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El paso del Rubicón

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Anka Zhuravleva

Anka Zhuravleva

Cuenta la leyenda —y no sé si la historia y viceversa— que Julio César, terminada la campaña de las Galias, regresó a sus lares romanos, previo paso del Rubicón, para enfrentarse con las armas, si fuera necesario, a sus problemas domésticos.

Venga esta imagen, que me ronda estos días, para pensar y analizar algunos cabos sueltos de la campaña electoral en que estamos inmersos en España que el próximo día 28 tiene convocadas elecciones autonómicas y municipales.

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Una campaña electoral debiera ser un tiempo en que los diversos partidos dieran a conocer sus programas y los candidatos que desde dentro han elegido para llevarlos a cabo. Y sin embargo, me temo, que es un tiempo de apostura mediática tendente al despilfarro gestual. El que fuera presidente del Principado de Asturias, Pedro de Silva, ha hablado estos días de “esa pomposidad institucional que todo lo vuelve cartón piedra.” Efectivamente, cartón piedra y poco más, porque los candidatos —algunos de dudoso curriculum— no se bajan de la sonrisa en una permanente postura de mercadotecnia.

El programa electoral es —o al menos debiera ser— una especie de carta de presentación, pero me temo que solo sirve para darles yesca a los adversarios políticos. ¿Algún elector ha leído alguna vez el programa del partido al que ha votado? Me temo que no. Es más, me atrevo a decir, muchos de estos electores seguramente desconocen la existencia de dicho programa, catálogo de intenciones que da sentido al contenido de los mítines y de las declaraciones mediáticas.

Así las cosas, las campañas electorales se nutren de grandes palabras, de grandes proyectos, de grandes promesas, de grandes… Todo es grande en una campaña electoral o, por mejor decir, todo se eleva a la enésima potencia. Poco se habla de las pequeñas cosas, de lo que preocupa y ocupa al común de los mortales y de lo que afecta al ciudadano de a pie. Se habla en cambio de eso que apuntaba: las grandes ideas, capaces de movilizar a los indecisos: las infraestructuras transformadoras de un territorio, los planes de empleo capaces de cerrar las oficinas del INEM, la lista de subvenciones que acabarán llenando de ilusión las arcas municipales y hasta de proyector culturales de gran alcance que traerán felicidad a raudales… Todo es grande, todo es mágico, todo es bello oropel en una campaña electoral y uno recuerda aquel episodio de la Odisea de Homero en que las sirenas, con sus cantos asombrosos, eran capaces de arrastrar tras de sí a quienes siguieran su canto Una campaña electoral es un compromiso con la democracia, una fiesta política que a veces se trueca en gresca y, sobre todo, un paso al frente —¿un paso del Rubicón? — de quienes se comprometen a cambiarnos la vida si depositamos nuestro voto con sus siglas. Dentro de este compromiso, las campañas electorales son el terreno perfecto para la floración de las encuestas. “Cocinadas” o no, las encuestas dan la medida del ritmo de la campaña, del rumbo de las ideas de los electores y, aunque tantas veces difieren del resultado final, les sirven a algunos candidatos para sacar pecho y hacerse ilusiones frente a sus adversarios.

Claro que para que las encuestas se vean o no cumplidas es necesario el paso del Rubicón de la campaña y, sobre todo, del recuento de las urnas. Alea iacta est , dijo César el tópico nos lo repite tantas veces que ha perdido sentido el aguerrido grito. Alea iacta est, parece decir cada papeleta que entra en las urnas.

Por eso, personalmente el día 28 iré a votar temprano —el voto es secreto, aunque a veces se adivinan sus perfiles— y a continuación recluiré en casa con el número 135 de Luz y Tin Ta entre manos. Espero que me dé menos trabajo que este 134 de más de 400 páginas. La suerte está echada. Francisco Trinidad

Fotografía de Portada: Jesús Álvarez

PROMOTOR y DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: José Luis Cuendia, «Guendy» DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Trinidad DIRECTORA DE COMUNICACIÓN: Lola González

Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com moldeandolaluz.com

por José Luis Maylín

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