Liliana bodoc

Page 1

Liliana Bodoc Biografía Liliana Bodoc (Breve biografía) Escrito por Banco del Libro El Máster en Libros y Literatura para niños y jóvenes tiene el honor de contar como primera autora invitada en esta edición, a Liliana Bodoc.

Liliana Bodoc nació el 21 de julio de 1958 en Santa Fe, Argentina. Al cumplir los cuatro años de edad, su familia se trasladó a Mendoza por el empleo que consiguió su padre en una fábrica de cemento. En un barrio ubicado en las cercanías de esta fábrica, Liliana Bodoc creció y pasó su infancia. Años después afirmaría que allí, en el polvoriento y rocoso paisaje de Mendoza, nació su estrecha relación con lo mágico. Obtuvo la licenciatura en Literatura Moderna en la Universidad Nacional de Cuyo y hoy en día es profesora de literatura, poetisa y escritora de narrativa y teatro. Es autora de La Saga de los Confines, una trilogía épico-mágica inspirada en las leyendas aborígenes de Latinoamérica, escrita al mejor estilo de J.R.R. Tolkien. Los días del venado (2000), primera entrega de la trilogía, obtuvo, entre otros premios, la mención especial de The White Ravens. Luego publicaría Los días de la sombra (2002) y finalmente Los días del fuego (2004). La obra narrativa de Liliana Bodoc también incluye la novela juvenil Diciembre súper álbum y el libro de cuentos Sucedió en colores. Además, ha escrito obras teatrales, destacando Adiós a las Puntillas, Doña Cata y la gitana y Por tantos. En el año 2000, Bodoc recibió el “Premio Fundación El Libro 2001 para el Mejor Libro de Literatura Juvenil”; Premio Fantasía Infantil 2001″ en la categoría Narrativa; el Premio “Destacados de ALIJA” 2002, y fue seleccionado para integrar la lista The White Ravens 2002. Con Los días de la Sombra, integró la selección “Los mejores libros para niños y jóvenes 2003” del Banco del Libro de Venezuela en la categoría “Novela juvenil”. Es para nosotros un gran honor contar con la participación de tan importante figura de la literatura juvenil. En esta sección les presentamos “Tres veces lo que siento”, un texto inédito de la autora.


La saga de Los Confines: Entrevista a Liliana Bodoc Originalmente publicada en: Barataria. Revista latinoamericana de literatura infantil y juvenil grupo editorial Norma. volumen !. Número 1 junio - diciembre 2003 Entrevista realizada por la licenciada Shashenka García Los días del venado y Los días de la sombra, primero y segundo título respectivamente de la saga de Los Confines, se colaron en el Comité de Evaluación de Libros del Banco del Libro con bastante discreción. La verdad, era poco lo que sabíamos de esta novel escritora argentina. Un gran proyecto, buena crítica en su país... pero no más que eso. La lectura, sin embargo, resultó por demás reveladora. ¿Quién era esta maravillosa mujer que se arriesgó a escribir la primera trilogía de fantasía épica latinoamericana? Múltiples lecturas, analogías, reflexiones surgían diariamente en el grupo de estudios y en cada “nuevo lector” que íbamos enamorando por nuestra cuenta. Por su parte, Editorial Norma y su proyecto escolar llevó la saga a diferentes colegios de Caracas en los cuales, los jóvenes lectores, destinatarios finales de la obra, devoraron ávidamente los textos. Esta magnífica experiencia ha dado lugar a un sinnúmero de anécdotas, sueños, discusiones y, afortunadamente, a muchísimas ganas de seguir leyendo. Definitivamente, un interesante giro a las “rigurosas” clases de Literatura escolar. De todos estos aconteceres surge la imperiosa necesidad de conversar, directamente, con la autora. Gracias a internet y a la comunicación telefónica, tuve el honor y el placer de entrevistar, para esta “recién estrenada” publicación, a Liliana Bodoc; una admirable profesional, sencilla y modesta en extremo, cuya dulzura y honestidad se descubrieron, para mí, en la convicción de hallarme frente a una verdadera artista. En toda entrevista lo anecdótico surge como un buen espacio para entrar en confianza. De allí, la pregunta infaltable: ¿qué la motiva a escribir? Yo escribo desde la pasión y desde el amor. Ésa es mi motivación. Decir mis verdades desde lo literario y no desde el panfleto. Su recorrido por la editoriales fue, al parecer, un tanto azaroso. ¿Podría contar un poco la experiencia? La verdad es que yo vivo bastante alejada de Buenos Aires (vive en Mendoza) y del mundo de las editoriales. Así que diría que mi experiencia fue, más bien, tragicómica. Iba de aquí para allá, dejando los manuscritos, sin muchas expectativas. En una de esas ocasiones, dejé mi material en Editorial Norma. Para mi sorpresa y satisfacción, recibí al poco tiempo un correo electrónico de Antonio Santa Ana (Editor de Norma InfantilJuvenil en Argentina) en el que me contaba su interés en publicar mis libros. El resto, ya lo sabemos... Le cuento, por si no lo sabía, que sus libros fueron premiados en el evento de “Los mejores libros y CD-Rom’s para niños y jóvenes” del Banco del Libro en su edición del 2003...


Sí, supe por Antonio Santa Ana de este reconocimiento. Me sentí muy honrada y soprendida, pues tengo conocimiento de la rigurosidad y seriedad de dicha premiación. Como fanática lectora no puedo dejar de preguntarle, ¿cuánto falta para el tercer título? Bueno, ahorita trabajo arduamente en ello. Por ser el último de la saga debo trabajar cuidadosamente, atando todos los cabos sueltos, cerrando las historias de la mejor manera posible, respetando los procesos. Calculo que en un par de meses puedo entregarlo a edición. Supongo que este proceso de cierre es, de una u otra manera, una despedida, del cual debe vivirse el duelo y, por qué no, el festejo. La expectativa es enorme, ya que el final del segundo libro se presenta muy abierto... El final del segundo libro es abierto, claramente, por una estrategia ficcional para mantener la intriga. Y sí, resulta doloroso, pero también necesario. Es como la muerte, para muchos prematura, de Dulkancellin. No te imaginas lo que me han criticado por esto. Sin embargo, para mí, mantenerlo vivo era, por demás, inverosímil, casi de “Hollywood”. No me parecía creíble que un hombre que va al frente de batalla y le disparan con pólvora pudiera seguir vivo... pero “la pucha” que me costó matarlo. Entre el público juvenil, aquí en Venezuela, su obra ha tenido gran aceptación, superando cualquier expectativa. Siendo éste el público para el cual escribe, ¿qué opinión le merece este recibimiento? Es respirar después del deber cumplido. Resulta grato saber que, a pesar de los problemas del día a día, de la locura cotidiana, existen personas que, en otras casas, hablan de Kush, de Wilkilén, de tus libros. No imaginas lo que significa esto para un escritor. De verdad, te sientes sobradamente pagado. ¿Qué siente al ser la creadora de la primera saga de fantasía épica latinoamericana? La verdad no sé si es la primera, me sentiría avergonzada de asegurar eso... Bueno, no hay de qué avergonzarse, porque es cierto... Entonces espero que se escriban muchas más. Cuando nos encontramos ante un texto de Fantasía épica resulta casi obligado consultar sobre los referentes del fantasy anglosajón. ¿Toma usted referencia de dicho género europeo para sus obras? ¿J.R.R. Tolkien y su obra inmortal tiene incidencia en su trabajo? Indudablemente, el género épico anglosajón resulta un referente categórico. Yo diría que, a la hora de concebir y desarrollar la saga de Los Confines, fue un imperativo. De manera deliberada, intenté atenerme a los tópicos fundamentales del género: la presentación polarizada del Bien y del Mal, el viaje, el héroe, inclusive el carácter


ejemplificador del relato. En cuanto a J. R. R Tolkien, creo que nadie que haya escrito una épica fantástica después de El Señor de los Anillos puede, honradamente, desconocer su fabulosa incidencia. A Tolkien le debemos una obra de características clásicas. Pero también le debemos la recuperación de la épica fantástica para nuestro tiempo. Tolkien trajo de regreso, con una maestría insuperable, un género de enorme nobleza que ha demostrado seguir siendo del todo eficaz para abordar temas universales, y para relatar batallas que, más que militares, son éticas y filosóficas. En definitiva, la renovación de los relatos épicos; historias que consiguen despertar, en muchísimos lectores, el placer y el compromiso emotivo con la Literatura.

Uno de los aspectos que más nos sorprende como lectores es el manejo de un imaginario auténticamente latinoamericano para la construcción de la obra, entonces: ¿Debió Ud. realizar una investigación exhaustiva sobre las culturas del continente? Para construir el imaginario de la saga de manera verosímil me resultó imprescindible realizar una tarea de acercamiento bibliográfico a las culturas indígenas del continente. Sin embargo, por respeto a quienes llevan adelante rigurosas investigaciones históricas, antropológicas y de otras áreas de estudio me interesa aclarar que mi recorrido por la bibliografía, si bien fue cuidadoso, siempre apuntó a la creación ficcional. Por eso mismo, mi estudio no pudo ser imparcial, y sus resultados estuvieron recortados según una intencionalidad específica, mucho más lírica y subjetiva que científica. En los textos se encuentra una prolífica muestra de neologismos. ¿Responden a alguna orientación particular, toman alguna referencia histórica o son creación pura de su propia imaginación? Los neologismos presentes en la obra tienen distinta procedencia y modalidad. Pero todos ellos fueron concebidos desde la preocupación de no quebrar el universo cerrado de la saga con palabras o expresiones que resultaran una intromisión de coordenadas espacio-temporales ajenas al imaginario. La mayoría de los neologismos tienen referencias lingüísticas y fonológicas en lenguas indígenas, si pertenecen a las Tierras Fértiles, y en lengua griega si pertenecen a las Tierras Antiguas. En la construcción de estos neologismos quise, al mismo tiempo, afianzar un concepto y reproducir la sonoridad de las lenguas que sirvieron como referentes. Por ejemplo “oacal” es una distorsión de “cocoatl”. En este caso, además de la similitud sonora, hay una similitud funcional: el oacal funciona en la ficción de manera análoga al cocoatl (cacao) en la historia de las culturas de meso América. Formas como “animal con cabellera” por caballo y “polvo gris” por pólvora intentan dar cuenta del proceso del conocimiento de una realidad nueva nombrada de manera metafórica. Una forma de hablar es una forma de pensar. Y yo procuré recrear civilizaciones cuyo modo de pensar y concebir la realidad tuviera un alto componente lírico y alusivo. La fantasía épica, como lo indica su nombre, se construye a partir de la disposición de un mundo conformado por pueblos que cuentan con una historia propia. ¿En qué elementos culturales se basó para configurar los pueblos de las Tierras Fértiles? Y, la pregunta de rigor, ¿por qué América Latina como referente indiscutible?


Los elementos culturales en los que me basé son, por un lado, los que reconstruyen la cotidianeidad: alimentación, vestimenta, comercio, etc. Por otro lado, y en un sentido más amplio de lo cultural, me basé también en las relaciones materiales del hombre con el hombre y con su medio ambiente. Relaciones que inciden de manera contundente en la organización social y en el sistema de ideas de un pueblo. ¿Por qué América Latina? Por amor, por cercanía. En definitiva, porque funcionó como “mi aldea para pintar el mundo”. Ya adentrándonos en los textos surge un sinnúmero de preguntas que buscan satisfacer nuestra activa curiosidad lectora: ¿qué representan para Ud. los husihuilkes? Antes de ocuparme de cada pregunta en particular, me parece apropiado hacer una salvedad que, creo, va a ser útil para muchas de las respuestas que siguen. El referente histórico, que considero fundamental y confirmo sin vacilaciones, jamás obró de manera coactiva sobre la ficción. Convencida de que el respeto por la autonomía de la ficción literaria es la mejor manera de servir a un compromiso con la realidad, procuré priorizar la creación artística y alejarme del panfleto y del “didactismo”. Por eso mismo puedo decir que los husihuilkes no son los araucanos. Es cierto que están referenciados, inspirados en ellos. Pero también es cierto que hay una idealización que funciona como estrategia ficcional. ¿En qué referentes se basa lo juglaresco de Cucub? Cucub reúne dos elementos. En primer lugar señala el sitio privilegiado que las altas culturas de América guardaban para sus artistas. Tanto que, en la concepción Náhuatl, artista era quien mostraba “el verdadero rostro de las cosas” y el único capaz de decir “palabras verdaderas en esta tierra”. Cucub es también un homenaje personal a los poetas aztecas de “la flor y el canto”. Sin embargo, es innegable que Cucub posee, además, características del juglar europeo. Aquello de ir de sitio en sitio llevando y trayendo noticias, aquello de divertir, informar y tomar una posición frente a los sucesos.

¿La masacre de los lulus, cruda e incomprensible, qué quiere decirnos? Vamos a los lulus... La decisión de este pueblo, extinguirse intactos, habla de su intransigencia y de su soberbia. La actitud de los lulus es, en definitiva, pasiva. Presenta la paradoja de todo suicidio, y propone una situación de ambigüedad ética. Ante la elección de ser profanados pero seguir vivos o morir inmaculados, los lulus decidieron desde el purismo extremo. Personalmente me sucede que algunos días los entiendo más, y otros días, menos.

Uno de los momentos más emotivos y dolorosos para el lector es la muerte de Kume, ¿es el sacrificio una metáfora de redención? Ante quién ¿Dulkancellin o la comunidad husihuilke? Kume es un personaje que tiene un diseño psicológico oscuro como modo de expresar que una vida social armónica, tal como la que vivió Kume en su infancia, no es


condición suficiente para evitar los dolores sicológicos individuales. Sin duda, el sacrificio de Kume es un símbolo de su redención. ¿Ante quién...? Ante Dulkancellin y ante la ley husihuilke, cosas difícilmente separables siendo Dulkancellin la encarnación de la ley.

Los brujos se configuran como una magnífica representación poética de la magia y la naturaleza, ¿ a qué responde la mímesis? ¿Es su existencia complementaria? Voy a referirme ahora al estrecho lazo entre la magia y la naturaleza así como la saga lo plantea... En la concepción indígena, la magia es una forma de conocimiento a través de la cual se comprenden los seres, los fenómenos y las relaciones entre ellos. Se comprenden y pueden transformarse. Si la creación se concibe como una trama donde todo está ligado a todo, y lo que le sucede a cualquier criatura repercute en las demás, lo mágico tiene que ver con el profundo conocimiento de esos vínculos. Los brujos de la tierra simbolizan el chamanismo americano. Y recordemos que el chamanismo fue, entre otras cosas, la medicina de un continente entero durante muchos siglos. Recordemos también que, hoy, la ciencia tradicional se mete en la selva buscando a los últimos chamanes en procura de recuperar la bio-diversidad y acceder a su conocimiento.

La transformación de Piukemán genera sentimientos encontrados en los lectores, ¿es su metamorfosis un castigo? La violación de las normas, la curiosidad cuestionada luce, en ocasiones, como pecado y, por momentos, como liberación. ¿Qué nos puede decir al respecto? En el caso de Piukemán hay un tabú quebrantado y un inexorable castigo. Sin embargo, el castigo se trasforma en prueba y desafío. Dependerá del espíritu del hombre que ese castigo lo destruya o lo eleve. La desobediencia, en este caso por curiosidad, plantea una situación ambivalente: se vulnera la ley, pero también se promueve el cambio. Esta misma ambivalencia se reproduce en la respuesta de la sociedad que le deja al castigado un espacio de elección. Viendo por los ojos del Halcón Ahijador, Piukemán tenía dos posibilidades: derrumbarse en el dolor individual o engrandecerse transformándose en los ojos de la comunidad. Los Brujos de la Tierra surgen como una síntesis superadora de la dicotomía ley- cambio. Continuando en la misma línea, la relación de Wilkilén y la Muerte se configura como un punto determinante de la saga, no sólo por el alto valor simbólico de la relación, sino por la variedad de emociones que genera en los lectores. ¿Qué nos puede contar sobre esto? La relación de Wilkilén y la Muerte busca alejar la connotación directa de la muerte con lo negativo, lo destructivo, con la pérdida absoluta; busca renovar el vínculo natural y necesario entre la vida y la muerte. El trato de Wilkilén, espontáneo y alejado de todo temor, enfrenta a la Muerte con su tragedia: ¿ está primero su deber o su hijo? La Muerte se descubre en un sitio del cual no hay regreso sin dolor.

Por otra parte, en la saga observamos un cuidadoso manejo de elementos del


inconsciente colectivo que no pueden ser atribuidos a la casualidad. La traición y el poder se debaten en Beleram, pero es Molitzmós quien mejor lo representa. ¿surge, entonces, este complejo personaje como una representación de esa especie de “karma” que sufrimos los países latinoamericanos con nuestros gobernantes? Esto también se refuerza en la metáfora del mal, pues los sideresios se constituyen a partir de la anulación de la identidad, ¿alguna alegoría a los procesos populistas y totalitarios de los cuales nuestros pueblos tienen mucha tela para cortar? Si es por hablar de los grandes traidores de la saga puedo confirmar que, para nuestro pesar, Molitzmós tiene innumerables referentes reales: personajes que traicionan a los suyos aun sabiendo que les espera un papel secundario, grotesco. Y que serán despreciados hasta por sus propios amos. Molitzmós elige el camino del individualismo extremo, de la enajenación de su comunidad y, en este sentido, representa a un numeroso sector de la sociedad moderna. Atendiendo a la última parte de la pregunta deseo recordar que los Náhuatl hablaron de “la honra de llevar un nombre”. Los sideresios, las manchas en las Tierras Antiguas donde vivían y morían hombres y mujeres sin identidad, son la contracara de lo auténticamente comunitario. Coincido plenamente en que los procesos populistas y totalitarios nos quieren sin nombre, sin alma, sin memoria y sin compromiso con el otro. Eso quiere Misáianes; pero somos muchos los que queremos otra cosa. Si bien en esta entrevista se ha tratado de reflejar la lectura compartida de un amplio grupos de adeptos, un pequeño grupo de lectores me solicitó interrogar sobre estos aspectos específicos: ¿La saga refleja el proceso de la Conquista de América? No puedo, y mucho menos deseo negar que la saga de Los Confines es un imaginario que tiene puesto sus pies en las civilizaciones precolombinas y en la conquista de América. Pero también deseo aclarar que no hay una referencialidad unívoca ni directa. Por cierto hay numerosos acontecimientos en la ficción que no tienen correlato en lo histórico. Por ejemplo, la realización de un concilio que reuniera a los indígenas de todo el continente antes de la llegada de los conquistadores. La derrota, ni siquiera transitoria, de los españoles tal como la sufren por dos veces los sideresios. La convivencia de pueblos nórdicos (bóreos) con los indígenas americanos, el lugar geográfico de llegada de la primera flota, etc... En todo caso, la saga de Los Confines pretende ser un relato épico que eleve al rango protagónico a los pueblos en lucha por la libertad y hermanados con toda la creación. El referente de la conquista resume todas las conquistas y todos los avasallamientos; la lucha de las Tierras Fértiles resume el deseo de un mundo donde se respete y celebre la diversidad. Y donde el hombre no mantenga con la naturaleza un vínculo parasitario sino simbiótico.

Las mujeres contienen la sabiduría, como Vieja Kush, la inocencia, en el caso de Wilkilén, la maternidad, en Kuy- Kuyén, pero en un momento crucial las mujeres del pueblo de los Pastores representan la fuerza de la sublevación, ¿es esto una reivindicación de la condición femenina? Vieja Kush, Kuy-Kuyén, Wilkilén son indudablemente personajes sostenedores y vitales en el desarrollo de la trama. La reivindicación de la mujer no pasa por planteos de corte feminista (sin menosprecio de ellos), más bien tiene la intención de recuperar el


papel primordial de aquellos sectores que de un modo u otro fueron silenciados por la historia. En el mismo sentido aparecen destacados los ancianos y los niños. Diversos pueblos latinoamericanos se vislumbran en las Tierras Fértiles, sin embargo, ¿existe alguna alegoría a los pueblos del Caribe que haya pasado desapercibida? En la saga de Los Confines no hay ninguna alegoría a los pueblos del Caribe. Esto me sirve para reafirmar lo ya expuesto: las necesidades internas de la ficción fueron antepuestas a la reconstrucción histórica. En este sentido, como escritora, elegí recortar el referente con el objeto de no atiborrar la historia de personajes y pueblos que se superpusieran, o fuesen demasiado similares en sus características y objetivos. Preferí polarizar geográfica y culturalmente a los personajes de las Tierras Fértiles presentando distintas formas de organización social que significaron, también, distintos niveles de resistencia. En todo caso, ciertos rasgos de los pueblos del Caribe (organización horizontal, formas de vida más despojadas, economías no acumulativas) están puestos en los husihuilkes. Fueron las necesidades de la ficción las que me llevaron, en cambio, a imaginar los Pastores del Desierto, un pueblo sin ninguna referencialidad en América.

Finalmente, el Mal está claramente representado en Misáines y su séquito como fuerzas naturales y sobrenaturales. Sin embargo, no se erige con la misma contundencia una imagen del Bien sobrenatural, aspecto siempre trabajado en la fantasía épica. ¿Hay alguna razón para esto? Para finalizar, debo decir que, efectivamente, existe una diferencia clara en el modo de presentar y erigir el Bien y el Mal. En la saga no hay un personaje que, al modo de Misáianes, encarne el Bien. La idea que subyace bajo esta elección es la de concebir al Bien como un trabajo permanente, nunca acabado o dado. El Bien es un quehacer colectivo donde lo más parecido a lo sobrenatural está representado en la fuerza que surge de la hermandad de las criaturas. Está también la idea de que el representante del Mal no ataca al Creador sino a su Obra. Y que la Obra se defiende por sí misma. Es decir, sin negar la Divinidad, la saga propone un mundo donde las criaturas detenten la construcción del Bien.

Gracias, Liliana, por esta entrevista. Ojalá pueda visitarnos pronto. Esperamos que este debut, por la puerta grande, sea el comienzo de una rica labor de creación literaria, en especial para un público como el juvenil, tan ávido de lecturas y con tan pocas ofertas de calidad... Esperemos que sí. Mi labor como docente me permitió corroborar que los jóvenes están ávidos de lecturas, que disfrutan enormemente la buena literatura. Nunca debe subestimarse al lector juvenil. Como a todo lector, debe tratarse con honestidad y respeto. Antes de terminar quiero agradecer estas preguntas porque, en verdad, obraron como disparadores de una nueva reflexión sobre mi propio trabajo. Y me confirmaron en la idea de que todas las lecturas, mucho más las que tienen rigor profesional, son siempre reveladoras para el escritor.


El tiempo de Los Confines César Segovia El tiempo no tiene una sino sus muchas ruedas. Una rueda para las criaturas de corazón lento, y otra para las de corazón apresurado. Ruedas para las criaturas que envejecen lentamente, ruedas para las que se hacen viejas con el día. Liliana Bodoc, Los días de la sombra.

El tiempo transcurrido desde que hubo brecha suficiente para engendrar al Odio Eterno hasta que la inocencia y la muerte caminaron juntas de la mano por el bosque, se hace mancha transparente en las páginas del libro de la Tierra. Los días desde que zarparon las naves que trajeron lo indecible hasta que las lluvias se convirtieron en designios, se hacen rítmicas gotas que marcan el insondable compás de una profunda memoria imaginada. Las horas en las que el amor vagó descalzo, vehemente e indetenible por las sendas de la Tierra se hacen luz en la mirada inescrutable de un brujo volador, y es que “ocurrió hace tantas Edades que no queda (…) ni el eco del recuerdo del eco del recuerdo”. Y una voz empeñada en la claridad y empecinada en la antigüedad se hace eco de este eco para relatar las historias de unos pueblos olvidados en los bordes de la fantasía, de la memoria. Pueblos que reclamaban su propia brecha para engendrar su narración y su Tiempo. Tiempo imaginado, aprendido y narrado, detenido y galopante, sutil y avasallante a la vez. Tiempo dividido entre gentes, criaturas, montañas y engendros. Tiempo del bien y tiempo del mal. Tiempo de mal tiempo, de dolor que se cierne, de la sombra caminando entre los pueblos, entre los reinos, entre las bestias… minando almas, oscureciendo, socavando, destruyendo para volver a destruir. Tiempo de los pueblos rebuscando fuerzas entre las piedras, entre los ríos, entre los vientos para resistir, para batallar hasta el final del Tiempo. Tiempo de La Saga de Los Confines.

Tres libros escritos en un lenguaje sencillo que deviene relato poético, con imágenes preñadas de una asombrosa fuerza expresiva, personajes sólidamente desarrollados y entrañablemente sentidos. En Los días del venado, Los días de la sombra y Los días del fuego, de Liliana Bodoc, yace la representación de un universo épico desbordado de símbolos, fuerte y coherente, cuya construcción hecha mano de la investigación antropológica: voces, relatos indígenas, crónicas de la conquista y, sobre todo, un afanoso e intenso trabajo de la palabra, de la literatura. Palabra literaria que


hace mímesis en la historia imaginada de una tierra posible, tan cercana como la piel y tan lejana como el inicio del Tiempo. Palabra literaria que desemboca en una saga que parte de la lucha entre el bien y el mal, y de la que se desprende, además, una profunda esencia latinoamericana con un delicioso gusto a mito, a tiempo desvanecido, a memoria recobrada-imaginadainventada. Esencia latinoamericana que toma fuerza en la construcción de sus personajes, en la creación de los ambientes y en los hilos que se juntan para formar el tejido del discurso, de esa palabra hecha literatura. Los personajes, además de agentes, actores y hacedores son imagen literaria, textos de carne y sangre, emoción poética hecha hombres y mujeres, cuerpos sosteniendo lanzas o fusiles, haciendo planes de batalla, amando, traicionando, rescatando o destruyendo. Los husihuilkes, raza de guerreros que son uno con los suyos y con la Tierra, son representados en las figuras de Dulkancellin, Thungür, Kume, hombres que darán su vida por mantener las Tierras Fértiles, y de Vieja Kush, Kuy-Kuyen, Wilkilén, mujeres que urdirán en silencio sus propios hilos del tejido de la guerra. Los zitzahay, raza de poetas, de artistas, de canciones de camino y de estancia, tienen en Cucub, mensajero de este pueblo, portador de la noticia, pequeño hombre poeta y guerrero, a un emblemático representante. Los lulus, pueblo peculiar, retraído y de enorme sabiduría, constituyen el misterio de los desaparecidos y sacrificados hasta el último por la herida de la sombra. Los Brujos de la Tierra, hombres sin tiempo, sin años ni días, seres de agua, de tierra, de raíces, de piel de animales, de plumas de aves hacen cuerpo en Kupuka, Welenkín, El Masticador, Tres Rostros, El Padrecito del Paso, Búhos, pueblo sin tiempo, etéreo, desdibujado en los márgenes del olvido. Los bóreos, antecesores de la estirpe de los Acechadores del Mar y las Nuberas, hombres y mujeres de las Tierras Antiguas, serán los artífices de la resistencia en la propia casa del Mal. Misáianes, hijo de la Muerte, desobediencia hecha saliva, Piukemán-Brujo Halcón-Ahijador; brujos cuya fuerza reside en el poder de la Tierra y de las criaturas, y que harán uso de ella contra la amenaza de la sombra del Odio Eterno. Nakín de los Búhos es la responsable de preservar la historia en las páginas de sus recuerdos. Esta mujer-pájaro-memoria pertenece al Clan de los hendidura, puerta para el Mal, cuerpo y alma para el Odio Eterno, será la sombra inmisericorde y los Sideresios serán su instrumento para la destrucción. Esta raza desalmada, desnombrada, anulada en su ser, cegada por el odio de la sombra, estará liderada por Drimus, jefe de la horda, Doctrinador. Muchos son los pueblos y los personajes de esta historia, y muchos los caminos que tomarán sus destinos con el giro de las ruedas de estos tiempos, tanto en las Tierras Fértiles como en las Tierras Antiguas. Así, la Tierra y el Tiempo, la Naturaleza y todos sus elementos, todas sus palpitaciones de vida, son también personajes fundamentales en el tejido de este relato. La Tierra y sus Brujos contra la corrupción de las siembras, de las aguas, de las almas; la Tierra y sus guerreros contra el ataque de la sombra, contra el andar de las botas del Odio Eterno; la Tierra y sus criaturas, andando y desandando con mensajes, con noticias, por el cauce de los ríos, por el canto del kúkul, por el soplo del viento, por el correr del jaguar. Tierra madre, recibiendo los cuerpos de los caídos, intoxicada con la sangre de sus hijos. Tierra guerrera y campo de batalla, dando soporte firme a sus pueblos para empuñar el arco y la lanza contra el enemigo. Tierra casa que se ve invadida por una mancha profunda, poderosa e insistente. Tierra que resiste con sus brujos, con sus criaturas y con sus pueblos. Tierra que sufre y sobrevive preservando su tiempo,


reinventando su memoria, entonces “La mujer abrió los ojos para llorar (…) vio a través de sus lágrimas. Y aprendió por el llanto que la memoria sólo perdura si se reinventa”. Perduró, y se juntaron sus ruedas con las ruedas del tiempo. Y la voz de la memoria tomó la brecha e hizo cuerpo, verbo, imagen literaria, para representarse en un tiempo dividido: “Si el día presente quiere parecerse al día pasado, el tiempo pasa lento y duele. Si el día presente quiere parecerse al día futuro, el tiempo pasa lento y desasosiega. Si el día presente quiere parecerse al día presente, el tiempo transcurre en su justa música y acompaña”. Tiempo de la memoria: efímero, detenido, balbuceante. Tiempo de lectura: doloroso, desasosegado, compañero… Tiempo de relato: lento o presuroso, acompasado… Tiempo de Los Confines. César Segovia Liliana Bodoc - Texto Inédito TRES VECES LO QUE SIENTO La literatura y los estímulos cotidianos

Es bastante frecuente que, a la hora de contar acerca de nuestras experiencias de escritura, acabemos haciendo ficción. Cuáles son las horas que nos resultan propicias para escribir, en qué ámbito acostumbramos hacerlo, dónde empieza y dónde acaba la inspiración, cuánta atención le prestamos a las expectativas de nuestros posibles lectores, y qué relación tenemos con los personajes que construimos suelen ser preguntas que, más allá de lo anecdótico, nos ponen frente a ciertos misterios de la escritura. Nos dejan a solas con nuestras escasas certezas y nuestras muchas dudas. Creo que, aún cuando tengamos claridad acerca de lo que nos proponemos narrar, el contexto, el aquí y el ahora, impone mucho más de lo que se podría imaginar. Por ejemplo... Tengo ya decidido el desarrollo de algún capítulo; determiné el movimiento externo e interno de los personajes que participan y hasta presiento cuáles son los recursos formales acertados para ese contenido. Ahora bien, fiel a mi costumbre me siento a escribir en un bar. Entonces comienza el intercambio entre mis decisiones literarias y aquello que me impone la realidad. La simpatía o la hostilidad del mozo que me atiende, la conversación en la mesa de al lado, la calidad del café que estoy bebiendo, la tragedia de un niño que se acerca a pedir una moneda justo cuando yo me debato entre dos opciones sintácticas son elementos que, necesariamente, estarán presentes en mi prosa. Por supuesto que las correspondencias no son evidentes. No es que de repente irrumpa un mozo en mi novela, o que uno de los personajes comience un monólogo sobre el arte de hacer café. Pero estoy segura de que los estímulos sensoriales o intelectuales que rodean un acto de escritura dejan huellas en la prosa. Tal vez el niño y


su mano extendida acrecienten los verbos y disminuyan los adjetivos; tal vez el aroma del café extiende un diálogo entre dos personajes... La verdad es que aún no tengo ninguna claridad acerca de estas relaciones. Ni modo de saber cómo hubiese resultado ese mismo capítulo escrito en otro contexto. Y tampoco importa. Alcanza con respirar hondo, y aceptar que el mundo escribe con nosotros. --------------------------------------------------------------------------------La belleza y la verdad Entre estas dos categorías no existe contradicción. Al contrario, están hermanadas en una fuerte relación de necesidad. Donde hay verdad hay belleza. En cambio donde hay mentira, que es lo mismo que decir vacío, mediocridad, indiferencia y deshonestidad intelectual, no hay belleza. Puede haber luces y colorido; nada más que eso. Adhiero a la idea de que la belleza, la verdadera belleza, está involucrada con la verdad. Cierto que las verdades no son definitivas, ni eternas, ni universales... Cierto que la verdad se viste con ropas diferentes y baila distintos ritmos. Cuando digo verdad digo búsqueda, digo prueba y error, digo compromiso. No importa que un artista o su obra descubran una verdad transitoria, o apenas una partícula de lo verdadero. Lo que importa es que el artista la busque y la honre. Parafraseando a Federico García Lorca... Que la literatura no sirva para hacer esa horrible cosa que es... MATAR EL TIEMPO. -------------------------------------------------------------------------------------------------------Literatura Juvenil sin comodidad No importa el género que escojamos. Ni la edad de nuestros lectores. Si alguna obligación tiene la literatura es la de generar una crisi en quien está leyendo. Parto de la premisa de que existe una literatura “provechosa” para los jóvenes. Y entiendo como provechosa no la lectura utilitaria o didáctica, sino aquella que produce una crisis en el lector. Toda buena lectura; digo, todo acto de lectura acabado conlleva una crisis. Crisis en su sentido primario, que implica: separación, distinción, elección, decisión, disputa, emisión de un juicio. Si un texto literario no nos induce, o no nos permite, separar, distinguir, elegir, decidir, disputar y emitir un juicio, ese texto literario no es para nosotros. Esta relación “crítica” con el texto está directamente ligada a la comprensión, y la comprensión está ligada a la masa existencial de los lectores. Puesta a seleccionar el rasgo que coloca un texto dentro de los límites de la literatura juvenil, yo señalaría la relación forma-contenido; una específica, que debe encontrar eco genuino en los saberes vivenciales que posee el lector joven. De otra manera no hay decodificación, o hay una decodificación demasiado precaria como para que el encuentro de ese lector con ese texto sea fructífero.


Ahora, ¿esto presume degradación del hecho artístico? ¿Pone a la literatura juvenil, como algunos investigadores afirman (pedro cerrillo) en la periferia del sistema? Para dar mi respuesta a este interrogante, voy a mencionar algunos de los elementos que pertenecen a la zona de intersección, al espacio común y esencial donde se reúnen ambas literaturas: la que está dirigida al lector adulto y la que está dirigida al lector joven. Si se quiere, voy a referirme a la zona fronteriza; entendida esta como una franja compartida. Literatura juvenil no es, no debe ser, divulgación literaria. No se trata de un conjunto de textos que preparan a las personas para que un día puedan acceder a la literatura con mayúsculas, o bien subsanan para el diario vivir unos saberes deficitarios. Literatura infantil, juvenil, literatura para adultos... son ramas de la misma disciplina. La divulgación de la Física, por ejemplo, no produce teoría, no genera, a través de determinadas metodologías, conocimientos nuevos. La divulgación científica “traduce” a registro coloquial las producciones de la ciencia. En cambio, la literatura juvenil, literatura antes que nada, se enfrenta a la tarea de resignificar y organizar el lenguaje para que alcance categoría estética. En literatura juvenil no hay traducción sino producción positiva y de primera mano Un escritor de literatura para niños o jóvenes, como cualquier otro, se enfrenta a búsquedas y decisiones conceptuales y formales, no evade ni minimiza las dificultades. La literatura juvenil no es precalentamiento, es pleno juego. Pero, ¿no hay obstrucción entre la plenitud del hecho artístico y la necesidad de tener presente, a la hora de la escritura, las posibilidades efectivas del lector en formación? Antes dije que el hecho literario no sucede si no sucede la comunicación... Ahora, pensar que la literatura dirigida jóvenes, porque requiere ajustar sus códigos a la competencia del receptor, es de segunda línea nos pone peligrosamente cerca de la idea de que ese receptor es de segunda línea, A sabiendas o de modo intuitivo el escritor que se dispone a hacer literatura para niños o jóvenes organiza y prioriza de un modo particular los elementos de la narración; sin que ello signifique desmedro ni facilismo. A propósito de esto, y desde mi experiencia como escritora, me atrevo a decir que las zonas álgidas a tener en cuenta para no dañar la comprensión ni tampoco la literatura no son las temáticas, ni la longitud del texto, ni el número de personajes ni la selección de vocablos. Tampoco el escenario donde acontecen las acciones (los jóvenes no exigen literatura espejo, aquella que habla de ellos y como ellos. También agradecen y disfrutan de textos que les abren ventanas a otras realidades y circunstancias) Creo, sí, que el mayor cuidado debe ponerse en: la organización de las secuencias narrativas, la forma de presentar el o los tiempos de la narración, los juegos de narradores y puntos de vista y, por último, los elementos intertextuales. Otro elemento de la zona de intersección en el que deseo detenerme es la incidencia de ética y de la ideología... La literatura, cualquiera que sea, se posiciona, inevitablemente en una franja del espectro ideológico y ético. La presencia fuerte y clara de determinados valores éticos, o la ausencia de disvalores, suele ser un requerimiento por parte de los adultos mediadores. Es frecuente verla como argumento de una premiación, o aún como requerimiento que aparece en las bases de ciertos concursos. El escritor de literatura dirigida a niños y jóvenes sabe que sus receptores están en una etapa de doble formación: se están formando como individuos y también como lectores. Si escribo para un ser humano en formación, ¿debo procurar que el texto sea proveedor


de valores éticos y humanos? Mi respuesta personal es: sí. Pero... Exactamente igual que en un relato para adultos, si pretendemos que la literatura juvenil sea eficiente en este cometido debemos pararnos en el extremo opuesto a la obviedad, al panfleto. Y crear textos con espacios abiertos para la vacilación y la duda. En literatura, la contundencia del contenido sólo se logra por la contundencia de la propuesta estética. Quienes nos aprontamos a hacer literatura juvenil no estamos con un centímetro en la mano midiendo complejidades..., a ver si se nos rebasó un poquito de este lado o de aquel otro. Como cualquier escritor tenemos una historia, y sabemos a quien queremos contársela. El público adulto presenta una infinita variedad de gustos, apetencias y competencias lectoras. De modo que nadie puede pretender que con sólo proponerse escribir para adultos, ni aun haciéndolo muy bien, tiene asegurada la aceptación del público adulto en su totalidad. ¿Alguien cree que es diferente con los jóvenes o con los niños? Escribir para jóvenes implica también elaborar con el lenguaje una propuesta estética que tomará o comprenderá solamente un sector de ellos, en tanto otros, no lo harán. Dentro de los límites de la literatura juvenil caben, enteros, el riesgo y la incertidumbre.

Liliana Bodoc 2007

Liliana Bodoc Enlaces http://www.imaginaria.com.ar/13/2/bodoc_lecturas.htm Entrevista con Liliana Bodoc por Sandra Comino. Cómo nace la idea de armar una trilogía? Detalles sobre el proceso creativo de su escritura. Al final de la entrevista hay una serie de artículos relacionados. http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/audiovideoteca/bodoc_texto_es.php Entrevista realizada en junio de 2006 en el barrio de Floresta, Buenos Aires. Contiene biografía de la autora. http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2783 Biografía de Liliana Bodoc y fragmentos de los textos: “Los días de la sombra” y “Los días del venado” http://www.literaturas.com/02infantiljuvenillilianabodoc2002.htm “La vigencia de la épica en la literatura actual” Entrevista de Ángela Pradelli a la escritora argentina Liliana Bodoc. Fue realizada con motivo de la publicación del segundo volumen de la trilogía La saga de los confines, Los días de la sombra. http://axxon.com.ar/not/144/c-1440026.htm Liliana Bodoc, la autora de la trilogía de La saga de los confines, reflexiona en esta entrevista realizada por Página 12, acerca de su obra y del género de la épica fantástica. http://www.imaginaria.com.ar/05/2/venado3.htm El número 52 de la revista virtual Imaginaria presenta una interesante entrevista a la


autora de "La saga de Los Confines", realizada por María Malusardi para "Nueva On Line, la revista del interior". Al final de la entrevista, pueden leerse dos artículos relacionados: Ficciones: Cuatro capítulos de "Los días del Venado", de Liliana Bodoc y Reseñas de libros: "Los días del Venado", de Liliana Bodoc, por Nora Lía Sormani


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.