AUTOESTIMA- ¿QUÉ ES?Cómo desarrollarla La función de los padres y la familia.
Nosotros hemos creado en lo más profundo de nuestro ser una imagen que, aunque no seamos totalmente conscientes de ello, refleja la idea que nos hemos forjado de quienes somos como persona, y cuan valiosos somos con respecto a otros. Sea que se corresponda o no con la realidad, esta imagen es nuestro punto de referencia en relación con el mundo que nos rodea, nos sirve de base para la toma de decisiones, y es asimismo nuestra guía para todo lo relacionado con nuestro diario vivir. La autoestima es lo que cada persona siente hacia sí misma, la medida en que le agrada su propia persona. Tener autoestima significa saber que uno es valioso y digno de ser amado. Valioso porque ser capaz de resolver algunas situaciones con éxito, y digno de ser amado porque al ser una persona tiene derecho a ser amada de manera incondicional. Se trata de que el niño se sienta valioso y querido, no del hecho objetivo de que tenga cualidades o habilidades sobresalientes o de que haya personas que le quieran. Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que un niño con suficientes habilidades y con unos padres que le quieren no perciba estas realidades y se sienta inseguro y poco digno de ser amado. Podemos decir que cada reacción de los demás añade o quita algo de lo que el niño siente sobre su valía. La autoestima se construye a partir de las propias comparaciones con los demás y de acuerdo con las reacciones de los demás hacia él. CONCEPTO Branden (1993), define la autoestima como "una sensación fundamental de eficacia y un sentido inherente de mérito", y lo explica nuevamente como la suma integrada de confianza y de respeto hacia sí mismo. Se lo diferencia de autoconcepto y de sí-mismo, en que el primero atañe al pensamiento o idea
que la persona tiene internalizada acerca de sí misma como tal; mientras que el sí-mismo comprende aquel espacio y tiempo en que el Yo se reconoce en las experiencias vitales de importancia que le identifican en propiedad, algo así como el "mi". La autoestima es un sentimiento de valoración y aceptación de la propia manera de ser que se desarrolla desde la infancia, a partir de las experiencias del niño y de su interacción con los demás. Rechazarse a sí mismo o partes de uno mismo produce un enorme dolor que nos daña emocionalmente. La forma en que uno se percibe y se valora a sí mismo puede cambiar, curándose así las antiguas heridas causadas por el auto rechazo. Este cambio no siempre es fácil. La autoestima no es un estado fijo o rígido, sino que cambia en relación a las experiencias y sentimientos. La autoestima es esencial para la supervivencia emocional, sin cierta dosis de autoestima la vida puede resultar enormemente penosa, haciendo imposible la satisfacción de muchas necesidades básicas. La adolescencia, se convierte en una etapa muy importante en el desarrollo de la autoestima; aunque no debemos perder de vista, que el desarrollo de ésta comienza casi desde el nacimiento.
DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA ¿De dónde surge la autoestima? Los primeros intercambios de afecto entre el recién nacido y su madre y las formas tempranas de cuidados físicos proveen de un contexto de actividad placentera mutua entre padres e hijos. Así podemos considerar un precursor de la autoestima el tener sentimientos corporales agradables. Por ello un bebé que se siente acunado, satisfecho, mecido, cuidado, mirado, que escucha y ve a padres tranquilos, contentos con su presencia se sentirá más seguro y confiado que si no recibe estos cuidados. Es por esta razón, por la cual uno puede suponer que los vestigios de autoestima están íntimamente ligados a través de la vida humana con nuestras
evaluaciones de lo atractivo de nuestro cuerpo y nuestra cara. La imagen del cuerpo que emerge estará asociada con sentimientos de aceptación que le darán al niño la posibilidad de sentirse querido y le proveerán de seguridad, le darán además un sentimiento de pertenencia, el cual es esencial para sentirse valorado. Diversas enfermedades que comprometen al cuerpo, entre ellas las malformaciones, ponen en riesgo desde temprana edad la autoestima de los niños Hacia el segundo año de vida, los niños ya esperan la aprobación de sus padres, están en pleno control de esfínteres y les importa sobremanera las felicitaciones o decepciones que pueden causar en los adultos. Los niños prueban qué pueden hacer y que no, la tarea de los padres consiste en enseñarles a diferenciar entre aquello que está bien y mal en un principio; lo importante es que detrás de las buenas y malas acciones hay un niño o niña que es valioso por sí mismo, y es muy importante tener en cuenta que no que se castiga es la acción, y no la persona. En los preescolares, el juego y la fantasía son las principales formas de expresión y elaboración de las imágenes de sí que tienen los pequeños; es posible acceder fácilmente a su mundo interno y ayudarlos a valorarse compartiendo parte de estas fantasías. A partir de una determinada edad (3 a 5 años) el niño recibe opiniones, apreciaciones y también críticas, en circunstancias pueden ser destructivas o infundadas, acerca de su persona o de sus actuaciones. Por consiguiente el primer bosquejo de quién es él proviene, entonces, desde afuera, de la realidad intersubjetiva. Si bien, durante la infancia, los niños no pueden hacer la distinción de objetividad y subjetividad. Todo lo que oyen acerca de sí mismos y del mundo constituye una realidad única. En los escolares, los desafíos se van a centrar en el rendimiento académico, las relaciones sociales y las actividades extra escolares (deporte, arte, etc.). En esta etapa cuando surgen muchos cuestionamientos, ya se ha establecido el tema del "éxito" y los chicos realizan comparaciones por sí mismos. Por ello resulta importante dar a los niños oportunidades de explorar distintas
actividades para que fortalezcan aquello en lo que tienen más talentos, la mirada y los juicios de los adultos siguen siendo importantes y es fundamental apoyar el desempeño escolar si es que lo requiere. El aprendizaje es un camino que conlleva tanto éxitos como fracasos; que el niño sea capaz de tolerar sus derrotas y dolores, mantenerse activo y volver a intentarlo es una meta fundamental a la que debería apuntar la educación en sus objetivos transversales. El adulto es el responsable de estimular la motivación de logro, estimular y acompañar en los momentos en que las cosas parecen difíciles, valorando los esfuerzos, ayudará al niño a sentirse más seguro y por tanto a tener una mejor autoestima. En la época escolar los niveles de autoestima se ven afectados aún más por la adquisición de habilidades y de competencia, especialmente en el desempeño escolar, como así también en las relaciones de amistad y en los deportes. En esta etapa la autoestima se ve profundamente afectada por los éxitos y los fracasos en tres áreas específicas de la vida del niño: La lectura es una habilidad crucial a obtener en el inicio de los años escolares. La capacidad de leer adecuadamente está íntimamente ligada con la autoestima, la lectura no sólo es la mayor demanda en el niño en los primeros años, sino el punto de apoyo para el resto de su aprendizaje El no poder tener amigos o ser rechazado por ellos por sus incapacidades los lastima profundamente en su autoestima. Poseer alguna habilidad artística o deportiva Podríamos decir que los retos para la autoestima en los años escolares son: 1) el rendimiento académico y 2) el ser exitoso en las relaciones con los grupos de amigos de la misma edad, ya sea individual o grupalmente, y .3) el ser competente dentro de una actividad deportiva o artística. Debería existir un balance óptimo entre las necesidades de gratificación y las frustraciones realistas en la infancia, para la formación de una estabilidad posterior en la regulación de la autoestima. La frustración óptima provee de un almacén de confianza en sí mismo y una autoestima básica que sostiene a la
persona a través de la vida. Las experiencias nocivas y dolorosas colaboran a una
autoestima
negativa.
En la adolescencia se incorpora fuertemente la parte física y el ser atractivo para otros, especialmente del sexo opuesto, es un eje en torno al cual gira la autoestima. Ya hay una mirada propia, a veces muy crítica y que parece que se nos escapa de las manos; por más que le digamos a nuestro hijo o hija que es atractivo esto no tendrá credibilidad si no lo comprueba por sí mismo. Tal vez el mayor desafío para los padres en esta etapa es aceptar que desean ser autónomos y que el grupo de pares a veces puede tener más peso que nuestra opinión. En esta etapa los jóvenes valoran que seamos confidentes de nuestros propios momentos de autocrítica y de cómo los superamos, de los bochornos que también pudimos haber vivido a esa edad. Sin pretender imponer nuestra visión de ellos, debemos aceptar ciertos cambios (muchas veces violentos) en su apariencia, gustos e intereses, ya que están en un período de búsqueda de su propia identidad. Si bien no hay que dejarlos solos, es necesario confiar en que hemos entregado todo para que esta etapa transcurra lo mejor posible y que ahora este hijo tiene algo que decir de sí mismo; esperemos que vaya en camino de tener una imagen relativamente integrada de sí y que prevalezca la autoestima positiva sobre una negativa.
Condiciones básicas de la autoestima. La autoestima se alcanza por medio de: 1. El desarrollo del sentido de pertenencia. Dependiendo que tipo de familia tengamos así vamos a desarrollar la pertenencia 2. El desarrollo del sentido de singularidad . Cada persona es única, tiene sus propias normas de vida y sentimientos por lo que es necesario que cada uno de nosotros descubramos y apreciemos lo que valemos, de esa manera valoraremos a los otros.
3.El desarrollo del sentido del poder. Todas las personas desean alcanzar ciertas metas en la vida, las mismas se alcanzan de acuerdo al potencial que hay en cada uno de nosotros y el esfuerzo invertido. 4.El desarrollo de modelos. La etapa de la adolescencia es tal vez la más importante para tener puntos de referencia o modelos, los mismos proporcionan patrones de conducta al joven que introyecta en su vida, los cuales le ayudan a formar su propia escala de valores, objetivos e ideales necesarios en el proceso de consolidar su identidad.
¿Cómo se manifiestan los problemas de autoestima en un niño? Los padres estén atentos para detectar comportamientos que sean muestras de baja autoestima. Para eso, es necesario estar con los hijos, charlar con ellos, e interesarse por sus actividades, dudas, cuestionamientos, etc. Indicadores de baja autoestima Si bien durante su desarrollo los niños pueden presentar algunas alteraciones de conducta, debemos estar atentos a aquellas actuaciones que persisten y se convierten en comportamientos casi crónicos. •
1) El niño empieza a evitar actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso.
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2) El niño comienza a engañar , o mentir y le echa la culpa a los demás;
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3) Por no confiar en sí mismo y en su capacidad, se hace el pequeño delante de los demás.
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4) Se vuelve agresivo o violento, y extremadamente tímido.
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5) Se niega a todo y se muestra frustrado delante de cualquier situación
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6) La opinión ajena domina sus decisiones.
7) Cuando esto ocurra los padres no deben dudar en acercarse e intentar ayudarlo. Recordemos que el apoyo de la familia es lo más importante, Si se advierte que la situación se escapa de las manos no hay que dudar en hacer la consulta especializada. El
papel de la escuela también es importante ya que es la que debe tener habilidad y medios para identificar el problema y a ayudar al niño en dar una salida a estos sentimientos Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desanimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. Es por ello que el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños. Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos suelen llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, sino también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos, hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares. Indicadores de una buena autoestima 1) El niño demuestra el deseo de intentar cosas nuevas, de aprender, de probar nuevas actividades;. 2 Se muestra responsable de sus actos 3) Tiene comportamientos pro-sociales 4) Manifiesta confianza en sí mismo y en sus capacidades; de colaborar con los demás; de reconocer sus errores y aprender con ellos. SUGERENCIAS PARA FOMENTAR LA AUTOESTIMA ·
Sea tolerante y flexible.
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Valore a su hijo por lo que es y no de acuerdo a sus expectativas.
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Evite comparar a sus hijos, y alabar excesivamente a los hermanos.
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Alábelo por sus pequeños logros sin caer en el exceso.
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Enséñale a aceptar los cumplidos con naturalidad y a dar las gracias por ellos.
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Dele responsabilidades, lo ayudarán a
independizarse. ·
No permita que entre hermanos se ridiculicen.
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Bríndele apoyo para que desarrollar algún talento
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Cuando lo rete refiérase a su conducta y evite atacar a la persona.
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Esté atento a las habilidades de sus hijos y desarróllelas.
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Hable en forma positiva.
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Evite amistades negativas.
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Búsquele actividades complementarias.
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Dedique tiempo a solas con cada uno de sus hijos, ya que ello le permitirá conocerlos y manifestarles su cariño a cada uno de sus hijos por separado., asimismo esto le permitirá fortalecer la individualidad de cada niño por separado.
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Sea un ejemplo recuerde que los niños aprenden lo que ven..
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Ayúdele a compensar, es decir, descubra los puntos fuertes de su hijo y ayúdele a sacar provecho de ellos.
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Enséñeles valores, inculque el respeto a los demás, la compasión.
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Enséñeles el significado del valor personal y cómo deben preservarlo
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Permítale expresar sus sentimientos negativos
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Edúquelos a expresar sus sentimientos de forma constructiva.
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Recuerde que debe existir respeto y amor entre usted y sus hijos.
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Tenga en cuenta que tanto el padre como la madre deben de tener la misma autoridad.
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Converse con sus hijos, juegue con ellos
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Exprésele su cariño con contacto físico., sea cariñoso.
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Las palabras de aliento y afirmación son necesarias para la autoestima
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Preste atención a sus demandas.
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Nunca lo avergüence si no consigue hacer algo.
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Dele opciones para que aprenda a elegir y para que sepa que tiene derecho a opinar:
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Hágale saber que cree en él y que siempre le apoyará.
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Valore sus logros, si hace bien un problema de matemáticas o se aprende un tema de historia dígale que ha hecho un buen trabajo.
Dra. Marta Susana Martín Psicóloga Clínica direccionsanpablo@telviso.com.ar INICIO http://ar.geocities.com/adecestem/msm8.htm