136 NOVIEMBRE 2012 EDICIÓN GRATUITA FREE ISSUE
JOHN CALE LINDSTRØM BENJAMIN BIOLAY OF MONSTERS AND MEN
TAME IMPALA + INFORME PSICODELIA
EL PERRO DEL MAR DAN DEACON EXTRAPERLO MOON ATE THE DARK CHAD VALLEY ACTRESS CLINIC PRINS THOMAS SERA CAHOONE SWANS
136
sumario 32
08 BITES
staff
noviembre 2012
DAN DEACON
12 INTRO
Edita UNIPRENSA S.A. GO MAG Directora: Janina Canet. Jefe de redacción: Manu González. Director de arte y diseño gráfico: Fabián Taranto. (www.ftdesignlab.com) Redacción GO MAG. Muntaner, 492, bajos. 08022 Barcelona. Tel. (+34) 93 417 68 67 / (+34) 93 418 50 05 Fax (+34) 93 417 33 63 E-mail: go@go–mag.com Suscripción y logística: 93 418 50 05 solicitudejemplares@uniprensa.com Web: www.go–mag.com Facebook: www.facebook.com/gomagspain Twitter: www.twitter.com/gomagspain Web: Virginia Arroyo. Coordinadora de moda: Anna Tomàs. Coordinador de tecnología: Xan Pita. Corrección: Nati Arco. Redactores: María Adell, Virginia Arroyo, Leticia Blanco, Octavio Botana, David Broc, Óscar Broc, Javier Burgueño, Matías Bosch, Joan Cabot, Alfonso Cardenal, Pau Cristòful, Philipp Engel, Albert Fernández, Laura Fernández, Laura Gamundi, David G. Balasch, Bruno Garca, Álex Gil, David Giménez, Begoña Gómez, Daniel Gómez, Gloria González, Manu González, Violeta Kovacsics, Milo J. Krmpotic’, David López, Antonio Lozano, Israel Márquez, Pepo Márquez, Luis Meyer, Luna Miguel, Àlex Montoya, Half Nelson, Vanessa Pellisa, Óscar del Pozo, Paula Rodríguez, Vidal Romero, Jesús Sáez, Silly Savage, Everett True, Toni Vall, Álex Vicente y Berto Vidal. Fotógrafos: Shawn Brackbill, Jennifer Church, Frode & Marcus, Lucy Johnston, Hilary Harris, Molly Landreth, Nadieshda, Javier Polo, Maciek Pozoga, Timothy Saccenti, Josh Sisk, Lin Stensrud, Alberto Van Stokkum, Elo Vázquez, www.dosvisiones.es y Andy White. Fototografía de portada: Maciek Pozoga. Publicidad Barcelona Tel. (+34) 93 418 50 05 / 93 417 68 67 E-mail: publicidad@go–mag.com Agentes comerciales: Gina Selicorni y Eneida Fonseca. Dep. Legal: B-19124-00 Fotomecánica, impresión y encuadernación: SOLGESTXXI S.L. Distribución gratuita: Barcelona (Blind Records). Resto de España (Envialia).
15 PRINS THOMAS 16 OF MONSTER AND MEN
18 En portada: TAME IMPALA
18 INFORME PSICODELIA 2012 23 CLINIC 26 BENJAMIN GIBBARD 27 LLUM 30 RONE 34 EL PERRO DEL MAR
28
36
ACTRESS
JOHN CALE
35 BENJAMIN BIOLAY 38 CHAD VALLEY 39 EXTRAPERLO 41 I AM DIVE
14 LINDSTRØM
44 DISCOS, MAXIS, ÚLTIMO CLÁSICO...
42 SWANS
58 AGENDA MUSICAL Y LIVE 66 GADGETS Y MODA 76 CINE Y LIBROS
GO MAG se distribuye gratuitamente en las siguientes ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cartagena, Castellón de la Plana, Ciudad Real, Donostia, Girona, Granada, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Gijón, Vigo, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia, Vitoria y Zaragoza.
004/005
concurso
¡Sorteamos dos pares de zapatillas de deporte de la marca Deerfoot Sport! Deerfoot Sport es una empresa creada por atletas en el año 2001 con el objetivo de ofrecer productos técnicos a deportistas exigentes. Actualmente se encargan de la distribución de productos relacionados con el atletismo, triatlón y montaña. Su nombre se lo deben a un atleta llamado Lewis Benet, al que se conocía como Deerfoot, que significa algo así como ‘pie de ciervo’, un indio de la tribu de los Séneca, nacido en 1828, en la reserva de Cattaraugus, cerca de Nueva York. Deerfoot y Go Mag sortean dos modelos de zapatillas deportivas: Saucony 2044 (para chico) y Saucony 1866 (para chica). Modelos y colores sujetos a disponibilidad de stock. Disponibilidad de tallas de la 39 a la 47 (hombre) y de la 35 a la 44 (mujer). Participa a través de nuestra web www.go-mag.com
¡Sorteamos entradas para el M!RA! El M!RA es un festival independiente de música y artes visuales que se celebra este mes en la Fábrica Fabra i Coats de Barcelona. El próximo 10 de noviembre el barrio de Sant Andreu se llenará de la mejor música electrónica con las actuaciones de Actress (no te pierdas la entrevista que le hacemos en este número), Lone, Dan Tombs, Desilence Studio, Hyetal, Eedl, Ametsub, Sistema, Crisopa, Lucrecia Dalt y muchos más. M!RA y Go Mag sortean tres abonos dobles para que puedas disfrutar del festival en compañía. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com
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008/009
bites
Nuevo disco, tema y gira de Depeche Mode Gahan, Gore y Fletcher actuarán en el Bilbao BBK Live 2013
Bites
// El jurado del Circuito de Músicas Populares Girando Por Salas ya ha elegido a los 56 artistas o bandas que realizarán una gira de cinco conciertos por salas de toda la geografía nacional entre noviembre de este año y marzo de 2013. Entre los ganadores encontramos nombres como La Bien Querida (en la foto), Tuya, Cyan, Jane Joyd, Jero Romero, Los Punsetes, Nudozurdo, The Birkins o Papá Topo. Puedes consultar la lista completa de seleccionados y los primeros conciertos en www.girandoporsalas.com.
Si el año pasado ya supimos que Depeche Mode estaba trabajando en un nuevo álbum, ahora por fin se confirma que el decimotercer disco de la banda verá la luz durante la primavera de 2013. Cuatro años más tarde, Dave Gahan Martin Gore y Andy Fletcher publican la continuación del esperado “Sounds of the Universe” de 2009 y lo celebran con una gira que les llevará por toda Europa. Y, si esta noticia en sí misma ya es motivo de júbilo y regocijo, ya podéis empezar a saltar de alegría todavía más porque sí, amigos, habrá parada española: la afortunada ciudad que recibirá al trío británico será Bilbao, dentro de la programación del Bilbao BBK Live, que los ha anunciado como cabezas de cartel para el jueves 11 de julio. Pero si no pudieras asistir a esta cita por cualquier motivo, no sufras porque habrá una fecha más en la Península. El 13 de julio Depeche Mode actuarán en Lisboa, dentro de la programación del festival Optimus Alive. Por si todo esto no fueran excelentes noticias, ya podéis escuchar un nuevo tema de la banda, aún sin nombre, pero que ya deja entrever que este nuevo disco sonará como un híbrido entre “Violator” y “Songs of faith and devotion”, según ratificó el mismísimo Martin Gore en la rueda de prensa que el grupo dio en París hace una semana.
El M!RA completa su line-up
Lindstrøm y Kindness en Razz
Tras anunciar a artistas tan interesantes como Julien Mier, Sistema, Lucrecia Dalt, Ametsub o Hyetal, el festival M!RA (10 de noviembre en Fabra i Coats) anuncia su última tanda de confirmaciones con dos bombazos: Actress (en la foto) y Lone. No se quedan atrás el resto de nombres que completan la nómina: Wooky, Lucient + VJ Granda, Nev.Era + Xarlene, Villa Quitapenas, Metzina, Headbirds + Off//:TV, Gros + Pixel in Fact, Videocratz, Device, Ragul, Actop, Blowshe, Roberto Fazio, Alizzz y Clase Sencilla. Además, podrás catar un aperitivo del M!RA el 7 de noviembre en la velada inaugural que se celebrará en Fàbrica Moritz de Barcelona y que contará con el directo del joven productor Alizzz.
Como viene siendo tradición, cuando empieza el otoño llega uno de los aniversarios más esperados por los barceloneses, el de la sala Razzmatazz. Pues bien, la expectación vuelve a ser bien merecida porque, tras la confirmación de Jeff Mills, Scissor Sisters, The Hives, Boys Noize, Mika o Felix Da Housecat, entre otros, ahora por fin Razzmatazz anuncia el cartel completo para su 12º cumpleaños (del 29 de octubre hasta el 15 de noviembre). Encabezan los nuevos nombres los directos de Lindstrøm (en la foto, con discazo bajo el brazo) y Kindness, además de los conciertos de bandas tan interesantes como Hidrogenesse, Chico y Chica, Citizens!, Cookie Monsta, Feed Me, Revolver, Slow Club y Proxy.
El festival suma a Lone y Actress, entre otros
El 12º aniversario de Razzmatazz cierra su cartel
// El Optimus Primavera Club, que se celebrará entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre en Guimaraes (Portugal), va completando su programación. En un line-up en el que destacan artistas tan diversos como Tinariwen, Swans y The Vaccines, también hay lugar para otros grandes nombres como Ariel Pink’s Haunted Graffiti o Sharon Van Etten (con miembros de Beirut, The National y Wye Oak). // Justice abrirán el año 2013 en Madrid en el SpaceFest, uno de los muchos festivales que inaugurarán el próximo año (si los mayas lo permiten). Aparte del gran Óscar Mulero, Crookers y Loco Dice, acaban de confirmar la presencia de Justice en el Madrid Arena (Casa de Campo). Si corres, puedes hacerte con una entrada a sólo 55 € antes del 26 de noviembre. Aparte de Justice, prometen más confirmaciones importantes en breve. // El Espai Cultural Caja Madrid (Plaça Catalunya 9, Barcelona) presenta la tercera edición de Disonancias, del 7 al 9 de noviembre, un nuevo ciclo de experiencias sonoras, singulares e inéditas, en el contexto de la música experimental y vanguardista. Los trabajos de los artistas elegidos este año son Asnus Tietchens, Dieter Moebius, Francisco López + Arturo Lanz y KKNull. // Considerada por algunos como la sucesora de Björk, Julianna Barwick acaba de editar un álbum homónimo con el pseudónimo de OMBRE junto a Helado Negro y se espera la edición de su nuevo trabajo (con la producción de Jònsi Birgisson de Sigur Rós) para principios de 2013. Ahora tenemos ocasión de disfrutar de sus temas el 17 noviembre en el Auditorio Alhóndiga (Bilbao), el 18 de noviembre en La Casa Encendida (Madrid) y el 19 de noviembre en Music Hall (Barcelona).
Budweiser Open Stage en Madrid
Los finalistas, el 3 de noviembre en Moby Dick
Budweiser Open Stage no para. Todavía no estaba cerrado el concurso de Barcelona y ya se abría uno nuevo en Madrid. Y es que, tras dos ediciones en la Ciudad Condal y otra en Mallorca, ahora le toca el turno a la capital. El 3 de noviembre se celebrará, en la sala madrileña Moby Dick, la final de este concurso abierto a cualquier banda (el certamen cerró su inscripción a finales del pasado mes). Además, de entre los tres finalistas, el grupo que más gente lleve el día del concierto ganará la producción de un vídeo de un tema de su repertorio interpretado en directo el día del concierto. www.budweiserlive.es
Nace la Sala Hoboken en Sant Cugat
Y programa en sus primeras semanas a Jeremy Jay, The New Raemon, Mendetz... Nos congratula que estando las cosas como están y corriendo los tiempos que corren aún haya valientes que decidan abordar empresas arriesgadas y apostar por la música. Es el caso de Hoboken, una sala que abrirá sus puertas el próximo viernes 9 de noviembre en Sant Cugat del Vallés (Camí de Can Solà, 9) y dedicará su programación al indie exclusivamente. Esta nueva sala ha sido nombrada en honor a la ciudad fronteriza con Nueva York que vio nacer a bandas independientes como Yo La Tengo, clara metáfora de la situación geográfica y cultural de Sant Cugat respecto a la gran urbe de Barcelona. Inaugurarán la sala el viernes 9 de noviembre los conciertos de dos interesantísimas bandas locales, Bremen y Mine!, estos últimos presentando su muy recomendable segundo disco “La fi del món”. Al día siguiente será el turno de Ramón Rodríguez, más conocido como The New Raemon, teloneado por los de Sant Cugat, Bárbara Cuerva. La programación del resto de noviembre y principios de diciembre incluye a Jeremy Jay (en la foto), XRay Eyeballs, Mujeres, The Pinker Tones, Amatria, Guille Milkyway DJ, Miqui Puig DJ y Mendetz, entre otros. Puedes conseguir tus entradas en la www.salahoboken.com/tickets o en la página de tickets de Go Mag (www.go-mag.com/tickets).
Blur al Primavera Sound 2013
Venta de entradas en Go Mag
Serán cabezas de cartel en la ediciones de España y Portugal Cómpralas en la pestaña Tickets de nuestra web
El Primavera Sound ya ha anunciado su primer nombre para 2013 y, mucho ojito con él, porque se trata nada más y nada menos que de Blur. Como lo leen. La banda capitaneada por Damon Albarn volverá a nuestro país tras casi una década de silencio discográfico. El viernes 24 de mayo actuarán en el Primavera Sound barcelonés y el siguiente viernes, el 31 de mayo, el cuarteto aterrizará en Oporto, en la edición portuguesa del festival. Ya puedes conseguir tus entradas en la web del Primavera Sound 2013 y en nuestra nueva página de Tickets (www.go-mag.com/tickets). Y una vez lanzada la bomba, abramos la veda a las suposiciones... ¿nuevo disco para 2013? Todo el mundo cruzando los dedos.
Bites
//El 13 de noviembre Sufjan Stevens edita la continuación de aquel “Songs for Christmas. Vols 1-5” de 2006. En este nuevo trabajo, titulado “Silver & Gold. Songs for Christmas. Vols 6-10” el artista de Detroit compila los temas de los cinco EPs navideños que Sufjan ha ido sacando en los últimos años en colaboración con otros artistas. Y es que los 58 temas que pueblan esta caja navideña contienen nombres como Aaron y Bryce Dessner de The National, Richard Reed Parry de Arcade Fire o esa gran amiga suya que es Cat Martino. Todos los clásicos de Navidad y más, interpretados por el inclasificable Sufjan Stevens en una lista donde no faltan “Jingle bells”, “Silent night” o “We wish you a Merry Christmas”.
//Tras el pequeño QuasiNoNoLogic en 2011, el festival NoNoLogic vuelve este 2012 en todo su esplendor con la que será su quinta edición. El 16, 22, 23 y 24 de noviembre los escenarios de L’Auditori de Barcelona, Can Felipa, Convent de Sant Agustí, La Fontana y Bar Reset presentarán actuaciones y sesiones de DJs de música electrónica experimental, de baile, electropop, electro-punk, pop, noise, electroacústica, performances, además Go Mag se ha asociado con Ticketscript para ofrecer a sus de dos nuevas secciones: KinoNoLogic (artes usuarios la opción de comprar entradas directamente en nuestra web. Go Mag selecciona para ti los conciertos y even- de la luz y pantalla) y TecnoNoLogic (música e inventos). En esta edición participan tos más destacados del mes para que compres tu entrada en Schlammpeitziger, Truna, Katapulto, Orfeon un click. Sólo tienes que clicar la pestaña Tickets de nuestro menú en la home (www.go-mag.com/tickets) y podrás explo- Gagarin, B.I.B., Goran Titol, Chris Imler, That Crooner from Nowhere, Panotxa i els rar los diversos conciertos y festivales de los que disponemos Caps Parlants, David Fenech & Eli Gras... de entradas. Algunos de estos eventos son el San Miguel Consulta la programación completa del Primavera Sound 2013, el Optimus Primavera Sound 2013, la fiesta GOA Rocky Horror Show, el festival M!RA, el Xtrarradio festival en www.nonologic.com.
Music Fest y los conciertos de The New Raemon, The Pinker Tones y Mujeres, entre otros.
No Hunger, indie contra el hambre
El festival celebra una nueva edición el 2 de diciembre
El próximo 2 de diciembre se celebrará en la sala 2 de Razzmatazz (Barcelona) la cuarta edición del concierto benéfico No Hunger Festival, Indie contra el Hambre. El festival, organizado por Acción contra el Hambre, contará con la actuación de The Pinker Tones (con la colaboración de Albert Pla), Cuchillo, Klaudia, Elvira, DJ Joan S. Luna (Mondosonoro) Vs. DJ Manu González (GoMag) y muchas sorpresas más. En Madrid se celebrará por primera vez el próximo 14 de diciembre en la Sala But; en breve se anunciarán los grupos. Todos los fondos recaudados se destinarán a los programas de cooperación de la ONG Acción Contra el Hambre en el África Subsahariana.
//Manta Ray, una de las bandas más importantes de la historia de la música española alternativa, vuelven a los escenarios cuatro años despues de haberse separado. Será sólo una cita, y muy importante, la celebración del veinte aniversario del mítico Bar La Plaza, uno de los puntos de encuentro del Xixón Sound, propiedad del bajista de Manta Ray, Nacho Álvarez, el próximo 14 de diciembre en el Casino de Gijón. Lo que todavía no sabemos es si se tratará de una actuación con casi todos los miembros de la historia de Manta Ray -el cantante y guitarra José Luis García, el bajista Nacho Álvarez, Nacho Vegas a la guitarra, su hermano Xabel Vegas a la batería y Frank Rudow como hombre orquesta (teclado, samplers, batería)-, o sólo su última formación (sin Nacho Vegas).
010/011
bites
Sidecar Factory Club cumple 30
Y lo celebra con diversos conciertos y actividades todo el año
Bites
30 años dan para mucho. Y cualquier barcelonés que haya pisado la sala Sidecar lo sabe. Miles de conciertos, de noches, de conversaciones... Y qué mejor momento para rememorarlos que el trigésimo aniversario de la sala. Para ello, Sidecar Factory Club organiza el ciclo de conciertos ¡Directos a los 30!, que contará con artistas como The Wave Pictures, Manos de Topo, Maga o Joan Colomo. Además, entre las diferentes acciones previstas, está la iniciativa Artista vs Crític, que empezará el 27 de noviembre y reunirá durante cuatro noches consecutivas a un artista y a un crítico musical en una mezcla de actuación y entrevista que inaugurarán Filastine vs Nando Cruz. Además, la noche en cuestión, la del martes 13 de noviembre, será la gran fiesta que estos 30 años de directos merecen y Arizona Baby tendrán la responsabilidad de subirse a las tablas en este aniversario de la sala más antigua de Barcelona. Acto seguido se pondrá tras los platos el maestro de las ondas, Diego A. Manrique, que nos deleitará con un recorrido a través de la mejor música de los últimos 30 años. Y finalmente, pone la guinda a una noche tan especial el DJ residente de los fines de semana durante estos últimos 30 años, Nacho Ruiz. www.sidecarfactoryclub.com
// Eels ha anunciado que tendrá listo su nuevo trabajo para el 4 de febrero del año que viene. Tras “Tomorrow morning”, 2013 verá nacer “Wonderful, glorious”, una nueva criatura del prolífico Mark Oliver Everett. // Superpitcher y Rebolledo, unidos bajo el pesudónimo Pachanga Boys, se estrenan por fin en largo. El 5 de noviembre verá la luz su primer disco “We are really sorry”. En este álbum se incluyen 14 nuevos temas, además de una nueva versión de “Fiesta forever”. Además, Pachanga Boys lanzarán una película inspirada en la rutina y las locuras del día a día en la banda.
Mucho Muchacho, En Persona
981 Heritage en A Coruña
El 11 de diciembre vuelve el aclamado ciclo de conciertos-tertulia En Persona en la sala Apolo de Barcelona con Mucho Muchacho. El rapero presentará en exclusiva su nuevo y primer disco en diez años “Mucho Muchacho 2002-2012”. La leyenda del hip hop accederá a que sus fans le entrevisten en vivo y en directo durante la actuación. El escenario se convertirá en una auténtica barbería decorada a la antigua donde el peluquero Salva Chanza cortará el pelo a la gente del público que así lo desee mientras Mucho charla con ellos. Así, por el mismo precio del concierto, podrás salir con nuevo peinado cortesía de Cream Barber Shop, la barbería estilo neoyorquino que regenta Mucho Muchacho en Barcelona e Ibiza. www.musacomunica.es
Como ya os contamos, esta temporada el festival 981 Heritage SON Estrella Galicia vuelve por todo lo alto con un evento en Madrid en octubre, otro en Londres en noviembre y un último en A Coruña el 15 de diciembre, en Playa Club. Este último era un misterio hasta ahora. Por fin se han desvelado algunos de los nombres que poblarán su cartel y lo cierto es que son de infarto: el dios del disco cósmico Lindstrøm, los grandes del witch-house Holy Other, ese maestro de la música disco que es François Kevorkian, los apasionados de los ritmos vintage DMX Krew, el electro-techno de Boddika, el grandísimo Olaf Bender como Byetone (en la foto), el ecléctico DJ Chelis y el coruñés DJ Syth. www.981heritage.com
El rapero convertirá el Apolo en una barbería
Desvelado el cartel del 15 de diciembre
// El Xtrarradio Music Fest, que se celebra los próximos 2 y 3 de noviembre en la sala 2 de Salamandra, nos trae una noticia buena y una mala. Empezamos por la mala: el quinteto de Sabadell O Valiant Hearts ha caído del cartel el viernes 2 de noviembre. Pero la buena es que ocupan su lugar los Ohios con su enérgico directo en el que presentarán sus temas cargados de indie-rock y post-hardcore. // Chazwick Bundick sigue con su frenético ritmo de ir a disco por año. Así, si en 2010 debutaba con “Causers of this”, en 2011 se confirmaba con “Underneath the pine” y en abril de este año lanzaba esa compilación de outtakes que era “June 2009”, ahora Toro Y Moi anuncia un nuevo disco que se publicará el 22 de enero de 2013. “Anything in return”, que así se llamará el álbum, estará editado por Carpark Records. Por lo pronto, ya se puede escuchar su single adelanto “So many details”, que saldrá en formato físico el Black Friday Store Day (23 de noviembre) con una remezcla de Hodgy Beats (Odd Future) como cara B. // “Something for the weekend”, “Generation sex”, “Perfect lovesong”, “Europop”... son sólo algunos de los himnos generacionales que ha firmado Neil Hannon al frente de The Divine Comedy en las últimas dos décadas. Pues bien, el 3 de noviembre el norirlandés se plantará solo con su guitarra y su piano en el escenario del Casino de l’Aliança del Poblenou de Barcelona para interpretar algunos de los mejores temas de la legendaria banda. Al día siguiente, el 4 de noviembre, podremos disfrutar de A night with Neil Hannon en el Teatro de la Laboral de Gijón. Una auténtica delicia.
La mejor música vasca en Barcelona El EH Sona reunirá a Lisabö, We Are Standard...
Durante todo el mes de noviembre la mejor música vasca invadirá la Ciudad Condal de la mano del Euskal Herria Sona. Propuestas tan diversas como We Are Standard, Jabier Muguruza, Soziedad Alkohólika o Lisabö se darán cita en diversas localizaciones de Barcelona.Completan la programación Lauroba, DJ Makala, Ama Say, Ruper Ordorika, Peachy Joke, Doctor Deseo, Etxe, Norte Apache, The Hot Wok, The Sparteens y Kherau. El EH Sona se celebrará en el Passeig del Born, Apolo 1, Razzmatazz 2 y el centro Euskal Etxea. Algunos de los conciertos son gratuitos y el resto entre los 15 y 18 €. www.ehsona.com
¡Suscríbete a GO! 10 números por sólo 34€ A los 5 primeros suscriptores de este mes se les obsequiará con dos CDs que, seguramente, puntuarán muy alto en las listas de 2012. Por un lado, la psicodelia de nuestra portada Tame Impala y su “Lonerism”, cortesía de Modular y Music as Usual. Y por otro, la edición promo del nuevo trabajo espacial de Lindstrøm, “Smalhans”, cortesía de Buenritmo.
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012/013
intro
Pyramid Blue
Un comienzo optimista
“El disco ha viajado este mes a Estados Unidos y a Japón”, explica Óscar Martos, cabeza visible de Pyramid Blue, sobre su primer largo. El álbum, una gran colección de canciones que tocan distintas tradiciones musicales, acaba de llegar a las tiendas de media Europa tras el éxito de su carta presentación con “African jungle Part 1 & 2”, dos temas editados por Vinilos Enlace Funk que se agotaron rápidamente. Su sonido resulta un collage de muchas músicas que se han cruzado por la vida de Martos, principal compositor de este grupo de siete miembros. “Esperamos que el disco funcione”, comenta el músico. Las expectativas de la banda son tan altas como realistas, vivir haciendo una música tan poco comercial en un grupo tan grande resulta complicado, pero no es imposible del todo. Óscar Martos viene de Afro Soul Toasting All Stars, un grupo más próximo al afrobeat que tuvo una corta existencia. El afrobeat es una de esas fuentes de las que bebe Pyramid Blue. El grupo estuvo actuando en octubre en un homenaje a Fela Kuti junto a bandas como Sweet Vandals. Al margen del afrobeat, las influencias de esta formación pasan por el jazz, la música africana, o los ritmos latinos. “Es complicado explicar esta música, pero se pueden reconocer nuestras influencias si nos escuchas”, confiesa Martos. “Me gusta mucho la música de Etiopía, es una música muy instrumental con muchas texturas donde se pueden encajar diferentes ritmos”, añade.
Los directos de Pyramid Blue son el gran reclamo del grupo. “Nuestra banda es de otro planeta y por eso viste así, es un homenaje a nuestros artistas favoritos”, explica el músico madrileño. “Poco a poco va habiendo más salas para otros tipos de músicas y de públicos. Es difícil tirar adelante con una banda tan numerosa pero cada vez salen más festivales y el público está más concienciado con otros tipos de músicas, pero es complicado vivir de la música en este país. El apoyo a la Cultura es mínimo. Si no amas lo que tienes es imposible. Al final te rodeas de gente igual de apasionada, porque esto es complicado”. La idea del grupo es presentar “Pyramid Blue” (Lovemonk, 12) en España e intentar ir a Francia, Alemania y Bélgica. “Queremos llegar lo más lejos que podamos y en verano ir de festivales por Europa, donde hay muchas cosas abiertas a otras músicas y
hay muchas oportunidades. Ahí está nuestro espacio. Me llegan más correos de promotores extranjeros que españoles”, explica Óscar. El músico confiesa lo complicado que resulta mantener unida una banda tan grande donde cada uno tiene su trabajo además de su pasión. “Hay que estar enamorado de lo que haces. Es ir poco a poco y que la gente confíe en ti. Si das cincuenta conciertos al año, que son cuatro al mes, y la cosa no baja de ahí, y las salas no son muy chungas, vas tirando. Ahora se está recociendo nuestro trabajo y el disco está por todo el mundo”. En noviembre se estrena el nuevo disco. En verano tocará Europa. Alfonso Cardenal / Foto Javier Polo ¤ Pyramid Blue tocará los próximos 9 (Marula Café, Barcelona) y el 17 de noviembre (El Sol, Madrid).
Havalina
Y se hizo la luz
“Estoy más unido que nunca a mi guitarra. El mástil es como una prolongación de mí mismo, lo que me pasa por la la cabeza pasa a las cuerdas con absoluta inmediatez y naturalidad”. Estas palabras resumen el momento dulce por el que pasa Manu Cabezali, vocalista, compositor y guitarrista de Havalina. Un trabajo que le gusta (es productor musical), una pareja estable y una banda consolidada, después de una década, por el público y la crítica. Y aquí es cuando a uno se le enciende el piloto rojo, por un silogismo muy simple: Havalina se han labrado una reputación a base de canciones atormentadas, progresiones instrumentales de post rock mayestático con mucho minutaje y
letras inspiradas por la tristeza y la angustia. Si ya no quedan ninguna de estas dos cosas, ¿en qué se inspira ahora la banda? ¿Se acabó Havalina, tal y como la conocemos? Después de escuchar “H” (Origami, 12), su último disco, la respuesta es sí y no. “El otro día estuve escuchando nuestro álbum ‘Hojas secas’, y a la octava canción ya no pude seguir, todo era demasiado triste”, confiesa Manu. Y sigue: “Ahora el momento vital es otro, ya no somos esos veinteañeros atormentados, los tres miembros del grupo pasamos por un buen momento, pero eso no necesariamente les ha venido mal a las canciones”. Es verdad que las letras ya no invitan a encerrarse en casa y echar abajo las persia-
nas, y que algunos temas tienen menos duración que antes (“Viaje al sol” dura cinco minutos, algo inaudito en la banda), pero desde luego “H” no ha perdido un ápice de la intensidad ni de la complejidad que ya son señas de identidad de la banda. Si acaso, su música se ha vuelto un poco más accesible, lo cual no es malo sino todo lo contrario. Más aún tratándose de un grupo que, aunque ya es de culto para muchos (tienen incluso un disco tributo firmado por otros artistas por su décimo cumpleaños), nunca ha conseguido quitarse de encima la etiqueta de minoritario. “Con este disco queremos poner toda la carne en el asador, invertir de verdad en la banda para llegar a más gente”. ¿La mejor receta para esto? “Girar mucho por salas y festivales, que el disco se asiente durante este año. Somos conscientes de que nunca seremos una banda de masas, pero creemos que es el momento de dar un paso más con Havalina”. Y no cabe duda de que este es un disco de directo. Ya en el estudio surgió de la improvisación. Un repertorio compuesto a base de jam sessions que trasladará este concepto a los escenarios. “Improvisar es lo que nos da la vida. Y esto se ve en los conciertos, nunca se sabe hasta dónde va a llegar una canción, ni siquiera nosotros lo sabemos cuando empezamos. Esa es la esencia del grupo, y eso no ha cambiado. Para nada”. Luis Meyer / Foto Alberto Van Stokkum
This Many Boyfriends Ni un gramo de grasa
“You love pop songs about love more than being in love in the first place”. Así abre este quinteto de Leeds su homónimo álbum de debut (Angular Recordings, 12), y lo cierto es que esta frase define a la perfección la personalidad de esta banda empeñada en parir temas pop pluscuamperfectos. “Estamos intentando perfeccionar el arte de la canción pop de tres minutos, como nuestros ancestros Holland-Dozier-Holland o Stock-AitkenWaterman”. Y, como cualquier buen artista pop sabe, This Many Boyfriends son conscientes de que la clave del éxito en el género no es otra que la simplicidad. Todos los elementos que pueblan los diez temas de este álbum son fundamentales, o como dice Ben, los temas son “100% magros, sin un gramo de grasa”. “¡No nos aburras, danos un estribillo!” parece el grito de guerra de estos cinco muchachos con nombre de canción de los Beat Happening, un “grupo de pop perfecto”. Aunque su asociación con ellos les haya traído más de una confusión y rabieta: “No es que odiemos el twee, sólo algunas de sus connotcones. No llevamos cárdigans ni lana, ¡bebemos cerveza y nos gusta el rock!”. En cualquier caso, las influencias de la banda van mucho más allá de esta banda americana y citan desde los Strokes hasta Orange Juice, pasando por los artistas de la Motown o Bruce Springsteen. “Como The Cure desde el punto de vista pop, pero con un
montón de ruido como The Jesus And Mary Chain”, apostilla el guitarra Daniel. No hará falta que escuchen con demasiada atención para descubrir en el timbre del vocalista Richard las maneras de un joven Morrisey. Tampoco tardarán en venirle a la cabeza los ingleses The Cribs, y es que ha sido Ryan Jarman el encargado de la producción. “Ryan es un tipo muy divertido pero también muy organizado y profesional. Aportó un montón de ideas que jamás se nos hubieran ocurrido, pero también nos animaba a hacer lo que nos apeteciera. Ha sido una experiencia increíble trabajar con uno de nuestros héroes”. Hasta aquí, parecería que la vida de estos chicos ha sido todo risas y diversión pero también han tenido que lidiar con una situación muy difícil: hace un año moría de una hemorragia cerebral su compañero Pete. “Ha sido muy duro, pero él habría querido que la banda continuara sin él, así que en ello estamos. Cada vez que tocamos ‘Starling’ es inevitable acordarse de él, pero hemos de seguir adelante y llevar lejos este proyecto que construimos juntos”. Tan lejos que por fin deciden salir de las islas británicas para dar su primer concierto internacional y lo harán como cabezas de cartel en el Xtrarradio Music Fest. Virginia Arroyo ¤ This Many Boyfriends tocará el próximo 2 de noviembre en el Xtrarradio MusicFest (Salamandra 2, L’Hospitalet Llbr.).
Sanjosex Ir tirando
En catalán, “fer la viu-viu” es algo así como “ir tirando como se puede”. Como escribir un tema y soltar “justo ahora me doy cuenta de que estoy haciendo una canción. Hace días que no lo hacía”. O como dar paso al batería en un bolo y frenarlo acto seguido con un “ostia, no he entrado”. Carles Sanjosé y su proyecto más personal siempre han ido un poco así por la música, me lo admite en un bar anónimo de l’Eixample barcelonés. “Intento que el mensaje salga de lo que mi inconsciente tiene ganas de decir. La música es una cosa que si no tiene instinto suena raro”. Sin duda, si algo tienen los tres álbumes de estudio de Sanjosex es naturalidad, y no ha salido de la norma el reciente “La viu-viu” (Bankrobber, 12), un disco en directo igualmente ponderado pese al alegre acontecer que parece llevar el timón. “Puff, mucho curro. Escuchar los tres conciertos en Luz de Gas una y otra vez… ¡y luego decidir!”. Lo cierto es que la suya es una discografía coherente, un blues mediterráneo sólido desde el primer single; girar los temas para que el directo sonara compacto no era necesario. “Lo que sí buscamos es que se notara la energía. Subimos al público, cogimos la reverb de la sala y no añadimos nada. Hay cagadas, ¿eh?”. En vivo pasan esas cosas, llegas a lugares inesperados. Sin ir más lejos, el próximo directo de Carles es una colaboración con el guitarrista flamenco Chicuelo, un bailaor, un percusionista africano, bajo y batería para jugar con sus temas y hacer algunas versiones. “Flamenco, música africana… es casi un homenaje a mí mismo. Si me tuvieran que hacer un regalo para mi cumpleaños, el mejor sería este”. No hay que tener mucho ojo para ver un poso flamenco en Sanjosex, discreto pero presente del primer disco al último, de “De matí” a “Instints” pasando por “Córrer”. Pero todo tiene su historia: “cuando tenía 14 años mi tío me dejó un disco de Paco de Lucía, el ‘Live in America’. Aquí empezó todo. Lo escuché como un loco, me lo ponía para ir a dormir, sonaba toda la noche y luego mi madre me pegaba la bronca”. Aunque su afabilidad es extrema, lo noto expectante, como incómodo lejos del Empordà. Allí tiene su despacho de arquitectura, la otra vocación que engulle sus horas. “Eso me trae dolores de cabeza, porque siempre he defendido lo profesional, el oficio. Me gusta hacer las cosas bien, por eso intento tomarme el tiempo que haga falta en la música”. Difícil combinación que el de La Bisbal, le comento, lleva envidiablemente bien. “Bueno, eso también es ir haciendo la viu-viu”. Sergi García ¤ Sanjosex tocará junto a Chicuelo el próximo 23 de noviembre en el Festival Connexions (Music Hall, BCN).
014/015
report Lindstrøm
LINDSTRØM
volver
El bueno de Hans-Peter y amigo de esta casa ha vuelto por motivos diversos. El primero y más evidente, la circulación del segundo largo, “Smalhans”, en un intervalo de tiempo menor a un año. Luego está el retorno más esperado, que no es otro que la vuelta a su sonido clásico, esto es, la disco kosmische hedonista orientada descaradamente a la pista de baile. Todos los pecados de “Sixs cups of rebel” quedan automáticamente redimidos gracias a las seis nuevas perlas que nos regala el noruego. Bienvenido, de nuevo. Texto Foto
Beto Vidal Lin Stensrud
S
iempre es buena noticia que Hans-Peter Lindstrøm publique cualquier cosa, ya sea un suculento remix recién sacado del horno de cualquier hit del artista de turno, un maxi o (mejor aún) un larga duración. Este 2012 el noruego de oro nos ha dado más de dos tazas (de hecho, seis, a tenor del vilipendiado “Six cups of rebel”) al anunciar la publicación de un segundo álbum en menos de un año. Un disco que venía anunciado a bombo y platillo por dos píldoras de adelanto en formato extended edit en formato maxi a cargo de (ejem) Todd Terje. “Smalhans” (FeedelitySmalltown Supersound, 12) viene a tapar los agujeros del irascible trabajo anterior y trae consigo nuevas inspiraciones encarnadas en el space disco que tantas noches de gloria nos ha dado. “La idea inicial era mantener las nuevas canciones lo más simples y limpias posible. Se acabaron las transiciones extrañas entre las canciones o las introducciones u otros que nadie entiende de mis últimos discos. Simplemente buscaba música dance instrumental. Que a su vez tampoco sea demasiado fácil de tocar en un set en directo”, confiesa el artista.
Ya saben: la cabra siempre tiende a tirar al monte. Y con Lindstrøm no iba a ser menos. Se notan las ganas de volver a estrujar un sinte para sacar los acordes salidos del espacio. Se intuye de nuevo el olfato para crear composiciones de ida y vuelta con melodías pegadizas y viscerales. Una nueva pero antigua exploración espacial de la música disco que nunca ha dejado de existir en la cabeza de nuestro hombre. “Después de lanzar ‘It’s a feedelity affair’ en Smalltown Supersound, allá por 2006, estaba un poco harto de hacer música dance instrumental. Así que decidí hacer algo diferente en su momento. Ahora me siento bien otra vez trabajando en música instrumental y me imagino que por ello fui capaz de terminar ‘Smalhans’ en tan poco tiempo. Me encontraba de repente componiendo nuevo material sin descanso y, aunque no todo era lo suficientemente bueno para entrar en el lanzamiento final, casi sin pensarlo terminó todo en seis pistas largas sabía que acabarían en mi próximo álbum. Por tanto, podríamos afirmar que fue más fácil para mí crear ‘Smalhans’”.
Con casi toda probabilidad, la primera pregunta que uno se hace al descubrir el nuevo lanzamiento radica en el porqué de regresar con otro LP en un tiempo tan corto después del lanzamiento de “Six cups of rebel”. ¿Tal vez deseabas regresar a las raíces cósmicas dance que tan buenos frutos te han dado? Empecé a trabajar con los bocetos de “Smalhans” unos días después de terminar con “Six cups of rebel”. De hecho, terminé “Smalhans” en poco más de un mes durante el año pasado. Así que, básicamente, fue terminado antes de la publicación de “Six cups of rebel”. Supongo que, después de hacer canciones muy raras, realmente necesitaba hacer algo diferente. Además, sentía la necesidad de hacer las cosas distintas para mis sets en vivo, piezas que se amoldaran un poco más a mis sesiones enfocadas a la pista de baile; algo más ‘floor-friendly’, ya que en realidad mucho del material de mis anteriores álbumes se ha distanciado un poco de la clase de música que se está reproduciendo en los clubes. Al fin y al cabo, la mayoría de mis directos se llevan a cabo en los clubs. Y sí, supongo que de alguna manera se trata de volver a mis raíces… No todos tus fans y seguidores aceptaron de buen grado tu anterior LP. Principalmente debido a que por momentos caía en la trampa de pasajes demasiado experimentales y por supuesto porque estaba menos orientado a la pista de baile. “Smalhans” podría ser una bofetada en la cara a aquellos que no confiaban en ti y decirles “Hey, aquí estoy de nuevo con mis canciones space disco, ¿de acuerdo”? (Risas) Sí, supongo que estás en lo cierto. Me anticipé a las críticas ya que esperaba con certeza que fuera difícil de digerir para mucha gente. De hecho, incluso pensé en publicar “Smalhans” antes que “Six cups of rebel”. También pensé en mezclar los dos discos juntos, tomando pistas de uno y otro para fusionarlas en un solo álbum. Pero al final terminé haciendo dos discos por separado y pensé que tal vez era divertido lanzar dos álbumes en un mismo año. Si te soy sincero, adoro la doble faceta de poder crear canciones experimentales y al mismo tiempo música que entra más fácil por el oído.
Ahora que hablas acerca de ‘pistas largas’, ¿ves descabellado comparar el nuevo disco con tu primer y exitoso “Where you go I go too” (Smalltown Supersound, 08)? Sí, tal vez queda algo así como en un punto medio entre “Where you go I go too” y “It’s a feedelity affair”. Creo que puede haber similitudes entre las nuevas canciones y muchas de las que se encuentran en “It’s a feedelity affair”, ahora que lo dices. Todd Terje ha mezclado el álbum: debe de ser muy grande poder compartir estudio con el ‘hombre’ del momento y con tal talento descomunal… Terje es impresionante. ¡Es el mejor! Estoy muy contento de que se prestara a ayudar a mezclar mi nuevo álbum. Además, también se ha currado unos extended edits de cuatro de las canciones haciendo ediciones de cuatro de las canciones, lanzadas por separado en dos 12’’. En líneas generales, su conocimiento musical va mucho más allá del mío en muchos aspectos. Somos amigos desde hace más de diez años y ya era hora de que hiciéramos algo ‘juntos’ (risas).
Respecto al título del disco, ¿qué hay de cierto en que el título del álbum es una palabra proveniente del noruego antiguo que significa escasez o pobreza y que a su vez se trata de un plato culinario tradicional noruego, además de enumerar en los títulos de las canciones distintos platos típicos? ¿Alguna razón especial para nombrarlo así? Sí, así es. Por norma general, después de terminar un álbum necesito tomar unas semanas de descanso para aislarme y digerir todo lo que ha ocurrido. Así que lo que suelo hacer es quedarme en casa y experimentar en la cocina, cocinando un montón de comida diferente. Y de alguna manera me di cuenta de que hacer música no está demasiado lejos de cocinar. Así que pensé que podría ser una idea divertida el crear un álbum en parte relacionado con los alimentos. Tonto, pero divertido. En realidad, creo que he inventado el krautrock noruego (risas).
Acerca de los fabulosos extended edits de Terje, ¿en el estudio añadió algún toque o detalle propio o bien se limitó a extender las canciones? Se trata de simples modificaciones de cuatro de las canciones del disco. En una de las canciones, “Võs-sãkõ-rv”, también realizó una versión dub y añadió algunos samples vocales que van de la mano con la melodía de sintetizador. Respecto a los 12”, las mezclas también son un poco diferentes de las originales del álbum. Lindstrøm es sinónimo también de excelentes remixes. Me atrevería a decir que es una marca propia. Por ejemplo, el último realizado a Ariel Pink. ¿Te sientes más cómodo produciendo tus propias canciones o bien remezclando a otros artistas? ¿Qué te consume más, tiempo y/o juicio? Me gustan las dos cosas, supongo. Por el momento estoy disfrutando mucho realizando remixes para otros, así que van a aparecer algunos pocos durante este último trimestre del año más o menos. Por lo menos aparecerán más que de lo que viene siendo habitual. En los últimos dos o tres años no he hecho demasiadas remezclas porque me resultaba difícil terminarlas y realmente no conseguía llegar a una idea decente. También he pasado demasiado tiempo enclaustrado intentando recomponer el rompecabezas que supone hacer un buen remix, para luego darme cuenta de que debía desechar toda la mezcla, con el correspondiente y engorroso anuncio al artista-sello de “no puedo acabarlo porque no tengo tiempo, lo siento mucho”, entre otras excusas o lamentaciones. ¤ Lindstrøm tocará en el Festival 981Heritage el próximo 15 de diciembre en Playa Club (A Coruña).
016/017
report Prins Thomas / Of Monsters And Men
Cuestión de equilibrio
Prins Thomas La agenda del noruego Prins Thomas bulle de actividad: estos días se publican su segundo disco en solitario, “II” (Full Pupp, 12), y el primer lanzamiento de la Prins Thomas Orkester, “Øving EP” (Full Pupp, 12). Pero además, en su calendario figuran producciones, remezclas, fechas para pinchar por todo el mundo y la gestión de dos sellos tan activos (y tan recomendables) como Internasjonal y Full Pupp. La mayoría de nosotros necesitaría tener días de treinta y seis horas para hacer frente a tanta tarea, pero él dice que es todo una cuestión de equilibrio. Y lo peor es que lo dice en serio. Texto
Vidal Romero
“C
reo que lo más importante que he hecho en los dos últimos años ha sido mudarme fuera de la ciudad y construir un estudio en mi nueva casa”, me cuenta Prins Thomas, precisamente desde su estudio. “De este modo puedo pasar más tiempo siendo un padre y un marido, y a la vez concentrarme mucho más en todo el trabajo que tengo que hacer. Antes tenía el estudio en otro barrio, había que echar un buen rato para llegar hasta allí desde casa y, bueno, ya sabes la cantidad de peligros que tiene la ciudad”, termina entre risas. Desde luego, eso explica que su producción se haya incrementado de manera notable en los últimos tiempos, que su pequeño emporio de sellos esté más activo que nunca y que se haya sacado de la manga una nueva faceta como productor para otros artistas. “Lo de las producciones es algo que comenzó por necesidad, pero que cada vez me gusta más. Quería sacar a ciertos artistas en mi sello y había que trabajar en sus canciones. Y no voy a pagar a un productor pudiendo hacer yo ese trabajo”, comenta risueño. Un ejemplo reciente es el nuevo disco de su amigo Blackbelt Andersen, “2” (Full Pupp, 12). “Andersen tiene muy buenas ideas, pero muchas veces no sabe cómo desarrollarlas, así que me ha tocado hacer un poco de todo: producir el disco, tocar varios de los instrumentos y ayudarle con los arreglos”. Algo que no le sucede “cuando trabajo para otros sellos. Ahora mismo estoy grabando un disco con Carmen Villain, una nueva artista de Smalltown Supersound, y el proceso es mucho más convencional, más parecido al de un productor clásico de rock, que cuida los detalles y aconseja a la banda. Vamos, que no me dejan meter tanto la mano como me gustaría”, concluye entre risas. Me sorprende que, con una agenda tan apretada, te dé tiempo a llevar la gestión de dos sellos tan activos como Internasjonal y Full Pupp. Tampoco es para tanto; lo que pasa es que la mayoría de los productores son unos vagos, y tienden a magnificar su trabajo. Para mí, todo se trata de una cuestión de equilibrio: si un día no estoy inspirado, cierro el estudio y me pongo a trabajar en cosas del sello. Y si estoy cansado de papeles y cosas de los sellos, lo aparto todo y me encierro a tocar en el estudio. Lo importante es no quedarse quieto, no perder el tiempo. Y encontrar música para los sellos y ayudar a que esa música salga adelante es una labor fundamental para mí, una verdadera fuente de inspiración.
Lo que sí he notado es que últimamente no grabas tantas remezclas como antes. Hacer menos remezclas es algo que forma parte del equilibrio. Cuando empecé a ser conocido podía grabar una media de dos o tres remezclas cada semana. No me terminaba de creer mi suerte, que se hubiera hecho realidad el sueño de poder vivir de la música, y me obsesionaba que la gente se pudiera olvidar de mí si no estaba continuamente de actualidad, así que terminaba dejando de lado mi propia música para atender todos los encargos que me llegaban. Ahora, en cambio, me dedico a mi música, y sólo acepto remezclas cuando me ofrecen algo que me interesa de manera especial. Háblame de tu nuevo disco. Para mí, suena por completo a Prins Thomas, pero al mismo tiempo resulta más oscuro, más experimental que el primero. Cuando comencé a pensar en “II” decidí partir de cero. Por un lado, me interesaba que las melodías tuvieran menos protagonismo, que imagino que es a lo que te refieres. Pero también quería cambiar la paleta de sonidos, trabajar menos con instrumentos reales y concentrarme en los sintetizadores. Aunque no te lo creas, eso me ha obligado a aprender MIDI, a mis años. Pero ha sido un tiempo bien empleado: creo que gracias a eso me ha salido un disco más bailable. Al menos, para el criterio de mi pista de baile particular. Es curioso, porque al mismo tiempo has montado una banda de directo, la Prins Thomas Orkester. Era un viejo proyecto: siempre hablaba y hablaba de que la iba a montar, y de repente me ofrecieron un par de conciertos, y no me quedó más remedio que hacerla realidad. Tardé apenas un mes en convencer a todos los músicos que me interesaban, pero aún así no nos dio tiempo a ensayar lo suficiente como para preparar temas exclusivos, y tuvimos que reutilizar los de mi primer disco y alguno más. ¿Es un proyecto estable? No demasiado, es algo puntual. La última vez que tocamos fue en enero, y el próximo concierto será en diciembre, y en todo este tiempo apenas si nos hemos juntado un par de veces. Me gustaría poder ensayar más, para componer temas con los chicos y grabar un disco con material propio, pero la realidad es que no tengo tiempo para hacer algo así, y mucho menos para montar una gira y pasarme dos o tres meses fuera de casa: me temo que soy demasiado mayor para la vida del rock.
El sonido de las montañas
Of Monsters And Men Combatir el frío en Islandia no es tarea fácil, pero, oigan, todo está en la mente. Y si Nanna Bryndís dice que está en Hawaïi, está en Hawaïi, y punto. Se lo repitió hasta creérselo con su proyecto en solitario Songbird y con Of Monster And Men lo multiplica por 5, el número de colegas que la acompañan en esta soleada travesía por la vertiente más cálida y cercana del pop y el folk que es su álbum debut “My head is an animal” (Universal, 12). Texto
Virginia Arroyo
T
odo empezó con Nanna Bryndís Hilmarsdóttir y su proyecto en solitario Songbird, donde desplegaba todo su imaginario folk con apenas una guitarra y su magnífica voz. Pero sucedió que un día su universo musical se expandió y, aunque lo intentó, no podía abarcarlo todo ella sola, así que llamó a Brynjar, un compañero del instituto, para que tocara con ella. Al poco conoció a Raggi, el que sería el otro cantante, y los tres juntos decidieron añadir al resto de los componentes y formar una banda justo a tiempo para participar en el Músiktilraunir, un importante concurso de bandas islandés. Contra todo pronóstico, pese a las prisas, ganaron, y eso les permitió grabar un fantástico EP que acabaría de sentar las bases de un sonido muy personal que ellos llaman ‘indie-folk de raíces’, pero que también tiene mucho de pop cálido y risueño. Vuestra música es muy cálida y soleada, como si de una vía de escape del frío islandés se tratara. Incluso en tu repertorio en solitario como Songbird tienes un tema llamado “Hawaïi”. ¿De qué manera afecta a vuestra música el hecho de vivir en un lugar tan frío como Islandia? Pues supongo que influye de algún modo, pero no te sabría decir de qué manera. Imagino que si viviera en España, como tú, el clima más caluroso, el ambiente, la gente y lo que me rodearía se tendría que ver reflejado en mi música, así que supongo que sí que se filtra de algún modo en las canciones. Lo que es seguro es que gran parte de la motivación para escribir estas canciones era que afuera hacía frío y no teníamos mucho más que hacer juntos que ponernos a escribir música. Solos, en la noche fría, tocando nuestras guitarras… Suena bien, ¿no? Uno de los rasgos más característicos de vuestras canciones es el juego vocal masculino-femenino entre tú y Raggi… Sí, yo también creo que es algo muy distintivo, pero surgió de una forma muy natural, no creas. Cuando nos conocimos y empezamos a ensayar, vimos que nuestra voces encajaban a la perfección, así que decidí compartir el rol vocal con él. Apenas acababais de formar la banda y ganasteis el Músiktilraunir, y en muy poco tiempo ya estabais tocando en festivales tan importantes como el Lollapalloza.
¿No fue todo demasiado frenético? Bueno, ya empezó así, de modo que parece que veníamos acostumbrados a la rapidez (risas). Pero, bueno, ahora en serio, ya puedes imaginarte que tocar en un sitio como el Lollapalloza es una pasada, independientemente del tiempo que lleves funcionando como banda. Lo que sí fue sorprendente fue la fantástica respuesta del público, que no sé cómo se sabía siquiera nuestras canciones… Bueno, quizá tuvo algo que ver el hecho de que vuestro single “Little talks” alcanzara el top ten de las listas de ventas de un montón de países… (Risas) Sí, claro, eso ayuda. Pero lo que quiero decir es que éramos unos desconocidos, y de un país recóndito como Islandia. No lo esperábamos para nada. De hecho nos movíamos por puro instinto. Tanto cuando grabamos el EP como el álbum, no sabíamos muy bien qué dirección íbamos a tomar ni qué acabaríamos haciendo. Estábamos contentos y satisfechos, pero muy perdidos, la verdad, así que nos sorprendió muchísimo ver cómo “Little talks” llegaba a entrar siquiera en las listas de ventas de algún sitio que no fuera nuestro país. El álbum del que hablas es “My head is an animal”, que editasteis hace ya más de un año. ¿Estáis preparando nuevo material? Lo cierto es que no. Estaremos de gira hasta mediados del año que viene y el calendario es muy apretado. Además, considero que es demasiado pronto para pensar en crear nueva música. Alguna cosita sí que hemos empezado a escribir, pero todavía nada serio. No nos hemos sentado a ensamblar todas esas piezas y a darles un sentido, eso tardará unos cuantos meses en llegar. ¿Cómo se filtra en vuestras canciones la música que escucháis cada uno de vosotros seis? Buff, no sabría qué decirte. Cuando ensayamos cada uno aporta algo, así que supongo que esas aportaciones vienen de un bagaje musical determinado. Yo, por mi parte, creo que sólo he reflejado en el disco mi vertiente más folk, pero me gustan muchísimas cosas diferentes. Uno de los grupos que más he escuchado en los últimos años es Arcade Fire y creo que nadie lo diría oyendo nuestro disco.
018/019
en portada Tame Impala
Tame Impala Intoxicating
Texto Foto
Vanessa Pellisa Maciek Pozoga
‘Intoxicating’ es el adjetivo favorito de todo crítico anglosajón que se precie de serlo. Sirve para definir discos adictivos, del tipo alucinado y, por lo general, se refiere a grupos relativamente exóticos, que producen música espesa y compleja que necesita algo de tiempo y dedicación por parte no sólo del susodicho crítico anglosajón sino también por parte del oyente. Intoxicating es la palabra que figura en todas y cada una de las críticas que he leído sobre “Lonerism”, segundo disco del grupo australiano liderado por Kevin Parker. Intoxicating. Y, también, paranoico, delirante, caleidoscópico y mil atributos más que vienen a decir que, por muy raro y flipado que sea, es ya uno de los discos del año.
020/021
en portada Tame Impala
“V
amos de camino a Oslo. La furgoneta se ha parado en una estación de servicio pero no sé muy bien dónde estamos. Creo que en Alemania. Espera. Sí, aquí hay un cartel que está escrito en alemán. Sí. Estoy en Alemania”. Kevin Parker no sabe dónde está pero no quiere ni oír hablar de según qué memeces, como si aún tuviera jet-lag, y le molestara que le hagas preguntas fáciles. Responde a cada una de tus dudas con interés y corrección, pero ves como se pierde en su respuesta y como se irrita cuando le ofendes. También ríe a la australiana. De improvisto y justo cuando menos conviene. Un artista responsable prepara sus entrevistas promocionales. Piensa en lo que van a contarte, cómo va a hacerlo para que su mensaje llegue alto y claro y disipar cualquier duda o malentendido que tu torpeza como transmisor pudiera provocar. Kevin Parker sabe que es lo que va a contarme, pero hablar con él no es escuchar, es participar de un diálogo genuino. Es imposible reproducir esta entrevista, sentarse y transcribirla entera, sin irritarles. Lectores, aquí el señor Parker y una servidora les parecerían un par de iluminados. El líder de Tame Impala es uno de esos idealistas maravillosos que busca ser profundo, contar la verdad, darme una respuesta perfecta. A diferencia de lo que hace la mayoría, quiere que sus palabras me lleguen tal y como son. No basta con que sean respuestas sinceras, tienen que parecer auténticas. ¿Lo ven? Con sólo contárselo ya se han puesto nerviosos, ¿verdad? Pues, eso. Más vale centrarnos. Les ahorraré las disquisiciones filosóficas en la medida de lo posible. Les contaré la versión sencilla de los hechos. Puedo hacerlo porque esta conversación, por profunda e interesante que fuera, en poco o nada afecta al disfrute de sus canciones, que parecen organizarse de un modo mucho más humano que sus palabras. ¡Qué gran disco su segundo trabajo “Lonerism” (Modular / Coop, 12)! Caótico y desordenado como ninguno. Mis compañeros tendrán a bien llamarlo un disco de nueva psicodelia, de sonido impenetrable, de progresiones infinitas y bla-bla-bla, aunque en el fondo toda su rareza salga del mismo truco. Siempre el mismo: el núcleo de la canción es elegante, groovy e intensamente moderno. Por contra, lo que rodea la melodía es árido, inhumano e inquietante. el resultado produce una sensación de extrañeza que convendremos en llamar psicodelia, a falta de una expresión mejor. Firmemente dirigidos hacia los límites de la canciones, los arreglos son a las canciones lo que Newark es a Manhattan: borde, frontera y cinturón. Piensen en temas como “Endors Toi” en las que el núcleo, el hueso, se ve rodeado por arreglos que se alejan tanto de la melodía original que acaban por convertirse en una canción nueva yuxtapuesta, o mejor dicho, melliza a la original. La tensión que se crea es tan rotunda y atractiva que el resultado sólo puede ser uno: adicción a un disco raro, adicción a Tame Impala. “Lonerism” es un albúm de dinámicas en el que los contrastes y las tensiones se suceden sin parar. Parece trabajado como un juego de construcción, de piezas asimétricas que se montan unas sobre otras y aguantan en equilibrio por alguna especie de efecto magnético casi mágico. Es una imagen muy bonita... pero no pienso en las canciones como figuras geométricas. Sí que aparecen imágenes de texturas, de materia, pero en general, la sensación que tengo es poco gráfica. Es sonido, sonido puro. Es difícil de explicar. Tengo entendido que para “Innerspeaker” os fuisteis a un estudio de grabación y que, en cambio, “Lonerism” lo grabasteis en tu estudio casero. Me pregunto si el método de grabación ha afectado en algo a una de las características principales del disco que, en mi opinión, es una sensación de caos, de desorden, de tensiones y pliegues. Bueno, lo de “Innerspeaker” no era un estudio exactamente. Alquilamos una casa en la costa y montamos el estudio allí. Tiramos las cosas en medio del comedor y empezamos a grabar. Aunque es verdad que fue una grabación, si quieres llamarlo así, más profesional, porque teníamos un ingeniero con nosotros y trabajamos con un calendario en la mano y unas fechas de entrega que nos obligaban a ser más, esto, más profesionales. En cuanto a “Lonerism”, el proceso fue muy distinto. Yo me dediqué a grabar material por mi cuenta durante, diría que unos diez meses. Grabé prácticamente todo lo que componía y lo edité. Una vez decidido a ‘hacer’ el disco, cogí todo el material, lo escuché y seleccioné lo que me parecía que podía hacer un álbum bonito. No sé si es el mejor método, ni el más efectivo, pero en todo caso fue así como lo hice y no creo que se note en el resultado. Es un proceso muy interno, no afecta al disco como tal, creo. A mí sí me da esa impresión. En todo caso, mi intención no era hacer un disco que sonara compacto, sino coherente. Si cada canción lleva a un sitio distinto, pues bien. Me parece bien. No me malinterpretes, ¡a mí me encanta! Parte del disco se hizo en París, pero lo
terminaste en casa, en Perth, cerca del desierto. El cambio de escenario, ¿afectó en algo a la composición de las canciones? Es extraño porque cuando hablamos de Perth con periodistas es como si viniéramos de otro mundo. ¡En Perth tenemos internet! Estamos expuestos al mundo y a lo que ocurre en todas partes. Es algo molesto que la gente crea que por estar en un lugar distinto debamos estar aislados. Todo esto ya no tiene sentido hoy en día. Yo estoy igual de conectado al mundo que cualquiera. Existe una escena y los grupos tocan, y en todo caso, la única dificultad que implica vivir en Perth es que al hacer conciertos los desplazamientos son eternos. Nos cuesta una semana llegar a cualquier lugar, pero lo hacemos y punto. No, no. Me refería a si vivir ahí es bonito, si es inspirador de algún modo u otro. Si al viajar y volver piensas en la música de un modo distinto. Escribo y pienso del mismo modo en cualquier parte. No me siento especialmente influenciado por el entorno en lo que a la música se refiere. No es que no me importe, es que ni tan siquiera me doy cuenta. Mira, ahora cuando me has llamado me has preguntado dónde estaba y yo no he podido responderte. He tenido que leer un cartel para ver que estaba escrito en alemán, y aún y así no tengo ni idea de si estoy en el norte o en el sur. No es que me haga el despistado. En cualquier caso, a nivel personal, no te negaré que me pueda sentir más o menos a gusto en un sitio determinado, pero cuando llega la hora de pensar en música y escribir canciones cualquier lugar es bueno. La música es algo que ocurre en mi cabeza, es mental. Se dice que hacéis música psicodélica. Incluso, retro. Sí, la gente habla de nosotros como una banda ‘retro’ o ‘vintage’. No es que me moleste pero no me siento para nada identificado con esa etiqueta. Yo hago música ahora, escribo mis canciones hoy, es música hecha en el mundo actual. Si la gente quiere ver influencias o sonidos que les recuerdan a algo, fantástico, pero eso es igualmente cierto en cualquier banda contemporánea. Todos nos vemos influenciados por lo que se ha hecho antes, pero sería absurdo creer que escribo música revivalista. En una entrevista publicada en Pitchfork a raíz de la publicación de “Innerspeaker” dijiste que el gran tema de tus canciones era la soledad. Te referías a la canción “Solitude is bliss” en particular y a la temática del disco en general. Concretamente tus palabras fueron, “es como bañarse en la gloria de estar solo”. Correcto. Tu nuevo disco se llama “Lonerism” y las letras parecen llevar esta idea un paso más allá. Sí, creo que es una reflexión más profunda sobre la soledad, que hasta ahora, en mi caso, había sido más un impulso que una decisión. El disco habla no sólo sobre estar solo sino sobre como sobreponerte a ese deseo de soledad. Como superar esta tendencia y relacionarte con el mundo. Francamente, me parece bastante divertido que todas las entrevistas que he leído mencionen, de un modo u otro, esta idea de independencia. Es gracioso que te veas asediado por periodistas que te pregunten sobre el deseo de estar solo. Sí, ¿verdad? Es un poco contradictorio. Me lo tendría que haber imaginado. La última canción del disco, “Sun’s coming up (Lambingtons)”, es muy representativa de esta temática. Es muy bonita. Me gusta el sonido de la cascada del final. No es una cascada. Es el océano. Son las olas del mar. ¿En serio? Creí que era un río. Cuéntame de qué va. Tienes que imaginarte ese momento de tu vida en el que estás sentado en la playa, con el teléfono en la mano. Estás solo y todo está bien. Pero sabes que estás esperando una llamada, que si llegara te haría sentir conectado a la realidad y a alguien. La necesidad de sentirse conectado con el universo, una llamada que justificara tu existencia y tu lugar en el mundo. Pero la llamada no llega. Y te quedas esperando, ansioso. Así que recoges tus cosas y te vas. Suena a una canción de ruptura sentimental. No, no de ruptura sentimental, sino de ruptura con la raza humana. La desconexión emocional es tan grande que te sientes apartado del resto. Pero eres un artista. Todos los artistas se sienten desconectados del resto del mundo. Se trata precisamente de eso y de aprender a convivir con ello. Puede que tengas razón, pero en parte escribir canciones es una reacción a esta desconexión. Es el motor de este deseo. En cierto modo, se trata de reconocer lo que provoca no poder entrar en contacto con los demás de un modo significativo y profundo o verdadero. Y sobre todo, trata de la motivación, del deseo de seguir intentándolo, porque siempre vuelves a intentarlo, tienes que encontrar esa conexión. Es lo que te mueve.
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informe Psicodelia 2012
Psicodelia 2012 Luces y sombras
El que está cerca de concluir ha sido un año con regusto ácido: comenzó subido a las coloristas cabalgadas de Django Django y parece dispuesto a celebrar las navidades al calor de los pegajosos estribillos de Tame Impala. Y entre medias, ha sido testigo de un florecimiento inusitado de la psicodelia en todos los ámbitos posibles: en el que es su escenario natural, ese que bulle alrededor del space rock y las músicas cósmicas, que últimamente está produciendo discos con un nivel altísimo, pero también en entornos más cercanos al pop indie, en los que cada vez es más fácil encontrar propuestas embadurnadas con una generosa capa de lisergia. Texto
Vidal Romero
H
ablando hace poco de este asunto, un colega deslizó la teoría de que la crisis (no la de España, sino la global) está también detrás de esa explosión de color y lisergia que nos invade. Que en tiempos difíciles la música actúa como una válvula de escape, y que muchos músicos y oyentes prefieren refugiarse en mundos alternativos, en utopías (o distopías) donde los tentáculos de la troika, los recortes y la injusticia social no tengan cabida. Puede ser que tenga algo de razón: después de todo, las calles siguen estando repletas de gente, los clubes y los conciertos todavía tienen su público y también el consumo de drogas se ha desplazado: el éxtasis, las setas y el LSD, sustancias marginales durante mucho tiempo, vuelven a tomar un papel protagonista, y eso se tiene que reflejar de algún modo en la música que es signo de estos tiempos. Pero tampoco hay que olvidar que vivimos en la época de la retromanía, y que durante los últimos años hemos asistido al ascenso y caída de unos cuántos géneros y subgéneros cuyas fronteras lindaban de algún modo con la psicodelia: desde el revival de la kosmische al renacimiento del space rock, desde las brumas ambientales del pop hipnagógico a los destellos climáticos del post shoegaze, pasando por esa zona oscura que es la hauntology, la actualidad ha gustado de revolcarse en espirales ácidas y ambientes más o menos tóxicos. El lado claro
Aparte de todo lo anterior, existen fuerzas poderosas en el mundo del indie, que tienen mucho que ver con ese despertar de la psicodelia del que hablamos aquí. Una de esas fuerzas responde al nombre de Animal Collective: copiados hasta la
saciedad, sus dos últimos discos, “Merryweather pavillion” (09) y el reciente “Centipede Hz” (12), son claves para entender el panorama del pop actual. Y no sólo por esa legión creciente de artistas que intentan reproducir su particular alquimia sonora (pienso en nombres como AU, Dent May o Young Magic) o por esos otros nombres que han ayudado a lanzar desde su sello, Paw Tracks, y que sí son capaces de defender un discurso con personalidad e interés: piensen en Black Dice, en Excepter, en Prince Rama, en Ariel Pink’s Haunted Graffiti, que este año ha publicado el estupendo “Mature themes”, o incluso en Dan Deacon, ese primo lejano de la familia que acaba de regalarnos el brillantísimo “America”. Pero insisto: no es sólo la colmena de bandas que ha crecido alrededor de Animal Collective lo que los hace tan importantes; lo son también porque han demostrado a los sellos indies que es posible tocar música extraña y vender a la vez muchos discos. Esa es, al menos, la única razón que este servidor encuentra para explicar que plataformas tan poco dadas a la aventura como Heavenly (hogar original de iconos indies como Saint Etienne o Beth Orton, para que me entiendan) estén llenando su catálogo con propuestas bañadas en lisergia (en una lisergia amable, eso sí), como Toy o Stealing Sheep. Autoras estas últimas, por cierto, de un disco muy bonito y pastoral: “Into the diamond sun”. Flaming Lips es otra de esas fuerzas centrípetas, que hacen girar el mundo del indie a su alrededor. Hace ya tiempo que sus discos están fuera de toda mesura y contención (ahí tienen su entrega de este año, el imposible “The Flaming Lips and heady fwends”), pero en su estela, y en la de su productor Dave Fridmann, han
Django Django “Django Django”
Dead Skeletons “(Ord)”
BECAUSE MUSIC
SOUND OF COBRA
Irresistibles y excéntricos, los cuatro miembros de Django Django poseen una habilidad única para mezclar folk de aires pastorales, pop indie, kraut rock, experimentos electrónicos y música surf en el interior de canciones luminosas, que se crecen entre masas corales y estribillos pegajosos como la miel. Su homónimo disco de debut, una cornucopia inagotable, repleta de hits irresistibles y de experimentos lisérgicos, se convirtió en uno de los títulos indispensables de la temporada nada más aterrizar en las tiendas, allá por marzo. Y ahí sigue, inapelable y fresco como el primer día.
Este proyecto que comparten dos islandeses, obsesionados con la frágil línea que separa la vida y la muerte, se dio a conocer a finales del año pasado con un disco salvaje, “Dead magick” (11), en el que la kosmische, el rock de los cincuenta y el noise se pasaban por el tamiz de una psicodelia obsesiva, con gusto por las frases en repetición y los mantos de guitarra hipnóticos. Estos días llega a las tiendas “(Ord)”, un mini-LP de diseño espectacular y contenido explosivo, que sigue en la senda de ese disco y además incluye uno de los mejores temas que la pareja ha grabado hasta la fecha: “Dead is god”.
SONIC CATHEDRAL
Gnod “Chaudelande vol. 2”
Dead Mellotron “Glitter”
Aunque sus orígenes están en el shoegaze (algo que todavía se nota en canciones como “oohahh”, que asaltan sin ningún pudor el legado de My Bloody Valentine) estos chicos de Baltimore han sabido evolucionar hacia una psicodelia colorista y acogedora, rica en superficies líquidas, salpicada por explosiones climáticas que van creciendo a fuego lento, como las que recorren la excelente “Bye”. Su primer disco, “Glitter”, contiene siete temas impecables, y es una pequeña joya que, cosas de este mundo injusto en el que vivimos, ha pasado completamente desapercibida.
Melody’s Echo Chamber “Melody’s echo chamber” FAT POSSUM
Fascinada por lo que había visto en un concierto de Tame Impala, la francesa Melody Prochet convenció al líder de los australianos, Kevin Parker, para que produjera su disco de debut. Y el resultado es una colección de canciones, de espíritu cándido y aire vaporoso, cuyo punto fuerte es el contraste entre la fragilidad con la que canta Prochet y la suciedad que impregna unos fondos de elevadas propiedades lisérgicas, que no hacen ascos ni al ruido ni a la legaña ambiental. Si Dave Fridmann se hubiera juntado alguna vez en el estudio con Broadcast, posiblemente habría salido algo parecido a esto.
Toy “Toy” HEAVENLY / COOP
Aunque no termina de estar a la altura de los estupendos singles que lo precedieron (quizás porque están incluidos en el disco, y eclipsan al resto de las canciones), el debut de estos melenudos, que parecen recién llegados de algún happening de los sesenta, mezcla ambientes propios del kraut rock con melodías adhesivas y un crujiente trabajo de guitarras, que demuestra que se han empapado bien del rock espacial de finales de los ochenta. Añadan a esto una capacidad envidiable para la melodía luminosa y el estribillo pegadizo, y tendrán entre las manos uno de los grandes estrenos del año.
crecido algunas de las propuestas más interesantes de la temporada: bandas como Django Django, Tame Impala, Clinic o Melody’s Echo Chamber, que mezclan recursos propios de la música electrónica con ambientes que parecen sampleados de algún disco de rock ácido de los setenta. Década, por cierto, en la que hunden sus raíces otras bandas y discos con una visión más pastoral del asunto: el muy bonito “Bend beyond” de Woods, el segundo trabajo de One Little Plane (que por cierto es una producción de Four Tet, otro tipo al que le gusta a rabiar la psicodelia) o los experimentos ligeramente progresivos de James Blackshaw en “Love is the plan, the plan is death” y Alexander Tucker. Incluso una propuesta más amable y preciosista, como es el “Shields” de los enormes Grizzly Bear, podría encontrar acomodo en este apartado. Y todavía no hemos hablado de esos géneros, como el shoegaze o el dream pop, en los que siempre ha anidado la semilla de la psicodelia. Géneros en los que también ha caído este año una generosa cosecha, que va desde el legañoso “Spooky action at a distance” de Lotus Plaza al fantástico debut de Dead Mellotron, “Glitter”, pasando por las volutas ambientales de Motion Sickness Of Time Travel, ese proyecto imaginado en el cielo que responde al nombre de Mirrorring, el preciosista y exótico “With endless fire” de Ilyas Ahmed, o el delicado retorno de Jessica Bailiff, un “At the down-turned jagged rim of the sky” que destacamos este mismo mes en la sección de discos. El lado oscuro
Nadie que esté más o menos atento a la actualidad podrá discutir que el rock con voluntad cósmica atraviesa un momento dulce. Sellos como Thrill Jockey abren su catálogo a bestias pardas como Wooden Shjips o White Hills (con un “Frying on this rock” que todavía está caliente), a viajeros del cosmos del calibre de Barn Owl (y a los proyectos en solitario de sus dos miembros, Jon Porras y Evan Caminiti) y
TAMED RECORDS
Colectivo mutante con base en Mánchester (su núcleo son dos personas, pero se puede llegar a expandir hasta tomar las proporciones de toda una orquesta), Gnod es uno de los secretos mejor guardados de la nueva escena psicodélica, una célula capaz de embarcarse en largas piezas en las que se mezclan ritmos motóricos con tormentas eléctricas, sintetizadores tocados a la sombra de Suicide y mantras ambientales de una densidad asfixiante. Su mejor disco es, sin ninguna duda, “Ingnodwetrust” (11), pero los dos volúmenes de “Chaudelande” no le andan a la zaga.
Goat “World music” ROCKET RECORDINGS
Aficionados al vudú, a vestirse con máscaras rituales y a sacrificar cabras para calmar a algún dios salvaje, los suecos Goat construyen canciones de altísimo poder psicodélico, en las que invocan el espíritu de bandas como Hawkwind, Black Sabbath, Spacemen 3 o Funkadelic. Guitarras ruidosas, pianos al borde de la psicosis, cantos de aires chamánicos y una poderosa base rítmica: esos son los elementos que se unen en mística y rugosa comunión para dar forma a “World music”, un debut que vale su peso en oro, y que ha convertido a Goat en la gran sorpresa de la temporada.
Moon Duo “Circles” SOUTERRAIN TRANSMISSIONS
Lo que comenzó como un sencillo divertimento, con el que el guitarrista Ripley Johnson entretenía los tiempos muertos de su otra banda, Wooden Shjips, ha terminado por revelarse como un proyecto con entidad propia, que utiliza ligeros andamiajes pop como base desde la que propulsarse hacia el espacio exterior. Ritmos secos y monolíticos, texturas de vocación cósmica, guitarras monstruosas y sintetizadores modulares conspiran para arropar unas canciones que son como road movies en miniatura, y que basculan entre el candor y la furia. Su estupendo tercer disco, el todavía caliente “Circles”, es lo mejor que han grabado.
hasta a algún artesano de la psicodelia, como Eternal Tapestry. Y otras plataformas más o menos jóvenes, como Sacred Bones, Rocket Records, Agitated, Trensmat o Tamed, completan el panorama y ayudan a levantar una escena en la que brillan con fuerza numerosos francotiradores. Dead Skeletons, Gnod, Moon Duo y, sobre todo, Goat (su “World music” es uno de los grandes discos del año) están a la cabeza de una vendimia prolija y nutritiva, con frutos tan sabrosos como el debut de White Manna, el “Keep warm... with the warm digits” de Warm Digits, los dos EPs que han publicado Cloudland Canyon (“Aureliua” y “Born blonde”, tan brillante uno como el otro), ese misil de ruido y psicodelia que es el “White math/ Polymorph” de Blanck Mass, y retornos tan bienvenidos como los de Mugstar, Lumerians o Higamos Hogamos, que han colgado el brutal “Spacerocks” en descarga libre. El 2012 ha sido también el año en el que pequeños héroes de la cosa espacial decidieron volver a la vida. Füxa editó un “Electric sound of summer” que es puro ensueño, Robert Hampson ha reformado Main y Sonic Boom vuelve a girar con Spectrum. Mars Volta también han vuelto a la actualidad, aunque con un disco tan irregular como “Noctourniquet”, y se ha publicado una caja fantástica, con material inédito de Can. Y la cosa pinta tan bien que hasta en España se puede hablar de una escena crecida al calor del rock progresivo y la psicodelia, por la que se mueven bandas como Lüger, Fasenuova, Pegasvs (su disco homónimo es una gozada de pop espacial), los estupendos Cuzo, que comenzaron el año con “Alquimia para principiantes”, o esos remozados Schwarz, que estos días publican esa barbaridad que es “Alquimística”. Y se trata de una lista en continuo crecimiento, a la que se acaban de unir Jupiter Lion, un proyecto con vocación cósmica y gusto por el krautrock, que está a punto de debutar en BCore, y unos viejos conocidos de esta casa, Ledatres, que publicarán a principios de 2013 un trip fascinante en forma de disco, “Story of a love-a-lite”, cargado de ácido hasta los bordes.
024/024
informe psicodelia 2012 Clinic
Clinic Salto de consciencia La concreción de la espesura sideral resultante de viajar hacia atrás en el tiempo con velocidad ralentecida produce criaturas como “Free reign” (Domino / Pias, 12). El último disco de Clinic plasma una caída de sonidos cósmicos y vintage, liberando las tensiones hasta alcanzar un estado de trascendencia lisérgica. Los cuatro músicos más cambiantes y eclécticos de Liverpool siempre han hecho de su carrera un continuo indagar en su música, pero nunca habían aflojado tanto el acelerador como para hacernos flotar.
Texto
E
Albert Fernández
n el espacio, nadie puede oír tus gritos. En cambio, sería agradable poder sentir la carencia de gravedad sumido en esa suerte de coma inducido en que nos sume el séptimo disco de Clinic. La banda de Ade Blackburn ha abrazado los estigmas de la psicodelia sesentera desde la segunda mitad de su trayectoria, pero son las cadencias de sus dos últimas entregas las que subliman la experiencia sinestésica. Atrás queda la concreción histriónica de sus primeros discos, o aquel sonido garagero enmarañado que brotaba en alardes de distorsión de cuando en cuando. “Free reign” manifiesta el alma de Clinic bajo patrones de psicodelia lo-fi, y consuma la continuación más apropiada al cambio de ideas que se manifestó por primera vez con “Bubblegum” (Domino, 10). “Sí. creo que este disco toma aproximaciones a la melodía similares al anterior”, afirma Blackburn. Os aseguro que, si lleva la mascarilla de cirujano puesta, eso no empaña en absoluto su afilado acento británico. “Aunque aquí varían algo los pilares musicales en los que se sostenía ‘Bubblegum’, es cierto que nos basamos de nuevo en los teclados y las cajas de ritmo. Canciones como ‘For the season’ tienen un estilo parecido a aquel disco”. Eso me hace pensar que tal vez algunas canciones pertenezcan a aquella hornada de composición, cuando se escribió “Bubblegum”. “Es cierto, algunas de las cosas que escribimos entonces han llegado hasta aquí. Hay un vínculo evidente entre ambas obras. Creo que estas canciones están plasmadas de una forma relativamente sencilla, de manera que puedas construirlas a través de varios caminos. Hay una ruptura en nuestro habitual viaje de guitarras, que hacía que muchas de las canciones encajaran con un estilo mínimo”. Tal vez ahora que hemos dejado claros los parentescos entre los dos discos, deberíamos empezar a aguzar las diferencias. Lo que desune a “Free reign” de su antecesor es que aquí todas esas nuevas formas naif y relajadas se han inervado con ciclos de tensión crepuscular. “Sí, con la mayoría de música que habíamos hecho antes, abundábamos en sonidos frenéticos, doblegando deliberadamente los tempos. Sentíamos que en ‘Bubblegum’ no habíamos explorado lo suficiente ese tono más relajado,
que llegara a ser hipnótico y rompiera las barreras estructurales”. Como sempiternos exploradores de las estrellas, estos astrólogos del ritmo decidieron tomar una nueva dirección en su sonido, como si, por mucho que avistaran conceptos en el rock nervioso, necesitaran aplicar un cierto grado de pérdida de consciencia para alcanzar nuevos significados. “Queríamos verle otra cara al hecho de hacer música. Necesitábamos ver a través de ella, tan lejos como pudiéramos. Llevábamos mucho tiempo haciendo canciones de rock duro, rápidas y temperamentales. Eso es algo a lo que probablemente volvamos en nuestro próximo disco”. El propósito de este solapamiento de capas sonoras no puede ser otro que hacer viajar la mente de un estado a otro, como si los de Liverpool fueran demiurgos de otra consciencia melódica, nueva pero ancestral. En “Free reign” todas las canciones se toman su tiempo para avanzar, y a menudo no divisamos su destino, pues se pierden en un fade out. Nunca aterrizan, sólo se expanden. “Sí, eso es algo que queríamos hacer aflorar en este disco. La manera más usual de hacer una canción es llenando todo el espacio, sin dejar que respire; convertir la melodía en algo impactante que te golpee en la cabeza. Ha sido agradable hacer algo diferente, donde las canciones se aflojan, los acordes se desparraman y cada elemento se toca de otra manera, más calmada. Para mí, eso lo vuelve todo más intrigante”. Dicho esto, debería quedarnos muy claro que ese título, “Free reign”, viene referido al nuevo reino de libertad que los ingleses liberan en estos surcos. “Escogimos ese título porque, tal y como están las cosas para las bandas en estos momentos, no existen restricciones en la libertad creativa. Antes, cuando grababas un disco, parecía que debías salir a la caza de algo más comercial. Con el estado de las ventas de discos de hoy en día, ya nadie atosiga con esas cosas. Creo que eso lleva la música a lo que fue en sus inicios, algo que debe satisfacerse a sí mismo”. PSYCHEMANIA Cuando escuchas la cadencia pautada y longeva que percute en “Misty”, pieza lle-
vada por una deriva de sonidos trémula, con el bajo y la percusión marcando un pálpito sobre el que navega los teclados aéreos y los efectos espaciales, nos sabemos perdidos en una órbita deliciosa. El tono grave y aséptico de la voz de Blackburn llega desde una estación lejana y crepitante. Sin duda, “Free reign” sería la banda sonora perfecta para una película en cámara lenta sobre el salto de Felix Baumgartner. 39 kilómetros de caída cósmica entre sintetizadores y progresiones fuera de escala. A Ade Blackburn no le desagrada la idea. “Sí, creo que esa sería una opción muy factible” (risas). Entonces, Blackburn estuvo allí, frente a la pantalla, cuando se consumaba ese pequeño paso para el hombre, streaming histórico para la humanidad. “Sí, sí lo vi. Fue algo bastante certero” (risas). A Clinic les gustan bastante las marcianadas. Su nuevo álbum llega con “formato UFO” para la edición en vinilo. “Bueno, siempre puedes jugar con los formatos. Nuestro disco es algo así como un frisbee cósmico que brilla en la oscuridad. No es nada del otro mundo, sólo un toque de extrañeza”. En efecto, “Seesaw” es una canción que parece arrojada en un fribee galáctico. Cuando llega, parece como si ya estuviera sonando hace mucho en otro lugar. “Miss you” parte de una sencilla caja de ritmos a la que se añaden las guitarras y los bajos, y progresa entre estertores leves, volcando el placer invertido de deshilacharse en un espacio sin oxígeno. “Esa canción trata sobre el LSD salvando a la esposa de alguien”, apunta Blackburn. ¿Hay momento más apropiado que éste para hablar de psicodelia? Recitemos los nombres que se dedican hoy en día a hacernos perder la percepción del tiempo y las señas de identidad sensorial y cognitiva: Tame Impala, Django Djanfo, Toy, Stealing Sheep… ¿Es posible que unos expertos metamorfos como Clinic naveguen en ese mismo barco? “De alguna manera, Clinic siempre hemos ido un poco por nuestro lado, más allá de la corriente que nos estuviera pasando cerca en cada momento. Creo que lo que se entiende comúnmente por psicodelia es ligeramente diferente de aquello en lo que nosotros andamos metidos. Nuestra visión de la psicodelia siempre ha sido más juguetona, desarrollándose con el uso de efectos
de sonido y las disonancias extremas. Damos un salto de discordancia a partir de una estructura compensada, subvertimos las bases rítmicas, y fluimos con lo que queda”. De alguna manera, esos sonidos psicodélicos, unidos a las letras surrealistas de estas canciones, pueden funcionar como máscaras ante la realidad que nos toca afrontar en estos tiempos. Claro que es extraño preguntarle eso a alguien que acostumbra a salir al escenario con una máscara quirúrgica. En todo caso, este nuevo auge de psicodelia se podría emparentar con la necesidad de perderse en otros estados, de evadirse. “Eso es algo sobre lo que he estado pensando mucho últimamente. Con la crisis económica y esa recesión generalizada, es cierto que podríamos necesitar un velo de irrealidad. Creo que la música, especialmente la que no es comercial, es esencialmente escapista, es algo que siempre ha representado una alternativa a la miseria en la que la gente pueda encontrarse. Pienso de veras que si la gente pudiera ver un poco más allá de sus rutinas, y plantarse ante lo que están haciendo los gobiernos, lograría cambiar las cosas. En todo caso, hacer algo creativo, de alguna manera representa una protesta en sí mismo”. Daniel Lopatin, el músico y productor experimental tras Oneothrix Point Never, ha encauzado a la banda en las mezclas del disco. Es posible que Clinic necesite trabajar con una persona de afuera que aporte otra perspectiva a la visión del cuarteto. “Desde Domino, nos sugirieron colaborar con Daniel. Nos gusta su manera de mirar la música, carente de márgenes, y su flexibilidad. Sus mezclas llegaron a la médula de lo que pretendíamos”. Es ampliamente conocida la costumbre de Clinic de vestir con máscaras quirúrgicas y trajes estrambóticos en sus conciertos. Viendo las formidables ondas y casillas en blanco y negro de su nueva portada, apostaría a que ese imaginario psicodélico daría para una nueva y mareante indumentaria. “Sí, esta vez vamos a parecer extraterrestres; los trajes nos darán un aliento parecido al look que lucían Devo. Así que vamos a convertirnos en alienígenas ochenteros o algo así (risas)”.
026/027
report Benjamin Gibbard / Llum
Benjamin Gibbard Camina solo
La lluvia de la soledad arrecia y Benjamin Gibbard se convierte en espectador de su vida, mientras avanza escuchando únicamente el sonido de sus pasos. El líder de Death Cab For Cutie consigue que su último disco en solitario suene sereno y cercano, pero hay algo que no puede hacernos creer. “Former lives” (City Slang / Coop, 12) no aparece justo ahora por casualidad. Este diario íntimo en clave pop da testimonio de muchas épocas, pero aflora en el momento de mayor reivindicación personal del artista. Ay, Zooey. Texto
Albert Fernández
Ú
nicamente cuando alguien se siente íntimamente abandonado puede dar con su verdadero nervio interno, encontrar el sentido singular que lleva a donde uno siente que debe estar. “Former lives” muestra a Benjamin Gibbard en el siguiente paso de su vida tras su separación de Zooey Deschannel, y compone un prisma unívoco de melodías melosas y seductoras, con ecos de una épica distante. Esta colección de canciones fueron escritas en un largo periodo de tiempo, pero a través del disco guardan la coherencia de un secreto jamás confesado. “Creo que no llegué a pensar demasiado lo que sería este disco, porque las canciones más viejas tienen ocho años, hace tiempo que las toco en los conciertos. He querido tener mucho cuidado sobre cuales escoger, porque no quería sentirme incómodo con ninguna. Quería evitar que se contextualizaran demasiado. Este disco no representa un año de mi vida, sino muchos momentos diferentes”, comienza Benjamin, prudente. Curiosamente, la introducción a este viaje de pensamientos es una canción a capela, “Shepherd’s bush lullaby”, una suerte de canto tradicional-personal. “Mirando todas las canciones que componen el disco, fui dándome cuenta de que formaban un cuerpo muy sólido. Quería hacer otra cosa, algo que fuera atípico para mí. Me gustaba la idea de que el primer corte fuera más como un coro de iglesia que propiamente una canción. También me servía como una suerte de introducción íntima a lo que viene después”. Bueno, ya nos hemos distraído bastante. Es hora de preguntar por la soltería. Siendo elegante, consultando por cómo se siente estando soltero de su banda, Death Cab For Cutie, y a la vez como individuo. Sin decir “Zooey”. “Desde luego, adoro estar en una banda, pero una de las cosas frustrantes de estar en un grupo es que hay cuatro personas que respiran el mismo aire, y deben tomar decisiones sobre qué hacer musicalmente Había veces en que teníamos múltiples voces, varias visiones. Hay ciertos momentos creativos que un individuo es capaz de capturar solo. Las canciones de ‘Former lives’ representan ese momento”. Dios, tal vez debería
haber dicho “Zooey”. En todo caso, componer solo deriva en un sonido diferente al que Gibbard produce con Death Cab For Cutie. Estas son canciones pop y rock, basadas en acordes de guitarra, pero no se da la misma tensión, el músculo musical está más relajado. “Siempre hago la broma de que estas canciones suenan más como mi colección de discos que como la banda que tengo (risas). No es que estuviera desesperado por hacer un disco con sonidos viejos, pero creo que la estética del álbum se haya en los arreglos. Me gusta la composición tradicional. Esto es más Jackson Browne: coges la guitarra, empiezas a cantar, y a ver qué tal”. Para quien escucha, el disco sirve una suerte de introspección andante. Muchas canciones son disfrutables sin compañía, paseando por la calle. Algunas, como “Teardrop windows”, parecen abundar en ese hedonismo solitario. “Estas canciones no son más personales que nada que haya escrito en el pasado, pero sí creo que la voz que revelan es muy singular. Tratan sobre lo que alguien pensaría cuando está solo. Cuando las toco en directo, parecen crear una empatía especial en el público”. Sin duda, la reina de esa identificación sería “Bigger than love”, un dúo emotivo y maravilloso con Aimee Mann. Precisamente, esa es la única pieza del cancionero destinada a compartirse, el estribillo que no puedes evitar cantar cuando lo oyes. “Nunca me he atrevido a tocarla solo en directo, así que no he experimentado ese contagio. La canción es un diálogo, y no puedo hacerlo sin Aimee. Ella acaba de sacar un disco genial, y yo estoy tocando solo en mis conciertos”. Está claro que a Ben le gusta tocar toneladas de material en sus directos, porque es célebre por su pasión por las versiones. No os perdáis su interpretación de “Thriller”. “Con Death Cab, un concierto trataba de capturar un cuerpo de trabajo, pero tocando solo es todo más libre y fluido. No quiero castigar a la gente tocando únicamente este disco (risas). Soy muy consciente de que hay algunas canciones que quieren oír. Me gusta hacer esas versiones locas, que la gente las conozca y reaccione. Esa es la idea de algo vivo”.
Llum Cantando bajo la lluvia
El valenciano Jesús Sáez pasa página tras la disolución de Polar y entrega un brillante debut en el que reivindica el arte, los pequeños placeres de la vida (desde el cine a la gastronomía) y el humor pese a las adversidades, como receta para vivir una vida rica y plena. Lleno de cálidos arreglos que nos llevan a épocas mejores, “Limelight” no es un disco confesional, sino ideológico. No en el sentido político, sino porque es un fiel reflejo de la forma que tiene su autor de ver la vida. Texto Foto
Half Nelson Nadieshda
H
ace años que conozco a Jesús Sáez. He seguido muy de cerca la carrera de Polar (donde tocaba la batería) y hemos compartido un montón festivales, conciertos y un par de partidillos de futbol, pero soy objetivo cuando les digo que “Limelight” (Jabalina, 12) es una pequeña maravilla. Un proyecto que Jesús lleva años tramando y que ha cristalizado en un debut lleno de vitalismo y orfebrería pop, pero que pese a ser absolutamente personal, no está firmado con su nombre. “Es una cuestión teatral. Desde el momento en que subes a un escenario pasas a ser un personaje, por eso, pese a que no oculto que soy yo quien ha hecho el disco, el autor e intérprete es Llum”, me dice Jesús en un ruidoso rincón del restaurante barcelonés Morrysom. “Escogí el nombre de Llum porque me apetecía jugar con el concepto de color, de luminosidad, no sólo en un sentido positivo… ya veremos si me arrepentiré más adelante”. Ese personaje intermedio que es Llum, compositor, arreglista e intérprete desvía el foco de atención. “No es un disco confesional en el sentido de contar historias personales. Las canciones no son narrativas, sino que reflejan mi manera de ver el mundo, que es una suma de experiencias: no quiero dar cosas por sentadas y perderme experiencias que puedan enriquecerme porque en principio parezcan cosas alejadas de mi punto de vista”. Así en ese mundo de experiencias, Llum se rinde a la sensualidad más elegante y algo estilizada al incluir homenajes a la alta cocina (“All the Spanish cooks”), al arte de Stanley Donen (“Stanley”) y contar con bonitos arreglos que remiten al pop clásico de los grandes compositores americanos, franceses, brasileños e italianos. “Estoy de acuerdo, pero también es importante prestar atención al uso de humor y los diferentes niveles de lectura”, me corrige Jesús, quien en directo no duda en afirmar que el estómago debería estar mejor considerado como órgano vital (“no se trata sólo de la alimentación o del placer que un gran plato de un gran cocinero nos puede ofrecer, sino de las emociones que nos puede despertar algo más sencillo como una receta casera de la
abuela, pero que nos evoque momentos felices de la infancia”), enzarzarse en hilarantes introducciones o plantarse un sombrero de papel como el que lucen los niños de la portada (“Insisto, el humor es fundamental para entender lo que Llum significa, el humor relativiza los extremos y ayuda a navegar entre ellos sin perder la perspectiva”), sin miedo a ser catalogado de entertainer (“la clave me la dio ver a Tom Waits en directo. Revisé vídeos antiguos y era un grandísimo entertainer: explicaba chistes, tiraba de sarcasmo, ironía, incluso mala leche. No se trata de explicar cuatro chistes entre canción y canción sino de acercarte al público y llevarlo a tu terreno”). Después de ser batería de una banda como Polar, encasillada en el slowcore, sorprende la irrupción de Jesús como cantante con un registro grave, pero convincente. “Concebí Llum como un vehículo de libertad. No es que tuviera ganas de cantar, sino que tenía ganas de hacer algo yo solo. Esa libertad se traduce en el disco en una variedad estilística que me gustaría que incluso fuera más allá en próximos trabajos”. Me da la sensación de que Llum es el proyecto de un ambicioso compositor, arreglista y productor al que no le queda más remedio que cantar sus propias canciones. “Ese es un poco el concepto del disco, que cada canción represente a un tipo de intérprete diferente. Lo que quiero es enfrentarme a la canción con todas las armas, todos los estilos, todos los instrumentos, todas las voces a mi disposición. Después las posibilidades son las que son, pero no será por no haberlo intentado”. Pese a una cierta estilización, “Limelight” es una obra apasionada llevada adelante con talento, ilusión y mucho trabajo por Jesús Sáez y su entorno. Las abundantes colaboraciones, pequeños cameos que enriquecen el sonido como la participación de Josh Rouse, Javi Sánchez de Ama y La Buena Vida, la brasileña Flávia Muniz (reciente fichaje de Elefant), Pau Roca de La Habitación Roja, las Friendly Soul Twins y sus antiguos compañeros de Polar así lo demuestran. Porque “Limelight” es un disco que transpira e irradia amor.
028/029
report Actress
Actress Sonidos de un futuro imperfecto
“Hazyville”, “Splazsh” y “R.I.P.” son por el momento una de las mejores trilogías que la música electrónica inglesa ha brindado esta última década. Su autor es uno de los artistas más venerados para la prensa internacional y los clubbers de mirada ancha. Todos esos condicionantes hacen de Darren J. Cunningham una perita en dulce para cualquier plumilla. A pesar de todo, la desgana y el inconexo ego del susodicho no me permitieron saciarme como la ocasión demandaba.
Texto
David G. Balasch
S
on las siete y media de la tarde. Darren J. Cunningham acude al set de entrevistas que SON Estrella Galicia ha preparado para 981 Heritage. Ha sido una hora de concierto ciertamente extenuante en la cual el crepitar techno se ha comido al detallismo conceptual de “R.I.P.” (Honest Jon’s, 12). El show empezó suave como la arena para, progresivamente, arrugar el sonido hasta tal punto que “Maze” sonó como un denso y pesado artefacto en manos de Jeff Mills. Si les digo la verdad, ese concierto fue el mejor del festival que de 12 del mediodía a 9 de la noche aconteció en la Nave de Música de Matadero. Darren entra en la sala y lo primero que hace es echar a varias personas que por allí andaban. Visiblemente cansado y tras una larga deliberación (la entrevista iba a ser en principio grabada en vídeo) se sienta a mi lado y me pregunta “Disculpa, ¿tú quién eres?”.
es un orgullo que lo menciones. En el pasado dije que quizá mi productor favorito de Detroit es Juan Atkins, pero eso es algo que cambia constantemente con el paso del tiempo, supongo que también te pasa a ti. Cada uno, incluido Saunderson, tenía sus registros que manejaban a la perfección. Lo que sí es cierto es que el material de Derrick May es más duradero en el tiempo. Como a él, a mí también me gusta construir paisajes sónicos.
David. Teníamos una entrevista concertada para Go Mag. Ah, sí, ok. Perdona, estoy muy cansado. No me hagas caso.
¿Cuáles son los planes si es que los hay? No hay planes. Sólo trato de hacer las cosas a mi manera, estas cosas llevan tiempo y no tengo demasiada prisa. Esto, sinceramente, son cosas de la prensa. Probablemente le dije algo a alguien y lo han filtrado. Lo que sí sé es que será un disco distinto a “R.I.P.”.
Entiendo. Intentaré ser breve. ¿Cómo te sentiste durante el concierto? Supongo que no debes de estar demasiado acostumbrado a tocar en este tipo de entornos, rodeado de un jardín, por la tarde y con los rayos del sol entrando directamente a la pantalla de tu ordenador. Bien, bien. Me costó un poco arrancar el ordenador y estaba algo cansado (había tocado la noche anterior en Bilbao). El tema de tocar de día se me hizo extraño sí, pero estuvo muy bien. A mí también se me hizo extraño, especialmente cuando acabaste. A veces siento que tu música necesitaría de un desarrollo de 3 o 4 horas para completar una progresión lógica. ¿Te has planteado alguna vez hacer un directo de esa duración? Por supuesto. Ahora que lo dices, creo que eso es algo en lo que debería trabajar en los próximos meses. Hice algo parecido en Mutek pero no acabé muy contento. Mi música se desarrolla en largos paisajes, pero también me gusta capturar pequeños detalles. Quién sabe. Ya veremos, tío. También te lo decía porque muchos de tus desarrollos me recuerdan a los oscuros y largos pasajes del Derrick May en su proyecto Rhythm Is Rhythm. Me parece extraño que nadie haya mencionado esto en las entrevistas que te han hecho. Gracias. Ese es uno de los mejores discos de la historia de la música electrónica y
Me gustaría hablar de tu supuesto nuevo disco. ¿Qué ha pasado con “Guettoville”? Se anunció a bombo y platillo en muchos medios. Incluso leí que ya había fecha de salida (julio). Tú mismo dijiste que lo ibas a grabar en Jamaica... Ni tan solo lo he empezado. Imagínate.
Hoy tocaste algunas canciones nuevas. ¿Eran ideas para “Guettoville”? Sí y no. No las puedo considerar ‘canciones’. Son bocetos de cosas por trabajar. Paisajes que debo desarrollar más en el… (hace una gran pausa para bostezar) No sé si me entiendes. Son partes que trabajo en el estudio para añadir a los directos. Estados de ánimo. Me gusta mucho soltar este tipo de cosas porque eso es lo que en parte “Splaszh” era. Un boceto interminable (sonríe). Hablando de “Splaszh” (Honest Jon’s, 10), quizá tu trabajo más reconocido hasta la fecha. Es mi favorito también. Me interesa mucho saber tu opinión del papel de la prensa en este tipo de cosas. ¿Crees que la elección por parte de algunos medios del disco como el mejor de ese año tuvo efectos colaterales en tu carrera? No lo tengo claro. Lo único que consigue eso es poner el foco de atención en lo que estás haciendo, lo cual es indudablemente bueno. No creo que haya nada más detrás. También te da coraje... (otro bostezo, cambia de tema) Pero sí, ¿sabes? tengo una relación extraña conmigo mismo haciendo música. A veces no lo paso bien haciendo música, no se trata de eso. Es algo así como hacia dónde voy, hacia dónde mi mente quiere ir y como mi mente consigue retener ideas en un entorno
dance music pero cubriendo y alcanzando cosas que pueden venir del jazz, de la electroacústica, del techno o de la electrónica. Ejercicios, rutinas de trabajo. Trato de explicar ese tipo de atmósferas, cogiendo las pautas de las baterías, de los amplificadores o los sintetizadores. Todo puede ser inspirador en cierta manera.
sacar algo, busco las ideas poco a poco y sin prisa, sin pensar en que es puramente un ‘sello de música’ sino un producto 100% artístico. Por otro lado hay que tener en cuenta que es algo que ya no dará dinero: las tiendas de discos están inevitablemente cerrando.
¿Describirías entonces tu música como “de baile” para alguien que no te ha escuchado nunca? (Piensa un rato) La música de baile para mí está casi obsoleta. No hay música ahora mismo que consiga que baile, de hecho desde los 80 no hay nada que de verdad me conmueva. Mi música gira en torno a la dancemusic pero al mismo tiempo quiere diferenciarse de ella...
Es curioso que me digas eso. En Inglaterra creo que tenéis una escena que, sin ser del todo sana, es una de las más fuertes de cuantas hay en Europa. Incluso en términos de prensa musical seguís siendo la referencia. También vamos para abajo... Un segundo, por favor (levanta la mano y le pide un agua a un técnico que pasa por allí). Con la cabeza agachada y sin mirarme comenta que está muy cansado y que si podemos acabar cuanto antes.
¿Cuando hablas de los 80 te refieres al techno de Detroit y al house de Chicago? Por supuesto, pero estaba pensando más bien en el rollo robótico de Mantronix, los ambientes fríos de Human League... eso es lo que realmente me mantenía despierto entonces. Esos son los estados mentales que me motivaban, ese beat profundo y con ese tipo de energía. ¿De verdad no te gusta la música de beat 4x4? (Piensa otro buen rato) Digamos que no. La conversación adquiere un tono tragicómico. No sé si me está vacilando (cuando Human League lanzaron “Dare”, Cunningham no había nacido) o si simplemente quiere quitárseme de encima. Su cansancio es evidente pero intento seguir por el camino. ¿Escuchabas eso cuando salías de clubbing por Londres? Bueno. En ese punto sí que escuchaba techno. Iba mucho al The End (club ya cerrado en el West End londinense que llevaba el ex-The Shamen Mr. C), salía de noche con regularidad, aunque al llegar a casa recuerdo que siempre ponía R&B. Si te parece vamos a cambiar de tema. Hoy antes de bajar aquí estuve escuchando lo nuevo de Lukid que tú mismo vas a poner en circulación en Werk Discs. Hacía tiempo que no sacabas nada en el sello. ¿Cómo te manejas con las nuevas tecnologías (Soundcloud, YouTube)? Intento gestionarlo yo mismo, pero se me escapa. Un sello ahora tiene que ofrecer mucho más que algo puramente musical. Tienes que dar un producto que convenza a tus fans. Normalmente cuando quiero
Sin problema, ya estaba acabando. ¿Es por el bolo de anoche en Bilbao? Más o menos. Fue extraño, ¿sabes? Entró la policía y cerró el local. Serían las 2 o las 3, los dueños encendieron las luces y la gente abandonó la sala sin ni siquiera protestar en la actitud más pacifica que he visto jamás en un club. Me sorprendió todo mucho. En Inglaterra se hubiese montado un gran jaleo. La policía está haciendo el trabajo sucio estos días, incluso en la calle. ¿Estás al tanto de lo que está pasando en España? (la entrevista es una semana y media después de las manifestaciones del 25, 26 y 29S) He escuchado algo, pero sinceramente no sabría decirte el tamaño real de las cosas. En Inglaterra también estamos teniendo algunas movidas relacionadas con esto. Pero, ¿sabes? Intento concentrarme en mi trabajo, sentarme en mi estudio y hacer las cosas que realmente me motivan. Sé que hay gente con muchos problemas, eso sí. No tiene ganas de más. Mis otras preguntas se quedarán en el tintero. Quizá para cuando “Guettoville” vea la luz tenga una segunda oportunidad. Hasta entonces, pues. ¤ Actress actuará el próximo 10 de noviembre en el Festival M!RA (Barcelona) y en el Festival 981Heritage el próximo 15 de diciembre en Playa Club (A Coruña).
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Rone / Moon Ate The DarkLights report Regina Spektor / Peaking
Nuevas bifurcaciones
RONE Al francés Erwan Castex le han encomendado una importante misión desde el cuartel general de Infiné, que no es otra que recuperar el vacío que dejó Agoria al dejar el sello y emprender otros proyectos. Una nueva responsabilidad que carga a sus espaldas y cumple con creces gracias a “Tohu Bohu”, el nuevo álbum que demuestra quien lleva los pantalones en la casa francesa y, si me apuran, en la escena electrónica francesa.
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Beto Vidal Tim Saccenti
H
abían ganas, muchas ganas, de escuchar lo nuevo de Rone. El francés nos puso el caramelo en la boca el año pasado con la publicación vía Infiné del EP “So So So” (11), que incluía el hitazo tech-house homónimo. Y claro, luego nos lo quitó bruscamente, quedándonos como cuando le quitan el chupete al crío. Posteriormente, Agoria abandonó el barco, dejando al jovenzuelo el hipotético compromiso de ser el elegido a rellenar tan hondo hueco. “Tohu Bohu” (Infiné, 12) llega a las cubetas para despejar dudas y demostrar que es él quien tiene las cartas marcadas. “‘So So So’ me ha dado un nuevo impulso creativo. Empecé a componer la canción en París y la terminé en Berlín. En Francia no pude terminarla, debido a que tenía alrededor de una veintena de finales alternativos. Además, notaba a mi alrededor un ambiente muy cínico y depresivo que se proyectaba en miedos irracionales hacía la toma de decisiones. Pero de pronto, ya en Alemania y en mi nuevo entorno, reduje el estrés y me dediqué a tiempo completo a pulir el tema. Fue entonces cuando gané en confianza y serenidad”, confiesa el francés. “Tohu Bohu” reúne en diez luminosas piezas un sonido seductor, envolvente, cercano por momentos a la idm más sutil (“La grande ourse” es puro Boards of Canada) o al tech-house más liso (de hecho, ha publicado en el sello Traum, remezclando “Simplexity” de Max Cooper). Ecos de una electrónica minuciosa que “nunca tengo en mente cómo empezar a componer. Lo hago de una manera más bien instintiva ya que por mucho que buscase un sonido en particular, tardaría siglos en encontrarlo. Creo que se trata de un diálogo constante con las máquinas. Prefiero no encerrarme en un género cualquiera, pero si la gente quiere bailar ‘Tohu Bohu’, ¡por mi perfecto!”, relata Erwan. De todos modos, parece que has alcanzado tu sonido o estilo definitivo. Diría que mi sonido está evolucionando y espero que así siga ocurriendo en el futuro. Cabe recordar que es mi segundo álbum... aunque es cierto que he utilizado más máquinas analógicas en “Tohu Bohu”. Más bien diría que mi música pasó de la niñez a la adolescencia.
¿Cómo produces tus canciones cuando te sientas en el estudio? ¿Eres más de software o de hardware? ¿Has cambiado algún hábito desde tu último disco? “Spanish breakfast” (Infine, 09) fue mi ‘bedroom’ álbum: lo concebí por las noches en mi pequeño apartamento parisino con un ordenador y dos altavoces. Para “Tohu Bohu”, en cambio, me trasladé a Berlín para encerrarme en un estudio ‘real’ donde pude juguetear a mi gusto con alrededor de diez teclados, todos ellos de los años 70 y 80. Unos cacharros que han hecho que mis producciones sean más dinámicas, tal vez más ‘físicas’. Estos dieron un nuevo enfoque a mis producciones, en especial el Korg MS 20 o la energía oscura que da un Doepfer. Por lo general comienzo con una melodía y luego sigo construyendo alrededor de ella con ‘ruidos’. ¿Cuál es el significado del título del disco? Si te fijas bien en la definición, se trata de un tríptico de palabras: confusión + ruido + desorden. Una noche, viendo un documental sobre Nietzsche y su teoría del caos, pensé que encajaba de alguna manera con mi caso personal: tras publicar mi primer álbum, un montón de ideas vinieron a mí, pero era incapaz de organizarlas. Sentí entonces más presión y no sabía adónde ir. Pero ahora, con el disco terminado, he conseguido organizar y domar el caos psicológico y físico. Debe de ser genial militar en las filas de Infiné. Además, ahora tienes nuevos compañeros españoles con el fichaje de los sensacionales Downliners Sekt… Es complicado definir la extraña sensación de ser parte de Infiné. Me siento muy unido a Gaspar Claus, Clara Moto o Arandel porque tocamos mucho juntos. Luego está la filosofía del sello, como por ejemplo los útiles workshops veraniegos en Poitiers: una semana en la que tenemos tiempo para discutir ideas, colaborar con los demás y beber un par de cervezas. ¿Downliners Sekt? Quedé muy impresionado con el directo que dieron en el Rex Club de París, la verdad.
moon ate the dark
El piano del drone
La pianista Anna Rose Carter y el productor Christopher Bailey sintetizan credos en un singular proyecto que traza nuevas direcciones por las que circula una fusión entre el minimalismo y la psicodelia. Tras su magnífico debut, que acaba de ver la luz a través del prestigioso sello berlinés Sonic Pieces, ambos músicos desvelan algunas de las incógnitas que merodean en torno a su intrépido trabajo. Texto
Matias Bosch
M
oon Ate The Dark es una de las incorporaciones a la nueva edición del ciclo Pianismos, que tendrá lugar en el Espacio Cultural Caja Madrid de Barcelona. Desde el 29 de noviembre y hasta finales de diciembre, pasarán por él otros artistas experimentales como Will Dutta, Olan Mill y Clem Leek. El título de vuestro proyecto resulta muy estimulante, como escogido de entre la obra novelística de E.A. Poe o H.P. Lovecraft. ¿De dónde proviene exactamente? (Chris) Se trata de un libro, pero no es de ninguno de estos dos escritores. El verano pasado, durante la grabación del disco, estuve leyendo “Gestos y opiniones del Dr. Faustroll”, de Alfred Jarry. En él hay un pasaje que termina: “…and moon ate the dark”, pensé que se adaptaba perfectamente a nuestro sonido.
Después de un par de EPs y varias colaboraciones, debe de haber sido todo un privilegio tener vuestro álbum de debut editado por Sonic Pieces y producido por Nils Frahm. ¿Cómo sucedió todo? (Anna) Fuimos un par de días a Bristol, a visitar a un amigo que es ingeniero de sonido. Nos grabó durante dos tardes. Esperábamos conseguir una demo que nos ayudase a cerrar fechas para nuestros conciertos, pero acabamos por tener material suficiente para un álbum. Entonces enviamos una copia del CDr a Monique de Sonic Pieces y se ofreció a editarlo. Nils es una gran influencia para mí, así que tenerlo masterizando nuestro disco y verlo trabajar fue una experiencia muy reveladora. El EP “Silver lines” sigue una pauta estrictamente minimal, pero después de tu colaboración con Bartosz Dziadosz (aka Pleq), tomaste otra dirección hacia el ambient, el drone y la música experimental. Háblame del momento en el que comenzaste a explorar este cambio. (Anna) Estuve practicando música experimental durante “Silver lines”, pero fue algo que hice con Chris por puro diverti-
mento. Fue en 2011 cuando decidimos grabar estas sesiones, sin planes de editarlas. Ahora ya estamos trabajando en un segundo álbum. ¿Cómo os conocisteis tú y Chris? ¿Cómo desarrollasteis juntos las ideas contenidas en este álbum? (Anna) Conocí a Chris en la universidad. Un día estaba tocando el piano, Chris entró en el aula y montó su equipo. No fue nada preconcebido y ambos estábamos influenciados por estilos muy diferentes en esos momentos. Simplemente me enamoré de los sonidos que Chris obtenía a través de mi piano. Llevamos creando música desde 2009 y ha acabado por evolucionar con el paso de los años; antes éramos más minimales y ahora somos más ruidosos y oscuros. (Chris) Este disco no fue planeado, más bien se trata de un documento de improvisación en un espacio y tiempo específicos a los que después se les dio forma en el estudio. Nos conocimos ensayando en el mismo edificio. Un día me detuve a escuchar lo que tocaba con su piano en el hall. Así que le pedí montar un micro y comencé a transmitir su música a través de un amplificador y utilizar algunos efectos de mi guitarra eléctrica. Ninguno de los dos teníamos nociones de electro-acústica, así que pensábamos que lo estábamos inventando nosotros. (Risas) Me encanta cuando rellenáis el espacio con sonido en piezas como “Explosions in four chambered heart” o “Sleepwalk”. ¿Hasta que punto os ha influenciado la psicodelia? (Chris) En mi juventud estuve tocando en algunas bandas de post-rock y psicodelia. Las técnicas y procesos utilizados en Moon Ate The Dark son una extensión de lo que hacía en aquellos momentos con mis guitarras eléctricas. Nuestra música posee algunas cualidades psicodélicas, en un intento de alterar la percepción temporal en el oyente.
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report Dan Deacon
dan deacon Un nuevo Walden Ya con su anterior disco, “Bromst” (Carpark, 09), Dan Deacon intentaba romper con la imagen de genio nerd que nos habíamos hecho muchos con “Spiderman of the rings” (Carpark, 07), que en realidad no era su primer disco, pero sí el primero que traspasaba el umbral de la microescena de Baltimore y lo descubría a medio mundo. Dueño de un explosivo talento musical, fundamentado en una formación académica en composición y música electro-acústica, en “America” (Domino / PIAS, 12), Deacon redobla su ambición, incorporando instrumentaciones analógicas, atreviéndose cada vez más en lo lírico, en un viaje en parte conceptual al corazón de su país: el paisaje, la grandeza, todo aquello en el fondo ajeno a la agenda política y que permanecerá todavía allí cuando nosotros nos hayamos ido.
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Joan Cabot Shawn Brackbill
A
pocos días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, cuesta no relacionar el concepto, la idea, en torno a la que Dan Deacon ha construido su nuevo largo, el ambicioso “America”, con la actualidad de su país. En esta ocasión, el músico de Nueva York se ha inspirado en la grandeza del paisaje americano, especialmente el de California, donde reside en la actualidad, para dar forma a un grandilocuente canto a su inmensidad. Esto no es América, sino la América de Dan Deacon. Un lugar apacible, incomprensible, donde el humano ocupa un lugar relativamente poco importante en el inalterable estado de las cosas. “La verdad es que las elecciones nacionales no me interesan demasiado”, explica él, hablando de la actualidad de su país. “Escoger entre Obama o Rommey no es escoger, es un simulacro de elección porque en el fondo ambos tienen muchos puntos en común en sus programas. En cambio sí que me preocupan otros temas que están en juego estos días y que también se votan, como los programas de alimentos para la gente sin recursos, los derechos de los inmigrantes o las leyes que afectan al matrimonio homosexual. Son temas que también se están decidiendo estos días en algunos estados y que se votan paralelamente a las elecciones nacionales y que, desde mi punto de vista, nos afectan más directamente que quién ocupe la Casa Blanca durante estos próximos cuatro años, porque entre los dos candidatos no hay una diferencia real. Creo que sería un error que la ciudadanía se distrajera de todos estos temas y no expresara su opinión sobre algo que nos afecta a todos”. El suyo es, en realidad, el discurso de buena parte de la contracultura americana, buena parte del electorado que votó por Barack Obama en 2008 y se ha sentido decepcionado por su gestión. El mensaje subyacente, en gran medida, es que si ni siquiera el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos ha sido capaz de cambiar realmente las cosas, ¿quién podría hacerlo? Como país, los Estados Unidos son una contradicción, una nación que vive constantemente entre los arraigados ideales jeffesonianos y el pragmatismo neoliberal, la conciencia nacional y el hiperindividualismo. Como disco, “America” también bascula entre dos extremos: entre la explosividad electrónica y la evocación acústica. Deacon ha usado en esta ocasión todo tipo de instrumentos analógicos, orquestando buena parte del disco a partir de lo aprendido a lo largo de su formación académica, cuando estudió música electrónica, electro-acústica y composición en el conservatorio. “Ha sido una progresión natural”, comenta. “Realmente no partí de una idea especialmente concreta del disco, aunque sí quería incorporar nuevos instrumentos acústicos. Después de tantos años tratando con ciertos sonidos en particular era algo lógico. Ha sido divertido. También era algo lógico la progresión en cuanto a la presencia de la voz y el desarrollo de las letras. En esta ocasión me he tomado mi tiempo, quería estar convencido de lo que cantaba. De hecho, tengo la sensación de que cuando compuse el primer disco todo se trataba más de trastear en el estudio y ver qué sucedía. Con la experiencia, hacer música ha pasado de ser una forma de encontrar sonidos a una vía para idearlos”. A pesar de lo que pueda parecer, Deacon niega que “America” sea tanto un disco conceptual como un trabajo inspirado y alentado por una idea concreta, el paisaje de su país, un escenario que ha tenido oportunidad de admirar a lo largo de sus viajes. “No diría que sea un disco conceptual. Tampoco diría que sea un disco sobre América, sino un disco inspirado en el país. Claro que era consciente de que la canción final iba a condicionar la forma en que la gente reaccionaría ante el disco”. Habla de EE. UU., dividida en cuatro partes “Is a monster”, “The Great American Desert”, “Rail” y “Manifest”. “Pero la primera parte del álbum está formada por la habitual colección de canciones, cada una de ellas con una estructura diferente”.
“La instrumentación del disco está inspirada por la geografía de los Estados Unidos”, añade. “Estos últimos años he estado viajando bastante a lo largo del país. Conducir por estos paisajes es una de las cosas que más me gustan en el mundo. Esos viajes han sido el punto de partida, la inspiración principal. La mayoría de las letras hablan desde el punto de vista de alguien consciente de que es americano, pero a la vez se cuestiona sobre qué significa ser americano. Además, me gustaba la idea del título, ‘America’. El anterior disco, ‘Bromst’, era una invención mía. Esa palabra no tiene otro significado que ser el título de mis discos. Por el contrario, la palabra ‘América’ tiene un significado diferente para cada uno, incluso para cada ciudadano americano tiene una resonancia distinta; hay algo de esa indefinición en las letras del disco y eso me divertía. En el fondo, si el disco refleja en algún extremo lo que es América, lo hace desde mi punto de vista, desde una perspectiva particular y en ningún momento intenta llegar a una definición demasiado concreta”. Para el músico, el trabajo con instrumentos de cuerda y viento, poder ampliar la ya de por sí colorista paleta de su música, ha supuesto un reto y, a la vez, una forma de dar sentido a lo desarrollado hasta la fecha. “Cuando compuse mi primer disco estaba limitado por los recursos que tenía a mano, básicamente un ordenador y un micro. Siempre me había apetecido incorporar elementos acústicos a mis discos, pero hasta ahora no había tenido los medios. Era la primera vez que trabajaba con muchos de los instrumentos que he terminado incorporando en el álbum, lo que me ha permitido mucho margen para experimentar, especialmente con los violines y con el chelo. De hecho, ha sido una experiencia muy satisfactoria, así que tengo ganas de seguir trabajando con instrumentistas y seguir probando instrumentaciones nuevas”. El resultado combinado dota a “America”, precisamente, de la grandeza que uno asocia a sus paisajes naturales. A la vez, ofrece la oportunidad a Deacon de componer desde una óptica totalmente nueva, alejada de sus anteriores discos. “Componer a partir de instrumentos analógicos supone un reto y a la vez cambia las reglas del juego”, concede. “Te obliga a abordar las canciones de una forma totalmente diferente. Con la música electrónica apenas hay límites. De hecho, no hay límites en absoluto. Con paciencia y esfuerzo puedes llevar a cabo cualquier idea que se te pase por la cabeza, pero en cambio los instrumentos reales delimitan ciertos márgenes. Pero, en realidad, no pienso en unos sonidos y otros de forma diferenciada. El secreto está en unirlos y tratarlos de forma unitaria”. En el fondo, de lo que se trata es de profundidad: el nuevo decorado musical en que se manejan sus composiciones tiene una mayor dimensión, así como el mensaje de sus canciones ha ido adquiriendo con los años un mayor peso específico. Ya no se trata de divertir y maravillar con fuegos artificiales, sino de crear obras completas a partir de una idea elaborada. “Supongo que sí”, comenta. “Sí, estoy de acuerdo. No sé si es sólo la experiencia o mi propio proceso vital, pero sí, supongo que el mensaje de cada vez tiene más peso en mi música”. Lo que significa “America”, tanto el país como el disco, es ya más difícil de definir. Como él dice, hay una América para cada uno. Con su música, sucede algo bastante parecido: más de uno se quedará en el mero ejercicio estilístico, en el reto constante que supone escuchar sus canciones, a ratos de una intensidad demencial; otros sabrán ver más allá y se encontrarán con un autor en busca de obras llenas de sentido y cada vez más ambiciosas. Es ahí donde los trabajos de Deacon conectan con la tradición de la música clásica contemporánea americana, en su búsqueda de una idea que se imponga incluso a la consecución de notas. Y aunque no deje de ser un autor pop, con “America”, Dan Deacon se confirma como alguna otra cosa.
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El PerroSpektor del Mar/ /Peaking Benjamin Biolay report Regina Lights
Cantar en tiempos perrunos
el perro del mar La primera vez que uno se enfrenta a la psicotropía noventera de “Walk on by”, el primer single de “Pale fire” de El Perro del Mar, lo que siente es perplejidad. ¿Es esa Sarah Assbring, la sueca que cantaba pequeñas historias de amor en formato de canción pop ligera o es Wighield, que le ha usurpado la identidad? Los fans de la cantautora deben prepararse para un cambio de rumbo muy notable en la carrera de la artista y aceptar con alegría un nuevo disco que, entre otras cosas, esta influido por ¡glups! el house de Chicago. Texto Foto
S
Estela Cebrián Frode & Marcus
arah Assbring pasó una época bastante jodida y un día, estando en una playa española, un curioso encuentro con un perro le hizo darse cuenta de que necesitaba un cambio en su vida. Así decidió que se dedicaría a la música y que su nombre artístico sería, en honor a ese punto de inflexión vital y al chucho que lo impulsó, “El Perro del Mar”. Desde entonces ha encandilado con tres discos en los que, en mayor o menor medida, se ponía un bonito traje de cantautora pop con evidentes influencias de la canción ligera de los sesenta. En ellos combinaba un estilo musical etéreo y accesible con unas letras cercanas y tan personales como universales que hablaban de amor y todo lo contrario. Durante años El Perro del Mar ha sido sinónimo de alegres y delicadas nanas a las que siempre ha sido difícil resistirse. Por eso sorprenderá, y mucho, el curioso viraje hacia la música de baile noventera que ha hecho con “Pale fire” (Memphis Industries / Coop, 12), una última entrega de la que me habla con una mezcla de orgullo y seguridad: “empecé a grabar el disco con el mismo productor con el que trabajé en mi anterior álbum ‘Love is not pop’, pero a medida que avanzábamos me di cuenta de que tenía una idea bastante clara de lo que quería. Mis dos primeros discos los grabé sola, así que de alguna manera sentí que necesitaba hacer este también por mi cuenta”. Aquél “Love is not pop” supuso un sutil pero efectivo viraje estilístico en la carrera de El Perro del Mar. Después de dos discos paseando por el lado más amable del pop sesentero, Sarah quería experimentar con nuevos colores en su paleta musical y para ello contó con Rasmus Hägg, que contribuyó a madurar su sonido y sacarlo del ligero sopor en el que había caído con “From the valley to the stars”. “Me gusta plantearme retos en cada cosa que hago, también en mis discos; trabajar con un productor ya fue un reto de por sí, puesto que era algo que no había hecho hasta el momento; el reto en este caso era conseguir un sonido inédito en mi carrera por mi cuenta, probar nuevos instrumentos e inspirarme en diferentes referencias”. Y aquí llegamos a la madre del cordero (o del perro, según se mire), porque de “Walk on by”, ese single que ha dejado a todo el mundo con el culo un poco torci-
do y sin entender nada, Sarah dice que es un homenaje muy personal a la música de los 90. Así que es inevitable preguntarle por esas inesperadas referencias: “muchas, especialmente de finales de los 80 y principios de los 90. Ya sabes: Pet Shop Boys, Massive Attack, también mucho big beat e incluso el house de Chicago… ante todo he querido hacer un álbum ecléctico y que no suene a un tipo de música específico sino que recoja la música que me gusta realmente y que escucho”. Pero la audiencia no debería quedarse únicamente con la anécdota musical, “Pale fire” es un punto de inflexión real en la carrera de la artista, no sólo a nivel estético, sino también personal. Assbring siempre se ha caracterizado por conjugar unas letras profundas y muy personales con un engranaje musical accesible e, incluso a veces, muy colorista. Los que conozcan su imaginario lírico se llevarán otra sorpresa con las nuevas letras: “me gusta y me sale escribir sobre el amor, la pérdida y la soledad, pero esta vez, a diferencia de mis anteriores discos, hay también una perspectiva y una preocupación política y social. No está tan centrado en mí: he querido mirar fuera y al mundo que me rodea que en los últimos años ha vivido acontecimientos que no he podido obviar”. Algunos arrugarán la nariz ante este sorprendente cambio, ¿no habrá más guitarras acústicas ni canciones para susurrar a la luz de una chimenea?. Ella tampoco sabe darme una respuesta, lo que sí me reconoce es que, como todo hijo de vecino, necesita cambiar y que la música siempre ha sido un reflejo bastante fiel de cómo ha ido evolucionando ella misma como persona. Así que sus seguidores no deberían asustarse, al final sólo se trata del mismo perro pero con diferente collar.
¤ El Perro del Mar actuará los próximos 28 (BeCool, BCN), 29 (La Lata de Bombillas, Zaragoza) y 30 de noviembre (Círculo de Bellas Artes, Madrid).
vengarse de la venganza
Benjamin biolay Rebaja la dosis de chanson y aumenta la de arreglos por y rock. Mezcla muy despacio, con delicadeza, y luego añade el condimento estrella: una combinación de especias que añaden sabores tan dispares como Vanessa Paradis, Julia Stone o Carl Barát. Voilà, el último disco de Benjamin Biolay, “Vengeance” (Naïve, 12), es una delicatesen para paladares finos a la que es difícil resistirse. La venganza, cuando la sirve el compositor francés, es un plato de lo más apetitoso. Texto
Luis Meyer
B
enjamin Biolay es de esos tipos que desmonta todos los prejuicios de un plumazo. Tal vez sea por la intensidad de su música, por esa voz cavernosa o por esos ojos que parecen mirarte desde el más allá, pero este periodista, dejándose llevar por las apariencias, esperaba encontrarse a un tipo de lo más estirado y monolítico. Y lo primero que sorprende cuando se tiene cara a cara a este músico, productor y actor es lo afable y cercano que resulta. Y es entonces cuando uno se lamenta de no estar compartiendo con él unas cañas en cualquier bar del centro de Madrid en lugar del café templado de la terraza de este hotel de diseño. ¿Venganza contra qué? Contra la propia venganza. Eso es muy extraño. Estoy en contra de la venganza como planteamiento de vida, y por desgracia es una actitud que adoptamos frecuentemente y uno de los grandes problemas de nuestro tiempo. Si te vengas de la venganza, la venganza queda anulada. Suena un poco contradictorio. ¿La crisis económica y social que vivimos ahora tiene su origen en nuestra actitud vengativa? No toda, obvio, pero en parte tiene que ver. Por suerte hay excepciones. Nuestro actual presidente (François Hollande) es un tipo honesto y se ve que no le mueve el resentimiento. Tampoco el dinero. De momento no ha hecho demasiado, pero hay que dejarle tiempo. Algunas letras hablan del amor de una forma un tanto descreída. ¿Seguro que el título del disco no refleja algún resentimiento por alguna ruptura sentimental? Esas letras no hablan de resentimiento, hablan de una búsqueda infructuosa de esa relación estable, de ese amor duradero. Eso que yo no sé qué es.
último trabajo. ¿Puede hablarse de tendencia entre los que interpretáis esta suerte de ‘neochanson’? Conozco el último disco de Dominique y me parece un trabajo fantástico. No creo que se pueda hablar de tendencia. Tanto él como yo empezamos en bandas de rock, luego tiramos hacia la chanson y a nuestro alrededor salieron unos cuanto clones, así que no es tan raro que en un momento dado volvamos a nuestros orígenes para diferenciarnos de ellos. Nunca has ocultado tu pasión por el hip hop. En este disco hay algunos beats que indirectamente suenan a… Que vienen del hip hop, sí. Me encanta esta música, es de las más libres. Puedes usar cualquier sampler, lo que quieras, hasta un disparo de pistola, ¡bang! y queda bien. ¿Nunca te has planteado hacer un disco de hip hop puro? Sí, es algo que tengo en la cabeza. De momento solo he ejercido de MC para un entorno cercano. Veremos. En este disco no has escatimado en colaboradores vocales. Vaya plantel. Yo empecé con banda, nunca me planteé ser solista, tal vez por eso tiendo a recurrir a gente que me acompañe a la voz. En el caso de “Vengeance” esto se dio de diferentes formas. Vanessa Paradis, por ejemplo, era alguien con quien llevaba tiempo queriendo colaborar, y la canción en la que canta era perfecta para ella. Julia Stone, por ejemplo, escuchó “Confettis” la primera vez que la grabé y fue ella la que me dijo, “quiero cantar en ella”. Hasta seis vocalistas. No va a ser fácil juntarlos a todos en un escenario. Obviamente no, son artistas con muchos compromisos. Pero intentaré que en cada concierto estén algunos de ellos.
¿No crees en el amor? Hay gente que cree en Dios y no lo han visto nunca. Este disco ha dado un giro que lo aleja de la chanson y lo acerca a posiciones más pop y rock. Un compatriota tuyo, Dominique A, dio un giro parecido en su
¿Y qué banda vas a llevar? La configuración básica de una banda de rock, con pocas florituras, aparte de una caja de ritmos para complementar la sección rítmica.
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report John Cale
John Cale Madadayo
Lo bueno de entrevistar a una leyenda viva como John Cale es que pese presentar un disco tan irregular como “Shifty adventures in nookie wood” sigue teniendo cosas interesantes que decir. Algo seco al inicio, pero siempre amable y didáctico, lo mejor del galés más famoso del mundo es que salta de un tema a otro con pasmosa facilidad y casi consigue que nos olvidemos de sus experimentos con el autotune. También queda la sensación de que no es dueño de su destino y que acepta con estoica resignación que los compromisos promocionales le impidan hacer lo que realmente quiere.
Texto Foto
Half Nelson Shawn Brackbill
“¿D
e qué vamos a hablar?”.
Quería hablar de “Shifty adventures in nookie wood” (Double Six / PIAS, 12)… Estoy muy contento con el disco. Lo grabamos en el nuevo estudio de mi casa de Los Angeles, así que sólo tenía que bajar las escaleras. Cuando ya estaba mezclado, salimos a la calle y lo escuchamos en el coche para asegurarnos de que sonaba como nosotros queríamos. Hay algo de slang en el título del disco, ¿puedes explicarlo? “Nookie” significa hacer el amor. Así que si le pides “nookie” a una inglesa ella sabrá exactamente lo que quieres decir. Pero este no es un disco que hable de sexo… No. En particular esa canción es una mezcla de muchas influencias: habla de Japón, hay una voz vietnamita… Habla de un lugar adónde los japoneses van a hacer el amor. También hay algo de “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982), sobre todo en el diseño de sonido. Hace unos diez años leí un artículo sobre un lugar llamado ‘El Mar de Árboles’ (Aokigahara, en japonés), un sitio muy tranquilo donde las parejas iban a hacer el amor. Por algún motivo, los que van ahora son médicos y policías a recoger los cadáveres de los suicidas que aprovechan esa misma tranquilidad. Además, en Japón el suicidio es algo muy respetado y significativo por lo que las autoridades están muy preocupadas. Pensé que era interesante hacer una canción sobre como un sitio de sexo y felicidad se transforma en un sitio de desesperación y muerte, y como el sistema no puede hacer nada para evitarlo. El estilo de producción es muy diferente de unas canciones a otras. El estilo cambia porque las canciones cambian. En cuanto acabo una canción me traslado a un sitio totalmente diferente, no hay nada que ligue una canción con la anterior. Teníamos mucho donde escoger, como unas cuarenta canciones. Lo redujimos a veinte y las trabajamos durante unos tres meses más. Ya sabes, a las compañías les gusta tener caras B, así cuando ya teníamos el disco seguimos grabando, porque no quería parar y después tener que volver al estudio a hacer más canciones. “I wanna talk 2 U” está producida junto a Danger Mouse, ¿grabasteis más canciones juntos? No, esa es la única que hay en el disco… Sí, ¿pero grabasteis alguna más? Creo que tenemos maquetas de unas tres canciones, pero sólo usamos una. En este disco me da la sensación de que algunas canciones como “Mothra” han sido compuestas a partir de la batería… Sí, sin duda. ¿Y el resto? Sí, también. En realidad hay dos baterías. La digital y la real. Me gusta mezclar las dos, así que hay algo natural ahí. En “Vampire Café” hay tres baterías, dos de ellas digitales, pero el ritmo de la canción debía ser vacilante, así que nos costó mucho meter la batería real entre las digitales. Siempre tengo que decirles a los baterías que no sean tan estrictos con el tempo. Es complicado, pero me gusta trabajar así. Es un poco como el hip hop, ese rollo perezoso que arrastra el tempo… me encanta. Eso era algo sobre lo que te quería preguntar, me da la sensación de que tu interés en el hip hop es algo reciente… Lo que más me interesa es el hip hop divertido. Me gustan mucho Not The 1s que son sólo dos chavales que tienen un tema muy bueno llamado “You dress like an asshole” —atención: el tema está producido por Lunice y en el LP “Why you cryin’” (Gold Robot, 11) colaboran Daedelus, dEbruit, and Monster Rally—. Snoop también me gusta, es divertidísimo. Me gusta mucho ese tema que le dedica a Johnny Cash (“My medicine” con la colaboración de Willie Nelson). En “EP: Extra playful” (Double Six, 11) en el tema “Hey Ray” recitas casi como un rapper… Ese tema habla de Nueva York entre 1963 y 1968, cuando llegué desde Tanglewood (en Massachusetts, su primer destino en Estados Unidos, donde había estado estudiando con Yannis Xenakis becado por Leonard Berstein) la primera persona que me encontré en Nueva York del grupo de (John) Cage fue un amigo de Merce Cunningham llamado Ray Johnson. Un tipo muy raro, muy tímido. Te pedía tu dirección y empezabas a recibir extraños sobres por correo. Allí había de todo: baratijas, collages, recortables, todo tipo de objetos… ojalá los hubiera conservado. Nunca le veíamos, pero él no dejaba de trabajar y de enviar cosas (el pintor Ray Johnson es uno de los pioneros del mail art estadounidense). Hay un documental muy bueno sobre él llamado “How to draw a bunny” (Andrew Moore y John Walter, 2002), pero
la canción habla de la visita de Castro a las Naciones Unidas en 1963 o 1964 (en realidad, esa visita tuvo lugar en septiembre de 1960) cuando rechazó hospedarse en un gran hotel y se fue al Hotel Theresa en Harlem. Tenía tanto miedo de ser envenenado por la C.I.A. que se trajo un hornillo y sólo comía los pollos que su gente había comprado en Harlem. Los dueños del hotel alucinaron cuando se fueron dejando todas las habitaciones llenas de las plumas de los pollos que habían matado y desplumado allí mismo. También hubo unos disturbios en Harlem en esa época, de eso va la canción. No es la primera vez que hago esos recitados, en “blackAcetate” (EMI, 05) estaba “Brotherman”, pero nadie hizo caso (risas). Una de las primeras cosas que hiciste en Nueva York en 1963 con el círculo de John Cage fue participar en la interpretación, por primera vez en la historia, de las “Vexations” de Erik Satie durante 18 horas. Curiosamente, ayer (11 de octubre) se tocaron aquí en Barcelona… ¡¡¡Ah, sí!!! Me habría encantado participar. El año pasado estuve a punto de tocar en Londres, pero no pude por problemas de agenda. En Nueva York éramos ocho pianistas y podíamos dormir mientras no tocábamos y también mientras lo hacíamos, me temo (carcajadas). Otro recurso relacionado con el hip hop y con el pop masivo es el uso de autotune… Lo uso para dar diferentes personalidades a mi voz. En “Mothra” sueno como un robot, en “Face to the sky” me hace parecer solo y a la deriva. Lo que me interesa de esa tecnología, o de cualquier tecnología en realidad, es usarla para algo diferente o de forma diferente para lo que se creó. También hemos usado Beat Detective, un software que hace que cualquier sonido suene dentro del tempo de la canción, pero si le das al programa un tempo erróneo hará con el sonido una cosa muy extraña e impredecible. ¿Te interesa la imperfección en tu música? Sí. En todas las canciones imagino el fraseo correcto y después lo manipulo. En “Mary” no hay ninguna manipulación porque eso sería inadecuado en una canción como esa. Cuando cantas una canción como “Mary” no quieres estar convencido de lo que dices, sino que quieres estar levemente inseguro. Cuando acabé esa letra y la canté completa por primera vez me di cuenta de que, según como, era difícil saber de qué iba la canción: eso era justo lo que quería transmitir, la inseguridad de las víctimas. Cuando la gente ha sufrido abusos, lo peor es la inseguridad que te domina, no sabes qué hacer. Es el momento clave, porque es entonces cuando has de decidir si convives con el dolor o haces algo para superarlo. Todo este tema de Jimmy Saville ahora en Inglaterra (el presentador del “Top of the Pops” durante veinte años ha sido acusado formalmente tras su muerte de violación y abusos sexuales por, al menos, tres mujeres) con esas tres mujeres que dicen que sufrieron abusos cuando tenían trece o catorce años: esas mujeres son muy valientes. Pero no sólo ahora, sino entonces, porque cuando sufres abusos tienes que decidir qué vas a hacer con eso, cómo vas a seguir con tu vida. Hay que ser muy valiente para seguir adelante (Según afirmó en el libro de Tim Mitchell “Sedition and alchemy: A biography of John Cale”, John Cale sufrió abusos cuando era un niño por parte de dos hombres, uno de ellos un pastor anglicano. Cuando Cale pide que dejemos el tema no queda más que respetarlo). Háblame de “Scotland Yard”. Habla de los disturbios en los países árabes, en EE.UU., en el Reino Unido y en España. No quiero extenderme sobre los motivos, pero mi postura es que estamos en el siglo XXI y la policía continúa usando métodos de la Edad Media. En EE.UU. la gente estaba rabiosa con ese poli que lanzó spray de pimienta a la cara de aquella mujer que ¡¡¡simplemente estaba sentada en el suelo sin hacer nada!!! Recuerdo cuando tocamos en el Primavera Sound (en 2011), estaba ensayando y no me podía creer el ruido que hacían los helicópteros sobre nosotros. Después supimos que estaban vigilando a los estudiantes que estaban hablando sentados sin hacer nada. ¿Por qué la violencia? De ese “EP: Extra playful” que hablábamos antes se editó un EP de remezclas llamado “Extra playful: Transitions” (Double Six, 12) con gente como Maria Minerva, Actress, Alva Noto, Leyland Kirby y Tim Hecker. ¿Qué sabes de toda esa escena electrónica? Es toda una subcultura, con un montón de géneros y subgéneros. Hay artistas serios y otros que son simples técnicos. El EP me gustó mucho y siempre es halagador que otros artistas se interesen por tu trabajo. Aparte de las remezclas, ¿no te gustaría trabajar directamente con alguno de ellos? Sí, claro, pero ¿cómo lo vamos a hacer? Estoy de gira ahora mismo (en Londres), después vuelvo a L.A. y después voy a Nueva York. Al final, es la compañía la que decide. Voy donde me dicen y si me piden caras B, las hago; si hay que colaborar con otros músicos, allí estaré.
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Chad Valley / Extraperlo report Regina Spektor / Peaking Lights
chad valley
Novio, yerno y artista total
Hugo Manuel lleva seis años feliz al frente de su grupo Jonquil, pero tenía una espina, algo que necesitaba sacar y que ya no podía esperar más. Por eso creó Chad Valley, para dar salida a su obsesión por los 80 y a su faceta más electropop. Tras un fantástico EP, el de Oxford se desmarca del chillwave con un debut en largo, “Young hunger”, trufado de referencias pop y colaboraciones estelares. Texto
P
Virginia Arroyo
uede que el nombre de Chad Valley no les suene, pero si les digo que es el proyecto en solitario de Hugo Manuel de Jonquil, seguramente ya sabrán de que les hablo y se les iluminarán los ojillos como a mí. No es para menos porque Hugo es la clase de artista que una chica querría como novio y una madre como yerno, con esa manera de hablar pausada y amable y un gran espíritu de trabajo pero con la diversión siempre como meta final. Hace unas semanas lo tuvimos por partida doble en Razzmatazz, con Jonquil como banda principal autoteloneada por Chad Valley. Pese a que inicialmente no había demasiado público, Hugo asegura que el que había “era genial” y que “había mucho ambiente y fue muy divertido, era la tercera vez que tocaba los nuevos temas en directo pero me lo pasé muy bien, aunque hay que decir que yo me lo paso bien por el simple hecho de subir al escenario y oírme cantar y acertar las notas”. Vamos, que no necesita llenar un Sant Jordi. Y es que este muchacho de Oxford es un chico de gustos simples, apasionado por los sintes baratos y la música de los 80. “Siempre me estoy comprando un montón de sintes y samplers indeseables y tirados de precios que nadie quiere porque no son analógicos o no están de moda o lo que sea. Y su sonido es una de las cosas más características de mis temas con Chad Valley, porque además suele ser el punto de partida de las composiciones”. Aunque si hay algo más distintivo que los sintes en sus temas es el imaginario de los 80: “Es la década en la que nací y me encanta la música que se hacía. En especial, Prefab Sprout, a quienes descubrí hace bastante poco”, admite Hugo. “Me alegró mucho encontrar una banda que se tomara el pop tan en serio, con una producción tan elegante y unos sintetizadores tan únicos. También me he metido mucho en el new jack swing, que dio grandes temas. ‘Control’ de Janet Jackson sólo tenía un par de canciones buenas, pero luego hay otros discos como ‘Heart break’ de New Edition que son clásicos absolutos y que he tratado de emular sin ningún tipo de pudor”. Y ninguna clase de pudor muestra este chico tampoco al reconocer que le encanta “Your love is my drug” de Ke$ha y “California gurls” de Katy Perry y
que ha “intentando introducir elementos similares” en su disco. Su disco. A estas alturas del texto todavía no habíamos hablado de “Young hunger” (Loose Lips / Coop, 12), que verá la luz a finales de mes y que será técnicamente su álbum debut. Digo lo de técnicamente porque a mediados del año pasado Chad Valley lanzaba “Equatorial Ultravox”, un EP de 7 canciones al que poco le quedaba para ser un disco en sí mismo. “Mientras hacía el EP yo también me preguntaba si quería alargarlo hasta convertirlo en disco o no. Pero no lo hice porque incluso mientras estaba escribiendo esa música sabía que acabaría haciendo algo muy diferente en el próximo trabajo y no quería encorsetarme en una etapa tan temprana de mi carrera. Se trata de pensar a largo plazo, más que en la gratificación inmediata. Así que me alegro de haber esperado, porque los EPs y los LPs son tratados de manera muy diferente y creo que si hubiera lanzado ‘Equatorial Ultravox’ como mi álbum debut se me hubiera encasillado en una categoría muy específica en la que no me hubiera sentido cómodo”. Se refiere seguramente a la etiqueta ‘chillwave’ que se le colgó. “Claro. Y lo entiendo, ¿eh? Pero es una pena que te etiqueten y que puedas permanecer encerrado en ese pequeño compartimento para siempre. No obstante, está bien, no pasa nada, admito que tenía algunas cosas en común con otros artistas del género, pero estoy seguro de que con mis sucesivos trabajos me iré deshaciendo de esa etiqueta y la gente verá que hago algo muy distinto”. Lo que sí sigue practicando del mismo modo que en su EP, es el maravilloso arte de las colaboraciones, aunque ahora elevado al cubo. Si bien en “Equatorial Ultravox” solamente encontrábamos a Rose Dagul de Rhosyn, en “Young hunger” la lista es casi tan extensa como el tracklist: Twin Shadow y Active Child (a los que conoció girando con ellos), Totally Enormous Extinct Dinosaurs y Jack Goldstein (de la escena de Oxford) y El Perro Del Mar y Glasser (de los que es muy fan y quería que aparecieran en su álbum sí o sí). El muchacho tiene madera y además sabe a quién arrimarse: huele a carrera de largo recorrido.
extraperlo
fantasía
Conciso pero de una brillantez desarmante, el segundo trabajo de los catalanes Extraperlo logra exponer con un enfoque más claro los mayores aciertos de su álbum de debut. A la vez que abordan las canciones de forma más seria y madura, “Delirio específico” (Canada, 12) invita a vivir la vida con intensidad y pasión y adentrarse en su laberíntico sonido con calma, degustando cada segundo. Texto
E
Joan Cabot
xtraperlo ya empezaron a planear “Delirio específico” nada más publicar “Desayuno continental” (Mushroom Pillow, 09). Coleccionaban ideas. En realidad, los cuatro miembros del grupo son un hervidero. Tanto que Alba Blasi se unió a su amiga Cristina Checa para crear Granit y Cacho Salvador formó los prometedores Capitán, mientras Borja Rosal y Aleix Clavera acompañaban a El Guincho en su extensa gira. De hecho, la decisión de contar con Pablo Díaz-Reixa como productor era algo lógico, teniendo en cuenta los lazos, tanto musicales como de amistad, que los unen. La aportación de este último ha sido crucial en el resultado final, tanto como los esfuerzos del grupo por refinar y madurar algunas ideas que quedaron desdibujadas en su primer largo. “Queríamos rectificar algunas de las cosas que no habían terminado de convencernos de ‘Desayuno continental’”, confirma Aleix. “Teníamos la sensación de que algunos sonidos se colapsaban y en esta ocasión hemos trabajado muy duro para intentar que las pistas se entendieran”. Y lo han conseguido. El sonido de “Delirio específico” es, en efecto, realmente fascinante, un puzzle de bajos funk, ritmos tropicales, sutiles rasgueos de guitarra y unas melodías personales, ardientes y sinuosas que rehúyen el impacto fácil de algunas de las canciones de su antecesor. “No tengo la sensación de que éste sea un disco menos inmediato que ‘Desayuno continental’”, me contradice Clavera. “De hecho, creo que todas las canciones tienen algún gancho. Es cierto que en ningún momento nos ha preocupado hacer un nuevo ‘Bañadores’, pero tampoco dejar de hacerlo. Cada canción te da lo que pide”. Eso de que cada canción tenga lo que pide no es un trabajo tan sencillo. Atendiendo al sonido del disco da la sensación de que el grupo le ha dado mil y una vueltas a cada una de las canciones, construyendo una y mil veces cada línea instrumental y vocal. Aleix asegura que “las demos están cargadas de pistas. Los cuatro tenemos tendencia a pensar melodías y arreglos y eso hace que cuando estamos trabajan-
do en una canción a todos nos surjan ideas que vamos añadiendo”. Ha sido una cuestión de constancia esclarecer qué acabaría en el disco y qué no, un proceso en el que El Guincho ha acabado aportando ideas inesperadas. “Somos amigos desde hace muchos años y hemos compartido mucha música, aunque cada uno tiene sus propias ideas. Ha aportado mucho, cosas que no nos esperábamos, especialmente detalles técnicos, decisiones que afectaban al sonido de las canciones y algunos sintetizadores. Pablo tiene una idea muy clara sobre cómo debe ser el ritmo de una canción, cuando un tema camina”. En cuanto a las aventuras paralelas de sus compañeros, Clavera niega que hayan influido en exceso en el resultado final: “Si Cacho compone algo para Capitán, es Cacho menos el resto de Extraperlo y por lo tanto el resultado va a ser diferente, y lo mismo con Alba. En cambio, Extraperlo es la conjunción de los cuatro. Por supuesto, tocar con otros grupos es bueno, por la experiencia que supone y porque trabajas con nuevas ideas”. En su caso, más que nuevas ideas estamos hablando de un trabajo que expone las que ya aparecían en su anterior álbum de forma más precisa y limpia, más clara y madura, convirtiéndolos en uno de los grupos más inusuales del pop nacional. Tanto, que por momentos “Delirio específico” produce la sensación de pertenecer a otro tiempo. “Al principio nos parecía un disco muy complicado de llevar al directo”, explica, “pero ahora mismo estamos muy contentos con cómo está sonando. Estamos disfrutando mucho tocando los nuevos temas. Creo que la gente se va a llevar una sorpresa”. Completamente convencido del resultado, Clavera teme poco lo que pueda pasar a partir de este momento. “No puedes preocuparte por estas cosas, dejarte llevar por la inseguridad. Lo que debe preocuparte es estar contento con el resultado y lo estamos”. ¤ Extraperlo tocará el próximo viernes 9 de noviembre en la sala Siroco (Madrid).
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Sera Cahoone Am DiveLights report Regina Spektor/ /I Peaking
sera cahoone
La verdad camina sola entre bosques
La que fuera batería de aquella excepcional banda de finales de los 90 llamada Carissa’s Wierd, y que también formara parte de “Everything all the time”, el fantástico debut de Band of Horses, regresa con “Deer Creek Canyon”, su maravilloso tercer álbum en solitario —segundo para Sub Pop—. Homenaje a un cañón sitúando en Littleton, Colorado, en el cual viven sus padres, se sirve de él para hablar del estado afectivo que se experimenta en el recorrido a través de las fases del enamoramiento y la ruptura.
Texto Foto
David Giménez Hilary Harris
C
uando uno ojea detenidamente las fotografías que forman parte del diseño del nuevo trabajo de la norteamericana, cuando se sumerge en sus letras y en sus sonidos, resulta inevitable tomar conciencia de la importancia de la naturaleza en Sera Cahoone, tanto a un nivel emocional como artístico. “Crecí con las montañas alrededor de mí. Mi madre vive en lo más alto de una de ellas, allí en Littleton. Mi padre también, pero en una zona situada en los suburbios. En su momento fui una ferviente deportista de snowboard. Así que la naturaleza y las montañas siempre han formado una gran parte de mi vida. Cuando salgo de la ciudad y pongo rumbo a las montañas, en el instante que comienzo a ver las primeras, me siento inmediatamente en calma. Mi música está influenciada por mi entorno. Seattle es una ciudad muy lluviosa, un lugar gris y sombrío. También es un lugar muy verde y hermoso. Creo que todo esto se presta realmente a la creación de música triste y a las actividades artísticas. Nosotros, los de Seattle, somos muy hogareños, nos encanta estar bajo techo a buen resguardo. Aunque también me parece una gran inspiración atravesar los Estados Unidos en coche. Giré mucho gracias a mi anterior trabajo discográfico. Pasé mucho tiempo conduciendo a través de montañas y pequeños pueblos y áreas rurales. Creo que algo así siempre es bueno para el alma y para el proceso creativo”. Quizá por ese motivo el disco tiene una situación geográfica tan específica y a la vez tan universal. Tomando impulso desde la seguridad que ofrece un entorno familiar conocido, apoyándose en la calma y serenidad que aporta un entorno natural para ella idílico, el álbum se enfrenta a una serie de emociones dolorosas y afronta el ejercicio que supone todo renacimiento. “Creo que muchas de mis canciones tratan acerca del amor, del desamor, sobre las meteduras de pata en las relaciones, de volver a enamorarte. Como cualquier otra persona, he pasado por la angustia de que me rompan el corazón y he vuelto a sentir renacer un nuevo amor otra vez. Creo
que todas las cosas que me han pasado, han encontrado una salida a través de mis canciones. Tal vez indirectamente, pero esas emociones están ahora ahí. Este álbum trata sobre la aceptación y la superación personal”. Llegado a este punto nos desvela: “Supongo que por culpa de la baterista que hay en mí siempre escucho primero el ritmo. Si compongo una parte de guitarra inmediatamente corro a la batería a encontrar algo que se adapte. He escrito muchas canciones sentada frente al kit de batería, con la guitarra en mi regazo. Las letras surgen posteriormente”. Musicalmente, Sera Cahoone sigue fiel a su sonoridad intimista y pausada, leal a esa americana introspectiva para disfrute de paladares exigentes y exquisitos. “‘Deer Creek Canyon’ es tan sólo una muestra de mi evolución a través de los últimos años. He atravesado una fase bastante larga escuchando al bluesman Mississippi John Hurt. Compuse unas tres canciones adoptando su estilo fingerpicking. Al principio sonaba bastante horrible, pero yo estaba decidida, así que seguí con ello hasta conseguirlo. El disco lo he grabado con la misma banda con la que llevo tocando desde hace mucho tiempo. Todos ellos aportan un sonido especial a mis canciones”. La producción del disco acerca al oyente, de manera mucho más real, a todos los sentimientos que en él se desean transmitir. Grabado en analógico y coproducido por Thom Monahan (Devendra Banhart, Vetiver) y la propia artista, Sera afirma que “fue un gran experiencia. Lo grabamos en Bear Creek, aquí en Washington. Se trata de un viejo granero que convirtieron en un estudio. Es un lugar increíble”. A las sesiones de grabación acudió Neal Casal para grabar algunas guitarras. “Neal es muy grande. Un gran tipo y un excepcional músico. Cuando estábamos acabando de grabar el disco nos dimos cuenta de que algunas canciones necesitaban un empujón extra. Como es buen amigo de Thom decidimos llamarle y proponérselo. Fue genial y el resultado final así lo demuestra”.
i am dive
red bull pequeño formato
Los chicos tristes están de enhorabuena. I Am Dive publican por fin su disco de debut, el estupendo “Ghostwoods” (Foehn, 12), y el contenido es de dulce: un cancionero que mezcla el pop triste de los primeros noventa (con Red House Painters como una referencia clave) con unos fondos climáticos deudores del shoegaze y una producción que tiende puentes con la electrónica de dormitorio. Que Nils Frahm se haya hecho cargo de masterizarlo es sólo una guinda que remata un pastel más que sabroso. Texto
Vidal Romero
M
omento gossip. ¿Cómo os conocísteis? (Esteban) Nos conocimos después de un concierto de la banda en la que yo estaba antes, The Baltic Sea, cuando Jose se acercó a preguntarme por mi pedalera. (Jose) Tenía una pedalera muy desordenada y con algunas conexiones rotas, un auténtico desastre. (Esteban) Ya, eso dice ahora, pero lo que no te cuenta es que al final he terminado construyéndole yo la pedalera que utiliza actualmente. Y ya desde el primer momento decidisteis que la pesca era una manera de uniros. (Esteban) Comenzamos a compartir local de ensayo, así que nos cruzábamos y hablábamos. Y luego, pues está el asunto de la pesca, que es cierto que nos ha unido mucho. A él le gustaba salir de paseo por el monte, a mí me gustaba la pesca, y un día lo probó y le enganchó. Y ahí seguimos.
Al principio, las canciones eran cosa de Esteban y luego Jose las arreglaba y añadía texturas y producción. ¿Eso funciona todavía de esta manera? (Esteban) Las letras las sigo escribiendo yo, pero en lo relativo a la música sí que hemos evolucionado. A veces traigo yo una estructura desde casa, otras veces Jose aporta ideas, pero sobre todo estamos trabajando juntos, hacemos crecer las cosas a medias, que es algo que me parece muy natural. ¿Y qué me decís de las letras? No son precisamente la alegría de la huerta. (Esteban) Todas las canciones de I Am Dive, o al menos la gran mayoría, están basadas en cosas que me han pasado a mí. En concreto, se refieren a una historia que tuve con una chica, que viene desde que éramos adolescentes y que se ha terminado, de malas maneras, hace relativamente poco. De hecho, estoy preocu-
pado porque tengo tan explotado ese tema que me estoy quedando sin material para escribir. Voy a tener que buscarme alguna novia que me trate mal, a ver si así levanto cabeza. Da la sensación de que en I Am Dive ha sucedido todo muy deprisa. (Esteban) Creo que esa percepción tiene que ver con lo que la gente espera de una banda, o más bien con lo que las bandas trabajan en este país, que suele ser poco o nada. Nosotros, en cambio, trabajamos muchísimo, le dedicamos todo el tiempo libre que tenemos a I Am Dive. (Jose) También creo que sabemos aprovechar mejor ese tiempo. La mayoría de los grupos se pasan la vida ensayando, y en cambio nosotros preferimos dedicar esas energías a grabar y a discutir acerca de las canciones. ¿Cuáles son vuestros planes para las sesiones que vais a realizar en la Red Bull Academy? (Esteban) Hemos oído que la academia tiene un backline espectacular, con un montón de cacharros e instrumentos, que es algo que nos produce mucha curiosidad. Pero básicamente lo que queremos es grabar algunas canciones nuevas. (Jose) No tenemos muy claro qué es lo que nos vamos a encontrar allí, igual llegamos y nos volvemos locos con los aparatos y el estudio de grabación, pero en realidad si somos capaces de volver a casa con unas cuantas canciones bajo el brazo, nos daremos por satisfechos. ¤ I Am Dive tocará el próximo sábado 17 de noviembre en el Lecture Hall de la Nave de la Música en Matadero (Madrid).
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retrospectiva Swans
Swans El aliento de la bestia
A lo largo de todo este año no se ha publicado nada más majestuoso y abrumador, nada más salvaje y excesivo, que “The seer”, el último disco de Swans. Detrás de esa bestia extraña, que enseña los dientes desde la portada, se esconden más de dos horas de música enfebrecida, que igual se pliega al poder de un coro de tintes místicos que se deja llevar por una larga pieza-río, que se extiende más allá de los treinta minutos de duración; que igual se ancla a ese ritmo monolítico y en repetición que es marca de la casa, que se deja arrastrar por las delicadas formas de un blues de aires country. Una experiencia bestial, extrema, cuya formulación más radical se produce cuando la banda se sube a un escenario. Algo que sucederá en varias ciudades de nuestro país, durante la (breve) gira que les traerá a principios de diciembre.
Texto Foto
Vidal Romero Jennifer Church
L
e pregunto a Michael Gira, que habla desde algún lugar perdido en medio de Canadá, buscando el camino hacia el próximo concierto de Swans, por las palabras con las que él mismo describió “The seer” (Young God, 12) cuando se publicó a finales del verano. Dijo entonces que este disco es la culminación de treinta años haciendo música, y a mí esas palabras me parecieron muy apropiadas, tanto por las gigantescas proporciones de “The seer”, como por el hecho de que se trata de un artefacto en el que caben muchos estilos diferentes. Estilos que, de alguna manera, conectan con las distintas etapas que ha ido atravesando el propio Gira: el salvajismo que exudaba Swans en su primera época, la visión levemente psicodélica que exudaba Angels Of Light o la desnudez acústica que sobrevuela alguno de sus discos en solitario. “Es una buena observación”, me responde Gira, “y es muy posible que hasta tengas razón. Pero no me refería exactamente a eso, sino a que en este disco he volcado todo lo que he ido aprendido a lo largo de esos treinta años, tanto a nivel de producción como a la hora de tocar, de grabar o de pensar en arreglos. Necesitaba sentir que había dado todo lo posible y que había exprimido todas mis capacidades, que me había vaciado por completo”. No es ninguna tontería, sobre todo cuando él mismo reconoce que “en el fondo, casi todas las canciones de Swans comienzan de la misma manera: conmigo tocando una guitarra acústica en mi casa”. Lo que más sorprende de “The seer”, al menos en una primera escucha, es la longitud de canciones como “A piece of the sky” o “The apostate”, sobre todo cuando se comparan con otros cortes más íntimos y delicados, por ejemplo “Song for a warrior” ¿Son esas canciones el resultado de haber estado tocando en directo con la banda, durante cerca de dos años, antes de entrar a grabar? Es exactamente así. Canciones como “The apostate” se han ido transformando de una forma orgánica: han sobrevivido a un centenar de cambios y a un montón de discusiones, y seguirán cambiando en el futuro, es algo inherente al modo en el que Swans funciona ahora mismo. Pero también hay canciones que han tomado forma en el estudio, que no existían antes de que decidiéramos que era el momento de grabar un nuevo disco. ¿Y cómo se ha desarrollado ese trabajo en el estudio? Casi siempre comienza con una maqueta acústica que traigo grabada de casa. Suelo dejar esa base de fondo y llamo a un par de los músicos de la banda, para que empecemos a trabajar en arreglos y en cambios de estructura: es entonces cuando la canción comienza a evolucionar y a cambiar. Luego voy llamando al resto de los músicos, siempre en pequeños grupos y por separado, para poder discutir mejor sobre las canciones, pero sin que se me llegue a escapar el papel de guía. Y suele suceder que, tras un proceso más o menos largo, terminamos en algún lugar inesperado, que a veces ni siquiera tiene que ver con las primeras. Cuando eso ocurre, es algo fantástico. O sea, que la improvisación juega un papel importante a la hora de escribir las canciones. Bueno, yo no diría que improvisamos alrededor de las canciones, sino que de algún modo las forzamos, las violentamos. En la banda nos gusta hablar de las canciones, de qué cosas vamos a hacer con ellas en el próximo concierto o en alguno de los ensayos: alargar una parte, intentar tocar una sección de una manera determinada, probar con algún tipo de arreglos que se nos ocurra sobre la marcha; cualquier cosa que pueda empujarnos hacia un límite en el que no hayamos estado antes. Y creo que esa es una de las cosas más interesantes que tiene tocar con músicos como los que me acompañan en Swans: que puedes dejar de lado cualquier tipo de restricciones y, simplemente, probar lo que te apetezca. Me llaman mucho la atención algunos de los invitados del álbum. Por ejemplo, Karen O. ¿Cuál es la historia detrás de “Song for a warrior”? Había algo que no funcionaba en esa canción desde el principio, y resultó que era mi voz. Se trata de una canción escrita para mi hija, así que de algún modo quería que fuera delicada, y conmigo cantando eso no iba a suceder. Karen apareció por el estudio un día, de la mano de nuestro bajista, y enseguida encajó con lo que teníamos granado. No tiene mucha técnica como cantante, pero su voz es realmente hermosa. También me interesa el papel de Ben Frost. De los productores que han surgido en los últimos tiempos es, tal vez, el que realice un trabajo más cercano al de Swans, al menos a un nivel de intenciones. En este caso fue él quien se acerco a nosotros después de un concierto. No le conocía, ni había escuchado su música, pero después de estar un rato hablando con él me pareció un tipo interesante.
En ese momento me preocupaba el principio de “A piece of the sky”, tenía más o menos claro lo que quería conseguir, pero no sabía cómo hacerlo, y él se ofreció a grabar algunas partes con sintetizadores, que transmitieran el sonido de una tormenta. Me mandó las grabaciones por correo, varios días después, y resultó que encajaban perfectamente dentro de la canción. Es bueno ver de nuevo a Jarboe grabando algunas pistas de voz. ¿Seguirá colaborando con la banda en el futuro? La verdad, no lo sé. Es algo que simplemente sucedió; nos encontramos durante la gira y estuvimos hablando de muchas cosas. Su colaboración fue algo muy natural: su voz encaja mejor que ninguna otra en las canciones de Swans, así que no costó ningún trabajo sacarlo todo adelante. En canciones como “The seer”, “The apostate” o “Mother of the world” las voces están tratadas de una manera muy particular: parecen himnos o cánticos rituales antes que canciones en un sentido tradicional, lo que sugiere que “The seer” tiene un cierto espíritu sobrenatural, una voluntad mística. La música de “The seer” está pensada para llegar a cotas muy altas, pero no sé si el término sobrenatural se nos escapa un poco de las manos. Y cuando tienes ese tipo de metas, estás obligado a manejar recursos poderosos, como unos coros clamando al cielo o canciones de una duración extraordinaria, para conseguir que el oyente se meta dentro de tu universo. La música tradicional, en cambio, suele ser pequeña y diminuta, y está bien que sea así porque habla de cosas cercanas y de intimidades. Abundando en ese aspecto, me interesa saber dónde encuentras inspiración para tus letras, unas letras en las que, ahora mismo, hasta parecen intuirse ciertas referencias a una fuerza superior. Son, desde luego, muy diferentes a las arengas políticas que lanzabas en los primeros tiempos de Swans. ¿Acaso has perdido el interés en el mundo que te rodea y en los problemas que lo aquejan? Es algo que realmente me preocupa, pero me cuesta volcar mis ideas en ese sentido: tengo un par de letras empezadas desde hace meses, y no consigo rematarlas. Simplemente, atravieso un momento en el que no soy capaz de escribir sobre asuntos políticos, tal vez porque nunca pensé que llegaríamos a estar tan mal como en este momento. El caso es que, escuchando “We rose from your bed with the sun in our head” (Young God, 12), el disco en directo que editasteis hace unos meses, algunas canciones antiguas como “Sex god sex” o “Beautiful child” encajan a la perfección junto a otras más recientes. ¿Crees que eso se debe a que has desarrollado un cierto “sonido Swans”, algo parecido a un gran martillo, que golpea de manera obsesiva y minimalista la oreja del pobre oyente? No creo que sea apropiado comparar canciones de épocas tan distintas. Es evidente que tiene que haber puntos de conexión, porque en el fondo se trata de canciones escritas por la misma persona, pero a un nivel de sonido creo que hemos llegado a un punto mucho más refinado. Sin embargo, y por algún motivo que no sé explicar, “The seer” me recuerda poderosamente a un disco antiguo de Swans, “Soundtracks for the blind” (96). No me refiero al sonido, sino a que comparten un cierto espíritu. Es una sensación correcta, porque de hecho se trata de dos discos que tienen en común muchos puntos de vista. En concreto, una idea que me persigue hace mucho tiempo, y que consiste en conseguir que mis discos funcionen como bandas sonoras. Que sentarse a escucharlos sea parecido a sentirse viajando por las entrañas de una película. Para terminar, confieso que siento curiosidad por los futuros pasos de Swans, y cómo crecerá la banda después de algo tan grande como “The seer”. ¿Debemos esperar canciones de una hora de duración y discos cuádruples o quíntuples? Aunque estamos arrancando ahora mismo la gira, hemos empezado a trabajar en canciones para el próximo disco: es una rueda que ya está enmarcha, y que resulta imposible de parar. Estamos grabando cosas y haciendo algunas pruebas; nada demasiado serio todavía, aunque ya tenemos tres canciones que superan esa media de veinte minutos, y que dentro de poco podremos empezar a tocar en directo. Así que lo mismo tienes suerte, y puedes escuchar alguna cuando pasemos por España. ¤ Swans tocarán en el Primavera Club los próximos 6 (Apolo, BCN) y 7 de diciembre (Matadero, Madrid).
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discos
La selección Jäger
discos Astro “Astro”
Disfruta de un consumo responsable 35o
Canada
Pop. Piensen en Yeasayer, en Animal Collective y en los primeros MGMT. Ahora olvídense de estas bandas, dense prisa y hagan la maleta y cojan conmigo este pasaje transatlántico imaginario a Santiago de Chile. Allí nos espera Astro, un cuarteto que lleva en funcionamiento algo más de tres años y que presenta ahora en España su homónimo debut en largo. Un debut donde dulzura y sustancias psicotrópicas se dan la mano en un psicodélico viaje a todo color por todos y cada uno de los poros del cuerpo del universo. Los doce temas de “Astro” están plagados de sintetizadores saturados, ritmos de inspiración tropical, melodías infecciosas y estribillos redondos. Pese a todo, los hits no son tan obvios como los del EP “Le disc de Astrou”, que conquistó a medio Chile allá en 2009. En esta ocasión, se hallan agazapados en los pliegues de los escasos 35 minutos de duración del CD: la calma engañosa de “Ciervos”, el riff de guitarra de “Coco”, el guiño al 8-bit en la instrumentación de “Colombo”, la épica de “Miu-miu”, los sintes desafinados de “Mira, está nevando en las Pirámides”… El estreno en largo de Astro viene cargado de pequeñas pepitas de oro colocadas estratégicamente para engalanar pero suficientemente racionadas como para no deslumbrar.
No obstante, si ésta es su primera vez con Astro, tómenselo con calma, vayan poquito a poco y ya irán aumentando la dosis, porque el falsete perenne en sus voces y su espíritu abiertamente naif son cosas que pueden empalagar e incluso saturar con una sobreexposición. La mesura y la costumbre harán que, no obstante, le cueste imaginar su día a día sin esos repentinos grititos del estribillo de “Coco” y que usted empiece a vivir y pensar una octava por encima de lo habitual. No hay que preocuparse: son efectos normales del consumo prolongado de Astro y se curan como se cura el mono de cualquier droga, volviendo a meter el disco en el reproductor. La alusión a las drogas no es gratuita: el EP de la banda estaba plagado de referencias indisimuladas como los temas “Drogas mágicas” u “Hongo atómico”, y en más de una ocasión el grupo ha admitido muy elegantemente haber “sido muy buenos para meterse”. Y aunque, según dicen, “esa época ya pasó”, la psicodelia y el viaje más allá de los sentidos permanece y no sólo en lo musical: conejos bailarines y elefantes surferos son algunos de los amigos que iréis conociendo a lo largo de “Astro”. Buen viaje y no olviden abrocharse el cinturón de seguridad. Virginia Arroyo
harían llorar al peor caudillo de Tucson. Lo que no van a poder evitar es echar los lazos al cielo con “Misty morning sun” o lanzar vítores por Johnny Cash mientras suena “The end of the line”. Tal vez estos vaqueros de Valladolid tengan pinta de cuatreros, pero no me dirán que no saben hacer acabados redondos a las canciones, siempre definiendo un nuevo ocaso blues con sus guitarras. Así pues, sabemos cuales son los pecados de Arizona Baby. Confiamos en que la ley sabrá juzgarles como merecen, y que aprecien su honestidad, pues juran por Morricone. En caso de fuga, se organizará una persecución de cadillacs hasta la última línea del desierto. Albert Fernández
indie-noise, y con un trabajo maravilloso a la guitarra, tanto en riffs como en melodías. Vayan corriendo a verlos en directo, porque este disco es de los que uno se puede dejar llevar. La cosa promete. Jesús Sáez
Aliment “Holy slap”
FIRE / ¡POP STOCK!
de hobbits), porque no les gustaba tirar por el camino fácil o porque en sus canciones siempre había cierta dosis de ponzoña; el caso es que tras diez años de carrera y siete discos (cada vez menos inspirados, también es verdad), se disolvieron sin hacer demasiado ruido. Casi tres lustros después, y conscientes de que lo suyo está otra vez de actualidad, vuelven a asomar la nariz. Y es una pena, pero todo apunta a que van a seguir del lado de los perdedores. No me malinterpreten: “Strobosphere” es un disco estupendo, con canciones como puños y un asombroso trabajo de guitarras, y yo se lo recomiendo sin ningún tipo de reserva. Pero en un mundo en el que triunfan bandas como The Pains Of Being Pure At Heart o Sad Day For Puppets, que no dejan de ser un remedo del indie pop de toda la vida, maquillado con una cierta dosis de ruido, resulta difícil creer que alguien va a pararse a escuchar un disco tan complejo y repleto de esquinas como este. Ojalá me equivoque. Vidal Romero
Release The Beast
Arizona Baby “The truth, the whole truth and nothing but the truth” SUBTERFUGE
Western de aquí. No sé a qué viene tanta inusitada sinceridad de estrado, pero la verdad es que, hasta cierto punto, se agradece. Si lo que buscaban con su cuarto disco Arizona Baby era poner la mano sobre algo sagrado y lanzar al aire lo más sincero que tuvieran dentro, doy fe de que no hay mejor testigo de todo ello que “The truth, the whole truth and nothing but the truth”. Al fin y al cabo, los madrileños siempre han sido sospechosos habituales en hacer sus filias transparentes y sus tonos previsibles y coreables, así que no podemos culparles ahora de andar por rutas transitadas. Ruego al jurado algo de comprensión por el folk, la psicodelia y el homenaje. Quien escuche el rizo de guitarras y coros destellantes de “Where the sun never sets” y no sepa creer en esa melodía a pies juntillas, es que ni tiene corazón, ni es de Corizonas. Apiadémonos también de la culpa hiriente y pasajera que asoma en las guitarras crepusculares de “Rock and roll messiah”. Desde luego, también tenemos aquí medios tiempos candorosos y baladas sobrecogedoras, como “If I could” o “The ballad of Golden Valley”. No esperamos que les enternezcan, aunque
Bailter Space “Strobosphere”
La Castanya
Rock. Sorprendente disco de debut de este trío de Girona. Punk espitoso, de riffs sinuosos y tremendamente sucios, de grandes melodías y de una inmediatez extenuante, urgente hasta decir basta. Y decía sorprendente porque hoy en día uno de los grandes problemas que suelen afrontar las bandas que transitan estos territorios es la falta de frescura, la búsqueda de la brutalidad y el desahogo mediante la contundencia, olvidándose de que muy a menudo esos arañazos se quedan en la superficie. Aquí no hay nada de eso: espíritu ramoniano, grandes melodías, estribillos, y canciones finiquitadas sólidamente en apenas dos minutos, donde la velocidad de “Like a vampire” es una auténtica inyección brutal de energía y no un ejercicio de estilo, sabiendo huir hábilmente de la monotonía, pisando puntualmente territorio post-punk, e incluso
Shoegaze. Pueden llamarme nostálgico (o aún peor, romántico), pero voy a confesar que siento un gran aprecio por los pequeños perdedores de los noventa; por todas esas bandas y artistas que lo tenían todo para ser grandes, pero que por algún giro del destino no llegaron nunca a superar la segunda o la tercera división. En esa definición de perdedores encajan perfectamente Bailter Space: su particular visión del shoegaze, más ruidosa y rugosa de lo habitual, con un complejo y psicodélico juego de guitarras como seña de identidad, les aupó por encima de la media entre las bandas que estaban dando forma a la escena desde finales de los ochenta. Se hallaban en el lugar adecuado, en el momento apropiado, y encima tenían grandes temas y discos (sobre todo el primero y el tercero, “Tanker” y “Robot world”), pero nunca llegaron a tener éxito más allá de un círculo reducido de seguidores. Tal vez fuera por su origen exótico (Nueva Zelanda, tierra
Bambounou “Orbiting” 50 Weapons
Techno-house. Desde París, a través del sello de Modeselektor (50 Weapons) y con un peinado interesante nos llega Jéremy GuindoZegiestowski, alias Bambounou, con un disco en torno al tema del espacio, tal y como indica el título, “Orbiting” (que no ‘Orbital’, como dicen algunos por ahí). Y ¿qué hace nuestro héroe en órbita? Pues muchas cosas, aunque todas a medias: ahora se propulsa hacia cierta modernidad a través de samples vocales entrecortados (“Mass”, tema ya presente en su “Cobe EP”, o “Let me get”),
Bat For Lashes “The haunted man” parlophone / emi
después se nos pierde en el universo technohouse en el interminable “Data”, luego le da por reforzar los bajos (“Capsule process”) y en general esquiva, como si fueran peligrosos meteoritos, toda tentación de hacer algo más que un disco con material variopinto para clubs. Si por la noche mirando hacia las estrellas ves un objeto no identificado flotando por ahí, no descartes la posibilidad de que sea mi ejemplar de “Orbiting” en busca de su verdadero destino por el espacio intersideral. Gloria González
Bradien + Eduard Escoffet “Pols” SPA.RK
Pop de juguete. Tienen los miembros de Bradien una fantástica cualidad, y es que consiguen que su música parezca el resultado de un juego infantil: escucho “Pols” y me imagino a unos colegiales trasteando con instrumentos que no saben utilizar, pero que por algún azar misterioso encajan entre sí de manera armónica y tremendamente hermosa; siempre al borde del desbarate, pero sin llegar a romperse nunca. Por supuesto, esa ligereza se trata sólo de una ilusión: las texturas y melodías que recorren las diez canciones del disco, deliciosas, alambicadas, están trazadas con un mimo y una atención al detalle ejemplar, siempre a la caza del gesto extravagante y de la broma surrealista. Estructuras rítmicas inestables, que surgen del diálogo de varios instrumentos, juegos minimalistas, desarrollos melódicos repletos de fantasía y una instrumentación rica y sorprendente van dando forma a un disco que, como el anterior de la banda, “Linden” (09), es único en su género. Sobre todo ahora que han sumado a la fórmula los textos del poeta Eduard Escoffet, pequeñas viñetas que basculan entre la estampa pastoral, el gesto costumbrista y el humor de trazo fino, recitadas con delicadeza y una cierta monotonía que, como todo lo que sucede en “Pols”, se intuye premeditada. Tan encantador como adictivo. Vidal Romero Crime And The City Solution “A history of Crime (Berlin 1987- 1991)” Mute / PIAS
Rock. Aquí se reúnen algunos de los éxitos que se encontraban en la primera etapa creativa de la mítica banda liderada por Simon Bonney. Cortes pertenecientes a discos rotundos como “Room of lights” (86), “Shine” (88), “The bride ship” (89) o “Paradise discotheque” (90), que se sirven como introducción perfecta a su sonido, siempre marcando una línea en paralelo a Birthday Party o los Bad Seeds de Nick Cave. La selección de temas escogidos para la ocasión pone los pelos de punta: “Hunter”, “Home is far from here”, “Free world” o “I have a gun” suenan grandes, sin haber perdido un ápice de pegada con el paso de los años. En acorde con una reunión tras dos décadas de inactividad —una esperada gira mundial ya está en marcha— y como preámbulo al inminente nuevo disco de estudio que lleva por título “American twilight”, la compilación es una ocasión perfecta para ponerse a tono e instruir a todos aquellos que desconozcan el alcance
Pop. Tan segura está Natasha Khan de sí misma que posa para Ryan McGingley —fotógrafo estadounidense que tomó la imagen que Sigur Rós usaron en “Með suð í eyrum við spilum endalaust” (EMI, 08)— en la portada de este “The haunted man” sin otra indumentaria que un collar y un hombre, también desnudo, que carga sobre sus hombros cual trofeo de caza y oculta lo que la censura no quiere que se vea. Si la portada ha de ser carta de presentación del LP, la inicial “Lilies” actúa de la misma manera: su voz desnuda, sin alharacas, apenas acompañada por unos fraseos de guitarra nos presenta a una artista que tiene ganas de ser escuchada al margen de cualquier artificio. Quizás esa seguridad le venga por compartir genes competitivos con Jahangir Khan, el mejor jugador de squash de todos los tiempos y primo de la londinense o quizás por saber que su discográfica, una vez más, no ha escatimado medios para satisfacer sus caprichos artísticos: si en “Two suns” (Parlophone, 09) colaboraban miembros de Yeasayer y el mismísimo Scott Walker, en “The haunted man” participan Beck (quien ya colaboró con ella en “Let’s get lost” para la banda sonora de “Crepúsculo: Eclipse”), Adrian Utley (Portishead), David Sitek (TV On The Radio), Rob Ellis (productor de cabecera de PJ Harvey), Charlotte Hatherley (Ash) y Justin Parker (compo-
sitor y arreglista para Ellie Goulding y Lana del Rey, suya es “Video games”). Al hilo de la referencia a la prima de Donald, parece claro que la Khan quiere dar un barniz de sofisticación a sus canciones, o al menos, dejar de lado una cierta querencia por la excentricidad gratuita. En ese aspecto, la portada es una prueba irrefutable: el barroquismo filo-asiático de “Two suns” es reemplazado por la desnudez y el blanco y negro que ella misma se encarga de ligar en las entrevistas con la mítica portada del “Horses” (Arista, 75) de Patti Smith. Tampoco se aprecia una unidad conceptual como la que atenazaba a “Two suns”: las canciones hablan de temas diversos entre los que destacan las mujeres fuertes y fascinantes como “Laura” —la mejor canción del lote y primer single, un baladón al piano subrayado por un elegantísimo arreglo de viento cortesía de Parker: no es difícil imaginar a Lana del Rey cantándola— o “Marilyn” dedicada a la Monroe en una onda similar, pero arruinada por un incomprensible interludio lleno de ruiditos y chillidos. Prefiero el pop sintético de “A wall”, aunque no me imagino estadios y pabellones coreando eso de “Where you see a wall, I see a door”, o “Rest your head” (puro Depeche Mode, época “Everything counts”) o la sutileza, que contrasta con el estribillo desbocado, de los versos de “All your gold” (segundo single) o incluso el inconexo pastiche, con retazos de diferentes canciones, “Oh yeah”, donde es capaz de cantar, al mismo tiempo, como Björk y como Beth Gibbons. El poderío vocal de “Deep sea diver” sobre una sutil base electrónica despide un LP que, pese a saberse superior, más honesto, menos obvio y más arriesgado, va a vender muchísimo menos que su antecesor. Half Nelson
Cello + Laptop “Parallel paths”
Deison “Quiet rooms”
ENVELOPE COLLECTIVE
Agoo
Ambient. Aunque no se hable demasiado de ello, existe en Valencia una vibrante escena dedicada a la música experimental y el arte sonoro: un submundo que sobrevive a espaldas de la industria tradicional, enrocado en locales y espacios atípicos, lanzando mensajes al exterior a través de netlabels y plataformas (de verdad) alternativas. A esa escena pertenece Cello + Laptop, un dúo que, como ya adelanta su nombre, trabaja a partir del diálogo entre un chelo y un ordenador portátil. La chelista, Sara Galán, proviene del mundo de la música clásica, pero en este proyecto investiga maneras poco comunes de enfrentarse a su instrumento: lo golpea, lo acaricia, lo hace gruñir o le arranca auténticos lamentos (un poco a lo Julia Kent, para entendernos). El portátil, por su parte, es cosa de Edu Comelles, un viejo conocido de la escena experimental, que aquí ensambla grabaciones de campo, texturas legañosas y drones cocinados a baja velocidad. Y entre los dos dan forma a cinco piezas de altísimo poder evocativo, que rezuman humedad ambiental, que envuelven al oyente con nubes de tormenta, que nunca terminan de descargar, pero que le dan a todo el conjunto un aspecto amenazante y brumoso. Añadan a todo lo anterior un estupendo trabajo de difuminado, que ayuda a que la mezcla entre el mundo digital y el de las cuerdas se produzca sin brusquedades, de manera plácida y suave, y tendrán entre las manos un disco de ambient de muchísimos quilates, la primera entrega de una pareja que parece destinada a darnos muchas alegrías. Vidal Romero
Ambient. Lo primero que llama la atención de este “Quiet rooms” es el diseño de su portada: recuerda a Scorn, pero su propuesta dista de cualquiera de los proyectos de Mick Harris. Deison es el nombre artístico del músico experimental italiano Cristiano Deison, conocido dentro del underground más ortodoxo tras editar múltiples trabajos en cassette para sellos independientes como Less Than Cero, Loud! o Silentes y, también, por haber colaborado con artistas de vanguardia como Teho Teardo, Bob Marinelli, Thurston Moore o Scanner. “Quiet rooms” se compone de cuatro pasajes que exploran los espacios vacíos de diferentes estancias de hotel repartidas a lo largo del mapa: Venecia, Nueva York, Barcelona, Milán y Los Ángeles. Deison explora y redefine la etiqueta de los field recordings, retocando cada uno de los cortes en su estudio con efectos y drones, recreándose en la fabricación de atmósferas densas y oscuras. Un álbum que agradece su escucha en la inactividad nocturna: puro aislacionismo. Matías Bosch
de su historia, protagonizada por leyendas como Rowland S. Howard, Epic Soundtracks o Mick Harvey. Matías Bosch Corin Tucker Band “Kill my blues” Kill Rock Stars / ¡Pop stock!
Punk-rock. Supongo que muchos fans de Sleater-Kinney no le perdonarán a Corin Tucker “1,000 years”, su disco de debut en solitario, por sus formas tranquilas y ausentes de urgencia. Aquí hay una buena redención en forma de disco, pero lo primero que debemos hacer es olvidarnos de las expectativas. Corin Tucker ya no tiene 20 años, y su urgencia no es la misma, pero sigue teniendo esa voz que te llega al estómago cuando chilla en “Groundhog day”, puede que los riffs sean más rockeros y menos punks, pero “Kill my blues” suena bien contundente y redondita. Es cierto que el disco-punk de “Neskowin” y “Summer jams” suena demasiado a hijo de su tiempo, aunque también hay que reconocerle su efectividad. También en esta ocasión adolecen los medios tiempos (“Joey”), pero temas como “Outgoing message” o la suciedad de ese blues “Blood, bones and sand” nos recuerdan que quien tenemos delante no es moco de pavo. Y el disco, desde luego, no lo es. Jesús Sáez
Carles Viarnès “Urban tactus” REPETIDOR
Neoclásica. Dicen desde su sello que Carles Viarnès es un pionero, y resulta difícil no estar de acuerdo: “Urban tactus”, su debut en largo, es uno de los pocos ejemplos de esa corriente neoclásica, que mezcla ordenadores con instrumentos tradicionales, que se han prensado hasta la fecha en nuestro país. Una situación que posiblemente tiene más que ver con la falta de interés de los sellos, poco acostumbrados a trabajar en un mercado global, que con la carencia de compositores dotados. Viarnès, desde luego, lo es: pianista educado en las artes de la improvisación y la composición contemporánea, las once piezas que ha grabado para el disco demuestran su amor por la música minimalista (en particular por Michael Nyman) y su buen gusto a la hora de invocar ambientes cinematográficos. Piezas en las que el piano siempre ocupa un lugar central, pero que no hacen ascos ni a los arreglos electrónicos (siempre discretos y muy bien encajados) ni al coloreado con otros elementos como guitarras, contrabajos, un theremin o incluso voces filtradas. Como hemos dicho más arriba, son piezas que se pliegan a un minimalismo elegante y teñido de melancolía; una zona de confort que nuestro hombre sólo abandona para realizar algún experimento más radical (en un sentido moderno: por ejemplo los ecos de John Cage que respira “Light inside”) o para aumentar de manera notable la dosis de procesado electrónico (“Trash vortex”, “Au revoir, Theresa”). Todo en un “Urban tactus” que recuerda (para bien) al trabajo de Nils Frahm, Hauschka o Dustin O’Halloran; tipos a los que Viarnès puede mirar a la cara sin ningún tipo de complejos. Vidal Romero
Egyptian Hip Hop “Good don’t sleep” R&S
Pop. Tras el afortunado EP publicado en 2010, Egyptian Hip Hop dieron la impresión de perder impulso. Han pasado dos años desde entonces, tiempo que el cantante Alex Hewett aprovechó para salir de gira con Connan Mockasin y Charlotte Gainsbourg, alimentando las sospechas de que los de Mánchester podían ser flor de un día, algo que, si cabe,
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discos
Godspeed You! Black Emperor “Allelujah! Don’t bend! Asce CONSTELLATION / ¡POP STOCK!
Post rock. Eternos abonados al misterio y al hermetismo, Godspeed You! Black Emperor han gestionado su retorno a la actividad musical, tras un paréntesis que se ha prolongado durante cerca de una década, de la misma manera en la que se fueron: racionando hasta la saciedad la información y las noticias. Racionándolas tanto, de hecho, que nos hemos enterado de que la existencia de “Allelujah! Don’t bend! Ascend!” prácticamente a la vez que llegaba a las tiendas de discos. Un timing que parece pensado antes para apoyar la mastodóntica gira mundial en la que ya se han embarcado, que porque tengan demasiado interés en promocionar o vender el que es su cuarto trabajo en estudio. Al menos, eso es lo que sugieren unas declaraciones de Efrim Menuck, publicadas hace unas semanas en The Guardian, en las que reconocía que existían dos razones para grabar este disco: una, que es “lo que se supone que las bandas hacen, grabar discos”, y otra, que él y los suyos querían dejar constancia de varios temas antiguos, “antes de que volvamos a desaparecer”. De esas palabras es posible extraer dos conclusiones. La primera, que es mejor no coger demasiado cariño a la banda, porque parece que tienen muy claro que existe una nueva fecha de caducidad (o de ‘hibernación’) en el horizonte, y que ese horizonte no está demasiado lejos. Y la segunda, que el material que contiene el disco tiene más de reciclaje que de reinvención; que han preferido ordenar y pulir viejas ideas antes que gastar energías en buscar formas alternativas con las que hacer crecer su discurso. De hecho, de las cuatro piezas que contiene “Allelujah! Don’t bend! Ascend!”, dos estaban ya escritas antes de que la banda decidiera tomarse sus
dobla la impresión que produce su esperado debut. Porque “Good don’t sleep” no sólo devuelve el cuarteto a la vida, sino que prueba que el grupo no ha perdido el tiempo. Frente a la efervescencia de sus primeros singles, aquellos que empezaron a llamar la atención de los siempre atentos blogs, este primer disco supone una progresión fascinante, de un refinamiento exquisito. Entre The Durruti Column y The Cure, Egyptian Hip Hop han encontrado un universo propio. Superada la inmediatez, sus canciones resultan increíblemente hipnóticas, atrapándote en la perturbadora sensualidad de temas como “The white falls” o “Yro dialio”. Un debut realmente destacado a cargo de una banda extraña y seductora. Joan Cabot
‘vacaciones’, “Mladic” y “We drift like worried fire”. Así que no es casualidad que ambas piezas se plieguen al canon particular de la banda de manera milimétrica; a esa forma cuasi-sinfónica, bañada en épica y mal rollo, densa a nivel instrumental y cercana al rock progresivo, que se alarga en el tiempo (hasta superar los veinte minutos en ambos casos) mientras se van sucediendo pasajes en calma con estallidos de tensión. Una formulación que resulta especialmente brillante en el segundo de esos temas, “We drift like worried fire”, que presenta cambios de intensidad y de ritmo muy acusados, y que juega a confrontar los distintos instrumentos de tan particular orquesta entre sí, con fantásticos resultados. En cuanto a los otros dos temas, se trata de piezas mucho mas cortas y de naturaleza ambiental, que prescinden de la percusión y se concentran en secciones muy concretas de la banda: “Their helicopter’s sing” va sumando instrumentos de cuerda y de viento, como si se tratara de una orquesta de cámara cuyo fin último fuera asfixiar al oyente. Y “Strung like lights at thee printemps erable” hace evolucionar una guitarra en feedback sobre un tembloroso fondo de drones, hasta que todo revienta en una explosión de energía. Dos pequeños caprichos, en fin, que no tienen nada que ver con los temas (digamos) principales, y que parecen estar ahí para completar y equilibrar un disco que de otro modo podría haber pecado de corto (al menos, según los estándares que la propia banda se había impuesto en sus entregas anteriores). Una precaución que posiblemente no era necesaria: resulta bastante evidente que “Allelujah! Don’t bend! Ascend!” no es el mejor título de Godspeed You! Black Emperor, pero aún así sigue siendo uno de los mejores discos de rock que se han publicado en los últimos meses. Ahora sólo falta despejar la última incógnita: saber si se trata de una despedida definitiva, o si sólo es un punto y seguido; una manera de cerrar la primera etapa de la banda de manera coherente, antes de volver la vista hacia nuevas metas. Vidal Romero
Sus trabajos siempre han mostrado un espírituo epopéyico, tanto en intención argumental como instrumental. En la búsqueda de nuevos matices sonoros que incorporar a sus recientes composiciones, y emulando a otros exploradores que en siglos pasados erraron hacia el Círculo Polar Ártico, el trío viajó en 2011 hasta la ciudad fantasma de Piramida, dedicándose durante días a capturar la crudeza de los sonidos de la naturaleza, el aislamiento y la nada. Los resultados obtenidos se completan en el estudio con numerosos invitados entre los que destacan Nihls Frahm, Peter Broderick, Agnes Obel y una sección de metales de la Andrómeda Mega Express Orchestra. Si los esquimales afirman que definen el espacio gracias al sonido, las canciones del álbum conducen sensorialmente al oyente a parajes cambiantes, geografías variables de un pop paisajístico orquestado, solemne, siempre delicioso. David Giménez Ekkehard Ehlers “Adikia” Staubgold
Efterklang “Piramida” 4AD / ¡Pop Stock!
Pop geográfico. La grandiosidad ha acompañado a todas y cada una de las grabaciones de Efterklang desde su debut allá por 2004.
Contemporánea. Habiendo demostrado con creces su capacidad de manipulación de la obra ajena, el alemán Ekkehard Ehlers (también conocido como Auch y Betrieb, además de miembro de Autopoesies y März) se dedica últimamente a manipular no referencias, ni sonidos, sino personas en sí. “Adikia” es
el resultado de su trabajo con un puñado de músicos excepcionales de la escena de la música improvisada, como el contrabajista Werner Dafeldecker y el clarinetista Kai Fagaschinski, además de Paul Wirkus (aquí a la percusión), y algún nombre menos famoso pero no menos impactante, como Björn Gottstein, otro aliado de la posmodernidad (a la viola), Eva Reiter (a la viola da gamba), o el estremecedor cantante Todosch. El resultado es una media hora que oscila entre silencio y expansión, como una grabación de field recordings de una pelea imaginaria entre la diosa de la injusticia (la tal Adikia) y su conciencia. Todo ello masterizado por Rashad Becker, de Dubplates & Mastering. Un disco justo y necesario. Gloria González
Emeralds “Just to feel anything” EDITIONS MEGO
Kosmische. Tal vez lo más sorprendente de “Does it look like I’m here?” (10), el penúltimo disco de Emeralds, fue que la banda aprovechó su paso a Editions Mego (ese sello donde lo raro es el pan nuestro de cada día) para entregar el título más accesible de toda su carrera; aquel en el que tensaron tanto la cuerda de lo cósmico y lo sintético, que terminaron por pringarse con efluvios nada disimulados de new age. Dos años después, “Just to feel anything” sigue en esa misma senda, al menos en una primera cara irregular (existe también en versión compacto, pero es claramente un disco pensado para el vinilo), que igual dispone guitarras robadas a Manuel Göttsching sobre un fondo de teclados cósmicos y ritmos mecanicistas (“Before your eyes”, “Everything is inverted”), que explota las capacidades hipnóticas de un sintetizador modular (“Adrenochrome”) o se mete hasta las corvas en esa new age un poco gáyer que decíamos más arriba (“Through & through”). Menos mal que la segunda cara pone las cosas en su sitio, con tres piezas que funcionan como una especie de sinfonía cósmica: empieza navegando entre drones y ambientes distópicos (“The loser keeps America clean”), se mira en el espejo de los mejores Harmonia (“Just to feel anything”) y termina embarcada en una larga pieza, de propiedades meditativas y con un título impagable (“Search for me in the wasteland”). Siguen siendo grandes, vaya. Vidal Romero Gary Beck “Bring a friend” Soma
Techno. El respetado y laureado sello con oficinas en Glasgow celebra nada más y nada menos que su centésima referencia de su nutrido y épico catálogo. El encargado de llevar el nombre tatuado a fuego de tal efeméride es el también escocés Gary Beck, el hechicero del techno visceral que viene envuelto sin complementos extras ni con sobre exceso de packaging como en Mercadona: techno más crudo que el sushi de Fukushima; directo al estómago. Su debut en formato LP (aunque lleva más de media década lanzando maxis en diferentes plataformas como Sleaze Records o Drumrecords)
tiene la única pero acertada misión de que traigas a tus amigos a la pista de baile más cercana a tu casa, porque con temas techno abrasivos como “Algoreal” o “Before the crash”, así como incursiones acid (“D51”) o hardcore (“Unaware”), uno no puede hacer otra cosa que rendirse ante la avalancha de músculo sintético. “Bring a friend”, o cómo utilizar un disco como ariete para reventar las puertas de un club. Beto Vidal Grischa Lichtenberger “And IV (inertia)” RASTER-NOTON
Techno. Ahora que los jefes del sello andan enredados con proyectos de mayor calado (esa bestia que responde al nombre de Diamond Version), es hora de abrir el catálogo de Raster-Noton a los nuevos fichajes, a esa cantera encargada de mantener al sello en la primera división del jánder. Y mientras los nuevos valores sean como el alemán Grischa Lichtenberger, todo irá bien. “And IV (inertia)”, su primer disco, maneja con extrema soltura el manual de estilo de la casa, ese techno molecular e hipercinético, de ritmos convulsos y sonido afilado, en el que conviven partículas cortadas a cuchillo, digitalismos salvajes, drones obsesivos y algún retazo ambiental. Unos mimbres a los que Lichtenberger añade un uso extensivo de grabaciones de campo (eso sí, manipuladas de manera intensiva), que se intuye en esas texturas de grano grueso, en esa coloración orgánica, que salpica aquí y allá a unos temas violentos, rugosos y en general cortos: que estallan con facilidad, como si tuvieran demasiada energía almacenada en su interior y sintieran la necesidad de liberarla. Todo eso cabe en un debut espléndido y generoso, meticuloso con el detalle y cortante en la superficie; un disco que busca acomodo en algún lugar intermedio entre el techno violento del jefe Byetone y una IDM fracturada, que trae a la memoria (cosa buena) los viejos discos de sellos como Planet Mu o Hymen. Vidal Romero
Jason Lytle “Dept. of disappearance” Anti- / Pias
Space pop. A estas alturas de la vida no le podemos pedir a Jason Lytle grandes cambios en su música, ¿verdad?. El ¿ex? frontman de Grandaddy siempre ha tenido siempre las ideas claras, tanto como miembro de la banda como en sus discos en solitario, conjugando instrumentos electrónicos y acústicos y apoyándose en su tono de voz para dar forma a un indie rock espacial marca de la casa. Lo que sí le podemos pedir es que lo destile y pula conforme pasa el tiempo, algo que ya hizo con su primer disco en solitario, “Yours truly, the commuter” (09), trasladando el sonido de la banda a su carrera en solitario, y que ha vuelto a hacer de nuevo. Entre reuniones de Grandaddy para actuar en directo y rumores de un próximo álbum de la banda, Lytle ha aprovechado para publicar su segundo disco en solitario, donde volvemos a encontrar baladas de hondo calado (“Matterhorn”), armazones de guitarras y sintetizadores, y algunas cancio-
Lindstrøm “Smalhans” Feedelity-Smallsound Supersound
nes ligeras (“Get up and do it”) que sirven de contrapunto a la densidad emotiva de la mayoría de los temas. Otro álbum para añadir a la lista de aciertos de Lytle. Javier Burgueño
Kid606 “Lost in the game” Tigerbeat6
Electrónica. Años ha, anunciar un disco firmado por Kid606 en profunda crisis emocional habría sido como advertir de la llegada de un original cataclismo glitch, una inédita pesadilla breakcore, un divertidísimo apocalipsis para amantes de electrónica obtusa en proceso de alegre descomposición. “Lost in the game” es una obra compuesta por un Miguel De Pedro que lo ha pasado últimamente mal, muy mal, pero el caso es que nuestro artista ya no es aquel chaval irreverente e incontrolado al que le gustaba tanto pellizcar sonidos, pisar ritmos salvajemente y dar patadas a los samples por el placer de ver cómo sonaban. Estamos ahora ante un post-adolescente hecho y derecho quien, como respuesta a todos sus males, ha decidido componer una electrónica amable, casi triste, complaciéndose en sonoridades predecibles mientras le da vueltas a su vida y se pregunta si es mejor ir de clubs o a un club de lectura. Suena bien, pero menos entretenido que lo que cabía esperar de él. Gloria González John DeRosa “A wolf in a preacher’s clothes”
Dance espacial. Hay veces que pienso que los artífices de la escena space —o house— disco escandinava viven en otro planeta o mundo paralelo que todavía desconocemos. Ellos dicen que son de Noruega, ese país donde todo funciona bien y que con menos de 5 millones de habitantes puede alardear de un PIB astronómico, pero para un servidor sería necesario enviar otro vehículo parecido al Rover Curiosity que explora los confines de Marte para averiguar qué demonios come esta gente para instaurar el reinado indiscutible del dance espacial europeo. Para certificar con qué materia prima fabrican los eternos temas forjados a golpe de sintetizador cósmico y, sobre todo, para verificar por qué los personajes en cuestión lucen barbas de pordiosero o bigotes dignos de los días de oro de Giorgio Moroder. Sí, efectivamente hablamos de nuestros queridos Prins Thomas, Todd Terje, Diskjokke, Bjørn Torske o el artistazo que nos ocupa, Lindstrøm. En definitiva y resumiendo, las travesuras que efectúa el gran sello con el nombre que lo resume todo: Smallsound Supersound, el sello con cuartel general en Oslo que aglutina lo mejor de cada casa. “Smalhans” se edita en el sello del barrio de Grünerløkka y pasa a ser el segundo LP en lo que va de año (recordemos que tampoco es que Lindstrøm sea muy prolífico). Un segundo intento que aplica yodo directamente en la pequeña herida que dejó a su paso el arriesgado “Six cups of rebel” publicado en marzo. De hecho, el noruego se puso inmediatamente con “Smalhans” justo después de su último y pequeño patinazo, aunque si hacemos memoria a estas alturas de la temporada, “Six cups of rebel” se pa-
recía más un campo de pruebas —un extraño mejunje de rock progresivo y techno— que a un disco malo. Parece que Lindstrøm se ha dado cuenta de que faltaba rellenar y sellar su año, espléndidos remixes aparte, con una vuelta a lo que más le gusta: las raíces del dance espacial. Un cobijo que ya pudimos intuir en el sensacional maxi “Rà-àkõ-st / Eg-ged-õsis”, dos temas colosales que nos devolvían sin rasguños al Lindstrøm que todos exigimos: el que produce temas cósmicos infinitos, planeadores e imprevisibles. Una montaña rusa de melodías sintéticas y efervescentes que amenazan con saltar al vacío constantemente, como el bueno de Felix Baumgartner. No en vano Hans-Peter ha cocinado seis nuevas canciones de baile espaciales dignas de su mejor época. Un menú de degustación noruego (Lindstrøm es también muy cachondo y ha nombrado cada tema como un plato culinario típico) y muy cósmico, con los ya citados entrantes que suponen “Rà-àkõs” (verduras crudas y el ejemplo perfecto de los majestuosos arpegios mutantes que es capaz de conseguir sin despeinarse) y “Egged-õsis” (una suerte de mezcla de huevos y el azúcar que resulta en un electro funk travieso y muy kosmische). Como platos fuertes y de segundo, podemos disfrutar de “Lãmmel-ããr” (carne seca de cordero con sal y un un paseo retro-futurista que explora los ochentas más cósmicos) o bien “Võs-sãkõrv” (salchicha ahumada asada con melodías de sintetizador de juguete que suponen la apuesta más orientada al baile). Si añades unos “Vã-fle-r” (waffles que multiplican un in crescendo sideral hacía la estratosfera) o algo de “Fããr-i-kããl” (carne de oveja con col envuelta de una línea punzante de sintetizador astral, directa al hipotálamo) y que la mezcla final ha corrido a cargo del dios supremo Todd Terje, tenemos ante nosotros uno de los menús electrónicos del año. O lo que es lo mismo, muy probablemente uno de los mejores discos del año. Ahí pongo mi mano en el fuego. Beto Vidal
Rocket Girl
Croonerismo. Veterano siempre abierto a dar nuevos vuelcos, John DeRosa asienta en su nuevo largo, ahora bajo su propio nombre, esa voz de crooner descubierta en su anterior EP “Anchored” (Silber, 11). Si entonces el de Nueva Jersey sugería un acercamiento al pop orquestal y las maneras de Neil Hannon, en “A wolf in a preacher’s clothes” resulta imposible no establecer comparaciones entre su interpretación y la de Richard Hawley, también por el espíritu de unas canciones nocturnas y de un romanticismo sobrio y emocionante. Tras haber pasado por grupos como Pale Horse and Rider y liderado ese pequeño prodigio llamado Aarktica, puede que DeRosa parezca haber asumido la madurez con un proyecto basado en el inapelable atractivo de canciones como “Birds of Brooklyn” o “Don’t say goodnight”, una entrega arrebatada y unos deliciosos arreglos que, una vez más, remiten al de Sheffield, pero también a The Blue Nile o incluso Tindersticks. Un disco para corazones rotos y amantes desgarrados. Joan Cabot
días a Cuba a entrar en contacto con la escena musical local, en el marco de un proyecto de una marca de bebidas alcohólicas que le da dinero a Peterson para promover la música cubana —o, al menos, música con la que poder relacionar el nombre de La Habana—. Mala fue, vio, entró en contacto, aprendió palabras nuevas (“Mulata”, “Tribal”, “Changuito”) y se volvió a casa con material suficiente para hacer un disco entero que atestigua que en efecto fue a La Habana y algo hizo ahí (véase “The tourist” y su amable guitarrita). El disco, por desgracia, atestigua también que a Mala, por mucho que lo música cubana le parezca algo muy digno de respeto, le tira sobre todo el dubstep. A ver si la próxima vez le pueden dar dinero para que grabe un disco en su casa. Gloria González
Mala “Mala in Cuba” Brownswood Recordings
Dubstep (un poco) exótico. Mala ha cumplido con lo estipulado en el contrato. A Gilles Peterson (de Acid Jazz, Talkin’ Loud y ahora en Brownswood) se le metió en la cabeza que el rey del dubstep, mitad de los Digital Mystikz, tenía que irse unos
Lawrence English “For/Not for John Cage” LINE
Ambient. Una cosa que siempre me ha gustado de Lawrence English es que, a pesar
de que trabaja en el lado más experimental del ambient, manejando conceptos complejos, dando vueltas alrededor de ideas, fuentes de sonido y métodos poco convencionales, sus discos suelen ser amables y hasta bonitos. Es, en fin, un tipo capaz de acercarse al legado de un tipo tan árido (y fascinante, mucho cuidado) como John Cage, y salir con un puñado de piezas bajo el brazo que se pegan al oído con extraña facilidad. Por supuesto, hay algo de trampa en el asunto: como su título advierte, “For/Not for John Cage” no es un homenaje estricto al maestro californiano. Antes bien, aunque algunas de las pistas están realizadas bajo la influencia directa del compositor, otras funcionan como reflexiones acerca de aspectos no musicales, más livianos y de andar por casa, del autor de “4’33’’” (con especial hincapié en sus ideales budistas). Por eso, aunque es posible reconocer algunos de los aspectos ‘clásicos’ de la estética cageana (el azar, los destellos atonales, esos sonidos juguetones que salpican el disco aquí y allá, y que recuerdan a pianos preparados), en general Lawrence termina por plegarse a su estética habitual: ese magma borroso y ensimismado, que avanza con parsimonia, mientras flotan extrañas formas melódicas a su alrededor. Tan hermoso y cuidado como siempre, es decir, y con el inesperado añadido de algún detalle de humor: la broma en forma de seta desvaída que luce el disco en la portada (y que a Cage le habría encantado) es finísima. Vidal Romero
048/049
discos
Andy Stott “Luxury problems” modern love
Post techno-dub. Se lució Stott el año pasado con esa pareja de maxis —“Passed me by” (Modern Love, 11) y “We stay together” (Modern Love, 11)—, dos LPs camuflados que se alzaron, exaequo, con el primer puesto de la lista de mejores maxis del año en esta revista. Escúchenlos de nuevo. Recuerden esa abstracción gótica, ese nuevo sonido hermético y evocador, punzante como una flecha que surge entre la niebla. Cierren los ojos e intenten ir más allá… Cada cual tendrá su fantasía, su propia experiencia de lo que ese ‘más allá’ supone, pero es muy posible que “Luxury problems” las englobe y supere todas ellas. Manteniendo la base rugosa, reptante de “Passed me by”, el de Mánchester vira y entra en rumbo de colisión con Burial al añadir la voz, solida, real, identificable (no espectral como en los discos de Will Bevan) de Alison Skidmore, la que fue su profesora de piano durante su adolescencia. No es una gran voz, ni siquiera se entiende muy bien lo que dice, en ocasiones no es más que un susurro o un suspiro junto al micro, pero la colaboración de Skidmore añade un dimensión humana (piensen en Elisabeth Fraser de Cocteau Twins o en Lisa Gerrard de Dead Can Dance) a la música de Stott que la hace, a la vez, más cercana (más accesible) y aún más inquietante. Stott ha pasado de codearse con Actress o Basic Channel (que no está mal) a emparentar con
el blues de ultratumba de Burial y el pop espeleológico y acuoso de Balam Acab. Ya desde el primer segundo, la voz de Skidmore nos da la bienvenida sola, desnuda como una única célula que, en la probeta de un científico, se divide, duplica y modula para formar un (maravilloso) cuerpo (“Numb”). A mitad del disco, el momento pop, el R&B albino de “Hatch the plan” (el tema más largo, por encima de los ocho minutos) ya advierte que este disco es algo muy serio que supera al techno opresivo, circular y amortiguado de “Sleepless” y al lirismo cavernícola (como escuchar opera en una gruta) de “Lost and found”. El puñetazo de Stott es de los que deja secuelas en el cuerpo y en el alma, a pesar de venir enguantado en puro terciopelo vocal. Como contraste, para que la caricia siga doliendo, “Expecting” renuncia a la voz y muestra cortinas de ruido que van descorriéndose para dar paso a una base de dub industrial, grandes brazos mecánicos que golpean el acero hasta modelarlo en las vigas que sustentan todo el LP. El final con “Leaving”, un coro angélico de voces duplicadas que nos da las buenas noches mientras se nos eriza el vello, deja la puerta abierta a una evolución ‘vocal’ en la música de Stott. Quizás. También podría tirar por los desconcertantes breaks incrustados a martillazos en “Luxury problems” (el tema) o los golpes de caja remolones (que amenazan con mutar en fiero drum’n’bass) de “Up the box”. Pero no ha de ser esa nuestra preocupación ahora, el único problema que genera “Luxury problems” es que todavía no sabemos cómo llamar a lo que Stott está haciendo y eso, sin duda, es bueno. Muy bueno. Half Nelson
Melody’s Echo Chamber “Melody’s Echo Chamber “ Domino / Pias
Monokle “Saints” Ki Records
Electrónica. Vlad Kudryavtsev (aunque su verdadero nombre en Discogs es irreproducible sin el alfabeto cirílico) es un tipo que vive en San Petesburgo, se hace llamar Monokle y está licenciado en psicología. Sin entrar en más datos irrelevantes como su marca de cereales favorita, los más avispados de clase ya sabrán que hablamos de un tipo recurrente en el sector que practica una clase de electrónica planeadora que intenta jugar en la liga del downtempo con matices pop. De hecho, “Saints” bien podría encajar en la compilación “Pop Ambient” de Kompakt. Pero no, es otro sello de Colonia (aunque distribuido por Kompakt a nivel mundial, también hay que decirlo) el que lanza el quinto LP del jovenzuelo. Una obra inspirada según palabras del propio artista en “el silencio, sellos como Warp, Erik Satie y la IDM” que fructifica en nueve temas a veces cortados por el patrón de la calidez ambiental (la emotiva “Swan”), el eterno reflujo warpiano (la muy Aphex Twin “Homesick”) o con interesantes colaboraciones vocales a cargo de Nadya Gritskevich (“Slower”). Un disco correcto que se deja escuchar con cascos leyendo un buen libro. No buscarle más pies al gato. Beto Vidal
Dream pop. Muchas virtudes destacan en el maravilloso debut de la parisina Melody Prochet. Con la ayuda de Kevin Parker, miembro de Tame Impala, ambos consiguen que las canciones rebasen los convencionalismos del pop. La suave voz de la francesa —que de melancólica y sensual dirige nuestro recuerdo hacia los timbres vocales de algunas de las cantantes producidas por Serge Gainsbourg (Jane Birkin, Françoise Hardy, France Gall)— flota sobre las innumerables capas sonoras superpuestas entre sí, y se erige como uno de los principales instrumentos de Melody’s Echo Chamber. Su interpretación logra que la melodía triunfe sobre el hermoso caos sónico. Las coordenadas estilísticas se sitúan entre el dreampop y psicodelia-rock de nueva generación, y aunque resulta fácil la comparación con Cocteau Twins, lo cierto es que la sombra de Trish Keenan y aquellos primeros EPs de Broadcast se encuentran aquí de manera más evidente y, como sucediera con los de Birmingham, Melody también te robará el corazón. David Giménez Newban “Newban” BBE / ¡Pop stock!
hace poco eran pasto de coleccionistas con amplias carteras y que han sido recientemente reeditados, dejando al descubierto los inicios de Atlantic Starr: Sharon Bryant, Jonathan Lewis, Porter Carroll y Joseph Phillips finiquitaron con Newban en apenas un año su contrato de dos discos con el sello Guiness para poder firmar con A&M, ya bajo el nombre de la maravillosa banda neoyorquina de R&B. Pero eso no resta brillantez al material: disco-funk con querencias jazzies (“Father time”), deep-soul con mucho groove (“Why did you desert me?”, “Fatback Sally”), soft-soul lleno de elegancia (“Central Park”, “Mellow days, easy nights”) en el caso del primero, y una mayor fuerza de vientos en el segundo (“Greenburgh”), sensibilidad jazz (“Rhythm & rhyme”) pero con el mismo flujo y exquisitez en arreglos, ritmos, voces... Una gozada para los amantes del estilo, y que seguro adoraron Masters At Work, 4Hero, o Massive Attack durante “Blue lines”, por ejemplo. Jesús Sáez
Skip&Die “Riots in the jungle” Crammed Discs
Schwarz “Alquimística” Autoeditado
Psicodelia. Los que hace (exactamente) dos años recibimos con alborozo “Espíritus del desierto, yo os invoco”, el sorprendente giro hacia la psicodelia y el space rock de Schwarz, tenemos motivos para estar de enhorabuena: “Alquimística”, su nueva entrega, completa la transformación a lo grande. Sin medias tintas (en esta ocasión no hay ninguna canción pop), encomendándose a valores tan seguros como Hawkwind, Black Sabbath y todo lo que viene detrás, los murcianos han trabajado su sonido hasta conseguir que sea pesado y oscuro, denso y agresivo, profundamente psicodélico, y con esos mimbres han tejido cuatro piezas que no tienen miedo ni a la longitud (una de ellas supera de largo los veinte minutos) ni al experimento climático. “Alquimix” se ancla a un ritmo metronómico, y a partir de ahí levanta un carrusel de subidas y bajadas de tensión por el que los theremines y los drones campan a sus anchas; “El elefante blanco” y “H6” se lanzan a viajar por el cosmos, propulsadas por guitarras sucísimas y alocados arpegiados sintéticos; y ya en la segunda cara (“Alquimística” sólo se puede adquirir en vinilo, o en eso tan poco romántico que es una descarga digital), “Eurofisión” se revela como una odisea progresiva, tóxica y emponzoñada: un viaje por el lado oscuro del space rock, que termina por confirmar que la octava entrega de Schwarz es uno de los grandes discos de rock de la temporada, y tal vez el mejor que la banda haya grabado en su dilatada carrera. Vidal Romero Prats “Pla B” BCore
Funk. A veces las obligaciones de la actualidad musical deberían recordarnos la futilidad de conocer hasta la extenuación nombres en muchas ocasiones con poco que aportar, cuando permanecen en el ostracismo y el olvido maravillas como los dos álbumes de Newban. Discos que hasta
lateral de la consolidación de grupos como Mishima o Manel. No digo que éste sea el caso de Prats, porque la conexión con los primeros es directa —Dani Vega toca la guitarra en ambos grupos—, aunque uno tiene la sensación escuchando su debut de estar ante unas canciones que podrían haber ido mucho más allá, especialmente teniendo en cuenta el pasado del núcleo de la banda liderada por Marc Prats junto a sus ex compañeros en Madee, Lluís Cots y Pep Masiques. Sí, suenan impecables, mesurados y controlan a la perfección esas inflexiones que hacen de canciones como “Sookie” o “Pla delirant” hits en potencia, pero “Pla B” produce cierta sensación de déjà vu y precisamente por ello estoy convencido de que les espera un futuro brillante. Joan Cabot
Pop-rock. Tras varios años sumido en un perpetuo estado de agitación creativa, la consolidación de la escena independiente del pop y el rock cantado en catalán empieza a dar signos de cierta homogeneización y una actitud más acomodaticia, un efecto co-
World raver. Si no supieras nada de Skip&Die y escucharas su debut por primera vez, es más que probable que tras “Jungle riot” decidieras que estás ante unos simples imitadores de M.I.A. y quizás dejarías de prestar atención a uno de los artefactos musicales más brillantes surgidos de Sudáfrica en los últimos años y eso, claro, sería una lástima. Skip&Die son Catarina Aimée Dahms, conocida como Cata (Pirata, artista visual y vocalista) y el productor holandés Jori Collignon, y su primer álbum para la siempre atenta Crammed Disks contiene suficientes quiebros como para dejarte la cabeza zumbando durante horas y los pies temblando: incisos de cumbia, bass music y un recorrido de extremo a extremo del colorido musical sudafricano en un álbum en que el mensaje globalizador infecta lengua y ritmo y que ofrece una nueva razón para seguir manteniendo el continente entre los más fértiles pozos de inspiración de este extraño siglo. Joan Cabot Stealing Sheep “Into the diamond sun” Heavenly / Coop
Folk-psicodélico. Formadas en el Instituto de Artes Escénicas de su ciudad, este trío femenino de Liverpool despertó inmediatamente la atención de la prensa británica el pasado año con la publicación del EP “Noah and the paper moon”, a pesar de tratarse este trabajo de una recopilación de demos, descartes, tomas en vivo y remezclas. El encanto de Stealing Sheep radica en el potencial de sus dulces armonías vocales, una virtud que podría emparentarlas inicialmente con las hermanas suecas First Aid Kit. Pero la diferencia sustancial entra ambas es el eclecticismo sonoro que muestran sobradamente las inglesas. El neo-folk y la psicodelia de bandas como Jefferson Airplane o The Doors se fusiona con unas estructuras melódicas que, gracias al uso de los sintetizadores, recuerdan en todo momento a los maravillosos Stereolab (“Rearrange”, “Circles” o “Gold”, por ejemplo). A pesar de ello el repertorio que compone “Into the Diamond Sun” suena clásico pero no por ello está exento de frescura. Un álbum notabilísimo. David Giménez
Guided By Voices “The bears for lunch” Rockathon / ¡Pop Stock!
The Be Good Tanyas “A collection” Nettwerk / PIAS
Folk pop. Frazey Ford puede convertir cualquier cosa en una canción irresistible. Su voz suave encuentra siempre el equilibrio perfecto entre tristeza y dulzura, entre fatalismo y esperanza, entre pecado y redención. Así que imagínense lo bonito que suena todo cuando interpreta folk-pop selecto y elegante en compañía de gente de bien como Samantha Parton y Trish Klein, ambas cantantes y guitarristas con cierta debilidad por el banjo. No, mejor no se imaginen nada, simplemente quítense las botas, siéntense en la mecedora del porche de su casa, sírvanse un whisky, cierren los ojos y disfruten de “Ootischenia”, “Scattered leaves” o los otros grandes éxitos de las canadienses The Be Good Tanyas reunidos en este “A collection” retrospectivo. Ah, si la versión de “Oh Susanna” (sí, sí, la de oh, Susana, vengo de Alabama) les produce cierto repelús como concepto, se entiende, pero hay que admitir que el resultado es, a pesar de todo, muy aceptable. Y además son amigas de Huck Notari. Gloria González Stubborn Heart “Stubborn Heart”
Rock. Me repito, Guided By Voices es lo más cercano a una religión que tendremos algunos, una fe sustentada en que la perfección es algo imposible o en todo caso un estado apenas aproximable a través de la acumulación de errores y resultados semi-perfectos o no del todo imperfectos, depende de cómo quieras verlo. Hay algo definitivamente heroico en esa asunción, como si aceptaras haber perdido la mano antes de repartir cartas, pero aún así decidieras seguir adelante, aguantar la partida hasta haberlo perdido todo o, volviendo a las canciones, vaciarte del todo. Tras tres décadas componiendo canciones a un ritmo desquiciado, está claro que Robert Pollard es uno de esos conductores acostumbrados a conducir con el parpadeo constante de la luz de reserva, y allí sigue, sin intención de parar a repostar. “The bears for lunch” es el tercer disco publicado por la formación original de sus míticos Guided By Voices en lo que va de año, a los que hay que sumar dos álbumes en solitario por ahora. Robert es mucho Bob. Si en “Let’s go eat the factory”, el primero de los discos de la renacida formación clásica, Guided By Voices se reivindicaban como los reyes del rock lo-fi y de ese modo de proceder con el que elevaron los accidentes al nivel de arte a mediados de los 90, en “Class clown spots a UFO” el grupo parecía haber recuperado el nervio compositivo, en-
tregando una colección de temas que bien podía compararse con el último disco grabado por la misma formación en 1996, “Under the bushes under the stars”. Este tercero cae en algún punto intermedio y, serán los rumores que aseguran que las tensiones en el seno de la banda han vuelto a resquebrajarla, pero se palpa en él cierto cansancio y un punto de desgana, como si más que el fruto de la reunión de un grupo de viejos camaradas fuera el último trabajo que te queda pendiente antes de terminar la faena y poder volver a casa. En todo caso, en Guided By Voices las derrotas y las victorias siempre son a medias, discutibles y poco claras. De nuevo, hay una dosis suficiente de grandes melodías y rock inspirador como para mantener nuestra fe intacta, como esa preciosa “Waving at aeroplanes” (los aviones y los objetos voladores en general son una obsesión constante en su discografía, por lo de la base aérea de Dayton, su ciudad natal), la habitual aportación de Tobin Sprout, que firma algunas de las mejores canciones del disco. Aunque Pollard vuelve a erigirse como ese avispero de genialidad que siempre ha sido con “Hangover child”, “She lives in an airport” (ahí están de nuevo) o, mi preferida, “White flag”, siempre peligrosamente cerca del simple esbozo, de lo inacabado, y a la vez siempre rozando con la yema de los dedos algo fugaz y milagroso, algo al alcance de muy pocos. Con un poco de paciencia, Guided By Voices podrían haber hecho de estos tres álbumes un gran disco, pero las cosas no funcionan así en su mundo: su carrera ha sido un canto a la pasión, a la imperfección y el romanticismo kamikaze. Por eso creemos. Joan Cabot
One Little Indian / ¡Pop Stock!
Soul dubsteb. El dúo formado por Luca Santucci y Ben Fitzgerald dicen hacer “electronic soul music”, buscando de esta manera establecer lazos con el pasado, dotar de un sólido background a su trabajo conectando con el soul y el synth-pop de finales de los setenta y los ochenta. No vamos a contradecirles, pero a primera vista su música resulta más bien anclada en el ahora, haciendo lo que podríamos llamar ‘dubsteb para corazones rotos’. Electrónica atmosférica y oscura sobre la que una voz de crooner, melancólica y dolida, arrastra sus versos. Rondando por caminos entre James Blake, Joy Orbison o SBTRKT temas como “Need someone”, “Better than this” o la versión de “It’s not that easy” llaman la atención en un álbum que oscila entre lo correcto y lo preciosista. Música para escuchar volviendo (probablemente solo) tras una noche de fiesta. Javier Burgueño
dón climático, el guitarrazo a lo Black Sabbath o los desplomes a tumba abierta; ases en la manga que, tipos listos, se guardan para sus estupendos directos. Y por ese motivo, los ocho cortes que contiene el disco se hacen querer: da gusto sumergirse en el interior de esas atmósferas construidas a base de sumar capas e instrumentos, dejarse llevar por unas melodías elaboradas con paciencia, reconocer ciertos guiños al krautrock (en los ritmos a metrónomo que guían “U-matic” y en las volutas cósmicas de “Acrofobia”) o enredarse con un juego de tensión que nunca llega a estallar (“El tercer hombre”). Todo en un disco pulido y sin fisuras, en el que sólo se echa en falta algún momento más desnudo de instrumentación. Interludios que, por contraste, hicieran brillar aún más el monolítico sonido de Tannhäuser, una de de las mejores bandas que, dentro de la tradición del post rock, tenemos en este país. Vidal Romero
Tannhäuser “Voces” FOEHN
Post rock. Conscientes de que el post rock hace tiempo que dejó de ser un género para convertirse en una tradición, Tannhäuser han decidido que lo suyo debía ser como un trabajo de artesanía. Y así, prefieren mimar el sonido y el acabado de sus temas, y de ese modo pulsar mejor la cuerda de la emoción, antes que perder el tiempo con ese tipo de arrebatos pirotécnicos, sin sentido ni mesura, que son tan habituales en las bandas que se dedican a esto. “Voces”, la segunda entrega de los sevillanos, maneja a la perfección los resortes de tan particular libro de estilo (las bases rítmicas coloristas y rocosas, los continuos cambios de intensidad, los juegos de guitarras que crecen como telarañas), y evita caer en recursos tan manidos como el subi-
The Black Seeds “Dust and dirt” BLACK SEEDS / COOP
neos para todos los públicos, canciones preasimiladas, entendibles desde cada accesible primer acorde, y eso es justo lo que provoca distancia, y rompe la intimidad. Los neozelandeses The Black Seeds llevan tanto tiempo en marcha, que confunden la mezcla de su elixir, o tal vez se dejan llevar demasiado por la costumbre rítmica. Tanto da hacia donde se pierda una canción despierta y ambivalente como “Loose cartilage”, o cuanto afile su groove “Don’t turn around”, al final el reggae se escapa por todas las cañerías. Curiosamente, en este jardín podemos ver claramente las semillas, pero apenas sabemos distinguir lo que crece desde la tierra, porque las ramas y los frondes se confunden con un bosque de referencias recurrentes. “Dust and dirt” es un disco escandalosamente dilatado, sonriente porque sí, que no se plantea la energía que transmite, porque no la dirige, la dispersa. The Black Seeds tratan de darle un aire más funk aquí, estiran la alfombra soul allá, apuran la elegancia swing acullá, pero una y otra vez lo único que llega es una ventada con aroma a marihuana, y la sombra de las rastas de Marley. No se pone en duda el buen hacer de estos músicos de Wellington, aunque la verdadera identidad de la banda queda en búsqueda y captura. Esperemos que sepan encontrarse a sí mismos, porque Bob ya no lo hará. Albert Fernández The Orb feat. Lee ‘Scratch’ Perry “The orbserver in the star house” Cooking Vinyl / PIAS
Reggaero automático. El soul requiere tacto, intimidad, pero esa intimidad demanda algo más que únicamente compás, satén, o seducción. Cuando surcas las curvas de la música sensitiva, ronroneante y sugerente, debes conquistar la complicidad de quien escucha. “Dust and dirt” promueve conto-
Dub. A principios de este año, Alex Paterson anunciaba a través de las redes sociales que finalmente pensaba meterse en los estudios de grabación junto a Lee ‘Scratch’ Perry para trabajar en un proyecto común con The Orb. No cabe duda de que semejante noticia dejó
050/051
discos
Rone “Tohu Bohu” Infiné
Electrónica. Denle al play, cierren los ojos y déjense llevar porque éste es posiblemente uno de los discos más bonitos que van a escuchar este año. Echen a volar con la electrónica ensoñadora del francés Rone, con este disco que combina techno cinemático y texturas ambient para construir un universo ondulante y onírico del que no van a querer salir. Con el temple de Boards of Canada y los brotes de genialidad de Aphex Twin, Erwan Castex nos trae un trabajo redondo de principio a fin gestado en Berlín. Según cuenta, el productor se siente mucho más relajado en la capital germana que en su París natal, y eso se nota en un trabajo que mantiene el pulso durante todo su metraje y que consigue que todos y cada uno de los elementos encajen a la perfección. Como si nos hallaramos en los albores de la civilización, en un mundo desierto y aún por hacer, detenidos en un amanecer eterno, con el Sol queriendo asomarse tras un horizonte que aún no existe, respirando el aire limpio que todavía no conoce la contaminación. En hebreo “tohu bohu” hace referencia precisamente al instante que precede a esta estampa preciosa e inquietante, al caos primitivo en el que conviven todos los elementos antes de la creación del mundo. Y es que Castex ha conseguido domar toda la amalgama de instintos, impulsos y referencias que anidaban en su interior para fundar su propia Tierra, muy lejos de aquí. Si el año pasado Erwan nos sorprendía con el temazo
a más de uno con cara de póquer y hasta logró arrancar alguna que otra carcajada. Pues la cosa iba en serio: “The orbserver in the star house” ha llegado sintetizando las afinidades del trío Paterson-Fehlmann-Perry y entregando a sus fans comunes un total de once cortes que derivan hacia la electrónica dub, el ambient y el house. Desde el inicio con el trotón “Ball of fire”, se asiste a una prometedora aventura cósmica con un Lee Perry volcado de lleno en su papel de MC septuagenario (“Man in the Moon” y “Soulman” son tremendos ejemplos de lo bien que aguanta el hombre), pero a la postre, la escucha completa del disco se torna pesada por la falta de riesgo a manos de Paterson. Obviamente, las marcianas revisiones de clásicos como “Little fluffy clouds” (“Golden clouds”) y “Polices & thieves” echan algo de sal al soso guisado rítmico, garantizando al oyente la ración justa de diversión que requiere una colaboración de tales dimensiones. Matías Bosch
“So so so” dentro de un EP que combinaba tech-house con IDM, ahora el parisino sigue en esta línea explorando sonoridades house bailables pero poco trilladas, ritmos techno con más temple que músculo e impresionismo ambient de brocha fina. Los paisajes que dibuja Rone en apenas 50 minutos no cabrían ni en todos los lienzos del mundo, y el sosiego con que nos los presenta corresponde más al de un demiurgo satisfecho que al de un artista complacido. Pero Rone mira atrás, claro que sí. Sabe lo que ha dejado a su espalda y siente la melancolía feliz del emigrante que sabe que ha partido hacia una tierra mejor. Esa nostalgia leve empapa las texturas de “Tohu Bohu” sin empañar por ello su frescura. Ahí está el dancefloor onírico de “Parade” para demostrarlo, la prístina pureza de “Beast”, la extática bienvenida que es “Tempelhof”, el sentimentalismo exacerbado de “Fugu kiss” o la épica monumental de “Icare”. Precisamente en este último corte, el productor se acompaña del violonchelo de Gaspar Claus, que le aporta al tema una gravedad muy apropiada. Y si bien la inclusión de este invitado es un acierto de pleno, la otra colaboración del disco, la de High Priest de Antipop Consortium, destroza “Let’s go”. Posiblemente ahora lo escuchen y no les parezca tan grave, pero servidora tuvo ocasión de escuchar una versión primeriza sin masterizar de este por entonces “Moscow mule” y esa mezcla de una suave base electro con cientos de capas de efectitos ha quedado sumergida bajo un fraseo insulso que poco aporta al tema tanto en forma como en contenido y que no deja apreciar la que para mí era la joya del disco. Un pequeño paso en falso en un álbum que, no obstante, no puede ser calificado de menos que sublime. Virginia Arroyo
mente que deja el resto de temas al nivel de simples comparsas: no sólo es el mejor tema, sino también el más largo y el que cuenta con unos arreglos más espectaculares. Sin embargo, a medida que se repiten las escuchas el disco adquiere un mayor equilibrio con el solemne piano de “Hijos”, la esencialmente acústica “Amigo Rock’n Roll” o “Los hombres” (La Buena Vida con amplificadores nuevos) como contrapesos. A sus ya habitualmente agudas observaciones de las vidas entre vacías y anodinas de los treintañeros (“Sonámbulamente”, “Hijos”, “Primero de mayo”, “Son esos pájaros”) Teresa Jimeno y Luis F. Bayo añaden algo de mitología pop, de comentario cultural, con abundante namedropping (sobre todo en “Jagger y Richards”, la letanía que cierra el disco) que les sirve como elemento descriptivo, comparativo (“Somos como los rockers pero un poco más glam”, dicen en “Hijos”). Salvo “Panteras”, que recuerda a Hidrogenesse por el fraseo y la voz de Luis, “Rock’n Roll” no es sólo el disco más profesional de Espanto, sino también, de largo, el mejor. Half Nelson Tunji Oyelana “A Nigerian Retrospective 1966-79” Konkoma “Konkoma Batida “Batida”
Espanto “Rock’n Roll”
Soundway / Coop
Austrohúngaro
Pop. Tras la primera escucha, ese pedazo de hit que es “Rock’n Roll”, un ídem con base motorik como si Moroder produjera a Single versionando a Telex, destaca tan poderosa-
África. El sello londinense Soundway sigue profundizando en catálogos perdidos u olvidados de música africana y sudamericana, y del hilo rítmico que las une, y como buen ejemplo de ello son algunos de sus últimos lanzamientos. El doble CD que re-
copila grabaciones de Tunji Oyelana es la mejor muestra de ello, uno de los mejores representantes de la época dorada nigeriana, una fantástica colección de 24 canciones que van del afrobeat al funk, pasando por el afrorock, el reggae o el juju, y que seguro serán la envidia de los dueños de Vampisoul. Lo del grupo ghanés (aunque afincado en Londres) Konkoma no es una recuperación, pero su reciente disco, producido por Nostalgia 77 y Prince Fatty recoge y actualiza lo mejor de la tradición afro-funk, con poderosos vientos y resultados que rebosan groove y feeling por los cuatro costados, en una de las mejores referencias del estilo que servidor ha escuchado este año. Para terminar, lo de Batida supone una línea diferente en los patrones de trabajo del sello: el angoleñoportugués Pedro Coquenao ha construido una propuesta bailable a través de bases programadas y samples de música angoleña de los años 70, consiguiendo un mensaje vitalista y fluido, aunque los sonidos y programaciones queden algo ramplones, planos y sin profundidad. Aunque hay que reconocerle, al contrario de la mayoría del kuduro actual, la pleitesía a sus raíces musicales. Jesús Sáez
tros de ceremonias son esta vez Friendly Fires, que versionan “Why don’t you answer?” el clásico electrónico de finales de los setenta de Eberhard Schoener y Sting, y se encargan de realizar una exquisita selección que abarca música disco, pop clásico, house, electro-pop y shoegazer. En el tracklist se alternan bandas actuales como SBTRKT, Iron Galaxy, Laurel Halo o Melody Echo Chamber y su evocador “Endless shore”, clásicos como Stereolab, Slowdive o Cocteau Twins y viajeros en el tiempo como Olivia Newton John (atención a su ‘imposible’ ordenación entre Slowdive y Nils Frahm al final del disco) o Renee, conformando una excelente recopilación para disfrutar en la intimidad de su iPod o amenizar veladas rodeado de amigos. Javier Burgueño
Two Gallants “The bloom and the blight” FARGO / PIAS
Three Second Kiss “Tastyville” Africantape
Post-hardcore. Los veteranos Three Second Kiss llevan más de quince años alimentando la escena post-hardcore boloñesa junto a sus paisanos Uzeda. Ambas bandas han procedido sin ninguna vergüenza a repetir el sonido inherente y único que practicaron June of 44 y Rodan a mediados de los noventa, pero ejecutándolo con una soltura y técnica tan depuradas, que podrían llegar a confundirse con cualquier banda estadounidense. De hecho, han llegado a compartir escenario con un alto porcentaje de bandas de Touch and Go y Dischord, factor que ha ayudado a que en Washington DC se les considere como una respetada banda de culto. Massimo Mosca, Sacha Tilotta y Sergio Carlini siguen sumando puntos y vuelven a entregar disco con Africantape, así que nada malo cabía esperar de este cuarto largo que lleva por título “Tastyville” y que, además, ha sido masterizado por el mismísimo Bob Weston (Shellac) en sus estudios de Chicago. De principio a fin, “Tastyville” se convierte en un ejercicio infalible de ritmos rotos, guitarras trenzadas y versos recitados entre estallidos de furia. Encima, van y decoran su disco con una pintura de Ligabue. Más artie, imposible. Matías Bosch Varios Autores “LateNightTales: Friendly Fires” LateNightTales
Recopilación. Las “LateNightTales” series se nos hacen mayores. Treinta recopilatorios llevan editados en doce años ya, nada más y nada menos. La idea, como ya les expliqué varias compilaciones atrás, es siempre la misma: pedir a un artista/banda que realice una selección musical para escuchar a última hora de la noche, dejando además una versión exclusiva para la ocasión. Los maes-
Rock+folk. La última gesta de este dúo de San Francisco, hecha de guitarras erizadas y trotes rockeros, más una voz que apunta siempre a lo más alto de cada trama lírica, conquista desde multitud de ángulos la dirección y sentido adecuados para llegar sin rodeos a esa meta con un cartel gigante donde puede leerse en letra enormes ‘música’. Muchas melodías se introducen con melosidad acústica, o se abren en medios tiempos templados, pero aquí la mayoría de notas son altas y rápidas, porque estas canciones no se permiten concesiones; sólo quieren avanzar, a cualquier velocidad. El sendero que transita “Halcyon days” es el de la música para los grandes momentos, sobre los grandes días. Se trata sin duda de una canción para ser recordada, que comparece sin temor a las cargas del pasado. La ternura con que se enroscan la guitarra, la voz y el bombo en la carrerilla que enciende “Song of songs” llega a lo más hondo de quien escucha. Los coros de su estribillo promueven una empatía colosal, de complicidad irrompible. Para cuando se da inicio a “My love won’t wait”, con esa introducción a capela, seguida de una maraña de guitarras que se densifica o aligera en función del verso, uno tiene muy claro que se está ante un gran disco. Ni el cuarto, ni el quinto corte lo desmienten. A grandes rasgos, las melodías y soluciones sonoras y estructurales de “The bloom and the blight” complacen al viajero de los surcos que no se detiene en los detalles, y disfruta del impulso. Suene una ráfaga de distorsión, un teclado, una armónica o una acústica, los derroteros del disco son diáfanos y embriagadores, por mucho que sus carreteras hayan sido largamente transitadas. Ante esta carretera de canciones, uno sólo puede dejarse llevar, contemplar el paisaje, y disfrutar vívidamente del viaje. Albert Fernández VIVA “Tiempo para la cosecha” Foehn
Free-pop. La belleza en la imperfección. La imperfección como consecuencia de la libertad de creación, o motivo a partir del cual surge la inspiración. Víctor Herrero e Israel Marco (miembro de Cuchillo) se unie-
Jessica Bailiff “At the down-turned jagged rim of the sky” KRANKY
ron a los percusionistas Gamal Seya, Liliana de Cristofaro, José Luis Rico y Kike Pierrot (miembro de PAL y batería de Remate) y al bajista José Luis Herrero formando así el proyecto VIVA. Fieles a unos sugestivos principios sobre los que trabajar, se encerraron en el estudio de grabación durante cinco días, abandonándose a la pureza del instinto compositivo y creativo de cada uno de los músicos y de la suma resultante de todos ellos. Partiendo sin ninguna idea de canción previa, con la mirada puesta en los sonidos procedentes del continente africano, los músicos liberan sus múltiples y excelentes virtudes, los instintos rugen y se templan en función de lo que requiere cada composición, dibujando una textura de colores sonoros que hacen de esta primera entrega un disco de obligada escucha. David Giménez
ta del fenómeno del baile y comete errores de rácord que le desenfocan la foto. Empieza electroso con el brutal “Can you feel it (Reach to the top)” de los ingleses Rhythm Mode:D (germen de Bizarre Inc. y Altern8, nada menos), tras el que la propia “Release” se ajusta como un guante, sigue garagero con dos perlas de Victor Simonelli (“Feels so right” como Solution y “Do you want me” como Cloud 9) para abrir paso a la perla acid house “The acieed that ate New York” de Mark Imperial, leyenda de Chicago y puente hacia Detroit por su amistad con Derrick May y Kevin Saunderson. El final es más irregular, poco cohesionado: la concesión a Haze Factory, el exótico “Allemaal, Allemaal” de Fierce Ruling Diva (cantado en holandés y con un escandaloso sample de Kraftwerk), un tema menor de Jump Chico Slamm y el afrobeat impostado de los italianos Z.A.M.. Irreprochable como sesión retro (que es lo que importa), pero desenfocada como documento de una época. Half Nelson
Pangaea “Release” Hessle Audio
Post-dubstep. Un doble EP más que un álbum propiamente dicho, este “Release” de Kevin McAuley, mandamás del sello Hessle Audio al alimón con Ben ‘UFO’ Thomson y David ‘Pearson Sound’ Kennedy, le confirma como uno de los productores más interesantes de toda la escena del postdubstep británico. Sin llegar al paroxismo experimentalista de Shackleton o al minimalismo científico de su amigo Kennedy, McAuley maneja diversos palos en este lanzamiento (disponible en descarga, CD y doble 12”) que le muestran como un notable e inquieto productor que aún está buscando una voz propia entre el marasmo de géneros y sub-géneros con cierto aire retro por su fascinación por el rave continuum (aunque aquí no hay sirenas). Abre “Game” con una MC que repite “just make sure you’re ahead of the game” y el Pangaea más fiero hasta el momento, pero me gusta mucho más “Trouble” (ya estrenada en un podcast para Resident Advisor) por su tempo contenido, amenazante y su escueto rap. Mientras que “Majestic 12” flirtea con el house y “Time bomb” prueba con la disonancia sobre una base de hormigón armado, “Middleman” triunfa por sus sincopados arreglos de viento. Experimentos que demuestran que Pangaea es un artesano fiable, pero no es un pionero. Half Nelson
Will Johnson “Scorpion” Houston Party
Dark-roots. Una sensación similar a la que produciría el trago abrasivo del peor aguardiente atravesando una gargante herida y seca recorre la espina dorsal del oyente cuando las notas arrastradas de “You will be here, mine’, el primer corte de la nueva entrega del componente de Centro-matic y South San Gabriel, se revela a través de los altavoces. La incomodidad, entendida aquí como algo disfrutable, forma parte del carácter de un disco tenso en emociones, como bien demuestra el instrumental “Rosanky”, un blues oscuro de latente angustia. Porque si bien Will Johnson muestra en “Scorpion” su faceta más acústica e intimista, totalmente alejada de las propuestas eléctricas y rockeras de sus otros proyectos, no es menos cierto que la intensidad que trasciende a través de cada nota no se resiente en absoluto, es más, se ve superada. Registrado en Texas durante cinco laboriosos días en los que Will se dedicó a componer y grabar, el cancionero muestra un sonido sureño tenebroso y sin concesiones. Soberbio. David Giménez
Varios / Hercules and Love Affair “DJ-Kicks” !K7 / ¡Pop stock!
Disco-house. “Sidetracked” (Renaissance, 09), primera incursión de Andy Butler en esto de las sesiones enlatadas, le mostró como un selector refinado con una maleta llena de incunables post-disco y protohouse. Tampoco hay aquí grietas en su selección (aunque colar un tema inédito de Haze Factory, productores de su próximo disco, quizás sea forzar demasiado) en la que repiten, ¿reivindicación?, los belgas Fax Yourself y los suizos In Flagranti (“Magojiro” suena retro pese a que se editó hace apenas dos meses), pero Butler quiere ir un paso más allá en su progresión historicis-
Pop legañoso. De todos los artistas que componen el estupendo catálogo de Kranky, pocos son tan entrañables como Jessica Bailiff. Siempre esquiva y misteriosa, esta menuda habitante de los Grandes Lagos se ha pasado los últimos quince años sumergida en un universo propio, utilizando la baja fidelidad como un tamiz con el que filtrar unas canciones de belleza sobrenatural, que se aproximan al pop desde una perspectiva climática, que dan tanta importancia a las texturas como a las melodías, y siempre parecen crecer de manera salvaje, fuera de todo tiempo y espacio. “At the down-turned jagged rim of the sky”, su quinta entrega, llega tras una pausa de seis años, pero las coordenadas en las que se mueve su autora apenas han cambiado: basta escuchar la primera canción, “Your ghost is not enough”, para comprobar que ese manto de guitarras, enredadas en arpegios minúsculos y circulares; que esos fondos legañosos y desvaídos, sobre los que se despliega una voz austera y magnética, no han perdido nada de su encanto. Parte de ese encanto, por supuesto, consiste en la manera de trabajar que tiene Bailiff: desde el principio ha preferido utilizar un estudio casero y viejos multipistas analógicos para grabar sus discos. Un sistema que le permite mayor libertad de acción y no tener que preocuparse por fechas ni facturas, pero que además afecta al sonido de sus canciones: es así, manipulando y maltratando cintas, como da forma a ese plano de fondo, repleto de distorsión y ruido rosa,
¿Canon pop? Arriesguémonos a ignorarlo. ¿Tres discos? Mejor uno. Tres secciones. Cuarenta canciones. Cero relleno. Oliver desenfrenado escribiendo. Ciento diez por cien creatividad. ¿Temas destacados? Lástima no tener espacio suficiente. Inspiración, mucha inspiración. Carbón en las manos. Carbón comprimido. Muy comprimido. Diamantes. Pulidos. Brillantes. Preciosos. Escuchen. Disfruten. Pop concentrado. Pop intenso. POP. Javier Burgueño
Antònia Font “Vosté està aquí” Robot Innocent
Octavo disco. Una idea. Canciones cortas. Muy cortas. Dos minutos por tema. ¿Estribillos? Casi no son necesarios.
Young Smoke “Space zone” Planet Mu
que bulle en todas sus grabaciones. Unas técnicas que estaban ya presentes en su primer disco, “Even in silence” (98), pero que se hicieron más acusadas y psicodélicas a mediados de la década pasada, coincidiendo con la época en la que se juntó con Dave Pierce (Flying Saucer Attack) para dar forma a un proyecto conjunto, Clear Horizon, que por desgracia sólo llegó a publicar un disco homónimo. Grabado en completa soledad, “At the down-turned jagged rim of the sky” incide aún más en ese carácter desapacible y distorsionado: una masa de ruido que igual le sirve para potenciar las dos canciones más descaradamente pop del disco (“Take me to the sun”, cocinado a la sombra de My Bloody Valentine, o la preciosa “Firefly”) que para hacer más ominosas las atmósferas sombrías de cortes más ensimismados, como “Goodnight” o “If you say it”. Dos temas, por cierto, en los que se nota a la perfección otra de las características del disco: el gusto que Bailiff ha desarrollado por los sintetizadores de aire gótico; por esa psicodelia de aire medievalista, tan propia de los setenta, que emparenta a nuestra heroína con francotiradoras del calibre de Nico (la de “The marble index”, claro) o de la olvidada Kendra Smith, cuyo único disco en solitario, el fantástico “Five ways of disappearing”, tiene muchísimos puntos de contacto con el que aquí nos ocupa. Y no acaban ahí las virtudes de “At the down-turned jagged rim of the sky”: aún quedan otras cinco canciones que igual se enroscan alrededor de drones y remolinos de ruido (“Sanguine”) que abrazan un pop intimista y misterioso (“This is real”) o se pliegan a un rock arisco y climático, cocinado a baja velocidad (“Slowly”). Piezas que sirven para terminar de armar uno de los puzzles pop más bonitos y delicados de la temporada. El otoño convertido en disco. Vidal Romero
Sci-fi 8-bits. Está demostrado: para triunfar con 18 años no hace falta enrolarse en las filas de realities como Gandía Shore para mostrar las vergüenzas plastificadas o cinceladas por toneladas de anabolizantes, ni tampoco saber patear un balón de fútbol con destreza o quedarte con un bombo a los ‘dulces’ dieciséis. Basta con que el siempre quimérico sello de Mike Paradinas se fije en tu talento, en el hipotético caso que sepas componer con las mismas aptitudes que Young Smoke. Sí, hablamos del enésimo talento anglosajón imberbe, pero esta vez va en serio. O eso parece al escuchar de cabo a rabo “Space zone” (con esa portada surgida de tus sueños más salvajes en una sala de videojuegos de barrio), un viaje a los confines del espacio a bordo de la nave del jovenzuelo, propulsada por el combustible que aporta la carrocería 8-bit o Atari. Porque es de la fuente de los videojuegos arcaicos de donde el chico no deja de beber, ya sea tanto por la estética como por los sonidos típicos que recuerdan a esas joyas clavadas en la cultura popular ochentera y noventera como Arkanoid, Double Dragon o Tetris. Canciones que parecen reformulaciones de míticas melodías de videojuego (en “Destroy him my robots” parece que Super Mario dé cabezazos para conseguir sus preciadas monedas) o directamente temas que te introducen dentro de guerras con láseres (“Laser Hornz”, o cómo dejar apretado ininterrumpidamente el botón de disparar en el “Space invaders”). Una papilla de memorabilia intergaláctica que hará las delicias de los nostálgicos de la electrónica 8-bits. Y un nuevo triunfo de Planet Mu, claro está. Beto Vidal
052/053
discos maxis / libros-dvds-cómics
+maxis Alex Durlak “Seconds” KOMINO, 12”
Aunque en esta santa casa no teníamos el placer de conocerle, el canadiense Alex Durlak cierra en este EP una trilogía de discos construidos a partir de improvisaciones con la guitarra y procesados granulares; una manera de trabajar que hace pensar en tipos como Fennesz o Tim Hecker, dos influencias que Durlak no intenta camuflar. Antes bien, prefiere compensar su falta de originalidad produciendo una pieza expansiva y crujiente, cuyo punto fuerte está en las meticulosas mezclas. Mezclas que, al exagerar la tensión entre las distintas capas que se van cruzando en los veinte minutos largos que se extiende “Seconds”, producen un efecto absorbente, de mucha profundidad. Grano grueso y ambientes cargados de humedad: ideal para los días de lluvia, es decir. VR
Astroboyz “Pianobatacazoo EP” STRUMENT, 12”
El gallego Alex Silva se estrena (y de paso estrena Strument, un nuevo sello con muy buena pinta) con un maxi donde vuelca su particular pasión por el deep house. Un deep house paisajista y con cierta querencia urban (esa “z” que remata su nombre de guerra no es casual), que se nota en los bajos saltarines y los ritmos ligeramente rotos. Elegante y refinado, “Pianobatacazoo” esparce voces de diva sobre un delicado trabajo de pianos y sintetizadores, que añade al tema una atmósfera ensoñadora, mientras que “Mngc”, más aspero y oscuro, juega con ritmos obsesivos y sonidos crudos, demostrando que Silva también sabe ponerse serio. El maxi se completa con una remezcla de Jimmy Edgar que, la verdad, no hace demasiada justicia al original. VR
Emptyset “Collapsed” RASTER-NOTON, 12”
Teniendo en cuenta que Emptyset han ido despojando sus discos de todo artificio, hasta
Prins Thomas Orkester “Øving EP” FULL PUPP, 2x12”
Si se han leído la entrevista con Prins Thomas que está publicada unas cuantas páginas más atrás, ya sabrán que la Prins Thomas Orkester es una ensemble de ocho músicos con gusto por la improvisación y las músicas espaciales. Destinada en principio a trabajar sobre material exclusivo, la falta de tiempo obligó a utilizar como punto de partida los cortes incluidos en el primer disco de Thomas, y algún maxi aún más antiguo, como el estupendo “Mor-
Textos
abrazar un techno seco y deshuesado, muy cercano en espíritu a la escuela Sähkö, no debería sorprendernos que en Raster-Noton les hayan fichado para su serie de maxis U-nun. Y el resultado no defrauda: “Collapsed” contiene cuatro pistas crudas y crujientes; un festival de sonidos filtrados, de ritmos con ecos industriales y de suciedad ambiental, de ondas puras y microsonidos cortados a cuchillo, que se mueve con cadencia comatosa y un insano aire de pesadez. Opresivo y rasposo como el papel de lija, se trata de un artefacto que deja a su paso una atmósfera cargada de tensión y malos augurios: si el concepto de distopía dispusiera de banda sonora, seguro que se parecería a esto. VR
mentales, engarzados en un continuo de malestar climático, “The men...” sirve a Krlic para volcar sus muchas y variadas obsesiones: folk cadavérico, bruma ambiental, ritmos desencajados, pianos fantasmales, techno enrarecido, jirones de doom metal y campanas amenazantes se amontonan en una media hora que funciona como un catálogo de música sangrante y con insana tendencia a la asfixia. El tipo de disco que no conviene escuchar a solas, y mucho menos a oscuras. VR
Erased Tapes, 12”
The Haxan Cloak “...The men parted the sea...” LATITUDES, 12”/CD
Mientras completa la continuación de su (brutal) primer disco, Bobby Krlic se apunta a la serie Latitudes con un falso directo (grabado en estudio, es decir) en el que demuestra cómo se las gasta sobre un escenario. Montado como una sucesión de episodios instru-
far”. Una traslación que se intuía sencilla, porque el productor noruego suele trabajar mezclando sintetizadores con instrumentos reales, pero que en la práctica ha servido para expandir los temas originales de una manera brutal. En “Snake music”, por ejemplo, la banda amplifica los ecos balearic de “Slangemuikk” mediante un tremendo trabajo de percusión, un bajo ondulante y tropical y unos teclados que son puro blues; una fórmula que se mejora en “Hamar bluesklubb”, que comienza sonando como una banda de blues-rock ácido de los setenta, y que luego estalla en un absorbente clímax de space disco. “Surkål”, ya en el segundo vinilo, explora un territorio cercano al kraut rock, incluyendo unas guitarras que parecen robadas a Harmonia, mientras que “Adril moen” cierra el viaje con un ritmo funk que se va cociendo a fuego lento, sumando instrumentos en un subidón imparable, que demuestra las muchas virtudes de un proyecto ejemplar. La música disco debería sonar siempre de esta manera. Vidal Romero
da explosión de melancolía, puritito Detroit, que se produce cuando entran en escena las cuerdas. Un hit inapelable, y que además viene bien acompañado: “Basal ganglia” es un estupendo ejercicio de IDM, con línea de bajo monstruosa y voces vocoderizadas, y “Gravity well” se pliega a un ambient techno, planeador y preciosista, que mezcla fondos crujientes y microsonidos con líneas melódicas que son todo ensoñación. Muy grande. VR
Old Apparatus “Alfur” Sullen Tone, 12”
Kiasmos “Thrown”
Ólafur Arnalds y Janus Rasmussen vuelven a unir sus fuerzas tras tres (largos) años de silencio. Y ya se sabe, cuando estos islandeses se ponen mano a mano con el proyecto Kiasmos, poco puede uno hacer para no caer cautivado en sus brazos. Para muestra, el botón que supone el tema homónimo que formará parte del futuro LP que preparan: un efluvio de techno desnudo y húmedo, arropado tímidamente por pinceladas de indietrónica sacada del universo Múm e instrumentos de cuerda. O lo que es lo mismo: una inmersión a pulmón en pelotas a un glaciar islandés. En el lado B, “Wrecked” sabe nutrirse inteligentemente de una percusión metálica y hueca que amortigua los crujidos digitales. Los invitados al maxi son FaltyDL y 65daysofstatic: el primero remezcla “Thrown” reforzando el colchón de beats, mientras que el segundo transforma “Wrecked” en casi un hit mainstream. BV
Vidal Romero y Beto Vidal
Mouse On Mars “WOW” Monkeytown, CD
La extraña pareja por excelencia formada por Jan St. Werner y Andi Toma vuelve a la carga tras conquistar una pequeña parte de nuestro corazón el pasado febrero con el regreso al largo formato que supuso “Parastrophics”. Prosigue la alianza Monkeytown, pero sobre todo continúa la visión sesgada, única y desacomplejada que tiene el dúo de la electrónica. El mini-álbum “WOW” (más de 30 minutos de duración) extiende la idm juguetona y los ritmos rotos de siempre, pero con una gotitas de más en cuanto a electrónica bailable se refiere. “HYM”, “DOG” o “VAX”, por ejemplo, gozan de una anarquía sonora que por momentos parece parodiar la especie de bass music que prodigan sus jefes de sello. Y así hasta llegar a algún guiño al pasado (“CAN” parece sacada de “Autoditacker”) o a seguir explorando el viaje que emprendieron con el insano tema que cerraba “Parastrophics”, la anfetamínica “seaqz”. Hazte fan, claro. BV
Matmos “The ganzfield EP” Thrill Jockey, 12”/CD
Del dúo Matmos podemos esperar cualquier cosa, en su mayoría de un alto contenido freak o vanguardista. Para componer y armar su nueva propuesta, “The ganzfield”, no iban a ser menos: a partir de las experiencias de una serie de voluntarios que, mediante los ojos tapados y con auriculares emitiendo ruido blanco a todo trapo, debían transmitir mediante sonidos e imágenes a qué sonaría el nuevo material de Matmos. Drew Daniel y Martin Smichdt han interpretado los resultados del experimento en piezas como la ultra experimental “Just waves” (capas de voces superpuestas que parecen invocar a Satán, entre los cuales se encuentra Dan Deacon) o la cristalina y desconcertante “Very large triangles”, poseedora de un extraño subidón. Cierra el maxi un remix de “You” facturado por Rrose, quien sin comerlo ni beberlo se marca un hitazo rompepistas mayúsculo y muy oscuro. BV
Max Cooper “Inflections EP” TRAUM, 12”
Decidido a sacudirse las eternas comparaciones con James Holden y Gui Boratto, Max Cooper echa el resto en “Inflections”, un tema que nace pegado a la estela de un arpegio obsesivo y chisporroteante, pleno de energía, y que luego va mutando a lo largo de cuatro minutos, preparando al oyente para la tremen-
El colectivo Old Apparatus —cuatro tipos anónimos con ganas de hacer ruido que evitan posicionarse en cualquier sonido o movimiento— entregan la segunda obra de la trilogía que editan en su propia plataforma, Sullen Tone. Si en el anterior “Realise EP” el miembro LTO se dedicó a cocinar IDM envasada al vacío, para “Alfur” es A. Levitas el encargado de retorcer y alejar el sonido hacia otros paisajes. En concreto, los que caben en una atmosfera viciada, con poco oxígeno que consumir. Temas opresivos como “Cauliroot” (ese sample vocal tan extraño y terrorífico) o la marciana “Lingle”. Canciones evocadoras que recuerdan por forma y planteamiento a la corriente witch house, gracias a los beats angulosos y pesados que encontramos en la totalidad del EP. Subrayar el único rayo de luz que se vislumbra en “Coalapps”, gracias a la aparición estelar de una línea de sintetizador celestial y cegador. Seguimos para bingo. BV
Roll The Dice meets Pole “In dubs” THE LEAF LABEL, 12”
¿Recuerdan aquello de que a veces se juntan el hambre y las ganas de comer? Pues eso es lo que les ha sucedido a Roll The Dice con Pole. Y es que el berlinés ha cogido tres de los mejores temas de “In dust”, ese viaje a las cavernosas profundidades del ambient que los suecos publicaron el año pasado, y los ha sometido a un tratamiento, vía cámara de ecos, que multiplica (todavía más) sus cualidades climáticas. “Calling dub workers” es mucho más delicada que la original, y viene cargada hasta el tuétano de humedad, “Echo hands” avanza anclada al ritmo comatoso de un sónar, rodeada por un fondo crujiente y unas guitarras de aire reggae, y “The skull is built into the versión” aparece deshuesada, deliciosamente perezosa. Y entre las tres conforman un epílogo estupendo para un disco espectacular. VR
Zodiac “Zodiac” Vase, 12”
Jeremy Rose es el hombre que responde tras Zodiac, aunque también lo hace por ser el productor de Abel Tesfaye (alias del canadiense The Weeknd y con mucho peso dentro de la primera y exitosa mixtape del mismo, pero ese ya es otro tema). Como cabía esperar, el superdotado productor entrega un EP en el sello de Jacques Greene cortado por el patrón del R&B pasado por el filtro del tempo bajado y bajos flotantes y pesados. Es decir, en la línea de flotación de torpederos de la escudería Tri Angle o Disaro, aunque con un enfoque menos fantasmagórico. Destacar el uso de beats abstractos en “So soon we change” y “Girlgirlgirl”, la borrosa y ambiental “Loss config.” y sobre todo la quejumbrosa pero bailable “138”, que resume todas las bondades de un artista muy a tener en cuenta. BV
Kristin Hersh “Rat Girl”
+libros
Alpha Decay
“Rat Girl” o cómo dejar de ser un roedor de comuna hippie y convertirse en una de las estrellas más laureadas del panorama rock durante casi tres décadas marcadas por una creatividad inagotable. No serán pocos los que afirmen conocer la historia de Kristin Hersh al frente de Throwing Muses -sobre todo en lo que a su carrera musical se refiere-, pero sólo los que hayan tenido la oportunidad de explorar esta novela autobiográfica basada en sus diarios de juventud podrán llegar a hacerse una idea de lo intrincado y escabroso que resultaba ser una adolescente en el cuerpo de Kristin. En él se recogen escritos pertenecientes a su edad del pavo, de la cual tuvo que despedirse y madurar forzosamente debido a múltiples problemas que aparecieron en su camino como enormes losas: desde la diagnosis de un transtorno bipolar, pasando por el alcohol y el abuso de las pastillas, hasta un embarazo prematuro. Todo esto ocurría en paralelo a una acelerada ascensión a la fama y los diversos problemas que ello comportaba para una chica de su edad: enfren-
“Vapor” Max la cúpula
Tras el éxito de “Bardín el Superrealista” (La Cúpula, 2006, Premio Nacional del Cómic 2007), Francesc Capdevila (más conocido como Max) no se ha lanzado a producir cómics como un loco. A su ritmo, como siempre, sólo nos había vuelto a ilusionar con “El piano rojo”, una obra con música de Pascal Comelade (se publico en Discmedi en 2008) en la que volvía a jugar con el surrealismo y personajes muy divertidos. Cuatro años después, “Vapor” continúa por la misma senda de perfección que el autor de Barcelona está recorriendo desde principios del siglo XXI. Inspirado, muy libremente, en “La tentación de San Antonio” de Flaubert, “Vapor” nos cuenta las tentaciones (o distracciones, según su autor) de un anacoreta llamado Nick (de Nicodemo) en medio del desierto. Su búsqueda del “sentido único e inapelable” de la vida será interrumpida por el sexo, la publicidad, su propia sombra que se aburre, la política, algunos personajes surrealistas o un misterioso lanzador de ladrillos (al más puro estilo “Krazy Kat”). Más divertido que “Bardín”, “Vapor” se lee en un suspiro pero su mensaje permanece como en los mejores tratados filosóficos. Manu González
tarse al miedo escénico, cerrar giras imposibles, lidiar con todo tipo de especímenes alcoholizados y hasta saber quiénes eran las personas que realmente estaban allí para apoyarla en todo momento. Un amasijo de inseguridades y dudas a los que debía enfrentarse día tras día. Su inseparable amiga, la actriz hollywoodiense Betty Hutton, influyó positivamente en los momentos cruciales en los que debía tomar las riendas de su vida con determinación y es uno de los pilares de este libro, narrado desde una sobriedad alucinada, con inevitables pinceladas naif que se repiten constantemente a lo largo de su lectura. Una lectura especialmente indicada para almas teen y pequeños héroes modernos que puedan hallar una identificación personal en los detalles y peripecias de una post-adolescente que se saltó todas las reglas de lo socialmente establecido como ‘normal’. 1985 y 1986, es la etapa en la que se gestaron los diarios, pero también el preámbulo de una etapa gloriosa que tiene su inicio en la firma de su primer LP “Throwing Muses” para el sello 4AD, que abriría paso a una larga etapa de éxitos que precisamente ella solita fue tumbando uno tras otro como quien cose y canta: el enorme “House tornado” (86) —todavía uno de los mejores discos de guitarras de la historia—, “The real Ramona” (91), que se instauraría como una de las joyas del indie y que junto a “University” (95) acabarían por sellar el diario personal de toda una generación. Ahí es nada. Matías Bosch
Sylvie Simmons “Soy tu hombre. La vida de Leonard Cohen”
Ángel Sala y Desirée de Fez “Neoculto” Calamar Ediciones
Lumen
Experta en biografías de grandes músicos (Neil Young y Serge Gainsbourg también han pasado por su escritorio) la inglesa Sylvie Simmons entrega este completo tour de force (700 páginas) que publica Lumen sobre el poeta musical más famoso de Montreal, el último Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011. Pese a nacer en una familia acomodada, las ansias de libertad de Cohen y su eterna búsqueda de la iluminación espiritual le llevaron a un bohemia autoconsciente por Nueva York, la isla griega de Hydra o un monasterio budista en California donde Simmons nos acerca de la mano de las abundantes declaraciones de testigos y protagonistas (entre las que hay una Marianne y un par de Suzannes), además de los chispeantes diálogos con el propio Cohen. Pese al tono algo hagiográfico, que orilla críticas y momentos turbios, “Soy tu hombre. La vida de Leonard Cohen” es una herramienta imprescindible para conocer y, si eso es humanamente posible, amar aún más al maestro Leonardo (como le llamaba Enrique Morente). Half Nelson
“Neoculto”, editado por el director del Festival de Cine de Sitges Ángel Sala, la periodista Desirée de Fez, prólogo del crítico mostrenco Jordi Costa y más de veinte colaboradores (entre los que se encuentran muchas firmas de esta santa casa), pretende ser “el libro definitivo sobre el cine de culto”, una definición a la que todos los autores se han acercado bastante. Aunque el año que viene ya habrá otras veinte películas más “de culto”, estrenadas o no, “Neoculto” recoge casi un siglo de películas míticas de mil y un estilos diferentes (que van de la serie b a la serie z, pasando por clamorosos fracasos de taquilla), de diversos puntos cardinales culturales y vistas una y otra vez en maratones de medianoche. En definitiva, un cine que permanece en la memoria de miles de fans y que es constantemente revisitado por los mejores cineastas de la actualidad. Se echa en falta más profundidad en algunos temas (la animación, por ejemplo), pero, en definitiva, “Neoculto” logra alcanzar su ambicioso objetivo: complacer y enseñar tanto a profanos como a eruditos. Manu González
cómics “Batman” Scott Snyder y Greg Capullo
“La Doce” François Schuiten norma
ECC Ediciones
¿Donde está Grant Morrison? Un buen detective no dejaría nunca de buscar a ese retorcedor de narrativas. El Nuevo Universo DC ha relegado el rastro del genio escocés a “Batman Inc”, de manera que, quien quiera seguir las huellas en la reestructurada continuidad del vigilante de Gotham se topará con la hipérbole insulsa de Tony Daniel en “Detective Comics”. El equipo creativo de la serie que lleva por nombre el del personaje, es el único capaz de lograr un soplo de creatividad que eleve la capa de Batman como se merece. En la primera saga, en torno a un misterioso Tribunal de los Búhos, Snyder ahonda en el pasado de Gotham, arañando la figura de Bruce Wayne con acierto cinematográfico. Todo el mundo parece encantado con la elección de Capullo a los lápices, aunque yo espero que abandone esa infantilización de los rostros, y abunde en la progresión siniestra de su estilo. De momento, acompañemos con un leve aplauso al murciélago en su laberinto. Albert Fernández
“Parker. El golpe” Darwyn Cooke ASTIBERRI
Otro autor que también se ha tomado su tiempo en volver es el belga François Schuiten (cuatro años, como Max: su último trabajo fue “La teoría del grano de arena”). Pero, para sorpresa nuestra, vuelve a la primera división de la historieta europea como autor total. “La Doce” es la primera bande dessinée que Schuiten guioniza y dibuja completamentes solo. Atrás quedan los tres tomos de “Las tierras huecas” que hizo a medias con su hermano Luc o los nueve álbumes de “Las ciudades oscuras” junto al guionista Benoît Peeters. Con “La Doce”, el autor de “El archivista” narra en un estilo pausado parecido al que Peeters utiliza en “Las ciudades oscuras”, dejándonos un preciosista tebeo en blanco y negro sobre la costosa búsqueda de Leon Van Bel (un experimentado maquinista) de su locomotora de vapor (la 12.004, una máquina velocísima que existió de verdad) en medio de un mundo dominado por los teleféricos eléctricos. Manu González
No voy a decir que ‘me gusta’ Parker. No estoy tan loco. El tipo es un delincuente severo, un metódico atracador que carece de escrúpulos, compasión o pasión, simplemente. Pero rayos, ese hombre es fascinante. Después de convertirse en “Cazador” cazado, cambiarse con cirugía la cara, y así poder consumar su medida y templada venganza contra “La compañía”, tal vez lo que menos necesitaba Parker es “El golpe” que le propone ese loco desconocido, Edgars. Claro que sólo Parker podría hacer que saliera bien un atraco a una ciudad entera, con un equipo de más de diez hombre. Por tercera vez, Darwyn Cooke traza con maestría las tramas y giros encerrados en las novelas de Richar Stark, definiendo con pocas líneas el carácter de un personaje, o las encrucijadas del lugar del crimen. Por suerte, Stark dejó un botín de decenas de novelas antes de morir. Que no pare el noir. Y no le digas a Parker que me cae bien. Albert Fernández
054/055
songwriters / último clásico
songwriters
Una vez, un amigo me contó una historia que puede servirme ahora para hablar de esta canción de Iron And Wine. Vaya por delante que no estoy utilizando a mi amigo para encubrir una confesión personal. Ya saben, el recurso radiofónico del ‘tengo un amigo que...’. Para nada. Mi amigo, que de niño era tan valiente como es ahora de mayor, y que desde muy pequeño mostró un cierto apetito por las emociones límite, estaba un día en el patio de la escuela. Aquí esto me lo invento, pero me imagino que la idea le vino en un momento de inspiración artística. De otro modo, no se me ocurre por qué decidió que dar vueltas sobre sí mismo era una idea estupenda. Se agarró con la mano izquierda a una columna y empezó a girar, sin parar, una vuelta y otra y otra para comprobar cuánto tiempo aguantaba sin cansarse. Claro, eso ustedes no lo saben, pero mi amigo es algo cabezón. Aguantar, lo que se dice aguantar, aguantó bastante, según cuenta. De hecho, resistió tanto que en lugar de caerse, o cansarse, se desmayó. Tenia cuatro años. Es mala edad para perder la conciencia. La gente mayor se preocupa mucho cuando pasa este tipo de cosas. La anécdota viene a cuento porque girar hasta perder el mundo de vista, es exactamente lo que hace esta canción. La coda larguísima es una relación de sensaciones opuestas, una lista de imagenes contradictorias: santo y pecador, arma y blanco, golpe y herida, garra y caricia, camino y muro, hueso y sangre... La realidad parece encontrarse en algún punto justo en medio de estas oposiciones. Un punto redondo y minúsculo que parte por la mitad la experiencia. Esta canción habla del momento preciso en el que lo dulce pierde intensidad y, en la punta de la lengua, empieza a percibirse el color amarillento de lo amargo. Entre lo bueno y lo malo hay apenas eso, un punto, que sirve para trazar círculos perfectos con un compás. Esta canción es intraducible, y aunque es cierto que todas lo son, les reto a que me sugieran una palabra para este ‘become’ que es ‘transformarse’ y es ‘convertirse’ pero que marca también el momento del cambio. El ‘become’ es este punto del que les hablo. El punto en el que todo converge. Sam Bean cuenta que le interesaba la idea de enfrentar una imagen de juventud e inocencia a la del desaliento grotesco de la edad adulta. Dice que era una metáfora que le servía para explicar como la vida sucede a un ritmo frenético de intervalos de extrema belleza y horripilante fealdad. Explica también que para él era importante describir la realidad de las emociones opuestas, y hacerlo a un ritmo delirante y sincopado. Quería escribir una canción sobre el punto preciso en el que el lado derecho y el izquierdo de la realidad se funden. La incomodidad de la canción y sobre todo su intensidad, más grande que la de cualquier otra que se haya escrito últimamente, se encuentra precisamente ahí: en el mareo, en una sensación física que nos libera. Describe las ventajas de auto-inducirnos un delirio que nos revelará la realidad tal y como es. Exponer, uno a uno, los singulares beneficios de un ataque de vértigo.
Texto
Banessa Pellisa Pablo Moreno
Ilustración
Iron And Wine
“Your fake name is good enough for me” Compositor: Sam Beam (letra y música). Incluida en el disco “Kiss each other clean” (4AD, 2011) Fake watches in your broken hand Barely keeping time Barefoot in the city and your phone is ringing Bet you’re watching all the happy kids Climbing on a car They were singing something Maybe they were singing: “Become the weeds, we will become Become the sea, we will become” Your fake money gave you everything Left along the road You’re cursing by the furnace and your phone is ringing Bet you’re watching all the happy kids Clapping in the cool They were singing something Maybe they were singing: “Become the weeds, we will become Become the sea, we will become” Your fake name is not for everyone It’s good enough for me Forgotten by the garden and your phone is ringing Bet you’re watching all the happy kids Kiss each other clean They were singing something Maybe they were singing: “Become the weeds, we will become Become the sea, we will become” Become the rising sun We will become, become Become the damage done We will become, become Become the river sway We will become, become Become the love we made We will become, become Become the endless chain We will become, become Become forgotten name We will become, become Become sinner and the saint We will become, become Become bandage and the blade We will become, become
Become the word and the breath We will become, become Become the card in the chest We will become, become Become the liked and the loathed We will become, become Become the bruise and the blow We will become, become Become the fruit and the fall We will become, become Become the caress and the claw We will become, become Become glory and the guilt We will become, become Become the blossom and the wilt We will become, become Become both right and wrong We will become, become Become the sound and the song We will become, become Become tooth and the tongue We will become, become Become the target and the gun We will become, become Become so cruel and kind We will become, become Become the weary and the wild We will become, become Become allegiance and doubt We will become, become Become the whisper and the shout We will become, become Become the honest and the veiled We will become, become Become the hammer and the nail We will become, become Become the blessing and the curse We will become, become Become their crooked words We will become, become Become the blood and the bone We will become, become Become an ice cream cone We will become, become Become the way and the wall We will become, become Become a disco ball We will become, become Become both now and then We will become, become Become again and again We will become, become
el último clásico “Apple” es más conocido por lo que no consiguió que por lo que consiguió. Destinado a ser el disco revelación de 1990, pasó fulminantemente de esplendoroso debut a legado póstumo cuando el líder de Mother Love Bone cambió este mundo por un mal viaje de heroína. La banda también expiró, y de sus cenizas nació Pearl Jam. Pero eso ya es otra historia. O, precisamente, esa es la historia. La historia de un disco considerado el precursor del grunge, pero que nunca compondría un grupo de música grunge.
Mother Love Bone “Apple”
polydor, 1990
Texto
Luis Meyer
E
n este mundo loco, que una estrella del rock muera en su habitación por una sobredosis de heroína se ve como algo normal. Esta escena tan habitual (cámbiese heroína por alcohol, el resultado es el mismo) forma parte del exotismo intrínseco a una música asociada con los excesos y sin los cuales, esas armonías imperfectas que salen de las vísceras posiblemente habrían quedado relegadas a un género menor. La historia de “Apple”, un disco que nació huérfano, es, por eso, un pedazo más de la historia del rock. Su artífice Andrew Wood no esperó a su lanzamiento y pocos días antes se metió la dosis definitiva en la cama que compartía con su novia. Tras permanecer dos días en coma, su familia decidió desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida. Tenía 24 años aquella mañana de un lunes de marzo de 1990. La mañana en que terminó el sueño de una banda llamada Mother Love Bone. Seamos honestos. “Apple”, que finalmente salió unos meses más tarde, era un disco aceptable, pero posiblemente hoy pocos se acordarían de su existencia de no ser por sus trágicas circunstancias. Lo mismo podría
decirse de Mother Love Bone, cuya efímera carrera hizo posible el nacimiento de otra banda que sí cuajó como referente del rock de la década de los 90: Stone Gossard y Jeff Ament, los otros miembros del grupo, nunca hubieran montado Pearl Jam de no haberse quedado con la miel en los labios. Este es el motivo por el que Mother Love Bone figura para muchos como el improbable germen de la música grunge, un género musical que eclosionaría con fuerza los siguientes años a su desaparición. Algo que por cierto nunca había entrado en los planes de Andrew Wood. El malogrado cantante nació en el estado de Ohio un 8 de enero de 1966 y de muy joven se mudó a Seattle, donde empezó a embriagarse con los discos de Queen, Aerosmith, Elton John y Kiss. Su primera banda, Malfunkshun, era deudora del glam rock en lo musical y en lo estético, y en ella el joven y excéntrico Wood, parapetado en su alter ego Landrey the Lovechild, empezó a apuntar maneras de estrella: lenguaraz, transgresor e increíblemente carismático, sus desmanes sobre el escenario armado con su bajo Steinberger inalámbrico pronto fueron su seña de identidad. Él iba por libre, con actitudes impredecibles como parar un concierto en mitad de una canción para comer cereales, probablemente para dejar patente su singularidad. Estaba llamado a liderar una banda de las grandes. En 1985 tuvo que apearse temporalmente del proyecto para iniciar un proceso de desintoxicación de heroína. Supuestamente rehabilitado, volvió a los escenarios y tres años más tarde formó otra banda: Mother Love Bone. Wood llevaba sus influencias glam intactas en la mochila, pero Gossard y Ament aportaron su sonido
pre grunge, lo que dio como resultado un híbrido entre Black Sabbath, The Stooges y el rock garajero que volvía a coger fuerza en los 80. Una mezcla irresistible que llamó la atención de Polygram, que les editó un EP con seis canciones. La banda teloneó por todo el país a Dog´s d´Amour, el empujón definitivo para publicar su primer largo. Durante ese último año de su vida, Wood hinchó el mito de su persona ayudado por la expectación que generaba el grupo y la inminente publicación de “Apple”. “No soy compositor, soy más bien inventor de canciones. Cuando hago una canción nueva no sé lo que estoy tocando, no sé el nombre de ningún acorde”, contaba en una entrevista concedida a la mítica revista estadounidense RIP, en la que él mismo renegaba del grunge. “Nos hemos quitado de encima algo de ese feo estilo, aunque aún queda algo de sonido grunge en las guitarras”, reconocía respecto a “Apple”. También dijo: “Estoy totalmente rehabilitado”. 24 horas más tarde una sobredosis le reventaba el cerebro. “Apple” pasó de disco debut a disco póstumo de un plumazo, y su principal atractivo reside no tanto en su calidad como en su capacidad para conciliar compañeros de cama antitéticos como el glam rock y el grunge. Y en haber sido acicate para un disco homenaje posterior mucho más interesante, “Temple of the Dog”, a cargo de Chris Cornell de Soundgarden (había sido compañero de piso de Wood) y otros popes de la escena de Seattle como el propio Eddie Vedder. Pero, sobre todo, en no haber sido ese disco de éxito colosal que estaba destinado a ser. La vida hubiera sido un poco más fea sin temas como “Rearview mirror”. Y esta es la historia de cuando el grunge le ganó la batalla al glam.
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open mic
+net labels Columna
David Broc
+import
Columna
Sin pelos en la lengua En la historia del hip hop es indispensable reservar un capítulo para los underdogs o MCs infravalorados. Aquellos rappers que han demostrado más potencial, talento y compromiso con el género que muchos de sus coetáneos pero a los que les ha sido negada la suerte del éxito y del reconocimiento. Cuando pienso en referentes que han merecido más repercusión, ingresos económicos y presencia, me vienen a la cabeza unos cuantos nombres: Kool G Rap, R.A. The Rugged Man, Canibus, Ras Kass, Edo G., Masta Ace, Bumpy Knuckles o Chino XL. El caso de Chino XL es especialmente doloroso y flagrante: será difícil encontrar a un rimador en la actualidad que atesore la intensidad, fuerza y perspicacia lírica que exhibe este neoyorquino de ascendencia portorriqueña en sus canciones. Y también parece complicado dar con un referente que pueda presumir de tanta implicación y pasión en la defensa del hip hop como género musical competitivo en permanente lucha consigo mismo y contra los elementos externos a su engranaje. Chino, de nombre real Derek Keith Barbosa, es una fiera incontrolable, un depredador de MCs y rivales, uno de los pocos rivales que pueden aguantarle un combate a Freddie Foxxx sin salir lastimado, un letrista y rimador superdotado que, por desgracia, nunca ha logrado trascender los límites del underground más militante. Y el suyo es un caso curioso: Rick Rubin se fijó en él, cómo no, cuando tan solo era un adolescente, y le dio carta blanca para grabar su debut discográfico para Def American. En “Here to save you all” ya despuntaba una bestia parda indomable, MC a la vieja usanza, centrado casi en exclusiva en la lírica de guerrilla, la exaltación del yo hasta límites insospechados y el uso de metáforas y juegos léxicos de sorprendente complejidad para un chaval de 22 años. Pero esa puesta de largo también enseñaba la personalidad iconoclasta e incontrolable de un artista casado con la libertad y con una idea del género alejada de toda intención comercial y popular. Una actitud a la contra que le ha reportado problemas con los sellos discográficos para los que ha trabajado desde el primer día: su segundo álbum, el también explosivo “I told you so”, ya lo editó fuera de Def American, así como el tercero, el decepcionante “Poison pen”, y su contrato con una subsidiaria de Universal quedó en agua de borrajas cuando empezó a dar forma a “RICANstuction”, un ambicioso doble álbum que ha tardado la friolera de tres años en ver la luz. 35 canciones dispuestas para un maratoniano desfile de disses, ajustes de cuentas, achaques, homenajes y desafíos que nos reconcilian con la esencia más pura del género. Evidentemente en estas más de dos horas de música no es oro todo lo que reluce, y es probable que si Chino hubiese optado por agrupar en un solo CD los mejores momentos del lote estaríamos hablando de uno de los grandes títulos del año. Pero en ese derroche, en ese empeño en tenerla más grande que los demás y encima enseñarla sin pudor alguno, estriba uno de los encantos de este rapper vigoréxico de rostro conocido —le habéis visto en “CSI Miami”— que no tiene pelos en la lengua. “RICANstruction” es un martillo pilón a base de hip hop duro y agresivo, en ocasiones redundante, en otras incluso aburrido, pero con un amplio abanico de momentos memorables que justifican todo este tiempo de espera y expectativas. Chino cuenta con la ayuda de numerosos MCs y productores, pero en realidad su papel siempre queda relegado a un segundo plano: cada vez que nuestro hombre agarra el micro no hay margen para que brillen otros.
Gloria González
Otras fuentes Que suban el IVA, que lo bajen, que lo toquen o dejen de tocarlo: he aquí algo que no afecta directamente al mundo de los netlabels, empeñados por su parte no en vender música (ni cara, ni barata) sino en compartirla. Y ¿de qué vivirán los artistas si no les llega dinero a través de la venta de discos?, me preguntarán ustedes (a la gente le encanta hacer esta pregunta en cuanto oyen las palabras ‘copyleft’, ‘creative commons’ o ‘gratis’). Pues yo también me lo pregunto, aunque estoy profundamente convencida de que han de existir otras posibilidades, otras vías. Pongamos por ejemplo el caso de Whitely y de Love Through Cannibalism, que acaban de publicar un maravilloso split EP de electrónica veraniega y desmadrada en Pxl-bot (www. pxl-bot.com), llamado “Wonderful island”: es más que probable que ambos vivan en una isla desierta donde no necesitan nada más para ser felices que plátanos, que caen de los árboles, y muchos píxeles de colores, que seguro que se los puede pasar alguien. En Kahvi (www.kahvi.org) se alimentan de electrónica pura, sin más, aunque preferiblemente de sabores variados, como demuestra el extenso recopilatorio “Tiny robots” que acaban de poner en línea: hay aportaciones picantes como las de Radioactive Sandwich y también platos consistentes como los de los chefs Lackluster, Xerxes o Alexander Chereshnev. El japonés Go-Qualia puede que no sea un robot, pero igual sí, porque se tragó una referencia entera de su compatriota Julie Watai y la ha devuelto triturada, granizada, disuelta, tecnológicamente sublimada en un
brillante “Scattered”, disponible en BunkaiKei (http://mishmashjp.com/bkk/). No lejos de ahí (bueno, más o menos: en el mismo país), Ghostlight anda más bien melancólico y falto de apetito, aunque dispuesto a escuchar indie pop desganado de los 90 hasta reventar. Su modesto pero entrañable debut “Talk to her”, editado por el netlabel Dousoukai (http://dousoukai.me) merece todo nuestro afecto. Desde Barcelona, Cocolixe (o sea, Fabián d’Alesio) reclama tu cariño con un “Doméstico EP” de pop electrónico susurrado y sensualmente inteligente (o lo contrario), que recuerda un poco Anti y obliga a estar muy a favor. Puede descargarse desde No-Source (www.no-source.info), que es probable que no represente una fuente de ingresos para nadie, pero sí es un géiser de inspiración. Véase también, en este sentido y ahí en el mismo sitio, el magnífico “All it takes” de indietronica casera del holandés Multi-panel. Véase de cerca.
+jander Columna
La voz de John Cage Por si alguno de los lectores aún no se ha enterado, en 2012 se está celebrado el centenario del nacimiento de John Cage, el más punk de los compositores clásicos del siglo XX. Dejando de lado lo redondo de la cifra, la efeméride es interesante porque a su alrededor han aparecido todo tipo de reediciones, homenajes y nuevas grabaciones del autor; un babel de publicaciones en el que sobresale una empresa en particular, la edición de “Song books”, una de las obras capitales de Cage, que nunca se había llegado a grabar. Compuesto durante tres meses febriles, en 1970, “Song books” es un ciclo de noventa canciones, que utiliza un instrumento inusual dentro del vocabulario cageano: la voz humana. Pero más allá de sus desmesuradas proporciones (se extiende más allá de las seis horas y media), que no se hubiera grabado hasta ahora, tiene mucho que ver con la propia forma de las canciones, “una cornucopia de inventiva musical, de
Vidal Romero
una diversidad increíble”, según las palabras del periodista James Pritchett, en la que caben todo tipo de técnicas musicales, pero también representaciones teatrales, grabaciones de campo y manipulaciones electrónicas que, en un gesto típico de Cage, se dejaban en manos del intérprete. En el sello Sub Rosa, promotores de la empresa, han decidido solucionar el problema grabando todas las canciones en un teatro, lo que permitía incorporar las acciones teatrales, para así capturar todos los ruidos de ambiente que se generaban durante la ejecución de la pieza. Un material de base al que, ya en estudio, se han añadido grabaciones de campo y manipulaciones electrónicas; estas últimas realizadas con equipo existente a finales de los sesenta. El otro problema, el de las enormes dimensiones de la colección, lo han solucionado colgando todas las obras en la web del sello, y editando un doble compacto en el que se reúnen algunas de esas piezas sueltas junto a una serie de mezclas que, fieles a las instrucciones que dejó escritas el propio Cage, ‘superponen’ varias de las canciones siguiendo procesos de azar como el I-ching. Y el resultado, “Song books” (Sub Rosa, 12), es un artefacto fascinante y abrumador: más de dos horas de música de tintes fantasmales, en las que abundan las grabaciones de campo, los detalles electrónicos y los gestos violentos. Un material en el que los hallazgos formales se suceden sin parar, que envuelve y aturde al oyente, y que viene a confirmar, por enésima vez, la descomunal estatura artística de John Cage. Como diríamos por el sur, el más grande.
+all that jazz Columna
Pepo Márquez Jazz y hip hop, dos vértices del mismo triángulo Llevaba tiempo queriendo tener un rato para dedicar este espacio a la reflexión y dejar un poco de lado la actualidad editorial de los sellos de jazz que más admiro. Al menos durante un número. No es un secreto que mi pasión por la música negra no se limita a escuchar jazz, sino que gasto mis días entre discos de soul, blues y, sobre todo, hip hop. Vale, y también discos de hardcore. Suelo compartir esos momentos en mi cuenta de Twitter (@Pepo_Marquez), con fotos y algún comentario que guíe al posible oyente en la que podría ser su primera experiencia con un determinado disco o artista. A través de artículos, de comentarios en libros, de horas y horas de escucha y, ante todo, de curiosidad, creo haber entendido algo: el hip hop siempre ha tenido al jazz como referencia, no sólo musical, sino también social, racial y política. Una manera de rendir tributo a los clásicos por medio de samplers y de actualizar un discurso para adaptarlo a la nueva música popular. Sin embargo, esta mirada al jazz ha tenido mucho mejor aspecto en décadas pretéritas que en la actualidad. Según Pared Paule (colaborador de Jazz.com), a mediados de los 90 se vivió la época dorada de la comunión entre el jazz y el hip hop. Ni tan siquiera los detractores del rap podían negar lo atractivo de esta sintonía. Los nombres hablan por sí solos: Pete Rock & C.L. Smooth, Digable Planets, Pharcyde, A Tribe Called Quest, De La Soul, The Roots, Gangstarr y Guru con sus series de “Jazzmatazz”. Todo ellos ayudaron a acomodar los sonidos del jazz en su estilo y no eran precisamente nombres pertenecientes al underground: eran artistas mainstream como la copa de un pino. Es decir, que su música se podía escuchar en la radio y la televisión dentro y fuera de Estados Unidos. La exposición era masiva. Antes de seguir avanzando debemos hacer una parada fundamental ante la figura de Miles Davis. Sin él, la simbiosis entre los dos estilos no se habría oficializado. Antes de morir en 1991, Miles volvió a posicionarse en primera línea de fuego y dio una última patada a la tradición al colaborar con Easy Mo Bee en la grabación de su último disco “Doop-bop” (Warner, 92). El disco, editado después de la muerte de Davis, fue recibido con ira por los puristas del jazz que ya levantaron su voz cuando editó, en 1970, el clásico “Bitches brew”. Nadie imaginaba que esa osadía acabaría definiendo el sonido de la costa este en la década de los 90. Ejemplos que saltan a la vista: “It ain’t hard to tell!” de Nas, canción incluida en “Illmatic” (Columbia, 94); “Punks jump up to get beat down”, el disco de Brand Nubian editado en 1992; o las producciones de DJ Premier, Easy Mo Bee, Pete Rock, Ali Shaheed Muhammad o Diamond D. Desafortunadamente, el hip hop más comercial que se factura en la actualidad ya no es así. Los coches, el dinero, las chicas en bikini en piscinas de Atlanta o Miami y los cientos de miles de dólares en joyería han alejado a los raperos de más éxito de la tradición social y cultural del jazz. La conciencia social ha sido sustituida hace tiempo por la misoginia y artistas tan importantes como Mos Def o Talib Kweli han dejado de estar de moda. Hasta que la Teoría de los Ciclos Económicos vuelva a ejercer su hegemonía sobre todos los planes de márketing del mundo.
+the true report Columna
Everett True
Mount Eerie A veces es doloroso escuchar esta música. A veces es doloroso pensar en lo que he dejado atrás. Perezoso, arrogante, inseguro y desmotivado. Es una combinación devastadora. No me sorprende que sean muy pocos los que leen mis palabras estos días. Me gustaría volver caminando a casa bajo una lluvia fina a las tres de la madrugada, extenuado pero feliz por habérmelas arreglado para crear algo valioso, algo que aumente el valor de mi vida. Aislado pero consciente. Me gustaría esquiar a través de ángeles de nieve. Amable y convencido. La puerta del garaje se abre. La puerta del garaje se cierra. No hay otro sonido. Fuera, los restos de otro día insultantemente húmedo. Fuera, parece reinar la inmovilidad (nunca lo hace, ya que ese es el mayor secreto del status quo, que nada permanece igual incluso cuando asegura que así es). La música es ruido, es silencio, es inmovilidad, es el sonido de la gente pasándoselo bien porque no necesitan pensar en pasarlo bien. Cuando estoy de cierto humor, todo me recuerda a la canción de Smog “Prince Alone In The Studio”. El nuevo álbum de Mount Eerie, “Ocean Roar”, es genial, hermoso, solemne, y no desalentador. Tristemente, me duele oírlo, me recuerda a lo que he rechazado. No echo de menos necesariamente a mi alter ego Everett True, pero echo de menos, como Fitzgerald (Patrik, no F. Scott), The Legend, mi anterior grupo.
que, como en mi caso, la música es aún su principal fuente de inspiración. Igual me equivoco. Como digo, apenas tengo noticias de Geoff ahora.
The Felines Algunas recomendaciones son oro. Depende de la persona que las haga, la relación que tengas con ella, cuánto confías en ella y cuánto coincidís en gustos. Veamos, Geoff the Postman dejó un comentario en mis “10 canciones futuras del día” (www.collapseboard.com/everetttrue/song-of-the-day/10-future-songs-of-the-day), escrito hace unos días. Apenas tengo noticias de Geoff ahora. Le llamaban Geoff the Postman a principios de los 80, porque trabajaba en Creation Records. Claramente, todavía le encanta la música. Supongo
La relación En los 80, Geoff y yo fuimos juntos a cientos de conciertos, literalmente. Él tenía coche, y yo vivía en Rotherhithe, un barrio chungo de Londres. Nos conocimos porque los dos salíamos en primera fila a bailar en de los conciertos de Birthday Party, Blurt, Nightingales, UT o de bandas psychobilly. Los dos estábamos solos, posiblemente no por elección. Íbamos juntos a comprar discos, en particular a Rough Trade en Ladbroke Grove. Escuchábamos compilaciones caseras en cassette, una tras otra, en el coche abollado de Geoff. Lo más importante es que bailábamos. Recuerdo uno de los últimos
conciertos de Birthday Party, asqueados del montón de modernillos que había, y nos pusimos a apartar a esa gente con los puños para llegar al escenario. Recuerdo conducir por barrios chungos del norte de Londres durante horas, intentando encontrar un concierto ilegal de las Poison Girls. The Felines, de Dinamarca, son un trío de honradas damas del rock, y ahora mismo, mi nuevo flechazo pop. Quiero oír más. Y, extrañamente, no quiero oír nada más. Esta banda es tan buena. Es súper buena. Toda lección aprendida y después desechada en el altar de la diversión y la honradez. Podríamos caer en comparaciones obvias, seguro. Chicas en el garaje, ¿no? Pero esto es más limpio de lejos y al mismo tiempo sucio. Milkshakes, por supuesto. Y habrías metido la pata. Mejor dejarlo ya. No quiero que me escuches salivar. Esto es simplemente maravilloso.
058/059
agenda
agenda
Bat For Lashes
Apolo (BCN), 22/11/12 Teatro Kapital (Madrid), 23/11/12
Barcelona Viernes 2 de noviembre _Connexions: Quartet Brossa & Falsa Alarma. Music Hall. Hora y precio S/C. _Xtrarradio MusicFest: This Many Boyfriends, Las Ruinas, Gabriel y Vencerás... Salamandra 2 (L’Hospitalet Llbr.). Hora S/C. Abono 20 €. Día 10 €. _EH festival: The Hot Wok. Euskal Herrea. 20h. Precio S/C. _Dragonette + Felix Da Housecat. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Jacques Lu Cont. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Skweee Gallery: Melkeveien. Niu. 20:30 h. 7 €. _Pajarita. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). Hora y precio S/C. Sábado 3 de noviembre _Xtrarradio MusicFest: Two Wounded Birds, Fuckin’ Bollocks... Salamandra 2 (L’Hospitalet Llbr.). Hora S/C. Abono 20 €. Día 10 €. _EH festival: Trini Potts & The Sparteens. La Fontana. 22 h. Precio S/C. _The Divine Comedy. Casino L’Aliança. 21 h. Precio S/C. _Alondra Bentley. La [2]. 20:30 h. 15 €. _The New Raemon. Music Hall. Hora y precio S/C. _Nick Garrie. Jazz Cava (Vic). 23 h. Gratis. _Los Lagos de Hinault + Gabriel y Vencerás. Be Good. 22 h. 8 €. _South Central + Mano Le Tough. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Dixon + Die! Die! Die!. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. Martes 6 de noviembre _Will Johnson, Patterson Hood y Craig Finn. Sidecar. 21 h. 25 €. Miércoles 7 de noviembre _Boys Noize. Razzmatazz 1. 20:30 h. 23 €. _The Wave Pictures. Sidecar. 21 h. 18 €. _Lotus Plaza. La [2]. 20 h. Precio S/C. _The Walkmen. Bikini. 21:30 h. 22 €.
Jueves 8 de noviembre _Disonancias: KK Null. Espai Cultural Caja Madrid. 20 h. 3 €. _Chain & The Gang. Sidecar. 21 h. 15 €. _The Gaslight Anthem. Apolo. Hora y precio S/C. _The Rubinoos + Suzy y los Quattro. BeCool. 21:30 h. 12 €. _Mendetz. Music Hall. Hora y precio S/C. _Tuya. Almodo Bar. Hora y precio S/C.
_Tremenda + Batidora DJ. Impermeable (L’Hospitalet Llbr.) Hora y precio S/C
_Julianna Barwick. Music Hall. Hora y precio S/C.
Domingo 11 de noviembre _Calexico. Apolo. 20 h. Precio S/C. _The Ex. C Artesà Tradicionàrious. 21:30 h. 20 €.
Martes 20 de noviembre _The Jim Jones Revue. Music Hall. 20 h. Precio S/C. _Mika. Razzmatazz 1. 20 h. 37 €.
Viernes 9 de noviembre _Disonancias: Dieter Moebius + Asmus Tietchens. Espai Cultural Caja Madrid. 20 h. 3 €. _Connexions: Josele Santiago & Very Pomelo. Music Hall. Hora y precio S/C. _EH festival: Kherau. Euskal Etxea. 20h. Precio S/C. _Sébastien Tellier + Stand Up Against Heart Crime. Apolo. 20:30 h. Precio S/C. _Los Straitjackets & Big Sandy + Las Pontani Systers. La [2]. 20:30 h. Precio S/C. _Varry Brava. BeCool. 21 h. 15 €. _Bremen + Mine!. Hoboken (Sant Cugat). Hora S/C. Entrada con invitación. _China Rats + Cooki Monsta. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _A-Trak. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Los Fulanos + Pyramid Blus. Marula Café. 20:30 h. 12 €. _Daniel Tate + Deadbeat. BeCool. 1 h. 12 €.
Martes 13 de noviembre _The Pains of Being Pure At Heart. BeCool. 20:30 h. 19 €.
Sábado 10 de noviembre _Disonancias: Francisco López + Arturo Lanz. Espai Cultural Caja Madrid. 20 h. 3 €. _EH festival: We Are Standard. Bikini. 21 h. 15 €. _EH festival: Jabier Muguruza. Tecla Sala (L’Hospitalet Llbr.). 20h. Precio S/C. _The New Raemon. Hoboken (Sant Cugat). Hora S/C. 12 €. _La Banda Municipal de Polo Norte. Sidecar. 22 h. 8 €. _Bonaporte + Tim Fite. Music Hall. Hora y precio S/C. _Dry The River + Logo. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _xxxy + Roska. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €.
Lunes 12 de noviembre _Andrew Bird. Apolo. 21 h. Precio S/C. _The Skatalites. Music Hall. 20 h. 22 €.
Miércoles 14 de noviembre _Cowboy Junkies. Apolo. 21:30 h. Precio S/C. _Every Time I Die. La [2]. 20 h. Precio S/C. La [2]. 20 h. Precio S/C. Jueves 15 de noviembre _Van Dyke Parks. L’Auditori. Hora y precio S/C. _Ben Kweller. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Febrero. Almodo Bar. Hora y precio S/C. Viernes 16 de noviembre _Connexions: Guillamino & dÉbruit. Music Hall. Hora y precio S/C. _NoNoLogic: B.I.B. L’Auditori. 21:30 h. 12 €. _Shearwater + Jesca Hoop. La [2]. 20:15 h. Precio S/C. _Mujeres. Hoboken (Sant Cugat). Hora S/C. 12 €. _Joe La Reina. Sidecar. Hora y precio S/C. _Izal. BeCool. Hora y precio S/C. _Fairmont. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Maceo Plex + Danny Daze. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. Sábado 17 de noviembre _Blood Red Shoes. Razzmatazz 3. 20:30 h. 20 €. _Yall. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Dosem. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Big Dani. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). Hora y precio S/C. Lunes 19 de noviembre _Patti Smith. Palau de la Música. Hora y precio S/C.
Miércoles 21 de noviembre _Balthazar. La [2]. 20:30 h. Precio S/C. _Maga. Sidecar. 21 h. 13 €. _Secret Chiefs. Centre Artesà Tradicionàrious. 21 h. 20 €. Jueves 22 de noviembre _Bat For Lashes. Apolo. 20 h. Precio S/C. _That Girl With Dark Eyes. Almodo Bar. Hora y precio S/C. Viernes 23 de noviembre _Connexions: Sanjosex & Chicuelo. Music Hall. Hora y precio S/C. _NoNoLogic: Schlammpeitziger, Orfeón Gagagon... Convent San Agustí. 19 h. 3 €. _EH festival: Doctor Deseo. Razzmatazz 2. 21h. Precio S/C. _Absynthe Minded. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Dinero. Be Cool. Hora y precio S/C. _Cranes. Salamandra 2 (L’Hospitalet Llbr.). 20 h. Precio S/C. _Citizens + Steve Bug. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Oscar Mulero + Kana Kapila. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Steffi. BeCool. 1 h. 12 €. _Mendetz DJs. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C. Sábado 24 de noviembre _NoNoLogic: Las CasiCasiotone, Chris Imler... La Fontana. 20:30 h. 6 €. _EH festival: Peachy Joke. Euskal Etxea. 20h. Precio S/C. _Micah P. Hinson + Timbre Timbre. Apolo. 21 h. Precio S/C. _Manos de Topo. Sidecar. 22:30 h. 15 €. _Montevideo + Cosmen Adelaida. BeCool. 22 h. 15 €.
Saint Etienne
Teatro Lara (Madrid),14-15/11/12 Mondo Club (Vigo), 16/11/12 Musea Balenciaga (Getaria), 17/11/12 Auditorio Víctor Villegas (Murcia), 18/11/12 _Jackmaster. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Shed. BeCool. 1 h. 15 €. _Guille Milkyway. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C. Miércoles 28 de noviembre _El Perro del Mar. BeCool. 22 h. 15 €. _El Columpio Asesino. Music Hall. Hora y precio S/C. Jueves 29 de noviembre _Pianismos: Will Dutta. Espai Cultural Caja Madrid. Hora y precio S/C. _Two Gallants. Music Hall. 19:30 h. Precio S/C. _Joan Colomo. BeCool. Hora y precio S/C. _OSO. Heliogàbal. 22 h. 7 €. _Lorena Álvarez y Su Banda Municipal. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). Hora y precio S/C. Viernes 30 de noviembre _EH festival: Soziedad Alkoholika. Apolo. 21:30 h. Precio S/C. _The New Raemon. Teatre Monumental (Mataró). Hora y precio S/C. _Free Fall Band + Illa Carolina. Hoboken (Sant Cugat). Hora S/C. 6 €. _The Gift. Music Hall. Hora y precio S/C. _Jeff Mills. Razzmatazz Clubs. 1 h. 17 €. _Ellen Allien. Nitsa-La [2] del Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Luis La Nuit. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). Hora y precio S/C. _Miqui Puig. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C.
Madrid Viernes 2 de noviembre _Ursula Rucker. Tempo Club. 22:30 h. 10 €. _Paul Ritch. Reverse@La Riviera. Hora y precio S/C. Domingo 4 de noviembre _KK Null. La Casa Encendida. 21 h. Precio S/C. _Warrior Soul. Gruta 77. 20 h. 18 €.
Lunes 5 de noviembre _The Wave Pictures. Teatro Lara. Hora y precio S/C. Martes 6 de noviembre _Lotus Plaza. Matadero. Hora y precio S/C. Miércoles 7 de noviembre _Will Johnson, Patterson Hood y Craig Finn. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Los Straitjackets & Big Sandy + Las Pontani Systers. El Sol. 22:30 h. 23 €. Jueves 8 de noviembre _The Walkmen. Arena. Hora y precio S/C. _Cuzo. La Faena II. Hora y precio S/C. _China Rats. Siroco. Hora y precio S/C. Viernes 9 de noviembre _Castañas y Buñuelos: Javiera Mena, Delorentos, Reina Republicana. Matadero. Hora S/C. 30 €. _Calexico. Kapital. Hora y precio S/C. _The Gaslight Anthem. Cats. Hora y precio S/C. _Extraperlo. Siroco. 22 h. 10 €. _Bonaporte. Caracol. Hora y precio S/C. _2 Many DJs. Reverse.. Hora y precio S/C. _Marcel Vogel. Moroder Soundclub. Hora y precio S/C.
_Blood Red Shoes. Copérnico. 20:30 h. Precio S/C. _The New Raemon. El Sol. 23 h. 18 €. _Shearwater. Moby Dick. 21 h. Precio S/C. _Saint Etienne. Teatro Lara. Hora S/C. 21 €. _Every Time I Die. Ritmo y Compás. Hora y precio S/C. _Cowboy Junkies. Treatro Fernán Gómez. Hora y precio S/C. _The Sweet Vandals. Intruso Bar. Hora S/C. 10 €. Viernes 16 de noviembre _The Pains Of Being Pure At Heart. Matadero. Hora y precio S/C. _Josh Rouse. El Sol. 23 h. 15 €. _Pony Bravo. Joy Eslava. 21:30 h. 18 €. _Mirko Loco + Lee Van Dowski. Reverse@La Riviera. Hora y precio S/C. _In Flagranti. Moroder Soundclub. Hora y precio S/C. Sábado 17 de noviembre _The Sonics. Caracol. Hora y precio S/C. _Los Fulanos + Pyramid Blue. El Sol. 22:30 h. 12 €. _The Rubinoos + Suzy y los Quattro. Wurtlizer Ballroom. Hora y precio S/C. Domingo 18 de noviembre _Julianna Barwick. La Casa Encendida. 21 h. Precio S/C. _Corizonas. Teatro Circo Price. 20 h. 25 €.
Sábado 10 de noviembre _Sébastien Tellier + Stand Up Against Heart Crime. But. Hora y precio S/C.
Lunes 19 de noviembre _Micah P Hinson. Joy Eslava. Hora y precio S/C.
Domingo 11 de noviembre _Francisco López + Arturo Lanz. La Casa Encendida. 21 h. Precio S/C.
Martes 20 de noviembre _Voces Femenínas: Lisa Hannigah, Little Scream... Teatro Lara. 20:30 h. Precio S/C.
Martes 13 de noviembre _The xx. La Riviera. Hora y precio S/C. _Van Dyke Parks. El Sol. 22:30 h. 28 €.
Jueves 22 de noviembre _Balthazar. Siroco. 21 h. Precio S/C
Miércoles 14 de noviembre _The xx. La Riviera. Hora y precio S/C. _Saint Etienne. Teatro Lara. Hora S/C. 21 €. Jueves 15 de noviembre _Patti Smith. La Riviera. Hora y precio S/C.
Viernes 23 de noviembre _Bat For Lashes. Kapital. Hora y precio S/C. _The Jim Jones Revue. Arena. 20 h. Precio S/C. _Havalina. Caracol. Hora y precio S/C. _Watch TV. Café La Palma. 24 h. Gratis. _Carl Craig + Reboot. Reverse@La Riviera. Hora y precio S/C.
Sábado 24 de noviembre _Tucán. Juglar. 21:30 h. 6 €. _Cranes. Cats. 20 h. Precio S/C. _Victor FL. Café La Palma. 24 h. Gratis. Domingo 25 de noviembre _Kapotte Muziek. La Casa Encendida. 21 h. Precio S/C. Miércoles 28 de noviembre _The Black Keys + The MacCabees. Palacio de Deportes. Hora y precio S/C. _Sallie Ford. El Sol. 22:30 h. 18 €. Jueves 29 de noviembre _Two Gallants. Caracol. 20 h. Precio S/C. _The Gift. But. Hora y precio S/C. Viernes 30 de noviembre _El Perro del Mar. Círculo de Bellas Artes. Hora y precio S/C. _Mendetz. Copérnico. Hora y precio S/C. _Dope Dod. Arena. Hora y precio S/C. _Napoleón Solo + Tórtel. El Sol. 22:30 h. 12 €. _Dinero + The Noises. But. Hora y precio S/C. _Steve Lawler. Reverse@La Riviera. Hora y precio S/C.
Andalucía Sábado 3 de noviembre _Conciertos SEFF: David Holmes. Casa Palacio Monasterio (Sevilla). 24:30 h. 10 €. Lunes 5 de noviembre _Conciertos SEFF: Triángulo de Amor Bizarro. Holiday (Sevilla). 24:30 h. 10 €. Miércoles 7 de noviembre _Conciertos SEFF: Betunizer. Holiday (Sevilla). 24:30 h. 10 €. Jueves 8 de noviembre _The Wave Pictures. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.
060/061
agenda The Walkmen
Bikini (BCN), 07/11/12 Arena (Madrid), 08/11/12
Viernes 9 de noviembre _Conciertos SEFF: José Domingo. Casa Palacio Monasterio (Sevilla). 24:30 h. 15 €. Sábado 10 de noviembre _The Wave Pictures. Malandar (Sevilla). Hora y precio S/C. _Montevideo + Cosmen Adelaida. Fanativ (Sevilla). Hora y precio S/C. Viernes 16 de noviembre _The Sonics. El Tren (Granada). Hora y precio S/C. _Havalina. Fun Club (Sevilla). Hora y precio S/C. Miércoles 21 de noviembre _Micah P Hinson. Malandar (Sevilla). Hora y precio S/C. Jueves 22 de noviembre _Micah P Hinson. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.
Aragón Jueves 1 de noviembre _Gareth Dickson. Expo-Ferial (Caspe). Hora y precio S/C. _Library Tapes. La Casa de las Burbujas Azules (Caspe). Hora y precio S/C. _Christine. López (Zaragoza). 23:45 h. Precio S/C. Viernes 2 de noviembre _Russian Red. Oasis (Zaragoza). Hora y precio S/C. Sábado 3 de noviembre _The Memorials. López (Zaragoza). 21 h. 10 €. _Havalina. El Ventiuno (Huesca). Hora y precio S/C.
Asturias
Viernes 23 de noviembre _Festival Urbano: Micah P Hinson + Bigott. La Rambleta (Valencia). Hora y precio S/C.
Jueves 29 de noviembre _Sallie Ford & The Sound Outside. Azkena (Bilbao). Hora y precio S/C.
Viernes 16 de noviembre _Micah P Hinson. Acapulco (Gijón). Hora y precio S/C.
Viernes 30 de noviembre _Maika Makovski. Stereo (Alacant). Hora y precio S/C.
Galicia
Sábado 17 de noviembre _Los Punsetes. La Calleja La Ciega (Oviedo). Hora y precio S/C. Viernes 30 de noviembre _Cats On Fire. La Antigua Estación (Oviedo). Hora y precio S/C.
C. Valenciana Martes 6 de noviembre _Festival Urbano: Los Evangelistas. Teatro Olympia (Valencia). Hora y precio S/C. Jueves 8 de noviembre _Los Straitjackets & Big Sandy + Las Pontani Systers. Wah Wah (Valencia). 22 h. 20 €. _Varry Brava. La 3 (Valencia). Hora y precio S/C. Viernes 9 de noviembre _Alondra Bentley. Matisse (Valencia). 22:30 h. 15 €. Jueves 15 de noviembre _Neuman. Wah Wah (Valencia). Hora y precio S/C.
Catalunya
Jueves 1 de noviembre _Cuzo. Karma (Pontevedra). Hora y precio S/C.
Viernes 9 de noviembre _Mendetz. Tourmix (Girona). Hora y precio S/C.
Viernes 2 de noviembre _The Wave Pictures. Le Club (A Coruña). Hora y precio S/C.
Lunes 19 de noviembre _The Sonics. Café del Teatre (Lleida). Hora y precio S/C.
Sábado 3 de noviembre _The Wave Pictures. Ensanche (Vigo). Hora y precio S/C.
Jueves 29 de noviembre _El Columpio Asesino. Tourmix (Girona). Hora y precio S/C.
Jueves 8 de noviembre _American Autumn: Will Johnson, Patterson Hood y Craig Finn. Café Pop & Torgal (Ourense). 21:30 h. 17 €.
Euskadi
Viernes 16 de noviembre _Saint Etienne. Mondo (Vigo). Hora y precio S/C.
Viernes 2 de noviembre _The Secret Society + Nine Stories + Tripulante y Crucero. Jimmy Jazz (Vitoria-Gasteiz). 20 h. 10 €.
Domingo 18 de noviembre _Micah P Hinson. Capitol (Santiago de Compostela). Hora y precio S/C.
Sábado 3 de noviembre _Laurel Halo + Iñigo Ugarteburu. L’Mono (Bilbao). 21:30 15 €. _Russian Red. Rockstar (Barakaldo). Hora y precio S/C. _Chain & The Gang. Le Bukowski (Donostia). 2030 h. 10 €.
Jueves 22 de noviembre _Lisa Hannigah, Little Scream... Teatro Principal (Ourense). 20:30 h. Precio S/C. Sábado 24 de noviembre _Voces Femenínas: Lisa Hannigah, Little Scream... Teatro García Barbón (Vigo). 22:30 h. Precio S/C.
Viernes 16 de noviembre _Festival Urbano: Corizonas, El Columpio Asesino... Poliderportivo El Cabanyal (Valencia). Hora y precio S/C. _Blood Red Shoes. La 3 (Valencia). 20:30 h. Precio S/C. _Mendetz. Stereo (Alacant). Hora y precio S/C.
Viernes 9 de noviembre _Lotus Plaza. CC Kontadores (Donostia). Hora y precio S/C. _Will Johnson, Patterson Hood y Craig Finn. Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Hora y precio S/C.
Sábado 17 de noviembre _Festival Urbano: Patti Smith. Poliderportivo El Cabanyal (Valencia). Hora y precio S/C. _Varry Brava. Stereo (Alacant). Hora y precio S/C.
Martes 13 de noviembre _Micah P Hinson. Teatro Principal (Donostia). Hora y precio S/C. _Every Time I Die. Bilborock (Bilbao). Hora y precio S/C.
Viernes 9 de noviembre _Dinero + The Noises. Stereo (Murcia). Hora y precio S/C.
Martes 20 de noviembre _Festival Urbano: Antònia Font. Teatro Olympia (Valencia). Hora y precio S/C.
Jueves 15 de noviembre _Micah P Hinson. Jimmy Jazz (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C.
Viernes 16 de noviembre _Patti Smith. Auditorio El Batel (Cartagena). Hora y precio S/C. _La Casa Azul. Auditorio Víctor Villegas (Murcia). 21:30 h. 18 €.
Sábado 24 de noviembre _Amatria. López (Zaragoza). 21 h. Precio S/C.
Miércoles 21 de noviembre _Festival Urbano: The Jim Jones Revue. Wah Wah (Valencia). 21 h. 24 €.
Sábado 17 de noviembre _Julianna Barwick. Auditorio Alhóndiga (Bilbao). Hora y precio S/C.
Sábado 17 de noviembre _Mendetz. Stereo (Murcia). Hora y precio S/C.
Jueves 29 de noviembre _El Perro del Mar. La Lata de Bombillas (Zaragoza). Hora y precio S/C.
Jueves 22 de noviembre _The Jim Jones Revue. Stereo (Alacant). 21 h. Precio S/C.
Sábado 24 de noviembre _The Jim Jones Revue. Kafe Antzokia (Bilbao). 21:30 h. Precio S/C.
Domingo 18 de noviembre _Saint Etienne. Auditorio Víctor Villegas (Murcia). Hora y precio S/C.
Martes 6 de noviembre _The Wave Pictures. López (Zaragoza). Hora y precio S/C. Miércoles 14 de noviembre _Micah P Hinson. Explosión (Zaragoza). Hora y precio S/C. Jueves 15 de noviembre _The Pains Of Being Pure At Heart. López (Zaragoza). 21 h. 18 €. Viernes 16 de noviembre _Pájaro. La Ley Seca (Zaragoza). Hora y precio S/C.
Murcia Sábado 3 de noviembre _Toundra. 12 & Medio (Murcia). Hora y precio S/C.
lorena álvarez y su banda municipal
Gallon Drunk
ledatres
lisabo
patrick wolf
Monkey Week
Fotos
Texto Vidal Romero www.dosvisiones.es
Varios espacios (El Puerto de Santa María) 11-13/10/12
M
ás que un festival al uso, el Monkey Week es una transformación: la de El Puerto de Santa María, una ciudad que durante tres días se ve invadida por un ejército de músicos, periodistas, gente de la industria y, por supuesto, público. Que esto suceda así tiene mucho que ver con la particular idiosincrasia de la cita, que está a medio camino entre la feria profesional y el festival, y que además de conciertos incluye encuentros para discutir sobre los problemas de la industria, cursos sobre los muchos aspectos que afectan a los músicos y un mercado con tiendas, sellos y plataformas especiales. Pero es que además, en el Monkey Week suceden cosas extrañas: puede ser que uno se coma una estupenda berza gaditana en una peña flamenca, mientras al fondo tocan Ledatres en formato acústico, o que tropiece con varios músicos de postín, improvisando bajo la atenta mirada de niños y ancianas. Puede ser que uno esté atacando un plato de pescaíto frito (la gastronomía es otro de los atractivos, nunca demasiado alabado, del festival), y que Lorena y su Banda Municipal irrumpan en el bar, en un pasacalle inesperado; que un vendedor de cupones vea toda la escena, y animado porque “ahí están montando un buen jaleíto”, se pida una cerveza en la barra. Y todavía no hemos hablados de los muchos escenarios que hay desparramados por el centro de la ciudad: en una plaza junto al castillo medieval, en una terraza por encima del paseo marítimo, en el teatro municipal y en bares de todos los tamaños y condiciones: ya sean agujeros entrañables (Mondongo), bodegas reconvertidas (Scala Lounge), discotecas con ínfulas teatrales
(Mucho Teatro) o tascas de toda la vida (Santa María). Es en esos escenarios donde se desarrollan los showcases, conciertos en los que conviven artistas recién llegados con grandes clásicos de la escena nacional y algunos invitados extranjeros. La organización tiene un lema, que “al Monkey Week se viene a descubrir a las bandas que serán grandes en el futuro”, y a pesar de que hay veces que el sonido no acompaña como debería, ese carácter democrático es incontestable. En cuanto a los conciertos, hay que recordar que en una cita que ofrece música en directo desde las doce del mediodía hasta las siete de la mañana, y que según los horarios puede llegar a tener ocho escenarios funcionando de manera simultánea, es imposible no perderse cosas interesantes. Un bendito problema al que sólo escapó la incendiaria fiesta de inauguración, el jueves 11, que juntó a unos Lisabö salvajes, que hicieron temblar el escenario, a unos Za! demasiado dispersos, que alternaron canciones de mucha intensidad con momentos muy poco inspirados, y a unos Pony Bravo tan solventes como siempre. El viernes comenzó con el Monkey Brain, un particular think tank en el que se pudo ver a músicos, promotores y periodistas, a la gente de los festivales, de los sellos independientes y de las multinacionales, unirse contra el enemigo común de la industria musical: el gobierno de Rajoy. Todo un acicate para lanzarse después a las calles, a ver conciertos. No me llega la música de Lorena Álvarez y su Banda Municipal, pero reconozco que sabe cómo meterse al público en el bolsillo. Todo lo contrario que Soledad Vélez, que tiene mejores canciones que puesta en escena. Entre las sorpresas, tres ban-
das sevillanas: Holland hacen un post rock de manual, bien ejecutado, pero (todavía) falto de personalidad; Tentudía basculan entre un post rock clásico y un slowcore pesado y Miraflores son una animalada, un cruce bastardo y ruidoso entre los Stooges, Spacemen 3 y los Scientists. Conciertos entre los que cayeron rápidas visitas a Checopolaco (mucho mejor en directo que en disco), a unos All La Glory que bordaron un bonito concierto de pop, y a un José Domingo que multiplicó por cien las muchas virtudes de su disco de debut. Ya por la noche, Jane Joyd me pareció sosa y plana, aunque mucho mejor que un Xoel López que parece una parodia de sí mismo. Menos mal que aparecieron los locales Ledatres, que con el giro que han dado hacia la psicodelia, dejaron a este plumilla con la boca abierta. Todo lo contrario que Filastine, un tipo cuya mayor virtud consiste en que quiere ser DJ /rupture en lugar de DJ /rupture. Ya el sábado, me sopla nuestro compañero Pablo Vinuesa que I Am Dive estuvieron inmensos, que Little Cobras se comieron el escenario y que ver a Partido en directo es una cosa muy grande. Yo por mi parte, me lo pasé muy bien con The Milkiway Express y con el rock primitivo y minimalista de Perrosky. Eso sí, el gran concierto de la jornada fue el de Toundra, una barbaridad a medio camino entre el post rock y el post metal (o como se llame) que incendió literalmente la sala Scala. Tras tanta intensidad sólo quedaron energías para ver a Pájaro, que dio un concierto más flojo de lo que es habitual en él, y a unos Gallon Drunk estupendos y abrasivos, broche perfecto para la mejor edición del Monkey Week que recuerda este servidor.
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live
Allí, en el directo, Wooky nos ubicó con sus pequeñas historias musicales en una sala desde la que podíamos sentir el universo fluir por nuestros oídos. Ordenando y desentramando con sutileza piezas de “The Ark” (Lapsus, 10) como “New world order”, “Incii skin”, “Second to midnight” y “Malagripta”. Pilotando una sesión que nos llevó a nuevo material como “Blue supernova” con esa electrónica de ritmos rotos, colchones ambient y
sintetizadores gaseosos. Rompiendo estructuras para descubrirnos la más enérgica “Thalassa” con sus percusiones contundentes y bajos gruesos. También devolvernos a nuestras cabezas esa reciente y acertada remezcla realizada para Sistema, llamada “Nodo 6” (Natura Sonoris, 12). En esa especie de espacio interplanetario al que nos condujo Wooky con su IDM sin turbaciones, sosegada, también colaboró K. Ramírez con una exposición y juego de imágenes llenas de texturas, con esferas planetarias, paisajes en movimiento, superficies geométricas, y todo un arsenal de figuras ampliadas hasta que perdieron el nombre. Un tándem música-imágenes que nos embelesó a todos haciéndonos poner todos nuestros sentidos a su servicio. Verdaderamente, cuando Wooky y K. Ramírez finalizaron la sesión, al público nos costó más de unos segundos volver a la realidad y mirarnos unos a otros para saber que era el fin y que el viaje había terminado. Realmente Wooky es un gran creador de temas limpios y con una alta carga emocional. Es bueno saber que pronto Wooky volverá con nuevo material, esta vez de la mano de spa.RK y que antes podremos volver a disfrutarlo en el Festival MIRA. También sigue la actividad en Red Bull Pequeño Formato, ya que en los próximos meses grabarán y presentarán su nuevo material I Am Dive (en noviembre) y Partido (en diciembre). Laura Bit
Greenspan. La mitad de Junior Boys despachó un efectivo set de house, en el cual entraron tanto las novedades (Daphni) como sonidos old gold (First Choice). Mientras en el escenario pequeño Noaipre repartía con la inusitada destreza de un veterano beats grime a diestro y siniestro, Erika Spring debutaba en nuestro país con su dulce pop electrónico, mucho menos lánguido de lo que nos tenía acostumbrados en sus añoradas Au Revoir Simone. 35 minutos en los que tuvo tiempo de despachar una fina versión de Eurythmics. El primer plato gordo del día estaba programado a la hora del café: sesión algo
plana primero y adrenalínica tirando a rompecaderas después de un Kode9 que, dicen las malas lenguas, había llegado sin pegar ojo de Barcelona, donde actuó la noche antes. Hora y media de reparto matemático de géneros, lo que el plumerío internacional llama ‘hardcore continuum’. Cerrar con un tema nuevo de Burial encendió los ánimos de las primeras filas y sacó de la barra a los que no estaban bailando. Otra de las primeras espadas de 981Heritage era Actress (ver entrevista en página 28). Su impecable directo, lastrado al principio por el ínfimo volumen, atravesó la espina dorsal del tecno para acampar en un rugoso y fangoso beat tecno, mucho más cerca del sonido industrial que de la IDM de “R.I.P.”. Ese trazo de Darren J. Cunningham estaba para ser aireado en Fabrik. Parón para merendar y enfilando a Mouse On Mars (en la foto). El dúo alemán insistió en lo mismo de los últimos 15 años: beat de naturaleza alterada y sonido experimentaloide, tan cerca del hip hop como de la nadería. Aburridos aunque festivos. El directo de oOoOO pudo perfectamente pasar por un set de disc jockey (ordenador manzanero y controladora), pero tuvo sus momentos álgidos, especialmente cuando la miel de los subidones witch house se convertía en almíbar calentorro. La tarea de cerrar el festival cayó en manos de Hype Williams: Dean Blunt e Inga Copeland alternaron vacíos triphop al estilo de Najwa Nimri con capas más densas que el tráfico de la A6 en fin de semana. Lo dicho: queremos que esto se repita. Don De Pillo
Red Bull Pequeño Formato: Wooky Nave de Música-Matadero Madrid (Madrid), 11/10/12
Albert Salinas, alias Wooky, ha sido el encargado de inaugurar Red Bull Pequeño Formato, una iniciativa desarrollada entre Go Mag y Red Bull en la que se premia el buen hacer de músicos emergentes del panorama nacional alternativo. Estos artistas están invitados a grabar su propio material en el Red Bull Studio durante unos días y presentarlo en directo en la Nave de Música de Matadero Madrid.
981Heritage
Matadero (Madrid), 06/10/12
Atendiendo a la asistencia de público y a la agradable temperatura que reinó durante todo el día, 981Heritage en Matadero fue un éxito. Accesos cómodos, bebida a buen precio y baños limpios también en el casillero de sumas. Escuchando los lamentos de muchos de los asistentes en relación al sonido, la cosa pudo haber ido mucho mejor. La falta de solvencia del soundsystem, es verdad, fue el único pero. Lo cierto es que sería muy conveniente que este tipo de propuestas se asentaran de una vez en Madrid para no tener que movernos, normalmente hacia el norte, tantos fines de semana al año. Buena pinchada para abrir la mañana de Jeremy
encargados también de decorar la Habitación de los Padres. Y es que, como cada año, Jägermeister invita a diseñadores para personalizar las habitaciones de Casa Jäger y, en esta ocasión, la decoración de la Habitación de los Padres, se había abierto a concurso, que ganaron estos malagueños. Así que además de poner discos, el trío hizo suya la habitación con una cama maltrecha, montones de purpurina y cañones de confetti. Segui-
mos la ruta y en la planta de arriba nos esperaban las habitaciones del Hijo y la Hija Jäger. La Habitación del Hijo la había customizado el actor madrileño Eloy Azorín y la había convertido en la habitación prototípica de cualquier infancia de los 80: en la pared, pósters de películas de la época, y en el centro, una cama y una videoconsola que hizo las delicias de los más nostálgicos. Unas cuantas cervezas y chupitos de Jäger más tarde, alrededor de las 21h, los Nastys llenaban el escenario principal de rock’n’roll con un directo fresco y enérgico que conjugaba todas las acepciones del género en las últimas décadas. Lo que vino después fue brutal: el quinteto de Leeds Eagulls, una de las últimas confirmaciones, arrasaba las tablas con su particular mezcla de punk y hardcore durante poco más de media hora. Seguramente por eso el directo de los Buzzcocks (en la foto) supo a poco. Y es que las expectativas fueron seguramente lo que le falló a este concierto. Estas leyendas del punk, por muy míticas que sean, no dejan de cargar con casi sesenta años a sus espaldas y, aunque ya le gustaría a la mayoría de su generación conservar esta energía, su directo no fue tan incendiario como se esperaba. Con todo, los hits de siempre de la banda generaron pogos en primera fila y diversión a raudales en toda la sala. Tras ellos, cerraba por todo lo alto la programación del escenario principal el ecléctico set de las Thug Ladies. Pero no olvidemos mencionar la fiesta en mayúsculas, que fue el set que se marcó desde las 22h Raver Jewish en la Habitación de los Padres: disco, funk, rock, mezclas imposibles... Durante las tres horas que estuvo tras los platos, este italiano de pelo y barba rizados encarnó a la perfección el espíritu fiestero, divertido y transgesor de Casa Jäger. Daniel Gómez
los responsables del festival eligieran España como destino ideal para su primera edición. De hecho, las comparaciones entre las fellinianas Carmen de Mairena y La Tigresa, y entre los enanos Galindo y Keenan Cahill son evidentes, y señalan ese aspecto de YouTube como nuevo universo del frikismo contemporáneo. Poco podemos decir a nivel musical de estas ‘valleinclanescas’ actuaciones, por lo que me limitaré a señalar su función como espectáculo, que por las risas que allí se vieron más de uno disfrutó. Y hablando de gente, fue muy poca la que se acercó a Matadero (y mucho menos a La Riviera) para ver
en directo a estas nuevas estrellas digitales, en especial el viernes, que vio caer una de esas lluvias que amargan la fiesta a cualquiera. Junto a los fenómenos virales en clave friki que hemos señalado (y otros de difícil clasificación como Chimo Bayo y Locomía), ese día también actuaron artistas establecidos como Buraka Som Sistema, El Guincho y Primal Scream (en la foto). Los primeros ofrecieron sus odas al kuduro a los pocos que nos encontrábamos allí, mientras que Pablo Díaz-Reixa y compañía animaron la noche con sus sonidos e imágenes de temática tropical, llámense “Kalise”, “Bombay” o “Guetto fácil”. Gillespie y los suyos cerraron la velada en el Matadero con maravillas como “Movin’ on up”, “Damaged”, o “Swastika eyes”. El sábado, junto a una nueva entrega de la gala youfestera, vimos los conciertos de Battles, de los que poco podemos decir a estas alturas que ya no se sepa (son unos genios y punto), Rick Astley, resucitado para la ocasión gracias a Internet (no faltó su hit ochentero “Never gonna give you up”), y Underworld y su espectacular despliegue de luces y pantallas, con un Karl Hyde eufórico incitándonos a convertir el Matadero en una rave (ya saben, “Born slippy”). Cerraron la noche Diplo y su ecléctica sesión de electro, favela funk y moombathon, y Sak Noel y su éxito techno-friki “Loca people”, atinada guinda para un festival que busca ya su nuevo emplazamiento. Israel Márquez
Casa Jäger
masía desconocida (alella, BCN), 18/10/12
Una casa escondida en Alella, a las afueras de Barcelona, fue ayer el escenario de una de las mejores fiestas del año: Casa Jäger. Nada más llegar, decenas y decenas de personas se agolpaban en el exterior bebiendo cerveza y comiendo hamburguesas mientras agitaban la cabeza al ritmo de la música que salía de dentro de la casa. El set que estaba haciendo al personal darlo todo cuando apenas eran las 19.30h era el de Canela Party,
YouFest
Matadero / La Riviera (Madrid), 28-29/09/12
Al hablar de lo que vimos en esta primera edición del autodenominado “festival de la generación YouTube” es inevitable referirnos a la cultura freak. El imaginario “friki” (según la versión castiza del término) estuvo presente en todo momento, pero fue en las llamadas “galas youfesteras” donde desplegó todo su arenal. Las (mini)actuaciones de Wendy Sulca, La Tigresa del Oriente, Delfín hasta el fin, o Shakiro, fueron acompañadas por vídeos de tótems del frikismo patrio tales como Carmen de Mairena, Galindo, El Neng, Pocholo, El Batu, John Cobra, y un largo etcétera. No extraña que con este panorama
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maschine!, maschine!, maschine!
iPhone 5 más grande, más rápido, menos ilusión Si eres un ser humano que es eso, humano, y no un individuo que hace noche delante de un Apple Store, seguro que sentiste lo que otros muchos otros al poner las manos encima de un iPhone 5: decepción. Porque lo que ha hecho Apple es someter el teléfono a un tratamiento de adelgazamiento. Bueno, eso e inyectar unos gramos de estimulantes para que el invento se acelere. Que está bien, claro, pero que no termina de estar a la altura de las espectativas. Sobre todo cuando el teléfono ya lleva tantas versiones a cuestas. En total, seis, SEIS años que no fueron tanto años como pequeñas revoluciones, al menos los primeros. Por eso el personal ya iba teniendo hambre de cambio.
Textos
E
Xan Pita
l problema, claro, es que Apple no predica en el desierto como antes. La competencia se ha puesto las pilas, y la batalla por el smartphone definitivo ya no es un combate entre campeón indiscutible y tristes aspirantes. Samsung y Android están a la altura de la manzana. De hecho, el cambio de una marca a otra es una realidad y cada vez nos creemos menos eso de “cuando pruebas un iPhone te quedas con un iPhone para toda la vida”. Súmale a todo este follón la ausencia de Steve Jobs, y ya tenemos los ingredientes necesarios para darle volumen a las voces que claman apocalipsis: Apple ya no es lo que era. ¿Pero qué ofrece el 5? Pues lo dicho, dimensiones y peso reducidos: ahora mide 7,6 milímetros y pesa 112 gramos, que viene a ser un 20% menos que el anterior miembro de la saga. En cuestión de números, hay apartados en los que gana y no pierde. La pantalla, claro, se hace grade y gana 5 pulgadas más, de 3,5 a 4. No sé a otros, pero personalmente me cuesta mucho apreciar un cambio con el que se gana sólo
¡media pulgada más! Y hablamos en sentido figurado y literal. Aunque también es cierto que la cosa cambia en diagonal: se gana espacio para las aplicaciones y la visualización de páginas web, por no hablar de los videos, que ahora calzan un 16:9 mucho más fardón. La pantalla nos lleva, por cierto, a uno de los grandes argumentos de iPhone 5: desde la marca se insistió mucho en la posibilidad de utilizar el móvil con una sola mano. No mentían, es cierto: un pulgar te lleva a cualquier parte. Otra gran novedad, el conector, reparte una de cal y otra de arena. O mejor, varios de cal y uno de arena. Lo bueno (y reconozco que esto tiene mucho de personal) es que el nuevo punto de entrada, al que han bautizado como ‘Lightning’, demuestra que Apple sigue tomando decisiones arriesgadas: no tiene que ser fácil negar la entrada a un mercado tan jugoso como el de accesorios y eso que tan pedantemente se denomina ‘ecosistema’. Además, y eso es más objetivo, eliminar el ‘enchufe’ le da a los diseñadores más espacio para reducir el terminal.
Lo malo: incompresiblemente es un concetor USB 2.0. ¿En serio? ¿Hoy en día? ¿Cuándo vivimos en el mundo del 3.0, un mundo que no es simple avance absurdo, sino que implica un aumento considerable en las velocidades de transmisión de datos? ¿Y la cámara? Punto clave del teléfono que necesitaría más espacio del que se dispone aquí en esta página. En plan a toda máquina: se gana velocidad y cumple en espacios con luz con más matices que el simple día y noche. Eso si te olvidas de ese molesto efecto violeta que tanto ha dado de qué hablar. ¿Y la aplicación mapas? Bien, pero no del todo: uno tiene la sensación de que la marca se ha precipitado incluyendo en el teléfono una funcionalidad que no termina de estar a la altura. Se podría decir mucho y más, pero no vamos a hacerlo. Bucea ahí fuera. Hay mucho y bueno. Al que esto escribe, el teléfono lo ha dejado frío. No era lo que se esperaba. Y esto, la verdad, tampoco lo necesitamos. Como tampoco necesitamos ese iPad reducido de siete pulgadas que acaban de anunciar.
Samsung Galaxy III mini
Aunque el éxito de las GoPro ha hecho mucho daño a los fabricantes tradicionales de cámaras fotográficas, éstos no tiran la toalla en el campo de las videocámaras todoterreno. La nueva Camileo BW20 de Toshiba está pensada para la aventura sin límites: es capaz de grabar vídeo en alta definición a 1080p, su sensor es retroiluminado (capaz de trabajar a 2 lux), cuenta con zoom digital de 5 aumentos y estabilizador de vídeo. Su pantalla es de sólo dos pulgadas y está pensada para que podamos verla correctamente a plena luz del día. Es táctil, y podemos mediante iconos controlar las funciones básicas de la cámara. Con batería, esta videocámara pesa poco más de 130 gramos. Se puede sumergir hasta cinco metros de profundidad, resiste caídas de hasta 1.5 metros y cumple el estándar IP6X a prueba de polvo.
Una de las mayores pegas que algunos le ponen al Galaxy III, el máximo rival de iPhone en el segmento de smartphones de alta gama, es el excesivo tamaño de su pantalla para el manejo cotidiano. Pues si tienes la mano pequeña o simplemente prefieres un tamaño más compacto, Samsung ha lanzado la versión reducida de su buque insignia en telefonía móvil. Esta versión tiene una pantalla de 4 pulgadas Super AMOLED 4.0 que garantiza una experiencia perfecta al reproducir contenido multimedia y webs, en colores brillantes y con mucha claridad. Lleva la versión 4.1 de Android (Jelly Bean) y la mayor parte de prestaciones de su hermano mayor. Eso sí, la reducción de tamaño ha implicado sacrificios, como un procesador más sencillo, una densidad de píxeles menor y cámaras de menor calidad.
HP Envy 14 Spectre
I’m Watch
Hace poco tiempo la fiebre de los netbooks arrasó el mundo de la informática. Ahora es la hora de los ultrabooks. Los netbooks eran una subespecie y los ultrabooks una evolución. Uno de los modelos recientes más destacables es el HP Spectre, cuyo espectacular diseño con superficie exterior de cristal Gorilla Glass con resolución de pantalla 1600x900 lo distingue del pelotón y le da una solidez sin rival. Las tripas no son menos atractivas, con todo lo que puedes necesitar de un ordenador de alta gama y precio a juego.
A la industria relojera le han hecho mucho daño los móviles, pues han sustituido para mucha gente las funciones de los relojes de pulsera. Ahora una empresa italiana quiere devolver el golpe con la creación de lo que llaman un smartwatch. Se trata de un reloj con conectividad Bluetooth y que funciona con un sistema operativo desarrollado a partir de Android 1.6. No es un teléfono móvil, pero sí puede hermanarse con uno para recibir notificaciones, y gracias a su micro y altavoz incorporados, para que podamos usarlo de manos libres. Lleva una pantalla capacitiva curvada de 1.54 pulgadas, con una resolución de 240×240 píxeles. Está disponible en varios colores y acabados.
maschine!, maschine!, maschine!
Toshiba Camileo BW20
MODAGADGETS Converse Colección Gorillaz
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Texto ana tomás
moda Gadgets
Converse continua su colaboración con la icónica banda Gorillaz y presenta su segunda colección para esta temporada Otoño/Invierno 2012-13. Los nuevos diseños han sido creados por el diseñador y cofundador de Gorillaz, Jamie Hewlett. La nueva colección de las Converse Chuck Taylor All Star de Gorillaz rememora los primeros trabajos para el grupo de Jamie Hewlett, rindiendo homenaje a sus personajes más famosos: Murdoc, 2D, Noodles, Mike... todos los personajes de la banda reunidos en las icónicas All Star. Seis nuevos diseños que retoman las populares y legendarias ilustraciones de Hewlett, en distintos estilos y colores, todos ellos con el logo de Gorillaz en una pestaña colocada en el talón de la zapatilla. Además, todas incorporan un refuerzo de ante en la parte trasera de la zapatilla y el parche de Converse en color negro con las letras en blanco.
Lee Jeggings Vaqueros con acabado efecto cuero La amplia oferta de denim de colores y denim encerado de Lee llega justo a tiempo para darle más emoción a tus looks de fiesta esta temporada. Para las fans de los Jeggings, llega el acabado encerado que otorga al pantalón un look moderno con “efecto cuero”, añadiendo así un toque sexy a cualquier silueta. Una colección de jeans que reinventa la ropa vaquera con una base cromática acorde con la temporada de bajas temperaturas y lluvias: burdeos, azul marino, gris, verde bosque. Las propuestas de pantalones de la firma para esta temporada pasan desde los jeans más clásicos, hasta los jeggings, pasando por vaqueros acampados y pantalones de pana, una de las grandes apuestas de Lee para este invierno. Las tonalidades otoñales de los jeanos dejan paso a unos toques más vivos para la colección de camisetas. La camisa eternamente cool de Lee, la Slim Western, la encontrarás en tono ciruela, con una base de azul lavado con tinta púrpura. Para las noches más frías, la Perfecto de lana y los complementos de punto (guantes y bufanda) te aportarán el toque warm-cool.
Libretas con alma Personalizables
Bershka Denim Limited Edition
Carla Cascales tiene un don: una capacidad innata para captar matices y sutilezas que a los demás les pasan inadvertidos. Así nació su proyecto personal como fotógrafa, diseñadora gráfica y artesana. Porque en sus manos radica ese don. Con ellas crea libretas con alma, que te transportan a otros países e incluso a viajes lunares. Ediciones limitadas, por encargo y de forma personalizada: estampado, tamaño, frase… el detalle que dicte tu corazón. Estas libretas, en las que garabatear instantes robados al reloj, son un regalo ideal para cualquier persona. carlacascales.com
Cuero empeñado en rodearse de cadenas, denim recubierto de puntiagudas tachuelas y dos rubias australianas dispuestas a dar la cara por todo esto, Mim y Liv Nervo, letristas y DJs. Estamos hablando de la “Limited Edition Denim Collection” de Bershka. Dos prendas que juntas o por separado alcanzan la excelencia y subrayan las tendencias de Bershka para esta temporada: el denim índigo lavado de gran calidad se funde con la piel ovina en dos piezas versátiles pero con personalidad. La colección estará disponible a partir de noviembre en tiendas y www.bershka.com
MODA
Maison Artist Diseño europeo
Coloud Diseño ergonómico
Maison Artist es la primera tienda online de decoración que nace en esta latitud, especializada en objetos y accesorios de diseño europeo. Cuenta con una selección de productos para todas las estancias de la casa y tiene como principio básico buscar la mejor relación ‘diseño, calidad, precio’. En su web encontrarás propuestas de inspiración nórdica y con cierto toque British y vintage para la cocina, el baño, el dormitorio, el comedor y el salón, además de una sección textil, en la que destacan los manteles de lino y la ropa de cama de algodón orgánico, y otra de iluminación con lámparas de estilo más industrial. www.maison-artist.com
Una nueva línea de auriculares de alta durabilidad a un precio que no te rompe el bolsillo… Vuelve Coloud adoptando un enfoque diferente en el concepto de sonido. Disponible en tres modelos, con gamas de colores frescas, todos los auriculares presentan una construcción mecánica y partes mínimas; con un diseño ergonómico que garantiza la mayor comodidad en la experiencia musical. Cada par de auriculares Coloud viene equipado con un micrófono y mando a distancia para poder coger las llamadas mientras escuchas música, e incluye el sistema libre de enredos para facilitar el transporte y la escucha.
Beefeater London Market Vive la Navidad londinense en Madrid Dice el New York Times que Londres es uno de los 10 mejores sitios del mundo para disfrutar en Navidad. Para ponértelo fácil, Beefeater London Market trae la Navidad de Londres al centro de Madrid con un espectacular evento que se celebrará del 7 al 9 de diciembre bajo la cúpula del Palacio de Cibeles. El escenario te trasladará al corazón de Inglaterra donde podrás comprar las últimas tendencias en moda, decoración y música en los mejores puestos de los mercadillos de Portobello, Camden y Spitalfields, mientras te deslizas por una gigante pista de hielo. Cuando ya tengas tus compras de Navidad, podrás reponer fuerzas con un chocolate caliente y los cupcakes más famosos de Londres o un bocadillo de comida orgánica y los mejores gin tonics de Beefeater, mientras contemplas actuaciones de los artistas de Covent Garden. El precio de entrada al mercadillo será de 5€, y 10€ con copa.
Action Painting Tu obra maestra
Da Wanda Objetos únicos Llega a España DaWanda, el mercado online de objetos únicos y exclusivos hechos a mano por diseñadores y creativos independientes de todo el mundo. Desde su creación en 2006, y tras arrasar en Alemania, Inglaterra y Francia, DaWanda se ha convertido en la mayor fuente de productos únicos handmade de Europa y el mayor impulsor de la filosofía DIY. Desde ahora, los consumidores españoles podrán comprar y vender en DaWanda.es desde moda, joyería y arte hasta juguetes para niños o artículos del hogar.
True Religion inaugura en Madrid La marca de las celebrities de Hollywood Situada en el número 31 de la emblemática calle Jorge Juan de Madrid, la firma de las celebrities de Hollywood, True Religion, acogió a un buen número de invitados en la inauguración de su primera tienda en España, celebrando la esencia y el espíritu indómito del diseño americano y la artesanía de calidad que tan bien ha sabido plasmar en sus colecciones; un estilo denim, con un componente cool y casual, vanguardista sin resultar obvio. La marca americana número uno del estilo denim premium saca esta temporada excitantes nuevos modelos, apostando por la artesanía de calidad y la atención a los detalles y al diseño. Para hombres predomina el fit regular de líneas suaves y cómodas. Y para mujeres, siguen imperando los skinny jeans que resaltan las curvas de una manera increíblemente favorecedora.
Los Gómez son una familia de productos creativos y de experimentación en el arte, pensados y producidos por www.uauh. es y www.lamadrina.es. Su primer proyecto es el kit de Action Painting con el que experimentar las vanguardias artísticas del siglo XX, y contiene los materiales necesarios para crear una obra maestra, pero sin las manchas. Incluye más de 150 pegatinas removibles y un lienzo en papel, listo para colgar en las neveras de las familias creativas y atrevidas. Podéis encontrar los kits de Action Painting en varias tiendas de Barcelona o la tienda online de www.etsy.com/ shop/SomosLosGomez
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NEW ERA
MODA
MODA
NEW ERACHRISTIAN BELTRI Fly your own flag es la última campaña de New Era, la marca que revolucionó el mundo de las gorras y sombreros. Christian Beltri, el músico y diseñador que fundó Conspiracy Studio hace siete años, es uno de sus embajadores y marca sus pasos con la línea EK.
New Era siempre se ha caracterizado por seleccionar a músicos, artistas, atletas y escritores destacables por su particular percepción del mundo y, sobre todo, porque tienen un estilo propio al que son fieles. Christian Beltri, el músico y diseñador que fundó Conspiracy Studio hace siete años es uno de sus embajadores y marca sus pasos con la línea EK, que es la que mejor se adapta a él. Son boinas y sombreros casi de época que repasan la historia de la moda paso a paso, fundiéndola con los estilos, tejidos y materiales más modernos. Estos diseños clásicos, que llegan en tonos tostados y grises como la estación misma, son el complemento perfecto para mantener las ideas a buen recaudo. Eres un joven emprendedor, ¿qué estudiaste?, ¿cómo nació la idea de Conspiracy Studio? Siempre me ha gustado dibujar, cuando tenía 17 años empecé a tocar en un grupo y me encargaba de los carteles y flyers de nuestros conciertos. Ahí descubrí el mundo del diseño gráfico y me decidí a estudiarlo, poco a poco fui haciendo ilustraciones para CD, camisetas, skates... Conseguí que ese estilo que aplicaba a productos underground resultase interesante para grandes marcas y agencias de publicidad.
Parece que no hace más que crecer, ¿cómo ha sido ese proceso? Nos ha costado mucho tiempo y trabajo, no es nada fácil para un estudio tan pequeño como el nuestro y en un país como España conseguir cierto nombre. Los proyectos más divertidos no dan suficiente dinero y nos tenemos que esforzar al máximo. Por eso nos sentimos tan bien cuando una gran marca se fija en nuestro trabajo y nos pide alguna pieza ¿Qué cabida tiene ahí tu veta musical? Llevo 17 años tocando en grupos de música y todos los miembros del estudio también lo hacen, siempre vamos a conciertos o tocamos música en el estudio (tenemos guitarras y bajos allí para tocar cuando nos apetezca) supongo que es por eso por lo que nos lo pasamos tan bien cuando nos encargan algún cartel o el diseño de algún CD. Para mí la música es un hobby, una manera de desconectar, pasármelo bien y conocer a gente y ciudades. ¿Qué significa para ti que New era te haya escogido como embajador? Creo que me han escogido porque en el estudio nos mantenemos fieles a nuestros principios y gustos. Es un reconocimiento a todos estos años de trabajo y de lucha por aprender y crecer sin prisa, pero sin pausa.
MADE IN STOCHOLM
...todo sucede en Suecia
SÍ, ALLÁ EN EL NORTE LO TIENEN TODO EN CUESTIÓN DE DISEÑO Y MODA. SÓLO HAY QUE PASEARSE POR EL CENTRO DE ESTOCOLMO PARA CONSTATARLO. DESDE LOS PEINADOS AL MAQUILLAJE, PASANDO POR LA MODA Y LA DECORACIÓN. A CONTINUACIÓN OS OFRECEMOS UNA SELECCIÓN DE LAS MEJORES MARCAS SUECAS, MUCHAS CON TIENDA EN ESPAÑA. UN POCO DE SUERTE PODÍAMOS TENER, ¿NO?
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BEYOND RETRO Åsogatan, 144, Estocolmo (beyondretro.com)
ACNE
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Nytorgsgatan, 36, Estocolmo (acnestudios.com) En pocos años Acne se ha consolidado como una de las firmas vanguardistas más cotizadas de Europa y lo ha hecho sin ruido y con una presencia casi mínima en los medios de comunicación. La marca fue creada en Estocolmo, en 1996, por cuatro creativos con la idea de aportar a la ropa un diseño único y acorde al estilo de vida actual, que requiere de prendas funcionales y al mismo tiempo exclusivas. El producto estrella de la firma es el pantalón vaquero, aunque también diseña amplias colecciones de ropa para hombre y mujer. Los diseños de Acne muestran auténtica personalidad. Sus cortes asimétricos y líneas sencillas nos acaban ofreciendo prendas minimalistas y cómodas, ligeras a la vista y al tacto. Predominan sedas ultraligeras con una paleta variada de colores, desde los más tenues y suaves hasta los más atrevidos, como pueden ser los rojos. Desde 58 países, incluida España, y para nuestra mayor comodidad, podemos realizar la compra online de nuestra ropa en su web oficial (shop.acnestudios.com), donde encontraremos toda la colección. Asimismo, la firma ha creado su propia revista, Acne Paper, en la que hacen gala de los maravillosos estilos que se pueden crear con sus prendas, mezclándolas con ítems de otras firmas, al tiempo que muestran la belleza natural de los escandinavos.
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TEXTO ANNA TOMÀS
MADE IN SUECIA
En pleno barrio de Södermalm, en el centro de la capital sueca, encontrarás esta singular tienda que te invita a descubrir todo un universo retro que hará las delicias de los amantes de las compras de segunda mano. Todos llevamos un artista dentro, algunos lo llamarían trendsetter. La necesidad de expresar nuestra personalidad a través de la ropa y los complementos se alía con la voluntad de individualización en el mundo de las tendencias. Las tiendas de segunda mano, que empezaron a florecer en Londres y Berlín a finales de los noventa del siglo pasado, se han convertido en el paraíso de todos los que quieren combinar básicos y fondos de armario de firmas streetstyle con sede en prácticamente todas las capitales del mundo occidental, con algunas piezas exclusivas que permiten crear un outfit único. La moda folk, alma de Beyond Retro, cuenta con un componente libertario muy importante, lo podemos observar en prendas con bordados manuales o semimanuales, flecos, prendas de ganchillo o accesorios de piel trabajada con aplicaciones fruto de técnicas sencillas. La clave es que las prendas adquieran un valor singular, identificativo y diferencial. En Beyond Retro encontrarás tesoros que activarán tu nostalgia y que serán la envidia de tus amigos a la vuelta. Piezas de antaño y con mucho futuro.
Regeringsgatan, 55, Estocolmo (nudiejeans.com)
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NUDIE JEANS
Los vaqueros son la prenda más democrática que jamás ha existido. Desde su nacimiento, han unido a seis generaciones y han inspirado por igual a grandes diseñadores y a firmas de moda casual. Sus orígenes se remontan al año 1853. En plena fiebre del oro en las minas de la zona oeste de los EE.UU., Levi Strauss, un inmigrante procedente de Baviera (Alemania), adaptó la tela que se empleaba en la fabricación de carpas y toldos y fabricó unos pantalones resistentes para los mineros y ganaderos. Habían nacido los primeros vaqueros. Más de un siglo después, una firma sueca ha creado los llamados vaqueros eco. Nudie Jeans trabaja con un grupo pequeño de proveedores, que están obligados a cumplir con su código de conducta. Para ellos, ser miembros de Fair Wear Foundation es un elemento clave para asegurar que todas las personas que trabajan en la cadena de producción lo hacen bajo condiciones dignas y justas. Asimismo, sus tejidos son 100% orgánicos.
MODA
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SVENSKT TENN Strandvägen, 5, Estocolmo (svenskttenn.se)
Svenskt Tenn es una tienda de decoración en la preciosa avenida de Strandvägen de Estocolmo, que recientemente ha abierto su tienda online, lo que nos permite comprar sus maravillosos productos de decoración desde casa. Aun así, poder visitar in situ el establecimiento es una experiencia única, especialmente por su fantástica oferta de muebles y la colección del diseñador, medio sueco medio austríaco, Josef Frank, el padre del arte moderno escandinavo. Nacido el 15 de julio de 1885 en tierras austríacas, durante su carrera trabajó junto al arquitecto Oskar Strand y se estableció en Suecia hasta su muerte, en 1967, a la edad de 81 años. Todavía hoy es recordado por su eminente trabajo en la arquitectura y en el diseño, que le valieron importantes galardones. En cuanto a su visión, rechazó la decoración de fachadas y prefirió optar por formas funcionales, con lo que revolucionó el panorama del interiorismo, jugando con la combinación de mobiliario con diferentes tipos de tapizados, telas y papel tapiz. Para los amantes de la corriente DIY, en la tienda Svenskt Tenn se pueden adquirir las alegres, coloridas y primaverales telas imaginadas por Frank para hacer tus propios diseños. Los que deseen llevarse a casa una pieza lista para convertir un espacio anodino en una habitación llena de vitalidad, este establecimiento cuenta con una amplia oferta de cojines, butacas, manteles y objetos de cocina.
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TJALLAMALLA Bondegatan, 46, Södermalm, Estocolmo (tjallamalla.com)
La poesía de Walt Whitman y Emily Dickinson es sin duda el telón de fondo de esta tienda de segunda mano en la ciudad de Estocolmo. El fervor por el vintage nos lleva a preguntarnos por el origen de este término, que incluso se emplea tal cual en sueco. Viene del inglés y se utiliza para designar cualquier objeto antiguo, de diseño artístico y que tenga cierta aura de calidad. El caso es que lo que antes, en el mejor de los casos, solía llevarse directamente a las charity shops o bien pasaba de madres a hijas, ahora está muy cotizado y las tiendas especializadas en este tipo de artículos están viviendo una temporada de verdadero frenesí al alza. Y Estocolmo, gracias a las guías online de blogueras de medio mundo, se ha convertido en una de las capitales a las que acudir para regresar a casa con la maleta llena de piezas únicas y difíciles de encontrar, pequeños grandes tesoros que guardaremos como oro en paño por su elegancia y singularidad. Las tiendas de segunda mano reciclan lo que unos desechan, y lo ofrecen a otros a buen precio. Se trata de una próspera idea de negocio en un momento en el que lo reciclable y lo sostenible están en boga no sólo en Escandinavia sino también en España. Tjallamalla es una de las tiendas de segunda mano más famosas de Estocolmo y la preferida de los estilistas. Ofrece moda vintage para hombre y mujer de los años 30, 40, 50, 60 y 70.
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FILIPPA K Grev Turegatan, 18, Estocolmo (filippa-k.com)
Filippa K fundó su exitosa empresa en 1993. En la actualidad, más de 500 detallistas venden su ropa alrededor del mundo. Filippa K acerca la más pura esencia de la moda sueca. Las colecciones se caracterizan por un diseño sencillo, depurado y clásico. Su diseño es limpio, los materiales, sutiles. Filippa K quiere crear prendas que se conviertan en las piezas favoritas de sus dueños: prendas atemporales y cómodas que te pones una y otra vez. Explorando la expresión minimalista en su forma más pura, la colección otoño-invierno de Filippa K es una mirada limpia y precisa, un enfrentamiento lúdico de colores fuertes y estampados sumamente sofisticados. Para ella, las espaldas abiertas se contrastan con escotes cerrados. Los vaqueros, una de las prendas icónicas de la firma, cuentan esta vez con pinceladas que recuerdan al lavado a la piedra. La colección se completa con chaquetas entalladas y con detalles perennes. La gama de colores tiene una base de tonos tierra y neutros oscuros.
fetichismos Texto ana tomás 72-73
“fetichist” de nègre, paris
fetiches
símbolos de posesión El término “fetiche” proviene del portugués “feitiço” y significa hechizo. Aunque se tiene conocimiento de objetos fetiche desde épocas antiguas, este término no se acuñó hasta mediados del siglo XVIII. “Durante la época de la colonización se utilizó la palabra “fetiche” para referirse a las culturas y religiones de los indígenas africanos e incluso llegó a ser sinónimo de brujería y superstición”, nos cuenta Julia Weems, directora de Moda del IED Barcelona Escuela Superior de Diseño. “En estas culturas, el objeto fetiche adquiere sus propiedades sobrenaturales porque un espíritu se ha introducido en él y lo que se venera no es al objeto en sí mismo, sino al espíritu, fantasma, alma o demonio que lo ha poseído”, añade la Doctora en Antropología por la Universidad de Barcelona, Grazalema García. En la actualidad el término ha perdido su significado exclusivamente religioso y mágico y ha pasado a ser un icono o símbolo representativo de una época u estilo. Lo que sigue caracterizando al fetiche es que “el objeto es ante todo un símbolo, y sólo por eso, una característica
de la humanidad del hombre; todo símbolo implica el grupo humano al que está dirigido, los objetos suponen un usuario, los objetos en el cine un espectador, ambos suponen al otro como medio de su propia realización, como su razón de ser”, expone el profesor de la Universidad Pontificia Javeriana en Bogotá (Colombia), Juan Pablo Arenas, en su artículo Actas de Diseño. Los zapatos y su hechizo Muchos objetos se han convertido en fetichismos porque por alguna razón nos atraen y nos excitan sexualmente. El psicólogo francés Alfred Ninet, a principios del siglo XX, fue quien le dio el nombre de “fetichismo sexual” diferenciando entre dos tipos, “amor espiritual” y “amor material”, refiriéndose el primero a la devoción por fenómenos mentales –como actitudes, clases sociales, etc.– y el segundo a objetos materiales –animales, ropa, partes del cuerpo–, que es como se entiende hoy en día. Según el portal inglés Pshychnet-UK, especializado en salud mental: “el fetichismo sexual es el uso de un objeto inanimado o de una parte específica del cuerpo humano como
forma de estimulación física o mental”. Uno de los iconos sensuales más universales es el zapato, prueba de ello son las múltiples narraciones que se han contado desde épocas remotas. El griego Estrabón contaba la historia de Ródope, una muchacha griega a quien un águila robó su zapato mientras ella tomaba un baño en el Nilo. El ave depositó el objeto en el regazo del faraón Menfis, quien emprendió, completamente hechizado, la búsqueda de su encantadora propietaria. Más adelante llegaría otro zapato histórico, el que dejó caer María Antonieta al subir a la guillotina y que es el objeto más visitado del museo de Caen. La literatura también ha dado sus frutos en este terreno. “No olvidemos a Dorothy. Fueron precisamente sus pesados chapines rojos los que la transportaron al mundo de Oz”, nos recuerda Octavio Fabián, profesor de Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid. El caprichoso Charles Bukowski en su poema “Zapatos” recordaba que cuando eres joven vislumbrar un par de zapatos de tacón dentro de un armario “puede prender fuego a tus huesos”.
MODA
“blue velvet” de lynch
del diseño de moda. Además, no es solo la adoración de las prendas ajenas en pasarelas inalcanzables, pues ¿qué mujer no tiene una colección excesiva de zapatos y bolsos?
ris
“crash” de cronenberg
Los expertos dicen que esta obsesión por los zapatos, especialmente los de tacón, deviene del afán de poseer: quien posea el contenedor poseerá el contenido. Como señala Linda O’Keeffe en “Shoes: A Celebration of Pumps, Sandals, Slippers & More”, los tacones son “un principio nuevo, una promesa de romance y emoción para todas las niñas que han crecido con el mito de Cenicienta, pensando que unos zapatos pueden transformar mágicamente sus vidas”. Se podría afirmar que el filme fetichista por antonomasia es “Crash”, la película dirigida en 1996 por el director canadiense David Cronenberg y cuyo argumento gira en torno a un grupo de personas que se excitan al presenciar o experimentar accidentes de coche. No podría dejarse de lado “Blue Velvet” (1986) de David Lynch, con la relación –aparentemente– sadomasoquista entre Dorothy Vallens y Frank Booth. Harry Killas opta por algo más suave, aunque ni siquiera se molesta en disimular con el título, “Babette’s feet” (1999), y da rienda suelta a un fetichista de pies que un día ve aquellos que siempre ha soñado y los persigue durante el resto de la película.
La lista es infinita, pero el título español por antonomasia en esta materia es “Las edades de Lulú” (1990) de Bigas Luna, en la que lo que parece una romántica historia de amor se torna en el descenso a los secretos más oscuros de la protagonista. Las dos vertientes de la moda No sería exagerado decir que en la actualidad la ropa y los complementos son el elemento fetichista por excelencia. Hoy en día la moda se ha convertido prácticamente en una religión, ya que tiene millones de fieles de todas las edades, sexos y estratos sociales. Nuevamente, como sucede con el mundo del motor, la moda adquiere el valor de objeto de culto en sí misma a la vez que guarda una íntima y directa relación con la sexualidad. La moda despierta pasiones –y odios– y tiene una cantidad de seguidores devotos que ya la quisieran muchas religiones. Solo hay que ver el número de medios que se despliegan para cubrir las noticias de este terreno y la de revistas, páginas web y blogs que no dejan de crecer y cuyo argumento son las novedades en el mundo
A otros niveles, todos hemos tenido esa prenda desgastada de la que no nos desharemos porque nos acompañó a tal o cual viaje o forma parte del recuerdo imborrable de una persona o situación vital; hasta querríamos enmarcarla. Por otro lado, están las prendas fetiche, tanto las que tienen una finalidad explícitamente sexual como la ropa diaria que a menudo se inspira en ellas. Existe un universo en el imaginario erótico que parece ser ilimitado: disfraces de conejita, chalecos y gorras de cuero, tangas de caramelo, etc. Todas esas prendas no disimulan en absoluto su objetivo sexual, están creadas única y exclusivamente con ese fin. La moda cotidiana no alcanza esos extremos de evidencia categórica, pero en muchas ocasiones rescata aquellos conceptos eróticos y los reinventa. Así es como el cuero, los corsés, las mallas de leopardo y vinilo y las cadenas y hebillas han llegado a la vida cotidiana de muchas personas. Y todo lo anterior queda prácticamente eclipsado cuando uno se adentra en el amplísimo mundo de la ropa interior –la de mujer, por supuesto, los hombres no disponen de la misma variedad–. Los encajes y transparencias hacen las delicias de los fetichistas, confesos o no. En pleno siglo XXI la magia todavía tiene muchos seguidores y el diseño, en todas sus vertientes, es un fiel espejo del papel que los fetichismos tienen en la sociedad actual. Joan Didion, en “El año del pensamiento mágico”, cuenta que tras la muerte de su marido no quería deshacerse de sus zapatos porque “si volvía, no tendría con qué caminar” y como ella, todos hemos tenido una experiencia –traumática o no– similar. Quien no se haya aferrado alguna vez a una camiseta de su ex-pareja, a un colgante de la abuela o haya pensado, ni que sea irónicamente, en hacerle vudú a alguien que nos ha causado algún daño, que tire la primera piedra.
625 líneas Homeland / Last resort
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Homeland / Last Resort Todo por la patria
Militares histéricos, situation room, espías islámicos, protocolos nucleares, tensión insoportable, gotas de sudor recorriendo sienes… Con la liga de otoño, llegan dos thrillers militares que los amantes del género recibirán con los neurotransmisores abiertos. La segunda temporada de la mejor serie del momento, “Homeland”, ha tapado con cinta aislante las bocas de los descreídos que no veían viable una nueva campaña. Demencial, lo de esta serie. Por otra parte, el estreno de “Last resort” enfrenta a un submarino estadounidense con su propio gobierno en un Texto conflicto nuclear sin precedentes. ¿Preparados, reclutas? ¡Hut, hut! Óscar Broc “Homeland”: Nervios, intriga, dolor de barriga.
Hay gente por ahí que ya no puede rascarse el cogote. Gente que no puede coger una moneda del suelo. Gente que se tiene que quitar la cera de la oreja con la tapa del bolígrafo. Gente sin uñas. Son las víctimas de una adicción insuperable llamada “Homeland”, el polvo catódico más puro que ahora mismo nos puede vender la pantalla de plasma. La primera temporada de “Homeland”, reconocida justamente en los Emmy como el mejor drama televisivo del momento, acabó con el suministro de pipas, pieles dactilares, cannabis y Lay’s de medio mundo. Una estrategia de suspense psicológico perfectamente orquestada en un entorno militar, un guión sólido ajeno a convencionalismos propios del género, un dibujo de personajes complejísimo y una mala leche asombrosa para generar equívocos y falsas sospechas fueron las claves del éxito de crítica y público de una temporada que, a pesar de su calidad, despertó razonables dudas entre los recelosos. Una serie basada en un solo misterio —averiguar si el marine Brody es una espía islámico— sólo daba para mucho para una sola temporada. Pero, ah, en esta producción de la cadena Showtime hay escritores de raza capaces no sólo de tapar bocas, sino de llenarlas con incontenibles lecherazos de genialidad, disipando cualquier atisbo de recelo en una segunda campaña cercana a la perfección. “Homeland” es droga peligrosa, sin duda, pero no es droga fácil. Es refinada, cara, compleja, profunda. Disecciona a sus personajes principales con un escalpelo envenenado. No es una serie militar al uso, más bien es un drama psicológico catedralicio: Nick Brody y su antagonista, la agente Mathison, son seres turbios, atormentados, disfuncionales, ahogados en insondables claroscuros emocionales. La primera temporada nos trajo la esperada resolución del misterio de los misterios (no lo desvelaré para no herir sensibilidades) y nos regaló la recuperación de una actriz que muchos daban por acabada, la sublime Claire Danes. Después de
jugar con el espectador, redimensionando el concepto del falso culpable (o falso inocente) y de satisfacer con creces la sed de conocimiento de los fans, la segunda temporada de “Homeland” se revela como un desafío paquidérmico que, a tenor de los dos primeros episodios, se ha superado con tanta solvencia que hasta asusta y todo. Los medios han dictado sentencia y la frecuencia de onda es la misma: elogios incondicionales. Y es que “Homeland” ha conseguido superar el síndrome de la segunda temporada siendo fiel a sí misma, acentuando sus virtudes y llevando al espectador a estados de tensión nunca vistos. A los que no crean mis palabras les conmino a ver el segundo capítulo de la nueva temporada: lo mejor que he visto en televisión en este 2012. “Last resort”: Eres un torpedo.
A Shawn Ryan le debemos “The Shield”, la mejor serie de policías de la historia con permiso de “The wire”. Durante siete temporadas, de él dependió el suministro de droga dura para toda una nación de adictos a Vic Mackey, el guripa corrupto por excelencia, un hijo puta tan cool que todavía hoy se echan de menos sus tejemanejes con el lumpen californiano. Los fans teníamos muchas ganas de comprobar de qué era capaz Ryan en una cadena como la ABC, con un aparato de censura mucho más implacable y unos códigos en las antípodas de las exigencias al límite de “The Shield”, pero , eso sí, con un manojo de pasta importante en el bolsillo. Y aunque en algunos momentos roce el delirio, “Last resort” ha conseguido coronarse, sin hacer excesivo ruido, como la mejor serie con trasfondo militar en emisión, después, claro está, de “Homeland”. Imaginemos un submarino nuclear estadounidense state of the art cargado con suficientes misiles como para convertir medio planeta en un descampado tunecino. Imaginemos que la tripulación del submarino se rebela contra el gobierno corrupto de los Estados Uni-
dos y amenaza a la administración, que ya ha intentado liquidarlo, con bombardear suelo americano en caso de futuras represalias. Pongamos esta premisa como alfombra para un thriller militar efectista y anfetamínico, y tendremos el molde de una serie comercial bien ejecutada, rodada con ritmo e hinchada a presión con altas dosis de suspense. Amigos de las series masculinas, para vosotros ha llegado Papa Noel con varias ojivas nucleares en los empastes, porque “Last resort” es una mezcla de “Marea roja”, “24” y “The unit”, un caramelo para los que disfrutan con las conspiraciones militares, los rígidos protocolos de guerra, la jerga militar y esas escenas mareantes con cámara al hombro en las que hay que resolver crisis mundiales barajando decisiones imposibles a contrarreloj. Como fast food y entretenimiento adictivo, la serie cumple con creces su cometido. A pesar de lo descabellado (a veces roza el gag, lo admito) de su premisa argumental y de la perplejidad que puede producir un submarino americano de buenos soldados poniendo en jaque a su propio gobierno, el episodio piloto se devora sin apenas notar cansancio, se mastica con facilidad y lo que es mejor, te mete en harina desde los primeros minutos. Se agradece la inmediatez y la pegada de la serie. La cámara recorre los intestinos del submarino a toda velocidad, la lente se mueve nerviosamente, hay momentos de máxima tensión que recuerdan mucho a los órdagos entre Gene Hackman y Denzel Washington en “Marea roja”, se adivinan personajes que darán juego y hay ideas que de ser bien llevadas pueden derivar en un placer culpable muy alimenticio. En ningún momento destila la grandeza de las series inmortales, que nadie se confunda y espere encontrar la metadona para superar el mono de Bauer, pero “Last resort” es un pequeño rara avis en la televisión generalista: aquí la guerra no es contra la morería, la guerra es entre americanos, y los malos están en La Casa Blanca. Sólo por eso ya merece la pena.
in & out Clubbing BCN C/ ARC DEL TEATRE, 3. TEL. 93 318 59 66. Techno-house, incursiones en el electro y la música disco. Miércoles, invitados internacionales. Vie-Sab., sesiones con el DJ residente Robert X. Todas las noches de 23.30 a 5 h.
SALA RAZZMATAZZ 2. C/ PAMPLONA, 88. TEL. 93 272 09 10 Tech-house, hard techno y techno con los residentes MouseUp, Undo, Vicknoise, además de las residencias de James Holden, Felix da Housecat, Miss Kittin o Tiga. H: Vie-Sab. y vísperas de festivos de 1 h. a 5 h. Entrada única a Razz Club: 15 € (c/i).
SALA APOLO. C/ NOU DE LA RAMBLA, 113. TEL. 93 301 00 90 La meca del eclecticismo: house, techno, breakbeat y pop electrónico, según el día. Alberga residencias de Kompakt, Bpitch Control, Bungalow, Cristian Vogel, etc. Nitsa selectors: Fra, Marc Piñol, DJ Coco y Graham. H: Vie-Sab. y vísperas, a partir de las 24.30 h. Precio: 12 € (c/i).
Clubbing Madrid electro-pop, deep house y leftfield de mano de MouseUp, Undo, Vicknoise); Rex (technopop). H: vie-sab. y vísperas de festivos de 1 a 5 h. Entrada única: 12 € (c/i). www.salarazzmatazz.com
B LOUNGE @ HOTEL BARCELÓ RAVAL RBLA. DEL RAVAL 17-21. TEL. 93 320 14 90 El lugar más cool de la ciudad, el nuevo punto de encuentro de Barcelona. Tapas sorprendentes, extensa carta de cócteles y la mejor música. Terraza Plaza Manuel Vázquez Montalbán. Jueves, viernes y sábados DJ en directo de 23 h a 02 h. Entrada libre. www.BarceloRaval.com
C/SANTA ANNA 14, L’HOSPITALET. T. 93 337 76 16. Más de 25 años ofreciendo la alternativa desde L’Hospitalet. Conciertos de pequeño formato y sesiones de DJs... de la mano de los DJs Jordi Monamí, Marty Mcfly, Crtl+alt+supr, Gato. Actuaciones musicales en pequeño formato. www.depositolegal.com.
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C/ FONTRODONA, 33 (BCN). TEL: 93 441 80 15 Antigua nave industrial convertida en enorme y comfortable lounge club. Urban & soulful music + laid-back atmosphere + underground attitude. www.maumaunderground.com. H: jueves 23 - 2.30 h., vie-sáb 23 - 3 h., domingos tarde (excepto verano).
SALA CITY HALL C/ RAMBLA CATALUNYA, 4. Lun: Internacional Party. Mar: Budah Hall Night. Mie: Pigs & Diamonds. Jue: Club 4 (techno & minimal techno). Vie: 100% Uhm Underground (tech-microfunk). Sab: Pure City Nights (house, deephouse, latin). Dom: Zen Club (techhouse/ electro).
C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 272 09 10 5 clubs en un mismo espacio: Razz Club (Viesab. DJ Amable y Dj Gato, el mejor indie y rock de todos los tiempos. Jue. Bongo Palace (latin house); Pop Bar (vie-sab. lo mejor en pop, electro y sixties); The Loft (tech-house, hard techno y techno); Lo*Li*Ta (techno-pop,
C/ LINCOLN, 15. T. 93 238 07 22 Martes: Glitter and Glamour. Miércoles: Strawberry & Chocolate. Jueves: Buziós - Brazilian soul. Viernes y Sábado: 3 floors open- hip hop and R&B, house music, classic garage 80’s-90’s. www.ottozutz.com
C/ VALLDONZELLA, 40 / PLAZA MILANS, BARRIO GÓTICO. Tel. 627 73 30 81 En el bar Manchester se dan cita amigos y seguidores de la música de los 80 y 90 y sus tendencias más brit. Desde Joy Division hasta Placebo, pasando por The Smiths y Happy Mondays.
RAMBLAS, 27. T. 93 301 16 289 INFO@BOULEVARDCULTURECLUB.COM Boulevard Club, ubicado en La Rambla, donde antes se encontraba Fellini, ofrece la localización más céntrica y de más fácil acceso al público. House, techno, electrónica, hip hop, R’n’B, rock... DJs residentes: D’Julz (Bass Culture, París), Andre Buljat (4line, Indigo Raw) y Dr. Barry (BLV). http://boulevardcultureclub.com
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SALA 1 AV. CARRILET 235 - SALA 2 AV. CARRILET 301, L’HOSPITALET. T. 93 337 06 02 La Salamandra es el espacio de referencia de las noches de L’Hospitalet. Dos salas que ofrecen la mejor programación de conciertos y sesiones de DJs de la escena indie y mestiza. Sala 1: Musicollage con Nafentt & Darkomedia. Sala 2: Indie-pop-electro con YoSET & McFly, visuals de High Distortion & Mon Feijóo. H. Abierto todos los viernes, sábados y vísperas de 24 a 6 h. Entrada única: 8 € (c/i). Gratis hasta las 2 h. www.salamandra.cat
C/AMPLE, 46 (GOTICO) T 663 710 095 El bar rockero por excelencia en el centro de Barcelona. Casi tocando Correos se encuentra este sitio con aires de estación de metro abandonada donde cada día, entre riffs y whiskey, se dan cita aquellos que llevan el rock en la sangre. Todos los días desde las 19 h a las 2.30 / 3 h www.bollocksbcn.com
Clubbing Bilbao C/ RAFAEL DE CASANOVA, 3. SANTA COLOMA DE GRAMENET. [M] L1 SANTA COLOMA La Sala Pop tiene una programación semanal de conciertos cuidadamente seleccionados dentro de la escena independiente tanto catalana como estatal. Los conciertos se realizan viernes y sábado pero la sala ofrece sesiones de indie, pop, rock, electrónica a cargo de DJ Oki One y programación cultural los domingos. H: mie-dom 19 - 3.30 h. www.myspace/popclubsantacoloma
EN SANTANA 27. POL.IND.SANTA ANA. TELLERÍA 27. BOLUETA. WWW.FEVER.ES Pink Fever: tecnopop & electropop. Gold Fever: pop-rock & hits. Black Fever: hip-hop, reggae, soul & funk. Blue Fever: tech house & tecno. Desde su inauguración en 2005, Fever se ha convertido en el club de referencia del norte de la península. Una iniciativa de ocio de calidad incontestable que sitúa a Bilbao en el pelotón de cabeza europeo de la cultura del baile. H: Vie y Sab 24 h, 12€ c/i.
@ LA RIVIERA - Pº VIRGEN DEL PUERTO S/N. @ HEINEKEN - C/ PRINCESA , 1. Actualmente es el club de referencia en Madrid por su excelente e inagotable programación dedicada al indie rock y la electrónica, con residencias de sellos como Ed Banger Records y DJ sessions de Boys Noize, Rex The Dog, Felix Da Housecat, Steve Aoki, Peter Hook... www.intromusica.com
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C/FOMENTO 30 (MADRID) Desde 1997 el Home Bar es un referente para los amantes de la música. El pop, la electrónica y el indie son el eje central de las sesiones de nuestros DJs, desde los clásicos imprescindibles hasta las últimas novedades. En el Home podrás escuchar desde Depeche Mode, REM o The Smiths hasta White Lies, Hot Chip y Temper Trap, pasando por Placebo, Massive Attack, Muse, Royksopp, Radiohead, Ladytron, Foo Fighters, Interpol... Abierto los viernes y los sábados a las 23h.
Clubbing Galicia COMPLEJO PLAYA CLUB. AVENIDA DE LA HABANA, ESTADIO DE RIAZOR (LA CORUÑA). WWW.PLAYACLUB.NET Pop, indie y electrónica. Más de 60 conciertos de música alternativa al año. Sesiones los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos desde las 3 h. +info en www.playaclub.net
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Cine Leos Carax
Bendita gasolina
Leos Carax “Holy Motors” ha arrasado en el Festival de Sitges en un claro caso de justicia poética, ya que la indiscutible obra maestra de Leos Carax debería haber obtenido la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes. La miopía del jurado que presidía Nanni Moretti se la arrebató. Craso error, incompetencia, porque “Holy Motors” es todo un festival de cine en sí misma. La mejor película del año, eso por lo menos. Texto
Philipp Engel
V
aya por delante que los que todavía no hayan disfrutado de lo más parecido a una experiencia cinematográfica total que puede vivirse en nuestros días harían mejor en no seguir leyendo. Tan sólo conseguirán estropearse alguna que otra sorpresa. Mejor si acuden vírgenes, la información intoxica lo sagrado. “Holy Motors” no necesita claves previas. Con vivirla es suficiente, y tampoco puede decirse que requiera demasiadas explicaciones a posteriori. Basta con celebrarla.
CELEBREMOS
A Leos Carax no le gustan las entrevistas, y lo entiendo. Al artista no le corresponde comentar su propia obra. En Cannes canceló la mayoría, y la conferencia de prensa fue tan decepcionante como cualquier otra. Más adelante, se soltó un poco, y algunas entrevistas afloraron a la red. A nosotros nos fue imposible, y se lo agradezco. No sé cómo hubiera puesto mi entusiasmo entre interrogantes, y tampoco siento especial curiosidad por conocer al personaje, es decir, sentarme 20 minutos frente a sus gafas oscuras, o enviarle un cuestionario por mail. En realidad, no necesito saber nada más sobre “Holy Motors”, el film ya es lo suficientemente elocuente. Pero como toca celebrar, comentaré un par de cosas, averiguadas casi por inadvertencia, que ahondan en la primera pregunta que nos golpea: ¿de dónde ha salido la energía capaz de alimentar el sagrado motor de esta descomunal explosión de talento y originalidad que nos deja de rodillas, con los brazos abiertos en cruz y esperando a ser atropellados por la primera limusina blanca que se presente? La respuesta podría ser una arrolladora épica creativa que funciona como el dinámico reverso
de la oscuridad más absoluta. Harto sabido es que Leos Carax pega con el tópico de ‘autor maldito’. De niño prodigio pasó a condenado al ostracismo tras el desastre que supuso “Los amantes del Pont Neuf” (1991). Apenas si ha podido dirigir desde entonces, tan solo la mal recibida “Pola X” (1999) y el episodio del film colectivo “Tokyo!” (2008) cuyo personaje, Monsieur Merde, reaparece, de forma gloriosa, en “Holy Motors”. En una entrevista (por mail) para Télérama, Carax confesaba una lista abreviada de proyectos abortados: “En los 80, un remake de ‘Los sobornados’, de Fritz Lang, con Johnny Halliday y Nastassja Kinski. En los 90, demasiados proyectos para mencionarlos todos. Los principales: ‘Strong girl’, una película sobre en qué se ha convertido el rock, con Vanessa Paradis, Iggy Pop y David Bowie; ‘Alladin & Cardea’, una libre adaptación de la novela de George du Maurier; ‘Peter Ibbetson’, un film onírico con Sharon Stone. En los años 2000, una libre adaptación de ‘Dr. Jekyll y Mr Hyde’, en la América post-11 S, con una mujer como protagonista; ‘Merde in USA’, la continuación de las aventuras de Monsieur Merde, con Denis Lavant y Kate Moss. No le interesó a nadie. Una libre adaptación de ‘La bestia en la jungla’, de Henry James, situada en el Londres actual…”. De tantos planes fallidos, “Holy Motors” tan sólo rescata al hilarante Monsieur Merde, ahora acompañado de una exuberante y simpática Eva Mendes en lugar de la cocainómana. A la frustración inherente a tantos fracasos, hay que sumar la liberación que supuso “Tokyo!”, con el salto al digital, haciendo posible la realización de un film como “Holy Motors”, y sobre todo el duelo por la muerte de Katerina Golubela, su
compañera sentimental y protagonista de “Pola X”, que se fue discretamente, a los 44 años, un domingo parisino de agosto de 2011 tras una larga lucha contra la depresión. A ella le dedica “Holy Motors”. Ella fue también la inspiradora de la muy fascinante escena inicial en la que el propio Carax aparece palpando el empapelado de una habitación de hotel en busca del pasaje que le conducirá a un cine donde un público espectral contempla una película. La niña que aparece en pantalla, asomada a la ventana, no es otra que la pequeña Nastya, la hija de Katerina que ha quedado al cuidado de Leos. Entra entonces en escena Denis Lavant, alter ego oficial, ahora caracterizado como el primero de los 10 papeles que Monsieur Oscar interpretará a lo largo de este film ambientado en un futuro virtual donde las cámaras han desaparecido de la vista, porque son invisibles y están por todas partes. Más allá de la dorada estatuilla, tampoco el nombre de Oscar es casual: Leos Carax es un anagrama que suma Oscar y Alex, el nombre del personaje al que Lavant dio cuerpo en los tres primeros films de Carax. El encuentro entre Oscar, tal vez ya sin máscara, y su hija de ficción resulta así uno de los momentos más conmovedores del film, como lo es también el reencuentro de Lavant con Michel Piccoli 25 años después de “Mala sangre” (1986), o la aparición de Kylie Minogue, como la antigua amante, en los almacenes La Samaritaine —con vistas al Pont Neuf— en un papel que Carax ofreció a Juliette Binoche, con la que también mantuvo una larga relación tormentosa. Con estos elementos podríamos montar una lectura muy melancólica de “Holy Motors”. Pero no se preocupen que hay muchas otras, y mucho más festivas.
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cine
Columna
Texto
Álex Vicente
Philipp Engel
“César debe morir” De Paolo y Vittorio Taviani (Italia, 2012)
“La Saga Crepúsculo: Amanecer Parte 2” DE BILL CONDON
Confieso que recibí esta saga con cierta condescendencia, claro que “Crepúsculo” (Catherine Hardwicke, 2008) no era muy buena y no estaba dirigida a mí. Pero a medida que Kristen Stewart y Robert Pattinson se fueron haciendo mayores, graduándose con honores en “Adventureland” y “Cosmopolis” respectivamente, y fusionándose en uno —el concepto Robsten—, a medida que ficción y realidad se fueron entremezclando, me fui haciendo más y más fan, y ahora siento ganas de llorar ante la gran final y ese amor sellado para siempre. La gran pregunta es: ¿qué pasará después?
el cine que viene “Los amos del barrio”
“Fin”
DE AKIVA SCHAFFER
DE JORGE TORREGROSSA
La comedia post “Saturday Night Live” del mes con el director de “Flipado sobre ruedas”, guionista del show, Seth Rogen en el guión y cuatro estrellas del post humor —Ben Stiller, Vince Vaughn, Jonah Hill y Richard Aoyade (sí, el director de “Submarine”)— calzándose la chupa a lo “Drive” de vigilantes del barrio. Unos vigilantes muy patosos que se enfrentan a la enésima invasión extraterrestre. ¿Habrá para reír un buen rato o será otro funeral del humor?
La homónima novela de David Monteagudo triunfó más por inspirarse en las estrategias narrativas de una determinada ficción televisiva entonces muy en boga, que por su intrínseca calidad literaria. La traslación en imágenes de aquel fenómeno editorial tiene a su favor su ambición comercial como producto de calidad y una Maribel Verdú que es todo un as en la manga en estos momentos. A su papel de madrastra en la “Blancanieves” de Pablo Berger me remito.
“Drácula 3D”
“El hombre de los puños de hierro”
DE DARIO ARGENTO
DE RZ
La apuesta ya ha disipado toda duda. Hace tiempo que el maestro Argento no levanta cabeza, y los diálogos del productor Enrique Cerezo no están ahí para salvar la función. Pero no todo es un desastre. La película consigue transmitir el sabor añejo de un giallo cutre de los años 60 y, además de la presencia de Asia Argento, se puede admirar la geografía de Miriam Giovanelli que aparece tal y como vino al mundo. ¡Y en 3D! Creo que merece la pena.
A la espera de ese “Django desencadenado” que no llegará hasta el 25 de enero de 2013, el salto tras la cámara de Bobby Digital puede ser un estupendo aperitivo. Coescrita y producida por Eli Roth, una de artes marciales espectacular, ultraviolenta y sexy. Con Russell Crowe de pistolero malcarado y Lucy Liu de tigresa y dragona, todo al mismo tiempo. Con rimas exclusivas del susodicho, Kanye West y todo el Wu-Tang Clan. “They put the Fu in Kung-Fu”. Guau.
“Babycall”
“High School”
DE PAL SLETAUNE
DE JOHN STALBERG JR.
El director es un noruego que, según se dice por ahí, declinó dirigir “American beauty”, porque el guión no le parecía lo suficientemente bueno. Suena raro, pero nos cae bien. Y está la siempre extraña Noomi Rapace, en lo que parece una mezcla de terror nórdico a lo “Let the right one in”, terror psicológico a lo Polanski y una japonesa con cachivache endiablado (el Babycall del título). Veremos si el guión de “American beauty” era tan malo, después de todo.
Una comedia fumeta de instituto, con un Michael Chiklis transmutado en Ron Burgundy como el director que pretende someter a sus alumnos a un test antidrogas que sería la perdición de los protas. Ellos contraatacan con brownies cargados de maría, y Adrien Brody pone sus huesos al servicio de un camello psicópata. Espero una moraleja sobre el consumo de marihuana. La juventud nunca estará lo suficientemente prevenida sobre este tema. Lo digo totalmente en serio.
“Golpe de efecto” DE ROBERT LORENZ
“Hasta la vista”
Nos suena que Clint Eastwood dijo que se retiraba de la actuación después de “Gran Torino” (2008), y helo aquí que regresa con una de béisbol dirigida por uno de sus acólitos, uno que le ha ayudado a lo largo de una docena de films. Clint es el veterano entrenador malhablado, por supuesto. Y la luminosa Amy Adams su hija; Justin Timberlake el pretendiente de la misma, y un poquito de John Goodman. Seamos deportivos y esperemos a ver antes de tumbarla.
Con un amplio recorrido festivalero salpicado de premios, como la Espiga de Oro de la Seminci, la historia real de tres discapacitados belgas que vinieron a España para perder la virginidad en un burdel malagueño llamado El Cielo. En la senda de la muy exitosa “Intocable”, una comedia dramática que quiere evitar los tópicos del cine minusválido alternando risas y llantos, aunque no puede evitar servirnos la inevitable lección de vida. Pues eso, hasta luego.
DE GEOFFREY ENTHOVEN
Se esperaba que el gran aggiornamento del cine italiano acabaría llegando de la mano de una nueva hornada de realizadores que, media década atrás, empezaron a hacer ruido en los festivales internacionales. Pero esa renovación eternamente retrasada no solo sigue sin llegar, sino que cada vez cuesta más encontrar pruebas de vida inteligente dentro de una cinematografía venida a menos. Basta con observar la trayectoria declinante de sus jóvenes promesas para entender que el relevo está cualquier cosa menos asegurado. Matteo Garrone maravilló con “Gomorra”, pero decepcionó en el último Cannes con “Reality”. Paolo Sorrentino ya no rueda fascinantes retratos en claroscuro como “Il Divo”, tal vez porque prefiere creerse transgresor con cosas tan ridículas como “This must be the place”. Y Emanuele Crialese ha pasado de dirigir algo tan sugestivo y onírico como “Golden door” a limitarse a predicar lecciones de pseudoizquierdismo en “Terraferma”. En este contexto tirando a atroz, agravado por las dificultades económicas y por la denostable supremacía del berlusconiano imperio Medusa, es de agradecer que los ancianos regresen para intentar salvarnos. Hacía tiempo que nadie apostaba por los hermanos Taviani, que parecían condenados a dirigir subproductos televisivos hasta el final de sus días. Pero, a los 81 y 82 años, los autores de “Padre Padrone” y “Las afinidades electivas” han vuelto a la vida con un extraño experimento que también reanima lo que se suele denominar ‘cine social’, a menudo con una ceja arqueada y/o un par de bostezos. Lejos de los habituales parámetros miserabilistas y con más creatividad que el excesivamente profesoral Marco Bellocchio, los Taviani nos descubren a un grupo de presos de una cárcel de alta seguridad en las afueras de Roma, que ha decidido participar en una puesta en escena del “Julio César” de Shakespeare. Recorrida por un estimulante conflicto entre la vida en cautividad y la libertad provisional que les ha conferido el teatro, la película es puro nervio entre barrotes, desde la sesión de cásting inicial, donde los presos deben recitar su carné de identidad para demostrar su valía, hasta el retorno a un calabozo del que nunca han logrado salir del todo. “Desde que descubrí el arte, esta celda se ha convertido en una cárcel”, pronuncia uno de ellos. Con este dispositivo situado entre cine y teatro, documento y ficción e identidad y performance, los Taviani no sólo logran agitar conciencias, sino también reinventar un lenguaje cinematográfico. El suyo propio, pero también el de un cierto cine de autor europeo que presenta, desde hace años, síntomas crecientes de pequeñez y futilidad.
autopsia
cine
“Argo”
“Submarine”
de Ben Affleck (EE.UU., 2012)
de Richard Aoyade (UK, 2010)
“Skyfall” de sam mendes (EE.UU. y UK, 2012)
No sabría decir quién, si Freud o Jung, disfrutaría más de “Skyfall”. Sea como historia de un Edipo solipsista o del arquetipo de héroe llamado a regresar a la madre patria, la entrega 23 del agente 007 es la cinta más reflexiva a nivel psicoanalítico que ha dado la franquicia en sus 50 años de historia. Todo un manjar para gente como Slavoj Zizek. Y es que “Skyfall” supone la vuelta, en todos los sentidos, del agente al servicio de su majestad a la tierra de la ídem: el viaje al hogar como punto de inflexión de un héroe que lleva transitando por los países más exóticos de la Commonwealth quizá demasiados años. De hecho hay unos cuantos chascarrillos sobre la edad de Bond y su estado físico, de nuevo como señales del cansancio vital del agente secreto. Sin embargo, no habría que poner en duda la irreductibilidad de Bond, quien como todo buen mito regresa de las sombras donde se oculta tras haber sido dado por muerto para salvar a la madre, la nación, a M, su superior y chica Bond definitiva, matriarca indolente y Marianne de un país que quiere caminar hacia el futuro obviando el pasado (y el presente) de su propia ruina (económica). Quien diga que el estadounidense Sam Mendes no ha construido el mejor alegato del Reino Unido, miente como un bellaco. Dios salve a la Reina y larga vida a James Bond. Paula Arantzazu Ruiz
Trepidante y desconcertante, inverosímil y tronchante, arrolladora y cínica, emocionante y didáctica, y muy muy disfrutable, la tercera película de ese actor (cada vez menos) machacable y cineasta brillante llamado Ben Affleck es un dos en uno: thriller de fondo político y ritmo endiablado, por un lado, y comedia sarcástica sobre la trastienda de ese monstruo llamado Hollywood, por el otro. El film nos sitúa en el convulso Teherán de 1979, en plena Crisis de los Rehenes de la embajada norteamericana en Irán: seis diplomáticos han logrado huir y se refugian en la residencia del embajador canadiense. La CIA tendrá que ponerse manos a la obra para sacarles del país y devolverlos a casa y, entre decenas de planes de fuga surrealistas, eligen simular el rodaje de “Argo”, una película de serie Z a medio camino entre “Star Wars” y “Flash Gordon”, y hacer pasar a los fugitivos por miembros del equipo de producción. Un punto de partida nada creíble, con un pequeño matiz: está basado en un archivo desclasificado real. Affleck debe equilibrar, y lo consigue con insólita habilidad, la parte Pakula o Lumet del relato con una mirada desacomplejadamente demoledora de la Meca del Cine: un toque Altman para desmitificar el oropel de Hollywood; y ahí se salen esa extraña y descacharrante pareja de cínicos viejos zorros robaescenas que forman Alan Arkin y John Goodman. Àlex Montoya
La pubertad es una hipérbole. Todo se magnifica. Por eso Richard Aoyade juega en “Submarine” la peligrosa carta de la hipérbole, y gana. Actor, escritor y ahora director, el geek de la serie de culto “The it crowd” despliega en su ópera prima un catálogo de referencias visuales tan amplio, tan vistoso y apabullante, que en otro contexto habría ahogado la historia. Pero la novela homónima de Joe Dunthorne sobre un quinceañero solitario, inseguro e imaginativo se antoja un material perfecto para que el cineasta se la juegue durante todo el metraje y nos regale varios momentos inolvidables: el montaje frenético del primer beso delante de una Polaroid, dos semanas de amor resumidas en un corto en súper 8, la visita a un hospital convertida en una pesadilla surrealista, los fuegos artificiales rodeando al protagonista en pleno clímax dramático… El resultado es una sofisticada película que mezcla el free-cinema con Wes Anderson, la nouvelle vague con Michel Gondry, y a Alex Turner (autor de la estupenda banda sonora) con J. D. Salinger. Palabras mayores, sí, porque “Submarine” es una película mayor, uno de esos debuts deslumbrantes que surgen sólo de tanto en tanto. Un certero retrato de la adolescencia antes de que Facebook, Twitter y los smart-phones cambiaran las reglas del juego. Óscar del Pozo
“En la casa”
“Reality”
“El profesor”
de François Ozon (Francia, 2012)
de Matteo Garrone (Italia, Francia, 2012)
De Toni Kaye (EE.UU., 2011)
El último filme de François Ozon comienza con una idea brillante: un desencantado profesor de literatura se queda enganchado al relato que un alumno adolescente va desarrollando, por entregas, sobre la familia de uno de sus compañeros de clase. La primera parte de esta libre adaptación de la obra teatral “El chico de la última fila”, de Juan Mayorga, en la que el maduro profesor corrige, celebra o critica cada nuevo capítulo de la obra del joven aspirante a escritor es una exuberante lección de escritura y una magistral disección del arte de contar historias. Ozon utiliza dispositivos eminentemente cinematográficos, como la voz en off o la irrupción del narrador en el centro de la escena, para evidenciar la difusa frontera que separa realidad y ficción, pero esto no evita tener la extraña sensación de que, en la película, la lección sobre narrativa es más literaria que cinematográfica. A partir de la idea inicial, el filme se desarrolla por caminos ya transitados, oscilando entre el argumento del cazador cazado y el del intruso destructor, incluida una cómica y directa referencia a “Teorema” que demuestra el juguetón sentido del humor de Ozon. A pesar de todas las pegas, “En la casa” es una inteligente reivindicación del poder de la ficción y, sobre todo, una reafirmación de la condición voyeurística de todo narrador. María Adell
“Gomorra” es una de aquellas películas que gustan por su contundencia y por lograr una mirada particular (con ecos del realismo de “The wire”, eso sí) sobre un tema manido (la mafia). En su último filme, “Reality”, Matteo Garrone tenía sobre sus espaldas una fuerte responsabilidad: construir una película que estuviese a la altura de su predecesora “Gomorra”. Tarea ardua y poco evidente. Más aún si la cinta nos lleva por unos derroteros bien distintos a los de aquel relato sobre mafiosos italianos de colores fríos y edificios laberínticos y de cemento. “Reality” parte de una premisa aparentemente más alegre: la de un padre de familia de un pequeño pueblo italiano que se presenta al cásting de un reality show. Pese a la distancia temática, la película mantiene algunas de las señas de identidad del anterior filme de Garrone: trabaja con fuerza sobre un espacio y una comunidad (el pueblo, su plaza, su gente). La diferencia está en el tono. En “Gomorra” la diversidad de personajes se desprendía de la trama y de una cámara que sabía cómo moverse por el espacio. En “Reality” el tono está más cerca del realismo mágico y del colorismo. Los personajes se multiplican sin que sepamos exactamente por qué, en una película que parece situarse más cerca de “Amélie” que de la crudeza de “Gomorra”. Violeta Kovacsics
Como si de un episodio de “Band of Brothers” se tratara, los minutos iniciales de “El profesor” muestran una serie de entrevistas en las que, desde un tono documental, varios profesionales de la educación comentan su invasión de Normandía particular, menos cruenta que la de la Easy Company pero, en cuanto diariamente repetida, capaz de generar el mismo estrés postraumático. Una de ellas, la que protagoniza un espléndido Adrien Brody, va a puntuar el metraje: de su mano conoceremos el mes que pasa como sustituto en un instituto público neoyorquino, las frustraciones personales y profesionales de diversos colegas y, a través de una serie de flashbacks tirando a efectistas, un trauma de infancia que halla ecos en el presente a través de la relación que mantiene con su senil abuelo y la alienación que caracteriza el desempeño de su labor. Así las cosas, “El profesor” se transforma rápidamente en “Taxi driver” (relación con una prostituta adolescente incluida), una intensa tragedia existencialista a la que Toni Kaye magrea quizá en demasía: con menos aspaviento dramático, ofreciendo algún asidero a sus personajes, el tercer referente de este film, la cuarta temporada de “The wire”, resultaba igual de doloroso y más contundente en su denuncia. Milo J. Krmpotic’
080/081
libros Steve Earle
american most wanted Texto
“Noches azules” “Los que sueñan el sueño dorado
Joan Didion Mondadori
Philipp Engel Tamara (Anacronic)
Ilustración
John Waters
BALTIMORE (MARYLAND), 1946
“A
l oír las primeras notas de ‘Gina’ encima del escenario, sabiendo que deberá cantar la misma canción por millonésima vez, ¿se sentirá de la misma manera que yo cada vez que un fanático bien intencionado me pregunta, ¿en verdad Divine comió mierda de perro?”. John Waters (“Mis modelos de conducta”). El de “encima del escenario” no es otro que Johnny Mathis, aquel que, mucho antes que Bowie o Nina Simone, cantó esa maravilla llamada “Wild is the wind” (para el film homónimo de George Cukor, que aquí se tituló “Viento salvaje”). Mathis es también el primero de la larga lista de referentes, ídolos o fuentes de inspiración que el bueno de John Waters sirve en “Mis modelos de conducta” (Caja Negra), ese pequeño volumen rosa que llama poderosamente la atención en nuestras librerías. Llama la atención porque es rosa, claro, pero también porque, además de adecuada, la portada es preciosa, y eso es algo que, por desgracia, resulta demasiado extraordinario en nuestro mundo editorial, donde (salvo honrosas excepciones) se descuida el libro como objeto, sin tener en cuenta que al que se gasta sus 20 euros le haría ilusión que también fuera bonito. A lo mejor “Mis modelos de conducta” es bonito porque no está hecho aquí: Caja Negra Editora es de Buenos Aires, cosa que se nota, aunque no moleste, en la traducción (“chupapijas” es una palabra que se repite a menudo, y no alude a maníacos de las colegialas de clase alta). El libro en sí es el que estábamos esperando los que caímos rendidos ante “Majareta” (Anagrama) hace ya 22 años. Pues sí, 22 años. Cómo pasa el tiempo etc… Entonces, ya se nos pasó por la cabeza: John Waters es (incluso) mejor escritor que cineasta. No en vano aquel volumen, que venía con las chicas originales de “Hairspray” (1988) en portada, contenía una de las mejores piezas cómicas de todos los tiempos:
“Relato cortante (101 Cosas que odio)”. Necesito mucho decir, aquí y ahora, que no habría podido soportar las embestidas de la vida sin aquellas 12 páginas. Cualquier antología cómica andaría coja sin ellas. ¡Gracias John! ¡Aunque creas que irás al Infierno, te ganaste el Cielo con ellas! Lógicamente, no hay algo equiparable en “Mis modelos de conducta”. Y digo ‘lógicamente’, porque ni siquiera aquel otro “Relato optimista (Las 101 cosas que amo)” estaba a la altura: Waters es más divertido cuando odia que cuando ama, pero cuando ama sigue siendo hilarante, y “Mis modelos de conducta” es una larga carta de amor a las muchas cosas que le han salvado la vida. Igual que él a nosotros. Con su proverbial desparpajo tan lúcido como histérico, nos habla de lo que ya indica el título. Tras Mathis, van apareciendo otros ‘modelos de conducta’ como Tennessee Williams (“me salvó la vida”), su intima amiga Leslie Van Houten (ex del Clan Manson, que todavía sigue presa), Rei Kawakubo (diseñadora de Comme des Garçons), Little Richard (el que inspiró su célebre bigote pintado a lápiz) y el pornógrafo amateur (“chupapijas” especializado en marines), entre otros muchos. Y además resulta instructivo: “Mis modelos de conducta” ha caído justo después de “Más afuera”, de Franzen, y me ha sorprendido comprobar que, aún siendo tan diferentes, ambos sienten idéntica veneración por James Purdy (publicado por la Escalera, y ya reseñado en esta columna) como por Christina Stead, autora de “El hombre que amaba a los niños”, editada recientemente por Pre-textos. Tomen nota de ésta última si no la han leído, que yo haré lo mismo: con padrinos como estos dos, sólo puede ser increíble. Y voto a Dios que seguiré los pasos Waters, uno de “Mis modelos de conducta”: “Cada viernes por la noche de mi vida bebo. Un alcohólico una noche a la semana, un workaholic las otras seis. Incluso mi psiquiatra estuvo de acuerdo en que era un buen plan para mí”. Así se habla.
“No hay manera de esconder el hecho de que poner palabras sobre papel es una táctica de bullying, una invasión, una imposición de la sensibilidad del autor en el espacio más privado del lector”. Así se respondía Joan Didion en una charla de 1976 a la pregunta “¿por qué escribo?”. Mondadori publica el último libro de la autora estadounidense, hasta ahora mal y poco leída en España, “Noches azules” —que podría ser el último de verdad, debido a la edad y la frágil salud de Didion—, y a la vez pone en las librerías un greatest hits de la autora bajo el título “Los que sueñan el sueño dorado”, que incluye casi todos los textos de su ómnibus en inglés, “We tell ourselves stories in order to live” y sirve, sobre todo, para dejarse invadir por Didion, someterse a su bullying, por decirlo en sus palabras. Didion está por todas partes en su prosa y es imposible aguantar la lectura si uno no está un poco fascinado por su figura, empezando, y no es frivolidad, por su físico, tan menudo como imponente, mil veces admirado por sus groupies en sus fotos de los sesenta y setenta. El bob, el cigarrillo, las eternas gafas. La escritora rockstar. Es difícil leerla si no te fascina pero es igualmente difícil que no te fascine. “Noches azules” es el dramático epílogo a “El año del pensamiento mágico”. Allí hablaba del colapso y muerte de su marido, John Gregory Dunne, que agonizó mientras la hija adoptiva de ambos, Quintana Roo, yacía en otro hospital. En éste, sabemos de la vida y la muerte de la propia Quintana, que falleció debido a una cascada de enfermedades (derivadas o no de su alcoholismo, algo que queda en penumbra en el libro) año y medio después que su padre. “Los escritores siempre están vendiendo a alguien”, escribió Didion en “Arrastrarse hacia Belén”, la colección de ensayos (incluida en “Los que sueñan el sueño dorado”) que la dio a conocer en 1968 como la voz fría, y femenina del Nuevo Periodismo. Algunos críticos y lectores, incomodados por lo crudeza de “Noches azules”, han acusado a la autora de eso, de vender a su propia hija, inestable y quizá afligida por el famoso síndrome que plaga a los hijos de autores famosos (ver Hugues y Hemingway) por un puñado de literatura confesional. Pero si a alguien vende Didion aquí es a sí misma, que deja que floten en el aire preguntas tan salvajes como “¿en qué fallé?” y “¿fui mala madre?”. El crítico John Lahr abominó en una ocasión del narcisismo inherente en la obra de Didion diciendo que todo lo que hace es “meditar sobre su desolación y hacerla elegante”. Ni ella ni sus groupies le llevaríamos la contraria. Begoña Gómez
Hankover
Steve Earle Le has visto rascar la guitarra sentado en una esquina de Tremé, le oías aullar sobre el diablo abriendo cada episodio de “The wire”, y siempre te ha divertido el carismático desplazamiento capilar desde la meseta craneal a su rostro. Ya va siendo hora de que te leas un libro de Steve Earle. “Nunca saldré vivo de este mundo” (El Aleph, 2012) es el título compartido por la novela y el último álbum de este cantautor, también actor, y ahora escritor de San Antonio. Renglones y surcos de melopea y delirios mortales, con el fantasma de Hank Williams sobrevolándolo todo.
Texto
Albert Fernández
A
Steve Earle le cuesta respirar. Me habla desde el otro lado del océano con largos fraseos que él mismo debe interrumpir cuando el fuelle empieza a faltarle. Escucho esas grandes respiraciones asmáticas, y me pregunto cómo puede cantar todavía este hombre. Músico folk reputado desde antes de lo que muchos podrían recordar biológicamente, ahora no únicamente se dedica a vivir de la renovada celebridad que ha cosechado con sus actuaciones en “The wire” y “Treme”, sino que sacude las neuronas para dar vida a dos trabajos inervados, un álbum y un libro marcados por la muerte, que trascienden con el título de una vieja canción de Hank Williams, “Nunca saldré vivo de este mundo”. La primera y más básica pregunta sobre la disciplina dual que acoge el título de este debut literario sería qué vino antes, las letras o la melodía. “El libro iba a llamarse sí o sí ‘Nunca saldré vivo de este mundo’, porque es el título de una canción de Hank Williams. Desde el momento en que tuve la idea de que un personaje iba a ser el fantasma de Hank, sabía que el libro tendría el nombre de esa canción. Sobre el disco, una vez lo acabé, pensé que trataba sobre las mismas cosas que el libro, esto es, mortalidad y espiritualidad. Sin ningún sentido mórbido, la muerte es una parte de la vida. Verás, mi padre falleció mientras se escribían este libro y las canciones. Eso me hizo ser más consciente de la mortalidad.
Es algo que pasa cuando muere alguien cercano. Todo eso acabó en estos dos trabajos, con temas en común y un mismo título que capitaliza el contenido”. Hank Williams es la semilla de todo aquí. El personaje principal de la novela es Doc Ebersole, un adicto a la morfina que practica abortos ilegales, que vive con el fantasma de Hank Williams desde aquella noche hace diez años, cuando le dio la dosis de morfina que acabó con su vida. “Hay una novela llamada ‘Coming through slaughter’, de Michael Ondaatje, sobre un cornetista que vivió en New Orleans el siglo pasado: Buddy Bolden. Según cuenta la leyenda, en 1907 desapareció durante 30 días. Cuando regresó, no volvió a ser el mismo: estaba loco. Por ese motivo, le ingresaron y no pudo grabar discos. La novela de Ondaatje es la especulación sobre qué le sucedió a Buddy Bolden durante aquel mes. Se trataba de hacer algo parecido: escribir ficción sobre una leyenda real, que tuviera una conexión con la música que hago. Ese sería Hank Williams”. Uno imagina que alguien como Steve Earle se inventaría todo sobre el Doc que viajaba con Hank Williams en aquel Cadillac rumbo a Knoxville, la noche que el adicto y enfermizo padre del country murió. “¡No! Investigué un montón. La persona que viajaba con él era ‘Toby’ Marshall, un tipo que decía ser médico. En todo caso, ese hombre fue capaz de prescribir la medicina que lo mataría.
Hank no tomaba morfina para recrearse, sino porque padecía espina bífida, y sufría mucho. Decidí que era más interesante que mi personaje hubiera sido un doctor de veras, alguien que perdió su licencia y su suerte”. Los cruces de escenarios que Earle plantea son apasionantes: un doctor yonqui que convive con el fantasma de Williams y se cruza con Graciela, una suerte de sanadora sobrenatural mejicana, en las mismas sucias calles de San Antonio que Jacqueline Kennedy y su marido visitaron una semana antes del asesinato de JFK. “Es todo una secuenciación de trasfondos. Pensé que Doc debía haber pasado un tiempo torturándose por la muerte de Williams, y diez años más tarde, eso me llevaba al asesinato de Kennedy. Yo estuve allí cuando los Kennedy visitaron San Antonio. Mi padre era controlador aéreo. Ese día llamó a mi madre y le dijo: ‘saca a los niños del colegio’. El libro siempre trató sobre la redención. No me importaba lo que pasara con Doc al final. Creo que él sale redimido. Pensé en un final feliz, caminando hacia un atardecer. No lo hice, pero tenía razones para ello”. Tenemos los paseos matutinos de un yonqui, asaeteado por el dolor, la adicción y la vergüenza. “Todos los adictos pasan por eso. Soy escritor, y también un adicto recuperado, así que tengo infinidad de recuerdos sobre lo que es levantarse así. Así que no fue muy difícil de imaginar”.
082/083
libros
libros “Nada se opone a la noche” Delphine De Vigan
“Nada. Retrato de un insomne” Blake Butler
“Más afuera” Jonathan Franzen
anagrama
alpha decay
salamandra
La búsqueda de algo que desde un inicio se sabe perdido conduce a un pozo sin fondo; un agujero oscuro e inquietante, si no aterrador. Por eso, antes que nada, conviene valorar la valentía de Delphine De Vigan, por atreverse a encarar durante largo tiempo la reconstrucción de las memorias de su madre, Lucile Pourier, a quien encontró muerta, azul, “de un azul pálido mezclado con ceniza”, dos años antes de emprender la escritura de esta novela íntima y heterodoxa. “Nada se opone a la noche” relata una búsqueda que anida en cada ser humano, pero afecta especialmente a aquellos que viven un momento de pérdida cercana. Tras un tiempo de dudas y debates interiores, la escritora decidió afrontar la recapitulación de la vida de su desaparecida progenitora, precisamente partiendo de ese prejuicio, del rechazo a la convención de escribir sobre la madre, una de las sendas más transitadas por escritores de cualquier generación. Aquí quedan las ficciones de Lucille, su pasión por Mastroianni, la memoria de sus hermanos, las turbulencias de su tiempo. Pero también leemos el engranaje de la construcción de cada episodio, el detenimiento de la escritora al tomar una u otra ruta, e incluso la relación de versiones reales que llevaron a la plasmación ficticia de cada pasaje. Esos parones en la narración, la manera de hilar una madeja dolorosa y enredada, constituyen el triunfo de Delphine De Vigan. Allá donde otros tropezarían ofuscados, ella logra hacernos ver, aunque sea con la luz que da una cerilla en un pozo. Albert Fernández
Si me preguntaran por los nombres más interesantes de la literatura norteamericana más joven y actual, no lo dudaría, pues en mi cabeza, en primerísimo lugar, podrían aparecer los de Tao Lin, Dorothea Lasky o John Jeremiah Sullivan. Sin embargo por encima de estos nombres se me ocurre otro, y es el de Blake Butler, conocido en EE. UU. no sólo por ser el editor de la genial revista HTML Giant (fuente de inspiración para quien quiera estar al día de lo que ocurre en su país) sino también por ser el autor de grandiosos libros, como es el caso de “Nada. Retrato de un insomne”, recientemente publicado en español por Alpha Decay. “Nada” es el ejemplo más claro de que la calidad de las nuevas letras norteamericanas no está de capa caída, como muchos pensaban, al contrario, este libro que se encuentra entre el diario, el ensayo o incluso el género poético es heredero de la literatura universal. Hay en sus páginas una clara influencia de David Foster Wallace, de Clarice Lispector, de Roberto Bolaño, o incluso de Mario Levrero, John Ashbery y Sylvia Plath. La manera de narrar de Blake Butler es delicada, pero al mismo tiempo está llena de una fuerza gustosa que empuja al lector entre destello y destello. Y es ese el empuje de la buena literatura. Esa que tanto nos gusta. Esa que queremos leer y releer porque sabe traernos la magia y la verdad. Esa que nos da la posibilidad no sólo de asombrarnos, sino también de aprender. Esa a la que hay que seguir la pista —no lo dudaría— muy de cerca. Luna Miguel
Tras una extenuante gira promocional y dos años después de la muerte de su amigo íntimo y eterno rival David Foster Wallace, Jonathan Franzen sintió la necesidad de escapar lejos. Partió a una isla volcánica y remota llamada Masafuera (de ahí el título), armado con un ejemplar de “Robinson Crusoe” y dispuesto a esparcir las cenizas de su amigo. Allí, Franzen articula un lúcido y hermoso relato sobre las causas que probablemente llevaron al suicidio al autor de “La broma infinita”, alguien que, a su entender, atravesaba una crisis de “queribilidad” (es decir, que se sentía indigno de ser amado). Lo curioso es que en el lado opuesto de esta conducta, Franzen apunte como contraste la epidemia de “likes” que invade nuestras vidas virtuales en la “era de la gustabilidad”, para dejar clara su doble faceta de detractor y cómplice de las nuevas tecnologías. A lo largo de los diferentes ensayos que componen “Más afuera”, el escritor nos abre la puerta de un universo privado plagado de filias y fobias, con un denominador común: su particular guerra cruzada contra el narcisismo cibernético y el solipsismo egomaníaco en los tiempos de la telefonía móvil. Dardos envenenados que compensa con su carta de amor a los pájaros en forma de eco-reportaje, o esa cascada de elogios en forma de crítica literaria que dirige a autores infravalorados e infraleídos y que son clave para la preservación de su propio ecosistema literario como James Purdy, Donald Antrim, Alice Munro o Paula Fox. Laura Gamundí
“La tienda y la vida” Isabel Sucunza
“Tierra de caimanes” Karen Russell
“Jóvenes talentos” Nikolai Grozni
blackie books
tusquets
libros del asteroide
Llego a este libro sin saber nada de su autora. Me leo sus 155 páginas del tirón. Una lectura divertida y altamente recomendable. En “La tienda y la vida” encontramos las reflexiones de Isabel Sucunza, algunas previamente publicadas en su blog; pero no se lleven a engaño, ni es un corta y pega, ni se ven las costuras. La autora nos interpela directamente presentando en tapa dura un debut ingenioso, un dietario de sus doce días de desventuras como dependienta en una tienda de ropa de un centro comercial, de cómo sus lecturas, o el intento de realizarlas a escondidas, chocaban con la realidad que traspasaba las puertas de la tienda con forma de posible cliente. Una metáfora de todos aquellos humanos que aparecen en nuestra vida para rellenar esos huecos de cuando no estamos leyendo, porque Sucunza es, ante todo, una enferma de literatura, que pone el oído en las rendijas, ya sea las de una conversación de bar o un contestador automático, que ella fabula convenientemente. Y ese día a día de “perfilar” lecturas, condicionadas por el factor fan, por el tamaño del bolso o por el interés en descubrir la literatura catalana (ella es de Pamplona), va acompañado de reflexiones acerca de teorías de las relaciones de pareja o de la vida en general. Una voz propia la de Sucunza, fresca, que exhala humor (marca Blackie) y una visión personal e intransferible. “Una lee, y lee y escribe y lee y lee y pasa un gato y le rascas la barriga”. Y así la vida del título se hace más llevadera. Álex Gil
Una de las manifestaciones más acusadas de la obsesión de la cultura estadounidense con la juventud radica en la producción en serie de talentos literarios, cuyo birrete lanzado al aire durante la ceremonia de graduación de la universidad aún no ha tocado el suelo, los cuales suelen compensar con la pericia técnica adquirida en workshops la falta de calcio vital de sus relatos. Karen Russell se sale del molde con la construcción de un universo mítico e íntimo al alcance de los verdaderos superdotados, que en su primera novela se articula en torno a una familia imaginaria, los Bigtree, heredera de la poética disfuncionalidad de Wes Anderson. “Tierra de caimanes” supone un melancólico, fantasioso y perturbador despliegue de estrategias para lidiar con la desaparición de una madre y esposa, que encuentra en la necesidad de renovar su decadente parque temático dedicado a las criaturas prehistóricas del título un reflejo de su propia travesía hacia un futuro que ya no será el soñado. La acumulación de capas narrativas y capas simbólicas que baraja Russell en el libro, donde tan pronto cala el mensaje ecológico como la condena al abuso empresarial, donde la pérdida traumática de la inocencia se entrelaza con el romance paranormal, y las formas de entretenimiento pueril entran en conflicto con la preservación de la pureza emocional y paisajística, explica que tan pronto haya entusiasmado a un constructor de catedrales terroríficas como Stephen King como a un inventor de artilugios variados sin función aparente como Jim Shepard. Antonio Lozano
Que la música puede ayudarnos a luchar hasta contra los devoracerebros, entendidos éstos como todo aquello que un régimen, en este caso, un régimen comunista como el que reinaba en Sofía, la capital de Bulgaria, en los 80, pueda lanzar contra nosotros (pensad en diminutos pájaros mecánicos capaces de anidar en vuestro cerebro y gritar cosas como: “¡Camarada, deja de pensar!”) lo sabíamos, pero probablemente nunca habíamos tratado de ponernos en la piel de un chaval de 15 años que trata de huir de todo lo que le rodea a través de Chopin, Debussy, Bach. Un chaval llamado Konstantin que vive en la Escuela de Música de Sofía para Jóvenes Talentos, donde todo está hecho de sonido, un lugar privilegiado, como el sanatorio de “La montaña mágica” de Thomas Mann, a salvo del mundo, el mundo real, aquél en el que utilizar las palabras es un pecado. Como fue un pecado para Igor El Cisne, el profesor de música de cámara, aconsejarle que leyera a Nietzsche, pecado que le convirtió en una dócil gallina, lista para deambular por las calles abrazando árboles, fingiéndose loca, para seguir con vida. Porque las palabras, en la Sofía de los 80, las carga el Diablo, mejor dicho, el Capitalismo, algo que el protagonista de esta historia, inocente escapista (y número 14), no tarda en aprender y a lo que debe hacer frente a la vez que se mide al resto de monstruos de la adolescencia (y eso incluye compañeros de clase que se apodan El Cuervo). Algo así como una adictiva versión búlgara (y musical) de “El guardián entre el centeno”. Laura Fernández