Henar Bengale
#1 (Va de una muchacha con alma arrabalera)
La madrugada del 97. Y tú, sin bragas.
Reconoces que tú eres más de aviones y vuelos de última hora cuando te pido que te subas conmigo en el primer autobús que se nos cruce. Hemos estado jodiendo durante siete horas seguidas en una cabina y ahora me vienes con que tú eres más de cosas a lo grande.
Mis Viernes por la noche no duran toda la vida, muchachita. Aunque me están entrando ganas de ponerme a pilotar. No, no, que tú das calambres, niña. Yo contigo no me voy. O mejor me quedo y te invito a un café.
Creo que si sale el sol, cerramos los ojos y descolgamos el teléfono, que nos oigan follar aquí dentro. Empañas los cristales, ya casi no veo el asfalto. (¡Autobús!)
Estírate el vestido, que no se note.
No te enfades, tonta. Tú piensa que los autobuses son aviones (pero sin alas).
Quieres que me imagine contigo haciendo cosas sólo visibles desde las azoteas de la ciudad. Para ti es fácil porque podrías vivir sin pies. Siempre soñando, siempre. Deberías regresar al globo terráqueo.
Yo he despertado ya, ¿y tú?
Bajas del autobús, gritando que yo jamás lograré entenderte.
Te prometo que lo he intentado, que seguiré intentándolo.
Maldita sea, no te vayas.
Ruge el motor abandonándote en la acera. Me amorro al cristal, sin miocardio.
Quizá mañana vuelvas a la galería de cuadros salvajes, donde te descubrí un día intentándote meter entre la pintura, sacando tu alma reprimida. La arrabalera. La misma que salía de ti cada vez que estabas conmigo.