EDITORIAL
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Diseño portada: Inge Conde Diseño logo Granite & Rainbow: Inge Conde
Creadora y directora:
Ainize Salaberri
Página web: www.graniteandrainbow.com Blog: http://graniteandrainbow.wordpress.com
Contacto: graniteandrainbow@gmail.com
ÍNDICE DE CONTENIDOS
EDITORIAL..................................................... 4 CHISHOLM...................................................... 7 LOS ÚLTIMOS DÍAS DE... PERTER PAN............................. 8 LA TRASTIENDA, DE FUSA....................................... 11 CHARLES DICKENS.............................................. 14 EL RETRATO DE DORIAN GRAY.................................... 18 CAMPOS DE LONDRES............................................ 20 RELATO....................................................... 25 UNAI ELORRIAGA............................................... 28 GRACIAS, SEÑOR STOKER........................................ 32 MÁSCARA SOBRE LONDRES........................................ 36 UN PASEO POR LONDRES......................................... 39 A ORILLAS DEL RÍO OUSE....................................... 49 ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF........................ 53 RETRATO DE UNA LONDINENSE - VIRGINIA WOOLF................... 58 RELATO....................................................... 62 84, CHARING CROSS ROAD....................................... 67 RELATO....................................................... 71 1984......................................................... 75 SHERLOCK HOLMES.............................................. 77 EVELYN WAUGH................................................. 82 EL LONDRES DE JM COETZEE..................................... 83 RELATO....................................................... 87 EL RIDÍCULO DE LA CLASE MEDIA................................ 93 AGATHA CHRISTIE.............................................. 95 FROM HELL - ALAN MOORE....................................... 98 RECUERDA EL CINCO DE NOVIEMBRE.............................. 102 SARAH WATERS................................................ 106 VIRGINIA WOOLF Y SU CUARTO PROPIO........................... 110 LA DISTANCIA ENTRE LA CIMA Y LAS CLOACAS.................... 113 BLOOMSBURY.................................................. 115 CRÉDITOS FINALES............................................ 117
EDITORIAL Londres es para mí la ciudad soñada. En ella está todo lo que quiero: mi Londres literario. En esta ciudad se forjó mi vida actual, la vida que llevo, el camino que ya he andado y el que me falta por hacer. Londres fue el principio de todo, el pistoletazo de salida. Y lo mismo que es para mí lo fue previamente para todos estos autores que se dan cita en este tercer número. El Londres del
librero
escritores,
y
del
esa
adicto,
ciudad
el
Londres
británica
que
que
inspira
encandila
a
para
tantos
siempre.
Virginia Woolf, Henry James, Charles Dickens, Alan Moore, Martin Amis,
Chesterton,
Arthur
Conan
Doyle,
Shakespeare,
John
Donne.
Recluidos en las cárceles imaginarias de Londres se encuentran todos
ellos,
perennes
en
el
recuerdo,
para
discutir
sobre
literatura y enzarzarnos con ellos en la pelea. Londres. Se me llena la boca, y se me infla el corazón. Qué tendrá Londres que todos volvemos a ella. Sé lo que es para mí: empezando por
su
literatura,
por
sus
calles,
por
el
olor
especial,
londinense, único; sus recuerdos: los edificios, la historia, lo que son; mi inspiración. La capital inglesa es mis letras, y mi modo de vida. Los redactores han realizado un trabajo magnífico en este número, igual que en los anteriores. A ellos he de agradecerles que todo esto sea posible, que este otro sueño siga siendo realidad. Por ello les doy las gracias, de todo corazón. En este número tres encontraréis artículos realmente maravillosos, que todos esperamos que disfrutéis. Si, al menos, conseguimos que leáis alguno de los libros
tratados
en
este
número,
estaremos
cerca
de
nuestro
objetivo principal: hacer llegar la literatura a un rinconcito más. Bienvenidos al número 3 de Granite & Rainbow. Bienvenidos a un nuevo mundo literario. JUNIO ’10
GRANITE & RAINBOW
#3
4
Londres es la moderna Babilonia.
Benjamin Disraeli
Me fui a Londres porque para mĂ era la cuna de la literatura. Fui allĂ por Dickens y por Shakespeare. No, por Shakespeare y por Dickens, por ponerlos en orden. Ben Okri
...c...h...i...s...h...o...l...m... Sueño con una habitación en Londres, que dé a sus calles y me muestre su belleza. Sueño con el silencio del interior y el bullicio del exterior, con sus gentes y sus acentos, con el cockney, con el más puro estilo británico. Sueño con encontrarme con sombreros de copa, con gente con abrigos negros imitando a Jack el Destripador, con economistas que anden rápido por la acera con un café del Starbucks, o de Nero, en la mano. Busco la felicidad de despertarte por mi misma y acercarme a la ventana y sentir el poder de una ciudad que nunca ha parado su maquinaria, que nunca ha cogido aliento porque, si lo hiciera, se achantaría ante tamaño poder, ante tamaña belleza. Sueño con salir por la puerta hacia el exterior y bajar las típicas escaleras grises y frías. Abrigarme, ceñirme la bufanda, expirar aire por la boca y ver el vaho extinguiéndose en la magnitud inglesa, y caminar sin rumbo disfrutando de los sonidos, de los olores, de los sabores, de la mejor ciudad del mundo. Perderme en el mapa del metro de Londres, antiguo, repleto de sueños y esperanzas, y zambullirme en las fuentes de Trafalgar Square y bautizarme británica en ellas. Montarme en el London Eye y sentir que la ciudad, por unos instantes, me pertenece. Mirar al Big Ben y detener sus agujas. Pintar libros en las estanterías de su cuerpo, rezar literatura a las puertas de Westminster, o de St.Paul. Acercarme al globo y clamar venganza por aquellos que osan a dudar de la verdad shakesperiana. Aplaudir ante una obra, cualquiera, llena de versos y de juegos en el lenguaje, y tomarme un té en el Embankment,
pasear
por
las
cientos
de
librerías
de
primera,
segunda y tercera mano de Charing Cross, y creerme escritora. Soñar las letras necesarias para que Londres me siga inspirando desde la distancia hasta que por mí misma pueda acercarme a la ventana de mi biblioteca en mi casa de Londres, y respirar sus palabras para poder vivir. Porque sólo estando en Londres se puede vivir de verdad.
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LOS ÚLTIMOS DÍAS DE... PETER PAN - PEDRO LARRAÑAGA Londres
es
una
megalópolis
de
quedó
prendado
de
George,
Peter,
dimensiones más que considerables,
Michael y su madre Sylvia. No sé
un
sabe
enjambre
humano
en
el
que
a
ciencia
cierta
hasta
qué
metro
punto, pero los tres niños y la
cuadrado en que no viva, o haya
mujer mucho tuvieron que ver en el
vivido un ser humano. Pero sí lo
nacimiento
hay.
perviven en el oeste de la ciudad,
adoraba pasar el tiempo con los pequeños, moviendo las orejas y
como
contándoles
parece
no
Los un
existir
jardines
un
de
corazón
Kensington
verde
que
se
de
Peter
Pan.
secretos
James
sobre
los
piratas, las hadas y los duendes.
resiste a dejar de latir.
Lo que no les contaba el bueno de En Londres, abundan los parques y
Barrie
los
muy
nacido de una angustia. El propio
pocos
dolor del escritor por la temprana
mágica
muerte de su hermano David cuando
jardines.
diversos pueden
Los
hay
tamaños,
compararse
de
pero al
aura
era
que
No en vano, en ellos pervive uno
convertido en niño para siempre en el recuerdo de la familia. James
más
grandes
mitos
de
la
esas creaciones que termina por desprenderse de las hojas de un
hueco, por lo que creó a Peter Pan
cuaderno, para cobrar vida propia
islote
y correr entre nosotros, con tinta
Serpentine,
escocesa en las venas: Peter Pan.
se encargaba de “cavar una tumba y
Sin embargo, el niño eterno, ese
erigir
que toca la flauta para alegría de
niños que se perdían y morían de
las hadas; el que sabe el camino a Nuncajamás; el mismo que perseguía
frío en medio de la noche. Oficio trágico el suyo, desnudo, solo,
a
convertido
hasta
el
cuarto
de
nunca
cubrir
y
Barrie
sombra
pudo
crecer
historia de la humanidad. Una de
su
no
poder
había
era
los
sin
Pan
que envuelve a Kensington Gardens. de
pequeño,
Peter
ese
para que él lo hiciera. Desde su en
una
el en
centro
Kensington,
lápida”
en
de
para
la
Peter
aquellos
sepulturero
y
con
Wendy; tiene su propia historia de tintes dramáticos más allá del
una edad de siete días para toda
final
A
de
Barrie. pequeño,
la
obra
Sí,
de
aquel
periodista
y
James
M.
escocés, con
sueños
la eternidad. pesar
de
lúgubres, la
obra
todos
sabiamente teatral
disimulados, estrenó
párrafo a párrafo, una leyenda de
aquellas
dimensiones
casi siempre, el mundo no fue tan
enseñando a un Peter Pan algo más crecido, que ya no extrañaba a su
amable con todos los implicados.
madre,
Desde aquella primera noche, en la Nochevieja de 1989, en la que
indiferente hacia esos personajes
Barrie conoció a los Davies, se
iba a ser un adulto jamás, ya que
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como
Barrie
en
1904.
pero,
M.
tintes
de escritor, fue capaz de trazar, épicas,
James
se
esos
pinceladas
si
no
que
acomodó oscuras,
se
mostraba
autoritarios y protectores. Él no
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8
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE... PETER PAN - PEDRO LARRAÑAGA tenía cosas más importantes de las
bolsillo
de
que
encontró
una
ocuparse:
pasárselo
ser
bien
Gardens.
¿Qué
un
en mejor
niño
y
Kensington plan
puede
haber? De
el
irresponsable
divertido
muchacho
e
tenía
uniforme,
carta
de
se
James
Barrie, en la que le contaba cómo le
iba
a
tarde,
hecho,
su
Peter
en
la
Pan.
Poco
misma
más
contienda,
sería el otro Peter, el mediano, quien
quedaba
inválido
por
una
bastante que hacer luchando con el Capitán Garfio y volando hasta
herida. Finalmente, el pequeño de los hermanos, Michael moría
Nuncajamás
ahogado en 1921.
con
desgracia
Wendy,
de
para
Campanilla,
profundamente
enamorada
de
tan
En Londres, cada año, desde 1913,
él.
se representa, el 24 de Diciembre,
Así, Peter Pan contaba con todo lo
la
necesario para ser feliz, pero, ni
Inevitablemente,
siquiera él, eternamente joven en
sentarme a la mesa, en la cena de
el
Nochebuena,
inconsciente
colectivo,
pudo
obra
teatral
poco
Pan.
antes
acuerdo
Barrie, Campanilla, Garfio y los niños perdidos junto a sus tumbas
que hacía de epílogo a la historia
en
de
Kensington.
permanecía
igual,
mágicos
a
los
En 1908, se estrenó en Londres “Cuando Wendy creció”, una obra Él
imagino
de
de
Davis
esos
me
Peter
resistir el paso del tiempo.
Peter.
y
me
de
Peter,
jardines
Porque,
a
pesar
de de
pero Wendy ya no, y cuando volvió
haberse quedado a vivir en nuestra
a por ella, ya había crecido. Ya
memoria, Peter Pan, así como nació
había
gracias
cambiado.
De
ese
modo,
probablemente, el propio James M.
parcialmente
Barrie
muchachos.
relataba
incapacidad
su
por
propia
a
ellos, con
aquellos
murió tres
proteger
eternamente a los pequeños Davies, por mantenerlos lejos de la crueldad
del
mundo
real.
Daban
igual sus esfuerzos, todo su genio creador y la fuerza de Peter Pan, no
hubo
negra
forma
sombra
de
que
alejar
aquella
perseguía
a
la
familia. Primero fue el padre de los niños, Arthur
Davies
quien
falleció
en
1906, por lo que Barrie se hizo cargo de ellos y de su madre. Más tarde, en 1915, en una trinchera en
plena
George veintidós
Primera era años
Guerra
abatido, de
JUNIO ’10
edad.
Mundial, a
los En
el
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9
Y es que si se había vivido en Westminster –¿cuántos años ya?, más de veinte–, Clarissa estaba convencida de que incluso en medio del tráfico, o al despertarse por la noche, se sentía un silencio especial, un no se sabía qué de solemne, una pausa que no era posible describir, una ansiedad (aunque eso podía ser su corazón, tocado, decían, por la gripe) que atenazaba antes de que el Big Ben diera las horas. ¡Ya había llegado el momento! Ya resonaba. Primero, un aviso musical; luego, la hora, irrevocable. Los círculos de plomo disolviéndose en el aire. ¿Por qué somos tan necios?, se preguntó mientras cruzaba Victoria Street. Sólo Dios sabe por qué la amamos tanto, por qué la vemos como la vemos, inventándola, construyéndola a nuestro alrededor, derribándola, creándola de nuevo a cada momento; porque hasta las mujeres menos atractivas que pudiera imaginarse, los deshechos más miserables que se sentaban en los umbrales de las puertas (derrotados por la bebida) hacían lo mismo: estaba completamente convencida de que ninguna ley lograría dominarlos, y por esa misma razón: la de que también ellos amaban la vida.!En los ojos de la gente, en cada vaivén, paso y zancada, en el fragor y el tumulto, en los coches de caballos, automóviles, ómnibus, camionetas, hombres-anuncio que giraban y arrastraban los pies, en las bandas de música, en los organillos, en el júbilo y el tintineo y el extraño canto agudo de algún aeroplano que cruzaba el cielo, estaba lo que ella más amaba: la vida, Londres, aquel instante del mes de junio.
La señora Dalloway - Virginia Woolf
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LA TRASTIENDA, de Fusa DÍAZ
VOCES EN EL CUARTO DE LA CRIADA - FUSA DÍAZ
Virginia
coge
los
volantes
de
su
falda
y
mueve
el
aire
para
soportar el calor. Está completamente sofocada. Se levanta de una esquina de la cama donde duerme su criada y coge uno de los pantalones que guarda para cuando pasa
algunas mañanas allí donde
ella. Se los pone y, tocando en los bolsillos, suenan monedas. Se pregunta: ¿y entonces, por qué, por qué? La criada de Virginia le dio permiso para que, nada más levantarse ella, pudiera acudir a trabajar. Puede confiar en mí, le dijo, puede dejar todas sus cosas sin temer que yo vaya a mirarlas. La criada de Virginia, todas las noches, antes de irse a dormir, coge los cuadernos y los huele y sabe que adentro hay algo, hay vida, pero no sabe leer y se conformaría sólo con que alguien pudiera contarle en palabras que ella pudiera entender -porque la señora habla de una manera que no se la puede seguir de ninguna manera-, le pudiera contar lo que Virginia intenta en todas esas mañanas en que se refugia en su habitación
y
consigue
lo
que
ni
siquiera
ella
en
su
cuarto:
sentirse a salvo. Virginia habla por los pasillos y dice sin que se la entienda: en ese cuarto no se puede, no se puede en ese cuarto, que todavía huela, que se reconozcan las sombras, que se comprenda el orden, que se elijan todos los detalles. Sabe que si escribiera en el mismo lugar donde duerme y donde comparte la noche con su marido, sabe que si lo intentara, sería un fracaso. Hace tiempo que tiene un despacho donde todo está adecuado para que se concentre y, precisamente por eso, le resulta imposible. Es completamente imposible que me concentre en ese lugar donde todo está
dispuesto
para
que
me
concentre,
Leonard,
y
debes
comprenderlo. Lo único que quieren todos, los criados, el marido,
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VOCES EN EL CUARTO DE LA CRIADA - FUSA DÍAZ la hermana, los sobrinos, lo único que quieren es saber dónde está, qué piensa, qué hace, pero pronto comprenderán que Virginia no tiene unos límites claros. Mientras, se esconde de las voces en el cuarto de la criada y toca sus bolsillos y suenan monedas y, si mira a un lado y a otro, está sola y, sin embargo, oh, diablos, sin embargo no es capaz ni siquiera de escribir una sola palabra simple como floreado o como anfitriona. Va de un lado a otro del cuarto y oye cómo su hermana sube las escaleras del primer piso y la maldice, puede sentir cómo la envidia sin haberle visto todavía la cara y sabe que, cuando abra la puerta, sonreirá si no la ve sentada con un cigarrillo en la boca humeándole los ojos y con la pluma en la mano derecha, con los cuadernos abiertos, flameando. Sonreirá y Virginia deseará ser solamente la criada que duerme en esa cama y sueña con vidas que ni siquiera comprende cuando está totalmente
despierta,
lo
más
despierta
que
pudiera
estar
la
sirvienta que hace las camas y lava y tiende y plancha la ropa. Piensa en un hombre que va desnudo y tiene el cuerpo del color de un árbol, piensa en que podría estar bailando en medio de una fiesta concurridísima, piensa en un pájaro que choca impertinente contra una ventana cerrada, piensa en una mujer que se besa en la boca
abierta
con
una
niña,
piensa
en
un
cuarto
propio,
envidiablemente vacío, y sabe que pronto va a morir con la boca completamente cerrada, con los ojos bien abiertos.
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CHARLES DICKENS, CABALLERO ANDANTE INGLÉS - NOEMÍ CAMBLOR «Cuentan que una frutera del mercado de Londres, al enterarse de la muerte de Dickens, exclamó consternada: “¿Ha puerto Dickens? Entonces, ¿morirá también Papá Noel?”»1.
Cuando comencé a documentarme para hablarles del autor de obras clásicas como Canción de Navidad, Oliver Twist o Historia de dos ciudades, Charles John Huffan Dickens (1812-1870) y su íntima relación con la ciudad de Londres, en donde vivió desde que era muy niño, lo primero que se me ocurrió fue sacar una fotografía a la calle que llevara su nombre en esta ciudad.
En
bautizara
ningún
alguna
momento
importante
dudé
de
que
vía
de
la
el
nombre
capital
del
gran
inglesa,
Dickens
así
que
mi
sorpresa se convirtió en consternación cuando descubrí que yo daba como hecho indiscutible una fantasía: Charles Dickens, el hombre que sufría lejos de la variedad gentil de sus calles y su propia arquitectura; el que llamaba a la ciudad de Londres su «linterna mágica» no aparece en el mapa de su adorada ciudad, en la que ambientó todas esas historias que han llegado hasta nosotros con el mismo entusiasmo con el que eran recibidas en las lecturas públicas que Dickens debía de hacer ante los miles, aunque desgraciadamente en su mayor parte, iletrados fans.
Leer la obra de Dickens es
ver
Londres
a
la
como
personaje
ciudad
de
si
un
de
más
tratara:
se
intensamente
concienciado
con
la
injusticia y la miseria humana,
extremadamente
patente en una metrópoli en
pleno
desarrollo
industrial Pie de foto: mapa interactivo de la Londres de Charles
pero
Dickens.
del
también
s.XIX,
convencido
de la belleza del hombre como remedio a todos esos desastres e infortunios; el que debería de ser un
mero
decorado,
participante:
Londres,
latiendo
JUNIO ’10
su
cobra
corazón,
vida
como
oliendo
si a
fura
perfumes
GRANITE & RAINBOW
otro y
#3
personaje a
escoria,
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CHARLES DICKENS, CABALLERO ANDANTE INGLÉS - NOEMÍ CAMBLOR hablando con sus múltiples y nuevos sonidos industriales, trabajando, sufriendo, descansando… ofreciendo oportunidades y provocando miserias al igual que el resto de los protagonistas humanos. Este, era el cosmopolita y
frenético
Londres
que
acunaba
a
Oliver
Twist:
«Compatriotas,
carniceros, ganaderos, vendedores ambulantes, niños, ladrones, vagos y vagabundos de todos los grados bajos, se mezclaban en una masa, el silbido
de
los
troperos,
el
ladrido
de
los
perros,
los
mugidos
y
hundiendo de los bueyes, los balidos de las ovejas, los gruñidos y chillidos de los cerdos, los gritos de los vendedores ambulantes, los gritos, juramentos, y pelear por todos los lados; el repique de campanas y el estruendo de voces, que salían de cada taberna, el hacinamiento, empujar, conducir, luchando, gritando y gritando, el débil y discordante horrible que resonó en todos los rincones del mercado, y sin lavar el, sin afeitar, sórdido, sucio y las cifras en constante funcionamiento un lado a otro, y que estalla dentro y fuera de la multitud, sino que hizo una impresionante y desconcertante escena, que bastante confundido a los sentidos»2. Supongo todos ustedes han leído o visto (ya que se han hecho innumerables versiones para cine, televisión y teatro) alguna de las obras del autor que nos ocupa; si les ha entusiasmado alguna de ellas y quieren volver a leerlas
yo
les
propongo
que
esta
vez
tengan
la
novela
al
lado
del
ordenador y utilicen una página web muy interesante: Charles Dickens Page,
http://charlesdickenspage.com3, en donde podrán encontrar un mapa
interactivo (apartado Dicken’s London) por el que desplazarse, ver y conocer la historia de los lugares en los que vivió y trabajó el mismo Dickens o los lugares reales en donde transcurren los pasajes de sus relatos. Dickens,
aunque
sentimentalista
para y
el
lector
adoctrinador,
es
moderno para
mí
puede uno
resultar de
los
más
demasiado insignes
retratistas sociales, obras como Canción de Navidad e Historia de dos ciudades son un par de
pruebas de ello. Aunque sin duda es un escritor
con mucho oficio, no es su habilidad para contar, para entretener y al mismo tiempo enseñar lo que más me cautiva sino el tratamiento de las lacras sociales del S.XIX
tales como la pobreza, la precariedad laboral,
la avaricia del poderoso, el rencor, la bajeza humana, la enfermedad…y el triunfo de sus opuestos; contado no sólo con palabras sino con los olores, sabores, aires, sonidos y sensaciones del sombrío e intrigante Londres victoriano.
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CHARLES DICKENS, CABALLERO ANDANTE INGLÉS - NOEMÍ CAMBLOR Dicho esto sobre la obra del novelista, y con ojos de ciudadana del S.XXI observo con inmenso pesar cómo aquellas lacras sociales contra las que Dickens arremetía sin descanso han cambiado de nombre, algunas incluso de rostro, pero de ninguna nos hemos despojado: la pobreza ahora se llama «en vías de desarrollo», la precariedad laboral tiene cara de crisis, la avaricia del poderoso se esconde detrás del libre mercado, la vieja enfermedad sigue matando millones de infantes en tres continentes, la nueva
enfermedad
despierta
barriendo
sin
complejos
en
tierra
«civilizada», el rencor se pasea por el templo de todas las religiones… La pequeña Dorrit y
Tiempos difíciles son dos de esas excelentes pero
durísimas novelas que el novelista acometió sobre la década de 1850…A mí me parece que dos siglos es mucho tiempo para cambiar tan poco. Ahora, con más convencimiento aún, creo que es imprescindible abrir una nueva calle con el nombre de Charles Dickens. 1
Canción de Navidad. Charles Dickens. Ediciones Vicens Vives. S.A. p.VII.
(1996). 2
Oliver Twist. Charles Dickens. Ediciones Vicens Vives. S.A.(2006).
3
Charles Dickens Web . David Perdue. © 1997-2010. Visit. 7-jun-10. URL: http://
charlesdickenspage.com/
http://isaacsonpaintings.com/Paintingspages/ charles_dickens.html
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EL RETRATO DE DORIAN GRAY - J. ÁLVARO GÓMEZ
¿Qué pasaría si pudiéramos tener una vida dentro de un cuerpo joven de veinte años? Para algunos sería un horror, para otros un privilegio. A la espera de ver la película que han estrenado sobre esta novela y decir la mítica frase de “está mejor el libro”, me queda volver a enredarme entre las hojas de este maravilloso texto que, hasta el título en inglés, me parece elegante, The Picture of Dorian Gray. Oscar Wilde (Dublín 1854- Paris 1900) publicó esta novela por primera vez en trece capítulos, en una revista literaria anglo norteamericana (Lippicontt´s Monthly Magazine) en 1890. Fue un éxito, por lo que el escritor Dorian
alargó Gray
la
vida
durante
del
siete
señor
capítulos
más, ahora en forma de libro y con unas bellas
ilustraciones
de
Charles
Ricketts. Es un libro al más puro estilo de Poe (por
lo
menos
matices
eso
oscuros,
personajes
que
me
parece),
con
se
con
elegantes
mueven
entre
la
aristocracia inglesa y la debilidad más humana.
Personas
que,
según
se
va
adentrando uno en el libro, entran y salen
y
historia
vuelven para
a
marcar
aparecer el
ritmo
de
la
y
al
protagonista Dorian Gray. El libro comienza con el descubrimiento por parte de Lord Henry Wotton de un precioso
retrato
pintado
por
Basil
Hallward y donde, desde el principio, se expone la base de esta novela; la vanidad. En este momento, el lector, comienza un viaje de los sentidos. Las descripciones de Dorian Gray, las conversaciones entre Basil, Dorian y Henry, los decorados donde enmarca las circunstancias y ciertas frases (por ejemplo ese “los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo”), hacen que se produzca un viaje muy poco dado en la literatura actual. El retrato pintado por
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EL RETRATO DE DORIAN GRAY - J. ÁLVARO GÓMEZ Basil va a ser el tormento de Dorian, va a ser el que va a sufrir todo el envejecimiento que el señor Gray no sufre (“hora a hora, semana a semana, la criatura del lienzo envejecía”), va a ser el que, de una manera horrible,
padecerá
retratado
Dorian
los
excesos
Gray,
del
seguirá
protagonista,
joven
mientras
indefinidamente.
que,
La
el
primera
desfiguración que sufre el retrato se produce con el rechazo de Dorian Gray hacia su prometida Sibyl, también en ese momento, la novela cambia de
escenarios.
horriblemente
Todo
lo
engloba
impersonal,
la
donde
vanidad
de
un
mundo
elegante
y
la
virtud mas admirada es la belleza. El
final,
hace
rápido
pensar
realizar
en
una
si
y
muy
este
descriptivo, libro,
denuncia
quiere
sobre
la
arrogancia y la moral perversa y torcida de la sociedad de aquella época, o de ésta. Todavía lo dudo mirando ciertos programas de televisión. Caso
especial
merece
ese
diminuto
y
mención
Prefacio
texto
no
del
aparte
se
autor.
Un
publicado
en
la
primera edición, aquella que se realizó en la revista, y que envuelve toda una declaración
de
intenciones
hacia
aquellos
que
no
entendieron,
en
un
principio, esta obra. Este prefacio debe servir como iniciación a la obra (para
aquellos
que
no
la
hayan
leído)
y
como
el
comienzo
de
una
excelente, viva, elegante y audaz novela, recordando al lector que: “
Quienes
encuentran
significados
bellos
en
cosas
hermosas
son
espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza. Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.” Esperemos que, aun llevando la contraria al gran Oscar Wilde, todos tengamos esperanza.
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CAMPOS DE LONDRES: AMIS Y EL FIN DE LOS TIEMPOS - ROSARIO CURIEL
Londres:
la
diana
en
el
centro
del
blanco.
Un
lugar
de
lluvia
perpetua rebosante de mentiras en donde los habitantes circulan con el viento enrollado bajo el brazo. Una cloaca, símbolo de la Gran Bretaña suburbial y plutocrática. La zona en donde se concentran los campos de fuerza de unos seres que circulan por calles abarrotadas y atascadas, llenas de coches en doble fila. El escenario de la lucha fratricida de finales del siglo XX.
El narrador de Campos de Londres lanza sus dardos contra la ciudad, contra el espacio en el que la lluvia cae permanentemente (llueve la biosfera, y no sólo el cielo de Londres), el escenario en el que los taxis
negros
delincuentes,
son el
inhóspitos velatorio
lugares
de
anticipado
los
en
que
el
que
te
arrancan
los
languidecen
las
flores miserables bajo el canto amenazante y retador de pájaros nada amenos.
Sí, Londres es la ciudad del crimen. El cometido contra Nicola Six (la
novela
muerte
es,
entre
anunciada),
europea-occidental angelicales),
el
el
otras
cosas,
cometido
(esos cometido
una
contra
matrimonios contra
la
verdadera las
bases
destruidos, humanidad
Crónica de
la
esos
de
sociedad
niños
entera.
una
nada
Porque
la
humanidad entera agoniza en las páginas de Campos de Londres, entre zarpazos
fratricidas:
el
engaño,
el
adulterio,
el
crimen,
la
delimitación territorial de los animales humanos. El final del siglo XX ha llegado con una mueca ácida y con sabor a apocalipsis.
Un eclipse. La conmemoración del 5 de Noviembre, el Día de las Hogueras. Pareciera que, al igual que el rebelde (¿o los rebeldes?) que en un día homónimo de 1605 quisieron volar los cimientos de Inglaterra volando el Parlamento, el rebelde Amis quiera socavar la encantadora apariencia británica de la necrópoli, quiero decir de la metrópoli, londinense. Un lugar en el que, según el narrador, todos están ya muertos, asesinados por la modernidad. La “modernidad” es
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CAMPOS DE LONDRES: AMIS Y EL FIN DE LOS TIEMPOS - ROSARIO CURIEL un estado (quizás un espacio) sintético que convierte el corazón de los
humanos
en
una
víscera
retráctil
y
desapareciente.
La
“modernidad” acaba con los seres humanos: dejan de ser humanos, para pasar a “no-ser”, para pasar por la vida como individuos vacíos sin instrucciones para seguir viviendo. Porque es difícil amar cuando te estás preparando para el apocalipsis. Porque en el avance del tiempo la humanidad ha retrocedido al estado reptiliano.
Dice Martin Amis, en una nota que sirve de prólogo a Campos de Londres, que tituló así la novela para referirse a algo que está presente
todo
vive
y
cada
página.
de
el
respira,
Londres)
tiempo: o
lo
algo
intenta,
London
Fields
es
pequeño
un
que en
(Campos parque
situado al noroeste de Londres. Un pulmón, propiamente, de la ciudad. Un pulmón que suministra oxígeno en el caos del apocalipsis, en el fin de los tiempos. Frente a los campos de fuerza, a los campos de batalla, de
lucha
fratricida
entre
seres
antiguamente humanos, London Fields (el
parque)
se
presenta
como
el
lugar adonde huir, el lugar adonde volver, en donde quedarse… para siempre. El mejor lugar para habitar una granja y una tumba.
Londres, la ciudad, es el verdadero personaje, el que se desgrana (y desangra) a lo largo de las páginas de la novela. El espacio sirve para calificar conductas y situaciones, modifica circunstancias y tramas (las dobles filas y los atascos que acaban variando el curso y el discurso de la historia), caracteriza individuos (cansados y neblinosos) y naciones: a pesar de ser identificada con una cloaca, con
un
sumidero
de
mentiras,
Londres
es,
frente
a
Nueva
York
(emblema de lo americano), el último espacio en el que es posible
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CAMPOS DE LONDRES: AMIS Y EL FIN DE LOS TIEMPOS - ROSARIO CURIEL vivir y, por lo tanto, morir. Un espacio que atrae la podredumbre, pero que alberga el pulmón de London Fields: el único lugar que parece fuera de la historia, el último lugar en el que refugiarse cuando el mundo parece a punto de explotar.
Campos de Londres es y puede ser muchas cosas: una gran novela, una novela agotadora, una novela de múltiples tramas, una novela que gusta, enferma y disgusta a partes iguales… Si exploramos lo escrito sobre
ella
veremos
opiniones
excelentes
y
opiniones
deleznables.
Esto es Amis: amor u odio, pero jamás indiferencia. Hacia su obra, hacia la persona, hacia el narrador especialmente displaciente que aparece en sus páginas.
Amis, en general, y Amis, en particular en
Campos de Londres, engancha y agota a la vez. No podía ser de otra manera: mientras esperamos que se acabe el mundo (nuestro mundo, el de
todos)
y
quizá
sostenemos
la
leve
esperanza
de
que
existan
universos paralelos (para sobrevivir en ellos), una buena sobredosis de su retrato irónico-salvaje de la realidad que, antes o después, va a acabar con nosotros, puede servirnos para ver más claro.
¿Aún quedan dudas? Coloque usted el libro ante sus ojos. Ábralo. Prepárese. Campos de Londres, y Amis como artífice, consiguen hacer del espaciotiempo de lectura un espaciotiempo diferente al resto del universo. Porque, más allá de todo apocalipsis, más allá de todo fin de los tiempos, lo que tenemos entre las manos es el mejor manual de escapismo que he leído en los últimos tiempos.
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La crudeza desapacible de un día gris de diciembre reinaba en St. James Park, ese santuario del césped, del árbol y del estanque en que ha penetrado una y otra vez el innovador burgués, ambiciosamente y con prisas, para verse de pronto obligado a descalzarse del charol que lleva en sus pies, pues la tierra que pisa es tierra santa. (...) St. James Park, con su césped y sus paseos y sus aves acuáticas, todavía conserva ese vínculo con los hombres y las mujeres de los tiempos pasados, cuyas penas y alegrías, tan grises y apagadas hoy como antaño vivas y brillantes, están bordadas en su historia igual que un dibujo desvaído en la tela de un antiguo tapiz.
El insoportable Bassington - Saki
CREACIÓN LITERARIA A PARTIR DEL LIBRO EL INSOPORTABLE BASSINGTON - AINIZE SALABERRI Quisieron casarme con una mujer para salvar la casa en la que vivía mi madre gratuitamente y yo me aproveché del poder que tenía en Oxford
para
que
la
idea
se
le
quitase
la
cabeza
consiguiendo,
además, que esa familia me odiase. Pero estaba acostumbrado, oh sí, muy acostumbrado, porque casi desde que nací la gente me odiaba. Mi madre esperaba mucho de mí, y es la única a la que respetaba, pero mis primeras acciones maleducadas y fuera de norma me pusieron para siempre el sambenito de rebelde, intransigente, descerebrado y sin futuro. Así que como era lo que todo el mundo esperaba de mí, era exactamente eso lo que les daba. Ni te imaginas lo gracioso que era y lo mucho que me divertía ver qué tipo de reacción tenían ellos hacia mis fechorías; ver cómo se ruborizaban, cómo miraban a otro lado, desentendiéndose por completo del asunto y mirando al cielo como dando las gracias a un dios inexistente por no tenerme como hijo ni como familiar. Actuaba como un descarado adolescente, un irremediable muchacho con el que ya no conseguiría hacer nada mi madre. Estaba condenado a ser un desgraciado del que todo el mundo hablaría fuera inteligente o un estúpido integral. Avocado al fracaso, un despojo humano. Qué más daba. Entré en una especie de competición conmigo mismo: mi reto era saber a quién avergonzaban más mis acciones. Pronto descubrí que era a mi tío Henry, quien siempre me ponía en contacto con gente “importante” para buscarme un porvenir, una decencia en la vida. Era a él, más que a ningún otro, al que mis acciones derrumbaban y sonrojaban. Desde que lo supe, lo martiricé. Muchas veces me pasé, lo reconozco, pero me divertía tanto, hasta límites insospechados, que hacer todo lo posible por molestarle era mi objetivo en la vida. En la intimidad lo pasaba mal por mi madre. Sabía que yo no era, ni de lejos, el tipo de hijo que esperaba. Era la única a la que obedecía, y la única persona a la que me hubiese gustado explicarle que en realidad la gente me había hecho
así,
introvertido,
que muy
yo
era
tímido,
un al
niño que
normal, una
mala
agradable, acción,
un
una
poco acción
traviesa, de niño pequeño, había condenado para siempre. La mala prensa me licenció en las malas artes, y una vez que empiezas no puedes parar. Tienes una imagen que conservar. Pero nunca se lo dije, y ya nunca podré decírselo. Ella y el tío Henry me trajeron aquí, después de darme una fiesta de despedida. Sabía que jamás volvería a Londres, a ese Londres maravilloso de fiestas, de etiqueta, de ensueño. Sabía que nunca volvería a pasear por esas calles abarrotadas de gente, de coches de caballos. Cuando miro atrás y recuerdo la ciudad la veo en blanco y negro, soy incapaz de
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CREACIÓN LITERARIA A PARTIR DEL LIBRO EL INSOPORTABLE BASSINGTON - AINIZE SALABERRI verla
como
era.
Pero
lo
recuerdo
todo,
absolutamente
todo.
Las
calles, los adoquines, los excrementos de caballo, las fiestas, las apariencias, los pobres que actúan como ricos, los ricos que sólo se preocupan de ellos mismos y de su imagen al exterior. Y recuerdo a tu abuela, hijo, como si la hubiese visto ayer mismo. Recuerdo cómo cada vez que me veía me sonreía y cómo milésimas de segundo después se le torcía el gesto por la vida que llevaba. Estuve enamorado de una mujer que acabó por casarse con mi mejor amigo. Y se casó con él porque yo era un necio sin escrúpulos, al que no se le ocurrió mejor idea que pedirle dinero, sin preocuparme si quiera por ella. Nunca le pidas dinero a una mujer, hijo. Nunca. Antes de eso trágate tu orgullo y compórtate como se esperaba de un hombre. Nunca muestres inseguridad, siente tus pies en el suelo, y camina siempre con la cabeza alta. Sé que serás un hombre de provecho, porque papá se va, se va enseguida, y crecerás con mamá. Tienes una mamá inteligente, hijo, que sabrá cuidarte como te mereces. Yo, me temo, que ni para esto serviría. Ya no. Aprovecha tu vida, normas, y hazte un hombre. Prométemelo.
vívela,
dentro
de
las
Comus entonces cerró los ojos, besó a su hijo en la frente, y volvió a su habitación. Nunca había encajado en África, pero su hijo le había dado toda la felicidad que nunca fue capaz de rescatar en aquel Londres, ya inhóspito y lejano, que le había llevado al precipicio. Añoraba Londres, añoraba a su madre, y a partir de ahora añoraría la vida. Se moría. La fiebre se había agarrado con uñas y dientes a su salud y se moriría en las próximas horas. Despedirse de su hijo y de su mujer era todo lo que le quedaba. Así que buscó los labios de Zadie y temblorosamente la besó. La muerte le había devuelto la humanidad que perdió cuando de niño hizo su primera travesura y la injusticia se cebó con él. Abrazó a su mujer, le
dijo
cuánto
la
quería,
cerró
los
ojos
y
se
imaginó
en
Londres,
paseando con su familia, acallando las voces de los envidiosos, de los airados, y sonriendo a su madre, quien le esperaba en la puerta de su cada en Blue Street, con el té preparado en el salón de su alma.
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LONDRES ES DE CARTÓN, UNAI ELORRIAGA - IRAIDE TALAVERA Phineas
espera
la
llegada
de
su
que
el
protagonista
empieza
a
hermana Sora sentado en el tejado
buscar pistas que le indiquen el
número 17. Hacía veinte años que
paradero de su hermana. Sabe que
no sabía nada de ella, pero hace
hay
poco recibió una carta en la que
varios médicos durante el Libro de
ella le comunicaba que volvería a
Barda,
la ciudad durante el verano. Desde
desvelarle la verdad.
entonces, se
todos
sienta
los
sobre
días
las
unas
grabaciones
y
que
hechas
éstas
por
podrían
Phineas
tejas
y
la
Londres es de cartón es la cuarta
espera con dos manzanas asadas que
obra
al final regresan intactas a casa.
recibió
de
Unai el
Elorriaga,
Premio
quien
Nacional
de
Narrativa en 2002 por Un tranvía Sora desapareció cuando él aún era
en SP, su primera novela. En este
un niño. Un día, de repente, ya no
último trabajo, el autor vuelve a
estaba. Todo ocurrió en la época
hacer patente su estilo: el uso de
del
recursos
Libro
oscuros,
de
de
Barda,
dictadura.
unos
años
Por
aquel
estilísticos
sinestesia
o
la
como
la
elipsis,
la
entonces mucha gente se disolvía,
presentación de escenas inconexas
como por arte de magia, y nunca se
para crear sensación de confusión
volvía a tener noticias de ellos.
o irrealidad y un estilo narrativo
Ese
tiempo
aciago
cercano
aún
quedan
restos,
ya
pasó,
pero
personas
que
hacen
a que
las
novelas
podamos
infantiles
identificarlo
aún quieren ejercer el poder y con
sin tener que mirar el título del
las que hay que tener cuidado. No
libro.
todo el mundo quiere que regresen los desaparecidos.
Casi todos los días, los amigos de
Sin embargo, la temática de esta
Phineas
historia es mucho más áspera que
le
hacen
compañía
en
el
tejado. Así no se siente tan solo,
la
y puede hablar mientras vigila la
portada ya nos augura un universo
estación. Sora tiene que llegar en
de marrones y grises, y al pasar
tren,
está
la
las páginas también percibimos una
traen
en
aparcar
opacidad y una melancolía que no
convencido,
coche
lo
hará
y
si
de
los
tres
anteriores.
La
allí, y él la verá. Con todo, los
se
días pasan y nada se mueve, por lo
intensidad en novelas como El pelo
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manifestaron
GRANITE & RAINBOW
con
#3
tanta
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LONDRES ES DE CARTÓN, UNAI ELORRIAGA - IRAIDE TALAVERA de Van’t Hoff. Esta vez el autor
Unai
nos
quiere
hablar
totalitarismos
y
del
Elorriaga
de
los
época
del
dolor
que
corresponder
confiesa
Libro
de
que
Barda
a
la
puede
cualquier
éstos acarrean, y quizá por eso ha
totalitarismo, ya que en todos hay
recreado
un poder que pretende imponer sus
una
repetitiva,
atmósfera en
la
que
lúgubre la
y
acción
queda atascada.
ideas
sobre
el
resto
de
la
sociedad y erradicar a todos los que protestan contra
Durante
la
parte
del
sólo
está
mayor
ellas.
libro
cuentas,
la
espera,
fría
para
a
de
ser
verano,
el
tacto
rugoso
de
los
agudos
y
las
ansiedad
víctimas
sentimientos de
los
futuro.
No resulta difícil
descubrió
palpar
su
la
incertidumbre
del
mezclada
documentación
que
un
que
psiquiatra
desesperanza:
lo
época
aquel
a
esa
hermana
entonces
personas
apenas sabe nada. Y sus amigos, a
había
pesar
considerable.
ayuda
apoyarlo, muda,
familiares la
son
personas
también
desdicha
sólo
de
en
con
franquista
el
que
por
número
de
brotes
aumentado
la
psicóticos de
forma
cuyos
protagonizaron
vivir
tiempo.
una
en
científicamente
desaparecida hace tanto, de la que
durante de
estudió
encontrar
hecho,
proceso
la
demostró
el
escritor
con
más probable es que no vuelva a
por
De
el
de
miedo, e
amigos de Phineas.
joven,
son
inquietud
de
las
dictaduras
conversaciones escuetas
común
todas
de
de el
las
pesar
tejados
fin
denominador
que
imaginamos
A
aquel
Sin duda, existe la obligación de recordar el perjuicio y la lacra que las dictaduras suponen para el género
humano.
Unai
Elorriaga
lo
ha hecho a través de una historia
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LONDRES ES DE CARTÓN, UNAI ELORRIAGA - IRAIDE TALAVERA concentrada
en
la
de
un tema tan hondo como el que ha
Sora, aunque ésta simboliza la de
tratado en su último libro no sea
todas
el mayor de los aciertos, pero ha
aquellas
desaparecieron
ausencia
personas o
que
que fueron
tenido
el
mérito
de
abordarlo
torturadas y desterradas. A pesar
desde la imaginación, sin ofrecer
de todo, el ambiente de opresión
datos
que recrea Elorriaga es demasiado
dictadura
denso. Son muchas las páginas en
cabo,
las que la trama no avanza, y esta
expresar con esta historia es que
vez
todos los totalitarismos son parte
el
peculiar
estilo
narrativo
la
nos
remitan
concreta. idea
que
él
sino
víctimas salen perdiendo.
aún
más
la
en
a
fin
de
ralentiza
ecuación
Al
del autor no supone un aliciente, que
una
que
la
una y
al
quiere
que
las
historia.
Por otro lado, en la segunda parte del libro Elorriaga introduce una historia
paralela
relacionada
de
forma tangencial con el argumento principal, cambio
pero
resulte
consigue natural.
que Más
el
bien
parece que trata de compensar con cápsulas concentradas de suspense la falta de acción de la primera parte enlazar
del
libro.
bien
los
Tampoco
logra
pequeños
textos
en los que se exponen las normas de la época del Libro de Barda, o las
conversaciones
mantenidas
en
las grabaciones. Estos fragmentos quedan
descolgados,
sin
conexión
alguna con el ritmo del relato.
A pesar de todo, siempre merece la pena disfrutar de un autor que ha logrado literario
innovar actual
el
panorama con
su
característica de escribir. Quizá
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GRACIAS, SEÑOR STOKER - IVAN MOURIN
"Me cobraré mi venganza. La extenderé durante siglos. El tiempo está de mi lado" Drácula, Bram Stoker
Recuerdo aquel año en que tenía nueve años, agazapado bajo el escritorio del
viejo
despacho
de
una
casa
aún
más
vieja,
con
un
ejemplar
de
“Drácula” que encontré en una de las librerías, escondido como el niño que fuma un cigarro con la intención de crecer prematuramente. Fue como mi
primera
experiencia
sexual:
caótica
e
inolvidable.
Bajo
la
luz
amarillenta de una linterna de latón, me fui nutriendo de aquel libro ajado, como lo haría el vampiro a lo largo de las páginas. Pero,
como
digo,
es
un
recuerdo.
Uno
agradable,
de
esos
que
siempre perduran en la memoria, en un rincón iluminado por el tiempo que siempre está libre de polvo. Hoy
releo
aquella
obra
decimonónica,
como
en
otras
ocasiones
después de veinte años, y me sorprende comprobar que aún consigue que aquel crío que se iniciaba en el terror emerja de mi interior. “Drácula” es, al igual que la magnífica “El retrato de Dorian Gray”, de Oscar Wilde, un cántico a lo lascivo, a la lujuria, el azote al ficticio y recatado puritanismo de la sociedad decimonónica, velado por la niebla del opio y los vapores de la absenta. ¿Que cómo puedo decir esto, si es una novela romántica encauzada en el terror? Porque es cierto, y ahí van unos ejemplos: el personaje de Lucy Westenra es como una muñeca hinchable manejada por Drácula a su antojo, hasta que, tras ser convertida, pasa a ser un monstruo sádico con una perversa atracción hacia los niños; la potente influencia que ejercen las concubinas del vampiro sobre Jonathan Harker, un mero juguete sexual, y que ejercitan de nuevo
sobre
el
viejo
profesor
Van
Helsing;
y
el
más
claro,
el
sometimiento de Mina ante su marido dormido por el Conde, donde se insinúa una fuerte pulsión erótica (pero se muestra poco).
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GRACIAS, SEÑOR STOKER - IVAN MOURIN El vampirismo es el usurpador de los instintos primarios, una plaga sexual que, en caso de la novela, afecta principalmente a las mujeres; pero, en realidad, viene a ser un reflejo del mismo desastre que también vampirizó a muchos ciudadanos de la época, incluyendo al propio Stoker: la sífilis. Pero la pregunta importante es qué se sabe realmente de Drácula. ¿Se le llega a conocer? La primera vez que lees esta obra, y más si es a tan temprana edad, apenas te das cuenta de que el personaje que da nombre al título no es más que un miembro del reparto; es el cine el que le da, posteriormente, un protagonismo importante, el que se merece. El lector se basa en el juicio que ofrecen Harker (especialmente él), su séquito de cazadores y las víctimas, pero en ningún momento se le permite al propio vampiro dar su punto de vista, así que tampoco sabemos qué es lo que le mueve a matar. ¿El temor a la extinción? ¿Un deseo de erradicar a la humanidad? ¿O ese toque seductor y melancólico de anhelo por un alma gemela
que
auténtico
le ser,
han
otorgado
perverso
y
novelas diabólico?
póstumas Lo
que
que
casi
está
destruyen
claro
es
que
su el
personaje es difuso, y ni siquiera se muestra directamente cómo se nutre de sangre, aunque tal vez sí de la psique, como sucede con el desdichado Jonathan,
al
que
acaba
transformando
en
un
ser
débil,
sumiso
y
de
prematuro envejecimiento, una clarísima plasmación de la imagen que tenía Stoker de sí mismo. Habrá quien opine que lo más normal sería que el autor crease al gran vampiro a su imagen, pero no anda tan desencaminado: Drácula fue creado como el alter ego que tanto codiciaba Stoker y que jamás pudo ser: apuesto, poderoso, hipnótico, como Henry Irving, en quien se inspiró y para quien trabajaba, que podríamos añadir que era un tirano que rozaba la sociopatía. Y puestos a hablar de personajes, merece una mención honorífica Abraham Van Helsing, que pasa de ser un hombre de ciencia a un místico anegado por el ocultismo con una facilidad poco justificable (y creíble), como si fuese un miembro más de The Golden Dawn, la sociedad a la que perteneció Bram Stoker. A diferencia de otras obras de terror o de género fantástico, donde en ocasiones se crean mundos y escenarios inexistentes, “Drácula” se caracteriza en que la gran mayoría de éstos son reales, lugares que merecen ser visitados, tanto si eres un amante de la obra como si no.
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GRACIAS, SEÑOR STOKER - IVAN MOURIN Pasear por la costa de Whitby, donde el cielo es eternamente gris como una capa de aluminio deslustrada, imaginando al Demeter varado en la tierra apelmazada, rodeado por peñascos grotescos y acantilados, donde aún se conserva la vieja abadía en ruinas; recorrer el zoo de Regents Park y detenerte ante la jaula de los lobos; o, lo mejor, visitar el cementerio de Highgate, un auténtico escenario de la Hammer, donde las lápidas son arrastradas a la tierra por las raíces y devoradas por la hiedra, hay multitud de símbolos que hacen referencia a Saint George (que nadie se esfuerce en esperar a que aparezcan llamas azules en uno de los sepulcros para indicarles que hay un tesoro debajo, otra muestra del conocimiento
esotérico
de
Stoker),
y
donde
aquel
que
sea
muy
Dawn
Browniano puede entretenerse buscando tumbas masónicas. Resumiendo, creo que jamás una indigestión de cangrejo hizo tanto por y para tantos. Ojalá algún día un atracón de pizza consiga crear una obra inmortal como esta. Desde aquí, le doy las gracias, señor Stoker.
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MASCARA SOBRE LONDRES - YANINA ROSENBERG (Acerca de El hombre que fue Jueves de Chesterton)
En
el
modernidad
libro como
Obras
la
en
prosa
aspiración,
(1864),
la
búsqueda,
Baudelaire el
fin
habla
más
de
elevado
la del
hombre. Syme, el protagonista de El hombre que fue jueves de Chesterton retruca: "Los modernos dicen que no debemos castigar a los herejes. La única duda que tengo es si tenemos derecho a castigar a alguien más". Y se dispara la polémica que discurre a lo largo de toda la novela. Influenciado por ciertas vanguardias europeas -enciéndase la luz sobre
el
surrealismo
francés
y
su
deslindamiento
de
toda
sujeción
racional al margen de preocupaciones estéticas y morales, lo que permite hablar de una poética del sueño-, Chesterton se debate entre ser o no ser moderno, en su forma
de
pensar,
y
en
la
adecuación
de
Londres a ciertos aspectos de la modernidad. Así, cubierto creación
se de
despliega
un
surrealismo.
de
escenario
Pero
verosímiles
de
en
dicha cuento
maravilloso, se vislumbra, sin claroscuros, los matices de la anarquía.
Y los mágicos
cielos emplumados se tiñen de irreverencias. Precisamente porque adjudica lo artístico al mero plumaje. Es decir, a las apariencias. El mejor ejemplo es el de Saffron Park, un barrio con aires de colonia artística, cuyas pretensiones de centro intelectual apenas se quedan en una esfera agradable a la vista. Chesterton
pinta
a
Londres
como
la
ciudad de las plumas y las apariencias, donde nada es lo que parece. Ni siquiera el aspecto de Lucien Gregory. Para el poeta, los cabellos rojos constituyen una anarquía respecto de su condición de hombre: ¨Sus cabellos rojo-oscuros —la raya en medio—, eran como de mujer, y se rizaban suavemente cual en una virgen pre-rafaelista. Pero en aquel óvalo casi santo del
rostro, su fisonomía era tosca y brutal, y la barba
se adelantaba en un gesto desdeñoso de "cockney", de plebe londinense;
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MASCARA SOBRE LONDRES - YANINA ROSENBERG combinación atractiva y temerosa a la vez para un auditorio neurasténico; preciosa blasfemia en dos pies, donde parecían fundirse el ángel y el mono.¨ De
manera
similar,
para
pertenecer,
Syme
debe
arreglar
su
apariencia: “…se hizo arreglar pelo y barba, compró un sombrero decente, un elegante traje de verano azul-gris, pálido, se puso una flor amarilla en la solapa y, en suma, se transformó en ese sujeto impecable y casi insoportable
que
Gregory
había
encontrado
por
vez
primera
en
el
jardincillo del Saffron Park.” Todos los objetos que lo rodean, aún los más vulgares, también adquieren
un
tinte
poético,
intelectual.
Son
aquellos
su
carnet
de
pertenencia al debate. De tal manera, Chesterton presenta la duda acerca del matiz real de un mundo en el que los hombres se metamorfosean con barbas,
gafas
y
narices
para
reflexionar,
debatir
y
confesar
sus
verdades. !
Disfrazado de policial, El hombre que fue Jueves funciona como
un sueño, una pesadilla en donde Londres está en la mutación propia de principios de siglo y resulta, por ende, casi imposible reconocerla o catalogarla.
Se
preanuncia
el
surgimiento
del
policial
negro
en
una
Londres que comienza a mostrar la vulgaridad y la pobreza en sus calles. Y se parodia la pulcritud de Sherlock Holmes: se analizan pistas que no se ven
–
¿que no existen?- , aunque todo con la única finalidad de
debatir: avances científicos versus la fe, el arte de la anarquía o la anarquía del arte. Syme se declara como un ¨poeta de la legalidad, un poeta del orden, y hasta un poeta de la respetabilidad.¨ Hete aquí su paradoja,
porque,
intercambiables:
el
claro poeta
está, es
uno
poeta con
la
y
anarquía
anarquía.
son
Quizás
términos por
eso,
Chesterton no titubea en afirmar que el criminal más peligroso es el culto, el filósofo moderno que ha roto con todas las leyes. !
El debate se encuentra en todos los ámbitos, se difunde en el
aire como la bruma que desdibuja los limites del
Tamesis. Es la realidad
de
atraen
Chesterton,
donde
los
clubes
de
debate
a
los
jóvenes
estudiantes, que ven reorientada su vocación artística hacia la búsqueda de la verdad. Una verdad que permanece oculta detrás de una moderna neblina londinense.
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
Las horas que pintan los cielos que trabas y escuchan piadosos los lamentos del pasado creando risas del futuro ding dong ding ding dong y aplauden como mosquitos en la ventana se acaba se acaba se acabó.
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
transcurren por sus calles sueños deambulantes tristezas arrepentidas contra los rincones los abismos las casas de ladrillo y pobreza. transcurren por sus calles ladridos de esperanzas alaridos de venganza, monedas, peniques, caballeros andantes y mendigos malolientes. los caballos se ríen en su jerga y los ricos piden paso a su belleza. transcurren por sus calles
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
palabras escuchas periódicos mentiras dominicales insultos belleza palabras libros letras sobrevolando el suelo el abecedario incluso de los analfabetos y por contra siempre a la contra el abecedario insulso de los cultos los presuntos mecenas palabras literatura en eso se resume el mundo la belleza de las líneas y los versos la belleza de la escucha y la narración la belleza de una calle abarrotada de sabiduría charing cross charing cross road
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
tu belleza supera mi amor que se suicida desde el punto más alto para caer en el punto más bajo y alcanzar así tu piedad revuelta de lodo, cristal, y mármol fino. tus aguas recorren mis venas y tamborilean mi corazón volver a ti no es una opción y roto y roto y retorno siempre inmensa delirando por tu visión.
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
rojos y azules el corazón de Londres está más cerca de lo que creemos siempre estamos ahí, montados en sus autobuses que suben al infinito surcando su cielo lluvioso, su niebla, su bruma y creyéndonos reyes y reinas del mundo de Londres de sus calles y sus pasadizos de su tráfico y sus sonidos roncos Londres, Regent Street, siempre ahí, siempre al alcance del sueño
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tus dedos me abrazan
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poder y figura honestidad e inocencia fingida tú, Victoria, viviste cuando cambió el mundo gobernaste con los sedientos y los hambrientos y mirabas a otra parte, otra, allí, otra, aquí, y firme en tus creencias de luto te resguardaste en los páramos y en silencio esperaste tu muerte Muerte fingida, pues aún estás en Londres ojo avizor, cuidando de tu ciudad
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corre, acompáñame, acelera el paso recorramos el mundo, mira la gente pasar, que viene que va esos rostros que no volverán, como las golondrinas. recuérdalo todo pues esto es lo que nos queda
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los pozos de agua ya no son excusas los charcos se han adherido a mis pies y el frío que me atormenta se mezcla con tu huída. el verde de la esperanza se desprendió, suicida, de la imagen porque ya no estás, porque estoy lejos y mis manos aquí no alcanzan ni tus sonidos, ni tu ira, ni tu desprecio, ni tus sueños y este parque se me ha quedado pequeño, minúsculo, inhóspito como esta charca, este salto, en el que me he congelado
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UN PASEO POR UN LONDRES POÉTICO
pi-cca-di-lly el círculo vicioso del Londres más antiguo donde convergen pensamientos, odios donde tu luz, la nuestra, no alumbra nuestro pasonuestro pasonuestro pasonuestro paso donde sólo se cambia el sentido cuando una mano te arrastra a otro de sus brazos y la historia vuelve a empezar, y a girar, y gritar pi-cca-di-lly cir-cus ruge, aúlla, ladra, muge, distorsiona la realidad, la ausencia, y en la fuente, su fuente, nuestra sed que como máquinas saciamos que como humanos buscamos
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Virginia Woolf por Gusi Bejer
/A ORILLAS DEL RÍO OUSE/ EL INABARCABLE LONDRES DE HENRY JAMES Y VIRGINIA WOOLF - AINIZE SALABERRI Hablar de Virginia Woolf y de Henry James es hablar Londres. Virginia nació en la capital inglesa, James
de se
enamoró de ella, de la ciudad, y nunca volvió a abandonarla. Se hizo incluso inglés. Ambos compartieron una pasión que mucha gente en la actualidad entiende a la perfección; el poder de la ciudad les embaucó y no podían dejar de hablar de ella. A ella retornaban una y otra vez. Ambos dedicaron un libro a Londres: una serie de relatos enlazados entre sí mostrando la belleza y lo horripilante de la ciudad. Woolf, es bien sabido, amaba Londres hasta el punto de que se moría por ella. Es posible que su suicidio estuviese impulsado, en parte, por la ausencia del bullicio londinense en Monk House, su última residencia. James quedó atrapado en las calles de Londres y se perdió en ellas consciente de lo que hacía. Ambos libros, titulados Londres, son el resultado del amor: un amor único, un enamoramiento pleno. Ambos estaban entregados a la ciudad en cuerpo y alma. Henry James vivía en Bolton Street, con vistas a Green Park, cerca de Picadilly y decía, de la que podría decirse con seguridad que sentía su ciudad: “Londres es la capital de la raza humana, el lugar preciso del mundo que con más fuerza comunica la sensación de estar vivo”, y parece que con esta afirmación se acercaba a la de Samuel Johnson, quien en su momento dijo: “Cuando un hombre se harta de Londres es que está harto de la vida, pues en Londres se encuentra todo cuanto la vida puede proporcionar”. En su libro Londres, Henry James menciona tres motivos que hacen de Londres un lugar bello. Él los llama “accidentes de estilo”, y son: la grandeza en general, el ambiente de la ciudad, y “la última de éstas es la congregación de los parques, que constituye un ornamento sin igual en el mundo entero, lo cual otorga al lugar una superioridad que ninguna de sus múltiples fealdades bastaría para teñir”. ¿No os imagináis ahora, a James, paseando por Green Park, Hyde Park,
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/A ORILLAS DEL RÍO OUSE/ EL INABARCABLE LONDRES DE HENRY JAMES Y VIRGINIA WOOLF - AINIZE SALABERRI Kesington Gardens, o por St.James Park? ¿No son, acaso, los parques, de lo lugares más hermosos de los que dispone Londres? A Virginia le encantaba pasear por St.James, igual que a la señora Dalloway, y escuchar el ruido de los aviones surcando el cielo en busca de protección. Una estampa sin igual, desde luego. Y Henry James, además de muchas otras cosas, también dijo de Londres: “Londres, sin lugar a dudas, es en gran medida e niño malcriado del mundo entero”. Una verdad como un puño de grande.
Pero, ¿qué podemos encontrar en la obra de James titulada Londres? En el prólogo del libro Iñigo García Ureta nos lo aclara: “(el libro) contiene en su interior todas las chimeneas de Mary Poppins; una librería en el 84 de Charing Cross; la torre de BT que se alza sobre Fitzrovia en un sábado de Ian McEwan; el 221B de Baker Street, y el orwelliano Ministerio del Amor; el atardecer de Waterloo en la voz discreta de Ray Davies, que desemboca en una noche lluviosa en el Soho; un paso de cebra en Abbey Road y las crestas y las tachuelas de Camden Town; la tumba de Marx en Highgate y la casa de Freud en Hampstead; el logo de la Thames Television en nuestros televisores años atrás; una puerta azul en Notting Hill y una tienda de discos en Holloway, en donde resuena ese London Calling que cantó Joe Strummer”. ¿Por qué perdérselo?
¿Y cuál es el Londres de Virginia Woolf? Es el Londres de la primera guerra mundial y del período de entreguerras. Es el Londres por el que sobrevuelan aviones, que mantiene una actividad frentética en Oxford Street y en Regent Street y JUNIO ’10
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/A ORILLAS DEL RÍO OUSE/ EL INABARCABLE LONDRES DE HENRY JAMES Y VIRGINIA WOOLF - AINIZE SALABERRI que guarda silencios en St.Paul y en Westminster. El Londres que crear historias de miedo en la cámara de los comunes y que escribe historias en las salas de té de Charing Cross. Es el Londres de las y los londinenses, del oportunidades. El Londres donde se reunía su los Bloomsbury, y debatían sobre la vida, sus por supuesto, sobre literatura. Es el Londres
amor, de las grupo y ella, corrientes y, donde todo es
posible y el único lugar en el mundo donde podía estar loca y ser feliz. El libro incluye seis relatos y dos de ellos los reproducimos aquí. “Retrato de una londinense” se creyó mucho tiempo perdido hasta que se recuperó en una biblioteca. “Abadías y catedrales” habla de belleza y de literatura. No os los podéis perder.
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ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF Es un lugar común -pero no podemos evitar repetirlo- decir que Saint Paul domina Londres. Vista desde lejos, la catedral parece hincharse como una burbuja gris. Al acercarnos, se cierne sobre nosotros, gigantesca y amenazadora. Pero de repente se desvanece. Y, detrás de Saint Paul, debajo de Saint Paul, alrededor de Saint Paul, cuando no podemos ver Saint Paul, ¡cuánto se encoge Londres! Otrora, hubo universidades, plazas rectangulares y patios, y monasterios con lagos y peces, y claustros, y corderos pastando en prados verdes, y posadas en las que grandes poetas estiraban sentados las piernas y hablaban cuanto querían. Ahora este espacio se ha encogido. Los campos, los lagos con peces, los claustros, han desaparecido. Incluso los hombres y las mujeres se han encogido y se han transformado en multitudinarios y leves, en vez de ser individuales y recios. Allí donde Shakespeare y Jonson en otros tiempos se enfrentaron y se dijeron cuanto quisieron, un millón de señores Smith y de señoritas Brown andan presurosos y ajetreados, saltan del autobús, se sumen en el metro. Causan la impresión de ser demasiados, demasiado pequeños, demasiado parecidos entre sí, para tener cada cual su nombre, su carácter, su propia vida separada. Si dejamos la calle y entramos en una iglesia ciudadana, reparamos en el espacio de que disfrutan los muertos en comparación con aquel del que disfrutan en nuestros días los vivos. En el año 1737, murió un hombre llamado Howard, y fue enterrado en Saint Mary-le-Bow. La lista de sus virtudes ocupa una pared entera. “Gozó de la bendición de una mente inteligente y recia, que brilló conspicuamente en el habitual ejercicio de grandes y divinas virtudes... En una edad de disipación, fue siempre inviolablemente fiel a la justicia, la sinceridad y la verdad”. Este hombre ocupa un espacio que podría servir casi para instalar una oficina cuyo alquiler ascendería a un buen montón de libras esterlinas. En nuestros tiempos, cualquier hombre igualmente oscuro tendría una porción de piedra blanca, de tamaño reglamentario, entre miles de porciones iguales, y no se daría constancia de sus grandes y divinas virtudes. En Saint Mary-le-Bow también se pide a la posteridad que se detenga y se alegre pues la señora Mary Lloyd “terminó una ejemplar e inmaculada vida”, sin sufrir y, desde luego, sin recuperar el conocimiento, a la edad de setenta y nueve años. Deteneos, reflexionad, vigilad vuestras costumbres, es lo que estas viejas lápidas nos aconsejan, y aquello a que nos exhortan. Uno sale de la iglesia maravillado de los espaciosos días en que ciudadanos desconocidos podían ocupar tanto espacio con sus huesos, y pedir con tal seguridad tanta atención a sus virtudes,
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ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF mientras nosotros andamos entrechocando los unos con los otros, esquivándonos y hurtándonos los unos y los otros, en la calle, doblando esquinas ceñidamente, y dejándonos atropellar con toda facilidad por los automóviles. El simple proceso de mantenernos vivos exige todas nuestras energías. íbamos a decir que no tenemos tiempo para pensar en la vida y en la muerte, cuando de repente nos topamos con los inmensos muros de Saint Paul. Aquí está otra vez, cerniéndose sobre nosotros, como una montaña, inmensa, más gris, más fría y más silenciosa que antes. Y, en el mismo instante en el que entramos, experimentamos esa sensación de pausa y de expansión, de liberación de las prisas y de los esfuerzos, que Saint Paul, más que cualquier otro edificio del mundo, tiene el poder de infundir. En parte, el esplendor de Saint Paul radica simplemente en su gran volumen, en su incolora serenidad. Tanto la mente como el cuerpo parecen ensancharse en este recinto, parecen ampliarse bajo su gran techumbre, donde la luz no es del sol ni de las lámparas, sino un ambiguo elemento situado entre una y otra. Una ventana arroja hacia abajo un ancho chorro verde, otra cubre las losas de un fresco y pálido color purpúreo. Hay espacio suficiente para que cada amplia franja de luz caiga con suavidad. Muy grande, muy cuadrada, sonando a hueco, con ecos de perpetuos pasos lentos y de amplias sonoridades, la catedral es sumamente augusta, pero en modo alguno misteriosa. Entre las columnas se amontonan las tumbas como mayestáticas camas. Aquí está la digna estancia de reposo a la que los grandes estadistas y hombres de acción se retiran, ataviados con todo el esplendor de sus ropajes, para aceptar las gracias y el aplauso de sus conciudadanos. Todavía lucen sus estrellas y sus jarreteras, sus emblemas de pompa cívica y de militar orgullo. Sus tumbas son limpias y bellas. No se ha permitido que el herrumbre o la suciedad las manchen. Incluso Nelson causa la impresión de sentirse bastante cómodo. Y la contorsionada y atormentada figura de John Donne, envuelta en los pliegues marmóreos de sus graves ropas, da la sensación de haber salido ayer del taller del marmolista. Pero ha estado aquí, en su tormento, durante trescientos años, y ha sufrido incólume las llamas del incendio de Londres. Se ha prohibido aquí la entrada de la muerte, y de la corrupción de la muerte. Aquí se guarda celosamente la virtud cívica y la cívica grandeza. Cierto es que sobre una pesada puerta labrada una leyenda dice que a través de la muerte pasamos a nuestra gozosa resurrección. Pero las pesadas hojas de la puerta no sugieren que se abran a campos de amaranto y flores de fábula, donde suenan arpas y coros celestiales, sino que dan paso a escalinatas de mármol que conducen a solemnes cámaras de consejos y espléndidas salas, con estandartes, donde suenan
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ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF altas las trompetas. El esfuerzo, el sufrimiento y el éxtasis no tienen cabida en este majestuoso edificio. Difícilmente puede verse un constraste mayor que el que se da entre Saint Paul y la abadía de Westmister. Lejos de espaciosa y serena, la abadía es estrecha y puntiaguda, usada, inquieta y animada. Se tiene la sensación de haber abandonado la democrática barahúnda variopinta de la calle y haber entrado en una brillante asamblea, en una selecta sociedad de hombres y mujeres dotados de la más alta distinción. Los presentes parecen hallarse en pleno cónclave. Gladstone se adelanta y, luego, Disraeli. En todos los rincones, en todos los muros, hay alguien que se inclina o escucha, o se adelanta como si se dispusiera a hablar. Los que se encuentran recostados parecen yacer atentamente, como si se dispusieran a incorporarse al instante siguiente. Sus manos sostienen nerviosas los cetros, sus labios están prietamente cerrados en pasajero silencio, sus párpados levemente cerrados para meditar durante un instante. Estos muertos, si es que muertos son, han vivido con toda plenitud. Tienen cara marchita, nariz afilada, mejillas hundidas. Incluso la piedra de las viejas columnas parece frotada y desgastada por la intensidad de la vida que las ha rozado durante siglos. Las voces y el órgano vibran agudos entre las intrincadas formas del techo. Los delicados abanicos de piedra que se despliegan para formar la techumbre parecen desnudas ramas, despojadas de todas sus hojas y prestas a ser sacudidas por un vendaval de invierno. Pero su auteridad está bellamente suavizada. En todo momento, las luces y las sombras cambian y contrastan. Pasan el azul, el dorado y el violeta, y tiñen, se intensifican y palidecen. La piedra gris, a pesar de su antigöedad, cambia como un ser vivo, bajo las incesantes oleadas de la luz cambiante. Por esto, la abadía no es un lugar de muerte y reposo, no es la estancia de descanso en que los virtuosos yacen de cuerpo presente para recibir las recompensas merecidas por la virtud. ¿Es que realmente estos muertos han llegado a donde están en mérito de sus virtudes? A menudo, han sido violentos, han sido brutales. A menudo, solo la grandeza de su cuna les ha elevado. La abadía está llena de reyes de reinas, de duques y príncipes. La luz incide en coronas de oro, y todavía quedan rastros de oro en los pliegues de los ropajes de ceremonia. El rojo y el amarillo lucen aún en escudos nobiliarios, en leones y unicornios. Pero la abadía también está llena de otra realeza, que es incluso, quizá, más poderosa. En ella se encuentran los poetas muertos, todavía pensativos, todavía mesurando, todavía interrogándose sobre el
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ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF significado de la vida. Riendo, Gay dice: “La vida es una chanza, y todo así lo indica. Lo pensé otrora, y ahora me consta”. Chaucer, Spencer, Dryden y todos los demás parecen todavía escuchar con todas sus facultades alerta, mientras al afeitado clérigo, con su ropaje atildado, rojo y blanco, entona por millonésima vez los mandamientos de la Biblia. Su voz suena madura, autoritaria, en todo el edificio, como si no fuera irreverente que uno haya llegado tal vez a suponer que Gladstone y Disraeli se disponen a someter la propuesta recién expuesta -que los hijos deben honrar a sus padres- a votación. En esta brillante asamblea, cada uno de los que la componen tiene ideas y voluntad propias. Agudas voces traspasan la abadía. Ademanes enfáticos y actitudes personales quiebran en ella la paz. No hay ni una sola pulgada de sus muros que no hable, proclame e ilustre. Reyes y reinas, poetas y hombres de Estado siguen interpretando sus papeles, y no se les permite que se transformen silenciosamente en polvo. Todavía en animado debate se elevan sobre el oleaje inútil de la vida humana corriente y lo hacen con los puños crispados y los labios abiertos, con un orbe en una mano y un cetro en la otra, como si les hubiéramos obligado a alzarse en nuestra representación y dar testimonio de que la naturaleza humana puede de vez en cuando elevarse por encima de los murmullos del democrático desorden de las presurosas calles. Detenidos, traspuestos, allí están, sufriendo una esplendente crucifixión. ¿Adónde se puede ir, en Londres, para hallar la tranquilidad, a saber de cierto que los muertos duermen en paz? A fin de cuentas, Londres es una ciudad de tumbas. Pero también es una ciudad que se halla en medio del presuroso discurrir del caudal de la vida humana. Incluso Saint Clement Dane, esa venerable antigualla situada en medio del torrente del Strand, ha quedado sin aquellos apacibles elementos, los sauces llorones y el verde prado, a que incluso la más humilde iglesia rural tiene derecho. Hace ya tiempo que los autobuses y los camiones la han despojado de ellos. Saint Clement Dane se alza como una isla, a la que solo la más estrecha franja de pavimento que quepa imaginar separa del mar. Además, Saint Clement Dane tiene que cumplir sus deberes para con los vivos. Como es natural, Saint Clement Dane participa vociferante, estridentemente, con casi frenética alegría, aunque con voz ronca, como si la herrumbre de los siglos hubiera entorpecido su lengua, en la felicidad de dos seres mortales. Se celebra una boda. Saint Clement Dane da la bienvenida, a lo largo del Strand, al novio con chaqué y pantalones grises, a las damas de honor de la novia, virginalmente ataviada de blanco, y por fin
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ABADÍAS Y CATEDRALES - VIRGINIA WOOLF a la novia, cuyo coche se detiene ante la puerta. Y la novia baja ondulante y como un destello de blanca elegancia, pasa a la penumbra interior para aceptar el yugo matrimonial, con el acompañamiento del rugido de los autobuses, mientras fuera las palomas alarmadas vuelan en círculo, y la estatua de Gladstone queda atestada, como las gaviotas puedan atestar una roca, de entusiastas turistas que mueven la cabeza y gesticulan. Los únicos lugares tranquilos que hay en toda la ciudad quizá sean esos viejos cementerios transformados en jardines o pequeños parques infantiles. Las lápidas ya no sirven para señalar tumbas, sino que su blancura se alinea junto a las paredes. Aquí y allá, una hermosa escultura funeraria cumple la función de ornamento del jardín. Las flores alegran el césped, y bajo las copas de los árboles hay bancos para que en ellos se sienten las madres y las niñeras, mientras los niños hacen rodar aros y juegan a la rayuela, sin riesgos. Aquí, uno se puede sentar y leer Pamela de cabo a rabo. Aquí, uno puede dormitar durante los primeros días de primavera o los últimos del otoño, sin sentir con excesiva fuerza los impulsos de la juventud o la tristeza de la vejez. Sí, por cuanto aquí los muertos duermen en paz, nada demuestran, de nada dan testimonio, nada reclaman, como no sea que gocemos de la paz que sus viejos huesos nos proporcionan. Sin ofrecer resistencia, han renunciado a sus humanos derechos a destacar nombres o peculiares virtudes. Pero no tienen motivos de queja. Cuando el jardinero planta los bulbos o siembra la hierba, vuelven a florecer y cibren la tierra de hierba verde y flexible. Aquí, las madres y las niñeras parlotean, los niños juegan, y el viejo mendigo, después de consumir el almuerzo que lleva en una bolsa de papel, arroja migas a los gorriones. Estos cementeriosjardín son los más apacibles refugios de Londres, y sus muertos son los más silenciosos.
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RETRATO DE UNA LONDINENSE - VIRGINIA WOOLF
Nadie puede asegurar que conoce Londres si no conoce a un verdadero cockney –si no puede doblar por una lateral, lejos de las negocios y de los teatros, y golpear en una puerta particular en una calle de domicilios particulares – . Estas casas en Londres tienden a ser el mismo perro con diferente collar. La puerta da paso a un pasillo oscuro; del pasillo oscuro emerge una estrecha escalera; desde el descanso de la escalera surge un salón doble, y en este salón doble hay dos sofás, unos leños ardiendo a cada lado, seis sillas, y tres largas ventanas que dan a la calle. Qué sucede en la mitad posterior del salón que da a los jardines de las otras casas es a menudo materia de conjetura. Pero es el salón que da al frente el que nos ocupa ahora; porque era allí donde la señora Crowe estaba siempre sentada en el sillón junto al fuego; allí era donde vivía, allí donde servía el té. Es un hecho que nació en el campo, aunque suene extraño; también parece ser cierto que a veces se marchaba de Londres, durante esas semanas de verano en que Londres deja de ser Londres. Pero nadie sabía ni podía imaginar a dónde se dirigía o qué cosas hacía cuando abandonaba Londres, y dejaba su sillón, el hogar a leña sin fuego y la mesa sin tender. Representarse a la señora Crowe con su vestido negro y su velo y su sombrero, que camina por un campo de nabos o asciende una colina donde pastan vacas, parece incluso más allá del poder de la imaginación más desenfrenada. Junto al fuego en invierno, junto a la ventana en verano, permaneció sentada durante sesenta años –aunque no estuvo sola–. Hubo siempre alguien sentado en el sillón de enfrente, visitándola. Y antes de que esta primera visita permaneciera sentada durante unos diez minutos, la puerta invariablemente se abría y María, la criada, la de ojos saltones y dientes prominentes, la criada que había abierto esa puerta durante sesenta años, la abría una vez más anunciando a un segundo visitante; y luego a un tercero, y luego a un cuarto. Un tête-à-tête con la señora Crowe es algo que nadie ha presenciado. A la señora Crowe le disgustaban los tête-à-tête. Una peculiaridad que compartía con muchas anfitrionas ha sido la de jamás haber intimado con una persona. Por ejemplo, estuvo allí siempre un hombre anciano, en un rincón junto al armario – por cierto, asemejándose tanto a una parte integrante del maravilloso mobiliario dieciochesco como una garra de bronce–. No obstante, se lo llamó siempre el señor Graham, nunca John, nunca William: aunque a veces ella lo llamó “querido señor Graham”, para subrayar que lo conocía desde hacía sesenta años. La verdad es que ella no deseaba ninguna intimidad; lo que deseaba era conversar. La intimidad alimenta el silencio, y ella aborrecía el silencio. Deben entablarse conversaciones, y deben orientarse
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RETRATO DE UNA LONDINENSE - VIRGINIA WOOLF hacia generalidades, y sus temas deben incluir a todo y a todos. No deben ser demasiado profundas, y no deben ser demasiado ingeniosas, porque si una conversación se extendiera demasiado hacia alguna de estas dos direcciones, habría alguien, seguramente, que se sentiría excluido, y quedaría sentado balanceando su taza de té, sin decir nada. Así es que el salón de la señora Crowe tenía poco en común con los célebres salones que describen los autores de libros de memorias. Iban allí a menudo personas inteligentes –jueces, doctores, miembros del Parlamento, escritores, músicos, gente que viajó por el mundo, gente que jugaba al polo, actores y personas completamente insignificantes–, pero si alguien decía algo brillante era percibido como una infracción a las reglas de la etiqueta, algo que había que ignorar, como un ataque de tos y estornudo o una catástrofe con un muffin. La conversación que complacía y alentaba la señora Crowe era una versión con pretensiones del chisme de pueblo. El pueblo era Londres, y el chisme era sobre la vida en Londres. Sin embargo, el enorme talento de la señora Crowe consistía en convertiresta extensa metrópoli en una pequeña aldea con una sola iglesia, una casa señorial y unas veinticinco casitas. Tenía información de primera mano sobre cada obra de teatro, sobre cada exposición, sobre cada juicio, sobre cada divorcio. Sabía quién se casaba, quién se moría, quien permanecía en la ciudad y quién la abandonaba. Podía mencionar que acababa de ver el auto de Lady Umphleby, y arriesgar que iría a visitar a su hija, cuyo bebé había nacido ayer a la noche –como lo haría una mujer de pueblo acerca de la esposa del hacendado, que se dirige a la estación en busca del señor John, que viene de la ciudad. Y como ella realizaba este tipo de observaciones desde hace cincuenta años, había adquirido un asombroso caudal de información acerca de la vida de las personas. Cuando el señor Smedley, por ejemplo, comentó que su hija se casaría con Arturo Beecham, la señora Crowe añadió inmediatamente que en ese caso ella sería prima segunda de la señora Firebrace, y en un sentido sobrina de la señora Burns, por el primer matrimonio que contrajo con el señor Minchin de Blackwater Grange. Pero la señora Crowe no era en absoluto una snob. Era, simplemente, una coleccionista de relaciones y parentescos; y su sorprendente habilidad en esto servía para imponer en sus reuniones un tono familiar y un carácter doméstico, porque cuántas personas son primos vigésimos, sin que ellos mismos lo sepan. Haber sido admitido en la casa de la señora Crowe equivalía, por lo tanto, a ingresar como miembro a un club, y la suscripción exigida como pago era contar con una buena cantidad de chismes al año. Mucha gente pensó, cuando una casa ardía, o estallaban las tuberías o la criada se fugaba con el mayordomo, que iba a ir y contarle todo a la señora Crowe. Pero aquí también había que respetar distinciones.
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RETRATO DE UNA LONDINENSE - VIRGINIA WOOLF Ciertas personas tenían el derecho de ir a la hora del almuerzo; otras, y éstas eran la mayoría, debían ir entre las cinco y las siete de la tarde. Las del escalafón que tenía el privilegio de cenar con la señora Crowe eran pocas. Quizás sólo el señor Graham y la señora Burke lo hicieron, pues la señora Crowe no era una mujer rica. Su vestido negro era viejo y raído; el broche de diamante en el vestido era siempre el mismo broche de diamante. Su comida favorita era a la hora del té, porque la mesa de té es económica y promueve una elasticidad que satisfacía sus hábitos gregarios. No obstante, fuese un almuerzo o un té, la comida tenía un carácter inconfundible, al igual que el vestido y sus joyas le sentaban a la perfección y tenían, a su modo, un carácter único. Allí nunca faltaría una torta especial, un budín especial, la particularidad de la propia casa y una institución como María, la vieja criada, o el señor Graham, el antiguo amigo, o el viejo chintz de las sillas, o la vieja alfombra. Es verdad que a veces la señora Crowe salía a tomar aire y era invitada a almorzar y a tomar el té en casa de otras personas. Pero en sociedad se mostraba furtiva y fragmentada e incompleta, como si observara la boda o la noche de fiesta o el entierro apenas para retener los pedacitos de información que necesitaba para alimentar su propio tesoro. Así es que rara vez la inducían a aposentarse; permanecía siempre al margen. Se sentía fuera de lugar entre las sillas y las mesas de esa otra gente; debía tener su propio chintz y sus propio juego de mobiliario, y su propio señor Graham para ser ella misma, completamente. A medida que pasaron los años estas pequeñas incursiones en el mundo exterior se fueron extinguiendo hasta cesar por completo. Había construido un nido tan sólido y tan completo que el mundo exterior no podía ofrecerle ni una sola pluma o ramita para agregarle. Por otra parte, su círculo de amigos era tan fiel que podía confiar en ellos para que le acerquen los fragmentos de información que debía incorporar a su colección. Era innecesario que abandonara en invierno el sillón junto al fuego, la ventana durante el verano. Y con los años sus conocimientos se volvieron, aunque no más profundos – pues la profundidad no iba con ella-, sí más redondeados, y más completos. De modo que si una obra de teatro tenía éxito en su estreno, la señora Crowe no sólo se refería a ella al día siguiente añadiendo comentarios de lo que había ocurrido entre bambalinas, sino que recordaba otras noches de estreno, en los ‘80, o ‘90, y describía el vestuario de Ellen Terry, o lo que había hecho la Duse, y qué cosas dijo el querido señor Henry James –acaso nada muy notable–; y allí, hablando de ese modo, parecía que todas las páginas ilustradas de la vida de Londres durante los últimos cincuenta años pasaban suavemente ante nuestros ojos, para el regocijo de uno. Había muchas; y las ilustraciones eran nítidas y
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RETRATO DE UNA LONDINENSE - VIRGINIA WOOLF brillantes y de gente famosa; pero de ninguna manera la señora Crowe se estancaba en el pasado, de ningún modo lo exaltaba por sobre el presente. De hecho, lo que más importaba siempre era la última página, el momento actual, inmediato. El encanto de Londres consistía en que siempre ofrecía algo nuevo para observar, algo insólito de qué hablar. Uno sólo tenía que mantener los ojos bien abiertos; y permanecer sentado de cinco a siete, todos los días de la semana. Sentada en el sillón junto a sus invitados, de vez en cuando ella arrojaba breves miradas hacia la ventana a vuelo de pájaro, y era como si tuviera un ojo en la calle, o un oído ocupado en los autos y en los ómnibus y en los gritos de los diarieros, allí debajo de la ventana. Porque algo nuevo estaba sucediendo en ese preciso momento. Uno no podía dedicarle mucho tiempo al pasado; uno no debía centrar toda su atención en el presente. Nada era más característico, y quizá sí un poco desconcertante, que la mirada ávida que dirigía, interrumpiendo sus propias palabras, hacia la puerta abierta por María quien, ya más pesada y más sorda, anunciaba la llegada de un nuevo invitado. ¿Quién era el que estaba a punto de entrar? ¿Qué tendría, él o ella, para agregar a la charla? Pero su destreza para extraer lo que cada visitante podía aportar, su habilidad para ponerlo en común eran tales que nunca producía ningún daño; y era parte de su peculiar triunfo que la puerta nunca se abriera demasiado a menudo; el círculo nunca crecía más allá de lo que ella podía dominar. Así es que para conocer Londres no sólo como un glorioso espectáculo, un centro comercial, una corte, una colmena de industrias, sino como un espacio en donde la gente se reúne y conversa, ríe, se casa y muere, pinta, escribe y actúa, gobierna y legisla, es esencial conocer a la señora Crowe. Es en su salón que los fragmentos innumerables de esta extensa metrópoli parecen conformar una totalidad viva y animada, exhaustiva, agradable y divertida. Los viajeros ausentes durante años, maltratados, achicharrados bajo el sol y recién llegados de la India o de Africa, desde remotísimos lugares y aventuras entre salvajes y tigres, deberán venir directamente a la pequeña casa de esta calle tranquila y reservada para ingresar de nuevo, y de un solo paso, en el corazón de la civilización. Pero ni siquiera Londres podía mantener con vida a la señora Crowe por toda la eternidad. Es un hecho que un día la señora Crowe no se acomodó en su sillón junto al fuego mientras el reloj daba las cinco; María no abrió la puerta; el señor Graham se alejó por propia voluntad del juego de mobiliario. La señora Crowe ha muerto, y Londres –no, aunque Londres todavía existe–, la ciudad de Londres nunca volverá a ser la misma.
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CARTA DEL 27 DE ENERO - SANTIAGO BUSTAMANTE Se nos vino el invierno y no dejamos de salir a caminar, las hojas
que
tapizaban
los
prados
ya
no
los
adornan,
ni
los
vendavales ni la lluvia existen ya, a veces despierta uno y al mirar por la ventana observa la nieve, tal cual, sin más ni más, blanco todo a imitación de la pureza; los cuervos que había antes
encima
de
los
árboles
esqueléticos
ya
emigraron,
los
paraguas son todos grises y ya no se ven más los rojos y verdes en los vestidos de las mujeres; sólo el gris y negro a cuadros, las botas de cuero y los guantes; el amarillo en los cabellos ya no se ve casi, y seguimos caminando, incansables, ora por ver los
mapas
de
la
ciudad
en
la
exposición
de
la
Librería
Británica, ora por ver a Van Dyck en una galería que mucho tiene de Salón Lautrec. Marías dice que escribir literatura le permite a uno dejar de escribir como un notario, y que escribir es una forma de pensar activa.
Las
estudios
notas
sobre
en
mi
Rembrandt
libreta y
van
de
Picasso;
a
listas veces
de hay
música un
a
aviso
“obsérvense los rostros en el tren”, o “recuérdese la historia de Michaela en Hamleys”. Hemos sabido que antes de morir el Rey Arturo se convirtió en cuervo, y desde allí que está prohibido cazar cuervos en el Reino Unido porque él habrá de volver, y que en La Torre de Londres ha habido desde hace novecientos años un entrenador
de
cuervos,
vestido
de
negro
y
con
sombrero
aplastado. Según Borges Londres es un laberinto roto, y trata uno entonces de caminar con una sóla pregunta en la cabeza, a través
de
Oxford
Street
o
Marylebone,
“¿dónde
se
rompió
el
hechizo, dónde dejó de ser laberinto?”. Un café que se enfría antes de ser terminado, un cigarrillo que pierde las nociones las largor y disfrute y se transforma en tiempo, la bufanda que habrá de bambolearse, la loción italiana a la que no nos acostumbramos todavía y que se siente a pesar del tabaco, los rastros minúsculos de sangre que ha dejado la cuchilla de afeitar, el andar sonoro y largo, la mirada fija en ningún lado y la música que progresa en mi cabeza y que tiene tintes de infancia. Nos hemos acostumbrado a ver las calles llamadas con apellidos, las letras sajonas en las esquinas de
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63
CARTA DEL 27 DE ENERO - SANTIAGO BUSTAMANTE los bloques, los árboles enchamizados y los adoquines de mármol; nos hemos acostumbrado a los parques de interminables verdores, el blanco en las avenidas y las columnas talladas. Seguimos mirando
con
sorpresa
el
ojo,
el
reloj,
las
catedrales,
los
callejones inesperados, los mapas que nunca dejamos de estudiar; nos sigue conturbando la plaza y Piccadilly. All Souls nos sigue pareciendo perdida entre edificios cuadrados de ventanales y nos da la impresión de que Oxford ya no es lo mismo de antes. Tomamos pintas en los pubs que los ingleses siempre decoran con madera y lámparas rojas, con caligrafías que no parecen nuestras escribimos
sobre
sus
mesas,
esbozamos
mapas
o
simplemente
fumamos; no hemos dejado de comer con afán en las tiendas de indianos o tampoco dejamos de escuchar a Bach; no volvimos nunca a la tabacalera o a las librerías de Charing Cross y nos da la impresión de que Londres sigue aún sin ser perturada, que sigue siendo
el
mismo
lugar
de
nadie
que
no
nos
ha
albergado
lo
suficiente, y que nos sigue invitando a descubrirlo. Las mujeres, siempre las mujeres, nos recordaron a Schubert y su Serenade,
las
amarguras
de
los
sonetos,
y
nos
invitaron
a
descubrir a Thomas Moore y a Rossetti: Las hemos visto tomar el tren, treparse en el bus y perderse entre pasajeros, tomar un cab y dejarlas de ver tras los cristales. Nunca les prometimos más amor que el que les dimos cuando estuvieran de regreso. Nunca dimos más de lo que teníamos, y aún así el peso del recuerdo nos embargó, y lloramos, y muchas veces nos dijimos no más, y siempre volvimos a ellas en la frescura de la mañana para buscarlas según el rastro que dejaron sus labios en un sueño que algo tuvo de recuerdo, una caminata corta hasta Trafalgar o hasta Bone Street. Permitimos que entreran a decidir el rumbo de nuestros desvelos cuando nos prometían un no sé qué con unos ojos claros, que se olvidaran de las palabras al oído y las caricias atinadas cuando se adentraron en la estación de tren, o en el bus o al cerrar certera la puerta de cab. Muchas veces decidimos olvidarlas y las recordamos aún, otras las quisimos recordar por la promesa de un amor o por nostalgia y dejamos de pensar en ellas al verlas desaparecer entre el tráfico; las vimos reaparecer por la misma acera por donde partieron y ya no
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CARTA DEL 27 DE ENERO - SANTIAGO BUSTAMANTE las queríamos, otras las seguimos queriendo y volvieron y otras dejaron de venir y aún las queremos. Les dijimos cosas en una noche o através de los meses, las quisimos con el mismo afán una noche o durante los meses de la agonía, (el fondo de la ciudad cambió para repetir los acordes idílicos), nos vieron ebrios y ebrios
de
amor
y
nos
correspondieron,
nos
rechazaron
y
nos
pidieron más, nos quisieron y nos dijeron que nos fuéramos, que no volviéramos más. Las cosas que escribimos nunca dejaron de ser nuestras, la vida se nos iba en cada palabra porque habíamos caminado por la ciudad, la habíamos sentido, la habíamos buscado, la habíamos llorado.
Muchas
veces,
en
la
desesperación,
caminábamos
apresuradamente por la calle, apartando gente, conteniendo las lágrimas para vertirlas todas y de una vez por todas en la Plaza Trafalgar,
y
ésta
se
nos
abría,
y
entonces
bajábamos
las
escaleras de piedra blanca con despacio, casi solemnes, para llorar a solas en una banca bajo la sombra del General. Los días que estuvimos allí los recorrimos sin afán, quizás tratando de menguar el ritmo de la ciudad, sin éxito, amainando los pasos frente a una arquitectura o una mujer sajona, trazando rutas en los mapas que más se nos parecían a la ciudad que imaginábamos, más extensa y más nuestra, sin saber que siempre nos equivocábamos, las fronteras se nos desvanecían al cambiar de acera, el río nunca nos tuvo por suyo y sus parajes en las riberas
jamás
nos
dejaron
hacer
parte
del
paisaje.
Los
cigarrillos que nos fumamos nunca aplacaron la desdicha que nos produjo
el
caminar
a
ciegas
entre
glorias
muertas
y
los
edificios del Centro, los cafés se nos enfriaban tratando de dibujar con pluma un momento en Shaftesbury Avenue o sobre el puente de Waterloo; las fotografías que tomamos carecieron por completo del sabor inglés y siempre añoramos volver a recorrer las calles y ver el sol detrás de las Casas del Parlamento y volver a ver una inglesa de paso rápido, rauda y bella sin más; las noches que añoramos en soledad un matiz de tal cabello rubio o tal cadera, el acento y la desidia, nos hicieron querer más la ciudad y más nos impulsaron a descifrarla, mil veces caminamos por
Charing
Cross,
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mil
veces
caminamos
la
GRANITE & RAINBOW
ruta
del
#3
Salón
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CARTA DEL 27 DE ENERO - SANTIAGO BUSTAMANTE Lautrec, a través de Oxford Circus, Regent Street y Piccadilly hasta Trafalgar, donde encendíamos un cigarrillo sin afán y lo fumábamos bajo la estatua de Nelson, mirando hacia la Torre Victoria que nos miraba desde un lugar no muy lejos entre los edificios
que
Portobello
y
rodeaban Wembley
la
Plaza.
fueron
Los
señales
mercados
firmes
de
del que
Borough, todo
era
posible en la ciudad, y las gentes que conocimos nos confirmaron que Londres era el Mundo, en su polifonía, en su inmensidad, su prisa, sus museos, su Westminster y los muertos bajo sus fosas; las cervezas y el Whisky nos enseñaron que desde cualquier lugar y a cualquier hora era posible volver a casa, que Londres era un sirviente
del
beodo,
amigo
del
turista
y
consuelo
del
melancólico; en la Galería Nacional supimos que también Monet pintó las riberas del Támesis, en el Tate conocimos a Turner; sabíamos de antemano que Händel compuso en Londres, y por ella compuso, y durante nuestras caminatas recordamos la Música del Agua y la Música de los Fuegos Artificiales, desciframos los trazos y el color de las olas y los nombres de los barcos que atracaban en Aldwych; vimos la réplica del bajel de Sir Francis Drake, la armadura del Rey Eduardo y los aposentos de Enrique VIII durante su reinado, en la construcción de la Abadía de Westminster. Ahora pienso que Londres no nos necesita, pero sí nos pide la vida que cantemos por ella; es más, se hace necesario escribir para dar fe de la ciudad y la vida y las tristezas a las épocas venideras, no como ejemplo pero sí de regocijo; entonces, te digo, debemos coger las plumas y escribir, porque, más que una labor es un deber ya, se nos pide que seamos voceros de las glorias que ya no están, que murieron y que fueron olvidadas, a pesar de mirarnos sin ver a través de sus ojos de cobre o mármol que
fueron
cincelados
por
un
maestro
que
nosotros
también
alabamos.
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84, CHARING CROSS ROAD - AINIZE SALABERRI 84, Charing Cross Road es una historia de amor a la literatura, a los libros. Es una historia que narra cómo dos personas se enamoran a través de ellos. Todo comienza con un intercambio de cartas a propósito de libros que la escritora no puede encontrar en Nueva York. Ella, Helene Hanff, “una escritora pobre amante de los libros”, tal y como ella misma se define, se pone en contacto con la librería Marks & Co., regentada por Frank Doel, para conseguir auténticas reliquias de segundas y terceras manos. Ávida lectora y ácida escritora, pone siempre en un brete al pobre Frank (“¡Vamos, Frank Doel! ¿Se puede saber qué HACE usted ahí? No veo que haga NADA, salvo pasarse todo el día SENTADO.”), quien se mantiene siempre caballeroso y estirado, sin captar humor ni ironía por ningún sitio, educado y amable al más puro estilo británico. La correspondencia continúa durante meses, años, en los que las relaciones se estrechan, en especial las de Helene con familiares y compañeros de trabajo de Frank. Éste, sin embargo, siempre se mantiene un poco más alejado y discreto, menos inmiscuido, quizás por temor, quizás por vergüenza, o quizás para no alimentar más sentimientos que no puede del todo entender. Helene les manda paquetes de comida con huevos y carne porque el Londres de la posguerra no disponía de esos manjares. Así, nace entre ellos una intimidad que unirá sus lazos para siempre, crucen el charco o se queden en su país. Helene y Frank se enamoran sin saberlo, ajenos al resto del mundo, inmersos en sus libros, sus palabras, y con las letras perdidas que surgen de la relación, nace este libro, infinito, de una librería pequeña en el 84 de Charing Cross Road: “Es una tiendecita antigua y encantadora, que parece salida directamente de las páginas de una novela de Dickens”. Los avatares del destino ponen a Helene trabajando a destajo para poder seguir comprando libros e intentando ahorrar para visitar a sus amigos y a su ciudad querida, Londres. Esto es lo que le dice a Maxine, una amiga suya que visita Londres por motivos laborales: “Escríbeme, por favor, y cuéntame cosas de Londres. Vivo esperando el día en que pueda bajar del ferry y sentir bajo mis pies sus sucias aceras. Quiero ir caminando hasta Berkeley Square, bajar luego por Wimpole Street, estar un rato en el interior de la catedral donde predicaba John Donne, sentarme en el escalón donde Isabel se sentó cuando se negó a entrar en la torre, y cosas así. Un periodista que conozco, que estuvo destinado en Londres durante la guerra, dice que los turistas viajan a Inglaterra con ideas preconcebidas y que por eso se encuentran exactamente lo que buscan. Yo le expliqué que me gustaría ir en busca de la Inglaterra de la literatura inglesa y me respondió: ‘Pues está allí, sí’.” Del amor por los libros, las antigüedades y la literatura nace una historia de amor que sólo puede encontrar salida en una novela. Un cuento de hadas, príncipes y princesas, que a los literatos nos hace recordar una y otra vez por qué leemos y por qué somos como somos.
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A LONDRAS A LONDRES - SI LE - ES “POUNDEMONIUM”, DE JULIÁN RÍOS - JOSÉ MANUEL PRADO A bate pronto, Poundemonium, es un “pandaimonenium” – la firma con la que Julián Ríos rubrica sobre el mundo: el paso de su rubricón, con elefante y todo. Sobre todo, por la trompa que todo el mundo muestra y todo el mundo pilla y alguna agraciada de mamas, mama como
buena
“amamante”.
Ante
todo,
porque
todos
los
demonios
emergen del Tam-tam-tam-amnesis, ese Támesis que es memoria y es moralia, pero, contra todos, moralina victoriana, no victoriosa. El rubricón que se recuerda: pan-amnesis, tan-amnesis, Támesis. Un río que es todos los ríos, Julián “oneriver”.
A bote tonto, todo se inicia fenicio en una hoja de aligeramiento, la
primera,
aquella
cuya
frase
incipiente
es
un
esplendor
luciferino en la oscuridad reinosa, copiosa, ruinosa, porque da paso con peso, desde las sombras fondosas de Brook Green a los escaparates
oscuros
de
Shepherd’s
Bush
Road,
acaudalando
a
un
pobre diablo de sucia manta, todo el Spirit of London y a que alguien remembre mimbroso, un viaje al fondo de la mar, en verdad, una “beodisea” desde “Ship and Whale” hasta el “Albany”, la mar de la mer de quijotesco, de tasca en tasca, ver-odo, lo que incita, citando de buena cítara, a verlo todo, incluso la muerte, la buena fuente, the long wáter, el tam-amnesis que nunca se a gota a gota. A brote de buen cubero, son las eternas historias de los odiseosos sedados de alcohol, que, como alondras, van por Londres, en un vuelo, en busca de su fuel, y brusca mente, hallan a la turgencia, que con urgencia, aquí al lado, contra locas y “estravestidores” de puerto, les practican un abrasante “chupatirón” con los labios emporrados, oh, la lang, que longjhon.
A
canto
seguido,
cuenta
cuántas
personas
son,
milalias
con
milebrios: Rimbaudelaire y Reybaldo Reis, que si beben se iluminan erróticamente y
les entra un leighmotiv tervergisivo, y se hacen
a la Babel de una noche de San Juan, con mil de focs, foscos y ofuscos. Es Ra el que los guía por las extrabraganzas ofelísticas, por los móvil Dicks de la noche, y se mueven con dinero, con LSD,
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A LONDRAS A LONDRES - SI LE - ES “POUNDEMONIUM”, DE JULIÁN RÍOS - JOSÉ MANUEL PRADO libras, chelines y peniques, pounds and pounds, Ezra Pound que ha muerto.
Ha muerto el mejor fabricante de versos, el poeta, el gran Pound merece un velorio y un villorio, este ingente degente Londres de la patria mía, muros que no muraran, murmurarán! Curioso este poeta que pretendió modificar la poesía a fuerza de traducir del chino un Cathay de poemas, que Confucio! tan confundido. Tal que crea escuela la esquela y su muerte es INRI, es un auto de fénix, fenixio. A cuatro voces en el cuarto discruten discursiblos con la treta en la mano, sobre personae y sorben a la personae de la “madama de manos de mantequilla”.
Y
buscan
bucaneros
a
los
bruscaneros,
el
Albany
al
fin,
en
Deptford, Tam- amnesis abajo, y finalizar esa vela diosvelante, violantes, en los brazos graciosos de Babelle, que es la mejor frígida
para
frostarse
y
acostarse
fock con male west!, que sueña con un el
Albany,
o
con
detener
y
vrigidamente,
virginamente,
alba que no llega nunca en
detonar
el
alba
con
tanto
desdoblamiento en su última nota, peregrinos por este Londres de alondras.
Como a buen entendingdong, cualquier disco le fonograss, diré que Poundemoniun es un “Long Pound of a great picture book”, un larga duración de imágenes de libro, un libro de larga duración puesto en imágenes, una imagen que no vela en mil palabras, y las vale. ¡Vale, venga, vengrass above us! Abre el libro y leerelelelé!
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70
HISTORIA FICTICIA SOBRE ANNE PERRY Y JACK EL DESTRIPADOR - AINIZE SALABERRI En
las
calles
de
un
Londres
que
nadie
conoce,
entre
bruma
y
pitidos, entre sonidos de pisadas y pubs alborotados y abarrotados de
borrachos,
los
pasos
de
Jack
el
Destripador
resuenan
con
especial candor. Son las huellas de un maníaco, de un loco que mata prostitutas sin piedad. Descorazonado. Inhumano. Detrás de él,
a
la
sombra,
dentro
del
cobijo
que
permiten
las
calles
londinenses poco iluminadas, una mujer le sigue de cerca. En su mano lleva una libreta y una pluma. Va vestida como un hombre, capa
y
sombrero
alto,
zapato
grande,
toda
de
negro
y
pelo
recogido, no puede levantar sospechas. Cuando Jack se detiene ella se arrima a la pared y contiene la respiración, siempre con un ojo en su sombra y con el otro en la posible escapatoria. Jack sigue adelante,
por
Regent
Street,
una
calle
señorial,
distinguida,
silenciosa ésta. Lleva siguiendo a Jack desde Whitechapel, donde acaba de matar a otra mujer en una esquina, muy cerca de un pub donde poco antes había estado tomando una pinta. Nadie le reconoce porque nadie sabe quién es. Ella sí, lo supo desde el principio, ella lo creó. Una madre sabe que su hijo es un criminal desde la primera vez que lo coge en brazos, y ya desde pequeño Jack tenía mirada ausente y asesina. Ahora lo sigue de cerca y toma notas porque está escribiendo su novela. Se acabaron las novelas en las que el inspector Pitt descubre al asesino en las últimas páginas. Se acabaron los crímenes pasionales en Buckingham Palace, o los cuerpos descubiertos en el Serpentine, al amparo de los árboles y los patos mareados por la sangre. Se acabaron los misterios de las clases adineradas que, aburridas y avariciosas, matan por placer. Ahora, la madre del Jack literario, Anne Perry, escribirá sobre su propio hijo, al que creó en el silencio de las noches londinenses, entre fiesta y fiesta, y que ni el superintendente Pitt podrá encontrar. Se terminó la hegemonía de Scotland Yard. Jack está aquí para acabar con la tranquilidad de la capital inglesa, y Anne le persigue para controlarlo y para contarlo. Anne escribe, Jack mata. Perry tiene entre manos el mejor de los relatos: un asesino en serie que ni Sherlock Holmes ni Agatha Christie podrían haber creado jamás. Crímenes que sólo podrían ser resueltos por una mujer como Perry, que ha visto y vivido el crimen de cerca, que ha
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HISTORIA FICTICIA SOBRE ANNE PERRY Y JACK EL DESTRIPADOR - AINIZE SALABERRI sentido cómo entre sus manos se ha ido una vida. Jack se enganchó al último suspiro de sus víctimas y por eso continúa matando. Anne supo
sesgar
su
vida
del
asesinato
y
comenzó
a
escribir
bajo
seudónimo. Siguen bajando la temperatura. Las manos de Perry se congelan y Jack comienza a andar más deprisa entre los callejones desconocidos
de
ciudad
para
que,
una más
ciudad
que
inri,
será
jamás
siempre
descubrirá
desconocida. la
identidad
Una del
despiadado Jack. Perry se pierde, no sabe dónde está. Jack está escondido, ¿dónde estará Jack? Perry cruza una calle, se mete en otro callejón. Le ha parecido ver una sombra un poco más adelante. Anne contiene el aliento, Jack contiene el aliento. Algo tintinea en la oscuridad, algo parecido al filo de un cuchillo. Anne se acerca a esa leve luz, como hechizada.
- Hola, mamá. Cuánto tiempo sin verte.
La hoja del cuchillo se hunde en las esperanzas noveladas de Perry.
La
sangre
brota
y
descansa
en
el
suelo,
formando
una
sonrisa malvada a los pies de Jack. Le degolla el cuello y deja una J en la mejilla de Anne Perry. En su pecho, tras sacarle las entrañas y guardarse el corazón, escribe la palabra FIN. Se acabó. Un sueño más. El último asesinato de Jack. Su madre tenía que acabar lo que ella misma había comenzado.
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"Las bombas voladoras que caĂan a diario sobre Londres eran probablemente lanzadas por el propio gobierno de OceanĂa 'sĂłlo para mantener a la gente asustada'".
1984 - George Orwell
1984, GEORGE ORWELL - J. ÁLVARO GÓMEZ
Hablar hablar
de de
repleto
la
novela
1984
es
comunicación y la falta total de
mundo
libertades mantienen a un sistema
actualidad.
Un
cámaras
seguridad
de
de
que vigilan todos y cada uno de los
rincones
bien
se
de
una
podría
metrópolis
trasladar
a
la
ciudad planteada por Orwell o por la
que
del
paseamos
trabajo.
controlado nuestra
cada
Todo
con
día
es
el
camino
vigilado pretexto
seguridad,
aunque
y de
nadie
sepa ni se preocupe de a dónde van esas
imágenes
nuestras
caminamos
por
observamos
con
talla
de
ropa
el
mientras metro
u
detenimiento
la
interior
que
nos
vamos a comprar.
venerado
y
temido
por
sus
habitantes. En
este
libro
se
describe
una
sociedad
estancada
en
desigualdad
de
gobernado
un
país
la
por una sola persona, llamada Gran Hermano nombre
(de al
aquí conocido
televisión), reducido
le
y
de
viene
el
programa
de
por
un
grupo
privilegiados
del
partido que controlan, a través de radicales y oscuros ministerios, a una población pobre y subordinada. Una
ciudadanía
ignorante
y
impasible,
acomodada
ante
su
propia desdichada,
El Sr. Orwell recrea un mundo centrando la
y
historia
intelectualmente,
capital país Un
en de
Londres, un
llamado Londres
la
por
la
maquinaria
de
propagandística
que
misión
completamente
anulada
Oceanía.
telepantallas tienen
es
enorme
lleno
que,
del gobierno. Todo
de
controlar
y
lanzar
basado
en
el
mensajes
constantes
“miedo
a”,
hay
a
ejercer
derechos,
a
allí implantado y que
charlar,
a
invaden el pensamiento
mantener
que
favorecen
sistema
miedo
al
totalitario
único de los ciudadanos una y otra
relaciones sexuales o a manifestar
vez.
cualquier
La
democracia
ha
muerto
y
ha
opinión. nacido
sin
Una
población
solo un partido es el que gobierna
que
libertad
ni
el país. Los medios de
derechos y que, por lo tanto, no se plantean nada distinto a lo que
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GRANITE & RAINBOW
#3
75
1984, GEORGE ORWELL - J. ÁLVARO GÓMEZ les
obligan
desde
el
hasta donde llegó el Gran Hermano
tal
el
en su intento de controlarlo todo,
lavado de pensamiento que, en un
es una charla que tienen ambos y
momento de la lectura, aparece el
que se preguntan desde cómo sería
siguiente
un
poder
y
enseñan
establecido.
lema;
Es
o
una
naranja,
PAZ, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD,
sorprenderse
por
ver
LA
verdad. El final también sorprende
IGNORANCIA
LA
ES
GUERRA
LA
ES
FUERZA.
LA
Con
limón
esta frase no me digan que no es
y
deja
un
actual.
reflexión. George
La
novela
comienza
pensamientos
y
dudas
con
de
los
Winston,
el cual no está de acuerdo con el sistema
y,
como
desacuerdo, duda
comienza
todo
Entre
parte
el
medias
a
ese
poner
régimen
aparece
de
en
opresivo.
Julia,
otra
persona contraria al estado, y que juntos, empiezan a dar forma a sus dudas
sobre
sus
lo
implantado.
Todos
interrogantes
enfrentamientos amor
no
entre
darán
conocido
ambos
historia
en
entonces.
y
ellos
Ahora
fruto
hasta
que
y a
un
entonces
centrará
la
partir
de
a
comenzará
otro
tipo de lucha, el de la búsqueda de
rincones
alejados
de
las
cámaras o de las miradas y oídos espías de las gentes de la ciudad.
azúcar
espacio
Orwell
hasta
para
(Motihari
de
la
1903-
Londres 1950), que en realidad se llamaba Eric Arthur Blair, era un escritor
que
opinión
dejó
sobre
su
plasmada
su
oposición
a
cualquier tipo de totalitarismo en Rebelión en la granja, donde hace una
crítica
sobre
el
sistema
soviético por medio de una fábula. En la novela “sátira”, como así la llamó
el
crítica control rechaza
mismo, feroz de
a
1984,
al
sistema
todo
los
hace
pero
individuos
y
una su
también que
no
luchan por una sociedad mejor, más libre y menos ignorante. Describe la
importancia
que
supone
el
pasado para evolucionar y como la verdad
es
tan
objetiva
nombre
del
medio
de
como
el
comunicación
que dé la noticia.
A través de ellos nos descubren el
Entre sus frases descubrirán que,
mundo
que
aunque la novela sea de 1948 (si
el
cambian de sitio las últimas dos
del
controla
Gran
desde
Hermano,
la
economía
o
pensamiento hasta el alimento que
cifras
toma
entre
título
claro
vigencia absoluta en su trasfondo.
Julia
la y
gente. Winston
Un
diálogo
deja
JUNIO ’10
muy
de
ese
del
GRANITE & RAINBOW
año
les
libro),
dará
tiene
#3
el una
76
A mi modo de ver, Watson, basado en mi experiencia, los mรกs bajos barrios de Londres no prestan un record mรกs terrible de pecado que el sonriente y bello campo.
Sir Arthur Conan Doyle
SHERLOCK HOLMES, EL HIJO FICTICIO DE SIR ARTHUR CONAN DOYLE - LUIS PASTOR
El 7 de julio se cumple el 80 aniversario de la muerte de uno de los
grandes
escritores
de
novela
policíaca
del
siglo
XX.
Me
refiero a Sir Arthur Conan Doyle. Muchos, tal vez, consideren como mejor figura del crimen a Agatha Christie, conocida como la Reina del
Crimen,
pero
fue
Conan
Doyle
quien
popularizó
la
novela
policíaca gracias al mejor detective de la literatura: Sherlock Holmes. Aquí comienza la honra al autor y su obra. William
Sherlock
Scott
Holmes,
conocido
mundialmente como Sherlock Holmes, fue el detective
más
famoso
de
la
época
victoriana. Desde el 221b de Baker Street resolvió, junto a su compañero y amigo el Dr. John Watson, alrededor de 162 casos, de
los
cuales
Arthur
Conan
Doyle
sólo
relató 60. Bien conocida era su fama de detective
consultor
en
el
Londres
de
finales del XIX y principios del XX, pues todo aquel que quería ayuda acudía a él. Sin embargo, no siempre había visita en el 221b de Baker Street y en esos días de aburrimiento
Holmes
se
inyectaba
una
disolución al 7% de cocaina. Su mente se rebela ante el estancamiento y así se lo decía, de vez en cuando, a su amigo el Dr. Watson: «Mi mente es como un motor de carreras, que se rompe en pedazos porque no está conectado con el trabajo para el que fue construido». Tan famosa era su fama de detective y la de resolver los casos que los propios agentes Scotland Yard, la famosa Policía Metropolitana de Londres, acudían a él en busca de ayuda. Uno de los más famosos agentes que le visitaba con frecuencia era el Inspector Lestrade, al quien Holmes tenia tanta estima como a un bufón. Su metodo era tan simple, pues se basaba en la pura deducción lógica del modus ponendo ponens (modo que afirmando afirma): [(p ! q) ^ p
q], es
decir, si p, entonces q. Hay p, entonces hay q (donde p son las
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GRANITE & RAINBOW
#3
78
SHERLOCK HOLMES, EL HIJO FICTICIO DE SIR ARTHUR CONAN DOYLE - LUIS PASTOR pruebas visibles y q lo que dichas pruebas demuestran). Tal vez esto sea difícil de entender para todos aquellos que no tenga un mínimo conocimiento de lógica, pero pueden entender muy bien el método de Holmes en la famosa frase que le dice al Dr. Watson en la
aventura
“La
Corona
de
Berilos”:
«cuando
has
eliminado
lo
imposible, lo que queda, por muy improbable que parezca, tiene que ser la verdad». Pero para aplicar su metodo hay que tener un conocimiento amplio, además de pruebas, pues «es un error capital el teorizar antes de poseer datos. Insensiblemente uno comienza a alterar
los
hechos
para
encajarlos
en
las
teorías,
en
lugar
encajar las teorías en los hechos». A parte dedicar su tiempo a su labor de detective, hacía otras muchísimas cosas como disfrutar del arte en las galerías de Bond Street,
tocar
su
violin
Stradivarius,
hacer
experimentos
de
química, dedicarse a la apicultura en South Downs, pescar en el delta y estuarios de Donnithorp o jugar al golf, entre otros. Además, es un artista del disfraz y así lo
dejo
demostrado
en
varios
casos:
marinero (El signo de los Cuatro), cura (Escándalo en Bohemia), adicto al opio (El
hombre
del
(La
corona
de
labio
retorcido),
Berilos),
vago
vendedor
de
libros (La aventura de la casa vacía), fontanero Augustus
(La
Milverton)
aventura
del
También escritura
era
"Sobre
las
de
Charles
moribundo dotes
autor
de
diferencias "Los
Lasso",
analizadas",
(La
moribundo).
sus
tabacos",
polifónicos separadas
o
destacar
pues
diversos
de
detective
cabe
libros:
aventura
"Los
"La
de
varios de
los
moteles escritos
datación
de
secretos,
160
documentos",
cifras
"Biografía
sobre tatuajes", "El trazado de pasos", "La influencia del oficio en la forma de la mano", "El libro de la Vida", "Manual Práctico de
la
Cultura
relación
con
de
el
las
Abejas",
crimen",
"La
"Llantas
maquina
de
de
bicicleta"
escribir y
y
"Nombres
su y
marcas de las principales marcas mundiales de pistolas".
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GRANITE & RAINBOW
#3
79
SHERLOCK HOLMES, EL HIJO FICTICIO DE SIR ARTHUR CONAN DOYLE - LUIS PASTOR Poco se ha sabido de su vida privada, pues sólo se sabe que tenia un hermano llamado Mycroft Holmes. Mycroft trabaja en el Foreign Office,
el
convirtió
Ministerio en
experto
de
Asuntos
asesor
Exteriores
ministerial.
ingles,
Tenia
una
donde
se
capacidad
deductiva mucho mayor que la de Sherlock, pero sus construyes reglamentadas
le
impedían
abandonar
el
famoso
y
selecto
Club
Diógenes, un lugar donde reinaba el silencio. Sherlock sólo acudió a él unas pocas veces, sobre todo cuando el caso que tenía entre manos era bastante peculiar. En cuanto a amores se refiere, Sherlock no mostró nunca ningún acercamiento hacia una mujer, salvo en una ocasión. Al principio del caso “Escándalo en Bohemia” el Dr. Watson ya bien describe la única mujer que llamó la atención del detective: «Para Holmes ella siempre fue la mujer». Ella fue Irene Adler. Poco se sabe de esta desconocida dama y su relación con Sherlock después del “Escándalo en Bohemia”, pero muchos dicen o quieren creer que durante los años desaparecidos de Holmes, este volvió a encontrarse con Irene en Montenegro y Paris. Como todo buen protagonista de sus casos, Sherlock Holmes también tenía a un enemigo, o como diría él, el “Napoleón del crimen”: el Profesor James Moriarty. Profesor de matemáticas y ciencias del joven
Holmes,
pero
enemigo
indiscutible
del
Holmes
detective.
Moriarty muere en las cataratas de Reichenbach (Suiza), tras una pelea con Holmes, en la cual el detective tambien muere. Este fue el final que le dió Sir Arthur Conan Doyle a su hijo ficticio después de cansarse de él. Pero la decision del autor no gustó al público
y
muchos
se
manifestaron
en
contra
del
autor
en
las
oficinas del Strand Magazine, revista que publicaba los relatos del
detective,
o
enviaban
cartas
amenazantes
pidiendole
que
resucitara a Holmes. Es más, incluso la madre del propio Arthur Conan Doyle dejó de hablarle una temporada. Finalmente, volvió a resucitar al detective en el relato “La aventura de la casa vacía” y siguio relatando sus casos hasta pocos años antes de su muerte, el 7 de julio de 1930. Tras su muerte dejó el mayor legado de la novela policiaca, la figura del detective; y a su mayor representante, Sherlock Holmes.
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GRANITE & RAINBOW
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SHERLOCK HOLMES, EL HIJO FICTICIO DE SIR ARTHUR CONAN DOYLE - LUIS PASTOR A pesar de que muchos no le consideren como el mejor detective del genero
policíaco,
Sherlock
Holmes
ha
sido
protagonista
de
4
novelas y 56 relatos cortos, y hoy en día sigue siendo fuente de nuevos relatos, series y peliculas. Muchos actores han tomado el papel del detective en la pequeña y gran pantalla. Entre los actores que han interpretado a Sherlock Holmes en la gran pantalla hay que mencionar a Peter Cushing en la pelicula “El Perro de Baskervilles” (1959), a Robert Stephens en “La vida privada de Sherlock Holmes” (1970) o a Robert Downey Jr. en “Holmes”, en donde Jude Law interpreta al Dr. Watson. Mientras que en la pequeña pantalla hay que mencionar a Basil Rathbone y a Jeremy Brett, el mejor actor que se ha metido en el papel de Sherlock Holmes. Su
influencia
ha
tenido
que
ver
en
la
creación
de
nuevos
personajes de series de televisión, de los cuales el Dr. Gregory House de la serie “House” es el mejor ejemplo. Las similitudes que existen entre Holmes y House no son pura casualidad. Una de ellas es la de los propios apellidos de los personajes, pues ambos hacen referencia al termino “casa”. Por otra parte, ambos sólo tienen un amigo, Holmes al Dr. Watson y House al Dr. Wilson; ambos son adictos a una cosa, Holmes a la cocaína y House a la vicodina; ambos tocan un instrumento, Holmes el violín y House el piano; o que ambos viven en el nº 221b. Está claro que Sherlock Holmes es una de los mejores detectives de la novela policíaca y lo seguirá siendo por los siglos de siglos. «Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una de las buenas costumbres que nos quedan» decía Borges.
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81
_LA FALSA MODERNIDAD LONDINENSE_ UN PUÑADO DE POLVO, DE EVELYN WAUGH - AINIZE SALABERRI ! La
sociedad
londinense
londinense decadente,
del
período
prisionera
de de
entreguerras. sus
La
sociedad
placeres
y
su
superficialidad. Los londinenses atrevidos, cabareteros, chismosos, arrogantes,
peseteros,
vacíos
de
satisfacciones,
locos
por
vivir
aventuras y relaciones extramatrimoniales. Sucesores del mismísimo Narciso, irresponsables, llenos de prejuicios, carentes de valores. Cínicos, crueles, movidos por el interés. Creyentes del dinero y de que
éste
da
la
felicidad,
de
que
las
propiedades
lo
son
todo.
Devotos a las apariencias, modernos victorianos. Despilfarradores. Personajes que se aburren y que necesitan llenar su vacía vida de superficialidades. Adulterio, cotilleos, estar al abrigo del sol que más calienta. Egoísmo, ausencia de empatía, maldad en exceso. Brenda es infiel y todo Londres lo sabe menos su marido, que es incapaz de ver la verdadera naturaleza de su mujer. Tony Last, el cornudo, introvertido, un inútil integral cuando de disfrutar de la vida se trata. John Beaver, el amante, capaz de fingir amor por mantenerse vivo en una sociedad que le rechaza constantemente. Un Londres que se rige por la moda, por lo que la gente estirada y arrogante dicta, aquellos que hacen tintinear las monedas de sus bolsillos para marcar la diferencia entre un ser humano y otro. El Londres de las fiestas, de los actos sociales. El Londres de la falsa modernidad. Pero el mismo Londres apasionante que te roba el alma y que experimenta con ella. Ese Londres que los personajes eligen para vivir y desarrollarse, y al que los lectores volvemos una y otra vez.
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GRANITE & RAINBOW
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82
EL LONDRES DE JM COETZEE EN JUVENTUD - EDUARDO LAPORTE Leí
Juventud,
del
premio
Nobel
mecánico
y
sin
sudafricano John Maxwell Coetzee,
perspectiva.
en 2006, creo que en invierno, en
poeta que no se atrevía siquiera a
Madrid. Empecé sus páginas en un
confesar su
centro Pío,
comercial,
un
domingo
deprimente, lunes
el
ni
a
pesar
trabajar.
Aquello
la
como
de
una
y
de
no
algo
que
al
tenía
Llené
aquel
que
garabatos,
no
trabajar
subrayados
cosa
híbrida
haber
enmarcado,
tiene
unos
madrugar, hacer
lo
no que
tener a
que
obligaciones,
uno
le
diera
la
una
enfáticos.
¿Era
tener
libro,
bonita
anotaciones
de
no
un
edición de Mondadori, de múltiples
nombre
privilegio
para
poética condición.
entre el castigo y la bendición. un
aún
Príncipe
extraño
siguiente
vivía
de
Menos
ninguna
Segunda
a
Recuerdo
boli
Motherwell,
bic,
el
pìntor
que
sobre
la
cuadros
República,
y
Elegías
a
la
República española, que siempre me
gana, poder dedicarse a escribir?
inquietaron
Desde fuera suena bien, pero hay
citados en aquel tomo. Terminé el
algo
libro
de
desazón
en
el
tipo
que
en
y
que
pocos
me
gustó
días,
ver
conectado
está en su casa, solo, dedicado a
como un lector ideal al derrotero
la extraña tarea de escribir sin
solitario
saber si publicará jamás, es más,
londinense,
si tiene talento para publicar. En
bildungsroman
esas
Coetzee
horas,
Juventud,
un
libro
relato
como
autobiográfico
del
joven
Coetzee
carnaza sin
que
supiera
de
el
qué
propio diantre
significaba aquel palabro (novela
con gran sabor a nuevo, que se lee
de
como ficción pero con el aliciente
Coetzee
del
Caulfield quizá más valioso que el
sustrato
vivido,
de
de
lo
lo
real,
de
íntimo,
Juventud,
digo,
experiencia
reparadora.
lo
leer
era
una El
JM
Coetzee que se reflejaba a través
HC
aprendizajo había
de
sonaba
El tanto
protagonista
o
formación).
creado
un
Holden
guardian..., o
más
del
porque
real
famoso
que
el
libro
de
Salinger.
de esas páginas estaba más solo, más perdido y más confuso que el lector lado.
que Y
permanecía eso,
en
al
otro
literatura,
Acabé el libro y se lo presté a mi hermano Pablo, para su viaje a Australia
que,
el
de
quería
York de Caulfield/Salinger, iba a
poeta,
nada
menos,
y
estaba en Londres, donde trabajaba
ser
para
bildungsromaniano.
la
IBM,
nada
menos,
desde Sudáfrica. Un trabajo
JUNIO ’10
venido
su
Londres,
o
escenario
siempre engancha. El protagonista ser
Coetzee,
como
propio
el
Nueva
escenario
Lo
perdí,
lo
perdió mi hermano, se lo dejó a un
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84
EL LONDRES DE JM COETZEE EN JUVENTUD - EDUARDO LAPORTE tipo
extraño
librado
que
su
formación,
aún
no
había
propia
novela
de
sesentón,
con
una
la
tecnología
que
conocemos
hoy,
es frío y esquivo para el joven. Duerme
en
lugares
inhóspitos,
identidad sexual mal gestionada. Y
pensiones en su mayoría, y muchos
por allí se quedó, en algún rincón
días los pasa en la cama. Es una
de
cama
Melbourne,
gigantesca, autor,
en
en
la
la
misma que
instalado
isla,
vive
desde
su hace
algunos años en Adelaida.
londinense,
emoción
al
recordaba
esta
de
circunstancia
la
que
mundo
y
el
cuesta
Granite Rainbow sobre el libro del
económica,
sudafricano.
proveerse
procuré
otro
no
moverse
cuando decidí hacer la reseña para Me
principio,
tiene pero
su
luego
no deja de ser una cama solitaria, porque
No
que
apetece es
enfrentarse
mundo
arriba. y
está
aún
Hay
para
un
moverse al muy
necesidad
eso
trabajo,
habrá un
que
trabajo
ejemplar, una edición de bolsillo
acorde con la formación matemática
que encontré por ahí, inmaculada,
del
virginal, y sentí que lo mejor era
divergente
prescindir de esas anotaciones que
creativa, artística, literaria que
ya no tenía, y escribir la reseña
anida en el personaje, y que no
a
puede compartir con nadie.
pelo.
Tan
impresiones
sólo
que,
decía
afloran
por
quedaron
registradas
de
la
sí
memoria
precisa
de
Hecha
toda
en
notas
ni
porque
un
lugar
que
bolis
esta
no
bic.
larga
y
introducción,
a
del
través
de
un
con
trabajo
la
vocación
Proust,
indeleble,
pues,
coetziano,
esas
solas,
prescindible hablemos,
con
personaje,
Londres lo
quedó
filtrado en mi memoria lectora.
En
Londres
femenino, también
hay
poco hay
algún
satisfactorio, una
reafirmación,
encuentro
de
búsqueda, la
y o
identidad
sexual. La ciudad como escenario, insistimos,
del
formación, descubrir
de qué
proceso
de
aprendizaje,
del
coño
somos
y
qué
podemos hacer con nosotros mismos. Algo de lo que pensaba mi hermano
Londres es una gran ciudad, y las grandes la
ciudades,
Serna,
nada.
nos
Coetzee,
decía
dan el
el
Gómez todo
Coetzee
y
en
sus
días el
australianos.
Coetzee
de
noche,
la
Coetzee, o que sí es Coetzee, se
de
deja
caer
que
en
un
no
Una es
barrio
Juventud encuentra mucha nada. Su
frecuentado por homosexuales, y se
casa, Sudáfrica, está lejos, y el
deja engatusar, y se deja tocar.
Londres de los años sesenta, en el
Necesita
que se empiezan a sentar las bases
suyo
de la sociedad de la información y
experiencia,
JUNIO ’10
o
saber
si
qué
GRANITE & RAINBOW
sin
aquello
cosa
es
lo
pasa.
La
disgustarle
del
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85
EL LONDRES DE JM COETZEE EN JUVENTUD - EDUARDO LAPORTE todo, no le convence y se lleva a
su
casa
claro: se la traen al pairo esos
una
duda
menos.
Algo
tiene
claro, que no es poco.
secreto,
malditos ser
aunque
él
ordenadores,
poeta.
De
hecho,
lo
tiene
el lo
quiere es
ya,
Londres es la ciudad en la que el
haya o no haya escrito una sola
hastío
línea. Por eso su sitio no es esa
y
la
apoderando días
desesperanza
del
de
se
personaje.
rutina
van
Pasan
solitaria,
de
rumias a lo Raskólnikov que bien podrían
haber
cualquier
terminado
vieja
muerta
con
de
cárcel con paga a fin de mes.
un
Todo Juventud es un gran poema, aunque no haya un solo verso ni una
intención
lírica
explícita.
hachazo, pero no. El personaje se
Pero se nos presenta a un ser a un
golpea con un tipo en el metro y,
ser desvalido, un hombre solo, en
perdido
una
siente
el
hábito
una
gran
del
habla,
ciudad
en
la
puede
una
conquistar
decir
“lo
nada. Londres. El Coetzee que no
esfuerzo
es Coetzee pero sí lo es llega al
titánico y el personaje nota una
fondo de esa nada, toca fondo, y
voz de alarma en su interior. Su
debe agradecer a esa ciudad que,
aislamiento
de
mayúscula:
siento”
supone
un
está
llegando
un
modo
pero
se
pereza,
desazón
todo,
que
también
descarnado
bálsamo
de
verdad. Londres ayuda a encontrar
soledad
cobra
en
la
muchedumbre
cuerpo de modo magistral en
estas páginas.
el
camino
le
acerca
sin
demasiado lejos. La clásica imagen la
ninguno,
y
la
personal
a
a
su
aquel
famélico aspirante a poeta que hoy ostenta
el
premio
literatura
informáticas
infatigable para crear literatura
y
pronto constata que ese no es su sitio,
que
los
programación,
toda
tecnificada, Sus
esa
le
tremendamente él.
códigos,
capacidad
(y para creer en la literatura).
la
rutina resulta
inhumana,
superiores
una
de
Consigue el trabajo en esa IBM de rudimentarias,
y
Nobel
le
ajena
a
reprenden
por su actitud taciturna, apocada, qué le pasa, no tiene motivos para quejarse, tiene un empleo, está en una
de
las
competitivas capital
del
mundial.
empresas sector, Pero
en
nadie
más una le
entiende, y a nadie puede revelar
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86
...
THEUC Bueno. Ya está bien. Hoy toca hablar de mí. Basta de proyecciones y de antihéroes flojeras y de amor con espermicida. Soy yo y es Londres, esta vez. Otras veces han sido otros sitios. Pero hoy es el turno de Londres. Y quiero empezar por Carnaby. La primera vez que estuve allí, en 20 minutos ya me había condenado a comer fideos el resto del mes y no podía quitarme de la cabeza la idea de ir puesto de anfetamina con J a recorrer todas las tiendas en el menor tiempo posible. Dios Santo. Pero qué era aquello. Necesitaba con urgencia que alguien subiera los BPM para poder ver todo mínimamente, aunque la verdad es que ya íbamos acelerados tan solo con nuestro consumismo. En Carnaby encontré algo tras lo que llevaba bastante tiempo, y dado que todo el mundo decía que me iba a arrepentir, me lo compré. Era como el leve movimiento de aprobación que uno necesita en los momentos de duda previos al posible desembolso de una cantidad importante. Como si seguir los consejos de la gente iba a hacer algo aparte de joderme a conciencia. Como si no tuvieran suficiente con sus vidas y tuvieran que repartir trozos de la misma a modo de flyer por las calles. Tras
surcar
miles
de
tiendas
de
hindús
gurús
de
la
informática,
acabamos en un pub cuyo nombre debe estar pintado en algún lado de la fachada, pero que no logro identificar entre los miles de mensajes de la misma, situado tras el museo británico. Ahí me imagino a M en la barra pidiendo 2 fish and chips grandes y 4 pintas para 2, porque nos gusta
comer
grasa
y
beber
alcohol.
Y
tiene
cojones
que
hasta
en
Londres tengan que venir varios soplapollas a intentar convencerte de cualquier mierda que les han metido a presión a ellos en la cabeza previamente, como si fuera una postura elaborada con esmero sobre la cual se aplican ideas intrépidas y avanzadas, como si no fuera la verdadera patraña que en realidad es, pensada para vender banderas y descontento, y mártires por la causa. Afortunadamente parecen entender mi get the fuck out, o quizá no, pero al menos se largan, que es lo que queríamos. Aunque claro, pretender que los problemas se vayan bebiendo, no es más que una tirita sobre la piel irritada, así que enseguida aparecen más personas dispuestas a joder.
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THEUC A medida que la cosa se calienta, nos echan del bar y M apunta que es la segunda vez que esto le pasa y que la vez anterior también estaba conmigo,
en
un
infecto
sports
bar
de
Estocolmo.
Yo
me
encojo
de
hombros y me da la risa, hasta que salimos por fin y un inglés (o al menos lo parece) nos dice que ya le hemos tocado los cojones, que nos va a apuñalar gratis y que íbamos a ver cómo no teníamos sangre azul. Por un momento intento pasar del tema, pero dado que si mis reflejos fueran peores ahora estaría intentando poner mi vena aorta de nuevo en su sitio, decido que cada uno tiene sus mierdas y que yo no tengo ganas de aguantar las de este payaso, así que como puedo le tiro al suelo y le piso la cara hasta que dejo de verla. Imagino
que
ningún
juzgado
me
condenaría
aunque
tampoco
consigo
convencerme demasiado. Y así transcurren los días en Londres, que no es más que un gigantesco decorado en el cual cada persona tiene un papel que cumplir. Todo parece tener trampa, todas las fachadas parecen ser de cartón piedra y estar rellenas de un vacío defraudador. Y el guión imposible que siguen estas gentes, te envuelve en situaciones absurdas. Ahora tu vecino sirve ramen en Wagamama y le puedes tocar los cojones a destajo por lo cabrón que ha sido toda su vida. Aunque bien pensado, lo observas mejor y compruebas que el cansancio de su mirada indica que cada 4 horas viene algún conocido a hacer lo propio. Así que te callas y lo envidias secretamente, porque él es esclavo en Londres y tu aún no. Además te alojas en un hostal que no es gran cosa, y que te da miedo pese haber dormido en agujeros mucho peores. En él, admiten a niñas de 19 años para que se paseen por la sala común sin ropa interior debajo del pijama y los zopencos noruegos babeen y les pregunten directamente si quieren follar. Eh, y si cuela, cuela. En ese mismo salón, esas mismas niñas te enseñan a vivir basándose en su dilatada experiencia como comebolsas, y tú desgraciadamente, eres un despojo alcoholizado que no puede ponerlas en su lugar como lo hubiera hecho 3 horas antes. Hay que buscarse la vida. - ¿Estudias? - Sí, bueno, estudio inglés y me gustaría acabar el bachillerato este año.
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THEUC - Guau, espero que seas consciente de que en todo caso aquí será más guay pero más difícil. - Yo llevo viviendo sola desde hace 2 años en el extranjero, así que creo que podré hacerlo – dice mostrando un incipiente enfado -. - Ah, perdona. Claro que te lo has montado de forma que no pases más de 3 días sin que algún amigo te visite. Creo que ahora me iré a dormir. Hasta mañana. La niña en cuestión, estaba bastante buena aunque había entendido mal cómo se trata el acné: L’Oreal no tiene productos de color anaranjado para paliar esta afección. Mientras vamos a Candem e intento recordar en qué tienda trabajaba para ir a molestar y así vengarme de su existencia, me compadezco de sus futuros novios y me santiguo mirando al suelo con los ojos cerrados. Pobres. Ya aprenderán. El mercado de Candem es un error en la ciudad. Se les ha ido de las manos a los hosteleros, a los comerciantes, y a las autoridades. Es una mina de oro que marea al verla, una masa de asquerosos turistas briznados con algún que otro lugareño que parece cagarse en Dios a cada paso. Y nosotros, no somos parte de este exclusivo grupo, así que en efecto: damos asco. Llevamos andando ni se sabe y decidimos ir a comer algo. Unos 15 000 chinos me ofrecen pollo y me insultan cuando declino la oferta, hasta que me tocan los cojones y comienza una fuerte discusión. El encargado del establecimiento nos invita a comer y consigue tranquilizar al cocinero, que era quien había empezado todo. Antes de irnos S le dice al cocinero que la comida es asquerosa y que no volvería a comer ahí ni aunque le pagaran el doble de lo que cuesta. Más discusión. Al final nos vamos riendo, y acabamos en una tienda regentada por ex militares del este. En ella venden chaquetas rescatadas de fosas comunes de soldados alemanes, y americanas de gala de compañeros caídos en guerras de combustible y sangre. El petróleo siempre será más puro que la sangre, por supuesto, así que menos I, que decide arriesgarse y compra una chaqueta militar, los demás nos decantamos únicamente por las máscaras de gas rusas que se hacinan en una caja de madera.
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THEUC Huelen a hidracina. Nos sentimos mareados. Ni siquiera sé porqué he podido distinguir ese olor, pero no importa demasiado dado que estamos en CyberDog 7 horas después aún bailando con las máscaras puestas. Estamos prácticamente desnudos y rodeados de billetes de 10 libras que la gente nos tira. Me sangran los pies, y compruebo que me apellido Borbón en algún momento. Es una lástima no poder pasar de canción y estar en cualquier otro sitio. Hay que recoger toda esta mierda, pero no sin antes comprar varios dildos que ya usaremos más tarde, o no. La policía decide por nosotros si vibrador o no, y nos dejan sin cargos en el hostal por no mostrar ningún tipo de resistencia. Venga ya, 3 cámaras por habitante y a la hora de la verdad ni siquiera nos parten la cara cuando la liamos. País de locos. Tus hijos te denuncian y heredan tu miseria, pero se sienten satisfechos mientras mueres de viejo atado a una cama. Te murmuran porque
que
cuando
lo
sienten
vas
a
al
de
Inglaterra,
años
y
lo
compruebas
entiendes que
el
perfectamente, inglés
no
está
cifrado y que todo el mundo puede entender lo que digas, tanto allí, como
aquí.
Esto
es
importante.
Pasa
desapercibido
casi
todas
las
veces. Descansamos y me curas las heridas, y follamos. Decidimos ir a Fabric a bailar durante días. Y ahí estamos. Las copas son caras. La música está alta. Tenemos el sofá del fondo. M y A bailan desenfrenadamente, junto con todos los demás. He decidido hace 5 segundos que voy a quedarme ahí sentado pidiendo copas hasta que sea lo bastante de noche otra vez como para salir borracho sin levantar sospechas, así que ahí me quedo. Mi gesta dura 5 minutos, dado que no puedo fumar dentro, lo cual me parece un atropello. Escupo sobre la educación inglesa. Será en todo caso africana, pakistaní, china o turca, pero no inglesa. Malditos. Y las canciones se acaban, así que finalmente nos vamos. Como de costumbre, antes de lo previsto. La gente recoge a sus muertos y los vela, o se carga a los hombros a sus compañeros heridos mientras intenta justificarse para sus adentros, sin éxito. A lleva ese gorro amarillo tan gracioso. Yo me conformo con unas gafas de sol. M lleva una calculadora que marca 15.000.000 exactos. Me río y me vienen a la cabeza pabellones industriales y derrames cerebrales entre semana.
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THEUC Siguen los días de esta guisa. No es que sea lo mejor, pero qué demonios, lo pasamos bien siendo imbéciles mientras solucionamos el mundo
cada
8
minutos
y
medio.
Cada
8
libras
y
media.
Es
lo
que
decidimos camino al aeropuerto. Bueno, realmente lo decido yo, porque estoy sólo. Siempre lo estuve. Lo decido yo como me he drogado, he bailado, he insultado, he follado, he solucionado el mundo sonriendo como un imbécil completamente sólo. Yo a mí mismo. Yo mi me. Yo Mierda. Heathrow Mierda. Quizá
podría
pasar
el
control
con
2
five-seven
pegadas
a
los
testículos, o quizá no, pero lo que es seguro es que ganas de usarlas, tengo. Me enamoro 5 veces mientras espero a mi vuelo, y es entonces cuando decido que no puedo afrontar un viaje a casa sin beber. Volver a casa en un vuelo directo es como el trailer de lo que te espera. Es una muestra fiable y contrastada de lo que te espera, y no me gusta en absoluto
lo
que
me
espera,
sobre
todo
porque
me
invento
cosas
continuamente y se complica todo gratis. No puedo evitarlo. Así que voy al bar más cercano, y oigo: It’s been a long time, Mr R. Decido que no puede haber nada más triste y peor que un camarero del bar de un aeropuerto llamándote por tu nombre, y llamándote “señor”. Double Bourbon on the rocks. Asiente sonriendo y noto como si ya hubiera perdido todo mi dinero, aunque sólo me da tiempo a una antes de coger el avión. Me preguntan por vosotros y por mí, y yo sonrío y bebo, sonrío y bebo, y mi vaso es la mejor barrera que tengo aquí dentro, ya que no puedo fumar. Pago y me voy, sintiendo que no tengo derecho ni a estar ahí siquiera. No tengo derecho a abrir la boca siquiera, a quejarme, a nada. No tengo derecho a querer protagonismo, a querer que me escuche nadie. No tengo derecho a proyectarme más que en esta hoja de papel. Tengo derecho a sangrar, u obligación si se prefiere, y a recordaros. Siempre.
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EL RIDÍCULO DE LA CLASE MEDIA EN LA FERIA DE LAS VANIDADES, DE THACKERAY - AINIZE SALABERRI Thackeray consiguió ridiculizar a toda una sociedad victoriana londinense en un solo libro, La feria de las vanidades. Pudiera parecer un verdadero desatino, al fin y al cabo Thackeray vivía en Londres, en el Londres del siglo XIX, ese Londres que dominaba el mundo. El Londres del Palacio de Cristal en Hyde Park, el Londres de la reina Victoria, siempre de luto, imponente, ausente. La ciudad industrial, negra y oscura de un lado, brillante y alentadora de otro. Una calle separaba la realidad de la ficción. Una calle, y podría ser cualquiera –Charing Cross, Regent Street, Bolton Street, Bond Street, Tavistock Place– separaba la riqueza de la pobreza, el poder de la desnutrición, la sanidad de las enfermedades de aquellos que trabajaban en fábricas de carbón, de algodón o de metalurgia. Tres pasos separaban a un niño alfabetizado de aquel que tenía que meterse, a riesgo de morirse, debajo de grandes máquinas para poder recuperar un trozo de tela o para deshacer el atasco en alguna de ellas. Thackeray resume en una novela el desastre de una época, la victoriana, que significó el aupamiento de la sociedad británica al mundo, el lanzamiento de su poder, la estabilidad económica, con el desastre social y moral que resultaron de su codicia y avaricia. Describe, además, a la perfección, los códigos morales a los que la clase media estaba sujeta, las estrictas normas sociales y de conducta que debían seguir, y las diferencias, bien establecidas, entre un rango social y otro. Así, todo estaba bien estructurado, bien modelado, para que los nuevos ricos se mantuviesen en su posición y para que la aristocracia pudiese seguir marcando la distinción y el honor en lo alto de la jerarquía. El escritor ridiculiza a sus personajes, carentes por completo de moral y de ética, más inclinados y predispuestos a ganar dinero, y completamente entregados a las apariencias, a las buenas impresiones, a ser el más fuerte dentro de la jauría de víboras que se encontraban en salones de baile y edificios de cristal. Los describe, además, sordos y ciegos, ignorantes de la realidad que les rodeaba. Cuando se subían al coche de caballos no veían más que edificios y disfraces en sus calles, sin ver a los mendigos, a los niños desnutridos, a las mujeres enfermas; sin ser conscientes de las enfermedades que estaban matando a quienes, realmente, estaban levantando al país, y llenos de una mezquindad tan absoluta que eran incapaces de asistir a quienes estaban llenando sus bolsillos de oro y plata. Una novela reflejo de una época, que habla del resurgir de la hegemonía británica pero de la destrucción de su sociedad como consecuencia de la avaricia y la codicia. Una novela universal, que no dista tanto del tipo de sociedad en la que vivimos actualmente.
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GRANITE & RAINBOW
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http://vwcc.blogspot.com/2009_11_01_archive.html
La tristeza es la cuna de inspiraci贸n de todo escritor. Agatha Christie
EL CULPABLE ES USTED - MARTA GÓMEZ GARRIDO
Mr. Brown caminaba con su traje gris oscuro bajo la tenue luz de las farolas que alumbraban el Puente de Londres. El hueco sonido de sus pasos rasgaba el silencio que presidía el lugar. Al principio sus pisadas eran lentas, hasta que un sonido furtivo le asaltó desde su espalda, una voz que pronunciaba su nombre en un siseo. Mr. Brown se giró sorprendido, para descubrir el brillo metálico de un arma, demasiado tarde para huir del sonido de un disparo a quemarropa que le derribó sin remisión. Ésta bien podría ser una de las visiones más extendidas que existen de Londres gracias a la literatura, la de los detectives, que recrean para los lectores el papel de héroes intelectuales con la oscuridad de sus calles como perfecta cómplice del asesinato. Aunque ninguna colaboración se ha mostrado suficiente en los libros de la insigne Agatha Christie, en los que no existe el crimen perfecto, y es que si hablamos del Londres de los detectives y los criminales, no podemos olvidarnos de esta escritora, considerada, no en vano, la absoluta reina del crimen, con miles de millones de libros vendidos y más de ochenta obras publicadas. Ningún criminal pudo nunca contra las células grises de su más afamado personaje: Hércules Poirot que, con deducciones más certeras que las balas de otros compañeros de profesión, logró siempre encarcelar a aquellos que osaban sobrepasar la ley en su territorio, Londres, la ciudad que le acogió durante la I Guerra Mundial, si bien la intolerancia de los ingleses hacia los extranjeros como él, belga de nacimiento, no era ni mucho menos invisible. Al igual que Sherlock Holmes contaba con su atuendo y su pipa como icono inequívoco de su presencia, Poirot aparece siempre caracterizado con su célebre bigote y su graciosa cabeza de huevo. También su forma de desenmascarar al culpable, reuniendo en una sala a todos los sospechosos, ha hecho correr ríos de tinta en obras y rollos de celuloide en películas que han tomado como referencia al singular personaje de la autora inglesa. http://www.nicepapertoys.com/profile/Goobeetsa
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GRANITE & RAINBOW
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EL CULPABLE ES USTED - MARTA GÓMEZ GARRIDO <<“¿Qué
tal quedaría la galería de los susurros como escenario de un crimen?” Se preguntó Mrs. Oliver. “No, demasiado profano. No creo que estuviera bien”. Se encaminó pensativa hacia el teatro Mermaid. El teatro ofrecía muchas más posibilidades>>. Se cuestiona una escritora amiga del detective belga en la novela Tercera muchacha. Como bien muestra en su novela Agatha Christie, cualquier lugar era propicio para un crimen en ese escenario que supuso para su obra el Londres de entreguerras. El detective belga no podría haber elegido mejor su lugar de exilio. Frente a la relativa seguridad que ofrecía Gran Bretaña en período de guerra, sus días húmedos y nublados encarnan el perfecto escenario para el crimen, y es que el Londres de Agatha Christie no es cualquier Londres, es el de los atuendos con sombrero, el de las grandes cámaras de prensa con flashes de bombilla, el del ferrocarril y el de la distinción social y los criados, con sus impolutos uniformes preparados para servir un día más desde los lugares más recónditos de las casas de sus señores. A simple vista, seres relegados a meros instrumentos de los designios de sus superiores, aunque unos instrumentos muy especiales, pues realmente sus amos no podían vivir sin ellos: “¿Sólo se ocupa de los secretos gubernamentales y de las joyas de las condesas? Permítame que le diga que una sirvienta tiene tanta importancia como una diadema para una mujer de mi posición” le increpa a Poirot una clienta en el relato La aventura de la cocinera. Ahora bien, Mr. Brown no sólo podría haber muerto de un disparo en pleno centro de Londres, también podría haber resultado víctima de un complejo plan de venganza en un pequeño pueblo llamado Sant Mary Mead, donde el aire libre y el follaje tomarían el relevo a la oscuridad y la lluvia. En este caso, Miss Marple, la anciana más intuitiva que jamás haya surgido de las páginas de una novela, sería la encargada de poner en su sitio al malhechor. Aunque menos metódica que el detective belga, Miss Marple es capaz de leer los actos de las personas y entender sus verdaderos miedos y motivaciones, encajando a la perfección en el puzzle de un suceso verdad y mentira, culpable e inocente. Eso sí, entre crimen y crimen la perspicaz anciana no se olvida de tomar el té, como buena inglesa, ni siquiera cuando acude a El Hotel Bertram: “Como era la hora del té, el salón aquella tarde se hallaba completamente lleno. No es que el salón central fuese el único sitio donde podía tomarse el té. Había una salita de estar (floreada), un saloncito para fumadores (por alguna oculta influencia reservado únicamente a los caballeros)”. En última instancia es lo mismo o, como diría Poirot, c'est la même chose. Ya sea al abrigo de las solitarias calles londinenses o en un acogedor pueblo inglés Mr. Brown ha sido asesinado y sólo queda una cosa por hacer: resolver el misterio.
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GRANITE & RAINBOW
#3
97
FROM HELL, DE ALAN MOORE - DAVID GARCÍA ÁVILA Si ha existido y existe una ciudad
la que el humanismo sólo se deja
por
ver
antonomasia,
siglos
haya
que
sido
un
urbanismo, concentración económico
de
y
durante
ejemplo
para
aquellas
personas
que
de
saben leer las cicatrices que deja
cosmopolitismo,
la cultura y el paso del tiempo en
poder
militar,
político, lugar
que
recibe a todos los que llegan de
las
piedras.
Londres
de
la
Bienvenidos época
al
victoriana,
finales del siglo XIX.
fuera por necesidad, curiosidad o de paso, que atesora toneladas y
Si podemos decir que Alan Moore ha
toneladas
logrado con From Hell diseccionar
de
cuadros,
reliquias,
libros,
monumentos....
esta
ciudad es Londres.
las
escurridizas
pudieron
llevar
Destripador Cualquier
persona
sumergido
la
se
haya
el
Jack
asesinar
el a
recorrido
5
visual,
poético, histórico del Londres de
de
1888 no se queda atrás. Alejados
Vendetta o From Hell , es capaz de
de cualquier referencia romántica
intuir que Alan Moore, creador de
de
estas tres obras, une a todas las
momentos
tramas
industrial
(Los
páginas
mujeres;
a
a
que
de
Watchmen
en
que
razones
Vigilantes),
un
V
personaje
aparentemente
permanece
que
callado,
una
ciudad de
una
decisiva,
británico,
particular
ciudad.
Londres.
Y
de
mayor
cultural,
sus
apogeo nos
damos
cerveza
templada. junto
El
al
autor intenso
una
trabajo gráfico de Eddie Campbell,
metropolis que huele a humanidad.
nos acerca una gran urbe plagada
Una
de micro mundos. En particular, el
marea
viva
Todo
en
y
uno
de bruces con el sabor amargo de
pero cuya presencia en perpetua y la
en
de
gentes
abigarradas en calles adoquinadas
barrio de
que no dejan espacio a una brizna
End, en el que se desarrolla la
de hierba, que mata el tiempo y
casi
sus
lugar
almas
humeantes
dentro de
de
niebla
tabernas
etílica,
que
Whitechapel, en el East
totalidad
plagado
de
sobrevivir
arrodilla
clima
frota
sus
las
sexos
iglesias, en
una
que
oscura
la
deprimido,
pide perdón y consejo mientras se en
de
y
sociales.
almas entre
las
Un
empobrecido, que la
intentan
dureza
marcadas Pero,
obra.
del
diferencias
también,
un
callejuela con una valla de madera
conglomerado de escenarios idóneos
como única cama... Una ciudad
para
JUNIO ’10
en
las
novelas
GRANITE & RAINBOW
de
#3
terror
o
99
FROM HELL, DE ALAN MOORE - DAVID GARCÍA ÁVILA históricas,
incluso
para
desarrollar ensayos de arqueología
podamos entender hoy en día como turismo.
o antropología. Paganismo, William
Gull,
el
Destripador
de
From
recorre
Hell,
la
Jack
novela el
el
gráfica
barrio
de
judaísmo,
cristianismo
y masonería, se solapan mutuamente con
resquicios
babilónicos,
egipcios,
griegos
y
romanos,
Whitechapel aplicando, no sólo una
medievales,
de las cirugías más depravabas que
modernistas entre piedras, barro y
ha
hollín.
conocido
sino,
la
memoria
también,
literaria
tantos
rincones con mayor carga simbólica
extintas,
Alan
Moore
de
enriquece
“este
infierno”
gusta
de
visitar
conocer
Londres.
iglesias
la
mente
“Me para
de
sus
de
entre
recuerdos
historia
de
Pero,
y
los
la
algunos
románticos
pasado
a
formar
historia
uno
desaparecidos
sus
acompañantes
en
un
ya
también con
referencias de personajes que han
arquitectos”, dice William Gull a de
civilizaciones
parte
universal. la
Algunos
ya
época
hablaban
de
como
poeta,
pintor
y
Blake
o
arquitecto
Palace,
London
Cross,
London
Fields,
Sant
London este
último,
destacado
y
Hostipal, Fields,
George
Bridge
Buckingham King's Bunhill
Bloomsbury,
el
William
Jack
Nicholas
el
la
la
La
Londres,
de
en
que
de
titulares
la
momento de la novela: Westmister, Torre
los
en
de
prensa
Destripador,
el
místico
Hawksmoor.
Otros
y
Christ
Church,
coincidieron en el Londres de los
si
cabe,
el
asesinatos
nombrado
de
más todos
múltiples
Whitechapel.
Algunos
tan
como
iglesia
Joseph Carey Merrick (más conocido
protagonistas
muchos de
esta
de
los
historia.
como
“El
hombre
ejemplo,
Elegante”),
reina
conmemorativos,
plazas,
Unido e Irlanda y Emperatriz de la
fábricas,
India), Frederick George Abberline
palacios, tiendas, pubs,
mataderos, almacenes,
dormitorios
comisarías, infectos
(inspector
jefe
(Reina
de
del
la
Obeliscos, catedrales, cementerios puentes,
Victoria
Por
reales
ellos, ya que a los pies de esta pasan
literarios.
de
la
Reino
Policía
y
Metropolitana de Londres), Buffalo
salones de alta alcurnia, grandes
Bill (creador del espectáculo del
avenidas adoquinadas y esquivas y
“Viejo
Oeste”),
lúgubres
Sickert
(uno
callejuelas...
una
travesía que va más allá de lo que
JUNIO ’10
pintores
de
Walter los
más
impresionistas
GRANITE & RAINBOW
#3
Richard famosos de
su
100
FROM HELL, DE ALAN MOORE - DAVID GARCÍA ÁVILA época),
William
escritor, pintor Arts
Morris
activista
fundador and
político,
del
movimiento
Crafts),
Oscar
poeta
dramaturgo),
(escritor, Robert
(poeta,
Louis
y
Stevenson
Wilde
(autor
de
obras tan conocidas como La isla del
tesoro,
El
extraño
caso
del
doctor Jekyll y míster Hyde o La flecha negra) o Robert James Lees (espiritista
de
gran
fama
en
la
época victoriana).
From Hell es una obra que lleva al viajero
imaginario
profundidades
de
a
la
las
psicología
humana, del misticismo religioso y esotérico, de la alta política, de la denuncia social pasando por la prensa
sensacionalista
o
amarillista. Pero, también es una travesía
por
masificadas
a
solitarias
a
candiles
en
una
la
luz
la un
calles del
luz
gélido
sol
y
de
los
otoño
de
1888. De paseantes hundidos en una interminable
lluvia
que
cala
más
allá de los huesos, mientras son observados por las pétreas miradas de
los
campanarios
firmamento.
Londres,
que
rayan
el
columnas
de
carne y tierra.
JUNIO ’10
GRANITE & RAINBOW
#3
101
RECUERDA EL CINCO DE NOVIEMBRE - MARÍA ZARAGOZA esta obra de Alan Moore y David El cinco de noviembre de mil seiscientos
cinco
un
hombre
fue
Lloyd
es
una
las
explosivos.
reflexionar.
querer
acabar
organizada,
controlada, oscura. La gente sigue
ejecutado por intentar destruir el parlamento británico con Decía
ciudad
normas
y
es
relativamente
feliz. Una vez más Moore nos hace En
ese
estado
de
con la represión del rey Jacobo I
bienestar en el que jamás sucede
a los católicos, lo torturaron y ahorcaron. Su figura se quema cada
nada, un hombre ataviado como Fawkes hace volar edificios,
cinco de noviembre en la noche de
secuestra los medios, reclama los
las
atentados
hogueras.
Es
un
objeto
de
cuando
intentan
burla, un personaje detestado por
encubrirlos. Un hombre extraño que
todos los ingleses. Se llamaba Guy
habla
Fawkes y Alan Moore creyó que nos hizo pensar.
yámbicos,
utilizando que
pentámetros
se
disfraza
de
monigote y se hace llamar V grita
un
que
en
la protección compensa la pérdida
Inglaterra y sin embargo, en V for la
de la libertad. Las guerras han destruido una gran parte del mundo
porque
mientras Inglaterra pervive, pero
Parece estado
totalitario
vendetta que
imposible
se
es
la
parte.
que
progrese
premisa ¿Por
nadie
está
libre
miedo
hace
que
desde
qué?,
quizá
deberían
plantearse
si
de
pecado.
El
esa supervivencia, en cierto modo
los
hombres
se
es
una
forma
de
muerte.
Una
vuelvan débiles
existencia
y cómodos. sencillo
Es
llena
utilizar
el
libertad
de
para
opinión,
es
temor
miedos,
De
una falsa,
sin
muerte
aplastar
y
reprimir. repente, saber
de sin
vida es una
pospuesta. Los
cómo,
diferente
ingleses
significa
queman
peligroso, ser humano vuelve
Fawkes,
el se
qué
permisivo
con
control
oprime la diferencia, en el caso del Fawkes real a los católicos en
buen
día
no
existen las elecciones ni la
el libertad
de
prensa.
Después
la
de
cierto
V
todo
modo
al
cambio?
sino
luchar
Un
el
ese
manipulación de los medios, con el estatal.
por
¿pero
hizo
hombre
la
a
lo
que
Cuando
moleste
estado,
la
se
en
única
libertad misma es una fábula. El
solución es una revuelta violenta.
Londres
V cree que hay que abrir los ojos,
que
se
nos
JUNIO ’10
presenta
en
GRANITE & RAINBOW
#3
103
RECUERDA EL CINCO DE NOVIEMBRE - MARÍA ZARAGOZA perder el miedo, revelarse. V es
un héroe que lleva en su alma un
un terrorista, pero un terrorista
suicida. Cada revolución necesita
que
su
sabe
pueblo por
que,
sin
atontado poder
por
sangre, los
tener
el
objetos,
cosas,
por
mártir.
Fawkes
fue
detestado
porque fracasó, ¿pero qué hubiera pasado
de
haber
volado
el
sentirse a salvo del hambre o de
parlamento? Inglaterra sería otra.
la guerra, no reaccionará. Parece
Quizá
preguntar tras su grotesca máscara si esa salvación, esa burbuja es
noviembre un pelele que representase a Jacobo I. Los que
real.
escriben la historia son los que
Su
cómica
sonrisa
lo
dice
quemarían
cada
todo. Si es el miedo lo que hay
triunfan,
que combatir, lo haremos con más
tengan que morir primero.
miedo. Si se sienten a salvo de la
aunque
cinco
Tampoco
para
es
de
triunfar
casual
el
aire
violencia les haremos ver que eso
culto, la distinción, la educación
no es real, que la violencia puede
de
llegar
esos
a
casa
en
cualquier
V.
No
es
casual
pentámetros
que
utilice
yámbicos
tan
Marlowe
o
momento. Que sin libertad no hay
utilizados
forma de defenderse. Él, héroe o monstruo, cómico triste, culto
Shakespeare para comunicarse con esa agilidad y esa acidez que sólo
anarquista,
tienen los genios. En el fondo la
pretende
sacar
de
la
por
ignorancia a los ingleses de ese
cultura
Londres tétrico e irreconocible, a
fascismo reprime. Lo he dicho ya
través
me
de
algo
que
no
pueden
es
lo
parece:
primero
diferente
que
el
significa
esperar. Para pescar un salmón hay
peligroso. Pero hay algo más, por
que
supuesto,
pensar
como
decían
los
Para
vencer
un
salmón,
indígenas a
que
americanos. un
estado
totalitario encubierto tras velo de miedo y amenaza,
un de
permitir
que
riesgo
para
podrían alarmas
el
ponerlo de
poder en
saltan
palabras
alguien
la
niños,
hay
que
para
transformarse
los en
levanta
porque
duda. Las pensamiento
independiente
caramelos
gente
piense por sí misma es siempre un
promesa de protección, de bonitas y
la
cuando
voz.
Después
hay muchas formas para que termine
algo mucho peor que él. Hay que
la
transformarse en un terrorista, un
desaparición,
asesino,
sin
cada día en una parte del mundo.
escrúpulos. No es casualidad que V
Parecía que Europa era otra cosa
se
en
hasta Alan Moore. Pero quien esté
Roma, el símbolo de la victoria. No es casual que se esconda tras
libre de pecado que tire la primera piedra. Quizá todo comenzó
un
como
un
llame
el
personaje
noviembre que
V,
personaje
sea
número
que
inmolan. capaz
irreal
de
cada No todo
cinco
cinco es
de
casual
para
que
Londres abra los ojos. Siempre hay
JUNIO ’10
historia:
una
tortura,
exilio.
crítica
Se
repite
soterrada
al
gobierno de Tatcher, pero es algo más, ha resultado ser una de esas historias
que
GRANITE & RAINBOW
nos
hacen
#3
temer
104
RECUERDA EL CINCO DE NOVIEMBRE - MARÍA ZARAGOZA llevar
razón
cualquier
cuando
tejemaneje
intuimos político,
resistir la
ante
fuerza
una
que
injusticia,
surge
cuando
es se
cuando algo nos dicen que eso que
supera el miedo y uno queda cara a
nos cuentan en las noticias de las
cara contra la verdad y sin más,
tres
le
mientras
nos
comemos
unos
escupe.
Sin
miedo,
las
en
realidad
no
macarrones no es nada más que la
consecuencias
verdad sino que se pretende quizá
existen,
otra cosa que puede que jamás sepamos, calentitos en nuestras
puede llorar porque quemen su efigie cada cinco de noviembre.
casas, bien,
no
comiendo yendo
clase
o
trabajo
son
nada.
Sin
libertad
a
somos
al
mejor
sin
Fawkes
muertos
nada.
no Es
estar que
miedo, o sí, con
hacer
ese
recuperarla.
miedo
no
nada
no por
instintivo que da la
conservación.
Ese miedo perder
a lo
conseguido,
a
perder el estatus que da llegar del trabajo y poder cenar y sentarse a ver televisión en un sofá. V,
por
esforzaran
mucho en
que
darle
se una
justificación a su ira, por mucho que hablaran de venganza, no es un justiciero. Ni siquiera es por completo un héroe. V no sólo es un personaje
grotesco
y
atractivo
a
la vez que pone en duda todo el sistema de la distopía londinense. V no sólo es la respuesta de la anarquía
al
demasiado
fascismo, extremo
eso
sería
y
no
interesaría, no nos haría pensar. V no es nadie, pero es todos. V representa esa fuerza vital que llevamos cuando
dentro
y
que
conseguimos
sólo vencer
sale el
miedo. V es esa rebelión que nos empuja a expresarnos, a unirnos, a
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GRANITE & RAINBOW
#3
105
EL LUSTRE DE LA PERLA - SARAH WATERS - ADAPTADA POR LA BBC -
CONTINUACIÓN BASADA EN LA NOVELA EL LUSTRE DE LA PERLA DE SARAH WATERS - AINIZE SALABERRI
Querida Nan,
He vivido durante quince años sin saber de ti, desde aquella última función tuya que vi en Londres. Te seguí de cerca durante un tiempo, de escenario en escenario, de noticia en noticia, hasta que me fui lejos de Londres y te perdí la pista. Llevo diez años separa de Walter, y no he vuelto a amar a nadie porque nunca dejé de amarte a ti. Sé que fui yo quien puso punto final a nuestra relación, y sé que nunca entendiste el por qué. Tampoco nunca te di una explicación; nunca tuve el valor suficiente para mirarte a los ojos y decirte que te quería tanto, que te amaba tanto que el mundo se me hacía grande, que la vida se abría bajo mis pies y no me dejaba respirar. Todo el tiempo que compartimos, maravilloso, fascinante y tremendamente feliz, lo pasé con miedo, aterrada, agazapada en una esquina esperando el momento en el que el temblor se atenuase y pudiese amarte con las puertas abiertas. Siempre tuve miedo del qué dirán, de los rechazos, de los insultos, de todo, porque tenía miedo hasta de despertarme por las mañanas y vivir
el
mundo
que
nos
había
tocado
en
gracia.
Nunca
pude
entregarme en cuerpo y alma a ti, pese a que te amaba como nunca, jamás, había amado a nadie. De repente mi vida era un huracán que era incapaz de controlar, y lo único que conseguí fue dañarte hasta la médula y revolver la herida con mi matrimonio con Walter. El día que nos descubriste en nuestra cama, la que durante meses habíamos compartido y en la que nos habíamos amado, tu mundo –y el mío, Nan, nunca pienses que no- se vino abajo, con todo lo que ello conllevaba. Sé que jamás me perdonarás, y tampoco lo espero. No he sido capaz de perdonarme a mí misma en todos estos años, y esta carta es una disculpa, y mucho más. Nunca he dejado de pensar en ti, nunca. Fuiste la mujer de mi vida, mi gran amor. Me casé con Walter pensando en ti, en que sin mí estarías mejor, en que debías encontrar a alguien con quien pudieras vivir el amor sin temor, sin reparos, sin excusas, ni
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CONTINUACIÓN BASADA EN LA NOVELA EL LUSTRE DE LA PERLA DE SARAH WATERS - AINIZE SALABERRI
dolor. Sé que con Florence lo conseguiste y aunque al pensar en vosotras se me claven miles de espinas por todo el cuerpo, sé que no podrías estar en mejores manos. Tu felicidad es mi tumba y mi medicina al mismo tiempo. Qué ironía. Yo, que pensaba que algún día te podía recuperar… No podía estar más equivocada. Qué osadía la mía. No me la tengas en cuenta, por favor. Nunca fui feliz con Walter. Al casarme con él me bajé de los escenarios –lo único que hacía feliz además de ti- y me condené a ser una mujer florero que seguía las estrictas normas de conducta victorianas, complaciente con mi marido, con una sonrisa en la cara perpetua mientras por dentro se me marchitaba hasta el alma. No era una víctima, pues yo elegí mi destino, pero supongo que es mejor
exponer
la
desgracia
para
aliviar
un
poco
el
peso
del
arrepentimiento, del daño causado. Vivíamos en una casa en Belgravia, con todo el lujo imaginado, con sirvientes, doncellas. Walter me trataba bien, no era un hombre injusto ni malo; me daba todo lo que necesitaba. Él intentaba llenarme de amor y yo lo rechazaba constantemente. En sociedad era distinto. Yo no podía hablar; tampoco se esperaba una opinión de una mujer como yo. Tú sabes bien cómo era ese mundo y en qué tipo de sociedad vivíamos, por lo que sé que no te sorprende. Y de ser una mujer dicharachera y feliz pasé a ser una mujer callada, introvertida, irrisoriamente infeliz y desdichada. Walter quería hijos, y cómo yo no me quedaba embarazada comenzó a ir con otras mujeres. Las traía a casa, se acostaba con ellas, y se justificaba diciendo que ellas iban a darme lo que yo era incapaz. Decía que lo único que me pedía era un hijo y que yo era tan egoísta que no se lo daba. Así comencé a ser una mujer maltratada y un día me escapé y no volví. Me marché al norte de Inglaterra, a Manchester, y comencé una nueva vida. Me he vuelto a subir a los escenarios con una función parecida a la que teníamos tú y yo en el West End. Qué recuerdos, Nan, qué recuerdos más felices. Pasear por las mugrientas calles
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CONTINUACIÓN BASADA EN LA NOVELA EL LUSTRE DE LA PERLA DE SARAH WATERS - AINIZE SALABERRI
de
Londres,
vestidas
de
punta
en
blanco,
con
los
caballeros
saludándonos con los sombreros de copa e intentando ligar con nosotras; los paseos nocturnos por las orillas del Támesis, la abadía,
imponente,
Westminster,
maravilloso.
Y
la
pobreza,
el
sálvese quien pueda que veíamos a través del cristal de nuestra carroza de ensueño. Todo lo que recuerdo de Londres forma parte de la felicidad que sé que compartimos. Hoy, sentada frente al fuego, con un té en la mesita, escribiendo estas palabras, siento que vuelvo a tener veintitrés años y me transporto a aquella cama en aquella habitación de aquel edificio inconfundible del centro de Londres,
jugando
contigo
entre
sábanas
e
imaginándonos
que
el
mundo era nuestro, nuestro, nuestro, y que todo era posible. Y, sobre todo, que seríamos siempre felices. No
he
podido
vivir
contigo
mi
vida,
pero
has
estado
conmigo
siempre. Siempre. Quizás
algún
día
una
estrella
caiga
del
cielo
y
me
lleve
directamente donde tú estés. Espero que estés bien, sirenita, de corazón.
Con amor, Kitty.
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VIRGINIA WOOLF Y SU CUARTO PROPIO - SANDRA ESCOBAR Un
cuarto
propio 1,
de
Virginia
Woolf.
¿Un
Arts
Poética
sobre
la
escritura femenina?
Es imposible leer a Virginia Woolf sin pensar en las improntas de su literatura:
la
experimentación
en
la
escritura,
un
constante
laboratorio de lo escrito; y la necesidad, atravesada por su posición histórica y socioeconómica de verificar y reivindicar el rol social, político y literario de la mujer, en particular en un época en que para ingresar a una biblioteca, una mujer debía de ser invitada por un profesor de la universidad a la que esa biblioteca perteneciera o llegar a la biblioteca con una carta de presentación. En la lectura de Un cuarto propio pueden verificarse sin dudas las dos líneas de su pensamiento. Respecto de la necesidad de verificar y reivindicar el rol femenino en la escritura, no significará una aprobación al modus en que esto se realice. Y centrándonos en particular sobre cuál es el papel de la mujer, y más aún, acerca de si realmente existe una escritura femenina citamos las palabras de la misma Woolf que en 1918, cuando las demandas del movimiento feminista estaban en alta tensión, decía: Fueron muchas, ciertamente, las mujeres que querían ser tomadas por hombres cuando escribían, y si han cedido el sitio a las mujeres que desean ser tomadas por mujeres no habremos mejorado mucho…2
Sin dudas esta reacción de Woolf se refería a la intención de algunas feministas
de
usar
la
literatura
femenina
como
panfleto.
Woolf
defiende ya a estas alturas una escritura femenina separándola de una escritura feminista que puede expresarse independientemente de la voz de los hombres. Con el avance de las décadas esta polémica se verá atravesada por las distintas voces del feminismo, y llegará a los ’70 y
’90
con
Julia
Kristeva,
Helene
Cixous
y
Judit
Butler
como
principales pensadoras y participantes en esta discusión Pero volvamos a Woolf y a su cuarto, a su escrito. A su escritura.
1
Woolf, Virginia, Un cuarto propio, AZ Editora, Buenos Aires, 1993
2
Woolf, Virginia, ‘Womens Novelist’, en Estética Feminista, Gisela Ecker (edit.),Icaria, Barcelona, 1986
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VIRGINIA WOOLF Y SU CUARTO PROPIO - SANDRA ESCOBAR Claro está pensar que es eso y no otra cosa: su cuarto propio es más allá del hábitat específico para escribir, como lo es el taller para el artesano, el lugar donde escritores y escritoras pueden desarrollar imaginación y pensamiento sin interrupciones externas. Pero también es cierto que Woolf puede hablar de un cuarto propio como ese espacio que la misma escritura puede crear, y que en su época, a la mujer, como creadora literaria, le era indispensable. En Un cuarto propio Woolf no se queda en su tiempo. Revisa, escudriña e investiga la escritura de distintas mujeres en siglos anteriores y su resonancia en la propia época. Se instala por momentos en la época de Shakespeare y discute sobre la posibilidad
histórico
política
de
que
una
voz
femenina
pudiera
sustraerse a las presiones de la edad isabelina y por tanto, firmar sus escritos. Ni qué pensar en poesía, un formato tan susceptible a las opiniones de sus críticos, más despiadados aún si el formato tenía por firma un nombre de mujer. Y ejemplifica con los versos, que en los 1600 una mujer de cuna noble e inglesa, Lady Winchilsea, escribía, y cita Woolf en Un cuarto propio: Ay la mujer que ensaya la pluma Criatura tan presuntuosa se la juzga Que ninguna virtud redime la falta. Erramos el sexo y el camino, nos dicen… Escribir, leer o estudiar Detendrían las conquistas de nuestra juventud.
Según Woolf el que se le censurara la escritura la obligaba a esta poeta a mezclar en sus cantos a la naturaleza y la reflexión, una intensa amargura y una dolorosa melancolía que, seguramente, y dada la recepción
burlona
de
la
época,
la
obligarían
a
encerrarse
en
un
cuarto, quizá en el campo:
Mis versos desvalorizados, y vista mi ocupación Como una locura o una falta insolente… (op. ibidem)
Y regresa a su época y dice Woolf en su análisis de contraponer en Un cuarto propio la literatura de hombres y mujeres que Cuando Coleridge se refería a que las grandes mentes son andróginas… se refería probablemente a que la mente andrógina es resonante y porosa, a que
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VIRGINIA WOOLF Y SU CUARTO PROPIO - SANDRA ESCOBAR transmite
sin
impedimento
la
emoción,
a
que
es
naturalmente
creativa,
incandescente e indivisa… uno se remite a la mente de Shakespeare como al prototipo
de
la
mente
femeninos,
aunque
sería
mujeres.
(op. ibidem)
andrógina, imposible
de
la
decir
mente qué
masculina
pensaba
con
componentes
Shakespeare
de
las
En este cuarto propio Woolf reivindica la escritura femenina, pero no como
de
existencia
única
desde
una
etiqueta
que,
desde
el
establishment patriarcal y masculino se hace indispensable colocar, sino desde un avance que desde esos primeros veinte años del S.XX ha experimentado la consideración y el reconocimiento de la actividad de la mujer, al menos, en Inglaterra. Finaliza este decurso diciendo que es el ejercicio de esa voz el que confirmará ese reconocimiento. Un ejercicio que amplíe la visión de mundo, que aúne planos y realidades, y no los escinda pensando que una escritura sólo responde a una clase de actividad, taxativa, que si se es escritora no se puede tener hijos: la mujer, dice Woolf, tiene ya “quinientas libras al año y un cuarto propio”, y por tanto debe ejecutar su escritura desde el hábito y la libertad de escribir exactamente lo que piensa.
Concluimos en que tal vez no sea Un cuarto propio un Ars Poética desde el sentido aristotélico. Pero sin dudas muchas mujeres, casi cien años después, han fortalecido y reivindicado esta idea de Virginia Woolf: la escritura trabajada desde la libertad y el compromiso, más allá del ámbito real en que se pergeñe.
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LA DISTANCIA ENTRE LA CIMA Y LAS CLOACAS - PEDRO LARRAÑAGA indignación Junto
a
un
cubierto,
río,
hoy
totalmente
formando
parte
del
hace
de
pestilente prensa
de
el
Londres,
británica,
siendo,
más la
sucio nació
y la
párrafo
de
esa
lectura
mandatarios
que
sigue
tierra,
la
mejor
consejeros,
probablemente,
suficiente
sofá y se coma mi bocadillo. Cada
como
lo
como para sentarse a mi lado en el
alcantarillado, el Fleet, conocido mucho
crezca
publicación,
obligada
en
cada
creadora
para
punto
de
de
la
opinión
en
periodistas
del mundo. Desde su trono, ya no
especializados y asesores de todo
recuerda
tipo,
aquellos
pestilentes
podría
orígenes, de los que tal vez no
manual,
esté tan lejos.
actualizado,
formar
desgracia,
la
situación
que
no
del
suficientes
crisis,
“buena”
inundado
toda
la
Yo,
dispongo
económica actual, la archirepetida ha
del
constantemente
neoconservador. Por
parte
perfecto sin
de
embargo,
conocimientos
para
entender
economía,
no
la
consigo
realidad. De ese modo, ya no hay
alejar de mí el olor a cloaca que
nada, real o imaginario, ligero o
acompañó
pesado,
que
londinense desde su nacimiento.
ese
El
haya
brillante
sido
capaz
o
pésimo,
de
huir
de
al
genial,
mítico y
muy
periodismo
recomendable,
filtro gris que todo lo mediatiza.
libro
Ni siquiera un artículo como este,
“Historias de Londres”, nos cuenta
algo
ha
como
de
imperios,
ingenuo
podido
y
salirse
pretencioso, de
esa
norma
obligado cumplimiento. Escuchando que
las
riesgo
las
no
en
las
evaluadoras
dejan
todos
González,
esos
como
gigantescos
el
de
Rupert
Sun,
surgieron
pestilencia
junto
perpetua
a
de
la
Fleet
Street. Esa calle, en el este de
peligros, carencias y déficits de
Londres, fue el centro neurálgico
las
del periodismo de la ciudad hasta
mismas bancos,
gritar
de
The
los
economías
de
Enric
Murdoch, poseedor de The Times y
noticias,
agencias
de
nacionales
economías fondos
de
multimillonarios
que
(las
salvaron
inversión sueldos
y de
la
década
de
los
80
del
siglo
pasado. En la actualidad, tan solo la
agencia
Reuters
permanece
en
directivos), no deja de crecer mi
ella,
asombro. Del mismo modo, ojeando,
historia
con idéntica sorpresa, las páginas
lugares como el edificio art decó
de The Economist, la revista
del
pero
todos
pueden
número
emplazamiento financiera
de
referencia
en
todo
esos
siglos
de
contemplarse
en
135, del
antiguo The
Daily
Telegraph.
el planeta, no puedo evitar que mi
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LA DISTANCIA ENTRE LA CIMA Y LAS CLOACAS - PEDRO LARRAÑAGA De
aquella
calle,
que
compartía
público o la rentabilidad de los
nombre con el río Fleet, el más
movimientos
sucio
desde
y
tanto
pestilente que
brotaron, campo
de
terminó
como
en
abonado,
Londres, soterrado,
medio
nombres
de
un
como
The
especulativos,
la
que
telescopio
puede
ni
pero
el
mejor
acercarles
a
la
realidad de los ciudadanos. Leyendo,
tranquilamente,
Independent o el Financial Times.
sesudos
Pero
The
llenos de verdades indiscutibles,
Economist terminó por sobresalir,
queda patente, en cada frase, el
por encaramarse hasta la cima del
consejo
periodismo
novatos que aún no se han hecho
entre
todos
ellos,
mundial.
Una
práctica
y
arrogantes
sus
que
reciben
desde 1843, se ha dedicado, con la
“entra en esa habitación, siéntate
precisión de un gran cirujano, a
delante
“predicar los mandamientos básicos
que eres Dios”. Está claro que en
del
el cielo todo se vive de una forma
Liberalismo
encima
ordenador
revista: e
pero
las cosas, y el libre comercio y
redacción
de
las monedas sólidas mucho más que
está, al fin y al cabo, demasiado
a ti mismo”. Esa definición, que
lejos
he
director de la revista, como nos
cambiar
ni
una
de
la
parece
imagina
distinta,
sin
de
la
todas
extraído
por
el
del
de
los
con
respetarás
estilo
todos
periodística de calidad, pero que,
capitalismo:
el
artículos,
The
cuenta
“Historias
sí
reveló
que
es
un
ejercicio
de
la
Economist
no
cloaca.
coma del libro del señor González, que
que
la
Un
de
antiguo
Londres”,
abundancia
de
precisión en toda regla.
mujeres era debida a una razón muy
Aunque siempre ha querido mantener
propia
una
los
neoconservadora: “por el precio de
olores de Fleet Street, alejándose
un hombre de segunda categoría, se
de su mundanal ajetreo, en medio
puede
de los clubes privados y tiendas
primera”.
de lujo Saint James Street, no ha
Sí,
podido escapar a un cierto olor a
mandamiento:
podrido.
encima
prudencial
No
distancia
vamos
a
con
discutir
la
de
la
contratar ya
lo de
dice el
todas
calidad de sus textos, el trabajo
que
de
cima del mundo.
sus
desde
múltiples 1843,
se
redactores
han
que,
encargado
debe
a
lógica
una
mujer
su
principal
Liberalismo las
cumplirse
cosas. hasta
de
por Algo
en
la
de
elevar a The Economist hasta los altares del periodismo económico. Una
cima
desde
la
que
sólo
se
pueden ver los índices bursátiles, los
niveles
de
deuda
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y
déficit
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Miembros del grupo Bloomsbury reunidos.
B.L.O.O.M.S.B.U.R.Y Ana María Navales en Cuentos de Bloomsbury:
! Desde el 22 Hyde Park gate, donde nació Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he rcorrido, una y otra vez, en mis últimos veranos londinenses, el corazón de Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artística de quienes de este distrito de la ciudad del Támesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la región de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisaba –antes de su reciente demolición– a través de los árboles al pie de Itford Hill; en la Monk’s House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Más que la curiosidad, la pasión me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes álbumes de forografías, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algún libro más que no sé si escribiré algún día. Estos cuentos son una libre recreación de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficción me pareció exigirlo. La utilización de la primera persona en alguno de los relatos es también, obviamente, un recurso literario. ! Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora.
(Porque a veces es mejor que los mismos autores expliquen su obra para hacernos la boca agua).
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