2 minute read
Las Creencias y tus decisiones
Las Creencias y tus decisiones Por Lidia Monzón
Las creencias son aquellas ideas que todos damos por válidas y que conforman nuestra realidad, muchas de las cuales, por no decir todas, son aprendidas con la familia, los amigos, los vecinos o en los colegios.
Advertisement
Hay algunas creencias que vamos obteniendo, adueñándonos de ellas, después de vivencias propias o, incluso, de otras personas, las que, sin pensar, damos como verdades inmutables.
Las creencias son limitantes, porque casi siempre son poco objetivas, parciales y, además, responden a un momento concreto de nuestra vida, niñez, adolescencia o bien, de otras personas.
Hay creencias que se han descubierto más recientemente en la psicología y en la neurociencia, que son las colectivas, que tienen una potencia mayor, ya que ni siquiera nos atrevemos a plantearnos su validez.
Las creencias colectivas, en ocasiones, van a favor de las nuestras individuales, mientras que otras veces, van totalmente en contra , generando un debate interno que nos lleva a la falta de decisión, confusión y mucha frustración.
En ocasiones, nos cuesta tomar decisiones, por estar muy influenciadas por las creencias, tanto colectivas como individuales. Como dice Steve Covey, un autor que me gusta mucho y que ha aportado valor a mi vida: “No soy producto de mis circunstancias, sino de mis decisiones”.
Para ayudarte en este sentido, te voy a compartir un método sencillo que utilizo para tomar decisiones:
1. Decide de acuerdo con tus valores: hay un montón de decisiones que tomamos para agradar a los demás y; esto es porque no tenemos claridad en los valores que son importantes para nuestra vida. Te invito a tomarte un tiempo para analizar ¿Qué valores te mueven? ¿compromiso?, ¿alegría?, ¿ayudar al otro?, ¿lealtad?
Es un ejercicio de introspección propio y que siempre me sorprende, al ver a muchas personas que no saben cuales son sus valores. Si no los sabes, otros marcaran tu vida con los suyos.
2. Toma tus decisiones comprometida contigo misma y de forma responsable, dejando a un lado lo ocurrido en tu pasado y haciéndolo desde la neutralidad de quien eres hoy y con toda la información que puedas acumular para esa decisión.
3. Evita tomar las decisiones de forma solamente emocional, cuestiona tus creencias y tus argumentos, para tomar esa decisión y no otra. Está estudiado que, la mayoría de las decisiones que tomamos, están basadas en las emociones que sentimos y que no están bien orientadas a favor de nuestro rumbo y; que además repetimos una y otra vez, como si estuviéramos en una rueda que nos deja frustración y dolor. Analiza lo idéntico en lo diferente de tu propia vida, para ver dónde las emociones te han impedido dictar el rumbo correcto de tu timón.
4. Observa todos los ángulos del escenario en el que te encuentras. Ante la toma de decisiones, no seas sólo un personaje en ese teatro momentáneo, también colócate como espectador; desde otros papeles se pueden ver otras realidades y ampliar nuestra perspectiva y lo que antes no veíamos, haciendo que nuestra decisión sea más completa y clara para poder seguirla.
Y por último:
“Una vez que has tomado una decisión, el Universo conspira para que ocurra”. R.W. Emerson
Lidia Monzón
Mentora para el desarrollo de competencias en comunicación, liderazgo y valores.
SHEmbajadora en Canarias.
www.lidiamonzon.com