INTERÉS GENERAL
Ricardo Santiago Maldonado Con sus obras transmite lo que piensa, siente y le emociona
P Pepe Real
lasmar en un lienzo lo que piensa, siente y observa del mundo que lo rodea, darle un sentido propio, crear sus propias realidades, son las mayores satisfacciones que Ricardo Santiago Maldonado ha encontrado en la pintura. Desde los 6 años le fascinaba dibujar, crear diversas figuras para darles color y viveza; sin embargo, su pasión por el arte nació cuando se dio la oportunidad de impartir un taller de dibujo para niños. “Despertó en mí una emoción al ver sus rostros de alegría y entusiasmo, lo que me llevó a querer descubrir más sobre el mundo del arte, aprender nuevas técnicas de diferentes maestros, traspasar mis propios límites, desarrollar habilidades”, menciona el artista oaxaqueño, cuyo estilo pictórico va encaminado hacia el realismo figurativo.
Ricardo Santiago (@ricardosantiagoart) tiene planeado dedicarse por completo a las artes visuales, pero mientras tanto sigue combinando el arte con la impartición de clases en nivel preescolar como profesor de Educación Física. “No lo he dejado del todo porque también es algo que me gusta, pero con el paso del tiempo he aprendido a organizarme de tal forma que la pintura se vaya convirtiendo en mi nueva forma de vida. En este momento hay proyectos que me gustaría aterrizar donde pueda vincular la docencia con la pintura”. Su pasión por dar clases a los pequeños explica el porqué una de las temáticas que sobresale en sus cuadros son precisamente los niños, quienes “representan la esperanza para nuestro planeta y sus especies”, sostiene. La docencia, agrega, le ha hecho ver lo importante que es apoyar a la niñez en cuanto a valores, salud, alimentación, afectividad, de aprender con el juego. “Creo que si formamos seres conscientes y saludables podrán ser
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dos elefantes. En el momento en que los pinté, mi esposa y yo estábamos esperando con ansias a nuestro hijo, ella tenía seis meses de embarazo. Representa el lazo de unión y amor con mi familia.
ellos quienes respeten la naturaleza y hagan de este mundo un lugar mucho mejor”. ¿Qué buscas evocar en el espectador con tu proceso artístico? Busco hacer conciencia sobre lo que está pasando a nivel mundial con nuestra propia especie y las demás. Con el paso del tiempo hemos ido perdiendo humanidad, las cosas tan sencillas que antes nos gustaban y tenían un valor incomparable se han ido perdiendo. La figura femenina y rostros de la tercera edad son muy recurrentes en tus obras, ¿qué te impulsa a abordar estas temáticas? Solidarizarme con las mujeres por las diferentes situaciones que muchas atraviesan, desde violencia, acoso, falta de oportunidades, desigualdad, además de reflejar en mis pinturas la fortaleza y belleza que siempre las acompañan. Pinto también rostros de adultos mayores porque me transmiten fragilidad, amor y sabiduría, son personas llenas de batallas y de experiencias fantásticas.
¿Quiénes fueron tus primeros mentores? Mis maestros Ludwig Franco Osorio y Omar Ortiz. Son personas que me cambiaron la visión sobre las artes, me ayudaron a crecer como artista, aprendí con ellos algunas técnicas que me han permitido desarrollar mi habilidad y conseguir un estilo propio. ¿Cuál es tu obra más entrañable? Una que lleva por nombre “Mundos eternos”, es una pieza donde están retratados
composición: los granos de maíz, rostros, manos, vestimenta, fondo, entre otros. ¿Recuerdas el primer cuadro que pintaste, aún lo conservas? Sí, fue un bodegón que aún conservo, está montado en la cocina de la casa. ¿A qué retos te has enfrentado para abrirte paso en el arte? El reto más importante desde mi perspectiva es el aprendizaje constante, desde el desarrollo de la técnica, el estilo, la difusión de tu trabajo, el manejo de nuevas herramientas, la relación con las personas y el abrirte paso en diferentes espacios. ¿Qué obras hechas por ti decidiste conservar? Tengo dos en especial: el bodegón, por ser mi primera pintura al óleo, y la segunda denominada “Flor de 20 pétalos”, en la que plasmé una catrina con traje de china oaxaqueña emergiendo de una flor de cempasúchil, fue la primera obra que llevé a participar a un concurso del Día de Muertos aquí en Oaxaca.
¿Qué grandes artistas te inspiran? Francisco Toledo, Rodolfo Morales y Rufino Tamayo, iconos del arte oaxaqueño; en sus obras está representada la esencia de cada uno, sus sueños, tradiciones, manera de vivir y la forma en que veían la vida. Sus acciones me motivaron a seguir creciendo como artista, a querer apoyar a los demás como ellos lo hicieron con muchos jóvenes. ¿Cuál fue la obra que más tiempo te llevó realizarla? La denominé “La raíz que alimenta mi casa”, en ella pinté a dos personas mayores desgranando mazorcas. La dificultad que tuve fue por el tamaño, 100x120 centímetros; además tenía muchos elementos en su
¿Qué enseñanzas te ha dejado tu carrera artística? Aprendí a ser más sensible como ser humano, ser más empático con las personas, a conocer más sobre mis fortalezas y debilidades. ¿Ha habido algún cuadro del que te costó trabajo desprenderte? Sí, dos en particular: “Mundos eternos” y “Un mágico recuerdo”. El primero, donde plasmo a una familia de elefantes, y el segundo, donde pinto unos juguetes de mi infancia. ¿Qué le dirías al niño Ricardo Santiago que desde los 6 años descubrió el gusto por el dibujo y los colores? Que estoy muy feliz y orgulloso del esfuerzo y las decisiones que ha tomado. Y le daría las gracias por voltear atrás y darse cuenta de que lo estaban esperando para retomar su camino como artista.
