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Noviembre 2013, Número 16
Espionaje irrefrenable de EU; tibieza de México
Por Marcos Marín
Especial de reforma hacendaria
Posibilidades, limitaciones, propuestas Por Carlos Loeza Manzanero / Ramón Castañeda
El otro Maquiavelo
Por César Cancino
Parlamentarización del sistema presidencial y otras falacias Colaboran: Francisco Sánchez • Lidia Balderas • Ernesto Morán
Por Fernando Dworak
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Editorial
Índice
País Lilliput
Agenda con Washington: espionaje irrefrenable frente a nuestra tibieza Por Marcos Marín Amezcua
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Reforma Hacendaria en México Por M.E Carlos Loeza Manzanero
Algunas sugerencias para la formulación de una reforma fiscal progresiva, federalista y rentable para México Por Ramón Castañeda Ortega
El otro Maquiavelo Por César Cancino
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La reforma hacendaria fue concebida como una reforma estructural que se suponía que sería parte de la redefinición del modelo de desarrollo. Sin embargo, en el Congreso se hizo pedazos y quedó en una muy modesta reforma fiscal que pudo aprobarse al incluir algunas de las propuestas del PRD. El problema, sin embargo, era mucho más serio. México ha vivido varias crisis que señalaron el final de modelos de desarrollo: la populista de 1970 terminó con el desarrollo estabilizador, el neoliberalismo liquidó el neopopulismo en 1982 y la globalización en 1989 inició un nuevo ciclo. Sin embargo, la reforma global del modelo de desarrollo sigue esperando a que los partidos se pongan de acuerdo, dejen a un lado parcialidades de corto plazo y lleguen a la conclusión de que México necesita un nuevo consenso social, político y económico. Pero de nueva cuenta el corto plazo no permitió ver el bosque. Si necesitamos crecer a 6.5% para salir de la marginación y el subdesarrollo, el actual sistema productivo sólo permitirá crecer a tasas anuales promedio menores a 3%. Es decir, el modelo de desarrollo sólo podrá atender las necesidades de la mitad de la población, mientras la otra mitad se moverá en la pobreza. Los legisladores de nueva cuenta no supieron pensar con grandeza.
Halloween Por Luy
Sobre la parlamentarización del sistema presidencial y otras falacias Por Fernando Dworak
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Análisis de la Encuesta Nacional sobre cultura política y prácticas ciudadanas 2012 Por Francisco Sánchez Espinoza Lidia Aguilar Balderas
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Percepción, vital en la comunicación Entrevista con Ernesto Morán Santoyo 2a. parte Por Luis Carlos Silva
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Mtro. Carlos Ramírez Presidente y Director General carlosramirezh@hotmail.com Lic. José Luis Rojas Coordinador General Editorial joselrojasr@hotmail.com Dr. Rafael Abascal y Macías Coordinador de Análisis Político Mtro. Carlos Loaeza Manzanero Coordinador de Análisis Económico Dr. Samuel Schmidt Coordinador de Investigación Política Wendy Coss y León Coordinadora de Relaciones Públicas Emiliano López Analista emiliano_082002@yahoo.com María Eugenia Briones Juárez Diseño Mathieu Domínguez Pérez Formación Monserrat Méndez Redacción Raúl Urbina Asistente de la dirección general Transición es una publicación mensual editada por el Grupo de Editores del Estado de México, S. A., el Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, S. C. y el Grupo Editorial Transición. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez Hernández. Todos los artículos son de responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F. Reserva 04-2012052910232300-30. Certificado de Licitud de Título y Contenido No. 15670. *Circulación certificada por La Asociación Interactiva Para el desarrollo Productivo, A. C. *Registro en el PNMI: 10/09/2013. Circulación: 20,000 ejemplares www.grupotransicion.com.mx
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Escondrijos de la Alforja
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Agenda con Washington: espionaje irrefrenable frente a nuestra tibieza Por Marcos Marín Amezcua México lleva años sin enviar a Estados Unidos un embajador de carrera cuya eficacia cause admiración en ambos lados de la frontera. Luego, ha faltado en la actual administración la capacidad para articular una política bilateral admirable, concreta y con visión de futuro. Se nota mucho esa insuficiencia y para mal. Nunca es fácil la relación con Estados Unidos, pero pareciera que seguimos contando en Relaciones Exteriores solo con funcionarios complacientes, para los que pareciera un crimen siquiera marcarle al gobierno de aquel país faltas graves que traicionan el necesario clima de entendimiento mutuo, en detrimento de México. Pareciera que hacerlo no cabe en su cabeza; pareciera que les da pavor hacerlo. ¿Será que les preocupa perder la visa para ir a su próximo viaje a Disneylandia? La relación bilateral no puede permitirse tales omisiones y ya merece una urgente transición, pero antes en lo concerniente al gobierno mexicano, la relación bilateral ha de pulirse, depurarse y asumirse, pues de lo contrario, no avanzará. Ahora gobierna el PRI -que presume menos de su nacionalismo revolucionario- quizás al reparar en que la Revolución fue hace un siglo; a todas luces sabe que ya debía de obligarlo a renovar el discurso. Por elemental congruencia. Recordemos que el PRI como oposición fue puntual señalando al PAN que, como gobierno, era incapaz de establecer una diplomacia de altura; le recordaba que el PRI había mantenido excelentes relaciones incluso con Estados Unidos, pasando de largo tropiezos graves de gobiernos priistas como el ingerencista embajador Gavin o la disminuida participación del embajador Montaño en la ardua negociación del TLC a cargo del tristemente recordado Jaime Serra Puche y otros incidentes bochornosos de la diplomacia priista con el vecino del norte. Ya de regreso al gobierno, el PRI está dando nuevas muestras preocupantes de la forma en que bien ejerció hasta el año 2000 y nos lo recuerda: su dejadez y su carencia de firmeza para abordar a la agenda común, la tradicional pues, y la que añade nuevos y escabrosos temas como el no menor del espionaje del gobierno de Estados Unidos al gobierno de México y a excandidatos como Enrique Peña Nieto. ¿Qué esperaban los estadounidenses encontrar aquí en México? ¿qué rumores querían confirmar? ¿qué sospechaban para emprender semejante proceder, indagando en el presidente Calderón o en el candidato puntero a sucederlo? ¿por qué sólo espiaban al candidato del PRI? Y ciertamente que son los priistas quienes, nerviosos, son los menos dispuestos a tocar el tema, evadiéndolo y dejándolo en manos del gobierno que, para su infortunio, encabeza su partido, lo cual coloca a tal instituto político en un brete que no quisiera asumir y lo evade como puede. Puede argüirse que Estados Unidos sólo buscaba defender su seguridad, como ya lo ha externado de manera seca y contundente, pero a estas alturas del partido, con el desprestigio de su diplomacia remachado por Wikileaks y Snowden, esa sería una argumentación hueca. Para el caso mexicano en concreto, tendrían que dejar claro que tan ilegal acción emprendida, al menos debería de responder a determinado parámetro de medición que no tienen la intención de revelarnos.
El espionaje estadounidense sobre México, cuyos alcances crecen según se sabe a detalle un día sí y otro también, y como una bola de nueve, ha estropeado el buen nombre de la diplomacia de Obama, que no necesitaba un nuevo estropicio de su parte tras incidentes vergonzosos con México, tales como la salida escandalosa de su fallido embajador Carlos Pascual, quien mancilló de manera irreparable las relaciones bilaterales, pues su intervencionismo demostró lo que se niega en Plaza Juárez o se niegan a ver allá: que en el Departamento de Estado nunca se han apagado las voces que claman por una política intervencionista sobre México. Allá no se cansan de negarlo, pero sus actos hablan por sí solos. Aquí no se cansan de dejarlo pasar y como quien ve llover. Por supuesto que es de nuestra incumbencia saber qué hacemos al respecto nosotros, porqué se ha respondido con una injustificada tibieza que ofende. Antes que otra cosa. La lista de atropellos es larga y sólo nos detendremos en un par de acuciantes ejemplos para evidenciar la falta de respuesta de nuestro gobierno. ¿Por dónde empezar a auscultar una relación que hoy pinta para llevarse mal? Lo primero importante resulta ser la tibieza y la incapacidad de nuestro gobierno, es decir, su complacencia para atinar a enviar la clase de embajador o de funcionario que debería de ocupar el número 1911 de la Avenida Pennsylvania en la capital estadounidense -sede de nuestra embajada allá- al que corresponda atender semejantes prácticas deshonestas, pues destaca su silencio y parece que estamos negados a darle al clavo con un diplomático como Medina Mora que demuestre firmeza y deje claro que México no admite espionajes, como no debería de admitir muchas más cosas de Estados Unidos. Luego está sobre la mesa y a despecho del gobierno de aquel país, el espionaje sobre el entonces candidato Peña Nieto y sobre el entonces presidente de México, Felipe Calderón. Un tema que parece inagotable y que sigue revelando entresijos inimaginables. No podemos salir del asombro, no cabe nuestro estupor y la vergüenza que puede despertar que un
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gobierno de otro país que consideramos socio y amigo -los afectos en ese orden- espíe impunemente al otro y nos quedemos como si nada. Es inadmisible que suceda en nuestro servicio diplomático. No sólo es eso. ¿Cómo se ha llegado a esto?¿Cómo es posible que se le permitió actuar impunemente a Estados Unidos en México, a sus agencias, a sus agentes, con gran soltura e inagotable paciencia de los mexicanos, desde la época de Ernesto Zedillo? Ahora se pagan las consecuencias de haber abierto la puerta que hoy redunda en un grosero e impúdico espionaje ilegal de quienes claman ser muy legales, que no lleva ni carta de presentación ni definición de objetivos claros, dañando la relación bilateral. Súmese la tibieza del gobierno Peña Nieto que conduce a preguntarse si al frente de él y de su servicio exterior están las personas más capaces para atender la importante relación bilateral. Claro es que se comprende la postura de Washington, molesto con la política antinarco de Peña Nieto, vista con dudas y resquemores. Sin embargo, ya no es de sorprenderse que el secretario Meade no actúe con la firmeza requerida respondiendo a las acciones ilegales de Estados Unidos en México o que no lo haga porque no recibe las instrucciones precisas; ni que se emitan interminables boletines desde Exteriores diciendo que se envían y reenvían notas diplomáticas a Washington en un tono que ha pasado del extrañamiento a la protesta tímida y forzada, muy forzada, tibia, abyecta, para acallar a la opinión pública mexicana que olfatea el abuso de aquel gobierno ante la impavidez del propio y se exaspera con su tibieza. Hasta antes de las revelaciones escandalosas de la revista alemana Der Spiegel efectuadas en octubre de 2013, los corifeos del gobierno Peña Nieto y voces poco autorizadas aseguraban que el ejecutivo mexicano plantó cara a Obama tratando el tema del espionaje a su persona como candidato, externándole su molestia -aseguraron- y pidiéndole explicaciones, queriendo con ello dejar en claro que no se pasó por alto el asunto y que se tenía en las manos a cambio, una respuesta
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de compromiso del gobierno Obama para investigar lo sucedido. Eso fue meses atrás. Sin embargo, el 22 de octubre de 2013 con el escándalo de regreso y aumentado por la publicación germana ya citada, desde Ginebra, el secretario Meade ya en plan serio señaló que exigía de Estados Unidos la investigación sobre lo sucedido, la que aún no había emprendido. Textualmente afirmó: “Nosotros no queremos una explicación, pedimos una investigación”. ¿En qué quedamos? Pues en que las declaraciones de los meses anteriores eran simples palabras del ministro mexicano. Hasta entonces y si no es por los nuevos balconeos al gobierno de México y una opinión pública indignada por la gestión peñista en Washington, nada hubiera pasado. Eso es muy grave. O sea que ¿todo hubiera quedado en el simple “enojo” de Peña Nieto sin que actuara Obama, de no saberse nuevos datos a través de Der Spiegel? Es alucinante y vergonzosa la postura de nuestro gobierno y la carencia en su capacidad de gestión ante su interlocutor. Así, lo que está resultado es la incapacidad y postración del gobierno de México para encarar un espionaje ilegal, impune, reiterado y sin dejo alguno de ser explicado por Estados Unidos, cosa que países como Francia y Brasil no están dejando pasar por alto a Washington; cosa que Alemania ha respondido airadamente y hasta Argentina ha dicho cuatro cosas cuando fue necesario decirlas rechazando con firmeza las acciones de espionaje del gobierno estadounidense. Y no es admisible la dejadez del gobierno mexicano ni atendible la simplona postura del gusto de muchos analistas al señalar que la situación de aquellos países es muy distinta de
la mexicana. ¿Cuál es o cómo entienden la situación mexicana frente a Washington? ¿de abyecta y lacayuna dependencia y sumisión absoluta a Washington? Que lo digan con todas sus letras y no en mensaje cifrado. Y aún así merecería analizarse. Relaciones Exteriores y, entiéndase, el señor Meade, con o sin instrucciones superiores recibidas, ya dejó pasar la inopinada expresión de desafortunado cuño empleada por el secretario de Estado John Kerry, dicha frente al congreso de su país en abril de 2013, al llamar “patio trasero (de Estados Unidos)” a la América Latina, que por tratarse de una deplorable declaración le fue respondida airadamente y de inmediato por Ecuador y Bolivia, poniendo las cosas en su sitio con la diplomacia estadounidense y vergonzantemente México se quedó callado. Estaba en vísperas de la visita de Obama. Todo con tal de no molestar al visitante. Después ha sucedido que en la reciente visita del vicepresidente Biden, se decidiera a no tocar el tema del espionaje y antes, en la interparlamentaria de ambos senados, la senadora del PRI Marcela Guerra, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, con un deje de suficiencia fuera de lugar declaró inopinadamente y muy oronda a los medios que la diplomacia parlamentaria de la que parece muy docta, tenía otros temas que tratar mejores que el de espionaje, repitiendo lo que sus correligionarios venían diciendo de forma uniforme y disciplinada al mejor estilo del PRI: que el Ejecutivo todo lo había abordado en su oportunidad con el mandatario estadounidense, por ser esa su competencia y no del Senado. Nunca habló de los resultados obtenidos por
John Kerry y José Antonio Meade Kuribreña
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haberse tratado el tema entre presidentes. Así, la legisladora mexicana evadió el asunto para no molestar a los visitantes estadounidenses, en una postura que ha dejado bastante que desear de nuestro congreso y nos lleva a preguntarnos si su diplomacia parlamentaria la quiere limitar la senadora Guerra a servir café y a hablar del clima, un tema totalmente irrelevante. Eso sí, pagado con los impuestos de los mexicanos, que no ven defendidos sus intereses en semejantes reuniones hechas a modo por una legisladora que está más preocupada por cubrirle la espalda al ejecutivo y correligionario y no por defender los intereses de los ciudadanos. Ha hecho mal su enfoque y se ha equivocado en sus planteamientos. Por si faltara tenemos esas reiteradas notas diplomáticas emitidas por Exteriores que acaban en nada y la aseveración de que el tema de espionaje al actual mandatario mexicano ha sido abordado lo suficiente por ambos presidentes, cuando está quedando en evidencia que de nada ha servido, suponiendo lo que parece mentira o verdad a medias: que Obama o su gobierno hubieran dejado claro qué harían con ello, investigando, y en respuesta dando un descontón al gobierno mexicano diciendo que se espió por razones de seguridad. La inacción del gobierno de México contrasta con la postura más enérgica frente a ese delito de lesa humanidad que ha sido el programa ilegal “Rápido y furioso”, que no ha cobrado una sola cabeza en el gobierno estadounidense, cuando el gobierno Calderón generó reacciones por protestar ante su ejecución. Todo mueve a preguntarse: el embajador Medina Mora ¿es la persona idónea para ocupar ese cargo? Es válido preguntarlo también por su jefe inmediato. Pareciera que les da pavor Washington o les encanta y por ello son tan complacientes y tibios. Están dejando muy mal parado el nombre del país. Es verificable que si no se ha articulado una política certera con Estados Unidos, menos se conseguirá con una visión global regional que incluya a
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Canadá. Es pedir demasiado visto lo visto, pese a que en temas como el sirio pareció que Exteriores alineaba la política externa a las directrices de Washington, pero aguardando de igual manera la votación a efectuarse en el Consejo de Seguridad de la ONU, al afirmar de forma un poco opaca y confusa en voz de Meade: "(que) se agoten las posibilidades de investigación de la ONU" y añadía "Hacemos votos para que los países involucrados muestren la fortaleza de la arquitectura de las instituciones actuales como marco en el que se den los siguientes pasos de una intervención, que a todas luces se exige como importante y urgente". Son palabras que sólo las comprende Meade. En todo caso no hay claridad del gobierno de México acerca de si se alinea o no con Washington. Además, porque merece llamarse la atención del lector en un tema no menos importante que abona a una agenda bilateral llena de escollos, dadas las condiciones prevalecientes, debemos preguntarnos nuevamente: ¿por qué el gobierno de México lleva décadas permitiendo que el edifico de la embajada de los Estados Unidos en Ciudad de México desborde su predio y obstruya ilegalmente calles aledañas, ya no digamos una de las principales avenidas de la capital, el Paseo de la Reforma, con vayas y setos que la cubren y afean, impidiendo el paso libre de los mexicanos en su propio país? Sépase: ni en Madrid ni en Moscú ni en París ni en Roma ni en La Habana se les permite semejante atropello. ¿De qué excepcionalidad gozamos los mexicanos que lo consentimos impunemente? La Convención de Viena destaca el principio de reciprocidad entre estados. Desconocemos si nuestra embajada en Washington obstruye de la misma forma la avenida Pennsylvania o si se le permiten otras tropelías. Parecen demasiados temas para contaminar la que quisiéramos que fuera una estupenda relación, pero no hay manera con tal situación prevaleciente. Y lo dicho: exaspera la inacción y la permisividad del gobierno de México. Pero no nos inmutemos: hay quien quiere que México ceda más y tuerce la boca cuando México se niega, esperando de nosotros una sonrisa eternamente complaciente ante tanta bribonada. Ciertamente que el espionaje de Washington tiene varias vertientes. Una de ellas es el que efectúa contra sus ciudadanos a partir de una legislación endeble más cercana a decretazos, surgida en la llamada “Ley patriótica” tras los atentados del 11 de septiembre de 2011. Otra línea es la que sigue el gobierno estadounidense desde siempre y una más la agudizada en años recientes contra diversos gobiernos, dentro de la cual el tema mexicano tiene su propia dimensión atendiendo a sus peculiares características, como es natural. Es interesante que el doble discurso de Washington hacia el gobierno mexicano anterior, y presente, pasara por efectuar programas ilegales como “Rápido y furioso” (ya el nombre es una frivolidad que remarca un delito de lesa humanidad) y de un espionaje que vulneraba la seguridad de México -razón de más para preocuparnos- y mancillaba la confianza y el entendimiento tradicional entre ambos gobiernos, en tanto que por otro lado, oficialmente le pedía mayor penetración en los sistemas de defensa y de inteligencia mexicanos, esperando un lacayuno “sí” obteniendo un “no” de Felipe Calderón, que sus detractores aprovecharon
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Marcela Guerra
para victimizar a la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton quien saliera muy molesta de su última reunión con Calderón, manoteando y torciendo la boca cuando se afirmaba que había poca colaboración (como si no le bastara a Washington la amplísima existente) y al desenmascararla en que su gobierno no seguía los conductos adecuados y preestablecidos, comportándose de una manera deplorable frente al gobierno de México, situación embarazosa que impacta de manera irremediable en su credibilidad, esgrimiendo ser apegado siempre al cien a la legalidad, cuando los hechos lo acusan en otra dirección. En esa tesitura, el escándalo se amplió a finales de octubre de 2013 al saberse dos cosas trascendentales: la primera es que resulta evidenciante la postura asumida por el gobierno estadounidense al pretender, tiempo antes, acallar las protestas de México recomendando a la entonces secretaria de seguridad Janet Napolitano a que convenciera al gobierno mexicano de no alzar la voz de queja contra esas prácticas y, algo notable en verdad, a sostener que daría explicaciones solo por la vía diplomática, encriptando su ansiada respuesta que prometía no ser satisfactoria ni estar a la altura de lo que esperaba el gobierno mexicano, que tan tibiamente la pidió. Así, este asunto se ha intentado manejar en México diciendo que, por un lado, el espionaje siempre ha existido (con lo cual se le pretende dar carta de naturalización a esta práctica ilegal y de paso, se condena a quienes la denuncian), en tanto van minimizándolo; además, lo hacen pasar como una práctica democrática y estupenda si es que proviene de Estados Unidos, lo que hace pensar inevitablemente que quienes sostienen esas posturas o han visto demasiadas películas de espionaje como para entusiasmarse con semejante proceder o carecen de la sensibilidad necesaria para abordar tan escabroso tema. A esa postura chabacana la realidad le responde. Por un lado, la Unión Europea en su conjunto y miembros destacados de ella como Francia y Alemania por separado, han plantado cara al gobierno estadounidense y exigido explicaciones, tensando su relación con Estados Unidos y sin ceder un ápice. Por otra parte, al mismo tiempo, el 25 de octubre de 2013 varios países liderados por Alemania y Brasil han iniciado un cabildeo en Naciones Unidas para conseguir que se apruebe una declaratoria en torno a conseguir la privacidad en las redes, a debatirse en su Comité de Derechos Humanos y así con su aprobación se pueda frenar el espionaje indiscriminado emprendido por Estados Unidos a través de internet.
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Por su parte, tras el sabido escándalo de que ha sido espiada Angela Merkel, la canciller alemana, la Comisión Europea ha instado a que se tomen medidas para una protección de datos que posea un alcance comunitario. Los europeos no han sido ni indiferentes y aplaudidores del “siempre lo ha habido (el espionaje)”. The Guardian junto con otras publicaciones, se ha hecho eco de tales prácticas a partir de documentos filtrados por Edward Snowden, que no pueden ser desmentidos por ser tan comprometedores y evidenciantes. Que el propio secretario de Estado Kerry se trasladara a París ha conversar del tema con su homólogo francés, ya advierte lo mal que ha sentado todo esto a los europeos y la diferencia con el tratamiento del caso dado por el gobierno mexicano, con el que parece contar EE.UU. para que se minimice lo que Europa no le está admitiendo Washington. Cuando el sábado 26 de octubre en Washington se efectuaron manifestaciones callejeras exigiendo al gobierno de Estados Unidos que frenara este espionaje, quedó claro que sus propios ciudadanos perciben el atropello y no admiten que continúe. Esto obliga a reconsiderar la postura de espionaje como norma, como permisible y aceptable de parte de quienes en México, ya sea por encandilarse con tal práctica casándola con acciones hollywoodescas o por una yanquifilia desmesurada, no ven necesidad alguna de increpar al gobierno estadounidense, prefiriendo que se comprometa y se mancille la seguridad y la dignidad de la soberanía mexicana. En pocas palabras, resumiendo: no se puede pedir a México que calle y no proteste ni se ofenda cuando se elevan principios ciudadanos que denuncian chapuzas. Es tanto como si aquellos consiguieran que cese el espionaje que vulnera sus derechos y lograran que ya no se espíe, en tanto persistiera el espionaje efectuado al resto del mundo y en concreto a México. Por qué no valdrá más su seguridad y su privacía que la del resto del mundo. Así se comprende pero no se justifica, que estas líneas le piquen a más de una persona proclive a Washington. Pero en resumidas cuentas, describiendo una realidad condenable, sólo resta apelar al hecho de que a quien le pique, que se rasque, porque las cosas son como son y ya son insostenibles.
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Reforma Hacendaria Por M.E Carlos Loeza Manzanero El federalismo fiscal puede identificarse como un proceso económico y político que refleja los costos y beneficios de la descentralización en las formas de gobierno, en los modelos de administración pública, en los mecanismos de vigilancia y control del gobierno, así como, en general, en la toma de decisiones. Durante muchos años el término fiscal se refirió fundamentalmente al aspecto de los ingresos públicos; incluso las primeras acciones en materia de coordinación fiscal tuvieron como propósito central el aspecto relativo a los ingresos. Ello explica que en forma reciente se haya utilizado el término hacendario para hacer referencia a acciones de manera integral en ingreso, gasto, deuda y patrimonio público. La coordinación fiscal entre distintos niveles de gobierno da cuenta de la evolución de las acciones de federalismo en la materia. A principios del siglo XX se registraron las primeras acciones relevantes en materia de coordinación fiscal con la realización de las denominadas Convenciones Nacionales Fiscales que se efectuaron en 1925, 1933 y 1947. Cabe señalar que en los primeros años del siglo pasado era relativamente común que los contribuyentes fueran blanco de duplicidad y multiplicidad de aplicación de acciones impositivas, lo que, por cierto, daba lugar a que difícilmente se concretara su cobro, lo que ya mostraba que la mayor tasa de imposición no es la más efectiva para efectos de recaudación, pero sí para estimular acciones de evasión. 2. Creación del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal Un sustancial avance cualitativo en materia de federalismo fiscal fue la creación del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que implicaba la concreción de una serie de acuerdos desde las Reuniones Nacionales Fiscales; se basó fundamentalmente en lo siguiente: Consolidar la exclusividad del gobierno federal para gravar el ingreso y el consumo a través del Impuesto Sobre la Renta y el Impuesto al Valor Agregado, que precisamente entró en vigencia en esa fecha en sustitución del impuesto sobre ingresos mercantiles. Abrogar numerosos impuestos locales que hasta ese momento gravaban ingreso y consumo (se estima que alrededor de 350 impuestos locales fueron abrogados). Formalizar un esquema resarcitorio (Participaciones) para compensar los ingresos que las entidades dejaban de recibir por la eliminación de un número importante de impuestos locales al ingreso y consumo. El Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (SNCF) tiene entre sus objetivos centrales evitar la concurrencia en materia de aplicación de gravámenes entre los diferentes niveles de gobierno. Es el marco conforme al cual se definen la distribución de ingresos fiscales, potestades tributarias y se procura y promueve la Colaboración Administrativa entre federación, estados y municipios. Esta última figura, cabe mencionar, surgió como un signo de la con-
certación entre niveles de gobierno en materia fiscal y, desde luego, como una expresión real de los avances alcanzados en términos de federalismo fiscal. El SNCF está integrado por cuatro organismos: La Reunión Nacional de Funcionarios Fiscales, Órgano Superior del Sistema. La Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales, Órgano Ejecutivo del sistema y foro donde autoridades federales y estatales revisan y analizan propuestas para el mejoramiento del Sistema Fiscal en su conjunto. La Junta de Coordinación Fiscal, donde se analizan y resuelven controversias entre los ciudadanos y las autoridades fiscales de gobiernos locales. El Instituto para el Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas (INDETEC), Órgano técnico del sistema que propicia la investigación y el intercambio de experiencias entre las entidades federativas y sus municipios.
para el Fondo General de Participaciones se utiliza una fórmula cuya evolución se menciona a continuación. En 1990 entró en vigencia por primera vez una fórmula con el objeto de distribución de participaciones a las entidades federativas; estuvo vigente hasta el año 2007. Se componía de tres partes; para cada una de ellas se determinaban coeficientes por entidad federativa, con base en lo siguiente: La primera parte de ésta asignaba el 45.17% del total de los recursos en proporción directa a la población de cada entidad federativa. La segunda parte asignaba el 45.17% del total de los recursos del Fondo General de Participaciones en proporción a la recaudación de cada entidad federativa de los denominados impuestos asignables que consideraban principalmente ISAN, Tenencia e IEPPS. La tercera parte tenía el propósito de compensar a las entidades con menores recursos y numéri-
Sistema Nacional de Coordinación Fiscal Reunión Nacional de Funcionarios Fiscales Junta de Coordinación fiscal Comité de Vigilancia del Sistema de Participaciones
Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales
Comité de Vigilancia de Aportaciones Federales
Subsistema de Gasto Público
INDETEC Subsistema de Deuda Pública
Grupos del Sistema Integración por zonas del SNCF
Zona 1: Baja California Norte, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora Zona 2: Coahuila Chihuahua, Durango, Zacatecas Zona 3: Hidalgo, Nuevo León, Tamaulipas, Tlaxcala Zona 4: Aguascalientes, Colima, Jalisco, Nayarit Zona 5: Guanajuato, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí Zona 6: Distrito Federal, Guerrero, México, Morelos Zona 7: Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz Zona 8: Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán
3.0 Participaciones Federales Desde la creación del SNCF las Participaciones se convirtieron en el principal ingreso no condicionado de las entidades federativas y, por supuesto, de los municipios, y una de sus características relevantes es que no tienen destino condicionado por lo que la autoridad local define en conjunto con su Congreso su destino a través de la autorización del presupuesto estatal. En momentos críticos de índole económica se han registrado incrementos al porcentaje del Fondo General de Participaciones a distribuir. Es el caso por ejemplo de que, derivado de la crisis de 1994-1995, la tasa del Fondo General pasó del 18.5% al 20% en 1996, a la fecha vigente. Para distribuir a las entidades federativas el porcentaje de la RFP que señala la Ley de Coordinación Fiscal
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camente correspondería a la proporción inversa de la sumatoria de las dos primeras partes. Es de destacar que del monto de participaciones que recibe cada entidad federativa están obligadas a distribuir a sus municipios por lo menos el 20%, cuyo concepto son también participaciones. Se pueden convenir porcentajes mayores —nunca menores— y fórmulas para la distribución de los recursos. Una característica del Sistema de Participaciones es que registran el denominado efecto Suma Cero, el cual implica que se trata de un monto determinado a distribuir y los aumentos que pueden lograr algunas entidades necesariamente implican disminuciones para otras y viceversa. Durante los primeros años de la presente década se registraron diversos planteamientos para actualizar la Fórmula de Distribución de Participaciones, en particular, fue motivo de un análisis profundo durante la Convención Nacional Hacendaria, en 2004. Los principales elementos que caracterizaron a tales análisis fueron considerar como componentes relevantes para la distribución de participaciones acciones encaminadas a incentivar los esfuerzos en materia de crecimiento económico y recaudación local, considerando dentro de tales esfuerzos los relativos a municipios. Estos propósitos se fueron fortaleciendo; hacia finales del 2007 se registraron propuestas específicas que derivaron en una modificación a la Fórmula de
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en México Distribución de Participaciones cuya vigencia entraría en vigor a partir de 2008. Esta nueva fórmula contempla los propósitos de estimular acciones encaminadas al fortalecimiento tanto de la actividad económica como de la recaudación local. Se compone también de tres partes que se mencionan a continuación: En la primera parte se define que 60% de los recursos a distribuir van en función del crecimiento del PIB de la entidad federativa; se tiene como base 2007 y la mecánica radica en la aplicación de la fórmula en relación con el incremento registrado el año previo. La segunda parte de la fórmula contempla que 30% de los recursos se distribuye con base en el incremento de la recaudación propia, considerando un promedio móvil de los últimos tres años. Al igual que en la variable del 60%, al resultado obtenido se le debe aplicar la población. El 10%, que propiamente corresponde a la Tercera Parte de la Fórmula, estará en función del coeficiente que derive de la recaudación local respecto del total de la recaudación de las entidades federativas. A continuación se presenta la fórmula de distribución del Fondo General de Participaciones (FGP): Pi,t=P1,07+ ∆ FGP07,t(0.6C1i,t+ 0.3C2i,t + 0.1C3i,t) 3.1 Características del Sistema Hacendario Mexicano Se ha hecho referencia a la evolución del Sistema Hacendario Mexicano a partir del inicio de operación del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal en 1980. Tres décadas después se pueden señalar sus principales características y se destaca que se han registrado avances relevantes; no obstante, los rezagos son asimismo importantes y hacerles frente a la brevedad es también indispensable. Tales características se presentan a continuación: Insuficiente generación de ingresos públicos frente al ritmo de crecimiento de la demanda por bienes y servicios públicos. Dependencia excesiva de ingresos petroleros con los riesgos que implica la volatilidad de sus
precios, destacando que México no tiene injerencia alguna en la determinación de los precios. Altos niveles de evasión y elusión fiscales. Regímenes preferenciales cuyo costo es muy elevado sobre las finanzas públicas. Baja carga fiscal comparable con la de países de nivel de desarrollo por debajo del que registra México; ésta oscila entre 10 y 11%, y es similar a la de Haití y Guatemala, muy distante de la de países con grados de desarrollo similar como en el caso de Brasil, Argentina y Chile, cuyas cargas fiscales oscilan entre 18 y 22%. Centralización de potestades tributarias. Proporción elevada de población con capacidad de pago de impuestos que no forman parte de la base de contribuyentes. Alta complejidad para presentación en pago de impuestos. Transparencia insuficiente en los reportes estatales en la Cuenta Pública y heterogeneidad en la presentación de la información sobre el ejercicio de transferencia federales. Ausencia de tasas y medidas preferenciales para estimular actividades de pequeñas y medianas empresas. Alta dependencia de finanzas estatales y municipales respecto de transferencias federales. Criterios rebasados en la asignación de recursos para fondos de apoyo en denominado Ramo 33. Criterios que desestimulan la eficacia en el ejerció de recursos de fondos de aportaciones para infraestructura municipal. Ausencia de un marco normativo en las entidades federativas y municipios sobre montos o proporción múltiples de participaciones a comprometer como garantía en el pago de deuda. Mercado de Calificadoras oligopolizado. 4.0. Propuesta de medidas hacia una Reforma Hacendaria La carga fiscal de México resulta insuficiente para financiar el nivel de gasto requerido, lo que en las tres últimas décadas se ha complementado, principalmente, con deuda externa (particularmente hacia el final de la década de los 70 y los primeros años de la década siguiente) y con petróleo, que en realidad ha sido un factor determinante como soporte para las finanzas públicas del país, situación que, ha disminuido de manera considerable. El Fortalecimiento de las finanzas públicas de estados y municipios es un factor indispensable para continuar con el avance en materia de federalismo que el país viene construyendo desde principios del siglo pasado, que a su vez es un elemento fundamental para una Reforma Hacendaria. Medidas en materia de ingresos Planteamientos de propuestas para realizar y avanzar de una Reforma Hacendaria es la razón principal de este documento y reconociendo la amplitud de la temá-
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tica y de cada uno de sus componentes, a continuación de manera breve se señalan propuestas específicas 4.1 Incremento a los ingresos públicos A partir de la necesidad de aumentar la disponibilidad de ingresos esto resulta impostergable bajo la premisa de que el origen de estos ingresos sea estable y menos volátil que los provenientes del petróleo. El camino es el fiscal: aumentar la recaudación tributaria acompañándola de otras medidas que impacten y modernicen el sistema hacendario, es decir, proceder a una reforma en materia hacendaria. Las principales medidas a considerar para incrementar la recaudación tributaria son las siguientes: Incremento de Base de Contribuyentes; Revisión de Regímenes Referenciales; Combate a evasión y Elusión Fiscales; Revisión de Potestades Tributarias y Simplificación Administrativa. 4.1.1. Aumento de Base de Contribuyentes Es propósito no aumentar los impuestos lo que se debe incrementar es la cantidad de contribuyentes que los paguen. El número de contribuyentes potenciales indudablemente es mayor al registrado y proceder a su formalización tiene que ser una prioridad. La propuesta al respecto consiste en realizar un Censo Fiscal, con la participación activa de estados y municipios que son los que tienen un mejor conocimiento de ciudadanos y potenciales contribuyentes. Tienen información de quienes son, dónde están, a que se dedican, quienes tienen modificaciones relevantes en sus formas de vida, lo que generalmente responde a cambios también significativos en sus niveles de ingresos. Para su realización se considera necesaria una estrecha coordinación con la autoridad federal con quien se acordarían actualizar acciones, calendario, y flujos de información, principalmente. El antecedente inmediato es el Programa de Actualización de Registro (PAR) del que se retomarían los avances y se realizarían las adecuaciones que se requieran y que incluyan propuestas específicas de los gobiernos locales. Cabe destacar que se requiere la definición de incentivos adecuados para estimular la participación de estados y municipios, acordar previa y oportunamente su retribución en función de que se logren resultados determinados. El instrumento legal para definir derechos y obligaciones es el Convenio de Colaboración Administrativa en Materia Fiscal Federal, al cual habría que agregarle un anexo donde se definieran derechos y obligaciones. El incremento a la base de contribuyentes implica
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Una característica de las opciones de financiamiento es que su aplicación no queda debidamente contemplada en el marco jurídico que prevalece, el cual contempla conceptos que no están ampliamente definidos en los cuales en apariencia no quedan incluidas las operaciones ya realizadas y en consecuencia las que se desean realizar de manera general. acciones concertadas donde las 32 entidades federativas conjuntamente con sus municipios realicen la labor de identificar e incorporar el padrón de contribuyentes a aquellos que aun teniendo capacidad de pago no formen parte del padrón que los obligue a pagar los impuestos que les corresponden. 4.1.2 Revisión y disminución de gastos fiscales En ese planteamiento el análisis corresponde a lo que se identifica como gastos fiscales que es propiamente la transferencia de recursos de la autoridad hacia diversos sectores de la economía o contribuyentes con propósitos específicos, regularmente de estímulo cuando se trata de medidas en materia de impuestos directos que para nuestro país sería el caso del Impuesto Sobre la Renta. Pero también para apoyar o subsidiar el consumo de productos que se consideran de alta prioridad, identificados, principalmente en la canasta básica y que corresponde a impuestos indirectos, que en este caso sería el IVA. Cabe destacar que los gastos fiscales corresponden principalmente a lo que se denomina exenciones del ISR, que para el año de 2009 significaron el 43.8% del total del total del presupuesto de gastos fiscales; así como la denominada tasa cero, para el Impuesto al Valor Agregado (IVA) cuya participación del total fue de 26.7 %;en el caso del IETU, la participación fue del 14.4 % ; la de estímulos fiscales del 1.6% y de los IEPS de apenas 1.2%. 4.1.3 Revisión de potestades tributarias Desde la creación de Sistema Nacional de Coordinación Fiscal se acordó que los principales impuestos al ingreso y al consumo, Impuesto sobre la Renta e Impuesto al Valor Agregado, fueran potestad federal. Las potestades tributarias asignadas a estados y municipios fueron las de menor recaudación y no debe soslayarse que al momento de la creación del sistema, el acuerdo general fue que los gobiernos locales dejaran sin efecto la imposición que venían realizando sobre ingreso y consumo; fueron derogados alrededor de 360 gravámenes locales.
Esto quiere decir que esa transferencia no significa apoyo alguno, es simplemente el pacto de que la autoridad federal se hizo cargo de los impuestos de mayor recaudación y tiene que distribuir los volúmenes captados. Las participaciones significan el principal ingreso de las entidades federativas sin destino específico, es decir, que tiene una dinámica similar a que si fueran ingresos propios, el destino lo define la autoridad local en conjunto con su Congreso. Pero en forma adicional a las participaciones, se registran otras transferencias federales hacia estados y municipios que es el caso principalmente de los fondos de aportaciones del ramo 33 y de convenios específicos. Todo ello da lugar a que las transferencias federales, incluidas las de destino libre y las etiquetadas para destinos específicos signifiquen el principal ingreso de las haciendas públicas locales. En el caso de las entidades federativas el 94.78% de los ingresos de sus haciendas públicas corresponden a transferencias federales, es decir, la dependencia significa que de cada peso que se ejerce, 95 centavos son de ingresos transferidos y solamente 5 corresponde a ingresos propios. Es indispensable avanzar así una dinámica distinta donde los gobiernos locales tengan capacidad de financiar sus estrategias, de planear sus modelos, de darle coherencia a un esquema federalista. Y para ello, lo que resulta urgente disminuir es la dependencia respecto de las transferencias federales. La propuesta consiste en que el Impuesto sobre la Renta a Personas Físicas se convierta en una potestad estatal, se ha señalado y se reitera que el recaudador más eficiente es el que está más cerca del contribuyente. Transferir una potestad de esa relevancia a los gobiernos estatales tendría un efecto multiplicador. Por una parte, se abre la posibilidad real de fortalecer las finanzas públicas locales, acrecentar de manera sensible su grado de independencia económica y a su vez la acción previsible de aumentar la recaudación por ese concepto estaría dando lugar a un aumento en la carga fiscal. Es evidente que tiene que ser resultado de una amplia concertación entre niveles de gobiernos federal y estatal y que por supuesto tiene varias implicaciones de fondo, entre ellas cabe destacar las siguientes: a) Transferir la potestad tiene que implicar una disminución en el flujo de Participaciones porque es evidente que se estará reduciendo la Recaudación Federal Participable y se tendría incluso que reducir el porcentaje del Fondo General. Se tendría que anticipar en el soporte teórico técnico de la medida que el impuesto sobre la renta a personas morales seguiría siendo potestad federal, los grandes contribuyentes, su fiscalización es y debe continuar siendo responsabilidad de ese orden de gobierno que tiene la responsabilidad de ejecutar el gasto público en términos regionales y de orden nacional, por lo que tiene la necesidad del mayor nivel de recaudación para esos propósitos y la fuente principal son las personas morales, donde destaca la figura de Grandes Contribuyentes. Cabe agregar que esa medida estaría totalmente ligada a la del incremento en la base de contribuyentes y desde luego de combate a la evasión, así es el esquema hacendario de interrelación absoluta.
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b) Otra propuesta se ubica en el caso de impuestos indirectos y en concreto se refiere a la implantación de un impuesto a las ventas. Cabe aclarar que éste no tendría ninguna repercusión sobre el consumidor, la mecánica consistiría en que del total del IVA se defina que una proporción corresponda a un gravamen que es el que correspondería al Impuesto Local a las Ventas Finales. Por ejemplo de un total de IVA de 16%, 2 ó 3 puntos corresponderían a la entidad donde se realiza el consumo y los 13 restantes serían para la autoridad federal, la medida evidentemente fortalecería las finanzas locales y dejaría bajo la responsabilidad de la autoridad local la fiscalización de quien tenga que pagarle. 4.1.4 Combate a evasión y elusión fiscales, responsabilidad de la autoridad tributaria La evasión fiscal es una práctica común en nuestro país que avanza día con día, cuando el propósito tendría que ser todo lo contrario. Es evidente para la autoridad los actos de evasión por lo menos de aquellos que no representan un monto relevante de recaudación. Pero esa concepción es errónea, porque en conjunto significan cantidades exorbitantes que inciden en gran medida el que el país registre una de las cargas fiscales más bajas a nivel internacional. Es importante considerar también como propuesta la necesidad de establecer a la autoridad tributaria metas-compromisos en materia de combate a la evasión. Es una acción que le corresponde al poder legislativo, que resulte urgente y desde luego forman parte de las medidas contempladas hacia una Reforma Hacendaria. 4.1.5 Revisión de tasas impositivas Esta es una acción prioritaria ya se ha señalado en la necesaria revisión de tasas particularmente de regímenes especiales, Exenciones de ISR y Tasa Cero. Pero la acción relativa a revisión de tasas tiene que ir más allá, debe realizarse una revisión y adecuación de tasas para aplicar esquemas preferenciales a las pequeñas y medianas empresas, las denominadas PyMES, que significan el sector que mayormente genera empleos y que además se caracteriza, en el caso de nuestro país por ser principalmente de capital nacional. 5.0 Gasto Público. Ramo 33, problemática y propuesta Es la vertiente más relevante del gasto federalizado distinto de Participaciones, que se complementa con el RAMO 25 y los Convenios de Descentralización. De los fondos de aportaciones que lo integran, la determinación de fondos, distribución ejercicio, evaluación, fiscalización y rendición de cuentas, están sujetos a regulaciones diferenciadas, según el fondo al que correspondan. Una problemática central del RAMO 33 es que tiene un marco jurídico presupuestal inconsistente debido a criterios distintos para asignación presupuestal a los Fondos de Aportaciones. Algunos están referenciados con la RFP y los demás con base al presupuesto inmediato anterior, correspondiente a la inercia presupuestal, en donde se considera también incrementos salariales y en su caso ampliaciones presupuestales En el primer caso se encuentran el FAIS, FORTAMUN, FAM y FAFEF. No todos los fondos tienen una fórmula para distribución de recursos a las entidades federativas.
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Por lo tanto, una propuesta en materia de Ramo 33 es definir fórmulas de asignación de recursos para los fondos que aún no tienen y erradicar esquemas tradicionales de presupuestación, vía incrementos inflacionarios o simplemente discrecionales. 5.1 Presupuesto con Base en Resultados El Presupuesto Basado en Resultados (PBR) es un componente de la Gestión por Resultados que consiste en un conjunto de actividades y herramientas que permiten apoyar las decisiones presupuestarias en información que sistemáticamente incorpora consideraciones sobre los resultados del ejercicio de los recursos públicos, y que motiva a las instituciones públicas a lograrlos, con el objeto de mejorar la calidad del gasto público federal y promover una más adecuada rendición de cuentas. El PBR significa un proceso basado en consideraciones objetivas para la asignación de fondos, con la finalidad de modificar el volumen y la calidad de los bienes y servicios públicos mediante la asignación de recursos a aquellos programas que sean pertinentes y estratégicos para obtener los resultados esperados. El PBR conduce el proceso presupuestario hacia resultados. Define y alinea los programas presupuestarios y sus asignaciones a través del ciclo planeación – programación – presupuestación – ejercicio – control – seguimiento – evaluación – rendición de cuentas; Considera indicadores de desempeño y establece una meta o grupo de metas de actividades y programas presupuestarios, a las cuales se les asigna un nivel de recursos compatibles con dicha meta; Provee información y datos sobre el desempeño (permite comparaciones entre lo observado y lo esperado); Propicia un nuevo modelo para la asignación de recursos, mediante la evaluación de los resultados de los programas presupuestarios; y, Prevé llevar a cabo evaluaciones regulares o especiales, acorde con las necesidades específicas de los programas. Los objetivos, resultados, programas, presupuesto e indicadores, integran un sistema dinámico y abierto que se debe traducir concretamente en: Crecimiento en el bienestar y calidad de vida de la población objetivo. Impulso efectivo e incentivos adecuados a la actividad económica y el empleo con sustentabilidad ambiental. Aumento en la cobertura y calidad de la infraestructura pública. Mayor cobertura y mejor calidad de los servicios públicos. Incremento en la productividad de los bienes públicos que se entregan a la sociedad. El PBR es un instrumento que transformará gradualmente a la administración pública para: Establecer claramente los objetivos y resultados esperados y alcanzados de los programas y del presupuesto aplicado en ellos; Medir y evaluar los resultados del logro de los objetivos, con base en indicadores y se considere en las decisiones presupuestarias; Dar seguimiento a los avances alcanzados y
evaluar los resultados, para implementar las medidas de mejora oportunamente; Rendir cuentas y mejorar la transparencia ante el Poder Legislativo, la sociedad, los ciudadanos y los contribuyentes; Incorporar en las decisiones presupuestarias la planeación, la programación, el seguimiento y la evaluación; Vincular el presupuesto con la mejora continua de las políticas, de los programas, del desempeño de las instituciones y de la calidad del gasto público, considerando los resultados de las evaluaciones; y Considerar en la asignación de los recursos presupuestarios tanto los objetivos y los resultados esperados, como el nivel real alcanzado. 5.2 Armonización contable y presupuestal La armonización contable tiene como objetivo desarrollar y emitir los criterios federales que regirán la Contabilidad Gubernamental y la emisión de información financiera de los entes públicos. Se busca que el Sistema de Contabilidad Gubernamental registre de manera armónica, delimitada y específica las operaciones presupuestarias de la gestión pública. Asimismo, generar estados financieros contables, oportunos, comprensibles, periódicos y comparables. El alcance de la ley es hacia los tres órdenes de gobierno. Las consecuencias de que a la fecha cada ente público federal, estatal y municipal lleve su propia contabilidad son: Heterogeneidad conceptual, normativa y técnica prevaleciente en sus sistemas contables. La información no es comparable, lo que impide a los ciudadanos y gobernantes evaluar con certeza los resultados de la gestión pública. La contabilidad no es así un instrumento clave para la toma de decisiones al sustentarse en reportes incompatibles e incongruentes. Su base técnica impide adoptar las mejores prácticas nacionales e internacionales de administración financiera y de rendición de cuentas. La armonización comprende lo siguiente: Revisión Reestructuración Compatibilización de los modelos contables Adecuación y fortalecimiento de: a) Las disposiciones jurídicas que las rigen. b) Los procedimientos para el registro de las operaciones. c) La información que deben generar los sistemas de contabilidad.
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d) Las características y contenido de los principales informes de rendición de cuentas. 5.3. Evaluación del desempeño Es una herramienta que entrega información cuantitativa respecto del logro o resultado de los objetivos del programa, cubriendo aspectos cuantitativos o cualitativos, que sirve para tomar decisiones. En la actividad pública o en la privada, el propósito prevaleciente es: seguir y evaluar los resultados de las acciones para asegurar el cumplimiento de objetivos. El seguimiento y evaluación de las actividades, ofrece un medio para aprender de la experiencia, mejorar la prestación de bienes y servicios, planificar y asignar recursos, y demostrar resultados. 5.4 Clasificación de indicadores Estratégicos. Miden el grado de cumplimiento de los objetivos de las políticas públicas y de los programas presupuestarios; y contribuyen a corregir o fortalecer las estrategias y la orientación de los recursos. De gestión. Miden el avance y logro en procesos y actividades, es decir, sobre la forma en que los bienes y servicios públicos son generados y entregados. 5.5 Hacia una reingeniería en la asignación de recursos para el gasto público El gasto público es el principal instrumento gubernamental para pasar de la planeación a la concreción. Es la expresión de programas y acciones que permite incidir en esquemas específicos y es propiamente el instrumento de ejecución de la política económica. El propósito es gastar más y gastar mejor. Ello quiere decir que lo que se tiene que realizar es una revisión en la estructura del gasto, identificar las principales prioridades que no se han podido atender de forma eficaz Por ello una prioridad en la adecuación del gasto una vez que se cuente con más ingresos es establecerle metas mínimas al gasto de inversión. Esa es la esencia de la razón de la necesidad de gastar más, es decir que a medida que crezca el gasto total en términos reales, la proporción del gasto corriente se irá reduciendo y en paralelo irá creciendo el gasto de inversión, en todo caso lo que se tiene que realizar con la mayor urgencia y racionalidad, es la identificación de las prioridades de inversión 6.0 Deuda Pública. Evolución, problemática y propuestas Con la crisis de 1982, donde fue protagonista la deuda externa, inició todo un esquema de cuestionamiento del instrumento deuda, lo cual es un error porque es un instrumento poderoso, eficaz y que manejado
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En el caso de las entidades federativas el 94.78% de los ingresos de sus haciendas públicas corresponden a transferencias federales, es decir, la dependencia significa que de cada peso que se ejerce, 95 centavos son de ingresos transferidos y solamente 5 corresponde a ingresos propios. Es indispensable avanzar así una dinámica distinta donde los gobiernos locales tengan capacidad de financiar sus estrategias, de planear sus modelos, de darle coherencia a un esquema federalista. con eficacia permite hacer frente a gastos que no se podrían financiar con ingresos propios o en su caso utilizarlos para hacer frente a determinadas prioridades y contactar deuda para financiar gasto que principalmente tenga como destino la inversión y que por sí misma genere los recursos para el pago de su servicio. En la presente década se han registrado avances sustantivos en cuanto a opciones de contratación de deuda y financiamiento para entidades federativas y municipios. 6.1 Evolución de la Deuda de Haciendas Públicas Locales A lo largo del periodo 2001-2011, las obligaciones financieras de entidades federativas y municipios registraron un crecimiento promedio anual del 14.6% pasando de un total de 100,243.1 millones de pesos en 2001 a un saldo de 390,777.5 millones de pesos al cierre del 2011 Lo anterior dio lugar a la necesidad de fortalecer la búsqueda de opciones de financiamiento, que permitieran la cobertura de requerimientos prioritarios, de infraestructura, servicios e incluso algunas adquisiciones, pero bajo la premisa de que su realización no significara endeudamiento. Lo señalado evidencia la necesidad de actualizar el marco jurídico que desde su parte central registra inconsistencias porque el Artículo 117 constitucional puntualiza que los empréstitos deben destinarse sólo para inversiones públicas productivas. Pero ese concepto no se encuentra definido y las prácticas financieras en materia de deuda que dan lugar a las figuras de reconversión, refinanciamiento o restructuración parecieran no tener una cabida clara en el mandato inversiones públicas productivas. Todo ello indica que el esquema financiero en su operación ha rebasado con agilidad al marco jurídico, es indispensable actualizarlo y además avanzar hacia una definición homogénea de la figura “inversión pública productiva” esto último es fundamental porque se están presentando casos donde las definiciones que algunos gobiernos estatales definen en sus constituciones locales difieren con las de otras entidades. 6.2 Marco Jurídico. Inaplazable su actualización. Una característica de las opciones de financiamiento es que su aplicación no queda debidamente contemplada en el marco jurídico que prevalece, el cual contempla conceptos que no están ampliamente definidos en los cuales en apariencia no quedan incluidas las operaciones ya realizadas y en consecuencia las que se desean realizar de manera general. Las Leyes Estatales en materia de deuda pública difieren entre si básicamente en cuatro aspectos: a) Inclusión de normas de prudencia financiera. Son aquéllas que buscan asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, las fuentes de repago y
el uso eficiente de los recursos mediante el establecimiento de límites al uso de los recursos y restricciones al endeudamiento de las entidades. b) Rendición de cuentas. Se refiere a los mecanismos que permiten que la sociedad en general y los inversionistas en particular puedan supervisar la actuación de la autoridad. c) Apoyo institucional al proceso de financiamiento: Se refiere a aquellas normas que dotan al gobierno estatal de las instituciones necesarias para realizar las funciones propias para cumplir con sus responsabilidades en cada parte del proceso de financiamiento. d) Facultades de los municipios en materia de endeudamiento: Son aquéllas normas establecidas en las legislaciones estatales que regulan la relación entre el ámbito de gobierno estatal y el municipal en materia de deuda pública. Ordenamientos en materia prudencial de deuda pública incluidos en las Leyes Estatales Del total de las 32 entidades federativas, 21 se remiten al Art. 117 Constitucional en sus Leyes Estatales, y 7 hacen referencia al Art. 117 en ciertos artículos de sus Leyes Estatales. Las 4 entidades restantes no hacen referencia alguna. 6.3. Financiamiento en el Mercado Bursátil Hacia finales del 2001 se registraba por vez primera acceso al mercado bursátil para colocación de deuda por parte de una entidad federativa y un municipio, siendo el caso del estado de Morelos y del municipio de Aguascalientes. A partir de entonces, el desarrollo de esa figura crediticia observó un notable dinamismo, derivado principalmente de su conveniencia para las haciendas públicas locales, porque su costo financiero es menor al de los créditos bancarios. Por ello, resultó de gran atractivo para operaciones de refinanciamiento, sustituyendo deuda bancaria por la del mercado bursátil, cuya reducción del costo financiero permitió liberar recursos para otros destinos prioritarios. En adición a la disminución en ese costo, una variable relevante que resultó favorable para los contratantes, fue la ampliación del plazo de amortización, que pasó de un promedio ponderado de vencimiento de 11.5 años en 2001 a 19 años en 2010 Cabe hacer notar que garantizar el pago con Participaciones da lugar a que el riesgo sea nulo, derivado que de por ley la Secretaría de Hacienda transfiere los recursos de participaciones sin demora alguna, los días 10 y 25 de cada mes o al día hábil siguiente en caso de que esas fechas sean feriadas.
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Eso da lugar a por lo menos dos reflexiones, por un lado, que si el riesgo es nulo la tasa de interés tendría que ser aún más reducida que la que ha prevalecido, que si bien es menor a la bancaria y ello ha significado condiciones favorables a los deudores, no se justifica el que no sea todavía más reducida. Y por otra parte, que la tasa de interés registre diferenciales entre deudores porque aun reconociendo que la capacidad financiera de cada entidad federativa es diferente, ello no implica que tenga afectación la tasa de interés. La entidad federativa con menor capacidad financiera significa el mismo riesgo para el acreedor que aquella entidad federativa que registre la mejor situación en materia económica y financiera, cuando el pago se garantiza con Participaciones. 6.4 Nuevos esquemas de financiamiento Entre los efectos de la crisis, que alcanzó sus niveles más agudos en 2009, se encuentra la disminución de Participaciones, del orden del 20% en relación con la cifra programada y de 5% en términos netos después de las operaciones derivadas de los recursos del FEIEF, para compensar la caída de ingresos, lo cual redujo de manera adicional la capacidad de endeudamiento. Una premisa en el desarrollo y utilización de nuevas formas de financiamiento, fue que no significaran endeudamiento y que permitieran dar cumplimiento oportuno a funciones y programas gubernamentales, en un contexto de estrechez presupuestal, pero que a la vez permitiera una programación eficaz de erogaciones públicas, una vez que el servicio ya se esté prestando. En ese sentido se identificaron como esquemas alternativos las Asociaciones Público Privadas (APP) como una alternativa de desarrollo de proyectos en el país, considerando que es un mecanismo o esquema de participación entre los sectores público y privado para proporcionar un servicio público o alcanzar un objetivo común. Ello se registra a la fecha bajo las figuras que prevalecen en los Proyectos de Prestación de Servicios PPS, que ante la ausencia de un marco jurídico actualizado, está permitiendo que se contraten ese tipo de financiamiento que presupuestalmente no se registren como deuda, pero que las erogaciones por el pago de sus servicios si tengan inclusión en el presupuesto. 6.4.1 Asociaciones Público Privadas (APP) A partir de 1992, en el Reino Unido se comenzó a desarrollar la Iniciativa de Financiamiento Privado (PFI), un esquema de inversión en el cual se asocian el sector público y privado. En los proyectos PFI, el sector público firma un contrato a largo plazo para la prestación de servicios de apoyo proporcionados por el sector privado, quien diseña, financia, construye y opera los activos necesarios para prestar dichos servicios México, desarrolla una nueva modalidad de participación pública privada, en la cual un Inversionista privado diseña, construye, financia y opera Infraestructura de apoyo para prestar diversos servicios a las Dependencias y entidades del sector público. A esta nueva modalidad se le conoce como asociaciones pública-privada (APP, o “PPP” por las siglas en inglés de “Publico-Private Partnership”).
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Pero la acción relativa a revisión de tasas tiene que ir más allá, debe realizarse una revisión y adecuación de tasas para aplicar esquemas preferenciales a las pequeñas y medianas empresas, las denominadas PyMES, que significan el sector que mayormente genera empleos y que además se caracteriza, en el caso de nuestro país por ser principalmente de capital nacional. 6.4.2 Proyectos de Prestación de Servicios (PPS). Principales características Se suscribe un contrato de largo plazo en el cual se definen servicios, sus niveles de calidad, estándares de desempeño y mecanismos de deducciones de pago. A cambio de estos servicios el inversionista proveedor recibe un pago, el cual el gobierno federal registra como gasto corriente y tienen prioridad en el proceso de presupuestación. Existe una clara asignación de riesgos entre el sector público y privado. Los activos pueden ser del inversionista privado o del gobierno (concesión). Los PPS se financian a través de capital propio y de banca comercial y de desarrollo. De la misma manera que otras asociaciones público-privadas, en el desarrollo de los PPS, el Gobierno mantendrá en todo momento la responsabilidad directa de la provisión del servicio público. 7.0 Patrimonio Público. De urgente revisión y adecuación El Patrimonio Público corresponde a la propiedad que tiene el Estado sobre bienes muebles e inmuebles, sujeta a un régimen de derecho público, cuyas características son inalienables, inembargables e imprescriptibles, con las excepciones y modalidades que marca la ley. Comprende el dominio público los bienes que por su naturaleza son del uso de todos, los bienes que estén afectos al servicio de las dependencias del poder público, los bienes destinados a un servicio público, los bienes que en general están afectos o destinados a una causa de utilidad pública. En sí, al significado jurídico de Patrimonio del Estado o Nacional, se define como la totalidad de bienes, derechos, obligaciones y recursos financieros en donde el Estado es propietario y que sirven para el cumplimiento de sus atribuciones conforme al derecho positivo. El patrimonio gubernamental forma parte de la Hacienda Pública de cada uno de los gobiernos, siendo sólo una parte y no un todo como sucede con la doctrina civilista, de tal forma que es posible señalar que dicho patrimonio tiene elementos importantes, entre los que destacan elementos relevantes, como son los bienes e inversiones financieras. Se hace indispensable para efectos de control, la armonización de esquemas de registro así como la estandarización y alcance que tendría que comprender un sistema de administración patrimonial. Lo anterior implica modernización y mejoramiento de los sistemas de registro contable y control administrativo del Patrimonio Público. No cabe duda que la temática de Patrimonio Público tendría que ser abordada con agilidad, bajo un esquema concertado entre niveles de gobierno, mientras ello ocurre es fundamental considerar por lo menos las siguientes propuestas: Homologación o armonización de esquemas de registro y control así como la estandarización y el alcance que deberá comprender un sistema de administración patrimonial. Modernización y mejoramiento de los sistemas de registro contable y control administrativo del patrimonio público.
Todo lo anteriormente señalado requiere de medidas relevantes, de impacto estructural y dentro de ellas se encuentra la Reforma Hacendaria como elemento prioritario, y se reitera, inaplazable. El propósito prioritario de la política económica está encaminado a lograr el desarrollo integral de la nación, para ello resulta indispensable recursos suficientes para financiarlo. 8.0 Impostergable instrumentar la Reforma Hacendaria. Si bien en todo el período de la posguerra el país ha sido gobernado por dos partidos políticos y de hecho el inicio del siglo XXI registró por vez primera un partido en el poder diferente al PRI, más allá de esquemas ideológicos, para la población lo más relevante es el grado de bienestar que logre alcanzar. En un ambiente ya democrático por incipiente que resulte en el país, la población tiene la posibilidad real de elección de sus gobernantes, donde la decisión debiera de inclinarse por los resultados que obtenga en la mejora de sus niveles de vida. No obstante la comparativa entre gobernantes, que propiamente corresponde a solamente dos partidos en el poder, no tiene diferencias sensibles por lo menos en lo que corresponde en materia económica. El periodo 2001-2012, gobernado por el PAN, que ya es señalado como la DOCENA TRAGICA, es conveniente compararlo con un período gobernado por el PRI, que en su momento fue bautizado de la misma manera y es el correspondiente a 1983-1994 y después de esa comparación los dos partidos resultan similares. Una característica de la economía mexicana durante las últimas décadas, ha sido la insuficiente generación de ingresos públicos para financiar el gasto público requerido.
Docenas Trágicas PRI
PAN
Año
PIB (%)
Año
PIB (%)
1983
(3.49)
2001
(0.17)
1984
3.41
2002
0.83
1985
2.19
2003
1.35
1986
(3.08)
2004
4.18
1987
1.72
2005
3.13
1988
1.28
2006
4.91
1989
4.11
2007
3.26
1990
5.18
2008
1.19
1991
4.21
2009
(5.95)
1992
3.54
2010
5.28
1993
1.94
2011
3.89
1994
4.46
2012
3.92
PROMEDIO
2.12
PROMEDIO
2.15
Fuente: Elaboración con datos de Banxico.
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Al comenzar la década de los ochentas el país enfrentó una situación para una toma de decisiones histórica, que se refería a cómo financiar un mayor nivel de gasto y donde era evidente que la forma más eficaz era vía tributaria, llevando a la práctica una reforma fiscal . Las condiciones eran propicias, el poder político era abrumador para el partido en el poder y es evidente que no tenía oposición real para las decisiones que definiera. Pero lamentablemente se optó por la decisión más sencilla, el endeudamiento. Una característica desde entonces en el sistema hacendario mexicano ha sido la centralización de potestades tributarias y la dependencia excesiva respecto de los ingresos petroleros, con los riesgos que implica la volatilidad de sus precios, destacando que México no tiene injerencia alguna en su determinación. Otro signo de este sistema es la ausencia de tasas y medidas preferenciales para estimular actividades de pequeñas y medianas empresas, no obstante su relevante impacto en el empleo, así como, la alta dependencia de finanzas estatales y municipales respecto de transferencias federales. Tres décadas después se mantiene y agudiza la situación de bajo nivel de ingresos, el régimen fiscal registra altos niveles de evasión y elusión, baja carga fiscal comparable con la de países de nivel de desarrollo por debajo del que registra México; ésta oscila entre 10 y 11%, y es similar a la de Haití y Guatemala, muy distante de la de países con grados de desarrollo similar como en el caso de Brasil, Argentina y Chile, cuyas cargas fiscales oscilan entre 18 y 22%. Además se tiene que atender a una mayor población, con condiciones más deterioradas y la carga fiscal sigue siendo exigua. La decisión ahora de llevar ya a la práctica una reforma fiscal es bienvenida, destacando que la propuesta es vía impuestos indirectos y la principal característica es su inequidad debido a que el gravamen se aplica por igual sin considerar el nivel de ingresos. Pero en todo caso, lo que se tiene que cuidar con el mayor énfasis es que la mayor recaudación que se espera obtener regrese con agilidad y transparencia vía gasto al financiamiento de las prioridades nacionales. Todos los aspectos referidos, son componentes de un sistema que demanda de manera inmediata una medida de cambio estructural, que requiere de mayores ingresos, que permitan financiar un mayor nivel de gasto, cuyo ejercicio sea más eficiente, con una utilización óptima del endeudamiento, interno y externo, y un fortalecimiento permanente del patrimonio, como variable inherente al desarrollo. Esa medida se refiere a la concreción de una Reforma Hacendaria, factor indispensable para el desarrollo económico del país.
El Mollete Literario
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Algunas sugerencias para la fiscal progresiva, federalista Por Ramón Castañeda Ortega
U
no de los temas de mayor relevancia a atender para el desarrollo de nuestro país, por la conveniencia de mayores recursos públicos para la provisión de bienes y servicios que coadyuven a resolver los problemas socioeconómicos de México, entre los que lamentablemente destaca la pobreza, es sin duda el de la reforma fiscal estructural, misma que tiene ya dos sexenios presidenciales que es postergada e insuficiente, respectivamente.
Efectivamente, en el año 2001 se realizó un intento fallido de reforma denominada “La Nueva Hacienda Pública Distributiva”, en la que el Ejecutivo Federal proponía, entre otras, la reforma en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que consistía en uniformar la aplicación de tasas, a fin de mejorar la efectividad recaudatoria, derivado de la ampliación de la base y los menores niveles de evasión que se generarían al cerrarse espacios estructurales que la permiten, así como por la consecuente simplificación administrativa tanto para la autoridad como para el contribuyente, además del argumento de que la tasa cero y las exenciones benefician mucho más a las familias de mayores ingresos, con lo que se pretendía elevar la recaudación en 1.93% del Producto Interno Bruto (PIB);1 asimismo, se proponían “mecanismos de compensación para los que menos tienen”, tales como transferencias directas mediante los programas sociales a los más pobres, a los trabajadores por medio de un mayor crédito al salario y una exención del Impuesto sobre la Renta (ISR) a los primeros 50 mil pesos anuales de ingreso, y a la clase media con una reducción en la tasa. No obstante, el desenlace de esto fue tan solo la creación de dos extintos impuestos federales, el impuesto sustitutivo del crédito al salario y el impuesto a la venta de bienes y servicios suntuarios, así como la fracasada posibilidad, ¡establecida en artículos transitorios de Ley de Ingresos!, de que las entidades federativas implementaran un impuesto a las ventas y servicios al público en General y un impuesto sobre los ingresos de personas físi[1] Criterios Generales de Política Económica para el Ejercicio Fiscal 2002. Págs. 48 y 49. En http://www.shcp.gob. mx/POLITICAFINANCIERA/FINANZASPUBLICAS/finanzas_publicas_criterios/cgpe_2002.pdf
Telecomunicaciones en México
cas con ciertas limitantes, dejando el incremento de la recaudación en manos de la eficiencia recaudatoria. 2 Posteriormente, el 20 de junio de 2007 el Ejecutivo Federal remitió al Congreso de la Unión siete iniciativas de reforma que en conjunto comprendieron catorce ordenamientos jurídicos, que comprendían desde modificaciones constitucionales tanto en materia de gasto como de ingresos públicos, hasta legislación federal en materia de gasto público y normas de carácter tributario y de federalismo, en materia de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, ISR, Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos, Impuesto al Activo, Código Fiscal de la Federación y de Coordinación Fiscal, entre otras, además de la propuesta de nuevas materias, como la Contribución Empresarial de Tasa Única, que posteriormente cambiara su denominación a Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el Impuesto contra la Informalidad, que también se renombró como Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), y el establecimiento del Subsidio para el Empleo. Reforma a la que se denominó “Reforma Hacendaria por los que Menos Tienen”. Las reformas a los diversos ordenamientos fueron publicados en el Diario Oficial de la [2] Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2002. En http://www.shcp.gob.mx/INGRESOS/Ingresos_ ley/2002/lif2002_i.pdf
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Federación, en un primer paquete, el 1°de octubre de 2007, y el segundo, correspondiente al paquete de reformas legislativas sobre federalismo fiscal, que incluyó la Ley de Coordinación Fiscal, la Ley del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos, y la Ley del IEPS en materia de venta de gasolina y diesel, el 21 de diciembre de 2007, quedando pendientes las reformas constitucionales, de las cuales la reforma en materia de gasto público, una vez que fue aprobada por la mayoría de los congresos locales, se publicó el 7 de mayo de 2008, y la reforma en materia de federalismo fiscal, que pretendía otorgar a entidades federativas la potestad de gravar los conceptos de IEPS en materia de gasolinas, tabacos y cervezas, sigue sin ser aprobada. Derivado de la Reforma Hacendaria por los que Menos Tienen en materia tributaria no petrolera, la expectativa de ingresos adicionales que se plasmó con la aprobación del Paquete Económico 2008, fue por un monto de 127 mil millones de pesos, es decir, un incremento real de aproximadamente el 15.7%, equivalente al 1.2% del PIB.3 Sin embargo, los ingresos tributarios no petroleros fueron ligeramente inferiores a lo esperado, aunque rebasaron lo reportado para el año 2007 en 8.2% real.4 [3] SHCP. Comunicado de Prensa 107/2007, pág. 4; y Cuenta de la Hacienda Pública Federal 2008. Pág. 53. [4] SHCP; Cuenta de la Hacienda Pública Federal 2008. Pág. 59.
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formulación de una reforma y rentable para México e incremento en la tasa (del 2 al 3%) y disminución del monto de exención (de 25,000 a 15,000 pesos) del IDE. Con estas reformas se esperaba aumentar en 2010 la recaudación tributaria no petrolera en 14.7% real respecto a 2009, esto era equivalente a pasar del 9.3 al 10.3% del PIB; pero sólo fue superior en 11.9% real, resultado fundamentalmente de la recuperación de la actividad económica y la aplicación de las citadas medidas tributarias, registrándose con relación al PIB el 10.0%.5 No obstante, la recaudación tributaria continúa muy baja, pues en 2009 representó el 17.4% del PIB (incluyendo petróleo), en tanto el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fue del 33.8% del PIB, ubicándose la de México como la menor de todas (provisionalmente en 2010 se registra el 18.7%, manteniéndose como la menor).6 Por otra parte, conforme información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza en México es elevada, pues de una población nacional de 112,336,538 habitantes, el 46.2% se ubican en situación de pobreza, el 10.4% en situación de pobreza extrema, y en cuanto a su ingreso el 52.0% con un valor inferior a la línea de [5] SHCP; Cuenta de la Hacienda Pública Federal 2010. Págs. 47 y 54. [6] OCDE; en: http://www.oecd.org/document/60/0,3746 ,en_2649_35929024_1942460_1_1_1_1,00.html#A_RevenueStatistics.
Pobreza en los municipios de Oaxaca
Para el año 2010, derivado de la insuficiencia de la reforma hacendaria 2008, que se agravó como consecuencia de los efectos de la crisis internacional y la epidemia de la Influenza A (H1N1) en nuestro país, se hizo conveniente la búsqueda de mayores recursos públicos, por lo que el Ejecutivo, ante la renuencia de algunos actores políticos de eliminar tasa cero y exenciones del IVA, propuso el establecimiento de la Contribución para el combate a la pobreza, que consistía en una nueva contribución al consumo acreditable del IVA con una tasa del 2% sobre el total de ventas de bienes y servicios (incluyendo alimentos y medicinas), exceptuando las exportaciones, con la que se esperaban obtener 71,775.0 millones de pesos (mdp) adicionales, pero terminó sustituyéndose por un aumento en la tasa del IVA sin ampliación alguna a su base del 15 al 16% y del 10 al 11% en frontera. Además se propuso incrementar temporalmente la tasa de ISR en 2 puntos porcentuales, pasando del 28% al 30%, para los años 2010 al 2012, 2013 29%, y 2014 en delante 28%, y el régimen de consolidación fiscal con pagos diferidos a 5 años; el establecimiento del IEPS a las Telecomunicaciones, que incluyera telefonía doméstica y comercial, telefonía celular, Internet, televisión por cable y satelital, etc., con una tasa del 4% sobre el total del consumo, que quedó en tasa del 3% y exención a telefonía rural y pública, Internet e Interconexión; así como aumentos en otros conceptos de IEPS,
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Con el objetivo de lograr el destino certero hacia la población en situación de pobreza mediante proyectos de inversión social rentables socioeconómicamente, es conveniente la participación de los ámbitos de gobierno con mayor cercanía a la población y, por ende, mayor posibilidad de identificar las oportunidades para abatir la pobreza.
bienestar (Véase Cuadro 1 y sus definiciones al pie). Asimismo, tenemos problemas en la distribución del ingreso en el país y al interior de las entidades federativas, tal como se muestra en el Cuadro 2, en el que para México se estima un coeficiente de Gini de 0.509 (Ver definición al pie del Cuadro 2). Razones éstas, por las que es indispensable pensar en la formulación de una Reforma Fiscal Progresiva, Federalista y Rentable para México, que incremente la recaudación a nivel nacional a la vez que se redistribuye el ingreso bajo una perspectiva inversionista, es decir, de rentabilidad socioeconómica de la política tributaria y de gasto para su consecución, con el esfuerzo y desempeño de los tres ámbitos de gobierno. A continuación, brevemente se expone, a nivel de idea, una propuesta de algunos aspectos a considerar para una reforma fiscal con las características descritas, que por supuesto están sujetas a estudio, y no pueden ser las únicas. Establecimiento de un impuesto nacional a la propiedad o usufructo de bienes Como lo hemos explicado, en la actualidad uno de los objetivos de la política fiscal deben ser la redistribución del ingreso y el abatimiento de la pobreza, y “no se descubre el hilo negro” al indicar que para ejecutar dicha política habremos de establecer un tributo progresivo a la riqueza cuyos rendimientos se destinen a través del gasto social. Un tributo con estas características podría ser un Impuesto Nacional a la Propiedad o Usufructo de Bienes, cuya base se integre con el valor total de los bienes inmuebles y vehículos de cualquier tipo propiedad de las personas físicas y morales, o que gocen del usufructo de los mismos, sin que éste sea sustituto del impuesto predial municipal ni del impuesto estatal sobre tenencia o uso de vehículos, que convendrá sigan gravando estos ámbitos de gobierno (incluso puede haber cruces de información y colaboración para la determinación de los valores). Los pagos convendría fueran mensuales, para distribuir su carga durante el año, y la tasa progresiva partiendo de un monto exento que cubra a la población en situación de pobreza. Un impuesto de esta naturaleza, si se logran determinar y actualizar los valores de los bienes correctamente, por lo que pudiera ser recomendable aplicar parte de su rendimiento a su administración, es de difícil evasión y elusión, pues incluso los individuos que realicen actividades ilícitas aún utilizando “prestanombres” terminarían pagándolo, a no ser que dividieran el valor de sus bienes entre individuos en situación de
Cuadro 1 Medición de la Pobreza, Estados Unidos Mexicanos, 2010 Incidencia, número de personas y carencias promedio en los indicadores de pobreza 2010
Indicadores
Porcentaje
Pobreza Población en situación de pobreza 1/ Población en situación d epobrezamoderada Población en situación de pobreza extrema 2/ Población vulnerbale por carencias sociales Población vulnerable por ingresos Población no pobre y no vulnerable Privación Social Población con al menos una carencia social Población con al menos tres carencias sociales Indicadores de carencia social Rezago educativo 3/ Carencia por acceso a los servicios de salud Carencia por acceso a la seguridad social Carencia por calidad y espacios de la vivienda Carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda Carencia por acceso a la alimentación 4/ Bienestar 5/ Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar
Millones de Carencias Personas Promedio
46.2 35.8 10.4 28.7 5.8 19.3
52.0 40.3 11.7 32.3 6.5 21.8
2.5 2.1 3.7 1.9 0.0 0.0
74.9 26.6
84.3 29.9
2.3 3.6
20.6 31.8 60.7 15.2 16.5 24.9
23.2 35.8 68.3 17.1 18.5 28.0
3.0 2.8 2.5 3.5 3.3 3.0
19.4 52.0
21.8 58.5
2.7 2.2
Fuente: estimaciones del CONEVAL con base en el MCS-ENIGH 2008 y 2010. Anexo estadístico, Cuadro 1, en http://www.coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/pages/medicion/Pobreza_2010/Anexo_estadistico.es.do; y definiciones del Glosario en http://www.coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/pages/medicion/glosario.es.do;jsessionid=a9a823a54b1ba6f81b11da0835673ba7765c2c7b2b64ac1d51ad9a844c11e87c.e34QaN4LaxeOa40Pahb0
NOTA Original: las estimaciones de 2008 y 2010 utilizan los factores de expansión ajustados a los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010, estimados por INEGI. 1/ Pobreza: Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias. 2/ Pobreza extrema: Una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana. 3/ Rezago educativo promedio en el hogar: La Norma de Escolaridad Obligatoria del Estado Mexicano (NEOEM) establece que la población con carencia por rezago educativo es aquella que cumpla alguno de los
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siguientes criterios: 1. Tiene de tres a quince años, no cuenta con la educación básica obligatoria y no asiste a un centro de educación formal; 2. Nació antes de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria vigente en el momento en que debía haberla cursado (primaria completa); y 3. Nació a partir de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria (secundaria completa). 4/ Acceso a la alimentación: De acuerdo con la FAO (2006), la seguridad alimentaria comprende el acceso en todo momento a comida suficiente para llevar una vida activa y sana, lo cual está asociado a los conceptos de estabilidad, suficiencia y variedad de los alimentos. A fin de contar con una medida que refleje con la mayor precisión posible la existencia de limitaciones significativas en el ejercicio del derecho a la alimentación, se considera en situación de carencia por acceso a la alimentación a los hogares que presenten un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo. 5/ La medición de pobreza utiliza dos líneas de ingreso: la línea de bienestar mínimo, que equivale al valor de la canasta alimentaria por persona al mes; y la línea de bienestar, que equivale al valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes.
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Cuadro 2 Medición de la Pobreza, Estados Unidos Mexicanos, 2010. Coeficiente de Gini según entidad Entidad Federativa Aguascalientes Baja California Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chiuahua Distrito Federal Durango Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco México Michoacán Morelos Nayarit Nuevo león Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxacala Veracruz Yucatán Zacatecas Estados Unidos Mexicanos
Valor 0.507 0.506 0.486 0.513 0.477 0.419 0.541 0.473 0.517 0.469 0.433 0.514 0.465 0.460 0.468 0.487 0.420 0.487 0.498 0.511 0.482 0.487 0.475 0.508 0.465 0.479 0.478 0.450 0.425 0.534 0.462 0.521 0.509
Fuente: estimaciones del CONEVAL con base en el MCS-ENIGH 2008 y 2010. Anexo estadístico, Cuadro 16, en http://www.coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/ pages/medicion/Pobreza_2010/Anexo_estadistico. es.do; y definiciones en http://www.coneval.gob.mx/ cmsconeval/rw/pages/medicion/Indice_de_Gini_y_ Razon_de_Ingreso.es.do NOTA Original: las estimaciones de 2008 y 2010 utilizan los factores de expansión ajustados a los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010, estimados por INEGI. Índice de Gini: Es una medida estadística para el análisis de la distribución del ingreso sin utilizar como parámetro de referencia al ingreso medio, es una medida de concentración del ingreso. Este índice toma valores de 0 a 1; mientras más alto sea (cercano a 1), mayor desigualdad existe en la distribución del ingreso.
Agricultura; una actividad económica indispensable.
pobreza, y por un monto que los mantenga exentos, lo cual implica costos y riesgos. Además, dicho impuesto puede ser complementario al ISR, pues al cruzar y contrastar su información, se pueden detectar inconsistencias, falsedad en las declaraciones, evasores, e incluso enriquecimiento ilícito, por lo que pudiera apoyar a las tareas de seguridad pública. Con el objetivo de lograr el destino certero hacia la población en situación de pobreza mediante proyectos de inversión social rentables socioeconómicamente, es conveniente la participación de los ámbitos de gobierno con mayor cercanía a la población y, por ende, mayor posibilidad de identificar las oportunidades para abatir la pobreza. De tal manera, que por lo menos el 50% de la recaudación debería destinarse a la integración de un Fondo de Aportaciones para el Abatimiento de la Pobreza, cuya distribución entre entidades federativas y, municipios a través de éstas, sea concursable en base a la rentabilidad socioeconómica de los proyectos para abatir la pobreza depositados en un banco de proyectos específico. Igualmente, la parte del gobierno federal deberá tener como destino proyectos sociales para el abatimiento de la pobreza. Ampliación de la base del Impuesto al Valor Agregado Como se vio al inicio, la ampliación de la base del IVA ha sido la propuesta constante en los intentos de reforma fiscal estructural, pero la legítima preocupación de algunos actores políticos de no perjudicar a la población más pobre lo ha frustrado. Ya desde la propuesta de reforma denominada La Nueva Hacienda Pública Distributiva en el 2001 se argumentaba y demostraba que la tasa cero y las exenciones en IVA benefician mucho más a las familias de mayores ingresos, y en la actualidad, año con año, desde que el Congreso de la Unión solicita el Presupuesto de Gastos Fiscales a la SHCP, se ratifica dicho señalamiento, tal como se puede apreciar en las Gráficas 1 y 2, donde los deciles de mayores ingresos son los más beneficiados de los subsidios implícitos de mantener la tasa cero a alimentos y medicinas, cuyos montos estimados ascienden para el
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año 2013 a 156,789 mdp y 15,279 mdp, sucesivamente, que totaliza 172,068 mdp, equivalente al 1.0417% del PIB. Hay que recordar que conforme la Ley de Coordinación Fiscal, de ese monto corresponderían a las entidades federativas y municipios alrededor del 22.6% a través del sistema de participaciones, y el 7.3% por medio de los Fondos de Aportaciones referenciados a la recaudación federal participable, que en total equivaldría aproximadamente a 51,469.5 mdp. De forma tal, que bajo la política redistributiva en cuestión, convendría la eliminación de la tasa cero de IVA a alimentos y medicinas, y apoyar con los recursos que se generen el financiamiento de un Programa de Desayunos y Comidas Escolares en las Escuelas Públicas de Nivel Básico y un Programa de Abasto de Medicinas en Instituciones Públicas del Sector Salud, administrados por entidades federativas y municipios. Con el primero, se incentivaría la asistencia a las escuelas, se invertiría en capital humano, se reducirían enfermedades derivadas de la desnutrición, se apoyaría la igualdad de oportunidades, y se liberarían recursos que los padres de familia destinan a la alimentación de sus hijos, que sería equivalente a subirles el sueldo. Con el segundo, se fortalece la salud pública con lo que se potencia la productividad en los deberes y responsabilidades de la población. Consolidación del impuesto a la venta final de gasolinas y diesel Como se señaló anteriormente, con la Reforma 2008 se creó el IEPS a la Venta Final de Gasolinas y Diesel, el cual se grava a través de cuotas por litro, Magna 36 centavos, Premium UBA 43.92 centavos y Diesel 29.88 centavos; del cual corresponden 9/11 del total recaudado a las entidades federativas adheridas al
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Uno de los objetivos de la política fiscal deben ser la redistribución del ingreso y el abatimiento de la pobreza, y “no se descubre el hilo negro” al indicar que para ejecutar dicha política habremos de establecer un tributo progresivo a la riqueza cuyos rendimientos se destinen a través del gasto social.
Gráfica 1 Distribución por decil de ingresos del subsidio implícito de mantener la tasa de 0% a los alimentos
Gráfica 2 Distribución por decil de ingresos del subsidio implícito de mantener la tasa de 0% a las medicinas
Porcentaje
Porcentaje
3.8
I
6.9
II
8.6
III
9.6
IV
10.5
V
11.2
VI
11.4
VII
12.1 12.6
VIII
IX
13.4
X
Fuente: SHCP; Presupuesto de Gastos Fiscales 2012. Pág. 47.
33.2
2
3.9
I
II
4.2
5.2
III
IV
6.3
9
V
VI
9.4
VII
11.5
VIII
15.3
IX
X
Fuente: SHCP; Presupuesto de Gastos Fiscales 2012. Pág. 48.
Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (SNCF) que celebraron Convenio de Colaboración Administrativa en la materia, en función al consumo que se lleve a cabo en su territorio, siempre y cuando las entidades entreguen a la Federación los 2/11 restantes del impuesto recaudado, cuyo monto conforma el Fondo de Compensación que es distribuido a las 10 entidades federativas con menor PIB per cápita no minero y no petrolero (las más pobres de México bajo este criterio), según la información del INEGI, el cual se obtiene de restar del PIB Estatal total el PIB Estatal Minero, incluyendo todos los rubros contenidos en el mismo.7 Sin embargo, esta contribución en la práctica está destinada a desaparecer, ya que el 1° de enero de 2015 quedan derogadas los 9/11 de la recaudación.8 Por lo que se sugiere darle vigencia indefinida y establecer un mecanismo de actualización de las cuotas, a fin de que las entidades federativas continúen con esta importante fuente de ingresos originada de la contribución que
realizan quienes hacen uso de los vehículos y que por consiguiente demandan servicios de vialidad e infraestructura vial; y también se siga apoyando financieramente a las entidades más pobres del país. Continuar la disminución gradual del subsidio a las gasolinas Debido a la mecánica para el cálculo de la tasa del IEPS a la Enajenación de Gasolinas y Diesel que establece la Ley de IEPS en su artículo 2-A, fracción I, ésta resulta negativa cuando el precio de venta al público es menor al precio productor de PEMEX (basado en la referencia del mercado internacional y costos de transporte y almacenamiento), y por consiguiente, se genera un impuesto negativo (subsidio) que se traslada al consumidor final, mismo que se estima para 2012 en 172,265 mdp (1.1204% del PIB), y de 44,000 mdp (0.2664 del PIB) para 2013; hecho que resulta regresivo, ya que el 20% de la población de mayores ingresos absorbe más del 55% del monto total, y el 20% de la población con menores ingresos tan solo obtiene el 3.4%.9 Órgano Superior de Evaluación y Fiscalización de la Federación A partir de 2006 con la publicación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, se institucionalizaron medidas para regular con mayor eficacia la presupuestación, aprobación, ejercicio y
[7] Artículo 4o.-A, fracción I, de la Ley de Coordinación Fiscal; y artículo 2o.-A, fracción II, de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios. [8] DECRETO por el que se reforman diversos artículos del Decreto por el que se reforman, adicionan, derogan y abrogan diversas disposiciones de la Ley de Coordinación Fiscal, de la Ley del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos y de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, publicado el 21 de diciembre de 2007. Publicado en el Diario Oficial de la Federación del 12 de diciembre del 2011.
[9] SHCP; Presupuesto de Gastos Fiscales 2012. Págs. 50 y 51.
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La ampliación de la base del IVA ha sido la propuesta constante en los intentos de reforma fiscal estructural, pero la legítima preocupación de algunos actores políticos de no perjudicar a la población más pobre lo ha frustrado.
Cuadro 3 Gastos Fiscales en IVA por Tasa Cero a Alimentos y Medicinas 1/ Millones de pesos
% del PIB 2/
Concepto 2012
2013
2012
2013
Alimentos 3/
145,940
156,789
0.9492
0.9492
Medicinas
14,222
15,279
0.0925
0.0925
Total
160,162
172,068
1.0417
1.0417
Fuente: SHCP; Presupuesto de Gastos Fiscales 2012. Pág.46 Notas Originales de la Fuente: 1/ Se utiliza la ENIGH de 2010 publicada por el INEGI. A partir del Presupuesto de Gastos Fiscales de 2009b se realizó un cambio metodológico para eliminar de esta estimación el efecto de la evasión. 2/ Se utilizó un PIB de 15,375,100 millones de pesos para 2012 y de 16,518,000 millones de pesos para 2013 presentados en el Documento Relativo al Cumplimiento de las Disposiciones Contenidas en el Artículo 42, fracción I, de la LFPRH. 3/ Se incluye el gasto fiscal por el estímulo del 100% del IVA por la importación o enajenación de jugos, néctares, concentrados de frutas o verduras, agua no gaseosa ni compuesta cuya presentación sea en envases menores a 10 litros, entre otros, asciende a 0.0407% del PIB, es decir, 6,723 millones de pesos de 2013.
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control del gasto público, así como la presupuestación del ingreso, la transparencia y acceso a la información, el balance financiero, la responsabilidad hacendaria, y la evaluación del desempeño, a fin de elevar la calidad del gasto público y garantizar el equilibrio y disciplina fiscal. Asimismo, como producto de reformas Constitucionales, a la Ley Federal de Fiscalización y Rendición de Cuentas, y a la Ley de Coordinación Fiscal, así como a la misma Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, del año 2007 a la fecha, que si bien, como todo aún son perfectibles, se mejoró la regulación de los asuntos vinculados con la transparencia, información, evaluación, fiscalización, armonización de la contabilidad gubernamental y rendición de cuentas. Por lo que, ahora, como una de las medidas para perfeccionar este sistema de gasto público y disciplina fiscal que se está consolidando, convendría que la Auditoría Superior de la Federación, así como los órganos superiores de fiscalización de las entidades federativas, se transformen en órganos autónomos y se amplíen sus facultades con la evaluación de resultados, a fin de que se logre cumplir cabalmente con lo establecido en el artículo 134 constitucional en la materia, que aplica a los tres ámbitos de gobierno, sus poderes y cualquier tipo de organismo público; de manera tal, que los órganos de fiscalización puedan desempeñar sus funciones sin ningún tipo de vínculo estructural en la organización de los órganos públicos sujetos de fiscalización y evaluación de resultados, concretamente, de la Cámara de Diputados y los Congresos Locales.
Columna
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Maquiavelo: 500 años de El Príncipe (5)
El otro Maquiavelo Por César Cancino
Q
ue Maquiavelo haya sido tan maquiavélico es algo que prácticamente ninguna tradición de pensamiento de la modernidad, salvo alguna rara excepción, le ha perdonado al escritor florentino durante quinientos años. Y es que tanto realismo como el que satura las páginas de su obra más emblemática, El Príncipe, abruma y afrenta a una filosofía occidental que en buena medida permanece instalada en un idealismo reificador y mojigato con el que justifica, además, su propia razón de ser.
En efecto, para una filosofía política que durante cinco siglos ha buscado afanosamente las claves superiores de un orden social justo, donde lo justo no es otra cosa que vivir de acuerdo a ciertos cánones morales de convivencia que posibiliten la plena realización de todos, el realismo de Maquiavelo resultaba demasiado pedant, un pensamiento distópico poco atraído por los fines superiores del ser y muy ensimismado en el puro y desnudo poder, que como tal está en las antípodas de cualquier floritura o devaneo ético. Y sin embargo, más allá de los clichés con los que suele asociarse a El Príncipe de Maquiavelo, el presunto maquiavelismo del florentino, que el vulgo terminó definiendo como lecciones despiadadas para conquistar, ejercer y conservar el poder pasando para ello sobre quien haya que pasar y empleando los medios más idóneos sin reparo alguno en los posibles perjuicios que el ejercicio del poder pudiera tener para terceros, aún es motivo de dilucidación. Para empezar, como se ha reconocido en innumerables ocasiones,1 quedarse sólo con el Maquiavelo de El Príncipe no le hace justicia a un pensador que mostró gran erudición filosófica y sensibilidad historiográfica en otros trabajos de su autoría y que lamentablemente nunca alcanzaron los reflectores que iluminaron sus famosos consejos al Soberano, como señaladamente los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, obra en la que podemos reconocer un Maquiavelo interesado en desentrañar los alcances normativos y prácticos de la república romana antigua y que lejos de perderse en los tiempos medievales para nunca jamás bien podrían —piensa Maquiavelo— seguir inspirando y sustentando sociedades más virtuosas y prósperas en una época renacentista que estaba por parir a los Estados-nación modernos. En segundo lugar, el peso de las interpretaciones maquiavélicas de El Príncipe generadas durante cinco siglos es tan abrumador que terminó
eclipsando cualquier otra interpretación que desafiara la pertinencia de aquéllas, siendo que, valga la expresión, no todo en El Príncipe de Maquiavelo es maquiavélico, como han reconocido muchos estudiosos de sus ideas.2 Es aquí precisamente donde pretendo moverme en este ensayo, pues más allá de los consejos cargados de realismo al Príncipe, encuentro en Maquiavelo algunas intuiciones geniales y ciertamente muy avanzadas para su tiempo que nos permiten desentrañar algunos aspectos inherentes a las democracias de los modernos. Más específicamente, sostengo que la división perenne e irresoluble que establece Maquiavelo en El Príncipe entre los “grandes” (los poderosos, los pudientes, los adinerados, etcétera) y el “pueblo” (el resto de la sociedad), tiene un valor simbólico de la mayor importancia para comprender no sólo las tensiones que anidan en todas las sociedades habidas y por haber sino también la propia actividad política, entendida en este contexto discursivo como la expresión de esas tensiones a sabiendas de que nunca podrán conjurarse plenamente. Con ello sostengo que hay en El Príncipe no sólo un discurso explícitamente dirigido al soberano, sino también, entre líneas, al pueblo, lo cual sólo se puede apreciar a condición de desenfadarnos un poco del peso de las interpretaciones maquiavélicas, sin que eso signifique cancelar o refutar lo mucho que indudablemente tienen de verdad. Cabe señalar que mi búsqueda intelectual en este ensayo se nutre de algunas orientaciones metodológicas que he desarrollado en varios trabajos precedentes con el objetivo de incursionar en el pensamiento de los clásicos.3 En particular, sostengo que la mejor relación que podemos mantener con los clásicos es convertirlos en nuestros contemporáneos; es decir, descurtir sus obras y dialogar con ellos desde los problemas inherentes a las circunstancias actuales que nos han tocado vivir. De hecho, un pensa-
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dor se vuelve clásico en la medida que las reflexiones que hizo para su tiempo siguen estando vigentes y resultan sugerentes para comprender mejor nuestro presente, o sea el aquí y ahora. Con una reflexión al respecto abro este ensayo, para después dar paso a la interpretación personal que sobre El Príncipe pretendo arriesgar aquí, y concluir con lo que considero son algunas lecciones intemporales de esta obra tan cautivante como intrigante. I. Volver a los clásicos La historia de las ideas que no se plantea problemas presentes a la hora de incursionar en el pensamiento de un clásico es pura y estéril escolástica, un ejercicio intelectual de iniciados del que sólo se ocuparán otro puñado de iniciados, en un diálogo de sordos excitados. Estoy convencido que demasiado textualismo o contextualismo o demasiada hermenéutica o exégesis inhibe la imaginación creativa que debería motivar la lectura de un clásico.4 Es por eso que sostengo que, para que valga la pena leerlos, a los clásicos hay que hacerlos nuestros contemporáneos, dialogar con ellos desde nuestras circunstancias, sin las pretensiones hiperespecializadas o eruditas de los iniciados. Como he mostrado en otra parte, las interpretaciones más ricas y sugerentes de los clásicos han sido aquellas en las que sus creadores intelectuales buscaban en los pensadores del pasado algunas claves para intervenir en su propio presente. Pienso, por ejemplo, en la lectura que de Aristóteles realizó Hannah Arendt, quien encontró en aquél la sabiduría necesaria para repensar a la política en nuestros tiempos y concebirla como el lugar decisivo de la existencia humana, como la acción en libertad; o en la lectura de Thomas Hobbes por parte de Carl Schmidt, quien encontró en aquél las ideas-fuerzas que sustentan y dan viabilidad a los Estados de excepción, como el nacional-socialismo en su tiempo.5 No deja de ser curioso constatar que los clásicos resurgen con nueva fuerza cada vez que se intenta soslayarlos para colocar en su lugar a otro tipo de producción de saberes, como las ciencias sociales con sus excesos positivistas o la filosofía analítica con sus excesos metafísicos tan de moda en los claustros de filosofía actuales. Pero resulta que ni las ciencias sociales ni la filosofía analítica han podido culminar con algún éxito su pretensión de convertirse en faros de la verdad. De ahí precisamente el renovado interés que despiertan los clásicos. Pongo un ejemplo, la
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La diferenciación de la sociedad respecto del poder señala la dimensión simbólica de lo social: su afuera constituyente. La sociedad sólo se abre paso a sí misma a través de la exterioridad simbólica del poder. En la escisión del poder, la sociedad localiza simbólicamente fuera de sí a su otro: el poder.
democracia en Estados Unidos ha motivado todo tipo de estudios científicos especializados, pero ninguno de ellos ha podido esclarecer con más elocuencia que La democracia en América de Alexis de Tocqueville las razones de su perdurabilidad y los misterios de su eficacia, pese haber sido escrito a principios del siglo XIX.6 A aquellos pensadores que han resistido el resplandor cegador de una Ciencia capaz de determinar los fines últimos de la sociedad y la política hemos de darles pues, la razón de sus reservas.7 Pero eso no significa que en su lugar debamos entronizar a la filosofía política, hoy tan acartonada y vacía de vida política, como la propia ciencia política, como nueva administradora de la Verdad.8 Lo realmente valioso ahora es hacer resurgir una nueva dignidad para el pensamiento político, en su riqueza individual, sin las camisas de fuerza del método científico y las anteojeras de la filosofía analítica. Entonces, si hemos de volver a los clásicos habrá que hacerlo más allá de sus contextos y tiempos, o sea más allá de cualquier historia historicista, con un espíritu tentativo e indagatorio, desde nuestro presente y nuestra circunstancia.9 Esto no debe interpretarse necesariamente como una opción a favor o en contra de los clásicos, sino como una crítica a una atmósfera intelectual que desde hace años ha convertido al saber sobre lo político en un asunto pragmático al margen no sólo de la historia de las ideas, sino de lo que dijeron sobre la política los grandes pensadores.10 En ese sentido, soy de los que considera que es imposible pensar, sobre todo pensar lo político, sin la lectura de los clásicos.11 Lo que hace a un autor del pasado actual, o sea clásico, no es tanto que supiera responder acertadamente a los problemas de su tiempo, cuanto que sus respuestas, a unas circunstancias totalmente ajenas a las nuestras, aún pueden valorarse para que nosotros respondamos a los problemas de nuestro tiempo. La actualidad de un clásico no reside en una posible intemporalidad de su verdad, sino en los modos y procedimientos que nos aporta para alcanzar cierta verosimilitud. Nadie lo ha dicho mejor que Merleau-Ponty: “Frente a la búsqueda de los saberes eternos, frente a los que destacan lo irreductible de los Maestros…, lo que cuenta es la vida literaria o filosófica (pensante) que llamamos Cervantes o Descartes, o sea la obra que nos ayuda a pensar aquí y ahora”.12 Lo importante no son pues las preguntas y las respuestas, sino la forma de responder de un autor, en sintonía con su propia peripecia biográfica. Como alguna vez dijo Hegel: “Estudiando a un clásico no aprendemos una verdad, sino la manera de descubrir verdades”, o como sostuvo Kant: “No se aprende filosofía sino a filosofar”. Llegados a este punto sostengo que sí es posible leer a un clásico más allá de la veneración acrítica del texto. Sí, a condición de abandonar el ensimismamiento filosófico,
el verse permanentemente al ombligo, esa perversión que lleva al filósofo a olvidar que la realidad es inagotable y la vida breve (también la vida del filósofo); es decir, adoptando una posición más escéptica y relajada, pues parece que al profesional de la filosofía le resulta intolerable reconocer que la vida es breve, pero más intolerable le parece que la filosofía nos permita vivir esa brevedad con cierto talante de inmortalidad.13 II. Volver a Maquiavelo Es indudable que de todos los clásicos, Maquiavelo ocupa un sitial destacado como interlocutor de varias generaciones de lectores de su obra, al grado de que ésta ha propiciado todo tipo de interpretaciones, muchas veces contradictorias entre sí. Hoy resulta muy difícil distinguir entre lo que realmente dijo Maquiavelo y las múltiples variedades de maquiavelismo, que se mueven entre el rechazo y la diatriba, el elogio y la exaltación. Como suele decirse, “Dime cómo interpretas a Maquiavelo y te diré quién eres”. Pero, ¿en dónde reside la variedad de interpretaciones de Maquiavelo? Sin duda, en su realismo político, el cual no debe confundirse con el cinismo que caracteriza al adjetivo “maquiavélico” del lenguaje cotidiano. Se trata de un realismo basado en el rechazo al principio metafísico según el cual existe un sólo principio capaz de dar cuenta de lo existente y que, por lo tanto, propone asumir que el primer atributo de lo real es su complejidad. Como hombre dominado por una vocación práctica, Maquiavelo rechaza cualquier pretensión de acceder a una teoría coherente, capaz de agotar la pluralidad de facetas de la vida social, como sí lo hicieron un San Agustín o un Vico, para referirme a dos pensadores casi contemporáneos de Maquiavelo. Su objetivo intelectual era más bien fortalecer la capacidad de juicio ante las circunstancias siempre cambiantes de la dinámica política. En ese sentido su teoría sobre el poder es lo opuesto a los sistemas ideológicos o filosóficos. Su propósito no es ofrecer seguridades o certezas sino enfrentarnos a la experiencia de la incertidumbre ligada a la acción. De ahí que su obra suscite tantas interpretaciones y reacciones, pues es un pensamiento abierto a la contingencia. Casi sin darnos cuenta, al encontrar en el realismo la clave de la vigencia intelectual de Maquiavelo, hemos entrado en la disputa de interpretaciones que la obra del florentino ha generado durante quinientos años, cuestión que en ningún momento me he propuesto emprender en este escrito. Mi intención es más modesta, la de ofrecer una clave de lectura personal de El Príncipe, obra en la que encuentro algunas lecciones intemporales sobre la dimensión simbólica de la política, que no es otra cosa que lo que los individuos desean y anhelan para proyectarse en su comunidad, desde los imaginarios simbólicos que construyen
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colectivamente, la tradición, la historia y todo aquello que los aproxima o divide. Huelga decir que mi lectura está motivada por problemas del presente, como la siempre deseada y nunca acabada construcción de ciudadanía, incluso en las democracias más avanzadas del planeta. Mi punto es que hay en Maquiavelo algunas intuiciones en esa dirección que nos llevan a colocar el conflicto perenne que cruza a las sociedades como un punto de partida para entender los límites y alcances de la vida pública ahí donde se han conquistado los derechos más elementales de los seres humanos. Desde esta óptica, habría incluso que repensar la concepción del poder que convencionalmente se reconoce en Maquiavelo, pues si el poder se funda en el conflicto irresoluble que divide a las sociedades, su concentración o conservación no depende sólo de la virtud y la fortuna de un soberano, sino también de los propios ciudadanos, que no sólo son los interlocutores o destinatarios retóricos del poder ocupado sino actores políticos capaces de instituir in nuce los valores que han de regir en el todo social, incluyendo a los monarcas. El lector más acucioso quizá ya haya reconocido en esta tentativa la influencia que ejercen en mi razonamiento autores como Hannah Arendt, Claude Lefort, Cornelius Castoriadis y Agapito Maestre, entre otros, todos ellos referentes intelectuales fundamentales para repensar la política desde la res pública, desde los ciudadanos y sus imaginarios sociales, desde los espacios público-políticos. Lo admito, pero a final de cuentas, si hemos de leer a los clásicos desde problemáticas presentes no podemos prescindir tampoco de nuestras convicciones personales afirmadas en la confrontación teórica con nuestros contemporáneos. Que ello sesgue en alguna medida nuestra interpretación de los clásicos es algo con lo que tenemos que vivir quienes nos ocupamos de pensar la política, aunque sin renunciar a cierto escepticismo de partida que nos impida caer en los dogmatismos tan frecuentados por el pensamiento único.14 ¿Qué lectura de Maquiavelo sería entonces a estas alturas la más pertinente, o sea la que tenga algún sentido para nosotros aquí y ahora? En primer lugar yo le daría un no rotundo a todas aquellas interpretaciones que caen en la diatriba o la descalificación superficiales o viscerales. A estas alturas, seguir sosteniendo que Maquiavelo es sólo un “técnico de la política”, un “Maestro del mal”, un “pensador amoral”, etcétera, es permanecer en los clichés que sólo entorpecen la comprensión de un pensamiento tan rico como el del florentino. En segundo lugar, le diría no a lo obvio, a los lugares comunes, a la simplificación y la vulgarización de su obra. A estas alturas no tiene ninguna utilidad conceder algún estatuto de validez definitivo a lugares comunes como: “no importan los medios para alcanzar los fines”, “la política camina por un lado y
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la moral por otro”, “la política es puro engaño y mentira”, “lo importante es el éxito de la acción no los principios”. Del mismo modo, resulta ocioso sostener que Maquiavelo es el padre de la filosofía política moderna o de la ciencia política moderna, pues además de que no es cierto, totemiza un pensamiento que si algo ha mostrado a lo largo de cinco siglos es una gran vitalidad. Finalmente, como ya lo adelante, le diría no a todas las tentativas historicistas sobradamente ilustradas de aproximarse a su obra y que poco contribuyen a repensar la política desde el presente. Contrariamente a todo ello, le diría sí a toda tentativa de lectura que busque desentrañar en su obra los elementos finos de su concepción del poder, las formas de ejercerlo, el papel del pueblo y el lugar de la política, y que resulten reveladores para entender nuestro propio presente. III. La dimensión simbólica de lo político Mi tesis en este ensayo es que Maquiavelo nos descubre como ningún otro pensador clásico el ser de lo político en los propios principios de su constitución, o sea en la división de poder y sociedad, por lo que toda sociedad es sociedad política. La diferenciación de la sociedad respecto del poder señala la dimensión simbólica de lo social: su afuera constituyente. La sociedad sólo se abre paso a sí misma a través de la exterioridad simbólica del poder. En la escisión del poder, la sociedad localiza simbólicamente fuera de sí a su otro: el poder. En ese sentido, como vio muy bien Lefort, el Estado es tanto poder instituyente como instituido, y la comunidad simbólica que configura no puede desprenderse de la división, pues ésta es constitutiva de la sociedad, es el principio de la ciudad.15 El vínculo político no elimina pues, la división social, la transforma en diferencia política, en oposición política, y así contiene su violencia y la amenaza constante de insumisión o guerra civil. Hay política en la medida que se acepta que ni la diferencia social ni la diferencia de poder y sociedad son erradicables. Que para Maquiavelo todas las sociedades estén divididas de origen y que la división de Estado y sociedad civil define el modo como se constituye la sociedad política, queda muy bien expuesto en el siguiente pasaje muy conocido de El Príncipe: “En toda ciudad hay dos humores diferentes, el del pueblo y el de los grandes: el pueblo no quiere ser dirigido y oprimido por los grandes; los grandes quieren dirigir y someter al pueblo. Y de estos dos diferentes apetitos nace en las ciudades uno de estos tres efectos: principado, libertad o anarquía”.16 De lo que se desprende que toda sociedad política se eleva sobre un abismo que no puede cerrar, su fondo está sellado por una división que resume la oposición irreductible de dos deseos: el deseo de dominar y el deseo de no ser dominado. El Estado se funda en el choque de estos dos apetitos insaciables. Ahora bien, la división de ambos deseos puede engendrar tres tipos de organización: el poder de uno (principado), el anónimo poder de la ley (república) o por no llegar a conformar ningún poder desembocan en la anarquía. Para Maquiavelo, ni el principado ni la república pueden levantarse sobre suelo firme, sólo pueden encontrar asiento en el inestable flujo que dibuja la oposición de los deseos. Este movedizo terreno impide que el poder del Príncipe devenga poder absoluto y que la ley republicana se sustraiga al debate que suscita la ausencia de una determinación positiva de lo social. En la medida que se evita que el deseo de dominación pueda cumplirse, el Príncipe y la república se destacan de la sociedad civil, de la oposición de clases. Sólo ese trabajo de mediación los puede
convertir en los extremos instituyentes de una comunidad política. Por lo tanto, el poder nunca puede ser rebajado al plano de la realidad fáctica, nunca puede ser localizado en el interior de la sociedad, confundido con alguno de sus componentes. En el caso del poder del Príncipe éste se instituye a partir de un vacío, la experiencia de un vacío que ninguna política puede llenar, por el reconocimiento de la imposibilidad en que está el Estado de reducir la sociedad a la unidad. Pero que el poder del Príncipe se perciba en esa dependencia de la sociedad no significa que su dominio sea una ficción. El Príncipe ha de elegir siempre a quién apoyar. Inversamente, el pueblo puede someterse a la autoridad del Príncipe no sólo porque percibe su poder de una naturaleza diferente al de los grandes, sino porque su fin no es dominar, sino no ser dominado. Así es como el deseo del pueblo de no ser dominado conecta con el deseo de dominar del Príncipe, así es como “el no-poder y el poder absoluto se pegan uno a otro”.17 De lo dicho hasta aquí queda claro lo distante que estaba Maquiavelo de las visiones contractualistas que alcanzaron su apogeo en los siglos XVII y XVIII. Así, por ejemplo, la imagen de un contrato hipotético donde se intercambia obediencia por protección (Hobbes) no está presente en Maquiavelo. Si acaso, éste admite cierta cesión, cuando el pueblo cede a la dominación del Estado en favor de su defensa contra la opresión de los grandes. En efecto, según Maquiavelo, cuando el pueblo lucha para no ser oprimido está preparándose, sin embargo, para una opresión de nuevo género, cuando imagina el bien, alcanza, empero, otro mal, pero menor que aquel que se incuba en el seno de la sociedad civil. Más aún, el pueblo, reducido a su condición de rechazar la dominación, no está en condiciones de contratar o pactar nada, sólo de ceder. Asimismo, contrariamente al principio contractualista según el cual el estado de naturaleza se resuelve en un contrato para neutralizar la amenaza de ambos humores,
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confiriendo al Estado el papel de solución al conflicto, Maquiavelo concibe al conflicto como inherente a la división social, y como tal irreductible e irresoluble. Con ello cae por tierra la apreciación de varios especialistas según la cual Maquiavelo es el padre de la filosofía política moderna, pues ésta, como advirtió muy bien el historiador de las ideas Norberto Bobbio, tuvo su impulso inicial en el iusnaturalismo, el cual estaba muy distante de las inquietudes intelectuales del autor de El Príncipe.18 Queda por dilucidar una cuestión crucial: ¿si para Maquiavelo el pueblo se deja defender en ciertas circunstancias por el Estado, el cual no es el objeto del deseo del pueblo sino sólo el poder que en ciertas circunstancias puede contener el deseo de opresión de los grandes, significa esto que el pueblo es ciego para percibir la opresión que en él se esconde o, más bien, se consiente voluntariamente en ese engaño? Maquiavelo no tiene una respuesta explícita a este dilema, como sí la tuvo su contemporáneo francés Éttienne de La Boétie en su célebre Discurso sobre la servidumbre voluntaria, el cual deja muy mal parado al pueblo.19 Sin embargo, Maquiavelo apunta algo cuando dilucida sobre las características ideales para que el soberano pueda conquistar el respaldo del pueblo, o sea para que su ejercicio de poder sea eficaz. Así, por ejemplo, sostiene que en el terreno político están mezclados apariencia y realidad, bien y mal. La dominación del Príncipe no sería en sí misma un mal, sino el mal menor que el pueblo acoge a la luz de la dominación de los grandes. Ese mal menor tendría la apariencia del bien, ocuparía temporalmente su lugar. El pueblo es engañado en la misma medida en que se deja engañar; el Príncipe no puede quitarse la máscara, dejar de ser un “simulador”, mostrar al desnudo su deseo de dominar sin ser considerado como un opresor más entre otros. De lo visto hasta aquí queda claro que para Maquiavelo la división social es imborrable, pues no se debe a circunstancias históricas particulares, sino que es constitutiva del ser social, sea cual sea su forma política. En el fondo de cualquier sociedad encontramos la oposición de esos deseos igualmente insaciables: el deseo de dominar y el deseo de no ser dominado. Ambos se oponen, pero ninguno se da sin el otro, se requieren; ambos constituyen al ser humano, uno remite al otro y el otro al uno. De ser correcta esta interpretación, hay en Maquiavelo una serie de intuiciones muy valiosas que bien leídas nos permitirían entender mejor la complejidad de lo político en nuestros días. Así, por ejemplo, si el poder está instalado en el corazón de lo inestable siempre existe la posibilidad de la lucha social, de la insumisión, de la emergencia de un imaginario simbólico que propicie el tránsito de una sociedad civil a una sociedad política, dando una salida a los deseos desencadenados que, de otro modo, hundirían a la sociedad en una guerra civil. En efecto, allí donde los conflictos se centran alrededor de la oposición del pueblo y los grandes, sigue existiendo la función de lo imaginario de recubrir un abismo que nunca puede ser colmado, dar su identidad a lo que de suyo no la tiene. Como diría Lefort, “el poder se inserta siempre en un vacío social y sólo se mantiene en movimiento”.20 Por otra parte, si el trabajo del poder es impedir que pueda ser satisfecho el deseo de opresión, son las republicas más que los principados las que mejor la desempeñan. En efecto, al asociar la libertad a la ley, la república se presenta como el régimen que puede satisfacer durante más tiempo la libertad. En la república el deseo de la libertad es un deseo sin objeto y nunca llega a colmarse porque la libertad no es un objeto. Sólo puede ser definida como
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El deseo de no ser oprimido es un deseo de libertad, deseo que como tal es más fuerte que la libertad misma, y ese es el verdadero motor contra la opresión absoluta, sobre todo porque permanece irresoluble en la división que constituye a la sociedad. negación de otro deseo. El deseo de libertad no es deseo de tener, sino de ser. La libertad no puede poseerse como la riqueza, la gloria o la influencia. Por el deseo de ser el ser de la sociedad excede cualquier realidad dada. De ahí que la política es siempre incertidumbre, pues se funda perennemente en la división social y el conflicto. IV. Un Maquiavelo más allá del maquiavelismo La interpretación de El Príncipe de Maquiavelo propuesta arriba implica un ajuste de cuentas con ciertos aspectos de la visión dominante de esta obra. En primer lugar cuestiona la idea muy generalizada de que hay en Maquiavelo una tentativa explícita de establecer unas supuestas leyes o claves o reglas sobre la política. Esta idea es imprecisa porque Maquiavelo reconocía precisamente la incertidumbre de la política, y de la incertidumbre no pueden extraerse leyes, si acaso algunas intuiciones. Pero esta idea no sólo es imprecisa sino también desafortunada, pues es precisamente ese tipo de asociaciones mecánicas las que han conducido a tergiversar el pensamiento de Maquiavelo, a simplificarlo o estigmatizarlo, generando todo tipo de vulgarizaciones y lugares comunes, empezando por concebirlo como el padre de la ciencia política o de la filosofía política moderna, o como un “técnico” de la política. Que Maquiavelo haya escrito sin reparos de ningún tipo sus intuiciones sobre el ejercicio del poder no significa que les confiriera un estatuto de leyes universales infalibles. Maquiavelo entendía mejor que nadie que la política se debe a sus circunstancias. Además, si la ciencia política ha dado tantos tumbos en su devenir es precisamente porque se propuso ilusamente descubrir algo así como las leyes de la política, siendo que de la política no se pueden hacer leyes, como advirtió muy bien Max Weber.21 Otra idea muy generalizada sostiene que Maquiavelo depositaba en el elemento de la fuerza su concepción del poder. Según esta idea con sólo la voluntad o sus creencias los seres humanos no darían forma a las sociedades, por lo que se requiere de la fuerza que los obligue y de esta manera preserve a la sociedad y salvaguarde al Estado. El tema sin duda está presente en El Príncipe, pero no considero que sea tan decisivo como suele creerse. En mi opinión, más que la fuerza como factor necesario para formar a las sociedades, supuestamente incapaces de entretejer por sí solas relaciones de interés y cooperación, el verdadero meollo para Maquiavelo es la división social entre los grandes y el pueblo, una división irresoluble que realmente constituye a la sociedad. Dicho de otra manera, no considero que sea la fuerza la condición que para Maquiavelo forme a las sociedades (la que la preserve y salvaguarde), sino que el movimiento social se crea por la división social y el conflicto permanente que de ahí deriva. Por último, suele pensarse que Maquiavelo expulsa al pueblo de cualquier tipo de vida política, en la medida que el Príncipe se afirma en su poder sometiendo a aquél. Pero esta apreciación requiere alguna matización, pues con frecuencia Maquiavelo señalaba que el Príncipe requería de un pueblo para ser Príncipe así como proyectar ciertas virtudes para no ser odiado por el pueblo. Mi objeción consiste en que Maquiavelo
no necesariamente concebía al pueblo gravitando inexorablemente en torno al Príncipe, como suele creerse, pues al reconocer en el pueblo el deseo de no ser oprimido, le concede un protagonismo que no puede soslayarse. El deseo de no ser oprimido es un deseo de libertad, deseo que como tal es más fuerte que la libertad misma, y ese es el verdadero motor contra la opresión absoluta, sobre todo porque permanece irresoluble en la división que constituye a la sociedad. V. Lecciones intemporales Como hemos visto en este ensayo, contrariamente a lo que suele pensarse, Maquiavelo sí se interesa por el problema de la fundación y la institución de las ciudades. Pero a diferencia de los contractualistas no se ocupa del problema del origen de lo social, pues para él el mundo social ya está dado. La dimensión social es constitutiva de la sociedad política y, por tanto, insuperable e irresoluble. Maquiavelo no califica al pueblo, no dice que es bueno o malo, él sólo cree en la fecundidad del conflicto. La institución de la ciudad depende de las relaciones que establece el detentador de la autoridad con el pueblo, el conjunto de los miembros de la ciudad, y más específicamente entre aquellos cuya condición es superior (los grandes) y la mayoría, entre los que quieren dominar y los que no quieren ser dominados. Si esta lectura tiene alguna validez debemos reconocer también que hay en Maquiavelo in nuce algunas intuiciones muy sugerentes para comprender algunos aspectos constitutivos de las democracias modernas y que parecen tener una gran actualidad. Aquí apunto tres, a manera de lecciones intemporales. En primer lugar, está la idea de que el poder siempre permanece en vilo, nunca es definitivo ni seguro, pues está conectado continuamente con una sociedad dividida de origen por un conflicto irresoluble. El poder puede ser ocupado por una autoridad o por la ley, puede ser más o menos violento, puede ejercer mayor o menor fuerza, pero nunca puede sustraerse de la dinámica social, nunca puede eliminar el conflicto y la división social. El poder siempre está en tensión con lo social, por lo que la sociedad siempre es sociedad política. En segundo lugar, si la política se constituye en la división y el conflicto sociales entonces la política es indeterminación, incertidumbre, tránsito, movimiento. Nada es para siempre. Aún en las tiranías más absolutistas existe un resquicio a través del cual el pueblo puede afirmarse en su deseo de no ser oprimido. El pueblo, en determinadas circunstancias, puede ceder incluso voluntariamente a la dominación de un tirano, pero nunca renuncia a su deseo de ser libre, pues este lo determina de origen. Finalmente, el poder aspira siempre a más poder, pero el deseo de libertad de las mayorías siempre aspira a alcanzar más y mejor libertad. En esa tensión irresoluble tiene lugar el ejercicio del poder, su eficacia o su colapso. A su favor el poder cuenta con la fuerza, pero en un momento dado nada hay más poderoso que el deseo de ser libre, incluso más que la propia libertad.
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[1] Véase, por ejemplo, J.A.G. Pocock, The Machiavellian Moment. Florentine Political Thought and the Atlantic Republican Tradition, Princeton, Princeton University Press, 1975; M. Viroli (ed.), Libertà politica e virtù civile. Significati e percorsi del repubblicanesimo classico, Turín, Fondazione Giovanni Agnelli, 2004; R. del Aguila y S. Chaparro, La república de Maquiavelo, Madrid, Tecnos, 2006; M. Viroli, La sonrisa de Maquiavelo, Barcelona, Tusquets, 2000; C. Lefort, Maquiavelo. Lecturas de lo político, Madrid, Trotta, 2010; J. Sánchez-Parga, Poder y política en Maquiavelo, Rosario, Homo Sapiens, 2005. [2] Véase, por ejemplo, E. Serrano Gómez, “Maquiavelo más allá del maquiavelismo”, Metapolítica, México, núm. 23, mayo-junio, 2002, pp. 63-73; C. Lefort, “Maquiavelo no es un técnico de la política”, Metapolítica, México, núm. 23, mayo-junio, 2002, pp. 55-60; H. Arendt, “Una bitácora para leer a Maquiavelo”, Metapolítica, México, núm. 23, mayo-junio, 2002, pp. 38.45; R. Sánchez Benítez, “Maquiavelo y el mal”, Metapolítica, México, núm. 23, mayo-junio, 2002, pp. 97-105. [3] C. Cansino, Historia de las ideas políticas. Fundamentos filosóficos y dilemas metodológicos, México, Cepcom, 1998; C. Cansino, “Hannah Arendt, lectora de los clásicos antiguos y modernos”, Metapolítica, México, núm. 13, enero-marzo, 2000, pp. 110-119; C. Cansino y V. Alarcón (eds.), Carl Schmitt. Enfoques críticos, México, UAM-Iztapalapa, 1987. [4] Véase C. Cansino, Historia de las…, cit., pp. 11-24. [5] C. Cansino, “Hannah Arendt…”, cit., pp. 110-111; C. Cansino, “Carl Schmitt y la doctrina del Estado absoluto”, en G. Ávalos Tenorio y M. D. Paris (eds.), Política y Estado en el pensamiento moderno, México, UAM-Xochimilco, pp. 289-300. [6] Véase, C. Cansino, La nueva democracia en América, México, Juan Pablos, 2013. [7] Sobre la obsolescencia de las ciencias sociales véase C. Cansino, La muerte de la ciencia política, Buenos Aires, Sudamericana, 2008. [8] He entregado recientemente a la imprenta un libro intitulado La muerte de la filosofía política. [9] Véase A. Maestre, “¿Cómo leer a los clásicos? El alcance político de la lectura y la modelación lectora del pensamiento”, Metapolítica, México, núm. 13, enero-marzo, 2000, pp. 11-26. [10] Véase D.M. Ricci, The Tragedy of Political Science, Londres, Yale University Press, 1984. [11] Véase C. Cansino, La muerte de la…, cit., pp. 255.271. [12] M. Merleau-Ponty, Signos, Barcelona, Seix Barral, 1964, p. 157. [13] Véase al respecto A. Maestre, “¿Cómo leer…?”, cit., p. 17. [14] Entre las obras más importantes de estos autores están H. Arendt, ¿Qué es la política?, Barcelona, Paidós, 1999; H. Arendt, La condición humana, Barcelona, Paidós, 1988; C. Lefort, L’invention démocratique, París, Fayard, 1942; C. Lefort, Essais sur le politique, París, Du Seuil, 1986; C. Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad, Madrid, Tusquets, 1983; A. Maestre, Escribir la política, México, Cepcom, 2001; A. Maestre, El poder el vilo, Madrid, Tecnos, 1998. [15] C. Lefort, Maquiavelo. Lecturas…, cit., p. 112. [16] N. Maquiavelo, El Príncipe, Madrid, Tecnos, 1991, p. 18. [17] E. Molina, “Maquiavelo en la obra de Claude Lefort”, Metapolítica, México, núm. 13, enero-marzo, 2000, pp. 64-75. [18] Bobbio, Liberalismo y democracia, México, FCE. [19] E. de La Boétie, Discurso sobre la servidumbre voluntaria, Buenos Aires, Terramar, 2008. [20] C. Lefort, Maquiavelo, Lecturas…, cit., p. 79. [21] M. Weber, Economía y sociedad, vol. 1, México, FCE, 1976, p. 329.
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Sobre la parlamentarización del sistema presidencial y otras falacias Por Fernando Dworak
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uizás la reforma política no ha avanzado por la falta de propuestas (de hecho hay demasiadas), sino por una casi total ausencia de ejercicios comparados y de prospectiva que permitan arrojar escenarios de impacto, de tal forma que se pueda ver quiénes ganan o quiénes pierden. Esta carencia de análisis fomenta el miedo al cambio entre la población, impidiendo que el debate salga de lo que se ha llamado el “círculo rojo”.
Por otra parte, la estructura corporativista y vertical que se diseñó en los años cuarenta del siglo pasado que servía para legitimar, apuntalar y eternizar a una maquinaria hegemónica es hoy aprovechada por diversos agentes para mantener su base de poder. Ellos son los menos interesados en discutir reformas que descentralicen su autoridad y empoderen a la ciudadanía. Semejante entorno es aprovechado por quienes, haciendo un ejercicio basado más en la imaginación y el diletantismo, proponen grandes modelos de reformas o pretenden inventar otros. Por ejemplo hay quienes buscan un modelo de revisión general de la Constitución, pensando que sus parámetros son los mejores. Tal pretensión lleva a que a menudo descalifiquen los modelos globales de los demás; perdiéndose todas en gruesos volúmenes de buenos deseos compilados para alguno u otro foro de la academia. Como parte de esas corrientes se puede señalar a la corriente que aquí se le nombrará como “Fetichismo Institucional”: la creencia de que se pueden importar modelos de otros sistemas políticos, los cuales arrojarán los resultados deseados sin hacer un ejercicio de reflexión medianamente serio sobre los mecanismos y las reglas que los hacen funcionar. Un ejemplo son los debates sobre la “parlamentarización del régimen presidencial”, en particular la idea de formar un gobierno de coalición. Veamos los argumentos. ¿Qué es un gobierno de coalición? Por lo general las propuestas que se han presentado van por las siguientes vías: 1) El Presidente podrá optar por el gobierno de coalición, en cuyo caso acordará las políticas públicas convenidas, turnándolas para su registro y seguimiento a las dos cámaras del Congreso. 2) Se someterá a cada uno de los secretarios de
despacho y por separado a ratificación del Senado por mayoría simple de los miembros presentes y en sus recesos por la Comisión Permanente. Si en el primer nombramiento no se alcanzara la mayoría de votos, el Presidente hará un segundo nombramiento distinto, que deberá ser votado en los mismos términos y condiciones que el primero; si el segundo no alcanzara la mayoría de los votos, el Presidente hará el nombramiento definitivo. 3) El Presidente tendrá voz en las cámaras del Congreso por sí o a través del Secretario de Gobernación, para presentar iniciativas, informes o responder a preguntas, mediando solicitud para hacerlo o por invitación o requerimiento de alguna de las cámaras, en los términos de la Constitución Federal y leyes que de ésta dimanen. 4) Algunas vertientes también proponen que el gabinete sea sujeto a la censura del órgano legislativo, debiendo renunciar en caso de que ésta prosperase. Aunque podría sonar innovador, esta idea ha aparecido de manera recurrente en la historia de nuestro país. En 1856 liberales como Francisco Zarco hablaban de “parlamentarizar” el régimen al hacer que los miembros del gabinete se responsabilizaran ante el Congreso. Durante la primera década del siglo XX, personajes como Querido Moheno proponían lo mismo. Incluso en un breve periodo de nuestra historia, de 1857 a 1863, los secretarios de estado caían tras la censura que ejercía la mayoría del órgano legislativo. Podría sonar atractivo, pero ¿funcionaría? Veamos algo de teoría.
Lic. Querido Moheno
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Los gobiernos de coalición surgen cuando el partido gobernante no tiene la mayoría absoluta en el órgano legislativo y que, en lugar intentar gobernar en su carácter minoritario, busca el apoyo del número de bancadas suficientes para alcanzar el cincuenta por ciento más uno de los votos. La experiencia comparada muestra que este fenómeno es frecuente tanto en sistemas presidenciales como en parlamentarios. 1 En la medida que un gobierno emana de una mayoría parlamentaria, las coaliciones son más necesarias en un sistema parlamentario que en uno presidencialista, donde la supervivencia del Ejecutivo no depende de los equilibrios de poder al interior del órgano legislativo. Por otra parte los partidos en sistemas parlamentarios son más disciplinados, pues no sólo la supervivencia del gobierno estaría en juego, sino que también la única vía de promoción política es a través de una carrera parlamentaria. Para decirlo de otra forma, un primer ministro es aquel que, al momento de poderse reelegir numerosas veces, ha tenido la habilidad suficiente para generarse una base de liderazgo – y los coordinadores de las bancadas que forman la coalición han llegado por ese mismo proceso. Esto es, cada uno de los actores se puede jugar su futuro si la coalición fracasa. Naturalmente estos arreglos son más estables entre menos partidos participen. En cambio los sistemas presidenciales son más flexibles. Si el gobierno no depende de una mayoría legislativa, hay menos necesidad de hacer coaliciones. Incluso los sistemas electorales de mayoría simple pueden fomentar la suficiente indisciplina para que el gobierno de un partido minoritario pueda sobrevivir políticamente, pues los legisladores pueden desarrollar bases de apoyo independientes a las de su instituto político. También es posible que una de las cámaras ratifique (mas no retire) al gabinete, como el caso del Senado de los Estados Unidos sin que lo anterior implique una coalición. Si un gobierno de coalición funciona bajo estos supuestos, ¿funcionaría o no en México con el actual sistema? Un órgano político tomará decisiones políticas Un argumento que expuesto los defensores de esta propuesta es que llevaría a las mejores personas al gabinete. Quizás es la afirmación menos acertada toda vez que un órgano político nunca tomará decisiones técnicas. En sistemas parlamentarios los puestos del gabinete son asignados por razones políticas. Si un partido tiene la mayoría éstos se asignan a los operadores y gente de confianza de un primer ministro, toda vez que estos puestos son un signo de jerarquía al interior de una bancada. Al contrario, en una coalición los puestos del gabinete se dividen proporcionalmente entre los socios que la conforman. Por cuanto a los sistemas presidenciales se refiere, un miembro del gabinete es ratificado por ser una persona confiable para la mayoría de la cámara decisora en
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En la medida que un gobierno emana de una mayoría parlamentaria, las coaliciones son más necesarias en un sistema parlamentario que en uno presidencialista, donde la supervivencia del Ejecutivo no depende de los equilibrios de poder al interior del órgano legislativo.
el caso de un partido mayoritario. En el caso de uno de coalición, el acuerdo previo (con su subsecuente repartición de carteras) hace que sea aprobado. Para resumir lo anterior, una posible aprobación del gobierno de coalición no llevaría al gabinete a las mejores personas técnicamente hablando, sino a las más idóneas de acuerdo al contexto – algo que no es necesariamente malo en sí mismo. Pero es un engaño creer que la ratificación implicaría un examen de aptitudes para quienes propusiera el Ejecutivo. ¿Qué costos y beneficios lleva coaligarse? Olvidemos lo anterior. Lo más preocupante de los comentarios de quienes han propuesto este modelo es la creencia de que el país va a cambiar porque exista la posibilidad de pactar un gobierno de coalición sin tener idea de qué costos o beneficios le traería este arreglo a los actores involucrados. Es más, las opiniones que se leen piensan que el funcionamiento depende de la “voluntad” de nuestra clase política ante un entorno distinto – casi como si por invocar el nombre se llegasen a materializar los resultados. Un gobierno de coalición se pacta cuando los actores saben que la supervivencia de su proyecto político depende de ello. Es decir, esta alianza de gobierno tiene la prospectiva de ser reelecta si es exitosa y/o de lo contrario, perder. Naturalmente entre más reducida sea la coalición más estable será. Por ello los partidos reconocen la importancia de ser confiables. Además, les resulta a todos lo suficientemente rentable en términos políticos. Semejante perspectiva de largo plazo le da confiabilidad a los actores: si todos saben que la colaboración terminará en un momento determinado posiblemente traicionarán a sus compañeros antes de tiempo si les conviene electoralmente.
¿Cómo funcionaría la propuesta? Hay quienes piensan que, debido a que nuestros partidos son altamente disciplinados al momento de votar en los órganos legislativos, deberíamos optar por un régimen parlamentario o al menos “parlamentarizar” nuestro sistema político. Incluso algunos se atreven a afirmar que esa disciplina es reflejo de congruencia ideológica. Un análisis medianamente superficial tira esta suposición. Como ya se dijo un sistema parlamentario supone líderes cuyas carreras inician, se desarrollan y culminan en un órgano legislativo. De esa forma adquieren el ascendente necesario para ganar (o en su caso, tejer) una mayoría que los convierta en gobernantes. Lo anterior significa que un primer ministro es, a su vez, dirigente natural e indiscutido de su partido político. En cambio los legisladores mexicanos son agentes de personas que, gracias a la no reelección inmediata, controlan sus carreras políticas. Por lo tanto el primer efecto de aprobarse la propuesta sería empoderar aún más a esas dirigencias extraparlamentarias antes que al Congreso como institución; con el agravante que estos individuos no rinden cuentas sobre lo que hace el órgano legislativo. El resultado sería que unos cuantos decidirían tanto como el Presidente sobre asuntos públicos, dejando que el último asuma los costos electorales. Se podría pensar que estos dirigentes tendrían todos los incentivos para colaborar si se les incorpora en esa coalición. Sin embargo su visión, al no haber permanencia en los puestos es de corto plazo; toda vez que sus ambiciones se orientan a lo que podrían ganar en la siguiente elección. En otras palabras, no existiría el largo plazo en las proyecciones de esa alianza de gobierno. Y si nadie es responsable y las negociaciones
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se limitan a lo que se pueda pactar en tres años, los alcances de las posibles reformas bajo ese esquema serán similares a los que arroja el actual marco normativo. De llegarse a aprobar esta reforma, se observaría un problema adicional: si todo se reduce al corto plazo, los puestos de gabinete estarían todavía más sujetos a la especulación y el futurismo político. Es decir, los senadores aprobarían los nombramientos que negocien los dirigentes que en ese momento tengan el poder necesario – y algunos de esos se les podría ver como “presidenciables”. Lo anterior haría que, conforme avanzase el sexenio y se acercaran las elecciones, los legisladores de otros partidos y de grupos diferentes al de aquellos que eligieron a los secretarios tengan interés en obstaculizarlos. Y esto le restaría eficacia a la administración pública. ¿Y el voto de censura? Por otra parte introducir la posibilidad del voto de censura vinculatorio (algo que, al contrario de la ratificación del gabinete, no existe en los sistemas presidenciales), los secretarios estarían sujetos a un problema del que nadie habla: la doble lealtad. Es decir, si un colaborador sabe que puede ser nombrado y removido por dos patrones, va a tratar de satisfacer a ambos. Esto terminaría con la cohesión en el primer círculo de colaboradores del ejecutivo. Conclusiones Lejos de proponer mecanismos neutrales para que los partidos puedan gobernar independientemente de su color, con proyección a largo plazo y en condiciones de responsabilidad política, la mayoría de las iniciativas en materia de reforma política reflejan las expectativas y cálculos de sus proponentes. Esto facilita no sólo la mutua descalificación, sino que imposibilita ver los debates en su justa dimensión. Quizás algunas de las reformas que se proponen podrían no ser necesarias. Al principio de esta administración se decidió empoderar, vía la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, al secretario de Gobernación como jefe de facto del gabinete. En todo caso, es mejor dejar ciertos aspectos de la organización interna al ejecutivo, dejando que sea juzgado por sus efectos. ¿Cuál debería de ser la agenda de reforma política en estos momentos? En mi opinión, una que se concentre en no más de cinco puntos, los cuales puedan generar costos de decisión a la clase política y permitan, por su propia dinámica, elaborar mejores diagnósticos sobre cuánto hay que cambiar. [1] http://as.nyu.edu/docs/IO/2800/bjps_2004.pdf
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Análisis de la Encuesta Nacional sobre cultura política y prácticas ciudadanas 2012 Por Francisco Sánchez Espinoza Lidia Aguilar Balderas 1
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ste análisis se desarrollará, para una mejor comunicación, en dos partes: todo estudio o investigación, cuando llega a concretarse implicando datos tomados de la realidad, puede leerse, ficharse y, comprenderse desglosándola, por un lado, en la parte metodológica-conceptual; por otra parte, la técnica, que en este caso se trata de un diseño estadístico de encuesta y de un análisis de los datos resultantes de ella también de carácter estadístico. Entonces: metodología y técnica.
1. Análisis de la parte metodológica y concpetual
La ENCUP se ha levantado en cinco ocasiones, en 2001, 2003, 2005, 2008 y, 2012 (3 realizadas por el INEGI, 2001, 2003 y 2008), entonces lo primero es que ahí están y son un referente, es bueno contar con ellas y denotan que los trabajos de encuesta en México no datan de mucho tiempo atrás. Hace alrededor de 20 años se empezaron a levantar encuestas en México con regularidad, menos tiempo aún que se levantan las que específicamente se ocupan de la cultura política. Por lo tanto, ha sido necesario primero reunir libros y artículos del tema en las bibliotecas universitarias y en las personales de los especialistas; posteriormente iniciar el levantamiento de encuestas, generalmente a nivel nacional, que son réplicas de las levantadas en otros países; luego, algunas como la ENCUP han tratado de buscar especificidades de la realidad en estudio, adecuando los cuestionarios para la encuesta; casi al mismo tiempo se fueron desarrollando, ya no solamente investigaciones individuales, sino grupos de investigación, que en la actualidad se llaman “Cuerpos Académicos”1; los trabajos de esos investigadores se
[1] Una red de esos grupos es el conformado por “Estudios de Política y Procesos de Gobierno” de la UAP, al que pertenecemos los autores, con Cuerpos Académicos de las universidades: Autónoma de Nayarit, Universidad Autónoma de Sinaloa, Autónoma de Chihuahua; así como grupos de investigación de las Universidades: Complutense de Madrid y Caen de Francia.
presentan en Coloquios, Congresos o Seminarios.2 En este recorrido el trabajo de investigación en el tema de cultura política aparece muy avanzado. ¿Qué queda entonces por hacer? En primer lugar, cuando se habla de Cultura Política, no es algo que una vez alcanzado el “nivel superior” se estabilice para siempre, deben seguirse registrando los cambios, ya que a decir de la conceptualización básica: “La cultura es el conjunto de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres, mitos y rituales que se transmite de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de una comunidad y que orienta, guía y da significado a sus distintos quehaceres sociales. La cultura da consistencia a una sociedad en la medida en que en ella se hallan condensadas herencias, imágenes compartidas y experiencias colectivas que dan a la población su sentido de pertenencia, pues es a través de ella que se reconoce a sí misma en lo que le es propio.”3 Entonces, tiene una parte cognoscitiva, otra afectiva y, una evaluativa. Se trata de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres… las cuales orientan, guían y significan el quehacer social. De lo anterior resulta que hay tres tipos puros de Cultura Política: parroquial, vaga conciencia de la existencia del gobierno, individuo se considera incapaz para incidir en lo político; súbdito, conciencia del gobierno, pero se consideran subordinados y sólo participan en los productos del sistema; participativo, conciencia sobre el sistema político nacional, se reconocen capaces de influir en las entradas del sistema.4 Esta idea moderna, de progreso, es un ascenso hacia lo mejor, no obstante que demasiada participación y una sociedad altamente diferenciada podría llevar a que no se puedan procesar las demandas en el sistema para ofrecer productos que satisfagan a todos, por lo tanto, lo mejor para la democracia y su estabilidad, es un mixto, llamado cultura cívica, a decir de Peschard: “La cultura cívica combina aspectos modernos con visiones tradicionales y concibe al ciudadano lo suficientemente activo en política como para poder expresar sus preferencias frente al gobierno, sin que esto lo lleve a rechazar las decisiones tomadas por la élite [2] Por mencionar algunos ejemplos, Ruy Pérez Tamayo ha trazado ese recorrido en sus temas médicos en “En defensa de la ciencia.” LIMUSA, México, 1979; más cercano a la ciencia política, Jorge Arrazola lo hizo en Programa y marco metodológico para el estudio de los procesos políticos locales, en Juan Molinar. “Metodología de la Ciencia Política.” UAM-IFE-CNCPyAP, México, 1996; Salvador Martí i Puig lo elabora para los movimientos sociales en “Los movimientos sociales” (PDF). [3] Bobbio, Norberto E. A. “Diccionario de Ciencia Política.” Siglo XXI Editores, México, 1995. [4] Peschard, Jacqueline. “La Cultura política democrática.” Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, Número 2, IFE, México, 2002.
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política, es decir, a obstaculizar el desempeño gubernamental. El ciudadano se siente capaz de influir en el gobierno, pero frecuentemente decide no hacerlo, dando a éste un margen importante de flexibilidad en su gestión…”5 Es decir, no demasiada participación, lo que requiere no demasiada diferenciación, por ello la cultura política es, recordemos: símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres… orientan, guían y significan el quehacer social, desde lo que conocen, lo que quieren y evalúan. Esa necesidad de lograr una cierta homogeneidad que facilite el procesamiento de demandas y satisfaga comúnmente con sus resultados a los individuos, indica con claridad que es imperante lograr “una Cultura Política”, subrayemos “Una”, si bien hay tres formas puras y al obtener datos de una sociedad puede clasificarse más o menos en una de ellas,6 en realidad hay una lógica que subyace y es la ascendente, también sería un mejor sistema aquél que lograra soportar una mayor participación sin paralizarse o francamente resquebrajarse. Incluso vale, para poner aún en un más alto relieve lo dicho, repasar las palabras de Peschard “combina aspectos modernos con tradicionales”, es decir, un poco de este que se siente capaz y participa, con un poco de [5] Peschard, Op. Cit. [6] Puede verse Almond, Gabriel y Sidney Verba. “La cultura cívica. Estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones.” Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, Madrid, 1970.
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La cultura es el conjunto de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres, mitos y rituales que se transmite de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de una comunidad y que orienta, guía y da significado a sus distintos quehaceres sociales. Entrevista al Doctor Enrique Cuna de la Universidad Autónoma Metropolitana
¿aquél que se considera incapaz y se subordina?; “lo suficientemente activo como para expresar sus preferencias… sin rechazar las decisiones tomadas por la élite…” no hay claridad en si esas decisiones van un poco en contra de su interés o medio o mucho, en todo caso que se reconozca capaz pero nada más, sin hacer, sin acción. En los actos y la conceptualización que del abordaje de ellos se tiene hay intenciones. A inicios de los años cuarenta del siglo pasado, Bertrand Russell y Max Planck7 al hablar acerca de la causalidad en la ciencia decían que la creencia en la causalidad, tomada como que “todo tiene causa” o “nada sucede sin causa”, de hecho está causada, causada por la necesidad de imponer en las ciencias sociales la idea determinista del ascenso hacia sistemas políticos que pueden considerarse superiores aunque limiten las libertades. Es decir, querían hacer notar el hecho de que también en los conceptos e incluso en las categorías de análisis científico al imponerse unas a otras, hay intenciones de que algo suceda, porque se creé que sucederá algo, es lo que más tarde se llamó la Ciencia de la Prospectiva.8 Así, se desea un ciudadano con características de Cultura Cívica, y eso es lo mejor que se puede tener, es a lo que se debe aspirar. Para decirlo de otra manera: puede haber grados en las sociedades al clasificarlas después de levantar datos, pero los grados están a lo largo de una misma línea lógica. No obstante, hay otras líneas, que se apartan a veces radicalmente de la idea de “Una Cultura Política”. Vayan algunos botones de muestra. En el glosario que la Secretaría de Gobernación ofrece en su sitio en la red Internet, puede leerse lo siguiente: “Ciudadano democrático: se espera que sea activo o involucrado en la política; sea racional en su acercamiento a la política, guiado por la razón y no por la emoción; bien informado y haga decisiones con base en un cálculo cuidadoso de sus intereses.”9 Respecto al involucramiento y qué tan activo sea ya hemos dicho algo, no debe estar presente en demasía; que sea un decisor calculador y racional, ahí el punto es cuál racionalidad: buscando referencias se encuentran algunas no aplicables, por ejemplo la mecánica racional es la rama de la física que estudia el movimiento de los
cuerpos materiales y las causas de esos movimientos; la hidrografía, por su parte, considera al método racional para determinar el hidrograma de descarga de una cuenca hidrográfica. Para ir acercando, la matemática considera la existencia de números racionales, ellos son todos los números que pueden representarse como el cociente de dos números enteros, distintos de cero, es racional, porque es una fracción y, por ello, parte de un todo. También de las matemáticas proviene la ratio, es una razón, es la relación entre dos cantidades de entidades de estudio de la misma naturaleza, por ejemplo 49 % mujeres, es decir 49 de cada 100 habitantes son mujeres, o una razón financiera es que se pagará una tasa de interés de 8 % mensual, es decir, de cada 100 pesos prestados se pagarán 8 pesos adicionales al monto. En ciencias sociales la acción racional también alude a una relación, entre medios y fines, y alude a la situación en la que se utilizan de la mejor manera los unos para alcanzar los otros. Cuando se prefiere el propio interés, bienestar o seguridad se habla de egoísmo racional o razonable. La teoría de la elección racional es la que se basa en principios de la economía para interpretar fenómenos políticos, y es ahí el punto de llegada: el enfoque de obtener la mayor utilidad usando de los medios al alcance. Una forma de enunciar la teoría del valor es la historia del hombre que camina por el desierto con riesgo de morir, tiene mucha sed y el agua contenida en un vaso tendría una utilidad muy alta, un segundo vaso tendría una menor utilidad, un tercer vaso tendría una caída más que proporcional en la utilidad reportada a ese hombre, un cuarto vaso
[7] Russell, Bertrand. “Conocimiento y causa.” Paidós, Buenos Aires, 1982 y, Planck, Max. “¿A dónde va la ciencia?” Editorial Losada, Buenos Aires, 1941. [8] La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la prospectiva como el “conjunto de tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos o sociales”. (www.degerencia.com). [9] Página web de la Secretaría de Gobernación del gobierno federal mexicano.
indicaría su punto de saturación reportándole utilidad cero, un quinto vaso le reportaría desutilidad o utilidad negativa, de manera que lo que era un bien, útil, deviene en un mal, utilidad negativa. Y así es que el ciudadano debe ser participativo, sólo hasta el punto de equilibrio o saturación del sistema o capacidad del sistema para procesar demandas; y debe ser racional y solamente consumir hasta donde le reporte una mayor utilidad marginal, que se sienta capaz y se exprese pero que respete las decisiones de la élite, pero acaso eso debe sostenerse en toda situación ¿Aun cuando la élite sea racional egoísta y también cuando esas decisiones contravengan los intereses del propio ciudadano? Sería un contrasentido. Por cierto no todas las decisiones en la propia sociedad capitalista son racionales, hay muchas relaciones mediadas por el amor, la solidaridad, la fraternidad, incluso forman la base que hace posible la existencia de las relaciones monetizadas, y si se trata de utilidad, son decisiones irracionales. Puede argumentarse que tan sólo se trata de subculturas, o pequeñas culturas dentro de una gran cultura nacional que las contiene. Los índices de abstencionismo dicen que no sólo es una subcultura; en la misma tesitura está el hecho de que en la escala del 0 al 10 los partidos reciben una calificación de 4.4 en la ENCUP; en el informe de la ENCUP aparecen los Partidos Políticos en el lugar 27 entre 28 instituciones, sólo por encima de la policía, en tanto que los mejor evaluados son la familia, médicos, iglesia, maestros, ejército, televisión, militares (¿nuevamente?), por cierto la más alta en calificación es de 7.8; pero no es que la gente no participe o no quiera participar, sí quiere participar y participa, pero lo hace por otros canales, no los institucionales, la encuesta Latinobarómetro de 2008-9 indica que entre el 4 y el 7 %, con variaciones nacionales, han participado o participan en partidos políticos en América Latina, la gente se enlista, obtiene su credencial, pero la participación es muy baja, a pesar de las mejoras en la competitividad partidista en algunos niveles de gobierno, en otros no, y procesos electorales más equitativos, tal vez se deba a que las agendas de los ciudadanos y las de las élites están muy alejadas, por ejemplo, la pregunta P28-C de la ENCUP indica que el 76 % de los encuestados están de acuerdo o muy de acuerdo con que “A los funcionarios públicos no les importa lo que piense la gente como yo”,10 en cambio por la vía no institucional, la llamada participación social, tenemos que el gobierno del DF registra hasta 80 movilizaciones diarias11; en una [10] Para ello puede localizarse la base de datos de la encuesta, la cual aparece en la página de la Secretaría de Gobernación, se encuentra disponible en formatos Data, Excel y, SPSS. [11] Entrevista al Doctor Enrique Cuna de la Universidad Autónoma Metropolitana, se puede ver el vídeo completo en http://www.panopticosocial.com/2010.
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encuesta levantada en el estado de Tlaxcala en 200712 se indica que dos de cada tres encuestados, mayores de 18 años, dijeron haber ocupado algún tipo de puesto ganado a través de elecciones. Un último punto respecto a lo incluido y excluido del cuestionario. No aparece en el instrumento de encuesta una realidad tan evidente como la delincuencia organizada, como la llamada cultura narco, de la que Monsivais decía que los Tucanes de Tijuana tienen letras como la siguiente: “Si no puedes no te metas con un narcotraficante”, y se quejaba, qué lejos estamos del uso de figuras retóricas, qué lejos del “Cuántas luces dejaste encendidas, yo no sé cómo voy a apagarlas”,13 Desde películas como “Simón Blanco” estelarizada por Antonio Aguilar, hasta “Andabas de perro” o “Dos perros con rabia”, protagonizadas por Max Hernández y Bernabé Melendrez, respectivamente, no puede ser más crudo que visitar el blog del narco, el dinero y su relación con el poder también forman parte de la Cultura Política, si a ese respecto se dice que eso sería un cuestionario sobre seguridad pública, sabemos bien que existe la ENVIPE14, no nos referimos a ello, no a un cuestionario especializado, sino a preguntas que en verdad forman parte del imaginario, de la realidad política, de la cultura política del país, más aún cuando la ENCUP en 2010 se dedica al tema electoral y minimiza su objetivo central, todo con el fin de posicionar a la aspirante a candidata del PAN Josefina Vázquez. Si se ha de adecuar a las circunstancias o coyunturas la encuesta, entonces una gira hacia lo electoral y hace tiempo que debería tener mayor importancia el aspecto del poder y el dinero del narco en los ítems de la encuesta.
por diversos lugares de la red ¿Qué se dijo en ellos? Desde luego, muchas cosas y aspectos diversos, desde la diversidad de perspectivas. Unos buscan difundir el informe y provocar comentarios desde la neutralidad, unos más se centraron sobre algunos resultados, los menos sobre aspectos metodológicos, sobre aspectos técnicos solamente comentarios sobre la forma de preguntar. Por ejemplo, la pregunta 19c pide pronunciarse “Totalmente de acuerdo, algo de acuerdo; algo en desacuerdo, totalmente en desacuerdo”, ante la frase: 19c) Las drogas tales como marihuana, cocaína y heroína deben ser legales El promedio es de 2.28, es decir en promedio están un poco más hacia el desacuerdo. Y, efectivamente es así, considérese el siguiente resultado de SPSS (cuadro 1 y 2).
Cuadro 1 Estadísticos 19c) Las drogas tales como marihuana, cocaína y heroína deben ser legales Válidos Perdidos
1587 0
Media
2.28
Mediana
3.00
Moda
4
Desv. tip.
2.131
Varianza
4.543
Cuadro 2 19c) Las drogas tales como marihuana, cocaína y heroína deben ser legales Frecuencia Válidos -1 Totalmente de acuerdo Algo de acuerdo Algo en desacuerdo Totalmente en desacuerdo NS NC Total
Porcentaje
406 82 146 227 681 39 6 1587
Porcentaje válido
25.6 5.2 9.2 14.3 42.9 2.5 .4 100.0
Porcentaje acumulado
25.6 5.2 9.2 14.3 42.9 2.5 .4 100.0
25.6 30.7 39.9 54.3 97.2 99.6 100.0
2.Análisis de la parte técnica
a) Del cuestionario Para esta parte es importante tener presente el objetivo de la ENCUP: “Contar con una base de información estadística de la población mexicana de 18 años o más a nivel nacional sobre las características de la cultura política y lo concerniente a las prácticas de participación en asuntos de interés público, relacionando dichas condiciones con los factores sociodemográficos y económicos. .”15 La base e incluso las bases existen y están a disposición de los usuarios de la red Internet en la página de la Secretaría de Gobernación. En buscadores como Google lo inmediato es el informe de 51 láminas que aparece disponible en Word, power point y pdf. Hay también análisis realizados sobre ese informe, por mencionar algunos el de Hervey Rivera16; en YouTube una buena cantidad de entrevistas e intervenciones en páneles, por ejemplo, el Doctor Enrique Cuna de la UAM17; página worpress.com en la parte denominada “Estadística Aplicada”.18 Los tuiteros se accionaron [12] Encuesta levantada en Tlaxcala en 2007, responsable Francisco Sánchez (Inédita). [13] Monsivais, Carlos. “Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México.” SEP, México, 2009. [14] INEGI. “Encuesta nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública”, diversos años. [15] Página web de la Secretaría de Gobernación del gobierno federal mexicano. [16] Rivera, Hervey. “ENCUP 2012”, en Puebla on line, 14 de Abril de 2013. http://www.pueblaonline.com.mx [17] Ver nota 11. [18] Wordpress.com “ENCUP 2012, reflejo de la participación ciudadana, en http://www.descriptivayprobabilidad. wordpress.com/page/9.
Se hizo referencia a la media; la mediana no tiene sentido en este caso; la moda es el totalmente en desacuerdo, con un 43 por ciento de las respuestas. No obstante, no es seguro que se respondiera lo mismo si se preguntara diferenciadamente sobre la marihuana, la cocaína y la heroína, ya que parece haber diferencias. b)De candidatos y partidos Se trata de la encuesta de 2010, la cual estuvo centrada en preferencias electorales, lo que ya en sí refleja el uso político que se le da y lo poco que interesa cumplir el objetivo central enunciado al principio de este segundo apartado. No obstante, lo analizaremos, la cuestión es que con una calificación de 0 a 10, la calificación de los candidatos es la siguiente desde SPSS (cuadro 3). Josefina Vázquez ocupa el primer lugar, le sigue Enrique Peña y luego Andrés López. El caso de Quadri es inadmisible, ya que una calificación promedio de
11.04 es imposible, debe revisarse la base que se ofrece en la red, ya que tiene algún problema. Si se combina el cuadro anterior con la calificación por los partidos usando el mismo paquete (cuadro 4). Josefina fue mejor candidata que el partido; el PRI y su candidato casi son iguales; en cambio, Andrés Manuel tiene menor aceptación que el PRD en casi un punto porcentual de la media. c)Diseño de encuesta El informe en PDF da los siguientes datos: 64, 365 secciones electorales del país, aunque se dice que: “… la unidad última de selección es la vivienda y la unidad de observación es el residente habitual de 18 años o más que haya sido seleccionado.” 95 % Confianza 2.26 % Error 3, 750 cuestionarios La mayoría de los encuestadores trabajando en-
Cuadro 3 Estadísticos descriptivos N 14a) Le voy a preguntar su opinión acerca de algunos candidatos e instituciones, ¿cuál es su opinión acerca de...?: Josefina Vázquez Mota 14b) Enrique Peña Nieto 14c) Andrés Manuel López Obrador 14d) Gabriel Quadri de la Torre N válido (según lista)
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Mínimo
Máximo
Media
1587
-1
99
5.96
1587 1587 1587 1587
-1 -1 -1
99 99 99
5.65 5.23 11.04
Artículo
cuestas a nivel nacional en diseños por conglomerados y multietápicos usan entre 1500 y 1600 cuestionarios, escogiendo 95% de confianza y un 2.5% de error. Si se calcula utilizando las fórmulas con las que se elaboran las llamadas “Tablas de Harvard”, específicamente la que corresponde a poblaciones infinitas, pero adecuada para un nivel de confianza de 95%, y no 95.5% para la que está construida, lo que implica que se considera como área de la parte menor un .0250, lo que indica una puntuación Z de 1.96, que elevada al cuadrado es 3.8416, y no 4 que es la constante manejada en las Tablas de Harvard. El cálculo es el siguiente (cuadro 5). 1880 cuestionarios es casi la mitad de cuestionarios que los 3,750 cuestionarios levantados por la ENCUP.
Cuadro 5
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Cuadro 4 Estadísticos descriptivos N 14a) Le voy a preguntar su opinión acerca de algunos candidatos e instituciones, ¿cuál es su opinión acerca de...?: Josefina Vázquez Mota 14b) Enrique Peña Nieto 14c) Andrés Manuel López Obrador 14e) El Partido Acción Nacional, PAN 14f) El Partido Revolucionario Institucional, PRI 14g) El Partido de la Revolución Democrática, PRD N válido (según lista)
Cuadro 6
Mínimo
Máximo
Media
1587
-1
99
5.96
1587 1587 1587 1587 1587 1587
-1 -1 -1 -1 -1
99 99 99 99 99
5.65 5.23 5.62 5.73 6.11
Cuadro 7
Población Infinita coeficiente de confianza 95% p
50 1,880
q
50
E
2.26
Si se usa la formulación que aparece en la página web de Consulta Mitofsky el resultado de n es 1, 880.19 (cuadro 6). Esto es realmente importante en casos de estudios de Cultura Política, porque resulta dificultoso corroborar la validez del estudio, sólo puede hacerse mediante la comparación, lo que exige otra encuesta, entonces se podrían verificar las medias de algunos indicadores entre ambas encuestas y verificar si son significativamente diferentes o no; luego, cuando hay muchas encuestas, es posible establecer correlaciones y el valor de ella indicaría el grado de validez de las encuestas.20 En estudios de Cultura Política no se tiene la posibilidad (muy discutible, pero que algunos argumentan que existe) que se tiene en estudios de preferencias electorales, en ellos la encuesta tiene, entre otras, como fuente de validez a la realidad misma, es decir, se pronostican resultados y si al llegar la elección se desmienten o se corroboran ahí está el grado de validez. Otros, entre los que estamos, argumentan que no se puede juzgar a una encuesta por su capacidad de pronosticar, ya que no es un instrumento para tales fines, se trata de una fotografía de una realidad y que describe, pero no busca ser una forma de inferencia en el sentido de pronosticar, para ello hay otras herramientas estadísticas. Un botón de muestra sobre este tema: los partidos políticos en el informe ENCUP tienen 4.4 de confianza en escala de 0 a 10, en tanto que en un tracking (monitoreo o seguimiento), por cierto realizado a 1, 000 encuestados, Mitofsky les otorga un 5.8, en 2013, cuando en 2007 tenían 5.2, es decir hay una recuperación, que por cierto se da en el PRD y PRI, en tanto que el PAN es el que mayor caída registra. Es, entonces, fundamental que se logre en la ENCUP los estándares de las publicaciones del INEGI o de la CONAPO. Los Censos, los Anuarios Estadísticos tienen exposiciones metodológicas y técnicas, que [19] http://www.consulta.mx/web [20] Díez Medrano, Joaquín. “Métodos de análisis causal.” Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 1989.
en algunos casos abarcan más de la mitad de la obra publicada, pero es necesario que sea así para darle credibilidad o para decirlo mejor, validez a los resultados. Luego, por supuesto, sigue el trabajo, por ejemplo, en los trabajos sobre ocupación y empleo se puede cuestionar que si una persona dice haber trabajado en las dos últimas semanas y que ha obtenido remuneración por ello, entonces se considera Población Ocupada, pero el método y técnica son explícitos; los trabajos que versan sobre la medición de la inflación, son criticables, pero de hecho lo son porque explicitan sus técnicas, no sucede eso con la ENCUP. d) La confianza en la familia La familia en el informe tiene una calificación de 7.8 (cuadro 7). Eso se mantiene incluso variando la fuente, que también proviene de Internet (cuadro 8). Ahora considérese el cuadro siguiente (cuadro 9). Las familias tienen un 8.74 de calificación, se trata de los mismos datos y el indicador es diferente. En el informe las máximas calificaciones son para: familias, médicos, iglesia, maestros, en el Análisis SPSS realizado es: redes sociales, sindicatos, familias, empresarios, organizaciones ciudadanas, médicos, iglesia. Es decir, hay algunos actores que no aparecían y que se encuentran cercanos a lo que se constituye en la sociedad, lejos de las instituciones de dominación estatal y que no se destacan en el informe. El único caso que debe revisarse en la base de datos SPSS es el de redes sociales, porque arroja una media imposible, pero los otros casos son válidos, se trata de la propia base ENCUP. Lo anterior se corrobora en la siguiente diapositiva del informe (cuadro 10).
01.11.2013
Transición
Cuadro 8
Es claro que gobernadores, jueces, SCJN, Jefes delegacionales, Alcaldes, Diputados, Senadores y policía están reprobados. e) El caso del presidente Como se ha visto el presidente es calificado con 5.3 de confianza, en escala de 0 a 10, incluso puede verse en el encabezado que se trata de la ENCUP 2012. Un análisis en SPSS indica lo siguiente (cuadro 11). Se trata de un error al obtener la media, la variación es de 5.3 a 6.51, que en este tipo de encuestas es una diferencia muy grande.
Artículo
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Cuadro 9 Estadísticos descriptivos N
Mínimo
Máximo
Media
P30_4. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Las redes sociales P30_9. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Los sindicatos P30_11. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? La familia P30_5. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Los empresarios P30_13. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Las organizaciones de ciudadanos P30_8. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Los médicos P30_6. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? La iglesia P30_1. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? La radio P30_2. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? La prensa P30_7. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Los maestros P30_3. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? La televisión P30_10. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? Los vecinos P30_12. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? El gobierno
3750
0
99
13.90
26.221
687.561
3750
0
99
9.0
18.375
337.635
3750
0
99
8.74
4.375
19.138
3750
0
99
8.26
16.285
165.197
3750
0
99
8.07
14.307
204.696
3750
0
99
7.85
7.196
51.783
3750
0
99
7.64
7.666
58.762
3750
0
99
7.55
10.107
102.152
3750
0
99
7.33
10.812
116.895
3750
0
99
7.32
6.064
36.775
3750
0
99
7.00
5.531
30.588
3750
0
99
6.88
7.223
52.170
3750
0
99
6.09
7.144
51.038
N válido (según lista)
3750
3.¿Qué ves cuando me ves?
Las gráficas pueden leerse de distintas maneras, considérese por ejemplo la siguiente 21 (cuadro 12). El PRD es el que tiene la mayor mejora, al pasar de 40.2 de rechazo a 34.8, mejoró 5.4 puntos. El PRD sigue siendo el más rechazado. El PAN no es el más rechazado. El PAN es casi el más rechazado. [21] http://www.consulta.mx/web
Transición
01.11.2013
Desv.tip. Varianza
El PAN es el que más empeora, lo hace en 5.1 puntos. EL PRI es casi el menos rechazado y el menos rechazado entre los 3 grandes partidos. El PRI mejoró su posición en 4.7 puntos. De cada uno se puede decir algo positivo, algo negativo; o, al menos matizar lo positivo o negativo. Por eso es que es muy importante mínimamente obtener de manera correcta los estadísticos descriptivos.
Artículo
29
Cuadro 10
Fuentes
Cuadro 11 Estadísticos descriptivos P30_14. En una escala de calificación de 0 a 10 donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en...? El Presidente de la República N válido (según lista)
N
Suma
Media
Desv.tip.
3750
24401
6.51
7.888
Varianza
3750
Cuadro 12
01.11.2013
Transición
62.217
Almond, Gabriel y Sidney Verba. “La cultura cívica. Estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones.” Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, Madrid, 1970. Bobbio, Norberto E. A. “Diccionario de Ciencia Política.” Siglo XXI Editores, México, 1995. Díez Medrano, Joaquín. “Métodos de análisis causal.” Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 1989. http://www.consulta.mx/web http://www.degerencia.com http://www.consulta.mx/web http://www.descriptivayprobabilidad. wordpress.com/page/9. http://www.panopticosocial.com/2010. INEGI. “Encuesta nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública”, diversos años. Martí I Puig, Salvador. “Los movimientos sociales” (PDF). Molinar, Juan. “Metodología de la Ciencia Política.” UAM-IFE-CNCPyAP, México, 1996. Monsivais, Carlos. “Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México.” SEP, México, 2009. Pérez Tamayo, Ruy. “En defensa de la ciencia.” LIMUSA, México, 1979. Peschard, Jacqueline. “La Cultura política democrática.” Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, Número 2, IFE, México, 2002. Planck, Max. “¿A dónde va la ciencia?” Editorial Losada, Buenos Aires, 1941. Rivera, Hervey. “ENCUP 2012”, en Puebla on line, 14 de Abril de 2013. http:// www.pueblaonline.com.mx Russell, Bertrand. “Conocimiento y causa.” Paidós, Buenos Aires, 1982. www.gobernacion.gob.mx/
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Columna
La imagen del poder
Los contenidos y la forma en cómo se envían los mensajes son fundamentales para lograr un buen resultado
Percepción, vital en la comunicación Entrevista con Ernesto Morán Santoyo / 2a. parte Por Luis Carlos Silva Reportero
“Todos sabemos que para lograr un buen canal de difusión, lo ideal es revisar que el medio y el contenido lleguen de la mejor manera y por el canal adecuado”. Los temas de análisis de percepción de las empresas son importantes porque de estos depende, en gran medida que se establezca una buena comunicación, entre quien emite un mensaje y quien lo recibe, asintió Ernesto Moran director general de Ergo. En entrevista con Grupo Editorial Transición dejó en claro cuáles son los elementos que pueden considerarse para lograr un buen canal de comunicación entre las empresas, las dependencias, sus funcionarios y los medios de comunicación. Argumento que en el país existen alrededor de 4 millones de empresas de las cuales el 99 por ciento son Pymes, pero que forzosamente necesitan de un buen sistema de comunicación y formador de opiniones. “Todos sabemos que para lograr un buen canal de difusión, lo ideal es revisar que el medio y el contenido lleguen de la mejor manera y por el canal adecuado”, señaló el entrevistado. También consideró que en muchas ciudades como el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey o Puebla, hay personas, hay empresas que necesitan cuanto antes de un buen método de comunicación, pero que la mayoría de las veces estos no llegan de la mejor forma, tanto en fondo como en forma. Con vasta experiencia en el tema, Ernesto Moran experto en el tema de la percepción dijo que en nuestro país, y para ser específico en otras ciudades, lo ideal es establecer un buen vínculo entre quien emite el mensaje, y por ende, hacia donde éste es dirigido. En ese sentido, comentó de qué manera esta comunicación de no desprestigio y de coherencia hoy en día en México es una realidad, cuantos empresarios, cuantas grandes firmas no están detrás de una campaña o de la oportunidad de sentar precedentes en el país. “Yo diría que muchos han fallado, y el principal problema que veo donde ahorita se dan este tipo de situaciones en el gran problema que son los call center”, fundamentó. Al profundizar sobre temas que tienen que ver con la manera como se comunican las personas y las empresas, Moran dijo que es posible tener un magnifico anuncio de un banco determinado y lo puedes tener. Pero esto contrasta cuando hay una publicidad engañosa como es el caso de los Call Center, que te ofrecen un buen de cosas por diez pesos al mes. Su argumento es sencillo. Todo puede estar sujeto a un análisis, a un estudio, es un tema a considerar porque al final del día en esto están gastando las empresas, a fin de que se conozcan sus productos y servicios a lo largo y ancho del territorio nacional. Necesario coherencia al emitir mensajes: Moran Hoy en día en México es necesario que los mensajes que emiten las empresas, los grandes corporativos hacia sus clientes, tengan varios elementos a considerar, por un lado, es necesario que lleven coherencia, que se entiendan
y que el receptor reciba bien el mensaje de parte de la marca o empresa para establecer un buen canal de dialogo. “Si somos una sociedad la cual tiene una serie de acciones y responde a estímulos visuales y auditivos, somos sin duda una sociedad de consumo y que demanda servicios”, puntualizó. En la entrevista, se nota un director relajado, con dominio del tema, pero que advierte de la importancia de emitir mensajes tan claros como sean posibles, que le ayuden al receptor a tomar la mejor decisión respecto de un negocio, una empresa o una situación determinada. Son experiencias que se dan día con día Para ir más allá de los ejemplos, Ernesto Moran se refirió a los perros cuando una persona se forma un concepto de este animal fiel, compañero del hombre y una mascota por excelencia en México y el mundo. “Cuando se emite este concepto hay quienes piensan en un Chihuahua o en un San Bernardo, uno que tiene un ladrido muy agudo, otro que es grave, uno muy tranquilo y otro que es hiperactivo”. Comentó que muchas personas tienen en su mente o asocian de inmediato, el color, el pelo, la raza y el tamaño de un perro, aunque para otros más todo al final es vivencial. Ernesto Moran asegura también que dependiendo de la forma en que una empresa, un emisor, emita su mensaje, en ese mismo sentido las personas tendrán o no la capacidad de saber o emitir un juicio de valor respecto del verdadero significado de un anuncio, sea cual sea el contenido y la forma en que al final este es enviado y recibido.
Despersonalización, necesaria para lograr avances Entre más pequeña es una empresa más personalizada se encuentra, advirtió el Director General de la empresa Ergo, Ernesto Moran. Dijo que esta situación es un tema que debe revisarse día a día y que para alcanzar los resultados esperados dentro de un canal de comunicación es preciso separar el tener una empresa pequeña con buenos resultados a una de tamaño medio, pero que no sea capaz de atender sus principales problemas. En sus oficinas de la colonia Roma, Morán describe de manera puntual cuáles son los factores que indicen en los resultados de una empresa, en sus clientes, sus expectativas y al final sus resultados. Advierte que sólo con un balance positivo es posible encontrar el justo equilibrio entre lo que representa, ofertar servicios y encontrar buenos resultados. Que esperar a que los mensajes lleguen y sean bien descifrados por los clientes o potenciales consumidores. México orienta sus esfuerzos: A decir del Director General de Ergo, Ernesto Morán, influyen de manera decisiva en el resultado de las empresas dos factores, por un lado su nivel de profesionalización y a su vez el tamaño de la empresa. También destacó que de acuerdo al tamaño de las percepciones es como las empresas logran emitir sus campañas, sus anuncios o cualquier otra circunstancia, es como al final se dan parte de los resultados, ya sea para los grandes corporativos o las empresas dependiendo del tamaño y por ende de sus objetivos. El entrevistado señala cómo es posible que en México un buen anuncio pueda llegar a un mayor número de clientes, pero en realidad estos canales de comunicación son, hasta cierto punto, insuficientes para establecer un adecuado canal de comunicación. “En la medida en la que no haya procesos o que no estén documentados los flujo gramas de los documentales o las tareas, va a dar pie desde que se improvise hasta que se den importantes omisiones a la función que cumplir y en consecuencia los resultados”, destacó. Por último, el director general de Ergo, Ernesto Morán advierte que los patrones de conducta en México, las necesidades de las empresas y las posibilidades para lograr objetivos concretos a corto tiempo es sin duda uno de los temas apasionantes de las grandes empresas, pero que en el país aún no se da el gran salto a la modernización. De la verdadera transformación entre empleo y desarrollo, algo que al final redunda en resultados, en situaciones que todos los días demandan las empresas y que los clientes a su vez están esperando día a día, situación que como tal debe importarles a los hacedores de mensajes y de las intensas campañas con las que nos invaden día con día.
Ernesto Morán Santoyo es Consultor con grado de Maestría en Ingeniería de Imagen Pública, egresado del Tec de Monterrey en Administración de Empresas, Vicepresidente de Tecnologías de la Información en la Asociación Mexicana de Capacitación de Personal y Empresarial A.C. Actualmente, creador de la cátedra Imagen en los negocios del Tec de Monterrey, Zona Metropolitana para los estudiantes de la División de Negocios. Escribe artículos en revistas de negocios y es conferencista en congresos, donde expone temas organizacionales y de imagen pública aplicada en diversas etapas de los negocios, redes sociales. Autor de la columna “La imagen del poder”, donde aborda los temas del momento. Locutor en la revista radiofónica “No te Rajes” de Radio Capital 830 AM. Ha laborado en la Banca de Desarrollo en áreas de Administración, Recursos Humanos, Recursos Materiales y Servicios 04455.8580.7319. emorans@gmail.com @EMoranS
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