Cuando las tareas de gobierno las realizan los no indicados. Una periodista descubre hechos que eran cotidianos y entonces, y solo entonces, todos se escandalizan. Una persona, ajena a actividades de gobierno, dentro de su vivienda, en un condominio conformadas por 6 casas, realiza actividades desconocidas, bien pueden ser lícitas o ilícitas, jamás nadie lo denunció. La denuncia de la periodista consiste en la vigilancia extrema hecha por la Policía Nacional del Perú y serenos de la municipalidad de Surco; en camionetas, automóviles y motocicletas en los alrededores de este condominio. Las primeras informaciones que se tienen es que la vigilancia, ordenada verbalmente, obedecía al pedido del Comandante General de las Fuerzas Armadas, el Comandante Cueto, a generales de la policial y al alcalde de Surco, quienes todos entendieron que se trataba de la vivienda del Comandante Cueto. No siendo cierto que fuera la casa del Comandante Cueto, el Presidente de la República, Ollanta Humala Taso, reacciona con furia llamando “basura” a Óscar López Meneses, Pasando al retiro premiado al Comandante Cueto, despidiendo a su principal asesor -un ex militar-, cambiando de Ministro del Interior (también premiado) y asegurando, como palabra final, que se trata de la ya conocida y familiar “corrupción policial” echando (todos con premio) a varios generales de la policía. Ni el congreso, ni la prensa ni la opinión pública creyeron, como ya es costumbre, en las palabras del Presidente. La magnitud del problema demandaba la formación de una Comisión Investigadora en el Congreso de la República. Ésta llegó a formarse a trompicones por la negativa del oficialismo a formarla. Finalmente, la presidencia recayó en el siempre ubicuo Víctor Andrés García Belaunde (Vitocho) Y sucedió. El presidente Humala y Vitocho se reunieron. Según el Presidente, a pedido de Vitocho; según Vitocho a invitación del Presidente. Para el caso, ambos mienten. Está pendiente la información de lo que ambos trataron. Como autoridades electas, deben a la nación que los eligió para decir la verdad, no para mentir de acuerdo a sus conveniencias personales. Contra la cerrada oposición de nacionalistas y caviares, el nuevo presidente de la Comisión OLM es el fujimorista Juan Díaz Dios. Con razón o sin ella la figura principal de esta novela es Óscar López Meneses, quien ha faltado el respeto a la investidura de los congresistas al negarse a decir su verdad, verdad que podría sacarnos de este lodazal en la que viles intereses nos han metido. Ministros, congresistas nacionalistas, encabezados por la Premier Ana Jara, con gritos estridentes ha defendido la postura del Presidente de no declarar como testigo ante la Comisión del Congreso, arguyendo razones constitucionales. No desean entender que
no se trata de medición de fuerzas para un posible derrocamiento, solo se trata de la búsqueda de una verdad esquiva, porque quienes lo están escondiendo hasta ahora, pareciera, son muy poderosos o están haciendo uso ilegal del poder conferido. El orden democrático se ve maltratado cuando se falta el respeto a la investidura presidencial, pero, lamentablemente, ha sido el propio presidente Humala quien ha faltado el respeto a la investidura presidencial, de varias y reiteradas formas. Todo parece indicar que los peruanos no sabremos la verdad de este entuerto, o lo sabremos conforme a los cristales del próximo gobierno. Grocio Herrada Vigo