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Nuestra gente escribe la historia

84 años de cantonización: Nuestra gente escribe la historia

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1938 fue un año crucial en la historia de Rumiñahui, sus pobladores, bajo el liderazgo de Teodoro Arrieta, telegrafista de la localidad, iniciaron el proyecto de cantonizar Sangolquí, sustentado en fortalezas como la generosidad de la tierra, la cercanía a Quito y el trabajo de la gente.

Los sangolquileños realizaron varias gestiones ante el Gobierno Nacional, formaron un comité masculino presidido por

Alonso Báez y otro femenino, encabezado por Jesús Cevallos de Sosa; inauguraron una casa cuna con el nombre de la esposa del General Alberto

Enríquez, Mariana Calderón; desfilaron por el

Día del Trabajo, en Quito; efectuaron varias recepciones a las autoridades de gobierno.

El proceso para independizar Sangolquí del cantón Quito fue complejo, halló oposición en los pueblos vecinos y en el cabildo quiteño que no veía oportuno “ceder” parte de territorio.

Ante esta situación, el Jefe Supremo, designó a Luis F. Jácome para que evalúe e informe sobre las capacidades de la parroquia que aspiraba ser cantón.

En este valle se levantan verdaderos palacios de arquitectura y riqueza, es el asiento de los ricos de la capital y allí están las mejores haciendas del cantón Quito, por eso Sangolquí está llamado a ser el centro del turismo nacional e internacional; hoy día que el paisaje de las serranías de los Andes viene llamando la atención de quienes saben apreciar las bellezas de valles y estribaciones de sus alturas y de las exquisiteces de sus aguas y de su clima.

Parte del informe del comisionado del presidente de la República, Luis Jácome, al General Alberto Enríquez Gallo, reza así:

“Quién llega al valle de Sangolquí y enfoca el panorama de Los Chillos siente la impresión del que contempla el mejor valle de la República; la riqueza agrícola ha llegado al colmo”.

Sangolquí cuenta con una población sana, muy bien presentada, laboriosa y de condiciones inmejorables. En su seno se anotan elementos capacitados y de exquisita educación que da el relieve de un lugar culto y agradable, seguramente, porque a base de las condiciones de capacidad subjetiva de sus habitantes, su grado de cultura proviene de la proximidad a los centros de educación de esta capital, de ahí que su personal es valioso y eficiente para cualquier género de actividades administrativas o políticas.

No hay quien pase la vida sin trabajar, todo el poblado es un taller o un laboratorio de industrias; sus contornos son los asientos de grandes empresas agrícolas e industriales que dan acomodo a fuertes cantidades de obreros propios del lugar y extraños, dando el tono de que allí no pueden haber brazos desocupados y que todo individuo produce”.

El informe da cuenta, además, de la necesidad de gestión pública que tome las riendas de los servicios básicos, vialidad, equipamiento, cultura, pues, como parroquia quiteña,

En la Casa Antigua Municipal, ubicada en la calle Montúfar, se reunió la población y eligió el primer Concejo Municipal conformado por Manuel Hidalgo como presidente; Antonio Sosa, Luis Acosta, Gabriel Larco, José María Salas, Aurelio Salazar y Moisés Salazar como concejales, y César Vásquez como secretario.

Sangolquí no tenía opciones reales de desarrollo. Era imprescindible la autonomía geopolítica.

El 31 de Mayo, se firmó el decreto de cantonización, el texto señaló límites, parroquias, autoridades e hizo un recuento de las bondades del territorio: turismo, artesanía, comercio, agricultura.

El 26 de junio, en la Casa Antigua Municipal, ubicada en la calle Montúfar, se reunió la población y eligió el primer Concejo Municipal conformado por Manuel Hidalgo como presidente; Antonio Sosa, Luis Acosta, Gabriel Larco, José María Salas, Aurelio Salazar y Moisés Salazar como concejales, y César Vásquez como secretario.

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