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Manuela F. Cacao. Contienda fraternal
from Luz y Tinta 128
Manuela F. Cacao
Foto: Alan Cabello
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Contienda fraternal
Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la conciencia.
Simone WeiL
Desde niños, los dos hermanos rivalizaban por el legado familiar. Disputaban por dirigir un dia el emporio.
Durante un incendio en la mansión, provocado por Kevin, Erik quedó encerrado en el vivero. Tras el cristal pedia ayuda a su hermano, pero éste, lejos de auxiliarle, reia. Kevin fue alcanzado por una viga y perdió su mano derecha, ya en el hospital insistió en que le implantaran la de su hermano muerto, su memoria se mantendría viva en él.
Este argumento escondia otro perverso: El iba a administrar la empresa y lo haría firmando con la mano diestra de su hermano. Había ganado la batulla final. Su precio sería no olvidar la cara de Erik pidiéndole socorro, pero era asumible.
Una noche se despertó en pánien. Se ahogaba. Su cuello estaba amoratado, parecía un intento de estrangulamiento.
No lo dudó su mano derecha era la del hermano, era evidente que aun muerto la beligerancia continuaba.
Rapidamente cogio con la mano izquierda un hacha que alzó para dar un golpe certero sobre su otra mano, pero el rumbo cambió y el arma se dirigió hacia su cuello. Solo la mano injertuda le hacía de freno, hasta conseguir retorcer la muñeca e inmovilizar a su simétrica. holigrafo y escribió:
Una vez ambas manos en posición de relax, meditabu Kevin lo ocurrido, cuando la mano derecha cogió un bolígrafo y escribió:
“No te resultará tan fácil, tu conciencia no te librará de ver mi cara pidiendo auxilio. Yo seré quien te quite la vida, no tú”.
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[Este relato responde a un reto organizado por el blog El Tintero de Oro: un relato de 250 palabras construido en base a una cita literaria a elegir.]