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No. 4 /Año2012
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
PALEONTOLOGÍA
INMATERIAL
TURISMO
La revista “Evidencia Ancestral, La otra historia”, está diseñada y tiene como objetivo fundamental resaltar un sitio arqueológico por cada publicación, con el propósito de coadyuvar en su conservación y despertar el interés por desarrollar nuevas investigaciones. En esta ocasión presentamos el complejo arqueológico de Pambamarca ampliamente investigado por el arqueólogo Samuel Connell de origen estadounidense, sector que durante esta última década ha sido uno de los sitios monumentales más investigados. Añádase a esto, la gran apertura del Estado ecuatoriano para dar la oportunidad a arqueólogos extranjeros a fin de que realicen investigaciones que beneficien al conglomerado nacional.
El complejo de Fortalezas Precolombinas cn Cayambe: Proyecto Arqueológico Pambamarca El descubrimiento del Centro Ceremonial Caranqui en Tulipe Puntiachil: sitio arqueológico Patrimonial en Cayambe
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PALEONTOLOGÍA Cronologia de las investigaciones paleontológicas en el Ecuador
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INMATERIAL La Fiesta del Inti Raymi en el norte del Ecuador Mitología de Cochasqui “UCUYAYAS, URCUYAYAS Y RUCUYAYAS” Simbolismo y ritualidad en el culto a la fertilidad y a la Pachamama en el Cañar Andino
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TURISMO Cayambe en el centro del mundo: historia, tradición, cultura y turismo
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Salinas N17-245 y Santiago Edif. Federicom, oficina 203 Telf. 02 3215560/ 080757697/ 084684476 E-mail: grupoevidencia@andinanet.com / evidenciaancestral@yahoo.es
Estas publicaciones las realizamos convencidos de que a través de este medio podremos dar a conocer las investigaciones arqueológicas a la vez que masificamos, difundimos y educamos de manera informal a la comunidad sobre estos temas ampliamente desconocidos para la mayoría de la población. Es por ello que forman parte del contenido de esta publicación los temas de turismo como “Cayambe en la Mitad del Mundo” y “La fiesta del Intiy Raimi en el norte del Ecuador”, complementada con “Cronología de investigaciones paleontológicas en el Ecuador”. En el presente número estimado lector, encontrará también esa riqueza mitológica que tiene nuestro país, con los artículos “Mitología de Cochasquí” y “Ucuyayas en el Cañar”. Finalmente en esta recopilación reconoceremos las primeras investigaciones realizadas en Tulipe, que en aquellos años tuvieron una connotación especial con “El Descubrimiento del centro ceremonial Caranqui en Tulipe”. El Gobierno Municipal de Cayambe en conocimiento de que la Revista Evidencia Ancestral publica investigaciones científico-culturales-patrimoniales decidió auspiciar esta publicación consciente de que este número es dedicado al Cantón Cayambe, porque la temática describe sus sitios arqueológicos, su gastronomía, sus fiestas y sus lugares turísticos como parte de esa riqueza ancestral que posee el cantón. No queremos dejar pasar la oportunidad para agradecer al Alcalde Licenciado William Perugachi y a las Comisiones de Educación, Turismo y Comunicación del Gobierno Municipal de Cayambe quienes hicieron posible la publicación de este número de la revista, convirtiéndose en los pioneros para la difusión de su patrimonio cultural y turístico, que servirá de ejemplo para que se replique en otros sectores del Ecuador. Nuestra publicación constituye una oportunidad para que investigadores, descubridores, cientistas y estudiantes, difundan su conocimiento y experiencia en áreas patrimoniales.
Los Editores
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Director General: Arql°. Francisco Sánchez Flores Directora Editorial: Mag. Fanny Gómez Torres Gerente General: Lic. Paola Cadena Gómez Comercialización y Ventas: Lic. Paola Cadena Gómez
Pambamarca está ligado a otros sitios arqueológicos en el mismo Cantón Cayambe, y es por ello que hemos creído oportuno, también, tomar en cuenta a Puntiachil como otro de los sitios arqueológicos monumentales “todavía conservados”, a pesar de que se encuentran en zonas urbanas.
EDITORIAL
ÍNDICE
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El Complejo de Fortalezas Precolombinas en Cayambe: PROYECTO ARQUEOLÓGICO PAMBAMARCA
altas crestas de un promontorio que se proyecta hacia el oeste, desde la Cordillera Real, cerrando la cuenca norteña de Quito en la intersección de los ríos Pisque y Guayllabamba. (Figura 2).
Por Samuel V. Connell, Ana Lucía González y Chad Gifford Traducido en gran parte por Ernesto Salazar Fotos y gráficos: Samuel Connell
(Figura 1)
queza en sus contrarios, salieron a ellos y los apretaron de manera, que los orejones, que eran el nervio del ejército, dieron a huir, desamparando a su rey, el cual, con el tropel de sus gentes que sin tino huían, cayó en tierra, y si no acudieron a socorrerle y sacarle de peligro los capitanes Cusi-Tupa-Yupanqui y GuaynaAchache, muriera a manos de sus enemigos” (Cobo 1892:184-185).
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Los cronistas españoles describen una conquista inca frenada por la feroz defensa de los pueblos serranos de los Andes Septentrionales del actual Ecuador, al norte de Quito. En qué sitio específico tuvo lugar esta resistencia? Cuanto duró la misma?, y quiénes tomaron parte en ella?. Estas cuestiones deben ser dilucidadas a través de una cuidadosa investigación arqueológica. Una famosa ilustración de Guamán Poma de Ayala (Cronista del siglo XVI) presenta a los guerreros incas con expresiones atemorizantes frente a los guerreros locales (aparentemente confederados) llamados Quitos, Cayambis, Ca-
ñaris, y Chachapoyas. (Figura 1) Otro cronista menciona una acción casi fatal para el líder inca Huayna Cápac al pie de una fortaleza Cayambe. “Desde Tumibamba enviaba el Inca a sus capitanes a diversas jornadas, y a otras iba él mismo, en que pasó muchas dificultades, porque los indios de aquellas provincias eran valientes y guerreros, y muchas veces vencieron y desbarataron los escuadrones del Inca, y no pocas pusieron en huida al mismo rey; particularmente los Cayambes, por ser hombres de valor y ánimo, dieron tanto en qué entender al Inca Guayna-
Capac y a sus capitanes, que les costó mucha sangre y tiempo el conquistarlos. Emprendió el Inca Guayna-Capac en persona esta conquista con un ejército muy poderoso . . . ; entró en tierra de los Cayambes, llevándolo todo a fuego y sangre; éllos, no hallándose con fuerzas iguales para esperar al Inca en campaña, se recogieron y hicieron pucarás en una muy grande fortaleza que tenían; mandóla sitiar el Inca y que le diesen continua batería; mas, anduvieron tan esforzados los de dentro, que forzaron al Inca a levantar el cerco, por haber perdido mucha gente en los asaltos. Los Cayambes, que sintieron fla-
Es importante señalar que la primera invitación para visitar la región de Cangahua, provino de Don Carlos Pérez, quien fue el historiador local de la parroquia Cangahua y conocedor de los pucarás. Con generosidad compartió con nosotros sus conocimientos locales. Don Carlos, que estuvo firmemente convencido de su origen local, no solo nos dio una versión corta de la historia regional, sino que también, nos mostró sus mapas arqueológicos. En lo referente a los pucarás, -el gran interés de su vida-, y de acuerdo a sus últimas conversaciones, aceptó que pudieron haber sido reconstruidas
Estas aseveraciones son muy significativas, en la medida que aportan para el establecimiento de una línea fronteriza entre las fortalezas paramunas de altura del Sur y las fortalezas de menor elevación del Norte. Estas últimas, como Pingulmi y Pucarito están construidas con bloques de cangahua, característicos de la construcción de los templos pre-incas de montículos como Puntiatzil (Cordero 1998) y Cochasquí (Oberem 1985). Inclusive, la fortaleza de Pucarito muestras varias fases de construcción (González 2005). Así mismo, hemos encontrado densas concentraciones de desechos hogareños, tanto al interior de las
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Vista aérea de Quitoloma
Aunque esta famosa resistencia es vital para comprender el papel desempeñado por los habitantes del actual Ecuador, en la caída del imperio inca, es curioso que no se haya buscado rigurosa evidencia científica para la confirmación de este hecho histórico. En época contemporánea, hemos sido testigos de los esfuerzos de diferentes pueblos para resistir un poder imperial; por ello, nos es relativamente fácil visualizar cómo una resistencia armada del siglo XV y XVI (concretamente a fines de la década de 1400 y comienzos de la de 1500) haya podido vulnerar con éxito la integridad del imperio inca. En este artículo argumentamos que hay evidencia abrumadora de que la mencionada resistencia tuvo lugar en el Complejo de Fortalezas de Pambamarca, que constituye un área intensamente fortificada en las
El Proyecto Arqueológico Pambamarca (PAP) ha dedicado siete temporadas de campo a la obtención de una amplia muestra de datos para la región. Nuestra intención, ha sido investigar las múltiples historias de dominación y resistencia que circulan en la región. En nuestro estudio, existen algunas preguntas, que nos hemos realizado, por ejemplo, ¿cuál fue el rol desempeñado por los pueblos aborígenes de la sierra norte a quienes llamamos colectivamente como “Cayambes”, en la empresa inca de conquistar y colonizar la región?, y en caso de una actitud de franca resistencia al invasor, ¿tenían estos pueblos alguna infraestructura militar que pudiera hacer viable una confrontación con el poderoso invasor?. Con los resultados de estas preguntas podemos entender una época muy importante para la zona de Cayambe.
subsecuentemente por los incas, contradiciendo con ello a especialistas como Oberem (1969, 1994), Fresco (1990), Hyslop (1990), y nosotros (Connell et al 2003, Gifford et al 2007) que hemos sugerido fehacientemente que todas estas construcciones fueron incas. Aun así, Don Carlos Pérez no puede ser ignorado, ya que pretendemos que nuestra evidencia no se incline completamente a un solo lado del debate. Como señalamos más adelante, propugnamos la existencia de una frontera precolombina en Pambamarca, donde todas las fortalezas registradas en las altas montañas del páramo, sobre los 3.200 m. de altura, son construcciones incas, contrastando con las tres fortalezas registradas en elevaciones a menos de 3.000 m. de altura, a lo largo del río Cangahua, que son de origen preincaico. Don Carlos estaría contento al saber que estimamos que todas las fortificaciones del bosque montano (la zona templada de menor altura) son construcciones del Período Tardío o Tardío Cayambe.
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Patrimonio Cultural (INPC) en el año 2002. Por supuesto, los investigadores del proyecto han continuado refinando sus interpretaciones, ampliando al mismo tiempo el ámbito de la investigación tanto diacrónica como sincrónicamente. La sección que está a continuación se refiere al desarrollo de los planteamientos inicialmente propuestos, describiendo al mismo tiempo, algunos descubrimientos importantes realizados durante las temporadas de investigación.
(Oberem 1981), donde se tiene más de 20 pirámides truncadas de gran tamaño. Se conoce también que El Quinche (Jijón y Caamaño, 1952), Zuleta, Otavalo, e Ibarra poseen centros arquitectónicos similares. Los recientes descubrimientos realizados por el equipo de Echeverría y Bray, en el sitio inca de Caranqui, confirman la importancia histórica de la región. Tabla 1. Cronología para el Proyecto Arqueológico Pambamarca
de ambos períodos intermedios (Temprano, DC 1-700 y Tardío, DC 700-1250) y del Período Tardío (DC 1250-1505/1525) están ubicados a lo largo de los flancos de la cordillera y consisten básicamente en tolas con rampa que forman complejos de pirámides truncadas (Athens 2003, Echeverría y Uribe 1981, Oberem 1981). Los dos complejos de montículos con rampa del Período Tardío más conocidos son Puntiachil (Cordero 1990) y Cochasquí
Objetivo 1: El significado del pucará (Figura 2) Mapa del Sector
fortalezas, como afuera, a nivel de las terrazas más bajas y en los niveles superiores de las crestas que flanquean las fortalezas.
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Los datos definen cuatro períodos en la zona Cayambe, motivo de nuestro estudio. Desde el año 2002, el interés prioritario del proyecto, ha sido llevar a cabo un reconocimiento del patrón de asentamiento en una sección transversal de la región de Pambamarca. Por lo tanto, este estudio tiene tres objetivos de investigación, muy
grupos de pirámides truncadas (e.g. Athens 1979, Oberem 1981, Cordero 1990). Hay sin embargo algunos reconocimientos efectuados en la región, como los de Bray (1992) y Fresco, et al (1986, 1989, y 1990).
Vista Panorámica de Pambamarca
El Proyecto Arqueológico Pambamarca, utiliza en sus investigaciones el esquema temporal desarrollado por Athens (2003), que divide la cronología regional en varios períodos: La Chimba, Intermedio Temprano, Intermedio Tardío, Tardío e Inca. La complejidad social en la sierra ecuatoriana comienza con la construcción de los montículos artificiales o tolas, durante el período La Chimba (700 AC – DC 1). Los centros de asentamiento
Estudios in situ
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Por otro lado, el alineamiento de las fortalezas, a escala regional, sugiere que los pucarás locales cayambes contrarrestaban la presencia de los pucarás incas, a lo largo de la frontera este-oeste, en los flancos septentrionales de Pambamarca. Al respecto, se presentará la información respectiva que apoya estas aseveraciones, incluyendo la cerámica, los estilos de construcción y las dataciones radiocarbónicas.
relacionados entre sí: 1) determinar la naturaleza y la extensión geográfica de lo que podríamos llamar la “ocupación pucará”, 2) determinar la naturaleza de los asentamientos ubicados en la zona circundante de los pucarás y 3) establecer una cronología cerámica detallada. Estos objetivos han sido tomados en cuenta durante las siete temporadas anteriores de trabajo de campo (2002, 2003, 2005-2009) y señalados en la propuesta presentada al Instituto Nacional de
En el paisaje del país Caranqui, hay tres estructuras arquitectónicas: tolas, pirámides truncadas y pucarás, cuyas construcciones en sus diferentes etapas, han estado relacionadas cronológicamente (aunque sin mayor precisión) con los tres últimos períodos precolombinos, establecidos por Oberem en Cochasquí: tolas (Cochasquí I), pirámides truncadas (Cochasquí II) y pucarás (Inca). En la región Caranqui-Cayambe, la mayor parte de las investigaciones se han llevado a cabo en los centros poblacionales que poseen tolas o
En sus investigaciones en Imbabura, Stephen Athens (1979) ligó directamente el desarrollo de los señoríos (llactas o curacazgos) con la capacidad de los individuos (caciques) de llevar a cabo la construcción de los montículos artificiales o tolas. Los sitios con tolas con rampa, como Puntiatzil o Puntiachil, ubicado detrás de la ciudad de Cayambe, probablemente tuvieron un amplio significado religioso, astronómico y ceremonial para el país Caranqui, como parece demostrar la presencia de grandes plataformas para festivales
Figura 3: Mapa de Quitoloma
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Los sitios de montículos con rampa, a lo largo de los filos del callejón interandino, al norte de Quito, contrastan con los pucarás o fortalezas del período inca, que dominan el paisaje serrano desde las cumbres de la montanas aledañas, especialmente la conocida concentración que ocurre en la zona de Pambamarca (Athens 1992; Pérez 1990; Plaza 1977, Connell et al 2003). Estos monumentos arquitectónicos, muchos con anillos concéntricos de mampostería de piedra de varios metros de altura, son lo suficientemente grandes como para contener varias “manzanas” de casas y pequeñas pirámides. La fortaleza de Quitoloma por ejemplo, tiene 450 m. de longitud y
280 m. de ancho (Figura 3). En Quitoloma, a finales de la década de 1980 se han realizado temporadas cortas de excavaciones, como parte de un proyecto patrocinado por el Museo del Banco Central (Fresco et al. 1990). En 1984, Udo Oberem también trabajó una semana; realizó sondeos de prueba en Quitoloma. Algunos proyectos han corroborado las observaciones originales de Plaza (1977), quien levantó los planos de 28 de las 34 fortalezas, que el fenecido Carlos Pérez de Cangahua había identificado con anterioridad (ver Pérez 1990). Desde el punto de vista arquitectónico, los pucarás de Pambamarca son similares a otros
En razón de que no ha habido suficiente evidencia, en el sentido de que estos monumentos hayan sido construidos antes de la invasión inca al Ecuador, nuestra investigación ha apoyado (con la excepción de algunos casos puntuales) la proposición de que los pucarás de Pambamarca fueron efectivamente construidos y ocupados por grupos leales a los incas. Varias pruebas de sensor profundo realizadas en Quitoloma no detectaron ningún rasgo o vestigio de arquitectura más temprana. Por otro lado, trabajos realizados en otras dos fortalezas sugieren una fecha más tardía de construcción. Por el momento,
Vista Norte de Quitoloma
solo importa señalar que vemos en estos monumentos, primero, un patrón de construcción claramente inca, y luego, un uso de temporadas cortas de estas fortalezas de páramo. Cabe destacar que la arquitectura de las fortalezas, de las estructuras residenciales, y el trabajo de la piedra en todos los monumentos es muy diferente de lo visto hasta ahora en la sierra norte del Ecuador. Más aún, hemos señalado que en otros lugares, la mayoría de las grandes fortalezas tienen estructuras tipo kallanka, adyacentes a áreas abiertas, como plazas y plataformas escalonadas piramidales, en lugares centrales que servían como ushnus para el complejo inca construido en su alrededor (Figura 5). Muy a menudo se observan que estas plataformas están ubicadas al interior de una serie de anillos concéntricos en el punto más alto de la fortaleza. Se trataba por cierto, de lugares importantes del paisaje montañoso que probablemente desempeñaban múltiples funciones tanto en lo religioso como en lo militar. Por otro lado, hemos descubierto en numerosas fortalezas, significativas muestras de cerámica inca y una variedad de contextos en Quitoloma y Campana-Pucará que tiene datación radio carbónica del período inca. La única excepción de una muestra importante encontrada debajo de las construcciones incaicas es Campana Pucará. Damos el mismo sentido a los términos pucará y fortaleza, en vista de la información disponi-
(Figura 5) Quitoloma visto desde la parte sur
ble, que determina claramente las funciones de estos sitios como instalaciones militares. Los arsenales y ciertos elementos arquitectónicos complejos,
de actividad bélica. Aún así, algunos de los pucarás que lucen menos “defensivos” continuarán siendo investigados en las próximas temporadas de campo, a fin de determinar si existían otras posibles razones para la construcción de estos imponentes recintos amurallados. (Figura 6). Objetivo 2: Asentamientos afuera de los Pucarás
Campana Pucará
encontrados al interior de las paredes de estas estructuras sugieren que, aún después de su abandono, posterior a la supuesta resistencia Cayambe, estos pucarás seguían siendo utilizados como estructuras defensivas. Escondites de boleadoras encontrados en puntos muy “críticos” al tiempo del abandono del sitio (por ejemplo, sobre la entrada principal o justo en el umbral de la manzana de cuartos) son en sí mismas, instancias
Se ha planificado un reconocimiento sistemático del paisaje “social” que circunda al centro, que agrupa las fortalezas de Pambamarca, con el fin de comprobar la posibilidad de que haya habido gente vecina viviendo en comunidades o ayllus (término usado por Moreno 1981). Aunque nuestro reconocimiento preliminar del transepto (que comenzó justamente en la fortaleza de Quitoloma) produjo poca evidencia de asentamiento en el páramo, fuera de la zona de la fortaleza, esto permitió sin embargo establecer una densa ocupación de las zonas templadas más bajas (Connell et al. 2002).
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diversos en cada uno de los centros. (Athens 2003). Actualmente, hay investigadores que creen que estos centros eran también observatorios, lo cual no deja de constituir un referente importante para estos lugares que ahora recogen beneficios de las cada vez más frecuentes celebraciones del solsticio con ocasión de la fiesta del Inti Raymi. Otros estudiosos (e.g Salomon 1986), utilizando información etnohistórica, mantienen la idea, de que el poder de los caciques locales se basaba en el control de las redes de intercambio.
fuertes incas; inclusive, los sondeos de excavación han documentado inicialmente la presencia de cerámica de estilo inca (ver también Athens, 1992; Hyslop, 1990). En términos generales se ha asumido que estos lugares funcionaron como guarniciones incas de protección de las importantes rutas de intercambio de larga distancia y de rutas de peregrinación, sin dejar de lado -por cierto- la opción de lanzar ataques sobre los Cayambes y otros pueblos del país Caranqui (Plaza 1977).
Luego el programa continuó con excavaciones intensivas de ras-
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Piedras de onda en Quitoloma
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Como manifestamos en la propuesta original del año 2002, esperábamos que la actividad residencial apareciera en el reconocimiento en forma de fragmentos cerámicos superficiales, acaso asociados con elementos arquitectónicos vestigiales, dado que la arquitectura más temprana, hecha de bloques de cangahua, se habría pulverizado y adherido al sustrato natural de la formación cangahua. Los reconocimientos previos de Bray (1992) en el área de Guayllabamba, en sitios con presencia de cerámica, fueron exitosos y nos dieron esperanza de poder encontrar algo similar en nuestro sector. Hasta el momento, hemos podido discernir los diferentes períodos de ocupación y construcción en las zonas tem-
pladas de la base de Pambamarca, como pertenecientes al Intermedio Temprano o Intermedio Tardío, situación que se ha podido documentar con material cultural de los sitios Oroloma, investigados en los años 2005 y 2006, y Hacienda Pitaná en los años 2007 y 2008. Estos hallazgos pueden ser comparados con los encontrados en los asentamientos del Período Tardío, definido por la construcción de fortalezas en la cima de las colinas o de las crestas montañosas y que han sido identificadas como construcciones cayambes, en sitios como Pingulmi, Pukarito, y tal vez Bravo Pucará. Anticipamos que los asentamientos cayambes del Período Tardío habrían estado densamente concentrados en torno a estas fortalezas de menor elevación. Sin embargo, esta aseveración continúa a nivel de hipótesis que esperamos ponerla a prueba el próximo año. Por ejemplo, la fortaleza de Pukarito ubicada en la comunidad San Pedro, domina un punto estratégico de entrada al páramo, desde las llanuras más bajas, y muestra muros de construcción múltiple –al menos 3 fases-, con añadiduras construidas sobre las fases previas. Esta empresa “re-constructiva” habría continuado por muchas décadas, con constructores viviendo
Por tanto, el trabajo en la segunda fase del Proyecto Arqueológico Pambamarca comenzará de manera sistemática la investigación del borde meridional de las llanuras fértiles del valle de Cayambe. Consideramos que es de crucial importancia comprender este paisaje y cualquier asentamiento establecido allí con anterioridad a la invasión inca. A este efecto, se tratará de recuperar evidencias del asentamiento de alguna población que, a lo mejor, sirvió de base para la insurgencia posterior. El trabajo de las subsiguientes temporadas de campo tendrá como punto prioritario el tratamiento de esta importante temática. Trabajos recientes en el área de Oyacachi, han permitido registrar
varios sitios y caminos precolombinos hacia el este, en dirección del Amazonas, y hacia el Oeste, en dirección de Pambamarca y El Quinche (Portada: Caminos Precolombinos) Objetivo 3: Estudios cerámicos Desde el comienzo de esta investigación, uno de los objetivos primarios ha sido el de contribuir con más información a los estudios cerámicos llevados a cabo por Oberem (1981), Bray (1990), Myers (1998), Cordero (1998), Moreira (2004) y otros. La idea es formular una detallada tipología cerámica basada en el sistema de tipo-variedad-modo usado ampliamente en el mundo (Bray 1990, Gifford 1976, Meyers 1981; ver Sinopoli 1980). La seriación del conjunto cerámico de la Sierra Norte se ha tornado muy difícil por su increíble uniformidad y estandarización a través del tiempo. Aunque no se ha llevado a cabo un análisis tipológico sistemático sobre un conjunto recolectado bajo condiciones estrictamente controladas, sabemos que los horizontes cerámicos han sido relacionados, aunque vagamente, con elementos arquitectónicos, situación que valdría la pena examinar con mayor profundidad. Nuestro trabajo en la región sobre la cerámica pre-inca ha continuado sin interrupciones. Ana Lucía González está preparando una tesis de Maestría sobre el Período Intermedio (cerámica del Período Cayambe Temprano) que definirá en mayor detalle las variedades-tipo que se encuentran en esta época poco conocida. La cerámica del Período Tardío es un reflejo de lo definido por Myers (1998) como Cochasquí II. Por el momento estamos conformes con este indicador cronológico, pero no estamos encontrando en nuestra región lo que él llamó Período Cochasquí I. Tal vez
Grupo de trabajadores comunitarios
los trabajos adicionales programados para futuras temporadas de campo en el valle de Cayambe, permita el descubrimiento de evidencias de Cochasquí I (i.e. Periodo Intermedio Tardío). Por el momento, vemos una ruptura en la secuencia seguida por la aparición de tipo-variedades de Cochasquí II (Período Cayambe Tardío). El desarrollo comunitario Es apropiado que se haga referencia la relación de nuestro trabajo con las comunidades de Pambamarca y el Centro Parroquial de Cangahua. Nuestra esperanza para combatir la destrucción de sitios históricos importantes es difundir los estudios para conocimiento de los habitantes del sector. Por ejem-
plo, en el año 2005, y con respaldo del US Ambassador Fund Grant de la Embajada de Estados Unidos, el proyecto llevó a cabo la reconsolidación de algunas ruinas de Quitoloma. El Arqueólogo Rudy Larios, procedente de Guatemala entrenó a los comuneros de la zona en esta tecnología (Fotos 8 y 9). A fin de continuar con este apoyo, las comunidades de Chumillos Central y Chumillos Alto han trabajado conjuntamente para preparar una alternativa de turismo cultural para la región. A este efecto, las comunidades mencionadas han construido en la base de Quitoloma casas tradicionales con techo de paja que sirvan como centros turísticos y de información (Figura 10).
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gos o elementos culturales, aun en sitios pequeños. También se realizó el reconocimiento y la definición de la arquitectura de los pucarás paramunos. Además, se ha comenzado a formular un inventario más detallado de sitios pre-incas en las zonas templadas de nuestra área de proyecto, incluyendo la región de Oyacachi, con el permiso del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Los mapas detallan la implementación de un Sistema de Información Geográfica (SIG) para cumplir con esta meta.
probablemente en las cercanías. En contraste, ambos sitios de baja elevación registrados por el Proyecto Arqueológico Pambamarca son no-defensivos y sin vestigios de arquitectura. Tanto Oroloma como Hacienda Pitaná, ubicados atrás de la comunidad de Buena Esperanza, se encuentran junto a importantes fuentes locales de agua, y se caracterizan por poseer concentraciones de alta densidad de artefactos desperdigados sobre extensas áreas. Cada uno de estos sitios contiene pozos circulares en forma de campana o depresiones poco profundas con diámetros de más de un metro. Su datación radio carbónica indica que estos sitios se ubican en la transición del Período Intermedio Temprano al Tardío (600-900 AD). Las excavaciones del 2005 mostraron que sus ocupaciones culturales estaban cubiertas de lentillas de ceniza volcánica. Actualmente se argumenta que una probable erupción del Cayambe esté relacionada con el abandono de estos sitios.
8. Reconsolidación de paredes
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El valor del trabajo de sustentabilidad es una evidencia si miramos las construcciones abajo del sitio Quitoloma. Por último, se ha abierto diálogos similares con otras comunidades para discutir sus ideas y planes para el desarrollo de las áreas que rodean otros pucarás. Hay varios grupos de interés en el trabajo de arqueología en la zona Cayambe incluyendo la alcaldía, las comunidades, el pueblo de Cangahua y el Gobierno Central. Estamos trabajando con la idea, de que todos tienen el derecho de conocer su pasado. También son parte activa del proyecto, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y el arqueólogo Ernesto Salazar que tienen como propósito, lograr un entendimiento sobre nuestro trabajo y abrir puertas a los extranjeros para que trabajen en el país, así como a los grupos que estén dispuestos a contribuir. El trabajo a futuro
Anticipamos que los grupos que habitaban el área estaban estrechamente relacionados con el grande e importante centro de montículos de Puntiachil (Cayambe), aunque una mejor comprensión de este asentamiento está por determinarse. En segundo lugar, el Proyecto reanudará esfuerzos en la búsqueda, trazado y comprensión de las redes de caminos prehispánicos en la región.
¡CÓMO SE DESCUBRIÓ EL CENTRO CEREMONIAL CARANQUI EN TULIPE! Jaime Mauricio Naranjo Gomezjurado
CONCLUSIONES Hay consenso entre los cronistas que luego de la conquista inca del centro político de Quito, los Cayambes del norte del río Guayllabamba resistieron por muchos años, repeliendo frecuentemente a las fuerzas incas.
Piscina ceremonial al descubierto
Con estos trabajos esperamos alcanzar una mejor comprensión de las relaciones entre grupos serranos, como los Cayambes y comuni-
9. Pared reconstruida en la entrada de Quitoloma
10. Construcción de una choza
Seguimos confiando que la investigación intensiva de los pucarás puede ayudar a explicar cómo los Cayambes lograron resistir a los Incas por más de dos décadas. En perspectiva arqueológica, esta es un área de gran interés, no solo para comprender y explicar las razones del éxito de los cayambes contra los incas, sino también nos ayudará a comprender la importancia de las fortalezas en la dinámica socio-política pre-incaica, como parte de la recuperación de la identidad ecuatoriana.
Durante buena parte de la década de los años 1970, el desaparecido Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC), planificó la ocupación y poblamiento de lo que entonces como ahora, se conocía como el “noroccidente”. Era este, un territorio despoblado e indómito por lo agreste y accidentado de su paisaje. Aquellos que se animaban a emprender la colonización, recibían algunas hectáreas a cambio de muy poco dinero. En este espacio olvidado del mundo, debían iniciar actividades agrícolas y ganaderas que justificaran la adjudicación. Muchos emprendedores, como se los conoce hoy, avanzaron machete en mano, dispuestos a civilizar aquellos parajes desiertos.
Foto: Francisco Sánchez
Uno de estos valientes y patriotas ciudadanos fue el Señor Rosero (+), Teniente del ejército ecuatoriano. A él le tocó en suerte una propiedad en el valle del río Tulipe, bastante más adentro de la última población, allá en Nanegalito. Un paraje quebrado, desolado e inhóspito, que el buen Teniente adoptó como suyo, sin reparar en lo distante y difícil de alcanzar. Un buen día de agosto o septiembre de 1979, después de horas de caminata y cabalgata, amén del desalentador y peligroso viaje en algún destartalado vehículo que se animó a traerlo a la ciudad, el flamante propietario de unas 50 hectáreas de nada, ingresó al edificio del Banco Central -en la
calle Briceño- y preguntó por un arqueólogo. Decía haber hallado “unas como piscinas de piedra”, en su propiedad. Al avanzar más en la conversación, declaró estar preocupado por los saqueadores de tumbas que ya conocían el lugar y que, junto a los lugareños, lo habían bautizado como “los baños del Inca”. En definitiva, el consciente ciudadano únicamente pedía que los técnicos del Museo del Banco Central del Ecuador accedieran al lugar, estudiaran el evento y determinaran de qué se trataba. La Dirección de los Museos y Galerías del Banco, dirigida entonces por el Arquitecto Hernán Crespo Toral (+), accedió a destacar personal que organizado en expedición arqueológica encabezada por el Arqueólogo
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dades de estribación andina, como la de Oyacachi. Nuestro más reciente trabajo en la zona de Oyacachi ha sido el registro de sitios arqueológicos y caminos precolombinos hacia la selva, por un lado, y hacia Pambamarca y El Quinche, por otro. Aun así, nuestro conocimiento de cómo estaban conectadas estas áreas en el pasado necesita mayor profundización.
Hemos detectado ya, algunos caminos que van hacia Oyacachi y las tierras bajas del Oriente, y continuaremos apoyando esta investigación en el futuro.
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El trabajo de la segunda fase de arqueología comenzará con la investigación de algunas de las áreas que circundaban la zona nuclear de Pambamarca, a fin de establecer la relación CayambeInca en un contexto más amplio.
En primer lugar, el Proyecto buscará determinar donde se ubicaban las poblaciones cayambes a lo largo del borde meridional del valle de Cayambe, en el tiempo de contacto con los Incas. Por tanto, será muy importante investigar estos paisajes que servían como una base de la resistencia contra los incas.
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Esta ruta noroccidental fue conocida por los europeos, desde la década de los años ´80 del Siglo XVI. El académico ecuatoriano Bing Nevarez Mendoza, en su prolija obra El Camino a la Mar del Sur, refiere que en busca de un derrotero hacia Esmeraldas y Manabí, “los mercedarios trajinaron frecuentemente por 2 caminos: el uno que llevaba a Gualea por Salinas y Lita. El otro, por Cotocollao, Nono, Nanegal, Gualea, Nigua y el Embarcadero” (Nevarez, s.a.: 91). Sin duda, estas fueron rutas abiertas y transitadas desde el temprano Período de las Tribus o Formati-
construcciones de piedra, casi perdidas entre la maraña y sepultadas en el fango. El descubrir y medir esas construcciones que no me parecieron importantes demandaba un trabajo penoso y de algún tiempo; no pude ver sino una parte de pared de piedra” (Sánchez, 1931: 9). Tulipe: Vista parcial de piscina ceremonial Foto Francisco Sánchez
Piscina ceremonial al descubierto
volvió por el mismo camino, a la ciudad de Quito, a la cual llegamos temprano en la madrugada del día siguiente.
Portada de la Revista de la Universidad Católica de Quito PUCE
vo y, por qué no, desde el de las Bandas o Lítico. Ya en la pequeña población, se hizo contacto con el Teniente Rosero y junto a él, se avanzó selva adentro, caminando bajo la tupida, húmeda y grosera vegetación que cerraba el paso a cada instante, lastimando la piel sin misericordia. Tanto era el esfuerzo desplegado para poder avanzar que, en ocasiones, preferimos arriesgar la integridad física caminando por el torrentoso lecho del río Tulipe. Con el agua golpeándonos en el pecho, armados de improvisados báculos y asidos a una soga, luchábamos contra la poderosa corriente que, al igual que la manigua, se interponía entre nosotros y
los vestigios de la pasada civilización Caranqui. Finalmente, a las primeras horas de la tarde, se volvió sobre el terreno, caminando unos pocos metros. ¡Allí estaban! Se trataba de piedras alineadas formando las paredes de recintos semisubterráneos, totalmente cubiertos por enormes plantas de guadua. Toda la vegetación circundante era tan áspera y primaria, que hasta tuvimos ocasión de ver una planta de coca creciendo silvestre, en medio de aquel oscuro y húmedo bosque. Tomados los datos en tan difíciles y extenuantes circunstancias, después de almorzar unas galletas de sal con limonada sin azúcar, en un cobertizo de tablas que el Teniente animadamente llamaba “la Iglesia”, se
Venciendo la fatiga y con los recuerdos aún frescos en la memoria, ordené los datos guardados en mi diario de campo, desde el mediodía del domingo 7 de octubre. En ese instante, empecé a escribir el primer borrador del informe de las operaciones arqueológicas en aquella sierra inhóspita. Primer borrador pues tuve que reescribir ese informe, varias veces dado que mi padre a quien siempre consultaba en el tema de la metodología científica, me impuso la valiosa tarea de redactar para publicar. Efectivamente, los resultados de esas tareas se publicaron trece meses después, en noviembre de 1980. Bajo el título de TULIPE: ¿un Centro Ceremonial en los Andes Septentrionales del Ecuador? publiqué el primer informe científico que se conoce acerca de ese enigmático y ahora, emblemático sitio arqueológico de la Provincia de Pichincha. En ocho páginas, recogí las primeras impresiones que este sitio perdido por siglos, despertó en mí. Con fecha anterior al mío, solo he descubierto el escrito que el presbítero
Foto: Francisco Sánchez
Eladio Sánchez publicó en 1931, bajo el título de “Un viaje desde las Selvas Occidentales de Nono hasta Esmeraldas, en agosto de 1930”. Dice el curioso paseante que: “caminando más a la derecha descendimos a un arroyo conocido con el nombre de Pizará a cuya orilla asomó una casa, de la que salieron dos austriacos que nos invitaron a descansar en el corredor. Aguijoneado por la curiosidad pregunté si había allí escombros de construcciones antiguas: el coger los machetes e invitarnos a ver lo que ellos llaman restos de fortaleza, todo fue de un momento. Guiados por los extranjeros regresamos por el mismo vado, tomamos la playa izquierda, y, a corta distancia del arroyo dimos con tres
No cabe duda que el presbítero Sánchez –entonces párroco de Calacalí- estuvo en un lugar que reunía similares características al lugar visitado por nosotros, medio siglo después. La diferencia radica en que el sacerdote ubicó su hallazgo en las inmediaciones de la población de Mindo, cerca de un arroyo de nombre Pizará. Al margen de esta curiosidad bibliográfica de 1931, en mi informe se menciona por primera vez la palabra Tulipe en asociación a un centro ceremonial, formado por los vestigios semisubterráneos allí conservados. Con anterioridad al mío, no he encontrado un informe arqueológico que describa y descubra para la comunidad científica, las ruinas de Tulipe. Adicionalmente y a diferencia del sacerdote Sánchez, mi presencia en el lugar obedeció, exclusivamente, al interés que despertaba en el joven es-
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
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norteamericano Emil A. Peterson (+), avanzara al lugar, sin importar las dificultades y los costos. Emil era, por aquellos días, el Director del proyecto arqueológico Cotocollao. Por entonces, yo fui seleccionado para trabajar en aquel proyecto, en calidad de pasante, con una beca otorgada por el Museo del Banco Central del Ecuador, gracias a mis calificaciones como estudiante de Antropología y Arqueología de la Universidad Católica de Quito. Unas semanas después, anticipándose a los torrenciales aguaceros del invierno serrano, el día sábado 6 de octubre de 1979, la expedición académica marchaba al lugar señalado por el Teniente Rosero. Como casi todas las prospecciones arqueológicas, aquella no fue empresa fácil. Antes del amanecer, se dejó la ciudad de Quito, adentrándose en la región de Nono, por un estrecho, zigzagueante y empedrado camino que llevó a los expedicionarios entre abismales precipicios y enormes cerros, hasta la población de Nanegalito. (En aquellos días, no se proyectaba aun la carretera que hoy une Calacalí con la Independencia).
Tulipe: Vista parcial de piscina ceremonial
Foto Francisco Sánchez
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tudiante de antigüedades, la noticia aún no confirmada de un yacimiento arqueológico, al punto de viajar al lugar, descubrirlo, prospectarlo, medirlo, registrarlo y emitir un informe acerca del hallazgo. Es que la nuestra, fue una incursión arqueológica, típicamente, científica. El informe que preparé, fue entregado al Archivo del Museo y Galerías del Banco Central y fueron mis observaciones las que animaron nuevas expediciones y el desarrollo de un proyecto arqueológico posterior, en aquel yacimiento cultural del noroccidente de Pichincha. Así mismo, ese documento fue presentado al Departamento de Antropología de la Universidad Católica para su valoración académica, recomendándose su publicación en la Revista Universitaria; como ya lo mencioné, la número 28 recogió mi texto. Un cuarto de siglo después, la investigadora alemana Doctora Roswith Hartmann (+) honró mi informe al citarlo en la página 165 de la publicación periódica “Bibliografía básica sobre arqueología del
Ecuador” (En: BAS 18 – Bonner Amerikanistische Studien o Estudios Americanistas de la Universidad de Bonn, en Alemania). Hoy, 33 años después de mi aporte a la ciencia ecuatoriana y por honestidad académica, he querido compartir con los lectores, los nombres de quienes me acompañaron, directa e indirectamente, en la aventura del descubrimiento del centro ceremonial Caranqui en Tulipe y los detalles y pormenores de mi hallazgo en medio de aquellos bosques noroccidentales y que ahora se reportan en este número de la prestigiosa Revista “EVIDENCIA ANCESTRAL, LA OTRA HISTORIA”. Para concluir, solo quiero compartir (dar a conocer a) con Ustedes las palabras del Arqueólogo Luís Rodríguez (+) cuando como estudiante, le pregunté acerca de cómo se obtenía la autoría de un hallazgo arqueológico. El Doctor Rodríguez me contestó con las siguientes palabras: “se es descubridor de algo, no cuando se lo conoce sino cuando se
lo da a conocer”. Hoy, esas palabras pronunciadas 35 años atrás por el distinguido Maestro, adquieren renovada vigencia para el caso particular del centro ceremonial arqueológico conservado en la región del río Tulipe.
PUNTIACHIL: SITIO ARQUEOLÓGICO
PATRIMONIAL EN CAYAMBE
Por: Lic. Francisco Sánchez, Arqueólogo Fotos: Francisco Sánchez
BIBLIOGRAFÍA HARTMANN, Roswith. Bibliografía básica sobre arqueología del Ecuador. En: Bonner Amerikanistische Studien (BAS 18). Universidad de Bonn. Bonn. 2005. NARANJO, Jaime. Tulipe: ¿Un Centro Ceremonial en los Andes Septentrionales del Ecuador? En: Revista de la Universidad Católica; año VIII, número 28. Quito. Noviembre 1980. Pp: 147-154. NEVAREZ MENDOZA, Bing. El Camino a la Mar del Sur. Cuatro Siglos de Patriotismo frustrado. S.c. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Esmeraldas y Sociedad de Amigos de la Genealogía 204. S.a. SÁNCHEZ, Eladio. Un viaje desde las Selvas Occidentales de Nono hasta Esmeraldas, en agosto de 1930. Quito. Editorial Ecuatoriana. 1931. 68 p.
Maqueta del Sitio arqueológico de Puntiachil que reposa en el Municipio de Cayambe. Vista frontal
INTRODUCCIÓN
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Vista Parcial de la Piscina ceremonial más grande
Foto: Francisco Sánchez
Estas son: el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural-INPC- el Municipio de Cayambe y el Ministerio de Educación (2001), que han unido esfuerzos teóricos y prácticos para conservar uno de los sitios más importantes de nuestra Sierra Norte.
LA PIRÁMIDE DE PUNTIACHIL Bellavista de Puntiachil, es un barrio que se encuentra al Este jun-
to a la ciudad de Cayambe, y en él existe todavía una de las últimas tolas en área urbana. Pertenece al grupo de tolas que se encuentran en las provincias de Pichincha e Imbabura. Al escuchar pirámide se piensa que ésta terminaría en punta, asociando a las pirámides de Egipto o quizá a las pirámides que se encuentran en México o Guatemala; pero no se trata de este tipo de pirámides, en realidad, las construidas en lo que es el territorio del Ecuador, especialmente en las provincias antes citadas, son pirámides que por su forma se les han denominado “truncas”, porque no terminan en punta y posee una caracterís-
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Poco o nada se ha escrito para dar a conocer sobre el sitio arqueológico de Puntiachil. En ésta ocasión se pone a consideración un resumen de lo que significa este sitio en el contexto arqueológico y de paso se enunciará como algunas Instituciones públicas han velado por la investigación, la integridad y la conservación de este sitio.
En este artículo se expondrá algunos aspectos sobre este sitio: la ubicación de la pirámide, el contenido del sitio, el por qué se construyó la pirámide, su Declaratoria como sitio patrimonial del estado ecuatoriano, la Ordenanza que regula el uso y ocupación del suelo, las investigaciones realizadas hasta la presente fecha y la propuesta de qué hacer con este sitio después de realizar un estudio detenido sobre lo que significa Puntiachil como área de protección, de conservación y de puesta en valor.
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tica, que tiene un alargamiento a manera de cola o rampa que nace en el medio de la tola y se extiende hasta 120 metros de longitud, como es el caso de la pirámide que se encuentra en Bellavista de Puntiachil.
El investigador F. Delgado en el año 2007, es quizá uno de los pocos arqueólogos que describe a la pirámide principal y señala: “Su altura en el cuerpo principal es de aproximadamente 30 metros de la base.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por Buys, et.al. (1991), Puntiachil es un complejo arquitectónico conformado por una tola principal de forma rectangular con rampa de acceso incompleta, ocupando un área de 43.622.49 m2, y cuatro tolas cuadrangulares de menor tamaño que han podido ser determinadas mediante la observación de fotografía aérea; además, hacia la zona sureste de la tola principal se localizaron tres montículos circulares que fueron investigados parcialmente en ese año.
El cuerpo principal tiene una extensión aproximada de 300 metros cuadrados, mientras que la rampa originalmente debió tener un poco más de 120 metros de largo, contado desde la unión con el cuerpo principal. Una acequia curca recorre a lo largo del borde de la rampa”. Más adelante, este mismo investigador diferencia los espacios así:
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Infraestructura existente en la Pirámide de Puntiachil,
algunas totalmente desaparecidas, por lo que se nota que la tola de Puntiachil no era sola, sino que formaba parte de un complejo del que menciona Buys y que esta era la principal.
al muro del cementerio, o sea al otro lado de la rampa, también se forma otra zona o área más o menos plana de aproximadamente 100 metros cuadrados, y 4) La zona misma de la rampa, que es
En relación a la función de la pirámide de Puntiachil es importante destacar lo que mencionan Jorge Juan y Antonio de Ulloa (17351748), en su Relación Histórica del Viaje a la América Meridional en los siguientes términos: “Un edificio de naturaleza diferente a la observada en Cañar, levantado sobre una colina hacia el oriente de la actual ciudad de Cayambe: Una de estas obras se mantiene existente, por la mayor parte en el Pueblo de Cayambe, y consiste en un adoratorio, o Templo hecho de adobes; y su fábrica en una eminencia, donde se levantaba el terreno del mismo Pueblo, y forma como un montecillo no muy alto; su figura perfectamente circular; y la capacidad bastante, pues su diámetro será de 8 Tuessas, que hace de 18 a 19 varas con corta diferencia, y su respecto tiene 60 varas de circuito. De este edificio no ah quedado más que las paredes, que se mantienen todavía en buen estado de firmeza; y su altura es como de dos Tuessas a dos y medias, o de cinco a seis varas; su ancho, o grueso de quatro a cinco pies; esto es como una vara y dos tercias; y la unión o trabazón de los Adobes es de la Tierra, con que hacían estos mismos; una y otra tan dura como si fuera de Piedra, pues no la vencen las injurias del Tiempo, a que está expuesta por la falta de Cubierta” (1978: 19). Con respecto a la funcionalidad que tendría la tola principal y las tolas de alrededor, Delgado (2007) define a este sitio como un centro administrativo, político y religioso desde su construcción, y añade que Puntiachil funcionó
Maqueta del Sitio arqueológico de Puntiachil que reposa en el Municipio de Cayambe. Vista lateral
como un espacio de observación del cosmos, como fuente de conocimiento que permitió a los sacerdotes y especialistas organizar ciclos de cosechas, siembras, etc. Por las evidencias encontradas en Puntiachil, por los datos etnohistóricosy por las ocupaciones en los sitios arqueológicos de Zuleta, Angochagua y Cochasquí, creemos que la Pirámide era parte de un complejo ceremonial, donde quizás, éste era el centro principal del sector o de la zona en conjunto. LA DECLARATORIA Y LA ORDENANZA DE CAYAMBE Los lectores se preguntarán ¿Para qué se declara un sitio arqueológico? La declaratoria sirve para: 1) Que el conglomerado social conozca la existencia de un sitio arqueológico importante, el mismo que debe ser conservado para el presente y futuras generaciones, 2) Que los organismos estatales y privados se empoderen del sitio y cumplan con la responsabilidad de invertir recursos para conservación y puesta en valor. 3) Para planificar el desarrollo urbanístico, pensando especialmente que Puntiachil y otros sitios de interés cultural se encuentran dentro de una zona urbana, 4) Poner en evidencia que los si-
tios arqueológicos son fuente inagotable de riqueza turística y que pueden ser parte o destino de rutas turísticas, con la correspondiente adecuación del sitio, apoyado por la comunidad y por los organismos pertinentes. De acuerdo al Reglamento de la Ley de Patrimonio Cultural, el Ministerio de Educación y Cultura, realizaba las declaratorias de patrimonio cultural, y de acuerdo a esas atribuciones, en el año 2001, este Ministerio declara al sitio arqueológico de Puntiachil, bien perteneciente al Patrimonio Cultural del Estado. Dentro de esta declaratoria existen tres zonas que fueron tomadas en cuenta al realizar la Ordenanza que reguló el uso de suelo.
Estas tres zonas son: 1) Zona monumental del sitio arqueológico Puntiachil a todos y cada uno de los elementos arqueológicos arquitectónicos que comprende el sitio, con una extensión de 43.622.49 m2, 2) Zona de influencia con una superficie de 79.331.11 m2 y cuyos límites son: al Norte calle Pichincha, al Sur la calle Chimborazo, al este la intersección de la calle Pichincha con la calle sin nombre, al Oeste la calle Olmedo (Ver gráfico No. 001, plano de Ordenanza) sector en el cual se ha evidenciado en superficie y en el subsuelo material cultural como: cerámica, lítica y otros. Esta Zona se determina para la protección del sitio monumental Puntiachil y su entorno natural y paisajístico, de acuerdo a lo que señala el artículo 7, literal J de la Ley de Patrimonio Cultural) y 3) Área de respeto o desarrollo controlado con una superficie de 169.945,12 m2 y cuyos límites son: Norte calle El Tumbe, al Sur la calle 10 de Agosto, al Este hacia el callejón Bellavista y al Oeste la calle Olmedo, Zona que se determina con la finalidad de controlar el uso y ocupación del suelo y controlar el proceso urbanístico acelerado así como las evidencias arqueológicas que se pueden determinar en esta zona.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
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En 1994, Coloma realiza un inventario de arqueología monumental y ecológico-paisajística del cantón Cayambe y dice en su informe que están destruidas todas las tolas y
1) El cuerpo principal de la pirámide, es decir la parte más alta, que debió haber sido plana y es quizá la más extensa de toda el área, 2) Una suerte de plaza se forma en el lado noroeste de la pirámide, es decir en la zona adyacente a la rampa, y es más o menos plana y tiene un área aproximada de 160 metros cuadrados, 3) Junto
un espacio inclinado o de pendiente, más o menos pronunciada. (Delgado, 2007).
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(Declaratoria del sitio arqueológico de Puntiachil, 2001). Este sitio fue declarado patrimonio cultural, considerando algunos aspectos, entre ellos: las investigaciones arqueológicas realizadas en la zona y en el sitio arqueológico mismo; las relaciones con sitios similares en los territorios vecinos que quizá corresponderían a las mismas manifestaciones político culturales y a la circunscripción de un patrón arqueológico monumental de envergadura como: los complejos arqueológicos de Paquiestancia, Ayora y Pambamarca y a mayor distancia otros grandes yacimientos como Zuleta y Cochasquí, con características similares entre sí. (Ibídem).
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La Ordenanza permitió la protección del área monumental de 43.622.49 m2, poniendo algunas restricciones de construcción del área de influencia y desarrollo controlado, así como la realización de posteriores investigaciones. El área de influencia es un área restrictiva que permite que se amortigüe cualquier impacto que pueda ocasionar la destrucción del bien. La zona de desarrollado controlado también es una zona restrictiva, que requiere menos cuidado que la zona de influencia, para permitir un desarrollo de asentamiento poblacional con presencia de un sitio arqueológico y con la finalidad de proteger el paisaje cultural. De acuerdo al informe técnico ela-
La Ordenanza para la protección del sitio fue denominada: “Ordenanza que Regula el Uso y Ocupación del Suelo en Área Arqueológica de Puntiachil, Sitios Arqueológicos Aledaños y Elementos Naturales de Protección Ecológica”, la misma que fue expedida en base a la Declaratoria. Esta Ordenanza fue importante para la conservación del sitio en sus tres áreas, esto es la monumental, la de influencia y la de desarrollo contralado, en donde se permite determinadas acciones como la investigación arqueológica, las actividades de recreación ecológica y turística controladas, el acondicionamiento ambiental, la reforestación con especies nativas, entre otras. También la Ordenanza considera la regulación de las edificaciones, de la explotación y producción de barro cocido y el uso industrial de bajo, mediano, alto y peligroso impacto. Dentro de las sanciones se especifica que el incumplimiento e infracciones a la Ordenanza se aplicará de acuerdo a lo que dispone la Constitución de la República del Ecuador, la Ley de Patrimonio Cultural y su Reglamento General; así como lo contemplado en el Código Penal Capítulo VII Artículos 415 A, 415 B y 415 C. En concordancia con la Ordenanza, los propietarios de predios ubicados en las zonas de Influencia y de
Desarrollo Controlado, están en la obligación de obtener la respectiva autorización para la enajenación de los bienes inmuebles, en la Dirección de Planificación del Gobierno Municipal de Cayambe, previo informe del Arqueólogo, que dependa del Gobierno Municipal de Cayambe, o contratado para el efecto. El Registrador de la Propiedad del Cantón está en la obligación de exigir la autorización referida, previa a la inscripción de una transferencia de dominio de los predios ubicados en las zonas 2 y 3. Para finalizar, en esta Ordenanza existen disposiciones generales, como la obligación del propietario y/o constructor previo a cualquier trámite de aprobación de planos, realizar estudios arqueológicos con un profesional bajo la supervisión de la Dirección de Planificación del Gobierno Municipal de Cayambe y en caso de hallazgo de evidencias arqueológicas, informar inmediatamente al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) para que autorice el rescate arqueológico correspondiente. Es importante señalar el comprometimiento del Municipio de realizar la dotación de servicios y equipamiento básico de la zona, para la revalorización del sitio Arqueológico de Puntiachil y de las zonas circundantes, así como la realización de un plan de manejo adecuado para que la población se integre y se empodere de su pasado y realice acciones conjuntas con el municipio para mantener su identidad cultural. LA PROPUESTA DE LA UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO En el año 2007, el Municipio de Cayambe contrató los servicios de la Universidad San Francisco con el propósito de establecer un mane-
jo adecuado de los espacios en el sitio arqueológico de Puntiachil. Florencio Delgado realizo un guión museográfico y un perfil museológico dentro de la propuesta de la Arq. Paulina Martínez, para aportar información e instrumentos técnicos para el desarrollo turístico del cantón Cayambe específicamente del sitio, cuyos objetivos fueron: 1) Elaborar de forma participativa una zonificación del espacio que defina las posibilidades y restricciones de uso, compatibilizando las actividades culturales actuales y los usos turísticos potenciales, 2) Establecer a través de una línea base, un guión museográfico en el que se sustentará la propuesta de un perfil museológico y productos de interpretación. En este perfil se presenta el diseño de Puntiachil como un espacio de aprendizaje y de utilidad turística, y 3) Establecer un mecanismo de vinculación entre el pasado y presente Kayambi, mediante la generación de mecanismos de participación de este grupo étnico asentado en el Cantón y la población local.
establecer en los términos que la información existente permite, los puntos de mayor importancia y fragilidad, para determinar ordenamiento de las actividades actuales y propuestas para el sitio.
Este documento se dividió en tres partes fundamentales: 1) Los Antecedentes, que contiene los objetivos y la justificación, 2) Los instrumentos metodológicos: Recopilación de los trabajos e investigaciones previas a este estudio, especialmente arqueológicas e históricos, así como los de uso cultural etnográfico, como es el caso de la fiesta del Inti Raymi o festividades de San Pedro, se ha procedido al análisis de la legislación vigente en el objetivo de conocer los permisos y restricciones que regulan al sitio arqueológico, para que la propuesta se enmarque estrictamente dentro de los parámetros legales y 3) La propuesta que consiste en un reconocimiento visual del sitio confrontando con las investigaciones a fin de poder
El sitio arqueológico Puntiachil tiene Ordenanza de Uso y Ocupación de suelo emitida por el Gobierno Municipal de Cayambe en el año 2002.
En esta propuesta de manejo, los autores Martínez y Delgado (2007) se refieren a la utilización del área monumental como área principal, dando a entender que no existen tolas, más que las ya mencionadas, esto es la tola principal y la tola cuadrangular que se encuentra al oeste de la anterior (tola de la luna), dejando fuera de este contexto las áreas de influencia y de desarrollo controlado. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El sitio arqueológico Puntiachil tiene la declaratoria realizada por el Ministerio de Educación (Institución encargada de realizar declaratorias hasta el año 2007) a través de la cual se declara patrimonio cultural de la nación.
El Municipio compró los predios que se ubican en la zona monumental, para efectivizar la recomendación realizada por Coloma en el año de 1994, en la que se menciona que el sitio debe ser liberado de propietarios de predios. Se debe tomar en cuenta la conservación del sitio en su totalidad considerando que es uno de los centros ceremoniales más importantes del Ecuador. Es necesario acatar lo que el Código Orgánico de Organización
Territorial, Autonomía y Descentralización-COOTAD-, menciona en relación a los gobiernos autónomos descentralizados municipales que dice: Los GAD´s deben formular, aprobar, ejecutar y evaluar los planes, programas y proyectos destinados a la preservación, mantenimiento y difusión del patrimonio arquitectónico, cultural y natural, de su circunscripción y construir los espacios públicos para estos fines. (Art. 144). Al realizar la declaratoria no se tomó en cuenta a la pirámide “de la luna”, que todavía permanece en pie al oeste de la pirámide principal, sin que este sitio sea tomado en cuenta en el área monumental, porque no se consideró lo que señaló el arqueólogo Athens, John II (1980), al describir el sitio de Cayambe: “Está localizado en los entornos inmediatos de la ciudad de Cayambe, existe un total de 14 montículos en el sitio, aunque también hay algunos grupos a corta distancia en el noroeste de Cayambe; de los 14 montículos, 3 tienen rampa (1 de estos ya no es visible). En una elevación que se encuentra al este de la ciudad hay un grupo de montículos con plataforma trilateral (cerca de 10), incluyendo una estructura inmensa en que se sitúa Cayambe (Jijón y Caamaño 1914: 193-194). Esta rampa ya no es visible. Se han registrado restos del Período Tardío en este sitio. (Myers, 1974). Hay terrazas en las laderas y terrenos de camellones y surcos en sus inmediaciones” (Athens, 1980: 266, 267). Posteriores a la Declaratoria y Ordenanza se realizaron investigaciones arqueológicas, entre ellas:
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En esta declaratoria consta también la creación de la Comisión de Control y Conservación del sitio Arqueológico Puntiachil, la misma que tenía que realizar en un plazo de noventa días un borrador de Ordenanza de protección para su estudio y aprobación por parte del Concejo Municipal, como así ocurrió.
borado para la declaratoria en el año 2001, las investigaciones a que se refiere este documento son estudios realizados en los años 70 y 80 del siglo 20, y otros anteriores a estas fechas, por lo que, muchos componentes del sitio ya no existen como las cuatro tolas cuadrangulares menores que para el año 2001, se encontraban alteradas, salvo la adjunta a la tola principal (tola de la luna).
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La investigadora María Aguilera en el año 2002 realiza el monitoreo arqueológico en la zona de influencia del sitio arqueológico de Puntiachil para el Gobierno Municipal de Cayambe, cuyo objetivo fue monitorear en los Lotes del Barrio Bellavista y en las calles Bellavista, Cuba, Inti, Junín, Tena y Chimborazo, espacios declarados como parte de la zona de influencia del sitio arqueológico de Puntiachil; además se hizo rescate arqueológico en algunos cateos y unidades. Fueron monitoreados 108 predios con diferentes impactos, muchas de las áreas fueron rescatadas y conservadas, pero no se obtuvo mucha información contextual debido a que el suelo se encuentra bastante removido. (Informe Técnico, 2002).
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En el año 2010, la investigadora María del Carmen Molestina realiza un estudio a propósito de la construcción del alcantarillado en la ciudadela Bellavista, que recorre la parte sur de la tola principal y que va a salir a la calle Olmedo; concluyendo que no existe evidencia arqueológica alguna. La propuesta de la Universidad San Francisco sobre el manejo de sitio arqueológico de Puntiachil debe ser puesta en práctica para revalorizar al sitio y bene-
Se sugiere realizar una nueva declaratoria en la que se involucre a la tola que quedó fuera en el año 2001(tola de la luna), que muchos autores la citan como adjunta a la tola principal y también una nueva ordenanza que reúna todo el contexto existente. BIBLIOGRAFÍA: Aguilera, María: “Monitoreo arqueológico en la zona de influencia del sitio arqueológico del Proyecto de Rescate Arqueológico Bellavista de Puntiachil”.2002. Athens, John II: “El Proceso evolutivo en las sociedades complejas y la Ocupación del Período Tardío-Cara en los Andes Septentrionales del Ecuador”.- Colección Pendoneros No. 2. Instituto Otavaleño de Antropología. Editorial Gallocapitán. Otavalo, 1980. Bolaños Mónica y Alex Castillo: 1997/1998.- Proyecto de rescate Arqueológico Bellavista de Puntiachil.- Proyecto de Rescate Arqueológico Bellavista de Puntiachil. Bolaños, Mónica; Oscar Manosalvas y Fabián Villalba.- “Informe Proyecto Puntiachil: Zonas Agrícolas”.- Presentado al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Inédito.- Quito, 1984. Bolaños Mónica y Alex Castillo.-.- Proyecto de rescate Arqueológico Bellavista de Puntiachil.- Proyecto de Rescate Arqueológico Bellavista de Puntiachil. 1997/1998
Buys, Josef, et. al.- Prospección arqueológica en Cayambe.- Proyecto de Cooperación Técnica Ecuatoriano-Belga “La Preservación y Promoción del Patrimonio Cultural del Ecuador”
CRONOLOGIA DE LAS INVESTIGACIONES PALEONTOLÓGICAS EN EL ECUADOR Por: Lic. José Luis Román Fotos: José Luis Román
Coloma Manuel: “Inventario de arqueología monumental y Ecológico- Paisajístico” del Cantón Cayambe, 1994. Delgado Florencio: “Estudio Antropológico como instrumento técnico para el desarrollo turístico del sitio arqueológico de Puntiachil”, 2007. Jijón y Caamaño, Jacinto.- Antropología Prehispánica del Ecuador. La Prensa Católica, Quito, 1952. Juan, Jorge y Antonio de Ulloa.Relación Histórica del Viaje a la América Meridional., (Madrid, 1748), Fundación universitaria Española, Madrid. Juan Martínez Paulina y MSc. Gilda Gallardo: Informe del Proyecto “Fortalecimiento al cantón de Cayambe.- Estudio para aportar información e instrumentos técnicos para el desarrollo turístico del cantón Cayambe del sitio arqueológico Puntiachil, 2007. Molestina María del Carmen: Monitoreo Arqueológico para la colocación de la tubería de alcantarillado que bordea las zonas Monumental y de Influencia del sitio arqueológico Puntiachil, Provincia de Pichincha.- 2010. Registro Oficial N. 363 del Viernes 06 de Julio del 2001 Pág. 2.- “Declaratoria Vigente del sitio arqueológico Puntiachil”. Ministerio de Educación.
Mastodonte de Alangasí, Gabinete de Ciencias Naturales Universidad Central
que se han realizado en el Ecuador. Investigadores nacionales y El Ecuador se encuentra en un extranjeros, atraídos por la innuárea geográfica privilegiada, con merable riqueza que sobre este su pequeña extensión (256.370 tema tenemos en nuestro país y Km2) presenta paisajes y ecosis- cuyos resultados han motivado temas únicos, modificados a tra- a más de uno a escribir obras de vés del tiempo por su ubicación gran valor científico. en la Zona Tórrida, la presencia de la Cordillera de los Andes, la LAS INVESTIGACIONES Cuenca Amazónica y la influen- PALEONTOLÓGICAS cia de las corrientes marinas. Sin embargo, muy poco se ha inves- Los cronistas de Indias, entre tigado acerca del origen de sus ellos: Cieza de León (Crónica del especies y la forma en la que Perú, 1553), el Padre Joseph de fueron ocupando sus actuales Acosta (Historia Natural y Moral de las Indias, 1590), Antonio Váznichos ecológicos. quez de Espinosa (Compendio y Este artículo ha sido escrito con la Descripción de las Indias Occidenintencionalidad de dar a conocer tales, 1600), Antonio de Herrera a todo el público interesado, so- y Tordesillas (Descripción de las bre los estudios de Paleontología Indias Occidentales, 1601), Inca INTRODUCCIÓN
Garcilaso de la Vega (Comentarios Reales del Perú, 1609), Juan de Torquemanda (Monarquía Indiana, reimpreso por la UNAM en 1975) y el Padre Juan de Velasco (Historia del Reino de Quito, Historia Natural, Tomo I, 1798); hablan acerca de la presencia en varias localidades, especialmente en la Península de Santa Elena, de restos de animales gigantescos enterrados y que han engendrado la idea de la existencia de gigantes y extraños seres que poblaron nuestro territorio en épocas pasadas. En la primera mitad del siglo XVIII, con la llegada de la Misión Geodésica Francesa (1736-1744), se efectuaron las primeras investigaciones geográficas y geo-
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA PALEONTOLOGÍA
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Entre el año 2002 y 2009 el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural-INPC- realizó aproximadamente 50 monitoreos en las áreas de Influencia y de Desarrollo Controlado, encontrándose abundante material arqueológico sin los contextos apropiados, sino como parte de una constante remoción de suelo, de acuerdo las conclusiones de los informes.
ficiar directamente a la comunidad de Cayambe.
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lógicas en el Ecuador, punto de partida para que los científicos: Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland en su viaje a América (1799-1804), recogieran varias muestras de rocas y fósiles. Un importante hallazgo es el molar de mastodonte colectado en las faldas del volcán Imbabura en la provincia del mismo nombre, el cual fue llevado a Europa y estudiado por el gran Georges Cuvier, quien lo denominó en su magna obra “Ossements fósiles Tome III Mastodontes” como Mastodonte des Cordiliéres = Cuvieronius humboldtii (hoy la especie: Cuvieronius Hyodon). En 1860 Andrés Wagner realizó el primer estudio detallado de fósiles del Ecuador, sobre el material encontrado en los alrededores de Quito.
detallada de varias especies de mamíferos fósiles presentes en este yacimiento. Otro de los más memorables sabios que llegaron al territorio ecuatoriano es Charles Darwin, quien en su visita a las Islas Galápagos, encontró las bases fundamentales para su magna obra “Origen de las Especies”, donde recogió algunas muestras de fósiles de plantas, vertebrados e invertebrados marinos a lo largo de toda la costa sudamericana. En 1922, el Dr. Juan Félix Proaño describió un mastodonte, encontrado en la Quebrada Chalán, cerca de la ciudad de Riobamba, al que denominó Masthodon chimborazi.
mortus, colectada por el Dr. Clodoveo Carrión en sedimentos lacustres del mioceno del Valle de Loja. En 1928, el Profesor de la Universidad Central del Ecuador Franz Spillmann excavó junto con el Dr. Max Ulhe, en el sector de Alangasí, a 13 Km. de la ciudad de Quito, un esqueleto casi completo de un Mastodonte que fue llevado a la Universidad Central (en el antiguo edificio entre las Calles García Moreno y Espejo) para ser reconstruido y armado. Al parecer este ejemplar presentaba una especial importancia por tener en su cráneo un rastro de punta de flecha de obsidiana, que hacía presumir haber sido cazado por
lívar – San Gabriel); Provincia de Pichincha (valle de Quito); Provincia del Chimborazo (quebradas de Chalán y Punín); Provincias del Azuay y Loja. En la Región Oriental enuncia un yacimiento poco estudiado en Archidona, Provincia de Napo.
Mastodonte de Alangasí, Gabinete de Ciencias Naturales Universidad Central
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Pasaron además por el Ecuador los sabios W. Reiss y A. Stübel, realizando importantes colectas para el Museo Mineralógico de la Universidad de Berlín, para que más tarde W. Branco en 1883 escriba su obra clásica: La Fauna fósil de Punín (Eine Fossile Säugethier-Fauna von Punin bei Riobamba in Ecuador), en la que realiza una descripción
Quebrada Chalán – Chimborazo
Primeras expediciones Paleontológicas a Quebrada Chalán – Chimborazo Dr. Juan Félix Proaño, y el Mastodonte del Chimborazo
H. E. Anthony en 1922, describe Drytomomys aequatorialis, un roedor fósil del valle de Nabón, al sur de Cuenca. White en 1927, describe la especie de pez Carrionellus diu-
humanos que se asentaban en los alrededores del volcán Ilaló. Desafortunadamente en 1928 se produjo un voraz incendio en la Universidad Central que destruyó totalmente estos restos. E. Berry, entre 1935 y 1945 realiza
importantes publicaciones acerca de la Flora fósil de la Provincia de Loja. Años más tarde, Robert Hoffstetter, eminente científico francés, y catedrático de la Escuela Politécnica Nacional, en su obra
editada en 1952 “Les Mammiféres Pléistocénes de la République de l´Équateur”, enumera los yacimientos fosilíferos conocidos y por él estudiados, entre ellos, los más importantes son: En la Provincia del Carchi (Bo-
éste, siendo el yacimiento más importante y poco conocido de Fósiles del Mesozoico en el Ecuador. (foto). En las últimas décadas se han realizado algunos estudios paleontológicos en el Ecuador, entre los que se deben anotar: las
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA PALEONTOLOGÍA
PALEONTOLOGÍA
El Dr. Manuel Villavicencio en 1864 habla por primera vez de los dos más importantes yacimientos de Paleo fauna del Ecuador: Punín – Chimborazo y Alangasí – Pichincha. Pero es Teodoro Wolf, profesor de la Escuela Politécnica Nacional, quien en 1875, realizó estudios geológicos más profundos y detallados en los yacimientos antes mencionados, publicados en una serie de obras entre las que se destaca la Geografía y Geología del Ecuador.
En la Costa, yacimientos en Manabí, y sin duda, el más representativo, el de las tierras impregnadas de brea en la Península de Santa Elena. En poca escala se han desarrollado investigaciones en el Bosque Petrificado de Puyango, ubicado entre las Provincias de Loja y El Oro. Investigadores como Shoemaker (1985) y Xomchuk et.al. (2004) han aportado básicos conocimientos al estudio de
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detalle especies como: amonites, gasterópodos y bivalvos mesozoicos de la cuenca amazónica. CONCLUSIONES
Foto: José Luis Román
Quebradas de Pistud, Qüesaca y La Calera en Bolívar, Provincia del Carchi; lugar en el que se conoce un importante yacimiento de Mega fauna, que entre 1993 y 2003 fue motivo de varios estudios científicos, llevados a cabo por investigadores italianos y ecuatorianos.
semillas fósiles, entre las que se destaca la especie: Tipuana ecuatoriana, a partir del hallazgo de sus frutos fosilizados, mientras que R. Madden describe nuevos registros de grandes vertebrados como el Notoungulados y Xenarthros de las mismas edades geológicas.
Desde 1993, se han dado nuevos aportes científicos, especialmente sobre lo que se vienen trabajando en las provincias del Sur del Ecuador; investigaciones acerca de las plantas fósiles de los valles de Azogues, Cuenca y Loja, que han aportado importantes conocimientos al proceso de formación de los Andes en el Mioceno (23-5.3 millones años), de donde R. Burnham ha descrito varias nuevas especies de plantas y
Lumaquela (roca caliza con invertebrados fósiles) Puerto Napo Nuestro territorio está lleno de yacimientos de fósiles de invertebrados, grandes afloramientos de diversas edades geológicas están presentes en gran parte de los flancos occidentales y orientales de la cordillera de los Andes. Importantes estudios sobre los fósiles de invertebrados marinos se han realizado en las últimas décadas, estudios que nos permiten conocer en
El conocimiento de la Micropaleontología del Ecuador, se ha visto siempre enriquecida por valiosos aportes, sobre todo relacionado con prospecciones petroleras y mineras; cabe destacar el gran trabajo de M. Ordóñez, N. Jiménez y J. Suárez, con la obra Micropaleontología del Ecuador, un importantísimo aporte al conocimiento de la Geología y Paleontología de nuestro país. La Paleontología ha contribuido a establecer la visión de un mundo cambiante e histórico, por su esencia misma, despierta la curiosidad e imaginación por conocer su objetivo. Las investigaciones en este campo deben ser apoyadas en su totalidad por las entidades estatales, porque ellas constituirán un soporte para educar, incentivar y generar conciencia de protección de nuestro valioso patrimonio paleontológico; además se deben aplicar políticas para el mantenimiento, conservación y protección de esta porción de nuestra identidad, que constituye además parte de la riqueza del Ecuador.
PALEONTOLOGÍA
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA PALEONTOLOGÍA
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Lumaquela (roca caliza con invertebrados fósiles) Puerto Napo
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GENTE
La hidrografia del Parque Nacional Cayambe - Coca protege una de las princi-
Hacienda La Chimba
pales provisiones de agua del país, pues aquí nacen importantes cuencas hidrográficas, como la de Esmeraldas, Chota y Mira (en el noroccidente); Papallacta, Cosanga, Quijos, Oyacachi, Salado, Coca, Aguarico, Napo y Pastaza (en la Amazonía norte y sur).
Hacienda Pesillo Hacienda El Chaupi
im La
Ch
Hacienda Cariacu
Hacienda Paquiestancia Hacienda Sto Domingo N°2
Río San José
Lagunas de Diablopungo
Hacienda Sto Domingo N°1
Río Blanco
Refugio
lá
ha
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Hacienda Guachalá
hua
Río Canga
Río Pisque
El tipo de vegetación es páramo de pajonal, páramo pantanoso, bosque siempre verde montano alto, bosque de neblina montano, bosque siempre verde montano bajo, bosque siempre verde pie montano y matorral húmedo montano alto.
ba
Hacienda Moyurco
Gu
montaña con los glaciares más hermosos de los Andes ecuatorianos. En sus nieves se puede esquiar a una altura de 5.500m. sobre el nivel del mar. El volcán actualmente forma parte del Sistema de Áreas Protegidas del país, ubicándose dentro de la Turismo de aventura viviendo intensamente Reserva Ecológica Cayambe - Coca. Ascenderlo es técnicamente fácil, pero por su altura es indispensable una excelente condición física y una buena aclimatización previa.La Transportación privada se realiza en vehículos 4x4, se necesita de un equipo de camping, Guía de Alta montaña certificado por la ASEGUIM, para la Ascensión se recomienda 1 guía por cada dos clientes, cada guía esta equipado con teléfono celular para emergencias.
GASTRONOMIA
Río
El Cayambe por su ubicación es el único volcán en el mundo por cuya cumbre pasa la línea ecuatorial, es la tercera montaña más alta del Ecuador y su cumbre fue conquistada por el alpinista inglés Edward Whymper y los hermanos Carrel en En el Ecuador es conocido por ser la
CULTURA
Río
AVENTURA
Hacienda Pisambilla
Qhapac Ñan
A OYACACHI
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El Parque Nacional Cayambe – Coca, es una de las áreas protegidas más diversas tanto natural como culturalmente, dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador. Tiene una superficie de 403.103 ha. se extienden desde la región Andina, hasta la región Amazónica y esta ubicado en las Provincias Nor-andinas de Imbabura y Pichincha y Nororientales de Napo y Sucumbiós. La altura varía desde 600 m.s.n.m en la comunidad de Sinangue, hasta los 5.790 m.s.n.m en el Nevado Cayambe. Existen 81 lagunas distribuidas indistintamente en el páramo, abarcando una superficie de 1.217 ha. La zonas lacustres de mayor importancia forman el humedal Ñucanchi Turupamba de importancia internacional (RAMSAR), ubicado en Oyacachi y Papallacta.
Recomendamos llevar: Chaqueta y pantalón impermeable (gore tex),ropa abrigada, zapatos de trekking, ropa seca para cambiarse, linterna con baterías, gorro para el sol, bloqueador solar, gafas para el sol, guantes de lana, saco o bolsa de dormir que resista -22°C mínimo.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
El Parque Nacional Cayambe – Coca
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TURISMO CULTURAL
Las fiestas tradicionales son momentos de agradecimiento, espacios que antaño enfatizaban las expresiones culturales y las relaciones entre los campesinos, el pueblo y las haciendas; especialmente las obligaciones y compromisos adquiridos año tras año reflejado hasta nuestros días en la entrega de la rama de gallos. Las fiestas del cantón se celebran en los meses de Junio y Julio en honor al apóstol San Pedro, patrono de la Ciudad. Se realizan desfiles, corridas de toros populares. En ellas participan bandas de pueblo, hay degustaciones de comidas típicas, juegos pirotécnicos y la emoción y algarabía de su gente que inunda las calles de un ambiente único y especial.
Bizcochos Estas golosinas ganaron fama en la región, desde 1928, cuando el tren llegó por primera vez a Cayambe, se oían las voces de jóvenes que promocionaban bizcochos, quesos y huevos duros en los vagones. La respuesta no se hizo esperar y cientos de pasajeros los compraban desde las ventanas del ferrocarril. Eran una delicia que aplacaba el hambre de los niños y adultos hasta que llegaban a sus destinos en Quito, Ibarra y San Lorenzo. Luego de 77 años, la tradición se mantiene en este valle resguardado por el majestuoso nevado Cayambe, cuyos deshielos vuelven fértiles miles de hectáreas de terreno.
Flores Huasicama La huasicama lleva dos anacos, un camisón blanco bordado con coloridos diagramas, Esbozo de terciopelo, un pañuelo de seda, va cantando y lleva maltas de chicha o botellas de licor. Algunas participan para la elección de la campesina bonita.
Cayambe, es uno de los principales productores de leche del norte del país, por lo cual se utilizó esta “ancla” para fortalecer dos conceptos, el productivo y el turístico, mediante la denominada “Ruta de la leche”, que es un recorrido que visita algunos de los 17 centros de acopio creados en 2002 y que recolectan 60 mil litros de leche diarios, a más de beneficiar a unas 1 700 familias del sector. El objetivo de la feria fue lograr asociar a los productores de leche y quesos de la zona. De las 100 fábricas existentes en Cayambe se logró agrupar a 38.
Existe en el cantónuna gran variedad de quesos frescos, semi maduros, maduros, de hoja normales y de sabores, así como yogur, bizcochos, etc.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
La máscara del Diabluma es de tela azul oscuro o rojo y le cubre hasta la mitad del pecho. Dos agujeros corresponden a los ojos y uno a la boca. Las orejas se representan por una par de asas embutidas de trapo así como su nariz. En la parte superior lleva tres hileras de 4 cachos o cuernos también embutidos de trapo. La máscara tiene dos caras, la posterior es similar a la anterior, decoradas con varios dibujos y adornados de hilo de color. Llevacamisa blanca bordada, zamarro, shigra de malla y en una de sus manos un largo “fuete.” El Diabluma toca instrumentos de viento: churos, flautas y rondines.
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Conocidos colocan las tejas en el techo, pero los padrinos entregan la última teja decorada. Se brinda a los acompañantes comida y bebida. Son típicos también los negros disfrazados, personajes que bailan al ritmo de la banda y van barriendo la calle.
Los famosos bizcochos de Cayambe
Diabluma
Este personaje viste zamarro de cuero de chivo o de borrego, Un conjunto de campanas llamadas Cincerros, dos chalinas cruzadas y una camisa bordada de diferentes colores, pañuelo de seda, un sombrero con cintas, dos espejo, y guitarras.
Es un rito agrario de fertilidad de los grupos comuneros. Es la costumbre entregar o solicitar la Rama de Gallos a conocidos quienes la reciben deben entregarla el próximo año. La rama la componen 12 gallos amarrados de las patas y colgados en un palo. La esposa del prioste lleva el Gallo Capitán.
Acabe de casa
Gastronomía y agroturismo
Personajes típicos
Aruchico
Rama de gallos
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LA FIESTA DEL INTI RAYMI EN EL NORTE DEL ECUADOR Por: Dra. Susana Aguirre Flores Historiadora Mag. Fanny Gómez Consultora de Patrimonio
FESTIVIDAD Cápac Raymi
ESTACIÓN Solsticio de Invierno
FECHA 22 de Diciembre
Coya Raymi
Solsticio de Otoño
22 de Septiembre
Inti Raymi
Solsticio de Verano
21 de Junio
Pawcar Raymi
Equinoccio de Primavera
20 de Marzo
EN HONOR DE Fecundidad de la madre tierra La luna Madre tierra Sol Cosechas Madre Tierra Madre Tierra, Florescencia de la Naturaleza
la gente mayor ofrece la misa, para luego salir a bailar. Otra de las actividades es La Toma de la plaza de San Juan Capilla, que consiste en la concentración de grupos de danzantes de las diferentes comunidades, y luego avanzan por
El Inti Raymi no es una festividad aislada, por el contrario, tiene conexión con el resto de las celebraciones indígenas que suceden en el año y que están relacionadas con el ciclo agrícola, con la fecundidad de la madre tierra y con las deidades cósmicas y terrenales. FESTIVIDADES RELACIONADAS CON EL CICLO AGRÍCOLA
Sitio ceremonial de la cascada Foto: Francisco Sánchez
INTRODUCCIÓN
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Inti Raymi es la fiesta sagrada del sol, festividad que se ha convertido en una de las celebraciones con mayor significado y poder de convocatoria para los pueblos indígenas de los Andes en el Ecuador, especialmente en la Provincia de Imbabura, donde se vive a plenitud. En esta oportunidad nos referiremos a los cantones de: Otavalo, Cayambe y Cotacachi. Esta fiesta de la cosecha es una celebración tradicional, llena de colorido,
El desconocimiento de la cosmovisión y la ciencia andina hizo que el conquistador español arremetiera contra la cultura ancestral con la finalidad de destruirla, argumentando que sus prácticas eran demoníacas, paganas y por lo tanto rechazadas por la religión católica. Los españoles querían desterrar los cultos que no eran católicos, tenían muchos santos a quienes venerar y uno de ellos era Juan Bautista, que se festejaba el 24 de junio y esto coincidía con el solsticio de verano o el Inti Raymi (Fiesta del Sol). De esta manera se superpuso la fiesta del sol por la de San Juan, produciéndose hasta la actualidad un sincretismo en la celebración. A pesar de la fuerte influencia española, esta fiesta ha conservado rasgos tradicionales de las costumbres ancestrales. Estas manifestaciones culturales son de acción de gracias para el sol, por su ayuda para obtener fructíferas cosechas.
AYA UMA Foto: Centro de Estudios Pluriculturales- CEPCU-
como un ser diabólico, a tal punto que hoy se lo llama Cabeza de Diablo, Diablo Uma o Diabluma. La fiesta del Inti Raymi dura entre tres y cuatro días. En la noche de vísperas, el 21 de junio, día del solsticio de verano, la gente se reúne y se dirige a una vertiente sagrada denominada Peguche para realizar el Armay Chisi o baño ritual. En este baño participan grupos de amigos. Esto lo hacen con la finalidad de cargarse de nuevas fuerzas, eliminar todas las energías negativas acumuladas en el año y realizar un reconocimiento al poder de la Madre Naturaleza. Este baño es un momento especial que muchos lo califican de mágico donde se halla paz, se recapacita y se mantiene una conversación sagrada y personal con la madre tierra. En esta fiesta se puede observar solidaridad y amabilidad de todas las personas. La fiesta consiste en una danza que se realiza en forma de círculo que representa a nuestra Pacha Mama. El siguiente día de la fiesta, es el denominado Játun Víspera o conocido también como misa Punllay, donde
las calles de la ciudad de Otavalo, en dirección a la Plaza de San Juan, en donde bailan formando círculos alrededor de la Plaza, lo que constituye la Toma de la Plaza. La celebración de San Pedro, es el final de la fiesta del Inty Raymi, se la realiza en la plaza principal y es amenizada por bandas de pueblo. EL INTY RAYMI EN CAYAMBE Cayambe es la Cabecera Cantonal de uno de los 8 cantones de la Provincia de Pichincha, y se localiza en las faldas del nevado del mismo nombre, a una hora al norte de la ciudad de Quito. Por este cantón atraviesa la línea Equinoccial que da el nombre a nuestro país. Los preparativos para la fiesta de San Juan se realizan desde el mes de abril; se inicia con el ensayo del baile que realizarán en el mes de junio. En la Pascua los ahijados y ahijadas acudían donde sus padrinos a pedir la bendición, llevando cuyes, gallinas, papas y huevos; en reciprocidad les regalaban ropa, herramientas o animales.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA INMATERIAL
INMATERIAL
“Las vivencias y manifestaciones tradicionales no representan curiosidades y detalles folclóricos… Son fragmentos visibles e inmediatos de algo más profundo y difícil de entender: la concepción, modo de vida, la fiesta ritual, vestimenta festiva, vestimenta cotidiana, la reivindicación, la cultura viva, la toma de la plaza (símbolo de recuperación de poder) que constituye la raíz del pueblo indígena….” 1
música y jolgorio. Nuestros ancestros rendían culto a los elementos de la naturaleza a los que admiraban o temían. Tiene lugar entre el 20 y 29 de junio, de acuerdo a los días que cada comunidad ha decidido festejar por tradición y posición del sol. Por transmisión oral se conoce que los incas y sus súbditos llegaban de los más recónditos lugares, realizando largas travesías, cruzando ríos, montañas y páramos, enfrentándose a las adversidades de la naturaleza con el objetivo de concentrarse en un lugar determinado y así rendir reverencia al sol, convergiendo grandes grupos, casi siempre a la orilla de una laguna, para hacer de esta celebración el gran acontecimiento –la fiesta grande-. Con la llegada de los españoles a América trajeron consigo la religión católica, situación que causó muchos problemas en nuestros nativos, sin embargo fueron sometidos y obligados a reconocerla.
EL INTY RAYMI EN OTAVALO Otavalo, es una ciudad pequeña ubicada al norte de la capital, rodeada de montañas, lagunas, ríos, quebradas y vertientes. Posee una gran riqueza cultural basada en mitos, leyendas, costumbres y tradiciones; en esta ciudad, la fiesta ha conservado las formas iniciales y rasgos tradicionales de épocas ancestrales. El Inti Raymi es reconocido como un período de renovación y renacimiento, es la época en la cual se busca elevar el espíritu y purificarlo con manifestaciones de júbilo, como la danza y el baile, porque la madre tierra permitió cosechar los frutos. Las celebraciones contemplan también: ferias, festivales, reuniones y rituales. Suelen acompañar la fiesta, con instrumentos como: guitarra, rondador (rondín), pingullo, quena, churo, siempre dirigida por el Aya Uma (cara de los espíritus), que es el personaje más importante de la fiesta, considerado líder mitológico del ritual, protector de la madre naturaleza y poseedor de las energías espirituales de las montañas. La visión equivocada de la religión católica cambió radicalmente el significado de varios seres mitológicos, como el Aya Uma que lo identifica
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Foto afiche propaganda de la Fiesta del Yamor 2.010
En la Pascua, todos lo que trabajaban en la hacienda eran bien llevados con el patrón, algunos entregaban Los priostes de ramas de gallo invitaban a la fiesta de “gallo caldo”, que consistía en preparar el gallo arrancado de la “rama” y algunos más, según la necesidad; para ello tenían que reunir granos, engordar animales y preparar el maíz para hacer la chicha de jora.Para dar inicio al evento y extender la invitación a los vecinos se reventaban voladores. Estos invitados llevaban regalos como licores, alimentos y otros presentes.
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El patrón señalaba el día de la fiesta para que vayan a dejar la rama de gallos a la hacienda. Previo a la entrada, los mayorales y mayordomos anticipaban a los priostes todos los por menores de la recepción por parte del patrón. Como era costumbre los comuneros preparaban sus ropas, instrumentos musicales y comidas para salir al encuentro del patrón y de los priostes. Todos los comuneros colaboraban para la realización de la fiesta aunque fuese con cualquier insignificancia. Los que habían sido partícipes de la
La milenaria fiesta del sol de la Mitad del Mundo (la de los Cayambis), fue una fiesta anterior al Inti Raymi de los Incas, quienes la respetaron. Hoy en día la fiesta se universaliza entre los habitantes aborígenes, blancos y mestizos de este cantón y sus alrededores; y es en la actualidad el principal atractivo del turismo nacional e internacional que llega a Cayambe. Para que la fiesta de San Pedro sea reconocida y aceptada, el Comité Ejecutivo Permanente de Fiestas de Cayambe, emitió una resolución que dice: Con el propósito de rescatar y difundir un nombre propio, definitivo e invariable para las fiestas tradicionales de Cayambe, El Comité Ejecutivo permanente de Fiestas, en sesión del martes 10 de mayo de 1994, resolvió por mayoría de votos, dar como única denominación: “CAYAMBE, SAN PEDRO 94, FIESTA DEL SOL EN LA MITAD DEL MUNDO”, comprendiendo la realidad del mestizaje étnicocultural producido en este terruño a lo largo de los siglos: lo castellano y lo aborigen”… en adelante solo se cambiará el año… 2 En Cayambe y sus alrededores como Puntiachil, esta fiesta congrega a una gran cantidad de comunidades de la zona y es un acontecimiento ritual y social del pueblo cayambi, porque los aborígenes y sus aricuchos no han olvidado la tradicional “toma de la plaza”, la misma que celebran bailando su música milenaria y cantando a la vida y la cosecha; a ello se añaden coplas a ritmo de sanjuanito, interpretadas por varios instrumentos musicales autóctonos como el tambor y el pingullo. Las coplas son el resultado de la fusión de la algarabía, la música, el canto y los instrumentos de las dos culturas. Las comunidades aborígenes y de la clase popular del medio urbano aceptaron y se incorporaron al festejo que se realiza por tradición el 29 de junio de cada año, en el que además se puede disfrutar de toros populares, elección de la reina, riña
de gallos y principalmente el desfile de la alegría. EL INTI RAYMI EN COTACACHI Cotacachi, es uno de los cantones de la Provincia de Imbabura; se encuentra a 110 km de la ciudad de Quito y está asentado en las faldas del cerro del mismo nombre. Las comunidades andinas se relacionan directamente con la tierra por su productividad y los fenómenos solares que se suceden cada tres meses, estos dan lugar a los solsticios de invierno y verano y los equinoccios de otoño y primavera. La fiesta del Inti Raymi en Cotacachi se organiza con anterioridad, se define quienes van a participar en la fiesta y nombran sus representantes en orden de prioridades. La minga constituye una actividad cotidiana y de trabajo colectivo, siendo la cosecha la última en el tiempo del Inti Raymi que representa el final de un ciclo y el inicio de un nuevo. Lo más caro constituye la vestimenta festiva, la comida y la bebida. Los priostes o encargados de la fiesta, venden sus cosechas para contar con fondos para la celebración y si los fondos no alcanzan se endeudan con suma facilidad. La comida y la bebida (chicha) se preparan con productos y animales que ellos los crían y cultivan; además, compran los productos necesarios para completar el convite. El mejor maíz es el ingrediente principal para la chicha, se guarda, se muele, se cocina con especias de dulce, se deja fermentar ocho días y está lista para servir. Es colocada en pondos o barriles y se la brinda en pilches. Acompaña también a la fiesta el aguardiente que compran en las cantinas del pueblo. La chicha combinada con el aguardiente se la conoce como “chinguero” que también se lo ofrece en la fiesta. Las mujeres son las encargadas de hacer y repartir la comida. Con anticipación la preparan, pelan mote y hacen quesos. El
día anterior cocinan papas, fréjol, habas tiernas, mellocos, choclos, maíz tostado y cuyes para compartir con todos. A las 00h00 en el comienzo de la luna nueva, anterior al Inti Raymi, los shamanes en compañía de capitanes, de los danzantes, mujeres y niños, realizan el baño ritual en ríos, cascadas, quebradas o vertientes de su preferencia, para adquirir poderes sobrenaturales. Llenar su cuerpo de fuerza, valor, coraje, energía, vitalidad para la pelea ritual; utilizan plantas con propiedades mágicas como ortiga, chilca, floripondio y otras, con las que frotan su cuerpo. Los demás también toman una parte del baño sagrado y todos juntos presenciarán el “baile del sol” al llegar el nuevo día. Al realizar los baños se usan expresiones como shinchic (fuerza), ama manchaspa (coraje), ushaihuan (poder). El día de la fiesta grande (Jatun Pulla o San Juan) se celebra el 24 de junio. Los capitanes principales y los demás danzantes y músicos están listos con su vestimenta, esto es, pintados la cara, usando zamarro, botas de cuero o alpargatas, con sombreros de distintas formas adornados con pañuelos o cintas multicolores, algunos con poncho o con su ropaje usual. Inician su caminata hacia el centro de la población. También las mujeres con traje festivo: anaco azul obscuro, camisa bordada, fachalina
de llamativos colores, hualcas (pulseras) y pendientes de mullos y plata antigua; van detrás de los hombres para cuidarlos y protegerlos de caídas o accidentes. La fiesta da membrete y prestigio a la comunidad, en sí irradia familiaridad, lo divino; se realizan ritos específicosmitológicos. Simboliza el renacer de cada comunidad, como reproducción social, es tiempo cíclico de restauración simbólica en el que cada persona se reconoce a sí mismo, el respeto se basa en lo establecido, se logran ventajas y se respetan las reglas. El objetivo del grupo es entrar al pueblo, avanza comandado por el sonido ensordecedor del churo y el sonido musical de sanjuanes emitidos por las flautas traveseras de carrizo, rondines y al grito de ¡avanza! ¡ adelante ! ¡ganando plaza! , acompañado de zapateo. Los capitanes de la fiesta haciendo uso del fuete a manera de círculos y con movimientos hacia arriba dirigen al grupo, a la vez que emiten gritos a manera de consignas: ¡Jalajá,ja,ja!, ¡Churay, churay, cunan caraju! (ahora si carajo), ¡Imata pina! (que tienes pena), ¡Imata manlla! (a que tienes pena), ¡Así paloma! ( como paloma, blanco entero), ¡ Como soldado! (igualdad y fuerza de soldado), ¡Mishquiguta! (con gusto), entre otras; haciendo sonar las botas, entre silbidos y al golpe de fuete en el zamarro, dan media vuelta y hacen ademán de brazos caídos, como
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA INMATERIAL
INMATERIAL
Después de comer y bailar con mucha alegría quedaban comprometidos en acompañar en el mes de junio para la fiesta de San Juan, llevando cada familia uno o más gallos, mientras tanto los priostes reunirían granos, animales, ropa adecuada para la ocasión y contrataban grupos de bailadores, maestros de voladores y truenos, es decir todo lo necesario para la fiesta.
fiesta de “gallo caldo” tenían la responsabilidad de hacerse presente con gallos, gallinas, huevos, mote chicha, trago, leña y muchas cosas más, durante la fiesta del Inty Raymi. En San Juan, ahora denominado con propiedad Inti Raymi, se bailaba de casa en casa, cobrando primicias (lo mejor de la producción) y luego acudiendo a la hacienda, para hacer bailar al patrón. Dentro de la cosmovisión andina existe el Karana o regalo sagrado ofrecido a las deidades cósmicas y terrenales. Durante el Inti Raymi, las comunidades Kichwa Otavalo y Kayampi preparan un karana muy especial al que se lo conoce como castillo. El castillo es una enramada bien elaborada de carrizos en el cual se cuelgan diferentes clases de frutas, algunos panes, botellas de licor, dinero, ají y otros presentes. Este castillo es ubicado cerca de las wakas o sitios sagrados. La persona que desea ser prioste el próximo año, arranca un poco del contenido del castillo. Este ritual es practicado con la finalidad de agradar a los dioses y demostrarles la prosperidad que han logrado gracias a la fecundidad de la madre tierra. Estas personas, son encargadas de devolver el Karana duplicado o triplicado según sus posibilidades. La festividad andina del Inti Raymi ha sufrido los últimos años cambios sustanciales, con el fin de satisfacer el interés del turismo, olvidándose de ciertas manifestaciones originales y ancestrales, son nuestras raíces y que producen nuestra identidad cultural. Por ello, es importante rescatar el conocimiento que garantice la permanencia y supervivencia de este ritual, aunque con el pasar del tiempo muchos de estos símbolos han sufrido cambios inevitables, otros han desparecido, e incluso hay grupos de mestizos que se han apropiado de esta fiesta con el nombre de San Juanes, evidenciando un sincretismo cultural.
Entrada a la cascada de Peguche Foto: Francisco Sánchez
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Cascada de Peguche Foto: Susana Aguirre
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La toma de plaza es la reivindicación indígena, la recuperación momentánea del poder y del espacio físico que les pertenece (su tierra) y una ofrenda de su sangre y la del enemigo, al Inti, su Dios que nunca los traicionó y a la Pacha Mama para que les colme de frutos en las próximas cosechas. Al final de la toma de la plaza siempre hay un vencedor. Terminado este rito, se retiran a su comunidad, también con el sonido del churo que anuncia y asevera el triunfo y en todos los patios de las casas se llenan las mesas con alimentos y bebida donde se convida a todos. Los días siguientes vuelven a sus labores cotidianas a pesar del cansancio, de los golpes y el maltrato. El simbolismo de la toma de la plaza se revive los días 29 y 30 de junio, para festejar San Pedro y San Pablo, con tres vueltas a la plaza con danzas en
CONCLUSIONES: 1.- Las fiestas del Inti Raymi tienen diferente connotación de forma, en cada uno de los cantones del norte del Ecuador, pero guardando similitud en la significación de la fiesta como una conmemoración ancestral. 2.- Todavía se puede percibir en la fiesta, características prehispánicas como ciertos personajes de las comparsas, muchas de las cuales se han perdido a través del tiempo, por varias circunstancias, entre ellas: la imposición de la religión católica y el coloniaje. 3.- Algunos de los rasgos ancestrales han sido reemplazados por costum-
bres hispánicas desde la época de conquista hasta la actualidad, desde el nombre mismo de la fiesta como Inti Raymi por San Juan o San Pedro. 4. En la fiesta del Inti Raymi, se refleja lo mítico y lo religioso en una mezcla única, realmente sorprendente e interesante que ha despertado el interés de ecuatorianos y extranjeros que han tenido la oportunidad de estar presentes en la celebración anual.
MITOLOGÍA DE COCHASQUI
Cocha o Cucha = laguna; squí, posible abreviación de Siqui — asiento de algo. Cuchasiqui o Cochasquí’ = Asiento de la Laguna. Por: Mauricio Naranjo Gomezjurado (Antropólogo)
BIBLIOGRAFÍA Aguirre Susana, Investigación de campo del Inti Raymi a lo largo de varios años en Caranqui, Otavalo, Cayambe, Angochagua la Esperanza. Biblioteca Municipal, Del Patrimonio Cultural de Cayambe (Brevísima Síntesis), Documentos y reflexiones. Un aporte de la Biblioteca Municipal “Eugenio Espejo”, 2009. Estudios Pluriculturales, Memorias del taller organizado por el centro de Estudios Pluriculturales en junio de 1999, Otavalo Ecuador 1.999.pág 9 García Cobos Ulpiano, Inti Raymi.Danza Ancestral de su liturgia heliolátrica. 2002. Cotacachi-Ecuador Delgado Florencio: “Estudio Antropológico como instrumento técnico para el desarrollo turístico del sitio arqueológico de Puntiachil”, 2007 Gómez Fanny, Apuntes de información sobre fiestas del Inti Raymi en Cayambe, 2005 y 2008 Municipio de Otavalo y Antonio Ante, KAWSAY, Conocimientos ancestrales indígenas. Tayta Imbaburapak , Otavalo, octubre 2.008, pág. 51. Ministerio de Turismo, Gerencia Regional Sierra Norte, I NTI RAYMI: El ritual de los hijos del sol.CEPCU: La Sabiduría Andina del Inti Raymi.
Cocha o Cucha = laguna; squí, posible abreviación de Siqui — asiento de algo. Cuchasiqui o Cochasquí’ = Asiento de la Laguna. Cochasquí es el nombre de una pequeña comunidad quichua de agricultores; forma parte de la parroquia Tocachi, en el cantón Pedro Moncayo, provincia de Pichincha, república del Ecuador. Está ubicada, concretamente, en suelos de pendiente, emplazados en los contrafuertes meridionales del Nudo de Mojanda y a pocos kilómetros de las lagunas Caricocha (“Laguna Hombre”) y Huarmicocha (“Laguna Mujer”). Quizá de ahí, su nombre: “Asiento de la Laguna”. El centro comunal se localiza a 2.900 m.s.n.m. y a pocos kilómetros de la Línea Ecuatorial.
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diciendo esto es nuestro, y siguen la danza pifiando, en señal de posesión de la tierra que antes les pertenecía. Se detienen en las esquinas y realizan su danza ancestral de ofrenda al sol. Mientras tanto, durante el trayecto, las mujeres brindan la chicha a los danzantes, amigos o parientes. La toma de la plaza es sorprendente, se miran desafiantes, se insultan, se gritan y los silbidos son agudos; estalla la pelea: se dan puntapiés, trompones, las piedras van y vienen, el combate es real, dando como resultado muertos y heridos.
cada esquina. Luego comen y beben en las cantinas de amistades. Con los mejores alimentos, hacen una cruz sobre la mesa y de ella se sirven los danzantes, el rezador y capitán principal. Este acto da el sabor del triunfo y lo amargo de la derrota, bailan al son de los sanjuanes y el bramido del churo. La fuerza pública no puede hacer mayor cosa para detener la euforia de los danzantes. El primero de julio, es el turno de las mujeres para celebrar la fiesta Huarmi Punlla (Día de la Mujer o Santa Lucía). Participan en el baile vestidas con zamarros, sombreros, gafas, aciales, fuetes, de la misma manera como lo hacen los varones, los músicos cansados o no deben interpretar la música, mientras los hombres van detrás para cuidarlas. El 2 de julio es el día del “Corte del Lechero (Pinllucuchui)”, esto consiste en danzar de casa en casa en las comunidades vaciando la comida y la chicha. El 3 de julio realizan la limpieza y lavado de ollas (Maumallai) y continúan tomando. A partir de entonces retornan a sus trabajos en la comunidad o fuera de ella según su decisión. Todo vuelve a la calma en espera del nuevo año para reiniciar el festejo. (Tomado del libro INTI RAYMI- Danza ancestral de su liturgia heliolátrica (Ulpiano García Cobos).
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Plano de localización Esta región es conocida por el sitio arqueológico de origen Caranqui: el de Cochasquí. El grupo humano actualmente asentado en aquella región, también es importante, pues guarda ricos conocimientos y tradiciones y es allí, donde se procura recoger la mitología. A continuación se pone en consideración de los lectores, una breve historia de la mitología de Cochasquí.
Mafla se convierte en receptor y transmisor de valiosa información cultural. Por su afición al diálogo con propios y ajenos, introduce elementos fuereños en sus comentarios. Este es un factor que la Etnografía debe tener presente. Para entender los criterios que Él tiene sobre Cochasquí, hay que comprender su vida. Nace en la región en 1937, su tierra natal constituye las ruinas ar-
Turistas frente a la maqueta de Cochasquí Foto: Francisco Sánchez
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Leyendas sobre el origen y el fin de la humanidad, son constantes en la mitología de muchos pueblos. La Comuna de Cochasquí no es la excepción. Durante el año de 1985, el área de Etnografía del Programa Cochasquí, dirigida por el autor de estas líneas, recoge datos concernientes a destrezas, actitudes y creencias de los habitantes de aquella región. Gracias a eso, descubre la presencia de un hombre que guarda en su memoria un enorme legado de conocimientos tradicionales. Lauro Alejandro
queológicas emplazadas en el corazón de la hacienda Cochasquí. Durante su niñez y juventud temprana, Lauro ayuda a su padre en las diversas faenas agrícolas; así mismo, se
Un hecho significativo acontece por entonces: El investigador alemán Udo Oberem encabezando al “Grupo Ecuador” de la Universidad de Bonn, se detiene en las ruinas de Cochasquí por dos años (1964 - 1965). Lauro Alejandro tiene la oportunidad de observar los trabajos arqueológicos. Ello incrementa su curiosidad hacia Cochasquí, o mejor aún, intensifica su deseo
Grupo de turistas con el guía del Complejo Turístico Cochasquí Foto Francisco Sánchez
de cotejar los conocimientos extraños con los que él hereda de sus “mayores”. Un acontecimiento trascendental remarca su pasión por la historia cochasqueña. Era el año 1981, se da inicio al Programa Cochasquí del Consejo Provincial de Pichincha, en el cual, Lauro ingresa como guía y guardián de la zona monumental. Es entonces la ocasión precisa para relatar lo que le han contado, así como escuchar los criterios de técnicos y público en general, que visitan las ruinas y se hacen guiar por Lauro Alejandro. Finalmente, en 1985 tiene la posibilidad de colaborar como asistente en algunos estudios de carácter etnográfico. Es indudable que esta acumulación de vivencias —nacer en la región, escuchar a los ancianos, hablar con extraños de diferentes tendencias, sentir la importancia histórica de su tierra natal visitada por técnicos ilustres, observar primero y asistir después a estudios científicos, entre otras—, debe reafirmar en unos casos y replantear en otros, sus criterios sobre el origen y evolución de su pueblo. El presente trabajo busca dar a conocer uno de los tantos comentarios dados por Lauro Alejandro Mafla sobre la historia mítica de Cochasquí. En relación con ese material, se quiere analizar sus raíces, como también posibles elementos extraños incorporados por el inquieto informante. Con otras palabras, a continuación se ve lo que Él cuenta sobre el origen, vida y destrucción de su mundo.
CREENCIAS SOBRE EL ORIGEN, VIDA Y FIN DE COCHASQUÍ, CONTADAS POR LAURO ALEJANDRO MAFLA
Primera Edad, la Primera Generación: La Generación Anterior:
Dicen que hubo un tiempo anterior a la memoria, en que no habían valles ni montañas; la Tierra era llana. El color del suelo era blanco. En ella vivía una generación de hombres buenos; ellos habían sido puestos por Dios. Más, con el transcurrir de los siglos, esta generación se pervirtió en sumo grado... El Diluvio:
Fue entonces que Dios decretó que el mundo se convirtiera en cielo y mar; lo inundó. La anegación que fue general, liquidó a los malvados. La gente buena que aún quedaba, subió a una embarcación y conforme subía el agua, subía la embarcación con ellas...
Segunda Edad, la Segunda Generación: Los Sobrevivientes:
Cuando las aguas bajaron, los sobrevivientes descubrieron que su antiguo mundo ya no era llano, había cambiado por profundos valles y elevadas prominencias. Ellos pensaron que estas montañas eran árboles enormes y que los estratos de diferentes colores, eran sus raíces. Este grupo de hombres buenos y salvos, fundó la nueva generación; de ella venimos nosotros. Pero ellos no eran de esta parte del mundo, vinieron de otro lado y se asentaron aquí. Así surgieron los Quitus. Los Quitus:
Los dioses de estos Quitus, eran el sol llamado Inti y la luna llamada Quilla. En honor a estas y otras divinidades, se efectuaban grandes fiestas comunales en las que se bebía chicha. Era un licor que se hacía mezclando en él, hierbas
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BREVE HISTORIA MÍTICA DE COCHASQUÍ
enfrenta a la posibilidad de recorrer diariamente, las ruinas del complejo arqueológico de Cochasquí, cuando pastorea los animales de su padre. Colabora gratuitamente en el desmonte de la maleza que cubre y destruye los monumentos antiguos; también se dedica al patrullaje nocturno para evitar, a riesgo de su vida, el saqueo de los bienes culturales que guarda el complejo. En ese tiempo, tiene la posibilidad de escuchar las “conversas” que sostienen sus parientes y amigos de edad, sobre las antigüedades de su terruño. No cabe duda que esas primeras experiencias forjan su personalidad y fortifican su deseo de conocer más el pasado de su pueblo.
La gente buena que aún quedaba, subió a una embarcación y conforme subía el agua, subía la embarcación con ellas...
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de diferentes olores y sabores. Los grandes Señores bebían este fermento en vasos de barro delgado salpicado de micas. El vulgo lo hacía en puros de calabaza o vasos de cerámica tosca y gruesa. La antigua población de Cochasquí, no vivió entre las pirámides sino en las partes bajas; específicamente, en el Cholán (unos 3 km al Sur de las pirámides). Estas personas delegaban a un guardián para que viviera en las pirámides y observara los fenómenos astronómicos y meteorológicos. Así es como, Cochasquí se convirtió en la Capital del Reino, la antigua ciudad de Quito.
Pero una noche de estrellas sin luna, en que los Quitus que vivían en Cochasquí, trabajaban sus campos, vieron caer aerolitos del cielo. Se atemorizaron mucho y corrieron a consultar con el shamán o brujo. Le preguntaron si los dioses enfurecidos querían destruir la ciudad que siendo de casas de paja, se incendiaría con facilidad. El brujo pidió entonces áshua o chicha en recipiente de oro y barro. Bebió la chicha y cayó en trance. Recuperado de esta condición, dijo a los aterrados ciudadanos que no temieran; los dioses no estaban enojados con ellos. Que les habían enviado estos aerolitos como señal de que una gran sequía se aproximaba. El brujo mandó entonces a los pobla-
dores, cubrir las pirámides con tierra. Hecho esto, les pidió el aerolito más grande. Lo tomó, trepó a su templo y lo colocó en una huaraca sagrada. Con esta huaraca u honda, arrojó el aerolito; éste cayó entre el Panecillo y Pichincha enterrándose como a una vara de profundidad. Este sitio —dijo— es el elegido por los dioses, para levantar la nueva ciudad. Ya en Quito, hicieron el nuevo templo a la luna donde hoy descansa la Iglesia de San Francisco y el templo al sol en la prominencia del Panecillo. Sus casas fueron así mismo, hechas de paja. La mayor parte de la población cargó hacia la nueva ciudad; los menos quedaron en Cochasquí a la espera de que el clima vuelva a la normalidad.
Señor fue muy andariego; sin embargo de eso, Atahualpa gustó mucho de la actual región de San José de Minas. Como pasara más tiempo allí, que en algún otro lugar, se fundó una población que hasta hoy lleva su nombre. Los Españoles:
A la llegada de los españoles, los dioses fueron reemplazados por los Santos. Se cuenta que la confusión fue tan grande, que los Quitus, en aquellos tiempos creyeron que los caballos comían oro. Esto, lo dedujeron del hecho de que las bestias mordían algo trabajado en metal dorado y que atravesaba por sus dientes. Por eso recogían todo el metal precioso que podían y se lo llevaban a los animales para que lo devoren. Desde luego, los conquistadores holgaron mucho en esta equivocación. La Época de los “Mayores”:
….una noche de estrellas sin luna, en que los Quitus que vivían en Cochasquí, trabajaban sus campos, vieron caer aerolitos del cielo. Se atemorizaron mucho y corrieron...
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Los Incas:
El chaguarquero, planta nativa de la que se extrae una bebida considerada medicinal Foto Francisco Sánchez
A la nueva ciudad de Quito, llegó el Inca Huayna Cápac. Se dice que fue amante de la Señora de aquella ciudad. De esa unión, nació el príncipe Atahualpa. Este
morían. Posteriormente, ya en la época de nuestros abuelos, unos vecinos fueron a cavar cerca de las pirámides o “cruces”, como las llamaban. Del hueco que hicieron, salieron unas piedras con líneas grabadas y unos papeles viejos con dibujos de muchos colores. Sin embargo, nadie tuvo la inteligencia para leer lo que en ellos estaba escrito. El Presente: De nuestra época decían los mayores, que vendrán extraños a excavar las pirámides en busca de oro. Que así mismo, la maldad entre los hombres empezará a ganar terreno. Antes se practicaba la caridad; los hombres eran modestos y sinceros. Compartían lo poco que tenían con quien lo necesitara. Ahora, por el contrario, y en vez de que el desarrollo y la civilización traigan bienestar e igualdad a la gente, ha venido a degradarse esta segunda generación de hombres. La maldad campea. La tierra no
puede producir alimentos como lo hacía antes y la gente se marcha a las ciudades...
Fin de la Segunda Generación:
Un día ya no habrá espacio entre una y otra persona y la comida será un recuerdo. Entonces, la crueldad crecerá como nunca antes se había visto. Sobrevendrán pestes y hambruna. Finalmente, grandes catástrofes y terremotos enviados por Dios, destruirán a esta segunda generación por envidiosos, egoístas y mentirosos… Tercera Edad, la Tercera Generación: Los Descendientes: Otra vez, el mundo se allanará y volverá a surgir una tercera y nueva generación descendiente de los pocos bienaventurados que sobrevivan a la destrucción de nuestra generación.
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Por lo que se narra anteriormente, dicen que ni los Incas vieron esta ciudad de Cochasquí con gente; que cuando ellos llegaron al país, las tolas estaban ya cubiertas con matorrales.
Con el tiempo, las obras antiguas fueron olvidadas por los extranjeros; los descendientes de los Quitus, en cambio, guardaron las tradiciones de su pasado. Así, y antes de que las pirámides fueran excavadas, los mayores sabían que estas, eran de cangahua y guardaban un gran ladrillo en el interior. Dicen que en esos tiempos, cuando las tolas eran “vírgenes”, unas como esferas luminosas de color rojo salían de las pirámides y volaban hacia Moronga (sitio cercano a Cochasquí) cegando a las personas y causando gran temor. También que eran peligrosas para los niños; porque si no se encontraban bien arropados al pasar cerca de las pirámides, ennegrecían y
…la crueldad crecerá como nunca antes se había visto. Sobrevendrán pestes y hambruna. Finalmente, grandes catástrofes y terremotos enviados por Dios, destruirán a esta segunda generación de envidiosos, egoístas y mentirosos…
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ANÁLISIS GENERAL En términos generales, se nota una fuerte influencia cristiana en lo que corresponde a la periodización. Son evidentes tres grandes períodos en esta narración: la época antediluviana, la humanidad moderna y aquella que sobreviva a la presente. En palabras cristianas, se distingue el mundo anterior al Diluvio, la humanidad a partir de Noé y los sobrevivientes a las formidables batallas de los días del Apocalipsis. ANÁLISIS ESPECÍFICO Primera Edad, la Primera Generación: En esta parte, elementos de la mitología hebreo — cristiana son evidentes: un mundo anterior al Diluvio que se descompone, un Dios enfadado que decreta el Diluvio, una embarcación en la que escapan los elegidos y un “puerto” montañoso en el que desembarcan, entre otros. Como se ve, es en esta parte de las narraciones donde más fuerza tiene la influencia hebreo cristiana.
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En esta segunda parte se descubren tres focos de posible influencia: el técnico, el mágico y el criterio propio sobre el mundo actual. En lo técnico, aparecen varios conceptos manejados por historiadores, etnógrafos, sociólogos, geomorfólogos y astrónomos del Programa Cochasquí. Es aceptable suponer que muchos de estos conceptos se pueden filtrar en la Comuna. De ahí, no solo Lauro sino algunos de los comuneros pueden introducir nuevos elementos en
Por ejemplo, aquello de que los constructores de las pirámides no son originarios de la zona quiteña, es un criterio manejado desde los días del historiador Juan de Velasco. Para ese historiador, los pobladores prehistóricos tardíos de los Andes norteños del actual Ecuador vienen de la Costa (tierra llana, en la narración de Lauro). Hay que anotar que algunos de los criterios, históricos que se discuten en el Programa Cochasquí son de propiedad de ese historiador riobambeño del Siglo XVIII. También es evidente que las fiestas comunales son una posibilidad estudiada por los técnicos del Programa Cochasquí, como instrumentos para lograr una vinculación más estrecha entre las diferentes Comunas de la región. De ahí que se dé tanta importancia al rescate de antiguas festividades y rituales. En algunos casos y respaldados por datos históricos y etnográficos, se reproducen estas festividades en la zona monumental. Por lo observado, este elemento también está incorporado en la historia mítica de Cochasquí. Por otra parte, la probabilidad de que la población antigua de Cochasquí, no se asiente entre las pirámides sino en las tierras bajas contiguas, es también un concepto anotado en los informes de Geomorfología del Programa. Así mismo, el que Cochasquí puede ser un posible sitio prehistórico de observaciones astronómicas y climáticas es una posibilidad manejada por el astrónomo y el etnógrafo del Programa Cochasquí. La leyenda del origen de San
Francisco de Quito dada por Lauro, tiene algunas similitudes con la leyenda de origen de la ciudad de Cuzco. En este caso, se dice que Manco Cápac y Mama Ocllo prueban la bondad del sitio intentando enterrar una barra de oro; en el sitio del Cuzco, dicho instrumento se entierra y desaparece. Lo del aerolito recuerda ese pasaje de la leyenda quechua. El romance de Huayna Cápac y la Señora de Quito, también es una parte de la protohistoria americana conocida y tratada por los historiadores del Programa Cochasquí. Aquello de que los dioses gentiles son reemplazados por los Santos Cristianos, es un mecanismo de dominación cultural que se estudia dentro de la Etnohistoria y la Antropología Religiosa. Finalmente, el freno de cobre visto como dorado, alimento de los caballos por los indígenas, es una anécdota que cuenta la historia en la fase de dominación del Perú. En lo mágico, existen dos elementos que destacan: luces que vuelan (OVNI’s?) y ennegrecimiento hasta morir (muerte por radioactividad?). No hay que olvidar que las ruinas de Cochasquí son sitio público visitado por miles de personas, muchas de ellas, guiadas por Lauro. Así mismo, algunas personas creen equivocadamente en la “idea” del origen extraterrestre de las culturas americanas. En la zona monumental, estas personas proponen este tipo de “explicación” al fenómeno arqueológico allí encerrado. No cabe duda de que esta clase de interpretaciones mágicas pueden al-
terar los criterios de Lauro y de sus compañeros de Comuna, en lo que se refiere a la función de los monumentos antiguos. Para el presente, el criterio propio y comunal tiene que jugar un papel fundamental. Humildes campesinos enfrentados repentinamente a miles de visitantes “urbanos” que en ocasiones no les dan el trato debido. Es indudable que para los comuneros, esos extraños visitantes son poco amables con los dueños legítimos de ese valor histórico-mítico. Ante eso, lo único que los comuneros pueden hacer es identificarlos como sociedades de un mundo diferente en el que, lo bueno y lo malo es permitido, por lo que está más cercano a su fin. De esta angustia puede nacer la profecía del fin de los malvados y la permanencia de los buenos. Tercera Edad, la Tercera Generación: Por una parte, la mitología cristiana habla de un resurgir de la humanidad después del Apocalipsis; por otra, la impotencia ante las actitudes despectivas y los insultos de extraños a su tierra pueden apuntalar el deseo inconsciente de una renovación. Modificación que en términos míticos, se expresa como el resurgir de una humanidad buena y humilde en donde todos son respetados no por lo que creen ser, sino por lo que verdaderamente son. CONCLUSIÓN: Además de los posibles elementos autóctonos como: los de los hallazgos de piedras y “papeles”
con inscripciones cerca de las pirámides; el de que ni los quechuas enfrentan a los constructores de los monumentos, o el que habla de una clase elevada bebiendo en cerámica delgada y salpicada de micas (Cosanga— Píllaro?); frente a otra que lo hace en recipientes toscos. Estas narraciones son de un gran valor antropológico, en tanto en cuanto revelan el nivel de mestizaje al que puede llegar una colectividad, del simple enfrentamiento con formas de sentir, pensar y actuar de forma diferente. Al inicio de este trabajo se dice que esto es algo de lo que la Etnografía debe estar consciente. Tiene que ser así por dos razones fundamentales: primero, para evitar pasar rápidamente sobre narraciones y actitudes como éstas sin estudiar a fondo las probables influencias externas, y segundo, para en lo posible, evitar que personas extrañas alteren, consciente o inconscientemente, valiosas actitudes y creencias de antiguo y propio origen. Nada más peligroso que una sociedad confundida con patrones ajenos. América es un lamentable ejemplo de aquello. CRIATURAS MITOLÓGICAS DE COCHASQUI De una forma u otra, todos los hombres en diversas épocas, sienten la presión de algo invisible que juzgan como real. En muchas ocasiones, este fenómeno se puede explicar a través del instinto de preservación. De alguna manera, este mecanismo defensivo proyecta una serie de temores o esperanzas sobre la criatura humana, a fin de mantenerla en alerta o en serenidad; le ayuda a sostener un paso regular en medio de la obscuridad, presentándole una gama mental
de criaturas monstruosas, ocultas en los senderos difíciles (bosques, quebradas o peñascos, entre otros). En otras ocasiones, criaturas benéficas ilusorias, le ayudan a espantar temores reales (hambre, enfermedad, agonía, entre otras). En todo caso, parece que estas fieles criaturas, en vez de existir en la realidad, viven en la imaginación y fantasía del hombre. Cochasquí no escapa a lo anterior. En este territorio topográficamente accidentado, casi inhabitado y acosado por una serie de problemas concretos, las criaturas de la imaginación sientan otra plaza. Aparentemente importadas de Europa, todas deambulan por los rincones de la mente humana para sostener, la esperanza o la alerta del hombre de Cochasquí. En todo caso, a continuación se describen las criaturas más importantes presentes en la mitología de Cochasquí. Espíritus Benignos:
Paligal: Es un cerro o, más bien, una de las tantas cuchillas que descienden del Mojanda, rumbo del río Pisque. Está ubicada al Noroeste de Cochasquí, justo sobre la población de Malchinguí. Quienes viven cerca de esta formación, aseguran que en otro tiempo, esta prominencia por las noches, “bufa como un toro” poseída de algún poder diabólico. Aterrorizados los vecinos, piden a los Padres de la Orden de San Francisco, que intervengan y “conjuren” al cerro Paligal. Desde entonces, el cerro descansa. Creían estas personas, que bajo esta forma-
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Segunda Edad, la Segunda Generación:
su propia concepción de la historia de Cochasquí.
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ción se esconde una inmensa cantidad de agua. Que si el cerro no era exorcizado, podría quebrarse e inundar Malchinguí. Dan por cierta esta última conjetura, pues al pie de aquella elevación, se abren algunos manantiales. Algo parecido creen del cerro San Luis, los actuales pobladores de Guayllabamba. Aquí, es interesante leer a Jacinto Jijón y Caamaño (1) cuando apunta que:
De este mismo Paligal, creen, que es morada de un espíritu benéfico. Hace algún tiempo, un leñador muy pobre recogía leña en el Paligal. Estando allí, observa extrañado que una puerta o cueva se abre en el cerro. De este orificio, emerge un hombre de buena presencia e invita al leñador a entrar. Cuando esto ocurre, el humilde recolector descubre que el potentado guarda muchas vasijas grandes llenas de diferentes granos. El dueño de aquellas provisiones, invita al pobre leñador, a tomar cuanto grano pueda acarrear. El humilde, toma su sombrero y en él, coloca granos de maíz hasta colmarlo.
Existe al Noreste de la actual Guayllabamba, un sitio arqueológico de la cultura Cara. En medio de este complejo, se levanta un panecillo o pequeña elevación natural que parece servir de base a un castillo prehistórico. Asociada a esta prominencia, existe una tradición parecida a la del Paligal. Cuentan las personas de edad de la población de Guayllabamba, que en Semana Santa a las 24 horas, se abren tres puertas grandes al pie de aquel panecillo. De la puerta central, emerge un hombre vestido de “obispo” e invita al caminante a ingresar y escuchar misa. No es otro que el demonio que con esta treta, intenta apoderarse de las almas de los incautos. Hay quienes seducidos por
el esplendor del templo ingresan en él, para no volver jamás; otros escapan a tiempo. Un día, un hombre humilde pasa por aquel lugar cuando las puertas se abren y aparece el demonio. Este último, invita al hombre a pasar al templo. Pero el hombre no ingresa ni escapa; más bien, reconoce en aquel Obispo a Satanás y se lo echa en cara. El demonio descubierto y sorprendido, retribuye al inteligente caminante con una caja llena de plata. Luego de esto, desaparece en el interior del cerro y con él, las tres puertas.
Cacique: Por la región de Moronga —inmediata a Cochasquí—, va un día un hombre muy enfermo, a recoger agua. Sin embargo de que los estragos de la enfermedad, son fuertes, siente apetito, mas no puede probar alimento, tiene sueño, pero no puede dormir.
un pequeño látigo en la mano, poncho grande color caqui, o “suco”, a decir de quienes afirman verlo; finalmente, porta un enorme sombrero. Gusta perseguir a las personas de ojos grandes y a las muchachas que lucen larga cabellera.
Este fantasma, toma ciertas plantas y las tritura en las manos. El zumo que extrae, se lo da a beber al enfermo y después le palmea suavemente en la nuca por tres ocasiones. El moribundo se recobra instantáneamente, de sus males. Y al incorporarse, nota con gran sorpresa, que su benefactor ha desaparecido.
Un día, un par de jóvenes se encuentran recogiendo leña en la quebrada que pasa por el lindero occidental de la Escuela “13 de Abril” de la Comuna Cochasquí; es tarea que les deja la profesora de la localidad. De pronto, los muchachos descubren que un hombre muy delgado y de gran altura, los persigue. Atemorizados, escapan de aquella aparición. Luego, descubren que uno de los jóvenes tiene los ojos grandes y que, posiblemente, es esto lo que atrae la presencia del Duende.
Carbunco:
Tin Tin:
Es el metal o la piedra preciosa en sí. A veces, se convierte en pato, gallina, serpiente, otros. Quien lo descubre, ha de cubrirlo con un sombrero, un poncho o un manto para que no escape. Si así lo hace, lo que se cubre se transforma en oro, plata o piedras preciosas. Suele aparecer después de la lluvia que se combina con el sol.
Es un monstruo de unos 30 ó 40 cm. de alto. Lleva un traje como
pijama o mejor, un vestido flojo con elástico. Aparece sobre las peñas de las riberas de las quebradas y maliciosamente, se dedica a arrojar pequeñas piedras a las personas. Según uno de los informantes, cuando se le aparece, le echa piedrezuelas desde lo alto. Esto lo hace, cuando el informante recoge agua en la quebrada de Tocachi a la altura del pequeño puente que existe en el fondo de la quebrada, que une el camino que corre entre Cochasquí y Tocachi. Otra versión de este Tin Tin, puede ser la que sigue: A eso de las 14 horas, una tormenta cae con fuerza; luego un trueno y cesa el temporal. El informante sale y se da cuenta que sobre una de las pirámides del Complejo Monumental Cochasquí –la N°. 5, específicamente—, se halla un hombre notablemente pequeño. Viste como indígena otavaleño (poncho obscuro, sombrero blanco grande y calzoncillo blanco). El aparecido mira fijamente
Espíritus Malignos:
Duende:
Cuando ya no puede llenarlo con más, se despide agradecido, de su benefactor. Sale de Cacique
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Entonces, desfallece como en agonía. Hallándose así y sintiendo la muerte cercana, ve entre sueños, a un “maestro” o hechicero que se le acerca. Dicha aparición, lleva un vestido largo como sotana; plumas amarillas a manera de tocado; sus pies van descalzos. Sujeta en su diestra, una “chonta” o lanza y algo como una estólica en su siniestra — una como pequeña hoz con un dardo grande pegado al brazo —, a decir del informante.
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“... según los mejicanos, en los montes residía el dios de la lluvia, Tlaloc: lo explica la opinión que tenían, de que ellos eran vasos llenos de agua, que podían romperse y anegar al mundo...”.
la cueva y esta, se sella. El leñador mira su sombrero y descubre que los granos se han transformado en pepas gruesas de oro.
JIJÓN Y CAAMAÑO, Jacinto. “La Religión el Imperio de los Incas”. Tipografía y Encuademación Salesianas. Quito. 1919. 452 p
El Duende es una criatura, generalmente, vinculada con las quebradas. No tiene hora fija; es decir, puede sorprender al paseante, a cualquier hora del día o de la noche. Es alto, de pronunciada nariz aguileña y enjuto de carnes —”parece un esqueleto”, dice el informante. Lleva
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atrevimiento de observarle. Que si él —el enano— lo descubre antes, “lo lleva”; lo que significa que, la persona atacada empieza a sangrar copiosamente, por boca y nariz, hasta morir. Cruz de Mayo — Dama Tapada:
DIABLO UMA o “Diablo Cabeza”
Existe además, una fantasma conocida por los moradores de Cochasquí, como la “Dama Tapada”. Su aspecto recuerda La Cruz de Mayo; puede tratarse de la misma criatura con otro nombre. Suele aparecer por la noche en la quebrada de Iruto. De preferencia, escoge a los enamoradores —hombres disolutos y trasnochadores —. Cuando un hombre de vida licenciosa, camina a solas en la
Diablo Uma: Es un demonio, o fuerza negativa, cuya residencia se encuentra en la Paccha, región de Cochasquí, asociada al misterio, quizá porque allí se abre una de las pocas fuentes de agua con que cuenta la zona. Se lo
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representa en máscaras de doble rostro, uno por delante y otro por detrás. Tiene algunos cuernos sobre su cabeza; sus orejas y narices, poseen argollas o más bien, agarraderas de vasija. Quienes fabrican estas máscaras o “Diablos Uma” como se las conoce, “compactan” algunas de ellas. Es decir, llevan la máscara a la Paccha y la dejan por un año. Cuando ésta se cubre de piojo, está compactada o protegida por aquel demonio. Y, quien lleva esa máscara en alguna celebración, está así mismo, protegido. Afirman que el usuario puede ser severamente castigado, sin embargo, a las pocas horas recobra su vitalidad; que quien realmente absorbe los golpes es su benefactor, el demonio. Este a su vez, pide que el usuario baile con su máscara, tantos años cuantos cuernos lleva la representación: 12, 13, 14 y más, a decir de algunos. Si por algún motivo, se deja de cumplir con esta parte del infernal trato, el demonio envía toda clase de males a su ex-socio. Aseguran que al suegro de uno de los comuneros de Cochasquí —Genaro Heredia—, le sobrevienen tragedias hace unos años, por no cumplir con su parte del compromiso. Él tiene máscaras compactadas y no cumple con asistir a las fiestas. Es entonces que sus pequeños hijos amanecen muertos; el demonio, dicen, les aplasta el pecho hasta asfixiarlos. A los cadáveres, les queda una mancha o huella verde en el pecho. Huacaisiqui:
Artesanía del Diablo Uma que se expende en Cochasquí Foto: Francisco Sánchez
Es un lactante humano envuelto en mantas, que a la vera de los caminos solitarios, llora y se lamenta sin hallar consuelo.
Cuando el caminante nocturno descubre su llanto, cree que se trata de un infante abandonado; juzga a la madre desnaturalizada y sin dotes de mujer— ”carishina”, del quichua, cuyo significado es -parecida a varón-. Hay mujeres que condolidas de tan triste sollozar, se acercan y toman al bebé en sus brazos. Sin embargo, afirman que la criatura continúa llorando. Así, deciden calmarlo, dándole de lactar. Extraen su seno y cuando descubren el rostro del infante, se asombran al ver que tiene enormes y filudos dientes. El chico entonces, les dice: “mama, yo ca, tan tengo muelas” —madre, yo también tengo dientes—. Las aterradas mujeres, dejan caer el niño y corren. Este las persigue flotando por el aire y el único modo de apartarlo es rezando a Dios. Los habitantes de Cochasqui juzgan, que se trata del espíritu de los infantes abandonados por sus madres, antes de ser bautizados. Sirena — Señorita de la Laguna — Yumba: Es una mujer alta, esbelta y de cabellos dorados que le llegan hasta los tobillos. Toca deliciosamente la guitarra y, de preferencia, aparece vinculada al agua. Una versión de esta “Sirena” puede ser la de la “Señorita de la Laguna”: En una ocasión, un grupo de jóvenes acampa a orillas de la Laguna Grande en Mojanda. Llegada la medianoche, dos de los muchachos, inician un recorrido por la orilla de la laguna. Mientras pasean, descubren que en el centro del lago y sobre una roca, una hermosa jovencita de
cabellos dorados, se peina. Al verla, los jóvenes se enamoran de aquella mujer. Y, al notar que la chica les llama, deciden ingresar hacia la roca, por un camino o calzada que se les aparece sobre el agua. Cuando ya tienen los pies dentro de la laguna, llegan sus otros compañeros y les hacen notar que el camino y la dama son más bien, cosa de encantamiento; que si siguen adelante, perecerán ahogados. Es entonces que la joven de dorada cabellera, desaparece. Dicen que esta misma “Señorita” aparece en la zona de las Tolas, en Cochasqui. Al pie Oriental de la pirámide N°. 13, existe hace tiempo ya, una pequeña cascada cuyas huellas son aún visibles, Tiene un par de metros de altura y revienta sobre una gran roca plana. Aseguran que en este sector, entrada la noche, se pueden escuchar hermosas melodías arrancadas a una guitarra. La autora de tan notable portento, es una hermosa mujer de cabellos dorados que invita a los caminantes, a ingresar bajo la caída de agua; es decir, los llama a su morada. Finalmente, parece que esta Sirena es la misma fantasma a la que denominan “Yumba”. En alguna ocasión, llega un grupo de muchachas a acampar en la explanada septentrional de la pirámide N°. 5 de Cochasqui. Están cantando y bailando. A eso de las 21 horas, uno de los guardianes del sitio Cochasqui que las acompaña, se retira a su cabaña y cae dormido. A las 24 horas, despierta y nota que las chicas duermen, pues,
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al volcán Cotopaxi. Mientras tanto, el informante recorre la base de aquella pirámide, en busca de otros intrusos. El pequeño hombre continúa con su mirada perdida en el volcán. Al no encontrar a otras personas y descubrir en aquel enano, un comportamiento extraño, el informante se atemoriza y busca abrigo en su cabaña. Posteriormente, tiene un sueño inquietante: el hombrecillo de poncho le dice al informante, que es un “entrometido”; que por qué tiene el
La Cruz de Mayo no es otra cosa que un esqueleto humano; está embozado en una gran capa negra. Aparece a la medianoche de cualquier día de Mayo y aterroriza con su presencia, a los paseantes.
noche, descubre la presencia de una joven que se insinúa y le invita a acercarse. Cuando esto se da, se encuentra frente a una mujer vestida de negro y cubierta el rostro con un velo obscuro; algo así como una “viuda de año viejo”, a decir del informante. Cuando el enamorador procura abrazarla y seducirla, encuentra con horror que se trata de un esqueleto disfrazado de mujer. Hay quienes mueren de la impresión; otros por el contrario, logran sobrevivir y, arrojando espuma por la boca, alcanzan sus respectivos hogares, cayendo desmayados ante sus sorprendidos parientes.
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ya no se las escucha. Pero en cambio descubre que una jovencita de cabellos dorados que le caen hasta los tobillos, ha ingresado en su habitación. A pesar de ser de noche, la muchacha parece bañada por la luz del sol del atardecer. El hombre reposa sobre su espalda y ella se sienta sobre su vientre. Es muy delgada y frágil. La intrusa le pide al guardián, que le haga “caballito” mientras se mueve hacia adelante y hacia atrás sobre su vientre y le hinca los talones en los muslos, como cabalgando; al hombre le gusta aquello y permite que la muchacha continúe con este juego. Sin embargo, al rato, el hombre siente que su corazón está demasiado agitado. Intenta mover su brazo derecho para quitársela de encima, descubriendo con terror, que no lo puede mover.
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Cuichi:
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En lo que respecta a su forma, no se ponen de acuerdo. Unos aseguran que se trata de un arco iris blanco; otros dicen que es un arco iris de colores. Finalmente, terceros proponen que este demonio, aparece en forma de un cerdo enorme
En relación al Cuichi en forma de arco iris blanco, se cuentan dos experiencias: Hace algún tiempo ya, una pareja de esposos, a consecuencia de cierta enfermedad, no tienen contacto sexual. Sin embargo, un día con sorpresa, la pareja nota que a la esposa se le abulta el vientre en señal de embarazo. A partir de entonces, el ofendido esposo, reclama y golpea a menudo a la que considera infiel compañera. El hombre le encara por su infidelidad y ella le asegura que si con él no tiene contacto, menos lo desea tener con otros hombres. A pesar de estas aclaraciones, el esposo continúa dudando de su mujer. Un día, la esposa va a ordeñar una vaca de propiedad del matrimonio; al arrodillarse y colocar entre sus piernas, el “mate” o recipiente para colectar la leche del animal, siente la sensación de alumbramiento. Efectivamente, ve con horror caer en el recipiente de la leche, sapos, lagartijas y alacranes. Ante semejante espectáculo, la mujer cae turbada; el
marido que se encuentra cerca, corre a auxiliarla, constatando con sorpresa, el producto del alumbramiento. Desde entonces, el hombre promete no dudar más de su esposa.
“UCUYAYAS, URCUYAYAS Y RUCUYAYAS” SIMBOLISMO Y RITUALIDAD EN EL CULTO A LA FERTILIDAD Y A LA PACHAMAMA EN EL CAÑAR ANDINO Mario Garzón Espinosa (Doctor en Historia)
Dicen que el segundo caso se verifica poco tiempo atrás. En noroccidente de la provincia de Pichincha, vive una mujer indígena que misteriosamente, quedó embarazada. Sus hermanos que trabajan en la región de Santo Domingo de los Tsáchilas, contratan una “maestra” —curandera— para que averigüe sobre tan extraño embarazo. Efectivamente, la curandera revisa a la joven preñada y determina que guarda en su vientre, algunas alimañas. La embarazada pide entonces autorización al párroco y al teniente político de la población, para practicarse un aborto. Concedida la petición y en presencia del cura, del administrador y de los hermanos de la mujer embarazada, la curandera extrae del útero de la muchacha, lagartijas, sapos y alacranes. Los moradores de Cochasquí, aseguran que estos demonios menores dejan de aparecer por la región desde que Satanás –el más poderoso de todos- es encadenado en las profundidades, por la fortaleza bienhechora de Dios. Es decir, estos demonios también quedan presos en las profundidades. Sin embargo, aseguran los informantes, que aquella fuerza del mal se está liberando una vez más; de otro modo, no se puede explicar —dicen— la maldad que campea en la actualidad.
Ucuyaya que reposa en el Museo El Cebollar en Quito Foto: Francisco Sánchez
No solo de subjetividades, sino de prejuicios está también plagada la historia regional “oficial”, lo que merece urgentemente no solo el cuestionamiento sino la reinterpretación objetiva y científica del pasado. Varios artefactos, objetos y prácticas de gran significado y valor ceremonial, tanto de los cañaris, como de los incas, fueron interpretados bajo esquemas conceptuales impropios, importados desde occidente y matizados de misticismos medievalistas. Estos criterios ideologizados y la ceguera del conocimiento, han opacado y descontextualizado la cosmovisión de las sociedades indígenas prehispánicas locales, (y peor aún resulta, que estos esquemas hasta la actualidad) y siguen latentes en el escribir del pasado.
Figurilla femenina de cerámica (Ingapirca) -CAÑAR Foto: Mario Garzón
Esta vez quiero referirme a los “Ucuyayas”, término quichua que aún no es conocido en su verdadero origen y significación; desde la acepción del pensamiento indí-
gena de Cañar, Ucuyaya no tiene aplicación y explicación convincente, y sobre todo no está asociado a ningún aspecto de la cultura y de la cosmovisión indígena andina; obviamente Ucuyaya es una palabra compuesta, del quichua Ucu que significa adentro, y yaya que significa padre, es decir padre de adentro. Tomas Cungachi curandero (Yachac) de la comunidad de Quilloac, al respecto sostiene que el vocablo Ucuyaya no existe dentro de la concepción del mundo; este término o expresión no tiene sentido en -nosotros los indígenas-. Si lo descomponemos: Ucu, se refiere a lo de abajo, o a lo de adentro, y desde la cosmovisión indígena cañari se refiere simbólicamente al mundo de abajo o al “ucupacha” que nace de la concepción del es-
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Entonces, bate su brazo izquierdo y golpea a la joven; “es como mover paja, ligera, ligera”. La niña se desvanece. El hombre ha perdido el habla y algo repuesto, echa mano de la linterna, prende una vela y descubre que en la habitación, solo vuelan mariposas nocturnas. Desde entonces, el hombre duerme cerca de un arma, en prevención de nuevas sorpresas.
acompañado de muchísimas crías. Se debe evitar que las mujeres tengan contacto con esta aparición. Si lo hacen, quedan embarazadas en el acto. El producto de esta relación, está compuesto de alacranes, sapos y lagartijas. Si la mujer tiene contacto con el cerdo, el producto de su embarazo, es un niño con notables deformaciones y si un hombre pisa descalzo en un empozamiento de agua donde se refleja el arco iris, empieza a padecer de irritaciones y verrugas en la piel de sus piernas.
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tración de las prácticas festivas indígenas religiosas o seculares.
Figirilla femenina de cerámica (Ingapirca) – Cañar) Foto: Mario Garzón
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Otras expresiones asociadas a Yaya, y que están así mismo cargadas de simbolismo figuran: Urcuyaya, que significa cerro padre, el que da la vida y el alimento a los runacunas (hombres), además es el lugar donde moran los dioses, y brota el agua para fertilizar y dar vida a la tierra. Y el Rucuyaya en cambio simboliza al padre viejo o anciano que posee gran sabiduría y ejerce poder ideológico en el colectivo social indígena. En otro contexto representa a un personaje cómico que realiza el control y adminis-
Esta nueva imaginación histórica del “ucuyaya” ha sido incorporada en la literatura histórica y arqueológica indiscriminadamente para designar a unas figurillas hechas en concha marina Spondylus, de entre 4 y 7 centímetros de dimensión, provenientes del sitio arqueológico de Cerro Narrío, contiguo al cantón Cañar, que fueron reportadas por primera vez por D. Collier y J. Murra en 1942, como objetos de concha provenientes de niveles inferiores, y que fueron asociados a una tradición cultural temprana (Formativo Tardío – 2000 años a. de C.) denominada Cerro Narrío. Los reportes de las investigaciones sobre estos objetos son incompletos, además no se cuenta con la descripción del contexto en que fueron encontrados; como dato adicional anotamos que los llamados “ucuyayas” fueron encontrados también en otros lugares fuera de Cañar como Quingeo y Chordeleg pertenecientes a la provincia del Azuay y de manera aislada se han reportado en el norte del Perú y en la región amazónica. La razón de su presencia en otros lugares
En cuanto al significado de los llamados “ucuyayas”, algunos investigadores dieron la categoría de exvotos funerarios, otros las denominaron así a las pequeñas estatuas que sirven para domesticar al espíritu, por ejemplo dicen que, “en Cañar, a esas esculturas, los quichua hablantes las llaman ucuyayas -padres del hueco, de “lo hondo”-, malditas almas, ancestros peligrosos. Sirven para domesticar el fiero espíritu que vive en las praderas, en los lagos, en las lechuzas y amenaza con entrar en cualquier cuerpo humano para infringir espanto y vértigo, dolor y angustia, muerte”. (Almeida N. 2010).
Figurilla femenina de concha spondylus Cerro Narrío) - Cañar Foto: Mario Garzón
Falo ceremonial de cobre (Ingapirca) - Cañar Foto: Mario Garzón
Estas elucidaciones no encajan con la significación que tienen estos objetos ceremoniales prehispánicos, por lo que disentimos con lo propuesto, y lo que se quiere es plantear nuevos conceptos que surgen del análisis de referentes arqueológicos y de la reconstrucción contextualizada con la cosmovisión de las sociedades prehispánicas, y a lo que primero hemos llegado, es a sostener que estas figuras no representan al sexo masculino, sino al femenino; poseen rostro con dos perforaciones circulares pequeñas que sugieren los ojos y escisiones que dan la forma de la nariz y de la boca; en la cabeza llevan una especie de tocado que aparentan un moño o peinado; algunas llevan su mano en el vientre, es decir que dan la apariencia de una figurilla en forma de mujer. En cuanto a su función y significado, sostengo que se tratan de objetos de uso ceremonial asociados al culto a la fertilidad y posiblemente eran utilizados en ritos propiciatorios dedicados a la tierra; estas figurillas debían ser depositadas con gran devoción en lugares especiales (huacas o pacarinas) para que la pacha mama prodigue buenas cosechas, aunque no se descarta un uso vinculado al culto femenino por la percepción mágico-religiosa que encerraba la mujer por su capacidad reproductora. No olvidemos que el culto a lo femenino, es una tradición mágico-religiosa milenaria presente en todo el planeta desde sociedades primigenias y paleolíticas, así lo atestiguan las (Venus) de: Willendorf, Dolni, Vestonice, Grimaldi y Laussel. Varios investigadores insinúan que: “En todas las culturas pre-
históricas de las que tenemos datos, resalta el hecho bien significativo, de que la figura cósmica central, la potencia o fuerza procreadora del universo, fue personalizada en la figura de una mujer y su poder generador y protector simbolizado mediante atributos femeninos. Esa diosa, útero divino del que nace todo y al que todo regresa para proseguir el ciclo de la naturaleza, denominada Gran Diosa”. (Rodríguez Pepe. 2000-235). Por ello esta concepción desarrolló una serie de simbolismo que van a variar de cultura a cultura; sin embargo todos los simbolismos creados apuntaron a considerar a la mujer como divinidad y lo representaron en un rica iconografía; además el “simbolismo asociado a sus representaciones como Diosa documentada que, durante los milenios de su presencia entre los humanos, se la tomó en su aspecto más positivo, eso es, en su función regeneradora, como fuente de la vida que debe llegar tras la muerte” (Rodríguez 2000-246). Certidumbres de esta tradición mágico-religiosa no ha sido extraña en el Ecuador, así se lo de-
muestra en las culturas: Valdivia, Chorrera, Guangala, Tolita, y Cerro Narrío; sin embargo, creemos que esta tradición estuvo también difundida en los Andes Australes y evidentemente entre los Cañaris; por ejemplo el hallazgo sorprendente de la tumba colectiva en Pilaloma de Ingapirca, A. Fresco, sostiene que se trata de un gran personaje femenino o una “Sacerdotisa” dedicada, probablemente a una huaca de gran importancia, (¿la posible pacarina de “el castillo”?). Pilaloma pudo ser su lugar de residencia dedicado a su propio culto” (Fresco 1984 -91), o pudo tratarse de una antepasada mítica o mallqui de un grupo local de los Hatun CañarIs y un posible rito a la fertilidad. “El predominio de lo femenino: la mujer, base para la supervivencia de las comunidades prehistóricas, en un tiempo que no tuvo más (Dios) que la Diosa” (Rodríguez P. 2000-187). A las conclusiones hechas integramos también el análisis interpretativo sobre la presencia de varias figurillas femeninas encontradas en Ingapirca elaboradas en cerámica. Estas figurillas al parecer se tratan de una continuidad de la tradición que nació en Cerro Narrío con las figurillas de concha Spondylus, estas representan a mujeres que llevan los órganos reproductores muy sugeribles (bustos, útero, vulva, pubis), lo que deja entrever que se tratan de objetos mágico-religiosos utilizados para el culto a las mujeres y presumiblemente fueron utilizadas también como ofrendas para que acompañen al cadáver hacia el más allá. En síntesis esta propuesta apunta a sostener que en la región cañarí desde fases tempranas estuvo presente y muy difundi-
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pacio-tiempo, y a su vez del concepto dualista Hahua y Ucu, lo de arriba y lo de abajo, que dicho de paso, “el dualismo se expresa asimismo en la percepción del bien y del mal. No se trata de un ser absolutamente malo. Explica que se trata de un dualismo balanceado donde el mal y el bien juntos constituyen el mundo, dividiéndolo en dos partes que mutuamente se interpretan y se justifican” (Danbolt L. 1997), y la palabra yaya significa padre, y simboliza paternidad, experiencia, sabiduría, protección, vida, es decir, es muy diferente a la concepción cristiana y católica que significa Dios o Jesús.
Como vemos, los conceptos que manejan los indígenas del Cañar son profundos, y “parecen tener un conocimiento muy integrado y organizado del mundo y el cosmos” (Aguirre P.1986); además en la cosmovisión indígena de Cañar cuyos orígenes parten de un pasado lejano y del ancestro cañari, están presentes otros conceptos importantes como: el tiempo, espacio, lo de arriba, lo de abajo, lo masculino y lo femenino, lo frío, lo cálido, el bien y el mal, entre otros.
obedece al intenso comercio suprarregional que dominaron los cañaris, milenios atrás de la concha Spondylus y del Mullo.
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BLIOGRAFIA COLLIER D. Y J. MURRA: Reconocimiento y Excavaciones en el Sur Andino de 1986 Ecuador. DPTO. De Investigaciones Antropológicas y Geográficas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador – Cuenca
CAYAMBE EN EL CENTRO DEL MUNDO: HISTORIA, TRADICIÓN, CULTURA Y TURISMO Por: Iván Chango, Ingeniero en Administración Turística
CORDERO P. Octavio: Estudios Históricos. Selección 1986 Banco Central del Ecuador-Cuenca DANBOLT Live: Encuentro de Cosmovisiones. El Encuentro entre la cultura y la 1997 Cultura y la Religión de los Autóctonos de Cañar y el Evangelio. Abya-Yala. Quito. FRESCO Antonio: La Arqueología de Ingapirca (Ecuador) Costumbres 1984 Funerarias, Cerámica y Otros Materiales. Comisión del Castillo de Ingapirca. Quito FERNADEZ A. Julio: Dioses, Retablos y Campanas en los Cañaris del Norte del 2011 del Perú. Revista Evidencia Ancestral la Otra Historia N3. Quito
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do el culto a la fertilidad tanto de la mujer, como de la madre tierra, ambas procreadoras y engendradoras de la vida, y no exvotos o amuletos para espantar a los espíritus. Lo que sí está claro entonces, es que desde el principio de la humanidad la mujer ha tenido un papel protagónico en el desarrollo de las sociedades y considerada como la base misma de la vida, mucho más aún si se
la relaciona con la madre tierra (Pacha Mama) que es la que les proporciona los alimentos para la vida, y la mujer como el ser que perenniza la humanidad, es protección y buen augurio además de otros atributos significativos relacionados permanentemente con el bienestar de los seres humanos. Cualquier forma o de cualquier material representada, ha constituido un icono sin igual a través del tiempo.
2002 Mullu y Pututo para el Gran Caimán: Un modelo para el Intercambio entre Meso América y Andino América. Gaceta Arqueológica Andina. Nº26 Lima. LOZANO A. Recuperación del Espacio Perdido. 2004 MILLA Carlos. Génesis de la Cultura Andina 1983 Lima Perú. RODRIGUEZ P. Dios Nació Mujer 2000 Madrid. España
Cayambe, es uno de los cantones de la provincia de Pichincha, y lleva su nombre en honor al único volcán ubicado en la mitad del mundo. Cayambe es una ciudad de gran relevancia turística de la sierra ecuatoriana, siendo esta elevación la tercera más alta del Ecuador, con una altura aproximada de 5790 m.s.n.m. El Cantón Cayambe se distingue por su artesanía, cultura, tradiciones y buenas costumbres; es productor agrícola de flores, cebollas, granos y papas, además de lácteos y cárnicos. Para conocer estas costumbres, tradiciones e historia de la comunidad cayambeña cualquier fecha es oportuna, especialmente durante el mes de junio en que se celebran las fiestas en honor a
San Pedro y al Sol, llamada también fiestas del Inti Raymi. En esta se muestra su agradecimiento a la fertilidad de la Pacha Mama o Madre Tierra. Los actos principales de estas festividades son: la elección de la reina, la entrega de la rama de gallos que es la ofrenda a los patronos y corridas de toros de pueblo. También forman parte de la celebración las comunidades de Cayambe con sus danzantes y con grandes grupos de bailarines de las denominadas galladas que entonan graciosas y pintorescas coplas, vestidos con atuendos coloridos y de gran significado ancestral al ritmo de las bandas o conjuntos musicales. Además se organizan desfiles, concursos, juegos pirotécnicos, ferias artesa-
nales, gastronómicas, interculturales y productivas, que realzan la cultura, mostrando al turista su modo de vida, cosmovisión y prácticas ancestrales. Constituye una oportunidad para que el turista pueda identificarse con los personajes y disfrutar de la gran variedad de los actos festivos. Entre los personajes de la fiesta se encuentran el diablo uma, guía y orientador de los danzantes; considerado como el espíritu de la montaña que baja a las comunidades para acompañar sus celebraciones. También están presentes la chinuca, el payaso, el taquidor, los aruchicos, los zamarros y los capitanes de la fiesta. Estos capitanes se movilizan en caballos repartiendo chicha y comida y los bailarines forman
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MARCOS Jorge: Intercambio a Largas Distancias en América, el caso de Spondylus. 1980 Boletín de Antropología Americana. México DF.
Volcán Cayambe Foto: Iván Chango
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Sitio arqueológico con zona agrícola Foto: Francisco Sánchez
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Como comida tradicional de Cayambe se puede anotar: los tamales de dulce elaborados con harina de maíz y como relleno carne de cerdo; cariucho o mediano que consta de mote, huevos cocinados, queso y papas con salsa de pepa de zambo o zapallo, aunque también se usa el maní tostado; encima se coloca gallinas asadas, cuyes asados y carne de borrego cocinada con hojas de lechuga; el uchujacu, consiste en una colada de harina con varios granos (fréjol, haba y arveja), una presa de cuy asado o frito, un huevo cocinado, papa y mote; la polla ronca es una colada de máchica con papas y se sirve con tostado; la colada de churos se prepara con harina de maíz y se añade “churos” o caracoles pequeños; el arroz de cebada es una sopa que contiene hueso de cerdo y papas; el champús es de harina de maíz con mote, panela y canela; las tortillas de tiesto son de harina de maíz o de trigo; las bebidas como la chicha de jora se prepara con maíz germinado y panela; el mishque
o pulque, huarango o chahuarmishqui, se extrae de una planta conocida como penco. Todos los días del año, en tiendas y salones se ofrecen los quesos de hoja, el manjar de leche, yogurts y los clásicos bizcochos muy apetecidos por los viajeros, que son elaborados con manteca vegetal y levadura, además de huevos, azúcar, margarina y un colorante natural hecho a base de la misma yema de huevo; se amasa, se estira y se va poniendo sal, envolviéndolo y cortándolo. Pero más importante aún es el hecho de que el turista pueda interactuar con la comunidad en la elaboración técnica de los productos que comercializan. Como atractivos del cantón
También se destaca el monumento a la Mitad del Mundo, ubicado en la comunidad de San Luis de Guachalá, conocido como “La Bola de Guachalá”, que tiene un valor histórico-científico, porque a este lugar llegó La Comisión Geodésica Francesa en junio de 1736, formando parte de ella el ecuatoriano Pedro Vicente Maldonado. La reserva Ecológica Cayambe-Coca, es un área natural protegida; es un lugar de recreación, que a la vez genera información científica para la protección de los recursos sostenibles del país. Dentro de esta reserva se encuentran la laguna de San Marcos y el nevado Cayambe que son continuamente visitados por turistas nacionales y extranjeros; se trata de un lugar maravilloso para disipar, conocer y compartir con amigos
Horno para la cocción de los bizcochos Foto: Francisco Sánchez
En la práctica de ecoturismo, turismo cultural e histórico se puede visitar los sitios arqueológicos de Quitoloma, Pambamarca y Puntiachil; el complejo lacustre de Mojanda Cajas, las ruinas de Cochasquí y las iglesias como la de San Pedro en la Plaza Central.
Monumento a la Mitad del Mundo en Guachalá Foto: Francisco Sánchez
y familia. En la visita se pueden observar varios paisajes que están acompañados de los encantos que ofrecen los páramos andinos del Ecuador y es el sitio perfecto para realizar excursiones, cabalgatas, campamentos, ciclismo de ruta y de montaña, así como caminatas y camping. El turismo en el Cantón Cayambe se ha incrementado durante los últimos años, un gran porcentaje de la población cayambeña ha encontrado en el desarrollo de actividades turísticas una nueva manera de generar recursos económicos, que están siendo utilizados para el mejoramiento y construcción de infraestructura turística de calidad y excelencia.
Debido a su gran potencial, Cayambe ofrece diferentes tipos de actividades turísticas, entre las que se destacan: • • • • •
Turismo Comunitario Turismo Gastronómico Turismo Cultural e Histórico Turismo de Aventura Ecoturismo
Si prefiere practicar el turismo de aventura existen lugares como el nevado Cayambe, donde se puede realizar andinismo, escalada, caminatas y trepada de montaña en autos 4x4. Es recomendable siempre tener la ayuda de un guía profesional, ya que este nevado se caracteriza por su difícil ascenso.
Pucará del macizo de Pambamarca Foto Francisco Sánchez
Iglesia de San Pedro (Plaza Central) Foto: Francisco Sánchez
En cuanto a senderismo dentro de la Reserva Ecológica Cayambe-Coca, se pueden realizar caminatas para identificar la flora y fauna que caracteriza al páramo andino y la zona oriental del país; también se puede observar el nevado Cayambe, como parte de la puerta de entrada hacia la Amazonía Ecuatoriana. Se puede admirar un sin número de especies endémicas y representativas del Ecuador como es el Cóndor Andino, especie que se encuentra en peligro de extinción.
Cabe recalcar que el desarrollo del turismo en Cayambe es uno de los principales ejes productivos del cantón. El Gobierno Municipal de Cayambe ha planificado algunas acciones para la captación de turistas a nivel nacional e internacional con lo que el incremento en esta zona es altamente notorio.
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círculos representando a los dos solsticios y a los dos equinoccios que tienen lugar durante el año, zapatean mientras circulan, para que la Madre Tierra recobre sus energías.
Cayambe se pueden citar: el nevado Cayambe, el templo de San Pedro, algunas haciendas, la feria del mercado dominical que por su estructura conformada por arcos guarda cierto aire español. Entre los sitios de interés arqueológico están: El Complejo arqueológico de Pambamarca y la pirámide de Puntiachil, importantes complejos de piedra que tenían al parecer diversas funciones de tipo religioso, científico y militar.
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En la actualidad el principal producto turístico que ofrece Cayambe, es la interacción directa que tienen los turistas con la población mediante la práctica y desarrollo de actividades comunitarias y participación en las fiestas tradicionales, dando a conocer la cosmovisión de un pueblo que lucha por mantener su identidad. Cómo llegar La ciudad de Cayambe, se encuentra a tan solo una hora hacia el norte del Distrito Metropolitano de Quito. Existen dos formas de llegar: La una es, tomar la vía Calderón-Guayllabamba-Otón-Cayambe; en este trayecto se puede realizar una corta parada en Otón; desde aquí se divisa la cadena montañosa de los Andes y los típicos paisajes andinos cubiertos de sembríos de fréjol, arveja y maíz.
De paso puede visitar las ruinas arqueológicas de Cochasqui, complejo arqueológico que comprende pirámides, tolas y un museo de sitio. Siguiendo la ruta encontramos las poblaciones de Tocachi y La Esperanza y Tabacundo, cabecera cantonal de Pedro Moncayo, antes de llegar a la ciudad de Cayambe. Estos complejos o templos arqueológicos mencionados, ahora convertidos en museos de sitio, son ideales para revivir
la historia de esta región, en ellos se puede palpar la fortaleza, cosmovisión, disciplina y valentía de los pueblos andinos para enfrentar al invasor, oponiéndose a ser conquistados. Si usted viaja a este cantón se encontrará con nuevas e inolvidables experiencias turísticas y confirmará una vez más que nuestro país, el Ecuador, está lleno de sorpresas y que siempre habrá algo nuevo por conocer.
BIBLIOGRAFÍA Apuntes obtenidos en visitas realizadas a Cayambe en Febrero y Junio 2009. Del Patrimonio Cultural de Cayambe (Brevísima Síntesis), Documentos y reflexiones. Un aporte de la Biblioteca Municipal “Eugenio Espejo”, 2009. Conversaciones Informales con habitantes de Cayambe y Autoridades, Enero y Junio 2010
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La otra opción, es tomar la vía
Calderón-Guayllabamba-Tabacundo-Cayambe. Durante el recorrido se puede realizar una primera parada en el poblado del Valle de Guayllabamba, aquí puede disfrutar de la gastronomía típica como: locro de cuero, yahuarlocro, caldo de patas, seco de chivo, tortillas con fritada, y las deliciosas chirimoyas, entre otras frutas.
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Vista panorámica del volcán Cayambe Foto: Francisco Sánchez
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nuestros servicios
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nuestros servicios • Desarrollar, apoyar e incentivar proyectos de investigación de instituciones gubernamentales y no gubernamentales en temas relacionados con: arqueología, antropología, historia, inmaterial, medio ambiente, ecología y turismo. • Publicar la revista científico-cultural “EVIDENCIA ANCESTRAL, La Otra Historia”, por medio de la cual trasmitimos a la colectividad parte de nuestra identidad cultural para conocimiento de todos los ecuatorianos. • Elaborar y ejecutar proyectos de Planes de manejo y de Gestión de Sitios Patrimoniales. • Organizar y dictar: cursos, seminarios, coloquios y eventos científicoculturales a nivel nacional e internacional para instituciones públicas y privadas sobre la temática que abordamos. • Investigar y elaborar expedientes técnicos para Declaratoria de Patrimonio Cultural y Natural, del lugar, sitio, o festividad que se plantee. • Editar y publicar trabajos de investigación de: profesionales, empresas públicas y privadas en las áreas afines a nuestro trabajo.