AL PUJOLS YA NO ES EL MISMO Por Andrés Pascual El dominicano Albert Pujols conectó 37 jonrones este año que recién terminó, cinco menos que la campaña pasada y 10 menos que la antepasada. También dio 29 biangulares, su menor cantidad en 11 años y concluyó con un promedio menos que discreto de .299. Poco consolador para quien, precisamente, había tenido la pasada como la peor con .312. El artillero de los Cardenales empujó a 99 corredores hacia el plato, cantidad no solo mediocre para alguien como él, sino primera con menos de 100 como guarismo. Este año tuvo su peor promedio de embasamiento con .306 y su slugging más bajo con .541; la suma de ambas figuras cayó a .906, buena para Freese, pero inaceptable para quien consideran como el mejor bateador de su generación. Yo no quiero cometer un imperdonable sacrilegio negando las opiniones de casi todo el mundo acerca del quisquellano; sin embargo, tengo la impresión de que fuerzas malévolas lo están expulsando del sitial olímpico en que lo colocó su despiadado bateo y no soy convencional, sino controversial-razonable Pujols tiene 31 años de edad, sexto del período de mejor rendimiento de un jugador (25-35), todavía impone el respeto que se ha ganado a palo limpio; sin embargo, sus números no son los mismos y aparecieron las lesiones que, sospechosamente, han contribuido a que el pitcheo recupere el papel protagónico que le obligaron a perder. ¿Qué le sucede a Pujols? Esa respuesta pudiera estar en las oficinas del Comisionado, único culpable de que se pueda especular con cualquier jugador, tal vez en una caja fuerte especial, con guardias extrañamente celosos para algo que no debería ser casi “un secreto de estado”. Me voy a referir a los números premiados en la lotería de la muerte escandalosa, que solo ha servido para que ejecuten a 6 condenados, porque fueron crucificados e impedidos de hacer realidad cualquier logro a través del beisbol (en los casos de Clemens y Bonds tienen en juego hasta sus integridades civiles), mientras otros 100, que nadie conoce porque quizás
sean golpes que puedan rematar la casi inexistente credibilidad del pasatiempo, todavía bailan como héroes de magnitud infinita, cuando deberían ser tan enanos ante la historia como cualquiera de los que ya descubrieron. ¿Quiénes deben ser los que, con tanto celo, son protegidos de la publicidad correctora porque dieron positivo a tests? ¿Serán dados a conocer alguna vez? Nadie tiene respuestas; sin embargo, los nombres están ahí, lo que pone en tela de juicio la moral de todos los jugadores de las Grandes Ligas; entonces el reproche que se pueda recibir con respecto a “para mi que Pujols la consumió”, basado en “usted no tiene pruebas”, supone la respuesta de “ni usted para negarlo tampoco…” por lo que, visto como un caso judicial por difamación, el abogado defensor solicitaría que se revelaran los nombres en discordia. Yo creo, como cualquiera que lo niegue porque no tenemos pruebas, que Al Pujols es uno de los jugadores que Bud Selig no quiere en letras negras, solo hay que analizar sus números en los últimos dos años y compararlos. A este jugador lo han aplaudido a rabiar porque bateó cinco hits, tres de ellos jonrones y empujó 6 en uno de los encuentros de esta Serie Mundial; sin embargo, no ha podido batear ni un solo sencillo en cuatro, tres de los cuales perdieron y, siendo honestos, esas derrotas se debieron a que el inicialista no produjo. Pero no es un problema de esta serie solo, en el 2004, contra Boston, bateo de 15-5, pero no empujó ni dio cuadrangulares y perdieron. En el 2006, aunque dio un jonrón y un doble, solo empujó dos y promedio .200. Este año lleva 5 hits, incluidos los tres jonrones conocidos y 6 impulsadas en 18 apariciones al home plate para .278. Todavía tiene el juego de hoy para ayudar a los Cardenales a empatar a tres y el otro para ganarla. Además de que dejó el bate en el clubhouse en 4 juegos, cometió un error que hubiera impedido la victoria del club del Salvaje Oeste. Para mi Al Pujols debe estar bajo escrutinio popular crítico, a fin de cuentas, con Bonds y Clemens pretendieron reinventar el pitcheo y el bateo y ya se sabe qué ocurrió, luego, ¿Quién es Pujols para que, por lo menos, no se le vigile de cerca, una vez que parece que perdió el toque supermánico con la estaca en ristre?
Pie de grabado: ¿Consumió sustancias prohibidas? Para mi sí