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El tren de la innovación

En este artículo se aborda el tema de la cultura de innovación y su implantación en la empresa. Se abordan en forma resumida las líneas de pensamiento de diversos especialistas en el campo de la innovación, con el propósito de integrar un documento que permita a los interesados adentrarse en este campo y tener una idea más clara de la manera en que pueden contar con mejores herramientas para participar en un entorno de alta competencia y especialización.

Muchas empresas del sector de la construcción civil en México evitan el cambio, y entonces se vuelven menos resilientes e innovadoras; algunas incluso caen en la trampa de seguir las mismas mejores prácticas que otras empresas del sector, con lo que finalmente resultan menos competitivas.

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El ritmo de innovación existente en el sector de la construcción civil es inferior al que se observa en otros sectores; sin embargo, las empresas constructoras y las que proporcionan en este sector servicios de ingeniería, supervisión, gerencia de proyecto, etc., deben mantenerse alertas y buscar permanentemente oportunidades de innovación que les permitan destacarse entre sus competidores, en términos, por ejemplo, de una mayor eficiencia en el desarrollo de proyectos, en la obtención de costos más bajos y tiempos de ejecución más cortos, con las menores afectaciones al medio ambiente o a las infraestructuras adyacentes, o promoviendo la incorporación de materiales más resilientes o la aplicación de la metodología BIM, entre otros.

Asimismo, existen diversas áreas de oportunidad que es importante tener presentes, tales como las vinculadas a los procesos de comunicación con el cliente; al uso de las mejores herramientas para el proceso comercial; a la administración de proyectos o la creación de equipos de trabajo para superar los problemas que se presentan en el desarrollo de los proyectos; también la implementación de plataformas, como las utilizadas para integrar componentes modulares o elementos prefabricados en entornos controlados para su montaje posterior en sitio; o la creación de plataformas informáticas desde las cuales lanzar nuevos servicios o desde las que se puedan gestionar subcontrataciones, inspecciones de terceros, etcétera.

Siempre hay oportunidad de hacer innovaciones en la cadena de suministro para tener mayor efectividad en el cumplimiento de las entregas por parte de los proveedores, así como para tener más transparencia en el proceso de suministro, en la reducción o aumento de puntos de contacto con proveedores para que las entregas de materiales o insumos sean más rápidas y precisas, así como para hacer alianzas con empresas de ingeniería que les permitan alcanzar un mejor posicionamiento en los mercados en los que se desarrollan.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de oportunidades que existen en el sector de la construcción civil, lo que hace evidente que siempre existen oportunidades para que las empresas que forman parte de este sector aborden lo que hemos dado en llamar “el tren de la innovación”.

En términos metafóricos, a diferencia del tren de la tecnología, difícil de abordar para muchas empresas en países latinoamericanos, existen diversas oportunidades de subir al tren o a los trenes de la innovación, que –aunque de más corto itinerario– salen de la estación con frecuencia, con lo que tienen mejores oportunidades de subir en alguno para ponerse a la par o por delante de los competidores.

Al subir al tren de la innovación, se abre una mayor oportunidad de que la empresa pueda abordar algún tren de la tecnología.

El proceso de innovar

A diferencia de la innovación, la invención es un hecho tecnológico asociado a la introducción de novedades significativas en productos y procesos susceptibles de aplicación industrial, lo que no implica que todas las invenciones sean aplicadas y explotadas industrialmente de manera exitosa. De hecho, lo más frecuente es que las invenciones se queden en creaciones tecnológicas sin relevancia para la producción y el mercado.

Por su parte, la innovación consiste en la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio) o proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método de organización en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones con el exterior.

Una condición esencial de la innovación es su aplicación exitosa en un determinado nivel comercial o utilitario. En este sentido, para determinar que se ha producido una innovación, ya no solamente vale inventar algo o innovar en algo, sino que, además, ese algo debe ser introducido satisfactoriamente y con repercusión en el mercado y en la sociedad.

La innovación supone no solo hacer cosas nuevas o de diferente manera, sino generar valor con ello, lo que supone que la innovación está intrínsecamente vinculada con el aumento de la rentabilidad de la empresa.

La creatividad como requisito

La libertad creativa es un requisito importante para que surjan ideas innovadoras, por lo que es responsabilidad de la empresa crear el espacio necesario que permita el tiempo libre que dé pie a la innovación, en virtud de que la comunicación y el intercambio de ideas entre los colaboradores, así como entre estos y los directivos de la empresa, son extremadamente importantes en el desarrollo de innovaciones.

En el proceso de promover la libertad creativa, la experiencia internacional recomienda enfocarse primero en la búsqueda de nuevos mercados y en nuevas áreas de oportunidad, y dejar de participar en mercados muy competidos, por lo que las empresas deben intentar ganar mercados o submercados nuevos que incluso pueden estar intactos hasta ahora.

Las fases de la innovación

El ciclo de vida del proceso de innovación, es decir, de la transformación de una idea en un nuevo o mejorado producto o servicio, o bien la implantación de un cambio relevante de un proceso, tiene cuatro fases, conforme ha sido establecido por la Comisión Europea en el año 2006.

La primera fase se refiere a la generación de la idea inicial sobre la producción de un producto o servicio que sea nuevo en el mercado, o que simplemente resuelva algún problema de interés público; o bien, sobre la implantación de cambios en los procesos internos de la empresa o en los relativos a su relación con el entorno en el que se desarrolla. El objetivo de esta fase es verificar la viabilidad técnica, económica y organizativa de la idea. u Para entender el significado de la innovación como concepto, es necesario hacer una distinción respecto al término “invención”. La invención es un hecho tecnológico asociado a la introducción de novedades significativas en productos y procesos susceptibles de aplicación industrial. Sin embargo, ello no implica que todas las invenciones sean aplicadas y explotadas industrialmente de manera exitosa. De hecho, lo más frecuente es lo opuesto, es decir, invenciones que se quedan en creaciones tecnológicas sin relevancia para la producción y el mercado.

La segunda fase tiene que ver con el desarrollo de la idea hasta la realización de un primer prototipo. Al culminar esta segunda fase se busca contar con una especificación del producto, la construcción de un prototipo, la realización de pruebas del prototipo y el desarrollo del plan de producción correspondiente.

La tercera fase de este proceso se refiere a la producción de un primer lote de “preproductos” o “preservicios”, que son validados por medio de pruebas de campo, con base en las cuales se realizan ajustes al nuevo producto o servicio para llevarlo al mercado.

Finalmente, en la cuarta y última fase se procede a la comercialización del producto o servicio que la empresa ha evaluado con potencial de éxito en el mercado.

Para lograr lo anterior, es importante entender que quien encabeza la empresa debe estar convencido de los beneficios que implica que la empresa cuente con una cultura de innovación que haga que ésta promueva la innovación entre sus miembros.

Cabe señalar que la existencia de dicha cultura de innovación sitúa a la empresa en cuestión aún lejos de la capacidad que logran algunas otras para generar capacidades de desarrollo de tecnología; sin embargo, el tener arraigada la cultura de la innovación es una ventaja muy valiosa que proporciona a la empresa armas para participar ventajosamente en un contexto en el que la competitividad es uno de los atributos más importantes de las organizaciones.

Si quien encabeza la empresa toma la importante decisión de incorporar la innovación como parte de sus políticas, el siguiente paso consiste en que el resto del personal directivo de la empresa haga suyo el compromiso de innovación.

Las personas en el centro del proceso Es importante recordar que son las personas las que, a través de su creatividad, generan las ideas que llevan a posibles innovaciones, y tener en consideración que, siendo la creatividad el motor de la innovación, es importante que desde el proceso de reclutamiento del personal se busque contratar a quienes, además de cubrir los requisitos del puesto que ocuparán, sean personas creativas para quienes la innovación sea un valor importante (véase figura 1).

Un aspecto fundamental para implantar la cultura de innovación es dar voz a los trabajadores a través de la creación de equipos multidisciplinarios en los que se aporten diferentes puntos de vista, y las contribuciones de cada uno de sus miembros se enriquezcan con las de los otros miembros de cada equipo, así como constituir espacios creativos en los que los miembros de la empresa dediquen tiempo a innovar, de ser posible en un entorno que favorezca la innovación.

Una vez dado este paso, es importante que la empresa diseñe los mecanismos a través de los cuales se premien las ideas innovadoras, sea a través de un reconocimiento económico o bien haciendo que los interesados en innovar perciban que realizan una aportación a la organización, lo cual puede redundar positivamente en su desarrollo profesional, aspectos que pueden ser magníficas recompensas a la hora de estimular la generación de ideas.

Herramientas de la empresa para impulsar la innovación

La innovación estriba en que cada uno de los miembros de la empresa sea capaz de buscar y proponer nuevas soluciones; para ello se requiere que el equipo directivo impulse la capacidad de la empresa para incrementar su oferta, su nivel tecnológico y su competitividad a través de:

• La creación de tiempos y espacios en los que, como ya se ha mencionado, se permita que los socios o colaboradores echen a andar su imaginación para que experimenten y trabajen en proyectos adicionales a los que llevan como parte de su responsabilidad, investiguen y busquen soluciones.

• Que el personal de la empresa se enfoque en el cliente y entienda cuáles son sus necesidades y deseos fundamentales. Para esto es importante evaluar cómo interactúa el cliente con el producto o servicio que le proporciona la empresa, por qué lo adquiere y qué lo motiva a mantenerse leal a la empresa.

• Que se fomente la compartición de los puntos de vista de los miembros de la empresa. Si algún colaborador presenta una propuesta, el grupo directivo debe resistirse a la tentación de encontrar los motivos por los cuales, supuestamente, dicha propuesta no funcionaría. Por el contrario, debe tratar de contribuir a identificar posibles barreras y dar carta blanca al colaborador, con la intención de probar su propuesta. La pluralidad de pensamiento es sana y necesaria al interior de la organización, que debe abrazar las nuevas ideas.

• Que se den facilidades a los colaboradores para que, a través de grupos de trabajo, interactúen con personas diferentes, ya sea porque se encuentran en otro departamento o porque tienen una manera particular de interpretar su entorno. La diversidad es muy enriquecedora.

• Que se genere confianza, en el sentido de asegurar a los colaboradores que no deben temer a la hora de probar nuevas soluciones. El fracaso es solo un escollo temporal en el camino que conduce al éxito; sin embargo, es importante aprender de cada experiencia positiva o negativa y aplicar este aprendizaje en el futuro.

• Que se mantenga la simplicidad, a efecto de evitar caer en la vaguedad y en lo complejo; para ello debe pedirse a los colaboradores que busquen la idea que –una vez implementada– lleve al éxito de la empresa, lo que implica que tanto el equipo directivo como el resto de los colaboradores deben presentar sus propuestas de manera convincente, ya sea a través de historias, analogías, metáforas o cualquier herramienta que contribuya a una mejor comprensión de las propuestas, sin necesidad de apoyarse de más en datos duros.

• Recompensar las buenas ideas, en virtud de que es importante reconocer los esfuerzos cuando los miembros de la empresa incorporan ideas que resultan transformadoras. Además, debe darse crédito a las personas que presenten las ideas innovadoras, ya sea a través de un comunicado o de un evento; esto las motivará a continuar compartiendo ideas, con lo que tendrán una mayor disposición a dar el extra en beneficio de la empresa.

Para implementar todo lo anterior deben olvidarse las jerarquías y los títulos, dado que todos los miembros de la organización tienen la capacidad de desarrollar nuevos conceptos, desde el pasante que realiza una estancia en la empresa hasta el director general. Los líderes buscan oportunidades en cada rincón de la organización.

Otras importantes recomendaciones son las siguientes:

• Numerosas empresas internacionales utilizan las posibilidades del trabajo en red para el desarrollo de la innovación. En lugar de siempre buscar soluciones internamente en la organización, la colaboración con empresas de nueva creación se utiliza cada vez más durante la gestión del proceso de innovación. Asimismo, involucrar a clientes y proveedores de fuentes externas permite que la aportación creativa se multiplique, lo que mejora significativamente las oportunidades de innovación.

• Debe promoverse la motivación, considerando que es un factor importante en el desarrollo de nuevas ideas.

• El establecimiento de reglas claras para el desarrollo de ideas, así como la decisión de si una idea debe ser continuada o no, debe ser tomada con rapidez y claridad dentro de la empresa. Las iniciativas que se encuentran en una especie de limbo no solo perjudican la motivación de los empleados para innovar, sino que a menudo también obstaculizan el desarrollo de nuevos conceptos y modelos de negocio, por lo que un proceso explícito para la toma de decisiones con respecto a las ideas que se apoyarán es muy útil para dar curso a la creatividad y la innovación.

• Es necesario preparar bien las ideas, esto es, si una idea es atractiva para la empresa, debe planificarse cuidadosamente. El desarrollo de una idea y la forma en que se comercializará son aspectos decisivos para el éxito de las innovaciones. Otro factor importante es la planeación financiera durante el desarrollo de una innovación, así como tener claro que los calendarios apretados pueden llevar a errores de planeación y poner en peligro el éxito de este proceso.

• Finalmente, cabe señalar que a más tardar en la fase de prueba de una innovación es necesario preparar a la empresa para su implantación, es decir, para la introducción de la innovación en el mercado, lo que supone que deben prepararse con oportunidad los planes de ventas y mercadotecnia.

Dado que las innovaciones son siempre algo original, nuevo, no es raro que los empleados tengan que ampliar sus habilidades o refrescar sus conocimientos especializados, por lo que la empresa debe ayudarlos en este proceso.

Por otra parte, incluso después del lanzamiento al mercado de la innovación respectiva, las empresas deben vigilar de cerca dicha innovación, en virtud de que solo en raras ocasiones los nuevos productos o servicios tienen un efecto contundente, razón por la que los controles regulares y los correspondientes ajustes finos son a menudo necesarios para el éxito.

Conclusión

Debemos dejar de pensar que la innovación es algo esotérico, abstracto y difícil de implementar. Ya existen los procesos, las herramientas y las prácticas para que las empresas puedan innovar sistemáticamente y hacer de la innovación parte del trabajo de cada uno de sus colaboradores. El único requisito de la innovación es la voluntad para ponerla en práctica

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Ingeniera en Energía, ingeniera nuclear y doctora con especialidad en Física de Reactores Nucleares.

Dirige la Unidad de Planeación Energética de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y es profesora del Departamento de Sistemas Energéticos en esa facultad.

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