Hermanos para siempre
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Colombia-Venezuela
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Colombia -Venezuela Hermanos para siempre
02 - Regiones
En ambos lados, la cordillera
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Los Andes albergan desde la severidad pétrea de las paredes y de
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las salientes de la alta montaña, hasta la gentileza y el verdor de los valles de las tierras templadas. Del nudo de Pamplona, en territorio colombiano, se desprenden dos ramales que se conectan con el suelo venezolano. La Serranía del Perijá, que se dirige al noroccidente hasta convertirse en los Montes de Oca en la Guajira, y la cordillera de Mérida, la cual atraviesa los estados Trujillo, Barinas y de Mérida.
El gran sueño bolivariano de la unidad de nuestras naciones ha sobrevivido en una franja que surge alrededor de la frontera y que establece una especie de región intermedia donde se concreta una nueva forma de filiación. Un tercer país nace gracias a un sin número de dinámicas sociales, espirituales y comerciales que emergen en el día y día y que hacen de las legislaciones fronterizas, si bien indispensables, una formalidad que contrasta con la vida cotidiana que acaece en estos lugares, en donde familias enteras habitan a lado y
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01 - Tercer país
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lado de la frontera.
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incalculable. Pero la majestad de los Andes alberga mucho más que sus cúspides. Sus simas dan lugar a la belleza de la tierra caliente y sus faldas y mesetas albergan el secreto de la eterna primavera. Nuestras montañas son testimonio de una variedad climática que está disponible todo el año subiendo o bajando unos pocos kilómetros y que orquestan un sinfín de escenarios que juntos articulan y que hacen de estas latitudes poseedoras de unas características únicas en el mundo, lo cual convierte a los estados o departamentos andinos en zonas de una extraordinaria riqueza biológica.
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02 - Lugares comunes
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Los páramos se presentan como un espectáculo natural de belleza
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espadañas y muros blanqueados que aíslan solares y huertas, en los estados de Mérida, de El Táchira y de Trujillo recuerdan a los de Cundinamarca, los dos Santanderes, las regiones antioqueña y cafetera, el Cauca, Boyacá e incluso el austral Nariño. En estos lugares nuestra historia común empezó a consolidarse al abrigo de Los Andes, aquellas montañas que más que separarnos se presentan como un brazo que nos une y que extiende todas sus maravillas a lo largo, ancho y alto de nuestra geografía compartida. 35
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02 - Lugares comunes
Los pueblos blancos de perfil colonial y de estirpe hispánica, con sus callejuelas empinadas, conventos,
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02 - Regiones
La llanura sin fin Los llanos orientales, como se acostumbra a llamarlos en Colombia, o del Orinoco, como se denominan con mayor justicia en la mayoría
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de los mapas, se extienden por casi un tercio de cada territorio. Esto
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los transforma en una puerta abierta y una zona libre en donde sus habitantes, sean venezolanos o colombianos, conviven día a día. Sus lazos son tan fuertes que a los llaneros de ambos países no les gusta que se hable de “los llanos” porque anotan, con razón, que El Llano es uno solo, ceñido por los Andes al norte, rematado al oriente por el delta del río que le presta el nombre y subyugado por la densidad de la manigua hacia el sur.
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a las poblaciones donde se mercadean los animales. Mientras la recua descansa y pace de noche, los aperadores vigilan con ojo avizor para defender el tesoro animal de los peligros que entraña la llanura. Antes de emprender el viaje, unos y otros, han sido los protagonistas de esa especie de danza que entrelaza como ninguna otra actividad a seres humanos y bestias, en la celebración de los ritos supremos de la crianza que se repiten idénticos desde hace más de un siglo. La sucesión sin límites de tierras con sus condiciones singulares, y la lejanía, han propiciado un estilo de vida agreste y a la vez vernáculo aderezado por la reciedumbre sin ataduras de sus pobladores, por el levante del ganado que aprovisiona de carne a ambos países y por la singularidad de un temple que produce un respeto sin lindes ante la magnitud espacial y la fortaleza del ser humano.
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02 - Lugares comunes
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Hombres y animales en un acoplamiento singular, recorren de día decenas de kilómetros hasta llegar
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Otro gran suceso, de importancia para el ejército del libertador, ocurrió en cercanías a Paipa. Para nadie es desconocido el heroico acto del Coronel Rondón, quien el 25 de julio de 1819 recibió una orden directa del General Bolívar “Coronel Rondón, ¡Salve usted la patria!”, la cual cumplió a cabalidad con catorce lanceros de El Llano y la caballería del libertador en el Pantano de Vargas. Este acto de inusitado valor representó un fuerte golpe para las tropas españolas, mientras que fortaleció a las tropas patriotas, quienes vieron en el coraje de estos catorce lanceros un símbolo de unión que rápidamente se sumó al imaginario común y que alentó la llegada del General Simón Bolívar a la Provincia de Santa fe en lo que se llamó la ruta libertadora. Cabe destacar que los combates por la libertad venezolana también tuvieron protagonistas dentro de sus filas a innumerables granadinos quienes participaron en batallas como la de Carabobo en 1821 en donde la Gran Colombia logró derrotar al ejército realista y así consolidar la libertad del pueblo venezolano. Venezuela aportó en buena parte los ejes militares de la revolución, y los apoyos políticos y jurídicos se inspiraron en las ideas de la intelectualidad neogranadina. Ambos aportes hicieron posible una revolución que permitió consolidar las dos patrias que hoy se em-
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que ello sea de ninguna manera una coincidencia, la misma bandera, con mínimas diferencias de proporción, inspirada en la “insignia madre” que bosquejó Francisco Miranda, ese venezolano universal que, con una clarividencia enorme, concibió la idea de dos repúblicas, Colombia y Venezuela.
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03 - Un mismo pueblo
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plazan al Este y al poniente del Río Orinoco y que comparten, sin
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El genio del Libertador L
as raíces de nuestra independencia comparten un origen común. Simón Bolívar, el más notable
patrimonio histórico que comparten Venezuela y Colombia, marcó para siempre el espíritu de los dos pueblos. El genio y el tesón del libertador, evidentes en lo político, lo militar, y en una personalidad ar-
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vida independiente, establecieron orientaciones inalterables y rumbos que aún perduran. El itinerario del Libertador es un recorrido que, a la postre, glorifica un origen común y que ilustra la tenacidad de los dos pueblos en los albores de un republicanismo del cual nos enorgullecemos. Iniciando en la Aldea de los setenta, en Venezuela, el 23 de mayo de 1819, este culminó en el arribo del libertador a la ciudad de Santa fe el 10 de agosto del mismo año. Dicho recorrido conocido como su campaña libertadora, es un fiel testimonio de la comunión entre el pueblo venezolano y neogranadino, ya que Bolívar no concebía la libertad del uno sin la del otro, como lo expresa en sus propias palabras: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”, su amor por su pueblo venezolano y granadino era tal que estaba siempre dispuesto a dar su vida por él.
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03 - Un mismo pueblo
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rolladora, capaz de concebir y fraguar no sólo las dos ciudadanías sino todas aquellas a las que les dio
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03 - Vida
Los sonidos de aquí y de allá Durante miles de años la música ha sido una de las manifestaciones artísticas más importantes de los pueblos. A través de ella se expresan sentimientos colectivos, se construyen y se fortalecen lazos. En este campo, Colombia y Venezuela comparten un patrimonio más que extenso, gracias a la mezcla de sonidos nativos y extranjeColombia-Venezuela Territorio sin fronteras
ros, que han adornado nuestras fiestas y nos han regalado infinitos
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momentos de alegría.
Sin embargo, los nexos culturales más fuertes entre Colombia y Venezuela han nacido de lo popular y, por supuesto, la música no es la excepción. Un clarísimo ejemplo de esto se inscribe en El Llano, donde la música no conoce la línea fronteriza y se manifiesta prácticamente igual de uno y otro lado. El joropo, un género musical cuyo origen se remonta al siglo XVIII se extiende sin mayores diferencias por las interminables planicies. Sus variaciones, galerones, payas, periqueras, zumba que zumbas, chipolas, construidas por lo general con base en ritmos ternarios con compases de 6/8, 3/4 y hasta de 3/2, se ejecutan con instrumentos de cuerda como el cuatro y el arpa, y con capachos o maracas. Las letras de las canciones, descriptivas o satíricas, emergen como por encanto de la garganta de un coplero que a menudo se inspira en sus propias experiencias o, en general, en la vida llanera. El baile, como gran parte de nuestros ritmos, incluye un zapateo rápido que se ejecuta en pareja y una sucesión de vueltas, a veces vertiginosas, en las que el hombre y la mujer, tomados de la mano, marcan el ritmo con los pies. La vestimenta, hasta cierto punto formal, consiste en el elegante liquiliqui para los hombres y una falda amplia floreada y una blusa blanca de hombros descubiertos para las mujeres y, en ambos casos, las cotizas o alpargatas. A menudo hay certámenes folclóricos y concursos de joropo en las diversas poblaciones de la llanura como Villavicencio, Yopal, Cala-
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veces con las fiestas patronales o con las celebraciones cívicas y participan intérpretes de uno y otro lado de la frontera. El joropo y el galerón establecen un lazo muy fuerte entre los dos territorios y retratan las atmósferas de la sabana, sin distinguir la procedencia entre una y otra nacionalidad.
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03 - Un mismo pueblo
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bozo, San Carlos, San Fernando de Apure. Éstos coinciden muchas
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Sazón y sabor a carne N
o es extraño ver, en los letargos del mediodía en los fines de semana, las humaredas que a punta de
sazón reúnen a nuestras familias en las inmediaciones del río Táchira. Tampoco es extraño darse cuenta que la expresión “carne en vara” no sólo denota un festín amplio para el estómago, sino que también significa la oportunidad para reunirnos con nuestros amigos, nuestra música y todo aquello que junto con una buena carne enaltece nuestros ratos libres; en fin, es la ocasión por excelencia en nuestra sociedad para que la puedan pasar bien tanto los niños como los abuelos. Para una buena carne en vara se prefiere la carne de ternera por su suavidad y ternura, aunque la carne de res también puede ser utilizada. El adobamiento es esencial, ya que sólo se le debe aplicar sal con el fin de conservar y resaltar el sabor propio de la carne. La carne debe disponerse en varas de metal o de madera con el fin de que esta pueda cocinarse al calor de las brazas, así mismo esta cocción le otorga a la carne una suavidad característica. Los acompañamientos varían dependiendo de la región, pero normalmente se podrán encontrar mazorcas, tostones, arepas, patacones, yuca y papa hervida, guasacaca, un buen adobe y algo de cerveza. Existen otras preparaciones de carne que se encuentran emparentadas en ambos países. Desde su origen, de carácter legendario, la posta negra comparte una gran afinidad. Hay quienes dicen que fue a una cocinera caraqueña a quien se le quemó la carne y para evitar el regaño de la patrona resolvió aderezarla
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guisandera vivía en una casa solariega de Cartagena de Indias. Aquellos que hemos escuchado la misma narración con diferentes escenarios de fondo no tardamos en pensar, mientras degustamos los dos sabores, que no tiene la menor importancia de donde eran las inventoras de semejantes delicias, porque lo sustancial es probar un par de platos soberbios que, en esencia, están muy cerca el uno del otro.
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03 - Un mismo pueblo
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hasta convertirla en una exquisitez. Otros, en cambio, aseguran, sin trocar el meollo de la historia, que la
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Los toros revolcados L
a práctica del “Coleo” se relaciona con las actividades diarias del
campo y, en particular, con la comunión entre el hombre, el caballo y el toro en las ganaderías. Sus raíces se encuentran arraigadas al momento en el cual se escapaba del rebaño una vaca y era preciso perseguirla hasta derribarla, para lo cual se le tomaba por la cola y sometía. Con el tiempo, entre los caporales y vaqueros surgieron auténticos maestros que no tardaron en mostrar sus habilidades en las fiestas de los pueblos, sobre todo frente a las muchachas jóvenes quienes empezaron a obsequiarle cintas de colores al “coleador” triunfante. Así nació en Venezuela, poco después de la independencia, un deporte que se extendió a Colombia y cuyo objetivo, además de entretener al público, era demostrar la destreza del vaquero y la categoría del caballo. En muchos pueblos están las llamadas mangas de coleo, espacios amplios rodeados de tribunas para los espectadores, y en donde se practican diversas variedades de coleo como a caballo, con una o con las dos manos, con y sin estribo, por debajo de la pierna y el coleo a
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abundantes torneos en los que, además de los destacados participantes venezolanos y colombianos, concurren centroamericanos, brasileños, mexicanos y norteamericanos. Un deporte arraigado en nuestras costumbres y que va camino de consolidarse como un producto de exportación en la medida en que ya hay un campeonato mundial.
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03 - Un mismo pueblo
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pie. La acogida del público ha llevado a que hoy en día se celebren
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03 - Vida
Lo cotidiano
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El retrato de la vida colombo-venezolana abarca grandes y peque-
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ñas similitudes. Nuestra idiosincrasia nos revela como un pueblo lleno de vitalidad que comparte espacios de trabajo, escenarios comunes y una única realidad. Lo anterior nos emparenta en nuestra condición más humana, transformándola en instantáneas que son fiel retrato de un pueblo que vive sus tradiciones y que construye día a día los cimientos para su desarrollo.
04 - Comercio
El corazón de la frontera
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dial de la vida del tercer país. Gracias a su efervescencia, el comercio se desarrolla como un motor que aporta energía a la frontera, transformándose en parte preponderante de la vida de sus habitantes que diariamente, vive y camina sobre la línea fronteriza.
01 - Tercer país
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El comercio binacional, a través de los años, ha sido parte primor-
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