JORGE MANRIQUE. VIDA y OBRA. http://lenguayliteraturaensecundaria.blogspot.com.es/2012/10/jorge-manrique-coplas-por-la-muertede.html Vídeo ilustrativo sobre la vida y el contexto vital del poeta extraído del Blog del profesor Montesinos.
COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE.
Jorge Manrique: Coplas por la muerte de su padre. I Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el placer; cómo después de acordado da dolor; cómo a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Recuerde: Recobre la conciencia al despertar. Que despierten las almas que viven soñando y no son conscientes de la realidad.
II Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera.
Y puesto que vemos cómo lo presente es ido y acabado en un punto (en nada de tiempo), si juzgamos sabiamente, consideraremos a lo que ha de venir como si ya hubiera pasado.
III Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir: allí van los señoríos, derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos; y llegados, son iguales los que viven por sus manos
Los ríos caudalosos.
Cómo el recordar el placer (pasado) da dolor.
Al llegar al mar (a la muerte) son iguales los que se ganan la vida con el trabajo de sus manos y los ricos.
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y los ricos. IV Dejo las invocaciones de los famosos poetas y oradores; no curo de sus ficciones, que traen yerbas secretas sus sabores. A Aquel sólo me encomiendo, Aquel sólo invoco yo de verdad, que, en este mundo viviendo, el mundo no conoció su deidad.
No voy a acordarme aquí de los poetas y oradores paganos, no me preocupo de sus ficciones, pues el sabor de su arte procede de hierbas secretas (venenos).
Sólo me encomiendo a Jesucristo, que mientras vivió en el mundo, el mundo no se dio cuenta de que era Dios.
V Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que, cuando morimos, descansamos. VI Este mundo bueno fue si bien usásemos dél, como debemos, porque, según nuestra fe, es para ganar aquel que atendemos. Y aun aquel Hijo de Dios, para subirnos al cielo, descendió a nacer acá entre nos y a vivir en este suelo do murió. VII Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que en este mundo traidor aun primero que muramos las perdemos. De ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados
Este mundo fue[ra] bueno si lo usásemos bien, como debemos, es decir, si lo usáramos para probar nuestra virtud y ganarnos así el cielo, para ganar el mundo que esperamos.
El tiempo y los desastres las dehacen, y desfallecen cuando se encuentran en los más altos estados de calidad.
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que acaecen, de ellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen. VIII Decidme: la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, la color y la blancura, cuando viene la vejez ¿cuál se para? Las mañas y ligereza y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega al arrabal de senectud.
Pararse es volverse, convertirse. ¿cuál se para? es ¿cómo acaba siendo?
IX Pues la sangre de los godos, el linaje y la nobleza tan crecida, ¡por cuántas vías y modos se sume su gran alteza en esta vida! Unos, por poco valer, ¡por cuán bajos y abatidos que los tienen! Otros que, por no tener, con oficios no debidos se mantienen.
Se sume: se hunde.
X Los estados y riqueza, que nos dejen a deshora ¿quién lo duda? No les pidamos firmeza, pues que son de una señora que se muda, que bienes son de Fortuna, que revuelven con su rueda presurosa, la cual no puede ser una, ni ser estable ni queda en una cosa.
¿Quién duda que los estados y la riqueza nos dejan a deshora? Los estados y la riqueza son bienes de la Fortuna, deidad inconstante que hace girar su rueda, haciendo que suban los que están bajo y bajen los que están arriba. La Fortuna no puede ser una misma (constante) en una misma cosa.
XI Pero digo que, acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño, por eso no nos engañen, pues se va la vida apriesa,
Pero digo que [aunque] los bienes de Fortuna lleguen hasta la tumba con su dueño, por eso no han de engañarnos, pues, aun así, lo cierto es que la vida se va deprisa, como
Unos de aquellos por los que corre la noble sangre goda, debido a su debilidad, son considerados bajos y abatidos (caídos en desgracia). Otros, por su pobreza, han de mantenerse con oficios impropios de su nobleza.
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como sueño, y los deleites de acá son, en que nos deleitamos, temporales, y los tormentos de allá, que por ellos esperamos, eternales.
un sueño, y los deleites de acá en los que nos deleitamos, son temporales, mientras que los tormentos dque nos esperan en el infierno (si nos complacemos en los bienes de Fortuna en detriento de los bienes espirituales) son eternos.
XII Los placeres y dulzores de esta vida trabajada que tenemos, no son sino corredores, y la muerte, la celada en que caemos: No mirando a nuestro daño, corremos a rienda suelta sin parar; des que vemos el engaño y queremos dar la vuelta, no hay lugar.
Trabajada: trabajosa.
XIII Si fuese en nuestro poder tornar la cara hermosa corporal, como podemos hacer el alma tan gloriosa angelical, ¡qué diligencia tan viva tuviéramos cada hora, y tan presta en componer la cautiva, dejándonos la señora descompuesta!
Si pudiéramos embellecer nuestra cara como podemos, si queremos, hacer gloriosa el alma, nos pasaríamos el tiempo adornando la cautiva (la cara) dejando a la señora (el alma) sin arreglar.
XIV Estos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas, con casos tristes, llorosos, fueron sus buenas venturas trastornadas. Así que no hay cosa fuerte, que a Papas y Emperadores y Prelados, así los trata la Muerte como a los pobres pastores de ganados.
Las buenas venturas de estos reyes poderosos fueron trastornadas con casos tristes.
Corredores: exploradores, centinelas, que no descubren la emboscada: corremos precipitadamente y cuando vemos el engaño ya no hay espacio para dar la vuelta.
XV Dejemos a los troyanos, que sus males no los vimos, 4
ni sus glorias; dejemos a los romanos, aunque oímos y leímos sus historias; no curemos de saber lo de aquel siglo pasado, qué fue de ello; vengamos a lo de ayer, que también es olvidado como aquello. XVI ¿Qué se hizo el rey don Juan? Los infantes de Aragón ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de tanto galán, qué fue de tanta invención como trujeron? Las justas y los torneos, paramentos, bordaduras, y cimeras, ¿fueron sino devaneos? ¿Qué fueron sino verduras de las eras? XVII ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores? ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían? ¿Qué se hizo aquel danzar, aquellas ropas chapadas que traían? XVIII Pues el otro, su heredero, don Enrique, ¡qué poderes alcanzaba! ¡Cuán blando, cuán halaguero el mundo con sus placeres se le daba! Mas verás cuán enemigo, cuán contrario, cuán cruel se le mostró, habiéndole sido amigo, ¡cuán poco duró con él
Juan II de Castilla
Ropas chapadas: adornadas. Enrique IV de Castilla.
Halaguero: halagüeño.
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lo que le dio! XIX Las dádivas desmedidas, los edificios reales llenos de oro, las vajillas tan fabridas, los enriques y reales del tesoro, los jaeces y caballos de su gente, y atavíos tan sobrados, ¿dónde iremos a buscallos? ¿qué fueron sino rocíos de los prados?
Fabridas: pulidas.
XX Pues su hermano, el inocente que en su vida sucesor se llamó, ¡qué corte tan excelente tuvo y cuánto gran señor que le siguió! Mas como fuese mortal, metiólo la muerte luego en su fragua, ¡oh juicio divinal! Cuando más ardía el fuego, echaste agua.
Alfonso, proclamado Alfonso XII en vida de Enrique IV
XXI Pues aquel gran Condestable Maestre que conocimos, tan privado, no cumple que dél se hable, sino sólo que lo vimos degollado. Sus infinitos tesoros, sus villas y sus lugares, su mandar, ¿qué le fueron sino lloros? ¿que fueron sino pesares al dejar?
Álvaro de Luna
XXII Pues los otros dos hermanos, maestres tan prosperados como reyes, que a los grandes y medianos trajeron tan sojuzgados a sus leyes; aquella prosperidad que tan alta fue subida
Juan Pacheco, maestre de Santiago, y Pedro Girón, maestre de Calatrava.
Privado: que disfruta de privanza o favor de un poderoso (en este caso de Juan II).
Matar la luz es apagarla.
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y ensalzada, ¿qué fue sino claridad, que cuando más encendida fue matada? XXIII Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes, y barones, como vimos tan potentes, di, Muerte, ¿dó los escondes Do: dónde y traspones? Y las sus claras hazañas que hicieron en las guerras y en las paces, cuando tú, cruda, te ensañas, con tu fuerza las atierras y deshaces. Aterrar: tirar a tierra. XXIV Las huestes innumerables, los pendones y estandartes, y banderas, los castillos impugnables, los muros y baluartes y barreras, la cava honda chapada, o cualquier otro reparo, ¿qué aprovecha? cuando tú vienes airada todo lo pasas de claro con tu flecha. XXV Aquél de buenos abrigo, amado por virtuoso de la gente, el Maestre don Rodrigo Manrique, tanto famoso y tan valiente, sus grandes hechos y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hacer caros, pues que el mundo todo sabe cuáles fueron.
Impugnables: inexpugnables.
Cava chapada: foso defendido, guarnecido. Reparo: precaución.
Ni los quiero exagerar, pues todo el mundo sabe cómo fueron.
XXVI ¡Qué amigo de sus amigos!, ¡qué señor para criados y parientes!, ¡qué enemigo de enemigos!, ¡qué maestre de esforzados 7
y valientes!, ¡qué seso para discretos!, ¡qué gracia para donosos!, ¡qué razón!, ¡cuán benigno a los sujetos!, y a los bravos y dañosos, ¡qué león! XXVII En ventura Octaviano, Julio César en vencer y batallar, En la virtud, Africano, Aníbal en el saber y trabajar, En la bondad un Trajano, Tito en liberalidad con alegría, En su brazo, Aureliano Marco Atilio en la verdad que prometía. XXVIII Antonio Pío en clemencia, Marco Aurelio en igualdad del semblante, Adriano en la elocuencia, Teodosio en humanidad y buen talante, Aurelio Alejandro fue en disciplina y rigor de la guerra, un Constantino en la fe, Camilo en el gran amor de su tierra. XXIX No dejó grandes tesoros, ni alcanzó muchas riquezas, ni vajillas, mas hizo guerra a los moros, ganando sus fortalezas y sus villas. Y en las lides que venció, muchos moros y caballos se perdieron, y en este oficio ganó las rentas y los vasallos que le dieron. XXX Pues por su honra y estado en otros tiempos pasados 8
¿cómo se hubo? Quedando desamparado, con hermanos y criados se sostuvo. Después que hechos famosos hizo en esta dicha guerra que hacía, hizo tratos tan honrosos, que le dieron aun más tierra que tenía.
¿Cómo se hubo?: ¿En qué situación se vio?
XXXI Estas sus viejas historias que con su brazo pintó en juventud, con otras nuevas victorias ahora las renovó en senectud. Por su gran habilidad, por méritos y ancianía bien gastada, alcanzó la dignidad de la gran caballería de la Espada. XXXII Y sus villas y sus tierras ocupadas de tiranos las halló, mas por cercos y por guerras y por fuerza de sus manos las cobró. Pues nuestro rey natural, si de las obras que obró fue servido, dígalo el de Portugal, y en Castilla quien siguió su partido.
El rey natural era primero Alfonso XII y ahora Fernando el Católico. El servicio que Rodrigo Manrique le prestó lo puede atestiguar Alfonso V de Portugal, que fue derrotado por los castellanos.
XXXIII Después de puesta la vida tantas veces por su ley al tablero; después de tan bien servida la corona de su rey verdadero; después de tanta hazaña a que no puede bastar cuenta cierta, en la su villa de Ocaña vino la Muerte a llamar
Poner la vida al tablero: arriesgarse, jugársela. El rey verdadero es, de nuevo, Fernando el Católico.
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a su puerta XXXIV diciendo: «Buen caballero, dejad el mundo engañoso y su halago; vuestro corazón de acero muestre su esfuerzo famoso en este trago; y pues de vida y salud hicisteis tan poca cuenta por la fama, esfuércese la virtud por sufrir esta afrenta que os llama. XXXV No se os haga tan amarga la batalla temerosa que esperáis, pues otra vida más larga de fama tan gloriosa acá dejáis. Aunque esta vida de honor tampoco no es eternal, ni verdadera, mas, con todo, es muy mejor que la vida terrenal, perecedera. XXXVI El vivir que es perdurable, no se gana con estados mundanales, ni con vida deleitable, en que moran los pecados infernales, mas los buenos religiosos, ganánlo con oraciones y con lloros, los caballeros famosos con trabajos y aflicciones contra moros. XXXVII Y pues vos, claro varón, tanta sangre derramasteis de paganos, esperad el galardón que en este mundo ganasteis por las manos. Y con esta confianza y con la fe tan entera 10
que tenéis, partid con buena esperanza, que esta otra vida tercera, ganaréis.» XXXVIII «No tengamos tiempo ya en esta vida mezquina por tal modo, que mi voluntad está conforme con la divina para todo. Y consiento en mi morir con voluntad placentera, clara y pura, que querer hombre vivir cuando Dios quiere que muera, es locura.»
Ahora don Rodrigo responde a la Muerte.
XXXIX Tú que por nuestra maldad tomaste forma servil y bajo nombre; Tú que en tu divinidad juntaste cosa tan vil como es el hombre; Tú que tan grandes tormentos sufriste sin resistencia en tu persona, no por mis merecimientos, mas por tu sola clemencia, me perdona. XL Así, con tal entender, todos sentidos humanos conservados, cercado de su mujer, Y de sus hijos y hermanos y criados, dio el alma a quien se la dio, el cual la ponga en el cielo y en su gloria, y aunque la vida perdió, dejónos harto consuelo su memoria.
Murió conservando todo su entendimiento y sus sentidos, rodeado de su familia.
NOTAS: La ortografía ha sido modernizada salvo en los casos en que ello hubiera alterado la rima o la medida de los versos. Téngase presente que algunas haches eran originalmente efes, por lo que impiden la formación de un diptongo. 11
En cuanto a la medida de los versos, las estrofas son coplas de pie quebrado, de modo que cada verso tetrasílabo se mide a menudo junto al octosílabo que lo precede. Así, si éste acaba en palabra aguda, el verso siguiente puede tener una sílaba más. (P.ej.: que van a dar en la mar, que es el morir. Doce sílabas en total). También se pueden formar sinalefas entre un octosílabo y un tetrasílabo. (P.ej.: se sume su gran alteza en esta vida. Doce sílabas en total).
GUÍA DE LECTURA. Muy útil para analizar la obra conforme vayáis leyendo. Las cuestiones propuestas y el modo de responderlas ejemplifican el tipo de análisis que os exigiré. Podéis valeros de esta guía, de la que incluimos en el material fotocopiado o de ambas simultáneamente. http://1btoliteratura.wikispaces.com/Coplas+a+la+muerte+de+su+padre SÍNTESIS Y ESTRUCTURA. Un resumen ilustrativo y claro de la obra, que os ayudará a recordar los aspectos más relevantes una vez la hayáis leído, reflexionado e interpretado valiéndoos de los materiales anteriores. El tema predominante de las Coplas a la muerte de su padre es el elogio de su padre, Don Rodrigo Manrique. El autor no se conformó con componer hacer una elegía, sino que lo envuelve en una serie de reflexiones sobre la vida, la muerte y la fugacidad de las cosas de este mundo, centrándose en la historia de España y dentro del sentir cristiano y medieval. Esta es su obra más importante porque en ellas culmina un proceso que se estaba dando a lo largo del siglo XIV y XV, que es la recuperación de todo el mundo clásico. MÉTRICA Y RIMA.Las coplas se extienden a lo largo de cuarenta estrofas que se denominan coplas de pie quebrado, o manriqueñas, y compuestas cada una de ellas por dos sextillas. Las características métricas de las que participan todas las estrofas son la alternancia de dos versos octosílabos y uno tetrasílabo, aunque con algunas irregularidades, que lo son por la métrica moderna, ya que en la medieval, tomaban algunos recursos para convertirla en tetrasílabos cada uno de estos versos que se desarrollan en cada sextilla. En algún caso, sin embargo, como en la estrofa XXXV, el verso es pentasílabo y, por tanto, irregular, ya que no se aplicar ningún tipo de licencia poética que pueda convertirlo en tetrasílabo. XXXV:”…no verdadera…” “…pereçedera…” La estructura de las rima es consonante, a lo largo de las Coplas, y es idéntica en todas las estrofas y sextillas, lo que le da a la obra gran musicalidad a lo largo de todo el poema. Cada doble sextilla rima de esta forma: 8a-8b-4c-8a-8b-4c 8d-8e-4f-8d-8e-4f. PARTES DE LAS COPLAS.Es un poema elegiaco donde se reflexiona sobre la muerte y la fama. Consta de cuarenta estrofas, que se llaman coplas de pie quebrado o manriqueñas. Estructura: se establecen tres partes claramente diferenciadas: 1º parte.- Consideraciones abstractas sobre la muerte y la fugacidad de la vida humana (estrofa I-XIII) 12
2º parte.- Evocación de personajes históricos pasados, centrándose sólo en la historia de España. (estrofas XIV-XXIV) 3º parte.- Se cuenta la vida heroica de Don Rodrigo Manrique y su muerte particular (XXV-XL) ANÁLISIS DE TEMAS Y TÓPICOS DE LA OBRA.COPLA I, II, III.- El tema es la fugacidad de la vida. Aparece el tópico de la vida como río, nos dice que nos despertemos porque la vida pasa muy deprisa, y antes de que nos demos cuenta, estamos echando de menos el pasado. Utiliza este tópico para decirnos que la vida pasa irremediablemente y que dura poco. En la tercera copla está el tópico de “muerte igualitaria”, comparando a las personas con los ríos, que sean de la clase que sean, al final llegan al mar, que es la muerte, haciéndolos a todos iguales. COPLAS IV, V, VI.- Hace una invocación a Dios, y nos describe la vida como un camino con principio y final. El tópico que es la vida como río, en continuo movimiento hasta la meta, que es la muerte, de la que no se libra ni siquiera Jesús, el hijo de Dios. COPLAS VII, VIII, IX, X, XI.- Nos habla de la juventud que se convertirá en vejez, del linaje y la nobleza que se puede perder de muchos modos en esta vida, de la riqueza de la Fortuna que cambia a cada momento. COPLAS XII, XIII, XIV, XV.- El tema es la fugacidad de la vida, en la vida como sueño, en no verse reconocido en sus trabajos o hazañas. El tópico es la fugacidad de la vida, no podemos dar marcha atrás para corregir nuestros errores. Otro tópico es “la vida como sueño”, con el que nos dice que los trabajos y placeres no son más que engañas, que nos llevan a la muerte. Se muestra también decepcionado porque por mucho que trabajes y te esfuerces, al final esto no será reconocido. COPLAS XVI Y XVII.- El tema es en forma de pregunta qué pasa con los momentos de diversión en la vida, lo pregunta invocando al rey Don Juan, y a los Infantes de Aragón. El tópico es “Ubi sunt?” (¿Dónde estás?), donde se pregunta sobre las fiestas con los caballeros, damas, amores, músicos, bailes, etc. Los placeres de la vida sólo se disfrutan mientras los estás viviendo, después desaparecen y no puedes volver a ellos, al autor le causa dolor de que todo sea temporal, que se acabe. COPLAS XVIII, XIX, XX, XXI, XXII.- Trata de que cuando lo tienes todo a tu favor (riquezas, castillos, caballos, etc) luego viene la Muerte y te lo quita todo. En todas estas coplas hay la misma estructura, primero hace una descripción de las riquezas de una serie de personas, y luego aparece la Muerte y se lo lleva todo. El tópico es la vida de la fama y el honor. COPLAS XXIII Y XXIV.- Le reprocha a la muerte el que termine con la vida de hombres importantes.
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El tópico es “Ubi sunt?” donde le pregunta a la Muerte qué hace con los hazañas, banderas, etc. de hombres excelentes. Toda la obra de una persona, hecha con trabajo y tesón a lo largo de los años, luego viene la Muerte y lo destruye todo. COPLAS XXV, XXVI, XXVII Y XXVIII.- El autor nos presenta a Don Rodrigo y nos dice sus cualidades comparándolas con hombres importantes. Es una descripción tanto del carácter como de las virtudes, todo ello enaltecido con la comparación con los clásicos, de los que coge de cada uno una cualidad simbólica. COPLAS XXIX, XXX, XXXI Y XXXII.- Nos cuenta la historia de la vida de su padre. Fue un caballero que hizo su fortuna en guerras contra los moros llegando a alcanzar la dignidad como Caballero de España. COPLAS XXXIII, XXXIV, XXXV, XXXVI, XXXVII.- Donde nos narra la conversación que tiene la Muerte con el Caballero, diciéndole que tenga valentía, que la vida de la forma y del honor que él ha llevado también es temporal, y que con todos sus trabajos él ha ganado la vida eterna. El tópico es la fugacidad de la vida, nos habla de que la vida es temporal, que todo lo que hacemos en ella es perecedero y sólo nos sirve para alcanzar la otra vida eterna. Aquí la Muerte le da ánimo y esperanza para que no tenga miedo, y la afronte con valentía al igual que hizo durante toda su vida en todos los trabajos que llevó a cabo. COPLA XXXVIII Y XXXIX.- Donde acata su destino, y le responde a la Muerte que consiente morir. Invoca a Jesús para que lo perdone. El tópico es la “muerte igualitaria”, es la que nos llega a todos, sin importar los méritos que hayamos hecho en esta vida. COPLA XL.- Nos dice que murió rodeado de su familia, con todos sus sentidos, y les dejó a los suyos el consuelo de su memoria. El tópico es la fugacidad de la vida, esta última copla es el final del camino de la vida, al que llegamos cuando termina nuestro tiempo, sin que se pueda evitar.
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