La imaginación
hecha realidad. Por Lidia Monzón
Cuando unimos nuestros pensamientos con las emociones de amor o miedo que ellos nos despiertan, creamos los sentimientos. Por tanto, los sentimientos se definen como la unión de pensamiento y emoción; son la base de nuestras creencias y se forman en nuestro corazón. Precisamente, son esos sentimientos los que pueden cambiar el mundo. Tenemos algunas emociones básicas como amor o miedo que generan sentimientos más complejos cuando las combinamos con según qué pensamientos, como compasión, furia, celos, gratitud, incredulidad o paz.
Cuando tenemos una creencia con respecto a algo, siempre viene acompañada de un sentimiento, más o menos intenso, que se hace real en nuestra vida. Pero, en muchas ocasiones, tenemos creencias integradas en nosotros mismos sin que las acompañe ningún pensamiento consciente. El pensamiento es una imagen en nuestra mente que refleja una situación que puede llegar a ocurrir, pero si no se alimenta con emociones como el amor o el miedo, tiene muy poco poder. Ese cambio de pensamiento, de mentalidad, que tanto se comenta desde todas las áreas del saber, no es suficiente si no se acompaña de la emoción.
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