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www.grupotransicion.com.mx Director: Carlos RamĂ­rez

contacto@grupotransicion.com.mx Diciembre 2012, NĂşmero 5

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Editorial

01.12.2012

Editorial

Índice 2012-2018: desafíos de Enrique Peña Nieto Por Carlos Ramírez

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En los momentos previos al nuevo sexenio… Por Miguel Ángel Sánchez Armas

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La toma de posesión, parte de los juegos de poder Por Violeta Cordero

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El gabinete de sombra y otros autoengaños en la operación política Por Fernando Dworak

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¿Los sexenios son de seis años? Por Juan María Alponte

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De cómo siguió la fiesta en Francia durante la Segunda Guerra Mundial Por Óscar Dávalos y Abigail Correa

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¿Porqué perdió el PAN? Por Marcos Amezcua

Lic. Carlos Ramírez Presidente y director general (carlosramirezh@hotmail.com)

La historia no tiene caminos de regreso Si la historia tiene guiños, el regreso del PRI a la presidencia de la República sería sin duda el signo más determinante del centenario de la Revolución Mexicana: el partido que surgió de las entrañas de ese movimiento social retorna al poder para tratar de construir una alternativa… o seguir siendo el mismo. Los griegos decían que nadie se baña en la misma agua de un río porque el agua se renueva con las corrientes. Así debería ser el sistema político: el PRI que regresa a Los Pinos pudiera ser el mismo de cuando se fue en el 2000, pero la sociedad ya cambió. Los encontronazos de Enrique Peña Nieto con la capacidad de ocupación social de los espacios políticos sería la gran novedad del México del 2012 comparado con el México del 2000. La historia, en efecto, no tiene caminos de regreso. El desafío del presidente Peña Nieto no estará en las expectativas del país porque mal que bien la economía ahí va; el problema central estará en el PRI. Y ahí no se tienen indicios de que el PRI haya entendido las transformaciones sociales. Poco tendrá que esperarse para saber el futuro del regreso del partido histórico.

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Oscar Dávalos Coordinador de Producción (odavalos@grupotransicion.com.mx) Lic. José Luis Rojas Supervisor Editorial Dr. Rafael Abascal y Macías Coordinador de Análisis Político Dr. Samuel Schmidt Coordinador de Investigación Política Violeta Cordero Zozaya Mesa de información (violeta.cordero@grupotransicion.com.mx)

Emiliano López Analista (emiliano_082002@yahoo.com) Eduardo Aguilar Malvaez Diseño Abigail Correa Redacción (acorrea@grupotransicion.com) Raúl Urbina Asistente de la dirección general Transición es una publicación mensual editada por el Grupo de Editores del Estado de México, S. A., el Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, S. C. y el Grupo Editorial Transición. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez Hernández. Todos los artículos son responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F. Impreso en: Imprenta de Medios, S.A. de C.V., Cuitlahuac No. 3353, Col. Cosmopolita, C.P. 02670, Azcapotzalco, D.F. Reserva 04-2012052910232300-101. Certificado de licitud de título y contenido 15670. Distribución: Grupo de Editores del Estado de México. Fecha de publicación septiembre 1, 2012.

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SAM-PEÑA

Los sindicatos, un engrane más del poder político Por Emiliano López

Por Luy 18

El cambio de poder en México Por Dra. Lidia Aguilar Balderas

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¿Sistema de facciones o de partidos? El caso poblano en la elección de 2010 Por Diego Martín Velázquez Caballero 24

Bienvenida presidencial Por Luis Ángel Pérez

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2012, escándalos y polémicas Por Eduardo Mejía

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La imagen del poder Por Ernesto Morán Santoyo

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2012-2018: desafíos de Enrique Peña Nieto Por Carlos Ramírez I.- Seguridad

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l inicio del sexenio de presidente Enrique Peña Nieto tendrá en la seguridad el aspecto central de su gestión por la sencilla razón de que el fondo del problema localiza una disputa por el Estado entre las bandas criminales y el gobierno legalmente constituido. No ha habido términos medios: los cárteles de la droga se asentaron en espacios territoriales del Estado para instaurar sus propias reglas y derogar las derivadas del Estado mexicano. Así, las bandas del crimen organizado crearon su propia administración pública, reglas políticas y legalidad. De ahí la importancia de la decisión del presidente Calderón de lanzar la ofensiva de seguridad contra el crimen organizado para recuperar las zonas del Estado expropiadas por los narcos. El nuevo gobierno de Peña Nieto tendrá un escenario estrecho pero con posibilidades inexplotadas. Calderón enfatizó el combate contra las bandas criminales pero sin estrategias integrales de prevención ni de reinstalación de las leyes del Estado. De ahí que la estrategia se haya ahogado en el debate simplemente policiaco, de seguridad. Al discurso estatal le faltó la fundamentación política: la defensa del sistema democrático que los narcos han querido sustituir por el sistema de dominación por la violencia. La definición de la estrategia de seguridad del gobierno de Peña Nieto tiene a la vista tres modelos de crisis de inseguridad en tres gobiernos estatales priístas: Tamaulipas, Michoacán y Veracruz. El primero representa el Estado recuperado, el segundo exhibe el Estado en disputa y el tercero es el Estado fallido. Al terminar el sexenio del gobernador Eugenio Hernández Tamaulipas estaba en poder del crimen organizado; el propio mandatario se había replegado a sus oficinas; a ello se agregaban datos que surgieron después: la connivencia del propio gobernador con las bandas de narcotraficantes, El punto explosivo fue el asesinato, hace dos años, del candidato priísta a gobernador Rodolfo

Torre Cantú en una emboscada de los propios narcos. En dos años, el gobernador Egidio Torre Cantú --hermano del político asesinado cobardemente-- logró recuperar las partes territoriales en poder del crimen organizado. No fue una batalla fácil; con el apoyo del Ejército expulsó a las bandas de zonas como San Fernando y Ciudad Mier. El gobernador operó también las partes política y social: inversiones y presencia. Del gobierno federal obtuvo solo la ayuda en seguridad, no en educación, salud, empleo y bienestar. En su segundo informe de gobierno la semana pasada, Torre Cantú exhibió los logros pero también los desafíos: la lucha contra el crimen organizado no se agota en el combate a balazos sino que exige la restauración del Estado y su autoridad y la reinstauración de los tejidos sociales y políticos. El modelo Tamaulipas muestra la recuperación del Estado pero necesita de mayores apoyos federales. En cambio, en Michoacán --recuperado por el PRI de manos del PRD-se presenta el Estado en disputa: las bandas criminales se asentaron en la zona no solo por la pasividad y complicidad de la sociedad y obviamente de las autoridades políticas, sino por

el enfoque político de la izquierda al asumir la delincuencia como una expresión política. Lo grave en Michoacán se encuentra en lo que bien podría llamarse la narcocristiada, una alianza de bandas criminales con expresiones religiosas cristianas del medioevo. La definición de cárteles como Los Caballeros Templarios o La Familia Mexicana se basa en la utilización de la religión no solo como forma de absorber a la sociedad sino como una manera de santificar el crimen. El nuevo gobierno priísta de Fausto Vallejo ha sido rebasado por la herencia de pasividad perredista en seguridad; de ahí el simbolismo de que el medio hermano del gobernador anterior Leonel Godoy, Julio César Godoy, haya sido ungido como diputado perredista a pesar de las evidencias de la PGR de que trabajaba para el narco, que haya sido destituido como legislador por esas pruebas y que hoy mismo sea un narcopolítico prófugo de la justicia. El desafío del nuevo gobernador priísta radica en romper con esas complicidades político-criminales justificadas con la política y los derechos humanos. Veracruz es el Estado fallido: la herencia del gobernador Fidel Herrera Beltrán fue el asentamiento

Miguel Ángel Osorio Chong Secretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto

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del narco en el estado y el nuevo gobierno de Javier Duarte careció de un programa de reorganización de la seguridad. La criminalidad ha pegado en uno de los sectores más sensibles de la sociedad: los medios de comunicación que se dedicaron a denunciar la descomposición social y el auge de la criminalidad. Si Tamaulipas combatió el crimen hombro con hombro con el Ejército y Michoacán parece decidido a quitarle el estado a los narcos, en Veracruz no existe una verdadera estrategia de seguridad. El gobierno de Peña Nieto encontrará en estados gobernados por el PRI los prototipos de los saldos de la estrategia calderonista de seguridad. Si bien el objetivo fue combatir a los narcos, la estrategia se centró en lo policiaco y se olvidó de lo social y lo político: el desarrollo social, la educación, la salud, el trabajo, la empresa y la limpieza de los establos políticos. En las versiones modernas de la ciencia política, el Estado es más que el monopolio de la fuerza que establecía Gramsci. El politólogo Alessandro Passerin D´Entrèves señala las tres tareas fundamentales del Estado; como fuerza, como poder y como autoridad, las tres que fueron conculcadas por el crimen organizado desde 1984. De ahí que no todo deba ser la reorganización administrativa o la concentración de fuerzas, sino el trabajo social y político que debe consolidar la recuperación de la soberanía del Estado en zonas territoriales expropiadas por el crimen organizado.

II.- Las tres herencias El regreso del PRI a la presidencia se va a mover entre dos grandes escenarios: el colapso del PAN y del PRD, cuando menos durante dos sexenios


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más y la necesidad de ofrecer resultados en materia de bienestar y democracia. En este contexto, la presidencia de Enrique Peña Nieto oscilará en los pantanos del pasado y los rápidos de los ríos del presente; del primero el PRI aún le debe al país una revisión crítica de las tres herencias malditas que se colapsaron en el 2000: la represión, la corrupción y la pobreza; en la segunda se localizan los tres desafíos de la modernización: las reformas del sistema político, del modelo de desarrollo y del pacto constitucional. Pese al bono democrático de Peña Nieto, el PRI podría ser el principal problema, como lo fue en una de las grandes modernizaciones productivas recientes: la de Carlos Salinas de Gortari, cuya experiencia terminó, aún sin tenerse las pruebas de un asunto de poder o de asesino solitario, con el asesinato del candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994. La división de la izquierda y el desmoronamiento del centro-derecha podrían ser la oportunidad para que el PRI le entre de lleno a la modernización como partido o la coartada para en realidad no hacer nada y dedicarse a consolidarse en el poder. Por lo pronto, Peña Nieto se impuso su marco de referencia político: el compromiso de “la presidencia democrática”. Lo fundamental de ese discurso, pronunciado el 21 de mayo del 2012 después de los incidentes en la Universidad Iberoamericana, fue el reconocimiento a la nueva diná-

mica social y política de la República y a las conquistas ciudadanas de libertad, muchas de las cuales habían sido arrancadas al PRI antes de la derrota del 2000. Y el desafío no es menor, por ejemplo, por el cruce del compromiso democrático público con la reorganización del sistema de seguridad y por la existencia de una oposición estridente en la izquierda y complaciente en la derecha. El gobierno de Peña Nieto y el PRI tendrán que moverse en medio de una sociedad no partidista que ganó espacios de democratización y a la que no se podrá acallar con los viejos métodos de represión del pasado. Y peor aún, tendrán que auto controlarse por la ineficacia del PRD y del PAN en eso de los controles democráticos y la tendencia de ambas formaciones políticas hacia el escándalo y la denuncia sin comprobaciones. La novedad en el escenario político del sexenio de Peña Nieto se localiza en los medios de comunicación escritos y radiofónicos y no pocos en la televisión abierta. El viejo presidencialismo se forjó a través del control de la comunicación que tenía en el poder centralizado las formas de coerción; pero en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo los medios saltaron a la política crítica y demolieron las bases autoritarias del sistema político, como el propio Peña Nieto lo sufrió en la campaña con informaciones no sólo críticas sino agresivas. Este nuevo escenario político obligará a Peña Nieto y al PRI a construir nuevas bases de relaciones de poder y nuevas formas de ejercicio de la po-

Policía Federal Preventiva. Foto: Procesofoto

lítica. Como nunca antes, la configuración de una doctrina de derechos humanos en la Constitución ha fijado un muro de contención de prácticas autoritarias a las que el viejo PRI no estaba acostumbrado. La peor noticia para los avances políticos la constituyen la división de la izquierda neopopulista por el fundamentalismo de Andrés Manuel López Obrador y la orfandad ideológica del PRD, surgido de las cenizas del viejo PRI populista y la fractura del PAN por su incapacidad para modernizar sus ideas políticas y la disputa por el poder muy al estilo perredista. Sin acotamientos a ambos lados, el PRI podrá tener la tentación de intentar reconstruir su pasado. La salida del PRI radica en tomar la iniciativa para la reconfiguración del régimen político que ya no le funciona para sus planes de consolidación en el poder ni para construir una nueva clase política gobernante. Peña Nieto tendrá que lidiar con el PRI y con los cacicazgos regionales, aunque sin regresar al centralismo presidencialista. Al final de cuentas, el saldo sexenal de Peña Nieto no se medirá por el nivel de control político sino por la salida de México de la crisis estructural de desarrollo que mantiene los altos niveles de pobreza. En su discurso oficial de comienzo de sexenio tendrá que basar Peña Nieto su nuevo consenso político nacional. Los temores al regreso de los viejos vicios del PRI deben erradicarse con compromisos en los tres temas fundamentales que crearon el periodo de modernización impulsado por la Revolución Mexicana: el mo-

delo de desarrollo, el sistema político y el pacto constitucional. Por primera vez el PRI necesita abandonar los discursos del continuismo o del pasado, por mucho que alguna parte importante de la votación de julio haya sido por el regreso de la experiencia priísta en el ejercicio del gobierno. En 1994 el entonces diputado electo y jefe de la bancada priísta, que tomaría posesión en septiembre, José Francisco Ruiz Massieu, afirmó que “las transiciones las hacen los dinosaurios”, como había ocurrido en España, la Unión Soviética, Portugal y otras experiencias democratizadoras. Tres sexenios después el PRI en la presidencia enfrenta el mismo escenario desafiante: o la modernización nacional o el hundimiento del país en la decadencia y la mediocridad. Ahí se localiza el dilema del PRI: aferrarse al poder con los viejos métodos o construir una salida modernizadora que el salinismo neoliberal no pudo completar por los rezagos políticos y laborales o presentar vía Peña Nieto un nuevo modelo de desarrollo que genere su propias correlaciones de fuerzas sociales, políticas y productivas. En el sexenio que comienza el próximo sábado no habrá términos medios.

III.- La izquierda Dominada por el fundamentalismo, los vicios de la izquierda comunista y el populismo priísta, la izquierda mexicana comenzó a desandar en este 2012 la larga marcha hacia la unidad emprendida en 1981. Más que un deslindamiento de ideas y de propuestas, la división del PRD por la fundación del Partido Movimiento de Renovación Nacional significa la partición de la coalición centro-izquierda en dos grupos que van a profundizar la división por la lucha personal por la candidatura presidencial del 2018 entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard. La historia reciente de la unificación de la izquierda tuvo dos parámetros: la fusión de organizaciones y la unión de corrientes. El principal error estratégico de la izquierda fue entregarle el registro del Partido Comunista Mexicano a los priístas del cardenismo de 1988. Ahí la izquierda perdió su identidad ideológica. Y el segundo error grave fue el organizar el PRD en función de “corrientes de opinión” que se convirtieron en tribus por su espacio político territorial. El PCM se fusionó en 1981 con organizaciones que nunca perdieron su dependencia de la ideología priísta en su versión revolucionaria-cardenista: el Partido Socialista Revolucionario, el Movimiento de Acción Política, el Movimiento de Acción y Unidad Socialista, el Partido del Pueblo Mexicano y el Movimiento de Acción Popular. La izquierda socialista convivió con la izquierda radical del sistema priísta, aunque mantuvo perfil de izquierda como Partido Socialista Unificado de México. La crisis electoral de 1988 terminó por liquidar la herencia socialista de


Artículo la izquierda mexicana. En 1987 el PMS se fusionó con el Partido Mexicano de los Trabajadores de Heberto Castillo para dar a luz al Partido Mexicano Socialista. Sin embargo, la competencia por la candidatura presidencial entre Cuauhtémoc Cárdenas y Castillo no sólo dividió a la izquierda ante la expectativa de ganar el poder sino que provocó el parteaguas ideológico: la izquierda socialista se rindió ante el progresismo priísta-cardenista. En 1989 el PMS cedió al PRD el registro logrado en 1978 como Partido Comunista, pero no para construir una propuesta progresista de izquierda sino para que el priísmo cardenista-mesianismo lopezobradorista se apropiara del partido. En la entrega de solicitud de documentación del PCM para tener registro legal, el entonces secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, fijo una tesis política sobre los equilibrios ideológicos: la derechización de un régimen es responsabilidad de la izquierda; es decir, que la izquierda debe ser el contrapeso de los grupos conservadores. Pero a lo largo de 34 años la izquierda ha sido incapaz de evitar la hegemonía del centro-derecha con la oscilación del poder presidencial entre PRI y PAN. Sin embargo, antes que definir los espacios ideológicos de la izquierda, los grupos perredistas dieron un paso hacia la partición de la coalición y su enfilamiento a rumbo de colisión en el 2018. El PRD y el Morena se fijaron ya los espacios para delimitar sus militancias con exclusiones. En cambio, el PRI que perdió la presidencia por divisiones internas y pasó 12 años en la oposición logró establecer criterios de unidad hacia el mediano plazo. Sin una izquierda definida y unida y sin una derecha coherente, el PRI se apropió del escenario político para el mediano plazo, cuando menos dos sexenios. El peligro que enfrenta la izquierda radica en la posibilidad de que el PRI le arrebate las banderas de la equidad social, de la lucha contra la pobreza y de avances en la democratización. Hasta ahora, la izquierda ha sido un concepto retórico, que lo mismo enarbolaba Cárdenas que López Obrador y Ebrard, pero también perredistas impresentables como René Bejarano y candidatos perredistas sin afiliación como Miguel Angel Mancera; es decir, el concepto de izquierda derivó en una palabra vacía, sin sentido. Al final del día, la izquierda dentro del perredismo va a llevar a una deslavada socialdemocracia sin diferenciarse del PRI o del PAN y terminará en un mero membrete disponible solo para alcanzar algunos niveles del poder político. La izquierda nació de las luchas sociales de los proletarios pero para beneficio de las burocracias del poder. La historia de la izquierda en el siglo XX fue la lucha entre la independencia ideológica --desenajenación-que obsesionó a José Revueltas y la tendencia a definir a la izquierda solo como una corriente dentro del priísmo de la Revolución Mexicana. Hoy

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Egidio Torre Cantú Foto: Benjamín Flores / Procesofoto / DF

el perredismo en sus dos versiones carece de diferenciación con el PRI. La peor perversión de la izquierda ha sido la tendencia al fundamentalismo, un vicio que introdujo López Obrador en el PRD. Por eso la violencia política del perredismo cuando pierde procesos políticos y electorales, su reduccionismo a comportamientos políticos como movilizaciones callejeras y el autoritarismo que trata de imponer las propuestas perredistas sin pasar por los tamices democráticos. La izquierda que enfrentará el sexenio de Peña Nieto no será la política e ideológica que requiere el equilibrio del poder sino la de la violencia en las calles y en las instituciones. El sector neopopulista y fundamentalista de López Obrador ha obstaculizado el desarrollo político durante 12 años, desde que violó la ley electoral al imponer su candidatura y la inaceptabilidad de la derrota en dos elecciones presidenciales. La política de capricho ha desprestigiado a la izquierda. Y lo peor del asunto es que Ebrard se perfila como el próximo caudillo del PRD pero también sin ideas, forjado en el priísmo y obsesionado con el poder. Sin izquierda, el PRI puede estar tranquilo, aunque el país debe lamentarlo.

IV.- El enigma PRI Aunque el PRI parece tenerla fácil porque ganó las elecciones presidenciales de 2012 sin transformarse, en realidad la tiene complicada porque el presidente Enrique Peña Nieto no podrá gobernar sin el PRI como los sistemas óseo, nervioso y sanguíneo del sistema político. Como todo partido político, el PRI ha cumplido la función de correa de transmisión de la gobernabilidad; los problemas surgieron con la interrupción de la funcionalidad del partido y la conformación de feudos, nudos y tribus dentro del partido, interrumpiendo la permeabilidad social. Si el PRI nació para servir de instrumento de control político del Presidente de la República, pero su funcionalidad se complicó cuando el jefe del ejecutivo incumplió su función de jefe máximo del partido durante la transición de los gobernantes políticos a los tecnócratas y justo en la coyuntura de la conquista de espacios políticos por parte de la sociedad. Miguel de la Madrid complicó los mecanismos tradicionales de circulación de las élites priístas con la irrupción de los tecnócratas, Salinas completó el ciclo con un PRI subordinado al neoliberalismo y la reforma que excluyó del discurso priísta a la

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Revolución Mexicana y Zedillo se deslindó del PRI con su argumento de “sana distancia”. La herencia negativa de corrupción, represión y pobreza se unió al costo social altísimo de la crisis de 1994-1995 y al agotamiento del PRI como la puerta de acceso al poder. La derrota del 2000 fue del PRI. Los 12 años de ineficacia panista en la reformulación del sistema político priísta para llevarlo a un sistema político democrático y la falta de resultados en lo social llevaron al regreso presidencial del PRI, aunado al manejo habilidoso de la imagen mediática de Enrique Peña Nieto, pero ante la ausencia de figuras de la oposición que reflejaran la posibilidad de salida del vado de la crisis. De ahí la percepción política de que el PRI no ganó las elecciones sino que el PAN y el PRD las perdieron. La viabilidad presidencial de Peña Nieto va a depender de la relación presidencia-PRI. El principal problema se localiza en el hecho de que durante los ciclos neoliberal y panista, de 1982 al 2012, un periodo de 30 años, los priístas fueron rompiendo su dependencia del presidencialismo y con ello debilitaron el mecanismo de control priísta que todo presidente de la república tiene con el cargo. La clase priísta estatal ganó una autonomía relativa y con ello minó el control autoritario presidencialista. La balcanización priísta se convirtió en un mecanismo de sobrevivencia del PRI pero también en una fase de desarticulación de la funcionalidad del partido como estructura de representación política regional. A ello se agregaron dos de las enfermedades políticas de los políticos en la fase de la pérdida de identidad de grupo y partidista: el transfuguismo que los hace mudar de partido solo por alcanzar candidaturas a cargos de elección popular y la piratería de un partido a otro para desfondar militancias. El PRI que gobernará con Peña Nieto se encuentra en crisis. A nivel estatal, más de la mitad de los PRI estatales se encuentra en crisis, algunos de ellos sin dirigencias por las disputas entre grupos y facciones, casi ninguno con fuerza como para posicionarse de áreas de poder: Puebla, Sinaloa, Sonora, Guerrero, Distrito Federal, Morelos, Michoacán, Tabasco, Oaxaca, Chiapas, entre otros, carecen de un PRI fuerte. Vicente Fox y Felipe Calderón carecieron de instrumentos políticos de gobierno porque el PAN en realidad nunca fue un partido político sino una cofradía cerrada, casi una congregación. Por tanto, los dos no tuvieron mecanismos de reproducción política de lealtades. En el pasado, la disciplina piramidal priísta facilitó la gobernación de la República. Hoy, sin embargo, el PRI carece de las lealtades del pasado, se encuentra en una fase de transición de viejo partido a un indefinido e inesperado nuevo partido y no sabe cómo lidiar con una sociedad fuera de los controles anteriores que fueron eficaces,


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además de enfrentar una sociedad priísta minoritaria. Sin una reforma a fondo del partido, la gobernación del país se le va a dificultar a Peña Nieto porque los instrumentos presidenciales ya no dan para garantizar la estabilidad. En el fondo, los que se quedaron en el PRI en estos 12 años de oposición no fueron por lealtad sino porque era el único espacio para tener acceso a algunos niveles de poder político legislativo o regional. Pero en estos dos sexenios de oposición, el PRI perdió la oportunidad de reformarse y ahora enfrenta ese desafío desde el ejercicio nuevamente del poder presidencial. El PRI enfrenta la urgencia de una reforma ideológica, política y de organización. Le falla el discurso, la estructura territorial, los mecanismos de acceso al poder, el corporativismo decadente de sectores que no inciden en la producción y sí arrastran prestaciones que afectan al presupuesto público, la militancia está extraviada en la confusión y la clase media está lejos de verse representada en el partido. Peor aún, el PRI ha fracasado como aparato electoral en procesos locales donde ha perdido hegemonía. El gobierno de Peña dependerá como nunca de un triángulo de poder: el PRI, las bancadas legislativas y los gobernadores. Pero tendrá que ejercer un liderazgo si acaso no democrático sí cuando menos político, si es que quiere tener resultados en cuanto eficacia. El PRI requerirá un espacio de autonomía relativa para operar como cámara de descompresión de las tensiones políticas provocadas por la distribución del poder entre tres fuerzas institucionales y una sustentada en el conflicto callejero. Al final, el PRI tiene el espacio político de reconstruir la hegemonía del centro ideológico frente a las polarizaciones reduccionistas del PAN, del PRD y de López Obrador. Si no, puede terminar el sexenio como el PAN o el PRD.

V.- El Ejército Marcada por la ausencia de una estrategia de comunicación política del Estado, la participación del Ejército en la seguridad interior quedó atrapada en la crítica general a los muertos por la violencia y no por el acotamiento a las bandas del crimen organizado que se habían incrustado en las estructuras de poder. Pero el problema mayor es el que viene con la redefinición de la estrategia que hará el gobierno de Enrique Peña Nieto. Por lo pronto, dos datos causaron inquietud en las fuerzas armadas: 1.- La falta de un compromiso de los legisladores del PRI y del PAN con la reforma a la ley de seguridad nacional que le otorgaría mayor certeza jurídica a la intervención de los militares en el combate contra las bandas criminales armadas. 2.- Y la inclusión del concepto de

CONTINUAN OPERATIVOS.- Elementos del ejercito mexicano durante los operativos constantes que llevan a cabo en diversos puntos del estado como la sierra, como parte de la lucha contra el narcotrafico y la delincuencia organizada. Foto: Oscar Alvarado/Procesofoto/Gro

seguridad interior en las funciones de la nueva Secretaría de Gobernación, cuando en realidad se trata de una de las funciones torales de las Fuerzas Armadas en acciones dentro del país contra ataques que afectan desde dentro la seguridad nacional. La evaluación sexenal de la estrategia del presidente Calderón se ha hecho desde en enfoque crítico y no analítico y a partir de las consecuencias y no de las causas. Pero habría que preguntarles a los habitantes de las zonas dominadas por el crimen organizado y sus complicidades con las policías estatales y municipales y no pocas élites políticas, como el caso del diputado perredista defenestrado Julio César Godoy. La reforma de la estrategia de seguridad se ha agotado en la reorganización de la Secretaría de Gobernación en funciones de Ministerio del Interior y paradójicamente se ha soslayado la urgencia de reformar la Ley de Seguridad Nacional. Un tema central radica en la adjudicación de responsabilidades en materia de seguridad interior. El tema articula cuestiones centrales: la seguridad interior como parte de la doctrina de estabilidad social: de un lado, el combate a las amenazas y riesgos que afectan a la sociedad y de la otra un programa de desarrollo orientado al bienestar social. El Ejército no entró ilegalmente a la lucha contra el crimen organizado porque la Constitución faculta al Ejecutivo Federal a movilizar tropas ante amenazas a la seguridad interior. De acuerdo con el Glosario de Términos del Colegio de Defensa Nacional, el concepto de seguridad interior es claro: “(La) función del Estado, de velar por la seguridad y el orden interno manteniendo así el imperio de la Constitución y demás leyes que de ésta emanen, para generar las condi-

ciones necesarias para el desarrollo de la nación; obteniendo y controlando actos antisociales o contra el Estado, llevadas a cabo por personas o grupos transgresores de la ley, cuya actuación delictiva se encuentra previsto por las leyes del fuero común y federal”. Por tanto, la relación crimen organizado-sistema democrático es casi automática: la acción violenta del crimen organizado no es un mero acto ilegal sino que atenta contra el sistema democrático y el modo de vida de la sociedad. El enfoque no es nuevo sino que viene de las primeras definiciones de democracia. En el discurso de Pericles ante las viudas de la guerra del Peloponeso, como cuenta Tucídides, se establece el hecho de que la guerra contra Atenas buscaba destruir la democracia ateniense, la educación y el bienestar. Así ocurre con la violencia ofensiva y de resistencia del crimen organizado que se llegó a apropiar de partes de la soberanía territorial del Estado. La decisión del presidente Calderón de darle prioridad a la lucha contra el crimen organizado y de utilizar al Ejército ante una clara violación de la seguridad interior fue motivada por la ruptura del acuerdo tradicional de los gobiernos priístas: el modelo de la línea divisoria; los criminales tenían prohibidas ciertas áreas territoriales y sobre todo corromper a funcionarios, aunque los últimos gobiernos priístas del ciclo tecnocrático descuidaron este modelo y permitieron la invasión del narco en las áreas de poder político y de gobierno. La estrategia de Calderón debe medirse, por tanto, en la exhibición del tamaño del problema: políticos, funcionarios y policías fueron comprados por el narco y zonas territoriales completas cayeron bajo dominio del crimen organizado. El dilema fue grave: dejar las co-

sas como estaban aunque con el peligro de que sin oposición institucional el crimen organizado aumentara su dominio sobre el sistema político o encarar duramente a los criminales; el saldo de muertos también puede medirse por el hecho de que el 95% son criminales asesinados entre sí en su lucha por el control de plazas territoriales. La prensa crítica se centró sólo en demeritar la estrategia del Estado mexicano sin profundizar el análisis del tamaño del problema. Lo que ha quedado pendiente ha sido la parte referente al papel de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen organizado. De no haber intervenido el Ejército y La Marina, el país hubiera quedado a merced de los cárteles. El problema que dejó pendiente el gobierno de Calderón fue el de los mecanismos que permitieron la corrupción de policías, funcionarios y políticos por parte del narco; hoy, por ejemplo, se critica más al Ejército por acciones que han golpeado duramente a los narcos que al PRD por el caso del diputado perredista Julio César Godoy. En este contexto, la reforma de Peña Nieto al modelo de seguridad debe de incluir la reforma a la Ley de Seguridad Nacional y la definición de cuando menos tres doctrinas que tienen que ver con la actuación del Ejército: la doctrina de Defensa Nacional, la doctrina de Seguridad Nacional y la doctrina de Seguridad Interior. No se trata de entregarle el poder al Ejército sino de dotarlo de principios fundamentales para regular su actuación y de centrar el debate y la crítica en los delincuentes que sembraron de sangre el país y no el Estado que asumió su función primordial de defender a la sociedad de la delincuencia organizada. Al final, el Ejército paró en seco a los cárteles Y eso fue un gran logro.


Artículo Juego de Ojos

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En los momentos previos al nuevo sexenio… Por Miguel Ángel Sánchez

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e duele el congojo que veo en mis amigos políticos desde hace unas semanas. Me refiero a los que no han sido convocados a entrevista con el equipo de transición del mexiquense, claro, por que quienes sí han visitado el santuario en este momento compiten con Campanita en materia de ánimo y humor. ¡Ahhh, cómo debe estar disfrutando el llorado Jesús Hernández Toyo en donde quiera que se encuentre! Su inmarcesible máxima –que propongo sea grabada en letras de bronce en el templo a San Heyvar Aliyev que los perredistas consagraron en Paseo de la Reforma– tiene más vida política que el salario mínimo y más energía que el conejo de las baterías. (No deseo desviarme del hilo de mis reflexiones, así que la parábola la cito al final del texto). Hoy el monero Garci dedica su cartón a la angustia existencial del momento (El Financiero). Frente a una mesa con un teléfono y veladoras, con facha de cama destendida, barba de tres días y la señal de la cruz en ambas manos, el Licenciado gime: “Todavía me pueden hablar para ser parte del Gabinete… Todavía me pueden hablar para…” Así es como veo a más de uno de mis conocidos del pasado tiempo del servicio público. En unas horas la luz se hará y algunos llegarán en tropel a sus nuevas oficinas mientras que otros pedirán las sales y los pasiflorines… antes de comenzar a tramar su participación en el 2018. Alguna vez entrevisté al Negro, un conocido si bien desprestigiado político sotaventino, quien a la pregunta cajonera de qué le hubiera gustado ser si la cosa pública no lo hubiera llamado, respondió que “investigador y catedrático universitario”. Se hizo un silencio en el estudio. Los camarógrafos se miraron entre sí. El jefe de piso alzó las cejas. Yo respondí: “¿Es que hubo un momento después de tu nacimiento en que hubieras pensado en otra cosa que en la grilla? Por respuesta las cámaras registraron una sonrisa maquiavélica. Ante todo ese dolor, frente a esperanzas que se pulverizarán en unas horas, ¿qué puede hacer el columnista (no) político? Nada. Salvo dedicar su entrega a temas que ayuden a los grillos a apartar su pensamiento, de ser posible, de la inevitabilidad de los acontecimientos que están ya en el horizonte. Como ya he sido acusado de ser un ambulatorio de datos inútiles, a continuación van algunos:

Enrique Peña Nieto presentó a su equipo de transición Foto: Miguel Dimayuga/Procesofoto/DF

El genoma humano tiene cerca de 3,000 millones de bases, o letras del ADN (ttctaggac…), nos recuerda un reciente número de Nature. Este texto está incorporado dentro de cada una de nuestras células –de cada neurona, hepatocito, glóbulo blanco de la sangre o célula de la piel– y determina las características normales de las células de nuestra especie. Sus variaciones o mutaciones son esenciales para el desarrollo de las enfermedades, desde la esclerosis múltiple hasta las dolencias cardiovasculares y el cáncer. Pero el entorno tiene efectos muy distintos en cada persona. De ahí que Santiago Carrillo haya vivido hasta los 90 y tantos fumando una dosis letal de Ducados, lo mismo que la abuela de Luciano Q., o Jeanne Calment, quien dejó el pitillo a los 110 años y, no se sabe si por ese desplante de fuerza de voluntad, llegó a los 122. “Cada uno de nosotros es un experimento natural andante”, explica el autor principal del estudio, el genetista Gil McVean, de la Universidad de Oxford. ¡Ahora resulta que Yoda y el ratón Miguelito son socios! George Lucas vendió su compañía a Disney a fines de octubre en 3,125 millones de euros y se dio la gran noticia de que habrá tres películas más de la serie. Esperemos que sean mejores que La amenaza fantasma, episodio que es a la saga lo mismo que El Padrino III a la historia de los Corleone: chafìsimo. (Sé que el feroz licenciado JGRI me atacará por esto, pero pongo mi opinión por escrito y enfrentaré con valentía las consecuencias.) No deja de tener su lado irónico esta venta. Supongo que Lucas estaría al tanto del lado siniestro del papá del pato Donald y de Tribilín, durante el macartismo uno de los más entusiastas seguidores de don Joseph y su cruzada anticomunista que tantas vidas y reputaciones destruyó antes de que fuera derrotado y quedaran al descubierto sus propias desviaciones morales y políticas. Algo parecido al célebre código moral cinematográfico de Don Will H. Hays que prohibía de manera categórica la filmación del ombligo femenino… y de quien hoy sabemos, por revelación nada menos que de su viuda, que padecía una enfermiza obsesión por

esa cavidad. Pero ya me desvié. Propongo que en el primer capítulo de la nueva saga aparezca Walt en el papel del Emperador y MacCarthy como Dart Vader. Esa sería una bonita pareja. Yo francamente no entiendo por qué tantos brincos en el asunto del minidictador con cuya estatua el gobierno de izquierdas de la capital afeó el paisaje urbano en el de por sí cada vez más antiestético corredor de Reforma. ¿No son estos políticos de “izquierda” los que organizaron homenajes a Chávez y lloraron la partida al más allá del amado líder surcoreano? ¿Por qué habrían de ser distintos en sus panegíricos urbanos? Pablo Hiriart preguntó: “¿Qué hacer con la estatua del ex dictador de Azerbaiyán en el Paseo de la Reforma? ¿Pintarla de negro? ¿Ponerle un cardón en la solapa? ¿O la dejamos como un monumento a la incapacidad atávica de decir ‘No, gracias?’” (La Razón, 1 de noviembre) y Jorge G. Castañeda en Reforma apuntó una obviedad: la izquierda sólo sataniza a los dictadores de “derecha”, no a los de “izquierda”. Pero como ya Azerbaiyán amenazó con romper relaciones diplomáticas si se toca la efigie de su líder, ¿por qué no la dejamos ahí, ornada con los nombres y retratos de todos los funcionarios del gobierno de la ciudad y de todos los dirigentes de su partido, como constancia de su consistencia ideológica? Es pregunta. Muchos dirán que fueron casualidades y otros sostendrán que no; pero no siendo la parapsicología hagiográfica el fuerte de JdO, permítaseme alguna reflexión ociosa sobre hechos y sucedidos en el mes de septiembre: En la noche del 10 al 11 de septiembre de 1541 tuvo lugar la tragedia en la que perdió la vida doña Beatriz de la Cueva, viuda del conquistador Pedro de Alvarado, noticia que nos llegó con el título de: “Relación del espantable terremoto que agora nuevamente ha sucedido en las Yndias…” y que inaugura la crónica periodística en América. Un año después, las fuerzas de Michimalonco destruyeron la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura, en territorio que hoy llamamos Chile, y en 1649 Cromwell se cubrió de gloria con la masacre de Drogheda. ¡Ay… tanta historia!

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En 1943 los nazis iniciaron el exterminio de los judíos en los guetos de Minsk y Lida; en 1965 llegó a Vietnam la primera división de caballería del ejército norteamericano y quedó sellado el destino de cientos de miles de jóvenes norteamericanos y vietnamitas, peones en un tablero de ajedrez manipulado desde Washington, Moscú y Pekín; en 1972 el comando palestino “Septiembre Negro” secuestró a once israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich; en 1973 el general Augusto Pinochet derrocó al presidente Salvador Allende; en 1982 Israel invadió Líbano y se dieron las masacres de Sabra y Shatila. ¡Ay… tanta historia! De todos esos acontecimientos, sólo uno, el de Guatemala en 1541, fue un desastre natural. Todos los demás tienen que ver con lo humano. Permítaseme el lugar común: “Homo lupus hominem”. El tiempo, que todo pone en su lugar, un día levanta los velos y nos enteramos de las razones ruines, frecuentemente cobardes, casi siempre impunes, con que los poderosos siegan vidas y destruyen pueblos por “razones de Estado”, cuidando siempre que tales “razones” se cumplan puntualmente en las vacas del vecino y no en las propias. Hay en el documental “Fahrenheit 9/11” de Michael Moore una escena conmovedora en donde el robusto director se apuesta a las afueras del Congreso e invita a los Padres de la Patria que votaron por la invasión a Irak a que enlisten a sus hijos para defensa de la tierra que los vio nacer. Todos sin excepción huyeron con risas nerviosas –a semejanza del señorito Aznar, que en un encuentro con estudiantes en México hace unos años declaró que había sido “engañado” en ese asunto. En mi rancho a eso le llamamos mariconería. Claro, en mi rancho somos unos pelados sin remedio, como le consta a G. Hace unos meses el Archivo Nacional de Seguridad de la Universidad de Georgetown (NSA, por sus siglas en inglés), publicó las transcripciones de telefonemas entre el señor presidente Nixon, el señor profesor Kissinger (asesor de seguridad nacional), el señor secretario de Estado Rogers y el señor director de la CIA Helms, que confirman lo que todos sabíamos: en 1973 el gobierno de Estados Unidos organizó y estuvo tras el golpe militar de Pinochet, tal como organizó y estuvo tras los asesinatos de Madero y Pino Suárez en 1913. Nixon murió hace 18 años, Rogers hace once y Helms en julio de 2008 (el 4, día de la independencia, no menos). Pero don Henry sigue vivito y coleando a los 89. ¿Pisará la cárcel por acciones que hubiesen sido materia del tribunal de Núremberg? Apueste usted a que no. Poco después de la asunción de Allende en 1973, este feroz retoño de Metternich gritaba a Helms: “¡No permitiremos que Chile se vaya por el drenaje!” Demos gracias a la diosa Walpurga o a nuestra deidad germánica favorita de que el profesor Kissinger, a imagen y semejanza de los represores de izquierda y derecha con los que seguramente no estaría dispuesto a convivir, haya grabado secretamente sus conversaciones telefónicas. Aquí la oración de Hernández Toyo, como prometí: “La política apendeja a los hombres inteligentes… y enloquece a los pendejos”. Amén. @sanchezdearmas www.sanchezdearmas.mx juegodeojos@gmail.com


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La toma de posesión, parte de los juegos de poder • Con amenazas de protestas, manifestaciones y un cerco de seguridad, Peña Nieto simboliza el regreso del ritual priísta Por Violeta Cordero Zozaya

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ste 1 de diciembre, Felipe Calderón entregó la banda presidencial a Enrique Peña Nieto, quien a partir de ese momento es el titular del Ejecutivo en nuestro país durante los próximos seis años. El mexiquense se convertió en el sexagésimo sexto Presidente de México. Y el paseíllo que hará el presidente electo hasta llegar a la Cámara de Diputados se ha convertido en un ritual ríspido, donde convergen los reclamos electorales, los rencores de los derrotados y los enconos políticos. Ya no es el acto de ungimiento casi monárquico que caracterizó la entrega del poder entre priístas, en el tiempo de los besamanos y parabienes. Pero la magia se terminó con la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari. Ahí empezó a rondar, entre otros, el fantasma del fraude. Se acabó la disciplina institucional que después devendría en circo, donde desfilarían desde máscaras de cerdo, mantas insultantes, tomas de tribuna, hasta gritos y sombrerazos. Este es un rito político que institucionalizó Porfirio Díaz, quien modificó la Constitución de 1857 para decretar que la toma de posesión de los presidentes se realizara el 1 de diciembre del año en que fueran electos y con él comenzó una larga tradición que sirve primordialmente para la legitimación del poder. La ceremonia protocolaria comúnmente llamada “toma de posesión” se remonta a 1824, cuando se fundaron de manera oficial los Estados Unidos Mexicanos, sin embargo, desde hace tres sexenios que realmente comenzó a cambiar la forma en la que se enviste a un presidente. Siempre ha consistido en un rito, una ceremonia que se lleva a cabo con seria planeación, ya que transcurren cinco meses desde los comicios, hasta la fecha en la que realmente accede al poder. Es una disposición constitucional y se debe de llevar a cabo en sesión del Congreso General. La ceremonia de toma de posesión, es un acto solemne en el que el

José López Portillo, toma protesta como Presidente de México, 1976-1982. Foto: Archivo Proceso

presidente entrante recibe la Banda Presidencial, símbolo que lo acredita como Presidente Constitucional y que solo él puede portar. El artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala “El Presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquel, la siguiente protesta: ‘protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande’. (Modificado por la reimpresión de la Constitución, publicada en el diario oficial de la Federación el 6 de octubre de 1986). “Si por cualquier circunstancia el presidente no pudiere rendir la protesta en los términos del párrafo anterior, lo hará de inmediato ante las mesas directivas de las cámaras del Congreso de la Unión. / (Adicionado mediante decreto publicado en el diario oficial de la Federación el 9 de agosto de 2012). En caso de que el Presidente no pudiere rendir la protesta ante el Congreso de la Unión, ante la comisión permanente o ante las mesas directivas de las cámaras del Congreso de la Unión lo hará de inmediato ante el presidente de la suprema corte de justicia de la nación. / (Adicionado mediante decreto publicado en el diario oficial de la Federación el 9 de agosto de 2012).” A partir de 1824 la ceremonia sufrió adecuaciones, sin embargo siempre ha conservado un común denominador: comienza con la recepción inicial del Presidente que termina su mandato por parte de una comisión

de cortesía del Congreso de la Unión y otra comisión que unos minutos después recibe al Presidente electo. Esta formalidad se ha llevado a cabo en diferentes lugares como, Palacio Nacional, el Estadio Nacional, la Cámara de Diputados ubicada entonces en Donceles y Allende, el Palacio de Bellas Artes, el Auditorio Nacional y en San Lázaro, entre otras. Cabe mencionar que la toma de posesión ha sido utilizada para mostrar y vitorear al nuevo garante del poder, hasta hace poco la figura del “besamanos” era el común denominador, acompañado de gestos de apoyo y celebración.

El presidente Carlos Salinas de Gortari. Foto: Archivo Proceso

Artículo Aquí, hacemos un recuento de ellas, a partir del gobierno de José López Portillo. El 1 de diciembre de 1976 José López Portillo recibió la Banda Presidencial de parte de Luis Echeverría Álvarez. En su discurso, prometió una reforma política y emitió un discurso de aliento, ya que el Estado mexicano estaba hundido en una seria crisis económica por una importante devaluación del peso. Apenas unos días antes el presidente Echeverría había realizado una de las devaluaciones monetarias más severas que el país recuerde, por lo que el discurso emitido por López Portillo fue determinante en el ánimo de las personas. López Portillo ganó las elecciones presidenciales siendo candidato único, sin embargo el país estaba en un momento de seria crispación por la crisis; “he protestado lealtad y patriotismo, servir al bien y a la prosperidad de la unión, al desarrollo democrático, popular e independiente. Me corresponde ahora y aquí declarar ante este soberanía, cómo los procuraré, después de haber consultado para este fin a la Nación entera, pues no es esfuerzo ni responsabilidad de uno solo, sino hazaña participativa de todos. Por ello sé que si la crisis es riesgo, lo arrastraremos con serenidad y optimismo y que siendo también oportunidad de cambio y solución, los aseguraremos con decisión y energía”, señaló en su discurso de toma de posesión. La sensación general, tras el discurso de López Portillo fue de tranquilidad, es incluso recordado como uno de los discursos más impresionantes que hay pronunciado un presidente en su toma de posesión. Sin embargo, López Portillo no pudo atenuar la crisis económica, por lo que en diciembre de 1982, fue nuevamente el tema central en el discurso de posesión del nuevo presidente, Miguel de la Madrid: “México se encuentra en una grave crisis. Sufrimos una inflación que casi alcanza este año el cien por ciento (…) vivimos una situación de emergencia. No es tiempo de titubeos ni de querellas: es hora de definiciones y responsabilidades. No nos abandonaremos a la inercia, la situación es intolerable. No permitiré que la Patria se nos deshaga entre las manos. Vamos a actuar con decisión y firmeza”. “La crisis se manifiesta en expresiones de desconfianza y pesimismo en las capacidades del país para solventar sus requerimientos inmediatos; en el surgimiento de la discordia entre clases y grupos: en la enconada búsqueda de culpables; en recíprocas y crecientes recriminaciones; en sentimientos de abandono, desánimo y exacerbación de egoísmos individuales o sectarios, tendencias que corroen la solidaridad in dispensable para la vida en común y el esfuerzo colectivo”. Después de que tuviera lugar la “caída del sistema” más cuestionable de las elecciones hasta ese momento, Carlos Salinas llegó al poder. Además


Artículo del encono que causaron las elecciones, Salinas recibió el país con una inflación de más del 150% y una deuda externa de más de 100,000 millones de dólares. “Sin desconocer sus riesgos, encuentro en la situación actual en vez de un motivo para el desaliento, una razón para encender nuestro ánimo; a cada golpe de la adversidad hemos respondido con paciencia, tenacidad y decisión, hemos resistido, hemos persistido, y al final, estoy seguro venceremos”, señaló en su discurso. Este traslado de poderes, significó el último eslabón de edad de oro del priísmo. Con una elección cuestionable y la sombra del fraude rondando en Los Pinos, Salinas optó por golpes de poder y autoridad para legitimarse; no alcanzó con la ceremonia en el Congreso. Después de tomar protesta en San Lázaro, se trasladó al Palacio Nacional en un vehículo descubierto, recibiendo vítores de las personas en las calles y todo fue trasmitido a nivel nacional. Tan solo unas semanas antes de terminar su mandato y entregarle el poder a Ernesto Zedillo Ponce de León en 1994, México vio como el “error de diciembre” devaluó el peso, sometiendo al país a una nueva crisis económica. Además, del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Estos tres temas fueron centrales en la toma de posesión de Zedillo, quien señaló, “a Luis Donaldo Colosio. Sabré honrar su ejemplo de amor y de servicio a México. (...)Durante este año el ánimo de todos los mexicanos se ha visto ensombrecido por los acontecimientos en Chiapas, por la violencia y, más todavía, por las condiciones de profunda injusticia. Estoy convencido de que es posible lograr, en Chiapas, una nueva negociación, que nos lleve a una paz justa, digna y definitiva”. Zedillo enfrentó además, lo que ningún otro presidente había tenido que hacer, entregó la banda y el poder a la alternancia, por primera vez en 70 años. Tras darse a conocer que el panista Vicente Fox había ganado con una amplia ventaja, el todavía

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El Presidente Felipe Calderón tomó protesta en el Congreso de la Unión. Foto: Eduardo Miranda/Procesofoto/DF

presidente priísta preparó una transición ordenada y así lo hizo. El 1 de diciembre de 2000, ocurrieron dos cosas que nunca antes se habían visto en una toma de posesión. Antes de ir a la Cámara de Diputados, el panista se dirigió a la Basílica de Guadalupe, provocando serias críticas de diversos sectores. La segunda, antes de dirigirse al Congreso de la Unión, Fox comenzó su discurso diciendo, “Hola, Ana Cristina; hola, Paulina, Vicente y Rodrigo; Honorable Congreso de la Unión. (...) Las mexicanas y los mexicanos demostramos, en las pasadas elecciones, nuestra voluntad y decisión de fincar, sobre bases democráticas, los nuevos cimientos de la nación en el Siglo XXI”. Estas dos acciones, rompieron con la vieja escuela del PRI en el acto protocolario y generó polémica, aunque también ayudó para representar el fin de una época y del régimen priísta. El 1 de diciembre de 2006, después de que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador acusara que en los comicios donde resultó ganador Felipe Calderón Hinojosa, hubo fraude, se vivió uno de los momentos de más división y crispación social de los últimos tiempos. Tras perder las elecciones federales, el tabasqueño inició protestas masivas y mantuvo un plantón del

Vicente Fox, la toma de posesión. Foto: Ulises Castellanos/Procesofoto/DF

Zócalo al Auditorio Nacional, que duró 40 días, al mismo tiempo que llamó a sus seguidores a impedir la toma de protesta. Además de que tan solo unos meses antes, el 1 de septiembre, diputados y senadores del PRD y PT impidieron al presidente Vicente Fox llegar a la tribuna para entregar de mano al presidente del Congreso su sexto Informe de Gobierno. Como dato, un día antes de la toma de posesión oficial, se realizó en Los Pinos una reunión donde se entregó la banda al presidente electo Calderón, una ceremonia a todas luces inconstitucional y sin validez alguna. El 1 de diciembre de 2006, San Lázaro amaneció con la tribuna “tomada”, tanto por legisladores de las izquierdas como por los panistas. Los diputados estuvieron en la tribuna, impidiendo la más mínima ventaja de sus opositores durante 40 horas seguidas. Entre gritos, manotazos, protestas, consignas y porras, Calderón logró llegar a la tribuna y recibió la Banda Presidencial de manos del entonces presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, en presencia de Vicente Fox. Si bien el discurso de un Presidente no está especificado como una obligación, nunca antes había dejado de emitirse en ninguna toma de posesión. Calderón se retiró una vez que cumplió con el mandato constitucional, con la banda cruzada en su pecho, pero sin decir nada ante el Congreso. El segundo panista en la historia de nuestro país en tomar la presidencia, no tuvo oportunidad de decir ningún discurso ante el escenario de tensión entre los legisladores del PRD, por lo que únicamente cumplió para inmediatamente después, entonar el Himno Nacional. En total, Calderón estuvo en San Lázaro 4 minutos y más tarde, el panista se trasladó hacia el Auditorio Nacional, donde emitió su discurso. El 18 de julio de este año, y con el fantasma del 2006, se aprobó que

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el próximo Presidente de México podría tomar posesión del cargo en cualquier parte: en el Palacio Legislativo de San Lázaro, ante las Mesas Directivas de las Cámaras del Congreso de la Unión, en cualquier lugar, ante la Comisión Permanente, en cualquier lugar, o ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Después de que Andrés Manuel López Obrador argumentara, por segunda vez, que existió un fraude electoral y se negara a aceptar los resultados de los comicios, nuevamente la toma de posesión estuvo en riesgo. Además, cerca de 300 organizaciones habían adelantado sus intenciones de boicotear la toma de Peña Nieto, como el movimiento #yosoy132, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, entre muchos otros. El domingo 25 de noviembre, el Estado Mayor Presidencial instaló un cerco en los alrededores de San Lázaro para evitar el paso de manifestantes y de bloqueos que se habían estado anunciando de manera reiterada. Tras las quejas de los vecinos de las inmediaciones y de los integrantes del PRD y PT, las vallas fueron retiradas días antes. En la misma idea de “blindar” la toma de protesta, días antes de que Peña Nieto protestara como Presidente de la República, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el acuerdo de la “Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos”, en el que se estableció el formato de la sesión del Congreso General para la toma de protesta y evitar contratiempos. La sesión de Congreso General se desarrolla a partir de las 09:00 horas, con la lista de asistencia y declaración de quórum. Se da lectura a los resolutivos del Bando Solemne expedido por la Cámara de Diputados el 4 de septiembre, para dar a conocer la declaración de presidente electo, así como al primer párrafo del Artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Después se designan a las comisiones protocolarias y la petición del cumplimiento oportuno de su cometido. Acto seguido, las siete fracciones parlamentarias fijan su postura; primero, Nueva Alianza, Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano, Partido Verde Ecologista de México, Partido de la Revolución Democrática, Partido Acción Nacional y por último, el Partido Revolucionario Institucional. Posteriormente llega el todavía Presidente, Felipe Calderón Hinojosa de extracción panista, quien entrega la banda presidencial al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Murillo Karam. Enrique Peña Nieto toma protesta y los honores de ordenanza al nuevo titular del Poder Ejecutivo de la Federación.


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El gabinete de sombra y otros autoengaños en la operación política Por Fernando Dworak

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a gran falacia en la mayoría de las propuestas que se han presentado en materia de reforma política es creer que un arreglo institucional va a funcionar por “voluntad”, sin molestarse en conocer las condiciones que permiten que esa propuesta funcione en los países donde existe. Gracias a esto no solo se garantiza que los cambios sean mínimos, sino que prevalezca la impresión de que un cambio radical solucione los problemas de gobernabilidad: algo que se puede llamar “fetichismo institucional”. Los ejemplos abundan. ¿Los políticos no se ponen de acuerdo? La solución más sensata y a la que han llegado casi todas las democracias desde el siglo XIX es hacer que los funcionarios y representantes se responsabilicen de sus actos al competir una y otra vez por el mismo puesto, de tal forma que podamos evaluar según su desempeño. Claro, no es una solución definitiva (no existe tal cosa en este juego) pero es la base para otros mecanismos de rendición de cuentas. En cambio, hay numerosos académicos y opinólogos que llegan a proponer reformas que, en el mejor de los casos, no han sido pensadas con la seriedad que ameritarían. Por ejemplo, está el tema del cambio de régimen a un sistema semipresidencial o semiparlamentario. Además del hecho de que ningún arreglo institucional se diseña desde el vacío, no se contempla un periodo de adaptación, prueba y error para instrumentarlo; para lo cual sería tal vez conveniente permitir a los ayuntamientos adoptar esta forma de gobierno, pasando por los estados y de ahí revisar su conveniencia a nivel federal. Incluso los proponentes ignoran que un legislador llega a ser primer ministro como resultado de una carrera que inicia,

Cámara de Diputados. Foto: Germán Canseco/Procesofoto DF

se desarrolla y culmina en una cámara del parlamento, para lo cual la condición necesaria para hablar del tema en sus términos reales es la reelección inmediata de los legisladores. Una derivación de este debate es una propuesta que reaparece cada vez que un partido pierde una elección: que los legisladores opositores (o para el caso sus respectivas estructuras partidistas) conformen un “gabinete de sombra” que vigile al gobierno. Desde 1988 la clase política habla de hacerlo. Incluso ese era el objetivo original del “gabinete legítimo” de López Obrador. Sin embargo, el ímpetu dura unas semanas y después desaparece. Es prudente analizar por qué no funciona, ahora que de nueva cuenta Marcelo Ebrard lo está proponiendo para hacer “marcaje personal” a la administración de Enrique Peña Nieto.

Para empezar, la figura del “gabinete de sombra” tiene sus antecedentes en el parlamento del Reino Unido, donde dos partidos alternan en el poder. Es decir, tarde o temprano el que está en el gobierno será oposición y viceversa. Cierto, en 2010 los conservadores tuvieron que recurrir a los liberales para hacer una coalición, pero estos momentos son raros. Por lo tanto esta figura requiere para empezar de dos arreglos institucionales: un régimen parlamentario y un sistema bipartidista. Otro elemento a considerar ya se dejó ver en párrafos anteriores: sólo llegan a formar parte del gabinete quienes tienen una carrera previa. ¿Qué significa eso? Un político joven o ambicioso que desea ser primer ministro sabe que la única forma para lograrlo es a través del parlamento. De esa forma, y a lo largo de nume-

Enrique Peña Nieto y su equipo de transición. Foto: Miguel Dimayuga/Procesofoto/DF

rosas reelecciones, va mostrando que tiene las habilidades para permanecer en su puesto y ganar liderazgo al interior de su bancada. Por ende, los dirigentes partidistas del gobierno y la oposición son personas que han consolidado un liderazgo a lo largo del tiempo. Conforme va logrando esto comienza a allegarse de un grupo de legisladores que se comprometen con sus ambiciones. En reciprocidad el líder los hace su gente de confianza y operadores políticos. Es decir, forma su camarilla con ellos: los gabinetes, tanto de gobierno como de sombra, son el equipo de quienes han mostrado la capacidad de llegar a la cumbre de su bancada. Con todo lo anterior los votantes saben que un gabinete de sombra va a ser gobierno si gana el partido opositor. Con todo lo anterior pensemos en serio qué pasa en México, si queremos saber por qué este tipo de iniciativas termina siempre en bonitos deseos. En primer lugar somos un sistema presidencial y federalista, por lo que no hay una sola vía de acceso para llegar ser titular del poder ejecutivo – y hace muchos sexenios que ninguna persona llega a ser presidente inmediatamente después de haber sido diputado o senador. Otra complicación viene del sistema de partidos: tres principales y otros que se coaligan. ¿Qué implica esto en el funcionamiento de un posible gabinete de sombra? Si esta figura opera cuando hay certeza de que uno de dos partidos va a tener o perder el poder en las siguientes elecciones, un esquema tripartidista divide aun más las expectativas. Finalmente, si un individuo tiene incentivo para formar parte del gabinete de sombra al tener la expectativa clara de tomar el poder en la siguiente elección, ¿qué pasa en un país donde nadie hace carrera en un lugar? Simple y llanamente sabe que tiene que trabajar sus ambiciones por otra vía, especialmente congraciándose con quienes controlarán el acceso a las candidaturas antes que hacer un espectáculo mediático que puede no reportarles beneficio alguno. La reforma a las instituciones no es cuestión de simple imitación o de ocurrencias, sino de conocimiento y táctica. Es hora de comenzar a hablar en serio al respecto.


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¿Los sexenios son de seis años? Por Juan María Alponte

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l parecer los sexenios presidenciales en México duran seis años. Digo, al parecer, porque, a veces, se hacen interminables. En términos de homicidios (terca palabra que se ha instalado en la memoria colectiva como un vulgar hecho común) en 2005, según INEGI (20 de agosto de 2012) hubo 9 mil 921 homicidios. Era ya una cifra impresionante. Sin embargo, pese a la mesura (sophrosyne en griego) la cabalgata de las cifras de homicidios, a partir de 2006, impresionan. En ese año 10,452 homicidios; 8,867 en 2007; 14,006 en 2008; 19,803 en 2009; 25,757 en 2010 y 27,199 en 2011. No sabemos aún los asesinatos de 2012, pero el paulatino ascenso de los últimos años invita más a la desmesura (hybris en griego) que a la prudencia. Las cifras anteriores las he recuperado de los Homicidios por Entidad Federativa y año de registro tal y como lo señala el balance de INEGI del 20 de agosto de 2012. Los griegos de Sócrates, Platón y Aristóteles consideraban que un pueblo desmesurado termina, finalmente, en la ate, es decir, en el error, el extravío o la locura. Sumando las cifras oficiales de los homicidios en los últimos años cruza la columna vertebral un rayo de pavor y, a la vez, un extenso sobrecogimiento. Pareciera que Tánatos, la muerte, con la locura, la ate, domina y subvierte nuestras vidas. ¿Cómo y de qué forma polarizar nuestra existencia de ciudadanos hacia la convivencia? Los informes sobre el tema, sobre ese gran tema –la convivencia– señalan y asumen que no existe posibilidad de convivencia racional sin la igualdad ante la ley y sin la equidad que sugirió, como colofón, el propio Platón. Sin ir tan lejos, el Estado de Derecho tiene, como prioridad iniciática, la defensa de la seguridad y la libertad de los ciudadanos. ¿Es ello posible a tenor de esas cifras oficiales de homicidios y las impresionantes y paralelas listas sobre el sobresalto de la delincuencia en colisión con las vidas y haciendas –como decían los clásicos con imperturbable pertinencia lingüística- en nuestro cada día? Una encuesta de INEGI señala que la sociedad –tú-yo-todos- define su crisis en tres niveles de cualificación. La primera la pobreza, la segunda el

Marcha silenciosa, Iluminemos México, contra la Inseguridad. Foto: Benjamín Flores/Procesofoto

desempleo y la tercera el narcotráfico. Ello significaría una mensuración de lo inmediato, esto es, que define, en cierta medida, el imaginario colectivo a la hora de intentar esclarecer el drama existencial de una vida que difícilmente ampara ese nombre. No insisto, por ello, en las cifras que he dado en días pasados –repasen esa pirámide de diálogos de jornada a jornada- sobre la pobreza y el desempleo. Cifras, sin duda, graves en los dos casos. Es cierto que en el mundo existen 900 millones de personas que pasan hambre y que, por ello, conforman un espacio humano, sobre todo infantil, sobrecogedor. Es no menos cierto que, en estos momentos, países que habían transitado ya hacia el Estado Bienestar, están padeciendo cifras de desempleo que oscilan entre el 8% de Estados Unidos al 24% de España (números redondos) y que esos datos en sociedades que creían haber resuelto, para siempre, la desigualdad y la miseria se han reencontrado con los dos dramas al tiempo mientras, a la vez, el escándalo de los bancos instalados en la especulación, perturban economías que parecían haber dejado atrás, para siempre, la miseria y, sobremanera, la miseria colectiva. Lo que sobrecoge de México es la conversión de la violencia en un fenómeno paralelo de auto-destrucción que va acompañado de una renuncia, del ciudadano, a exigir de su Sistema Jurídico cuando menos la defensa de su integridad física o de sus bienes. En efecto, solo un 12% de las personas agredidas, robadas, maltratadas, acuden al Ministerio Público o a la Policía. El 88% según el INEGI renuncian a denunciar los desafueros y violencias recibidas en sus personas

o sus bienes. Creen que hacerlo es inútil o que puede agravar su situación. Ese dato, no solo preocupante sino siniestro, revela la brecha inmensa que separa al ciudadano de las Instituciones que garantizan su seguridad, su libertad y su bienestar. Los datos sobre la Confianza en las distintas Policías e Instituciones sobrecogen porque existe una renuncia plenaria en orden a exigir o, al menos, a recibir ayuda. Si los datos de INEGI son inequívocos –solo, insisto, el 12% de los agredidos, asaltados o robados, acuden a las Instituciones policíacas o judiciales- no menos pertinentes y claros son las actitudes y la interpretación que ofrece a un ciudadano los sistemas que garantizan su plena seguridad o la plena reparación de sus padecimientos. Las víctimas quedan como víctimas y adiós. Los debates públicos en el Congreso, por ejemplo, no conforman una zona gravitante de diálogo o de concordia. Son formas, parasitarias, que no basculan hacia la sociedad ni la acreditan. Es un discurso que pocas veces asume que esa sociedad considera que el desempleo y la pobreza son, para ella, más importantes que el narcotráfico, pero consideran ya, sin más, una súper-estructura más del sistema con sus altos cómplices. Los conflictos que trascienden a los medios se encuentran sometidos a tensiones de grupo de poder, pero pocas veces son sentidos, vividos, por la sociedad global como suyos. Una ironía, melancólica o burlona, aterriza en el vocabulario popular cuando se habla de políticos o magistrados. La distancia es sobrecogedora, cuando no hiriente. Por otra parte esas castas, invitan al sobresalto: el padre hereda sitiales

a sus hijos. Los hijos reinventan los escaños y esa tribuna pública es una lista inacabable de familias dominantes que se suceden en los puestos como un patrimonio feudal o, como se decía en la vieja Grecia, se trata de sacerdocios vitalicios (dia biou) con reglas fijas de transmisión de los poderes. Es una especie de autocracia con ruedas de automóvil que no se sabe bien si forman parte de la estructura pública o de la estructura ilegal que, por otra parte, es ya una súperestructura paralela que conforma soborno, extorsión, derecho de piso, etc., una especie de prótesis adherida a la vida normal. Nos dice INEGI, por ejemplo, que el robo total o de partes de los vehículos ascendieron, en el año 2010, entre el grupo de 18 años y más en el caso de los hombres, ascendió a 3,363.230 y, en el caso de las mujeres conductoras, a 1,782.730. Se trata de volúmenes que exigen infraestructuras extraordinariamente amplias y complejas para legalizarlos y venderlos de nuevo. En suma, la estructura ilegal se ha transformado, incluyendo al narco, en una súperestructura legal cuyos efectos sobre una sociedad empobrecida y maltratada genera delirios y reclamaciones, protestas o estampidas, que se pierden, a su vez, en el reclamo porque tampoco asumen, los significados fundamentales y trascendentes del problema. En el fondo el modelo tumultuario de la protesta es una huida; no un encuentro con el problema. También, en ese punto, la sociedad es sometida a la mentira como el único artículo de lujo del pobre. Terrible. alponte@prodigy.net.mx


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Entrevista con Alan Riding

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De cómo siguió la fiesta en Francia durante la Segunda Guerra Mundial • Se publica en México Y siguió la fiesta. La vida cultural en el París ocupado por los nazis Por Óscar Dávalos

y

Abigail Correa

A

lan Riding estuvo en México para anunciar la salida de su último libro: Y siguió la fiesta. La vida cultural en el París ocupado por los nazis (Crítica). Periodista de múltiples facetas, Riding fue corresponsal de The New York Times para México, Centroamérica y Sudamérica durante varios años. De esa experiencia salió la materia prima del libro Vecinos Distantes: un retrato de los mexicanos (Joaquín Mortiz), texto que lo convirtió en referente obligado en el país. Riding nació en Brasil, pero se formó en Inglaterra, primero como economista y después como abogado. Pero en el periodismo de investigación fue donde encontró la pasión que lo llevó a trabajar para Financial Times, The economist y The New York Times. En entrevista exclusiva para Transición, aprovechamos para conocer su opinión acerca de varios temas. Por ejemplo, del triunfo de Obama en Estados comentó es un alivio, comparado a lo que pudo ser si el republicano Mitt Romney hubiera ganado, pues “no sabe ni lo que quiere y hubiera estimulado las fuerzas más ciegas en EU, entonces, es un alivio, se evitó el accidente para un país. Ahora vamos a ver qué tanto apremia el partido republicano, si va a lograr liberarse de esta extrema derecha”. El veterano corresponsal comenta que el voto latino fue de grandes dimensiones ignoradas por los republicanos y de manera inesperada porque “dieron un inflón de último momento y la derrota fue impresionante”. --En el caso de México, con otros cuatro años de Obama, ¿seguiremos siendo Vecinos Distantes? --Yo creo sí. No cambiará nada. Pero tal vez es mejor que no se haya insistido en el debate migratorio du-

Alan Riding

rante la campaña, porque hubiera producido reacciones más extremas de la derecha. Fue mejor porque la relación de migración está cambiando por su propia cuenta; es decir, sin esperar un gran acuerdo bilateral, está bajando el flujo de ilegales por causa de la situación económica, está subiendo el número de trabajadores invitados. El narcotráfico, el consumo y el mercado de narcóticos tampoco entró a la campaña, entonces tenemos un país vecino de tres mil kilómetros donde se está dando una guerra con consecuencias espantosas y que no cuenta con el hecho de que la otra parte de la moneda ignora este hecho. Yo sé que Obama y Hillary han

hecho algunos gestos verbales de reconocimiento de corresponsabilidad y la cuestión de las armas; sin embargo, para mí, los EU no tienen derecho de pedir a México que continúe con esta guerra. Yo no digo que yo tenga la solución, yo sé que mucha gente teme al PRI con sus viejas mañas, etcétera. Pero lo que sí está claro es que EU no tiene derecho de pedirle a México eso, sin que acepte un grado de corresponsabilidad. Y es lo que se ve en América Latina, a los presidentes que les ha tocado la lucha contra el narcotráfico, no se atreven o no pueden hablar en favor de la legalización. En su reciente libro Y siguió la fiesta. La vida cultural en el París ocupa-

do por los nazis, Riding escudriña en otra cara del poder. A partir de una profunda investigación se acerca al movimiento cultural que continuó boyante pese a la ocupación alemana en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. El texto aborda la actividad intelectual, la vida cultural de París y muy especialmente la industria cultural en sentido amplio -desde las editoriales a la cinematografía, desde las grandes firmas de moda a los cabarets. En sus páginas se lee que a las alturas de la primavera de 1941 “los parisinos se habían adaptado de manera sorprendente a la ocupación” incluso hasta sentirse cómodos. El escritor explica que el impulso de abordar este tema fue el “interés que siempre he tenido de la relación entre artistas, cultura, política, y sociedad. Sobre todo en los años que viví en América Latina, cuando vi el prestigio que tenían escritores, y sobre todo intelectuales, que daban cierta orientación a la población, sobre todo en los años difíciles de muchos países en los que fui corresponsal: Colombia, Perú, Argentina, Brasil; entonces cuando las libertades están sofocadas y de repente se ve que escritores y artistas tienen una voz que puede orientar y dar cierta esperanza, siempre y cuando no sean voces ideológicas, que son pura propaganda. “Cuando llegué a París, hice una reflexión de lo que era la tradición latina-francesa. Llegué y vi lo que era un poco esta tradición: Camus ha muerto, Sartre ha muerto, Aron ya había muerto cuando yo llegué a París. Sin embargo, existía la tradición de la gente oyendo a un intelectual o un filósofo que orienta a la sociedad. Hoy se habla mucho de la Segunda Guerra Mundial, se descongela la historia de Europa y se empieza a hablar de muchas cosas de las que no se hablaba, entonces viene con la experiencia latinoamericana y la experiencia en París, cuando cubría cultura para el New York Times, yo me preguntaba “qué paso”. En el prólogo del libro Riding plantea que aún hoy “muchos franceses consideran que la ocupación sigue siendo un tema tabú. Mis amigos franceses me advirtireron que mis investigaciones iban a topar con las


Entrevista con Alan Riding

El escritor Albert Camus, a la izquierda (que se unió a la Residencia a finales de 1943 y editó el periódico clandestino Combat), tras la liberación de París con el líder de la Resistencia Jacques Baumel y el escritor André Malraux, vestido con el uniforme del Ejército francés. (René St. Paul/Rue des Archives). Foto tomada del libro “Y siguió la fiesta” de Alan Riding.

suspicacias, la vergüenza e incluso el silencio. Sin embargo mi experiencia no les da la razón. Desde que, a principios de la década de 1970, Robert O. Paxton publicara su libro La Francia de Vichy, (1940-1944), el mito de Resistencia francesa se ha ido desmoronando. Se han escrito libros sobre los aspectos de la ocupación. Gracias a películas como El dolor y la pena, de Marcel Ophüls, y Lacombe Lucien, de Louis Malle, el público francés ha descubierto que el colaboracionismo y la autoconservación fueron instintos más fuertes que la Resistencia.” --Pero esto viene también de una relación entre los intelectuales y el poder, sea quien sea, de la ideología que sea, van de la mano los intelectuales con el poder. --En ciertos países, no es el caso en EU, ni Inglaterra. Con las reformas protestantes se rompe esta relación del intelectual monasterio, iglesia, monarquía, de todo el centralismo. Estoy de acuerdo que en los países latinos el intelectual, el artista, el músico, dependen del apoyo del poder, pero esta relación con el poder puede ser a favor o en contra, pero siempre hay una relación con el poder. Entonces se puede ser un disidente. Incluso en inglés, la palabra intelectual no tiene el mismo sentido. Por ejemplo, a mí me dicen “oye, Alan, tu eres un intelectual”; no tanto. En Inglaterra nadie se atrevería a usarla porque es una palabra llena de pretensión. En una campaña política en EU o Inglaterra, lo máximo es tener a los actores, un Brad Pitt y una Angelina Jolie; pero ¿dónde están los escritores? En una época un Norman Mailer, Arthur Miller, pero desde entonces no hay voces que agiten un poco a la jaula. “En México es fascinante porque caminan paralelos, cada uno va por su camino. Yo escribí un capítulo sobre los intelectuales porque me pareció fascinante la manera que desde la Revolución se da un juego constante: a Siqueiros lo meten al bote y luego le dan el Poliforum.

01.12.2012 venía encima --No, por los gobiernos. Francia sufrió mucho en la Primera Guerra, nadie la quería. El pacifismo era muy fuerte y la idea de armarse y además el ejército, con una mentalidad del siglo XIX, no se había modernizado, creía en su propia propaganda. --Algunos intelectuales saludaron con alegría la presencia alemana --De la extrema derecha sí. Paul Claudel celebraba con una violencia extraordinaria la derrota de la democracia. Aquellas frases son chocantes, cómo es posible que ahora haya una Plaza Paul Claudel, la calle Paul Claudel, un hombre que escribe así, es impresionante. Y la extrema derecha que pensaba que la derrota de Francia era una victoria de una nueva ideología y eso era más allá de la nación. Es lo mismo que si los comunistas hubieran ganado, hubiera sido una victoria internacional de una idea. --Eso pasó con muchos intelectuales, luego de la Segunda Guerra Mundial, en la Unión Soviética.

Alan Riding

--¿Esta relación entre poder e intelectuales no se daba en París durante la ocupación? --Se hubiera dado tal vez en el siglo XIX, pero desde el caso Drayfus se empieza a tener otra visión. Francia es un país donde en cierta forma no se ha recuperado la división que pretende la Revolución y después la derrota de 1870 con Alemania, la Primera Guerra, la lucha en 1906, la separación de la iglesia de la educación fundamental. Entonces, hoy hay una división en Francia, que llegó a ser dramático en los años 30 en que ya nadie creía en la democracia, porque solamente era una clase política. Era una clase política que vivía del cinismo, existe para existir, para sobrevivir, y eso era el caso, entonces la gente intelectual busca soluciones más drásticas y las encuentran en las ideologías utópicas y se va dividiendo mucho en el comunismo y el fascismo. Ahí el poder ya estaba muy debilitado; era Hitler y Stalin, ya no era el presidente de Francia. --Pero en ese momento, durante el gobierno de Vichy, se percibe en el libro como que los franceses no querían darse cuenta de lo que se les

--Es increíble que una persona como Louis Aragón --que era un hombre que durante la ocupación tuviera un papel muy importante en vincular comunistas con los no comunistas del mundo cultural y escritores-- des-

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pués de la liberación, con la guerra fría ya comenzada, se vuelve el comisario intelectual más estalinista que se conocía. --Muchos intelectuales en Francia también se unieron a la resistencia y otros trataron de pasarla lo mejor que se podía. -- A eso se le llamaba “Atentismo”, es decir a ver qué pasa. Imagínate que Hitler decía que el mandato alemán iba a durar mil años. Entonces los artistas e intelectuales se acomodaban como mejor podían, para seguir trabajando. --Cuando termina la guerra y aún ahora, es un tema sensible en París --Es un tema que no desaparece. Yo pensé que habría una reacción negativa a mi libro pero en realidad no ha pasado, en general las reacciones son de que he sido justo, no he juzgado, no es un libro que moralice. Riding señala que en una parte del texto rescata una afirmación que hizo en una entrevista, décadas después de la guerra, Sartre: “En 1939 y 1940 estábamos aterrorizados ante la posibilidad de morir, de sufrir por una causa que nos daba asco. Es decir, por una Francia asquerosa, corrupta, ineficiente, racista, antisemita, dirigida por los ricos para los ricos; nadie quería morir por eso hasta que…en fin, hasta que comprendimos que los nazis eran peores”. --¿Qué piensa de la relación de los intelectuales con el poder en México, ahora que regresó el PRI? –Vamos a ver. Pero lo menos hay un espacio claro, los intelectuales que yo conozco y leo, están aprovechando este espacio para ofrecer ideas, debates y oportunidades, ojalá que sea abierto. Yo no tengo elementos, no conozco a Peña Nieto, he leído mucho sobre lo que la gente opina de él. Muchas veces, como periodistas nos equivocamos. Ojalá que los otros partidos busquen los intereses de México y no los propios, hace 12 años cuando cayó el PRI, yo escribí un epílogo donde hablé de la gobernabilidad de México, lamentablemente ha sido un gran problema, y si la democracia produce la ingobernabilidad es un problema.

Pablo Picasso, que pasó la ocupación en París, escribió una obra surealista, Le Désir attrapé per le queue, que se interpretó en privado en la casa de Michel Leiris el 19 de marzo d 1944, Brassaï inmortalizó la ocasión en esta fotografía donde aparecen, entre otros, Simone de Beauvoir con un libro en las manos a la izquierda de Picasso, Albert Camus pendiente del perro y Jean-Paul Sartre, con una pipa, a la derecha de Camus. En el fondo se pueden ver varios cuadros de Picasso. (Estate BrassaïnRMN). Foto tomada del libro “Y siguió la fiesta” de Alan Riding.


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Escondrijos de la alforja

¿Por qué perdió el PAN? Por Marcos Marín Amezcua Parte II

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n el número anterior de Transición, Marcos Marín empezó a enumerar las razones por las que el PAN perdió las elecciones presidenciales. Aquí la continuación de ese trabajo. 4. La improvisación resultante que ha conducido a valorar muchas acciones como carentes de peso, pese a que se han formulado en muchos casos con la debida pertinencia. Aunemos el exceso de confianza. Ello se reflejó en: La impericia del ejercicio público, pese a contar con experiencia de mando y gobierno. La inoperancia de cuadros y particularmente el favoritismo ejercido por Felipe Calderón, que desoyó consejas y advertencias de su partido. La consecuencia de lo antes expuesto es que la gestión de Calderón se va, dejándonos un sabor a gobierno de improvisados, de caprichos, de torpezas gratuitas que si ya con Fox se habían observado, con Calderón se agudizaron. Es particularmente notable que aunque el PAN como partido gobernante fuera atractivo y engrosara sus filas al amparo de ejercer el gobierno (y contar con más recursos como es natural, para revestir su atractivo hacia terceros) y que pese a ello, no hubiera la capacidad de permitir un crecimiento hacia fuera, que atrajera nuevos ciertos círculos más allá de los tradicionalmente identificados con él, hasta dotarlo de una mayor base social; y de que fueran cargos e intereses sostenidos en su ideología. Por el contrario, lo que se observa –y es denunciado o admitido por los propios panistas– es un favoritismo que acudió más a la improvisación de externos tan característica del PRI, que orilló a echarlo en 2000, que a una apuesta de gobierno lejana de ser insensata e irresponsable en muchos casos. Queda entonces, el sabor de que las cosas acaso debieron hacerse de una mejor manera posible, pero se quedaron en el intento por falta de verdaderos equipos de apoyo, de participación directa del partido en los temas de los gobiernos cuya sigla encabezaba, dejando en su sitio a

Juan Camilo Muriño y Josefina Vázquez Mota. Foto: Benjamín Flores/Procesofoto/DF

personajes poco responsables y nada comprometidos. Ello acercó más al PAN a la línea tradicional del PRI y del PRD. Aquí un paréntesis: el PRD acusa que el PAN carecía de base social, por ende de cuadros. Sin embargo, el PRD no anda tan desencaminado en las mismas, echando mano de ex priístas. 5. No puede minimizarse que como consecuencia de lo anterior, el PAN no construyó ni un proyecto a futuro para después del sexenio de Calderón ni una candidatura presidencial con rumbo y con tiempo suficiente de antelación –porque no hay que olvidar que las candidaturas se construyen, antes que otra cosa– que en consecuencia, afianzara su proyecto y cerrara el paso al avance opositor forjando alianzas, acuerdos, pactos con amplios sectores, más allá de tener miembros y simpatizantes o panistas tradicionales, de toda la vida. Han pagado muy caro su omisión y su incapacidad de penetrar en nuevos sectores a los que nada ofrecieron o los que se acercaron con ofertas insuficientes. Con capacidad de negociación y experiencia de gobierno como la tenía, en el PAN no se observó ni entre quienes toman las decisiones del partido, una verdadera capacidad para

enfilar un rumbo cierto del gobierno que lo dirigiera hacia una meta clara desde el propio gobierno federal. Había ya dudas con Fox, pero con Calderón se constató esa pérdida de dirección. No hubo nada como para establecer amplias alianzas. Seis meses antes de la elección, en el PAN se carecía de un candidato cierto, mientras que las oposiciones marchaban con sendos aspirantes y a paso firme construyendo justo aquello que el PAN no: su candidatura presidencial. Los demás sí pudieron construir sus candidaturas teniendo enfrente a un panismo extrañamente detenido. La tardanza en hacerlo, además de no aliarse y de no plantear objetivamente proyectos claros, le ha costado al PAN una suerte de aislamiento y que no le alcanzaran los votos para refrendar su triunfo. Allí están los hechos. En efecto, la candidatura a la presidencia tardó demasiado en construirse, revelando un peculiar sentido de pérdida del sentido de la continuidad y de su apuesta por permanecer en el gobierno federal. Quizás en los pasillos había voluntad de hacerlo pero, eso no se percibió hacia fuera de los círculos de poder. Mientras los partidos opositores lidiaban a su interior para levantar candidaturas presidenciales, con

nombres que despreciaron a la mujer mexicana y se empeñaron en no considerarla para la presidencia de la República, empero mientras arriesgaban capital político y trabajaron al menos un sexenio antes sus candidaturas a la presidencia, el PAN se durmió en sus laureles y una falta de proyecto acuciante se reveló precisamente por y en carecer de un equipo serio que impulsara una candidatura viable con muchos meses de anticipación. Si el finado Mouriño no pudo ser el candidato, más allá de haberse hecho muy necesario valorar sus capacidades, el PAN cerró 2011 con candidato incierto. Hizo una apuesta audaz: impuso a una candidatura femenina que pronto se descubrió no apoyada por sus correligionarios y con un partido dividido y desgastado. Vázquez Mota se quedó sola para intentar convencer a los mexicanos de las bondades de una mujer gobernante y de la continuidad del PAN. Apatía panista que no deja de ser llamativa. No era la mejor mujer, quizás, ni era la única que en este país que podría ser la mejor presidente, pero ante la evidente incapacidad mayúscula del PRI y del PRD de trabajar y construir candidaturas femeninas a la presidencia, pese a presumir de revolucionarios, ella era una opción interesante que se desperdició.


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Propaganda del PRI y del PAN Foto: Germán Canseco / Procesofoto / DF

Ergo, lo que sí era para vergüenza de toda la clase política, fue que si esa clase política no tuvo los arrojos de candidatear mujeres, sí lo hizo el PAN pese a los sambenitos que la oposición le endilgó. Fue Vázquez Mota, la que tuvo los arrojos de impulsarse para la primera magistratura sin ser la candidata de Calderón, cuando que la izquierda y el PRI, prefirieron no construir una candidatura femenina que representaba a las mayorías de este país. Insistimos las candidaturas se construyen con voluntad política, primero que nada. El PAN después de todo, dio una lección de civilidad encomiable pero tardía. Mas no fueron suficientes los apoyos y la candidatura de Vázquez Mota, quien no fue capaz de prender a un electorado, hacer defender los logros del panismo ni de proponer algo diferente que pudiera marcar distancia entre ella y sus antecesores y al mismo tiempo, como para convencer de que representaba un avance. 6. Acudir a las elecciones en solitario. Fue el único partido con posibilidades de ganar que no estableció una alianza con ningún otro instituto político. La estrategia retardataria del PAN lo situó en una condición peligrosamente tardía frente a sus contrincantes más adelantados, al no buscar alianzas que, además sin articular un proyecto claro, nada en concreto, y si

es que de verdad las buscó, no alcanzarlas le impidieron al PAN canalizar votos extras para sí, así fuera desde esos partidos políticos que son minoría y negocio de vivales, como para asegurarse un mayor margen de votos por mínimo que fuera. De esta forma, el PAN llegó solo a la papeleta electoral de 2012 frente a sus opositores más avezados, que sí supieron plantear y pudieron conformar alianzas. Descartemos de ese panorama al partido Nueva Alianza, que demostró que representa a nada y a nadie en realidad, más que a los intereses de una camarilla de gran desprestigio y la sociedad ya lo sabe, que era justo lo que deseaban que no sucediera. Sus votos se han diluido frente a las demás coaliciones y muchos panistas y ciudadanos de a pie que reconocieron que prefirieron dar su válido voto útil al PRI ante las incapacidades del equipo de Vázquez Mota y el temor a que triunfara López Obrador. En todo ello, no puede culpárseles ni recriminárseles por haberle dado su voto a Peña Nieto y no olvidemos que estaban en pleno derecho de hacerlo. Eso a la izquierda en particular, le pesa mucho aceptarlo y no expresa la mínima crítica a su candidato equiparable a un factótum. Mas el país es diverso y al igual que el PRI, deberá reconocerlo si pretende algún día ganar la presidencia. Al menos la ley no les prohíbe

utilizar su voto útil como mejor lo consideren. Ello en respuesta a los líderes de izquierda que pareciera que les agrede que algún ciudadano comprenda con base en su libertad de hacerlo y no conforme a los criterios que impone la izquierda, que el voto útil puede ser para el que sea y que no solo puede ser, tal pareciera, para López Obrador. 7. El deslucido apoyo del gobierno panista a su candidata, contrastando con los usos empleados por el PRI y el PRD desde sus trincheras gubernamentales. A diferencia de lo sucedido en los gobiernos priístas de antaño y más allá de la actual veda electoral que la ley impone para que el gobierno federal acalle sus acciones y triunfos de cara a las elecciones, el PAN en lo material y en lo político, se abstuvo de extender apoyos desde el gobierno federal a Vázquez Mota. En otros tiempos antes de 2000, el aparato del Estado habría sido brutal en pro del candidato del PRI, que esta vez a falta de tales recursos obtuvo amplios apoyos de grupos mediáticos y sindicales para apuntalar su triunfo. Los adversarios del PAN saben perfectamente bien que en la campaña del verano de 2012, el Estado Mexicano estuvo ausente de aportar los medios requeridos y Vázquez Mota no encontró la clave para externar los logros de las dos administraciones panistas precedentes. Actuó pero, no

con la contundencia requerida y poco sagaz, finalmente no triunfó y sin los apoyos del gobierno federal panista. 8. La percepción ciudadana de no atender eficazmente problemas puntuales del país. ¿Qué evaluación hacer del desempeño del PAN? Es de claroscuros: hubo libertades, el país caminó por una senda de estabilidad económica y rompió con cacicazgos del PRI. Pero, sobre todo en el sexenio de Calderón se arguye desde la oposición que ha sido errónea la guerra contra el narco, empezando por Enrique Peña Nieto y terminando en el otro extremo del espectro político en la izquierda, no hay ni soluciones reales paralelas ni propuestas específicas viables, razonables y que mejoren lo actuado por Calderón. En medio sí que hay vociferaciones, campañas anti Felipe Calderón, lacerantes discursos de condena de frases lapidarias peor inútiles y huecas y hasta conteo de muertos con muy distintas cifras y criterios, que los ponen muy en duda y a quienes difunden las cifras, pero en concreto nadie reconoce que se había dejado crecer el problema del narco y del crimen organizado en general y era menester afrontarle seriamente pensando que también había que darle solución. Eso se menciona porque los mexicanos paradójicamente han visto doce años de mejor estabilidad eco-


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nómica (no quiere decir que estén en jauja, simplemente se acabaron las devaluaciones del PRI que arruinaron este país y lo sumieron en la pobreza, además de otras causas y sin embargo, ello no parece haberse valorado entre los electores ni se supo defender ni ha influido en el ánimo del electorado al juzgar los resultados. Queda la sensación de que al no poder crear estructuras nuevas sustitutas de las vetustas dejadas por el priísmo, al no poder dar respuesta con esas deterioradas a demandas puntuales señaladas por la izquierda y dada la improvisación ya señalada, la suma de todo ha volcado a los electores a otra propuesta política. Gajes de la democracia que consisten en que ello también suceda, pues implica hacerlo sin saber medir muchas veces los precedentes y consecuencias; careciendo de una bola de cristal, desconocemos si la decisión del electorado será la correcta. Eso al tiempo. 9. El freno del PRI como principal partido opositor, a las iniciativas del Congreso y del PRD al proceder con el desgaste de seguir al “presidente legítimo” de nula operancia práctica en decisiones de gobierno y en atención de problemas reales. El panismo se desgastó al no contar con los apoyos más precisos de la izquierda, en tanto no desmontó el aparato priísta. Y en esa tesitura, una lectura es pertinente y apropiada: El PRI al no aprender a ser oposición, no articuló modelos diferentes de desarrollo ni propuso ninguno. Hacía mutis bajo la lógica de que quien gobernaba y tenía el problema en las manos era el PAN. Se atribuye al priísmo retardatario soluciones tales como lo fue su estrategia calculada por doce años consistente en que “si le va mal a México (por el gobierno que frenamos del PAN desde las cámaras legislativas) le va bien al PRI”. Tal mezquindad derivada de su rencor por no gobernar este país considerado de su propiedad, condujo al PRI a no aprender a ser una oposición moderna y propositiva. Terminó siendo obstructora y muy poco original. Apostaron en el PRI a ganar la presidencia negándole apoyos al panismo y defendiendo a ultranza un modelo de corrupción que los ha soportado por décadas. Su mejor y más reciente ejemplo, fue oponerse a la transparencia sindical, cuando el sindicalismo corporativo opaco es su gran soporte. 10. El PAN no pudo crear instituciones modernas. Pasaron doce años y el PAN no cambió el rostro del viejo modelo tricolor. No consiguió deshacerse de las instituciones oxidadas que dejó el priísmo, que se ufana en su visión excluyente diciendo: el PRI construyó México. Acaso olvidando y merece que se le recuerde al PRI que México se construyó con el PRI, sin el PRI y en demasiadas ocasiones a pesar del PRI. Del PAN en dado caso nos queda su incapacidad para obtener acuer-

PAN termina colapsado, agotado dividido por y con Felipe Calderón, que intentó asirse de lo que aún le queda y enfrentándose a un grupo dispuesto a confrontarlo.

El desempeño local: otra vertiente

Jesús Murillo Karam, Alejandro Poiré, Leonardo Valdés, Alejandro Luna Ramos y Enrique Peña Nieto. Foto: Eduardo Miranda/Procesofoto/DF

dos que favorecieran la sustitución de viejas estructuras que podían ser odiosas, sí, pero que sencillamente nunca pudo cambiar y terminaron por hundirlo. El PAN no logró implementar nuevas instituciones capaces de renovar una realidad social y política y apostó por un continuismo acomodaticio en parte gracias al inmovilismo priísta y una carencia de visión de los panistas. Faltó oficio político y con ello generó incluso, la percepción de que el priísmo sí era estupendo, pese a ser la causa de su llegada al gobierno, justamente por no serlo al cien, y una vez desde allí, fue incapaz de ser un mejor referente. 11. Errores de estrategia desde el propio gobierno federal, que no rectificó acciones en muchos rubros ante la derrota en las elecciones federales de 2009. En las elecciones federales de 2009 el PAN fue el gran perdedor y no presenciamos ni un milímetro de cambios desde el gobierno federal. No varió el discurso, no hubo responsables. No produjeron en el Presidente el mínimo movimiento en su gabinete, la más leve rectificación ni las enmiendas necesarias ante semejante

anticipo de lo que podría representar, y representó, en el país los comicios de 2012. El gabinete permaneció incólume. Los días subsecuentes dejaron a todos en su sitio, como si la cosa no fuera con ellos. Fue gravísimo pues no supieron cómo leer lo sucedido o no les importó. 12. La equivocada estrategia de campaña por la presidencia. Faltó empuje, contenido y discurso a Vázquez Mota como para encender ánimos y provocar apoyos a su favor. Desaprovechó su condición de mujer como sinónimo de oportunidad deseada, para situarla en burda ocasión de jugar al gobierno, en vez de ofrecer propuestas interesantes, manteniendo un discurso maternalista opaco y ramplón que no convenció. Así, la incapacidad del PAN para dotar al país de mejores condiciones e instituciones a la heredadas por el PRI ha sido una nota de incapacidad muy fuerte. Pudo ser revolucionario con una mujer en la presidencia, por lo demás acorde con la tendencia mundial, mas la dejó pasar. Así entonces, el peso de los errores le han pasado factura y en 2012 el

El 1 de julio de 2012 tuvieron verificativo elecciones estatales, no únicamente la presidencial. El dato es muy importante, pues en los últimos años se han ido cambiando leyes electorales locales para empalmarlas con las presidenciales. Es la tendencia nacional. No podemos perderlo de vista, dado que se suelen ver los procesos electorales locales de forma rápida, general, desde un centralismo asfixiante y solo desde el balcón de la federal, perdiéndose de nuestro horizonte y por lo tanto, del análisis, ignorando que obedecen muchas veces a su propia inercia y a su propia realidad. Una lectura más dejará en claro, el sentir de los electores en lo que siempre puede ser incluso, un voto diferenciado. Así, en un símil, se puede estar bien con el párroco de la localidad, pero no con Roma y al revés, se puede exteriorizar un sentimiento de fidelidad y agrado al Pontífice romano, sin poner un pie en la parroquia, pues los lugareños no aprueban el desempeño del clérigo que la preside en su comunidad. Lo mismo pasa ahora. Al PAN como al resto de las fuerzas políticas, eso les ha sucedido. Y el PAN ha sido derrotado en un ámbito local de forma estrepitosa en las elecciones de 2012. En los comicios del 1 de julio de 2012, como ha sucedido en contiendas anteriores como las de 2006 y 2000, solo por citar unos ejemplos, en que el triunfo en la elección federal no sea el conseguido en los estados de la República en todos los casos. Pero sobre todo, no olvidando que por doce años ya no detentando el PRI la presidencia de la República, cada vez más, las entidades se mueven a su ritmo y con sus tiempos e intereses, atendiendo a su propia agenda local. El empeño, sobre todo del PRI, para empalmar elecciones locales y así intentar alcanzar el carro completo –lo que en apariencia es un democrático empalme– solo busca aprovechar efectos temporales como el llamado pomposamente “Efecto Peña Nieto”, le funcionó pero a medias. En efecto, el PRI avanzó pero tuvo límites. No triunfó en el DF, ni en Morelos ni en Guanajuato ni en Tabasco, perdiéndolo por primera vez de manera contundente frente al PRD, pese a quedarse con Jalisco o refrendar Yucatán. Hay precedentes hacia delante, también. Fox no ganó más gubernaturas entre 2000 y 2006, por ser un efecto político. Y no olvidemos que López Obrador no arrebató una sola a sus contrincantes partidarios en 2006. Una razón que explica que el triunfo presidencial de ninguno arrastre el triunfo en los estados, es


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Decenas de personas llegaron al Angel de la Independencia para ralizar una velada,colocando cruces,flores y veladoras de forma simbolica por los mas de 50,000 muertes violentas que a dejado la guerra contra el narcotrafico. Foto: Hugo Cruz/Procesofoto/DF

que por mucho que los partidos inyecten dinero, hay agenda propia local y problemas propios de la mano de los gobernantes de turno. En ello, el PRI tiene grandes saldos negativos mayores que el resto del espectro político desde hace décadas y hay un descontento contra su gestión. El endeudamiento de los estados priístas, su índice de violencia inusitado y casos como el de su dirigente Moreira en relación con el erario de Coahuila no los tienen el resto de los partidos. No hay punto de comparación. El PRI no convenció en todos los casos. Y a cada caso hay que tratarlo por separado; podemos mirarlo en retrospectiva histórica y para eso estamos aquí. Si partimos del supuesto “Efecto Peña Nieto”, el panorama no le pinta bien a juzgar por los resultados. Y es que el país tiene una dinámica política viva de carácter local. El domingo 1 de julio de 2012 se eligieron gobernadores, ayuntamientos y diputados locales en entidades gobernadas por coalición de izquierda (Chiapas), por el PAN (Guanajuato, Jalisco, Morelos), por el PRI (Tabasco y Yucatán) y por un jefe de gobierno, del PRD (Distrito Federal). El PRI solo se alzó con el triunfo en Chiapas, Jalisco y Yucatán. El PRD avanzó y el gran perdedor es el PAN, por igual frente al PRD que frente al PRI, sin obtener nada nuevo. Así, las elecciones presidenciales

en México siempre llevan su propia dinámica y hay visos claros de que puede haber una desconexión entre lo que sucede en ellas y las estatales. Hay que advertir al lector que existen más mitos que realidades en torno al tema. El mejor ejemplo nos lo proporciona el Estado de México. El PRI ha ganado los comicios para gobernador de 1999 y de 2005, sí, pero perdió estrepitosamente las presidenciales de 2000 y 2006. No sirve pues como único referente real para anticipar o describir 2012, máxime que en los otrora corredores azul y amarillo mexiquenses se observa el desgobierno priista y un retroceso acuciante en la calidad de los servicios públicos, mientras aumenta la corrupción. Y pese a que en las elecciones de 2012 el PAN logró recuperar Atizapán de Zaragoza. Desde 2000, el PRI no ganaba senaduría de mayoría en el Estado de México. Si bien el PRD en la capital tras de 15 años, sigue jugando al recién llegado que no es y ha conjuntado contra sí a la oposición más elevada desde que gobierna Marcelo Ebrard, sus triunfos ligados han marchitado al priismo local, fenómeno similar al de Guanajuato. El PAN enfrenta retos interesantes en entidades donde incluso, ha gobernado por más de 20 años pero en Guanajuato, donde el priísmo está debilitado, casi extinto, al no tener acceso al poder y al erario

que lo acompaña, parece que no está en riesgo su permanencia. Hay que decirlo, las mayorías que presume el PRI las está obteniendo ya solo en coalición y no por sí solo, dato que acusa una baja evidente en las preferencias electorales. Las elecciones locales están sujetas a presiones propias de sus circunstancias. Los candidatos presidenciales han de lidiar siempre con la realidad particular de cada caso, lo que obliga a los analistas a no casar las federales con las locales, y eso se ha comprobado en 2012. Los ciudadanos saben del talante y las capacidades de sus autoridades inmediatas, de su propio entorno y de la estatura de sus gobernantes locales, por lo cual, no se las puede medir con el mismo rasero y menos aún, dar por descontado la inercia de los ciudadanos como si fuera automática, a favor de quienes ya gobiernan o van de supuestos punteros; no demos por sentado ningún resultado, toda vez que aquellas obedecen, responden a sus tiempos y a reglas no siempre acordes con la dinámica federal, pese a que coincidan en la misma fecha ambos comicios. Así, un análisis serio sugiere no revolver unas con otras. Cada caso es un caso y así ha sido históricamente. No había visos serios de que tuvieran que ser distintas esta vez, como que no lo fue.

Conclusiones, ¿El PRI ha convencido de verdad? El PAN ha perdido la Presidencia de México, pero fue mucho antes de julio de 2012. El peso de los errores y una campaña planificada en el PRI, asaz y mediática, favorecieron su derrota. El PRI encuentra un país diferente a lo que dejó en el plano de las libertades conseguidas. Su reto es precisar si las respetará o veremos un retroceso. Percibiremos si puede depurar sus filas para colocar a personajes presentables. Veremos si es capaz de administrar adecuadamente los números económicos favorables que le deja el PAN en materia de reservas internacionales o en capacidad petrolera renovada. No le ayudan los antecedentes. Aún no nos ha explicado el PRI, cómo es que valoró que Peña Nieto fuera su mejor candidato, considerando que al mexiquense no se le conoce un solo tema resuelto como gobernador y al contrario, se le percibía huidizo de enfrentar los problemas de la entidad. En dado caso, el PAN perdió una oportunidad histórica, pero nada está escrito y como afirmara hace muchos años la priista Beatriz Paredes: “en política no hay victorias para siempre ni derrotas para siempre”. Al tiempo…


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Los sindicatos, un engrane más del poder político • Gigantesco aparato burocrático que sirve al poder • Los trabajadores se convierten en moneda de cambio de líderes y politicos

Por Emiliano López Orígenes del sindicalismo en México

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on la industrialización del país que se inició con Porfirio Díaz, surgió la clase obrera de México y con ella el sindicalismo mexicano. Entonces no había leyes que protegieran a los trabajadores que eran explotados por las empresas y el gobierno del dictador Porfirio Díaz, estaba prohibido todo tipo de asociaciones laborales y rebelarse contra el gobierno, quienes lo hacían eran perseguidos, encarcelados y asesinados. Este clima de explotación y represión laboral originó la primera huelga de trabajadores de la industria mi-

Porfirio Díaz. Foto: Archivo Proceso

nera en Cananea, Sonora en 1906; y en 1907 la de los obreros textiles de Río Blanco, Veracruz. Ambas reprimidas con violencia. La masacre propició levantamientos políticos y laborales. Los hermanos Flores Magón publicaron el 1 de julio de 1906, en el periódico Regeneración pública, el programa y manifiesto del Partido Liberal Mexicano, donde destacaron la defensa y protección de la clase trabajadora: jornada laboral de ocho horas; salario mínimo; reglamentación de trabajo a domicilio; prohibición de empleo a menores de 14 años; medidas de seguridad e higiene para los centros de trabajo; casa habitación para los obreros; indemnización por accidentes de trabajo; pago de salarios en efectivo; descanso semanal obligatorio. Estos derechos fueron ignorados y negados por el gobierno de Díaz, hecho que se asoció con un descontento mayor con su gobierno y caída del poder con la Revolución de 1910. El gobierno de Venustiano Carranza incluyó en la Constitución de 1917, los artículos 27 y 123, donde destacan las demandas de derecho de huelga, salario decoroso, jornadas

reglamentadas, prestaciones, entre otras. En el artículo 123 se establece y regulan las relaciones laborales entre trabajadores y clase patronal. Con este basamento jurídico nace el primer organismo sindical formal, la denominada Casa del Obrero Mundial (COM). Se deja atrás el mutualismo laboral, una forma de organización laboral informal y dispersa para dar paso a la creación de organizaciones formales y mucho mejor organizadas. El paso más importante para la integración de organizaciones obreras fue dado en 1917 con la formación de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM). En su origen la CROM prohibía a los miembros de los organismos sindicales pertenecer y apoyar a algún partido político, por lo cual limitaban su lucha solo en el sector económico. En su declaración de principios establecía, como objetivo principal de los trabajadores, el de la lucha de clases y, como finalidad suprema para el movimiento del proletario, la socialización de los medios de producción. Se usaría como medio la llamada acción directa, quedando excluida del esfuerzo sindicalista toda clase de acción política, enten-

diéndose como tal, el hecho de adherirse oficialmente a un gobierno, a un partido o personalidad que aspira al poder gubernativo. Quien aceptase un puesto público, quedaría automáticamente fuera de la Confederación. Serían aceptados tanto los trabajadores manuales como los intelectuales, siempre y cuando acatasen los principios y estatutos. Esta organización sindical con tendencia socialista pasaría después a ser una organización de la derecha o en contra de los trabajadores por la perversa relaciónsumisión del sindicato con el Estado.

Del sindicalismo al corporativismo Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, en pago a su apoyo político beneficiaron a los dirigentes sindicales con todo el poder del Estado. Obregón ya en la presidencia pagó los favores políticos; el dirigente de la CROM, Celestino Gasca, fue nombrado gobernador del Distrito Federal y el secretario general de la misma, Luis N. Morones, director de los establecimientos fabriles y militares. Los dirigentes cromistas comenzaron a ocupar cargos políticos en las cámaras de Diputados y de Senadores, e inclusive, gubernaturas en algunos estados. El poder de Morones era tal que imponía a los candidatos y los destituía de sus cargos si se le oponían, los amenazaba o asesinaba. A Morones se le atribuyó, entre otros actos delictivos y asesinatos, la muerte del senador Francisco Field Jurado, el 23 de enero de 1924. El más beneficiado de la relación sindicatoEstado fue Luis N. Morones, a quien el régimen callista le otorgó el puesto


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Fidel Velázquez. Foto: Marco A. Cruz/Procesofoto

de secretario de industria, comercio y trabajo; siendo funcionario se encargó de sindicalizar a todo trabajador para aumentar sus afiliados con el fin de aumentar y fortalecer su control político y laboral. Mientras Morones fue secretario de la CROM las alianzas políticas cobraron fuerza y alta rentabilidad económica y política para el dirigente que detentó por años el poder gremial sindical. Por un lado, el gobierno apoyó al sindicato actuando como mediador, y fue mal visto por los dirigentes de las organizaciones obreras seccionales y prohibida en los estatutos sindicales, este apoyo se tradujo en puestos gubernamentales derivando en un beneficio más personal de los dirigentes que del sindicato. La esencia y razón de los sindicatos se empezaba a desvanecer y corromper por apetitos de poder político personales, esta alianza sindical con el gobierno enajenaba la función de ambos, el gobierno era juez y parte en las relaciones laborales; el sindicato dejaba de proteger a los trabajadores para someterse al sector patronal y al gobierno en turno; los trabajadores se convertían en un botín económico y político, en esclavos u objetos de los apetitos personales de sus dirigentes. Los trabajadores devenían en cosas o mercancías intercambiables por espacios de poder económico y político personales de sus dirigentes. La relación sindicato-Estado corrompía más y más a los dirigentes sindicales, desde entonces eternizados en la dirigencia sindical. Esta relación dio origen a una burocracia

sindical que erosiona los bolsillos y los intereses de los trabajadores, con el tiempo también se volvería contra el interés de las políticas de gobierno o contra el Estado. Los obreros eran botín económico y político, usado en contra de los enemigos políticos de un bando y de otro. El Partido Nacional Agrarista, de Obregón y el Partido Laborista Mexicano, que apoyaba a Calles, estaban en conflicto. En este tiempo los sindicatos corporativizados a los partidos políticos no rendían cuentas ni había transparencia en la toma de decisiones que afectaban los derechos de los trabajadores, y mucho menos de su dinero. Se escudaban en una falsa autonomía sindical y en leyes obsoletas que solo beneficiaban a una burocracia, en su mayoría ignorante de lo que era trabajar en las fábricas o el campo. Situación de antaño es similar a la de hoy, con el SNTE y su eterna dirigente Elba Esther Gordillo, aliada de los expresidentes Salinas de Gortari y de Felipe Calderón, además de otros sindicatos. La crisis de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en 1928, marcó el fin del periodo formativo del sindicalismo mexicano, con esta organización laboral los trabajadores consolidaron sus agrupaciones sindicales y las extendieron a todas las ramas productivas en gran parte del territorio nacional. Bajo estas circunstancias crecieron, pero con las alianzas políticas y en la medida que sus dirigentes se corrompían, perdieron su autonomía laboral y la de un proyecto sindical independiente del Estado.

El inicio del sometimiento de los sindicatos al Estado Con la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) (actualmente Partido Revolucionario Institucional, PRI) y la expedición de la Ley Federal, en 1931, inició un nuevo periodo en las relaciones obreropatronales y los vínculos entre las organizaciones sindicales del Estado. Con la crisis cromista que generó una desbandada de líderes, entre ellos, Vicente Lombardo Toledano y la desafiliación de varios sindicatos y federaciones obreras surge la creación de la Confederación General de Trabajadores (CGT) que sostiene los principios del apoliticismo y sindicalismo revolucionario como respuesta al corporativismo y sometimiento del movimiento obrero a la política, a los partidos políticos y al gobierno. Esta organización fue combatida por el gobierno y acosada por los sindicatos oficialistas --Morones la obstaculizaba, la desacreditaba y aprovechaba su influencia política para atacar a la CGT---. La iglesia también visualizó como botín económico y político a los trabajadores, en ese tiempo agrupaba 46 círculos obreros en la Confederación Católica Obrera (CCO), la Iglesia emprendió una campaña en contra de los sindicatos independientes o de tendencias socialistas, desde el púlpito y por escrito. El conflicto religioso de 19261929 hizo declinar al movimiento obrero católico. Este gremio sindical católico fue hostilizado sistemáticamente. Los sindicatos adheridos a ella fueron puestos en entredicho.

Las cuentas de ahorro depositadas en instituciones de crédito fueron confiscadas y todo el peso de la maquinaria oficial ayudada por la CROM fue arrojado contra las diversas ramas y organizaciones sindicales católicas, hasta que desaparecieron. En 1933, hubo otro intento de reunificación del sector obrero no oficialista mediante la creación de la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM) presidida por Vicente Lombardo Toledano, distanciado ya de Morones y la CROM. La organización también fue atacada por el gobierno, la CROM y la iglesia. Una vez más la confrontación por el poder político y público cambia la correlación de fuerzas del sindicalismo. Calles acusó de socializante al gobierno de Lázaro Cárdenas, quería seguir manteniendo el control político del gobierno y que Cárdenas fuera solo un títere más del callismo, situación que obligó a Cárdenas a unir la clase obrera en torno a su gobierno. En este proceso ocurrido en 1935, tuvo un papel relevante en la unidad obrera el Sindicato Mexicano de Electricistas en la alianza con el general Cárdenas. Solo quedaron fuera del proceso unificador la CROM y la CGT, que continuaban fieles al callismo. Resultado de esta lucha de poder político, Calles, que durante más de 10 años había sido omnipotente en la política mexicana, tuvo que abandonar el país, en junio de 1935. Luego de cumplir su cometido como punta de lanza contra el callismo, la CGOCM desapareció y dio paso a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), creada el 21


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de febrero de 1936, otra vez los trabajadores fueron usados por el poder gubernamental.

Las luchas internas por el Control de la CTM En su primer congreso nacional celebrado el 21 de febrero de 1936, resultó electo como secretario Vicente Lombardo Toledano, junto con Juan Gutiérrez, Fidel Velázquez, Carlos Samaniego, Pedro A. Morales, Francisco Zamora y Miguel Ángel Velasco, como integrantes de la mesa directiva. Cárdenas benefició a la CTM con donativos en efectivo y en especie, asimismo persiguió a los enemigos de los cetemistas. A instancias del gobierno, la CTM fue tentada e inducida a participar en las elecciones a cargos de elección popular; el gobierno y el Partido Nacional Revolucionario necesitaban legitimarse aun más en el poder y controlar a la clase obrera con prebendas otorgadas a los principales dirigentes y la CTM convocó a los principales organismos obreros y campesinos y a los partidos políticos para formar el Frente Popular Mexicano. Esta convocatoria cetemista fracasó por las luchas intersindicales y el choque de ideologías e intereses. A pesar de ello, la CTM decidió anticipar en las elecciones. Aliado con el gobierno y el PNR, Vicente Lombardo Toledano fortaleció su posición dentro del gobierno, perdiendo al mismo tiempo la autonomía sindical. Este hecho acentuó las luchas internas por el control de la central obrera, sobre todo entre los de tendencia socialista y los derechistas representados por Fidel Velázquez, este último un burdo y oscuro personaje. Estas luchas internas derivaron en una pérdida del liderazgo de Lombardo Toledano. En 1936 y 1937, el sindicato minero se seccionó, lo hicieron el Sindicato Mexicano de Electricistas y el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana. Ante esta situación, Cárdenas impulsó y fortaleció un nuevo pacto político que lograría mediante el otorgamiento de espacios de poder a las principales fuerzas sociales y políticas, además de la transformación del Partido Nacional Revolucionario en el Partido de la Revolución Mexicana que ocurrió en 1937. En marzo de 1938, pocos días después de la expropiación petrolera, se celebró la Convención Constituyente del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), formado por los sectores obrero, campesino, popular y el militar. En el sector obrero participaron la CTM, la CROM, la CGT, el SME y otros; la CTM tuvo que compartir su posición con organizaciones que le eran opuestas, como la CROM y la CGT, así como los sindicatos independientes de la industria. Este pacto era indispensable porque el gobierno cardenista necesitaba estabilidad política ante las embestidas extranjeras por la expropiación petrolera. La CTM pasó a ser parte de una columna más del gobierno con Fidel Velázquez al frente, quien ganó las

Elba Esther Gordillo. Foto: Octavio Gómez / Procesofoto / DF

luchas internas por su sumisión y corrupción, se sometía al gobierno y él a su vez sometía a los trabajadores, se corrompía y corrompía a otros dirigentes sindicales. Con su liderazgo, la CTM pasó de vanguardia del sindicalismo, de fuerza impulsora del movimiento progresista del país, a retaguardia del sector patronal y defensor del gobierno y de los gobernantes en turno. Con Fidel nace la burocracia sindical, una carga más sobre los hombros de los trabajadores, una sangría eterna al salario sin rendición de cuentas o transparencia en la toma de decisiones sindicales. Cárdenas tuvo que intervenir y acotar los espacios de poder de la CTM, en febrero de 1936, en un discurso enérgico sostuvo «la organización agraria estaría a cargo del gobierno y que la CTM no debería intervenir”. En congruencia con ello en agosto de 1938 se creó la Confederación Nacional Campesina (CNC). El Congreso del Trabajo (CT) fue el último intento para unificar el movimiento obrero organizado en México, fue fundado en 1966, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Posterior a estos

grandes sucesos sindicales surgieron nuevas categorizaciones de los sindicatos.

Sindicatos oficialistas, blancos e independientes El proceso económico del país y la aplicación del neoliberalismo propiciaron y fortalecieron un mayor control del movimiento obrero, a través de los sindicatos en complicidad con el gobierno mediante la Secretaria del Trabajo, que daba las tomas de nota o registros que favorecían a patrón y se alineaban al gobierno. En la actualidad, los presidentes de las juntas de conciliación y arbitraje son propuestos desde el poder presidencial o de los gobernadores. Desde esta posición se favorece o se acota la libertad sindical según la conveniencia de intereses particulares de un gremio o de un dirigente. El caso más ilustrativo es el de Napoleón Gómez Urrutia, líder nacional de los mineros, que se le otorgó prontamente su reconocimiento formal y en cuanto se opuso a los intereses políticos del gobierno foxista y de los intereses de algunos pa-

trones mineros fue acosado y perseguido. Los sindicatos oficialistas identificados y señalados por su extrema sumisión a intereses personales de dirigentes gremiales y al PRI, así como a algunos presidentes del priísmo, centrales que fungen como columnas del Estado, para ejercer un mayor control sobre el movimiento obrero y un apoyo al sistema político y mantener en el poder al gobierno al que apoya en las elecciones y del que recibe prebendas económicas y escaños políticos. En este sector destacan los sindicatos de las empresas y la mayoría de los sindicatos de la administración pública federal y local. En el primero de ellos se ubica a la CTM, la CTC, entre otros; con liderazgos eternizados o perpetuados hasta la muerte de sus dirigentes gremiales --recuérdese el caso de Fidel Velázquez y el de Leonardo Rodríguez Alcaine--, entre otros dirigentes vinculados directa e indirectamente con el poder político y patronal, que se distancian de los intereses y derechos de los trabajadores de los que se ostentan como representantes. En el segundo, los sindicatos de la administración pública federal o local, organizaciones agrupadas en su mayoría en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) con un dirigente eternizado, Joel Ayala Almeida. El mismo caso que en el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) con Elba Esther Gordillo, esta líder es considerada como una de las más nefastas y cuestionadas por múltiples razones: ha utilizado al sindicato como de su propiedad personal y familiar, lo usa para chantajear a presidentes y gobernadores, para acrecentar su poder personal en lo sindical, económico y político, adicionándose el enorme costo económico que causa al erario público. Según un reporte de la organización Mexicanos Primero, presidido por Claudio X González, señala “que el pago a 23 mil 353 docentes comisionados sindicales tiene un costo del erario público de mil 700 millones de pesos anuales”, que mantiene a ese ejército privado de Elba Esther, lo que representa un robo colosal para la Nación y la sociedad. Se le acusa de hacer asambleas amañadas con sus incondicionales, se le atribuyen asesinatos de maestros que se oponen a ella, acusada también de obstaculizar el progreso educativo del país en su nivel básico. Es evidente el deterioro y pérdida de la esencia laboral del SNTE, debido a los apetitos de poder de sus dirigentes, que han usado a los comisionados sindicales como un ejército para controlar al resto de los docentes y para brigadas políticas en campañas de aspirantes a presidentes o gobernadores. Otro caso emblemático de charrismo sindical es el de PEMEX, liderado por Carlos Romero Deschamps. Según el gobierno, el pasivo laboral en Pemex asciende a 718 mil mdp hasta el año en curso.


Artículo Los sindicatos de la administración pública se han convertido en una enorme carga para los trabajadores y para el propio gobierno, han contribuido a la inequidad del ingreso de los trabajadores porque la sangría sindical del salario de los trabajadores no se traduce en mejoras de los trabajadores sino en enriquecimiento personal de sus líderes gremiales y el mantenimiento de una burocracia sindical que le agobia y le controla. Los sindicatos oficialistas son una empresa que cobra caro sus servicios a las empresas o al gobierno para someter y controlar a los trabajadores. En la reciente reforma laboral, los sindicatos oficialistas no marcharon ni protestaron por una reforma que lesiona los intereses y derechos de los trabajadores, protestaron porque se les exige rendición de cuentas y transparencia en las decisiones y patrimonio sindicales además de democracia sindical directa y secreta. Estos arguyen que se les acusa sin sustento pero ninguno de ellos somete a escrutinio legal y público sus elecciones y reelecciones, así como del manejo transparente de los recursos y dinero de los trabajadores. Los sindicatos blancos o de protección a las empresas, son organizaciones creadas o impulsadas por el sector patronal para asegurarse un manejo cómodo de las relaciones laborales, que les permita maximizar ganancias a costa de menores sueldos y prestaciones a sus trabajadores, los dirigentes son sometidos o son títeres de los empresarios, éstos igual tienen dirigentes eternizados. Si los trabajadores forman otro sindicato en la empresa, siempre se mantendrá como mayoritario el sindicato blanco. Si una organización sindical legítima pide la firma de un contrato colectivo, la empresa alegará que ya tiene un contrato firmado y depositado ante la Junta de Conciliación y Arbitraje. El patrón siempre tendrá firmado uno con el sindicato de sus amigos y hasta de familiares indirectos, un contrato colectivo a modo lesivo a los intereses y derechos de los trabajadores. Los sindicatos y los contratos colectivos de protección son una práctica nociva que deja en estado de indefensión a los trabajadores y no permite la instalación u organización de sindicatos que verdaderamente velen por los trabajadores. Estos sindicatos blancos aseguran a las empresas márgenes amplios de ganancia y de decisiones unilaterales, los trabajadores son sometidos a salarios y prestaciones bajas y son despedidos con indemnizaciones ridículas. Los sindicatos blancos aseguran la explotación de los trabajadores, generalmente los usan las empresas que practican el capitalismo salvaje. Estas empresas ya han sido objeto de acusaciones por sus prácticas deleznables que cínicamente niegan. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su 359

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Marcha de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y otros sindicatos Foto: Benjamín Flores/Procesofoto/DF

Informe del Comité de Libertad Sindical, señaló diversas acusaciones de organizaciones en contra del Estado mexicano por permitir la práctica de los contratos colectivos de protección patronal o sindicalismo blanco, recomendó al gobierno mexicano que examine la situación de los sindicatos de protección en el país. La OIT indicó al gobierno que se revise la representatividad mínima de las organizaciones sindicales para negociar colectivamente, y la falta de imparcialidad de las Juntas de Conciliación y Arbitraje. El gobierno ha negado sistemáticamente lo que en los hechos se da y se disimula en contra de los trabajadores. El informe de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) titulado Contratación colectiva de protección en México señala lo anterior, en un análisis de las prácticas laborales de Wal-Mart en nuestro país, elaborado por el abogado y catedrático Alfonso Bouzas y el abogado e investigador

Luis Oliver Reyes Ramos. Este informe señala que la empresa Wal-Mart se rige en México bajo contratos colectivos de protección de tres sindicatos blancos que no celebran asambleas ni rinden cuentas y los trabajadores no conocen siquiera a los dirigentes. El documento da cuenta de que el corporativo tiene 43 contratos colectivos de almacén y dos de oficinas administrativas del consorcio, firmados con el cetemista Sindicato Nacional de Empleados y Trabajadores de Supermercados, Centros Comerciales, organización que es casi exclusiva de Wal-Mart y es liderada por Francisco Flores Monterrosas. Esta empresa niega lo que en los hechos practica una explotación de mano de obra barata para multiplicar sus ganancias. Otro ejemplo que señala el reporte es el caso del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria del Pan, que es titular de 60 contratos colectivos de panaderías de esta tienda, firmados con una familia de repre-

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sentantes sindicales de apellidos Lazcano Montoya. A lo largo de más de 50 años, ese gremio ha monopolizado los contratos de los trabajadores de las panaderías del país, y sus integrantes se reciclan en los puestos sindicales para poder tener presencia convergente en sus sindicatos. Estos dos casos, entre otros que señala el reporte ilustra lo que sucede en el ámbito laboral, situaciones que se dan abiertas y veladas en contra de los intereses y derechos de los trabajadores, otros casos de impunidad se dan en la mayoría de los monopolios de los medios de comunicación televisivos y de prensa, en las empresas de construcción, en las tiendas departamentales, entre muchas otras. Los sindicatos independientes son aquellos que mantienen como convicción y filosofía los derechos de los trabajadores por encima de intereses políticos o corporativos sindicales, entre estos se identifican los que mantienen una tendencia meramente laboral y otros con tendencias izquierdistas. En los primeros se ubican a los sindicatos agrupados en el Frente Auténtico de los Trabajadores (FAT). Los segundos están agrupados en la UGOCEM, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). El panorama del sindicalismo mexicano resalta que la mayoría se ha convertido en una burocracia sindical que cargan los trabajadores, o bien, una empresa de protección para la defensa de las empresas. Esta situación a la larga podría propiciar estallidos sociales con una efervescencia contra líderes sindicales. La función del gobierno es ser árbitro entre los intereses de los trabajadores y patronales, no ser juez y parte. Los sindicatos deben ser obligados a rendir cuentas y transparentar las decisiones que afecten los intereses y patrimonio colectivo de los trabajadores; se deben legalizar o promover en materia de trabajo la no reelección de los dirigentes que se enriquecen a costa de los trabajadores. Reglamentar que haya visores de la OIT en las asambleas para elegir nuevos dirigentes, asimismo observadores ciudadanos que den fe de la transparencia en el ejercicio de la democracia sindical. Asimismo realizar visitas y supervisiones periódicas de ciudadanos y autoridades laborales a empresas que practiquen una explotación disfrazada. La STPS debe ser ciudadanizada para que realmente sea transparente e imparcial en sus decisiones, la sociedad debe exhibir mediante las redes sociales u otros medios a empresas, sindicatos o líderes que abusen de los trabajadores. El caso del SNTE y del Sindicato de PEMEX son insostenibles para el erario público y para el sindicalismo pues perdieron su esencia sindical. La reforma laboral no solo debe ser para actualizar las relaciones laborales entre trabajadores y patrones, sino también enfatizar en una modernización y democracia del sindicalismo. emiliano_082002@yahoo.com


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El cambio de poder en México Por Dra. Lidia Aguilar Balderas

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os escenarios que permiten establecer los posibles miembros del gabinete de Enrique Peña Nieto, en aras del inminente cambio de gobierno, ha despertado (como cada seis años) gran expectación; pero habrá que agregar que el país inicia una etapa que, por un lado, representa el regreso al pasado político luego de un impasse de poco más de una década, que aunque lleva implícita las siglas de un partido, que en mucho ha sido cuestionado por su papel en prácticamente setenta años desde su fundación donde no había dejado la presidencia, desde luego su impronta para operar la maquinaria estatal ha sido innegable.

Luis Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell, PRI, Jesús Zambrano, PRD, Gustavo A. Madero, PAN, durante la conferencia de prensa para anunciar que se esta analizando la firma del “ Pacto por México “, la reunión se llevó acabo en un hotel de la Ciudad de México. Foto: Benjamín Flores / Procesofoto / DF

Así, a pesar del cambio de gobierno en manos de la llamada oposición leal, el PAN no pudo desmantelar la estructura creada por los priístas, en mucho incluso se ciñó a las formas y prácticas del viejo régimen, así en el

argot político, es recurrente este tipo de ideas. No obstante, es inevitable no evidenciar los cambios políticos y sociales que albergan unas nuevas condiciones en las que el poderoso partido regresa a la presidencia.

Uno de los cambios más notorios, es la intentona de que grupos ideológicos alternativos (a pesar de su origen común) arribaran al poder; desde luego que han llegado a las diversas estructuras de los poderes y niveles de gobierno, pero se les ha dificultado arribar a la Presidencia de la República, en mucho, creo por razones de significación política sobre esta institución. Pues después de tres intentos de llegar a un cambio en el que se permitiera la llegada de un gobierno “progresista”, el país retorna al partidazo, sin haber dado la opción del gobierno en la izquierda. Desde luego que los aspectos que explican esta situación son multivariados, pero muestran en mucho el animo político más adherido hacia la visión norteamericana de lo que debe ser mejor para su socio comercial. Uno de los aspectos que más llama la atención es el referido a los personajes que hoy día están encaramados en el poder y que serán parte del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (ver el anexo). Partiendo de la idea de que los espacios a repartir representan un delicado y calculado equilibrios de fuerzas, me atrevo a pensar que la lógica de la organización de dicho gabinete estará en función de asegurar espacios a los diversos grupos políticos del momento; pero también se trata de mostrar

las reminiscencias de un pasado sustentado en el último gran grupo que se ha formado amparado por el ex presidente Carlos Salinas. La otra lógica que se está operando en este momento es la que tiene que ver con el denominado Pacto por México, que hoy tiene parte importante de los reflectores, en donde las tres grandes fuerzas del país se están incorporando al llamado del presidente entrante. Las suspicacias sobre los acuerdos formales, pero sobre todo los que no quedan plasmados en el papel, ha generado una oleada de comentarios, sobre los alcances de dicho pacto. En las actuales circunstancias políticas, se percibe entendible la posición de colaboración del PAN para lograr dicho acuerdo, pero es más delicado el tema del PRD, teniendo en cuenta que es la fuerza política que mas cuestionó los resultados del reciente proceso electoral federal. Creo que a pesar de las declaraciones vertidas por dicho partido, el consenso se logrará. Ahora, lo que hay que mirar con lupa es lo referido a las consecuencias legales e institucionales del mencionado pacto, pues de ello derivará una mega reestructuración de las instituciones políticas, con más de 70 reformas legales e institucionales. Es decir, no podría ser de otro modo, la llave para cambiar la lógica del sistema la tiene el propio creador, el PRI, pero requiere la cola-


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Ramón Silva Real

boración de las otras fuerzas, en la primera idea, lo que esta buscando dicho pacto es acrecentar las facultades operativas del poder ejecutivo, con ello la concentración en la toma de decisiones será el primer asomo de dicha reestructuración. En una segunda intención, se está buscando asegurar la gobernabilidad y gobernanza del país, incluso en situación de más adversidad a las que hasta ahora hemos visto. Es decir, las proyecciones del rumbo del país se abren como en un gran abanico que muestra muchas vertientes, pero sea cual sea el camino, el control de la toma de decisiones y la vigilancia de la operación de los distintos grupos y fuerzas políticas será fundamental para asegurar la propia estabilidad política, esa es la mayor apuesta. Si tomamos en cuenta que constitucionalmente el Presidente está limitado en relación a otros presidencialismos, aunque en México, en la época dorada

priísta, dicho personaje no requería más facultades formales para operar, pues con la dinámica del sistema, se aseguró el súper poder ejercido por el ejecutivo en turno; pero ahora, dadas las circunstancias de cambio político, el primer mandatario sí requiere mas atribuciones formales en sus facultades, ello explica en gran medida la reforma que se está realizando a la ley de la administración pública y cómo Peña Nieto incorporó a muchos de sus más cercanos colaboradores en las comisiones que más le interesan en ambas cámaras del Congreso de la Unión. Ello a pesar de los distintos grupos priístas, que desde luego también están representados en dichas comisiones. En suma, nos encontramos en el punto de quiebre en el que el nuevo rumbo político y económico del país se está definiendo, no se trata de un proyecto sexenal, se trata de una programación de largo aliento.

Fuentes: 1.- http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_ nota=710905 2.- www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=287058 3.- http://www.e-consulta.com/2012/index.php/2012-06-1318-40-00/nacion/item/suman-mas-nombres-a-la-lista-del-gabinete-de-pena-nieto 4.- http://noticias.terra.com.mx/transicion-presidencial/ gabinete-de-enrique-pena-nieto-conoce-a-los-que-se-perfilan,223 5f2fc9c44b310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html 5.- http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/anealisisdel-gabinete-de-enrique-pena-nieto 6.- http://www.adnpolitico.com/gobierno/2012/11/26/luisvidegaray-caso 7.- http://www.periodicolaextra.mx/noticia/SE-DISENA-GABINETE/2760 8.- http://www.eluniversal.com.mx/notas/886437.html 9.- http://www.sdpnoticias.com/columnas/2012/11/27/lafamilia-junco-del-grupo-reforma-elogia-al-gabinete-de-pena-nieto 10.- http://www.zonafranca.mx/probable-gabinete-de-penanieto/ 11.- http://www.elfinanciero.com.mx/index. php?option=com_k2&view=item&id=51966&Itemid=26


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¿Sistema de facciones o de partidos? El caso poblano en la elección de 2010 • El concepto “la mode” de la sucesión política en Puebla Por Diego Martín Velázquez Caballero Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro; mientras que un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro. George Clemenceau Le echamos la culpa nada más al que se sale; pero, también es la falta de apertura. Todos debemos asumir nuestra responsabilidad; los que ganan, de abrirse porque ganaron y los que no ganaron para sumarse a los que sí lo hicieron. Rafael Moreno Valle Oportet haeresses esse1 Introducción

E

l transfuguismo como acto político y social, por su naturaleza escurridiza, conduce a una zozobra teórica que lleva a observarlo desde una perspectiva filosófica y científica. Para estudiarlo se propone evaluarlo en el marco de las relaciones ético–políticas, las cuales no son armoniosas, sino tensionales y conflictivas. Es necesaria la perspectiva que ofrecen la dimensión deontológica y la dimensión científica para tener una interpretación amplia del problema. En los estudios políticos radica una enorme dificultad para justificar la teoría a emplearse debido al dilema que priva en ellos. La filosofía política y la ciencia política presentan variaciones significativas en cuanto al uso de la prescripción. Por un lado, el aspecto ideal de lo político trata de construir un pensamiento cauteloso respecto de esta dimensión social; procura valorar con equidad las disputas ideológicas que enarbolan diferentes intereses y pretende contribuir a un mundo justo analizando el acto político para someterlo a las normas de la ética. El aspecto positivista-empírico de la política –obsesionado en controlar y construir un mundo con base en la creación de paradigmas sistematiza-

dos– presenta modelos de enorme utilidad para interpretar los hechos y construir el futuro en lo posible. En la medida en que estos dos extremos se acerquen, la expresión de cada uno habrá de renovarse y la teoría política será completa.

El Vitalismo como probable respuesta Se parte de la consideración de que el tránsfuga no es más que un ejemplo de traidor; un individuo que viola la fidelidad (...) para con el poder (...) usarlo en beneficio propio (Reniu y Vilamala, 1996). En sentido peyorativo se llama tránsfuga político a la persona que por diversos motivos se pasa de un grupo político a otro. El concepto de tránsfuga proviene del latín transfúga y significa: “Persona que huye de una parte a otra. Persona que pasa de un partido a otro”, según el Diccionario de la Lengua Española, y agrega otras acepciones como: volver, cambiar o mudar casaca y chaquetear.2 La idea de que un individuo salga de un partido y se inserte al contrario, lo que implica una traición a una causa, objetivos, programas o personas, está arraigada en el contexto político español contemporáneo. Durante el período histórico de España conocido como la “Restauración”,3 los tránsitos que se efectuaban tenían como puntos de origen y/o destino los partidos liberal-conservador y conservadorliberal, cuyas denominaciones ya demuestran de por sí el carácter de reversibilidad de los mismos, y se repite como acción política una vez que muere el dictador Francisco Franco para permitir que se fortaleciera la representación política y el sistema de partidos que, al igual que la democracia, se encontraban en ciernes. El concepto ha tenido y tiene una significación especial en el caso de

Manuel Camacho Solís Foto: Demián Chávez/procesofoto

la política española, sin embargo el transfuguismo político español, a diferencia del que aquí se estudiará, hoy representa un grave problema que socava los cimientos de su actual sistema democrático. Otros casos históricos que también deben considerarse son los de Italia y Portugal en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el fenómeno fue conocido como transformismo4 y rotativismo, respectivamente. A partir de la corriente de pensamiento que en filosofía se conoce como Vitalismo se pretende explicar el fenómeno del transfuguismo; el vitalismo se concibe como la serie de propuestas que enarbolan la capacidad del hombre para controlar su

destino. Equiparando el transfuguismo a una traición, desobediencia, rebeldía o perfidia, el concepto ingresa en los elementos que estudia este enfoque filosófico. Mediante una perspectiva vitalista se puede interpretar el fenómeno del transfuguismo político de una manera más enriquecedora. De tal manera se plantean las siguientes preguntas: ¿Cuándo se justifica el transfuguismo?, ¿hay un transfuguismo bueno y uno malo?, ¿el transfuguismo político en el PRI es legítimo o ilegítimo? Identificar los tipos de transfuguismo político que se están dando en la Mixteca Poblana será resultado de los casos concretos analizados en este trabajo. A partir de la diversidad de conceptos de transfuguismo se podrá construir una tipología de este fenómeno. La mirada vitalista contribuirá notablemente a descubrirlo. El Vitalismo, como corriente de pensamiento, está inscrita en la tradición humanista; esta escuela atribuye a la condición del hombre la búsqueda incansable de la libertad como única razón de vida, reivindica la existencia como una realidad singular que no puede ser entendida en términos ajenos a ella. Algunos de sus exponentes han sido calificados de románticos o irracionalistas, lo cierto es que el vitalismo permite la toma de conciencia en el hombre como lo real de su existencia, por encima de razón, religión y cualquier otro límite; se ha afirmado por oposición a los conceptos metafísicos y religiosos; su principal debate radica en admitir que la misión del hombre en la tierra es acatar determinados designios considerados divinos para generar su trascendencia. Considera que son estos ordenamientos los responsables de la disminución en la voluntad del hombre y de su trascendencia; la vida no tiene un fundamento exterior a ella, tiene valor en sí misma; estos ordenamien-


Artículo tos escinden al hombre y pretenden crearle una parte metafísica para vincularlo con una forma que finalmente lo obliga a reconocer un orden y una dirección en su cotidianeidad. La responsabilidad de la contingencia humana es lo que encadena al hombre que, sin embargo, resiste. Esa resistencia a aceptar de forma permanente las condiciones que limitan a la persona da el paso a la rebeldía, y más tarde a la deserción. Es decir, el hombre no puede asumir compromisos definitivos pues eso sería negarse a sí mismo y negar el mundo, la existencia es una oportunidad que no puede encadenarse a nada, por ello la imposibilidad de la fidelidad eterna. El principal concepto que pretende esclarecer el vitalismo en el hombre es esa voluntad de recuperarse. De ahí que la rebeldía y la deserción aparezcan como fenómenos que ofrecen ese dato. Erich Fromm (Fromm, 1992) vinculaba desobediencia, evolución y libertad. Según él, desobedecer es un proceso complejo; el proceso mental que entraña la desobediencia es mucho más complejo que el de la obediencia. A través del mito de Adán y Eva y el de Prometeo proponía explicar el camino evolutivo del individuo hacia su libertad. Cuando Adán y Eva muerden la manzana rompen su vínculo con la naturaleza y se transforman en individuos. Prometeo roba el fuego y acepta sus cadenas antes que doblegarse ante los dioses. La desobediencia contra las normas injustas y el derecho de rebelión simbolizan en la historia esos últimos reductos de libertad contra el tirano o el Estado injusto. La rebelión/traición en la historia juega un papel significativo, aún en las concepciones religiosas se guarda memoria de los cambios que genera. En la tradición judeocristiana se conoce una primigenia traición en la historia del cosmos: la de Luzbel a Dios. No ha habido una traición más conocida. La criatura que era la demostración más admirable del genio de su Creador sentía con desagrado ser simplemente una gloria prestada cuyo rol sólo era reflejar la majestad infinita del Dios que le había dado la existencia. Ese impulso generó la desobediencia que representa la peor insurrección de todos los tiempos.5 Este punto es uno de los más grandes misterios del universo moral descrito en las Escrituras: ¿Cómo fue posible el surgimiento de este impulso de maldad en el corazón de un ser creado por Dios? Ante esta pregunta sólo cabe una respuesta parcial, puede reconocerse que el pecado entró en el mundo a continuación de la rebelión de Satanás, pero el resto es un enigma. A partir de entonces, la traición es vista como fenómeno negativo, un pecado, rebeldía, desobediencia, violación de la fidelidad debida, un comportamiento ajeno a la dignidad.6 La traición es una de las acciones más destructivas en las relaciones humanas. Es una grave falta que se comete violando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener

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Porfirio Alejandro Muñoz Ledo, actualmente diputado del PT. Perteneció a las filas del PRI hasta que fundó, junto con Cuauhtémoc Cárdenas el PRD. Foto: Benjamín Flores / Procesofoto / DF

a otra persona, es ofender y agraviar alevosamente la amistad, el amor o la sinceridad. Aunque el bien y el mal tienen una posición determinante en la conciencia religiosa de la sociedad en la historia toman lugares extraños, se entremezclan misteriosamente. Es decir, ni el mal ni el bien existen absolutamente; lo malo y lo bueno tienen algo de su contrario. Para comprender lo anterior y la manera en que se sobredetermina la historia puede observarse la diferencia entre la traición de Pedro y la traición de Judas; el primero absuelto; el segundo condenado y arrepentido al punto de quitarse la vida. En este pasaje se distingue la traición que no viola las reglas divinas, de la cobardía que las transgrede. Judas, al entregar a Jesús, al enviarlo a la crucifixión, viola el código sagrado, atenta contra el cuerpo de Cristo, rechaza su enseñanza y su doctrina y se coloca fuera de la Iglesia, porque ésta condena su vileza. La traición de Pedro permite que el Cristianismo adquiera el status que posee hoy en día, aunque sin Judas, el martirio de Cristo y la consecuente redención de la especie humana no hubiese sido posible. Muchos males se hacen por equivocación. El hombre se puede equivocar porque vive dentro de un tiempo y tiene que tomar decisiones inmediatas. Hace el mal quien, consciente del error, traiciona. Sin embargo, tanto para el que se equivoca como para el que traiciona, las consecuencias son semejantes. Es una tarea que oscila entre la fidelidad a los valores últimos –de ahí la acusación de traición respecto a quien toma demasiado en serio la lucha por su realización–, y la exigencia de cambiar el mundo– de ahí la acusación de deserción dirigida a quien se refugia en estériles profesiones de fe. Traicionar significa elegir la parte equivocada, desertar significa no elegir la correcta; si te pasas al enemigo, traicionas; si abandonas al amigo, desertas. (...) En la tensa, dramática y desgarradora relación entre traición y deserción reside la ambigüedad del

problema y la dificultad de la solución. (Bobbio, 1998:130) Ser fiel a los valores últimos entraña una actitud peligrosa, en nombre del bien –del ideal en que se cree con toda el alma– parece válido hacer todo el mal que sea necesario. La tentación del bien es la más peligrosa, porque en su nombre puede cometerse un mal mucho mayor. No puede extirparse el mal. Es muy peligroso creer eso, pues se permitiría mucha crueldad, violencia, con la esperanza de vivir en el paraíso terrestre. (Todorov, 2004) Para entender la forma extraña en que actúa la divina providencia (Hirschman, 1997),7 también es útil la experiencia histórica del cristianismo en Occidente. Antes de que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del Imperio Romano los herejes sólo sufrían castigos menores; pero una vez equiparada la herejía8 con la perversión en el siglo II, millones de personas consideradas herejes fueron asesinadas debido a sus creencias.9 Sin embargo, a partir de la herejía (Muñoz Saldaña, Marzo 2005) surgieron la ciencia y la reflexión libre10 que hoy permiten comprender mejor el mundo. A partir del surgimiento del protestantismo pudieron entenderse mejor los debates sobre el poder civil, la tolerancia, la libertad, la igualdad y la democracia. El mundo requiere, entonces, una interpretación heterodoxa de la traición. Las herejías, rebeliones, traiciones y deserciones fueron factores que detonaron cambios profundos en la historia del pensamiento occidental. La trasgresión del orden establecido mostró la alteridad de la vida, lo otro. Con ello, la opción de escoger libremente implicó el descubrimiento de circunstancias nuevas aunque sujetas a dilemas éticos, la mayor de las veces. En la sociedad contemporánea la extensión de comportamientos que contradicen la fidelidad es un fenómeno casi epidémico El transfuguismo político puede ser considerado en este conjunto de acciones que provocan variaciones significativas. La necesidad de concebir ideas

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nuevas, diferentes a las que hemos heredado de la tradición es inherente al espíritu humano y a su forma de asimilar la experiencia del mundo: aunque todos nacemos en un ámbito de conceptos que nos son dados tenemos una visión particular de las cosas, nos formamos una opinión o interpretación propias. Nuestra conciencia es herética cuando se cuestiona cualquiera de las verdades que se dan por aceptadas, una creencia que suscita herejías da sobrada prueba de su fuerza y su vitalidad. La lucha contra esa disidencia permite que la creencia sea más clara y precisa. La reivindicación de los derechos de las minorías es una forma de ir en contra del orden establecido, como lo han sido aquellos llamados a la revolución social en las más diversas latitudes del mundo. En la disidencia política y la represión que se ejerce en su contra se recuperan muchas de las viejas prácticas de la represión contra la antigua herejía. Miles de disidentes han sido víctimas de detención y torturas y han sido llamados traidores. Traidores al mundo de significaciones dominantes y al orden establecido. Sin embargo, han hecho oír su voz y poco a poco lograron transformar la sociedad. Las nuevas ideas siempre han sido consideradas una fuerza amenazante; sin embargo, la voluntad de cambio termina por imponerse. La voluntad renovadora, su afán de poner en duda las certezas impuestas y las ideas es la mayor aportación de las herejías: mover a la duda, a la confrontación crítica y a la polémica, que son la genuina fábrica de la verdad. De esta manera la herejía ha tenido un enorme poder en la historia del espíritu humano. Esta dinámica parece encontrarse en el centro de la evolución política de México. Se considera que existe traición en el transfuguismo político cuando se produce el cambio al partido que pregona lineamientos políticos antagónicos, porque se actúa con deslealtad a la voluntad popular, al conjunto de ciudadanos que, con base en una propuesta, eligen un representante y le otorgan su voto, su confianza política y poder para dirigir los destinos de la sociedad. El sólo hecho de cambiar de partido político no es traicionar; implica felonía cuando, además del interés personal, la decisión carece de elementos morales o soportes éticos y se hace con la finalidad de construir futuras alianzas que redunden en alcanzar otros puestos políticos; es decir, cuando el cambio se inspira en razones subalternas y no como parte del legítimo proceso de evolución del pensamiento propio de los seres humanos.11 Cuando un político cambia de filiación partidista para obtener prebendas y beneficios personales, es correcto señalar el transfuguismo como un acto falto de compromiso y éticamente reprobable. En otra situación, cuando un político deja su partido de origen por intrigas internas, violación de sus derechos políticos, porque sus principios personales han dejado de


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ser compatibles con los del partido al que pertenece y no quiere traicionar los compromisos realizados con sus simpatizantes, es legítimo, lícito y en algunos casos hasta conveniente y aconsejable su divorcio con la anterior organización partidista. Quien abandona así a un determinado partido político muestra coherencia en sus razones éticas y políticas. La afiliación a un partido político es un acto individual, libre y soberano, que no tiene más restricción que aceptar voluntariamente sus principios doctrinarios, su programa de acción y sus estatutos internos, lo que en sentido estricto permite cambiar de partido por voluntad propia. Los ideales políticos nunca intentan mejorar la condición humana sino la sociedad, no lo que los hombres son sino la comunidad en que viven. El dilema es una lenta y fatigosa búsqueda no de aquello que es bueno en sentido absoluto, sino de aquello que reduce el mal y el sufrimiento. El Vitalismo coadyuva a observar una justificación válida del accionar de los tránsfugas, pues la traición complementa la flexibilidad, adaptabilidad y el antidogmatismo del hombre. En la consonancia de la disonancia se encuentra la adaptación que permite el mejoramiento de las sociedades. No se pretende hacer una defensa del transfuguismo político sino valorarlo en una dimensión más transparente. Revisando el pasado inmediato del sistema político mexicano puede observarse que esta práctica ha venido respondiendo a una descomposición paulatina de un partido hegemónico que se sostenía en el poder mediante fraudes electorales y una férrea disciplina de sus militantes. Es verdad que las alternativas políticas existían, pero de una forma marginal. Ello motivó a construir un pluralismo político urgente en la todavía prolongada transición de nuestro país mediante la migración política. Aunque es innegable que varios casos de transfuguismo responden más al oportunismo electoral, son varios los ejemplos que demuestran como la incoherencia programática de los partidos y la necesidad de adaptarse a las nuevas reglas de juego han sido las principales motivaciones de la movilidad partidista. Lo anterior permite observar la ambigüedad de la percepción que se tiene sobre el transfuguismo según el nivel democrático del espacio que se analice, se ha señalado que las consecuencias del transfuguismo no son iguales en regímenes que están en transición y en aquellos que ya son democracias estables. El transfuguismo también representa un cambio en la cultura política del México rural. Algunos estudiosos de la mexicanidad presumían el “egepticismo” como una condición prevaleciente “ad eternum” del ser mexicano (Ramos, 1972; Paz, 1996; Zea, 1952), de ahí que las formas de gobierno autoritarias fuesen idóneas para el control social. El transfuguismo está mostrando lo contrario. El mexicano que veía en el PRI una re-

Movimiento Antorcha Campesina marcha por servicios en comunidades de la huasteca. Foto: Jorge Sánchez / Procesofoto

ligión política está terminando por volverse un apóstata de la misma. Y la rebelión al interior de dicho partido político ha demostrado, aún en forma colateral, su capacidad para producir cambios democráticos en el país y sus regiones. Estas actitudes han comenzado a influir en la cultura política rural que se concebía como determinada por el PRI y electoralmente manipulable. La expectativa del transfuguismo en el campo orienta en gran parte este estudio.

Transfuguismo y transición política El transfuguismo es entonces un indicador de la movilidad política de la transición y del agotamiento de los canales, mecanismos y dispositivos que al PRI le permitían conservar el poder. Por principio de cuentas, el transfuguismo significa el agotamiento del poder invisible representando por las prácticas oscuras del tapadismo y del dedazo, que beneficiaban a determinados sectores y personas. A su vez implica también el rescate de la disidencia, que ocultaba la disciplina, la recompensa y el castigo del sistema político para las personas y las regiones, y el alumbramiento del voto, que el régimen posrevolucionario robaba mediante el fraude electoral. La ruptura del orden priísta, sin embargo, también ha traído como consecuencia que muchos grupos estén más interesados en mantener su feudo político que en la renovación de su partido; lo que ha generado una mayor cantidad de deserciones. El transfuguismo que constituye una salida saludable de un régimen decadente, también es utilizado por el Eje-

cutivo del Estado cuando los miembros de su grupo político no obtienen las candidaturas o bien, los candidatos ganadores de los procesos internos del PRI no obedecen a sus intereses; la descomposición corporativa en Puebla fortaleció al titular del poder ejecutivo antes que debilitarlo. Por ejemplo, en el caso de Antorcha Campesina, aún cuando ha ganado los procesos internos en municipios importantes, es atacada por el gobierno estatal que decide impulsar candidaturas de expriístas en la oposición. De la misma forma, los grupos priístas que se proponen alcanzar la gubernatura del Estado comienzan a generar y negociar los liderazgos locales ya no con el propósito de fortalecer al PRI sino con el de generar redes que los alimenten electoralmente cuando sea necesario competir. Las alianzas de las estructuras personales con los “ismos” (marinismo, melquiadismo, etc.) contribuyen a la ruptura de comunidad y entre comunidades del mismo municipio que difícilmente se reconciliarán en una candidatura común. El transfuguismo puede constituirse como un indicador de la endeble democratización en el estado. Es decir, la migración partidaria sólo promueve la democracia formalmente, lleva a la competencia entre partidos el faccionalismo priísta, o sea, lo que antes eran las elecciones internas del PRI. El transfuguismo no tiene la capacidad suficiente para cambiar la cultura política, crear debates programáticos, identidades partidarias duraderas, promover nuevos liderazgos y actores. En un estado como Puebla, un gobernador puede reciclar a los disidentes y volver al monopolio de partido. La oposición crece en co-

yunturas de escisión priísta, pero no puede mantener –por mucho tiempo– a los nuevos miembros. El realineamiento y el nivel de competitividad electoral dependen del transfuguismo o grado de fragmentación que en sus elecciones internas obtenga el Partido Revolucionario Institucional debido a que, los diversos aspirantes a las candidaturas del PRI, no se convencen de la limpieza de las elecciones internas y cuestionan la serie de fenómenos que suceden en dichos procesos así como los favoritismos que nublan la supuesta democratización del partido. Un hallazgo importante lo constituye el hecho de que aún cuando las rupturas del PRI lleven a la oposición al gobierno municipal, generando con esto acciones de democratización vía elecciones competitivas, no implica un cambio sustancial en las formas de responsabilidad gubernamental y democracia directa. El transfuguismo político genera una baja institucionalización del sistema de partidos estatal y una exigua calidad de representación política. Es muy difícil separar al transfuguismo del oportunismo, en su extremo este fenómeno puede contribuir al colapso del sistema de partidos. La ocasión para desmantelar las principales estructuras de la maquinaria política del régimen posrevolucionario puede desperdiciarse debido a la incapacidad de la oposición para crear cuadros eficientes y estructurar sus plataformas políticas más ampliamente o al limitar la participación de sus miembros y militantes al preferir la rentabilidad electoral de un expriísta por parte de la cúpula partidista. Con todo lo anterior puede decir-


Artículo se que el transfuguismo es una acción resultante de un aprendizaje políticoideológico. Es un acto justificado de flexibilidad, adaptabilidad y antidogmatismo, elementos indispensables en los cambios que requiere la democracia. Los tránsfugas estarían guiados e identificados por un pragmatismo, aunado a una férrea defensa de sus derechos individuales; valores fundamentales de una sociedad de libre competencia y mercado político. Desde este punto de vista, el cambio de instituto político podría interpretarse como un acto racional que, más allá de una traición, constituye una estrategia de adaptabilidad. En la mayoría de las transiciones políticas a la democracia, los políticos que deciden aceptar el cambio de época modifican su ideología, sus prácticas y hasta sus colores. En España, por ejemplo, los franquistas que decidieron sobrevivir después de la muerte del caudillo se incorporaron así a una vida de competencia institucional y democrática. En un contexto de democratización los políticos no tienen alternativa, deben adaptarse a los cambios del terreno, tratar de seguir sus contornos y responder a las aspiraciones de sus electores. La transición mexicana comienza a estar caracterizada por la adaptabilidad a los nuevos tiempos; cada institución y cada actor sobrevivirán si aceptan que el porvenir pertenece a los que cambian. El transfuguismo está fortaleciendo al sistema de partidos y rescatando el regionalismo duramente opacado, al menos, siete décadas. Mediante el transfuguismo se está rescatando lo local, quizá no de la forma más agradable y coherente debido a las características tan cercanas al oportunismo, la traición y la falsedad política. Sin embargo, el transfuguismo implica un proceso de adaptación frente a la innovación de la democracia. Aunque el pluralismo que recientemente se está forjando en la escala local del país no resulta novedoso, lo cierto es que representa un avance importante para aquellos que hace

01.12.2012 algunas décadas no tenían voz ni derecho a la disidencia. Mientras la debilidad conceptual de la oposición continúe sin forjar nada sólido, nada práctico, los tránsfugas tendrán que fortalecerla para revivir sus propuestas políticas. Es lamentable el estado en que se encuentran la mayor parte de los partidos políticos en el país, el deterioro de los partidos abona el terreno para el surgimiento de liderazgos caudillistas, que aunque elegidos por voto popular, suelen estar reñidos con las instituciones y prácticas democráticas. En este proceso mexicano de transición, en el que el partido hegemónico no desapareció ni fue desmantelado como en países de Europa del Este, el aparato anterior seguirá funcionando un tiempo más; pero, en definitiva, la sociedad se introduce en una dinámica de cambios, alternancias y participación en la que el antiguo partido hegemónico se ve rebasado y tiene que transformarse. La visión maniquea que aún predomina en gran parte de la cultura política mexicana ha venido modificándose en la práctica de las elecciones mismas; en la democracia el bien es un elemento que existe en tanto y en cuanto exista el mal y ambos son la cara de una misma moneda, creando un sistema basado en las contradicciones donde la pureza absoluta no existe y donde las propias diferencias generan la fuerza de lo nuevo en la matriz decadente de lo viejo.

Conclusión La ruptura de cacicazgos, el enfrentamiento al control corporativo, así como la división intergrupal e intraterritorial está generando los dispositivos de la mecánica del cambio político a nivel local, lo que tiene tres efectos positivos. Primero, crea hábitos de participación individual y social donde las personas se hacen cargo de decisiones y actividades eminentemente políticas a las que antes no tenían derecho. Segundo, genera un ámbito de discusión de la agenda local que rescata la autonomía de

los temas regionales y comunitarios, desnacionalizando la vida y las políticas públicas. Probablemente se esté sembrando el embrión de la sociedad civil. Finalmente, si los tránsfugas acceden al poder político, actúan de manera inexperta en las políticas públicas y en la rendición de cuentas, pero disminuyen el autoritarismo. A su vez, sus gobiernos aprenden a ser castigados cuando no alcanzan las expectativas ciudadanas. La combinación de estos tres efectos resulta favorecedora del surgimiento de la democracia local. Gobierno y sociedad, élites y contraélites, deberán contemplar el aprendizaje de otros importantes valores: creación crítica y capacidad de juicio ciudadano, educación cívica solidaria, deliberación, interacción comunicativa y acción concertada, etc. La manera como se está construyendo la democracia local es difícil y compleja, por lo que parece tener un amplio déficit. El fenómeno del transfuguismo político requerirá más estudios para relacionarlo adecuadamente con la movilidad política, la ruptura de la cohesión de las élites o el racionalismo político. El transfuguismo político se postula como un indicador significativo del cambio en las relaciones de interpoder en distintos planos: local, regional y estatal. El fenómeno revela cómo los mecanismos de corporativismo y cacicazgo, que favorecían el mantenimiento de la hegemonía priísta, se tornan ineficaces. El transfuguismo puede tener como efecto colateral el fortalecimiento de la oposición. Si bien es cierto que su práctica es reprobable, existen casos y situaciones que justifican la migración partidaria. El contenido y las formas del transfuguismo varían de elección a elección, en el pasado el PRI podía aspirar a reciclar sus ex militantes, situación que ahora sucede con menor frecuencia. Son varios los síndicos, regidores, legisladores, senadores, gobernadores y candidatos a la presidencia de la república que no van a regresar al PRI. El costo de luchar a contracorrien-

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te es alto pero la recompensa es larga. Lo que algunos llaman “transfuguismo” es aquello que historiadores califican como rupturas históricas definitorias. Mientras los miopes sólo reparan en los vuelcos que la batalla implica, los analistas destacan la congruencia de una campaña inacabada por la transición sustantiva del país. (Muñoz Ledo, 2008) El transfuguismo, sin embargo, no puede ser la práctica recurrente de la política. La formación de cuadros dirigentes, reclutamiento político y programación ideológica es una tarea constante de los partidos políticos –incluido el PRI–. El predominio del poder invisible en los partidos estimula la partidocracia y el transfuguismo, una representación política sustentada en la repartición de prebendas sólo puede generar involuciones democráticas. Bibliografía BOBBIO, Norberto (1998) La duda y la elección. Intelectuales y poder en la sociedad contemporánea. Paidós. España BOBBIO, Norberto, MATEUCCI Nicola y PASQUINO Gianfranco (1992) Diccionario de Política. Ed. Siglo XXI. México FROMM, Erich (1992) El miedo a la libertad. Ed. Paidós. México HIRSCHMAN, Albert O. (1977) Salida, voz y lealtad. Ed. FCE. México HIRSCHMAN, Albert O. (1997) Retóricas de la Intransigencia. Ed. FCE. México JEAMBAR Denis, ROUCATE, Yves (1999) Elogio de la traición. Sobre el arte de gobernar por medio de la negación. Ed. Gedisa. España TODOROV, Tzvetan (2004) Memoria del mal, tentación del bien. Indagación sobre el siglo XX. Ediciones Península. España. RENIU Vilamala Joseph (1996) “La representación política en crisis: el transfuguismo como estrategia política”, en El debate sobre la crisis de la representación política, Porras Antonio J. (Ed.). Ed. Tecnos. España MUÑOZ Ledo, Porfirio (2008) La Agenda Nacional. Columna Bitácora Republicana. Periódico “El Universal”. México. 14 de Enero. MUÑOZ Saldaña, Rafael. (2005) Origen e historia de la oposición a las creencias dominantes. ¡Herejías! Revista Muy Interesante. Año XXII N.3 Marzo. Págs. 24-30.

1.- “Es necesario que existan las herejías”. 2.- En inglés party switcher, turncoat o jumping the ship. 3.- El transfuguismo no es un fenómeno social nuevo. En España se ha erigido, por méritos propios, en un elemento característico del sistema político español. Se justifica plenamente su uso en el contexto falsamente bipartidista de la Restauración. Con la Restauración Canovista, en la que el sistema se hallaba diseñado sobre la ficción de la existencia de partidos políticos y de vida política con instrumentos asociados a tal fin -turnismo, caciquismo... , el transfuguismo cobró carta de naturaleza en cuanto que era el comportamiento indispensable para el perfecto engranaje pues fortalecía el sistema de partidos, más tarde, cuando comenzó a complicar la situación de la representación política una vez que los partidos y la democracia española se hallaba consolidada, se solucionó parcialmente con la suscripción del “Acuerdo sobre un Código de Conducta Política en relación con el Transfuguismo en las Corporaciones Locales”, auspiciada por todas las fuerzas políticas parlamentarias, por la que se adoptó un conjunto de criterios reglados para dificultar y desalentar la consecución de objetivos que falsean la representación política por trasvase de concejales a otros partidos distintos del suyo originario, tal como la no admisión de personas procedentes de otro partido político si éstas no renuncian previamente. 4.- Serviría para indicar un nuevo tipo de práctica parlamentaria consistente en una continua negociación de votos entre la mayoría y la oposición, en la corrupción elevada a recurso político fundamental y determinante, en algo totalmente distinto de la rara transición de hombres político de un sector al otro del parlamento, de un partido al otro. Más en general, en el transformismo se individualizará el síntoma de un estado patológico de todo el sistema parlamentario, la causa de su ineficiencia e ineficacia como centro neurálgico del sistema político, de su incapacidad para dar vida a alineamientos definidos y compactos, mayorías estables, oposiciones responsables. En el futuro, con la ampliación del sufragio y la consolidación de grandes partidos de masa, el mismo término se utilizaría para indicar los complejos juegos de equilibrio, los cambios de opinión más imprevistos, las colusiones aparentemente menos coherentes, que todavía en la actualidad aparecen a nuestra vista con tanta frecuencia (...). Mastropaolo Alfio. Transformismo. En Bobbio, Norberto. Diccionario de Política. Ed. Siglo XXI. México. 1997. Pág. 1588-1589 5.- Otras traiciones conocidas de semejante importancia son la de Adán y Eva y Judas Iscariote. 6.- Los traidores más famosos de la historia: Luzbel, Adán y Eva, Alcibíades, Marco Junio Bruto, Judas Iscariote, Bellido Dolfos, Pausanias, Galeazzo Ciano, Ganelón y Mordred. 7.- Este concepto es referido por Hirschman como una de las ideas principales de Edmund Burke para demostrar la incapacidad de las revoluciones por cambiar la historia. 8.- Su significado es la diferencia entre el orden de las ideas y las prácticas religiosas establecido por una Iglesia poderosa y jerárquica, y las corrientes de doctrina divergentes de esas enseñanzas. Representan la ruptura entre un conjunto de ideas aceptadas como dogmas y un mundo de afirmaciones basadas en la orientación y el análisis personales, en el que, sin embargo, se mantiene vivo un sentido de la religiosidad. 9.- El clero reaccionó con violencia a estos movimientos ideológicos y los persiguió hasta sus últimas consecuencias. Fue así como las herejías cobraron miles de víctimas: líderes y grupos sometidos a tortura y sacrificados en nombre de una doctrina oficial. 10.- En la filosofía, Hegel le dio un vuelco al idealismo, creando un sistema basado en las contradicciones, donde la pureza absoluta no existe y donde las propias diferencias generan la fuerza de lo nuevo en la matriz decadente de lo viejo. Nietzche, preso de su ininterrumpida locura, postuló que Dios era un obstáculo para el desarrollo del hombre, ya que su ética de la bondad y la paz lo adormecía, destruyendo su espíritu creador. Friedrich Nietzche decretó, en medio de su turbulento pensamiento, la muerte de Dios. 11.- Los politólogos franceses Denis Jeambar e Ives Roucate (1999) afirman que “no se gobierna una ciudad con leyes de bronce y principios eternos salvo que se prefiera, como en Irán o Libia, la tiranía al proceso democrático. Gobernar es ante todo traicionar”. Se afirma que gracias a ella (la traición) se ha podido avanzar hacia la democracia; así, se señala que “el traidor como traditor es aquel que sobrelleva el peso de la historia y a la vez el que transmite el gran mensaje de la autonomía (...) la traición no sólo es indispensable para quienes quieren romper el cerco de la tiranía, sino que es el oxígeno de la democracia. (en diversos países) pululan los traidores, de izquierdas como de derechas. Flores del mal para unos, del bien para otros, maldecidos por aquellos a quien abandonan, bendecidos por sus nuevos aliados”.


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Bienvenida presidencial Si se pinta el mismo cuadro con un enfoque diferente, mejor no pintemos nada. Diego Rivera Por Luis Ángel Pérez

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l viejo sexenio ha llegado a su ocaso mientras la luz de un nuevo periodo presidencial ha comenzado a infundir aires de cambio y transformación. Vientos de antaño que aún invocan al viejo sistema revolucionario y mareas que se resisten a modificar a un país que ya no puede permanecer maniatado. Bajo este escenario político nacional, el oriundo del Estado de México, Enrique Peña Nieto, ha tomado protesta como titular del Poder Ejecutivo de la República Mexicana y, desde ahora, tendrá bajo sus manos y las acciones que emanen de las mismas, la responsabilidad compartida de conducir al país hacia una senda de prosperidad, equidad y desarrollo. Y menciono compartida porque no sólo desde la silla presidencial se construirá la anhelada transformación de México, en la orquesta participamos todos y la sociedad también deberá contribuir a la melodía. La bienvenida presidencial sólo es el comienzo de un camino que la historia reciente ha bautizado como oscuro; no obstante, si se emprenden acciones oportunas y enfocadas al progreso social y económico, podríamos adentrarnos en un circulo virtuoso que tendría como consecuencia primaria el incremento equitativo en el bienestar de los mexicanos. Resultado de décadas amargas en términos económicos y sociales, México actualmente transita por la etapa económica conocida como el “estancamiento estabilizador”, es decir, hemos logrado equilibrar los fundamentos de la economía pero nuestro crecimiento ha sido tan famélico que año tras año los resultados en pobreza, desigualdad y precariedad laboral, muestran una realidad social difícil de subsanar. Hambre, marginación

Enrique Peña Nieto. Foto: Eduardo Miranda/Procesofoto/DF

y desesperanza es lo que se respira en la mayoría de las calles del territorio mexicano. Una economía de bajo valor agregado que genera exiguas oportunidades de empleo bien remunerado ha desembocado en la creación de sesenta millones de pobres por ingresos; orillando a gran parte de la fuerza laboral (29 millones de trabajadores según la Organización Internacional del Trabajo) a buscar refugio bajo la sombra de la economía informal. Un cambio drástico y responsable tanto en la instrumentación de las políticas económicas como en la mentalidad del mexicano es imprescindible para impedir que la situación anterior continúe exacerbándose. En primer lugar, considero que ya es tiempo de dejar atrás viejos paradigmas sociales que no hacen otra cosa más que postergar y encadenar el avance del país. Olvidarnos del “ya merito”; dejar atrás al país elefante con mentalidad de renacuajo; enterrar la noción de que el gobierno debe dar y la sociedad sólo recibir y hacer de lado al México que siempre mira hacia abajo y no hacia arriba, son sólo algunos de los antiguos modelos que la sociedad mexicana debe abandonar en aras de navegar por un mar diferente. La transición de un país sub-desarrollado a uno desarrollado exige, entre otras cosas, un cambio de paradigma. Los países que ahora son prósperos algún día se lo propusieron y Mexico debe hacer lo mismo. Nuestro país debe olvidar su historia de fracaso, recuperar lo valioso y comenzar un nueva trayectoria con objetivos bien definidos. Durante las últimas décadas la economía mexicana se ha avocado al mercado externo mediante la concentración de una industria maqui-

ladora con baja productividad, que impulsa su competitividad mediante la preservación de una mano de obra barata en términos relativos. Necesitamos un cambio. Por un lado, se debe impulsar al mercado interno mediante el incremento de la inversión productiva y en segundo lugar, es imperativo revalorizar la ciencia y la investigación como canales para

Artículo impulsar el crecimiento del país. Asimismo, México demanda la existencia de una mayor competencia en todos los sectores de la producción. Para lo anterior se requiere de un gobierno que se preocupe por la regulación, promoviendo la eficiencia y así maximizar el bienestar de los consumidores. Hablar de innovación, tecnología y competencia económica suena como un tema de moda en nuestro país; sin embargo, este mismo asunto ha sido una constante en los países que hoy gozan de los niveles más altos de vida en el mundo. Mantener la estabilidad macroeconómica que hemos logrado durante los últimos años será fundamental para continuar con el proceso de transformación económica y social del país. Reconocer los contrastes, diferencias y necesidades de cada región al interior de México será primordial para poder mitigar los problemas que aquejan a cada región. Por último, subirnos en el tren bala del crecimiento no sólo mitigará la pobreza y desigualdad acumulada durante décadas, sino que abrirá las puertas del desarrollo equitativo y generará las oportunidades laborales para cada mexicano pueda realizar aquella vida que considera valiosa. Un nuevo sexenio, quizás, no sea suficiente para resolver los lastres sociales y económicos; empero, representa la oportunidad de recomponer el camino y dejar atrás ese pesado costal llamado historia. @LuisAngel_Perez angel_lp01@outlook.com


Artículo Los intelectuales en el poder

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2012, escándalos y polémicas Por Eduardo Mejía

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l año que está por terminar sufrió el fallecimiento inesperado de Carlos Fuentes, un día después que terminó la Feria del Libro en Español en Los Ángeles, a causa de una hemorragia, aunque algunos dicen que causada por las medicinas preventivas para el corazón, que en opinión de algunos médicos, no provocan males mayores a menos que ya estén presentes. Fuentes dejó dos libros inéditos, una novela y una colección de semblanzas cálidas, que los críticos no han podido calibrar ni asimilar; tuvo que venir Mario Vargas Llosa a recibir un premio con el nombre de su amigo Fuentes, para que declarara que el mexicano había sido el verdadero precursor del boom, al que muchos quisieron pertenecer aunque fue un club de muy pocos. Algunos aprovecharon para vituperar a Fuentes y adjudicarle una declaración que nunca hizo; se la endilgaron al recordar que fue embajador en Francia, cargo al que renunció cuando el presidente José López Portillo nombró embajador en España a Gustavo Díaz Ordaz. Tal vez el escándalo mayor se refiera al hecho de que ni críticos ni aduladores reconocieron haber leído obras de Fuentes posteriores a La muerte de Artemio Cruz, que este año cumple 50 de haberse publicado. Otro asunto espectacular fue la adquisición de algunas bibliotecas particulares célebres por el número de sus volúmenes: las de José Luis Martínez, Alí Chumacero, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés y Carlos Monsiváis. A las cantidades pagadas por esos acerbos algunos sumaron las de gastos de viajes que consideran exagerados; las críticas contra la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, se han incrementado sin que se altere su actuación vertiginosa. Pero su gestión se verá minada por la decisión de otorgarle al peruano Alfredo Bryce Echenique el premio otorgado por la Feria del Libro de Guadalajara, una de las reuniones de editores más prestigiadas del mundo del libro en español; Bryce Echenique fue acusado, y sancionado, por plagiar 16 artículos, y hay pendientes

Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2012 a Mario Vargas Llosa , en la Ciudadela: La Ciudad de los Libros, Ciudad de México. Foto: Benjamín Flores/Procesofoto/DF

otros 30 que, se dice, también copió tal cual, algunos con levísimos cambios. Voces de escritores, periodistas, críticos, se alzaron de manera casi unánime para protestar por el premio y exigieron al jurado que revocara su decisión; éste, en voz de uno de sus miembros, el escritor Jorge Volpi, defendió su veredicto con algunos argumentos débiles, aunque no falsos: que se le premiaba, informó, por la categoría de su obra literaria, no la periodística, y que de ser ciertos los plagios, no minaban su calidad de narrador; eso enfureció más a los críticos que afirmaron que también los artículos periodísticos deben considerarse como parte de la obra total, algo que otros objetaron porque se escriben con rapidez, sin tiempo de revisar, que inevitablemente contienen repeticiones, contradicciones, y muchas veces hacen suyas frases, pensamientos, afirmaciones de otros, muchas veces sin darse cuenta de que lo están haciendo; una de las voces más autorizadas, José Emilio Pacheco, no condenó a Bryce y dijo que él mismo a veces, sin advertirlo, se había repetido.

Contraatacaron los críticos al rechazar un argumento de Volpi, de que se premiaba a un escritor, no a una persona física, y citó casos de algunos grandes nombres que se vieron involucrados en delitos como homicidio (Jean Genet), malversación (Álvaro Mutis), y se olvidaron de mencionar a Norman Mailer (violencia doméstica), Mario Vargas Llosa (un descontón a la malagueña a su amigo Gabriel García Márquez); no citaron, sin embargo, el caso de Armando Manzanero (como compositor de “Antes de que te vayas, espera un poco…”, que Perry Como había cantado 15 años antes como “Wanted”, y de “Esta tarde vi llover”, que los conocedores reconocieron como una pieza de Chopin); ni citaron a Gonzalo Curiel cuyo “Vereda tropical” calca varios compases de Tchaikowsky, o María Greever, cuyo “Tipitipitín” tiene pasajes enteros de un concierto de Lalo, o el de Consuelo Velásquez, cuya pieza más famosa, “Bésame mucho”, es igualita en varias partes extensas del Concierto para Piano y Orquesta de Robert Schumann; ni recordaron las acusaciones contra Carlos Fuentes por Aura y por Diana o la cazadora solitaria, y contra García Márquez a quien el mismísimo Miguel Ángel Asturias acusó de haber plagiado a Balzac algunos personajes de Cien años de soledad. Ese escándalo fue antecedido por la acusación de Gabriel Zaid a Sealtiel Alatriste y Felipe Garrido, recipiendarios del premio Xavier Villaurrutia, por considerar que las obras premiadas no tenían categoría literaria; poco después Guillermo Sheridan, uno de los críticos más feroces del ambiente literario, señaló varios artículos de Alatriste que se parecían demasiado a otros varios; Alatriste intentó minimizar las acusaciones, pero aumentaron y se involucraron otros asuntos

que lo llevaron a renunciar al premio y a su alto cargo en la UNAM. Garrido recibió el premio solo. El sexenio termina y se esperan muchos cambios en el ámbito cultural, pero no se sabe para dónde van: ¿tendrán las autoridades de la cultura el mismo poder que han tenido en los años recientes? ¿El PRI regresará a la política de dejar hacer y dejar pasar? ¿Tendrá alguna influencia el PRD que durante la campaña prometió regresar la cultura al pueblo y no a las elites privilegiadas? Lo que se espera es más bien un apoyo a las empresas culturales que son víctimas de la piratería; Vargas Llosa asegura que sólo tres de cada diez libros suyos a la venta son legales y los demás, copias ilegales; y hay una cantidad sobrecogedora de libros al 10 o 15 % de su precio original en tianguis y puestos en la UNAM, en la Ciudadela, la Lagunilla y otros lugares; igualmente, la industria disquera parece en los límites de la supervivencia, y muchas marcas están por desaparecer, pues la gente compra discos pirata o los descarga de manera ilegal de internet o las pega en las redes sociales donde la gente las copia sin pagar derechos ni a autores ni intérpretes; los fabricantes de aparatos modulares ya no incluyen reproductores de casetes, y más bien los aumentan con dispositivos para leer USB, de donde descargan cientos o miles de canciones; lo mismo pasa con el cine, pues muchas cintas, incluso antes de ser estrenadas, ya se pueden adquirir en tianguis y tiraderos, pirata y de pésima calidad. Eso hace que muchos no quieran filmar, grabar o editar. Ése será uno de los grandes retos del nuevo gobierno, y de los nuevos zares de la cultura.

Alfredo Bryce Echenique, escritor peruano. Foto:Sanjuana Martínez/Archivo Proceso


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Artículo

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La imagen del poder

México; quiero que te quieran Por Ernesto Morán Santoyo

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urante la última década, podemos sintetizar dos rasgos predominantes en la percepción internacional de nuestro país. 1) el incremento de la violencia derivado en buena medida por el combate al narcotráfico y actividades delictivas, y 2) la bonanza económica que muestran los indicadores macroeconómicos y que podemos “presumir”. Además de una mala apreciación internacional derivada de la violencia que existe en el país, no se debe de dejar de estimar que también se percibe un clima de estabilidad y condiciones propicias para detonar un fuerte desarrollo, e inclusive un milagro económico mexicano, esos son los puntos fuertes de México actualmente. Tenemos áreas de oportunidad, como lo son, los indicadores y márgenes de pobreza, (figura anexa) y un creciente desperdicio del bono demográfico, que no tarda en revertirse en un pagaré social. Recientemente, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dependencia que mide la pobreza en México, emitió los resultados de su evaluación, en la que se demostró que en 2010 el 46.2% de la población mexicana (52 millones de personas) padecía algún tipo de pobreza, lo que simboliza un alza de 3.2 millones de personas en comparación con lo que se tenía en 2008. Este, es un tema que merece la atención y preocupación del Estado mexicano. Otro hecho indiscutible que ha repercutido negativamente en la percepción internacional, es la desaprobación de Estados Unidos para que sus conciudadanos vacacionen en nuestro país. En reiteradas ocasiones, el vecino del norte emitió “recomendaciones” para que los estadounidenses no viajen a México o para que aplacen los viajes que tengan previstos al país por la situación de violencia que atraviesa. El Departamento de Estado de la Unión Americana alertó que en México existen, por lo menos, 18 esta-

dos que representan un alto grado de peligro para ser visitados, se trata de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Zacatecas, Aguascalientes, Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos y Veracruz. La misma dependencia, señaló la muerte de 113 estadunidenses durante 2011 y 32 más en lo que va del 2012. Las afectaciones al sector turísticos son serias, aunque este sector reportó que de enero de 2007 a septiembre de 2012, México recibió 130.6 millones de turistas internacionales, cifra 12.1% superior al mismo periodo de la administración anterior. Como reporte final, la Secretaría de Turismo (Sectur) dio a conocer que referente a la captación de divisas por visitantes internacionales, estás sumaron 71 mil 027 millones de dólares, lo que representó un incremento de 22.1 %, en comparación con los 58 mil 163 millones de dólares captados en el mismo periodo de la administración anterior. Respecto al ingreso de divisas por visitantes internacionales pasó de 678 millones de dólares durante 2011 a 748 millones de dólares en septiembre de 2012, cifra que representó un incremento de 10.3 por ciento. El sector turístico es de vital importancia para la economía mexicana, y de seguir con la percepción internacional de que el país está “en guerra” y que es peligroso, miles de divisas y fuentes de empleo se ponen en riesgo. El turismo puede dejar de

abonar a la balanza comercial y al crecimiento. Debemos de recordar que una de las tres principales fuentes de ingreso de divisas para nuestra nación, son las remesas (por cierto, también en descenso, y derivado por dos factores, la propia situación económica de Estados Unidos, y los cambios generacionales de los mexicanos residentes en aquel país, donde el apego a su país de origen, suele desvanecerse con el pasar de los años), la venta de petróleo y el turismo. Petróleos Mexicanos (Pemex) es la mayor empresa de México y de América Latina y el mayor contribuyente fiscal del país. Tan solo el mes pasado, generó 2.542 millones de barriles por día en octubre, frente a los 2.555 del mes previo; las exportaciones promediaron 1.367 millones de bpd frente a los 1.339 millones de septiembre. En octubre, las exportaciones en el mes promediaron 1.367 millones de bpd frente a los 1.339 millones de bpd de septiembre. México, es el séptimo productor de petróleo del mundo y extrae principalmente crudo pesado, además de que el 26 de noviembre, el Presidente Felipe Calderón informó del mayor descubrimiento de petróleo en tierra en los últimos diez años: el pozo Navegante 1, en la provincia geológica de las Cuencas del Sureste. Se estima que el potencial petrolero en este campo de 87 kms2 permite estimar una reserva de hasta 500 millones de barriles de petróleo crudo. Cuando comenzó la administra-

ción panista, en el año 2000, a Pemex se le invirtieron en exploración 67 mil millones de pesos, mientras que en el año 2012 se invirtieron 300 mil millones de pesos. En cuanto a las remesas, el Banco Mundial informó que nuestro país se ubica en la tercera posición en recepción de remesas en el mundo y las estimaciones para este 2012 fueron de 24 mil millones de dólares; casi 2 mil millones de dólares superior al total de remesas de 2011 que fue de 22 mil 802.97 millones de dólares. Ciertamente, creo que con estos datos, las audiencias, tanto nacionales, como internacionales, nos encontramos con el reto de modificar y relanzar la percepción de nuestro país. Debemos de promover nuestra historia, elementos positivos como nuestros valores, la vocación de servicios tan importantes en este era de la información y para la economía de servicios; ser coherentes y persuasivos en lo mucho que tenemos que ofrecer, riquezas humanas y materiales. El triunfo de México es constante, es incuestionable, en varios ámbitos, como el económico, social y político; somos un país que ha transitado con retos y dificultades, pero no podemos dejar que la crítica y la necesaria observancia a las fallas y errores, determinen todo lo que somos. Estoy seguro que somos más los buenos, y quienes queremos un mejor futuro. Una de las principales líneas de acción del nuevo gobierno que inició este 1 de diciembre, deberá ser la fuerte vinculación que tenemos con la principal economía de este planeta, la de Estados Unidos, que si bien, nos pueden llegar a percibir que estamos pasando por momentos difíciles, no deben dejar de tener presente, lo mucho que generamos como aliados. En lo particular, creo que se deben conjuntar los renovados liderazgos de Enrique Peña Nieto y Barack Obama; el primero viene de una transición de poder, el segundo, la ratificó y esto los identifica como líderes populares y atractivos. Habrá que trabajar en una agenda bilateral El nuevo mandatario tiene su agenda, y los partidos políticos tienen la propia, pero juntos pueden construir una agenda común que beneficie a nuestro país, generando cambios paulatinos que se reflejen en beneficios para la población y por ende, en una mejor calidad de vida. Estas condiciones pueden fomentar la inversión y el crecimiento, pero sobretodo, desarrollo para sus respectivas naciones, donde urge la creación de empleo y oportunidades. emorans@gmail.com @EMoranS




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