Tarifas y la sostenibilidad de los servicios de agua
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México. Luis Francisco Robledo Cabello | Aguas costeras, previsión y solución. Héctor López Gutiérrez | La problemática de disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos. Marco Antonio Samaniego López | Baños secos: Innovación en un contexto de crisis. Alexis Fernando Guerrero Sánchez
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Contenido
TEMA DE PORTADA
Tarifas y la sostenibilidad de los servicios de agua RamónAguirreDíaz
GESTIÓN
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México
LuisFranciscoRobledoCabello
La problemática de disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos
MarcoAntonioSamaniegoLópez
AL LECTOR
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LITORALES
Aguas costeras, previsión y solución HéctorLópezGutiérrez
TECNOLOGÍA
Baños secos: Innovación en un contexto de crisis AlexisFernandoGuerreroSánchez
EL AGUA EN EL MUNDO
La protección del Acuífero Guaraní: una referencia para el mundo Helios
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Noviembre 2024
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¿Quién debe pagar el costo del derecho humano al agua?
El acceso de las personas al agua es un derecho y no está en discusión. Lo que sí está en discusión es la forma en la que debe garantizarse, el costo que implica el hacerlo efectivo y quiénes deben asumir dicho costo. El tema se aborda en el artículo de portada de esta edición.
Los recursos necesarios para ofrecer el servicio con la calidad y oportunidad imprescindibles son multimillonarios. Los dos factores más relevantes para cubrir los costos que implica el suministro del vital líquido son las tarifas y las subvenciones.
Existe la convicción en amplios sectores de la sociedad mexicana –no así en otros países– de que, al estar el recurso en la naturaleza, el suministro debe ser gratuito, lo cual resulta imposible.
La principal responsabilidad de esta errónea convicción es de las autoridades, que durante décadas, por razones casi exclusivamente de política electoral, han evitado enfrentar el problema de la desinformación.
Necesariamente se requiere una efectiva, profusa y permanente campaña de información que genere conciencia entre los ciudadanos del costo y el valor del servicio del suministro de agua. Lo primero es hacer explícito lo obvio: el agua está en la naturaleza, pero ponerla al alcance de los ciudadanos requiere la participación de multiplicidad de organismos y profesionales especializados en brindar el servicio y la infraestructura de distintos niveles de complejidad.
Paradójicamente –y esto también es responsabilidad de las autoridades, por la misma razón expuesta–, la población de México, que en su enorme mayoría se resiste a pagar tarifas razonables por el servicio, es la mayor consumidora de agua embotellada en el mundo. Invierte en ello mucho más dinero que el que podría destinar al pago de una tarifa razonable por el servicio público domiciliario: las estimaciones señalan que paga hasta mil veces más por litro de agua. Solo como referencia, mientras en la ciudad de Oslo, Noruega, se pagan 5.51 dólares de tarifa, en la Ciudad de México se pagan 0.76 dólares.
No se trata de pasar abruptamente de una tarifa de 0.76 a una de 5.51 dólares –sería inaceptable para la población–, pero sí deberían las autoridades responsables desarrollar una campaña de información y concientización, al tiempo que un programa escalonado que lleve la tarifa en un plazo razonable –aceptable técnica y socialmente– de los actuales 76 centavos de dólar a una que, al menos, cubra los costos básicos de la operación del servicio.
Los editores
Tarifas y la sostenibilidad de los servicios de agua
Los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento son esenciales para la salud, el desarrollo y bienestar de cualquier sociedad. Sin embargo, la gestión eficiente de este recurso depende en gran medida de la sostenibilidad económica de los organismos encargados de proveerlos. Con la nueva administración del gobierno federal se presenta la oportunidad de implementar un nuevo modelo de gestión para el subsector agua potable, que lo lleve a mayores eficiencias en beneficio de los usuarios, junto con la implementación de tarifas que permitan la autosuficiencia y sostenibilidad de los servicios.
RAMÓN AGUIRRE DÍAZ
Ingeniero civil con trayectoria de más de 40 años en agua potable y saneamiento.
Desafortunadamente, el subsector agua potable ha venido disminuyendo sus estándares en los últimos años y se encuentra descapitalizado, con serios problemas para el mantenimiento y reposición de una infraestructura construida hace 40 años en promedio. No ha contado con la atención, el apoyo ni las inversiones necesarias y presenta un rezago de varias décadas; ahora claramente necesita fuertes cantidades de recursos para atender las crecientes necesidades que permitan responder a la dinámica de las ciudades y poblaciones en México.
Para lograr una mejora sustancial en el subsector, las tarifas que se cobran no solo deben ser suficientes para cubrir los costos operativos y de mantenimiento, sino que también deben hacer posible contribuir a la inversión en mejoras del sistema, en busca de una gradual pero sostenida mejora de estos.
En México, las tarifas de agua potable son un tema de controversia. Por un lado, algunas personas tienden a asociar el agua con un bien que debería ser gratuito, o por lo menos muy barato, pues lo ven como un derecho humano. Sin embargo, en términos prácticos, los recursos que requiere la infraestructura para captar, potabilizar, distribuir y tratar las aguas residuales son significativos.
Esta dicotomía ha generado problemas en la percepción pública y en la gestión financiera de los organismos operadores.
La falta de tarifas realistas y el agua embotellada
El establecimiento de tarifas de agua que sean realistas es clave para garantizar la continuidad y calidad del servicio. Tarifas demasiado bajas no permiten cubrir los costos de operación y mantenimiento, y esto resulta en el deterioro gradual de la infraestructura. La falta de recursos provoca que las redes de distribución de agua envejezcan, que no se realicen las reparaciones necesarias a tiempo y que la calidad del agua disminuya, lo que afecta directamente la salud de los usuarios y la confianza en el sistema.
A medida que los sistemas de agua se deterioran por falta de inversión, el acceso a agua potable de calidad se ve comprometido. En consecuencia, los ciudadanos se ven obligados a recurrir a soluciones costosas, como el consumo de agua embotellada. Esta situación es particularmente evidente en México, donde el consumo de agua embotellada ha alcanzado niveles muy elevados y esto ha llevado a convertir al país en el mayor consumidor per cápita de agua embotellada en el mundo (tabla 1), con un promedio de 243 litros por persona al año.
Este alto consumo de agua embotellada no solo refleja una preocupación por la calidad del agua del sistema público, sino también un gasto considerable para las familias mexicanas. En términos económicos, el costo del agua embotellada es significativamente mayor al costo del agua del grifo: mientras que el costo promedio de un metro cúbico de agua potable en México
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es de 0.74 dólares por metro cúbico, el agua embotellada puede costar hasta 1,000 veces más por litro.
Además, la Red Mexicana de Acción por el Agua (Freshwater Action Network Mexico) ha estimado que cada día se tiran 21 millones de botellas de plástico en nuestro país, lo que nos convierte, sin duda, en el mayor generador de este tipo de basura en el mundo.
Impacto de tarifas bajas en la calidad de los servicios y la percepción ciudadana
Cuando las tarifas del servicio de agua son artificialmente bajas debido a presiones políticas o sociales, los organismos operadores de agua no pueden generar los ingresos suficientes para cubrir los costos de operación, y mucho menos contribuir a la renovación o ampliación de la infraestructura. Esto incluye la potabilización, distribución y tratamiento de aguas residuales. Como resultado, las empresas se ven forzadas a reducir inversiones en mantenimiento y modernización de la infraestructura, se genera un deterioro gradual y sostenido de los servicios y con ello, también, una mala percepción de la ciudadanía.
Un claro ejemplo de ello se expone en la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el renglón de Potabilidad, que
País Consumo total1 Población (millones) Consumo (l/hab)
México 30.9 127 243
Tailandia 14.9 72 207
Italia 11.9 59 202
Alemania 11.7 84 139
Estados Unidos 38.3 333 115
Francia 7.4 68 109
Brasil 17.9 215 83
Indonesia 18.0 276 65
China 39.4 1,412 28
India 7.8 1,417 6
se refiere al porcentaje promedio nacional de la población que considera recibir agua bebible sin temor a enfermarse (24%). Esto significa que un 76% de la población desconfía del agua que se le suministra mediante la red de distribución y percibe que puede generarle daños a su salud. Ahora se entiende por qué México tiene un consumo tan alto de agua embotellada. En la figura 1 puede observarse el resultado para cada estado de la República mexicana.
Otros indicadores de la encuesta 2023 resultan reveladores: un 54% de la población está satisfecha con los servicios, lo que significa que el 46% no lo está. El 61% indica recibir agua pura y cristalina, lo que sin duda nos indica que el 39% seguro no está recibiendo agua potable por el simple hecho de que el agua le llega turbia.
Comparativa internacional de tarifas de agua
Para poner en perspectiva la situación tarifaria en México, es útil comparar las tarifas de agua con las de otros países. En la tabla 2 se presenta una comparación del costo promedio del agua potable en algunas ciudades del mundo.
Esta tabla muestra que las tarifas de agua en México son considerablemente más bajas que en muchos otros países desarrollados, e incluso latinoamericanos. Aquí se refleja la presión política para mantener tarifas bajas y explica en parte la falta de inversión en la infraestructura, pero también subraya la necesidad de ajustar las tarifas para garantizar la sostenibilidad del sistema. No hay ninguna razón que justifique que el agua en México tenga tarifas de la mitad de otros países, también latinoamericanos con ingresos per cápita similares.
Dotar de un servicio de calidad y cobrar lo justo y necesario resultará más barato para la población que tarifas artificialmente bajas que obligan al consumo de agua embotellada.
La percepción del agua como derecho humano
Existe una confusión al considerar al agua como un derecho humano que debe ser gratuito. Eso es inexacto. El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico, pero no necesariamente gratuita.
Los elementos o factores mínimos que han de ser cumplidos para garantizar el derecho humano al agua son los siguientes:
• La disponibilidad. El abastecimiento de agua de cada persona debe ser continuo y suficiente para los usos personales y domésticos. Esos usos comprenden normalmente el consumo, el saneamiento, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica.
• La calidad. El agua necesaria para cada uso personal o doméstico debe ser salubre y, por lo tanto, no ha de contener microorganismos o sustancias químicas o radiactivas que puedan constituir una amenaza para la salud de las personas. Además, el agua debería tener un color, un olor y un sabor aceptables.
Tarifas y la sostenibilidad de los servicios de agua
Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental, 2023. Inegi.
[35.9, 49.1] [21.5, 35.8] [12.5, 21.4] [2.0, 12.4] Estados Unidos Mexicanos: 20.9
• La accesibilidad. El agua y las instalaciones y servicios de agua deben ser accesibles para todos, sin discriminación alguna. Hablamos de accesibilidad física, económica, no discriminación y acceso a la información de cuestiones del agua.
Respecto a la accesibilidad económica, la ONU establece que ello implica que el costo del acceso al agua y a los servicios relacionados no debe ser tan alto que ponga en riesgo la capacidad de las personas de cubrir otras necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda y la atención médica. Un 3% de los ingresos familiares se consideran adecuados para cubrir el consumo del agua para atender todas las necesidades domésticas. Está claro que en México la creencia del agua como un derecho que no debe cobrarse es inadecuada, y que ignorar los costos involucrados en hacer que el agua llegue a los hogares de manera segura y constante es contraproducente. La educación pública debe ser clave para cambiar esta mentalidad. Los ciudadanos deben hacerse conscientes de que, sin tarifas adecuadas, los organismos operadores no podrán mejorar los niveles de servicio, lo que resultará en un mayor deterioro de la calidad del agua y en un acceso menos confiable al recurso.
Propuesta de sectores económicos y aumento progresivo de tarifas
Es obvio que los ingresos de las familias en una ciudad no son los mismos. La clasificación de sectores económicos en una ciudad
obedece a una realidad que debe reflejarse en el esquema tarifario, sobre todo si partimos de que un 3% de los ingresos es lo que puede considerarse adecuado que pague una familia por su servicio de agua potable. Evidentemente, el 3% de los ingresos de un sector popular no es el mismo que el de un sector residencial. Este criterio puede incluso traducirse en la posibilidad de implementar subsidios cruzados, donde el sector con mayores ingresos pague un poco más del costo real y con ello contribuya al subsidio de los sectores menos favorecidos.
Existen varios criterios para esa clasificación por sectores económicos. En Bogotá, por ejemplo, se tienen seis bloques; en la Ciudad de México son cuatro. Una buena clasificación puede ser la siguiente, ubicando las colonias de las ciudades en cuatro sectores: popular, de interés social, urbano medio y residencial. Junto con esta clasificación por sectores económicos es necesaria una implementación de aumento progresivo de tarifas. En lugar de imponer un aumento repentino y generalizado, las tarifas podrían incrementarse gradualmente durante un cierto periodo, para permitir que los ciudadanos se adapten al nuevo esquema tarifario.
Eficiencias físicas y comerciales
La estrategia de establecer sectores económicos y un aumento progresivo de tarifas debe complementarse con un programa de instalación de medidores, que permitiría a los usuarios pagar por la cantidad exacta de agua que consumen.
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Tabla 2. Costo promedio del agua potable en algunas ciudades del mundo
País Tarifa1
Oslo, Noruega 5.51
Stuttgart, Alemania 4.67
Copenhague, Dinamarca 4.37
Rotterdam, Alemania 3.99
Estocolmo, Suecia 3.60
Lyon, Francia 3.57
Ginebra, Suiza 3.20
Santiago, Chile 2.18
Barcelona, España 2.00
Florencia, Italia 1.90
São Paulo, Brasil 1.34
Budapest, Hungría .23
Bogotá, Colombia 1.19
Ciudad de México 0.76
1 Tarifa promedio por metro cúbico. Servicio doméstico, en dólares. Fuente: Water News Europe, BID Development blog y cálculos propios.
Este tema de la micromedición es estratégico y vital, porque ha demostrado ser una herramienta eficaz para reducir el desperdicio y aumentar los ingresos de los organismos operadores, ya que el principio de que cada quien pague por el agua que consume y que las tarifas sean con incrementos por bloques de consumo es fundamental. Además, sabemos que no podremos mejorar en eficiencia física si no medimos, y la medición del consumo de los usuarios es un asunto obligado para los organismos operadores.
El cuidado del agua en las ciudades y la eliminación de fugas requiere la implementación de proyectos de sectorización en las redes de distribución, donde la cuantificación de los volúmenes suministrados a un sector –haciendo el balance con el agua consumida por los usuarios– permite identificar las zonas donde más agua se pierde y con ello repararlas para la mejora de las eficiencias físicas.
Otro reto se tiene en la mejora de las eficiencias comerciales, que se refiere al porcentaje del agua que se cobra respecto
a la que se factura. Estas eficiencias en México son en promedio del 70%, cifra muy baja, directamente relacionada con la mala percepción de los usuarios respecto a los servicios que reciben.
Todo esto nos obliga a avanzar de manera paralela en varios renglones, que se pueden resumir en: la calidad de los servicios (continuidad y presión), la calidad del agua, las eficiencias físicas y las eficiencias comerciales.
Conclusiones
La sostenibilidad de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento en México enfrenta varios retos que deben abordarse de manera integral. En primer lugar, la estructura actual de tarifas no refleja el costo real de proporcionar los servicios hídricos, lo que, junto con menores subsidios, impide que se cuente con los recursos suficientes para realizar las inversiones necesarias en mantenimiento e infraestructura. La falta de inversión ha resultado en un deterioro de los sistemas de agua, lo cual, a su vez, ha obligado a muchas familias a depender del agua embotellada, un recurso más caro y con un impacto ambiental significativo.
El derecho humano al agua establece que toda persona tiene derecho a acceder a una cantidad suficiente de agua que sea salubre, asequible y accesible. Sin embargo, en muchos casos este derecho ha sido malinterpretado como un servicio que debe ser gratuito, lo que ha contribuido a una presión política para mantener tarifas artificialmente bajas. Es esencial educar a la población sobre el verdadero valor de este recurso y la importancia de pagar por su uso. Al mismo tiempo, las tarifas deben ser justas y progresivas, de modo que se ajusten a la capacidad económica de los usuarios y no comprometan otras necesidades básicas, para lo cual es necesario introducir esquemas tarifarios con subsidios cruzados, donde los sectores de mayores ingresos contribuyan a cubrir el costo del agua para los sectores más vulnerables.
La implementación de medidores que permitan a los usuarios pagar según su consumo real también es crucial para fomentar un uso más responsable del agua y evitar el desperdicio, además de ser indispensables para el mejoramiento de las eficiencias físicas y comerciales, reducir pérdidas y asegurar la continuidad del servicio
Condonación en colonias con mal servicio
Consejo de vinculación delegacional
Coordinación Sacmex y Sederec
Derecho humano al agua
Consejo consultivo
No a la privatización del servicio
Regulación de pipas
Aspectos
Instalación de bebederos públicos
Junta de Gobierno
Juicios por cobro de un derecho como servicio
Coordinación en materia de tarifas
Descentralización del Sacmex
Programa de sustentablidad obligatorio
Indicadores de gestión social e institucional
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México
El objetivo más importante de un sistema de planeación hídrica debe ser el lograr una gestión eficiente de las aguas nacionales, para asegurar que los mexicanos que la utilizan actualmente y los que la requerirán en el futuro para los diferentes usos tengan acceso a ella en la cantidad, la calidad y la oportunidad necesarias. Este artículo tiene como propósito promover la formulación de un plan nacional hídrico, que debería estar contemplado en las modificaciones a la actual Ley de Aguas Nacionales, para atender en forma suficiente la gestión eficiente y justa de los diversos usos del agua establecidos en ella.
LUIS FRANCISCO ROBLEDO CABELLO
Coordinador del Comité de Infraestructura, Colegio de Ingenieros Civiles de México.
En forma simplificada, todo sistema de planeación hídrica consta de las siguientes actividades: diagnóstico de la situación actual; análisis prospectivo de la situación futura; establecimiento de objetivos; políticas para alcanzar los objetivos; estrategias para desarrollar las políticas; establecimiento de metas y programas para alcanzarlas.
Diagnóstico de la situación actual y análisis prospectivo de la situación futura
Disponibilidad y demanda actual y futura de agua
El sistema de planeación hídrica debe basarse en dos conocimientos básicos: la disponibilidad actual y futura por regiones, en cantidad, en el tiempo y en calidad, y la demanda actual y futura para cada una de las regiones del país y para los diversos usos.
Para tener un sistema de planeación hídrica orientado a una gestión eficiente del agua, es indispensable contar con información suficiente y confiable de la disponibilidad actual y futura en sus dos formas fundamentales: agua superficial (ríos y cuerpos de agua) y agua subterránea en forma líquida (o de vapor para fines geotérmicos).
A través de un sistema de planeación hídrica se podrá cuantificar la demanda actual y futura por regiones geográficas, tanto de agua superficial como de subterránea, para los usos doméstico, público urbano, agrícola, pecuario, acuacultura, industrial (incluye minería), generación de energía eléctrica, turístico y recreativo, y ecológico.
No es posible llevar a cabo una gestión adecuada de ningún recurso de la nación, como el petróleo, el suelo y el agua, si los responsables no desarrollan planes con visión de corto, mediano y largo plazo, cuantificando los recursos disponibles y la demanda en esos escenarios para cada región y para todos los usos. Por ello es necesario basar la gestión del agua en la planeación hídrica.
Sin el conocimiento suficiente de la disponibilidad y de la demanda –actuales y futuras– para cada región del país y para
todos los usos, no será posible llevar a cabo una gestión eficiente del agua en México y, como consecuencia, se incrementarían los riesgos de escasez del recurso y la ocurrencia de conflictos sociales entre los distintos usuarios.
Ciertas regiones que hace algunas décadas tuvieron un gran auge en la producción agrícola de riego, principalmente en el norte y centro del país, gracias a la disponibilidad de agua, actualmente tienen limitadas posibilidades de aumentar, e incluso de mantener, su producción, o bien estas ya no existen para ampliar la frontera agrícola, y tienen como única opción el uso más eficiente del agua a través de la modernización y tecnificación del riego.
En paralelo, es conveniente analizar la posibilidad de que por el crecimiento de la demanda en los usos urbanos sea necesario cambiar una parte de los volúmenes destinados al riego para satisfacer las necesidades de las ciudades, situación que en el futuro próximo se presentará con mayor frecuencia.
Planeación hídrica
Por lo hasta aquí expuesto es importante la elaboración, en el plazo más corto posible, de un plan nacional hídrico con visión de corto, mediano y largo plazo (por ejemplo 6, 12 y 24 años), cuyo primer paso sea el diagnóstico, es decir, la cuantificación de la disponibilidad actual de agua superficial y subterránea en todas las regiones del país, debiendo incrementarse y fortalecerse los recursos presupuestales, humanos y tecnológicos para permitir una gestión eficiente del recurso considerando las variaciones periódicas naturales (abundancia y sequías) y las derivadas de fenómenos hidrometeorológicos extremos (inundaciones). La Comisión Nacional del Agua no cuenta en la actualidad con dichos recursos en forma suficiente, por lo que difícilmente puede hacer una gestión eficiente del agua.
Los estudios mundiales sobre el cambio climático permiten asegurar que nuestro país sufrirá en el futuro sequías extremas e inundaciones de mayor magnitud, frecuencia y duración, cuya atención demanda un plan nacional hídrico con un escenario de planeación no menor de 24 años (cuatro sexenios) para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.
Lo ideal sería fortalecer institucionalmente la gestión del agua creando una nueva Secretaría del Agua, con una orienta-
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ción predominantemente técnica, sin descuidar los aspectos administrativos y jurídicos relacionados con dicha gestión, que cuente con los recursos indispensables para ello.
Balances hídricos actuales y futuros
Como resultado de la cuantificación de la disponibilidad y de la demanda actual de agua superficial y subterránea para todos los usos y para todas las regiones del país, el plan nacional hídrico establecería un balance hídrico de la situación actual para cada una de las regiones mencionadas, el cual sería fundamental para plantear diversos escenarios de balances hídricos futuros para satisfacer las demandas, lo cual permitiría una buena gestión de las aguas nacionales para todos los usos y regiones. Es previsible que algunas actividades socioeconómicas futuras de las diversas regiones de México dependan de su escasa disponibilidad.
Establecimiento de objetivos del plan nacional hídrico
Puede establecerse una gran cantidad de objetivos del plan nacional hídrico para desarrollar una buena gestión del agua. A continuación se mencionan algunos ejemplos de ellos.
• Contar con información suficiente de la disponibilidad actual de agua en cada región.
• Conocer las demandas actuales para todas las regiones y todos los usos.
• Analizar escenarios de disponibilidad futura por regiones en función del cambio climático (abundancia y escasez).
• Analizar escenarios de las demandas futuras para todas las regiones y todos los usos, y establecer prioridades de los diversos usos en caso de escasez.
• Contar con una organización institucional suficiente, eficiente y adecuada para una buena gestión del agua por regiones hidrológicas.
• Desarrollar balances hídricos disponibilidad-demanda, actuales y futuros, en un escenario no menor de 24 años.
• Establecer prioridades futuras entre los distintos usos para cada región, en función de disponibilidades limitadas.
• Reducir hasta eliminar en el plazo más corto posible el sobreconcesionamiento de las aguas superficiales.
• Reducir la sobreexplotación de los acuíferos en forma programada.
• Eliminar de la Ley de Aguas Nacionales la transferencia de derechos de concesión y revocar automáticamente las concesiones en un plazo determinado por no hacerse uso de ellas.
• Ampliar la frontera agrícola de riego y temporal tecnificado en donde la disponibilidad de agua lo permita.
• Mejorar el suministro de agua potable a nivel nacional en cantidad, calidad, presión y continuidad.
• Desarrollar obras de protección contra inundaciones y legislar sobre la prohibición del desarrollo de zonas urbanas en áreas inundables.
• Asegurar la disponibilidad de agua para el uso ecológico en ríos y cuerpos de agua.
• Permitir desarrollos industriales con altos consumos de agua solamente donde la disponibilidad actual y futura lo permita.
Políticas para alcanzar los objetivos
Entre las políticas que pueden establecerse para lograr los objetivos citados se pueden enumerar las siguientes:
• Desarrollar el sistema de planeación hídrica en escala nacional.
• Incrementar los recursos presupuestales y profesionales del sector en todo el país.
• Gestionar y aplicar créditos de la banca de desarrollo internacional en proyectos de riego con recuperación directa o indirecta.
• Modernizar y tecnificar los distritos y unidades de riego para liberar caudales para otros usos.
• Analizar la posibilidad y conveniencia de aplicar inversiones privadas o público-privadas en la construcción, operación y conservación de la infraestructura del agua (riego, control de avenidas, generación eléctrica y agua potable).
• Ampliar la frontera agrícola de riego en función del agua disponible.
• Ampliar la frontera agrícola con infraestructura de temporal.
• Promover con los estados y municipios el desarrollo de planes de desarrollo urbano y ordenamiento territorial de las ciudades del país, para establecer las necesidades futuras de agua potable, drenaje y saneamiento.
• Promover el desarrollo de un sistema de planeación industrial para determinar tipo, ubicación y tamaño de las industrias por regiones, en función de la disponibilidad de agua.
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México
• Vincular los sistemas de planeación mencionados para asegurar su congruencia.
Estrategias
Algunas de las estrategias para alcanzar los objetivos son las siguientes:
• Crear la Secretaría del Agua dentro del gobierno federal con los recursos necesarios de todo tipo.
• Desarrollar con anticipación los estudios de ingeniería, los proyectos ejecutivos, los estudios socioambientales y los económicos para contar con una cartera amplia de proyectos, cubriendo todas las regiones del país, para los usos en los que se requiera infraestructura federal.
• Estudiar con la anticipación suficiente el financiamiento de las obras de infraestructura hídrica.
• Estudiar y promover el establecimiento de tarifas, derechos y contribuciones para que, de ser posible, los servicios y las obras sean autofinanciables.
• Estudiar y promover la participación de la inversión privada y mixta.
Establecimiento de metas y programas
El sistema de planeación hídrica debe conducir, con base en los escenarios, políticas y estrategias desarrollados, al establecimiento de metas y a una serie de programas de acciones y de obras para alcanzarlas, relacionados con una buena gestión del agua. Entre dichos programas a 24 años se pueden mencionar como ejemplo los siguientes:
• Modernización y tecnificación de los distritos y unidades de riego (meta: hacer un uso más eficiente del agua, incrementar la productividad y reducir los consumos de agua en un 50% liberándola para otros usos).
• Ampliación de la frontera agrícola (meta: ampliar la frontera agrícola en una superficie de 2 millones de hectáreas de riego en 24 años, en donde la disponibilidad de agua lo permita).
• Ampliación y mejoramiento de los servicios de agua potable (meta: mejorar los volúmenes entregados a los usuarios, mejorar la calidad bacteriológica y fisicoquímica del agua, entregar el agua a nivel domiciliario con una presión adecuada y prestar el servicio continuamente sin tandeos los 365 días del año las 24 horas del día).
• Desarrollo industrial regional (meta: dependiendo de la disponibilidad de agua, establecer el tipo y la localización de las industrias en cada región y entidad federativa).
Concesión de las aguas nacionales
La LAN debe establecer procedimientos actualizados para otorgar concesiones para todos los usos y regiones en la medida en que la disponibilidad lo permita, con base en un buen fundamento técnico, administrativo, social y jurídico.
El concesionamiento del agua debe basarse en información técnica confiable que permita un buen diagnóstico de la disponibilidad actual y futura; el otorgamiento de concesiones sin basarse en información debidamente documentada y validada sobre la disponibilidad actual y futura del recurso puede conducir a conflictos por el agua; es también un grave error otorgar concesiones sin la debida cuantificación de la disponibilidad mínima. Ante la ocurrencia de sequías cada vez más frecuentes, severas y de mayor duración derivadas del cambio climático, el otorgar las concesiones con base en la disponibilidad media dará lugar a inconformidades y conflictos entre los concesionarios. En años con disponibilidad mayor a la mínima podrían otorgarse temporalmente incrementos a los volúmenes concesionados sin que ello implique que el gobierno pueda
Como resultado de la cuantificación de la disponibilidad y de la demanda actual de agua superficial y subterránea para todos los usos y regiones del país, el plan nacional hídrico establecería un balance hídrico de la situación actual para cada una de las regiones mencionadas, el cual sería fundamental para plantear diversos escenarios de balances hídricos futuros para satisfacer las demandas, lo cual permitiría una buena gestión de las aguas nacionales para todos los usos y regiones. Es previsible que algunas actividades socioeconómicas futuras de las diversas regiones dependan de su escasa disponibilidad.
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México
El concesionamiento del agua debe basarse en información técnica confiable que permita un buen diagnóstico de la disponibilidad actual y futura; otorgar concesiones sin basarse en información documentada y validada sobre la disponibilidad actual y futura puede conducir a conflictos por el agua; es también un grave error otorgar concesiones sin la debida cuantificación de la disponibilidad mínima. Ante la ocurrencia de sequías cada vez más frecuentes, severas y de mayor duración, otorgar concesiones con base en la disponibilidad media dará lugar a inconformidades y conflictos entre los concesionarios.
garantizar su disponibilidad, por lo que el riesgo derivado de una disponibilidad menor debe corresponder al concesionario.
Reducir hasta desaparecer el actual sobreconcesionamiento de las aguas superficiales y subterráneas solo puede lograrse si se modifica la LAN y se desarrolla un plan nacional hídrico; el concesionamiento se debe actualizar periódicamente en función de la evolución de la disponibilidad por el cambio climático y de las demandas para todos los usos.
Escenarios futuros de la disponibilidad y la demanda de agua
La cuantificación de la disponibilidad futura de agua debe considerar diversos escenarios de carácter climatológico para cada una de las regiones del país en función de la evolución del cambio climático. La disponibilidad de aguas superficiales y subterráneas obedece al comportamiento natural del ciclo hidrológico, es decir que en un río o acuífero puede haber disponibilidades bajas en época de sequías, disponibilidades medias en años promedio y disponibilidades altas en años muy lluviosos; esto significa que la disponibilidad no es estática, sino que cambia en función de dichas variables; estas variaciones en la disponibilidad pueden llegar a ser muy importantes entre periodos secos y lluviosos.
La disponibilidad de agua no solo depende de las condiciones climatológicas; también de la acción del ser humano. En un río que carezca de presas de almacenamiento, existe una disponibilidad variable en función de la época del año, es decir, en función del estiaje y de la temporada de lluvias, debido a que el agua fluye libremente hacia el mar, por lo cual se pierde una parte importante de su volumen potencial en época de lluvias para satisfacer las demandas. Si se construyen presas de almacenamiento, una parte del agua es retenida y con ello
se incrementa la disponibilidad para cubrir las demandas para todo tipo de usos aguas abajo de las presas.
Por ello, el plan nacional hídrico deberá analizar escenarios diversos para cada región, con el fin de contar con información que permita gestionar el agua tanto desde el punto de vista técnico en función de su disponibilidad, como desde el punto de vista administrativo y jurídico, debiendo establecerse en los títulos de concesión que los volúmenes concesionados no son fijos ni puede ser obligatorio el proporcionarlos en épocas de sequías, por lo que la autoridad del agua debería tener el derecho, debidamente motivado y fundamentado técnicamente, de satisfacer o de reducir eventualmente el volumen de dichas concesiones, con la previa aceptación de los concesionarios sin ninguna responsabilidad para la autoridad.
En función de las posibilidades de desarrollo de las diversas regiones del país y de los usos deseables del agua, el plan nacional hídrico debe incluir proyectos para incrementar la disponibilidad de agua superficial mediante la construcción de presas de almacenamiento e incluirlas en los programas de inversión que se deriven de él.
La disponibilidad de las aguas subterráneas también puede variar en función de las sequías y las lluvias y de la creciente sobreexplotación a la que están sujetos la mayor parte de nuestros acuíferos, en los cuales la disponibilidad ha variado hasta convertirse no solo en nula sino en negativa; por ello, en plazos relativamente cortos será necesario reducir las extracciones para asegurar la sostenibilidad de los aprovechamientos sin exceder los volúmenes concesionados de los recargados en época de sequías.
Disponibilidad para los usos de agua potable
La responsabilidad de hacer frente a los costos de construcción, operación y mantenimiento de una presa de almacenamiento
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o de la recarga de acuíferos para incrementar la disponibilidad y abastecer de agua potable a los centros de población debe ser, en primera instancia, de los municipios.
El gobierno federal y los gobiernos de los estados podrían apoyar a los municipios en función de su disponibilidad presupuestal y de la capacidad económica de estos para cubrir dichos costos, decisión que no debe adoptarse discrecionalmente; deben establecerse lineamientos en un capítulo específico del plan nacional hídrico y en los programas de inversión que se deriven de él, con base en los presupuestos federales y estatales disponibles y en los estudios de la capacidad de pago de la población y de sus características sociales.
Eficiencia física y comercial de los sistemas de agua potable
La capacidad financiera del municipio o del organismo operador depende de las tarifas y de las eficiencias físicas y comerciales. En términos generales, el diagnóstico de esta capacidad financiera en escala nacional es negativo, debido a que los responsables de autorizar la actualización de las tarifas ofrecen frecuentemente a los usuarios limitar los aumentos para tener una mejor aceptación social.
La situación financiera actual de los municipios y de los organismos operadores es resultado de decisiones que vienen de mucho tiempo atrás, por lo que el rezago financiero no puede eliminarse en el corto plazo, pues sería casi imposible incrementar las tarifas en la medida necesaria en un plazo breve para tener resultados financieros positivos. La planeación financiera de los prestadores de los servicios debe considerar que se requerirán plazos largos para incrementar gradualmente las tarifas hasta lograr la autosuficiencia financiera.
Por la falta de recursos financieros tampoco será posible mejorar rápidamente las eficiencias físicas (reducción de fugas) y, al no poder suspenderse el servicio por falta de pago, tampoco las eficiencias comerciales (cobranza), porque son acciones que requieren inversiones no siempre pequeñas y acciones coercitivas cuyos resultados se van obteniendo de manera gradual en plazos por lo general largos.
Constitucionalmente, los servicios de agua potable, drenaje y saneamiento son responsabilidad primaria de los municipios; los estados y el gobierno federal solo pueden apoyar a los mu-
nicipios económicamente en la medida en que tengan disponibilidad presupuestal.
Para que la federación apoye económicamente a los municipios y a los organismos operadores no se considera conveniente que se establezcan condiciones relacionadas con el incremento de la eficiencia física, de la comercial y de las tarifas; sobre estos requisitos debe prevalecer la evaluación de los aspectos sociales para brindar dicho apoyo, por la enorme disparidad económica que existe entre los municipios del país.
Disponibilidad de agua para los usos agrícolas
La disponibilidad y la gestión del agua para la producción agrícola es un asunto de vital importancia para la seguridad nacional. El gobierno federal, reconociendo la importancia que tiene para la seguridad nacional el contar con una producción suficiente de alimentos básicos para cubrir las necesidades de la población y para no depender de las importaciones de otros países, construyó presas de almacenamiento y pozos profundos destinados a la irrigación para la producción agrícola. Muchas de esas presas tienen propósitos y beneficios múltiples adicionales al riego, como es el control de avenidas y la generación hidroeléctrica.
Con la construcción de presas se incrementó la disponibilidad de agua para el uso agrícola y durante muchos años se alcanzó la autosuficiencia alimentaria con excedentes que permitieron la exportación de productos agrícolas, con impactos favorables en la balanza comercial nacional.
Por la importancia que tiene la producción de alimentos en la seguridad nacional, muchos países cubren con recursos federales la construcción y –selectivamente– la operación y la conservación de las obras de irrigación, con el objetivo de no correr el riesgo de depender de las importaciones de alimentos para cubrir las necesidades básicas de la población.
El plan nacional hídrico que se propone debe considerar que en los siguientes 24 años la población crecerá del orden de 25 millones de habitantes, y que es conveniente que los alimentos para dicha población se produzcan en México, de manera que generen empleos en el campo y eviten depender de importaciones estratégica y económicamente peligrosas para la seguridad alimentaria del país. Esta debe ser una política permanente en México, como lo es en otros países.
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El plan nacional hídrico debe incluir la programación de la construcción de presas de almacenamiento y de pozos en acuíferos con excedentes y de sus zonas de riego, con el objetivo de garantizar la producción indispensable para la alimentación de nuestra población, incluyendo en dichos programas los recursos necesarios para su operación y conservación.
Las inversiones y los costos de la producción agrícola
Es recomendable que los agricultores participen económicamente para cubrir los costos de la operación y conservación de la infraestructura de riego, con la responsabilidad del gobierno federal de la inversión para su construcción.
Se considera necesario diseñar y establecer económica, jurídica y administrativamente procedimientos para determinar la capacidad de pago de los agricultores en función del tipo de productos que siembran, de los rendimientos por hectárea y de los precios de venta, que no son iguales para todas las zonas de riego del país; de ello dependerá la magnitud de su participación para cubrir los costos de operación y conservación. La asignación de subsidios a la operación y conservación de la infraestructura hidráulica de riego debe evitar cualquier tipo de discrecionalidad y basarse en la capacidad de pago de los agricultores.
Eficiencias físicas en los usos agrícolas del agua
En las obras de irrigación se enfrenta un problema de bajas eficiencias físicas en el uso del agua. Las pérdidas de agua en los canales de conducción en las zonas de riego se deben a que muchos de los canales no fueron revestidos cuando se construyeron, por haberse considerado que las filtraciones no serían importantes, o bien pensando que cuando se presentaran se contaría con recursos económicos para reducirlas o eliminarlas.
Por otra parte, es frecuente imputar a los agricultores el uso excesivo del agua en escala parcelaria, lo cual es cierto solo parcialmente; los altos consumos en escala parcelaria se deben a que no se entrega el agua medida, y esta situación tiene su origen en que durante su construcción no se consideró necesaria esa medición, los agricultores no mantienen niveladas sus parcelas y es casi inexistente el riego tecnificado con sistemas de aspersión o goteo.
El control de las filtraciones en los canales requiere una política de inversiones del gobierno federal, la cual ha sido insuficiente durante muchos años; la tecnificación del riego parcelario solo está al alcance de algunos de los usuarios del riego, dependiendo del tamaño de la parcela, del tipo de cultivo, los rendimientos de la cosecha y los precios de venta, pero es recomendable estudiar casuísticamente dicha capacidad de pago y acordar entre el gobierno y los agricultores la participación económica de cada una de las partes y la forma en la que podrían canalizarse créditos a los agricultores para aportar la parte que les corresponda según los acuerdos adoptados.
El plan nacional hídrico que se propone debe dar una importancia relevante al uso eficiente del agua en los distritos y unidades de riego, desarrollar programas orientados a su modernización y tecnificación para lograr la eficiencia física indispensable para liberar agua para otros usos.
La Ley de Aguas Nacionales y la búsqueda de la eficiencia en el uso del agua
Se requiere actualizar la Ley de Aguas Nacionales, reglamentaria del artículo 27 constitucional, para establecer la obligación conjunta del gobierno federal, de los estados y de los usuarios de riego para desarrollar programas orientados a la búsqueda del mejoramiento de las eficiencias físicas, estableciendo la obligación de formalizar convenios de cooperación entre las partes para alcanzar metas de eficiencia del uso del agua.
Lo hasta aquí mencionado es válido para los usos en el abastecimiento de agua potable y en la producción agrícola, pero debe tener una orientación diferente para los otros usos del agua, como la generación de energía eléctrica, la industria, el turismo, la acuacultura, el pecuario y el minero, entre otros, los cuales tienen, por sus características, una orientación comercial, y por ello se considera que deben ser autosuficientes financieramente y por lo tanto no requerir subsidios de ningún tipo por parte de los tres niveles de gobierno.
La Ley General de Aguas relacionada con el derecho humano al agua
La LGA está relacionada con lo dispuesto en el artículo 4°constitucional, por lo que debe ser reglamentaria de este, sin que sea
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El plan nacional hídrico deberá analizar escenarios diversos para cada región, a fin de contar con información que permita gestionar el agua desde el punto de vista técnico –en función de su disponibilidad–, administrativo y jurídico, debiendo establecerse en los títulos que los volúmenes concesionados no son fijos ni puede ser obligatorio proporcionarlos en épocas de sequías; la autoridad del agua debería tener el derecho, debidamente motivado y fundamentado técnicamente, de satisfacer o de reducir eventualmente el volumen de dichas concesiones, con la previa aceptación de los concesionarios sin responsabilidad para la autoridad.
necesario modificar para su cumplimiento la LAN, reglamentaria del artículo 27 constitucional, considerando que esta última ley ya establece la obligación de la Conagua de darle prioridad al uso doméstico y a los servicios públicos urbanos, y otorgar a los municipios las asignaciones que requieran para satisfacer dichos usos, independientemente de la disponibilidad de volúmenes de agua de las fuentes de abastecimiento que dicha dependencia considere factibles.
Algunas consideraciones sobre la necesidad de modificar la LAN
Respecto al balance actual entre disponibilidad y demanda de las aguas subterráneas, se puede afirmar que es preocupante que todos los acuíferos importantes del país se encuentren sobreexplotados y muchas de las corrientes superficiales tengan sus aguas sobreconcesionadas, ya que de ellos depende en gran medida la satisfacción futura de los usos municipales, agrícolas e industriales del país, y con ello su sustentabilidad.
La actualización de la LAN debe establecer que el plan nacional hídrico, con visión de largo plazo, debe darle una gran importancia a este problema para que la situación no se agrave sino que mejore gradualmente. Es necesario que en el plan nacional hídrico y sus programas se establezcan estrategias técnicas y medidas jurídicas para reducir de forma gradual la sobreexplotación de los acuíferos y el sobreconcesionamiento de corrientes superficiales que se encuentren en esas condiciones, hasta lograr su equilibrio considerando la disponibilidad de dichas fuentes.
Es previsible que en los acuíferos sobreexplotados más importantes del país se avecinen crisis, probablemente en plazos no muy lejanos, que pueden conducir a graves crisis sociopolíticas y económicas para satisfacer las necesidades de los usua-
rios; tales son los casos del Valle de México y de muchos de los acuíferos del altiplano mexicano y del norte del país.
El plan nacional hídrico debe establecer la necesidad de formular y desarrollar programas para la recarga de acuíferos con aguas pluviales y residuales tratadas, cumpliendo con la normativa aplicable, para reducir la sobreexplotación de los acuíferos. El plan también debe considerar el establecimiento de políticas y programas para reducir paulatinamente las extracciones hasta llegar a su equilibrio, lo que conlleva reducir al mínimo indispensable los volúmenes concesionados para todos los usos, especialmente los que implican grandes extracciones, lo cual a su vez está estrechamente vinculado con las eficiencias físicas y comerciales de las zonas de riego y de los sistemas de abastecimiento de agua potable, pero también con la reducción de los volúmenes concesionados especialmente para los usos industriales, de generación de energía hidroeléctrica y mineros.
Con excepción del cumplimiento de los preceptos relacionados con el derecho humano al agua potable y con el uso doméstico, las modificaciones a la Ley de Aguas Nacionales deben establecer la revocación inmediata, automática, de las concesiones de aguas subterráneas otorgadas en acuíferos sobreexplotados que en un cierto plazo, por ejemplo tres años, no sean utilizadas para los fines establecidos en la concesión.
De igual forma debe establecerse que no pueden otorgarse prórrogas de las concesiones, considerando que, por tratarse de un acuífero sobreexplotado, no debió otorgarse dicha concesión. La prórroga de concesiones en acuíferos sobreexplotados equivale a aprobar el uso potencial de un agua que físicamente no existe y cuya concesión se otorgó posiblemente por falta de información suficiente de la disponibilidad de agua en el acuífero.
Un nuevo sistema de planeación hídrica en México Gestión
Para cumplir con lo establecido en el artículo 4°, párrafo 6, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dice que “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”, la actual LAN ya establece que dicho uso personal y doméstico tiene máxima prelación con respecto a cualquier otro uso, por lo que no se considera necesaria ninguna modificación al respecto.
Sin embargo, las modificaciones a la LAN deben establecer que la autoridad competente no otorgará ninguna concesión para ningún tipo de uso de los establecidos en la ley, excepto para el uso personal y doméstico, cuando la fuente de abastecimiento sean acuíferos sobreexplotados. Es conveniente analizar si esta restricción debe incluir la negativa de asignación de aguas subterráneas para nuevos desarrollos habitacionales que no cuenten con fuente de abastecimiento aprobada específica y previamente por la autoridad competente para dichos desarrollos, y las autoridades municipales deben abstenerse de autorizarlos.
Se considera que las modificaciones a la LAN deben prohibir la transferencia de los derechos y el cambio de uso de las aguas
subterráneas cuando provengan de acuíferos sobreexplotados. Por ejemplo, si un usuario agrícola industrial no utiliza durante un periodo predeterminado en la concesión –por ejemplo tres años– la totalidad de los volúmenes concesionados, la concesión quedaría: a)revocada automáticamente para reducir la sobreexplotación, o b)reducida al volumen promedio utilizado durante esos tres años, basándose en que no es técnica ni jurídicamente sustentable transferir un derecho sobre algo que no existe y que probablemente se otorgó por la insuficiencia de información respecto a la disponibilidad de las aguas subterráneas.
Conclusiones y recomendaciones preliminares Es conveniente tener presente que todos los usos del agua son importantes para el desarrollo sustentable de nuestro país. La LAN actual ya establece prelaciones muy precisas en los usos del agua, por ejemplo la del uso personal y doméstico, y con ello se consideran suficientemente atendidos los problemas inherentes a esos usos.
Los objetivos generales de alcanzar eficiencias físicas, comerciales y financieras deseables para todos y cada uno de los usos del agua deben quedar establecidos no solamente con enunciados de carácter general, sino incluyendo en el plan nacional hídrico y sus programas la definición de los objetivos específicos, las políticas y los programas para alcanzar dichas eficiencias, así como las estrategias a seguir para lograrlo.
Los programas derivados del plan nacional hídrico no pueden ser estáticos; por su naturaleza, deben analizarse y ajustarse periódicamente en función de los cambios en la disponibilidad y las demandas de agua para todos los usos en cada una de las regiones, así como por las obras de infraestructura que pueden incrementar la disponibilidad y por las variaciones de la demanda, que dependerán de la evolución de la economía nacional y de las eficiencias físicas, comerciales y financieras de las organizaciones encargadas de la prestación de los servicios de agua potable y de riego.
Las modificaciones a la LAN deben basarse en situaciones de la vida real, no solo en consideraciones de carácter jurídico.
El aseguramiento de los caudales ecológicos en las corrientes superficiales, tanto en cantidad como en calidad, requerirá un apartado específico y detallado desde el plazo inmediato hasta el largo plazo. Esto debe incluirse en el plan nacional hídrico
La problemática de disponibilidad de agua
en la frontera México - Estados Unidos
El presente escrito tiene como objetivo ofrecer un marco general sobre la disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos. Se destacan las cuencas internacionales como los ríos Bravo y Colorado, así como la relación que existe entre ellas en los tratados formales. Se aborda el tema de los recortes, los cuales plantean retos para el desarrollo futuro y se establece que solo si se contempla la interrelación de las cuencas y la binacionalidad se puede entender el problema en toda su dimensión.
MARCO ANTONIO SAMANIEGO LÓPEZ
Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Baja California.
La frontera entre México y Estados Unidos no es solo una línea divisoria en la cual dos territorios soberanos se separan mediante leyes, reglamentos y procesos históricos. Su construcción como espacios está directamente vinculada a la forma en que se tomaron decisiones sobre cómo distribuir, administrar y controlar las aguas superficiales y subterráneas. Cada uno de los términos utilizados se encuentra entreverado con otros temas de un límite internacional, como son seguridad, relaciones comerciales, migración, contrabando y legislación internacional.
Por ello, plantear la problemática de la disponibilidad de agua en la frontera entre México y Estados Unidos es también abordar la forma en que se construyó el espacio fronterizo –dado que las cuencas internacionales abarcan afluentes de ambos lados– y, por tanto, coordinar los esfuerzos e intereses de grupos, organizaciones y organismos gubernamentales de diverso orden y con ideas sobre los usos sociales del agua (Samaniego, 2023).
La atención se centra en las cuencas internacionales, como son los ríos Bravo y Colorado, que confluyen en diferentes dimensiones en el límite internacional pero que cumplen un papel fundamental en el abasto urbano, la creación y explotación de más de dos millones de hectáreas en ambos países, la producción de energía eléctrica compartida, así como la reconstitución de espacios en sentido turístico. De igual forma,
se contempla la restauración de áreas para la vida silvestre y la reproducción de la muy diversa flora endémica y la importada. Por todo ello, los tratados de 1906 y 1944 son un eje articulador que se construyó para distribuir lo que era escaso y limitado –y en algunas zonas abundante durante algunos meses del año–, como el bajo delta del río Colorado, para, con visión desarrollista, utilizar el agua en los ámbitos productivos, sobre todo en la agricultura y el abasto para los servicios urbanos. Estas corrientes superficiales tienen profunda relación con los mantos acuíferos –alrededor de 18, también binacionales– que se encuentran a lo largo de los 3,152 kilómetros de límite internacional entre ambos países.
En el Bravo, los dos países, entre los múltiples usos mencionados, se distribuyen poco más 8,000 millones de metros cúbicos de forma diversa. En el Colorado, 20,000 millones de metros cúbicos. En el alto Bravo, bajo el tratado de 1906, México recibe 74 millones de metros cúbicos. En el bajo Bravo –sobre todo del Conchos–, con el tratado de 1944 México entrega 431 millones de metros cúbicos. En el Colorado, México recibe 1,850,234,000 m3. Con estas referencias simplificadas se pueden observar las codependencias en el espacio fronterizo y las relaciones contrapuestas no solo entre países, sino entre entidades de cada país.
Por ejemplo, entidades como Arizona y California se han enfrentado judicialmente en varias ocasiones, lo mismo que Nuevo México y Texas, que han logrado acuerdos, pero también gestado procesos judiciales que han durado varias décadas (Hundley, 1975). Es posible afirmar que existen más conflictos entre los estados de Estados Unidos que entre México y EUA. Por ello, escribir historia de la problemática de la disponibilidad
La problemática de disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos
del agua en esa región binacional exige conocer los procesos de ambos lados, porque el recurso como tal proviene de las mismas fuentes, y lo que suceda en el cuerpo de agua afecta en ambos sentidos.
Varios investigadores, viajeros y exploradores de ambos países, desde la segunda mitad del siglo XIX concluyeron que para habitar las tierras conocidas como el medio oeste estadounidense y casi todo el norte mexicano el problema no era la cantidad de tierra, sino el agua (Worster, 1985). Los materiales de construcción, la relación con la producción de energía, el motor de combustión interna y la idea de “conquistar” el desierto generó una inversión en tecnología hidráulica que tuvo implicaciones en todo el mundo, incluido, y a veces como punto central, el espacio fronterizo entre México y Estados Unidos (Samaniego, 2006). Paradójicamente, el bajo delta del río Colorado no es un desierto, pero con la construcción de las obras en el país vecino, sobre todo la presa Hoover, se redujo significativamente el caudal, lo que provocó el cambio drástico de flora y fauna, pero permitió la consolidación de una zona agrícola de 214,000 hectáreas, incluida una parte de Sonora.
Con este esquema de que el agua no sería suficiente para todos los usos necesarios, se realizaron los mencionados tratados, los cuales se enmarcan en la jurisdicción de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (International Boundary and Water Commision). En México, la institución depende de la Secretaría de Relaciones Exteriores; en Estados Unidos, del Departamento de Estado.
Desde la firma de los tratados se contempló que podría haber reducciones de caudal, por lo que se hicieron previsiones para reducir los usos en el caso de que hubiera menos escorrentía; en el tratado de 1906 quedó establecido que sería de parte proporcional en lo que respecta al alto Bravo, donde todo el caudal surge de Colorado y Nuevo México, pero irriga a Texas, en la ciudad de El Paso, y a Ciudad Juárez, en Chihuahua. En el tratado de 1944 se contempló reducción para el río Colorado, pero no para el bajo Bravo, dado que se establecieron plazos de cinco años para cumplir con el compromiso. Es decir, si no se entregaba en un año, podría ser en otro, bajo el esquema de ciclos de cinco años. Por ello, cada lustro, desde hace varias décadas, se manifiesta inconformidad con el tratado, sobre todo de los agricultores del río Conchos.
Sin embargo, los recortes se contemplaron y se ratificaron en la década de 1960. Las entidades de Estados Unidos, con múltiples conflictos entre sí, pronosticaron que para finales del siglo XX habría que instaurar programas de recorte porque el agua no iba a alcanzar para todos los compromisos. Además, diversos grupos ambientalistas empezaron a reclamar agua para recuperar ciertas zonas en beneficio de plantas y animales. Desde finales del siglo XX y en lo que va de la presente centuria, se han implementado programas en ambos países; varios de ellos involucran a gestores que trabajan de manera coordinada, y en ocasiones confrontados con quienes prefieren el uso del agua para el abasto urbano y la producción de alimentos.
Así, la disponibilidad de agua se ha convertido en un tema central, sobre todo porque, desde mediados del siglo XX y hasta la fecha, el abasto urbano se ha incrementado notablemente, dado que las ciudades fronterizas han reconfigurado procesos productivos de orden internacional con el establecimiento de plantas maquiladoras (Stoddard, 1987). Dichas empresas, ligadas a grandes corporativos, aprovechan las excepciones fiscales que se han ofrecido tanto en México como en Estados Unidos para instalarse y desarrollar parte de sus procesos productivos. La contratación de mano de obra femenina, en una proporción de 80 o 90%, ha permitido que la industria maquiladora deje una marca en todas las ciudades fronterizas (Matamoros, Nuevo Laredo, Camargo, Mier, Reynosa, Ciudad Juárez, San Luis Río Colorado, Mexicali, Tijuana). Esto último incluye a las ciudades de Sonora –frontera con Arizona– como Nogales, solo que esta población está relacionada con otra cuenca: las de los ríos San Pedro y Santa Cruz, que no están considerados en los tratados mencionados.
Así, el agua para usos urbanos se ha incrementado, por las necesidades proporcionales al aumento de población, que ha sido exponencial desde, cuando menos, la década de 1960. De igual forma, ciudades de Arizona, o un lugar como Las Vegas, Nevada, vinculados directamente a la problemática de la cuenca internacional del río Colorado, crecen exponencialmente, y ello genera tensiones directas sobre el abasto. De igual forma, en las poblaciones del río Bravo el crecimiento de la industria maquiladora ha generado mayor migración y asentamientos, por lo que los usuarios urbanos se convierten en una amenaza para los usuarios agrícolas.
Simbología
Tratado de 1944 Tratado de 1906
0 30 90
15 60 120 km
RíoColoradoLa problemática de disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos
Con el incremento de la capacidad de perforación, las aguas subterráneas se han convertido en un apoyo fundamental para complementar las aguas superficiales, al grado de que en áreas como Ciudad Juárez/El Paso los organismos operadores cooperan para lograr el abasto. Lo mismo sucede en Nogales, Sonora, y Nogales, Arizona, donde la CILA/IBWC se coordina para el manejo de la planta de tratamiento de aguas, que se utiliza en ambos lados de la frontera. Se puede afirmar que en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso son las aguas subterráneas el verdadero sustento (Hatch, 2017).
Sin embargo, con el planteamiento generado socialmente sobre el cambio climático y el calentamiento global, los organismos de diferentes ámbitos de incidencia se han planteado preguntas sobre qué efectos pueden presentarse en la extensa zona. El término “Antropoceno” se ha creado para designar una era geológica en la cual las actividades humanas han repercutido en el clima y la biodiversidad, sobre todo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial; se ha gestado un movimiento en el cual se plantea que las acciones extractivistas de diversos recursos han generado un cambio de tal magnitud que se amenaza la viabilidad del planeta (Crutzen, 2002).
Se acepte o no tal planteamiento, los usos sociales del agua, desde las primeras décadas del siglo XX, quedaron entrelazados entre los dos países, con posibilidades de negociación por parte de México pero sin negar que existen asimetrías de poder. Por ello, es crucial reconocer que los parámetros de acción están delimitados desde hace varias décadas, y que las propuestas que se realicen deben partir de realidades, no de supuestos. Es decir, no es productivo considerar si los tratados estuvieron bien o mal elaborados; el hecho es que con base en ellos se construyeron derechos que tienen muchos años en ejecución, y estos no se van a eliminar. Además, suponer que alguna entidad federativa va a aceptar la reducción de sus asignaciones es asumir supuestos sin sustento (Florio, 1984). Dicho de manera simple, se trata de optimizar, con apoyo de las innovaciones tecnológicas, lo que ha sido y seguirá siendo escaso.
De igual forma, es necesario apuntar a una mejor gestión del recurso que posibilite una mayor justicia e igualdad, que permita que los diferentes agentes económicos atiendan sus necesidades sin generar falsas expectativas de que llegará más agua y sin explicar las complejidades en el ámbito de los organismos encargados de ello, sobre todo CILA/IBWC. Se requieren
La problemática de disponibilidad de agua en la frontera México-Estados Unidos
observatorios y organismos ciudadanos que vigilen y supervisen a las instituciones mediante la construcción de reglamentaciones y procesos que permitan una amplia participación para evitar los abusos de particulares u organismos.
Debe tomarse en consideración que el agua es un bien común. Si bien existen definiciones contemporáneas, el agua siempre ha sido motivo de apropiación limitada y de reparto entre los diversos grupos; ha sido motivo de luchas sociales y enfrentamientos, pero también de acuerdos sobre su uso y distribución. Los acuerdos formales han generado la formación de espacios agrícolas, urbanos e industriales. La informalidad, con tomas clandestinas, acuerdos informales o apropiación fuera de los marcos institucionales ha generado desconfianza y conflictos entre países, pero, sobre todo, entre usuarios dentro de cada país.
La escasez es un tema que está vinculado a la forma en que los usuarios se apropian de un recurso común, y por ello se establece una competencia sobre un recurso natural que para algunos se convierte en mercancía; hay zonas donde la sequía es una condición propia del clima, pero también producto de las acciones humanas que, en escenarios de posibilidad, han excedido las capacidades de los cuerpos de agua sin considerar los efectos que se generan ante la extracción. Dicho de manera simple, lo que es poco por condición se exacerba ante los es-
cenarios de productividad que exceden las posibilidades que ofrece el ciclo hidrológico.
Una frontera habitada es motivo de interés de los dos países, dado que las capacidades de cada Estado para ejercer su función dependen de habitar el espacio y constituirlo con base en todas las necesidades que significa el ocupar el territorio. Apelando a los derechos sociales, los grupos humanos han generado la expectativa de que la naturaleza les provea lo necesario para la vida; es ese el sentido del discurso desarrollista que se ha impuesto, y del cual dependen alrededor de 60 millones de personas entre ambos países en los ámbitos productivos (agricultura, industria) y para los servicios urbanos.
Sin embargo, en términos reales, los anuncios de que existía un límite parecen cumplirse, y se han impuesto recortes para todos los estados en diferentes momentos, sobre todo en el siglo XXI. Los proyectos que se han implementado han obligado a algunas entidades a crear mecanismos que contemplan reducciones en la dotación de agua. México, con las actas 319 y 223 –y sobre todo la 330, firmada en 2024–, plantea un incremento en los recortes para el río Colorado (Cortez y Vega, 2017). Ante ello, se reducen en 300 millones de metros cúbicos las entregas a México, lo que obliga a repensar las prácticas y la administración a corto y largo plazo.
En 2026 se realizarán nuevas negociaciones, y en el contexto aquí planteado, se tomarán decisiones que afectarán, de manera contundente, las posibilidades de desarrollo futuro en la frontera norte de México (Kuhn y Fleck, 2019)
Referencias
Cortez, A., y N. B. Vega (2017). Actas 319 y 323 del Tratado Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos: ¿una nueva era de cooperación para el manejo de aguas transfronterizas del río Colorado? Disponible en: www.researchgate.net/publication/333881546.
Crutzen, P. J. (2002). Geology of mankind. Nature 6867(415).
Florio, R. (1984). Arizona v. California: Finality as a water management tool. Catholic University Law Review 33: 457-477.
Hatch, G. (2017). Paso del Norte: la competencia por las aguas subterráneas transfronterizas. Ciudad Juárez: El Colegio de Chihuahua, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Hundley, C. (1975). Water and the west. The Colorado river compact and the politics of water in the American west. Los Ángeles: University of California Press.
Kuhn, E., y J. Fleck (2019). Science be dammed: How ignoring inconvenient science drained the Colorado river. University of Arizona Press.
Samaniego, M. A. (2006). Ríos internacionales entre México y Estados Unidos. Los tratados de 1906 y 1944. El Colegio de México, Universidad Autónoma de Baja California.
Samaniego, M. A. (2023). Cuencas internacionales y construcción del espacio fronterizo. Paradojas y significados futuros de una relación. Universidad Autónoma de Nuevo León.
Stoddard, E. (1987). Maquila: Assembly plants in northern Mexico . El Paso: Texas Western Press.
Worster, D. (1985). Rivers of empire. Water, aridity & the growth of the American west Nueva York: Phanteon Books.
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Aguas costeras, previsión y solución
HÉCTOR LÓPEZ GUTIÉRREZ
Ingeniero civil con más de 60 años de experiencia. Miembro Emérito del CICM.
Analicemos los ríos de las planicies del Golfo de México. En la parte noreste existió la Comisión del Pánuco, que pretendía construir, por ejemplo, la presa de Pujal, como parte del proyecto hidrológico más importante no solo de México, sino de toda América Latina: el sistema Pujal Coy, que sería la válvula de seguridad para el sur del estado. Esta es una de las tareas federales pendientes desde principios de la década de 1970, al igual que un par de proyectos más en la parte alta, que tampoco se llevaron a cabo. Los ríos Tempoal, Moctezuma, Tamesí y el propio Pánuco y sus afluentes, con toda la serie de lagunas costeras, son muy aprovechables para control de inundaciones, regulación de los picos de las avenidas, desarrollos acuícolas y de riego durante el estiaje; sin embargo, no aparece signo de
un desarrollo organizado de esta importante cuenca. También se consideró como fuente potencial de abastecimiento de la Ciudad de México el agua del río Tecolutla, pero no se llegó a concretar el proyecto.
En el norte del estado de Oaxaca, en el río Tonto, se encuentra la presa Temascal, más formalmente llamada Miguel Alemán. Está conectada por un canal al embalse de la presa Cerro de Oro en el río Santo Domingo. Fue puesta en operaciones el 18 de junio de 1959, y su embalse forma el lago Miguel Alemán, que proporciona ingresos por la pesca y el turismo. La costa noroeste y las islas han sido declaradas reserva natural. La pesca comercial produce aproximadamente 700 toneladas por año, lo cual es un buen ejemplo de aprovechamiento del agua, y aunque hubo algunas obras pequeñas en la laguna Camaronera para comunicarla con el mar, para fines de acuacultura –comunicación que dio muy buen resultado–, del resto de los ríos no se conocen obras que destaquen con algún propósito productivo organizado.
Se conocen perfectamente las inundaciones que suceden cada vez que hay lluvias intensas en la cuenca del Papaloapan,
Se ha hablado mucho sobre la planeación integral de largo plazo, pero no ha habido una planeación hídrica general, y menos aún en el uso de las aguas costeras; las aguas que escurren por las planicies costeras no obedecen a ningún sistema de planeación, y prueba de ello es que aproximadamente el 70% del agua dulce del país se va al mar sin ningún aprovechamiento; mucho menos podemos decir de las aguas costeras salobres de las lagunas litorales, que no tienen uso positivo.
y el uso para navegación fluvial no está en nuestras prácticas comerciales.
En la cuenca del río Coatzacoalcos hay dos acueductos: Uxpanapa-La Cangrejera, con una longitud de 40 km, un caudal de diseño de 20,000 litros por segundo que abastece a 22 industrias, y Yurivia, con una longitud de 64 km, un caudal de 2,000 l/s que abastece a los municipios de Coatzacoalcos y Minatitlán con agua que capta de los ríos Ocotal y Tizizapa. Como parte de la infraestructura hidráulica de la zona existe un estanque utilizado para la cría de truchas y se desarrolla ac-
tividad petrolera y petroquímica en la laguna de Pajaritos y en el propio puerto de Coatzacoalcos, el cual tiene problemas de profundidad que obligan a importantes dragados, por no contar con un adecuado encauzamiento ni en su desembocadura, ni en la llegada del río Uxpanapa, por la margen izquierda. Los problemas de inundaciones en Minatitlán son otro signo de la falta de planeación integral en la cuenca.
En el estado de Tabasco existen diversas propuestas de obras que podrían requerirse para lograr un control efectivo de las inundaciones, pero siguen pendientes. Salvo el conjun-
Litorales
Promedio nacional 4,416 m3/hab/año 1,734 m3/hab/año
Concepto Superficial Subterránea Total
Disponibilidad natural de agua
Agua renovable (aguas nacionales) 354,990 91,788 446,777
Fuente: Estadísticas del Agua en México, Conagua, 2016.
Cifras en millones de metros cúbicos.
to de presas en la parte alta, hasta la de Peñitas que descarga sobre el río Mezcalapa es la responsable de las inundaciones en la zona de Villahermosa. En el pasado operó con mucho éxito la Comisión del Grijalva, que hacía frente a los problemas de inundaciones y de comunicación en la zona de Sánchez Magallanes. Esta comisión realizó no solamente obras hidráulicas, sino infraestructura para que tuviera una dimensión social.
En el litoral del Pacífico, la administración federal que gobernó de 1976 a 1982 tomó una decisión política inadecuada, al hacer desaparecer las comisiones del los ríos más importantes, como las comisiones del Fuerte, del Yaqui y del Balsas. Estos organismos de desarrollo regional planearon el aprovechamiento integral de los recursos hídricos de las planicies costeras, con todo su amplio campo de acción.
Nuevamente hay que referirse a sustentabilidad o supervivencia: ¿qué pretendemos?, ¿seguir en la Ciudad de México con los problemas que tenemos actualmente de una excesiva concentración de habitantes, de una carencia cada vez mayor de agua para los usos más elementales, o empezar a tener problemas en algunas planicies costeras, principalmente del noroeste? En el valle de Guadalupe o en la zona de Hermosillo, los acuíferos empiezan a salarse por la excesiva extracción de agua de los pozos.
Hace unos años, la Comisión de Aguas del Valle de México anunció con gran éxito que había logrado perforar un pozo a
2,200 m de profundidad para extraer agua dulce. Es verdaderamente aberrante este hecho, cuando se está desperdiciando el 70% del agua dulce de las lagunas costeras.
Falta de planeación integral
La única evidencia de intento de planeación de las planicies costeras es la creación de los distritos de riego de los ríos Yaqui y Fuerte por parte de la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos. Sobre el río Balsas, la Comisión del Balsas construyó las presas Adolfo López Mateos (Infiernillo) y, aguas abajo, la José María Morelos (La Villita) para generación de energía eléctrica y con fines agrícolas.
En el litoral del Golfo se crearon las comisiones de los ríos Bravo, Pánuco, Papaloapan y Grijalva. La del río Pánuco solo realizó algunos estudios y proyectos de obras sobre ese río y su sistema de afluentes. Por su parte, la del Papaloapan construyó dos presas exclusivamente para control de avenidas en la parte baja del río del mismo nombre; y en uno de los ríos más caudalosos, el Coatzacoalcos, no ha habido ningún proyecto de aprovechamiento. En el sistema Grijalva-Usumacinta todas las presas de la parta alta han sido construidas por la CFE para generación de energía eléctrica.
Resumiendo, en la planicie costera, por falta de una planeación integral en materia de prevención de desastres no se han hecho obras importantes para prevenir inundaciones, que podrían haber evitado casos catastróficos como las inundaciones de 2007, 2010 y sobre todo la de 2020, y en cambio han causado problemas de erosiones costeras. La franja litoral presenta condiciones climáticas, hidrológicas e hidrogeológicas variadas; sus cuencas presentan escasez natural de agua o acuíferos sobreexplotados.
En la porción noroeste y en la región sureste, el subsuelo es la única fuente de agua dulce; actualmente los desarrollos costeros no tienen acceso a un sistema de abastecimiento municipal.
El desarrollo de la desalación y la gradual disminución de su costo han incrementado la factibilidad de utilizar agua salada, y abierto amplias perspectivas para impulsar sectores de gran rentabilidad, sea con pozos playeros –práctica antigua en reducida escala, pero poco tecnificada y no regulada– o mediante la toma directa, que tiene un mayor costo de construcción, operación y mantenimiento y además requiere pretratamiento.
También existe el problema de la intrusión salina en regiones costeras donde el agua dulce que se consume se extrae de pozos, pues al intensificarse el consumo se empieza a succionar el agua de la cuña salina natural que subyace al agua dulce en los acuíferos costeros. Los niveles de agua son abatidos bajo el nivel del mar por sobreexplotación, el agua marina avanza tierra adentro en sentido horizontal y vertical, y desplaza el agua dulce.
El efecto de la marea en la desembocadura de los ríos, en especial los del Golfo de México, manejado solo con escolleras para evitar el efecto del acarreo litoral, no evita el azolvamiento por efecto de la floculación, y esto se traduce en altos costos de dragado; por ejemplo en el río Coatzacoalcos se da la remoción de casi un millón de metros cúbicos anuales, lo cual podría evitarse con obras de encauzamiento en la parte baja del río.
A todo lo anterior se suma el que, siendo México un país petrolero, hay graves riesgos para la vida en aguas marinas, con los derrames derivados de accidentes en su explotación. Finalmente, surge una pregunta fundamental: ¿existe una legislación de carácter nacional que incluya las aguas salobres y las marinas? La respuesta lamentable es: no.
Visión y misión
Es urgente plantear una visión de planeación territorial, una visión de largo plazo para lograr un desarrollo sustentable del país en el siglo XXI, lo cual implica incorporar de manera prioritaria la porción costera del territorio nacional. La misión es asignar una serie de usos a las planicies costeras: a las lagunas adyacentes a los ríos y las lagunas litorales, producción de alimentos, y organizar sistemas costeros industriales regionales para evitar la migración de la gente del campo a la ciudad. Lograr la integración del sistema de transporte mediante formación logística entre el autotransporte y el transporte marítimo, o modalidades de navegación de corta distancia; implementar centros de distribución de combustible; prevenir el deterioro de playas y manglares.
Crear sistemas de prevención de inundaciones con encauzamiento de ríos y uso de las lagunas adyacentes para regulación y almacenamiento en estiaje, con el fin de tener desarrollos agroindustriales y ganaderos. En la porción de esteros y zona costera, encauzar los ríos para reducir el dragado; desarrollar
el turismo ecológico en apoyo a áreas naturales protegidas; emprender tareas de preservación y acuacultura en lagunas litorales, con conservación de playas limpias y manglares.
Algunos ejemplos de lagunas litorales a las que no se les da uso son, en el Pacífico, Huizache Caimanero y Santa María Reforma, en Sinaloa; Agua Brava y Teacapan en el límite entre Nayarit y Sinaloa; la laguna de Cuyutlán en Colima; Coyuca en Guerrero y Chacahua en Oaxaca. En el litoral del Golfo, la Laguna Madre, la Laguna de Tamiahua, las lagunas camaroneras en Alvarado, la Machona, la del Carmen y la de Términos.
Prospectiva 2025-2050
Considerando la disponibilidad de agua dulce según estimaciones de la Comisión Nacional del Agua, es necesario formular políticas de desarrollo de manejo del agua en las planicies costeras para lograr un desarrollo sustentable (figura 1).
Actualmente la planeación nacional está orientada a fortalecer el altiplano, con un esquema y visión conformista. Las zonas costeras han sido abordadas en la gestión pública de una manera desvinculada. Los esfuerzos institucionales por organizar y manejar esta zona han sido planteados considerando solo el punto de vista y las necesidades de cada uno de los sectores que tiene competencia en el litoral mexicano.
Tomando en cuenta que en los próximos 25 años cerca de 25 millones de habitantes residirían a más de 1,000 metros
Litorales
sobre el nivel del mar, ello implicaría incrementar la dotación de agua potable del orden de tres veces la que se suministra a la Ciudad de México, con el consecuente desalojo de las aguas residuales y su tratamiento.
Si la tendencia migratoria del campo a la ciudad no se modifica, hacia finales del primer cuarto del siglo actual la población urbana llegaría a más del 88%.
Todo ello hará necesario incrementar en un 45% la producción de alimentos básicos; duplicar la capacidad de generación de energía eléctrica para la industria y las áreas urbanas; desarrollar zonas urbanas ubicadas en las vecindades de los centros productores para alojar a los 25 millones de mexicanos mencionados, a lo que habría que agregar costos sociales, problemas de congestionamiento y costos de abastecimiento y distribución, contaminación ambiental: un conjunto de problemas que ya estamos padeciendo.
Estrategia para las planicies costeras
Tomando en cuenta las cifras relativas a la dotación de agua para lograr un desarrollo sustentable, se sugieren las estrategias que se enumeran en los apartados siguientes.
Parte media de las cuencas
Serán necesarios proyectos para la prevención de inundaciones con encauzamiento y uso de lagunas adyacentes para regula-
ción y almacenamiento; en estiaje, para desarrollos agrícolas y ganaderos, así como desarrollo de riego de temporal tecnificado (figura 2).
Porción estuarina y costera
Encauzamiento de ríos para reducir dragado, lo que también permitirá el desarrollo de turismo ecológico en apoyo a áreas naturales protegidas. De singular importancia será mantener las lagunas litorales en condiciones adecuadas de productividad para proyectos de acuacultura extensiva e intensiva. También, por su función productiva y de protección costera en caso de temporales, será necesario el manejo planeado de manglares, y para contrarrestar la reducción del aporte de sedimentos a las playas deberán programarse obras de alimentación artificial y de prevención contra los efectos de mareas de tormenta.
Haciendo una estimación de cuánto podríamos conseguir si logramos hacer la planeación recomendada –por ejemplo utilizando planicies costeras con distritos de temporal tecnificado, con riego suplementario proveniente de lagunas de regulación y avenidas de almacenamiento adyacentes de los ríos–, tendríamos casi 800,000 ha cultivables con una producción potencial de 5,000 millones de toneladas de granos básicos y oleaginosas. En materia de acuacultura, podríamos llegar al equivalente al 57% de la producción anual total de pescados y mariscos (figuras 3 y 4).
Problemas de disponibilidad de agua dulce y de intrusión salina
Estos problemas se resuelven con la desalación del agua de mar. Las principales técnicas en escala global para desalar agua de mar o salobre se dividen en dos grandes grupos: evaporación o destilación y membranas.
La técnica más utilizada hoy en día en el mundo para desalar agua es la ósmosis inversa, que alcanza casi el 70% del total, seguida de la MSF (18%), la MED (7%), la nanofiltración (3%) y la electrodiálisis (2%).
Para seguir estimulando el crecimiento industrial y aprovechar más ampliamente el proceso de la relocalización, es importante continuar con los procesos de desalación para su uso directo urbano e industrial. Actualmente, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua cuenta con el inventario nacional de plantas desaladoras, en el que se registran 320 sitios donde hay 435 plantas desaladoras de distintos tipos en México. El estado con el mayor número de desaladoras es Quintana Roo, con 124 unidades; le sigue Baja California Sur con 71. Este estado cuenta con la planta municipal más grande del país, en el municipio de Los Cabos, que produce 200 l/s de agua potable. A su vez, en Ensenada opera una planta que sustituye el sistema original en que el agua dulce provenía de cuatro acuíferos: Guadalupe, La Misión, Maneadero y Ensenada; sin embargo, debido a la creciente
demanda, los volúmenes de agua extraídos excedieron los niveles permitidos, y la calidad del agua se vio afectada por la intrusión salina.
En Quintana Roo, la de Playa del Carmen tiene la variante de que extrae el agua de los pozos que se ubican a 3.3 km del mar. En este proceso destaca el nuevo plan maestro que el gobierno de Nuevo León presentó recientemente para garantizar la disponibilidad de agua dulce para uso urbano e industrial hasta el año 2050, que consiste en la construcción de una planta desaladora, a iniciarse en 2027.
Conclusiones
La reciente crisis de falta de agua potable en el Valle de México ha hecho evidente, una vez más, la histórica desatención que se ha dado a la planeación territorial en nuestro país, y, asociada con ella, las posibilidades que ofrece el manejo organizado del aprovechamiento en usos diversos de las aguas costeras, así como la prevención de inundaciones y destrucción de playas y manglares producidas por los fenómenos meteorológicos de carácter estacional, frecuentes en los litorales del país, cuyos impactos no ha sido posible aminorar.
Por ello resulta importante convocar nuevamente a especialistas y a todos los interesados en el manejo y usos del agua a dar la atención que merecen las aguas costeras y marinas, incluyendo la legislación general que las incluya
Baños secos: Innovación en un contexto de crisis
ALEXIS FERNANDO GUERRERO SÁNCHEZ
Estudiante de la licenciatura en Sustentabilidad
Ambiental de la Universidad Iberoamericana
Campus Ciudad de México.
En un escenario en el que el cambio climático y la escasez de recursos hídricos son preocupaciones crecientes, los baños secos se perfilan como una solución innovadora y amigable con el medio ambiente. Aún existen muchas dudas y prejuicios que han frenado la inclusión de esta tecnología en nuevos espacios; el romper con los tabús y enfrentar la incomodidad que implica hablar de desechos humanos es un primer paso para iniciar la revolución del saneamiento.
La problemática del agua en México
Los datos son una contundente evidencia del reto institucional, pues aunque la Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala que tanto la cobertura de agua potable y alcantarillado a nivel
nacional supera el 90% (Semarnat, 2016), la presencia de infraestructura no es sinónimo de calidad ni garantía de funcionamiento, ya que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares muestra que el 33% de los hogares no cuenta con suministro de agua diariamente aunque tengan la infraestructura necesaria para ello (López, 2023).
La crisis ambiental como factor de riesgo
La condición de vulnerabilidad de miles de personas se ve aumentada por la actual crisis hídrica, marcada por la escasez de agua como una constante. Las sequías cada vez más recurrentes y extremas son producto de factores como el cambio climático, la sobreexplotación de distintos cuerpos de agua, el disparado crecimiento poblacional y la deforestación desmedida, lo que compromete el abastecimiento de agua a la par que agrava los problemas ya existentes (López, 2023).
Es en tiempos de crisis que cualquier estrategia que refuerce la resiliencia y contribuya a la universalización del agua y saneamiento es bienvenida. La acción colectiva y una apuesta por cambiar los viejos modelos de aprovechamiento del agua
Los baños secos están ganando terreno como una de las ecotecnias más populares y como la mejor alternativa a los sistemas de saneamiento tradicionales. A diferencia de un inodoro, que depende de grandes cantidades de agua para funcionar, un baño seco no utiliza ni una sola gota de agua. Este sistema facilita una gestión responsable de los desechos humanos, lo que reduce el consumo de agua y contribuye a minimizar la contaminación del suelo y el agua.
pueden revertir la situación tan alarmante que se vive, y se puede iniciar con algo tan sencillo como lo es ir al baño.
Baños secos: alternativa para el futuro del saneamiento
Un baño ecológico, al no valerse de agua para operar, implica un ahorro de 16,000 litros de agua al año por persona, y evita un desperdicio del 40% del suministro de agua utilizado por un inodoro, volumen que puede destinarse a necesidades más importantes, como el consumo o el aseo (IslaUrbana, 2024).
Existen dos métodos principales para el funcionamiento de los baños secos:
• Sistema de fermentación. Los desechos (sin necesidad de separar sólidos y líquidos) se acumulan en una cámara ventilada que facilita su descomposición. Es importante que esta cámara tenga una capacidad de almacenamiento y circulación de aire considerable para evitar problemas como malos olores, pues el proceso puede extenderse hasta por un año. Este sistema es más complejo de implementar, especialmente en áreas urbanas, debido a los requisitos de construcción.
Tecnología
Baños secos: Innovación en un contexto de crisis
• Sistema de separación. Como su nombre indica, este método separa los residuos sólidos de los líquidos (Vázquez, 2022). Es una opción más común en entornos urbanos, ya que permite una adaptación más sencilla a los espacios disponibles y una gestión de residuos más simple para los usuarios.
Para ambos el funcionamiento es similar, pues los residuos recolectados, incluyendo el papel higiénico, se mezclan con una combinación de materia natural, como aserrín y hojarasca, que potencia los procesos de degradación.
Después de un periodo de seis meses a un año se obtendrá un abono de la más alta calidad, pues las heces, y sobre todo la orina, tienen un alto contenido de nutrientes esenciales para el desarrollo saludable de las plantas, como el nitrógeno, el fosfato y el potasio. Además, su potencial de manejo se extiende más allá de los residuos humanos, pues, si se ejecuta adecuadamente, puede eliminar aguas grises (aquellas con grasas y detergentes de lavadero) a través de un biofiltro (Ecotec UNAM, 2021).
Considerando la reducción de las fuentes de abastecimiento de agua por la constante contaminación debida a las descargas domésticas, industriales y agrícolas, y la amenaza constante de la crisis ambiental (Núñez, 2024), ahora es más importante que nunca recordar que solo disponemos de menos del 1% del agua dulce del planeta, y por el bienestar de las generaciones presentes y futuras no nos podemos dar el lujo de seguir disminuyendo ni contaminando las fuentes de agua. Los baños secos, más
allá de ser una ecotecnia innovadora, son una revolución en el paradigma del uso del agua; reconocen la escasez y proponen una alternativa para evitar seguir con la pérdida del recurso más valioso en el planeta.
Si bien los baños secos no son la solución a los problemas del agua, son una medida que puede ayudar a reducir el gasto económico y la dependencia de otras fuentes de abastecimiento informales, como son pipas o agua embotellada, a lo que recurre el 33% de los hogares en México de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (López, 2023).
Otro beneficio es la reducción de la contaminación de acuíferos subterráneos y superficiales y la mejora de la calidad de vida de las comunidades que dependen directamente del bienestar de sus cuerpos de agua.
Extrapolando los beneficios de un baño seco a escala global, se podría garantizar el acceso al derecho al saneamiento de las 419 millones de personas que se ven en la necesidad de defecar
Baños secos: Innovación en un contexto de crisis
Si bien los baños secos no son la solución a los problemas del agua, son una medida que puede ayudar a reducir el gasto económico y la dependencia de otras fuentes de abastecimiento informales, como son pipas o agua embotellada, a lo que recurre el 33% de los hogares en México de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Otro beneficio es la reducción de la contaminación de acuíferos subterráneos y superficiales y la mejora de la calidad de vida de las comunidades que dependen directamente del bienestar de sus cuerpos de agua.
Ejemplo de un baño seco en un entorno urbano. Fuente: WCEco.
al aire libre. Además, se podría reducir el 44% de aguas residuales vertidas sin tratamiento y el 10% de la población dejaría de consumir alimentos irrigados con aguas negras (OMS, 2023).
Los baños secos son una alternativa ideal para zonas donde el acceso al agua es bajo, como las comunidades rurales más aisladas o áreas naturales protegidas donde, por la integridad del ecosistema, no es viable realizar construcciones. Sin embargo, para que el panorama del derecho humano al agua y saneamiento y la seguridad hídrica cambie significativamente, las acciones deben extenderse a las ciudades, pues no están
exentas de problemas hídricos (el ejemplo más claro es la Ciudad de México), ya que se prevé que para el 2050 el 70% de la población mundial resida en algún centro urbano (ONU, 2023).
En un futuro con mayor demanda de agua y mayor generación de residuos, las capacidades de las ciudades actuales no son suficientes para un desafío de tal magnitud. Los baños secos serán una pieza clave para afrontar los retos en la creación de ciudades sostenibles.
Conclusión
Aunque los baños secos no representan una solución definitiva a los desafíos globales de saneamiento y escasez de agua, su implementación ofrece una alternativa ecológica que puede mejorar significativamente la situación. En un contexto cada vez más complejo, es urgente replantear nuestra relación con el agua, tanto desde la sociedad civil como desde las políticas públicas. La falta de actualización en estas políticas, al no contemplar las diferentes realidades, ha generado un atraso en la gestión de recursos hídricos. Incorporar baños secos en los hogares y comunidades es una forma efectiva de empezar a generar un cambio y contribuir a la solución de múltiples problemas, desde el saneamiento hasta el uso responsable del agua
Referencias
IslaUrbana. (2024, 22 marzo). #DíaUno Ahorrar agua con baños secos, Jeinny Solís de WCEco - Isla Urbana [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch? v=HXBiOVB-qiQ
López, S. (2023). Escasez de agua y sequía en México: crisis actual. Animal Político . www.animalpolitico.com/analisis/organizaciones/sin-competitivi dad-no-hay-paraiso/escasez-de-agua-sequia-crisis
Núñez, J. (2024). Opinión: Los desafíos de México frente a la crisis por escasez de agua. Universidad Iberoamericana Ciudad de México. ibero.mx/prensa/opinionlos-desafios-de-mexico-frente-la-crisis-por-escasez-de-agua Organización Mundial de la Salud, OMS (2023). Saneamiento. www.who.int/es/ news-room/fact-sheets/detail/sanitation
Unidad de Ecotecnologías (2021). Sanitario ecológico seco (SES). Universidad Nacional Autónoma de México. ecotec.unam.mx/ecoteca/sanitario-ecologico-seco-ses Vázquez, I. (2022). Baño seco, ¿qué es y cómo funciona? Architectural Digest. www. admagazine.com/articulos/bano-seco-que-es-y-como-funciona
La protección del Acuífero Guaraní: una referencia para el mundo
Los grandes acuíferos son claves para el desarrollo económico y el futuro hídrico directo de cientos de millones de personas. Están en el foco de atención mundial y son objeto de significativas y esperanzadoras alianzas. En la salvaguarda del acuífero Guaraní, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay avanzan en un acuerdo que puede ser ejemplar.
Más de 25 millones de personas viven sobre 30,000 kilómetros cúbicos de agua dulce. Son los que habitan en los más de 1.1 millones de kilómetros cuadrados de extensión del Sistema Acuífero Guaraní (SAG), la tercera mayor masa de agua subterránea del mundo, solamente superada por la del Acuífero de Nubia en el norte de África, con 150,000 km3, y el Great Artesian Basin (GAB) en Australia, con 64,900 km3. Directamente viven de esa agua más de 30 millones de personas en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero los beneficios que produce se extienden a cientos de millones en todo el mundo; se calcula que el Acuífero Guaraní es el que mayor volumen de agua provee a la huella hídrica del comercio internacional.
Agua milenaria vigilada
El Acuífero Guaraní se encuentra principalmente en rocas sedimentarias de arenisca y areniscas intercaladas con capas de arcilla y basalto que se formaron hace unos 20,000 años. El terreno está formado por un conjunto de areniscas por debajo del nivel del terreno de entre 50 y 1,500 metros de espesor. Los grandes acuíferos del mundo están siendo monitorizados constantemente desde las dos últimas décadas. Entre 2003 y 2013, se realizó un primer estudio con satélites GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment) de la NASA, un sistema que mide las variaciones en el campo gravitacional de la Tierra para detectar los cambios en la cantidad de agua subterránea, entre otros factores. En la actualidad el proyecto tiene continuidad con el GRACE Follow-On.
Una disputa en el buen camino
Las conclusiones, que pueden verse en el estudio Water Resources Research, no fueron buenas sobre el estado del agua
subterránea global: 13 de los 37 acuíferos más grandes del planeta se estaban agotando, en especial los de la cuenca superior del Ganges, en India, lo que alertó sobre la urgencia de acabar con la sobreexplotación y de tomar medidas preventivas ante el cambio climático. Pese a que su volumen desciende, el nivel de recarga del Guaraní es alto y por el momento no alarma a los hidrólogos. Esto se debe a su enorme capacidad de renovación (entre 160 y 250 km3 al año) debido a las abundantes lluvias que lo alimentan. Es una cualidad que no tienen los de Nubia, en la parte oriental del desierto del Sahara, y el Great Artesian Basin, situado mayormente en la zona árida de Australia.
El Acuífero Guaraní ha generado históricamente más controversia política que científica. El conflicto con los campos petrolíferos de fracking , en el que han intervenido Estados Unidos
El agua en el mundo
La protección del Acuífero Guaraní: una referencia para el mundo
y China, ha introducido elementos de incertidumbre sobre la posible contaminación de las aguas.
Sin embargo, como en casi todas las masas de aguas subterráneas del mundo, las amenazas más graves provienen de las prácticas extractivas descontroladas, la falta de una clara gobernanza y, especialmente en el caso de las que son transfronterizas, de la falta de acuerdos y esfuerzos conjuntos para su salvaguarda.
En el caso del Acuífero Guaraní, están en vías de solución las desavenencias históricas entre los cuatro países que lo comparten. En 2010 se firmó un acuerdo multilateral para gestionar el acuífero y, luego de más de 10 años de intercambio científico, técnico, político y diplomático, entró en vigor en el mes de noviembre de 2020. Este acuerdo fue el primero firmado en América Latina para la gestión compartida de un acuífero transfronterizo, y supuso un ejemplo a seguir en todo el mundo. El acuerdo avanzó y, en 2022, se diseñó el Programa de Acción Estratégico del Sistema Acuífero Guaraní: Posibilitando Acciones Regionales, proyecto que se encuentra en fase inicial de ejecución entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
No es tarea fácil. La pertenencia territorial y el uso del agua son muy dispares. Los más de 1.1 millones de kilómetros cua-
drados de extensión del acuífero están ocupados mayormente por Brasil (735,918 km 2), que abarca además el 94% del uso del agua, debido fundamentalmente a las necesidades de las zonas del sur del país; del resto, Argentina (228,255 km2) usa el 1%, Paraguay (87,536 km2), el 2% y Uruguay (36,170 km2), el 3%.
La filosofía que rige la colaboración es la evidencia de que si el acuífero gana todos ganan, pero si se contamina o si se sobreexplota, las consecuencias para la economía, el equilibrio medioambiental y la resiliencia frente al cambio climático hacen perder a todos. Con su colaboración, los cuatro países están tomando posiciones de un liderazgo ejemplar en la extracción sostenible y la distribución justa del agua, lo que crea un contexto de atracción para la inversión, como sostiene el Banco de Desarrollo de América Latina y la Unesco, impulsores del proyecto.
Otro aspecto importante del proyecto es que, además de los gobiernos nacionales, se habilita la gestión local, un factor fundamental e imprescindible para la adecuada gestión del agua. Tener en cuenta a las pequeñas comunidades, que por lo general sufren el abandono y el abuso por parte de los poderes económicos, es la mejor garantía de sostenibilidad
Tomado de www.wearewater.org/es/insights/la-proteccion-del-acuifero-guarani-una-referencia-para-el-mundo/
Actualización profesional
Cambio climático y agua en ciudades.
Impactos en la Ciudad de México
Aspectos científicos y políticas públicas
Gloria Soto Montes de Oca y Marina Herrera Pantoja
Universidad Autónoma
Metropolitana, Conagua, 2019
Este libro aborda la problemática que enfrenta el manejo del agua en las grandes urbes en el contexto del cambio climático, en particular el caso de la Ciudad de México. El enfoque se centra en la importancia de considerar los cambios probables del clima con el objetivo de utilizar la información como un insumo para revisar las políticas públicas del agua en las ciudades. La discusión sobre la adaptación al cambio climático en el sector del agua en contextos urbanos es aún limitada. Muchas autoridades urbanas todavía no consideran el cambio climático en las políticas del manejo del agua, especialmente por el desconocimiento del tema y la debilidad institucional que caracteriza a muchos organismos operadores de agua en las ciudades. La presente obra desarrolla diferentes temas que explican por qué el cambio climático debe ser considerado en el manejo del agua en las ciudades, los conceptos relevantes para su análisis y el avance en los instrumentos de gobernanza útiles para su estudio. Se resalta la necesidad de integrar la actuación de las autoridades responsables del agua y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones.
Cambios climáticos
Enrique Ortega Gironés, José Antonio Sáenz de Santa María Benedet y Stefan Uhlig McGraw Hill, 2024
Con este libro, los autores pretenden proporcionar una visión diferente sobre un candente tema contemporáneo, el cambio climático, desde la perspectiva de la dilatada y larguísima historia de nuestro planeta.
La obra presenta de forma sistemática una serie de evidencias geológicas, astronómicas, arqueológicas e históricas indicativas de que el proceso de calentamiento actual no es diferente de otros muchos procesos similares registrados en épocas anteriores, como se encarga la propia Tierra de hacernos llegar a través de la información registrada en el hielo, las rocas y los sedimentos.
A decir de este autor, lo peor es que, a partir de esa teoría, los gobiernos toman resoluciones que afectan directamente a las personas: “están introduciendo normativas que cambian la vida de los ciudadanos en transporte público, en cómo alimentarse, en cómo debe consumirse la energía, etc. El problema de esto es que ha dejado de ser un problema científico y se ha transferido a un problema político”
Refugiados climáticos.
Un gran reto del siglo XXI
Miguel Pajares Rayo Verde, 2020
MOrtega Gironés no niega que las acciones humanas puedan tener alguna influencia en el cambio climático, pero “en el caso de que existiese, esa influencia sería mínima e insignificante; lo que se está utilizando normalmente para hacer diagnósticos sobre el cambio climático tiene un problema fundamental de falta de perspectiva [… se interpreta] el clima actual basándose solo en datos de los últimos dos siglos: es como si un historiador o un periodista intentase interpretar el momento actual de la humanidad basándose en los datos que aparecen en internet o en la prensa en las últimas 48 horas, ignorando todo lo que haya acumulado en las bibliotecas sobre la historia de la humanidad”.
iguel Pajares se atreve con este libro a nombrar uno de los grandes temas del siglo XXI. El autor se adentra en la problemática de este fenómeno al que muchos –la clase política, mayoritariamente– no quieren mirar de frente. Las consecuencias devastadoras que el clima ya está teniendo en algunos países (habitualmente, los del sur global) está empujando a la gente a migrar. Los cambios en el clima y los fenómenos meteorológicos extremos que terminan con su modo de vida están detrás de estos movimientos. A través de diferentes ejemplos de los diferentes continentes, Pajares muestra el impacto de la emergencia climática en algunos territorios y da datos de la catástrofe. Un libro totalmente necesario para hacernos una idea de la magnitud del problema al que nos enfrentamos.
Breves
Tecnología para hacer que llueva
Dubái se encuentra en una de las regiones más áridas del mundo. La creciente población de la ciudad está aumentando la demanda de agua e impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías de abastecimiento de agua. Una de las tecnologías más singulares que se están desarrollando es la siembra de nubes, una técnica de modificación del clima que mejora la capacidad de las nubes para producir lluvia.
Antes de que un avión surque los cielos, los meteorólogos deben seleccionar la nube correcta para sembrar. El proceso solo funciona en los cúmulos, debido a su corriente de aire interna ascendente. Los pilotos colocan
sus aviones en la parte inferior de la corriente de aire de las nubes y encienden bengalas cargadas de partículas de sal higroscópica. A medida que las partículas de cloruro de sodio y cloruro de potasio se elevan hacia el cuerpo de la nube, atraen diminutas gotas de agua. Estas gotas de agua se combinan y aumentan de tamaño, lo que hace que caigan del cielo debido a su peso.
En las regiones donde llueve poco al año, esta es una valiosa fuente de agua que requiere un uso mínimo de energía. Una hora de siembra de nubes puede devolver hasta 100,000 m3 de agua.
Más de 50 países de todo el mundo están sembrando nubes.
Blockchain, una llave para asegurar el futuro del agua
Una de las tecnologías más prometedoras es el blockchain, con cuya implementación podría ahorrarse hasta un 25% del gasto en agua. Blockchain es una tecnología de registro distribuido que permite la creación de un historial inmutable y verificable de transacciones. Cada bloque en la cadena contiene un conjunto de transacciones verificadas y un enlace al bloque anterior, con lo que se crea una cadena de datos segura y transparente.
La tecnología blockchain ofrece varios beneficios clave: otorga control directo a los usuarios, descentraliza el almacenamiento de información, es altamente fiable, proporciona transparencia, reduce los costos de transacciones y agiliza las operaciones
Aprovechando la fuerza del sol, los paneles hidroeléctricos pueden producir agua potable a partir de la humedad del aire. Las granjas de agua que utilizan esta tecnología no requieren energía, lo que significa que pueden utilizarse fuera de la red, lejos de la infraestructura existente. Los hidropaneles pueden ser beneficiosos en zonas contaminadas; lo único que hay en el agua desde el principio, antes de la mineralización, es H2O puro, así que no hay contaminantes.
Como la población mundial sigue creciendo exponencialmente, también lo hará el consumo de agua. Innovaciones como estas son vitales para ofrecer nuevas formas de captación de agua
Tecnología para gestión del
agua
La tecnología digital ayuda cada vez más a gestionar los sistemas hídricos. Las ayudas que ofrece incluyen el control en tiempo real del uso y la calidad del agua, la detección más rápida de fugas y el riego inteligente. Además, la inteligencia artificial puede ayudar a prever los patrones de precipitaciones. Alrededor del 23% del agua de las redes de la UE se pierde antes de llegar a los consumidores. Las soluciones digitales pueden reducir las fugas en un 30% y disminuir los desbordamientos en los sistemas de alcantarillado. En España, Defia (Detección de Fugas mediante Inteligencia Artificial) es un servicio especializado e innovador para ayuntamientos, administraciones de gestión del agua y operadores del sistema de distribución y abastecimiento urbano, centrales hidroeléctricas y comunidades de regantes
Calendario
Noviembre 2024 6-8
XXV Conferencia de Directores y Autoridades Iberoamericanas del Agua
Codia Red Iberoamericana
Puntarenas, Costa Rica codia.info/eventos
Noviembre 2024 11-22
United Nations Climate Change Conference COP 29
United Nations Framework V Convention on Climate Change Bakú, Azerbaiyán unfccc.int/es/node/637587
Noviembre 2024 12-14
Feria de la Capitalidad Verde del Agua
Efiaqua Feria València Valencia, España efiaqua.feriavalencia.com
Noviembre 2024 19-22
36 Convención Anual y Expo ANEAS 2024
Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento Chihuahua, México www.convencionaneas.com
Noviembre 2024 24-27
XXXIX Congreso Interamericano de Ingeniería Sanitaria y Ambiental y Expo Agua Perú
Asociación Peruana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental Lima, Perú aidisnet.org/xxxix-congresointeramericano
Noviembre 2024
27 al 29
Simposio de Aguas
Subterráneas
Asociación Internacional de Hidrogeólogos Capítulo México
Monterrey, México aguassubterraneas.mx
Diciembre 2024
10-12
Groundwater Week 2024
National Ground Water Association
Las Vegas, EUA groundwaterweek.com
Marzo 2025 4-6
Smagua 2025
27 Salón Internacional del Agua y del Riego Feria Zaragoza
Zaragoza, España www.feriazaragoza.es/ smagua
Marzo 2025 5-7
Ecomondo México 2025
Italian Exhibition Group
Guadalajara, México ecomondo.igeco.mx
Marzo 2025
25-26
5ª Exposición y Conferencia
Shallow and Deepwater México
EPG Events
Ciudad de México shallowanddeepwaterexpo.com
United Nations Climate Change Conference COP 29
La COP29 es la próxima reunión de los 198 países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Se necesitan soluciones creativas, incluidas soluciones del sector privado, para que esta sea la “COP de las finanzas”, como se ha anunciado.
La adaptación al clima ha quedado a menudo eclipsada por la mitigación, pero es crucial a medida que empeoran los efectos del cambio climático. La COP29 es una oportunidad para dar prioridad a la adaptación y garantizar los recursos necesarios.
Los Planes Nacionales de Adaptación son herramientas vitales, y la COP29 debería aumentar el apoyo a su desarrollo e implementación, centrándose en la asistencia financiera y técnica. Es esencial cubrir el déficit de financiamiento de la adaptación; los países donantes deben cumplir sus compromisos, y deben explorarse mecanismos de financiación innovadores, incluidas inversiones del sector privado, para que los países más vulnerables puedan prepararse mejor frente a los retos climáticos
unfccc.int/es/node/637587 Bakú, Azerbaiyán
Arte/Cultura
Música
Awakening
Ekaterina Shelehova en concierto
La cantante de ópera, intérprete y compositora Ekaterina Shelehova se presentará en México para ofrecer, además de un deleite sonoro, una experiencia visual única. Se espera que interprete algunas de sus composiciones originales, antiguos cantos rusos, temas clásicos mexicanos y composiciones inéditas. Gran parte de su repertorio no está compuesto por letras, sino por vocalizaciones, pues su propósito es que todo el mundo entienda su música. En una fusión de ópera, folk y crossover, en esta presentación se podrán conocer algunas de las canciones que serán parte de su próximo material discográfico.
Ekaterina Shelehova comenzó su carrera a los 6 años de edad. Creció en Canadá, lugar en el que actuó en óperas y producciones de teatro musical. A su experiencia sobre el escenario, se suma una maestría en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, Italia
Danza
La intuición de lo invisible
Compañía Frenesí Danza Contemporánea
Alo lejos, un océano y un incendio. Los glaciares retroceden, están subiendo la montaña y les escribo poemas porque todo indica que ya no van a regresar. Nuestros cuerpos se amontonan para presenciar el desenlace de esta historia que ha acontecido por mucho tiempo, mientras en el departamento del quinto piso el sol entra y quema. Los glaciares retroceden porque se mueren de calor, igual que yo. El desenlace es un mundo que se está transformando para siempre. Pieza escénica que reflexiona sobre la crisis ambiental en la actualidad desde una amplia perspectiva, partiendo de diversos lenguajes que articulan a la danza contemporánea, el teatro y las artes visuales
Teatro Benito Juárez. Calz. Manuel Villalongín 15, Col. Renacimiento, Cuauhtémoc, 06500 Ciudad de México.
El Cantoral. Puente Xoco s/n, Puerta A, Xoco, Benito Juárez, 03330 Ciudad de México. 9 de noviembre, 20:00 h
Del 21 al 24 de noviembre. Jueves y viernes 20:00 h, sábado 19:00 h y domingo 18:00 h
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