“MI SUEÑO HECHO REALIDAD ” Hace mucho tiempo, cuando apenas tenía cinco años de edad quise ser una ciclista profesional, era una hermosa época de primavera, las plantas lucían sus abundantes hojas y las flores resplandecían con los rayos del sol, era la tarde de un día sábado, mi familia se reunió para celebrar el cumpleaños de mi tía Rosa; mis primo Mateo y su amiga Bríttany llevaron una bicicleta pequeña, al verla me emocioné al sentir como si alguien me dijera, este es el deporte que debes practicar. Mi hermano Manuel, que siempre participaba en competencias de ciclismo en las festividades parroquiales y cantonales que en ese tiempo se realizaban, practicaba en una pequeña pista improvisada, mis primas y yo le controlábamos el tiempo, además hacía piruetas en el aire y eso me apasionaba. Sin embargo mi gran problema era que hasta entonces no había subido a una bicicleta; aunque me gustaba, sentía temor por las posibles caídas que pudiera tener. Después de celebrar con alegría, juegos, risas, comida y hasta baile retornamos con mis padres y hermanos a casa, en el camino comentamos lo hermoso e inolvidable que pasamos, después de varias horas mi madre me acompañó al dormitorio, donde como era de costumbre rezábamos juntas, me dio las buenas noches y me quedaba dormida, pero esta fue una noche distinta a todas, se fraguó en mí, un acontecimiento imborrable.
Apenas concilié mi sueño viví esta historia que hoy deseo compartirla “en mi sueño me veía como una joven de aproximadamente unos 18 años, puesta la indumentaria necesaria para participar en una competencia olímpica “Río de Janeiro 2014”, su extraordinaria pista, lucía de colores espectaculares, eran nueve las representantes de los países que disputaría una dorada presea de oro en el género femenino, con orgullo yo representaba a mi querido país, Ecuador.
1
En suelos brasileros el sagrado tricolor patrio: amarillo, azul y rojo flameaba espléndido y dominante, la heroica sangre que corría por mis venas, cual cóndor con las alas desplegadas se agitaba haciéndome vibrar de emoción. Esa barra incesante me animaba desde que tomábamos posición ya en la pista, los jueces ubicados en sus lugares estratégicos se aprestaban ante la mirada atenta del cronómetro electrónico, la competencia inició, ubicada desde mi carril derecho tomé el primer lugar, mis músculos y huesos como si fueran metales de un robot, tomaban fuerza para no dejarme alcanzar de mis contendoras. Fue ardua la lucha para mantener mi posición, faltando unos cuatro kilómetros para llegar a la meta sentí que mi sistema nervioso empezó a desfallecer, el corazón parecía que intentaba salir volando por mi boca, mi cerebro quería explotar y mis fuerzas empezaron a disminuir, cerré por unos segundo mis fatigados ojos y pedí con coraje y decisión a Dios que me dé la fortaleza para finalizar con éxito esta gran travesía, en milésimas de segundos una fuerza exterior desde mis cabellos, apretados por el casco de protección, hasta las puntas de los pies que aprisionados por mis botines erguían con fortaleza, hasta eso una de mis contendoras oriunda del país anfitrión intentaba rebasarme, mi recuperación fue instantánea y potente, que tomando energía cual milagro prodigado por un ser sobrenatural invadiese mi cuerpo, escuché la voz de mi padre que me animaba diciendo dale mi pequeña, tu puedes, mi orgullo, el regalo que Dios me dio, en pocos segundos llegué en primer lugar a la meta, lloré de emoción y ya casi sin fuerzas caí en los brazos de mi entrenador, era mi hermano Manuel, en esos instantes, llegó la prensa que cubría la información de este magno evento deportivo, me entrevistaron, al finalizar la rueda de prensa con espíritu deportivo lleno de gallardía grité a toda voz este triunfo lo dedico a mis padres y a mi querido país Ecuador ” en esos instantes fue cuando desperté de esta maravillosa historia, el grito de emoción despertó a toda mi familia, casi sin palabras no podía contener mi alegría, todos se acercaron para saber lo que me pasaba, en pocas palabras conté lo sucedido. Mi padre, como siempre me animó y me dijo “Prometo comprarte una bicicleta, apoyarte para que tu sueño se convierta en realidad”. Al día siguiente mientras nos aprestábamos a desayunar narré la historia completa a toda mi familia, con madurez suficiente todos se admiraban al escuchar con atención este maravilloso sueño y ya se sentían orgullosos de mí.
2
En pocos días, al retorno de cumplir las actividades cotidianas en el año inicial, antes de entrar a la puerta principal de mi humilde vivienda, mi padre con una sonrisa se acercó, me abrazó y con un beso en la mejilla me dijo: parte de tu sueño se cumplirá, cierra tus ojitos que tengo preparada una gran sorpresa para ti, fue tan grande mi deseo de abrir los ojos, ¡Como si pasaran años! estaba ansiosa de saber que sorpresa papá tenía preparada… Entonces me dijo mi padre “puedes abrir tus ojos” no lo podía creer se trataba de la hermosa bicicleta que de paso a la escuela todos los días contemplaba detrás de una vitrina, en un comercial de mi pueblo. Agradecí a mi progenitor, abrazándolo fuertemente del cuello con un gigante beso en la frente no pude contener el llanto, agradecí también a mi madre y a todos quienes estaban presentes, una lágrima aún rodaba por mis mejillas, mi hermano Manuelito, que cauteloso era testigo de la escena dijo: “A partir de hoy seré tu entrenador personal” Desde ese momento empezaron mis primeras lecciones, no fue nada fácil aprender, ¡cuántas caídas!, ¡cuántos sustos!, ¡cuánto miedo! tuve que pasar, la inagotable persistencia y el apoyo de mi entrenador, de mis padres y familia fueron fortaleciendo mi espíritu, haciendo que la disciplina vaya haciendo de mí una costumbre positiva y agradable al relacionarme con los demás; voy construyendo mi personalidad, esto me ha permitido no descuidar mis estudios y buenos hábitos que practico en mi humilde y feliz hogar.
3
Un año después mi padre me inscribió en la Liga Deportiva Cantonal de Yantzaza, donde practicaba diariamente, con un horario de 15:H00 a 16:H00 éramos 5 niñas, trabajábamos sin parar, las horas se nos hacían tan cortas, nos divertíamos, pero eso sí, nuestro entrenador muy serio y exigente, nos hacía cumplir nuestra rutina de trabajo, algunos días con variantes muy fuertes. Nuestra alimentación cambió mucho, al principio fue incómodo para mi estómago que acostumbrado a ingerir golosinas y otras comidas que me gustaban, pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando. Todo iba de maravilla hasta que un día muy lamentable para mí, ocurrió algo espantoso, mi hermano mayor, que fue mi primer entrenador sufrió un fatal accidente de tránsito, en el que falleció, muy triste y desilusionada lloraba incontrolable, el sepelio pasó, yo no podía asimilar lo que estaba pasando, decidí no regresar a los entrenamientos porque tenía miedo que algo similar me ocurriera, debido a que entrenábamos en la perimetral, y los vehículos pasaban a gran velocidad. Sin embargo una fuerza misteriosa me puso enfrente a Anika Jiménez, la autora del cuento “La bici rosa” a quien únicamente conocía su nombre y sus historias. ¡No lo podía creer!, la tenía junto a mí ¡Qué alegría! Este suceso me hizo animar a continuar con mis entrenamientos, a ello se sumó la voz de mi hermano que falleció, era como las 6 de la tarde cuando retornaba a mi domicilio, justo pasaba por la pista improvisada que hicimos con mi Manuelito, escuché la suave brisa que acariciaba mis oídos con una dulce voz ”Jhorly, mi dulce hermana, continúa, ¡tú cumplirás aquel sueño! que no lo pude realizar” miré a mi alrededor, lo busqué, pronuncié varias veces y a toda voz su nombre, sin encontrar respuesta; comprendí si él estaba fallecido era su espíritu que me animaba, entonces prometí “Mi sueño se hará realidad” Le estoy poniendo mucha dedicación a mis estudios y al ciclismo, en el mes de mayo participé en un concurso regional, en el que logré mi primera meta, gané el primer lugar en la categoría infantil para damas.
4
A ti querido lector te envío un mensaje lleno de seguridad “Debes realizar lo que te propones” no existe obstáculo; si tienes el apoyo de tu familia, la confianza en Dios y la certeza que lo puedes logar. La viada te puede intentar hacerte alguna jugada, pero tú llegarás a la meta. Fin.
TRIUNFADORA DEL CONCURSO DE CUENTOS “Leyendo la jugada” AUTORA: Jhorleny Alexandra Gualán Ordóñez GRADO: Quinto “A” Unidad Educativa del Milenio “10 de Noviembre” LOS ENCUENTROS-YANZATZA-ZAMORA CHINCHIPE-ECUADOR
5
6