Texto de Jairo Buitrago para GRETEL Narrando con imágenes, ilustrando con textos Mi trabajo es con la palabra y la imagen. Y entonces como debe ser lógico, paso a hablar de mi vida, porque el oficio es consecuencia de mi vida. Anthony Browne, quien fue jurado del Premio A La Orilla del Viento el año en que ganamos junto a Rafael Yockteng, con el álbum Camino a casa (2007), habla claramente en una entrevista sobre las particularidades de ser un escritor de libros ilustrados: “Uno narra a través de imágenes y a través de la palabra y es mucho más fácil si hace las dos cosas a la vez. Y cuando el autor de un libro-álbum imagina la historia la imagina en palabras y en imágenes, mientras que un escritor común solo la imagina a través de palabras”. He ahí la sencillez sabia de sus palabras la esencia de lo que hago. Como ven, en el primer párrafo he hablado ya de álbumes ilustrados de Browne, de Yockteng, he comenzado a hablar de mi vida. Me imagino a los ilustradores y escritores que me gustan como personas de acción, como hombres o mujeres buenos y con sentido del humor, capaces por esto de vivir la vida intensamente. Esto es, claramente, una idealización muy burda de un escritor de libros para niños, y los imagino así porque casi no los conozco personalmente, y lo que sé de ellos lo he leído. Pero quisiera que fueran así, de esta manera, porque me gusta sentir que hago literatura seriamente como estos creadores a los que quiero secretamente, lejanamente y a los que, a veces, admiro. Sospecho de los ilustradores que poseen una técnica depurada y fría, y de los que ocasionalmente hacen un ejercicio narrativo con imágenes, echo de menos las complejidades que subyacen en obras espiritualmente ricas y diversas, que son también directas, divertidas o amargas. Casualmente son creaciones de aquellos en los que intuyo una vida sensible o acaso solitaria, pero como he dicho arriba, estoy idealizando, lo que es un rasgo muy común de mi vida. De la idealización, en el buen sentido, vienen mis temas también. Mi relación con la imagen viene antes de la creación de libros álbum, y tiene que ver inicialmente con los cómics y luego con el cine, pasión que desde muy joven tuve por la animación, el western y las películas ciencia ficción, hasta mi trabajo como investigador en temas cinematográficos, cuando me dediqué a escribir artículos sobre historia del cine, los que al final resultarían ser mis primeros trabajos publicados. En artículos anteriores o en entrevistas hablo de las particularidades que hermanan la narrativa de imágenes de un libro álbum con el cine. En principio la existencia del storyboard en mi trabajo es un hecho bastante significativo. Y no terminan ahí estas similitudes de proceso creativo; ya me he referido a que el trabajo editorial de un libro se asemeja mucho a la realización de una película, con sus roles establecidos entre el escritor-guionista, el ilustrador, el editor y hasta el diseñador. Posiblemente esto nos haga pensar que no tiene cabida el oficio solitario del escritor, pero no es así, nadie va ayudarte a escribir lo que vas a escribir, pero el vínculo final con el ilustrador y el editor, en mi caso, es un encuentro de oficios noble e inspirador. El trabajo del editor es fundamental para lograr establecer un equilibrio. Las historias, mis historias, serán susceptibles de cambiar, de enriquecerse, pero la voz propia creada en soledad debería marcar el camino.
Tengo entonces dos vertientes en mi trabajo, las obras que creo como autor-ilustrador, como el caso de El señor L.Fante (2006) y Cuentos desobedientes (2012) donde el equilibrio parece ser más simple de lograr, pero que tienen ciertas complejidades que no se suplen con el manejo de ambos oficios. La otra, es la de las creaciones en conjunto con el ilustrador Rafael Yockteng, en las que en esencia tienen la misma fuerza personal, pero que veo como un trabajo de diálogo permanente y abierto. Esto me lleva de nuevo a Browne, porque él dice las cosas más claramente que yo: “por algún motivo a los editores les gusta mantener por separado al escritor y al ilustrador. Pero para mí es una idea ridícula. Porque a lo largo de todo el proceso es una ida y vuelta, las palabras pueden ir cambiando a medida que se van desarrollando las imágenes y viceversa. Por eso, en general, cuando van a trabajar un ilustrador y un escritor por separado, los mejores trabajos salen cuando son amigos o tienen una buena relación y están en comunicación continua”. No concibo la idea de ilustrar un álbum sin estar en contacto permanente con el ilustrador, y lo que habla Anthony Browne viene a cuento con mi relación personal con Rafael Yockteng y la capacidad de diálogo que hemos aprendido a desarrollar. Nuestros universos, diferentes y con intereses particulares a todos los niveles, nos permiten que en el momento preciso de las discusiones creativas abramos espacios para entender que lo que hacemos en conjunto, nos ofrece, por separado, encontrar un oficio. Los resultados serán entonces parte de cada uno, entendiendo los aportes y las intuiciones que surgen en el camino. Puede ser posible que me apoye en un ilustrador notable y que maneja muchas técnicas para suplir mis carencias y mis limitaciones a nivel gráfico, pero lo cierto es que Yockteng intuye la intencionalidad de mis historias, las reescribe en cierta manera y las dota de nuevas estructuras de interpretación. Yo por mi parte, sigo viendo rasgos muy personales y propios en ambas vertientes de mi trabajo publicado. No tengo presente el trabajo en activo de parejas creativas dentro del mundo del libro álbum, que de seguro existen, puedo referirme en los queridos Ignasi Blanch y Ángel Burgas, creando álbumes juntos, me gusta pensar en las fronteras invisibles de esas historias realmente creadas a cuatro manos (el referente será cinematográfico) por Luis Buñuel y Jean Claude Carriere. ¿Hasta dónde llegaba el aporte de uno y de otro? Parecería fácil en un libro álbum asignar a Yockteng y a mí, en la realidad de nuestro oficio y señalarnos como ilustrador y escritor, pero de hecho, yo muchas veces no estoy seguro de poder hacerlo sin tener en cuenta las infinitas posibilidades que nos brinda el diálogo continuo. Pero mejor que eso, la vida personal de cada uno y cómo nos hemos involucrado, el sentido del humor, la confidencialidad, el respeto que tengo por su trabajo artístico y por su constancia en el oficio, frente a mi volatilidad, inseguridad y vanidad literaria. De hecho, las contradicciones existen, los frenos al trabajo, las diferencias irreconciliables. Al revisar con juicio mis libretas de bocetos (lugar donde nacen la mayoría de mis historias), me encuentro con que estas ideas dibujadas han tenido una interpretación adecuada al espíritu que busqué imprimirle y que los personajes mantienen incluso algunos rasgos distintivos que a primera vista parecieran no notarse, como la timidez infantil basada en gestos que tiene el primer original de Eloísa y los bichos publicado por primera vez en 2009; y que se repiten acertadamente en las ilustraciones finales de Yockteng. Así, podría nombrar otros detalles, sobre todo a nivel de las características de los personajes, con escenarios y atmósferas ocurre algo parecido. Las ilustraciones no deben ser estáticas ni inmutables, en eso casi siempre los dos como creadores estamos de acuerdo, buscamos que el libro transporte al lector a un escenario verosímil que pueda recorrer como si de un travelling se tratara sin perder el ritmo de la historia. Tomamos del cine algunos elementos narrativos y los ponemos en el escenario casi teatral que corresponde a las páginas dobles. En ese espacio entran, salen e interactúan los personajes. Les imprimimos el ritmo que queremos, analizamos el proceso que lleva a subordinar o a destacar algún elemento o alguna
de las tres dinámicas que van juntas, ilustración, texto y narración: en contravía, en contrapunto o en armonía. Me gusta saber que narro algo, que el texto esté escrito con exigencia, consciente de que estoy haciendo literatura. Una literatura muy particular eso si, porque también he escrito dos novelas para niños Las pesquisas comenzaron en Baker Street (2010) una historia clásica y didáctica de detectives y Días de rock de garaje (2012) donde hago las veces de lo que Browne denomina como “escritor común”. La última es una novela en la que trabajé dos años, y en donde quise alejarme del álbum y de las ilustraciones. En este caso, las imágenes autobiográficas cambiaron de espacio y trabajé el texto sin echar de menos la construcción visual. Es una novela que cuenta parte de mi vida, de crecer con amigos, ser tímido y escuchar grupos de rock que modificaron nuestras vidas, la vida de barrio con trasfondo de agitación social tan común en los tiempos de mi infancia. De hecho, esto me remite de nuevo a mi vida, y a los elementos autobiográficos que subyacen en mayor o menor medida en estas historias, el espacio geográfico que quiero y que he recorrido infinidad de veces (la conflictiva zona costera del Pacífico) y que aparece en Jimmy el más grande (publicado en español en el 2010), los temores de la infancia, de los cambios en Eloísa y los bichos; el doloroso proceso político que aún no sana y que vivió mi país en décadas pasadas reflejado en Camino a casa, en fin, hasta la historia de un niño en los tiempos de la guerra de independencia que exigió una gran investigación sobre la vida cotidiana de las familias durante el siglo XIX en la Nueva Granada y que hicimos en equipo con Yockteng (vestuario, uniformes, comidas y costumbres) para dar un toque de realismo que la misma historia de El primer día (2010) necesitaba. Estas lecturas también me remitieron a lo que aprendí yo mismo con mis lecturas de infancia, y pienso que, El primer día como libro ilustrado entra en una tradición en la LIJ colombiana y es hacer ficción histórica con el tema de nuestra independencia, como Cuentos tricolores, un libro publicado en 1967, escrito por Oswaldo Díaz e ilustrado por Sergio Trujillo Magnenat, pareja de escritor e ilustrador que trabajaron juntos en varios proyectos (incluso en una revista para niños maravillosamente ilustrada llamada Rin Rin que inició en 1936), dos nombres que deberían ser referentes para los autores actuales. Temas patrióticos, sí, pero no didácticos ni moralistas. Un libro ilustrado en donde preferimos evitar el didactismo o la vida heroica de alguno de nuestros próceres o caudillos militares, para centrarnos en una historia íntima, protagonizada por una familia santafereña que espera ansiosa una libertad que entra a la ciudad con los ejércitos patriotas conformados por Granadinos, Llaneros venezolanos, negros e Irlandeses. Es una historia de la vida cotidiana, protagonizada por un chico que observa los acontecimientos, se emociona y los va guardando en su corazón. Rehúyo la moraleja, por eso tengo que explicar muchas veces el final de Jimmy el más grande, porque no pasa nada. No se convierte en campeón mundial de box. Es un chico común que se inspira en alguien lejano, pero cuyas palabras lo tocan en el corazón. Es especial a su manera, y vive (aún creo) en un pueblo olvidado de la mano de dios. Le solicitamos a Nan Froman nuestro editor en Canadá que le enviara un ejemplar de Jimmy a Muhammad Ali para su cumpleaños… todavía no sé si le llegó. Y tengo héroes, reales y literarios, pero sobre todo reales. No voy a enumerarlos, pero siempre tengo en mente homenajearlos en mis libros, al igual que Alí, en algún momento debería hablar de Buñuel, de Joe Strummer, de T.E. Lawrence… qué, como podrán ver, no son referentes infantiles. Son y serán guiños adultos que me permito y que asumo con completa libertad. Ahora quisiera escribir una historia de la música punk para niños, un libro de cocina china peruana, un libro de
poemas de animales; no son temas caprichosos, son el resultado de lo que soy y de cómo me construyo como autor. No podría subestimar a lo lectores, a mis lectores potenciales que son niños, pero me he encontrado en el trabajo que muchos de los que compran nuestros libros son adultos; yo mismo soy consumidor de libros ilustrados. Este es el caso de El señor L. Fante, un libro determinante para mi carrera. La soledad será timidez, será una elección en la vida, no tengo la certeza. He narrado e ilustrado una metáfora del uso de la memoria como compañía. Aunque no sé, si estos temas fueron en este libro, susceptibles de alegorizarse demasiado. Así que prefiero hablar de elefantes. Hay, claro, elefantes nómadas, con un olfato prodigioso, con un sentido inexplicable para leer en las nubes las rutas de la lluvia. Pero estas características de elefantes salvajes que vemos en la televisión poco pueden aplicarse a mi personaje L. Fante, quien para su diario vivir en una gran ciudad, apela a su memoria no prodigiosa, pero si, intensa. Almacenando recuerdos el señor L. Fante, un tipo común y corriente hace más llevadera su vida gris, y hasta es capaz con paciencia de encontrar un buen amigo. Su memoria le sirve también para hacer resistencia a la amnesia social que es tan frecuente. Aparte de buen tipo, y si no fuera tan gordo y sedentario, podría ser un héroe. Lo que lo rodea es gris, evoca una ciudad fría y asfáltica, no hay baobabs en su camino, sino taxis, cinemas, edificios, huelgas. Extrañamente, tengo presente en mis pensamientos y con bastante frecuencia, elefantes. Es un libro que firmo esporádicamente en eventos y charlas, a lectores muy particulares, generosos e interesantísimos en sus comentarios. Lentamente y en firme, el primer libro para niños que ilustré y escribí se va dando a conocer. Lo mismo ocurre con Emiliano (2007) el primer trabajo en tándem. Esperan a sus lectores pacientemente. El mundo narrativo propio, toma su tiempo también en formarse y de hecho Camino a casa, representa un quiebre importante en mi carrera y, a partir de su publicación, referente inevitable, junto a Eloísa y los bichos. Siento que ambos títulos avanzan paralelamente y han tenido innumerables reseñas, estudios académicos y han sido seleccionados en importantes listas especializadas, a pesar de ser historias diferentes, con disímiles temáticas. Incluso Camino a casa inspiró una obra de danza contemporánea en el 2010, interpretaciones que yo no alcanzo a imaginar cuando trabajo creando. Eloísa tiene una propuesta para ser adaptada para el cine en un largometraje de animación, idea que me seduce más que una obra de teatro. No sé si Camino a casa sea un libro político, pero sí es un libro entendible en toda América Latina. En Chile, Argentina y Uruguay, han comprendido nuestra realidad colombiana y los lectores adultos han asimilado la historia como propia. Una de las razones más auténticas y conmovedoras de “porqué leerlo” la ofrece la escritora chilena María José Ferrada: “Porque los protagonistas son un león y una pequeña niña que atraviesan la ciudad. ¿Habrá algo mejor que atravesar la ciudad en compañía de un león?” En el momento trabajo en dos proyectos de álbum ilustrado. El edificio con la editora que me ha enseñado más, María Osorio y que publicará bajo su sello, Babel Libros, y Al otro lado del Jardín por Ekaré y que saldrá en Barcelona en la primavera de 2013. Sigo interesado en las historias mínimas o acaso intimistas, en el primer caso, abordando la historia reciente de mi ciudad en clave realista, y el deterioro de innumerables barrios, todo enmarcando la amistad de un chico, un viejo relojero y una profesora jubilada. A todos me los cruzaría alguna vez en los pasillos de los edificios donde viví. El otro es una nueva reflexión sobre el abandono, la solidaridad y el dolor de crecer, temas que me obsesionan, pero también porque quería escribir sobre niñas, lechuzas, sapos y
ratones en la noche. El proceso en estos dos últimos libros no será el habitual y en ambos casos el trabajo conjunto con los ilustradores será a distancia. Como no tengo la certeza de qué ocurrirá con mi futuro cierro aquí la parte de mi trabajo que he contado. Pero me queda espacio aún para una última reflexión. Los diversos lenguajes implicados en un libro álbum (y me refiero a mis propias creaciones donde las imágenes tienen el mismo valor que las palabras y no a un cuento ilustrado) se insubordinan constantemente, y a mi juicio, no deberían ser puestas en cintura. Esta aparente contradicción requiere de un gran esfuerzo imaginativo para crear una totalidad integral, un libro que sea al mismo tiempo armónico y coherente pero visualmente osado e innovador. Todo esto, sin perder la naturalidad a los ojos de un chico inquieto que se abandone desinteresadamente al placer estético de descubrir la palabra y la imagen, al simple juego de pasar y pasar las páginas. Indudablemente, la dedicada labor editorial no debe opacar la espontaneidad imaginativa (o al menos eso es lo ideal). Para uno de los pioneros de los libros álbum, el holandés Leo Lionni, los mejores libros para niños son aquellos que describen los momentos remotos cuando la vida no había sido sometida a las exigencias e imposiciones del mundo adulto. Vuelve esa inquietante relación entre la experiencia adquirida de los mayores que nos permite ser creadores y la aparente incongruencia de la inmediatez del mundo infantil. Esta "pérdida", que nos llega con la adultez, lejos de producir angustia creativa, se convierte en un duelo interno constante y deleitable tan cercano a la ensoñación diurna que practicaban larga y minuciosamente algunos surrealistas. La utilización de dos códigos expresivos, desde la concepción de las atmósferas hasta el juego con la tipografía, abre las puertas a una serie de posibilidades estilísticas, las que mejor se acomoden a la historia narrada. Las dificultades temáticas aparecen por añadidura. La ensoñación y esa palabra tan gastada dentro de la literatura infantil que es "fantasía", no excluyen a la realidad. Mi experiencia como lector de libros álbum me ha permitido reencontrarme algunas veces con un mundo infantil visto desde sus propios códigos, aceptando sus misterios y aparentes incongruencias, su elementalidad que no es simpleza. Este acercamiento me ha permitido entender que existe, en la profundidad de sus textos y de sus propuestas gráficas, un género redescubierto por los adultos, a quienes ha ganado en estos últimos años como lectores potenciales. Las niñas y los niños no son seres estáticos ni perpetuos; se van transformando en lectores avezados, en curiosos exploradores del arte.
LIBROS DE JAIRO BUITRAGO Y RAFAEL YOCKTENG EN EL CENTRO DE DOCUMENTACION DEL BANCO DEL LIBRO CAMINO A CASA / Jairo Buitrago; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-- México D.F. (México) : Fondo de Cultura Económica, 2008.-- 32 p. Reseña: La enorme melena color café del león que acompaña a la protagonista hasta su casa, en las afueras de una ciudad gris, es sospechosamente parecida a la de su padre ausente. En las guardas del libro, igual que en la imaginación de la niña, las huellas del león cambian de forma mientras ella le pide, con temple y naturalidad que la espere, acompañe y resguarde mientras sale de casa, busca a su hermano menor, cocina y aguarda la llegada de su madre. Las ilustraciones de este emotivo libro álbum retratan un entorno mucho más complejo: una ciudad
opaca con edificios agrietados, calles caóticas, autobuses repletos de gente y aceras congestionadas, donde el smog lo cubre todo y casi traspasa el papel hasta manchar las manos del lector. El tono de la historia se mantiene tenue y rehúye los códigos convencionales del drama, a pesar del sorprendente final que se revela con un guiño en la ilustración. Afortunadamente, el autor no teme abordar el tema de los desaparecidos, la pobreza y la soledad; lo hace de una manera llana e inteligente, con la misma soltura que la de su protagonista. A.R. Ganador en Los Mejores: 2010 EMILIANO / Jairo Buitrago; Ilust: Rafael Yockteng.-- 1ra. ed .-- Bogotá (Colombia) : Babel Libros, 2008.-- 32 p. Reseña: Emiliano es un niño de la ciudad, la cual puede ser un tanto inhóspita. Sin embargo en las imágenes se plasma la imaginación que lo acompaña y le ofrece sorpresas. A.T. Postulado en Los Mejores: 2010 ELOISA Y LOS BICHOS / Jairo Buitrago; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-- Bogotá (Colombia) : Babel Libros, 2009.-- 40 p. Reseña: Emigrar no es un proceso fácil: otro país, otra cultura, otro idioma, otra mirada del mundo. En la nueva tierra, el extranjero se siente como un “bicho raro”. Eloísa y los Bichos es una metáfora de esa sensación de desarraigo que vive todo emigrante. Un texto corto y sugerente acompaña a una imagen rica de detalles, con un cuidadoso trabajo plástico que lleva al pequeño lector a acercarse a todos los sentimientos de una niña que se siente diferente a los demás en la escuela, en la calle, en la ciudad. Ella habita en un entorno donde todos son puros insectos gigantes, pero la que se siente rara es ella. A lo largo de las páginas, la niña pronto irá sumándose a ese nuevo contexto, aunque sin perder su identidad ni olvidar su lugar de origen. El ilustrador crea una fabulosa ciudad habitada por gusanos, caracoles, moscas, libélulas, cucarachas, que lucen gorras, carteras, bultos escolares y usan un metro ciempiés. Al principio hay una Eloísa que no juega con nadie en el recreo, que camina con temor por la acera agarrada de su papá, que observa con envidia a un laborioso bicho de ocho patas capaz de usar varias tijeras a la vez, pero al final, hallará la forma de integrarse. M.T. Ganador en Los Mejores: 2011 JIMMY, EL MAS GRANDE! / Jairo Buitrago; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-- Bogotá (Colombia) : Lumen, 2010.-- 42 p. Reseña: Jimmy admira a Muhammad Alí, y siguiendo su ejemplo, busca la manera de darle a su pueblo una vida distinta. Rodeado de una atmósfera caribeña, se presenta este simpático, expresivo y colorido álbum sobre las peleas de la vida y la superación. F.G. Postulado en Los Mejores: 2011
EL SEÑOR L. FANTE / Jairo Buitrago; Ilust: Jairo Buitrago .-- Bogotá (Colombia) : Babel Libros, 2007.-- 34 p. Reseña: El señor L. Fante balancea su melancolía cuando reflexiona sobre la soledad. Ilustraciones grises, cálidas y expresivas. B.B MANDADEROS DE LA LLUVIA Y OTROS POEMAS DE AMERICA LATINA / Ilust: Rafael Yockteng; Comp: Claudia M. Lee .-- 1ra. ed .-- Toronto (Canadá) : Groundwood Books, 2002.-- 80 p. LOS ARBOLES ESTAN COLGANDO DEL CIELO / Jorge Argueta; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-Toronto (Canadá) : Groundwood Books, 2003.-- [21 p.] Reseña: En medio de un sueño sobre árboles fantásticos, un niño reflexiona sobre su terquedad y sus temores. Esto es un poema en palabras e imágenes. A.T. ENTRE GUSTOS, HAY AMORES / Sashenka García; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-- Caracas (Venezuela) : Ediciones B, 2006.-- 96 p. Reseña: Una amena y variada selección de leyendas latinoamericanas sobre el tema del amor, ocasionalmente la muerte y los espantos también aparecen. El libro se estructura en tres partes que a su vez inician con frases de canciones de Juanes, Sabina y Fito Paéz. C.B Postulado en Los Mejores: 2007 A LA ORILLA DEL AGUA Y OTROS POEMAS DE AMERICA LATINA / Humberto Ak'abal; Oscar Alfaro; Miguel Angel Asturias; Germán Berdiales; Julia de Burgos; Víctor Eduardo Caro; Teresa Crespo de Salvador; Maya Cu; Carlos F. Changmarín; David Cherician; Roque Dalton; Ruben Darío; Carolina Escobar Sarti; Alfredo Espino; Julia Esquivel; Francisco Feliciano-Sánchez; Emilia Gallego; Otto-Raúl González; Nicolás Guillén; Julio Herrera y Reissig; Juana de Ibarbourou; Claudia Lars; Ismael Lee Vallejo; Marcos Leibovich; Carmen Lyra; Gabriela Mistral; Amado Nervo; Esther María Osses; Nicanor Parra; Octavio Paz; Rafael Pombo; Aramís Quintero; Manuel Felipe Rugeles; Clarisa Ruiz; Excilia Saldaña; Enrique Solano Rodríguez; Alfonsina Storni; Froilán Turcios; Irene Vasco; Javier Villegas Fernández; María Elena Walsh; Ilust: Rafael Yockteng; Comp: Claudia M. Lee .-- 2da. ed .-México D. F. (México) : Artes de México, 2006.-- 80 p. MI MASCOTA / Yolanda Reyes; Ilust: Rafael Yockteng .-- 1ra. ed .-- Bogotá (Colombia) : Babel Libros, 2011.-- 36 p. Reseña: Todas las mascotas son diferentes y únicas, cariñosas, detestables, quisquillosas. En este libro conocemos una muy especial, dispuesta a hacer de todo por su niño. Con ilustraciones que ofrecen una historia visual llena de humor de la mano del poema. R.F. Postulado en Los Mejores: 2012