NÚMERO
BOLETIN INFOMATIVO
Reducir el sentimiento de abandono: hay que explicar al niño que la separación no lo va a perder un progenitor, sino que seguirá estando con él en todo momento y desempeñando los mismos papeles; por ejemplo, que seguirán teniendo a mamá para hacer las tareas y papá continuará acompañándolos a los partidos.
BIMENSUAL PARA JUNIO 2014
PADRES.
No victimizar: con frecuencia nos presentamos ante nuestros hijos como las victimas de lo sucedido, y culpamos directa o indirectamente al otro de la situación. Los padres no deben conseguir sus sentimientos negativos hacia su conyugue con su comportamiento como padre o madre. Podemos sr malos compañeros o esposos y, al mismo tiempo, buenos padres o madres. Debemos evitar crear en ellos la idea de que uno de sus padres es el culpable y el otro, la víctima. No hablar nunca mal del otro: con demasiada frecuencia, los padres olvidan que el otro es una de las principales figuras de apego de los niños, y lo critican abiertamente, provocando situaciones incomodas y malos entendidos, situaciones que pueden derivar en la pérdida de confianza y respeto. No manipular ni dejarse manipular: los padres, de modo inconsciente a veces y, en la mayoría de los casos, de modo premeditado, utilizan a los hijos como herramientas para conseguir algo del otro, o para hacerlo sentir mal. Los hijos que se sienten manipulados por sus `padres pierden la confianza en ellos y en sus buenas intenciones. Tienden a sacar provecho de estas situaciones y a manipular a los padres para conseguir su propósito. No comprar su perdón: el divorcio genera que los padres sentimientos de culpa. Para reducir ese sentimiento, compran a los niños y consienten en ellos capricho inútiles y comportamientos inadecuados. Reducen los límites y la disciplina por temor a hacer “más daño” y a “ser el malo”.
Trabajar juntos: los padres, aun los divorciados tiene la obligación de cooperar y colaborar en la educación y el cuidado de los hijos. Lo ideal sería dejar de lado las diferencias personales, y formar un equipo unido y fuerte frente a esta tarea ya que esto aumentará el sentimiento de protección y seguridad en los niños.
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Raúl estaba llorando en los brazos de su abuela quien tenía partido el corazón. Una y otra vez balbuceaba, entre sollozos, que le dijera a su papá que, si volvía a casa, el nunca más iba a comer mal, ni traer una mala nota de la maestra. Suplicaba que le dijera a mamá que lo perdonara y que ya no iba a pasar más. La abuela también comenzó a llorar.
Ser ex pareja, Seguir siendo
padre
Hoy, el divorcio es algo socialmente aceptado, hasta el punto de que algunos profesionales de la salud mental lo recomiendan como modo de terminar con los problemas de pareja. Esta aceptación social solo disfraza las terribles consecuencias de esta decisión. Los estudios más relevantes demuestran que lo hijos de padres separados sufren en muy diversas formas el divorcio de sus progenitores. Las consecuencias futuras y las secuelas varían en función de la edad, del momento de producirse el divorcio y de lo traumático que resulte.
Es importante resaltar que existen otros tipos de secuelas no menos importantes. Los hijos de padres divorciados se muestran menos proclives a contraer matrimonio y tienen mayores sentimientos de incapacidad frente a las relaciones de pareja, y menos compromisos con el compañero o la compañera sentimental. Del mismo modo, muestran una menor capacidad para sentirse felices en su relación y cambian de pareja frecuentemente, lo que refuerza sus sentimientos de falta de compromiso y mengua su autoestima.
Según los datos estadísticos, los hijos de padres divorciados tienen un porcentaje significativamente más alto de probabilidades de divorcio en su vida matrimonial.