La espiral efeméride
En el rincón bilateral del tiempo, y hoy, en un híbrido de hazaña y consecuencia,
afilo mi retorcido, cínico paladar, que fue hecho para sangrar, y la mecánica de la insolencia trasciende, en donde la omisión y la digresión no son opuestas.
…
No te quiero ahora para entrar al invernadero y comentar este nuevo llamado al exterior.
No es necesario hacer algo público en tal dimensión de curvaturas.
Todo se cuelga expuesto en campanas húmedas y membranosas, como sobre tu cabeza se abriera una boca,
discutiendo en un depósito de rancios favores y cumplidos.
La próxima palabra estaría equivocada si la niego dentro de este circunloquio.
Perífrasis de la palabra,
Perífrasis del espíritu.
Adéntrate a través de voces desorganizadas, entes amarillistas, sofocados de orgullo.
Redescubre lo que alguna vez fue luz.
La colisión empieza abriendo los sentidos de ojo a garganta, la curvatura está viva.
Una recta curva toma forma de una línea predilecta
¡que todas las visiones del mundo podrían dimensionar! y dar mayor profundidad a lo que alguna vez fue luz.
Cortinas restrictivas dramatizan la conversación, como sobre tu cabeza se abriera una boca, pone llave a cada cosa que te sea afín.
Una pantalla de fresco odio se deja ver, al chasquido metálico de campanas líquidas, di tu peor verdad y mejor mentira: es el brote educativo presionando mi puño a mi edad, es la gangrena atada alrededor del perro, es un error criado y envuelto en simpatía.
Como desconocen tu omisión da la espalda y habla de un síntoma universal.
Mira a tu más oscura articulación, reintégrate a como acostumbras, sucumbiendo sin mucha armonía.
Como comprenden el fin de tu cordura encuentra una última dimensión y termina con la conversación.
Conocimiento sinérgico, uniformidad global, y en un nuevo día, redescubre lo que alguna vez fue luz,
Pasión, Miedo. …
En cuanto abras los ojos, encuentra el alcance longitudinal de ese porvenir, cuenta tu conteo regresivo, una botella de nitro, y ya te das la vuelta, refrescado y resignado a la violenta humedad de tu sueño físico, físico cual boca en botella, como la apariencia de tu amuleto, y está meditando y sembrado en tus casilleros de lozanía, tanto que ya no lo ignoras ni sientes.
Imaginarlo sería solo una forma de decir que es el mismo idiota, la misma sangre, tu par de ojos codiciosos, caras que me obligan a reconocer una placenta sólida entre péndulos, sonando a un tono inmortal.
La explosión fue mayor ahora y lo será después,
la siniestra comodidad de tu altruismo.
Para mí, no eres más que un trofeo flotante sobre una pieza flotante.
Los rincones, cada rincón se desfigura para evadir tu presencia.
No necesitas más que la misma sangre para tu malogrado ADN, Y está meditando y sembrado en tus casilleros de lozanía, tanto que ya no lo ignoras ni sientes.
Imaginarlo sería solo una forma de decir que es el mismo idiota, la misma sangre, pues QUÍTALA, QUÍTALA,
¡quítala de mí, huevón!
he encontrado un mejor agujero que taladrar, un mejor círculo que acariciar y concretar.
Abre los ojos... y el porvenir explotó y la sombra explotó.
Imaginarlo sería solo una forma de decir que eres solo un amuleto.
Todo lo que eres es un simple fetiche; un instrumento, un amuleto
usado ...
En el foco de la humanidad, inspecciona.
Es un huésped portátil y frío que te entrega coloridos anteparaísos, y si llegas a verlo, te darás cuenta de que te interesas en él más que él en ti, porque conoce cuánto puede consumir de ti, y es infernalmente inagotable.
Solo ve a la mano maestra masturbar el circuito.
Comunicación verosímil en la que solo filtra la psiquis en filamentos.
Es la garantía del expectante, el cebo e higiene del gran Juglar.
La carga crónica ya saldada para ti, y para tu fantasía en recortes, una caja de acromática libido
¿Es por eso por lo que pagas?
¿Por el metal radiactivo en tu interior y que sólo reverdece tu faz en yerro?
A ver cuánto puedes ver.
Solo si pudiera exprimir,
el portal entre mil estelares,
envase de auto saprofito eléctrico.
¿Creerás lo que estás viendo?
¿Verás a lo que estás creyendo?
Vuelve a presionarlo, rotarlo, agitarlo, hasta que conjugue tu fenómeno, y entonces tu radar cerebral lista para la señal de pánico.
Dentro de tu anestesia de cobre,
¿Creerás lo que estás viendo?
Réplicas hastiadas, de tu no-rostro
¡He ahí el producto de tus tres dimensiones! …
Únete a los círculos y luego engánchate a uno.
Ellos ansían ser atendidos y devastados, minimizados por el calor de su floreciente época.
Su apetito busca al más virgen y potencial, así, tu antiguo sopor ya está saturado.
Su pecado en cadenas es un puño firme que raspa el pasto nuevo de sus esencias.
NO CREAN YA en la tentativa evolución.
NO CREAN YA en el títere dinámico,
solo son un envase de materia y genes por dentro, y solo un envase de genes y hedor por fuera.
Todo lo que quieren son los fragmentos de un fructífero sendero que solo ellos podían materializar, y siempre se rehusaron.
No crean ya en la cristalización del abstemio, no crean ya en el viril parto de los propósitos.
El alcohol que tanto promueven y desean fermentará en pervertidas cosechas de ideales, justo como el YIN-YAN opacando sus traseros, cada vez que la curiosidad se vuelve paranoia.
Sus semillas de cambio no germinarán, y sus reducidos vientres no harán fricción alguna, cuando acepten que todo lo que han logrado es ser Títeres-carroña de sus propios sueños.
El semblante de la luna los delata in fraganti, en la mano maldita del sosiego.
Tú eres su extremidad, y en ti, la verbal masturbación del abstinente.
YA NO HABRÁ palabras para el que creyó rimar en tonos sobrios.
YA NO HABRÁ carisma
para el que creyó tantear a los ecuánimes.
YA NO HABRÁ retribución
para el que creyó barrer el último polvo.
Ya no habrá "rompe-fila", ya no habrá ingenuidad, educación, recreo, ya no habrá tratos blandos, cuando acepten que todo lo que han logrado es ser Títeres-carroña
DE SUS PROPIOS SUEÑOS. …
La quimera postulante en él, en él, la dorada proporción.
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, antes de lo perpendicular de un mundo-rubro, la base de los datos no puede inspirar más que una técnica factura de memoria, de logros, de carcasas, esa misma que infiere hasta en la menor descarga de brillantez.
La lucidez, la vanidad del metal, en concilio con la alérgica sustancia,
la carditis del alma, el resplandor del mineral surgido del mismo tecnicismo, como esa proporción.
La vacía singularidad se hace eterna, informática, aproximada.
Si pudieran culpar a los cielos, nosotros no los creamos, ni él creó, ni yo, la creación.
Una legión de baterías pensantes se abre paso, cuestionando un terreno repleto de gris, color y forma de los avanzados.
Para salvar el mundo, un disco duro reprogramado.
El manejo de los circuitos intenta parecerse al de su percepción de formas.
Miles de ellas, multiplicándose, como bacterias en sus proyectos.
Así como se da a luz lo que usaremos, y, al hacerlo, se hizo lo que creíamos banal, por esa cosa llamada realidad, por esa cosa llamada imaginación, por esa cosa llamada progreso.
El espacio X, el nuestro, no basta.
Los borrones universales, las leyes físicas, los motores naturales, ya no cumplen su legislado ejercicio.
No hay relatividad en cómo deban dinamizar la tierra.
Lo único cierto es la compra de los sitios que les debían por invertir.
Están en cada avance, cada mensaje, cada fracción de arte, no sobresaldrá sin su presencia.
Somos materia galáctica sin fondo a su lado.
Sin embargo, su paradoja se expresa y detrás suyo, el Procesador Supremo.
Mientras deducen su velocidad, él socava las vísceras del tiempo.
Mientras absorben su luz, él entierra la médula del espacio.
El ejército del androide aproximado, la clave ancestral desbloqueada, la abismal consecuencia de Bill Gates, domador de programas y dictador tecnológico.
Un pacto químico se estimula y produce, a través de las imágenes vistas, y los fantasmas del pasado segregan la toxicidad y los venenos de la estirpe camuflados con la lluvia, sobre colosales depósitos de gas y petróleo.
Hiroshima habrá de regar sus átomos, dado el conflicto nuclear y el negocio misilero, todo terminará reciclado al ritmo de los bombos de guerra.
El paso de los ingenieros de la gran arma enfrentando la tormenta, colores precipitados, un nuevo brillo en sus penetrantes ojos.
La circulación de sus venas indica que llega el momento de dominarlos.
Por el aceite de los movimientos, se apoderarán de los panteístas.
En crisis de intereses, la gran arma apuntará a lo superior.
El hambre del hombre, la quimera religiosa, sin brazos turbo ya es un alquimista,
él, el de las “Puertas del Costo”.
Con el tiempo se darán cuenta
de que fueron hechos para crear y ser creados, y no terminarán de construir su arquitectura maligna, ya que el modelo dorado 2000
envuelve aquella proporción y, en borde de una geografía, te empuja sigiloso al extremo de los extremos. Navegando en pantallas, ya lo tienes ante ti, y cuando las bestias y las máquinas copulen, los entes cívicos darán nombre al experimento.
El ejército del androide aproximado, la clave ancestral desbloqueada, la abismal consecuencia de Bill Gates domador de programas y dictador tecnológico.
Desde el pasado, se describirá y revivirá al desalmado substituto, al único y cibernético substituto, y este volará por lo remoto, para desafiar a la gravedad: poseída libido de la raza humana. Vértices depresivos, elevados, verídicos, para la inflación.
Con tal cantidad de vértices,
ellos prostituyen sus perfiles sin temor.
Llenos de humanidad y escrúpulos
tiran los dados multinuméricos.
Ellos apostarán por una cifra, y así será la sublimación de lo Neutro.
Hostilizando la geometría del recuadro donde estoy unificando estas líneas, ellas también se volverán cifras digitalizadas, insanamente en transistores, procedimientos de lógica lasciva.
Las factorías de las penumbras en verde:
A puertas de todo un negocio de frigidez promocionada.
A puertas de todas las voces en imanes de ingeniería déspota.
A puertas de todas las vidas que subyacen a tus créditos.
Y mientras consultan a la operadora tu líder y esclava más mimada será el más verde reflejo de tu alienación.
El más ínfimo profeta de un Universo invisible,
El más ínfimo traductor y traidor, el peor veredicto verbigracia del mejor publicitado error.
Él, ya cenado, ellos, ya límpidos e iluminados y con la piedra pisada por su talón, untado en pozos de belleza, su maquillada palabra contra la antilogía terrestre, itinerantes ovejas.
Solo un beso puro sobre su frente, y ya están sueltos los primates del árbol del conocimiento.
Propaganda paradisíaca, herejía de disfraces y velos.
Todos los siete días contenidos en páginas
No puedo renunciar a quitarlas del empaste.
Improvisando la receta de la creación usufructo de cada palabra de testamento.
Violar el endiosamiento de la parábola, violando la parábola, no al personaje,
Borrar cada claroscuro de los 7, solo los 7.
Todos somos ínfimos sin las luces.
Bajo los jardines infantiles, siempre una hueste de nulidad y no efecto
como trepadoras en potencia y en ausencia, como jefes de hogar en exilio, hijos bastardos de Su Eminencia.
No pueden delatarlo en la corte del juicio final más que como el ídolo de una cósmica fiesta
Masilla para laicos, laicos que meditan en su hemorragia, rentando el pabellón del pentagrama el polvo inmortal del cual bebe el demonio escarlata.
El arrullo de los ángeles en pugna
no es lo que Él espera de una sala cuna universal.
Él, en ninguna y todas partes, al mismo tiempo que se sirve las galaxias en un solo plato y menú, tanto como nosotros propiciamos y precipitamos:
El vórtice de nuestra autonomía
El somnífero ambiental de Sn Gabriel
El incesto delicioso en el mutante.
Ya estoy harto de los puzzles arrojados a la boca serpentaria de la fe
Ya estoy harto de la falacia gregoriana.
Harto del martirio sepultado en millones de dólares,
Harto de todas sus creaturas.
Simplemente sudo, sudor, sudo
Y se suda lo que equivale a un vacío de belleza.
Entonces sacudo la piñata del futuro deseando sangre y sexo eternos, y el ángel caído sigue vigilando cual francotirador, regando una promesa marchitada en milenios, pero cotizada no más que en oro y grasa judía
¡El macho cabrío burgués, observa!
Violar el endiosamiento de una palabra, violando al personaje, no a la palabra, borrar cada claroscuro de los 7, solo los 7, porque al final de los tiempos, todos somos ínfimos sin las luces. Expiración de las emociones, la forma en la que proyectas eso llamado sentimiento, lo que has experimentado, lo que has descubierto, seguirá atrapado en su vacío, girando sobre sí mismo cual espiral eterna, cuántica del resentimiento. El eterno retorno de los pesares,
no alcanzará a redondear sus esferas.
No lo experimentarás, no lo descubrirás, porque la sangre de sus corazones, fluyendo nunca dejará de acabar.
Expiración de las emociones, la forma en la que fijas la mirada en tus semejantes
¿Qué te hace tan especial para buscar el infinito?
¿El estoicismo en tu universo de locura?
¿El alma cínica hostigada en tu interior?
Cada vez que acojas al mejor de los samaritanos, despertarás como el más humano de los suicidas, y el más pobre de los samaritanos, será, a su vez el mejor suicida de los humanos.
La inveterada promesa, para todos nosotros, pero aún tomada por asalto, por sus vidas.
Ante el despertar de los primogénitos, ya estaré alquilando en el corazón de los mortales.
¿Es realmente estimulante cuando respondes por lo ajeno?
Responder como cuando la duda era absoluta, y aquellos en el exterior te veían como uno de ellos.
Viendo el final, contando los pasos de regreso.
Si una celeste noción sale a la luz,
no te negarás, no manosearás otra vez tu innato egotismo.
Expiración de las emociones; la forma en la que imprimen idilios en tus valores.
Todo el caos, todo el romance, siempre batido al matiz de las arterias, lo rojo, lo arterial, lo real.
Si esto es real, la noción será visualizada a puertas de una aventura,
¿Es esa la aventura donde lo único seguro es el fin?
Y el vertiginoso fin será el que deje como escapatoria una utópica felicidad, ya que la sangre de sus corazones, nunca dejará de acabar...
Nunca, pero siempre.
…
Y gira
Y gira
La histeria de la historia
Su porción de infinito
Su geometría imposible
Del baile de los ajustes de cuentas, de la frigidez de la esperanza, los torrentes finalizan por donde comienzan, siempre de la peor manera.
Para estancar mi propia voz, mejor trágate todo el cúbico vértigo de una vez.
Telepatía, finales postrados, código Morse, ecos guturales, como pasos sin escalas en tu casa de rehenes, en tu final de mes, con nuestras dentaduras completas, en tu desesperación, con el objeto sagaz de la mano.
Para ti, a excepción de tu oxígeno, nada más verdadero que la muerte, MUERTE HASTA QUE RESPIRES.
Balancéate con disgusto, balancea tu muerte en columpios,
para iniciar la esperada sesión.
Sobreprotegido, desnudo ante el juego confidente, los nervios del calor que sensorizan
tu búsqueda de claridad, yaciendo sobre esta silla.
¡Balancéate!
¡Balancéate!
¡Balancéate!
Gusta el disgusto, repítelo hasta callarte solo, en tu casa de rehenes, en tu infierno personal no habrá paga hoy.
Con nuestras dentaduras completas en tu desesperación, con el objeto sagaz de la mano
¡Que te dio de comer!
Para ti, a excepción de tu oxígeno, nada más verdadero que la muerte,
MUERTE HASTA QUE RESPIRES.
… Y gira
Y gira
La histeria de la historia
Su porción de infinito
Su geometría imposible
Tiempo
Verdad
Familia
Ilusión
Juventud
Creación
Poder
Fe
Vida
Muerte