Gragko fatal

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…Cuida tu cabeza, aquí está Gragko

Preludio

Cazador de la memoria

El encanto malvado de la lechuza

Entre luces enterradas

Satán no es el indicado para destruir sueños

Abbadón

La Gran Discordia

Mantis

El miedo mueve montañas

Sonoras vestiduras de la muerte

Egregor

Llave para el cosmos incierto

Súper rayo final Por siempre cero

Preludio drama Gragko

En un lugar oscuro del planeta Tierra, no muy alejado de lo real, hay una entidad.

Una que, aunque se encuentra dentro de cada cosa, vive aislada.

Es la parte que más tememos y que no queremos ver.

Por la mañana, aterriza. A mediodía, mora.

Al anochecer, aparece, en forma de ser terrenal, desplegando su misterioso halo de energía.

En menos de una fracción de segundos, invade en el corazón de los mortales.

Una sarcástica onomatopeya, y enseguida eres testigo de su enfermedad, que llegas a reconocer y poseer como tuya.

¡NO ES OTRO QUE SUS PROPIAS SOMBRAS!

Entonces es cuando comienza la odisea.

Él, él es el espectador ahora:

-Me sumerjo entre las sombras para ver si puedo penetrar el umbral de las dimensiones.

Siento voces, en esta ocasión aterrizo en un vasto espacio de la Tierra. ¡América será mi próxima parada!-.

Después del discurso del espectro, presentemos a los personajes que le suceden.

Esta vez es un grupo, una tribu de seres jóvenes, en comunidad dentro de una extraña familia.

-Joven 1: ¡Ahora! Alcen todos sus vasos ¡Ahora! ¡Brindemos!

-Joven 2: Salud por los necesitados, los malditos.

-Todos: ¡VIVA!

Habla el espectro:

-Este momento es perfecto. Una escena perfectamente decadente-.

-Joven 3: ¿Quién hace tanta bulla?

-Joven 4: ¿Qué es todo esto?

-Joven 1: No importa, somos una comunidad.

-Joven 3: No te molesta si te pregunto ¿Cuál es tu reputación aquí?

-Joven 1: Soy una especie de celebridad en potencia, señorita.

-Joven 2: Oye, ven, parece que en la puerta hay alguien que te espera.

-Joven 1: ¿Quién será?

Cuando el misterioso joven camina hacia la puerta, una mancha de vacío se pinta en el camino. Abre la puerta:

-Joven 1: Señor, ¿Quién diablos es usted? De todos modos, entre, está bienvenido para disfrutar. Es toda una fiesta maldita.

-Espectro: Descuide ¿Sr. Bill?

-Bill: Con él mismo.

Enseguida se estrechan la mano, y ocurre un súbito apagón:

-Espectro: No se moleste. Vengo en busca de la joven de la casa. Está aquí, ¿no es cierto?

-Bill: ¿Para qué la quiere?

-Espectro: Preferiría no hablar de ello. Es un asunto delicado, privado. Es familiar. Con su permiso

El espectro procede a entrar en medio de la bulla. La fiesta se paraliza perpleja y luego se reanuda.

-Bill: Pero, ¿quién será ese tipo? Rosa nunca me habló de él. Algo me está escondiendo.

Bill se queja:

-Joven 3: ¿Qué pasó?

-Bill: Nada, sentí como si muriera de repente. Tengo un mal presentimiento.

Mientras tanto, el espectro se abre camino a través del largo corredor, que da hacia la pieza de la Srta. El espectro está a punto de transformarse:

-Espectro: ¿Srta. Rosa?

-Rosa: Señor, ¿quién es?

-Espectro: ¿Puedo pasar?

-Rosa: Sí, adelante.

El espectro se hace pasar por su novio:

-Espectro: ¡Soy yo, mi amor!

-Rosa: ¡Bill! ¿¡Qué te pasó!? Debo estar soñando.

-Espectro: No te emociones. Ahora déjame abrazarte y recordemos viejos tiempos. Aún es tiempo de cambiar.

La mira fijamente, a la vez que cae cautiva de un hechizo inexplicable. Ella repite ahora bajo un mantra:

-Rosa: Te acuerdas, te acuerdas de la última vez que hicimos el amor.

-Espectro: Gracias por las memorias. Éste es un momento muy interesante. De hecho, tú eres muy interesante para mí.

-Rosa: Ven conmigo (se acerca llorando).

El espectro la abraza, con una sonrisa hipócrita.

Después de horas, ya se hacía muy tarde, y Bill (el real) notó que Rosa y el tipo aún no aparecían, así que se preocupó y fue a revisar las piezas de la casa, intrigado. La fiesta en verdad había sido un real desastre:

-Bill: ¡Rosa! ¡Rosa!

-Joven 4: ¡Bill! No crees que ese tipo...

-Bill: Sí, sí, lo creo, no le digas a nadie de esto.

-Joven 4: Bill, yo creo que debe estar en el baño.

-Bill: ¡Vamos para allá!

Bill, y su amigo, fueron rápidamente a investigar:

-Joven 4: Aquí, forcemos la puerta.

Cuando entraron, Bill encontró a su novia Rosa en la ducha, con llagas en las muñecas, clara muestra de intento de suicidio. Rosa procede a exclamar:

-Rosa: ¡Bill! Di que me amas. Di que me amas maldito. ¿Acaso crees que no me doy cuenta? Eres todo un hipócrita.

-Bill: Rosa, ya cállate, por favor.

-Espectro: (Abrázalo, abrázalo).

-Rosa: Si me quieres, puto, ahora, ¡demuestra tu amor!

-Bill: ¡No seas así! ¡No seas ingenua!

-Espectro: (abrázalo, abrázalo).

-Rosa: ¡Yo no diría lo mismo!

Y Rosa se acerca a los brazos de Bill, casi como en una entrega de pasión fatídica, y se abalanza contra él, hiriéndole de muerte:

-Bill: ¡AHHHHHH! ¡Qué me hiciste!

-Rosa: Jajajajajajaja, no sabes lo que dices, jajajajaja.

Los ecos macabros retumban en la sangrienta escena del horror. Ambos enamorados desfallecen.

-Espectro: ¡Demasiado por hoy! ¡Demasiada sangre! Me desaparezco por ahora (Risas malévolas)

Unos pocos minutos después, llegan a la escena concreta los amigos de Bill, a ver lo que sucedió, entre tantos gritos:

-Joven 4: ¿Qué sucedió aquí?

-Joven 3: Esto es obra de él, ¡de él!

-Joven 4: ¡No puede ser! ¡Están muertos!

-Joven 3: ¡Fue él!

El espectro, después de esta cruel escena de desengaño, se siente satisfecho. Se esfuma en el umbral, el mismo por donde vino, en busca de más sangre y destrucción.

Tan fugaz como una tormenta, tan siniestro como el paso del tiempo, tan macabro como el mundo del hombre, él es GRAGKO.

Y no es otro que sus propias sombras.

CONTINUARÁ

Cazador de la memoria

El que expele la noche, el que captura los recuerdos en una botella encantada. El que mata pensamientos como mata moscas, dominará expandiendo su sombra a todos los moradores del pensar.

Mueran los grandes sabios, mueran sus cabezas parlantes y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas. Quemen sus libros y manifiestos. Que así se difumine, que así se cante.

Él morará en umbral de cuentos de hadas, mientras rapta a las magnánimas musas. Beberá de su licor y explotará su embriaguez, La ingente matriz será suya propia.

Y su renacimiento, Será otra vez como las palabras O como el vómito de sus bocas.

El encanto malvado de la lechuza

El congelamiento de la edad de las luces es el encanto de la nueva maldición que se hará sobre todos ustedes, los de la raza humana.

Háganse presentes, y cultiven la maldad con retorcidos pensamientos de caos, tragedia y aversión.

Consúmanse ustedes mismos en los brotes herméticos de la vida y sus avatares.

Los secretos de la buena nueva ningún ángel de la guarda estará ahí para ayudarles.

Una batalla psíquica oficial Contra los agentes de la razón

Contra las mascotas de la muerte.

Háganse insectos, o serán capullo eterno.

Ese es el encanto, la nueva maldición Que se hará sobre todos ustedes Los de la raza humana

¡Vamos! Cultiven la maldad con retorcidos pensamientos de caos, tragedia y aversión.

Ultraje del amor mutante, ultraje de quien falló en el amor, y sólo así caerá sobre ustedes el congelamiento de la edad de las luces el encanto malvado de la lechuza.

Entre luces enterradas

Entre luces enterradas, luce, absoluto, el abismo.

Cae la historia, caen sus impúdicos secretos

Y el mito rompe la coraza

Y se levanta, mercenario, contra el mundo.

Satán no es el indicado para destruir sueños

Vino color rojo sangre, a medio tomar, media hora de infierno; los niños no se escaparán de la catalepsia, el peluche del corral de los miedos.

Tormenta del desastre, en imágenes múltiples. Vende tu alma cesante. El pasaje para tu exilio en el día de la indolencia, fue todo pagado, y tu próxima parada: el noveno círculo.

Satán no es el indicado para destruir sueños.

Abbadón

Y cuando llegue el último día, volverá como el ángel exterminador, tras el signo de la Gran Ramera esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.

La Gran Discordia

Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana.

Será la entropía higiénica que acabará con los conceptos eternos de la moral y la ética.

La agricultura del pensar marginará a su ovejero, así, la lana del caos será trasquilada, para tejer el velo de Maya que cautivará a parásitos y filósofos.

Se expondrán las vísceras del tiempo y la carne de la galaxia traerá las almas en pena, que vagan en el espacio sobre vibraciones intempestivas y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.

Aquí viene la virulencia

La invencible virulencia liquida ya la necedad de tapizar el cielo de quimeras, cuando bajo el radio de Dionisio se implora la potencia de la carne, por sobre los verbos, por sobre la paja de los templos, por sobre el yo y la ilusión del más allá.

Aquí viene el corazón del tiempo, poniendo en marcha su incesante caos. Su fracción de todo y de ente será el agente que revele toda máscara.

¿Quién te hizo verdad, para decir: descubriré tu rostro?

Entre ellos, su falacia hermenéutica Y la tiniebla de la incógnita

hay solo un lamento de siglos.

Es la lírica de los malditos

Los cautivos del velo de maya, Atados a la magnánima Discordia.

La Gran Discordia, que prescinde de toda pureza del espíritu está ya aquí en cada rincón del universo y en cada reducto cerebral cumpliendo su obra perenne escrita con el fluido de un vicio llamado historia.

Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana

Será la entropía higiénica…

Nada, para siempre, Discordia para todos y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.

Mantis

Renacimiento y venganza del artrópodo.

Las tenazas y dientes afilados se adhieren a la concupiscencia, del insecto metamorfoseado que nutre el capullo de la morbilidad.

Motín de opulencia reproductiva, prolifera los gérmenes en reserva. Los soldados, lacayos y fieles de Mantis, Se ofrecen para el gran patrimonio. La reina madre en suma preñez, crea con su pestilente matriz verdaderas larvas atómicas contra la biodiversidad metalúrgica.

Nutriendo, el Estado llano de la morbilidad, nutriendo, la capa estratosférica, de todos los huevos y larvas en el jardín de las aberraciones para el crecimiento de la gran entidad mutante.

El jardín de la humanidad

El jardín de la tierra

Se convertirá así

En el campo de la revolución díptera

Será el complot de Mantis.

Será el complot de los insectos

Contra la dictadura racional.

El miedo mueve montañas

Recuerda tus más ocultas pesadillas

Y sabrás que son un dulce tabú.

Lo que te causa escalofrío

Es el verdadero rostro detrás de todos tus espejos.

Solo tú eres la sombra del ente debajo de la cama.

No temas la manía de abrirle las puertas

Todas las veces que sea necesario hasta la máxima combustión de la vigilia

Y la extrema aridez del ensueño.

Vives al límite de la culpa por enterrar a tus amigos, tus queridos monstruos de la infancia.

Echa un vistazo a tu cuarto, una vez más,

Y descubre que la inocencia solo fue una excusa

Para seguir muriendo

Así es como las lágrimas saben amargas

Así es como el sonido suena caótico

Y así es como el cuco se transforma en su víctima, su origen, su fin.

Papá y Mamá son mitos errantes

El miedo, tu gran y único AMIGO

Solo invítalo a dormir, cariñosamente

Para seguir muriendo.

Sonoras vestiduras de la muerte

Densa es la galería de ensueño que cuenta cuerpos como cuenta ovejas, gestando los deseos que mudan de cuando en cuando las sonoras vestiduras de la muerte.

Cosidas de aliento a suspiro Atravesadas de fuego y cera permanece la muerte ebria de vida, y carente de límite.

Egregor

Piensas como quiere que pienses

A través del vacío de lo que celosamente amas

Y de lo que obtusamente conoces.

Aloja en la noche de las mentes

Evitando que una luz conspire en su intersticio.

Entonces sueñas con el sueño de la razón

Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación

Porque no hay un afuera de su pensamiento.

A medida que la calle se hace huella, y sus pasos delinean tu sombra

Se va abriendo una abertura, una abertura insondable

Por la cual conjura las maldiciones de lo desconocido.

Piensas como quiere que pienses

Así lee en tus ojos el nicho, la hondonada

En donde resbalan los espejismos de su propia visión

No puedes separarlo sin separarte a ti misma

Pero en cambio me invocas, creyendo así abstraerte

Y sublimar la totalidad del mundo que te rodea

Cuando no soy sino un remedo de tu propio deseo

Que es el deseo de lo que él mismo engendra

Indescifrable, ignoto hasta decir basta

Hasta decir la palabra y el silencio que nos regresará nuevamente

A la grieta del espejo de la cual venimos

Y de la cual germinó este prisma apasionante

Que no es otra cosa que la verdad quebrada

Ante sus ojos sin dirección.

Piensas como quiere que pienses

A través del vacío de lo que celosamente amas

Y de lo que obtusamente conoces.

Aloja en la noche de las mentes

Evitando que una luz conspire en su intersticio.

Entonces sueñas con el sueño de la razón

Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación

Porque no hay un afuera de este pensamiento

Y no hay ya totalidad que sueñe

Con el ocaso de su propia nada.

Llave para el cosmos incierto

Todo quieto, cuando la logia sube a la cima. Las estrellas en forma de pentagrama indican las cinco direcciones que toma la discordancia de los sonidos.

No te dejan salir…

Cierran las puertas, Y no sabes lo que harás

Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie. El misterio en la antesala indica que esto es una completa jungla, que existe más de esa influencia ultrasónica Desmembrante.

No se quieren callar…

Abren sus bocas, Y no sabes lo que harás.

Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.

¿Cuántos años te tomará saberlo?

¿Darte cuenta que todo este tiempo Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?

Ahora no te dejarán salir

Ahora no se querrán callar. Prepárate para lo peor.

Súper rayo final

En carga está su cabeza de bomba capaz de apagar al Día y su reinado falaz.

Se arrastra así entre los peldaños de las sombras que se crían en su cólera y llega flagrante al existir en un portal.

La brecha entre el Sol y la Luna, calor y frío, misericordia y coraje.

Su obra maestra está a puertas del menguante.

En la torre suprema del cielo eléctrico,

Se alimenta de frío,

Se alimenta de la Luna, Se alimenta de lo salvaje.

Y no tiene dimensión porque es tabú, es el mal, es la energía, es la mácula, es la epidemia de la razón.

Sobre sus mundos objetivos y mentales caerá el súper rayo final de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte, arrasando sistemas, instituciones, entidades.

Y llega más rápido que la luz, flagrante al existir

¡No hay razón ni locura que se le compare!

Por siempre cero

Lo que los vivos añoran como vela al viento, desaparece en cuanto lo nombran, y no decanta pero quiere ser poseído.

Las sombras lo vigilan todo, desde el oasis de aguas negras, y cuando estés en el desierto de los desiertos te darás cuenta de que vives siendo sólo arena y olvido.

Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa. Tus fuerzas consumidas, tú consumido, vives siendo un conjunto entre dos paréntesis, y crees ser tú mismo ángel y demonio cuando tu nombre apenas se distingue entre los tantos ecos de la caverna.

La lluvia cae y cae en el espacio, Los soles lloran su promesa inmaterial, haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha. Envilecida la piedra, inflamado el abismo, El cielo se precipita hacia su descenso.

Las aristas van de aquí para allá, y crees armarte en medio de la oscuridad, siendo que tú eres el miedo en persona, todo lo que temiste, temes y temerás eres tú, y buscas alguna salida de emergencia, y caes sin presente, y lames el eje de las luces, y es producto de tu imaginación, que todo lo puede al ser pervertida, al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.

Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo, hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos. Todo cae como daga, deberías saberlo, todo queda en cero.

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