Mestizo

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Mestizo

Jorge Llop - 2010


Libro 1 Demasiadas mentiras


No hay nada que tenga mĂĄs poder para engaĂąar que la verdad.


-1“Es de todos sabido que la historia se mueve en ciclos. La repetición de estos ciclos determina las distintas eras del hombre en una suerte de ondulaciones, de periodos de iluminación y oscuridad, que hacen avanzar su existencia por entre las tinieblas del conocimiento. Así como ese es el movimiento correcto, el hombre ha de permanecer ignorante de sus orígenes con el fin de que su propia mano no interrumpa los grandes designios que sobre él pesan. Esa es la razón por la que todos los libros de historia fueron quemados.” “Lo Que El Hombre Debe Conocer” - Anónimo

05:55 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Calles fuera del barrio mestizo La luna que se reflejaba en los charcos quedó desdibujada con las rápidas zancadas de Violeta. Huía como un alma condenada aunque no parecía que nadie la siguiese. Luego torció por entre unos oscuros callejones para despistar el rastro y finalmente se dejó caer exhausta en un rincón frente a una pared que parecía ser el final del camino. Como comprendería más tarde, uno apenas se aleja cuando huye de sí mismo. La lluvia corría por su rostro y se confundía con sus propias emociones. ¿Cuánto dolor es capaz de soportar una muchacha de 17 años antes de derrumbarse? ¿Cuántas mentiras puede albergar el mundo antes de perder credibilidad? Apoyó las manos enguantadas en unas rejillas contra su cabeza. El maquillaje oscuro de su rostro se deslizó por entre su chaqueta de cuero y su pequeña minifalda negra. El pelo largo le caía caóticamente sobre los hombros y le tapaba los ojos. Se quitó los zapatos para sentir sus pies mojados contra el asfalto y apoyada contra una pared se dejó caer en aquel rincón. No existía un lugar en paz en aquel mundo al que llamar hogar ni había personas a las que llamar familia. La gente que se acercaba demasiado a ella terminaba pagando un precio demasiado alto, y la culpa empezaba a pesar demasiado en su interior. Se le escapaba el sentido último de todo aquello, y por ello se esforzó en recordar las frases sobre el sufrimiento y la evolución que tanto le habían llamado la atención en el pasado. Desde la calma le habían resultado más atractivas. Una vez uno siente el dolor quemando bajo la piel resulta difícil creer en él como un fin deseable. Quizás había sido una tonta, una niña tonta que jugaba a ser rebelde en un mundo que le resultaba demasiado grande. ¿Por qué no podía se todo más fácil? ¿Por qué todo el mundo se empeñaba en mentirla sin tener en cuenta sus propios sentimientos? Los ideales de la infancia se habían quebrado ante la cruda realidad, había tratado de escapar de un mundo que no tenía nada que ver con ella, y al hacerlo su pasado la había perseguido hasta sus nuevos amigos, los mayores jugaban su


partida de ajedrez en la que los nuevos resultaban ser meros peones prestos para servir a sus objetivos. ¿Y dónde quedaba ella en todo eso? ¿Qué se supone que debía hacer? Sus párpados, incapaces de aguantar tanta decepción, se cerraron finalmente. Se quedó dormida bajo la lluvia. De no haberlo hecho, se habría dado cuenta de que no estaba sola en aquel callejón. Una figura se abrazó a ella y la cubrió de la lluvia. Protegiéndola.


-2“La voluntad del hombre se rige por la ley del mínimo esfuerzo. La pereza entonces se convierte en un mal faro de guía de los pasos que ha de dar. El Sistema sabe todo esto y lo utiliza como herramienta de control y manipulación, usando el placer como señuelo. En primer lugar mediante los parches químicos que mantienen a la población enganchada a estas neurotoxinas, en segundo lugar con un sistema de privilegios que se rige por la lealtad incuestionable al propio Sistema. Cuanto mayor sea tu grado de implicación con él, mayor será tu libertad, pero paradójicamente esta decrece ya que la voluntad de libre pensamiento queda mermada.” “Paradojas Modernas” - Faraday, filósofo siniestro

Año 599 del Comiezo Cónclave secreto de la Logia El silencio era espeso, casi como algo tangible, en aquel lugar. Los miembros de la Logia formada únicamente por mujeres bien sabían que lo que no se decía era tan importante como lo que sí. Se esperó a que el último miembro se sentase en la mesa circular antes de debatir los temas de aquella reunión, que prometía traer discordia al grupo presente. Una de ellas rompió el silencio. - No es necesario que explique el motivo de la reunión, porque todas las presentes lo conocemos muy bien. Así que procederemos a la votación democrática a menos que alguien oponga alguna objeción. Se guardó una pausa respetuosa. Luego aquella mujer que parecía liderar el grupo continuó. - Bien, como no hay ninguna… - Un momento. Todas las miradas se dirigieron a una parte de la mesa. La más anciana de ellas había interrumpido la votación. Nadie dijo nada, pero el rostro de todas ellas hablaba por si solo: “No, otra vez no.” - Entiendo que sí hay objeciones. Haz el favor de exponerlas de forma clara y concisa ante la Logia. Te escuchamos. - Comprendo que la lucha clandestina contra el Sistema dura demasiado tiempo, pero estaremos perdiendo nuestros ideales si utilizamos a la población en nuestra batalla sin su consentimiento. Comprendo también la importancia del experimento y las consecuencias que podría conllevar, pero no podemos anteponer los


fines a los medios sin ningún criterio moral. Por ello creo que deberíamos buscar alguna alternativa. No seremos muchos mejores que el Sistema si utilizamos sus mismas herramientas. - Te hemos escuchado todas. Ahora procederemos a la votación. Aquel día el experimento de la Logia fue aprobado por todos los miembros menos uno. - La Logia ha votado. Se procederá al experimento. Sólo hay una condición. El sujeto no deberá ser consciente de todo ello hasta que cumpla los 18 años. Momentos más tarde los miembros se dispersaron en las sombras de aquel lugar como si aquello nunca hubiese sucedido. Técnicamente así era.

Año 600 del Comienzo Planta de gestación embrionaria Los embriones evolucionados a partir de los óvulos fecundados descansaban ciegos en sus máquinas de gestación. Unos aparatos monitorizados controlaban todas las constantes vitales y señalaban el tiempo restante para su desconexión y la vuelta con cada una de sus familias. Se evitaba así los engorros del embarazo y el parto y sobretodo del vínculo materno-filial que se establecía durante los meses de gestación y que era necesario romper. Las enfermeras tomaban notas y cambiaban el suero de aquellos preindividuos. Todo el conjunto en fin daba una sensación de un orden y un método aséptico y falto de errores. Una de las enfermeras se paró sobre el monitor de una de las máquinas. Violeta. Sujeto: Estado: Saludable. Tiempo restante: 27 días. Familiares: -

Año 615 del Comienzo Aula de condicionamiento inicial - Pronto sentirán todos ustedes cambios en el cuerpo. Sus hormonas se montarán una gran fiesta y les será difícil mantener el control de sus emociones. Bien, deben saber que no hay nada malo en ello. Déjense llevar. En el pasado existía el problema de las enfermedades o de las complicaciones del embarazo. Todo eso fue


resuelto por la ciencia. Las enfermedades fueron erradicadas al descubrir la heurística de la mutación de los microorganismos, y con la gestación artificial uno puede evitar tener que cargar con otro individuo dentro de sí. Sus cuerpos les darán placer. El placer es el fin último de cualquier individuo. No lo olviden. El maestro Ego contempló a sus alumnos condicionados previamente mediante parches químicos para la correcta recepción de ideas. Todos menos uno. Avanzó al final de la clase y le quitó una nota a uno de los alumnos. La leyó sin expresar ninguna emoción en su rostro. Iba a preguntar de quién era aquella nota, pero ya sabía la respuesta: Violeta. Aquello debía de acabar.

Año 615 del Comienzo Fuera de las clases de condicionamiento Violeta miraba al suelo, sentada en un banco sobre la calle, distraída. Rio, el chico al que iba dirigida aquella nota que pillo el maestro, se sentó a su lado. Llevaba unos pantalones y una chaqueta vaquera. El pelo alborotado terminado en unas largas patillas que le daban un aspecto rebelde. - El curso se acaba… Violeta seguía mirando al suelo. - … quiero decir, es posible que nuestros caminos se separen. Algo me dice que no nos mandarán al mismo centro. - Yo no voy a ir a ningún centro. - Ya me lo esperaba de ti. Violeta, la inconformista. El mundo nunca es un lugar suficientemente bueno. Pero al final dejaremos de ser unos críos y nos convertiremos en personas adultas. ¿Qué harás entonces, Violeta? ¿Seguirás siempre enfadada con todo? - Prométeme que nunca cambiaremos -ella le miró directamente a los ojos-. No soportaría la idea de perder a mi mejor amigo de la infancia. Sé que más pronto o más tarde nos encontraremos y me gustaría pensar que podremos mirarnos a los ojos como ahora y sentirnos orgullosos el uno del otro. - Te lo prometo -Rio le cogió la mano y sintió un escalofrío. Algo que no tenía nada que ver con sus cuerpos ni con sus hormonas.


-3“Y la joven muchacha cruzó el bosque por donde las bestias habitaban llevando las medicinas para curar a su abuela que vivía al otro lado. De pronto un lupino salió de entre las sombras. - ¿Dónde vas, pequeña? - A llevar estas medicinas a mi abuela. Se encuentra mal. - Sígueme, yo conozco un atajo.” “Cuentos Antiguos”

5º mes de año 617 del Comienzo Barrio mestizo El sudor se mezclaba con las pasiones y Roque casi se sentía mareado en aquel cuartucho pequeño y oscuro. Gorka le tumbó boca-arriba en la cama mientras se desabrochaba los pantalones con urgencia. Cuando ambos se quedaron desnudos uno frente al otro se miraron directamente a los ojos como tantas otras veces antes de comenzar. Los pantalones rotos de Roque se desperdigaban junto con sus botas metalizadas, las muñequeras de cuero y la ropa de Gorka. Tenía las orejas puntiagudas llenas de piercings como única señal que le delataba como un lupino, aunque él por su cuenta llevaba siempre un collar de pinchos al cuello, casi como una especie de provocación. Una “V” formada por pelos en su pecho llegaba hasta un miembro erecto y bastante grueso que se erguía por entre un par de buenas piernas. Gorka llevaba solamente un arnés de cuero que le cruzaba el abultado pecho sobre la también abultada barriga. Estaba cubierto de pelo como cualquier osuno y este a veces dejaba tiras canosas por entre la barba o la sien. Su miembro igual de erecto que el de Roque pero un tanto más grande se hizo paso por entre la cavidad hasta encajar completamente dentro de él. Roque lanzó una especie de aullido y Gorka usó sus grandes manazas para sujetarle las piernas alzadas mientras acometía sus cada vez más urgentes embestidas. Los fluidos se deslizaron dentro de cada uno hasta los extremos, esperando el momento para ser derramados. El ritmo se volvió frenético, salvaje. Roque gimió. Gorka apretó los dientes con fuerza el momento antes del clímax. Los diques se rompieron y el líquido manó incontenible. Luego con rutina se vistieron. El silencio fue un tanto incómodo. - Perdona, Roque. - No te preocupes.


- Sí, no sé qué me pasa. Debe ser el estrés del trabajo. Te prometo que no volverá a suceder. - Gorka, te dije que nada de sentimientos. Sólo sexo y nada más. En eso consistía el trato. Ya sabes lo que sucede si nos encariñamos el uno del otro. - Pero… - Quizás sea mejor que dejemos de vernos una temporada hasta que lo comprendas. Hasta luego. Gorka vio como su amante se marchaba de aquel cuartucho. Impotente golpeó la pared con la mano desnuda. El edificio tembló.

5º mes del año 617 del Comienzo Barrio mestizo Roque salió del reservado a la amplia sala de una discoteca. Allí dentro los mestizos daban rienda suelta a sus pasiones. Husmeó el aire y le pareció apestar a feromonas después del encuentro sexual con Gorka. En cualquier caso, sólo los lupinos tenían un sentido del olfato tan desarrollado como para percibirlo. Compró una bebida y un parche químico que se guardó en el bolsillo por si luego lo necesitaba, y se quedó en un rincón ajeno al juego de luces y la música estridente del local. Una noche más en aquel garito. Nunca pasaba nada realmente emocionante en su vida. De entre las sombras un felino de piel oscura se hizo visible. - ¿Cómo está el hombre de hielo? ¿A quíén has roto el corazón esta vez? - No te metas, Luan. Luan era oscura como una pantera y llevaba el torso descubierto con sus generosos senos terminados en un par de tiras cruzadas igualmente negras. - Ya te dije que aquel osuno era muy sensible. Tarde o temprano se terminaría enamorando de ti y eso traería problemas. Pero no me escuchaste. Tú nunca escuchas. - ¿Has terminado? - Realmente no, acabo de empezar. Quizás te interese saber que los mestizos se están movilizando. Han formado un grupo de resistencia para luchar por sus derechos frente al Sistema. Parece que esta vez va en serio. - Nada de eso me interesa. El Sistema puede hacer lo que le plazca con


nosotros. No tenemos ninguna fuerza para exigir nada. Sería mejor que os hicierais a la idea antes de jugar a los héroes. - Bueno, no todo el mundo es tan escéptico como tú, Roque. Aunque bien visto, esa fachada de tipo duro e insensible es lo que más me excita de ti -dijo ella pasando un dedo retráctil por entre el peludo pecho del lupino. - Siempre tan aduladora -dijo él viendo como las tiras cruzadas de los senos de ella se erguían. Luan sonrió y condujo a Roque con paso grácil hasta un reservado.

5º mes del año 617 del Comienzo Barrio mestizo Era la primera vez que Violeta entraba en el barrio mestizo y se sintió sobrecogida. Los mestizos eran la clase más baja de la sociedad. Sin embargo, estos no eran muy diferentes de los humanos, aunque quizás esa diferenciación no fuese del todo correcta. No se sabía muy bien de dónde provenían, pero se decía que estaban alterados genéticamente con bestias que antes habitaban el planeta. Se decía también que como las bestias eran impredecibles y salvajes y que uno difícilmente podía confiar en ellos. Por suerte para ella, nunca hizo mucho caso a las mentiras gratuitas. Entro en una discoteca y se sintió quizás un tanto decepcionada. No había mucha diferencia entre el Sistema y los barrios marginales. Se regían por la misma filosofía de búsqueda del placer y ambos adoraban a un mismo dios. Ella esperaba encontrar algo distinto, encontrar respuestas tal vez. Tan sólo los siniestros entre los humanos se atrevían a acercarse al barrio mestizo. Y pensó que aquello debía de significar algo. - Eres nueva aquí, muchacha -afirmó más que preguntó alguien a su lado. Violeta se dio la vuelta para ver a un lupino que apenas era más alto que ella. Tenía una barba que le perfilaba la mandíbula e iba con el torso descubierto como la mayoría de ellos dejando ver una mata de pelo en forma de “V”. - Se huele tu miedo desde lejos. Ven conmigo. No querrás llamar tanto la atención. Violeta le siguió hasta un rincón y Roque pidió un par de bebidas. Le tendió una a ella. - No es un lugar adecuado para un simionte. Los mestizos planean una rebelión y quizás no distingan bien de qué lado te encuentras tú. - ¿Simionte?


- Perdona, es la forma en que denominamos a los humanos. Ellos nos llaman mestizos o bestias a nosotros. Resulta bastante peyorativo. - Tenía entendido que los siniestros a menudo vienen por aquí. Quería unirme a ellos. Me atrae mucho su filosofía. - ¿Esos tipos raros que hablan del sufrimiento? Resultan tolerables mientras no intenten comerte mucho la oreja. Sí, suelen venir por aquí, aunque no estoy seguro de que eso sea algo potenciable dada su extraña filosofía de vida. Por cierto, mi nombre es Roque. Encantado. - Violeta. - ¿Otra copa?

5º mes del año 617 del Comienzo Casa de Roque En el medio de un cuarto oscuro y desordenado estaba la cama de Roque. Sobre ella estaba él. Sobre él Violeta. Cabalgaba desnuda a horcajadas sintiendo su masculinidad horadar sus entrañas. Las manos de uno agarrando las del otro, el sudor de uno confundido con el del otro. El olfato de Roque ya se había acostumbrado a su desnudez y Violeta, que en un principio se movía con torpeza, había tomado la iniciativa de aquel encuentro. Roque tensó la mandíbula. Violeta arqueó la espalda. Los fluidos desbordaron. Momentos más tarde ambos miraban el mismo techo sobre la misma cama. - ¿Es tu primera vez? - ¿Qué? No -Violeta parecía ofendida-. Para nada. - Esta bien. Perdona. ¿Quieres un parche? Sientan bien después de hacerlo. - No gracias, la química no funciona conmigo. - ¿Y eso? No conozco a nadie que no los consuma, salvo quizás a esos raros filósofos. - Lo sé. Pero a mí no me hacen efecto. Nací así. La química no funciona en mí. Quizás por eso soy distinta. - ¿Eso crees?


- No sé, no encajo con el mundo. No conocí a mi familia. En la escuela nada de lo que me decían me parecía coherente ni verosímil. A todo el mundo parecían bastarle aquellas simples explicaciones sobre todo, pero no a mí. Necesito encontrar respuestas. Necesito saber quién soy. - Entiendo. Yo sí conocí a mi familia, pero ojala no lo hubiese hecho. Supongo que sé cómo puedes sentirte. - ¿Y eso? - Los mestizos desarrollamos nuestras peculiaridades genéticas en la adolescencia. Si el Sistema descubre que una familia tiene genes recesivos de un animal se la somete a un montón de pruebas y tratamientos para extirparlos, por así decirlo. Cuando la familia se da cuenta de que uno de sus miembros es distinto le abandona sin querer saber nada más de él. Por suerte tenemos el barrio. - Lo siento. - Descuida. No necesito que nadie sienta pena por mí. Y te aconsejo que no te encariñes demasiado. Hay algo que sí es cierto sobre los mestizos, la intensidad emocional nos devuelve a nuestro lado más animal. Esa es la razón por la que nos pasamos el día follando, para mantener a raya nuestras emociones. El problema es que las emociones no distinguen entre afectos negativos y positivos. Todos resultan iguales. - Creo que lo entiendo. Por eso eres tan frío. - Es un mecanismo de defensa. No me gustaría que sufrieras un daño por mi culpa. - ¿Te volveré a ver? - ¿Qué? Sí, claro. Cuando quieras. Puedes venir a verme cuando te apetezca. - Supongo que esto puede llamarse amistad. - Supongo. - ¿Puedo preguntarte una última cosa? - Dispara. - ¿Habías estado con alguien antes esta noche? - No realmente. - Mientes muy mal. - Tú también.


-4“Los Cazadores pronto aprenden a odiar a los enemigos del Sistema, que son muchos y viles: los mestizos, los científicos, los siniestros… ¿Cómo es posible que el Sistema aún albergue mácula alguna dada su omnipotencia? La respuesta es simple. El Sistema necesita enemigos para evitar convertirse él mismo en su propio anatema. Esa es la razón por la que el diferente es tolerado.” “Paradojas Modernas” - Faraday

5º mes del año 617 del Comienzo Centro de formación para el orden El entrenamiento con las pistolas-dardo había terminado. Rio salió de la ducha. Su cuerpo se había endurecido en estos 2 años y le había crecido una especie de pelusilla a modo de bigote. Abrió su taquilla y cogió un parche químico. Lo necesitaba. Pronto terminaría el tiempo de prácticas y tendría que salir a las calles. Se colocó el parche en el cuello y sintió desvanecer su ira por momentos sustituyéndose por una sensación de paz y orden en todo su cuerpo. Su instructor se le acercó. - Tu puntería es inmejorable, Rio. Si todo sigue así, cuando salgas a patrullar me encargaré de que seas promocionado pronto. - Gracias, señor. Realmente estaba cansado de los entrenamientos. Era más que bueno para su trabajo en los Cazadores y lo había demostrado durante todo este tiempo de prácticas. Conocía la teoría, dominaba la práctica. Sólo le quedaba poder demostrar que era un Cazador en cuerpo y alma. La espera le quemaba. Pensó en adquirir más parches químicos.


-5“El hombre trató de enseñar a las bestias con su propia mano y las bestias le mordieron. En respuesta, las bestias fueron expulsadas de la sociedad y condenadas a vivir y a retozar entre ellas. Maldito será aquel hombre que viva o retoce con ellas. Así está escrito.” “Lo Que El Hombre Debe Conocer” - Anónimo

5º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Barrio mestizo La discoteca estaba llena de gente ese día. Roque y Violeta conversaban en una mesa de forma distendida. Al otro extremo un osuno y un felino observaban. - Así que esa es la nueva amiga de Roque -dijo Gorka-. La verdad, no sé que puede ver en un simionte. - Déjalo -dijo Luan-, es sólo un nuevo pasatiempo. Ya se cansará de ella y volverá con nosotros. - Querrás decir contigo. A mí me dejó claro que no quería volver a verme. Por lo menos hasta que controlase mis emociones. - Eres demasiado evidente. Para tratar con alguien como Roque hay que ser más sutil. - Te aseguro que a Roque no le gusta nada la sutileza. - Bueno, quizás conocemos distintas caras de una misma persona. ¿No te has parado a pensar qué puede ver en nosotros? Apenas nos parecemos. - Sí, pero no encontré respuesta. Es demasiado hermético. - Lo sé. Es lo que más me gusta de él.

5º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Barrio mestizo - ¿Y cómo te ganas la vida? - Bueno, de formas no demasiado honradas. No me siento orgulloso de lo que hago -dijo Roque-. Siempre hay alguien que necesita un olfato sensible para encontrar


a su presa. Gente que debe dinero, viejas cuentas que saldar. Yo sólo localizo a las personas. El resto no es cosa mía. Un trabajo bastante turbio de cualquier manera. Háblame mejor de ti. - ¿Qué quieres saber? -preguntó Violeta. - No sé. ¿Cómo era tu vida antes de llegar aquí? ¿Tenías amigos? - Sólo uno, pero nos separamos hace un par de años. Siempre pienso que nuestras vidas hubiesen sido distintas de no haber sido así. Me pregunto qué será de él. - ¿Le querías? - ¿Si le quería? Y yo qué sé. Era demasiado joven para querer a alguien. Esas cosas se saben o no. Supongo que si le hubiese querido lo sabría. Roque sonrió. Las palabras a menudo eran confusas. Los olores no. De pronto su olfato captó algo extraño. Peligroso. - Ven conmigo. - ¿Qué… Un grupo de hombres armados entró atropelladamente en el local. Portaban pistolas-dardo. Los mestizos entraron en algo parecido a un frenesí salvaje. Era un pogromo. Quizás los rumores de revolución habían llegado al Sistema y este había decidido tomar medidas antes de que los insurgentes crecieran. El grito de “Cazadores” se extendió como un funesto presagio por el local. Cuando las pistolas-dardo impactaban en la víctima, una neurotoxina anulaba el sistema nervioso y esta caía al suelo. En algunos casos eran necesarios varios impactos. En medio de aquel caos un despierto soldado se concentraba en que ninguna bestia escapase. Bajo su casco los objetivos quedaban rodeados de un aura luminosa. Un lupino trataba de escapar por una escalera de emergencia. Colocó su pistola-dardo y apuntó con cuidado. No podía fallar. Rio dudó cuando la vio. Era Violeta, o se parecía demasiado a ella. Iba de la mano de aquel mestizo. Demasiadas preguntas inundaron su mente. ¿Qué hacía ella aquí entre las bestias? ¿Por qué? A punto estuvo de ser derribado cuando un osuno de inmensa fuerza se abalanzó sobre él. Por suerte, sus reflejos habían sido entrenados para ello. Roque salió por una escalera de emergencia a un callejón oscuro agarrado de la mano de Violeta. Olfateó el aire y giró por un lado corriendo todo lo que podía. Los Cazadores andaban cerca, debían de tener algún método para localizarle porque poco


a poco iban cerrándole las salidas. Tenía que darse prisa si quería romper el cerco y con Violeta eso no resultaba sencillo. Decidió entrar en un local para tratar de despistarlos entre la multitud. El local no era otra cosa más que un prostíbulo de simiontes. No pasaría mucho tiempo desapercibido entre ellos, pero podría ganar unos momentos para pensar en alguna otra alternativa. Una bella bailarina colgada boca-abajo sobre una barra de streep tease les vio entrar.


-6“- Me he perdido en este bosque. ¿Podría usted indicarme el camino de vuelta? - Claro, muchacha. Pero antes pasa a tomar una taza de chocolate conmigo dijo la bruja.” “Cuentos Antiguos”

01:00 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Local de streep tease Era evidente que estaban fuera de lugar en aquel sitio. Un mestizo, más concretamente un lupino, y una muchacha humana, más concretamente alguien que simpatizaba con la filosofía siniestra. Huían, lo supo porque la muchacha no dejaba de mirar atrás por donde habían entrado y el lupino tenía abiertas las fosas nasales husmeando el aire todo el rato. Si un mestizo y una siniestra huían juntos, eso sólo podía significar una cosa: había Cazadores cerca. Todo esto lo descubrió colgada boca-abajo de la barra. Hizo una seña a otra bailarina de streep tease para que la sustituyese y bajó rápidamente del escenario hacia los dos extraños. - Seguidme. Roque entrecerró los ojos y husmeó. - Ya habrá tiempo para explicaciones más tarde. Los Cazadores pronto entrarán en el local. Subieron por unas escaleras fuera del espectáculo hasta una azotea. - Muy bien, ¿has pensado en sacarnos volando de aquí? Pronto todo esto estará atestado de soldados. -dijo Roque molesto. - Un amigo nos sacará. Me debe un favor. - ¿Un amigo? ¿Qué clase de amigo? La bailarina empezó a manipular una pulsera que llevaba y que empezó a emitir una luz discontinua. - Oh, magnifico. No sólo somos proscritos, si no que además nos metemos de lleno en la ilegalidad. Supongo que sabes lo que hacen a quien usa la ciencia sin consentimiento.


- Me temo que eso no puede agravar mucho más vuestra situación. Se oyeron pasos en las escaleras. Del propio aire se materializó un tipo rubio envuelto en una gabardina y lleno de artilugios de lo más extraños. - Te dije un favor, Raquel, no 3. - Dejemos las presentaciones para más tarde, Félix. - Está bien. El tipo rubio empezó a manipular un artilugio tecnológico presumiblemente con la intención de sacarlos a todos de allí. Las puertas de la azotea se abrieron. Varios soldados aparecieron. Uno consiguió disparar antes de que los 4 proscritos se desmaterializaran. El disparo iba para Roque. Fue interceptado por Violeta. Segundos más tarde aparecieron todos en un gran cuarto repleto de cables, pantallas, consolas de mando y un montón de aparatos que no habían visto nunca. Raquel se fijó como Violeta se quitaba el dardo que iba destinado para el lupino sin apenas protestar. La neurotoxina ya debería haber hecho efecto y sin embargo, ella parecía ser inmune a sus efectos. Abrió los ojos al comprenderlo. Aquello no tenía nada que ver con el lupino. Iban tras ella. Era la chica del experimento. La había encontrado. Sólo hay una condición. El sujeto no deberá ser consciente de todo ello hasta que cumpla los 18 años.


-7“Tras las cruentas batallas de la 3ra Guerra Mundial la propia naturaleza se rebeló contra los hombres. Aparecieron nuevas epidemias, el cambio climático se hizo insoportable en algunos lugares, y los propios animales parecían más reacios a seguir sirviendo bajo el yugo de la humanidad. El mundo siguió ciego y sordo a las exigencias de la naturaleza tal y como estaba replegado sobre sí mismo y sus necias necesidades, salvo un grupo de científicos terroristas que tomó la palabra de la naturaleza como su voluntad. Trataron de idear una nueva raza de humanos y animales que pudiera convivir en paz con su entorno. Utilizaron mutaciones en la estructura genética de ambas criaturas, pero los experimentos fueron interrumpidos. Un grupo de fanáticos religiosos empezó a culpar a los científicos de no ser capaces de solucionar los problemas que ellos mismos habían creado. Inexplicablemente la gente empezó a seguirlos y se produjo una terrible caza de brujas. Se sabe que los mismos fanáticos que renegaban de la ciencia, usaron más tarde de su tecnología para alzarse con el poder de las masas. Por eso, toda la historia fue borrada. Por eso, nosotras debemos conservarla.” “Crónicas de la Logia”

01:05 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Cuartel general de Félix Raquel estaba acostumbrada a trabajar con gran cantidad de información en su mente, pero no dejaba de revolverse inquieta sobre sí misma. La muchacha del experimento estaba aquí, delante de ella. Después de haberla perdido la pista, la Logia la había vuelto a encontrar. ¿Era algo más que simple casualidad? Y de ser así, ¿qué podía significar? - Creo que ha llegado el momento de las presentaciones -dijo el tipo rubio de la gabardina-. Mi nombre es Félix, soy científico, y eso es todo lo que os recomiendo que sepáis de mí si queréis manteneros en el lado de la legalidad. Continúa tú, Raquel, yo voy a estar ocupado con mi trans-localizador. Hay algo de comida en el otro cuarto y te recomiendo cojas algo para vestirte o pasarás frío. Se dio la vuelta, sacó un aparato de su gabardina, lo conectó con otro aparato aún más grande, una pantalla se iluminó y se puso a lanzar un montón de datos que le mantuvieron ocupado. Raquel se recogió el pelo, abrió un armario, se puso algo de ropa cómoda y vino del otro cuarto con un poco de comida. - Tomad. Aunque no sé si los vuestros tenéis los mismos gustos que los humanos -dijo dirigiéndose a Roque. - No somos tan exquisitos. Descuida.


- ¿Y decidme, por qué os perseguían esos Cazadores? - Eso bien me gustaría saber a mí. Parecía un pogromo. Es posible que supieran que había un grupo de mestizos que planeaba acciones rebeldes contra el Sistema y lanzaran una contraofensiva de prevención. En cualquier caso no había visto antes nada igual. Raquel contempló la cara de Roque mientras hablaba. La frecuencia del parpadeo, el tono de la voz, el movimiento de las manos. Decía la verdad, o por lo menos, lo que él creía como verdad, lo cual no era lo mismo. - ¿Y ella? - Estaba conmigo. La saqué de allí para evitar que la hicieran daño. - Demasiadas preguntas y pocas respuestas -dijo Violeta-. ¿Quién eres tú? ¿Por qué nos has ayudado? - Vaya, esto se pone interesante -dijo Félix, aunque seguía distraído con su monitor. - Mi nombre es Raquel. Soy miembro de una organización clandestina que lucha en secreto contra el Sistema desde hace mucho tiempo. Como es secreta es evidente que no habréis oído hablar de ella. Son pocos los que saben algo más que simple superchería acerca de nosotras. Si el Sistema va contra vosotros sois automáticamente nuestros aliados. Pero mucho me temo que no iban tras el lupino, si no tras de ti, muchacha. - ¿Tras de mí? ¿Por qué? - Eso no lo sé, pero creo que tiene que ver con tu peculiar inmunidad a la química. Es posible que el pogromo no sea más que una simple excusa para capturarte y estudiar esa anomalía en ti con el fin de aislarla. Roque olfateó el aire con disimulo. Aquella mujer no le daba buena espina. - Pero eso no tiene sentido. Podrían haberme capturado antes -dijo Violeta. - Sí, es cierto. Hay algo que se nos escapa. - En cualquier caso, os agradecemos la ayuda, y cuando las cosas se hayan calmado un poco nos marcharemos y os dejaremos en paz -dijo Roque. - Poneos cómodos -dijo Félix-. Mis lecturas indican que sigue habiendo Cazadores por las calles. Es posible que esto dure más de lo esperado. Si me lo permitís, ya que os hemos salvado, me gustaría pediros algo. Poca cosa. Tan sólo una muestra de sangre de la muchacha. Pero no aquí, este cuartucho no está preparado. Conozco alguien que puede hacerlo. Quizás así descubras algo más sobre ti misma, pequeña.


Roque miró a Violeta y esta le devolvió la mirada. No hicieron falta palabras. Ella sabía lo que pensaba él. El comprendía la necesidad de respuestas de ella. Algo le olía terriblemente mal en todo ello, pero pensó que los errores a veces también son necesarios. Incluso los que no son nuestros. - ¿Cuánto tardarás, loco? -preguntó Roque. - Necesito localizar a una persona, un científico especialista en biogenética. Es posible que necesite rastrearlo durante un par de horas. Ya os lo dije: poneos cómodos. En aquel cuartucho eso parecía una broma. Era difícil encontrar algo que tuviera que ver algo con la comodidad. Violeta se acurrucó contra el pecho de Roque y se quedó dormida rápidamente. El lupino se preguntó esta vez si no estaban traspasando una línea de difícil retorno. En realidad, se dio cuenta, ya hacía tiempo que la habían traspasado.


-8“No existen las casualidades. Todo se rige por un entramado de acciones reflejas en el que existe una causa inicial como base de todo: el orden. Así el Sistema no tiene más objetivo que la consecución de ese orden para obtener un equilibrio entre todos los individuos que lo componen. Aquellos que escapan al orden e intentan ir contra él deben ser reformados para volver a encajar. No existen las casualidades. El Sistema lo controla todo.” “Lo Que El Hombre Debe Conocer”

05:50 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Cuartel general de Félix / Laboratorio del profesor Aureo - Preparaos. Vamos a dar un paseo. Apenas habían dormido desde que llegaron a ese desorden que Félix tenía como casa, pero el sueño había resultado reparador. Parecía como si la noche anterior aún perteneciese al ámbito de las pesadillas y no de la realidad. Pero aquella sensación duró poco. - ¿Dónde vamos? -preguntó Violeta. - Al laboratorio de un amigo. Los 4 proscritos se desmaterializaron de aquel cuarto para ir a parar a un callejón en mitad de un lugar desconocido. No sabían si se encontraban aún en el barrio mestizo, pero el ambiente era igualmente sórdido. Entraron en un portal que conducía a un ascensor enrejado que bajaba hasta las profundidades. Bajaron todos hasta un sótano igual de desordenado que el cuarto de Félix, pero más brillante pues un montón de líquidos luminosos y pantallas de datos vibraban en aquel lugar. Félix pulsó el botón de apertura. El ascensor no respondió. - Padre, soy yo. ¿Qué ocurre? De la luminosidad del laboratorio surgió no una, si no dos figuras. Una era una persona mayor, casi anciana. Vestía una bata blanca y tenía el pelo de un rubio demasiado claro, casi blanco. Tenía una expresión contraída en el rostro. El otro era un tipo alto, de gran presencia, con unas gafas elegantes. Su rostro era completamente inexpresivo. Violeta lo reconoció al instante. - Vaya. ¿Qué tenemos aquí? Nada menos que 4 proscritos: un mestizo, una siniestra, un científico y, ¡oh, sorpresa!, una de esas psico-feministas tan molestas.


Qué curiosa coincidencia. - ¿Qué significa esto, padre? -preguntó Félix- ¿Cómo has podido? - Lo siento, hijo. Tuve que hacerlo… ellos me prometieron… estaba tan cerca de descubrirlo… ¿lo comprendes?, la manipulación genética en cuerpos ya evolucionados… ellos tienen… tú habrías hecho lo mismo… - Patético. No sé cómo he sido tan tonto como para confiar en ti. - En eso estoy de acuerdo -dijo el hombre alto sin expresar ninguna emoción -. Si es capaz de traicionaros a vosotros, también podría hacerlo con nosotros -sacó una pistola-dardo y disparó al cuello de aquel anciano, que cayó inerte al suelo-. No es nada personal. Oh, no me miréis así. No está muerto. Nosotros no matamos a las personas, tan sólo las reeducamos convenientemente para servir al Sistema. Si no fuese así, muchachita, tú ya estarías muerta hace mucho tiempo. - ¿Le conoces, Violeta? -preguntó Roque. - Es mi antiguo maestro de escuela. Un tipo realmente repulsivo. Roque olfateó el aire en busca de algún indicio sobre aquel siniestro personaje. No olió nada. Aquel tipo siniestro no emitía ninguna emoción. - Deberías estar agradecida, pequeña. Toda esta fiesta es tan sólo por ti. Tu amiga no andaba tan errada. El pogromo era tan sólo una cortina de humo. Pero no, no queremos capturarte, ya hubiésemos podido hacerlo antes, hace mucho tiempo. Nosotros estamos en contra de la violencia. Preferimos usar métodos más sutiles, aunque tu inmunidad a la química te hace bastante resistente a ellos. - Ella nunca se unirá voluntariamente a vosotros -dijo Raquel-, pierdes el tiempo. - ¿Piensas acaso que servirá a vuestra estúpida Logia? -preguntó sarcásticamente el maestro Ego. - Ella es libre y elegirá su camino. - Me temo que no es tan libre como ella cree. Y eso os lo debe a vosotras. Conocíamos de vuestro experimento desde hace tiempo, de cómo la manipulasteis genéticamente durante la gestación, de los planes que teníais para con ella. Oh, las idealistas de la verdad usando a la gente para sus propios fines. Qué decepcionante. Al final sois como nosotros, sólo que en el bando de los perdedores. Creo que tenemos mucho más que ofrecerla que vosotras. ¿Qué estaba sucediendo? ¿De qué hablaban? - ¿El placer? No ves que no le interesa.


- Bueno, veremos a ver cuánto sufrimiento es capaz de soportar con esa maravillosa filosofía suya. O cuánto sufrimiento es capaz de contemplar en sus amigos -una ligera mueca parecida a una especie de sonrisa se disimuló en el rostro del maestro Ego. ¿Qué estaba sucediendo? ¿De qué hablaban? - Preparaos para el salto. He computado las coordenadas del trans-localizador dijo Félix. Salieron de aquel ascensor a una callejón oscuro entre cubos de basura. Un gato negro se escondió en un rincón al verlos llegar. Tardaron un tiempo en recuperarse del mareo del salto. Cuando volvieron a la realidad estaban todos menos uno: Violeta.


-9“-¿Sabe? Hasta ahora no había visto nunca a un unicornio vivo? - Tampoco yo a una niña. Ahora que nos hemos visto el uno al otro, si tú crees en mí, yo creeré en ti.” “Cuentos Antiguos”

05:55 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Fuera del barrio mestizo Sentía el olor de su propia adrenalina circular por el torrente sanguíneo. Sus sentidos se potenciaron al máximo y empezó a captar las sutiles variaciones de olores que quedaban impregnados por el sucia agua de lluvia que había empezado a caer por aquellas callejuelas. Sabía que había pasado por aquí, no hace mucho tiempo. Cada vez sentía el olor de su piel más nítido y eso sólo podía significar que ella se estaba cansando de correr y que pronto la alcanzaría. ¿Y por qué? ¿Qué le debía él a nadie? Siempre había sido un paria, un mestizo, la última escoria de la sociedad sólo por el hecho de ser diferente. Un incomprendido que había aprendido a resignarse a una existencia estoica en un mundo demasiado insensibilizado por la búsqueda del propio placer. No le debía nada, ni a Violeta, ni al mundo. Y sin embargo, seguía rastreándola. Comprendía quizás demasiado bien que la diferencia entre el bien y el mal a veces radica tan sólo en unas palabras amables a tiempo o en un abrazo desinteresado. Lo comprendía quizás demasiado bien porque él nunca tuvo esas palabras ni ese abrazo cuando lo necesitó. Y sin embargo, se sentía en deuda con el mundo por la crueldad con que había sido tratado. Él, Roque, el hombre de hielo, el lupino que nunca se dejaba llevar por sus sentimientos, comprendía a fin de cuentas que sólo somos aquello que buscamos y que nunca encontramos en los demás. La encontró recostada contra la pared de un callejón sin salida, con el pelo cubriéndole el rostro y el pecho latiendo rítmicamente como si realmente durmiera. Se acercó a su lado y la abrazó. Entonces él también se quedó dormido.

07:00 - 6º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Fuera del barrio mestizo Los primeros rayos de un sol demasiado débil los despertaron a ambos. Ella llevaba ya tiempo despierta, aunque no podía determinar cuánto. Si se sorprendió de estar abrazada a Roque, él no pudo distinguirlo.


- Lo siento -dijo ella. - No te preocupes, a veces hay noches demasiado espesas. Me alegro de haberte encontrado antes de que te pasara algo. - Tanto tiempo buscando respuestas, tanto tiempo queriendo saber quién soy, y ahora que lo sé tengo la sensación de que hubiera estado mejor sin saberlo. - Eso sólo es al principio. Te acostumbrarás. - No soportaba la idea de que todo lo que pasó fue provocado por mí, aunque fuera de manera indirecta. Nunca me consideré el eje sobre el que girara nada, me limitaba a vivir mi vida contemplando el mundo y buscando explicaciones. De pronto parezco un jinete apocalíptico que trae la desgracia allá por donde va. ¿Y si te hubiera pasado algo por mi culpa? No sé si habría podido soportarlo. - Creo que te entiendo más de lo que crees. Se miraron a los ojos, los profundos ojos negros de Roque, los inquietos ojos pardos de Violeta. Nadie dijo nada, pero aquello sólo podía terminar con un beso. O comenzar con un beso.


- 10 “No hay principios ni finales, si no un continuo presente que se proyecta a la eternidad en un abanico de infinitas direcciones. Somos dueños de los caminos que elegimos y que al mismo tiempo nos vienen impuestos. Quizás no podamos elegir aquello que la vida tiene deparado para nosotros, pero sí lo que nosotros elegimos para con la vida.” “Paradojas Modernas” - Faraday

7º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Cónclave secreto de la Logia El silencio se hizo espeso después de las explicaciones de uno de los miembros. La líder puso palabras a los pensamientos de todas las demás. - Hemos escuchado ya el relato de nuestra compañera Raquel. Creo que hablo por todas si digo que ya no estoy tan preocupada por la localización de nuestro antiguo experimento, pues hay asuntos más relevantes que nos acontecen. El Sistema conocía nuestros pasos al mismo tiempo que nosotras. No es necesario que verbalice lo que ello significa. Abriré una investigación al respecto. Mientras tanto, las asambleas quedan suspendidas por el bien del secreto de la Logia. Todo esto no ha ocurrido. Y todas estuvieron de acuerdo.

7º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Barrio mestizo Luan contemplaba en las sombras aquella reunión informal. Un felino de larga melena negra y vestido con muñequeras de cuero y camisetas con motivos de calaveras dirigía una especie de improvisado discurso. - ¿Cuánto más necesitáis para alzar la voz? ¿Hasta cuándo serán nuestros derechos anulados? El hombre no ha aprendido a tolerarnos, pero ¿queremos acaso que se nos tolere como si fuéramos un mal que hay que soportar? Tenemos los mismos derechos y ellos han de aprender a convivir con nosotros o bien por el diálogo o bien por las garras. La muchedumbre formada por mestizos alzó un grito que en realidad estaba formado por gruñidos, aullidos, bufidos y un sinfín más de proclamas de guerra. - Sólo hay dos bandos: o estáis con nosotros o estáis perdidos. ¿Quién se viene


conmigo? Leo, el felino de larga melena, lanzó un gruñido que se hizo eco por encima de las voces de los demás. Siempre había tenido un carisma especial para cautivar a las masas. Ahora era necesario unirlas en un objetivo común: la rebelión.

7º dia del 11º mes del año 617 del Comienzo Centro de formación para el orden Rio salía de las duchas con una toalla a la cintura. La herida de una gran garra aún le escocía al costado después de aquella noche de ejercicio real en el barrio mestizo. Pero había una herida que dolía más, pues era aún más profunda. El recuerdo de Violeta con aquel lupino de la mano le reconcomía las entrañas. - Bonito recuerdo de guerra -dijo un compañero. - Apenas duele -contestó él. Había aprendido a disimular la ira después de tanto tiempo. Abrió la taquilla y buscó un parche químico. Por suerte aún le quedaban algunos.

7º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Centro de investigación científico del Sistema El profesor Aureo trabajaba con los monitores de una gran máquina hasta ahora impensable para él. El acuerdo con el Sistema había sido productivo, teniendo en cuenta que la consecución de su vida había ido siempre ligada a un único objetivo: la acumulación de conocimiento. Había aprendido un montón de cosas y el Sistema no parecía tan malo después de todo. Al fin y al cabo él no entraba en las batallas por el poder o la verdad de los demás. A él sólo le interesaba comprender los grandes enigmas del cosmos. - Así que este “espécimen” resulta ser un viejo conocido de aquel entrometido lupino -dijo el maestro Ego totalmente inexpresivo-. Me parece que puede ser un sujeto adecuado para tus experimentos, profesor. Al principio quizás sea reacio, pero eso lo podremos arreglar pronto. Gorka, desnudo y atado de pies y manos por cadenas de plomo, lanzó un gruñido. La máquina que lo sujetaba tembló.


7º día del 11º mes del año 617 del Comienzo Un bar cualquiera Aquel tipo rubio de la gabardina era lo suficientemente extraño como para dejar bien claro que o bien era un imbécil o bien no merecía la pena meterse con él. La gente de estos sitios había aprendido que las apariencias a menudo resultan engañosas, por lo que nadie se atrevía a acercarse demasiado. Nadie, salvo un borracho. - Ey, ¿eres nuevo aquí, rubiales? - A lo mejor los nuevos sois vosotros y no os habéis dado cuenta. - Ja, ja, chistoso el tipo. Me has caído bien, déjame que te invite a una copa. - Supongo que no es mala idea. Tampoco tengo nada que hacer por ahora. Se acercan tiempos revueltos, así que me vendrá bien. El borracho no le escuchó, el resto de la gente sí, pero no sabían muy bien a qué se refería. La mecha estaba encendida, los grupos pronto entrarían en conflicto. Sólo los más listos sabrían sacar partido de aquello. Y en un mundo donde hasta los padres traicionan a sus hijos, no había que tener muchos escrúpulos. - Brindemos por algo. - ¿Qué te parece por el día de mañana? -dijo Félix. - Me parece bien. Y brindaron por ello, aunque quizás no hubiese un mañana para ninguno.


Libro 2 Conflictos sin resolver


“Ya nunca seremos extraños.”


-1“La noticia corrió como la pólvora. Hubo un pogromo en el barrio mestizo, aunque en los diarios no se usó ese nombre. No hubo engaños, salvo por el hecho de que los mestizos fueron denominados sólo en calidad de bestias, de seres sociales inferiores en derechos y oportunidades por mor de su propia naturaleza. La noticia apenas causó revuelo entre la multitud. Uno se acostumbra a la guerra entre hombres como un suceso inevitable mientras todo ello ocurra fuera de las fronteras de lo civilizado. Un hombre que mata en una guerra es considerado un héroe. Otro que mate dentro de las ciudades un asesino. El hecho es el mismo, pero para el individuo de a pie la muerte ha de permanecer como una idea, no como un hecho real y cotidiano. Esto último es inconcebible para mantener un orden social. Así pues aquellos que participaron en el pogromo fueron aclamados como héroes del pueblo o ignorados en el mejor de los casos. De cualquier forma nadie imaginó las consecuencias que aquel acto acarrearía para todos ellos.” Faraday

Roque y Violeta daban vueltas y reían en una extraña lucha cómplice en el piso del mestizo. Desde hace un tiempo este se había convertido en el hogar de la muchacha, que ya había olvidado casi completamente los sinsabores de su adolescencia y el amargo descubrimiento del mundo real. Afuera se encendía la mecha de los conflictos, pero allí dentro lo único que había era complicidad y confianza, con una sensación de infinitud que daba al tiempo la apariencia de algo inerte y estático. - ¿Te imaginabas algo así? -dijo Violeta después de dar vueltas. - No me gusta imaginar ni hacer presupuestos. - Lo sé, pero ¿te imaginabas alguna vez estar así, un mestizo y una humana juntos? Si lo contase nadie me creería. - He visto cosas más raras, pero lo cierto es que no me imaginaba con nadie, ni humano ni mestizo. Pensé que no estaba hecho para eso. - No me gustaría que esto terminase. Si… Roque le tapó la boca a Violeta con un dedo. Volvieron a la parodia de lucha entre ellos que en realidad era un juego en el que nunca ganaba ninguno de los dos. Inocentes. Ignorantes de lo que el destino les tenía deparado.


Los Cazadores eran los individuos de la sociedad que más privilegios tenían, y sin embargo, Rio jamás había entrado en aquel lugar. Sabía que si bien los científicos eran miembros de la sociedad considerados fuera del Sistema, este los utilizaba para su propio beneficio, siempre después de haberse ganado su inquebrantable lealtad. A él no le hacían mucha gracia esos locos que jugaban a ser dioses y que transgredían los límites naturales a su antojo, pero no podía negar que resultaban útiles. Su viejo maestro le había hecho llamar. Al parecer estaba enterado de su labor dentro de los Cazadores y quería felicitarle por ello. Lo que no terminaba de entender es por qué le había hecho ir a aquel centro científico secreto. - Te preguntarás seguramente por qué te he traído aquí -a veces uno tenía la sensación de que pudieran estar leyendo su mente cuando estaba en presencia del maestro Ego, casi como si sostuviese las hebras del propio destino-. Hay algo que quiero enseñarte. Pasaron por un par de salas hasta llegar a una máquina donde una enorme criatura se retorcía en sueños, atrapada. Rio tenía la sensación de haberlo visto en algún lugar, pero no recordaba bien. - Este es el mestizo que te hirió. Su nombre es Gorka. Gracias a ti lo capturamos. Un espécimen realmente excepcional de su raza de bestias. Tenemos a un gran científico investigando y haciendo pruebas con él. Quizás sea la respuesta que hará que la lucha entre los mestizos y los humanos termine para siempre. A Rio no le hizo falta preguntar qué clase de pruebas estarían haciendo con él. Tampoco a qué se refería cuando decía lo de “terminar” en relación al conflicto con los mestizos. Era fácil leer entre líneas. - Si puedo hacer algo por el orden estoy preparado. - En realidad quería hablarte de un tema. ¿Recuerdas a una compañera tuya llamada Violeta…


-2“A menudo los filósofos siniestros somos tachados de raros y excéntricos. En un mundo donde la obtención de placer es la máxima principal se hace inconcebible que el sufrimiento pueda tener alguna utilidad, mucho menos aún ser considerado como un fin y no tan sólo como un obstáculo que ha de ser superado. Es una visión bastante sesgada del ser humano, y es lógico que así sea, pues a menudo el hombre tan sólo tiene una visión a corto plazo de sí mismo. El problema del placer no radica en el placer como tal, si no en la capacidad del hombre para auto-engañarse en su búsqueda. Cuando uno evita el sufrimiento, está evitando el contacto consigo mismo. Aleja de sí los conflictos internos, las contradicciones, las incoherencias, y no lucha contra ellas, no las resuelve. Las enmascara con falsos placebos y crea a su alrededor un conjunto de mentiras que nada tienen que ver con la realidad. Finalmente uno vive una existencia paradójica necesitando cada vez más placer para sostener la cada vez más insostenible mentira de uno mismo. Todo ello no está si no condenado a un desastroso y trágico final.” F.

Leo había sido hecho llamar hasta el último piso de un gran rascacielos. Aquello era una prueba de buena voluntad por parte del Sistema, aunque resultaba también un indicio de su omnipotencia y de lo fútil que podía ser tratar de enfrentarse a aquel gigante. Dado esto, Leo no temía por su integridad. Si el Sistema se atrevía a hacerle algo al líder de los mestizos, la respuesta no se haría esperar. No se había vestido especialmente para aquella ocasión, por lo que cuando entró en aquel despacho su aspecto informal y su larga melena negra opusieron un contraste directo con la apariencia sobria y elegante de los hombres de traje que le esperaban. - Tome asiento, por favor. Leo se sentó frente a todos ellos sin sentirse intimidado en absoluto. - Se preguntará usted por qué le hemos hecho llamar. Aunque no lo crea nosotros no tenemos nada en contra de la gente a la que usted representa. El incidente del otro día fue algo desafortunado que no debiera repetirse, por lo que… - ¡Basta de palabrería! -rugió Leo- El incidente del otro día fue planeado a conciencia. No vamos a tolerar ningún acto de represión contra los mestizos. Es más, exigimos derechos y exigimos que se nos escuche. - Lo comprendo perfectamente. Pero usted que también es un líder comprenderá hábilmente los entresijos de la política y cómo muchas de las acciones escapaban a la voluntad de los dirigentes. Si por nosotros fuera les dejaríamos vivir con el resto de los hombres, pero aquello resultaría insostenible.


- Hablemos claro. ¿Qué me está proponiendo? - Usted aplaca a su pueblo y nosotros ofrecemos una vía pacífica y diplomática de diálogo con los suyos. - ¿Sin trucos? - Sin trucos. Aquello era más de lo que Leo pensaba obtener en un primer momento, y quizás por eso no se lo terminó de creer.

El profesor Aureo miraba los resultados que salían de una consola de paneles que se movía a un ritmo frenético. Estaba extasiado. Aquel experimento habría sido impensable unos meses atrás y ahora no sólo era real si no posible. En sujeto estaba respondiendo bien a todas las pruebas, salvo por el hecho de que aún se resistía ferozmente a ser manipulado. Para ello estaba aquella máquina que le habían suministrado. No tenía un nombre, y de haberlo tenido seguramente no habría sido un nombre digno, pero su efectividad estaba más que comprobada. Gorka se removía en sueños, inquieto. Sus ojos se movían velozmente bajo los párpados y sufría continuos espasmos. Estaba desnudo y sujeto por argollas de plomo de las muñecas y los tobillos al tiempo que estas separaban sus extremidades. Los músculos abultados y en tensión. Un apéndice retráctil se introducía dentro de él bajo la espalda ahondando en las zonas cercanas a sus fluidos, mientras que otro apéndice succionador cubría completamente su gran miembro erguido. La máquina controlaba el ciclo orgásmico de tal forma que uno se encontraba siempre en las puertas del clímax sin terminar de llegar a él. El cuerpo producía fluidos que tras movimientos convulsos y repetitivos de la máquina eran atrapados por sus apéndices. Todo ello junto con unos parches químicos proporcionaba un estado de placer que rayaba con la inconsciencia. El propósito último consistía en destruir el control del sujeto a los deseos y anular así su propia voluntad. Unas cuantas sesiones más con aquella máquina y aquel mestizo estaría preparado para las últimas pruebas del experimento.


-3“A menudo el mundo exterior es tan sólo un reflejo del interior. La realidad queda mediatizada por nuestros miedos, prejuicios y odios. Pero aún más, a menudo la realidad externa depende del interior de un solo individuo. Es como si los conflictos externos e internos confluyeran en una simple decisión. Una decisión tomada por una persona capaz de acertar o de errar como cualquiera y de la que depende todo un mundo. Si nos paramos a pensarlo resulta angustioso y opresivo. Sospecho que esa es la razón por la que me dedico a la filosofía.” F.

Leo y Luan estaban sentados uno encima del otro, con las piernas entrelazadas a la espalda. Leo sometía salvajemente a su compañera felina cuyos senos se bamboleaban a cada embestida. Ella le agarraba de la gran melena negra con sus dedos retráctiles siempre justo cuando estaba a punto de llegar al clímax. Él acababa siempre con un sonoro rugido. - Cada vez lo haces mejor -dijo seductoramente la hembra de piel negra. - No creo. Tengo la cabeza en otra parte. - ¿Sigues preocupado por el conflicto? - Cuando consigo lo que espero siempre tengo la sensación de que algo no está sucediendo bien. - Te preocupas demasiado. - Quizás. En cualquier caso, mantenme informado de cualquier cosa que suceda en las calles. La situación está muy tensa entre los mestizos y es posible que ocurra algún revuelo. Por otra parte, me gustaría poder contar con el mayor número de ellos si es necesario realizar alguna acción. - Sabes que puedes contar conmigo. Luan ronroneó y le besó apasionadamente antes de continuar. A veces parecía insaciable.

Hacía tiempo que no pasaba por allí. La discoteca en el barrio mestizo ya no le llamaba tanto la atención, sobretodo después de empezar una relación con Violeta. Aunque en el fondo de lo que huía era del conflicto que se había generado después del pogromo y que mantenía a todos los mestizos en un estado cercano a la paranoia. En


cualquier caso, Violeta empezaba a pasar parte de su tiempo con un grupo de filósofos siniestros, y pensó que a él no le vendría mal darse una vuelta por los viejos lugares de antaño y ver a los viejos conocidos. La olió antes de verla. - Hola, Luan. ¿Qué tal va todo por el viejo barrio? - Me encanta tu sarcasmo, Roque. Suenan los tambores de guerra y tú vives tranquilo, ajeno a todo. ¿Qué te ha traído de vuelta por aquí? No me digas que ya no estás con aquella pequeña simionte. - Se llama Violeta y sí, aún seguimos juntos. - Supongo que la fidelidad está sobrevalorada por los humanos -dijo ella de forma provocadora. - Supones bien. No es eso lo que me ha traído por aquí. - ¿Has decidido al fin unirte a la rebelión? - No, eso tampoco. - Una lástima. La verdad es que un lupino como tú nos sería de mucha utilidad. Son tiempos difíciles y tú te las sabes apañar bien en cualquier circunstancia. - No insistas. No es mi guerra. Me trajeron aquí sólo los recuerdos. - Quizás pronto ya no haya mucho que recordar. - Por eso mismo.


-4“Lo extraño nos asusta. Aquello que no podemos dominar, cosificar o comprender resulta ajeno y atemorizador. El hombre tiene en su naturaleza la necesidad de poseer y aquello que se le escapa de alguna manera le da miedo. El verdadero valor consiste en ir más allá de ese miedo natural y real y comprobar cómo aquello tan extraño realmente tiene más cosas en común con nosotros de lo que pensábamos en un principio.” F.

Roque se quedó un poco más en la discoteca después de charlar con Luan. Aquel lugar estaba impregnado de demasiados recuerdos. No recuerdos bonitos, pero recuerdos al fin y al cabo. Recordó a sus amantes, aquellos que compartieron momentos con él, momentos de una falsa intimidad, porque Roque no recordaba haber compartido realmente sus sentimientos con ellos, tan sólo las pasiones más superficiales. Pensó en Gorka, ¿dónde se habría metido después del pogromo? Lo vio acercarse a lo lejos. Sabía que se dirigía hacia él. Apestaba a odio. Rio se quedó frente a él. Venía vestido con pantalones y chaqueta vaquera y llevaba el pelo revuelto con sus largas patillas. Apenas era un poco más alto que Roque, que le miraba con recelo. Le había reconocido, aunque no recordaba haberle visto antes. - ¿Nos conocemos? - No, pero desgraciadamente conocemos a una persona en común. He venido a decirte algo, mestizo. Los humanos y las bestias no deberían estar juntos, y mucho menos en los tiempos que corren. Si realmente quieres a Violeta, cosa que dudo, déjala marchar. Quizás la próxima vez no encuentres solo palabras. - Eso no lo decidiremos ni tú ni yo. Ella es libre para elegir y me eligió a mí. Violeta está segura conmigo si es lo que te preocupa. - Puede que esté confusa y te hayas aprovechado de eso. Ten mucho cuidado, porque si le sucede algo lo pagarás muy caro. - Guárdate tus amenazas. Tienes muchos arrestos para venir hasta aquí. - Esto no ha acabado aquí. Volveremos a vernos. Recuerda mis palabras. - Cuando quieras. Rio se marchó de aquel local de bestias. Mientras se marchaba se quedó pensativo tras haber conocido a Roque. No lo entendía muy bien, sentía algo nuevo


que no pod铆a ni quer铆a comprender. Roque lo oli贸 a lo lejos. Era admiraci贸n.


-5“¿Qué nos empuja a vivir con los demás? A menudo somos malos jueces de nosotros mismos, pero no creo que esa sea la respuesta. No buscamos juicio en los otros, si no aprobación. Ser no es suficiente, es necesario ser más. Necesitamos ser diferentes, y que esa diferencia nos haga destacar por entre los demás. El sueño del hermitaño es el sueño del loco. La locura queda definida como aquello que escapa a la aprobación de la sociedad, de sus normas y sus límites. Para el hermitaño la locura es la sociedad misma.” F.

- ¿Rio? No es posible -Violeta estaba perpleja. - Eso parece. De alguna manera sabe dónde estás ahora y con quién. Y no lo aprueba precisamente. - ¿Que no lo aprueba? ¿Y quién es él para decidir sobre mi vida? Éramos muy buenos amigos, pero tengo la sensación de que nuestras vidas han tomado rumbos muy distintos. No tiene derecho a decidir nada. - Quizás sea buena idea que hables con él. - Rio forma parte de mi pasado. - El pasado te persigue si uno simplemente le da la espalda. Hay que resolverlo. Además, creo que aún hay sentimientos dentro de ti que debes poner en orden. - Yo ya sé lo que quiero. - Oh, vamos, Violeta. No seas tan orgullosa. Eres sólo una niña que está empezando a jugar al juego de los mayores. Todavía te quedan muchas cosas por aprender. - Así que ahora soy eso para ti: una niña. - No hay nada de ofensivo en ello. - Bueno, quizás tengas razón y necesite un tiempo para ordenar mis sentimientos. Me voy con mis amigos filósofos, para los que soy una más y no simplemente una niña. - No te enfades. - No estoy enfadada -mintió ella.


Marchó por entre las calles del barrio mestizo hasta un local oculto tras una tienda esotérica. El olor a incienso lo impregnaba todo. Estaba lleno de libros y objetos simbólicos que representaban diferentes abstracciones. Una dependienta con ropajes oscuros la conocía y la dejó entrar. Dentro un grupo de personas permanecía sentado, replegado sobre sí mismo, meditando sobre las distintas enseñanzas. Giró por unos pasillos hasta una habitación que ya conocía. - ¿Eres tú, Violeta? Un hombre con la mirada fija en un punto más allá de aquella habitación la saludó al entrar. Era ciego, y sin embargo, Violeta no había conocido a nadie con mayor luz y claridad mental. Si alguien conocía las respuestas era él. Violeta se abrió ante él de una forma como sólo se puede hacer ante un verdadero maestro, despojándose de sus miedos y sus inseguridades. Le habló de Roque. - Me temo que es un caso de proyección. - ¿Qué quieres decir? - Roque proyecta sus miedos más profundos sobre ti. Siento un gran peso del destino sobre ese mestizo. Hay fuerzas que superan su comprensión que confluyen en él y de las que será partícipe. La Decisión será suya. Es posible que no esté preparado para ello, o puede que intente rehuir su responsabilidad. Sea como sea, lo que ha de suceder sucederá pese a él. Es algo que le transciende. - ¿Y cómo puedo ayudarle yo? Faraday, el gran filósofo siniestro, se quedó un rato en silencio. Pensando. - El conflicto no es necesariamente algo negativo si uno saca ventaja de él. Me temo que necesita soledad para estar consigo mismo y saber lo que siente. Sin embargo, te volverá a necesitar. Tú también formas parte de esta historia. Las respuestas del Maestro siempre eran cuanto menos esquivas. Violeta a veces se preguntaba si resultaba ciertas por ambiguas o si era precisamente la ambigüedad lo que las hacía ciertas dentro de uno. Se despidió con un gesto que Faraday no pudo ver y marchó por las calles del barrio mestizo meditando sobre cuestiones de más allá de lo tangible. Sin darse cuenta se hizo de noche en la ciudad.


-6“Existen normas, existen opciones. Necesitamos que nuestra libertad tenga límites para huir del horror de los espacios infinitos. Podríamos hacer cualquier cosa en cualquier momento, pero eso sería el caos. ¿Lo sería realmente? El hombre necesita tener la sensación de que el universo es predecible, que uno puede esperar levantarse por la mañana y que todo siga funcionando más o menos como ayer. Cuando lo cierto es que no hay nada que nos lo asegure. Si comprendiéramos que somos completamente libres tendríamos que decidir y nos veríamos abrumados ante tanta responsabilidad. Por eso preferimos que otros elijan por nosotros.” F.

Su mundo se había puesto cabeza abajo. Y no era porque se encontrase haciendo acrobacias en la barra de aquel prostíbulo. Estaba absorta al espectáculo que había aprendido a hacer mecánicamente, y a toda la expectación que este generaba. Se contorsionaba hasta límites imposibles mostrando su elasticidad a la par que sus sinuosas curvas. Lo que aquellos hombres ni tan siquiera sospechaban era que el potencial mental de aquella mujer y su disciplina superaba al de todos ellos juntos. Hacía tiempo que la Logia no ordenaba ninguna reunión. Se había formado un comité disciplinar para investigar posibles fugas de información dentro del grupo. Nadie lo dijo explícitamente pero se esperaba encontrar un culpable, un traidor que simpatizase con el Sistema, quizás atraído por alguna promesa, y resolver limpiamente el asunto. Pero Raquel sabía que de ser así la tarea resultaría tediosa. Quizás un chivo expiatorio acabase solucionando un difícil problema. La sensación de paranoia estaba presente entre todos los miembros ya que las miras del cónclave dejaron de observar hacia fuera para mirar hacia adentro y ninguno podía imaginar observación más metódica y diligente. La Logia se había encargado de guardar el legado de generaciones de perdedores, de las infamias e injusticias que un Sistema que se proclamaba guardián del orden había cometido y tratado de borrar. Y ahora, justo ahora, los ojos de la Logia quedaban ciegos. Aquello no podía ser una simple casualidad. Se estaba jugando una cruenta partida de ajedrez afuera y alguien intentaba dejarlas a ellas fuera del juego. Raquel terminó su espectáculo y se quedó pensativa mirando la pulsera-comunicador que siempre llevaba puesta. Ella no tenía pensado quedarse al margen.


-7“Hay un lado oscuro en cada persona, que es oscuro sólo por la condición de que no volvemos la atención hacia él. Es algo que no es ajeno y sin embargo no podemos asumirlo aún porque no estamos preparados para ello. La verdadera evolución pasa por ese camino de introspección hacia lo intolerable y lo incomprensible. No existe bien más preciados para cada uno que el llegar a poseerse a sí mismo.” F.

El sitio del encuentro era el mismo que de costumbre. Desde hace tiempo los parches químicos ya no resultaban suficientes. Necesitaba dosis más altas y el Sistema no las suministraba, ni siquiera a los Cazadores. Además, aquello que vendían en el mercado negro era aún mejor de lo que podía conseguirse en otros lados. Desde el encuentro con aquel mestizo sentía algo bullendo en su interior que no quería escuchar y la única forma que había aprendido de acallarlo eran esas neurotoxinas. El tipo rubio envuelto en una gabardina y de andares seguros y confiados se acercó a él. - ¿Buscando emociones, Rio? Cada vez frecuentas más estos ambientes turbios. No es propio de un Cazador. - Ahórrate la charla, Félix. Vengo a por unas dosis más. Aquí tengo lo acordado. - Esta vez no. Esta vez quiero otra cosa. - ¿Otra cosa? ¿Qué cosa? - Guárdate esos créditos. Algo está bullendo en las calles y la información es ahora material de primera. Tú tienes una posición de privilegio. Debes conocer algo. Quiero información, información acerca del conflicto con los mestizos. - ¿Por quién me tomas? - Por un drogadicto que ha venido a buscar su dosis, principalmente. Pero sé que eres mucho más importante que eso. Lo tomas o lo dejas. - Está bien, pero entonces te cobraré el doble. El Sistema está haciendo experimentos con un mestizo. Un osuno llamado Gorka, si mal no recuerdo. No entiendo de esas cosas, y no sé qué es exactamente lo que se traen entre manos, pero por lo visto parece ser que será la diferencia que ponga el conflicto en manos del Sistema de forma definitiva.


- Esa es buena -sonrió Félix-. Aquí tienes el triple de lo acordado. No dudes en llamarme si quieres más. - No tientes a la suerte. Rio se marchó sin despedirse. Necesitaba olvidar demasiadas cosas.

El callejón en el barrio mestizo estaba oscuro. De un lado apareció un hombre siniestro envuelto en una gabardina, de las sombras un felino oscuro con los pechos descubiertos. - No me gusta tratar con simiontes -maldijo Luan-. Espero que tengas algo realmente importante para haberme hecho llamar. - A mí sin embargo, me resulta muy agradable tu presencia -dijo Félix con una sonrisa-. Estoy seguro que lo que voy a contarte te interesa. Creo que estás en buenas relaciones con vuestro líder y quizás le interese saber lo que tengo que contarte. Pero yo también quiero algo a cambio. - ¿Qué quieres? - Información por información. ¿Qué planes tienen los mestizos? O mejor dicho, ¿qué planes tendréis después de saber lo que yo voy a contaros? - Habla ya. Me estás cansando las orejas. - Bueno, digamos que uno de los tuyos, un tal Gorka -Félix sonrió ante la expresión de Luan que demostraba que aquel nombre no le resultaba extraño- ha sido capturado por el Sistema y está siendo sometido a experimentos. Experimentos cuyo fin consiste en vuestra erradicación. Luan entrecerró sus ojos verdes de mirada afilada. A Félix casi no le hizo falta hacer la pregunta.

Dentro de su habitación Raquel activó la pulsera-comunicador y no tardó mucho tiempo hasta que Félix se materializó dentro gracias a su trans-localizador. Raquel sabía que él no era un amigo, y que era sólo de fiar en tanto sus intereses coincidieran con los tuyos, pero no conocía a nadie que pudiera estar mejor enterado de lo que estaba sucediendo en las calles que él. - ¡Cuánto tiempo, vieja amiga! ¿Qué se te ofrece? - Se te ve contento. Parece que las catástrofes te sientan bien.


- En los momentos de crisis es cuando prosperan los más capaces. No puedo quejarme, no. - Necesito información. Quiero saber qué demonios está ocurriendo en las calles. La Logia ha dejado de preocuparse por el mundo y sólo trata de buscar un culpable de su propia paranoia. - Llamaste entonces a la persona adecuada. No terminaré nunca de alabar tu inteligencia. - Déjate de falsos elogios. - Bien. La llama del conflicto va a estallar. Los mestizos han tratado de entablar un diálogo con el Sistema, pero, ¡oh, sorpresa!, el Sistema no está jugando limpio. La guerra comenzará. Pronto. - Gracias, Félix. La Logia debe saber todo esto. - De nada, Raquel. Esta vez eres tú la que me debes un favor a mí. Ya me lo cobraré.


-8“La historia de nuestra vida es una sucesión de acontecimientos caóticos e irrelevantes, que juntos crean algo grande y con una forma determinada. Resulta como en las profecías que uno es incapaz de comprender su sentido hasta que ya han sucedido y entonces su significado se ilumina. No importa para qué es para lo que estemos predestinados, si ese es nuestro sino entonces es que estamos preparados para ejecutarlo.” F.

Roque volvió tarde. No se extrañó cuando encontró la casa vacía. A menudo Violeta solía volver tarde de sus reuniones con los filósofos siniestros. Había un espacio común y había un espacio para cada uno que no debía ser invadido. Eso era especial en su caso que solía tener una necesidad de soledad aún mayor que la de cualquiera y que a menudo la compañía le hacía sentirse incómodo. Pero aquella noche le apetecía encontrarse con su compañera. Entró en el dormitorio y encontró una nota: Querido cachorro, He estado pensando en nosotros y no sabía cómo decir esto sin que sonase a despedida. Tenías razón en que aún soy una niña, y quizás mi camino ahora no pase por el tuyo. Necesito saber cosas sobre mí, aclarar mis sentimientos, encontrar respuestas. Nunca sabré realmente si esto es lo que quiero y no soportaría vivir el resto de mi vida con la incertidumbre de no saberlo. Me voy a pasar una temporada con los siniestros para tratar de hallar el Camino del que habla mi maestro. Esto no es un adiós, si no un hasta luego. Volveremos a vernos. Con cariño, Violet. ¿Qué estupidez era esta? Una despedida. Así, sin más. ¿Qué absurda broma? Aquello no tenía ningún sentido. La sorpresa dio paso a la ira cuando la incomprensión se hizo evidente. Había sido un imbécil enamorándose de aquella niña. Él, el estoico lupino había vuelto a caer bajo el yugo de las emociones. ¿Podía uno ser tan idiota? Al parecer sí. ¿Y qué se supone que debía hacer? ¿Cómo recorre uno el camino de retorno después de haber amado? ¿Cómo se tiran a la basura todos los sentimientos que ya no tienen objeto? Aquella noche fue incapaz de dormir. Las emociones estuvieron a punto retrotraerle a su lado animal. Decidió salir de aquel lugar y dar una vuelta por el barrio mestizo.


El mundo entero parecía un conflicto, por dentro y por fuera. No había paz por ningún lado. Estaba bien. Si no podía alejarse de los conflictos entraría de lleno en ellos. Quizás era el mundo el que no estaba preparado para enfrentarse a él. Hablaría con Luan. Se uniría a la rebelión.


-9“Existimos por oposición. No podemos concebir nada si no es oponiéndolo a algo. Así pues, aquello que nos hace ser es aquello que nos enfrenta. Nos juntamos en grupos donde nos sentimos identificados y protegidos, pero lo que nos forma realmente es aquello contra lo que el grupo lucha. Es el principio básico del conflicto.” F.

- ¡Este no era el trato! -rugió Leo desde el otro lado de la mesa. Los hombres de traje le miraron impasibles-. ¿Experimentación con mestizos? No lo toleraremos de ningún modo. - No sabemos de qué nos está hablando -mintió el hombre del otro lado de la mesa-. Seguramente ha ocurrido un error entre sus informadores. - Déjese de mierdas. Ya no me trago sus palabras educadas. O terminan las atrocidades contra los nuestros o aquí comienza una declaración de guerra. - ¿Es usted consciente de las consecuencias de todo ello? - Soy consciente de que el camino de la sumisión sólo nos llevará a la degradación y a la humillación. Esto servirá por lo menos como recordatorio para otras generaciones. - Me temo que no haya generaciones que le recuerden. Nosotros controlamos la historia. - Eso ya lo veremos. No seguiré perdiendo el tiempo en diálogos vacíos para tontos. - ¿Esa es su última palabra? - Es la primera.

La Logia volvió a reunirse después de un tiempo. El cansancio pesaba sobre todas ellas. Estaban acostumbradas a lidiar con conflictos externos en los que siempre actuaban bajo una superioridad dotada por su lejanía y su capacidad de análisis, pero ahora el conflicto era interno y no estaban acostumbradas a algo así. La líder habló.


- He convocado esta asamblea extraordinaria porque la Logia no puede permanecer al margen de todo lo que está ocurriendo afuera. Gracias a los “informantes” de Raquel -denotó la palabra con un deje peyorativo- sabemos que la guerra entre los mestizos y el Sistema está tomando un cariz amargo. Nosotras, como guardianas de la historia, no podemos permitir que la barbarie se repita, que se produzca otro genocidio. Tenemos que actuar. Hubo un gran silencio. - Sin embargo, dados los problemas internos de los que no escapa la Logia, no nos podemos permitir el lujo de desatenderlos. Por eso, Raquel se encargará de todo ello. Ya que a fin de cuentas, parecer ser que es la que está más cerca del conflicto. Hubo sonrisas entre las mujeres. Al parecer ya habían encontrado un chivo expiatorio.


- 10 “Al final de todo queda una débil esperanza en la duda. La duda contra el mundo y la duda con uno mismo. Es lo único que permitirá la salvación del hombre, su capacidad para cuestionarse a sí mismo y todo lo que hace. Es el trabajo del filósofo, pero aún más, el trabajo personal de cada uno para con él y para con los demás. No hay ideas tan absolutas que no puedan ni deban ser cuestionadas. No existe un verdadero valor en la firmeza ciega.” F.

- Así que conociste a aquel mestizo que está con Violeta -el maestro Ego parecía contento-. Habrás comprobado cuánto ha errado el camino nuestra compañera. En el fondo en eso consiste mi labor. Conseguir que los jóvenes que yerran el camino vuelvan a retomarlo. No todo el mundo ha sabido elegir tan acertadamente como tú. Rio escuchaba a su maestro, pero este no se daba cuenta de cuánto se equivocaba. El encuentro con los mestizos lejos de haber alimentado la llama del rencor y el resentimiento lo que había hecho es despertar dudas en él. Se había reconocido en aquel lupino que abrigaba tanto coraje y seguridad como él. ¿Cómo podía sentirse identificado con alguien tan diferente? ¿Realmente lo era? Ambos amaban a la misma persona. Si aquello era así, ¿dónde se encontraba la diferencia? - Aunque mucho me temo que los mestizos son demasiado tozudos -siguió hablando el maestro-. Han declarado la guerra al Sistema. Me alegra saber que podemos contar con alguien como tú. Pero Rio no estaba tan seguro de eso.

El profesor Aureo comprendió que aquello era el fin de los experimentos. Gorka yacía desnudo e inconsciente a su lado con el cuerpo exhausto después de todas las pruebas a las que había sido sometido. Aquello que había descubierto era maravilloso y terrible. Sólo dependía de las manos que hicieran uso de ello. Y quien haría uso sería el Sistema. Entonces comprendió la tragedia de todo aquello. Su gran labor como científico sería malograda con fines bélicos. La misma mano que podía curar era capaz de matar, y él era quién lo había hecho posible. Cayó rendido sobre sí mismo con las manos apoyadas en la cabeza. Debía destruir su obra, pero sería como destruir el trabajo de toda su vida, como un suicidio propio.


Aunque quizás aún no fuera demasiado tarde para rectificar.


Libro 3 La decisi贸n


“Y cuando llega el mes de abril, y cuando quiero ir al desierto, acabo siempre haciendo un nuevo intento por saber de ti.�


-1Tal y como supuse no hubo muchas opciones. La rebelión no tuvo oportunidad de emprender ninguna ofensiva, a pesar de toda la rabia contenida. Ya imaginaba algo así cuando me uní a ellos. Todo cambió con la llegada de los Guardianes al barrio mestizo. Una especie de titanes enfundados en un uniforme del Sistema que se dedicaban a velar por la paz y el orden. Cualquier ataque contra ellos era inútil y pronto nos vimos obligados a rendirnos. No todos, evidentemente. Aún algunos de los nuestros esperan encontrar algún modo de derrotar al tirano. Sin embargo, el tirano es listo y nos engatusa con placeres siempre a cambio de nuestra devoción. La mayoría de los mestizos ya no sabe de qué bando está. Afortunadamente yo aún conservo mis principios. Uno ya no puede caminar por las noches sin temor a ser detenido. La antigua discoteca donde me reunía con Luan y los demás fue destruida. Todo en nombre de un orden social. Los instintos deben ser controlados, las bestias han de someterse o vivir en cautividad. El hombre ha de sentirse dueño de todo lo que quiere poseer, aunque haya cosas que en su misma posesión se encuentre su muerte. Este orden es una calma venenosa, te va corroyendo poco a poco sin darte cuenta. El precio de la paz es demasiado alto. Ya no se oyen voces contra el Sistema. Ya nadie se cuestiona nada. Hemos dejado de ser personas para convertirnos en simples piezas de maquinaria que han de encajar y que han de cumplir su cometido sin ser capaces de adivinar su sentido dentro del todo. Incluso para alguien estoico como yo es demasiado. Luan está dentro de un comando pseudo-terrorista dirigido por Leo, un felino que se ha erigido líder de la resistencia. Violeta sigue viviendo con los filósofos siniestros, con un maestro que dice que está iluminando su camino. No es mala forma de llevar esto, aunque me siga pareciendo una mentira más. Los Cazadores permanecen tranquilos tras la llegada de los Guardianes. Parece que se aplacó su sed de lucha. Me pregunto que los mantendrá entretenidos ahora. Y de la Logia y los científicos no he vuelto a saber nada por el barrio. Es posible que hayan sido erradicados o convertidos al Sistema. Vete tú a saber. La vida así es una muerte lenta y anestesiada. Sin dolor y sin esperanza. Cada día es el mismo de ayer. Nada sucede, pero todos estamos un poco más muertos. Si no hubiera conocido otra cosa quizás no me parecería algo tan horrible. Podría ser uno más y dejarme llevar por la marea. Pero por desgracia he sufrido y he amado, me he desgarrado por dentro y vuelto a resurgir de mis cenizas, y he saboreado el amargo néctar de la vida como para contentarme con falsos placebos. Se hace de noche. No tengo ganas de volver a casa.


-2Diría que me sorprendí al verla salir de las sombras, pero mentiría. - No son tiempos para caminar solo a estas horas de la noche, mestizo. - Yo también me alegro de verte, Luan. - Sígueme, tengo algo que mostrarte. Seguí a Luan que se movía rápidamente por entre calles angostas y oscuros pasajes del barrio mestizo. Bajamos por unas escaleras hasta un antiguo almacén. De entre las sombras surgieron más. Se trataba sin duda de la resistencia. Entre ellos sólo me pareció reconocer a su líder, un felino de larga melena negra. - Mostrádselo -dijo ella. Sacaron a un Guardíán que tenían atado, no sé si muerto o inconsciente. Lo ignoro. Lo habrían logrado atrapar no sin esfuerzo, pues aquellas moles eran terriblemente fuertes y resistentes. El líder de los mestizos le quitó el casco. - ¿Gorka? - No -dijo Luan -. Es un clon del Gorka que tú y yo conocimos. Manipulado convenientemente para servir al Sistema. El felino de larga melena apretó los puños. - ¿En esto nos ha convertido el Sistema? Meros autómatas. Tiranos entre los propios esclavos. ¿Cómo se lo hemos permitido? Con nuestro silencio, con nuestra sumisión, con todos los placeres que nos ofreció como un engaño y nosotros aceptamos sin pensar en el precio, un precio que se cobraría demasiado caro. Ahora se dirigió hacia mí. - Es posible que el verdadero Gorka aún siga confinado en algún centro de investigaciones del Sistema. Según me han comentado, tú tuviste una buena relación con él. Es de todos sabido el gran olfato que tenéis los lupinos. Quizás puedas encontrarle y ayudarle si es que aún sigue con vida. Luan me miró a los ojos y en su expresión se reflejó mi mismo pensamiento: ¡pero eso es imposible! Al parecer, para Leo no existía esa palabra.


-3El camino de vuelta se me hizo infinitamente más largo que el de ida. ¿Cómo es que de pronto el pasado se aparece y nos arrastra consigo? No imaginé que durante todo este tiempo Gorka había estado sufriendo ajeno a los conflictos de los que él también iba a formar parte. Tras la relación con Violeta a menudo me había parado a recordarlo. Pensé que se había marchado, quizás empujado por el despecho de mi negación a una relación más profunda. Pero lejos de eso, se encontraba atrapado contra su voluntad siendo víctima de los experimentos del Sistema, todo con la promesa de un orden mejor. Valiente mentira. ¿Pero qué hacer ahora que la verdad es evidente? ¿Se podía hacer algo? Yo, un simple mestizo en un mundo de gigantes. Cuando uno vive sin conocer la realidad a menudo la inacción es una opción legítima y adecuada, pero no cuando uno comprende las consecuencias de permanecer inmóvil ante el dolor y el sufrimiento ajeno. Quizás no se podía hacer nada, pero se podía tratar de hacerlo para al menos no permanecer inmóvil, muerto, ante los problemas. Había más. Bajo la piel comprendía que los sentimientos habían sido contenidos demasiado tiempo. Negarlos no los había borrado, al contrario, estos habían ido creciendo hasta convertirse peligrosamente en idealizaciones. El fracaso de la relación con Violeta había alimentado la ilusoria promesa de que quizás con Gorka el final de la historia hubiese sido distinto. En cualquier caso, la incertidumbre era mucho más poderosa que los intentos de permanecer ciego y sordo a las propias pasiones. Llegué a casa y me metí en la cama. Durante mis sueños mi mente estuvo elucubrando planes para cambiar el mundo.


-4La mañana pasó. Al despertar todo era distinto. Tenía un plan. No era un gran plan, pero era al menos un camino que seguir. Había pocas opciones; o seguir con una vida carente de sentido ó tratar de luchar por los propios ideales y tratar de hacer del mundo un lugar un poco más justo, un poco más luminoso. Esperé a que se hiciera de noche y busqué el mismo lugar al que hace tiempo me había llevado el destino. La encontré en el mismo sitio, deslumbrando a los espectadores en su barra de streep tease. En realidad fue ella la que me reconoció mucho antes a mí. Bajó y se me acercó. - Saludos, Roque -se acordaba de mi nombre a pesar del tiempo-. ¿Qué te trae por aquí? - Me gustaría hablar con aquel tipo amigo tuyo, el científico. ¿Sigues hablando con él? ¿Sabes cómo puedo localizarle? Ella me miró a los ojos. Yo husmeé sus emociones. - Vente. Fuimos hasta una habitación. Allí activó su pulsera de luces y al poco rato estaba aquel tipo rubio extraño y sonriente. Se había materializado hasta allí gracias a un aparato tecnológico, que era precisamente lo que yo andaba buscando. - Vaya, si es nuestro amigo el mestizo. ¿Qué te trae por aquí? Nos preguntábamos qué habría sido de ti. - Necesito tú trans-localizador. - No sé si puedes pagar un precio tan alto. Les expliqué el motivo por el que lo necesitaba. - Uhm… una incursión dentro del propio Sistema -meditó Félix-. Me gusta, me gusta. Promete ser interesante. Está bien. Te prestaré el trans-localizador. Pero a cambio de algo. - Dime. - En el complejo donde se encuentra tu amigo mestizo, es probable que tengan a mi padre, el profesor Aureo. Sólo quiero que hables con él y me digas qué tal se encuentra. - Mucho han cambiado las cosas por aquí -comentó Raquel-. Ten cuidado con el Sistema porque siempre se guarda un as en la manga y quizás no te sea todo tan fácil como prevees. Ellos han sobrevivido durante años y años de mentiras y manipulaciones. Engañando las mentes y seduciendo los corazones. Estate advertido.


Cogí el aparato que me tendió Félix y cuyo funcionamiento era realmente simple. - En cualquier caso -añadió Félix-. Necesitarás las coordenadas del lugar y eso yo no puedo proporcionártelo. Conocía a un tipo llamado Rio que podría ayudarte, pero hace tiempo que no viene a por suministros. Me pregunto qué habrá sido de él. - Gracias por todo. Rio. Quizás Violeta supiera algo de él.


-5Pregunté por ella en la tienda de antigüedades y fui conducido por unas estancias secretas donde unos adeptos rendían culto a extraños rituales. Se alegró al verme, lo supe tanto por la expresión de su rostro como por su olor. - ¡Roque! ¿Qué te trae por aquí? - Hola, Violeta. ¿Cómo te trata la vida? - Muy bien. Estoy aprendiendo muchas cosas aquí. Pero no quiero aburrirte con mi filosofía. Seguro que vienes buscando algo. Siempre has sido muy pragmático. - Me conoces bien. Quería hablarte de ese antiguo amigo tuyo: Rio. Necesito algo de él. Quizás tú puedas conseguir convencerle. Es importante. - En ese caso, ¿por qué no se lo pides tú? - ¿Yo? - “Es de nuestros enemigos de los que aprendemos las lecciones más valiosas”. Te sorprendería la opinión que tiene él de ti. Rio no es un muchacho cualquiera, es un valiente y sabe reconocer el valor cuando lo tiene delante. Hace tiempo que volvimos a hablar él y yo. Hay cosas en las que nunca coincidiremos, pero hemos aprendido mucho el uno del otro. Y se alegra de que tú hayas estado conmigo todo este tiempo, protegiéndome. - Bueno, por lo menos alguien se alegra. - No seas mordaz. Habla con él. Te diré cómo puedes encontrarlo. Cuando salí de allí tenía dos cosas importantes: la dirección de aquel Cazador y la certeza de que Violeta sería mucho más madura de lo que nunca pensé.


-6Me encontré con él de pronto en un bar, como si de dos viejos amigos se tratase. En cierta forma era como estar sentado conmigo mismo. Su olor se parecía mucho al mío por más que nuestros papeles fuesen opuestos. Él sabía más cosas de mí que yo de él, y eso pude descubrirlo pronto en la conversación, pues, por lo visto, Violeta le había hablado de mí en muchas ocasiones tras nuestra ruptura. No me quedaba más que confiar en que las explicaciones hubieran sido de su agrado. - Necesito de tu ayuda. Tengo un amigo preso por el Sistema. Tú debes saber la localización para que yo pueda rescatarlo. - Sé más que eso. Yo fui quien lo capturó. Lo decía sin ninguna animosidad, simplemente como para constatar el hecho. - Desde que hablé con Violeta mi visión del mundo cambió mucho. Siempre admiré el carácter rebelde de esta chica, pero no imaginé hasta dónde sería capaz de llevarlo. Me alegro de que haya tenido un hombro en quien apoyarse cuando yo no estaba. - Es una muchacha muy especial, sí. - No me cabe la menor duda. Y si ella te eligió a ti mucho me temo que no erró al darte confianza. No se encuentra mucha gente con principios por el mundo, da igual si mestizo o no. No estamos en el mismo bando, pero no puedo si no sentir admiración por ti al reconocerme a mí mismo. - ¿Me ayudarás entonces? - Sí, ya no tiene sentido que el Sistema siga manteniendo a tu amigo encerrado. Se ha alcanzado la paz y todos deben ser libres para participar en ella. A veces pienso que es una pena que la vida te pongo en oposición con personas de las que podrías sacar tanto provecho.


-7Esperé a la noche para realizar la incursión. Introduje las coordenadas en el trans-localizador y después del mareo del salto me encontré en un complejo lleno de pasillos y salas etiquetadas con nombres extraños. A pesar del tiempo no me costó localizar su olor en aquel lugar tan aséptico. Corrí por unos pasillos hasta llegar a un cuarto. No fue difícil abrirlo desde afuera. Abatido se encontraba el osuno que una vez conocí. El brillo había desaparecido de sus ojos. Ni siquiera me reconocía. ¿Cuántas heridas bajo la piel? Me sentí culpable por haberlo abandonado a su suerte. No podía imaginar el infierno que había estado sufriendo. En comparación nuestra vida había sido un tranquilo paseo. Le agarré de la mano con suavidad y él se movió dócil. Iba desnudo y tenía marcas en el cuerpo de lo que debían ser algunos experimentos. Me hubiera gustado marcharme ya con el translocalizador, pero le había prometido a Félix que buscaría a su padre por aquí. No sabía por dónde empezar. Gorka me siguió como un autómata.


-8Tuve suerte ya que el laboratorio de aquel científico se encontraba muy cerca del cuarto de Gorka. Cuando nos vio entrar pareció sorprendido, pero no asustado. -¿Quiénes?… ¿cómo?… - Vengo de parte de alguien que usted conoce. Félix. Si no me equivoco, usted tiene un hijo con ese nombre. - Oh, sí… hace mucho… sí… ¿qué es de él? - Le van bien las cosas. Ha aprendido a defenderse bien en la vida a su manera. Tan sólo quiere saber si a usted le sucede lo mismo. - El trabajo del científico es difícil… olvidas… crees… a veces te parece que los descubrimientos se justifican por si solos… pero no… luego la gente no entiende la maravilla de todo ello… sólo piensan en utilizarlo para sus fines… no, no es justo… pero no importa… ¿qué importa realmente? - ¿Fue usted el que experimentó con Gorka? - Gorka, Gorka… ¿tu amigo?… bueno, sólo la parte biogenética, los estudios de la clonación en individuos ya evolucionados… ellos se encargaron de someterlo… pero no saben todo, no… sospeché sus intenciones y metabolicé unas enzimas en su cerebro para desbloquear todos sus condicionamientos… todo si es utilizada la frecuencia adecuada que las metabolice, claro… - No entiendo nada. - Toma. Me tendió un extraño aparato. - Es un silbato… los daban en las antiguas cajas de cereales… usa la frecuencia adecuada… si los clones lo escuchan dejarán de ser esclavos… Me quedé sorprendido. Un artilugio para luchar contra el Sistema. Aquello no tenía precio. - No. No lo tiene. Y por eso mismo, no saldrá de aquí. Me di la vuelta sorprendido por no haber olido su presencia. Aquel antiguo maestro de Violeta que parecía estar siempre detrás de todo me esperaba con una pistola-dardo apuntándome directamente.


-9- Rio es demasiado débil al confiar en un mestizo. Pero no importa. Hace tiempo que me di cuenta de que sus sentimientos eran demasiado tercos como para ser manipulados igual que los del resto de sus compañeros. He seguido tus pasos, y acaban aquí. Comprenderás que no puedo permitir que salgas de aquí con eso. Con respecto a ti -dijo señalando al científico-, arreglaremos cuentas más tarde. - No siempre os saldréis con la vuestra. Algún día la verdad será revelada y seréis desenmascarados como los impostores que sois. - La verdad resulta un concepto muy ambiguo cuando eres capaz de jugar con las mentes de los demás a tu antojo. Pero lo que nosotros ofrecemos es orden y paz. Piénsalo. Si utilizases ese silbato para liberar a los Guardianes estos se rebelarían contra el Sistema, puede que también contra los propios individuos a los que protegen. Sería el caos. No es concebible. Y por eso permanecerás en este lugar. Quizás también podamos experimentar contigo. Debes ser un espécimen interesante. Se perfiló un gesto que debía representar una sonrisa en aquel rostro tan inexpresivo. Casi estuve tan concentrado en el disparo que no me di cuenta. Un olor nuevo había aparecido en el lugar, y hacía tanto que no lo percibía que me costó reconocerlo: la furia. Gorka despertó de su letargo. Sus ojos habían recuperado el brillo del pasado. Se abalanzó contra el maestro Ego, que disparó varios dardos contra él. Las neurotoxinas eran suficientes para detener a cualquier criatura, pero Gorka ni siquiera pareció darse cuenta de ello. De un golpe lo lanzó por la puerta de la habitación contra una de las paredes del pasillo y cayó al suelo. Inconsciente. - Yo me encargaré de él -musitó el profesor Aureo.


- 10 Salimos del complejo hasta mi casa gracias al trans-localizador. Con algo de esfuerzo llevé a Gorka a la cama para que pudiera recuperarse del efecto de las neurotoxinas. Tardaría mucho tiempo en cicatrizar todas sus heridas. Pero entre los dos podríamos conseguirlo. Había logrado mi objetivo tratando de ayudar a un amigo, y en el proceso había conseguido mucho más que eso. Había encontrado la esencia que podría derrumbar al Sistema corrupto y quizás también me había encontrado a mí mismo. Lo que no sabía ahora es qué hacer con todo eso. Salí a dar una vuelta por el barrio mestizo para meditar sobre todo ello. La débil luz del sol apenas iluminaba la ciudad. El destino del hombre daba vueltas en las manos de un mestizo resentido con el mundo.


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