Felix molina

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Universidad de Costa Rica

Facultad de Bellas Artes

Escuela de Artes Plásticas

“De taller en taller aprendí: La vida de Félix Molina, sastre peruano”

Hawi Castañeda Willca

Prof. Ángela Hurtado

B11529

II Ciclo, 2015


A continuación se expondrá cronológicamente la trayectoria de vida de un sastre de tradición peruana, quien migró a Costa Rica trayendo consigo una especialización muy particular: el escalado de moldes. El ensayo, tiene como ejes transversales la producción, la difusión y el consumo de una moda que cambiada al mismo tiempo que se transformaba su contexto. El énfasis de la investigación se orienta a desentrañar el oficio de la sastrería artesanal, hasta la confección de prendas para la industria textil, tomando en cuenta el cambio cultural y las transformaciones de la técnica manual a la manufactura industrial del textil. El análisis presentado se deriva de una entrevista que se realizó a don Félix Molina Cuti, en su casa de habitación en Pavas, el día 10 de Octubre. Se acompaña también de una revisión bibliográfica, pero se rescata más que todo la historia y el relato de vida de “Chino Felix”, como es mayormente conocido, quien resalta por ser siempre formal, siempre muy bien vestido, Felix Molina no ha dejado de elaborarse sus propios trajes elegantes de saco y corbata, al estilo sastre, por ende, el traje se convierte en un reflejo de su misma vida. Primero hay que caminar por un pasillo oscuro, antes de llegar a la puerta de la casa de Félix Molina y su esposa doña Clida (de Huánuco, Perú). Al entrar lo primero que se ve es la cantidad de papeles, bolsas de telas, tijeras, cinta métrica, ropa sobre una mesa, reglas, retazos y demás artefactos que indican que esa es la mesa principal del hogar, pues es el centro de producción y confección de este personaje. Una sala, un dormitorio, y una concina son parte del conjunto habitacional que compone la casa de don Félix, pero no cabe duda que lo que más resalta es el espacio destinado al oficio , que le permite desarrollar la labor actual, ser sastre. Según indica Hernández (1999) -quien investigó sobre la labor del sastre-, en Costa Rica, desde décadas atrás han aparecido algunos talleres de importancia, en la mayoría de los casos, el sastre labora en casa y por ello su visión de la vida en esencia es la de su trabajo .(pág. 89) “De taller en taller aprendí” El oficio del sastre en Perú Antes de empezar el relato de vida, hay que tener en cuenta que la sastrería como tal fue uno de los oficios que se introdujeron tempranamente en América, pues un sastre vino con Colón hasta San Domingo y:

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(…) como todo trabajo artesanal especializado, la sastrería inicialmente fue una actividad reservada a blancos y luego a mestizos, excluyéndose de su desempeño a negros, mulatos y zambos. El alto costo de los materiales y la dificultad para obtenerlos conferían al sastre una responsabilidad grande. Lo elaborado y complejo de las hechuras incidía en la demora y el cumplimiento de los encargos, que alcanzaban precios considerables.( Martínez, Aida, 1995 pág 75)

Felix Molina Cuti nace en 1942, en un pueblo llamado Acomayo en Cuzco, Perú. “Allá en la sierra quien sabía coser, hacía su taller a la medida”, dice Molina cuando se refiere a los primeros talleres que visitó. Aprender el oficio de sastre era algo que se adquiría por observación y por tradición, si se tenía contacto con algún maestro que pudiera adoptar un aprendiz y enseñarle la labor. Los talleres de sastres en Acomayo eran de carácter artesanal, pues existían labores que implicaban un arduo trabajo manual, labores que Chino Félix empezó desde muy temprana edad: Aprendí observando a la mujer que me crió, yo no crecí con mi madre. A ella yo la vi coser, ella tenía la profesión de haber estudiado. Los familiares que me criaron tenían un taller, yo veía todo lo que hacían. Después de terminar la primaria les ayudaba a manejar la máquina de coser, ahí yo pedaleaba. Es una idea que se me grabó. Para aprender mejor, tenía que salir de la casa, trabajar en otros talleres, porque la técnica se aprendía en otros talleres, yo era operario. Yo veía como se ejecutaba las medidas, cómo se hacía las confecciones. Así yo aprendí cómo se confeccionaba los vestidos, el estilo sastre, estilo falda y saco, porque en esa zona de usaba abrigo de lana y se hacían las capas para los colegios. Las medidas que se tomaban eran medidas de largo, espalda, cadera, cintura, tiro, pero no había tallas todavía, pero se pensaba en tallas según contextura del cuerpo. (Molina, Félix, entrevista 10/10/15)

El proceso de aprendizaje de sastre consistía en visitar otros talleres para empezar a realizar más y más funciones, e irse especializando. Empezó como costurero, dominaba la máquina doméstica, también fue tendedor (de 10 a 12 pulgadas de ancho), trazador, cortador y eso fue lo que lo fue encaminando a descubrir el escalado de moldes. Antes todo era con tijera, después surgieron las máquinas verticales (6 pulgadas) y circulares (1 pulgada), de ahí aprendió la calidad de corte y la precisión, también observó a los trazadores (pintaban sobre la tela con tiza).

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“Ya cambié radicalmente las cosas” De la provincia a la capital Él estudió por correspondencia el escalado de moldes, y fue ahí cuando decidió migrar a la capital, Lima. Chino Félix vislumbra la migración a la capital como un giro necesario es su vida, no sólo por el cambió que implicó el pasar de un proceso manual a uno más industrial, sino por la posibilidad de desarrollarse y especializarse en un área específica: Tuvo que migrar de la provincia a la capital. Allá no era artesanal, era industrial. Era necesario migrar. Estando en la capital se trabaja en volumen. Para ser lo que soy trazador, cortador y escalador de moldes, también estudie por correspondencia. Si no me instruía bien, ¿qué hubiera sacado yo? Sería un simple cortador, que tenía que manejar volúmenes de telas, tendiendo la tela. Pero, lo que me gustaba más era hacer escalado de moldes. Ahí ya me atreví a empezar a hacer muestras de modelo. Eso es lo que actualmente domino. Como yo sabía pedalear, sabía cortar, yo me atreví a hacer muestras de confección de la industria, muestras de modelos. (Molina, Félix, entrevista 10/10/15)

En Lima, Chino Félix conoció a su esposa, quien trabajaba como administradora de una empresa de textiles. Antes de eso trabajó en diferentes empresas en el Perú: Creaciones Anahí (el trazado) Boris S.A (se trabajaba en punto haciendo chaleco de hombres), Confecciones Arlington (donde empezó a trabajar de cortador, primero a mano, luego en máquina vertical), Victoria S.A ( Lima). Una empresa de ropas podía estar conformada por dos administradores, un diseñador de patrones y modelos y unas 25 costureras que se conseguían cosiendo en las afueras de la calle. En Perú había fábricas de hilos, botones, zippers, ganchos de pantalón, todo eso ya los producían ellos, por lo que mucho de esos implementos se conseguía en el país. También recuerdan que los árabes fabricaban tela y que había tela de industria alemana (de blusas y camisas). Especialización y técnica: Escalado de moldes. La llegada a la ciudad implicó un contacto con proveedores de telas, de accesorios, de compradores y vendedores con un gusto influenciado por revistas, medios de comunicación y modas extranjeras. Lima se vislumbraba como una ciudad creciente en el comercio y en la producción comercial, más que todo por la gran tradición que existe en Perú a nivel de

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textil andino. La apertura a estas nuevas perspectivas sobre la moda, las tendencias y las exigencias del mercado, marcaron la especialización y la técnica del escalado de moldes: Se traza una talla básica, se prueba eso como quedó si hay un defecto, se corrige, y se escala, small, mediano, L, 2 XL, de acuerdo a lo que exigen los vendedores. Hay que dar volumen a la talla que más se vende, pero para surtir hay que tirar el tallaje desde small hasta xl, la mayoría son small y mediano, es un modelo como gradería. Hay gente que lo tallan parejo y las tallas extremas se le queda, eso al final es una pérdida. Uno prepara el molde básico y eso se “clicha”. Le dan una orden. Sáqueme de tal talla a tal talla, y después te dan los valores y márgenes del tallaje, una vez hecho se rompe el nido de moldes (todo lo que está amontonado talla tras talla, se separa todo) y así queda individualizado los modelos. (Molina, Félix, entrevista 10/10/15)

La industria textil El periódo en que Felix Molina migra a Costa Rica, se viene con su esposa e hijos, bajo el contrato de una empresa peruana. A nivel de Costa Rica, se venía de una tradición un poco distinta a la peruana. La importación de telas inglesas entre 1856 y 1860 a Centroamérica es una muestra de que se promovió el consumo de prendas a la medida por medio del impulso a la sastrería: (…) la costumbre no era comprar las prendas ya confeccionadas, sino adquirir las telas para componer el traje a la medida. Ricos y pobres seguían esta práctica. La importación de telas inglesas favoreció así el desarrollo de un artesanado dedicado a la sastrería (Vega, Patricia, 2004, pág. 182)

La Estandarización del mercado es un cambio que se da a nivel de producción, el sistema de tallas se pone en auge y se hace necesaria la intensificación en los patronistas y escaladores de moldes para el mercado. Puesto que la atención personalizada del sastre en el taller personal había sido desplazada por las máquinas y la velocidad de la producción en masa. “Entra más tela, más trabajo y se cobra más y lo que tienen que pagar”, es lo que opina Chino Félix, referente al empleo artesanal. Cabe también mencionar que eso se aplicó no solo a quienes realizan ropas por encargo, sino que fue reflejo de un proceso de modernización de las ciudades, pues ingresaron en la industria y se acoplaron al movimiento acelerado de la vida de ciudad moderna:

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Por factores asociados a la modernización de la sociedad costarricense, beneficiada con las mutaciones contextuales de la posguerra, y muy particularmente a raíz de significativos cambios en los patrones de consumo y la transformación de la industria del vestido, la situación de la sastrería empezó a variar en forma progresiva. (Hernández, Carlos, pág104)

La situación actual para los sastres y para la mayoría de personas que laboran en oficios manuales sufren una crisis: “Ahora yo doy servicio a pequeñas empresas, mal pensionado, pero tengo que seguir trabajando”. Cuando se le pregunta Chino Félix sobre algunas recomendaciones para ser buen sastre, nos dice “ser constante en cambiar el modelo”, refiriéndose a no ser estáticos, y dinamizar los estilo y diseños para crear modelos, también “Mostrar no un modelo al gusto de uno, sino un gusto que sea aceptable al gusto de ambas partes (comprador y sastre) Entonces hay que sugerir, sugerir. Y tener el lápiz en la mano”. Sin embargo él es consciente también que con el avance de tecnologías y nuevos avances en la industria, se intentará recortar tiempo, y dejar atrás procesos artesanales que duran más e implican más elaboración. “A mí me desplazó la tecnología, con la computadora, el escalado se hace más preciso”, dice Chino Félix y es así como finalizó el contrato del último lugar donde trabajó en Costa Rica antes de pensionarse.

Bibliografía -Hernández, Carlos (1999) Permanencias y difuminaciones en el mundo del trabajo: una visión de la continuidad y el cambio en la tradición y las trayectorias laborales de los sastres costarricenses. Pág 83-110. Anuario de Estudios Centroamericanos. Universidad de Costa Rica. -Martínez, Aída (1995) La prisión del vestido. Aspectos sociales del traje en América. Planeta Colombiana Editorial. Bogotá, Colombia. Vega, Patricia(2004) De la banca al sofá. La diversificación de los patrones de consumo en San José. (1857-1861). En: Héroes al gusto y libros de moda: Sociedad y cambio cultural en Costa Rica ( 1750-1900). Editor. Ivan Molina. EUNED. San José, Costa Rica.

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Anexos

Chino Felix rebuscando sus viejos manuales, contratos de empresas y revistas de patrones.

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Método completo del cortador confeccionista, “la biblia del sastre”.

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Do単a Clida y su retrato.

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Chino Felix y Clida en su peque単o hogar.

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