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Cuento de la “ »j”

Julieta se estaba comiendo un crujiente y jugoso bocadillo de jamón, cuando se dio cuenta de que hacía mucho rato que no veía a Aurelio. El jardinero había juntado un montón de cosas para llevarlas a casa de Ramón y Rita y todavía no había vuelto.

–Qué raro –se dijo Julieta, y fue a recorrer el Jardín en busca de Aurelio.

Lo encontró, junto a Pata y Pato y a las niñas y los niños del Jardín, en el mercadillo de Rita y Ramón. Estaban bajo el árbol de la risa, que les hacía cosquillas, ¿os acordáis?, y por eso no podían dejar de reír: ja, ja, ja, ja, ja…, je, je, je, je, je…, jo, jo, jo, jo, jo…, ju, ju, ju, ju, ju… ¡Qué jaleo!

En cuanto llegó Julieta, ella también se puso a reír: ji, ji, ji, ji, ji…

Pero, entre carcajadas, pudo ver las cosas del mercadillo: había jaulas, juguetes, joyas lujosas, un pijama con una jirafa dibujada, un jersey juvenil, una jarra con forma de pájaro, un jarrón japonés, una bandejita para el jabón y una caña de pescar de junco.

–¡Jo! ¡Qué objetos tan bonitos! ¡Ojalá pudiera comprarlos todos! –suspiró Julieta.

Mientras Julieta ojeaba los objetos, Ana, Emilio, Inma, Úrsula, Óscar, Pato y Pata, sin dejar de reír, se fueron a jugar juntos bajo una jacaranda llena de flores azules.

–¡Estamos en la jungla! –exclamó Pato, haciendo que caminaba por la selva.

–¡Cuidado con el jaguar! –gritó Emilio siguiéndole el juego.

En ese momento, un jilguero que cantaba tranquilamente posado en un matojo de hojas rojas dejó de cantar y empezó a gritar:

–¡Dejad de jugar a la jungla! No viene un jaguar pero… ¡por ahí viene un jabalí!

Todos miraron a donde señalaba el pajarito. ¡Era verdad! Entre los naranjos apareció un jabalí que corría hacia ellos.

–¡Para! ¡Para! ¡Deja de correr y dinos quién eres, jabalí! –dijo Pata volando hasta él.

–Me llamo Juan. Necesito ayuda. ¡Ha pasado algo terrible! –dijo el jabalí muy nervioso.

Juan, el jabalí, les explicó que había ido al Jardín con su hijo Juli a recoger jotas, porque con ellas hacía una jalea deliciosa. Mientras cogían las flores de la “j”, su hijo no miró por dónde iba y se cayó al estanque.

–Ni Juli ni yo sabemos nadar. ¡Tenéis que ayudarme a sacarlo del agua!

Sin perder ni un segundo, todos corrieron hacia el estanque. Julieta recogió un montón de jotas y las unieron formando una cadena.

–¡Agarra las jotas, Juli! –gritó Julieta.

El pequeño jabalí sujetó con fuerza la cadena de jotas y todos juntos tiraron a la vez: ¡a la de una, a la de dos, y a la de… TRES! ¡Lo consiguieron! ¡Bravo!

Juli salió del agua jadeando y su papá lo abrazó con fuerza. Estaba muy mojado, así que fueron a buscar una toalla y lo envolvieron con ella.

–Sécate bien, no te vayas a constipar –le dijo Julieta.

Después de escuchar el cuento, observar la lámina y conversar sobre ella: personajes, objetos, situaciones, nombres que tengan el sonido “j”…

Buscar los dibujos en la ilustración y nombrarlos.

Rodear con una línea los que no tienen el sonido “j”.

Escuchar y memorizar la poesía. Aprender el trazo de la letra “j” y repasar las letras punteadas. Repasar las líneas discontinuas de las flores y tachar las que no tienen la letra “j”.

Después de escuchar la adivinanza, colorear el marco de la fotografía del animal al que se refiere.

Rodear las “j” que aparecen en el texto.

Aprender el trazo de la J mayúscula. Repasar las letras y escribir en la pauta. Escribir la frase en la pauta.

Imitar las carcajadas de los personajes. Colorear el marco según el código.

Completar las sílabas que se forman con la letra “j” escribiendo una vocal al lado de cada una.

Repasar las sílabas punteadas de las palabras.

Escribir las sílabas en la pauta.

Escribir las frases en las pautas y marcar la que se refiere a la fotografía.

Escribir las palabras en las pautas. Escribir la frase en la pauta y realizar un dibujo alusivo en el recuadro.

Escribir en las pautas las palabras que correspondan.

Escribir en los recuadros los nombres de los objetos clasificándolos según tengan “rr” o “j”.

Escribir la frase en la pauta incluyendo las palabras que faltan (jaula y rojo).

No sé si os he dicho que el Jardín de las Letras, además de ser muy bonito, siempre está muy limpio y aseado, incluso después de los días de baile o de los que hay baratillo. ¿Queréis saber por qué? Pues porque nuestros amigos lo cuidan mucho y no tiran basura al suelo. Pero, además, si alguna vez ensucian algo sin darse cuenta, lo barre Berto el barrendero, que también se encarga de barrer las hojas que caen de los árboles. Berto es bajito y barbudo y siempre está de buen humor. Mientras barre no para de bailar, y cuando empuja los cubos de basura los golpea con ritmo, como si fueran una batería: ¡bim, bam, bum! Aquel día, Berto estaba limpiando el barro seco que había quedado tras el rescate de Juli, el pequeño jabalí, cuando de pronto… ¡BUM!, escuchó un golpe bárbaro, como un bombazo. ¡Algo había caído del cielo, justo entre las flores de la letra “b”! Cuando miró hacia arriba, vio alejarse una nube con forma de barco y dos bultos que bajaban volando. ¿Quiénes serían?

¡Eran un búho vestido de pirata y un buitre con cara de bueno! Nada más aterrizar, se pusieron a rebuscar entre las flores. Berto se acercó para ver si podía ayudarles:

–Hola, me llamo Berto, ¿quiénes sois vosotros y qué estáis buscando?

–Hola, barrendero, yo soy Basilio, el búho bucanero y este es mi amigo Boni, el buitre bonachón. Buscamos un baúl que se nos ha caído. Debe de estar por aquí, ¿lo has visto?

–¡Sí! ¡Lo he visto! Ha caído de una nube con forma de barco, está entre las flores de la be. ¿Qué lleváis en el baúl?

–¡El baúl es nuestro botín de tesoros! –explicó el búho. –Bueno, más bien es un botín de baratijas –dijo el buitre.

–¡No digas bobadas, Boni! ¡Es un botín muy bueno! Tenemos un casco de bombero abollado, una bufanda con borlas, un barco en una botella, un botijo de barro con forma de ballena, una bata blanca, una bota rota, una bandeja barata, una bolsa llena de botones, un balón blandito, un bote de baba de babosa ¡y muchas cosas más!

Boni le explicó que eran tesoros recogidos de barcos hundidos y sitios abandonados. Berto estaba asombrado. Mientras buscaban el baúl, llegaron Pata y Pato acompañados de los niños y niñas del Jardín, y se pusieron a ayudar en la búsqueda.

–¡Aquí está! ¡Pero pesa muchísimo! –dijo Pato, intentando levantar el baúl él solo. –Claro, por eso se nos ha caído. Pesaba demasiado y no podíamos con él. Hicimos un barco con una nube para llevarlo, pero la nube era demasiado blanda y el botín… ¡bum!

–Nosotros no tenemos un barco. ¡Pero podemos fabricar un globo! Solo hay que inflar una letra “b” con un poquito de magia –dijo Berto. Cogió una be y recitó:

–¡Alibabá, alibabú, bombín, bambú!

Entonces la “b” creció, se infló y se convirtió en un globo con cestillo y todo. Basilio y Boni subieron el baúl al globo y se despidieron de todos desde el cielo lanzándoles muchos besos, mientras Berto les despedía tocando su batería de cubos: bim, bam, bum.

Después de escuchar el cuento, observar la lámina y conversar sobre ella: personajes, objetos, situaciones, nombres que tengan el sonido “b”…

Buscar los dibujos en la ilustración y nombrarlos.

Rodear con una línea los que no tienen el sonido “b”.

Escuchar y memorizar la poesía. Aprender el trazo de la letra “b” y repasar las letras punteadas. Repasar las líneas discontinuas de las flores y tachar las que no tienen la letra “b”.

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Escuchar y aprender la poesía y buscar las “b” que aparecen en el texto. Dibujar una boa en el recuadro.

Aprender el trazo de la B mayúscula. Repasar las letras y escribir en las pautas. Escribir la frase en la pauta.

Rodear con rojo las “b” minúsculas y con verde las mayúsculas.

Completar las sílabas que se forman con la letra “b” escribiendo una vocal al lado de cada una. Repasar las sílabas punteadas de las palabras. Escribir las sílabas en la pauta.

Completar las sílabas que le faltan a las palabras y decir cuál es la solución de la adivinanza.

Escribir las palabras en las pautas. Escribir la frase en la pauta y rodear con una línea el alimento al que se refiere.

Escribir las frases en las pautas y unir la fotografía con la que corresponda.

Escribir la frase y las palabras en las pautas. Relacionar, mediante una línea, los elementos de la cara de Berto con sus nombres.

Escribir debajo de cada dibujo el nombre correspondiente.

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