HIARES
Historia universal del arte y la cultura Ernesto Ballesteros Arranz
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Cultura y arte Carolingio y Otoniano
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HIARES 4ª Edición ISBN: 978-84-16014-99-6 Paseo de Guadalajara, 74 28700 San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Cultura y arte Carolingio y Otoniano
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studiamos en este capítulo los dos núcleos de la cultura occidental que tomaron más importancia en los siglos IX y X. Ante todo el Imperio de Carlomagno, que es la primera construcción histórica medieval con ambiciones totalitarias e imperialistas. Más tarde, el Sacro Imperio Romano Germánico de Oton I, renovador de las ilusiones universalistas de Carlomag-
no. En estos dos Imperios se produjo la cultura y el arte más característico de la Alta Edad Media (siglos IX a XI). Se debería dedicar otra parte del tema al Arte Ramirense o asturiano del siglo IX y X, y al arte mozárabe español, que tuvieron lugar hacia la misma época. Pero para el estudio de este tema, remitimos al lector al capítulo correspondiente de la “Historia del Arte Español” de esta Editorial.
1. Monje en su escritorio (Códex Amiatianus) (Florencia).
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EL IMPERIO DE CARLOMAGNO El divorcio con los cristianos orientales y la llegada del Islam como nueva idea motriz de la Edad Media, rompen la unidad mediterránea y se enfrentan al Cristianismo romano dejándole reducido al espacio occidental de Europa. Esto sucede a finales del siglo VIII y principios del IX, que es la fecha que nosotros escogíamos para separar la Primera Edad Media de la Alta Edad Media. La Primera Edad Media había sido una época de barbarie, de predominio del espíritu germánico en Europa, con múltiples divisiones de reinos bárbaros: ostrogodos, francos, visigodos, etc... Durante esta época, no obstante, la influencia cristiana y romana habían realizado una labor profunda de penetración y proselitismo que comienza a salir a la superficie en la época
siguiente: la Alta Edad Media. Y este rasgo es precisamente el más característico de la Alta Edad Media. Del siglo IX al XI los reinos europeos no se conforman ya con el mantenimiento de sus costumbres germánicas, sino que intentan resucitar el esplendor Imperial, basado en la idea cristiana y en el Imperio Romano por partes iguales. La Alta Edad Media es la época en que se impone esta idea, que es lo mismo que decir que los monjes cristianos y el Derecho Romano han saturado ya el individualismo germánico y salen a la superficie en forma de grandes construcciones imperiales. Pero aún hay otro rasgo distintivo. Estos Imperios de la Alta Edad Media son continentales, es decir, grandes extensiones de terreno con escaso contacto activo con
el mar, que descansan por lo tanto en un régimen económico y social cuyo fundamento es la agricultura. Son Imperios alejados del mar y por ello del comercio y la industria, que sólo existen cuando hay posibilidad de vender excedentes a otros núcleos de consumo. Este nuevo aspecto está determinado por el Islam que bloqueó el Mediterráneo que era la vía comercial del Imperio Romano y desconectó, casi totalmente el Imperio Bizantino y el comercio oriental de los reinos occidentales europeos. Estos, obligados a vivir autárquicamente, es decir, consumiendo exclusivamente lo que producían por sí mismos, se desinteresaron cada vez más de la producción industrial y del comercio, y quedaron aislados del mundo. Los árabes
2. Biblia de Alcuino (Londres, Museo Británico).
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dominaban el Mediterráneo y, por tanto, toda salida hacia Africa y Asia. Por el Este, los eslavos, escitas y magiares ocupaban grandes extensiones de terreno en las actuales Hungría, Rusia, Rumanía, Servia, etc... incomunicando también a los occidentales con los bizantinos a través del Danubio. De este modo, los occidentales crecieron y se desarrollaron en torno a un núcleo central: Roma, que para ellos era el símbolo de la cultura y de la religión. Aferrados a la idea cristiana que los separaba de los musulmanes y de los bárbaros asiáticos (magiares, búlgaros, etc...), queda Europa cercada por ideas, economías, razas y culturas diferentes. En este momento comienza a individualizarse Europa, comienza a dibujarse su cultura propia y original. Estamos pues, en este tema, a las puertas de la Europa actual, que no es más que una evolución de la Europa medieval. Todavía en esta época reina en Europa un caos cultural producido por la mezcolanza de gentes romanas y pueblos semibárbaros. La Iglesia es
3. Capilla Palatina de Aquisgrán.
la conservadora del espíritu romano y de la idea universalista cristiana, en torno a la cual se va a formar Europa. Los árabes tomaron Marsella y Narbona, cerrando las salidas de los francos al Mediterráneo. Se habían apoderado ya de Hispania y poco después lo hicieron de Sicilia y el sur de Italia. La Galia, encerrada en sus límites agrícolas, abandonó su próspera economía mercantil de tiempos del Imperio y se encerró en una economía feudal. Las ciudades del sur de Galia se arruinaron y con ellas la burguesía que las sostenía y las escuelas que se levantaban en su ámbito. El rey merovingio no tenía di-
nero y tuvo que dejar el poder en manos de los poderosos nobles francos, que llegaron a tener más tierras bajo su jurisdicción que el propio monarca. Los más fuertes eran los nobles carolingios del norte de Galia, antepasados de Carlomagno. Por su gran poder llegaron a ejercer como mayordomos hereditarios de los reyes meroveos. Uno de estos mayordomos, Pipino el Breve, desplaza totalmente al rey merovingio y gobierna en su lugar. La sociedad y el Estado habían caído en manos del noble más poderoso y audaz. El feudalismo se impuso a la monarquía merovingia de la Primera Edad Media.
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Al mismo tiempo, León III el Isáurico, para defenderse del peligro musulmán en Bizancio, declara la prohibición del culto a las imágenes (herejía iconoclasta), y el Papa de Roma le excomulga. El Emperador había sido hasta entonces el apoyo temporal de Roma. El Pontífice se queda solo ante los lombardos, tribu bárbara que había invadido Italia y amenazaba apoderarse de la propia Roma. En este momento el Papa Esteban II se fija en Pipino el Breve, ferviente católico y poseedor de un gran ejército de caballería feudal. Le pide ayuda y Pipino se la otorga, a cambio de que el Papa le consagre oficialmente como rey de los francos. Esteban II legitima
de este modo la usurpación feudal de Pipino y nace una nueva dinastía real: los carolingios, llamados a desempeñar un papel preponderante en la Alta Edad Media con el hijo de Pipino, Carlomagno. Sube al trono este monarca el año 768 y sigue la política paterna de ayuda militar al Pontífice para conseguir su alianza sagrada. Cada vez se separan más Oriente y Occidente. Bizancio y los árabes se dedican a una economía mercantil bajo un régimen de teocracia política. Occidente se encierra en su economía feudal y autárquica, bajo un régimen político igualmente feudal que evoluciona hacia el Imperio. La consagración religiosa del Pontífice
4. Reconstrucción de la Abadía de Saint Gall.
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proporciona a los monarcas carolingios un prestigio sagrado que nunca habían tenido los reyes germanos y les coloca en situación de aspirar al Imperio o tutela militar y espiritual sobre todos los demás germanos occidentales. La antigua cultura liberal romana había caído porque su gran vía económica, el Mediterráneo, se ha transformado en frontera insalvable. Lo que unía a los países, ahora los separa. Puesto que el terreno es la única garantía del poder, Carlomagno se dedica a una política de expansión territorial. Conquista Italia a los lombardos y somete Sajonia y Baviera. Expulsa a los ávaros más allá del Danubio. El Papa León III le corona Emperador el año 800 y suscita de nuevo la idea imperial. Carlomagno, al reunir bajo su poder tan vastos territorios quiere resucitar la idea de Imperio, es decir, quiere dominar todo el área cultural cristiana.
5. Ábside de la iglesia (Detalle) Germigny-Des-Pres.
6. Pórtico de la Abadía (Lorsch).
El Imperio de Carlomagno tuvo una organización feudal, con un órgano de administración central, que era parecido al Oficium Palatinum de los visigodos. Varios condes y clérigos atendían a las necesidades personales y de gobierno, aconsejando a Carlomagno que era analfabeto, aunque estuvo obsesionado toda su vida por fomentar la cultura de su Imperio. También instituyó unos “missi dominici” (enviados del señor) que vigilaban el gobierno de los señores feudales en sus respectivas Marcas. Dio leyes a los frisios, turingios, etc... De la obra legislativa de Carlomagno sólo queda la “Capitulare de villis” que organiza los condados señoriales y da normas sobre el cobro del diezmo eclesiástico. En algunos aspectos se mantuvo vigente hasta la Revolución Francesa.
Organizó sus conquistas orientales y septentrionales (Sajonia, Turingia, etc...) de forma feudal, dividiendo el territorio en condados y Marcas y poniendo a su frente a poderosos nobles y obispos francos. Llegó a intuir la necesidad de comercio en el Imperio y favoreció el intercambio por la única vía económica de estas tierras, un estrecho paso que iba de Venecia a Flandes, pasando por Suiza, Franco Condado y Borgoña. Esta vía económica va a subsistir como tal eje durante toda la Baja Edad Media e incluso en la Moderna y puede decirse que aún desempeña un papel de gran importancia. Su hijo, Ludovico Pío (814840), mantuvo a duras penas unido el Imperio. Los señores feudales intentaban separarse del poder central y era necesario someter constantes suble-
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