La creación

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La Realidad y sus Mitos

CREACIÓN

Primer Mito

H.C. Elías


CREACIÓN Primer Mito de la Realidad

Extracto del libro “La Realidad y sus Mitos” ©H.C. Elías

Registro Indautor 03-2015-072909540400-1


En la última década ciertas palabras como física cuántica, realidad, conciencia, dimensiones, decreto, salto cuántico, ilusión, entre otras se han puesto muy de moda, sin embargo, he notado que muchas de ellas se utilizan con demasiada ligereza, frecuentemente de forma equivocada, induciendo al error y alimentando la ignorancia, y todo por la obtención de riqueza. Si estas personas conocieran el verdadero significado, la esencia misma de los conceptos de los que se valen, a veces de mala fe y en ocasiones solo por ignorancia para obtener dinero, sabrían que son la antítesis de lo que proclaman. En ocasiones se conoce bien el significado de cada concepto y se tuerce intencionalmente, pero en otros, y no se cual es más dañino, ni siquiera tienen la menor idea de las tonterías que afirman al cobijo de ideas, principios y leyes que por haber escuchado algo por ahí, o haber visto un programa en el History o en el Discovery channel, suponen que es suficiente para nombrarse a sí mismos autoridades sobre el tema. Por otro lado hay conceptos cuya definición hemos aceptado como cierta durante mucho tiempo, incluso siglos, pero que a la luz de nuevos hallazgos experimentales nos confrontan con la necesidad de renunciar a ellos y redefinirlos en términos de nuevos paradigmas. En este libro he tenido el valor de llegar al fondo de la verdadera causa de los resultados experimentales, aceptándolos en vez de justificar el que. probablemente no se hicieran bajo estrictos controles, por lo que sus resultados no serían confiables como argumentan algunos, simplemente los vi como válidos y decidí replantear algunos de los conceptos fundamentales que hemos dado por hecho, cuando no es así. Esto me abrió la puerta a una insospechada, extraña, maravillosa, inquietante y fascinante concepción de lo que llamamos realidad. He aquí los mitos de la realidad, unos fundamentados en la ignorancia, otros en el error deliberado y aquellos que por falta de un conocimiento más profundo, se han mantenido y aceptado como ciertos por largo tiempo.


“La creación”

Primer Mito de la Realidad Bajo un esquema de total ignorancia o desenfadada malicia, nos han hecho creer con cínica arrogancia que somos capaces de CREAR la realidad. Pero ¿sabemos que es lo que supuestamente estamos creando? Reflexionen un poco y tratemos de definir que entendemos por realidad. Mientras meditan en esto vayamos al terreno de la física cuántica y al tan mencionado mundo de las posibilidades. De acuerdo a esta rama de la ciencia una partícula puede existir simultáneamente en todos sus estados posibles. Para comprender esto desde una perspectiva más sencilla imaginemos, como en su momento lo hiciera Schrödinger, que tenemos un gato dentro de una caja, si este gato fuera una partícula y la caja su mundo cuántico, en tanto estuviera cerrada, el gato estaría parado, sentado, durmiendo, comiendo, naciendo, muerto, y la caja podría estar incluso vacía, situación que representaría la posibilidad de que el gato aún no hubiese nacido. Esto plantea una lógica distinta pues a diferencia de nuestro mundo, el cual está regido por la “o”, el mundo cuántico lo está por la “y”. En otras palabras, en nuestro mundo el gato estaría vivo O muerto O etc., pero en el mundo cuántico no es así, ya que está vivo Y muerto Y en todo estado a la vez. ¿Qué es entonces lo que hace que la “y” se transforme en “o” al momento en que la caja se abra, es decir, cuando el mundo cuántico se manifieste en el mundo que observamos?, simple, la acción de la conciencia. Cuando la conciencia observa, la nube de posibilidades se convierte en partícula de experiencia. Entonces ¿cómo veremos al gato, vivo, muerto, naciendo?, eso dependerá del deseo del corazón del observador. Otro aspecto importante a considerar es la perspectiva del gato, ¿será capaz de percibirse a sí mismo, será consciente de su existencia, sabrá que coexiste simultáneamente en una infinidad de estados posibles? Antes de intentar dar respuesta a tan inquietantes cuestiones retomemos la idea de realidad. Quizá para algunos de ustedes realidad es todo aquello que podemos percibir por nuestros sentidos. En principio suena bastante bien, pero vayamos un poco más a fondo.


Por un momento imaginen que pierden todos sus sentidos, no tienen vista, oído, olfato, tacto ni gusto. Según nuestra definición de realidad, bajo estas circunstancias, no existiría tal cosa. Simplemente no habría realidad. Pero no entremos en pánico, no todo está perdido, aún conservamos nuestra conciencia. Esta imagen mental sugiere que la conciencia es anterior a la realidad, sin embargo, antes de aseverar tal cosa, vale la pena meditar un poco sobre ello. Recordemos que bajo estas circunstancias, somos como el gato dentro de la caja, el que no podamos percibir la gama de posibilidades que conformaran nuestra realidad, no implica que no existan. Desde este punto de vista, ni la realidad es anterior a la conciencia, ni ésta a la realidad, sin embargo la realidad relativa sí es anterior a nuestra capacidad de percibirla conscientemente. Como nota cabe mencionar que la realidad relativa es la que resulta de la observación que realiza la conciencia sobre la historia posible más probable, no así la Realidad Única o Absoluta. Esto deja en claro que la realidad no es asunto de percepción, sino de observación, adquiriendo además, un carácter de relativa. Bien, parece que todo está resuelto, sin embargo aún hay más, pues resulta, de acuerdo a la lógica cuántica, que el gato ni siquiera existe en tanto no es observado. Así que, la pregunta es, ¿sabrá esto el gato?, ¿sabrá que no existe en tanto no es observado? Vayamos a fondo en esto, igual que lo hiciera Alicia cuando siguió al conejo por un agujero cada vez penetrando más y más en él. Cuando realizamos la pregunta acerca de si el gato sabía que no existía en tanto no es observado, la planteamos desde una perspectiva equivocada, en virtud de que estamos haciendo el cuestionamiento desde nuestro punto de vista que es el del observador, donde la existencia la estamos asociando a la observación del gato. Si no observamos al gato, entonces asumimos que no existe. Sin embargo esto solo es cierto desde nuestra perspectiva. Pero desde la perspectiva del gato, el está consciente de su existencia aún si no participa en un contexto excluyente, es decir, en alguna realidad específica o relativa. Lo que ocurre es que el gato se percibe así mismo simultáneamente en todos sus estados posibles. Pero percibir todas las posibilidades como una superposición de “realidades relativas” no diferenciadas sería muy similar a percibir nada, tal y como lo supusimos inicialmente cuando imaginamos que todos nuestros sentidos se hubiesen desconectado.


Con el fin de lograr una mejor comprensión de esta idea imaginemos que cada posibilidad es un sonido, o mejor aún, una sinfonía. Supongan que escuchan la 5ta. Sinfonía de Beethoven, sin duda podrán identificarla claramente, pero al mismo tiempo escuchan la 40ta. Sinfonía de Mozart, habría cierta confusión y ya no será fácil identificarlas, luego escuchan alguna canción de los Beatles y así sucesivamente, al final y después de una infinidad de melodías solo se escuchara un zumbido, y luego incluso, este dejará de ser perceptible produciéndose la sensación de silencio. Para que cada conciencia individual sea capaz de percibir conscientemente y de forma diferenciada una realidad en particular, es decir, dejar el mundo de la “y”, para entrar en el mundo de la “o “, requiere de otra conciencia que la observe. Si para observar requerimos ser observados, entonces este proceso nos lleva a inferir que en última instancia debe existir una Conciencia u Observador Final, el cual conoce el infinito de posibilidades de todo lo observable, de igual forma que nuestra conciencia conoce una infinidad de posibilidades o estados posibles del gato dentro de la caja. Es así que la Realidad Relativa o Individual no es una cuestión de CREACIÓN, pues a pesar de no ser percibida coexiste con la conciencia, recordemos que el gato, aún sin saberlo, participaba de una infinidad de posibilidades que él ¡no CREO! Lo anterior nos lleva a una inquietante pregunta ¿acaso la existencia de cada individuo depende del deseo del corazón de quien lo observa? Antes de intentar dar respuesta a esta perturbadora pregunta, debemos recordar que existe un Observador Final o Conciencia Primaria, dado que en ella se encuentran contenidas todas las posibilidades así como cada conciencia individual, podemos decir que es omnipresente, omnisciente, omnipotente, que tiene vida y ya que lo abarca todo es claro que trasciende nuestros conceptos de espacio y tiempo. En virtud de esto último y por una confusión comprensible, se le han adscrito los atributos de ser infinita y eterna. En arameo la expresión Jaye D´Lalam se ha traducido erróneamente en todas las Biblias como Vida Eterna, sin embargo, jaye es una palabra en plural, por lo que la traducción correcta debe ser, “Las Vidas del Eterno”. De esta forma podemos ver, desde una perspectiva diferente, que la conciencia individual cuya esencia es la misma que la de la Conciencia Divina no goza de vida eterna, sino que participa de las Vidas del Eterno. En otras palabras, la conciencia individual puede participar de la percepción-observación consciente, subconsciente e inconsciente de la infinidad de posibilidades inherentes a la Conciencia Divina.


Por otro lado, de la física cuántica sabemos que las posibilidades no elegidas no se desvanecen sino que, dependiendo de si son observadas por otras conciencias, pueden dar origen a existencias o realidades paralelas. Esta Conciencia Divina es la Única Realidad, en la que, a manera de superposición de estados posibles, están contenidas ¡absolutamente todas las historias posibles! Y es debido a esta superposición que este estado de Todo se asemeja a un estado de Nada. Es así como tenemos una Conciencia Divina que observa simultáneamente a todas y cada una de las conciencias individuales en todas y cada una de sus posibilidades, acción que define lo que llamamos región cuántica y una “multitud” de conciencias individuales observándose unas a otras convirtiendo la observación simultánea en secuencial y diferenciada, o en otras palabras, experimentando una realidad a la vez, dejando así la simultaneidad, para entrar en el terreno de las secuencias temporales. A pesar de que las conciencias individuales solo pueden experimentar consciente, subconsciente o inconscientemente una realidad alterna a la vez, la observación es realizada por la conciencia simultáneamente sobre todas sus historias posibles, esto implica que cada realidad es sujeta a ser experimentada secuencialmente una vez que la percepción de la “actual” ha cesado. Es, en este sentido, que la conciencia individual participa de las Vidas del Eterno. Cuando Yahshúa (Jesús) decía que debemos amar a Di-s sobre todas las cosas y a nuestro próximo como a nosotros mismos, nos quería dar a entender que solo con amor la conciencia individual es capaz de participar conscientemente de las Vidas del Eterno, o de cada realidad alterna bajo un esquema de gozo y no de sufrimiento. Y como el bienestar de cada conciencia individual depende del deseo del corazón de la otra, el bienestar del otro es el bienestar de uno mismo. Pero ¿qué sucede si el deseo de nuestro corazón no está ligado al amor? Este tema es tan interesante, profundo e importante que más adelante lo trataré ampliamente. Retomando la pregunta que nos llevo a todo esto, es decir, aquella acerca de si la existencia de cada individuo depende del deseo del corazón de quien observa, bueno, yo creo que después de todo esto es claro que la respuesta es ¡SI! La existencia entendida como la participación, percepción y compresión de la realidad experimentada consciente, subconsciente e inconscientemente es el resultado de una interacción de observación múltiple y no de un acto de creación.


Ya que la observación está vinculada al deseo del corazón y este deseo es la manifestación sensible de aquello que verdaderamente somos, la percepción-observación de nuevas realidades estará en función justamente de esto. Lo que implica que si queremos mejorar nuestras circunstancias, bastará con ser mejores personas, y esto conlleva un auténtico cambio de corazón. Todo Gran Maestro sabe que los cambios en el cosmos, la naturaleza, la sociedad, no provienen del exterior, no se logran con decretos, leyes, acuerdos, acciones impositivas, guerras, conflictos, sino que provienen sin excepción del interior, es decir, de los corazones de los individuos. ¡La felicidad de un pueblo no se alcanza imponiendo leyes que salvaguarden la paz, sino cuando cada individuo es capaz de transformarse en paz! Así que en última instancia las realidades alternas no son cuestión de creación, sino de transformación, en tanto la existencia dentro del marco de una realidad específica lo es de la observación-percepción. Todo este proceso puede resumirse en 3 pasos: Existencia Paso 1 En un principio la conciencia coexiste con una infinidad de realidades alternas simultáneas que por percibirlas sin poder diferenciables le son “imperceptibles”. Esto significa que en este punto la conciencia sólo es consciente de sí misma, en virtud de que aún no ha experimentado la percepción diferenciada, es decir, la percepción de una realidad en particular, es en este sentido que desde la perspectiva de un observador externo dentro del marco de una realidad específica aún no existe. A esta existencia la denominaré inmanente. Pero desde la perspectiva del Observador Final o Conciencia Divina, la conciencia individual existe simultáneamente en todas sus historias posibles. Esto es lo que permite a la conciencia individual ser consciente de sí misma. A este estado lo denominaré existencia trascendente. Es interesante notar que cuando hablo de existencia inmanente menciono realidad relativa, y cuando me refiero a existencia trascendente lo ligo con historias posibles. Esto es debido a que la observación como acto de “materialización” de una historia posible para dar lugar a la realidad relativa, solo le pertenece a la conciencia individual.


Paso 2 Se da la interacción con otra conciencia la cual observa a la primera trayéndola a la existencia dentro del marco de su realidad relativa. La conciencia observada ahora es capaz de observar, es decir, de materializar una realidad relativa que pueda percibir y experimentar bajo el marco del espacio tiempo. La realidad relativa de la conciencia observada puede contener fragmentos de la realidad relativa de la conciencia que observa, aunque no necesariamente. Ahora la conciencia observada existe dentro del marco de una realidad específica y que es la misma que en la que el observador existe, aunque percibe y experimenta mayormente la realidad relativa que ella misma observa, trayendo, análogamente, a otras conciencias a la existencia dentro de su realidad relativa. Realidad Paso 3 Esta realidad inicial retroalimentada mediante percepción va conformando el ser de la conciencia que observa, provocando cambios en ella. Pero como la historia posible más probable es un reflejo de lo que somos, un cambio en la esencia de la conciencia o ser, modificará mediante la observación de la historia posible más probable su realidad relativa percibida, en otras palabras, es como si sintonizáramos en el receptor de la radio una estación diferente. Este proceso de retroalimentación ocurre a cada instante, trayendo como consecuencia que la realidad relativa percibida se forme de “fragmentos” observados de las diversas historias posibles predeterminadas dentro del mundo de las posibilidades. Veamos el asunto de la realidad desde la perspectiva de la conciencia observada. Observador Final

Realidades alternas de la conciencia observada

Observadores de cada realidad alterna de la conciencia observada Para la conciencia observada su realidad se compone de fragmentos de realidades alternas, mismas que no son identificables como diferentes para ella, pues desde su perspectiva en vez de una línea quebrada pareciera una recta, es decir, momentos


secuenciales dentro de una sola y única realidad que, como ya mencioné, piensa erróneamente que va creando. Es desde la perspectiva de la Conciencia Divina u Observador Final que la realidad percibida por la conciencia observada se ve como la unión de diversos fragmentos de realidades dando la impresión de una línea quebrada en lugar de recta. Fragmentos de realidades alternas no percibidos por la conciencia observada

Observador Final

Realidades alternas

Ahora veamos la realidad desde la perspectiva de las conciencias que observan. Observador Final

Cada conciencia que observa tiene su propio entramado de realidades alternas, mismas que pueden coincidir entre sí y desde luego con las correspondientes a la conciencia observada. Las diferentes conciencias que observan pueden no solo observar los fragmentos de realidad relativa en los que participa la conciencia observada en virtud de que reflejan su verdadero ser, sino también “fantasmas” o “siluetas” de esa conciencia dentro de cada una de sus realidades alternas. Si observamos la figura anterior, la conciencia roja (observador) observa dos fragmentos de realidad de la conciencia azul (observada), fragmentos de los cuales la conciencia


observada está consciente. Lugo la conciencia anaranjada (observador) observa de igual forma un fragmento de la realidad de la conciencia azul (observada), de la cual está consciente pero también un fragmento de la misma conciencia azul (observada) de la cual no está consciente (en la figura conserva la forma de la conciencia azul pero está rellena del color del observador (naranja)). La conciencia oro (observador) observa también un fragmento de la conciencia azul (observada) de la cual es consciente. Otra cosa que notamos es que en esa realidad alterna hay dos fragmentos de conciencia azul que aparentemente no son observados (estrellas sin relleno) y por tanto no existen en ninguna realidad, sin embargo, si lo son, ya que siempre son observados por el Observador Final o Conciencia Divina, dándole así un cierto nivel de existencia de la cual la conciencia azul (observada) tampoco es consciente no existiendo en la realidad de ninguno de los observadores. Resumiendo, tenemos que la conciencia observada es consciente de algunos fragmentos de sus realidades alternas y de otros no. Además los fragmentos observados de los cuales no es consciente la conciencia observada, pasan a ser parte de la realidad del observador. También es importante no perder de vista que aún los fragmentos de realidad no observados por más conciencias que la Conciencia Divina existen desde la perspectiva de esta Conciencia. Dado que la conciencia que observa también es observada, la realidad relativa o realidad individual se forma por la superposición de ambas. Esto significa que la conciencia percibe consciente, subconsciente o inconscientemente la realidad que refleja su ser, así como otras conciencias que coinciden en esa misma franja de realidad siendo conscientes o no de ello, incluyendo también algunos “fantasmas” de esas conciencias. De esta forma resulta claro que las Vidas del Eterno o Única Realidad es absoluta, en tanto las realidades individuales o alternas son relativas. En este sentido puede decirse que cada conciencia porta su propia realidad, pero solo existe, participa o interactúa con otras conciencias si es observada por estas. En el camino a través de las Vidas del Eterno, la realidad individual es el reflejo del ser bajo la observación de la conciencia de la historia posible más probable, en tanto la percepción es realizada por la conciencia a través de los sentidos físicos y de forma extrasensorial. Esta actividad ocurre en el cerebro mediante procesos químicos, eléctricos y cuánticos. Einstein decía: ¿cómo puedo saber que la luna existe cuando no la observo? Bien la respuesta en este punto es simple, primero observar y percibir hemos visto que no son lo mismo. Por otra parte el observador es el que trae a la existencia un objeto a su propia realidad. Cuando el objeto no es observado por un observador, no existe en su


realidad, en tanto si existe en las realidades de otros observadores que la estén observando. Aún si ninguna conciencia la observa, sigue existiendo pues en última instancia siempre es observada por la Conciencia Divina u Observador Final. Cabe aclarar que todo aquello que es observado por la conciencia Divina posee una existencia trascendente pero esta existencia no se “materializa”, sólo la inmanente. Esto significa que la “luna” siempre existe de forma trascendente, pero no siempre en la realidad de los observadores, necesita ser observada por la conciencia individual para “materializarse” y participar en cada realidad relativa. Cuando es observada por la conciencia individual se materializa existiendo en su realidad relativa, pero cuando es percibida y esta percepción conlleva sensaciones y pensamientos, adquiere para la conciencia que observa un carácter de “real”. Cabe mencionar que la conciencia observa al objeto, en este caso particular “la luna”, tal cual es en su totalidad, pero debido a que la percepción involucra una serie de “filtros”, tal como veremos más adelante, solo la percibe parcialmente, por esto, a pesar de que todo observador “observa” lo mismo, todos perciben de modo distinto. Ahora cuando pensemos en conciencia, historias posibles, realidades alternas, sabremos que todo cuanto podemos ser al participar consciente, subconsciente, e inconscientemente de las Vidas del Eterno, ha estado ahí siempre y que los conceptos de existencia, materialización y realidad a pesar de estar íntimamente unidos, son distintos.



Ingeniero Físico con especialidad en física cuántica por la Universidad Iberoamericana (UIA). Creador de la Teosofía Cuántica. Ha realizado estudios de Hebreo Bíblico en la Universidad de Jerusalén (en línea). Ha estudiado Sagradas Escrituras, Evangelios Apócrifos, Kabbaláh, Geometría Sagrada, antiguos manuscritos sumerios y egipcios, Decodificación Biológica de las Enfermedades, entre otros más. En la actualidad cuenta con 64 publicaciones. elias.hiram@yahoo.com.mx


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