Manual de etología canina

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En la sección Apéndices, disponible en www.grupoasis.com/ libro/etologia, el lector encontrará material adicional para su consulta o para descargar y emplear en su práctica diaria. Modelos de cuestionarios y documentos de utilidad en la práctica clínica, protocolos y consejos para manejar al perro y bibliografía de apoyo para el propietario contribuirán a que esta obra sea más práctica y útil para el profesional veterinario.

Apéndices disponibles en

www.grupoasis.com/libro/etologia

Pablo Hernández Garzón

El autor describe con detalle en qué consiste cada trastorno, qué causas se le atribuyen y qué tratamiento se puede aplicar: educación del propietario, cambios de conducta o del entorno, administración de fármacos, feromonoterapia... En todos los casos, se incluye información interesante para el veterinario, con consejos y trucos relacionados con el manejo de la patología en cuestión que le ayudarán a entenderlo mejor y a enfrentarse a su resolución con mayor seguridad.

Manual de etología canina

Este manual de etología canina da a conocer de forma muy amena los diferentes trastornos de la conducta en la especie canina: desde la ansiedad por separación a las conductas agresivas, pasando por los miedos y las fobias o los problemas de eliminación o destructividad.

Manual de

etología canina Pablo Hernández Garzón


Manual de etología canina

TABLA 1. Regiones implicadas en la producción de feromonas en los perros

y sus funciones (datos procedentes de Pageat et al., 2003 y Mills, 2005). Región

Funciones de sus secreciones en la comunicación

Facial

Social. Percepción de familiaridad de los objetos marcados.

Podal

Marcaje territorial (a través del rascado). Señales de alarma.

Perianal*

Señales de alarma. Reconocimiento individual.

Urogenital

Social. Sexual.

Mamaria

Apaciguadora o tranquilizadora.

* La composición de las secreciones perianales varía con el celo en las hembras y en ese momento resulta muy atractiva para los machos.

Comunicación auditiva El repertorio de sonidos utilizado por los perros para comunicarse es muy variado e incluye ladridos, gruñidos, chillidos, lloriqueos, aullidos, etc. Todos ellos transmiten información acerca del estado fisiológico y emocional del animal (cuadro 2). El ladrido es, con mucha diferencia, la vocalización más estudiada en el perro. Se le considera un rasgo neoténico seleccionado durante la domesticación, aunque existe mucha variación en su frecuencia de presentación según las razas. Aunque algunos autores han señalado que el ladrido no tendría una función comunicativa en sí mismo, sino que sería únicamente el medio utilizado para atraer la atención de otros individuos hacia el animal y las señales visuales que transmi-

CUADRO 2. Vocalizaciones más frecuentes en los perros (datos procedentes

de diversas fuentes). Tipo de vocalización

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Contextos en el que aparece

Ladrido

• Alerta/Excitación. • Advertencia defensiva y territorial.

• Juego. • Recibimiento. • Búsqueda de atención.

Aullido

• Mantenimiento territorial. • Localización de los miembros del grupo. • Reconocimiento individual.

• Coordinación de las actividades sociales (caza). • Reactivo a ruidos (sirenas de ambulancias, etc.).

Gruñido

• Amenaza ofensiva. • Juego.

• Advertencia defensiva y territorial.

Lloriqueo

• Saludo. • Apaciguamiento.

• Frustración. • Búsqueda de atención.


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Comportamiento normal del perro

te; otros piensan que realmente tiene una importancia mucho mayor, pudiendo determinarse varios tipos de ladrido según el contexto en el que se producen. Los diferentes tipos de ladridos presentan variaciones en algunos parámetros que pueden ayudar a diferenciarlos (cuadro 3).

CUADRO 3. Características de algunos tipos de ladridos en el perro

(modificado a partir de Yin et al., 2004). Tipo de ladrido

Frecuencia

Tonalidad

Intervalo entre ladridos

Repetición

Territorial/advertencia

Grave

Invariable

Corto

Agrupados

En el juego

Agudo

Variable

Corto

Variable

Reactivo al aislamiento

Agudo

Variable

Largo

Aislados

Comunicación visual La comunicación visual a través de las expresiones faciales y de las posturas corporales y de la cola es fundamental en el perro y se utiliza en los contactos próximos entre animales o entre perros y personas. En este sentido, las posturas y expresiones utilizadas en su relación con los humanos son muy similares a las que utilizan con otros perros. Durante los encuentros que se producen entre un perro y otros individuos pueden observarse desde actitudes completamente amistosas y relajadas hasta posturas que preceden a un enfrentamiento físico, pasando por otras indicativas de una tensión o estrés importante. Respecto a las posturas que pueden observarse en los encuentros poco amistosos entre animales, tradicionalmente se ha hablado de posturas dominantes u ofensivas y posturas de sumisión o defensivas. Ambas tienen la función de expresar claramente el estado emocional del animal, con el fin de evitar confrontaciones físicas innecesarias. La postura “dominante” u ofensiva se caracteriza por la adopción de una actitud o porte “elevado”. Es decir, el animal muestra el cuerpo erguido, con las patas extendidas, las orejas erectas o hacia adelante y abiertas (en las razas de orejas caídas) y la cola alta (en los animales que la mantienen), dando la impresión de un Figura 1. Postura ofensiva o dominante. tamaño mayor del que realmente tiene (fig. 1). 7


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Figura 1. Si el clínico informa correctamente al propietario es muy posible que el problema de conducta sea considerado como tal y acceda a tratarlo.

Figura 2. La sala donde se realiza la visita conviene que no tenga aspecto de consulta, que sea cómoda, amplia y tranquila, entre otros aspectos.

Es conveniente que a la consulta acuda el mayor número de personas relacionadas con el perro, e inexcusablemente las que conviven con él y las conocedoras del problema que presenta el animal. Las consultas realizadas con personal del servicio o familiares del propietario suelen ser un fracaso, a no ser que sean las encargadas del perro.

CUADRO 1. Principales ventajas e inconvenientes según la ubicación de la consulta

de comportamiento (modificado de Landsberg et al., 1998). Ubicación

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Ventajas

Inconvenientes

En la clínica

• Observar al animal y a la familia en un entorno poco habitual. • Posibilidad de reducir las distracciones al mínimo. • Utilizar los recursos de la clínica (personal, folletos, recursos multimedia).

• No se pueden valorar con precisión los componentes ambientales. • La conducta del animal puede modificarse de manera importante. • La historia clínica y el cuestionario necesitarán ser más detallados.

En el domicilio

• Observar in situ el entorno (vivienda y alrededores). • Observar in situ el problema. • El propietario puede estar más relajado y colaborar mejor con el profesional.

• La presencia del veterinario puede modificar la conducta del animal. • Requiere más tiempo. • Es más cara. • Puede haber interrupciones y distracciones. • Mayor dificultad para disponer de personal y recursos.


La consulta de etología clínica

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CUADRO 2. Características de una sala apropiada para la consulta de etología.

Comodidad

La duración de la consulta hace recomendable contar con asientos adecuados para todas las personas presentes.

Amplitud

Una sala grande y con pocos muebles, o situados en una zona que permita mayor espacio, facilitará la consulta.

Tranquilidad

Los ruidos exteriores pueden alterar al animal o distraer al propietario y al profesional, dificultando la conversación.

Sin aspecto de consulta

Cuanto menos parezca la estancia una sala de consulta, más relajado se encontrarán el paciente y el propietario.

Sin barreras

Retirar o apartar la mesa de despacho o escritorio facilita el diálogo entre el veterinario y el propietario.

La consulta a domicilio Como se refleja en el cuadro 1, las consultas de etología que tienen lugar en el domicilio de los propietarios pueden presentar varios inconvenientes que, en muchos casos, llevan a realizarlas en la clínica veterinaria. Sin embargo, en algunas ocasiones, el motivo de consulta hace necesaria su realización en la vivienda. En este caso, es importante seguir algunos consejos prácticos: • Establecer una cita con un horario aproximado. Algunos propietarios son muy exigentes en cuanto a la puntualidad pero, desgraciadamente, factores ajenos al clínico, como el tráfico, retrasos de otros clientes, etc., pueden condicionar la hora de llegada del profesional a la vivienda. • Anticipar al dueño la duración de la visita. Algunos dueños pueden hacer planes considerando que la consulta será breve y esto puede provocar que no se puedan obtener todos los datos de la historia necesarios o que no se pueda proponer el tratamiento adecuado, haciendo necesaria una nueva visita con los inconvenientes que esto acarreará al veterinario. • Avisar al dueño que mantenga unas normas básicas de seguridad a la llegada del veterinario (correa, bozal, etc.), especialmente si el perro presenta un problema de agresividad. Algunos propietarios no controlan al animal “para que el profesional vea cómo se comporta”, pudiendo producirse mordeduras que condicionen su actividad laboral. • Evitar, inicialmente, cualquier interacción con el perro a la llegada al domicilio. Esta actitud debe mantenerse, al menos, hasta no tener una historia clínica detallada y un diagnóstico presuntivo que asegure que el contacto con el animal no supondrá un problema. 21


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Su indicación en perros es, principalmente, el síndrome de disfunción cognitiva. La selegilina puede tardar hasta ocho semanas en lograr el efecto terapéutico; este largo periodo de latencia junto con los potenciales efectos indeseables que pueden aparecer si se administra con otros medicamentos, reduce considerable­ mente sus posibilidades de aplicación.

Ansiolíticos Dentro de este grupo se encuentran principalmente las benzodiacepinas y las azapironas.

Benzodiacepinas Forman el grupo más amplio de ansiolíticos, considerandose sinónimos. Su mecanismo de acción viene dado por la unión a los receptores para el ácido γ-aminobutírico (GABA) en el SNC. Por tanto, sus propiedades ansiolíticas resultan de un aumento de la actividad GABAérgica, principalmente en el córtex cerebral, el hipotálamo y el sistema límbico. Las benzodiacepinas están indicadas en perros para el tratamiento de los proble­ mas de ansiedad y en los miedos y las fobias, especialmente aquéllas que son pre­ decibles (fobias a ruidos fuertes, como petardos o tormentas). Debido la inmediatez del efecto tras su administración, se utilizan cuando se requiere una actuación muy rápida, como en los casos de ansiedad por separación graves, en combinación con los TCA o SSRI hasta conseguir su efecto. Una excepción a las indicaciones anteriores son los problemas de ansiedad y miedo que cursan con agresividad. En estos casos, debido a la desinhibición que provocan en el animal, pueden aumentar el grado de agresividad. Las benzodiacepinas son fármacos muy seguros pero pueden ocasionar los efectos señalados en el cuadro 4, derivados de la amplia distribución de los receptores GABA, y algunas respuestas muy problemáticas como: • Reacciones paradójicas de excitación, caracterizadas por el nerviosismo, la in­ quietud, la agitación y el aumento de la actividad. • Desinhibición de algunas conductas, como la de monta, la falta de obediencia y, más importante, un incremento de la agresividad. Por eso, no se recomiendan cuando, asociados al problema, el perro muestra reacciones agresivas.

Algunos efectos secundarios o colaterales de las benzodiacepinas se consideran beneficiosos en ciertos casos, especialmente la sedación y la amnesia.

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Principios de tratamiento en problemas de la conducta

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CUADRO 4. Efectos colaterales de las benzodiacepinas.

Efecto • Sedante • Relajante muscular • Anticonvulsivante • Amnésico • Ataxia e incoordinación

Mecanismo • Aumento del GABA en el sistema activador reticular. • Aumento del GABA en la espina dorsal. • Aumento del GABA en múltiples niveles del SNC. • Aumento del GABA en el hipocampo y áreas corticales. • Aumento del GABA en el cerebelo.

El protocolo de administración de benzodiacepinas que se muestra en el cuadro 5 permite al clínico manejar algunas de las reacciones indeseables asociadas a su uso.

CUADRO 5. Protocolo de administración de benzodiacepinas*.

Presencia del dueño

Dosis baja

Sedación excesiva

OK

No situación problemática

Reacción paradójica

Aumentar dosis

Reducir dosis

Cambio de medicación

Probar en situación problemática No OK OK

No OK

Efectos indeseables y no control

*Según Crowell-Davis, 2008. Inicialmente se debe probar una dosis baja de benzodiacepina en presencia del dueño sin que se produzca la situación problemática. Según los resultados obtenidos con esa prueba se modificarán o no las dosis y se probará en la situación problemática. Por último, tanto con una sola dosis probada, como si se prueban varias dosis, si se consiguen los efectos esperados se mantendrá la medicación y si no, se realizará un cambio a otro fármaco. Si hay una reacción paradójica en algún momento, otros autores recomiendan directamente cambiar de medicación.

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Caso clínico

DATOS DEL PACIENTE Nombre: Tango Raza: Pastor Alemán

Motivo principal de la consulta Gruñe al acercarnos a él.

Sexo: macho entero Edad: 5 años Peso: 45 kg

Historia clínica Datos principales del problema Inicio Una semana antes de la consulta.

Evolución A peor en frecuencia.

Frecuencia de presentación En todas las interacciones con el perro.

Signos clínicos Hace una semana Tango intenta atacar en el porche de la vivienda al otro perro con el que convive. Para evitarlo, el propietario le echa una manta por encima. Al hacerlo, el perro escapa hacia el jardín. A partir de ese momento, cada vez que los dueños salen de casa Tango huye y al llamarle gruñe y se mete en su caseta. Durante unos días que pasan en la casa del pueblo el animal se comporta normalmente, pero al volver a la vivienda habitual comienzan nuevamente los gruñidos en diversas situaciones: al salir al porche, al acercarse al perro, al hablarle, al intentar acariciarlo, al ponerle la correa... Las conductas agresivas sólo se dirigen hacia ambos propietarios, pero no a los familiares. La postura es claramente defensiva, con la cola baja, las orejas hacia atrás y el cuerpo agazapado. En ningún momento ha pasado de gruñir o enseñar los dientes.

Tratamientos empleados Los propietarios intentan evitar las situaciones, aunque no lo consiguen de forma efectiva; le dan salchichas, pero el animal no las come en su presencia; le regañan, diciéndole “no” cuando gruñe y si le pegan en el morro se enfrenta más.

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Problemas de agresividad

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Otros aspectos conductuales Tango muestra agresividad tanto con perros como personas desconocidas, así como con el otro perro de la vivienda. No se refieren otras conductas problemáticas. Conoce órdenes básicas de obediencia.

Otros datos generales. Convive con dos adultos y un perro macho entero de nueve años de edad, en un chalet de unos 200 m2.

Estado sanitario Distintos episodios de gastroenteritis autolimitantes, ligera hiperplasia de próstata y en el último examen veterinario realizado, un mes antes de la consulta, se evidencia una displasia de cadera de leve a moderada en la extremidad posterior izquierda, que es tratada con carprofeno cinco días y condroprotectores durante un mes. Analíticamente sólo presenta una ligera eosinofilia.

Diagnóstico Con los datos aportados y la observación del animal se emite un diagnóstico de agresividad por miedo hacia los propietarios. Los principales diferenciales son: problemas médicos (dolor, que aumente la irritabilidad) y agresividad por conflicto social. Este último problema parece poco probable debido a la postura manifestada por el animal, la presentación brusca del problema y el resto de los datos de la historia clínica. El análisis de riesgo es favorable.

Tratamiento Se proponen las siguientes medidas de tratamiento: a Utilizar una vía de salida y entrada diferente (a través del garaje) con el fin de evitar los lugares problemáticos durante los primeros días de tratamiento. b Evitar completamente la interacción con el animal (hablarle, acariciarle, etc.), salvo que sea él quien lo solicite. En ese caso, simplemente se le debe pedir al animal que se siente, ofreciéndole un premio por hacerlo. Progresivamente se le podrá felicitar y llegar a dar una caricia. c No utilizar el castigo si en algún momento el perro gruñe. d Inicialmente, varias veces al día, desde dentro de la casa (edificio) pero sin llegar a salir a esta zona, “tirar” premios al perro cuando éste se encuentre en el porche. 87


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CUADRO 4. Motivos de consulta respecto a la conducta del perro

cuando se queda solo en casa. Por orden de frecuencia. 1 Vocalizaciones excesivas. 2 Conducta destructiva. 3 Eliminaciones inapropiadas. 4 Salivación excesiva.

5 Otros: agresividad ante la salida del propietario, automutilación, vómitos, etc.

2. Otros signos en ausencia del propietario Además de los signos anteriores, hay otros que también son muy importantes para llegar a un diagnóstico correcto de ansiedad por separación. Aparecen en ausencia del propietario y reflejan el estado de ansiedad que presenta el animal (cuadro 2). Los más frecuentes incluyen: • Aumento de la actividad motora con inquietud y desasosiego. • Deambulación continuada, denominada por algunos autores como conducta exploratoria en estrella (fig. 3). • Jadeos persistentes. • Anorexia completa o falta importante de apetito. • Conductas estereotipadas y de desplazamiento, incluyendo la dermatitis acral. • Vómitos.

Figuras 1 y 2. Es muy significativo que el animal destroce objetos metálicos macizos (picaportes, cierres, marcos de ventanas, etc.), ya que este tipo de objetos no satisface las necesidades del perro relativas a la exploración oral y suele indicar una búsqueda de salidas de la vivienda.

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Ansiedad por separación

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CUADRO 5. Características habituales de los principales signos

de ansiedad por separación en perros. Vocalizaciones

Destructividad

• Continuadas, al menos durante las primeras horas en que el animal se queda solo.

• Realizada tanto con la boca como con las patas.

• Pueden consistir en ladridos (de tono agudo), aullidos o lloros emitidos de forma única o en combinación. • Patrón repetitivo o cíclico en su manifestación. • Los lloros por sí solos no suelen motivar las quejas de los vecinos ni la consulta por parte del dueño. Eliminaciones • Micciones o defecaciones, más habituales las primeras. • Múltiples localizaciones distribuidas aleatoriamente por la vivienda.

• Sobre partes de la vivienda u objetos del propietario. • Partes de la casa: puertas, incluso molduras y paredes adyacentes (figs. 1 y 2), principalmente la de entrada y las de acceso a los dormitorios, las ventanas y otros lugares por donde el perro pueda ver marcharse al dueño o por donde pudiera escapar. • Objetos del propietario: ropa (ropa interior y otras prendas, aunque no estén al alcance del animal) y objetos usados recientemente (libros, gafas, etc.).

• Cerca de la puerta de entrada, pero también en camas y sofás o sobre objetos del propietario.

• El animal puede no llegar a destrozar los objetos que coge, sino que los “almacena” en algún lugar concreto (su cama) o los mueve de sitio.

• Micciones: una o varias, de pequeño a mediano tamaño (indican que el perro no necesita evacuar la vejiga).

Hipersalivación

• Heces: una o varias, de consistencia más blanda de lo normal llegando incluso a ser diarreicas (resultado de la reacción de ansiedad). • El animal puede esparcir las deposiciones o aparecer manchado por ellas debido a la deambulación continuada. • El principal factor que suele afectar al número de eliminaciones es la duración de la salida del propietario. • Pueden aparecer independientemente de que el perro haya hecho sus necesidades durante el paseo previo a dejarle solo.

• Provoca quejas si el volumen de saliva producido ocasiona desperfectos en suelos de madera (parqués, tarimas, etc.). • Algunos dueños llegan a confundir los “charcos” de saliva con micciones (el olor de los mismos debería suponer una diferencia suficiente para no llevar a equivocaciones). • Los “charcos” suelen aparecer junto a la puerta de entrada. • Las gotas de saliva pueden dejar un rastro en el suelo de la casa relacionado con la deambulación continuada. 97


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La selegilina es incompatible con los fármacos reguladores de la serotonina (clomipramina, fluoxetina), por lo que debe esperarse un mínimo de cuatro semanas cuando se necesita hacer un cambio de medicación. Cuando los signos más evidentes son la ansiedad, el aumento de las conductas de apego o los trastornos del sueño, puede usarse clomipramina o fluoxetina. Otros fármacos que se han usado de manera más infrecuente o incluso experimental incluyen adrafinil, galantamina, donepezilo y memantina. c Manejo nutricional. Además de cambios en la alimentación se considera el empleo de suplementos nutricionales que aportan antioxidantes y protectores de la membrana celular, como la vitamina E, la L-carnitina o el ácido a-lipoico, principalmente. Otros ingredientes que suelen incluirse en los suplementos nutricionales son: Gingko biloba, DHA (ácido docosahexaenoico), fosfatidilserina, etc.

Hay que ser prudente al usar remedios herbales; algunos de ellos pueden tener efectos sobre los neurotransmisores, interaccionando con ciertos fármacos.

MISCELÁNEA Bajo este epígrafe se encuadran algunas conductas indeseables o molestas manifestadas por un número importante de perros y que están normalmente relacionadas con alguno de los siguientes factores: • Falta de control del animal. • Refuerzo inapropiado por parte del dueño. • Adiestramiento de obediencia inapropiado o insuficiente. • Falta de entendimiento de la conducta del perro. • Incumplimiento de las necesidades del animal. De estas conductas, se describirán las tres de las que más quejas motivan por parte del propietario.

Tirar de la correa La gran mayoría de los perros que tiran de la correa durante el paseo lo hacen por un motivo tan sencillo como tratar de llegar lo antes posible a algún lugar agradable para ellos, como por ejemplo el parque. También pueden hacerlo para saludar a otro perro 190


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Otros problemas de conducta

Si el perro tira de la correa porque está asustado o porque es agresivo con otros animales, personas u objetos en movimiento (bicicletas, coches, etc.), el tratamiento debe ir orientado a solucionar el problema de comportamiento principal.

Nagy Melinda /shutterstock.com

o persona, o simplemente para poder oler algo interesante. El concepto de que estos perros tiran de la correa porque son animales dominantes es completamente erróneo.

Tratamiento La mejor manera de enseñar a un perro a no tirar de la correa y pasear al lado de su propietario suele combinar la utilización de collares o arneses adecuados con un sistema de castigo negativo. Los collares más recomendados son los dogales, halters o collares de cabeza. La gran mayoría de los perros suelen tolerar perfectamente estos collares si se hace una habituación correcta. Si no es así, o como alternativa a ellos, se pueden usar arneses especiales que controlan al perro desde el pecho, al contrario que los arneses tradicionales que tienen su punto de sujeción en el lomo. Ambos sistemas facilitan considerablemente la enseñanza, acelerando el proceso.

No se recomiendan en ningún caso los collares de ahogo o de pinchos (pueden provocar lesiones en la laringe), ni los arneses “para no tirar” (pueden provocar lesiones en el plexo braquial o la piel de la axila). Los arneses tradicionales tampoco son adecuados porque facilitan la conducta de tirar del perro. El sistema para enseñar al perro a no tirar consiste en que cada vez que el animal se adelanta respecto al dueño, éste detiene el paseo y da media vuelta, invirtiendo el sentido de la marcha y permitiendo al animal que le alcance. Si el perro se mantiene al lado, se continúa el paseo; pero si vuelve a adelantarse, se repite la operación. Así, la detención del avance hacia el lugar donde el perro quiere ir (castigo negativo) le enseñará que la mejor manera de llegar al lugar es permanecer junto al propietario.

Puede facilitar el aprendizaje hacer un sonido característico que avise al animal de que el avance se va a detener. Por ejemplo, un chasquido de la lengua o un “chisst” cuando el animal justo empieza a adelantarse. 191


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