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Yucatecos en el extranjero
Carmina Quintal La Carmis
VIVIENDO EL SUEÑO PARISINO
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Carmina Quintal, mejor conocida como “La Carmis”, es una yucateca que reside desde hace 13 años en el extranjero. Actualmente, vive en París, Francia, país al que llegó tras presentarse la oportunidad de estudiar francés por un año cuando concluyó la Preparatoria. Sus planes originales consistían en aprender el idioma y regresar a Mérida para que estudiara Negocios Internacionales, pero se enamoró de la diversidad cultural y étnica que vio, así que decidió quedarse ahí.
“Cuando llegué a Francia tuve un shock cultural porque vi a mucha gente originaria de distintos países. En ese momento, supe que quería que mi vida estuviera rodeada de lo que había visto. Por ese motivo, mandé varias solicitudes a diversas universidades que ofrecían la carrera en comercio para proseguir con mis estudios ahí. Luego de pasar por varios procesos, una universidad me aceptó. Mis padres no sabían nada al respecto. Cuando les di la noticia de que no regresaría a Mérida no lo podían creer”, recordó.
En la actualidad, trabaja en proyectos de Energía Renovable, de Agua Potable, y Desechos para Organismos para el Banco Mundial y la Agencia Francesa de Desarrollo, aunque de igual manera desempeña otra labor: ser bloguera. Entre risas nos dijo que en Mérida dicen que ya tiene el título de “blogger yuca”. Sin embargo, confiesa que no era su intención convertirse en eso, pues por distintas circunstancias que se le han presentado ha residido en muchos lugares. Con el objetivo de que su familia y amigos que viven en otros rincones del mundo la sintieran cerca a pesar de la distancia, decidió crearse un perfil en Instagram.
“Comencé a subir parte de mi vida en mi blog para mantener comunicación con mis familiares y amistades y vieran un poco el sitio en donde vivo y cómo vivo. Con el tiempo, más personas comenzaron a seguirme. No tengo el gusto de conocerlos en persona, pero ya los considero parte de mi círculo de amigos y de mi vida”, comentó.
En su cuenta, la Carmis comparte a sus seguidores su vida parisina sin filtros, mostrando la realidad de vivir en la famosísima “Ciudad del Amor”. En sus publicaciones ha realizado comparaciones de precios entre Francia y México, e igualmente ha mostrado cómo es la vida en espacios tan
reducidos, la convivencia y su vida familiar conformada de dos culturas completamente diferentes. Asimismo, brinda tips para aquellos que tienen el deseo de irse a vivir a otro país y logren sus metas, poniéndose como ejemplo a ella misma, ya que se mudó a otro continente con un sueño que pudo cumplir. A veces también plática algunas anécdotas que ha vivido durante su estancia en Francia y el trato que ha tenido con gente de distintas nacionalidades que ha conocido, quienes le han explicado parte de su cultura. Posteriormente, comparte los datos culturales que aprendió a sus followers.
ENTRE LOS APRENDIZAJES QUE HA ADQUIRIDO COMO CREADORA DIGITAL Y VIVIENDO EN EL EXTRANJERO SON QUE LAS REDES SOCIALES PUEDAN SER POSITIVAS SI SE SABEN CÓMO GESTIONARLAS, PUES GRACIAS A ELLAS LAS PERSONAS PUEDAN ESCAPARSE UN POCO DE SU RUTINA Y AL MISMO TIEMPO VIAJAR A TRAVÉS A OTROS LUGARES POR MEDIO DE LOS CREADORES DE CONTENIDO QUE COMPARTEN SUS EXPERIENCIAS EN OTRAS NACIONES.
“Soñaba con vivir en Francia desde el instante en que mi prima publicó en 2008 unas fotografías de París en su perfil de Facebook. Cuando las vi pensé: ‘Wow, quiero vivir ahí’. Hoy, 13 años después y mediante las plataformas digitales, muchos de mis seguidores me mandan mensajes preguntándome el cómo pude mudarme a otro país. Por otro lado, hay personas que afirman que tuve suerte y constantemente les respondo que yo no tuve suerte, lo que no tuve fue miedo. Y ese es el mensaje que frecuentemente trato de transmitir en mi blog… ¡Que no dejen su vida a la suerte, luchen por lo que quieren ser!”, expresó.
Por último, envía una cordial invitación a que usen las redes para lo que fueron creadas, espacios sociales, y que no las contaminen publicando contenido negativo, sino que compartan posts que los hagan sentir felices para que se rían en sus momentos a solas, aconsejando que las usemos de manera instructiva y necesaria.