Nuestra Península es tan rica en manifestaciones artísticas prehistóricas que, precisamente, su abundancia ha tenido sumidos en el mayor desconcierto, durante mucho tiempo, a historiadores y arqueólogos, impidiéndoles establecer un esquema de conjunto en el que quedasen satisfactoriamente encuadradas y correlacionadas esas variadísimas manifestaciones.
Texto de Ernesto Ballesteros