Perspectivas de ciudad

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Medellín: una playa sepultada en el olvido

“Un vecindario, un barrio, un distrito, una localidad, un pueblo, una vereda, o una ciudad, se constituyen, muchas veces (en su dimensión tanto social como espacial) en lo único que la mayoría de los habitantes del planeta pueden entrar a atesorar y, de tal suerte, llamar “suyo”. Carlos Yory

Hombres y mujeres llenos de afán cruzan el centro de la ciudad durante todo el día; algunos y algunas llevan su mascota de paseo y otros cuantos salen a trotar. Una mirada al reloj, una mirada al semáforo, pasos largos y precipitados, buenas ropas, un niño o niña, algunos actores del espacio público pendientes, unos cuántos policías, habitantes de calle. Vallas, muchas vallas, hombres que entregan publicidad, buses, carros, motos, edificios comerciales y residenciales,

Perspectivas de Ciudad ventas. Esta descripción en sí misma, es el resultado de una observación detallada de los sujetos y escenarios que circundan la ciudad, da cuenta de unas calles que hablan, que se visten de una identidad determinada y habitan su espacio con la velocidad de los tiempos actuales. Si se plantea un recorrido por el centro de la ciudad de Medellín ubicándose en “La playa”, de forma consciente y reflexiva, puede comprenderse el gran valor que tiene para la historia de los paisas, no sólo por quienes la circulan en una mera descripción, sino por lo que esconde su historia. Algunos textos literarios antioqueños, en sintonía con el primer lugar recorrido, a saber el Parque Bicentenario ubicado en el fin de la avenida La playa, cerca del Teatro Pablo Tobón Uribe, hacen una invitación a tejer memoria colectiva. El parque bicentenario es un lugar en el que se puede reconocer el origen de una ciudad atravesada por múltiples cambios y dividida por el “progreso” en una zona rural.


Dice Jaume Martínez

que “el currículo escolar ha vivido encerrado entre las

paredes del aula, aislándose del mundo y sin influjos (…) En el libro de texto escolar la ciudad es un conjunto de temas fragmentarios relacionados con los servicios públicos, el transporte, el comercio, la circulación…” (Martínez, 2010: 528). En efecto, la ciudad de Medellín obvia la formación de un ciudadano que construye su presente sin olvidar su pasado, y por más que hay un espacio que posibilitaría una reflexión sobre el significado de la quebrada de Santa Elena, no pasa de ser una estructura física que muchos habitan pero difícilmente valoran. Por ejemplo, escritores antioqueños como Sofía Ospina y Tomás Carrasquilla son representativos de la región en cuanto nos muestran las características de la ciudad y la sociedad de determinada época, por lo cual revelan la identidad e idiosincrasia de los antioqueños y sus modos de vida. Pese a ello, escaparon de los planes curriculares que regían en el momento en que las nuevas generaciones cursaron sus años escolares; lo cual implica que si no es por una visita posterior, en el marco de reflexiones sobre la educación en ambientes no convencionales, difícilmente se establecen acercamientos a la historia de Medellín, de la quebrada

Perspectivas de Ciudad de Santa Elena y lo que ella significó para la Villa de la Candelaria; si por alguna razón circunstancial entre las cuatro paredes de un aula escolar se hizo mención a este asunto, no fue significativo, porque “a pesar de que el estudio de la ciudad en la escuela es un contenido con tradición, tanto docentes como alumnos por el hecho de habitar en ella, tienen, las más de las veces, dificultades para llegar a conocerla más allá de los evidente, de la propia experiencia” (Alderoqui, 10).Ignorar la historia es una manera de levantar muros entre nuestro presente y la genealogía de nuestro territorio. La intención de civilizar una población “bárbara” en sus costumbres, sus modos de pensar y habitar el mundo, lleva a pasar el tren del progreso por el centro de la ciudad. Dice Tomás Carrasquilla: “¡Y qué lujos se gasta el tal Santa Elena! Músicas alternadas de aguas y espesuras, coros de cuadrúpedos y de bichos, colinas turgentes entre escarpas de peñascos, senderos de poleo y yerbabuena entre pedrejones revestidos de cardos y de viravira. ¡Qué se yo!...”… También lo dice Sofía Ospina: “La antigua villa de la candelaria era casi una aldea. Con calles


empedradas, de caños laterales, por donde corría el agua de las lluvias, arrastrando basuras y proporcionando a los muchachos descalzos el placer de chapotear, con aceras estrechas, casas con aleros de tejas, zaguanes y ventanas abiertas”. Pero… “Ya el enterrador „Don progreso‟ sepultó para siempre la querida quebrada de Santa Elena bajo la bóveda de la avenida moderna”, dice de nuevo Ospina, y ¿Qué significa ello? ¿Que debemos olvidar lo que antes era, lo que antes se vivenciaba? No, Martínez afirma que “decir que la ciudad es currículum, es señalar una práctica de significación que selecciona y ordena formas de conocer cruzadas por relaciones de poder. (…) Decir que la ciudad es currículum es decir que la ciudad

es producto pero también y más fundamentalmente es proceso,

experiencia, construcción, proyecto y posibilidad de subjetivación y producción de saber” (Martínez, 2010: 531). Los sujetos de una sociedad que olvida son sujetos sin historia, sin identidad, sin pertenencia. Nos habituamos al ruido, pero no de las aguas que corren sino de unas avenidas cubiertas de ventas, de carros, de gritos,

Perspectivas de Ciudad de miradas de incertidumbre y miedo.

Quien recorre La playa durante las festividades navideñas puede observar el alumbrado navideño y su novedosa ambientación. Hace un par de años, el tema que adornaba la calle era justamente, la playa… A grandes rasgos y sin una observación muy profunda, puede parecer un poco ridícula la idea. ¿Por qué una playa en una ciudad sin mar? Tras conocer la quebrada que se encuentra tras el pavimento, lo que rueda bajo él, es posible comprender que sería interesante un trabajo más profundo con esa idea de decorar la playa. Silvia Alderoqui habla de que“ La distribución del saber relativo a cuestiones urbanas ya sea desde la educación formal, como desde la educación no formal e informal, ocupa un lugar privilegiado para construir cultura urbana y volver a ubicar a la ciudad como un espacio de innovación social” (Alderoqui, 2003, 8), esta intencionalidad formativa que tendría una iniciativa como el espacio público, conteniendo un trabajo de memoria de las costumbres que tenían generaciones previas a la actual pierde valor, porque muchos de quienes van a disfrutar del espectáculo de las luces


ignoran la intención que lo acobija ¿La razón? No está explícito, no existen recorridos guiados, no hay una intención real de formación en este ámbito. Y lo dice la escritora paisa: “La aspiración de toda tierra que adelanta es ver reemplazados los viejos caminos, curvados y pantanosos, por amplias carreteras. Y escuchar en las plazas de sus pueblos dormidos el pito de los automotores, capaces de transportar rápidamente a los centros civilizados sus centros y sus productos...” Por ser así, no tendría mucho sentido rememorar aquello de lo que inicialmente quisieron despojar: las costumbres, la vida de provincia. En cambio, sí se evidencia, sin lugar a duda, negocios que invitan al consumo: al consumo de lugares donde se realce la imagen personal, consumo de almuerzos y comidas rápidas, un par de bares, y muchos escenarios para la compra-venta; en eso se convirtió la “playa”. Siendo la quebrada insignia de una ciudad, insignia derrumbada por los edificios y las calles que cuartean las calles que delinean los barrios, el paso de uno a otro es la única

razón de circulación, el paso y el

consumo. Pero ahora es una avenida insegura, impregnada por el miedo, por el afán, por la liquidez de un pensamiento que jamás se detendría a reflexionar o a

Perspectivas de Ciudad preguntar ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? “Puedo pensar la ciudad como un lugar en

el que mirar y en el que mirarnos, un texto que hay que traducir, una experiencia constantemente modificada por nuestros propios pasos en ese territorio experiencial (Martínez, 2010: 534) ¿Puedo? Podemos reconstruirnos a través de nuestra memoria, forjar un presente y un futuro donde el sentido de pertenencia de los ciudadanos hable del reconocimiento de su pasado. Sería valioso recorrer esa calle en horas nocturnas, donde seguramente las vivencias serán otras. No se está proponiendo aquí derrumbar los edificios y la avenida para recuperar la quebrada,

se

está

proponiendo

iniciar

un

proceso

de

alteridad

como

medellinenses. ¿Qué otros fuimos, qué otros somos ahora? “¿Cómo identificar los nuevos significados construidos en relación con las nuevas formas de interacción con el espacio urbano?” (Martínez, 2010). Esta ciudad contiene un sinnúmero de elementos, habitantes, espacios, grupos, estructuras, e iniciativas que develan su esencia. La playa, nacimiento de la


modernización de Medellín, debe ser habitada desde proponen la libertad, la autonomía, la diversidad, la lucha contra el control y la vigilancia. Un lugar habitado por todos, asentado para todos y que posibilite la confluencia de diversas culturas y subculturas urbanos que identifican la ciudad. “El currículum de los movimientos sociales es una invitación a poner la vida cotidiana en el centro del conflicto social y a hacer de ello un programa de aprendizaje un proyecto colectivo de construcción de conocimiento emancipatorio. Y me parece que una característica central de ese currículo la alfabetización en nuevos lenguajes con los cuales expresar la conjunción del sentido ético, estético y racional de la práctica social”. (Martínez, 2010: 541). Un lugar como deberían ser todos los lugares, un lugar con historia antigua y actual, un lugar consolidado para converger. ¿Pero será un asunto consciente? Falta que los ciudadanos y las ciudadanas despierten de la burbuja moderna y aprovechen la poca autonomía para apropiarse del patrimonio y defenderlo, para tejer memoria territorial colectiva, para dirigir el pensamiento hacia la construcción de un saber que indica pertenencia. Todo eso lo puede posibilitar la ciudad, desde sus habitantes:

Perspectivas de Ciudad maestros, médicos, niños, niñas, habitantes de la calle… Todos. Para que esto

pueda ser posible es indispensable la formación de sujetos capaces de experimentar la ciudad: quien no vive los lugares no encuentra significado o valor en ellos, no podrá leer más allá de su infraestructura, lo plantea Carlos Mario Yory: “el espacio (el espacio humano) es, y no otra cosa, un proporcionador de sentido donde a la vez que orientamos nuestro andar estableciendo direcciones (orientaciones) definimos nuestra propia forma de ser a través de éstas” (Yory, 7). Es por eso que la ciudad desde la casa, la escuela, sus apuestas formativas, debe propender por un trabajo de memoria local que devele la historia y el valor de los espacios, no sólo para nosotros, sino para quienes lo habitaron en tiempos anteriores. Finalmente Medellín es su lugar, nuestro lugar.

Bibliografía


 Alderoqui, Silvia (2003) LA CIUDAD: un territorio que educa. En CADERNO CRH, Salvador, n. 38, p. 153-176, jan./jun. 2003  Carrasquilla, Tomás. (1964) Obras completas (2 vol.), Editorial Bedout, Medellín,  Martínez, Jaume. (2010) La ciudad en el currículum y el currículum en la ciudad. En: Gimeno, José. (Comp.) Saberes e incertidumbres sobre el currículum. Madrid: Morata.  Ospina de Navarro, Sofía. La abuela cuenta.  Yory, Carlos. El concepto de topofilia entendido como teoría del lugar. En academic02.tripod.com/topofilia.pdf

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Bibliografía de referencia: -APORTES PARA LA ELABORACIÓN DE PROPUESTAS DE POLÍTICAS EDUCATIVASMorales Marcelo Compilador-2009. file:///C:/Users/andres/Desktop/aportes_educacion_no_formaluruguay.pdf La educación propósito de vida La educación, inspira proyectar objetivos como la alternativa social más efectiva de la dignidad de los ciudadanos, a su vez, ha permitido la transmisión de los conocimientos a través de la historia aunque de manera paradójica también ha permitido la distinción de clases sociales, los estereotipos, las creencias equivocadas de asignación de roles para la construcción de sociedad, además de la estratificación productiva de la sociedad, en todo el continente latinoamericano, por tanto, en este tratado de la Unesco , que tiene una país de referencia que es Uruguay , pero aplica para todos los países en vía de desarrollo incluyendo el nuestro, Colombia, desde luego. En el 2005 en Uruguay el Ministerio de Educación y Cultura, creó el área de Educación no formal dirigido a niños, jóvenes y adultos, con el propósito de ofrecerles educación para la vida, teniendo en cuenta toda una teorización legal y transformadora de la educación, sustentadas en trabajo, estudio, investigación, imaginación, capacidad de diálogo y voluntad política, partiendo de la idea constitucional que “la Educación es un derecho fundamental”-Morales-2009.

Perspectivas de Ciudad La educación en el país de Uruguay en el 2005 oscilaba en un alto porcentaje de analfabetismo, deserción escolar, jóvenes niños y niñas trabajadores no escolarizados, estudiantes con pocas alternativas de educación técnica y maestros y maestras sin oportunidades de capacitación adicionales ni preparación en otros espacios de formación.

A medida que se fueron aprobando las leyes de la política de educación del Ministerio de Educación y Cultura, en Uruguay, se le permitió al país disfrutar e una filosofa a transformacional de la educación, distinta, con nuevas disciplinas, incluyente, pensada en la tolerancia, la transformación social, la equidad educativa, y por supuesto a una educación no formal. La educación no formal es entendida como una alternativa complementaria, que está bien estructurada para fortalecer las flaquezas de la educación se convierte a su vez en una variedad de acciones que involucran pensamiento, atención, lenguaje, comunicación, expresión, movimiento, lectura, escritura, cálculo, emociones, sentimientos, afecto, creación, construcción, producción y otros medios de interacción con el espacio. Partiendo de estas premisas, estructurales que abren horizontes, como lo es para Uruguay, entre otros países que fortalecen la transformación de la sociedad a través de la educación a través de las variantes y alternativas que en la educación


se encuentran y se piensan para permitir un propósito de vida de los ciudadanos y es en este inversión socio-económica donde está la respuesta posible a ese desarrollo social, educativo y cultural. Según el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, la escuela no debe estar circunscripta a las cuatro paredes es cierto que es un espacio de conocimiento y formación, sin embargo, lo que en principio determina el sentido de la educación son los contextos históricos, sociales, culturales que tienen también sus dimensiones económicas y políticas, son los procesos educativos en si los que tienen valor en sí mismo , es el educador quien reconoce y legitimista, planifica, organiza acciones educativas de diferentes características atendiendo a diferentes necesidades, intereses y problemas de las personas y de la sociedad. Los educadores, tienen en concordancia con la intención de la educación es adaptarse a la sociedad que se está educando, ser pertinente, se educa para la vida y para saber adquirir recursos de subsistencia, es allí donde el maestro construye a través de los procesos de educación no formal todo un cambio en el sistema educativo, pensado en la sociedad, por la sociedad y en la sociedad porque, el “afuera de la escuela”. Son muchísimas cosas como es el acceso a experiencias de trabajo, a participación, a socialización e interacción inclusive desde la misma ley de educación que nos rige es escudarse y solidarizarse con esos estamentos para permitirnos una finalidad clara y transformacional de la educación como un propósito de vida.

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Extrañar-se, sensibilizar-se y vivir-se En la Ciudad Un recorrido reflexivo por el centro-oriente de la ciudad Gricel Costa Castaño Los hombres grises de los que relata Momo, aquellos seres de traje gris, y maleta gris plomo, ahorradores excesivos de tiempo que viajaban en carros grises y hacían cálculos sobre la fortuna que la gente debería tener si no perdiera tanto tiempo; visitar a la mamá, ir a conversar con amigos e incluso llevarle flores a la enamorada, era para estos seres frívolos perder el tiempo, perder dinero. Este pequeño relato que aunque puede haber sido sacado de un libro infantil, no se aleja de la realidad que vivimos en las ciudades, gente que camina de prisa de un lado para otro, algunos mirando al suelo como pensativos, otros con grandes paquetes desesperados por abrirse paso, y otros muchos mirando hacia al frente, no se sabe hacia dónde porque estratégicamente sus miradas se configuran para que ninguna se cruce con la de otro. ¿acaso se recuerda alguna de esas miradas o esos rostros?. Sentada desde un costado de las escaleras del metro en la Estación San Antonio, tomando jugo de guanábana con pulpa, cuchara y pitillo, recordaba a Momo, su bella manera de escuchar, su linda imaginación y reflexionaba sobre el concepto „perder el tiempo‟ ¿qué nos hicieron creer que es eso?, estamos tan automatizados que nadie se detiene a mirar un poco, nadie parece estar en sintonía con las otras dinámicas que permite una ciudad como Medellín. Todos pues, son maravillados con las estructuras modernas, con la nueva Línea T.A Tranvía Ayacucho, pasan, toman fotografías, se escuchan murmullos de alegría por el avance que tiene la ciudad en materia de transporte y de alguna manera al pasar por ahí, ver el pequeño tren rodar con mirada de orgullo, da la sensación como si eso los hiciera sentir más ciudadanos, de pronto más „paisas‟ porque los paisas somos una verraquera se oye decir; no obstante, qué pasa alrededor de este punto álgido del centro que no es tan fácil de ver, porque no lo contaron, porque los medios de comunicación no lo difundieron o porque simplemente hay cosas que se deben olvidar.

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Antes de iniciar el recorrido por el oriente de la ciudad, recuerdo pues las palabras de Alderoqui (2003) en la „Ciudad un territorio que educa‟ cuando instala en el concepto de Aprender sobre la ciudad ese mecanismo de extrañamiento que narra del personaje Francés flâneur, para poder mirar la ciudad desde una perspectiva diferente, pues como dice más adelante, citándose a ella misma: “Lo real no tiene nada de simple, sería ilusorio pensar que el simple contacto con la


realidad provoca inmediatamente una conciencia auténtica de la misma.” Alderoqui (2001), tiene que haber entonces, desde ahora en adelante, para mirar diferente, para analizar situaciones de otra manera un extrañamiento constante, una determinación personal para aprender, por lo tanto, quiero aprender sobre mi recorrido diario para la casa, quiero „perder‟ el tiempo, mirando minuciosamente las manifestaciones que se me presentan tan alejadas pero que las voy a traer para que se vuelvan mías. Inicio el recorrido tranviario, ingreso a la Estación San Antonio del Tranvía, mi destino final es Miraflores. Una larga espera de 15 minutos me aguarda, mientras llega el tren, mientras espera y arranca; voy sentada plácidamente, son las doce del mediodía y por ser hora de almuerzo el flujo de personas aquí es poca, el día está soleado, hace un poco de calor pero el Tranvía con su modernidad tiene aire acondicionado por lo que acá adentro, incluso hace frío. Iniciamos el recorrido y tal como mi intuición lo pronosticaba los buses y vehículos estaban vacíos pero la mayoría de restaurantes y cafeterías del sector estaban repletos de gente. Pasamos por la panadería y repostería Astor, una de las más antiguas de la ciudad, en sus años de inicio, era sitio de encuentro para las altas clases que habitaban Guayaquil, más adelante se presenta tímida una callesita llena de libros, recordé el olor particular de la madera vieja que compone las casetas de la Bastilla junto con el color amarillento, el olor a viejo y las sensaciones que se presentan delante de un libro antiguo. Continúa andando el tren y en el costado izquierdo está la Lotería de Medellín y sus tradicionales Loteros, pasamos la Avenida Jorge Eliecer Gaitán y llegamos a la Iglesia San José, una de las más antiguas de Medellín construida en el Siglo XIX, pasamos también por el Paraninfo de la Universidad de Antioquia. Ahora estamos en el Pabellón del Agua, llama la atención particularmente que por este sector del centro ya casi no hay estructuras antiguas propias de los casones de los siglos anteriores, la mayoría de éstas fueron demolidas para construir altos edificios.

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El tranvía se encuentra ya en la estación Buenos Aires, decido caminar hasta Miraflores, quiero conocer un poco más del barrio que habito y mirar más de cerca las manifestaciones culturales y artísticas que se están presentando con este Ayacucho Peatonal. Al bajar por la Carrera 29, recuerdo la infancia de antaño, los grandes árboles que tapaban toda la calle y que no permitían que se sintiera calor, el barrio era fresco, todo esto en contraste con lo que sucede en la actualidad, hay poca arborización, sólo unas materas grises con unos pequeños árboles que no dan sombra, parece un desierto, pero me detengo un poco, sigo pensando en el extrañamiento, que el cansancio de me automatice, me detengo, tomo un poco de agua y miro a mi alrededor ¡Qué bonito!, me encuentro con un cartel que enuncia


“Ayacucho Te quiero Mucho”, averiguo y es un proyecto que busca reconstruir las fachadas que sufrieron daños en la realización de las obras del Tranvía.

Reconozco que, a pesar de que ya no se parece a las calles que recorrí en la infancia, son ahora el producto de unas nuevas dinámicas, un poco más ruidosas, más sofocantes a veces pero igualmente bellas.

Perspectivas de Ciudad En las esquinas también cabe resaltar las manifestaciones artísticas de pintura, pues según lo que se escucha, la alcaldía de Medellín busca que sea un gran corredor, por lo que están tomando como primacía los artistas locales para que


intervengan

y

le

den

color

a

los

murales.

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Al finalizar el recorrido, siento una cálida sensación, tal vez me siento orgullosa de habitar el barrio, de vivir cerca de un lugar que contribuye al mejoramiento de la ciudad.

Perspectivas de Ciudad De repente, siento en mi corazón un pálpito, tengo que extrañarme, debo hacerlo, no puedo quedarme con el discurso habitual de la ciudad educadora, innovadora, #Medellíncuentaconvos ¿qué hay más allá?, miro a mi alrededor, veo la comuna 8 frente de mí, pienso en cuántas personas quizá perdieron su hogar, su patrimonio porque, como escuché en una clase: El patrimonio común prima sobre los bienes personales. Decía la profesora, pensé en eso cuando miro a un costado de una


casa

cerca

al

puente

de

la

Toma

y

leo:

Mis sospechas eran ciertas, la intuición de que hay cosas que se nos obligan a olvidar es cierta, estamos atascados, como ciudadanos en el aletargamiento que nos muestran los medios de comunicación, el bienestar, las propuestas de innovación, los discursos que nos dicen todo el tiempo que estamos bien pero que llegaremos a estar mejor.

Perspectivas de Ciudad Este fue el final de un recorrido que empezó desde la observación, desde el pensamiento de un último libro leído y de unos cuestionamientos, míos para mí. No todo hay que decirlo, nos enseña Borges en el cuento El Etnógrafo, a veces, sólo a veces, una imagen, una sola dice más que mil palabras y sustentos teóricos. Después de este extrañamiento comprendo que quizá es lo único que necesitamos para comprender un poco lo que nos sucede alrededor. Extrañar-se debe ser para sí una forma de no creer en todo lo que se oye, mucho menos en lo que se ve, es ir más allá, es encontrarse afuera, donde miles de personas quizá vestidas en alma de color gris, no encuentran salida, porque no pueden o más bien porque no quieren. Extrañar-se, conlleva a veces un esfuerzo por salirse de sí mismo, por sensibilizar-se por eso que uno desconoce, no porque no pueda acceder al conocimiento sino porque creemos que ya todo está dicho, y no.


BibliografĂ­a: -

Alderoqui, Silvia (2003) LA CIUDAD: un territorio que educa. En CADERNO CRH, Salvador, n. 38, p. 153-176, jan./jun. 2003

-

Ende, Michael (1973) Momo.Editor Digital: Titivillus. Epub. Ayacucho Te quiero Mucho, en: http://www.grupo-orbis.com/noticias/489ayacucho-te-quiero-mucho-es-una-construccion-colectiva

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¿Se incluye el pensamiento crítico para la formación de la ciudadanía? Formar a los alumnos para el pleno ejercicio de la democracia es uno de los ideales que acompaña al docente desde los caminos de su formación profesional, ideal que está sustentado en uno de los fines de la educación, entendida esta como “la interacción humana en la cual, sobre la base de un potencial biológico, seres humanos con la mediación de otros, se apropian la cultura que los constituye en la clase peculiar de ser humano que son, tanto en el sentido colectivo como en el personal, para crear su propia versión particular de la misma, que es su personalidad” (Villarini, 1997). Los cambios sociales afectan a la ciudadanía, generan cambios radicales sobre sus instituciones y formas de pensar el mundo, de actuar en el mundo y de gobernar los estados, estos cambios no han sido ajenos a las transformaciones que ha enmarcado la escuela. La educación con respecto a la política es necesaria, y esta debe estar acompañada de un curriculum que permita el desarrollo de un pensamiento crítico desde temprana edad en los alumnos. Propiciar este tipo de curriculum no es una tarea solo del docente encargado del área de ciencias sociales, es un contenido que todas las áreas deben de transversalizar haciendo propuestas claras desde su saber especifico por medio de las cuales los alumnos puedan elaborar unas reflexiones reales con su respectivo entorno.

Perspectivas de Ciudad “Los sistemas educativos están íntimamente ligados a las necesidades económicas y tecnológicas de las sociedades” (Villarini, 1997). En este momento la necesidad educativa imperante es el manejo de la información a través de los diferentes dispositivos que según el modelo capitalista es necesario masificar de forma permanente para estar a la vanguardia de la modernidad, asegurar el conocimiento y manejo de los medios tecnológicos está a cargo de la escuela del momento.

El docente no deberá perder de vista que el alumno que hoy está bajo su tutela mañana será un ciudadano más en pleno uso de su actuación política. Deberá entonces este preguntarse de manera abierta ¿qué es la política? A lo que Hannah Arenht, responderá “la política se basa en el hecho de pluralidad de los hombres, trata del estar juntos y los unos con los otros de los diversos”. (Arenht1997), definición bastante clara al incluir entonces la practica escolar y el ámbito escolar aun con las diferencias de edades y de pensamientos ambos están considerados como actores políticos en acción y responsables del desenlace de la historia de su entorno con sus adelantos o retrasos en sus sistemas ideológicos y económicos pues su forma de participación incidirá en los posibles cambios futuros. “La educación política debe basarse en el respecto a la diferencia, pero también en la denuncia de las desigualdades como formas de injusticia. Los derechos humanos, la cooperación y la solidaridad son aprendizajes fundamentales”


(Fernández). Estos aprendizajes son contenidos que el docente deberá abordar con los alumnos desde cualquiera de las áreas por medio de una decidida intervención teniendo en cuenta la diversidad de su grupo y así tratar de incluir un curriculum orientado al desarrollo humano integral, que permita adquirir los elementos necesarios para lograr la construcción de una democracia. En la medida en que los alumnos adquieran una capacidad de pensamiento critico podrán cuestionar los cambios y no solo asumir hoy como alumnos y luego como ciudadanos los cambios de forma mecánica. La metodología hoy indica que no solo la escuela es el lugar idóneo para impartir una formación formal, ahora se plantean otras formas de educación por medio de procesos no formales, e informales entendido este último dentro de un tiempo de formación permanente para el ser humano, ahora se amplían los espacios para la formación, ya no solo está aprobada la escuela y la universidad como las instituciones por excelencia, hablamos entonces de museos, parques, bibliotecas, lugares específicos de la ciudad que están dotados dentro de un plan que obedece a un direccionamiento para muchas ciudades de América Latina contenido en la declaración de Barcelona en la carta de ciudades educadoras en el año 1990 y revisada en el año 1994, hecho presentado como un mejoramiento en todos los niveles de desarrollo para cada ciudad. Este hecho es calificado como algo beneficioso, educativo en su mayor expresión, pero no deja de ser algo impuesto para los estados con un fin específico y es la preparación de un ciudadano ideal dentro de una globalización, un actor presente dentro de un mundo de información tecnológica necesaria que este en consonancia con los sistemas económicos que deban operar dentro de un sistema mayoritario.

Perspectivas de Ciudad Para el caso de Medellín, se recrea una ciudad educadora, en la que la infraestructura tiene un protagonismo vital, pero en su proyecto está la intervención de la administración gubernamental del momento que decide que énfasis le otorgara; así lo hemos podido observar teniendo en cuenta la diferencia de elección entre la administración de Fajardo y la administración de Luis Pérez con respecto al manejo de los parques educativos municipales en los cuales el centro es ahora la tecnología para lograr una mayor apropiación por la ciudadanía con respecto a las TICS. El docente no podrá detener los cambios sociales desde su generación incluso sí la motivación y el origen son positivos para la transformación de una sociedad, pero lo que sí está en sus manos y poder de elección es permitir que cada cambio pueda ser cuestionado por los alumnos y puedan tomar una posición frente a este, puesto que desde su rol de profesional de la educación y ciudadano también el lo puede hacer y debatir con varios puntos de vista.


Un ejemplo muy positivo con respecto a la posibilidad de educación no formal la encontramos, en el Municipio El Retiro en Antioquia, en la vereda el pantanillo está ubicada la biblioteca rural, llamada “El laboratorio del Espíritu” es un lugar donde muchos proyectos de investigación se desarrollan y cuentan con la participación de los habitantes de la vereda y del municipio, un lugar donde se concreta la formación desde la diferencia y por ella misma ya que está dirigida a muchas personas en condiciones vulnerables por la violencia o la pobreza. La idea es que tanto docentes como alumnos puedan abordar temáticas de reflexión y cuestionamiento en torno a los cambios sociales, que les permita develar una crítica constructiva para afrontar de la manera más indica según su entorno con una acción política en su condición de ciudadanos el porvenir de su ciudad. Tomando posiciones de aprovechamiento y proposición de forma cooperativa.

Bibliografía: Mejía Jiménez, Marco Raúl. Educación(es) en las globalizaciones(es). (I9 Entre el pensamiento crítico y la nueva critica. Fernández, Antoni Santisteban. Formación de la ciudadanía y Educación política.

Perspectivas de Ciudad Villarini Jusino, Ángel R. El Currículo orientado al desarrollo integral.


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