4 minute read

Resiliencia Orgánica

Por Viola Edward RESILENCIA Orgánica

Dicen que la resiliencia es el reencuentro con la felicidad, que su lema es “cuenta contigo, cuenta conmigo”, y que forma parte del núcleo de la existencia de la naturaleza, es decir, de la vida toda.

Advertisement

El término resiliencia viene del latín Resilio – Resiliere, que significa saltar hacia atrás, volver de un salto. En inglés, se denomina resilience a la capacidad que tiene algún material, de recuperar su forma original después de ser sometido a altas presiones.

En 1970, el psiquiatra infantil inglés Michael Rutter y el neurólogo, psiquiatra y etólogo francés Boris Cyrulnik, inspirados en este concepto físico, introdujeron el término en la psicología, para denotar la capacidad de las personas de superar tragedias o acontecimientos fuertemente traumáticos.

Cyrulnik, cuyos padres judíos fueron asesinados por los nazis, estudió la capacidad de recuperación de los sobrevivientes de los campos de concentración y de niños criados en orfanatos.

En 1973, Crawford Holling, ecologista canadiense recientemente fallecido, habló por primera vez de la resiliencia en la ecología, mientras buscaba comprender, cómo es que los ecosistemas se auto-mantienen y persisten frente a perturbaciones y cambios. El término apareció como un concepto que engloba la resistencia, el aprendizaje, la transformación, la adaptación y la renovación.

Según Holling, en la naturaleza, hay dos características principales que definen la resiliencia de un ecosistema:

1. Los cambios o transformaciones que pueden soportar, sin perder su estructura y sus funciones, es decir, sin perder su esencia.

Para lograrlo, la naturaleza cuenta con magníficos y funcionales sistemas de comunicación.

Hoy, se sabe que el reino vegetal desarrolla redes o raíces comunicacionales que abarcan a todo el planeta, de esta manera en caso de incendio, por ejemplo, las plantas se comunican con otras para alertar de las adversidades y lograr la mejor adaptación posible.

Otros investigadores del tema consideran, a la resiliencia, como una función o propiedad compleja de los sistemas psico-social-biológico-espiritual de los seres vivos (desde el ámbito molecular y celular, hasta el social, de adaptación ambiental y de creencias). Cuando una situación provoca daños o alteración, la resiliencia permite al organismo adaptarse a las situaciones y cambios, mantener la homeostasis de las principales funciones biológicas y hacer posible que el sistema regrese a un estado previo de funcionamiento fisiológico y adaptativo.

Desde una mirada biológica, podemos decir que cada célula de nuestro cuerpo es un sistema vivo cuya función es crecer, madurar y evitar su muerte. Para lograrlo, cada célula está en continuo cambio que le ayuda a adaptarse a las situaciones favorables o amenazantes. Esto significa que nuestro sistema celular, está en permanente búsqueda de emociones positivas, fuertes defensas inmunitarias, armoniosa liberación de hormonas, mente abierta y activa en constante aprendizaje y de un fluir permanente de la energía vital.

Desde este punto de vista, podríamos decir que contamos con una naturaleza “biopsicosocialespiritual” proclive a la resiliencia e inferir, que la misma es una capacidad innata o adquirida para evitar que las situaciones amenazantes deterioren nuestro funcionamiento “biopsicosocialespiritual”. El individuo resiliente sale re-fortalecido de toda crisis, porque refuerza sus mecanismos homeostáticos, para afrontar nuevas situaciones adversas.

Desde el punto de vista social, podríamos decir que vamos desarrollando resiliencia a lo largo de nuestra vida, porque desde que nacemos superamos retos y desafíos, adquiriendo en cada etapa, capacidades para superar las adversidades, aprendiendo la versatilidad y adaptación sin perder nuestra esencia, así vamos creando y ampliando habilidades, actitudes y fortalezas. Este proceso es continuo porque somos seres evolucionando, no seres concluidos. Esta actitud de confianza e impulso de superación, puede ser tanto personal como social, conocido este último como “Proceso de Resiliencia Social”, que es aquel que surge cuando la adversidad involucra a un considerable número de personas que, desde una transformación individual, yendo de lo micro a lo macro, logran en equipo vencer esos obstáculos de manera exitosa, con empuje y determinación, sin pensar en la derrota, a pesar de que los resultados, aparentemente, están planteados en su contra.

Constituyen movimientos donde las víctimas se transforman en actores indispensables para obtener un cambio, y desde ese sentimiento de fuerza, se inicia un proceso que crece y se refuerza con la suma de los demás afectados.

Desde una mirada biológica, podemos decir que cada célula de nuestro cuerpo es un sistema vivo cuya función es crecer, madurar y evitar su muerte.

Si hiciéramos una introspección sobre nuestras vidas y estas características de resiliencia de la naturaleza misma, nosotros como parte indivisible de ella, podríamos decirnos que, ante cualquier grado de dificultad, desde lo más leve hasta lo desastroso, tenemos intrínsicamente el poder de la resiliencia para retomar las ganas de seguir bien-viviendo, nutridos por la experiencia, con más madurez y sabiduría.

Por eso, es tan importante estar consciente de nuestras habilidades y recursos naturales, que son nuestro mayor capital. Cuando hablo del Juntos es Mejor, incluyo primero, el “estar juntos” al “Sí mismo” y, desde ahí, tener la compasión y la inspiración hacia la otra persona o personas. Entonces, el balance es posible y así aprendemos a Respirar Resiliencia Orgánica para un éxito sostenible con propósito personal, social y planetario.

Viola Edward

CEO & Co-fundadora de GRIT Academy y Kayana Consulting.

Mentora personal y de negocios Multi-ganadora de premios internacionales.

www.grit-academy.co @the.viola.edward

This article is from: