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Lourdes Melgar
CONFERENCIA MAGISTRAL LAS TRANSICIONES ENERGÉTICAS EN EL MUNDO
LOURDES MELGAR Investigadora afiliada al Centro de Inteligencia Colectiva del Massachussets Institute of Technology. Investigadora no residente del Baker Institute en temas de energía y desarrollo sostenible. Consejera independiente. Forma parte del consejo fundador de Voz Experta, de la junta directiva de Comexi y del consejo directivo de Natural Resources Governance Institute. Es también miembro activo de IWF de México.
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He titulado así esta ponencia porque no existe un solo camino; hay que encontrar aquel que resulte más adecuado para cada país.
El cambio climático es real. Acaba de ser publicado hace un mes el informe del IPCC, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, en el cual los científicos confirman algo que venían diciendo desde 1988: el cambio climático antropogénico es real, y si seguimos por este camino vamos a pasar de un incremento de 2 a 3 grados centígrados en la temperatura promedio de la Tierra en este siglo, con consecuencias catastróficas que ni siquiera podemos imaginar.
El tiempo se agota. Debemos actuar. La buena noticia es que tenemos un andamiaje institucional gracias a las negociaciones internacionales. El Acuerdo de París fue un hito porque se logró sentar a la mesa a Estados Unidos y China, los grandes emisores, y 197 países suscribieron este acuerdo para frenar la temperatura promedio de la Tierra en 2 grados centígrados; de hecho, lo más ambicioso es frenarla en 1.5 al final de este siglo.
Desafortunadamente, cuestiones políticas intervinieron, entre ellas la elección del presidente Trump, que sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París; regresa con el presidente Biden, y ahora el gran tema es la COP 26, que se celebra en noviembre en Glasgow. Entre los temas medulares están cómo llegar a estabilizar la temperatura promedio de la Tierra en 1.5 grados centígrados; cómo le vamos a hacer con los mecanismos de financiamiento.
Si no hay recursos para financiar este gran cambio que se necesita para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, será imposible llegar al objetivo que nos estamos planteando.
Un incremento de 2 grados centígrados en la temperatura promedio de la Tierra al final de este siglo generaría del orden de 2,000 millones de desplazados climáticos, para sumar a los problemas que tenemos por las migraciones. Adicionalmente, tendríamos que agregar cuestiones de pérdida de biodiversidad, por ejemplo, los arrecifes de coral ya no existirían; incrementos significativos en el nivel del mar, con consecuencias importantes para ciudades, que desaparecerían; generalmente se habla de Nueva York, pero no tenemos que irnos tan lejos: aquí en México, ciudades como Mérida o Los Cabos podrían desaparecer.
Es importante ver dónde estamos. En el mapa de la figura 1 se observan los principales emisores de GEI; podemos ver cómo la mayoría están lejos de cumplir con el Acuerdo de París.
Tenemos un contexto muy particular: en 2020 la pandemia ha llevado a un cambio importante. La mitad de la población del planeta, cerca de 4,000 millones de personas, ha estado en algún momento encerrada. Vimos el desplome de los mercados energéticos por la caída importantísima que hubo en el consumo, lo cual ha tenido un impacto significativo en la economía, en la población: pérdida de empleo que ha significado un reto importante para la mayoría de los países, porque esto se ha visto acompañado de movimientos sociales, protestas por la desigualdad y búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo.
Estamos lejos de cumplir con el acuerdo de París
Críticamente insuficiente
¿Cómo aceleramos el paso hacia una economía baja en carbono? Ya hay países –por ejemplo, Estados Unidos– que han anunciado que en 2035 toda su energía eléctrica será limpia. Hay esfuerzos muy grandes de electrificación. Se plantea dejar el auto de combustión y lograr cien por ciento de autos eléctricos hacia 2050.
También las empresas están asumiendo compromisos para alcanzar la sostenibilidad y cumplir con las metas de carbono neutro al 2050.
Un cambio fundamental se da en el sector financiero, tanto en la banca privada como en la banca multilateral; se anuncia que no se van a financiar, a partir de 2030, proyectos de combustibles fósiles.
El 73% de las emisiones de GEI es generado por el sector energético, ya sea por la producción de los combustibles o el uso final que se les da. Por eso es tan importante enfocarse en lo que podemos hacer desde el sector de la energía. La Agencia Internacional de Energía, particularmente, en 2020 y 2021 nos dice que tenemos un consenso internacional sobre cuáles son las grandes áreas en las que hay que actuar para hacer esta gran transición energética. Y hay que poner énfasis particularmente en la eficiencia energética: 44% y creciendo.
El otro punto son las energías renovables, que al 2040 aportarían 36% de la solución para reducir las emisiones.
En la figura 2 vemos que hay una caída significativa en las emisiones, si nos apoyamos en el escenario sustentable que propone la AIE, lo que nos llevaría a una estabilización de alrededor de los 2 grados centígrados. Evidentemente, cuando hablamos de transición energética nos enfocamos en el tema de las renovables. En México, generalmente transición energética se asocia con eólica o solar, pero esto hay que verlo con cuidado. La eólica y la solar son una de las opciones que tenemos; hay otras, en el caso específico de México, por ejemplo la geotermia.
La gráfica de la figura 3, que proviene de la Agencia In• 32 países que representan el 80% de las emisiones ternacional de las Energías Rey el 70% de la población novables (IRENA, por su nommundial. bre en inglés), nos muestra • Entre los 10 emisores más grandes, sus objetivos no opciones de generación con están alineados con el AP: fuentes renovables que hoy en •2 críticamente día son competitivas, son efec• insuficientes 3 altamente insuficientes tivas en costo y se basan en •4 insuficientes tecnologías que ya existen, que •1 2 °C compatible podemos utilizar. Muchas veces hablamos de transición energética como Altamente insufienciete Insuficiente Casi suficiente 1.5 °C compatible con el Acuerdo de París una sustitución de combustibles y sí, la sustitución de combus-Última actualización: septiembre 2021 tibles es parte de la ecuación. Figura 1. Panorama de cumplimiento de los Acuerdos de París. En la gráfica izquierda de la figura 4 se muestra cómo estábamos en 2019, y a la derecha, cómo estaríamos si siguiéramos la tendencia actual, sin cambio: seguiríamos incrementando el consumo de carbón, de petróleo, de gas natural, de energía nuclear más o menos igual, y la renovable tendría un incremento. Si queremos llegar a escenarios de desarrollo y cumplimiento de la Agenda 2030, estabilizarnos en 2 grados centígrados, hay que dejar de producir y consumir ciertos combustibles fósiles, particularmente el carbón y el petróleo. Tenemos muchísimas opciones, como la nuclear, como las energías renovables, y esto implica retos. Los invito a leer el estudio de la Agencia Internacional de Energía (Net Zero by 2050, Scenario, 2021), que muestra diversos escenarios para llegar al carbono neutro en 2050, para lo cual tenemos que llevar a cabo una revolución de los sistemas energéticos. Estamos hablando de un cambio abismal: hay gran cantidad de usos que puede tener la electrificación en cada uno Consenso de desarrollo sostenible de la AIE Gt 36 Escenario de nuevas políticas 32 28 24 Escenario de 20 desarrollo sostenible 16 2010 2020 2030 2040 CAC: captura y almacenamiento de carbono. Figura 2. Escenarios de mitigación. 44% eficiencia 36% renovables 2% cambio de combustible 6% nuclear 9% CAC 2% Otros
0.4
0.3 Bioenergía Geotérmica Hidro Solar fotovolt. Solar concentrado Eólica costa fuera Eólica terrestre
0.371
0.341
Percentil 95
0.2
Rango costo combustible fósil 0.185 0.159
0.1 0.075
0.062 0.048 0 2010 2018 Percentil 5 2010 2018 2010 2018 2010 2018 2010 2018 2010 2018 2010 2018
0.072 0.037 0.047 0.085 0.127 0.085 0.056
Capacidad (MW) ≤1 100 200 ≥300 Figura 3. Energías renovables: opción competitiva.
de los campos: energías renovables, electrificación, eficiencia energética y bioenergía. Hay un esfuerzo en eficiencia energética más fuerte en todos los procesos, y el uso de la bioenergía se vuelve más importante.
Tenemos innovaciones prometedoras, como el hidrógeno, particularmente el hidrógeno verde. Podría el gas natural contribuir a la generación de hidrógeno.
Se ha hablado por años de la captura, uso y almacenamiento de carbono, una tecnología que existe y que no ha sido comercialmente viable, pero que es esencial contar con ella en 2050 si queremos llegar a la meta de carbono neutro; también si queremos disminuir emisiones y seguir utilizando los hidrocarburos.
El 45% de las tecnologías que están en innovación y que tendrían que aplicarse en 2050 ya existen; otras ya se están explorando hacia el 2050 en adelante para asegurarnos de mantener y bajar las emisiones de CO2, y controlar el incremento de la temperatura; por ejemplo, el uso del amonio para el transporte marítimo.
Es un camino complejo, pero posible; las tecnologías existen y en algunos lugares del mundo se están empezando a implementar. Es posible, pero para lograrlo se requiere un esfuerzo monumental, tomando en cuenta múltiples factores.
Hay debates imprescindibles que debemos abordar, por ejemplo la opción nuclear. No podemos apostar a tener una economía baja en carbono y seguir ignorando la energía nuclear. Hay que resolver el tema de los desechos radiactivos y los temas de seguridad, pero no podemos olvidarla.
El otro debate es el uso del gas natural. ¿El gas natural es o no es un energético de transición? ¿El gas natural licuado es o no es una alternativa? En Qatar están construyendo plantas de licuefacción, diseñadas para que eventualmente puedan capturar y almacenar el carbono para asegurar que ese gas natural sea, a final de cuentas, neutro en emisiones.
No hay un solo camino; hay varias formas de pensar la transición energética. Importante es conocer cuáles son las tecnologías, las posibilidades que hay en el ámbito local. En México, por ejemplo, hay un abanico enorme de opciones; tenemos que saber cuál es el impacto económico, social y político de cada una de las alternativas y diseñar las opciones más viables, porque las inversiones que se requieren son cuantiosas.
Un aspecto del desafío es que esta transición se está dando al mismo tiempo que estamos en plena cuarta revolución industrial, que nos está llevando a la electrificación de las cosas, la inteligencia de las cosas, el internet de las cosas; cada vez se está utilizando más la electricidad como fuente de energía y estamos revolucionando completamente los sistemas energéticos para hacerlos más modulares, locales, basados en generación distribuida, donde debemos pensar, por ejemplo, en la gran transformación de la red de
Mtoe 15000
12000
9000
6000
3000 De la sustitución de combustibles…
2019
Mtoe
0 Cambio 2019 a 2030
–2000
–4000
–6000
EPE EDS CEN2050
Carbón Petróleo Gas Nuclear Renovables Biomasa
Figura 4. Demanda total de energía primaria por combustible y escenario.
Ambiciosa transición hacia economía baja en carbono
Avances tecnológicos
Medidas costo-efectivas Justicia climática
Disputa por los recursos naturales
Acuerdos internacionales Financiamiento sur global
Definición de un nuevo contrato social
Figura 5. Los retos sociotécnicos.
distribución, las redes inteligentes, etcétera. Además de esto, tenemos los retos sociotécnicos, resumidos en la figura 5.
Del lado izquierdo del círculo se ve que tenemos ya aseguradas las tecnologías que son costo-efectivas, los acuerdos internacionales, incluso podríamos hablar de políticas públicas, regulación, etcétera.
El primero de los grandes retos es la justicia climática. En muchas partes del mundo –en México lo vemos a menudo–, quienes pagan más por los estragos del cambio climático son las poblaciones más desprotegidas, las más vulnerables. En el caso de los países en desarrollo, el argumento que ponen sobre la mesa es “nosotros no causamos el problema, pero somos los que pagamos esto”. No podemos pensar en una transición energética si no pensamos en las personas y en cómo asegurarnos de que tengan opciones. ¿Qué vamos a hacer con los ganadores y los perdedores de esta transición energética, particularmente con los perdedores? ¿Cómo le dices a una persona hoy en día, por ejemplo, a un ingeniero petrolero, que ya no se va a dedicar a eso? Pues no. Hay que pensar muy bien cómo vamos haciendo esta transición desde el punto de vista de la persona, del individuo, pero también de la región. ¿Cuál va a ser la vocación, por ejemplo, de Tabasco si ya no es un estado petrolero? ¿Cómo vamos a asegurar que haya desarrollo económico? Y este es un gran reto que ya vemos en muchos países. En Polonia tiene que ver con el carbón. En México, sin duda, tendrá que ver con los hidrocarburos. Pero en distintas partes del mundo vemos que este es un tema que no se ha abordado con la profundidad debida: diseñando políticas públicas, alternativas que tengan en cuenta a las personas y a las regiones que van a salir perjudicadas por estos cambios.
Finalmente, un punto que creo central es el financiamiento. Hay muchos recursos que se están invirtiendo en esta transformación en los países de la OCDE. ¿Pero qué vamos a hacer con los países en vías de desarrollo? ¿Dónde va a haber ese verdadero apoyo a la transformación? Estamos hablando de que requerimos repensar la forma del contrato social que tenemos en nuestro país, pero también fuera, y aquí hay riesgos inminentes.
Un primer riesgo es la idea que tienen algunos de que le cerramos a la válvula y ya no producimos petróleo, se acabó. En realidad, no es así. Es un proceso, una transición, y vamos a seguir requiriendo los hidrocarburos. Lo estamos viendo este mismo año: el año pasado los precios se desplomaron y este año estamos teniendo un incremento enorme del precio del petróleo porque no se han hecho las inversiones necesarias para asegurar la oferta, porque ha habido una serie de factores que han afectado al mercado petrolero, y eso evidentemente tiene un impacto en la economía que requiere atenderse.
El otro tema del que no se habla lo suficiente tiene que ver los minerales críticos. Muchas de las nuevas tecnologías requieren minerales como el litio, pero también está el cobalto, el níquel, el grafito, cuyas demandas se incrementarán expo-
Inversiones globales en el sector eléctrico comparado con las necesidades de inversión promedio anual, 2025-2030, por escenario
2500
Miles de millones de dls. (2019) 2000
1500
1000
500 Almacenamiento en batería
Combustibles fósiles con CAUC
Redes eléctricas
Nuclear
Combustibles fósiles sin CAUC
2011-15 2016-20 2021E EPE SDS CEN 2026-30 Energía renovable
CAUC: tecnología de captura, almacenamiento y uso del carbono; EPE: escenario de políticas establecidas; EDS: escenario de desarrollo sostenible; CEN: cero emisiones netas para 2050 Figura 6. Requerimientos de inversión: electricidad.
nencialmente en los próximos años. Se requieren inversiones cuantiosas y asegurar que la producción de estos minerales se haga bajo un esquema de gobernanza que sea sustentable, es decir, que tengamos en mente a las poblaciones en donde se lleva a cabo esta actividad, y también con una visión sobre el impacto que esto tiene sobre el medio ambiente.
Otro punto fundamental es que, si estamos hablando de la electrificación de las cosas, no interviene solamente la variable de la generación: es transmisión y distribución.
En muchos países, particularmente en los desarrollados, la infraestructura ya es muy vieja, no tiene la resiliencia necesaria para enfrentar los estragos del cambio climático, y mucho menos para apoyar la gran modernización en marcha.
Hay iniciativas que ya se están llevando a cabo en las empresas petroleras. Algunas se están enfocando en convertirse en empresas de energía; otras están apostando a la generación de energías renovables, unas más están yéndose hacia temas de biocombustibles, captura y almacenamiento de carbono, etcétera.
Este tema ya está sobre la mesa, particularmente para las empresas internacionales que cotizan en la bolsa; algunas de las estatales, como Ecopetrol o Petrobras, ya están pensando en estos temas, la empresa saudí de Qatar también. Pero hay otras que no. En África, por ejemplo, es un tema que aún no está sobre la mesa, porque están más preocupados por cómo lograr el desarrollo. En este sentido, vuelvo al tema de la minería, simplemente para mostrarles los volúmenes de los que estamos hablando; el desafío es multiplicar por 42 la producción de litio para el año 2030, de multiplicar por 25 la producción de grafito, de multiplicar por 21 la de cobalto y la de níquel.
Respecto a los requerimientos de inversión, en la figura 6 se muestran los escenarios de la Agencia Internacional de Energía. Podemos ver en el lado izquierdo dónde estamos, y del derecho, hacia dónde tenemos que ir. Estamos ante un reto enorme. En México a veces todavía escucho a gente que dice que no importa todo esto, que quieren combustóleo, que no es necesario que le entremos al asunto del cambio climático porque no somos de los productores más importantes de gases de efecto invernadero, lo cual es cuestionable. Pero el punto es que volteemos a ver a las personas, cómo se ha afectado a las poblaciones inundadas por las fuertes lluvias, los huracanes, el incremento en el nivel del mar; los grandes riesgos que tenemos para la Península de Yucatán y la Península de Baja California, que pueden desaparecer hacia finales de este siglo si no actuamos.
Simplemente por darles un dato: México podría tener 55 millones de migrantes climáticos nacionales a mediados de este siglo si no actuamos para limitar el cambio climático.
Gran parte de la solución está en el sector energético. México tiene un potencial extraordinario en muchos temas, particularmente para hacer una matriz energética más limpia, para poder reducir las emisiones en los procesos. ROBERTO AGUERREBERE SALIDO Ingeniero civil, maestro en Planeación urbana y regional. Coordinador del Comité de Infraestructura del Transporte del CICM.
¿Cuál es el potencial en México para la captura de carbono, y qué se está haciendo en México para ello?
Lourdes Melgar En el sexenio pasado se creó un grupo en el que participaba la Secretaría de Energía, Pemex, la CFE e investigadores mexicanos para trabajar sobre una propuesta de desarrollo de cómo en México se puede utilizar esta tecnología.
Respecto al potencial, si realmente pudiéramos producir, por ejemplo, gas natural en forma de carbono neutro, sería una gran aportación para nuestro país. Si lográramos concebir la forma de capturar y almacenar o utilizar para otros procesos los efectos de gas invernadero, y particularmente de gas metano para los procesos de hidrocarburos, podríamos pensar en un esquema para darle más vida a estos procesos.
También sería muy importante esta tecnología para las industrias que son más difíciles de descarbonizar, como la industria del acero o la del cemento.
En México tenemos algunos retos específicos, porque habría que desarrollar incluso los ductos que permitan transportar el CO2 que se genere para llevarlo a donde se vaya a almacenar o a utilizar en algún proceso. Pero este es uno de los temas que todavía está en el ámbito académico, más que práctico: sin duda es un área importante de estudio y de desarrollo de tecnologías en escala nacional.
Lizbeth García Isla ¿Qué opina de las metas de reducción de emisiones en México? Y algo que pueda comentar sobre la voluntad política que existe para atender el cambio climático.
Lourdes Melgar México se había planteado metas de los Acuerdos de París que eran alcanzables, y que estaban divididas en dos partes: las claramente voluntarias y las que iban a depender de contar con aportaciones de financiamiento internacional.
Específicamente, una meta que hemos tenido desde 2008, cuando se hizo la reforma energética en la época del presidente Calderón, cuando se creó la primera ley de transición energética, era llegar al 2024 con una matriz de generación eléctrica en la cual el 35% fueran energías limpias, que no pasara del 65% la generación con combustibles fósiles. El actual gobierno planteó cambios en la política energética del país para reordenar especialmente el despacho de las ener-
gías renovables, y eso dificulta que se pueda cumplir con el plazo de 2024.
En papel tenemos buenas ambiciones, que podrían ser mucho mayores tomando en cuenta el país que somos en términos de nuestro papel como contribuyente a las emisiones de GEI. Tenemos las posibilidades, porque están ahí las alternativas que podríamos utilizar. Es uno de los temas que deberían debatirse y solucionarse, porque al final de cuentas, quien paga por el incumplimiento son las poblaciones más desprotegidas, que se ven afectadas por el cambio climático.
Roberto Aguerrebere Salido ¿Puede agregar algo sobre el papel de nuestros bosques y selvas? ¿Puede llegar a ser significativa su capacidad de absorción de efecto invernadero?
Lourdes Melgar Sin duda no sólo son endógenos los factores que impactan en el cambio climático. La propia naturaleza, el Sol… tienen un impacto muy importante también. Existen los sumideros naturales de CO2 que sin duda son los bosques, también el mar. Uno de los graves problemas que tenemos en términos de los mares es que están saturados con CO2; el incremento que ha habido en la temperatura promedio del mar va a tener un impacto muchísimo más largo en el tiempo y más nocivo, no solamente para la biodiversidad sino para el clima del planeta.
Justamente uno de los elementos más importantes es cuidar de nuestros bosques. Un bosque que tiene más de cien años puede absorber una cantidad de CO2 importante, y cuando se quema está soltando CO2 a la atmósfera. Si lo quemamos o talamos para luego plantar arbolitos no sirve, porque van a pasar décadas antes de que realmente sea un sumidero de gases de efecto de invernadero. Sí urge cuidar nuestros bosques, ampliar nuestros espacios verdes, y eso ayuda a disminuir las emisiones, pero ese esfuerzo no es suficiente ante el reto que se tiene: se requiere la transformación del sector energético.
Roberto Aguerrebere Salido El comercio de emisiones de carbono ¿es algo relevante o es sólo una iniciativa europea que ha prosperado poco?
Lourdes Melgar Se buscan incentivos para el cambio. Una de las herramientas que tenemos, las políticas públicas para lograr el cambio, es el comercio de emisiones; en algunas partes del mundo se ha optado por eso, en otras partes se considera que es una mejor opción contar con un impuesto al carbono. En México tenemos un pequeñísimo impuesto al carbono, que se aplica desde la reforma energética de 2013, aún vigente, al petróleo y a las gasolinas, no al gas natural.
Cuando hablamos de un impuesto al carbono se está partiendo de si el costo debería ser de más de 100 dólares por unidad de emisión de gas de efecto invernadero. Este debate se está dando fuertemente en Europa como parte de una política pública para lograr el cambio que se quiere en términos de un esquema mucho más sustentable, pasando a esta economía de carbono neutro.
En Estados Unidos también existe regionalmente el mercado de emisiones, y un impuesto para el carbono. En México es un tema que no debemos perder de vista: ya se está discutiendo en Estados Unidos y en Europa el impuesto al carbono en la frontera. Habrá una penalización a los países que no cumplan con el esfuerzo de mitigación de GEI, a sus productos que no son generados con tecnologías limpias.
Esto para México –una potencia manufacturera, que depende tanto de las exportaciones– es un tema que debería preocupar, porque si no hacemos el esfuerzo necesario en el sector energético para asegurar que se esté suministrando energía limpia, vamos a afectar el potencial exportador de México, a la industria mexicana y, por lo tanto, los empleos de calidad para las familias mexicanas.
GERARDO HIRIART Ingeniero naval mecánico, doctorado en 1973. Fue investigador titular del II UNAM, donde dirigió el proyecto “Impulsa IV desalación de agua de mar con energías renovables”. Fue gerente nacional en Geotermia de la CFE durante 10 años. Representante de México en el capítulo “Energías del océano” de la Agencia Internacional de Energía.
¿Se está polarizando el mundo, o el país, o el ambiente en que estamos? Se culpa de las energías intermitentes (solar y eólica) al combustóleo. En España llega a 400 dólares el megawatt-hora. Por otro lado, China, país carbonífero por excelencia, ahora tiene una crisis: el precio del carbón se le fue al doble, hay apagones, hay que bajar la producción industrial. ¿Qué está pasando? ¿Es negativo haber invertido en muchas intermitentes? ¿Debe darse el libre comercio de la energía?
Lourdes Melgar Hay que tenerlo muy claro: la transición energética no se da de un día para otro, es un largo proceso por las razones que ya expliqué, de orden económico, social, político, técnico… Las inversiones, por ejemplo, en exploración y producción de petróleo, cayeron en los últimos tres o cuatro años, y eso significa que vamos a tener una menor producción de petróleo; adicionalmente, pensemos que hubo incluso un acuerdo de la OPEP para cerrarle la válvula a la producción. Evidentemente, en el momento en que se da la reactivación económica, sube la demanda y no hay petróleo para abastecer la demanda, por
lo que habrá un incremento desproporcionado en su precio. Lo mismo pasa con las gasolinas: no han sido refinadas, o un tema que nos afecta en todos los hogares, particularmente en México: el 80% de las casas utilizan el gas LP para sus alimentos y para sus calentadores, y estamos viendo unos precios estratosféricos; también en los futuros del gas natural para Europa, que también en México nos va a pegar.
Esto no tiene que ver con políticas de cambio climático, sino con que tuvimos la crisis de la pandemia, bajó la producción, se cerraron procesos de refinación, y de repente hay falta de abastecimiento para poder tener estos energéticos a precios competitivos. En los próximos meses vamos a ver fluctuaciones de precios disparatadas, y parte de lo que ayuda es una matriz energética diversificada y tener empresas con finanzas sólidas; de otra manera, es muy difícil superar el trance.
Se viene un reto importante para los gobiernos en general, porque a la población, particularmente cuando se está en una situación de recesión económica, no le gusta que haya inflación y no le gusta que los precios de la energía se vayan para arriba.
Estamos frente a un gran reto que tiene que ver con cómo planeamos, cómo hacemos para estar en los tiempos adecuados haciendo la transición y al mismo tiempo poder abastecer la demanda que no va a parar, va a seguir creciendo.
ROBERTO DUQUE Vicepresidente de Normatividad y Desarrollo del Ejercicio Profesional y miembro emérito del CICM. Coordinador de la División de Ingeniería Internacional de la CFE.
Se plantea que la independencia energética es indispensable, y la mejor es la generada con recursos propios de cada país.
Lourdes Melgar Ha habido en distintos momentos de la historia visiones de tener una autonomía nacional en algún sentido, en energía, en alimentos… la realidad es que lo necesario es tener el acceso a la energía segura y más barata, tener seguridad energética.
Dependiendo del país, lo importante es cómo se puede diversificar la matriz energética y los riesgos. El caso de México yo creo que es extraordinario, porque tiene todas las opciones; ahora le estamos apostando principalmente al petróleo, pero México es un país extraordinario por su enorme potencial, no solamente eólico y solar, que es de lo que más se habla: la hidroeléctrica, la geotermia son generaciones renovables base, competitivas con los precios del gas natural, y las tenemos a lo largo y ancho del territorio nacional, además de todos los desarrollos que se están dando hoy en día para proyectos más pequeños. La idea de diversificar es la que nos da la flexibilidad para poder pasar los momentos difíciles donde hay picos en los precios.
Si está muy caro el gas natural, entonces generas con renovables; si está muy cara o hay algún problema con la renovable, entonces puedes irte al gas natural o, incluso, si es necesario en algún momento de crisis se puede optar por el diésel, pero creo que lo relevante es tener las opciones abiertas y no cerrarse a ninguna de ellas.
ASCENSIÓN MEDINA NIEVES Ingeniero civil. Fue presidente del XXXVII Consejo Directivo del CICM. Es director de Proyectos de ICA Fluor para Petróleos Mexicanos.
¿Cómo estaría en esta transición energética México, con los nuevos productos minerales que se van a requerir para sustituir los que hoy estamos utilizando? Usted habla de que habría que incrementar 42 veces la producción de litio; ¿quién lo produce hoy y quién lo producirá?
Lourdes Melgar Actualmente muchos de estos minerales críticos para la transición energética se producen principalmente en China o en algunos países de África; lo importante es que en la mayoría son procesados por empresas chinas, algunas australianas, canadienses, estadounidenses, pero lo que se está viendo es que hoy en día hay un control de estos recursos, pero para México hay una gran oportunidad. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que va a anunciar una reforma energética en la que va a incluir el tema del litio. ¿Por qué es importante esto?, porque México, Sonora particularmente, tiene yacimientos de litio que están considerados potencialmente como de los más importantes del mundo.
Aquí hay una gran oportunidad de producir este recurso de una manera muy favorable para el país, con una regulación, una legislación que nos asegure que estamos cuidando al medio ambiente, a las poblaciones aledañas, que estamos haciéndolo de una manera que sea benéfica para México.
Algunos de esos otros minerales también los tenemos en México; lo interesante del tema de la transición energética es que en México a menudo la discusión la dejamos en cómo generamos electricidad, y nos quedamos en la eólica y la solar. Estamos dejando fuera temas apasionantes, como es el hecho de que México podría ser un centro de generación de energía, un centro de la transición energética, no solamente porque aquí podemos generar electricidad de todo tipo de energía, sino porque podemos generar los in-
sumos que requiere la transición energética, pero además, como somos un líder en manufactura, podemos producir aquí los equipos.
México tendría una plataforma muy interesante si lográsemos resolver el cambio en la forma como estamos generando la energía hoy en día, enfocados fundamentalmente en petróleo, porque sí podemos generar con energía limpia y tener energía limpia para nuestras industrias. México sería el líder en términos de lograr la transición, el líder en términos de abastecer al mundo de los recursos que se requieren para este gran cambio tecnológico, pero sobre todo, no vender el litio fuera, sino que hagamos aquí lo que se requiere para que este litio se vaya en productos hechos en México y que abastezcan el mercado internacional.
JAVIER RAMÍREZ OTERO Director adjunto de Planeación y Proyectos de Ingeniería,S.C. Consultor en proyectos de ingeniería hidráulica e hidroelectricidad. Miembro Emérito del CICM. Académico de número de la Academia de Ingeniería A.C.
Tratamos en este panel los temas de las energías limpias: eólica, solar y geotérmica. La energía solar y eólica, además de limpias, son intermitentes, y esto ha sido un tema muy polémico en el sector eléctrico en México, ya que la administración del gobierno anterior les dio un gran impulso, y esto ha permitido que a la fecha se tengan cerca de 7,500 megawatts de energía eólica instalada, y del orden de 7 mil megawatts de solar.
Sin embargo, en la actual administración federal, su instalación y crecimiento se ha visto disminuido considerablemente en virtud de que el gobierno ha dispuesto darle preferencia al consumo de energía producida por las instalaciones termoeléctricas e hidroeléctricas propiedad de CFE, lo que sin duda está generando la emisión de gases a la atmósfera, contrario a la política de producción de energías limpias que se ha apoyado en diferentes foros internacionales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las energías intermitentes han creado un problema muy serio en la operación y transmisión de las plantas de CFE, en virtud de que se ha tenido que estar proporcionando el respaldo durante sus intermitencias, con costos muy altos y distorsiones en la operación del sistema eléctrico nacional, así como en su seguridad.
Para alivianar este importante conflicto, considero que si los productores de energía intermitente se integraran para proponer soluciones de almacenamiento de energía, para proporcionar sus propios respaldos de intermitencia, como podrían ser las plantas de almacenamiento de energía por bombeo o baterías y demás alternativas que hoy en día existen, así como proponer planes de financiamiento, propuestas que podrían ser presentadas a las autoridades energéticas del actual gobierno, podría ser un avance para aceptar y continuar impulsando la instalación de energías limpias intermitentes en el país.
Seguramente estos temas se abordarán a lo largo del foro, y se podrían proponer soluciones para este tema, mismas que sin duda el Colegio de Ingenieros Civiles de México promovería.
Por lo que respecta a la energía geotérmica, no presenta una gran problemática en la intermitencia, y deberá seguirse apoyando e incrementando su instalación en el país.