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Cecilia Martín del Campo
En una reunión mundial de ministros de energía, convocada en 2004, se estableció que la energía hidroeléctrica es una de las tecnologías renovables capaz de contribuir significativamente al desarrollo sostenible y a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuando se llenan los embalses se produce metano, un fenómeno denominado eutrofización. Ese metano genera un promedio de energía hidroeléctrica equivalente a la décima parte de lo que se acepta como valor real en materia de energías limpias. La energía se considera limpia si produce menos de 250 gramos de dióxido de carbono por kilowatt hora. Las hidroeléctricas producen un valor de entre 24 y 40 gramos de CO2 por KWh, mucho menor que el que producen el gas natural, el biogás y la biomasa, ya no digamos el carbón.
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Existe un campo fundamental de investigación y de desarrollo en esta materia. Además, los sistemas de rebombeo que utilizan pequeños embalses para subir y baja el agua tienen muy poco impacto ambiental. ¿Qué pasa en México con prácticamente 12,500 MW de energía hidroeléctrica instalados? Ha habido una evolución. Entre 1950-1960, 50% del parque de generación de México se producía con hidroelectricidad. Hoy esto se ha reducido a casi 10% en generación y 18-20% en potencia instalada. Según un análisis de la doctora Cecilia Martín del Campo, se estima que se debería tener como una meta esperada en los próximos años, de aquí al 2030, duplicar la actual generación hidroeléctrica.
Hoy en México se producen 30 TWh. La expectativa es producir 58 TWh para el 2030, y 66 TWh hacia el 2050. En realidad, la gran pregunta es ¿puede lograrse?, ¿es posible prácticamente duplicar los sistemas hidroeléctricos de los ríos Grijalva y Santiago?
El escurrimiento medio anual del país es del orden de 410 mil millones de m3. Se cuenta con la capacidad de almacenar algo así como 150 mil millones de m3. Este año se tuvo un escurrimiento y un almacenamiento, respectivamente, de 410 mil millones de metros cúbicos y de 87 mil millones de metros cúbicos. Se presentaron muchos flujos sobre vertedores, en donde el escurrimiento superó los 100 mil millones de metros cúbicos. La gran pregunta es ¿se podría elevar la cortina de algunas presas y almacenar esa agua para generar más energía? La respuesta, definitivamente, es sí. Se debería estar trabajando mucho más en la elevación de las cortinas de las presas y en el desazolve de estas. Es preciso reconocer que entre los retos más importantes de la ingeniería en México está la seguridad hídrica, con las vertientes de la seguridad del agua potable para la población, la seguridad alimentaria y la seguridad energética. ¿De dónde se podrían sacar los 30 TWh adicionales? Se podría elevar la cortina de algunas presas, modernizarlas y repotenciarlas. El Gobierno Federal plantea alcanzar 1.9 TWh adicionales; se necesitarían por lo menos 3. Habría que emprender nuevos proyectos hidroeléctricos, que ya se han estudiado, que se tienen en el tintero, pero cuya realización enfrenta un conjunto de problemas. Sin embargo, sería pertinente iniciar un esfuerzo muy serio para incrementar ese valor en 15 TWh para llegar a casi 21 TWh. ¿Y el resto de dónde podría salir? Una de las opciones, definitivamente, es elevar las cortinas de las presas es una opción. La presa china Tres Gargantas tienen una capacidad de descarga de sus azolves impresionante. Ignoro por qué no se podrían hacer en México mediante acciones decididas y claras.
Además, se necesitaría agregar más energía. El rebombeo tiene la enorme ventaja de que se pueden instalar potencias altas, miles de mega watts que funcionan también como respaldo de los sistemas eléctricos de potencia.
En este momento, Estados Unidos tiene más de 22 mil MW almacenados en sistemas de rebombeo. Hoy sería factible incrementar sensiblemente la capacidad del sistema nacional de entregar puntas y de regular la frecuencia en las redes mediante bombeo.
Un ejemplo sería el colocar paneles flotantes en las presas y construir un sistema de bombeo en la parte de los vasos superiores. Esto posibilitaría incrementar otros 8 o 9 TWh con el rebombeo, con las ventajas de usar un rebombeo convencional o uno en el que se utilice un grupo ternario con acoplamiento inmediato, lo que permite trabar prácticamente en corto circuito. Esto aportaría estabilidad al sistema de potencia y al de transmisión de energía; condición extraordinariamente útil que da la posibilidad de tener ese respaldo fundamental en los sistemas de potencia.
El costo de los rebombeos no es alto. Es factible aprovechar mucha de la infraestructura hidráulica construida y colocar embalses de 1 a 3 millones de metros cúbicos, con un impacto ambiental y social sumamente reducido. Una acción de este tipo podría tener una recuperación económica realmente interesante, con tasas internas de retorno del orden de 20%.
Hay varios proyectos identificados como posibles, y que podrían respaldar de inmediato proyectos de energía solar y eólica, hoy detenidos, y por lo menos sumar unos 4 TWh en los primeros proyectos de rebombeo.
Tecnología nuclear
CECILIA MARTÍN DEL CAMPO Ingeniera en Energía, ingeniera nuclear, y doctora en Ciencias físicas, especializada en planeación energética. Directora de la Unidad de Planeación Energética de la FI UNAM. Es contraparte de México en la Agencia Internacional de Energía Atómica. Directora del proyecto Sistema de Evaluación, perspectiva de las energías renovables y tecnologías limpias de la CFE.
250
200
150 224
100
50
0 52
20 50 50
0.1 0.15 1 0.04
Carbón Petróleo Gas natural Biocombustibles Turba Solar (azotea) Eólica Hidro Nuclear
Figura 1. Muertes causadas por TWh producido según fuente de energía.
Figura 2. Distribución regional de la capacidad de energía nuclear.
La energía nuclear es un tema muy controversial –dada su aplicación en las bombas atómicas– y debido los accidentes que han ocurrido, los cuales han cambiado el panorama del desarrollo tecnológico hacia un incremento de la seguridad en este tipo de tecnología.
La información estadística ha demostrado que la tecnología nuclear tiene el menor número de muertes causadas por unidad de energía producida, tomando en cuenta la cadena energética completa. Esto sorprende a quienes precisamente quisieran oponerse o se oponen de hecho a la energía nuclear, por cuestiones de seguridad, de riesgo y peligro.
La figura 1 muestra la estadística de muertes causadas por unidad de energía producida de las plantas de energía nuclear. Las que se utilizan en las naciones occidentales, con reactores de agua a presión o reactores en agua en ebullición, como el que se tiene en México, o los reactores refrigerados por gas del Reino Unido o los de Canadá, son mucho más seguras que cualquier otra fuente de generación de electricidad.
La primera pregunta es ¿por qué hablar de energía nuclear en México en 2021 si nuestro país es rico en energías renovables y la energía nuclear polariza las opiniones?
En el mundo hay 444 reactores de potencia en operación; su capacidad instalada es de 39,458 MW. En la actualidad se construyen 50 reactores que tendrán una capacidad de 52,560 MW.
La experiencia operacional acumulada, medida en años reactor, asciende a 19,081. Estos sustentan el argumento de que en realidad la energía nuclear contribuye hoy a la generación eléctrica en el mundo.
La distribución regional en el ámbito mundial de la capacidad de plantas nucleoeléctricas instaladas se muestra en la figura 2, así como las que están en operación y aquellas en construcción.
En la actualidad existen varios factores clave que inciden en los sistemas eléctricos. Aunque en forma breve, los enumeraré. Primero, hay un incremento de las energías intermitentes, eólica y solar, principalmente, que impactan en la variabilidad del despacho y en los requerimientos pico; se presenta un incremento de la eficiencia energética, con efectos directos en la disminución del consumo; se intensifica la electrificación, en particular en el sector del transporte; aumenta el potencial de nuevas reservas de gas, en especial mediante la introducción de tecnologías de fractura hidrológica y nuevas biotecnologías de extracción de aceite; los esfuerzos tecnológicos para alcanzar sistemas de almacenamiento de energía económicamente viables, de los cuales se ha hablado y se hablará todavía más en otros paneles; el reto de lograr una mejor interconexión de redes eléctricas nacionales y regionales; la tendencia a la descentralización con la creación de redes inteligentes locales, dotadas de una independencia relativamente alta; el impacto del desarrollo e implementación, a gran escala, de algunas tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, las biotecnologías, materiales de alto desempeño; la eventual influencia de varias y diversas crisis –económicas, cambio climático, COVID, la reducción de las reservas de alimentos; disminución de la pobreza energética, equidad de género –variable cuya introducción se avizora en la planeación energética; la aversión al riesgo; los impactos visuales de las diferentes tecnologías.
Algo que se tiene que tomar en cuenta es buscar la seguridad energética, todo eso lleva a buscar estrategias de financiamiento para poder tener los sistemas eléctricos que África América Latina Asia, Oriente Medio y Sudeste Europa central y del Este Asia, Lejano Oriente Europa Occidental América del Norte
Capacidad neta GW€ Operacional En construcción
nos convengan a cada uno de nuestros países. Como ya se mencionó, cada país tendrá un camino diferente que tiene que ser analizado y estudiado.
Las centrales nucleares de fisión han tenido, hasta hoy, cuatro etapas de desarrollo; la quinta se prevé hacia la década de 2030. Un dato que debe resaltarse es que el funcionamiento de estas plantas se basa en un sistema de producción de reacciones de fisión nuclear de manera controlada dotado de sistemas de extracción de calor. Dado que esta reacción no la genera una reacción de química de combustión, no se producen gases de efecto invernadero; simplemente es una reacción de fisión con una densidad energética muy alta, contenida en el combustible utilizado.
Como el tema de la evolución de los reactores es muy amplio, baste señalar que siempre se tiende hacia reactores con mayores eficiencia, seguridad y versatilidad. Existe una gran variedad de reactores, cada uno con sus ventajas y desventajas, diseñados y construidos por una amplia variedad de países.
El objetivo principal es la producción continua de potencias térmica y eléctrica destinadas a todo tipo de aplicaciones energéticas, especialmente para la electricidad.
Como se aprecia en la figura 3, a medida que aumenta la inclusión de energías renovables intermitentes (ERI), 75% en este ejemplo, es preciso triplicar la capacidad instalada para alcanzar la generación de electricidad equivalente anual del caso base: 100 GW.
Si la participación de energías renovables intermitentes llega al mismo porcentaje que en el caso de la capacidad instalada, 75%, la generación de la energía demandará la inclusión de numerosas fuentes en diversas proporciones.
Una consecuencia de la introducción de energías renovables intermitentes en la red es que no sólo se tiene que analizar según los costos nivelados de generación eléctrica tradicionales, sino que es indispensable considerar los diferentes implicados.
Cuando se incrementa la participación de energía renovable intermitente hasta 75%, los costos del sistema aumentan de manera considerable. Esto incluye los costos de las redes, de los balances, de la conexión, de la reducción de la generación con energías intermitentes cuando son innecesarias respecto de los costos de despacho, los tradicionales costos nivelados de generación eléctrica, más los costos de respaldo, más los costos de la disminución del factor de carga del sistema.
Un aspecto relevante de las plantas nucleoeléctricas es el factor de capacidad o factor de planta, como se le llama en México. El factor de planta de las diferentes tecnologías para la generación eléctrica va desde las que tienen un valor relativamente muy bajo, como la solar, pasando por la eólica, hasta llegar a las plantas nucleoeléctricas, cuyo factor de planta es bastante elevado. Las plantas carboeléctricas son plantas que ya no se despachan continuamente, porque sobre todo brindan respaldo a las intermitentes (solar y eólica), las hidroeléctricas, etcétera. La figura 4 indica los factores de planta históricos acumulados por fuente en el año 2020.
Otra de las grandes ventajas de las nucleoléctricas es que, en realidad, dada su alta densidad energética, una pastilla de uranio en un reactor nuclear equivale a 17 mil pies cúbicos de gas natural, a 120 galones de petróleo y a una tonelada de carbón.
Las plantas nucleares ocupan espacios pequeños porque tienen una alta densidad energética. Por tanto, una planta solar, por ejemplo, requeriría, en promedio, más de 3 mi-
Capacidad instalada (GW) 350 300 250 200 150 100 50 0 Caso base 10% ERI 30% ERI 50% ERI 75% ERI
Almacenamiento de batería OCGT CCGT Solar Eólica terrestre
Nuclear Almacenamiento con bomba hidráulica Embalse hidrográfico
Corriente en río Figura 3. Capacidad con diferentes combinaciones de energías renovables intermitentes.
Figura 4. Factores de planta históricos acumulados por fuente en el año 2020.
Nuclear
Geotérmico
Gas natural
Hidroenergía
Carbón
92.5%
74.3%
56.6%
41.5%
40.2%
Eólica
35.4%
Solar
24.9%
Fuente: Administración de Información de Energía de los Estados Unidos
250,000
200,000
MW 150,000
100,000
50,000
0
2035 2036 2037 2038 2039 2040 2041 2042 2043 2044 2045 2046 2047 2048 2049 2050
Emisiones tCO2/MWh 0.5 0.45 0.4 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15 0.1 0.05 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
Figura 5. Capacidad neta instalada. Escenario 3. PAMRNT 2021-2035. Energía cinética GD-FV Concentración solar Batería Ciclo combinado H2O Bioenergía Nuclear Hidroeléctrica Fotovoltaica
Nuclear al 2050 Potencia: 11,509 MW Generación estimada: 90.7 TWh
llones de paneles solares para producir la misma cantidad de energía que un reactor comercial típico. Si la planta fuera eólica, serían necesarias más de 430 turbinas. Esto sin considerar el factor de capacidad, simplemente para la misma potencia. Si se toma en cuenta el factor de capacidad, paneles y turbinas se triplicarían, en el caso de la energía solar, simplemente por comparar los factores de planta que ofrecen ese tipo de tecnologías.
La energía nuclear, sobre todo en los últimos adelantos, forma parte de las tecnologías que se desarrollan en varios países del mundo, inclusive con económicas menos fuertes que la mexicana, nosotros podemos progresar en este campo.
Diversos países del mundo (en América, Estados Unidos, Canadá, Argentina; en Europa, República Checa, Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Luxemburgo, Francia, Italia; en Asia, Rusia, China, Corea del Sur, Japón, Indonesia; Indonesia, Sudáfrica Arabia Saudita) están desarrollando reactores modulares pequeños, reactores nucleares de cuarta generación, que pueden tener unas ventajas muy significativas.
Los reactores modulares pequeños (SMR, small modular reactors) incorporan mejoras de seguridad sobre las plantas actuales con LWR (ligth-water reactor), ya que tienen características de seguridad pasiva intrínsecamente confiables. Los SMR se pueden dimensionar para satisfacer las demandas de la comunidad a la que sirvan, es decir, adecuar su potencia a los requerimientos solicitados.
Las evaluaciones de riesgo confirman aún más las mejoras de seguridad. Los SMR y los microrreactores, incluso más pequeños, es posible ubicarlos con mayor facilidad debido a su reducido término de fuente radiológica, factor que significa un peligro potencial menor.
Los tipos de reactores hoy en estudio representan un área de oportunidad para la ingeniería civil, pues la mayoría se están diseñando para que una parte de su planta sea subterránea.
En México, los SMR podrían satisfacer las necesidades de energía eléctrica en forma económica, utilizarse en la desalinización de agua, la producción de hidrogeno y la generación de calor destinado a procesos industriales.
En la actualidad los reactores se enfocan sobre todo en la generación de la electricidad, tal como las otras fuentes de generación renovables. Los sistemas energéticos del futuro, basados en reactores nucleares, ofrecerán un sistema de red integrado que aproveche las contribuciones de la fisión nuclear más allá de la generación de electricidad. Los reactores serán de gran tamaño, los modulares pequeños y algunos de los reactores más avanzados. Además, se contará con algunos sistemas híbridos que ofrecen grandes ventajas. Generarán calor y electricidad que se aprovechará en nuevos
procesos químicos, la purificación de agua, producción de hidrógeno y la industria en general.
Hoy, respecto de los SMR, México seguiría la regulación del país de origen de la central nuclear que se comprase. Si la regulación siguiera con el mismo enfoque que se aplica a los LWR, representaría una limitación económica, porque sería imposible contar con reactores pequeños económicamente viables; es un tema en el que debe trabajarse.
Los reactores SMR que se consideran viables para instalarse en el país tienen sus ventajas: es factible construirlos por módulos; permiten su casi total construcción en el ambiente controlado de una fábrica; tienen la flexibilidad de potencia para adaptarse a países con redes menos malladas y potentes; ofrecen la gestión independiente de los módulos para mantenimiento y parada de recarga, mientras los demás permanecen en servicio; tienen menores necesidades de agua de refrigeración; bridan la posibilidad de enterrar parcial o totalmente los módulos para mejorar la seguridad, en particular por su resistencia a ataques aéreos y mejor integración con el entorno.
Un factor interesante que ofrecen las distintas energías es la posibilidad de integración entre ellas. Una de las opciones es, precisamente, utilizar la energía nuclear cuando no sea requerida porque las energías renovables están despachando. Utilizar energía nuclear para producir hidrógeno y almacenarlo sería una forma limpia de almacenamiento de energía, por lo que sería también hidrógeno verde.
México tiene dos reactores nucleares en las instalaciones de Laguna Verde. El primero entró en operación en 1990, y el segundo, en 1995, con licencia para operar 30 años. Mediante la renovación de su licencia, Laguna Verde I se amplió 30 años, y próximamente se ampliará la de la unidad II. Por lo tanto, podrán operar hasta 2050 y 2055 las unidades I y II, respectivamente. En la actualidad tienen una capacidad de 1,640 MW, ya que tuvieron un aumento de potencia de 20% con respecto a la capacidad original que era de 1310 MW.
Un dato histórico es que durante 2018 Laguna Verde entregó a la red 13,200 GWh, lo que representó ingresos por venta de 15,071 millones de pesos, y se alcanzó un factor de planta de 96.23%. Otro dato es que en 2021 la unidad I acumuló 465 días de operación sin interrupción.
La mayor parte del año Laguna Verde produce la energía eléctrica, de origen limpio, más barata que se despacha en la red eléctrica nacional. Todo esto habla de la buena experiencia de México en el manejo de reactores nucleares.
Junto con varios colegas, que continuamente analizamos cuál sería el rol de la energía nuclear en México, pensamos que el país sí debería apostar por ampliar la base de energía nuclear para cumplir con el Compromiso de Acción de París, porque es una energía limpia.
Algo que me sorprendió al leer el Programa de Ampliación y Modernización de la Red Nacional de Transmisión y Redes Generales de Distribución del Mercado Eléctrico Mayorista (PAMRNT) es que en ese documento se presentan resultados de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero para una descarbonización profunda de nuestro país.
La figura 5 ilustra el escenario número 3, el cual incluye, en la capacidad instalada, la energía nuclear, que se incrementa a partir de 2035 hasta 2050. En este último año se indica una capacidad de 11,509 MW. Se calculó que la generación estimada de esos reactores podrían ser 90.7 TWh en el año 2050. Obviamente, estos escenarios combinan de manera bastante armoniosa las diferentes fuentes de energía; la fotovoltaica es la que tiene mayor participación en cuanto a las energías renovables variables (intermitentes). En la misma figura, aunque no se detalla la descripción, aparece concentración solar, además de los ciclos combinados de hidrógeno.
Respecto al escenario 3 calculé cuál sería el factor de emisiones por MWh del mix de electricidad de México; consideré la distribución de participación de las diferentes tecnologías indicada en la figura 12, junto con algunos factores de emisión que tal vez tendría que afinar más, pero son los factores de emisión estándares mostrados en el documento de Costos y Parámetros de Generación Eléctrica de la CFE. En la gráfica inferior se aprecia que las emisiones, en toneladas de CO2 por MWh generado, disminuirían bastante rápido, sobre todo en los primeros años, lo que significa que se trata de una forma de reducción de gases de efecto invernadero.
En síntesis, en lugar de que en México se instalen centrales nucleoeléctricas de gran potencia recomendaría los reactores modulares pequeños, los cuales podrían aportar energía eléctrica de forma continua y flexible, utilizarse en la desalinización de agua en lugares específicos, o bien en la producción de hidrógeno para almacenar energía. Asimismo, para generar calor de procesos podrían instalarse en regiones que hoy son importadoras netas de energía, o estén ubicadas en lugares aislados. También podrían instalarse sistemas combinados, híbridos con energías renovables que produzcan hidrógeno verde cuando la solar y la eólica no generen debido a su condición de intermitentes.
JOSÉ FRANCISCO ALBARRÁN Ingeniero mecánico y eléctrico con maestría y doctorado en Electrónica. Se ha desempeñado en los sectores académico, privado y público. Profesor de la FI UNAM. Laboró en el Instituto de Investigaciones Eléctricas, en Grupo ICA y en Pemex, entre otros.
He escuchado que para la inversión por MW de potencia instalada se requieren de un millón a dos millones de dólares, ¿qué tanto es para la parte de la energía nuclear?
Cecilia Martín del Campo Es mucho más alto, del ordende 4 mil dólares por kilowatt. Aunque en realidad es una inversión que tiene una larga duración, porque tienen una vida muy larga; pueden llegar a tener vidas de 60 años, y los costos por concepto de combustible son muy bajos; incluso hay reactores nucleares que no requieren recarga de combustible, o que deben recargarse cada 5 o 10 años. Hay una amplia variedad de reactores.
En cuanto a costos de inversión, son los más altos. Casi todas las tecnologías de generación eléctrica renovables, del tipo solar o eólica, tienen costos menores, pero por kilowatt instalado, y sin considerar la cantidad de energía que pueden producir a lo largo de la vida útil de la instalación.
Walter Palomino ¿Qué avances existen sobre los almacenes temporales, individualizados, y almacenes geológicos profundos que se tienen planeados para México a corto y largo plazo?
Cecilia Martín del Campo Para el almacenamiento temporal en seco se tienen avances en Laguna Verde para ahí almacenar los combustibles procedentes de las unidades. En cuanto a estudios de almacenamiento geológico profundo en México, no estoy bien informada. Tal vez sí los estén considerando, pero no tengo la información reciente. Creo que México debería analizar ese tema. Por lo pronto, sí sé que están ocupándose de manera correcta del almacenamiento del combustible irradiado de las dos plantas de Laguna Verde, pero en almacenamientos en seco. Tal vez eso le ha dado la oportunidad también a México de observar cómo avanzan las tecnologías de almacenamiento profundo, y también para decidir sobre el uso del combustible con el fin de reprocesarlo y obtener más energía de él y utilizarlo en reactores, ya sean del mismo tipo pero como combustible MOX, es decir, que se utilice el plutonio extraído del combustible irradiado o gastado proveniente de las centrales actuales, se combine con más uranio y se introduzca en reactores que utilicen un combustible mixto de uranio y plutonio y así obtener más energía de una misma cantidad de combustible nuclear originario.
También podría reprocesarse ese combustible e introducirlo en reactores muy avanzados. Me gustaría disponer de más estudios en ese tema, pero tal vez nos dé la oportunidad de decidir algo más sobre qué hacer con el combustible extraído de las plantas de Laguna Verde.
José Francisco Albarrán Tomando en cuenta las necesidades del sector energético en materia de recursos humanos, ¿en qué área considera que faltan ingenieros? ¿Qué necesidades advierte del país en cuanto a ingenieros? Cecilia Martín del Campo Muy interesante pregunta. Justo ayer, mientras terminaba de afinar mi presentación, vi varios documentos acerca de mejorar el currículo de la formación de los ingenieros y de todas las especialidades indispensables para cualquier tipo de tecnología. A la formación de recursos humanos le debe corresponder apoyar el desarrollo de la tecnología. Opino que en México sí falta fortalecer la formación de recursos humanos en el área nuclear. Tenemos algunas universidades ocupadas en el tema. Una de las formas en que funciona la formación de tales recursos, en cuanto a la operación de la planta, es contratar a las personas y capacitarlas para la operación de la planta en todos los niveles, no sólo a los operarios destinados a sala de control del reactor, sino en toda la instalación. El personal recibe capacitación muy específica para la actividad que desempeñarán en la planta. En cuanto a la formación de ingenieros para el diseño de reactores, ahí sí tenemos un déficit.
En mi opinión, nos hemos rezagado en la formación de recursos humanos pues no hemos invertido en la investigación ni el desarrollo de la energía nuclear. Tal vez convenga importar el primero o segundo reactor, seleccionarlos muy bien y comprarlos mediante un contrato que incluya la transferencia de tecnología. Además, incluir la capacitación de ingenieros mexicanos en el diseño de los reactores y, posteriormente, continuar con el desarrollo propio con científicos y técnicos mexicanos.
Las agencias nacionales consideran la energía nuclear parte de la solución para producir las grandes cantidades de energía eléctrica que, se prevé, se utilizarán en el mundo.
La energía nuclear es una energía limpia, no quema ningún tipo de combustible fósil en sus avances tecnológicos; considera múltiples características dirigidas hacia la seguridad; por tanto, es una solución confiable porque, además, no es intermitente y puede realmente aportar muchísimo.
Cuando estudié energía nuclear en Francia, tuve compañeros coreanos. Nosotros, como éramos amables, les ayudábamos un poco y decíamos: “Ay, pobres: no saben nada”. Tiempo después hice una gira turística nuclear; de hecho, nos invitaron los coreanos a conocer su desarrollo tecnológico. Para mi sorpresa, uno de los principales directores había sido mi compañero de estudio. Creí entonces que le iba mal, que había repetido año porque no le iba bien.
Nosotros, “los brillantes con mención honorífica”, regresamos a nuestro país y nadie nos hizo caso, tal como a muchos ingenieros nucleares que se han formado a lo largo de la historia en nuestro país sin que les hayan tenido consideración alguna los gobiernos pasados.
Seguimos sin un desarrollo tecnológico nuclear, y no sé cuándo se solucionará esta falla. Pero de que podemos en México, podemos. Yo creo que tenemos muy buenos ingenieros, muy buenos científicos, gente inteligente y creativa. Creo que habría que invertir más en recursos humanos.