Turing le escribió a un amigo esas frases: “Turing believes machines think, Turing lies with men. Therefore machines do not think”. A él le preocupaba que, a causa de la condena, pudieran desacreditarle como científico. No sabemos qué hubiera conseguido, pero seguro que habría hecho avanzar algún campo científico 10 años. Sus últimas investigaciones versaban sobre lo que ahora se conoce como morfogénesis, y se ha comprobado que sus primeras intuiciones sobre el tema eran totalmente correctas. El disco acaba con la fantástica distopía “Historia del mundo contada por las computadoras”. ¿Cómo veis el mundo de aquí a 20 años? ¿Parecido al actual? De hecho, usamos los ordenadores muchas veces para sustituir cosas que ya teníamos (las imprentas, los cines, las calculadoras, instrumentos musicales). El siglo XXI se parecerá mucho al siglo XX. Será como un siglo XX virtual. En vuestras letras casi siempre hay ese equilibrio entre los temas profundos y sesudos que otros grupos no se atreverían o no sabrían cómo abordar y ese punto de humor que no llega al histrionismo… Es natural y a la vez premeditado. Nos preocupa mucho qué cuentan las canciones, y cómo lo cuentan. A veces nos da mucho trabajo y a veces nos sale muy fácil. No se trata de una fórmula del tipo ‘tema profundo + enfoque humorístico’. Lo importante es no decir tonterías, ni chistes ni cursilerías. Los grupos humoristas y los grupos dramáticos nos provocan cierto rechazo. 
 Es una línea que tanto Hidrogenesse como Astrud siempre han sabido no traspasar. Hablando de Astrud, el uso del vocoder en “Christopher” es clavado al de “La música de las supercuerdas”. El vocoder es uno de los instrumentos favoritos de Genís. Te permite hacer hablar a una orquesta o a un ruido, y hacer cantar a una persona que simplemente habla. Hace años nos inventamos el Año Internacional

del Vocoder, que es un año que no tiene fin. Desde hace más de diez años, Genís ha grabado vocoders en discos de Astrud, Chico y Chica, Mano de Santo, Hidrogenesse... De hecho, en el primer single de Hidrogenesse “Así se baila el siglo XX” (00) el vocoder tenía mucho protagonismo.

El ritmo, el vocoder, los efectos robóticos del final de la canción y eso de “computer love” son un claro guiño a Kraftwerk. ¿Cómo se reflejan sus sonidos y descubrimientos en vuestras canciones y vuestra manera de entender la música? Lo que más nos interesa de Kraftwerk es su lírica, su sentido del humor serio, su emotividad fría, su ambigüedad... Los sonidos de sus primeros discos también nos han influido, como a todo el mundo. ¡Son uno de los grupos más influyentes de la historia! Alguien dijo que Kraftwerk fue el primer gran grupo no influido por los Beatles. Siendo tan tecnófilos, imagino que tiraréis bastante de software, ¿qué habéis utilizado en este disco? Pues no. El único software que usamos es el que nos permite grabar. Todos los sonidos del disco los hemos hecho con un sintetizador modular analógico, un piano y unas bocinas. No solemos usar ni instrumentos virtuales ni muchos plug-ins. El único plug-in que hemos usado para este disco es una reverb diseñada por Wendy Carlos, porque ella no ha intentado replicar una reverb vintage, sino que ha diseñado un algoritmo nuevo para que suenen bien los sintetizadores.

 Han pasado cinco años desde vuestro último disco. ¿Con el paréntesis de Astrud podemos esperar más actividad de estudio y de directo con Hidrogenesse? Nunca ha interferido mucho una cosa con la otra. En 2007 ambos grupos sacaron disco, casi a la vez, y hacían conciertos y promoción sin problemas. Además, Hidrogenesse no hemos dejado nunca de tocar desde “Animalitos”. Con disco nuevo o no, la actividad del grupo no ha cesado: hemos tocado, remezclado, publicado canciones en recopilatorios, participado en exposiciones, etc. Ahora mismo ya estamos pensando en el siguiente disco, que está medio hecho. Lo aparcamos para grabar el de Turing, y ahora nos pondremos a terminarlo.


022/023

en portada Sigur Rós

Sigur Rós

Ambient contra la crisis

Foto

Texto David Broc Hörður Sveinsson

Cuando Sigur Rós se veían incapaces de seguir adelante con su carrera, “Valtari”, su último disco en estudio, les devolvió la chispa y la motivación necesarias para recuperar las ganas y la fe perdida. Un disco de ruptura con su inmediato pasado, de clara proyección pop, que apuesta por el ambient y el tono rebajado para ponerle una banda sonora hipotética y sui generis a la crisis financiera pero también social que ha vivido Islandia en los últimos años.



024/025

en portada Sigur Rós

E

n la nota de prensa oficial del lanzamiento de “Valtari” (EMI, 12) se incluían unas declaraciones de Georg Hólm, bajista de Sigur Rós, en las que explicaba la génesis del nuevo álbum de la banda. “Realmente no recuerdo por qué empezamos este disco, ya no sé lo que estábamos tratando de hacer entonces. Lo que sí sé es que sesión tras sesión el disco se iba deformando más, perdimos el enfoque y estuvimos a punto de abandonar... de hecho nos dimos por vencidos durante un tiempo. Pero luego algo pasó y todo empezó a coger forma, y ahora puedo decir honestamente que es el único disco de Sigur Rós que he escuchado por placer en mi propia casa después de acabarlo”. Más allá de que todo músico intenta vender su última grabación de la mejor forma posible, en esta descripción de los hechos acontecidos en estos últimos tres años en la vida de la formación islandesa subyace una idea muy interesante que en cierto modo sirve para entender algunas particularidades de este regreso. Lo que está diciendo Hólm, más o menos, es que de la misma manera que hay álbumes que acaban con la salud y la vida de muchos grupos, también los hay que consiguen el efecto contrario: reavivarlos y devolverles la chispa. “Valtari” fue gestado y grabado en el periodo más inestable y crucial de la banda. Y cuando echas cuentas de todo cuanto ha sucedido en el seno de la formación entre 2008 y 2012, el tiempo que ha transcurrido entre sus dos últimos álbumes de estudio, realmente llegas a pensar que estas nuevas canciones casi han sido lo menos importante de cuanto ha tenido lugar en su órbita. En este tiempo cuatro fechas clave de su particular calendario han marcado el rumbo y el devenir de los acontecimientos personales y musicales de Sigur Rós, y sin estas cuatro citas sería imposible entender la particular fisonomía de un “Valtari” que nace y se desarrolla a la contra, con ganas de romper con todo y de hacerle caso al instinto. Cuando las expectativas imaginaban el estallido comercial y pop definitivo de su discurso, el cuarteto se ha salido por la tangente con un extraño y anticlimático compendio de canciones sin estribillos, sin guitarras, sin batería ni sección rítmica al uso que apela a conexiones con el ambient, la banda sonora y la microelectrónica. Cuando haces pop ya no hay stop El 23 de junio de 2008 se publica “Með Suð Í Eyrum Við Spilum Endalaust”, quinto disco de Sigur Rós. La historia más o menos la conoce cualquier aficionado a la música: con un discurso definitivamente aperturista, la banda estrecha lazos con el pop y el folk y acelera el pulso, el tempo y las emociones de sus canciones. De su ecuación salen varios singles irresistibles, llegan nuevos seguidores y se inicia una maratoniana gira por todo el mundo en la que se consolida esa reorientación pop de su discurso. Y seguramente por eso es por lo que “Valtari” viaja en una dirección contraria, la del ambient, la contemplación, la parsimonia y el embelesamiento. Según Jónsi, “todos estábamos un poco hartos del material más rápido y upbeat, y quisimos probar otra cosa. Creo que si hubiéramos seguido en esa dirección, hacía una música más optimista, hubiéramos acabado haciendo pura música pop, y creo que por eso dimos este pequeño giro”. Visto así, este disco parece un muro de contención, un recurso para frenar la sangría vitalista que se inició con el anterior y que irremediablemente conducía, si se seguía una evolución lógica, a un sonido de inimaginable proyección pop. El papel de “Valtari” es el de frenar esa dinámica y darle tiempo y espacio al grupo para recomponer su propuesta y no verse apurado ni apremiado por la necesidad de incidir en una línea que ni ellos mismos tenían claro cómo prolongar y expandir. Es un tiempo muerto para materializar viejas ideas pendientes y para reflexionar sobre la propia viabilidad de la formación, en entredicho en estos años. Music For Airports El 20 de julio de 2009 se pone a la venta el debut homónimo de Riceboy Sleeps, proyecto de Jónsi con su novio Alex Somers. En apariencia parece una grabación sin mayor intención que dar salida a ideas descartadas en el contexto de Sigur Rós y estrechar vínculos artísticos con su pareja. Se trata de un álbum de ambient a la vieja usanza, repleto de canciones largas y expansivas, de tono apagado y contenido y de evidente proyección paisajística y evocadora. El proyecto no coge por sorpresa a los seguidores del vocalista islandés, porque en todos los títulos de Sigur Rós siempre hay espacio reservado a trazos ambientales que ayudan a componer el particular mapa sonoro de su discurso, pero es un punto de ruptura importante y revelador que habla, y mucho, del gusto y el interés del cantante por este tipo de sonido y de composiciones. De todas maneras, en su momento de publicación pocos se lo toman especialmente en serio, y parece del todo razonable teniendo en cuenta que tiene apariencia de grabación anecdótica, de capricho para dar salida

a ideas que se habían quedado en el tintero y, de paso, trabajar en solitario con tu pareja. Pero con la perspectiva del tiempo acabamos descubriendo que tiene más importancia de la que podíamos pensar. Si a algo suena “Valtari” es a “Riceboy Sleeps”, con el único matiz de la voz de Jónsi como principal diferencia expresiva, y su aura está más cerca de ser una continuación de ese proyecto que de una referencia al uso del grupo madre. Lo contaba mejor el propio autor en la web gigwise. com: “Creo que este disco es como lo que hacíamos en los álbumes anteriores, los insertos que situábamos entre las canciones, pero ahora es un disco completo basado en eso. Se parece mucho a Riceboy Sleeps en algunos aspectos”. En casi todos, de hecho: ambas referencias son intercambiables, primas-hermanas, y sería difícil la existencia de una sin la otra, como si Riceboy Sleeps hubiese ejercido de banco de pruebas de una determinada vía ahora perfeccionada y adaptada a las exigencias y peculiaridades de la banda. Soledad compartida El 5 de abril de 2010 ve la luz “Go”, puesta de largo en solitario del cantante y líder del grupo, que el 9 de diciembre de 2011 también edita la banda sonora de la película “We bought a zoo”, escrita especialmente para la ocasión. Son dos grabaciones muy distintas: la primera conjuga la faceta más pop y radiable de sus canciones con pasajes más intrincados y complejos, como si fuera una suma estilizada de los ingredientes que dan sentido y personalidad a las canciones de Sigur Rós; la segunda, que incluye cuatro hits de “Go”, retoma el halo más contemplativo de su discurso y persevera en explorar la senda del ambient orgánico y emocional de “Riceboy Sleeps”. Esta actividad de Jónsi al margen de sus compañeros coincide con el periodo de distanciamiento del resto del grupo, centrado en la vida familiar y en el descanso. ¿Qué importancia tiene esta singladura en solitario en “Valtari” y en el retorno del grupo? Para Jónsi es relativa: “No sé hasta qué punto me he traído cosas de mi carrera en solitario a este disco. En Sigur Rós tenemos una manera muy diferente de trabajar. Personalmente fue bueno seguir mi camino por separado y probar algo diferente con gente diferente y artistas diferentes. Me gustaría trabajar con más gente en el futuro”. Pero musicalmente esta importancia es considerable y pronunciada. Primero, porque deja claro que Jónsi es el motor creativo de la banda y que se ha convertido en su cerebro y corazón: sus impulsos compositivos y sus ansías de exploración por el ambient marcan la pauta de este regreso, que lleva su nombre estampado en letras mayúsculas pese a venir firmado en conjunto. Y segundo, quizás más preocupante, porque plantea serias dudas sobre el futuro del combo: la incontinencia creativa del vocalista choca con los deseos de tranquilidad y relajo de sus compañeros, y los deseos de expansión sonora del líder invitan a pensar en periodos cada vez más prolongados entre álbum y álbum. La caída del sistema A finales de septiembre de 2008 estalló la crisis financiera islandesa, que desencadenó en la nacionalización de los tres principales bancos del país, en una notable devaluación de su moneda y en un estado de recesión del que, por suerte, ha habido claros signos de recuperación. La economía del país ha mejorado de forma lenta pero segura, y cuatro años después de estallar su gran tragedia socio-económica, Islandia afronta con más esperanza y mejor ánimo su inmediato futuro. El periodo de mayor tensión e incertidumbre coincide con la gira de presentación de “Með Suð Í Eyrum Við Spilum Endalaust” pero, sobre todo, con el parón creativo del grupo. No es que se produzca una relación de causa-efecto entre una situación y otra, pero cuando escuchas “Valtari” es imposible abstraerlo de la situación de profunda desazón y tristeza que ha vivido el pueblo islandés durante esta crisis. Porque uno de los aspectos importantes de este disco es el profundo lamento que emana de sus canciones, la sensación de que si Jónsi y los suyos no han querido ni podido ahondar en su visión más luminosa y optimista de su discurso es porque no se han dado los condicionantes para ello. Si es cierto aquello de que la música debe ser un reflejo de la sociedad y del momento en que se ha creado, este álbum es un espejo cristalino y totalmente fiable sobre lo que se ha vivido en el país nórdico en estos cuatro años. Conscientemente o no, quién sabe, Sigur Rós han dibujado en su ambient melancólico y delicado el baile de sensaciones y emociones que ha experimentado Islandia este tiempo. El ambient convertido en el mejor reflejo posible del alma. ¤ Sigur Rós tocará en el DCode Fest en su única actuación en España, los próximos 14 y 15 de septiembre en la Universidad Complutense de Madrid (C Arte C y el Complejo Deportivo Cantarranas, Madrid).



026/027

report Daptone

Daptone RECORDS

Una familia diferente

Hace diez años Gabe Roth y Neil Sugarman cogieron todo el dinero que les quedaba y alquilaron una pequeña vivienda en Bushwick, el barrio más pobre de Brooklyn. En esa casa perdida crearon un pequeño estudio de grabación que una década después ha rescatado las carreras de artistas como Sharon Jones, Charles Bradley o Lee Fields dando forma a una peculiar familia que se postula como la gran salvadora de la música negra. Su idea está muy clara, hacer los discos cómo se hacían antes.

Texto Foto

Alfonso Cardenal Vanessa Pascual

“N

o esperes nada grande o lujoso, ningún letrero o neón”, explica el camarero de un bar de Brooklyn al ser preguntado por Daptone Records, el pequeño sello del barrio que desde hace una década está reflotando el espíritu del soul con unos discos añejos de estrellas desconocidas. Es cierto, las oficinas de Daptone, por llamarlas de algún modo, están escondidas en el corazón de Buswick. Se trata de una vieja casa de pizarra y ladrillo que pasa desapercibida para unos vecinos que viven al margen de los grandes discos que se graban en ese pequeño edificio. “¿Daptone Records? Ni idea señor”, responden tres puertorriqueños que arreglan un coche a escasos metros del portal. “Cuando nos vinimos aquí hace diez años no teníamos dinero, no queríamos algo barato, necesitábamos algo extremadamente barato”, explica Gabe Roth, cofundador del sello junto a Neil Sugarman. Los pasillos de la casa están cubiertos con las portadas enmarcadas de los álbumes y sencillos que han lanzado en estos diez años, varias decenas de cajas con los nuevos lanzamientos se apilan unas encima de otras en cada rincón. En la planta de abajo está el estudio de grabación, una pequeña sala para la banda y un diminuto cuarto de madera para grabar las voces. “Este es el tesoro de Daptone, el cuarto donde conseguimos ese sonido tan especial”, explica Nydia Ines, responsable de márketing y promoción del sello además de DJ. Al otro lado está el control, una mesa de mil botones, un ocho pistas que Ampex dejó de fabricar en 1971 y una pizarra que recuerda al productor que hay grabado en cada pista. Arriba está la cocina y las

oficinas, un par de mesas rodeadas de más cajas de cartón repletas de discos. Todo está desordenado, en un caos controlado salpicado de instrumentos dejados en cualquier lado. “Es nuestra manera de ser, pero dentro de este desorden nos manejamos bastante bien”, se justifica Nydia sonriendo. Hace diez años la idea de Daptone era algo remoto, un experimento que daría a Neil y a Gabe una última oportunidad en la música. “Cogimos el poco dinero que teníamos y nos lo jugamos a esta carta. La verdad es que nadie esperaba hace diez años estar como estamos ahora”. Gabe Roth venía de trabajar en Desco, donde rescató del olvido a Lee Fields y conoció a Sharon Jones, por entonces corista ocasional. Después de Desco pasó por una multinacional y tras la mala experiencia dejó el trabajo y fundó Daptone junto a Neil Sugarman, saxofonista con el que había trabajado anteriormente con su banda The Sugarman 3. Tras visitar varios edificios, Roth vio claro que aquella casa de dos plantas en Troutman Street era el lugar idóneo para su aventura. Alquilaron la vivienda y comenzaron las obras para convertir la construcción en algo parecido a un estudio de grabación. “Los músicos tuvieron que ayudar, Charles Bradley se encargó de la instalación eléctrica, Sharon Jones pintó la cocina con un color púrpura chillón y vinieron amigos y familiares a ayudar”, comenta Nydia. La idea de Gabe Roth y Neil Sugarman de reinventar el viejo soul sonaba a chiste hace diez años, pero el tremendo impacto que tuvo el primer disco de Amy Wine-


house hace ya una década cambió la escena musical y volvió a poner de moda el soul. “A Amy la conocimos cuando estaba grabando ‘Back to black’ con Mark Ronson y estuvimos con ella de gira, siempre fue genial”, recuerda Neil. De hecho, la fallecida cantante británica grabó “Rehab” y cuatro canciones más de aquel disco en el pequeño estudio de Daptone. “Cuando Mark (Ronson) nos dijo que aquel disco iba a pegar fuerte creo que nos reímos. Nunca esperamos que se convirtiera en uno de los discos más vendidos de la década”, recuerda Sugarman, que confiesa que ellos no hubieran editado ese disco en Daptone. “Me alegro de que fuera bien, pero no es la música que nos gusta”. La relación entre los fundadores de Daptone viene de lejos. “Gabe y yo comenzamos el sello porque teníamos dos discos preparados, uno de Sharon Jones y otro de Sugarman 3, dos buenos discos que intentamos vender, pero no encontramos ninguna discográfica que encajara con lo que teníamos”, explica Neil. Roth ya destacaba por su trabajo como productor en Desco, pero a la par tenía muy clara la idea de sonido que quería crear. Su idea era recuperar la crudeza y el alma del soul, la energía del funk, la potencia que tenían los discos que escuchaba de adolescente. “Buscábamos un sello que fuese como un hogar para nosotros, uno que tuviese una escena musical con criterio y que buscase hacer un catálogo interesante. Vimos que no había nada que cumpliese con lo que estábamos buscando y nos dimos cuenta de que la única solución era crear nuestro propio camino. No somos hombres de negocios pero sabíamos que para hacer buena música solamente necesitábamos un buen grupo de intérpretes, hacer que fuesen felices y crear una familia”, añade Sugarman. El sonido Daptone giraría alrededor de los Dap-Kings, la banda de estudio compuesta por numerosos músicos de distintas razas y procedencias, pero la suerte del sello pasaba por revitalizar la carrera de gente como Naomi Shelton, una cantante de gospel de casi sesenta años que limpiaba casas; Charles Bradley, un imitador de James Brown que llevaba años viviendo en la calle; o Sharon Jones, que trabajaba como funcionaria en un correccional. A pesar de que la idea de negocio y el sonido estaban definidos, los comienzos no fueron sencillos. El primer empujón llegaría con “Naturally” (05), el segundo disco de Sharon Jones and The Dap-Kings, un álbum que comenzó a sonar en las radios y a llenar los conciertos. Pero fue el éxito de Amy Winehouse, que supuso un Grammy para Roth y un disco de platino que descansa sobre la taza de un váter, el verdadero hecho que cambiaría la historia de Daptone. En una época de crisis en la industria de la música y de caídas en las ventas, este pequeño sello de Brooklyn vivía empeñado en hacer las cosas de otra manera, con más cariño, de un modo personal y manual. “Usamos un 8 pistas por pura convicción y el resultado es excelente. Al contrario de cuando grabas con varias pistas de modo digital usar, un 8 pistas nos obliga a ir tomando decisiones sobre la marcha en lugar de esperar a solucionar las cosas más tarde. Creo que al grabar de este modo conseguimos interpretaciones mucho mejores y resulta liberador grabar así porque cuando decidimos que la toma es buena se queda de ese modo, es definitivo. Creo que así se cuidan los detalles de un modo más honesto”, explica Neil. Al final se trata de una idea muy sencilla: hacer discos como se hacían antes, de un modo artesanal donde cada detalle importa. Tras el éxito de Winehouse llegó la hora de seguir sacando adelante sus propios proyectos. “A todos nos encantan los discos, coleccionamos viejos vinilos y lo que queremos es hacer que nuestra música cumpla con los altos estandartes de calidad

que tenemos con los discos que coleccionamos. Al final, solamente es eso, hacer la clase de discos que nos gustaría escuchar”, confiesa Sugarman. El siguiente empujón llegaría en 2007 con el éxito de “100 day & 100 nights” de Sharon Jones, un álbum que superó las 100.000 copias vendidas y que supuso todo un triunfo para un sello independiente y una grata noticia para Sharon Jones, que por primera vez en su vida, pudo abrir una cuenta de ahorros. Con los años, la familia Daptone ha ido creciendo paso a paso, sin prisas, sin la habitual presión de conseguir un éxito que rompa el mercado. “Para nosotros la medida del éxito es diferente, nuestra idea de un buen disco no es el número de copias que venda, es la sensación que te produzca al escucharlo”, añade Sugarman. “Por eso es una alegría ver a Lee Fields otra vez con nosotros o ver que Charles Bradley tiene éxito con su disco. Cuando a uno de nuestros artistas le va bien es una alegría para todos los demás”. El buen hacer de este sello es un reclamo para nuevas bandas que ven en Daptone el sitio ideal para lanzar su música, para comenzar una carrera sólida y rodeada de cariño. “Siento que hay mucho talento en nuestro pequeño grupo y creo que según crezcamos iremos teniendo a más gente a la que grabar y con la que trabajar”, explica Neil. “Acabamos de terminar un nuevo disco de mi banda, un nuevo LP de Sharon Jones y otro de Antibalas, así que nuestro décimo año está siendo el más ocupado hasta la fecha y parece que esto seguirá creciendo y haciéndose mejor, eso es lo que queremos y lo que esperamos para dentro de otros diez años”. Quizá dentro de diez años el soul, el funk, el gospel o el afrobeat estén lejos de los focos, puede que Daptone no haya descubierto a ninguna ama de casa con ganas de reinventar estos estilos, pero su idea seguirá invariable. Seguirán siendo una pequeña familia con buena música en la cabeza, con un estudio pequeño, con pasión por aquellos viejos vinilos que uno no olvida. Esa, al fin y al cabo, es su filosofía: hacer buena música. Eso siempre tiene público.


028/029

report Alabama Shakes / Pájaro Jack

PASIÓN POR LO RETRO

Alabama Shakes Hacía tiempo que una banda desconocida no generaba tanto revuelo con un EP de apenas cuatro canciones. Alabama Shakes ha confirmado con “Boys and girls” todo lo que prometía su presentación en 2011. Un disco de rock soul que sin inventar nada nuevo ha conquistado a todo el que lo ha escuchado. La banda visitará España por primera vez en julio con actuaciones confirmadas en Madrid y en el Festival de Jazz de San Sebastián. Hablamos con Brittany Howard, cantante del cuarteto de Alabama.

Texto

Alfonso Cardenal

A

thens (Alabama) es un sitio bastante pequeño, ¿cómo fue crecer allí?, ¿qué tipo de escena musical había? Para ser honestos he de decir que no había mucha escena musical, gracias a eso los que teníamos intereses comunes alrededor de la música nos íbamos conociendo y así empezamos a tocar juntos. Gracias a eso conocimos a Steve, que trabajaba en una tienda de instrumentos de música y nos enteramos de que era uno de los pocos tipos que tocaban la batería en la ciudad. Eso pasó cuando Zac y yo estábamos empezando a escribir canciones en mi casa. Heath estaba tocando en ese momento en otra banda que nos había pedido que tocáramos con ellos en un bolo, cuando le vimos tocar no nos quedó más remedio que robárselo. No hay una auténtica escena musical de donde venimos y la mayoría de las bandas tocan versiones, así es como nosotros empezamos, aunque sabíamos que esa era una etapa que no duraría mucho. Vuestro primer EP tuvo una repercusión tremenda, ¿os generó eso algún tipo de presión a la hora de grabar el disco? La verdad es que grabamos el EP y el LP al mismo tiempo pero en ese momento nos invitaron a hacer una gira con Drive-byTruckers y luego nos salieron algunos conciertos más. Pensamos que deberíamos llevar algo para vender en esos conciertos y seleccionamos cuatro canciones de aquella grabación. Elegimos cuatro que pensamos que eran representativas de los distintos sonidos de nuestro disco. De pronto, el EP comenzó a funcionar y a recibir un montón de atención por parte de los medios. Cuando tuvimos tiempo volvimos al estudio para completar un par de canciones y para finales de diciembre teníamos listo el álbum. Creo que la única presión que hemos tenido ha sido la que nosotros mismos nos hemos impuesto. Intentamos mantenernos ajenos a las expectativas y a las presiones que el público nos impone, ya nos presionamos lo suficiente nosotros mismos. ¿Cómo imaginas tu vida si la cosa no termina de funcionar en este negocio? No hace falta retrocederse mucho en el tiempo para ver cómo sería mi vida fuera de la música.

El pasado mes de agosto estuve trabajando repartiendo cartas en el US Postal Service, Heath ha estado pintando casas, Zac trabajaba de veterinario y Steve limpiaba radiación en una planta local. La vida cambia pero no perdemos el horizonte. Desde la edición de vuestras primeras canciones os han pasado una gran cantidad de cosas difíciles de imaginar un año atrás, ¿cuál dirías que ha sido vuestro momento clave? No creo que ninguno sienta que haya llegado ya ese momento, aunque ha habido cosas que nos han hecho pensar que avanzábamos en la dirección adecuada. Creo que sentimos que éramos una banda de verdad cuando tuvimos que contratar a una agencia para que gestionase nuestros conciertos. Hasta ahora nuestros momentos más importantes han sido el concierto que dimos en el Bowery Ballroom, los conciertos del South by Southwest y los tres conciertos que dimos en Londres el pasado mes de febrero. Han sido eventos que me han hecho pensar que las cosas estaban cambiando y ha sido todo muy emocionante. Ver vuestra agenda de conciertos y todos los sitios por los que habéis pasado en los últimos meses resulta bastante llamativo, ¿cuánto ha cambiado vuestra vida en el último año? Todo ha dado muchas vueltas, especialmente desde que hemos empezado a girar presentando el disco, desde entonces ha sido un no parar. Ahora estamos introduciendo en los conciertos algunas canciones nuevas pero creo que tenemos todavía mucho que aprender. Tenemos que ser un poco más pacientes en el escenario y un poco menos ansiosos. Steve y tú venís de tocar en bandas de punk, ¿cómo ha evolucionado vuestro sonido desde esa época a la música que hacéis ahora? Ambos venimos de esa escuela y todo eso, ese sonido y esa energía, se sigue viendo en nuestro sonido, sigue habiendo mucho punk en nuestra banda, mucha crudeza y estridencia, os aseguro que lo comprobareis cuando pasemos por España.


RÍO ABAJO

Pájaro Jack Nacidos en 2009 tras un viaje vivido bajo la intensa influencia de Nick Drake y con un nombre parido casi al azar, Pájaro Jack demuestran con su debut homónimo para la joven casa andaluza Meridiana, sin embargo, que detrás de sus canciones hay muchísimo más trabajo del que pueda parecer a primera instancia. El quinteto granadino, hábil manejando todos los recursos del country-folk, supone una de las más gratas sorpresas de la temporada. Jaime Beltrán nos relató con amabilidad la génesis del proyecto.

Texto

Pablo Vinuesa

V

enís de una zona con una enorme tradición de rock independiente, con muchos grupos y una apariencia —al menos externa— de buenas relaciones entre ellos. Contadnos algo bonito (o no) sobre vuestra tierra, en términos musicales. Para mí, la cercanía que hay entre los grupos, al menos entre los que nos movemos por el mismo circuito. Cuando llevábamos un año con Pájaro Jack ya conocíamos a casi todo el mundo que se dedica a esto aquí y mínimo nos habíamos tomado una cerveza con ellos, ya que coincidimos todos siempre en los mismos bares… Hay muchas más cosas. Otra, para mí, sería el apoyo de las bandas grandes y consolidadas a los que estamos empezando. En nuestro caso, por ejemplo, estamos muy agradecidos a la gente de Lori Meyers, a los Expertos Solynieve, etc. Habéis repetido para este álbum de debut con Paul Grau, con quien ya habíais trabajado en maquetas. ¿Qué os gusta de su manera de trabajar? Yo diría que se agradecía el que no fuera alguien que va contando las horas que le quedan al grupo para terminar. Es el estudio en que teníamos que grabar, ya que cuando entramos conocíamos muy bien su funcionamiento y la forma de trabajar de Paul. Además es un cortijo en medio de la carretera… Se respira tranquilidad. Hablando de esto, he leído por ahí que algunos de vosotros habéis estudiado sonido... ¿Afecta esto a vuestra manera de tocar? ¿Sois unos puntillosos de la calidad sonora? Sí, yo he estudiado sonido y trabajé un tiempo en el estudio de Paul. Tiene ventajas e inconvenientes, porque controlas un poco más sobre cómo conseguir las cosas que tienes en la cabeza pero, como tú bien dices, te puedes poner demasiado puntilloso o perfeccionista y, la verdad, muchas veces es mejor no prestarle tanta atención a eso y más a si está saliendo con inspiración esa toma concreta.

Arregláis muy bien las canciones, se nota cariño y mucho curro tras ellas. ¿Cómo trabajáis? Normalmente improvisamos un poco por encima cuando llevo la canción de primeras. Luego la grabo y cada uno se imagina cómo le gustaría que fuera, y a la vuelta lo hablamos, tocamos más y la definimos entre todos, cogiendo un poco de la inspiración del primer día y de las ideas de cada uno por separado. La verdad es que, cuando hay canciones nuevas, estamos deseando siempre ponernos a inventar y encerrarnos a cal y canto en el local. Hablando de esto, vuestra influencia musical es claramente anglosajona, tanto por el folk británico como por el country-folk norteamericano. ¿Cuáles serían los grupos o estilos imprescindibles para conocer de dónde viene Pájaro Jack? Cada vez son más, y algunos van dejando de ser una influencia tan clara ya que vamos interpretando nuestra música según los intereses de cada miembro, en este caso muy cambiantes. Últimamente estamos investigando en música tradicional, no sólo de Norteamérica o Inglaterra. Los grupos que hasta ahora lo han sido, y sobre todo mientras estábamos en el estudio grabando, son de los 60 y 70, gente como Simon & Garfunkel, Fairport Convention, Crosby, Stills, Nash... Hasta grupos de esta época como Fleet Foxes, Laura Marling o Ray LaMontagne. Eso sí, aunque el sonido parezca guiri, luego habéis elegido el castellano para cantar, ¿por qué? Lo digo sobre todo porque muchos grupos españoles de vuestras coordenadas no se atreven a hacerlo... Nuestras influencias son casi todas de grupos que cantan en inglés, y la verdad es que es un reto hacer este tipo de música, sobre todo las melodías, pero es el idioma en que me manejo bien y el que siento que me representa. Creo que está bien que alguien que escribe letras lo haga en el idioma con el que más se identifica y con el que mejor se puede expresar.


030/031

report The Walkmen

¿¿??

The Walkmen

Autopista hacia el cielo

Cuando escribes canciones, de alguna manera estás contando tu vida. Por eso es importante que tus días ganen en trepidación, que parezca que siempre pasa algo, que el mundo se sacude. Para The Walkmen, la carretera se ha ido allanando con el paso de los años, y tras el reciente éxito de “Lisbon” (Fat Possum, 10), su estatus aristocrático en las filas del rock ha crecido, asentándoles, de la misma manera que las familias de los miembros de la banda. “Heaven” (Fat Possum / Coop, 12) se corresponde con ese grado de euforia apacible pero, al tiempo, confirma una intención de no aminorar la marcha, de seguir llenando las canciones con excitación y vida.

Texto Foto

Albert Fernández Arno Frugier

E

n el camino, The Walkmen ha conocido todos los estadios por los que debería pasar una banda de rock, desde las juergas salvajes de sus desapercibidos inicios hasta la miseria de los días menos soleados. Han escrito canciones sobre el orgullo, el resentimiento, el sexo o la pasión; han tocado retraídos, liberados o soberbios. Y lo han hecho siempre en marcha, sin darse un solo momento para detenerse, entre paisajes difuminándose, en giras y viajes donde una copa de árbol se fundía con la siguiente, el rótulo de una ciudad solapándose sobre la insignia de otro lugar. En todo este tiempo, la banda ha ganado una cierta aureola de infalibilidad. Por eso ahora que la existencia de Hamilton Leithauser y los suyos ha alcanzado un notable estado de bienestar, cuando parecería que todo queda atrás y ya no queda nada que contar, The Walkmen se han vuelto más audaces que nunca, capaces de recapitular con sabiduría y dar la dirección y el sentido precisos a cada trazo instrumental o línea de voz. “Heaven” concilia el rock más encrespado y titánico con un baño escalado en diversas balsas de distensión acústica.

a su lado. Alguien de la banda, imagino. Y sí, su compañía es Matt Barrick, mmm..., el batería. Si en ese mismo momento consiguiera verle con la poderosa presencia, esplendor de gestos, y contundencia interpretativa que ilustrarán algo más tarde las pantallas del festival durante la actuación de la banda, tal vez todo iría de otra manera. Pero sólo logro ver un tipo bajito, cargado de silencio, que me da la mano con esa expresión de “no irás a molestar, preguntando cosas”, o, más bien, de “hagas lo que hagas, no me vas a sacar nada”, y empiezo a temerme lo peor. Y bueno, no hay nada peor para un pesimista que acertar. Aunque Matt es afable y trata de atender a todo lo que propongo, desde el momento en que nos sentamos juntos, clava recurrentemente la mirada en la mesa de la terraza y se refugia en encogimientos de hombros y silencios, respondiendo cosas como “esa sí que es buena” o “sí, ya veo, bueno, no lo sé”. Lo que viene a continuación, es todo lo que heroicamente, no sin algo de comicidad hacia entrevistador y entrevistado, he podido rescatar de mi conversación con Matt, el diálogo que se plasma justo después de que el camarero y su bayeta nos asalten a la voz de, “¡díganme, señores!”.

TELONEANDO UNA ENTREVISTA

Llevo un rato dándole vueltas a cómo contar esto, y creo que al final lo mejor va a ser tomar la vía de la honestidad común. Aunque me arriesgo a que la hilación de detalles te aburra en parte, la única verdad es que hay una historia tras esta entrevista, y cuesta abstraerse de ella al escribirla. El caso es que The Walkmen tocan en el Primavera Sound, en el escenario que se dispone en el Arc del Triomf de Barcelona, y yo voy a entrevistarles, sin cables de por medio, en persona, al aire libre. Bien. The Wedding Present están acabando su actuación cuando se me cita en una terraza de bar frente al Parc de la Ciutadella, allá voy. Me doy cuenta de que queda poco más de un cuarto de hora para el concierto de The Walkmen y aprieto el paso. Y entonces allí está, la encantadora responsable de prensa de Coop, esperándome en la acera, con alguien

¿Cómo se siente salir airoso una y otra vez, contar en cada disco con el beneplácito de prensa y público? Diría que “Heaven” es más que nunca un disco para vosotros mismos, canciones que miran hacia adentro. Pero apenas aparece y todo el mundo tiene una opinión fenomenal de él. Eso espero. Cuando ves por primera vez la portada enteramente blanca de este disco, con esas grafías rimbombantes para los títulos, aún sin escuchar las canciones, sientes que algo bueno tiene que venir del álbum... Eso espero, espero que tengas razón. Errrr...¿Existe una necesidad de abandonar vuestras ciudades de residencia para dar


a luz un nuevo disco? “Lisbon” se grabó en Nueva York, y también en Dallas. Esta vez lo hicistéis todo en un solo estudio, en Seattle. ¿Cuál es el motivo? ¿Necesitáis aislaros, trabajar en un entorno que no sea familiar? Bueno, la razón por la que grabamos en Seattle es que nuestro productor, Phil Ek, vive allí. Además, hay un par de sitios interesantes para ver. De todas maneras, todos los miembros de la banda viven en diferentes ciudades. ¿Cómo lo hacéis para ensayar? No ensayamos (risilla cómplice, fin... ¡Y chimpún!) UNA ENTREVISTA

Unos días más tarde, se me da luz verde a enviar unas preguntas escritas para Hamilton Leithauser, después de pactar una segunda entrevista por mail a modo de corrección del ‘suculento’ encuentro con Matt en Arc del Triomf. El día en que llega el correo con las respuestas de Hamilton siento que se cierra un círculo idiota, y me sobreviene una ola tonta de buen humor. Animado, me pongo “Heaven”, otra vez. Con las guitarras de “Song for Leigh” reverberando tras mi cabeza, empiezo a leer lo que Hamilton ha escrito para ti y para mí. Esta vez, para andar sobre seguro, hago un primer comentario sobre el título. Toda una obviedad, aunque en este caso justificada. Cuando la banda editó “Lisbon”, declararon con cierta incongruencia que llamaron así al disco porque estuvieron en Lisboa y les trataron muy bien, así que, con mi tono graciosillo de los domingos, se me ocurre preguntarle si esta vez la causa del título es que han esado en el cielo. “No he estado en el cielo, pero ahora mismo estoy sentado frente al mostrador de Easy Jet en el aeropuerto de Madrid, y, con toda confianza, te diría que esto es el infierno”, responde brillantemente Leithauser desde su portátil. Aunque en realidad, cabe no dejar de señalar el riesgo de titular un disco con una palabra tan grande y llena de connotaciones, un término que además tiene tan poco que ver con el rock. “Me gusta el título. Es simple y grande. Es feliz y espléndido. Pensé que envolvería con belleza las canciones”. No estaría de más saber si The Walkmen consideran que ya se les trata bien en el resto de Europa, porque en algún programa yanqui iban rajando un poco del viejo continente. Aunque yo diría que esa última vez en Barcelona la cosa no fue del todo mal, a menos que te tocara entrevistar a un batería. “Nos encantó la noche del Primavera Sound. Amamos España, y Barcelona en particular. En cierta manera, empezamos a sentir que la península ibérica es un poco como nuestra casa. De hecho, Paul Maroon se traslada a Lisboa en septiembre, así que pronto será nuestra casa, literalmente”. Siguiendo la ruta ética y estética de “Heaven”, su cubierta clásica y albugínea, más esa impronta serena, parecen destinadas a servir un buen mensaje, vender optimismo en los días ásperos. “Es cierto que pensamos que era optimista, al menos una vez lo terminamos. Aún así, para llegar a grabar este disco, tuvimos que recorrer un camino largo y arduo. Conseguimos acabarlo de manera oportuna, pero no fue fácil en absoluto. Entonces nos dimos cuenta de que aquello que acabó surgiendo era sorprendentemente animado, y transmitía un sentimiento muy positivo. De hecho, no lo esperábamos para nada”. Esta vez, se da un uso de menos instrumentos y mayor sabiduría. “Heaven” se mueve sobre una ola de simplicidad. A veces puedes escuchar poco más que una guitarra eléctrica o acústica junto a la voz, aunque más tarde todo se levante hasta formar un sonido más grueso. “Sí, la verdad es que admiramos profundamente a Fleet Foxes, y pensamos que contratando a Phil Ek conseguiríamos hacer llegar algo de su riqueza a nuestro sonido. Creo que hizo un trabajo espléndido. Fue muy meticuloso con su ingeniería y los aspectos técnicos, algo que, a decir verdad, requirió un montón de paciencia. No es necesariamente la manera más divertida de trabajar, pero de veras estoy encantado de que lo hiciéramos así”. A través del álbum se da un juego de intensidades, atravesando un continuo de picos y valles. Hay cierta falta de gravedad en el suave inicio del disco, con “We can’t be beat” y “Love is luck”, seguida del aliento íntimo que congregan pasajes como el crescendo de cuerdas de “Line by line”. Todo eso se vuelve rock sólido en pistas como “The witch” y “Heaven”. “Para mantenerte interesado tienes que intentar una y otra vez variaciones en la canciones. Al final, siempre acabas sonando a ti mismo, así que si no haces todo lo posible para intentar sonar diferente, probablemente llegues a aburrirte muy rápido”. Esta vez, la voz de Hamilton es una gran ancla para las melodías, y parece haber sido preparada de una forma diferente. “Sí, esta vez quería cantar en mi registro la totalidad del tiempo. Puedo llegar a hacerlo muy alto y agudo, pero pensé que para este disco sería divertido mantener conscientemente la voz en un nivel ligeramente inferior, en un tono más relajado”. Las otras voces, los coros, son extremadamente sutiles y atmosféricos, adquiriendo en ocasiones patrones de gospel o psicodelia. Robin Pecknold, de The Fleet Foxes, aporta su voz en pistas de algunas de las canciones, como “No one ever sleeps”, aunque es difícil distinguirla en la edición final. Según Hamilton, todo bien. “Robin es muy grande. Un gran tipo y un gran músico. Siempre he querido hacer más armonías, pero nadie en la banda se prestó nunca a hacerlas conmigo, así que fue genial que Robin quisiera hacerlo. Sin duda, la suya es una de las mejores voces de la actualidad”. Sobre lo que se dice con esas voces, este disco no respira ansiedad, es más como atender a lecciones vitales sobre la marcha. The Walkmen no han llegado al final del camino, pero de alguna manera suenan como si reflexionaran acerca de la distancia recorrida en estos diez años. Ahora todos tienen familia, salen con sus mujeres y sus hijos en las fotos de promoción. Las cosas han cambiado un poco. “¡No quiero que parezca que estamos a punto de morir! Hemos recorrido ya un largo, larguísimo, camino, pero creo que todavía tenemos mucho más que decir, así que no nos descartes todavía”.


032/033

report Regina Spektor / Peaking Lights

Regina Spektor Meditaciones sobre el tiempo

“What we saw from the cheap seats” (Sire / Warner, 12) es el nuevo trabajo, sexto ya, de la cantante y pianista ruso-estadounidense Regina Spektor, un disco en el que ha vuelto a contar con la participación del productor Mike Elizondo (Dr. Dre, Eminem, Fionna Apple, Nelly Furtado, etc.) y que mezcla canciones nuevas, otras compuestas hace años y otras reinterpretadas bajo nuevos matices sonoros y estilísticos. Conversamos con ella sobre su curiosa percepción temporal y otros asuntos relacionados con este nuevo disco. Texto

Israel Márquez y Joan Cabot

¿C

uál fue tu primera idea para este álbum? ¿Tenias alguna idea clara del tipo de disco que querías hacer? No. Creo que nunca he tenido una idea clara para ninguno de los discos que he hecho (risas). Nunca sé qué canciones van a formar parte de él. Cuando compongo una canción trato de pensar qué es lo que necesita, pero muchas veces las canciones son muy diferentes unas de otras y el problema es cómo ponerlas juntas en un mismo trabajo. Entonces la pregunta buena sería, ¿qué tipo de álbum crees, ahora, que es? Bueno, como sabes, es muy difícil analizarse a uno mismo… Pero pienso que es mi mejor álbum porque creo que he sido capaz de expresar las canciones mejor de lo que antes lo había hecho. Canto y toco en una especie de nueva dirección. Me encanta como suena y como he sido capaz de plasmar todo ello en el disco. ¿A qué te refieres cuando dices que cantas y tocas en una nueva dirección? Estoy creciendo, aprendiendo nuevas formas de cantar, adquiriendo experiencias cada día. Todo lo que hago, sea grabar una canción que compuse hace diez años o una que hice hace cinco minutos, toda esa experiencia, toda esa nueva expresión, va a la canción. Todo lo que aprendo sobre arreglos, sonido, o lo que sea, todo va a esa canción. Hay una especie de confort en saber que siempre estas creciendo, aprendiendo y superándote. Creo que ahora mismo soy capaz de hacerlo mejor, porque he crecido y he aprendido muchas cosas, y la forma en que canto y toco es diferente a la de antes. Entonces, ¿piensas que ahora cantas, tocas y escuchas mejor de lo que lo hacías hace diez años? Absolutamente. Es una de las razones por las que me siento afortunada de haber realizado estas canciones. Por ejemplo, la canción “Ne me quitte pas” ya estaba en mi disco “Songs” de 2002, pero no es como yo quería que fuera. Tuve la oportunidad de volver a grabarla para este disco y ahora no es para nada la misma. El hecho de incorporar esta canción, ¿fue por falta de inspiración o falta de nuevas canciones? No, para nada. Siempre estoy escribiendo canciones. Tengo un montón de canciones que he querido incorporar en cada uno de mis discos pero que al final

se han quedado fuera porque no sonaban bien con el resto. Son canciones que están esperando algo: un mejor arreglo, una mejor producción, algo que aprenda en el futuro... También acabo de terminar otro buen puñado de canciones y una parte de mí quiere ir al estudio ahora mismo y hacer un nuevo disco con ellas. ¿Por qué no lo haces? Tus fans se alegrarían… (Risas) Bueno, porque ahora quiero dar conciertos. No quiero ser solamente una factoría de canciones porque me importa la gente y quiero comunicarme con ellos. Esa es la razón por la que intento mezclarlo todo: sacar discos, retomar viejas canciones, hacer nuevas canciones y dar conciertos. ¿Crees que este álbum se ajusta a nuestro tiempo? Sin duda. Déjame que te cuente algo. Siendo una inmigrante siempre descubro las cosas tarde. Descubrí a The Zombies el año pasado. ¡The Zombies! Sí, ¿los conoces? Si, la banda de los sesenta… ¡Me encantan! Bueno, a lo que voy es que la cuestión no es si se ajusta o no a nuestro tiempo. Para mí por supuesto que lo hace. Pero siempre me preocupo por hacer algo que no pertenezca a un tiempo específico. Pienso que las canciones son en gran medida atemporales. Es decir, si una canción me gusta, no pienso en si es vieja o nueva. Simplemente la escucho y me gusta. Si realmente te gusta, existe fuera del marco temporal, de ese tiempo regular y lineal al que nuestra sociedad nos tiene acostumbrados. Y pienso mi trabajo desde esta perspectiva, porque me encanta descubrir nuevas cosas (como el caso de The Zombies que te comentaba antes) y pienso que cada disco es como una conversación. Me alegra pensar que alguien en, por ejemplo, Detroit, encuentre mi disco dentro de treinta años, lo escuche y conecte con él, que se produzca una conversación entre nosotros, a pesar de la distancia temporal. Para mí lo más importante es existir en el mundo, no me importa ‘cuándo’. ¤ Regina Spektor tocará los próximos 9 (Teatro Circo Price, Madrid) y 10 de julio (Razmmatazz 1, BCN).


Peaking Lights Luz eterna

Escarbar en el pasado está de moda. Ya saben, la retro-manía. Pero ya que uno se pone, mejor hacerlo dejando huella. El matrimonio de Wisconsin, casi pasando de puntillas, ha conseguido forjar en un par de discos un sonido particular envuelto en mantos psicodélicos donde el dub, el pop y la kosmische toman prestado el mando. Desde el amateurismo y la pureza, con una música que desprende una luz eterna y encandiladora.

Texto Foto

I

Beto Vidal David Black

ndra Dunis y Aaron Coyes permanecen sentados en el sofá del hall del Hotel NH Máster de Barcelona reposando pocas horas antes de su esperada actuación en el Sónar de Día. Mientras su hijo Mikko de 14 meses juega afuera con unos amigos del matrimonio, Indra —la estupenda madraza— nos revela que presentarán en vivo varias canciones de “Lucifer” (Domino / PIAS, 12), el magnífico tercer disco de Peaking Lights que confirma el salto del hype a la consolidación. Aaron toma carrerilla para definir “el sonido nocturno” que reza en la nota de prensa: “Se refiere a cerrar un círculo, ya que tras terminar ‘936’ (Not Not Fun, 11) Indra se quedó embarazada de Mikko. Sin darnos cuenta, estábamos metidos de nuevo en un estudio componiendo Lucifer”. Indra toma el relevo y va un poco más allá: “Es la idea del círculo de la vida, más concretamente de la noche y el día, donde ‘936’ podría ser el día mientras que ‘Lucifer’ sería la noche. Pero no por la oscuridad, sino porque de alguna manera completa la noche”. Un LP que vuelve a demostrar la intangible belleza que esconden las catárticas composiciones de la pareja americana, siempre a lomos de la lisergia cósmica con difuminado analógico. Un disco que “no tiene nada que ver con el demonio, de hecho la biblia ni lo menciona. Lucifer tiene que ver con el planeta Venus, portador de la luz que da la primera señal de la salida del sol”, aclara Aaron, y que contiene una luz cegadora de unas canciones compuestas de nuevo de manera casera. “Siempre nos ha gustado exprimir al máximo las posibilidades que nos da un estudio de grabación, por muy casero que pueda ser. Ahora la situación ha cambiado. Para la producción de ‘936’, por ejemplo, estuvimos solamente unos tres días en la casa de Wisconsin para grabar las pistas de ritmo. Luego las procesamos en el estudio de unos amigos en Iowa. En cambio, para ‘Lucifer’, hicimos demos de las bases rítmicas con algo más de tiempo y paciencia para después cambiarles la forma en el estudio de Al Carlson”. Indra casi interrumpe a su marido añadiendo que “se trata en realidad de reescribir el esqueleto de los temas con el

fin de encontrar un mejor sonido”. Entonces, ¿dispuso la pareja también de más recursos a la hora de autoproducir su tercer trabajo en largo? Aaron confiesa que “definitivamente el sonido es más profesional, de hecho Al Carlson nos ha ayudado a expandir nuestro sonido con sus conocimientos en ingeniería de sonido, algo que en ‘936’ no sucedía al sonar más sucio y crudo”. “De todos modos”, apunta una agradable y afable Indra, “seguimos buscando ese sonido analógico que tanto nos gusta. Grabamos tanto en digital como con cintas analógicas, porque nos aporta esa calidez en nuestra música que no encuentras en otras producciones digitales”. Efectivamente, “Lucifer” sigue sonando a cinta VHS viejuna, a crujido de vinilo desgastado de dub. Un sonido que ha tenido además una inspiración divina de más (Mikko), ya que “tener un hijo te cambia profundamente porque sabes que no harás algo más bonito en tu vida que tener un crío”, confiesa él. Ella añade que “es una inspiración que te hace poner foco en otras cosas, como por ejemplo en nuestra música: surgió casi solo el incluir a Mikko en el álbum, de hecho siempre estaba en el estudio mientras grabábamos y pone su voz en LO HI” (risas). Una iluminación añadida a lo que son ya dos años seguidos editando mucho material de contrastada calidad en Not Not Fun y ahora Weird World-Domino. “Ahora mismo tendríamos material extra para hacer un doble álbum”, confiesa Aaron, en parte gracias a que “nos encanta escribir canciones y estar siempre en el estudio”. Y también gracias al ‘frikismo’ que demuestra el cautivador matrimonio para modificar cualquier cacharro electrónico e incorporarlo a la nómina de juguetes a trastear: “Desde hace mucho estamos metidos en el circuit bending. Nos encanta toquetear sintes antiguos, filtros y cajas de ritmo. Enumerarlas sería imposible, ya que tenemos infinidad de drum machines y teclados extraños. También tenemos cacharros que simplemente hacen ruido”, recuerda Aaron. “Jamás tiramos un solo trasto”, agrega Indra con una gran sonrisa dibujada en su cara.


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report Mostly Robot

Mostly Robot Grupo salvaje

En un mundo dominado por empresas y patrocinadores, qué mejor que dar un firme puñetazo en la mesa e ir en contra de tus compradores potenciales. Native Instruments, que es una empresa de software tan honesta como provocadora, lo ha vuelto a hacer: no más auto-sync, no más MIDI. A pelo, sin condón.

Texto

Marc Piñol

M

arcus Rossknecht es un viejo conocido de la escena de clubs de la ciudad condal. Pasó varios años en Barcelona como DJ residente de Nitsa Club y, al cabo de un tiempo, cogió los bártulos y se fue a Berlín. Co-produjo algunos de los discos de Matías Aguayo y, en un momento dado, se vio tentado por una jugosa oferta de trabajo de Native Instruments. Era aquella época en la que la compañía alemana destacaba por su software pero aún no había entrado a cuchillo en el terreno del hardware. Una época en la que sólo unos pocos nerds usaban los programas de NI (Squarepusher, Mouse On Mars y Autechre son fans desde el minuto uno) y que, en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en una comunidad gigantesca que no entendía de géneros ni edades (de Daniel Miller a Skrillex, pasando por todo lo que hay en medio y más allá). De la primera versión de Reaktor –un sintetizador modular virtual que es capaz de hacerlo todo, siempre que uno esté dispuesto a aprender su intrincado lenguaje de programación– a Maschine y Traktor han pasado quince años en los que, según cuenta Rossknecht, “ha cambiado completamente la manera de producir, pinchar y tocar música en directo”. Le comento que creo que gran parte del mérito (algunos dirán que parte de la culpa) es de Native Instruments. “No lo digo porque trabaje en las oficinas de Native Instruments, pero estoy totalmente de acuerdo. Hoy en día casi todo el mundo está usando nuestro software o hardware. Realmente, es difícil encontrar músicos o DJs que no lo usen”. Pero uno de los grandes males que ha traído la popularización de los programas de Native Instruments ha sido cierta pereza a la hora de producir o pinchar. Sólo hay que ver a los fans de Richie Hawtin y el cacareado auto-sync, por ejemplo, una función del software de DJ Traktor que permite sincronizar dos canciones simplemente dándole a un botón. Una de las lacras que arrastra la empresa berlinesa y que ha sido motivo de millones de críticas desde el sector más purista, de hecho. “Un día se nos ocurrió que podríamos hablar con varios de nuestros artistas favoritos para montar un grupo”, dice Rossknecht. “Un grupo en el que la sincronización automática brillara por su ausencia, dando pie a un discurso tan vivo como el de aquellos jazz ensembles donde el diálogo entre músicos era mucho más fluido y natural. Era la manera de demostrar que se puede hacer algo que suene vivo con sólo unos laptops y nuestros programas”. Dicho y hecho. Al poco tiempo Mostly Robot era una realidad. Sólo una pequeña contrapartida:

cada uno de los músicos vivía en un lugar distinto del globo y no podrían practicar hasta unos días antes del show. Un show que, por si fuera poco, se haría por primera vez en un Sónar atestado de público, críticos y profesionales del sector. “Confiamos en ellos plenamente”, dice Rossknecht. “Y cruzamos los deditos”. Freaks & Geeks

“¿Eres DJ?”, me suelta Mr. Jimmy en medio del quinto (y último) ensayo de Mostly Robot. “Aquí tenemos al mejor del mundo, supongo que ya lo sabes”. Y me señala a DJ Shiftee, que esconde los ojos tímidamente detrás de su gorra. “Por favor, tío”, musita el campeón del mundo DMC. “Es un chaval muy humilde, es tan humilde como yo”, puntualiza Mr. Jimmy mientras empieza a tocar, como si estuviera poseído, tres teclados a la vez. De golpe aparece Tim Exile en escena. Parece preocupado. “Tengo un pequeño problema, maldita sea: Pfadfanderei (famosos por sus visuales para Modeselektor) han instalado un software en nuestros ordenadores que lee todos los datos y los transforma en imágenes. Mi ordenador se ha vuelto loco y ahora no funciona. Creo que estoy moviendo demasiada información”. Se ríe. Le pregunto a Tim qué programa usa. “Básicamente es un patch de Reaktor que he construido yo mismo; ya llevo cuatro años dándole forma. Me permite lanzar datos de manera indiscriminada y procesarlo todo para convertirlo en una papilla loca. Podría hacer un directo de dos horas con un loop de cuatro segundos. Es un patch complicadísimo y evidentemente es una versión alfa, me temo que Pfadfanderei no habían contado con este tipo de variable. Pero en un minuto lo arreglo, tranquilo”. Se mete dentro del código fuente del programa, reescribe un par de lineas, reinicia el portátil y, como por arte de magia, el problema está solucionado. Efectivamente, ha tardado un minuto. Otro nivel. Mientras tanto, Jeremy Ellis va entrenando sus dedos con dos Maschine. El tipo se marca un solo de batería con los dedos que me deja estupefacto y me hace pensar, de manera automática, en lo feliz que debe de ser su novia. “Trabajo con varias instancias del software para poder ir cambiando de canción a canción de manera fluida. Utilizo demasiados grupos de sonidos como para usar sólo una instancia de Maschine a lo largo del concierto”, dice. “Casi todos los sonidos son de las librerías que lleva Maschine por defecto. Suenan de puta


madre sin procesos adicionales”. Están todos esperando a que Jamie Lidell —que cada día se parece más a Joaquín Reyes, dicho sea de paso— caliente un poco la voz. Lidell comenta que el único instrumento que usará a lo largo del concierto será su propia voz. “De todas maneras, la proceso a través de un controlador Traktor S4 para manipularla a mi antojo”. Tal y como dice, Lidell empieza a cantar y su voz lo mismo se robotiza que se empapa en reverberaciones cósmicas. Hay un momento en que los cinco miembros de Mostly Robot tocan a la vez y ya no hay manera de discernir qué diablos está pasando. Son todos tan buenos que uno podría llegar a pensar que se trata de un pregrabado. Ni un desfase de tempo. Sinceramente, no he visto nunca nada igual. “Tocar de esta manera, sin sincronía MIDI, es divertidísimo”, me cuenta Mr. Jimmy. “Hay algún momento puntual en que se nos va de las manos completamente, pero creo que esa es, precisamente, la razón de ser de este proyecto. Demostrar que las rejillas y el tempo están para romperlos. Cada uno está con su hardware controlador, su software de NI y su laptop. No hay cables MIDI por ningún lado. Joder, es maravilloso”. Se ríe a carcajadas. “Quizá para mí no sea tan maravilloso como para Mr. Jimmy”, responde Tim Exile. “Mi patch de Reaktor está creado a partir de un reloj maestro interno. Lo empecé años antes de que naciera Mostly Robot, así que ahora mismo estoy teniendo algunos problemas a la hora de encajar en el grupo. Mi función es la de llevar la batuta (una batuta virtual, por supuesto), y el resto de los chicos deben atarse al tempo de mi laptop. Lo cual no siempre ocurre, claro. En fin, no sé qué pasará, pero creo que nos vamos a reír mucho, ¡qué diablos!”. Termina el ensayo y todo el mundo empieza a recoger sus aparatos. DJ Shiftee recoge sus Technics y su controladora, los mete en sus respectivas cajas y muestra, orgulloso, una de las primeras unidades del nuevo controlador Traktor F1, del que ha sido betatester durante los últimos meses. “Este cacharro es alucinante, en serio. Puedo remezclar de manera inmediata partes vocales o instrumentales mientras el grupo está tocando. Luego me lo llevo a un plato virtual de mi S4 y hago scratches de la música que está sonando, todo ello en tiempo real. Creo que no se ha hecho algo parecido antes, al menos no a este nivel”. Respondo que en el fondo, más o menos, está todo hecho. Mr. Jimmy me corta diciendo que “es evidente que ya no hay nada enteramente original. De todas formas, los nuevos procesos te pueden llevar a conceptos nuevos. Mira, por ejemplo, lo que ocurrió

con la síntesis FM en los ochenta. En el directo de Mostly Robot estoy usando FM8, que es una recreación exacta del Yamaha DX7 (el modelo de sintetizador favorito de Brian Eno). Creo que si te aplicas en la síntesis FM, cabe la posibilidad de recrear sonidos que existían antes de su lanzamiento al mercado, como el de los sintetizadores analógicos o un simple tambor. Pero sólo cuando dominas completamente su lenguaje eres capaz de mezclarlos con nuevas capas de sonidos, totalmente actuales. Esa es la gracia. Todo el saber se acumula”. Shiftee, con los ojos como platos, dice “guay” y se va. I’ve seen the future and it works

En Native Instruments son muy listos. Saben perfectamente que con un show como el de Mostly Robot pueden meterse en el bolsillo a aquellos pocos que, a día de hoy, aún siguen mostrando reticencia acerca de la imparable evolución de las tecnologías dentro del ámbito musical. Podrían haberse cascado una demo casposa con un DJ de alto copete y santas pascuas, pero optaron por algo atrevido, casi suicida: un directo con cinco músicos y sin apenas ensayos previos. Que soy de Bilbao. El resultado fue un flamante éxito. Entre sus celebrados homenajes a Aphex Twin y Herbie Hancock (éste último un guiño a la actuación del mismo Hancock, Stevie Wonder, Howard Jones y Thomas Dolby en los premios Grammy de 1985) se demostró a las claras que el talento no entiende de distancias o limitaciones técnicas. Sonó, también, una batería de canciones originales, que demostraron que la improvisación es aplicable a unas nuevas tecnologías que no han sido debidamente exploradas, quién sabe si por pereza o por una falta de referentes palpables dentro de la escena actual. “No quiero sonar pedante, pero creo que el futuro está en la multirreferencialidad extrema”, agrega Mr. Jimmy. “Está todo hecho, vale, ya no hay nada que nos pueda sorprender. Escuchas a Debussy y te dices, ¡coño, esto es sexy! Escuchas a Merzbow, Quincy Jones, lo que sea. Y luego intentas meterlo todo dentro de un contexto porque todo eso te gusta, porque no eres capaz de quedarte con una sola cosa, porque es un reto y porque las barreras son una tontería. Da igual si esas referencias encajan o no. Hay que intentarlo. Hay que ver adónde te lleva este Everest del hipertexto en el que se ha convertido la cultura contemporánea”. Guay.


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Rufus Wainwright / Twin Shadow report Regina Spektor / Peaking Lights

cambio de telón

rufus wainwright La función acaba. Mañana vuelta a empezar. Hay artistas que pueden pasarse la vida en ese bucle. Rufus Wainwright no. El icónico artista de Rhinebeck cree en las etapas de la madurez, los giros del destino y la versatilidad. “Out of the game” (Decca / Universal, 12) deshace anteriores corsés orquestales, o encajes de melancolía teatral, y devuelve la sonrisa a los focos con el ardor del pop más entusiasta y sencillo. Rufus vuelve a necesitar aplausos, así que, por favor, aparten ese telón negro que estaban bajando y desplieguen la alfombra más roja que tengan.

Texto

S

Albert Fernández

i la última obra de Rufus Wainwright, “All days are nights: songs for Lulu” (Decca, 10), era un desesperado lamento por el fallecimiento de su madre, Kate McGarrigle, su nuevo disco es una colección de canciones encendidas e íntimas, dedicadas a Viva, la niña que tuvo el año pasado del vientre de la hija de Leonard Cohen. “Out of the game” apela a la quintaesencia del pop, con canciones compuestas con acústica o piano y voz, para dar melodías que se ciñen a una línea con gancho, que crece con el devenir del verso, impulsada a menudo por grandes coros y punteos eléctricos distinguidos. Rufus mira hacia el futuro y sabe que este es momento de celebrar, por eso brinda con estas doce canciones. Ese aliento sonriente y sosegado se nota el día en que me encuentro con él. Todo el mundo está horrorizado con el sol de justicia que cae a media mañana, pero Rufus parece extasiado con la idea de poder tostarse mediterráneamente, sentado en su terraza de hotel de Barcelona. Con la ciudad a sus pies, el artista se entrega a la charla. Rufus no pierde de vista el horizonte, tal vez porque se siente un poco por encima de todo. Y, se hable de lo que se hable, todo le recuerda a la ópera. Cuesta pensar que para alguien tan audaz e irreverente haya algún final del juego, pero el título y primera canción del disco hablan en cierta manera de ese desplazamiento. “Una de las cosas de las que me he estado dando cuenta recientemente, a través de artistas que he ido conociendo, y biografías que he leído, es que hay un gran cambio a los 40. Hay gente que incluso empieza sus carreras a esa edad. Si la referencia es Leonard Cohen, por ejemplo: no empezó a componer canciones hasta los treinta y muchos, aunque había escrito algún libro antes. Creo que ocurre un giro psíquico en ese momento, te vuelves mucho más consciente de todo. Tienes otra carrera entera por delante, otro universo artístico para hacer crecer si quieres. Por eso me estoy metiendo tanto en la ópera y el teatro, porque es algo que realmente quiero hacer. Cuando digo ‘Out of the game’, me refiero a que, sea lo que sea lo que haga en los próximos treinta años, es de verdad, va en serio, ya no puede ser un juego (risas). Es mi momento de convertirme en un maestro de lo que sea que hago, ya sea canciones pop, teatro o cualquier otra cosa”. Hay quien dice que lo bueno realmente empieza en esa segunda vida artística. “Sí, creo que puede

ser un gran principio o un final terrible” (risas). De hecho, esa maestría que anhela Rufus empieza a sentirse ya en sus nueva canciones. Uno escucha este disco y piensa que Rufus sabe muy bien lo que hace. “Sí, ¡al fin! (risas) Habéis sido muy pacientes durante todos estos años”. Rufus habla constantemente de ópera, pero lo que tenemos entre manos es su disco más declaradamente pop de los últimos tiempos. “Yo sólo quería pasármelo bien, grabando el disco y saliendo de gira. Quería tener un sentimiento general de exhuberancia, especialmente después de perder a mi madre y tener una niña. Son cosas muy serias, la muerte y el nacimiento. Y la ópera. He estado muy metido en ese mundo, y para este disco sólo quería tocar algo de rock’n’roll y pop, salir y... ¡mira donde estamos ahora! –señalando la ciudad debajo con una gran sonrisa– ¡Ha sucedido!”. Cuando decimos que “Out of the game” es pop deberíamos puntualizar: no hablamos de pop de ahora, sino de pop estilo años 70, tal vez. “Sí, está claro que hay una inspiración setentera, algo muy interesante para mí, porque nací en 1973. De alguna manera, estoy invocando mis primeras experiencias con la música, aquellos primeros sonidos que escuché en la radio. Todo guarda sentido físico, porque pertenezco a esa era, lo mismo que Marc (Ronson, el productor). Pero tampoco creo que el disco nade demasiado en eso. El principio del álbum está muy influido por ese sonido, pero cuando llegan ‘Candles’ o ‘Bitter tears’ se ha convertido en otra cosa”. La segunda canción de “Out of the game”, “Jericho”, invoca la imagen de un lugar sagrado, una ciudad deshabitada. No sería descabellado pensar que a Rufus le gustaría tener un sitio donde estar solo de vez en cuando. “Mucha gente ha creído equivocadamente que escribí esa canción pensando en Oriente Próximo, o en aspectos políticos. Pero no, es sobre un amigo mío al que quiero mucho, pero que a veces cuesta tratar. Es sobre una persona que se convierte en una ciudad, lo cual, tristemente, nos debe suceder a todos. Una vez estaba hablando con Marianne Faithfull sobre Chejov, —ya sabes, la vida que he vivido— (carcajada), y ella me dijo algo muy interesante: ya nadie escucha a nadie, todo el mundo está diciendo lo suyo y nadie se escucha. Creo que la vida es a menudo así. La canción habla sobre ese aislamiento”.


Bowie al final del túnel

Twin Shadow Que George Lewis Jr. esté harto de contestar preguntas sobre los años 80 es normal; que después de escuchar sus dos discos los periodistas no dejen de hacérselas es más lógico todavía. Y es que la música de Twin Shadow sigue transportándote instantáneamente a esa década maravillosa donde el melodrama y el hedonismo despreocupado solían convivir en la mayoría de canciones populares. Tras un accidente de moto que le hizo replantearse su vida, el neoyorquino presenta “Confess”, un álbum que mantiene el espíritu inicial de Twin Shadow pero abrazando con más fuerza que nunca a David Bowie.

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Virginia Arroyo Tina Tyrell

G

eorge Lewis Jr, más conocido como Twin Shadow, ha visto la luz. Un accidente de moto mientras se dirigía a Los Ángeles le ha cambiado la vida y le ha hecho replanteárselo todo; durante esa minúscula fracción de segundo en que los cuerpos de él y su acompañante volaban lejos de la trayectoria de la moto pensó en “cuánto amo mi vida y cuánto deseo realmente seguir aquí”. Y, si bien George no ha perdido su pasión por las motos, sí que ha abandonado esa pose, ese look y ese todo con el que le llovían comparaciones con Morrisey… para caer en el homenaje a David Bowie. Ya hace un año y pico me confesó que Bowie era una de sus grandes referencias musicales, pero, aunque durante nuestra entrevista de 2012 no lo reconozca o ni siquiera sea consciente de ello (“podría ser, pero no estoy seguro de ello porque tampoco es que lo haya estado escuchando mucho en el último año”), Twin Shadow ha vertido sobre “Confess” (4AD / ¡Pop Stock!, 12) los elixires del duque blanco, si bien en George los efectos han sido mucho más comedidos y, sin duda, menos brillantes. Algo en lo que sí ha conseguido emular al señor David Robert Jones ha sido en una de las características que precisamente más admira de él: “Su habilidad para no parar de transformarse pero hacerlo siempre de una forma coherente”. Y es que Twin Shadow sigue sonando a Twin Shadow, a romance ochentero y a colores saturados, si bien se ha pasado de los sintes a las guitarras y los instrumentos orgánicos, muchos más presentes en este álbum que en el anterior. El motivo de este giro no es otro que George se cansó “de estar todo el rato apretando botoncitos, quería tocar más de verdad”. Ese afán por “tocarlo todo” posiblemente se le haya pegado de su amigo Noel Heroux, multi instrumentalista ultra inquieto y cabeza pensante de la banda Hooray For Earth, quienes, por cierto, son el único nombre que George Lewis Jr acierta a mencionar cuando le pregunto acerca de sus

influencias. Porque, pese a la profunda carga emocional y confesional de sus temas, George no está hoy precisamente comunicativo. Precisamente le pregunto por esa aparente confesionalidad, esa primera y segunda persona, esa forma de titular sus álbumes con imperativos o infinitivos como “Olvida” o “Confiesa”, la conversación oculta que parecen incorporar sus temas… Está claro que para George todo ello es mucho más que simplemente música, no obstante sólo obtengo como lacónica respuesta: “Por supuesto, siempre hay una pequeña conversación interna por ahí”, acompañado de un: “Intento utilizar mi música para que me ayude en mi vida personal también”. Aunque no en la manera lasciva que muchos de ustedes estarán pensando y ciertamente también podría (es considerado uno de los músicos más atractivos y Time Out New York lo incluyó en su lista de celebrities mejor vestidas): “Hace poco colgué un post en Facebook buscando fans que quisieran aparecer en mi próximo vídeo y les pedía que me enviaran un foto de cara y otra de cuerpo entero, e insistía en que fueran ‘por favor, con ropa’. Pues bien, te sorprendería la de desnudos que he recibido”. Anécdotas aparte, se refiere al cásting que hizo para el videoclip de su primer single “Five seconds”, en el que aparece huyendo en moto de una fiesta destroyer, perseguido luego por una panda de enmascarados que acaban recibiendo palos hasta en el carné de identidad, hasta que finalmente acaba en el aparcamiento de un club de mala muerte donde una chica se cose una herida abierta ella solita con hilo y aguja. Un WTF bastante gigantesco. Lástima que el vídeo haya salido después de esta entrevista y no le haya podido preguntar qué demonios quería decir con todo esto, porque, se me olvidaba comentar que el guión de toda esta bizarrada es suyo y está basado en “Night of the silver sun”, una novela escrita por él y Eric Green.


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report A$ap Rocky

A$AP Rocky El príncipe de Harlem

Con tan sólo una mixtape, la aclamada “LiveLoveA$AP”, Rakim Mayers ha conseguido que su alter ego A$AP Rocky firme un contrato de tres millones de dólares con Sony, RCA y Polo Grounds que incluye la reedición comercial de una mixtape que ya todo el mundo tiene. No está mal para un chaval criado en Harlem, retirado del menudeo de la droga gracias al hip hop, con mejor suerte que su padre, encarcelado, y su hermano, abatido a tiros. ¿Cuál es su mérito? ¿Cuál es el motivo del enorme buzz que le sigue allí dónde va? Intentamos averiguarlo antes de que publique en septiembre su primer LP propiamente dicho: “LongLiveA$AP”.


Texto

Half Nelson

I

ntentamos pillar a A$AP Rocky antes de su debut en nuestro país en el festival Primavera Sound de Barcelona. Lamentablemente, la entrevista corre peligro ya que, al parecer, algunas de las maletas de Rocky y su crew no han aparecido a tiempo en el aeropuerto. Tras más de hora y media de espera, su tour mánager nos confirma que Rocky bajará al abarrotado vestíbulo del hotel para atendernos. Tras unos minutos más de nerviosismo, A$AP Rocky comparece hecho un pincel (zapatillas Nike Air Force 1, bermudas Adidas Y-3 de Yöji Yamamoto…) ante nuestra grabadora y nos impresiona lo mucho que se parece a Didier Drogba. ¿Qué piensas de todo el revuelo organizado alrededor de tu primera mixtape “LiveLoveA$AP” (11)? Nada, es normal que la gente se vuelva loca, es una mixtape muy buena. Cuando la hice ya sabía que les iba a volver locos… ¿A quién? ¿Al público o a las discográficas? (Risas) Al público y con ellos a los sellos, claro. Tú eres de Harlem, en Nueva York, pero tu estilo tiene mucha influencia de la escena del Sur, de Houston. Hay gente allí que parece que le moleste que estés usando su estilo… ¿Sí? Lo siento si a alguien le molesta lo que hago. No es mi intención, soy un artista y no tengo que dar explicaciones. Es muy triste que la gente se enfade por eso. ¿Crees que puedes ayudar a superar el enfrentamiento entre las dos costas? Yo soy bueno allí dónde voy, por eso no tengo beefs con nadie. ¿Qué crees que puedes aportar al mundo del hip hop? Creo que puedo llevar el hip hop a dónde nadie ha sido capaz de llevarlo hasta ahora. El mundo es mío y está ahí para que yo lo coja. Soy un MC versátil con muy buenas rimas y puedo hacer cualquier cosa, lo que quiera. (Rakim está en pleno egotrip. Será mejor dejar las preguntas genéricas y pasar a las más concretas). ¿Se mantiene el lanzamiento de “LongLiveA$AP” para julio? Es posible que no salga hasta septiembre, ya se verá. Además, voy a sacar una nueva mixtape al mismo tiempo, para promocionar el LP. ¿No temes que eso perjudique las ventas del LP? No me importan las ventas, soy un gran artista y sé que todo saldrá bien. ¿Quién va a estar en el LP? ¿Con qué productores has trabajado? Los mismos que en la primera mixtape. Tengo un montón de temas de un montón de productores, pero voy a ser fiel a los que me ayudaron cuando no era nadie. Los sonidos serán mejores (“sharper”), pero los productores serán los mismos. Entre esos está Clams Casino, ¿cómo contactaste con él? Somos vecinos, los dos vivimos en New Jersey, a quince minutos el uno del otro. ¿Así que ya no vives en Harlem? No, el barrio es bueno para los negocios, pero no para vivir, ¿sabes lo que quiero decir? ¿Lo que aprendiste en el barrio te sirve en tu carrera de MC, en tus rimas? En Harlem sólo puedes aprender a hacer negocios, a traficar, a comprar y vender. Fui muy bueno en esos negocios, pero el rap es algo que llevo dentro desde muy pequeño. Tu actitud ante el negocio de la droga es muy diferente a la del gangsta rap. Yo he vivido el mundo de la droga y no quiero estar todo el día preocupado por si la poli llama a mi puerta o si me pegan un tiro en la cola del supermercado. Hay mucha gente que dice que vender drogas es divertido, pero te puedo asegurar que los que dicen eso es porque no han pasado por lo mismo que yo. Quizás ser un gangster sea divertido, pero para mí no lo era, yo sólo hacía mis negocios e intentaba sobrevivir. ¿No es casualidad que te llames Rakim? No, no tío. Mi padre me lo puso por Rakim, el MC de Eric B. & Rakim. Eran enormes, todo el mundo los escuchaba. Además, creo que “The 18th letter” (Universal, 97, el debut en solitario de Rakim) fue el primer disco que me compré, debía de tener nueve años. Estoy orgulloso de llamarme así.

que fuera en el negocio de la droga aquello no podía durar demasiado. Segunda parada: Houston

Convirtió su pasión por el hip hop (dice que empezó a escribir rimas a los nueve años: “hablaba de chicas y de videojuegos, de ‘Mortal Kombat’”) en su nuevo negocio y, como en el primero, también le fue bien. Su mixtape de debut le presenta como un nuevo tipo de MC, capaz de aglutinar a diferentes tipos de público, diferentes sectores del mercado. Con pasado de traficante, pasa de glorificar el gangsterismo hablando de sus business con naturalidad, pero sin mitificaciones. Nacido en Nueva York, sus temas son una dulcificación del crunk y el dirty south, estilos agresivos originarios del profundo Sur que A$AP Rocky convierte, de la mano de Clams Casino del sello Tri Angle (responsable de buena parte de las producciones de la mixtape) en un remedo melódico y agradable que cuadra con su flow relajado y sus historias de cuelgues a base de Purple Drank (bebida alucinógena a base de jarabe de codeína y refresco azucarado muy típica de los ghettos del Sur). Además, en la estela de su hermano Ricky, Rakim muestra interés por el mundo de la moda, en especial por los diseñadores masculinos más radicales como Rick Owens: las puertas del hipsterismo se abren ante él. Drake se lo lleva de gira como telonero y todo el mundo parece querer colaborar con él. Próxima parada: el mundo

Ya se sabe que Pharrell Williams (N.E.R.D., The Neptunes), Clams Casino, SpaceGhost Purrp, A$AP Ty Beats y Hit-Boy producen temas de “LongLiveA$AP”. En la parte vocal, Santigold y Lana Del Rey serán dos de las invitadas. A$AP Rocky y su A$AP Crew son la respuesta neoyorquina y sofisticada a los brutotes californianos de Odd Future con los que ya ha surgido algún roce… ¿Qué problema hay con Odd Future? Ninguno. No tengo ningún problema con Tyler, ni con Taco. Pero Hodgy Beats y Left Brain se metieron con (el MC blanco) Mac Miller. Mac es mi colega y nadie puede meterse con él. Hablé con Hodgy y Left Brain y ya está todo aclarado. Amo a Odd Future, pero nadie puede meterse con mis colegas. ¿No sois competencia? Honestamente, soy demasiado bueno para que nadie me haga la competencia. Pero te diré una cosa, el pastel es tan grande que hay para todos, no hace falta que nos empujemos los unos a los otros, hay para todos. Esa actitud relajada y ajena a los beefs le aleja del estereotipo del rapero maleducado y dispuesto a pegarse por la simple sospecha de una mala mirada. Sin embargo, Rocky también tiene sus arranques de genio como cuando se negó a que The Kickdrums metieran “Ridin’” en su mixtape “Follow the readers”, su tema junto a Lana Del Rey para reservárselo para su LP. A ver qué nos dice. ¿Es cierto que el tema con Lana Del Rey iba a salir en una mixtape de los productores The Kickdrums? Ese tema es mío y nadie va a sacar provecho de él. Lo de The Kickdrums fue un malentendido, son buenos tíos y no hay ningún problema con ellos (Lamentablemente, hasta semanas después de esta entrevista no hemos sabido cuál ha sido el precio que ha pagado Rocky por la colaboración de Lana Del Rey en “Ridin’”: nada menos que un cameo de A$AP Rocky como JFK en el nuevo vídeo de la rubia para “National Anthem”). ¿No crees que todo esto está yendo demasiado rápido? Aún no hace un año de que “Peso” y “Purple Swag” se filtraran antes que la mixtape. Nada es demasiado rápido para A$AP Rocky (risas). Además, diriges tus propios vídeos, ¿estudiaste en alguna escuela de arte? No, eso es algo que asimilé espontáneamente. Miraba vídeos y pensaba “yo puedo hacerlo mejor”. Cuando llegó el momento fue fácil, soy bueno diciéndole a la gente lo que tiene que hacer. En tus canciones incluyes algunas palabras y frases en castellano… Iba mucho al Spanish Harlem, me gustan mucho las chicas latinas y tienes que hablar español si quieres salir con ellas (risas). Así que hablas español… Un poquito (en castellano). Ellas siempre decían: “Un momento, déjame, ¡¡¡déjame estúpido!!!” cuando iba demasiado lejos (risas).

Primera parada: Harlem

El jovencito Mayers (cumplirá veinticuatro años en octubre) era un pequeño príncipe de la droga en su Harlem natal. Con su padre encarcelado, su hermano Pretty Ricky era su mentor en cuestiones de drogas, chicas y estilo. Les iba bien: Rakim controlaba una pequeña área y manejaba pasta, como atestigua la mareante cantidad de oro que adorna su cuello, dedos y dientes (“me los puse antes de firmar con Sony”). El asesinato de su hermano le hizo ver que por bueno

Estuviste de gira con Drake, él representa un nuevo tipo de artista en el R&B que no teme mostrar sus emociones, que va más allá del cliché. ¿Eres tú lo mismo para el hip hop? Ser artista es saber manejar tus emociones y convertirlas en arte, articular tus emociones en forma musical… Estoy bastante fumado en este momento. Ya lo sospechábamos.


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discos

La selección Jäger

discos Liars “WIXIW”

Disfruta de un consumo responsable 35o

Mute / PIAS

Release The Beast Absynthe Minded “As it ever was” ç

Billy Bragg & Wilco “Mermaid Avenue: The complete sessions” NONESUCH / Warner

Folk-pop. Woody Guthrie tuvo una guitarra que mataba fascistas y, con el paso del tiempo, una ristra de seguidores dispuestos a transitar el camino que parte de la imitación, visita la recreación y culmina en el genio. Podríamos mentar a Dylan o Springsteen, claro, pero pensamos ahora más bien en ese extraño matrimonio (al final mal avenido por motivos creativos y financieros) que compusieron Billy Bragg y Wilco en sus dos “Mermaid Avenue” (publicados en 1998 y en 2000 por Nonesuch), álbums que ahora, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Guthrie, reaparecen en una caja con extras como el documental “Man in the sand” y un tercer disco de piezas que no llegaron a ver la luz y, por ello, han permanecido en distintos grados de producción. Nada que añadir, pues, a la leyenda (la hija del cantautor permitiendo a Bragg el acceso a 3.000 letras de su padre, Bragg embarcando a Wilco fascinado por los sonidos de “Being there”…) y sí al disfrute musical: allende de lo ya conocido, entre los diecisiete descartes hay auténticas joyas… para matar fascistas o para acunarlos, lo mismo da. Milo J. Krmpotic’

Universal

English pop. Hay que reconocer la habilidad de este quinteto belga a la hora de buscar una fórmula anglosajona sabiéndose mantener equidistante de los tópicos del brit-pop. Su quinto álbum, “As it ever was”, suena accesible, disfruta de la elegancia y la emoción de las melodías británicas, pero sin caer en la épica vacua ni en los efectismos más simplistas en los que han navegado ilustres como Coldplay, Suede o Travis, por nombrar algunos. Precisa y curiosamente, el single “Space” es lo más cercano a esos referentes, y acaba resultando de lo peor de un álbum que acaba acusando su vocación de superventas, por su amabilidad a veces falta de alma y emoción. A pesar de todo, la escucha resulta agradable y se salvan notables composiciones como “End of the line”, “As it ever was” o la ágil “Little rascal”. Disfrutable y olvidable. Jesús Sáez

Pop electrónico. “WIXIW” es el palíndromo que simplifica “Wish you” y que da título al sorprendente nuevo álbum del trío de Brooklyn, esta vez producido a medias entre la propia banda y Daniel Miller (capo del sello Mute). Hay un abismo entre “WIXIW” y los terroríficos “They threw us all in a trench and stuck a monument on top” (02) “They were wrong, so we drowned” (04) o “Drum’s not dead” (05). Una década de distancia en la que Liars han evolucionado hasta erradicar por completo sus evidentes influecias del post-punk neoyorquino hasta transformarse en un híbrido de electrónica y pop oscurantista. Aaron Hemphill, Julian Gross y Angus Andrew se han armado con sintetizadores, samples y cajas de ritmos —si bien estos instrumentos simpre han estado presentes en toda su discografía—, pero se han deshecho (casi) por completo de las guitarras eléctricas. Toparse con la luminosidad que inicia el álbum en “The exact colour of doubt” generará sorpresa entre todos aquellos que hayan seguido de cerca su carrera, aunque siempre haya existido un pequeño rastro de luz que perseguir en su música (recordemos, por ejemplo, el esplendor del single “The other side of Mt. Heart Attack”). “Octagon” y su single “Nº1 against the rush” no tardan en poner las cosas en su sitio y arrojarnos a las tinieblas por las que habitual-

mente transitan sus ideas. El primer sobresalto llega con la sublime “A ring on every finger”, pieza en la que conjugan post-rock y música de baile, funk inflado por efectos que bien podrían haber firmado LCD Soundsystem (¿se acuerdan de “Your city is a sucker”?). Prosigue la acústica “Ill valley prodigies”, nada menos que imaginar a Thom Yorke perdido en los bosques de Blair Witch Project. Mal fario. Una vertiginosa espiral de arpegios nos introduce en el tema homónimo, con juegos vocales y arreglos marca de la casa. En “His and mine sensations” se acercan peligrosamente al sonido de los Radiohead del siglo XXI, que aparecen como la referencia más evidente durante la mayoría de sus cortes. Pasan al krautrock de “Flood to flood” en un excelente juego de sintetizadores y loops pre-programados y dejan que la tensión de “Who is the hunter” nos prepare para el pepinazo de “WIXIW”: “Brats” se convierte irremediablemente en el corte que conduce al desconcierto y una invitación directa a jugar a la Ouija en las discotecas de cualquier ciudad. Finalizan con la misma luminosidad con la que empezaron: “Annual moon words” pone el broche final a su disco más abierto, apto para todos los públicos. Pese a todo, Liars seguirán acojonando al personal, independientemente del rider que lleven en sus conciertos. Matías Bosch

para salvarse por esa cuartada casi pop que, con otros patrones rítmicos de fondo, podría haberle salvado el culo. Porque Amirali muestra un claro gusto por ambientes esponjosos, susurrantes fraseos vocales y desarrollos progresivos que delatan su intención de hacer canciones, pero su incapacidad para renunciar a deshacerse del gusto por el track acaba dejando el álbum en tierra de nadie. Ambicioso, sí, y sugerente, pero demasiado tibio para convertirse en el artista rompedor que nos prometían. Joan Cabot

condensa la magia a lo largo de doce pistas de esas canciones perezosas en beats que contienen ecos acuosos y eternas reverberaciones (“A hundred lights” es, por ejemplo, asombrosa). Un álbum cargado de nostalgia que recuerda al mejor Pantha du Prince (“Ash & snow” parece sacada de “Black noise”) y que jamás pretende despertar del letargo o sueño profundo. Porque en fase R.E.M. del sueño todo parece ser mejor que la realidad del día a día. Beto Vidal

SOUTERRAIN TRANSMISSIONS / Pias

Christian Löffler  “A forest” Ki-Records / Kompakt

Amirali “In time” Crosstown Rebels

House. Artista de origen iraní residente en Canadá, a Amirali ni siquiera le hizo falta haber publicado su primer single para ganarse el favor de Damian Lazarus, capo de Crosstown Rebels y uno de los ojeadores más respetados de la industria, quien ha decidido jugársela con un debut arriesgado como “In time”, demasiado raruno como para encajar cómodamente dentro de los convencionalismos del house y el downtempo, demasiado house y downtempo como

Crocodiles “Endless flowers”

Ambient melódico. Estamos ante un disco que no debería haber salido ahora, justo cuando las olas de calor saharianas empiezan a arrasar todo a su paso por la península ibérica. Porque “A forest” es una obra para ser consumida preferentemente antes de la llegada de la primavera, en la madriguera hogareña, delante de la chimenea y con una taza de té hirviendo en las manos. Christian Löffler, co-fundador del sello Ki Records, se arrima sin miedo al sonido Kompakt de antaño del mismo modo que Bankia coge prestado el dinero directamente de nuestras carteras, sin tapujos. “A forest”

Noise pop. Mierda, voy a caer en la metáfora otra vez. Lo cierto es que no me gusta nada el título de este disco, pero si unos revivalistas punk como Crocodiles se han lanzado a flirtear con las flores a estas alturas, por algo será. Brandon Welchez y Charles Rowell se han aplicado en cultivar con mimo su nuevo cancionero, a imagen y semejanza de un campo bien sembrado, con tal de que de allí florezcan las más hermosas melodías. Esa es la mejor noticia que nos trae “Endless flowers”, y tal vez también la peor: Crocodiles están contentos, o al menos Welchez, felizmente casado con Dee Dee Penny, lo está. Y eso vuelve pop todo el punk que lleves dentro. Si el primer disco del dúo —ahora ya banda—, “Summer of hate” (Fat Possum, 09) era una desaliñada fotocopia coloreada de todas sus influencias, pero su continuación, “Sleep forever” (Fat Possum, 10) , alumbraba una apertura de miras y certeza en la plasmación de ideas formidable, el tercer disco de los de San Diego les devuelve a una casilla interyacente de su evolución. Podríamos decir que


Neneh Cherry & The Thing “The cherry thing” SMALLTOWN SUPERSOUND

se han zafado de su caída a un pozo de desazón piscodélica, para volverse conscientes y cuidadosos del terreno que pisan. El aire a los Ramones del tema que da título al disco representa el perfecto macetero de entrada a un huerto donde el sintetizador enamorado de “No black clouds for Dee Dee” eleva una declaración de amor a la cantante de Dum Dum Girls, de voz y letra de su maridito. Más contagioso es el encanto en la euforia natural de la zumbante “Sunday (psychic conversation #9)”. “Bubblegum trash” es como debería sonar cualquier romance en clave twee-punk, con sus reminiscencias y un título tan eminente. “Electric death song” es sombría como un domingo sin luz, una carrera de caja y bombo entre espinos que cortan, en un sendero de canciones hermosas, mecidas por el viento y asentadas en sus raíces. Tal vez Crocodiles dejaron atrás su verano del odio y se hayan vuelto algo cándidos, pero al menos no están regando cardos. Albert Fernández

Die 6 “Back.te.riality” Funk Noir

Techno. El DJ y productor Ismael Martínez debería ser ya uno de los referentes de la electrónica de nuestro país; por su audacia, por su integridad y latente talento. Su debut con “Back.te.reality” en el sello sueco Funk Noir le aleja de la mediocridad que abunda y le atrinchera en las labores de recomponer el trance, el ambient y el technoindustrial de los ochenta y principios de los noventa. Desde su inicio con “Anal.logic Introduction” y “Annexia killer” (en el que se incluyen samples de un speech de Charles Manson), da comienzo a un verdadero viaje al corazón de las tinieblas en el que hay parada en el limbo: los más de diez minutos de trance en “Blue bond” ya hacen que valga la pena hacerse con este disco. En “Back. te.reality” se experimenta con el acid (“Zetosis”); se rememora la Electronic Body Music (“My known pleasures”, “Gran reserva”) y hasta se homenajea a John Cage en cuatro minutos de silencio en un corte oculto. El CD en formato digipack de edición limitada se completa con un segundo compacto de doce temas con remezclas a cargo de PINA, Esplendor Geométrico o Absolute Body Control, entre otros. Abran paso. Matías Bosch Dead Capo “Sale” Lovemonk

Jazz. Según la nota de prensa, los diez años que han pasado entre “Díscolo” (Pueblo, 02) y “Sale” se deben a que los miembros de Dead Capo han estado por lo menos cinco años enchironados por tocar en las calles madrileñas y contravenir las estrictas normas de la ciudad candidata. Sea eso cierto o no (que no lo es), la música de Dead Capo ha vuelto igual de sucia, arrabalera e irreverente, pero mucho más precisa y, por tanto, más dañina. Ya desde el primer número, el hard jazz de “Carnaza”, se ve que éste es un disco serio. Sensación que aumenta con la versión de los créditos finales de “Blade Runner” (Vangelis) convertidos en un aloca-

do pelotazo de puro surf que casa muy bien con la tranquila y fronteriza “Polvoriento” que viene a continuación. Jazz, surf, rock sureño, blues… se funden respetuosamente en sus manos sin que nada suene falso o forzado. El respeto por Monk en la versión de “Well you needn’t” (muy diferente a la que también hicieron The Lounge Lizards de John Lurie) y también en las propias “Monkatis revisited” —con ecos del “In a silent way” (CBS, 69) de Miles Davis— y “Blues Monka” es el sello de su amor por el jazz puro, mientras que la toma muy a lo Morphine del cartoon “Fat dog Mendoza” habla a las claras de su espíritu rockero. ¡¡Bienvenidos sean de nuevo!! Half Nelson El Gran Manel “El Gran Manel” Autoeditado

Blues. Manel Roig es un habitual de la escena barcelonesa, colaborador de Self, Suite o Mondo Sonoro y también mánager ocasional, traductor en directo de Sebadoh y agitador nocturno. Manel se transforma en El Gran Manel con estas diez canciones de lo-fi casero, blues imposible (“Apocalypsis blues” casi hace honor a su nombre) y voz de ultratumba (“Tu vida es un fraude”). La cosa resulta en “Tengo una mujer tan buena” (adaptación del clásico de Robert Johnson “Kind hearted woman blues”), con la armónica de Carlos Ruf, antigua figura del baloncesto ACB, pero podría dar mucho más de sí en las poco diferenciables “Contraté un asesino a sueldo” y “Vuelvo a volar (dentro de la habitación)” que insisten en una psicodelia narcótica sólo bien resuelta en “La blanca navidad”. Un disco que promete mucho más de lo que finalmente muestra, pero que puede dar el espaldarazo a Manel, perdón El Gran Manel, a la hora de pulir defectos de cara a una segunda grabación con un perfil más definido. Descarga gratuita en su bandcamp. Half Nelson

Jazz. Como ésta no es una revista en la que se hable demasiado de jazz (con la honrosa excepción de nuestro querido Pepo Márquez), comenzaré explicando que The Thing es uno de los proyectos más interesantes que han surgido de la escena escandinava en los últimos quince años. Un trío que reúne los talentos del contrabajista Ingebrigt Haker Flaten (miembro de Atomic, Scorch Trio, School Days y mil proyectos más), del aún más ubicuo batería Paal Nilssen-Love, y de esa bestia del saxofón que responde al nombre de Mats Gustafsson, y que sonará a los lectores más aficionados al jander y lo experimental porque suele colaborar con tipos como Jim O’Rourke, David Grubbs, Otomo Yoshihide o Kieran Hebden, y con bandas del calibre de Sonic Youth o Zu. El trío se formó a finales de los noventa, con la idea de explorar el legado del trompetista Don Cherry, y a partir de ahí ha parido una docena larga de discos, casi siempre de contenido energético y explosivo, en los que gusta de romper las barreras entre rock, pop y jazz, con resultados a menudo brillantes: ahí están sus muy particulares versiones de The Sonics, The White Stripes o Yeah Yeah Yeahs para demostrarlo. Con semejantes antecedentes, no es extraño que a Neneh Cherry (hijastra de Don Cherry, y por tanto una persona crecida al calor del jazz) le picara la curiosidad cuando su productor, el noruego Conny Lindström, le sugirió que fichara a The Thing como banda de apoyo para el disco que estaba preparando. Cherry, que llevaba más de quince años sin lanzar un álbum a su nombre, y que no tenía nada claro cómo debía encauzar su retorno, se juntó con ellos en un estudio de

Londres y ya en la primera sesión le quedó claro que, más que a unos músicos de sesión, había encontrado una banda de la que quería formar parte. Tan profundo fue el flechazo, de hecho, que ese mismo día grabaron uno de los cortes que terminarían formando parte de “The cherry thing”: una versión de “Too though to die”, una canción bastante blandita, de Martina Topley-Bird, que en sus manos se convirtió en todo un sueño húmedo (lo que habría sucedido si PJ Harvey hubiera cantado alguna vez con Morphine). Grabado varios meses más tarde, en directo y utilizando casi siempre primeras tomas, “The cherry thing” comienza con un tono suave, con un “Cashback” que se nota escrito por Neneh Cherry: tiene esa sensualidad exultante que hizo famosa a la cantante a principios de los noventa. Justo después, “Dream baby dream”, su particular acercamiento a Suicide, ya empieza a poner las cosas en su sitio: tras un principio que conjura la narcótica belleza del original, la canción estalla en un fantástico duelo de improvisaciones entre la voz de Cherry y el saxofón de Gustaffson. También hay en el disco, por supuesto, guiños al jazz clásico: la delicada y sutil lectura del “What reason” de Ornette Coleman, la sentida reivindicación de papá Don Cherry, por medio de un “Golden heart” teñido de nocturnidad, y sobre todo la hipnótica “Sudden moment”, una composición de Gustaffson en la que los cuatro músicos van trenzando ruedas de improvisación, hasta desembocar en un clímax cegador. Y no acaba ahí la cosa, que también aportan su intensa visión de dos temas tan emblemáticos como el “Accordion” de MF Doom (todo intensidad y groove) y el “Dirt” de The Stooges, de lejos el momento más abrasivo de un “The cherry thing” que se puede describir como lo más contenido y accesible que han grabado nunca The Thing, o como lo más salvaje que ha grabado nunca Neneh Cherry. En cualquiera de los dos casos, un señor discazo. Vidal Romero

para ser un LP de debut y el material lírico que maneja, Fanny Roz entrega un álbum fresco y honesto. Half Nelson Flavio Rodríguez “Ego” Little Red Corvette

Edward Sharpe & The Magnetic Zeros
 “Here” Rough Trade / ¡Pop Stock!

Fanny Roz “Prend son souffle et saute!!” BCore

Folk & peace. Los perezosos, los despistados y los recién llegados andarán descubriendo en estos últimos meses a ES&TMZ. Los californianos incluyeron en su debut “Up from below” (09) un festivo tributo al amor más puro, tan contagioso como excesivamente candoroso, titulado “Home”. A pesar de incluir esta joya aquel trabajo se mostró harto irregular. Su Mesías —cabe calificar así a Alex Ebert, pues el poder de liderazgo e influencia sobre su comuna musical se antoja al más puro estilo Charles Manson, aunque en su caso los cuchillos afilados se tornan tallos de flores frescas— probó fortuna en solitario con “Alexander” (11). Volvió a errar. Ante tal panorama no cabían grandes esperanzas de cara a la entrega que aquí nos ocupa. Y si bien es cierto que en “Here” no hay ninguna composición a la altura de su popular ‘hit’, no lo es menos que este disco merece más y mejores atenciones pues se muestra en todo momento equilibrado recorriendo los diferentes paisajes del folk-rock y el gospel hippie. David Giménez

Chanson. Fanny Roz es una joven francesa afincada en Barcelona después de pasar por Chile. Habitual en la banda de Maria Rodés (a quien conoció en un concierto de Camille y que corresponde haciendo coros en varios temas), Fanny toma aire y lanza su primer LP de composiciones propias entre la chanson, el jazz cabaretero y el folk con cierto aire infantil. Aunque no todos los textos son suyos, Roz sabe dejar su sello personal escribiendo en solitario la música de todas las canciones (con arreglos a medias con Andreu Monclús) y con una interpretación precisa y ensoñadora a partes iguales. Personalmente, prefiero los momentos más íntimos cuando aborda con sentido y sensibilidad la dura letra de “Les gens du rêve” sobre los inmigrantes africanos; o la saudade de la playa chilena de “Cachagua”, cuando evita hábilmente el síndrome Amelie y el hipismo trasnochado de CocoRosie. Con sorprendente madurez

R&B. Seamos claros. El R&B es un estilo que todavía esta en pañales en nuestro país. Desde ese punto de vista, el tercer disco del cantante barcelonés Flavio Rodríguez debería ser una de las mejores muestras firmadas hasta la fecha, con un álbum con una temática clara: follar. Hasta ahí todo bien, pero hemos de reconocer que “Ego” es un disco algo lineal, con algunos temas planos, blandos y de letras sonrojantes (“Vuelos”, “Espacio y Tiempo”), rítmicamente pobres. En la otra cara, como no, hay grandes canciones, como ese “Ego” con mucho gancho, toques hip hop que le sientan de lujo (“Alter ego”, “Máquina de escribir” y todos los quilates que le pone en el asadero Mucho Muchacho, o “S.O.S.”), quiebros sorprendentes como “Vivir sin aliento con Gara” o programaciones trabajadas como la de “Mascarada con Gara”. Por todo esto, “Ego” no es un hito, pero sí debería ser un espejo sobre el que muchos otros se miraran, un peldaño desde el cual dar un paso adelante más en un estilo al que se le va pidiendo espacio urgentemente en el panorama nacional. Jesús Sáez


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discos

Teengirl Fantasy “Tracer” R&S

Dream electrónica. Tener de rigurosa vuelta a uno de los mayores hypes establecidos en 2010 nos ha puesto más que felices en la redacción. Porque el anuncio del segundo LP del dúo afincado en Amsterdam formado por los ex compañeros de universidad Logan Takahashi y Nicolas Wiss emitía desde la lejana distancia, un hedor a lanzamiento del año que echaba para atrás. No ha sido fácil olvidar el impacto en nuestro hipotálamo de “7AM”, aquella hazaña hipnagógica pop que tantos blogs y páginas especializadas llenó. Hasta que una previa de “Tracer” llegara a la redacción, el exceso de salivación perruna fue subsanada —cual caníbal con su ración de sales de baño— por el maxi “Motif” (R&S), donde celestiales minutos de house polimorfo y cósmico frenaban en seco la acción de las glándulas salivales —más la sinuosa y muy post-dubstep “Eternal” como adelanto del ansiado nuevo trabajo—. Además, la nota de prensa apunta que su nuevo trabajo ‘toma más riesgos’, en especial por la no inclusión de samples que no sean de cosecha propia. La cosa se las promete, y mucho. Tras una primera escucha concienzuda, llaman la atención ciertos aspectos. El primero, las numerosas colaboraciones de artistas consagrados que campan a sus anchas por “Tracer”. Pero tras repetidas administraciones, te das cuenta de que el dúo norteamericano lo ha vuelto a hacer: te han atrapa-

do en su bucle psicodélico compuesto de shoegaze, ambient, pop balearic y música de baile (house, principalmente) del que difícilmente podrás escapar (y no, no estamos hablando de Washed Out, por dios). Diez elaboradas nuevas composiciones que sirven de piezas de un complejo puzzle sonoro, donde la improvisación a la hora de componerlas parece seguir la orden del día. A simple vista no encontramos clásicos instantáneos del calibre de “Cheaters”, pero sí episodios cósmicos que saben a gesta (la muy Global Communication “End” o el pistoletazo de salida sideral que supone “Orbit”). O bien canciones que apremian sin vergüenza alguna el lado más clubber de la dupla: “Do it”, donde la voz bajo los efectos del vocoder de Romanthony recuerda al “One more time” de Daft Punk. Incluso el último corte, “Timeline”, que se destapa como una joya balearic mansamente enredada a techno Detroit. Como decíamos, “Tracer” destaca por la nómina de invitados al estudio de grabación: Panda Bear, Laurel Halo (toda una declaración de intenciones hipnagógicas en estos dos casos) o la joven Kelela aportan su talento. El primero adapta sin esfuerzos su distorsionada voz a los colchones de pop sintético que coloca el dúo en “Pyjama”. Lauren Halo pone su toque (obvio) de misterio en “Mist of time” mientras que Kelela se marca el tema más accesible y pop. En definitiva, un álbum que corrobora el innato talento de los jovenzuelos, el acierto a dos bandas del fichaje por R&S y sobre todo cierra la boca de aquellos que los tildaban de hype pasajero. Esto va muy en serio: Teengirl Fantasy lo ha vuelto a hacer. Discazo al canto. Beto Vidal

le dan al conjunto un aire luminoso y despreocupado, una belleza pastoral y hasta cierto punto naíf, inédita en el compositor alemán. Una sorpresa de lo más refrescante. Vidal Romero

Hilary Hahn & Hauschka “Silfra”

“Flashback” es de las pocas que mira a la vista con descaro, los ejercicios brasileños y latinos de “Look what you’re doin’ to me” o “Little girl” funcionan, pero al final la sensación de excitación queda mitigada por un discurso demasiado largo y falto de los golpes necesarios para mantener el ritmo. En cualquier caso, pocos ejercicios de estilo con tanta clase como éste, a pesar de que no sea redondo, podríamos escuchar hoy en día. Jesús Sáez

Laetitia Sadier “Silencio” Drag City / ¡Pop stock!

Pop. Todos aquellos fans de los primeros años de Stereolab, los de “Peng!” (Too Pure, 92) y “Emperor Tomato Ketchup” (Duophonic, 94), deben estar satisfechos por la disolución de la banda que Laetitia Sadier compartía con Tim Gane porque, dejando aparte los discos de Monade, sus discos en solitario recuperan el espíritu más pop originario de la banda seminal. Y si “The trip” ya daba buenas señales en ese aspecto, “Silencio” las confirma todas. Pop ultramelódico (“Auscultation to the nation”), sintetizadores espaciales (“Silent spot”), toques de bossa (“Moi sans Zach”), kraut (la magnífica “The rule of the game”) y lounge music, pequeños puntos de experimentación y un leve toque de urgencia, con el eco de sus letras de corte político (un título como “There is a price to pay for freedom (and it isn’t security)” ya lo dice todo) demuestran que la francesa se encuentra en un fantástico momento de inspiración, y va dando forma a un repertorio cada vez más sólido y completo, y que probablemente podrá competir con cualquiera de los que la Sadier haya interpretado previamente. Mucha personalidad. Grande. Jesús Sáez

DEUTSCHE GRAMMOFON / universal

Neoclásica. Ahora que en sus discos en solitario se muestra cada vez más ambicioso y orquestal (sometido, en consecuencia, a las inevitables ataduras de la partitura), no es raro que Volker Bertelmann busque en las colaboraciones esa libertad de la que gozaba en sus primeros títulos, cuando Hauschka era un proyecto en el que sólo intervenían él, un piano y todos los cachivaches que fuera capaz de meter en su interior. Grabado junto a la violinista norteamericana Hilary Hahn a lo largo de diez días, pero gestado durante dos años, en los que la pareja se iba citando en distintas ciudades para “encontrar una voz integrada como dúo, en vez de una simple mezcla de lo que hace cada uno por separado”, “Silfra” es un disco aventurero y feliz, en el que se nota que los instrumentos hablan y se comunican: se persiguen, modulan sus voces, se arropan o se dedican a juguetear, siempre con un desparpajo insólito. Una sintonía que se percibe con mayor claridad en la parte central del disco, donde se concentran las piezas más largas, las que se dejan crecer con más tiempo y paciencia (“Adash”, “Godot”, “North Atlantic”), pero que también está presente en miniaturas saltarinas como “Clock winder” o “Draw a map”, que

King Stuff “King Tuff” Sup Pop / ¡Pop Stock!

Jazzanova “Funkhaus studio sessions” Sonar Kollektiv

Jazz electrónico. Puede que tres álbumes en 10 años no sea una cosecha considerable, pero si echamos un ojo a la nómina de singles, veremos que la edición de un disco en directo con el fichaje del vocalista Paul Randolph tampoco es una medida que parezca fuera de lugar. Un álbum que incide en la parte más funk/jazz del colectivo germano, bajando las dosis de house y electrónica en pos de un ejercicio de estilo que disfruta de buena caligrafía y algún momento brillante. “Let me show ya” suena suave y pulida (demasiado) pero el espíritu disco de “Theme from Belle et fou”, con ecos de Masters at Work, pone el foco en el punto adecuado. Un foco que parece fallar en numerosas ocasiones a lo largo de los cerca de 80 minutos de duración de este disco, ante la abundancia de medios tiempos, sonoridades suaves, y la ausencia de algo más de contundencia electrónica, sobre todo a nivel rítmico. “I human” y “Boom clicly boom clack” son los hits,

Rock. Con pinta de pothead capaz de fumarse en una tarde el césped de todos los estadios de la Eurocopa y un pasado musical en el que destacan colaboraciones con Feathers y los Witch de J Mascis —quien podría ser su padre, literalmente: son clavados—, Kyle Thomas ha llevado hasta ahora una carrera de lo más curiosa, “Was dead” (Teepee, 08), su primer álbum como King Tuff, es casi imposible de conseguir, lo que no evitó que se convirtiera en un clásico underground (gracias, internet), pero luego formó Happy Birthday con unos colegas, que lo dejaron tirado y no quisieron salir de gira a pesar de haber fichado por Sub Pop. De vuelta a su proyecto personal, “King Tuff” se titula así porque es algo así como un nuevo comienzo, esta vez con un sello normal detrás —de nuevo Sub Pop—, y puede que hasta hagan gira y ese tipo de cosas tan convencionales que no parecen encajar en la vida de alguien que compone himnos inmediatos de punk rock fumeta con títulos como “Alone & stoned”, “Bad thing” o “Stupid superstar”. Nuestro. Puto. Héroe. Joan Cabot

Metric “Synthetica” Mom + Pop / Coop

Pop-rock. Según cuenta Emily Hynes, líder de Metric, todo “Synthetica” versa sobre la idea de “obligarte a enfrentarte a lo que ves en el espejo hasta que estás el tiempo suficiente para ver un leve reflejo. Se trata de ser capaz de identificar el original en una larga lista de reproducciones. Es lo real versus lo artificial”. Los títulos individuales de cada tema (“Artificial nocturne”, “Dreams so real”, “Clone”...) refuerzan esta idea que, sin embargo, no se acaba de filtrar en la música. Metric siguen sonando a Metric y, pese al evidente esfuerzo rockero que hacen en este disco dotando a las guitarras de más protagonismo, sigue siendo difícil diferenciar su primer álbum de este quinto. Lo intentamos, pero cuesta diferenciar cuál es el original y cuál es la copia. Parece que a Metric les ha podido la ambición y no han sabido componer temas a la altura de sus grandilocuentes planteamientos. Con todo, como decíamos, Metric siguen sonando a Metric, y eso también tiene su parte positiva: todos los fans del pop-rock de corte emocional con cierta tendencia a la épica quedarán más que satisfechos. Sólo un último apunte: Lou Reed sobra mucho en “The wanderlust”, alguien debería empezar a asesorar seriamente a este hombre en sus colaboraciones. Virginia Arroyo

Love Of Lesbian “La noche eterna. Los días olvidados” WARNER

Rock. Hay persianas atascadas y soles que no acaban de salir en el nuevo disco de Love Of Lesbian. Lo que pasa afuera con la banda de Santi Balmes es demasiado evidente como para volver a comentarlo, así que ciñámonos a los interiores de este album adusto y relamido, intrincado y espléndido. Y de aquí dentro lo que más cuenta es que Love Of Lesbian han tenido valor. Tal vez ese tipo de valentía ridícula del que se sabe de todas maneras perdido, o el valor cobarde de quien sabe que ningún tiro le abatirá, pues tiene una legión de fans como chaleco antibalas. Valor, o en todo caso un pundonor desmedido por ser uno mismo hasta las últimas consecuencias, y con dos discos por delante. “La noche eterna. Los días olvidados” es un disco doble y desproporcionado, una obra donde nunca parece hacerse de día, cuyos ánimos duros y nocturnos o noctámbulos y sonrientes se alternan. La conclusión es que probablemente no hayan logrado un nuevo “Club de fans de John Boy”, pero lo cierto es que por momentos superan aquella épica creciente con tesituras de rock vagabundo y neurótico, alcanzando cúspides como “Oniria e insomnia”, cuya ganancia resulta del giro de la ingravidez de sus primeras frases y punteos a la densidad de pesadilla y teclados de su desenlace. Me delato si confieso que mis preferidas son “La noche eterna” o esa otra apertura, “Nadie por las calles”, donde se sueldan misterios de cemento y aceras de miseria, o si acierto a señalar como siguientes escalones la desesperación en “Los seres


Jupiter “Juicy Lucy” Grand Blanc

únicos”, la crudeza de “Belice”, o la íntima locura de “Wio, antenas y pijamas”. Las canciones de Love Of Lesbian parecen evocar algo del ayer cada vez que las escuchas, como si la voz de Balmes viniera siempre de un pasado muy lejano, y sus melodías estuvieran invariablemente borrachas de una melancolía recurrente. Albert Fernández

Milk Maid “Mostly No” Fat Cat / ¡Pop Stock!

Post-grunge. Nada mejor que el proyecto paralelo del bajista de un miembro de un grupo regular temporalmente en paro para firmar un disco sin pretensiones, pero ácido, intenso y, a su manera, (corrosivamente) excelente. “Mostly No” es el segundo disco de Milk Maid, un trío liderado por Martin Cohen, de los Nine Black Alps, y en él continúa su fascinante exploración marcha atrás desde el Manchester de anteayer hacia la California grunge de hace diez años, descubriendo a base de guitarrazos, distorsión y destellos de genio los oscuros cables que unen el noise-surf-pop de hoy en día (“Do right”, “Summertime”) con el surf-grunge desaliñado de los malogrados Acetone (“Your neck around mine”), pasando por los paisajes psico-desérticos que dibujaron tan bien tiempo ha The Radar Bros (“Stir so slow”, “No goodbye”). Todo ello grabado desde casa y con pocas pistas, como manda el atemporal dios del lo-fi. Por mucho que se titule “Mostly No”, hay que votar a favor. Gloria González Moon Ate The Dark “Moon Ate The Dark” SONIC PIECES

tropezar con el fantasma de una hermosa doncella en el corazón de un bosque calcinado. Vidal Romero Nazoranai “Nazoranai” IDEOLOGIC ORGAN

Psicodelia. Cuenta Stephen O’Malley que Nazoranai nació de una manera casual: se encontraba con Oren Ambarchi en Holanda y Keiji Haino les pidió que se unieran a él en el escenario para recrear, a su manera, el clásico formato de power trio. La experiencia, con O’Malley al bajo y Ambarchi a la batería, les gustó tanto que repitieron dos veces más, y a la tercera grabaron los cuatro cortes que conforman este disco. Un disco que comienza teñido de oscuridad y ponzoña sonora, en la más pura tradición de Sunn O))), pero que poco a poco va virando hacia estructuras cercanas al rock psicodélico, hasta el extremo de que los punteos de Haino en el último corte son un claro homenaje a Hendrix. Un rock de formas libres y sonido viscoso, en el que la base rítmica se levanta rocosa y monolítica, la guitarra se enreda en improvisaciones cargadas de feedback, y la voz salta del gruñido al grito y del grito al susurro sin solución de continuidad. Y aunque no se puede negar que el invento es accesible y hasta disfrutable (sobre todo por venir de quien viene), también hay que reconocer que a ratos resulta derivativo y algo soso, y que posiblemente algo más de tablas por parte del trío se hubiera traducido en un disco más redondo. Para fans completistas y obsesos de la psicodelia más obtusa. Vidal Romero

Pinkcourtesyphone “Foley folly folio” Robert Curgenven + Richard Chartier “Built through” LINE

Motion Sickness Of Time Travel “Motion Sickness Of Time Travel” SPECTRUM SPOOLS

Neoclásica. Como un continuo proceso de contaminación: así es como funciona el debut homónimo de Moon Ate The Dark, el proyecto que comparten la irlandesa Anna Rose Carter y el canadiense Christopher Bailey. Contaminación, porque las siete piezas que contiene el disco surgen a partir de una estrategia de manipulación en directo, que comienza con Carter improvisando al piano melodías circulares, progresiones de espíritu minimalista que luego Bailey samplea y manipula en directo, utilizando ecos y efectos, doblando y deformando los sonidos originales. Un proceso que a veces es delicado y sutil, como en la majestuosa suite inicial, “Explosions in a four chambered heart”, en la que los ecos y los ruidos lejanos añaden un aura de solemnidad; en la delicada “Bellés jar”, que va alargando de manera artificial las notas del piano hasta sumergirse en el silencio, o en la preciosa “She/swimming”, que desdibuja la melodía original hasta transformarla en un delicadísimo hilo de sonido, pura fragilidad. Pero que también puede apelar a la violencia: ahí están los ecos abisales que acompañan las notas del piano en “In fiction”, la inmersión hacia un pozo de ruido que desbarata “Messy hearts” o las perversiones atonales que surgen a lo largo de “Sleepwalk”. Dos maneras de actuar que son la cara y la cruz de una misma moneda, y que dan forma a un disco de naturaleza hermosa y extraña: como

Disco. La Juicy Lucy es una hamburguesa típica de Minneapolis donde el queso, en lugar de disponerse en lonchas sobre la carne, habita dentro de ella. De esta forma, la carne tiene una textura mucho más jugosa y además, al darle el primer bocado, todo el queso se desparrama por tu boca en una oleada de placer gastronómico cerdo y extremadamente caliente. Lo mismo pasa con el disco debut de Jupiter, que ya desde que le hincas el diente te inunda de placer y te hace desear más. Pero, cuidado, que si no te avisan, puedes quemarte. Las condiciones necesarias que se deben reunir para degustar este manjar son pocas pero extremadamente importantes: 1) Modo hedonista ON, 2) Que sea de jueves en adelante (al menos en tu cabeza), 3) Que sea verano y/o que haga calorazo y 4 y más importante), una hamaca o similares. Si se cumplen al menos dos de estas premisas, el éxito de “Juicy Lucy” está asegurado. Por eso el estreno en largo de estos dos parisinos no podía llegar en mejor momento: junio de 2012, ola de calor infernal, el mundo en quinta por la autopista a la mierda, muy cerca ya de su destino. Es entonces, tres años después de su primer single, cuando Quarles Baseden y Amélie de Bosredon deciden lanzarse en un ejercicio de buen rollo y bailoteo que llega a tiempo para frenar el inicio del declive del revival disco. Este primer tema no fue otro que “Starlighter”, un hit nu-disco dulce y ensoñador que, ya en su título, homenajea-

Kosmische. Aunque se hizo popular al calor del pop hipnagógico, ese no-género en el que se entierran voces fantasmales y melodías desafinadas bajo capas y más capas de sonido emborronado y suciedad ambiental, hace ya algún tiempo que Rachel Evans decidió que Motion Sickness Of Time Travel debía cambiar. Que debía dejar atrás el sonido inconcreto y legañoso de sus primeras grabaciones, y abrazar un lenguaje más fluido y definido, en el que los sintetizadores tuvieran mucho más protagonismo y las composiciones fueran evolucionando con calma. Una estética que le ha llevado a tender puentes con la kosmische (las comparaciones con Popol Vuh, los Cluster más delicados y los experimentos de Manuel Göttsching son inevitables) y que utiliza herramientas sencillas (pulsos rítmicos, melodías circulares, voces etéreas, ecos y reverberaciones, sintetizadores analógicos) para construir largas piezas, que en apariencia pueden resultar laberínticas, pero que en realidad van desvelando sus secretos más íntimos de manera sutil, a medida que las distintas capas e instrumentos se van retirando. Y es que es ahí, en el indolente placer que supone sumergirse en una piscina de sonidos acariciantes, donde reside el secreto de un disco que es bonito hasta decir basta. Vidal Romero

Ambient. Pensaba Richard Chartier que tras más de cincuenta referencias y un sonido bastante asentado, iba siendo hora de dar una vuelta de tuerca al catálogo de Line, el sello que dirige de manera impecable. Y por eso ha creado Line Segments, una especie de subsello de intenciones vagas (“quizás más maximalista... quizás más ruidoso... quizás con intenciones rítmicas”), cuya primera referencia es el debut de Pinkcourtesyphone, “Foley folly folio”. Pinkcourtesyphone es, en realidad, un nuevo proyecto de Richard Chartier, en el que abandona sus manipulaciones sonoras al borde del silencio para realizar un homenaje a “la esencia sonora de las amas de casa de los sesenta, que se vestían de manera elegante para asomarse a la ventana, reclinadas en algún sofá de diseño adorable”. Chartier, en fin, parece querer realizar un particular homenaje a las Betty Draper de “Mad men”, pero por fortuna lo hace a su manera: superponiendo sintetizadores, efectos, samples manipulados de instrumentos acústicos y de (lo que parecen) voces humanas, para crear piezas en general largas y de poderosa carga atmosférica. Eso sí, que nadie espere una explosión de pop: comparado con el resto de su producción discográfica, “Foley folly folio” es un título mucho más asequible y disfrutable; un disco que no exige del oyente una inmersión total, pero que sigue conservando una elevadísima carga abstracta. Ideal para los que disfrutan con el ambient minimalista, pero no se atreven con el Chartier

ba a su colega el también parisino Guillaume Atlan y a su primer éxito con The Supermen Lovers, “Starlight”. En esta fina línea que separa el synth-pop del disco se mueve la mayoría del álbum, aunque con un pie y medio en el disco más old-school, el italo, el funk, el boogie y todos esos géneros que ardieron el 12 de julio del 1979. La herencia de bandas como Chic o Sister Sledge resuena en todo el disco, con todo su groove y todo su amaneramiento. Pero también oirán referencias más actuales como los canadienses Chromeo en los vocoders de “Elliot uppercut”. Moogs enloquecidos, bajos funkarras cósmicos y su adorado Jupiter-6 (el que posiblemente inspiró el nombre del grupo) coronan esta santa trinidad. Con quilos de purpurina y sintes por doquier, los cuarenta minutos de este álbum abarcan todos los espectros del disco bailable, sin bajar nunca de los 110 BPMs, pero sin acelerones ni subidones innecesarios. Todo es perfectamente equilibrado y acorde al canon en este disco, tanto que, si hubiera que buscarle algún pero, éste sería probablemente la falta de mala leche, su candor infinito. Aunque, ¿no es ésa precisamente la idea: ingenuidad, escapismo y a mover las caderas? Por mí, bien; yo con que se publique un discazo como éste al año, ya firmo, pero, puestos a pedir, se echan en falta más números como “St Petersbourg”, donde el disco y el funk se difuminan en algo parecido al electro o al house; una vuelta de tuerca que demuestre que Jupiter tienen la mente puesta más allá de Studio 54 y la banda sonora de “Boogie nights”. Pero, oigan, como decía, denme los hits y me callo rapidito: “One o six”, “Juicy Lucy (needs a boogieman)”, “Saké”, “Set the course of the Nile”… ¿Ven? Ya me he olvidado de lo que estaba diciendo. Virginia Arroyo

más radical. Mucho más convencional (siempre según la escala Line) es “Built through”, un disco en el que nuestro hombre se alía con el turntablista Robert Curgenven para dar forma a cuatro piezas de desarrollo pausado y mucha pureza de sonido, que evolucionan de manera delicada y sutil, dejándose contaminar aquí y allá con poluciones sonoras inesperadas. Algo que resulta particularmente visible en “Built through both sides”, una pieza que actúa como eje vertebral del disco, y que muestra tanto sus virtudes (esa pureza de la que hablábamos más arriba) como sus defectos: la falta de diferenciación respecto a otros títulos del género. Vidal Romero

Otto Von Shirach “Supermeng”  Monkeytown

Electro mutante. El salvaje (tanto por sus producciones cercanas al eclecticismo extremo como por su visión artística un tanto depravada) y polifacético artista germanocubano deja las míticas colaboraciones con Modeselektor a un lado (“Hyper hyper” siempre estará en nuestra memoria) para dar el salto y estrenarse en el sello de sus apreciados amigos. “Supermeng” (sí, suena mucho a castefa y alrededores) es como se llama la nueva gamberrada del productor


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discos

Peaking Lights “Lucifer” Weird World-Domino / PIAS

Psych-dream-pop. Indra Cunis y Aaron Coyes son una de las grandes esperanzas del pop para volver a recuperar la fe en él. Porque en su tercer disco y tras el muy notable “936”, las coordenadas apuntan hacia el pop. A pesar de las palabras previas de Coyes sobre “Lucifer”, “vibraciones tranceras sacadas de la mejor fiesta en la cual nunca estuviste”, esto es pop. Psicodélico, seguramente, pero pop en el mismo sentido que Stereolab lo eran. Pop en el mismo sentido que Grimes, Sun Araw o High Places entienden la palabra. Se trata de sensaciones, de construir un discurso que apela a los detalles y a la belleza, una admirable estampa de influencias que recolecta semillas en Jamaica para sembrarlas en la fértil California. Un ir y venir melódico asociativo, que utiliza el sonido lo-fi como una vía para alcanzar clímax imposibles: mientras para el mundo real el dub y el pop son conceptos antagónicos, Peaking Lights nos los presentan como dos viejas amistades que se reencuentran tras años de idas y venidas para encajarlos con sorprendente naturalidad dentro del sueño de un niño. Está claro que el nacimiento de su primer hijo, Mikko, ha tenido una influencia descomunal en el proceso compositivo de “Lucifer”; tanto su música como los textos adquieren nuevas formas, texturas melódi-

criado en Miami. Un disco conceptual que versa sobre un superhéroe de genética modificada —Supermeng— que luchará contra los Annunaki, una especie de secta reptiliana a lo “V”. Otto dibuja las viñetas sonoras de las épicas hazañas de nuestro héroe a base de un salvaje electro mutante, dubstep sucio (“Quasar”), hip hop sui generis (“Supermeng”) o rock pasado por el filtro de los suburbios de Miami (“Ultimate universe”). Un disco enormemente versátil, sin prejuicios y 100% disfrutable. Este hombre debería ir con correa por la calle. Beto Vidal

Neil Young with Crazy Horse “Americana” REPRISE / WARNER

Cancionero tradicional electrificado. Entre el “Dead Man” de Jarmusch y los payasos de la tele discurre el reencuentro, nueve años después, de Young con la Santísima Trinidad del Caballo Loco. Se ha dicho ya: los once cortes que componen “Americana” son propios de coro de parvulario en las barras y estrellas (tal y como se ha añadido que, a tan seminal repertorio, el canadiense le ha respetado los versos truculentos que remiten al carácter fuera de la ley o directamente asesino de la génesis de los Estados Unidos). Interpretada menos con seis cuerdas que con idéntico número de cables de alta tensión, la propuesta ampara fogonazos de inspirada y distorsionada belleza las más

cas que en “936” eran esbozados. Aunque algunos de los patrones se repiten, el dúo espolvorea de azúcar muchos de los pasajes y elimina impurezas innecesarias en la producción. Las letras apelan al sacrificio, el amor parental, la delicadeza o la familia. En “LO HI” el sampleo de un llanto de bebé (¿Mikko?) nos pone en la pista de todo ello. Ejemplo de ello también es la nana cataléptica que abre el disco, “Moonrise” o la deliciosa “Beautiful son”, una ensoñadora pieza ensamblada con un loop de sintetizador que cabalga incesantemente en la demanda de un ritmo que no llega; la voz de Cunis, una caricia de alcoba, igualmente etérea como reverberada y unas delicadas notas de guitarra maceran una letra que es una supernova de felicidad. Mientras “Live love” juguetea con lo tropical y los 8 bits, “Cosmic tides” reboza en dub el mismo tipo de armonías. En “Morning star” y “Dream beat”, se dan dos de las claves de “Lucifer”: la complejidad entendida desde la sencillez. “Dream beat” (“my heart beats for you, listen the rhythm of the heart”), combina su juego de cartas marcadas junto a un aire mestizo traído de la India. “Cosmic tides” conjunta la hierba jamaicana de Lee ‘Scratch’ Perry con el LSD de Grateful Dead; “Midnight (In the valley of the shadows)” vierte más especias si cabe al puchero. Más nocturno que su predecesor, “Lucifer” debería gustar tanto a fans de Laurel Halo o Beach House como a veteranos guerreros seguidores de estelas tan alejadas como The Orb, King Tubby o Jefferson Airplane. Cuando Mikko esté hecho un mozalbete, seguro que se siente orgulloso de sus padres. David G. Balasch

de las veces (“Clementine”, “Oh Susannah”), pero cae también puntualmente en la anacrónica ingenuidad que marca su punto de partida (“This land is your land”). A medio camino entre la épica guitarrera marca de la casa y esa interpretación en piloto automático, se agradecen, en fin, los guiños cincuentero (“Get a job”) y sesentero (“Travel on”) de su tripa. Milo J. Krmpotic’ Retina.it “Descending into crevasse” GLACIAL MOVEMENTS

Ambient. Durante los últimos quince años, el dúo napolitano Retina.it ha ido desarrollando un lenguaje que se hundía hasta las pantorrillas en el techno y la IDM, pero que también daba mucha importancia al uso de cacharrería analógica. Mucho antes de que los cachorros del synth-pop lo pusieran de moda, ellos ya andaban trasteando con sintetizadores, cajas de ritmos, DAT portátiles, máquinas de cinta y pedales de efectos, grabando improvisaciones a partir de las que luego editaban sus temas. Temas que, en consecuencia, siempre han poseído un fuerte componente atmosférico: drones, mantos gaseosos, trazos melódicos estirados en el tiempo y masas informes de electricidad estática se amontonaban en el plano de fondo, llenando de matices y cierta extrañeza a una música que daba (casi) todo el protagonismo al ritmo, y que en muchas ocasiones se ha acusado, injustamente, de formulaica y carente de intención. Acusaciones que pierden todo el sentido ante “Descending into crevasse”, un disco que, fiel a la filosofía de Glacial Movements, muestra a la pareja investigando su vertiente más ambiental, “trazando un viaje entre cañones de hielo eterno, en paralelo a un viaje interior, a la busca de los rincones más tranquiliza-

dores”. Eso sí, a diferencia del tono opresivo y abisal que suele mandar en el sello italiano, Retina.it prefiere mirar hacia la luminosidad del cielo, y por eso, junto a algún corte que se abona al drone (“Synth on axis”, “Attrazione magnetica”), abundan otros como “Freezing the fourth string” o “Moonshine”, que mezclan pulsos melódicos circulares con cuerdas y voces sintéticas, conjurando el aire clásico de las producciones del sello Apollo (en particular, los discos de Biosphere). Lo que convierte a “Descending into crevasse” en un disco hermoso y repleto de luz, que abraza con mimo al oyente, para arrastrarlo a un viaje plácido y teñido de nostalgia. Vidal Romero

mentos de transmisiones radiofónicas para recrear un entorno lunar. Y “Antarctica ends here”, dedicada (por supuesto) a John Cale, remata la faena trenzando drones gaseosos con un piano de aires fantasmales, en el que las notas están estiradas hasta rozar la inmovilidad. Tres piezas de una belleza insondable que dan forma a un disco espectacular, sobresaliente, que trasciende géneros y fronteras, y demuestra que Hampson sigue siendo un maestro en lo suyo. Vidal Romero

Rolf Julius “Raining” WESTERN VINYL/¡POP STOCK!

Poor Moon “Poor Moon” Bella Union / Coop

Folk. Ahora hace cuatro años que el jefe de redacción de esta revista me preguntó por un grupo llamado Fleet Foxes. Mi respuesta fue: “Me parecen Band of Horses cantando villancicos”. Huelga decir que eran mucho más, pero ciertas bromas se alimentan de la simplicidad y una cierta carga de ironía o mala leche. Por entonces no se sumergían tan explícitamente en la psicodelia como sí sucedería en “Helplessness Blues” (11). La aparición en marzo de este año de “Illusion”, excelente EP que presentó a Poor Moon en sociedad, y la huida y mutación de J. Tillman en Father John Misty (muy recomendable) recuerda el caso a aquella banda de culto llamada Carissa’s Wierd, de cuyas filas salieron Band of Horses, Grand Archives y Sera Cahoone. ¿Serán Fleet Foxes una banda seminal de otros grandes proyectos? Poor Moon tiene entre sus filas a otros dos de sus integrantes y en su debut en largo muestran una excelencia a la hora de componer e interpretar piezas de folk melódico de cadencias pop y, puntualmente, tintes de bossanova. David Giménez Robert Hampson “Repercussions” Editions Mego

Ambient. Aunque en su deriva particular ha ido abandonando cualquier rastro de sonidos cercanos al rock, para abrazar primero un ambient de vocación abisal (el que grababa con Main) y ahora una música de trazo indefinible, cercana tal vez al discurso concreto, hay algo que Robert Hampson no ha perdido nunca: la capacidad para hipnotizar al oyente, para sumergirle en un universo propio en el que la gravedad desaparece y los bordes del espacio se esfuman. Grabado en los míticos INA-GRM Studios, “Repercussions” contiene tres piezas en las que se mezclan drones infinitos, densas capas de sonido procesado, instrumentos de percusión que retumban desde el fondo de una cámara de ecos y samples de procedencia ignota. De naturaleza nocturna y misteriosa, “Repercussions” se ancla a un ritmo espaciado y profundo, que aporta una vibrante sensación y acentúa las cualidades hipnóticas. Más paisajista, “De la Terre á la Lune” (un encargo del Planetario de París) utiliza samples de viejos documentales sobre el espacio y frag-

Minimalismo. Pensaba Rolf Julius que el minimalismo no tenía por qué ser una cosa sesuda y obtusa. Que en vez de tener que pensar a lo grande era posible trabajar con elementos cotidianos y sencillos: con partículas de sonido diminutas, capturadas en la naturaleza, que al colocarse en entornos extraños (generalmente en instalaciones, utilizando una multitud de pequeños altavoces) provocaran esa sensación de textura infinita, de manto hipnótico en el que sumergir al oyente, al que suele aspirar el género. “Raining”, tercer volumen de la serie que el sello Western Vinyl está dedicando al ya desaparecido compositor alemán, recopila tres piezas realizadas entre 2004 y 2007, y cuyo eje principal es el sonido provocado por el agua. Ríos en movimiento, aguaceros, tormentas lejanas, el viento agitando los árboles en el bosque, el chapoteo de una fuente: ese es el material que Julius utiliza en la larga pieza homónima, un collage denso y abigarrado, en el que los recortes de sonido brincan y se multiplican, en una danza siempre estática y siempre cambiante, en la que casi es posible sentir la humedad ambiental. Una pieza similar, “Weitflächig”, más corta y de sonido más colorista, y un delicioso capricho, “Music for a glimpse inward”, construido con sonidos de (lo que parecen) pajarillos, completan tan bonito artefacto. Vidal Romero Roberto Cacciapaglia “Sonanze” Elektriktus “Electronic mind waves” Hydrus “Midnight in space” WAH WAH

Kosmische. Dedicado en un principio a editar canción ligera (Mina desarrolló aquí gran parte de su carrera), el sello italiano PDU se hizo leyenda cuando comenzó a importar la música de los correos cósmicos alemanes: bandas y artistas como Ash Ra Tempel, Tangerine Dream, Klaus Schulze, Popol Vuh o The Cosmic Jokers aterrizaron en las tiendas de su país gracias a una plataforma que, en las escasas ocasiones en las que encontró material local a la altura del extranjero (tres, para ser exactos), no dudó en sumarlo a su catálogo. De aquellos tres discos, posiblemente el más curioso sea el de Roberto Cacciapaglia, un arreglista de Franco Battiato que, abducido por los sonidos cósmicos, se plantó en el estudio de Rolf Ulrich Kaiser para grabar el hipnótico “Sonanze” (75), un álbum que mezcla estructura y recursos sinfónicos, melodías y


J Dilla “Rebirth of Detroit” Ruff Draft

arreglos con vocación cinematográfica y experimentos sintéticos de voluntad abstracta, en el interior de canciones-collage sorprendentemente fluidas. A veces extravagante y a veces al borde del pastiche (aunque sin llegar a cruzar nunca la delgada línea de lo hortera), “Sonanze” es un disco original y sorprendente, que explora con éxito una vía, la de la música orquestal, que ninguno de sus contemporáneos se atrevió a recorrer. Más ‘clásico”, en cuanto a que sus temas bebían claramente del krautrock, resulta “Electronic mind waves” (76), un disco que el batería y teclista de jazz Andrea Centazzo tuvo que grabar con seudónimo, Elektriktus, para no enemistarse con su mánager. Repleto de pasajes ácidos, ritmos minimalistas, sintetizadores planeadores y algún detalle de free jazz (las líneas de contrabajo en la estupenda “First wave”, por ejemplo), es un disco flotante e hipnótico, una auténtica joyita teñida de psicodelia. Y también tiene mucho que rascar el “Midnight in space” (78) del misterioso Hydrus, un ejercicio de ambient espacial, de tempo lento y aire meditativo, en el que ya se empezaba a notar la influencia de la música disco, aunque de una forma muy sutil: a fin de cuentas, esta es música más propia para el baile horizontal que para animar la pista de un club. La gran noticia, en fin, es que estos tres títulos acaban de ser reeditados por Wah Wah en lujuriosas ediciones en vinilo. Tres auténticas rarezas, tanto por su origen geográfico como por su acercamiento a las músicas cósmicas, que harán salivar de placer a los amantes del género. Preparen la Visa, amigos. Vidal Romero

estilos hasta lograr un miasma inclasificable, pero no me impresiona. No, no, espera, Mathambo es un africano moderno, un intelectual concienciado que predica con lírica; pero sus ganchos polirítmicos, sudados de politiqueo y falsa vanguardia, no me alcanzan ni una sola vez la barbilla, el estómago o las neuronas. Dejadme usar su verdadero nombre, que tampoco es sencillo, para decir lo que pienso de él, Nthato Mokgata es un panfletero, un sudafricano desarraigado que viste demasiado bien y tira de raíces inconsistentes en sus letras y sus ritmos, pretendiendo que le pone un sello genuino, de cultura y territorio, a sus canciones, mientras finge estilo inglés aquí, rap americano allá. Spoek Mathambo lleva ya dos discos y algunos cameos haciéndole el puente al hip hop con beats, guitarras eléctricas, coros y todo tipo de tratamientos vocales, hilando bases musculosas con estática y versos hinchados de mensajes políticos y dramas autóctonos. Lo cierto es que lo llena todo tanto, su música y sus letras, que resulta vacío. Tal vez si no se le viera tanto la trampa geopolítica y no se las diera tanto de prolífico, conseguiría que apreciáramos mejor aquellos tramos salvables de sus canciones, como esa cola final de “Let them talk”, que se pierde en cúspides de rock, entre punteos lacerantes y bajos superlativos, o el último crepitar electrónico de la canción que da título a “Father creeper”. En realidad, creo que sólo me gusta el final de sus canciones. Y eso no puede ser buena señal. Además, no puede rescatarse más que eso, tramos, extractos de cada corte. Sorbos. Ugh, odio el café recalentado. Albert Fernández

Slam “Collecting data. Tracks & remixes 2008-2012” Soma

The Hundred In The Hands “Red night” WARP / PIAS

Techno. No se les ve a Orde Meikle y Stuart McMillan, Slam, intención alguna de abandonar el negocio, pese a que el pasado año soplaron veinte velitas en el pastel de Soma, su plataforma discográfica operativa en Glasgow desde 1991. Como un acto más de los festejos de aniversario se edita este doble CD recopilatorio con veintiséis temas, también disponible como descarga digital, con lo más significativo (casi todo, que para algo son ellos sus propios jefes) de estos últimos cinco años como dúo de productores y remezcladores. En el primer CD destacan los remixes al “Coma” de Sasha y al “Everybody to the Sun” de Josh Wink y los revolcones que reciben el “Cry” de su buena amiga Dot Allison y el “CCTV Nation” de los renacidos (y otrora rivales) The Black Dog. En el segundo CD, con mayoría de temas propios destacan la funky “Metro noir” y la homónima “Collecting data” (acertada como título de cualquier recopilatorio y también como pequeña catedral de tech-house cerebral), además de la brillante remezcla del “El alma del tiempo” de nuestro Alex Under. Half Nelson Spoek Mathambo     “Father creeper” SUB POP / ¡POP STOCK!

Afroelectrodubpastiche. Vale, es mi tercer café, ahora sí me voy a poner agrio. Spoek Mathambo es un tipo alto, que agita los brazos, sabe rapear rápido o sinuoso, e hibrida

Electropop. Elegir no es una cuestión baladí. Si me preguntas a mí, siempre voy a llevarme la oferta de 3x2 en el súper y los tejanos más baratos de la tienda, pero hay cosas con las que no me complace tanto dejarme engañar. Es posible que lo que les ocurra a Jason Friedman y Eleanor Everdell sea que se estén mintiendo a sí mismos, pero lo cierto es que la sensación que ofrece su segundo álbum largo es que tratan de hacer pasar apariencias por verdades. Ahora, el dúo de Brooklyn vende unas maneras góticas que se suman a la inercia por el pop electrónico de su debut, para embelesar con humaredas industriales y luces de minimalismo parpadeante en el que debería ser su álbum de avance y confirmación. No podían haber elegido peor. “Red night” pretende tener una poderosa impronta íntima, nocturna y sofocante, pero en realidad se aparece como el subterfugio de una niña que se maquilla demasiado porque quiere parecer mayor, ser ya mujer. El artificio seductor en los rasgueos de guitarra de “Come with me” apela a una efectiva sencillez que se contrapone con los grados de tensión del primer corte, “Empty stations”; la estática imbricación de capas de desasosiego sintético del tema que da título al álbum, o la cadencia dulce y reposada de “Recognize” y “Lead in the light”. La voz de Eleanor, a menudo estirada con afinamientos configurados, tantea entre diversas actitudes interpretativas, y se

Hip hop. Si viviera anclado en el tópico y la previsibilidad, ahora empezaría la clásica diatriba rabiosa contra la mercadotecnia y el poco respeto que se tiene en esos mundos de Dios por la obra de los muertos. Pero las proclamas populistas (y oportunistas) contra la poca sensibilidad de la industria y familiares hambrientos no son plato de mi gusto. ¿J Dilla era Dios? Sí. ¿J Dilla habría dado el visto bueno a este álbum? No, no, y mil veces no. De todos modos, qué más da si esto se publica o se queda en el limbo. Los seguidores de Dilla saben perfectamente que “Rebirth of Detroit” no cuenta en el currículum del difunto beatmaker. La salida de esta dudosa obra no cambiará un ápice la opinión que los seguidores tenemos sobre la influyente, impecable, casi perfecta trayectoria del productor cubista. Además, qué demonios, cuánto más material tenga a mi disposición de Dilla, aunque sólo se trate de despojos, miel sobre hojuelas. De modo que si la madre de Dilla, la ínclita señora ‘Ma Dukes’, decide sacar todos los descartes habidos y por haber de su hijo en su sello Ruff Draft para mantener viva la memoria del mito (y de paso ganarse unos dineros, que también), adelante señora, como si decide subastar en Ebay la imponente colección de vinilos del productor y quedarse tan ancha. Nada cambiará la fatalidad de la pérdida del genio y la grandiosidad de su universo. Ninguna recopilación póstuma de

echa de menos que sonara alguna vez sin tratamiento o reverberación. Hay episodios graves de obviedad en las letras y los títulos, por mucho que les den la vuelta tipográficamente y, aunque el abundante atrezzo y las tramas sonoras consigan texturas atractivas, siempre parecen ya escuchadas. Al final, “Red night” se consuma como una experiencia vacía, donde no queda nada que relamer. Poco más que un leve placer artificial, un producto que te deja con la sensación de que te venden como nuevo algo que ya has probado mil veces. Pero rascas esa etiqueta recién puesta y te aparece el precio viejo, de otra tienda, hace años. Albert Fernández

beats inéditos, por muy atroz que sea (que tampoco es el caso), por muy a contrapelo que vaya de la sensibilidad de los fans más irreductibles, los que aborrecen todos los discos necrófilos, ninguna calamidad, decía, pudrirá lo más mínimo la imagen de un superhéroe de la música negra que, con el tiempo, será reconocido con los laureles de los grandes jazzmen del siglo pasado. Dicho esto, lo que pretende esta compilación —aparte de acumular sustento pecuniario y una inyección de dólares para la fundación del artista— no es más que revindicar la influencia de los escritos dillaístas en la música rap que ha salido de Detroit desde que el maestro decidió sacar ambrosía de su MPC por primera vez. Lo que hay en “Rebirth of Detroit” son producciones del maestro, maquetas olvidadas, beats polvorientos que por una razón u otra Dilla dejó arrinconados. Resulta difícil ni siquiera contemplar que el autor hubiese dado el visto bueno al 80% de las pinturas, pero tampoco estamos hablando de mierda insoportable. Los rappers que adornan las tomas dillaístas de baja frecuencia son, evidentemente, soldados condecorados en las calles de la Motor City. Esham y el beat pulsátil de “Big thangs”. Phat Kat y el aroma sintético de “Detroit madness”. Ketchphraze y el funk à la EPMD de la sensacional “Feel this shit”. Amp Fiddler y el soul fumadísimo de “Let’s pray together”. Supa Emcee, Guilty Simpson y Nicke Speed y la psicodelia callejera del banger más rotundo del LP, la magnífica “Dillatroit”. Efectivamente faltan peces gordos del tamaño de Black Milk o Slum Village, pero también podríamos darle la vuelta al argumento y decir la verdad, por muy incómoda que sea: a este disco le sobran todos los MCs. Óscar Broc

nos permite volver a hablar de él y, de paso, de los Doldrums. Gloria González

The School  “Reading too much into things like everything” Elefant

STERAC aka Steve Rachmad “Secret life of machines” Planet Gong

Techno. En 1995 vio la luz un disco extremadamente sutil, hipnótico y aún hoy rico de sorpresas, titulado “Secret life of machines”. Me refiero, por supuesto, al disco de debut de los Doldrums, trío liderado por Bill Kellum, jefe del imprescindible sello americano VHF. El mismo año se publicaba además bajo el mismo título otro disco que no tenía nada que ver, el “Secret life of machines” del holandés Steve Rachmad, alias STERAC, que desde entonces se considera una de las grandes obras del Detroit techno europeo, por combinar como pocos la distante frialdad de las máquinas, cierta ingenuidad con sabor a pionero del techno y una entrañable debilidad por la melodía (como en los excelentes “Mysterium” o “Sitting on clouds”, temas cuyos títulos no mienten). Ahora a Rachmad le ha dado por volver a grabar su propio disco añadiéndole él mismo unas remezclas, lo que en sí no nos aporta mucho, es cierto, pero

Pop. El primer disco de The School, “Loveless unbeliever” (Elefant, 10), ofrecía un pop efusivo y melancólico, basado en la dulce y evocadora voz de Liz Hunt, con tal encanto indie que era como una irrechazable invitación a alcanzar la inmortalidad quedándose una semana tumbada entre pósters de Camera Obscura y singles de pop antiguo. “Reading too much into things like everything”, la segunda entrega de este grupo de Cardiff, hubiera podido (¿debido?) ser más de lo mismo, pero no es igual: suena más profesional, pero emocionalmente mucho menos inspirado. Hunt parece aburrirse mortalmente de sí misma canción tras canción a fuerza de tanto repetir que si le han robado el corazón, que si se lo han roto, que si cree que se lo devolverán pronto, y sus siete (sí, siete) compañeros de grupo, mientras, ni se inmutan, e impasibles le tocan la trompeta y los violines y dan palmas como si no se dieran cuenta de que la cosa (ya) no cuaja. Quizá haya llegado la hora de salir un rato. Gloria González


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discos

Beachwood Sparks “The tarnished gold” SUB POP / ¡POP STOCK!

Folk psicodélico. Los días eran dorados. Yo estaba solo, y encontraba paz sentando en el rellano de mi casa, frente al jardín, leyendo con avidez algún relato de un escritor muerto mientras saludaba atentamente a cada vecino que pasaba, con ojo de no perder de vista los reconocimientos entre arbustos de mi gato fugitivo, sumido en el placer máximo de hacer todo eso mientras escuchaba un cálido disco de Beachwood Sparks, que sonaba a mis espaldas, desde el viejo reproductor Hitachi heredado de mis padres. Ha pasado tanto tiempo de aquello... Describo la escena porque me parece una estampa incontestablemente country y afín a lo que representa la banda de Los Angeles, y también para resaltar de entrada el cariño insobornable que le tengo a Christopher Gunst y sus chicos. Hace más de una década desde que mi recetario anímico se sostenía con cíclicas escuchas del primer disco de Beachwood Sparks, o su continuación, “Once we were trees” (Sub Pop, 01), y sobre todo del hermoso EP “Make the cowboy robots cry” (Sub Pop, 02). Tal vez por eso siento que, de alguna manera, “The tarnished gold” es la confirmación de una promesa, como si no pudiera ser cierto que Beachwood Sparks no vinieran a rescatarnos en los tiempos de mayor crispación, trayendo su optimismo soleado, la dulzura contra el abatimiento. Al principio, con la alargada sombra de canciones tan míticas como “Ponce de Leon Blues” o “Desert

skies”, su nuevo disco puede parecer un reflejo traslúcido de sus obras anteriores, pero en apenas unas escuchas te (con)vence el corazón. “The tarnished gold” posee un aura tan pacífica y embriagadora que, aún siendo tan reciente, ya me ha salvado un par de días malos. “Forget the song” amanece con una tonada hecha de guitarras especulares y voces reverberantes, que apelan al sosiego reflexivo del leitmotiv de la obra. Es sobre el tiempo: todo muere y florece de nuevo; hay que saber eso, y dejar que el sol de la próxima estación deshaga el hielo de cada invierno. La brecha de psicodelia que se abre a mitad de la animación fraternal de “Sparks fly again” abre horizontes de grandes coros y punteos, de cumbre a cumbre. En realidad, todas estas canciones son maravillosas. El pulimento de las voces y la manera en que cada nota alcanza una evocación, nos permite dibujar estampas de sabio romanticismo, rellenar una casilla de imágenes claras en nuestro fuero interior: las áridas guitarras y adustas voces de “Mollusk” te permiten pasar la mano por una pared de roca llena de conchas, mientras el tumulto de la playa queda en el rabillo del ojo; el trote vespertino de “Tarnished gold”, la mágica parsimonia de las guitarras de “Water from the well”, o la vena de Johnny Cash edulcorado de “Talk about lonesome” pueden guiar entre tararaeos tu viaje de verano. Tal vez dentro de un tiempo esta sea la música que querrás que escuche tu recién nacido, o puede que aquí estén las últimas canciones que querrás escuchar en vida. Al fin y al cabo, las canciones de Beachwood Sparks emergen del mismo viejo pozo de siempre. Es música bañada de luz natural, que no pretende descubrir nada; solo trata de cuidar de lo que nos queda. Albert Fernández

Tripulante y Crucero “El sonido de los mapas” Gran Derby

Pop vitalista. Hay que reconocer el estimable esfuerzo de este quinteto de múltiples nacionalidades (española, francesa y estadounidense) a la hora de apropiarse de sonidos caribeños y tropicales (como ya hicieron en su momento Radio Futura o 21 Japonesas) para lanzar un discurso positivo y vitalista. Los pizpiretos dibujos de la guitarra son lo más destacable de un disco de debut, “El sonido de los mapas”, que disfruta de buena caligrafía, pero falla en el punto clave: la falta de una contundencia y variedad rítmica, de la excitación interpretativa, porque no puede ser que temas como “Las flores” o la misma “Tripulante y Crucero” suenen ligeramente perezosas, cuando las influencias latinas deberían sudar baile y alegría. En este aspecto, “Deje usted bailar” sería de las mejor conseguidas, principalmente por pequeños detalles que se salen del género. Eso hace que al final todo quede en un ejercicio de pop divertido, que no es poco, y la prueba es lo bien que sienta “Arrecifes”, que parece evocar más bien al ukelele de Dent May, que la fusión de Paul Simon. Jesús Sáez The Welcome Wagon “Precious remedies against Satan’s devices” Asthmatic Kitty Records / ¡Pop Stock!

que podría haber sido un disco luminoso y terapéutico acabe pareciendo tosco, rudo, previsible y rudimentario. Una pena. Jesús Sáez

The Very Best “MTMTMK” Moshi Moshi / Coop

Afropop. Urge ya un debate claro y sincero sobre el tema de la fusión. No todo vale. Entiendo que los artistas asuman riesgos y busquen nuevos caminos mediante la mezcla de estilos, pero esta fórmula (sí, a día de hoy casi es más fórmula que otra cosa) no siempre (más bien en contadas ocasiones) da resultados realmente interesantes, y se acaba justificando una propuesta por una supuesta originalidad, sin duda un criterio crítico totalmente sobrevalorado. The Very Best regresan después de su ovacionado “Warm heart of Africa” con un disco que sigue aprovechando el tirón africanista del momento con brillantes melodías, maravillosos estribillos y halos vitalistas a menudo estropeados por programaciones pobres, ramplonas, ritmos cuadrados y sampleados de saldo. Temas como “Kondaine” o “Moto” disfrutan de ecos vitalistas y soleados, y en ellos las programaciones resultan funcionales y poco dañinas, pero en otras como “Rumbae” o “Yoshua Alikuti” el desastre llega a proporciones considerables. Las colaboraciones de Baaba Maal, Amadou&Mariam o K’naan equilibran mejor las dosis de tradición y electrónica, pero no evitan la sensación final de que lo

The Tallest Man on Earth “There’s no leaving now” Dead Oceans / Pop Stock Folk / Americana. Habituados al siempre espartano enfoque en estudio del sueco Kristian Matsson (Dalarna, 1983) casi sorprenden los sutiles fondos de pedal steel en “Bright lanterns”, los arreglos de “Revelation blues” y algunos otros detalles de producción como el piano del tema que titula este tercer LP, “There’s no leaving now”. No hay que temer ninguna domesticación: la pericia cantautoril sigue a salvo, el deje nasal a lo Dylan permanece intacto y aunque la fuerza melódica de algunas canciones parece desplazarse hacia un breve estribillo (“1904”, primer single, su nueva “King of Spain”) en la mayoría se despliega en todas las estrofas (“Leading me now”). Para los más suspicaces, Matsson se vacía en una recta final más purista donde encadena esfuerzos a solas con la guitarra (impresionante el fingerpicking de “Criminals”). El Hombre Más Alto del Mundo se mueve para permanecer exactamente en el mismo sitio y todos nos alegramos de ello. Half Nelson

Folk evangélico. El matrimonio compuesto por el reverendo Thomas Vito y su esposa Monique ya mostraron sin rubor alguno en “Welcome to The Welcome Wagon”, su debut en 2008, la influencia artística de un Sufjan Stevens que, además, produjo aquel trabajo. De esta manera los pequeños himnos familiares interpretados en el salón de su casa con el banjo de él, el glockenspiel o la armónica de ella y las voces de ambos, pasaron a traducirse en piezas melódicas de folk orfebre y pop de cámara. “Precious remedies against Satan’s devices” no es tan sólo un paso más en la consolidación de un estilo y unas formas, es la confirmación de que estamos ante uno de los álbumes más conmovedores y preciosistas del año. Es este un disco que transita entre la ambientación introspectiva y contemplativa (“I know that my redeemer lives” o “My God, My God, parts 1 & 2”) y la celebración inherente que brota al rodearse de un entorno familiar y amistoso, algo que sucede en un tema tan festivo como “Rice and beans (But no beans)”. David Giménez Varios Autores “Festival Electrónica en Abril 2003-2012” La Casa Encendida

Electrónica experimental. Que un festival como Electrónica en Abril cumpla su décimo aniversario es motivo de júbilo. Tal como están las cosas, tan sólo una obra social podía ser capaz de arriesgar y financiar un festival de estas características, en el que manda la música de estricta vanguardia, con precios reducidos para una inmensa minoría de la población de Madrid (en la Casa Encendida)

—poco después extendiéndose a Barcelona (ECCM)— y conseguir así un éxito rotundo de público y crítica. Así se celebra su conquista, lanzando una caja de edición limitada, de formidable acabado y compuesta por dos vinilos de color cuarzo. Aquí no están todos los que son, pero sí algunos de los nombres de más peso y relavancia que han pasado por sus diferentes ediciones: Radian, Eleh, Maja Ratkje, nsi., Farben, Dopplereffekt, Elektro Guzzi, Thomas Köner, Matmos y SND conforman esta joya de incalculable valor emotivo. Crucemos los dedos, que cumplan muchas ediciones más. Matías Bosch Varios Autores, Joris Voorn y Cassy
 “Cocoon Heroes” Cocoon Recordings

CD-mix. La llegada del verano no sólo la marca el cansino anuncio de Estrella Damm o los bolos de Paquirrín ‘como DJ’ en las discotecas garrulas de formato carpa. No, el verano llega, aparte de con un pepino en la mano, con la compilación “Cocoon Heroes” bajo el brazo. Más concretamente, con el doble CD-mix que alberga aquellos temas que se pincharán en la nueva temporada de las tradicionales fiestas Cocoon de Ibiza. Para este verano de 2012, los elegidos para tal fin son el siempre incisivo Joris Voorn y la austriaca Catherine Britton (Cassy, según el roster del sello de Sven Väth). El holandés de oro se encarga del primer CD, imprimiendo el músculo techno esperado con hits que tiran del carro como “Harmonie” de Oxia o “The swan” del (casi) infalible Lawrence. Del otro trozo de plástico se encarga Cassy, quién sorprende con la inclusión de temas bass y techno tan frescos como “Stifle” de Pearson Sound, “Fold” de Sigha o la visceral “Wax 303003” de Shed & Wax. Pues eso, que el verano ya está aquí. Creo que me voy a la playa un rato. Beto Vidal

Vacationer “Gone” Downtown Music / ¡Pop Stock!

Summer beats. El calor del verano invita a alejarse de las músicas más aguerridas. Sudores los justos y, a poder ser, estrictamente propiciados por el placer. Kenny Vasoli aparca el rock más visceral, arrincona el punk pop de sus otras propuestas musicales y saca a relucir un palmito mucho más acorde con la estación del año que ahora nos atrapa. Vacationer es un proyecto refrescante, con ambientaciones soul y R&B, teclados atmosféricos que remiten a lugares idílicos y tropicales —similares a los de Vampire Weekend o Beach House—, cadencias hip hop, excelentes arreglos de cuerda y unas armonías vocales que conducen hacia las costas de Florida. “Gone” es una invitación a la escapada, la posibilidad de una isla donde todo es posible y todo se da. Un sublime trabajo de pop abierto a múltiples influencias, todas ellas de marcada elegancia. Un álbum que no esconde su tributo al amor y al deseo de su continuidad una vez haya llegado el otoño. Por una vez, y sin que sirva de precedente, “summer make love”. David Giménez


Can “The lost tapes” MUTE/PIAS

Zulu Winter “Language” PIAS

Pop. Con el tiempo he asumido que hay ciertas cosas que nunca entenderé, como por qué ningún grupo querría ser los nuevos Coldplay: con unos Coldplay ya hay ‘demasiados’ Coldplay. Y lo mismo sirve para muchas de las bandas que marcan el sonido de la Gran Bretaña actual. El caso es que siempre me preguntaré si algunos grupos suenan como suenan porque ésta es su noción de ‘música actual’ o porque esa es la noción del productor (en este caso, Tom Morris, ex colaborador de Gallon Drunk), pero en cualquier caso el resultado es el mismo: soy incapaz de sentir el más mínimo interés por su disco. Zulu Winter, quinteto londinense que ha conseguido crear cierto revuelo con su single “We should be swimming”, son el equivalente musical a cuando te quedas sin café y decides probar con el que ya usaste la mañana anterior. Cualquiera que se haya encontrado en esa situación alguna horrible mañana sabrá que el resultado no es precisamente la mejor forma de comenzar el día. No me malinterpreten, “Language” es un disco bonito y Zulu Winter incluso tienen alguna oportunidad de triunfar, tazas peores se han tomado, pero yo voy a bajar a por café, ahora. Joan Cabot

Led Er Est “The diver” Sacred bones / ¡Pop Stock!

Neo-dark wave. Led Er Est son a la dark wave lo que The Soft Moon son al krautrock. Ambos revitalizan etiquetas añejas, reciclan sonidos inherentes de las décadas de los setenta y ochenta, pero desde un prisma actualizado. Hay que seguirlos de cerca. En este caso, “The diver” se mete de cabeza en las aguas residuales que Psychic TV, Virgin Prunes o Cabaret Voltaire conta-

minaron con altas dosis de electrónica mercúrica hace un cuarto de siglo. Más que sobrevivir al intento, los neoyorkinos triunfan empezando por evitar caer en los tópicos que arrastra consigo la nueva dark wave; ni van de negro, ni calcan a sus predecesores, aunque se haga notar una evidente fijación por la figura de Peter Murphy en las letras y vocales de su líder, Samuel Kk. Hay varios momentos de gloria en “The diver” —”Housefire at Zumi’s”, “The diver” y “Arab tide” son grandes composiciones—, once cortes en total, volcados en el debido uso de cajas de ritmos martilleantes, sintetizadores brumosos y guitarras punzantes. Tan interesante que muchos se sentirán obligados a echarle el guante a su anterior largo “Dust on common” (09). Matías Bosch

Young Moon “Navigated like the swan” Western Vynil / ¡Pop stock!

Slow-rock. El debut de Trevor Montgomery bajo el alias de Young Moon entra a la primera de cambio y la exaltación crece y se propaga con cada una de sus escuchas: no tiene fin. Con facilidad, “Navigated like the swan” se convierte en el disco rey de las alcobas: sintetizadores etéreos, guitarras de luminosidad cegadora y estribillos dorados. Montgomery quería un álbum preciosista, bucólico, melancólico y la jugada le ha salido sobresaliente. “Navigated like the swan” posee una inmediatez compositiva y tantos detalles que resulta asombroso que haya sido parido por una sola persona. Un total de trece cortes compuestos y grabados durante el transcurso de 2011 y 2012 que advierten horas de estudio, de cambios y recortes, de sudor y lágrimas. ¿Podría ser Trevor Montgomery el nuevo F. M. Cornog que levantó a East River Pipe a finales de los noventa? Pues sí, y podría llegar aún más lejos. Una fascinante similitud vocal con Bruce Springsteen, su evidente facilidad para construir piezas de belleza estratosférica (como la que poseen Beach House, por ejemplo) y una producción excelente (también está él bajo los controles) son algunos de los detalles que juegan a su favor. 42 minutos de éxtasis y candidato directo a meterse en las listas de lo mejor del año, si se hace justicia. Matías Bosch

Krautrock. En una entrevista realizada en estas mismas páginas hace casi diez años, con ocasión de las reediciones que celebraban el trigésimo aniversario de la banda, Irmin Schmidt contaba a este servidor que en el local de ensayo de Can “no se manejaban conceptos previos ni se discutía acerca de cómo construir tal o cual tema, sino que intentábamos componer de manera colectiva, tocando de manera espontánea, buscando un groove, un patrón rítmico, que nos permitiera acoplarnos entre nosotros”. Conscientes de que aquella manera de trabajar favorecía el chispazo de genio ocasional, pero también hacía difícil repetir los hallazgos, tenían por costumbre grabar todos sus ensayos. Una costumbre que, multiplicada por los más de diez años que se mantuvo la banda en activo, provocó el almacenamiento de una cantidad enorme de cintas, en las que convivían encargos para el cine, canciones olvidadas, jams que no iban a ninguna parte, descartes que no llegaron a entrar en los discos y todo tipo de experimentos. Como reconoce el propio Schmidt en las notas interiores de “The lost tapes”, semejante arsenal “nunca estuvo perdido, pero permaneció tanto tiempo en los armarios del estudio que todo el mundo olvidó que estaba allí”. Sólo cuando la banda decidió vender el estudio que había mantenido en Weilerswist, surgió el problema de qué hacer con todo aquello. Menos mal que el hijastro de Schmidt, Jono Podmore, se ofreció a bucear y poner orden en aquel desastrado babel. Un proceso largo, tedioso y enrevesado, tanto por el volumen de música a escuchar (más de cincuenta horas), como por la dificultad de ubicar el contenido, ya que “al principio no teníamos mucho dinero para comprar cintas, así que era bastante común que grabáramos encima, meses o incluso años después. Solíamos quedarnos con los trozos que nos gustaban y grabábamos encima del resto, con lo que en muchas ocasiones terminábamos con un montón de fragmentos aislados, procedentes de distintas épocas”, lo que amplificaba el caos que, ya de por sí, reinaba en esa pila de cajas que Schmidt define gráficamente como “una parodia de organización archivística”. Fruto de ese minucioso trabajo de búsqueda, purga, edición y mezcla son las treinta canciones que contiene “The lost tapes”, una impresionante colección de tres compactos que supone un auténtico tesoro para los se-

guidores de la banda (para cualquier persona con buen gusto, en realidad). Organizado con un cierto sentido cronológico, que en ocasiones se sacrifica, en aras del buen funcionamiento de los discos, la colección arranca de manera trepidante, con la cinemática “Millionenspiel” y con ese tren lanzado a toda velocidad que es “Waiting for the streetcar”, dirigido por el fraseo obsesivo, casi esquizofrénico, de Malcolm Mooney. Encontrarse de nuevo con el malogrado Mooney, de hecho, es una de las grandes bazas de “The lost tapes”: basta escuchar barbaridades como “Deadly Doris” y “Your friendly neighbourhood whore”, o ese irresistible baño de psicodelia alucinada que es “Midnight sky”, para preguntarse qué habría pasado si no hubiera tenido que abandonar la banda. Y también es muy gozosa la recuperación de temas de la época más desconocida de Can, la anterior a “Tago mago” (71): la psicodelia de naturaleza líquida que recorre “Evening all day” o “When darkness comes”, los ecos de la Velvet que se respiran en “Oscura primavera” o el fabuloso patchwork situacionista que es “Graublau”, mezcla de grabaciones de campo, improvisaciones y cintas manipuladas. No significa esto que el resto de la colección no esté a la altura. Piezas como “Dead pigeon suite”, “On the way to mother sky” o “A swan is born”, que en realidad son collages editados por Podmore a partir de fragmentos encontrados en las cintas, resultan ejercicios tremendamente reveladores, que muestran la manera en la que la banda hacía crecer y derivar las canciones hasta que alcanzaban su estado definitivo. Un material que se complementa con tomas en directo, que demuestran lo lejos que podía llegar Can cuando trasladaba al escenario temas ya publicados: las estupendas versiones de “Mushroom”, “One more night” o, sobre todo, “Spoon”, transformada para la ocasión en una bestia mutante que se alarga hasta los dieciséis minutos. Y que se redondea con la adición de caprichos encontrados por las esquinas de las cintas (“The loop”, “Godzilla fragment”, “Barnacles”, “Private nocturnal”), bandas sonoras (“Alice”, “Midnight men”) y hasta alguna canción que, de manera inexplicable, no llegó a entrar en ninguno de los discos, como la tremenda “Bubble rap”, con un Damo Suzuki en estado de gracia. Añadan a todo lo anterior el bonito diseño del artefacto, que imita a las cajas de diez pulgadas en las que se vendían los rollos de cinta, el cuidado libreto que incluye, pleno de información y comentarios, y convendrán con este servidor en que “The lost tapes” es uno de esos regalos que la industria del disco hace a los fans de la música muy de cuando en cuando. Y es que, si esta no es la mejor recopilación del año, que baje Dios y lo vea. Vidal Romero


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discos maxis / libros-dvds-cómics

+maxis The Advisory Circle/Belbury Poly “Inversions” GHOST BOX, 7”

En la cara A, The Advisory Circle juega al despiste, con un “Wildspot” que arranca delicado y pastoral, pero que de pronto se transforma en una pieza de disco retrofuturista, que se lanza hacia al espacio exterior a baja velocidad, y que encajaría a la perfección en alguna película de John Carpenter. Más clásico y naíf, Belbury Poly recupera el espíritu de los Broadcast más livianos en “Now ends the beginning”, una deliciosa canción repleta de coros aniñados, sintetizadores analógicos y melodías luminosas que avanza, despreocupada y feliz, por la cara B de un single de diseño tan impecable como su contenido. VR

Coma “Hanoi EP” CORRESPONDANT, 12”

En la senda de los dos espléndidos maxis que grabaron para Kompakt el año pasado (“Fameless” sigue siendo un pequeño favorito del que esto suscribe), los alemanes Coma se descuelgan con “Hanoi”, otra pieza de techno cinemático cocida a baja velocidad, infectada de melodías pop y adornada con ribetes cósmicos y golferío vocal. Un tema ideal para insuflar vida a un buen after, pero que sólo alcanza todo su potencial en la remezcla de Tim Paris, que aumenta levemente el pitch, acentúa los bajos y añade especias ácidas, hasta construir un monstruo hipnótico y espacial. Un segundo corte, “Queen B”, con aires disco y vocación de hit, completa un maxi sobresaliente. VR

Gui Boratto “This is not the end Remixes”
 Kompakt, 12”

El brasileño Boratto y la escudería Kompakt siguen sacando petróleo a “III”, el último trabajo de la fábrica con patas de hits technopop perecederos. Porque la infecciosa “This is not the end” es un temazo muy al estilo “No turning back” o “Beautiful life” que bien me-

Textos

recía un encargo de remezclas. Los delegados de firmar el 12’’ son en primera instancia el propio Boratto, quién refuerza con hormigón la percusión e insufla sintes new age para levitar. El invitado a la fiesta es el capo Michael Mayer (últimamente, y gracias a dios, en forma) para añadir más chicha al asunto, creando a base de colchones de sintetizador y samples femeninos vocales troceados un clímax de esa felicidad absoluta que sólo obtienes cuando los primeros rayos de sol acarician tu cara. BV

J.M.F. Jacob Mikesh Filburt “Philipp Dolphia” PERMANENT VACATION, 12”

O de cómo se juntan un productor de Dresden (Jacob Korn) y dos de Leipzig (Good Guy Mikesh y Filburt) para tallar un par de gemas de house al ralentí, luminosas como un atardecer en la playa. “Philipp Dolphia” brilla con destellos balearic, se fía a un ritmo pegajoso y cinemático, y al gancho melódico de una flauta con cierto aire jipi. Más misteriosa, pero igual de efectiva, “At the ranch” llega adornada con volutas sintéticas de aire cósmico, un delicado acorde de piano y arreglos de vocoder. Un material que otro alemán, Lauer, engolfa a base de añadir un ritmo ligeramente más agresivo y un bajo de esos que se pegan al estómago. Clase, dicen que se llama. VR

inglesa del 89. Head High remezcla en la otra cara el tema, donde magistralmente fortifica la percusión y comprime el tema a niveles del techno abrumador marca de la casa. BV

Locussolus “Berghain/Telephone” INTERNATIONAL FEEL, 12”

Que DJ Harvey saque a pasear su alias más perlita para rendir homenaje a una noche de despendole que pasó en el Berghain sólo puede significar que se avecina una tormenta de techno seco y espacioso, del que hace que las vecinas se asomen a la ventana, preocupadas porque la casa retumba. “Berghain” es eso: una jam anclada a un ritmo monolítico, sobre el que se dejan caer efectos especiales, golpes ocasionales de bajo, algún filtro ácido y sintetizadores ruidosos durante diez gloriosos minutos. Y eso que la auténtica joya del maxi se encuentra en la cara B, en un “Telephone” que es un puro delirio disco rematado con un estribillo adhesivo: un auténtico viaje por el lado más perlita de la noche. VR

Joy Orbison “Ellipsis”
 Hinge Finger, 12”

Matthew Dear “Her fantasy”
 Dentro del contenedor de basura de internet encontramos, a parte de muchos gifs de gatetes, cantidades de material inédito de Peter O’Grady. Entre ellos destacaba en especial “Ellipsis”, que asomó por primera vez hace medio año cuando Boddika lo pinchó en el show de Benji B. Debido al buzz causado, Orbison decidió plancharlo en su sello Hinge Finger. A partir de un sample vocal de Phil Aslett extraído de un documental sobre drum’n’bass, el británico monta un temazo que duerme sobre bajos burbujeantes de TB-303 y mantiene la pulsión house gracias a unos acordes de piano que parecen desenterrados de una rave

Ghostly International, 12”

Que vuelva Matthew Dear es sin duda una de las grandes noticias de la temporada, en nuestras manos reposa “Her fantasy”. El single resulta un delicioso caleidoscopio de psicodelia pop donde la profunda voz de Dear se mezcla con texturas de minimal techno ricas en melodías policromas -que recuerdan a las colaboraciones de Brian Eno y David Byrne-. Tornado Wallace remezcla el track en la otra cara transformándolo en un embrión electro válido para la pista de baile. Remata el maxi “Crimewaves”, otra brillante composición de Dear que extiende la lisergia gracias al pegadizo coro que aumenta su intensidad hasta estallar en un calculado orgasmo de sintes. BV

Mosca “Eva Mendes EP”
 Hypercolour, 12”

Varios Autores “Stellate 2” STROBOSCOPIC ARTEFACTS, 2X10”

Aunque se ha ganado su reputación a base de repartir andanadas de techno clínico, frío y oscuro como la guarida de un oso pardo, en el sello italiano Stroboscopic Artefacts también saben apreciar el ambient experimental; ese ambient que florece entre texturas emponzoñadas y volutas sintéticas de superficie líquida, y que contamina el alma sin necesidad de recurrir a la presión de los beats. A este fin dedican la serie “Stellate”, que en cada volumen cede a cuatro artistas

una cara de un diez pulgadas. En la segunda entrega abren el fuego Dadub, con dos absorbentes ejercicios de ambient dub, que igual tiran hacia las simas abisales (la húmeda “Endless”), que se asoman a una superficie húmeda y burbujeante (“Refraction”). En el reverso, Silent Servant se asocia con Luis Farfan para entregar dos estupendas piezas de ambient noise, en las que conviven golpes de percusión, texturas metálicas, sintetizadores cargados de dramatismo y samples vocales recortados. Y la cosa aún mejora en el segundo vinilo, que comparten los estupendos Roll The Dice, con dos cortes repletos de tensión, que insisten en su ominosa y distópica visión de la kosmische, y los italianos Plaster, con una IDM de atmósferas tóxicas, detalles exóticos y ritmos tecnificados. Añadan a tan portentoso contenido una presentación espectacular (dos diez pulgadas transparentes y varias serigrafías, alojados en una bonita caja metálica), y comprenderán por qué “Stellate 2” se ha ganado a pulso el puesto destacado en un mes como este, repleto de maxis brillantes. Vidal Romero

El productor británico homenajea a una de las celebrities femeninas más exuberantes: Eva Mendes. Y lo hace de la mejor manera que sabe, esto es, con un tórrido hit homónimo de progressive house que parece recorrer cada curva de la actriz. Rellena la cara otro revienta pistas housero, “Accidentally”, donde Robert Owens sube la temperatura con su sobrada voz, amortiguada bajo el arquetipo del deep house. Completan el maxi dos versiones —en clave dub y vocal— de “Murderous”, otro hit diseñado para adherirse ad eternum a la maleta de cualquier DJ con decencia. BV

Octa Octa
 “Oh love” 
100% Silk, 12”

Nueva entrega del (polémico) hipster house que divulga el sub-sello de Amanda Brown dedicado la música de baile. Hoy, Michael Morrison, el prototipo de hipster residente

Vidal Romero y Beto Vidal

en Brooklyn, que sigue barriendo para casa con esta nueva entrega. “Oh love” da más vueltas al concepto iniciado en los EPs “Let me see you” y “Freedom 2k”, esto es, house confeccionado a bajas pulsaciones pero siempre atento a la pista. Si los dos primeros aportes despegan paulatinamente hacia un deep-house que busca el alzamiento colectivo de brazos (“Deep hurt” y “Oh love”), la cara B ofrece una versión más de after a las 16h de la tarde (“Night out” y “I can feel you” en clave dub). Un maxi algo irregular que sigue alimentando el hype 100% silk. BV

Sensate Focus “5” SENSATE FOCUS, 12”

DJ Sprinkles & Mark Fell “Complete spiral” COMATONSE, 12”

Ya es oficial, detrás de Sensate Focus, ese misterioso sello/proyecto, está efectivamente un Mark Fell decidido a explotar su pasión por el deep house. Un deep house exploratorio y paisajista, que va mutando a lo largo de piezas largas y laberínticas, que cambia alegremente de tempo y de acento, se deja salpicar por glitches y barridos de filtro, y se siente mucho más cerca de Orbital que de .snd. “5”, segunda entrega del proyecto, refina y mejora una fórmula que se baila por igual con el culo y la cabeza, y que tiene una versión más accesible en “Complete spiral”, un maxi producido junto a Terre Thaemlitz, que quita protagonismo a las partículas experimentales y añade un refrescante aire tropical. VR

Teengirl Fantasy “Motif” R&S, 12”

Dos años después de conquistar el mundo con “7AM”, Teengirl Fantasy vuelve a la vida con un “Motif” de vocación paisajista, que arranca perdido entre brumas detroitianas y filigranas sintéticas, y que poco a poco se va llenando de luz, superponiendo melodías y capas de sonido, hasta alcanzar un éxtasis de acento balearic, capaz de derretir cualquier pista de baile. Semejante golosina se acompaña con un discreto remix de Actress, que añade bombos y un bajo burbujeante al original, pero se deja por el camino gran parte de la magia, y con la preciosa “Eternal”, que conjura el intelligent techno de los noventa con extrema elegancia, un ritmo de construcción milimétrica y un espectacular manejo de las texturas. VR

xxxy “Bash EP” Halo Cyan records, 12”

Rupert Taylor sigue personalizando en sus carnes el significado de estar ‘on fire’. Tras firmar un brillante “Everything EP” hace un par de meses, el de Mánchester plancha un nuevo vinilo con tres piezas propias impolutas. En la primera pista homónima, Taylor hace lo que mejor saber hacer: convertir un tema house de manual en un himno de bass music imparable. Con “Werk”, en cambio, xxxy tira del electro y bases breakbeat para crear (otro) temazo muy bailable y poseedor de una bassline inmortal. Por otra parte, “Give in to you” concentra su esencia en la abrasiva percusión utilizada, mientras que Isotonik la remezcla acelerando su tempo. El italiano French Fries hace lo contrario cristalizando el sonido de “Bash” para cerrar el maxi. Rupert está que se sale, oigan. BV


Antonio Baños Boncompain “Posteconomía. Hacia un capitalismo feudal” libros del lince

Escribo esto mientras Monti suelta faroles para que Europa se ponga las pilas de una vez ante los ataques continuados a toda la deuda soberana de sus miembros más ‘tocados’ por la crisis (ya saben, los que vivimos “mediterráneamente”), y nuestro Rajoy intenta vender la economía española como algo serio sólo por saber bajarse los pantalones cuando se lo piden (porque en materia de previsión vamos un poco justos), su, admitámoslo, único argumento. Mientras la zona euro mantienen reuniones para salvar su parcela, los ciudadanos de a pie vemos que nuestros derechos son mutilados de manera (seguramente) perenne. ¿Y todo por qué? Y la respuesta será, “porque lo exigen los Mercados”. Y usted, querido lector, se quedará pensando, preguntándose quién coño serán esos Mercados. La razón es muy sencilla. Antonio Baños Boncompain ya nos explicó hace dos años las razones por las que “La economía no existe” (Libros del Lince, 2010). Lo que ocurre ahora es su continuación lógica, la posteconomía, “una forma de dominio absoluto basado en el miedo y la deuda,

que genera una obediencia servil a un nuevo estamento señorial que se rige por encima de la geografía, el Estado y la ley (...) Funciona con exaltación e imitación. No tiene discurso y se explica con símbolos, metáforas y gestos”. Si tenemos que apretarnos el cinturón y olvidarnos de bagatelas como una educación pública de prestigio o una seguridad social decente es porque los mercados lo ordenan, como cuando el Papa Urbano II obligaba a los nobles a enrolarse en la Primera Cruzada (siglo XI) al grito de “¡Dios lo exige!”. En la primera parte de este estupendo “Posteconomia”, Baños lanza metáforas y datos sobre como la economía se ha convertido en un territorio más teológico que matemático, una “Ciudad de Dios” alejada del mundo real donde sólo unos poco son capaces de entender sus reglas. Un lugar donde se ha empeñado el tiempo (como aquellos horribles Hombres Grises de “Momo” de Michael Ende) convirtiéndolo en deuda. La segunda parte del libro es más jugosa: la creación de una Nueva Edad Media basada en la idea de “pérdida del monopolio del Estado-nación para ejercer la violencia y la representación política y la creación de una especie de cultura fragmentaria hecha de retazos y revisiones del pasado”. Una nueva era oscura en la que la Deuda será nuestro nuevo Dios y los Estados estarán supeditados a una nueva clase monacal llamada ‘Los Mercados’, regidores e interpretadores de la sagrada palabra del Dinero, el Beneficio y el Balance de Resultados. Da miedo, ¿verdad? Manu González

+libros Mike Davis “Urbanismo mágico” Lengua de trapo

María Adell y Pau Llavador “El Nueva York del Padrino y otras películas de la mafia” Lunwerg

Si el padre del cyberpunk, Mike Davis, es un referente de la sociología es precisamente por obras como ésta. “Urbanismo mágico. Los latinos reinventan la ciudad norteamericana” es un fascinante ensayo socio-político que se adentra en la creciente comunidad latina en Estados Unidos y su repercusión colateral. Davis lleva a revisión el impacto demográfico, económico y político de la inmigración latina de estados como California, Florida o Texas. Una obra que destaca por su solidez argumental y estadística, fruto de intensos meses de trabajo de investigación, que recala en todos los parámetros posibles: desde su incursión cultural (ya sea gastronómica o musical) hasta la excesiva e inadmisible persecución racial que tiene lugar en sus fronteras. El autor de “Ciudad de cuarzo” acierta poniendo datos sobre la mesa que, por sí solos, anticipan el futuro de los movimientos migratorios a unas cuantas décadas de distancia, ya no sólo en Estados Unidos, sino en el resto de occidente. Matías Bosch

Pasear por Nueva York es como estar dentro de una película, todo resulta cinematográficamente familiar, aunque a menudo no podamos recordar en qué película nos encontramos. Seriamente preocupada por los efectos de esta desorientación, que puede derivar en melancolía, María Adell —siempre acompañada de su diseñador, fotógrafo y más cosas Pau Llavador— se ha puesto a topografiar. Primero fue “El Nueva York de las películas de Woody Allen”, y ahora esta guía de localizaciones mafiosas utílisima para perdernos en un film, sabiendo ahora muy bien de cual se trata. Si Coppola, Scorsese o Los Soprano. O si “Boardwalk Empire”, “Atrapado por su pasado” o “King of New York”. Las fotos de Pau y los textos de María documentan con gusto y contención la inmersión en el magnífico decorado que las cámaras se encontraron al salir a la calle, allá por “La ciudad desnuda” (Jules Dassin, 1948), como si Nueva York fuese una ciudad creada para el cine. Qué sería de Nueva York sin el cine, y qué sería del cine sin Nueva York. Se retroalimentan, aquí queda meridiano. Philipp Engel

cómics “Flex Mentallo” Grant Morrrison y Frank Quitely ECC ediciones

Recuerdo las pesadillas que tenía cuando leía los cómics de “Doom Patrol” escritos por Grant Morrison en los años 90. En mis sacudidas oníricas, me asediaban hombres con enormes tijeras por manos y robots que aparecían en las cornisas de la Sagrada Familia. Al despertar, me costaba distinguir entre la insulsa realidad y la materia que fundamenta la locura. Años antes, pasaba las tardes garabateando personajes con poderes y trajes chillones que pintaba con alpinos. Todo eso, todo eso que soy yo, todo eso es “Flex Mentallo”. Morrison, ese bastardo genial, engarza de manera magistral la fantasía del cómic y la miserable realidad. El absurdo justiciero musculoso es el único ajeno a las fisuras entre realidad y ficción, mientras los héroes de mil mundos deciden convertirse en seres de ficción con tal de salvar el universo, al tiempo que el joven Wally Sage recapitula su vida y su relación con las drogas y el resto, contándole a un interlocutor que bien podrías ser tú cómo han cambiado las cosas desde que era pequeño y dibujaba sus tebeos de... Flex Mentallo. Estás ante una obra maestra de la metaficción, el homenaje definitivo a todas las edades del noveno arte. ¡Si sólo puedes comprar un cómic este mes, que sea éste! El universo entero depende de ello. Albert Ferrnández

“AIDP: El Rey del Miedo” Mignola, Acurdi y Davis

“Lobezno y la Patrulla X” Jason Aaron y Chris Bachallo

“El amnios natal” Alan Moore y Eddie Campbell

PANINI

astiberri

norma

63 cómic-books después y varias historias cortas (incluido esos dos maravillosos flashbacks que son “1946” y “1947”), los guionistas Mike Mignola y John Acurdi, y el dibujante Guy Davis principalmente, ponen punto y final al primer ciclo de las aventuras de la Agencia de Investigación para Defensa de lo Paranormal (“AIDP” en español, “B.R.P.D.” en el original). 14 trade paperbacks en los que se cierra los últimos coletazos de las Tierras Huecas y la plaga de las ranas. La mejor decisión que pudo tener nunca Mignola fue separar a Hellboy de sus amigos tras lo acontecido en “El gusano vencedor” (2002). En las posteriores aventuras de la AIDP, los protagonistas han crecido gracias a no estar influidos por la larga sombra de su héroe y amigo. Mignola ha encontrado un gran aliado en los guiones de Acurdi y Guy Davis ha demostrado, entrega tras entrega, que es el mejor dibujante del universo Hellboy junto a, claro, Mignola y Richard Corben. Manu González

Tal vez Marvel apeste, pero en La Casa de las Ideas todavía quedan dos tipos con el ingenio intacto, dando lustre a ese sobrenombre. Uno es Rick Remender. El otro es Jason Aaron, todo un joven maestro de los entresijos superheroicos. Esta serie es consecuencia de la escalada dramática que el mismo Aaron orquestó en “Cisma”, donde los intereses de Cíclope y Lobezno se escindieron definitivamente. Logan ha decidido regresar al hogar clásico de los Hombres X, Salem Center. Allí, sobre las ruinas del Instituto Xavier, nace ahora la escuela Jean Grey de Enseñanza Superior. Junto al hosco canadiense, una pléyade de personajes estrambóticos y, como co-directora, mi chica favorita, Kitty Pryde. El primer número de la serie es un hilarante cómic-book redondo que apela a los momentos más inspirados de Claremont y al espíritu sitcom del “Excalibur” de Alan Davis. Si Marvel apestara, Logan ya lo hubiera olido. Albert Ferrnández

Alan Moore tiene un montón de obras que podrían volver loco al lector más avanzado en religión, parapsicología y diversas creencias chamánicas, pero si tuviéramos que hacer un ranking entre los cómics más extremos del barbudo guionista de Northampton seguramente el primero sería éste “El amnios natal”, obra que fue editada por La Factoría de Ideas hace unos años y que ha vuelto a reeditar Astiberri porque estaba agotadísima (servidor tiene una copia en su casa, por supuesto). Adaptación del cómic de su socio Eddie Campbell (con quien nos acojonó durante toda una década por culpa de “From Hell”) de la obra leída que Alan Moore estreno en el Old Country Court de Newcastle (con música de David J y Tim Perkins) sobre un viaje hipnótico a la infancia y la edad lactante del propio autor por culpa del descubrimiento de su saco amniótico (parte de la placenta) que su madre guardaba. Manu González


050/051

songwriters / último clásico

songwriters

“Te quiero, Porgy”. Y aunque no sea del todo cierto, ni tampoco del todo mentira, al menos te lo diré muy lentamente para que parezca que no hay ninguna duda de que mi amor es generoso y puro y limpio y que eres muy afortunado de ser tú —sí, sí, tú— el elegido. Pobre Bess con el alma rota. Va y le dice a Porgy que le ama y lo hace para convencerse a sí misma de que quizás sí, quizás sí podría quererle. Si todo va bien y Porgy es capaz de ayudarla, ella le querrá hasta el final de sus días. Bess promete ser agradecida. Si lo prefieren, podemos dejarlo aquí. Podemos hablar de lo cínica que es ella y de la bajeza de sus falsedades. Pero, si por el contrario, se consideran personas valientes que no temen adentrarse en las profundidades de los sentimientos comunes, podemos comentar la canción como es debido. Piensen en la versión de Billie Holiday y caminemos juntos hacia la cueva. Que levante la mano quien haya utilizado un ‘te quiero’ alguna vez. Puede que ‘utilizado’ sea una palabra demasiado dura. Digamos más bien que levante la mano quien haya usado, manipulado, torcido o, simplemente, provocado un ‘yo también’ egoísta. Ahí está, un bosque de cínicos brazos en alto lo confirma. A nadie le gusta tener que hacerlo, pero a veces no hay otra. Si la situación lo requiere, dos o tres palabras falsas, debidamente cubiertas de cariño y estima, pueden sernos de ayuda. Sólo hay un pequeño inconveniente y es que las mentiras son útiles a veces, pero nadie ha conseguido hacerlas eternas (y si lo fueran, ¿cómo íbamos a enterarnos?). Tarde o temprano, las cosas van a tener que cambiar. Decir ‘te quiero’ será más penoso. Cada vez más difícil. Las palabras quedarán atrapadas en la garganta. No necesitaremos ayuda. No querremos ser ayudados. Adiós. Me marcho. No puedo más. Bess, como Billy Holiday o Nina Simone, sabe que Crown es un bruto y que Sportin’Life es una alimaña. Bess lo sabe todo, porque lo ha vivido y llorado todo. Por eso, necesita a Porgy. Cuando él venga, Crown, Sportin’Life, el happy dust, quién sea, cuando regrese, habrá llegado el momento de deshacer el enredo. Este ‘te quiero’ sólo durará hasta que deba ser regalado a otro que lo pida más alto. “It’s going to be like dying”, aunque Ira Gershwin no nos dice si será así para él o para ella, para el abandonado o para la mentirosa. Es posible que sea “like dying” a partes iguales. Es inevitable. “It’s going to be like dying” pero para allá me voy.

Ira y George Gershwin “I loves you, Porgy ”

Compositores: Ira Gershwin (letra) y George Gershwin (música). Incluida en el musical “Porgy and Bess”estrenado en Broadway en 1935. Texto

Banessa Pellisa Ilustración Pablo Moreno

I loves you, Porgy, Don’t let him take me Don’t let him handle me And drive me mad

Te quiero Porgy No dejes que se me lleve No dejes que me controle ni que me vuelva loca

If you can keep me I wanna stay here with you forever And I’ll be glad

Si puedes mantenerme me quedaré contigo para siempre y me sentiré satisfecha

Yes, I loves you, Porgy, Don’t let him take me Don’t let him handle me With his hot hands

Te quiero Porgy No dejes que se me lleve No dejes que me maneje con su hechizo

If you can keep me I wants to stay here with you forever I’ve got my man

Si puedes mantenerme me quedaré contigo para siempre ya tengo a mi hombre

I loves you, Porgy, Don’t let him take me Don’t let him handle me And drive me mad

Te quiero Porgy No dejes que se me lleve No dejes que me controle ni que me vuelva loca

If you can keep me I wanna stay here with you forever and I’ll be glad

Si puedes mantenerme me quedaré contigo para siempre y me sentiré satisfecha

Someday I know he’s coming to call me He’s going to handle me and hold me

Sé que un día vendrá a buscarme y a controlarme y a cogerme

It’s going to be like dying, Porgy When he calls me But when he comes I know I’ll have to go

Será como morirse, Porgy Cuando me llame Pero cuando venga, sé que tendré que irme


el último clásico El post-rock,  como prácticamente toda corriente musical vanguardista o apartada de la norma (en este caso del rock más purista), acabó comercializándose con la aparición de grupos como Mogwai o Sigur Rós. Pero hubo un tiempo en que el post-rock era sinónimo de grupos y nombres extraños que hacían la delicia de coleccionistas, melómanos y músicos, ávidos de encontrar nuevos grupos que escuchar y en los que inspirarse. Muchos de esos grupos siguen siendo unos completos desconocidos en nuestro país, como Paul Newman; el actor no, la banda.

Paul Newman

“Frames per second” trance syndicate, 1997

Texto

Israel Márquez

P

oca gente conozco que haya escuchado a Paul Newman. Bueno, a Paul Newman le hemos escuchado todos: en películas, entrevistas, entregas de premios, en versión original, doblada, etc. Pero a Paul Newman, la banda, no tantos. En este caso ocurre lo mismo que con otros grupos de post-rock que toman nombres de personalidades como su tarjeta de presentación, particularmente nombres de futbolistas: ahí tenemos el caso de los norteamericanos Pele o el de los franceses Overmars. Con Paul Newman, la banda, sucede lo mismo, y siempre que intentemos sacarlos a colación en alguna conversación tendremos que utilizar la eterna coletilla: “el actor no, la banda” (o “el futbolista no, la banda”, en los casos anteriores). Es algo con lo que estos grupos siempre tienen que lidiar, el resultado de haber elegido como nombre el de personalidades por todo el mundo conocidas como Pele o Paul Newman (a Overmars le reservamos para una minoría más

entendida en materia futbolística). En el caso de Paul Newman la cuestión se complica un poco más porque entre sus filas figura el bajista Paul A. Newman, doble post-rockero del famoso actor que el grupo utilizó para hacer un simpático juego referencial entre ambos nombres. De ahí la confusión, pero también el juego, el guiño, la ironía. El propio grupo siempre dice que eligieron el nombre en honor a su bajista, pero el guiño referencial es evidente. La primera vez que escuché a Paul Newman fue durante una etapa de devoción post-rockera, esa en la que competías con tus amigos por descubrir los grupos más raros y alejados de la música comercial, y donde encontrabas verdaderos ases del instrumento, como Damon Che, el batería de Don Caballero y uno de mis ídolos de aquella época. Fue precisamente un batería con el que tocaba por entonces quien me dio a conocer a Paul Newman y este “Frames per second”, su primer larga duración (antes habían publicado el sencillo “...Please wait during the silence” en el sello Twistworthy pero sin ninguna repercusión). Aún recuerdo sus palabras: “Si te gustan Don Caballero, Tortoise,  June of 44, Dianogah, Rodan, etc.,  esto te va a encantar”. A partir de aquel momento me apropié de la frase y recomendaba este disco a todo aquel que pudiera, siempre con la eterna coletilla: “el actor no, la banda”. Y es que en este disco estaban todas las características definitorias del post-rock: armónicos y texturas de guitarra, bajos y baterías de ascendencia jazzística, coqueteos electrónicos, momentos de ruido y silencio, de tensión

y distensión, etc. Lo interesante de Paul Newman es que sus miembros vivían dispersos entre Austin, New York y Chicago, cunas musicales (y post-rockeras, sobre todo Chicago) por excelencia. Por eso Paul Newman se mueven en este disco en un marco que va desde el math-rock de ascendencia hardcore (“Astroglide”, “Enter the empire of the ants”), el slowcore (“Carl Sagan”, “Work to do”) o el post-rock más cercano al jazz experimental (“Elements of style”, “The real pro”, “And white”). Incluso dentro de una misma canción el cuarteto juega a desplazarse por este amplio abanico de subgéneros o etiquetas post-rockeras, en especial en la canción “Work to do”, cuyo principio y final es básicamente slowcore pero en cuya mitad incorpora una especie de canción fantasma que deriva en un math-rock muy cercano a Don Caballero para después volver a esa lentitud propia del slowcore y de grupos como Slint o Codeine. Paul  Newman han publicado cuatro discos más desde aquel primerizo “Frames per second” y un disco recopilatorio con el significativo título de “Re-Issue! Re-Package! Re-Package! Re-Evaluate thesongs”. Con el tiempo han ido añadiendo un mayor elemento vocal a sus composiciones, en especial en su disco de 2005 “THIS is how it is LOST” lo que les ha conducido a terrenos más cercanos al emocore que al post-rock ecléctico y enérgico que practicaban en sus inicios, y que en éste su primer disco se respira por los cuatro costados. Un álbum imprescindible para todo amante del post-rock y un último clásico en toda regla.


052/053

open mic

+net labels Columna

David Broc

+import

Columna

Qué tiempo tan feliz Cuando se publicó “Loc’ed after dark”, el debut discográfico de Tone-Lõc, éste era un país todavía analfabeto en materia hip hop. Estamos en 1989, casi casi el pleistoceno. Apenas llegan discos a nuestras tiendas, los principales artistas del género no disfrutan de ninguna representación en los medios generalistas o más especializados —debes conformarte con reseñas de discos en Rockdelux— y las pocas alusiones al rap que surgen en tu entorno parecen un cóctel de desinformación, sorna y desprecio que no sabes cómo tomarte. Estás solo en tu cruzada: acabas de descubrir “Licensed to Ill”, de los Beastie Boys, y “Livin’ like hustlers”, de Above The Law, tus dos puertas de entrada a este universo, y la obsesión ya se ha apoderado de ti. Cualquier canción, disco o portada que tengan alguna relación con este mundo se recibe con euforia y ansiedad preadolescente, y la edad, la inexperiencia y la falta de criterio ayudan a digerir todo cuanto pasa por delante de tus narices. “Wild thing” y “Funky cold Medina” son los dos singles más aplaudidos y radiados de la puesta de largo de un MC californiano de voz seductora y melosa que responde al nombre de Tone-Lõc. Obviamente no tienes ni idea de dónde ha salido, quién es y de qué habla en sus letras. Pero está ahí, de vez en cuando ponen algún videoclip en la televisión y el álbum lo puedes comprar en tu ciudad, está al alcance de un acto de caridad y compasión de algún pariente con ganas de ganarse tu simpatía. Y encima la producción de algunas canciones incluye guitarrazos que te resultan familiares, pues a fin de cuentas has tenido una educación musical ligada al rock. De hecho, la entrada en este mundo ha sido más fácil gracias a los Beastie Boys, Rick Rubin y su obsesión por samplear o incorporar solos de guitarra en las canciones del grupo. Y Tone-Lõc incide en esa vía de acceso amena y reconocible. Soy incapaz de recordar o enumerar las veces que escuché “Loc’ed after dark” en mis primeros meses de descubrimiento del hip hop, pero fueron muchas. Años después, con más bagaje en las neuronas y, sobre todo, con el pronto rebelde de la adolescencia subido, cuando sólo querías escuchar a los más duros del firmamento y demostrárselo a todo el mundo, llegó mi distanciamiento con ese debut y, en general, con todos esos artistas de finales de los 80 e inicios de los 90 que habían ayudado a forjar una suerte de star system mainstream del que renegabas por sistema y por decreto. La edad del pavo no es un invento de la prensa ni de sociólogos con ganas de tocar la moral. Es por todo esto que la reedición deluxe del álbum, que incluye siete piezas adicionales, entre remezclas, versiones alternativas y material hasta ahora inédito, ha supuesto una ocasión de oro para revisar un disco que tenía completamente olvidado y afincado en esas absurdas listas negras que realizas cuando te dejas ganar por los impulsos y los caprichos del momento. Tras recuperarlo a conciencia, dos conclusiones salen a flote. Primero, aunque “Loc’ed after dark” ha quedado desfasado y tiene algunos momentos de aplastante previsibilidad, es este un disco de refrescante ingenuidad, tanto en la producción —esquemática pero de contundente vocación pop— como en las letras, que muestran a un MC cachondo e inusitadamente sutil a la hora de abordar temas como el sexo o la conquista. Y segundo, Tone-Lõc podrá presumir toda su vida, sobre todo ahora que le persiguen diversos problemas con la justicia, de tener una de las voces más admirables e hipnóticas de la historia del hip hop. No lo llamaría un redescubrimiento, porque el álbum está plagado de imperfecciones, pero indudablemente sí una reconciliación en toda regla.

Gloria González

Oigo señales En el universo paralelo de los netlabels ocurren, a veces, pequeñas revoluciones. Alguien parece haber puesto en marcha una en Hz-records (www.hz-records.com), sello de Tokyo, que de repente no para de editar referencias de gran calidad como “I, all things”, un disco de incisiva electrónica surgida como de la (casi) nada que firmó hace poco Junichi Akagawa, japonés residente en Berlín, o (mejor todavía) “Nil bit berg horn”, co-firmado por el mismo Akagawa y su compatriota Yaporigami (o sea, Yu Miyashita), que viene a ser una estremecedora obra de electrónica experimental donde cada uno esculpe los ruidos, glitches y bips del otro (muy recomendables “Zip” y “Buzz”). También son japoneses Neutrinos, quienes de todas formas viven en otro mundo, a saber, un planeta de pop digital esponjoso habitado por amables fantasmas del shoegaze, donde todo es ligeramente kitsch y puede que en absoluto irónico. Su mini-álbum “ahime.beuht”, que se funde en las orejas como pica-pica, está disponible en Dousoukai (dousoukai.me) y ahí puede encontrarse también una referencia de Einsteins que combina voces de pop naíf nipón e instrumentación proto-cósmica (cuyo título no ha sido traducido a nuestro alfabeto y me lo salto), divertido es decir poco. Mientras, en Indonesia, el futuro grupo preferido de todas las guarderías con simpatía por las licencias creative commons está dando su primeros pasitos. Me refiero al dúo Boy Lost His Toys, cuyo single “Boy lost his toys”, es una enternecedora oda a la falta de medios, publicada con cariño por Mindblasting (min-

dblasting.wordpress.com). Los integrantes del también dúo indonesio Belkastrelka, por su parte, deben de estar probablemente en estos momentos en la calle coleccionando mixtapes que les inspiran collages post-modernos para crear una música inclasificable entre baile, folclore, gospel, poesía y pop protesta, como si Primal Scream se hubieran reencarnado en muy distintas circunstancias. Su “Bela Bangsa” hay que ir a buscarlo a Yes No Wave (yesnowave.com) sin perder tiempo, que, por cierto, pasa volando. Incluso los netlabels que parece que nacieron ayer resulta que cumplen diez años. Es el caso del alemán TonAtom (tonatom.net). Lo celebra con un recopilatorio titulado (lógicamente) “decAde”, que abarca casi todas las declinaciones de la electrónica, destacando la contundencia de Sternenspringer y la delicadeza indietronica de The Daily Routines (con miembros de ne:o y Shortcuts). Felicidades.

+jander Columna

Un tipo serio El australiano Anthony Pateras es un tipo que no ha sabido venderse muy bien. La mayoría de los discos que había publicado hasta ahora (casi siempre en Editions Mego, junto a sospechosos habituales como Robin Fox o Martin Ng) le mostraban como un improvisador de tintes futuristas. Un tipo que mezclaba pianos y cacharrería electrónica en entornos más o menos cercanos al noise, que gustaba de maltratar los instrumentos que caen en sus manos y que en las fotos siempre salía con pinta de nerd, retorciendo los botones de alguna mesa de mezclas. Era necesario fijarse en la letra pequeña (en las ocasionales bandas sonoras que publicaba en Tzadik, por ejemplo, o en los arreglos orquestales que escribía para tipos como Oren Ambarchi o Fennesz) para darse cuenta de que detrás de esa fachada de tipo bruto existía en realidad un compositor bastante dotado. Posiblemente para remediar esa situación, acaba de publicar “Collected

Vidal Romero

works (2002-2012)” (Immediata, 12), una impresionante caja de cinco compactos, que precisamente reúne sus composiciones más (ejem) serias, y que demuestra que tiene mucho más valor cuando se sienta delante de una partitura en blanco que cuando aporrea un sintetizador. De los cinco discos (cada uno dedicado a su trabajo alrededor de un instrumento concreto), los mejores son los que presentan acercamientos específicos al que es su instrumento favorito, el piano. Un instrumento al que arranca miríadas de notas nerviosas y complejas progresiones cuando lo enfrenta en solitario (en las dos largas piezas que ocupan el cuarto disco), pero que también sabe manejar con cierto sentido del humor, como demuestran sus ejercicios con el piano preparado: piezas entrañables, con cierto aire a gamelan, que ponen el énfasis en los aspectos percusivos, y en las que se nota la (inevitable) influencia de John Cage. También brillantes son sus acercamientos al órgano (en la excelente “Architexture”, del tercer disco) y el particular uso que hace de los sintetizadores analógicos en las tres partes de “Keen unknown matrix”. Curiosamente, las composiciones para orquesta y cuarteto de cuerda, reunidas en el primer compacto, son las más convencionales del lote: piezas en las que el tipo demuestra una sorprendente tendencia al bandasonorismo y el drama fácil. Menos mal que el quinto compacto, con piezas escritas para instrumentos de percusión (densos pasajes, en los que abundan los drones y los juegos armónicos) demuestra que Pateras tiene muchas más virtudes que defectos.


+all that jazz Columna

Pepo Márquez

Tres discos para soportar un verano No les vengo a molestar con sermones sobre la meteorología porque para cuando lean esto, es probable que en todas partes haga un calor inmundo, de esos que resta humanidad a los que lo padecen. Mi única intención es hacer de este verano algo mucho más llevadero e interesante con tres recomendaciones discográficas y una bibliográfica; todo muy ligero, para que no se les caliente (más) la cabeza. Un disco perfecto para por la mañana podría ser el “Out of the cool” de Gil Evans Orchestra (Impulse!, 61). Un trabajo melódico y plagado de momentos mágicos de uno de los pianistas y arreglistas más importantes de su generación, responsable de los arreglos del mítico “Sketches of Spain” de Miles Davis,

editado el mismo año que “Out of the cool” (cuyo título, por cierto, es una referencia histórica a la participación de Evans en las sesiones de una de las joyas del género, “Birth of the cool”, también firmada por Miles). En este trabajo de Evans, hay dos momentos irrepetibles, de esos que ayudan a definir y a hacer más grande si cabe el jazz, “La nevada”, que surgió de una improvisación espontánea de Evans y a la que se van sumando las diferentes secciones de la banda, y “Bilbao”, donde el bajista Ron Carter justifica por sí solo su inclusión en el combo. Para por la tarde, cuando haya pasado el pico máximo de calor y de pereza, no hay nada como desperezarse con un disco rítmico y cuyo mensaje político encaja perfectamente en el sentir de la mayoría de gente que conozco, en esta época

que vivimos, el “Liberation Music Orchestra” (Impulse!, 70) de Charlie Haden, producido por Bob Thiele, quizás una de las cinco figuras más importantes del jazz de todas las épocas. Este plástico, polirrítmico, bailón y contestatario, fue escrito en 1969, al calor de las protestas norteamericanas contra la guerra de Vietnam. Lo curioso es que, como explica la arreglista Carla Bley, “nadie compartía el punto de vista de Charlie. Nos lo tomamos más como un trabajo”. Curiosamente, la inspiración para este disco venía de más atrás: Charlie Haden reunió un montón de canciones sobre la Guerra Civil española y sobre otros acontecimientos políticos pasados. Atención a los nombres: “El Quinto Regimiento”, “Los cuatro generales”, o “Song for Che”… Y para por la noche, y pensando en una de esas interminables cenas de verano al borde de alguna costa pacífica, el disco de John Coltrane y Johnny Hartman (Impulse!, 63), donde se mezclan lo mejor del jazz vocal y, bueno, John Coltrane (que es como decir “lo mejor del jazz” sin sonrojarse). Johnny Hartman era considerado un vocalista de jazz, pero era una etiqueta que le molestaba (por limitada): “Yo era un cantante clásico, con gran influencia gospel”. La idea de la colaboración surgió de Bob Thiele, que también ejerce de productor del trabajo. El encuentro tuvo lugar por primera vez en el mítico Birdland de Nueva York, un sitio al que acabaremos peregrinando como otros lo hacen a otros sitios. Una semana más tarde, la magia se produjo en el estudio de Rudy Van Gelder de Nueva Jersey. Y por último, sólo señalar que mientras escribo esta pequeña columna a la que llevo ya amarrado más tiempo del que nunca imaginé, alguien afina un piano de cola, un Steinway & Sons, en el mismo lugar donde me encuentro. Quien haya asistido alguna vez a semejante delirio tradicional, donde la tecnología sólo sirve para confirmar y no para simplificar, sabrá hasta qué punto este pequeño texto está cargado de música y paciencia.

+the true report Columna

Everett True

CARTA ABIERTA DE LORREN DARO Soy la persona que le dio LSD a Brian Wilson a principios de los años sesenta. He sido demonizado por eso estos últimos cincuenta años. Por eso me gustaría aclarar de una vez por todas este episodio. Había sido amigo íntimo de Brian durante tres años cuando él acudió a mí y me rogó literalmente que le diera LSD. Al principio, con sentido común, me negué. Dos años antes, Brian ya había acudido a mí pidiéndome marihuana. También me negué entonces. Durante esa época, Brian pasaba gran parte del día en mi casa y yo en la suya, y fui testigo de varias de sus sesiones de grabación. Varias noches a la semana, celebraba en mi casa lo que podríamos llamar un ‘salón’ –al estilo de lo que hacía Gertrude Sten en París en los años 20. Varios jóvenes artistas, celebridades y músicos de esa época habían acudido a mis fiestas. Casi todo el mundo fumaba marihuana excepto Brian. No se lo permitía. Un año después, finalmente cedí y le pasé un porro. Le encantaron los efectos porque sentía que su creatividad había sido aumentada por la droga. Se sentía agradecido conmigo por haberle abierto esta ventana en su mundo y continuó componiendo hits, uno tras otro. Era una persona estable, sana y alegre. Al cabo de un tiempo, los primos de Brian se mudaron desde Chicago a Los Angeles para vivir con él. Con ellos vino también un amigo llamado Terry Satchen. Terry pronto se hizo colega de Brian y empezó a pasarle otras drogas, además de marihuana, hashish y otras substancias. Fui testigo de todo esto y le pedí a Brian que se alejara de él. Al cabo de no demasiado tiempo, Brian me dijo que si no le pasaba LSD, lo conseguiría de Terry. Sabía lo potencialmente peligroso del asunto, así que cedí y le di el LSD. Yo mismo había tenido bastantes viajes con ácido y conocía las reglas. Le conté exhaustivamente a Brian todos los riesgos a los que se exponía. Su primera experiencia con el LSD fue placentera, profunda y emotiva, y luego me agradeció lo que había hecho por él. Esto sucedió en 1964. El LSD no se declaró una sustancia ilegal hasta 1966.

Al cabo de meses, Brian se retiró de las giras con los Beach Boys para quedarse en casa a componer y producir sus discos. Era algo que él siempre había querido hacer. El padre de Brian, un tipo inestable celoso de su éxito, los demás Beach Boys y, especialmente, el irónicamente apodado Mike Love, estaban en contra de esa decisión. Brian siempre fue intimidado por estas personas, y su única manera de conseguir que le dejaran en paz fue inventarse una enfermedad mental –se escondía en su cuarto con una almohada sobre la cabeza, se comportaba de forma inestable y érrática, etc. Brian me confesó varias veces que esto sólo era una actuación para poder evitar salir de gira. Brian fingió este papel durante tanto tiempo delante de toda esta gente (a excepción de mí y unos cuantos amigos cercanos), que eventualmente su condición se volvió patológica. El declive mental y físico de Brian se aceleró con las excesivas ingestas

de comida, tabaco, cocaína, speed, antidepresivos, LSD y otras sustancias que le fueron suministradas por Terry Satchen y otros, según Brian me contó. Ese psiquiatra de pacotilla, Dr. Eugene Landy, lo empeoró todo al prescribirle a Brian nuevas drogas y lavarle el cerebro a diario con sus dudosos métodos. En nada ayudó la actitud de su estúpida y bovina esposa, Marilyn, una mujer con la que se casó sólamente porque éste había sido rechazado por su hermana, Diane, su auténtico amor. Todos esos cínicos que siempre revoloteaban alrededor de Brian atribuían a ese primer viaje en LSD la razón por la que Brian se apartó de las giras y se recluyó en sí mismo, ignorando el auténtico motivo detrás de ello, que no era otro que su anhelo de quedarse en casa con su mujer, sus perros, su piano, su jukebox, su estudio y su piscina, lo que él realmente disfrutaba. Brian odiaba ir de gira, realmente lo detestaba. Yo, por defecto, me convertí en el villano de este drama. Era el ‘hipster de Hollywood’ que había arruinado la vida de Brian Wilson. Pero nada estaba más lejos de la verdad. Todo lo que puedo decir en mi defensa es que las mejores obras de Brian Wilson tuvieron lugar durante esos años: “Pet sounds”, “Good vibrations” (escrita sobre mi mujer, Lynda), y “Smile”, entre otras. Mike Love odiaba este nuevo y moderno repertorio, y atacaba a Brian sin piedad por ello; durante años, Mike contrató a un equipo de abogados para ‘molestar’ a Brian. A día de hoy, Brian sigue siendo un personaje humilde e inseguro que se ve obligado a complacer a los demás. Siempre ha evitado la confrontación a toda costa, de cualquier tipo. Era una persona vulnerable incapaz de enfrentarse a villanos del poder de Mike Love, su padre, su esposa y toda esa cohorte de avariciosos ejecutivos de la industria musical. Huir de todo ello y refugiarse en una enfermedad mental es todo lo que podía hacer. Tengo 75 años. He arrastrado esta mala reputación durante demasiado tiempo. Nunca me he sentido culpable de la decisión de darle a Brian lo que quería o pensaba que necesitaba. Brian es tan responsable por sus decisiones como lo soy yo de las mías. Y, tened en cuenta, ¡vosotros no estabais allí! Doy permiso para compartir esta carta en cualquier sitio web y estaré complacido de vuestras preguntas sobre este asunto: lorrendaro@gmail.com


054/055

agenda

agenda

Bon Iver

Palacio Euskalduna (Bilbao), 22/07/12 Poble Espanyol (BCN), 27/07/12

Barcelona Domingo, 1 de julio _Faraday: The Montgolfier Brothers, Isaac Ulam... Molí de Mar (Vilanova i la Geltrú). 18 h. 10 €. Lunes, 2 de julio _The Zombie Kids. Razzmatazz 1. 24 h. Precio S/C. Miércoles, 4 de julio _Burning. Music Hall. 20 h. Precio S/C. Viernes, 6 de julio _Cruïlla BCN: Iggy & The Stooges, Los Tiki Phantoms... Fòrum. 18 h. Precio S/C. _Japanther + L’Hereu Escampa. Sidecar. 22 h. 12 €. _Ainara LeGardon. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _Teengirl Fantasy... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Matias Aguayo. Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 7 de julio _Cruïlla BCN: M.I.A., Cypress Hill, The Specials... Fòrum. 18 h. Precio S/C. _Lemon Day: Ainara LeGardon, Betunizer, Senior i el Cor Brutal... Font Cuitora de Capellades. Hora y precio S/C. _Mishima, We Are Standard, Pegasvs... Embassa’t (Sabadell). Hora S/C. 20 €. _Slam... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Tevo Howard. Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. _George Fitzgerald. BeCool. 1 h. 15 €. _Angel Molina. Lasal (Arenys). Hora y precio S/C. Domingo, 8 de julio _Marina Gallardo. Heliogàbal. 22 h. 7 €. _O Sister! Shout, Sister!. Suite. 20 h. 12 €. Martes, 10 de julio _Regina Spektor. Razzmatazz 1. 19:30 h. 29 €.

Miércoles, 11 de julio _Omar Rodríguez-López. Music Hall. Hora y precio S/C. Jueves, 12 de julio _Petit Format: Joe Crepúsculo + Violeta Vil. Jardins Can Sumarro. 20 h. Gratis. _Love Of Lesbian. Poble Espanyol. 21 h. 23 €. _Stay Sick: Sex Museum + The Dealers. KGB. 22h. 15 €. _Maria Coma. Heliogàbal. 22 h. 8 €. Viernes, 13 de julio _The Brandery: The Human League, La Casa Azul... Fira. Hora y precio S/C. _Bailes de Mar Fest: Aliment, Dulce Pájara de Juventud, Hans Laguna... Playa (El Prat Llbr.) 19:40 h. Gratis. _Petit Format: Linda Guilala + Lorena Álvarez. Jardins Can Sumarro. 20 h. Gratis. _La Sentina. Sidecar. 22:30 h. 8 €. _Violeta Vil. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _Delorentos, Shit Robot... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _James Murphy & Pat Mahoney... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 14 de julio _The Brandery: Mala Rodríguez, DJ2d2... Fira. Hora y precio S/C. _Petit Format: Hidrogenesse + Lidia Damunt. Jardins Can Sumarro. 20 h. Gratis. _Los Ganglios. Sidecar. 22 h. 5 €. _Roldán + Cataplausia. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _Linn Youki, Jesse Rose... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Pantha Du Prince... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Domingo, 15 de julio _The Brandery: Miranda Makaroff, Stand Up Against Heart Crime... Fira. Hora y precio S/C. _Emir Kusturica And The No Smoking Orchestra. Palau de la Música. Hora y precio S/C.

Martes, 17 de julio _The Cult. Razzmatazz 1. 19:30 h. 36 €.

_Kosmos. Lasal (Arenys). Hora y precio S/C.

Jueves, 19 de julio _Pròxims: The New Raemon, Maika Makovski, Litoral... Poble Espanyol. 18:30 h. Precio S/C. _Soldiers of Fortune + Man Forever. Heliogàbal. 22 h. 7 €.

Sábado, 28 de julio _Thomas Gandey, Eme DJ... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Simian Mobile Disco DJs... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. _Deniz Kurtel. BeCool. 1 h. 15 €.

Viernes, 20 de julio _The Death Set, Motor... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Guillaume Coutu... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C.

Domingo, 29 de julio _Placebo. Razzmatazz 1. 19:30 h. 35 €.

Sábado, 21 de julio _Vive la Fête, Alex Metric... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Angel Molina... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Lunes, 23 de julio _The Beach Boys. Poble Espanyol. Hora y precio S/C. Martes, 24 de julio _Tokyo Ska Paradise Orchestra. Apolo. Hora y precio S/C. Miércoles, 25 de julio _Ministry. Rockstar. 19:30 h. 30 €. _Mujeres + Aliment. Heliogàbal. 22 h. 8 €. Jueves, 26 de julio _Hugh Laurie With The Copper Bottom Band. Teatro Arteria Parallel. 21 h. Precio S/C. _Mujeres + Aliment. Heliogàbal. 22 h. 8 €. _2D2. Lasal (Arenys). Hora y precio S/C. Viernes, 27 de julio _Bon Iver + Beth Orton. Poble Espanyol. 20 h. 35 €. _Drop The Lime, T.Williams... Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Ellen Ellien... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C.

Lunes, 30 de julio _Rancid + G.A.S. Drummers. Sant Jordi Club. Hora S/C. 31 €. Viernes, 3 de agosto _Pau Roca + DJ Coco... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 4 de agosto _Nerone... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Viernes, 10 de agosto _Shelby Grey, DJ Fra... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 11 de agosto _The Rapture DJs + Marc Piñol... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Viernes, 17 de agosto _William Dafoe, Marc Piñol... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 18 de agosto _Mikix the Cat, Ginebra Herak... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Viernes, 24 de agosto _Oliver Santiago, Angel Funke... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C. Sábado, 25 de agosto _TokTok Vs. Soffy O... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C.


Viernes, 31 de agosto _Pachanga Boys... Nitsa/La [2]. 24:30 h. Precio S/C.

_Voodoo Glow Skulls. Gruta 77. 23 h. 15 €.

Madrid

Martes, 31 de agosto _Emir Kusturica And The No Smoking Orchestra. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 35 €. _Rancid + G.A.S. Drummers. San Miguel. Hora S/C. 31 €.

Martes, 3 de julio _Cypress Hill. La Riviera. Hora y precio S/C. Miércoles, 4 de julio _Los Enemigos. Joy Eslava. Hora y precio S/C. Jueves, 5 de julio _Soledad Vélez. Bar Lorenzo. 21 h. 6 €. Viernes, 6 de julio _Russian Red + Jero Romero. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 20 €. _Poison Ideas + Bladders. Gruta 77. 23 h. 12 €. _This Cocoa. Intruso. 21:30 h. Gratis. _Tensión + Clónicos. El Sol. Hora S/C. 16 €. _Aer, Monotron, Superpez... Siroco. 21 h. 10 €. _Golden Ase, Horse Head... Nasti. 21 h. 10 €. Sábado, 7 de julio _Laetitia Sadier + Single. Siroco. 21:30 h. 12 €. _Japanther. Nasti. 21 h. 12 €. Domingo, 8 de julio _Public Enemy. Teatro Egaleo (Leganés). 19 h. Precio S/C. Lunes, 9 de julio _Regina Spektor. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 20 €. Martes, 10 de julio _John Hiatt. Teatro Circo Price. 21:30 h. Desde 25 €. Miércoles, 11 de julio _Los Coronas. Café La Palma. 22 h. 14 €. Jueves, 12 de julio _We Are Augustines. El Sol. 22:30 h. 15 €. Viernes, 13 de julio _O Sister! Shout, Sister!. Universijazz (Alcalá de Henares). Hora y precio S/C. _Taera. Intruso. 21:30 h. 7 €. Domingo, 15 de julio _Jill Scott. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 35 €. Martes, 17 de julio _Erykah Badu. Teatro Circo Price. 21:30 h. Desde 20 €. Miércoles, 18 de julio _CocoRosie. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 20 €. _Alabama Shakes. El Sol. Hora y precio S/C. Jueves, 19 de julio _Destroyer. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Billy Idol. La Riviera. 21 h. 35 €. Sábado, 21 de julio _Macho. Siroco. 21 h. 8 €. _Los Tikinautas. Intruso. 21:30 h. 10 €. Martes, 24 de julio _Ministry. La Riviera. 19:30 h. 30 €. Miércoles, 25 de julio _Blues Pills. Nasti. 22 h. 10 €. Jueves, 26 de julio _Alela Diane. Café Berlín. Hora y precio S/C. Viernes, 27 de julio _Hugh Laurie With The Copper Bottom Band. Teatro Circo Price. 21 h. Desde 30 €.

Domingo, 29 de julio _Zero Boys. Gruta 77. 23 h. 15 €.

Sábado, 12 de agosto _Creamfields Andalucía: Africa Hitech, DJ Hell, Four Tet vs Caribou, Flying Lotus... Circuito de Velocidad (Jerez de la Frontera). Hora y precio S/C. Viernes, 24 de agosto _Mirador Pop: Anni B. Sweet, Templeton, Modelo de Respuesta Polar... Baluarte de la Candelaria (Cádiz). Hora S/C. 20 €.

Jueves, 2 de agosto _New York Ska Jazz Ensemble. Gruta 77. 21 h. 15 €.

Sábado, 25 de agosto _Mirador Pop: Bigott, Nudozurdo, Dolores... Baluarte de la Candelaria (Cádiz). Hora S/C. 20 €.

Lunes, 6 de agosto _New York Ska Jazz Ensemble. Gruta 77. 21 h. 15 €.

Aragón

Andalucía

Jueves, 5 de julio _Bigott. Anfiteatro Expo (Zaragoza). Hora y precio S/C.

Domingo, 1 de julio _Boat Beam + Jane Joyd. El Astronauta (Córdoba). Hora y precio S/C.

Sábado, 7 de julio _Doble Pletina + Cosmen Adelaida. Veintiuno Pop Bar (Huesca). 22:30 h. 10 €.

Miércoles, 4 de julio _Nocturama: La Casa Azul. CAAC (Sevilla). 22 h. 12 €.

Sábado, 21 de julio _Monegros Desert Festival: The Prodigy, Wu-Tang Clan, 2 Many DJs, Ben Sims, Caspa... Recinto Festival (Fraga). Hora y precio S/C.

Jueves, 5 de julio _Nocturama: Mièle. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. Viernes, 6 de julio _JamonPop: Lasers, Corizonas, Pegasvs... Castillo de Cortegana (Huelva). 21 h. Abono 40 €. Día 20 €. Sábado, 7 de julio _JamonPop: I Am dive, Napoleón Solo, Hidrogenesse... Castillo de Cortegana (Huelva). 21 h. Abono 40 €. Día 20 €. Miércoles, 11 de julio _Nocturama: Espanto + Doble Pletina. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. Jueves, 12 de julio _Nocturama: Jack Beauregard + Salim Nourallah. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. Miércoles, 18 de julio _Nocturama: Bertrand Betsch. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. Jueves, 19 de julio _Nocturama: Antonia Font + Pleasant Freams. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. _The Mattson 2 + Corizonas. Teatro Cervantes (Málaga). Hora y precio S/C. Jueves, 26 de julio _Nocturama: LCMDF. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. _Blues Pills. Loui Loui (Málaga). Hora y precio S/C. Viernes, 27 de julio _Fuengirola Pop Weekend: Les Terribles, Phantom Keys... Bikini Beach. Hora S/C. Abono 40 €. Día 20 E. _Bahía Mar: Vetusta Morla, Eladio y los Seres Queridos... Bahía Mar (Puerto de Santa María). Hora y precio S/C. Sábado, 28 de julio _Fuengirola Pop Weekend: Cooper, The Mockers... Bikini Beach. Hora S/C. Abono 40 €. Día 20 E. _Nocturama: Christian Kjellvander. CAAC (Sevilla). 22 h. 6 €. Domingo, 29 de julio _Hugh Laurie With The Copper Bottom Band. Auditorio (Marbella). 21:45 h. Precio S/C. Viernes, 11 de agosto _Creamfields Andalucía: The Chemical Brothers, Orbital, Modeselektor, Scuba... Circuito de Velocidad (Jerez de la Frontera). Hora y precio S/C.

Asturias Sábado, 14 de julio _Anthony Rother. Acapulco (Gijón). Hora S/C. 18 €. Viernes, 3 de agosto _Aquasella: Ben Sims, DJ Rush, Felix Da Housecat... Recinto Festival (Arriondas). Hora S/C. Abono 65-80 €. Sábado, 4 de agosto _Aquasella: Agoria, DJ Koze, Matias Aguayo... Recinto Festival (Arriondas). Hora S/C. Abono 65-80 €.

Cantabria Jueves, 2 de agosto _Santander Music Festival: La Bien Querida, Anni B Sweet... Campa de la Magadalena. Hora S/C. Abono 50 €. Día 10 €. Viernes, 3 de agosto _Santander Music Festival: !!!, Fanfarlo, La Casa Azul... Campa de la Magadalena. Hora S/C. Abono 50 €. Día 30 €. Sábado, 4 de agosto _Santander Music Festival: Clap Your Hands Say Yeah, Vetusta Morla, Love Of Lesbian... Campa de la Magadalena. Hora S/C. Abono 50 €. Día 30 €.

C. Valenciana Viernes, 6 de julio _Los Enemigos. Jardines de Viveros (Valencia). Hora y precio S/C. Jueves, 12 de julio _FIB: Florence & The Machine, At The Drive-In, De La Soul, The Horrors... Recinto FIB (Benicàssim). Hora S/C. Abono 165 €. Día 75 €. _Mateo Moreno. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 10 €. Viernes, 13 de julio _FIB: Bob Dylan, The Maccabees, Katy B, Django Django... Recinto FIB (Benicàssim). Hora S/C. Abono 165 €. Día 75 €. Sábado, 14 de julio _FIB: The Stone Roses, Crystal Castles,


056/057

agenda

Dizzee Rascal, Matmos... Recinto FIB (Benicàssim). Hora S/C. Abono 165 €. Día 75 €. Domingo, 15 de julio _FIB: New Order, The Vaccines, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Agoria... Recinto FIB (Benicàssim). Hora S/C. Abono 165 €. Día 75 €. Viernes, 27 de julio _Low Cost: Suede, The Sound, 2ManyDJs... Ciudad Deportiva Guillermo Amor (Benidorm). Hora S/C. Abono 55 €. Día 35 €. Sábado, 28 de julio _Low Cost: Placebo, Fanfarlo, La Casa Azul... Ciudad Deportiva Guillermo Amor (Benidorm). Hora S/C. Abono 55 €. Día 35 €. Domingo, 29 de julio _Low Cost: Kasabian, Kakkmaddafakka, McEnroe... Ciudad Deportiva Guillermo Amor (Benidorm). Hora S/C. Abono 55 €. Día 35 €. Martes, 31 de agosto _Arenal Sound: Dorian, The Right Ons... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Miércoles, 1 de agosto _Arenal Sound: The Monomes, Los Castizos... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Jueves, 2 de agosto _Arenal Sound: Metronomy, Crystal Fighters, Love Of Lesbian... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Viernes, 3 de agosto _Arenal Sound: Kaiser Chief, The Sounds, Sidonie... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Sábado, 4 de agosto _Arenal Sound: Two Door Cinema Club, Los Campesinos!, Kakkmaddafakka... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Domingo, 5 de agosto _Arenal Sound: The Ting Tings, The Wombats, Digitalism... Playa el Arenal (Burriana). Hora S/C. Abono 60 €. Sábado, 11 de agosto _ElectroMar: Orbital Soundsystem, Tiga, Booka Shade... Recinto Festival (Torrevieja). Hora S/C. 19 €.

Castilla León Del 9 al 12 de agosto _Sonorama Ribera: The Dandy Warhols, Russian Red, We Are Standard, La Casa... Varios Recintos (Aranda del Duero). Hora y precio S/C. Del 30 de agosto al 1 de septiembre _Ebrovisión: Love of Lesbian, Pegasvs, Corizonas... Recinto festival (Miranda de Ebro). Hora y precio S/C.

Catalunya Del 13 y 14 de julio _Beats & Fish: Goldie, Freestylers, Chelis, Rusty Warriors... Castillo y playa (Tossa de Mar). 18 h. 15 €. Viernes, 13 de julio _(a)phònica: Manos de Topo. Auditori L’Ateneu (Banyoles). 20:15 h. 10 €. _(a)phònica: Mishima. Estrella Damm Club Natació (Banyoles). 23:30 h. 20 €. _(a)phònica: The New Raemon. Juanola La Muralla (Banyoles). 1 h. Gratis.

Sábado, 14 de julio _(a)phònica: Joana Serrat. Claustre del Monestir de Sant Esteve (Banyoles). 19 h. Gratis. Jueves, 26 de julio _PalmFest: We Are Standard, The Last Dandies... Puerto Deportivo y Playa (L’Hospitalet de L’Infant). Hora S/C. Abono 35 €. Día 12 €. Viernes, 27 de julio _PalmFest: The Wedding Present, We Have Band, Pegasvs... Puerto Deportivo y Playa (L’Hospitalet de L’Infant). Hora S/C. Abono 35 €. Día 12 €. Sábado, 28 de julio _PalmFest: Russian Red, Litoral, Klaus & Kinski... Puerto Deportivo y Playa (L’Hospitalet de L’Infant). Hora S/C. Abono 35 €. Día 12 €.

Euskadi Jueves, 5 de julio _The Delta Saints. Kafe Antzokia (Bilbao). 21:30 h. 15 €. Miércoles, 11 de julio _Bob Dylan. Explanada del Museo Guggenheim (Bilbao). 19:30 h. 45 y 85 €. Jueves, 12 de julio _Bilbao BBK Live: The Cure, Jon Spencer Blues Explosion, Snow Patrol... Kobetamendi (Bilbao). Hora S/C. Abono 111 €. Día 61 €. Viernes, 13 de julio _Bilbao BBK Live: Radiohead, The Kooks, Mumford & Sons... Kobetamendi (Bilbao). Hora S/C. Abono 111 €. Día 61 €. Sábado, 14 de julio _Bilbao BBK Live: Garbage, Glasvegas, Corizonas... Kobetamendi (Bilbao). Hora S/C. Abono 111 €. Jueves, 19 de julio _Heineken Jazzaldia: Sharon Jones + Alabama Shakes. Escenario Verde (Donostia). 24:30 h. Gratis. _Heineken Jazzaldia: Dayna Kurtz. Heineken Terraza (Donostia). 23 h. Gratis. Viernes, 20 de julio _Heineken Jazzaldia: Destroyer + Zola Jesus. Escenario Verde (Donostia). 24:30 h. Precio S/C. _Fangoria. Plaza de los Fueros (Barakaldo). Hora y precio S/C. Domingo, 22 de julio _Heineken Jazzaldia: Antony & The Johnsons And Incarnatus Orkestra. Auditorio del Kursaal (Donostia). 18:30 h. 50-45-25 €. _Heineken Jazzaldia: The Wedding Present. Escenario Verde (Donostia). 24:30 h. Precio S/C. _Bon Iver + Sam Amidon. Palacio Euskalduna (Bilbao). 20 h. 50 €. _Blues Pills. Ibu Hots (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C. Lunes, 23 de julio _Heineken Jazzaldia: Neneh Cherry & The Thing. Plaza de la Trinidad (Donostia). 20 h. 28 €.

Extremadura Jueves, 19 de julio _Contempopranea: Cooper, Ellos, Cosmen Adelaida... El Paseo de las Laderas (Alburquerque). 21 h. Gratis. Viernes, 20 de julio _Contempopranea: We Are Standard, Niños Mutantes, Maga... El Paseo de las Laderas

(Alburquerque). 20 h. Abono 60 €. Día 40 €.

(Ibiza). Hora y precio S/C. _Luciano, Marshall Jefferson... Pacha (Ibiza). Hora y precio S/C.

Sábado, 21 de julio _Contempopranea: Sidonie, Dorian, Sr. Chinarro... El Paseo de las Laderas (Alburquerque). 20 h. Abono 60 €. Día 40 €.

Jueves, 26 de julio _Jamie Jones, Maceo Plex... DC10 (Ibiza). Hora y precio S/C.

Galicia

Viernes, 27 de julio _Thievery Corporation... Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Miércoles, 4 de julio _Wanda Jackson. Capitol (Santiago). Hora y precio S/C.

Domingo, 29 de julio _Groove Armada, Derrick May... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Miércoles, 18 de julio _Destroyer. Terraza Auditorio (Vigo). Hora y precio S/C.

Domingo, 6 de agosto _2manyDJs, Felix Da Housecat... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Martes, 24 de julio _Sinsal X San Simón: Artistas S/C. Isla de San Simón (Vigo). 12 h. 35 €.

Viernes, 10 de agosto _Digitalism... Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Miércoles, 25 de julio _Sinsal X San Simón: Artistas S/C. Isla de San Simón (Vigo). 12 h. 35 €.

Domingo, 12 de agosto _The Chemical Brothers DJs, Simian Mobile Disco... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. _Technasia, Kenny Larkin... Pacha (Ibiza). Hora y precio S/C.

Sábado, 18 de agosto _V de Valares: Sex Museum, Dolores, Grises... Playa de Valarés (Ponteceso). Hora y precio S/C.

Illes Balears Domingo, 1 de julio _Ibiza123: Sting, The Japanese Popstars, Chase & Status... Recinto Festival (Ibiza). Hora y precio S/C. _Groove Armada, DJ Hell... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Lunes, 2 de julio _Ibiza123: Elton John, 2ManyDJs, Fatboy Slim, Chic... Recinto Festival (Ibiza). Hora y precio S/C. Martes, 3 de julio _Ibiza123: Lenny Kravitz vs Luciano, Azari & III, Nicholas Jaar, M83... Recinto Festival (Ibiza). Hora y precio S/C. Jueves, 5 de julio _Jamie Jones, Benoit & Sergio... DC10 (Ibiza). Hora y precio S/C. Viernes, 6 de julio _Cypress Hill, Violadores del Verso... Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Sábado, 7 de julio _Jarana Festival: Las Kellies, Mujeres, Beach Beach... Sa Possessió de Son Rossinyol (Palma). Hora y precio S/C. Domingo, 8 de julio _2ManyDJs, Derrick May... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. _Carl Craig, Luciano... Pacha (Ibiza). Hora y precio S/C. Martes, 10 de julio _Kasabian. Mallorca Rocks (Palma). Hora y precio S/C. Miércoles, 11 de julio _Kasabian. Ibiza Rocks (Ibiza). Hora y precio S/C. Jueves, 12 de julio _Jamie Jones, Anthony Rother... DC10 (Ibiza). Hora y precio S/C. Domingo, 15 de julio _Steve Bug, Dixon... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Jueves, 19 de julio _Jamie Jones, Harvey... DC10 (Ibiza). Hora y precio S/C. Domingo, 22 de julio _Miss Kittin, Carl Craig... We Love Space

Viernes, 17 de agosto _Peter Hook... Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Domingo, 19 de agosto _Scuba, George Fitzgerald... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Viernes, 24 de agosto _The Temper Trap, Front 242... Space (Ibiza). Hora y precio S/C. Domingo, 26 de agosto _Miss Kittin, Jeff Mills... We Love Space (Ibiza). Hora y precio S/C. _Reboot, Kenny Larkin... Pacha (Ibiza). Hora y precio S/C. Martes, 28 de agosto _Azealia Banks. Mallorca Rocks (Palma). Hora y precio S/C. Miércoles, 29 de agosto _Azealia Banks. Ibiza Rocks (Ibiza). Hora y precio S/C. Viernes, 31 de agosto _Gorillaz Sound System... Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Murcia Viernes, 20 de julio _La Mar de músicas: Shangaan Electro. Castillo Árabe (Cartagena). 2:30 h. Precio S/C. Sábado, 21 de julio _La Mar de músicas: Destroyer + CocoRosie. Auditorio Parque Torres (Cartagena). 23 h. 20 €. _La Mar de músicas: Tony Allen. Castillo Árabe (Cartagena). 2:30 h. Precio S/C. Lunes, 23 de julio _La Mar de músicas: Anni B. Sweet. Auditorio Parque Torres (Cartagena). 23 h. Precio S/C. Miércoles, 25 de julio _La Mar de músicas: Tokyo Ska Paradise Orchestra. Paseo del Puerto (Cartagena). 22 h. Precio S/C. Jueves, 26 de julio _Los Evangelistas. Auditorio Parque Torres (Cartagena). 22:30 h. Precio S/C. Sábado, 28 de julio _La Mar de músicas: John Talabot. Castillo Árabe (Cartagena). 2:30 h. Precio S/C.



058/059

live Sónar 2012

MICROFEEL

Sónar 2012

DANIEL MILLER

NINA KRAVIZ

JOHN TALABOT

CCCB, MACBA, FEria Gran Vía, cosmocaixa (BCN), 14-16/06/12

Jueves, Sónar de Día

En la quiniela de un servidor se apostó por la apertura del festival con Koulomek. Su disfrutable (muy divertida) visión de la electrónica a través de los videojuegos de 8bits, adaptando el sonido de las consolas Nintendo o Sega a una relectura actualizada y llena de nostalgia en la que no faltó espacio para Mario Bros ni Michael Jackson. Hubo que asistir a toda prisa al primer guantazo sonoro que perpetró d.Forma en el escenario SonarHall: post-industrialismo y ambient-noise estatal que bien ayudó para ponerse a tono. Llegó el turno del showcase de Brainfeeder, presentado por el DJ Kutmah como aperitivo a la actuación de Stuard Howard aka Lapalux —discípulo de las virguerías de Flying Lotus— que conjugó una amalgama de ritmos sincopados y bajos demoledores. El sonido al aire libre del escenario SonarVillage —esa reverberación constante que aturde al personal— y el calor extremo, desgraciadamente, jugaron en su contra. Dio paso el hip hop de Jeremiah Jae y el lorenzo se hizo insoportable; había que refugiarse otra vez en el SonarHall para vivir uno de los mejores directos del festival. La propuesta de Alfred Darlington al frente del proyecto Daedelus Archimedes Show, con su juego de espejos móviles sobre el escenario, elevó el concepto de espectáculo de electrónica por las nubes y redefinió el dubstep haciendo circular sus ritmos por una aureola apocalíptica, radiactiva, que contaminó todos los rincones de la sala. Otra vez a correr a marcha forzada, ahora para llegar a tiempo al espectáculo de Masaki Batoh dentro del SonarComplex. Su Brain Pulse Music, singular proyecto en el que se presentaban las ondas cerebrales en forma de loops, con una voluntaria como cobaya, se sirvió como instrumento de conexión zen del japonés y los asistentes. David Cronenberg se hubiese puesto las botas

con este espectáculo. El momento álgido de la tarde, con permiso de Flying Lotus, volvió a tener lugar en el SonarHall: Mostly Robot, proyecto bizarro, heredero directo de las nuevas vías de la comunicación, unía a cinco de los grandes músicos del panorama actual a través de un trabajo bajo la estricta distancia y tras más de dos años de preparación vía Skype. El resultado eran Jamie Lidell, Tim Exile, el superdotado Dj Shiftee, Jeremy Ellis y Mr Jimmy subidos en el mismo escenario. Aquí sí, música de baile en estado puro: hip hop y rhythm & blues pasados por el tamiz de la electrónica de primera categoría. Acontecieron sudor, éxtasis y hasta una revisión del “Windowlicker” de Aphex Twin. Les siguieron Trust. Con un aforo a rebosar. La nueva sensación que se quedó en agua de borrajas y una enorme decepción para los que no les quedaba más remedio que quedarse en la calle mordiéndose las uñas en el desamparo. Aparecían los primeros síntomas de agotamiento. Pero quedaba Totally Enormous Extinct Dinosaurs (TEED). El pavo real Orlando Higginbottom, acompañado por dos pájaras danzantes, descubrió a la multitud apelotonada en las primeras filas del SonarVillage ese flamante y rotundo trabajo llamado “Trouble”. Aún hubo tiempo para zanjar la jornada y pasarse por el show del brasileño Ricardo Donoso demasiado tibio después de la cantidad de emociones vividas, pero que trajo consigo el grato aroma del Biosphere de “Patashnick”. Matías Bosch Viernes, Sónar de Día

Sobre el césped del Village, la gente juega. También en la penumbra del Hall, superando los sofocos del Dôme, o tropezando entre ríos de fiesteros poseídos: el público se disfraza, se desnuda, y juega a “¿Donde está Wally?”, graba vídeos por debajo de axilas, y se

abalanza a una pista americana de codos cargando con tres caipirinhas. Otros complicamos más aún el entretenimiento, y adoptamos el esquizofrénico papel del hombre múltiple. Tal vez por eso se vio a un veterano como Trevor Jackson azorado ante la mesa de mezclas, tratando de satisfacer a la concurrencia con un poco de todo. Los más valientes respondieron a esa indecisa selección de dub y techno como una congregación maciza frente a la caseta del londinense, mientras el resto del hormiguero correteaba, multiplicándose. A la hora en que Nightwave sacudía con sus ondas de grime el Dôme, su carpa se convirtió en un verdadero patio: bajos incontenibles, subidas y bajadas bien hilvanadas, la fuente de todos los sudores. Algo más tarde, tras las cortinas del Hall, el crescendo de redobles y estática agresiva de Supersilent feat John Paul Jones adquiría cada vez más músculo, hasta desatarse en un despliegue de free-jazz feroz. En el Village, Austra aparecían destinadas a ser una de las sensaciones del día. Katie Stelmanis apareció entusiasta y desinhibida, acompañada por dos estrafalarias coristas que se movían de forma indeciblemente freak. Al fondo del escenario anidaba Maya Postepski, quien, como preveíamos, no compareció junto a Robert Alfons en la actuación de Trust del jueves. Sin tantas ganas de jugar, Flying Lotus acabaron por ponerse retóricos en el Dôme, dando una cera de beats ensimismados. También fue una verdadera lástima que Daniel Miller, jefe de Mute Records, se pasara de obvio y arriesgara menos que Trappatoni. Su sesión de techno a la defensiva se basaba en alineaciones y cambios tácticos conservadores, pero entretuvo a los más despistados. Mouse On Mars convirtieron el SónarHall en un Nostromo tomado, con un inicio épico y rockero, donde el batería pautaba una marcha dura y dolida, y los legendarios Jan St. Werner


AMON TOBIN

THE SUICIDE OF WESTERN CULTURE

LANA DEL REY

NICOLAS JAAR

Fotos

y Andi Toma se perdían en una nube de humo y proyecciones vintage. Los alemanes comenzaron por desgranar las piezas de su más reciente obra, “Parastrophics”, para poco a poco avanzar en su viaje al pasado. Afuera esperaba el canadiense Jacques Greene, quien desarrolló con extremo cuidado su ideario de house y R&B ante la indolencia de la mesa de sonido y un gentío ya del todo suelto y alterado. El gran reto de última hora era conseguir una baldosa libre para ver a John Talabot. El juego definitivo consistía en sentir primero esos beats que horadan magistralmente “ƒin”, presenciar el diseño magistral de Talabot junto a Pional, y dar después con el paso para llegar al ghetto de Nina Kraviz. Y fue como tenía que ser: hondo y sentido John Talabot, superficial y aséptica Nina Kraviz. La rusa de porcelana subió al escenario del Dôme sabiendo que lo único que podía salvar era su cara. Confesó que aquel era su cuarto live, fue subiendo las pistas con creciente acierto y volumen, y no dejó de posar un solo segundo. Cantó, y bien, pero apenas. Nina sabía que lo único que podía dejar para el recuerdo de su viernes en el Sónar era una buena foto, y se entregó a ella entre contoneos, mientras el sol comenzaba a declinar y las huestes de fans aullaban protestando por el final del día; el final del juego. Albert Fernández Viernes, Sónar de Noche

Amon Tobin se plantaba a las 23h en el escenario SonarClub agazapado en la enorme construcción de cubos blancos superpuestos que él mismo manejaba. Las imágenes se iban sucediendo sobre ellos dejando al respetable más ojiplático a cada minuto que pasaba. Máquinas, galaxias y ciudades pasaban ante los ojos de un público extasiado, ayudando con toda esta puesta en escena a digerir uno de los álbumes más

complicados del brasileño. De digestión mucho más fácil fue la siguiente actuación: la de Lana Del Rey. Con más detractores que la alineación sin 9 de Del Bosque, Lana Del Rey se plantaba en un terreno que no le era propio y ante un público compuesto a partes iguales por fans acérrimos, detractores, curiosos y personas poco interesadas en el pop melodramático. Y con todo, Lana se subió allí arriba y triunfó. Aunque visiblemente nerviosa, Lana clavaba un “Blue jeans” que sonó delicioso con el piano, guitarra y cuarteto de cuerda que la acompañaba. Lástima que no a todo el set le sentara tan bien tal desnudez rítmica, como a una “National anthem” que, pese a la épica que la acompañaba, se quedó un poco a medio gas. Por lo demás, Del Rey calló bocas en lo que a su capacidad vocal se refiere, si bien la general falta de potencia y algún cambio brusco de registro evidenciaban que un poco de entrenamiento vocal no le hace daño a nadie. Pasión, ganas e ilusión le puso, ahora sólo le faltan tablas para conseguir dominar su voz y el escenario. Un escenario del que se bajó en repetidas ocasiones para saludar, besar y hacerse fotos con los fans, en plan diva del pueblo. Tanto tiempo se le fue en estos menesteres que nada más volver al escenario se la tuvieron que llevar a rastras sin despedirse, y es que ya hacía cinco minutos que James Blake tenía que estar poniendo bajos gordotes en ese escenario. Aunque estos precisamente no abundaron, al menos no durante la parte inicial de un set downtempo que hilaba a la perfección con el concierto de Lana, centrado en sus números más lentos. Todo lo contrario hizo Coyu en el SonarClub con una sesión en la que apostó por hacer sudar al personal desde el minuto cero con techno zumbón, algo que se suponía que iba a continuar en el mismo escenario con Richie Hawtin, aunque finalmente el gurú del flequillo optó por una sesión menos ravera y más fluctuante, más

Fabian Taranto

acorde con un horario y lugar que atraían a público de todos los pelajes. Los que sí que aceleraron desde el principio y se mantuvieron a mil por hora durante sus sesenta minutos de directo fueron Friendly Fires, con un incombustible Macfarlane como perfecto frontman, contorsionándose y agitando el culo a velocidades imposibles. La fiesta continuaba con el Dios James Murphy, que, cuantas más canas y más barriga, más nos pone: house funkero, aires nu-disco… Finalmente nos desplazamos al SonarLab para despedir la noche con la zapatilla de Simian Mobile Disco y su bombo despiadado. Electrónica oscura donde la excesiva falta de brillo quedó compensada, aunque no completamente, con hits como “Cruel intentions”, “It’s the beat” o la hipnótica “Cerulean”. Virginia Arroyo Sábado, Sónar de Día

Aunque las diabluras de Squarepusher me impidieron presenciar el arranque del día con Pegasvs, Lenticular Clouds y Santiago Latorre en paralelo, fuentes fiables me confirman sus respectivos triunfos. Cornelius presentó en Hall a sus compatriotas salyu x salyu, un delicioso cuarteto vocal que unía pop, madrigales, jazz y bossa. En el tórrido Village la austriaca afincada en Barcelona Zora Jones plasmó a los platos, junto a Sinjin Hawke, su amor por la bass music con profusión de voces femeninas. Más contundente estuvo el estadounidense Brenmar en el Dôme: hip hop y house con toques latinos, buena mano e ingeniosos edits. En el nuevo Complex trasladado a la Capella dels Àngels Maria Minerva se desmelenó al presentar nuevos temas y comportarse más como cantante y performer con regusto a (los buenos) ochentas que como esa tímida productora del esquivo pop electrónico contenido en su debut “Cabaret


060/061

live Sónar 2011

DEADMAU5

cixous” (Not Not Fun, 11). El mancuniano xxxy hizo honor a la buena mano con que mezcló el “Go Series 91” que acompaña nuestro número de junio. La audiencia del Dôme acabó sucumbiendo gracias a ese nuevo bass-house que se abre paso como un ciclón: una gran sesión que me dejó poco tiempo para ver al brillante DJ Star Slinger, otro maestro de los bootlegs que sabe llevar al underground riffs y melodías del mainstream. En el Hall, los alemanes Diamond Version¸ es decir Carsten Nicolai y Olaf Bender de Raster-Noton, presentaban su largo tiempo esperado proyecto junto al japonés Atsuhiro Ito, especialista en la manipulación de tubos fluorescentes para la generación de cascadas de frecuencias. Pese a algunos problemas técnicos y la evidente falta de rodaje de su directo, el trío ofreció un contundente repertorio de electrotechno industrialoide con algunas voces robóticas (como si Byetone versionaran a Kraftwerk), salpicado con los solos ruidistas de Ito. Un espectáculo visual de primer orden, que ha de originar con práctica y paciencia un disco tremendo. Demasiado para que Daniel Martin-McCormick (es decir, Ital) pudiera competir. Al menos, siempre podrá explicar que abrió su concierto con una versión espectral de “This is the rhythm of the night” de Corona. El recogimiento del Complex fue ideal para que Miguel Marín, Arbol, presentara con banda completa, que incluía a Lucrecia Dalt a las voces, el hermoso “She read the wrong book” (Spa.RK, 12). La sutileza de cuerdas y xilófonos resaltó los fondos agresivos de unas canciones que merecen salir del estrecho ámbito del culto. Si hay alguien que tiene la palabra ‘culto’ ligada a su figura es el inglés DJ Harvey, para algunos el responsable de la importación del disco y el hip hop estadounidense en el Reino Unido. Selector finísimo y acostumbrado a sesiones de más de seis horas, Harvey empezó trotón con disco y house,

HOT CHIP

DIE ANTWOORD

para transitar, gloriosamente, hacia el techno con una larguísima mezcla de “The sky was pink” de Nathan Fake. Un colofón de gran categoría para una jornada memorable. Half Nelson Sábado, Sónar de Noche

La última oportunidad para volver a pisar el pavimento gris industrial del (lejano) recinto del Sónar prometía ser espectacular. Primer plato fuerte de la noche: las leyendas con patas New Order tomando el escenario Sónar Club, esta vez para todos los públicos. No arrancar con “Elegia” ya hacía presagiar los peores augurios: los de Manchester compactaron en una mísera hora los hits que les han elevado al estatus quimérico del synth pop: sonaron “The perfect kiss”, “Bizarre love triangle” o el himno “Blue Monday”. Pero todas ellas se movieron con la gasolina justa y en piloto automático, en especial cuando profanaron de la tumba a Ian Curtis para pintar la cara de “Isolation” y una “Love will tear us apart” con la que cerraron. Eso sí, todos los allí presentes podremos decir que estuvimos ahí, para lo bueno (disfrutar de “586” con puesta de escena a lo Kraftwerk) y para lo malo (la voz de Sumner no está para sacarla a pasear por festivales). Tras el colocón de synth pop edulcorado de New Order, tocaba acercarse a visitar cómo Metronomy presentaba el laureado “The English Riviera” ante la efervescente parroquia congregada. El metamorfoseado cuarteto de Devon tocó lo que todo el mundo quería disfrutar, esto es, los hits instantáneos de su último trabajo (“The look” o “Everything goes my way”), más cercanos al pop que a los designios nu-raveros de antaño (unas “The end of you too” o “Heartbreaker” que también cayeron). Poligoneo sudafricano era lo que esperaba a todo el

MODESELEKTOR

mundo que se acercara a ver Die Antwoord, flamante portada de esta casa en marzo. Un enérgico directo capitaneado por el monstruoso Ninja, la mordaz YoLandi Vi$$er y un nuevo DJ Hi-Tek poniendo bases bien gordas. Escudados tras visuales marca de la casa (es decir, con mala leche), escupieron esos agrios versos gansta que conforman temazos como “I fink u freeky”, “Enter the Ninja” y “Never Le Nkemise 2”. Con una estudiada y contundente pose que funciona al 100% encima del escenario, Die Antwoord demostró por qué la organización los escogió esta vez para el escenario principal. Y ojo al apunte freak: Ninja fraseando encima de “Orinoco flow” de Enya. Momentazo. Tras coger algo de aire escuchando a lo lejos los proyectiles French-touch del jovenzuelo Madeon, Deadmau5 volvió a poner patas para arriba el SónarClub con su house teñido de trance y electro para las masas. Porque sólo Joel Zimmerman sabe poner ‘burro’ a tantos zombis juntos que sólo buscan carne fresca y hedonismo efímero a esas horas de la noche. Algo que también saben hacer milimétricamente el dúo Modeselektor, con sus directos cargados de energía pseudo-raver (aunque siempre suenan igual, todo sea dicho). El guión, el que muchos ya conocemos: filtros de voz para lanzar mensajes gamberros al público, temas crunk y techno sui generis por doquier, así como bajos gordos que dan forma a temas como “Evil twin” o la épica “Black block”. Siempre la lían, y a esas horas se agradece. Para despedir el industrial pavimento plagado de vasos vacíos, ‘chivatos’ de paquetes de tabaco pisoteados y gomas de pollo sin ya bolsitas que cerrar, que mejor que dejarse llevar por la sempiterna elegancia techno de Laurent Garnier (quien pinchó por cierto el “I feel love” de la difunta Donna Summer para gozo de los asistentes). Y así se daba carpetazo a una edición récord de asistentes y camisetas de selecciones nacionales de fútbol. Beto Vidal


Dos noches con Portishead

poble espanyol (bcn), 23/06/12 y razzmatazz clubs (BCN), 22/06/12

Portishead volvían a Barcelona en la que se presentaba como una cita obligada para todo melómano, no sólo por su presencia sino también por el resto de grupos del festival que la misma formación de Bristol se encargó de elegir. Aúnque coincidiera con una fecha tan señalada como san Juan consiguieron abarrotar la plaza del Poble Espanyol dos días consecutivos para ofrecer dos actuaciones calcadas en repertorio y excelencia ejecutiva. Un teclista, un bajista/guitarrista y un batería reforzaron al trío para reproducir en directo los matices de sus canciones y los visuales se volvieron esenciales para transmitir sus atmósferas fantasmagóricas y claustrofóbicas. Abrieron fuego con la hipnótica “Silence” mientras la pantalla ofrecía imágenes distorsionadas de los músicos y los instrumentos desde diferentes puntos del escenario, de un modo muy similar al que se puede apreciar en el videoclip de la misma canción. Poco después, el cambio sutil de la guitarra acústica a los sintetizadores de “The rip” nos llegó como un abrazo inesperado que nos puso la piel de gallina por primera vez en la noche. La banda se redujo a los tres integrantes esenciales para “Wandering star”, ofreciendo una versión desnuda y elemental de la misma. Seguidamente, la apocalíptica “Machine gun” marcó uno de los puntos culminantes de ambas noches. En uno de los momentos clave de la canción, la pantalla mostró imágenes de las polémicas cargas policiales de los Mossos d’Esquadra, encendiendo a un público que respondió con silbidos y puños alzados. Durante una hora y diez minutos la banda repasó lo mejor de su debut y de su último trabajo, reduciendo el protagonismo del disco homónimo a “Over” y “Cowboys”. Para el bis se reservaron la esperada “Roads” y “We carry on”. En los compases finales de ésta última, Beth Gibbons bajó del escenario para abrazar al público de las primeras filas en un gesto enternecedor y aparentemente espontáneo que posteriormente comprobaríamos que está planeado para todas sus actuaciones. Uno de los otros puntos fuertes de la velada del sábado era la presencia del rapero americano MF Doom, la actuación del cual traspasó las fronteras del patetismo tanto por su énfasis a la hora de rapear y su imagen decadente como por la manera en la que finalizó, veinte minutos después de su inicio con el argumento de que el público no le hacía los coros. La noche anterior y dentro de la programación del mismo festival, las cinco salas del Razzmatazz sirvieron de escenario para un seguido de memorables actuaciones. Primero Beak>, el proyecto paralelo de Geoff Barrows de Portishead, nos magnetizó con cuarenta minutos de krautrock de primer nivel. A continuación, The Loft fue testigo de una colaboración agridulce de los productores Prefuse 73 y TEEBS que próximamente se resumirá en un disco a cuatro manos. Posteriormente, la misma sala acogió el divertidísimo show de los raperos Edan y Paten Locke, un live de Nathan Fake y una sesión sorpresa a cargo de DMX Krew. Pau Cristòful / Foto Leticia Manzano


062/063

live

the xx

the cure

beach house

john talabot

patrick wolf

San Miguel Primavera Sound 2012

Fotos

Texto Virginia Arroyo Damiá Bosch y Eric Pamies

parc del fòrum (bcn), 31/05/12 y 01-02/05/12

C

omo cada año, llega finales de mayo y el San Miguel Primavera Sound. En esta edición había, más que nunca, opciones para todos los gustos y, de nuevo, era imposible no llorar con los solapamientos. Como el que se producía ya de entrada el jueves entre Grimes y The Afghan Whigs, en el que servidora apostó (mal) por la canadiense Claire Boucher, a la que apenas se le oía, no sabemos si por culpa de la pobre acústica del escenario Pitchfork o por tener un hilillo de voz poco preparado para el baño de masas que la esperaba. Su más bien regulera actuación, en la que lo que más destacó fue su look entre hippie y okupa y las coreografías de sus bailarinas, ahuyentó a gran parte del público que subió las escaleras para intentarlo con The Afghan Whigs, que sí convencieron. ¡Vaya si lo hicieron! Su rock sonó musculoso, potente y grungero, con un Greg Dulli inspiradísimo. En el otro extremo del espectro estuvieron los siempre comedidos Death Cab For Cutie que, sin embargo, sonaron como los ángeles y ofrecieron el que posiblemente sería el mejor directo del jueves. Los mejores temas de su nuevo disco como “You are a tourist” compartieron protagonismo con algunos de sus hits imperecederos como “We looked like giants”, “The sound of settling” o “Soul meets body”. El listón estaba muy alto, pero eso no era problema para Zach Condon y sus cinco acompañantes. Beirut jugaba con la ventaja de haber firmado en 2011 posiblemente su mejor álbum, “The rip tide”, por lo que todas las cartas que sacó de la baraja olían a repóquer. Nos estremecimos por igual con “Nantes”, “Postcards from Italy”, “Vagabond” o “East Harlem”, pero cabe decir que, a diferencia de en estudio, en directo los vientos se comían el resto de instrumentación, con lo que, pasados 40 minutos, el concierto ya pecaba de cierta monotonía. Algo parecido les pasó a The xx

en su primera visita al festival, pero en esta ocasión no quedaba ni rastro de aquella inexperiencia que los hizo sonar demasiado pequeños para el escenario que los albergaba en 2010. El trío londinense nos adelantó algunos de los temas del que será su segundo largo y… madre de dios, qué ganas de hincarle el diente. El viernes empezaba con The Cure, que se cascaron un set de tres horazas en el que no faltaron ninguno de sus clásicos, desde “Lullaby” a “Boys don’t cry”. La noche continuaba por la vía de la épica con el directo apabullante de M83, que ya habíamos podido disfrutar hacía unos meses en Razzmatazz, pero que sonaba si cabe más expansivo ante una multitud absolutamente rendida a los pies de Anthony González y su hitérrimo “Midnight city”. Y de la segunda mejor canción de 2011, a la que ocupó el primer puesto en nuestras listas: “How deep is your love”. The Rapture protagonizaron otro de los mejores conciertos del festival. Ya bien entrada la madrugada, Abraham Orellana, o lo que es lo mismo, araabMUZIK, demostraba que tiene las manos más rápidas del Oeste repiqueteando en su MPC 5000 para ofrecernos esa mezcla demencial de trance y hip hop de su “Electronic dream”. El broche de la locura lo ponía Rebolledo acompañado de su fiel escudero Matías Aguayo, despidiendo la madrugada más guerrera de la temporada. Pero aún había que guardar fuerzas para un sábado que empezaba con unos Kings of Convenience que no supieron conectar con el público más allá de las primeras filas. Con todo, temas como el precioso “I don’t know what I can save you from” sonaron como el hilo musical del paraíso. Más emoción le pusieron Victoria y Alex de Beach House, que ofrecieron EL CONCIERTO, así, en mayúsculas, del día. Con una iluminación siempre indirecta, de atrás hacia delante, el dúo

presentó entre brumas los temas de su cuarto álbum “Bloom”, un ejercicio de pop excelente que supo sonar espectral, sobrecogedor y emocionante durante la hora aproximada que duró. Un concierto de 10. Difícil era igualar aquello, pero nos dirigimos a ver qué tenían que ofrecernos Chromatics, que transformaron sus temas de estudio, más bien downtempo y vangelianos en un festival de pop electrónico que hizo bailar a todo el personal allí congregado y que rompió “la maldición del Pitchfork”, sonando como Dios. Después de tal subidón, claro, no sé quién me manda a mí quedarme a ver a The Weeknd. Que sí, que sus mixtapes nos ponen burracos a todos, pero las doce de la noche no son horas de marcarse un directo mojabragas. Fallo técnico inicial aparte, a Abel Tesfaye y compañía les faltó poner una marcha más. Los aplausos más sinceros se los llevaron con la genial y más contundente “The zone”, originalmente interpretada junto a Drake. Los que sí que supieron darnos lo que queríamos fueron Justice; y lo que queríamos a esas alturas del festival no era nada más ni nada menos que bombo, subidones de puño en alto y fiesta. Simple y llanamente. Y simple y llano pero efectivo fue su live, planteado como un DJ set de sus hitazos, alargando hasta la extenuación los riffs, subidones y estribillos, sabedores de que a esas horas eso era precisamente lo que el festivalero necesita. Más oscuro y cerebral fue el set de Jamie XX, tanto que en ocasiones fue necesario emigrar al colindante Pitchfork para bailar con el tremendo showcase del sello Numbers. El cansancio ya se notaba en los párpados y las plantas de los pies, pero nada se interpondría entre el live de Pional y yo. Y valió la pena aguantar porque, ahora en solitario tras la actuación con John Talabot el jueves, el madrileño ofreció un directo estupendo que se convirtió en el mejor fin de fiesta que uno puede pedir.


azealia banks

julia holter

james blake

metronomy

patrick wolf

Día de la Música 2012 matadero (madrid), 22-23/06/12

V

iernes 22. “Aquí se viene a sufrir”, debería ser el eslogan de los organizadores, tanto los asistentes como los músicos. El tinglado del patio del matadero empezó a las 15.00 horas en unas fechas en que el termómetro de la capital rara vez baja de los 30 grados. Con todo, las salas adyacentes con aire acondicionado permitían al sufrido público evitar la hipertermia por los pelos. Así lo expresó Sr. Chinarro, que daba uno de los primeros conciertos del viernes: “No se si habéis venido a vernos o huyendo del calor”. Por si acaso, el cuarteto encabezado por Luque desplegó con eficacia ese sonido suyo que suena tan de Mánchester y tan de aquí al mismo tiempo, en un concierto disfrutón que se centró en sus éxitos y dejó de lado su último “¡Menos samba!”. A esa misma hora, en otra sala, la coruñesa Elba desplegaba al frente de Jane Joyd su debutante visión del rock pausado y barroco ante una audiencia claramente menor, pero embobada ante esa voz portentosa e incrédula de que pudiera salir de un cuerpo tan pequeño. A Elba le esperan escenarios mucho más grandes, y si no, tiempo al tiempo. Quienes sí llenaron fueron los barceloneses Pegasvs, en un concierto donde su electrónica épica arrolló a cada uno de los presentes que abarrotaban el auditorio. Menos suerte tuvo a esa hora la banda estadounidense Lee Field & the Expressions, quienes tenían la ardua misión de estrenar uno de los dos escenarios descubiertos bajo un sol de justicia. Su soul deudor de Marvin Gaye merece sitios más refinados. A Twin Shadow les pasó más de lo mismo en el otro escenario grande, donde la intensidad de la luz y el calor a las siete de la tarde deslució la presentación de su formidable “Confess”, a pesar de las ganas que le echó su cantante. James Blake, el siguiente sobre estas tablas, no logró llenar la inmensidad de este escenario con sus sintes naíf, mucho más adecuados para un

espacio menor. Azealia Banks, flanqueada tan solo por dos bailarinas hipercinéticas y un DJ, logró sin embargo que en el otro escenario descubierto la audiencia se olvidara del sol impenitente y se lanzara a sudar aún más al ritmo de su R&B hiphopero y macarra. El pop brumoso de Bear in Heaven suena más lumínico en directo, y hubieran dado un concierto perfecto de no ser por el excesivo postureo de un cantante que incluso destrozó el teclado al final del concierto ante la indiferencia de un público al que ya no sorprenden estas salidas de tono. Tindersticks se lo montaron esta vez de escenario pequeño y concierto exclusivo (había que pagar dos euros extra para verles), pero confirmaron que son uno de esos grupos abocados al estatus de clásicos, y su recital centrado en el sublime “The something rain” estuvo a la altura. Dos broches cerraron la jornada, Two Door Cinema Club, el grupo de moda con una pata en el mainstream y otra en el indie, demostraron que no hay que reinventar el pop para dar un conciertazo y hacer bailar al más escéptico. The Raveonettes, la pareja con la imagen más cool de Dinamarca, pergeñaron en directo (como siempre) un sonido más sucio y oscuro de lo que aventura el pop pegadizo de sus álbumes de estudio. Luis Meyer Sábado 23. ¿Fútbol o música? La respuesta está muy clara, y los propios organizadores de festivales lo saben. Por eso los responsables del Día de la Música decidieron dedicar algunas de sus pantallas a la retransmisión del España-Francia, que fue el tema omnipresente de la jornada: camisetas de La Roja, gritos espontáneos  de “A por ellos, oé”, espantada significativa hacia los bares próximos a la hora del partido y retransmisión del mismo en el propio festival. Llegamos a Frankie Rose, de la que vimos poco (y nada demasiado brillante)

porque pronto nos llamaron Fanfarlo con sus trompetas (“The walls are coming down”, “Shiny things”, etc.), que los más fanáticos disfrutaron en primera fila bajo un sol infernal mientras muchos otros mendigábamos unos centímetros de sombra donde evitar la insolación. Visita relámpago al escenario Spotify, donde Christina Rosenvinge cantaba “La distancia adecuada” y congregaba a su alrededor a un número significativo de personas que se vio reducido cuando Spoon salieron al escenario RTVE. Los tejanos demostraron su veteranía con una puesta en escena directa y llena de actitud y energía a pesar de que las cuerdas vocales de Britt Daniel ya no son las mismas. Sonaron canciones de prácticamente toda su discografía, siendo “The underdog” la más aplaudida y coreada. Tras ellos vino otro de los momentos nostálgicos de la jornada con la actuación de Mercury Rev y su recreación del clásico “Deserter’s songs”, que los de Buffalo llevaron más allá despidiéndose con “The dark is rising” y “Senses on fire”. Love of Lesbian se enfrentaron al peor de los solapamientos, el del fútbol, al que Santi Balmes se tuvo que acomodar, bromeando sobre la situación y coreando los goles de Xabi Alonso ante el rugido de los que se hallaban frente a la pantalla futbolera. Maximo Park destacaron más por su espectáculo y puesta en escena que por unos temas repetitivos y faltos de chispa que provocaron la indiferencia del público. Por eso nos fuimos al escenario Spotify donde Sascha Ring, con gorro y estética grungera (“¡Vamos Kurt Cobain!”, como gritó alguno), nos presentaba la versión más rockera de Apparat y uno de los mejores conciertos del festival, con temazos como “Arcadia” o “Song of los”. Pero si hay que dar el título de mejor concierto a alguien sería a los británicos Metronomy, quienes cerraron el festival como nadie, haciendo bailar al público e impregnando la noche de un espíritu festivo y jovial que alcanzó su clímax con la genial “The look”, una canción (y ese sintetizador final) que merece un sitio en los anales de la música pop. Israel Márquez


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live

de seguridad y circulaciones de la edición anterior. En cuanto a los conciertos, más luces que sombras, a pesar de la gran decepción que supuso el concierto de Tricky: se suponía que venía a tocar el mítico “Maxinquaye” al completo, pero sólo cayeron un par de cortes del disco. En su lugar, el de Bristol se dedicó a rescatar oscuras canciones de su repertorio con alguna versión sorprendente (el “Ace of spades” de Motorhead), en

un show cansino y feo, la confirmación de que hace ya mucho tiempo que su estrella se ha consumido. Todo lo contrario sucedió con Tortoise, que (para este servidor) dieron el gran concierto de la noche; siguen siendo una máquina perfectamente engrasada, capaz de fascinar por igual al sibarita del jazz y al indie con curiosidad. Eso sí, los grandes triunfadores (que para algo jugaban en casa) fueron un entrañable Kiko Veneno y unos estupendos SFDK, que para la ocasión subieron al escenario a toda su lista de invitados. Un Tiga bastante discreto y unos Basement Jaxx notables, para sorpresa de muchos, remataron la jugada. El sábado comenzó con la descarga de adrenalina de unos Mission Of Burma sin miedo a la velocidad ni el volumen: puro angst juvenil. Un par de escenarios más allá, Marina Gallardo mostraba al mundo sus nuevas canciones en un concierto espectacular y tremendamente oscuro, con gran protagonismo de drones y teclados (su inminente nuevo disco, por cierto, apunta a cosa muy grande). Otro que triunfó fue Pájaro, que electrificó (aún más) las canciones de “Santa Leone”, con una formación en la que rugían varias guitarras. Eso sí, ningún rugido tan grande como el de Iggy Pop: pueden haber pasado cuatro décadas, pero canciones como “I wanna be your dog” o “No fun”, en manos de The Stooges, siguen siendo la viva encarnación del espíritu del rock. Mientras tanto, la electrónica se hacía fuerte en los escenarios pequeños, con un gran concierto de The Bug y un DJ set más que decente de Junior Boys. Mucho mejor, desde luego, que unos The Orb que se enfangaron en un dub sin nervio ni chicha. Menos mal que estaban por allí cerca !!! y Buraka Son Sistema, dos auténticas apisonadoras, para rematar una noche sobresaliente. Daniel Gómez / Foto Óscar Romero

lanzaron como una tribu ancestral a esos bailes extremados y sonrientes que provoca la música de los chicos de Joan Miquel Oliver, cargando la imaginación de luces estroboscópicas y romances submarinos. El viernes, Manos De Topo saludaron al verdadero fin de semana con su acostumbrada despreocupación estrambótica. Los guitarrazos sonrientes de The Last Dandies contrastaron con los rasgueos heridos de Nudozurdo, que sirvieron un concierto denso y ensimismado, mientras en la zona de backstage los chicos de FM Belfast se enzarzaban a dar saltos mortales de calentamiento. Igual de divertida, aunque

algo artificiosa, resultó la actuación de los islandeses, todo un despliegue de adrenalina donde los sintetizadores marcaban la pauta, el batería y el percusionista bajito lo (su)daban todo y, con hits como “Par avion”, el público enloquecía, obedecía. Pegasvs prendió el sábado con su actuación de perfil. Uno frente al otro, el dúo barcelonés desgranaron con literalidad aséptica sus joyas retrofuturistas, ante unas cabecitas que se contoneaban primero, y llegaron a sacudirse cuando Klaus&Kinski dieron forma, sentido y realidad a su repertorio extrañado. La acostumbrada lluvia del Odissea había tardado en comparecer este año. Poco importó cuando Cloud Nothings (en la foto) compareció sobre el escenario para desatar su precipitación post-rock, un encendido calambre de alta tensión y distorsión que encumbró con rabia el mejor concierto del festival. A decir verdad, cualquier chaparrón se hubiera evaporado antes de caer al suelo a la hora en que Paul Smith pisó la alfombra que Maxïmo Park dispuso sobre el escenario. El concierto de los ingleses con frontman de bombín reivindicó con vehemencia su álbum de regreso, “The national health”. En esa cresta de pop-rock saltarín, la ebullición de ánimos y la densidad poblacional llegó a tan altas cotas, que se hacía imposible encontrar la clásica alma solitaria paseando por el puerto. Albert Fernández / Foto Rebecca Escabrós

Territorios 2012 cacc (sevilla), 18-19/05/12

Quince años cumplía Territorios este año. Contentos sus gestores tras el éxito del año pasado, decidieron continuar con un modelo que evita las antiguas noches temáticas, para mezclar todos los estilos (pop-rock, electrónica, world music y hip hop) en varios recorridos paralelos, que iban entrecruzándose por los jardines y muros del sevillano Monasterio de la Cartuja con soltura, completamente solucionados los problemas

Plaça Odissea 2012 plaça odissea (bcn), 10-12/05/12

La VI edición del festival indie gratuito por excelencia confirma las buenas y crecientes sensaciones que hace más de un lustro llevan sirviendo los románticos de Depósito Legal junto a los responsables del Maremagnum de Barcelona. Este año, con un cartel generoso en nombres grandes y pequeños, los aciertos de la organización, se correspondieron con una respuesta en forma de afluencia masiva, desde el primer día. Y no era para menos, porque después del pop elegante y repeinado del madrileño Jonston, el jueves aguardaba la sensacional celebración de lírica mediterranea de Antònia Font. Miles de personas se


de pelo largo y tez clara que fácilmente se camuflarían entre los elfos de Tolkien— entró en escena a las 22.30h en punto. Detrás de ellas, sólo una pantalla aún apagada y tres órganos únicamente ornamentales. Tras las voces élficas, Björk hizo su entrada sin más saludo que su sonido. Enmarcada por su biophilica peluca naranja y moldeada por un kimono violeta, parecíamos estar frente a una geisha de porcelana.

Los acordes de “Cosmogony” empezaron a sonar y un silencio se apoderó del espacio al aire libre en la Cidade da Cultura, sólo roto por el silbar del viento entre los asistentes. En la puesta en escena, vídeos con su sello propio, bengalas —con pequeño incendio incluido en una de las vigas del escenario— y una bobina Tesla generando electricidad sobre la cabeza de la cantante mientras el público observaba, atónito. Como hilo conductor del espectáculo, la temática natural y los golpes de percusión. Los saltos al pasado propiciaron los momentos de clímax, con el clásico “Hunter”, “Joga” o la ya mítica “Pagan Poetry”. Faltó, sin embargo, una atmósfera más propicia para tocar un disco nuevo tan personal, porque “Biophilia” parece ser su verdadera médula extraída sin anestesia desde lo más profundo de sus entrañas. Demasiado cruda quizá para parte del público, que estaba más pendiente de las pantallas que de los acordes o incluso de la cantante, que se movía mecánicamente de un lado al otro mientras sus hadas nórdicas sacudían la melena. Un gran concierto al que le faltó más calor de la audiencia para no enfriarse antes de tiempo. Ana Veiga

del corazón y la nostalgia, cuando se trata de Stone Roses, ah amigos, aunque las profecías hablen de un directo a la británica de los de antes, se paga lo que sea y se sonríe amablemente ante la catástrofe sólo para decir aquello de: “yo estuve ahí antes de que la gira se fuera a la mierda”. Pero, ¡albricias!, el tópico de “los tiempos cambian” se hizo carne en el escenario. Estos mancunianos ya no son la muchachada pastillera de antaño, ya no son ese grupo caprichoso, endiosado y displicente al que rendíamos culto casi erótico en nuestra adolescencia. Y nosotros tampoco somos los mismos. Ahora, nos

duchamos cada día, nos metemos una raya en alguna boda, tenemos novia formal cornuda y engordamos culo en una oficina. De todos modos, recuperar el cara a cara entre dos generaciones que han madurado de la mano, tanto arriba como abajo del escenario, fue algo cargado de una vibración telúrica cercana al orgasmo. Como observar desde un cristal tintado los albores de los 90 y sentir en los empastes la efervescencia de una época abrillantada por el éxtasis. El vapor nostálgico que humedecía las paredes del Razz hizo que la formación original reapareciera en el escenario sumida en un aura mesiánica, electrizante. Y aunque los primeros compases del concierto se vieron lastrados por una ecualización paleolítica, a medida que Ian Brown y sus extrañas maracas se afianzaban en las tablas, la lluvia ácida de Madchester comenzaba a hidratar a un público irracionalmente entregado, que por momentos se asemejaba a una congregación de ingleses chamuscados en la ruta de la sangría. Los Roses están bien, aunque sigan tocando mal, y eso reconforta. A pesar de los altibajos de sonido. A pesar de que Ian Brown no haya cantado decentemente en toda su vida. Deiciséis años después de verles por última vez juntos, el mundo saludaba a una banda reenchufada a la realidad que sigue teniendo pegada emocional merced a la mística de sus guitarras y mordiscos melódicos. Mordiscos como “Ten storey love song”, que sonó más grande que Jesucristo. Como “Shoot you down”, y los cientos de nudos en la garganta resultantes. Como ese “Waterfall” que se coló entre la gente cual brisa lisérgica. Fue corto, claro, pero “I am the resurrection” nos acompañó en el viaje de vuelta a casa y nos hizo creer que, durante una escasa hora y veinte minutos, formamos parte de algo que es más grande que la vida. Hay que adorarles por engañarnos así. Óscar Broc

Björk

cidade da cultura (santiago de compostela), 22/06/12

La imponente y característica voz de Björk resonó contra las paredes de piedra de la Cidade da Cultura y contra los verdes montes colindantes en la que fue su única cita en nuestro país. A pesar de los problemas de salud que le hicieron suspender sus conciertos de Oporto y Barcelona, la islandesa ofreció una interpretación impecable. Un coro de ninfas indudablemente islandés —rubias

The Stone Roses razzmatazz 1 (bcn), 09/06/12

Cuando analizo la temeridad de pagar entrada, mis músculos faciales se contraen y doy gracias al flequillo de Paul Weller porque el final de la película no fuera el previsible, esto es, un apocalipsis garantizado de antemano, un agujero negro de instrumentos desafinados, sonido caótico y gorgoritos inaudibles al que nos abocábamos sin anclaje y, para más INRI, con un aligeramiento notable de piedras en los bolsillos (60 euros que costaba la parrillada). Los fans pertenecemos a una raza inferior, ni los animales más bajunos son capaces de tropezar tantas veces con la misma piedra. ¡Y pagando un pastonazo! Pero cuando se trata


MODAGADGETS Maravidades Bitácora creativa

Texto ana tomás

gadgets

Desde Santiago de Chile y bajo un manto de rizos cobrizos, la barcelonesa y risueña Alicia nos invita a adentrarnos en su mundo de maravillosas manualidades. Esta reina Midas del ‘do it yourself’ llevaba años transformando y reinventando materiales y objetos en preciados obsequios para familiares y amigos cuando decidió que era hora de compartir su creatividad y sus simpáticas ideas con el resto del mundo a través de su blog, Maravidades. En él narra sus aventuras creativas y nos invita a ver el mágico potencial de objetos que, transformados con mucho amor –y por qué no decirlo, con mucha gracia–, renacen llenos de vida y charm. http://maravidades.blogspot.com.es

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FADfest Barcelona Design

Twenty Violets Esencia hippy

G-Star Raw Sombreros para un look denim Los nuevos sombreros hechos para llevar con los looks en denim subrayan la filosofía de combinaciones inesperadas que representa el núcleo de G-Star. Para la colección de esta temporada, G-Star ha agregado un toque moderno a una serie de diseños de sombreros icónicos. El sombrero Lauren Fedora para mujer ya se ha podido ver entre la vanguardia de la moda, gracias a su estilo elegante y femenino, mientras que el más masculino Allegra Homburg se inspira en uno de los estilos más antiguos y formales, muy usado por numerosos políticos y diplomáticos a lo largo de mediados del siglo XX. La colección de hombre presenta la gama Dean –diferentes clásicos reinterpretados por G-Star, como la gorra Dean Newsboy y el sombrero Dean. El uso del denim raw significa que cada sombrero se llevará como un elemento excepcional. También es parte de la colección el sombrero de fieltro de lana azul GS Homburg denominado en ocasiones “El Padrino”, en referencia a la película legendaria en la que Al Pacino lo lleva.

Siempre hemos relacionado la rafia con las cestas de la compra que se solían usar hace algunos años, y que aún se siguen usando. Pero un tiempo a esta parte, la rafia se ha puesto de moda en todo tipo de complementos. Tocados, bolsos, sombreros, carteras, zapatos, etc. Para esta temporada, Twenty Violets actualiza el clásico cesto de mimbre, realizado en tejidos naturales y acabados artesanales; el complemento ideal para los días de playa. Gracias a sus originales colores y formas dibujadas, desde estrellas, corazones a símbolos de la paz, el capazo se convierte en un bolso perfecto para llevar desde que sale el sol hasta que cae la noche.

El FAD (Fomento de las Artes y del Diseño) y el BCD (Barcelona Centre de Disseny) han vuelto a colaborar un año más para celebrar la segunda edición del Barcelona Design Festival que la ciudad condal acoge entre el 26 de junio y el 5 de octubre de 2012. Este gran evento cuenta con un amplio programa de actividades que acercarán el diseño a la sociedad, promoverán esta disciplina en los ámbitos ciudadano, profesional y empresarial y unirán los dos epicentros de actividad del festival, el FADfest que lo inauguró y el BCN Design Week que lo clausurará. El Barcelona Design Festival dio el pistoletazo de salida el 26 de junio con la inauguración de la exposición “FADExpo. El mejor diseño del año”, que recoge los finalistas y ganadores a los premios que otorgan las diferentes asociaciones del FAD. La programación del festival de este año es una maratón de actividades abiertas al gran público: exposiciones, congresos, entregas de premios, debates, talleres, circuitos, conferencias, un ciclo de cine, un mercado de ideas y jornadas de puertas abiertas son los reclamos para dimensionar a Barcelona como una ciudad puntera en el diseño.


MODA

Wrap It Street food Wrap It ha inaugurado recientemente un establecimiento en Barcelona, justo frente al mar en el barrio de la Barceloneta (C/ Sevilla nº 80). Su especialidad son los wraps, un concepto de street food muy popular en todo Europa y en los Estados Unidos, que permiten comer de una manera fresca, rápida y sana. Además de wraps, que son el producto estrella del local, también sirven chapatas, ensaladas, tés orgánicos, muffins y pasteles caseros; toda una gama de comer sano, para llevar y a buen precio. www.facebook.com/wrapitbcn

Puppets Life after trash Ingeniero, diseñador, pintor, con un pasado como urban artist y coleccionista compulsivo de objetos que encuentra por la calle, Maurato construye deliciosos y delirantes engranajes personales a partir de su labor recicladora. En su web LifeAfter Trash (www.plasticpuppetz.com) se pueden admirar y adquirir sus creaciones: marionetas y muñecos hechos con botones, medicamentos, botellas de agua recicladas… un auténtico paraíso que demuestra el poder del arte emergente. Maurato ha participado en exposiciones colectivas y sus creaciones han aparecido ya en numerosas revistas internacionales. Su mujer sueña con quitarse de encima algunos de los hallazgos de Mauro. ¿La ayudamos?

Selvedge de Wrangler Get your edge back Esta temporada la legendaria marca de denim hace gala de su identidad como genuino fabricante de jeans con una colección que celebra su herencia y la modernidad de Wrangler. Es el momento de los iconos, al más puro estilo Wrangler. El Selvedge se presenta en tres modelos para hombre: Evan, es el modelo de talle alto, Sencer, es el pitillo y Ben, el anti-fit, un modelo más suelto. La raya del vaquero Selvedge es la seña de identidad de los telares. Estas históricas máquinas emulan la fabricación a mano tradicional creando jeans con mucho carácter. El Selvedge de Wrangler es sinónimo de calidad y hace que los jeans se democraticen.

Adidas x Vespa Para Foot Locker La zapatilla Vespa LX, creada a partir de ante, es todo un llamamiento a la aventura y la libertad. Fruto de la colaboración entre Adidas y Vespa, combina tres colores: el plata, el azul y el blanco con tres bandas negras. La colección está exclusivamente disponible en Foot Locker desde el pasado 13 de mayo. Además, para completar el look, Adidas y Vespa han creado una cazadora reversible, por un lado de color añil y por el otro a cuadros blancos y azules, que permite escoger entre un estilo más contemporáneo y uno más moderno. La colección también incluye una gorra y una mini mochila, en las que se entrelazan a la perfección dos clásicos del estilo y la tecnología de rendimiento.

Roxy SS12 Vamos a la playa, oh oh oh oh... ROXY presenta su línea de baño 2012 con las fuertes tendencias de la temporada. Las prendas clave son muy variadas y podremos encontrar tonos pastel, estampados de estilo étnico y hawaiano. Bikinis de croché con forros llamativos o en patchwork. Las formas geométricas están presentes en muchos de sus modelos y los colores flúor aparecen en bikinis tanto lisos como estampados en contraposición a otros de suaves colores pastel combinados entre sí. ROXY adapta su estilo a cada mujer con una amplia selección de prendas de baño como soutis y braguitas de diferentes estilos y formas (bandeau, lazos, triángulos, copa, brasileño, etc). Encuéntralas en tiendas ROXY de toda España.


BRTIMANIA Texto ana tomás 68-69

BRITMANIA MADE IN ENGLAND Dos bodas, una real, entre el príncipe Guillermo y Catherine Middleton, y una rockera, entre Kate Moss y Jamie Hince, causaron el año pasado una auténtica fiebre colectiva que se tradujo en centenares de titulares en los medios de comunicación. La Britmanía, apodo nacido con la minifalda de Mary Quant y los llamados Swinging Sixties, vuelve a brillar sin que ninguna nación logre hacerle sombra en lo que a diseño y moda se refiere. Parece ser que, más allá del marketing, la clave es la capacidad británica de huir de las imposiciones y ser irreverente. El pasado verano la agencia de análisis de tendencias Global Monitor anunció que Londres había sustituido a Nueva York como capital de la moda. A pocos meses de la celebración de los Juegos Olímpicos en Londres, la Britmanía, cuya cuna y musa son la calle y la música, sigue en la cresta de la ola y todo indica que estamos ante una deliciosa marea que va a inundar revistas, tiendas y blogs a lo largo de varios años.

Londres, como epicentro de la cultura brit, lleva décadas liderando el diálogo en lo que a tendencias se refiere. Muchos europeos descubrieron la música y diversos iconos estéticos todavía vigentes en algún viaje a Londres. Sin embargo, “el concepto Britmanía que causa furor actualmente cuenta con una nueva y crucial razón de ser: el enorme impulso que UK ha desarrollado para definir una identidad colectiva –un made in UK– que parte de la tradición y que se apoya en la excelencia educativa de instituciones como Central Saint Martins y el Royal College Of Arts para generar un microclima de colaboración entre los diferentes segmentos sociales, empresariales y el propio mercado. Las instituciones apoyan los productos y servicios locales, las empresas productoras colaboran con la joven industria creativa para desarrollar productos atractivos y diferentes, la comunicación genera mensajes potentes y la distribución los deriva al mercado, que los compra con un elevado grado de apoyo y fidelidad”, expone José Antonio Guerrero, coordinador del BA en Fashion Marketing del IED Barcelona, Escuela Supe-

rior de Diseño, y especialista en marketing y comunicación en empresas como Levi’s, Women’s Secret, Gisela Intimates o la italiana Ufo Denim. Más allá del marketing, la idiosincrasia británica per se también explica este nuevo boom. “Si bien es cierto que la moda londinense tiene ciertos iconos, como la gabardina Burberry, los zapatos Oxford o la meca de la sastrería ‘made in England’ ubicada en la calle Savile Row, Londres no es París, su estilo no está tan predefinido. La capital británica es más parecida a Tokio, buscando siempre el límite, la renovación, el flujo constante de creatividad. La receta parece ser precisamente que no hay receta”, expone la bloggera británica Anneli Willis (www.whatiboughttoday.com ). Así se explica que en la red los portales de revistas, como Grazia UK, cada día muestren estilos muy diversos a la hora de vestir y que it girls como Alexa Chung, que mezcla ropa procedente de las llamadas charity shops con prendas Chanel y Miu Miu, haya causado un autén-


MODA

tico revuelo en el mundo de las tendencias. “En Londres existe el caldo de cultivo necesario para que innovaciones transgresoras puedan emerger y ser asimiladas por el mainstream hasta convertirse en tendencias globales, y el secreto de ese éxito radica en que la cultura underground y el ‘establishment’ estén en contacto y dialoguen. En París ese diálogo es limitado y en NYC, pese a existir una cultura underground fuerte, no hay unos puentes de relación tan directos”, añade Aleix Perdigó, socio fundador de la consultora de estrategia on-line Tvrbo (tvrbo.pro) y profesor de distintos postgrados relacionados con la moda, tendencias y marketing en la Universidad Ramón Llull y en las escuelas IDEP, IED Barcelona y Felicidad Duce. Tradición y modernidad Parte del éxito de las históricas y simbólicas prendas del estilo British ha sido debido a la estrategia de comunicación y a la renovación al frente del equipo de diseño de casas legendarias. “Burberry y Mulberry han sabido reinventarse, desafiando la idea de que no están los tiempos para lujos. Con Christopher Bailey a la cabeza, Burberry, emblema hasta hace poco del clasicismo más convencional, ha comprado 50 tiendas en China y ha inaugurado boutiques en Rusia, México y Brasil. Con desfiles retransmitidos en streaming y la genial web-homenaje a la gabardina Art of the Trench, la firma ha logrado incrementar sus ventas en más de un 30% en el último año. Emma Hill, al frente de Mulberry, ha logrado lo mismo: transformar una marca en caída libre, olvidada por todos, en una auténtica revolución en lo que a accesorios se refiere. Su bolso Alexa, creado especialmente para Alexa Chung, es un superventas internacional y son muchas las adolescentes de todo el planeta que ahorran para lograr pagarse uno”, expone Saehra-Jane Kübel-Heising, especialista en comunicación de moda que, además de trabajar para la compañía británica de Relaciones Públicas Surgery (www.surgerypr.com ), está creando su propia empresa de consultoría, BDOT. Además de soñar con los llamados ítems ‘must-have’, jóvenes de todo el planeta buscan emular esa capacidad británica de mezclar prendas, estilos, de buscar en la música la inspiración a la hora de crear sus looks. Parte del encanto de muchas prendas y estilos británicos es su particular modo de combinar y alcanzar la individualiza-

ción más extrema, buscando la envidia ajena. “Esas prendas que los británicos llevan con su particular encanto, a los ojos del resto del mundo se convierten en ‘musts’ para emular ese fantástico estilo”, remarca Vera Ciria, consultora de moda (www.veraciria.com ). “Además, con la recesión económica, más allá de aquellos que pueden permitirse objetos de lujo, son muchas las personas de clase trabajadora y especialmente los más jóvenes los que prefieren ahorrar y comprarse algo de calidad y con una historia legendaria detrás antes que acudir a unos grandes almacenes y comprar prendas que luego verán puestas en compañeros de trabajo o de estudios”, añade Anneli Willis. Le secunda Saehra-Jane: “En los últimos años observamos una creciente demanda de productos que han logrado posicionarse como auténticos, honestos. Son precisamente estas firmas las que están aumentando sus ventas, más que las grandes marcas globales sin historia o referentes”. Nacionalismo imperante El nacionalismo es un elemento clave de la cultura británica. “Inglaterra, como isla, siempre ha vivido invasiones. Todas ellas han dejado su legado que se ha incorporado a la identidad británica y a su orgullo, que se manifiesta no sólo en el mundo del diseño, sino también en la música, la política, las cuestiones idiomáticas…”, expone el fotógrafo Antonio Marguet, Máster en fotografía por el London College of Communication (www.antoniomarguet.

com). Por encima de muchos otros elementos, resalta la monarquía, por la que sienten un gran respeto desde los más jóvenes hasta los más mayores. “Su historia es mucho más relajada que la nuestra y el papel representativo e institucional de la monarquía apenas se cuestiona. Es más, han sabido encontrar un valor económico, con su retorno en inversiones, el anhelado ROI, en la capacidad de divulgación y visibilidad que puede ejercer la monarquía. Así, por ejemplo, desde hace siglos los proveedores ingleses que abastecen con sus productos a la casa real incorporan un sello a los mismos identificando “By appointment to Her/His Majesty…”. Encontramos ese sello en empresas de pan, calzado, tejidos o construcción… Nos puede parecer antiguo o desfasado, pero pensemos por un momento en ello: ¿Cómo reaccionarán clientes internacionales ante un producto ‘garantizado’ por la corona inglesa (popular y prestigiosa en casi todo el mundo)? ¿Acelerará el posicionamiento de esos productos? ¿Permitirá una defensa de precios más elevados? ¿Servirá de garantía frente a la competencia? La respuesta era y sigue siendo sí”, expone Guerrero. “La influencia de la monarquía británica sobre las tendencias es mucho mayor que en España. Doña Sofía o Leticia jamás han conseguido que una prenda se agote. Los británicos arrasan las tiendas después de ver a sus monarcas con según que prenda. Pasaba con Lady Di y vuelve a pasar con Katie”, apunta Vera Ciria.


BRTIMANIA TEXTO ANA TOMÁS 70-71

BRITMANIA NUEVOS TALENTOS Londres, ciudad multicultural donde las haya, atrae a muchos nuevos talentos de otras partes del planeta. Saben que ninguna otra ciudad valora tanto la autenticidad. Los directores de arte e incluso los magnates de la industria de la moda acuden a los desfiles de fin de curso de las prestigiosas escuelas de moda, Central Saint Martins y Royal College Of Arts, con el fin de fichar a las nuevas promesas en el panorama de la moda. La innovación y la sinergia entre firmas y creativos, así como el apoyo a la personalidad dentro de la cultura empresarial son, sin lugar a dudas, los elementos distintivos de la nueva ola de la Britmanía. “Es entonces cuando surge inevitablemente la pregunta. ¿Por qué tenemos los españoles tantos complejos con las empresas y productos propios? Sinceramente el problema general es de actitud. Puede que hayan fallado también mecanismos de comunicación y credibilidad, pero desde luego pienso que como sociedad, debería-

mos revisar nuestra visión hacia las empresas y productos españoles. Este hecho se constata fuertemente en la distribución de moda. ¿Cuántas tiendas de lujo existen en España sin una sola marca española entre su listado de oferta? No hemos sabido generar puentes entre creatividad local y demanda de sus productos por parte de la sociedad”, reflexiona José Antonio Guerrero. Londres está lleno de tiendas-estudio donde creadores trabajan y venden sus productos. Firmas como Erdem, Mary Katrantzou o Christopher Kane ya han alcanzado el estrellato y otras, como TBA (To Be Adored) o Nadinoo, venden en todo el mundo a través de Internet las prendas que confeccionan en sus ateliers. Precisamente estas pequeñas firmas han sabido conectar muy bien con el fenómeno blogger, haciéndose así con una porción del pastel de las ventas de ropa. “No creo que Nadinoo hubiese logrado ni la mitad del éxito que tiene si no hubiese sido por algunas bloggers que me han apoyado

y hecho adorables reviews”, explica Nadia Izruna, alma y diseñadora de Nadinoo. “TBA es una compañía pequeña y no tenemos apenas presupuesto para publicidad, así que decidí emplear las relaciones públicas y contacté con varias bloggers. Cada vez que leo sus opiniones se me pone la piel de gallina. Internet permite total transparencia y honestidad, y por eso es tan importante a nivel de opinión pública. Los comentarios que recibo de todo el planeta me animan a seguir diseñando y trabajando duro como hasta ahora, y les agradezco todo su apoyo”, añade Binbin McNiven, la creadora de TBA. Dice el refrán que nadie es profeta en su tierra, pero este dicho parece no haber cruzado el canal de la Mancha. Esperemos que el espíritu londinense, su naturalidad para asumir su herencia y su falta de prejuicios en materia de diseño pronto arraigue en nuestro país y el talento joven logre también las mismas posibilidades que en la capital británica.


MODA

4 piezas icónicas Botas de agua Hunter Kate Moss las puso de moda hace ya un par de años, pero la historia de estas botas es toda una leyenda. A principios del siglo XIX el Duque de Wellington encargó a su zapatero Hobb’s, con taller en el elegante bario de St. James, unas botas de piel cuyo diseño fue tomado del modelo que llevaba la caballería alemana. Así nacieron las botas Wellington, que poco a poco fueron ganando adeptos. Llamadas popularmente Wellies, de color verde e impermeables, eran parte del uniforme para ir de cacería. Kate Moss, Alexa Chung y otras British ‘it girls’ decidieron llevarlas al festival de música de Glastonbury, que, aunque tiene lugar en verano, sufre los estragos del clima británico. Combinadas con shorts, causaron revuelo en la blogosfera, convirtiéndose rápidamente en un accesorio imprescindible, incluso en países de escasa lluvia, como el nuestro. The Cambridge Satchel Julie Deane era una madre en búsqueda de la clásica bolsa de piel estilo Harry Potter para su hijo. En su búsqueda fue a dar con el pequeño taller que las había fabricado manualmente desde principios de siglo XX para los estudiantes de la Universidad de Cambridge. Las manos artesanas del taller y el ojo comercial de Julie hicieron renacer los satchels clásicos e incorporaron nuevos colores. En pocos años, la demanda ha ido creciendo y ahora vende sus bolsos por todo el mundo y hasta ha hecho una colaboración con Comme de Garçons. Fred Perry En la década de los cincuenta los mods llevaron el arte de vestir varios pasos más allá que ninguno de sus predecesores. Y lo hicieron mostrando una atención obsesiva por el detalle, tanto en su estilo como en sus gustos musicales, convirtiendo sus objetos en pequeñas obras maestras del diseño y la funcionalidad. Fueron ellos quienes solicitaron a Fred Perry que les proporcionara polos de varios colores, en lugar de los polos blancos estándar

y, gracias a ello, la marca pasó de ser una marca de prendas deportivas a una de ropa de calle. Cuando hace apenas unos años la moda callejera británica se volvió contra los grandes diseñadores y buscó algo con más sustancia y solera, fue el polo Fred Perry lo que encontró. Tenía estilo, tenía significado y, puesto que no había buscado participar de la cultura global, representaba algo profundo y de calidad en el seno del nuevo mundo superficial que otras marcas habían intentado crear. La chaqueta Barbour Nacida en 1906, la marca ha ido pasando de generación en generación hasta nuestros días. En 1974 recibió la primera distinción real del Duque de Edimburgo, a la que siguieron las de la Reina de Inglaterra y del Príncipe de Gales. La chaqueta de la que la firma Barbour ha hecho insignia está dando que hablar en los círculos más trendies de la moda desde hace ya un par de años. Lily Allen, Sienna Miller, la bloggera española establecida en Londres Gala González (www.amlul.com) y hasta una de las hermanas Olsen, han aparecido reiteradamente con chaquetas Barbour en un montón de instantáneas que circulan por la red. La llevan en festivales con botas Hunter y micro shorts, encima de vestidos de cóctel, con vaqueros pitillo e incluso con stilettos.


ARNDSDORF / UKE FOREVER

ARNSDORF COUNTRY LIFE

las fotos de relajada intimidad de la nueva colección, que tienen también esa chispa nostálgica de 1979, el año en que nací y en cuyos elementos y momentos clave he basado mi colección.

Texto anna tomàs

Tus colecciones están claramente influenciadas por el folk, entendido como folklore, como ese valor diferencial de antaño y como un sentimiento libertario muy importante. ¿Estás de acuerdo? Totalmente. Estaba embarazada de mi primer hijo cuando empecé a idear esta colección. Me puse a pensar en cuando yo nací y en cómo era esa época, cómo vivían mis padres, en qué se interesaban, como vestían. Mi madre diseñaba sus propias prendas y seguía una estética folk, con estampados tribales, flecos, prendas de ganchillo. De ahí la inspiración y el sentimiento que pervive en la última colección de Arnsdorf.

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¿Cómo nació tu marca? Yo soy originaria de Australia, aunque ahora vivo en Nueva York. Estudié diseño de moda en la Universidad de Melbourne y nada más graduarme empecé como freelance. Tenía claro que quería recrear mi mundo y la exploración de la condición humana que representan mis prendas, más que trabajar para otras firmas. Ser autónoma me permite tener mucha libertad y lo aprecio enormemente. Along with the sunshine there’s gotta be a little rain sometime/ When you take you gotta give so live and let live and let go oh oh oh oh/ I beg your pardon I never promised you a rose garden. (Lynn Anderson) “La tendencia sociocultural denominada por algunos “small is beautiful”, orientada a la revaloración de los aspectos ‘handmade’, nos llevan a redescubrir la belleza de las técnicas artesanales, los ambientes cozy, llenos de muebles antiguos y la música de alguien a quien sólo acompaña su guitarra”, expone Juan Antonio Guerrero, especialista en marketing y comunicación de empresas y coordinador del BA Honours Fashion Marketing del IED Barcelona, Escuela Superior de Diseño. Suena Lynn Anderson, el country se apodera de la habitación mientras la luz del día va desapareciendo. Hay belleza en pequeños frascos, en melodías punteadas con dos dedos y en colecciones de ropa que buscan la atemporalidad y esa permanencia en el instante preciso, en el momento justo. La brújula nos lleva a Arnsdorf, una marca de influencias folk y country. Hablamos con su creadora, Jade Sarita Arnott. Las fotografías de tu última campaña nos trasladan a un instante perenne, como si en un momento todo fuese posible y la felicidad flotara en el aire. Tuve la enorme suerte de trabajar con Maya Villiger y Stevie Dance. La enorme sensibilidad de Maya ha sido clave para lograr este catálogo que, como bien dices, captura un momento único. Stevie es también todo un artista y entiende a la perfección la estética de Arnsdorf. Los tres, disfrutando, creo que logramos esa fluidez natural que es esencial para lograr fotos tan espontáneas y a la vez elaboradas. La modelo, Ann Kelly, con quien Maya ya había trabajado con anterioridad, es sumamente cálida y cercana, lo que se traslada, creo, a

¿Qué opinas del fenómeno blog? ¿Te ha ayudado a darte a conocer? Adoro los blogs, son fascinantes y me han ayudado enormemente. Recuerdo cuando Garance Doré me tomó una foto en double denim y más tarde en color block, de rosa… Esas imágenes empezaron a circular y la firma empezó a darse a conocer. Tavi y Susie Bubble también me han sacado en sus blogs, lo que ha ayudado enormemente a mi tienda online. Además de los grandes nombres de la red, me encantan miles de blogs que todavía deben triunfar, con sus opiniones y sus particulares formas de ver el mundo de la moda. ¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la moda? Coco Chanel, Phoebe Philo y Raf Simons. ¿Y que firmas te vuelven loca? Celine, Jil Sander, Cosmic Wonder y Bless. Tus colecciones parecen no enmarcarse en ninguna temporada. Siempre podemos llevar un vestido vaquero y unas botas, ¿cierto? Totalmente. Intento tener presentes tanto a los habitantes del hemisferio norte como los de sur, de modo que todos puedan llevar mis prendas al mismo tiempo. ¿Qué fondo de armario es imprescindible? Una blusa de seda. ¿Qué accesorios son los más apropiados para las prendas de tu nueva colección? Colgantes y pulseras de estilo minimal. Más info: http://arnsdorf.com.au


MODA

UKE FOREVER MINIMALISMO SOLEADO

La firma valenciana UKE Forever introduce el concepto de “minimalismo soleado”, que se basa en las vanguardias de las primeras décadas del siglo xx, la década de los 90 americana y el diseño escandinavo actual, al que Nancy y Álvaro, sus creadores, hacen un guiño con el nombre de la firma, que significa ‘semana’ en noruego. UKE es una firma de manifiestos claros. Creen firmemente en el minimalismo como vehículo para llegar a la prenda clásica y atemporal. Apuestan por esta reducción al mínimo para alcanzar la esencia de la prenda. Utilizan colores puros, formas geométricas simples y tejidos naturales. Cuando obtienen esa prenda casi desnuda la visten con un toque soleado, personal, relajado y fresco creando ese aura UKE que fascina a tantas mujeres deseosas de contar con un fondo de armario contemporáneo. Hablamos con sus creadores para que nos cuenten los entresijos de su firma y su proceso creativo. ¿Cómo nació UKE? De la necesidad de crear algo propio donde poder expresar y aportar nuestra creatividad y punto de vista en la industria de la moda. ¿Cómo definiríais vuestra colección para este verano? Minimalismo soleado en estado puro, nostálgica, elegante. En estos momentos estamos aún creando la esencia de nuestra marca y por ello seguimos utilizando como vehículo de inspiración nuestro minimalismo soleado, eso no quita que en cada colección haya nuevos enfoques. En cuanto a la elección de colores para esta temporada hemos dado un salto alejándonos de los convencionales blanco, negro, beige o gris de la colección SS11 y nos hemos centrado en los tonos pastel en tres colores muy personales como son el color amarillo trigo, el azul cielo y el azul petróleo.

¿Los complementos ideales de vuestra colección son? Nuestros bolsos UKE y unos mocasines masculinos con borla. ¿Sólo diseñáis para chica? Somos una pareja de chica y chico por lo que nos gustaría llegar a hacer ropa para ambos. Empezamos con chica casi sin plantearnos otra cosa ya que es donde veíamos que podíamos desarrollar más nuestra creatividad, pero empieza a picarnos la curiosidad por cómo sería el chico UKE. Hay una fecha marcada en el calendario: la temporada AW 14. ¿Cuál sería vuestra definición de elegancia? Saber llevar una prenda lisa, con un corte limpio y estar así perfecta. La elegancia es una forma de ser, un saber estar, está relacionada con la experiencia y la educación. Y lógicamente todo eso al final se refleja en la imagen que se da, en lo que vistes y cómo lo vistes. ¿Un parón para ver un film o escuchar una sinfonía implicaría a qué maestros? Las películas y la música son uno de nuestros carburantes. Podríamos decir infinitas referencias porque nos gusta empaparnos bien de estas fuentes de inspiración. En el tema cine nos gustan mucho los clásicos y también estamos enganchados a muchas de las series de la HBO. En cuanto a música: Nina Simone, The Smiths, The Cure, The Drums, Wilco, The Vaccines, Fleet Foxes, The Felice Brothers, Calamaro, Vampire Weekend... ¿Pero la banda sonora de la nueva colección sería? Cualquier tema de The xx: íntimo, delicado y sorprendentemente moderno. Más info: http://www.ukeforever.com


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625 líneas Hit & Miss

Chloë Sevigny tiene una sorpresa para ti. No es demasiado grande, pero sí venosa, le cuelga entre las piernas y se balancea con gracilidad. Bravo por ella, sólo una actriz descomunal sería capaz de interpretar a un travesti que trabaja para la mafia y mostrarse ante la cámara en el desnudo ‘trans’ más inquietante que he visto desde “Juego de lágrimas”. Y lo mejor es que más allá del pito de la Sevigny se esconde una serie de una complejidad emocional fascinante. De cabo a, ejem.

Hit & Miss el rabo del miedo

Texto

P

Óscar Broc

aul Abbott no es precisamente un amante de los cuentos de hadas y la corrección política, basta con echar un vistazo a su hoja de servicios como guionista y productor en la televisión británica para comprobar que se siente cómodo horadando, con mordacidad, valentía e inteligencia, los márgenes de la sociedad y la moral. Su serie insignia, “Shameless”, sigue siendo la comedia familiar más destructiva, fullera y cochambrosa que he visto en mi vida: un codazo a traición en el tabique nasal de esa clase media-alta inglesa que no parece saber que en los suburbios de las principales urbes de Albión el modelo parental clásico está hecho trizas. Pero también figuran en su haber thrillers espinosísimos como “State of play” o “Exile”, plagados de personajes oscuros e historias de engaño, derrota, denuncia y dolor. Abbot es un maestro de la televisión hecha con cojones, su principal virtud es un compromiso irreductible con las historias de calidad, por muy incómodas, impopulares o descorazonadoras que puedan resultar. El nuevo tour de force de Abbott con los telespectadores más puritanos es “Hit & miss”, una rareza televisiva infinitamente más cercana a la ficción adulta de autor que a un producto para toda la familia. La miniserie de 6 episodios —fórmula habitual en la pequeña pantalla británica— nos introduce de forma abrupta en la vida de Mia, un transexual que trabaja como asesino a sueldo para la mafia. Todo parece irle bien, los hampones adoran la eficacia con que fulmina a sus objetivos, la chica es letal y sabe hacer su trabajo como nadie. Pero la trama describe una parábola imprevista cuando la vida ordenada

y en la sombra de este turbulento personaje se ve sacudida por una carta que le devolverá a un pasado ya olvidado, un pasado cuya revisitación solo le producirá dolor y reabrirá viejas cicatrices emocionales. Cuando Mia era un hombre tuvo una novia y de esa unión nació un niño que ahora tiene 11 años y cuya existencia no le había sido revelada. La ex novia de Mia muere de cáncer no sin antes enterar por carta al sanguinario transexual de la existencia del retoño, que quedará a su cargo. Después del terremoto, Mia se ve sorprendida por un repentino e irrefrenable instinto paterno-maternal, y decide ir a buscar a su hijo perdido y sus otros hermanos, convirtiéndose forzadamente en una figura matriarcal con pene, e intentando sobrellevar su escabroso trabajo como criminal con su nueva vida como cabeza de familia y señor mamá. Los contrastes son jugosos y están servidos con una escritura profunda, repleta de silencios, magníficamente estructurada a caballo entre los dos mundos en los que tendrá que moverse la asesina. Pero “Hit & miss” no se recrea en el thriller mafioso más de lo necesario, la serie realmente se vuelca en los torrentes emocionales que palpitan con escozor en la psique de la protagonista. Porque el componente violento se ve ensombrecido por una crudísima reflexión sobre la identidad sexual y las relaciones familiares. En el plano de la sexualidad, “Hit & miss” se guarda sus mejores y más impactantes minutos. La constante lucha que Mia mantiene contra ella misma, el tormento insoportable de verse ante el espejo como una mujer atractiva y apetecible estigmatizada por una polla se acentúa al descubrir la

existencia de su hijo y verse atrapada en los lazos de la consanguinidad. Después de regalarnos el mejor personaje de “Big love”, Chloë Sevigny borda su espinoso papel, aportando una maravillosa mezcla de fragilidad, dureza y coolness —no nos engañemos, verla empuñando pistolones y llenando de plomo a sus víctimas tiene morbazo—. Está tan bien, y destila un magnetismo tan especial, que me cuesta pensar en una actriz de televisión más en forma que ella, con permiso de Claire Danes. En esta tesitura, la serie radiografía a fuego lento y sin tapujos el calvario de Mia, que se muestra totalmente desnuda ante la cámara, haciendo gala de un pene que odia con todas sus entrañas. Tanto es así que, en una de les escenas más aturdidoras de la serie, se dedica a propinarse puñetazos en su propio miembro, en primer plano, entre sollozos desesperados. Algo brutal. En el terreno familiar, “Hit & miss” exuda una extraña e incómoda ternura, cada vez que el soberbio guión ahonda en la relación de Mia con su hijo. La complejidad emocional de la protagonista no sólo se ciñe a su guerra interior en pos de una identidad sexual completa, también se aprecia en los puentes que va tendiendo con los miembros de su nueva camada. Pausada, hipnótica, esta joya de culto de la cadena británica Sky es un caramelo para los paladares catódicos que huyen de las obviedades y le tienen repelús al mainstream. Lo único que nos queda es sacrificar un cordero y esparar a que los lumbreras de la televisión nacional accedan a estrenarla en nuestro país. Si no lo hacen podrían despertarse con una pistola pegada en la frente y la Sevigny detrás del gatillo. ¡Bam!


in & out Clubbing BCN C/ ARC DEL TEATRE, 3. TEL. 93 318 59 66. Techno-house, incursiones en el electro y la música disco. Miércoles, invitados internacionales. Vie-Sab., sesiones con el DJ residente Robert X. Todas las noches de 23.30 a 5 h.

SALA RAZZMATAZZ 2. C/ PAMPLONA, 88. TEL. 93 272 09 10 Tech-house, hard techno y techno con los residentes MouseUp, Undo, Vicknoise, además de las residencias de James Holden, Felix da Housecat, Miss Kittin o Tiga. H: Vie-Sab. y vísperas de festivos de 1 h. a 5 h. Entrada única a Razz Club: 15 € (c/i).

SALA APOLO. C/ NOU DE LA RAMBLA, 113. TEL. 93 301 00 90 La meca del eclecticismo: house, techno, breakbeat y pop electrónico, según el día. Alberga residencias de Kompakt, Bpitch Control, Bungalow, Cristian Vogel, etc. Nitsa selectors: Fra, Marc Piñol, DJ Coco y Graham. H: Vie-Sab. y vísperas, a partir de las 24.30 h. Precio: 12 € (c/i).

Clubbing Madrid electro-pop, deep house y leftfield de mano de MouseUp, Undo, Vicknoise); Rex (technopop). H: vie-sab. y vísperas de festivos de 1 a 5 h. Entrada única: 12 € (c/i). www.salarazzmatazz.com

B LOUNGE @ HOTEL BARCELÓ RAVAL RBLA. DEL RAVAL 17-21. TEL. 93 320 14 90 El lugar más cool de la ciudad, el nuevo punto de encuentro de Barcelona. Tapas sorprendentes, extensa carta de cócteles y la mejor música. Terraza Plaza Manuel Vázquez Montalbán. Jueves, viernes y sábados DJ en directo de 23 h a 02 h. Entrada libre. www.BarceloRaval.com

C/SANTA ANNA 14, L’HOSPITALET. T. 93 337 76 16. Más de 25 años ofreciendo la alternativa desde L’Hospitalet. Conciertos de pequeño formato y sesiones de DJs... de la mano de los DJs Jordi Monamí, Marty Mcfly, Crtl+alt+supr, Gato. Actuaciones musicales en pequeño formato. www.depositolegal.com.

@ SALA APOLO. C/NOU DE LA RAMBLA, 113. Residencia semanal para la noche de los jueves en el Apolo. Powder Room acoge las mejores noches de deep funk, breaks y rare grooves en Barcelona. H: todos los jueves, de 24.30 a 6 h. 9 €.

C/ FONTRODONA, 33 (BCN). TEL: 93 441 80 15 Antigua nave industrial convertida en enorme y comfortable lounge club. Urban & soulful music + laid-back atmosphere + underground attitude. www.maumaunderground.com. H: jueves 23 - 2.30 h., vie-sáb 23 - 3 h., domingos tarde (excepto verano).

SALA CITY HALL C/ RAMBLA CATALUNYA, 4. Lun: Internacional Party. Mar: Budah Hall Night. Mie: Pigs & Diamonds. Jue: Club 4 (techno & minimal techno). Vie: 100% Uhm Underground (tech-microfunk). Sab: Pure City Nights (house, deephouse, latin). Dom: Zen Club (techhouse/ electro).

C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 272 09 10 5 clubs en un mismo espacio: Razz Club (Viesab. DJ Amable y Dj Gato, el mejor indie y rock de todos los tiempos. Jue. Bongo Palace (latin house); Pop Bar (vie-sab. lo mejor en pop, electro y sixties); The Loft (tech-house, hard techno y techno); Lo*Li*Ta (techno-pop,

C/ LINCOLN, 15. T. 93 238 07 22 Martes: Glitter and Glamour. Miércoles: Strawberry & Chocolate. Jueves: Buziós - Brazilian soul. Viernes y Sábado: 3 floors open- hip hop and R&B, house music, classic garage 80’s-90’s. www.ottozutz.com

C/ VALLDONZELLA, 40 / PLAZA MILANS, BARRIO GÓTICO. Tel. 627 73 30 81 En el bar Manchester se dan cita amigos y seguidores de la música de los 80 y 90 y sus tendencias más brit. Desde Joy Division hasta Placebo, pasando por The Smiths y Happy Mondays.

RAMBLAS, 27. T. 93 301 16 289 INFO@BOULEVARDCULTURECLUB.COM Boulevard Club, ubicado en La Rambla, donde antes se encontraba Fellini, ofrece la localización más céntrica y de más fácil acceso al público. House, techno, electrónica, hip hop, R’n’B, rock... DJs residentes: D’Julz (Bass Culture, París), Andre Buljat (4line, Indigo Raw) y Dr. Barry (BLV). http://boulevardcultureclub.com

C / ESCUDELLERS BLANCS, 3 (BARRI GÒTIC) Con una acertada mezcla de graffiti, videos, skate y grunge. Su amplia sala alberga cómodamente a los personajes más diversos de la fauna barcelonesa, que se pierden entre detalles y acordes, cubatas y chupitos, chicas y kickflips. A tres pasos de la turística Plaza Real se esconde el secreto mejor guardado del Gótico, Nevermind. Abierto todos los días hasta las 3 h. www.nevermindbcn.com

SALA 1 AV. CARRILET 235 - SALA 2 AV. CARRILET 301, L’HOSPITALET. T. 93 337 06 02 La Salamandra es el espacio de referencia de las noches de L’Hospitalet. Dos salas que ofrecen la mejor programación de conciertos y sesiones de DJs de la escena indie y mestiza. Sala 1: Musicollage con Nafentt & Darkomedia. Sala 2: Indie-pop-electro con YoSET & McFly, visuals de High Distortion & Mon Feijóo. H. Abierto todos los viernes, sábados y vísperas de 24 a 6 h. Entrada única: 8 € (c/i). Gratis hasta las 2 h. www.salamandra.cat

C/AMPLE, 46 (GOTICO) T 663 710 095 El bar rockero por excelencia en el centro de Barcelona. Casi tocando Correos se encuentra este sitio con aires de estación de metro abandonada donde cada día, entre riffs y whiskey, se dan cita aquellos que llevan el rock en la sangre. Todos los días desde las 19 h a las 2.30 / 3 h www.bollocksbcn.com

Clubbing Bilbao C/ RAFAEL DE CASANOVA, 3. SANTA COLOMA DE GRAMENET. [M] L1 SANTA COLOMA La Sala Pop tiene una programación semanal de conciertos cuidadamente seleccionados dentro de la escena independiente tanto catalana como estatal. Los conciertos se realizan viernes y sábado pero la sala ofrece sesiones de indie, pop, rock, electrónica a cargo de DJ Oki One y programación cultural los domingos. H: mie-dom 19 - 3.30 h. www.myspace/popclubsantacoloma

EN SANTANA 27. POL.IND.SANTA ANA. TELLERÍA 27. BOLUETA. WWW.FEVER.ES Pink Fever: tecnopop & electropop. Gold Fever: pop-rock & hits. Black Fever: hip-hop, reggae, soul & funk. Blue Fever: tech house & tecno. Desde su inauguración en 2005, Fever se ha convertido en el club de referencia del norte de la península. Una iniciativa de ocio de calidad incontestable que sitúa a Bilbao en el pelotón de cabeza europeo de la cultura del baile. H: Vie y Sab 24 h, 12€ c/i.

@ LA RIVIERA - Pº VIRGEN DEL PUERTO S/N. @ HEINEKEN - C/ PRINCESA , 1. Actualmente es el club de referencia en Madrid por su excelente e inagotable programación dedicada al indie rock y la electrónica, con residencias de sellos como Ed Banger Records y DJ sessions de Boys Noize, Rex The Dog, Felix Da Housecat, Steve Aoki, Peter Hook... www.intromusica.com

C/BAILÉN 16, 28005. MADRID ContraClub es un bar donde coinciden varias tipologías de noctámbulos con un denominador común: su gusto por la calidad y variedad musical. ContraClub pretende romper barreras entre disciplinas y generaciones, ser un lugar de encuentro de artistas y un escaparate para todo tipo de espectáculos de calidad. Un lugar abierto y dispuesto a juntar funk con flamenco, cabaret con música electrónica. X y J de 22 a 05:30 h. V y S de 22 a 06 h. www.contraclub.es

C/FOMENTO 30 (MADRID) Desde 1997 el Home Bar es un referente para los amantes de la música. El pop, la electrónica y el indie son el eje central de las sesiones de nuestros DJs, desde los clásicos imprescindibles hasta las últimas novedades. En el Home podrás escuchar desde Depeche Mode, REM o The Smiths hasta White Lies, Hot Chip y Temper Trap, pasando por Placebo, Massive Attack, Muse, Royksopp, Radiohead, Ladytron, Foo Fighters, Interpol... Abierto los viernes y los sábados a las 23h.

Clubbing Galicia COMPLEJO PLAYA CLUB. AVENIDA DE LA HABANA, ESTADIO DE RIAZOR (LA CORUÑA). WWW.PLAYACLUB.NET Pop, indie y electrónica. Más de 60 conciertos de música alternativa al año. Sesiones los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos desde las 3 h. +info en www.playaclub.net


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Cine Julie Delpy

No forma parte del cine francés, ni del americano, ni del indie, ni del cine comercial, ni de los festivales. Ajena a todo, Julie Delpy va facturando películas de las que, años después, alguien dice: “pues estaba muy bien”. En “Le Skylab” revisa su infancia con ironía y, hablando con ella, nos da un disgusto: no habrá tercera entrega de “Antes del amanecer”. ¿Nos enreda?

Julie Delpy fuera de juego Texto

Begoña Gómez

J

ulie Delpy no suele asistir a saraos en Hollywood, pero este año muchos de sus amigos iban a la fiesta de Vanity Fair post-Oscar. Llamó a su agente (el de ahora; asegura que la han despedido “todos los agentes de la ciudad”) y le pidió una invitación. Media hora más tade, éste devolvía la llamada: nada, no la querían. A Delpy no le importa explicar estas historias; la self-deprecation es la espina dorsal de su estilo de humor. Y tampoco le apena no formar parte de la lista A. “No quiero ser parte del juego. Te utilizan y te tiran a la basura. No es una leyenda”, dice. Sin mucho ruido, Delpy, que debutó como actriz a los 14 años en una peli de Godard, se ha ido haciendo con una consistente filmografía como directora. “Le Skylab”, que se estrena ahora, es su cuarta película, y en otoño llegará a España “2 days in New York”, la secuela de la infravalorada “2 días en París”. A excepción de “La Comtesse”, un drama gótico que no llegó a verse por aquí, las películas de Delpy exploran una escuela de comedia verbo-céntrica y encuentran sus momentos más felices en las escenas caóticas (pocos

directores con tanta habilidad para rodar a tanta gente que habla a la vez) y en el reflejo de las relaciones de familia. “Le Skylab” pertenece a ese género de película que reúnen a todo un clan bajo el mismo techo, en este caso, con la excusa del cumpleaños de la abuela, un día de verano de 1979. “Pensé mucho en una película que adoro, ‘Las reglas del juego’, de Renoir, porque parece que no pasa nada y es todo muy ligero pero en realidad pasan toneladas de cosas por debajo. Es una obra maestra, pero quería una película con esa sensación de fluidez. También está muy inspirada por el cine italiano de los sesenta y setenta”, cuenta Delpy. Ella se reserva el papel de una actriz rojilla basada en su propia madre, que aparecía en “2 días en París” y falleció hace unos años. Su padre, el actor de teatro Albert Delpy, repite en “Le Skylab”. “Le emocionó mucho el retrato que hice de ellos. Creyó que era muy real y divertido. Crecí viéndoles a ellos en escena y ahora es fantástico poder darle trabajo a mi padre”,

dice. Aunque vive en Los Ángeles desde hace años, no ha conseguido todavía estrenar “Le Skylab” en Estados Unidos, asegura que por culpa de una escena en la que los niños juegan a los médicos: “La película es latina en espíritu y la libertad que se respira es más de los 70 que de ahora”. Y quizá por ese hábito suyo de no hacer lo que se espera de ella, se dispone a dar un disgusto a los fans de “Antes del amanecer” y “Antes del atardecer”, las dos películas que coescribió y coprotagonizó con Ethan Hawke a las órdenes de Richard Linklater. ¿Qué pasará con Jesse y Céline después de que él dejara escapar ese avión? Imdb asegura que están en pre-producción de la tercera parte. “No creo que vayamos a hacerla”, niega ella, que tampoco se muestra especialmente entusiasta del culto que generan: “Son películas románticas e idealistas pero totalmente desenraizadas de la realidad. Por eso le gustan a la gente, son cuentos de hadas indie”. ¿Cómo?, ¿hadas?, ¿que no existe Céline? Y nosotros que juraríamos que ahora vive en California. y hace películas nostálgicas inspiradas en Renoir. Ilusos.

Cannes 2012, Top 10

y sólo con un grupo de adolescentes que evolucionan a tiempo real en un autobús a través del Bronx. Como “La clase” (Laurent Cantet, 2008), pero sobre ruedas y más desenfadada, aunque con un tercer acto demasiado moralista. (7) David Cronenberg y Don DeLillo llegaron en la limusina blanca de “Cosmopolis” , un film complejo y radical que desprecia la acción para dar voz a la palabra. (6) De la Semana de la Crítica —como la Quincena, un festival paralelo—, nos quedamos con “Au galop” , debut tras la cámara de nuestro adorado Louis-Do de Lencquesaing que fue duramente criticado como un escaparate de su persona, que es precisamente por lo que nos gustó a nosotros, amén de perfilarse como un digno heredero del cine de sentimientos de Truffaut. (5) “Like someone in love” es el viaje a Japón del siempre sabio Abbas Kiarostami, y (4) “In another country”, de Hong Sang-soo, es el

viaje a Corea de una Isabelle Huppert muy “Lost in translation”. Ambos films transmitieron ligereza desde el savoir faire de los grandes maestros. (3) La Huppert también aparece, aunque brevemente, en “Amour” , la segunda, y en mi opinión menos calculada y más merecida, Palma de Oro de Haneke, una función enteramente dedicada al duelo entre Emmanuelle Riva y un inmenso Jean-Louis Trintignant. (2) Ya hemos dejado claros nuestros sentimientos respecto a “Moonrise Kingdom”, aunque a Wes Anderson nunca le darán trofeos por no ser lo suficientemente serio y adulto. (1) La reina absoluta fue “Holy motors”, el regreso a lo grande de Leos Carax: un completo despiporre que, como “Cosmopolis”, también es el relato de las 24 horas de su protagonista a bordo de su limusina blanca. Un film que en sí mismo ya es todo un festival, algo realmente alucinante. Philipp Engel

En un año flojo también se ven buenas películas en Cannes. (10) John Hillcoat y Andrew Dominik, dos cineastas océanicos y comparables, pasearon por la Croisette con sendas revisitaciones del cine negro americano, “Lawless” y “Killing them softly”. Aunque la primera dejó menos poso, la de Dominik, tal vez lastrada por un mensaje político demasiado insistente, impactó un peldaño por debajo de aquella reformulación del western en clave malickiana que fue “El asesinato de Jesse James…” (2007). (9) El ruso Serguei Loznitsa sirvió, con “V Tumane”, un contundente retrato del absurdo de la guerra que le ha salido más clasicón que la celebrada “My Joy” (2010). (8) “The We and the I”, de Michel Gondry, fue como una bocanada de aire fresco llegada de la Quincena de Realizadores,


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cine

Columna

Texto

Roger Salvans

Albert Fernández

“Prometheus” de Ridley Scott (EE.UU., 2012)

“El Caballero Oscuro: La leyenda renace” DE CHRISTOPHER NOLAN

Al tiempo que todos nos quejábamos sobre la elección de Bane como enemigo del último episodio de la trilogía, habida cuenta de la sublime galería de villanos de Batman; mientras nos arañábamos al saber que la sosa Anne Hathaway daría vida a Catwoman y alucinábamos con el primer avistamiento del Batplano, Christian Bale se convirtió en un verdadero héroe, al enfrentarse a la opresora policía china en su visita a un activista disidente ciego. Ahora, que nos enseñe la capa, salte desde su repisa y vuelen los murciélagos.

el cine que viene “La delicadeza”

“Brave (Indomable)”

de David Foenkinos y Stéphane Foenkinos

de Mark Andrews y Brendan Chapman

Sorprende ver que, once años después de “Amélie”, Audrey Tautou luzca igual de bella y delicada. Pero asombra más incluso que, pasado todo este tiempo, sus horizontes como intérprete no hayan variado lo más mínimo. Aquí sirve de perfecta musa para que David Foenkinos adapte con ayuda de su hermano mayor la novela con la que traducida por Seix Barral el año pasado. Audrey es una viuda joven y guapa que se enamora de un pobre hombre feo y alopécico. Adivina el ‘insondable’ mensaje.

¿Será posible que algunos indies vayan a ver la nueva película de Pixar en versión doblada? No, no irían a verla por ser la nueva aventura gráfica creada por la factoría que alumbró joyas tan fascinantes como “Toy Story” o “Wall-e”; y no prescindirían de la versión original porque les molesten los subtítulos: el verdadero motivo sería que Russian Red canta la canción principal de la película, “Volaré”. Gorgoritos de Lourdes entre vaivenes celtas, eso es fantasía épica.

“The Swell Season”

“El legado de Bourne” de Tony Gilroy

De entre todas las secuelas que se estrenan este verano, esta suerte de continuación documental de “Once” es la recomendación indiespensable para los corazones delicados. Aquellos que se emocionaron viendo el melómano romance de ficción de Glen Hansard & Markéta Irglová, vibrarán ahora con su historia de amor real, un discordante concierto sobre la fama y los sentimientos, en preciosista blanco y negro. Por favor, que no toquen “Falling slowly” otra vez, que lloro mucho.

De entre todas las secuelas que se estrenan este verano, ésta es aquella donde verás más llamadas confidenciales, persecuciones internacionales y transposiciones de identidades. Demonios, hasta ahora nadie sabía dónde estaba Jason Bourne, pero ahora es incluso peor: ¡hey!, ¿donde está Matt Damon? Tras la huida del chico de la mandíbula cuadrada, Gilroy ha tenido que ponerse tras la cámara, y reclutar a Jeremy Renner, Edward Norton, Rachel Weisz, Joan Allen y Albert Finney para airear la trama.

“El páramo”

“Los mercenarios 2”

de Nick August-Perna, Chris Dapkins y Carlo Mirabella-Davis

de Jaime Osorio Márquez

de Simon West

En el cine, las mixturas de género suelen llevar al error. El cine bélico parece poco dado a la mezcla y lo mismo pasa con el terror claustrofóbico. Pero en Colombia están altamente orgullosos de esta historia donde un comando de nueve militares sella sus precipicios mentales sobre un páramo misterioso. Al menos, salir al calor del asfalto tras hora y media de ansiedad y encierro en una base militar real, a 4000 metros sobre el nivel del mar, parecerá toda una liberación.

De entre todas las secuelas que se estrenan este verano, este enorme engendro de músculos y munición es la cosa más infumable que te vas a encontrar. Juro por Stallone que intenté ver la primera para echar unas risas un día tonto en casa de mi hermano, y, con carajillo y todo, no pude pasar del primer cuarto de hora. De hecho, estoy ocupando el espacio que debería darle a “Hara-kiri” o “Brave”, sólo para advertirte de lo nocivo de usar este tipo de drogas duras.

“La soledad de los números primos”

“Abraham Lincoln: cazador de vampiros”

de Saverio Costanzo

de Timur Bekmambetov

Bueno, esto sí es una sorpresa. No, no hablo de esta adaptación a la gran pantalla del best seller de Paolo Giordano, ni, por supuesto, de que haya nada que descubrir en este pastelón aritmético. Lo que mantiene mis pupilas como neones y mis orejas de punta desde hace un rato es que acabo de descubrir que Mike Patton es el responsable de la banda sonora de este despropósito. Si quien fuera excelso líder de Faith No More ha caído tan bajo, el fin está realmente cerca.

El novelista Seth Grahame-Smith puso de moda los híbridos de terror y clásicos con la novela “Orgullo, prejuicio y zombies”. Esta producción de Tim Burton plasma en imágenes su desviación vampírica sobre los diarios secretos del decimosexto presidente de los EE.UU. Esta vez, el bueno de Abraham tendrá que anteponer los hechos a los discursos, porque los no-muertos se ‘morirán’ de risa con aquello de: “¿acaso no destruyo a mis enemigos cuando los convierto en amigos?”.

Lastrada primero por su improbable vocación híbrida (un blockbuster veraniego con hechuras de cine de culto pensado para un público adulto) y, segundo, por su delicado artificio narrativo (una primera entrega de una nueva franquicia a la vez que precuela, piedra fundacional y revisión de otra saga), “Prometheus” lanza una de las grandes paradojas de la cartelera de este verano: ¿cómo una de las propuestas más fascinantes del año puede ser a la vez tan hueca? Visualmente arrebatadora, con soluciones y momentos resueltos con una brillantez impropia del Ridley Scott de las últimas décadas, “Prometheus” tiene, en un guión lleno de preguntas trascendentes (“¿quiénes somos?”, “¿de dónde venimos?”) que se quedan sin respuesta, unos agujeros negros nada sorprendentes si tenemos en cuenta que uno de sus autores es Damon Lindeloff, uno de los responsables de “Perdidos”, otra especialista en dar gato por liebre. Que los espectadores sean conscientes del engaño y no les importe en absoluto es otra cosa: a veces no importa qué puertas decides cerrar sino qué ventanas consigues abrir. Pero lo que realmente carga el film son los personajes y situaciones de trazo grueso. Pinceladas que sirven en algunos casos para sugerir mucha más trastienda de lo que realmente vemos (el Janek de Idris Elba), cuando no son brochazos que caricaturizan grotescamente (Guy Pearce) y manchan viejos tópicos, meros clichés al servicio de la funcionalidad y pirotecnia de la historia (el geólogo rave del siempre inquietante Sean Harris, una Charlize Theron casi replicante). Sólo la Elizabeth Shaw de Noomi Rapace, una sosias de Ripley sin la seguridad, resolución o temple de Sigourney Weaver, y Michael Fassbender, el puto amo de la función con el más humano de los personajes, se escapan de esta ecuación. El retrato de la tripulación no es lo único que distingue el viaje de la Prometheus del que emprendió la Nostromo en “Alien, el octavo pasajero”: de la tensa sugerencia saltamos al artificio enfático; la claustrofobia que encerraba los orgánicos diseños de Moebius se torna en una anchura desmedida vacua, propia de un crucero vacacional de bufé libre; del terror insinuado en la banda sonora a un 3D magníficamente superfluo. Y, pese a todos estos peros “Prometheus” es fascinante. Deslumbrante. Arrebatadora. Puede que no sea el regreso esperado a un universo al que ya no podremos volver pero sí un viaje a otra parte, una huida que hacía tiempo que la ciencia-ficción mainstream pedía a gritos. Aunque ya se sabe que en el espacio nadie nos oye gritar.

autopsia


cine

“Pollo con ciruelas”

“Terraforma”

De Marjane Satrapi (Francia, 2012)

de Emanuele Crialese (Italia, 2011)

“The Amazing Spider-man” DE marc webb (ee.uu., 2012)

La recuperación del título del cómic original así como del primer amor del protagonista (la rubia Gwen sustituye a la pelirroja Mary Jane) funciona como guiño a los fans así como de señal inequívoca de por dónde van los tiros. En su empeño por alejarse de la trilogía fundacional de Raimi, esta nueva versión de los orígenes de Spidey echa la vista hacia atrás -aunque también hacia los lados, hacia los incontables desvíos narrativos de la saga- para elaborar su propia mitología, cambiando de arquetipo adolescente y presentando un Peter Parker que es más rebelde sin causa que nerd entrañable, e inventando para él un pasado traumático que lo acerca más a Batman que al luminoso superhéroe encarnado por Tobey Maguire. Algo hay de la saga cinematográfica original, sin embargo, en la desprejuiciada mezcla de géneros: en “The Amazing Spider-Man” se dan cita la ciencia-ficción, la comedia (la impagable secuencia de la biblioteca) y, sobre todo, el romance, como era de esperar del director de “(500) días juntos”. Más allá de esto, los mejores momentos de un filme pensado para hacer atractivo el personaje enmascarado a la generación Crepúsculo son aquellos en los que espectáculo y emoción van de la mano y que tiene su clímax en la maravillosa secuencia del puente. Es entonces, sin su máscara, con el rostro descubierto, cuando la dualidad entre el poder superheroico y la fragilidad humana se hace evidente. María Adell

Si Marjane Satrapi fuera una cobarde, podría haber dirigido una segunda cinta idéntica a su debut, donde adaptaba “Persépolis” con gran éxito, sirviéndose de la animación, aunque sin sumarse al pensamiento único de Disney y derivados. Como no lo es, ha tenido la valentía de no limitarse a hacer más de lo mismo, con todos los riesgos que comporta. “Pollo con ciruelas” es la adaptación de otra de sus novelas gráficas, situada en su paraíso perdido iraní, pero esta vez abandonando el blanco y negro por el color y utilizando a actores de carne y hueso para encarnar a sus personajes. Satrapi cuenta una melancólica historia de amor maldito que le contó su madre, ambientada en unos cincuenta recreados a través de escenarios de cartón piedra que no siempre alcanzan el nivel de magia perseguido. Y es que ésta debe de ser, sin duda, una película fallida. Se nota que Satrapi no domina del todo el medio escogido y que da palos de ciego en cuanto a la puesta en escena. Sin embargo, existe un nervio en la película que por momentos trasciende sus múltiples defectos, a menudo gracias al trabajo de ciertos actores especialmente inspirados, con una Maria de Medeiros inesperadamente espectacular al frente. Satrapi no sale victoriosa del reto, lo que no quiere decir que se haya equivocado. Álex Vicente

Deudora de la obra de su compatriota Gianni Amelio, la poco prolífica trayectoria de Emanuele Crialese deambula entre la genealogía del pueblo italiano y el arte volcado en la denuncia social de perfil bajo. Merecedora del Gran Premio del Jurado de la Mostra de Venecia, “Terraferma” casa un discurso plano en torno a la inmigración ilegal con cierta autocomplacencia estética para componer su manifiesto juego de contrastes (tierra y mar, pasado y futuro, derecho y ley, desarrollo y pobreza). Una tensión dialéctica, nada fructífera a lo largo del relato, que el cineasta romano sacude con silencios narcóticos y panorámicas de acentuada belleza plástica mientras, en las distancias cortas, perfila un núcleo familiar heredero de los arquetipos populares de “La terra trema” de Visconti. En realidad, este viaje, inverso al narrado en “Nuovomondo”, es un continuo quiero (una demonización del turista occidental frente al desarraigo del ‘clandestino’, una mixtura de militancia política y paisajismo lírico, una estampa neorrealista en la que resuena el conflicto moral y filial) y no puedo. Errática, de desenlace abierto, tan devota de la fisicidad de toda una tradición del cine italiano como de los exabruptos kitsch del último Sorrentino, pone en evidencia (el nuevo trabajo de Matteo Garrone no será una excepción) las carencias de una cinematografía empeñada en avanzar caminando hacia atrás. David López

“El irlandés”

“Elena”

“Carmina o revienta”

de John Michael McDonagh (Irlanda, 2011)

de Andrei Zvyagintsev (Rusia, 2011)

de Paco León (España, 2012)

El sargento Gerry Boyle se lo toma con filosofía. Nos daremos cuenta nada más ver la secuencia pre-créditos de “The guard”. Creo que lo más sentido que puedo decir sobre la película es que su protagonista no desentonaría en absoluto como guest star en alguna temporada de esa gran serie olvidada que fue “Homicidio”. El desencantado policía al que da vida Brendan Gleeson habría estado entre hermanos en caso de coincidir en un bar de Baltimore con los detectives Bolander, Pembleton o Munch. Todos ellos saben que el crimen y la muerte, si eres policía, no dejan de ser el pan de cada día. Cosas que pasan. Gleeson es la mayor baza con la que cuenta el debut del irlandés John Michael McDonagh. Su interpretación, contenida, sin alzar la voz ni siquiera cuando da rienda suelta a su cinismo de lengua larga, confiere al filme un tono melancólico que lo aleja unos centímetros de la órbita Guy Ritchie. Por lo demás, la película vendría a ser una comedia negra con corazón, un poco al estilo de “Escondidos en Brujas”. No en vano, aquella tenía el mismo protagonista y su director, Martin McDonagh, es hermano del director de “El irlandés”. Y productor de la misma. La de Martin era mejor; ésta sabe a episodio piloto de serie de televisión. Elegante y funcional. Pero me cae bien el sargento Gerry Boyle, sabe cómo vivir la vida. Toni Junyent

“El regreso” (2003), la opera prima de Zvyagintsev, impactó a modo de Tarkovski light, y “Elena”, su tercer largometraje, me ha recordado a la “Aleksandra” (2007) de Sokurov, el autoproclamado heredero del maestro, aunque también en clave menos densa. El cine de Zvyagintsev no es tan trascendental o pretencioso. Pese a sus silencios, ritmo pausado y majestuosidad estética, entra bien. No ofrece problemas. Todo resulta ameno y digerible. Y sin embargo, si Elena (Nadezhda Markina) y Aleksandra (Galina Vishnevskaya) son abuelas coraje que simbolizan la Madre Rusia en un contexto de crisis con guerra al fondo, el mensaje que nos trae la primera es mucho más negro y explícito. Aquí no hay reconciliación posible. Si “Aleksandra” era un paseo por una guerra que ni se mencionaba, la lucha de clases en la nueva Rusia esquematizada en “Elena” desemboca en un panorama moral menos lírico que radicalmente desolador. Realmente, no entran ganas de hacer las maletas para volar a conocer ni a los ricos ni a los pobres de la Rusia que nos pinta este hombre. Es una de esas películas que te recuerdan lo mal que están las cosas sin dar muchísimo a cambio, aunque el placer de ver un cine que está por encima de la media sigue aquí muy vivo. Eso que nos queda. Philipp Engel

La familia León es una caja de sorpresas sin fin. Y un hervidero de talento. Sobradamente conocido el vendaval cómico que es Paco y aún abrumados por la aparición de su hermana María, “Carmina o revienta” es la vuelta de tuerca que nos descubre a un estupendo contador de historias y a una fenomenal actriz de carácter. Manejando algunos ingredientes del documental social, Paco León construye el “Vivir cada día” de una madre coraje, que es la suya pero no. Haciendo equilibrios en la frágil frontera que separa realidad y ficción, le da a Carmina Barrios, la señora que parió a las criaturas, un papel bombón, y ella se revela actriz a lo Anna Magnani andaluza en esta tragicomedia que habla de cómo sobrevivir en estos tiempos de mierda, a base de picaresca y mucho cariño. Rodada en 11 días y con apenas 100.000 €, la película es sorprendente y fresca, de una profundidad que araña, escatológica y amargamente divertida, y, por encima de todo, de una verdad apabullante. Con momentos sublimes (Carmina en la cocina, María León cantando flamenco o la surrealista conversación con una amiga del barrio íntima de un par de celebrities), el film no sólo es la magnífica carta de presentación de un cineasta matizado sino también un manifiesto del amor que todos sentimos por nuestra madre. Y es que Carmina no hay más que una. Àlex Montoya


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libros Shalom Auslander

american most wanted Texto

“Cuentos completos

William Goyen seix barral

Laura Gamundi Tamara (Anacronic)

Ilustración

Justin Taylor florida, 1982

“D

ejo de apretarle tanto el cuello a Andrea y le digo: ‘Si estuvieras conmigo, sólo te haría daño cuando quisieras’. Y ella me dice: ‘Entonces, ¿dónde estaría la gracia?’ Su voz es un jirón. Cuando vuelvo a dejarla sin aire me agarra como un puño bien prieto” . Justin Taylor (“Aquí todo es mejor”)   Tuve que llegar a la página 159 de “Aquí todo es mejor”, el fantástico debut de ese superdotado del relato corto que es Justin Taylor, para averiguar a qué me recordaba esa sensación de extrañeza y ese gusto por lo bizarro (en el sentido más críptico de la palabra) que emanaban de algunos de sus cuentos. Entonces, allí, bajo el segundo párrafo que seguía al precioso título (eso es indiscutible) “Resplandecientes gemas en la noche de los tiempos”, apareció la palabra mágica: “DEBASER”.  “Pienso en la canción Debaser de los Pixies y repito el estribillo en voz baja mientras trabajo —‘debaser, debaser, DEBASER, debaser’—, que no parecerá gran cosa, supongo, pero tenéis que imaginarlo como lo imagino yo, es decir, con melodía”. Ciertamente, la palabra que da título al primer y muy buñueliano tema del “Doolittle” (1989) de Pixies accionó el interruptor: los relatos de Justin Taylor son inescrutables piezas de miniatura, microficción, flash fiction o como quieran llamarlo, cargadas de oscuridad y guiadas por la lógica de lo ambiguo. Deténganse si no en analizar, por un momento, el título “Everything here is the best thing ever” (“Aquí todo es mejor”), tan engañosamente seductor como en su día lo fue el depresivo cuento de Lorrie Moore, “People like that are the only people here”, que puede encontrarse en el excelente “Pájaros de América”, o el más reciente “No one belongs here more than you” (“Nadie es más de aquí que tú”), de Miranda July. Títulos seductores pero que invitan a desconfiar, muy elocuentes si de lo que se trata es de hablar de oscuridad: esa oscuridad que todo lo invade en las relaciones físicas y sentimentales que pueden darse entre amigos

(sirva como ejemplo el relato “Lo que fue tuyo”, donde un amigo le suplica a otro que le describa al detalle cómo es el sexo con su chica, de la que él está profundamente enamorado) o esos amantes que no conciben la proximidad física sin que haya mordiscos o circulen hilos de sangre (“Resplandecientes gemas en la noche de los tiempos”). Parece que el masoquismo está a la orden del día cuando hay que diseccionar esa cosa abstracta e impenetrable que algunos se han atrevido a llamar “ente contemporáneo”, nada más y nada menos que estos tiempos absurdos y contradictorios que nos han tocado vivir. “Aquí todo es mejor” funciona como retrato emocional de esos veinteañeros a la deriva que viven encerrados en su biosfera particular, poblada de tattoos, walkmans y perfiles de MySpace (sí, todavía estamos en el 2000), mientras nadan entre la confusión y la anarquía sentimental y muy al límite tan propia de Dennis Cooper.  Una estudiante de instituto que desea reconquistar a su amor se lanza a la experimentación con la magia gótica. Asiduos de una cafetería del Lower East Side se pasan el día criticando a la nueva clientela burguesa, así como a su cambiante vecindario. En “En el fondo, siento que ya me he ido”, Kyle —encerrado en su pueblo y en un noviazgo intermitente— recibe el incómodo encargo de su tío de acabar con su gato Buckles. Un jugador de “Tetris” intenta batir su propio récord en mitad del Apocalipsis mientras su novia duerme. A partir de estos gérmenes argumentales no exentos de humor y sarcasmo, Taylor cultiva un realismo urbano escrito, se diría, bajo el influjo de la Gran Recesión. Y haciendo que sus personajes —de corte radical, todo sea dicho— afronten sus emociones y por supuesto el sexo de una manera directa e impúdica. Un poco a la manera de Lena Dunham en “Girls” pero diez años atrás y sin perder de vista que las relaciones sentimentales siempre estarán más cerca de Bataille que de una higiénica comedia romántica al uso.

La literatura consiste en encontrar una historia potencial en cualquier rincón donde se pose la vista, sea esta interior o exterior. Ahí está —descubre alborozado el narrador— y ahora voy a ordenarla de cara a compartirla con vosotros. Las letras sureñas de Estados Unidos se han caracterizado por camuflar esta sensación de descubrimiento y anhelo de transmisión, dotando a sus relatos de un carácter orgánico, como si emergiera directamente de la tierra o de la conciencia de unos personajes que no acaban de plantearse quién hay al otro lado del papel. Dotado de la espontaneidad del niño o de la gravedad que conduce al fruto a caer, el acto literario aparece entre nosotros como resultado de un parto natural, libre, desprovisto de cálculo. No en balde algunas de sus más nobles criaturas han sido niños y retrasados mentales, locos e iluminados, no pocos desclasados y forajidos, dueños, por lo general, de miradas indómitas y corazones puros, peones antes que moldeadores de una realidad violenta e implacable. Pensemos en Faulkner, McCullers, Harper Lee o Davis Grubb. Asimismo, la narrativa que define a los antiguos estados esclavistas se alimenta de una mitología donde las principales fuerzas en juego son o bien inefables (los lazos de sangre, los espíritus) o bien imprevisibles (la Naturaleza, la conducta humana). Los cuentos de William Goyen, modesta estrella muerta cuya refulgente luz no había llegado a nosotros hasta hoy, concentra en grado superlativo esta idea de trozos de vida que laten con una gracia propia, al tiempo que sugieren una cualidad misteriosa e ingobernable habitando en su centro y resistiéndose a tomar forma. Su geografía fundacional es el estado de Texas, dominado por la Biblia y la superchería, donde las fronteras entre vivos y muertos son porosas, un lugar en el que la climatología decide la fortuna de muchos y los animales muestran de qué están hechos los hombres que los cazan, un sendero que se abandona para siempre regresar, un reino trágico en el que las familias se quedan con la palabra en la boca para toda la eternidad y la muerte se agazapa donde más alumbra el sol. Con frecuencia urgidos por el peso de la duda o animados por un temblor pasajero o poseídos por un arrebato de lucidez, los personajes reconstruyen con fervor sus días de fugaz esplendor o de espesa tiniebla, airean sus fantasmas, le piden a sus recuerdos una claridad imposible, claman redención… Goyen puebla con ellos un territorio poético donde en cada recodo aguarda la posibilidad de que surja un brote de magia atávica, aquella por la cual un gusano o una tempestad devienen metáforas de la insondable alma humana. Antonio Lozano


La idea de recoger tu vida en una idílica casa rural tiene algo de aspiración fútil, de estúpida venda en los ojos. Ese es justo el punto de partida del protagonista de la nueva novela de Shalom Auslander, el hilarante escritor de “Lamentaciones de un prepucio”. En “Esperanza: una tragedia”, el cenizo Salomon Kugel se muda al campo pensando en labrar el mejor futuro para él y su familia. Pero la historia siempre tiene un correctivo para los que albergan confianza en lo que vendrá. La casa por el tejado: en el desván de Kugel se esconde hace más de tres décadas una vieja apestosa y lenguaraz, que dice ser Ana Frank.

Shalom Auslander El Holocausto en el desván

Texto

Albert Fernández

H

ay un dicho sobre la esperanza, que reza: “la esperanza es lo último que se pierde”. De acuerdo con tu libro, tal vez debería reformularse tal que así: “¡La esparanza es la primera maldita cosa de la que debes librarte!”. Bueno, Emily Dickinson dijo que la esperanza es esa cosa con plumas. Los buitres tienen plumas. También las avestruces. Y las avestruces son asquerosas. Esa recopilación de últimas palabras dichas por personajes históricos del principio de la novela es realmente sensacional. En alguno casos, como Jesús, hay cierto desacuerdo sobre cuales fueron sus últimas palabras. Tendemos a ver esas últimas palabras como si el momento de la muerte confiriera a la persona una sabiduría introspectiva que no tenía un momento antes. Algunos dirían que tu mayor intención como escritor es que tus libros funcionen como navajas y plumas al mismo tiempo: destripas las entrañas de la historia

Fernández Mallo, postpoético “Un átomo emite un electrón y reordena el mundo”. Fernández Mallo vino a poner orden en la poesía. Entiéndanme bien. Vino para enseñar un camino al margen apenas transitado, nada de crear nuevos órdenes mundiales. No teman los recién llegados, no estamos hablando de la poesía que estudiamos en el colegio. Esta es la poesía de nuestro tiempo, contemporánea. La época del remix y de las redes, no puede dejar de tener su equivalente poético, todo cabe. Si bien la poesía siempre ha sido reacia a los cambios, la postpoesía propuesta por Fernández Mallo supone “un método sin método, no como una doctrina. Más que de una nueva forma de escribir, se trata de poner en diálogo todos los elementos en juego, no sólo de la tradición poética sino de todo aquello a lo que alcan-

y las convenciones sociales, y entonces, mientras la sangre bombea de la herida, la víctima estalla en risas porque siente cosquillas. ¿Es esa tu misión como escritor, provocar las risas en un funeral? No te preocupa reírte de la religión, la historia, la filosofía, la literatura, las costumbres o la cultura; pero al mismo tiempo construyes estimaciones subjetivas sobre valores cruciales, las carencias y manías obsesivas del ser humano. Imagino que no puede existir una faceta sin la otra... Sí, así es. Si existe un Dios, y él nos creó, sospecho que sabía cuán jodidamente duro iba a ser vivir aquí, así que inventó la risa. Para mí, el humor negro es casi una pasión religiosa, y aunque no albergo esperanzas reales por el futuro de la humanidad, creo que sonriendo a la oscuridad esas sombras se vuelven menos terroríficas, pierden el poder de controlarnos. Seguimos jodidos, y eso no curará el tumor que estoy seguro crece en mi cerebro ahora mismo, pero espanta la mierda del llanto. Encuentro que el drama es perezoso. No hace falta mucho para escribir “Muerte de un viajante”:

es miserable, soy miserable, la vida es miserable y al final todo se viene abajo. ¡Gracias, Arthur!

zan las sociedades desarrolladas, a fin de crear nuevas metáforas verosímiles e inéditas”. No hay grandes diferencias con su narrativa (véase la trilogía “Nocilla”); sus poemarios, sus artículos en prensa escrita, sus conferencias (también en su formato spoken word junto a Eloy Fernández Porta) o las entradas en su blog persiguen la misma idea. Lo importante son las relaciones que se establecen entre la poesía y el resto de los ámbitos, sean estos temas pertenecientes a la ciencia, a la tecnología o a cultura (léase en un sentido amplio: filosofía, música, cine, televisión…). Cercana la polémica retirada de las librerías de su último libro (“El hacedor de Borges, Remake”) y con la etiqueta generacional diluida en el espacio tiempo, Alfaguara recupera ahora su primer poemario publicado: “Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus”. Aquellos que llegamos a Fernández Mallo

a través de su poesía esperábamos con interés esta reedición para poder establecer una evolución en su obra que culmina ahora con la publicación de “Antibiótico” (Visor). En el primero, escrito en prosa, observamos a un poeta que exhibe su experiencia personal y ensaya nuevos pasos; y el segundo es su poemario de madurez, donde lleva más allá lo planteado en “Joan Fontaine Odisea” (2005) y pone en práctica lo teorizado en su ensayo “Postpoesía, hacia un nuevo paradigma” (Anagrama, 2009). Construye un poema largo donde los temas se suceden, las relaciones entre sus versos conforman pequeñas ilustraciones o imágenes fragmentarias, las capas se superponen, ruidos de fondo. Sucesión de inputs. “Antibiótico” se constituye así en una suerte de cuaderno de notas de lo contemporáneo. Déjense llevar. “Hay en todo paseo un enigma”. Álex Gil

¿Por qué Ana Frank? Imagino que hay una respuesta principal y obvia, pero podría haber otras. Por ejemplo, la idea de contrastar esa imagen clásica de la niña inocente y condenada, con la de una mujer arrugada, desagradable, e incluso apestosa, una especie de Diógenes del desván. Y esa otra paradoja entre el famoso confinamiento de la Ana Frank niña, y el desconocido encierro en una casa de la anciana Ana Frank. Ana Frank fue una creación tardía en el libro. Intentaba pensar en lo peor que le podía pasar a un hombre lleno de esperanza para el futuro. Decidí que debía ser una conexión terrible con el pasado. Para mí, eso es Ana Frank. Ella es historia traída a la vida, todas las guerras, derramamientos de sangre, crímenes, odio y asesinatos que la gente ha cometido sobre otra gente. Y está en el desván, mientras Solomon trata de enseñar a su hijo lo bonito que puede ser el mundo. Eso me pareció gracioso.


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libros

libros “Todo esto para qué” Lionel Shriver

“Erasmus, orgasmus y otros problemas” Carlos Padial

“Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí” Joost Vandecasteele

anagrama

libros del silencio

Tropo Editores

Lionel Shriver no escribe, construye bombas. Bombas contra la maternidad (“Tenemos que hablar de Kevin”), contra la infidelidad (“El mundo después del cumpleaños”) y, en esta ocasión, contra la Muerte. Oh, sí, Lionel es una tipa dura. Y se atreve a hablar del cáncer, un cáncer que puede haber iniciado el abrazo del marido perfecto (Shep Knacker, el protagonista de esta historia, que ve cómo los ahorros de toda una vida, ahorros destinados a envejecer sin problemas en un país tercermundista, se van en sesiones de quimioterapia millonarias) y que, hagamos lo que hagamos, acabará con nosotros, en realidad, acabará con Glynis, la mujer del sacrificado protagonista de “Todo esto para qué”. Así que, ¿qué sentido tiene perderlo todo? ¿Por qué no huir de un sistema sanitario que nos desangra, económicamente hablando, antes de señalarnos el camino a la funeraria? ¿Por qué no inventar Otra Vida real, que esté dentro de la única que tendremos, y que huya de las facturas que expiden tipos que creen que les debemos nuestro tiempo vital? Concebida como análisis de la enfermedad, o, mejor dicho, de lo que cuesta estar enfermo en América, desde todas sus vertientes (Flicka o la chica que no sabe lo que es estar sana, Jackson o el tipo al que una operación de alargamiento de pene no le sale nada bien, y el padre de Shep, ya encerrado en una residencia, esperando el fin), “Todo esto para qué” es, sí, una bomba que despide metralla de considerable altura literaria en forma de sentido común: no tenemos que comprarle nuestra vida a nadie, tenemos que vivirla. Laura Fernández

En el mundillo literario la gente se crispa mucho con el tema del humor. Hay realmente pocos escritores que hagan gracia pero todos los escritores se consideran graciosos. Supongo que el humor muta con las épocas y hoy en día lo que más se acerca al gusto juvenil es aquel humor que Carlo Padial nos entrega con cada uno de sus libros. “Erasmus, orgasmus y otros problemas” (Libros del Silencio, 2012) no es sólo un retrato de los jóvenes que obtienen este tipo de becas (usos y costumbres del niño europeo), también es una crítica ferocísima a todos ellos y a los vicios que este sistema ha provocado. El falso sentimiento europeo, la estupidez adolescente en múltiples idiomas, las hiper-sexualidades extremas expandidas por el continente, etc. La universidad, por supuesto, es lo de menos. Y de este modo Carlos Padial procede a desmontar una idea que poco a poco también se ha ido destruyendo por sí misma: la idea de Europa. ¿Cuánto le queda? ¿Cuánto aguantará? ¿Debemos seguir participando en ella? El humor, al contrario de lo que muchos piensan, puede ser la mejor arma para combatir ciertas cosas. El humor de Padial combate la medriocridad, es fresco, es jodido, y sumado al de Miguel Noguera, los Venga Monjas, aquel que destila la revista Mongolia o incluso el humor macarra de Masa Enfurecida... consigue que en España ya exista una tendencia de lucha al tiempo que, evasiva, que muestra la ridiculez del mundo, la ridiculez que nos rodea, o también... la nuestra propia. Luna Miguel

Joost Vandecasteele escribe sobre el Apocalipsis, pero no sobre el fin del mundo en general, tipo Von Trier, sino del declive de una sociedad que toca su fin. Adentrarse en este libro es como leer las noticias del futuro. El mundo distópico de pasado mañana. El escenario de los diez relatos cruzados que conforman “Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí” es una ciudad deshumanizada, desolada y desoladora, donde los ciudadanos sobreviven. Las diferencias de clase son extremas, o viven en cajas de cartón con acceso a Internet, en el Cielo 2.0 (barrio pijo cuyas casas emulan a la Casa Blanca), o en un centro comercial del que no quieren salir y sobre el que se construyen pisos para que no tengan que moverse: el edificio único, más de 200 plantas donde los peligros estarán al acecho con sólo abrir la puerta de casa. Los personajes son incapaces de mantener relaciones estables, viven encerrados en sí mismos. Hay mucho sexo y es sórdido, sucio, como la vida misma, no apto para mentes puritanas. Vandecasteele, comediante televisivo en sus dominios belgas, hace gala de un humor negro políticamente incorrecto y prosa afilada, no es Ballard ni Coupland ni Easton Ellis, ya estamos en el siglo XXI. Es savia joven, es un contemporáneo salvaje en conexión con los últimos trabajos de nuestros Alberto Olmos y Sergio del Molino. Algunos de estos relatos podrían ser episodios de la serie “Black mirror”, otro espejo cóncavo donde se refleja este mundo capitalista en continua quiebra. Álex Gil

“La administración del miedo” Paul Virilio

“No hay más preguntas” David Nicholls

“Manual de Saint-Germain-des-Prés” Boris Vian

barataria

maeva

gallo nero

Con la llegada del siglo XXI, las fobias se han disparado a lo largo y ancho del mapa. Miedo al desempleo, al terrorismo, a las pandemias, a la quiebra bursátil.... El pensamiento pre-apocalíptico del filósofo y urbanista Paul Virilio está a la orden del día y lo que es peor, anticipa un futuro repleto de agujeros negros. A través de esta extensa entrevista se da repaso al cúmulo de ideas que Virilio ha venido desarrollando durante décadas, la mayoría de ellas apoyadas en las teorías de Bergson y que conforman uno de los pilares del postmodernismo. Repitiendo su discurso sobre la velocidad, en el que se refiere a una aceleración constante de la vida del ser humano occidental bajo la batuta de la tecnología y las hiper-desarrolladas ciencias de la comunicación, el francés ahonda sin reparos en su visión de la globalización, que tiene su génesis en el sometimiento voluntario (masoquista) de la población a un ritmo vital que circula por inercia hacia la destrucción. Señala con el dedo a polítcos y comunicadores como los verdaderos administradores del miedo colectivo: “Habría que controlar la dominación que ejerce el progreso. Hay que distinguir entre progreso y propaganda. El culto a la velocidad es la propaganda del progreso”. “La administración del miedo” en su conjunto, se entiende como un acercamiento y constatación de lo que se expuso ya en otras obras del autor editadas en nuestro país como “Lo que viene” (Arena libros, 2005) o “El cibermundo: la política de lo peor” (Cátedra, 1997). Imprescindible. Matías Bosch

Hace un año que David Nicholls aterrizó en las librerías españolas con “Siempre el mismo día”, novela pop perfecta, rabiosamente romántica y divertida (su adaptación al cine no le hizo justicia, los que no estén familiarizados con Emma Morley pueden escuchar su mixtape en Spotify para ir entrando en materia). Ahora, Nicholls vuelve con “No hay más preguntas” (Maeva), otra irresistible comedia situada en la década de los 80 que tiene como protagonistas a Brian Jackson, un empollón de clase obrera con una malsana obsesión por Kate Bush y Alice Harbison, un salvaje bellezón aristocrático con veleidades bohemias que, huelga decirlo, sacudirá a Brian sentimental, ideológica y hormonalmente (Alice es de las que, además de ser guapa, “lo sabe”). Brian es un entrañable sabelotodo empachado de cultura general que lucha por hacerse un hueco en el equipo de la universidad que va a competir en la versión británica de “Saber y ganar”. El tipo de chico que recita de memoria la tabla periódica de los elementos pero se queda en blanco en la primera cita, que lee con ahínco a T.S. Elliot aunque no entienda ni un sólo verso, al que le gustaría saber de licores exóticos y whiskies de malta pero se mete en problemas a la tercera pinta. Vamos, que necesita un hervor. La diferencia entre el conocimiento y la sabiduría es uno de los ejes de este fresco (que no frívolo), reconfortante y divertidísimo Bildungsroman que desde aquí recomendamos como perfecta lectura piscinera/playera. Leticia Blanco

Como María Adell (ver sección + libros), Boris Vian también fue topógrafo. En 1951, a los de les Éditions du Scorpion se les ocurrió que, dada su condición de asiduo del barrio que había visto nacer el existencialismo y toda la movida nocturna que lo rodeaba a ritmo de jazz desenfrenado, Vian era el tipo idóneo para redactar una guía de lo que fue y seguía siendo todo aquello, los cafés y los clubs del subsuelo. Que este Manual no se reeditara hasta 20 años después de su muerte, y que sólo ahora vea la luz en castellano, es ya, de por sí, un dato revelador. Porque Vian antes que topógrafo, era sobre todo patafísico. Es decir, que iba a su aire, que no hacía distinciones entre lo serio y lo divertido. O estaba todo el día de broma o no lo estaba nunca. La cuidada edición del Gallo Nero, que viene con una galería de personalidades germanopratenses y un plano desplegable que son obra, una vez más, de David Cauquil (c’est magnifique) nos permite bucear en el humo de aquel ambiente tan especial, tanto por los lugares como por sus gentes. Y es que, si bien el Manual resulta tan divertido como instructivo (todos los datos son ciertos), lo que más nos ha llegado es la capacidad de Vian por restituir el sabor de aquellas noches, llevándonos incluso a pensar en si no sería ya un poquito urgente que alguien de por aquí, algún músico-gacetillero-patafísico, inmortalizara de una vez por todas las noches de Joaquim Costa, esa calle que es como un pueblo del Oeste rodeado de desierto en cuyos extremos aparecen forasteros sobrepasados por la oferta de ocio nocturno. Philipp Engel




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