Go Mag 137

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137 DICIEMBRE 2012 EDICIÓN GRATUITA FREE ISSUE

BRUNA

JULIEN TEMPLE PACHANGA BOYS THE JOY FORMIDABLE

ANDREW BIRD TRACEY THORN LÍRICO AMANDA PALMER HOW TO DRESS WELL LITTLE BOOTS RADIAN ZOMBIE ZOMBIE CHINA RATS REDSHAPE MEAT PUPPETS NEIL HALSTEAD ASTRO

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137

sumario

DICIEMBRE 2012

32 ANDREW BIRD

staff

08 BITES

Edita UNIPRENSA S.A. GO MAG Directora: Janina Canet. Jefe de redacción: Manu González. Director de arte y diseño gráfico: Fabián Taranto. (www.ftdesignlab.com) Redacción GO MAG. Muntaner, 492, bajos. 08022 Barcelona. Tel. (+34) 93 417 68 67 / (+34) 93 418 50 05 Fax (+34) 93 417 33 63 E-mail: go@go–mag.com Suscripción y logística: 93 418 50 05 solicitudejemplares@uniprensa.com Web: www.go–mag.com Facebook: www.facebook.com/gomagspain Twitter: www.twitter.com/gomagspain Web: Virginia Arroyo. Coordinadora de moda: Anna Tomàs. Coordinador de tecnología: Xan Pita. Corrección: Nati Arco. Redactores: María Adell, Virginia Arroyo, Leticia Blanco, Octavio Botana, David Broc, Óscar Broc, Javier Burgueño, Matías Bosch, Joan Cabot, Alfonso Cardenal, Estela Cebrián Pau Cristòful, Philipp Engel, Albert Fernández, Laura Fernández, Laura Gamundi, David G. Balasch, Bruno Garca, Álex Gil, David Giménez, Begoña Gómez, Daniel Gómez, Gloria González, Manu González, Violeta Kovacsics, Milo J. Krmpotic’, David López, Antonio Lozano, Israel Márquez, Pepo Márquez, Luis Meyer, Luna Miguel, Àlex Montoya, Half Nelson, Vanessa Pellisa, Óscar del Pozo, Paula Rodríguez, Vidal Romero, Jesús Sáez, Silly Savage, Iván Tarrés, Toni Vall, Álex Vicente y Beto Vidal. Fotógrafos: Iris Banegas, Edward Bishop, Elena Blanco, Jaime Butler, Camilo Bustos, Gilbert Cohen, Fernando Gimeno, Shervin Lainez, Jesse Lirola, Anabel Luna, Ignasi Piñol, Fabian Taranto, Gianfranco Tripodo, Imma Varandela, Andrew Volk y Andy White. Fototografía de portada: Ignasi Piñol. Publicidad Barcelona Tel. (+34) 93 418 50 05 / 93 417 68 67 E-mail: publicidad@go–mag.com Agentes comerciales: Gina Selicorni y Eneida Fonseca. Dep. Legal: B-19124-00 Fotomecánica, impresión y encuadernación: SOLGESTXXI S.L. Distribución gratuita: Barcelona (Blind Records). Resto de España (Envialia).

12 INTRO 14 JULIEN TEMPLE 16 REDSHAPE

18 En portada: BRUNA

17 ASTRO 26 LITTLE BOOTS 27 AMANDA PALMER 30 ZOMBIE ZOMBIE 31 RADIAN

36

28

THE JOY FORMIDABLE

LÍRICO

34 CHINA RATS 35 JUPITER LION 38 TRACEY THORN 39 NEIL HASTEAD 42 MEAT PUPPETS 44 DISCOS, MAXIS, ÚLTIMO CLÁSICO...

24 PACHANGA BOYS

40 HOW TO DRESS WELL

58 AGENDA MUSICAL Y LIVE 66 GADGETS Y MODA 75 CINE Y LIBROS

GO MAG se distribuye gratuitamente en las siguientes ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cartagena, Castellón de la Plana, Ciudad Real, Donostia, Girona, Granada, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Gijón, Vigo, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia, Vitoria y Zaragoza.


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concurso

¡Sorteamos cuatro invitaciones para el 981Heritage! El próximo 15 de diciembre se celebra el 981Heritage SON Estrella Galicia en el Playa Club (A Coruña), en la que será la tercera cita anual del 981Heritage, y que contará con 16 artistas. Podrás disfrutar de las actuaciones y sesiones de Pantha Du Prince, Actress, Snuff Crew, François Kevorkian, Holy Other, Lindstrøm, Boddika, Byetone, DMX Krew, Chelis, DJ Sith, Mwëslee, Niño, Lendrone, Judah y Fatfish. Go Mag y 981Heritage invitan a cuatro personas a disfrutar de esta gran fecha de la música electrónica. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com

¡Sorteamos un conjunto de snowboard Protest! Protest afronta la próxima temporada invernal con una colección street que supera todas las expectativas. La nueva propuesta, de materiales active aplicados a prendas de estilo casual, presenta un enfoque hacia un estilo más informal sin comprometer la funcionalidad, los tejidos técnicos y los nuevos diseños. Protest y Go Mag sortean un conjunto de snowboard de chico: chaqueta y pantalón, como los que puedes admirar en esta fotografía. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com



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bites

Segunda convocatoria de residencias para músicos de Red Bull El plazo de recepción de propuestas finaliza el 23 de diciembre

Bites

// Prácticamente desde la gira que los subió de nuevo a los escenarios hace unos años, Kevin Shields no paraba de dar alas a las esperanzas de los fans de My Bloody Valentine con la promesa vaga de un nuevo disco. Pues bien, Shields acaba de confirmar que, pese a no tener título todavía, este nuevo disco es muy real y que verá la luz antes de que finalice el 2012. Eso sí, no crean que se han sentado a componer de nuevo, sino que es un trabajo grabado en la década de los 90 que por diversos motivos aún no había visto la luz. Buenas noticias, no obstante, las de este nuevo trabajo de My Bloody Valentine 21 años después del legendario “Loveless”. // Ya es oficial. Jamie Lidell publicará un nuevo trabajo con título “Jamie Lidell” el próximo 18 de febrero en su sello de siempre, Warp (distribuido en España por PIAS). Las colaboraciones de “Compass” (2010) son sustituidas por un enfoque absolutamente personal: once canciones que demuestran su capacidad para desmentir las expectativas sobre cómo interactúan el hombre y las máquinas a la hora de componer. Autoproducido, grabado y mezclado por el propio Lidell en el estudio que se ha construido en su nueva casa de Nashville, (última parada en un viaje inquieto que le ha llevado a mudarse desde su pueblo natal en el corazón de Inglaterra a centros neurálgicos de la música como Berlín o Nueva York). // Tower Of Meaning cumple 2 años y lo celebra con el DJ set de uno de los grandes del techno de los últimos 15 años: DJ Rolando, ex-miembro de Underground Resistance. Rolando Rocha aterrizará en Madrid el viernes 14 de diciembre para actuar en la fiesta del 2º aniversario de Tower Of Meaning en la Sala Siroco junto con Fatfish y Psychocandy. Las entradas anticipadas costarán 10 € (las 30 primeras, 9 €) en Ticketea y 13 € en taquilla.

Tras el éxito de la primera convocatoria de residencias para músicos en Nave de Música, Matadero Madrid y Red Bull abren un nuevo plazo para nuevos proyectos emergentes. Se recibirán solicitudes hasta el 23 de diciembre, que deberán ser enviadas como documento digital a residencias@mataderomadrid.org indicando en el asunto del email “Convocatoria de residencias para músicos”. Los trabajos serán evaluados por una comisión de valoración que estará constituida por un jurado de prestigio seleccionado por Matadero Madrid y Red Bull y que estará formado por tres profesionales de la escena musical nacional, un miembro de la Oficina de Coordinación de Matadero Madrid y un miembro del equipo de Red Bull, dándose a conocer el fallo del jurado el 7 de enero de 2013. Desde enero hasta marzo de 2013 la Nave de Música acogerá estos proyectos y, al término de la residencia, los seleccionados podrán grabar el resultado de su trabajo en el Red Bull Studio, con todo el equipamiento técnico profesional de que dispone y con el apoyo de un técnico de sonido. Además, los seleccionados tendrán la ocasión de presentar al público su trabajo en uno de los escenarios de la Nave de Música.

El 981Heritage cierra su cartel

Ron Barceló Desalia 2013

François Kevorkian, Holy Other, Lindstrøm, Byetone... El cartel de la edición coruñesa del 981Heritage SON Estrella Galicia ya había puesto el listón muy alto pero es que sus últimas tres confirmaciones son inmensas. Para empezar, el alemán Pantha Du Prince que nos tiene en vilo esperando la continuación de “Black noise”; le sigue el colectivo de dance teutón Snuff Crew y, finalmente, el británico Actress, que ya dejó fascinado al público de la edición en Madrid con los temas de su “R.I.P.” y quiere repetir la experiencia en el Playa Club de A Coruña el 15 de diciembre. El festival gallego cierra así el año con una de las ediciones más potentes de su historia.

Un año más, se desvela la fecha de la nueva edición de Ron Barceló Desalia 2013, una de las experiencias más ansiadas por miles de jóvenes cada año. Será el 23 de febrero en la playa de Cabeza de Toro de Punta Cana y servirá como broche de oro perfecto a una semana de playa, música y diversión junto a miles de asistentes que vivirán cada momento al máximo. Los artistas seleccionados para esta edición son Wally López, Miguel Lara, Nalaya Brown y Luigii Nieto. Para poder participar, regístrate en www.ronbarceloviveahora. com y comparte tu foto, tweet, vídeo o tema musical con el lema “Vive ahora” a través de las redes sociales de Ron Barceló Desalia. Tienes de tiempo hasta el 28 de diciembre.

Pantha Du Prince y Actress ponen la guinda

El 23 de febrero todos en Punta Cana

GOA celebra su 18º aniversario

Theo Parrish, Maceo Plex y más, el 2 de diciembre // Skweee Gallery inaugura una nueva etapa en la que invita a artistas, sellos, plataformas o colectivos locales a dar su particular lectura del skweee. Estrenan esta nueva propuesta tras los platos los chicos de Bankrobber Gang, con Diego Armando y Chino Cob aka Cooler O’Connor a cargo de los visuales. Y el artista de skweee que visita la Gallery esta vez es Melkeveien, uno de los fundadores del sello noruego Dødpop. Será el 16 de diciembre en NIU (Almogàvers, 208).

Goa Madrid Electronic Sundays cumple 18 años y celebra su mayoría de edad con un fiestón de órdago el 2 de diciembre en Fabric de Madrid. En la Main Room, el gran Maceo Plex, Nic Fanciulli y los veteranos del dúo Borderline. El sello madrileño Alma Soul Music sacará a jugar a su equipo titular (Javier Varez y D Low) en el Upper Floor y un par de invitados de lujo, Theo Parrish y Art Of Tones, sin olvidar al residente Marcos In Dub. En el Crystal Club compartirán platos el dúo austríaco Camo & Krooked, el norteamericano Le Castle Vania y los habituales del Club Araña The Warriors, Kaze y Dubsick.


El Ayuntamiento de Barcelona cierra la Sala Apolo

Los gestores de la sala esperan reanudar su actividad lo antes posible

Foto: Hara Amorós

Nueva edición del In-Somni

La protagonizan Arizona Baby y Los Punsetes

El primero en dar la mala noticia fue el diario Ara el pasado 22 de noviembre, ante el trastorno general de la comunidad musical barcelonesa al enterarse del cierre de una de sus salas de conciertos más emblemáticas, residencia también del Nitsa y Nasty Mondays, entre otros. “El Ayuntamiento ha obligado a cerrar la sala de conciertos Apolo y los locales adyacentes por motivos de seguridad. En una revisión que se ha realizado este jueves por la mañana, se han detectado problemas estructurales en el sótano del edificio, tanto de la sala como los locales adyacentes. Han dictaminado que el local ‘no es apto para el uso de las actividades para las que tiene licencia’. Los propietarios tendrán que hacer obras de refuerzo de las estructuras para poder volver a abrir”. Los gestores de la Sala Apolo, que se han visto afectados por los hechos de forma colateral y a los que no corresponde el mantenimiento del edificio, colaboran con las partes implicadas con dos objetivos: garantizar la seguridad de sus clientes y que las obras de mejora se puedan realizar con la máxima celeridad para que la actividad de conciertos y discoteca se pueda reanudar lo antes posible. La Sala Apolo informará del nuevo emplazamiento de los conciertos afectados a través de sus redes sociales y la web www.sala-apolo.com.

Lana Del Rey, en Madrid

La neoyorquina confirma fecha para el 9 de mayo

Bites

//Nada más y nada menos que cinco años cumplirá el Low Cost Festival en 2013, y eso amigos, en los tiempos que corren, es motivo de celebración. Los organizadores del festival levantino lo saben y por eso han fichado como primer nombre y cabeza de cartel a un grupo que sabe cómo animar el cotarro: los norirlandeses Two Door Cinema Club. Además, engrosan la primera hornada un buen número de interesantes apuestas nacionales como Dorian, Fangoria, Lori Meyers, Love Of Lesbian o Los Enemigos. La nueva edición del festival, que promete ser la más potente de su historia, se celebrará el 26, 27 y 28 de julio de 2013. //Tras editar “Blues Funeral” a principios de año con su banda, en el que contaba con la colaboración de artistas como Josh Homme y Greg Dulli, Mark Lanegan vuelve a la palestra esta Navidad. El norteamericano editará el EP navideño “Dark Mark Does Christmas”, que sólo podrá ser adquirido durante su gira europea, en la que recordamos que pasará por Madrid y Barcelona dentro del marco del Primavera Club los días 7 y 8 de diciembre.

Si el festival In-Somni siempre se ha caracterizado por apostar por talentos emergentes y nombres no tan populares com en su momento lo fueron Russian Red, Fanfarlo, Manel o Mendetz, habrá que estar atentos a los artistas que fichan para su nueva edición. Si bien destacan dos nombres ya bien conocidos como son Arizona Baby y Los Punsetes, no dejen de prestar atención a dos bandas que vienen pisando muy fuerte: Stay y Tweak Bird. Con un montón más de confirmaciones a la vuelta de la esquina, el In-Somni anuncia también las fechas y los espacios en los que se celebrará: el 14, 15 y 16 de febrero en las salas Bikini y Razzmatazz 2. Más información en la web http://www.in-somni.info.

Tras dejar a muchos fans al borde del infarto al anunciar gira primaveral y no incluir España en ella, Lana Del Rey finalmente ha hecho gala de su amor por nuestro país, donde vivió algunos meses hace años (concretamente en San Sebastián) y donde pinchó su padre durante un tiempo (concretamente en una discoteca de la Costa Daurada). La renacida Lizzy Grant ha reservado una noche de este extenso tour europeo para actuar en Madrid: será el 9 de mayo en la Sala La Riviera (Go Mag es medio oficial de este concierto). Se prevén tortas para conseguir entradas, AVEs y aviones, así que corran, compren y apréndanse las letras de todos los temas de su nuevo “Born to die. Paradise edition”.

Sónar aterriza en Islandia

El 15 y 16 de febrero en Reykjavík

//Ken Stringfellow vuelve de nuevo con una extensa gira en diciembre con parada en Granada como única fecha española para presentar “Danzig in the moonlight”, que se publica en Europa el 1 de octubre. El compositor de Seattle tendrá como grupo telonero a los granadinos Alondra Galopa presentando su disco “Abriendo alma y mente”. //Neil Halstead, líder de Mojave 3 y Slowdive, acaba de publicar su tercer disco en solitario, “Palindrome Hunches”. Pero las buenas noticias no se acaban aquí. El británico, que ya había confirmado su presencia en la próxima edición del Tanned Tin, ha anunciado siete fechas más en nuestro país en febrero: en el Café Pop Torgal de Ourense, La Iguana Club de Vigo, La Lata de Bombillas de Zaragoza, la sala Siroco de Madrid, la Planta Baja de Granada, el 12ymedio de Murcia y el Altxerri en San Sebastián.

Sónar viaja a Islandia en 2013. El primer Sónar Reykjavík se celebrará los días 15 y 16 de febrero y se hospedará en Harpa, el nuevo centro de conciertos y conferencias de la ciudad, con un formato más bien íntimo. Y no se lo pierdan, porque el cartel, que repartirá a 15 artistas internacionales y 30 locales por tres //Mikel Erentxun protagonizará el miércoles 19 de diciembre la próxima velada del ciclo En de las salas principales de Harpa, ya ha dado a conocer sus Persona en la Sala Apolo. Además de poder primeros nombres: James Blake, Squarepusher, Modeselektor y charlar con el cantautor, los asistentes tamAlva Noto & Ryuichi Sakamoto, mientras que la cuota islandesa bién podrán disfrutar de las actuaciones de la cubren de momento propuestas tan interesantes como las de Lapido y Txetxu Altube de Los Madison. Gus Gus, Retro Stefson, Ólafur Arnalds y Gluteus Maximus. Ya a la venta los abonos a 85 € a través de las webs de Harpa y Midi.


010/011

bites

El Primavera Sound llega a las tiendas El 8 de diciembre se celebra Primavera a les Botigues

Bites

// Live Nation ha anunciado que Muse ofrecerá un único concierto en España el próximo viernes 7 de junio de 2013 en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona, como parte de la gira de estadios de verano donde presentarán su último trabajo, “The 2nd law”. // La sexta edición del festival Estrella Levante SOS 4.8 tendrá lugar los próximos 3 y 4 de mayo en la capital murciana. El DJ set de los franceses Justice y la banda londinense The xx son los primeros artistas confirmados para el SOS 4.8 2013.

En estos tiempos que corren, siempre son de agradecer las iniciativas que favorezcan la afluencia de público a las tiendas de discos. Y eso es lo que hace Primavera Club incorporando a su programación Primavera a les Botigues (Primavera en las Tiendas), un circuito de conciertos gratuitos que se celebrarán el sábado 8 de diciembre en las tiendas de discos BCore, Discos Paradiso, Luchador Records y Subwax. BCore (Montmany, 25) acogerá el concierto de Fuckin’ Bollocks a las 12h; el directo de ·Y· y los showcases de Hivern Djs y Domestica tendrá lugar en Discos Paradiso (Ferlandina, 39) a las 16h; en Luchador Records (Ferlandina, 39) actuarán T E J E R O y Autodestrucció; y el showcase de CALOR con DJ2D2, Mwëslee y Kigo a las 16h en Subwax (Valldonzella, 3). Y por si esto no fuera suficiente buena noticia, entre aquellos que realicen alguna compra durante esa jornada en estos establecimientos se sortearán 16 abonos para el Primavera Sound 2013. Además, Primavera a les Botigues también presentará una exposición del lunes 10 al viernes 14 de diciembre en la galería MUTT (Comerç, 15) con los dibujos del cantante de Little Wings, Kyle Field, así como un showcase acústico de la banda el miércoles 12 a las 19h.

Disfruta de John Talabot en sala

El BBK Live ficha a Kings Of Leon

No es ningún secreto nuestra devoción por los temas de John Talabot, que se ha alzado como uno de nuestros artistas más internacionales con su fantástico LP debut “ƒin”. Pues bien, si aún no has tenido ocasión de disfrutar de su directo, el jueves 13 de diciembre no deberías perderte por nada del mundo su live en la Sala Apolo de Barcelona, dentro de la programación de su extensa gira europea. La entrada cuesta 20 € si la compras anticipada (18 € para los usuarios del Portal Primavera Sound) y 23 € en taquilla. Además, cada asistente al concierto de John Talabot recibirá al validar su entrada una invitación para acceder antes de las 2 de la madrugada a la sesión de DJ que Talabot ofrecerá la noche siguiente en el Nitsa Club.

Tras el primer bombazo que fue la confirmación de Depeche Mode, ya con nuevo disco bajo el brazo, y de los siempre espectaculares en directo Green Day, el Bilbao BBK Live vuelve a anotarse otro tanto con la inclusión de Kings of Leon en su nómina de fichajes para 2013. Será la única fecha de la banda de Nashville en nuestro país, en la que repasarán los mejores temas de su carrera, además de presentar los nuevos temas del que será su sexto álbum de estudio, que verá la luz el año que viene. Además de Kings Of Leon, el BBK Live también ha fichado a los británicos Editors, que también editan nuevo trabajo en 2013. Más información y entradas en la web del Bilbao BBK Live 2013.

El barcelonés actuará en Apolo el 13 de diciembre

El festival bilbaíno incorpora también a Editors

// Por una mala noticia, una buena: si hace poco el San Miguel Primavera Club lamentaba informarnos que Cat Power había tenido que cancelar su cita en el festival, ahora nos alegran el día con la incorporación de Deerhoof, que cierra definitivamente el cartel de la versión otoñal del Primavera. El cuarteto de San Francisco actuará el viernes 7 de diciembre en Madrid y el sábado 8 en Barcelona. // Por si se acaba el mundo como predecían los Mayas, Austrohúngaro nos trae un regalo de Reyes anticipado: los primeros temas de esta santa e insospechada unión que es Alfacrepus. Joe Crepúsculo y Fernando Alfaro se han unido en un proyecto del que podremos escuchar los primeros frutos en el mes de diciembre. // Si son la mitad de fans de Foals que algunos en esta redacción, llevarán ya un tiempo subiéndose por las paredes a la espera de más información sobre su futuro. Ya hace unas semanas daban señales de vida que hacían pensar en un disco para principios de 2013. Luego vino un nombre: “Holy fire”. Y, por fin, una fecha: el 11 de febrero el cuarteto de Oxford publicará su esperado tercer disco tras “Antidotes” y “Total life forever”. // El cantante de jazz y soul Terry Callier murió el domingo 28 de octubre tras años luchando contra una larga enfermedad. Callier falleció a los 67 años tras una carrera con muchos altibajos que alcanzó el reconocimiento popular gracias a colaboraciones con artistas como Massive Attack y Beth Orton. Una pena tener que despedirse de este gran artista de Chicago. Descanse en paz.

SónarKids vuelve esta Navidad

El 22 y 23 de diciembre en Cosmocaixa Barcelona El fin de semana del 22 y 23 de diciembre, SonarKids y CosmoCaixa proponen una fantástica actividad para descubrir de forma práctica y muy divertida los principios de la física aplicados a la creación musical. El dúo argentino-japonés Lolo y Sosaku nos llevarán de la mano por un recorrido interactivo que transcurrirá a lo largo de los 20 metros de altura de la rampa helicoidal de CosmoCaixa. Durante la hora de recorrido por la rampa, 200 pequeños micrófonos recogerán los sonidos producidos por 37 instrumentos amplificados por sus respectivos altavoces. Una actividad perfecta para introducir a los más pequeños en el mundo de la música.


¡Suscríbete a GO! 10 números por sólo 34€ A los 5 primeros suscriptores de este mes se les obsequiará con un disco que, seguramente, puntuará muy alto en las lista nacional de 2012. Nos referimos al nuevo trabajo del Violadores del Verso, Lírico: un incomensurable disco de hip hop, “Un antes y un después”, cortesía de BOA.

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012/013

intro

Sigha

Techno mental

El joven productor inglés James Shaw firma con “Living with ghosts” (Hotflush, 12) su primer LP después de una corta pero intensa carrera de maxis que empezó en 2009 cuando “Paul (Rose, alias Scuba, dueño del sello) me envió un email a través de MySpace animándome a que le enviara material. Me fui de vacaciones y a la vuelta Paul ya me ofrecía sacar un maxi”. Ahora es un ferviente practicante del techno más frío y (ejem) berlinés, pero no siempre fue así. “Quería ser músico desde los 14 años y tocaba la guitarra hasta que descubrí el techno en el instituto”, nos dice en un amable y extenso email, “la música ha de ser hipnótica, catárquica. Escuchaba mucho stoner rock, noise rock, shoegaze y post-rock. El techno es un poco lo mismo con otra tecnología”. Para acabar de completar el retrato de abducido technohead hay que decir que James acaba de trasladarse a Berlin, donde también vive Scuba. “Vine después de las Navidades de 2011, porque la ciudad es increíblemente barata. No lo hice para ir cada día al Berghain, pero es un enorme aliciente vivir tan cerca”. La pregunta sobre el mítico club berlinés viene a cuento, aparte de la obvia influencia sobre la música de James, porque una remezcla del mismísimo Marcel Dettmann inauguró el pequeño sello de Shaw con el maxi “Early morning lights (Marcel Dettmann

Remix) / Over the edge” (Our Circula Sound, 10). “Me retrasé con la entrega de un tema y Marcel fue muy amable al permitirme publicar su remezcla”. Ya asentado en Berlín publica su primer LP en el que no se recuperan temas anteriores. “Unos dos tercios del álbum los escribí aquí, pero le estaba dando demasiadas vueltas a todo. Entonces el ordenador se estropeó y perdí un montón de trabajo, lo que al final fue mejor porque me permitió conseguir un proyecto mucho más sólido”. Sin duda tiene razón, “Living with ghosts” es un disco diferente y atrevido en el sentido de que profundiza en el techno contundente añadiendo capas de ruido que se alternan con temas ambientales que pueden descolocar a los más

pisteros. “Para mí es natural mezclar deep techno con ambient. La música es más una experiencia mental que física, es música para desaparecer”. Así, los fantasmas del título son “los recuerdos de otras personas, lugares y experiencias con los que convivimos sin darnos cuenta”, mientras que abundan los títulos con reminiscencias religiosas (“Ascension”¸ “Puritan”) y se cierra el disco con los diez minutos ambientales de “Aokigahara”, el famoso bosque de los suicidas al pie del Monte Fuji. “No lo he visitado todavía. Imagino que la energía allí debe de ser muy poderosa. No es una energía positiva, pero como artista me interesan esos extremos, esas emociones”. Half Nelson

Rufus T. Firefly

Con los deberes hechos

¿Qué tiene que ver Rufus T. Firefly con Mikel Erentxun? En lo musical nada, no se echen las manos a la cabeza. Pero el músico donostiarra recomendó hace unas semanas a los de Aranjuez en su blog, y eso es bastante significativo. La banda apenas ha hecho promoción de su segundo disco, “Ø”, y su nombre ya se expande al galope por los foros de Internet. El presentador de televisión Nico Abad anima también a sus miles de seguidores de Twitter a que los escuchen, motu proprio. Hablar hoy en día de “la gran esperanza de” o “los nuevos tal” es poco menos que ridículo, porque lo más in pasa a estar off con un simple clic de Spotify. Pero no cabe duda de que Rufus T. Firefly

lo tienen todo para ser otro grupo español capaz de llenar por igual un festival de música independiente o un concierto organizado por una radio comercial. A saber: composiciones pop sólidas y melodías tarareables, todo recubierto de un halo melancólico. ¿Les suena? Vetusta Morla hicieron algo parecido y la jugada les ha salido redonda. Pero sería injusto decir que Rufus T. Firefly sigue sus pasos. El tono quejoso de la voz es lo que más acerca a ambas bandas, lo demás tiene poco que ver; a los de Aranjuez les pone más la experimentación. “Ojalá llegáramos a la décima parte de lo que ha logrado Vetusta Morla”, dice Víctor, el cantante, y reconoce que tal vez los comparen a

menudo porque los dos grupos admiran a Radiohead. Pero Rufus T. Firefly gusta más de llevar sus canciones al límite: “Lo nuestro es jugar con sonidos e intensidades, no queremos desbarrar, pero tenemos claro que lo importante es la canción y si tiene que durar más de seis minutos no nos cortamos”. Ahí está su segundo álbum para demostrarlo, repleto de temas orgánicos que evolucionan hacia lo inesperado. Julia, batería, y Sara, bajista, forman una base rítmica nada conformista: “En directo cambiamos las canciones, nos gusta jugar con ellas”, admiten. El resto de la banda lo componen Carlos, a la guitarra, y Alberto a las teclas. “Charly es un gran guitarrista, le apasiona Pantera, pero lo estamos alejando del lado oscuro”, reconoce Víctor riendo, y añade más serio: “Alberto ha aportado el ambiente sonoro que el grupo necesitaba, porque antes éramos muy guitarreros y ahora buscamos constantemente sonidos nuevos”. ¿Una banda con mucho potencial en un mal momento para triunfar? “No estoy de acuerdo”, rebate Sara, “los mejores artistas han salido de las peores épocas. Ahora no es fácil ganar dinero con la música, pero eso garantiza que cada vez hay menos gente metida en esto para hacer negocio. Lo importante es, cada vez más, la música”. Sabias palabras. Luis Meyer / Foto Iris Banegas


Mine!

El flautista arlequín

Hace ya unos años que Mine! vienen enamorando a cientos de oyentes con su personalísima forma de entender el pop. Ya en su primer largo, “Villa Antonieta”, desplegaban ese imaginario onírico, casi circense, y sus imaginativas melodías, tan distintivas. Y jamás imaginarían su principal fuente de inspiración… “La serie ‘Fly’, del Club Super 3, ha inspirado gran parte de nuestras composiciones. Pero no la careta, que era un pastel horrible, sino el antagonista, que era una especie de arlequín que tocaba la flauta, siempre la misma melodía, y me recordaba a Tchaikovsky. Era fascinante como, con sólo una melodía de flauta, entendías perfectamente la harmonía, los cambios de tono… Todo”. Ya habrán podido imaginar que este cuarteto de Sant Cugat del Vallès no es precisamente una banda al uso. Estamos hablando de un grupo que canta en catalán como podría estar cantando en ruso, y es que sus melodías vocales gozan de una sonoridad absolutamente única, independiente del idioma. “Siempre hemos dado mucha importancia a la musicalidad de las palabras. Lo más difícil es conseguirlo y a la vez transmitir un mensaje coherente”. Si tuviéramos que marcar su sonido con una chincheta en algún punto en el mapa posiblemente fuera algún lugar cercano

a las islas británicas, aunque no está nada claro: “Puede ser. Nos encanta escuchar músicas muy diversas y las influencias son nuestra escuela, claro: probablemente no haríamos la música que hacemos si sólo escucháramos reggaeton. Con todo, precisamente para este disco hemos intentado aislarnos del mundo exterior”. Hablan de su tercer trabajo de estudio, “La fi del món”, que definen como algo parecido al “hueso de un melocotón”: “Nos gusta evolucionar y no estancarnos haciendo sólo aquello que sabemos que funciona. Nuestra carrera ha sido como irse comiendo un melocotón: lo que había al final, el hueso, era realmente nuestra identidad. El resto estaba muy bueno pero ya queda en el pasado; el hueso es lo sólido, lo que perdura”. ¿Podemos hablar entonces de disco de madurez? “Esperemos que no, aún somos muy jóvenes y nos queda mucho por aprender”. Y, aunque también son demasiado jóvenes para morir, la perspectiva de un último deseo antes del fin del mundo que anuncian en el título de su disco parece animarles más que otra cosa: “A mí me gustaría hacer un trío con Beyoncé y Bibiana Ballbé”, confiesa Ret. “Y a mí casarme con Beyoncé”, se apresura a responder Berni, “en una estación espacial, disfrazados, ella de Gazpacho y yo de Mochilo”. Virginia Arroyo

All La Glory

The man who sold the world

El folk rock clásico de la Costa Oeste y el rock norteamericano de las últimas décadas fundamenta la columna vertebral sonora del primer álbum de la banda sevillana All La Glory que edita Meridiana. Compuesto por músicos que han formado parte de otros proyectos de renombre como Bombones, Maga o Señor Chinarro, el combo que tomó su nombre de un tema de The Band, dio sus primeros pasos con el inicio de la segunda década del siglo XXI. “Con Bombones estaba muy colgado de la new wave. Supongo que me apetecía hacer algo que mirase hacia atrás, hacia los clásicos. En cuanto al resto de los miembros, la conexión fue inmediata. Todos son fans de Neil Young, Big Star, Tom Petty, The Jayhawks... Fue fácil y divertido juntarnos y hacer este disco. No hubo que pensar demasiado en el rumbo estilístico que debía llevar el grupo. Los vientos soplaban a nuestro favor y, simplemente, nos dejamos llevar”, explica Juano Azagra, voz, guitarra y responsable de las composiciones. “El primer tema que ensayamos fue uno de Lucinda Williams: ‘Metal Firecracker’. No recuerdo bien cuál fue el primer tema que compuse para el disco. Probablemente ‘Stay Gold’ o ‘Second Best’. Ambos surgieron detrás de la barra de un bar en el cual estaba trabajando en Granada, con una guitarra acústica prestada que por cierto aún conservo. Me la acabaron regalando”. Con apenas unos meses de vida se alzaron con el primer premio del Circuito Joven Pop-Rock de Andalucía (DESENCAJA 2011), concurso que otorgó esos méritos en ediciones anteriores a grupos como Pony Bravo o Guadalupe Plata. “A raíz de ganar el concurso en la final que se celebró durante el Monkey Week empezamos a tener repercusión. Grabamos con tiempo y sin presión. Llegamos con los temas muy trabajados desde casa a nivel compositivo, pero no a nivel de producción. En ese aspecto Jordi Gil hizo un gran trabajo. Al mismo tiempo las diferentes colaboraciones le dieron un nuevo empujón y unos matices que engrandecieron la grabación: Dani Llamas, Álvaro Suite (Bunbury), Álvaro Aspe (Milkyway Express), César Díaz (Maga)... Todos son artistas que admiramos”. La temática de las canciones brinda las mismas muestras de honestidad que su música. “Las letras son el espejo en el que me miraba en los diferentes momentos de composición del disco. La exaltación de la juventud, el amor y la pulsión de la autodestrucción, la locura y desesperación global frente al momento y circunstancias en las que vivimos. Todo visto desde mi subconsciente. Suena bizarro, ¿verdad? ¡La vida es un espejismo!”. David Giménez


014/015

report Julien Temple

JULIEN TEMPLE ODIA LOS ROCKUMENTALES

Los Sex Pistols le pagaban 12 dólares a la semana por seguirles por ahí con una cámara discreta. De ahí surgieron los dos documentales que mejor captaron el punk: “The great rock’n’roll swindle” y, 20 años más tarde, “The filth and the fury”. Por ellos y por otras decenas de documentales y videoclips, Julian Temple se ha ganado fama de ser el tipo que mejor filma la música. Estuvo en el In-Edit presentando algunas de sus obras clásicas y su última pieza, una biografía musical de Londres.

Texto

Begoña Gómez

C

omo vimos en “24 hour party people”, la diferencia entre “la gente que estuvo en los primeros conciertos de los Sex Pistols” y “la gente que dice que estuvo es los primeros conciertos de los Sex Pistols” es tan abismal como la diferencia entre asistentes a una manifestación según la den los sindicatos o la Delegación de Gobierno. Pues bien, Julian Temple (Londres , 1953) gana. No es que estuviera en el primer concierto, es que estuvo en el primer ensayo. Un día oyó un sonido mugriento saliendo de un almacén abandonado en el puerto de Londres (si non é vero, é ben trovato, como se suele decir), siguió la pista y llegó al ensayo de una pandilla de famélicos desarrapados. Gracias a ese encuentro, el punk sería el primer movimiento que se documentaría a sí mismo en tiempo real. A estas alturas, el director, hijo y hermano de dirigentes comunistas, luce una saturadísima página de IMDB que incluye su adaptación de la novela de Colin McInnes “Absolute beginners”, considerada un experimento fallido y una concatenación de videoclips, pero que arrastra su culto particular. Temple estuvo en Barcelona para el décimo aniversario del festival Beefeater In-Edit y confirmó entre otras cosas que prepara una nueva película sobre los hermanos Davies de los Kinks. Lo actual le interesa pero no tiene ninguna intención de quitarle el sitio a algún aspirante a Temple que tenga ahora 25 años y confíe en encontrar a sus propios Pistols (si es que los hubiera).

Cuando uno acude a un festival como el In-Edit es imposible no captar ciertas secuencias en los documentales; narrativas que se repiten. ¿Qué es lo principal que hay que evitar al hacer un documental musical? Bueno, yo odio eso que llaman ‘rockumentales’, cuando salen tíos viejos sentados en una mesa de mezclas en un estudio. Agarran un álbum y dicen “lo hicimos así y asá”. No creo que lo más interesante de una película sobre música sea la música en sí misma. Es importante, pero puedes utilizar la música como una manera de entender otras cosas, aspectos culturales sobre un sitio y un lugar. Por qué hicieron esa música y por qué la gente respondió a esa música. Me parece mucho más interesante que saber cómo noséquién tocó su solo en una Rickenbacker. No es la técnica lo que me intriga, sino el espíritu. ¿Es por eso que ha podido trabajar con artistas que quizá no le interesaban tanto musicalmente? Todo el mundo conoce su trabajo con The Clash y los Sex Pistols

pero también ha rodado con gente tan dispar como Janet Jackson y Whitney Houston. Ah, no, esos los hice por el dinero (risas). ¿Qué tiene Londres que no tengan otras ciudades para generar música? No estoy seguro de que ahora mismo Londres mande mucho. Puede que la escena se haya vuelto más endogámica. Pero también es culpa de cómo la cultura de internet lo ha cambiado todo. Ahora todo está en compartimentos: te ponen en una cajita o en otra. No es como cuando surgieron los Sex Pistols, que afectaron a toda la sociedad. Esos son los momentos en los que la música es interesante, no cuando es comercial y blanda y trata de agradar a todo el mundo. La música de oposición, esa es la que resulta emocionante. Como a mediados de los sesenta y después durante la era del punk y de cierta manera a finales de los ochenta y principios de los noventa. ¿Ese fue el último gran momento de la música británica? Bueno, hubo un gran concierto la semana pasada en la Brixton Academy, pero fue de una banda australiana, Tame Impala. La escena musical se repite tanto que quizá la música ya no es la respuesta. No quedan reglas que romper. Mucha gente cree que sus dos filmes más famosos “The filth and the fury” y “The great rock’n’roll swindle” se complementan, que uno corrige al otro. Eso es algo que me gusta. También hice dos filmes sobre los Kinks (se dispone a rodar un tercero con ambos) y lo que dice un hermano complementa lo que dice el otro. Es interesante mirar la misma historia desde dos puntos de vista opuestos. En el fondo, me gusta ver mis películas como si todas fueran una sola. ¡Podrían hacer un festival! No sé si alguien aguantaría. Ha sido gran amigo de algunos de sus protagonistas. ¿Cómo fija unos límites de cercanía con sus protagonistas? Eso sólo me ha pasado trabajando con Joe Strummer, porque éramos realmente muy amigos. Es el único filme que he hecho con alguien con quien he compartido mi vida. Y entonces él murió y empiezas a pensar: ¿qué haría él?, ¿qué diría?. Me llevaba bien con los Sex Pistols pero no hubiera podido tener a Johnny Rotten en mi vida como tuve a Joe. Creo que lo peor de las


pelis de música, otra vez esa basura del rockumental, es cuando muestran a la estrella del pop, nada detrás de esa máscara que se crea. Tienes que mostrar a la persona detrás de la celebridad. Aunque Strummer era su amigo, tampoco lo montó una hagiografía, su documental, “Joe Strummer: The future is unwritten” muestra las luces y las sombras del personaje. Eso es lo que le hacía interesante y de ahí venía lo bueno de su música. No huía de sus contradicciones, sino que las utilizaba como energía. He trabajado con otra gente que tenía mucho miedo de revelar quiénes eran realmente. ¿Y cómo lidia con eso? No he hecho documentales sobre ellos, he hecho vídeos. Tratas de hacer cosas sin que se den cuenta, de tenderles algunas trampas (risas). ¿Hasta qué punto el director es o tiene que ser un traidor? Odio esa idea de que las estrellas del pop están ahí para admirarlas. Hice “The great rock’n’roll swindle” para molestar a los chicos que adoraban a los Sex Pistols. Pero no es necesariamente una traición. Creí que era una parte importante de lo que tenían que decir, les guste o no. En el segundo filme pude mostrarles más como gente que venía de un tiempo y un lugar, enseñar de dónde venía su ira. Creo que The Clash no aceptaba su relación con los Sex Pistols que le llegaron a decir “si estás con ellos, no estás con nosotros”. Sí, estaba rodando con ambas bandas y el mánager de The Clash me dijo eso, pero yo había estado trabajando con los Sex Pistols durante más tiempo... ¡Y me pagaban 12 libras a la semana, que es más de lo que cobraban ellos! De sus películas y de sus palabras se desprende que no es particularmente nostálgico. Pero el pop, sobre todo el actual, puede tener una tremenda tendencia a la nostalgia… ¡Detesto eso! Espero que las películas que hice sobre el tiempo en el que crecí tengan sentido ahora y sean útiles, no sólo como un viaje. La actitud, la energía y el valor que esas bandas dieron a la gente joven ya no existe. Creo que los jóvenes deberían estar más enfadados, me sorprende que no lo estén más. Me

gustaría que hubiera una respuesta creativa además de política, que la gente se juntara y diera una nueva voz a esas emociones. ¿Entonces sí que está justificada la nostalgia por el punk? ¿Porque significó algo? Bueno, la idea es ver el pasado como un arma que se puede utilizar en el presente y en el futuro, como algo práctico. Casi como una motosierra, o la dinamita que utilizas para hacer estallar una caja fuerte. ¿Hay artistas actuales con quienes le gustaría trabajar? Creo que es la gente joven la que tiene que hacer esas películas sobre la música que es ‘su’ música como hice yo en mi tiempo. No quiero quitarle el sitio a algún chaval que esté ahí fuera ahora mismo y que siente y vive esa música. No me gustaría acercarme a esas bandas de una manera académica. Los documentales que yo he hecho son sobre gente que me impactó cuando era joven y pensaba sobre qué hacer en el mundo. Me encantaría hacer una película sobre Miles Davis pero no vivía mi vida a través de la música de Miles Davis como lo hice con el punk. Esa pasión es importante, hablar sobre el efecto que tuvieron sobre tus sueños. El único motivo por el que empecé a trabajar con los Sex Pistols, por ejemplo, es que los conocí desde antes de que tocaran su primer concierto. Los vi ensayando en los muelles de Londres. En esa increíble área fantasmal, llena de antiguos almacenes y grúas. Oí este sonido salir de un almacén abandonado y seguí la música. Vi esa banda que tenía un aspecto distinto, sonaba distinto… fue muy claro instantáneamente que eran algo diferente. Por eso creo que son los jóvenes los que deberían estar haciendo las películas sobre la música de ahora. Si prefiere dejar las bandas actuales a los nuevos cineastas, ¿qué le interesa entonces? Disfruto haciendo los documentales sobre ciudades. He hecho los de Detroit y Londres y ahora estoy trabajando en uno sobre Río de Janeiro. Usa la música como un motor para viajar en el tiempo. No quería que fuese una lección de historia, sino como viajar en el espacio y en el tiempo. Las ciudades son como plantas. ¿Y qué tipo de planta es Londres? Una carnívora. Como el triffid, que devora a sus habitantes y los escupe. Hasta que la gente se harta y monta un riot.


016/017

report Redshape / Astro

el color del techno

Redshape El techno en sí mismo puede adoptar muchas formas y colores, en general de tonalidades grisáceas, pero nadie como el inglés Redshape ha sabido orientarlo mejor hasta paisajes de Marte del imaginario de Paul Verhoeven. Inviertan en Redshape, un tipo que se esconde tras una máscara pero que rehúye de la foto. Un tipo en el que confiar en tiempos de mediocridad y despiporre en las cabinas. Texto

Beto Vidal

P

ublicas tu nuevo álbum en Running Back, un gran sello de house que está en muy buena forma. Sin embargo, “Square” no es house ni electrónica para ser bailada. En realidad, “Square” no fue concebido como música de baile, al menos no en un sentido obvio. Si, por otra parte, pones el disco a gente no acostumbrada con la escena actual, lo más probable será que lo interpreten como música de baile, teniendo en cuenta que las canciones contienen los esquemas básicos para ‘mover el cuerpo’. Creo que Running Back tiene también un gusto especial por el post-italo disco convertido a house actual y moderno; justo el sonido que intento conseguir por otros caminos: una mezcla entre el ambient, kraut y el techno primigenio. ¿Cómo empezó entonces la idea de colaborar con Gerd Janson? En primer lugar, Gerd es un buen amigo con el que me encanta hablar sobre la escena actual de la música electrónica. Él fue una de las primeras personas a las que les dije que estaba trabajando en un nuevo álbum. Al principio, “Square” se realizó sin ningún tipo de ayuda por parte de ningún sello, intentando trabajar tan libre como fuera posible. Pero a medida que lo tenía casi acabado, empecé a hablar con Gerd sobre la posibilidad de una cooperación. Al final decidimos ir juntos y no puedo estar más contento con la decisión tomada. “Square”, con escuchas repetitivas, acaba por sorprender en el sentido de que algunas de las canciones carecen de elementos rítmicos. ¿Estás más cómodo produciendo temas atmosféricos, como ya pudimos comprobar en “The dance paradox” (Delsin, 09)? El concepto de ‘atmósfera’ es el principal elemento que circula por mi cabeza. Toda mi música circula alrededor de éste. Busco atmósferas de varias tipologías de música o películas, incluso de libros. En realidad, acabo buscando ‘momentos’ que desencadenen en sentimientos y en un cierto estado de ánimo, para acabar traduciendo todo al ‘lenguaje Maschine’. No pensé ni pienso en cuántos elementos rítmicos necesito para crear “Square”. Si no hay tantos, es algo totalmente accidental. ¿Notas muchos cambios en tu sonido desde los días de “The dance paradox”? Detroit sigue siendo la semilla de tu sonido, pero parece que tus nuevas cancio-

nes se han dejado contaminar por otros sonidos actuales de la escena UK Bass. Sí y no. Yo diría que todavía estoy en algún lugar cercano a lo que me gustaba de la música electrónica de baile cuando empecé. Aunque por supuesto, nuevas inspiraciones vienen y van de vez en cuando. “Until we burn” es la primera canción con vocales de Redshape. ¿Supone la colaboración con Spaceape nuevas vías de expresión para el futuro? Es una canción que en un principio solo quería que respondiera a una de mis obsesiones personales con la música experimental de finales de los 90, el trip y hip hop y la música cinemática. Cuando ya la tenía, pensé que quedaría muy bien añadirle un topping de voces y, acordándome del último álbum de Martyn, pensé que Spaceape sería la persona ideal. Así que le envié la pista con mis inspiraciones intactas y él me la devolvió rellena de nuevo con sus versos encima. Y así se ha quedado hasta su reciente publicación. El techno original siempre se ha relacionado con el anonimato. ¿Qué te parece que hoy en día personajes como Deadmau asocien el cubrir su rostro con el estrellato máximo, culminado en la denominada EDM? Me parece todo muy megalomaníaco. Yo me puse mi máscara allá por 2006, cuando Deadmau5, Tiesto o Paul Van Dyk (bueno, a los dos últimos ya se les conocía) todavía no formaban parte de la ‘escena’. El anonimato me resultaba agradable, ya que me recuerda a cuando era más joven y rebuscaba en las cubetas de tiendas de discos sin conocer la identidad de los artistas. ¿Es rojo el color del techno? Según el ‘camino’ que tomes cuando escuches o bailes techno. Aún así, creo que todos podemos estar de acuerdo en que no existe un solo color que describa la música. ¤ Redshape tocará el próximo sábado 8 de diciembre en la sala The Loft del Razz Clubs (BCN).


astro

Psicodelia celeste

Nació Astro y se alinearon los planetas: los invitaron al festival Vive Latino, América se rindió a sus pies y se prepararon para un salto internacional que de momento les está procurando grandes alegrías. Tras visitarnos el pasado mayo para actuar en el Primavera Sound, Astro han vuelto a tierras españolas y hemos tenido ocasión de charlar con ellos sobre Chile, sobre psicodelia y sobre la publicación de su primer trabajo en nuestro país. Texto

S

Virginia Arroyo

i el mes pasado nuestro insigne Vidal Romero les ilustraba con un extenso informe sobre la presencia de la psicodelia en la lista de discos publicada en este año, ahora hay que añadir uno más a esa nómina: el debut homónimo de los chilenos Astro. La historia de la banda se remonta a 2008, cuando su vocalista, Andrés, se juntó con Octavio para componer juntos. “Así hicimos las primeras canciones, entramos en el circuito indie chileno y empezamos a tocar en muchisimos lugares”. En sólo cuatro meses, ya habían pasado por los escenarios independientes más importantes del país y para ello se habían sumado al proyecto Daniel (Zeta) y Nicolás (Lego). Pero lo que de verdad impulsó el salto para el grupo fue una llamada que recibieron una tarde de enero de 2010: “A finales de 2009 hicimos una gira muy dura por Argentina. Muy dura porque en 8 días tocamos 9 veces, hicimos un montón de promo, íbamos todos en una furgo… Todo levantado muy a pulso, ¿sabes? Y entonces, en enero de 2010 nos llamaron para tocar ese mismo marzo en el festival Vive Latino, posiblemente el festival más importante de toda América Latina”. Eso les abrió las puertas del mercado latinoamericano y, más tarde, las del internacional. En concreto, el mercado europeo está teniendo una fantástica respuesta al largo de este cuarteto que actuó el pasado Primavera Sound a las horas criminales de la tarde y aún así obtuvo bastante afluencia de público, y además bastante satisfecho. La clave de los directos de la banda es que no intentan calcar el sonido del disco, sino “reversionar el álbum al directo, diferenciarlo al máximo de la grabación, manteniendo sólo la esencia de las canciones. El directo tiene que ver con conectar con la gente. No es ni como cuando escuchas el disco y oyes mil capas, ni como oír a un solo tipo tocando, es una cosa intermedia muy potente: todo lo que hay en el disco tú lo puedes escuchar, no te va a faltar una melodía, pero es más crudo”. “Una apuesta más rock”, en sus propias palabras, de un sonido que bebe y se nutre de la psicodelia y de las fuentes más psicotrópicas

de inspiración como sugieren “Drogas mágicas”, “Hongo atómico” y otros títulos de temas de su primer EP “Le disc d’Astrou”. Definir su música pasa por hablar de pop y psicodelia, pero no sólo eso. “Es difícil. Yo sé que hacemos indie, que hacemos rock y que hacemos pop, y que usamos muchos sintetizadores, pero también sé que esos son términos muy amplios y que no sé bien cómo autodefinirme… Supongo que tenemos un tag propio dentro de todo eso, y me gusta, porque significa que tenemos una identidad propia. Más allá de eso, no sé qué decirte. Hay rock, pop, psicodelia… Casi podrías llamarlo música del mundo”. No, ¡no corran todavía, que Andrés tiene una explicación para esto! “Lego y yo somos los que más musica hemos estudiado a nivel de carrera. Allí te toca escuchar muchisima musica de todo tipo y aprendes a disfrutar de cualquier cosa que escuchas, por eso digo que en cierta medida es cierto lo de la música del mundo, porque cualquier cosa que escuches la absorbes y puede llegar a gustarte. De hecho, muchas de las cosas que componemos ahora provienen de música que escuchábamos a los 12, 15 años, cuando empezabamos a hacer musica. Por ejemplo el tipo de acordes que hago en ‘Maestro distorsión’, del anterior EP, los aprendí a hacer con ‘Rooster’ de Alice in Chains, cuando tenía 14 años. Ese tipo de artistas en los que uno nunca vería la relación son los que al final más relación tienen”. Aunque si hay dos bandas que uno relacionaría rápidamente con Astro posiblemente sean MGMT y Empire Of The Sun. “Al principio nos comparaban mucho con ambos. Y lo cierto es que las dos bandas debutaron en 2008, que fue un año muy refrescante, y esa manera tan fresca de enfocar el pop la apliqué a la música que componía”. No obstante la banda va creciendo, va evolucionando. Ahora, un año después de publicarlo en su país natal, ve la luz en España su álbum debut, “Astro”, vía Canadá. “En él ya se nota que el sonido de la banda se ha ido consagrando, y ya espero con mucha ansia lo que vaya a pasar en el próximo”.


018/019

en portada bRUNA

bRUNA Un hombre de los noventa

Tres años ha tardado Carles Guajardo en publicar la continuación de “And it matters to me to see you smiling”, un debut con el que revolucionó la escena electrónica nacional. Aquel era un disco de exploración y descubrimiento, una colección de viñetas que sirvieron al joven productor de Barcelona para pulir sus armas de cara a la producción y para sacudirse algunos fantasmas personales. Su nueva aventura, el estupendo “Thence”, que llegará a principios del año que viene, continúa la senda abierta por su predecesor, pero con un sonido mucho más exuberante y detallista y con una intención infinitamente más hedonista. Es un disco jubiloso y feliz; un disco para bailar, para celebrar el recuerdo de la música electrónica realizada en la década de los noventa. Una década mágica, en la que Guajardo (en la que muchos de nosotros) aprendimos a amar los sonidos sintéticos y los bombos cuadrados a negras.

Texto Foto

Vidal Romero Imma Varandela



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en portada bRUNA

“S

on muchas las cosas que han cambiado en mi vida durante todo este tiempo, y supongo que algo ha influido en el proceso creativo”. Carles Guajardo habla desde Barcelona; habla de lo que ha sucedido en su vida desde que publicó el estupendo “And it matters to me to see you smiling” (Spa.rk, 09), el disco que reveló su particular talento a la hora de mezclar pop, IDM y psicodelia en pequeñas canciones que, de cara al oyente, funcionaban como píldoras diminutas de la felicidad, pero que para el propio Guajardo no siempre tenían ese matiz luminoso. “Siempre he entendido las canciones como una terapia emocional con la que hacía balance de algunos asuntos que habían sucedido en mi vida”, explica. “El problema es que, de alguna manera, todas esas canciones quedaban impregnadas de las reflexiones que tuviera en la cabeza en el momento en que las escribía, y eso significaba que cada vez que las volvía a escuchar, por mucho que pasara el tiempo, esos recuerdos volvían a perseguirme. Para este nuevo disco, en cambio, tenía la necesidad de cambiar el enfoque; necesitaba volver a pasármelo bien haciendo música, necesitaba dejarme llevar y, sobre todo, divertirme. Como cuando era un niño y apenas estaba descubriendo qué cosas era capaz de hacer con unos cuantos aparatos”. Guajardo comenta también que la buena acogida que tuvo “And it matters to me to see you smiling” le pilló desprevenido. “Me siento muy afortunado por todo lo que sucedió alrededor del disco, pero a la vez bastante desconcertado, porque en muy poco tiempo hice realidad muchos de los sueños que venía arrastrando desde la infancia. La sensación de vacío tras haber alcanzado lo que había deseado toda mi vida es muy extraña, es algo que todavía intento sobrellevar”. No es raro, entonces, que sintiera “presión a la hora de intentar escribir nuevas canciones. Soy consciente de que hay gente que está pendiente de mis siguientes pasos, y aunque intente no pensar mucho en eso y quiera ir a la mía, es algo que resulta inevitable”. Por suerte para él, puede dejar de preocuparse; su nueva criatura, “Thence” (Spa.rk, mediados de enero de 2013), mantiene e incluso supera el nivel de su debut. Como su antecesor, se trata de un disco que maneja muchos recursos y sonidos propios del pop de toda la vida y de la música electrónica hecha en los noventa, pero si en aquel caso esos recursos se utilizaban para dar forma a canciones en las que gobernaba la melancolía, en esta ocasión ha prevalecido una vena más hedonista. Desde “Second attemp”, la pista que abre el disco, enredada entre cuerdas manipuladas y voces bañadas de efectos, hasta “1996”, ese cierre de título revelador, que juega con sonidos encallados, se suceden una docena de canciones (porque Guajardo sigue escribiendo canciones) que miran más a la pista de baile que al dormitorio. Que esconden grandes hits para bailar mirándose los pies. Ahí están “You’ve been light” o “Daydreams”, por escoger un par de títulos. Y ahí están cosas como “To be a cool cat”, un corte que se basta solo para resumir todas las virtudes de una década prodigiosa para la música electrónica, la de los noventa, que recorre todas las esquinas de “Thence”. Eso sí, tres años suponen un lapso de tiempo muy grande para grabar un disco; un lapso que tiene mucho que ver con el perfeccionismo que persigue Guajardo, que siempre ha reconocido que tarda mucho más en pulir sus ideas, en encajarlas entre sí, que en escribir la forma básica de las canciones. “Durante varios meses intenté volver a utilizar la misma fórmula que había empleado en el primer disco”, explica, “pero añadiendo complejidad al proceso: de algún modo intentaba rizar el rizo. Pero mientras lo hacía me aburría profundamente, sentía que la vía expresiva de ‘And it matters to me to see you smiling’ estaba agotada y que no estaba siendo sincero conmigo mismo. Así que durante el verano de 2010 decidí desechar todo lo que tenía y me dejé llevar con la única idea de pasármelo bien, de volver a disfrutar creando música. Me encerré un fin de semana y cuando quise darme cuenta ya tenía cinco o seis maquetas. Repetí el proceso durante sucesivos fines de semana y en menos de un mes ya había dado forma al embrión de lo que terminaría siendo ‘Thence’. Tras infinitas escuchas de los más de veinte bocetos, hice una selección y me quedé con los más significativos, y a partir de ahí lo que vino fue un largo

período de perfeccionamiento de esas maquetas, hasta conseguir convertirlos en las canciones que suenan en el disco. La idea era partir siempre de la toma original, respetando su frescura y energía, pero arropándola con la mejor producción posible”. Una manera de hacer en la que tiene mucha importancia “tocar” los ritmos y las melodías. Guajardo es un músico que intenta utilizar el ordenador lo menos posible, y más como un grabador multipistas que como una herramienta de producción; un músico que prefiere tocar y programar todo con sus manitas. “Mantengo esa actitud a la hora de grabar. Lo que sí ha cambiado mucho es la paleta de sonidos, a pesar de que ‘Thence’ está tocado en su práctica totalidad con el mismo equipo que utilicé para el primer disco; he incorporado nuevos elementos a mi estudio, pero no aparecen reflejados de una manera significativa. Creo muchísimo en las autolimitaciones; me obligan a encontrar soluciones imaginativas a problemas que seguro que tienen una solución más ágil, pero lo cierto es que me divierto mucho partiéndome la cabeza”. Y también hay “una inmensa tarea de buceo a la hora de buscar samplers”. Eso sí, “esta vez los he buscado en mi propia discoteca, y no en la de mis padres. Era un ejercicio necesario, dada la temática del disco”. Sospecho que el título del disco, “Thence”, dice mucho de su contenido. ”Thence” es un adverbio inglés que quiere decir “desde allí”; un “allí” que se refiere tanto al espacio como al tiempo. Además de por su significado, la intención era realizar un pequeño juego de palabras, ya que por sonoridad se asemeja mucho a la palabra “dance” y a la palabra “dens”, que quiere decir denso en catalán, dos conceptos que creo que definen el disco a la perfección. “And it matters to me to see you smiling” hablaba de la memoria en dos niveles paralelos. Por un lado estaban las memorias de tu infancia, y por otro, las cosas



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en portada bRUNA

que te habían sucedido durante los dos años que duró la grabación a un nivel emocional. Y precisamente una de las grandezas del disco era cómo se imbricaban esos dos aspectos entre sí. ¿Qué vivencias vitales hay en “Thence”? Cuando grabé mi primer disco tenía miedo de no ser capaz de expresar sin palabras lo que mis canciones querían decir; es por eso que utilicé los títulos para dar pistas de por dónde iban los tiros. En “Thence”, en cambio, he querido ser bastante menos explícito. La carga emocional sigue ahí, incluso te diría que es mucho más potente que en el disco anterior, pero he decidido ser escueto a la hora de dejar pistas, para conseguir que el disco pueda ser interpretado de la manera más abierta posible. En ese sentido, “Thence” funciona un poco como una continuación del disco anterior a un nivel personal. Es decir, si escuchando aquel daba la impresión de que se trataba de una biografía del Carles Guajardo que pasaba de niño a adolescente, ahora se trata de un escalón superior. Yo, al menos, escucho algunos de los temas y no puedo evitar imaginar al Carles jovencito, en los noventa, entrando por primera vez a una discoteca y descubriendo la música electrónica. Es cierto, este disco habla de nuevo de la memoria, pero en esta ocasión se trata de mi memoria musical, y no se refiere tanto a mi adolescencia, que también hay algo de eso, como a un momento anterior, a la preadolescencia. Mientras escribía estas canciones me venían imágenes constantes de esa época, en la que tenía siete u ocho años, en la que comenzaba a descubrir la música electrónica. Recuerdo como si fuera ayer la inmensa felicidad que sentía al escuchar el programa de radio “It’s your time”, de Toni Peret, en el que sonaban discos de new beat, hip house y acid. Hacía mis propias mixtapes, grababa mis primeros intentos de canciones con mi Yamaha VSS-200 y mi doble pletina, y luego me llevaba esas cintas al colegio en mi walkman de color amarillo para enseñárselas a mis amigos. Han pasado 25 años y todavía me emociono pensando en esa época. En esa percepción tiene que ver el hecho de que en esta ocasión los ritmos tienen mucho más protagonismo que las melodías (que también las hay, y que siguen siendo muy pop). Y que muchos de los sonidos utilizados son muy propios de los noventa. ¿Eres un hombre con nostalgia de esa década? ¿Echas de menos esa época en la que cada disco era un descubrimiento, y cada dos meses surgía un artista que podía hacer que toda la escena girara ciento ochenta grados? Soy un gran fan del período que va, digamos, desde el 87 al 92; desde la llegada del acid house a Europa hasta el old school hardcore. Por edad nunca pude ir a una rave, lo viví todo a través de los discos, pero en aquel momento no necesitaba nada más para ser feliz. No volví a sentir algo así hasta que escuché el “Da funk” de Daft Punk por primera vez. También creo que “Thence” es un disco feliz. Hay algunos momentos más oscuros, pero en general es un disco luminoso y optimista. Mucho más que “And it matters to me to see you smiling”, eso seguro. Como ya sucedía en “And it matters to me to see you smiling”, parece que todo en “Thence” obedece a un ‘plan maestro’, a una suerte de línea argumental que recorre el disco de cabo a rabo. ¿Es algo premeditado, o es casual? Al igual que en el primer disco, se trata de algo casualmente premeditado. Es decir, la interpretación de lo que hago siempre me llega a posteriori, una vez terminados los discos. El subconsciente tiene mucha presencia durante la fase creativa, y supongo que luego interviene la parte racional de mi cabeza, que intenta dar una explicación lógica a todo lo que he hecho. Creo que “Thence” es un intento de recuperar sonidos y memorias asociadas a ciertos momentos, a recuerdos que están dispersos por algún rincón de mi cerebro. Quiero decir que no hay una intención revisionista en “Thence”: he pretendido sacar de mi cabeza algunos ecos de mi pasado musical pero siempre desde una perspectiva actual, nunca con una intención purista ni ortodoxa.

Varios de los temas de “Thence” se cortan de manera abrupta, como si alguien apagara el reproductor de discos de golpe. ¿Es una cuestión estética, o tiene que ver con la introducción de fracturas y saltos dentro de la narración global del disco? Además de tratarse de un recurso estético (porque no me gustan mucho los álbumes con estructuras que son ‘DJ-friendly’), se trata de un guiño a la idea de recuerdos fragmentados que recorría el primer disco. Por cierto, me encanta que “Thence” concentre todo lo que tiene que decir en apenas 35 minutos. ¿Eres de los que piensan que ya hay demasiadas cosas que hacer como para perder 80 minutos de vida en un sólo disco? Absolutamente. No creo en los discos largos; si necesitas mucho tiempo para explicar una cosa, o bien te estás repitiendo o bien estás divagando. Sin embargo, a pesar de su escaso minutaje, he procurado que “Thence” fuera un disco muy adictivo y duradero. Canciones cortas e intensas, con todo un mundo de microdetalles bajo la superficie, que hacen que cada escucha sea diferente a la anterior. Tanto en tu remezcla de “Capítulo siete” de Úrsula, como en “Emma” (Foehn, 12), la banda sonora que grabaste junto a David Cordero, has sacado a relucir un gusto por la neoclásica que muy pocos sospechaban. ¿Ha sido una aventura puntual, o se trata de un camino que seguirás explorando en el futuro? Desde pequeño, soñaba con poder grabar canciones con piano y sección de cuerda, así que ese es otro sueño cumplido. La primera experiencia fue a través de la remezcla de “Capítulo siete”. Fue un proceso muy interesante, porque tuve que reinventar la manera en la que utilizaba el sampler hasta entonces: aprendí a desdibujar las muestras originales de violín creando nuevas melodías con ellas. Lo que nunca imaginé es que acabaría participando en una banda sonora. Cuando David me dio la oportunidad de colaborar en “Emma” no me lo podía creer. Todo fluyó de manera muy natural, y me siento muy orgulloso del resultado. La verdad es que algún día me encantaría poder dedicarme profesionalmente al mundo de las bandas sonoras. En este sentido, hay algún tema en el disco, como “Tired of tricks”, que utiliza samples de instrumentos clásicos. ¿Es una vía nueva de exploración? ¿Los tocas tú con tus manitas? Todas las cuerdas y vientos de “Thence” están sampleados. Deformo las muestras originales a mi gusto y creo las líneas melódicas que necesito en cada momento intentando que los procesos de edición pasen desapercibidos. Esto hace unos años era impensable porque se notaban mucho las costuras, pero hoy en día es posible jugar con una única muestra hasta extremos radicales. Una más de las autolimitaciones a las que me refería antes: utilizar una misma muestra de sampler de mil maneras distintas. Me gustan mucho tus remezclas para Wooky y Úrsula. Es un género en el que te estiras muy poco, ¿es porque no te llegan ofertas o es que te da vergüenza que te salgan cosas mejores que los originales? La remezcla de la que más satisfecho estoy es la que hice, junto al violinista Minski, para el “Plànol paral·lel” de Sistema. Saqué de oído la melodía del tema original y la grabé al piano, escribí los arreglos para violín y Minski hizo una interpretación sublime. Creo que es de lo mejor que he hecho nunca, y de hecho me encantaría seguir investigando en el mundo de las remezclas. El hecho de meterte en la obra de otra persona, ver su esencia, y a partir de ahí llevarla a tu terreno, me parece algo muy nutritivo a un nivel intelectual. El problema es el de siempre, la falta de tiempo, pero las ganas no me faltan. ¿Harás más conciertos ahora que tienes un disco nuevo, que es lo que siempre habías prometido, o tendremos que seguir recorriéndonos Europa para verte sobre un escenario? Llevo más de dos años escuchando de manera regular las canciones de “Thence” y las sigo disfrutando como el primer día, que es algo que no me había sucedido nunca. Así que, aunque todavía no sé ni cuándo ni cómo, puedes estar seguro de que esta vez sí que haré conciertos.


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report Pachanga Boys

Pachanga boys respira hondo Llegó el día, al fin. En nuestras manos ya está el debut en largo de los Pachanga Boys. El resultado, por mucho que respires hondo, deja tibio y con cierto sabor agridulce. Parafraseando al Rey Don Juan Carlos y poniendo tan sabias palabras en boca de la dupla, aquel “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir” queda niquelado junto al título del LP –“We are really sorry” (Hippie Dance, 12). Aceptamos vuestras disculpas de buen grado, chicos. Pero que no se repita. Texto

Beto Vidal

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arde o temprano tenía que ocurrir. Los Pachanga Boys lanzándose al vacío, confiando en esa red protectora y balsámica que suponía la bendita y celestial tríada de maxis para su sello Hippie Dance durante parte de 2011 y el presente año (“Girlcatcher”, “Thanks for nothing” y “Christine”). Tres vinilos de tirada limitada con perlas para la posteridad, como la epopeya que supone “Time”: un adictivo éxodo de quince minutos que catapultó a tan extraña pareja (el mexicano Rebolledo y el alemán Aksel Schaufler aka Superpitcher) hacia el estrellato. Lo que empezó casi con una broma en el estudio al cantar ambos encima de la base de “Fiesta forever” (que por cierto remezclan para cerrar el disco a modo de homenaje) ha germinado en un sólido proyecto en formato fiesta eterna. Un propósito gestado en viajes al más puro estilo Hunter S. Thompson por lugares como La Pitaya (México), Colonia y muchas cantinas de dudosa reputación y que termina por eclosionar en “We are really sorry”. Según ellos, “no teníamos ni idea de que todo esto podría triunfar, en primer lugar porque no sabíamos muy bien lo que estábamos haciendo. Después de ver el resultado de ‘Fiesta Forever’, decidimos continuar haciendo música siempre que teníamos un hueco libre, pero sin darle mayor importancia”. El resultado es un álbum falto de fuerza que termina por ser una auto parodia, ya que ni ellos mismos se toman en serio. Agradecemos, por lo menos, que no hayan tirado de hits anteriores para rellenar su debut. En cualquier caso, intentamos desvelar las claves de su filosofía de vida y la gestación del debut en esta entrevista tan poco seria como sus canciones, de la que no sabemos quién contesta. Respira hondo, hondo, lector. Antes de nada, ¿por qué estáis realmente arrepentidos? Sobre algo imposible. Creemos que es mejor lamentarse antes de joderlo todo. De esta manera nos excusamos por adelantado. Describís vuestro debut como un “western occidental psicodélico y disco en formato audio libro”. ¿A qué os referís exactamente? ¿Podemos hablar, entonces, de un álbum conceptual? La palabra conceptual suena un poco grandilocuente y demasiado pretenciosa para nuestro humilde mundo. Pero nos gusta verlo de este modo porque no se trata sólo de beats y melodías, sino que existe una historia detrás de cada canción y por tanto las narraciones son necesarias para guiar la fábula a través de sus diferentes escenas. Así que en el fondo sí que parece bastante conceptual, pero es algo que ha surgido y ha ido creciendo de manera muy natural. Leyendo algunas entrevistas que circulan por Internet, la temática de viajar y descubrir lugares nuevos es muy recurrente. Un hecho que queda patente en el álbum, gracias al sorprendente roadtrip a lugares como ‘Boottown’ o ‘Cheesetown’. ¿Qué podemos encontrar en esos lugares, exceptuando las botas y el queso? ¿Recomendáis la visita? Nos encanta viajar, porque así encontramos a grandes personajes que son como nosotros y disfrutan de una vida simple: impresionantes vistas, aire fresco, buena comida y bebidas. ¡Esos lugares son verdaderas fuentes de inspiración! ¿Quiénes son en realidad las “verdaderamente fantásticas gemelas Dessagne de Saint-Etienne”? ¿Por qué son las elegidas para narrar la historia? Se trata de unas fantásticas amigas nuestras que nos entienden por completo, a veces incluso más que nosotros mismos. Además tienen una voz preciosa. Últimamente hemos descubierto que también son súper talentosas y entienden la música y la manera de cantar de una manera para nada conformista. Pronto tendremos noticias sobre ellas, pero esa es otra historia… ¿En qué consiste el ‘Pachanguismo’? ¿Puede cualquiera llegar a ser un ‘Pachanga’? ¡Sí! Cualquier persona con la actitud correcta puede ser un ‘Pachangirl’ o ‘Pachanguy’. Es difícil explicar con palabras lo que supone ser un ‘Pachanga’, pero tiene mucho que ver con ser libre y disfrutar de las cosas simples de la vida.

Bien, ya metiéndonos en las frondosidades del disco, quizás se echan en falta grandes canciones como “Time” o “The untold legend of Mysterious Ondo”. Temas que eran pura dinamita y derribaban cualquier muro. Algunas como “Pachanga voice” o “Speedo & boots” destilan vuestra pura esencia, pero de alguna manera el poder de vuestra trilogía de 12’’ parece un tanto difuminada, como si las canciones fueran más contenidas y suaves... ¿Qué entiendes por grande, entonces? Lo curioso es que a pesar de que no había sido terminado por completo, la totalidad del álbum fue concebido antes de la trilogía. La historia del disco y su estética conforman lo que es el álbum en sí y hace que tenga un sentido global para nosotros. Por tanto, no creemos que falte ‘algo’. Por supuesto, muy probablemente algunas personas echarán de menos “Time”, pero eso es simplemente otra historia. Personalmente me gustaría saber cómo surge la idea para componer piezas del calibre de “Clapdance”; o cómo montar mediante un aplauso y la palabra ‘dance’ en modo mantra un tema. Por cierto, me recuerda mucho a “Thunder scat”. La canción salió de manera muy natural durante el proceso de creación. Pensamos que era una buena idea tener una pista que realmente pueda bailarse con sólo un par de elementos. En vuestra manera de componer, ¿se trata de encontrar el sonido exacto con el fin de rellenar una canción mientras no importe el tiempo total? Se trata más sobre el ambiente y la intención que sobre el sonido. Y sí, el tiempo realmente no importa. ¿Recomendáis a nuestros lectores conseguir el DVD que acompaña vuestra edición física donde se muestran vuestras aventuras diarias? Totalmente recomendado. Se trata de una comedia. Respecto a vuestro sello Hippie Dance, ¿os habéis planteado publicar otros artistas? Nos gusta que sea sencillo y queremos estar siempre involucrados en las publicaciones. Algunas ideas están ahora mismo encima de la mesa y están a punto de llegar cosas muy buenas… Remezclar canciones ajenas es otro de vuestros puntos fuertes. Por ejemplo, las recomposiciones tricolor del tema de John Talabot de “When the past was present” son sobresalientes. ¿Cuánta parte de importancia tiene para vuestro proyecto conjunto los remixes para terceros? ¿Os gustaría disfrutar de más tiempo para ellos? Lo triste es que tenemos más solicitudes de las que realmente podemos manejar. Nos encanta hacer remixes y nos chifla trabajar con otros artistas con los que nos sentimos conectados. ¡Simplemente necesitamos más tiempo! ¿Tenéis ya pensado cómo van a ser vuestros shows en vivo? ¿Quizás un set en vivo u os dedicaréis a seguir pinchando en formato sesión? Por el momento nos vamos a centrar en nuestro DJ set por Europa hasta finales de año. ¡Disfrutamos un montón! Tenemos algunas ideas sobre lo que podría ser un Pachanga Boys show en vivo, pero aún no sabemos cuándo sucederá. Estamos trabajando en ello. La última, dado que os gustan los poemas, aquí tenéis vuestro espacio para publicar uno dedicado a nuestros lectores de Go Mag (pido expresamente que lo realice Rebolledo en castellano, para que suene más auténtico. Él mismo contestó lo siguiente, literal). ¡Matanga dijo la changa!, mientras bailaba en la pachanga. Superpitcher replicó: “por eso corazón...”, y yo le di la razón. Que cambiara de estación párrafo escuchar otra canción... La changa se enojó, ya que no tenía idea de qué onda por no leer Go. (Está malísimo... jajajaja... lo siento).



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report Little Boots / Amanda Palmer

Little boots botitas en la pista Ya hace más de tres años desde que la banda Dead Disco desapareciera del mapa y Victoria Hesketh decidiera volar en solitario. Tras un aclamado debut, “Hands” (09) que la situaba en lo más alto del firmamento del pop electrónico, su reválida, aún sin título, lleva varios meses “estando al caer”. Mientras tanto, la inglesa nos endulza la espera con fantásticos maxis, remixes y DJ sets y promete un álbum cargado de inspiraciones house y disco. Texto

Virginia Arroyo

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odo el mundo te está agobiando con esto pero… ¿para cuándo tu segundo disco? Está ya casi acabado, pero todavía no he conseguido exactamente el sonido que quiero. La verdad es que es un rollo porque tendría que haber salido ya, pero supongo que en cierto momento dejé de estresarme y decidí que, a estas alturas, prefiero estar totalmente satisfecha con lo que publique. En parte por eso durante estos años no he parado: he sacado temas, hecho mixtapes, pinchado, ido de gira… Así que, ¿a quién le importa un álbum? El disco fue algo que se inventó hace 40 o 50 años porque era el número de canciones que cabían en un trozo de metal… Todo ha cambiado mucho. ¿En este disco has seguido la estela de “Hands”, de los singles de estos años o cabe esperar un cambio radical? He estado pinchando mucho en los últimos dos o tres años, así que estará muy influenciado por la escena de baile. También creo que estará menos producido que el anterior disco porque quiero asegurarme de que todos los sonidos están ahí porque realmente tienen que estar. Pero si te gustó “Hands”, éste también te va a gustar, porque sigue siendo muy melódico y tiene un montón de ganchos de pop clásico. Siempre has citado a The Human League como una de tus mayores influencias y en tu álbum debut Philipp Oakley cantó contigo “Simmetry”… Fue increíble. Es una pasada que gente a la que has admirado desde siempre cante una canción contigo en tu disco. En este caso funcionó, pero si quieres que un mito no caiga de su pedestal, a veces es mejor dejarlo allí tranquilo (risas). Aunque éste no fue el caso, en ocasiones una colaboración puede destruir un mito… Y sin embargo has colaborado con grandes productores como James Ford de Simian Mobile Disco, Andy Butler de Hercules and Love Affair o Tim Goldsworthy…

Sí, y el estar con ellos ha influido decisivamente en la bailabilidad de este álbum, algo menos pop y con muchos más elementos del primer house y de la música disco. Tras publicar “Hands”, pasó mucho tiempo hasta que volviste a lanzar un tema propio… Se llegó a rumorear que podías abandonar tu carrera como Little Boots. ¿Se te pasó por la cabeza dejarlo y centrarte sólo en producir o pinchar? Supongo que en algún momento sí que se me pasó por la cabeza, quizá porque yo fui música mucho antes de ser cantante, de manera que lo de cantar siempre ha sido como algo extra para mí. Pero a finales del año pasado hice un gran tour internacional de DJ sets cuando saqué “Shake” y eso me hizo recordar cuánto echaba de menos hacer conciertos, así que de momento quiero seguir haciendo las dos cosas. Y también remezclar, claro. Tu último remix, el de “Juicy Lucy” de Jupiter, ha recibido muy buenas críticas. ¿Cuál es la clave de un buen remix para ti? Creo que es algo que no se sabe hasta que no se prueba. Es difícil de explicar, es como una reacción mágica. Para mí creo que lo más importante es no alejarme demasiado del tema original, incluso en los remixes más inventivos. Hablemos de la letra de tu último tema, “Headphones”: “I wear my headphones at the disco and nobody ever has to know”. ¿Cuándo fue la última vez que deseaste haberte llevado auriculares a la discoteca? (Risas) Mmmm… creo que en mi ciudad, en Blackpool, de fiesta con mi hermano. La mayoría de los clubs allí son de música dance comercial… Lo pensaba muy a menudo cuando era más joven. Mis amigos salían de fiesta y, aunque no nos gustaba siempre la misma música, quieres salir con ellos, no quieres quedarte en casa, y cuando llegas al club es como “oh, odio esta música”… Realmente la idea de la canción viene de esa frustración frente a la música que se escucha en las discotecas y radios comerciales.


amanda palmer En caso de duda

¿Que quieren prohibir los matrimonios gays en California? Trae a Katy Perry a un bolo y le come la boca al son de “Fuck Prop 8”. ¿Que Roadrunner le prohibe enseñar el ombligo en un videoclip? Se pira y monta su chiringuito a lo crowdfunding. Ni omnívora ni vegana, semivegetariana; ni piso ni chalet, cooperativa. Amanda Palmer va siempre un paso más allá de todo y eso le trae algún que otro quebradero de cabeza, como cuando, unos meses atrás, reclutó a músicos voluntarios después de recaudar más de un millón de dólares de sus fans con un disco ya grabado. Uf. Texto Foto

Sergi Garcia Shervin Lainez

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engo dudas sobre Palmer. No la muerta de “Twin Peaks”, la cantante de Dresden Dolls, Amanda Palmer, el único ser humano capaz de vestir a lo “Rocky Horror Picture Show” sin parecer un emo de resaca. No tengo claro qué es lo que hace. Post-algo, algo-dark. Entre lo triste, lo sexy y un puñetazo. Su último álbum, “Theatre is Evil” (PIAS, 12), es lo que los periodistas al mojarnos llamamos maduro. “No hubiera hecho este disco con veinte años, simplemente por una cuestión de evolución”, me dice. Y así es, lejos queda el tono cabaretesco en el pesado “Smile (Pictures or it didn’t happen)”, atrás el desasosiego en “Trout heart replica”, el vals más triste de lo que va de siglo, con sus vientos trágicos y todo. En global, un disco versátil, colorido y subido de dramatismo, la cual cosa, pensándolo bien, hace irónico el título y sólido el conjunto. “¡Vale, álguien lo pilla! La verdad es que tenía una idea muy clara de lo que quería y planifiqué el proceso entero con mucho cuidado. Todas mis grabaciones anteriores tuvieron un rollo caótico, pero ésta ha sido muy deliberada. No me refiero a los temas, que siempre tienen el control sobre mí, sino a las cosas que sí podía controlar: el estudio, el productor, la banda”. Ah, la banda, en ese punto comenzó el follón por el cual todo esto ha quedado durante semanas en un apagado segundo plano. Recapitulo para despistados. Palmer comenzó una campaña de recolecta de fondos a través de Kickstarter, conocida plataforma virtual que permite a los artistas recibir donaciones de sus seguidores para financiar sus proyectos a cambio de escuchas en primicia y otros privilegios de feligrés. En palabras de Palmer, “ésta es la única manera de seguir mi propio camino musical, no un modelo de negocio. Si quisiera hacer pasta de verdad, volvería a firmar con un sello grande, me plancharía el pelo, perdería veinte quilos y le daría al auto-tune”. Ya se sabe que las discográficas las carga el diablo, pero el crowdfounding puede ser un arma de doble filo si dejas algún cabo suelto. En este caso, y puesto que “Theatre is Evil” ya estaba grabado, los fondos iban a destinarse a la edición de CDs, la gira y la promoción, básicamente. Y, maravilla, la gorra acabó ensacando más de un millón de dólares. Descomunal,

aunque, hasta aquí, todo bien. La bomba estalló cuando Palmer pidió a aquellos fans que supieran y quisieran tocar que se unieran a la banda como colaboradores desinteresados, literalmente a cambio “de unas birras, merch y un abrazo”. De allí lo de Amanda Palmer & The Grand Theft Orchestra, desafortunado nombre visto ahora, sin duda, pero hay que decir que la idea desde un principio tenía más de cariño que de jeta: “Me gusta implicar a todo el mundo, quiero que todos sientan que son parte de lo estamos creando. Eso es lo que siempre me ha gustado de la música, el arte y el teatro que me atrae: todo el mundo haciendo algo juntos”. Pero un millón de dólares son unos cuantos, claro, y Twitter empezó a echar el humo de sus seguidores decepcionados y de otros tantos oportunistas del agravio que se lanzaron encima de la neoyorquina. Hace unas semanas, después de cientos de posts cruzados a favor y en contra, Amanda pone fin al culebrón: anuncia que va a pagar a todos los colaboradores voluntarios, los que habían tocado y los que iban a hacerlo. Llegados a este punto, la gran duda es la que sigue: ¿cómo acaba uno de los temperamentos más incisivos que ha sufrido Warner cediendo a la presión? “Pues, sinceramente, porque era el modo más fácil para que todo el mundo estuviera contento y pudiéramos volver a tocar en lugar de malgastar toda mi energía tratando de explicarme. Estaba empezando a ser una pérdida de tiempo. Además, a ninguno de los músicos voluntarios le vino mal algo de pasta extra… Nadie perdía con la decisión”. Lo cierto es que no debe de ser fácil encerrarse en el local de ensayo cuando al otro lado van soltando perlas sobre uno, acusándolo de invertir el dinero del crowdfunding en financiar la Cienciología y en pagar la hipoteca. “Celosos, la gran mayoría. En fin, la historia se los quitará de encima siempre que no me moleste en seguir alimentando su atención. Los que me conocen saben cuáles son mis intenciones y eso, a la larga, es lo que cuenta”. ¿Cómo se lo tomó esa gente? ¿Qué les dijo a los más directamente salpicados, con los que trabaja codo con codo? Por supuesto, algo locuaz: “En caso de duda, haz arte”.


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report LĂ­rico


lírico Wrath of the math Texto

Óscar Broc

El MC más trigonométrico de Violadores del Verso cierra por fin el cículo de aventuras en solitario del grupo zaragozano. Lírico ha esperado hasta los últimos días del 2012 para sacudir la escena rap española con un álbum en el que se expande, como el universo, sin perder ni un solo segundo el sello que le hace un MC de culto. Sigue siendo matemática pura en acción, sigue teniendo un estilo perezoso, sigue rapeando lento, pero esta vez no viene solo con Rumba. Griffi, Cookin’ Soul y Sid Roams, entre otros, amplian su radio de acción musical. Y en el micro, invitados de lujo: sus hermanos de sangre, Kase O y Sho Hai, y ni más ni menos que el californiano Evidence. Uno de los mejores discos nacionales de 2012, por mucho que los medios prefieran guitarras, flequillos y canciones de amor.

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ho Hai con “Doble vida”. Kase O y su “Jazz Magnetism”. Faltaba un poeta. El rapper de Violadores del Verso que rima desde las sombras con un estilo perezoso y hace del flow monótono un arte matemático. Lírico nos cuenta en los estertores de este 2012 su viaje en solitario, el preludio necesario al tan ansiado retorno del grupo de rap español más grande de la última década. “Los discos en solitario que hemos sacado eran deudas que teníamos con nosotros mismos. Era algo necesario, porque nos ayudará mucho cuando volvamos a meternos en el estudio para grabar un disco de Violadores del Verso: toda esta experiencia acumulada en solitario será muy positiva para el grupo”. Y Lírico, de nombre David Gilaberte, se ha tomado muy en serio esta aventura. Los conocedores de la mitología rap maña sabemos que su estilo y su libreta son de culto, de lo mejorcito de nuestro hip hop, y el título del disco no responde a ninguna boutade. En boca de otro MC quizás sonaría a broma, pero si es Lírico quien dice que esto es “Un antes y un después” (Rap Solo-BOA, 12) es obligatorio planchar la oreja a ver qué pasa. “Tenía varios y elegí éste en el último momento. Es un título referido a mi trayectoria, es un antes y un después en mi trayectoria. Es un primer disco, pero en realidad no lo es, porque ya tengo un recorrido muy largo con Violadores del Verso. No hay que buscar pretenciosidad en el título, sencillamente se trata de un disco que para mí marca un antes y un después porque es muy sólido, y he trabajado con distintos productos, con ritmos en los que no se me había visto rapeando antes, sin perder, eso sí, la esencia hip hop de siempre”. Y las dudas de los más recelosos se han disipado. Los que acusaban a Lírico de ser un MC limitado, acaso confundidos por su estilo gomoso y lento, se toparán en su debut con un rimador en estado de gracia, capaz de adaptar su slow flow no sólo a las ya conocidas rocas sonoras cortesía de Rumba, el ideólogo musical de Violadores, sino también a las distintas cuadrículas de una pléyade de productores nada despreciable formada por Griffi, Cookin’ Soul, El Cerebro, Hazhe, Focus y el dúo californiano Sid Roams. “El planteamiento era contar con Rumba, que produce bastantes cortes, para mantener el sonido Violadores. Por otra parte, también quería contar con productores de distintos palos, como Griffi con su sonido a la última o Cookin’ Soul. Necesitaba esos matices variados, sin perder la esencia del sonido Violadores”. Lo grande es que en un tracklist con experimentos de casa Griffi —magnífico el trote nervioso y futurista de “En el corazón de la ciudad”— e incluso pasajes de soul cantados por Eddine Saïd —“Estoy porque he venido”, otro temazo—, Lírico sigue dejando el rastro inequívoco que le identifica como un soldado de bombo y caja. La disciplina del Actur (su barrio) y las ecuaciones perfectas en el encaje de rimas siguen ahí. Intactas. Rap a lo grande con la denominación street sin adulterar, incluso mejorada. “Ha sido una ‘guerra’ con los distintos productores, para llevar su música a mi terreno. He querido que ofrecieran lo mejor, pero también adaptar un poco su estilo al mío, y creo que esa lucha ha sacado lo mejor de ellos. Básicamente se trataba de ponerme a prueba con estos productores sin salirme de mis casillas. En ‘Zumo Concentrado’, por ejemplo, con Cookin’ Soul, quería un punto de club, pero sin pasteleo, que no fuera mainstream. Trabajar con Griffi fue un desafío, porque nunca había rapeado a doble tempo, pero también intenté llevarlo a mi terreno”. Es Lírico, pero un Lírico más expansivo, incontenible, sobrado de frases cortas arrastradas por el fango, dardos introspectivos que se hincan en tu cerebro como bombas lapa de sabiduría callejera. “Entiendo que a la gente le cueste descubrir a Lírico, tengo una forma de rimar más pausada y lenta. Este disco es la oportunidad perfecta para descubrir todo lo que puedo ofrecer. Ya he hecho cosas en solitario en algunos recopilatorios o colaboraciones, pero siempre es la misma estructura. Esto es diferente”. En “Un antes y un después”, Lírico también juega con los mejorcito en el micro. Están los MCs de la escudería Violadores; magníficos Kase O y Sho Hai, éste último admitiendo en un skit previo a su participación en el track “Hay una fiesta”

que se bebió hasta el agua de los floreros la noche anterior. También encontramos veteranos intocables de nuestra escena, como el gran Kamikaze. Por haber, hay incluso una estrella de lustre internacional de la catadura de Evidence. “Es la colaboración que tenía más clara ya desde el principio. Me encanta lo que hace como rapper. De hecho me identifico mucho con él, porque entiende el rap como yo, con tempos lentos, una forma más madura de rapear”. Pero lo que brilla con más fuerza en los surcos del mejor álbum de rap español del año es el universo lírico de Ídem. Es el suyo un estilo único, de gran densidad e influjo gravitatorio: un agujero negro feroz que engulle irremisiblemente al que está al otro lado de los auriculares. “He intentado un lenguaje sencillo y directo. No estoy diciendo nada que no sepamos, intento decir algo con el máximo ingenio, por eso cuido tanto el vocabulario, porque ante todo quiero transmitir lo que pienso debidamente. Creo que hay una evolución en la forma de contar las cosas, en las frases. La forma de rimar que tenía antes era más freestyle, complicando la cosa, con contrapuntos, pero en este álbum he ido a lo básico, he bajado un peldaño, no me he complicado la vida”. Está en su mejor momento. Inserta la métrica en ese particular tempo cuyos elementos encajan como piezas de Tetris en manos de un ingeniero industrial. Es uno de los representantes más orgullosos del perfeccionismo extenuante que caracteriza a la cantera de rimadores de Zaragoza, una tierra de MCs superdotados. “En Zaragoza hay un nivel de exigencia altísimo. Todos los MCs zaragozanos son así. No se saca una maqueta hasta que el estilo está definido. Y todos hacen gala de esta exigencia y perfeccionismo”. Y la métrica, como esperábamos los fans, tiene en este disco la precisión imposible de un púlsar. “Le dedico mucho trabajo a las rimas. Muchas veces tiro de libreta, otras de una frase que me ronda la cabeza desde hace días, a veces cojo un párrafo que parecía bueno, y lo destrozo hasta que me quedo sólo con dos frases. Hay temas frescos, pero en muchos he tachado, pulido y corregido obsesivamente”. Lírico es matemática de la buena y su mundo sigue siendo tan particular como siempre. Introspección, estados de ánimo, humildad e incluso arrebatos de filosofía callejera que le sitúan en otra dimensión distinta a la del rapper arquetípico. En este sentido “Un antes y un después” es un torrente de sentencias que piden a gritos ser sampleadas. “Hablo de lo que siento, lo que veo, lo que me rodea. Aunque a veces me marco mis vaciladas, siempre son reales, siempre están hechas desde la humildad. Son mis aspiraciones, mis ilusiones, mis estados de ánimo. Este disco ha sido como una terapia para bien o para mal, me ha servido para canalizar mis inquietudes. Hay temas, de hecho, muy reflexivos, en los que habla mi voz interior, como ‘Gran Torino’, que es una vuelta al pasado”. Y es que en este álbum las virtudes del rapper cristalizan en toda su plenitud: su tono robótico, monótono; su tempo pastoso, denso; su escritura cerrada, cargada de abstracciones… todo alcanza un grado de refinamiento al alcance de muy pocos MCs. Estamos ante un álbum muy grande. Graduado Cum Laude con birrete New Era, Lírico elevará con su debut el listón de calidad de la escena rap española, necesitada alarmantemente de un salvavidas que la arranque del letargo. Afincado en Barcelona desde hace algo más de dos años, el rapper de Violadores del Verso ha grabado un disco de RAP mayúsculo, sin una sola concesión o atisbo de acomodo, aunque muy contemporáneo y con más matices que el jarcor de antaño. Maduro. Inteligente. Sembrado. En el magnífico corte “Con calma”, alicata unas rimas que, a mi modo de ver, lo dicen todo sobre “Un antes y un después”: “Smooth operator pone en mi matrícula / en el micro yo no grito, hablo en mayúsculas / con flow trigonométrico y complicado / calculado cual crimen frío y premeditado”. Dios mío, me flipa este disco. “Un antes y un después” se pondrá a la venta el próximo 18 de diciembre. Ya se puede reservar en la web www. comun20.com


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report Zombie Zombie / Radian

Zombie Zombie Descubridores El dúo francés vuelve a la actividad después del fin de ciclo que supuso la edición de “Zombie Zombie plays John Carpenter” (Versatile, 10), en el que homenajeaban a una de sus más claras referencias y maestro en el manejo de sintetizadores vintage. Etienne Jaume y Cosmic Neman se disfrazan de aventureros en su nuevo álbum, “Rituels d’un nouveau monde”, en el que los ritmos exóticos tiñen de psicodelia las habituales escenas en panavisión. Texto Foto

Joan Cabot Gilbert Cohen

“H

oy en día la música electrónica se ha convertido en algo muy frío. Se hace todo a través de un ordenador y sin errores. No tengo nada en contra de ello, pero en Zombie Zombie nos interesa un lenguaje distinto”. Cosmic Neman, también conocido como Neman Herman Düne, al habla. Su proyecto junto a Etienne Jaumet acaba de publicar nuevo largo, el expansivo “Rituels d’un nouveau monde” (Versatile / ¡Pop stock!, 12), en el que la pareja abandona los inquietantes terrenos synth de John Carpenter, a quien rindieron su anterior referencia, a la búsqueda de un Nuevo Mundo imaginario. Y de nuevo han partido de la improvisación, del directo, de tocar ambos juntos en una misma habitación. Explorar, en efecto. “Siempre encontramos el momento”, asegura Neman sobre la ajetreada agenda que ambos deben compaginar para tener tiempo para Zombie Zombie. Jaumet publicó en 2009 el recomendable álbum “Night call” (Versatile) y Neman compagina su labor en Herman Düne con sus conciertos en solitario. “No nos cuesta ponernos a trabajar aunque estemos mucho tiempo sin vernos. En esta ocasión teníamos ganas de abordar algo diferente. Tenemos una forma de trabajar muy simple, vamos improvisando, probando hasta que encontramos algo que nos gusta y luego construimos las canciones a partir de ahí. Siempre suceden cosas cuando nos ponemos a tocar, así que tampoco es que se trate de un trabajo demasiado arduo, sinceramente”. En esta ocasión la inspiración ya no eran las bandas sonoras relacionadas con el cine de terror, sinó que la intención era tomar un nuevo rumbo y renovar patrones. “Aunque no fuera una idea muy precisa, teníamos claro que queríamos emprender una nueva dirección después del disco de versiones de John Carpenter, en el que de alguna forma cerrábamos un círculo, ya que nuestro primer trabajo también estaba muy influenciado por las bandas sonoras de películas de terror. Así que el primer

paso fue abandonar las películas de terror, aunque seguimos inspirándonos en el cine. Cuando tocas música instrumental tiendes a pensar en imágenes, pero en esta ocasión teníamos en mente cosas como ‘Aguirre’, de Herzog. Coincidió también con una pequeña gira por Brasil, y ahí se nos pegaron esos ritmos exóticos, de los que por otro lado siempre hemos sido muy fans”. De paso, Zombie Zombie reivindican formidablemente cierta tradición musical francesa a menudo ninguneada, la de la electrónica francesa en los años 70. “En aquellos años había muy buena música del estilo en Francia, y es una lástima porque no mucha gente conoce a artistas como Pierre Henry y, de hecho, poner el título al disco en francés es para nosotros una especie de homenaje a todos esos pioneros. Reivindicamos esa herencia”. Esa nueva orientación rítmica también ha supuesto la ampliación del grupo en directo, al que ahora a Neman se le suma un nuevo batería. “Es la única forma de dotar la música de vida”, comenta él sobre su obsesión por interpretar su repertorio en vivo, el verdadero hecho diferencial en el caso de los franceses. “Por supuesto, eso delata nuestros orígenes en el rock y la música jazz; no empezamos tocando con la música electrónica”. Algo que también explica en parte su rechazo, a pesar de inspirarse de forma confesa en el mundo cinematográfico, a usar proyecciones durante sus conciertos, algo increíblemente extendido en el mundo de la electrónica e incluso en el del rock. “En el fondo nos gustaría ser como una banda de punk-rock, sin ni siquiera focos. Lo que de verdad importa es lo que sucede sobre el escenario. Hay suficiente vida en el escenario como para que no tengamos que escondernos detrás de unas pantallas. Tiene sentido cuando estás haciendo música con un ordenador, pero ése no es nuestro caso. El verdadero espectáculo debería ser la gente que está tocando”.


Radian

Electroacústica del siglo XXI

Aunque todavía no haya un disco oficial en el mercado desde su fabuloso “Chimeric” (Thrill Jockey, 09), la máquina vienesa es noticia en nuestro país gracias a una esperada visita dentro del marco del ciclo barcelonés DNIT el próximo 28 de diciembre en el auditorio de CaixaForum, cita ineludible ante una de las mejores propuestas de la vanguardia europea. Martin Brandlmayr, cerebro que ha otorgado el vigor rítmico de las composiciones de Radian durante todos estos años, es también el portavoz de la banda para la ocasión.

Texto

Matías Bosch

P

odría afirmarse que vuestro sonido es único e incomparable. ¿Cuál es el principal discurso en vuestra música? Mucha de la tensión que hay en nuestra música procede de la similitud y la diferencia de los elementos que conectamos. A menudo se trata más de progresiones sónicas que melódicas. Existe un vigente tema de discusión: cuánta libertad en términos de improvisación podemos incorporar a nuestro sistema. Un tema que nos resulta muy interesante. Desde que Martin Siewert se unió a nosotros tras la marcha de Stefan Nemeth el pasado verano, disponemos de un set de directo y muchos pedales de efectos para guitarra. Con este equipo analógico, no podemos salvar las piezas del mismo modo que en digital, así que suena siempre distinto. Ha pasado más de una década desde “TG11” (Mego, 00) o “Rec.Extern” (Thrill Jockey, 02). ¿Hay una progresión lógica hasta lo que “Chimeric” es hoy? No creo que se trate de una progresión lógica tanto como de un desarrollo ‘no lineal’. Cuando comenzamos nuestro proyecto hace 15 años, creo que el principal objetivo era combinar los mundos de la acústica y la electrónica. Hemos estado buscando equivalentes a los sonidos que normalmente se hallan en los sintetizadores, los instrumentos acústicos y viceversa, hasta combinar los resultados para crear un híbrido de música humana y mecánica. “Chimeric” juega mucho con la música rock, aunque la abstracción siga adoptando un papel muy importante. Aunque exista cierta proximidad a los parámetros del rock en piezas como “Git cut noise” o “Chimera”, vuestra intención inicial es manteneros al margen de cualquier estilo, ¿no es así? La principal meta de Radian es dejar atrás la atracción de otros estilos musicales. Siempre hemos querido fabricar entidades abstractas entre lo que suena estándar para nosotros mismos. Yo mismo miro una pieza de Radian como si fuese una escultura. ¿Tenéis la oportunidad de ensayar asiduamente? ¿Cómo trabajáis en el estudio?

Sí, solemos ensayar mucho. Tocamos nuestros instrumentos como una banda de rock e intentamos buscar elementos para nuestros temas. Muchos de nuestros ensayos son sesiones de sampling en los que grabamos un instrumento determinado. Martin Siewert tiene un amplio equipo para efectos y es excelente distorsionando material sonoro a través de ellos. Yo trabajo sobre el material grabado, editándolo, seccionándolo y arreglándolo. Entonces, volvemos a encontrarnos, tocamos encima de las nuevas tomas y Martin Siewert reprocesa parte de ellas. Es difícil escoger entre toda vuestra discografía, pero creo que mi disco favorito sería “Juxtapostion” (Thrill Jockey, 04). Me gustó mucho el resultado final en manos del productor John McEntire. ¿Seguís en contacto con él? Sí, seguimos en contacto. Además es posible que volvamos a grabar con él algún día, quién sabe. Es un gran ingeniero de sonido. Ahora mismo disfrutamos de una situación privilegiada en Viena con nuestro nuevo compañero Martin Siewert. Tiene un estudio maravilloso donde tenemos la oportunidad de crear, grabar, mezclar y masterizar. Tenéis un proyecto pendiente junto a Howe Gelb. ¿Cómo comenzasteis a colaborar juntos? Nos conocemos desde hace diez años. Estuvimos juntos en el tour del décimo aniversario del sello Thrill Jockey. A nosotros nos encantaron sus conciertos y a él los nuestros, así que decidimos hacer algo juntos. Nos llevó otros cinco años hasta que nos encontramos en nuestros estudios en Viena por primera vez y hubo otra sesión un año más tarde. Básicamente preparamos algunos temas y Howe improvisó sobre ellos o se dedicó a reinterpretar sus canciones. El material permaneció en mi disco duro durante años porque decidimos ponernos a trabajar con “Chimeric”. Así que aquí estamos. Nos hallamos en el final del proceso de desmantelar y reorganizar todo el trabajo. Esperamos que esté listo para principios del 2013. ¤ Radian tocarán el próximo viernes 28 de diciembre en CaixaForum (BCN).


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report Andrew Bird

Andrew Bird caballos blancos


“Hands of glory”, a priori, parece una mala idea: un disco en el que se mezclan canciones propias, versiones de Townes Van Zandt, The Handsome Family, Alpha Consumer, y clásicos del country como “Railroad Bill”. Así, sin más. No es de extrañar que el PR de la discográfica se pusiera las manos a la cabeza. ¿Qué diablos haces con ‘esto’? ¿Esto que no es ni un disco, ni un EP, ni un disco de versiones, ni nada a lo que puedas dar una referencia de tres letras en la columna ‘Formato’ del excel?

Texto

Vanessa Pellisa

P

or suerte, “Hand of glory” (Coop-Music as Usual, 12) es lo bastante curioso como para superar las escépticas primeras escuchas y hacerse un lugar por encima de tablas y bases de datos. Oscuro y trágico como ningún otro, este es el tipo de disco que se deja escuchar a todas horas. Un álbum que no lo es y que quizás sea especial por eso mismo, porque no tiene argumento alguno, porque no hay ni nudo, ni desenlace, tan solo una galería infinita de planteamientos y finales abiertos. Canciones de lunas llenas, vaqueros, porches llenos de botellas de whisky vacías y un Andrew Bird cantando mejor que nunca.

Este ha sido un año especialmente productivo para ti. Ahora aparece “Hands of glory”, que se nos presenta como un EP-guía de referencia de “Break it yourself” (Mom + Pop, 12), publicado hace apenas unos meses. ¿Por qué necesita un ‘companion’ este disco? ¿Cómo deberíamos acercarnos a “Hands of glory”? Bueno, yo lo considero un disco en sí mismo, no un apéndice. No hay muchas bandas que saquen dos discos al año, porque las discograficas, sea por lo que sea, no lo ven bien. Por algún motivo que nunca he logrado comprender, se considera un error: como si tuvieran miedo de que no fuera a funcionar, o como si fueras a competir contigo mismo... Se pone un gran enfásis en donde estás en las listas de éxitos o mejores discos del año. A mí, me parece una tontería. En todo caso, y respondiendo a tu pregunta, en un año en el que sacas un disco como “Break it yourself”, en el que das un concierto cada noche, y en el que hay tantísima música a tu alrededor, ocurren fenómenos curiosos, una transformación que ocurre cuando se toca sin parar. Cuando nos pusimos a girar “Break it yourself” pasó ‘algo’ que hacía que las canciones sonaran más sólidas y más sinceras. Así que empecé a recopilar melodías en las que estaba trabajando y algunas versiones que siempre me han gustado para aprovechar esa sensación tan particular. Aparte de esto, las versiones del disco son las canciones que toco para prepararme antes de un concierto. ¿Tocas canciones de otros artistas antes de salir al escenario? Sí. Normalmente, gospel o temas de blues antiguo. En general, toco canciones que me ayuden a concentrarme, a abrir mi voz o, simplemente, a recordar lo que se supone que debería ser hacer música. Son canciones muy sencillas, no hay conceptos abstractos, ni preconcepciones de ningún tipo. Van directas al grano. Te ayudan a conectar directamente con la música, con el hecho de tocar para los demás. Así es como empezó la preparación de este disco, intentando situarme en este marco mental. Hay algo combativo en las canciones de este disco, un cierto inconformismo. En oposición a “Break it yourself” que me parecía un disco más intimista, familiar, de interiores, casero, dígamos; éste es un disco más social, de exteriores, de llanuras y espacios abiertos.Todos los discos, y en particular estos últimos tres álbumes, están relacionados con episodios de mi vida. Son discos personales y tratan temas que me afectan directamente. “Noble beast” (09) es un disco introspectivo sobre la represión, sobre los secretos y cavernas que tenemos dentro. “Break it yourself” habla del proceso de ruptura interna que nos lleva a darnos cuenta que necesitamos a los demás. Durante la composición de “Break it yourself” estaba tratando de resolver esta cuestión, así que es un disco sobre ese proceso, pero no sobre su culminación. “Hands of glory” sigue ese camino, hablando de la autonomía personal y cuestionándola. Como bien has dicho, hay más espacios abiertos, porque también es un disco de gente solitaria, el espíritu es menos familiar. Refleja un proceso constante de introspección y aislamiento, y el deseo de regresar al mundo y recordar por qué nos gusta vivir acompañados. Es una sensación universal, creo. En todos existe esta tensión interna. En estas canciones, más que nunca, el contraste entre la amabilidad del sonido y

la temática dura y profunda de muchas canciones es enorme. Lo que puedo decirte es que convivo con las canciones mucho tiempo e intento grabarlas de un modo en el que siempre puedas encontrar distintos niveles de escucha. Mi filosofía siempre ha sido la del escapista: entra y sal de la canción lo antes posible. Grabo rápido pero pienso mucho. Quizás eso es lo que parece amable a la gente. La atmósfera es cálida, aunque sólo a veces. Nos preocupamos mucho de que el sonido del disco sea cálido. Utilizamos cinta, no grabamos nada digitalmente. La verdad es que siento una cierta aversión por los sonidos digitalizados. Podría ser sólo una cuestión de textura, pero en cualquier caso los temas son muy poco amables. Tu versión de Townes Van Zandt, “If I needed you”, parece reforzar la interpretación espiritual de la canción, frente a la romántica. Un sujeto que interpela a Dios y no a una mujer. ¿Con quién crees que habla Van Zandt? En tu versión el final es más feliz que en la original. Para mí es una cuestión más espiritual. Aunque puede admitir interpretaciones muy diferentes y ciertamente románticas. Elegí esta canción porque me parece tan directa que es única. No hay metáforas de ningún tipo. Es una canción sin muletas. Siempre me he sentido atraído por letras ambiguas, enigmáticas, y aquí no hay nada de ambiguo. Quizás la unica ambiguedad sea la verdadera identidad del interlocutor, ese ‘con quien está hablando’ que me comentas. Me gusta del mismo modo en que me gusta “Oh, Sister” de Dylan. Son letras en las que puedes proyectar todo tipo de ideas porque en algunos aspectos son muy abiertas, pero el mensaje es totalmente directo. Casi te diría que son tan directas que resultan incómodas. Townes Van Zandt no te hace sentir precisamente cómodo, de hecho, creo que es claramente lo contrario. Y lo consigue sin dejar caer ningún cliché y, créeme, eso es muy significativo. Aparte de esta cancón, el disco tiene muchas otras canciones que son siniestras, cargadas de malos presagios y calamidades, así que, de algún modo, “If I needed you” funciona como un antídoto a todo esto. En los últimos dos discos, la imaginería es rural y antigua. El final del disco, el tema “Beyond the Valley of the Three White Horses”, en particular, evoca la imagen de partida de un viajero al caer el sol. Posiblemente, esté relacionado con el entorno en el que me encontraba cuando grabé estos discos. Creo que sé a lo que te refieres. La imagen de despedida, de partida, es muy consciente. Cuando imagino un disco me gusta que el principio provoque una sensación temporal, de inicio de un recorrido, y me gusta acabarlo con la sensación de partida, la imagen de alguien diciéndote adiós con la mano desde el último vagón de un tren. Para mí es muy importante pensar en el efecto del paso del tiempo en un disco. Fíjate en la foto de “Break it yourself”, es una foto de família, una foto que hizo mi abuela. Me gusta porque es una foto llena de expectación, puedes ver como una corriente de fuerza está a punto de hacer acto de presencia, doblando la esquina hacia el presente. Es un momento concreto del pasado, pero está cargado con lo que va a pasar, de anticipación por el futuro. Cuando acabas de escuchar una canción, lo ideal es querer escuchar otra. No quiero que mis discos sean una mera sucesión de ideas. Por eso me gustan tanto estas pequeñas secuencias, estos intervalos entre canciones. Tengo la libertad de escribir “on the spot” así que es algo que me permito a menudo. Escribir secuencias que permiten reflejar lo escuchado y anticipar lo que va a venir. Al llegar al final de “Hands of glory”, uno siente que está frente al trabajo de un hombre satisfecho, de un hombre tranquilo. Eso podría decirse de los dos discos de este año. La sensación, las palabras, son trágicas. Pero, la redención es posible. Al acabar con un solo en directo, con algo tan lejano a la acumulación de ‘loops’ que había venido haciendo hasta ahora, la imagen es mucho más relajada. Para entendernos, satisfecho o no, provoca la sensación de final inconcreto. Es la extraña satisfacción de terminar de leer una novela con un final abierto.


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report China Rats / Jupiter Lion

¡Kowabunga!

China Rats Imagina que abres la boca con una nota en la cabeza y, casi sin proponerte cantar, emites un sonido perfectamente afinado. Potente, hermoso y preciso. Algo así parece haberles sucedido a China Rats, un cuarteto de Leeds de sonido clásico y furioso, que emergió en primavera con el EP “To be like I” (Once Upon A Time, 12), captando enseguida la atención de la BBC, y otras muchas radios de Austria, Suecia o Finlandia. El aullido del rock sesentero ha vuelto a tomar las ondas.

Texto

Albert Fernández

E

ste verano China Rats ya aullaban sobre las tablas de Benicássim. Parece como si los logros de la banda se antepusieran a sus propias aspiraciones. Grez, el carismático cantante del combo, nos cuenta como escalan todos los podios con la despreocupación de sus adoradas tortugas adolescentes y mutantes. China Rats nació hace tan solo un año, y ya estáis en boca de todos. ¿Será porque vuestra historia requería la misma urgencia que se percibe en vuestras canciones? Sí, surgió de esa manera. Empezamos a hacer esas canciones que llevaban un minuto escribir y dos minutos tocar. Nos lo pasábamos bien, y parecía que los demás también, y lo siguiente que supimos era que estábamos en el segundo escenario de Benicassim, ¡fue de locos! Me gustaría evitar la típica pregunta sobre el nombre de la banda, pero confieso que el vuestro es curioso, y lo bueno es que se memoriza sin remedio… Nos encantan las Tortugas Ninja, ¡y el Maestro Splinter es una rata Ninja de la hostia! Ese tipo es una rata china. Resulta que Splinter es en realidad de Japón, pero se quedó lo de China Rats. Algunas de vuestras canciones, como “Take no prisoners”, parecen encontrar sus raíces en el terreno rítmico que proveen el bajo y las baterías, aunque las guitarras arañen constantemente ese equilibrio. Otras, como la trepidante “(At least those) kids are getting fed”, funcionan más como una línea melódica que empieza y jamás daría con su final. Depende de cómo se escriba cada corte. Diría que las canciones más melódicas se escriben acústicamente en casa, Luke y yo dando vida a los versos y al estribillo. Así es como escribimos “Kids are getting fed”. Otras como “Nip in the bud” surgieron con la banda ensayando, así que nos inclinamos por darle algo más de ritmo. No hay un patrón establecido, así que la decisión final se da en el estudio, donde vemos lo que sonará mejor en directo y en el disco.

He leído a Graeme hablando acerca de “To be like I”, sobre esa impresiones enfermizas que se llevan los chicos mirones en los pubs y discotecas, que les llevan a erróneas ideas de éxito inmediato con las chicas. ¿Os pasa eso a menudo? Jajaja. Imagino que nos ha pasado a todos en algún momento. Y no creo que cambie nunca: una vez te tomas unas cuantas copas, te sientes invencible. Sólo hace falta la resaca del día siguiente para darse cuenta de lo tonto que fuiste. Sonáis como una banda de antes, justo cuando la inercia imperante en las bandas actuales es sonar como si fueran del pasado. Ese tipo de identidad musical empieza a sonar demasiado, ¿no es algo arriesgado tomar ese camino tan transitado? Podríamos decir que es arriesgado, pues no estamos reinventando la rueda. Creo que lo principal es que nos divertimos componiendo y tocando, y los demás también parecen disfrutarlo. No hay duda de que progresaremos hacia otras cosas en el futuro, ¡tal vez escribamos alguna canción que dure más de tres minutos! ¿Os sentís como si pertenecierais a otra generación? ¿Os identificáis con la vuestra, o preferiríais saltar al pasado y haber nacido en los 60? Estoy seguro de que todo el mundo saltaría a los 60 si pudiera, ¡era la revolución, amigo! De todas formas, es genial vivir ahora y estar influenciado por las generaciones pasadas. Aunque cuesta imaginarnos consiguiendo algo cercano a lo que se consiguió entonces. En términos de musica, el estilo y las vibraciones de los 60 son intocables. En vuestra web presiden los lemas “No job”, “No money”, “No future”. ¿Es vuestra manera de mostrar compromiso social? Encontramos esa pieza de arte de Marlon de Azambuja después de que escribiéramos “N.O.M.O.N.E.Y” y encajaba con lo que queríamos decir. Creo que el eslogan más significativo de la obra es “No fear”. Cuando eres joven es fácil encontrar desdén en las cosas sencillas. No hay miedo por tu futuro, o donde estarás en veinte años, porque únicamente te preocupas por lo que sucede ahora.


Jupiter Lion Espacio exterior

Formados en Valencia, alrededor de dos conocidos DJs de la ciudad (Sais y Gonzo In Vegas) y de José Guerrero, cantante y guitarrista de los intensos Betunizer, Jupiter Lion han aparecido al final de la temporada, pero desde el principio se han revelado como una de las grandes sorpresas del 2012. La culpa la tiene un excelente disco de debut, cuajado de kosmische y música de baile, que se ventila con voracidad todos los tópicos del género en poco más de media hora explosiva y espectacular.

Texto Foto

Vidal Romero Fernando Gimeno

“A

la idea de Jupiter Lion le llevaba dando vueltas desde hace al menos tres años”, cuenta Sais desde Valencia, “pero no fue hasta principios del año pasado cuando le propuse a Gonzo liarnos la manta a la cabeza. Le enseñé cosas que había hecho, le gustaron, luego él se las enseñó a José, le gustaron también, nos pusimos manos a la obra y aquí está el resultado”. El resultado es un disco sin título, “Jupiter Lion” (BCore, 12), al que no le duelen prendas reconocer la influencia de la kosmische y del space rock: ritmos motóricos, sintetizadores analógicos, cortinas de electricidad estática y muchas capas de ruido y efectos especiales se agolpan en el interior de seis canciones expansivas y cinemáticas, que constituyen una inmejorable carta de presentación. “Es algo que nos sale de manera natural”, reconoce Sais, al respecto de sus influencias. “A mí, en particular, me encantan bandas como Holy Fuck, Death in Vegas, Beak> y por supuesto Neu!, así que imagino que en algo se debe de notar, aunque los instrumentos que utilizamos sean otros”. Instrumentos que consisten en bajo, batería, teclados y cacharrería electrónica, y que estaban decididos casi de antemano. “Desde el principio teníamos muy claro que necesitábamos un bajo para darle calor y nervio humano al proyecto. Con bajos programados funciona, pero no es lo mismo, el resultado es demasiado recto y frío”. Es algo que Sais sabe a la perfección, que para eso lleva un montón de años haciendo bailar a la gente; algo que se nota en el disco, tanto a un nivel de sonido como en la estructura de los temas o en la forma de los ritmos. “Es inevitable”, reconoce. “Tanto Gonzo como yo somos DJs, y eso debe notarse a la hora de hacer las canciones. El beat está siempre muy presente”.

escucharlas de forma obsesiva también forma parte del proceso.

En vuestro sonido parece jugar un papel bastante importante la improvisación. ¿Sois más de estudio o de local de ensayo? Local de ensayo a tope. Solemos comenzar con una secuencia simple de sintetizador, y a partir de de ahí desarrollamos nuestras ideas; de hecho, podemos girar en bucle durante muchísimo tiempo hasta encontrar el camino. Llevarse las grabaciones a casa y

Vuestros temas son más o menos cortos, sobre todo teniendo en cuenta los estándares del estilo, pero tienen una estructura que permitiría estirarlos hasta el infinito. ¿Hacéis esto cuando tocáis en directo? Cuando la situación acompaña estiramos los temas; tengo configurado mi equipo, la parte electrónica al menos, para conseguir una máxima flexibilidad.

¿Cómo fue la grabación del disco? ¿Llegasteis con los deberes hechos, o se tomaron muchas decisiones en el estudio? No hemos utilizado trucos de estudio. El disco está grabado en un día y en riguroso directo; es una condición que exige Pablo Peiró, bajista de Betunizer y responsable de Sountess Studio. Él te prepara la sala, te enchufas, tocas y te graba. A la hora de mezclar, si que hemos hecho algún panorama y ajustado algún volumen de mezcla, pero el resto venía de fábrica. Vuestro disco no abusa del minutaje, es relativamente corto. ¿Se debe a que el repertorio de la banda es todavía escaso, o es que pensáis que es mejor decir poco, pero bien dicho? Tenemos más canciones, pero hemos escogido las que podían completar un álbum sólido, sin relleno de ningún tipo; somos de los que pensamos que es preferible quedarse corto en minutos. En directo lo completamos con canciones que no hemos grabado, y con material de lo que será el próximo disco. Habéis editado el disco sólo en vinilo. ¿Se trata de una decisión estética, o es que se trata del formato que mejor se adapta a la música que hacéis? No tengo claro si es una cuestión estética; lo que sí sé es que el formato cd no nos gusta a ninguno de los tres. A mí, en concreto, que llevo pinchando cds desde hace más de una década, me parece que este formato es una de las mayores estafas del siglo XX.


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report The Joy Formidable


the joy formidable Heal the world Ritzy Bryan, Rhydian Dafydd y Matt Thomas vuelven a mirar al ojo del huracán. El trío de Gales ha tomado la ladera de su escarpado sonido, y desde ahí plantan cara al tornado de ruido que se avista en el horizonte. En “Wolf’s law” (Atlantic / Warner, 12), The Joy Formidable han aguzado su instinto musical hasta dar con la raíz de cada melodía, escalando desde bases orquestales a picos de distorsión. De sus nuevos torbellinos de sonido emerge una grandiosa consciencia por el mundo. El viento soplará, pero ellos van a seguir plantados en la tierra, agarrados a sus mástiles y baquetas. Texto

Albert Fernández

L

a voz afable de Ritzy Bryan se detiene entusiasmada en cada detalle de la historia reciente de The Joy Formidable. La enorme mirada azul de la cantante de la banda ofrece la visión que dibuja poco a poco la ruta que ha llevado a sus nuevas melodías a relentecerse y respirar magnificencia, sólo para después crecer en tensión y acelerarse hasta velocidades hiperbólicas. “Wolf’s law” es un disco mucho más meditado y esculpido que “The big roar” (Atlantic, 11), pero igualmente lúcido y afilado. Al principio sus canciones pueden parecer menos inervadas que las de aquel celebrado mini-álbum, “A balloon called moaning” (Pure Groove, 09), pero en realidad bombean sangre en ebullición. En cualquier caso, la espiral que resuelve el segundo largo del trío se entiende solo tras kilómetros de asfalto y tablas. “Lo cierto es que nos encanta estar en la carretera, ir de gira es nuestro verdadero motor”, empieza Ritzy con su tono fino y anguloso. “Ahora que hemos terminado nuestro segundo disco, sentimos como se abre la excitación de lo que será un nuevo tour. Tenemos que tener las dos cosas: si llevamos mucho tiempo viajando, sentimos el ansia de meternos en el estudio, pero cuando haces un nuevo disco no puedes esperar a tocarlo en directo”. Siendo una banda de tres, en permanente gira, donde dos de los miembros comparten muchas más cosas que la música, la creación debe de fluir constantemente. “Componemos mucho en las giras, pero pasa que en la carretera se da un estilo de vida caótico, así que lo que escribes también acaba siendo algo desordenado. Las canciones de este disco llevan doce meses con nosotros, pero en algún punto necesitamos reflexionarlas apropiadamente. Por eso fuimos a la Costa Este de EE.UU., a un lugar realmente aislado, en la campiña. Allí pudimos contrastar nuestras intenciones, resolver el hambre que había crecido en la carretera”.

DE LOBOS…

En el título del nuevo disco de The Joy Formidable habita el lobo, que sugiere una manera de actuar instintiva, la de un animal. Eso lleva implícito el caos de las giras y la revolución de ideas de que habla Ritzy. Pero también está la ley, esa otra parte donde se busca una grabación retirada tan ordenada y perfecta como sea posible. El instinto se adapta al caos y en algún punto anhela volver al orden. “Sí, se trata de todo eso, desde luego. Hay muchos significados en ese título. Ante todo, ‘Wolf’s law’ es un término científico. Apela a lo que le sucede a un hueso sometido a estrés o presión durante un periodo de tiempo. Es capaz de adaptar su forma, crecer de nuevo o soportar esa presión de manera natural. Es un gran motivo para la composición de este disco. Captura el verdadero sentido de ese viaje personal que lleva a lugares mejores; lleva a curarse, reconectar a muchos niveles diferentes, espiritual y emocionalmente. Nos gustaba que un término científico se convirtiera en un símbolo para el trasfondo del disco. Además, están las alusiones a la naturaleza, y al lobo, claro. Como hijos del norte de Gales, nacidos en un entorno natural, para nosotros todo es una metáfora que plasma una gran parte de quienes somos. Ambos, el concepto científico y el mundo natural conviven en el disco”. En los vídeos de los primeros singles, “Wolf’s law” y “Cholla”, puede sentirse ese peso de la naturaleza. También en la forma trascendente en que se da inicio a esas canciones, que desembocan en grandes crescendos, como sucede en el corte que da título al disco. Si escuchando “The big roar” sentías que te adentrabas en sonidos introspectivos, esta vez parece que esa introspección se da sobre todo el planeta, la Tierra o la naturaleza como un solo individuo. “Sin duda. Creo que, en cierta manera, el álbum estimula a alguien o a algo, a la sociedad, lo que sea, a reconectar con cosas que no vemos, pero siguen en nuestro interior. El mundo natural implica pasión y belleza, pero a la vez es tremendamente cruel. Queríamos retar a la gente a conectar con el mundo natural, apartar esa ceguera y cambiarla por intensidad”. Todo eso da que pensar. Por ejemplo, se suscita la sospecha de algún tipo de

miedo al fin del mundo por parte de la banda. “No, diría que no (risas). Es más bien una oda al disfrute de cada momento. Hay que vivir cada segundo, sea el que sea, con toda la fuerza, corazón y alma. Se trata de saber evocar, ser emocional. El disco teje una crónica de nuestros deseos, y trata de evitar la pérdida de ese deseo de vivir, a partir de nuestras relaciones como banda”. …Y HOMBRES

Ligando todas las corrientes significativas de “Wolf’s law” con el sonido del disco, podemos llegar a explorar las intenciones musicales de este último paso de la banda. La cuestión primordial estriba en qué es más importante para el grupo: la progresión, esto es, el saber añadir algunos cambios a la música entre una obra y la siguiente, o el continuo del sonido de la banda, su identidad esencial. “Creo firmemente que puedes caminar en esas dos baldosas a la vez. Es importante tener esa voz propia de la banda, y desde luego debes tratar de llevarla a otro lugar sonoro. Escribiendo este disco, la banda ha experimentado un viaje figurado, y también real. Poniendo todo en conjunto, sientes que si eres ambicioso creativamente, tu mano alcanzará siempre aquello que buscas. Nos gusta retarnos como banda y como individuos, siempre damos ese empujón creativo que mueva las cosas. Esa es la manera en que empezamos a escribir. Esta vez, muchas de las canciones nacieron del confinamiento con el piano y la guitarra, algo muy diferente a lo que sucedió con nuestro último disco. Así, algunas de las canciones se volvieron enseguida muy sencillas y directas, mientras que en otras desarrollamos melodías rimbombantes y orquestales. Todo dependió de lo que sentimos que necesitaba cada canción, fuimos una a una. Nunca complicamos las composiciones, hacemos lo que sentimos que está bien y es significativo. Si se trata de una guitarra acústica y la voz, adelante”. Esa manera de hacer desemboca en dos ánimos polarizados, desde el vértigo directo y rectilíneo de canciones como “This ladder is ours”, a esa nueva grandilocuencia de “Wolf’s law” o el tránsito de una forma a la otra que se escenifica con “Cholla”. En esta nueva épica sonora, donde a menudo preponderan otros elementos además del muro de sonido y la maravillosa voz de Ritzy, se aporta mucha más transcendencia al resultado. Si antes las canciones siempre crecían, con las orquestaciones y teclados la cosa se desborda. “Hay que tener el tiempo de crecer”, reflexiona Ritzy. ”Se debe juzgar a los artistas a través de la relación de varios discos, no anclarse en una sola cosa. Nosotros ya estamos bastante obsesionados en ver hasta dónde podemos llevar esta banda” (risas). Otra obsesión clásica de la banda es el arte que envuelve sus discos. La carátula de “Wolf’s law”, o los vídeos que han emergido hasta ahora, son otra muestra de ello. “Siempre nos ha apasionado la parte visual. Para el EP y el primer disco Rhydian hizo todo el arte. Creemos que tanto la música como el arte cuentan la misma historia. Cuando escribimos una canción, a menudo sentimos que pintamos un cuadro, vislumbramos esa parcela visual. Para este disco, hemos trabajado con un artista de New York, Martin Wittfoooth, que ha hecho pinturas impresionante y magnificentes, muy ligadas a las canciones, relacionando lo que le inspira a él y el fondo de nuestra música. Estamos muy orgullosos de lo que ha pintado. Nos gustaría tener una vertiente visual para cada una de las canciones de este disco. Va a ser difícil, porque hay mucho material, ¡incluso caras B!”. Curiosamente, las primeras presentaciones de “Wolf’s law” fueron de la mano de la gira conjunta con Muse, que a su vez ofrecía por primera vez en directo su sexto álbum, “The second law”. Una gira con muchas leyes. “Sí, lo sé”, ríe Ritzy. “Nosotros teníamos decidido el nombre del disco incluso antes de acabarlo, desde que escribimos la canción con ese título. Cuando nos enteramos del nombre del disco de Muse, fue muy divertido. Es curioso que esa palabra aparezca en los dos, le da un envoltorio muy peculiar a todo. La gira está siendo maravillosa, estamos encantados que nuestras guitarras y las de Muse atruenen juntas (risas)”.


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report Tracey Thorn / Neil Halstead

Un nueva Navidad

tracey thorn Con Everything But The Girl en barbecho permanente, la carrera en solitario de Tracey Thorn se consolida con un cuarto LP, de nuevo producido por Ewan Pearson, éste de canciones navideñas. No de villancicos porque en “Tinsel and lights” la Thorn versiona algún standard, pero sobre todo canciones oscuras donde la Navidad no es más que un tema tangencial. Texto Foto

Half Nelson Edward Bishop

C

on una celeridad digna de encomio, Ben Watt, esposo, mánager y responsable del sello, nos hace llegar un email con las respuestas de Tracey Thorn a nuestro cuestionario acerca de “Tinsel and lights” (Strange Feeling, 12), un extraño, pero apreciable proyecto de versiones de canciones en las que la Navidad no es más que un tema tangencial. Tracey se atreve con temas de White Stripes, Low, Stephin Merritt, Green Gartside (que también canta), Joni Mitchell, Ron Sexsmith, Sufjan Stevens y Randy Newman y hasta tiene tiempo de colar un par de temas propios expresamente preparados para la ocasión. En realidad este no es un disco de villancicos, sino un recopilatorio de canciones pop sobre la Navidad. Sí, supongo que es una buena descripción. ¿Cómo escogiste las canciones? Hice una lista en diciembre de 2011. Cualquier cosa que mencionara la Navidad, el invierno, la nieve, el hielo o el frío… una lista bastante larga. Empecé a revisarla para ver cuáles podía cantar, de cuáles tenía una idea para los arreglos y así. Renuncié a las que vi que no podía mejorar el original, como “Last Christmas” (un escrúpulo que no tuvo en su día Taylor Swift). ¿Ya conocías todas las canciones o alguien te ayudó en la búsqueda? Conocía la mayoría, aunque un par de ellas aparecieron en la búsqueda. Dije en twitter que iba a hacer un álbum navideño y alguien me envió el link de “Like a Snowman” de Stephin Merritt y le estoy muy agradecido. ¿Cuándo escribiste “Joy” y “Tinsel and lights”, las dos únicas nuevas del álbum? “Joy” el pasado diciembre en un café mientras mis hijos patinaban. “Tinsel and lights” fue escrita hace un par de años y la acabé para este proyecto. ¿Son tus hijos los que cantan en “Joy”? Sí, las dos niñas (gemelas), el niño y Ben (Watt). Todos alrededor de un par de micrófonos. Tuvimos que hacerlo rápido, antes de que los niños (de catorce y once años) se aburrieran. Los niños se aburren muy rápidamente. ¿Y qué hay de la participación de Green Gartside de Scritti Politti? Estamos en contacto desde hace un par de años, planeando hacer algo juntos. Aceptó en cuanto se lo propuse y fue muy fácil trabajar con él.

En la versión en vinilo que edita Merge en Estados Unidos aparece la versión de “25th December” una canción de Everything But The Girl que Ben cantó en “Amplified heart” (Blanco y Negro, 94). Me gusta mucho la versión original y quise versionarla en reconocimiento a Ben. Creí que lo más simple era hacer una versión sencilla, tan solo con guitarra. “Like a snowman”, que Stephin Merritt escribió para las drag queens Kiki and Herb, es casi lo contrario a un villancico tradicional, pero quizás acabe convertida en un estándar. Así lo espero. Es una gran canción, como la mayoría de las de Merritt. Entre todas esas canciones navideñas no habituales, el estándar “Have yourself a merry little Christmas” parece la única concesión a la tradición. Sí, es el momento más abiertamente navideño del disco, por eso está en medio. Quería crear la imagen de alguien sentado junto a la ventana, mirando como empieza a caer la nieve en Nochebuena. Quería hacerlo para demostrar que no se trataba de un disco irónico, es un disco de Navidad muy sincero y sentido. En la letra de “Tinsel and lights” dices “escuchar a Miss America”, supongo que te refieres al disco de Mary Margareth O’Hara. Sí, me encanta. Se refiere a unas Navidades que pasamos Ben y yo en Nueva York con unos amigos, donde estuvimos escuchando ese disco continuamente. Me gusta mucho la versión de “River” de Joni Mitchell en la que usas unos vientos que le dan un aire muy solemne, ¿qué crees que ella pensará de tu versión? Espero que le guste. Quise darle un aire más inglés, hacerlo sonar como una calle principal británica en un lluvioso sábado por la tarde, en la semana anterior a la Navidad, con la banda del Ejército de Salvación tocando villancicos. Háblanos un poco de tu autobiografía, “Bedsit Disco Queen: How I grew up and tried to be a pop star” (Virago, 2013), que se publicará en febrero de 2013. Es la divertida y honesta historia de una chica que creció durante los setenta que, al enamorarse del punk, compró una guitarra y formó un grupo y que, accidentalmente, se convirtió en una estrella del pop, un trabajo para el que nos estaba del todo hecha. Quizás hubiera sido una excelente bibliotecaria, pero aun así se esforzó e hizo todo lo que pudo.


el frío amigo

neil halstead Maestro en las artes de secuestrar el corazón del oyente, acunándolo hasta hipnotizarlo para después compungirlo, el cantautor británico de aires norteamericanos regresa con su tercer álbum en solitario. Un soberbio álbum de numerosas sombras y pocas luces, en el que el espíritu de Nick Drake hace acto de presencia. El otrora líder de los siempre reivindicables Slowdive y Mojave 3 desviste sus fracasos y la necesidad de aferrarse a la creencia de que existe siempre un lugar mejor al que llegar. Texto Foto

David Giménez Andy White

V

eo “Palindrome hunches” (Brushfire / PIAS, 12) como un álbum sombrío y con un nivel elevado de melancolía. Se trata de un disco realmente oscuro. “Hey daydreamer”, en contraste con la mayor parte del resto de las composiciones del disco, es una canción con una fuerte carga de esperanza en el futuro. Pero la mayoría del resto de canciones se debaten entre las relaciones, la adicción, la fe y la pérdida.

escribí esta canción. Trata acerca de la pérdida y el renacimiento, sobre ser joven y viejo a la vez y continuar estando enamorado de la vida, conectando con aquellas pasiones que uno a veces tiene y vive con el mismo espíritu que un niño.

Este nuevo trabajo se acabó de grabar en la sala de una escuela de primaria. Tengo entendido que originariamente no estaba planeado así. Nick Holton, un viejo amigo, tuvo un enorme impacto en la manera en que se desarrolló finalmente la grabación. Consiguió reunir a todos esos músicos y organizar una sesión. Utilizamos la escuela porque nos gustó la habitación y, además, no encontrábamos un estudio que nos acabara de gustar. Trajimos una grabadora, algunos micrófonos y grabamos el disco en vivo en dos días. Me gusta que sea en directo, le otorga un ambiente muy agradable al conjunto. A través del sonido podría decirse que se escucha a la propia habitación como un instrumento o músico más.

“Wittgenstein’s arm” aborda la historia de Paul Wittgenstein, un pianista que perdió su brazo derecho durante la Primera Guerra Mundial. Lo que resultaba realmente interesante para mí era la historia de su familia. Perdió hermanos, uno por suicidio y otro en la guerra, y su familia fue destrozada por la guerra, tanto física como metafóricamente. Es una historia increíblemente triste y potente. Me quedé fascinado por ella. Actualmente se ha hecho muy famoso como pianista manco.

El piano y, sobre todo, el violín tienen gran presencia en el álbum. Este último es un instrumento que nunca tuvo un papel presencial en tus anteriores trabajos. Nunca había utilizado el violín. Comencé a tocar con Ben Smith y me encantó la forma en que encajaba con las canciones. Puede que no me hubiese gustado de la misma manera con otro músico. Lo mismo sucede con Paul Whitty, que tocó el piano. Las piezas sonaban a la vez tan sencillas y hermosas que resultaba difícil imaginar las canciones sin ellos. No puedo dejar de escuchar “Full Moon Rising”, una canción extremadamente hermosa y delicada. ¿Habla de la búsqueda personal? ¿De encontrar una manera de encajar en este mundo? Tenía en mi cabeza a una persona en particular cuando

¿Es necesario el error? Creo que siempre es preferible haber amado y perdido que nunca haber amado, ¿no?

Insisto en que tus canciones siempre están rebosantes de calidez incluso cuando tus letras son muy oscuras. ¿Le otorgas esa propiedad porque es la manera que tienes de enfrentarte a la desazón? Creo sinceramente que la vida a menudo puede resultar agridulce. No estoy seguro de si mis canciones son cálidas pero me alegro de que te hagan sentir así. Es importante para mí que la música no se aliene, que no pierda aquello que el público pueda sentir, para que la gente pueda abrazar cada canción y sentirla suya, mucho más cercana y humana. Si analizamos tu discografía en solitario podría decirse que en tu música menos es más. En tus discos podemos encontrar numerosos espacios y huecos donde cobijarnos y ocultarse. ¿Qué razón hay en ello? Para mí, tocar es una forma de llegar a alguna parte mentalmente, un lugar en el cual tengo la posibilidad de empezar a escribir. El espacio físico desaparece en un sentido. Eso es lo mejor de tocar música, es un acto de desaparición. Voy desapareciendo lentamente.


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report How To Dress Well

How To Dress Well Un tipo hundido


El título y la portada nos ponen en guardia ante un segundo disco ‘funerario’ de Tom Krell como How To Dress Well. Sin embargo, las repetidas escuchas de “Total loss” permiten vislumbrar una tenue luz al final del lóbrego túnel, un rayo de esperanza que el propio autor identifica como “la felicidad es vivir a través de la melancolía”. La aceptación de la pérdida y la derrota ya es un triunfo en casa de Tom Krell porque, sencillamente, todo empieza a mejorar cuando ya has tocado fondo.

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Half Nelson Jesse Lirola

T

om Krell es de esos compositores de los que te alegras de que la vida le vaya mal. Ya la lió con “Love remains” (Lefse, 10) y a fe mía que se supera en este “Total loss” (Weird World / PIAS, 12) donde su R&B extraño, esquivo y experimental (aunque él reniegue de la etiqueta) le convierte en un compositor e intérprete de primer orden y con una superioridad insultante: a diferencia del 150% de los compositores de R&B (y no digamos ya de los intérpretes), Tom Krell se cree sus propias canciones. Pretende mantenerse alejado emocionalmente de ellas, ser un compositor ‘profesional’ y desapegado, pero a lo largo de la entrevista no duda en confesar que su relación con sus canciones depende absolutamente de su relación con las situaciones en ellas descritas. Pese a una conexión telefónica infernal con un móvil sueco mientras Tom Krell y su banda cruzan Dinamarca en furgoneta, el diálogo con el de Denver, que ya vuelve a residir en Estados Unidos después de vivir en Colonia donde se dedicaba a traducir a Kant, es fluido y amable. Poco a poco, Krell va ganando confianza y acaba preguntándome mi opinión pormenorizada sobre las diferentes canciones del disco, pero al inicio, es obligado aclarar dudas acerca del título de su segundo disco. “Durante los dos últimos años he pensado mucho acerca de cómo vivir y ser feliz y positivo, incluso cuando constantemente nos enfrentamos a la pérdida. Pérdida de la juventud, de la belleza, de los seres queridos, de los amigos… Así que el disco va de cómo afrontar la pérdida total de algo que sabes que no va a volver. Para mí la felicidad es sobrevivir a través de eso. ‘Love remains’ era un disco melancólico y ‘Total loss’ va sobre recuperarse de la melancolía, negociar con ella y conseguir llevar una vida vivible. Sería como el otro lado de la melancolía, lo que hace que el sonido sea menos pesimista”. Además, “‘Love remains’ era una recopilación de canciones, aunque estaban escritas en un período de tiempo bastante breve. En cambio, las de ‘Total loss’ están escritas a lo largo de más de dos años, pero el disco me parece una obra mucho más coherente porque he tenido mucho tiempo para trabajar las canciones y crear vínculos entre ellas a nivel lírico y melódico”. Ya vemos que para Tom Krell la vida que se refleja en sus canciones es poco menos que un infierno, pero ¿cómo es su vida en realidad? “Este no es un disco confesional en el sentido de un tipo con una guitarra acústica cantando sobre su vida, pero sí que habla de cosas personales que cualquiera puede experimentar. Lo personal se convierte en universal en un determinado momento, pero no lo llamaría confesional”. Sin embargo, esa conexión personal con sus canciones es tan fuerte que le llevó a desechar un disco completo. “La única canción que está en ‘Total loss’ es ‘Ocean floor for everything’, el resto lo descarté porque era demasiado pesimista. No quería volver hacer un disco triste. De todos modos, voy a recuperar algunas canciones con diferentes arreglos para algún próximo lanzamiento. Las escucho ahora y ya no me parecen tan terribles, entonces estaban demasiado cercanas a mi corazón”. En los créditos de “Total loss” destaca, por primera vez, la presencia de un productor auxiliar, Rodaidh McDonald (The xx, Adele, King Krule…), que le ha ayudado a dar un aire más profesional a su sonido. Sin embargo, parece que esta cuestión hiere su orgullo. “Trabajé en el disco en solitario durante diez u once meses y trabajé con Roddy McDonald sólo unas tres semanas. Fue él quien se puso en contacto conmigo. Me dijo que estaba muy interesado en trabajar en mi disco y que lo haría gratis. El disco estaba prácticamente terminado, pero dije ‘¿por qué no?’ El trabajo que hicimos fue más de detalle, añadimos momentos más dinámicos, grabamos algunas voces con mejor calidad… Me pregunto si alguien que no estuviera allí sería capaz de notar la diferencia”. Sin embargo, sus recelos iniciales remiten al contemplar el resultado. “Fue una gran experiencia porque él estaba totalmente dispuesto, sin ningún tipo de ego. Me ayudó a hacer cosas que quería pero no sabía hacer. He aprendido mucho, creo que volveremos a trabajar juntos, pero por mi método necesito pasar mucho tiempo a solas con mis canciones, desarrollar una relación con ellas, hasta que tengo suficiente confianza para aceptar la opinión, la ayuda, de otra persona”. También se aprecia una menor opacidad en las letras de Krell, sin dejar de ser bastante vagas y hasta confusas. “Quizás las letras parezcan más sencillas, más

fáciles, más abiertas, aunque creo que la mayoría de la gente va a seguir sin saber de qué estoy hablando. No fue algo premeditado, simplemente me di cuenta durante la grabación del disco. Ya lo comenté en mi blog, no quiero ser demasiado claro en mis letras, prefiero que sean más expresivas que descriptivas, pero todo el proceso me llevó hacia unos textos un poco más claros”. Contra ese leve acercamiento en las letras se alza el alejamiento en el sonido, sobre todo en lo referente a la voz. La voz de Krell aparece sepultada en la grabación, tan lejana que en temas como “Struggle” se diría que suena en una (oscura) habitación contigua. “Es cierto, es absolutamente premeditado, gracias por haberte dado cuenta de que no es un error en la masterización (risas). Supongo que todavía me considero un músico experimental para el que la voz es el instrumento más importante. Lo mío es experimentación a partir de la voz, no a partir de la electrónica como Prurient (Ian Dominick Fernow, el hombre tras el sello Hospital Productions y el proyecto Vatican Shadow). La voz tratada de maneras muy diferentes, con diferentes efectos. En la primera canción del disco ‘When I was in trouble’ la voz aporta un elemento de claridad en un entorno confuso; mientras que en ‘Struggle’ la voz lucha para encontrar su lugar dentro de la canción. Es casi como una performance, la voz, el intérprete se esfuerzan en entrar en una canción, en un ritmo, en unos arreglos que los están expulsando. Hay una serie de asunciones totalmente banales sobre cómo debe grabarse la voz en un contexto pop y de música conservadora. Desde un punto de vista de vanguardia, que es lo que yo intento hacer, todas esas asunciones deben subvertirse. Las voces al principio de ‘Say my name or say whatever’ provienen de un documental llamado ‘Streetwise’ (Martin Bell, 1984; con música de Tom Waits), que sigue las vidas de una serie de chicos muy jóvenes que vivían como indigentes en las calles de Seattle. No sé muy bien qué tipo de canción es esa ¿Qué opinas tú?”. Le digo que me parece una pieza de influencia ambiental con un loop circular que la acerca más a la música clásica contemporánea que al pop. “Sí, es un ritmo circular, que no suele darse en la música pop y los sonidos son más bien ambientales, pero para mí, y ya sé que no suena así en absoluto, esa canción suena a Natalie Merchant o a Tracy Chapman: tiene una sensibilidad folkie que quizás sólo yo soy capaz de vislumbrar”. En torno a todos esos sonidos que parecen proceder de oscuros rincones, de esa producción esquiva y atenta al quejío emocional y a las tinieblas sónicas le pregunto por Burial y Balam Acab ya que creo que su música podría formar un extraño (aunque nunca equilátero) triángulo con ellos, pero se me escapa por la tangente del R&B. “No estoy muy familiarizado con su música, pero sí que estoy al tanto de una especie de pop de vanguardia que está ahora mismo en marcha. Me molesta que se me considere un artista de R&B. Quizás tenga alguna influencia en mi manera de cantar porque escuchaba a Smokey Robinson o a Janet Jackson, nunca a Nirvana o a Green Day”. Aunque también sabemos que durante sus años de formación se dedicaba principalmente a la música instrumental. “Ahora estoy trabajando en algunos temas instrumentales de cara al próximo disco. Me pregunto qué significa que vuelva a interesarme hacer música puramente instrumental después de tanto tiempo dedicándome sólo a la voz (aquí es donde Krell se engaña, porque su música, a pesar de que él insista en la preponderancia de la voz, es un conjunto en el que también son muy importantes los arreglos), pero aún creo que el poder espiritual de la voz humana es el principal motivo de mi música y va a ser muy difícil que publique temas totalmente instrumentales, porque siempre me parecerían incompletos”. ¿Y qué hay de producir a otros cantantes? “No es algo que me interese en este momento. Por supuesto, que he soñado con grabar con determinados cantantes, pero ahora mismo lo único que tengo en mente es un proyecto a medias con Jamie Stewart de Xiu Xiu. No será una colaboración, sino un nuevo proyecto con un nuevo nombre… que todavía no te puedo decir (risas). Va a ser muy divertido, en primer lugar porque nunca he tenido a otro cantante en mis discos. He trabajado con otros cantantes o raperos en remixes o en otro tipo de colaboraciones, pero nunca en un lanzamiento puramente a mi nombre. Si tuviera que escoger un artista con quien grabar diría ¡¡Janet Jackson, sin ninguna duda!! No sé cómo sería colaborar con ella, si habría feeling entre nosotros. Me temo que nunca dejará de ser un sueño”.


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retrospectiva Meat Puppets

Meat puppets Básicos Tras pertenecer al mítico sello SST, haber sigo testigos directos del grunge y resurgir de las cenizas en 2006 después de una prolongada separación, por fin podemos celebrar la esperadísima primera visita de los americanos, que recaerá en distintas ciudades durante la segunda mitad del mes de diciembre.

Texto Foto

Matías Bosch Jaime Butler

L

a coyuntura nos insta a rememorar algunos de los momentos clave de Meat Puppets. Aunque la amplitud de su historia sea tan vasta que no quepa en un par de páginas Curt Kirkwood, vocalista, guitarra y líder de la banda, es el encargado de responder a un cuestionario que pretende ofrecer un repaso a su dilatada trayectoria musical. Un breve recorrido sobre una leyenda que se ha mantenido viva desde la más estricta independencia, superando todo tipo de baches en su andadura.

Recientemente vi un vídeo promocional de YouTube subido por la tienda de discos de San Francisco Amoeba en el que cada uno de vosotros enseñáis vuestras compras. Me pareció divertido ver lo distintas que vuestras inquietudes musicales pueden llegar a ser. ¿Podría vuestro último disco “Lollipop” (11) entenderse como un mosaico estilístico? Creo que es justo decir que es el resultado de cualquier tipo de música que nos parezca interesante.

Después de un itinerario musical de más de 30 años, ésta va a ser la primera vez que venís a territorio español. Me gustaría comenzar preguntando por qué. Creo que es cosa de nuestro agente y de los promotores locales. Ésta es la primera vez que se nos ha ofrecido actuar… No tenemos mucho que decir respecto adónde tocamos, sino quienes nos ofrecen tocar.

A menudo me vienen a la mente ecos de Captain Beefheart en vuestras canciones. Algo similar me ocurre con vuestros excompañeros de sello Minutemen ¿Cómo ha afectado la influencia de Don Van Vliet sobre vuestra música? Su influencia fue enorme. Me enseñó a pensar en la música como escultura. Fuera de cualquier género. Consigue sonar de una manera placentera o irritante o de la manera que tenga que ser. No existen limitaciones en su música y es muy disfrutable. No ha habido nadie como Beefheart.

Muchos de vuestros fans españoles siguen escuchando vuestros primeros trabajos. ¿Cómo recuerdas los años en SST después de este largo periodo de tiempo? Con mucho cariño. Había mucha gente implicada en el sello por aquel entonces y muchas de las bandas eran amigos nuestros. Seguimos tocando muchas de aquellas canciones. ¿Os cogió por sorpresa el éxito de “Too high to die” (94)? ¿Qué significado evocan para vosotros aquellos días? Sí, nos sorprendió. Habíamos estado de gira durante muchos años y estábamos acostumbrados a cierto nivel de éxito, pero esto fue diferente. De repente todo el mundo nos amaba… Fue un torbellino de actividad muy distinto a la de tocar en directo. Mucha promoción y todo el día haciendo otras cosas aparte de la música. Ganábamos mucha pasta, pero entonces dejamos de ser capaces de trabajar porque estábamos más por la fiesta y el holgazaneo. ¿Alguna vez os habéis sentido como parte del fenómeno grunge? Tocamos en la mayoría de los conciertos del fenómeno grunge y nos cogieron en medio de él. La prensa siempre ha escogido ese estilo para nosotros y ese era el estilo en el que se nos mencionaba por aquel entonces. Nosotros siempre pensamos que no éramos más que una banda de rock. Hablemos de vuestra reunión del 2006. Después de los problemas con las drogas de tu hermano Chris, ¿fue difícil volver a trabajar juntos? Simplemente dejamos el pasado a nuestras espaldas y continuamos adelante. Fue bastante sencillo porque Chris y yo somos hermanos. Nos conocemos bastante bien. Aparte de los problemas del pasado, ¿cómo es la relación con tu hermano en cuestión de creatividad? ¿Ha cambiado algo con el paso de los años? La verdad es que no ha cambiado mucho. Todavía nos encanta tocar juntos y la chispa creativa parece ser la misma que siempre fue. Tocamos lo que queremos y no nos comemos demasiado la cabeza. Siempre ha sido así.

Como testigos a través de los años, debéis estar especialmente preocupados por los cambios en la industria musical que han acontecido tras la crisis. ¿Cuál es tu visión personal sobre ello? Siempre ha sido muy duro. Intento permanecer ahí y hacerlo lo mejor que puedo. Yo me metí en esto porque amo la música y me encanta tocar, así que siempre he intentado ignorar la parte comercial de todo ello. ¿Cómo escoges los temas que van a sonar en cada uno de tus shows? Depende mucho de lo que llevamos ensayado en cada momento. Si queremos tocar una canción vieja y no hemos tenido tiempo para repasarla, entonces significa que no estamos de suerte esa noche. Tengo una memoria terrible a veces… Dependiendo de la recepción de vuestro público, ¿soléis improvisar sobre la psicodelia en vuestros directos? Solemos hacerlo, indiferentemente de si la audiencia nos sigue o no. Con frecuencia dejamos que ocurra. La improvisación es de lo que más me gusta de los directos. Sé que hay un disco preparado para el mes de marzo. ¿Puedes adelantar algunos detalles sobre él? Todavía sigue sin título. Lo grabamos en los estudios Yellow Dog de Austin. Es bastante distinto a “Lollipop” en mi opinión, sin tanta variedad estilística. Hay muchas guitarras.

¤ Meat Puppets tocarán los próximos 19 (Planta baja, Granada), 20 (El Sol, Madrid), 21 (Le Club, A Coruña), 22 (El Gordo, Santander) y 23 de diciembre (Sidecar, BCN).


Tres discos clave “Meat Puppets II” SST, 84

Dejando atrás la contundencia efervescente del primer disco homónimo, Meat Puppets volvían con un trabajo mayúsculo, como tocados por un ente divino que les hubiera otorgado el poder de la genialidad de la noche a la mañana. Sin traicionar al sonido de la escudería SST, entregaban doce cortes en los cuales no sobra nada: guitarras angulosas, melodías imposibles y estribillos surrealistas. Tuvieron la genial idea de mezclar el folk ácido con el punk-rock y les salieron perlas atemporales como “Plateau”, “Lake of fire”, “Aurora Borealis” o “The whistling song”, la producción del legendario Spot hizo el resto. Disco perfecto para llevárselo a una isla desierta.

“Too high to die” London, 94

En pleno apogeo del grunge, los hermanos Kirkwood endurecían su sonido con un Bostrom aporreando tambores como nunca. Mientras la enérgica “We don´t exist” se convertía en un combativo juvenil, ellos firmaban para el sello London, comenzando una etapa de éxitos que vendrían secundados por el apoyo oportunista de la MTV. Lo que nadie podía imaginar es que los gloriosos riffs de “Backwater” pudieran llegar a sonar en la radio-fórmula americana, pero ocurrió meses más tarde, inmediatamente después de que Kurt Cobain se los llevase de paseo por la fama y tuviesen la gran oportunidad de forjar la leyenda que quedaría inmortalizada en el “Unplugged in NY” de los propios Nirvana. Con lo que caería después en el seno de ambas formaciones, la elección del título “Too high to die” parece una especie de broma macabra.

“Rise to your knees” Anodyne, 07

Calma tras la tormenta. Los pájaros que canturrean en la épica “Fly like the wind” contrastan con la advertencia en los primeros versos de Curt: “You can run / But you´ll never get away from the smell of the garbage”. Los hermanos Kirkwood se reunían tras una larga temporada de separación, con años luchando contra la adicción a las drogas y con la extraña sensación de que el peligro les esperaba en cada esquina. “Rise to your knees” suponía un celebrado retorno y una segunda oportunidad que no quisieron despreciar. Una renovación que se traducía en sobrias piezas repletas de belleza: desde cristalinos arreglos de banjo en “Tiny kingdom” hasta los feedbacks atormentados que revolotean en círculos sobre la atmósfera de “Vultures”. Nueva era que más tarde traería consigo los consecutivos trabajos para el sello Megaforce, “Sewn together” (09) y “Lollipop” (11). Todos contentos.


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discos

La selección Jäger

discos Crystal Castles “(III)”

Disfruta de un consumo responsable 35o

Polydor / Universal

Anstam “Stones and woods” 50 WEAPONS / ¡POP STOCK!

Techno experimental. Ruge la marabunta. La procesión de beats, capas de sintetizadores, bajos con enjundia, bases tintineantes y chasquidos electrónicos se arrastra, llega de camino, viene a poseerte, porque ya está dentro. Anstam organiza una marcha de sonidos que traza el dibujo de una locura deseable, anhelada. Este soliloquio sonoro del hermano renegado, demente de síncopas y sincronías, funciona como la banda sonora de una neurosis. En el segundo álbum de Lars Stöwe, asistimos al interior de su mente digital, donde cada corte suena como acompañamiento de un proceso metabólico, y el artista alemán opera de gran catalizador de rutas ambientales. El producto resultante no está destinado a producir placer inmediato, sino más bien un escalofrío sísmico en el espinazo, que en ocasiones deviene verdadero estallido de nervios. A este nivel, “Morning shiver down the black wood river” pasa de un primer latido de inquietud y ambientación desasosegante a un ciclo circadiano de sonidos atractivos. Precisamente, la vía musical de Anstam se significa por el cambio y la adición. Las cadencias marcadas de “Hope’s soliloquy” servirían para volver loco a un hombre, si no crecieran para llegar a

otro sitio. El rebotar de su percusión obstinada, repentinamente erizada por un sintetizador que sobrevuela el área en fase de alerta, unida a unos acordes desnudos de bajo y guitarra, acaban por completar un viaje ascendente, grandioso. Lo mismo “Me and them”, que se sostiene en un desinhibido engranaje de cacharrería y voces reverberantes, para desligarse luego como plastilina, o “Shoulders” que vira de lo subterráneo a lo tribal: estas canciones demuestran que aquí todo empieza rígido y poderoso, y pronto se revela elástico y lisérgico. Si “Dispel dances” era un viaje hacia lo desconocido, “Stones and woods” es la letanía insondable de quien se sabe perdido en pensamientos. Esa otredad agazapada en cada pieza es la que confiere el verdadero valor al universo en expansión de Anstam; un lugar donde, paradójicamente, todo permanece en continuo movimiento. Albert Fernández

Baile apocalíptico. El fin del mundo llegará el 22 de diciembre y ya tenemos banda sonora para el evento del año, el día en que el centro de la Tierra hará pum y nos ahogaremos en vendavales de fuego y azufre y moriremos angustiados anhelando que a nuestro epitafio le preceda una almohadilla. Ese día llegará, amigos, y en todos los cementerios habrá una rave infinita en la que sonará el “(III)” de Crystal Castles a toda pastilla y derrumbará montañas y derretirá icebergs y a todos nos importara una mierda porque estaremos muertos o demasiado ocupados fotografiando los ríos de lava en Instagram con filtro Toaster, como echando ya de menos nuestra propia muerte inminente. El fin del mundo se acerca y a veces uno piensa que, joder, nos lo merecemos. Pero eso es harina de otro costal. La cuestión aquí es que si hay una voz que hable de todo esto, sin llegar a verbalizarlo, es la de Alice Glass, la de Crystal Castles. Esas atmósferas esquizofrénicas y opresivas que lleva tejiendo el dúo canadiense desde 2005 cobran ahora más sentido que nunca. La histeria, la angustia, la melancolía, la desesperación… Todas las sensaciones están llevadas al límite pero también extrañamente templadas en este tercer trabajo que resulta en una mezcla descoyuntada de Salem, Grimes y araab-

MUZIK y que, sorprendentemente, funciona. Lejos queda ya el 8bit de su debut, pero sí que permanece el espíritu punk de su segunda entrega en una actitud que desafía a todo y a todos. La tercera transformación de Crystal Castles, que parecen tener aversión a la repeticion, nos trae una colección de himnos trance desde las cavernas, unos paisajes neblinosos y pantanosos que hacen las veces de pista de baile para zombis hambrientos de carne cruda. Y crudeza encontrarán en este disco, que se construye alrededor de un sonido a la vez agresivo y escapista, que te estampa un pedazo de cerebro muerto en la cara mientras te susurra, como Alice en “Kerosene”, que “te protegerá de todas las cosas que ha visto”. Y Alice ha visto cosas que no creeríais: ha visto una bolsa de plástico gigante asfixiar a la humanidad en “Plague”, a una legión de robots inteligentes aplastar a sus creadores con sus brazos mecánicos en “Insulin”, la ira de dios bajando del cielo en forma de catástrofe natural o reelección política en “Wrath of God” o esa nana perversa que es “Child I will hurt you” sonando de fondo mientras una madre acuna a su hijo medio muerto en una manifestación en la Primavera Árabe, como en la inquietante foto de Samuel Aranda que ilustra la portada. Virginia Arroyo

un álbum fascinante, que pivota entre la elegancia y la amenaza perpetua. Si en “U.R. Sound” es la voz de Tim Leary la portadora de presagios, en el resto de temas Sherwood usa cuerdas y pianos o la incursión de frecuencias extrañas para alimentar una inquietud alienante. La banda sonora para la (lenta) caída del reino. Joan Cabot

el disco avanza y va virando hacia formas más ambientales, en las que las cámaras de ecos añaden grosor a los fondos, los ritmos tienen cada vez menos presencia (o incluso llegan a desaparecer) y las melodías adquieren tintes cinematográficos. Tintes, eso sí, que siempre remiten a una estética de serie B (en pistas como “Stone circle maze” o “Wheels of time” las citas a Carpenter son más que evidentes), la excusa perfecta para dar forma a todo un catálogo de mundos distópicos, en los que Ilar parece sentirse más a gusto que en ninguna otra parte. Y bien que hace, porque mientras produzca temas tan grandes como “Spiral”, ese tour de fuerza con el que se cierra el disco, seremos muchos los que queramos seguir escuchándole. Vidal Romero

Anders Ilar “Elva” SHITKATAPULT

Ape School “Junior violence” HOMETAPES

Adrian Sherwood “Survival & Resistance” Warp / PIAS

Dub. Teniendo en cuenta todas las posibilidades del dub a la hora de generar voltaje, sorprende que Adrian Sherwood, inspirándose en la situación sociopolítica actual y, especialmente, en las revueltas de Londres en 2011, haya creado un álbum de tono tan pesimista e incluso melancólico. Más que un disco de lucha, “Survival & resistence” destila un profundo pesar y una tristeza paralizante, como si sólo se pudiera afrontar la batalla desde la constatación de que los ideales sobre los que construimos nuestro mundo se fueron a tomar por saco hace ya demasiado tiempo. Perro viejo, Sherwood logra construir en torno a ese sentimiento

Ambient techno. Pasan los años y los discos (“Elva” es el decimoprimero en su cuenta particular), pero el sueco Anders Ilar permanece fiel a su particular concepción del techno. Un ambient techno que hunde sus raíces en esa escuela, rugosa y esquinada, que se hizo popular durante el cambio de milenio, que añadía a la mezcla partículas de IDM y electro (los hijos putativos de Autechre, para entendernos), y solía mostrar preferencia por los ambientes oscuros y opresivos. “Elva” insiste en recorrer ese camino de sombras desde el principio, desde un “The iron door” de sonido acerado y musculoso, que es más techno que ambient y que mezcla bajos gordos como sandías, polirritmias laberínticas, melodías cruzadas y todo tipo de poluciones sonoras. Una manera de hacer que va relajándose a medida que

Psychopop. Vamos. ¡Un brindis por la rareza asimilada, por el circo de música lisérgica, por la alienación autoimpuesta! Sí, choquemos copas por la bravura de Michael Johnson, por esos nudos melódicos que sabe atar con finura difusa, por sus melodramas sintéticos, la rimbombancia de las percusiones, sus guitarras tratadas y los latigazos romos de sus sintetizadores. Bajo el nombre de Ape School, Johnson se ha convertido en un maestro de la pista: con sólo activar la caja de ritmos que da inicio a “A new low! It sucks itself!” es capaz de hacer caer confeti a cámara lenta dentro de nuestras cajas torácicas. “Junior violence” no será el disco más recordado de la década, o del año, y ni siquiera del mes, pero puede elevar tu semana a la gloria invertida del fracaso or-


Roc Marciano “Reloaded” Decon

gulloso. Este chico de Philadelphia está encantado de hacer canciones por su cuenta, después de haber tocado con War On Drugs, Nightlands, Daedelus, Pattern Is Movement, y The Phenomenal Handclap Band, entre otros, y ahora que prácticamente todos han olvidado su primer álbum homónimo, editado en 2009. Puede que ni siquiera yo lo recuerde la semana que viene, pero lo cierto es que ”Junior violence” conjuga un cancionero eterno, una maraña de psicodelia shoegazer lo-fi servida entre brumas y cantada con desafección sencillamente maravillosa. Este es un disco que tiene purpurina (“Cocaine & guns ASAP”), que celebra las drogas de manera recurrente (“Marijuana’s on the phone”); un disco que hace que las luces empiecen a parpadear y todo se vuelva borroso (“Dirty money”), salteado de sensacionales baladas cósmicas y post-adolescentes (“Beneficiary (Don’t blame me)”, “Weak in the teeth”). Con ese título tan brutal y naíf a un tiempo, “Junior violence” es una oda al fracaso cotidiano, el acompañamiento perfecto para los perdedores encantados frente a su estantería de raras avis. Albert Fernández

superficie líquida y corazón melancólico, que se pliega a esa mezcla entre guitarras folk, arreglos psicodélicos, mantos de sintetizadores analógicos y efectos especiales que Kember lleva refinando desde los tiempos de Spacemen 3. Una fórmula que le sienta como un guante a la manera de cantar de Porpora, uno de esos tipos que parece que va a exhalar su último aliento cada vez que abren la boca, y que escribe canciones que avanzan al ralentí, desgajando brumas lisérgicas a su paso (“Walking in the desert”), bañándose en una luz misteriosa (“She went walking in the rain”, la preciosa “Someone else”) o encajando su compás al de un flanger infinito (“February blues”). Que se visten con cuerdas de seda (“Let me follow you down”), citan a viejas glorias del folk primitivo como Pentangle o Hoagy Carmichael, y sólo utilizan percusiones en “Couldn’t do”, una pieza que viene a ser como un tema de la Velvet Undergound, pero sometido a un proceso de licuefacción, y que se erige como la cumbre climática de un disco sobresaliente, que está llamado a convertirse en el gran fetiche de este invierno para los chicos tristes. Vidal Romero

Balmorhea “Stranger”

Chacho Brodas “Prozak”

Western Vinyl / ¡Pop stock!

Del Palo

Post-rock. ¿Título premonitorio quizás? El nuevo disco de la banda de Austin, Texas, puede resultar extraño para sus seguidores, un vuelco dentro de su discografía. La aproximación neo clásica al post rock desde la música de cámara que encontrábamos en sus anteriores discos adquiere ahora cierta urgencia, se electrifica dando un mayor protagonismo a la guitarra, cada vez más cerca del post rock y más lejos de una agrupación neoclásica. Los arreglos electrónicos y las cuerdas de “Artifact” son una clara muestra de este viraje, como también el inicio del álbum con “Days” y la delicada “Masollan”. Sin embargo la ruptura con el pasado no es tal, todavía quedan puentes entre el pasado y el momento actual, que aún se mantienen en pie, como “Pyrakantha”. Parece pues que se trata de un viaje en busca de nuevos horizontes. Está por ver si “Stranger” será el destino final o quedará como una etapa de ese viaje. Mientras lo averiguamos, disfrutemos con este nuevo disco de los tejanos. Javier Burgueño

Hip hop. A estas alturas, esperar una producción de gran altura en un disco de Griffi es algo, casi diríamos, previsible. Pero con este tercer disco al frente del colectivo Chacho Brodas, el de Terrasa se ha superado, buceando por estilos y bucles sin límites, de manera libre y abierta, a veces contundentemente y a veces de manera más abstracta pero siempre solvente y en ocasiones sorprendente. En el aspecto lírico, la cosa deja algo más que desear, Kunta K y Anqui caen demasiado en los tópicos habituales: rescatamos “Coco y plátanos” y “Mainstream”, uno de los grandes hits del disco, con Tote King al micro. Con ese groove marca de la casa, y unos samples que van de lo elegante a lo sucio, de lo estilizado a lo agresivo, Griffi saca adelante otra gran referencia a su trayectoria, que le confirma, como si hiciera falta, como una referencia absoluta dentro del panorama nacional. Jesús Sáez Chilly Gonzales “Solo piano II” Gentle Threat / ¡Pop Stock!

Cheval Sombre “Mad love” SONIC CATHEDRAL

Space rock. La suerte del neoyorquino Christopher Porpora (hasta entonces un poeta más bien desconocido) cambió el día que mandó una maqueta con varias canciones a uno de sus particulares héroes de la adolescencia, Pete Kember, y éste decidió adoptarlo artísticamente. Desde entonces, le ha producido un disco y varios singles, y le ha presentado a un par de compañeros de correrías: Dean Wareham y Britta Phillips. Son ellos tres, con el añadido de Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser (ambos en MGMT) los que ayudan a Porpora a dar forma a “Mad love”, un segundo disco de

Piano pop. ¿Qué hacía de “Solo piano” (No Format, 04) un disco tan especial? Al fin y al cabo estoy convencido de que deben aparecer cada año discos similares procedentes de la música clásica, ejemplos de virtuosismo pianístico con cierta sensibilidad pop que, sin embargo, no consiguen recibir la atención y la trascendencia que sí recibió el canadiense. Quizás sea porque, en el fondo, en el pop la percepción lo es todo y de alguna forma el excéntrico pasado musical de Gonzales dotaba a “Solo piano” de un aura especial, convirtiendo el disco, contra todo pronóstico, en su trabajo más celebrado y probablemente trascendente. Arriesgándose de nuevo, tomando una decisión que podría interpretarse como mero interés tras su fa-

Hip hop. “Marcberg” sacudió los empastes de los adictos al hip hop crudo y los nostálgicos del underground. Roc Marciano, que ya había sembrado de ripios memorables las mejores letras del magnífico y extinto grupo The U.N., entró en el ring solo, golpeando duro, con la cabeza gacha, la capucha puesta, cervicales en tensión. Un Tyson de la rima abonado a una forma de escribir, escupir y producir en las antípodas de lo que dicta la lógica mariposona del hip-hop actual. Con los niñatos de Odd Future convirtiendo el género en un circo adolescente made by Larry Clark, Kanye West más empeñado que nunca en orinar colonia y A$ap Rocky redefiniendo a lo grande el concepto de hype, era necesario que alguien despojara el Arte de toda la parafernalia y gilipollismo actuales, arrancándole las plumas con los dientes, desnudándolo hasta dar con el maldito tuétano de este género tan desdibujado que algunos otrora llamaban rap. “Reloaded” es una hostia en seco, directa a las muelas, una demostración de cabezonería hiphopera que te hace sentir todavía más odio y rencor hacia los cretinos que han sido desleales, han pervertido y le han puesto gafas de sol Vuitton a esta música. La esencia de “Marcberg” se destila todavía más en un segundo LP que parece diseñado

llido intento por saltar a una multinacional, Chilly Gonzales ha hecho de “Solo piano II” no sólo una digna continuación de su antecesor, sino también una extensión de esa sensibilidad entre el clasicismo solitario y la efectividad pop que hacía del primer álbum algo tan especial. Sí, le ha salido bien. Joan Cabot

Grischa Lichtenberger “And IV [Inertia]” RASTER-NOTON

Electrónica conceptual. De la misma manera que Grischa Lichtenberger es un creador obsesivo y reconcentrado, las piezas musicales a las que da a luz en “And IV [Inertia]” son configuraciones sonoras afiladas e inasibles, cadenas de partículas techno inestables. Esas capas de beats crepitantes e insondables flotan en la cabeza haciendo rebotar tímpanos con neuronas, sin permitir que se resuelva nunca la ecuación existencial, o se divise por completo el mapa de cada diseño melódico. En esta secuencia de piezas con títulos en código binario, todo está en perpetua agitación, los cortes bombean o tremulan en cavidades internas, se pierden en arritmias y pulsos de esquizofrenia matemática. Lichtenberger observa los cambios de su entorno berlinés, y las variaciones de la física de partículas, para aplicar la resultante en las sinapsis de su música, que se secreta en emanaciones epilépticas,

para ahuyentar cualquier atisbo de adocenamiento, cualquier acusación oportunista de blandura. De hecho, es un álbum mucho más introspectivo y cerrado sobre sí mismo que su predecesor. Los beats se diluyen por completo en conatos percusivos, pequeños pellizcos en los que apenas se distingue la batería. Es un drum programming fantasma que, curiosamente, y a pesar de la falta de golpeos agresivos, bombos guturales y snares aplastantes, suena duro como el puto titanio. Una vez más, Marciano se aferra al filón lo-fi de “Marcberg”, pero en esta ocasión, en lugar de producir él solito todo el álbum, se acompaña de all stars de la categoría de The Alchemist o Q-Tip en la manufactura de música. “Reloaded” es un trabajo grandioso, absorbente, fumadísimo, sin una maldita concesión; un disco tenebrista que obliga al oyente a sobrevolar una humareda asfixiante de bases góticas con aroma a serie B (“Pistolier”), samples fantasmagóricos y guitarras lóbregas (“We Ill”), jazz abstracto de novela negra (“20 Guns”) y pianos llorosos al estilo de los Mobb Deep primigenios (“Flash Gordon”). Estructuras grumosas, asombrosamente simples y desnudas, marcadas por ritmos invisibles, crujidos de vinillo y sonidos retro que parecen sacados de un sótano lleno de polvo, discos y alimañas. Estáis ante el mejor álbum de rap del 2012 con avasalladora diferencia. Una lección de hip hop low cost que empequeñece a los supuestamente ricos y grandes. Obligatorio escucharlo con auriculares Beats by Dre y una bolsa de marihuana... Demasiado negro. Demasiado fuerte. Òscar Broc

mecánicas, graduales. “And IV [Inertia]” es un dispensador de moléculas inestables, que traza una línea quebrada en el abismo entre lo vivo y el vacío. Albert Fernández Dead Rat Orchestra “The guga hunters of ness” Critical Heights

Epic folk instrumental. El trío británico de abstract-folk paisajístico se encarga en esta ocasión de recrear la banda sonora del aclamado documental de la BBC “The guga hunters of ness”, la historia de diez hombres que anualmente se dedican a la milenaria tradición de la caza de alcatraces en la escocesa Isla de Lewis. Para acompañar de manera poética la narración de esta peligrosa expedición que se lanza a alta mar bajo la amenaza de imponentes tormentas, el grupo convirtió un viejo barco decomisado, abandonado en medio del río Essex, en un estudio de grabación cuya acústica variaba constantemente dependiendo de las mareas. Armados con violines, armonios, banjos y mandolinas con reverb, chelos, pianos, sintetizadores, una pequeña sección de metales y numerosos objetos cotidianos con los que experimentar, dieron a luz una estremecedora obra que, de alguna manera, comparte ciertas coordenadas con bandas como Godspeed You! Black Emperor, Sigur Rós, Shearwater o algunos artistas de etiqueta neoclásica. Bello y conmovedor. David Giménez Franc3s “Campanas de fuego rosa” Limbo Starr

Rock. Puede que haya razones de sobra para comparar a Franc3s con Triángulo de Amor


046/047

discos

Kendrick Lamar “Good kid, m.A.A.d city” Aftermath

Hip hop. Guru nos puso sobre aviso en “Hard to earn”, el mejor disco de Gang Starr: “it’s mostly the voice”. La musicalidad, el tono, la versatilidad son elementos altamente apreciados en la senda del MC. Un rapper con garganta puede convertir los ripios de una libreta mediocre en métrica de calidad. En este sentido, Kendrick Lamar es posiblemente uno de los rimadores con más técnica vocal del momento. Modula la frecuencia a su antojo, cambia la voz si le apetece, canta, rapea, a veces suena suave, otras agudo, melódico, rocoso, épico, agresivo, intimista… Un prodigio al micro. Pero lo mejor no es eso, lo mejor es que al de Compton no le hace falta recurrir a Guru para justificarse. El tipo, encima, escribe como los ángeles. Y aún diría más: su narrativa cinematográfica /autobiográfica en verso es una de las más ricas y apasionantes de la escena rap que nos contempla. Kendrick Lamar propone en su debut un troquel conceptual que nos permite explorar en tres dimensiones la historia de la Polaroid que ocupa la portada. Foto de familia, el rapper sentado en el regazo de un familiar pandillero, dibujando la C de Compton con sus deditos. Una instantánea intimista pero tan a flor de melanina como los 100 minutos que dura “Los chicos del barrio”. Estructurado en forma de idas y venidas en el tiempo para ofrecer una panorámica fragmentada de la biografía del autor en el gueto angelino, “Good Kid, m.A.A.d City” es una nueva vuelta de tuerca a una historia por todos conocida: la del chaval

Bizarro, más allá de las obviamente geográficas. Claramente la producción de Rodrigo Caamaño ha venido a confirmar lo que las influencias de Parálisis Permanente, Joy Division e incluso Suicide ya apuntaban, lo que dejaba entrever esa actitud violenta y tan libre como los Sonic Youth del 85, esas letras enfermizas y extremas. Pero la gran diferencia con sus hermanos mayores (al menos en lo que a convocatoria de público, por el momento, se refiere) es precisamente su gran arma: “Campanas de fuego rosa” más que provocador, es turbador. “Orden en la sala de profesoras (de la antigua escuela)” puede despistar con su aire ramoniano, pero “Llaves” o “Agua de un vaso de tormenta M” dejan claro que el ruido y el caos reinan en el mundo de Patricia Bermúdez, María Costa y Alberto M. Vecino. Y cuanto más abundan esos pantanos, más refrescantes resultan sus lodos. Sin deudas ni padrinos. Sin rehenes. Jesús Sáez

negro criado en la delincuencia, enfrentándose a sus demonios, intentando trascender los rigores del arrabal, lidiando con las dudas, el sentimiento de culpa, los errores y las lagunas familiares —oímos skits con la voz de su madre, por ejemplo, que conmueven cosa fina—. Con el cobijo comercial de Aftermath, el sello de un Dr. Dre que enseña la patita en la magnífica “Compton”, con beat de Just Blaze, Kendrick Lamar sabe navegar con una suavidad asombrosa en aguas del mainstream sin perder el halo street ni dejarse llevar por la comodidad. Porque este es un álbum donde priman la suavidad y la nostalgia. El tracklist se percibe templado como el sol angelino de media tarde (“Bitch, Don’t kill my vibe”); ofrece tempos letárgicos, claps ‘codeínicos’, voces femeninas sesteantes y nanas negroides del calibre de “Good kid”, “Real” o la inmensa “Sing about me I’m dying of thirst”, 12 memorables minutos de jazz crepuscular y coros oníricos. Tiene sus picos graníticos, como “Backseat freestyle” o “m.A.A.d city”, pero la obra triunfa cuando va al ralentí y se atenúan las luces; cuando el viaje interior es más pronunciado y profundo. Y todo esto sin perder la esencia de su entorno. Porque el primer disco ‘oficial’ del MC de Compton es un cuaderno que estudia las Viejas Escrituras del sonido gangsta californiano para redimensionar algunas de sus constantes, refinarlas y reubicarlas en el presente futuro. En el fondo, “Good kid, m.A.A.d city” es conmovedoramente respetuoso con el legado West Coast. El homenaje a “Bird in the hand” de Ice Cube en la segunda parte de “m.A.A.d city” —el sample de cuerdas pone la piel de gallina— y la participación de MC Eith (Compton’s Most Wanted) en la misma canción son ejemplos claros de la deuda que Kendrick tiene con los dioses y ritos locales. Él ya es universal. Òscar Broc

rritorios alejados de los estamentos infranqueables y dictatoriales del club nocturno. Este es el titular que podríamos extraer tras la administración repetida de “Negative time”, el nuevo trabajo del reputado productor. Una apertura de miras en la que quizás haya influido su nueva casa, la canadiense My Favorite Robot, propiedad del trío de DJs del mismo nombre, o quizás el mudar de piel al esconderse bajo el seudónimo de Third Culture. Sea como sea, el veterano productor intenta tocar estilos tan diversos como un house con palos en las ruedas, el tech-house de turno y alguna dosis de electro que abraza indisimuladamente el pop (“Liquid hologram” o “Bass is a many splendored thing”). Valiente por una parte, en cualquier caso se trata de un LP un tanto irregular que no logra despertar la punzada de felicidad y emoción que se experimenta ante un buen disco de techno. Beto Vidal Kiev cuando nieva “Parece doble” REPETIDOR

Jori Hulkkonen as Third Culture
 “Negative time”
 My Favorite Robot

Techno. La escurridiza electrónica del finés Jori Hulkkonen parece querer mudarse a te-

Outsider homage folkpop. La primera vez que descubrí esta colección de versiones de canciones legendarias, tras echar un ojo sobre el tracklist, tuve que saltarme la primera pista para abalanzar mis orejas sobre la versión que hace Kiev Cuando Nieva de la inmortal “Hazey Jane II” de Nick Drake. Entre toda esta excelsa selección, esa pieza es sin duda la más especial para mí, una canción que no acostumbro a escuchar con nadie, sobre la que nunca he hablado o

escrito. Era dificil superar un listón tan inabarcable. Por lo demás, “Parece doble” es una experiencia sensible y fascinante. Este trío de Huesca aceptó el reto del Festival Periferias para realizar covers de sus outsiders musicales favoritos, y convertir ese cancionero revisitado en un concierto y una película. A medida que transcurre el disco, y se van descubriendo las ingeniosas translaciones al castellano de los versos de gemas como “Danny says” de Ramones, “Walking the cow” de Daniel Johnston, “Don’t worry baby” de The Beach Boys o “The new teller” de Jonathan Richman, afloran también unas soluciones instrumentales formidables, que apuestan por asimilar con simpleza los acordes y arreglos originales. En cierta medida se me aparece como un desajuste que se cante con el mismo tono agudo las voces nasales del “Birdhouse in your soul” de They Might Be Giants que el ahogo dolido de “If its in you” de Syd Barret. Pero, en todo caso, estoy convencido de que yo no llego a entender del todo aquello que exploran aquí estos músicos valientes y avezados. Aunque, eso sí, lo siento pero nunca volveré a escuchar “Hazy Jane II” si no es Nick Drake quien susurra sus versos desde los cielos. A veces hacer versiones puede parecer sencillo, pero, en esas lindes, tocar la fibra cuesta el doble. Albert Fernández

Madness se plantearon sacar su décimo disco, tenían claro que de algún modo tenían que vivir de las rentas dejadas después de más de 30 años de carrera. Y eso no tiene por qué ser malo en sí. Lo es cuando detectas lo convencional de los arreglos y el sonido, y lo aleccionador del mensaje de “How can I tell you”. Pero no cuando, tras la escucha completa del disco redescubres una banda que sigue sonando fresca, puede que menos afilada, menos convincente, pero al menos mantienen un nivel de entretenimiento bastante aceptable gracias a temas rhythm&blues como “Misery”, el ascendente disco de “Never know your name”, el toque mariachi de “La Luna” o su ska habitual en “So alive”. Disfrutable, aunque para que engañarnos, pensado sobre todo para fans. Jesús Sáez

Minotaur Shock “Orchard” Melodic / Green UFOs

Lorena Álvarez y su Banda Municipal “Anónimo” Sones

Folk-pop. Hablar del disco de Lorena Álvarez es como hablar de un plato de callos: habrá quien sea fan absoluto, y quien lo aborrezca sin término medio. Aunque siempre habrá quien salga por medio y aclare que hablar de callos es algo que sólo se puede hacer con grandes dosis de humor. Desde ese punto de vista se puede abordar este álbum de debut, puesto que no hablaremos en este caso de revisión o reformulación de patrones populares, sino de admiración y pleitesía, de unas letras que abundan en esa ironía inocente, y de un amor indisimulado por lo agreste. ¿Algún problema hasta este punto? Ninguno. El disco es inmediato, directo, tremendamente efectivo y ágil. E incluso dispone de ese punto de tosquedad y desafinación que lo hace auténtico. Podemos congratularnos de disponer de savia nueva que dé nuevo lustre a las raíces musicales del folk regional asturiano. Lo que no acabo de entender es que hago en esta revista escribiendo sobre este disco. Permítanme pues, jefazos, proponer próximas revisiones de Andaraje, Zicután, Tomeu Penya o La Xafigà, que también lo merecen. Entiéndanme, todo esto con un buen plato de callos y mucho humor. Jesús Sáez Madness “Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da” Lucky 7-Cooking Vynil / PIAS

Pop. Cuando comienza “My girl 2”, lo que se supone es una respuesta a aquel “My girl” que ellos mismos publicaron en 1979 (y te das cuenta de que deberían haber pagado parte de los royalties a Ed Cobb por su “Tainted love”), la sensación es que cuando

Folktronica. David Edwards, de Bristol, se adentró ingenuamente en el laberinto de la folktronica hace ya casi una década y por fin se ha rendido a la evidencia de que muy probablemente nunca podrá salir de ahí, porque es su destino (según todas las fuentes). Es más, se ha rendido con gracia, y se entrega ahora con más alegría que nunca a mezclar electrónica y sonidos tradicionales, instrumentos reales y edición digital, perspectivas postmodernas y sonoridades de siempre, sacrificándolo todo a la vez para satisfacer a la bestia que lleva dentro. “Orchard”, su quinto disco, fusiona krautrock sofisticado y electro-pop primitivo (“Janet”), combina glitch e su invitación al baile pastoral (“Too big to quit”), consuma la unión de unas chicharras al son de un sensual discopop (“Through the pupils of goats”), mezcla el indie con la India (“Quint”), y, en general, suena no sólo original sino también eufórico, límpido, hermoso. Un éxito (mito)lógico. Gloria González Moebius+Tietchens “s/t” Schneider TM “Construction songs” BUREAU B / GREEN UFOS

Noise ambient. Aunque sus discos más recientes prefieren los jugueteos melódicos a ese ambient salvaje y abstracto que grababa con Cluster hace ya cuarenta años, Dieter Moebius nunca ha perdido el gusto y la curiosidad por exprimir sus cacharros al límite y forzar los límites la música electrónica; una empresa para la que ha encontrado un aliado valiosísimo en esa otra bestia de los sintetizadores que es Asmus Tietchens. Juntos han grabado un disco por el que campan mantos de ruido, ritmos maquinales y todo tipo de sonidos de origen desconocido; elementos con los que construyen paisajes vibrantes y repletos de sorpresas, que parecen apelar al caos en su superficie, pero que tras una escucha profunda revelan estructuras ocultas y un minucioso trabajo a nivel de detalle. Añadan a todo esto un entrañable aire viejuno (que para eso gastan un arsenal de cacharros analógicos) y tendrán entre las


Sufjans Stevens “Silver & gold” Asthmatic Kitty / ¡Pop Stock!

manos un disco más que notable. También en Bureau B, Dirk Dresselhaus, hijo putativo de los anteriores, recupera su proyecto Schneider TM tras casi cinco años de silencio. Y lo hace a lo grande, con un “Construction songs” en el que ya no quedan rastros del post-rock melódico con el que inició su carrera. Antes bien, Dresselhaus maneja un vocabulario más propio del noise (drones asfixiantes, ritmos construidos a partir de sonidos industriales, nubes de electricidad estática y ruido en estado puro), elementos que utiliza para dar forma a cuarenta minutos tan opresivos como absorbentes, que podrían funcionar como la banda sonora de un futuro distópico, en el que la humanidad estuviera sometida a la dictadura de las máquinas. Discazo, es decir. Vidal Romero

Mogwai “A wrenched virile lore” Rock Action / PIAS

Remezclas. Como ya hicieran hace catorce años, los escoceses Mogwai entregan un LP completo para que sea pasto de remezcladores. Sería injusto comparar aquel “Kicking a dead pig” (Eye Q, 98) con este “A wrenched virile lore”, en primer lugar porque tampoco hay comparación posible entre el LP remezclado, su debut “Young team” (Chemikal Underground, 97), y el último “Hardcore will never die, but you will” (Rock Action, 11). Lamentablemente, ni ellos ni nosotros somos los mismos, lo que no impide que en este LP, disponible también en vinilo rojo limitado a 2500 copias, haya momentos interesantes para los no completistas de Mogwai. Destaca el tono ochentero (esos sonidos analógicos) de la mayoría de mezclas entre las que despunta, sorprendiendo por su amabilidad (lejos de la ponzoña sónica habitual en el autor) la de Justin K Broadrick (Napalm Death, Godflesh, Jesu, Techno Animal…) a “George Square Thatcher death party”. También me gusta el giro bailable que el enigmático Xander Harris le da a “How to be a werewolf”, aunque quien se lleva la palma es un Robert Hampson (Loop, Main) en plena forma que en “La mort blanche” refunde “White noise” y “George Square Thatcher death party” en un remanso de ambient trufado de grabaciones de campo. Half Nelson Ned Collette + Wirewalker “2” Fire / ¡Pop Stock!

Rock. El tercer trabajo —segundo junto a Wirewalker— del australiano afincado en Berlín, reafirma su valía como cantautor al alza. Incorporándose a la prestigiosa firma Fire e ilustrando su portada con el “Vuelo de las brujas” de Goya, se rodea de un extenso elenco de vocalistas que ayudan a decorar sus nuevas composiciones. Collette vuelve para cobrarse el reconocimiento internacional que adeudaban sus anteriores largos: “Future suture” (07) y “Over the stones, under the stars” (09), renovando contrato junto al percusionista y productor Joe Talia —quien viene de colaborar nada menos que con Oren Ambarchi— y entregando un disco redondo. Aunque su influencia directa

sea Leonard Cohen (no sólo comparte cierto timbre vocal con el maestro, sino que también posee una envidiable técnica a la guitarra española que combina hábilmente con sintetizadores, cajas de ritmos y samples). Abierto a la experimentación en “Il futuro fantástico”, juega a corromper el ritmo natural de su cancionero con latigazos industriales, no teme a los claroscuros (la tétrica “The hedonist”), roza a Gainsbourg con las yemas de los dedos en “How to change a city” y hasta homenajea a Roberto Bolaño en el morriconiano instrumental “For Roberto”. Matías Bosch Norman Nodge
 “Berghain 006”
 Ostgut Ton

CD-Mix. Norman Nodge es el encargado de mezclar la sexta referencia de las sesiones enlatadas de marca Berghain, esto es, el club nocturno 24/7 más golfo del planeta y del que es residente. Como se imaginarán, esto no es una competencia desleal a la otra aclamada serie de sesiones envasadas al vacío (Fabric), sino que aquí se promulga y se sigue a rajatabla el manual de estilo que antes siguieron sus compañeros Marcel (‘cachas’) Dettmann, Ben Klock o Marcel Fengler: techno gélido, anclado normalmente al 4x4 y de porte oscuro como la pista de baile y rincones varios del propio club. Nodge se aplica con soltura al guión, aunque con algún escaqueo en formato tema luminoso (“Rainy day” de Juno Jam remixeada por Logowelt para cuando ya se encienden las luces del club) o bien cuando se agarra a los clásicos de ayer y de siempre (“Tone exploitation” reformulada por Planetary Assault Systems o la eterna “Keeping of the kept” de Jeff Mills). Una sesión concebida para transitar mentalmente por cada rincón de Berghain desde tus auriculares y hacerte una idea de las sesiones que se cuecen a diario. Beto Vidal

Pop navideño. Ser postmoderno es una mierda: te obliga a abordar desde el cinismo cualquiera de las cosas que hacen de la vida humana algo más llevadero y sustancial. No creemos en el amor, no creemos en la humanidad, no creemos en nada que no nos permita refugiarnos en la ironía, ese escudo del Capitán America que nuestros tiempos nos regalaron como comodín cada vez que no sabemos qué opción adoptar para sentirnos aceptados por nuestros coetáneos, todos ellos tan descreídos como nosotros. En este contexto, la obsesión de Sufjan Stevens por la Navidad adquiere tintes de provocación, especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de sus fans forman parte de ese grupillo de seres contemporáneos con la glándula de la ironía especialmente desarrollada, jóvenes crónicamente hastiados y por tanto necesitados del contacto con la inocencia que procura la música pop. El caso es que las canciones navideñas de Stevens no son para nada inocentes. El músico no oculta su ambivalencia respecto a una celebración que se ha convertido en el epítome de todos los demonios modernos, la soledad, la hipocresía y el consumismo, pero, en un gesto casi revolucionario, decide celebrar el espíritu de fraternidad y solidaridad que se supone en el eje de las fiestas (siento sonar terriblemente ñoño, pero, bueno, ¡es navidad!). Como reza el título de una de estas 58 canciones y siempre según Sufjan, necesitamos las navidades, unas navidades felices, si puede ser.

Patrick Wolf “Sundark and Riverlight” BLOODY CHAMBER MUSIC

No Regular Play
 “Endangered species”
 Wolf+Lamb

Electro-funk. El virtuoso dúo compuesto por Nicholas DeBruyn y Greg Paulus por fin debuta en largo, tras engrosar una buena ristra de deliciosos maxis durante los últimos tres años. Un estreno por todo lo alto en Wolf+Lamb —no podía ser de otra manera— que la pareja resume como un “homenaje a todos aquellos que sólo por amor se preocupan por la ciencia de la música”, personas que “de alguna forma son especies en peligro de extinción en el actual mundo moderno”. Una sensibilidad especial que se palpa en temas bañados en soul, jazz y hip hop ochentero siempre en harmonía con la pista de baile. Canciones mimadas hasta el último detalle (“Nameless” o “Card game” son delicadas piezas electro-funk) que llegan a su esplendor máximo cuando les da por practicar una suerte de acid jazz (“Kickback”) o mutant-disco (“El Dorado”). Once nuevas composiciones que les coloca como punta de lanza de la escudería de Zev Eisenberg y Gadi Mizrahi que tan de moda está. Beto Vidal

Y en “Silver & gold”, segunda caja dedicada a los christmas del artista americano, en que se recogen grabaciones realizadas entre los años 2006 y 2010, el recorrido además muestra la evolución del mismo Sufjan, como a lo largo de los años ha pasado del pop barroco post-“Illinois” a unas canciones más complejas que combinan ese mismo barroquismo con las inquietudes expeditivas de sus primeros trabajos. Y como ya sucedía en “Songs for Christmas” (06), lo mejor no son las versiones de clásicos como “Silent night” o “Let it snow! Let it snow! Let it snow!”, aunque en la mayoría de casos su adaptación sea realmente brillante; lo que de verdad pesa es su capacidad para incorporar temas propios a una tradición tan trillada como son los villancicos y hacerlo con una sensibilidad innegable. Ahí está “The midnight clear”, grabada junto a los hermanos Dessner de The National, como todo el primer EP de la colección, “Gloria”, o, en el extremo opuesto, la pátina de sofisticación sintética con exótico ritmo de “Up on the housetop”, en el último de ellos, “Christmas unicorn” (una canción que puede que no sea un villancico en absoluto y que desde luego no lo sería si no fuera porque la palabra “christmas” aparece por ahí). “Silver & gold” no deja de ser una caja para completistas, para seguidores férreos o para ocasionales degustadores que aprovechen las fechas para poner esto en casa con el modo irónico ON, pero tras la suma de estos seis nuevos volúmenes al libro de canciones navideñas de Stevens, el de Detroit se convierte en el músico contemporáneo que mejor ha aprovechado un tema tan escurridizo y tendente a la horterada como este, logrando crear de paso dos obras no sólo dignas, sino también significativas. Y feliz navidad a todos, JOU, JOU, JOU. Joan Cabot

como sea, “Sundark and Riverlight” promueve la saludable idea de que Wolf está tomando aire y recapacitando sobre su trayectoria, tal vez dándose cuenta de que empezó siendo un licántropo sombrío y recluido, la excelsa versión pop de una pesadilla de la Hammer, para poco a poco convertirse en un hombre lobo exhibicionista y sin colmillos, una criatura de postín propia de “Crepúsculo”. Albert Fernández Pau Vallvé “De Bosc” Amniòtic Records

Pop revisited. Poniendo en orden cronológico, correlativos, todos los álbumes de la discografía de Patrick Wolf, se da una gradación cromática reveladora. Algo similar sucede con las aristas melódicas y espirituales que asoman en este cancionero de repaso de los diez años de trayectoria del excéntrico londinense. Una vez más, Wolf ha precisado repartir su obra entre luces y sombras anímicas, de ahí que esta revisión instrumental, hecha de cambios sutiles y maestría interpretativa, se reparta en dos caras de ocho cortes cada una, siendo “Sundark” la destinada a repasar “canciones escritas en soledad, sin pensar en otra gente”, mientras “Riverlight” recoge las melodías “sobre esperanza y relaciones”. El artista acierta plenamente en la revisión de arreglos y la corriente del continuo del cancionero, aunque se echen de menos piezas que encajarían genuinamente aquí, como “Magpie”, o una asimilación desenchufada de “Bloodbeat”. Escuchas ahora “Wind in the wires” y el torrente circulatorio se sigue agitando lo mismo que abrió las aguas Moisés, y los violines crispantes de la formulación adulta de “The libertine” estremecen incluso más que en su momento. Sea

Folk épico. El nuevo trabajo de Pau Vallvé exhibe un indudable e indiscutible acto de valentía en cada uno de sus recovecos. De apariencia conceptual, el disco aborda las diferentes relaciones, y reacciones, que mantiene el artista con el mundo, y muy posiblemente, aquellas que él siente que éste guarda hacia él. A partir de una adjetivo familiar que define una actitud personal, el cantautor se acoge al concepto de los elementos orgánicos (grabación incluida) para adentrarse en la propia psicología del autor y exponerse tal cual es, sin tabú alguno. Un disco sobresaliente que multiplica exponencialmente las virtudes sonoras, y por tanto emocionales, de su predecesor, explorando sin vértigo nuevos territorios a través de aproximaciones al post-rock más épico (morada de Godspeed You! Black Emperor, Explosions in the Sky o Sigur Rós) pero siempre desde una génesis folk, lo que le acerca comparativamente a una propuesta tan espectacular como la de los norteamericanos Other Lives. Punto y aparte en el pop catalán. David Giménez


048/049

discos

Lee Gamble “Diversions 1994-1996” “Dutch tvashar plumes” PAN

Post rave. Aunque hace poco que su nombre ha comenzado a sonar en los mentideros de la música experimental (sobre todo como asociado a Entr’acte, ese sello maravilloso que vende discos raros metidos dentro de bolsas de comida para astronautas), el inglés Lee Gamble lleva cerca de veinte años dando tumbos por todo tipo de escenarios, cabinas de clubes y radios piratas. Un tiempo en el que ha dado forma a un discurso muy particular (casi podemos decir que único), que hunde sus raíces en la música de baile que sonaba en las raves a principios de los noventa, pero que manipula los códigos propios de esos géneros y esa época de una manera inesperada, utilizando estrategias propias de la composición moderna y la electrónica más experimental, que le permiten transformar sus fuentes en algo del todo irreconocible. Fruto de esa manera de trabajar ha publicado en el último mes dos discos, muy parecidos en las intenciones, pero muy diferentes en cuanto al contenido. El primero, “Diversions 1994-1996”, lleva al extremo esa suerte de ‘homenaje’ a los primeros noventa; una época en la que Gamble se curtió como DJ, pinchando y haciendo programas en radios piratas, siempre con el jungle como protagonista. Construido precisamente como si fuera uno de aquellos programas, una suerte de mixtape en la que se engarzan distintos fragmentos de

temas publicados entre 1994 y 1996, tiene la particularidad de que no se centra en los aspectos rítmicos del jungle, esos break rotos y desestructurados que conforman la principal seña de identidad del género, sino en las secciones más ambientales; en esas codas atmosféricas, que servían para abrir las pistas y presentar las melodías principales, o para introducir un momento de calma dentro del infierno rítmico que podía llegar a destaparse. Un material que Gamble manipula y mezcla, que utiliza para construir loops y estructuras quebradizas, que luego maltrata a base de filtros y efectos, hasta destilar veinticinco minutos de ambient deshilachado, una suerte de estampa desvaída, que distorsiona la memoria de una época pasada, y que acerca a Gamble a los presupuestos que maneja la hauntology (aunque, puestos a inventar etiquetas polémicas, yo prefiero definir lo suyo como post rave). Una estrategia que “Dutch tvashar plumes” lleva aún más lejos, al manipular ritmos y estructuras propias del techno. Elementos que nuestro hombre vampiriza hasta dejarlos vacíos de contenido, hasta dejarlos reducidos a una materia esquelética y espectral, que de algún modo recuerda a las músicas de baile, pero (como sucedía en “Diversions 1994-1996”) filtradas a través de una visión empañada y legañosa. En cierto modo es como si estuviéramos enfrentando psicofonías capturadas en algún viejo almacén, que en un pasado muy lejano hubiera acogido raves mastodónticas, pero que ahora estuviera lleno de polvo y suciedad, al borde mismo de convertirse en una ruina. Un lugar repleto de fantasmas, que Gamble devuelve a la vida mediante una fascinante alquimia sonora. Vidal Romero

Qu4rt Pr1mera “Pel.lícules” Satélite K

PAWS “Cokefloat!” Fat Cat / PIAS

Pop. De vez en cuando uno se cruza con discos como el debut de los escoceses PAWS (así, gritando) y se hace preguntas: ¿qué convierte un álbum de rock de guitarras (ese concepto) en un álbum de rock de guitarras realmente soberbio (concepto no tan conocido)? No las guitarras, desde luego, sino las melodías. En “Cokefloat!” las hay a espuertas. De esas que se te pegan y te hinchan un globo dentro del pecho, convirtiendo lo que te quede de angustia juvenil en una supernova capaz de derretir la monotonía y hacerte sentir vivo de nuevo. Aquí están Weezer, The Wrens, sus paisanos Teenage Fanclub y tantos otros, pero también coetáneos como Male Bonding, aunque este trío de Glasgow sea menos autista y sí más de compartir jarras de cerveza y reírse un poco de sus propias desgracias amorosas. Producido por el Test Icicles Rory Atwell, el debut de PAWS supone un gran remedio a las pretensiones de trascendencia de esta época del año, en que la mayoría de publicaciones elaboran sus listas de lo mejor del año: la música también puede ser sólo divertida, contagiosa y liberadora. ¿Acaso no se trataba de eso? Joan Cabot

Pop. Después de un primer disco exitoso en Cataluña, “El món en un cafè”, Qu4rt Pr1mera se desmarcan con lo que anuncian como un álbum más “oscuro y electrónico”. Ambas afirmaciones son absolutamente ciertas, pero cabe matizarlas. La electrónica principalmente se centra en la utilización de colchones de sintetizadores y efectos varios (hay algún que otro ritmo programado), y su oscuridad viene alentada por ese sonido flácidamente épico que ayuda muy poco a una propuesta sobreproducida, que trata de herir y apenas araña, henchido por el tipo de angustia existencial que ilumina a grupos como Vetusta Morla. Pero además un single como “Una estranya situació”, con ese autotune tan irritante y arreglos de radiofórmula, con una melodía blanda y una línea vocal adulterada, les coloca en primera fila de las bandas con aspiraciones comerciales, a rebufo de alguno de los grupos que hemos mencionado anteriormente, y pone en cuestión su credibilidad. Jesús Sáez RYAT “Totem” Brainfeeder / PIAS

Pop electrónico. No, no estoy obsesionada con Björk. El problema no soy yo, es ella: está en todas partes. Al menos en este “Totem”, de la californiana Christina Ryat (RYAT de nombre artístico), publicado por Brainfeeder. En cada ritmo digital semi-saturado, en cada susurro suyo, en cada grito, en cada sonido improbable dispuesto elegantemente sobre

una instrumentación esponjosa, en cada exclamación que rebota y rebota, flota, irónica, la sombra de la islandesa, a quien ya se le había ocurrido todo antes. ¿Qué hacer? ¿Buscar las siete diferencias entre esta delicada construcción de pop escurridizo y “Homogenic”? O ¿aceptar el rol de ascendiente de Björk como un dato más y dejarse transportar a pesar de todo por la efervescencia digital del disco, cautivar por el minimalismo comunicativo de “Invisibly yours”, refrescar por la abstracción juguetona de “Invisibility cage”, o empujar hacia un futuro más bonito por las cuerdas de “Hummingbird”? Sólo hay una respuesta útil. Gloria González

Prin’ La Lá “Un nuevo orden” EUREKA

Pop. Cinco años después de su presentación las cordobesas vuelven de la mano de Fernando Vacas (Flow), encargado otra vez de las composiciones y la producción del disco. Inspirado en una colección de cuentos de distintos autores (que va de Leopoldo María Panero hasta Marjane Satrapi), el concepto es el de una “odisea espacial” que llevan a cabo sus protagonistas al ser abducidas por extraterrestres. Y las canciones producto de su contemplación del mundo desde otro planeta. A pesar del alejamiento, el trío sigue estando cerca de referentes como Vainica Doble o Pauline en la playa, pero lo que existe aquí es un mejor tratamiento y empaque final de cada pieza. A los arreglos orquestales ahora se les suman sintetizadores, logrando una nueva diversidad que ya se adelanta en la optimista “Kiss the future”, pero representada sobre todo por la etérea “Marsuf...” o esa “Piano cocktail” homenaje a Boris Vian en clave krautrock que parecen haberse traído del espacio exterior. Sí, el viaje ha valido la pena. Iván Tarrés Ryan Francesconi and Mirabai Peart “Road to Palios” Bella Union / Coop

Folk instrumental. Parece que por fin le llega sino el éxito, al menos un cierto reconocimiento al guitarrista Ryan Francesconi. Después de diez años editando en ignotos sellos con nula distribución, su trabajo como arreglista en estudio y en directo para Joanna Newsom le permite ahora firmar con Bella Union y que este “Road to Palios” (a medias con su pareja Mirabai Peart, también componente de la Ys Street Band) tenga una promoción acorde a sus méritos, que son muchos. Totalmente instrumental, “Road to Palios” es un dialogo entre guitarra y violín con aires morunos y mediterráneos, no en vano todos los títulos hacen referencia a la ciudad de Palios, en el extremo oriental de la isla griega de Lesbos, frente a la costa turca. Pausado e introspectivo (ni siquiera “Kalamatianos”, dedicada a la homónima danza griega, eleva el pulso rítmico), el tono del disco invita a ver como el sol cae dentro del mediterráneo mientras los arabescos de guitarra y violín van y vuelven desde los riscos y playas griegos a las llanuras americanas. Música de viajes, de paisajes para hacerse fuerte en la habitación. Half Nelson

The Black Swans “Ocassion for song” Misra / ¡Pop Stock!

Alt Country. Cuando un soleado día del inicio del verano de 2008 Noel D Sayre, violinista y miembro fundador de The Black Swans, se incorporó sobre el verde césped que se extendía en torno a la piscina y se dirigió hacia el extremo de un trampolín no demasiado alto, nadie podía intuir lo que estaba a punto de suceder. En algún punto entre el salto y la inmersión el corazón del músico de treinta y siete años decidió detenerse. “…And nobody’s suppose to die / Three days before the 4th of July / Especially while the sun’s still in the sky…” canta en “Portsmouth, Ohio” un afligido Jerry DeCicca mientras deshace en lágrimas al oyente. Su fallecimiento, como no podía ser de otra manera, conmocionó tan profundamente al resto de los integrantes de la banda como para que “Ocassion for song” esté íntegramente dedicado a él. Un álbum de sonido americana profundamente intimista y emocional que, a través de todas sus historias, afronta la capacidad de superar la muerte de nuestros seres queridos. Liberador. David Giménez

Tamaryn “Tender new signs” Mexican Summer / Coop

Dream-gaze. Oscuramente etéreo, como una bruma que cae con todo su peso sobre nuestras cejas instalando en nosotros el abatimiento, las atmósferas de “Tender new sings” se retroalimentan de los efectos creados por los pedales reverb de las guitarras, capas que se suman, unas sobre otras, junto a unos ritmos profundos y la seductora voz femenina de Tamaryn, siempre susurrante, onírica e hipnótica. La segunda entrega de esta neozelandesa residente en San Francisco se aleja de la concepción animal (por sexual y rabiosa) de “The waves” (Mexican Summer, 10), dejándose vencer por un sonido arrullador y espacial, donde caben las comparaciones con Slowdive, The Jesus & Mary Chain y Beach House. En “Prizma” amplía sus miras estilísticas y se atreve a coquetear con elementos de la scallydelia, sin abandonar en ningún momento el zumbido sordo característico que sangra, gota a gota, a lo largo de todo el disco. Un trabajo más notable y auténtico, si no más original, que el de muchos de sus contemporáneos. David Giménez The Free Fall Band “Elephants never forget” LAV / BUENRITMO

Nostalgia rock. A veces las cosas se corresponden con gracia y algidez. Toma el entusiasmo de esta debutante banda de Mataró, y su éxito en las Fiestas Demoscópicas, culminado con el triunfo en el Villa de Bilbao 2011, más la consecuente grabación de este primer álbum con Miqui Puig a las riendas de la producción. Pero, en ocasiones, los aciertos no revierten en la proporción adecuada, y la escala del conjunto acaba descompensada. La


Territoire “Mandorle” ENVELOPE COLLECTIVE

cumbre del camino ascendente de The Free Fall Band, este “Elephants never forget”, es un cancionero henchido, preñado de intenciones, pero aún falto de rasgos de identidad definitivos. Es natural que, al principio, la obsesión de que cada cosa suene como debe bloquee el verdadero genio de la banda. Este es un álbum evocativo, alternativamente sonriente o melancólico, que se sostiene en los ecos del rock de los 50, donde cada elemento se muestra nítido y lustroso. Pero es precísamente ese barniz formal, cuidado y contenido, el que propicia que cueste distinguir un pico en la cordillera de canciones. The Free Fall Band tienen un temperamento que vuelve jóvenes los sonidos de hace décadas, cierto satén interpretativo realmente lúcido y sutil, aunque tal vez deberían dejar que entrara algo de aire por la ventana para hacernos respirar el verdadero aliento de su sonido. Así, es fácil dejarse llevar por la mandolina de “When the apple tree”, o encandilarse con el compás de esa balada dorada, “Contemporary love”; aunque yo veo pendientes por explorar en la más desinhibida y coreable animación de “Getting old” o “Hatcheplayà”. El guateque que ha organizado Miqui Puig acaricia con afecto los marcos de fotos de The Zombies o los más recientes Destroyer. Pero tanto él como sus chicos deben tener en cuenta que a veces hace falta algo más que cuidado para dar forma a los sueños. En el próximo paso puede estar la diferencia entre una caída libre y un ascenso veloz. Albert Fernández

The Gaslamp Killer “Breakthrough” BRAINFEEDER / PIAS

Dark beats. Ante el título elegido por William Bensussen para su debut uno se podría preguntar qué había hecho The Gaslamp Killer hasta hoy. Lo cierto es que pese a ser cofundador y residente habitual en el club angelino Low End Theory, además de productor, el recuento se limitaba a algunos mixes y dos EPs. Según cuenta el propio californiano, su estreno en largo es el resultado de haber estado sobrio seis meses, de un despertar mental y espiritual. Y musical, claro. La crítica a la mentalidad actual se refleja de forma evidente en esa admonición a cargo de la alucinógena voz de Gonjasufi que es “Veins” o en nombres como “Meat guilt”. La sensación es de una tensión constante, de una amenaza que llega en forma de hip hop instrumental e inquietante, dubstep sucio, percusiones mecánicas, sonidos de videojuegos y hasta cuerdas de música turca y clásica. Un presagio del fin de los tiempos marcado irónicamente por una marcha fúnebre del futuro. Su publicación en este apocalíptico 2012 no es ninguna coincidencia. Iván Tarrés The Presets “Pacifica” Modular / COOP

Pop. Buenas noticias para quienes tengan previsto visitar Australia próximamente: cuando preparen la selección musical para el viaje, pueden añadir “Pacifica”, tercer disco de un dúo muy famoso por ahí, a saber,

The Presets, que alcanzaron la fama aproximándose al pop mainstream con cierta dosis de ironía. Al escuchar el disco salta a la vista sobre todo su visión amplia del pop: además de haber mucho trance balear (o su equivalente geográfico), a veces parece que hayan apretado el botón ‘demo’ de un teclado Casio de los años ochenta (consejo: al agenciar la playlist para el vuelo, coloquen “Promises” después de algún clásico de Kylie Minogue), o que estén parodiando a Midnight Oil (“Ghosts”). Poco a poco, de todas formas, la auténtica personalidad de The Preset va surgiendo y, entre ecos de Underworld y Pet Shop Boys y mucho ritmo loco, se hace palpable la escasa convicción de su exhuberancia, la cínica falsedad de la fachada, el sutil sarcasmo de su propuesta. Interesante. Gloria González

Out rock. Cuenta Olivier Arson que la grabación de “Mandorle” ha sido difícil y traumática y se nota: sus canciones crecen convulsas y con las aristas afiladas, contaminadas con todo tipo de ruidos y poluciones sonoras, forzando los límites entre géneros, jugando con las dinámicas y las intensidades. Cuenta también Arson que comenzó a grabar “Mandorle” poco después de terminar “Sorger était allé dehors, comme après un triomphe”, un bonito disco que publicó en 2009 con el alias de The Folding And The Point; un puñado de canciones de voluntad paisajista y pulso sosegado, que mezclaban ambient, música concreta y discretas perversiones digitales. “Mandorle” comenzó a grabarse poco después y al principio enfilaba el mismo camino que su predecesor, pero en algún momento pegó un volantazo y se lanzó a toda velocidad hacia un abismo desconocido, y de esa caída libre terminó

Toteking & Shotta “Héroe”

saliendo un nuevo proyecto, Territoire (un nombre, por cierto, que me hace pensar en Guy Débord y sus situacionistas), en el que Arson ya no está sólo: ahora le acompaña gente de reputación tan dudosa como Abel Hernández, Miguel Marín (Árbol), Santiago Latorre, Mursego, Miren Iza (Tulsa), y los chicos de Ann Deveria, McEnroe y Cello + Laptop. Un nutrido grupo de colaboradores, que le ha ayudado a dar forma a un disco oscuro y absorbente, que igual superpone textos enfermizos sobre ambientes aislacionistas (“Ton père”) que se deja enredar entre sonidos de naturaleza industrial (“Overture”), que igual se pliega a un post-rock mutante y energético (la tremenda “Blanc”), que se pierde en una deriva de jazz, hace crecer la tensión a fuego lento (“Vesica piscis”) o se dedica a fabricar canciones tristes y esplendorosas (“Le desert du Namib”). Todo cabe en un disco de producción meticulosa y obsesiva, que sabe como pulsar los resortes emocionales para atrapar al oyente; que zarandea al oyente, que le empuja hacia el abismo con violencia. Un disco salvaje y extremo, delicado y sutil, hermoso hasta decir basta. Un disco que cualquier persona que ame la música debería tener en casa. Vidal Romero

Octubre / SonyBMG

Hip hop. Los hermanos González vuelven a publicar álbum mano a mano para celebrar el décimo aniversario del esencial “Tu madre es una foca” (Yo Gano/SuperEgo, 02). Y “Héroe” no sólo refleja fielmente el recorrido de ambos MCs durante este tiempo, sino también hasta qué punto ha cambiado el mundo en que vivimos, exigiendo mayor compromiso con los tiempos. De la despreocupación gamberra al espíritu de lucha que surca buena parte de los cortes de “Héroe”, un álbum en el que la madurez de Shotta y Tote también marca el tono del cierre con “Muchas gracias” y “Voy a…”. Ambas dan dimensión a un álbum que arranca directo a degüello, con una “Mi política” que aspira a nuevo clásico, con un Griffi sorprendentemente elegante y Frank T desempolvando violines en “Sanse”, mientras van pasando por escena tipos como Juaninacka, Kase O o Swan Fyahbwoy intentando rascarle rimas a dos de las mejores metralletas del rap nacional. La edad les ha sentado bien a ambos. Joan Cabot The Slaves “Ocean on ocean” The Helen Scarsdale Agency

Shoegaze. ¿Cuándo se puede empezar a votar para el disco del año? Digo, ¿cuándo se puede votar para lo mejor de 2010? The Slaves son Barbara Kinzle y Birch Cooper, un dúo de Portland que practica una suerte de shoegaze radical, con drones, voces alargadas, ruidos blancos, teclados plomizos y luminosas ideas negras. Se parecen a otros exploradores del universo post-Slowdive, a Grouper, aunque en vez de ondular sobre la hierba, prefieren hundirse lentamente dentro de sí mismos, o a lovesliescrushing, aunque en lugar de navegar sin fin por el espacio sideral, tienden a replegarse infinitamente sobre su melancolía. Este “Ocean on ocean” fue publicado en realidad hace dos años, en CD-R. Merecía reaparecer porque, a pesar de la alta calidad de todo lo que hacen (como “Spirits of the Sun”, editado por Digitalis este verano), en estos seis temas controlaron como nunca su propensión al heavy, permitiéndoles dibujar un mundo frá-

gil, profundo e hipnótico sin dolor ni desperdicio. De lo mejor. Gloria González

Volcano! “Piñata” THE LEAF LABEL/GREEN UFOS

Rock. Flaco favor se han hecho a sí mismos los chicos de Volcano! al dejar pasar cuatro años entre su segundo disco (el muy colorista “Paperwork”) y este “Piñata” que nos ocupa. Y es que, si en aquel momento el trío de Chicago tenía que lidiar con el rechazo de muchos oyentes, que consideraban su música como algo demasiado complicado, ahora corren el riesgo de quedar encajados entre todas esas bandas que hacen del rarismo y de la copia de Animal Collective bandera. Y sería una pena, porque hablamos de un disco arriesgado y aventurero, que pulsa sin miedo las fronteras del rock. Un disco que, haciendo honor a su título, mezcla sin pudor géneros e instrumentos (a veces dentro de una misma canción: ahí está la estupenda y adhesiva “Fighter”), que adorna todas las esquinas con arreglos sorprendentes y giros inesperados, que cuida los detalles a un nivel obsesivo y que encima gasta un personalísimo sentido del humor. Y lo mejor de todo es que, a pesar del babel de sonidos que lo inunda por todas partes, “Piñata” suena compacto y unitario: el mejor disco de una banda única, que habita en un universo diferente. Vidal Romero Tim Burgess “Oh No I love you” Ogenesis / Coop

Pop-folk. Han pasado nueve años desde el debut en solitario del exlíder de The Charlatans, “I believe” (PIAS, 03). Nueve años son toda una vida. El Tim Burgess de 2012 poco

o nada tiene que ver con ese jovial adolescente psicodélico que cantaba “The only one I know”. Grabado en Nashville, compuesto junto a Kurt Wagner —quien escribe buena parte de las letras— y contando con la colaboración de Marc Nevers, Sean O’Hagan o Carl Broemel entre otros, “Oh no I love you” supone un inesperado y delicioso giro hacia un pop menos obvio en el que los aires de americana se arremolinan en torno al corazón Northern Soul de Burgess. A ratos, cuesta no oír la voz de Wagner en cada latido (en “The economy” incluso intenta imitar su falsete), pero el cantante inglés consigue apropiarse la mayor parte del metraje, rozando de nuevo la grandeza en cortes como “A case for vynil” o la inicial “White”, de paso liberándose del pesado equipaje que supone su pasado. Puede que los que acudan “Oh no I love you” queriendo reencontrarse con el viejo Madchester se lleven una gran decepción, pero para aquellos que no esperen nada de Tim Burgess a estas alturas, este disco va a ser toda una (y grata) sorpresa. Joan Cabot Trestrece “Bajo un nuevo Sol” AUTOEDITADO

Rock. La banda fundada por el mallorquín Javier Ruiz continúa en su segundo disco mirando, desde Madrid, a las islas británicas. Pero a pesar de mantener las influencias cuentan esta vez con una producción más cuidada en comparación con su debut, que ha dotado a las canciones de una mayor solidez e identidad. Al protagonismo de las guitarras se suman efectos y sintetizadores, con el adelanto “Hasta diez” como mejor exponente de esta renovación. La canción, que ya cuenta con un remix, bien puede hacernos recordar a algún que otro hit british style, pero más allá de este hecho no sólo nadie podría discutir su inclusión en la pista de baile, sino que probablemente aparecería en cualquier lista del NME de estar cantada en inglés. Si algo quizás se podría echar en falta en este álbum que nos habla de despedidas y nuevas oportunidades es la inclusión del formato acústico, territorio en el que ya demostraron saber moverse en su EP anterior y que hubiese enriquecido y diversificado su discurso. Iván Tarrés


050/051

discos

To Rococo Rot “Rocket road (1997-2001)” DRAG CITY / COOP

Post-rock. Cuando en 1996 To Rococo Rot publicó su primer disco, la escena independiente alemana estaba en plena ebullición. Multitud de bandas y sellos aparecían de la nada cada semana, y en sus zurrones traían una manera más moderna de entender la música: el pop, el rock y la electrónica no eran ya géneros claramente diferenciados, sino que constituían una suerte de territorio informe y desestructurado, por el que aquellos jóvenes cachorros iban saltando. Fue sin duda una generación feliz y muy prolija (piensen en artistas como Mouse On Mars, Oval, The Notwist, Kreidler o Schneider TM), que sentó las bases para todo lo que vendría después, pero que produjo pocas estrellas; antes bien, la mayoría de aquellos artistas viven instalados en una cómoda segunda división, en la que no les falta cariño por parte de crítica y público, pero que no se traduce en largas giras o grandes ventas de discos. Hijos pródigos dentro de aquel aluvión de bandas, To Rococo Rot no son una excepción a esa regla: en los más de quince años de carrera que llevan a sus espaldas han grabado un puñado de álbumes, casi siempre por encima del notable, que hacen equilibrismos entre el pop, la electrónica, el krautrock y la música contemporánea. Como bien advierte su título, “Rocket road (1997-2001)” reúne los discos que el trío publicó para el sello City Slang, y que lle-

vaban unos cuantos años descatalogados. Tres discos que grabaron al principio de su carrera, y que muestran a la perfección cómo fue evolucionando el sonido de la banda: desde el pop minimalista, salpicado con efectos especiales y aromas kosmische de “Veiculo” (97), a los hipnóticos pasajes de “Music is a hungry ghost” (01), grabado junto al turntablista I-Sound, pasando por esa colisión entre electrónica y postrock (un post-rock amable y luminoso) que supuso el fantástico “The amateur view” (99), un disco que por sí solo ya justifica la compra de esta caja. Pero es que además, lejos de conformarse con los discos originales, la recopilación incluye un libreto generoso en textos y dos decenas de cortes inéditos, repartidos entre los tres compactos; canciones grabadas en las mismas sesiones que éstos, pero que por algún motivo nunca llegaron a ver la luz. Y aunque se puede echar en cara a City Slang que no haya aprovechado para recuperar también los singles y las caras B que la banda grabó en aquella época (que incluyen pequeños tesoros desconocidos como “Rocket fuel” o “The trance of travel”), se perdona porque a cambio cada uno de los discos regala una remezcla realizada para la ocasión por algunos de los artistas favoritos de la banda. Four Tet añade campanitas y especiado digital a “He loves me”; Daniel Miller y Gareth Jones transforman la estupenda “Cars” en un fascinante delirio krautrock y Mira Calix, en una rarísima aparición pública, sumerge las líneas de violín de “From dream to daylight” en un baño de ambient gaseoso. Y entre los tres, ponen la guinda a ese pastel delicioso que es “Rocket road (1997-2001)”. Pura fibra. Vidal Romero

HK119 “Imaginature” One Little Indian / ¡Pop stock!

Vitalic “Rave age” Different / PIAS

Musicón. Me gustaría pensar que el título del tercer largo del francés Pascal Arbez sugiere una mirada irónica sobre la nueva fiebre electrónica entre la juventud americana y mundial y la glorificación de personajes como Steve Aoki o Skrillex, cuyo uso de dinámicas rock aplicadas a la música de baile ya presagiaba Vitalic en su álbum de debut y en ese “Poney EP” (01) con el que irrumpió en escena. Pero más que ironía, me temo que “Rave age” contiene celos y oportunismo. Arbez no ha querido resignarse al papel de antepasado más o menos cercano e intenta subirse al tren del momento con un álbum bochornoso en sus momentos más chicleteros. Se salvan, más por puro músculo que cerebro, “Stamina” o “No more sleep”, pero “Under the Sun” podría ser un remake de la banda sonora de “La historia interminable” y el resto del disco falla en su intento por equilibrar pegada y efectividad pop, en parte por no saber escoger entre gustar a los pasadísimos ravers yanquis o las adolescentes británicas de vacaciones en Magaluf. Si este es el sonido de hoy, creo que paso. Joan Cabot Raglani “Real colors of the physical world”

The National Trio Of Scotland “Christmas album” KARAOKE KALK

Villancicos indies. Así es como somos: nos pasamos la vida relatando en contra de la navidad, sus tradiciones y sus usos particulares, pero en cuanto a alguna de nuestras bandas favoritas se le ocurre publicar un disco o un single con villancicos, convenientemente filtrados a través de un tamiz más o menos indie, corremos a la tienda a por una copia. ¿Ejemplos? Para todos los gustos: el “Christmas” de Low, el “Merry christmas from Yo La Tengo”, la excesiva “Songs for Christmas” de Sufjan Stevens o la muy cósmica y delirante versión del “Little drummer boy” que grabó Lindstrøm hace un par de años. A tan selecto club se acaba de unir el siempre entrañable Bill Wells que, con un puñado de sus colaboradores habituales y la ayuda de un par de amigotes (Norman Blake y Jad Fair, nada menos), ha reescrito una docena de canciones tradicionales utilizando esa caligrafía suya, tan entrañable y particular, que está destilada a partir de una mezcla de ingenuidad, pulsión jazz, vanguardia juguetona y pop clásico. Es así como consigue que melodías tan reconocibles y trilladas como las de “Jingle bells”, “Oh xmas tree” o “Carol of the birds” emerjan desde una nube de instrumentación frágil y jugueto-

na, en la que el piano ejerce de protagonista, los samples extravagantes ponen la nota de humor y un cálido coro de voces, que parece recién salido de alguna taberna escocesa llena de mugre, añade el acento emotivo. Ideal para gente sensible, para vaciar botellas de coñac del bueno o para ahuyentar a cualquier Míster Scrooge que se nos acerque en tan señaladas fechas. Vidal Romero Varios Autores “The Cinematic Orchestra presents in motion #1” NINJA TUNE / PIAS

Neoclásica / Banda sonora. He aquí la primera entrega de una serie que comisiona la principal figura de Cinematic Orchestra, Jason Swinscoe, para su sello Motion Audio. Además de incluir tres temas nuevos de su banda, el inglés se rodea aquí de algunos de sus músicos preferidos para crear un álbum que se inspira en siete cortos de diferentes épocas y realizadores. Acompañados por un cuarteto de cuerdas, las composiciones de Cinematic Orchestra suenan quizás más cerca que nunca a su búsqueda de la fusión entre música y cine, creando atmósferas que nos llevan de la calma a las melodías in crescendo, del suspense a la épica. A su vez, y pese a recoger inspiración de distintas fuentes, encajan de forma natural en el conjunto la cadencia del piano de Austin Peralta, las apariciones de saxo de Tom Chant para las piezas de Dorian Concept o la melancólica guitarra acústica de Grey Reverend. Una obra no tanto para buscar y reproducir las imágenes que dieron pie a su creación, sino para crear unas propias con los ojos cerrados. Iván Tarrés

Pop electrónico. No sé si Björk cuando fichó para su selllo a Heidi Kilpeläinen era plenamente consciente de que estaba creando un monstruo. Puede que tuviera buenas intenciones, por entonces Kilpeläinen no era más que una interesante artista finlandesa afincada en Londres, donde experimentaba mezclando artes plásticas, crítica de la vida cotidiana y electrónica lo-fi bajo la identidad ficticia de HK119. Siete años más tarde, Kilpeläinen/HK119 reaparece con un tercer disco de pop electrónico barroco y opresivo donde, entre otras cosas, rinde homenaje a un chamán que conoció practicando excursionismo por Brasil y canta mucho con voz de cantante de cabaret trasnochada letras insípidas sobre los árboles, la primavera y la naturaleza en general, redactas en un inglés limitado (estremecedora “Iceberg”, donde, entre clichés, pide a gritos que no la estereotipes) (¡no lo hagas!), todo ello interpretado en la compañía agradable pero no redentora de Christopher Berg, famoso (en cierta medida) porque ha mezclado discos de The Knife. Gracias, Björk. Gloria González

Race Horses “Furniture” STOLEN / PIAS

EDITIONS MEGO

Kosmische. Eterno protegido de la familia Emeralds (sus miembros se lo llevan de gira cada vez que tienen ocasión y le han buscado un nuevo hogar en Editions Mego), el norteamericano Joe Raglani comparte con sus papis adoptivos la obsesión enfermiza por los sintetizadores modulares y por la kosmische más planeadora y ambiental. Dos obsesiones que traduce en piezas largas, de naturaleza volátil y expansiva, en las que se superponen drones, teclados planeadores, todo tipo de arpegios sintéticos y muchos efectos especiales. “Real colors of the physical world”, su tercer disco en casi una década de carrera (aparte de la inevitable ristra de casetes y compactos grabables de rigor), es también el más marciano hasta la fecha, tanto por fuera (es un doble vinilo, uno de doce pulgadas y otro de siete) como en el interior. Las dos piezas largas funcionan como pequeñas sinfonías mutantes, puzles fragmentarios y un poco dispersos, que van llenando el aire a su paso con una amplia gama de sonidos: drones, grabaciones de campo, voces con vocoders y todo tipo de sintes. Sonidos que, más que tocados, parecen depositados con un cuidado extremo en distintos planos del espacio, lo que le da a todo el disco una extraña cualidad atmosférica y hace que gane muchos enteros cuando se escucha con cascos o, mucho mejor, en un buen equipo a volúmenes inapropiados. Y en cuanto al single, contiene dos estupendas canciones de pop cósmico con sintetizadores burbujeantes, melodías adhesivas y ritmos alambicados que, comparadas con las piezas más largas, vendrían a ser como volver a ver el sol después de un intenso paseo por el lado oscuro de la luna. Grande. Vidal Romero

Pop. Esto no es una carrera. No se trata de alcanzar la mayor velocidad con la idea entre ceja y ceja de ser el primero. Se trata de saber llegar hasta la meta, alcanzar el final con garantías, teniendo la serenidad de haber hecho lo que tocaba en cada punto del recorrido. Pese a su vertiginoso nombre, los galeses Race Horses parecen tener bien aprendida esa lección. Tales miras les han llevado a dar el giro adecuado a su sonido en este segundo disco. Después de aquel notorio debut de aires sesenteros que supuso “Goodbye Falkenburg” (Fantastic Plastic, 10), “Furniture” se presenta robusto y repleto, un disco sólido que guarda sus galas en innumerables cajones abundantes en bajos cálidos, sintetizadores y rítmicas ligeras, junto con coros livianos y confortables; todo ello guardado tras unas puertas con espejos que ofrecen reflejos plateados de las mejores cadencias ochenteras. Meilyr Jones da honda prestancia a su voz en los versos, y le confiere densidad volátil en los estribillos. El sonido de la banda desborda carisma en cortes como “Nobody’s son”, que lo mismo descubre aspectos tangenciales a Ultravox que a Pulp. Resulta irresistible el vertígo ciclotímico de “What am I to do”, con ese minimalismo estructural, basado en la repetición obsesiva de su estribillo y la ansiedad de un punteo rasgado y urgente, en busca del clímax. Los falsettos dramáticos de ese fabuloso melodrama sobreactuado que es “Bad blood”, o la estática sobrecogedora de “My year abroad”, constatan la brillantez de un disco que, eso sí, por momentos se muestra excesivo y autocomplaciente, léase “See no green”. Con todo, es posible que Race Horses no hayan alcanzado todavía el podio, pero, con ese galope ágil, empiezan a tomar verdadera ventaja. Albert Fernández


Scott Walker “Bish Bosch” 4AD / ¡Pop Stock!

Gabriel Saloman “Adhere” MIASMAH

Neoclásica. Teniendo en cuenta el volcánico nivel de actividad que registró Yellow Swans durante su corta existencia (más de cincuenta referencias en poco más de seis años, y al menos otras veinte editadas de manera póstuma), resulta sorprendente que Gabriel Saloman haya tardado tanto tiempo en volver a dar señales de vida. “Adhere” es su primer disco desde la disolución del dúo que compartía con Pete Swanson, allá por 2008, y le muestra en un territorio completamente inesperado, mucho más cercano al dark ambient y la neoclásica que al noise cazurro al que nos tenía acostumbrado. Basta con que empiece a sonar el primer tema, con ese trenzado de cuerdas temblorosas que terminan por dar forma a un drone oscurantista, con esos metales que aparecen desde un segundo plano, para darse cuenta de que el cambio es radical. Una sensación que se acrecienta en cortes sucesivos, en los que el piano adquiere un papel protagonista y en las que aparecen percusiones que tienen un aire marcial y utilizan tiempos extravagantes. De hecho, esta nueva encarnación de Saloman sólo comparte con Yellow Swans el uso de ciertas estrategias: la utilización masiva de los drones, la manera en la que maneja los volúmenes de la mezcla, dando más importancia a ciertas capas de sonido en cada momento para aumentar la presión sonora sobre el oyente o la aparición ocasional de guitarras en feedback. Todo lo demás supone una completa reinvención del personaje, una segunda vida que, a tenor del contenido de “Adhere”, tiene por delante un futuro esplendoroso. Vidal Romero Roedelius + Chaplin “King of hearts” SUB ROSA

Neoclásica. Ejemplo de vitalidad inmarchitable y de coherencia ideológica, Hans-Joachim Roedelius sigue, con casi ochenta años cumplidos, manteniendo una actividad musical prolífica, en la que no caben las posturas acomodadas. “King of hearts” le muestra en una de sus facetas menos conocidas, la de pianista, y con un compañero de ilustre apellido, Christopher Chaplin (hijo de Charles, para los aficionados al gossip). Los dos se conocieron cuando un programa de la BBC los juntó para un concierto especial, en el que Roedelius tocaba el piano y Chaplin grababa y remezclaba en directo lo que sonaba (un poco a lo Sakamoto y Noto, ya saben), y como les gustó lo que salió de allí, decidieron oficializar su relación y seguir trabajando de cara a un álbum. Un disco que llega ahora, y que mira sin sonrojo a los maestros de la música contemporánea: no es difícil encontrar referencias a Schoenberg, Satie y (por supuesto) John Cage en esta docena de piezas, que juegan con notas y melodías en dispersión, manejan los silencios con habilidad y disfrutan sacándole el jugo a un piano preparado. Pero más allá de la calidad de las improvisaciones de Roedelius, lo que hace muy interesante a “King of hearts” es el trabajo de producción y remezcla de Chaplin,

que es sutil y nada invasivo: añade ecos y sonidos de cuerda entre las grietas que deja el piano, colorea los fondos con pinceladas digitales (drones, zumbidos y electricidad estática) y pervierte ligeramente las pistas originales, difuminando con habilidad la frontera entre partes reales y partes remezcladas. Y el resultado es un disco que bascula entre el ambient y la neoclásica, que coge lo mejor de ambos mundos y lo amalgama con una clase y finura envidiables. El viejo zorro sigue en forma, y además sabe con quién se tiene que juntar. Vidal Romero

Calvin Harris “18 months” SonyBMG

Electrocani. Nunca me habrán leído a mí criticarle a un disco el exceso de hits, pues bien, ésta será la primera vez. El bueno de Calvin Harris se ha cascado un disco de 15 temas de los cuales la mitad ya los habíamos escuchado. Dejando aparte el tema del morro y la vagancia de compilar temas que has sacado hace aproximadamente ochocientos años (“We found love”, con Rihanna) y meterlos en tu nuevo disco, el verdadero problema de “18 months” es que si bien ese montón de singles ultrapisteros funcionan bastante bien por separado, juntos saturan. Si el teclado de David Guetta tenía dos teclas, Calvin Harris empieza a parecer que sólo tenga un filtro y una estructura: la del subidón eterno. Ay, diosito, cómo cambia la vida, quién me iba a decir a mí que acabaría criticando un disco que va de arriba a más arriba, pero es así: tanto subidón, tanto puño alzado, tanta melodía ultratarareable, cansa. El hecho de que hayas oído ya cien veces “Sweet nothing” con Florence Welsch o “Bounce” con Kelis, pues, claro, tampoco ayuda. Pero al césar lo que es del césar, y Calvin Harris es el rey de las pistas del polígono y punto pelota. Futura banda sonora de “Gandía Shore: los mejores momentos”, lo cierto es que no hay mejor disco para darlo todo, para bailar como un martillo hidráulico y acabar poseído por el járcor. Palabrita. Virginia Arroyo Getatchew Mekuria & The Ex & Friends “Y’Anbessaw Tezeta” Terp

Jazz. Si la unión hace la fuerza, aquí tenemos un coloso capaz de reunir dos generaciones de músicos tan comprometidos en lo político como en lo musical: los míticos punks holandeses The Ex y el etíope Getatchew Mekuria. A ellos se suman los saxofonistas Ken Vandermark y Brodie West, además de un elenco de músicos embarcados en la creación de un álbum de estudio que lleva años gestándose tras su encuentro en una extensa gira que les envió a los principales países de Europa, África y Estados Unidos durante más de seis años. Como resultante, la combinación de guitarras barítono con los elementos jazzísticos de Mekuria y, amigos, es fascinante. Explosivos y cósmicos desde la trepidante “Ambassel” hasta “Zerafewa/ Eregedawo” no hay respiro. Para redondear la adquisición, el disco se complementa con un segundo CD que contiene una de las grabaciones en directo de la gira y un libreto en el que se incluyen

Cantautor. Aunque no exista una síntesis directa entre sus trabajos, “Bish Bosch” puede entenderse como el cuarto de los discos de su época de cambio —sin contar su colaboración a la banda sonora del filme de Leos Carax “Pola X”—. Etapa que quedaba inaugurada con “Climate of the hunter” en 1983, regenerando el concepto de crooner y emprendiendo un nuevo periplo musical en pro de la experimentación, mezclando elementos estilísticos y sin apenas fronteras económicas en su producción. “Bish Bosch”, a diferencia de los demás, es el primer disco que se ha alimentado de una promoción que aprovechaba el auge de las redes sociales sin necesidad de pasar por entrevistas ni presentaciones: meses antes de su salida, ya se daba a conocer a medio planeta con un tráiler que incluía algunas imágenes de su manufacturación. Entre estos seguidores, la mayoría se reconocían sabedores de sus peripecias al frente de los Walker Brothers y hasta incluso su faceta más clásica de su etapa en solitario para el sello Fontana durante los años sesenta. Ahora bien, para entender “Bish Bosch” es aconsejable haber pasado antes por el anteriormente mencionado “Climate of the hunter”, luego “Tilt” (Fontana, 95) y, por último, “The drift” (4AD, 06), ordenadamente y sin perder detalle. Se impone tener un conocimiento de

fotografías y un artículo firmado por el propio Vandermark. Matías Bosch

Brian Eno “Lux” warp / pias

Ambient. Tras las recientes colaboraciones junto a Rick Holland, Jon Hopkins y Leo Abrahams que se han repartido en su actual discografía y poco después de haber creado maravillas como su versión para iPad titulada “Scape”, en la que se ofrecía la oportunidad de sintetizar sonido e imagen al usuario, Eno vuelve con un disco íntegramente en solitario en el que explora nuevamente sus raíces. Se anhelaba un retorno de este Brian Eno, el mismo que parió y alimentó el género del ambient durante la década de los setenta con discos tan o más brillantes que este “Lux”. Su vuelta trae consigo el terso aroma de obras maestras como “Discreet music” (75), “Music for films” (78) o “Ambient 1: Music for airports” (78) que consiguieron influenciar a toda una generación de músicos que hoy se extiende hasta el infinito. “Lux” se divide en cuatro composiciones que rozan la media de los 20 minutos cada una, sumando el total de hora y cuarto, en las que el genio británico vuelve a jugar con atmósferas ingrávidas a través de la reverberación de pianos, cuerdas y añadiendo a éstos diversos efectos de sintetizadores. “Lux” está inspirado en la instalación que le llevó hasta Turín (Palacio de

su obra más reciente para poder siquiera vislumbrar un atisbo del camino por el que Scott Walker hace circular su música y sus ideas. Cualquier parentesco con sus éxitos cosechados en su juventud, desaparece en la niebla. Aun habiéndose embarcado de pleno en su discografía, “Bish Bosch” vuelve a ser un disco de acceso limitado, complejo, situado más allá de las concepciones de la oscuridad y lejos de cualquier convencionalismo. Superproducido, con un abusivo (enfermizo) uso del sampler y poseedor de arreglos fastuosos que tan pronto se acercan al industrialismo como a la samba. En esta ocasión prescinde de orquesta, pero saca el máximo partido a los riffs de la guitarra de su colaborador James Stevenson, exprime los sintetizadores de Mark Warman y aprovecha la sección rítmica de Ian Thomas (batería), Alasdair Malloy (percusiones) y John Giblin (bajo). Una vez más, someter a análisis el universo musical y poético que se aglutina en sus discos es una tarea que requiere una predisposición máxima por parte del oyente: sus textos vuelven a estar colmados de mensajes cifrados, citas bíblicas e históricas y situaciones geográficas que, con ayuda de su música, ayudan a resolver pistas, pero que dejan tras sí un entramado de interrogantes. “Bish Bosch” es un universo aparte que, como declara su propio autor, tiene la intencionalidad de unir el cielo y el infierno a lo largo de los setenta minutos más atrevidos del año. El resto de elucubraciones quedarán al servicio del oyente, ya que, para resolver el misterio de su música, se requieren algo más que palabras. Matías Bosch

Venaria) y que respondía al mismo nombre, en la que desarrolló una combinación de disciplinas que tenían como propósito la investigación entre el espacio y el sonido. Eno invita de nuevo al sosiego, al silencio, alzándose como la mejor posibilidad de escape musical del infernal estrés que abarca la velocidad de lo cotidiano. La decisión de su creador de optar por un retorno al estilo minimalista está más que justificada y llega en el momento idóneo en el que su música se convierte en una necesidad para romper ataduras con un mundo en constante movimiento. Eno recuerda al oyente que su música, por mucho que pueda ser clasificada fácilmente en un género, difícilmente llegará a poder encajarse en una época. Con “Lux”, más allá de repetirse en la labor de crear ambientaciones, subraya que su obra se caracteriza por ser atemporal y perpetua. De nuevo sublime e insistentemente recomendado. Matías Bosch HOUSE vs HURRICANE “Crooked teeth” We Are Unified / ¡Pop Stock!

Metacore. Si dicen que el tercer disco debe ser el de la confirmación para una banda, en el caso del grupo de metalcore de Melbourne HOUSE vs HURRICANE no puede haber llegado en un momento peor. Con cambio de vocalista incluido, “Crooked teeth” abandona una de las señas de identidad de la banda, el uso agresivo y hábil de los sintetizadores, para acabar abrazando una propuesta ramplona, lineal, como mucho correcta, y que no destaca más allá del sonido bien pulido y solvente. Los sólidos riffs (“Blood knuckels”) y algunos detalles imaginativos (“Big troubles”) sacan puntualmente al disco de la uniformidad pero no consiguen hacerlo despegar y finalmente resulta totalmente alimenticio. Jesús Sáez


052/053

discos maxis / libros-dvds-cómics

+maxis Cloudland Canyon “Born blonde” TRENSMAT, 12”

Cloudland Canyon continúan ese viraje hacia la electrónica que ya avanzaba hace unos meses el estupendo “Aureliua” con un maxi que, en las dos caras de un vinilo rosa espectacular, esconde dos auténticas epopeyas espaciales; una cornucopia de sintetizadores analógicos, efectos especiales y nubes de ruido que es de lo mejor que los aficionados a la música cósmica pueden llevarse a sus estanterías en este año que se nos acaba. La cara A, “Born blonde”, comienza gaseosa y ambiental, sostenida en una eterna subida de tensión, que a mitad de tema estalla con un ritmo seco y una línea vocal que es pura lisergia. Y una fórmula parecida sigue la cara B, un “Sea cycles” que arranca entre burbujeos sintéticos, para terminar desvelando un ritmo disco enfebrecido y brutal, sobre el que caen todo tipo de distorsiones y sintetizadores ariscos. Para bailar con los dientes apretados. VR

Laurel Halo “Sunlight on the faded” HYPERDUB, 12”

Todas las virtudes del estupendo “Quarantine” (las ensoñadoras líneas de voz, los ritmos alambicados, esas melodías que se superponen, que caen en cascada) aparecen de nuevo en la esplendorosa “Sunlight on the faded”, una de esas canciones que se pueden pinchar una y otra vez, sin que pierdan nada de su magia, y que está entre lo mejor que Hyperdub ha publicado este año. La cara B redondea el invento con una versión dub que elimina las voces, multiplica las capas melódicas y añade una base rítmica oscura y quebradiza, que parece arrancada de algún maxi de jungle de los primeros noventa. Brutal. VR

Dead Skeletons “(Ord)”

Textos

muerte un arte, regresan con veinte minutos de elevado poder psicodélico. “Odaudled org” es uno de esos mantras hipnóticos, anclados a un ritmo monótono, que saben hacer mejor que nadie: un festival de distorsiones que avanza hacia el cosmos a toda velocidad; “Dead is god”, una de las mejores canciones que la pareja ha grabado nunca, es una adhesiva pieza de space rock con estribillo repetitivo y un riff de guitarra tremendo; “Cemalim” muestra su cara más legañosa y ambiental, y abre el camino para “Odaudled org (museum mix)” una remezcla que retira los ritmos y añade filtros de ecos, para aumentar (aunque parezca imposible) las propiedades espaciales del original. Brillante. VR

blica Sonic Pieces. Totland, en la cara A, se estrena en solitario con tres piezas tan cortas como intensas, que bañan líneas de piano impresionista con tímidos ambientes en claroscuro y apagadas grabaciones de campo (con resultados especialmente conseguidos en la muy bonita “Ro”). Erik K. Skodvin, en la otra cara, prueba a mezclar percusiones deslavazadas y guitarras en feedback, y consigue esculpir una pieza de dark ambient, de naturaleza misteriosa y opresiva, que mira de reojo a la música concreta. Y entre los dos se apañan un single estupendo, un capricho que hay que tener en casa. VR

HTRK / Tropic of Cancer 
 “Part time punks radio sessions”
 Ghostly International

Aquellos que estén atentos a la escena underground de Los Ángeles saben de sobras que apuestan a caballo ganador. Mina inagotable de talentos y hipsters, el sello Ghostly International se anota un tanto de caza goles a lo Julio Salinas: la edición del directo en el mítico programa de radio del colectivo Part Time Punks de dos de las bandas más en forma dentro de la escena minimal wave. El 12’’ recoge equitativamente una cara por grupo; tres temas por barba. El trío HTRK, pese a su inapelable frialdad industrial, envuelve sus temas en un manto de pop electrónico neolítico (“Fascinator”, “Synthetik”) que resulta extremadamente evocador. Tropic of Cancer, por su parte, aporta más oscuridad y desconcierto, gracias a la melancólica -y tétrica- voz de Camella Lobo que conduce unos temas sacados de la nevera new age (“Temporary vessels” es puro 80s). Un tête à tête glorioso que anuncia la llegada de un crudo invierno. BV

Otto A. Totland + Erik K. Skodvin “Harmony from the past” SONIC PIECES, 7”

SOUND OF COBRA, 12”

Michael Price “A stillness” ERASED TAPES, 10”

Teniendo en cuenta que el último fichaje de Erased Tapes es un tipo que se gana las habichuelas escribiendo bandas sonoras para el cine y la televisión (pueden encontrarle en “Sherlock”, en “Hijos de los hombres” o en “Band of brothers”, por ejemplo), no es raro que las cuatro piezas que contiene “A stillness” se plieguen a ese minimalismo de tintes cinematográficos que tanto gusta en el sello berlinés (y que tanto nos gusta en esta santa casa). Cuerdas temblorosas, cuidados cambios de intensidad, arreglos cargados de épica (como los de la preciosa “A bridge”) y melodías luminosas: mimbres de sobra conocidos por los aficionados a la neoclásica, que Price maneja con mucha sensibilidad y sabiduría. Queremos más. VR

Shelter Point
 “Forever for now”
 Hotflush, 12”

Un año después de lanzar a las calles el brillantísimo “Magick dead”, estos dos islandeses que han hecho de la fascinación por la

Varios Autores “10/11/12 (M!RA 2012)” LAPSUS, 12”

Más que un recuerdo del M!RA, ese festival tan pequeño en tamaño como grande en corazón, este bonito vinilo (de diseño impecable, como todo lo que hace Lapsus) puede entenderse como una ocasión perfecta para tomar el pulso a la escena IDM que se cuece ahora mismo en nuestro país. Y es que, quitando a unos invitados de lujo, que aportan un puñado de temas inéditos entre el ambient

Los dos miembros de Deaf Center, esta vez por separado, se reparten “Harmony from the past”, uno de esos siete pulgadas, de diseño espectacular, que de vez en cuando pu-

y el baile horizontal, la mitad del disco se lo reparten artistas locales, todos ellos favoritos de esta casa: Wooky adelanta las líneas de su inminente debut en Spa.rk con “Thalassa”, un tema alambicado y vibrante; la delicada y misteriosa “Downwards” nos recuerda que ha pasado mucho tiempo desde que los vagos de Eedl publicaron su último disco (queremos uno nuevo, es decir); Pina enseña su cara más amable en un “Cluster beacons” que, nobleza obliga, viene repleto de ritmos gordos y suciedad ambiental; y bRUNA cierra la colección con un “The way” que es puro delirio noventas, y que sirve como avance del esperado “Thences”. Añadan los temas que aportan el siempre juguetón Kettel (“Pigeon satellite” es una joyita), esa joven promesa que es Julien Mier, Floex (la épica “Mecholup (gravity step mix)” es de lo mejor del lote) y Gros, que se acercan al post rock con “Stadt Hamburg”, y tendrán entre las manos una de las mejores recopilaciones del género que se ha publicado en toda la temporada. Vidal Romero

¿Que Mount Kimbie hacen las maletas para marcharse a Warp? No hay problema, a Paul Rose aka Scuba le basta con basarse en su fino olfato para encontrar con qué rellenar la vacante libre. Los elegidos son dos misteriosos jovenzuelos de Londres que responden por el nombre de Shelter Point. Su modus operandi consiste en ejecutar electrónica que colinda entre la delicadeza y el gusto por cuidar los detalles de James Blake (las voces modificadas a golpes de pitch en “Forever for now”) y la bass music reblandecida y pasada por el filtro del pop (“Sleep easy”). Un total de cuatro cortes intimistas, de graves punzantes y crujidos acústicos que, si bien pueden resultar demasiado familiares, acabarán por conquistar un rincón de tu estantería. BV

Tadeo “Anu- An E.P” 
Another Intelligence, 12”

El techno patrio sigue de celebración en celebración, como en la selección de fútbol pero con más sinapsis neuronales de por medio. Miguel Sar aka Tadeo, sospechoso habitual en la cabina de la sala The Loft y productor en claro ascenso, pone su granito de arena con la primera publicación en Another Intelligence, fundado por él mismo y subsello de la matriarcal Cyclical Tracks. Tadeo propone un viaje de puro techno alrededor

Vidal Romero y Beto Vidal

de cuatro temas sólidos y contundentes que establecen puente aéreo con la ciudad del motor. Techno vigoroso —muy Dettmann— que también se deja embadurnar por toques de psicodelia (“The visitor at ground” y “Planet mutation” resultan alucinógenas). Canciones rocosas, secas y bien pulidas que conforman un EP sobrio y altamente efectivo para bailar narcotizado. BV

Tevo Howard
 “What is sound?”
 Permanent Vacation, 12”

Pocos productores relevantes de la escena house de finales de los ochenta —es decir, cuando se troceaba y partía el bacalao— pueden presumir de seguir rayando un nivel hoy en día ya no solo óptimo, sino de calidad certificada. El veterano Tevo Howard forma parte del colectivo ‘de los buenos’ y viene a doblar la apuesta que empezó con Permanent Vacation —ese gran sello de house— en 2010, con la publicación del fantástico “What is noise?”. El de Chicago explora toda la paleta de posibilidades que ofrece el house desde su pureza embrionaria. “Pump and bounce”, por ejemplo, burbujea a través de una sinuosa melodía de sinte apagado que acaba siendo adictiva hasta decir basta. “What is sound” es su típica irresistible pieza hipnótica y mental, mientras que en “You have a way with words”, Howard se tira a la piscina con un electrizante track de factura impecable. Es decir, un maxi pura sangre que hará las delicias de los paladares más exigentes. BV

U
 “Eah”
 ManMakeMusic, 12”

El sello —corto en vida pero rebosante de calidad— del niño mimado de la escena house mutante de UK, George Fitzgerald, lanza un misterioso 10” planchado solamente 300 veces que bien podría ser la enésima gamberrada a cara cubierta de Joy Orbison. Dos cortes parcos en duración (unos dos minutos por tema), pero que condensan la esencia del deep-house rico en tensión ambiental. Valga como ejemplo el clásico instantáneo que supone el himno bass “Eah”, un ritmo entrecortado que cabalga sobre un sinte roto y sucio que huele a triunfo. Rellenan los surcos otras lindezas como las piezas R&B pasadas de rosca (“Haunted”) o la diluida en 2step acuoso “Heaven”, así como la muy James Blake — de “Klavierwerke”— y viscosa “Evis spirit”. Un maxi deslumbrante del que sólo falta saber quién está detrás: un polluelo debutante o bien un productor travieso. BV

Varios Autores “Round about EP” SLOW TOWN, 12”

El sello francés Slow Town presenta su escudería en sociedad con un vinilo que hace honor a su nombre: cuatro pistas de deep house, cocinado a baja velocidad, y que parece más orientado a la escucha horizontal que al baile vertical. Al menos eso es lo que sugiere el “Shinebox” de Joe Babylon, que sumerge un ritmo repetitivo entre ecos y efectos especiales. Más clásicos, Tomas Es añade gotas de disco de los noventa en “Pimpin’ aint easy” (piensen en Motorbass y acertarán), mientras que Khalil apela al Chicago más clásico con un “Never mind 20” que es lo mejor del lote. Un innecesario remix de “Shinebox”, que vulgariza las virtudes del original, supone el único punto negro en un debut notable. VR


Gary Spencer Millidge “Alan Moore: Storyteller” planeta deagostini

Escrita por Gary Spencer Millidge, “Alan Moore: Storyteller” se publicó el año pasado en Ilex, una editorial de libros más visuales al estilo de Taschen o Phaidon. Por eso destaca, sobre todo, su cuidada selección visual en la que se ha conseguido reproducir imágenes de todos los cómics que el creador de John Cosntatine ha publicado a lo largo de más de tres décadas. “Alan Moore Storyteller” es una obra concienzuda, se nota que Gary Spencer Millidge ha empleado horas y horas escarbando en la historia del barbudo de Northampton e investigando todos los movimientos artísticos de una figura única en su medio. El libro comienza contándonos la pobre infancia de Moore en los suburbios de Northampton, pero sin dramatizarla. Como el propio Moore indica, recuerda más cosas alegres que tristes y no se dio cuenta nunca de la paupérrima situación económica de su familia hasta que fue al instituto en otro barrio. Expulsado del colegio por vender LSD, el joven Moore buscó pronto su vertiente artística en asociaciones culturales que comenzaban a publicar los primeros fanzines en Inglaterra. Culo inquieto, Moore comenzó como dibujante con varios

“Before Watchmen: El Comediante” Brian Azzarello y J.G. Jones

trabajos, pero su dibujo lento (y bastante deficiente, todo sea dicho) le obligó a buscarse una alternativa como guionista. Y no le fue nada mal. En la década de los ochenta facturó varias obras maestras del género como “Watchmen”, “Miracleman”, “V de Vendetta”, “La Cosa del Pantano” o “Capitán Britania”. Comprometido a muerte con su integridad artística, Moore acabó huyendo del cómic mainstream a finales de los ochenta refugiándose en editoriales independientes donde creo obras tan increíbles como “From Hell”, “Lost girls” o la inconclusa y majestuosa “Big numbers”. En los noventa volvió al cómic más mainstream trabajando para la editorial independiente Image (sólo para volver a tomarle el pulso al género) y luego fundó su propia línea de cómics superheroicos, ABC, en los que creó la divertida “La Liga de los Hombres Extraordinarios”, la mágica “Promethea”, “Top Ten”, “Tom Strong” y varias más. Actualmente está semi-retirado del mundo de los cómics, aunque su carrera como escritor no ha dejado de crecer gracias a su extensa obra en prosa (que se puede rastrear en mil publicaciones) y su creciente interés como autor de espectáculos de perfomances psicogeográficas en las que Moore (junto a amigos músicos como David J de Bauhaus) desarrolla historias tan inquietantes como “El amnios natal” y “Serpientes y escaleras” (convertidas en cómic por Eddie Campbell). En definitiva, una obra tan extensa que el autor se olvida rápidamente de la vida personal de Moore para centrarse en su gran vida artística. Manu González

+libros Alan Licht y Will Oldham “Bonnie ‘Prince’ Billy por Will Oldham”

Serial Cut “ExtraBold” index book

Contra

Nos faltaba un libro del cantautor estadounidense más importante desde Bob Dylan. Pero no un libro en el que se contara qué tal le fue en el instituto en Louisville, cómo se hizo amigo de los de Slint o qué le dijo Kanye West cuando participó en su vídeo. Afortunadamente, este libro (una entrevista maratoniana conducida por el músico Alan Licht) no es un edificio que pelea por ganar metros de altura, sino un abismo oceánico que nos lleva directos al corazón de Will Oldham, a la mente de un creador obsesionado por el control de todo lo que rodea a su obra: la composición, la edición, el arte, la producción y hasta la distribución de sus discos. El recorrido biográfico está presente, pero no es crucial. Lo importante, lo que de verdad marca la diferencia con respecto al resto, es lo claro y depurado que tiene Oldham su papel: “En cuanto respetas la distancia del otro, automáticamente tu vida mejora. Lo único que sé dar es música”. Reconforta confirmar que en algunos casos la sensibilidad extrema no es incompatible con el sentido común. Ni con el sentido del humor. Pepo Márquez

Tratándose de Serial Cut, el estudio español de diseño especializado en la dirección de arte y que ha colaborado con clientes como Absolut, MTV, Nike o Sony, es fácil comprender el por qué del título. Serial Cut destaca por la creación de un imaginario visual de gran densidad donde tipografía e imagen son ingredientes que siempre suman. Aquí la norma es “más es más”, y como el tiempo demostró que la fórmula les ha funcionado, no escatimaron a la hora de crear un libro que, efectivamente, es mucho más que un portfolio. Nueve artistas internacionales, Alex Trochut, Bartholot, Grandpeople, HelloHikimori, Julien Valleé, Romain Lenancker, Mr.Oso, Plenty y Studio Output, fueron invitados a recrear versiones de algunos de sus trabajos. Además, el libro se complementa con una aplicación (sólo para iPhone/iPad) que utiliza la realidad aumentada ofreciendo acceso a extras como vídeos, imágenes tridimensionales o ampliaciones para apreciar mejor sus detalles, como si de geometría fractal se tratase. Fabian Taranto

cómics

ecc ediciones

Ya tenemos en España los primeros números de las polémica saga “Before Watchmen”, las colecciones que recuperan el oscuro universo heroico que el guionista Alan Moore y el dibujante Dave Gibbons crearon en 1986 y considerado por muchos como uno de los mejores cómics de la historia. En diciembre se publica las cinco primeras colecciones (las dedicadas a El Comediante, Minutemen, Espectro De Seda, Buho Nocturno y Ozymandias) y en febrero se publicarán los números de las series dedicadas a Rorschach y Dr. Manhattan. Aunque todas tienen algo mínimamente reseñable, he seguido atentamente la serie de “Before Watchmen: El Comediante” como fan del guionista Brian Azzarello que soy. El autor de “100 balas” obvia el material existente (como casi siempre) para dar su versión más cruel y controvertida de Eddie Blake, el personaje más icónico del “Watchmen” original (y eso que muere en el primer número). Como en casi todo cómic de Azzarello, política y crimen organizado (en la época de JFK) conviven en una serie que gracias al detallista arte de J.G. Jones se hace bastante entretenida de leer, más allá de la polémica de si era necesaria una precuela de una obra maestra del noveno arte. Manu González

“La piel del oso” Zidrou & Oriol NORMA

“Los Cuatro Fantásticos” Mark Millar y Bryan Hitch

“Maldito planeta azul” Joni b PERIFÉRICA

Panini

El belga Benoît Drousie, conocido con el sobre nombre de Zidrou, se está revelando en los últimos tiempos como un sensacional director deportivo del séptimo arte, alguien con un olfato formidable para avistar genios entre la cantera de artistas españoles. Zidrou reclutó a algunos de los ilustradores más respetados en la península para llevar a cabo “La Vieille Dame”, y, junto al catalán Jordi Lafebre, alumbró la espléndida “Lydie”. Así pues, era de esperar que Oriol Hernández fuera el gran hallazgo de “La piel del oso”. Y lo es, el solo trazo gentil de este artista patrio, su manera de componer rostros angulosos, de facciones geométricas e imperfectas a un tiempo, más la expresividad de la que dota a sus personajes, y la artística vivacidad de sus colores, hacen que valga la pena hacerse con este libro. A su servicio, una historia de gánsteres, amantes y venganzas emocionales, donde Zidrou imbrica el pasado con el presente mediante la larga tenaza del tiempo. Albert Fernández

Es de esos tebeos que necesita leerse cuando el tiempo ha marcado las distancias. En el momento de su lanzamiento, el binomio Millar-Hitch llegaba con el currículo al rojo vivo, justo después de haber levantado pasiones con sus Ultimates, unos Vengadores de gusto cinematográfico, consecuencia directa de lo ensayado por Millar en “The Authority”. En ese sentido, estos “Los Cuatro Fantásticos. Los mejores del mundo” no estuvieron a la altura, más por Hitch que por Millar: al dibujante se le notaban la presión del plazo de entrega, y las páginas de destrucción y despiporre se notaban mordidas por las prisas. Rescatada ahora, la etapa se muestra divertida, en algunos momentos genial aunque en otros se queda simplemente en correcta, pero nunca tan novedosa y revolucionaria como se pretendía. Pese a todo, lo dicho, una lectura divertida para una serie que sería la perfecta antesala para la mítica etapa de Jonathan Hickman. Xan Pita

¿Y si la identidad secreta de Superman no fuera Clark Kent, sino Holden Caulfield, el desapegado adolescente que protagoniza “El guardián entre el centeno”? Ah, no, Superman no: Supermán. Porque pongamos además que ese hombre de acero, capaz de ver a través de la materia, volar sobre los edificios y doblar cañones a super-velocidad, es además argentino, con acento profundo y adicción a su matito. Esa disparatada hipótesis es la que se resuelve encantadoramente en la primera historia de este tomo, donde el colombiano Joni b nos muestra a un Supermán sumido en el tedium vitae, impelido a la lucha por su trostkista amigo Lex, y su habladora novia Luisa Lane. Los otros dos relatos del tomo seducen de similar manera: jóvenes atropellando zombies y nostálgicos que huyen a Marte sólo para echar de menos la Tierra de nuevo, con los referentes habituales cruzándose como flashes, en 123 páginas de remedio para melancólicos. Albert Fernández


054/055

songwriters / último clásico

songwriters

“Worms” era la primera canción de uno de los mejores discos de Beth Orton, “Comfort of strangers”. Un trabajo que hablaba precisamente de la novela de Ian McEwan del mismo título, pero también de la “kindness of strangers”, de “la bondad de los extraños” que reclamaba Blanche DuBois en “Un tranvía llamado teseo”. Hablaba, por extensión, de todas las Blanche y las Caroline del mundo moderno: mujeres algo rotas, algo inocentes y, puede que también algo locas. Mujeres debilitadas por las pasiones de la carne. Mujeres, al fin y al cabo, que eran dignas de nuestra compasión y aprecio, aunque sólo fuera, por si acaso, en algún momento de nuestra vida, acababamos siendo como ellas. “Worms” hablaba de la cobardía y de las magulladuras que provocaba el deseo y la debilidad de carácter. Todo esto valiéndose de una imagen maravillosa y ambivalente, de una frase que cuando me encuentro en presencia de un cobarde o de una medianía, me viene automáticamente a la memoria “chickens (...) got a wish bone where their backbone should’ve grown”. Escribo esta columna en el día de Acción de Gracias y se publicará cuando la Navidad haya tomado las calles y plazas de su municipio de residencia. Esta información que acabo de proporcionar y que, así, de buenas a primeras, parece tan irrelevante, tiene su explicación. Si algo conecta ambas cebelebraciones es la comida, y en particular, el ave en sí misma: pavo, pollo o gallo de corral, poco sabroso pero abundante, que se degusta con pasión en estas fechas señaladas. (Llegados a este punto, me permito sugerir a los vegetarianos que abandonen la lectura de esta columna, y que lo hagan con la conciencia tranquila puesto que tampoco van a perderse nada del otro mundo.) El ‘wishbone’ del que se habla en la letra de esta canción es un huesecillo que tienen muchos pájaros. Es flexible y está formado por dos clavículas unidas. El hueso de los deseos, o fúrcula, que tiene forma de horquilla, se parece a una hoja de pino. Se le llama hueso de los deseos porque la tradición manda que en Acción de Gracias o en Navidad, cuando se come un pavo, un pollo o un gallo, el hueso se aparte y se deje para el final. En el espacio que deja el hueso se encuentra un trocito de carne súper tierna y jugosa, posiblemente la más gustosa del ave, que acostumbra a guardarse para el final. Una vez se tiene el estómago lleno y con gran ceremonia, cada uno de los miembros de la pareja (porque tienen que ser dos, sino, no vale) pide un deseo. Agarran una punta del hueso cada uno y tiran hacia arriba... el que se queda con el trozo largo, gana. Ahí es nada. El deseo se cumple por obra y gracia de la fe en el santo pollo. Es una costumbre de gente supersticiosa, de una fe barata y grasienta Pero, bienvenida sea la imagen, porque parece que la cobardía vuelve a estar de moda. Es posible que entre el día de Acción de Gracias y la Navidad os sintáis solos. Es posible que salgais a la calle a buscar algo de compañía. Andaros con cuidado. El mundo está lleno de huesos flexibles y muy falto de columnas rectas. Tener un hueso de los deseos en lugar de espina dorsal es lamentable. Es lo que tienen las gallinas. Bichos que andan sueltos por los corrales y los bares de noche como lo hacían antaño. En estas fechas, más que nunca, la intimidad se usa para fines poco románticos, meramente prácticos. El cinismo se reduce a pura crueldad y todo lo que resta es un pragmatismo immundo, carnal y sucio. Una bajeza inhumana que lleva a estos gusanos a arrastrarse hasta tu puerta, con los ojos encendidos por la excitación, esperando a que les preguntes: ¿muslo o pechuga?

Texto

Banessa Pellisa Pablo Moreno

Ilustración

Beth Orton “Worms”

Compositor: Beth Orton (letra y música). Incluida en el disco “Comfort of strangers” (EMI, 2006)

Worms don’t dance they haven’t got the balls No matter how do you do It’s just you do that’s all You got what it takes to knock at my door You wanna get all excited Never been here before

Los gusanos no bailan, no tienen bolas para hacerlo No importa cómo lo haces Tan sólo hacerlo Tienes lo que se necesita para llamar a mi puerta Quieres ponerte todo excitado, todo emocionado nunca habías estado aquí antes

And now I’m your apple eating heathen The original sin Well you ain’t got my faith So best keep your belief I had waited forever to love someone I swear I heard you thank your god this time For having me come along

Y ahora soy tu pagana que muerde manzanas El pecado original Bueno, no tengo fe en ti Así que mejor te quedas con tus creencias Siempre había querido amar a alguien Juro que te escuché agradecerle a tu dios esta vez Porque me vine contigo

Chickens don’t fly but they have got the wings No matter how hard they try They bump into things They’re all running around Like they’re heads on the ground They got a wish bone where their backbone should’ve grown

Los pollos no vuelan, pero tienen alas No importa lo mucho que lo intenten tropiezan con las cosas Todos corriendo con las cabezas en el suelo Tienen un hueso de deseos donde se supone que debería haber la columna vertebral

And now I’m your apple eating heathen Any old rib stealing eve Well you don’t have my faith So best keep your belief I had waited forever to love someone I swear I heard you thank your god that time For having me come along

Y ahora soy tu pagana comiéndose la manzana Una Eva roba-costillas cualquiera Bueno, no tengo fe en ti Así que mejor te quedas con tus creencias Siempre había querido amar a alguien Juro que te escuché agradecerle a tu dios esta vez Porque me vine contigo

Intimacy reduced to cruelty Had you believe like this was meant to be And I look for the magic But you got away with it That’s all

Intimidad reducida a crueldad hacerte creer que esto estaba destinado a ser Y espero la magia Pero te has salido con la tuya Eso es todo


el último clásico Takeshi Terauchi cometió un error, a mediados de los años sesenta rechazó una invitación para tocar en “The Ed Sullivan Show”. Aquella negativa cerraría las puertas de occidente al guitarrista más importante de Japón, un virtuoso que había comenzado su carrera tras ver a The Ventures y que antes de que los Beatles llegasen a oriente se había convertido en la estrella más brillante de Japón. “Nippon Guitars” es un recopilatorio de sus mejores años donde la tradición se mezcla con el surf y el rock.

Takeshi Terauchi

“Nippon Guitars 1966-1974” big beat, 2001

Texto

Alfonso Cardenal

S

iempre he sido de esa clase de gente de dudoso criterio que compra discos que desconoce por un buen título o una curiosa portada. El balance de mis elecciones es terroríficamente negativo. Esta vez no, esta vez acerté. La portada de “Nippon Guitars” me conquistó, parecía sacada de una de esas películas de samuráis que debe de ver Quentin Tarantino en las noches de insomnio, pero la fuerza de composiciones como el “Ganrok Hanami Odori” que abre el disco me reafirmaron de inmediato en mi elección. Poco a poco, la música de este maestro de la guitarra fue invadiendo mi casa sin concesiones al arrepentimiento. Había descubierto por azar, lo admito, una de esas joyas que suelen pasar desapercibidas en las tiendas. Me había llevado a casa la música que un guitarrista había compuesto en Japón entre 1966 y 1974, mientras Estados Unidos e Inglaterra pugnaban por el cetro de la música con algunos de los mejores álbumes compuestos a lo largo de la historia. Terauchi fue un pionero, uno de esos personajes visionarios que desde joven tuvo claro su destino. A finales de los años 50, Terauchi consiguió una guitarra

y comenzó a buscar su sonido tocando en los antros del puerto de Yokohama, cerca de las bases de los soldados estadounidenses. Sería precisamente un soldado quien conseguiría a Takeshi su primera Fender Telecaster, marca de la que posteriormente se convertiría en agente. Terauchi, durante sus años de estudiante de ingeniería eléctrica, abrazó un amplio abanico de estilos occidentales que iban desde el country al surf pasando por la música hawaiana y el funk. Finalmente, a principios de los años sesenta, se topó con el sonido que buscaba. En 1962, The Ventures dieron su primer concierto en Japón y se desató la locura por el elecki, una mezcla de surf con beat instrumental que causó furor en el país. Dos años después, Terauchi presentaba “Korezo Surfing”, su primer álbum junto a Blue Jeans. El disco de Takeshi Terauchi supuso un tremendo impacto en una sociedad tan cerrada como era entonces la japonesa. Los Beatles todavía tardarían dos años más en ofrecer su mítico concierto en el Budokan y Japón estaba falto de estrellas del rock. La visita de The Ventures y el debut de Terauchi and The Blue Jeans disparó la venta de guitarras eléctricas en el país y consagró al músico como una estrella de primer nivel a la que podías ver en diez anuncios diferentes de televisión en un solo día. El guitarrista, que también practicaba kárate y que tenía fama de gran bebedor, había conectado con

una generación que buscaba romper con su predecesora y que encontró en su música el símbolo perfecto de esa ruptura. A pesar de la irrechazable influencia estadounidense, Terauchi también navegó en la tradición nipona rescatando elementos de sus antepasados que incorporaba con maestría a la guitarra eléctrica. Aunque durante los años sesenta su figura y su música supusieron un golpe de aire fresco en el panorama musical japonés, la generación posterior le dio la espalda abrazando a músicos occidentales como Eric Clapton, toda una estrella en Japón, o Jimi Hendrix. La música de Terauchi perdió reconocimiento. Los días en que Ed Sullivan le invitaba a su programa, o en los que NME y Melody Maker hablaban de su obra, fueron pasando. En la actualidad sigue grabando, componiendo, tocando y produciendo. Esta magnífica recopilación, realizada con gran esmero por todo un experto en la cultura nipona como es Howard Williams, es un álbum necesario, un reconocimiento tardío que servirá para que ese tipo de compradores que eligen el material atendiendo a corazonadas se lleven una inmensa alegría cuando el plato empiece a girar y las canciones sesenteras y setenteras de Takeshi Terauchi se le aparezcan por primera vez, nuevas, brillantes, inmensas, como un tesoro que ha permanecido oculto en el fondo de un lejano mar pero que el tiempo y la corriente han acercado a tu casa.


056/057

open mic

+private dancer Columna

David Broc

+10 de 10

Columna

—El virus que ha expandido Burial en la escena musical electrónica no tiene fin. Se une al carro de continuistas el productor norteamericano Mathbonus, que acaba de poner a disposición de todos nosotros su nuevo EP, “Languid”, bellísimo cruce de caminos entre el dubstep y los sonidos chillwave. Si el chillstep ha existido en algún momento, debe de ser algo muy parecido a esto. Suena lo suficientemente oscuro, triste y bonito como para incluirlo en nuestra carpeta de iTunes para los domingos. —De la misma forma que los hijos de Burial dan con música productiva y válida persiguiendo su estela, los de J Dilla siguen reivindicando con buen criterio la herencia del productor de Detroit. El post-dillismo no es una invención de la prensa: al debut de Karriem Riggins (foto), “Alone together”, o al último lanzamiento del productor británico Vanilla, el poderoso “Soft focus” (eyaculación de soul, loops entrecortados y beats fondones), me remito para ilustrar que su legado goza de buenos herederos. —El extraordinario momento creativo que atraviesa el productor The Alchemist. Ya podemos descargarnos su nueva mixtape, “Rare chandeliers”, en esta ocasión facturada al alimón con el MC Action Bronson, una de las revelaciones ya consolidadas de la Costa Este. Y el sonido de Al’ en este álbum nos ha recordado a sus inicios, cuando facturaba beats casi en exclusiva para Dilated Peoples y Defari: samples de bandas sonoras de thrillers, beats potentes y mucho funk en las entrañas de su sonido. —“Places and spaces I’ve been”, el primer libro de Pharrell Williams. Después de leerlo, diría que resulta mucho más interesante, entretenido y reconocible que un grueso de su producción musical reciente. —La unión, una vez más, entre un productor y un MC, que acaba dando frutos por encima de la media: Apollo Brown y Guilty Simpson firman “Dice game”, uno de los mejores discos de hip hop de 2012 que no verás en las listas de lo mejor del año. —El regreso, por la puerta grande, de la serie “Trapped in the closet”, escrita, protagonizada y pensada por R. Kelly. El pasado 23 de noviembre se emitió el capítulo 23 en la que el vocalista da rienda suelta a sus fantasías creativas y concibe su particular culebrón negro. El proyecto se desatasca y encara la tercera y última entrega de esta propuesta involuntaria y accidentalmente cómica y grotesca. Las lágrimas son de risa, no de emoción. —La constatación de que Ryan Hemsworth no es un hype cualquiera: su última grabación, el remix de “Castles” para Black Atlass, es otra razón de mucho peso para reforzar las apuestas que se han hecho sobre él de cara al inminente futuro. Su mezcla de beats hip hop, sonidos ambient y melodías tristonas sigue en plena ebullición. —“Twenty eight”, “Valerie” y “Till Dawn (Here comes the Sun)” son las tres canciones nuevas o inéditas que incluye “Trilogy”, reedición en CD y de forma unitaria, de las tres mixtapes que convirtieron a The Weeknd en uno de los fenómenos mediáticos de 2011. Dicen poco o nada de cómo sonarán sus futuras grabaciones, pero “Till dawn (Here comes the Sun)” es maravillosa, buena excusa para revisar su imponente tripleta atacante. —La recuperación del productor 9th Wonder, en horas bajas desde hacía ya un tiempo. Firma dos proyectos a medias que han visto la luz al mismo tiempo y con resultados más que satisfactorios: “The solution”, éste con Buckshot de Black Moon; y “The final adventure”, junto a Murs, con quien ya ha pergeñado varias iniciativas conjuntas. Me quedo sin dudarlo con el segundo, que no sólo le revaloriza como productor sino que también permite a Murs remontar el vuelo. —Roc Marciano. “Reloaded”. Roc Marciano. “Reloaded”. Roc Marciano. “Reloaded”…

David G. Balasch

Redshape en Running Back Todo, absolutamente todo, lo que sale vía Running Back tiene un color especial. El sello fundado y olfateado por Thorsten Scheu y Gerd Janson cumple ahora 10 años presumiendo de nariz canina con cada trufa negra que saca a la venta. Si 2011 fue su ‘annus hittus’, este 2012 su puntería es también para buqués finos: un crujiente crocanti en largo de Lauer, robodisco periscópico de Helium Robots, maxi rasposo del maestro afro Theo Parrish, el disco-pop amanerado de Aksel Friberg y justo en los albores de año nuevo, el retorno en largo del único enmascarado no afiliado a Anonymous. Redshape, por cierto, ya se había estrenado meses antes con el rugosete “On da floor”. El caso es que el chico lo peta igual en corto que en largo. La continuación a “The dance paradox” (Delsin, 09) se llama “Square”. Es un disco retrofuturista de contrastes. Sus pautas son claras: confronta el techno de bombo seco con la ciencia ficción y el concepto cinematográfico que del ambient tienen algunos músicos. Hay más medios tiempos que tracks de pista y, lo mejor, los bocetos experimentales ganan a la parte accesible. Es decir, Sebastian Kramer saca más punta a sus ideas cuanto más paisajista se pone. Al mismo tiempo, todo está limpio como una patena. El bombo es una herramienta más, nunca la principal. En la introductoria “The channel” unas castañuelas y unas baquetas convierten una pieza de techno ambiental en un zapateado andaluz. Higiénicamente. “Landing” y “Departing” podrían figurar entre dos de las mejores composiciones de Klaus Schulze. En “Paper”, por ejemplo, un chasquido de dedos suena a abrir y cerrar de tijeras con cero óxido.

¡Qué claridad! “Atlantic”, una de mis canciones favoritas de 2012, samplea el sonido de lo que parecen unas gaviotas y lo espolvorea por encima de una melodía exploratoria de sintetizador. Las gaviotas te agujerean el tímpano. “Moods & mice” es lo que podríamos calificar como medio tiempo ambient: la luminosidad con la que suena cada pista te parte en dos la cabeza; esa es precisamente una de las cosas que me vuelven loco de este tipo, el resalte y la calidad con la que suenan todas sus artimañas de estudio. La simplicidad, sí, puede ser un producto complejo. Cada sonido que encuentras sabes que está ahí colocado porque debe estarlo, cada caja, cada charles, cada sinte. Cualquier cambio de beat es cristalino, una letrina recién enjabonada. Es justo lo opuesto a una mezcla de Theo Parrish. La antítesis a una producción de Hieroglyphic Being. Redshape es la finura personificada. El beat como cirugía exacta. El bisturí desinfectado. Pura perspicuidad.

+say it loud Columna

Let’s review some recent facts No quería empezar esta columna sin llevarme la contraria: en esta silenciosa ceremonia de apertura de esta nueva sección que tratará de hablar de los diferentes estilos dentro de la música negra, quería que el primer protagonista fuera un rapero blanco. Es más, ni siquiera es rapero al 100%, porque adora el pop tanto como tocar el piano y en sus discos hay canciones que harían enfurecer a cualquier fan cejijunto del género que nació en el Bronx hace más años que los que tenéis la mayoría de gente que estáis leyendo esta columna. Nuestro hombre se llama Yoni Wolf y, junto con su hermano Josiah, forma el corazón y la mente de Why?. El crédito y el respeto de la facción más hiphopera de su público se lo ganó con otro proyecto de profundísimo calado llamado cLOUDDEAD, que llevó a Yoni, junto con Doseone y Odd Nosdam, a encabezar la élite del hip hop experimental, abstracto y denso, con unas letras que ya dejaban sin respiración y que

Pepo Márquez

prometían tanto como daban. Su disco, “Ten” (Mush Records, 04), debería estar en todas las casas de todos los que alguna vez, al amparo de unas cuantas cervezas, se han encumbrado como seguidores del género urbano. Hace un mes, Why? editaron su último trabajo, el quinto de una carrera brillante y crucial, para el bien de lo que algún ejecutivo musical que sentaba su culo en un despacho que, sin duda, no se merecía, acordó en denominar crossover. El disco se llama “Mumps, Etc.” y lo edita Anticon en EE.UU. y City Slang en Europa. Todas las canciones (letra y música) están compuestas por Yoni, pero ninguna se entendería sin el apabullante trabajo sinfónico que hay detrás y del que se encarga principalmente su hermano Josiah y su mejor amigo Doug McDiarmid. Un vehículo perfecto para unas letras que han conseguido poner a Yoni Wolf en la primera posición de una lista de letristas que consiguen sintetizar como por arte de magia la vida, la modernidad, la tradición, el amor, la enfermedad, la verdad, los diferentes territorios geográficos y emocionales que recorre una persona hasta que, como decía Bob Dylan, “se le puede llamar persona”. Wolf no se deja nada en la cartera: “Let’s review some recent facts: I make decent cash, I am a minor star…” (“Vamos a repasar los hechos recientes: no está mal el dinero que gano, soy una estrella de segundo nivel…”) canta en “Sod in the seed”, el que se lanzó como single de adelanto y cuyo vídeo muestra la destreza dislocada de los bailes de Wolf.


+net labels Columna

Gloria González

Licencia para todo en general Esto de los recopilatorios a favor de algo siempre da mala espina. En Element Perspective (http://elementperspective.com/), netlabel nipón dedicado a la música y al diseño, acaban de editar “Hope 3.0”, cuya razón de ser sería afirmar que en Japón (aún) hay esperanza. La idea en sí me tiene bastante preocupada. Yo lo que me pregunto es, ¿quién es el majadero que dijo que no había esperanza? Que nos traigan su cabeza. Que sus ojos vean el exquisito embalaje virtual del disco. Que sus orejas oigan esta selección de electrónica fina, que incluye el techno-pop de AMERICAN GREEN (todo en mayúsculas, sí), la precisión clínica de Yokotsuka Yuuya, o la grácil sensibilidad de Gallery Six. Queda demostrado, no procede desesperar en el país del sol naciente. Makunouchi Bento, a pesar de lo que puede indicar su nombre, no son

japoneses, sino rumanos. Lo que se ignora es si son personas, o si no serán más bien robots dotados de inteligencia musical artificial, especialmente diseñados para hacer bailar muñecos de plastilina con patos de plástico toda la noche. Su última referencia, genial como todas las precedentes (que ya van siendo muchas y se hallan desperdigadas por distintos sellos), se titula “Scame” y está disponible a través de Inpuj (www.eerikinpujsound.com), netlabel que, por cierto, resulta de lo más sorprendente tanto por contenido como por forma, y entre cuyas novedades también destaca “Can’t play guitar”, un intento del canadiense Ilkae de reinterpretar la música de los héroes de su juventud (Slint, Polvo, Don Caballero, Jim O’Rourke... bueno, también Deerhoof) con medios electrónicos muy, muy rudimentarios. Muy recomendable, aunque, cuidado, no se distribuye bajo licencia Creative Commons por tratarse de (presuntas) versiones de temas registrados con copyright del de siempre. Dar vueltas sin parar: es el concepto básico que ha guiado al francés Alexandre Navarro para la composición de “Cycles EP”, una disco que gira y gira dibujando pulcros paisajes shoegaze, surcos insondables y silencios sobrecogedores, que ha salido a la luz (tamizada) gracias a Laverna (www.laverna. net). Muy interesante. Con tendencias más sombrías, pero no decir terroríficas, The Wyrding Module (toma nombre), que vendría a ser un miembro de Team Doyobi (de Skam), firma “Mellifluous ichor from sunless regions” (¡toma título!), una plegaria muy sentida, aunque quizá sin sentido, localizable en Up It Up (www.upitup.com). Muy fuerte. Entre la música industrial, el jazz, el indie y la vanguardia es donde se sitúa Hayden Who, joven saxofonista de Canadá. Pasmosamente, desde esas tierras movedizas consigue hacernos llegar una música sagaz y concluyente, tal y como refleja su debut, “Manner”, que suena como un esbozo de experimentación atemporal y puede descargarse desde Second Family Records (sfrecs.com). El californiano Nye, en cambio, es un auténtico hijo de su tiempo y prefiere sonoridades más del día. Su “Jackrabbit EP” reúne en una misma ecuación indietronica de ramalazos hip hop y estética Captured Tracks, para un resultado muy blandito de lo más agradable. Pasen a buscarlo por Yo! Netlabel (www.yonetlabel.com) antes de que se derrita. Desde ahí nos vamos hacia Rec72 (rec72.net), sello de Colonia que celebra sus cinco años de loca existencia con un gran recopilatorio, “Still ccycho after all these years”: electrónica distinguida, sin fecha de caducidad y con la participación de Nofiuser o Pandacetamol, entre otros, así como del londinense Bitbasic, que precisamente acaba de publicar ahí “Meek”, un álbum de IDM clásico y con mucha clase. Hay futuro.

+jander Columna

Vidal Romero

El cuerno de la abundancia cósmico Ya hemos hablado alguna vez de Spectrum Spools, ese sello que pertenece a la constelación de plataformas que Editions Mego ha ido desarrollando en los últimos años (siguiendo una estrategia ejemplar), y cuya dirección artística está en manos de John Elliott, uno de los dos teclistas de Emeralds. Hombre de gustos claros y concisos (lo suyo es la kosmische y, después de eso, cualquier música que se pueda hacer con sintetizadores modulares y cacharrería analógica), Elliott mantiene un ritmo de publicación incansable: sólo en este año tiene previsto prensar un total de quince referencias; una especie de cuerno de la abundancia cósmico que, de manera sorprendente, no entiende de fisuras ni de pasos en falso. Y es que, a pesar del amplio abanico de estilos que abarca el sello, sus discos se pueden comprar prácticamente a ciegas, con la seguridad de que el contenido no va a defraudar. Basta remitirse a esa prueba tan sólida que es su catálogo, que contiene joyitas como el último disco de Motion Sickness Of Time Travel, las reediciones del “Cold nose” de Franco Falsini, esa chaladura que es el “Jared’s lot” de Gary War, o incluso “Akashic records (events: 1986-1990)“, uno de los mejores discos que ha grabado el propio jefe, bajo el explícito alias de Outer Space. El caso es que, aprovechando que el final del año se aproxima, Spectrum Spools ha echado el resto y ha lanzado a las calles nada menos que cinco discos. Cinco títulos de nivel entre notable y sobresaliente, que permiten disfrutar de todos los estilos que caben en tan estelar catálogo. El segundo trabajo del trío neoyorquino Forma, “On/off”, es posiblemente el que mejor se pliega a los estándares del sello: un fascinante viaje hacia las profundidades del cosmos, a lomos de una armada de sintetizadores analógicos, que igual lanza guiños a John Carpenter o Neu! que se acerca a la new age de Jean Michael Jarre. En un territorio no muy lejano anda también la tercera entrega de Bee Mask para la casa: un hermosísimo “When we were eating

unripe pears”, que se mueve entre ensoñadoras nubes de algodón, que se baña entre superficies líquidas y sonidos burbujeantes, para dar forma a un disco de ambient que suena a clásico por sus dos caras. Mucho más radical es “LP”, el segundo trabajo de Container, un alias que utiliza Ren Schofield (ciudadano de un sitio tan improbable como Nashville) para facturar un techno crujiente y deshuesado, que gusta de revolcarse entre sonidos de naturaleza industrial y ritmos rasposos como una lija. Ya a mediados de mes llegará a las tiendas Three Legged Race, un proyecto en solitario de Robert Beatty (de los intensos Hair Police), dedicado a investigar las posibilidades espaciales de la música electrónica. “Persuasive barrier”, su primer disco oficial después de la inevitable ristra de casetes, compactos

grabables y demás formatos extravagantes, juega a colocar muchos tipos de sonido, casi siempre manipulados, en distintos planos de fondo. Una estrategia que le sitúa en algún lugar indeterminado entre el ambient, la electroacústica y la música concreta, y que se traduce en un disco fascinante y evocador, que exige mucha atención del oyente, pero que a cambio regala una poderosa experiencia inmersiva. Y el año se cerrará con el “Translations 01” de Michael Pollard, un delicado volumen de ambient aislacionista, casi siempre al borde mismo del silencio, que manipula grabaciones de campo extravagantes, y que bien podría formar parte de los catálogos de Touch o Line. La demostración palpable de que Spectrum Spools es, más que un sello, un pequeño universo encerrado en sí mismo.


058/059

agenda

DJ Rolando

Siroco (Madrid), 14/12/12

agenda Barcelona Sábado 1 de diciembre _Manos de Topo, Za!, Fred i Son... Apolo. 18:30 h. Precio S/C. _Josh Rouse. La [2]. 20:30 h. Precio S/C. _Joe Traveller. Sidecar. 22 h. 10 €. _The Pinker Tones. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C. _Petit Indie: Esther Condal, Mr. Francis... Alfa Bar Musical. 21 h. 5 €. _Kindness, Lindstrøm... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _SBTRKT, Mujeres... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 18 €. _Duke’s Palace. Marula Café. 22 h. 5 €. Domingo 2 de diciembre _No Hunger Festival: The Pinker Tones, Klaudia, Cuchillo... Razzmatazz 2. 19:30 h. 16 €. _The Hives. Razzmatazz 1. Hora S/C. 26 €. Lunes 3 de diciembre _Lumerians. Sidecar. 22 h. 8 €. _Gabriel y Vencerás + Cheap Time. Monasterio. Hora y precio S/C. Martes 4 de diciembre _Led Er Est. Miscelanea. 20 h. 12 €. Miércoles 5 de diciembre _Erol Alkan, Justin Robertson... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 16 €. _Sidechains... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Dabeat, Neiland... Voltech@Mephisto. Hora S/C. 10 €. Jueves 6 de diciembre _Primavera Club: Crocodiles, The Soft Moon...

Mercat de les Flors. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Swans, Sir Richard Bishop... Apolo. Hora y precio S/C. _Primavera Club: The Destroyed Room, Nitch... La [2]. Hora y precio S/C. Viernes 7 de diciembre _Primavera Club: Redd Kross, Little Wings... Mercat de les Flors. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Robag Wruhme, Taragana Pyjarama ... Apolo. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Jupiter Lion, Salvaje Montoya... La [2]. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Los Planetas con amigos... Sant Jordi Club. Hora y precio S/C. _Escort, Boddika... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Troy Pierce, Danny Benedettini... City Hall. 24:30 h. 15 €. Sábado 8 de diciembre _Primavera Club: Ariel Pink’s Haunted Graffiti, Toy, The Vaccines, Deerhoof... Sant Jordi Club. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Antònia Font, Brenen... Mercat de les Flors. Hora y precio S/C. _Primavera Club: Exxasens, The Last 3 Lines... Apolo. Hora y precio S/C. _Primavera Club: The Last 3 Lines... La [2]. Hora y precio S/C. _PL Girls + Moebio. Sidecar. 21:30 h. 14 €. _Redshape, The D.O.T... Razz Clubs. 1 h. 17 €. Lunes 10 de diciembre _Father John Misty. Apolo. 20 h. Precio S/C. Martes 11 de diciembre _En Persona: Mucho Muchacho. Apolo. 20 h. 14 €. _Bart Davenport & Biscuits. Sidecar. 21 h. 15 €.

Jueves 13 de diciembre _Pianismos: Olan Mill. Espai Cultura Caja Madrid. Hora y precio S/C. _John Talabot. Apolo. 20 h. 23 € _Mine!. La [2]. 21 h. Precio S/C. _Arizona Baby. Sidecar. 21 h. 15 €. _Cuchillo + Oso Leone. Upload. 21 h. 8 €. Viernes 14 de diciembre _Beach Beach + Aliment. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Gabriel y Vencerás. Velcro (Terrassa). Hora y precio S/C. _Dorian DJs, Tensnake... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _John Talabot, Juanita y los Feos... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 16 €. Sábado 15 de diciembre _Mala Rodríguez. Apolo. 20 h. Precio S/C. _Xray Eyeballs. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C. _Revolver, Doble Pletina... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Jimmy Edgar & Machinedrum... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 16 €. _Duke’s Palace. Marula Café. 22 h. 5 €. Domingo 16 de diciembre _Fiesta Solidaria: Wendy James, Fred i Son... Razzmatazz 2. 11 h. 4 y 6 €. _Jeremy Jay. Hoboken (Sant Cugat). Hora y precio S/C. Miércoles 19 de diciembre _En Persona: Mikel Erentxun. Apolo. 20 h. 15 €. Jueves 20 de diciembre _Pianismos: Moon Ate The Dark. Espai

Cultura Caja Madrid. Hora y precio S/C. Viernes 21 de diciembre _Els Surfing Sirles. Sidecar. 22 h. 8 €. _Mark Ronzon, Brodinski... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Sebastian, Feadz... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 16 €. _Tremenda. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). 22 h. Gratis. _Ralp, Lautsärke... Miscelanea. 20:30 h. 4 €. Sábado 22 de diciembre _SónarKids: Lolo y Sosaku... Cosmocaixa. 11 h. 5 y 3,5 €. _Squarelectric, Alunageorge... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Dandy Jack And The Queen of Mars... Nitsa+La [2]@Nitsa. 24:30 h. 16 €. Domingo 23 de diciembre _SónarKids: Lolo y Sosaku... Cosmocaixa. 11 h. 5 y 3,5 €. _Meat Puppets. Sidecar. 21:30 h. 25 €. Lunes 24 de diciembre _Gato... Razz Clubs. 1 h. 17 €. Martes 25 de diciembre _Elman Reyes, Ben Martin... Voltech@ Mephisto. Hora S/C. 15 €. Miércoles 26 de diciembre _Mr. C. Macarena. 24 h. Precio S/C. Jueves 27 de diciembre _Pianismos: Clem Leek. Espai Cultura Caja Madrid. Hora y precio S/C.


AlunaGeorge

FIVECC@Aula de Cultura CAM (Alacant), 01/12/12 Razz Clubs (BCN), 22/12/12

Viernes 28 de diciembre _Radian. Caixaforum. 22 h. Precio S/C. _Russian Red. Razzmatazz 2. 20 h. 26 €. _Baldo, Baughman... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Pau Roca, Marc Piñol... Nitsa+La [2]@ Nitsa. 24:30 h. 16 €. _Kiev Cuando Nieva. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). 22 h. 5 €. _Alaska & Mario DJs. Slow. 24 h. 5 €.

_Led Er Est. Nasti. 22 h. Precio S/C.

Sábado 29 de diciembre _Nancys Rubias. Razzmatazz 1. 20 h. 18 €. _Gato, Sound Pellegrino... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Electro Indigo, DJ Coco... Nitsa+La [2]@ Nitsa. 24:30 h. 16 €.

Jueves 6 de diciembre _White Cowbell Oklahoma + Lady Dramakuin. Gruta 77. 20 h. 15 €. _Lumerians. The Space Cadet. Hora y precio S/C.

Lunes 31 de diciembre _Fra, Marc Piñol, DJ Coco... Nitsa+La [2]@ Nitsa. 24:30 h. 16 €. _Lucky New Year... Razz Clubs. 1 h. 17 €. _Paco Osuna. Club 4@City Hall. 24h. Precio S/C. Martes 1 de enero _Purky, Neiland... Voltech@Mephisto. Hora S/C. 15 €.

Madrid Sábado 1 de diciembre _The Hives. La Riviera. Hora S/C. 26 €. _The Sweet Vandals. Tempo Club. 23 h. 8 €. _Blumm. Intruso. 22:30 h. 5 €. Domingo 2 de diciembre _GOA: Maceo Plex, Theo Parris, Nic Fanciulli... Fabrik. Hora S/C. 30 €.

Lunes 3 de diciembre _The Toasters. Gruta 77. 21 h. 12 €. Miércoles 5 de diciembre _The Excitements. Tempo Club. 23 h. 10 €. _The Ripe. Nasti. 22 h. 10 €. _DJ Muerto, DJ F... Siroco. 24 h. Precio S/C.

Viernes 7 de diciembre _Primavera Club: Swans, Ariel Pink’s Haunted Graffiti, Deerhoof... Matadero. Hora y precio S/C. _Matt Corby + Sethler. Moby Dick. Hora y precio S/C. Sábado 8 de diciembre _Primavera Club: Los Planetas con amigos, Redd Kross, Little Wings... Matadero. Hora y precio S/C. _Fat Beat!. Tempo Club. 23 h. 6 €. _Ogun Afrobeat. Intruso. 22:30 h. 5 €. Martes 11 de diciembre _Father John Misty. El Sol. Hora y precio S/C. _Paco Osuna, Paul Ritch, DJ Chus... Florida Park. Hora y precio S/C. Miércoles 12 de diciembre _Els Amics de les Arts. Teatro Lara. Hora S/C. 20 €. _Maika Makovski. El Sol. Hora y precio S/C.

Jueves 13 de diciembre _Pegasvs + The Suicide Of The Western. Joy Eslava. 20 h. 21 €. _Clint. Café Berlín. 22 h. 12 €. _Jef Barbara + Femminielli. El Perro Club. 22 h. 10 €.

Sábado 22 de diciembre _La Casa Azul. Ochoymedio@But. 20:30 h. Precio S/C. _Marc Maya, Oscar Aguilera... Elrow@La Riviera. 24 h. Precio S/C. _Brabenders. Moe Club. 22:30 h. Gratis.

Viernes 14 de diciembre _No Hunger Festival: Nawja Nimri, Kuve... But. 19:30 h. 20 €. _Rara Avis: Jimmy Edgar + Astroboyz. Matadero. 20 h. 12 €. _Bart Davenport & Biscuits. Siroco. Hora y precio S/C. _Tower of Meaning: DJ Rolando, Fatfish... Siroco. Hora S/C. 13 €.

Viernes 28 de diciembre _Layabouts. Gruta 77. 23 h. 10 €.

Sábado 15 de diciembre _Fira Fem. Moby Dick. Hora y precio S/C. _Sidonie. La Riviera. Hora y precio S/C. _Beach Beach + Prisma en Llamas. Wurtlizer Ballroom. 21:30 h. 8 €. _John Digweed. Mondo Disko. 24:30 h. Precio S/C. Lunes 17 de diciembre _Breton. El Sol. 21:30 h. 15 €. Miércoles 19 de diciembre _Lorena Álvarez y su Banda Municipal. Teatro Lara. Hora S/C. 12 €. Jueves 20 de diciembre _Meat Puppets. El Sol. Hora y precio S/C. Viernes 21 de diciembre _Roy Ellis. Gruta 77. 22 h. 15 €. _Freedonia. El Sol. Hora y precio S/C. _The Lucilles. Intruso. 22:30 h. Gratis.

Sábado 29 de diciembre _Alondra Bentley. Matadero. Hora y precio S/C. _PVL Havoc. Siroco. Hora S/C. 8 €. Martes, 1 de enero _SpaceFest: Justice, Oscar Mulero, Loco Dice... Madrid Arena. Hora S/C. 55 €.

Andalucía Sábado 1 de diciembre _Dope Dod. El Tren (Granada). Hora y precio S/C. _Jero Romero. Supersonic (Cádiz). Hora y precio S/C. Sábado 8 de diciembre _Ken Stringfellow + Alondra Galopa. Teatro Caja Granada (Granada). Hora y precio S/C. Viernes 14 de diciembre _The Gift. Paris 15 (Málaga). Hora y precio S/C. Sábado 15 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.


060/061

agenda Jimmy Edgar

Rara Avis@Matadero (Madrid), 14/12/12 Nitsa (BCN), 15/11/12

_The Gift. Metrópolis (Córdoba). Hora y precio S/C. Miércoles 19 de diciembre _Meat Puppets. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

Aragón

precio S/C. Sábado 29 de diciembre _Pequepop II: Pecker, Copiloto. Devito. López (Zaragoza). 12 h. 10 €. _Domingo 30 de noviembre _Pequepop II: Pecker, Copiloto. Devito. López (Zaragoza). 12 h. 10 €.

Jueves 13 de diciembre _The Gift. La 3 (Valencia). Hora y precio S/C. _Sidonie. Loco Club (Valencia). 21 h. 20 €. Viernes 14 de diciembre _El Columpio Asesino. Stereo (Alacant). Hora y precio S/C. Sábado 15 de diciembre _La Casa Azul. Noise@Mirror (Valencia). 20:30 h. Precio S/C. _Jero Romero. Stereo (Murcia). Hora y precio S/C.

Sábado 1 de diciembre _Stay. López (Zaragoza). 21:30 h. 10 €.

Asturias

Miércoles 4 de diciembre _Lumerians. CC Matadero (Huesca). Hora y precio S/C.

Miércoles 5 de diciembre _Lumerians. La Calleja de la Ciega (Oviedo). Hora y precio S/C.

Viernes 7 de diciembre _Cats on Fire. La Lata de Bombillas (Zaragoza).21 h. 10 €.

C. Valenciana

Viernes 21 de diciembre _Tórtel + Litorel + Tripulante y Crucero. Russafa (Valencia). Hora y precio S/C.

Sábado 1 de diciembre _Russian Red. Auditori i Palau de Congressos (Castelló). Hora y precio S/C. _AlunaGeorge. Aula de Cultura CAM (Alacant). Hora y precio S/C.

Sábado 22 de diciembre _Toundra + Lehnmotiv. Rock City (Valencia). Hora y precio S/C.

Jueves 13 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. La Lata de Bombillas (Zaragoza). Hora y precio S/C. _Maga. López (Zaragoza). 21:30 h. 10 €. Viernes 14 de diciembre _Wild Winter Fest II: Mujeres, XRay Eyeballs... López (Zaragoza). 20 h. Abono 25 €. Día 15 €. Sábado 15 de diciembre _Wild Winter Fest II: Jeremy Jay, The Mobbs... López (Zaragoza). 20 h. Abono 25 €. Día 15 €. Sábado, 22 de diciembre _The New Raemon. El 21 (Huesca ). Hora y

Martes 18 de diciembre _Meat Puppets. Wha Wha (Valencia). Hora y precio S/C.

Jueves 6 de diciembre _Redd Kross. Loco Club (Valencia). 21 h. 24 €.

Martes 1 de enero _QOQOA365: Seth Troxler, Jamie Jones, Umek... Feria de Muestras (Valencia). 7 h. 25 €.

Lunes 3 de diciembre _Led Er Est. La Residencia (Valencia). Hora y precio S/C.

Catalunya

Sábado 8 de diciembre _Llum. Electropura (Valencia). 20 h. Gratis.

Sábado 1 de diciembre _Antònia Font. Palau de Congressos (Tarragona). Hora y precio S/C.


John Talabot

Apolo (BCN), 13/12/12

Martes 4 de diciembre _Cats on Fire. Sindicat (Garriguella). 22 h. Precio S/C. Miércoles 5 de diciembre _The New Raemon. La Mirona (Salt). Hora y precio S/C. Lunes 31 de diciembre _Cristian Varela, Carlos Gallardo... Pacha (La Pineda). 24 h. Precio S/C.

Euskadi Sábado 1 de diciembre _Two Gallants. Azkena (Bilbao). 20:30 h. Precio S/C. _Corizonas. Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Hora y precio S/C. Domingo 2 de diciembre _Lumerians. Ibu-Hots (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C.

(Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C. Jueves, 13 de diciembre _PVL Havoc. Bokowski (Donostia). 20 h. 6 €. Viernes 28 de diciembre _El Columpio Asesino. Antzokia (Bermeo). Hora y precio S/C.

Illes Balears Domingo 9 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. Teatre Lloseta (Lloseta, Mallorca). Hora y precio S/C. Viernes 14 de diciembre _Festival 2+2: Corizonas, Hola a Todo el Mundo, Stay, Las Ruinas, Odio París... Abraxas (Palma de Mallorca). Hora S/C. Abono 25 €. Día 20 €.

Miércoles 5 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. Kafe Antzokia (Bilbao). Hora y precio S/C.

Sábado 15 de diciembre _Festival 2+2: Corizonas, Hola a Todo el Mundo, Stay, Las Ruinas, Odio París... Abraxas (Palma de Mallorca). Hora S/C. Abono 25 €. Día 20 €.

Jueves 6 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. Intxaurrondo (Donostia). Hora y precio S/C.

Galicia

Sábado 8 de diciembre _Corizonas. Fever (Bilbao). Hora y precio S/C. Miércoles 12 de diciembre _Bart Davenport & Biscuits. Universidad

Sábado 1 de diciembre _Crooked Fingers. Café & Pop Torgal (Ourense). Hora y precio S/C. _Cats on Fire. Mondo (Vigo). 21 h. 10 €.

Miércoles 5 de diciembre _Little Wings. Café & Pop Torgal (Ourense). Hora y precio S/C. Domingo 9 de diciembre _Lumerians. La Zona C (Santiago). Hora y precio S/C. Sábado 15 de diciembre _981Heritage: Lindstrøm, Holy Other, François Kevorkian... Playa Club (A Coruña). Hora S/C. 16 €. Viernes 21 de diciembre _Meat Puppets. Le Club (A Coruña). Hora S/C. 14 €. Sábado 22 de diciembre _Holywater. A Coruña (Mardigras). Hora y precio S/C. Viernes 28 de diciembre _Holywater. Karma (Pontevedra). Hora y precio S/C. Sábado 29 de diciembre _Holywater. La Iguana (Vigo). Hora y precio S/C.

Murcia Viernes 14 de diciembre _Jero Romero. Stereo (Murcia). Hora y precio S/C. Sábado 15 de diciembre _El Columpio Asesino. Stereo (Murcia). Hora y precio S/C./


062/063

live

Red Bull Pequeño Formato: I Am Dive Nave de Música-Matadero (Madrid), 17/11/12

Imagine a Cat Stevens o a Don Mclean a las órdenes de Lali Puna. ¿Sorprendido? Pues espere, apreciado lector, a abrir mucho los ojos cuando le informe de que los artífices de esta mezcla imposible son sevillanos. Maticemos ‘mezcla imposible’: sobre el papel, puede que suene a desvarío. En forma de disco, es completamente factible. Y sobre un escenario, un auténtico prodigio. Pero volvamos al factor sorpresa. Se llaman

I Am Dive y, a decir verdad, son dos tipos sin mucha presencia escénica: Esteban Ruiz da el perfil de tipo entrañable un pelín entrado en carnes que fomenta su hacerse querer con jocosos (y andaluces) comentarios entre canción y canción; José A. Pérez es ese tipo en el que todos confiaríamos porque, con su aspecto extremadamente sobrio, se limita a hacer bien lo que tiene que hacer sin decir ni mu. Los dos aparentan más

Dead Can Dance

rios. Pero definitivamente lo que falló en esa noche fue el espacio. La disposición de las localidades, con las gradas casi llenas pero sólo unas pocas sillas en la pista, hizo que el Palau Sant Jordi resultara frío y distante. A pesar de esto, Leonard Cohen y su banda nos prometieron dar “todo lo que tenían” y lo hicieron con un concierto de más de tres horas durante las cuales repasaron gran parte de sus éxitos. Una vez más, hicieron del respeto mutuo y la impecable cortesía la marca de la casa. Mención aparte para el aragonés Javier Mas, excelente guitarrista y laudista de la banda. Al terminar, la sensación era la de haber presenciado un concierto correcto pero para nada imprescindible o legendario, aunque los 78 años del músico y poeta y las palabras “no sé cuando vamos a volver a Barcelona” dejaban entrever la posibilidad de que se tratase de su última visita a nuestros escenarios. Pau Cristóful

L’Auditori (BCN), 22/10/12

El dúo australiano tomó el escenario durante más de dos horas, respaldado por la excelente sección rítmica de David Kuckhermann y Dan Gresson, a los que se sumaron las labores de Jules Maxwell y Astrid Williamson en teclados y voces. Lisa Gerrard y Brendan Perry hacían acto de presencia con un temple gélido que poco a poco fue cobrando candor tras las continuas alabanzas de un público que abarrotaba el auditorio. Tras tres lustros de silencio discográfico, tomaron las riendas de su repertorio para presentar su nuevo trabajo, “Anastasis”, que interpretaron en su totalidad y del cual brillaron con especial fulgor “Children of the sun” (que sirvió de apertura), “Kiko” y la extraordinaria “Agape”. Perry escogió la revisión del lamento clásico andalusí “Lamma bada” y también una versión del “Song to the siren”, de Tim Buckley. Como era de esperar, el protagonismo recayó en la sobrenatural voz de Lisa Gerrard: “The host of Seraphim” y “Dreams made flesh” (del mítico colectivo This Mortal Coil), sonaron sobrecogedores. Aunque se echase en falta el repaso de alguno de los cortes de “Within the realm of a dying sun”, reaparecieron clásicos como “Rakim”, “The obiquitous Mr. Lovegrove” y la celestial “Wandering star”. Un directo perfecto, calibrado y, como era de esperar, memorable. Matías Bosch

Leonard Cohen Palau Sant Jordi (BCN), 03/10/12

Sentimientos adversos se cruzan en mi mente al recordar la última visita de Leonard Cohen a Barcelona. Por una parte siempre es un lujo poder disfrutar de las canciones del maestro. Por otra, la ilusión no era la misma que hace tres años, cuando vino por primera vez después de su regreso a los escena-

Refused La Riviera (Madrid), 05/10/12

La reunión este año de Refused tras aquel famoso manifiesto (“Refused are fucking dead”) que certificaba la muerte de la banda, ha sido tan criticada como aplaudida. Criticada porque muchos interpretaron su separación como un gesto que engrandecía el discurso antisistema del que los suecos siempre han hecho gala, y su decisión de reunirse este año para participar en grandes festivales no fue bien recibida por algunos de sus seguidores. Aplaudida porque esta reunión suponía poder volver a ver en directo a una de las bandas que cambiaron nuestra idea del punk y el hardcore con obras maestras como “The shape of punk to come”, un disco que sigue siendo tan atrevido e innovador a día de hoy como lo fue en 1998. No hubo más que asistir a su concierto en Madrid para darse cuenta de ello: “Liberation frequency”, “Deadly rhythm”, “Summer

‘treinta y’ que ‘veinti’, así que olvídese de bestias pardas dejándose la piel sobre las tablas. Aquí hay mucha más cana que pelo. Y un saber hacer abrumador. Ya se les intuía juguetones con los sintes y las atmósferas por su etapa en The Baltic Sea (el primero) y Blacanova (el segundo), pero lo del otro sábado en el recinto Matadero de Madrid supera cualquier expectativa: imagínese una capacidad incontestable para convertir cada nota, cada armónico, en la más absoluta belleza. Se supone que es a lo que aspira todo músico que se precie, ¿no? Pues bien, estos dos lo han conseguido armados con algo tan precario como dos guitarras y dos teclados midi enganchados a sus respectivos Macbook. A ellos no les hace falta más para inundar sus canciones con arreglos tan intensos que golpean el esternón sin necesidad de pasar del low tempo. Sorprende su capacidad para tirar de sonidos preprogramados industriales, casi fabriles, y lograr a cambio que todo suene poético, con un lirismo propio del folk más telúrico que uno pudiera imaginar. Venían a presentar su primer disco, “Ghostwoods”, pero también se recrearon en sus anteriores EP, los que les habían granjeado una reducida (y extasiada) red de seguidores. Y nos regalaron sorpresas, como que el tema “Summer camp” sonase en aquella pequeña sala mejor producida que en un estudio de grabación, con unas segundas voces sampleadas de una delicadeza acongojante que desgraciadamente no se oyen en el disco. ¿Quieren una crónica de ambiente? Seré breve. Las decenas de asistentes que compartían esa noche mágica se limitaban a mirar a estos dos virtuosos calmos mientras vivían ese placer de hora y pico a su manera. Punto. Luis Meyer / Foto Gianfranco Tripodo

holidays Vs. punkroutine”, “New noise”, y joyas de otros discos como “Rather be dead” o “Hook, line & sinker”, convirtieron aquella noche y aquel concierto en una experiencia inolvidable. Si a ello le añadimos una Riviera prácticamente llena, la referencia al 15-M en el bombo de su batería, y el discurso homenaje a las Pussy Riot por parte del adrenalínico Dennis Lyxzén, podemos estar hablando del mejor concierto del año, al menos para un servidor. Israel Márquez

Wilco Gran Teatre del Liceu (BCN), 15/10/12

Se mire por donde se mire, sumar una tercera visita en once meses, al punto que cabe la duda entre hablar de tres giras o de una sola, ha de tener sus consecuencias (aunque el concierto fuera en el Liceu). Para bien, la aparentemente sencilla perfección con que la banda ejecuta los primeros siete temas, desde “Misunderstood” hasta “Born alone”. Para mal, el cansancio que se hace patente durante la primera tanda de bises, con ese deslucido “Jesus, Etc.”. Y, para regular, un fin de fiesta tirando a extraño, motivo de orgullo para los amantes de la estadística hinchada (veintisiete canciones en 140 minutos) pero falto de esa chispa de magia propia del concierto excepcional que Wilco ya ha ofrecido, con el roadie descamisado y serpenteante como símbolo, durante “Hoodoo voodoo”, de que el círculo no ha acabado de cuadrar. Quizá, cierto es, nos hayamos vuelto demasiado exigentes. Quizá nos cueste aceptar a Tweedy y compañía medio punto por debajo de la excelencia. Quizá debamos admitir que correríamos tras ellos si volvieran a tocar mañana, por no decir esta misma noche, de aquí a quince minutos. Son tan y tan grandes que hay quien les discute la presencia (y ascendente) de Nels Cline, fíjense. Milo J. Krmpotic’


M!RA 2012

fàbrica fabra i coats (BCN), 10/11/12

Es un placer ver florecer una propuesta tan coherente como el Festival M!RA que en su segunda edición llenó cómodamente la recién reinaugurada fabrica Fabra i Coats. La sala grande contaba con dos enormes pantallas y un relieve para mapping donde los artistas visuales podían proyectar sus creaciones en todo su esplendor. El primer punto álgido de ese escenario grande correspondió al pase del barcelonés Wooky (con visuales urbanos

y cartográficos de gran belleza a cargo de Videocratz) que reivindicó el legado de Orbital con melodías evocadoras y breaks IDM dejando el listón muy alto. Tampoco defraudaron Eedl (aunque los visuals de Alba G. Corral tuvieron algunos problemas al inicio) en su retorno después de un largo hiato. Joan Duat y Miguel Ángel Martínez convencieron con sus marcadas melodías y supieron atraer al público hacia sus ambientes. La visita en la

Sébastien Tellier

espectador o incluso el entorno no están al cien por cien. Sin embargo el siete de noviembre pasado los planetas estaban perfectamente alineados y todo estaba listo para certificar su triunfo: buena sala, sonido impecable y la maquinaria perfectamente engrasada. Aprovechando todo esto, The Walkmen salieron a morder. Señoriales y elegantes desde un principio, abrieron con “Line by line”, y a las primeras de cambio ya empezaron a sacar la artillería pesada. “Heartbreaker”, “Angela Surf City” e “In the new year” se sucedieron antes de llegar a la mitad del concierto. Entonados, ya no abandonarían la velocidad de crucero hasta finalizar la noche, certificando con “Juveniles”, “The rat” o “Heaven” que efectivamente, con las condiciones apropiadas, su directo es infalible. Javier Burgueño

Apolo (BCN), 09/11/12

Con un LP tan logrado y accesible como “My God is blue” (Record Makers, 12) en sus manos, el barbudo parisino dejó escapar una magnífica oportunidad de ser conocido y reconocido en nuestros escenarios. Ante una audiencia mayoritariamente francófona, Tellier se dejó llevar por la autoindulgencia y el vodka y se excedió en su faceta de showman sin chispa, de monologuista sin chistes sin hacer apenas referencia al montaje pretendidamente conceptual que envuelve sus discos. Más preocupado en pedir tabaco al técnico de sonido que en sacar provecho de sus excelentes músicos (teclado y batería), Tellier se explayó en las pausas y en las charlas en francés (aunque el mismo se reconvenía de cuando en cuando y se obligaba a hablar inglés y chapurrear castellano, diciendo cada dos por tres las únicas palabras que sabía en el idioma de Cervantes: “Patatas fritas”) cortando el ritmo del show con momentos tan esperpénticos como su caída por el lateral del escenario o sus larguísimos solos de guitarra ya en el incomprensible bis. Una pena, porque cuando se centró en “Cochon Ville”, “La Ritournelle” (que quedó prácticamente instrumental) o la eurovisiva “Divine” vimos a un compositor e intérprete capaz de mucho más. Half Nelson

The Walkmen Bikini (BCN),07/11/12

A The Walkmen la infalibilidad en directo, como el valor de los muchachos que hacían la mili años ha en aquellos tiempos preteritos en que darlo todo por la patria era obligatorio, se les supone. Esto, que a priori es positivo, provoca tan altas expectativas que fácilmente puede revertir en pequeñas decepciones personales si Hamilton Leithauser y compañía, el

Andrew Bird Apolo (BCN), 12/11/12

Andrew Bird, aparte de un músico dotado y versátil, es un hombre tranquilo. De ahí que cuando no hacía ni un cuarto de hora que había empezado el concierto y empezó a fallarle el pedal de loop, ni se inmutó, ni siquiera un tic nervioso de la cabeza hacia la izquierda. Dejó el asunto en mano del técnico, reunió a sus compañeros alrededor de un micro de pie situado en un lateral del escenario y mientras se solucionaba el problema se marcaron una preciosa sesión tradicional, casi como si de una banda de bluegrass se tratase, solo de acústica de Jeremy Ylvisaker y versión de The Handsome Family (“When the hellicopter comes”) incluidos. “Give it away” y “Sovay” sonaron frágiles y delicadas en ese formato, y el momento de intimidad y delicadeza creado se extendió a lo largo del concierto. Tras recuperar el pedal, Andrew y compañía volvieron sobre plan previsto: aupados sobre la magia del violín, los loops y los silbidos de Andrew, recrearon el sonido ‘crudo’

planta superior a las interesantes instalaciones “The particle” de Alex Posada y “Displayce” de Device Me dejaron poco tiempo para disfrutar del japonés Ametsub (con Snack! a los visuales) y de Crisopa (con Cyteck, en la sala pequeña). Akihito Saitou cumplió encajando elementos orientales en su particular visión de la música electrónica mientras que Crisopa defendió más que bien el interesante “Biodance” (n5MD, 12) mezclando texturas ambientales y shoegazers. Con las luces extrañamente encendidas (lo que restaba calidad a las proyecciones de Dan Tombs), el set del británico Hyetal fue un recorrido por los sonidos más quebrados (del electro cinemático de arpegios metálicos al dubstep ruidista) con concesiones al house modernizado que pusieron la alfombra para que Sistema (con los excelentes visuales digitales de Device) entrara a matar. Y vaya si lo hizo: el barcelonés Manel Ruiz dio toda una lección de contención en un set creciente que jugó con la profundidad del sonido, la adición de elementos sucesivos y melodías casi pop. Como se esperaba, el set del inglés Lone (con Gnomalab) fue todo un homenaje al sonido rave de finales de los 80. Breaks, sirenas, sintes enloquecidos, samples vocales, una verdadera locura que nos hizo bailar como posesos (y olvidarnos de cuánto debe este hombre a 808 State). Actress, acompañado por los visuales de Desilence Studio, ofreció un set menos áspero, menos quebrado, que el de su paso por el Sónar. Consciente de su lugar en lo alto del cartel, Actress, encapuchado e inmóvil, extrajo de su laptop un set más bailable, pero con frecuentes barridos de frecuencias ruidosas que desconcertaron al personal, pero que sirvieron de incontestable telón de cierre a esta exitosa segunda edición. Half Nelson / Foto Anabel Luna

que cimenta sus últimos álbums, “Break it yourself” y “Hands of glory”, de forma memorable, teniendo tiempo todavía en los bises para versionar a Townes Van Zandt y (casi) cerrar con una pausada “Fake palindromes” del “The mysterious production of eggs” (05). Javier Burgueño

Calexico Apolo (BCN), 11/11/12

Después de tantos años de carrera, Calexico saben bien que para triunfar en directo es mejor dejar de lado los sonidos arenosos y las sensiblerías para apretar a fondo el pedal de la juerga. Así, la contundente sección de vientos formada por Martin Wenk y Jacob Valenzuela, Jairo Zavala de DePedro a la guitarra y el propio Joey Burns interpelan al público desde el primer minuto y van poco a poco caldeando el ambiente con los temas de “Algiers” (Anti / Pias, 12) “Epic”, “Splitter” y “Para” que se intercalan con las (algo recurrentes) apariciones de Amparo Sánchez (Amparanoia) para interpretar un par de temas (“Roka” y “Muchacho”, éste perteneciente a su último disco). La aparición de la andaluza aporta poco artísticamente, pero sirve decantar el show, con el beneplácito de Burns y Convertino, hacia la juerga mestiza que la banda remata espléndidamente a partir de la creciente “Maybe on Monday” abriendo la puerta a un maratón de clásicos (“Two silver trees”, “Victor Jara’s hands”, una brutal versión de “Alone again or” de Love) y el final de fiesta con la habitual “Güero Canelo” de nuevo con Amparo. Con el público rendido, el extenso bis (abierto con una estupenda versión de “Miss Ohio” de Gillian Welch junto a los magníficos teloneros Blind Pilot) reivindica temas recientes (“Sinner in the sea” y la reflexiva “The vanishing mind”), pero no puede dejar de lado su homenaje a Carlos Fuentes con la eterna “Crystal frontier”. Half Nelson


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maschine!, maschine!, maschine!

Bazar Videojuegos Textos

Xan Pita

“FIFA 13” La batalla entre “Pro Evolution Soccer” y “FIFA” hace años que ha terminado. Y el ganador es el simulador de Electronic Arts. Este año, además, hay cambios que nos gustan especialmente como esa posición inteligente que proporciona a los atacantes la habilidad de analizar el juego, y ver la mejor posición para crear nuevas oportunidades de ataque. Y si buscas nombres propios, éste es tu juego: más de 500 equipos con licencias oficiales y más de 15.000 jugadores. Plataformas: Windows, Wii, PS3 y XBox 360. Género: Fútbol. Desarrollador: EA Canada. Distribuidor: Electronic Arts. Lanzamiento: septiembre.

“Dishonored” Una de las grandes sorpresas de la temporada. Un juego de acción en primera persona en el que encarnas a un asesino movido por la sed de venganza. Un sistema de combate que permite combinar una gran variedad de poderes sobrenaturales, armas y enrevesados artilugios para eliminar a tus enemigos. Y aquí se premia la creatividad: tú decides si quieres perseguir a tus víctimas ocultándote en las sombras o si quieres acabar con ellas a cara descubierta y mostrando tus armas. Las decisiones que tomes tendrán consecuencias en el resultado de las misiones. Lo dicho, una de las sorpresas del año. Juegazo. Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Ácción, Stealh. Desarrollador: Arkane Studios. Distribuidor: Bethesda Softworks. Lanzamiento: Octubre.

“Prototype 2”

“Call of Duty: Black Ops II”

Si has jugado al primero te gustará el segundo. De hecho, creo que uno tiene que jugar al primero para que le guste el segundo. Pese a todo, si uno se acerca por primera vez a este “Prototype 2” lo que se encuentra es un sandbox con muchos poderes, experimentos y enemigos. Para entendernos, juego de acción en tercera persona pero con estética y discurso propio. Se cambia de protagonista, pero el espíritu sigue siendo el mismo. Continuismo, pero funciona.

Superando los límites de lo que los fans podían esperar de la franquicia más exitosa del sector del entretenimiento, “Black Ops II” adentra a los jugadores en un futuro próximo, la Guerra Fría del siglo XXI, donde la tecnología y las armas se unen para crear una nueva generación de guerra. Ambientados en un futuro cercano ficticio, los modos multijugador de “Call of Duty” presentan a los jugadores las armas y el equipamiento más vanguardistas del año 2025.

Plataformas: Windows y XBox 360. Género: Open world action. Desarrollador: Radical Entertainment. Distribuidor: Activision. Fecha de lanzamiento: Julio.

Plataformas: Windows, Wii, PS3 y XBox 360. Género: Shooter. Desarrollador:Treyarch. Distribuidor: Activision. Fecha de lanzamiento: Noviembre.


“Need for Speed Most Wanted”

Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana... Un grupo de desesperados pájaros rebeldes se enfrentaban a un poderoso enemigo que amenazaba a toda la galaxia: el diabólico Imperio Cerdo. Gracioso punto de partida para una nueva aventura de los pájaros enfadados más famosos del universo. Más de 80 niveles a través de las incónicas localizaciones de Star Wars, como Tatooine o la Estrella Cerdo; y nuevas mecánicas de juego.

Combinando las carreras callejeras y el tuning con la intensidad de persecuciones policiales al estilo Hollywood, “Need for Speed Most Wanted” es un imprescindible estas navidades. Puestos ponernos críticos, uno se encuentra con un juego que tal vez no sea del todo perfecto, pero tiene lo que hay que tener. De hecho, no exageraríamos al decir que este juego terminará convirtiéndose en un buque insignia del género.

Plataformas: Android, iOS, Windows, MacOS X. Género: Plataformas. Desarrollador: Rovio Entertainment. Distribuidor: Rovio Entertainment. Fecha de lanzamiento: Noviembre

Plataformas: Windows, Wii, PS3, Android, iOS y XBox 360. Género: Racing. Desarrollador: Criterion Games. Distribuidor: Electronic Arts. Fecha de lanzamiento: Noviembre.

“Hitman Absolution”

“NBA 2K13”

“Hitman Absolution” narra los hechos del Agente 47, un asesino sin escrúpulos que firma el contrato más peligroso de su vida. Mostrando por primera vez la tecnología Glacier 2 de IO Interactive, el juego ha sido reconstruido por completo. Dando una mayor importancia a las escenas de vídeo, la dirección artística y a un original diseño de juego, “Hitman Absolution”combina el estilo “Hitman” con características completamente nuevas.

La saga “NBA 2K” evoluciona. Y lo hace con una nueva entrega que fusiona baloncesto, música, arte y entretenimiento, producida por Jay-Z. Entre sus estrenos destaca el nuevo sistema de defender en el poste y, por supuesto, las plantillas actualizadas que contemplan todos los traspasos que ha habido entre el año pasado y este. Podrás contar con las plantillas y estadísticas más actualizadas del momento.

Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Stealth-Shooter. Desarrollador: IO Interactive. Distribuidor: Square Enix. Fecha de lanzamiento: Noviembre.

Plataformas: Windows, Wii, PS3, Android, iOS y XBox 360. Género: Acción. Desarrollador: Visual Concepts. Distribuidor: 2K Sports. Lanzamiento: Octubre.

“Assassin’s Creed III”

“Max Payne 3”

Norteamérica, siglo XVIII. Después de más de 20 años de conflicto, las trece colonias americanas y la Corona Británica están al borde de la guerra. Las líneas de la batalla dibujadas y el derramamiento de sangre es inevitable. Punto de partida del que, sin duda, es el capítulo más ambicioso de la saga. Pocos juegos cuentan con un apartado técnico tan increíble, ya sea visual o sonoro. Un juego como la copa de un pino.

Recogiendo el testigo de Remedy Entertainment, en el punto donde dejaron “Max Payne 2”, esta tercera parte utiliza tecnología punta para crear una experiencia de acción perfecta y cinematográfica, incorporando los últimos avances de Natural Motion en las físicas y una nueva interacción del Rockstar Advanced Game Engine. El resultado ofrece una jugabilidad extremadamente refinada, con una amplia variedad de armamento real.

Plataformas: Windows, Wii, PS3, Android, iOS y XBox 360. Género: Open world stealth. Desarrollador: Ubisoft. Distribuidor: Ubisoft. Fecha de lanzamiento: Octubre.

Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Shooter. Desarrollador: Rockstar Games. Distribuidor: Rockstar Games. Fecha de lanzamiento: Junio.

maschine!, maschine!, maschine!

“Angry Birds Star Wars”


MODAGADGETS Gristleism Caja de loops

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Texto ana tomás

moda Gadgets

13 son los loops que contiene esta versión industrial de la Buddha Machine diseñada por Throbbing Gristle: una mezcla de ruido experimental, drone industrial, melodías y ritmos clásicos. Esta nueva versión de las Buddha Machine originales presenta muchos más loops, control pitch extendido y el doble de largo de frecuencia. Está disponible en rojo, negro y cromado. No trae salida de audio a propósito, para que la abras y se la pongas tú. En la web del grupo te puedes descargar el tutorial para hacer esta modificación y otras más complejas. www.gristleism.com

Surfimento Surfeando en Barcelona Surfimento es un blog de fotografía de surf de Barcelona. De la fotografía lifestyle y el surf nace un experimento que tiene como objetivo plasmar la belleza de la playa más urbana de Barcelona en su especial relación con el surf. El resultado, una selección de las mejores instantáneas de las sesiones de surf de Barceloneta y alrededores, destacando el entorno urbano y los surfistas locales. Un proyecto que tiene su origen en un cambio de perspectiva; después de varios años haciendo surf y observando la transformación del paisaje barcelonés, el protagonista de esta historia se pasa al otro lado de la orilla para ofrecer, desde su objetivo, una visión particular del surf en Barcelona. Surfimento se basa en la imagen y la simplicidad, en un contenido en el que prima la calidad a la cantidad y en el que se plasma un enfoque muy personal. Destacando el surf como elemento principal con el trasfondo de la ciudad de Barcelona. http://surfimento.blogspot.com

Paez Made in Argentina

Lomography 25 años de Lomo

El clásico calzado campero argentino se distancia del convencionalismo en una firma de vanguardia. Bajo esta premisa, tres amigos emprendedores fundaron Paez el año 2007. Tomas Pando, Francisco Piasentini y Francisco Murray revalorizaron el calzado clásico de los trabajadores argentinos sin perder un ápice de su espíritu original, combinando la simplicidad y comodidad de las alpargatas en un producto de diseño con grandes dosis de creatividad. Estas alpargatas de origen popular se han rediseñado con materiales nobles y no contaminantes en todo el proceso productivo, cambiando la suela de esparto clásica por una composición más flexible de caucho y goma eva.

La organización lomográfica internacional dedicada a la fotografía instantánea y creativa celebra dos décadas del movimiento analógico con más de un millón de miembros. Hasta el momento han abierto 50 tiendas en todo el mundo y lanzado más de 150 modelos de cámaras que han hecho las delicias de los amantes de la fotografía. El pasado mes de noviembre, las Lomography Gallery Stores de Barcelona y Madrid presentaron un amplio programa de actividades y proyectos para celebrar el 25 aniversario. Además se ha lanzado para la ocasión una edición especial de la cámara Lomo LC-A, envuelta en auténtica piel grabada de cocodrilo en color azul eléctrico con su logo de metal diseñado para la ocasión. www.lomography.com


MODA

Nenuka Paradise Sueños en plata

Becksöndergaard Estilo escandinavo

Las joyas Nenuka Paradise son joyas con alma. Diseños realizados en plata que buscan el diálogo entre lo bello y lo atemporal, pero sobre todo un diálogo con su creadora, Pilar Sierco, desde el momento en que nacen. El collar Flores Negras es la joya de la corona de su primera colección. Se trata de una combinación de diseños de cadena diferentes, con un mix de acabados de plata vieja y brillo, que refuerza el juego de luz. Es un collar que te hace una proposición y te entrega un anillo con una piedra semipreciosa, un diseño seductor que habla de amor. www.npmood.com

Los diseños de esta firma de complementos y accesorios danesa son inconfundiblemente escandinavos con un toque personal que se imprime tanto en el color como en los detalles: dibujos hechos a mano como si fueran estampados artísticos, tanto en bufandas como en deliciosos bolsos para día y noche. Fundada en 2003 por dos enamoradas del diseño de moda, Lis Beck y Anna Söndergaard, la firma presenta esta temporada una colección de foulards con una gran variedad de diseños en lana, sedas y algodón de grandísima calidad. www.becksondergaard.com

Smilemundo Un interesante proyecto de crowdfunding La socióloga Aleksandra Zemke quería crear un espacio donde la gente, con microdonaciones, apoyara las causas que más les preocupan y, votando, decidiera qué proyecto se beneficiaría de su dinero. Al ser una plataforma para gente joven y activa, Smilemundo necesitaba un diseño original. Matylda Zawadzka (ilustradora) tuvo la idea de crear una personalidad animada para cada causa. Smile, Mun y Do son lo que llamaríamos las mascotas de cada causa –sociedad, medio ambiente, animales–; ellos aportan información, conocimiento y captan a jóvenes de todo el mundo de una manera única y divertida. El diseño tan colorido y animado hace que donar dinero y ayudar sea mucho más divertido. Os esperamos en smilemundo.org

Blackie Books Agenda 2013

Coolway Estilo azteca

Si en 2012 la agenda de Blackie Books vaticinaba el fin del mundo y nos proponía vivir el año como si fuera el último, para 2013 auguran un renacimiento, una época de cambio: esta vez nos proponen vivir el año como si fuera el primero. “La Agenda Que Cambiará Tu Vida” contiene 273 ilustraciones, 52 efemérides, 72 datos curiosos, 24 páginas con propuestas para cambiar tu vida, 16 grandes citas y 129 personajes míticos: desde Marlon Brando hasta Jean-Paul Sartre, pasando por el inventor del pan de molde. Ha sido creada por Sirag Nabih e ilustrada por Jonathan Millán. www.blackiebooks.org

Este invierno la firma de calzado y complementos Coolway viaja a tierras aztecas para traernos los estampados y materiales imprescindibles esta temporada. El equipo de diseño deja atrás la inspiración hippie y toma aires más radicales desde los paisajes áridos y montañosos de Sudamérica. Bordados folk, costuras estilo cowboy y cueros en tonos tierra conforman una línea de calzado cómodo y a la última con las tendencias del streetwear. Materiales como el tapizado indio de motivos geométricos o la piel se transforman gracias a un acabado envejecido y empolvado que dotan de carácter a la línea.

MoMar Bcn Repostería creativa MoMar Bcn es repostería creativa con pasión, de origen familiar y ‘made in’ Barcelona. Un pequeño proyecto que nace de las tardes de domingo, de compartir horas en la cocina, siempre en versión artesanal y creativa. Repostería creativa elaborada artesanalmente con ingredientes de calidad y moldeada con fondant, una pasta preparada con azúcar como ingrediente principal y que se caracteriza por su plasticidad, ideal para decorar cupcakes, cookies y originales pasteles. En MoMar Bcn se elabora cada encargo de manera pesonalizada y siempre bajo pedido, para ofrecer así creaciones exclusivas adaptadas a cada ocasión. Pasteles para celebraciones, decoraciones inverosímiles, cookies temáticas, especiales e irresistiblemente buenas. Las encontrarás en momarbcn.blogspot.com


Cara Norte, ocho de la mañana, un metro de nieve polvo, big air, couloirs. Estas son las partes del paraíso soleado de los que ven la nieve y la montaña como una forma más de buscar los límites, de superarse cada día. Ya sea buscando la pala perfecta que todavía está por trazar, luchando por conseguir ese 360 que tanto cuesta o arañando décimas al cronómetro de una pista tan pisada que brilla, la clave es ir más rápido que ayer, saltar más alto que los demás o buscar el freeride donde no llega nadie.

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TEXTO CARLOS IGLESIAS

ESPECIAL NIEVE EXTREME ATTITUDE

0. Imagen de fondo de Kilian Jornet para Suunto. 1. Chaqueta Icepeak Merrill. 144 €. En Finlandia saben lo duro que puede ser el invierno, desde allí nos llega esta chaqueta preparada para meteorologías extremas. 2. Máscara Smith I/O Recon. 70 €. Una máscara de lentes intercambiables con ordenador y GPS. De dice dónde estás, a que velocidad, cuanto saltas y el tiempo de mañana. 3. Tabla Jones Snowboards Flagship. 529 €. Jeremy Jones, el mejor freerider del planeta, ha creado esta joya, una auténtica garantía para surfear nieve virgen muy rápido. 4. Reloj Suunto. 430 €. El GPS más preciso y las funciones más necesarias en la muñeca para lanzarse a la aventura, en el cuerpo de un reloj de calle. 5. Casco Salomon Brigade Audio. 109 €. Máxima protección, máxima ventilación y máxima calidad de sonido en los auriculares extraíbles que incorpora el Brigade. 6. Botas K2 Maysis. 330 €. Además de mejorar el control, lo principal de una buena bota es la comodidad. La Maysis de este año incorpora Boa Conda en el lazado y un nuevo sistema de suela que reduce la fatiga. 7. Splitboard Atomic Poacher. 900 €. Lo mejor para los que además de bajar por el lado más salvaje de las montañas, las suben. La tabla se divide en dos esquíes y a foguear. 8. Camiseta Millet Power Strech. 110 €. Con el revolucionario tejido Polartec, esta es una camiseta multiuso, gracias a su increíle impermeabilidad, elasticidad y a su resistencia a los elementos, puede usarse como primera capa o como tercera, cuando la actividad física es intensa.

Especial Nieve Radical snow

9. Esquíes K2 Iron Maiden. 500 €. La tecnología freestyle de K2 y el espíritu de la clásica banda británica se unen para crear el esquí más heavy de la historia. Edición limitada. 10. Esquíes Atomic Blackeye Ti. 600 €. Los insertos de titanio aumentan la rigidez de este monstruo comepistas. Gracias a su gran anchura de patrón, puede adentrarse en territorios no pisados por las máquinas. 11. Mochila Quiksilver Damage 2. 100 €. Si cuando Travis Rice va a la montaña lo hace con esta mochila, por algo será. Totalmente impermeable, cierres seguros y gran capacidad. 12. Botas Atomic Redster Pro 130. 500 €. La nueva bota de gama alta de Atomic es una maravilla de la tecnología, totalmente personalizable para nuestro estilo de esquí y garantiza velocidad extrema. 13. Pasamontañas Quiksilver Casper. 19 €. Como su propio nombre indica, un pasamontañas es básico para poder disfrutar de la nieve en altitud aunque el frío y el viento peguen fuerte. 14. Máscara Roxy Rockferry. 109 €. Ésta es una máscara de altas prestaciones diseñada exclusivamente para adaptarse perfectamente a la fisonomía femenina. La lente se adapta a cualquier situación. 15. Pantalón Protest Pure Series. 170 €. Buena noticia para las más frioleras, un “soft-shell” para las piernas, la única forma de parar la humedad y el viento. 16. Chaqueta Protest Pro Series Crazy. 260 €. Una chaqueta de nivel “pro”, lo mejor de la marca. Desarrollada con riders de prestigio como Jonas Hagström o nuestro Rubén Vergés. 17. Chaqueta Lafuma Destivelle. 170 €. Las que se acercan a la montaña con un espíritu más deportivo, tienen con esta chaqueta un buen aliado: los mejores tejidos para una prenda ligera y resistente.

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Especial Nieve All Fun Sol, amigos, pistas rojas, park, música, terraza. Para muchos esto es la nieve, una excusa para pasarlo bien. No importa si es con una tabla o con dos, lo importante es pasarlo bien con los amigos, bajando pistas sin parar, hacer una parada en el park para probar un par de trucos, probar la nieve virgen después de un buen paquetón, y acabar el día en la terraza de pie de pistas comentando la jugada. Diversión, sin problemas.

10. Botas K2 Scene. 190 €. Casi parece una bota de ciudad, y es casi tan cómoda. Pues no, las Scene son para riders que saben lo que hacen y que buscan un calzado cómodo y de respuesta rápida. 11. Atomic Alibi. 500 €. Con los Alibi, podrás meterte en cualquier terreno, dentro y fuera de las pistas, sin renunciar a saltos o a giros imposibles. Son twin-tip. 12. Pantalones Volcom Denim. 339 €. Ya no sólo los domingueros pueden ir a esquiar en tejanos. Estos pantalones vaqueros tienen todo lo que hay que tener para llegar seco a casa. 13. Mochila Salomon Gear BackPack. 50 €. Se acabó ir cargando con el material colgando del hombro, recogiendo todo cada vez que algo se cae. Con esta mochila botas, protecciones y casco están a salvo. 14. Orejeras Roxy Altitude. 22 €. Orejas calientes, sobran los comentarios. 15. Tabla Jones Mountain Twin. 479 €. Las características de una tabla para nieve dura y las precisas para nieve polvo se funden en la Mountain Twin para crear una auténtica “All mountain” de garantías. 16. Chaqueta Quiksilver Next Mission Printed. 179 €. Probablemente esta sea una de las chaquetas que más se van a ver en las pistas este invierno. ¿Por qué? Por su diseño, prestaciones y precio. Quiksilver es siempre una buena apuesta. 17. Manoplas Roxy Meadow Mitt. 39 €. Aunque a simple vista parezcan unas manoplas de colegial, estamos ante una prenda que garantiza que los dedos no se nos van a congelar a las primeras de cambio.

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TEXTO CARLOS IGLESIAS

ESPECIAL NIEVE ALL FUN

0. Imagen de fondo de Afffinity Pure. 1. Camiseta Odlo Evolution Warm Greentec. 79€. Una primera capa consistente es casi más importante que una buena tabla. Esta es la primera camiseta 100% reciclada. 2. Botas Fischer Soma Vacuum Hybrid 12 Plus. 500 €. Quién no esté cómodo con estas botas que se lo mire. La bota se adapta totalmente al pie, hasta la cardas. Hasta recuperan el sistema de dos posiciones: andar/esquiar. 3. Botas Protest Mize Winterboots. 60 €. Una vuelta de tuerca a los descansos de toda la vida. Pies secos y calientes todo el invierno. 4. Mono Protest Snowsuit. 280 €. Un toque retro para chicas que cuando van a pistas no quieren renunciar a su propio estilo. 5. Gafas Oakley Summit Frogskins. 109 €. Un icono de los deportes de acción (las Frogskins originales salieron en 1985) que vuelve esta temporada con la mejor óptica en edición limitada. 6. Máscara Salomon X-Tend XPRO. 159 €. La primera serie de máscaras que fabrica Salomon llega con un 20% más de campo de visión y un novedoso sistema de ventilación para evitar que se empañen a la que sudamos un poco. 7. Casco Carrera Zephyr. C.p.v. La novedad de Carrera de este año para nuestras cabezas está pensada para obtener el máximo confort. Un casco siempre molesta, pero este menos: 400 gramos y un novedoso sistema de ventilación. 8. Tabla K2 Lime Lite. 400 €. Esta es una tabla para chicas de nivel con ganas de progresar todavía más. Equilibrio total para el freestyle. 9. Chaqueta Trangoworld Zifu. 300 €. Los “soft shell” están de moda. Gracias a los nuevos tejidos, como el Power Shield de Polartec, no hace falta cargar con un pesado bulto de anorak para ir a la nieve.

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TEXTO SILLY SAVAGE

RONNIE ABALDONADO

RONNIE

El filipino Ronnie Abaldonado es un b-boy de reputada fama internacional, elegido entre los mejores 10 bailarines de Estados Unidos, y campeón en 2007 del Red Bull BC One, además de otros muchos torneos importantes. Actualmente, representa a dos crews: Full Force y Super Cr3w, con el que ganó el programa televisivo de la MTV “America’s Best Dance Crew”. Ronnie nació en Guam, Filipinas, donde creció viendo a su hermano y sus primos bailar breakdance a finales de los 80. Cuando su familia se trasladó a California a mediados de los 90, Ronnie empezó a practicar este estilo de baile, inspirado sobre todo por su hermano Rodolfo. Cuando se mudaron años después a Las Vegas, Rodolfo dejó el breakdance definitivamente, pero Ronnie se entregó a ello en cuerpo y alma, y acabó por fundar su propia crew en esta ciudad en medio del desierto californiano, donde prácticamente no existía la tradición del b-boying. “Empecé a bailar breakdance con 10 años, viendo a mi hermano y mis primos, de quienes copiaba sus movimientos. De pequeño practicaba a todas horas en mi habitación, en el garaje de un amigo, en la cafetería de la escuela, el parque... en todos sitios. Cualquier parte donde hubiera un espacio abierto era apropiado para bailar. Con los años fui desarrollando mi propio estilo personal, y supongo que después de tantos años de practicarlo con mis amigos a diario, se acabó convirtiendo en nuestro modo de vida. ¿Quién se hubiera imaginado que una crew de b-boy o hip hop tendría su propio show en Las Vegas?”. Con el tiempo, su crew empezó a obtener bolos remunerados y el breakdance


ARTE

ABALDONADO

“La cultura b-boy es cada vez más competitiva y profesional”

se convirtió para Ronnie en un hobby a tiempo completo. Allí fundaría también su propio estudio de baile, Distrct. “He crecido y vivido en Las Vegas durante más de 20 años, así que he podido ver de cerca cómo crecía y se desarrollaba la escena b-boy en esta ciudad. Era sólo lógico que después de tantos años difundiendo la cultura de baile hip hop en Las Vegas, acabara fundando allí mi propio estudio, contribuyendo de esta manera a la comunidad. Distrct se distingue de los demás estudios de baile en su concepto multiespacio: hay una barbería, un salón de tatuajes y una tienda de ropa donde vendemos marcas emergentes como Biggest & Baddest, Hippoe Esthetix, Armory, VGB, accesorios como gafas y relojes, y ediciones limitadas de sneakers, ya que la moda también forma parte de la cultura b-boy”. Aparte de la moda, el estilo b-boy se expresa también con los tatuajes y los cortes de pelo y barba, de ahí la idea de incorporar estos dos elementos en Distrct. “Cuando empezamos a celebrar batallas mensuales de b-boys en el estudio nos dimos cuenta de que antes de la batalla muchos de ellos querían acicalarse la barba o cortarse el pelo para mejorar su look, y también se pasaban horas escuchando nuestros discos o mirando ropa, así que contratamos a dos barberos expertos en estilo urbano, Carlitos Sanzhez y Sam Silva, y artistas del tatuaje como Bob Simmons, Shy Diego y Virgil Sejalbo Jr.”.

Ronnie, además, colabora de cerca con la firma Braun, representando su línea de productos de afeitado de precisión Braun cruZer (www. braun.com/cruZer), además de ejercer de jurado en el concurso de fama internacional Braun Battle Of The Year, cuya final se celebró el pasado mes de noviembre. “Este torneo es el mayor evento de b-boys en el que he participado como jurado, tiene ya dos décadas de historia y es una de las competiciones más prestigiosas a nivel mundial. Como jurado me fijo en cosas como el estilo personal, la puesta en escena, el sentido del ritmo, la originalidad y la ejecución de los movimientos, aunque siempre es complicado porque es algo muy subjetivo. Veo el futuro del breakdance como un deporte cada vez más competitivo y profesional, aunque siempre habrá detrás una escena underground de talento desconocido”. Entre sus otros muchos proyectos, Ronnie sigue girando por el mundo con la crew Red Bull BC One All Stars y sigue trabajando con sus otras crews Super Cr3w y Jabbawockeez en el MUS.I.C show de Las Vegas.

Si quieres ver a Ronnie en acción, escanea este código QR con tu móvil. www.braun.com/cruZer


625 líneas “Boss” / Cine “El Hobbit”

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Boss Hijo de puta, hay que decirlo más Frasier se ha convertido en una mezcla de Tony Soprano y Lex Luthor. Ahora se llama Tom Kane y es el alcalde más corrupto que ha aparecido por televisión en mucho tiempo. Entronado en las alturas de Chicago, Kane se dedica a despedazar a todos los incautos que se cruzan en su camino. Y no lo hace con sutileza: es lo más cercano a un mafioso que uno pueda imaginar; uno de esos cabronazos que te los ponen por corbata con una simple caída de ojos. Definitivamente, “Boss” es la serie política que adoraran los haters del “Ala Oeste de la Casa Blanca”. A partir del 8 de diciembre en Canal +. Texto

Óscar Broc

H

ay gente que es muy hija de puta. No en el sentido literal, obviamente. Hija de puta de lo mala que es. Las meretrices no tienen nada que ver en esto, tan solo se limitan a prestar su nomenclatura al dicho. Curiosamente, a los personajes abyectos no los queremos en nuestras vidas; a nadie le gusta ser víctima de la perfidia de un sociópata. Pero cuando los villanos forman parte de una ficción, ah amigo, la cosa cambia y se convierten en nuestros cabrones favoritos. Pues bien, los que disfrutan con los hijos de puta televisivos, encontrarán en “Boss” una ducha de placer culpable y malignidad sin parangón, pues no existe en la televisión actual una cabecera con tantos mal nacidos y depredadores sociales juntos. En esta serie no hay sitio para valores como la honradez o la empatía. No hay sonrisas sinceras. A la mierda con la joie de vivre. Los fans de “Amélie” seguramente desarrollarán un tumor cerebral del tamaño de una piña si deciden meterse en el despacho de Tom Kane: demasiado odio y cinismo para que los pobres jilguerillos salgan de ahí indemnes. La apuesta de Starz por un producto de esta catadura es un acierto a todos los niveles. No podemos olvidar que la cadena se ha caracterizado por lanzar al mercado productos de dudosa profundidad —el porno gore de “Spartacus”, la caspa medieval de “Camelot”— y era urgente revalorizar la parrilla con una producción que rivalizara con los canales ‘serios’, como HBO. De hecho, “Boss” es un producto que parece fraguado en la HBO. Resulta difícil encontrar una ficción con tanta mala baba y semejante densidad de guión. Porque estamos ante una serie adulta de verdad, carente de moraleja, incómoda y, ante todo, desmoralizante para

los pocos románticos que todavía confían en la política y sus actores principales. Con la credibilidad de nuestros mandatarios y sus secuaces por debajo del nivel de la mierda, una propuesta como “Boss” se antoja más necesaria que nunca, pues escanea con saña caníbal las entrañas de la alta política, mostrando la inmundicia que transita por los pasillos gubernamentales y la hijoputez extrema de los tiburones que los recorren. La premisa argumental no tiene secreto. La serie relata con fiereza moral los tejemanejes de Tom Kane, el alcalde de Chicago, un depredador implacable y corrupto, capaz de masticar y escupir a quién sea para colmar sus ambiciones. Aquejado de una enfermedad cerebral grave e irremisible, Kane decide esconder sus dolencias a la ciudadanía y perpetuarse en la poltrona en busca de objetivos políticos más elevados. Es un robot sin el menor resquicio de afecto por sus seres más cercanos, un carnívoro en un circo, el de la política, cuyos rincones más oscuros conoce como la palma de su mano. En el mundo de Kane no hay lugar para sentimentalismos, empatía o valores positivos. Diablos, no hay ni espacio para algo tan elemental como la amistad. El alcalde utiliza métodos mafiosos para conseguir sus objetivos, destroza vidas como si fuera un divertimento pasajero, sus rivales sucumben a sus zapatos italianos como cucarachas, desprecia a sus colaboradores más estrechos, mantiene vivo su matrimonio por conveniencia e incluso reniega de una hija porque está enganchada a las drogas. Un panorama desolador para los que todavía confían en la bondad de la especie humana y se resisten a creer la máxima de “poder a cualquier precio”, pues en “Boss” se impone

el cinismo elevado a la máxima potencia, directo a la encía. Apenas hay personajes que muestren el menor resquicio de bondad, no hay altruismo, sólo políticos y altos ejecutivos para los que la afectividad es un concepto del siglo pasado; hijos de puta habituados a arrollar a cualquiera que se interponga entre ellos y sus aspiraciones. Con una puesta en escena sobria y elegantísima, “Boss” no sólo se centra en los vericuetos personales y los conflictos morales de su protagonista, también ofrece crítica aplastante de los mecanismos ilegales, trampas y malas artes que se esconden bajo la alfombra de la política. Para decirlo de un modo más gráfico, es una versión cínica y luciferina del “Ala Oeste de la Casa Blanca”. Algo así, evidentemente, sería imposible sin unos guiones de alto poderío escrotal. “Boss” es una producción maravillosamente escrita que no sirve nada mascado, una densa telaraña de tribulaciones y maldad política dirigida a un público eminentemente adulto. Y si el guión es fundamental, no lo es menos la brutal actuación de Kelsey Grammer en el papel de Tom Kane. Lo de este cabezón ilustre tiene mucho mérito. Después de invertir casi 20 años de su vida en el papel del psiquiatra Frasier Crane, el estadounidense ha cambiado radicalmente de registro en un salto sin red que no muchos se habrían atrevido a ejecutar. Lo cierto es que a mitad el episodio piloto ya has olvidado su pasado como estrella de la comedia ligera y te sientes absorbido por un personaje irresistible: el villano que odias amar. Porque en el fondo, “Boss” es una serie que nos pone al límite en un pútrido mundo de contradicciones, paradojas morales y cinismo al límite. Y nos gusta. Bienvenidos al Lado Oscuro


El Hobbit Historia de una ida sin vuelta El anillo cae sobre un mar de lava. Gollum todavía trata de alcanzarlo cuando es engullido por el abrazo incandescente del Monte del Destino. Todo ha acabado. Sauron ha sido destruido y el Heredero de Isildur ha regresado. ¿Es esa toda la historia de la Tierra Media? No, tú sabes que no. Como lo supo J.R.R. Tolkien desde un principio, y como se preocupa Peter Jackson en recordarnos. “El Hobbit” es un viaje de vuelta a la maravilla, el fantástico inicio de una nueva saga de películas que nos llevarán a las fauces del dragón. Texto

Albert Fernández

M

ucho antes de que Frodo Bolsón escuchara por primera vez la palabra “mithril”, en los años previos a la Batalla de los Campos de Pelenor, cuando cierta criatura encorvada y sibilante aún podía disfrutar en la soledad de una cueva oscura de “su tessooorooo”, el joven Bilbo Bolsón abriría distraído la puerta de su agujero hobbit, y desde entonces la aventura no saldría de su vida. “El Hobbit” es la historia de cómo se dio inicio a la serie de acontecimientos que marcaron el devenir de la Tercera Edad de la Tierra Media. Lo que en cines se conocerá como la precuela de “El señor de los anillos” fue en realidad la primera novela que J.R.R. Tolkien escribió sobre su mundo de fantasía épica, justo hace 75 años.

Una larga ida

La odisea de Peter Jackson en pos de esta nueva serie de películas parece no tener fin, ¡podría compararse a las hazañas de Bilbo en compañía de los enanos, en ese viaje para recuperar su tierra natal de Erebor! El primer escollo que encontró el cineasta neozelandés se hallaba en su propia casa. Entre 2006 y 2007, Jackson se las tuvo con Bob Shaye, el mandamás de New Line Cinema, productora de la trilogía de “El Señor de los Anillos”. Las diferencias presupuestarias entre director y productor llegaron a la afrenta verbal. Cuando se llegó a un acuerdo, el proyecto volvió a quedar detenido, debido a la quiebra de Metro Goldwyn Mayer. Esos retrasos financieros hicieron que se le agotara el tiempo a Guillermo del Toro, el director designado para el proyecto, quien tenía a la cola

otras tantas películas programadas. “A la luz de los constantes retrasos en la fecha de inicio del rodaje de ‘El hobbit’, debo afrontar la decisión más dura de mi vida”, se lamentaba el mexicano, que se había mudado con su familia a Nueva Zelanda para el rodaje, hacía más de un año. “Después de dos años de vivir, respirar y diseñar un mundo tan rico como la Tierra Media de Tolkien, debo, con gran pesar, abandonar la tarea de dirigir estas maravillosas películas”. Cuentan las malas lenguas que en realidad Del Toro abandonó debido a las constantes ‘sugerencias’ y presiones de Peter Jackson, que se comportaba cual Bielsa atosigador, asediándole con ideas a todas horas. Pero no fueron esos los únicos avatares del rodaje. Como estaba escrito, Peter Jackson asumió la dirección de la película, cuando ya se hablaba de dos episodios cinematográficos. Desde entonces, tuvo que afrontar una revuelta de los sindicatos de actores, una posible mudanza del rodaje desde Nueva Zelanda a Europa del Este, y las profundas dudas de Ian McKellen por retomar el personaje de Gandalf. Pero Jackson es más duro que un trol de piedra, y más pertinaz que Thorin Escudo de Roble. “El Hobbit” se haría, y serían tres películas. Peter, ¿Vuelves?

Nunca invites a Peter Jackson a merendar. Podría presentarse con sus amigos los enanos, y mira que no son pocos: Kili, Fili, Thorin, Óin, Glóin, Bombur, Bofur, Bifur, Balin, Dwalin, Dori, Ori y Nori. Además, con todos los kilos que ha perdido el cineasta en la

ardua travesía de “El Hobbit”, su apetito se ha vuelto voraz, insaciable. Jackson no es un hombre que sepa dar vuelta atrás una vez empieza a andar. Tras embarrarse con la extensión de tres películas, se obstinó en rodarlas a 48 fotogramas por segundo, doblando el acostumbrado estándar de 24. La idea es ganar fluidez y claridad en el movimiento, aunque en las previas parece que ese innovador look no ha acabado de convencer. En todo caso, la tozudez y el ingenio de Peter Jackson resultan adorables. Es encomiable la manera en que toma su oficio como una tarea ineludible, que llevará a cabo con la obstinación de un hobbit testarudo, como si fuera el mismísimo Elrond quien le encomendara una misión. Yo le hubiera abrazado cuando declaró esto: “Sabemos que gran parte de la historia de Bilbo Bolsón, el Mago Gandalf, los Enanos de Erebor, el ascenso de Nigromante y la batalla de Dol Guldur no se contará si no aprovechamos esta oportunidad. La riqueza de la historia de ‘El Hobbit’, así como algunos materiales relacionados en los apéndices de ‘El Señor de los Anillos’, nos permitirán contar todas las aventuras de Bilbo Bolsón y el importante papel que jugó en la historia de la Tierra Media”. No queráis imaginar cómo se pondrá si algún día decide afrontar una adaptación de “El Silmarillion”. Por lo pronto, en 2013 se estrenará “The Hobbit: The desolation of Smaug” y en 2014 llegará “The Hobbit: There and back again”. Pero ahora, el joven Bilbo Bolsón ya tiene la alforja llena con pan de Lembas, y está a punto de meterse en un hoyo mucho menos confortable que su agujero hobbit.


076/077

cine

Columna

Texto

Philipp Engel

Philipp Engel

“De óxido y hierro” de Jacques Audiard (Francia, Bélgica, 2012)

“The Master” DE PAUL THOMAS ANDERSON

Así entraremos con buen pie en el año más negro de nuestra historia. He oído opiniones templadas, y tampoco es que sea un fanático: “Pozos de ambición” se me desinfló entre las manos como el globo de un niño en su fallida fiesta de cumpleaños. Pero la Cienciología me despierta el morbo desde que, durante un periodo de obsesión adolescente por las sectas más peligrosas, me presté a un test de personalidad cuya conclusión fue que tenía problemas en casa y que ellos podían ayudarme. No sé si lo saben, pero sólo utilizamos una pequeña parte de nuestro cerebro.

el cine que viene “Al nacer el día”

“El alucinante mundo de Norman”

DE GORAN PASKALJEVIC

DE SAM FELL Y CHRIS BUTLER

En Valladolid aman al serbio. Desde “La otra América” (1995) que, cada vez que tiene una película lista, se acerca por la Seminci para que le den algún premio. Ahí lo tienen por un clásico, aunque en esta ocasión algo salió mal. El jurado se olvidó de él en el reparto de galardones. Y eso que competía con un tema clásico: el holocausto, buenos sentimientos ante el horror de los demás, y tampoco falta la inevitable boda gitana. ¿Qué ha pasado? Una injusticia.

Si necesitan una película animada que les levante el ánimo en Navidades, no lo duden, es esta, el siguiente paso del estudio de “Los mundos de Coraline”. El tráiler ya levanta a un muerto, y varios. El amigo de Norman que mira los vídeos de aeróbic de la madre de Norman. Norman, un niño que ve fantasmas verdes, y que tiene que salvar a su ciudad de la plaga, con un gag de zombis definitivo y la frase: “no hay nada malo en tener miedo, pero no dejes que eso te cambie”.

“Damiselas en apuros”

“Las sesiones”

DE WHIT STILLMAN

DE BEN LEWIN

Hace más de 20 años que nos acercamos al Casablanca para darnos cuenta, con “Metropolitan” (1990), de que pertenecía a otro mundo, el de la más exclusiva alta sociedad neoyorquina. Y ahora regresa inesperadamente, 14 años después de “Last Days of Disco” (1998), con algo parecido a una comedia juvenil capitalizada por la presencia de nuestra adoradísima Greta Gerwig, otrora musa del Mumblecore. Esto sí que no me lo pierdo. Será fallido, pero es excéntrico.

John Hawkes está en boca de todos por aparecer como un hombre condenado a vivir postrado en una camilla que se plantea perder la virginidad con una profesional, como si esto fuera un spin-off de “Hasta la vista” (¿es una moda?). Pero se debería hablar más de William H. Macy, que aparece con alzacuellos, luciendo melena rubia y una tez especialmente tostada y arrugada, y diciendo cosas como que “¡Oh Dios!” es el grito de orgasmo más universal que existe. Pues sí.

“El molino y la cruz”

“Les misérables”

DE LECH MAJEWSKI

DE TOM HOOPER

Me parece una propuesta alucinante: un erudito deja su estudio de Bruegel en manos de un artista plástico y cineasta polaco que convierte el “Camino del Calvario” en un detallado tableau vivant. Rutger Hauer nos parece idóneo en la piel del holandés que pintaba composiciones inspiradas en El Bosco mientras nuestros soldados ‘convertían’ a sus compatriotas. Incluso han resucitado a Michael York, y Charlotte Rampling aparece en el papel de Virgen María.

“Les misérables” para todos. Para los no lo han visto, ni aquí ni en Nueva York, y para los que sí, porque repiten. Ya en 1987, Patrick Bateman se obsesionó completamente. Imborrable la imagen de Christian Bale, más tarde Batman, reflejándose en el póster enmarcado de “Les misérables” ¿Qué pensará del nuevo reparto? ¿Anne Hathaway? ¿Hugh Jackman? ¿Amanda Seyfried? ¿Russell Crowe? ¿ Helena Bonham Carter? ¿Sacha Baron Cohen? Todo muy al gusto de Bret Easton Ellis.

“Amor y letras” DE JOSH RADNOR

Ustedes, que vieron “Happythankyoumoreplease” y son fans de la serie “Cómo conocí a vuestra madre” no podrán perdérsela. Para mí, que no tengo demasiado interés en el tipo, el mayor atractivo será contemplar como Elizabeth Olsen cambia de registro Sundance y deriva hacia la comedia generacional. La presencia de Richard Jenkins supongo que también es uno de los grandes atractivos, aunque a mí sólo me parece un señor alto, calvo y con gafas, acorbatado y sin mangas.

“Blue Valentine” DE DEREK CIAFRANCE

Es una lástima que llegue con tanto retraso, y no en pleno boom de Ryangoslinguismo, pero ahí quedan los momentos estelares de una pareja de lo más indie. Ella es Michelle Williams (mejor que Carey Mulligan) y le baila, mientras él le toca una canción. Una pareja que se supone perfecta, pero que ya ha roto, o se encuentra en el momento de. Todo lo bueno del pasado que, con el tiempo, se vuelve seco y amargo. Ay nena, ¿te acuerdas de cuando te tocaba el ukelele?

Digámoslo de entrada, después de “Un profeta” (2009), el nuevo film de Jacques Audiard es un bajón. Si aquel lograba perpetuar la sagrada tradición del polar con un film carcelario que dejaba en ridículo a nuestra multipremiada “Celda 211” (Daniel Monzón, 2009), aquí nos sirve un film muy irregular que, a medida que avanza, se va hundiendo en el lodo del melodrama de superación personal. La materia prima en la que se basa —los relatos de Craig Davidson, escritor y boxeador canadiense desconocido en España, pero ensalzado por Chuck Palahniuk, Bret Easton Ellis y el mismísimo Thom Jones (fan)— parecía a priori más que prometedora, pero la manipulación llevada a cabo por el propio Audiard y Thomas Bidegain, cambiando de sexo a uno de los personajes para lograr “una historia de amor”, se adivina desviacionista en la dirección más equivocada, y torpe y azarosa en la composición de una trama con piezas que no acaban de cuadrar. Y es una lástima, porque el arranque del film, con un padre y un hijo sin techo ni ley que se alimentan de los restos de la basura del tren en el que viajan, resulta muy poderoso: un puñetazo en el estómago acorde con los tiempos que nos ha tocado vivir. A final de trayecto, lo que queda en la retina del espectador es el hermoso, sensual y conmovedor baile horizontal entre los cuerpos del ultramusculado actor belga Matthias Schoenaerts —descubrimiento del hit festivalero “Bullhead” (Michael R. Roskam, 2011), que se mueve en el mismo registro— y Marion Cotillard, actriz pasmada, aquí embriagada de dramatismo que, todo hay que decirlo, luce incluso más sexy sin piernas y a lo loco. Entre lo primero que vemos y lo único que recordamos, el film va dando bandazos, entre clichés insufribles y sonrojantes (como la redención frente a la orca, o el niño en el hielo), que le han valido una lluvia de comparaciones con el cine de González Iñárritu, y escenas efectistas (el accidente rodado a la manera de “Lo imposible”), entre giros poco verosímiles y elementos argumentales que parecen metidos con calzador. Incluso la idea del intercambio de papeles, entre los personajes que crecen al estar juntos —la bestia que se humaniza, la princesa rota que se endurece—, acaba resultando de una simetría demasiado artificial. Con todo, y a pesar de lo dicho, se trata de un film muy disfrutable por el que vale la pena pagar el elevado coste de una entrada de cine: Audiard es Audiard, tiene estilo y hay que darle una oportunidad, por muy disuasorio que se ponga este crítico.

autopsia


cine

“El bosque”

“El doble del diablo”

de Óscar Aibar (España, 2012)

DE LEE TAMAHORI (BÉLGICA, PAÍSES BAJOS, 2011)

“El cuerpo” de Oriol Palau (España, 2012)

Confiesa Oriol Paulo que durante los ensayos de “El cuerpo” decidió eliminar del guión la escena de un sueño dentro de un sueño que debía protagonizar el personaje de Hugo Silva. Según el director, aquella secuencia rizaba el rizo ya con demasiada codicia. Es una lástima pues, en realidad, la opera prima de Paulo funciona mucho mejor en el exceso que en la contención. Empero, su propia piel podría llevarnos a engaño. Dividida en dos tiempos, la historia que se nos cuenta se resuelve en apenas una noche y en un solo espacio: el tanatorio del que ha desaparecido el cadáver de la poderosa y pérfida Mayka Villaverde (Belén Rueda). Para conocer las circunstancias previas al suceso, Paulo nos transporta, flashbacks mediante, al pasado reciente de todos los personajes implicados. Si el presente en la morgue es sucio y oscuro, el pretérito se presenta mucho más estilizado, y evoca al noir clásico de los 50 y al Hitchcock de, por ejemplo, “Rebeca” (1940). Tras esa dualidad se esconde un anhelo mucho más desenfadado de lo que podríamos imaginar. Mientras la sobriedad domina la puesta en escena, el efectismo se apodera de un guión que se retuerce insensatamente como los cuernos de una cabra y que desemboca en un desenlace tan imposible como arrebatador. Que una película de género se tome tan poco en serio a sí misma siempre es de agradecer. Gerard Alonso Cassadó

Desde que Guillermo del Toro abrió las puertas del imaginario de la Guerra Civil española al fantástico, las películas que se acercan a aquel período lo hacen distanciándose tenuemente de los cánones del filme de época. “Pan negro” podría ser un ejemplo: un filme que rehuía la sentencia a uno de los bandos y sobre el que planeaba una atmósfera enrarecida, propia de un director como Agustí Villaronga. El ejercicio que Óscar Aibar hace ahora con “El bosque” es, si cabe, más arriesgado: integra una historia de extraterrestres en el relato de una familia que vive en un mas catalán en plena contienda. Aibar combina lo marciano de la trama (una puerta luminosa hacia otro mundo, en medio de un pequeño grupito de árboles) con una puesta en escena simple. No esperen grandes alardes ni invasiones altisonantes, sino un planteamiento en el que el fuera de campo se sitúa en el eje del filme: nunca veremos qué hay detrás de la puerta por la que se cuela Ramón, el padre de familia; lo que importa es la esposa, que permanece en el mas y que carga con el peso de la guerra. “El bosque” trabaja sobre lo sencillo en un contexto eminentemente excepcional. De esta tensión nace una sensación de extravagancia y comicidad, en una nueva vuelta de tuerca del imaginario cinematográfico sobre la Guerra Civil. Violeta Kovacsics

Si tu apuesta es trasgredir, profanar, subvertir, llegar al fondo de algo y satirizarlo, nunca debes quedarte a medio camino. En “El doble del diablo”, Lee Tamahori parecía dispuesto a dar un paso más allá en su átona carrera como cineasta de acción, adentrándose en la intra-historia de Sadam Hussein durante los albores de la revolución iraquí. Pero el único trastorno aquí es para el espectador, que ve cómo pasan los minutos sin que el film se decante hacia la ficción política, la burla iconoclasta o la acción apabullante. El relato de cómo Saddam convierte a uno de sus guardias en un doble de su hijo, el príncipe Noir Oudaï Hussein, por miedo a que pretendan asesinar a su sucesor en el hervidero que era el país en 1987 se detiene una y otra vez en lo anecdótico, traduciendo cualquier carga de significado en brutalidad explícita o artificio interpretativo. Los diálogos se inflan, cualquier escena se dilata más allá de lo aconsejable, y se cae en las malas costumbres de las tediosas escenas de discoteca y los insertos documentales de la época. Ni el histriónico desdoblamiento interpretativo de Dominic Cooper, ni el erotismo de garrafón de Ludivine Sagnier y sus pelucas consiguen salvar a Tamahori de un apedreamiento crítico leve pero severo. Es lo único que merece un hereje menor. Albert Fernández

“El Capital”

“Dos días en Nueva York”

“Sin tregua”

de Costa-Gravas (Francia, 2012)

de Julie Delpy (Alemania, Francia, Bélgica, 2012)

De David Ayer (EE.UU., 2012)

Seguir robando a los pobres para repartir entre los ricos. El mito de Robin Hood pasado por el filtro de los Bankia de un sistema despedazado: Costa-Gavras, el cineasta político que dice no serlo, es un setentón en forma, y apunta a la maldita crisis para construir un relato con hechuras de thriller gangsteril y toneladas de ironía más o menos soterrada. Y es que la peripecia de Marc Tourneuil, que pasa de recadero mediocre a tiburón de las finanzas en dos secuencias, podría ser la de un Tony Montana o la de un Cody Jarrett: el auge, caiga quien caiga, pisando cabezas y desplumando bolsillos, hermana a mafiosos y banqueros. Quizás los prejuicios del abajo firmante malinterpreten la tesis del director, pero Tourneuil avanza ambicioso, con activos tóxicos en lugar de revólver, aunque, y ese es el mayor drama, con la ley de su parte. Sea como sea, Gavras construye un film de ritmo trepidante, lleno de guiños cómplices (la comida del protagonista con su familia, de origen obrero, y las verdades como puños que suelta su tío, probable activista un lejano mayo del 68, levantan ovaciones) y con una pátina de humor desacomplejado (las alocuciones a cámara de Tourneuil o sus deseos reprimidos, pero mostrados a cámara) que atrapa por su inteligencia, eficacia, honestidad, sentido del espectáculo y de la oportunidad. Àlex Montoya

Segundas partes nunca fueron buenas; primeras, muchas veces, tampoco. ¿A cuento de qué repetir la fórmula de “Dos días en París” si aquella película no tenía ninguna cualidad reseñable, más allá del asunto actriz-guapa-delante-y-detrásde-la-cámara? Pues, voilà, aquí tenemos “Dos días en Nueva York”, con su tufillo a Woody Allen de tercera regional y su familiofobia, ejem, divertida. La quinta película como directora de Julie Delpy, digámoslo sin rodeos, no vale un duro, pero puede servir para aprender ciertas cosas que no hay que hacer. Por ejemplo, si quieres hacer un producto, digamos, fresco, el camino no es descuidar la puesta en escena, consentirte todo tipo de mohínes y caritas y hacer hablar a todos los actores a la vez. Si quieres hablar del choque cultural franco-norteamericano, la manera no es retratar a una familia francesa como si fueran gitanos rumanos, porque la intención se diluye y al final no se sabe de qué demonios estás hablando. Y bueno, si lo tuyo es emparentar con la comedia clásica italiana, está claro que tienes una empanada mental de muchísimo cuidado. ¿Delpy en las pelis de Richard Linklater, en “Flores rotas”, en “Tres colores: Blanco”? Sí. ¿Delpy directora-guionista-productora-protagonista? Definitivamente, no. Óscar del Pozo

El thriller policíaco es el territorio en el que el director y guionista David Ayer se mueve como pez en el agua. “Sin tregua” sigue, punto por punto, las convenciones de este tipo de cine, caracterizado por la meticulosa recreación de una comunidad masculina en guerra regida por valores anacrónicos como el honor, el deber o la venganza, y en el que la ciudad es retratada como campo de batalla. Como “Training day”, gran filme de Antoine Fuqua escrito por Ayer, “Sin tregua” captura el paisaje urbano del sur de Los Ángeles como un territorio salvaje dominado por sicarios, carteles de la droga y traficantes de seres humanos, en el que un control rutinario a plena luz del día puede derivar en tiroteo mortal. En este sentido, el filme se aproxima a exploits policíacos míticos que utilizan L.A. como escenario, desde “Los nuevos centuriones” a “Vivir y morir en Los Ángeles”, pero también a versiones contemporáneas, como la fabulosa serie televisiva “The Shield”. En “Sin tregua” se echa en falta el cinismo y la ambigüedad presentes en estas obras y, de hecho, el recurso de la cámara doméstica con la que uno de los policías protagonistas graba su día a día se revela enseguida como artificio impostado que pretende otorgar crudeza a una película que funciona mucho mejor como emotiva buddy movie que como crónica realista. María Adell


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libros Jean Rolin / Pablo Gutiérrez

El mapa y el territorio

Jean Rolin Los azares de la vida han hecho que dos libros del insigne escritor y reportero francés Jean Rolin aparezcan dispuestos en nuestros escaparates gracias a dos editoriales distintas: “La cerca” (Sexto Piso) y “El rapto de Britney Spears” (Libros del Asteroide). Aunque originalmente publicados con casi una década de diferencia entre sí, se plantean con una estrategia similar: explorar y topografiar literariamente un determinado territorio. Texto

Philipp Engel

O

livier Rolin ha visto media docena de sus obras traducidas al castellano, pero de su hermano pequeño tan sólo conocíamos “Cristianos” (Libros del Asteroide), ensayo sobre la comunidad cristiana en Palestina, un territorio que Jean Rolin exploró en 2002, poco antes de la Guerra de Irak. Las cosas han mejorado muchísimo con la traducción simultánea de los extraordinarios “La cerca” (2002) y “El rapto de Britney Spears” (2011). En “La cerca”, el propio Jean Rolin convive con los marginales que habitan el Boulevard Ney, y alterna su relato con fogonazos de la vida del mariscal napoleónico que le da nombre, un hombre surgido del pueblo que acabó siendo fusilado por los suyos. En “El rapto de Britney Spears”, Rolin se coloca la máscara de un atribulado agente secreto para relatar sus desplazamientos a pie, o en transporte público, por L.A., ciudad a la que se ha desplazado, supuestamente, para prevenir un atentado contra Britney Spears. En ambos casos, como buen heredero del Nouveau Roman (me hizo pensar en “La modificación”, de Michel Butor, y en su hilarante apertura), Rolin saca chispas de humor melancólico de la minuciosidad marca de la casa con la que describe sus recorridos por el mapa de la zona, más o menos amplia, que se impuso para edificar estas dos excepcionales obras. No se lo pierdan.

¿Sus trabajos siempre están ligados a la exploración de un territorio? Tengo que reconocerlo. Incluso cuando escribí “Cyrille et Méthode” (1994), una novela sobre una frontera imaginaria, la visión geográfica precedió el

resto. A un lado estaba un país que se parece a Mónaco y al otro uno calcado a la Albania socialista, la confrontación entre ambos fue lo que me dio la trama de la novela. Describir los lugares tal y como lo hago es una manera de evacuar la psicología y el sentimentalismo que permanentemente amenazan al escritor, sobre todo cuando envejece. Hay algo profundamente objetivo y antipsicológico en los mapas. Tanto “El rapto…” como “La cerca” también hablan de la confrontación como una frontera más o menos invisible. Tenía un plan muy preciso para “La cerca”. Es un trabajo sobre los límites de París, barrios pobres donde los inmigrantes han reemplazado a los obreros, aunque finalmente me centré más en gente que estaba de paso, como el vagabundo Gérard o el coronel zaireño que ejerce de segurata en un McDonalds. Es verdad que en “El rapto...” también aparecen muchos vagabundos. Es lo que ocurre cuando te desplazas a pie por una ciudad pensada para los coches, aunque el sistema de transportes ha evolucionado mucho. Combinando metro y bus, puedes ir a cualquier sitio. Todos los homeless te piden tabaco. En París pasa igual. Empiezo el día muy generoso, pero al final del día tengo que recordar que soy un cristiano marxista (uno siempre es lo que fue), para no mandarlos a paseo de mala manera. ¿Y Britney? La escogí porque me parecía la quintaesencia del mundo del espectáculo, aunque también porque es de baja extracción y tiene la cualidad de

una heroína popular. A los paparazzis brasileños con los que trabajé también les parecía simpática por lo mismo. Era algo que tenían en común, un origen oscuro. En Santa Mónica hay un muelle que ahora solo frecuentan latinos, con muchos niños obesos, atracciones decadentes y olor a fritanga. Britney lo hizo cerrar para visitarlo con sus hijos. Tiene los gustos del pueblo, pero sin mezclarse con él, esa es la dualidad que me interesaba. Britney también es una manera de hablar del muy fascinante mundo de la prensa del espectáculo en EE.UU. Sí, la mayor parte de datos que manejé sobre ella son de dominio público, salvo uno que sólo conocen los paparazzis y que es que mea mucho. Cuando sale de casa, siempre tiene que parar en algún momento. En cuanto al tratamiento de la prensa, no sé cómo puede vivir con ello. Algunas noticias se crean artificialmente, otras a lo mejor tienen un sustrato real, pero adquieren dimensiones absolutamente desproporcionadas. No sé cómo puede llegar a mantener un nexo con la realidad, ya que su vida es constantemente interpretada y transformada por la prensa. Hay por supuesto casos más extremos como el de Kim Kardashian, que es tonta, fea y no ha hecho nada para ser famosa, y sin embargo su vida se confunde totalmente con la realidad. En un plano antropológico es el caso más interesante, pero literariamente no me interesaba en absoluto. Prefiero a Britney, y a Lindsay Lohan, que es mucho más guapa. Pobre Lindsay, creo que acabará mal.


Maniobras de evasión

Pablo Gutiérrez Pablo Gutiérrez es un tipo serio. Se dedica a esto de la literatura en su tiempo libre, pero tras su paso por la editorial Lengua de Trapo, donde vio publicadas sus dos novelas anteriores y el libro de relatos “Ensimismada correspondencia”, y ser considerado uno de nuestros jóvenes narradores más prometedores por la revista Granta, ahora publica en Seix Barral “Democracia”, una novela con la crisis como protagonista, un ejemplo de resistencia individual ante el desencanto y desamparo de los tiempos que corren.

Texto

Álex Gil

“‘D

emocracia’ nace de la incertidumbre, del malestar, de la bronca continua contra las ráfagas del telediario y de la necesidad de construir un discurso que rebata el relato oficial de la crisis. Pero, como todas las cosas que he escrito antes, también nace de la pelea con la gramática, que al final es lo que me divierte. El idioma y la resistencia social. El idioma para estrangularlo, si se deja, y la resistencia para no ser un borrego que obedezca y consuma”. Este es el origen de la tercera novela de Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978), en ella cuenta la historia de Marco que, abocado al desempleo, cae en un abismo que le lleva a vivir unas peculiares desventuras. Paralelamente tiene lugar la caída de Lehman Brothers. La misma crisis, diferentes consecuencias. Preguntado por la elección del tema, Gutiérrez es tajante. “La realidad es el nutriente de mis novelas. La bomba que estalló en 2008 es demasiado poderosa como para ponerse a escribir novelas de amor o autoficciones. Me parecía ridículo escribir ninguna cosa que girase en torno a ningún yo atormentado o cualquier exotismo. Si fuera rico o tuviera la vida resuelta, tal vez sí, tal vez me diera por escribirle poemitas a una novia o contar qué cosa pasó en 1947; pero como no lo soy me temo que la crisis 2008-2012, la estafa financiera y la demolición de la democracia son los

asuntos que ahora me preocupan”. Su título, “Democracia”, reforzado por la ilustración de portada de Miguel Brieva, podía dar pie a diferentes lecturas, pero el autor deja clara su elección como título. “Perdimos la democracia después de perder el dinero. La crisis primero nos vació los bolsillos y después nos arrebató la seguridad y la confianza en ninguna forma de gobierno. La democracia representativa es una ficción interesada, construida con grandes palabras y hermosos principios que buscan apaciguarnos. Es ficción y es comedia, y por eso me parecía el título propicio para una novela que, también, quería que fuera comedia y ficción. Soy devoto de Baroja, que decía que la novela es un cajón de sastre donde cabe todo, el lirismo, el ensayo, la comedia, la miscelánea y el diario sentimental. ‘Democracia’ es una novela de inundaciones, todo muy junto y muy apretado, y recortado con cúter”. Su estilo, de pulso firme, y una estructura poco convencional buscan producir en el lector extrañamiento. Lo consigue. En la trama, la vida de un George Soros de ficción sirve de contrapunto al acontecer de Marco, que al perder el trabajo se encierra en sí mismo, olvida a su novia y al mundo que le rodea. La ira de la resistencia colectiva ante los sistemas de opresión y estafa de poco le sirve. Él afronta la situación pintando en

las paredes, poesía o grafiti, y esta peculiar huida acaba siendo su tabla de salvación. “Ante la certeza de que la vida plural no sirve, hay que construir un refugio singular. Todos lo hacemos, utilizamos la cultura, el cine o la jardinería para eso. Marco carece de ideología, es débil, no tiene ninguna capacidad de resistencia ni de rebelión. La poesía se le viene encima como un discurso ajeno y, sin pensar en lo que dicen los versos, la utiliza como escapatoria y entretenimiento”. Pablo Gutiérrez, que trabaja como profesor de secundaria, lo tiene claro, su elección como escritor Granta, o su fichaje por Seix Barral, darán más visibilidad a lo que escribe, pero no alterará un ápice su percepción del mundo literario. “Apenas conozco escritores, no tengo ningún amigo que escriba, no me siento con nadie a hablar de libros. No soy un lector de novedades ni participo de ningún mundo literario. Las novelas actuales que leo, y no son muchas, me desconciertan. El idioma ha desaparecido, las páginas son intercambiables, la influencia yanqui (Foster Wallace) es excesiva, el cinismo inyectado por Houellebecq es insoportable, no hay entusiasmo y sobra mundo de autor. Cuando abras una novela y veas que el protagonista es un escritor, huye. Esperemos que la realidad, una mejor, le siga dando motivos para escribir”.


080/081

libros

american most wanted Texto

“Stone Arabia”

Dana Spiotta blackie books

Philipp Engel Tamara (Anacronic)

Ilustración

Larry McMurtry

ARCHER CITY (TEXAS), 1936

“B

ert (Schneider) se preguntaba si Peter (Bogdanovich) tendría más ideas. Polly (Platt), por decir algo, dijo: ‘Está la novela de Larry McMurtry, “La última película”’. Bert le pidió a Peter que se la consiguiera; Peter le dijo a Bert que fuera a comprársela. Bert, también arrogante, respetaba la arrogancia ajena; lejos de molestarse, llamó a Peter una semana y media más tarde y dijo: ‘No me fue fácil conseguir un ejemplar de ese libro. Me dijiste que fuera a comprarlo y así lo hice.’ ‘¿Y?’ ‘Es muy bueno. Hagámoslo.’” Peter Biskind (“Moteros tranquilos, toros salvajes”).

“La película es mejor que la novela”, oí que le comentaba a la Dulce Neus de La Central un tipo que, obviamente, no se la había leído. Suele pasar en estos casos, cuando la novela en cuestión ha dado a luz una película mítica. Así pensé en dedicarle esta columna a Larry McMurtry, autor de “La última película” (1966) -novela recién recuperada, con una nueva e impecable traducción de Regina López, por el sello Gallo Nero- y de medio centenar de títulos más, muchos de ellos también llevados al cine, como sus dos primeras novelas —“Horseman, Pass by”, de 1961 (“Hud”, Martin Ritt, 1963) y “Leaving Cheyenne”, de 1963 (“Lovin’ Molly”, Sidney Lumet, 1974)— que, con “La última película” —la tercera—, forman la llamada Trilogía de Thalia, siendo Thalia la versión ficticia de Archer City, el pueblo natal de McMurtry, donde Bodganovich rodó “La última película” (1971), y donde el escritor, que también es librero, reside actualmente, al frente de una colección de cerca de 450.000 libros usados repartidos por diversos locales de la población. En su amplio palmarés, consta el Pulitzer de 1986 por su “Paloma solitaria”, en su día publicada por Plaza & Janés, y un Oscar por su adaptación del relato de Annie Proulx que fue la base de “Brokeback Mountain” (Ang Lee, 2005). En el capítulo de curiosidades,

añadiremos que fue alumno de Wallace Stegner, que se ha casado con la viuda de su colega Ken Kesey y que se le conoce también como un ingenioso reseñista de toda la literatura relacionada con Texas: un gran especialista del Oeste y sus aspectos más desmitificadores. Disculpen el aluvión de datos wikipédicos, pero al menos queda claro que, si bien Cybill Shepherd deslumbró al mundo con su blanca desnudez en el magistral film de Bodganovich, McMurtry, pese a su trayectoria irregular, también se merece un respeto. Recordaremos que McMurtry y Bodganovich pergeñaron hombro con hombro el guión de una adaptación modélica y extremadamente fiel, en la trama como en los diálogos, que captó a la perfección la desoladora melancolía de aquel pueblo atravesado por un viento enloquecedor y rodeado de pastos para ganado y torres petrolíferas. Con toda lógica, entre las 320 páginas del libro y los 127 minutos del director’s cut, se pierden algunos meandros de la narración, como el viaje a México de Duane y Sonny, donde el segundo dormirá con una puta embarazada tras contemplar un porno casero titulado “El mejor amigo del hombre” (ya se imaginan), o el viaje de fin de curso a San Francisco donde Jacy pierde a su manera, tan calculada, la virginidad. A pesar de la pátina moderna del film y del formato sin duda más clásico de la novela, esta última resulta incluso más explícita en cuanto al sexo (su gran tema) penetrando con gran detalle en aspectos realmente cautivadores como es el despertar de Ruth, la mujer casada que se acuesta con el joven Sonny ante la adusta incomprensión de su marido, el entrenador. Una lenta liberación camino al prohibido orgasmo en una época de total represión. A medida que pasan las páginas, el recuerdo en blanco y negro de los personajes del film no desaparece, sino que nos acompaña, aunque al final también puede ocurrir que incluso aquella película tan genial no se recuerde más que como un lujoso booktráiler.

Los memoria recogida entre los surcos de un vinilo, que en su avance se cruzan y mezclan con el relámpago glaseado de un pastel de cumpleaños con la cara de David Bowie dando forma al bizcocho. Ese podría ser uno de los muchos collages imaginados que deja esta novela en su rastro. Otra sería esa servilleta empapándose sobre la barra de un bar en la Nochevieja de 2004, con su cenefa desteñida dibujando, a medida que se humedece, aquella verja delantera de la casa en Vista del Mar, donde décadas antes Nik Worth recibía de su padre el regalo que redefiniría su vida: una guitarra con incrustaciones de nácar y un ribete bordeando la caja. La mejor literatura destila una impronta indeleble en la retina interior, un intramundo enmarcado en una miríada de imágenes incompartibles, tantas como lectores se adentran en los renglones del libro. “Stone Arabia” es un colosal dispensador de estampas dolorosas, una crónica engañosa y multiplicada, pero a la vez tremendamente certera y honesta, de todas las generaciones que, desde los sesenta hasta ahora, han sido educadas unívocamente para triunfar, y, a cambio de tantos estímulos dorados y apremiantes metas, han obtenido poco más que décadas de flaccidez creciente e idealismos agujereados. La tercera novela de Dana Spiotta transgrede constantemente las fronteras de la narración, haciéndonos saltar a través de todo tipo de fakes escritos, para enhebrar la imagen de Nik Worth, egocéntrico y alcohólico cincuentón, presumible superestrella del rock, con el estado de cosas de su hermana Denise quien, cumplidos los 47 años, no puede ver otra cosa que la crisis de su existencia, la de su madre entrada en la demencia, la de su veinteañera hija Ada, ajena a toda crisis; y, sobre todo, la caótica situación de su hermano mayor, cuya figura se convierte en el reverso despreocupado de sus propios fracasos. Entre crónicas y contracrónicas, pantallazos maniqueos, y versiones distorsionadas del pasado, Denise delata su obsesión por el recuerdo, o más bien su pavor por el olvido, que la visita en forma de ocasionales afasias. Denise abunda en los testimonios escritos de la carrera de su hermano, un músico sin preocupación por el futuro, con toda su vida meticulosamente ordenada a través del recorrido de su obra, en diarios y archivos con reseñas de sus discos, entrevistas, e incluso cartas de sus fans, todo ello invenciones propias del solipsismo de un narcisista perdedor, que no logra darse cuenta del destino de la aguja cuando el disco deja de girar, y llega inexorablemente a ese final rasgado y silencioso. Albert Fernández


in & out Clubbing BCN

de MouseUp, Undo, Vicknoise); Rex (technopop). H: vie-sab. y vísperas de festivos de 1 a 5 h. Entrada única: 17 € (c/i). www.salarazzmatazz.com

C/ ARC DEL TEATRE, 3. TEL. 93 319 17 89. Techno-house, incursiones en el electro y la música disco. Miércoles, invitados internacionales. Vie-Dom, sesiones con el DJ residente Gus. Todas las noches de 23.30 a 5 h.

SALA RAZZMATAZZ 2. C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 320 82 00 Tech-house, hard techno y techno con los residentes MouseUp, Undo, Sidechains, además de las residencias de James Holden, Felix da Housecat, Miss Kittin o Tiga. H: Vie-Sab. y vísperas de festivos de 1 h. a 5 h. Entrada única a Razz Club: 17 € (c/i).

SALA APOLO. C/ NOU DE LA RAMBLA, 113. TEL. 93 301 00 90 La meca del eclecticismo: house, techno, breakbeat y pop electrónico, según el día. Alberga residencias de Kompakt, Bpitch Control, Bungalow, Cristian Vogel, etc. Nitsa selectors: Fra, Marc Piñol, DJ Coco y Graham. H: Vie-Sab. y vísperas, a partir de las 24.30 h. Precio: 16 € (c/i).

@ SALA APOLO. C/NOU DE LA RAMBLA, 113. Residencia semanal para la noche de los lunes en el Apolo. Nasty Monday acoge las mejores noches de Rock, Pop, indie, Garage, 80s y Electro Rock en Barcelona. H: todos los lunes, de 24.30 a 6 h. 14 €.

C/ FONTRODONA, 35 (BCN). TEL: 93 441 80 15 Antigua nave industrial convertida en enorme y comfortable lounge club. Urban & soulful music + laid-back atmosphere + underground attitude. H: jueves 21 - 2.30 h., vie-sáb 21 - 3 h., domingos tarde (excepto verano). www.maumaunderground.com

SALA CITY HALL C/ RAMBLA CATALUNYA, 4. Lun: Fuck & Rock. Mar: Dubster Central. Mie: Pigs & Diamonds. Jue: Club 4 (techno & minimal techno). Vie: EXA Club (house-techno). Sab: Pure City Nights (house, deephouse, latin). Dom: The Black Room (gay party).

C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 320 82 00 5 clubs en un mismo espacio: Razz Club (Viesab. DJ Amable y DJ Gato, el mejor indie y rock de todos los tiempos. Jue. Bongo Palace (latin house); Pop Bar≠ (vie-sab. lo mejor en pop, electro y sixties); The Loft (tech-house, hard techno y techno); Lo*Li*Ta (techno-pop, electro-pop, deep house y leftfield de mano

B LOUNGE @ HOTEL BARCELÓ RAVAL RBLA. DEL RAVAL 17-21. TEL. 93 320 14 90 El lugar más cool de la ciudad, el nuevo punto de encuentro de Barcelona. Tapas sorprendentes, extensa carta de cócteles y la mejor música. Terraza Plaza Manuel Vázquez Montalbán. Jueves, viernes y sábados DJ en directo de 23 h a 02 h. Entrada libre. www.BarceloRaval.com

C/SANTA ANNA 14, L’HOSPITALET. T. 93 337 76 16. Más de 25 años ofreciendo la alternativa desde L’Hospitalet. Conciertos de pequeño formato y sesiones de DJs... de la mano de los DJ Monamí, Marty Mcfly, Gilda DJ, Nosomosnovios DJs. Actuaciones musicales en pequeño formato. www.depositolegal.com.

C/ LINCOLN, 15. T. 93 238 07 22 Martes: Glitter and Glamour. Miércoles: Strawberry & Chocolate. Jueves: Buziós - Brazilian soul. Viernes y Sábado: 3 floors open- hip hop and R&B, house music, classic garage 80’s-90’s. www.ottozutz.com

C/ VALLDONZELLA, 40 (RAVAL) / C/ MILANS, 5 (BARRIO GÓTICO). Tel. 627 73 30 81 Un clásico de la noche barcelonesa. Sus dos locales le dedican un tributo a la escena musical de Manchester de finales de los 70 y 80, tales como The Smiths, Joy Division o New Order pasando por Happy Mondays o The Stone Roses. El Brit Pop de los 90 y sus influencias actuales se dan la mano para crear un ambiente festivo y singular. Referente de la escena indie en la ciudad. Todos los dias a partir de las 19h. www.manchesterbar.com

C/ RAFAEL DE CASANOVA, 3. SANTA COLOMA DE GRAMENET. [M] L1 SANTA COLOMA La Sala pOp tiene una programación semanal de conciertos cuidadamente seleccionados dentro de la escena independiente tanto catalana como estatal. Los conciertos se realizan viernes y sábado pero la sala ofrece sesiones de indie, pop, rock, electrónica a cargo de DJ Oki One y programación cultural los domingos. H: mie-dom 19 - 3.30 h.

Clubbing Madrid RAMBLAS, 27. T. 93 301 62 89 INFO@BOULEVARDCULTURECLUB.COM Boulevard Club, ubicado en La Rambla, donde antes se encontraba Fellini, ofrece la localización más céntrica y de más fácil acceso al público. House, techno, electrónica, hip hop, R’n’B, rock... DJs residentes: Danny Ocean, Andre Buljat (4line, Indigo Raw) y Vincent Abbo. http://boulevardcultureclub.com

C / ESCUDELLERS BLANCS, 3 (BARRI GÒTIC) Con una acertada mezcla de graffiti, videos, skate y grunge. Su amplia sala alberga cómodamente a los personajes más diversos de la fauna barcelonesa, que se pierden entre detalles y acordes, cubatas y chupitos, chicas y kickflips. A tres pasos de la turística Plaza Real se esconde el secreto mejor guardado del Gótico, Nevermind. Abierto todos los días hasta las 3 h. www.nevermindbcn.com

SALA 1 AV. CARRILET 235 - SALA 2 AV. CARRILET 301, L’HOSPITALET. T. 93 337 06 02 Salamandra es el espacio de referencia de las noches de L’Hospitalet. Dos salas que ofrecen la mejor programación de conciertos y sesiones de DJs de la escena indie y mestiza. Sala 1: Musicollage con Na-fentt & Darkomedia.Sala 2: Indie-pop-electro con Funkarela y McFly, visuals de High Distortion & Mon Feijóo. H. Abierto todos los viernes, sábados y vísperas de 24 a 6 h. Entrada única: 8 € (c/i). Gratis hasta las 2 h. www.salamandra.cat

C/AMPLE, 46 (GOTICO) T 663 710 095 El bar rockero por excelencia en el centro de Barcelona. Casi tocando Correos se encuentra este sitio con aires de estación de metro abandonada donde cada día, entre riffs y whiskey, se dan cita aquellos que llevan el rock en la sangre. Todos los días desde las 19 h a las 2.30 / 3 h www.bollocksbcn.com

Clubbing Bilbao EN SANTANA 27. POL.IND.SANTA ANA. TELLERÍA 27. BOLUETA. WWW.FEVER.ES Pink Fever: tecnopop & electropop. Gold Fever: pop-rock & hits. Black Fever: hip-hop, reggae, soul & funk. Blue Fever: tech house & tecno. Desde su inauguración en 2005, Fever se ha convertido en el club de referencia del norte de la península. Una iniciativa de ocio de calidad incontestable que sitúa a Bilbao en el pelotón de cabeza europeo de la cultura del baile. H: Vie y Sab 24 h, 12€ c/i.

@ JOY ESLAVA - ARENAL, 11 El ciclo de conciertos del pop&dance se consolida como uno de los más interesantes de los que tienen lugar en Madrid En su ya tercera temporada se establece en la sala Joy Eslava. Hasta el día de hoy has podido ver en los conciertos del pop&dance a La Habitación Roja, Delorean, Niños Mutantes, Astrud, Single, Tachenko, Nudozurdo, Dorian, Sexy Sadie... www.popandance.com

C/BAILÉN 16, 28005. MADRID T. 93 365 55 45 ContraClub es un bar donde coinciden varias tipologías de noctámbulos con un denominador común: su gusto por la calidad y variedad musical. ContraClub pretende romper barreras entre disciplinas y generaciones, ser un lugar de encuentro de artistas y un escaparate para todo tipo de espectáculos de calidad. Un lugar abierto y dispuesto a juntar funk con flamenco, cabaret con música electrónica. X y J de 22 a 05:30 h. V y S de 22 a 06 h. www.contraclub.es

C/FOMENTO 30 (MADRID) Desde 1997 el Home Bar es un referente para los amantes de la música. El pop, la electrónica y el indie son el eje central de las sesiones de nuestros DJs, desde los clásicos imprescindibles hasta las últimas novedades. En el Home podrás escuchar desde Depeche Mode, REM o The Smiths hasta White Lies, Hot Chip y Temper Trap, pasando por Placebo, Massive Attack, Muse, Royksopp, Radiohead, Ladytron, Foo Fighters, Interpol... Abierto los viernes y los sábados a las 23h.

Clubbing Galicia COMPLEJO PLAYA CLUB. AVENIDA DE LA HABANA, ESTADIO DE RIAZOR (LA CORUÑA). WWW.PLAYACLUB.NET Pop, indie y electrónica. Más de 60 conciertos de música alternativa al año. Sesiones los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos desde las 3 h. +info en www.playaclub.net


082/083

libros

libros “Ciudad abierta” Teju Cole

“Conversaciones con David Foster Wallace” Varios Autores

“Los pajaros amarillos” Kevin Powers

acantilado

pálido fuego

sexto piso

Es sorprendente que sigan apareciendo nuevos escritores que tengan una lucidez narrativa como la que posee Teju Cole y que, a su vez, sepan ejercer un profundo análisis sociocultural de su ciudad a través de un personaje de ficción con una soltura tan pasmosa. Julius, el protagonista de la novela que deja vagar sus pensamientos durante largos paseos por las calles de Nueva York, distrayendo al lector con sus recuerdos de infancia y afinidades musicales, no puede evitar inmiscuirse en una ciudad que continúa en constante cura psicológica tras los atentados del 11-S. En el libro se abordan temáticas controvertidas como la causa palestina, la incesante sensación de racismo que transpira la urbe estadounidense y, por supuesto, los tremendos achaques de una sociedad que ve su democracia sumida en crisis empeorar día tras día. Su condición de joven inmigrante, nacido y criado en Nigeria y residente en Brooklyn, le otorga una credibilidad irrevocable que queda plasmada en una habilidad narrativa que ya le equipara a W.G. Sebald o Coetzee, pero que le acerca todavía más al estilo de Robertson Davies o Patricio Pron, que ejerció como perfecto anfitrión durante la presentación de este libro en la ciudad de Barcelona. Hay que dar gracias por poder contar en la actualidad con escritores de su calibre, dotados de un carácter férreo; empeñados en el compromiso y la inquietud social. Que sean ellos los que alimenten los pensamientos de nuevas generaciones es todo un privilegio. Matías Bosch

“El libro de las bromas” Momus alpha decay

“¿Quieres una respuesta unívoca? Porque puedo fingir como si me sintiera de una sola manera. Aunque, naturalmente, la realidad es que a fin de cuentas me siento de unas treinta y cinco maneras diferentes”, le increpaba, en 1996, David Foster Wallace a Matthew Gilbert en una de las mejores piezas que componen esta fantástica recopilación de entrevistas con la que el sello Pálido Fuego inicia su andadura editorial. Lo primero que llama la atención es cómo un ‘prensafóbico’ declarado como Wallace fuera capaz de abrirse en canal hasta unos extremos tan brutales en un género, a priori, tan contra natura como puede ser una entrevista promocional. Si al reflexionar sobre su obra, el autor confesaba “jugársela en cada frase”, lo mismo podría decirse de sus entrevistas, auténticas piezas narrativas en las que Wallace se la jugaba en cada declaración. Su sentido del humor, sus giros, sus afilados reflejos mentales, y esa lucidez que empapa el 99’9% de sus respuestas dejan al lector devoto rendido y al borde de la conmoción. “Soy un exhibicionista que quiere ocultarse pero no lo logra”, sentencia Wallace en algún momento haciendo partícipe al entrevistador de su propia paradoja vital y, automáticamente, uno entra en una espiral de fascinación. Si algo demuestra este volumen es que además de un genio literario inigualable, el autor de “Entrevistas breves con hombres repulsivos” podía ser sin apenas esfuerzo un entrevistado absolutamente hipnotizante y cautivador. Una vez más, Foster Wallace, summa cum laude. Laura Gamundí

“El joven Nathaniel Hathorne” Víctor Sabaté

Muchos son los motivos en el interior de estas páginas que podrían haber servido para darles título. Sin embargo, a la hora de atar ese lazo, el ex-soldado Powers no nos deja ni entrar en la narración, apunta directamente al primer epígrafe de la obra: una marcha tradicional del ejército de los Estados Unidos en la que un pájaro amarillo ve su “puta cabeza” aplastada por quien acaba de ofrecerle un panecillo. Y tal decisión quizá sirva para explicar el vuelo que acaba cobrando esta historia donde dos escenarios alternos, el conflicto de Iraq y unas barras y estrellas que no logran escapar a su sombra, acaban confluyendo en uno solo, sembrando el desconcierto en la mente del protagonista. Pero hablábamos de vuelo, no de transitar los mismos terrenos y caminos del estrés postraumático y el crimen de guerra. “Los pájaros amarillos” sabe relatar la experiencia bélica con gesto impresionista y notable sentido lírico; además, la trasciende desde su carácter simbólico, moralista en el mejor sentido de la palabra. Porque, ¿qué otra cosa es el soldado Bartle si no la encarnación de unas fuerzas armadas que no saben cuidar de los suyos mientras van por el mundo despanzurrando a los ajenos? Y su querencia hacia la naturaleza, ¿no lo emparenta con el trascendentalismo, no deja al desnudo más aún la profundidad de esa traición por parte de un país que mejor haría en mirar hacia sí mismo? Hemingway, Mailer, Thoreau… no es mal botín para una ópera prima. Milo J. Krmpotic’

“Ismene” Yannis Ritsos acantilado

rayo verde

Sebastian Skeleton está en la cárcel. Ha cometido algún tipo de delito (un delito ‘misterioso’) y está en la cárcel y a veces escucha conversaciones que no debería escuchar y entonces ocurre que se mete en líos, que es lo mismo que decir que hace amigos. ¿Qué clase de amigos? Pederastas y asesinos. En concreto, uno de cada. Amigos a los que poder contarles que su padre acostumbraba a jugar al ajedrez con su pene y que su madre lo dejó cuando descubrió que se estaba tirando a una oca. También les cuenta que después de dejar a su padre, su madre se lio con una mujer. Una mujer llamada Joan, como ella, que vestía exactamente como ella y que durante un época llegó a parecer ella. Es decir, que ni siquiera Sebastian era capaz de decir cuál de las dos era su madre. Lo que provocó que su padre se enamorara de la segunda Joan e iniciara una aventura con ella que acabó de la misma forma que la primera (con Joan descubriendo que su apuesto amante la estaba engañando con una oca). A todo esto, esa otra Joan llegó a hacerse rica, realmente rica, haciendo apuestas estúpidas (apuestas sobre atreverse a tocarle las pelotas a determinado banquero, que, demonios, acaban con la vida de abogados que se atreven a cortarse la cabeza a sí mismos), pero, ¿qué hay del pederasta y del asesino? El pederasta y el asesino discuten siempre. Y hablan de follarse, con ganas y despacito, a la hija de cualquiera. La primera novela de Momus (el bloguero, periodista y cantautor escocés Nick Currie) es escandalosamente perversa. Tan deliciosamente ácida como un paquete de peta-zetas. Laura Fernández

Leerse en las letras de otros, puede pasar. En “El joven Nathaniel Hathorne”, del debutante Víctor Sabaté, pasa. La frustración ante la literatura de alguien que abandona sus inquietudes como escritor y se deja llevar por una vida cotidiana reglamentaria, y el fantasma de esa desesperación por la escritura en forma de plagio, convergen en esta novela que tiene a la metaliteratura como verdadera protagonista principal. El narrador ve como uno de sus relatos inéditos ha sido plagiado de forma verdaderamente incomprensible por un escritor anterior a él en el tiempo: el mismísimo Nathaniel Hawthorne (antes de añadirle la w con que buscaría alejarse de la historia de su familia), autor clásico norteamericano de títulos como “La letra escarlata”. Así, la breve novela de Sabaté se construye sobre las hipótesis que se plantean después de tamaño descubrimiento. Si de algo puede pecar es de brevedad, el resto de piezas quedan perfectamente engarzadas en una narración amena donde el juego metaliterario habita en las diferentes capas de la ficción, ya sea la cotidianeidad actual del protagonista, su paso por la universidad (el momento en que escribió el relato de la discordia), el relato mismo o la vida de Hathorne. Con todos esos ingredientes, Sabaté cocina un interesante debut que tiene al abismo de la creación literaria, las corrientes circulares y al ego del escritor como núcleo principal de esta apuesta que Rayo Verde publica en su flamante colección Relámpago con licencia Creative Commons. Álex Gil

“Ismene” es la hija de Edipo y Yocasta. “Ismene” es la hermana de Antígona. “Ismene” es un mito blanquecino, una antigua joven, una niña extraña. “Ismene” es también el título de esta nueva entrega de Yannis Ritsos en la editorial Acantilado. Y digo ‘nueva entrega’ porque lo que desde hace unos años vienen publicando son estos libros breves del autor griego. Breves pero punzantes. Breves pero necesarios. Breves pero extensos en cuanto a formidables versos se refiere. Ismene es, decía, la nueva entrega de estos soliloquios escritos por Yannis Ritsos y puestos en boca de tan dispares personajes. En esta ocasión es una mujer la que habla. Una mujer joven que nos cuenta a propósito de su hermana “aquella que tanto se parece a Ismene”. El poema es una descripción inmensa. O una narración inmensa. O una especie de cuento en verso sobre la infancia, la soledad, el recuerdo, el culto no ya a los dioses, sino a los mitos. Porque Ritsos juega con los mitos desde su tiempo moderno. Porque Ritsos no quiere dioses, quiere personas perdidas en la belleza de ese mundo que nos describe, tan cruel y tan manso al mismo tiempo. Tan antiguo y tan contemporáneo. Tan difícil siempre. Se barajan muchos nombres hoy en día a la hora de ‘elegir’ a los mejores poetas del siglo XX y se dicen muchas tonterías a propósito. Es posible que de todos Ritsos no sea el más popular, ni el más fácil, ni el más conocido. Pero después de poder acercarme a su obra, propongo sin duda situarlo a la cabeza de los más grandes. “Ismene” es un libro que importa. Luna Miguel




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