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EI BURLADoR DE SnwTT¡ Y COIWIDADO DE PIEDRU{,
DE Trnso DE MoUNA
Supramo
JonNaoa
PRTMERA
Nl¡or¡s, DowluaN Isabela descubre el engaño
a. n"*i¡aaó
-después del amor con quien ella cree
de don Juan
que es el duque Octavio- q¡,riere encender una vela para contemplar el rostro de su amado. El hombre no se lo permite y huye. Isabela comprende qge ha sido burlada. Advertidos por los gritos de Isabela, el rey de Nápoles y don Pedro Tenorio (embajador de España) salen al encuentro del burlador, crrya identidad es imposible de reconocer en la oscuridad de la noche. L" g.*dia le rodea. El hombre amenaza de muerte a todo aqr.rel que se le acerqr,re y desafía a don Pedro poniendo en duda que se atre a detenerle él solo. Don Ped¡o acepta el reto y quedan solos en escena.
El burlador aprovecha la oportunidad
p* do-
cubrt su identidad: es don Jr-ran Tenorio, sobrino de don Ped¡o Tenorio. Don Juan
lntenrención del eurbqjador.
Hüida de don Juan
ocplica lo sucedido: fingió ser el duq¡re Octavio y «engañé y gocé a Isabela, la duguesa". §u tÍo le reprende y ceru¡ura Don Juan había burlado en España a otra mujer, por lo gue su padre se vio obligado a alejarle de Castilla y enviarle a Nápoles. Don Juan invoca los lazos de sangre q¡re les unen y finge humillarse a¡rodillándose a sus pies. Conmovido por tal actitud y, sobre todo, teme-
rI 2II
tq
SI.JMARIO
q
SUMARIO
roso de verse complicado (por su parentesco con el burrador) don pedro facilita la huida de don Juan, que salta por un balcón. Antes, su tío le propone clue se esconda en sicilia o en Milán, mientras se olvida el caso. §in embargo, don Juan parte inmediatamente para España.
Octavio no puede creerlo
É ü
y
.iAnahe con Isabela
Don Pedro acude a explicar al rey lo sucedido,
para defender a don Juan
pero tiene que engañarle:
"t
palacio?... EstoY loco.
Don Pedro le invita a huir para Protegerse a sí mismo y a don Juan y para evitar Ia prisión de r¡n inocente. Octavio decide
Por el balcón de [a huerta se arroja desesperado. §iguióle con diligencia
tu gente; cuando
¿es Posible
que Isabela me ha engañado f qrt *i amor ha burlado? [...]
t,nbr" Don Ped¡o eagaña al rey
exPresa su dolor:
&ñor marqrés,
s
a
,,/--'
PWBLO DE PE§CADORE
Levantóse, y al decir los soldados: *¡Muera, muera!'!, bañado en sangre el rostro, con tal heroica prestez:¡ se fire, que quedé confuso.
Enqr y la valentía de los soldados.
lu{re
lvER§O.S i7s-1044)
Sin
Octavio:
dice qr:e es el duqr.re Octavio, engaño Y cautela'
El relato de los hechos
es tan claro que el rey decide interrogar a Isabela. El monarca prirece
haber juzgado ya el caso porque no permite contestar a la mujer. Luego ordena detener a octavio para que resfaure
el tgnor de la dama casándose con ella. A pesar de la ofensa r"ciuiH,-k"bela expresa en un aparte su alegría por esta reparación matrimonial. Don Pedro facilta la huida del duque
Mientras tanto, el duque Octavio se encuentra desvelado. El amor no le deja dormir. Su criado Ripio recrimina en tono jocoso el comportamiento dé su señor: si él ama a Isabela y ella le a¡na, no tiene por qué
estar desvelado. La llegada de don Pedro intem¡mpe Ia conversación y res llena de asombro. Tras relatar los hechos *{eformados según 5u 66¡ysni¿¡6iadon Pedro le comunica que el rey ha ordenado su detención, pues, hice prender la duqr¡esa,
"'-a
Tisbea se burla del amor
G
ioven y atractiva pesca a la orilla del mar: (Iis-
b.;'ñ¿;h:l*E=f ái"*@Tisbea
-1*:-,:::::::T: ríe de lospescadores
se
q¡re estiín erramoiados de ella y se §iente-orgullosa por despreciar el Atrnque elogia a Anfriso, un Pescador l¡¡e,se }la enamorado de ",*ot... ella, se burla del sufrimiento que padece Por sus desdenes: que hallo grrsto en su¡ Peftui y en srrll infiemos gloria.
Todas por él se mr¡eren, y yo, todas las horas' le mato con desdenes.
Naufragio de don ]uan De improviso, puede ver qr;a3-Sjos naufraga y Catalinón crn$ un barco. En él viajanéo lryy¿'sú el sXvdento CataTrnón: Tisbea nos M por don Juan de su criado y cómo, ya casi en la orilla, desfallecido el caballero, Catalinón le ayrda a salir del ma¡' Catalinón, quejándose por el agr.ra que ha tragado, rePara er! el desvanecimiento de-dár-t Jrrat; te*. Por su vida. Tisbea acude en su ay'rda y pregunta por la identidad del caballero' Por cuya salud se interesa' TIsBEA.-¿Quién e§ este caballero? C^TALNÓN'-ES hijo aqr:este señor del camarero maYor del reY [...]
I'ff§,T!3Tot*lÍü*,."
Tnnea.-¿Cómo se llama?
el
q¡.re
la
gozó.
CATALtr'¡ÓN.- don Juan Tenorio
con mano de esposo
NN luA(BUyA (r"5
luter En un pueblecito de Tarragona, una mligr
La mujer, que es Isabela [...]
Interrogatorio de Isabela. Detención de octavio
y marchar
salieron
como en¡cncada culebra,
tr?J::
esq¿Par
EspaIia.
por esa vecina puerta, le hallaron agonizando
Como se v9, deja a salvo el embargo, no duda en ffial
21
I I
N §UMARIO Hospitalidad de Tisbea
Don Juan recobra el conocimiento. Le
§(I{ARIO sor-
sientearraídaqoldonrJ,i:t*flni:f,:Tfi :_Ti?ill"]Í;,
y ofrecen su colaboración. Hacie_ndo gala de ."
El abandono Ie hace sentir vergüenza, deshonra y dolor. Por eso repite
jl
su lamento:
ttpiáia"a, fi"U"" f.*
¡Fuego, fuego, zagales, agua, agua! ¡Amor,-clemencia, qt¡e se abrasa el almal
pone trasladar al caballero a su cabaña y acogerre.o..ro hre.p"d, *quá mi -
padre gusta mrrcho/desta debida piedad,. los pescadores acuerdan organizar un baile para esa noche, ,_Ygttatasegr¡ra a su criado que esa misma noche gY\ T@
[ul¡gtá
"
,-\ /
Entre sus lamentos, se desliza una reflexión qge enciefra una moraleja: Tisbea, Ia qr.re s1!gt!E!a de los hombres que se enamoraban de ella' ha sido burlada. r-
Yo soy la que hacía siemPre de los hombres burla tanta; qye siempre las que hacen bula,
Don Gonzalo de IJlloa ante el rey
de unas vinas rronrerizast",T" "*,?iS?"HH: pone en boca de don Gonzaro una minuáosa -boaTirso q¡re da a la
Tisbea
vienen a quedar burladas. Engañóme el caballero debajo de fe y pdabra de marido, y profanó mi honestidad y mi cama.
para el intercambio descripción de Lis-
acción un ritmo lento. con ello el autor corr"ig,ru impacientar al espectador, que desea con@er lo que está sucediendo entre don Juan y Tisbea. Durante la conversación, el rey agradecimiento por los servicios -enAna prestad6s- dispone la boda de doña hija de-don Gonzale-la como una gracia con don Juan Tenorio, lo que debe ser entendido del rey hacia don Gonzalo. Don Juan burla a
23
En medio de su desesperación proclama su deseo de ir a la corte para pedir venganza al rey. La jomada primera concluye cuando, enajenada, ri.u"" se ¿uroja al ma¡ para apagar el fuego que le "abrasa el alma".
'n¡,eL
La acción nos conduce nuevamente al pueble_
cito de Tarragona. Don Juan ha puesto en marzu plan para burla¡ h¡íbito antiguo míá,_ a Tisbea. $a -"burlar/es Cataiinón prepTa dos caballos para la huida. Leieprocha su ingg!&ud con Ia muchacha y-le advierte que podrrí 5s¡ d".p,ñTh muerte en el.juicio divino. Don Iuan ."pti." co., "f.ftadoüiffi llue se convertirá en est.ib'iÍffi6.", *¡q,ré largo me lo fiáisl,. catalinón se retira y llcga Tisbea, guá confiesa su arnor a don Juan. El caballero le hace una faka promesa de matrimonio. La muchacha se le gntrega, aunqge antes le advierte que nhay Dios y qtre hay muerte,. Don Juan contesta con su estribillo "¡qué largo me lá á,ii.I", entrando en la caba¡1a de la pescadora. Tras la escena-en gue los pescadores celebran su baire, imrmpe Tisbea lamentándose dolorosamente por la burla de que ha sido obj*ó. Tras su entrega arnorosa, don Juan ha huido con dos yeguas <ie la piopia Tisbea. En un lenguaje metafórico, la mujer explica á aoto. y ra'pasión q¡re ra sumen en la locura: ¡Fuego, fuego, que me quemo,
que mi cabaña *
abr¿sa!
oe Srvl¿rÑoroc¡¡¿rr¡vro
DE
L
rvE6C'T-IFIE,fJD don Dego Tenorio, padre de don al rey Alfonso XI las andanzas de don Juan en Nápoles.
luñin1rma
de Castilla de
BURI^A'
DE NAPo¿Es
Don Diego inlonna al rey. Destierro de don Juan
El rey, que aprecia y estima a su privado don Diego, se inte9iLRor el caso á ini"rrta r"*ediar la situación. Para ello dsB":=- a (n Juzh, co., @"1q y mediar ante el rey de Nápoles y el Fuque Oct-avio pba-Wd dvilefíoiárs-a. Así mismo ordena el destierro de don Juan a tierr¿s de
€ LeDnJa.
Para desagraviar a don Gonzalo, a quien había prometido casar a su hija con don Juan, decide nombrarle mayordomo mayor' Don Diego teme que Octavio, ya en Sevilla, busq¡re venganza contra don Juan, pi"t lo q". solicita la intervención del rey: "mi vida propia / es Ia vida de un hijo inobediente». Le nrega que no permita ningún desafío. El rey calma sus temores'
Octavio, qge ignora que don Juan fue el causante de su infortunio, accede al palacio real y
El rey
desagravia a Octavio
I {
24
SI]MARIO
SU}/ARIO
muestra su disgusto por lo acontecido en Nápoles. con intención de serena¡le, el monarca Ie promete qge él mismo escribiní al rey de Nápoles explicíndole que Octavio está libre de culpa. Adem¡ís le propáne que se case con doña Ana de Ulloa. El duque acepta agradecido. Encuentro de don Juan y
octaüo
* §
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lir
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q¡és y le cita en su casa a las once de la noche; le promete su entrega amorosa para evitar el casamiento qr.rc ha concertado su padre y le indica q¡re lleve una capa de color rojo como señal. Don Juan se siente dichoso con la oportunidad que de burlar a otra dama le brinda la suerte. Goza¡éla, ¡vive Dios!
Don Juan y octavio se encuentran en sevilla. Don Juan disimula e inventa que regresó
con el engaño y cautela q¡:e en Nápoles a Isabela.
a Sevi-
lla por orden del rey. Luego, con exquisita cortesía, se despide, ofre-
25
Comprueba que la carta es de doña Ana, q¡rien reitera §u amor al ma¡-
§
-t--\\
(Cutú^ar)-como
si fuera la voz de su conciencia- le advierte de los
ciéndo a Octavio sus servicios du¡ante su estancia en la corte.
+" "l que vive de burla¡ de escapar burlado habÉ [...]
.\
MorA y a DURLADE Dokr¿ ANA DE Utrci \ " *-----" Muepre DE DoN GoNz¡ta MERsos ts+632)
Er iuanquÉs
Don ]uan y el de la
Mota
marqués
Tras despedirse de Octavio, don ]uan se engus{tra con un antiguo amigo, el m@es de la Mo\también libertino y mujeriego. Grrr".-
san sobre las mujeres de hriilí EI marqués da cuenta del paradero de algunas prostitutas por las que pregunta don Juan.
La conversación, de carácter burlesco, presenta diversas expresiones
vulgares de la época (léxico marginal prostibulario) que dificultan la correcta comprensión del texto. En un momento de la conversación, el marqués de la Mota confiesa que está enamorado de doña Ana de ulloa. Ella le corresponde, pero se t¡ata de un arnor imposible, porque el rey ha decidido casarla, aún no se sabe con quién (el lector ya sabe que el rey quiere casarla con el duque Octavio). Presagiando la bu¡la, Catalinón exclama en un aparte: No prosigas, que te engaña el gran burlador de España.
I¿
carta de doña Ana
ffitil.*,ft*
DE ra,
Cuando el marqués de la Mota se despide, una
mujer
la reja de una
Don Juan le recrimina por su coba¡día; Catalinón, en un alarde de valor, le promete obediencia en tdas sus aventura§. Don Juan eagaña Regresa el marq¡rés de Ia Mota y don Juan le al marqués de la Mota dicl qge *" ,r,r¡", le ha dado para él el recado su casa doce en de que Doña Ana Ie espera a las para gozar su amor. Repárese en que no le entrega la carta y en que la a las once. Mientras el marq¡.rés expresa su alegría por la noticia, iit" "ra y Catalinón se burlan aPatte§- del caballero. don Juan
-en
continuación asistimos a la reprimenda q¡le don Diego da a su hijo por su conducta libertina
A
a su hijo don Juan
Verte más cuerdo quería, más bueno y con mejor fama-
Transmite a don Juan la orden de destiero q¡re el rey ha dictado contra éI Don lua¡r debení trasladarse a la localidad de Lebrija. Enojado con su hijo, d,(n-ftq Ie advierte que algun día recibiñá jryli1o Por su§ otensas a lJIcrs:-
ventana-
Mira que, aunque al Parecer Dios te consiente y aguarda, zu castigo no se arda, y que castigo ha de heber
Sin duda que es la dama el marq¡rés me ha encarecido: venturoso en esto he sido-
ffT"'ffrff
qr.re
gusto que en mí puede haber es -b"rlar una mujer y dejarh sm honot.
Don Diego Tenorio reprende
y amoral:
enlregf a don Jun una carta para-desde aq¡réI. Convencido de que la carta procede de doña Ana, don Juan no duda en abrirla:
Pr'ffdr?"1"ilff
*t*
/
1*H* *""
Dios en la muerte.
'-\
(pon luaf'profana" el nombre de Dios jurando m falso cÍlsar§e con las
mujeres que s€ouce y engana.
I i
26
SI.JL{ARIO
SI.JMARIO 27
Su respuesta es la acostumbrada: ¿En la muerte? ¿Tan largo me lo fríis? D" allá hay gran jomada.
"gtrí
De nada sirven las advertencias de don Diego. Don Juan continúa firme en su propósito de burlar a doña Ana: *Ha de ser burla de fama,.
y Ia burla de doña A¡a Ia
capa
Al
del marquá
anochecer vuelven a encontrarse en la calle
don Juan y el marqués de la Mota. Este tenía €on una prosütuta una cita a la qtre le es impo-
sible asisti¡ porque le espera doña Ana. A reqr.rerirniento áe don Juan, el no tiene inconveniente en animar a su amigo para qge vaya a divertirse con la cortesana. Ademís le presta su capa par" q* prr"d. engañar rnís fácilmente a la mujer y le sugiere que imite su voz para que ella no perciba el cambio. Quedan en verse después del mgaño. Don Juan aprovecha la oportunidad para dirigirse a casa de doña Ana. El autor tampoco presenta el proceso de la burli, sino que suce-como del dió con Isabela- nos muestra su desenlace: er descubrimiento
Dos H¡nuqN¿s;
BODA§ DE BATRTCÍO
\cr\rrrrlrpñzéffina de celebración de las bodas, cuando
L¿ muerte de don Gonzalo
Con intencionada ambigüedad, Tirso hace que doña Ana dé voces aludiendo a la pérdida de su
honor:
padre de la novia- invita cortámente al cabaMientras Gaseno -el llero y a su criado, Batricio teme qge la presencia de don Juan pueda perturbar la felicidad del momento: Téngolo por mal agüero,
si#sJ"#i::"* Batricio siente aún celos mayores cuando don Juan se sienta al lado de la novia e inicia su seducción: elogia su belleza y toma sus manos. Catalinón, por su parte, exPresa su temor ante la nueva burla que Proyecta don Juan:
h,l"S""f n'"stos
Al oír las voces acude su padre, don
Gonzalo de Ulloa, el_6úd=E
c"*"t";-\ "gá \___.-/ *üff#;#JiÍsofiffi-lbienqueaguarde'
enfrenta con don Juan. En la lucha, don Juan da muerte quien, en la agonía, anuncia ya su venganza:
Detención del marqués de la
Mota con
gran cinismo, don Juan marcha aI encuen-
tro del marqués de la Mota y le cuenta cómo le ha con la prostituta. Le devuelve la capa y se despide. _ido Cua¡rdo el marqués se dirige a casa de doña Ana, don Diego _al mando de su Gonzalo.
tropa-
le detiene, acusándole de haber dado muerte a don
Entristecido y colérico, el rey ordena que se inicie el proceso contra el marqués ("y mañana le cortarán la cabeza") y que se levante trn mausoleo en homenaje de don Gonzalo.
vilranos.
La jomada segunda finaliza. La acción q¡reda suspensa sin saber si don Aminta' Juan llevará a cabo su anunciada burla de la campesina
JonNnoa TERCERA
ANa.-¿No hay quién mate este traidor, homici& de mi honor?
aParecen don Juan
y su criado Catalinón.
engaño por la dama:
que me has engañado.
IVER§OS 63j-7s5)
Tirgo suspende la acción y cambia de escenario. En un pueblo de §evilla, ha tenido lugar la boda entre Aminta y Batricio. Va a dar Ñ@,
marq¡.rés
ANA.-¡Falso!, no eres el marques,
Y AlvfiNTA
/-''
r'
Dos Hrnl¿e¡¡¿s, fiuru.+ DE áMIlyA
\//
(t/ERso.s I-300,
I-amentaciones de Batricio la acción ion urrmfnólogo en el que banen el de lo sucedido Batricio se lamenta q¡.rete (los desai¡es de don ]uan, sus comentarios sobre eI buen gusto en lá cornida, qge le impidieron probar bocado, las burlas de q¡re fue o§eto por parte de caballero y criado, etc.) y expresa sus celos:
Se reanuda
¿No es br.rcno qr¡e se sentó a cetrer con mi mujer, y a mí en el plato meter la mano no me &jó? Pues cada vez que quería metella la d€sviabe, diciendo a cuanto tomaba: «¡Grosería, groseríal, [...]
Don Juan pone en marcha su plan para burlar a Aminta. Para alejar a Batricio inventa la
fun
Juan ensana a Batricio
28
§UMARIO
SUMARIO
d. q.r" Aminta y él mantuvieron relaciones arnorosas tiempo atfiís y q¡re, ahora, viéndose ella abocada al matrimonio, no ha tenido más remedio que venir a impedirlo, para cumplir su palabra de caballero y casarse con ella. Batricio queda triste y dolorido, pero su Ézona-en miento- concluye clue esa era la causa del extraño comportamiento de Aminta y del caballero durante el banquete. Don Juan, pár si el labrador no estuviera absolutamente convencido, le amenrra con Ia muerte si no se aparta de su camino. Batricio, atemorizado y con miedo a perder la honra, prefiere ceder. patraña
ooN ¡uau.-Con el honor le vencí, porque siempre los villanos
flTil:Hfl"ift,]** Don luan engaña a
c'aseno
La burla de don Juan se hace más cruel, si cabe, cuando pide autorización a Gaseno, padre de la novia. Deslumbrado éste por la categoría social del caballero, accede a anular la boda con Batricio y le entrega a su hija.
llese arredra y le hace un sinfín de promesas -que ¿"rrr"-, hasta una tratada como qrae sení vida lujosa en palacio, var¡í una que vence su inicial resistencia:
El caballero no
#tilobmdbro' antiguos de loa Tenorios,
ffiffiFffi',r.", L:ui"ff¿"tffi'f,tr Sin embargo, Aminta le dice que ya está casada y no le es posible contraer matrimonio. Don Juan le replica argumentando qtre si un matrimonio no está consumado puede aún anularse. §uperado este imnpedimento, Aminta le exige g3Tgllg de matrimonio. Don Juan hace primero un juramento muy paiiicular ("juro a esta mano [...]"), por lo que la muchacha le obliga a jurar en nombre de Dios. Si desea burlar a la campesina, al caballero no le queda más remedio que prestar un juramento válido:
Don fuan coofía en el poder de su padrc par¿ sortea¡ los peligros
Don Juan no quiere dejar ningún cabo suelto y ordena a Catalinón que prepare los caballos para huir de madrugada. Catalinón se q¡reja del riesgo que corren sr¡s vidas en esta aventura, pero don Juan manifiesta su confianza en la privanza de su padre (su valor y su seguridad residen, pues, en la confianza de que el poder polí. tico de su padre le salvará de todo peligro): §i es mi padre
catalinón insiste
*'
*r,
v'"J#flr*",,"n d"litoe*ni@-flJ.
y"i g,r" h"y tras la muerte infiemo.
Aminta
mer momento-
con paso firme y seguro, don Juan
en la habitación de Aminta, q¡rien le reprocha su descortesía y le amenaza:
m
V"d gr" hay romanas Emilias Dos flermanas tambien,
y hay Lr.rrecias vengativas.
HieT;n't'il:t"* Y, en aparte, para insistir en la burla, añade: «muerto, que vivo, ¡Dios no lo permital,. De esta manera dgfía al poder divino,.¡lomando ade' más el nombre de Dios en vano.
.
o.y:.y
Pero don Ju1n, arrogante y confiado, le comunica flue, en lugar de seguir cámino del destierro de Lebrija, regresaán a Sevilla. Engano y burla de
acaso
QuEREIJá\coNTRA DoN JuAN. Su Úrrtu¡BURLA.'
posible castigo divino:
suele Dios tomer vensanza.
:
§i
la palabra y la fe mía te falare, ruego a Dios
Tras e3tt Jr¡r-ifñEñfo;-ffifa no opone ya rnís resistencia y se entrega confiada a don Juan.
el dueño de la justicia,
Iofl h,#,',Ti
29
se introduce
-en
un pri-
lvER§os
,6";
3oo-8j6)
Isabela conoce a Tisbea Acompañada de su criado Fabio, la duquesa la Isabela}abía partido de Nápoles hacia corte de §,zlil\ara casarse con don Juan, como había dispuesto el rey de CastiÉEñ-Tarragona conoce a Tisbea, que le cuenta cómo fue seducida y engañada por don Juan. La primera reacción de la dugresa es negativa, pues Tisbea puede ser una rival qr.re frustre su matrimonio con don Juan. una vgglnza y parten juntas hacia §evilla. Pero enseguida
lpr
Don Juan y C-atalinón han regresado a Sevilla.
El caballero tiene que esconderse, porque
pesa
El sepulcro dcl co-eodaior
30
§UMARIO
§UMARIO
31
batirse en duelo con aquél. Le intermmpe don Diego, que trata de impedir el desafío enfrentándose verbalmente con Octavio. El rey Pone Paz y no permite el desafío.
sobre él la orden del destier¡o. Refugiado en una capilla resulta ser mausoleo, en que está enterrado don Gonzalol, do. -que jrr"r,
{
".pur" catalinón- É,ste informa de q¡re en sevilla todos conocm sus burlas y se" han quejado ante el rey. D"" i.r* ,"p"r, en el supulcro de (ó., G.D., en el que hay un .letrero del que se bu¡lan señor y criado)-
lC".,i"¡ fn*in}
se han
dirigido
a la corte
para
C.aseno
y Aminta en la corte
UrE"-;'S"-Jd""
q,,," ggóta-Át EEE;ild" matrimonio, ya que de ló contrario i¡ían a querellarse contra él ante el
É@io
*Xi"Tff,X1,*o*' ",
les advierte qr¡e en palacio van a celebrarse bodas y los cam-
las bodas entre Aminta y ¡resinos, en su simpleza, creen que §e trata de áon Juan. Octavio piensa que puede servirse de los campesinos y urde un plan para su venganza.
la venganza de un t¡aidor.
La burla de llega al extremo de provocar al muerto, aI que _d9n Juan ofende inVitegdelgqer¡alesa noche a s,, posada y desafiíndolo a q,r"
tome venganza. En la posada de don
Juan
Drsrxr¿c¡: Murnre
ya en la posada y con la cena dispuesta, se oyen golpes en la puerta. Acude Catalinón, que
*,:#f,*;ffi.". *o'o' *r.
porque caballero
¡no
t'
Podrá el muerto
L
t:
Ya en el supulcro, don Gonzalo le ofrece Para cenar *alacranes y víbo' ras», flue don Juan, en su iuroganci", a."I@-Iv!9glll1tanto, se oyen c:mciones moralizantes gue presagian etl¡¡¡1lqrerlque espera a don
h/úá;/e
Don Gonzalo se reti¡a. El asombro de don Juan Ie leva a argumentar racionalmente qge no se debe temer a un muerto, pu€s «f6,res son ideas que da_la imaginación". Finalmente, confi¡1na que asistirá a la cena del
Juan: Advieran los q¡re de Dios juzgan los castigos grandes, que no hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague.
comendador,
Arro¡a'taá &A ,prrM"r¿
porque se admüe y esDante Sevilla de mi valoi.
'
El rey anuncia
las bodas
Volvemos
Diego hab
y entre
el
Y m¡ís adelante, en darísima referencia a nuestro protagonista: Mientras en el mundo viva,
donde el rey y don
,ffiiff*tj_Jf,1,i*' iié;a:ñ-6ffi;",s".
borlas qqe vap a celebrarse
de la Mota y\lf & an--cia a don DG§lque
Para contentar"@ a Isabela y hon:arle a é1, nombrará a don Juan conde de Lebrija. Luego le comunica que, por ra mediación de doña Ana, ha decidido perdonar al marq¡rés de la Mota y autorizar Ia boda entre ambos.
Doo Diego se mfrenta a octavio Enterado
octavio de ra burra de don Juan, acude a palacio para que el rey le autorice a
ENTRE Las DEMI§
no ir:
lh 6 cu )bz ¿¿
/uax. Booes
Muerte de don Juan Don Juan sale alegre y confiado de palacio. Isabela y el rey han estado muy amables con é1. Aunque esa misma noche han de celebrarse las bodas, don Juan qr.riere acudir primero al sepulcro de don Gonzalo. Había dado su palabra y de
prílido y asustado: quien llama a lá puerta es la estatua del comán, Te-lve dador. Don Juan intenta dominar el temor con argumeiffiaálás e irrvÍñ-a la estatua a sentarse a la mesa. se q,redaniolos; don Gonzalo le invita a cennr a Ia noche siguiente en su cipilla; Don Juan acepta y da su palabra:
-J'fffffl;¿cs8!}*r"" """i@l
DE DoN
PERSONA/ES (llER§AS 8i7-1068)
se acerca a don Juan Ha llegado la hora de su muerte ,(letó y [e pidq-lamano. Desafiante arin, don fürseIíaa para morir abrasado a traíción y alevosÍa por un hombre muerto (recuérdese el juramento q¡.re le hizo a Aminta):
. :
DoN coNzALo.- [...] I.as maravillas de Dios son, don Juan, investigables,
32
COIvTNTARIO
Ifi]#tffff*Tff**r justicia de
áa
es
r
Dioe:
.guien tal hace, que tal pague,.
En r¡n rfltimo intento desesperado de sarvar la vida, don Juan descubre
que no burló a doíra Ana:
A r.r hija no ofendí, qge virc mis mgañoe antes.
En la agonía, pide confesión
miente;
por temor qge por arrepenti_
-más pero ya es tarde y muere sin confesión,
R¿lato de Cetelinón. Bodas ea palacio
al'fu.go
"o.,á"oádor"
€terno.
La acción vuelve al palacio real. Todos Tges kbdos por don ¡"a"
l*
p"r-
pEt*ú.
dad der cabarero-
*.*
ffi:lxüí'H. d. lÁ
sadurnbrado,. don Diego acepta la rearidad voluntad real:
h.cho. y
.i"n -J
r"
¡En premio de mis servicios
$#:?m*tr *" tud, _-!l t"** pnmera vez en toda la obra. j-*d!h
y
j*ti"i"
di"irr"
ui
!{i¡ po,
Tras haber sido testigo de la muerte de su señor, catalinón acude atelorizado a palacio y relata lo sucedido, sin olvidarse de referir que don Juan no llegó a burlar a doña Ana. . La obra concluye con el anuncio de las bodas entre habera y octavio, *tu F" y.el marqués de la Mota, Aminta y Batricio y Tisbea; Anfriso. El orden y la armonía q¡re había roto el burrador se recomponen con sr¡ muer.te.
Temas
y
cr\
Cuadro n.o 2 motivos en *EI budador de Sevilla,
t) O Frl
Temas y motivos
(1) Imperfección de la justi Tema central
1
Rasgos configuradores
Personajes afectados
-
cia humana
ante el comportamiento de don Juan
La justicia
Estatua de don Gonzalo
-
Rey de Castilla Don Diego Tenorio
-
Marqués de la Mota
(1) Delegación del poder real m los validos: defensa de intereses familiares
amoroso
Tema sucunda¡io La corrupción social
(3) Consecuencias negativas de los matrimonios concertados
(4) El engaño y la mentira como medios de salvar la honra
(5) La ambición
Temas
y
Motivos
IL III.
-
Doña AnaMarqués de la Mota
-
Don Pedro Tenorio Duquesa Isabela
-
Aminta y Gaseno
Cuadro n." 2 (cont.) "El burlado¡ de Sevilla" Rasgos configuradores
Motivo de tradición folclórica La cena macabra
EI mundo de ultratumba
El amor y el honor
DonJuan
motivos en
Temas y motivos
[.
o
Don Pedro Tenorio R"y de Castilla Don Diego Tenorio
-
(2) La justicia diuina: castigo de don Juan
(2) Conducta libertina y amoral en el campo
R"y de Nápoles
-
>o
y de contenido religioso
Preocupación por la existencia del más allá
-
Como realidad social y actitud interior Como burla y ofensa
Personajes afectados
-
Don Juan Catalinón
-
DonJuan
Estatua de
don Gonzalo
y don Gonzalo Isabela / Octavio
Marqués / Ana,
Aminta / Batricio DonJuan
C)
O
z-l Fql
F
o
Ctiadto n.o 3 Parres esürucüu¡ales de
a) Iiirbela
La bu¡la de
,b) Tisbea
las mujeres
Suplantación de la personalidad (por Octavio)
de
Dramático
Sevillao
Palacio Real en Nápoles
Huida rápida, por don Pedro
T
Promesa de
Cabaña en
matrimonio y
Huida preparada
(pescadora)
una playa
enamoramiento de Tisbea
antes de la burla
de Tarragona
Suplantación de penonalidad (por el marq¡rés
Villana (labradora)
c) Muerte del protagonista
Noble mansión en Sevilla
Promesa de
Casa rica
matrimonio y ambición
a) Ofensa y burla de los muertos. Cena macabra
Dramático
de la Mota)
de
b)
burlador
Villana
c) Doña Ana
d) Aminta
*El
Aminta
de labradores en Dos Hermanas
-
No
se consuma
la burla
-
Asesinato de don
Gonzalo
Huida cómica
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46
COMENTARIO
Cuadro n." 4 de doa Jaan
El ptwa4je Ayudado por:
-
Don Pedro Tenorio Don Diego Tenorio Catalinón
Muere ¿ manos de un muerto: Don Gonzalo
J* *
falso en nombre de Dos
(2) r¿ ormwon DE Los MUERTO§ Y DE DIOS
Burla y desprecia a los mr¡ertos
Vive su presente: «¡Tan largo me lo fiáis!,
Miedo al ffiemo. Lo disimula con su valentía osada.