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Aprender jugando

Aprender jugando

Jugar es algo esencial durante la infancia y muchos investigadores consideran que en los primeros años el juego ayuda a desarrollar habilidades cognitivas y es una base sólida para el aprendizaje.

El juego es una actividad libre, y los niños lo hacen por placer, pero también es un recurso educativo por excelencia ya que permite que aprendan en un ambiente divertido. A través de este pueden poner en práctica todas sus habilidades sin perder el interés, siendo la manera más natural de experimentar y aprender favoreciendo su desarrollo en diferentes aspectos, ya que permite que el niño haga uso de su creatividad, desarrolle su imaginación y pueda dar paso al aprendizaje significativo.

Es necesario que el niño explore, participe, investigue, e indague activamente en la construcción de su conocimiento. Ante eso, el juego dentro de las aulas debe ser visto como un gran recurso ya que el cerebro se desarrolla con la estimulación, y este proporciona una gran parte. Además permite poner en actividad todas las capacidades y habilidades, tanto físicas como intelectuales de los niños.

Utilizar este recurso para el aprendizaje ayuda a que los niños se diviertan y puedan estar más motivados e involucrados en todo el proceso de enseñanza, aprendizaje, especialmente en aquellos que presentan déficit de atención ya que necesitan una dosis extra de motivación, y ¿qué puede motivarlos más que jugar?

El juego debe de ir acorde con la etapa del desarrollo en la que se encuentra el niño; ya que irá variando no solo la complejidad y el sentido, sino también la forma de participación en la que se llevan a cabo y cuanto más desarrolladas están sus capacidades irán volviéndose más sofisticados.

En ocasiones, algunos padres tienen la idea de que el tiempo que los niños pasan jugando es un tiempo perdido y sin importancia, sin embargo, es primordial que sepan que el juego es probablemente el aspecto más importante de la vida de un niño. Su importancia reside en que ayuda al desarrollo cognitivo, físico, emocional y social del niño; y sobre todo él crea experiencias y sentimientos positivos que podrán usar en momentos de conflicto.

En definitiva, es un instrumento privilegiado utilizado como una metodología que se emplea para el proceso de enseñanza, aprendizaje y debería ser una actividad central en esta etapa educativa, porque constituye un elemento capaz de integrar diversas situaciones, vivencias, conocimientos o actividades.

Por: Joysie Yañez Zevallos

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