LEER JUNTOS IES Monegros-Gaspar Lax. WHARTON, Edith. Las hermanas Bunner. 22- enero- 2014
VIDA Y OBRA
Edith Newbold Jones (nombre de soltera) nació en Nueva York en 1862, en el seno de una rica familia de financieros norteamericanos. Fue la menor y única chica de tres hermanos, los dos mayores ya adolescentes cuando ella nació. La alta sociedad neoyorkina a la que pertenecía tenia aspiraciones de elegancia y "charme" europeo, y por ello, como se dice vulgarmente, era más papista que el Papa en cuestiones de etiqueta y comportamiento moral. Una moral de esas de "haz lo que quieras mientras no lo sepa nadie y aparentemente cumplas con lo establecido", detrás de lo cual no dejaba de haber un feroz provincianismo que tanto luchaban por dejar atrás. En esa sociedad de fiestas, reuniones sociales y cotilleo sin tregua y viajes de recreo por Europa, Edith recibió una educación tradicionalista que ella aumentó de forma autodidacta leyendo toda la biblioteca familiar, cosa que nadie le impidió. Muy pronto comenzó a escribir en solitario historias que transcendían la aburrida cotidianidad de su "brillante" circulo, que daban salida de escape a inquietudes personales de las que no solia hablar porque no encontraba espíritus comprensivos con esas inquietudes. Tengamos en cuenta que en una sociedad donde el papel de la mujer era ser una perfecta esposa florero, una chica con inquietudes no prometia grandes dotes en ese aspecto.
Edith, sin embargo, vivió su juventud dentro de los cánones establecidos, aun teniendo una rica vida interior que plasmaba en sus escritos. A los 25 años se casó con Edward Robbins Warthon, un amigo de sus hermanos doce años mayor que ella. Durante su matrimonio, no excesivamente feliz, sus inquietudes literarias crecen y en 1897 se atreve a darle salida publicando, no una novela, sino un manual de decoración, que fue bien acogido porque el buen gusto formaba parte de la educación de una dama. Pero el gran salto de su vida lo dio al conocer en 1902 a Henry James, el gran novelista 1
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americano afincado en Londres, maestro del "retrato interior" de los personajes, quien al leer las historias de Edith adivinó su gran potencial literario y la animó sin reparos a escribir y publicar. Edith aprendió mucho de su maestro y así surgió La casa de la alegria, publicada en 1905, que narra la historia de una hermosa muchacha sin fortuna, obligada a vivir en una sociedad donde el dinero lo es todo y sin el cual no puede pero debe moverse en el mundo al que pertenece por nacimiento, sociedad que no le ha dado una educación para valerse por si misma -pues las damas no trabajan- y fuera de la cual no puede encontrar el marido adecuado -al que ella desea amar, no a cualquier precio Después publicaria Etham Frome, un increible retrato humano fuera de los salones neoyorkinos, El arrecife -retrato de la sociedad de apariencias en la que creció y de la dificultad de relaciones sinceras en ella-, y Las bucaneras -retrato de las jovencitas ricas americanas que terminaban casadas con la arruinada nobleza europea-. En 1920 dio a la imprenta su obra más conocida: La edad de la inocencia que le valió el Premio Pulitzer. E de una mujer por desear ser libre y de su guapo enamorado, prometido de su prima, que, preso de las convenciones sociales, se ve obligado a renunciar a la mujer que ama. Mientras su carrera literaria asciende, la personal no va tan bien. En 1913, a los 51 años, decide romper un matrimonio infeliz sin que por ello fructifiquen sus relaciones posteriores. Pero al contrario que sus desgraciadas heroinas, Edith Warthon consigue cumplir sus sueños de éxito y de realización personal. Durante la I Guerra Mundial colaboró en la atención a los heridos y trabajó duramente a favor de la causa aliada, lo que le valió la Legión de Honor. De estas acciones dejó constancia en la novela Un hijo en el frente. Convertida en una personalidad, Edith murió en su casa de Francia en 1937. Sus obras son un ejemplo claro de la naturaleza del alma humana y del universo afectivo de la mujer actual. A modo de conclusión, cabría destacar que en su vida encarnó a las heroínas de sus novelas nada rosas, todas ellas jóvenes que se ven ahogadas por la sociedad a la que pertenecen en su búsqueda por la autorrealización personal. Edith, en su vida real, hija de la sociedad neoyorkina que refleja en sus novelas, se vio envuelta en esas redes que intentaron circunscribir su vida al rol de señora de sociedad, respetuosa con las normas sociales imperantes, aunque éstas coartasen la libertad del individuo. Pero, a diferencia de sus desgraciadas heroínas, Edith superó esas barreras y consiguió el éxito personal que se negaba a la mujer en sus círculos.
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Las hermanas Bunner Argumento Ann Eliza y Evelina Bunner poseen una mercería en un mísero edificio de Nueva York. Solas, con el único sostén económico que consiguen obtener de botones, lazos y adornos para sombreros, su vida se reduce a atender la escasa clientela y a compartir cama y mesa en una trastienda cada vez más despoblada de objetos e ilusiones. Lejana ya la juventud en que una boda se considera un acontecimiento previsible, su vida social se limita a la conversación casual con compradoras y vecinas, mujeres siempre que habitan un microcosmos en el que los hombres se mantienen en una discreta, y acaso indiferente, periferia. Estamos en la misma ciudad y en la misma época en que transcurre La edad de la inocencia. Sin embargo, nada más opuesto al refinado ambiente de la alta sociedad neoyorkina en el que se mueven Newland Archer y la Condesa Olenska que esa «tienda muy pequeña en un destartalado semisótano de una calle tranquila ya condenada a la decadencia». A pesar de la frugalidad de sus días, que obliga periódicamente a empeñar algunas de las reliquias familiares procedentes de un pasado mejor, las hermanas son felices en los reducidos límites de ese mundo en el que una invitada a cenar resulta un suceso festivo y extraordinario. Acostumbradas a su apacible rutina, cuando ésta se quiebra a causa de la llegada a la trastienda de un reloj y del hombre que traerá consigo, sus vidas se trastocan y se pone a prueba una relación que parecía encaminada a trascurrir sin más sorpresas que la entrada de una nueva clienta en la mercería. Ambas se ocupan de una gris y oscura mercería en cuya trastienda malgastan sus tristes existencias. Ann regala a su hermana pequeña un reloj que colocan en una antigua y destartalada estantería, para poder poner un poco de conocimiento horario en su vida. Y, a raíz de un fallo en el reloj, el relojero empieza a visitarlas a menudo. Hasta que un buen día se decide a pedir matrimonio a una de ellas. Esa perfecta maquinaria que era sus rutinarias vidas empieza a resquebrajarse día a día y, aunque el amor entre ellas es inquebrantable, las cosas no salen como esperan. La hermana mayor se ve obligada a renunciar a su última posibilidad de casarse para que su hermana no se quede soltera como ella. Y es que si hay que salvar a un ser querido, nada importa. 3
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Crítica Las Hermanas Bunner es uno de esos libros que fluye con la mansedumbre de un río de aguas profundas. Las descripciones son detalladas y morosas, y la sucesión de acontecimientos, sosegada como la propia vida de los personajes que lo pueblan. Edith Wharton se toma su tiempo para presentarnos a las dos hermanas, a la mayor, de un modo directo, ya que será quien nos guíe por su historia, y a la menor, a través del amor incondicional de la primera, que atenúa el egoísmo de quien está acostumbrada a recibir sin acordarse de dar. Al igual que su amigo Henry James, que ejerció una importante influencia en su obra, Wharton demostró su preocupación por el sutil juego de las emociones en una sociedad que censuraba la libre expresión de sentimientos. Su conocimiento del conflicto de valores en este medio artificial confiere a sus historias una intensidad casi trágica. La primera impresión que causa a obra es es la de estar leyendo un clásico de la literatura rusa. Así lo demuestran la calidad de las descripciones de cualquier objeto de la casa, la minuciosidad del estudio sociológico de la época y la precisión en el análisis de la psicología de los personajes. Y ante todo, la grandiosidad humana en el exquisito retrato de los protagonistas y de sus miserias. Cada página de este breve libro nos deja ver con total claridad la gran maestría para captar la atención del lector. Nos encontramos ante una obra que evidencia las miserias de una escueta unidad familiar compuesta por dos hermanas y rompe con la tónica de obras posteriores, más centradas en el análisis de las costumbres decadentes de las capas sociales más elevadas. Ahondan en los aspectos más míseros de los habitantes de ese Nueva York de principios de siglo pasado, que a pesar de la bondad y amor entre las protagonistas, sus destinos están marcados inexorablemente. Por último, resulta imprescindible reconocer la valía de la bellísima portada diseñada por Elisa Arguilé, que no puede ser más definitoria de lo que nos vamos a encontrar al abrir las primeras páginas de este libro.
Enlaces consultados: http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2434 http://latormentaenunvaso.blogspot.com.es/2011/03/las-hermanas-bunner-edith-wharton.html http://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2009/01/13/edith-wharton-1862-1937 http://www.lalibreriadejavier.com/?p=10176 4