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La utorreflexión de las maestras y maestros

La autorreflexión de las maestras y los maestros de educación media superior

Por José Santos Ruiz Enríquez*

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La antesala de tiempo que ayuda a conocer realmente a los estudiantes y elevar la calidad de sus aprendizajes, indispensable en escenarios de confinamientos.

Una gran cantidad de maestras y maestros de educación media superior distribuidos en los heterogéneos y diversos subsistemas en México, son profesionales egresados de múltiples carreras universitarias, es decir, no fueron formados en pedagogía como quienes egresan de las escuelas normales. Así, antes de incursionar a la práctica docente, un porcentaje de ellas y ellos tomaron previamente cursos de nivelación pedagógica, otro porcentaje lo hacen en el transcurso de su función, y un último porcentaje simplemente deciden ‘formarse’ durante el servicio. Por ello, la vocación de las maestras y los maestros en este nivel educativo, por mucho tiempo, ha sido y sigue siendo cuestionada; sobre todo cuando datos estadísticos revelan el mayor abandono escolar de las y los jóvenes en esta etapa escolar, acentuándose en el primer grado (Tuirán, 2018).

Con base en esta realidad, y dada la presente educación a distancia en tiempos de confinamiento por el COVID-19, aunado a una incertidumbre en su prolongación, es especialmente importante para todas las maestras y todos los maestros que en estos momentos imparten clases en educación media superior, que independiente al status de su plaza, años de servicio, categoría que ostenten, y horas de nombramiento, hagan un alto en el actuar y se apropien de un momento para meditar; una pausa de introspección que lleve a una profunda autorreflexión, que lleve a pensar, analizar y determinar: ¿cómo se está realizando la labor docente? ¿Qué tanto conocemos a nuestros estudiantes? ¿Qué, cómo, y cuánto están y estamos aprendiendo? ¿Qué estrategias de enseñanza y aprendizajes hacen falta? Regalarse un tiempo para crecer en la docencia y hacer crecer a las y los estudiantes es fortalecer los valores como seres humanos.

Entonces, darse el espacio a la autorreflexión, que representa una oportunidad de crecimiento en la práctica educativa y, por ende, más aprendizajes en las y los estudiantes, significa o se sugiere atender con humildad y honestidad (entre otras posibilidades) puntos clave como:

Interesarse en todas y todos los estudiantes

Si durante la práctica docente, en este caso a distancia se está recibiendo comunicación constante de todas y todos los estudiantes, se perciben entusiastas, entregan completamente los trabajos, realizan todas las lecturas, participan activamente de acuerdo a sus medios, aportan y piden con mayor frecuencia actividades y retroalimentaciones, estos son indicadores de que las maestras y los maestros hacen evidente la motivación, el interés, la participación, y los aprendizajes; por lo tanto, asumen que están cumpliendo a cabalidad con la labor docente.

Sin embargo, si esto no ocurre u ocurre parcialmente, inmediatamente se deben tomar medidas para ajustar la práctica educativa, darse el tiempo necesario para conocer mejor a las y los estudiantes, y demostrar el interés (como maestras y maestros) hacia ellas y ellos, no importa el tiempo que se lleve. Se debe encontrar algún medio disponible para realizar estos ajustes y así entablar una comunicación que permita responder de todas y todos los estudiantes, principalmente las preguntas: ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?, ¿qué te hace falta?, ¿qué consideras me hace falta como docente para aumentar la motivación y logros de aprendizajes? Finalmente, esto es

apoyar en la medida de lo posible, donde con educación a distancia y en períodos de confinamiento se requiere de más dedicación que conduzca a mayores y mejores efectos, por lo que es necesario e indispensable hacerse de todos los medios posibles, siendo creativos al comunicarse a través del Internet, la televisión educativa, la radio, con material didáctico a domicilio, entre otros recursos.

Muchas veces, la mayoría de las veces, o siempre, las palabras de aliento hacia expectativas de progreso son de gran apoyo, y cuando éstas se llevan a la acción en la práctica docente son 100 por ciento efectivas. En fin, como maestras y maestros con vocación, se busca hacer lo máximo posible para que todas y todos los estudiantes estén trabajando por y para su formación integral.

Brindar educación popular en la educación pública para fortalecer la inclusión, equidad, y calidad

Aún en nuestros días, para muchas personas hablar de educación popular es pensar en la educación para pobres y/o adultos, lo cual no necesariamente es así; que haya iniciado para grupos oprimidos y sociales excluidos, es otra cosa. Existen varias definiciones para la educación popular, el autor de este texto, les presenta ahora la de un mexicano:

“La educación popular es la que surge de las masas, de una parte de ella y en un determinado lugar, sin reglas a seguir, se transmite espontáneamente aún con sus errores y aciertos. No hace distinciones de clase social, nacionalidad, raza, religión u otro tipo de discriminación. Se realiza en escuelas abiertas a todas las personas, es gratuita, es laica, respetuosa de toda creencia, propicia que los estudiantes sean conscientes de la problemática y de su entorno y aspira a que se conviertan en transformadores críticos de su universo” (Andrés Ruiz Mojica. Citado por Díaz, C., 2010).

En Latinoamérica, la educación popular se ha cimentado fuertemente gracias a las contribuciones excepcionales de muchas personalidades, principalmente: José Martí, Simón Rodríguez, mentor de Simón Bolivar; Domingo Faustino Sarmiento, Lizardo Pérez, Orlando Fals Borda, Paulo Freire con sus proyectos de educación popular para emancipar, Mario Kaplun, Augusto Boal, Nita Freire, Eduardo Galeano, Carlos Núñez Hurtado, Frei Betto, y actualmente el colombiano Raúl Mejía. No obstante, en especial ha sido gracias a la noble labor para combatir la desigualdad.

Hoy en día la educación popular adquiere una mayor relevancia, pues se constituye como una opción para realizarse en el seno de la propia escuela pública regular. En este sentido lo popular debe ser sinónimo de lo marginal, pero más bien de lo público en la educación (Quiroz, 2013).

Llevar la educación popular a la pública significa aplicar pedagogía crítica que empodera a las y los estudiantes, la cual se centra en ellas y ellos como personas, de tal manera que se valoran sus capacidades y no sus competencias, ya que en estas últimas el sujeto es el trabajador y no la persona (Nussbaum, 2012, citada por Silva y Mazuera, 2019 p.2).

Por lo tanto, ya sea en períodos de confinamiento o no, las maestras y los maestros de educación media superior, que a través de la pedagogía crítica demuestren el interés en sus estudiantes y otorguen tiempo acorde a las capacidades de todas, todos, y cada una y uno de ellos, permitiéndoles reencontrar y desarrollar la creatividad, habilidades en la lectoescritura, el pensamiento crítico, así como los razonamientos lógico-matemáticos, y divergentes, brindarán una educación popular en la educación pública, serán ejemplo, y promoverán la inclusión, la equidad, y la calidad en el servicio. Lo anterior, sin menospreciar el fortalecimiento proveniente de una comunidad de aprendizaje colaborativa; dado que madres, padres, tutoras y tutores de familias son pieza fundamental en este proceso.

Maestras y maestros de educación media superior en el cumplimiento responsable de su práctica educativa

Es esencial que cada actor en la comunidad educativa asuma su papel y responsabilidades. Las maestras y los maestros no deben ser la excepción. Como líderes naturales en la comunidad escolar y con previos diagnósticos de intereses de las y los estudiantes en sus contextos interno y externo, sus capacidades y canales de aprendizajes planifican contenidos acordes ahora a la Nueva Escuela Mexicana (SEP, 2019), utilizando los medios adecuados y las habilidades socioemocionales para llegar a todas y todos ellos, así como darles seguimiento, ajustar estrategias cuando haya que hacerlo, asesorar, evaluar, retroalimentar e informar periódicamente resultados.

Asimismo, las maestras y los maestros de educación media superior deben recibir directamente de sus estudiantes, de cada una y uno de ellos, las tareas, trabajos, exámenes, comentarios, sugerencias y dudas por el medio elegido de acuerdo a la situación particular de cada estudiante; cabe mencionar, que es muy importante no delegar esta responsabilidad o parte de ella, por ejemplo, a las y los representantes o jefes de grupos de estudiantes. Cumplir con las responsabilidades correspondientes, aun teniendo en cuenta que los grupos de estudiantes son numerosos, es evidencia contundente del interés real hacia ellas, ellos, y sus aprendizajes.

“Es esencial que cada actor en la comunidad educativa asuma su papel y responsabilidades. Las maestras y los maestros no deben ser la excepción”

Un excelente desempeño de la práctica docente en las aulas de educación media superior y en los procesos de enseñanza-aprendizaje a distancia está precedido por la medida en que hagamos evidentes acciones que nos lleven a conocer realmente a todas y todos los estudiantes en diferentes contextos, siendo esto el motor que motiva para desarrollar y/o fortalecer la capacitación, actualización, y formación pedagógica-didáctica, que logra o puede lograr, en un momento dado, aproximarse, equipararse, e incluso superar formaciones en esta área de maestras y maestros egresados de las escuelas normales. Consecuentemente, una planeación alineada al diagnóstico en lo general y atendiendo particularidades con contenidos pertinentes y relevantes aplicando los principios y orientaciones pedagógicas de la Nueva Escuela Mexicana (SEP, 2019).

La educación popular y la pedagogía crítica son alternativas dentro de la educación pública tanto en la modalidad presencial como a distancia para el empoderamiento y emancipación de las y los estudiantes, el aseguramiento de las capacidades, el manejo de las habilidades socioemocionales, para hacer de ellas y ellos ciudadanos socialmente responsables, con visión transformadora, y una formación integral. La educación popular promueve la inclusión, la equidad y calidad en el servicio.

Hagamos que la autorrereflexión se convierta en hábito periódico para la práctica educativa, como espacios de oportunidad, que nos involucre responsablemente en la mejora continua de la educación y estar preparados así, en todo momento, aún en tiempos de emergencia.

*Docente con 30 años de experiencia en Educación Media Superior. Supervisor de campo de la SEMS. Integrante del primer Consejo Ciudadano de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación.

Bibliografía: Díaz, C. (2010). Pensamiento pedagógico de Paulo Freire. Secretaría de Educación Pública. Secretaría de Educación del Estado de Michoacán. Universidad de La Ciénega de Estado de Michoacán de Ocampo. Editorial Pelícanos. México. Quiroz, S. (2013). Cómo hacer un proyecto de educación popular. Instituto McLaren de Pedagogía Crítica. Ensenada, B.C., México. Silva, W.H. y Mazuera, J.A. (2019). ¿Enfoque de competencias o enfoque de capacidades en la escuela?. Revista electrónica de Investigación Educativa, 21, e17,1-10. oi.10.24320/ redie.2019.21e17.1981 SEP (2019). La Nueva Escuela Mexicana: principios y orientaciones pedagógicas. Secretaría de Educación Pública. Subsecretaría de Educación Media Superior. CDMX. Tuirán, R. (2018). Avances en la Educación Media Superior 2012- 2017. Secretaría de Educación Pública. CDMX. Obtenido de Subsecretaría de Educación Media Superior:http://www.sems.gob. mx/work/models/sems/images/noticias/avances.pdf

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