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entre el esplendor y las cenizas
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José Del Rey Fajardo, S.J. Profesor titular de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Doctor en Letras de la Universidad de Los Andes (Mérida) y en Historia de la Pontificia Universidad Javeriana. Académico de número (Sillón S) de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela. Miembro correspondiente de las academias Colombiana de Historia, de la Boyacense de Historia y de la de Cartagena. Rector fundador de la Universidad Católica del Táchira (Venezuela). Desde 1992 miembro del Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Ciencia y Tecnología en su máximo nivel y emérito desde el año 2007. Doctor honoris causa por las universidades de Los Andes (Mérida), Zulia (Maracaibo), Rómulo Gallegos (San Juan de Los Morros) y Cecilio Acosta (Maracaibo). Su bibliografía histórica contiene 55 libros. En la actualidad se desempeña como presidente del Consejo Superior de la Universidad Valle del Momboy (Valera, Estado Trujillo).
Felipe González Mora Arquitecto de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesor titular, investigador de planta y coordinador del Área de Historia de la Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Diseño de esta universidad. Miembro correspondiente de la Academia Boyacense de Historia. Fue director del Departamento de Historia de la Facultad de Arquitectura y Diseño en el periodo 1994-1998. Docente en pregrado y posgrado de historia de la arquitectura y urbanismo de los siglos XVII y XVIII. Miembro del grupo de investigación Patrimonio Construido Colombiano. Su producción intelectual se ha desarrollado en la línea de investigación “Patrimonio construido de la Compañía de Jesús en Colombia”, interés reflejado en las siguientes publicaciones, de las que es coautor: Los jesuitas en Mompox, 1643-1767. Añoranzas de un pasado cultural (2013); Educadores ascetas y empresarios. Los jesuitas en la Tunja Colonial (2010); Los jesuitas en Antioquia, 1727-1767. Aportes a la historia de la cultura y el arte (2008). En 2007, recibió mención honorífica en la XX Bienal Colombiana de Arquitectura en la categoría Teoría, Historia y Crítica, por el libro Reducciones y haciendas jesuíticas en Casanare, Meta y Orinoco, ss. XVII-XVIII. Arquitectura y urbanismo en la frontera oriental del Nuevo Reino de Granada (2004).
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Los jesuitas en Honda, 1634-1767
Los jesuitas en Honda, 1634-1767
Los jesuitas en Honda, 1634-1767. Entre el esplendor y las cenizas, obra que hoy presentamos al lector colombiano, consta de tres libros, escritos los dos primeros por el P. José del Rey Fajardo y el tercero por Felipe González Mora. El primer libro estudia con detenimiento el “Orden de Estudios de la Compañía Jesús”, que tenía como fin capacitar a sus alumnos para desenvolverse en la futura vida universitaria. Allí se recogen la legislación, el pensum, los métodos de enseñanza así como los ejercicios escolares, que finalizaban con el dominio de la palabra y el erudito uso de la retórica. El libro segundo muestra por qué el curato, la residencia y el colegio jesuíticos adquieren una importancia capital al contribuir a la consolidación de unos valores sobre los que se construyó el edificio ideal de la ciudad y, en definitiva, el sello moral que fue capaz de grabarse en la conciencia de sus hombres. El libro tercero, “Los edificios del colegio de la Compañía de Jesús en Honda (1628-1767)”, reconoce el papel de los jesuitas como agentes urbanos de importancia en el desarrollo espacial del puerto de Honda. En este sentido, se estudian los edificios que formaron el conjunto contextual en la villa de San Bartolomé de Honda, dando cuenta del marco espacial y jesuítico de la villa, mostrando sus aspectos sociales, económicos, urbanos y arquitectónicos, así como el arribo definitivo de los jesuitas al importante puerto sobre el río Magdalena.
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Imagen de cubierta: Curso del río Magdalena, Puerto de Nare y Río Nus. Mapoteca: SMP.4, REF.203A. Sección Mapas y Planos. Archivo General de la Nación de Colombia.
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Secretaría General
Reservados todos los derechos
Corrección de estilo:
© Pontificia Universidad Javeriana
Francisco Díaz-Granados
© José del Rey Fajardo, S. J.
Diseño y diagramación:
© Felipe González Mora Primera edición: Bogotá, D.C. octubre de 2017 ISBN: 978-958-781-123-0 Número de ejemplares: 200 Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia
Isabel Sandoval Impresión:
Javegraf Imagen de cubierta:
Curso del río Magdalena, Puerto de Nare y Río Nus. Mapoteca: SMP.4, REF.203A. Sección Mapas y Planos. Archivo General de la Nación de Colombia
Editorial Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7. a n. o 37-25, oficina 1301 Edificio Lutaima Teléfono: 3208320 ext. 4752 www.javeriana.edu.co/editorial editorialpuj@javeriana.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana | vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno.
Bogotá, D. C.
Rey Fajardo, José del, S.J., 1934-, autor Los jesuitas en Honda, 1634-1767: entre el esplendor y las cenizas / José Del Rey Fajardo, S. J., Felipe González Mora. -- Primera edición. -- Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2017.
2 volúmenes; 24 cm Incluye referencias bibliográficas. ISBN: 978-958-781-123-0
1. JESUITAS EN HONDA (TOLIMA, COLOMBIA). 2. JESUITAS – HISTORIA - HONDA (TOLIMA, COLOMBIA). 3. HONDA (TOLIMA, COLOMBIA)- HISTORIA ECLESIÁSTICA. 4. ÓRDENES RELIGIOSAS – HISTORIA. 5. ARQUITECTURA RELIGIOSA – HISTORIA. I. González Mora, Felipe, autor. II. Pontificia Universidad Javeriana. CDD 71.53086136 edición 21 Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J. inp.
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Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.
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Contenido
li b r o ii El curato, la residencia y el colegio Introducción Capítulo I El curato de Honda y sus anexos 1. La historia del curato de Honda 2. La historia de Purnio (1625-1636) 3. Las minas de Santa Ana y Las Lajas (1624-c. 1657) 4. El proyecto religioso del curato de Honda Capítulo II La residencia de Honda (1620-1767) 1. La república cristiana: doctrina, sermones y misiones circulares 2. Oradores sagrados jesuitas Capítulo III El colegio de Honda 1. Los aspectos jurídico-legales 2. Honda: colegio provinciano de Indias 3. La estructura organizativa 4. La organización económica 5. La organización académica 6. Nóminas Capítulo IV La economía del colegio de Honda Capítulo V Los rectores 1. Juan Bautista Coluccini (1569-1641) [1624-1627]
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2. Beltrán De Lumberri (C. 1582-C. 1631) [1627-1631] 3. Julio Ledi (1587?-1647) [1631-1637] 4. Andrés Solís (C. 1605-1651) [1637-1639] 5. Lope De Figuerero (C. 1606-1642) [1639-1642] 6. José Alitrán (C. 1592-1661) [1642-1649] 7. José Dadey (C. 1576-1660) [1649-1651] 8. Jaime Torres (1602-1663) [1651-1653] 9. José Alitrán [1653-1655] 10. Antonio Rojas (C. 1597-1657) [1655-1657] 12. Francisco Castaño (1614-1694) [1664-1666] 13. Pedro Salazar (C. 1625-1690) [1667-1671] 14. José Suárez (C. 1635-1710) [1672-1675] 15. Pedro De Mercado [1675-1678] 16. José Abad De Cepeda (1642-1726) [1678-1681] 17. Cristóbal Jaimes (1635-1688) [1681-1684] 18. Francisco Castaño [1684-1688] 19. Francisco Jaramillo (C. 1639-1690) [1689-1690] 20. Tomás Mansilla (1651-1696) [1690-1696] 21. Francisco Javier Urbina (1660-1734) [1696-1701] 22. Juan De Cuéllar (1652-1712) [1701-1703] 23. Francisco Saldaña [1703-1710] 24. Francisco Andrés Sánchez (1677-1717) [1711-1713] 25. Pedro Manuel Carvajal (1670-1727) [1713-1715] 26. José De Galarza (1673-1716) [1715-1716] 27. Andrés de Molina (1663-1731) [1716-1720] 28. José de Eyzaguirre (1675-1733) [1720-17223] 29. Jaime López (1680-1759) [1723-1730] 30. Baltasar Caicedo (1690-1733) [1730-1733]
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31. Nicolás González (1693-1738) [1733-1735] 32. Martín de Egúrvide (1703-1769) [1735-1743] 33. Jaime López [1743-1745] 34. Fernando Vergara (1690-1761) [1745-1746] 35. Gaspar Álvarez (1711-1757) [1746-1754] 36. Jerónimo Grosis (1698-1777) [1754-1757] 37. Jerónimo Godoy (1713-1758) [1757-1758] 38. Agustín Rueda (1710-?) [1758-1763] 39. Juan Díaz (1714-1772) [1763-1767]
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Capítulo VI La expulsión de 1767
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Biblioteca de autores
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Biblioteca de títulos
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lib r o iii
Los edif icios del colegio de la Compañía de Jesús en Honda (1625-1767)
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Introducción 1. El marco espacial y jesuítico 2. Los primeros templos 3. Traslado de los edificios del colegio y templo de la Compañía 4. Los templos del colegio de Honda en la Mapoteca del Archivo General de la Nación 5. Propiedades rurales anexadas al colegio de Honda 6. Otras posesiones del colegio de Honda 7. Los edificios jesuíticos después de 1767 8. El solar del colegio jesuítico en los siglos XIX y XX
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Cronologías El colegio de Honda El solar jesuítico y demás edificios después de la expulsión
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Referencias Fuentes manuscritas y grรกficas Libros
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Anexos 1. Templos del colegio de Honda 2. Haciendas del colegio de Honda 3. Rentas y bienes del colegio, 1736 4. Inventarios
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libro ii El curato, la residencia y el colegio
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Introducción
Dos acciones novedosas emprendieron los jesuitas desde que pisaron tierra en el Nuevo Reino de Granada: la primera fue el asumir la educación como factor de promoción humana y social de las juventudes que se levantaban en las pequeñas ciudades neogranadinas y la segunda consistió en darse a conocer a través de una política religiosa que se denominó “misiones circulares”, que no eran otra cosa que correrías esporádicas por los poblados carentes de asistencia espiritual, a fin de llegar a la conciencia de los cristianos mediante la predicación de las verdades fundamentales de la religión, con el objeto de ordenar la vida interna y externa de las personas. De esta suerte iniciaron los ignacianos su transitar por los caminos de Colombia en las tierras que se interponían entre Cartagena y Bogotá. La perla del Caribe comenzó a trazar radios de acción apostólica que se iniciaron en 1606 por Santa Marta, Ríohacha, Valledupar1 y Urabá2 y, en 1608, en busca de las tierras mineras de Antioquia, sobre todo Cáceres, Zaragoza y Remedios3. A partir del año 1613, Antioquia sale del influjo del colegio de Cartagena para pasar al radio de acción del Colegio Máximo de Santafé de Bogotá. En esta oportunidad son enviados un experto en predicar
Juan Manuel Pacheco, Los jesuitas en Colombia, 3 vols., t. I (Bogotá, 1959-1989), 332-335.
Archivum Romanum Societatis Iesu (ARSI). Provincia Novi Regni et Quiti (N. R. et Q.), 14. Historia-I. Relación de la misión y primera en Urabá que el P. Diego de Torres, viceprovincial de la Compañía de Jesús del Nuevo Reino y Quito, hizo a la provincia de los indios infieles de Urabá, por el año de 1606, scripta al P. Esteban Páez, provincial del Perú, por el P. Alonso de Sandoval, que fue su compañero.
ARSI. N. R. et Q., 12-I, fols. 36-60v. Letras annuas de la Vice Provincia de Quito y el Nueuo Reyno de los años de mil y seyscientos y ocho y seyscientos y nuebe.
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misiones circulares, el P. Luis Frías (c. 1568-c. 1620)4, y un hermano Coadjutor, cuyo nombre no hemos identificado, para misionar despacio la región y recoger limosnas con las que se pudieran aliviar los apuros económicos del colegio bogotano. Diez meses dedicaron a las gentes de Zaragoza los dos jesuitas y cinco más a la ciudad de Remedios, y el agradecimiento de sus moradores fue tal que regalaron una lámpara de plata a San Ignacio5. Hacia 1619 volvemos a tener noticia de otros misioneros que predicaron en la misma ciudad. Nos referimos al P. Diego Sánchez de la Palma (c. 1560-1632)6 y al H. Juan de Ubalde, francés de nación7. Y en 1620 reiteraban el mismo itinerario los padres Vicente Imperial y José de Alitrán, pero al llegar a Honda fueron retenidos por el corregidor de Mariquita, por los jueces de canoas y del puerto, así como también por “otros vecinos”, quienes prácticamente los obligaron a asumir la dirección del curato, pues acababa de fallecer su cura propietario, que era el P. Gonzalo de Vera8. De esta forma imprevista e inesperada se iniciaba la acción de la Compañía de Jesús en la pequeña población que habitaba la confluencia del río Gualí con el Magdalena. Era la cuarta fundación neogranadina (1620) y la acción educativa surgiría años más tarde. Son varios los rasgos que definían a la población de Honda en 1620. El primero resalta su posición estratégica, como “puerto de toda la embarcación de este Río grande de la Magdalena, que se navega hasta Mompox, y de allí a la Barranca, cerca del Océano”9. En segundo lugar, su privilegiada ubicación generaba la realidad de una sociedad de aluvión y caracterizada por el desarraigo y la transitoriedad, hecho que dificultaba la cohesión social. La estructura social se definía en 1623 de la siguiente manera. Por una parte, los “pasajeros” que debían realizar una parada obligada, bien para dirigirse hacia Bogotá y el altiplano, bien hacia las tierras de Antioquia, bien hacia Popayán y Quito, y, como es natural, los que regresaban camino de Cartagena y Europa. En una segunda categoría podríamos señalar a los “temporeros”, como eran “los morenos bogadores y labradores de las estancias que pertenecen a él [y] serán al pie de quinientos”. A ellos habría
José del Rey Fajardo, Los jesuitas en Cartagena de Indias 1604-1767 (Bogotá: Universidad Javeriana, 2004) 126-127.
ARSI. N. R. et Q., 12-II. Annua della Provincia… dell’anno 1615. Citada por Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. I, 335).
Del Rey Fajardo, Los jesuitas en Cartagena, 244.
Archivo de la Real Academia de la Historia (ARAH). Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada del año [16]19, 20 y 21, fols. 263v-264.
Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, t. II (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1957), 179.
Sebastián Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada. Desde el año de mil y seyscientos y treinta y ocho, hasta el año de mil y seys cientos y quarenta y tres (Zaragoza, (1645), 144.
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introducción
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que añadir “otras cuatrocientas almas de indios e indias, y otro tercio de gente de españoles y mestizos, señores de las canoas y mayordomos, y otra variedad de oficiales”. Pero, a la hora de percibir una visión global, habría que anexar las pesquerías de Purnio, “de donde se provee de pescado todo el Reino [y] habrá en ellas la mayor parte del año mil y quinientas personas entre pescadores y estancieros los cuales también pertenecen a esta doctrina”10. Veinte años después, en 1643, parece fijarse en los estamentos raciales a los que debe atender el curato que es “toda suerte de gentes, de españoles, mestizos, mulatos, indios, y negros, y de cuantos suben de España a estas partes, y quantos descienden del Reino, y los términos del Perú al comercio de Cartagena”. Y aquí se hace mención expresa de los “mercaderes y tratantes”11. De los indios y negros especificarán que “tienen aquí sus rancherías, donde muchos tercios del año están de asiento, porque no todos los meses del año navegan el río”12. Las informaciones del año 1652 revelan una visión más economicista, pues describen la existencia de una casta social, como era la de los “dueños de las canoas”, verdaderos señores de conglomerados humanos, quienes agregaban continuamente “mucha vecindad a este sitio”13, los cuales, “amos de canoas y cuadrillas, a trueque de tener gente para sus canoas y estancias, no repararon en qué gente sea ni cómo viven”14. En todo caso, en 1690, especifican también las raíces de la población, “una parte de cuyos habitantes son españoles, otra de nacidos de padres, uno español y uno indio (aquí llamados comúnmente mestizos) o de padre español o indio y madre negra [etíope] (a quienes se les llama mulatos); finalmente, otra que tiene su origen etíope, pero ha recibido la libertad de sus amos”15. Es curioso anotar la percepción que en ese momento tienen de la ciudad de Mariquita, de la que dicen que está poblada “de muy principales, y ricos vecinos, que la hacen ilustre en este Nuevo Reino”16. Pero si de la clasificación de los elementos constitutivos de la sociedad pasamos a la realidad social que proyectaban esos grupos humanos no
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ARAH. Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno, fol. 275.
Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs, 144.
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Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs, 144.
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ARSI. N. R. et Q., 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a. m. r. p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 18v.
Archivo de la Real Academia de la Historia. Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno, fol. 275. Y sigue la descripción de la realidad social.
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 37v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis ab anno sexcentesimo octogesimo quarto ad annum millesimum sexcentesimum nonagesimum.
ARSI. N. R. et Q., 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652, fol. 20v.
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podemos menos de concluir que era realmente trágica. La Carta Anua de 1623 afirmará que de ordinario es “gente perdida y derrotada de muchos pueblos y [suele] vivir con mucha libertad [por lo que] están aquí necesitados de doctrina y enseñanza”17. Y completará su descripción diciendo que “era este pueblo un enjambre de bellacos y malos cristianos en donde como sentina se recogía todo lo malo de este Reino”18. En 1643 se referirán a los morenos, es decir, a los esclavos, diciendo que “andaban siempre sumergidos en un abismo de torpezas, borracheras, idolatrías, y otros indecibles males”19. Al hablar del curato de Santa Ana, se describen las lacras sociales que padecían los indios, que eran obligados a trabajar en las minas. Más llamativa es todavía la información que recogemos de las cartas de 1690, en las que específicamente se hace alusión al hecho de ser Honda el principal puerto del Río que baña este Reino, [donde] fácilmente pueden establecerse allí, no solo idólatras y moros, sino herejes y judíos; de esto se deduce ser necesario que allí haya sacerdotes expertos en las controversias y doctrinas teológicas y en quienes esté vivo el celo por la gloria de Dios, de manera que puedan y tengan la voluntad de desenmascarar los fraudes de los que llegan y prevenir a los rectos, no sea que sea sembrada la semilla diabólica en el campo del Señor20.
Con respecto al clima de Honda, encontramos diversas noticias, pero está claramente expresado en la Carta Anua de 1642: “Padécense aquí excesivos calores que no son menores que los de Europa en el tiempo de los caniculares, [y] más cuando corren los aires, que llaman de Neiva, que abrasan cuanto encuentran, [y] todo lo hacen inhabitable”21. Y en las de 1652 se añadirá: “Es este temple riguroso todo el año en calores, por ser muy baja y ahogada la situación de el pueblo”22. Las de 1660 hacen referencia a una gran sequía que vivió la villa y la describen: Corrían unos aires (que llaman Neivas) tan furiosos, que suelen derribar las tejas de las casas, y volar la paja de los techos: tan cálidos que la ropa se saca de las casas, como si se quitara de un calentador: tan dañino, que muchas veces han ayudado a una leve centella para abrasar en incendios
ARAH. Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno, fol. 275.
Archivo de la Real Academia de la Historia. Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno, fol. 275. Y sigue la descripción de la realidad social.
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Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs, 145.
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ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 47. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis ab anno sexcentesimo octogesimo quarto ad annum millesimum sexcentesimum nonagesimum.
Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs, 146.
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ARSI. N. R. et Q., 12-I, fol. 20. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652.
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lo más del pueblo. Estos estragos se tenían por este tiempo, porque los Neivas se enfurecieron mucho, y dieron algunos malos días, y peores noches a los vecinos23.
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Archivo de la Provincia de Toledo (APT). Fondo Astráin. Leg. 4, fol. 19v. Relación Annua de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada desde el año de 1655 hasta el de 1660.
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Capítulo I
El curato de Honda y sus anexos
1. La historia del curato de Honda La fundación de la residencia y después del colegio de Honda se debe al puro azar. Cuando los padres José Alitrán y Vicente Imperial se dirigían el año 1620 a las regiones de Antioquia para predicar una misión fueron retenidos por los moradores del villorrio, ya que acababa de fallecer su párroco, el P. Gonzalo de Vera1. Así pues, la presencia de la Compañía de Jesús en esa zona de permanente conflicto social fue motivada, exclusivamente, por la necesidad de dar argumentos válidos para unos conglomerados humanos flotantes y desarraigados que debían integrarse en el pujante emerger de la población de Honda. Mas, para poder proceder a la fundación de este curioso domicilio jesuítico a orillas del río Gualí, se imponían dos procesos diferentes a los que había que dar respuesta: uno interno de la Compañía de Jesús y otro externo regulado por las normas del Patronato regio. El primero provenía de la legislación de la Orden fundada por Ignacio de Loyola. Las Constituciones eran taxativas en esta materia, pues con toda precisión prohibían la aceptación de parroquias o doctrinas2. Además, en tierras americanas, por normativa del Patronato, los párrocos quedaban sujetos a la jurisdicción del obispo y previamente debían ser presentados los candidatos a las autoridades civiles. Sin embargo, los apremios a que sometían
Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, 4 vols., t. II (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1957), 179.
Ignacio Iparraguirre, Cándido de Dalmases y Manuel Ruiz Jurado, Obras de San Ignacio de Loyola (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1991), 534 [324]: “en los Colegios de la Compañía no debe admitirse cura de almas […] que mucho distraigan del estudio […] ni en las Casas o iglesias de la Compañía profesa”.
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las realidades de un nuevo mundo emergente obligaron a las autoridades romanas a flexibilizar la legislación para los espacios colombinos3. En el caso concreto del Nuevo Reino, el P. Claudio Aquaviva aceptó la doctrina indígena de Cajicá (1605-1615) con una Instrucción detallada del modo y condiciones que debían aplicarse4. El segundo proceso lo normaba el Patronato Regio y las Leyes de Indias (1565) y por ello establecía: “Por derecho y antigua costumbre y justos títulos y concesiones apostólicas, somos patronos de todas las iglesias catedrales destos Reinos, y nos pertenece la presentación de los arzobispados y obispados y prelacías y abadías consistoriales destos Reinos, aunque vaquen en Corte de Roma”5. Y las Leyes de Indias irían perfilando cada día más la interrelación entre la Iglesia y el Estado. En el tema que nos ocupa, el obispo debía proponer a los párrocos al representante real, que en el Nuevo Reino fue primero el presidente y después el virrey. Con el objeto de poder comprender el problema de los nombramientos para el curato de Honda de los dos jesuitas, es necesario dejar sentado que se daban entre los moradores de la población del río Gualí dos acciones paralelas: una a favor de los ignacianos que se dirigían a misionar las poblaciones antioqueñas y la segunda, que alegaba los derechos de los clérigos para asumir la dirección espiritual del curato. Pero en el fondo de estas opciones se movían varias corrientes subterráneas, entre las que podemos señalar: por una parte, los supuestos derechos adquiridos por sacerdotes diocesanos y, por otra, la interinidad de los religiosos en los curatos de españoles. Mas, en última instancia, también se daban las exigencias de los intereses creados. Entre quienes dirigían la proposición pro jesuítica se encontraban el capitán Martín de Ocampo, corregidor de Mariquita; el capitán Ruiz Díaz de Aguilar, juez de canoas; Juan Rodríguez de Berrío, juez del puerto amén de otros vecinos. Dadas las persistentes presiones de los habitantes de la población, y como los expedicionarios no estaban facultados para tomar ese tipo de decisión, optaron por enviar al P. Vicente Imperial a Santafé para que expusiera tal planteamiento ante el provincial, que era el P. Florián de Ayerbe. En Guaduas se encontró el enviado con el presidente del Nuevo Reino, don Juan de Borja6, quien, al conocer las cartas de los habitantes de Honda, manifestó su complacencia con el proyecto. Con tales avales se presentó el P. Imperial, primero ante las autoridades jesuíticas en Bogotá y,
Antonio de Egaña, Monumenta Peruana, I (1565-1575) (Roma: Monumenta Historica Societatis Iesu, 1954), 214-215. Carta del General Francisco de Borja al P. Ruiz del Portillo. Roma, 3 de octubre de 1568.
En Juan Manuel Pacheco, Los Jesuitas en Colombia, 3 vols., t. I (Bogotá, 1959-1989), 309-310.
Nueva Recopilación de las Leyes de Indias (1565). Ley 1, título VI, libro I.
Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 399-401.
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después de completar el expediente, ante el arzobispo don Fernando Arias de Ugarte7, que se encontraba de visita pastoral en Tunja y de inmediato aprobó tales peticiones8. Pero también había un grupo opositor que rechazaba la presencia de los ignacianos, y así se dirigieron sus miembros al arzobispo “suplicándole no diese la doctrina a religiosos de la Compañía, y diciéndole que no los habían de recibir, y como muchos de ellos no conocían el bien que les venía y por otra parte habían escrito en favor de algunos clérigos que pretendían la doctrina, fácilmente vinieron en la contradicción”9. El arzobispo Arias de Ugarte remitió una terna de candidatos jesuitas para que el presidente, que se encontraba en Mariquita, procediera al nombramiento, tal como lo exigía el Real Patronato. Habiéndose enterado de esta acción, el grupo opositor se trasladó a dialogar con el presidente Juan de Borja. Este, “viendo que ninguna era razón porque ninguna tenía fundamento, las deshizo todas con mucha facilidad […] hizo de repente un panegírico elocuente de la Compañía y el epílogo fue nombrar al padre de Osat10 por cura y puso pena de quinientos pesos al que lo contradijese”11. Como es de suponer, tales inicios auguraban horizontes oscuros y controversiales. Así pues señalaremos las siguientes etapas. Primera etapa: proceso fundacional (1620-1627) En agosto del mismo año 1620 recibían el nombramiento de párrocos los dos jesuitas viajeros12. La primera fase del traspaso del curato de Honda a los jesuitas se había cumplido con elocuente rapidez. Las autoridades romanas de la Compañía de Jesús, casi de inmediato, mostraron su buena pro a favor del proyecto y ya en 1621 el general de la Orden, Mucio Vitelleschi, escribía al P. Florián de Ayerbe: “Acertada fue la resolución que se tomó de aceptar la doctrina del puerto de Honda, que haciendo tan extraordinarias diligencias los naturales para que la Compañía les acudiese y teniéndole por bien los prelados eclesiásticos, no convenía retirarnos, pero la aceptación sea ad tempus y no perpetua, que en adelante veremos lo que se deba
7
8
Mercado, Historia de la Provincia, II, 179-180.
Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 396-399.
9
Mercado, Historia de la Provincia, II, 180.
10
Pedro Ossat (c. 1579-1629). Véase José del Rey Fajardo, Biblioteca de escritores jesuitas neogranadinos (Bogotá: Universidad Javeriana, 2006), 525-527.
Mercado, Historia de la Provincia, II, 180.
11
12
Juan Manuel Pacheco aduce varias citas textuales del escrito inédito “Autos del beneficio de Honda” que, al parecer, consultó en la Colección Pastells, t. III, que se encuentra en la Biblioteca de Razón y Fe de Madrid (Los jesuitas en Colombia, I, 180). A pesar de todos nuestros esfuerzos por conseguir este documento, confesamos que han sido estériles.
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hacer”13. El 5 de octubre del mismo año 1621 se reunió la III Congregación Provincial14 y esa corporación aprobó elevar al padre general un postulado para que confirmara la reciente fundación, y añadía: “es un lugar muy a propósito para nuestros ministerios, pues es un puerto muy activo. En un año han sido ya bautizados 300 negros, hasta entonces cristianos solo de nombre pues se les había suministrado mal el bautismo”15. Lamentamos no haber podido ubicar el expediente intitulado “Autos del beneficio de Honda”, pues hubiera podido ser la clave para entender este periodo. Por ello nos limitaremos a transcribir algunas citas que aduce Pacheco en su obra Los jesuitas en Colombia. Por la declaración de un testigo, Juan Gabriel Melo, sabemos que se decía del puerto que este “totalmente se ha trocado, y todos los vecinos están muy gustosos de tenellos [a los jesuitas]”16. Pero más diciente es la carta que dirigió el presidente don Juan de Borja al rey el 26 de junio de 1625 en la que expresaba que los Padres de la Compañía “han hecho mayor aprovechamiento que en ninguna otra parte por la templanza y moderación que han puesto en la vida relajada que allí tenían estos esclavos y algunos indios del ministerio de la boga”17. El 11 de enero de 1625 el arzobispo Arias de Ugarte hacía entrega del curato de Honda, en propiedad, a los jesuitas, a petición del P. Baltasar Mas18. Segunda etapa: las políticas eclesiásticas del arzobispo Julián de Cortázar 19 como germen de los tiempos de conflictos (1627-1631) A partir de 1625 se irían progresivamente imponiendo algunos cambios radicales en las políticas del arzobispado santafereño. El 30 de julio de ese mismo año abandonaba don Hernando Arias de Ugarte la sede de Bogotá a fin de asumir idénticas funciones en Charcas, al ser nombrado su arzobispo por bula del 15 de abril de 162420. El 4 de julio de 1627 entraba en
13
Archivum Romanum Societatis Iesu (ARSI), Provincia Novi Regni et Quiti (N. R. et Q.), 1. Epistolae Generalium, fol. 97. Carta del P. Mucio Vitelleschi a Florián de Ayerbe. Roma, 7 de septiembre de 1621 (en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 181).
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 471-473.
14
ARSI. Congregationes Provinciales, 55, fol. 207. Postulado 8.
15
“Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 182.
Archivo General de Indias (AGI). Santafé, 20. Carta del presidente Juan de Borja al Rey. Santafé, 26 de junio de 1625.
“Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 181-182.
16
17
18
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 401-404; Juan Manuel Pacheco, Historia Eclesiástica. La consolidación de la Iglesia. Siglo XVII, en Historia Extensa de Colombia, vol. 13, t. 2 (Bogotá: Lerner, 1975), 87-91.
19
20
Diego López de Lisboa, “Vida del Ilustrísimo señor don Hernando Arias de Ugarte”, La Iglesia 41 (1947): 216.
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la capital del Nuevo Reino el nuevo arzobispo don Julián de Cortázar21. No tendría que transcurrir mucho tiempo para manifestar su animadversión hacia los jesuitas. A los cuatro meses de estancia en su diócesis iniciaba el Sr. Cortázar su acción para despojar a la Compañía de Jesús de todos los curatos que les había encomendado su antecesor22. Pero en su política eclesiástica asumiría dos actitudes distintas: una, antes de la muerte del presidente Borja, envuelta en cierto tipo de respeto ante las autoridades civiles; y otra, violenta y dictatorial, tras el deceso del mandatario neogranadino. El 12 de febrero de 1628 fallecía el Presidente Juan de Borja23 y a partir de esa fecha el arzobispo Cortázar podía proceder libremente a llevar a cabo sus propósitos. Hay que reconocer que existió una corriente entre algunos obispos americanos de sustituir en las doctrinas a los religiosos y en su lugar ir poniendo a los clérigos seculares, y ello generó un antagonismo real entre los miembros de las órdenes religiosas y los clérigos que dependían directamente del obispo. En este sentido, es bueno resaltar el estado de pobreza en que vivían muchos sacerdotes neogranadinos. En un informe del fiscal, de junio de 1625, se recogen datos muy interesantes para la demografía eclesiástica. En el Nuevo Reino, dice el documento, hay 216 beneficios y 130 los sirven clérigos y 78 las órdenes de San Francisco, Santo Domingo y San Agustín y solo 8 los de la Compañía de Jesús. En el distrito de Tunja hay 65 beneficios, 36 servidos por clérigos, 14 por religiosos y 5 por los jesuitas. De los 72 clérigos presbíteros que residen en el distrito, 43 están ocupados en beneficios de españoles e indios y los 29 restantes sirven personalmente capellanías24. A fin de poder visualizar un cuadro de las doctrinas de indios regentadas por los jesuitas entre 1605 y 1661, ofrecemos los siguientes datos: Cajicá fue recibida en 1605 y entregada al clero secular en 161525; Fontibón fue recibida en 1608 y permaneció en propiedad de la Compañía hasta la expulsión de 176726; Duitama, recibida en 1615 y permutada por Tópaga en 163627; Tunjuelo, recibida hacia 1618 y entregada en 164928; Santa Ana, recibida en 1624 y entregada hacia 165629; Tópaga, recibida en 1636 y per-
AGI. Santafé, 20. Carta del Presidente Borja al Rey. Santafé, 5 de julio de 1627.
21
Véase Pacheco, Historia Eclesiástica, vol. XIII, t. 2, 89-90.
Juan Flórez de Ocariz, Genealogías del Nuevo Reino de Granada, t. I (Madrid, 1674), 256.
22 23 24
AGI. Santafé, 245. “Autos hechos por el Arzobispo de Santa Fe sobre el beneficio de Chita”. Petición del Fiscal.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 306-311.
25
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 311-316.
26
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 316-320.
27
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 320-322.
28
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 322-328.
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mutada por la de Pauto en 166130. La doctrina de Honda era de españoles y su historia la estamos siguiendo en este capítulo. La enemistad del arzobispo Cortázar contra los jesuitas neogranadinos fue tal que el propio provincial del Nuevo Reino, P. Luis de Santillán, se veía en la obligación de representar ante el rey, en carta del 2 de julio de 1629, lo siguiente: Procura desacreditarnos con V. M. y con sus Consejos y con el Papa, haciendo informaciones secretas (sin citación de partes ni jurisdicción que tenga para ello) de nuestras haciendas, de nuestro modo de vivir, doctrinar y enseñar a los indios, para las cuales llama émulos de la Compañía, y cuando echa de ver por su declaración que no lo son, los desecha como desechó a don Juan de Zea, vecino morador de Santafé; las cuales informaciones, si se hicieran como conviene, con rectitud y verdad, antes fueran para corona de la Compañía que para su descrédito, como se ve que pretende31.
La primera acción que asumió el arzobispo Cortázar en 1627 fue la de tratar de despojar únicamente a los jesuitas de todas sus doctrinas. En carta al soberano del 27 de noviembre de 1627, representaba: “Aunque yo lo pudiera haber hecho poniendo edictos para que se opusieran los clérigos, por la mano poderosa que tienen los dichos padres con los que mandan y evitar inconvenientes que por esto pueden resultar, no he querido sino acudir a V. M.”32. Sin embargo, tras el deceso del presidente Juan de Borja entró de lleno en acción el polémico arzobispo y en febrero de 1628 “se quitó la máscara y dijo: Ahora haré lo que tengo determinado, ya que murió a quien tenía respeto”33. La cronología de las acciones del arzobispo santafereño es la siguiente: ya el 3 de noviembre del año 1627 le escribía al rey, cuatro meses después de su llegada, que el curato de Honda que “es el mejor del arzobispado” debía devolverse a los clérigos34. Y el 27 de noviembre del mismo año Pacheco, Los jesuitas en Colombia, II, 352-353.
30
AGI. Santafé, 245. Carta del P. Santillán al Rey. Cartagena, 2 de julio de 1629. En la misma carta baja a detalles como “que mientras fuere arzobispo que no nos ha de faltar cruz, porque somos de los que han de entrar per angustam portam, y otras muchas cosas que dice en que muestra la antipatía que tiene con nuestra religión, con lo cual se nos atreven muchos de sus clérigos a tratarnos mal, y a uno de ellos que había de predicar en su presencia en Tunja un día de San Pedro apóstol le dijo: Démele a los padres en el sermón una buena vuelta; otros nos ponen pleitos injustos acerca de las cofradías que están en nuestras iglesias y hacen otras vejaciones. Ha amenazado que si la Audiencia declara que la causa de Honda le pertenece, que ha de desenvainar –son palabras suyas formales– y poner el pecho a todo cuanto pudiere, cueste lo que costare”.
31
AGI. Santafé, 226.
32
AGI. Santafé, 245. Carta del P. Luis de Santillán al Rey. Cartagena, 2 de julio de 1629.
33
AGI. Santafé, 245. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santafé, 3 de noviembre de 1627.
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realizaba idéntica petición sobre la doctrina de Fontibón, “la mejor del arzobispado”35. El 10 de enero de 1628 le tocaba el turno a las doctrinas de Chita, Támara, Pauto y Morcote36 y el 20 del mismo mes ampliaba su solicitud a las doctrinas mineras de Santa Ana y Las Lajas, reiterando su criterio de entregarlas a los clérigos “habiendo tantos y tan suficientes, muchos de ellos graduados y los más hijos y nietos de los conquistadores, que ganaron esta tierra, [y] que es lástima verlos tan pobres y necesitados”37. Como pensamos que esta política de don Julián de Cortázar debe ser estudiada con cuidado, dividiremos la explicación en dos fases. En la primera haremos alusión a las doctrinas del balcón andino próximo a los Llanos de Casanare y en la segunda nos referiremos al caso específico de Honda. Para Chita y sus alrededores seguiremos los Autos levantados para tal efecto. Múltiples problemas iba a provocar la presencia jesuítica en la región chitense. El clero de Tunja había manifestado su oposición, desde el primer momento, a la decisión del arzobispo Arias de Ugarte de entregar a los ignacianos estas parroquias de indios. Sin lugar a dudas la actitud de los eclesiásticos tunjanos era principista. El nombramiento del jesuita Jerónimo de Tolosa lo consideraban “contra todo derecho” porque constituía un despojo, ya que ellos eran los “hijos patrimoniales de este arzobispado”38. El beneficio de Chita, desde su fundación, “ha sido y es perteneciente al clero”39, pues desde la conquista “se señaló a los presbíteros seculares el de Chita [...] y los demás en cuya posesión han estado hasta hoy”40. A lo largo del alegato van apareciendo los argumentos reales. Por una parte, hay muchos seculares, “muy hábiles y virtuosos, suficientes para servir los beneficios así de españoles e indios como para obtener cualesquiera prebendas y dignidades”41; por otra, dicen que “en este dicho Reino hay más de ciento y cincuenta clérigos presbíteros beneméritos, hijos patrimoniales que no tienen ocupación ninguna antes viven muy pobres y necesitados”42. Este antagonismo entre el clero secular y regular fue frecuente a lo largo de toda la Colonia y en definitiva era el obispo quien jugaba papel decisivo en la solución de la antinomia, pues en conciencia se veía precisado a escoger entre un principio de política eclesiástica y una exigencia moral. A esto se unía otro problema serio, como era el de la autonomía de las órdenes religiosas en lo que, en términos de derecho canónico, se AGI. Santafé, 226. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santafé, 27 de noviembre de 1627.
35
AGI. Santafé, 245. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santafé, 10 de enero de 1628.
36
AGI. Santafé, 245. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santafé, 20 de enero de 1628.
37
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 4.
38
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 4v.
39
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 10v.
40
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 4v.
41
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fols. 11v.
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denomina “exención”. Y un punto álgido en este conflicto de derechos lo constituía la visita del obispo a las parroquias o doctrinas de indios regidas por religiosos. En una real cédula de 22 de junio de 1624 reconocía el monarca español la complejidad del problema y declaraba la forma como los arzobispos y obispos de la Nueva España podían visitar a los religiosos doctrineros: He tenido por bien de resolver y mandar, como por la presente mando, que por ahora y mientras yo no mandare otra cosa las dichas doctrinas queden y se continúen en los religiosos como hasta aquí sin que por ninguna vía se ignove (sic) en esta parte. Y que el poner y remover los religiosos curas todas las veces que fuere necesario se haga por mi virrey y de aquellas provincias en mi nombre guardando en estos nombramientos y promociones la forma con las calidades y circunstancias que se hace en los Reynos del Perú. Y de otra manera es mi voluntad no sean admitidos al ejercicio ni servicio de las dichas doctrinas ni se les acuda con los emolumentos de ellos y asimismo mando que el arzobispo y obispos de aquellas provincias puedan visitar a los dichos religiosos en lo tocante al ministerio de curas y no en más, visitando las iglesias, sacramentos, crisma, cofradías, limosnas de ellas y todo lo que tocare a la mera administración de los santos sacramentos y dicho ministerio de cura [...]. Y porque los dichos religiosos en cuanto a la jurisdicción no pretendan adquirir derecho para la perpetuidad de las dichas doctrinas ni que por lo dicho se derogue la jurisdicción ordinaria en los casos que conforme a derecho y el santo concilio de Trento les toca conocer a los prelados de las causas de los religiosos se ha de entender y entienda sin perjuicio de la jurisdicción ordinaria y del derecho de mi patronazgo real43.
El 10 de enero de 1628 volvía a dirigirse el arzobispo santafereño al monarca español para remitir los autos que se habían levantado por los clérigos contrarios a los jesuitas y para saber lo que debía “hacer en este particular, porque en el ínterin estarán las cosas en el estado presente por evitar inconvenientes”. Dos observaciones creemos deben notarse en esta carta. La primera, que don Fernando Arias de Ugarte había quitado las doctrinas de Pauto, Chita, Támara y Morcote contra lo estipulado por el Real Patronato y Reales Cédulas; y segundo, que este acto conspiraba contra los clérigos “hijos y nietos de conquistadores, que hay muchos y muy capaces y suficientes, paupérrimos y sin ocupación ninguna de beneficio ni otra renta eclesiástica”44. No creemos que en Madrid satisficiera la forma de tratar a su antecesor en la mitra santafereña quien llegaría a ocupar la sede de Lima. Mas el 18 de junio entregaba su alma al Creador
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 17v-18.
43
AGI. Santafé, 245. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santa Fe, 10 de enero de 1628.
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el P. Gonzalo Martín y tres días más tarde, el día 21, el P. Tolosa procedía a tomar posesión del curato45. El 27 de junio el arzobispo santafereño revocaba el nombramiento del P. Tolosa, llamaba a concurso para esa parroquia y mandaba en el interregno de cuatro meses al P. Alonso Martín, párroco de Gámeza, como cura interino de Chita46. Al presentarse el 9 de julio en la mencionada localidad el P. Alonso Martín, con el nombramiento otorgado por D. Julián de Cortázar, y al apelar el P. Tolosa la decisión de la mitra santafereña47, se inicia, de facto, el lamentable hecho histórico que recogen los autos tantas veces citados. Los argumentos del P. Tolosa, que se reiterarán a lo largo del proceso, se reducen a que él fue nombrado de acuerdo con las normas del Real Patronato, es decir, por el arzobispo y por el patrono y por ello solicita el 10 de julio una real provisión para ser amparado48. El 21 de julio la Real Audiencia acogía la petición del jesuita y ordenaba que no se innovara nada hasta que la Audiencia proveyere “lo que convenga”49. El 17 de julio nombraba el arzobispo al licenciado Francisco Vaz de Resende, visitador general del arzobispado, y le confería “comisión particular” para dar posesión del curato al P. Alonso Martín50. Quizá lo más llamativo de todo el proceso sea el enfrentamiento entre el visitador y el párroco de Chita. Nunca el autoritarismo sin razón puede generar justicia y más en el terreno de la jurisdicción eclesiástica, donde, por una parte, el respeto a la ley va vinculado al cumplimiento de la voluntad de Dios y, por otra, el abuso de poder es doblemente reprobable, pues la autoridad asume violentamente el lugar de Dios. El 30 de julio notificaba el escribano Simón Monsalve en Villa de Leyva al señor arzobispo la provisión de la Real Audiencia de 24 de julio en la que se mandaba que no se innovara nada en el curato de Chita hasta que la Real Audiencia proveyera. El señor Cortázar, después de obedecerla, dijo que esta provisión había sido “ganada con siniestra Relación” y que el beneficio de Chita estaba legítimamente vaco por el fallecimiento del P. Gonzalo Martín51. El 31 de julio, Baz de Resende manda descerrajar las
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 24: Acta de toma de posesión.
45
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fols. 8-8v. El decreto del Señor Cortázar, fols. 8v-9.
46
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 1v.
47
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fols. 1v-3.
48
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 3v.
49
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 61-61v.
50
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita. Cuando el 4 de agosto le comunican en Chita la misma provisión a Vaz de Resende, contesta no ser con él sino con el arzobispo y el P. Alonso Martín.
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puertas de la iglesia52 ante la protesta de los indígenas de Chita, que no querían el cambio de cura. De este supuesto motín sacó parte el corregidor para encarcelar a cuatro de ellos53, mas el 9 de septiembre la Audiencia mandaba dejarlos en libertad54 y demostraba con ello su inocencia. En medio de esta contienda legal, el P. Sebastián Murillo, en nombre de la Compañía de Jesús, el día 17 de agosto hacía dejación, ante la Audiencia, de todas las doctrinas llaneras mediante un documento razonado55. En virtud de esta resolución procedió el prelado santafereño a designar como cura de Chita al Dr. Pedro Guillén de Arce “clérigo muy docto, benemérito y de conocida virtud”56, quien tomó posesión de la Parroquia el 20 de noviembre de 162857. El 30 de enero de 1629 escribía al rey el P. Baltasar Mas Burgués: y estando en quieta y pacífica posesión, el arzobispo que al presente es, don Julián de Cortázar, del dicho Reino, ha intentado quitarla a los dichos religiosos de la Compañía de Jesús y escribe sobre esto a V. M. dando algunas causas que todas ellas, por ser mal informado, no están ajustadas con la verdad y por ser tan grandes y continuas las vejaciones y molestias que los dichos religiosos recibían por parte de el dicho arzobispo y sus ministros hicieron libre y espontánea dejación de las dichas doctrinas, la cual no quiso admitir la dicha audiencia constándole como le constaba la violencia y agravio que se hacía no solo a los indios sino también a los dichos religiosos que con tan grande celo y fruto en ellas, remitiendo la última resolución deste a V. M. para que siendo informado de la verdad ordene lo que más convenga al servicio de Dios y de V. M.58.
El 25 de enero de 1631 resolvió el Consejo de Indias aprobar los nombramientos realizados por el arzobispo Cortázar, pero le ordenó dejar en paz a los jesuitas en las demás doctrinas59. De esta suerte concluía la estancia jesuítica en esta parte del balcón andino del Nuevo Reino, que había durado del 26 de enero de 1625 al 20 de noviembre de 1628. El 27 de octubre de 1632, relataba la Real Audiencia al rey su visión del cuatrienio jesuítico: con mucho trabajo suyo y fruto de aquellas almas, que hallaron tan remotas como antes de su conquista, sin saber lo común, ni el nombre de Dios, ni de Jesucristo, ni haberse jamás confesado sino es cual y cual que sabía algo de la lengua española. Hicieron luego los Padres catecismos en
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 28v.
52
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 37-37v.
53
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 72-72v.
54
AGI. Santafé, 245. Autos hechos en la Real Audiencia sobre el beneficio de Chita, fol. 33v-36.
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AGI. Santafé, 245. Carta del Arzobispo Cortázar al Rey. 10 de noviembre de 1628.
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57
Martín Amaya Roldán, Historia de Chita (Tunja, 1930), 31-32.
AGI. Santafé, 245. Carta del P. Baltasar Mas al Rey. Santa Fe, 30 de enero de 1629.
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AGI. Santafé, 245. Decreto del 25 de enero de 1631.
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aquellas lenguas, y con la enseñanza y predicación continua en ella se iban reduciendo al conocimiento del verdadero Dios. Bautizaron muchos infieles que vivían entre los cristianos y de estos rebautizaron mucho número que habían sido inválidamente bautizados, sin haber entendido lo que recibían. Hicieron muchos matrimonios y revalidaron otros muchos que hallaron ser nulos. Ibanse ya aquellos bárbaros reduciendo a pueblos formados y dejando sus idolatrías, supersticiones y costumbres bárbaras, y no contentos los dichos religiosos de cultivar los indios ya conquistados iban agregando por buenos medios muchos infieles y gente de guerra60.
Pero es interesante ver la reacción de las partes después que se finiquitó el conflicto. El 10 de noviembre de 1628 le explicaba el arzobispo santafereño al monarca español las razones y motivos de su actuación. Fundamentaba su argumentación en los derechos patrimoniales del clero secular y, por ende, en la idea de restituir al clero lo que le perteneciera. Pasaba después el prelado a narrar los hechos posteriores a la muerte del P. Gonzalo Martín: puse edictos al dicho beneficio para que conforme a él se proveyese en clérigos, y envié uno que en el ínterin lo hiciese; el dicho religioso no le quiso admitir diciendo [que] le pertenecía la propiedad sin más fundamento que el haber sido coadjutor del difunto, causando en el modo que con él tuvo notable escándalo y aunque para obviarlo cometí el dar la posesión al dicho clérigo, Licenciado Francisco Vaz de Resende mi Visitador general, que a solo este efecto fue aquella Provincia no le tuvo, antes resultó mayor inconveniente porque habiéndole recibido los indios con general aplauso, otro día instados y persuadidos del dicho Religioso de mano armada con alboroto y voces le quisieron poner manos violentas y lo hicieran y aun correría peligro la vida del Visitador si no fuera defendido de algunos españoles que se hallaron presentes y del corregidor de aquel partido a quien perdieron el respeto y quebraron la vara de la Real Justicia que en la mano traía. Y aunque pudiera ser delito cometido contra persona eclesiástica tratar de su castigo no lo hice por estar pendiente en V. Real Audiencia donde el corregidor remitió la información que cerca desto hizo y se presentó otra del Visitador [...] y siempre el dicho religioso resistió con menos modestia de la que requiere su hábito y profesión el entregar las llaves y bienes de la Iglesia al clérigo [...]. Y aunque la principal causa (que a primera vista parece piadosa y justificada) con que los religiosos se defendieron y defienden para quedarse en este beneficio sin más acción que la de la coadjutoría, es el celo que representan de la salvación de aquellos naturales; lo cierto es que la de la comodidad que allí tienen para el aumento y sustento de su comunidad les es muy a propósito y que sin ella en otras partes deste arzobispado hay más ocasión de mostrar su celo de más de que no constará que el tiempo que administraron aquellas AGI. Santafé, 21. Carta de la Real Audiencia al Rey, 27 de octubre de 1632.
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doctrinas hayan hecho más fruto que el que hicieron los clérigos que la tuvieron, que todos fueron declarados por buenos doctrinantes por mi antecesor en la visita personal que hizo de dellos61.
El 7 de julio de 1628 había ordenado el arzobispo Cortázar que se levantara información sobre el fruto que habían hecho los clérigos en la doctrina de Chita y el que hacían los jesuitas. En aquel entonces y en aquellos lugares, al igual que hoy, se deben examinar con cuidado todo tipo de informaciones, pues en su mayoría tienen el peligro de ser tendenciosas. Una vez más el dominio de la justicia basado en la falsedad, en la mentira o en la verdad a medias hacía que los poderosos manejaran la situación a su antojo. En la mencionada información los testigos seleccionados alababan la acción de los clérigos y todos insistían en que los jesuitas no dejaban “a persona alguna rescatar entre los indios ninguna pieza”62. Ahí radicaba uno de los problemas con el que los jesuitas nunca pudieron pactar. El segundo núcleo de investigación se centraba en el hecho de si los jesuitas negociaban con los indios63. La acusación se concentraba en que tener “tratos y granjerías, trayendo para esto cantidad de camisetas y mantas” y ello lo fundamentaban en el dicho de personas que les eran mal afectas: “porque contradecimos y no damos lugar a que hagan agravios e injusticias a estos desventurados indios en orden a sus granjerías y aprovechamientos ilícitos e injustos”64. Al enterarse los misioneros jesuitas de las acusaciones, redactaron un documento comunitario que remitieron a la Real Audiencia el día 6 de septiembre65 en el que se defendieron y explicaron el género de vida que ellos llevaban. Al parecer las acusaciones de tratos y contratos estaban dirigidas contra el P. José Dadey y, según el P. Tolosa, eran calumnias, “a las cuales el Padre si fuere menester responderá, y no faltan personas desapasionadas [...] que vuelvan por la verdad”66. En la carta comunitaria escrita por los misioneros, responden directamente a las acusaciones y admiten que han vendido camisetas y mantas y con ellas han “comprado algunas cosas necesarias para el sustento” y otras para “vestir a los muchachos que nos sirven [...] y a desnudos necesitados”. Pero la razón fundamental de su actitud es que en esas tierras no hay oro, ni plata “y que la moneda
61
AGI. Santafé, 245. Carta de don Julián de Cortázar al Rey. Santa Fe, 10 de noviembre de 1628.
AGI. Santafé, 235. Información arzobispal en Chita.
62
63
Puede verse una síntesis en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 384-385.
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90.
64
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90.
65
66
Carta del P. Gerónimo de Tolosa al P. Luis de Santillán. Pamplona, 12 de marzo de 1629; transcrita en Juan Rivero, “Historia de las misiones de los llanos de Casanare y san Martín (inédita)”, 65-66.
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corriente son camisetas de lana, mantas, cuchillos, etc.” que se traían del Reino. Completa el mundo de las ventas con lo que podían ofertar los indios: “cera negra, miel de abejas, ovillos de hilo de algodón, alguna fruta, algún pollo o gallina”. Pero el mayor provecho lo obtenían los españoles que mandaban y consistía en “hacer hilar cargas de algodón, tejer cantidad de mantas y lienzo, sacar mucho hilo, hacer tinta de añil, hacer calcetas, rescatar muchachos y chinas infieles, hacer en verano grandes pesquerías, allegar arrobas de cera, sacar fique, etc”67. Y añaden los misioneros: “y finalmente no siendo personas temerosas de Dios y de buena conciencia pueden hacer destos desventurados alto y bajo como quisieren y tratarlos peor que esclavos, porque no tienen más resistencia que esconderse en los arcabucos”68. También dejan sentado que el estilo utilizado por los jesuitas “es pagar al que vende a su satisfacción y no ocupar indios ni indias en otra cosa alguna si no es enviando alguno de una parte a otra en lo necesario para nuestra comunicación, pagándoselo”69. Como contraparte, un grupo de vecinos de Chita certificaba el 21 de septiembre de 1628 que el P. Miguel Gerónimo Tolosa, en los tres años y medio que ha ejercitado el oficio de cura, ha procedido con mucha edificación, acudiendo al bien espiritual y temporal de los indios, enseñando todos los días a los niños a rezar y la doctrina cristiana, y predicando e los indios e indias todos los domingos y días de fiesta, enseñándoles el catecismo, acudiendo a los enfermos así del pueblo de Chita como de sus anejos, sin que se la hayan muerto sin los sacramentos. Los indios van cobrando conocimiento y estima de las cosas de Dios, comulgando con edificación de todos. Así indios como españoles se han animado a adornar la iglesia haciendo un sagrario dorado muy bueno, una custodia, incensario de plata, un palio de damasco y un cáliz y vinajeras de plata. Los indios tienen gran amor al Padre por saber su lengua y acudir con caridad a sus necesidades. Por esto tienen gran sentimiento de que se trate salga de Chita70.
De igual forma entabló el señor Cortázar el proceso para llevar a cabo en Honda la salida de los jesuitas. La estructura de las acusaciones mantiene prácticamente un libreto similar al anterior y por ello evitaremos hacer referencia a situaciones análogas. A través del procurador del clero, Jerónimo de San Miguel, se presentaron todas las denuncias contra los seguidores de Ignacio de Loyola. El encomendero Sebastián Pretel acusaba
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90.
67
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90-90v.
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ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90v.
69
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 91. Y en el fol. 93 reposa un testimonio similar en favor del P. Diego de Acuña. Morcote, 16 de agosto de 1628.
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al P. José Alitrán de cobrar mayores estipendios de los debidos71. Posteriormente, en unión de varios empresarios de la navegación de canoas por el río Magdalena solicitaron el nombramiento de un cura para los españoles y negros de la población, pero que fuera clérigo e hijo patrimonial de la región y que, en caso de que debieran permanecer los ignacianos, se les podía asignar la doctrina de indios, ya que tenían prohibido ser curas de españoles y negros72. Pero también se alzaron otras voces en contra del grupo acusador. En un Informe expresan los inconvenientes de nombrar otro párroco para los españoles73. Sus razones eran las siguientes. Los jesuitas se bastan para atender a la parroquia y, en caso de necesidad, el provincial señalaría las ayudas convenientes. La presencia de otro párroco conllevaría no solo conflictos de jurisdicción, sino también económicos, pues la parroquia no estaba en capacidad de esas erogaciones. Además, no todos los que habían firmado en apoyo a Sebastián Pretel lo mantenían, pues se sentían engañados por sus estratagemas, ya que pretendía que “sintiesen con él en odio a los Padres de la Compañía, a quienes tiene aversión injusta”74. Sin embargo, por otra parte, el provincial de los jesuitas, Luis de Santillán, escribía al rey el 2 de julio de 1629 denunciando la forma de proceder del prelado. Era el propio mitrado quien fomentaba la redacción de todas las denuncias e incluso, en Santafé, había mandado llamar a su casa “a todo el clero para que pusiese la demanda por esta y las demás doctrinas, y que todos diesen un tanto para las costas, de manera que el secretario obligaba a que firmasen la contribución diciendo: firmarla o irse a la cárcel; haciendo el arzobispo oficio de fiscal y solicitador de esta causa, incitando y moviendo”75. En este orden de cosas, los jesuitas acudieron a la Real Audiencia y este tribunal, tomando como base sus derechos de patronato, reclamó para sí el conocimiento de la causa76. La Audiencia informaba a la corona cómo el arzobispo había obligado a la Compañía a renunciar a los curatos que tenía en Chita y sus alrededores y ahora pretendía hacer lo mismo con el curato de Honda. Justificaba el fiscal su argumentación con un criterio netamente jurídico: que el arzobispo de forma unilateral no podía “quitar ni alterar, pidiendo se retuviese la causa en esta real audiencia, a la cual, por ser causa de patronazgo, pertenecía el conocimiento”. Y por esta razón
“Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 183.
“Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 183.
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El Informe venía firmado por Antonio Sotelo Salgado, Juan Copa de Lago, Rui Díaz de Aguilar, Francisco de Uriarte, Antonio Mosquera Ulloa, Domingo Márquez y otros.
73
74
“Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco. Los jesuitas en Colombia, I, 183.
AGI. Santafé, 245. Carta del P. Luis de Santillán al Rey. Santafé, 2 de julio de 1629.
75
AGI. Santafé, 245. Carta de la Real Audiencia al Rey. Santafé, 26 de junio de 1629.
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la causa estaba suspensa desde hacía unos meses, a pesar de que el mitrado publicó que se había de “quitar a los dichos Padres todas las doctrinas que tienen y darlas a clérigos”. En consecuencia, opina el fiscal que “le parece ser cosa muy justa y conveniente que los dichos Padres de la Compañía se conserven en las dichas doctrinas que al presente tienen y que V. M. mande vuelvan a servir las dichas cuatro doctrinas de Chita”77. El Consejo de Indias, en su reunión del 25 de enero de 1631, decidió que “en cuanto a las dichas doctrinas que hoy poseen los Padres de la Compañía de Jesús por ahora no se haga novedad, entre tanto que el Consejo no mande otra cosa”78. Cuando esta determinación llegó a Santafé, ya el arzobispo Julián de Cortázar había fallecido el 21 de octubre de 163079. La Real Audiencia, al notificar al rey el deceso del mitrado, lamentaba que “faltó un prelado de condición afable y de natural inclinado a la paz y concordia”80. Con esto, tras estas primeras tormentas, se entró en un periodo de tranquilidad, pues no conocemos ningún signo evidente de turbulencia durante los años 1631-1644. Tercera etapa: el arzobispo Cristóbal de Torres y la entrega del curato al clero secular (1644-1654) 81 El arzobispo Cristóbal de Torres gobernó la arquidiócesis de 1635 a 165482. Al principio fueron cordiales las relaciones entre el nuevo arzobispo y los seguidores de Ignacio de Loyola y así lo reconocían estos últimos en una carta laudatoria remitida al monarca español el 15 de agosto de 164383. Sin embargo, sería el curato de Honda el que provocaría las desavenencias entre el prelado santafereño y los jesuitas. Varias fueron las causas que motivaron esta decisión. En primer lugar, la población sita junto al río Gualí se había desarrollado de tal manera que en 1643 el rey Felipe IV la elevó a la categoría de villa y, en consecuencia, se independizaba de la jurisdicción de Mariquita y adquiría por esa concesión jurisdicción civil y criminal propia84. AGI. Santafé, 245. Carta de la Real Audiencia al Rey. Santafé, 26 de junio de 1629.
77
AGI. Santafé, 245. Auto del Consejo de 25 de enero de 1631.
78
AGI. Santafé, 26. Informe de los oficiales de la Real Hacienda. Alonso Garzón de Tahuste, “Verdadera relación de la sucesión de los ilustrísimos señores arzobispos de esta metrópoli”, Boletín de Historia y Antigüedades 6 (1911): 638.
79
AGI. Santafé, 21. Carta de la Audiencia al Rey. Santafé, 5 de julio de 1631.
80
81
Seguimos aquí el estudio de Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 186-187.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 404-406; Historia eclesiástica, vol. XIII, t. 2, 115-143.
82
AGI. Santafé, 8. Carta de los PP. Juan Manuel, Francisco Varáiz y Jerónimo Escobar al Rey. Santafé, 15 de agosto de 1643. El texto puede verse en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 405.
83
84
Santiago Montoto, Nobiliario de Reinos, Ciudades y Villas de la América Española (Madrid: Compañía Ibero-americana de Publicaciones, 1928), 85-87; Roberto Velandia, La villa de San
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Pero, ya a las inmediatas, sería de nuevo el grupo hostil a los jesuitas quien movería los hilos de la intriga. Y de esta manera procedió el mitrado a actuar bajo el concepto de que los jesuitas no eran párrocos de españoles, sino de indios. Y así, en noviembre de 1644, nombraba párroco de Honda a Francisco Sotelo, antiguo alumno de San Bartolomé85 y en abril de 1647 lo sustituía el maestro Bartolomé Jijón86. La controversia llegó a tal grado que el movimiento opositor pretendió apoderarse de la iglesia incluso utilizando los medios violentos, pero los ignacianos probaron que toda la construcción se había llevado a cabo “a expensas del colegio de Honda”87. Los jesuitas recurrieron al Consejo de Indias y este emitió una real cédula en 1645 a favor de los de Loyola, pero el arzobispo se negó a dar cumplimiento al mandato real. Gracias a un escrito del P. Esteban Arrótegui88, fechado el 30 de noviembre de 1646, podemos conocer los primeros pasos de esta etapa. Fray Cristóbal alegaba dos argumentos en defensa de su posición: uno, que la Compañía solo deseaba permanecer en Honda por codicia e interés, pues, si su norte hubiera sido el bien de las almas, no hubiera renunciado a la doctrina de Tunjuelo, y dos, que el arzobispo no podía dar a los religiosos jurisdicción sobre españoles. El catedrático de la Universidad Javeriana respondía a ambas requisitorias diciendo que la causa de haber abandonado Tunjuelo obedecía al hecho de haber quedado solo 20 indios que bien podían agregarse a la doctrina de Fontibón. En cuanto al segundo punto, alegaba que nada impedía a los religiosos ser curas de españoles y que, si existía alguna real cédula en contrario, el rey podía dispensar por el bien de las almas. Pero el jerarca santafereño se mantuvo en sus trece y amenazó con retirarse de la diócesis si el presidente y los oidores le obligaban a ello89. Ante esta situación estacionaria, los jesuitas apelaron de nuevo al Consejo de Indias y así obtuvieron otra real cédula el año 1650 en la que se señalaban los siguientes puntos. En primer lugar, se ordenaba a la Audiencia ejecutar lo mandado y declarar nula la disposición del arzobispo de no poder dar jurisdicción a los religiosos para curatos de españoles. A continuación establecía que la Compañía se conservara en el curato, “por
Bartolomé de Honda, t. I: Épocas de la Conquista y de la Colonia (Bogotá: Kelly, 1989), 157 y ss. ANB. Curas y obispos, 9, fol. 361.
85
86
Mercado desconoce el nombramiento de Francisco Sotelo (Historia de la Provincia, II, 199).
Mercado, Historia de la Provincia, II, 199-200.
87
José del Rey Fajardo, Catedráticos jesuitas de la Javeriana colonial (Bogotá: CEJA, 2002), 39-40.
Archivo de la Antigua Provincia de Quito (APQu). Leg. 3. Puntos que en contrario ofrece su ilustrísima del señor arzobispo para no guardar la cédula de su Majestad a favor de la Compañía. Santafé, noviembre 30 de 1646.
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ahora, sin que se erija curazgo para el clérigo”. De seguidas estatuía el método de presentación de los candidatos, según el cual el presidente elegía entre tres candidatos religiosos, y esto “conforme a mi real patronazgo, y [digo] que el arzobispo quede con el derecho a la visita en los casos que las dichas mis cédulas se dispone, y que se entienda lo mismo en las remociones, para que precediendo el examen y los demás requisitos que se acostumbran, corra la posesión”90. Pero la prudencia llevó a las autoridades neogranadinas a esperar a la muerte del prelado y, tras su deceso, el gobernador del arzobispado, el doctor Lucas Fernández de Piedrahíta, entregó de nuevo el curato a los jesuitas91. Serían las cartas anuas de 1642-1652 las que sintetizarían el problema aquí planteado: No paró en esta la perturbación. Adelantose a más; trataron que no éramos Curas de Españoles; y esforzose tanto esta voz, que para fabricar la comodidad de un discípulo de la Compañía, se puso en ejecución el despojarla de el curato de Españoles, y mestizos. Hubo recurso al Real Consejo de las Indias (que como amparados en nuestra primera entrada, y posesión por el Real Patronazgo, nos fue necesario este recurso). Y aunque la resolución de su Majestad fue cual se debía esperar de su católico celo; mandando (con vista de autos, y noticia de lo acá sucedido) nos dejasen en pacífica posesión de nuestro Curato, sin que se tratase de dividirlo, ó desmembrarlo; sirvió esta Real determinación, para que se conociese la justificación de nuestro derecho, y no para que tuviese la debida ejecución el decreto de Nuestro Católico Rey: Porque como en tierras tan distantes de sus ojos, muchas determinaciones pasadas por últimas en su resolución, se sobreseen acá por sus Ministros en la ejecución. Cuanto mas brevemente se ha podido, se ha dado razón de prolongados años de Paciencia en este Colegio de Honda92.
Cuarta etapa: posesión definitiva del curato de Honda por la Compañía de Jesús (1655-1744) Tras la decisión del Consejo de Indias, la normalidad regresó a la ciudad del río Magdalena, aunque presumimos que, por diversas razones, siempre existió un grupo opositor, como se demostró en el momento de hacer la entrega al patrono real en 1745, fecha en que se dio el paso definitivo
90
AGI. Santafé, 537. Real Cédula de 21 de abril de 1650.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 187.
91
ARSI. Provincia Novi Regni et Quiti. 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a. m. r. p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 19v-20.
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para formalizar la entrega del curato93. En este hecho podemos distinguir tres fases. Primera fase: renuncia oficial al curato por parte de la Compañía El provincial del Nuevo Reino, Ángel María Manca, remite en 1745 una carta al virrey Sebastián de Eslava en la que le expone que “ha muchos años que tiene su religión [la intención] de dejar el curato” y que, por ello, con los debidos permisos, “renuncia y hace dejación ante V. E. como a Vicepatrono del expresado curato”94. A continuación expone las tres razones que motivan tal decisión. En primer lugar, por ser el curato de blancos de Honda el único que tiene la Orden y, además, “por ser estos muy ajenos a su Instituto y opuestos a la libertad y desinterés con que practica sus santos ministerios”. En segundo término, aduce que el balance que hace la Compañía de Jesús de su historia del curato hondense “ha enseñado el poco fruto que ha conseguido en las almas por medio de sus ministerios, sin embargo el continuo trabajo, fervorosas diligencias y medios más proporcionados que se han aplicado para ello”. Finalmente, recuerda al virrey que no ignora “la grande emulación o envidia, por no decir odio, con que miran a los jesuitas que se ocupan en este ministerio los vecinos de aquella villa”. De seguidas explica las dos razones de este llamativo fenómeno: por un lado, por ser necesario poner “remedio a muchos escándalos y desórdenes” que a diario se generan en la villa, pues a ella “concurre mucha gente libre que no reconoce más sujeción que la de sus pasiones” y, en consecuencia, se granjea “el desafecto y la mala voluntad de los corregidos y castigados, porque ninguno quiere justicia en su misma causa”. Por otro lado, dice que existe una corriente que desea el curato de la villa para sus hijos, “la que se va aumentando más cada día […] no pudiendo dudarse que por esta sola razón se hará plausible esta renuncia y la admisión de V. E. tendrá tantos reconocimientos como interesados pueden imaginarse en este Nuevo Reino, que son muchos por ser copioso el número de sacerdotes, y que exceden sin comparación a los curatos”. El 23 de octubre de ese mismo año el virrey Sebastián Eslava, desde Cartagena expresaba: “se admite en cuanto ha lugar en derecho por lo tocante al Real Patrono […] se procederá de común consentimiento a proveer lo que convenga y a fijar edictos para la formal oposición del curato de la referida villa” 95. Y el día 26 de octubre libraba el correspondiente despacho para que la potestad eclesiástica procediera a los nombramientos consiguientes96.
Seguiremos el proceso a través de la documentación oficial que recoge Velandia en La villa de San Bartolomé de Honda, 195-205, y sintetiza Pacheco en Los jesuitas en Colombia, t. III, 277-280.
El texto puede verse en ANB. Curas y obispos, 51, fols. 600-602.
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ANB. Curas y obispos, 51, fol. 603.
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ANB. Curas y obispos, 51, fol. 604.
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Segunda fase: las reacciones de la comunidad hondense A pesar de los trazos duros que se desprenden de la correspondencia del provincial Ángel María Manca, existía en la ciudad un grupo mayoritario que deseaba la permanencia de los ignacianos en la parroquia. El 19 de diciembre, el conglomerado de distinguidos vecinos97 presentaron al Cabildo Justicia y Regimiento un memorial para que pidiera al P. Jaime López, rector, suspender el traslado del Santísimo Sacramento de la iglesia de la Compañía a la parroquial, ceremonia que iba a llevarse a cabo el venidero día 2698. El día 20 el cabildo acogió la petición y exhortó al rector a la suspensión del mencionado traslado, pues la parroquial se hallaba “sin finalizarse y parte de su techo descubierto [por] no tener puertas ni ventanas”99. El día 21 notificó el escribano al P. Jaime López todo lo decidido por el cabildo y el jesuita respondió argumentando que era un mero ejecutor de las disposiciones de sus superiores; sin embargo, aclaraba que el Santísimo no se iba a trasladar a la capilla de El Carmen, sino a la viceparroquia de Nuestra Señora del Rosario, y además, en vista de la solicitud del cabildo, que suspendía su ejecución “hasta tener otra orden”100. El día 22 del mismo mes se dirigían al virrey en sendas cartas tanto el guardián del convento de San Francisco como el superior del hospicio agustino de la Popa. Fray Nicolás Antonio Ramírez le manifestaba al alto mandatario neogranadino: Señor. No tanto las tristes súplicas de los vecinos de esta villa cuanto las voces de la conciencia, me precisan a informar a V. E. que los Padres de la Compañía de Jesús […] han dado los más ilustres ejemplos de virtud y muestras del más fervoroso celo, enseñando, predicando y evitando todas las ofensas de el Señor que han podido remediar, lo que les ha granjeado no pocos émulos, que deseando vivir con libertad se han valido de las calumnias y sindicaciones que dicta la pasión, hasta haber conseguido que los PP. hiciesen renuncia al beneficio101.
Sus nombres son: Ambrosio Joseph Rodríguez, Francisco Antonio de Zizero. Manuel Gregorio Álvarez del Pino, Joseph Fernández de Zevallos, Joseph Antonio de Govar, Pedro de San Miguel, Juan Antonio de la Torre, Joseph de la Cruz Varzenillas, Agustín de los Reyes, Rodrigo Alonso Pastor, Joseph María del Pumar, Bartolomé Massías, Miguel Carrasco –escribano de su majestad y público–, Pablo Gatica, Manuel de Soto, Nicolás de Sanabria y Juan Francisco Cacho Velasco y Sierra.
97
ANB. Curas y obispos, 51, fols. 607-608.
98
ANB. Curas y obispos, 51, fols. 609-610. “Así lo proveyeron y firmaron Pablo Carriles Solís, Joseph de Amaya, Juan Agustín Monroy, don Rodrigo Guerrero y Chacón. Fui presente Bartolomé Raimundo Maldonado, Escribano público y del Cabildo”.
99
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 610.
100
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 613.
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Y fray José de San Buenaventura, agustino descalzo, se expresaba en los siguientes términos. Inicia su carta dando testimonio de que los vecinos han acudido a él para que permanezcan los jesuitas en el curato: “y así expongo a V. E. con la sinceridad que pide el estado que profeso, que aún sin este pedimento considero correrme la obligación el informar a V. E. será de la mayor honra y gloria de Dios el que sus Reverencias prosigan en la administración de su beneficio”102. Pero también el círculo adverso a los jesuitas manifestó su opinión. El mismo día 22 el alcalde ordinario Pedro Calvo de Arana, con el respaldo de la firma de los regidores Manuel Antonio Figueroa, Francisco García Lledias y Joseph de Heredia, le manifestaba al virrey que el pedimento provenía de algunos vecinos que no habían tenido presente “lo muy desafecto que se muestran ser con los dichos RR. PP. de la Compañía en oponerse a la voluntariosa renuncia que han hecho del curato y por él se debe considerar que dichos RR. PP. con sus grandes capacidades habrán considerado y premeditado que el ser curas beneficiados de españoles les toca a los clérigos”. Y concluía la carta pidiendo rendidamente al virrey “se sirva de despreciar el pedimento que intempestivamente han hecho los referidos vecinos y corregidor”103. Al parecer el grupo opositor encabezado por el alcalde y el procurador requirieron de los superiores religiosos antes citados que certificasen si el día 20 se había celebrado cabildo abierto104. También solicitaron la respuesta escrita de don Antonio Caro, presbítero y abogado de la Real Audiencia, quien “certificó ser voz común que dicho Cabildo se celebró para los efectos mencionados” al que no concurrieron otras personas de mayor excepción105. Tercera fase: traspaso del curato a la mitra Mas el conjunto defensor de los ignacianos no se daba por vencido y el 26 de enero de 1746 Juan Alonso Pérez, en nombre del cabildo, presentaba un memorial al virrey Eslava, que se encontraba en Cartagena, para manifestarle las protestas por la aceptación de la renuncia presentada por los ignacianos (23 de octubre de 1745). En su texto se trataban los siguientes puntos. Primero, suspender la aceptación y recoger los despachos librados106. Segundo, que la fundamentación de su petición en los argumentos jurídicos la basaban en el principio inconcuso de que “ninguno puede renunciar su derecho si de la tal renuncia se sigue daño al común y causa pública y otro perjuicio a algún tercero”. Y a continuación explicitaba: 102
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 615.
103
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 617-618.
104
ANB. Curas y obispos, 51, fols. 618-620.
105
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 623.
106
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 621.
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“jamás pueden renunciar el beneficio contra la voluntad de los propios parroquianos, por el perjuicio que de la renuncia les resulta; por ser los derechos de los unos y de los otros tan individuos, conexos y complicados que el que favorece a la Religión para no ser despojada, es el mismo que le compete a aquel pueblo para que aunque la misma religión lo quiera no puede renunciar a aquel curato”107. Tercero, que se causaba un perjuicio a la parroquia de Honda, porque, “no habiendo en todo el Reino (y aun en las Indias todas) pueblo alguno de españoles que tenga por pastores tan ilustres y sobre todo encomio (sin injuria de los demás) tan singulares varones, esta especialidad es la que ennoblece y la lleva a la mayor gloria”108. El 31 del mismo mes respondía el máximo mandatario del Nuevo Reino a este memorial y, tras alegar el testimonio del renunciante, añadía que también se deberían “respetar las instancias que han dirigido algunos vecinos mal construidos y opuestos a los fundamentos representados por dicho P. Provincial”. Y concluía que por parte de los vecinos “no se haga más que obedecer y no dar lugar a partidos, disensiones y conventículos”109. Sin embargo, el cabildo no se daba por vencido y en una nueva misiva al virrey110 manifestaba: “este Cabildo tiene la obligación de solicitar el bien de la República y reconoce que el mayor que se le puede solicitar es la manutención de los RR.PP. de la Compañía en el servicio de este curato; [por tanto] suplica este Cabildo rendidamente a V. E. se sirva de mandar se recoja la admisión de la renuncia y que sean mantenidos en la posesión de su beneficio”. Y a continuación aduce las causas que motivaron, a su juicio, la determinación de los ignacianos: “Que el motivo que los PP. han tenido para hacer esta renuncia han sido las calumnias e imposturas con que han sido sindicados por algunas personas que han recibido con ofensa las diligencias que los PP. han ejecutado para mayor beneficio, cual es que todos vivan arreglados a la ley de Dios y evitar los escándalos que suelen verse en las Repúblicas”111. A pesar de todo, los jesuitas mantuvieron su decisión de renuncia y, en consecuencia, el cabildo eclesiástico de Santafé procedió a convocar a oposiciones, por lo que el 20 de mayo de 1746 el arzobispo Fernando Antonio Camacho y Rojas presentaba al virrey la terna integrada de la siguiente manera: Joseph Texeira, cura de Cáqueza; Cipriano de la Cruz, de la parroquia de San Victorino de Santafé; y Miguel de Masústegui, párroco
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 625v.
107
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 626.
108
ANB. Curas y obispos, 51, fols. 629-630.
109
110
El documento va firmado por los regidores Pablo Carriles Solís, Joseph de Amaya, Juan Agustín Monroy, Rodrigo Guerrero y Chacón.
ANB. Curas y obispos, 51, fols. 605-606.
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de Girón, “para que de ella designe V. E. el que fuere servido”. Y ese mismo día don Sebastián de Eslava designaba al Dr. Don Joseph Texeira para cura de la villa de Honda y le facultaba para que, “si en adelante conviniere dividirlo en dos [el curato] según el vecindario que habitare en uno y otro lado del río Gualí no tenga el cura que viene nominado, ni los que le sucedieren, acción para embarazar la desmembración quedándole congrua suficiente”112. El 3 de junio de 1746 el virrey Sebastián de Eslava firmaba el título correspondiente al P. Joseph Texeira para que pudiera tomar posesión legal113. Así concluía la historia del curato de Honda que había estado en posesión de la Compañía de Jesús desde el año 1620. 2. La historia de Purnio (1625-1636) Dentro del radio de acción del curato de Honda existían algunos poblados a los que el párroco debía atender por justicia espiritual y uno de ellos era Purnio, en donde residían unas ciento cincuenta personas dedicadas a la pesca. Las cartas anuas del año 1623 reseñaban: “[a] leguas deste pueblo están las pesquerías de Purno, de donde se provee de pescado todo el Reino [y] habrá en ellas la mayor parte del año mil y quinientas personas entre pescadores y estancieros los cuales también pertenecen a esta doctrina por ser de ordinario gente perdida y derrotada de muchos pueblos y vivir con mucha libertad [y] están aquí necesitados de doctrina y enseñanza”114. En sus inicios atendió la población el P. José Alitrán desde Honda, pero, dadas sus necesidades, en 1625 recibió este benemérito jesuita el nombramiento de cura, de acuerdo con las reglamentaciones del Patronato, y fue acompañado por el P. Juan Bautista Coluccini (1569-1641) en la festividad de San Antonio115. Sin embargo, pronto surgieron los mismos enfrentamientos que los vividos en Honda con el poderoso encomendero y empresario de canoas del río Sebastián Pretel, quien se opuso a que los jesuitas utilizaran la pequeña iglesia que se encontraba en sus dominios. Ante esta situación, el arzobispo Arias de Ugarte dio el permiso para que se construyeran dos iglesias, a ambos lados del río Magdalena, y otorgó al doctrinero la facultad de decir dos misas todos los días festivos116.
112
ANB. Curas y obispos, 13, fols. 183-185.
113
ANB. Curas y obispos, 13, fol. 186.
114
Archivo de la Real Academia de la Historia de Madrid, t. 129. Anua de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada del año [16]19, 20 y 21, fol. 275. Nos parecen exageradas las cifras que arroja este documento. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 182 establece que su población era de “unas ciento cincuenta personas, dedicadas las más a la pesca”.
Mercado, Historia de la Provincia, II, 186.
115
116
Auto fechado en Santafé el 22 de mayo de 1625. En “Autos del beneficio de Honda”, en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 182.
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No resulta fácil precisar quiénes fueron los colaboradores en esta parroquia, porque, al depender de Honda, muchas biografías se confunden. No obstante, guiados por el testimonio de Mercado, señalamos a dos grandes personalidades: Juan Bautista Coluccini117, quien ejercitaría el superiorato de Honda de 1624 a 1627 y cuya hoja de vida la describimos más abajo al tratar de los superiores y rectores de Honda; y Bartolomé Pérez (1596-1668)118, quien aprendió la lengua chibcha en Fontibón y la incaica en Quito119 y por esa razón deducimos su presencia en Honda con anterioridad al año 1630120. Como resultaba dificultoso mantener dos miembros de la Compañía de Jesús en esta parroquia, decidieron entregarla a los franciscanos que regían la de Rioseco el año 1636, año en que se celebró un convenio entre el provincial de la Orden Seráfica, fray Alonso de Poveda, y el viceprovincial de los jesuitas, Sebastián de Murillo, documento ratificado por el arzobispo Cristóbal de Torres el 18 de noviembre de 1636 y por el presidente don Sancho Girón tres días antes121. También recibió la aprobación del general de la Compañía de Jesús desde Roma122. Sin embargo, en 1645 los franciscanos se veían obligados a entregar al arzobispado este curato123. El texto del convenio lo transcribe casi en su totalidad Roberto Velandia124. En realidad ambas corporaciones salían beneficiadas. En primer lugar, beneficiaba al doctrinero de Rioseco, pues era incapaz de sustentarse con la precariedad de su pueblo, así que con la anexión de Purnio mejoraba su situación económica; en segundo término, las comunicaciones entre las dos poblaciones se podían realizar por tierra y así evitar los peligros que suponían al párroco de Honda los caminos acuáticos. Por una visita del oidor Gabriel de Carvajal a Honda conocemos otro episodio en que, una vez más, aparece el polémico Sebastián Pretel. El
Del Rey Fajardo, Biblioteca de escritores jesuitas, 216-219.
Del Rey Fajardo, Biblioteca de escritores jesuitas, 543-545.
117 118
Mercado, Historia de la Provincia, II, 221.
119
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del P. Vitelleschi al P. Bartolomé Pérez. Roma, 6 de febrero de 1630.
Los documentos originales de este convenio se encuentran en el Archivo de la Provincia Franciscana de Colombia (Bogotá), t. IV, fols. 121-126 y 132-137v. Véanse, además, Gregorio Arcila Robledo, Las misiones franciscanas en Colombia (Bogotá: Imprenta Nacional, 1951), 443-444; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 185; Luis Carlos Mantilla, Los franciscanos en Colombia, t. II (Bogotá: Kelly, 1984), 141-143.
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 217v. Epistolae Generalium. Carta del P. Mucio Vitelleschi a Rodrigo de Figueroa. Roma, 30 de octubre de 1638.
123
Biblioteca Nacional de Colombia (BNC). Manuscrito 133, fol. 184. Citado por Mantilla en Los franciscanos en Colombia, II, 142.
124
Velandia, La villa de San Bartolomé, t. I, 151-154. El texto puede verse en ANB. Visitas Tolima, 3, fols. 826-827.
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guardián del convento de Mariquita, fray Juan Cornejo, solicitaba que “cincuenta y seis piezas de boga se agreguen a la parroquia de Purnio”, a lo cual respondía el rector del colegio de Honda, Andrés de Solís, “que los dichos negros esclavos son feligreses de este y no de la doctrina de Purnio”, fundado en el convenio antes citado125. En el alegato del jesuita se esclarece la situación tributaria de los bogas de las canoas del río Magdalena: Digo que lo que tengo que decir a lo contenido en ella es que este beneficio de Honda está fundado sobre todas las canoas que bogan en este puerto, y en esta conformidad está repartido y tasado el estipendio sobre todas de tiempo muy antiguo; las canoas del dicho Capitán Sebastián Pretel tenían la ranchería en este puerto y della pasó al sitio de Purnio por sus comodidades, pero no por esto jamás se ha dejado de pagar a este dicho puerto la doctrina y aunque se erigió y fundó el beneficio de Purnio […] no se alteró nada en la paga de la doctrina de las dichas canoas, antes siempre se han exceptuado como propia finca del beneficio deste puerto; y si ahora se innova algo en esto, será de mucho perjuicio y daño de nuestro derecho, y causa de muchos pleitos con los dueños de las canoas; y así mismo será caso de consecuencia para que los dichos señores de las canoas por librarse del gravamen de doctrina lleven sus rancherías a los sitios de Purnio, Rioseco, Sabandija, etc., donde tienen estancias y haciendas con que se desvanecerá y deshará este beneficio126.
El Visitador dictó su auto por el que “mandó que los dichos Padres de la Compañía de Jesús sirvan la dicha doctrina y curato de Honda con el estipendio que hasta aquí les ha sido señalado”, de conformidad con el convenio firmado en 1636. El estipendio sumaba 184 patacones127. 3. Las minas de Santa Ana y Las Lajas (1624-c.1657) En el real de las minas de Santa Ana (Tolima)128 se daban cita obligada indígenas de diversos lugares del altiplano con sus idiomas diferentes; por ello, al parecer, las autoridades eclesiásticas echaron mano de los “lenguaraces” jesuitas para afrontar la difícil problemática de este multilingüismo improvisado. A pesar de todos los conflictos sociales que generaron estos enclaves mineros, los jesuitas los describían en 1653 como “el Real de Minas más famoso de este Nuevo Reino, y aun de toda esta América si se atiende â los quilates, y condición de la plata, que de sus minerales se ha sacado,
ANB. Visitas Tolima, 3, fol. 835.
125
ANB. Visitas Tolima, 3, fol. 833. El texto en Velandia, La villa de San Bartolomé, t. I: Épocas de la Conquista y de la Colonia, 153-154.
126
ANB. Visitas Tolima, 3, fol. 836.
127
128
Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 326-328.
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pues a juicio de los mayores ensayadores de los Indios, es la mejor, y mas acendrada que se saca de Betas”129. Estas minas estaban ubicadas cerca de Mariquita y se erigieron en un punto de confluencia de razas en el que se daban cita aventureros, indígenas obligados a trabajar durante un bienio y negros esclavos. La parroquia estaba situada en lo alto de una cuchilla, entre las quebradas de Morales y Murillo130. El arzobispo santafereño Arias de Ugarte encomendó el cultivo espiritual del Real de Santa Ana a los jesuitas el 3 de marzo de 1624131. Al mediar el siglo XVII, eran tres los jesuitas que laboraban en las minas y dependían del rector del colegio de Honda, “de donde dista seis o siete leguas”132. Según la información jesuítica de 1643, los pueblos del altiplano tenían que suministrar entre 30 y 40 indígenas cada uno, en un bienio, y calculaban la población en total “como mil y quinientos, a quienes acompañan la chusma de sus hijos y mujeres”133. A ellos habría que añadir unos 400 negros que fungían como esclavos134. La descripción del género inhumano de vida a que eran sometidos los mineros viene en las cartas anuas (1642-1652) con trazos llamativos: La labor de las minas, que es trabajosísima porque [a]demás de ser hondísimos los socavones debajo de tierra, han tenido pensión estos Minerales de dar en agua a pocos estados de labor, con que los miserables, que trabajan, no tiene solo de afán, el quebrantar los pedernales, que atesoran la plata, y estar enterrados en vida debajo de tantos estados, que fuera grima el numerarlos, sino el estar día, y noche metidos en el agua trabajando también en achicar la que dan perennemente sus manantiales: que a no menguarse así se imposibilitara de el todo la labor. Aquí se conoce lo que obra la codicia de el dinero, y los imposibles que vence la mal canonizada hambre de plata. Expónense las vidas de los miserables Indios, y negros a casi evidentes riesgos de su perdida, porque sepultados (como se dijo) en vida, los puede acabar una piedra, que se desuna de lo Superior en tanta profundidad: que aunque este peligro se estudia mucho se asegure con los bancos, no se pueden de el todo remediar las contingencias. Pierden los Indios la asistencia de sus pueblos, desnaturalizándose, no solo en los temples, porque aunque es benigno este, no es conforme â los que
ARSI. N. R. et Q., 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a.m.r.p. General de la Compañía de Jesús, fol. 20.
Gonzalo París Lozano, Geografía económica de Colombia, t. VII: Tolima (Bogotá: Contraloría General de la República, 1946), 349-350.
129
130
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 326.
131
ARSI. N. R. et Q.,12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652, fol. 20.
Sebastián Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús de la provincia del Nuevo Reyno de Granada. Desde el año de mil seyscientos y treinta y ocho hasta el año de mil y seys cientos quarenta y tres (Zaragoza, 1645), 147.
132 133
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 152.
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dejan. Los mantenimientos son aquí todos de acarreto, y les quitan a los desdichados indios los pocos jornales que ganan con su mortal trabajo. Sucede muchas veces (y es lo frecuentísimo que se experimenta) que por no dejar a sus mujeres, e hijos, a las aventuras de un desamparo en sus tierras, cargan de todas sus familias, y en Santa Ana, y las Lajas (que es parte de este Real, y pertenece a Clérigos su Curato) viven las desventuradas mujeres, y desdichados hijos, en tanta miseria, que apenas alcanzan el sustento. Han sido estas Minas la principal causa de la mengua de Indios en todo el Reino. Pero lo que tienen ellos de miserias, tienen los nuestros de materia para la beneficencia: porque demás de ser un beneficio, que es agregado de muchos pueblos que concurren, ha menester un operario de Indios, que con inteligencia de su lengua materna los confiese, y administre los Sacramentos. Esta doctrina, no solo por lo dicho de ser agregación de muchos Pueblos, ha sido lugar de beneficencia común; sino porque siendo doblado su estipendio por sustentar dos Curas; se movió un Padre de los nuestros, ya con su industria, ya con lo que pudo cercenar de gastos, a entablar un principal de [ilegible] de buena cantidad, para que de sus tributos se puedan sustentar en este Reino continuas Misiones en aprovechamiento espiritual de las almas135.
Y, como es natural, también la vida de los doctrineros estaba sometida a los mismos rigores que la de los doctrinados. El año 1636 se quejaban los padres José Hurtado y Francisco Piñero de que durante año y medio no habían recibido ningún estipendio136, y año y medio más tarde escribían: “no tenemos un real con que podamos sustentarnos”137. Las minas se convirtieron en una tierra sin ley, pues el alcalde se negaba a pagar los estipendios, al punto que en 1638 el juez de cobranzas, Domingo de Maya, se veía obligado a notificar a la Audiencia que el alcalde “ha hecho fuga de esta tierra porque vuestros jueces oficiales reales le piden cuenta de vuestra real hacienda, y dicen se fue y está en esa corte”138. Dejamos de lado la terrible realidad a que eran sometidos sus habitantes139 para hacer rendir las minas, que hacia 1640 habían entrado en crisis social140. Dadas las diversas procedencias de la mano de obra indígena, que habitualmente provenían de Cundinamarca y Boyacá, pronto pudieron verificar los ignacianos que “siempre hay cuatro o cinco lenguas totalmente diversas, si bien las más son algo de semejantes”. Por ello los doctrineros
135
ARSI. N. R. et Q.,12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652, fol. 20-20v.
136
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 225. Carta de los mencionados fechada en junio de 1636.
137
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 233.
138
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 237. Carta de Domingo Maya. Santa Ana, 18 de enero de 1638.
139
Puede verse la historia en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 326-328.
140
Manuel Lucena Salmoral, “Nuevo Reino de Granada. Real Audiencia y Presidentes”, en Historia Extensa de Colombia t. 2: Presidentes de capa y espada (1628-1654) (Bogotá: Lerner, 1967), 108-111.
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debían saber las lenguas, tener catecismos y libros de confesonario “para darles la debida enseñanza”141. Sin embargo, como no había quien les enseñara a los negros “en la lengua [de] Angola ó de su nación”, tenían que servirse de un cartapacio142, método totalmente ajeno al ideal. Por ello, ciertamente constituía un reto lingüístico atender a una población flotante, hablantes de diversas lenguas y como aherrojada a un hábitat hostil con peligro de desarraigo y de degeneración de sus propios idiomas. De esta suerte, Santa Ana se convirtió en un nuevo centro que convocó a los hombres de la Universidad Javeriana para llevar adelante la promoción humana y espiritual de tan atormentado conglomerado humano a través de sus propias lenguas. El historiador Pedro Mercado, testigo presencial, testimonió más tarde que “hanles enseñado [los jesuitas] en la propia lengua de ellos los misterios de la fe”143. El P. Sebastián Hazañero le ha dedicado un largo capítulo a esta doctrina en el que recoge una visión certera y dolorosa de las tragedias humanas que tuvieron que vivir sus hombres, fundamentalmente indios y negros, en la terrible “carcelería de las minas” de Santa Ana144. Estamos ante un texto interesante para la historia de la minería en Colombia. De la descripción de Hazañero espigaremos algunas informaciones que sirven para comprender mejor la vida en aquellas minas. La recluta de los indios era “cada dos años” y la fórmula era “o por suerte, ó por distribución de cada un pueblo treinta ó cuarenta Indios, que vendrán a ser todos, como mil y quinientos, a quienes acompañan la chusma de sus hijos y mujeres”. Pero, como era conocida por los habitantes del altiplano la forma de establecer estas verdaderas redadas, se daban diversas reacciones. Muchos huían al monte, “andando desterrados de sus familias, por no verse expuestos a ir a tantos trabajos, cuales se presumen en las minas”; también se daban casos de algunos que hubiera “querido morir hechos pedazos, antes que volver otra segunda vez a la conducción”, y el punto de referencia es siempre la imagen casi estereotipada del hecho, “porque ven a los que han ido, que unos de ellos se han muerto, otros huido a los arcabucos, donde jamás los hallen; y otros que llegan de vuelta a las doctrinas, estropeados, ciegos, ó mancos, ó bubosos, ó con perpetuas enfermedades, después de haber estado dos años en la misma tahona del infierno”145. Pero los que tenían que desplazarse hasta Santa Ana iniciaban un verdadero vía crucis: “lo primero es dejar sus pueblos,
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 149.
141
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 152.
142
Mercado, Historia de la provincia, t. II, 188.
143
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 146-153.
144
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 147.
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sus casas, y vender sus trapos y sus alhajas, y sementeras que tenían para coger, y cargados de su mujer y de la chusma de sus hijuelos, gastando lo poco, que tenían en el viaje, caminan más de setenta leguas con un palo en la mano, con la mayor miseria y desventura, que se puede imaginar”146. También sus rancherías merecen una alusión: “muy desviadas unas de otras, y en cuestas y laderas, ya de lajas y peñas lisas, como el jabón, ya de lodo y pantanos, que como casi todo el año allí llueve, se van los pies con facilidad, y apenas se puede ir a caballo: aquí es fuerza el caer, rodear, y levantar, y pasar molestias”147. Es patética la descripción de los negros: “más flaco y delicado que el Indio, y como están perpetuamente sin remudarse en los ingenios de metal a doce, o diez años, no son ya de provecho, por los achaques y enfermedades, que se recrecen…[y] luego que vienen de Angola, los entran en el trabajo de las minas”, y solo les permiten salir en las fiestas y en los domingos y en esta oportunidad “como sus amos les dan escasamente lo necesario para vestir y comer, acuden las fiestas a hacer algunas rozas de maíz y de arroz, y estas cogidas, las van a vender en las ciudades vecinas”148. Con respecto a la habitación de los doctrineros, estampará que es “bastante para pasar la vida; aunque con las incomodidades, que lleva la tierra caliente de mil sabandijas ponzoñosas, y frecuentes culebras, que se crían por los campos”. Y sobre la iglesia dirá que es “capaz y bien acomodada […] con los ornamentos necesarios”149. Los ministerios habituales de los jesuitas consistían en confesar, comulgar, predicar, enseñar a los rudos la doctrina cristiana, dar los Sacramentos a los feligreses y a los Hospitales, fomentar las congregaciones, y alentar a la gente los días del Jubileo, y servir a Mineros, mayordomos, Criados, Morenos, y a la gran chusma de indios, que de todo el Reino cada dos años vienen violentados a la molestia penosísima de sacar el metal: a los cuales como a gente desvalida y desventurada, acuden los Padres, especialmente con socorros espirituales y temporales para que en medio de tan crecido trabajo, no les falte el consuelo, y entre tanta agonía, no se pierdan sus almas150.
Y estas tareas había que completarlas con acciones comunitarias: ayúdanles en sus hambres, y enfermedades, con mantenimiento del maíz y carne: siendo nuestra casa una despensa siempre abierta a su necesidad;
146
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 147. Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 152.
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Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 152.
148
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 146.
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Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 146-147.
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gastando en socorrerles todo cuanto estipendio se da, y las obvenciones de la doctrina; si bien cuando enfermos se les trae al hospital, que está junto a nuestra casa, allí los sirven y dan los Sacramentos, y les buscan medicinas y regalos, haciendo, que las justicias acudan con el dinero, que está asignado para semejantes gastos y en esto se padece lo que Dios sabe; porque unas veces es poco lo que ha caído; otras, lo aplican para si, o lo consumen en cosas diversas. Y así viene a ser, que los Padres doctrineros sean el principal abrigo, y sustento de los Indios, y si ellos les faltaran, acabaran de morir de la hambre, y de la miseria151.
Entre las actividades religiosas concretas tenemos noticia de dos cofradías. La primera, en honor a Santa Bárbara, pertenecía a los indios, que solían hacer su fiesta “con adornos, aseos, y ricos ornamentos de los Altares, acudiendo con su pobreza a celebrar su día”. La segunda era la de los morenos, cuyo patrón era San Juan Bautista y cobijaba “como cuatrocientas piezas en ella, que asisten con cuidado, que no es poco fruto en medio de tantos trabajos como los pobres tienen”152. También para la historia de la lingüística colombiana es necesario dejar constancia, al menos, de los nombres de los misioneros que laboraron en este nuevo proyecto multiétnico y multilingüístico. Los primeros ignacianos que hicieron acto de presencia en este duro hábitat fueron los padres Pedro Navarro, Gregorio Aguado y Salvador Lorenzo153. Pedro Navarro (c. 1581-1659) fue un distinguido operario del mundo indígena neogranadino. Había atravesado el Atlántico en la expedición de 1607154 a las órdenes del P. Diego de la Concha155. En 1610 residía en el colegio Máximo y era lector de gramática y operario de indios156. Su labor con los indígenas parece que llena su biografía colombiana. En 1615 era superior de Fontibón157. En 1618 formaba parte de la comunidad del colegio de Tunja dedicado al estudio de la lengua de esa región158. En 1620 Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 148.
151
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 151-152.
152
AGI. Santafé, 226.
153
José del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos relativos a la Historia de la Compañía de Jesús en Venezuela, vol. III (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1974), 11: “Natural de Totana obispado de Cartagena […] de veinte y seis años y diez de Compañía. Avía oido sus artes y tres años de teulogia y leido dos de latin. Salió del colegio de Valladolid y ordenose en Sevilla con extra tempora”.
154
Agustín Galán García, El Oficio de Indias de los Jesuitas en Sevilla 1566-1767 (Sevilla: Fondo de Cultura de Sevilla), 224.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5. Catálogo de 1610.
ARSI. N. R. et Q., 12-II. Carta Anua de la Provincia del Nuevo Reino de Granada 1615-1616. [Texto latino], fol. 65.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 65v. Carta del 17 de junio de 1618 en la que el general alaba al P. Navarro porque, después de haber atendido tantos años a los indios de Fontibón, estudiaba ahora la lengua de esa comarca tunjana.
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trabajaba con los indígenas de Duitama159 y fue superior de esa residencia160. En 1624 es enviado a las minas de Santa Ana161. En 1630 había regresado a Duitama162. En 1631 era doctrinero en Fontibón163. En 1642 laboraba en la parroquia indígena de Tunjuelo, pero ya sus fuerzas habían comenzado a disminuir164. A partir de 1649 su salud se había debilitado165, pero seguía laborando en Tunjuelo166. Falleció en Fontibón el 21 de marzo de 1659167. Gregorio Aguado había atravesado el Atlántico en la expedición de 1618 siendo todavía estudiante de teología168. Había ingresado en la Compañía de Jesús en la Provincia de Toledo hacia 1611 y en 1623 residía en el Colegio Máximo como “obrero” 169. Sus conocimientos lingüísticos le llevaron a ser fundador de la Misión de Santa Ana170. En 1627 se encargaba del rectorado del Colegio Mayor de San Bartolomé hasta 1631171. Es de lamentar que falleció prematuramente en 1633172. Fue sustituido por el P. Salvador Lorenzo (c. 1592-1642) [Salvator Laurentius de Moya], quien había venido a América en la expedición del P. Juan Antonio Santander el año 1618173. Concluyó sus estudios de teología en el Colegio Máximo de Santafé. En 1623 residía en Bogotá, donde, al parecer, enseñó tres años latín174. Sustituyó en las minas de Santa Ana al
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 318-320.
159
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 84. Epistolae Generalium. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Pedro Navarro.
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 269. Carta del 8 de septiembre de 1625.
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 322. Epistolae Generalium. Carta del 6 de febrero de 1630. Pide ir a un colegio de la Provincia.
160
161 162
ANB. Asuntos eclesiásticos, 1, fol. 138.
163
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 52v. Catálogo de 1642: “Fuit Superior”, “Vires: mediocres”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 91. Catálogo de 1649: “Vires: debiles”. Y todos los catálogos posteriores mantienen la misma afirmación.
164 165
ANB. Curas y obispos, 20, fol. 94. Así se desprende de una carta del P. Pedro Fernández al Señor Cristóbal de Torres.
166
ARSI. Historia Societatis, 48, fol. 114v.
167
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, III, 15: “El Padre Gregorio de Aguado, teólogo de Alcalá, de veinte y seis años”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39v. Catálogo de 1623. Pensamos que “obrero” era el que trabajaba con los indígenas.
168
169
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 326.
170
171
José Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé (1605-1767)”, Revista Javeriana XXXVIII (1952): 92.
ARSI. Historia Societatis, 43, fol. 117.
172
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, III, 15: “Hermano […] theologo, natural de Cordova de veynte y cinco años”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39v. Catálogo de 1623: “1 año seminario, 3 de artes y 4 de teología. Leyó tres años latín”.
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P. Gregorio Aguado175. En 1641 fungía como procurador del colegio de Cartagena176, ciudad donde falleció177. Una figura totalmente anónima hasta el presente es la del P. Domingo del Prado [Pras, Praos] (1583-1660). Según los documentos de la Orden, había nacido en Perpiñán, pero de acuerdo con los registros de la Casa de Contratación, su lar natal había sido la ciudad de Urgel (Lérida)178. En Santa Ana se encontraba en 1633179 y allí seguía en 1640180. Tras una breve estancia en Bogotá en torno al año 1642181, es enviado a adoctrinar a los indios paéces en 1645182 y de su estancia dejó una Información jurídica183. En 1653 era cura de Honda184. En 1659 laboraba en el colegio de Popayán185. Falleció el 9 de febrero de 1660 en Cartii (?)186. En 1636 prestaba también sus servicios el P. José Hurtado, de quien hemos hablado más arriba187, pero en 1638 había regresado a Fontibón188. En 1640 residía en las minas de Santa Ana uno de los mejores conocedores de la lengua chibcha: el P. Juan de la Peña189. En 1642 fungía como
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 326. Pensamos que vino de Tunja, pues por carta del general de los jesuitas sabemos que en 1627 residía allí (ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 311. Carta del 13 de septiembre de 1628).
175
176
Por una carta del P. Toro de diciembre de 1641, cuya fuente hemos extraviado, conocemos este dato. El catálogo de 1642 lo ubica en Cartagena (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 57): “Concionator hispanorum et operarius. Docuit Cassus conscientiae”.
ARSI. Historia Societatis, 43, fol. 117.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 84. Catálogo de 1649: “Perpinianensis”, afirmación que recogen todos los demás catálogos. Sin embargo, los documentos de la Casa de Contratación lo reseñan como de Urgel (Lérida).
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 235. Domingo Prados reclama estipendios de 7 de mayo de 1633 hasta fin de mayo de 1637.
179
ANB. Asuntos eclesiásticos, I, fol. 89.
180
181
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 49. Catálogo de 1642: “Minister. Concionator hispanorum et indorum”.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 366.
182
183
Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Leonardo Deubler, Becerro o Sumario de la fundación, principios, progressos y otros acontecimien[tos]… Colegio de Popayán de que consta por su Archivo, fols. 129v-130: Información jurídica sobre la misión de los paeces.
ANB. Gobierno, I, fol. 514v.
184
185
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 7. Catálogo breve de 1659: “Predicador y operario”.
ARSI. Historia Societatis, 48, fol. 32.
186
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 233. ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 178. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Baltasar Mas. Roma, 1 de noviembre de 1636: “Persuádome que V. R. ternía buenas razones para sacar de la doctrina de Hontibón al P. José Hurtado; con todo, alguno teme no haya habido algo de respetos humanos, por dar gusto al presidente, porque el dicho Padre se oponía a que aquella casa no lo fuese de recreación”.
187
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 315.
188
ANB. Asuntos eclesiásticos, I, fol. 89.
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superior de esa residencia190 y allí permanecía en 1650191, hasta que tuvo que trasladarse a Mérida para regir los destinos del colegio venezolano. En 1651 abandonaba el curato de Honda el P. José Dadey, para ponerse al frente de la parroquia minera192. No hemos podido precisar la duración de la estancia de Dadey en esta parroquia; en 1655 había sido presentado para ella el P. Pedro de Mercado193 y en el ínterin lo había sido del P. Alonso de Pantoja194. También hablan los documentos acerca de Francisco Piñero195 y de Jaime de Torres196. La presencia del P. Alonso Pantoja197 en la minas de Santa Ana nos abre algunas preguntas. El historiador Mercado expresamente señala que reconstruyó la iglesia de las Minas198, mas pensamos que no sería ese el objetivo exclusivo de este jesuita, que había sido catedrático en Quito y lo sería en Bogotá y representaría al Nuevo Reino en las cortes de Madrid y Roma. A nuestro parecer, el dominio que tenía del idioma quechua199 nos abre la sospecha –como mera hipótesis– de si en el conglomerado humano de Santa Ana había también hablantes de esa lengua incaica. Es un tema abierto al estudio y es de lamentar que tan interesante experimento lingüístico no haya dejado ninguna huella en la historia de la filología indígena neogranadina. No hemos podido precisar la fecha de entrega de esta parroquia ni las causas que lo motivaron. Disponemos de dos datos clave: el primero es el año 1655200, con la presentación del P. Pedro de Mercado para el curato; la segunda es el catálogo de 1659, en el que no aparece este domicilio. Así, pues, en sana lógica habría que ubicar el cierre entre 1656 y 1659.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 56v. Catálogo de 1642.
El 3 de febrero de 1651 presenta el P. Juan Gregorio, rector de Santafé, para la doctrina de Santa Ana a los padres José Dadey, Pedro de Salazar y Alonso González en vez del P. Juan de la Peña, que había sido nombrado rector de Mérida (ANB. Curas y obispos, t. 9, fol. 603). El catálogo de 1651 lo recoge como rector de Mérida (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 113v).
190 191
ANB. Curas y obispos, t. 9, fol. 603.
192
ANB. Curas y obispos, t. 8, fol. 426.
193
Mercado, Historia de la Provincia, II, 190; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 328.
194
ANB. Curas y obispos, 42, fol. 233.
195
ANB. Gobierno, I, fol. 531. No creemos que fuera larga la estancia, pues su biografía estuvo dedicada a la gerencia de varios colegios neogranadinos. Véase José del Rey Fajardo, Jesuitas, libros y política en el Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé (Bogotá, 2004), 193-195.
196
197
Del Rey Fajardo, Biblioteca de escritores jesuitas neogranadinos, 531-534.
Mercado, Historia de la Provincia, II, 190.
198
199
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 141. Catálogo de 1655: “Concionator indorum”. Ese calificativo lo mantendrá en los siguientes catálogos. Como la primera etapa de su biografía se desarrolla en la región quiteña, deducimos que dominó el quechua, aunque no excluimos que supiera también el chibcha.
ANB. Curas y obispos, 8, fol. 426.
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4. El proyecto religioso del curato de Honda Si partimos del hecho de que cualquier curato era una institución amparada tanto por el ramo eclesiástico como por el oficial, es lógico que debían los jesuitas hondenses establecer un proyecto encaminado a construir unas comunidades regidas por el orden y el progreso, es decir, el sueño de una sociedad integrada en la que sus agentes aceptaran su lugar y su disposición para mejorar sus condiciones de existencia en el marco de la ley, del respeto por la propiedad y del derecho del prójimo. Sin embargo, desde el punto de vista de la disciplina corporativa de los ignacianos, este curato no dejó de plantear algunos problemas a lo largo de su existencia. La sociedad de Honda que recibieron los jesuitas el año 1620 la describe el historiador Enrique Otero D’Costa de la siguiente manera: El puerto de Honda era a la llegada de los jesuitas un rancherío informe, cundido de bogas ignorantes y viciosos, así negros como indios, plagado de maleantes y tahúres que lo visitaban atraídos por la riqueza que afluía merced al tráfico y a la vecindad de minas tan ricas y afamadas como las de Purnio, y por último azotado por empresarios de navegación que desplumaban al pasajero a más y mejor. Puerto sonoramente tropical, donde corría el oro en abundancia y en abundancia iba a parar a los bodegones, a los garitos y a las casas de las busconas que pululaban en aquellos patios al cebo de los ducados de fina ley que fácilmente ganaban sus habitantes y transeúntes y que tan fácilmente se derrochaban201.
Cinco años más tarde, el 26 de junio de 1625, le escribía el presidente del Nuevo Reino, don Juan de Borja, al rey que en Honda los jesuitas “han hecho mayor aprovechamiento que en ninguna otra parte por la templanza y moderación que han puesto en la vida relajada que allí tenían estos esclavos y algunos indios del ministerio de la boga”202. ¿Cómo se había llevado a cabo esta transformación? Es de suponer que la metamorfosis social a la que apunta don Juan de Borja debió estar labrada por sacrificios, metodologías apropiadas y por la adopción de propósitos que no solo eran cognitivos y descriptivos, sino críticos y morales. El primer requisito para encauzar debidamente la institucionalidad consistió en la adecuación de los espacios físicos de la iglesia, lugar de encuentro de los habitantes que creían en Dios, el único punto privilegiado de encuentro de la población para la búsqueda de los valores a través de las ceremonias espectaculares y de los ritos sagrados.
201
202
Enrique Otero D’Costa, “Orígenes de la villa de Honda”. Boletín de Historia y Antigüedades 27 (1940): 532-533.
AGI. Santafé, 20. Carta del Presidente Juan de Borja al Rey. Santafé, 26 de junio de 1625.
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La preocupación por el culto divino llevó al P. José Alitrán a procurar las industrias para que el templo tuviese “lo necesario con curiosidad y aliño”. Como titular de la iglesia eligió la Asunción de la Virgen María a los cielos y para ello se hizo traer desde Santafé a Honda “un muy grande y muy bello lienzo deste misterio glorioso”203. La carta de 1642 recogía con aires de suficiencia que “la Iglesia es muy capaz, los ornamentos muy ricos, y de todos colores para los días que la Santa Iglesia señala”204. Gracias a los arreglos posteriores podemos recomponer los espacios de la iglesia. Por lo preciso de la descripción, es muy posible que toda la refacción fuera llevada a cabo por el P. Pedro de Mercado en uno de sus rectorados. Tenemos noticia de que en el altar mayor había dos imágenes de bulto: una de San Bartolomé, patrono de la villa, y, al lado izquierdo, la de San Francisco Javier. La escultura de San Ignacio “la colocó en el primer arco que antes estaba hecho al un lado de la iglesia haciéndole su propio altar”. También se abrieron cuatro concavidades “arqueadas para que en ellas se pudieran formar altares […] y los hizo curiosamente pintar”. En el púlpito se puso un lienzo del apóstol de las Indias “con sobrepelliz para que fuese la idea del espíritu y modo con que se ha de predicar la palabra divina”. Además se compraron muchos lienzos con que se adornaron las paredes. También se agrandó la sacristía y se hizo presidir con “una hermosa y devota imagen de nuestro padre San Ignacio vestido de sacerdote para que le imitasen sus hijos en la devoción”205. Y con anterioridad para el culto de Santísimo Sacramento prepararon una custodia que “pusieron en un sagrario de madera dorada” y para que siempre hubiera una luz que atestiguara la presencia de la divina hostia donó el capitán Antonio Sotelo “una lámpara muy buena de plata”206. La primera ubicación “estaba a un lado de la calle real, del lado sur del río Gualí”207. Los arreglos del primer templo fueron dirigidos por el diseñador de la manzana jesuítica de Santafé, el arquitecto Juan Bautista Coluccini entre 1624 y 1627208. Tras el incendio del recinto sagrado, el P. Beltrán de Lumberri (1628-1631) decidió una nueva construcción de teja y en unos terrenos donados por don Juan de Borja al norte del río Gualí
Mercado, Historia de la Provincia, II, 182.
203
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 144.
204
Mercado, Historia de la Provincia, II, 201-202.
205
Mercado, Historia de la Provincia, II, 182. Para el estudio detallado de las diferentes edificaciones que llevaron a cabo los ignacianos de las distintas iglesias remitimos al libro III de esta obra, donde Felipe González Mora analiza con detalle toda esta evolución.
206
Velandia, La villa de San Bartolomé, 154.
207
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 182.
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“enfrente a las bodegas donde se albergan todos los pasajeros que van y vienen de Cartagena a Santafé”209. En el interregno temporal decretado por el arzobispo Cristóbal de Torres (1644-1654), los curas de españoles levantaron la iglesia del Alto del Rosario, pero al fallecer el prelado volvió a la Compañía de Jesús, con lo que en adelante tuvieron que atender las dos iglesias. Finalmente, tras la entrega del curato a la mitra, los jesuitas decidieron construir un colegio e iglesia nuevos en 1746 en un solar más cercano al centro de la villa210. Pero, si retomamos el tema de la transformación sufrida en el entramado social de la población del río Gaulí, que en 1644 recibiría el título de villa, deberemos mencionar los siguientes procedimientos. El mensaje fundamental que pretendía infundir la iglesia a sus parroquianos era el de construir la “república cristiana” y para ello había que comenzar por la enseñanza básica como un medio de progreso espiritual211, pues se debía superar la ignorancia y la superstición y así lograr el “arte de vivir como cristiano y morir como cristiano”. Tres serían los estratos que conllevaba la formación espiritual de los feligreses: el catequético, el sacramental y la praxis comunitaria en busca de las virtudes. En esa labor educacional de los niveles básicos los ignacianos desplegaron todas sus energías212. Así se comprende que el catecismo fuera el camino inicial para asimilar la vida cristiana y se debía impartir de muchos modos, bien a través de las predicaciones, de las clases, de los cantos, de las procesiones y por medio de cualquier modelo que enseñara a asimilar las obligaciones comunes que involucran a cualquier creyente, porque, en definitiva, se trataba de “enseñar la cristianidad”. Vida y doctrina cristianas significaba precisamente lo que John van Engen había encapsulado de un modo muy útil con el término Christianitas –creencias y prácticas básicas compartidas por cristianos de todas las edades y clases sociales213. En el curato de Honda pronto se inició la enseñanza del catecismo para la juventud de la población. Ya en 1642 recogen como habitual las cartas anuas que esa tarea daba mucho que entender “en enseñar a los niños del pueblo, a los indiezuelos, y morenitos, y otra chusma de muchachos, que a mañana y a tarde se juntan; y como es costumbre en las Residencias,
Mercado, Historia de la Provincia, II, 197.
209
La descripción del solar en ANB. Curas y obispos, 13, fols. 183-185.
Aquí seguiremos los estudios de John O’Malley, “Cinco misiones del carisma jesuita. Contenido y método”. Apuntes Ignacianos 51 (2007).
Entre los estudios más recientes, véase Michele Catto, “Alcune riflessioni sui primi catechismi della Compagnia di Gesù”, en Anatomia di un corpo religioso: L’identitá dei gesuiti in età moderna, ed. Franco Motta, núm. especial, Annali di storia dell’esegesi 19 (2002): 407-16.
Véase John van Engen, “The Christian Middle Ages as an Historiographical Problem”, American Historical Review 91 (1986): 519-52.
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cantan las oraciones, diciendo el catecismo; y los misterios de la fe”214. Para los adultos la pedagogía exigía otras modalidades de calidad superior que pretendía conducir a los fieles a terrenos espirituales superiores al simple mínimo aprendido en el catecismo. En 1690 se llevaban a cabo casi treinta veces al año sermones desde el púlpito “para enseñar al pueblo e instruirlo en todo género de piedad”215. Y en 1698 explicitaba que la instrucción consistía “en sermones, explicaciones de la doctrina cristiana, y frecuentes exhortaciones a la virtud, y para desterrar los vicios”216. Entre las devociones tanto hispanas como americanas debemos señalar: la asistencia a misa, el rezo del rosario, el rezo del Ángelus, la misa dominical y las homilías, las fiestas y el sermón, las procesiones, las cofradías y congregaciones, etc. Todos los medios antes señalados constituían un camino obligado para adquirir los verdaderos valores de exigencia espiritual que eran requeridos en la honesta práctica de los sacramentos. Al ser parroquia el domicilio jesuítico de Honda y a la vez residencia, es lógico que sus responsables tuvieran que asumir funciones parroquiales que no se prestaban en el resto de los colegios jesuíticos neogranadinos. La lectura atenta de diversos escritos de la época nos lleva a percibir la actitud de muchos cristianos ante los momentos trascendentales del ser humano. En primer término llama la atención del lector la frecuencia con que se solicitaba el viático o unción de los enfermos, como se la designa hoy día. Sin lugar a dudas, representó esa concepción barroca del alma popular atormentada por la salvación eterna y por ello busca refugio en la práctica de actos religiosos externos que le acerquen a Dios. La demanda fue tal que, con la llegada de los jesuitas, ninguno murió “sin llevar consigo el viático del alma”217. Asimismo, los de Loyola instituyeron en Honda la costumbre de “que cuando el sacerdote sale a dar la Extremaunción a algún moribundo se hace señal con la campana para que oyéndola encomienden todos a Dios el alma del que está para morir”218. También hay resaltar la importancia otorgada a la confesión, dados los muchos beneficios pedagógicos que ella conllevaba. Ciertamente era un auxiliar precioso del esfuerzo personal, pues ayudaba a aclarar la vida interior, a discernir los vicios, los defectos de carácter, las malas inclinaciones, a conocer las causas y sus efectos en las acciones humanas, en fin, todo aquello que debilita la identidad personal. Así pues, no es de
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 145.
214
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 46v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
APT. Leg. 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 92.
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Mercado, Historia de la Provincia, II, 182.
217
Mercado, Historia de la Provincia, II, 200.
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extrañar que se observe una gran demanda por parte de los más variados estamentos de la sociedad hondense. Este duro ministerio absorbía la actividad sacerdotal no solo los días de fiesta, sino también a cualquier hora del día o de la noche, si se trataba de enfermos o moribundos. También se extendía este ministerio a los lejanos suburbios de indios y morenos bogadores y eran muchas las cuadras “que se anduvieron para una confesión”219; además se debe incluir la población flotante, en la que se puede mencionar el “confesar a mercaderes y tratantes, a vecinos y moradores, a negros e Indios, que son los que bogan en las flotas y canoas, y tienen aquí sus rancherías”220. Así describieron los jesuitas antiguos el apostolado del confesonario: Un sabio y celoso confesor debe juntar la cualidad de médico a la de juez y buscar prevenir al penitente en relación al futuro y absolver delante de Dios en relación al pasado le hará expiar sus intemperancias con ayunos; sus disipaciones con retiros; el olvido de sus deberes religiosos con la oración, las lecturas piadosas, la asiduidad a escuchar la palabra de Dios y asistir a los oficios divinos; sus arrebatos y cóleras con la dulzura y la paciencia para aguantar las desgracias, injurias, adversidades, enfermedades; su dureza con los pobres con la limosna; sus odios y venganzas con la búsqueda de aquellos de los que puede compadecerse; en fin, toda la molicie, todo el libertinaje y todos los vergonzosos desórdenes de su vida criminal con la austeridad conveniente221.
En lo que a la vida sacramental se refiere, los jesuitas promovieron de forma reiterada y específica el sacramento de la eucaristía, así como las devociones con ellos conexas. La historiografía jesuítica resalta de forma especial su acción para que los indios y los negros pudieran acceder al igual que los blancos a la recepción de la eucaristía222. La posición restrictiva de la iglesia estaba generalizada en toda América223. Los principales promotores en el Nuevo Reino serían los padres Juan Bautista Coluccini y José Dadey, quienes regirían el primero el curato y el segundo el colegio de la villa situada a las orillas del río Gualí224. Las anuas de 1642 recogen con vivo realismo esta situación discriminatoria:
219
ARSI. N. R. et Q., 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a. m. r. p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 20.
Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 146.
220
Martin Pallu, Du saint et fréquent usage des sacraments de Pénitence et d’Eucharistie (París, 1751), 110.
Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 344-347.
Véase Constantino Bayle, El culto del Santísimo en Indias (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951), 460-556.
221
222 223
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, I, 346-347; Mercado, Historia de la Provincia, II, 183.
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las comuniones de Indios y Morenos, era negocio de grande edificación, y que le ha ilustrado magníficamente, porque como estaba tan introducido entre los pueblos vecinos, que al Indio y al Moreno no se le había de dar la comunión, venía a ser que jamás recibían el cuerpo santísimo de Jesús; y así andaban siempre sumergidos en un abismo de torpezas, borracheras, idolatrías, y otros indecibles males, que ya se han ido cortando con la frecuencia de este divinísimo Señor225.
Dentro de las funciones sacramentales específicas del curato hubo también dos sacramentos que se tuvieron que atender de forma asidua y continuada: los bautismos y los matrimonios, pero confesamos que, al no disponer de los libros parroquiales, que suponemos pasaron a la parroquia en 1745, no podemos hacer su seguimiento como sería lo indicado. Únicamente tenemos una noticia aislada que provine de los inicios del curato y ella hace de pasada una mención de la revalidación de los bautismos y matrimonios de los negros que fueron subsanados por el P. Pedro Osad226. Dentro del proceso de la formación de la república cristiana hay que señalar los vicios que conspiraban contra el orden legal de la convivencia ciudadana. En general, se señalan los amancebamientos, las borracheras y las fiestas ruidosas227. Toda esta profilaxia social es lógico que ofreciera una visión positiva del curato, como se evidencia en la etapa de los conflictos suscitados por el arzobispo Cristóbal de Torres. Al querer quitarles a los jesuitas el curato, las anuas de 1652 afirman que “se adelantó tanto, que a voz común era el pueblo donde mejor, y más ajustadamente a toda piedad cristiana se administraban los sacramentos, y se acudía a toda obligación de nuestros ministerios. Señuelo, que fue a muchos de más de el interés para que se sitiasen en este lugar”228. Todavía nos resta referirnos a las praxis religiosas llevadas a cabo como complemento de lo anterior, pues la piedad hay que concebirla en función del perfeccionamiento moral y por ello debe ser un instrumento práctico y eficaz para la educación de la conciencia y entrenamiento de la voluntad. Como principio vital, los jesuitas coloniales practicaron lo que se despendía del convencimiento de que el culto religioso está siempre enmarcado en una grandiosa majestuosidad material, en un espacio sublimado por el arte y en las lucidas ceremonias cultuales. Así debemos hacer mención de las prácticas devotas, que emanaban de forma significativa bien de las asociaciones devotas que allí funcionaban, bien de las festividades que Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús, 145.
225
Mercado, Historia de la Provincia, II, 184-185.
226
Mercado, Historia de la Provincia, II, 185.
227
ARSI. Provincia Novi Regni et Quiti. 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a. m. r. p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 19v.
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resaltan en el calendario litúrgico. Por ello hay que apelar a las grandes fechas religiosas que, amén de romper con la vida rutinaria de Honda, eran además precedidas por sus correspondientes novenas, procesiones y otras devociones muy del gusto de la época. De acuerdo con la normativa con que se regía la Provincia del Nuevo Reino de Granada, era común resaltar en todos sus domicilios algunas festividades especiales. La notoriedad de una fecha o de un acontecimiento exigía el realce de la solemnidad. Por ello, las misas cantadas, además del preste, las oficiaban el diácono y el subdiácono, pero solo tenían lugar el día de San Ignacio de Loyola, de San Francisco Javier, de la Circuncisión, de Navidad, de Semana Santa con los oficios de Jueves, Viernes y Sábado Santo. A ellas se añadían las del día de todos los difuntos, de los de la Compañía de Jesús, cuando moría algún jesuita y en las honras al rey o al general de la Orden fundada por Ignacio de Loyola229. En esas grandes festividades toda la iglesia y los altares se adornaban especialmente y se cantaba “con muy buena música” y se repicaban las campanas con chirimías, amén del sermón230.
229
José Jouanén, “Usos y costumbres de la Provincia de Quito”, en Historia de la Compañía de Jesús en la antigua Provincia de Quito 1570-1774, t. II (Quito, 1943), 681.
230
Jouanén, “Usos y costumbres de la Provincia del Nuevo Reino y Quito”, t. I (1941), 598-599.
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La residencia de Honda (1620-1767)
Cualquier domicilio jesuítico debía catalogarse, bien como residencia, bien como colegio, aunque después, al crecer en vitalidad, se fusionaban bajo el concepto de colegio. En consecuencia, con la aprobación de Roma, la casa que se fundó en Honda en 1620 fue primero un curato-residencia1. Pero en 1634 pasó la residencia de Honda a ser colegio incoado y su superior, el P. Julio Ledi, pasó a rector2. A partir de ese momento, en los documentos oficiales de la Orden siempre aparecerá con la categoría de “colegio”3. Sin embargo, la coexistencia del curato residencia colegio fue motivo de preocupación de las autoridades jesuíticas romanas. De la correspondencia de los generales de la Orden con los provinciales del Nuevo Reino se deducen algunas noticias interesantes para nuestro estudio. En 1693 se inclinaba la autoridad romana por dejar el curato, pero los problemas económicos, al parecer, no se lo permitían, según el siguiente texto: “Supuesto que dejando el curato, que allí tienen de españoles, no queda congrua suficiente para el sustento de los pocos que allí hay será preciso retenerla hasta que Dios dé por otra parte medios con que poder pasar sin los inconvenientes del curato y si llegasen a tener efecto las buenas esperanzas que hay de que alguno tome el Patrono, sería [el]
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 97. Carta del P. Mucio Vitelleschi a Florián de Ayerbe. Roma, 7 de septiembre de 1621.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 142. Carta de Vitelleschi a Julio Ledi. Roma, 30 de diciembre de 1635.
El primer catálogo posterior a esa fecha es el de 1642 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 56) y de allí en adelante se mantendrá esa denominación.
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mejor medio para poner el Colegio más en forma y libre de las cargas de aquel curato”4. Y en 1718 reflexionaba el provincial Ignacio de Meaurio sobre la necesidad de fortalecer la residencia y escribía: “Juzgo que aliviados del ministerio de curas no solo irán más puros nuestros ministerios sino más voluntarias las acciones de piedad y devoción de parte de los mismos fieles, que nos amarán más y mirarán con más aprecio”5. Con todo, en 1725 el provincial del Nuevo Reino, Francisco Méndez, escribía al prepósito general de la Compañía de Jesús solicitando el permiso para entregar a la mitra los curatos de Honda, Fontibón y Pauto. La respuesta romana fue: “Doy mi consentimiento para que se renuncien los curatos de Pauto y Fontibón como se me ha pedido, pero no el de Honda por motivos que tengo para suspender por ahora esa resolución”6. Solo en 1745 se daría el paso definitivo para formalizar la entrega del curato7. En una población pequeña como era Honda, es lógico que las relaciones de vecindad sufrieran a veces sus encuentros y desencuentros. Así sucedió con los franciscanos, pues, aunque en general ellas fueron buenas en los espacios del Nuevo Reino, en la villa del río Gualí sí se dieron sus pequeños roces locales, sobre todo por los problemas de jurisdicción. Para 1652 detectamos un primer conato de enfrentamiento, a juzgar por el texto de las cartas anuas de esos años. Aunque la referencia es un poco etérea, deducimos que se refiere a la Orden seráfica: “Se levantó (permitiéndolo la divina Providencia) o la emulación de nuestra quietud, o el deseo de propia comodidad, aunque con pretexto de Religión, una de este Reino la primera tempestad edificando casa con nombre de Hospicio, e intentando poco â poco hacer convento religioso, con campana, e Iglesia, la que se había insinuado con tanta templanza en sus principios”8. Aunque carecemos de la información adecuada para dar una explicación idónea de este acontecimiento, no es ilógico pensar que la oposición que siempre
4
APT. Leg. 132, fol. 90v-91. Carta del P. Tyrso González al Padre Diego Francisco Altamirano, Visitador. Roma 15 de agosto de 1693.
Ignacio de Meaurio, “Estado espiritual de la Provincia del Nuevo Reyno y sus Ministerios”, año de 1718, en José del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos relativos a la Historia de la Compañía de Jesús en Venezuela, vol. II (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1974), 289.
APT. Leg. 132, fol. 274. Carta de Miguel Ángel Tamburini a Francisco Méndez. Roma, 15 de diciembre de 1725, tercera carta.
Seguiremos el proceso a través de la documentación oficial que recoge Roberto Velandia en La villa de San Bartolomé de Honda, t. I: Épocas de la Conquista y de la Colonia (Bogotá: Kelly, 1989), 195-205 y sintetiza Juan Manuel Pacheco en Los jesuitas en Colombia, t. III (Bogotá: San Juan Eudes, 1959), 277-280.
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ARSI. Provincia Novi Regni et Quiti. 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a.m.r.p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 19v.
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obtuvo la Compañía de un grupo de hondenses tuviera su influencia en este escarceo. También debemos aducir que la convivencia en los años posteriores debió ser buena, según se desprende de la historia interna de los franciscanos. El arzobispo Melchor de Liñán escribía al Consejo de Indias el 17 de abril de 1674 solicitando la gracia real de convertir el hospicio franciscano en convento y, entre otras, aducía algunas razones poderosas. La villa estaba dividida en dos sectores, separados por un “río caudaloso que tiene un frágil puente”, de forma tal que los jesuitas se ubicaban en la parte sur y los seráficos en la zona norte. La colaboración con los ignacianos era efectiva: “especialmente los tiempos en que se han podido aprovechar de la puente por ser el pasaje del río notablemente peligroso con que en su sentir es hospicio de mucha utilidad”9. El 7 de mayo de 1675 la corona autorizaba el ascenso de hospicio a convento10. Otro problema muy distinto era el de las jurisdicciones territoriales. Ya hemos visto más arriba el convenio entre el provincial de la Orden Seráfica, fray Alonso de Poveda, y el viceprovincial de los jesuitas, Sebastián de Murillo, documento ratificado por el arzobispo Cristóbal de Torres el 18 de noviembre de 1636 y el presidente don Sancho Girón tres días antes11. En 1714 surgió de nuevo un conflicto similar al anterior entre el jesuita Pedro Manuel de Carvajal y fray Tomás Mendoza, doctrinero de Rioseco. Una vez más, en las esferas santafereñas el litigio se movió entre las competencias de las dos cabezas del patronato. Mientras el arzobispo Francisco Cossío y Otero se inclinaba a favor de los ignacianos el presidente de la Real Audiencia, don Francisco Meneses Bravo de Saravia, lo hacía a favor de los franciscanos. En definitiva, fueron los provinciales fray Francisco Antonio Felices y el P. Ignacio de Meaurio quienes pusieron fin al antagonismo, pues el 22 de diciembre de 1716 firmaron un convenio ante el cabildo eclesiástico de Santafé mediante el cual fijaron los nuevos linderos a sus respectivas jurisdicciones, de la siguiente manera: “Que el cura doctrinero de Rioseco tenga por feligresía suya de la banda del río Magdalena que cae hacia dicho Rioseco desde los Almireces por el camino que viene de dicha villa para esta ciudad [Santafé] y demás parajes que cayeren en él y las personas que se hallan desde dicho sitio a los Almireces hasta llegar al
AGI. Santafé, 5, doc. 236. Texto citado por Luis Carlos Mantilla, Los franciscanos en Colombia, t. II (Bogotá: Kelly, 1984), 94-95. En la misma fuente se anexa el parecer favorable del cabildo de Honda.
9
ANB. Conventos, 10, fol. 19. Mantilla, Los franciscanos en Colombia, t. II, 97.
10
11
Los documentos originales de este convenio se encuentran en el Archivo de la Provincia Franciscana de Colombia (Bogotá), t. IV, fols. 121-126 y 132-137v. Véanse, además, Gregorio Arcila Robledo, Las Misiones Franciscanas en Colombia (Bogotá: Imprenta Nacional, 1951), 443-444; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 185; Mantilla, Los franciscanos, t. II, 141-143.
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río Gualí, que es el lindero que se expresa toquen y pertenezcan al curato de dicha Villa”12. El siguiente conflicto surgió en 1764, cuando los jesuitas decidieron abandonar su antigua sede para trasladarse a la parte nueva y construir allí su iglesia y su colegio. Como escribe Luis Carlos Mantilla, se enfrentaron el “afán juridicista” de los jesuitas y los “ánimos belicistas” de los franciscanos, en una interpretación tradicional del “privilegio de las canas”. De ello hablaremos en el capítulo dedicado al Colegio. Fueron diversas las funciones que cumplió la residencia a lo largo de su existencia (1620-1767). Desde sus orígenes, los ignacianos adoptaron como principio rector de sus acciones asumir el compromiso con el bien común de la ciudad donde se insertaban. Ciertamente era una demostración de sus preocupaciones por mejorar a las gentes y su hábitat, más allá de sus deseos evangélicos. En muchas pequeñas poblaciones indianas la educación se erigía como una novedosa institución cultural. Como en el resto de la Provincia del Nuevo Reino, los jesuitas hondenses no solo eran predicadores de la palabra y ministros de los sacramentos, también eran agentes comprometidos en la construcción de instituciones que promovieran el bien común y la asistencia social. Bajo los auspicios del “bien común”, los seguidores de Ignacio de Loyola colaboraron de forma eficaz en dos grandes proyectos: el puente sobre el río Gualí y la construcción de un hospital para la villa. La presencia en el colegio de Honda de dos arquitectos nos lleva a presumir que la primera indagación debe versar sobre estos dos jesuitas. Nos referimos a los hermanos coadjutores: el holandés Lorenzo Koninck y el alemán Marcos Belzerberger. El hermano Lorenzo Könikc [Lorenzo Rey] –nacido en Amsterdam el 13 de marzo de 1698 e ingresado en la Compañía de Jesús el 28 de febrero de 172913–, atravesó el Atlántico en la expedición de 173514. Llegado a tierras americanas ejercería su profesión de arquitecto en las diversas ciudades en que residió: Cartagena, Honda, Pamplona y Maracaibo15. Suponemos que en la Perla del Caribe colaboró grandemente en la construcción de la iglesia
Todo el texto en Mantilla, Los franciscanos, t. III, 514-515. El autor explica en nota el concepto de las canas. Ninguna orden religiosa podía construir una casa en una distancia menor de 140 y aún 300 canas de su convento. La cana medía 2,23 metros.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 232v. Catálogo de 1736. Con respecto al apellido, debemos precisar: Rey es la traducción al español y así lo utilizó por algún tiempo, al menos desde el momento de pasar a América (AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1735) hasta el catálogo de 1756 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v) que lo designa Koninc y el de 1763 (fol. 359), Konik.
12
13
AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1735: “Padre Lorenzo Rey, sacerdote, de treinta y siete años, natural de Ipre en Flandes, buen cuerpo, grueso, nariz gruesa, rubio y ojos negros”.
14
15
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 232v. Catálogo de 1736: “Officia domestica”. El de 1738 reitera el mismo concepto (fol. 269v). El de 1751 (fol. 299) lo califica de “Faber lignarius” y el de 1753 (fol. 300v) “Architectus”.
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de San Pedro Claver16. Si nos atenemos a la información que suministran los catálogos de personas en la Provincia del Nuevo Reino, tendríamos que pensar que su estancia en Cartagena fue desde 1736 hasta pasado el año 175317, pero con una interrupción en Honda que cerca del año 175118. Pero el interrogante consiste en precisar las fechas correspondientes tanto para su llegada como para su salida de la villa del río Gualí. En 1750 residía en Honda, pues el cabildo le solicitaba el día 15 abril los planos sobre el puente del río Gualí19, con lo cual es presumible pensar que era residente del Colegio con anterioridad a esa fecha. Sin embargo hay que dar respuesta a dos presupuestos fundamentales. El primero hace referencia al hecho de que en 1736 se habían iniciado las obras del nuevo Colegio20, el segundo, que no aparece entre los miembros de la institución educativa que realizaron su consulta sobre el traslado del colegio el 10 de julio de 174621. En consecuencia, su estadía hay que ubicarla con posterioridad a esa fecha. Sin embargo, todo esto no excluye su posible colaboración en las tareas de diseño del colegio e iglesia que se edificó en Honda antes de la expulsión de 1767. En 1756 aparece como miembro de la comunidad del colegio de Pamplona22. Y en 1763 se había trasladado a Maracaibo “para el fin de la fábrica que se intentaba hacer del colegio”23. El propio gobernador, al informar al conde de Aranda sobre el caso, escribía: “Este hermano era maestro de Arquitectura y carpintería, y le habían traído aquí los Padres para la fábrica del colegio, que en fuerza de los fondos o donaciones solicitaban fabricar, y para ello condujo de su país diferentes útiles del ejercicio propios suyos”24. La expulsión de 1767 le sorprendió en la urbe marabina, pero no pudo
Bernardo Recio, Compendiosa relación de la cristiandad de Quito (Madrid, 1948), 567: “la mejor de Cartagena –escribe en 1766– acabada pocos años ha por nuestro hermano, gran arquitecto”. Aunque el texto parece referirse al H. Schlessinger, sin embargo habría también que atribuirle algunos aportes al H. Konink, dada su larga estancia en la urbe cartagenera.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de 1736 (fol. 232v); 1738 (fol. 269v) y 1753 (fol. 309v).
ARSI. N. R. et Q., 4. Fol. 299. Catálogo de 1751.
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Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 299.
19
AGI. Santafé, 677. Apuntamiento del expediente seguido en el Consejo de Indias sobre la traslación de un colegio de la Compañía de Jesús en la villa de Honda del Nuevo Reino de Granada, 5 de febrero de 1766.
20
ANB. Miscelánea, 129, fols. 809-810.
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22
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v. catálogo breve de 1756: “Faber lignarius”.
ANCh. Jesuitas, 205. Remisión de Autos, fol. 20v-21.
23
ANCh. Jesuitas, 205. Carta del Gobernador de Maracaibo al Conde de Aranda. Maracaibo, 23 de julio de 1767.
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seguir a sus compañeros por enfermo25. Falleció el 17 de febrero de 1768 en el hospital real de esa ciudad26. Más enigmática es la presencia del tirolés Marcos Belsenberger [Beltzenberger, Welsenberger]. Había nacido en Imst (Tirol)27 el 19 de noviembre de 169428 e ingresado en la Compañía de Jesús el 10 de enero de 172329. Atravesó el Atlántico en la expedición que se hizo a la vela el 14 de abril de 1723 a las órdenes del P. José Monesiglio30. En el Nuevo Reino tres lugares serían sede de su actividad: Antioquia, Bogotá y Honda. En 1736 residía en el Colegio de Antioquia como albañil31. En 1738 se había trasladado al Colegio Máximo de Bogotá32. La última etapa de su biografía se desarrollaría en Honda, en donde lo recoge el catálogo de 175133. Pensamos que su llegada al colegio hondense debió efectuarse después de la consulta tenida por los moradores en 1746, en la que se ratificó la construcción de la nueva sede educativa34. Un punto que se debe dilucidar es el de su aporte al nuevo proyecto hondense. Si en 1751 se describe su integridad física como disminuida, porque estaba “semiciego”35, ¿cómo se entiende que el 13 de enero de ese mismo año se le encomiende la revisión de los dos cajones que se estaban construyendo para el puente sobre el río Gualí?36 En esta ciudad del río Magdalena permaneció hasta su muerte acaecida en noviembre de 175737.
ANCh. Jesuitas, 205. Carta del Gobernador de Maracaibo al Conde de Aranda, fol. 9v.
25
ANCh. Jesuitas, 411.
26
A. Huonder, Deutsche Jesuitenmissionäre des 17. und 18. Jahrhunderts (Freiburg/B, 1899), 204. Los catálogos del Nuevo Reino solo dicen “Tirol”.
ARSI, N. R. et Q., 4, fol. 234v. Catálogo de 1736. Sin embargo, Huonder señala el 2 de febrero de 1697 (Deutsche Jesuitenmissionäre, 204).
ARSI, N. R. et Q., 4, fol. 234v. Catálogo de 1736. Huonder dice que partió para las Indias en 1722.
Agustín Galán García, El Oficio de Indias de los jesuitas de Sevilla 1566-1767 (Sevilla, 1995), 306: “Hicieron el camino vía Puerto Rico”. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, 31: “29. El Hermano Marcos Welsenberger, coadjutor, natural de Inestia prouincia de Baviera, de edad de 29 años, mediano de cuerpo, blanco y rubio”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234v. Catálogo de 1736: a “murarius” Huonder lo describe como Maurer und Steinmets: albañil y cantero.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 266v.; “Fuit murarius”. Catálogo de 1738.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo de 1751: “Semicaecus”. En 1753 (fol. 311) aparece como “murarius” y en el de 1756 (fol. 348) lo mismo, pero también añade que desempeña “Officia domestica”.
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32 33
ANB. Miscelánea, 129, fol. 809-810.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo de 1751: “Semicaecus”.
ANB. Mejoras materiales, 13, fol. 529.
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Biblioteca Nacional de Bogotá (BNB). Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 161v.
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El año 1750 el virrey Alfonso Pizarro se decidió a levantar el puente de calicanto que debía unir las dos partes de Honda38. El 15 de abril el cabildo solicitaba al H. Koninck los planos sobre el puente del río Gualí39 mediante una petición del corregidor de la Villa: “que para la construcción se les entregue el Plan que ha formado el hermano Lorenzo Conig, de la Compañía de Jesús, precediendo aprobación del ingeniero de la Plaza de Cartagena don Juan Bautista de Mac-Evan, a fin de que el Superintendente y los diputados se arreglen precisamente a sus medidas”40. No era esta una tarea fácil, como se desprende de las dos cartas remitidas por el ingeniero Ignacio Salas al Virrey41. En la primera habla “del diseño defectuoso” del H. Koninck, pero más adelante habla de un proyecto de puente de madera, con la advertencia de “que comunique al citado Hermano Jesuita y a los carpinteros más hábiles del país” y solicite el dictamen de los sobredichos42. En su segunda misiva es más tajante y afirma: “respecto a los papeles que ha comunicado D. Juan Bautista Mac-Evan y le han enviado de Honda no hay que hacer el mayor caso de ellos”43. En un despacho que hacía don Agustín Blanco, procurador de la Real Audiencia, el 25 de enero de 1752 al cabildo de la villa encontramos una síntesis de lo realizado aquellos años. Y en el citado documento se lee que “habiendo sido nombrado por Vtro. Virrey director de la obra el P. Lorenzo Coning respecto a su acreditada inteligencia en la arquitectura”, el jesuita decidió separarse voluntariamente del proyecto y fue sustituido por el “Hno. Marcos Welsembergue de la misma Compañía, que faltándole como le faltaba el sentido de la vista por muy expedito que fuese en el arte, era preciso erráse su intención no siguiendo las líneas del plano que se había dado por el ingeniero de Cartagena”44. Sin embargo, el virrey, el 8 de junio de 1751, le expresaba a don Francisco Antonio Cícero que el proyecto del hermano Marcos, que proponía que se redujeran cinco ojos a tres y pedía que así se “explique a esos Hermanos […] las ventajas que imanarán de que el mencionado puente sea de tres ojos”45. El jesuita tirolés solicitó al ingeniero Antonio de Arévalo
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 298-306.
38
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 299.
39
ANB. Mejoras materiales, 13, fol. 528. Citado por Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 299.
40
41
La primera carta está fechada en Cartagena el 22 de mayo de 1750 (ANB. Real Hacienda. Cartas, 19, fols. 605-606v). La segunda está datada el 8 de agosto del mismo año (ANB. Real Hacienda. Cartas, 19, fols. 608-609).
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 300-301.
42
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 302.
43
ANB. Mejoras materiales, 13, fol. 869. Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 303.
44
ANB. Mejoras materiales, 13, fols. 877-880.
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que “le diese por escrito una instrucción individual de todo lo que debe ejecutar en el discurso de la obra”, escrito en el que podrá el lector revisar toda la parte técnica46. Sin embargo, una creciente del río Gualí del 24 de noviembre de 1757 destruyó una parte de la obra y el 25 de enero del año siguiente el cabildo decidió reedificar el puente a la mayor brevedad posible47. Pero el 21 de octubre de 1761 se arruinó el polémico puente48. Más acertado fue el plan de construcción de un hospital para Honda. Este proyecto humanitario tuvo dos fases: la primera a mediados del siglo XVII y la segunda en los años anteriores a la expulsión de los jesuitas en 1767. El historiador Mercado inicia su capítulo dedicado a esta obra social de la siguiente manera: “Lástima causaba el ver que Honda fuese creciendo con el tiempo en edificios y que no fabricase uno que fuese hospital donde los pobres enfermos pudiesen hallar albergue, medicinas y sustento, pereciendo muchos con defecto de estos socorros”49. Hasta el momento no hemos podido identificar el “religioso de la Compañía [que] había estado muchos tiempos con deseo de esta caritativa fábrica”. La oportunidad se dio cuando murió “un mercader de algún caudal” llamado Jorge Grijalva. Su albacea y testamentario fue el alférez Pedro González Barroso, el cual, interpretando la voluntad del difunto, “señaló la cantidad que pudo” para la construcción y le dio el nombre de los santos médicos “Cosme y Damián”. Y para completar la fundación designó como patronos al rector del Colegio “y a los que en tiempos futuros le sucediesen en el oficio” y a los alcaldes ordinarios de la villa “que cada año se eligen”. El rector del colegio ofreció un solar de la propiedad de los jesuitas “en la plazuela enfrente de su mismo templo”, pero el albacea objetó la proposición “porque estaba lejos del río, y que para la limpieza tan necesaria en un hospital era preciso que estuviese cerca del agua”. De esta suerte, el ignaciano negoció con el alférez Jerónimo de Mena Loyola para que vendiese a menor precio un solar cercano al río Gualí. Y allí edificó Pedro González Barroso “con tapias y cubierta de teja la casa de los pobres dividida en dos salas, la una para varones, la otra para las hembras”50. En las fuentes jesuíticas no volvemos a encontrar ninguna referencia sobre el hospital, hasta que en 1764 se planteó el traslado del Colegio de la parte sur a la parte norte del río Gualí. Cuando el rey autorizó el traslado
ANB. Mejoras materiales, 13, fols. 881-882. Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 305-306.
46
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 307.
47
Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 308.
48
49
Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, 4 vols., t. II (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1957), 207.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 207-208.
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del edificio el 12 de marzo de 176651, se movió con rapidez don Diego de Viana y solicitó el otorgamiento de escritura de venta del colegio viejo. En una carta dirigida al P. Martín de Egúrvide sintetiza toda la febril actividad desplegada por este benemérito ciudadano de Honda: Solo resta que V. R. mande la orden para que los Padres de este colegio, como dispuso el padre Provincial, se muden luego a la casa alta que les tengo facilitada con don Gregorio Álvarez, sin interés por dos años, y que sin pérdida de tiempo, con aceptación del padre maestro Fray Antonio de Guzmán, del apoderado del cabildo o de quien deba aceptarla, otorgue la formal escritura de venta del colegio, iglesia y tierra en que están, por los siete mil pesos tratados, los que inmediatamente tomará este padre rector de los diez mil pesos que de reales cajas ha de sacar el H. Rafael de la Vega, para cuyo recibo en esta ocasión le mandó el poder del cabildo. Ambas diligencias las regulo urgentes, porque como los padres de San Juan de Dios tienen ya su licencia para fundar y no faltan algunos malos […] acaso pudiéramos temer alguna novedad52.
Mas, al parecer, esa celeridad se frenó, porque el rector del colegio alegó que había que esperar a que viniese la misión destinada al Nuevo Reino, “pues en el nuevo sitio no había manera de hospedarla”53. Otro tema interesante es el correspondiente a la hospitalidad. Es evidente que una villa que recogía todo el tráfico entre Bogotá, Popayán y Quito con Cartagena tenía que ser posada obligada para todos los viajeros. Y si tenemos en cuenta que durante mucho tiempo solo los jesuitas y los franciscanos disponían de residencia, es fácil conjeturar que también tuvieron que abrir sus puertas a muchos cualificados expedicionarios. En el caso de los jesuitas, opinamos que estas visitas tuvieron que ser sumamente onerosas para una comunidad tan pequeña y dispersa en multitud de ocupaciones espirituales y docentes. Podríamos establecer que los transeúntes se convirtieron en una realidad más frecuente de lo que podemos imaginar. Los huéspedes podían ser de varias clases. La primera la componían los propios jesuitas que trajinaban los caminos de Colombia, y por ello el río Magdalena era ruta obligada. La segunda pertenece a los personajes ilustres del Nuevo Reino y también tenemos constancia de que se esforzaron en “dar hospedaje a los arzobispos y obispos de estas provincias, presidentes, oidores y demás personas honorables constituidas en dignidad, de todos los cuales los nuestros ganan el afecto con sus muestras no pequeñas de caridad con que
ANB. Miscelánea, 104, fol. 870.
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ANB. Miscelánea, 104, fol. 1000v. La carta está fechada el 7 de agosto de 1766.
52
ANB. Miscelánea, 89, fol. 712. Para la vida posterior del hospital, véase Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, 239-246.
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los atienden y con la singular modestia que es usual en la Compañía”54. La tercera la constituían las expediciones misioneras que venían de Europa y sus destinos terminaban bien en Bogotá, bien en Quito. Aquellos hombres que habían trajinado el Atlántico y después el río Magdalena, en la villa de Honda se despedían para siempre, ya que sus destinos finales les obligaban una definitiva separación. Se puede afirmar que la gran mayoría de los jesuitas que laboraron en el Nuevo Reino y Quito tuvieron que hacer, al menos una vez, esa parada obligada. Juzgamos que es interesante para la historia de la villa conocer la cronología y las fuentes de las expediciones misioneras que reposaron en Honda, por la categoría intelectual de muchos de sus expedicionarios y porque, sin lugar a dudas, se convierten en una referencia interesante exógena, a la hora de estudiar la presencia de la población sita a orillas del río Gualí en la vida y obra de tanto extranjero europeo, cuyos escritos habrá que rastrear en un futuro. Para 1625, la primera oleada que vino estaba a las órdenes del P. Francisco de Marquina y constaba de 13 expedicionarios55. En 1631 sería el P. Baltasar Mas con 20 expedicionarios56 y en 1634 el P. Francisco Fuentes con 9 ignacianos57. En 1648 el P. Juan de Toro con 6 viajeros58. En 1658 el P. Hernando Cavero y 22 acompañantes59. En 1663 el P. Alonso de Pantoja y 20 expedicionarios60. En 1681 se dieron dos expediciones: la primera al mando del P. Antonio Maldonado compuesta por 12 miembros61 y la segunda a las órdenes del jesuita alemán Gaspar Pöck (Beck) con 8 integrantes62. En 1684 el P. José de Cases y 6 compañeros63. En 1690 el P. Juan de Segovia y 18 expedicionarios64. En 1695 el P. Pedro Calderón y 44 acompañantes65. Aunque el año 1696 se habían separado las circunscripciones jesuitas del Nuevo Reino y Quito, la puerta de entrada siguió siendo Cartagena y en Honda se seguía vía Popayán a Quito. En 1705 el P. Juan Carbonell pasó
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 47. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis ab anno sexcentesimo octogesimo quarto ad annum millesimum sexcentesimum nonagesimum.
Galán García, El Oficio de Indias, 238.
Galán García, El Oficio de Indias, 242.
Galán García, El Oficio de Indias, 243.
Galán García, El Oficio de Indias, 252.
Galán García, El Oficio de Indias, 256-257.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 16-17; Galán García, El Oficio de Indias, 258.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 17-18; Galán García, El Oficio de Indias, 273-274.
Galán García, El Oficio de Indias, 273.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 18-19; Galán García, El Oficio de Indias, 256-257, 277.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 19-20; Galán García, El Oficio de Indias, 280.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 20-22; Galán García, El Oficio de Indias, 283-284.
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por la villa con 44 jesuitas más66. Aunque la expedición de 1717 estaba compuesta por 23 jesuitas, su conductor, el P. Matías de Tapia, fallece en el momento del embarque67. Y si bien no hemos podido precisar la fecha, con posterioridad al año 1717 debemos incluir la misión del Marañón a las órdenes del P. Nicolás de Puente y 25 jesuitas68, que lamentablemente naufragaron en alta mar69; y otra en 1721 bajo la dirección del P. Bernardo Zurmiller y 17 jesuitas más70. Con la remesa de 1723 tenemos dos documentos que deben completarse: el primero recoge la expedición del P. Mateo Mimbela en 1723, con 29 socios71, y el segundo, del mismo año, habla de un anexo con 8 expedicionarios bajo el mando del P. José Moneciglio, todos extranjeros que hacían el viaje vía Puerto Rico72. En la década comprendida entre 1720 y 1730 se dieron dos envíos de jesuitas desde Europa a tierras quiteñas. Una en 1723, bajo la dirección del P. Juan Bautista Mújica y 27 compañeros73, y otra en 1730, a las órdenes del P. Pedro de Campos con 2474. En 1735 se reinician los envíos jesuíticos al Nuevo Reino bajo la tutela del P. Ignacio de Meaurio, con 55 misioneros75. La expedición de 1743 se dividió en dos grupos: el primero con el P. José Gumilla y 11 socios más y la segunda bajo la tutela del P. Diego Terreros con 16 jesuitas76. Junto a este gran envío de hombres a América hay que anexar un grupo con destino a Quito compuesto por el P. José María Maugueri y 33 ignacianos77. En el año 1749 nos encontramos con dos remesas: la primera que se dirigía al Nuevo Reino bajo la tutela del P. Juan Bautista Manna y 6 acompañantes78 y la segunda con destino a Mainas, Marañón y Amazonas dirigida por el P. Tomás Nieto Polo y 26 jesuitas79. En la década de 1750 a 1760 fue similar el ritmo de los ignacianos enviados a los territorios que estudiamos. A Santafé llegaron dos expediciones: una en 1750, integrada por su director
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 23-27; Galán García, El Oficio de Indias, 288-289.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 27-29; Galán García, El Oficio de Indias, 295-296.
Galán García, El Oficio de Indias, 296-287.
La fecha del naufragio la ofrece Carlos Sommervogel en Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, 13 vols., t. VIII (París: Alphonse Picard, 1890-1932), 374.
Galán García, El Oficio de Indias, 302.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 29-31.
Galán García, El Oficio de Indias, 306.
Galán García, El Oficio de Indias, 307-308.
Galán García, El Oficio de Indias, 308-309.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 31-36; Galán García, El Oficio de Indias, 313-314.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 36-39; Galán García, El Oficio de Indias, 319-320.
Galán García, El Oficio de Indias, 320-321.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 39-40; Galán García, El Oficio de Indias, 329.
Galán García, El Oficio de Indias, 328-329.
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el P. José Navarro y 5 misioneros80, y la segunda en 1754, bajo la tutela de los dos procuradores del Nuevo Reino, los padres Martín de Egúrvide y Ambrosio Battaglia con 13 expedicionarios81. Y a la jurisdicción quiteña se llevaría a cabo una sola remesa el año 1754, compuesta por 36 jesuitas, casi todos extranjeros82. Lo que ciertamente llama la atención del investigador es la política seguida por la corte española de permitir el paso a Indias de tan gruesos contingentes jesuíticos, una vez que ya casi tenían decidida la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús de todos sus dominios. En el caso del Nuevo Reino, en el septenio que corre entre 1760 y 1767, se dieron tres envíos importantes. Uno en 1760, dirigido por el P. Ignacio de Olarte y 33 seguidores de Ignacio de Loyola83. Al año siguiente tuvo lugar el segundo envío presidido por el P. José Pagés y 25 expedicionarios84. Y el último el propio año 1767, encabezado por el P. Domingo Scribani y 28 jesuitas85. Con respecto a la jurisdicción de Quito, solo tenemos noticia de la expedición que se embarcó el 2 de febrero de 1760 formada por 22 viajeros86. La beneficencia social. No es de extrañar que un polo obligado de desarrollo convocara todo tipo de gentes en busca de trabajo y de mejora de vida. Pero, si vemos los estamentos sociales que integraban la población, es de considerar que la pobreza y el desarraigo se erigían como una constante social. Ya hemos visto cómo la estructura social la componía “toda suerte de gentes”: españoles, mestizos, indios y negros. Si a ello añadimos los pasajeros en tránsito, los morenos bogadores y los labradores de las haciendas, los pescadores y estancieros y, por otra parte, la industria del vicio organizado, el panorama moral que ofrecía la villa de Honda revestía caracteres realmente alarmantes. A todo ello habría que adjuntar el hábitat hostil de sus moradas. Una descripción nos la ofrecen las anuas de 1652: “Es este temple riguroso todo el año en calores, por ser muy baja y ahogada la situación de el pueblo; dóblase con esto el trabajo de los que asisten y el mérito para su aprecio. Las casas de los morenos, e indios bogadores son conformes a su pobreza, pequeñas, pajizas, y libres del todo de los alivios, que necesitan tierras semejantes”87. Frente a esa trágica situación social, es muy escasa la información que nos suministran las fuentes coetáneas sobre la acción asistencial de la residencia y solo encontramos menciones
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 40-41 Galán García, El Oficio de Indias, 333.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 41-43; Galán García, El Oficio de Indias, 336.
Galán García, El Oficio de Indias, 335-336.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 43-46; Galán García, El Oficio de Indias, 344-345.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 46-49; Galán García, El Oficio de Indias, 345-346.
Galán García, El Oficio de Indias, 350-351.
Galán García, El Oficio de Indias, 342.
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ARSI. Provincia Novi Regni et Quiti. 12-I, fol. 20. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652.
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aisladas, como: “pero no le sobra nada, si se atienden los muchos gastos de limosnas, con que socorre a todos los menesterosos de esta villa y innumerables pasajeros pobres” y, más adelante, “concurren aquí un sin número de pobres, que hallan el remedio en la caridad de los superiores, que han gobernado, y gobiernan este Colegio”88. En 1690, al hablar de la situación económica de la residencia, añade el cronista que, después de “cubrir los demás gastos que, por la naturaleza del lugar, se añaden, ya que, además de lo que se gasta en limosnas a los pobres que siempre acuden a la portería de nuestra casa, también se gasta mucho dinero ayudando a gente necesitada”89. 1. La república cristiana: doctrina, sermones y misiones circulares Otra tarea muy importante digna se ser tenida en cuenta era la formación religiosa, moral y ética de la república cristiana, que exigía compromisos ante los retos fundamentales que debían absorber la atención de los moradores de la residencia de Honda. Y una vez más nos topamos con la carencia de documentos directos, y las noticias hay que entresacarlas de los diversos textos, pues rara vez le dedican un apartado a ellas. Había que “enseñar la cristiandad”, pues era el camino obligado para introducir al creyente en el progreso espiritual y material. El término “propagación de la fe” (o peregrinaje hacia el infiel) fue el término utilizado para referirse a esta actividad religiosa. En el capítulo anterior hemos pergeñado parte de las respuestas dadas por los seguidores de Ignacio de Loyola a la difícil tarea que tuvieron que desarrollar con respecto a cristianizar la población hondense. Aquí nos limitaremos a construir lo específico de una residencia. También es obligatoria una referencia expresa a un género literario que gozó de gran estimación durante todos los tiempos coloniales: nos referimos a la oratoria sagrada. Dentro del proceso de confesionalización, esta se erigía como un agente fundamental para el adoctrinamiento de las masas urbanas. La elocuencia que se desarrolló en el mundo indiano es un complejo de géneros literarios que analiza la vida y los valores de una sociedad, de forma tal que en muchos aspectos podría equipararse a la prensa crítica de hoy90. Ciertamente, la variedad de modelos de la elocuencia sagrada se erige como un elemento clave para el estudio de la historia de las
Archivo de la Provincia de Toledo (APT). Leg. 26, fols. 91-92. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98.
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 47. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
Félix Herrero Salgado, La oratoria sagrada en los siglos XVI y XVII. III. La predicación en la Compañía de Jesús (Madrid: Fundación Universitaria Española, 2001).
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mentalidades. Pero esta temática desborda los límites de nuestro estudio y por ello remitimos al interesado en estos espacios tan poco estudiados al interesante resumen que ofrece Javier Burrieza en su artículo acerca de los libros que reposaban en la biblioteca de la Javeriana colonial sobre los “concionatores”91. Como afirma Javier Burrieza, “el sermón fue uno de los productos más demandados en una sociedad sacralizada en la cual era mucho más que doctrina predicada”92. Teófanes Egido especifica las funciones del predicador, que se cifraban en enseñar, deleitar, convencer y transmitir sentimientos y emociones para llegar al punto final que aspiraba a mover los corazones93. Pero la oratoria sagrada en aquellos tiempos era comprometida y creaba de vez en cuando problemas serios a la hora de combatir las plagas sociales que invadían la ciudad. Citamos un ejemplo anecdótico acaecido en la pacífica ciudad de Mérida (Venezuela) como muestra de lo que comentamos. El Libro de Consultas nos ha legado un interesante incidente que habla por sí solo: En 9 de abril de 1700 llamé a consulta a los PP. Consultores y pregunté qué se debía hacer, sabiendo que el Teniente de la ciudad estaba sentido y muy quejoso de la Religión [Compañía de Jesús] por ocasión de un sermón que predicó el P. N. de que se ha dado por ofendido el Teniente así porque el objeto particular y blanco de el sermón fue el bastón y las baras de la ciudad, como por haber juzgado fue a influjo y ruego de los seculares y también porque el Padre, después de predicado el sermón, le dio a leer fuera de casa con que han tenido ocasión los de fuera de hacer burla y mofa (con el sermón del Teniente); por todo esto, como por el buen término del Teniente, que no obstante su sentimiento no ha hecho papelada ninguna (como las han hecho otros en otros tiempos con menos motivo), juzgué debía consultar si convendría se le diese alguna satisfacción de el buen ánimo y sana intención con que el Padre había predicado el sermón. Y juzgaron los Padres que entran siempre en la consulta: lo primero, que el Padre había hecho contra la regla 12 de los Predicadores que manda no sea reprehendido en los sermones ningún sujeto in particulari, y tirando a ventana señalada como lo hizo el Padre en su sermón; lo segundo, que sabiendo como hemos sabido los puntos que sintió de el sermón el Teniente, siendo como son públicos en el lugar, le de el Padre en un papel la satisfacción de que solo la publicidad de ellos y el buen celo de que enmendasen le movió a predicarlos, y que después
Javier Burrieza, “Biblioteca colonial de la Universidad Javeriana de Bogotá”, en José del Rey Fajardo y Myriam Marín (eds.), La biblioteca colonial de la Universidad Javeriana comentada (Bogotá: Archivo Histórico Javeriano, 2008), 347-394.
Burrieza, “Biblioteca colonial”, 349.
Teófanes Egido López, “Los sermones: retórica y espectáculo”, en VV.AA., Trabajo y ocio en la época moderna (Madrid: ACTAS, 2001), 92.
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le haga el Padre una visita a que yo mismo le acompañara para quitar la ocasión de que quiera el Teniente desahogar con el padre su sentimiento en lo que no conviene y solo se le haga esta visita para que se conozca que no hay encono ninguno con él de parte de la Religión como se sabe lo ha dado a entender. Así se concluyó la consulta en dicho día, mes y año. Francisco Saldaña94.
La temática la imponían los ciclos litúrgicos y los grandes acontecimientos que movían la vida social y política de la villa de Honda. La subida al trono de un nuevo monarca, el nacimiento de un príncipe, la toma de posesión del obispo, la llegada de una reliquia, la beatificación o canonización de un nuevo beato o santo y situaciones similares. Mas, si nos restringimos al caso específico de la residencia de Honda, deberemos señalar, al menos, tres géneros distintos: las pláticas de doctrina cristiana, los sermones y las misiones circulares. Sin lugar a dudas, es de admirar que una residencia que generalmente contaba con dos o tres miembros de comunidad tuviera que abarcar tantos ministerios sacerdotales. Un resumen de esta actividad lo recogen las anuas de 1698. El cronista afirmará que, amén de administrar los sacramentos, se añade “el instruir al pueblo en sermones, explicaciones de la Doctrina Cristiana, y frecuentes exhortaciones a la virtud, y para desterrar los vicios”95. La plática de doctrina cristiana se desarrollaba en tiempo de cuaresma y tenía como objetivo principal preparar a los feligreses para la comunión pascual mediante una buena confesión. Los ciclos litúrgicos eran recorridos de muy diversas maneras. Dada la carencia informativa sobre este tema en Honda, recurrimos al modelo que se desarrolló en la iglesia de Tunja. En la cuaresma las labores espirituales imponían a los sacerdotes una actividad absorbente. Los domingos se explicaban las “historias del Señor tomadas de la Sagrada Escritura, siempre con la asistencia del magistrado de la ciudad y una innumerable muchedumbre”. El lunes estaba dedicado a la catequesis de los indios y los esclavos, aunque a veces asistían “damas distinguidas y muchos españoles” para escuchar lo que allí se decía. El martes toda la comunidad, hasta los novicios, “van por las plazas recitando oraciones en voz alta. Cuando llegan a la plaza principal, se explican las verdades que tocan a los cristianos y, para que lo que se dice llegue más profundamente al alma de los oyentes, los novicios interrogan a los niños entre quienes están sentados como señal de humildad”. Los miércoles y los viernes la convocatoria era en la iglesia del colegio y, como decían en esos tiempos, se proponía un “ejemplo”, es decir, algún hecho de virtud
AUCAB. Libro de Consultas, fol. 22v. Consulta del 9 de abril de 1700.
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APT. Leg. 26, fol. 92v. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98.
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practicado por algún santo y después se analizaba y se sacaban las consecuencias y compromisos para la propia vida. A continuación venía el salmo del Miserere “recitado con voz apropiada para suscitar penitencia, mientras los presentes se flagelan”96. También en los carnavales se abría el templo después de almuerzo, se exponía el Santísimo Sacramento y se hacía una “exhortación al pueblo para que se acuerde de las obligaciones en medio del libertinaje”97. De igual forma, los “jubileos” se reiteraban en la práctica de los procesos de purificación espiritual. Así lo ilustra otro testimonio: “Cuando hay un día destinado para ganar el jubileo, acuden muchos a expiar por la penitencia los pecados cometidos y para fortalecerse con el cuerpo del Señor”98. La devoción del jubileo se erigía en una oportunidad privilegiada: “se permiten las necesarias predicaciones en determinadas iglesias y el día dedicado al jubileo muchísimos se acercan al pan sagrado”99. Las indulgencias guardan estrecha relación con el sacramento de la penitencia, que siempre ha significado un espacio idóneo para el encuentro entre el hombre que había extraviado su camino y Dios, mediante el arrepentimiento y el propósito de enmienda. Sin embargo, toda falta grave acarreaba penitencias recias que se irían conmutando por otras más suaves que debía pagar el pecador por la reparación de sus faltas. Los teólogos distinguen entre culpa y pena; la primera se extingue por la absolución del confesor y la segunda, como es una secuela de la transgresión de las leyes divinas, se borra con la penitencia, y para ello se recurre a las indulgencias. En definitiva, se trata de una ayuda al penitente para que alcance ese amor de Dios que borra todo. Y, como afirma Karl Rahner, las indulgencias se hacen efectivas “allí donde se da y en la medida en que se da una disposición para una purificación santificadora, cada vez más honda, del hombre entero, más allá de la mera eliminación del reato de culpa estrictamente como tal”100. Las misiones circulares Las “misiones circulares”, como se las designaba en el Nuevo Reino, o las “misiones populares”, como se las conocía en España, estaban diseñadas para llegar a la conciencia de los cristianos mediante la predicación de las
ARSI. N. R. et Q., 13-I, fols. 42-42v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
ARSI. N. R. et Q., 13-I, fols. 42v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
ARSI. N. R. et Q., 13-I, fol. 46v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
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ARSI. N. R. et Q., 13-I, fol. 48. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu.
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Karl Rahner, “Indulgencias”, en Karl Rahner et alii, Sacramentum mundi. Enciclopedia teológica, t. III (Barcelona: Herder, 1973), 884.
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verdades fundamentales de la religión, con el fin de ordenar la vida interna y externa de las personas. Este acercarse a las bases populares fue una iniciativa de los hombres de Loyola y es reconocido ahora “por su profundo impacto, no solo en la práctica y sensibilidad religiosas, sino también en la cultura popular”101. Este tema sigue siendo un terreno inexplorado, pues se puede considerar monumental la obra llevada a cabo por los jesuitas en toda la geografía colonial colombiana con sus misiones circulares. Un aporte a la cultura popular que todavía no ha obtenido un estudio serio, pues significa una de las visiones más cercanas al sentir de los hombres del pueblo, de su conducta social, de las virtudes y vicios que regían la vida de las comunidades blancas, criollas y mestizas102. En la historia de la Compañía de Jesús, el italiano Silvestro Landini fue el iniciador de este apostolado en vida del propio fundador (1547-1554). Su fama de santo, taumaturgo y profeta fue tan grande en toda Italia que el historiador Bartoli no dudó en equipararlo con Francisco Javier, al afirmar que “fue para los jesuitas, el prototipo del misionero en Europa, como Xavier encarnó la idea del apóstol de los paganos en el mundo oriental”103. Su verdadera intuición consistió en adaptar las meditaciones de la primera semana de los Ejercicios a la mentalidad popular, de tal forma que resultó paradigmático su diseño, sus técnicas y el logro de sus objetivos. En esencia, su método consistía en permanecer alrededor de una semana en cada lugar, en predicar cada día a un estamento distinto de la población y en tratar de asegurar la perseverancia en los buenos propósitos mediante la creación de cofradías e instituciones similares104. La rápida penetración de estos jesuitas andariegos por las poblaciones de todo el país nos describe una verdadera historia de la geografía humana del Nuevo Reino de Granada. Conforme se fue instalando institucionalmente la Orden de Ignacio de Loyola, cada colegio significó un núcleo de irradiación de esta forma de llegar al alma de los neogranadinos. El día que se logre recomponer el mapa geográfico y humano trazado por los ignacianos en el Nuevo Reino es indudable que la historia social de las masas colombianas dispondrá de una nueva voz para que se pueda interpretar su esencia con nuevas luces y aportes. Este ministerio se convirtió en una excelente profilaxia social, efectiva para reconstruir las familias, componer matrimonios, pacificar las
John W. O’Malley, “Misiones populares”, en Charles E. O’Neill y Joaquín Ma. Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, t. III (Roma: Institutum Historicum, S. I.; Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 2001), 2691. Véase también John W. O’Malley, “Predicación”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. IV, 3216-3223.
Véase un ejemplo en José del Rey Fajardo y Luz María Cabarcas Santoya, El archivo espiritual del maestro javeriano Francisco Javier Trías (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2008).
Armando Guidetti, “Landini, Silvestro”, O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. III, 2277.
John W. O’Malley, “Misiones populares”, III, 2691.
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discordias, corregir maldades, en fin, volver a los criterios de una república cristiana. En última instancia, era un modo de acercarse a las sociedades agrarias y urbanas y fundamentalmente a los más pobres, para renovar los valores de la fe en quiebra. En este sentido, hay que subrayar que su metodología se fue diseñando y adaptando institucionalmente a cada una de las regiones donde actuaba105, si bien fue el general de la Compañía de Jesús, Claudio Aquaviva (1543-1615)106, quien codificaría en una Instrucción las experiencias, hasta el punto de dejar para toda la Compañía este plan fundamental de las misiones107. En el Nuevo Reino, el visitador Diego Francisco Altamirano108 trazó el mapa para cumplir con esa vocación de acercamiento a las masas, tanto agrarias como urbanas109. No es nuestro propósito hacer su historia, pero el investigador de tan interesante experimento social-religioso deberá conocer su proceso a través de sus forjadores, los padres Jerónimo López (1530-1596)110, Pablo Señeri (16731713), Antonio Baldinuci (1665-1717)111, Tirso González (1624-1705)112 y Pedro Calatayud113 (1689-1773)114, entre otros115. El objetivo final de la misión aspiraba a que en las poblaciones se diera una verdadera reforma de costumbres y, además, que esta durara. En otras palabras, se trataba de obtener la reconciliación con Dios y con los demás. Sin lugar a dudas, los jesuitas llegaron a estudiar no solo los recursos psicológicos, sino las técnicas para lograr el objetivo final. El análisis y la experiencia les indicaron cómo concatenar los sermones y las doctrinas, de forma tal que el corazón humano sintiese la impotencia de resistirse a la gracia de Dios. También estaban previstos todos los movimientos
Cecilio Gómez Rodeles, Vida del célebre misionero P. Pedro Calatayud de la Compañía de Jesús y relación de sus apostólicas empresas en los reinos de España y Portugal (1689-1773) (Madrid, 1882), 499-523, donde se ofrece una visión resumida del tema aquí tratado.
Mario Fois, “Aquaviva, Claudio”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. II, 1614-1621.
Institutum Societatis Iesu. Florencia, III (1893), 365-368.
Véase José del Rey Fajardo, Biblioteca de Escritores jesuitas neogranadinos (Bogotá: Universidad Javeriana, 2006), 83-97.
Archivo de la Antigua Provincia de Quito (APQu). Leg. 6. Carta circular del P. Diego Francisco Altamirano. Santafé, 21 de noviembre de 1695.
Félix Zubillaga y Jesús Gómez F., “López Ponce, Jerónimo”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. III, 2419.
Gualberto Gicachi, “Baldinucci, Antonio”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. I, 329.
112
Isidoro Pinedo, “González de Santalla, Tirso”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. II, 1644-1650.
113
Mzrio Colpo, “Segneri, Paolo (junior)”, O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. IV, 3548-3549.
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Eusebio Gil, “Calatayud, Pedro Antonio de”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. I, 599-600.
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Gómez Rodeles. Ob. cit., 499-528.
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de las multitudes, así como los espacios idóneos para los sermones, las procesiones, los auditorios y aún las luces nocturnas. El punto de partida era la realidad moral de la población que solicitaba la predicación de la misión, pues desde ese análisis había que atacar directamente los elementos que constituían la raíz de la inmoralidad de las acciones individuales y sociales. El núcleo conceptual de las predicaciones era similar en todos los predicadores, lo que variaba era la aplicación concreta a cada auditorio. Así, el esquema del P. Señeri era: 1) correspondencia al llamamiento divino; 2) dignidad del alma; 3) enemistad con Dios que se contrae con el pecado mortal; 4) contra el pecado de la carne; 5) perdón de los enemigos; 6) infierno; 7) consecuencias del abuso de la misericordia divina; 8) perseverancia116. Pero el punto de llegada inmediato consistía en enseñar a los fieles a hacer la confesión general. Para ello se creaba un ambiente psicológico, al que colaboraban las procesiones, los cánticos populares apropiados, las sentencias cortas, pero penetrantes, que repetía la multitud, y otros medios en sí insignificantes, pero que en su conjunto colaboraban a ambientar al alma para dar su paso al reencuentro con Dios. En el Nuevo Reino los jesuitas fomentaron desde sus inicios este ministerio. Ya a mediados del siglo XVII aparece en los documentos como una forma de apostolado habitual117. De acuerdo con las indicaciones de los “Usos y costumbres” de la Provincia del Nuevo Reino118, cada colegio debía realizar en su propia ciudad las respectivas misiones cada tres años. Y las cartas anuas se erigen en la mejor fuente documental que sistemáticamente recogía este tipo de información, por ello es fácil seguir su existencia durante el siglo XVII. Para el XVIII es necesario servirse de otras fuentes indirectas. La metodología empleada para la organización y el desarrollo de la misión era siempre muy similar y, como es natural, dependía en gran parte del número de habitantes de la población. El anuncio revestía una gran solemnidad y se hacía en las diversas iglesias de la ciudad. Llegada la fecha anunciada, se procuraba vincular y comprometer a las principales personalidades presentes en la urbe. La misión se iniciaba por la noche con la procesión del acto de contrición. El Cristo que la presidía era llevado por alguna persona principal de la localidad. Mientras caminaban, repetían en
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Gómez Rodeles, Vida del célebre misionero, 511.
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ARSI. N. R. et Q., 12-I. Carta Annua de los Años 1642 hasta el de 1652 de la Provincia del Nuevo Reyno y Quito [sin foliar]. Véanse Partes I y 4.
Usos y costumbres de esta Provincia de Quito, sacados de los antiguos, confirmados por nuestro P. General Vincencio Carafa, dispuestos por el P. Visitador Diego Francisco Altamirano, o reconocidos por el P. Provincial Pedro Calderón, habiéndolos consultado con sus Consultores de Provincia, el 27 de Marzo de 1697. En José Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús en la antigua Provincia de Quito 1570-1774, t. II (Quito: Ecuatoriana, 1941), 687-688.
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silencio algunos dogmas de nuestra fe y también “en saetillas hacían tres o cuatro actos de contrición” y el flujo humano regresaba a la iglesia de donde había salido y con un sermón se ponía fin a la apertura. El ritmo de los días siguientes consistía en una serie bien escalonada de sermones, a los que precedían siempre unas pláticas de doctrina en las que se insistía en los modos de una buena confesión. Tras el último sermón del día, seguían las confesiones hasta bien entrada la noche, como apuntó el cronista, para que “no se entibiase con la dilación el buen deseo”119. Generalmente la misión duraba ochos días. Dentro de la concepción religiosa de entonces, el arrepentimiento se mostraba de forma pública y con procesiones de penitencia, para grabar individual y colectivamente el desarreglo en la conciencia entre el ideal y la vida real de cada uno. La conclusión también asumía una gran importancia. Las anuas de 1693 nos ofrecen la clausura de estos ejercicios piadosos en la ciudad de Mérida, que valen asimismo para Honda: Se remató la Misión al octavo día, que lo fue el de la Natividad de la Virgen Santísima Nuestra Señora. Ordenóse una devotísima procesión la tarde de ese día, en que precediendo los hombres y siguiendo la clerecía con un crucifijo se remataba en un innumerable concurso de mujeres, sin que de ellas ni de los hombres se sepa faltara persona alguna de la ciudad a tan religioso acto. Iban todos cantando las oraciones, la voz en cuello, sin repugnancias del natural empacho principalmente en las mujeres. Habiendo así caminado las principales calles de la ciudad vino a parar la procesión a nuestra Iglesia de donde salieron habiendo oído la explicación de un punto de la Doctrina Christiana y una plática de lo que importa la perseverancia en el bien comenzado120.
En general, eran muy fructíferas estas predicaciones, y es frecuente encontrarse con correspondencia como la que transcribimos: “Excelentísimo Señor Virrey: Llevado de la obediencia se ausenta de esta ciudad el Padre Antonio Julián de la Compañía de Jesús siendo general el sentimiento de sus moradores porque repentinamente quedamos sin el consuelo de sus loables y santas doctrinas en las que ha trabajado con infatigable amor y celo por lo que se hace digno de que llegue a noticia de V. E. [...] Ocaña, septiembre 24 de 1751. Fermín Dionisio de Amado”121. Mariquita fue uno de los lugares visitados por los jesuitas de Honda, como respuesta a la invitación de sus pobladores. Nos consta que les
Véase APT. Fondo Astráin. Leg. 5, fols. 12, 12v y 18. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada. Contienen los años de 1691, 92 y 93.
APT. Leg. 26, fol. 87v-88. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jhesus desde el año 1694 hasta fines de 98.
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ANB. Miscelánea, t. 89, fols. 475-476.
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convidaban a las “muy devotas y célebres festividades entre año” para que fueran a predicar, lo cual hacían “frecuentemente adelantando con el celo de su predicación, asistencia al confesonario, y buen ejemplo en sus procedimientos, el crédito, y buen nombre de nuestros Ministerios”122. Y en una comunicación del año 1690 se vuelve a reiterar la presencia de los ignacianos en muy diversos escenarios: “en ocasiones especiales, predican en los templos de otros religiosos que estiman mucho la labor de los nuestros. Además, con frecuencia se desplazan hasta la Ciudad de Mariquita con el mismo propósito”123. Y el año 1697, en una “espiritual correría de Misiones por todos estos contornos” que llevaban a cabo dos jesuitas de Santafé y, “viendo lo imposibilitados, que estaban los Padres de este Colegio”, decidieron predicar una misión y con toda solemnidad la llevaron a cabo, “ayudados de los demás sacerdotes de la Casa”, todo lo cual se hizo “con mucha asistencia, y con igual fruto”124. Las congregaciones Un importante papel jugó en los colegios y en las residencias coloniales una institución religiosa cultural y económica que dentro de la historia de los movimientos religiosos se denominó “congregación”125. Para conocer la vida interna de una congregación neogranadina disponemos de dos puntos cronológicos de referencia. El primero se centra en la obra ascética del P. Pedro de Mercado126 que cubre la segunda mitad del siglo XVII; el segundo, casi inmediato a la expulsión de los jesuitas en 1767, es la obra Breve noticia de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro publicada en Madrid en 1760127.
ARSI. Provincia Novi Regni et Quiti. 12-I, fol. 20v. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito.
122
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 46v. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis.
APT. Leg. 26, fol. 92v. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98.
125
Para quien esté interesado en el tema, remitimos al libro de Elder Mullan, S. J., La Congregación Mariana estudiada en los documentos (Barcelona [1911]).
126
Véase José del Rey Fajardo, Bio-bibliografía de los Jesuitas en la Venezuela colonial (San Cristóbal: Universidad Católica del Táchira, 1974; Bogotá: Universidad Javeriana, 1995), 352-354.
127
Fernando de Vergara, Breve noticia de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro erigida en la Iglesia de la Compañía de Jesús de la ciudad de Santa Fe del Nuevo Reyno de Granada. Su autor el P. Fernando de Bergara, Prefecto de dicha Congregación, quien la dedica a María Santísima, con título del Socorro. Con licencia (Madrid: Joachin Ibarra, 1760). Existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Bogotá.
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La Compañía de Jesús fomentó en todo el mundo, como apostolado específico propio, las congregaciones128, tanto entre los alumnos de los jesuitas como entre los amigos y la gente que frecuentaba sus iglesias. El fin primordial de la congregación era doble: el cultivo ascendente de las virtudes y su práctica constante en tres campos muy significativos: la piedad, la caridad y el celo apostólico. Y su inspiración provenía de la fuerza, profundidad y fecundidad de su devoción a la Virgen Santísima, arquetipo de la sublimidad a que puede llegar la vida cotidiana, construida con fe y con el amor que impone el cumplimiento de los deberes personales, profesionales y sociales. Por ello afirma Villaret: Tienden a formar el mundo de la vida espiritual e interior con vistas a conseguir la perfección en su estado, condición social y profesión de manera tal que pueda crear por todas partes, a todas las edades, en todos los rangos y en todos los empleos, una élite de hombres perfectos, para así llegar a la reforma del estado y por la misma a la reforma del mundo129.
La piedad debía garantizar el clima interno de exigencia nacido del fervor de la vida espiritual; a su vez, el congregante debía comprobar en la vida cotidiana el desarrollo de su personalidad, tanto profesional como social, de modo eminente. Esta institución, que alcanzó durante los siglos XVII y XVIII un auge para nosotros insospechado130, todavía no ha sido estudiada en sus verdaderas dimensiones americanas. A finales del siglo XVII, tenemos noticia de la Congregación de la Buena Muerte. Esta confraternidad había sido adoptada por todos los colegios del Nuevo Reino antes de 1690, con prueba la carta anua de 1690-1693 al afirmar: “También de pocos años a esta parte se fundó en este Colegio de Santafé como en los demás de la Provincia la Congregación de la Buena Muerte; tiene de esta materia su plática cada mes con asistencia de muchos a tan loable ejercicio”131. En 1753 el prefecto de dicha corporación era el P. Francisco Riberos132 y en 1756 el P. Pedro Páez133. Por los últimos catálogos del XVIII y sobre todo por los inventarios que se levantaron en el momento de la expulsión de 1767, también verificamos la vigencia tanto de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro como la de Nuestra Señora de los Dolores.
128
Para las congregaciones: Emile Villaret, “Congrégations de la Sainte Vierge”, en Marcel Viller, Charles Baumgartner, André Rayez, Dictionnaire de Spiritualité ascétique et mystique. Doctrine et histoire, t. II (París: Beauchesne, 1953), 1487.
129
Villaret, “Congrégations”, 1487.
130
Elder Mullan, La Congregación Mariana estudiada en los documentos (Barcelona, 1911), 16 y ss.
APT. Fondo Astrain. Leg. 5, fol. 4v. Annuas, 1690-1693.
131
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301. Catálogo breve de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo breve de 1756.
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Sabemos de la existencia en 1756 de la congregación de Nuestra Señora del Socorro, cuyo director era el P. Gervasio Guerra134. El camarín dedicado a la virgen con esta advocación en la iglesia del Colegio estaba adornado con cinco espejos medianos y siete láminas, de las que una sola era grande, seis niños con sus conchitas, un san José de bulto y cuatro angelitos de bulto135. Además, sus inventarios se encontraban en “cuatro libros manuscritos que contienen los hermanos de las confraternidades de los Dolores y del Socorro, situadas en este Colegio y de las alhajas que cada imagen tiene y de esta razón se hallan algunos papeles sueltos entre dicho libro” a los que había que añadir “unas patentes de imprenta de dichas Confraternidades”136. La Congregación de Nuestra Señora de los Dolores, por su parte, tenía un altar en la iglesia137 y su camarín con sus correspondientes adornos: dos niños con sus conchas, dos laminitas de pasta de reliquia de cristal, tres láminas de bronce, doce espejitos “todo embutido en el relieve de madera que está al respaldo de la Virgen”. A ello se unía “un frontal de pasta de madera plateado que está en la bóveda de la Capilla”138. También en los años inmediatos a la expulsión funcionaba en la residencia la Congregación del Sagrado Corazón139. Hay que resaltar que en el Nuevo Reino pronto prendió el fuego de la devoción al Corazón de Jesús y el 7 de diciembre de 1743 se daba inicio en la Iglesia de la Compañía de Bogotá a la Congregación del Corazón de Jesús140. Con todo, es curioso anotar que en 1738 se publica en la imprenta de la Compañía de Jesús la novena a tan novedoso culto141. El origen inmediato de esta devoción se remonta a Paray-le-Monial (Francia) y a su primera propagadora, que fue santa Margarita María de Alacoque, desde 1673 en adelante142. El mensaje de sus visiones se reducía
134
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo breve de 1756.
ANB. Curas y obispos, 14.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 299.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 291.
137
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 292.
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ANB. Curas y obispos, 43, fol. 216.
139
José Vargas Jurado. Tiempos coloniales. Bogotá (1902) 25.
Luis A. Cuervo, “El primer año de la imprenta en Santafé”, Revista Javeriana 20 (1943): 245247. Novena del Corazón de Jesús sacada de las prácticas de un librito intitulado Tesoro escondido en el Corazón de Jesús. Por un devoto del mismo Corazón. En la Imprenta de la Compañía de Jesús. Año de 1738.
José Luis de Urrutia, Teología del Sagrado Corazón. Historia. Problemática. Documentos Pontificios (Madrid: Apostolado de la Prensa, 1961), 83, sintetiza la doctrina en las siguientes cuatro revelaciones: Primera (1673): El gran amor del Corazón de Cristo a los hombres que quiere darles especiales gracias por su medio. Segunda (1674): El dolor del Corazón de Cristo por los desprecios de los hombres. Quiere que su amor impere en todos los corazones. Quiere que sea venerada la imagen de su Corazón, con las llamas, la herida, la corona de espinas y la cruz. Tercera (1674): El Corazón de Cristo le pide a ella que comulgue los primeros viernes y que
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a una espiritualidad que se sintetizaba en el amor y en la reparación. Su contexto era, por una parte, la severidad del jansenismo y, por otra, el avance del indiferentismo y de la incredulidad religiosa143. En verdad fueron los jesuitas franceses quienes iniciaron la propagación del culto, sobre todo el P. Claudio de la Colombière (1641-1682) con su libro póstumo Retraite spirituelle (Lyon, 1684). Pero su gran difusión se debe al libro del P. Juan Croiset (1656-1738) La dévotion au Sacré-Coeur de Notre-Seigneur Jésus-Christ (Lyon 1691). Curiosamente, este libro tuvo un gran éxito y no dejó de propagarse, a pesar de que estuvo incluido en el Índice de 1704 a 1887. Mas sería el P. Francisco Galliffet (1663-1749), con su obra De cultu sacrosanti Cordis Dei ac Domini nostri Jesu-Christi (Roma, 1726) y su acción en la ciudad eterna como asistente de Francia ante la Curia Generalicia de la Compañía de Jesús quien conseguiría la aprobación del culto público del Corazón de Jesús. Ignoramos los motivos por los que los jesuitas españoles fueron reacios a la propagación de la nueva devoción. Se puede considerar que la Compañía de Jesús hispana asume hacia 1733 el reto de promover el culto al Sagrado Corazón gracias fundamentalmente a la actividad de los padres Bernardo Hoyos (1711-1735), Agustín de Cardaveraz (1703-1770) y Pedro de Calatayud (1689-1773)144 y también a los libros del P. Juan de Loyola Tesoro escondido145 y del P. Pedro de Peñalosa La devoción al Sagrado Corazón146. Aunque es de suponer que de España pasó a América, es necesario dejar abierta la posibilidad de que jesuitas italianos, alemanes o centroeuropeos hubieran podido trasplantar antes la devoción al Corazón de Cristo. En este sentido, debemos dejar sentado que algunos autores ascéticos de las principales órdenes religiosas habían tratado el tema aun antes
haga la hora santa de once a doce de la noche los jueves. Cuarta (1675): Le hacen sufrir especialmente los corazones que le están consagrados. Puede que el viernes siguiente a la octava del Corpus se dedique a reparar las injurias que recibe cuando está expuesto, comulgando y desagraviándole. Miguel Nicolau y Christopher J. Viscardi, “Corazón de Jesús, Devoción”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. I (2001) 944-948.
José Stierli, Cor Salvatoris (Barcelona: Herder, 1958). La mejor información oficial de la iglesia se encuentra en la encíclica Haurietis aquas (15-V-1956) del Papa Pío XII (Acta Apostolicae Sedis, año 1956). La documentación pontificia fundamental puede verse, texto bilingüe, en Urrutia, Teología del Sagrado Corazón, 177-349.
144
Eugenio de Uriarte, Principios del reinado del Corazón de Jesús en España (Madrid, 1880); Antonio Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, t. VII (Madrid, 1925), 118-146.
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Tesoro escondido en el Corazón de Jesús descubierto a nuestra España, con la breve noticia de su dulcísimo culto, propagado ya en varias provincias del orbe cristiano. Su autor el P. Juan de Loyola de la Compañía de Jesús, maestro de Teología y al presente Rector del colegio de Segovia. Con Licencia del Ilustrísimo Sr. Obispo de Valladolid y de los Superiores de la Religión (Valladolid: Alonso del Riego, 1734).
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Pamplona, 1734. Se trata de una traducción arreglada del que publicó el P. Croisset en francés.
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de que santa Margarita María de Alacoque encabezara de forma específica su movimiento. Así, pues, como ejemplo, señalamos que el jesuita polaco P. Gaspar Druzbicki (1590-1662) tuvo un gran influjo en la espiritualidad jesuítica y su nombre avaló un devocionario suyo, póstumo, intitulado Meta cordium Cor Jesu et sanctissima Trinitas y publicado en 1683. Por todo lo anteriormente expuesto no es de extrañar que la nueva iglesia que se estaba levantando en Honda estuviera dedicada al Corazón de Jesús147. 2. Oradores sagrados jesuitas Trataremos de completar este capítulo con la breve reseña de los oradores sagrados jesuitas que ocuparon el púlpito a lo largo de la estancia de los ignacianos en Honda. Y para ello seguiremos la secuencia cronológica que marcan los Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino. Sin lugar a dudas, los dos fundadores de la residencia deben abrir el catálogo de oradores sagrados en la villa del río Gualí, pues fueron pioneros del ministerio de la palabra, tanto en las regiones antioqueñas como en el río Magdalena. Pedro Ossad (c. 1579-1629) había nacido en Tarazona (Aragón) e ingresado en la Compañía de Jesús en octubre de 1597148. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1607 bajo la dirección del P. Diego de la Concha149. Aunque fallecería en Cartagena el 29 de enero de 1629150, su existir americano lo consagró a Bogotá, Tunja y Honda. Fue rector del Colegio Mayor de San Bartolomé (1615-1616)151. En 1623 retornaría a la capital colombiana152 para desandar los caminos a Tunja en 1625153. En 1620 era nombrado párroco de Honda154 y en 1628 dirigiría la parroquia de
ANB. Curas y obispos, 43, fol. 159.
147
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5.
Galán García, El Oficio de Indias, 224; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 11: “3º. Padre Pedro Osad, natural de la villa de Añón, obispado de Taraçona, hijo de Manuel Osad y de María Ortiz, de hedad de 27 años y diez de compañia, avia leido tres años de umanidad y oido sus artes y un año de teulogia, salio del collegio de Valençia y ordenose en Sevilla con extra tempora”.
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ARSI. Historia Societatis, 44, fol. 58v. También hay otra versión según la cual habría muerto en Zaragoza (Antioquia) en 1633 (Historia Societatis, 43, fol. 117).
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Aunque Restrepo Posada no lo cita en “Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé (1605-1767)”, Revista Javeriana XXXVIII (1952): 89-101, tanto el catálogo de 1616 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 19) como el de 1623 (fol. 39v) reiteran que fue rector del Seminario. El propio Restrepo Posada (p. 90) reconoce una laguna entre 1615 y 1616, que es la que se debe llenar con el P. Pedro Ossad.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 19. Catálogo de 1623. “Ha leído gramática 7 años. Rector del Seminario. Predicador y operario”.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta fechada en Roma el 21 de septiembre de 1625.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 181.
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Santa Ana155. Mercado delineó su perfil oratorio de la siguiente manera: “Predicador fue fervorosísimo de la palabra de Dios y por su amor vivió de suerte, y dio tan buenos ejemplos a los de dentro y fuera de casa, que así los unos como los otros le tuvieron en opinión de santo y por este título fue muy estimado y venerado de todos”156. De su estancia en la población del río Gualí nos han quedado dos escritos: Relación enviada al P. Provincial de lo que a gloria de Dios se trabaja en la Villa de Honda, de 1621157 y Relación al P. Provincial de varias misiones que se han hecho a algunos pueblos vecinos, y de la necesidad de que le envíe nuevos operarios, de 1623158. El segundo fundador fue el P. José Alitrán (c. 1592-1661), mas para su biografía nos remitimos al capítulo dedicado a los rectores de Honda, pues ejerció el cargo en dos periodos distintos (1642-1649 y 1653-1655). Dejó dos escritos que hacen referencia a dos hermanos coadjutores que encontraron la muerte en esta residencia. Una fue la Necrología del H. Pedro Barba, 1633159 y la segunda estuvo dedicada al napolitano Lucas Martín160. Bartolomé Pérez (1596-1668)161 fue una de las grandes personalidades jesuíticas de la Provincia del Nuevo Reino y Quito. Su biografía comprende tres grandes áreas de trabajo: la gestión del más alto gobierno, la de predicador y la de misionero. Como hombre de gobierno rigió el Colegio Seminario de San Luis de Quito162, fue rector de la Universidad Gregoriana de la capital ecuatoriana (1654-1657)163 y viceprovincial del Nuevo Reino (1664-1666) –ya que su titular, el P. Gaspar Cujía, tuvo que viajar a España por orden del Consejo de Indias164– y también se desempeñó como rector de la Universidad Javeriana de Bogotá (1667-1668)165 en cuyo ejercicio le
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Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 181.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta fechada en Roma el 13 de septiembre de 1628.
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Archivo Inédito Uriarte-Lecina (AIUL). Papeletas: Ossat, Pedro.
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AIUL. Papeletas: Ossat, Pedro.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 218-219: “refiriendo lo que de su mano dejó escrito el P. Josef Alitrán, rector que fue del colegio de Honda”.
160
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 196: “A este funeral se halló presente el Padre Josef de Alitrán que testifica lo dicho en un escrito de su mano que tengo en mi poder”.
161
Del Rey Fajardo, Biblioteca de escritores jesuitas neogranadinos, 543-545.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 63. El catálogo de 1642 dice: “Fuit Rector Seminarii”. Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 222.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 137v. Catálogo de 1755: “Fuit Rector conquensis, et modo Quitensis”. En 1657 asiste a la Congregación Provincial como rector de Quito (ARSI. Congregationes Provinciales, 74, fol. 132). Sin embargo, el catálogo de 1657 afirma que “3 fuit Rector” (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 159v).
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 65-73.
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Catálogo breve de 1667 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 8). Catálogo de 1668 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 239). En este cargo asiste a la Congregación Provincial de 1668 (ARSI. Congregationes Provinciales, 77, fol. 267).
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sorprendió la muerte166. Como predicador se le puede seguir tanto en Bogotá167 como en Honda en torno al año 1630168. Mercado lo describe como “muy inclinado al púlpito, y así solía predicar muchos más sermones que los otros predicadores no perdiendo punto de evangelizar la divina palabra en las tres lenguas que sabía [castellano, muisca y quechua]”169; y Hernán Rodríguez lo califica como “gran escriturista, teólogo y predicador“170. Su faceta de misionero la demostró con creces en la Misión de Mainas171 y en el superiorato de la Misión, que ejerció del 6 de noviembre de 1651 al 6 de septiembre de 1653172. Baltasar Sanz (1592?-1670). La biografía de este jesuita venezolano es una consagración a los hombres del río Magdalena, muy especialmente a la ciudad de Mompox, a la que dedicó sus afanes y desvelos desde 1653 hasta su muerte en 1670173. Su biógrafo anota con respecto a su personalidad que “tuvo un natural tan sincero y cándido que cualquiera lo engañaría con ser tan sabio”174. Ejerció el rectorado del colegio (1654-1658)175. También había laborado en los colegios de Cartagena176 y Honda177. Mercado escribe de él: que “fue grande predicador, y tanto que causaba admiración. Sacaba raros y admirables conceptos de los salmos del Profeta Rey [David]”178.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 229. Sin embargo, en las informaciones oficiales de la Compañía de Jesús se señala el 15 de octubre (ARSI. Historia Societatis, 48, fol. 22).
166
ARSI. N. R. et Q., 5: Catálogo breve de 1659 (fol. 5); Catálogo breve de 1661 (fol. 1).
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del P. Vitelleschi al P. Bartolomé Pérez. Roma, 6 de febrero de 1630.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 221.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 225. En 1649 tomaba a su cargo el pueblo de los Cocamillas en la reducción de Santa María de Guallaga, situada a orillas del río Guallaga, “a unos tres o cuatro días de navegación más arriba de su desembocadura en el Marañón”. En 1651 era destinado a Borja y era sustituido por el P. Raimundo de Santa Cruz (Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, t. I, 375).
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Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, t. I, 408. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 456. Como superior fundó Santa María de Ucayale de los cocamas y de allí partió el 14 de abril de 1653 (Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, t. I, 382).
173
Hernán Rodríguez Castelo, Literatura en la Audiencia de Quito siglo XVII (Quito: Banco Central del Ecuador, 1980), 409.
Desde 1655 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 137v) tenemos noticia de su estancia en Mompox, pero suponemos que llegó a esta ciudad antes. Los Catálogos breves de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6), 1661 (fol. 2), 1667 (fol. 10) y 1668 (fol. 14) lo ubican en Mompox.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 166.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 137v. Catálogo de 1655.
AGI. Santafé, 232. Carta de la Religion de la Compañia de Jesus de Cartagena en el Nuevo Reyno de Granada dando cuenta del buen proceder en la ocasion del contagio que padecio aquella ciudad, del Gobernador don Fernando de la Riva Aguero. Cartagena, 20 de enero de 1652. Aparece entre los firmantes de la carta.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 56. Catálogo de 1642.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 166.
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El santafereño Ignacio Dosma (1626-1696)179 había nacido en 1626 e ingresado en la Compañía de Jesús el 28 de mayo de 1642180. Realizó todos sus estudios en la Universidad Javeriana181. Su amplia biografía parece repartirse entre Honda, Panamá y Mérida. Ya en 1655 se desempeñaba como profesor de Gramática182 y en 1659 laboraba en Honda183, donde la Compañía de Jesús pugnaba por pasar de colegio incoado a colegio en funciones. Allí trabajó hasta 1664, y aunque algunos catálogos posteriores hacen referencia a su rectorado, hasta el momento no hemos podido confirmarlo184. Ciertamente nos constan sus funciones de predicador en la residencia185. Hacia fines de 1664 se abre su estancia en Panamá186 que duró cuatro lustros187, ciudad del istmo donde enseñó Filosofía188. A Mérida le dedicó el último tramo de su vida, al menos desde 1684189, y su docencia gira en torno al año 1687190. Falleció en ciudad de los Caballeros. Al redactar su biografía, su autor se limita a afirmar que era uno de los “sujetos estimados particularmente por su virtud y letras. Tal fue el Padre Ignacio de Osma, Profeso de cuatro votos, que murió de mucha edad en el mismo colegio de Mérida”191.
José Del Rey Fajardo, Los jesuitas en Venezuela, t. II: Los hombres (Caracas-Bogotá: Universidad Católica Andrés, 2007) 167.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 88v. El propio Catálogo de 1642 lo recoge como novicio (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 54).
El Catálogo de 1651 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 115) dice: “Theologus. Docet Grammaticam”, lo cual quiere decir que no era sacerdote todavía, pero es de presumir que había concluido el estudio de la Teología y que, mientras se ordenaba de sacerdote, ejerció la docencia.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 141: “Docet Grammaticam”, pero no especifica dónde. Catálogo de 1655.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6. Catálogo breve de 1659.
Hacen referencia a su estancia en Honda solo los catálogos breves de 1659 y 1661 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 2). El Catálogo de 1664 no trae a los miembros de la Provincia según los domicilios (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 218v) y de su rectorado solo se hacen eco algunos catálogos posteriores, a partir del de 1668 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 246).
ARSI. N. R. et Q., 5, fols. 2 y 6.
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El 20 de enero de 1665 otorgaba en Mérida doña Isabel de Rivas y Toledo un poder a los padres Ignacio de Osma y Diego de Figueroa “y por sus ausencias al Padre Rector que fuere del Colegio y casa de la dicha Compañía de Jesús de la ciudad de Panamá a todos tres juntos y a cada uno de por si” (AHM. Protocolos, T. XXVI, fol. 140), lo cual nos hace pensar que el P. Dosma ya debía estar residenciado de fijo en Panamá.
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En los Catálogos de la Provincia se recoge su estancia desde el de 1667 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 9v) hasta el de 1678 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 320v).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 21v. Catálogo breve de 1671.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 355v.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 25v. “Lector Grammaticae”. Catálogo breve de 1687.
APT. Leg. 26, fol. 242. Las Cartas Anuas de 1694-1698 se quejan de que no se escribiera su “Carta de edificación”.
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En 1661 actuaba como predicador el payanés Luis Guzmán (c. 1630-¿?). Había nacido hacia 1630192 e ingresado en la Compañía de Jesús el 30 de julio de 1649, después de haber estudiado tres años de Filosofía193. Realizó sus estudios de Teología en la Universidad Javeriana194. Es muy breve la información de que disponemos sobre este jesuita. En 1659 laboraba en Panamá como “operario de negros”195 y en 1661 pertenecía a la comunidad del Colegio de Honda y se dedicaba a los ministerios sacerdotales196. A partir de esta fecha no volvemos a tener noticia alguna del P. Luis Guzmán. En 1667, el P. Andrés Pacheco (1639-¿?) estaba al frente de todas las funciones religiosas de la residencia. Al igual que el anterior, son escasas las referencias que poseemos de este jesuita, que había nacido en Córdoba (Andalucía) e ingresado en la Compañía de Jesús el 7 de septiembre de 1656197. Atravesó el Atlántico en la expedición que dirigió el P. Hernando Cabero y que se hizo a la vela el 16 de septiembre de 1658198. Cursó sus estudios superiores en la Universidad Javeriana199. El año 1667 laboraba en Honda como predicador y operario200 y al año siguiente lo encontramos con idénticas funciones en el colegio de Mompox201. A partir de esa fecha no aparece en los documentos de la Orden. El año 1668 ejercitaban las acciones espirituales los padres Juan de Santa Cruz y Antonio Zamora. Juan de Santacruz (c. 1627-¿?), nació en Ibarra (Ecuador)202 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Quito, el 30 de julio de 1647203. Toda la formación intelectual la recibió en la Universidad Gregoriana de Quito, y cuando ingresó a la Compañía de Jesús ya había obtenido el título de Magíster in Filosofía204. Debió ser un conocedor del quechua, pues desde sus inicios sacerdotales se dedicó a estos indígenas desde por lo menos
El catálogo de 1651 de ARSI. N. R. et Q. (3, fol. 116v) dice que tenía 20 años; el de 1657, 27 años (fol. 167).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 116v. Catálogo de 1651.
En 1655 estudiaba tercer año de Teología (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 143).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6v. Catálogo breve de 1659.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 2. Catálogo breve de 1661: “Predicador y operario”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 213. Catálogo de 1664.
Galán García, El Oficio de Indias, 257.
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ARSI. N. R. et Q., 5. En 1659 era estudiante de Filosofía (fol. 5) y en 1661 de Teología (fol. 5).
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ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 248v.
202
La mayoría de los catálogos, al dar su edad, coinciden en esta fecha. Los catálogos dan como lugar de nacimiento “Oppidi de la Villa dioecesis Quiti”. ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 89v. Catálogo de 1649.
203
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 89v. Catálogo de 1649. Sin embargo, el catálogo de 1684 señala el 4 de agosto (fol. 349v) y el de 1687 el 3 de julio (fol. 388).
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 89v. Catálogo de 1649.
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1655 en Quito205. En 1661 actuaba como superior en la Misión de los Noanamas206, dependiente de Popayán, pero su estancia en esta área misional no superó el medio año207. Ejerció el rectorado del colegio de Popayán en dos oportunidades: la primera de noviembre de 1664 a agosto de 1667 y la segunda de julio de 1672 a julio de 1680208. En 1668 aparece en el colegio de Honda en funciones meramente espirituales209. Pero en 1671 ya había regresado a Popayán210 para regir al año siguiente por segunda vez los destinos del colegio payanés211. De Popayán se dirigió a Bogotá al Colegio de las Nieves, al concluir su mandato en 1678212. Con esta curiosa trayectoria era designado rector del colegio de Mompox en 1681 y allí permanecería hasta 1684213. Un retrato de su personalidad nos lo ofrece el P. Cristóbal Rüeld en la crónica de su viaje, quien había llegado a Mompox el 24 de mayo y se detuvo 24 días. Sobre el P. Santacruz anota “rector de esta casa, modelo de hombre apostólico, más semejante a un ángel que a un hombre, ya que por su perfecta conducta, ya por su inmensa caridad con todos, especialmente con nosotros pobres extranjeros”214. Cumplido su ciclo neogranadino regresó de inmediato a Quito215. En 1687 se encargaba del colegio de Cuenca a sus 60 años216. De forma curiosa, los documentos oficiales silencian la fecha de su muerte. Antonio Zamora (c. 1637-1689). Había nacido en Villafranca (España) e ingresado en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 31 de julio de
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 142. Catálogo de 1655. ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6v. Catálogo Breve de 1659: “Predicador. Operario de indios”.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 3v. Catálogo breve de 1661: “Misión de Noanamas. Superior. Predicador. Operario de indios”.
APQu. Leg. 15. Informe sobre el Chocó del P. Antonio Marzal. Popayán, 22 de octubre del 78. Ha sido publicado íntegramente en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 493-506.
León Deubler, Becerro o Sumario de la fundación, principios, progresos y otros acaecimientos en [roto] Colegio de Poyayán según consta por su arch[roto] de Caxas [manuscrito que reposa en el Archivo de la Compañía de Jesús en Colombia]. Resumen preliminar.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 14v. Catálogo breve de 1668: “Confesor Nostrorum. Praefectus spiritus. Admonitor. Consultor. Assignat puncta meditationis”.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 22. Catálogo breve de 1671: “Consultor. Praefectus Congregationis et Studiorum”.
APQu. Leg. 15. Informe sobre el Chocó del P. Antonio Marzal, fol. 2: “entró a dicha provincia [de los Noanamas] el P. Juan de Santacruz, rector hoy de esta casa [22 de octubre de 1678]”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 321v. Catálogo de 1678.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 349v. Catálogo de 1684. Curiosamente dice que fue superior de Pasto.
Citado por Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 196.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 349v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 388. Catálogo de 1687.
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1658217. Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana218. En 1668 laboraba en el colegio de Honda219 y en 1671 regresaba a la capital boyacense para realizar su año de tercera probación220. Más larga sería su estancia en el colegio de Cartagena, por lo menos en las fechas comprendidas entre 1675 y 1678221. En 1681 actuaba como uno de los fundadores del colegio de Ocaña222 y de inmediato fue nombrado rector223. En 1684 vivía en el colegio de Mompox224, en donde transcurrieron los últimos años de su biografía225 hasta que falleció226. En 1671 fungía como operario el P. Martín Bolea (1640-1676). Había nacido en Egea de los Caballeros (Zaragoza) e ingresado a la Compañía de Jesús el 19 de noviembre de 1659227. Atravesó el Atlántico en la expedición que se hizo a la vela el 17 de febrero de 1663 bajo la dirección del P. Alonso de Pantoja228. Llegado a Bogotá, continuó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana229 y, al concluir su formación, pasó al Colegio de Honda, donde se encontraba en 1671230. Después fue destinado a las misiones de Casanare y colaboró en el intento de ingresar al Orinoco alrededor del año 1675, pero, al retirarse a los Llanos con el P. Bernabé González, murió ahogado en el río Casanare231. El hecho se produjo, según
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 185v. Catálogo de 1660.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 1v. Catálogo breve de 1661: “Estudiante de Artes”. En 1664 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 213v. Catálogo de 1664): “Studuit Philosophiam, nunc Theologus”. 1667 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 8. Catálogo breve 1667): “Teólogo de 3er. Año”. Ya era sacerdote.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 14v. Catálogo breve 1668: “Operarius”.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 21v. Catálogo breve 1671.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 344. Pronuncia sus votos de profesión ante el P. Francisco Castaño. ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 320. Catálogo de 1678.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 35.
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ANB. Temporalidades, 16, fols. 682-684.
223
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 388v. Catálogo de 1687: “Vires: debiles”. Sin embargo, el Catálogo breve de 1687 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 25) especificará: “Laborat dementia”.
224 225
ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 17.
226
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 222. Catálogo de 1664.
Agustín Galán García, El Oficio de Indias, 258; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 16: “8º. H. Martín de Bolea, natural de Egea de los Caballeros, en el Arzobispado de Zaragoza, filósofo, de 22 años”.
El Catálogo breve de 1667 dice que era estudiante del 1 año de Teología (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 8) y el Catálogo de 1671 dice que estudió tres años de Filosofía y cuatro de Teología (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 286).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 22v. Catálogo breve de 1671: “Honda. Admonitor et consultor. Confessarius nostrorum. Operarius”.
J. Del Rey Fajardo, Misiones jesuíticas en la Orinoquia, t. I (Caracas, 1977), 110; Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 326.
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los Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino, el 25 de septiembre de 1676232 y, según los documentos romanos, el 25 de diciembre233. Juan Onofre (c. 1620-c. 1680) nació en Chachapoyas (Perú) e ingresó a la Compañía de Jesús, en Quito, el 24 de febrero de 1638234. Realizó sus estudios de Filosofía (1640-1643) y Teología (1643-1647) en la Universidad Gregoriana de Quito235. En 1654 residía en Cartagena236. En 1657 actuaba en la Universidad Javeriana como profesor de Teología237, y allí permaneció hasta 1662238. En dicho año fue desterrado por Don Diego de Egües por sus sermones contra el visitador de la Audiencia, don Juan Cornejo, en pugna con el provisor del arzobispado, don Lucas Fernández de Piedrahita239. De Bogotá pasó a Tunja, en donde ganó en 1663 un certamen literario convocado por el nacimiento del príncipe Carlos José, quien después sería Carlos II240. De nuevo en la capital santafereña, asume el rectorado del Colegio Seminario de San Bartolomé (1666-1668)241. En 1668, concluido su periodo rectoral, pasa a la residencia bogotana de Las Nieves242. En 1671 residía en Cartagena243 y ese mismo año era procesado por la Inquisición244. En 1678 lo encontramos en el colegio de Honda245. Su fecha de defunción no aparece en los documentos oficiales, pero tuvo que suceder alrededor de 1680. De un talento tan polifacético solo tenemos noticia de sus Poesías246.
232
233
ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 181.
234
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 87v. Catálogo de 1649.
235
Catálogo de 1642 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 61). En Quito estudia Filosofía.
236
Ángel Valtierra, El santo que libertó una raza. San Pedro Claver S: I: Esclavo de los esclavos negros. Su vida y su época. (1580-1654) (Bogotá: Imprenta Nacional, 1954), 547.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 165v. Catálogo de 1657: “Docuit Grammaticam et nunc Theologiam”. El catálogo de 1660 especifica que enseñó Teología Moral (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 191).
ARSI. N. R. et Q., 5 fol. 5. Catálogo breve 1659 (fol. 1 en el de 1661).
237
238
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 343. Supplementum Catalogi huius Provinciae… ab anno 1671.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 323 y 65-73.
239
240
En la relación del certamen, dice don Alonso de la Palma Nieto, alcalde de Tunja: “Llevóse el primer premio de la glosa con razón, aunque su modestia lo disimuló, el bonete insigne, hijo de la ilustre Compañía de Jesús, Padre Juan Onofre, grande por virtud y letras y generales aplausos en su predicación”. Ozías S. Rubio y Manuel Briceño, Tunja, desde su fundación hasta la época presente (Bogotá, 1909), 101-102.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10v. Catálogo breve de 1667. José Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé (1605-1767)”, Revista Javeriana XXXVIII (1952): 95.
241
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 248v. Catálogo de 1668.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 21v. Catálogo breve de 1671.
José Toribio Medina, Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Cartagena de Indias (Bogotá: Biblioteca Nacional, 1952), 329.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 323v. Catálogo de 1678: “Vires: infirmae. Rector Fidensis. Magister Novitiorum”.
Antonio Gómez Restrepo, Historia de la Literatura Colombiana, t. I (Bogotá, 1945), 80-94.
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Antonio Sáenz (1636-1715) nació en Munilla (Logroño)247 e ingresó en la Compañía de Jesús el 2 de julio de 1654248. Atravesó el Atlántico en la expedición que se hizo a la vela el 16 de septiembre de 1658 bajo la dirección del P. Hernando Cavero249. Estudió Filosofía en la Universidad Javeriana250. En vez de seguir el curso de Teología, hizo el de Casos de Conciencia251. Sus primeros años de sacerdocio los dedicó a los indígenas de la sabana bogotana252, lo cual indica que era un buen conocedor del chibcha. En 1671 residía en el Colegio Máximo253. En 1678 pertenecía a la comunidad del colegio de Honda254. En 1684 había regresado al Colegio Máximo, pero con sus fuerzas deterioradas255. En 1687 ejercía el cargo de superior en la residencia indígena de Fontibón256. En 1691 se encontraba de nuevo en el Colegio Máximo y, al parecer, al frente de alguna hacienda257. En 1711 había retornado al colegio de Honda258 y en esta ciudad permaneció259 hasta su muerte260. Francisco Castaño (1614-1694). En el capítulo dedicado a los rectores del colegio de Honda hemos hablado de su biografía, y si bien es verdad que fue rector del Colegio Mayor de San Bartolomé, del de Honda –en dos ocasiones–, y del de Cartagena, y también superior de Tópaga y Fontibón, fue la villa del río Gualí la que absorbió casi cuatro lustros su dedicación a la feligresía y sus predicaciones en castellano y en lengua muisca261. En 1684 dirigía las funciones religiosas el P. Bernardo Estela (c. 1630-1686). Una personalidad intelectual fuerte se revela en este jesuita
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 185v. Catálogo de 1660.
Galán García, El Oficio de Indias, 257.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 5: “Artista”. Catálogo Breve de 1659.
En 1661 estudiaba Casos, pero residiendo en Fontibón (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 1v): “Escolar moralista”. Y en 1664 todavía estudiaba Casos (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 213).
De 1661 a 1671 aparece residenciado en Fontibón como “Concionator Indorum” (ARSI. N. R. et Q., 5, fols. 1v., 5, 10v. y 14v.).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 20. Catálogo de 1671: “Santafé. Operarius indorum”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 322v. Catálogo de 1678: ““Operarius et concionator indorum”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 347v. Catálogo de 1684: “Vires: mediocres. Operarius indorum”.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 26. Catálogo breve de 1687.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 1. Catálogo de 1691: “Operarius in villa quadam collegii”. Y el catálogo de 1711 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100) establece: “Parochus indorum 10 annos. Agrícola ad 22 ann”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 58. Catálogo breve de 1711: “Honda. Operarius”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 140.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 112. Catálogo de 1651. Aunque los catálogos de estos años no indican el domicilio, todos insisten en que fue “Concionator hispanorum et indorum”: 1655 (fol. 139v), 1657 (fol. 163) y 1660 (fol. 188).
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catalán. Nacido en Barcelona de España262 e ingresado en la Compañía de Jesús el 12 de octubre de 1645263, había atravesado el Atlántico en la expedición de 1658 que vino al cuidado del P. Hernando Cavero264. Completó su currículum teológico en la Universidad Gregoriana de Quito265. Su estancia bogotana se extiende de 1661 a 1667266 y en ese lapso temporal ejerció la docencia de la cátedra de Sagrada Escritura, en 1663, en la Universidad Javeriana267, y se desempeñó como rector del recién fundado Colegio de Las Nieves268. Su segunda etapa biográfica neogranadina la asume en el río Magdalena, pues ejerció el rectorado del Colegio de Mompox de 1668 a 1671269. En 1671 lo vemos actuar como albacea, de acuerdo con el testamento de Bartolomé Lázaro de Corcuera270. No hemos podido precisar dónde vivió durante el rectorado de su sucesor. Retorna en 1678 a la ciudad del Magdalena para regir por segunda vez los destinos del colegio (16781681)271. En 1684 residía en el colegio de Honda272 y la muerte le salió al encuentro en la ciudad de Tunja en 1686273. En 1687 manejaban el culto los padres Cristóbal Jaimes y Juan Simón de Cuéllar, cuyas biografías se encuentran en el capítulo dedicado a los rectores. En 1691 encontramos de nuevo al P. Francisco Castaño y al P. Constantino Cairasco.
Los catálogos de 1660 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 186), 1664 (fol. 214), 1668 (fol. 248v) y 1671 (fol. 285v) señalan, por los años, que habría nacido en 1630. Los catálogos de 1678 (fol. 322) y 1684 (fol. 357v) señalan el año 1629.
Todos los catálogos señalan esa fecha. Sin embargo, se nos presenta una objeción: si los registros de la Casa de Contratación (AGI. Indiferente General, 2871. Expedición de 1658) y el Catálogo breve de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6v) lo reseñan como “escolar”, es decir, no sacerdote, nos cabe una doble interpretación: o la fecha está errada o antes de ordenarse de sacerdote ejerció la docencia durante algún tiempo prolongado.
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AGI. Indiferente General, 2871. Expedición de 1658. “Escolar”.
265
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6v. Catálogo breve de 1659: “Theologo de quarto año”.
266
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 1. Catálogo breve de 1661 (fol. 8). Catálogo breve de 1667: “Prefecto de la Congregación de la Asunción”.
267
Archivo de San Bartolomé. Libro de la Universidad y Academia..., fol. 325v. ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 214. Catálogo de 1664. Todos los catálogos posteriores reiteran esta docencia.
Desde el catálogo de 1671 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 285v) hasta su muerte, insisten en que fue rector de Las Nieves.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 258v.
268
269
ANB. Temporalidades, 16, fol. 686. Testamento de Bartolomé Lazaro de Corcuera, vecino de Mompóx y natural de la ciudad de Ocaña. Nombra albacea al P. Bernardo Estela, rector de Mompox (10 de abril de 1671).
270
271
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 322. Catálogo de 1678.
272
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 357v. Catálogo de 1684.
273
ARSI. Historia Societatis, t. 49, fol. 30r.
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Constantino Cairasco (¿?-1703), nació en Pamplona de Colombia274 e ingresó en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 24 de octubre de 1657275. Estudió la Filosofía y Casos de Conciencia en la Universidad Javeriana276. En 1664 enseñaba gramática, pero no hemos podido precisar en qué colegio277. A partir de 1667 actuaba como procurador en el colegio de Tunja278 y después como operario279. En 1684 laboraba en el colegio de Pamplona como operario280. En 1687 había regresado a la capital boyacense y se encargaba de alguna de las haciendas281. En 1691 vivía en la comunidad del colegio de Honda como operario282. En 1702 residía en el Colegio Máximo de Santafé283. Falleció en la hacienda de San Miguel de Chipalo el 17 de diciembre de 1703284. En la década 1702-1711 detectamos una disminución en el personal que atendía la residencia, pues solamente aparece el P. Nicolás González (1693-1738) para la primera fecha y el P. Rodrigo Celada para la segunda. Aquel sirvió a la sociedad hondense como rector del colegio y también como profesor de Gramática y predicador. Rodrigo Celada (1667-1724) nació en Medellín (Colombia) e ingresó en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 21 de julio de 1686, después de haber estudiado tres años de Filosofía285. En 1691 era estudiante de Teología en la Universidad Javeriana286. La ciudad de Bogotá parece absorber la mayor parte de su biografía jesuítica. En 1702 estaba radicado en el Colegio Máximo y se desempeñaba como predicador287. En 1703 predica una misión por
Según el cómputo de las fechas que ofrecen los catálogos, el año de nacimiento sería 1635: catálogo 1660 (ARSI. A. N. R. et Q., 3, fol. 186v), 1664 (fol. 214v), 1668 (fol. 244), 1671 (fol. 281v). El año 1641: catálogo de 1687 (fol. 385), 1691 ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 29v), 1702 (fol. 38v). Año 1642: Catálogo 1678 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 319), 1684 (fol. 356).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 186v. Catálogo de 1660.
Según nuestros cálculos: 1659-1662 estudia Filosofía; en 1662-1663, Casos de Conciencia.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 214v. Catálogo de 1664.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 9v. Catálogo breve de 1667.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 244. Catálogo de 1668. Catálogo de 1671 (fol. 281v) y de 1678 (fol. 319). Todos ellos insisten en que su salud estaba resquebrajada.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 385. Catálogo de 1687: “Docuit grammaticam. Agrícola”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 2. Catálogo breve de 1691: “Consultor. Operarius”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 38v. Catálogo de 1702: “Docuit grammaticam. Procurator. Agrícola”.
Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la Compañía de Jesús de Santafé, hecho por orden del muy Reverendo Padre Pedro Calderón, Provincial de ella en esta provincia del Nuevo Reino. Año de 1701, fol. 185v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 199. Catálogo de 1720.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 7. Catálogo de 1691.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 38v. Catálogo de 1702: “Concionator hispanorum”.
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tierras de Antioquia288. Su estadía bogotana se extiende, al menos, de 1702 a 1715289, con una interrupción en el colegio de Honda alrededor del año 1711290. En 1718 residía en el colegio de Tunja291, pero dos años más tarde se había reintegrado a la comunidad del Colegio Máximo292, mas pronto debió pasar al colegio de Cartagena y allí se dedicó al cultivo espiritual de los negros, hasta que le sorprendió la muerte en 1724293. A partir del año de 1711 se incrementa la presencia jesuítica en el colegio de la villa del río Gualí, pues en esa fecha se mencionan los padres Francisco Saldaña, Tomás Varela y Miguel Herrera. Las acciones del P. Francisco Saldaña las conocemos en sus vertientes de rector, profesor de gramática y como predicador. Tomás Varela (1664-1739) nació en La Coruña (España) e ingresó en la Compañía de Jesús en España el 10 de agosto de 1685294. Pasó al Nuevo Reino en la expedición de 1694295. Llegado a tierras neogranadinas fue destinado con el P. Félix Cugía a la misión del Airico, en la que permanecieron un año296. En 1702 residía en el colegio de Tunja297, en 1711 era integrante de la comunidad de Honda298 y en 1713 fungía como superior de la residencia de Fontibón299. Llegó al colegio de Mérida a fines de 1717300 y a este plantel le dedicó los 20 últimos años de su biografía, consagrado a
APT. Leg. 132. Cartas de PP. Generales, fol. 168. Carta del P. Tamburini al P. Calderón. Roma, 12 de febrero de 1704.
En 1711 residía en el colegio de Las Nieves (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 95); en 1713 (fol. 113v), 1715 (fol. 139v).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42v-43. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 159.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 199. Catálogo de 1720.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 199.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 40v. Catálogo de 1702. Para la fecha de nacimiento: Catálogo de 1711 (fol. 100).
AGI. Contratación, 5548. Expedición de 1694: “7. El Padre Tomás Barela, sacerdote natural de la Coruña en Galicia, arzobispado de Santiago, de veinte y ocho años, buen cuerpo, blanco, pelo negro”.
295
Joseph Cassani, Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús del Nuevo Reino de Granada en la América, 2 ed. (Madrid, 1741; Caracas, 1967), 296-297. El Catálogo de 1711 expresamente dice que estuvo en misiones un año (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 40v. Catálogo de 1702.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100. Catálogo de 1711. Lo curioso es que su nombre no aparece en el Catálogo breve de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 119. Catálogo de 1713.
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AUCAB. Libro de Consultas, fol. 36. Consulta del 2 de enero de 1718.
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las difíciles tareas del espíritu301. Y en esta ciudad de los Andes venezolanos le sobrevino la muerte el 25 de diciembre de 1739302. El año 1713, al P. Francisco Saldaña se añadían los padres Antonio Sáenz, José Melgar y Miguel de Ardanaz. El P. Antonio Sáenz tenía 79 años y, a pesar de sus enfermedades, era predicador de los indios303. José Melgar (1665-1720) nació en Santafé de Bogotá e ingresó en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 18 de junio de 1683304, después de haber obtenido el título de Magíster in Filosofía305. Completó sus estudios de Teología en la Universidad Javeriana306. En 1691 residía en el Colegio Máximo307. En 1702 era miembro de la comunidad del colegio de Cartagena308. En 1705 mediaba en el conflicto entre el gobernador Juan Díaz Pimienta y el inquisidor Juan de Layseca309. En 1711 se había trasladado al colegio de Pamplona310. En 1713 fungía como procurador del colegio de Honda311, donde permaneció algunos años312. En 1718 había retornado al Colegio Máximo313 y allí transcurrieron los últimos años de su vida, hasta que falleció el 27 de diciembre de 1720 en Villavieja314. Miguel Ardanaz (1676-1723)315 nació en Luquín (Provincia de Navarra)316 e ingresó en la Compañía de Jesús el 27 de octubre de 1699317. En la universidad Javeriana estudió tres años de Filosofía y Teología Moral318.
301
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 160v. Catálogo de 1718. Así lo corroboran el resto de catálogos: 1720 (fol. 217); 1736 (fol. 233); 1738 (fol. 270).
302
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 292v. Supplementum primi et secundi Catalogi provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum ab 11 octobris 1738 usque ad primam januarii 1742.
303
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo de 1713.
304
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 199v. Catálogo de 1720.
305
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 354. Catálogo de 1684.
306
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 380. Catálogo de 1687: “Nunc theologus”.
307
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 25. Catálogo de 1691.
308
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 41v. Catálogo de 1702: “Docuit grammaticam. Concionator hispanorum.
309
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 122-123.
310
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 57v. Catálogo de 1711: “Operarius”. “Vires: mediocres”.
311
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo de 1713.
312
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 137. Catálogo de 1715.
313
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 157v. Catálogo de 1718.
314
ARSI. Historia Societatis, 50, fol. 112v. BNB. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 148v.
315
Juan Miguel Ganuza. La Virgen de Luquín (s.l./s.e., 1970).
Ganuza, La Virgen de Luquín, 4. En los archivos parroquiales de Luquín se encontró: “Miguel Ardanaz Bearin. Bautizado el 18 de julio de 1676. Padres: Bernardo y Jacinta”. Los Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino hablan de octubre de 1679 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60).
316
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60. Catálogo de 1711. Solamente el catálogo de 1720 (fol. 221) dice que el ingreso fue el 28 de noviembre de 1700.
ARSI, N. R. et Q., 4, fol. 221. Catálogo de 1720: Estudió tres años de Filosofía y uno de Teología “intra”. Y el Catálogo de 1711 (fol. 60) especifica que estudió “Casibus Conscientiae”.
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Atravesó el Atlántico en la expedición de 1705, aunque su permanencia en Sevilla data del 20 de mayo de 1701319. En 1711 laboraba como operario en la hacienda de Villavieja, dependiente del Colegio Máximo320. En 1713 estaba residenciado en el colegio de Honda321. En 1717 fue destinado a las misiones casanareñas322, donde debió trabajar en San Ignacio de Betoyes con el P. José Gumilla323. Su muerte acaeció en San Salvador del Puerto de Casanare324. Del año 1715 no podemos ofrecer información dado que el catálogo correspondiente es ilegible. El año 1718 volvemos a verificar que solamente el P. Juan Valenciano atendía las demandas espirituales del colegio de Honda. Juan Valenciano (1653-1722) nació en Granada (España) e ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de marzo de 1681 tras haber concluido su carrera eclesiástica325. En España enseñó tres años de Filosofía y seis de Teología Moral326. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1705327. Al llegar al Nuevo Reino fue destinado a las misiones casanareñas328. Su residencia habitual debió ser la ciudad de Tame329. En 1713 laboraba en el colegio de Las Nieves en Bogotá330 y en 1715 permanecía en el mismo
AGI. Contratación, 5548. Expedición de 1705: “23. El Padre Miguel de Ardanaz, sazerdote natural de Pamplona, Obispado de aquella ciudad, de hedad de veinte y seis años, pequeño de cuerpo, lunar en el carrillo derecho”.
319
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 67v. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo de 1713.
El Catálogo de 1720 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 221) afirma que llevaba tres años como misionero y el Catálogo de 1718 así lo reporta (fol. 163).
320 321 322
Gumilla, Escritos varios (Caracas, 1970), 225: Ya en 1717 residía en San Ignacio. En 1718 lleva a cabo la expedición de los Quilifayes y Mafilitos (p. 229). Juan Rivero, Historia de las Misiones de los Llanos de Casanare y los ríos Orinoco y Meta (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1956), 368 y ss.
323
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 193v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu a die 15 augusti 1722 usque ad diem 15 mensis Junii anni 1723.
324
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 105. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et. Q., 4, fol. 105.
325 326
AGI. Contratación, 5548. Expedición de 1705: “1. El Padre Juan Valenciano, sacerdote, superior de esta misión, natural de Granada, arzobispado de dicha ciudad, de edad de cinquenta años, poco más o menos, alto blanco y calvo”. Residía en Sevilla desde el 20 de octubre de 1703. Salió de Madrid, su residencia, el 8 de octubre de 1703 (AGI. Contratación, 5548).
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328
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 105. Catálogo de 1711: “Missionarius, 5 ann.”.
ANB. Caciques e indios, t. 70, fol. 323. Certificación del P. J. Valenciano, cura de Tame. El alcalde de Sta. Rosa de Chire dio a don Ventura Recame la posesión del cacicazgo de Tame. Según los Catálogos de 1718 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 161v) y 1720 (fol. 219), fue superior de las Misiones. Hasta el momento no hemos podido verificar tal afirmación.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118.
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destino331. En 1718 se había trasladado al colegio de Honda332, en donde vivía en 1720333. Falleció en Cartagena334. El año 1720 atendían la feligresía de la residencia los padres Juan Sevillano y Nicolás González335. En 1736, la residencia volvía a disponer de varios sujetos cualificados capaces de atender las demandas tanto de la parroquia como de la residencia misma. Mencionamos a los padres Pedro Lossada, Antonio Uzcátegui y Gregorio Jaramillo. Pedro Lossada (1685-1736) nació en Antioquia336. Ingresó en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 30 de octubre de 1705, después de haber estudiado tres años de Filosofía y uno de Teología337. Concluido su noviciado, pasó a la Universidad Javeriana para estudiar Casos de Conciencia338. En 1711 estaba al frente de la hacienda de Chipalo, dependiente del Colegio Máximo339. En 1713 asistía al párroco de Fontibón340. Tras una breve estancia en 1715 en el Colegio Máximo341, pasó al colegio de Honda, cuya comunidad integraba en 1718342. En 1720 residía en el colegio de Mompox343. Falleció en Honda344. Antonio Uzcátegui (1680-1747). Nació en Tunja345 e ingresó en la Compañía de Jesús, en su ciudad natal, el 15 de octubre de 1695346. Estudió la Filosofía y la Teología en la Universidad Javeriana. En 1711 residía en el colegio de Cartagena347 y allí permanecía en 1713348. En 1715 laboraba en el colegio de Pamplona349, pero el 7 de noviembre de 1716 se retiraba
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 136v. Catálogo de 1715.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 161v. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 219. Catálogo de 1720.
331 332 333
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 193v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu a die 15 augusti 1722 usque ad diem 15 mensis junii 1723.
334
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 219.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. Catálogo de 1711. Sin embargo, el catálogo de 1720 (fol. 218) dice que nació en Medellín el 10 de mayo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 57. Catálogo breve de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 119. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 132. Catálogo de 1715.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 161v. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 218. Catálogo de 1720.
335 336
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ARSI. Historia Societatis, 53/a, p. 24.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 77v. Catálogo de 1711. Sin embargo, el de 1736 (fol. 234) afirma que nació el 13 de junio de 1680.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 39v. Catálogo de 1702.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 77v. Catálogo de 1711: “Docuit grammaticam. Fuit in missionibus hispanorum. Concionator hispanorum”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 116v. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 135v. Catálogo de 1715.
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de la Compañía de Jesús350. El 24 de julio de 1733 era readmitido en la Orden351. En 1736 ejercía su ministerio sacerdotal en el colegio de Honda352. En 1738 residía en el colegio de Cartagena353. La muerte le sorprendió en el colegio de Mompox354. Gregorio Jaramillo (1689-1747) nació en Medellín355. Estudió Filosofía y Teología antes de ingresar a la Compañía de Jesús y había obtenido el título de Doctor356. Fue admitido en Tunja el 9 de septiembre de 1729357. Al parecer, su vida jesuítica transcurrió en el colegio de Honda dedicado a los ministerios sacerdotales358. Falleció en la Hacienda de Las Juntas359. En 1738 figuran como dedicados a la predicación los padres Pedro Montero y Mateo Luengas. Pedro Montero (1686-1757) nació en Mariquita (Colombia)360 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 28 de abril de 1703, después de haber cursado dos años de Filosofía361. Debió completar sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana de 1705 a 1710362. En 1713 enseñaba Gramática en el colegio de Pamplona363 y en 1715 se desempeñaba como operario en el colegio de Mérida364. En 1718 había regresado a Bogotá365. En 1720 se radica en Tunja366 y allí permanecía en 1726 como prefecto de misiones circulares367. En 1735 residía en Tame368, pero su
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 251.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234. Catálogo de 1736: “Operarius hispanorum. Doctor”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 269v. Catálogo de 1738: “Fuit operarius hispanorum. V-Rector”. Quizá hubiera podido ocupar el rectorado de Cartagena a la muerte del P. Ginés Marín en 1736.
BNB. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 157.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234. Catálogo de 1736. El Catálogo de 1738 dice que nació en Antioquia (fol. 271v).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234: “Studuit 3 Phil. et 4 Teol. extra”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 253.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271v, 234.
BNB. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 157v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. Todos los catálogos coinciden en la fecha menos el de 1720 (fol. 207) que señala el 7 de agosto de 1687.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 60v. En 1711 se desempeñaba en Bogotá como operario. La renuncia antes del sacerdocio la hizo en mayo de 1707 (ANB. Notaría 2, n. 96, fol. 113v.).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 117. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 136. Catálogo de 1715.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 157v. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 207. Catálogo de 1720. Minister.
BNB. Mss. 105. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja. Véase de agosto de 1725 a mayo de 1726.
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Gumilla, Escritos varios, 173.
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estancia en territorio misional no debió ser larga369. En 1738 había sido trasladado al colegio de Honda370 y en esta ciudad permanecía en 1746371. En 1751 residía en Bogotá enfermo y retirado o, como anota la documentación oficial, invalidus372. En 1756 vivía en la hacienda de Doyma, dependiente del colegio Máximo373. Falleció en Santafé374. Mateo Luengas (1706-1742) nació en Vélez (Colombia) el 21 de septiembre de 1706 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 3 de junio de 1722375. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de diciembre de 1731376. Llevó a cabo en Tunja su año de Tercera Probación (29 de enero de 1734 al 29 de enero de 1735)377. Ministro en el Colegio San Bartolomé378. En 1736 pasaba al colegio de Tunja como operario379. En 1738 se había trasladado al colegio de Honda380 , ciudad en la que fallecería el 15 de enero de 1742381. Al entregarse la parroquia al arzobispado santafereño en 1746, las labores de la residencia se redujeron y por ello observamos que en adelante solo se cita a un solo jesuita. El año 1751 encontramos al P. Miguel de Ibaseta (1719-1755). Nació en Lequeitio (Vizcaya) e ingresó a la Compañía de Jesús el 27 de mayo de 1737382. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología dentro de la Orden383. Atravesó el Atlántico en 1749 en la expedición que venía
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En el Catálogo de 1736 todavía aparece como misionero (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 235v).
370
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271. Catálogo de 1738.
371
ANB. Miscelánea, t. 129, fol. 809. Consulta realizada en el colegio de Honda el 10 de julio de 1746. Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 277-280.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo Breve de 1751.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo Breve de 1756.
BNB. Mss. 105. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 161v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 230. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 254v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 251v.
Manuscrito de la Academia Colombiana de la Historia. Luis Chacón, Disputationes Methaphysicae P. R. P. Ludovicum de Chacon Soc. Iesu dignissimum phylosophiae Cathedrae Magistrum, fol. 220. “El día 25 de junio del año 1736 quitaron de Ministro al P. Mateo Luengas”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 230. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271. Catálogo de 1738.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 296v. Sin embargo, el libro de la sacristía de Bogotá señala el 19 de enero. Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la Compañía de Jesús de Santafé, hecho por orden del muy Reverendo Padre Pedro Calderón, Provincial de ella en esta provincia del Nuevo Reino. Año de 1701, fol. 190.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 314. Catálogo de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 314.
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a encargarse de la Misión de la Guajira384. Tras esperar algún tiempo en Cartagena y no darse el proyecto de la Guajira, fue destinado al colegio de Honda en 1751385. Pasó después a las misiones del Orinoco y en 1753 misionaba a los otomacos de la Inmaculada Concepción386. El 16 de junio de 1755 le sorprendió la muerte en las reducciones orinoquenses387. Fue un buen conocedor de la lingüística orinoquense y escribió un Ensayo de una comparación entre el otomaco y el vasco388. En 1753 volvemos a encontrarnos con otra crisis de demografía jesuítica, pues, al reducirse a dos sujetos los moradores del colegio, uno supone que entre ambos tuvieron que asumir todas las funciones de la residencia. Nos referimos al rector Gaspar Álvarez y al profesor de gramática Francisco Riberos. En 1756 se volvía a la normalidad y el predicador era el P. Pedro José Pérez (1718-¿?). Nació en Mompox e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 27 de diciembre de 1734389. Realizó sus estudios superiores en la Universidad Javeriana390. En 1751 laboraba como operario en el Colegio Máximo391 y allí permanecía en 1753392. En 1756 desarrollaba una intensa actividad espiritual en el colegio de Honda393, pero antes había sido profesor de gramática en el colegio de Cartagena394. En 1763 había regresado a la capital del virreinato para seguir dedicándose a las tareas religiosas395 y
AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1749. Antonio Julián, La perla de América (Bogotá, 1951), 231-240.
384
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo breve de 1751.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301v. Catálogo breve de 1753.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 332v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 25 julii 1754 ad 15 junii 1755 et ad 11 julii ejudem anni.
387
Felipe Salvador Gilij, Ensayo de Historia americana, t. III (Bogotá: Sucre, 1995), 131: “El P. Ibaseta, que era vizcaíno y fue misionero de los otomacos, me lo dijo más de una vez. Aunque como murió al principio de su carrera apostólica, no pudo hacer una comparación completa”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 230v. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 266. Catálogo de 1738: “Discit Phil. In 2º anno”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo breve de 1751.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 305. Catálogo de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo de 1756: “Consultor. Confessarius Nostrorum. Admonitor. Praefec. Rerum spiiritualium et Congregationis Bonae Mortis”.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación delos Regulares de la Compañía del nombre de Jesus pertenecientes a la Provincia de Santa Fee de Bogota Venidos en diferentes Navios en esta forma…, No. 4: “Y también manifiesta es hijo de Don Joseph Pérez de Soto y Doña Teresa Pérez de Guzmán entró en la Compañía en la Provincia de Santa Fe y despues de su Noviciado vivió en el Collegio Máximo donde acabó sus estudios y de allí pasó a Cartagena a ser Maestro de Gramática y también la [ilegible] en Honda de donde volvió a vivir al Collegio Máximo de Santa Fe, donde se mantuvo y ha estado de Operario como tiene manifestado, y lo firmo = Pedro Pérez”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 349v. Catálogo de 1763. Y el catálogo de 1764 especificará: “operario de la iglesia y de afuer; edad, 46 años”. Luis Carlos Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica
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en esas labores le sorprendió la expulsión de 1767396. Desterrado en Italia, solo sabemos que en 1774 vivía en Pérgola397. En 1763 cumplía las obligaciones oratorias el P. Juan Díaz (17141772), pero lo estudiamos en el capítulo dedicado a los rectores. Y en 1764 el P. Agustín Rueda, quien acababa de finalizar su rectorado. Cierra el ciclo jesuítico el P. Juan de Fuentes (1731-1788). Nació en Baeza (Jaén, Andalucía) e ingresó a la Compañía de Jesús el 25 de octubre de 1748398. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1750399, que se hizo a la vela el 12 de octubre a las órdenes del P. José Navarro400. Realizó sus estudios de Filosofía y Casos de Conciencia en la Universidad Javeriana401. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de noviembre de 1756402. Ese mismo año regentaba en la Universidad Javeriana la clase de Suprema403. Pasó después a Tunja a hacer la Tercera Probación y de allí a la residencia de Fontibón; luego fue operario en el Colegio Máximo y en Tunja404. Más tarde pasó al colegio de Honda405, donde le sorprendió la expulsión de 1767406. Desterrado a Italia, vivía en Fano en 1774407 y falleció en esa misma ciudad408.
de la Vida Religiosa Masculina en el Nuevo Reino de Granada (Santafé de Bogotá: Archivo General de la Nación de Colombia, 1997), 70.
J. M. Pacheco, “La expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino de Granada en 1767”, Revista Javeriana XXXVIII (1952): 33-34.
ARSI. N. R. et Q., 6-B, fol. 77.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 306. Catálogo de 1753.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos , t. III, 41: “natural de Baeza, Arzobispado de Jaen, de diez y nueve años. Poco cuerpo, blanco, delgado, nariz gruesa, pelo castaño claro y cejas gruesas”.
Galán García, El Oficio de Indias, 333.
Catálogo de 1751: “Seminarista” (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298). Catálogo de 1753: “Filósofo de 2º año” (fol. 300).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol.345.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347: “Prof. Sup. Classis Grammaticae”. Catálogo de 1756.
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AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus pertenecientes a la Provincia de Sta. Fee de Bogota venidos en diferentes Navios... No. 125. En 1763 se encontraba en Tunja (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 354).
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AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación…, No. 125.
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J. M. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino de Granada expulsados en 1767”, Ecclesiastica Xaveriana III (1953): 56.
Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu. Armadio F-10. Relación individual de los ExJesuitas muertos en las Once Provincias de España e Indias desde la expulsión hasta el día 30 de junio de 1777. Por don Juan Antonio Archimbaud. Provincia de Santa Fee. No. 4418.
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
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C a p í t u l o III
El colegio de Honda
El tercer proyecto que desarrollaron los jesuitas en Honda fue el educativo y para ello cubrieron dos vertientes: la de la alfabetización a través de la Escuela de Primeras Letras y lo que hoy denominaríamos el bachillerato, por medio del Colegio de Humanidades. La primera vocación de la Compañía de Jesús en la villa del Gualí no fue educativa, sino de saneamiento social. En 1620 era un conglomerado humano de aluvión que intentaba sobrevivir en un asentamiento al que había que dotarlo de su propia identidad. Así pues, la enseñanza de las humanidades fue una vocación secundaria que requirió de su tiempo para lograr su personalidad propia. Diversas son las explicaciones que podemos aducir para este raro fenómeno dentro de la historia de la educación jesuítica en las pequeñas ciudades del Nuevo Reino. Las informaciones internas de la Orden en 1623 recogen la siguiente estampa: “tiene mucha variedad de gente fuera de los pasajeros, que de ordinario son muchos, los morenos bogadores y labradores de las estancias que pertenecen a él serán al pie de quinientos; tiene otras cuatrocientas almas de indios e indias, y otro tercio de gente de españoles y mestizos”. Y el ambiente social lo describe así: “era este pueblo un enjambre de bellacos y malos cristianos en donde como sentina se recogía todo lo malo de este Reino, porque los amos de canoas y cuadrillas, a trueque de tener gente para sus canoas y estancias, no repararon en qué gente sea ni cómo viven”1. Construir un nuevo mundo de valores y armonizar las terribles diferencias económicas, sociales y raciales es lógico que absorbiese por completo el ideario de los hombres que dedicaron sus vidas a la promoción
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Archivo de la Real Academia de la Historia de Madrid, t. 129, Anua de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada del año [16]19, 20 y 21, fol. 275. Y sigue la descripción de la realidad social.
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humana y espiritual de tan difícil sociedad. Todo esto llevó a generar una figura jurídica especial y atípica, no contemplada en la legislación jesuítica, pues en esa minúscula comunidad tuvieron que convivir tres entidades distintas: el curato, la residencia y el colegio. Ya hemos hablado más arriba de las prescripciones impuestas por las Constituciones de la Compañía de Jesús para aceptar doctrinas o parroquias2. Sin embargo, la necesidad obligó a asumir la responsabilidad de gerenciar doctrinas de indios3. Pero tomar las riendas de una “doctrina de españoles” rebasaba la tolerancia legal de la orden fundada por Ignacio de Loyola, y esa decisión planteaba un serio problema en el caso de Honda, que fue explotado además por los adversarios de los jesuitas a lo largo de más de una centuria (1620-1745)4. 1. Los aspectos jurídico-legales Aunque las normas generales para gestionar la fundación de cualquier institución educativa estaban especificadas en las Leyes de Indias, sin embargo, la Compañía de Jesús solía ser inflexible tanto en la determinación del hábitat como en la fijación del capital inicial que consolidase la fundación, al igual que en el examen minucioso de lo que constituiría el patrimonio económico. La última exigencia provenía del hecho de que la educación que impartían los jesuitas era totalmente gratuita. De lo dicho se desprende que en el fondo existían dos poderes, Madrid y Roma, con criterios no siempre coincidentes y con normativas distintas. Mas, como presupuesto, se imponía primero el placet de la Compañía de Jesús y después se podían iniciar las gestiones definitivas ante la corona española. Así pues, el cronograma fundacional contemplaba tres grandes etapas: la primera, que podríamos denominar prefundacional, tenía que adecuarse a los objetivos específicamente jesuíticos diseñados por la Compañía de Jesús en la demarcación geográfica concreta. Si Santafé de Bogotá se erigía como la capital de la Provincia Jesuítica del Nuevo Reino, es lógico que asegurase de forma estratégica, dentro de la difícil geografía andina, tanto los objetivos fundacionales como las rutas de acceso y comunicación entre la capital y las fundaciones más lejanas. De esta suerte, para la ruta Cartagena a Bogotá se hacían imprescindibles las estaciones de Honda y Mompox en las márgenes del río Magdalena. Y cuando la Provincia del Nuevo Reino acepta la Universidad de Gorjón en la Isla de Santo Domingo, 2
Ignacio Iparraguirre, Cándido de Dalmases y Manuel Ruiz Jurado, Obras de San Ignacio de Loyola (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1991), 534 [324]: “en los Colegios de la Compañía no debe admitirse cura de almas… que mucho distraigan del estudio… ni en las Casas o iglesias de la Compañía profesa”.
3
Texto en Juan Manuel Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I (Bogotá, 1959), 309-310.
4
Hemos tratado el tema en el capítulo dedicado a Honda como doctrina.
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establecerá la ruta Santafé, Tunja, Pamplona, Mérida, Maracaibo para garantizar las comunicaciones con esa importante avanzada jesuítica en la isla de La Española. Enmarcado el proyecto dentro de esta planificación, seguía el proceso de captación de las voluntades de los habitantes de la ciudad peticionaria. Para ello solían servirse, entre otras industrias, de las llamadas “misiones circulares” en las que los buenos oradores sagrados predicaban una “misión” en la ciudad seleccionada y, dada la escasez de clero, el fruto espiritual se convertía en benevolencia y esta concluía en los términos precisos de una petición que solía traducirse en un colegio. Conforme se avanza en el siglo XVII, no faltaron autoridades eclesiásticas y civiles que se habían educado con los jesuitas y se convertían en el alma del comité profundización. Otras veces era la propia urbe la que se dirigía al provincial en demanda de la presencia de jesuitas en los términos de su circunscripción municipal. Una vez que el provincial –máxima autoridad jesuítica en la demarcación– recibía la petición, respaldada por la documentación aducida, debía analizarla y estudiarla de acuerdo con normas muy precisas. En las “Reglas del provincial” de la Ratio Studiorum se estatuyen las condiciones fundamentales para el proyecto. Desde luego, existía una jerarquización, que comprendía desde las esperanzas para el bien común5 hasta un inventario completo de los bienes que debían sustentar el colegio6, y sin olvidar las condiciones que imponían la ciudad o personas solicitantes y la salubridad del lugar. También se establecía el no poder prometer nada con respecto a la fundación hasta tanto el general de los jesuitas no hubiera conocido todo el proyecto7. Además, el provincial debía demostrar que disponía tanto del rector como de los profesores correspondientes8. En Roma se examinaba la proposición por los consultores del general de la Compañía de Jesús, de acuerdo con la Fórmula para celebrar contratos de 1581 y otras disposiciones que no detallamos9. El examen a que sometía la Compañía de Jesús los proyectos era minucioso y para ello nos remitimos
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Ratio Studiorum. “Reglas del Provincial”. Regla 81. En todo el trabajo nos serviremos de la traducción de la Ratio Studiorum que publicamos en Paramillo, 2-3 (1984) 451-540, San Cristóbal. Como norma práctica hemos adoptado en las citas señalar los dos elementos cualificantes: el capítulo (Reglas del Provincial o del Rector, etc.) y el número de la Regla. Creemos que de esa forma el investigador podrá consultar el texto de la Ratio en cualquier idioma.
Ratio Studiorum. “Reglas del Provincial”. Regla 85.
Ratio Studiorum. “Reglas del Provincial”. Regla 81.
Institutum Societatis Jesu. Romae, II (1870). Congregación General: I, decreto 73; II, decretos 8 y 9; III, decretos 17 y 20.
Regulae Societatis Jesu. Romae, In Collegio eiusdem Societatis, 1590. (Véase todo lo relativo a los Procuradores). Formula celebrandorum contractum, iuxta morem et privilegia Societatis a R. P. N. Claudio Aquaviva Praeposito Generali missa, mense Augusti 1581. (Este folleto no tiene pie de imprenta y su original lo consultamos en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús).
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a lo que diremos más adelante al historiar el proceso fundacional. Mas la última palabra para la erección de un colegio residía en el general de la Orden, quien lo aceptaba en nombre de la Compañía de Jesús. Por ello, el inicio legal exigía expresamente el rescripto concreto del general o el equivalente documento por el que se aceptaba la fundación10. Las tramitaciones en la corte de Madrid solían ser, de facto, más imprecisas y, por ende, más susceptibles de prosperar o fracasar según la habilidad que tuviera el procurador ante la Corte en sortear el mundo de la burocracia española. A continuación, transcribimos la breve normativa real de las Leyes de Indias: Ordenamos y mandamos que en las ciudades y poblaciones de nuestros Indios se edifiquen y funden Monasterios de Religiosos, siendo necesarios para la conversión y enseñanza de los naturales y predicación del Santo Evangelio, con calidad de que fabricar iglesia, convento ni auspicio de religiosos se nos dé cuenta y pida licencia especialmente, como se ha acostumbrado en Nuestro Consejo de Indias, con el parecer y Licencia del Prelado diocesano, conforme al Santo Concilio de Trento, y del Virrey, Audiencia del Distrito, o Gobernador y información de que concurren tan urgente necesidad y justas causas, que verosímilmente puedan mover nuestro ánimo y quedar informado para lo que Nos fuéramos servido de proveer; y si de hecho o por disimulación se hicieren o comenzaren a hacer algunos de estos edificios, sin preceder la dicha calidad, los Virreyes, Audiencias o Gobernadores los hagan demoler, y todo lo reduzcan al estado que antes tenían, sin admitir excusa ni dilación, y sea capítulo de residencia o visita para los dichos Nuestros Ministros, si los consintieren comenzar o comenzados los disimularen, y no nos dieren cuenta en la primera ocasión11.
Definidos en forma definitiva los esfuerzos indianos, se iniciaba la segunda fase, que culminaba con la revisión y aprobación romana del proyecto. 2. Honda: colegio provinciano de Indias En diversas oportunidades en este libro hemos hecho referencia al ideario fundamental de la Compañía de Jesús, que consistía en insertar el Nuevo Reino en la Europa cultural, científica, social y católica. Y para lograr estos ideales se sirvió de dos grandes proyectos: el primero fue la Universidad Javeriana y el segundo consistía en sembrar el mismo ideal en las principales
Henrico Ramière, Compendium Instituti Societatis Jesu Praepositorum Generalium responsis et auctorum sententiis illustratrum (Tolosae, 1896), 395-396.
Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias. Mandadas a imprimir y publicar por la Magestad Católica del Rey don Carlos II (Madrid: Ivlian de Paredes, 1681), 10.
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ciudades de la Audiencia, más tarde virreinato, y lo llevó a cabo mediante un revolucionario sistema educativo formativo como fue el colegio indiano. ¿Pero cuál fue el aporte de la Compañía de Jesús a las ciudades y pueblos neogranadinos en los que logró insertarse? El modelo original y exitoso desarrollado en el Colegio Máximo de Bogotá sirvió de inspiración a cada ciudad neogranadina para que, en la medida de sus posibilidades, aceptara el reto de imitar el cúmulo de proyectos llevados a cabo por la Universidad Javeriana o de superarlos. En verdad, comprender la historia de la Academia de San Francisco Javier es clave para poder entender y explicar el significado de las actividades de los jesuitas coloniales en la geografía colombiana. Para los javerianos neogranadinos la Academia de San Francisco Javier fue su arquetipo, como punto de referencia en su conciencia ideal, simbólica o imitativa. De esta manera, cada hijo de San Ignacio, cada colegio, cada rincón misional, cada hacienda reiteraba un modelo creador que invitaba no solo a la imitación, sino al riesgo de la superación. El colegio de provincia en Indias se reducía al mínimo requerido para poder lograr los fines fundamentales de la educación. 3. La estructura organizativa La estructura del colegio indiano descansaba generalmente en cuatro personas. El rector, responsable local de la vida escolar por él presidida; el profesor de Gramática, que atendía permanentemente la marcha de las aulas; el procurador del colegio, que iría adquiriendo dimensiones desorbitadas por los capitales y riesgos que debía correr para el mercadeo de los productos; y el prefecto de iglesia, encargado del fomento de los ministerios encaminados a la práctica de las virtudes cristianas, no solo de los alumnos, sino también de los feligreses que acudían al templo jesuítico. Desde un punto de vista institucional y legal, la “máquina religiosa” era responsabilidad del prefecto de iglesia; la de la “máquina educativa” reposaba en el director de Estudios (auténtico administrador de la empresa académica); la de la “máquina económica” descansaba en el procurador (verdadero gerente de la empresa); y todos gozaban de funciones claramente diseñadas y delimitadas12. Mas, en definitiva, todas esas fuerzas dependían legalmente del rector, genuino presidente de la corporación, al que, por ende, competían las decisiones finales –dentro del ámbito de su competencia limitada– en todos los campos de las administraciones. Dentro de la Compañía de Jesús la estructura del poder decisorio reposaba en tres niveles distintos: el local, representado por el rector; el provincial (que abarcaba toda una extensa demarcación geográfica, llamada
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Admonitor
Rector
Espiritual
Comunidad
Colegio
Iglesia
Haciendas
Profesor de Humanidades
Prefecto de la Iglesia
Procurador
Academias
Consulta de la Casa
Ministerios
Administrador
Confesores Predicadores Congregaciones
Figura 1. Organigrama de la estructura organizativa de un colegio indiano.
provincia), presidido por el provincial; y el romano, que, dentro de la concepción monárquica de la Compañía de Jesús, se centraba en el poder, prácticamente omnímodo, del prepósito general. Paralela a esta jerarquía de poder institucional se erigía la de los procuradores (de cada domicilio, de cada provincia y el general). Su poder era gerencial y estaba sujeto a la aprobación final, bien del rector del colegio, bien del provincial del Nuevo Reino, bien del P. general (en Roma), según la dimensión de las sumas de dinero en juego. El rector La cabeza visible de la obra total del colegio indiano era el rector. Por ello en sus respectivas reglas se le recordaba que debía preceder a todos con el ejemplo13. Mucha importancia atribuía la Compañía de Jesús de comienzos del siglo XVII a las costumbres14, tanto comunes al cuerpo universal de la Orden como a las específicas de cada provincia y casa. El esfuerzo unificador llevado a cabo por el P. Claudio Aquaviva y sus consiguientes consultas a todas las provincias esparcidas por el mundo representan la búsqueda de una identidad jesuítica que debía prevalecer sobre continentes, razas
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 20.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 4.
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e ideologías. Ello explica el compromiso que asumía cada rector frente al futuro de una orden religiosa nueva que se había extendido tan rápidamente por el universo conocido. Pero como el cultivo de la vida espiritual de la comunidad jesuítica era el único medio válido para llevar adelante los ideales tanto religiosos como culturales, educativos y económicos del colegio, al rector le correspondía mantener con ilusión y entrega la respuesta personal y comunitaria de cada uno de los integrantes de su jurisdicción15. En la vida práctica, era muy difícil que el rector se moviera con igual competencia en las tres áreas de acción del colegio; lo lógico era que su gestión fuera más directa en el templo y en el colegio y más a distancia cuando se trataba de las haciendas. Sobre el rector recaía la responsabilidad inmediata y última de la buena o mala marcha del plantel educativo. Además, debía asumir las principales funciones del prefecto de Estudios. Debía fomentar el entusiasmo del profesor de Gramática16 para mantener vivos los programas educativos y evaluar cada mes con el docente el desarrollo del curso17. Asimismo, debía asistir a los ejercicios literarios prescritos18, para garantizar su buen éxito. También tenía que presidir la entrega de los premios19, estímulo para inculcar la búsqueda de la excelencia. Y expresamente se le imponía que funcionara la Congregación Mariana20, de la que hablaremos más adelante. El prefecto de Estudios era el gestor directo e inmediato del funcionamiento académico del colegio a su cargo. Debía conocer a fondo la Ratio Studiorum21, a fin de poder exigir su cumplimiento. Pero en los colegios pequeños todas las funciones encomendadas al prefecto las asumía el rector. Su gestión contemplaba: coordinación del profesorado; las admisiones y promoción de los alumnos; la supervisión de los exámenes y ejercicios literarios; y la disciplina. En cuanto a los docentes, comenzaba por hacer guardar las Reglas correspondientes a los profesores22, visitar las clases para tomar conciencia de su funcionamiento23, verificar los calendarios24, controlar el pénsum, que estaba referido en la Gramática del P. Manuel Álvarez25 y en Retórica a la del
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Reglas 21-22, 24-25.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 20.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 18.
Ratio Studiorum. “Reglas del Rector”. Regla 3.
Ratio Studiorum. “Reglas del Rector”. Regla 14.
Ratio Studiorum. “Reglas del Rector”. Regla 23.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de Estudios”. Regla 4.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 4.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 6.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 7.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 8.
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P. Cipriano Soarez26; y velar por el prestigio y autoridad del profesorado27. También debía supervisar el variado mundo de los ejercicios literarios: las declamaciones mensuales28, las disputas de clases29, las Academias30, así como los premios públicos o privados31. Finalmente, debía cuidar de la disciplina del colegio, tanto dentro del aula como en los espacios que configuraban el recinto escolar32. En definitiva, se puede considerar que el rector era el responsable directo de la buena marcha del colegio, así como el garante de la disciplina religiosa de todos sus moradores jesuitas. Pero, por otro lado, no se puede olvidar que la entidad a él adscrita formaba parte de un todo parcial, como era la provincia del Nuevo Reino, y en este sentido debía cumplir con normas que eran obligatorias para todos los planteles educativos. Mas, para evitar cualquier desviacionismo, Ignacio de Loyola había previsto la necesidad de que el rector fuera asesorado por la denominada “Consulta domus”33 y vigilado por el admonitor34. Los consultores eran nombrados por el P. provincial35 y su misión principal se dirigía a ayudar con su consejo al rector, para que el colegio obtuviera los mejores frutos36. Su norte debía ser el bien común37. Si el caso lo ameritaba, podían remitir su opinión al superior mediato38. También debían escribir cíclicamente al provincial y al general las relaciones que estatuía la Formula scribendi39. El admonitor lo elegía el provincial40. Su misión consistía en advertirle al rector de aquellas cosas que la mayor parte de los consultores juzgasen oportuno hacerle ver o reflexionar y de aquellas otras relativas a la persona o al oficio dignas de ser tenidas en cuenta41. Para mejor cumplir con su oficio, debía poseer copia de todas las órdenes que los provinciales dejaban
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 13.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 4.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 32.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 33.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 34.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Reglas 35 y 36.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Reglas 43 y 44.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 14.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Rectoris”. Regla 15.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Provincialis”. Regla 25.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Consultorum”. Regla 1.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Consultorum”. Regla 2.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Consultorum”. Regla 7.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Consultorum”. Regla 10.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Provincialis”. Regla 25.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Admonitoris”. Regla 3.
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al colegio “para que él pueda celar su observancia”42. En la Provincia del Nuevo Reino estaba determinada la “Forma para haçer la entrega de un Collegio a su sucesor quando un Rector acaba su oficio”43. Se trataba de un cuestionario pormenorizado acerca de la gestión rectoral durante el trienio de su mandato, cuyo texto debía ser firmado por la autoridad saliente y la entrante44. El profesor de Gramática El profesor jesuita que se vinculaba al campo de la enseñanza de las humanidades era un profesional académico que había cursado tanto la filosofía como las letras en universidades o centros especializados, además de haberse capacitado en seminarios prácticos en las técnicas de la pedagogía adoptadas por la Orden. Esta última exigencia se definió en 1565 en la Segunda Congregación General45 y se consagró definitivamente en la Ratio Studiorum de 1599: Para que los maestros de las clases inferiores no lleguen imperitos a enseñar, en los colegios de que suelen sacarse los maestros de letras humanas y de gramática, el Rector elija a alguno muy perito en enseñar con el que se reúnan al fin de los estudios tres veces por semana durante una hora los que están cercanos a ser maestros, para ser preparados al nuevo magisterio; y ello hágase alternativamente preleyendo, dictando, escribiendo, corrigiendo y desempeñando otros oficios del buen profesor46.
Pero a todas estas premisas hay que añadir otra, sin la cual se perdería la perspectiva real de la imagen del profesor jesuita: el magisterio surge, no solo como una profesión, sino además como una misión específica y especial en la que no existe divorcio alguno entre su consagración al quehacer cotidiano en el colegio donde presta su servicio y sus ideales religiosos e intelectuales, porque su espíritu corporativo había entendido
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Archivo de la Provincia de Toledo (APT). Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, que por orden de N. R. P. Lorenzo Ricci, ya no están en uso: y deven guardarse en el Archivo, fol. 41.
APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, fol. 19v-20v.
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Comienza con las entradas habidas desde la última visita del provincial y si no hubiere habido visita desde el tiempo que entró en el oficio. Segundo: Descargos que da por el libro de gastos. Después “se saca el alcançe que se haçe diçiendo de que proçede”. Deudas que debe el colegio: a quiénes y de qué. Deudas que deben al colegio: de quiénes y de qué. Rentas, censos, estado de las haciendas, etc. Debe dar cuenta de las alhajas de la iglesia y sacristía “por su libro”, así como de la librería, despensa, cocina, refectorio.
Pachtler. Ratio Studiorum et Institutiones Scholasticae Societatis Jesu per Germaniam olim vigentes collectae concinnatae dilucidatae a G. M. Pachtler S.J., t. I (Osnabrueck: Reproductio phototypica editionis, 1887-1894 [1968]), 75.
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Ratio Studiorum. “Reglas del Rector”. Regla 9.
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que la semilla se sembraba individualmente, pero el fruto cosechado hacía referencia a la comunidad. La biografía del profesor estaba enmarcada en el trabajo continuado: el estudio, la preparación de las clases, la dedicación a los alumnos y el cumplimiento de las demás normas de la Ratio Studiorum. Su dedicación docente era exclusiva: diariamente debía dictar cuatro horas de clase: dos por la mañana y dos por la tarde47, de acuerdo con los programas prescritos y plasmados en las disposiciones educativas vigentes. También debía atender personalmente a la variada gama de los ejercicios previamente programados, los cuales podía cambiar “con tal de que se conserven los mismos enteramente y por los mismos espacios de tiempo en las reglas de cada maestro”48. El pénsum anual debía cumplirse a cabalidad y era controlado por el prefecto de estudios49. Su empeño fundamental debía cifrarse en seguir los pasos de cada uno de sus alumnos y buscar el mejor aprovechamiento50. Tenía que controlar diariamente los ejercicios de la memoria51, la entrega de composiciones, las que debía corregir “con cada uno de los alumnos”52, y poner especial cuidado en preparar la prelección53. Cíclicamente tenía que llevar a cabo los ejercicios extraordinarios, como concertaciones, etc.54. Y, finalmente, tenía que observar, a través de su catálogo, la evolución intelectual de cada discípulo55. El entusiasmo y la alegría debían ser sus constantes distintivos56 y, junto a la dulzura y a la paciencia, debía exigir la asiduidad de los jóvenes a clase57, el silencio y la modestia58 y la guarda de las reglas59. La disciplina la “conseguirá más fácilmente con la esperanza del honor y del premio y con el temor de la vergüenza, que con los golpes”60. Y, en cuanto a los castigos, impone la Ratio:
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 14.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 15.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de Estudios”. Regla 5.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 50.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 19.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Reglas 20-21.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Reglas 27-30.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 31.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 38.
Ratio Studiorum. “Reglas del Rector”. Regla 20.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 41.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 43.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 39.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 39.
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No sea precipitado al castigar, ni demasiado en inquirir: disimule más bien cuando lo pueda hacer sin daño de alguno; y no solo no golpee él mismo a nadie (porque eso debe hacerlo el corrector), sino absténgase de ultrajar de hecho o de palabra; y no llame a nadie sino por su nombre o apellido; en vez de castigo será a veces útil añadir algo literario fuera de la tarea ordinaria61.
Y la última “Regla del profesor” de las clases inferiores concluye con estos sabios consejos: “No desprecie a nadie, mire bien por los estudios tanto de los pobres como de los ricos y procure especialmente el adelanto de cada uno de sus escolares”62. La misión del profesor Pero la concepción del profesor no se agota en las normas de la Ratio, sino que supone una intensa vida ascética inspirada en los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. La tradición pedagógica de la Compañía de Jesús concebía al maestro como una célula inserta en el sistema educacional y, a la vez, como un átomo generador de los principios de la paideia: autoridad, actividad y adaptación. En la práctica, quien personificaba los ideales educativos expuestos más arriba era el profesor y a su responsabilidad inmediata se encomendaba la transmisión y difusión de los valores en ellos contenidos. Así, pues, no es de extrañar que hayan sido los escritores ascéticos de la Orden quienes más hayan insistido en las virtudes definitorias del maestro. La universalidad de esta doctrina la confirma el escritor neogranadino P. Pedro de Mercado (1620-1701), cuyo influjo en la formación de los jesuitas del Nuevo Reino en la segunda mitad del siglo XVII fue decisivo. pero viniendo a lo particular, puede el Maestro ejercitarse en las virtudes siguientes, entre las cuales vaya primero la caridad, como su Reina; ame a sus discípulos en Dios, por Dios y para Dios; y su amor, en las demostraciones exteriores, sea igual para con todos, no singular para con ninguno. Por tener oficio de alumbrarlos, desterrando las tinieblas de su ignorancia, debe ser como el sol, que no se singulariza con ninguno, sino que a todos igualmente alumbra y calienta. Pero si el Maestro es sol de otro hemisferio, y al uno alumbra con los rayos de su enseñanza, y al otro no; y si calienta a aquel con el calor de su caridad, y a los demás no, qué se ha de seguir sino la envidia, las quejas y la murmuración de los que no se ven tan favorecidos. Ponga gran solicitud en la enseñanza de sus discípulos [...] les leerá con claridad, los corregirá con blandura, les
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 40.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de las clases inferiores”. Regla 50.
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hará ejercicios con fervor, les preguntará con cuidado y les responderá con apacibilidad, que a todo esto obliga el considerar que Dios le ha entregado a sus discípulos y que la Virgen le ha hecho Maestro de sus hijos adoptivos. Con qué solicitud se aplica uno al Magisterio de un hijo de un Rey, o de un gran Señor? Pues aún con mayor cuidado se debe aplicar el Maestro a la enseñanza de los pobres y de los ricos, porque son hijos adoptivos del Rey del Cielo y de la Reina de los Ángeles. Tenga paciencia para sufrir las molestias que trae consigo la enseñanza de los que fueron rudos. No se exaspere cuando hay alguno de tardo ingenio, que Dios no le dio más. Haga su diligencia para desbastarlo con amor y tendrá con el rudo más mérito, que con la enseñanza de los más ingeniosos [...]. Oiga las quejas de los discípulos con sufrimiento y apacigüe con sagacidad sus rencillas. Que la paz hará que su aula sea un cielo, y la caridad que sean ángeles sus discípulos63.
Otro escritor ascético, el P. Antonio Le Gaudier (1572-1622), hacía las siguientes reflexiones sobre el tema del profesor: Es menester que los adolescentes tengan mucha estima de sus maestros y hagan mucho caudal de su valer. Porque esta estima les apremia interiormente, sobre todo cuando se añade el amor, a cumplir en todo la voluntad de los que los dirigen. Razón por la que todo maestro debe esforzarse por conseguir este predicamento. Mas como ya hemos dicho a propósito del amor, se ha de tener cuidado en no complacerse en la popularidad. La reputación no es más que un medio; su valor moral depende del fin que se quiere alcanzar64.
En esta dirección, dedica varios párrafos en los que insiste en que el crédito es el fruto de las cualidades y virtudes y se aumenta con la fama de sabiduría, pues los alumnos veneran a los profesores capaces de instruirles bien. En definitiva, se exige un hombre perfecto, de virtudes sólidas, prudente y discreto65. Pero, también es necesario clarificar cómo se inserta la figura del profesor en medio de los tres grandes principios que rigen la pedagogía ignaciana: 1) la autoridad, concebida como un servicio a la institución educativa para garantizar tanto los ideales de la Ratio Studiorum como los métodos que deben observarse para conseguir el fin propuesto y el perfecto orden que exige la complicada estructura de profesores, alumnos y programas; 2) la adaptación, para hacer flexibles los métodos y procedimientos, de tal
Pedro de Mercado, Práctica de los ministerios eclesiásticos. Compuesto por el Padre Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús (Sevilla, 1676), 238-239.
A. Le Gaudier, De natura et statibus perfectionis, pars V, sectio XVI, cap. VII; Citado por F. Charmot, La pedagogía de los jesuitas. Sus principios. Su actualidad (Madrid: Sapientia, 1952), 119-120.
Le Gaudier, De natura et statibus perfectionis, pars V, sectio XVI, cap. VII.
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manera que el objetivo final, el hombre, se pueda realizar en sus coordenadas espacio-temporales específicas: y 3) la actividad, conditio sine qua non para que el hombre de la pedagogía ignaciana se constituya en el artífice de su propia vida, como fruto de una opción nacida del criterio adquirido a lo largo de sus años de formación. El alma de toda esta “fábrica”66 era la autoridad concebida verticalmente, la cual debe regular las relaciones estamentales: las externas, mediante la normativa de la Ratio, y las internas, por la disciplina religiosa de una corporatividad que se rige por la obediencia. Este nexo entre autoridad y obediencia solo es válido y eficiente cuando la obediencia es concebida como una virtud y no como mera disciplina. Así, el sentido de corporación en el que era educado el jesuita hacía que cada miembro fuera responsable de la consecución del objetivo final y total de la Compañía de Jesús mediante el cumplimiento fiel de su deber asignado, pues para él la obediencia, libremente aceptada, significaba un servicio, un estar siempre preparado para cualquier misión, para trabajar donde y en el puesto en que la institución necesitare la respuesta del súbdito. Volviendo al tema principal, no es de extrañar que la Ratio Studiorum se pronuncie por la resultante de una cuádruple unidad: de dirección, de profesor, de método y de materia. En otras palabras: la Ratio exige un cuerpo de profesores formados en la misma escuela, imbuidos de los mismos principios, con unos objetivos comunes que deben ser adquiridos por los mismos medios. Pero, en relación con el alumno, el profesor debía adquirir otro tipo de autoridad, que, como escribirá el P. Juvencio en 1703, “es cierta fuerza de mandar, de prohibir, de gobernar. Se la obtiene, o por derecho, o por habilidad. No basta de ordinario que el derecho la conceda si no vienen en su ayuda la habilidad y el talento”67. Tres medios propone Juvencio para conseguir este fin: el aprecio, el amor y el temor. El aprecio sincero de los alumnos lo conseguirá el profesor por su cultura y su piedad. La cultura se demuestra dominando “profundamente la materia que debe enseñar” y “no diga nada que no lo haya limado y trabajado”. Y la piedad se manifestará en las buenas obras68. El segundo medio radica en procurar el amor de los alumnos y el profesor lo conseguirá
Hemos adoptado el concepto de “fábrica”, sacado del manuscrito del P. Ignacio Julián (Biblioteca Nacional de Colombia. Libros raros y curiosos. Ms. 17, fol. 17v): “es mucha fábrica un hombre; y ejercita muchas acciones sobre todas las cuales tiene derecho la política, y en las del noble no perdona ninguna con tal autoridad”.
José Juvencio. Método para aprender y para enseñar (Florencia, 1703). Citaremos siempre por la versión castellana que publicamos en José del Rey Fajardo, La pedagogía jesuítica en la Venezuela hispánica (Caracas: Academia de Historia, 1979), 741.
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Juvencio, Método para aprender y para enseñar, 741.
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si lo ven deseoso de su provecho, moderado, dueño de sí mismo, no suspicaz ni crédulo, sino tan amable y humano en privado como serio y grave en público, siempre ecuánime e igual con todos, no más amigo de unos, ni demasiado familiar; tardo en castigar [...]. Admita de buena gana las causas que pueda haber para perdonar o disminuir el castigo [...], que la culpa sea cierta y bien conocida, y si es posible, que el culpable la reconozca y confiese69.
El tercer medio para conseguir la autoridad lo constituye el temor filial. Por eso, el maestro debe mandar poco, pero con rectitud “que exige lo mandado con constancia y prudencia”. El laxismo y el rigorismo deben ser suplantados por la comprensión y la rectitud. La pedagogía ignaciana exige que se haga uso del poder con blandura y moderación70. Uno de los mejores intérpretes de la primigenia mentalidad pedagógica de la Compañía de Jesús fue sin duda el P. Antonio Posevino (1533-1611)71. En su libro De cultura ingeniorum apela al testimonio de la historia y de la psicología para probar el principio de adaptación. Siendo la naturaleza humana la misma, los talentos son tan diversos que consecuentemente hay que aceptar, a nivel cualitativo, selección y masa. De ahí la importancia que asigna a la necesidad de conocer la capacidad de cada alumno para poder adaptarse a él. De esta suerte escribirá: “así como los elementos que engañan a la vista por la semejanza de su color blanco, como son la sal, azúcar, la harina, la cal, se distinguen sobre todo por el gusto, así las naturalezas que nos engañan con sus apariencias comunes no pueden ser conocidas sino por un examen detenido de su carácter íntimo”72. Si la autoridad debe oscilar entre la firmeza y la suavidad, la adaptación se moverá entre el rigorismo y el laxismo. Para su explicación hay que recurrir a los escritores ascéticos, como a los mejores intérpretes de la vida unitaria que debe surgir de la conjunción de la virtud y las letras. El P. Antonio Le Gaudier (1572-1622) puntualizaba sobre estos antagonismos que se cae en rigorismo: 1º cuando se dan lecciones, composiciones o tareas demasiado largas o difíciles; 2º cuando las cosas fáciles se imponen a muchachos faltos de talento, de la memoria o de la ciencia necesarios; 3º si se les habla en términos demasiado duros, desalentados o desalentadores, inspirados por el capricho; 4º si se exige la lección o el tema para un tiempo fijo, sin
Juvencio, Método para aprender y para enseñar, 741-742.
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Juvencio, Método para aprender y para enseñar, 743; Charmot, La pedagogía de los jesuitas, 121-123.
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Mario Scaduto, “Possevino, Antonio“, en Charles E. O’Neill y Joaquín Ma. Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, t. IV (Roma: Institutum Historicum, S.I.; Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 2001), 3201-3203.
Posevino, De cultura ingeniorum, cap. XIX. Citado por Charmot en La pedagogía de los jesuitas, 134.
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tener cuenta con las legítimas excusas de la familia o el muchacho; 5º si de buenas a primeras no se quieren oir las excusas presentadas con razón, sino que se las tiene por mentiras; 6º si con la misma severidad se tratan las faltas graves y las ligeras; 7º si nos mostramos suspicaces, incapaces de rectificar una impresión desfavorable, si somos avaros de elogios y pródigos en reprensiones; 8º si mostramos desestima hacia un alumno y costumbre de interpretar torcidamente todo lo suyo; 9º si no conocemos más que la rigidez de los reglamentos y olvidamos la flaqueza de la niñez; 10º si las órdenes son oscuras, equívocas y dan pie a confusiones y a castigos imprevistos; 11º si negamos a carga cerrada los permisos solicitados con justa razón; 12º si damos por ciertas las faltas dudosas, etc.
Se cae en el laxismo, por su parte, cuando: No se hace caso más que de escándalos y faltas graves; el que para mostrarse suave no hace caso ni de la modestia, ni del comedimiento, ni del silencio; el que a fuerza de mirar la humana flaqueza, acaba por juzgar los males con excesiva indulgencia; el que reprende, pero, para evitar molestias o pequeñas protestas se abstiene de castigar; el que por amistad sensible o por complicidad, tolera que ciertos alumnos falten a la disciplina; el que so pretexto de bondad no se hace respetar; no menos que el tímido que no toma a pechos la observancia del reglamento; el maestro ligero que se distrae y se porta con los alumnos como un camarada73.
El tercer principio se denomina actividad. Su concepción se basa en la continua y progresiva práctica del alumno en aquellos ejercicios que paulatinamente le ejerciten la memoria, le despierten la inteligencia y le formen la voluntad. En el fondo del sistema subyace una verdadera teleología: el ejercicio programado para alcanzar la formación integral del hombre. El prefecto de iglesia El templo significaba una actividad tan importante como la del colegio, pues en el ideal ignaciano ambas entidades se debían complementar. Así, pues, el prefecto de la iglesia venía a ocupar un papel paralelo al que desempeñaba el prefecto de estudios para el colegio. En último término, no solo era el responsable de que el culto y los oficios religiosos adquirieran vitalidad e incluso esplendor, sino que, además, debía velar por el orden y por la consecución de los altos fines ascéticos y espirituales que se proponía la Compañía de Jesús en cada domicilio. Por ello, las reglas correspondientes debían servir de norma y de guía74.
Citado por Charmot en La pedagogía de los jesuitas, 121-122.
Regulae Societatis Jesu. Romae, MDXC, 146-151: “Regulae Praefecti Ecclesiae”.
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Las formas de comunicación para los jesuitas residentes en el colegio se ceñían a que los sábados se hacía público en el comedor el cronograma de la semana y se colocaba en la sacristía, por escrito, la información correspondiente75. Con respecto a los sacerdotes, el prefecto debía verificar si observaban sus respectivas reglas y si cuidaban de su porte exterior76; si disponían de las debidas licencias para confesar y si se acomodaban a las exigencias de los ritos de la liturgia romana77. También debía celar por que se cumpliera lo estipulado por el fundador de la Orden acerca de la gratuidad de los ministerios; en consecuencia, los sacerdotes no podían recibir limosnas ni por decir misa ni por oír confesiones78 y tampoco se permitían en la iglesia ni las alcancías ni ningún tipo de arca que permitiera depositar cualquier tipo de limosna79. Aunque las reglas no bajan a detalles sobre los ministerios concretos, precisan su obligación en procurar que no falten confesores en el templo80, así como la planificación de los sermones y de las lecciones sacras81. Entre las obligaciones materiales permanentes sobresalen: conservar decentemente el Santísimo Sacramento82, renovar anualmente los santos óleos así como custodiar las reliquias de los santos en un tabernáculo ad hoc83 y, en fin, procurar el ornato necesario para todo lo relativo al culto divino84. El procurador Podríamos definirlo no solo como el asesor del rector en asuntos financieros, sino como el verdadero gerente de la “máquina económica”. Su actividad, de acuerdo con las “Reglas del procurador”, se desglosaba en dos capítulos: la contabilidad y la administración. Entre las sugerencias de política económico-administrativa, las reglas son parcas pero precisas. Se parte de que la responsabilidad, cuidado y aumento de los bienes materiales constituye la principal misión del procurador85. Para ello se le encomienda la práctica de tres consejos: asesorarse en los asuntos delicados con los
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Reglas 2 y 3.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 12.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 13.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 14.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 15.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 26.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Reglas 23 y 24.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 16.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 18
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti Ecclesiae”. Regla 19.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Reglas 1 y 11.
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peritos más idóneos86, llevar con toda exactitud los libros de contaduría y archivo, e informar al rector mensualmente del estado del balance y de la caja87. En cuanto a las compras, se le recomienda que se lleven a cabo en el tiempo oportuno “a fin de que no se obligue a comprar las que no sean muy buenas o que no tengan precio equitativo”88; una vez comprada la mercancía, debía vigilar para que se conservase en buen estado89. Y dentro de este esquema administrativo cada día debía tomar cuenta al comprador de los gastos efectuados y obligarlo a llevar un diario90. En relación con el complicado mundo de los arrendamientos, contratos, contracción de deudas o con cualquier otro negocio de importancia, debía actuar con delegación del rector91 y de acuerdo con el informe de los peritos más idóneos92. Además, tenía la obligación de recordarle al rector que, en los contratos de mayor importancia, debía remitir este una copia autenticada a Roma93. Finalmente, si había necesidad de recurrir a litigios judiciales, se le advertía al procurador que, antes de emprender el pleito, hiciera lo posible por llegar a un avenimiento o arreglo amistoso y, si esto fuera imposible, debía intentar siempre “una justa concordia”94. En todo caso, los juicios debían ser llevados por procuradores externos95. En lo que se refiere a la vida comunitaria, los “Usos y costumbres la Provincia del Nuevo Reino” estipulaban la igualdad de todos los miembros de cada una de las comunidades jesuíticas expandidas por el Nuevo Reino. Así, por ejemplo, en lo relativo a los viáticos de los padres que eran destinados a un colegio o residencia, se fijaba tanto la dotación personal96 como lo relativo a los viajes97.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 17.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 4.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 9.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 10.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 8.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 13.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 17.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 21.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 16.
Regulae Societatis Jesu. “Reglas del Procurador”. Regla 15.
86 87 88 89 90 91 92 93 94 95
APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, fol. 23v-24: “El Colegio de donde sale, le dará el vestido interior y exterior y el manteo, sombrero, bonete y sobrerropa que tuviere dicho sujeto, de manera que pueda servirle todo deçentemente un año sino fuere necesario mejorarlo conforme al tiempo y lugar y la salud del que camina [..] y de la ropa blanca le dará tres camisas, tres pañuelos, tres escofias, tres pares de escarpines, dos pares de medias y dos pares de zapatos, jubón y calçones acomodados al tiempo y lugar a donde va”.
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APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, fol. 25v.: “14. Al que fuere de Santafe a Merida se le daran tres mulas fletadas y pagadas; veinte y cuatro panes; cuatro cajetas de conserva; quatro quesos, un quarto de carnero y treinta pesos en plata”.
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Con todo, una serie de circunstancias muy específicas hicieron que la figura del procurador adquiriese entre nosotros características muy singulares. Lo apartado de las haciendas, las ausencias para la búsqueda de mercados a fin de colocar los productos, el contacto con otros comerciantes, el volumen de ventas, etc. contribuyeron a que la realidad del procurador adquiriera día a día mayor autonomía y, por ende, a que las relaciones rector-procurador tuvieran a veces que regirse por la vía impositiva de la obediencia. Tres figuras jurídicas netamente diferenciadas en el derecho y en la historia de la Compañía de Jesús en Latinoamérica durante el periodo hispano intervienen en la administración de los bienes de cada domicilio: el ministro, el procurador y los administradores de haciendas. Pero un cargo tan delicado como es el del manejo de los bienes temporales es lógico que no fuera usual en la mayoría de los sacerdotes jesuitas, a quienes se insistía fundamentalmente en los valores espirituales y en la formación humanística. Por eso puede llamar la atención que en diversas oportunidades fueran hermanos coadjutores cualificados los que desempeñaran tal oficio. En una acción tan universal como la que desarrollaba la Compañía de Jesús en todo el mundo, era lógico que existieran severos controles. La espiritualidad del colegio y el padre espiritual El fervor espiritual del colegio tenía que traducirse en la buena marcha de todas las instituciones que en él funcionaban. De ahí la importancia que tenía la visita del P. provincial cada trienio, ya que significaba una auditoría espiritual y material, tanto de cada uno de los integrantes del plantel como también de todas las obras que funcionaban en la entidad colegio. El alma de una comunidad jesuítica antigua era el P. espiritual. Debía ser hombre maduro, de probada experiencia ascética, conocedor del instituto de la Compañía de Jesús98, versado en la lectura de libros espirituales99 y experto en analizar los movimientos en que se debaten las almas100. Era el encargado de que el ideal ignaciano se concretase en cada uno de los miembros del colegio mediante el fiel cumplimiento de las reglas para conseguir la realización tanto espiritual como humana de cada uno de los jesuitas101. Su acción pedagógico-espiritual era personal con cada sujeto y consistía en la dirección del mundo del espíritu y de la conciencia. Su objetivo se centraba en que cada dirigido espiritual alcanzara la familiaridad con Dios y el convencimiento de que el cumplimiento de
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”. Regla 1.
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Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”. Regla 5.
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Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”. Regla 6.
Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”.
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sus obligaciones era el mejor servicio de Dios102. Para ello debía estimularlo o corregirlo o ayudarlo, para que el proyecto de vida diseñado en los Ejercicios espirituales adquiriera vida mediante los diversos modos de oración, el continuo examen, la práctica ininterrumpida de las virtudes y la lucha contra los afectos desordenados103. 4. La organización económica El estudio de la máquina económica que sustentó y movilizó la acción educativa, misional, social, económica, religiosa e intelectual de la Compañía de Jesús en el continente americano se ha convertido en los últimos tiempos en un novedoso e interesante tema de investigación dentro de la historia social latinoamericana104. La Compañía de Jesús partía del supuesto de que la máquina económica debía garantizar, fundamentalmente, un triple objetivo. En primer lugar, la gratuidad de la enseñanza que se impartiera en sus aulas; en segundo término, facilitar todos los medios para la construcción y mantenimiento del colegio e iglesia con las consiguientes dependencias anexas; finalmente, debía proporcionar subsistencia al equipo humano, siempre reducido en las Indias, encargado de llevar a cabo la educación integral exigida por la Ratio Studiorum. Consecuentemente, es fácil comprender que los jesuitas excogitasen los medios financieros más eficaces a fin de garantizar la eficacia y la calidad en la realización de sus obras y en el rendimiento de sus hombres. El punto de partida de toda institución docente jesuítica indiana consistía en la creación de una verdadera fundación, cuyo soporte financiero suponía una verdadera empresa, de cuyo incremento dependía en gran parte el florecimiento cultural del plantel, así como la dotación de todo el universo de sus dependencias auxiliares. Sin embargo, este punctum a quo conlleva dos premisas de cuya comprensión depende en gran parte la recta interpretación del hecho económico llevado a cabo por los seguidores de Ignacio de Loyola en el Nuevo Mundo. En primer lugar, la legislación de la Compañía de Jesús estipulaba muy sabiamente que cada colegio constituyese un ente económicamente autónomo e independiente105. De esta suerte, era corriente encontrar, dentro de una misma provincia, obras sólidamente
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Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”. Regla 2.
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Regulae Societatis Jesu. “Regulae Praefecti rerum spiritualium”. Reglas 3 y 4.
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Magnus Morner, The Political and Economic Activities of the Jesuits in the La Plata Region: The Absburg era (Estocolmo, 1955); Germán Colmenares, Las haciendas de los jesuitas en el Nuevo Reino de Granada. Siglo XVIII (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Tercer Mundo, 1969); Edda Samudio, Las haciendas del colegio San Francisco Javier de la Compañía de Jesús en Mérida. 1628-1767 (Mérida, 1985).
Constitutiones Societatis Jesu et Epitome Instituti. Romae (1943). No. 503, aptdo. 3.
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financiadas, mientras que otras llegaban a padecer verdadera necesidad y penuria. Como contrapartida, los miembros de la Orden no podían ser adscritos de forma definitiva a ninguna casa en concreto y consiguientemente podían ser trasladados de domicilio libremente por el provincial, autoridad máxima dentro de cada demarcación geográfica o provincia. En segundo término, la realidad económico-social de cada continente donde laboraba la Compañía de Jesús (Europa, Asia y América) era esencialmente distinta; de ahí la criteriología ignaciana de la adaptación a los tiempos, condiciones locales y personas imprimiera en el área económica la misma flexibilidad que en otros campos de acción. De esta suerte, se explica que en tierras de Indias las fundaciones no pudieran concebirse como fruto de grandes capitales (como sucedía en Europa), sino como un esfuerzo más, en un mundo en construcción, en el que la agricultura constituía prácticamente una de las pocas fuentes seguras de producción. Así fueron naciendo las grandes haciendas, al unísono con el esfuerzo de los hombres e instituciones que laboraban en la nueva América. De esta forma, antes de incoar un colegio, se debía crear una fundación, de la que surgiría después una empresa; una vez estructurada esta, comenzaba a funcionar la máquina económica, de cuyos frutos dependía la prosperidad académica y apostólica del plantel. Pero conviene dejar fuera de toda duda que la “empresa” –a pesar de haber jugado en muchas ocasiones un papel importante en el quehacer jesuítico americano– fue siempre un medio que sirvió para crear, sustentar, promover, incrementar y realizar los fines superiores inherentes a los ideales de la Compañía de Jesús. En otros términos, el criterio de empresa en lo económico hay que encuadrarlo dentro de la concepción jerarquizada de “apostolado”, como un factor dependiente y subsidiario. La documentación de que disponemos hasta el momento es bastante deficiente en lo referente a órdenes y criterios para manejar las haciendas en el Nuevo Reino. Sin embargo, sí se trasluce alguna información suelta que en el fondo se ajustaba a lo estatuido en las “Reglas del procurador”. En el provincialato del P. Francisco Antonio González (1720-1723), parece que las licencias que se tomaban los administradores en la gerencia de las haciendas frente al rector y procurador de ellas llevó al provincial a tomar medidas severas para corregir el abuso. Hace referencia el provincial en su escrito a una orden del R. P. Juan Pablo Oliva, prepósito general de la Compañía de Jesús, del 30 de agosto de 1673, de donde saca las siguientes conclusiones: Lo 1º. No pueden dar ni disponer de cosa alguna sin licencia de sus superiores. Lo 2º ni pueden hacer gastos extraordinarios, v. gr. edificios, rancherías, nuevos y costosos entables y cosas semejantes sin licencia de
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Prepósito General (Roma)
Consejo de Asistentes (Roma)
Prepósito Provincial (Bogotá)
Consulta de Provincia
Procurador General de Indias (Madrid)
Rector (Mérida)
Consulta del Colegio (Mérida)
Procurador Administrador (Haciendas) Figura 2. Organigrama administrativo de un colegio indiano.
los superiores. Lo 3º pueden y deben hacer aquellos ordinarios que ya se sabe son necesarios para llevar adelante las haciendas en sus cultivos, etc. y para la manutención de sus personas en la vida común de religiosos.
Más adelante ordena y manda en precepto de santa obediencia a todos los padres y hermanos administradores de nuestras haciendas y a sus sustitutos (aunque lo sean por breve tiempo) que en los libros de recibo y gasto, que para esto deben tener en las haciendas, apunten y escriban no solamente todas las cantidades recibidas y gastadas, sino también de dónde procedieren los recibos (sean de frutos de arrendamientos, de envíos de los colegios o de cualquiera otra vía), que con ocasión de su administración o industria se hayan adquirido, y asimismo en qué se gastaron las cantidades gastadas y que dos veces al año den cuenta a sus superiores de dichos recibos y gastos, para que, vistas y examinadas por ellos, les conste lo que se hace en las haciendas y puedan corregir lo que en esta parte juzgaren menos acertado106. ANB. Temporalidades, t. 18, fols. 812-813. Algunos órdenes y preceptos para los Padres y Hermanos administradores de nuestras haciendas intimados por el P. Francisco Antonio Gonzalez, Provincial de esta Provincia de la Compañia de Jesus del Nuevo Reyno. En este mismo legajo reposan interesantes informaciones sobre algunas haciendas de la Compañía de Jesús en el Nuevo Reino.
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5. La organización académica El pénsum La Ratio Studiorum contempla para los cursos inferiores cinco clases o años: Ínfima, Media, Suprema, Humanidades y Retórica107. Los tres primeros años se dedicaban al aprendizaje de la Gramática. El cuarto se consagraba al estudio de las humanidades, es decir, a preparar el camino para la elocuencia mediante el conocimiento íntimo de la lengua, el estudio de la teoría del estilo y la progresiva adquisición de la erudición108. En el quinto año se culminaba con la retórica, la cual suponía la adquisición de la perfecta elocuencia mediante el estudio del arte retórico y poético y de una cultura integral109. En una ciudad provinciana era materialmente imposible poder aspirar a tal desiderátum, ya que no hubiera habido ni profesores suficientes ni alumnos abundantes. Esta situación explica que debía ser bastante oneroso para el profesor tener que atender simultáneamente los diversos estamentos de estudiantes. Pero, viniendo a las prescripciones curriculares de la Ratio, debemos aclarar que la legislación escolar hacía referencia expresa a dos textos fundamentales: la Gramática del P. Manuel Álvarez110 y la Retórica del P. Mario Soarez111. Sin embargo, con el correr del siglo XVII observamos que también se recurre a los autores locales, regionales o nacionales: así, los franceses adoptaron los Commentarii Grammaticae de Despauterio, los italianos querían mantener el libro de Coudret De primis latinae grammatices rudimentis libellus112 y, en España, Felipe III ordenó por real cédula del 8 de octubre de 1598 la imposición del denominado Arte Regio, una reedición de Nebrija a cargo del P. Juan de la Cerda, cuyo título fue Aelii Antonii Nebrixensis de Institutione Grammaticae libri quinque, jussu Philippi III. Hispanarum Regis Catholici nunc denuo recogniti113. Y por citar otro ejemplo concreto, en el colegio de Zaragoza se introdujo para la lectura de los alumnos medianos, junto con el Nebrija, la Syntaxis de Torrella114. También en el Nuevo Reino debió imponerse a la larga el “Arte de
Ratio Studiorum. “Reglas del Provincial“. Regla 12 & 1.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Humanidades”. Regla 1.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”. Regla 1.
Ratio Studiorum. “Reglas del Provincial”. Regla 23.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Humanidades”. Regla 1.
Carlos Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, 13 vols., t. II (París: Alphonse Picard, 1890-1932), 1261-1263, donde recoge numerosas ediciones del libro.
F. Olmedo, “Humanismo“, en Miscelánea Comillense (Santander, 1949), 48.
Bernabé Bartolomé Martínez, “Las cátedras de gramática de los jesuitas en las universidades de Aragón“, Hispania Sacra, 34 (1982): 48.
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Antonio”, pues en 1689 lo exigía a los estudiantes de humanidades de la Universidad Javeriana el visitador P. Diego Francisco Altamirano115. Sin embargo, el programa de los estudios gramaticales de la Ratio recurre, como acabamos de mencionar, a la obra del jesuita portugués. En Ínfima se debía regir por el Libro I y una breve introducción de la sintaxis extractada del Libro II. En Media, por el Libro II, desde la construcción de las ocho partes de la oración hasta la construcción figurada, amén de los apéndices más fáciles. Y en Suprema: del Libro II, desde la construcción figurada hasta el fin, y del Libro III, la métrica116. Es interesante una opinión sobre el método utilizado por el P. Manuel Álvarez: El método de Álvarez es muy cuidadoso y se diferencia claramente por la crítica del famoso Despauterio entonces en boga. Examina atentamente los ejemplos y las reglas de los antiguos y de los nuevos gramáticos, confronta sobre sus mismas obras los pasajes de los autores citados y obtiene de su lectura nuevas reglas y nuevos ejemplos. Supera en la elegancia, según dice Gaspar Sciopio, a todos los gramáticos antiguos y modernos. Este mérito ya le es reconocido por la provisional Ratio Studiorum de 1586 que afirma: “Si quid... in syntaxi latinum, purum, tutum, elegans optari potest, id non ex aliis grammaticis, quia ea de re vel falso, vel impropie, vel barbare praeceperunt, sed ex Emmanuele [Manuel Álvarez] petendum videtur”. Es un método racional: expuestas brevemente las reglas, añade en cursiva, para los profesores, apéndices y comentarios llenos de observaciones y espigaciones históricas, filológicas, pedagógicas; denota estudio intenso y escrupuloso, lectura cuidadosa y minuciosa de los autores y gramáticos, erudición singular. En la sintaxis expone claramente las reglas más difíciles y con excepciones. Es una gradación de dificultades: las reglas comunes las acomoda a la capacidad de todos los estudiantes; en cambio los apéndices los reserva para los escolares más capaces y preparados y para los profesores. Toda la gramática comprende tres libros: etimología y morfología, sintaxis y prosodia. Solo la morfología está intercalada con hexámetros de utilidad mnemotécnica, el resto en prosa. Más tarde Torsellino, en su reelaboración romana, le insertará versos también a la prosodia; versos que frecuentemente se le atribuyeron erróneamente al texto de Álvarez117.
APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, fol. 53: “7. La sylaba y poesia. Teniendo bien sabida y entendida con toda perfeccion la syntaxis y copia de los nombres y verbos con sus casos y la ortographia, todo como esta en el Arte de Nebrixa”.
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Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de Estudios Inferiores”, 8 & 2.
Emilio Springetti, “Storia e fortuna della grammatica di Emmanuele Alvares S.J.”, Humanitas, XIII-XIV (1962): 283-304; citado por Ignacio Osorio Romero, Floresta de gramática, poética y retórica en Nueva España (1521-1767) (México, 1980), 134.
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Con respecto a las humanidades y retórica, si bien es verdad que se hace alusión al P. Mario Soares118, también se remite a la Retórica de Cicerón y a la Retórica y Poética de Aristóteles119. Dentro del plan neogranadino de estudios, debemos llamar la atención sobre el hecho de que los jesuitas no patrocinaron de forma institucional el estudio del griego. Así se desprende de las mismas ordenaciones internas de la Provincia del Nuevo Reino relativas a la enseñanza. Los textos Ciertamente resulta una tarea bastante comprometida escribir sobre la cultura clásica en el Nuevo Reino de Granada, cuando todavía no contamos con obras fundamentales que recojan la historia del humanismo clásico llevada a cabo en tierras neogranadinas. Son de admirar los esfuerzos realizados en México en el tema con la Floresta de gramática, poética y retórica en Nueva España (1521-1767) de Ignacio Osorio Romero120. Para Colombia hay que reseñar la obra El Latín en Colombia de José Manuel Rivas Sacconi121, que viene a ser un primer intento de llevar adelante el proyecto para toda la época colonial. Con todo, conforme se vayan conociendo y publicando los archivos y las bibliotecas de los colegios coloniales, se podrá ir reconstruyendo la infraestructura cultural de cada institución neogranadina regida por los jesuitas. Pero, antes de entrar a este análisis, creemos conveniente establecer tres observaciones. Una hace referencia a la presencia de algunos libros no usuales en las grandes urbes americanas y ello, a nuestro parecer, se debe a la acción de algunos jesuitas centroeuropeos que enseñaron gramática en Honda o rigieron los destinos del plantel educativo. Otra, que cada profesor portaba siempre los libros de su pertenencia y ello explicaría algunas ausencias notables de obras que per se debieran reposar en los anaqueles de la biblioteca. Finalmente, cada día nos convencemos más de que no todos los haberes bibliográficos, éditos o inéditos, pasaron a los inventarios que levantaron los comisarios regios el año 1767. Formuladas estas salvedades, pasamos a analizar el repositorio humanístico del colegio.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Humanidades”, 1. “Reglas del Prefecto de los estudios inferiores”, 13.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”, 1.
Para una mejor información bibliográfica del tema puede verse, del mismo autor: Colegios y profesores jesuitas que enseñaron latín en Nueva España (1572-1767) (México: UNAM, 1979).
J. M. Rivas Sacconi, El Latín en Colombia. Bosquejo histórico del humanismo colombiano. No. 3 (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1949).
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Director de Estudios Profesor de Humanidades
Formación Moral
Formación Académica
Formación para la Excelencia Academia
Doctrina Cristiana Prelección
Ejercicios
Repetición
Congregación Mariana
Inmediata
Iglesia
Mediata Traducción
Repetición
Composición
Concertación
Creación
Declamación
Semanal
Figura 3. Organigrama de formación del alumno en un colegio indiano.
Ingreso y promoción del alumno Para ingresar en cualquier colegio jesuítico se requería de la presentación de un examen, a fin de poder colocar al alumno en la clase oportuna122. Al candidato se le debía interrogar qué estudios había realizado y dónde. La prueba consistía en la redacción de un tema y, de acuerdo con los cursos aducidos, se proponían algunas breves frases, ya para ser traducidas al latín o, si el alumno estaba más adelantado, para interpretar a un autor123. La admisión se reservaba a los que se conociera “ser instruidos, de buenas costumbres e índole”124. Debía llevarse el Libro de admitidos en el que debía constar: nombre, apellidos, lugar de origen, edad, nombre de los padres o representantes y la fecha exacta de su admisión125. Expresamente se estatuye que “a nadie se excluya por ser innoble o pobre”126.
Ratio Studiorum. “Reglas de los oyentes externos de la Compañía”. Regla 2.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 10.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 11.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 11.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 9.
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Desde el inicio de su vida escolar se les debía indicar a los jóvenes que todo el esfuerzo pedagógico se centraba en el convencimiento de que el resultado final debía ser uno y único; por ende, debían conducirse en todas sus acciones de tal manera “que todos entiendan de ellos que están dedicados no menos al estudio de las virtudes y de la integridad de vida que al de las letras”127. Para ello, en el momento de la admisión, se le debían mostrar las Reglas128 y además debían estar expuestas permanentemente en cada clase y, una vez al mes, debían ser leídas las específicas a cada estamento129. La promoción de un curso a otro se llevaba a cabo únicamente al inicio de cada periodo escolar; sin embargo, aquellos alumnos que fueran sobresalientes, de acuerdo con el estudio de sus notas y la opinión de los profesores, podían ser ascendidos a un curso superior, en cualquier época del año, siempre y cuando aprobaran el respectivo examen130. Los exámenes debían ser escritos131, presididos por el prefecto132 y ante un jurado compuesto por tres profesores133. El jurado debía revisar previamente, en el Libro de notas, las calificaciones de cada uno de los examinandos para poderse formar un juicio objetivo134. La nota definitiva debía contemplar: la composición, la nota del maestro y el interrogatorio135. El calendario escolar En los colegios del Nuevo Reino el calendario escolar lo iniciaban los Estudios Menores el día 9 de septiembre y lo concluían el 30 de julio, víspera de la solemnidad de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús136. A lo largo del año escolar la semana se interrumpía el jueves, que venía a ser el día de asueto137. Tampoco eran muy abundantes las vacaciones interanuales: se leía hasta la víspera de Navidad al mediodía y retornaban al aula el día 29 hasta el 31, cuya tarde era de vacación. En carnavales el asueto se extendía desde el domingo hasta el miércoles de ceniza por la mañana. En Semana Santa, desde el miércoles hasta el
Ratio Studiorum. “Reglas de los oyentes externos de la Compañía”. Regla 15.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 11.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 49.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 13.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 14.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 16.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 18.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 20.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 22.
Praxis de los Estudios Mayores y Menores, 300. (Citaremos siempre por el texto que reprodujimos en Del Rey Fajardo, La pedagogía jesuítica en la Venezuela hispánica, 279-309).
Praxis, 304.
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tercer día de Resurrección. En Pentecostés desde su vigilia hasta el tercer día posterior a esa festividad. El día de Corpus Christi y su víspera por la tarde y la mañana de la conmemoración de los Difuntos. Ignoramos si se haría extensible a los demás colegios la costumbre quiteña que fijaba que los días “que hay toros en la plaza principal de la ciudad, no hay lección por la tarde”138. Los sábados por la tarde dedicaban la última hora de clase a la formación espiritual139. El horario de las clases era eminentemente solar. Las puertas de los colegios neogranadinos se abrían para los jóvenes a las 7 de la mañana y la jornada escolar abarcaba mañana y tarde. La primera clase se iniciaba a las siete y media y la segunda a las diez, y cada una tenía una duración de una hora. Ambas se interrumpían con un recreo de treinta minutos. Por la tarde también se dictaban dos horas de clase: a las dos y treinta y a las cuatro interrumpidas por media hora de descanso140. Entre otras normas, dos llaman hoy la atención: que todos debían tener asientos fijos141 y la importancia que se le asignaba al estudio privado142. También la planificación educativa imponía la redacción del catálogo de los libros que deberían utilizarse a lo largo del año143 a fin de dar tiempo a los libreros públicos para su consecución144. Los actos públicos Los actos públicos eran parte esencial en la formación humanística de la Compañía de Jesús, pues en ellos no solo se evidenciaba la realidad de la competencia, sino que además la incentivaba, ya que de otra manera el éxito pasaba a otras manos. Para ello se prescribía al maestro que “puliera” los escritos de los alumnos, de modo que sistemáticamente tenía que prepararlos para actuar en público145. También era deber del profesor la ejercitación tanto en declamaciones privadas, que debían realizarse desde la tribuna la última media hora de los sábados146, como en las públicas, que se tenían cada mes en el aula o en el templo. En ese contexto, el maestro
Praxis, 304.
Praxis, 301.
Praxis, 300.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 29.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 30: “se les distribuya el tiempo de tal manera que se les de buena oportunidad para el estudio en particular”.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 27.
Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de los Estudios inferiores”. Regla 28.
Ratio Studiorum. “Reglas comunes de los Profesores de las clases inferiores”. Regla 32.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”. Regla 16.
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debía asimismo proponer en clase representaciones breves, para que los alumnos las declamasen, estudiados los papeles, en vez del argumento147. Lógicamente, el haber aprendido de memoria textos clásicos de gran valor literario y el haber tratado de imitarlos y aun de superarlos en los ejercicios diarios de clase, amén de haberse compenetrado con el ritmo de los argumentos y el estilo del discurso, constituían una base sólida y segura para que el estudiante adquiriera facilidad para la oratoria y la retórica. Pero si la imitación se constituía en el primer tramo de la capacitación humanística de los gramáticos, al avanzar en los estudios a diario se veían forzados a apelar a la creatividad tomando como pretexto cualquier ocasión propicia. Para ello, no solo debían componer poesía, sino, “según la costumbre de la región, [había que redactar] algo en prosa más breve, como son las inscripciones, escudos, templos, sepulcros, jardines, estatuas; como descripciones de una ciudad, puerto, ejército; como las narraciones de alguna hazaña de alguno de los dioses; como finalmente paradojas, añadiendo a veces, pero no sin permiso del Rector, pinturas que respondan al emblema o argumento propuesto”148. Hoy nos resulta exótica gran parte de esta literatura, que tuvo su apogeo en el Barroco. Si a esto añadimos el sentido corporativo que desarrolló la Compañía de Jesús en su primer siglo de existencia, comprenderemos el esplendor literario, artístico y estético que rigió las celebraciones fastuosas con ocasión de fechas de profundo significado religioso o patriótico, como eran las beatificaciones y canonizaciones de sus santos, las festividades de la Iglesia o los acontecimientos históricos. En la mayoría de esas oportunidades, tanto los profesores como los alumnos capacitados hacían gala de su fecundidad literaria y creadora. Mucha aceptación tuvieron los jeroglíficos, empresas o emblemas, que, según Fernando R. de la Flor, eran conjuntos plástico-literarios utilizados por las instituciones jesuíticas en las celebraciones de todo tipo que organizaban, sobre todo a lo largo del siglo XVII149. El jeroglífico significa una recuperación de ciertas formas simbólicas llevadas a cabo en el Renacimiento, las cuales fueron utilizadas en la arquitectura efímera al servicio de las fiestas religiosas, con sus correspondientes adaptaciones
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”. Regla 19.
Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”. Regla 18.
Fernando R. de la Flor, “Picta poesis. Un sermón en jeroglíficos, dedicado por Alonso de Ledesma a las fiestas de Beatificación de San Ignacio, en 1610“, Archivum Historicum Societatis Jesu (AHSJ). Roma, LII (104) (1983): 262. Véase también del mismo autor: “El jeroglífico y la arquitectura efímera del Barroco“, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 8 (1982): 84-102. Para la cultura europea: G. R. Dimler, “The Egg as Emblem: Genesis and Structure of a Jesuit Emblem Book“, Studies in Iconography, 2 (1976): 85-106.
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en España150. El pintor Antonio Palomino definía a comienzos del XVIII el jeroglífico como “una metáfora que incluye algún concepto doctrinal mediante un símbolo, o instrumento sin figura humana, con mote latino de autor clásico y versión poética en idioma vulgar”151. Y a continuación explicita el autor las funciones que desempeña el jeroglífico dentro de la arquitectura efímera “De estos se usan en funerales de héroes y grandes capitanes; y en coronaciones de príncipes, entradas de reina y otras funciones semejantes; y asimismo en fiestas solemnes del Santísimo y de la Purísima Concepción, canonizaciones de santos y otras festividades; en que se aplican figuras y símbolos de la Escritura Sagrada y otros conceptos teológicos, arcanos y misteriosos”152. Si bien es verdad que algunas de estas actividades eran prohibitivas para un colegio pequeño, también lo es que en las instituciones educativas neogranadinas tuvieron que desarrollarse el lance poético y otro tipo de composiciones, que solo requieren del ingenio y la creatividad. La vena poética, en latín y en castellano, fue habitual en la mayoría de los jesuitas neogranadinos. Bastará probar la afirmación con algunos ejemplos. El primero pertenece al P. Juan Quintero, nacido en Gibraltar (Venezuela) y fallecido prematuramente en Bogotá el 12 de abril de 1693. Todavía muy joven, su fácil versificación latina le llevó a ser elegido por el historiador P. Pedro de Mercado para que un epigrama suyo encabezara la Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús: Dum Regni primaeva Novi monumenta recludis Iesuadumque Deo gesta dicata refers: Illi famosum Facundus reddis honorem, hisque tuo calamo Fama perennis adesta. Sic tibi mercaris miram, Mercate, coronam; Quo argento? Libro mira docente tuo153.
De la Flor, “Picta poesis”, 262-263. Véanse: P. Pedraza, “Breves notas sobre la cultura emblemática barroca”, Saitabi, 28 (1978): 181-192; y M. V. David, Le débat sur les écritures et l”hieroglyfe au XVIIe et XVIIIe siècles. (París, 1965).
Antonio Palomino, Museo pictórico y escala óptica (Madrid, 1947), 106; citado por De la Flor, “Picta poesis”, 263.
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Palomino, Museo pictórico, 106.
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P. Ioannis Quintero bene in Auctorem affecti Epigramma. En Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, 4 vols., t. I (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1957), 5. Su traducción es la siguiente: “Mientras manifiestas los comienzos dignos de recuerdo del Nuevo Reino, refieres las gestas consagradas a Dios de los jesuitas. Elocuente, rindes a aquel un célebre honor, y a estos la fama perenne acompañará gracias a tu pluma. Así te compras, Mercado, una admirable corona. ¿Con qué dinero? Enseñando cosas admirables con tu libro”.
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Otro ejemplo lo encontramos en el P. Miguel de Monroy, rector del colegio de Mérida entre 1720 y 1724. Gracias al testimonio de José Ortiz y Morales sabemos que el P. Monroy lo visitó en 1710: “[el jesuita] tuvo noticia de mis estudios y de los cuatro tomos que tenía disponiendo de mi Arca evangélica y como de ingenio muy florido y en el poesía y latinidad tan versado, honró mis obras con los versos latinos siguientes, que por ser de mucha sutileza he querido con ellos coronar mi historia: Non sic auratis Pactolus ridet arenis Non sic Alcidis fulva catena trahit, Aureus ut stillus parefactaque litera servus Allicit et vacuos mens opulenta replet. Edidit Autor opes, opus hoc dum protulit orbi Perlege. Nunc auri sacra putanda fames154.
Como hasta el momento no hemos podido localizar ningún rastro de la producción literaria colegial momposina, apelaremos a algunos documentos similares producidos en la misma época en los colegios jesuíticos mexicanos. Cualquier festividad o acontecimiento era propicio para la justa literaria, en cualquiera de sus formas. Para celebrar la llegada de las santas reliquias, por ejemplo, el que transcribimos es uno de los epigramas gratulatorios: epigrama gratulatorium in adventu sanctarum reliquiarum: O Nova, quae a veteri trahis altum Hispania nomen cum quo religio participata viget. Mexice praecipue charissima vinea Christi quam assidue proprii sanguinis amne rigat. Quas hodie grates referes, quae dona deinceps cultori tribues, agricolaeque tuo? Cortesium huc mittens, lapides delegerat omnes: scilicet abstulerat saxea idola tibi. Ast nunc torcular tribuit, turrim extruit altam et tua nunc cingit moenia saepe novae.
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Biblioteca Nacional de Bogotá. Sección Manuscritos. José Ortiz y Morales, Observaciones curiosas y doctrinales que a hecho en su vida politica desde el dia 11 de febrero del año de 1658 en que nacio asta el dia en que las escribe con noticias de su buena fortuna y de sus desgracias […] a 11 de febrero de 1713, fol. 190. Rivas Sacconi, El Latín en Colombia, 177-178. La traducción reza así: “No sonríe lo mismo el Pactolo con sus arenas de oro / No atrae lo mismo la cadena áurea de Alcides / Como tu estilo de oro y tu frase abierta / hechiza a los hombres y tu mente poderosa sacia a los ignorantes. / El autor ha sacado a luz un tesoro. / Tu lee esta obra mientras la conoce el mundo. / Ahora sí que es verdad que hay que llamar sagrada el hambre de oro”.
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Crux est torcular, seps spina, altissima turris sanctorum cineres, reliquiaeque sacrae155.
La figura de San Ignacio de Loyola fue muy popular y reverenciada por los jesuitas coloniales; de ahí que el tema ignaciano sea muy rico, no solo en la literatura sino también en el arte. Para que el lector pueda formarse una idea del manejo y dominio literario de los alumnos, reproducimos aquí algunos fragmentos del Certamen ad Nostrum Patrem Ignatium156 que constaba de cinco partes, en las que se debían ejercitar los más variados metros. En el cuarto certamen se pidió un soneto en el que se dijese cuál era la cosa que más glorioso hacía a San Ignacio: Dejar las guerras, armas y ruido del vano mundo y de Jesús glorioso con ánimo invencible y generoso seguir el estandarte y apellido. Velar las armas y trocar vestido ser en las cosas arduas animoso y sin tomar contento ni reposo poner fin al intento tan subido. Grandezas son de valeroso pecho humilde en si y en Cristo transformado mas traspasar en Dios todo el renombre. Y la corona del ilustre hecho es tal que dignamente ser loado solo podrá de aquel cuyo es el nombre. (Diego González) Cuán bien campea sobre la nobleza del amor encendido lo encarnado grandes señales de hermosura ha dado el precioso marfil de la pureza. La constancia, valor y fortaleza se han descubierto en muy subido grado el gobierno que en pocos es hallado lo vemos puesto en su mayor alteza. Cada virtud sin duda resplandece en nuestro Ignacio, con muy alto modo dásenos a entender la diferencia.
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Ignacio Osorio Romero, Colegios y profesores jesuitas que enseñaron latín en Nueva España (15721767) (México: UNAM, 1979), 35.
Biblioteca Nacional de México. Vol. 1631. Citado por Osorio Romero, Colegios y profesores jesuitas, 71-73.
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Cada uno diga lo que le parece: yo digo que se junta el resto todo en su divina y singular prudencia. (Cosme de Flores)
El quinto certamen fue dedicado a la glosa: Vivo en Dios y en si deshecho fue en la empresa milagroso en ponerle fin dichoso cabal en dar nombre al hecho. glosa Para mostrar su poder Dios y ser reconocido en el hecho más subido suele por medio poner lo más flaco y abatido y así teniendo trazado un ilustre y claro hecho hoy toma un flaco soldado flaco en si de Dios esforzado vio en Dios en si deshecho. Toma, pues, por instrumento a Ignacio que siempre en guerra había tenido su intento sin alzar el pensamiento de las cosas de la tierra mas levantó en tal manera el ánimo generoso a un intento tan glorioso que aunque no le prosiguiera fue en la empresa. Y no solo lo emprendió sino como diestro en el arte juntando muchos siguió de Jesucristo el estandarte y en demanda murió. Fue en la suerte venturoso por ser de Dios escogido, en la conquista animoso, fuerte en haberla seguido, en ponerle fin dichoso. Pero con lo que mas su gloria resplandece y su valor
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es que el nombre y la memoria, la pelea y la victoria le atribuye a su señor pues pudiendo ser nombrado cedió a Jesús su derecho con lo cual de si ha triunfado y su trofeo ha quedado cabal en dar nombre al hecho. (Diego González)
Otro acto literario es el de las empresas en el que se combinan la poesía latina con el arte imaginativo de la pintura. Empresas hechas a la consagración del doctor Bartolomé Lobo Guerrero, inquisidor hechas el día de san Bartolomé 1597 A un lado, un brazo de san Bartolomé con su piel; al otro, otro brazo con piel de lobo. Pelem pro pelle Munera contigerint tibi dum foelicia pellem exutus veterem, sume vir ample novam Extiteras huc usque lupus vi nomine pelle quem fides timuit gens inimica lupum. Pastorale subis dum munus, eam exue pellem nam fugient (fuerit si haec tibi pellis) oves Indue apostolicam meliori numine pellem quae de hinc rite novum munus obire dabit. Quique tibi nomen, pellem munusque rependit certam itidem referet Bartholomeus opem. Pintóse un rayo de Júpiter quitado la mitad y, en su lugar, puesto un ramo de oliva. Munera pacis amat fuerat qui Iupiter ultor Fulmen obit ramus, quid mirum? fulmine verbi tartara nigra tui et furalia regna tremescunt pacifero ast ramo Iesu Christi (quas sanguine tinctas paces oves) recreas diroque tueris ab hoste belliger atque lupos abigis lupus ipse nocentes. A un lado las armas de la Inquisición; al otro, un brazo con roquete y báculo airmado (sic) sobre una granada. Occiduo qui dextra fidem tutatur in orbe officii sacri pulchra trophea notat Munus apostolicum baculo munita sinistra qua vir magne alio pascis in orbe gregem Pasce gregem felix moresque tuere fidemque sanctior est postac sancta futura fides.
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Dos brazos que salen de una nube, el uno con una espada desnuda, el otro con una plana de albañil, aludiendo a lo de Esdras, 2, cap. 4. In utrumque paratus Trullam laeva tenet strictum fert dextera ferrum quo tuear solymas aedificemque domos defendit tua dextra fidem manus altera mores componit, coeli moenia tuta facis. Pintóse en un campo un lobo, las manos en el báculo pastoral, y en el aire, sobre la cabeza, una mitra, y cercado de ovejas. Lupus ipse capella Quae novitas? Quae cura lupo de mollibus agnis? ergo ne Iesu Christe tuum tradis ovile lupo? Nil mirum, lupus est indutus moribus agni nomine quique lupus belliger, intus ovis te duce, grex felix, tenero mansuetior agno o lupe vel latium pascere digne pecus Illiberis nova regna lupo pastore triumphent nam lupus ad coeli pascua ducet oves. Una granada sin la corona y en su lugar una mitra con este mote. In melius Pulchrior accessit, nativam sperne coronam hoc veniente tuum crescet honore decus. Dejar podréis poma rara la corona que os extrema pues os vale esa diadema por corona y por tiara. Pintóse una rodela y en medio de ella una cabeza, cuyos cabellos eran culebras, y por la boca atravesada una espada por toda la rodela y encima una mitra con este mote. Perimit et tuetur Quid gladius clypeusque notat transfixus, iniquae haereseos duro trajicis ense caput tuque idem faustos clypeo tutaris alumnos protegis et populum duxque paterque tuum. Una espada ondeada, el pomo en el suelo y, abrazado con ella, un ramo de oliva. Osculatae sunt Mirum hoc frondentis circundat ramus olivae flamiferum gladium quid sibi velle putem moribus est agnus lupus est cognomine, utrumque pugnat, at ipse novo iunxit utrumque modo
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fecit et ut quondam si martia bella sorores gessere, unanimis foedera pacis ament. Diego Díaz de Pangua157.
También los actos literarios asumían la realidad de una sociedad que trataba de desconocer los principios básicos del cristianismo. Los ideales clásicos de belleza y libertad no impedían que el bien común fuera parte esencial de una concepción filosófica que profesaba su fe en el hombre. En una comedia de 1627 se hace referencia a la condición del indígena: Cuarenta mil indios solían salir en México al baile hoy no hay cuatro mil. ¿De hoy en cien años oirán decir cómo eran los indios? No sé; no los vi. [...] En tiempos pasados, siglos de oro al fin, no íbamos al baile cargados así. No había muchas cargas, muchos indios si, pocas, entre muchos, se podían sufrir. Ya el indio es camello, carga hasta morir y muere bailando como el matachín158.
También los profesores entraban en lid en las competencias literarias, que debían desarrollarse sin cesar en el aula y en su entorno. Para mejor información, remitimos al libro Osorio Romero, donde el estudioso encontrará abundante literatura al respecto159.
Biblioteca Nacional de México. Ms. 1631, hs. 148-149. Citado por Osorio Romero, Colegios y profesores jesuitas, 89-91.
Biblioteca Nacional de México. Mss. 588. I. Osorio Romero, “Un tocotín inédito del siglo XVII“, Revista de Bellas Artes, Nueva época, V/VI (1975): 9-16.
Biblioteca Nacional de México. Mss. 1600. Citado por Osorio Romero, Colegios y profesores jesuitas, 243-253.
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El teatro Debemos subrayar la carencia de referencias en la documentación neogranadina que hasta el momento hemos consultado de un modelo practicado con pasión por los jesuitas durante el Barroco, como es el teatro escolar. Sin embargo, disponemos de algunas afirmaciones concretas que nos llevan a mantener una actitud de búsqueda. Es necesario tener presente, como prueba de esta inquietud investigativa, que se conserva una pieza teatral del alumno bartolino Fernando Fernández de Valenzuela, titulada la Laurea crítica160. Además, nos consta que el Seminario de San Bartolomé se inauguró con una comedia latina que “se juzgó podía ser buena en la Corte”, como dice la carta anua161. Con posterioridad, también el mismo colegio invirtió fuertes sumas en algunos actos dramáticos puestos en escena en junio de 1625162. Por testimonio de don José Ortiz Morales sabemos que para celebrar la canonización de san Francisco de Borja, en 1672, dispuso san Bartolomé de dos comedias: la primera se titulaba La virtud al uso, pero de la segunda no nos ha quedado el título163. Al parecer, la actividad cultural de los estudios humanísticos pasó por momentos de gran intensidad. Por ejemplo, el 12 de enero de 1682 se veía precisado el P. provincial Juan Martínez Rubio a recordar: “estando como están doce pesos para pintura, y adorno del pergamino en las conclusiones de los de casa, no se permita excedan de esta cantidad en el gasto de colonias y botones, ni tampoco el que en el teatro se pongan sillas sin licencia del Padre Rector, ni que se enciendan y quemen pebetes con riesgo de quemar las alfombras”164. Además, el análisis de los certámenes literarios así como las futuras investigaciones que se lleven a cabo sobre el teatro jesuítico neogranadino, al igual que el estudio de las biografías de estos abnegados maestros,
Biblioteca Nacional de Colombia. Sección Manuscritos. Mss. 4. José J. Arrom y José M. Rivas Sacconi, La “Laurea Crítca” de Fernando Fernández de Valenzuela, primera obra teatral colombiana (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1960), 20-27.
Archivo Romano de la Compañía de Jesús (ARSI). N. R. et Q., 12. Historia. I. Carta annua de 1605, fol. 33v.
Archivo de San Bartolomé. Libro de gasto ordinario y extraordinario deste Collegio de San Bartolomé, fol. 123.
Ortiz y Morales, Observaciones curiosas, en José del Rey Fajardo y Germán Marquínez Argote. Breve tratado del cielo y los astros del M. Javeriano Mateo Mimbela (1663-1736) (Bogotá: Universidad Javeriana; San Cristóbal: Universidad Católica del Táchira, 2000), 91. La forma como habla sobre este asunto indica que era normal el teatro entre los bartolinos.
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APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, que por orden de N. R. P. Lorenzo Ricci, ya no están en uso y deven guardarse en el archivo. “Órdenes del Padre Juan Martinez Rubio Provincial desta Provincia del Nuevo Reyno y Quito, que dejó vissitando este Colegio de Santa Fe en 12 de Henero de 1682 años”, fol. 45-45v.
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abrirán nuevas rutas para la reconstrucción de este importante medio cultural-educativo. También el teatro fue un instrumento escolar muy utilizado en los colegios coloniales. En la capital boyacense llegamos al conocimiento del teatro colegial gracias a una denuncia presentada por don Juan de la Peña, hermano de Martín de la Peña, que había ingresado al noviciado con disgusto de la familia. Pero, además, este ingreso se complicaba, porque había seguido Martín los pasos de sus primos los padres Francisco Ellauri y Juan de la Peña. La historia de esta vocación fue llevada a las tablas en el colegio de la capital boyacense. La queja llegó hasta la Real Audiencia y tomó tal fuerza que algunos oidores se trasladaron a la ciudad para investigar los hechos. En definitiva, los parientes solicitaban que el colegio no siguiera representando aquel drama, a fin de evitar “el que en un acto tan público, como es el de una representación, no se hiciese en él lo que tanto perjudica a la calidad y honor de dicho mi padre, familia y deudos”165. También del colegio de Cartagena hemos encontrado una pequeña alusión. El P. Alonso de Sandoval es amonestado por el general de la Orden “por permitir que, en una de las comedias que con fines didácticos se representaban en el colegio, salieran dos muchachos con ropa de mujeres”166. Y entre los papeles del archivo del colegio San Francisco Javier de Mérida inventariados en 1767 tan solo encontramos dos referencias al tema. El primero es una orden, de 1649, del provincial del Nuevo Reino en que prohíbe a los jesuitas que asistan a “comedias y fandangos o bailes”167. El segundo hace relación a una Real Cédula que ordena que no se representen comedias en las iglesias168. Ciertamente nos encontramos ante un hecho histórico que amerita una mayor investigación. La academia La academia, en la paideia jesuítica, se erigía como una pequeña entidad académico-social dentro de la propia institución educativa. Dado el reducido número de alumnos que siempre cobijó la mayoría de las instituciones educativas jesuíticas en el Nuevo Reino, se podría pensar en la
ANB. Miscelánea, t. 69, fol. 332. Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 542-543.
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Alonso de Sandoval, Un tratado sobre la esclavitud. Intr., transcr. y trad. Enriqueta Vila Vilar (Madrid: Alianza, 1987), 29-39.
AAM. Seminario. Caja, 1. Inventario de los papeles del archivo del Colegio San Francisco Javier, fol. 11.
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AAM. Seminario. Caja, 1. Inventario de los papeles del archivo del Colegio San Francisco Javier, fol. 11: “Yten. Una carta en que se hace relacion de una Cedula del Rey Nuestro Señor para que no se representen comedias en las Yglesias y que estas se cierren a puesta del sol, año de seiscientos sesenta y uno”.
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poca viabilidad de este ente para selectos. Por nuestra parte, sospechamos que sí existió, porque generalmente iba hermanada con la Congregación Mariana169. En esencia, constituía un llamado institucional a lo que hoy denominamos la excelencia y se reducía un grupo de estudiosos, escogido entre todos los escolares, que se reunían guiados por algún prefecto jesuita, con objeto de tener especiales ejercicios relativos a los estudios170. En la práctica, venía a ser un seminario, ya que su objetivo final consistía en profundizar en las materias que se estudiaban en el aula y debían llevarse a cabo los días de vacación171. Los “académicos” debían aventajar a los demás, tanto en los estudios como en el ejemplo de su vida172. Se regían por sus autoridades propias y tenía como requisito imprescindible la asiduidad y el fervor en sus quehaceres173. La temática fundamental giraba en torno a “todas aquellas cosas que suelen generar elocuencia o dimanar de ella”174. Pero la gama de posibilidades era extensísima: si se trataba de una declamación tomada de un orador o de un poeta, debía seguir después “la crítica de los demás acerca de la voz, el gesto y de toda la declamación”175; también podía tratarse de redacciones propias, escritas en los distintos géneros literarios176, o de análisis oratorios, escritos en estilo elegante; incluso se recomendaba el simular procesos judiciales teniendo muy presentes las pruebas, los resortes psicológicos y demás lugares oratorios177. Ciertamente, la academia, bien llevada, suponía la creación en sus miembros de una toma de conciencia frente a una microsociedad, de la que se deberían convertir en genuinos gestores mediante una más intensa comunicación, colaboración y responsabilidad, tanto personal como colectiva. Debemos confesar que tampoco en esta área hemos encontrado rastro alguno de documentación y en consecuencia se abre la posibilidad de nuevas investigaciones que serían de gran utilidad para la historia de la pedagogía en Colombia. Estos son, a grandes trazos, los componentes de la educación y formación que día a día impartieron los jesuitas en sus colegios, dispersos en la amplia geografía colombiana.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia”. Regla 2.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia”. Regla 1.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. “Reglas de la Academia de los gramáticos”.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Regla 3.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Reglas 4-12.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Reglas 2 y 9.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Regla 2, II.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Regla 2, IV.
Ratio Studiorum. “Reglas de la Academia de los retóricos y humanistas”. Regla 2, VII.
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¿Cuándo comenzó a funcionar el colegio? No hemos podido precisar hasta el momento el proceso legal que condujo a las gestiones fundacionales. Ciertamente, es claro que la partida de nacimiento legal de la institución educativa data del año 1634, fecha en que la residencia adquiría legalmente el título de colegio incoado178 y, en consecuencia, se designaba para el rectorado al P. Julio Ledi179. Sin embargo, es necesario precisar que no siempre la aprobación romana suponía el comienzo inmediato de las acciones educativas. Y la explicación es obvia, pues no siempre se podían cumplir los requisitos exigidos por el reto de la educación mundial de la Compañía de Jesús que se recogía en la Formula acceptandorum collegiorum anno 1588 recognita180. En este documento se pormenorizaban las exigencias que definían un colegio jesuítico, tanto en la integración de la comunidad como en el currículo, la dotación del edificio y de las clases y los ministerios que debían desarrollarse en torno a la Iglesia. Pero esta Formula excluía expresamente a las Indias y es lógica esta posición, pues en los grandes espacios americanos muchas pequeñas ciudades pugnaban por adquirir identidad, a la vez que levantaban lentamente su estructura institucional como parte de la maquinaria administrativa de la monarquía hispana. En consecuencia, es necesario rastrear las fuentes para poder dar respuesta a nuestro planteamiento inicial. El primer recurso sería la correspondencia oficial entre los generales de la Compañía de Jesús en Roma y los provinciales de la Provincia del Nuevo Reino de Granada, pero sobre ese punto específico solo podemos aducir la fecha de creación de la que hemos hablado más arriba. La segunda fuente la constituyen los Catalogus personarum (Catálogos de personas) que cíclicamente había que remitir a la ciudad eterna, pues en ellos se recoge la actividad de los jesuitas que habitaban en cualquier domicilio. Y este reservorio nos alerta sobre un hecho inusual, porque esta fuente solo recoge de forma continuada información sobre los profesores de Gramática en el colegio de Honda a partir del año 1736. Sin embargo, los Catalogus rerum, es decir, los catálogos que recogen la realidad económica de cada casa, expresamente hablan del “Colegio incoado” a partir del año 1715181. Con lo cual llegamos a la conclusión de que esta segunda fuente tampoco
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ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 124v. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Baltasar Mas. Roma, 24 de enero de 1634.
179
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 142. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Julio Ledi. Roma, 30 de diciembre de 1635.
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ARSI. Institutum, 40, fol. 109-111v. Posteriormente, sin variaciones de fondo, se promulgó la Formula acceptandorum collegiorum iuxta V Generalis Congregationis, Decretum 87, a R. P. N. Claudio Aquaviva, Praeposito Generali, explicata.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 144.
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dilucida la fecha inicial real de la actividad del colegio. La tercera fuente, que solo tiene carácter oficioso, pero digno de todo crédito, son las cartas anuas, que también debían remitirse a la ciudad del Tíber para informar a los superiores romanos de las actividades que se desarrollaban en las tierras neogranadinas. Las cartas anuas del año 1643 hablan de los colegios incoados: “ayúdanse de las haciendas que van entablando, y con el buen agasajo que hacen a los que navegan este Río, son recompensados con algunos frutos de las Españas y del Reino, que a menos costo pueden haberse en aquel puerto”182. Las de 1652 solo ofrecen una noticia vaga sobre el colegio de Honda y se limitan a expresar: “Ya pues, que se había multiplicado la gente, ya que por ella fue menester, que hubiese más de los nuestros en Honda, y que por algunos años había tenido título de Colegio, porque demás de las doctrinas de obligación, administración de Sacramentos a los feligreses, era mucho el concurso de pasajeros para los Ministerios”183. La primera noticia directa del funcionamiento del colegio la encontramos en las cartas anuas de 1694-1698, que dicen: Enséñase en él la Gramática a un muy corto número de estudiantes, que la tierra no es a propósito para estudios por su temple con extremo cálido. El Hermano Donado enseña a leer, y escribir a más de sesenta niños y ejerce esta ocupación con mucho cuidado, y con no menos talento, de que para este y para otros varios ejercicios a que acude le ha dotado Nuestro Señor. Lúceseles muy bien a los muchachos la enseñanza deste buen Hermano184.
La lectura de este texto da a entender que las funciones magisteriales de los jesuitas hondenses venían de más atrás; en consecuencia, queda sin resolver el problema planteado. Sin embargo, no pueden pasar desapercibidas para el historiador varias causas que podrían dar luz a una mejor interpretación del mundo escolar de la juventud de Honda. La primera la acabamos de citar en las cartas anuas de 1694-1698 y la repetimos: “enseñase en él la Gramática a un muy corto número de estudiantes, que la tierra no es a propósito para estudios por su temple con extremo cálido”185. Y la segunda proviene de una sutil observación del cronista Pedro de
Sebastián Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada. Desde el año de mil y seyscientos y treinta y ocho, hasta el año de mil y seys cientos y quarenta y tres (Zaragoza, 1645), 144.
Provincia Novi Regni et Quiti, 12-I. Carta annua desde los años 1642 hasta el de 1652 de la Prouincia del Nueuo Reyno, y Quito a a.m.r.p. General de la Compañía de Jesus [Goswino Nickel], fol. 19v. El subrayado es nuestro.
APT. Leg. 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 91v.
APT. Leg. 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada, fol. 91v.
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Mercado que se desempeñó dos veces como rector del colegio (1657-1664 y 1675-1678). El texto se refiere a la juventud: “Entonces [en el pasado] había mucha chusma, así de negros como de indios del mismo pueblo y de forasteros, pero ya casi se han consumido, con que raro niño se halla a quien adoctrinar”186. Si tenemos en cuenta que Pedro Mercado escribe el año 1683, habrá que indagar en un futuro cómo fue la “consumición” de la juventud (aunque no habla expresamente de los blancos) y “el corto número de estudiantes” a que hacen referencia en 1698 el documento citado más arriba. Esta advertencia, que a nuestro juicio merece un estudio detallado, debió ser la escasa demografía estudiantil que se levantaba en la villa hondense. De acuerdo con los datos que conocemos, en 1629 las familias no llegaban a veinte187. Si de entrada estaban excluidos los negros y los indios, eran pocos los blancos en edad escolar. Sin embargo, es necesario resaltar que en la docencia del catecismo no se daba esa discriminación, pues en las cartas anuas de 1643 se recoge este ministerio así: “en enseñar a los niños del pueblo, a los indiezuelos, y morenitos, y otra chusma de muchachos, que a mañana y a tarde se juntan; y como es costumbre en las Residencias, cantan las oraciones, diciendo el catecismo; y los misterios de la fe”188. Por ello, se deben tomar con gran precaución las informaciones que suministran las antinomias vividas en la villa entre grupos adversos y favorables a los jesuitas. De esta forma se deben entender las noticias que se desprenden de las actuaciones del arzobispo don Cristóbal de Torres cuando, en torno al año 1644, quitó el curato de españoles a los jesuitas. En el alegato de defensa del P. Esteban Arrótegui, hace alusión a que vivían en la villa 700 españoles, de acuerdo con lo que aducían los adversarios de la Compañía189 y, como apunta Roberto Velandia, “no pasaban de 70”190. Así es que se hace difícil aceptar esta información. Entre los viajeros jesuitas que transitaron por la villa a lo largo del siglo XVIII citaremos a dos: uno alemán, el P. José María Cervellini, quien en 1737 señalaba que la villa “cuenta con 2.000 habitantes”191 y el italiano Mario Cicala, quien en 1743 visitaba nuestra urbe y escribía: “La ciudad
Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito, t. II, 184.
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Autos. Petición de los vecinos de Honda.
Hazañero, Letras Anvas de la Compañía de Iesvs, 145.
188
Archivo de la Antigua Provincia de Quito (APQu). Leg. 3. Puntos que en contrario ofrece su ilustrísima del señor arzobispo para no guardar la cédula de su Majestad a favor de la Compañía. Santafé, 30 de noviembre de 1646.
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Roberto Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda, t. I: Épocas de la Conquista y de la Colonia (Bogotá: Kelly, 1989), 192.
José Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía de Jesús en Venezuela (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1974), 335.
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de Honda es pequeña, apenas cuenta dos mil almas”192. Pero, si tomamos en cuenta la opinión autorizada de Basilio Vicente de Oviedo, habrá que concluir que en 1764, según este autor, Honda contaba con “1.000 vecinos con[tando] los que viven en el campo”193. Otra causa posible del retardo en pasar de colegio incoado a colegio en funcionamiento acaso fuese la económica. Y así pensamos que las rentas del curato lograron por mucho tiempo erigirse como el sustento económico primero de la residencia y después del colegio. Y ello explica en parte que, para llegar a la puesta en marcha del colegio, se siguieran en esta villa caminos distintos a los recorridos en el resto de las urbes neogranadinas, en donde se insertaron los de Loyola en respuesta a la principal demanda, que era la presencia de un colegio. En un informe del año 1718 sobre el estado espiritual de la Provincia del Nuevo Reino, el provincial describía la situación del colegio de la siguiente manera: “Aquí puse un sujeto que leyese Gramática, y murió; después señalé otro, que no podía hacerlo sin muchas fallas por haber de ayudar a su Rector en la administración del curato. Y aunque hay otros dos sacerdotes, el uno es viejo y muy enfermo, y el otro sobre andar también enfermo me será necesario sacarlo para la asistencia de una hacienda de la Provincia por la falta que hay de Hermano”194. Al revisar los suplementos de los catálogos de esas fechas nos encontramos con los siguientes difuntos del colegio de Honda: Antonio Sans: 1 de mayo de 1715195; Francisco Saldaña, 29 de junio de 1716196; José Galarza, 18 de noviembre de 1716197 y Diego Landazábal, 4 de marzo de 1718198. Pero, si tenemos en cuenta la cronología del mandato como provincial del P. Ignacio de Meaurio (1716-1720)199, tendremos que desechar de entrada al P. Antonio Sans. Por otra parte, como el documento aducido lleva fecha
Mario Cicala, Descripción histórico-topográfica de la Provincia de Quito de la Compañía de Jesús (Quito: Biblioteca Ecuatoriana “Aurelio Espinosa Polit”, Instituto Geográfico Militar, 1994), 89.
Basilio Vicente de Oviedo, Cualidades y riquezas del Nuevo Reino de Granada (Bogotá: Academia de Historia, 1930), 266.
194
Ignacio de Meaurio, “Estado espiritual de la Provincia del Nuevo Reyno y sus Ministerios”. Año de 1718. En Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. II, 2289.
195
ARSI. N. R. et Q., 4. Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a 1ª decembris 1713 ad 26 decembris 1715, fol. 140.
196
ARSI. N. R. et Q., 4, Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718, fol. 142.
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ARSI. N. R. et Q., 4, Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718, fol. 142.
198
ARSI. N. R. et Q., 4, Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718, fol. 142.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 174-190.
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de 17 de diciembre de 1718, pensamos que la lectura del texto excluye al P. Diego Landazábal y, en consecuencia, habría que hacer referencia a los dos restantes. De igual manera, debemos descartar al P. José Galarza, pues desde 1715 se desempeñaba como rector del colegio hondense200 y falleció en el ejercicio del cargo el 18 de noviembre de 1716201. En última instancia, queda el P. Francisco Saldaña, del que hablaremos más adelante. A partir de 1736 los catálogos recogen de forma uniforme la secuencia de profesores de gramática en el colegio hondense. Como conclusión, podemos afirmar que habrá que esperar a nuevas investigaciones para clarificar el inicio de la actividad pedagógica en el Colegio de Honda. La ubicación del colegio Aunque Felipe González estudia las diversas ubicaciones de las iglesias que tuvo la Compañía de Jesús en Honda, así como las referentes al colegio, trataremos de dar una visión que comprenda la realidad del centro educativo. Desde un punto de vista jurídico, la vinculación establecida entre residencia y colegio nos lleva a la conclusión de que el domicilio tuvo una unidad arquitectónica, y a ella apelaremos. Como es natural, el punto de partida lo constituye el año 1634, fecha en que Roma aprobó la figura de colegio incoado202. El punto de referencia es la nueva iglesia de teja, que, según Mercado, se situaba “no lejos de donde tiene la Compañía su casa y enfrente de las bodegas donde se albergan todos los pasajeros que van y vienen de Cartagena a Bogotá”. Y más adelante especifica el historiador que se construyó “contiguamente a ella [a la iglesia] un corredor en que puso la sacristía y unos aposentos pequeños donde los de este Colegio vivieron algunos años hasta que los rectores que le fueron sucediendo labraron un cuarto muy capaz que es hoy el de vivienda”203. Luego, para 1683, fecha de la redacción de la Historia de Mercado, ya existía una casa “muy capaz que es hoy el de vivienda”. Según Felipe González, los datos ofrecidos por el cronista permiten inferir que estos terrenos se localizaban al otro lado del río Gualí, en el costado norte. Una segunda ubicación se operó a partir del año 1745, pues, al entregar el curato, decidieron los jesuitas trasladar el colegio y la iglesia
200
APT. Leg. 132, fol. 213. Carta del P. Miguel Ángel Tamburini al P. Mateo Mimbela. Roma, 16 de marzo de 1715.
Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro quinto de la Iglesia, fol. 188.
201
202
ARSI. N. R. et Q., 1, fol. 124v. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Baltasar Mas. Roma, 24 de enero de 1634.
Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito, t. II, 197.
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a otro lugar, ya que se encontraban en un paraje montuoso y distante del centro de la villa. Según una consulta de los moradores del colegio de Honda, realizada el 10 de julio de 1746204, los padres Pedro Montero, Juan Pérez, Antonio de Uzcátegui y Francisco Javier de Rivas ofrecen una síntesis de las dos ubicaciones que en que se desarrolló la vida del colegio durante los años 1635 y 1746: hasta el presente, afirman los consultores, hemos vivido en “una inculta selva [y] el Colegio circundado de montes y áspera serranía, y tan dilatada y alejada del común comercio… que se ve nuestra iglesia muy poco frecuentada ya en orden a pláticas y sermones, que de ordinario son de parte de noche, por el temor de culebras y otras sabandijas…”205. Ya en la carta que en 1745 remitía el provincial Ángel María Manca al virrey, en la que hacía entrega del curato a la mitra, concluía con la petición de trasladar el colegio y la iglesia a otro lugar más cómodo “que facilite el concurso de los fieles y el ejercicio de sus ministerios”, pues la ubicación del colegio “está distante del concurso de la villa en sitio montuoso” y supone una grave molestia para los “muchachos y niños que frecuentan el aula de Gramática y escuela que tenemos en aquel colegio, que por este motivo no asisten en tanto número y con la continuación que pudieran si el colegio estuviera en el sitio menos distante y más proporcionado para su asistencia”206. Quizá esta explicación del provincial del Nuevo Reino pueda aclarar la poca afluencia de alumnos a las clases de Gramática que se dictaban en el colegio. Liberados de las exigencias del curato, pudieron diseñar un nuevo espacio geográfico que facilitara la presencia de las juventudes hondeñas; al respecto, los consultores opinaron: Solo hallamos por útil y conveniente sitio o lugar [el] que está al pié del puente, con cola y campo suficientísimo para nuestra vivienda y oficinas necesarias, sin que tenga registro de parte alguna. La puerta de la iglesia, que ha de ser, hace frente con la calle más principal, llana y extendida, y hoy en día adornada con muchos edificios de casas y tiendas de cal y canto y teja. El sitio es apacible; goza de los mismos vientos que hoy en día tenemos, y de los que vienen de todas cuatro partes, oriente, occidente, aquilón y mediodía. Los que hasta hoy han vivido y están viviendo en este sitio gozan y han gozado de robusta y vigorosa salud; y todos los que han vivido y están viviendo en toda la población de caserío que está fundada, en más de tres cuadras, a las márgenes y orillas de este río de Gualí, vemos y sabemos gozan de salud207.
ANB. Miscelánea, 129, fols. 809-810.
204
ANB. Miscelánea, 129, fol. 809.
205
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 603.
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ANB. Miscelánea, 129, fol. 809.
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El documento que utilizamos concluye con un broche de oro. Don Francisco Cícero y sus hermanos ofrecen dar, a su cargo, “hecho y perfecto y consumado un templo o iglesia muy decente y capaz”. Además prometen comprar “nuestra vivienda”, y “aún pasa a más su piadoso y caritativo ánimo, que es suplir para la obra del Colegio lo que le faltare al Superior, sin más interés que es el del cielo”208. Y, en una nota marginal, el provincial escribía: “este parecer de los CC. de Honda se aprobó en consulta de Provincia, y se resolvió la mudanza del Colegio e Iglesia al sitio junto a Gualí”209. Cuando en 1746 se entregó el curato, el virrey Sebastián de Eslava notificó que se concedía “la licencia que pide para trasladar su colegio a la parte y lugar que tuviere por más a propósito en la misma villa […] sin que por el cabildo, corregidor y justicias ni vecinos se pueda poner ni ponga embarazo alguno en la fábrica del nuevo colegio, lo que especialmente se prevendrá así en el Despacho que sobre todo se ha de librar”210. El año 1764 hubo dos acontecimientos en la villa de Honda que, en última instancia, consolidaron la construcción de la nueva edificación del colegio e iglesia jesuítica: la oposición de los franciscanos a la obra ya realizada y, por otra parte, la exigencia del consejo para que se habilitase el edificio del colegio viejo para hospital de la población hondense. Seguiremos el proceso a través del Informe del fiscal del Consejo de Indias del 5 de febrero de 1766211. Según el documento, ya en 1736 los jesuitas habían adquirido un solar nuevo para construir en él el colegio con la venia del presidente y “con el voto consultivo del Real Acuerdo”, pero con la condición de que, si no se obtenían de la corona los debidos permisos, se demolería lo construido. Así se “empezó a construir el nuevo colegio continuándose la obra sin contradicción alguna hasta que el año de 1764” los padres franciscanos solicitaron del virrey “que se suspendiese la fábrica”, por dos razones: por no disponer de las licencias debidas y por no guardar la nueva construcción la distancia que prescriben sus privilegios pontificios. El reclamo fue pasado por el virrey a la Audiencia y su fiscal expuso el 28 de enero de 1765 que no se debía tomar en consideración “como intempestiva e injusta la contradicción de los PP. Franciscanos”. En su razonamiento alega el fiscal que “la hicieron cuando la obra se hallaba casi perfecta” y, en cuanto a las distancias, precisa que es norma solo aplicable
ANB. Miscelánea, 129, fol. 810.
208
ANB. Miscelánea, 129, fol. 810.
209
ANB. Curas y obispos, 51, fol. 603.
210
AGI. Santafé, 677. Apuntamiento del expediente seguido en el Consejo de Indias sobre la traslación de un colegio de la Compañía de Jesús en la villa de Honda del Nuevo Reino de Granada. 5 de febrero de 1766. También existe en el mismo legado una síntesis documental de todo el proceso intitulado: “Real despacho al Virrey de Santa Fe sobre la traslación del colegio de la Compañía de Jesús de Honda con varios documentos que tratan el mismo asunto.
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a los mendicantes212 y no a los jesuitas, como lo demuestra el caso del colegio de Las Nieves en Bogotá, fundado por los ignacianos en 1675, “que no distaba del convento de San Francisco el número de pasos que prescribían las bulas y breves pontificios” otorgados a la orden seráfica213. Hay que señalar en este punto que la Compañía de Jesús, por concesión de los papas Pío IV (Constitutio Apostolica: Etsi ex debito, 1571) y Gregorio XIII (Constitutio Apostolica: Salvatoris Domini, 1576) podía construir cerca de los conventos de las órdenes mendicantes, no obstante los privilegios apostólicos por ellos conseguidos214. El paso siguiente requirió que el rector del colegio solicitara la correspondiente licencia de S. M. para trasladar el colegio, y a esta correspondencia se unió el virrey y el cabildo secular. Y el fiscal conceptuó: “que no se encuentra exceso ni culpa que pueda objecionarse” a los jesuitas por haber empezado a construir el nuevo colegio sin permiso de S. M. y para ello da dos razones. Primera, que es “bastante para excusar la pena de su demolición la que le concedió un magistrado de tanta y tan pública autoridad como un presidente la Audiencia del distrito”. Segunda, con respecto a no haber solicitado el permiso correspondiente, responde diciendo que se trata de “la traslación de un Colegio que queda extinguido a otro que se instituye en su lugar por la mayor conveniencia de la villa de Honda”215. El rey autorizó el traslado del colegio mediante una real cédula dada en el Pardo el 12 de marzo de 1766216.
212
Véase: Alonso de Zamora, Historia de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Granada. Prólogo del Doctor Caracciolo Parra, vicerrector de la Universidad Central de Venezuela y Director de la Escuela de Filosofía. Notas ilustrativas del mismo y del R. P. Lector Fr. Andrés Mesanza, miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia (Caracas: Parra León Hermanos, Editorial Sur América, 1930), 469.
213
AGI. Santafé, 677. Apuntamiento del expediente seguido en el Consejo de Indias.
214
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 360.
215
AGI. Santafé, 677. Apuntamiento del expediente seguido en el Consejo de Indias. Al final del expediente el propio fiscal incluye una nota que hace referencia a una carta del P. Jaime de Torres, procurador de la Provincia del Nuevo Reino, en Madrid (AGI. Santafé, 678).
216
AGI. Santafé, 678. Véase también ANB. Miscelánea, 104, fol. 970. En cuanto a la historia de la construcción de un nuevo hospital, que también era vital para la villa de Honda, remitimos al capítulo 2 del libro II, “La residencia de Honda (1620-1767)”. Una pregunta obligada consiste en dilucidar quién fue el arquitecto que diseñó los planos del nuevo colegio y de la nueva iglesia dedicada al Sagrado Corazón.
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6. Nóminas Profesores de Gramática Nicolás González. Para su biografía nos remitimos a la lista de rectores, número 30, pues dirigió el plantel a la muerte de su titular, el P. Baltasar Caicedo (3 de junio de 1733), hasta la toma de posesión del P. Martín de Egúrbide en 1735. Su magisterio hay que fijarlo en torno al año 1702217, sin que hayamos podido precisar su punto final. Francisco Saldaña. Para su biografía referimos al lector a la lista de rectores, número 22, quien estuvo al frente del plantel de 1703 a 1710. En esta ciudad del río Magdalena transcurrieron sus últimos años. Suponemos que el nombramiento de profesor de Gramática debió ocurrir el año 1716, pero le sobrevino la muerte el 29 de junio de ese mismo año218. Pedro Zabala (1709-1769)219. Había nacido en Salinas (Guipúzcoa) e ingresado en la Compañía de Jesús el 9 de julio de 1727220 en Tunja221. Realizó sus estudios superiores en la Universidad Javeriana de Bogotá222. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de noviembre de 1734223. Pasó de inmediato al colegio de Honda donde se desempeñaba en 1736 como profesor de Gramática224. Su docencia en el colegio de Honda podemos precisarla entre finales de 1734 y marzo de 1737, cuando abandona el río Magdalena para dirigirse a Tunja a realizar su año de tercera probación (2IV-1737 a 2-IV-1738)225. Concluido su currículo de formación jesuítica, pasó al colegio de Cartagena en donde enseñó Filosofía226 y permanece hasta
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 43.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142. Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1736-1763. Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu (AMHSJ). Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias de España e Indias desde la expulsión hasta el día 30 de junio de 1777. Por don Juan Antonio Archimbaud. Provincia de Santa Fee. No. 4442. Juan Manuel Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino de Granada expulsados en 1767”, Ecclesiastica Xaveriana, III (1953): 65; José Luis Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular de habla castellana (1575-1767)”, Paramillo, 16 (1997): 97-99.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 253v. Pronuncia en Tunja los votos del bienio el 11 de julio de 1729.
Según el catálogo de 1736 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234) estudió “extra” dos años de Filosofía e “intra” uno de Filosofía y cuatro de Teología. Esto quiere decir que fue alumno de la Javeriana de 1729 a 1734.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 251v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 234. Catálogo de 1736: “Docet grammaticam”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 288v.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 269. Catálogo de 1738: “Docuit grammaticam, modo docet Philosophiam”.
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el año 1744227. Debió ser destinado a Santo Domingo en 1749228. En 1751 ocupaba la cátedra de Teología Moral229 en la Universidad de Gorjón y en 1753 la de Prima Theologiae230, actividad en la que persistía en 1756231. En 1763 asumía el rectorado de la Universidad insular232, cargo que desempeñaría hasta la expulsión de 1767233. Durante su gestión dominicana tuvo que enfrentar el problema de las tierras ocupadas por los libertos de San Lorenzo de las Minas, pero la solución consistiría en reubicar a los negros huidos en las tierras que los jesuitas poseían en El Tablazo234. Habiéndosele intimado el decreto de expulsión en 1767, viajó rumbo al Puerto de Santa María el 23 de agosto, de allí a Bolonia (Italia) y, un tiempo después, a Orciano, en donde encontró la muerte235. Gaspar Álvarez. Para su biografía nos remitimos a la lista de rectores, número 34, ya que estuvo al frente del colegio hondense durante dos periodos consecutivos (1746-1754)236. Sospechamos que su docencia se extendió en el periodo comprendido entre 1737-1741, cuando se trasladó a la ciudad de Tunja para cumplir con el requisito formal de la formación jesuítica237. Manuel Collado (1714-1800)238. Nació en Belmonte (Cuenca) e ingresó a la Compañía de Jesús, en Madrid, el 15 de agosto de 1739, tras haber concluido la carrera de Filosofía239. Al finalizar su noviciado, estudió un
227
Según Sáez, en “Los jesuitas en el Caribe insular”, 98, pronuncia sus últimos votos en Cartagena el 1 de enero de 1744.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 98.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo de 1751: “Magister Theologiae Moralis”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301. Catálogo breve de 1753: “Professor Primae Theologiae. Praefectus rerum spiritualium et studiorum inferiorum. Examinator universitatis. Consultor”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo de 1756.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 374v. Catálogo breve de 1763: “Rector. Profesor de Teología”.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 98. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 65.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 98.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 98. AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4436.
Testimonios de su Rectorado: Rector de Honda 2 de noviembre de 1746 (ANB. Curas y obispos, 43, fol. 206v). En 1749 era vicerrector del colegio de Honda y presentaba los derechos de la Compañía a la hacienda del río de la Miel (ANB. Temporalidades, 13, fol. 871; 11, fol. 688); Catálogo breve de 1751 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299); Catálogo de 1753 (fol. 301).
ARSI. N. R. et Q. 4, fol. 292v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum ab 11 octobris 1738 usque ad primam januarii 1742. Su año concluyó el 15 de abril de 1742.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1751-1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 63.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 313v. Catálogo de 1753. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147.
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año de Teología en el colegio de san Hermenegildo de Sevilla240. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1743241. Culminó su carrera eclesiástica en la Universidad Javeriana242. Tuvo que viajar a Popayán para recibir las Órdenes Sagradas243. Podríamos conjeturar que el espacio de tiempo comprendido entre Popayán y Tunja se desempeñó como profesor de Gramática en el colegio de Honda (1747?-1749)244. De 1749 a 1750 llevó a cabo su tercera probación en Tunja245. En 1751 era profesor de Gramática en el Colegio de Mompox246. En 1753 se desempeñaba como procurador de las Misiones de los Llanos de Casanare247. En 1756 era destinado a la fundación de Coro (Venezuela) donde debió permanecer hasta 1760248. Rector del colegio de Mompox (1761-1763)249. Rector de Mérida de 1763 a 1767250. Expulsado a Italia, vivía en Scapezano en 1774251. Murió en Urbino a principios de 1800252. De él, tenemos noticia de los manuscritos: Estudio sobre las lenguas
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147.
240
AGI. Contratación, 5549. “El H. Juan Collado recibido en Madrid para el Nuevo Reino salió para el Puerto de Santa María de Madrid, aunque se quedó en Carmona estudiando para volver al Puerto a embarcarse“; “Estudiante natural de Belmonte, obispado de Cuenca, de edad de 27 años, mediano de cuerpo, moreno, señal de herida en el entrecejo, pelo negro, poblado de barba”.
241
El 1 de octubre de 1746 autorizaba el P. Manca, provincial, la renuncia a una serie de estudiantes teólogos jesuitas, entre los que se encuentra el H. Juan [Miguel] Collado (ANB. Miscelánea, t. 89, fol. 667v). Esto nos hace sospechar que para esta fecha había concluido o estaba por concluir sus estudios teológicos.
Felipe Salvador Gilij, Ensayo de Historia americana, t. IV (Bogotá: Sucre, 1955), 366: “sigo primero una carta del P. Collado que en mis tiempos se trasladó de Santafé a esa región [Popayán] para recibir las Órdenes Sagradas”.
242
243
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147.
244
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 328v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a prima octobris anni 1749 ad primam aprilis anni 1751.
245
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo Breve de 1751. Según AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147, fue profesor de Gramática antes en Honda.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301v. Catálogo Breve de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo Breve de 1756. Sin embargo debió llegar después de los padres Antonio Naya y Francisco Javier Oraá (Archivo Nacional de Chile - ANCh. Jesuitas, 211. Representación del Procurador General don Miguel Antonio de Medina).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 356v. Catálogo de 1763.
Asiste a la última Congregación Provincial del Nuevo Reino, 29 de diciembre de 1763, como rector de Mérida (ARSI. Congregationes Provinciales, t. 92, fol. 106). Según el Libro de Recibo que comienza a primero de marzo de 1749 (AAM. Caja única), su primera intervención data de marzo de 1764 (fol. 73v) y la última, de junio de 1767 (fol. 84v).
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ANCh. Jesuitas, 442.
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AMHSJ. Armadio F-10. Archimbaud. Relación individual de los Ex-jesuitas muertos de las Once Provincias. No. 4465.
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americanas253. Descripción de las Gobernaciones de Maracaibo, Santa Marta y Popayán254. Y otra serie que podríamos denominar Escritos menores255. Francisco Javier Rivas y Gómez (1720-1754)256. Nació en el Chocó (Colombia) e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 1 de octubre de 1737257. Había entrado en el Colegio de San Bartolomé el 10 de junio de 1733258 y obtenido su título de Magíster in Filosofía259. Prosiguió los estudios de Teología en la Universidad Javeriana260. Con anterioridad al año 1748 fue maestro de Letras Humanas en la misma Academia. Por el testimonio de su condiscípulo, el P. Felipe Salvador Gilij, conocemos la calidad humanística de esta joven promesa: Entre los muertos, dese el primer lugar al Padre Rivas, nacido de nobles padres en la provincia de Popayán. Yo lo tuve como condiscípulo por algún tiempo en teología y en esa facultad por su elevado ingenio, fue siempre seguramente el primero entre los primeros. Pero su mayor talento estaba en la literatura amena, de la cual fue maestro en la Universidad Javeriana el último año de mi permanencia en Santafé. Y ojalá él hubiera encontrado entre sus discípulos a alguno que sin anhelar intempestivamente las ciencias severas, lo oyera con ansiedad de aprender igual al empeño suyo de enseñar. Hubiera formado buenos alumnos para honra no pequeña de Tierra Firme261.
Según nuestros cálculos, debió regentar la cátedra de Gramática en el colegio de Honda de 1749 a 1751262. En 1753 aparece al frente de la hacienda de Doyma263. Lamentablemente falleció en la hacienda de Tena264. 253
254
AIUL. Papeletas: Collado, Manuel. “En 4º, 80 hojas”. El propio P. Gilij (Ensayo de Historia Americana, t. IV, XX) dice: “luego al P. Juan Manuel Collado muy conocedor de la Tierra Firme, pero especialmente de los gobiernos de Maracaibo, Santa Marta y Popayán”. Esto nos hace pensar que posiblemente fue destinado a Coro en 1756, pero en realidad su destino real fue Maracaibo, y así lo declaraba el P. Collado el 5 de mayo de 1768 en el puerto de Santa María (AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 147).
Archivo Inédito Uriarte-Lecina (AIUL). Madrid. Papeletas: Collado, Manuel.
AAM. Seminario. Caja 1. Inventario de los papeles del archivo del colegio San Francisco Javier, fol. 35-42 donde se citan innumerables cartas.
255
256
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos 1738-1753.
257
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 305v. Catálogo de 1753.
258
Archivo de San Bartolomé. Libro de convictores, fol. 101v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 305v. Catálogo de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 305v. Catálogo de 1753: Estudió tres de Filosofía “extra” y cuatro de Teología “intra”.
259 260
Gilij, Ensayo de Historia americana, t. IV, 289.
261
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo de 1751: “Consultor et Magíster Grammaticae”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 300. Catálogo de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 332v. Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 160.
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De su producción escrita literaria tenemos noticia de dos manuscritos: Collectio orationum pro instauratione scholarum, deque rebus rhetoricis265 y Collectio elegiarum latinarum266. Francisco Riberos (1718-¿?)267. Nació en Tunja e ingresó a la Compañía de Jesús en su ciudad natal el 24 de julio de 1733268. Realizó estudios de Humanidades en Bogotá269. La Filosofía y la Teología las cursó en la Universidad Javeriana270. En 1751 concluía su gestión como ministro en el Seminario de San Bartolomé271, y ese mismo año se trasladaba al colegio de Honda272. Podríamos ubicar su docencia en el colegio hondense de 1751 hasta por lo menos el año 1753273. En 1756 laboraba en el colegio de Tunja como prefecto de estudios y la Congregación de la Buena Muerte274. Desconocemos la fecha de su llegada a las misiones llaneras, pero en 1763 estaba encargado de la Procuraduría de la misión del Orinoco, en Carichana275. En 1767 fungía como superior de la Misión y como tal le fue intimado el decreto de expulsión el 2 de julio de 1767 en Carichana276. Falleció, probablemente en La Guayra, entre 1767 y 1768277.
AIUL. Papeletas: Ribas, Francisco Javier.
AIUL. Papeletas: Ribas, Francisco Javier.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1736-1763. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 71.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 228. Catálogo de 1736. Aunque en algunos catálogos aparecen otras fechas, ratificamos la del texto, porque así lo comprueba el Suplemento correspondiente (fol. 251. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 11 julii 1733 ad 6 martii 1736).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 224. Catálogo breve de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 265v. Catálogo de 1738: “Discit Philosophiam in 2º anno”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298v. Catálogo breve de 1751.
Libro de recibo del colegio de San Bartolomé, fol. 5.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301. Catálogo breve de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v. Catálogo breve de 1756.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 375. Catálogo breve de 1763. El Catálogo de 1763 (fol. 359v) da a entender que su llegada fue anterior, pues anota: “Fuit Missionarius hispanorum et gentilium. Est Procurator Missionum”.
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269 270 271 272 273 274 275
ANCh. Jesuitas, 446. (Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 57-58).
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AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia transferidos de la Provincia de Santa Fe de Bogotá en el Navio nombrado San Pedro y San Pablo que al presente se hallan recidiendo en la Casa Hospicio de esta Ciudad. No. 161: “y por haber muerto el Superior [P. Riberos] fue nombrado Vice-Superior [el P. Gilij] en la Guayra”.
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Gervasio Guerra (1728-¿?)278. Nació en Cartagena de Indias e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 20 de febrero de 1746279. Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá280. Recibió la ordenación sacerdotal el 24 de septiembre de 1756281 y ese mismo año se desempeñaba en el colegio de Honda como profesor de Gramática282. No hemos podido precisar el término de su docencia. Posteriormente fue ministro del Colegio-Seminario de San Bartolomé y del Colegio Máximo283. En 1763 ocupaba en el colegio de Cartagena la cátedra de Gramática284 y en su ciudad natal hacía su profesión religiosa en 1764285. En 1767 regía los destinos del colegio bogotano de Las Nieves286, cuando le fue intimada la expulsión de la Compañía del Nuevo Reino. Desterrado a Italia, aún vivía en Fratta el 1 de enero de 1774287.
278
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus pertenecientes a la Provincia de Sta. Fee de Bogota venidos en diferentes Navios. No. 58. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 46. AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4380.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 306. Catálogo de 1753: “Agit 2 Theologiae”. Era hijo de Facundo Guerra Calderón, gobernador de Antioquia de 1721 a 1727 y de 1741 a 1744, y de María Antonia Pacheco. J. M. Restrepo Sáenz, Gobernadores de Antioquia (Bogotá: Imprenta Nacional, 1944), 177-180.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo de 1756.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 345.
279
280 281
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348: “Professor Grammaticae. Praefectus casuum conscientiae et Congregationis Dominae del Socorro. Minister”.
282
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares. No. 58.
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284
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 374v. Catálogo de 1763. El P. Bernardo Recio escribe en Compendiosa relación de la cristiandad de Quito (Madrid, 1947), 568: “Sobre todo me deleitaban las funciones de aquella iglesia, la mejor de Cartagena, acabada pocos años ha por un nuestro Hermano gran arquitecto. Era la asistencia grande y muy útiles los ejercicios de dos Congregaciones del Sagrado Corazón y de la buena muerte. De esta cuidaba el P. Gervasio, sacerdote joven, a quien considerando bien, me llenó de confusión a vista de su celo y laboriosidad, acompañada de una gran modestia”.
ANB. Miscelánea, 88, fol. 691. Luis Carlos Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica de la Vida Religiosa Masculina en el Nuevo Reino de Granada (Santafé de Bogotá: AGN, 1997), 72: “maestro de gramática y resolutor de casos, edad 36 años” (Catálogo de 1764). Últimos votos del P. Gervasio Guerra en Cartagena, iglesia de San Francisco de Borja, 29 enero 1764. P. Salvador Pérez Vicerrector (ANB. Miscelánea, 89, fol. 695).
285
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 46.
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4380.
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José Yarza (1725-1806)288, aunque había nacido en Lezo (Guipúzcoa), ingresó a la Compañía de Jesús en Tunja el 2 de octubre de 1744289. Realizó sus estudios superiores en la Universidad Javeriana290. Concluida su carrera universitaria, enseñó Gramática un año en la Facultad de Lenguas de su Alma Mater291. Recibió la ordenación sacerdotal el 14 de julio de 1754292. Entre 1754 y 1756 fue pasante en el Colegio-Seminario de San Bartolomé y después Ministro293. Realizó su año de Tercera Probación en Tunja (10VIII-1756 a 10-VIII-1757)294. Según la reseña policial levantada en el Puerto de Santa María entre 1756 y 1763, enseñó Gramática en Bogotá, Honda y Mompox295. Opinamos que su docencia podría haberse desarrollado entre los años 1758 y 1760. En 1763 regentaba en la Javeriana la cátedra de Filosofía296 y posteriormente la de Teología297. Desterrado a Italia, vivió en Gubbio desde la extinción de la Compañía de Jesús en 1773 hasta su muerte298. De sus años de profesor de Humanidades ha quedado noticia de un curioso escrito titulado Explicación breve de oraciones para hallar perfecto modo de traducir y hablar con acierto la lengua latina. Compuesto por uno de
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1751, 1753, 1756, 1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus pertenecientes a la Provincia de Sta. Fee de Bogota venidos en diferentes Navios. No. 61. Lorenzo Hervas y Panduro, Biblioteca Jesuítico Española de escritores que han florecido en siete lustros; estos empiezan desde el año 1759, principio del reinado del augosto rei Carlos III, y acaban en el año 1793. [Mss. que se conserva en el Archivo de Loyola], vol. II. Entrada: Yarza, Josef. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, 1357; José Ignacio de Arana, Vidas de algunos claros varones guipuzcoanos de la Compañía de Jesús (1870), 443; Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 44-45; Francisco Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos coloniales santafereños”, Ecclesiastica Xaveriana, 2 (1952): 269-270; José Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé (1605-1767)”, Revista Javeriana, XXXVIII (1952): 101; R. M. Tisnes, “Jesuitas expulsados de la Nueva Granada en 1767”, Revista de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, 2 (1967): 142-144; Celina Ana Lertora Mendoza, Fuentes para el estudio de las ciencias exactas en Colombia (Santa Fe de Bogotá: Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales - Colección Enrique Pérez Arbeláez. No. 9, 1995); J. M. Pacheco, “Yarza, José“, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. IV (2001), 4058.
289
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 306. Catálogo de 1753.
290
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350. Catálogo de 1763.
291
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 300. Catálogo breve de 1753: “Profesor de la clase inferior de gramática”.
292
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 331v. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 15 Octobris 1753 usque ad /vacío/ Julij 1754.
288
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus. No. 61.
293
294
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 345. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu, confectum a 30 Junij 1756 ad 31 Decembris ejusdem anni 1756.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus. No. 61.
295
296
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 374. Catálogo breve de 1763: “Profesor Philosophiae”.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares de la Compañia del nombre de Jesus. No. 61.
297
298
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 44-45. Manuel Luengo, Diario, 40 (1806) Octubre 24 (Mss. del Archivo de la Provincia de Loyola. Loyola).
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los originales de que escribió el P. Yarza. 1760 (?)299. De su docencia filosófica señalamos tres manuscritos: Dissertationes de Physico auditu (1762-1763)300; Disertationes Scholastico-empiricae in Generalem Aristotelis Physiam iuxta utriusque Doctoris Angelici et Eximii mentem elaboratae A. R. P. Iosepho Yarza Proemium301 y Metaphysica (1764)302. De su magisterio teológico solo nos ha llegado Tractatus Theologico-Moralis de Censuris ecclesiasticis P. R. A. P. Josephum de Yarza dign. morals. cathedrae Prof. Auditore B. D. Ildephonso Sierra Ann. Dni (1764)303. Es de resaltar un curioso escrito que recoge la expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino desde la ejecución de la Real Pragmática Sanción de Carlos III hasta la llegada a los Estados Pontificios: Expulsio sociorum, 1767. Narratur historia laborum Societatis inter Indianos, quorum indoles et mores discribuntur. Iter exsulium Jesuitarum in Italiam. Suppressio Societatis (1773)304. También de él se cita frecuentemente el manuscrito “Historia natural, civil y eclesiástica del reino de Santa Fe en América”305.
299
Rivas Sacconi, El Latín en Colombia, 151 y ss.; Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 45; Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos”, 269-270, 269-270: “El Dr. R. M. Briceño posee un ejemplar reimpreso en Bogotá en 1841. Mide 140 por 95 mm. pp. 36”.
300
Lertora Mendoza, Fuentes para el estudio de las ciencias exactas, 146-154.
Biblioteca Nacional de Colombia. Mss. 258. Rivas Sacconi, El Latín en Colombia, 114-115; Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos”, 270; Germán Marquínez Argote, “La Filosofía en Colombia. Bibliografía de los siglos XVI, XVII, XVIII”, Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, 30 (1987): 71: “Encuadernado en pergamino. 143 folios numerados. Tres grafías distintas, pero conocidas en otros manuscritos. Al final del folio 142 se lee la dedicatoria al honor del Protoparentis Nostri Ignatii Loyolii. Se desconoce el lugar y año de composición”. Existe otro ejemplar en la Biblioteca Francisco Javier Zaldúa de la Academia de la Historia. Lertora Mendoza, Fuentes para el estudio de las ciencias exactas, 186-188; Walter Bernard Redmond, Bibliography of the Philosophy in the Iberian Colonies of America (La Haya: Martinus Nijhoff, 1972), 109. Lertora Mendoza, en Fuentes para el estudio de las ciencias exactas, 159-161, recoge un “Anónimo SJ”: Dissertationes de Ortu et Interitu, “Tercera parte del Tractatus Philosophicus”, dictado en 1764. Por la fecha es atribuible al P. Yarza, ya que su magisterio filosófico corrió de 1761 a 1764. 302 Lertora Mendoza, Fuentes para el estudio de las ciencias exactas, 154-159; Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos”, 291-292. 301
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 258. Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos”, 270: “Comprende 61 fols. más uno de índice. Sin dedicatoria. Muchos folios descoloridos y texto borroso”.
El original se encuentra en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús y una mano posterior le puso el título antes descrito (ARSI. N. R. et Q., 16-2). El manuscrito consta de 59 folios, de los que los 40 primeros están consagrados a una descripción del Nuevo Reino de Granada y de sus habitantes. La segunda parte fue publicada por el P. Juan Manuel Pacheco en “José Yarza. La expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino de Granada en 1767”, Revista Javeriana, 38 (1952): 170-183. También nosotros lo reeditamos en Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 73-90. Pensamos que es la misma obra que cita Sommervogel (Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, t. VIII, 1357) en castellano. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, 694, la cita en castellano. Miguel Batllori, La cultura hispano-italiana de los jesuitas expulsos (Madrid: Gredos, 1966), 587.
303
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Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, t. VIII, 1357 (en italiano). Sin embargo, Hervás y Panduro, en Biblioteca jesuítico-española, dice: “Un tomo en folio. Esta obra está
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Pedro Español (1732-1776)306. Nació en Camarillas (Teruel) e ingresó a la Compañía de Jesús el 19 de abril de 1756 en el noviciado de Tarragona307. Repasó la Filosofía y comenzó la Teología en Sevilla308. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1760309. Concluyó su año de Teología en la Universidad Javeriana310. Su magisterio en Honda habría que ubicarlo entre 1761 y 1762, ya que, si en 1763 se desempeñaba como ministro del colegio de Tunja311, debió llegar a la capital boyacense el año anterior312. Ignoramos la fecha en que pasó a las misiones del Orinoco, pero la expulsión de 1767 lo sorprendió en el raudal de Atures313. Desterrado a Italia, vivía en Pérgola en 1774. Falleció en Roma314. Manuel Sáenz (1737-¿?)315. Nació en San Millán de la Cogulla (Rioja) e ingresó a la Compañía de Jesús, en la Provincia de Castilla, el 21 de abril de 1756316. Atravesó el Atlántico en la expedición que se hizo a la vela el 7 de septiembre de 1760 bajo la dirección del P. Ignacio de Olarte317. Continuó escrita en lengua latina”. Quizá pudiera referirse a la primera parte del manuscrito descrito en el número anterior. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía transferidos de la Provincia de Santa Fe. No. 167. AHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-jesuitas muertos de las Once Provincias. No. 4488. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 70.
306
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 354. Catálogo de 1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares. No. 167.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares. No. 167. AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1760: “El Hermano Pedro Español, estudiante, sustituido por mi R. P. General en lugar del Padre Nicolás de Velasco, que quedó enfermo en el Real Colegio de Salamanca: salió del colegio de San Hermenegildo de Sevilla, Provincia de Andalucía, en 16 de junio de 1760“; “natural de Camarillas, obispado de Teruel, de veinte y ocho años. Mucho cuerpo, moreno claro, poca barba, ojos y pelo negro” (fol. 14v); “oi dia de la fecha salio de él para el Puerto de Santa María el Hermano Pedro Español haviendo cursado por tres años la Theología en dicho Colegio y va destinado a la Provincia de Santa Fee y por ser verdad, y para que conste donde convenga lo firmo en Sevilla a 16 de junio de 1760. Manuel de Roxas, Rector” (fol. 28).
309
Si no era sacerdote y había estudiado tres años de Teología (AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1760, fol. 28), tuvo que haber concluido su Teología y ordenarse de sacerdote en Bogotá, pues el Catálogo de 1763 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 354) dice que estudió cuatro años de Teología. Y tuvo que ordenarse antes de 1762, pues su nombre no aparece entre los ordenados en 1762 y 1763.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 374v. Catálogo breve de 1763.
310
311
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares. No. 167.
312
ANCh. Jesuitas, 446. En Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 57-58.
313
Archimbaud, Provincia de Santa Fee. No. 4488.
314
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogo de 1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañia. No. 15. AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4308. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 34.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357. Catálogo de 1763.
Agustín Galán García, El Oficio de Indias de los jesuitas de Sevilla 1566-1767 (Sevilla: Fondo de Cultura de Sevilla, 1995), 345. Dice el documento que vino de Medina del Campo.
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sus estudios de Filosofía y Casos de Conciencia en la Universidad Javeriana318. Recibió la ordenación sacerdotal el 30 de noviembre de 1762319. Su acción como profesor de Gramática en el colegio de Honda se extiende entre 1763 y 1765320. Posteriormente regresó al Colegio Máximo para cuidar de la hacienda de la Vega de San Juan, donde le sorprendió la expulsión de 1767321. En Italia vivía en 1774 en Sinigalia y en 1800 en Urbino322. Salvador Aldayturriaga (1737-1796)323. Nació en Bilbao324 e ingresó al noviciado de Villagarcía de Campos325 el 19 de diciembre de 1758326, después de haber estudiado la Filosofía y parte de la Teología en el Colegio de Nobles de Calatayud (Zaragoza)327. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1760328 que se dio a la vela el 7 de septiembre bajo la dirección del P. Ignacio de Olarte329. Concluyó sus estudios de Teología en la Universidad Javeriana330. Debió realizar su año de Tercera Probación (1764-1765) en Tunja331. Según el informe policial del Puerto de Santa María, al finalizar su formación, fue maestro de Gramática en el Colegio Máximo, en el de Honda y en el de Mompox, “y estando en el de Pamplona con igual destino, llegó la orden de S. M.”332. Se puede deducir que el magisterio en
318
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357. Catálogo de 1763.
319
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 376v.
320
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357. Catálogo de 1763. También permanecía en el mismo cargo en 1764. Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 73.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares. No. 15: “era actual capellan en la hacienda de Provincia nombrada La Vega de San Juan”. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 34.
321
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias, 4308.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogo de 1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía del nombre de Jesus. No. 157. AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4461. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 23-78; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III; Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 1997; Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350v. Catálogo de 1763.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350v. Catálogo de 1763.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 157.
327
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 45: “natural de la Villa de Bilbao, obispado de Calahorra, de veinte y tres años. Mucho cuerpo, blanco y ojos negros”.
Galán García, El Oficio de Indias, 344.
En 1763 había estudiado dos años de Teología (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350v) y en 1764 proseguía sus estudios (Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 71).
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Honda tuvo que transcurrir en el año 1765 y 1766. Desterrado a Italia333, se secularizó el 26 de agosto de 1770334. Falleció en Orciano335. Juan Bautista Oliver (1738-¿?). Nació en Palma de Mallorca e ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de abril de 1755336; sin embargo, en la reseña policial levantada en el Puerto de Santa María en 1768 se afirma que ingresó a la Compañía en la Provincia de Andalucía el año 1760337. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1761338 que se hizo a la vela el 14 de abril a las órdenes del P. José Pagés339. Su estancia americana la describió el propio Oliver de la siguiente manera: “llegado a la Provincia de Santa Fe, pasó a acabar su Noviciado al Colegio de Tunja, después al Colegio Máximo a concluir sus Estudios de Teología, de allí pasó al Colegio de Onda de Maestro Gramática, desde donde volvió al Máximo de Operario; y de allí al Colegio de Tunja a la tercera Probación en que estaba, Sacerdote Escolar, como así lo manifiesta”340. Lo cierto es que en 1764 cursaba el tercer año de Filosofía en la Universidad Javeriana341. La cronología antes expuesta nos lleva a sospechar que la teología la estudió en la modalidad de Casos de Conciencia y, por tanto, habría egresado de la Casa de Estudios superiores el año 1765. Su estancia en el Colegio de Honda habría que ubicarla, de forma transitoria, entre 1765 y 1766, ya que las mismas fechas se superponen con la del magisterio del P. Salvador Aldayturriaga. La expulsión de 1767 le sobrevino en el Colegio Máximo, todavía como estudiante342. Expatriado a Italia, vivía en 1774 en Gubbio343 y en 1795 en Roma344.
333
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino de Granada”, 59.
Archimbaud, Relación individual, No. 4461.
334
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino de Granada”, 59.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350v. Catálogo de 1763.
335 336
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 21.
337
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 48: “natural de la Ciudad de Palma, obispado de Mallorca, de veinte y dos años. Mucho cuerpo, cari abultado, moreno, boca pequeña, ojos y pelo negro”.
Galán García, El Oficio de Indias, 345.
338
339
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 21.
340
341
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 350v. Catálogo de 1763: “Vacat 3º Philosph. Anno intra”. En 1764 aparece en el catálogo como estudiante de Filosofía. Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 70.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 21: “vivio en el Colegio Magsimo de Sta. Fee en donde paso sus estudios en que se hallaba”.
342
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AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4318.
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Carlos Benavente (1722-¿?)345. Nació en Guerri (Cataluña) e ingresó a la Compañía de Jesús el 18 de julio de 1759, después de concluir su carrera eclesiástica y siendo ya sacerdote346. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1760347. Una síntesis de su biografía americana la recoge su declaración del 7 de marzo de 1768 ante las autoridades del Puerto de Santa María: “Llegado a la Provincia de Santafé pasó al Colegio Máximo de Santa Fe y después de haber pasado su noviciado y examen ad profesionem fue de misionero a las Misiones del Río Orinoco, después volvió de operario al Colegio Máximo, de allí de compañero del cura de Fontibón y últimamente paso al colegio de Onda de operario y maestro de Gramática”348. En 1763 residía en Carichana349 y en 1764 permanecía en el gran río venezolano350. Durante su estancia en el Orinoco, también misionó a los parecas351. Si, como hemos señalado más arriba, laboró entre 1765 y 1767 en el Colegio Máximo y en la parroquia indígena de Fontibón, es fácilmente deducible que su docencia en el colegio de Honda debió darse de 1766 a 1767. En esta ciudad del Magdalena le sorprendió la expulsión de los jesuitas352. Desterrado a Italia, vivía en 1774 en Fano353 y en 1795 en Roma354. Maestros de Primeras Letras Al igual que ignoramos la fecha de inicio de la Escuela de Gramática, nos sucede lo mismo con la Escuela de Primera Letras. Ciertamente nos consta el hecho de que con anterioridad al año 1693 funcionaba la mencionada institución, ya que las carta anuas de 1694-1698 expresamente señalan: “El Hermano Donado enseña a leer, y escribir a más de sesenta niños y
345
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 126. AMHSJ. Armadio F-10. Relacion individual de los Ex-jesuitas muertos de las Once Provincias. No. 4419. Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia del Nuevo Reino”, 56.
346
ARSI. N. R. et Q, 4, fol. 360v. Catálogo de 1763.
347
AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1760: “Padre Carlos Benavent, sazerdote, de edad de treinta y ocho años, natural de Guerri, Abadía de Guerri en Cataluña”. “. salió del colegio de Tarragona, Provincia de Aragón, en 16 de mayo de 1760”. “Padre Carlos Venavent . cuerpo regular, delgado, moreno claro, poblado de barba, ojos y pelo negro”. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 126.
348
349
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 375. Catálogo Breve de 1763.
Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 74.
350
Gilij, Ensayo de Historia americana, t. III, 115: “Vino entretanto de Santa Fe un misionero (el señor don Carlos Benavent) y habiéndole destinado a aquella dispuestísima nación, se dio a cultivarla con increíble disposición. Pero el sitio de Uacharacá-ima, aunque escogido por los mismos parecas que conocían su tierra, les resultó funesto”.
351
352
Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia del Nuevo Reino”, 56.
ANCh. Jesuitas, 442.
353
ANCh. Jesuitas, 431.
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ejerce esta ocupación con mucho cuidado, y con no menos talento, de que para este y para otros varios ejercicios a que acude le ha dotado Nuestro Señor. Lúceseles muy bien a los muchachos la enseñanza deste buen Hermano”355. En consecuencia, debemos afirmar que para 1693 existía la Escuela de Primeras Letras y estaba a cargo de un donado, cuyo nombre no hemos podido averiguar. Del pénsum que se enseñaba en esta etapa de educación, solo conocemos el testimonio relativo al estudio de los niños que en Santafé se preparaban para cursar las humanidades. Es muy escueto, pero ilustrativo: “uno de nuestros hermanos coadjutores temporales enseña a los niños a leer, escribir, trazar los signos aritméticos, sumar y todo el artificio de los números”356. Ambrosio Pérez (1713-1760)357. Nació en Écija (Andalucía) e ingresó a la Compañía de Jesús el 26 de mayo de 1731358. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1735 al mando del P. Ignacio Meaurio359. Al llegar a Bogotá estuvo primero en el Colegio Máximo de portero360 y en 1738 pasó al Colegio de Las Nieves361. En 1751 residía en el colegio de Honda dedicado a la educación de los niños362. Pero en 1753 fungía con la misma actividad en el colegio de Cartagena363, en la que permanecería hasta su muerte364. Francisco Javier López (1731-¿?)365. Nació en Tunja e ingresó a la Compañía de Jesús el 16 de julio de 1750 en su ciudad natal366. El 14 de enero de 1768 declaraba ante las autoridades del Puerto de Santa María: “después de su Noviciado en Tunja pasó a vivir al Colegio de Onda ejerciendo todos los Ministerios, y de allí pasó al Colegio Máximo de Santa Fe, y fue Portero, y Sacristán desde donde pasó a una hacienda de Compañero del administrador, de donde volvió a Onda a los mismos encargos que tubo antes,
APT. Leg. 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada, fol. 91v.
ARSI. N. R. et Q., 13-1. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis ab anno sexcentesimo octogesimo quarto ad annum millesimum sexcentesimum nonagesimum.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1736-1756. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III; Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
358
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 229v. Catálogo de 1736.
359
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 35: “estudiante Humanista, natural de Ezija, arzobispado de Sevilla, mediano de cuerpo, delgado, pelinegro, naris larga y ojos dormidos”. Galán García, El Oficio de Indias, 314.
360
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 229v. Catálogo de 1736.
361
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271v. Catálogo de 1738: “janitor et aedituus”.
362
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo breve de 1751: “instructor puerorum”.
363
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 309v. Catálogo de 1753.
364
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 163.
365
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 52.
355 356
357
366
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 311. Catálogo de 1753. Catálogo de 1751 (fol. 298v) novicio en Tunja.
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de donde pasó a la Hacienda de Campo que tiene expuesto del Colegio Máximo”367. En dos ocasiones ejerció la docencia de las primeras letras en Honda. La primera gira en torno al año 1753368, la segunda tiene como eje el año 1763369. En 1756 vivía en el Colegio Máximo y se desempeñaba como portero de la institución370. Habiendo regresado a la sabana bogotana, la expulsión de 1767 lo sorprendió en la hacienda de campo del colegio Máximo371. Desterrado a Italia, falleció en Urbino a principios de 1800372. Juan Gabino Otgiano (1723-1772)373. Nació en Sássari (Cerdeña) e ingresó a la Compañía de Jesús en la Provincia de Cerdeña el 28 de mayo de 1741374. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1754375 que se hizo a la vela el 3 de diciembre de 1754 a las órdenes del P. Martín de Egúrbide376. Su biografía americana la describe el 3 de marzo de 1768 en el Puerto de Santa María de la siguiente manera: “llegado a la Provincia de Santa Fe pasó al Colegio de Onda a ser Maestro de primeras Letras, de allí fue a administrar una hacienda nombrada Doyma del Colegio Máximo de Santa Fe donde se hallaba”377. Breve debió ser la estancia en el colegio de Honda al frente de la escuela de Primera Letras y la ubicamos entre 1755 y 1756, pues en 1756 ya se encontraba al frente de la hacienda de Villavieja378. Al parecer, el resto de su actividad en la Provincia del Nuevo Reino la dedicó a dirigir varias haciendas379. La expulsión de 1767 lo encontró en la hacienda de Doyma380. Desterrado a Italia, falleció en el colegio de Iglesias (Italia)381.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 52.
367
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo de 1753: “Faber lignarius. Instructor puerorum”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357v. Catálogo de 1763.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo de 1756.
368 369 370
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 52.
371
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No., 4361.
372
Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia del Nuevo Reino”, 87. Guillermo Kratz, “Gesuiti italiani nelle Missioni spagnuole”, Archivum Historicum Societatis Iesu, 11 (1942): 43.
Kratz, “Gesuiti italiani nelle Missioni spagnuole”, 43.
Del Rey Fajaro, Documentos jesuíticos, t. III, 42: “El Hermano Juan Gavino Olguiano, coadjutor, natural de la ciudad de Zaser en Cerdeña, de treinta años. P. Cuerpo, moreno, poblado de barba, ojos y pelo negro”.
Galán García, El Oficio de Indias, 336.
373
374 375
376
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 99.
377
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo de 1756. El catálogo de 1763 deja constancia de su docencia en Honda (fol. 353).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 353. Catálogo de 1763. El catálogo de 1764 se limita a reseñar que se encontraba en una “hacienda de la Provincia” (Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 71).
378
379
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 99.
380
381
Kratz, “Gesuiti italiani nelle Missioni spagnuole”, 43.
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Antonio Zamora (c. 1726-1757)382. Nació en Puerto Longos (España) y salió de Tarragona para embarcarse con rumbo a América383. Atravesó el Atlántico en la expedición que zarpó el 3 de diciembre de 1754 a las órdenes del P. Martín de Egúrbide384. En 1756 se desempeñaba en el colegio de Honda como maestro de escuela385. Falleció en esa misma ciudad el 30 de julio de 1757386. Diego de Hito (1706-¿?)387. Nació en Arguedas (Navarra) e ingresó a la Orden en la Provincia de Castilla, el 2 de diciembre de 1734388. Atravesó el Atlántico en la expedición que se hizo a la vela el 28 de mayo de 1735 bajo la dirección del P. Ignacio de Meaurio389. Llegado a América, vivió algún tiempo en el colegio de Cartagena390. Pasó después al colegio de Mompox, como maestro de Primeras Letras391. En 1751 fungía en el Colegio Máximo como ayudante del P. provincial del Nuevo Reino392. En la capital colombiana permaneció hasta 1764393, año en que pasó al colegio de Honda como maestro de escuela394. Regresó de nuevo a Bogotá y la
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogo de 1756. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. II-III. Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
Galán García, El Oficio de Indias, 336. Dice que tenía 28 años.
Galán García, El Oficio de Indias, 336. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 42: “8º. El Hermano Antonio Zamora, coadjutor natural de la Ysla de Puerto Longos, de veinte y ocho años. Cuerpo blanco, algo rubio, poca barba y ojos negros”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo de 1756: “Instructor puerorum”.
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 161v.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos 1736-1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 4353. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 23-78; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. II-III; Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v. Catálogo de 1736. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 44.
Galán García, El Oficio de Indias, 313; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 35: “44. Hermano Diego Deito, estudiante, humanista de diez y nueue años, natural de Arguedes, obispado de Pamplona, buen cuerpo, mellado blanco y ojos pardos”.
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383 384
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AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 44: “vivió en el colegio de Cartagena, y se ocupó en las temporalidades que ocurrieron”.
390
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 44. Sin embargo, el Catálogo de 1736 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v) así como el de 1738 (fol. 271) lo reseñan en Mompox, pero dejan sin ninguna anotación las casilla relativas al “Tempus Societatis”. ¿Cuánto tiempo duró su estancia en Cartagena?
391
392
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo de 1751: “Socius Provincialis”. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 44: “de allí [Mompox] al Magsimo de Santa Fe de despensero, procurador y compañero del Provincial”.
Catálogo de 1753: “Socius Provincialis” (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 307). Catálogo de 1756: “Aedituus” (fol. 347). Catálogo de 1763: “Fuit instsructor puerorum. Janitor. Aedituus. Socius provincialis. Curat praedium” (fol. 252v).
393
Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica, 73: “Honda. Maestro de Escuela, edad 58 años”.
394
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expulsión le sorprendió en la hacienda de El Espinal395, desde donde se trasladó a Honda el 8 de agosto de 1767 cuando se enteró de la orden396. Desterrado en Italia, vivía en 1774 en Scapezano397. Manuel Tejada (1735-1776)398. Nació en la Villa de Laguna (Rioja) e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 8 de abril de 1756399. Concluido su noviciado, fue destinado al colegio bogotano de Las Nieves como sacristán y despensero400. Posteriormente pasó al Colegio Máximo a administrar la hacienda de Fucha401 de donde regresó al Colegio Máximo para ser sacristán y operario402. La expulsión de 1767 lo sorprendió en el Colegio de Honda como maestro de Primeras Letras403. Desterrado a Italia, vivió en Orciano y se secularizó el 11 de agosto de 1770404. Falleció en Forli405.
395
Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia del Nuevo Reino”, 42. Es interesante la declaración del H. Hito sobre la hacienda del Espinal (ANB. Miscelánea. Empleados Públicos, 14, 278-287).
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 170v. José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada. Escrita sobre documentos auténticos, t. II (Bogotá, 1890), 89.
396
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas. No. 4353.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1756-1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañia. No. 127. AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4220. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 353v. Catálogo de 1763.
397 398
399
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 127.
400
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 127. ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 353v. Catálogo de 1763.
401
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 127.
402
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía. No. 127. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
403
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4220.
AMHSJ. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias. No. 4220.
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Capítulo IV
La economía del colegio de Honda
La economía del colegio de Honda se puede considerar como una excepción dentro de la historia de las instituciones educativas jesuíticas neogranadinas. En verdad, todos los informes de este ramo fueron en general positivos, y pensamos que el hecho de haber convivido el colegio con el curato de españoles le proporcionó durante muchos años sus aires de solvencia. La primera noticia sobre la economía hondense la ofrecen las cartas anuas de 1643: “Hase incoado Colegio por algunas buenas haciendas, que se van agregando. Pásase aquí descansadamente, porque el estipendio es muy congruo, las obvenciones muchas, los sujetos pocos; ayúdanse de las haciendas que van entablando, y con el buen agasajo que hacen a los que navegan este río, son recompensados con algunos frutos de las Españas y del Reino, que a menos costo pueden haberse en aquel puerto”1. Sin embargo, no hemos podido averiguar cuáles fueran las haciendas a que hace referencia el documento anterior. Pero la información oficial de la realidad económica que vivía cada domicilio es la recogida por los denominados Catalogus rerum y de esa forma podemos seguir la vida del colegio de Honda. En 1668 se afirma que los réditos anuales de este curato y parroquia provenían de los estipendios y obvenciones y alcanzaban la suma de $676 pesos, de los cuales hay que deducir $276 pesos anuales a la suma principal del censo de $3.350 pesos. No tiene otros gravámenes2.
1
Sebastián Hazañero, Letras anuas de la Compañía de Jesús de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada desde el año de mil y seyscientos y treinta y ocho hasta el año de mil y seys cientos quarenta y tres (Zaragoza, 1645), 144.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 270. Catalogus rerum Provinciae Novi Regni confectus mense septembri anni 1668.
2
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Por el catálogo de 1678 tenemos noticia de que también de las haciendas colaboraban a la marcha de la caja común de la comunidad, pues afirma que las rentas anuales sumaban $1.300 pesos y el monto provenía de los ingresos del curato, parroquia, estipendios, obvenciones y haciendas. Sin embargo, se habla de un censo de $3.790 pesos, del que había que deducir $187, amén de los $917 pesos buscados como préstamo. Para afrontar esta deuda, hubo un crédito de $1.003 pesos. De lo que queda, podían ya sostenerse los cuatro miembros de la comunidad3. En 1687 la situación era holgada, pues las rentas anuales alcanzaban los $1.200 pesos y su procedencia era el curato, la parroquia y otras entradas, sin réditos anuales ni deudas externas. Podían sostenerse cómodamente, por tanto, los que vivían en el colegio4. Un escrito del año 1690 presenta el siguiente cuadro: Los réditos de este Colegio están de tal manera que los Padres se pueden sustentar con comodidad (cada año, en efecto, suman casi 700 pesos de plata) y cubrir los demás gastos que, por la naturaleza del lugar, se añaden, ya que, además de lo que se gasta en limosnas a los pobres que siempre acuden a la portería de nuestra casa, también se gasta mucho dinero ayudando a gente necesitada y a los religiosos venidos del Reino [Santa Fe] y de las demás provincias, camino de Cartagena o de regreso de Cartagena (como ya se dijo, todos confluyen en este puerto: los que deben embarcarse en el río que llaman de la Magdalena y los que regresan a él después de la travesía), o en dar hospedaje a los arzobispos y obispos de estas provincias, presidentes, oidores y demás personas honorables constituidas en dignidad, de todos los cuales los nuestros ganan el afecto con sus muestras no pequeñas de caridad con que los atienden y con la singular modestia que es usual en la Compañía. A este Colegio llegan también y, en el intervalo hasta la continuación del viaje, reposan un poco su espíritu y rehacen sus fuerzas los nuestros que vienen de Europa; entre tanto, se arregla en Santa Fe la licencia para continuar el viaje; en todo esto se demuestra la misma caridad5.
En 1691 la renta alcanzaba los $900 pesos que procedían del estipendio del curato y de otras obvenciones. La economía no estaba grabada por
3
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 341. Catalogus rerum Provinciae novi Regni et Quiti confectus die 16 Junii anno 1678.
4
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 410. Catalogus rerum Provinciae Novi Regni Granatensis et Quiti confectus die 31 Julii Anno 1687.
5
ARSI. N. R. et Q., 13-1, fol. 47. Commentarii eorum quae gesta sunt a patribus Societatis Jesu Provinciae Novi Regni Granatensis ab anno sexcentesimo octogesimo quarto ad annum millesimum sexcentesimum nonagesimum.
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ningún censo ni dinero prestado6. Las anuas del año 1698 son quizá las más explícitas en la información económica: Lo temporal deste Colegio es muy bueno, tiene medios con que pasarlo muy descansadamente, y espera tener muchos más. Hale hecho donación inter vivos el Vicario desta Villa, que es muy ejemplar sacerdote, de una hacienda suya de buen juste, y con todo lo necesario, y el no haberla entregado ya, es nuevo beneficio, que nos hace, porque nadie la sabe cuidar, ni adelantar como él mismo, que no piensa en otra cosa y en acabar de hacer en ella una habitación para los mayordomos, y gente que la asisten. Pero otra mucha mayor hacienda tiene prometida a este colegio el capitán, Don Cristóbal de Pantoja, vecino desta Villa, y el hombre della. Dará esta hacienda libre cada año tres mil pesos, pero no se ha entregado aún a la Compañía dellas, porque en las condiciones que pide el donante, hay dificultades, que allanar, aunque se espera se ha de componer todo a favor deste Colegio7.
El 21 de abril de 1705 firmaba en Honda don Cristóbal Pantoja su testamento8 y nombraba como albaceas a los padres Francisco Saldaña y Gabriel de Aguilar y dejaba a la Compañía de Jesús como heredera universal. Entre sus deseos pedía que “la iglesia de Honda se suele con ladrillo y se acabe de blanquear”9. Lega la hacienda del río de la Miel con más de 40 esclavos y 18.500 pies de cacao nuevo al colegio de Honda con las siguientes cargas: 2.000 patacones de que pagarán los corridos a las monjas de la Concepción de Santafé y 100 patacones cada año a Antonia de la Trinidad, religiosa de dicho convento, sobrina de su mujer. Cede el derecho de la encomienda de Ambulema al hijo de Luis Cerdeño y Monzón por escritura que sobre ello otorgó en Madrid10. En 1673 el sr. Liñán y Cisneros, presidente del Nuevo Reino, le había concedido a Cristóbal Pantoja “tres caballerías de tierra de frente, a orillas del Magdalena, desde la boca del río la Miel” con la especificación de que eran “tierras vacas e incultas”11. El 9 de febrero de 1675 el capitán Diego Pretel le daba la posesión de estas tierras, que corrían desde el río Magdalena abajo hasta la boca del río de la Miel hasta la quebrada de Coconá y corriendo por el río de la Miel adentro hasta la quebrada de Samaná12. 6
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 33v. Cathalogus rerum Provinciae Novi Regni confectus de 8 Januarii anni 1692.
7
Archivo de la Provincia de Toledo (APT). Leg. 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 91v.
8
ANB. Temporalidades, 13, fols. 907v-923.
9
ANB. Temporalidades, 13, fol. 917. ANB. Temporalidades, 13, fol. 917v.
10
ANB. Temporalidades, 13, fol. 882v y ss.
11
ANB. Temporalidades, 13, fol. 890v.
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El 11 de septiembre de 1676 la Real Audiencia accedió a la petición del capitán Pantoja, que solicitaba que, por ser anegadizas las tierra antes mencionadas, se le dieran “las tres caballerías al otro lado del río La Miel, desde la quebrada o boca de ciénaga que llaman El Sábalo, río arriba”13. En 1702 certificaba el dueño que esas tierras las había transformado “con trabajo y gasto” con árboles de cacao e insistía en que era el primero que sembró cacao en la región14; en esa línea, el juez de Tierras, José Antonio de Zuleta, las declaraba “tierras fundadoras de cacaguales”15. El capitán Cristóbal Pantoja había nacido en San Lúcar de Barrameda y era hijo legítimo del capitán Juan de Pantoja y de Doña Catalina Hernández. Era hermano de Manuel Pantoja, almirante del Mar del Sur. En 1654 contrajo matrimonio en Honda con doña María de Zúñiga, hija del tesorero Juan de Zúñiga y de Juana de Legorero16. Las relaciones de Pantoja con los jesuitas debían ser excelentes, pues el escritor P. Pedro de Mercado, rector en dos oportunidades del colegio, le dedicó su libro Festejos de nueve días al Niño Dios Jesús en honor de los nueve meses que estuvo en el vientre de su madre María publicado en Cádiz el año 170017. En la dedicatoria le escribe el rector hondense: “¿No debe mucho la Compañía a V. M. en el su colegio de Honda? Sí debe, que así lo confiesa sin ningún sigilo el P. Tomás José de Mancilla, rector del colegio nombrado”. Tenemos que esperar hasta el año 1711 para recuperar el hilo de la documentación oficial financiera. Ciertamente es muy diciente su informe. La renta anual era de 2.600 escudos de plata y las pensiones y cargas anuales suponían 300; o sea que todos los años le quedaban libres al colegio 2.300 escudos de plata. Es de notar que el colegio debía 2.000 escudos de plata, pero a su vez se le debían 4.500. Y concluye el informe: pagadas las deudas, le quedan al colegio 2.500 escudos18. Es interesante el balance del año 1715. Habitan cinco sacerdotes, de los que uno enseña de forma regular
ANB. Temporalidades, 13, fol. 896.
13
ANB. Temporalidades, 13, fol. 872.
14
ANB. Temporalidades, 13, fols. 878v-882.
15
Los datos biográficos están tomados del testamento (Honda, 21 de abril de 1705): ANB. Temporalidades, 13, fol. 907v.
Festejo de nveve dias al niño Dios Jesvs. En honor de los nveve meses que estuvo en el Vientre de su Madre María. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañia de Jesus. Añadidos otros tratados. Dedicado al Capitán Don Christoval Pantoja. (Filete). Impreso en Cadiz, en casa de Christoval de Requena, año de 1700. Mide 9,8 por 7 cm, 9 hs. de preliminares, 337 pp. de texto. El P. Juan Manuel Pacheco, en Los Jesuitas en Colombia, 3 vols., t. II (Bogotá, 1959-1989), 310, dice: “Probablemente la última obra del P. Mercado es un volumen pequeño que no hemos visto citado por ningún bibliógrafo [...]. Comprende no solo el Festejo o novena al Niño Jesús, sino la historia de la Hermandad de la SS. Virgen del Socorro, fundada en Santafé en 1649 y las novenas a San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Francisco de Borja”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 104. Status Collegii Hondensis, 1711.
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la Gramática, sin ninguna obligación del colegio. Las rentas anuales son de $2.530 pesos y esta suma proviene de un doble capítulo: $640 tienen su origen en el estipendio y obvenciones de la parroquia y el resto de las haciendas “aceptadas por herencia”. Sin embargo, se deben deducir $100 pesos anuales de un censo de la suma principal de $2.000, pero este censo expiraba con la muerte de cierta monja, según el deseo del testamentario. La casa no tiene ningún otro gravamen19. El catálogo de 1718 mantiene la misma tónica: habitaban en el domicilio cuatro sacerdotes, de los cuales uno regularmente enseñaba Gramática sin compromiso por parte del colegio. La renta anual ascendía a 5.559 patacones provenientes de las utilidades y estipendios de la parroquia, parte de las haciendas aceptadas por herencia, de los cuales solo se deducían 100 patacones anuales, de un censo de 2.000 patacones, que expiraban en la muerte de cierta monja. No estaba gravado con deuda externa20. Alguna novedad aporta el catálogo de 1720. La escasez de personal había hecho reducir la comunidad de cinco a tres jesuitas, de los que uno enseñaba Gramática, sin obligación del colegio. Las rentas anuales ascendían a 5.560 patacones provenientes, en parte, de las utilidades y estipendios de la parroquia y, en parte, de las haciendas recibidas como herencia; de ellos, 100 patacones anuales correspondían al pago del censo. Además 2.000 patacones que expiraban con la muerte de cierta monja, es decir, dejados en favor de la misma por testamento de un benefactor nuestro. Un elemento nuevo se añade al esquema tradicional, pues se hace alusión a 1.450 patacones que también expiraban con la muerte de cierta mujer, como dejados en su favor por un benefactor difunto el 12 de agosto de 1720. El colegio no tenía ninguna otra deuda21. En 1733 se reitera el bienestar de las finanzas del colegio y el cese de las obligaciones anteriores asumidas por los respectivos testamentos. Se sostenía a cuatro sacerdotes, de los que uno enseñaba Gramática, prelección para la que no existía ninguna obligación. Las rentas anuales eran de 5.724 patacones. No había deudas ni compromisos de censos y podían sostenerse cómodamente ocho socios22. Gracias a la visita que realizó al colegio el 2 de enero de 1736 el provincial Jaime López, podemos disponer de un elenco completo de las
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 144. Catalogus rerum Provinciae Novi Regni S. Fidei confectus a die 12 Augusti anni 1713 ad diem 13 Novembris anni 1715.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 154v. Catalogus rerum Provinciae Novi Regni Sancta Fidei confectus a die 13 novembris anni 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 220. Status Collegii hondensis anno 1720.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 258v. Catalogus rerum Provcinciae Novi Regni Societatis Jesu confectus mense Octobris anni 1733.
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propiedades de esta entidad educativa23. Nos guiamos por el resumen que estableció Roberto Velandia. La renta ascendía a $4.500 pesos, sin otros gastos ni deudas. Además, hacía referencia a las siguientes propiedades: 1. La hacienda del río de La Miel, donada por Cristóbal Pantoja con 70 esclavos y 20.000 árboles. 2. La hacienda de Purnio con 11.000 árboles de cacao, sementeras, trapiche y hato de ganado. Tenía 42 esclavos. 3. Casa vendida a censo a doña María Serrezuela. 4. Una casita con su tienda enfrente de la puerta colateral de la parroquia. 5. Una casa y tiendas al lado del río en la calle de la iglesia mayor, donde vive D. Domingo Bueno, enfrente del tamarindo. 6. Casa del tamarindo que se compone de cuatro tiendas y dos solares. 7. Un suelo en el Remolino donde hay fundadas unas casitas de pobres. 8. En la calle de San Francisco, arriba al otro lado, un solar con dos tiendas de paja. 9. En la plaza de San Francisco una casa con su tienda que donó el Vicario Hurtado. 10. En la misma plaza de San Francisco al otro lado del callejón que corre a las Trampas está una casa con cuatro tiendas y un solar a las espaldas. 11. “Delante de nuestro colegio hay un gran pedazo de suelo donde viven varios pobres con sus casitas y cada una da para el día de N. S. Pe [Nuestro Santo Padre San Ignacio] una gallina en reconocimiento de dicho suelo”. 12. “En este mismo lado a espaldas de la Iglesia Mayor está una casa que se le vendió a Francisco Velasco”. 13. Río arriba de Gualí está un pedazo de tierra que llaman de San Cayetano. 14. “Río arriba de la Magdalena inmediata a esta villa está una estancia con su casa y sementera. 15. “En el sitio que llaman de la Guásima tiene este colegio varias estancias de tierra”. 16. En la boca de Guarinó unas tierras que llaman de Periquitos donde suele haber algunos arrendatarios.
Y concluye el inventario con la siguiente anotación: “La carga que por razón de estas fincas tiene este colegio son cuarenta y ocho misas rezadas, a patacón por misa”. Y “sobre una estancita que está en las quebradas, sobre que están cincuenta por esta la obligación de cantar una misa todos los años el día de la Anunciación, siempre que se dejaren dichos cincuenta pesos”24.
ANB. Miscelánea, 129, fols. 807-808.
23
24
Roberto Velandia, La villa de San Bartolomé de Honda. Tomo I: Épocas de la Conquista y de la Colonia (Bogotá: Kelly, 1989), 193-194.
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En 1738 la economía sigue en mares tranquilos y mirando siempre a las mejoras culturales y espirituales. El número de jesuitas había subido a siete: cinco sacerdotes, de los que uno enseñaba Gramática, sin que el colegio tuviera ninguna obligación para tal prelección. La renta anua era de 5.000 patacones, fuera de los estipendios parroquiales, que ascendían a 900 patacones. Se tenían entonces 1.000 patacones de renta anual para que un sacerdote se dedicara a las misiones de españoles. El colegio podía sostener nueve socios25. En realidad, fue en abril de 1735 cuando Francisco Antonio Cícero [Zizero] donó al Colegio siete esclavos, avaluados en $2.080 pesos y 200 patacones, “para pagar la casa y solar para el trasplante de dicho colegio” con la obligación de señalar cada tres años un misionero para dar misiones en Honda, Mariquita, Guayabal, Coloya, Laxas, Ibagué, etc.26. Francisco Antonio Cícero (1703-1760) había nacido en Santoña (Santander)27 y, aunque ignoramos cuándo atravesó el Atlántico, en el siglo XVIII aparece como uno de los grandes empresarios de la villa del río Gualí y muy cercano a los jesuitas. El viajero Mario Cicala, que lo conoció personalmente, ha dejado una excelente semblanza de este rico mercader, “el principal entre todos ellos y quizá entre todos los de Santa Fe”28. Lo describe como un “hombre de 42 ó 43 años, de muy buena estatura, semblante agradable, muy amigo de los jesuitas, hombre libre, de nacionalidad vasca, generoso, dadivoso e inclinado a hacer el bien a todos, particularmente a los jóvenes de su nación”29. A lo largo de diversos capítulos hemos dejado constancia de sus donaciones, tanto al colegio de Honda como a otras obras, como la de un convento de carmelitas30. En 1753 decidió hacerse jesuita y fue admitido en la Compañía de Jesús, en Tunja, el 29 de agosto31 y pronunció sus votos del bienio en la capital boyacense el 30 de agosto de 175532. Pasó a
25
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 285v. Cathalogus rerum Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectus 28 Octobris anni 1738.
ANB. Temporalidades, 11, fol. 716.
26
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 308v. Catálogo de 1753. En unas notas del P. Pacheco se hace alusión a un catálogo de 1760 (que desconocemos) y en él se fija el mes de septiembre de 1703 como fecha de nacimiento.
Mario Cicala le dedica dos páginas a nuestro personaje en Descripción histórico-topográfica de la Provincia de Quito de la Compañía de Jesús (Quito: Biblioteca Ecuatoriana “Aurelio Espinosa Polit”, Insttituto Geográfico Militar, 1994), 90-92.
27
28
Cicala, Descripción histórico-topográfica, 90.
29
ANB. Miscelánea, 50, fol. 86.
30
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 329. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Sanctafide confectus a 1ª Aprilis 1751 usque ad /sic/ Octobris 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 333. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu, confectum ab 11 Julii 1755 qe 30 Junii 1756.
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Bogotá para estudiar Casos de Conciencia en la Universidad Javeriana33 y recibió la ordenación sacerdotal el 6 de mayo de 175634. El 6 de octubre de 1757 hacía renuncia de todos sus bienes en Honda35 y en diciembre de ese mismo año asistía a la Congregación Provincial del Nuevo Reino como procurador de Provincia36, y en este cargo permaneció hasta su muerte, acaecida en Bogotá37. En 1742 observamos que, amén del profesor de Gramática, aparece un hermano coadjutor en la enseñanza de los niños, al parecer gracias a una donación del benefactor Francisco Antonio Cícero38. Los ingresos ordinarios anuales provenientes de las haciendas eran de 3.200 patacones, sin contar los estipendios y obvenciones que generaba la parroquia que eran de 900 patacones. No soportaba censos ni préstamos de plata y podía sostener a nueve jesuitas39. Lamentablemente, la documentación oficial concluye con el informe del año 1753. Aunque se detectan inversiones nuevas, no aparecen sus objetivos, pero a todas luces podemos considerar que se trataba de la construcción de la nueva iglesia y colegio. Habitaban en este colegio cuatro socios, de los que uno que era el hermano Marcos Belsenberg, quien, aunque súbdito del rector de este colegio, no se sustentaba de sus expensas. Había dos sacerdotes y un coadjutor. Un sacerdote, socio del rector, era el que leía Gramática, sin ninguna obligación del colegio, y un coadjutor ludimagister (maestro de niños). Las rentas anuales ascendían a 1.800 patacones. El colegio estaba gravado con un censo anual de 574 patacones, sobre la suma total de 13.880. No pesaba ningún otro gravamen. El pago de estas deudas no parece que haya sido difícil y era fácil acometerlo, por el mejoramiento de las haciendas y fundos. También la casa explica el aumento en parte por préstamos y en parte por los réditos del colegio; por tanto, se sostenían cómodamente los socios, se pagaban las rentas anuales y, lo que sobraba, se reservaba para la solución de la deuda40.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo breve de 1756. Estudió Casos de Conciencia.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 334. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu, confectum ab 11 Julii 1755 qe 30 Junii 1756.
33 34
ANB. Temporalidades, 22, fol. 927.
35
ARSI. Congregationes Provinciales, 92, fol. 115 y ss.
36
37
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 163. Sin embargo, en el registro romano aparece el 12 de diciembre de 1760 (ARSI. Historia Societatis, 53, 1763).
ANB. Colegios, 5, fol. 673 y 680v.
38
ARSI. N. R. et Q., 4, fols. 294-294v. Status Collegiorum et Domum Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectus 1ª januarii anni 1742.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 326v. Provinciae Novi Regni Granatensis Societatis Jesu sub finem anni 1753.
39
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* * *
Es conveniente ahora cotejar el contenido de los bienes del colegio el año 1736 con los que ofrecen los inventarios levantados a partir del mes de agosto de 1767. Hacienda de Purnio. Esta y la hacienda de La Miel fueron las dos principales posesiones que brindaron la economía del colegio de Honda. En el momento de la incautación, la arboleda de cacao contaba por una parte con trece o catorce mil “árboles inútiles” y “con seis mil trescientos treinta árboles frutales y fuera de estos otros cuatrocientos medianos con muchos otros árboles pequeños”. Sobre las herramientas, se remite al mayordomo. La parte urbana de la hacienda consiste en una capilla con dos campanas y “algunas estampas”, la casa de los religiosos que era cubierta de palma, “forrada los estantes de ella de guadua picada” y la zona de los bohíos donde habitaban los esclavos. Anexo a la hacienda existía un “hato” con 500 reses, doce bestias cabalgares, 38 yeguas y muy pocos potros y caballos41. Hacienda de La Miel. Fue legada al colegio de Honda por su dueño, el capitán Cristóbal Pantoja, por testamento el año 170542, pero con algunas mandas que hemos explicitado más arriba. Al parecer, en 1767 las tierras estaban cansadas y buscaron renovarlas, dentro de la posesión, en el lugar denominado Bella Vista43. Hacienda Buenavista. Nació durante el rectorado del P. Agustín Rueda (1759-1763) dentro de la propiedad de la Hacienda de La Miel44, “en las mismas tierras a orillas del Río Grande en un paraje que se nombra Buena Visa”. La plantación era de trece mil a catorce mil árboles de cacao nuevos que ya empezaban a fructificar45. Tenía una buena casa, “cubierta de palma forrada de a dos latas” y en ella se encontraba la capilla, con “dos campanas y su ornamento para celebrar, con todo ello anexo”. También existía el espacio habitacional de los esclavos46. El 19 de agosto declaraba Ignacio Mina “negro esclavo de este Colegio […] a cuyo cargo corre la Hacienda que se nombra Buenavista”, con sus nombres, 48 esclavos. Es curiosa la razón contractual, pues no se les daba salario ni vestidos y por
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 156-158.
41
ANB. Temporalidades, 13, fol. 917 y ss.
42
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 158.
43
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 200.
44
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 158-158v.
45
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 158v-159v.
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ello tenían libre los sábados, a fin de trabajar para sí “en las haciendas que cada esclavo tiene abajo del citado paraje de Buenavista”. Existía el módulo central, que era “una casa grade cubierta de paja, forrada en lata” y en ella también se encontraba “la iglesia o altar”. Además se mencionan un San Antonio, tres imágenes de la Virgen con las denominaciones de los Dolores, la Candelaria y el Rosario. Un san Benito. Un Niño Jesús y un santo Cristo “todo de bulto”. Además son de resaltar los cuadros de santa Bárbara, san Cristóbal y san Ignacio de Loyola”47. Hacienda “Fierro Arriba”. De esta dijo el rector que pertenecía a la Provincia del Nuevo Reino y “que de ella daría cuenta el capitán Alexo Villar, negro libre”48. Hacienda La Egipcíaca. Estaba ubicada en las tierras atravesadas por el río Guarinó, banda occidental del río Magdalena. Según las declaraciones de Juan Londoño, negro esclavo a cuyo cargo estaba la hacienda, tenemos conocimiento de la siguiente situación. Contaba con 68 esclavos y su contrato especifica que “solo se les daba por libre el sábado de cada semana en que trabajan para sí en las estancias que cada esclavo tiene, cercanas a aquel paraje”. El terreno poseía 10.500 matas de cacao, “sin dar fruto por ser nuevas”. En el núcleo central había una “casa grande cubierta de palma, forrada de embarrados”, además una capilla independiente y dotada de dos campanas y de las imágenes de la Concepción, santa Rosa, san Antonio y un niño Jesús “todo de bulto”49. Con respecto al hato de ganado, el declarante Felipe de la Cruz, esclavo dependiente de Juan Londoño, afirmó que “podrá haber de 400 a 500 reses” que con el recio verano se habían maltratado. A ellos hay que añadir ocho bestias cabalgares, 22 yeguas, seis burros y tres mulas. Lo que podríamos designar como contrato laboral se regía por el mismo criterio que las anteriores haciendas50.
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 198v-202. Para el trabajo cita: 27 azadones, 7 machetes, 4 hachas, 7 palas de cobar, una sierra mediana, una desparretadera de prisiones, un grillo, una esposa y un cepo. Y un hierro de marcar. Un cchinchorro para pescar y una romana de hierro con pilón para pesar los cacaos. Existe una información de esta hacienda entre 1770 y 1771 (ANB. Temporalidades, 4, fols. 694-720).
47
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 159v.
48
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 202-205v. Con respecto a las herramientas, menciona: once machetes, cinco palas, cuatro hachas, treinta y tres azadones, una barra, dos cepos y unas esposas. Una romana con su pilón para pesar cacao, una escopeta y cuatro lesnas de coser zurrones, dos hierros para marcar los zurrones de cacao y una barqueta de diez bogas sin cadena.
49
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 206-209v. Con respecto al ganado, declarará que desde hace tres o cuatro meses se hacían rodeos y que, por ello: “se hallan las reses remontadas y que para contarlas se hace preciso se soliciten foráneos y bestias, pues las que hay no son bastantes”.
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Otras tierras. Las de la Mesa, desérticas, “siempre han servido para ganados y bestias mulares”51. Las de San Cayetano donde vive un arrendatario52. Un tejar, inmediato a las bodegas de don José Palacio, en donde hay una “fábrica de ladrillo y texa que se consume en la obra de el Corazón de Jesús que se estaba construyendo”. Esta dependencia tenía “sus hornos y tendal […] con sus buenos pilares y cubierto el techo de teja”53. Posesiones urbanas del Colegio. Se detectan una serie de casas y tiendas que ilustran el mapa de la villa de Honda. Enfrente del colegio existía un solar: “comienza desde el pie del cerro, por uno y otro lado de dicho Colegio y termina en la Ceja de la Barranca, que está junto a la Iglesia Parroquial y por un lado está una casa de paja que fabricó Jacinta Mercado, y por el otro lado de abajo está lindando con el solar de Juan de Sandoval”54. A un lado de la plaza de la iglesia parroquial se hallaba un solar que en su mitad tenía “fabricada casa de paja” don Joseph Quintero, sastre, quien pretendía que se le vendiere como pago de las deudas de los jesuitas, como de $40 pesos, “por obras que ha hecho al colegio de sotanas, manteos, etc.”55. Existía asimismo un solar yermo, “inmediato a la cuesta que se nombre de Urquijo […] que no tiene más título que la inmemorial posesión”56. En la calle que del colegio iba al puente Gualí, había “varios pedazos de solares y en ellos algunas casillas de gente sumamente pobre, que no contribuye cosa alguna”57. En la calle de iglesia parroquial, un “solar sin casa, el cual está situado, por frente del Puente derribado Gualí”58. En el callejón de las Trampas estaba “un solar yelmo, lindando con casas de Doña María de la Soledad Bonilla y por otro lado con la de Don Francisco Torrente, que mira a la Plazoleta de San Francisco”59. En la cuesta del Alto, frente de don Pedro de San Miguel y en el día casa de doña María Delgado, “un solar que estuvo en pleito y lo poseen los Religiosos de San Francisco de esta villa”60. En la Plazuela de San Francisco se hallaban tres casitas de calicanto, cubiertas de teja, con un solar propio, “que todo pertenece a este colegio”. En ellas habitaban Juan de los Santos, Alonso de Herrera y
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 159v.
51
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 160.
52
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 160-161v.
53
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 160v. El año de 1746 pasó jurídicamente al Colegio.
54
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 161.
55
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 161.
56
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 161-161v.
57
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 161v-162.
58
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 162.
59
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 162-162v.
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Joaquín García, “que en cada mes ganan estos dos últimas a 7 pesos y la de Santos ocho pesos”61. Llama la atención la aglomeración de tiendas que poseía el Colegio en la calle de la iglesia parroquial. A la banda del río Grande había “una casa y tres tiendas” con solar propio. La casa rentaba mensualmente $3 pesos y en ella vivía Javier Custodio Gaytán. La tiendas producían 8 reales al mes y “de estas posesiones no hay en este Archivo instrumento, que solo consta por lo inmemorial y por el deslinde de que se hace en la donación de Luis Ospina que está en este Archivo”62. Asimismo, había dos tiendas fabricadas por Luis de Ospina y en solar propio “que al mes cada una gana 8 reales”63. Y con la misma ubicación otras dos tiendas que producían “8 reales mensuales”64. En la banda opuesta al río, “y por frente la Real Contaduría”, se hallaba una casa baja de calicanto, cubierta de teja, en solar propio del colegio, en la que vivía “don Juan Antonio González, vecino de esta villa”65. En la misma ruta se hallaban “tres tiendas de calicanto”, las cuales eran habitadas por el dr. don Antonio Caro, presbítero, don Gregorio de Reyna y don Juan Flores “que cada una gana al mes 20 reales”66. En la calle de San Juan de Dios, “frente del puente derrumbado de piedra”, también se hallaban tres tiendas de calicanto y teja. Una de ellas la habitaba “Magdalena Méndez, viuda de Francisco de Ávila, alias el Feligranero” y ganaba 8 reales mensuales; otra, cercana a las posesiones del doctor don Manuel Gerónimo Domínguez, valía “cada mes 3 pesos”, casitas o tiendas que eran “fincas de la escuela de este colegio”67. En la calle Real “donde asiste el comercio por frente, calle en medio, con tiendas de Doña Josefa Domínguez por la banda de abajo con casa alta que era de don Francisco Cacho […] y por la parte de arriba con casa baja de don Maximiliano Jurado” se hallaba en solar propio una casa baja, de la cual se apunta: “actualmente se mantiene cerrada y pertenece a este colegio la cual es finca respectiva a la escuela de la Compañía”68. También se hace alusión a la construcción de la nueva iglesia y además se señalan las tiendas, en las que “hay suficiente madera de viguería y alguna tablazón para poder acabar el colegio de la Compañía del Corazón de Jesús, y en la orilla
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 163.
61
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 163v-164.
62
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 164.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 164v.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 164v.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 165.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 165v.
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ANB. Curas y obispos, 14, fol. 165v-166.
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del Río a la boca de Gualí, hay unas 8 vigas” y en una tienda de Gregorio Álvarez “se halla porción de cal para esta obra”69. Como es natural, hubo un capítulo dedicado a las deudas70. Con respecto a las haciendas que pertenecían al Colegio Máximo de Bogotá, también se reseñaban con toda detención. Para la Hacienda del Espinal, por ejemplo, se remiten a la relación del H. Diego de Hito71; para la Hacienda del “Fierro Abajo”, a las declaraciones de Diego Ortiz, “zambo de color” y administrador de la hacienda72; para la Hacienda “Fierro Arriba”, consta que declaró “Alejo del Villar, negro libre, a cuyo cargo está la Hacienda”73.
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 166-167v.
69
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 168-170v. Y las deudas de los particulares con el Colegio corren del folio 185v al 186v.
70
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 171-184.
71
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 190v-194v.
72
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 195-198v.
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Capítulo V
Los rectores
1. Juan Bautista Coluccini (1569-1641) 1 [1624-1627] I. Nació en Luca de Toscana2 el año 15693. Ingresó a la Compañía de Jesús por octubre de 1602, después de haber cursado los currículos de Filosofía, Teología y Matemáticas4 y recibido las órdenes sagradas5. Atravesó el
1
Archivum Romanum Societatis Iesu (ARSI). N. R. et Q., 3. Catálogos: 1610, 1616. Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, t. I (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1957), 136-145; Juan Flórez de Ocariz, Libro Primero de las Genealogías del Nuevo Reino de Granada, t. I (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1990), 223-224; Josef Cassani, Historia de la Provincia de la Compañía de Jesus del Nuevo Reyno de Granada en la América (Madrid, 1741), 433-442; Carlos Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, 13 vols., II (Bruxelles-París: Alphonse Picard, 1890-1932), 1290; José Eugenio de Uriarte y Mariano Lecina. Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, desde sus orígenes hasta el año de 1773, t. II (Madrid, 1925-1930), 272-273; Juan M. Pacheco, Los jesuitas en Colombia. Bogotá, t. I (Bogotá: San Juan Eudes, 1959), 578-581; Patricia Rentería Salazar, Arquitectura en la Iglesia de San Ignacio de Bogotá. Modelos, influjos, artífices (Bogotá: CEJA, 2001) –sobre la obra arquitectónica y su bibliografía, véanse pp. 98-103; 107-117; Juan M. Pacheco, “Coluccini, Juan Bautista”. en Charles E. O’Neill y Joaquín Ma. Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, t. I (Roma: Institutum Historicum, S.I.; Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 2001), 868. Polgar 3/1: 515.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5. Catálogo de 1610. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 136.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272. El Catálogo de 1610 afirma que tenía 40 años (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5) y el de 1616, 46 años (fol. 18).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 18. Catálogo de 1616: “Estudios: 3 de artes, 4 Theología, 4 Matemáticas”. Patricia Rentería, en Arquitectura en la Iglesia, 98, dice que inició en noviciado en San Andrés del Quirinal en octubre de 1601.
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4
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 136.
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Atlántico en una expedición de 16046; llegó a Cartagena en julio de ese año7 y a Bogotá el 23 de septiembre8. Como fundador de la Provincia del Nuevo Reino, se lo puede considerar como científico que fue arquitecto9, lingüista10, músico11 y cultivador de la astronomía12. A fines de 1605 asume el superiorato de la parroquia indígena de Cajicá13 y en 1608 pasa a la de Fontibón con idénticos propósitos14. En 1609 es llamado a Bogotá para delinear y construir la iglesia de San Ignacio15. De 1610 a 1622 residió en la capital, empeñado en la construcción del templo insignia de los jesuitas del Nuevo Reino16 a la vez que atendía a los numerosos indígenas de la ciudad17. Hacia 1622 abandona Bogotá para trasladarse a la doctrina de Duitama18. En diciembre de 1624 se encargaba del superiorato de Honda19, 6
Su nombre no aparece en las listas del año 1604. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 137 dice que “pasó el año de 1603 a Indias”.
7
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 88.
8
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 101.
9
Fernando Arellano, El arte jesuítico en la América española (1568-1767) (San Cristóbal: Universidad Católica del Táchira, 1991), 87-91; José de Mesa y Teresa Gisbert, “La arquitectura jesuítica española en Bogotá y Quito”, Boletín del Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas, 23 (1978). Conviene destacar que el P. Coluccini era arquitecto y así lo evidencian los catálogos: el de 1610 dice que había estudiado cuatro años de Matemáticas (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5) y el de 1616 afirma que era Arquitecto (fol. 18). Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 137. Fue la primera doctrina que tuvieron los jesuitas en el Nuevo Reino y allí se inició, con ocho jesuitas, la primera escuela de lenguas indígenas. “aprendió la lengua de los indios de este Reino [...] Logrósele también este trabajo que entre muchos que la aprendieron juntos, fue el padre Juan Bautista el primero que la predicó y confesó en ella”.
10
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
En noviembre de 1640 solicitaba el presidente Saavedra y Guzmán el parecer del P. Coluccini sobre un eclipse de sol acaecido en Santafé el 13 de noviembre de ese año. Fue publicado en Juan Manuel Pacheco, “Un eclipse observado desde Bogotá en 1640”, Revista Javeriana, 45 (1956): 76-81; Flórez de Ocariz, Libro Primero de las Genealogías, t. I, 224: “era gran Arquitecto, y con inteligencia de Astrología”.
11 12
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 306.
13
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 311.
14
ANB. Curas y obispos, 28, fol. 36. El 1 de noviembre de 1610 se colocó la primera piedra (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 111).
15
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 138; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 111-113.
16
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 137: “aprendió la lengua de los indios de este Reino [...] Logrósele también este trabajo que entre muchos que la aprendieron juntos, fue el padre Juan Bautista el primero que la predicó y confesó en ella”.
17
Por desavenencias económicas con el rector de la Javeriana, P. Baltasar Mas (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 462). El 12 de febrero de 1624 le escribía el general de la Orden al provincial del Nuevo Reino: “Señale V. R. personas inteligentes que las vean [las cuentas] [...] y costando que [el P. Coluccini] cumplió bien con su obligación de procurador, V. R. con su mucha caridad le consuele y aliente, que está algo afligido” (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 250. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Florián de Ayerbe. Roma).
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta al Provincial del Nuevo Reino. Roma, 21 de septiembre de 1626. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 139.
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en el que permanecería hasta 1627, fecha en que es llamado a Bogotá para continuar las obras de la iglesia de San Ignacio20. Rector de la Universidad Javeriana de 163221 a 1634, en 1633 se vio envuelto en el pleito que se levantó entre el arzobispo Bernardino de Almansa y la Compañía de Jesús22. Pudo ver terminada la iglesia de San Ignacio el 29 de julio de 163523. En 1637 recorrió en compañía del P. José Dadey gran cantidad de pueblos indígenas preparándolos para la recepción de la Eucaristía24. Regresado a Santafé, vivió en la Universidad Javeriana hasta su muerte acaecida el 3 de noviembre de 164125. II. Escribió: 1. Informe sobre el Eclipse observado en Santafé el 13 de noviembre de 164026. A. Arte y Vocabulario de la lengua Chibcha: con sermones, doctrinas y confesonario27. B. De Indis Americanis non tantum paschali tempore, ut plerisque perpensa eorum ruditate placet, sed etiam saepius in anno ad sacram Eucharistiam invitandis et admittendis: Dissertatio28. C. Apuntamientos varios sobre la lengua Muisca: con pláticas y sermones en ella29. D. Canciones piadosas en las lenguas Chibcha y Muisca, compuestas y puestas en música por el mismo30. E. Relación de lo que se hizo para descubrir y destruir un adoratorio del demonio, que tenían los Indios en las cercanías de Fontibón31. F. Traza y razón de la Iglesia que se trata de levantar en el Colegio de Santa Fe32. G. Carta del ... al Rector de Santafé. Facatativá, 8 de julio de 1636 (por 1637)33. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 139.
20
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 105. Carta al Provincial del Nuevo Reino. Roma, 30 de enero de 1633. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 140.
Véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 412-424.
21
22
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 580.
23
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 142-143.
24
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 145.
25
Pacheco, “Un eclipse observado”, 76-81.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272.
Archivo General de Indias (AGI). Santafé, 227.
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H. Plano del sitio donde se puede hacer el Puente de piedra sobre el Río de Bogotá. 16 de septiembre de 1640. Por el Padre Juan Bautista Coluccini, de la Compañía de Jesús, con informe del mismo34. I. Plano de la manera de hacer los cimientos del Puente de piedra sobre el Río de Bogotá. 17 de septiembre de 1640. Por el Padre Juan Bautista Coluccini de la Compañía de Jesús, con informe del mismo35. J. Plano del Puente de piedra que propone el Presidente de Santa Fe se haga sobre el Río de Bogotá. Por el P. Juan Bautista Coluccini, de la Compañía de Jesús, con informe del mismo36. K. Plano del ancho y pretiles del Puente de piedra sobre el Río de Bogotá. Por el P. Juan Bautista Coluccini, de la Compañía de Jesús, con informe del mismo37. 2. Beltrán de Lumberri (c. 1582-c. 1631) 38 [1627-1631] Nació en Pamplona (España) hacia 158239 e ingresó a la Compañía de Jesús hacia 159740. Atravesó el Atlántico en la expedición del P. Diego de Torres en 160441. Es uno de los fundadores del colegio de Cartagena en 160442. En 1609 laboraba en el colegio máximo de Santafé43 y en la capital neogranadina transcurrió la mayor parte de su biografía como procurador del colegio máximo, por lo menos hasta 162744. En 1628 es nombrado rector
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272: “Mide 42 por 30 centímetros”. En AGI.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 272-273: “Mide 42 por 30 centímetros”. En AGI. Santafé, 25.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 273: “Mide 42 por 30 centímetros”. En AGI.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 273: “Mide 42 por 30 centímetros”. En AGI.
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogo de 1623. Mercado, Historia de la Provincia; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I; Agustín Galán García, El Oficio de Indias de los jesuitas de Sevilla 1566-1767 (Sevilla: Fondo de Cultura de Sevilla, 1995).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39. Catálogo de 1623: “41 años poco más o menos”.
Evidentemente los datos que ofrece el catálogo de 1623 son errados (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39): “Tiempo de Compañía: 17 años o cerca”, lo cual querría decir que había ingresado en 1606, pero atraviesa el Atlántico en 1604, ya de jesuita y sacerdote. Según nuestros cálculos, habría ingresado hacia 1597, pues solo estudió Casos de Conciencia en vez de Teología (fol. 39). Su nombre no aparece en el catálogo de 1610, y en el de 1613 solo aparece el nombre (fol. 18v).
Galán García, El Oficio de Indias, 220. El lugar de procedencia era Burgos.
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41
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 93.
42
Aquaviva a Lyra. 1609.
En 1627 asiste a la Congregación Provincial del Nuevo Reino como procurador del Colegio Máximo en sustitución del P. Diego de la Palma, procurador de la Provincia (ARSI. Congregationes Provinciales, 61, fol. 218; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 473). En 1625 le escribe
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del colegio de Honda45 y como tal construyó el templo de esta entidad educativa46. Falleció en esta ciudad del río Magdalena después del año 163147. 3. Julio Ledi (1587?-1647) 48 [1631-1637] I. Nació en Riviera de Horta (Milanesado) hacia 1587 e ingresó a la Compañía de Jesús en 1609, tras haber estudiado la Filosofía49. Pasó al Nuevo Reino en la expedición del P. Santander en 1618, cuando todavía era estudiante50. Concluida su carrera, enseñó latín en Santafé51. Debía poseer buenas dotes de gobierno, pues la mayor parte de su biografía neogranadina la dedicó a regir colegios: el Seminario de San Bartolomé de 1624 a 162752; el de Honda de 1631 a 163653; el de Pamplona de 1637 a 164254; el de Mérida de 1643
el general de la Compañía de Jesús y le hace alusión al cargo (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, 1. Carta del P. Mucio Vitelleschi al P. Beltrán de Lumberri. Roma, 8 de septiembre de 1625). El catálogo de 1623 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39) afirma: “Fue Ministro y procurador, doctrinero y confesor”. Y el P. Mercado, en Historia de la Provincia, t. II, 198, expresa: “fue muchos años […] muy solícito procurador de los bienes temporales del Colegio de Santa Fe”. Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 197.
45
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 197.
46
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 197-198.
47
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1623-1642.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39v. Catálogo de 1623. Solo dos catálogos recogen la actividad del P. Ledi en el Nuevo Reino: el de 1623 y el de 1642. Por ellos deducimos que debió nacer en 1587, pues tiene 36 años en 1623 y 55 en 1642. Si tenía 22 años cuando ingresó y 14 de jesuita en 1623 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39v), su entrada en el Compañía de Jesús habría que colocarla en 1609. El mismo Catálogo traza de él la siguiente biografía: “Estudió 3 años de Artes en el siglo y 4 de Teología en la Compañía. Leyó 4 años latín y dos de Seminario. Fue 2 años Ministro” (fol. 39v).
ARSI. N. R. et Q., 14. Historia-I, fol. 135.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 39v. Catálogo de 1623: “Leyó 4 años latín y dos de Seminario”.
José Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé (1605-1767)”, Revista Javeriana, 38 (1952): 91.
Era superior en Honda en octubre de 1631 (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del P. Vitelleschi del 28 de enero de 1634). El 19 de septiembre de 1634 seguía de rector de Honda (ARSI. N. R. et Q., 14. Historia-I, fol. 173). En 1634 pasó la Residencia de Honda a ser colegio incoado y su superior, el P. Ledi, pasó a rector (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 142. Carta de Vitelleschi a Ledi. Roma, 30 de diciembre de 1635).
Ya en 1636 había sido enviado por el visitador de la Provincia, P. Figueroa, para visitar el Colegio de Pamplona (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 192, 427). De su rectorado tenemos noticia por una carta de Vitelleschi al provincial, P. Mas, de 30 de octubre de 1637 (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 190v). La fecha de término la ignoramos y ponemos 1642 porque, según nuestro registro, en ese año aparece nuevo rector.
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a 164755; y el de Tunja en 164756. En esta misma ciudad le sorprendió la muerte el 12 de noviembre de 164757. II. Escribió: El P. Julio Ledi, rector de Pamplona, pide copia del testamento del Ben. Esteban Rangel58. 4. Andrés Solís (c. 1605-1651) 59 [1637-1639] I. Nació en Córdoba (España) hacia 160560 e ingresó a la Compañía de Jesús en Montilla (Córdoba)61 el 12 de enero de 162062. Debió realizar sus estudios de Filosofía y Teología en España y hacia 1629 recibir la ordenación sacerdotal en Granada63. No hemos podido averiguar cuándo atravesó el Atlántico. Lo ubicamos por vez primera como rector del colegio de Honda (1637-1639)64. A continuación rigió los destinos del colegio-seminario de San Bartolomé (1639-1641)65. Después se dirigió a Pamplona para cumplir con idénticos destinos en el plantel de la ciudad andina (1642-1646)66. El 6 de febrero de 1650 llega a Santo Domingo acompañando al P. Damián Buitrago, quienes viajaban con el preciso propósito de revisar los bienes que había legado a la Compañía de Jesús D. Juan de Rivera y Quesada el 8
El único testimonio directo de su rectorado merideño es del 7 de mayo de 1646 (AHM. Protocolos, t. XIX, fol. 155). Las fechas del periodo las deducimos porque el P. José Dadey concluyó su rectorado en 1643 y en 1647 se inició el P. Juan Gregorio.
MHRQ, I, 373 y 463.
55
56
ARSI. Historia Societatis, 47, fol. 68r.
57
ANB. Curas y obispos, 36, fol. 198. Sigue después un largo expediente sobre lo mismo.
58
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos de1642, 1649, 1651. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 232-234; Antonio Valle Llano, La Compañía de Jesús en Santo Domingo durante el periodo hispánico (Ciudad Trujillo: Seminario de Santo Tomás, 1950). Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 93. José Luis Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular de habla castellana (1575-1767)”, Paramillo, 16 (1997): 84-85. José Luis Sáez, “Solis, Andrés de”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. IV, 3604. Archivo del Colegio San Bartolomé. Libro de la Universidad y Academia, fundada en el Colegio de la sagrada Religion del dulce nombre de Iesus desta ciudad de Sanctafe; en que se escriven y assientan los examenes que se hazen a los estudiantes en ella y sus aprovaciones y grados que se dan en las sciencias y facultades de Artes y sagrada Theologia, en conformidad de las Bulas y breves Apostolicos y Cedulas Reales concedidas a la dicha Religion y sus Colegios. Siendo Secretario della Alonso Rodriguez Vernal, por título de los superiores de la dicha Religion, el qual mando hacer e hizo este libro.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 55. Catálogo de 1642: “38 años”.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 84.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 82. Catálogo de 1649.
Sáez, “Solís, Andrés de”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. IV, 3604.
ARSI N. R. et Q., 3, fol. 55. Catálogo de 1642.
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 93.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 55. Catálogo de 1642.
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de julio de 164867. Falleció en Santo Domingo el 10 de mayo de 1651 atendiendo a los afectados de la peste que al parecer se desató a fines de 165068. II. Escribió: 1 Informe sobre la fundación de Nra. Compª de Jesús, en la ciudad de Santo Domingo de la Isla Española. Santo Domingo, 1 de agosto de 165069. A Razones que ay para conservar esta Hazienda de los Cañaverales. Cañaverales, 25 junio 164670. 5. Lope de Figuerero (c. 1606-1642) 71 [1639-1642] Nació en Sevilla (España) hacia 1606 e ingresó a la Compañía de Jesús en 162872. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1631 que se hizo a la vela el 6 de junio a las órdenes del P. Baltasar Mas73. En 1638 residía en el colegio de Pamplona74. Debió ser rector del colegio de Honda de 1639 a 164175. Falleció en año 164276. 6. José Alitrán (c. 1592-1661) 77 [1642-1649] I. Nació en Urgel (Cataluña) hacia 159278. Ingresó a la Compañía de Jesús el 28 de enero de 161079 e hizo su noviciado en Tarragona80. Atravesó el
Texto del testamento: Archivo de la Antigua Provincia de Quito (APQu). Leg. 7. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 230-235.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 84. El P. Pacheco, en Los jesuitas en Colombia, t. I, 234, apunta que, según el P. Melgar, “primero murió el P. Solís y luego el P. Buitrago”.
Lo publica Valle Llano en La Compañía de Jesús en Santo Domingo, 323-339. Texto original: ARSI. N. R. et Q., 17, fols. 118-127.
ARSI. N. R. et Q., 17, fols. 58-63.
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogo de 1642. Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 49v. Catálogo de 1642. Anota que tenía 36 años y 14 de jesuita.
Galán García, El Oficio de Indias, 242.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del 30 de octubre de 1638.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 49v. Catálogo de 1642: “Fuit Rector Ondensis”.
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ARSI. Historia Societatis, 43, fol. 117.
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ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos: 1616-1660. ARSI. N. R. et Q., 5. Catálogos breves de 1659 y 1661. Mercado, Historia de la Provincia; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I; José del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía de Jesús en Venezuela, t. III (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1974); Ana María Splendiani y Tulio aristizabal, Proceso de beatificación y canonización de san Pedro Claver (Bogotá: CEJA, 2002), 63, 66, 571.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 14: “Hermano Joseph Alitran natural de la ciudad de Urgel, obispado de [sic] de hedad de diez y nueve años, hijo de Pablo Alitran y Florençia Alitrana [sic] dos años de Compañia”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 20. Catálogo de 1616.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 273.
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Atlántico en la expedición de 161281. Estudió Filosofía y Teología en el colegio Máximo de Bogotá82. En 1620 es nombrado párroco de Honda83 y en esta ciudad permanecería gran parte de su vida. En 1625 comienza a atender desde Honda la población de Purnio84. En 1633 ocupaba el rectorado del colegio hondense85. Ciertamente rigió los destinos de este colegio de 1639 a 164286. De 1649 a 1651 se desempeñó como rector del colegio de Mompox87. A la muerte de su sucesor, el P. Cristóbal Arias Cotriño, el 5 de mayo de 165288, se vio obligado a reasumir el rectorado hasta 1653 o 1654. Regresa con idénticos propósitos al colegio de Honda (1653-1655)89. De nuevo vuelve a Mompox para ponerse al frente de la entidad educativa jesuítica (1657-1661)90. En 1661 se había dirigido a Cartagena donde la muerte le salió al encuentro el 17 de junio de ese mismo año91. II. Escribió: A. Necrología del H. Pedro Barba. Año 163392.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 14.
El catálogo de 1616 dice que había estudiado tres años de Artes (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 20) y el de 1623 que había estudiado tres de Filosofía y tres de Teología (fol. 39v). A partir del catálogo de 1642 mantendrán que había estudiado tres años de Filosofía y cuatro de Teología (fol. 56).
81 82
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 181.
83
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 182.
84
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 215-216. El catálogo de 1651 dirá: “Fuit Rector bis Onda et de Mompox” (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 115). Sin embargo, esta afirmación se puede interpretar como que ocupó el rectorado en dos periodos seguidos.
85
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 56. Catálogo de 1642: “Rector Hondensis”. Asiste a la Congregación Provincial en 1642 en calidad de rector de Honda (ARSI. Congregationes Provinciales, 71, fol. 186).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 115. Catálogo de 1651: “Fuit Rector bis Ondae et de Mompox”.
86
87
ARSI. Historia Societatis, 48, fol. 23v.
88
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 142. Catálogo de 1655: “Fuit Rector quarter: ondensis et mompoxensis”.
Tanto el Catálogo breve de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6) como el Catálogo breve de 1661 (fol. 2) lo reseñan como rector de Mompox.
89 90
ARSI. Historia Societatis, 48, fol. 80r.
91
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 218-219: “refiriendo lo que de su mano dejó escrito el P. Josef Alitrán, rector que fue del colegio de Honda”.
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7. José Dadey (c. 1576-1660) 93 [1649-1651] I. Nació en Mondovi (Piamonte) hacia 157694. Estudió en Turín y en esa ciudad ingresó a la Compañía de Jesús el 5 de noviembre de 159395. Atravesó el Atlántico en 160496. El 1 de enero de 1605 tuvo la clase inaugural del colegio San Bartolomé97. Paralelamente se dio al cultivo espiritual de los chibchas98. En 1609 fungía de párroco de Fontibón99 y en esta población permaneció hasta 1615100. En 1616 laboraba en la doctrina de Duitama101. Fue rector del Seminario de San Bartolomé (1619-1620)102. De 1625 a 1628 fue misionero en el ensayo realizado por los jesuitas en el balcón oriental de la cordillera colombiana que se asoma a Casanare103. Al fracasar la misión,
93
ARSI. N. R. et Q., 3 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1610-1660. Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 181-187; Juan Rivero, Historia de las Misiones de los Llanos de Casanare y los ríos Orinoco y Meta (Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1956), 71-74; Cassani, Historia de la Provincia, 510-513; Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II (1930) 337-338. Daniel Restrepo, La Compañía de Jesús en Colombia (Bogotá: Imprenta del Seminario del Corazón de Jesús, 1940), 369-370; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 581-583; José del Rey Fajardo, Bio-bibliografía de los jesuitas en la Venezuela colonial (San Cristóbal: Universidad Católica del Táchira, 1974; Bogotá: Universidad Javeriana, 1995), 178-181.
Al no ofrecer ninguno de los Catálogos la fecha exacta de nacimiento, de su información se puede deducir que nació en 1575 o en 1576. Catálogos: 1610: 34 años (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5v); 1616: 40 años (fol. 18v); 1623: 47 años (fol. 40); 1642: 67 años (fol. 55v); 1649: 74 años (fol. 88v); 1651: 76 años (fol. 115); 1655: 80 años (fol. 142); 1657: 82 años (fol. 165v); 1660: 85 años (fol. 191v). Por otra parte, hay que tener presente la anotación que introduce Mercado en su biografía de Dadey (en Historia de la Provincia, t. I, 181): “Aunque son cortas las noticias que tengo del padre Joseph Dadey, según el gran concepto que tienen de sus virtudes los que le conocieron, no puedo dejar de hacer mención de su vida”. Hacemos esta aclaratoria porque puede originar confusión una afirmación del P. Mercado (Historia de la Provincia, t. I, 185): “Murió a los treinta de octubre del año de 1660 teniendo ochenta y seis de edad y setenta de religión”. Según el Catálogo de 1660 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 191v) tenía 85 años de edad y 67 de jesuita. 95 Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 181-182. Para la fecha de ingreso: ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 5v. A partir del Catálogo de 1649 (fol. 88v) aparece la fecha de 19 de noviembre de 1593. 94
Flórez de Ocariz, Libro Primero de las Genealogías, t. II, 122-123.
ARSI. N. R. et Q., 12, fol. 33. Que fue el P. José Dadey (Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 183)
96 97
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 302-304. Fue catedrático de la lengua chibcha: el marqués de Sofraga nombra catedrático de lengua general al P. Dadey (ANB. Curas y obispos, 9, fol. 359).
98
ANB. Curas y obispos, 28, fol. 36. Acepta su nombramiento el Presidente Borja el 16 de septiembre de 1609.
99
100
ANB. Fábrica de Iglesias, 20, fols. 372-377: año 1610; fol. 364-364v: año 1611; fol. 366-366v: año 1612.
ANB. Fábrica de Iglesias, 20, fol. 368. Y allí permanecía en 1617 (fol. 371).
101
102
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 90-91.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 378-394.
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pasó a la doctrina de Duitama104. Para 1631 estaba radicado en la doctrina de Tunjuelo105 y en 1633 residía de nuevo en Santafé106. En compañía del P. Coluccini recorrió gran parte de la sabana en 1637 con el fin de dar acceso a la comunión a los indígenas que estuvieran preparados107. Fue rector del colegio de Mérida de 1639 a 1643108. De la urbe venezolana regresó a Bogotá, donde aparece como director de la Congregación de Nuestra Señora de Loreto el 24 de julio de 1644109. Rigió los destinos del colegio de Honda de 1649 a 1651110 y a partir de esta última fecha se desempeñó como cura de las minas de Santa Ana111. Habiendo regresado a Bogotá, falleció el 30 de octubre de 1660112. II. Escribió: 1. Carta del P. José Dadey al P. Diego de Torres113. 2. Informe a Su Majestad sobre la necesidad de que se vuelvan a los Padres de la Compañía las Misiones de los Indios de los Llanos. Tunjuelo, a 27 de abril de 1631114. 3. Gramática y Vocabulario de la lengua mosca-chibcha115.
104
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 322. Carta de Vitelleschi a Dadey. Roma, 6 de febrero de 1628.
Rivero, Historia de las Misiones de los Llanos, 68.
105
106
Así aparece de la lectura del expediente de la huida de la cárcel del Dr. Mateo Cruzat (AGI. Santafé, 246. Expediente sobre la fuga que hizo el doctor Mateo Cruzat y quebrantamiento que para ello hicieron de la cárcel eclesiástica los Padres de la Compañía de Jesús).
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 344-347.
107
108
El Catálogo de 1642 lo recoge como rector de Mérida (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 55v). El 12 de septiembre de 1642 aparece redimiendo, como rector, un censo al capitán Pedro de Gaviria (AHM. Protocolos, XV, fol. 79v). Suponemos que fue el inmediato sucesor al P. Tolosa en el rectorado y por ello fijamos el inicio en 1639.
ANB. Curas y Obispos, 19, fol. 330.
109
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 115. Catálogo de 1651.
El 3 de febrero de 1651 presentaba el P. Juan Gregorio como candidatos a la doctrina de Santa Ana a los padres José Dadey, Pedro Salazar y Alonso González. El nombramiento recayó en el P. José Dadey, que se desempeñaba como cura de Honda (ANB. Curas y obispos, 9, fol. 603). Poco tiempo debió permanecer el P. Dadey en esta doctrina, pues para 1659 ya la Compañía de Jesús la había entregado; además, en 1655 había sido presentado para ella el P. Pedro de Mercado (ANB. Curas y obispos, 8, fol. 426) y en el ínterin lo había sido del P. Alonso de Pantoja (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 328).
110 111
Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 185.
112
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 337, 1: “Hay un fragmento en Lozano. Historia de la Compañía de Jesús de la Provincia del Paraguay, I, 687”.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 337-338: “Dos fragmentos en la Historia de las Misiones de los Llanos, por el Padre Juan Ribero, página 65”.
Manuel Lucena Salmoral, “Gramática chibcha del siglo XVII”, Revista Colombiana de Antropología, XIII (1964-1965): 34. Los testimonios de que Dadey conocía y hablaba la lengua con precisión son innumerables (AGI. Santafé, 227. Carta del P. Coluccini al Rector de Santafé. Facatativá, 8 de julio de 1636). Acerca de la Gramática (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol.
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A Oración latina paranínfica que delante de la Audiencia, Cabildo Eclesiástico, Ciudad e inmenso pueblo peroró al abrirse los estudios en el Colegio de Santa Fe116. B. Pláticas sobre los principales misterios de nuestra Santa Fe en lengua Muisca117. C. Carta del P. José Dadey al P. Claudio Aquaviva. Fontibón, 24 de abril de 1610118. D. Memorial del P. José Dadey. Fontibón, 7 de septiembre de 1610119. E. Memorial del P. José Dadey. Fontibón, 1611120. F. Memorial del P. José Dadey. Fontibón, 1612121. G. Memorial del P. José Dadey. Duitama, 1616122. H. Memorial del P. José Dadey. Duitama, 1617123. I. Carta del P. José Dadey al P. Mucio Vitelleschi, General de la Compañía de Jesús. Támara, 26 de mayo de 1625124. J. Apuntamientos para formar Arte y Vocabulario de los dialectos de los Indios de Paya, Pisba y Támara125. K. Catecismo de la Doctrina Cristiana traducido a los dialectos de los Indios de Paya, etc.126. L. Memorias y relaciones para la Historia de las Misiones de los Llanos127.
81). Rivero “compuso artes y vocabularios y los enseñó en Santafé por muchos años” (Rivero, “Historia de las misiones de los llanos de Casanare y san Martín [inédita], 54, 73). Cassani, Historia de la Provincia, 18-19, tras hablar de la gramática y el diccionario, afirma: “cuyos dos libros duran hasta el día de oy y han sido, son y serán guía de todos”. Felipe Salvador Gilij, Ensayo de Historia americana, t. III (Bogotá: Sucre, 1995), 332): “compuso e imprimió la gramática mosca”. Chestmir Loukotka, “Klasification der Südamerikanischen Sprachen”, Zeitschrift für Ethnologie, 74 (1942): 40; Sergio Elías Ortiz, Prehistoria, en Historia Extensa de Colombia, vol. I, t. III (Bogotá: Lerner, 1975): Diccionario y gramática chibcha. Manuscrito anónimo de la Biblioteca Nacional. Transcripción y estudio histórico-analítico por María Stella González de Pérez (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, Biblioteca “Ezequiel Uricoechea”, No. 1, 1987).
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 338, E. Véase Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 183.
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 338, A: “Al tiempo del destierro de 1767 se conservaban en el Colegio de Santa Fe con otros manuscritos”.
ARSI. N. R. et Q., 14. Historia-I.
116
117
118
ANB. Fábrica de Iglesias, t. 20, fols. 372-377.
119
ANB. Fábrica de Iglesias, t. 20, fols. 364-364v.
120
ANB. Fábrica de Iglesias, t. 20, fol. 366-366v.
121
ANB. Fábrica de Iglesias, t. 20, fol. 368, 369.
122
ANB. Fábrica de Iglesias, t. 20, fol. 371.
123
Testimonio de la carta en: ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium, fol. 283v.
125
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 338, B.
126
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 338, C.
127
Uriarte y Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía, t. II, 338, D.
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Ll. Carta comunitaria de los Misioneros de los Llanos a la Audiencia. 6 de septiembre de 1628128. 8. Jaime Torres (1602-1663) 129 [1651-1653] Nació en Ibiza (islas Baleares) hacia el año 1602130 e ingresó a la Compañía de Jesús el 28 de abril de 1623131, al parecer, en Sevilla132. No hemos podido precisar en qué expedición atravesó el Atlántico y dónde realizó sus estudios de Filosofía y Teología, si en España o en Bogotá133. La primera noticia de su estancia neogranadina es de 1636, en Popayán, según una carta del general de los jesuitas134. En 1642 residía en el colegio de Pamplona como operario135. Sus últimos votos los pronunció el 2 de diciembre de 1643 en Tunja136. Rector del colegio de San Bartolomé (julio 1644-30 abril 1646)137; rector de Tunja (1647-1651)138; rector de Honda (1651-1653)139; rector de Popayán (1654-1658)140; rector de Pamplona (1659-1662)141; rector de Santo
128
ANB. Miscelánea, t. 110, fol. 90.
129
130
Pensamos que la fecha más aproximativa de nacimiento es la de 1602, de acuerdo con el cálculo de los catálogos. Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90 señala el 1603.
131
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 87. Catálogo de 1649.
132
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90.
133
Su nombre no aparece en las listas de Galán García, El Oficio de Indias, 1995.
ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del 1 de noviembre de 1636.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 53v. Catálogo de 1642.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90.
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 93.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 113v. Catálogo de 1651: “Fuit Rector Tungae et modo est de Onda”. El P. Juan Gregorio, rector de Santafé presenta para el curato de Honda, en lugar del P. José Adei [sic] a los PP. Jaime de Torres, Domingo Prado y Nicolás González. Se nombra al P. Jaime de Torres, 3 de febrero de 1651 (ANB. Curas y obispos, 9, fol. 602).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 113v. Catálogo de 1651: “Fuit Rector Tungae et modo est de Onda”. Jaime Torres. 1651. Honda (ANB. Gobierno, 9, fol. 603). 1653: Santa Ana (ANB. Gobierno, 1, fol. 531).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 138. Catálogo de 1655: “Fuit Rector bis Tungae et Ondae et nunc est Rector Popayán”. Deubler, Becerro, “P. Jaime de Torres: nov. 1654-enero 1658”. En 1657 asiste a la Congregación Provincial como rector de Popayán (ARSI. Congregationes Provinciales, 74, fol. 132).
Dejan testimonio del rectorado los Catálogos breves de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6) y el de 1661 (fol. 2).
134 135 136 137 138
139
140
141
ARSI. N. R. et Q., 3 y 5. Catálogos 1642-1661. Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Becerro o Sumario de la fundación, principios, progresos y otros acaecimientos en [roto] Colegio de Popayán según consta por su arch. [roto] de caxas. [Por el P. Leon Deubler]. Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 89-101. Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 5-156.
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Domingo (1662-1663)142. En Santo Domingo acompañó al arzobispo Francisco de la Cueva Maldonado (1662-1667) a la visita pastoral que realizó el nuevo prelado a la isla143. También participó en las fiestas llevadas a cabo en la catedral de Santo Domingo el 10 de diciembre de 1662 con motivo de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María144. Falleció en La Española el 11 de noviembre de 1663145. 9. José Alitrán [1653-1655] Véase número 6. 10. Antonio Rojas (c. 1597-1657) 146 [1655-1657] Nació en Tunja hacia 1597147 e ingresó a la Compañía de Jesús, en su ciudad natal, el 6 de junio de 1614148. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el colegio máximo de Bogotá149. En 1628 residía en la parroquia minera de Santa Ana150. En 1642 pertenecía a la comunidad del colegio de Tunja151. A partir de 1649 muestra una salud muy debilitada152. En 1655 asumía el rectorado del colegio de Honda153 y falleció en el ejercicio del mismo el 19 de marzo de 1657154.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90.
AGI. Santo Domingo, 93. Reproducido por Cipriano de Utrera, La Inmaculada Concepción: Documentos y noticias para la historia de la Archidiócesis de Santo Domingo, Primada de América (Ciudad Trujillo, 1946), 91. Citado por Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 90.
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos: 1616-1655.
Fuera del catálogo de 1616 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 22v) que le asigna 17 años y el de 1623 (fol. 43v) que le asigna 25; todos los demás mantienen la misma fecha.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 22v. Catálogo de 1616. Para la fecha de ingreso nos guiamos por la fecha en que pronunció los votos del bienio (Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 40v).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 43v. Catálogo de 1623: Hizo “2 de seminario, 2 de artes y 2 de teología”.
El 13 de mayo de 1628 le escribía al P. general pidiendo las dimisorias (ARSI. N. R. et Q., 1. Epistolae Generalium. Carta del 6 de febrero de 1630).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 53v. Catálogo de 1642.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 82. Catálogo de 1649: “Vires: debiles”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol.137. Catálogo de 1655: “Est Rector Hondensis”.
142 143 144
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11. Pedro de Mercado (1620-1701)155 [1657-1664] I. Nació en Riobamba (Ecuador) en 1620156. Estudio las Humanidades clásicas en el colegio-seminario de San Luis de Quito157. Ingresó a la Compañía de Jesús en la capital ecuatoriana el 23 de febrero de 1636158. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana de Quito159. Hacia 1647 pasó a Popayán, en cuyo colegio vivió más de seis años160. En enero de 1653 pertenecía a la comunidad de la Universidad Javeriana161. En la sabana bogotana se inicia su fecunda vida de escritor. En 1655 es nombrado párroco de la doctrina de Santa Ana, región enteramente minera162. En 1657 inicia el cursus honorum, pues ese mismo año es nombrado rector del colegio de Honda (1657-1664)163. Rector y maestro de novicios
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reyno y Quito: 1642-1691. ARSI. N. R. et Q., 14: Ignacio Meaurio. Monumenta aliqua Provinciae Novi Regni Granatensis. Archivo Nacional de Chile (ANCh). Jesuitas. Bogotá, 214: Carta de edificación sobre la vida y virtudes del P. Pedro de Mercado firmada por el Padre Juan Martínez Rubio; fechada en Santafé y noviembre 20 de 1700 (sic) dirigida al Padre Rector de Cartagena Fernando Zapata. 12 fols. Útiles. (Hasta hoy desconocida). Archivo Inédito Uriarte-Lecina (AIUL). Papeletas: Mercado, Pedro de.; Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 964-967; Enrique Otero D’acosta, “Padre Pedro Mercado S.J.”, Gaceta Municipal, 19 (1934): 46-48; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 297-316; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos (1974) XI-XLV; y Bio-bibliografía de los jesuitas 388-395; Juan M. Pacheco, “Mercado, Pedro de (II)”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. III, 2632.
Todos los Catálogos, menos el de 1664: 46 años (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 222v); 1678: 59 años (fol. 322v); 1687: 68 años (fol. 379); 1691: 72 años (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 6).
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Mercado, Historia de la Provincia, t. IV, 305. Allí tuvo como pasante al P. Francisco de Figueroa.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 60v. Catálogo de 1642. Tuvo por Maestro al P. Gonzalo Buitrago (Mercado, El cristiano virtuoso, fol. 18r).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 60v. Catálogo, 1642: “Studuit 3 Philosophiae; est teologus 2 anni”. Parece ser que en enero de 1647 residía todavía en Quito, a juzgar por el testimonio sobre el H. Hermano de la Cruz: “a quien tuve la dicha de conocer y alcanzarlo vivo más de ocho años en el colegio de Quito” (Mercado, El cristiano virtuoso, fol. 92v). Y en la biografía que le dedica Mercado en Historia de la Provincia, t. III, 372, dice que “murió en el Señor a ocho de enero de mil seiscientos y cuarenta y siete”.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. III, 425: “De las cosas que en esta vida [P. Pedro Varaiz] soy en parte testigo de vista porque viví seis años o más en compañía del padre Pedro Varaiz en Popayán y estuve presente en Santa Fe cuando recibió en la capilla la patente de provincial”.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. III, 425. El 8 de enero de 1653 le leyeron la patente de provincial al P. Pedro Varaiz (t. III, 421) y fue testigo presencial. La licencia de impresión de su obra Palabras de la Virgen María Nuestra Señora sacadas del sagrado Evangelio está fechada en Santafé el 16 de octubre de 1653 (José T. Medina, Biblioteca Hispano-Americana, t. III, No. 1318, 85).
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ANB. Curas y obispos, 8, fol. 426.
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ARSI. Congregationes Provinciales, t. 74, fol. 132 (El P. Mercado, rector de Honda, está legítimamente impedido por enfermedad para asistir a la Congregación). Testimonios de su rectorado. Año 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 6); año 1660 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 194); año 1661 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 2). El Catálogo de 1664 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 222v) anota: “fuit Rector Hondensis”, pero no indica su residencia.
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en Tunja (1667-1672)164. Segundo rectorado en el colegio de Honda (16751678)165. Del río Magdalena subió a la sabana bogotana para encargarse tanto del colegio como del noviciado de Las Nieves (1678-1684)166. En agosto de 1684 recibía la patente de rector de la Universidad Javeriana (1684-1689)167. Al fallecer el provincial, P. Juan Santiago, el 1 de julio de 1688 quedó encargado del gobierno de la Provincia del Nuevo Reino168 hasta la llegada del P. Altamirano a fines de ese mismo año169. A partir de 1691 su vida se torna más pacífica y se consagra a la tarea de escribir sus obras ascéticas y de asesorar las conciencias de los jóvenes estudiantes de la Javeriana170. Falleció en Santafé el 11 de julio de 1701171. II. Escribió: 1. Destrucción del ídolo del qué dirán. Madrid, 1655172. 2. Método de obrar con espíritu. Madrid, 1655173.
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ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 9. Catálogo breve, 1667: “Vice-Rector et Magister Novitiorum”. Catálogo breve, 1668 (fol. 13). El de 1671 (fol. 21) añade: “Instructor tertiae probationis”. En 1672 entregó su cargo al P. Juan Martínez Rubio (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 99).
165
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 322v. Catálogo, 1678: Rector de Honda. El 19 de junio de 1678 todavía ocupaba el cargo, como lo demuestra la Congregación Provincial de 1678 (ARSI. Congregationes Provinciales, t. 80, fol. 106 y ss)
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ARSI. N. R. et Q. 15. Memorial de la visita del P. Madrid. Un resumen en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 96-97. ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 357. Catálogo de 1684.
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APQu. Leg. 15. Carta del P. Tirso González al P. Juan de Santiago. Roma, 8 de febrero de 1688. Archivo de S. Bartolomé. Libro de la Universidad y Academia, fol. 466 recoge su firma a partir de diciembre de 1684. ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 379. Catálogo de 1687.
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Ya el 20 de agosto daba un poder al P. Juan de Tovar (ANB. Censos. Cundinamarca, t. 8, fol. 503). Cfr. APQu. Leg. 15. Carta del P. Tirso González al P. Diego Francisco Altamirano. Roma, 25 de octubre 1689.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 207.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 6. Catálogo, 1691.
Archivo San Bartolomé. Bogotá. Libro Quinto de iglesia y Sacristía del colegio de la Compañía de Jesús de Santafé, fol. 135.
Destrvccion del idolo Qve diran? Compuesto por el P. Pedro Mercado de la Compañía de Iesus. Con privilegio. En Madrid. Por Pablo del Val. Año de 1655. En 24º, de 215 hs. + 22 s. n. Distruttione dell’Idolo Che diran? Opera del Padre Pietro Mercato della Compagnia di Gesù. Transportata dall’Idioma Spagnuolo all’ Italiano E’ dedicata al Moltollustre Signore il Sig. Paolo Corso. In Genova, por Antonio Casamara, 1701, en 12º, 155 pp. Backer, Bibliothèque des écrivains de la Compagnie de Jésus, t. V (Liège-París, 1869), 533: “El P. Stöger. Scriptores Provinciae Austriae, p. 226, habla de un jesuita alemán: Pedro Merkas que publicó un libro del mismo género: Excidium idoli: quid dicent Homines. Viennae, 1679”. El P. Sommervogel (Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 964) dice: “Se trata sin duda de una traducción; sería muy llamativo que un Padre Pedro Mercado y un Padre Pedro Merkas hubieran compuesto una obra del mismo título”. La traducción latina publicada en Viena en 1679 se debe al P. Pedro Morens (Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 694).
Método de obrar con espíritu, compuesto por el P. Pedro Mercado de la Compañía de Jesús (Madrid, 1655). En 16º (Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 694). Hay una edición de 1662 con el mismo título. Añade: Por Joseph Fernández de Buendía. Año 1662. En 16º, 483
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3. Diario sagrado, medios para tener buenas pascuas, buenos días y buenas noches. Madrid, s. f.174. 4. Palabras de la Virgen María, Nuestra Señora, sacadas del Sagrado Evangelio. Madrid, 1660175. 5. Ocupaciones santas de la cuaresma. Madrid, 1667176. 6. El cristiano virtuoso. Madrid, 1673177. 7. Práctica de los ministerios eclesiásticos. Sevilla, 1676178. 8. Conversaciones del pecador con Cristo e imitación de algunos pecadores que hablaron con su Divina Majestad en esta vida Mortal. Valencia, 1680179. 9. Rosal ameno y devoto. Valencia, 1680180.
pp. Método di fare le nostre Attioni con Spirito. Esposto in Madrid nel 1655 dal P. Pietro Mercado della Compª. di Gesù e trasportado in italiano nel 1676. En 4º, 122 pp. (Mss. en el archivo de la Residencia de Madrid) (AIUL. Papeletas: Mercado, Pedro de).
Cita la obra Nicolás Antonio. Bibliotheca Hispana Nova, t. II, 216.
Palabras de la Virgen María N. S. Sacadas del Sagrado Evangelio. Por el Padre Pedro de Mercado, de la Compañía de Iesus. A la Excelentissima Señora Doña Iuana de Borja, Marquesa de Montealegre. Suscipiat verba mea cor tuum. Prov. 4. Con licencia, en Madrid. Por Ioseph de Buendía. Año 1660. Vendese en Casa de Lorenço de Ibarra, Mercader de Libros, en la calle de Toledo. 16º, 16 hs. de preliminares. 457 de texto y 4 hs. al fin; con reclamos y signaturas (Medina, Biblioteca Hispano-Americana, t. III, No. 1318, 84-85).
Ocupaciones santas de la quaresma, por el P. Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. Dedícala a María Santísima, Señora Nuestra, del buen Consejo. Con licencia en Madrid. Por Joseph de Buendía. Año 1667, 789 pp.
El cristiano Virtuoso. Con los actos de todas las virtudes que se hallan en la santidad. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús, Rector del colegio de Tunja, que lo dedica a su fundador y patrón el Señor Licenciado D. Sebastián Merchán de Velasco y Monsalve, Cura Beneficiado de Oicatá (Viñeta) con Privilegio. En Madrid: por Joseph Fernández de Buendía. A costa de Lorenzo Ibarra, Mercader de libros; en la calle de Toledo. En 16º, 215 folios. (La fe de erratas está fechada en Madrid, octubre de 1673).
Práctica de los ministerios eclesiásticos. Compuesta por el Padre Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. Dedícala al gloriosísimo Patriarca San Ignacio, Fundador de la Compañía de Jesús (Viñeta con un IHS). Con licencia (Filete). En Sevilla: por Juan de Osuna. Año de 1676. En 8º, 3 hs. preliminares, 277 pp.
Conversación del pecador con Christo a imitación de algunos pecadores que hablaron con su Divina Majestad en esta vida mortal. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. Impreso en Valencia, por Juan de Paredes, año de 1680. En 16º, 146 pp.
Rosal ameno y devoto. Valencia, por Bernardo Nogués, 1680. En 16º. Se publicaron extractos en México: Modo de ofrecer el rosario en honor de la Pvrissima Concepción de Nuestra Señora la Virgen María, sacado de un libro intitulado Rosal ameno y devoto, escrito por el P. Pedro Mercado de la Compañía de Jesús, que excita a la misma devoción de el santísimo rosario de Nuestra Señora. A devoción de Diego Fernández de León, y impreso en la Puebla, en su Imprenta. El Ilustrísimo señor Obispo de este obispado concedió su licencia para la impresión desde Ofrecimiento por Decr. de 28 de octubre de 1690 años. En 16º, 8 pp. Devoción para bendecir y alabar las principales partes y perfecciones del Alma y Cuerpo de María Ssma. Nuestra Señora. Para uso de Señoras religiosas y personas devotas. Sacado de un librito intitulado Rosal Ameno y devoto. Su autor el P. Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. En la Puebla, por la viuda de Miguel de Ortega y Bonilla. Año 1729. En 16º, 16 pp. Modo de ofrecer el Rosario a la Purissima
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10. Oficio manual espiritual. Sevilla, 1680181. 11. Instrucción para hacer con espíritu los oficios corporales de la religión. Valencia, 1680182. 12. Memorial de los siete dolores de María Santísima. Valencia, 1680183. 13. Memorial de la pasión de Cristo Nuestro Señor dividido por los días del mes. Valencia, 1680184.
Concepción de Nuestra Señora la Virgen María, sacado del Librito intitulado Rosal ameno y devoto. Escrito por el P. Pedro Mercado de la Compañía de Jesús, y ahora añadido, que excita a la misma devoción del Santísimo Rosario de Nuestra Señora, y al fin lleva el Ofrecimiento de la Corona de doce Estrellas. A devoción de un sacerdote de este Arzobispado. Reimpreso en México, en la Imprenta del Lic. D. Joseph de Jauregui, Calle de San Bernardo. Año 1777. En 16º, portada + lámina + 24 pp. s/n. (Cfr. Medina, La Imprenta de México, t. VI, No. 5980, 234). Modo de rezar la Corona de la Virgen. En honor de las Festividades, con que la celebra la universal Yglesia Catholica. Sacado de un Librito intitulado, Rosal ameno y devoto, desde el fol. 38 hasta el 49. Impresso en Valencia, por Bernardo Nogues, año de 1680. Su author, el P. Pedro de Mercado de la Compañia de Jesus. Impressa en Mexico, en la Ymprenta de los Herederos del Lic. D. Joseph de Jauregui. Calle de San Bernardo, año de 1780. En 16º, 13 pp. s/n. (Cfr. Medina, La imprenta en México, t. VI. No. 7144, 311). Modo de rezar la Corona... Reimpreso en la Puebla en la Ymprenta de D. Pedro de la Rosa. Año, 1819. En 16º, 24 pp. s/n. (Cfr. Medina, La imprenta Puebla, No. 1686, p. 729). Modo de ofrecer el Rosario... (como la edic. de 1777) n. Señora... librito... y aora... del SS. Rosario de N. Señora. Reimpresso a devocion de una Religiosa del Convento Real de Jesvs Maria. En Mexico, en la Ymprenta del Nuevo Rezado de Doña Maria de Rivera en el Empedradillo. En 16º, portada + una estampa de la Pureza + 12 pp. s/n. (Cfr. Medina, La imprenta en México, t. VIII, No. 9303, 211-212). Modo de ofrecer el Rosario... (como la edic. de 1777)... Santísimo Rosario... Arzobispado. En Mexico, en la Oficina de Doña Maria Fernández de Jauregui, calle de Sto Domingo. Año de 1805. En 16º, portada + lámina de la Virgen + 24 pp. s/n. (Cfr. Medina, La imprenta en México, t. VII, No. 9803, 360). Modo de ofrecer el rosario a la purissima Concepción de Nuestra Señora la Virgen María. Escrito por el P. Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. Y ahora añadido. Reimpreso en México en la oficina de Alejandro Valdés, 1830. En 16º, 30 pp. 181 Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 965. 182
Entre los bibliófilos jesuitas, el primero en citar el libro es Sommervogel.
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Memorial de siete dolores de Maria Santissima. Por el P. Pedro de Mercado de la Compañia de Iesus. Impreso en Valencia, por Juan de Paredes, año 1680. En 16º, 126 pp. (incompleto).
Este libro forma parte del descrito en el número anterior. Comienza en el reverso del folio 84. En Mexico se hicieron diversas ediciones: Ofrecimiento a la preciosissima sangre de Christo Señor Nuestro. Sacado de el Memorial de los siete Dolores que sacó a luz el Padre Pedro de Mercado, de la Compañia de Jesus. En México: Por los Herederos de la Viuda de Francisco Rodriguez Lupercio. Año de 1728. En 31º, 26 pp. Ofrecimiento a la Preciosissima... (como la edic. de 1728)... Reimpresso en Mexico, en la Ymprenta de la Biblioteca Mexicana. Año 1754. En 16º, 16 hs s/n. (Cfr. Medina, La imprenta en México, t. V, No. 4177, 212). Ofrecimiento a la preciosissima sangre de Christo Señor Nuestro. Sacado de el Memorial de los siete Dolores. Que dio a luz el Padre Pedro de Mercado de la Compañia de Jesus. Reimpresso en México, en la imprenta de los Herederos de la Doña Maria de Rivera. En el Empedradillo. Año 1755. En 16º, 23 pp. s/n. (Cfr. Medina, La imprenta en México, t. V, No. 4259, 242). Ofrecimiento a la Preciosissima Sangre... (como la edic. de 1728)... Van nuevamente añadidas las tres necessidades que tuvo la Madre de Dios al pie de la Cruz, el Dulcissimo Nombre de Jesus y Oficio Parvo. Reimpressa en Mexico, en la Ymprenta de los Herederos de Doña Maria de Rivera. Calle de San Bernardo, y Esquina de la Plazuela del Volador. Año de 1758. En 16º, portada + 26 pp. s/n., pero falta alguna al fin. Hay una reimpresión en Puebla, por Christoval Thadeo Ortega. Año 1764 (Cfr. Sommervogel,
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14. Recetas de espíritu para enfermos de cuerpo. Sevilla, 1681185. 15. Ephemerides spirituales. Sevilla, 1683186. 16. Dei hominis in mundum adventus. Sevilla, 1683187. 17. Bacchanalia spiritualia. Sevilla, 1683188. 18. Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús. Bogotá, s.f.189. 19. Trabajos de la Santísima Virgen María, Madre de Jesús y Señora nuestra. Cádiz, 1688190.
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Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966). Ofrecimiento a la Preciosissima Sangre... (como la edic. de 1758)... Reimpresso en la Calle de S. Bernardo. Año 1756. En 16º, 25 pp. s/n (Medina, La imprenta en México, t. V, No. 5005, 534). Ofrecimiento a la Preciosissima Sangre... (como la edic. de 1758)... en la Ymprenta de los Herederos del Lic. D. Joseph Jauregui, calle de San Bernardo. Año de 1781. En 16º, 32 pp. s/n. (Medina, La imprenta en México, t. VI, No. 7248, 335). Hay otra reedición igual del año 1782 (Medina, La imprenta en México, t. VI, No. 7347, 362). El P. Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 305) habla de una edición de México de 1815. En las papeletas sobre Mercado que reposan en el Archivo Inédito Uriarte-Lecina (AIUL) se hace alusión a otras dos ediciones: de 1768: reimpresso en México por los Herederos de Doña Maria de Rivera. Calle San Bernardo. Año 1768. En 16º, 26 pp. s/n. (Medina, La imprenta en México, t. VI, No. 5220, 14); de 1807: en México, por don Mariano de Zuñiga, calle del Espíritu Santo, año 1807. En 16º, 32 pp. s/n. (Medina, La imprenta en México, t. VIII, No. 8693, 81-82). Recetas de espíritu para enfermos del cuerpo. Por el Padre Pedro de Mercado, de la Compañía de Iesus. Dedicadas al M. R. P. Fr. Ivan Antonio Cabeça de Baca, del Orden de la Hospitalidad de San Juan de Dios, Comissario General de las Provincias de Tierra firme y Nuevo Reyno de Granada. Año (escudete de la Compañía) 1681. Con licencia. En Sevilla por Juan Cabeças. En 8º, 8 hs. de preliminares + 239 de texto. (Medina, La imprenta en México, t. III, No. 1718).
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Citada por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966. El P. Pacheco, en Los jesuitas en Colombia, t. II, 306, cree que es probable que las Ephemerides spirituales sean una nueva edición del Diario sagrado.
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Citada por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966. Sin embargo, el P. Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 306) anota: “Probablemente [...] es la misma titulada Adviento de Cristo a que se refiere un inventario de los papeles del archivo del colegio de Santafé, hecho de 1767, en esta forma: Original del Adviento de Cristo, del P. Pedro Mercado, que se imprimió el año de 1683; en un cuaderno de media cuartilla con 108 fojas útiles (ANCh. Jesuitas. Bogotá, 214)”. Entre las papeletas del Archivo Inédito Uriarte-Lecina encontramos: Adviento del Niño Dios al mundo. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañia de Jesús. Con licencia. En Sevilla. Por Thomé de Dios. Año de 1783. En 24º, 457 pp., 11, 1/2 de introducción, etc.
Citada por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966.
No hemos podido precisar la fecha exacta en que concluyó su Historia. Llega hasta el año 1684, pero se ve que ya estaba escribiendo en 1682 (Mercado, Historia de la Provincia, t. I, 32), pero también incluye una carta de 3 de febrero de 1685 (t. II, 394). En 1689 había sufrido ya la primera censura en Madrid (t. I, 334). La primera edición conoció la luz pública en Bogotá en 1957 en la Biblioteca de la Presidencia de Colombia y consta de 4 vols., dos dedicados al Nuevo Reyno y dos a Quito. La Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia de Caracas reeditó en el vol. 79 el Libro VIII del tomo II, es decir, todo lo relativo a la misión de los Llanos (Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, 1-141).
Trabajos de la Santissima Virgen Maria Madre de Jesus y Señora Nuestra. Dedicados al Sr. Don Joseph de Liñán y Cisneros, Cavallero del Abito de Calatrava. Por el P. Pedro de Mercado de la Compañia de Jesus. Con licencia en Cadiz en la Imprenta del Colegio de la Compañia de Jesus, por Christoval de Requena. En 16º, 416 pp.
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20. Contratos de Dios con el Hombre. Cádiz, 1688191. 21. Insignias de la Pasión de Jesús. Cádiz, 1688192. 22. Libro único de algunas excelencias de la Santísima Trinidad. Cádiz, s.f.193. 23. Horas Mariales. Cádiz, 1691194. 24. Psalmos del seráfico doctor San Buenaventura. Cádiz, 1691195. 25. Libro de cuentas que ha de tener el alma con su Dios. Cádiz, 1691196. 26. Kalendario para solicitar con los santos buena muerte. s.1./s.f.197. 27. Jacula in adversam mortem. Cádiz, 1692198. 28. Pharmaca spiritualia. Cádiz, 1693199. 29. Comunicación del alma con su Dios trino y uno. Cádiz, 1693200. 30. Exercicios de Semana Santa, s.1./s.f.201. 31. Obras espirituales que contienen los cuatro tratados siguientes: Tratado primero: Numerales meritorios de gracias. Tratado segundo: Metamorfosis provechoso a las almas. Tratado tercero: Galateo espiritual cortesano a lo virtuoso. Tratado cuarto: Vida de Damiana Barrolo, y Dechado de Mujeres sacado de la Historia de Rut. Amsterdam, 1699202.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967. El P. Sommervogel no indica ni el lugar ni la fecha de impresión.
Horas mariales en qve se ponen varios modos, con que el Christiano puede recibir por suya a la Virgen Maria a imitación del evangelista Apóstol S. Juan. Por el P. Pedro Mercado de la Compañia de Jesus. (Filete). Con licencia en Cadiz en la Imprenta del Colegio de la Compañia de Jesus, por Cristoval de Requena, año de 1691. 9,8 por 7 cms. + 9 hs. de preliminares + 374 de texto. Dice el P. Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 306): “La censura la firmó el 22 de marzo de 1688 el rector del colegio de Cádiz, P. Florencio de Medina, pero el libro sólo apareció tres años después, en 1691, en la misma ciudad de Cádiz”.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967. Backer y Sommervogel le dan el siguiente título latino: Accepti et expensi ratio apud Deum.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967. Dice el P. Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 307) que a esta obra alude en la Dedicatoria de los Festejos de nueve días al Niño Dios Jesús cuando Dice: “Estando yo noticiado del gusto con que su espíritu de V. md. se emplea cada día en negociar una muerte Santa con los Santos, invocándolos con las oraciones que escriví en un Kalendario”.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967. En 16º.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967. El título latino: Soliloquia animae cum Deo.
Citado por Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. V, 966-967.
Obras Espirituales, qve contienen los quatro tratados siguientes. Tratado Primero. Numerales meritorios de Gracias. Tratado Segundo. Metamorphosis provechoso a las almas. Tratado Tercero. Galateo espiritual, cortesano a lo virtuoso, y vida de Damiana Barolo. Tratado Qvarto.
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32. Festejos de nueve días al Niño Dios Jesús en honor de los nueve meses que estuvo en el vientre de su madre María. Cádiz, 1700203. 33. Tras obras204. 12. Francisco Castaño (1614-1694) 205 [1664-1666] Nació en Bogotá en 1614206 e ingresó a la Compañía de Jesús el 29 de abril de 1631207. Estudió la Filosofía y la Teología en la Universidad Javeriana208. En 1642 enseñaba Gramática en Tunja209. Después pasó a Mérida con idénticos
Dechado para mugeres, sacado de la Historia de Rut. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañia de Jesus. (Filete). En Amsterdam, año de 1699. En 4º, 418 pp., 6 de índices.
Festejo de nveve dias al niño Dios Jesvs. En honor de los nveve meses que estuvo en el Vientre de su Madre María. Por el Padre Pedro de Mercado de la Compañía de Jesús. Añadidos otros tratados. Dedicado al Capitán Don Christoval Pantoja. (Filete). Impreso en Cadiz, en casa de Christoval de Requena, año de 1700. Mide 9,8 por 7 cms., 9 hs. de preliminares, 337 pp. de texto. El P. Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 310) dice: “Probablemente la última obra del P. Mercado es un volumen pequeño que no hemos visto citado por ningún bibliógrafo [...] Comprende no sólo el Festejo o novena al Niño Jesús, sino la historia de la Hermandad de la SS. Virgen del Socorro, fundada en Santafé en 1649 y las novenas a San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Francisco de Borja”.
AIUL. Papeletas: Mercado, Pedro de. Entre las papeletas dedicadas a Mercado hemos encontrado dos obras de las que no hemos podido verificar su existencia: 1) Oracion devotissima a la Santissima Virgen de los Dolores, que se puede empezar jueves, para acabarse el Sabado en honra de las tres necesidades, que padeció la Señora al pie de la Cruz. Por el P. Pedro de Mercado, de la Compañía de Jesus. Reimpressa en Mexico en la imprenta del Rl. y mas Antiguo colegio de S. Ildefonso. Año de 1761. En 16º, 15 pp. s/n. (la papeleta no indica si se trata de la Biblioteca Hispano-Americana o de la Imprenta en México, V, n. 4728; p. 435). 2) Triduo Divino en honor de Dios Uno y Trino; Exercicios de tres dias para venerar en ellos con especial culto al inefable Misterio de la Santisima Trinidad. Por el P. Pedro de Mercado de la Compañía (que fue) de Jesús. Sacado nuevamente a luz para el uso de los devotos, en la Parroquia del Sr. Santiago de la ciudad de Cadiz, a solicitud de D. Anastasio Josef Nemesio Espinosa de los Monteros, Presbítero de dicha Parroquia. Reimpreso en Cadiz, por D. Manuel Ximenes Carreño, impresor del Gobierno, Calle Ancha. En 8º, 39 pp. ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de: 1642-1691. APT. Leg. 26. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 240-241v.
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La fecha de nacimiento la deducimos de la información dada en su biografía recogida en las Letras annuas de 1694-1698 (APT. Leg. 26. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 241v) que dicen que tenía 17 años cumplidos cuando ingresó a la Compañía de Jesús. Según los Catálogos, su edad fue la siguiente: 1642, 27 años (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 53v); 1649, 34 años (fol. 85); 1651, 36 años (fol. 112); 1655, 40 años (fol. 139v); 1657, 42 años (fol. 163); 1660, 45 años (fol. 188); 1664, 49 años (fol. 216v); 1678, 63 años (fol. 319v); 1684, 68 años (fol. 357v); 1687, 72 años (fol. 389); 1691, 76 años (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 11v). La fecha de ingreso fue el 29 de abril de 1631 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 85).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 85. Catálogo de 1649.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 85: tres años de Filosofía y cuatro de Teología “intra”. Ello quiere decir que para 1640 había concluido su carrera eclesiástica.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 53v. Catálogo de 1642.
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fines y permaneció dos años en esa labor, en torno a 1649210. Pensamos que fue doctrinero en Tópaga, por lo menos desde 1651211 y superior de esa residencia (1658-1661)212. Rector del colegio seminario de San Bartolomé (1661-1663)213. Rector del colegio de Honda (1664-1666)214. Superior de la Residencia de Fontibón (1667-1672)215. Rector del colegio de Cartagena (1672-1677)216, donde, concluido su mandato, debió permanecer, al menos hasta 1678217. De Cartagena pasó de nuevo a Honda218. Volvió a regir los destinos del plantel hondense de 1684 a 1688219 y en esta ciudad del río Magdalena falleció el 30 de noviembre de 1694220. 13. Pedro Salazar (c. 1625-1690) 221 [1667-1671] Nació en Tunja hacia el año 1625222 e ingresó a la Compañía de Jesús el 25 de marzo de 1639223. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá224. En 1651 regía la cátedra de Gramática, pero no sabemos dónde225. En 1659 se desempeñaba como Superior del
APT. Leg. 26. Letras annuas de 1694 a 1698, fol. 240v: “Ordenado sacerdote leyó en Mérida dos años de Gramática”. Su estancia gira en torno al año 1649, porque en ese año hizo su profesión solemne en Mérida (AAM. Seminario. Caja, 1. Inventario de los papeles del archivo del colegio San Francisco Javier, fol. 15).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 112. Catálogo de 1651. Aunque los catálogos de estos años no indican el domicilio, todos insisten en que fue “Concionator hispanorum et indorum”: 1655 (fol. 139v), 1657 (fol. 163), 1660 (fol. 188). Así se explicaría la afirmación de que fue “doctrinero de Tópaga muchos años” (APT. Leg. 26. Letras annuas, fol. 240v).
Catálogo breve de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 5v) y 1661 (fol. 2).
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 95. Del 1 de junio de 1661 al 6 de junio de 1663.
El Catálogo de 1664 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 216v) lo reseña como rector de Honda.
Catálogo breve de 1667 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10v); de 1668 (fol. 14v); de 1671 (fol. 22v).
Hablan de este rectorado: las Letras annuas de 1694-1698 (APT. Leg. 26. Letras Annuas, fol. 240v); una carta del P. Juan Bautista Rico al P. Gaspar Vivas, fechada en Cartagena el 17 de diciembre de 1673 (ARSI. N. R. et Q., 15); y el Catálogo de 1678 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 319v).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 319v. Catálogo de 1678: “Vice Rector Hondensis et Cartaginensis”.
APT. Leg. 26. Letras Annuas, fol. 240v. De Cartagena pasó a Honda donde “vivió 18 años”. En realidad no fueron 18, pues en 1678 estaba todavía en Cartagena, pero sí es muy posible que su destino a Honda datara de 1678.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 389. Catálogo de 1687.
APT. Leg. 26. Letras Annuas, fol. 240.
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos: 1642-1687. 5. Catálogos breves. 1659-1687.
Los catálogos dividen su información en dos fechas: 1625 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 50v) y 1624 (fol. 222v).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 91. Catálogo de 1649.
Según el catálogo de 1642 estudiaba Retórica (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 50v) y de acuerdo con el de 1649 (fol. 91) ya había concluido sus estudios.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 117v. Catálogo de 1651.
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Noviciado ubicado en el colegio de Las Nieves226. Rector del colegio de Honda (1667-1671)227. En 1679 acompaña al obispo de Santa Marta, don Diego de Baños y Sotomayor, en una misión en Tenerife228. En 1681 es uno de los fundadores del colegio de Ocaña229. En 1684 se desempeñaba como rector del colegio de Mompox230 y en el cargo permanecía en 1687231. Falleció en Mompox el 8 de enero de 1690232. 14. José Suárez (c. 1635-1710) 233 [1672-1675] Nació en Santafé de Bogotá hacia el año 1635 e ingresó a la Compañía de Jesús el 1 de julio de 1752234. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana235. Trabajó en la isla de Santo Domingo (1666-1669)236. El 15 de agosto de 1669 hacía su profesión solemne en Bogotá237. En 1671 se desempeñaba como ministro del colegio máximo238. Rector del colegio de Honda (1672-1675)239. En 1676 era director de la Congregación de Nuestra Señora de Loreto240. Rector del colegio de Honda (1672-1676)241. Rector de
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 5v. Catálogo breve de 1659. En el mismo cargo seguía en 1661 (fol. 1v).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10. Catálogo de 1667. Reiteran la información los catálogos breves de 1668 (fol. 14v) y 1671 (fol. 22v). Curiosamente, tanto el trienal de 1668 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 249) como el de 1671 (fol. 285v) y el de 1678 (fol. 314) afirman que fue rector de Pamplona después de haber salido del de Las Nieves. Y el de 1687 (fol. 388v) recoge que fue cinco veces rector.
AGI. Santafé, 230. Carta del Señor Diego Baños de Sotomayor al canónigo Pedro del Campo. Tenerife, 13 de marzo de 1679. Citado por Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 439.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 35-36.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 25v. Catálogo breve de 1687: “Mompox. Rector. Praefectus studiorum. Resolutor casuum”.
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ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 217v.
232
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos: 1655-1687. 4. Catálogos: 1691-1702. 5. Catálogos breves: 16591686. Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 86-87.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 142v. Catálogo de 1655.
Catálogos breves de 1659 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 5) y de 1661 (fol. 1). Estudiante teólogo.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 87. Catálogo breve de 1667 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10v): “Admonitor. Consultor. Praefectus rerum spiritualium. Confess. Nostrorum. Assignat puncta meditationis. Operarius”. Catálogo de 1668 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 249): “Vires: mediocres”.
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ARSI. Hispania, 14, fol. 300-301.
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ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 20. Catálogo breve de 1671: “Minister et consultor Collegii”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 314. Catálogo de 1678: “Fuit Rector Hondensis”.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 239.
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 314. Catálogo de 1678: “Fuit Rector Hondensis”.
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Pamplona (1681-1684)242. Rector del colegio de Las Nieves (1684-1687)243. En 1691 residía en el colegio máximo244. En 1702 pertenecía a la comunidad del colegio de Las Nieves con la salud muy deteriorada245. Falleció en Bogotá el 16 de diciembre de 1710246. 15. Pedro de Mercado [1675-1678] Véase número 11. 16. José Abad de Cepeda (1642-1726) [1678-1681] Nació en Riobamba (Ecuador) el 13 de septiembre de 1642 e ingresó a la Compañía de Jesús en Quito el 8 de junio de 1658, después de haber obtenido su título de Magister in Philosophia247. Realizó sus estudios universitarios en la Universidad de San Gregorio de la capital ecuatoriana (1660-1664)248. Al concluir su carrera, pasó a Popayán, donde enseñó Gramática hasta 1667249. Regresño a Quito para llevar a cabo su tercera probación (1667-1668)250. Debía ser conocedor del quechua, pues desde el catálogo de 1668 se insistirá en que era “concionator indorum”251. En 1671 laboraba en el colegio ecuatoriano de Cuenca252. En 1677 residía en el colegio máximo de Bogotá, pues allí pronunció sus últimos votos el 2 de febrero de ese año253. Rector del colegio de Honda (1678-1681)254. En 1684 se había reintegrado a las tierras ecuatorianas y fungía como rector del colegio de Cuenca255 y en 1687 desarrollaba idénticas funciones en el plantel educativo de Latacunga256. Según los catálogos quiteños, dedicó el resto de su vida a ser un “predicador de indios y de españoles”: en 1693 en Quito; en 1697, en Popayán; más larga sería su estancia en Ibarra, según
242
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356. Catálogo de 1684: Vicerrector.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 25v. Catálogo breve de 1687: “Las Nieves. Vicerrector. Resolutor casuum”.
243
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 24v. Catálogo de 1691. Dice que fue tres veces rector.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42v. Catálogo de 1702: “Vires: debiles”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 109.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 314v. Catálogo de 1678.
En 1660 estudiaba teología (ARSI. N. R. et Q., 3, 192v) y así lo reseña el de 1664 (fol. 221).
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10. Catálogo breve de 1667: “Profesor de Gramática”.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 12v. Catálogo breve de 1668: “En tercera probación”.
ARSI. N. R. et Q., 3, 242. Catálogo de 1668.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 22. Catálogo breve de 1671.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 344.
El catálogo de 1684 afirma que fue rector de Honda (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 356. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 389. Catálogo de 1687.
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los catálogos de 1702 y 1707; y desde 1711 se radicó en Quito, en donde falleció el 26 de enero de 1726257. 17. Cristóbal Jaimes (1635-1688) 258 [1681-1684] Nació en Pamplona (Colombia) hacia 1635259 e ingresó a la Compañía de Jesús el 4 de junio de 1655260 después de haber concluido sus estudios de Filosofía261. Cursó la Teología en la Universidad Javeriana de 1657 a 1661262. Tras realizar su año de Tercera Probación en Tunja (1661-1662), debió pasar de inmediato a la misión de los Llanos263. Parece que su actividad misional (1662-1681) se desarrolló íntegramente entre los airicos de Macaguane264. Fue rector del colegio de Honda de 1681 a 1684265. En esta ciudad del Magdalena transcurrieron sus últimos años266, hasta que la muerte le sorprendió el 23 de diciembre de 1688267. 18. Francisco Castaño [1684-1688] Véase número 12.
ARSI. Historia Societatis, 50, fol. 115.
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ARSI. N. R. et Q., 3 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino y Quito: 1657-1687.
No existe uniformidad en cuanto a la fecha de nacimiento. Catálogo 1657, 23 años (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 161); 1660, 26 años (fol. 186v); 1664, 30 años (fol. 214v); 1668, 34 años (fol. 20v); 1671, 37 años (fol. 287); 1678, 42 años (fol. 324); 1684, 46 años (fol. 357v).
Fuera del Catálogo de 1660 que dice ingresó el 4 de enero (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 186v); todos los demás mantienen el 4 de junio.
El Catálogo de 1657 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 161) dice que estudió tres años de Filosofía, “nunc theologus. Magister in Philosophia”. Luego nada más concluir su noviciado pasó a sus estudios de Teología.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 161. En 1661 estudiaba Teología (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 1. Catálogo breve de 1661).
El Catálogo de 1664 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 214v) tan solo dice “missionarius gentilium”. Rivero (“Historia de las Misiones de los Llanos”, RHM, 154) afirma que ingresó al área misional en 1664. El P. Juan Manuel Pacheco (Los jesuitas en Colombia, t. II, 362) ubica su entrada a las misiones “hacia 1662” y fundamenta su aserto en la afirmación del Catálogo de 1668 que dice llevaba seis años para entonces en las misiones (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 250v). Nosotros nos inclinamos por el 1662, por las razones aducidas.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 10v. (Catálogo breve de 1667), 1668 (fol. 15), 1671 (fol. 23), 1676 (ANB. Poblaciones Boyacá, t. 2, fol. 75). Rivero, “Historia de las Misiones de los Llanos”, 172 y ss.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 357v. Catálogo de 1684. Suponemos que durante el provincialato del P. Juan Martínez Rubio. Si su ingreso a las misiones fue en 1662, como lo confirma, entre otras obras, el catálogo de 1678 (fol. 324): “Fuit inter gentiles per 16 annos” y el Catálogo de 1684 dice que vivió entre los gentiles durante 19 años (fol. 357v); quiere decir esto que en 1681 abandonó definitivamente las misiones.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 389. Catálogo de 1687: “Parochus Hondae”.
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ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 45v.
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19. Francisco Jaramillo (c. 1639-1690) 268 [1689-1690] Nació en Antioquia (Colombia) hacia el año 1639 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 19 de febrero de 1661269, después de haber estudiado en el colegio de San Bartolomé tres años de Filosofía270. Estudió la Teología en la Universidad Javeriana271. En 1668 tenía a su cargo la cátedra de Gramática del colegio de Pamplona272 y en esa actividad permanecía en 1671273. En 1674 predica una misión en el real de minas de río de Oro (Bucaramanga)274. Su estancia en Pamplona va más allá del año 1678275. En 1684 se había trasladado a Bogotá276 y en 1687 fungía como procurador del colegio máximo277. Fue rector del colegio de Honda de 1689 hasta su muerte, acaecida en esa ciudad del río Magdalena el 4 de febrero de 1690278. 20. Tomás Mansilla (1651-1696) 279 [1690-1696] Nació en Tunja hacia 1651 e ingresó a la Compañía de Jesús, en su ciudad natal, el 20 de junio de 1668280. Sus estudios superiores de Filosofía
ARSI. N. R. et Q., 3. Catálogos: 1664-1687. 5. Catálogos breves: 1661-1687. William Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Nobleza e hidalguía. Colegiales de 1605 a 1820 (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1996).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 217v. Catálogo de 1664. De los datos ofrecidos por los catálogos se desprende la fecha dada; sin embargo, de los catálogos de 1671 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 284) y 1684 (fol. 347v) se desprendería el año 1640.
Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor, 265 y 286.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 8. Catálogo breve de 1667: “Teólogo de 4º año”. En 1667 hace la renuncia de sus bienes. Era hijo del capitán Juan Jaramillo de Andrada y doña Ana de Céspedes y Guzmán (ANB. Notaría 1. Año 1667, fols. 46-47).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 247. Catálogo de 1668.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 22. Catálogo breve de 1671: “Lector grammaticae et Praefectus Ecclesiae”.
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ANB. Testamentaría Santander, t. 3, fol. 493. Citado por Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. II, 439. También ese mismo año 1674 actúa en el testamento de Pedro Serrano Cortés, vecino de Girón (ANB. Testamentaría Santander, t. 12, fols. 647 y ss).
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ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 320v. Catálogo de 1678.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 347v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q.,3, fol. 379v.: “Procurator Collegii Sanctae Fidei”.
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ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 83. Para el Rectorado de Honda: Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor, 265, y en la página 286 añade: “fue rector en la ciudad de Pamplona y en la villa de San Bartolomé de Honda, y procurador en el colegio máximo de Santafé; sus padres los del doctor don Luis Jaramillo”.
278
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1668-1691.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 245. Catálogo de 1668. El Catálogo breve de 1668, datado el 30 de septiembre, ya lo reseña como novicio en Tunja (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 17). Concluido su noviciado, debió permanecer, al menos un año, estudiando Humanidades: Catálogo breve de 1671 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 21v).
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y Teología los debió realizar en Quito281. En 1684 residía en Mérida282 y hasta el momento no hemos podido precisar la duración de su estancia en la ciudad de la Sierra Nevada. En 1687 laboraba en Santafé de Bogotá283. Ocupó el rectorado del colegio de Honda (1690-1696)284 tras la muerte de su titular, el P. Francisco Jaramillo. Al concluir su mandato, fue destinado con el mismo cargo al colegio de Mompox y falleció ahogado el 6 de julio de 1696285. 21. Francisco Javier Urbina (1660-1734) 286 [1696-1701] I. Nació en Santafé de Bogotá el 3 de diciembre de 1660287. Estudió como convictor del colegio de San Bartolomé288 en la Universidad Javeriana Filosofía y Teología y obtuvo el título de Magister in Philosophia y Doctor in Theologia289. Ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 16 de mayo de 1684290. Concluido su noviciado, enseñó Gramática un año en la capital
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 316v. Aparece como sacerdote en el colegio de Quito. Mas, si el año 1671 estudiaba humanidades en Tunja y era sacerdote en 1678 y había estudiado tres años de Filosofía y cuato de Teología, tuvo que ordenarse de sacerdote en 1678, pero su nombre no aparece en el Supplementum Catalogi huius Provinciae Novi Regni et Quiti ab anno 1671 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 345). Pensamos que, como el alcance de este último documento llega hasta el 1 de abril de 1678 y el Catálogo de 1678 está fechado el 16 de julio (fol. 313), su ordenación tuvo que llevarse a cabo en ese interregno.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 355v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 379v. “Minister et Procurator”. El Catálogo breve de 1687 (ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 24) es más explícito: “Procurator ad lites. Praefectus Ecclesiae et Congregationis Deiparae Asumptae. Operarius”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 11v. Pensamos que fue el sucesor del P. Francisco Jaramillo, quien falleció el 4 de febrero de 1690 (ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 83). Así pues, su rectorado abarcaría del año 1690 al 1696. Y creemos que su sucesor fue el P. Francisco de Urbina (ANB. Curas y obispos, 19, fol. 399).
APT. Leg. 26. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98, fol. 246: “hombre de buen talento y púlpito. Fue Rector del Colegio de Honda y adelantó mucho aquella casa entrando. Después, nombrado Rector del Colegio de Mompox, bajando el río de la Magdalena, murió en su navegación en un sitio que llaman Morales dos días de viaje antes de Mompox, donde se llevó su cuerpo y se le dio sepultura. Murió el día 6 de julio de el año de 96”. ARSI. Historia Societatis, 49, fol. 256r.
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos: 1687, 1691, 1702, 1711, 1713, 1715, 1718, 1720. AIUL. Papeletas: Urbina, Francisco Javier; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 1989; Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 59. Catálogo de 1711. La misma fecha aporta el catálogo de 1720 (fol. 199). Sin embargo, el de 1718 señala el 10 de diciembre (fol. 157).
Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor, 267.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 8v. Catálogo de 1691.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 38. Catálogo de 1702.
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boyacense291, en donde debió permanecer hasta 1696292. Rector del colegio de Honda de 1696 a 1700293. Habiendo regresado a Bogotá, ocupó por algunos años el cargo de procurador de la Provincia294 y posteriormente el de secretario de la Universidad295. Fue nombrado secretario de la Provincia durante el provincialato del P. Mateo Mimbela (1711-1713)296. Rector del colegio de Tunja (1713-1716)297. Rector de la Universidad Javeriana (1716-1720)298. En 1721 regresa al cargo, al ser elegido el P. Mateo Mimbela como procurador en Roma. Desconocemos ulteriores datos de su biografía. Falleció en Santafé de Bogotá el 15 de diciembre de 1734299. II. Escribió: A. Memorial del P. Francisco Javier Urbina, Procurador General de la Provincia del Nuevo Reino, en defensa de los privilegios de la Compañia concedidos por los Sumos Pontifices y los Reyes de España. Año 1706300. B. Informe y peticion del P. Francisco Javier Urbina a la Real Audiencia del Nuevo Reino, con presentacion de las Reglas y Constituciones del Colegio de la Compañia de Jesus de Santa Fe, sobre las clases que se van a abrir en el. Mayo de 1706301.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 25. Catálogo breve de 1687. “Professor Grammaticae”.
En 1691 seguía en Tunja (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 8v).
De este rectorado hablan todos los catálogos a partir del de 1702. Testimonio de su rectorado en 1697 (ANB. Curas y obispos, 14, fol. 399).
291 292 293
ANB. Notaría 2, t. 90, fol. 92v. 2 de mayo de 1702. El 9 de marzo de 1706 presentaba ante la Audiencia la real cédula del 25 de noviembre de 1704 por la que se le permitía a la Javeriana fundar la Facultad de Derecho (AGI. Santafé, 294; citado por Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 409).
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 67. Catálogo de 1711.
296
El catálogo breve de 1711, fechado en noviembre, recoge ya el nombramiento (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 57).
297
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 115v. Catálogo de 1713 y catálogo de 1715 (fol. 133v).
298
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 157. Catálogo de 1718. Juan M. Pacheco, “La Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá durante la época colonial”, en José del Rey Fajardo (ed.), La pedagogía jesuítica en Venezuela, t. I (San Cristóbal: Universidad Católica del Táchira, 1991), 128.
299
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 252. Supplementum primi et secundi cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 11 Julii 1733 ad 6 Martij 1736.
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AIUL. Papeletas: Urbina, Francisco Javier.
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AIUL. Papeletas: Urbina, Francisco Javier.
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22. Juan de Cuéllar (1652-1712) 302 [1701-1703] I. Nació en Bogotá el 28 de octubre de 1652 e ingresó a la Compañía de Jesús el 21 de abril de 1668303 tras haber concluido sus estudios de Filosofía304. En 1671 permanecía en Tunja dedicado al estudio de las Humanidades305. El 31 de enero de 1678 fue ordenado de sacerdote en Bogotá306, mientras cursaba en la Universidad Javeriana su último año de Teología307. En 1684 laboraba en Tunja dedicado a los ministerios propios de la Orden308. En 1687 cumplía idénticas funciones en el colegio de Honda309. En 1691 regentaba la cátedra de Gramática en el colegio de Cartagena310 y en la ciudad caribeña permaneció, al menos, hasta 1700311. Ocupó el rectorado de Honda de fines de 1701 a fines de 170331211. De la urbe del Magdalena se trasladó a Mérida donde dirigió el colegio de San Francisco Javier de febrero de 1704 hasta diciembre de 1709313. Concluido su mandato permaneció en esa ciudad314 hasta que le sobrevino la muerte el 24 de julio de 1712315.
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1668-1711.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 244v. Catálogo de 1668. Para la fecha de nacimiento (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 82) Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 82. Catálogo de 1711: “Extra 3 Phylosophiae et 4 Theologiae intra”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 281v. Catálogo de 1671: “Studet Grammaticam”.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 345. Supplementum Catalogi hujus Provinciae Novi Regni et Quiti ab anno 1671.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 314v: “nunc theologus”. Catálogo de 1678, fechado 16 de julio de 1678 (fol. 313).
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 353v. Catálogo de 1684.
ARSI. N. R. et Q., 5, fol. 26. Catálogo breve de 1687: “Consultor. Confesarius. Praefectus Ecclesiae et Congregationis. Operarius”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 3v: “Minister. Praeceptor Grammaticae. Consultor”.
Jerónimo Becker y J. M. Rivas Groot, El Nuevo Reino de Granada en el siglo XVIII (Madrid: Biblioteca de Historia Hispano-Americana, 1921), 40.
El Catálogo de 1702 lo recoge como rector (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42v). En realidad. el P. general de los jesuitas lo había designado como rector del colegio de Pamplona (APT. Leg. 132, fol. 158. Carta del 10 de julio de 1701), pero ignoramos los motivos del cambio. Véase ANB. Asuntos eclesiásticos, t. 2, fol. 214 y 219v.
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AUCAB. Libro de Consultas, fol. 30v. Su primera consulta data del 6 de febrero de 1704. Es oportuno anotar que en el Libro de Consultas el P. Juan de Cuéllar firma hasta el 2 de mayo de 1707; después quedan sin firma las efectuadas entre el 7 de julio de 1707 hasta el 6 de septiembre de 1708. Además, el mencionado libro salta del 6 de septiembre de 1708 al mes de diciembre de 1716. Que su rectorado se prolonga hasta 1709 es evidente. En 1707 (ANB. Curas y obispos, 21, fol. 86). El 11 de septiembre de 1709 firma como rector una escritura de venta (AHM. Protocolos, XLII, fol. 70v).
313
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 82. Catálogo de 1711.
APC. Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de Sancta Fe, fol. 187.
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II. Escribió: A. Carta del P. Juan [sic] de Cuéllar al Provincial. Mérida, 3 de enero de 1706316. B. Juan Simón de Cuéllar, rector del colegio de Mérida, pide información judicial sobre navegación y contrabandos por el lago de Maracaibo317. 23. Francisco Saldaña [1703-1710] 318 Nació en La Palma (Colombia) el 19 de octubre de 1649 e ingresó a la Compañía de Jesús en Tunja el 21 de abril de 1668319 tras haber cursado dos años de Filosofía320. Sus estudios de Teología los llevó a cabo en la Universidad Javeriana de Bogotá321, en donde fue ordenado de sacerdote el 22 de julio de 1676322. Su biografía sacerdotal la recogen tres ciudades: Mompox, Mérida y Honda. En 1678 enseñaba Gramática en Mompox323 y en esa labor docente permaneció varios años hasta que el 3 de enero de 1689 fue designado como su rector (1689-1696)324. Dirigió los destinos del colegio de Mérida del 3 de junio de 1697 al 27 de junio de 1703325. De ciudad andina se trasladó al colegio de Honda, del cual fue rector hasta 1710326. Y en esta ciudad del río Magdalena transcurrieron sus achacosos últimos años, hasta que le sobrevino la muerte el 29 de junio de 1716327.
316
APT. Fondo Astráin, 17.
ANB. Curas y obispos, 21, fols. 86-95.
317
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1668-1715.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 244v. Catálogo de 1668. Para la fecha de nacimiento: Catálogo de 1711 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100. Catálogo de 1711.
En 1671 estudiaba Filosofía en Bogotá (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 277). Y si según el Catálogo de 1711 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100) estudió un año de Filosofía y cuatro de Teología, nos llevaría a deducir que en septiembre de 1675 había concluido su currículo teológico.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 345. Supplementum Catalogi huius Provinciae Novi Regni et Quiti ab anno 1671.
ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 322.
APQu. Leg. 15. Carta del P. Tirso González al P. Altamirano. Roma, 25 de octubre 1689, 11 carta. Era rector en 1691 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 11) y en 1695 (ANB. Tierras Bolívar, t. 11, fol. 325v).
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AUCAB. Libro de Consultas, fol. 10v-30. De los documentos oficiales de la época, solo el Catálogo de 1702 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42) recoge expresamente este rectorado.
325
Del rectorado de Honda hacen referencia: año 1705 (ANB. Temporalidades, t. 13, fol. 907); de 1707 a diciembre de 1710 (ANB. Asuntos Eclesiásticos, t. II, fol. 252). Así se explica la afirmación del Catálogo de 1711: “Rector ad 22 annos” (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142. Supplementum primi et secundi catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718.
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24. Francisco Andrés Sánchez (1677-1717) 328 [1711-1713] I. Nació en Sayatón (Guadalajara) el 23 de agosto de 1677 e ingresó a la Compañía de Jesús el 26 de julio de 1697329. Estudió en la Universidad Javeriana Filosofía y Teología330 y debió recibir la ordenación sacerdotal hacia 1707331. Fue rector del colegio de Honda (1711-1713)332. Al concluir su periodo, pasó al colegio máximo como procurador de provincia333. Nombrado rector del colegio de Santo Domingo en 1715, tuvo que esperar hasta abril de 1717 para poder viajar a la isla334. En su breve estancia, defendió al Dr. Pedro Agustín Morell de Santa Cruz (1694-1768), exalumno de los jesuitas, frente a los que se oponían a que concursase para una canongía335. Falleció el 26 de noviembre de 1717 en Santo Domingo336. II. Escribió: A. Carta a Felipe V en defensa de Pedro A. Morell de Santa Cruz, aspirante a la cátedra de Instituta en el Colegio de Gorjón y pidiéndole su aprobación. Santo Domingo, 4 de julio de 1717337. 25. Pedro Manuel Carvajal (1670-1727) 338 [1713-1715] I. Nació en Talavera de la Reina (Castilla la Nueva) el 13 de mayo de 1670 e ingresó a la Compañía de Jesús el 2 de junio de 1684339. Atravesó
ARSI. N. R, et Q, 4. Catálogos: 1702-1715. Valle Llano, La Compañía de Jesús en Santo Domingo; Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 5-156.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100. Catálogo de 1711.
En 1702 estudiaba el primer año de Filosofía (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 39v).
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 80.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 100. Catálogo de 1711: “Vice-Rector tribus ab hinc mensibus constitutus”.
332
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 113v. Catálogo de 1713: “Rector Hondae. Nunc Procurator Provinciae”.
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 80 (cita: AGI. Santo Domingo, 254 y Cipriano de Utrera, Noticias históricas, IV, 302). El P. general de la Compañía de Jesús lo había nombrado rector de Santo Domingo el 16 de marzo de 1715 (Valle Llano, La Compañía de Jesús en Santo Domingo, 320). En Bogotá hizo su profesión solemne el 29 de septiembre de 1715 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 140).
Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 81. También cita: Boletín del Archivo General de la Nación. [República Dominicana], V/23 (1942), 330. Cipriano de Utrera, “Morell de Santa Cruz”, Clío, XIX (mayo-agosto 1951): 67-72.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142.
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336
AGI. Santo Domingo, 320. Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, La Visita Eclesiástica (La Habana, 1985), V-VI; citado por Sáez en “Los jesuitas en el Caribe insular”, 81.
337
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reyno: 1702-1720. Carta necrológica del P. Pedro Manuel Carvajal. Mss. que se conservaba en el archivo del colegio San Francisco Javier: AHM. Seminario. Caja 1. Inventario de los papeles del archivo del colegio San Francisco Javier de Mérida, fol. 13.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 71. Catálogo, 1711.
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el Atlántico en la expedición de 1694340. En 1702 trabajaba en el colegio San Francisco Javier de Mérida341. En 1703 pronunciaba en la ciudad de la Sierra Nevada sus últimos votos342 y ese mismo año asumía el rectorado del plantel educativo merideño (1703-1704)343. El 22 de junio de 1711 era nombrado rector del colegio-noviciado de Tunja (1711-1713)344. De la capital boyacense pasó al río Magdalena a regir el colegio de la ciudad de Honda (1713-1715)345. Después se trasladó a Cartagena para dirigir los destinos de su colegio (1716-1720)346. En 1720 regresa a Bogotá para encargarse del colegio de Las Nieves (1720-1726)347. En 1727 tenía a su cuidado la procura de la provincia del Nuevo Reyno348. Falleció en Santafé el 23 de julio de 1727349. II. Escribió: A. Memorial del P. Pedro Manuel Carvajal a la Real Audiencia. Año 1727350.
AGI. Contratación, 5548. Expedición de 1694: “El Padre Pedro Manuel de Carbajal, sacerdote natural de Talabera de edad de veinte y quatro años, buen cuerpo, oyo en la barba”.
340
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42. Catálogo, 1702.
AHM. Seminario. Caja 1. Inventario de los papeles del archivo del colegio San Francisco Javier de Mérida, fol. 15.
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AUCAB. Libro de Consulta del colegio de Mérida. Consulta del 8 de septiembre de 1703.
343
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 71. Catálogo, 1711. En 1712 ejercía el rectorado (ANB. Miscelánea, t. 126, fol. 816).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo, 1713 (fol. 136v). Catálogo, 1715.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 160. Catálogo, 1718. Rector, 21 marzo 1719 (ANB. Reales Cédulas, t. 7, fol. 360). Reunión de eclesiásticos para obedecer la Real Cédula de 17 de noviembre de 1718 (sobre un impuesto para reparar las murallas). Rector del colegio P. Manuel de Carvajal (21 marzo 1719) (ANB. Reales Cédulas, 7, fol. 364). Catálogo, 1720 (fol. 213). En agosto de 1720 el P. general de la Compañía de Jesús lo designaba rector del colegio santafereño de Las Nieves (APT. Leg. 132, fol. 247-248), pero el 8 de septiembre asistía a la Congregación Provincial con el título de rector de Cartagena (ARSI. Congregationes Provinciales, t. 88, fol. 322).
APT. Leg. 132, fol. 247-248. En 1722 (ANB. Miscelánea, t. 64, fol. 290. Memorial contra Matías de Carranza por introducirse en tierras del colegio). En septiembre de 1726 (ANB. Notaría 3, t. 158).
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ANB. Empleados Públicos. Miscelánea, t. 22, fols. 163-164.
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Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro quinto de la Iglesia y Sacristía del colegio de la Compañía de Jesús de Sancta Fe, fol. 189v.
ANB. Colegios, t. 4, fols. 830-833: Pedro Manuel Carvajal, procurador de la Compañía de Jesús representa sobre la fundación de un colegio en la ciudad de Antioquia, autorizada por Real Cédula y que diera lugar a disputa entre la mencionada urbe y Medellín, 1727.
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26. José de Galarza (1673-1716) 351 [1715-1716] I. Nació en Bogotá el 3 de septiembre de 1673 ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 27 de abril de 1689352, después de haber estudiado tres años de Filosofía353. Cursó sus estudios de Teología en la Universidad Javeriana354. En 1702 se desempeñaba como Ministro del colegio máximo355 y en ese cargo debió paemanecer hasta 1709356. El 8 de septiembre de 1709 asumía el rectorado del colegio de Mompox357 y en este cargo permanecería hasta 1715358. En ese mismo año es nombrado rector del colegio de Honda359 y la muerte le salió al encuentro el 18 de noviembre de 1716360, en plenas funciones de rector361. II. Escribió: A. Declaración del P. Galarza sobre una deuda del capitán Gregorio de Matos Montenegro [octubre, 1712]362. 27. Andrés de Molina (1663-1731) 363 [1716-1720] I. Nació en Santafé de Bogotá el 30 de noviembre de 1663 e ingresó a la Compañía de Jesús el 25 de noviembre de 1678364. En la Universidad
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1691-1715. Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la Compañía de Jesús de Santafé, hecho por orden del muy Reverendo Padre Pedro Calderón, Provincial de ella en esta provincia del Nuevo Reino. Año de 1701. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 1989.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 91. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 25v. Catálogo de 1691: “Extra 3 Philosophiae”.
En 1691 dera “Seminarista”, es decir, estudiaba humanidades (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 25v. Catálogo de 1691).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 38. Catálogo de 1702.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 91. Catálogo de 1711: “Docuit grammaticam per brevius. Fuit Minister per septenium”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 91.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 136. Catálogo de 1715.
APT. Leg. 132, fol. 213. Carta del P. Miguel Angel Tamburini al P. Mateo Mimbela. Roma, 16 de marzo de 1715.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142.
361
Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro Quinto de la Iglesia, fol. 188.
362
ANB. Juicios criminales, 39, fols. 100-102v. El P. José de Galarza, rector de Mompox, 22 de noviembre de 1712 (ANB. Curas y obispos, 20, 369).
363
ARSI. N. R. et Q., 3, 4 y 5. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1678-1720.
364
No hay unanimidad en cuanto a la fecha de ingreso. El Catálogo de 1678 (ARSI. N. R. et Q., 3, fol. 325) señala el 20 de junio de 1678 y el Suplemento el 14 de junio (fol. 342. Supplementum Catalogi hujus Provinciae Novi Regni et Quiti ab anno 1671). Los catálogos posteriores indican el 25, 29 y 30 de noviembre.
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Javeriana cursó dos años de Humanidades, tresde Filosofía y cuatro de Teología365. Concluyó su año de formación ascética en Tunja en 1691366. En marzo de 1692 salió para Mérida como profesor de Humanidades367 y allí permaneció varios años368. Posteriormente vivió en la sabana bogotana tanto en el colegio de Santafé369 como en la residencia indígena de Fontibón370. De 1716 a 1720 rigió los destinos del colegio de Honda371. Fue procurador general de la Provincia del Nuevo Reino hasta 1723372. Presumimos que debió asumir el rectorado del colegio de Mompox de 1723 a 1727373 y de 1727 a 1730 dirigió el colegio de Mérida374. En la ciudad de la Sierra Nevada le sobrevino la muerte el 27 de mayo de 1731375. II. Escribió: A. Andrés de Molina, procurador de la Compañía de Jesús, cobra las drogas que suministrara al Señor Arzobispo Francisco de Rincón durante su enfermedad. Año 1723376.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 219. Catálogo de 1720.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 1v. Catálogo de 1691.
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APT. Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada. Contienen los años de 1691, 92 y 93. Fol. 17: “Con ocasión de salir de esta ciudad de Santafé para la de Mérida el P. Matías de Tapia por Rector de aquel Colegio con el P. Andrés de Molina para maestro de humanidad”.
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AUCAB. Libro de Consultas, fol. 8 (Consulta del 17 de febrero de 1694) y fol. 10 (Consulta del 5 de marzo de 1695). Lamentablemente el libro salta del 30 de junio de 1695 al 3 de junio de 1697.
368
Su estancia santafereña tiene dos etapas: la primera gira en torno al año 1702 (ARSI. N. R. et Q, 4, fol. 38v) y la segunda entre 1713 (fol. 113) y 1716, pues el Catálogo de 1715 todavía lo adscribe a la capital (fol. 131).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 59. Catálogo de 1711. Residió en Fontibón, por lo menos, de 1707 a 1711 (ANB. Asuntos Eclesiásticos, t. II, fol. 252v).
Ciertamente aparece como rector de Honda tanto en el Catálogo de 1718 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 161v) como en el de 1720 (fol. 219). La fecha de inicio de 1716 la deducimos de un documento datado en diciembre de 1718 en el que se afirma que lleva de rector “casi dos años” (ANB. Asuntos Eclesiásticos, t. 2, fol. 556). El 12 de marzo de 1717 actuaba como rector (ANCh. Jesuitas. Bogotá, 215, fol. 171-173).
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ANB. Curas y obispos, 36, fols. 433-454.
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Aunque no encontramos verificación alguna, se señala al P. Andrés de Molina como rector del colegio de Mompox en la carta que dirigía el general de los jesuitas, P. Miguel Angel Tamburini, al provincial del Nuevo Reino el 27 de marzo de 1723 (APT. Leg. 132, fol. 263-264).
AUCAB. Libro de Consultas recoge su primera actuación rectoral el 18 de febrero de 1727 (fol. 53) y la última en marzo de 1728 (fol. 56). Pero hay que resaltar que el libro se interrumpe desde esa fecha hasta el 1 de enero de 1733.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 254v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 26 junii 1730 ad 20 aprilis 1732.
ANB. Curas y obispos, 36, fols. 433-454.
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28. José de Eyzaguirre (1675-1733) 377 [1720-1723] Nació en Antioquia (Colombia) el 26 de mayo de 1675 e ingresó a la Compañía de Jesús en Tunja el 28 de mayo de 1691378. Realizó sus estudios eclesiásticos en la Universidad Javeriana de Bogotá379. En 1702 se había radicado en el colegio de Pamplona, en el que, al parecer, enseñó Gramática por nueve años380. Residía en Mérida en 1711381. En 1713 regresa a Pamplona para encargarse de la dirección de ese colegio hasta 1716382. Pasó luego a la residencia santafereña de las Nieves383 y posteriormente ejerció el superiorato de la residencia de Fontibón384. En 1720 es designado por el P. general de la Compañía de Jesús como rector de Honda, pero fue destituido en 1722385. Desconocemos la biografía de sus últimos años. Falleció en Bogotá el 10 de julio de 1733386. 29. Jaime López (1680-1759) 387 [1723-1730] I. Nació en Cartagena (España) el 25 de julio de 1680388 y debió ingresar en la Compañía de Jesús en Valencia el 1 de abril de 1704, después de haber
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1691-1720.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 9v. Catálogo de 1691. Para la fecha de nacimiento (fol. 82): Catálogo de 1711.
Al ingresar a la Compañía de Jesús ya había estudiado dos años de Filosofía (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 9v) y todos los catálogos reiteran que estudió intra un año de Filosofía y cuatro de Teología (fol. 42), lo cual quiere decir que para septiembre de 1698 había concluido su teología.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 42. Catálogo de 1702: “Docet Grammaticam”. En el Catálogo de 1711, en el apartado de Ministeria, únicamente dice: “Docuit Grammaticam per novem annos” (fol. 82).
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 82. Catálogo de 1711. En el fol. 84 especifica el catálogo sus actividades: “Consultor. Nostrorum Confessor. Praefectus Congregationis Beatae Mariae de Guadalupe, Ecclesiae et salutis”.
382
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 117. El periodo rectoral se extiende a lo largo del provincialato del P. Mateo Mimbela: 1713-1716 (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 160, 174). El Catálogo de 1715 lo reseña como Rector (fol. 135v).
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 162. Catálogo de 1718.
384
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 201v. Catálogo de 1720. Asiste a la Congregación Provincial del 8 de septiembre de 1720 como superior de Fontibón (ARSI. Congregationes Provinciales, t. 88, fol. 322).
APT. Leg. 132, fol. 256, Carta del P. Tamburini al Provincial del Nuevo Reino. Roma, 27 de marzo de 1723.
APC. Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la Compañía de Jesús de Sancta Fe, fol. 137v.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1711-1756. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 246-256; Del Rey Fajardo, Bio-bibliografía de los jesuitas, 337-339; Sáez, “Los jesuitas en el Caribe insular”, 51-53.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 86. Catálogo, 1711. Creemos que es un lapsus calami la fecha que da el Catálogo de 1720: 22 de abril de 1682 (fol. 222). Las fechas de los demás catálogos son
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concluido los estudios de Filosofía y tres años de Teología389. Atravesó el Atlántico en la expedición de 1705390. En 1711 regentaba en Pamplona la cátedra de Gramática, aunque con anterioridad había sido Ministro del colegio seminario de San Bartolomé391. Una amplia década (1713-1723) de su biografía está dedicada a la isla de Santo Domingo: como profesor de Gramática en 1713392 y, más adelante, como catedrático de Filosofía y Teología (1718-1723)393. En 1723 regresa al continente para encargarse del rectorado del colegio de Honda394, en el que permaneció dos periodos (17231730)395. Rector del colegio de Cartagena (1730-1733)396, de donde salió en 1733 para Bogotá, al ser nombrado provincial del Nuevo Reino397. Durante su mandato (1733-1738) se fundó la residencia de Maracaibo398. Rector del colegio máximo y de la Universidad Javeriana (1738-1743)399. Regresó de aproximativas: 1713, 32 años (fol. 118v); 1718, 38 años (fol. 161v); 1736, 57 años (fol. 226); 1753, 73 años (fol. 312).
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 86. Catálogo, 1711. Con todo, señalan el 22 de abril los Catálogos de 1736 (fol. 226) y 1738 (fol. 264), con la particularidad de que el Catálogo de 1736 se redactó siendo él provincial. Sin embargo, en la patente expedida por el P. Juan Bautista Arcayna, rector del colegio de Valencia, el 6 de abril de 1704 certifica que el H. Jaime López pertenece a la Compañía de Jesús. Su llegada a Sevilla data del 20 de abril de 1704 (AGI. Contratación 5548. Expedición de 1705).
AGI. Contratación, 5548. Expedición de 1705: “Joseph Jaime López, natural de Cartagena de Levante, obispado de dicha ciudad, theologo de quatro años, su hedad veinte y cuatro años“; “de buen cuerpo, barva rubia”.
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 86. Catálogo, 1711: “Docet Grammaticam. Fuit Minister Seminarii”. Residía en 1711 en el colegio de Pamplona (ANB. Temporalidades, t. 17, fol. 15).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 118v. Catálogo, 1713. En 1715 (fol. 137) ya había concluido su docencia humanística. En 1719 tuvo que enfrentar un pleito con el oidor por causa de su hijo Diego de Cereceda (José Luis Sáez, “Universidad Real y Pontificia Santiago de la Paz y de Gorjón en la Isla Española (1747-1767)”, en del Rey Fajardo (ed.), La pedagogía jesuítica, t. I, 193-194.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 222. Catálogo, 1720: “Docuit Grammaticam et Philosophiam. Modo Theologiam”. Valle Llano, La Compañía de Jesús en Santo Domingo, 317. Y en la página 201: “Alguna reputación como teólogo gozó el Padre Jaime López y él [...] y algún otro aparecen frecuentemente en el papeleo de negocios y pleitos, o envueltos en algún grave disgusto con las autoridades”. Saez, art. cit., 51-52, recoge el enfrentamiento del P. López con el oidor Sebastián de Cereceda y Girón.
APT. Leg. 132, fol. 263-264. Carta del P. Tamburini al P. Francisco Antonio González. Roma, 27 de marzo de 1723.
APT. Leg. 132, sin foliar. Carta del P. Tamburini al P. Francisco Méndez. Roma, 15 de diciembre de 1725. Testimonios de su rectorado: 5 de marzo de 1728 (ANB. Curas y obispos, 20, fol. 291). 12 de septiembre de 1729 (ANB. Temporalidades, t. 11, fol. 688).
APT. Leg. 132, fol. 301. Otros testimonios: 12 de marzo de 1731 (ANB. Curas y obispos, 20, fol. 363). Fue rector hasta 1733 (ANB. Notaría 3, t. 169 -1733-, fol. 41).
APT. Leg. 132, fol. 352. Carta del P. Francisco Retz al P. Francisco A. González. Roma, 15 septiembre de 1733.
Una amplia información del provincialato del P. López en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 246-256.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 264. Catálogo, 1738. Archivo de San Bartolomé. Libro de Grados, 17331756, fols. 61v-95. En 1743 residía en Santafé (Gilij, Ensayo de Historia americana, t. IV, 169).
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nuevo al río Magdalena para regir los destinos del colegio de Honda (17431745)400. Rector del colegio seminario de San Bartolomé (15 de septiembre de 1751-julio 1754)401. En 1756 residía en Cartagena402, ciudad en la que falleció el 1 de enero de 1759403. II. Escribió: 1. Respuesta del P. Jaime López al pleito suscitado por Diego de Cereceda. Santo Domingo 12 de septiembre de 1719404. 2. Informe del Padre Jaime López al Rey sobre las Misiones. Cartagena, 10 de octubre de 1735405. A. Arreglo entre el P. Jaime Lopez, Rector del colegio de Honda, y don Manuel de Vargas Barón, regidor, sobre los límites de unas haciendas en el valle de Purnio. 5 de marzo de 1728406. B. Memorial del P. Jaime Lopez en que informa a S. M. el dictamen que ha formado de los disturbios de Santo Domingo, de haber sacado algunos sujetos de aquel colegio, satisfaccion a la Compañia del Presidente don Alfonso de Castro de haber remitido a dicho colegio dos sujetos. 24 de agosto de 1735407. C. Carta del Padre Jaime López a Miguel de Villanueva. Cartagena, 10 de octubre 173540822. D. Carta sobre el mismo asunto. Santafé, 29 de julio 1737409. E. Carta del Padre Jaime López al oidor José Martínez Malo. Santafé, junio 27 de 1737410. F. Carta del Provincial Jaime López al oidor José Martínez Malo. Santafé, 29 de julio de 1737411.
ANB. Conventos, t. 75, fols. 248-252. ANB. Curas y obispos, 51, fol. 607-611. Para los incidentes entre don José Palacio y Valenzuela y los jesuitas de Honda, véase Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 280-284.
400
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 99-100. ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 312. Catálogo de 1753.
401
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v. Catálogo, 1756.
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 105: Libro de la sacristía del Colegio de Tunja, fol. 161v.
Boletín del Archivo General de la Nación, 5 (1942), 330. Ciudad Trujillo.
José Gumilla, Escritos varios, 291-294 (Original: AGI. Santafé, 289).
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ANB. Curas y obispos, 20, fol. 291-294.
406
ANCh. Jesuitas. Bogotá, 214: En un inventario de papeles del Colegio de Santo Domingo.
407
AGI. Santafé, 397.
408
ANB. Reales Cédulas, t. 9, fol. 840.
409
ANB. Reales Cédulas, t. 9, fol. 838. Pedro Pablo Barnola, “Los Jesuitas en Venezuela. Nuevos e interesantes datos”, Sic, 31 (1941): 32. Caracas.
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ANB. Reales Cédulas, t. 9, fol. 840.
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G. Informe del P. Jaime Lopez sobre provisión de carne salada de las haciendas de la Compañia de Jesús para Cartagena. Año 1741412. H. Jaime Lopez rector del colegio de San Bartolomé, su pedimento sobre le contrato de arrendamiento con Juan de Santamaria, de las tierras de la Calera y Periquitos de propiedad de los jesuitas. Año 1750413. 30. Baltasar Caicedo (1690-1733) 414 [1730-1733] Nació en Santafé de Bogotá el 8 de enero de 1690415. En 1707 es admitido en el colegio mayor de San Bartolomé y como colegial estudiaría tres años de Filosofía y uno de Teología416. Ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 3 de junio de 1711, después de haber obtenido el título de Magister417. En 1713 se encontraba en la Universidad Javeriana para continuar sus estudios de Teología418. Recibió la ordenación sacerdotal en la ciudad de Honda, el 4 de abril de 1716419. Realizó su año de Tercera Probación (12 de agosto de 1717-12 de agosto de 1718) en Tunja420. En 1718 permanecía en el colegio de Tunja como ministro de la casa421. En 1720 se había trasladado al colegio de Pamplona y se desempeñaba como profesor de Gramática422. En 1730 era nombrado rector del colegio de Honda423. Falleció en el ejercicio del cargo el 3 de junio de 1733424.
ANB. Abastos, t. 2, fols. 671-685.
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ANB. Curas y obispos, 20, fols. 363-366.
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ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos1711-1720. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 1989; Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 216. Restrepo-Rivas. Genealogías de Santafé de Bogotá, I, 162.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 71v. Catálogo de 1711. Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor, 266.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 71v. Catálogo de 1711.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 114v. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 159. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 216.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 225. Baltasar Caicedo, rector de Honda (ANB. Curas y obispos, 43, fol. 181)
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ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 256v. Archivo de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía, fol. 189v.
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31. Nicolás González (1693-1738) 425 [1733-1735] Nació en Pamplona (Colombia) el 18 de diciembre de 1693426 e ingresó a la Compañía de Jesús en Tunja, el 28 de mayo de 1691, después de haber cursado dos años de Filosofía427. Completó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá428. En 1702 era profesor de Gramática en el colegio de Honda429. En 1708 ya residía en el colegio de Cartagena430. En la ciudad del Caribe se desempeñó como procurador, por lo menos hasta 1715431. En 1718 residía en el Colegio Máximo de Santafé432 y dos años más tarde, en 1720, había retornado al colegio de Honda, enfermo433. Debió ser rector de Honda desde la muerte de su titular, el P. Baltasar Caicedo (3 de junio de 1733), hasta la toma de posesión del P. Martín de Egúrbide en 1735434. En 1736 pertenecía a la comunidad del colegio de Las Nieves en la sabana bogotana435. Falleció en Honda el 20 de julio de 1738436. 32. Martín de Egúrvide (1703-1769) 437 [1735-1743] I. Nació en Deva (Guipúzcoa), el 6 de enero de 1703 e ingresó a la Compañía de Jesús el 3 de mayo de 1718, después de haber estudiado dos años
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1691-1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 77. Catálogo de 1711. Sin embargo, el catálogo de 1720 (fol. 219) afirma que su fecha de nacimiento fue el 9 de septiembre de 1675.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 9v. Catálogo de 1691. Posiblemente sea el mismo estudiante de San Bartolomé que ingresó en 1689 con el nombre de Nicolás González Marmolejo Llanos (Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor) 299-300).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 43. Catálogo de 1702. Calculamos que sus estudios transcurrieron entre 1693 y 1698.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 43.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 80. Suplemento al Catálogo de 1711. Pronuncia sus últimos votos el 18 de febrero (fol. 77).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 77. Catálogo de 1711 y fol. 116v (Catálogo de 1713).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 177v. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 219. Catálogo de 1720: “Vires: debiles”.
APT. Leg. 136. Cartas de los PP. Generales, fol. 342. En carta del P. Retz al provincial del Nuevo Reino, de 15 de septiembre de 1736, le habla del mal gobierno del P. Nicolás González.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 235. Catálogo de 1736: “Docuit grammaticam. Fuit ViceRector. Procurator et operarius hispanorum”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 288v. Supplementum primi et secundi cathalogi… a 4 junii 1737 ad 11 octobris 1738.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reyno: 1718-1763. AIUL. Papeletas: Egurvide, Martín. J. M. Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada expulsados en 1767”, Ecclesiastica Xaveriana, 3 (1953): 28-29.
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en el colegio de San Bartolomé438. Había pasado a Indias siendo niño con su tío, el contador Luis de Azula439. Los estudios de Filosofía y Teología los realizó en la Universidad Javeriana de Bogotá. Fue ordenado de sacerdote, en Santafé, el 18 de septiembre de 1729440. El 8 de abril de 1731 se trasladaba a Tunja para llevar a cabo su año de Tercera Probación441. En 1733 era nombrado rector del colegio de Honda debido a que el P. Alonso de Olmos no aceptó442 y en este cargo permaneció de 1735 a 1743443. Durante el provincialato del P. Fabro (1748-1751) debió ejercer el cargo de Secretario de la Provincia444. En la Congregación Provincial de 1750 fue elegido procurador a Madrid y Roma445. Se embarcó de regreso con una expedición misionera el 3 de diciembre de 1754446. Desde 1756 actúa como procurador de la economía de la provincia del Nuevo Reino447 hasta la expulsión de 1767448, con la excepción de su rectorado en el colegio santafereño de Las Nieves (1757-1760)449. Como se encontraba muy enfermo en el momento
Todos los catálogos concuerdan en la fecha de nacimiento. En relación con el día de ingreso: 3 de mayo: Catálogo de 1718 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 179v); 1720 (fol. 200); 1736 (fol. 233v); 1738 (fol. 271); 13 de mayo: 1763 (fol. 349); 20 de mayo: 1753 (fol. 314v).
Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia”, 28-29.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 253. Supplementum 1i et 2i Catalogui confectum a 1 junii 1729 ad 26 junii 1730.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 254. Supplementum 1i et 2i Catalogui Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 26 junii 1730 ad 20 aprilis 1732. Era prefecto de misiones circulares en Tunja en 1731 (Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 105. Libro de la sacristía del colegio de Tunja, fol. 192). El Catálogo de 1736 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v) dice: “Docuit Grammaticam. Fuit Procurator et Minister”. Según el ritmo normal, debió haber concluido sus estudios hacia 1727, ya que en 1720 se encontraba estudiando Filosofía (Catálogo, 1720, fol. 200). Así es muy posible que ejerciera esos ministerios antes de 1733, pero ignoramos dónde.
APT. Leg. 132, 2 Carta: Carta del P. Retz al P. Jaime López. Roma 15 septiembre de 1736. ANB. Temporalidades, t. 11, fols. 716 ss.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v. Catálogo: 1736. Catálogo, 1738 (fol. 271). Año: 1742 (ANB. Colegios, t. 5, fol. 676). Año 1742: ANB. Impuestos Varios, Cartas, t. 17, fol. 650. EL P. Egúrvide cura de Honda (1743) (ANB. Curas y obispos, 4, 512-513).
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ARSI. Congregationes Provinciales, t. 90, fol. 162 ss. ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo breve, 1751.
444
ARSI. Congregationes Provinciales, t. 90, fols. 162 ss. En 1752 se encontraba ya en Madrid (AGI. Santafé, 408).
445
AGI. Contratación, 5549, Expedición de 1754.
446
447
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347. Catálogo breve; 1756. Catálogo, 1763 (fol. 349). 16 de marzo de 1756 (ANB. Temporalidades, t. 12, fol. 749 y 753). Año 1765 (t. 18, fol. 1000. Carta del P. Martín de Egúrbide a don José Pedro de los Reyes. Santafé, 31 diciembre de 1765).
ANB. Miscelánea, t. 104, fol. 1085.
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449
Año 1757 (ANB. Temporalidades, t. 29). Año 1758 (ANB. Miscelánea, t. 126, fol. 964). Año 1760 (ANB. Miscelánea, 56, fol. 325).
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de la expatriación, no pudo seguir a los demás jesuitas al destierro y falleció el 4 de enero de 1769 en el hospital de San Juan de Dios de Santafé450. II. Escribió: A. Carta del Padre Martín de Egurbide al contador José Palacio. Honda, 26 de marzo de 1742451. B. Carta del P. Martín de Egúrbide, cura de Honda, pidiendo información sobre el correcto desempeño de su ministerio. Año 1743452. C. Memorial de los Padres Martín de Egúrbide y Antonio Battaglia al Consejo de Indias. 1752453. D. Cartas dirigidas al P. Martín de Egúrbide. Año 1756454. E. El P. Martín de Egúrvide, Rector del colegio de las Nieves, pide copia autorizada de los señalamientos de los resguardos de los indios de Cota hecho por el oidor D. Gabriel de Carvajal en 27 de septiembre de 1638. Santafé, abril de 1758455. F. Memorial del P. Rector del colegio noviciado. Pleito con el convento de Santa Clara por tierras del valle de Matima. Santafé, 9 septiembre 1760456. G. Poder dado por el P. Domingo Scribani al P. Egúrbide, como Procurador de Provincia, para todas las causas de la Provincia. Santafé, 12 de enero de 1761457. H. Martín de Egúrbide, procurador de la Compañía de Jesús, pide la devolución de los derechos de alcabala que se pagaran por unas cargas de cacao, remitidas por el P. Manuel Gaitán, rector del colegio de Pamplona, al padre Manuel Zapata, del colegio Máximo. Año 1762458. I. Martín de Egúrbide, procurador de la Compañía de Jesús en pleito con Miguel de la Rocha, cura de Chipaque, por el pago de primicias
450
Petición del convento-hospital de San Juan de Dios sobre el pago de la exequia e inhumación de fray Martin de Egurbide, religioso de la Compañía de Jesús. Santafé, 1769 (ANB. Conventos, t. 47, fols. 545-546). Cfr. ANB. Temporalidades, t. 1, fol. 832. El 29 de abril de 1769 se pagaron 20 pesos al prior del hospital por entierro y exequias del P. Martín de Egúrbide.
ANB. Impuestos Varios. Cartas, t. 17, fol. 650.
451
ANB. Curas y obispos, 4, fols. 512-513.
452
AGI. Santafé, 408.
453
ANB. Juicios civiles. Boyacá, t. 17, fols. 2-4.
454
ANB. Miscelánea, t. 126, fol. 964.
455
ANB. Miscelánea, t. 56, fol. 325.
456
ANB. Curas y obispos, 43, fol. 28.
457
ANB. Curas y obispos, 43, fols. 22-24.
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que éste exigiera a ella, poseedora de una hacienda llamada “Calera” en dicha población. Año 1764459. J. Martín de Egúrbide, procurador de la Compañía de Jesús demanda por suma de pesos adeudados al colegio de Honda, Manuel Fornuegra. Año 1764460. K. Poder que confirieran religiosos de varias órdenes, de Quito, al Padre Martín de Egúrbide para gestionar asuntos de provecho para ellas. Año 1764461. L. Cartas de Martín de Egurbide a don José Villanueva. Año 1767462. M. Carta de Martín de Egúrbide al Padre Jaime de Torres, Procurador General en la corte de las Provincias del Nuevo Reyno y Quito. Santa Fe, 22 de julio de 1767463. N. Carta del Pr. Martín de Egúrbide al Procurador General Marcos Escorza. Santafé, julio de 1767464. Ñ. Memorial del P. Martín de Egurvide, Procurador de la Provincia, reclamando 60 pesos de la alcabala que pagó el P. Pedro López, Rector de las Nieves, por no saber de dónde venía el cacao465. 33. Jaime López [1743-1745] Véase número 29. 34. Fernando Vergara (1690-1761) 466 [1745-1746] I. Nació en Santafé de Bogotá el 30 de mayo de 1690467 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 1 de marzo de 1713468, después de haber cursado la carrera de Filosofía y un año de Teología469 como colegial de San
ANB. Curas y obispos, 22, fols. 634-657.
459
ANB. Curas y obispos, 22, fols. 973-976.
460
ANB. Miscelánea, t. 110, fols. 510-512.
461
ANCh. Jesuitas. Bogotá, 208.
462
AIUL. Papeletas: Egurvide, Martín: “En el Archivo Histórico Nacional de Madrid”.
AIUL. Papeletas: Egurvide, Martín: “En el Archivo Histórico Nacional de Madrid”.
463 464
ANB. Curas y obispos, 43, fol. 24.
465
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1715, 1718, 1720, 1736, 1738, 1751, 1753, 1756. AIUL. Papeletas: Vergara Azcarate (y Gomez de Sandoval). Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. VIII (1898), 597. Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100; Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III; Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 213. Catálogo de 1720.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 116. Catálogo de 1713.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v. Catálogo de 1736. En el Catálogo de 1720 (fol. 213) dice: “Extra de la Compañía estudió Filosofía y Derecho canónico”.
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Bartolomé470. Concluyó sus estudios de Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá471. Recibió la ordenación sacerdotal en Honda el 4 de abril de 1716472. En 1718 residía en el colegio de San Bartolomé473 y en 1720 en el colegio de Cartagena474. En 1726 fundaba el colegio de Antioquia junto con el P. José de Molina475. De 1730 a 1733 ejerció el rectorado del mencionado plantel educativo476. En 1736 se había trasladado al colegio de Mompox, enfermo477. A pesar de su deteriorada salud, asume el rectorado de Mompox de 1738 a 1743478. Pareciera que cumplió idénticas funciones en Cartagena de 1743 a 1745. Era rector en Honda en 1745479. En 1750 es elegido como procurador a Madrid y Roma por la Congregación Provincial480. Habiendo llegado a Cartagena, enfermó y hubo de ser sustituido por el suplente P. Ambrosio Bataglia481. En 1751 había retornado a Bogotá482. Fue rector del Colegio de San Bartolomé de 1754 a 1755483. También debió asumir por
Jaramillo Mejía, Real Colegio Mayor, 266: “hijo de don Francisco de Vergara, contador mayor de la contaduría de Santafé y nieto de don Antonio de Vergara, Caballero de la Real Orden de Santiago, tesorero de la Real Caja de Moneda y Gobernador de Maracaibo”. Relación Genealógica. Con notas y aclaraciones de Julio C. Vergara y Vergara (Bogotá: Kelly, 1962), 109-110: “Este estudió en el colegio de S. Bartolomé donde fue colegial [...]. Fue un jesuita docto, muy celebrado dentro y fuera de la religión, en cátedras y púlpito [...]. Fue nombrado Procurador a Roma y habiendo llegado a Cartagena no pudo embarcarse por haber enfermado. Quedó en Cartagena y fue rector de aquel colegio. Volvió a Santafé y aquí fue rector del Colegio de San Bartolomé. Regentó mucho tiempo la cátedra de cánones a que le destinaron los jesuitas. Murió en Santafé el día 12 de octubre de 1761”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v. Estudió “extra” tres años de Filosofía y uno de Teología y tres de Teología “intra”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 142v. Supplementum primi et secundi Catalogi huius Provinciae Novi Regni confectum a die 26 Decembris 1715 ad diem 1 septembris 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 163. Catálogo de 1718.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 213. Catálogo de 1720.
470
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473 474
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 38-44. El 29 de junio de 1726 otorgaba el provincial, P. Francisco Méndez, a los padres José Molina y Fernando Vergara para fundar en Antioquia. Archivo Histórico de Antioquia. Temporalidades 121, doc. 3349, fol. 27.
475
En 1731 consigue los terrenos para el colegio de parte del cabildo. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 43; Archivo Histórico de Antioquia. Libros Capitulares. Colonia, 1731-1742, fols. 10v-20, 34; Temporalidades 118, doc. 3284.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 233v. Catálogo de 1736: “Vires: Infirmae”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 270v. Catálogo de 1738. La fecha final ofrece dudas, ya que en 1742 ejerce el rectorado el P. Ambrosio Maya (ANB. Impuestos varios. Cartas, t. 13, fols. 157-167).
476
477 478
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 280-284.
479
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 310.
480
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 316.
481
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo breve de 1751.
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100.
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algún tiempo la cátedra de Derecho Canónico484. La muerte le sorprendió en su ciudad natal el 12 de octubre de 1761485. II. Escribió: 1. Breve Noticia de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro, erigida en la Iglesia de la Compañía de Jesús de la Ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada. Su autor el P. Fernando de Bergara, Prefecto de dicha Congregación; quien la dedica a María Santíssima, con título del Socorro. Madrid, 1760486. A. Resoluciones morales o explicación de los contratos en común y en particular487. B. Cuestiones canónicas488. C. Sermones de la Santísima Virgen y de los Santos489. D. Dictamen de la prudencia de Nuestro Padre San Ignacio de Loyola490. E. Novena de San Agustín, doctor de la Iglesia491. 35. Gaspar Álvarez (1711-1757) 492 [1746-1754] Nació en La Guayra (Venezuela) el 28 de febrero de 1711493 e ingresó a la Compañía de Jesús el 16 de octubre de 1728 en Tunja494. Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá495. Fue
ANB. Médicos y abogados, t. 13, fol. 927.
484
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100.
Uriarte, IV, 277; Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. VIII, 597.
485 486
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100; Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. VIII, 597; Walter Bernard Redmond, Bibliography of the Philosophy in the Iberian Colonies of America (La Haya: Martinus Nijhoff, 1972), 105-106.
487
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100; Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. VIII, 597.
488
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Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100.
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100; Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie, t. VIII, 597.
490
Restrepo Posada, “Rectores del Colegio-Seminario”, 100.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1736-1756.
491 492
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 311. Catálogo: 1753. Los Catálogos de 1736 (fol. 227v) y 1738 (fol. 271v) indican el 29 de febrero.
493
Pronunció los votos del bienio el 17 de octubre de 1730 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 254. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 26 junii 1730 ad 20 aprilis 1732). Luego quiere decir que ingresó el 16 de octubre de 1728.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 227v. Catálogo de 1736: “Agit 2 ann. Theologiae”. Y el Catálogo de 1738 (fol. 271v) dice que estudió tres años de Filosofía y cuatro de Teología.
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ordenado de sacerdote el 5 de mayo de 1736 en Santafé496. Concluidos sus estudios eclesiásticos, se radica en el colegio de Honda, como profesor de Gramática497. Regresa a Tunja para llevar a cabo su año de Tercera Probación el 15 de abril de 1741498. Fue rector del colegio de Honda durante dos periodos consecutivos (1746-1754)499. Al concluir su mandato, pasó, enfermo, a dirigir la residencia de Fontibón (1754-1757)500. La muerte le sorprendió en Santafé el 20 de marzo de 1757501. 36. Jerónimo Grosis (1698-1777) 502 [1754-1757] Nació en Cádiz el 29 de marzo de 1698 e ingresó a la Compañía de Jesús el 21 de diciembre de 1723, después de haber estudiado dos años de Filosofía y cinco de Cánones503. Atravesó el Atlántico el año de 1724504. Entre 1726 y 1736 enseñó Gramática en Bogotá y Cartagena. Regresó a la capital para ser ministro del colegio máximo y, posteriormente, del de Tunja. Trabajó
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 287v. Supplementum 1i. et 2i. Catalogui Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 6 martii 1736 ad 2 junii 1737.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271v. Catálogo, 1738.
ARSI. N. R. et Q. 4, fol. 292v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum ab 11 octobris 1738 usque ad primam januarii 1742. Su año concluyó el 15 de abril de 1742.
Testimonios de su rectorado: rector de Honda, 2 de noviembre de 1746 (ANB. Curas y obispos, 43, fol. 206v). En 1749 era vicerrector del colegio de Honda y presentaba los derechos de la Compañía a la hacienda del río de la Miel (ANB. Temporalidades, 13, fol. 871); Temporalidades, t. 11, fol. 688); Catálogo breve de 1751 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299); Catálogo de 1753 (fol. 301).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo breve, 1756: “Superior et Parochus. Infirmus”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 346. Supplementum 1i. et 2i. Catalogui Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 31 decembris anni 1756 ad 30 junii 1757.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 74. Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu. Armadio F-10. Archimbaud. Catálogo General del número de regulares que de la extinguida orden llamada la Compañia de Jesús, existían en los Reynos de España e Indias al tiempo de la intimación del real decreto de expulsión. Provincia de Santa Fe, No. 4422. Pacheco, “Los jesuitas de la Provincia“, 56-57.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 232v. Catálogo de 1736.
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AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los regulares, No. 74: “Paso a America en la Mision que se embarcó en la bahia de Cadiz el año de setecientos veinte y quatro”. Por ello su nombre no aparece en ninguna de las expediciones misioneras del Nuevo Reino. La primera vez que vemos citado su nombre en la documentación oficial neogranadina es el 8 de mayo de 1734, al hacer su profesión de tres votos (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 251v. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 11 Julii 1733 ad 6 Martii 1736).
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como misionero en Casanare505 y depués como operario en Mérida506, en donde pronunció su profesión en 1734507. En 1736 se desempeñaba como operario en el colegio de Pamplona508. De 1738 a 1743 ejerció el rectorado del colegio de Cartagena509. Debió vivir en Tunja como ministro y vicerrector510. Para 1750 residía en Santafé511. De 1751 a 1754 ejerció el rectorado por segunda vez en el colegio de Cartagena512. De 1754 a 1757 dirigió los destinos del colegio de Honda513. En 1763 presidía, por tercera vez, los destinos del colegio cartagenero514. Pensamos que al fallecer el P. Francisco Javier Oraá, que debió ser el año 1766, lo sustituye en el rectorado de Mompox515. La expulsión le sorprendió en el colegio de Mompox516. Debido a su ancianidad y achaques, fue depositado en el convento de la Victoria de Puerto Real en 1767 y en esta ciudad le sorprendió la muerte el 2 de abril de 1777517. 37. Jerónimo Godoy (1713-1758) 518 [1757-1758] I. Nació en Mompox el 30 de septiembre de 1712 e ingresó a la Compañía de Jesús, en Tunja, el 23 de enero de 1728519. Estudió la Filosofía y la Teología en la Universidad Javeriana520. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de mayo de 1738521. De inmediato pasó al colegio de Mompox a enseñar 505
En esta relación seguimos la información dada por el P. Grossis en el Puerto de Santa María el 15 de enero de 1768 (AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 74). Sin embargo, de acuerdo con los catálogos su estancia misional debió transcurrir entre 1743 y 1750, ya que solo los catálogos posteriores a esas fechas hacen alusión a su vida misional. ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 309. Catálogos de 1753 y de 1763 (fol. 355): “Missionarius Gentilium”.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 74.
506
AUCAB. Libro de Consultas. Consulta del 18 de abril de 1734.
507
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 232v. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 269. Catálogo de 1738.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 74.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298. Catálogo breve de 1751.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 300v. Catálogo breve de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v. Catálogo breve de 1756.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 355. Catálogo de 1763.
El P. Jerónimo Grossis prsencia una profesión en Mompox 15 agosto 1766: “coram Jeron. Luis Grossis Vicerrector”. ANB. Miscelánea, 90, 4.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 74.
508 509 510 511 512 513 514 515
516
Archimbaud. Provincia de Santa Fe. No. 4422.
517
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de 1736, 1738, 1751, 1753, 1756. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 437-438; Redmond, Bibliography of the Philosophy.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 227. Catálogo de 1736.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301. Catálogo de 1753. El catálogo de 1736 (fol. 227) dice que estudiaba ese año el segundo de Teología.
518
519 520
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 289v. Suplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Granat. Societatis Jesu confectum a 2 Junij 1737 ad 11 Octobris 1738.
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Gramática522. Realizó su año de Tercera Probación en Tunja (1-IX-1741 a 1-IX-1742)523. De la capital boyacense se dirigió a la Universidad Javeriana, donde regentó la cátedra de Filosofía524. En 1751 residía en el colegio de Mompox525. Ejerció el rectorado de ese colegio de 1751 a 1754526. De 1754 a 1757 dirigió los destinos del colegio de Antioquia527. En 1756 es designado rector del plantel de Honda y como tal asiste a la Congregación Provincial que se celebró en Bogotá en diciembre de 1757528. Falleció el 15 de septiembre de 1758 en Santafé de Bogotá529. II. Escribió: A. Dialecticae seu Logicales regulae vulgo Summunculae, nuncupatae A. R. P. Hieronymo De Godoy Socie. Iesu. Aut [Auditore] D. Joanne Ignatio Solorzano D. Bart. R. M. S. Collegii Coll. Purp. 1742 (?)530. 38. Agustín Rueda (1710-?) 531 [1758-1763] Nació en Pozaldes (Castilla la Vieja) el 28 de agosto de 1710 e ingresó a la Compañía de Jesús el 20 de mayo de 1732532. Atraviesa el Atlántico en ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 271. Catálogo de 1738: lo ubica en Mompox y especifica: “docet Grammaticam”.
522
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 292v. Supplementum primi et secundi Cathalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum ab 11ª Octobris 1738 ad 1am. Januarii 1742.
Nos consta de su estadía en Bogotá: 1742, posible datación de su manuscrito Dialecticae... Actúa como examinador el 28 de julio de 1743 (Archivo de San Bartolomé. Libro de Grados: 1733-1756, fol. 110v-111). En 1746 firma el diploma de doctorado en Teología de Rafael Pulgar (ANB. Notaría 1, t. 175, fols. 82v-84v).
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 299. Catálogo de 1751. Sus funciones: “Prefecto de la Congregación de la Buena Muerte y Consultor del colegio”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 301. Catálogo breve de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 348. Catálogo de 1756.
ARSI. Congregationes Provinciales, t. 92, fol. 115.
Biblioteca Nacional de Bogotá. Mss. 57. Libro de la Sacristía del colegio de Tunja, fol. 162.
Francisco Quecedo, “Manuscritos teológico-filosóficos coloniales santafereños”, Ecclesiastica Xaveriana, 2 (1952): 286-287: “Ms. encuadernado en pergamino. Mide 220 por 170. De dorso 5 mm. En éste: Patris Godoy Summunculae Anno Domini 1742 (?)... La portada está punteada y orlada. Letra tirada cortesana natural. Papel de trigo y tinta caparrosa”. El manuscrito se encuentra en la Biblioteca del Instituto Caro y Cuervo de Yerbabuena. Germán Marquénez Argote, “La Filosofía en Colombia. Bibliografía de los siglos XVI, XVII, XVIII”, Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, 30 (1987): 51; Redmond, Bibliography of the Philosophy, 45.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos: 1736-1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120. Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu. Armadio F-10. Relación individual de los Ex-Jesuitas muertos en las Once Provincias de España e Indias desde la expulsión hasta el día 30 de junio de 1777. Por don Juan Antonio Archimbaud. Provincia de Santa Fee. No. 4423. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 57; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III; Galán García, El Oficio de Indias.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 227v. Catalogo de 1736. El catálogo de 1763 (fol. 357) dice que nació el 28 de agosto de 1711.
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la expedición de 1735 bajo la dirección del P. Ignacio Meaurio533. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad Javeriana534. Recibió la ordenación sacerdotal, en Santafé, el 17 de septiembre de 1741535. De inmediato pasó al colegio de Pamplona como maestro de Gramática y operario en misiones circulares536. Regresa a Bogotá para estar al frente de la Congregación del Socorro537. Hacia 1752 realiza su año de Tercera Probación en Tunja538. En 1753 residía en el colegio de Cartagena como procurador539 y allí permaneció, al menos hasta 1756540. Maestro de Gramática en el colegio de Mompox541. Rector del colegio de Honda (1759-1763)542. En 1764 permanecía en el colegio hondense543. La expulsión de 1767 lo sorprendió en el colegio de Mompox544. El 1 de enero de 1774 vivía en Sinaniglia545. 39. Juan Díaz (1714-1772) 546 [1763-1767] I. Nació en Peñíscola (Castellón de la Plana)547 el 7 de julio de 1714548 e ingresó a la Compañía de Jesús el 15 de octubre de 1734, después de haber concluido su estudio de Filosofía y dos años de Teología549. Atravesó el
Galán García, El Oficio de Indias, 314; Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, III, 33: “Padre Agustin Xauier de Rueda, sacerdote de veinte y quatro años, natural de Pozaldes, obispado de Valladolid, trigueño claro, naris gruesa, y ojos pardos”.
En 1736 cursaba segundo año de Filosofía (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 227v) y en 1738 el segundo de Teología (fol. 265). Calculamos que debió culminar sus estudios en 1741.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 292v.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 309. Catálogo de 1753.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v. Catálogo de 1756.
AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120.
533
534
535 536 537 538 539 540 541
ANB. Curas y obispos, 43, fol. 177v [Año 1759]. ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357. Catálogo de 1763.
542
Luis Carlos Mantilla, Fuentes para la Historia Demográfica de la Vida Religiosa Masculina en el Nuevo Reino de Granada (Santafé de Bogotá: Archivo General de la Nación de Colombia, 1997), 73.
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 57. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiacion de los Regulares, No. 120.
Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu. Armadio F-10. Relación individual, No. 4423.
ARSI. N. R. et Q., 4. Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino: 1736-1763. AHN. Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares, No. 72. Archivo de Archivum Historicum Societatis Jesu. Armadio F-10. Relacion individual, No. 4417. Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
543
544
545 546
AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1735, pone como lugar de nacimiento Peñíscola; sin embargo, los Catálogos señalan “Peninsularis in dioecesi Dortucensi” (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 228), Tortosa.
547
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 228. Catálogo de 1736. Sin embargo, el de 1753 (fol. 309v) señala el 13 de julio, y el de 1763 (fol. 357) hace referencia al 6 de diciembre.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 228. Catálogo de 1736.
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Atlántico en la expedición de 1735550. En la Universidad Javeriana concluyó su noviciado y los estudios de Teología551. El 4 de agosto de 1738 recibió la ordenación sacerdotal552. De inmediato partió para el colegio de Cartagena553, en donde permaneció hasta 1741, año en que inició su año de Tercera Probación en Tunja554. En 1743 laboraba en las misiones casanareñas555. En 1749 fungía de procurador de la misión en Carichana556. En 1751 se había incorporado al colegio de Cartagena557. En 1753 se vinculaba a la comunidad del colegio de Pamplona558 y en ella permanecía en 1756559. En 1763 vivía en el colegio de Honda560. Rigió los destinos de dicho colegio de diciembre de 1763 hasta la expulsión de 1767561. Desterrado a Italia, falleció en Ferrara el 24 de diciembre de 1772562. II. Escribió: A. Carta del P. Juan Díaz a don Tomás Durán sobre asuntos económicos. Honda, 19 de mayo de 1766563. B. Carta de idem a idem. Honda, 15 de mayo de 1767564.
AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1735. “30. El Hermano Juan Díaz, estudiante filósofo, de edad de veinte años, nació en Peñíscola arzobispado de Valencia, salió del colegio de Barcelona en quatro de diciembre de mil setezientos treinta y quatro”; “mediano de cuerpo, trigueño claro, nariz y voca grande y ojos pardos”.
550
551
ARSI. N. R. et Q, 4, fol. 228. A partir del Catálogo de 1738 (fol. 269v) ratifican que estudió un año de Teología “intra”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 288v. Supplementum primi et secundi Catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 2 junii 1737 ad 11 octobris 1738.
552
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 269v. Catálogo de 1738.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 292v. Supplementum primi et secundi catalogi Provinciae Novi Regni Societatis Jesu confectum a 11 octobris 1738 usque ad 1 januarii 1742. Permaneció en Tunja del 14 de julio de 1741 al 14 de julio de 1742.
553 554
AGI. Santafé, 306. Declaración de Agustín Gonzalez de Acuña. El P. Juan Díaz acompañó al superior, en San Ignacio de Betoyes, seis meses.
555
Pascual Martienez Marco, Viage y derrotero de la ciudad de Cumaná a la de Santa Fee de Bogotá q. hizo y efectuó D. Pasqual Martínez Marco [...] q. da principio oy diez de Febrero de 1749 años, en Jean-Paul Duviols, “Pascual Martínez Marco, Viaje y derrotero de la ciudad de Cumaná a la de Santa Fe de Bogotá (1749)”, Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien, 26 (1976): 26. Toulouse.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 298v. Catálogo breve de 1751. “Procurator”.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 309v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v.
ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 357.
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
Pacheco, “Los jesuitas del Nuevo Reino”, 56.
556
557 558 559 560 561 562
ANB. Curas y obispos, 39, fol. 57.
563
ANB. Curas y obispos, 39, fol. 59. En el fol. 111 existe un inventario de cartas y algunas están dirigidas al P. Juan Díaz.
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Capítulo VI
La expulsión de 1767
Mucho se ha escrito en los últimos años sobre la expulsión de 1767 y la extinción de los jesuitas en 1773, hecho que indudablemente abrió un capítulo inédito en la historia de Occidente y, por supuesto, en la biografía de las tierras americanas1. La verdad es que la buena estrella de los jesuitas tanto en la corte de Madrid como en el mundo intelectual español comenzaba a declinar al mediar el siglo XVIII. Con la llegada al trono español de Carlos III el año 1759, la Compañía de Jesús hispana percibió de inmediato que se incrementaba un cambio radical en su contra, y pronto lo pudo verificar en la actitud del nuevo monarca y su gobierno, cuya conducta se movía en sintonía con las corrientes que dominaban las monarquías de Portugal y Francia2. También en América se percibían esos aires de tormenta. Un ejemplo lo tenemos en el testimonio del coronel Eugenio de Alvarado en alusión a
1
Es ingente la bibliografía producida en los últimos años. Para la bibliografía local nos remitimos a José del Rey Fajardo, La expulsión de los jesuitas de Venezuela (1767-1768) (San Cristóbal, 1990). Para una visión general: Isidoro Pinedo, Javier Baptista y Miguel Batllori, “Expulsión de la C[ompañía de] J[esús] de España y de sus dominios y exilio en Italia (1767-1814)”, en Charles E. O’Neill y Joaquín Ma. Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, t. II (Roma: Institutum Historicum, S.I.; Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 2001), 13471364; Teófanes Egido e Isidoro Pinedo, Las causas “gravísimas” y secretas de la expulsión de los jesuitas por Carlos III (Madrid, 1994). Para las obras de José A. Ferrer Benimeli nos remitimos al capítulo 1 de Manfred Tietz (ed.), Los jesuitas españoles expulsos. Su imagen y su contribución al saber sobre el mundo hispánico en la Europa del siglo XVIII (Madrid: Iberoamericana; Frankfurt am Main, Vervuert, 2001); Enrique Giménez López (ed.), Expulsión y exilio de los jesuitas españoles (Universidad de Alicante, 1997); Y en el tercero perecerán. Gloria, caída y exilio de los jesuitas españoles en el s. XVIII (Universidad de Alicante, 2002).
2
Véanse: M. Danvila y Collado, Reinado de Carlos III (Madrid, 1894); Conde de Fernán Núñez, Vida de Carlos III (Madrid, 1898).
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un sermón que predicó el P. Antonio Julián en la iglesia de San Ignacio de Bogotá en 1759. Como el militar neogranadino asumía la representación real, como “Comisario del Rey para la línea divisoria”, tenía un lugar de preferencia frente al púlpito. Y añade en el contexto del sermón: “que la Compañía nunca estaba más triunfante que mientras la perseguían los herejes, y volviendo la vista a mí, dijo: persíganos cuanto quieran que a la Religión de la Compañía no se le da nada, y tomó el hilo de su sermón con tan bizarra situación”3. El 30 de julio de 1766 escribía el P. José Térez al P. José Benavente: Cada día llegan más tristes noticias de España de la ruina que amenaza a nuestra Compañía. Lo único bueno es la protección del Sumo Pontífice Clemente XIII, amantísimo de los nuestros, y el favor que da al Cardenal Cavalchini, decano del Sacro Colegio y eximio protector de nuestra Orden, contra las enemistades del conde de Aranda en Madrid y del marqués de Pombal en Lisboa. Por todo esto tememos que padezca un total naufragio la Compañía como lo predijo San Francisco de Borja4.
Pero, ¿cuáles eran las causas que motivaban este cambio de actitud tan radical frente a la Orden fundada por Ignacio de Loyola? En general, se confunden las verdaderas con las aparentes, y la bibliografía recoge opiniones que van de la campaña anticlerical y antirreligiosa auspiciada por algunas ideas de la Ilustración hasta las supuestas maquinaciones secretas de la masonería. También intervienen hechos como el “Estado jesuítico del Paraguay” o la oposición al Tratado de Límites de 1750 entre Portugal y España. Asimismo, unos vinculan a los jesuitas con el motín de Esquilache y otros ven la oposición verdadera de otros religiosos: los escolapios, como competencia en el mundo de la educación; los agustinos, por haber condenado los jesuitas las obras del cardenal Enrico Noris, uno de sus teólogos más representativos; los carmelitas descalzos, por su empeño en llevar a los altares al obispo Palafox, enemigo acérrimo de los jesuitas; los franciscanos y dominicos, porque se sintieron agredidos y aludidos por la obra del P. José de Isla Fray Gerundio de Campazas, arquetipo de los predicadores ampulosos e ininteligibles de la época5. En realidad, las verdaderas
Eugenio de Alvarado, “Informe reservado sobre el manejo y conducta que tuvieron los Padres Jesuitas con la expedición de la Línea Divisoria entre España y Portugal en la Península Austral y orillas del Orinoco”, en José Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía de Jesús en Venezuela (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1966), 266-267.
4
Archivo del Colegio de San Bartolomé Nacional. Bogotá. Carta del P. José Térez al P. José Benavente. Bogotá, 30 de julio de 1766.
5
Véase: Isidoro Pinedo et al., “Expulsión de la C[ompañía de] J[esús] de España, t. II, 1350.
3
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causas eran políticas, sociales y educativas y, por ende, bastante complejas para ser detalladas aquí6. Los preparativos de la expulsión de España y sus dominios fueron secretos y veloces. El 31 de diciembre de 1766 firmaba Pedro Rodríguez de Campomanes el Dictamen fiscal de expulsión de los jesuitas de España7, el cual había sido precedido por la “Pesquisa secreta”8. Estos documentos fueron tan secretos que ni el fiscal Gutiérrez de la Huerta pudo dar con ellos cuando en 1815 tuvo que presentar su Dictamen para restablecer la Compañía de Jesús en España y sus dominios9. Fueron varias las sesiones que dedicó el Extraordinario durante el mes de enero de 1767 para considerar el dictamen del fiscal, aunque las más decisivas giran en torno a las acaecidas los días 23 y 2910. El 27 de febrero suscribía el monarca español un real decreto en el que taxativamente estatuía: “[mando que] se extrañen de todos mis dominios de España e Indias, Islas Filipinas, y demás adyacentes a los Religiosos de la Compañía de Jesús […] y que se ocupen todas las temporalidades de la Compañía en mis dominios”. Además, otorgaba “plena y privativa autoridad” al conde de Aranda, así: “que formeis las instrucciones y órdenes necesarias según lo teneis entendido y estimareis para el más efectivo, pronto y tranquilo cumplimiento”11. Muy adelantado debía llevar el conde de Aranda el programa que le había encomendado el rey mediante el real decreto de 27 de febrero, pues el 1 de marzo disponía de dos documentos vitales para la expulsión. El primero se reducía a una simple esquela, escrita de puño y letra del propio Carlos III, cuyos términos eran los siguientes: “Por asunto de grave importancia y en que se interesa mi servicio y la seguridad de mis Reynos, os mando obedecer y practicar lo que en mi nombre os comunica el conde Aranda, presidente de mi Consejo Real, y con él solo os corresponderéis en lo relativo a él. Vuestro celo, amor y fidelidad me aseguran el más exacto
6
Véase: Teófanes Egido, “La expulsión de los jesuitas de España”, en Ricardo García Villoslada (dir.), Historia de la Iglesia en España, t. IV (Madrid: Rialp, 1979), 746-750.
7
El original reposa en el Archivo de Campomanes con la signatura AC 45-4. Fue publicado por primera vez por la Fundación Universitaria Española: Pedro Rodríguez de Campomanes, Dictamen fiscal de expulsión de los jesuitas de España (1766-1767), edición, introducción y notas de Jorge Cejudo y Teófanes Egido (Madrid, 1977).
8
Teófanes Egido, “Motines de España y proceso contra los jesuitas. (La Pesquisa Reservada de 1766)”, Estudio Agustiniano (1976): 219-228. Valladolid.
9
Francisco Gutiérrez de la Huerta, Dictamen presentado y leído en el Concejo de Castilla sobre el restablecimiento de los Jesuitas (Madrid, 1845).
Archivo Campomanes, 45-3 y 45-5. Campomanes, Dictamen fiscal de expulsión, 8. Citado por Jorge Cejudo y Teófanes Egido.
10
AHN. Jesuitas, 128/1. Autos formados sobre el extrañamiento y ocupación de temporalidades de los Padres de la Compañía de Jesús de Caracas, fol. 1-1v.
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complimiento en el acierto en su ejecución. El Pardo, a 1º de marzo de 1767. Yo el Rey”12. El segundo instrumento era la Instrucción de lo que deberán executar los Comisionados para el Extrañamiento y ocupación de bienes y haciendas de los Jesuitas en estos Reynos de España e islas adjacentes en conformidad de lo resuelto por S. M. y la Adición a la Instrucción sobre el Estrañamiento de los Jesuitas de los Dominios de S. M. por lo tocante a Indias e Islas Filipinas13. El 20 de marzo databa el conde de Aranda otros dos escritos encaminados a llevar a buen término la decisión del rey español. El primero consistía en lo que el presidente del Consejo denominaba Pliego reservado a los Jueces Reales Ordinarios, el cual, además de anexar el real decreto de 27 de febrero y la Instrucción del 1 de marzo, establecía cómo realizar el primer momento de lo resuelto por S. M.; estatuía la presencia del escribano, a quien no debía “separarlo de su lado, desde que le hubiere enterado de ellas”; alertaba sobre las precauciones económicas que debían sufragar el viaje de los expulsos; y le imponía al comisionado informarle “por el primer correo” de cómo había ejecutado la comisión. El segundo escrito consistía en una carta explicativa del modo de proceder para poner en práctica el Pliego reservado14. El 27 de marzo –siete días más tarde– suscribía Carlos III un real decreto para que el Consejo Real lo expidiera como tal y además remitía una copia del mismo al Consejo de Indias para todos los efectos legales consiguientes. Finalmente, el día 2 de abril promulgaba el rey Carlos III la Pragmática Sanción: “ante las Puertas del Real Palacio, frente del balcon principal del Rey nuestro Señor y en la Puerta de Guadalajara, donde está el público Trato y Comercio de los Mercaderes y Oficiales […] se publicó la Real Pragmática Sancion antecedente con trompetas y timbales, por voz de pregonero público, hallándose presentes diferentes alguaciles de dicha Real Casa y Corte y otras muchas personas”15. Dada la importancia de tan trascendental documento lo transcribimos en su totalidad para el mejor conocimiento de los lectores: Pragmatica sancion de su Magestad, en fuerza de Ley, para el estrañamiento de estos Reynos á los Regulares de la Compañia, ocupacion de sus Temporalidades,
Este texto lo recibieron todos los comisionados de la expulsión.
Colección General de las providencias hasta aquí tomadas por el Gobierno sobre el estrañamiento y ocupación de temporalidades de los Regulares de la Compañía, que existían en los Dominios de S. M. de España, Indias e Islas Filipinas a consequencia del Real Decreto de 27 de febrero y PragmáticaSanción de 2 de abril de este año. Madrid, 1767 (Parte primera). Madrid, 1769 (Parte segunda). Madrid, 1769 (Parte tercera). Madrid, 1774 (Parte cuarta). Un resumen de lo aquí indicado puede verse en Del Rey Fajardo, La expulsión de los jesuitas, 11-13.
Del Rey Fajardo, La expulsión de los jesuitas, 13.
Del Rey Fajardo, La expulsión de los jesuitas, 14. El texto corre de la página 14 a la 18.
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y prohibicion de su restablecimiento en tiempo alguno, con las demas precauciones que expresa: Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragon, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Indias Orientales, y Occidentales, Islas, y Tierra-Firme del Mar Oceano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante, y de Milán, Conde de Absburg, de Flandes, Tirol, y Barcelona: Señor de Vizcaya, y de Molina, & C. Al Serenísimo Principe Don Carlos, mi muy caro y amado hijo, á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-Hombres, Priores de las Ordenes, Comendadores, y Sub-Comendadores, Alcaydes de los Castillos, Casasfuertes, y llanas; y á los del mi Consejo, Presidente, y Oidores de las mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi Casa, Corte, y Chancillerías; y á todos los Corregidores, é Intendentes, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes mayores, y ordinarios, y otros cualquiera Jueces, y Justicias de estos mis Reynos, así como los de Señorio, Abolengo, y Ordenes de qualquier estado, condicion, calidad y preeminencia que sea, asi á los que ahora son, como á los que serán de aquí adelante, y á cada uno, y qualquiera de vos: SABED, que habiéndome conformado con el parecer de los de mi Consejo Real en el Extraordinario que se celebra con motivo de las resultas de las ocurrencias pasadas, en consulta de veinte y nueve de Enero próximo, y de lo que sobre ella, conviniendo en el mismo dictamen, me han expuesto personas del mas elevado caracter, y acreditada experiencia: estimulado de gravísimas causas, relativas á la obligacion en que me hállo constituído, de mantener en subordinacion, tranquilidad, y justicia mis Pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi Real ánimo: usando de la suprema autoridad económica, que el Todo-Poderoso há depositado en mis manos para la protección de mis Vasallos, y respecto de mi Corona: Hé venido en mandar estrañar de todos mis Dominios de España, é Islas Filipinas, y demas adjacentes á los Regulares de la Compañía, así Sacerdotes, como Coadjutores ó Legos que hayan hecho la primera profesión, y á los Novicios que quisieren seguirles; y que se ocupen todas las temporalidades de la Compañía en mis Dominios; y para su execucion uniforme en todos ellos, he dado plena y privativa comision y autoridad, por otro mi Real Decreto, de veinte y siete de Febrero al Conde de Aranda, Presidente de mi Consejo, con Facultad de proceder desde luego á tomar las providencias correspondientes. I. Y he venido asi mismo en mandar, que el Consejo haga notoria en todos estos Reynos la citada mi Real determinación; manifestando á las demas Ordenes Religiosas la confianza, satisfacion, y aprecio que me merecen por su fidelidad, y doctrina, observancia de vida monástica, exemplar servicio de
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la Iglesia, acreditada instruccion de sus estudios, y suficiente número de Individuos, para ayudar á los Obispos, y Parrocos en el pasto espiritual de las Almas, y por su abstracción de negocios de gobierno, como agenos, y distantes de la vida ascética, y monacal. II. Igualmente dará a entender á los Reverendos Prelados Diocesanos, Ayuntamientos, Cabildos Eclesiásticos, y demás Estamentos, ó Cuerpos políticos del Reyno, que en mi Real Persona quedan reservados los justos, y graves motivos, que á pesar mio han obligado mi Real animo a esta necesaria providencia: valiéndome unicamente de la económica potestad, sin proceder por otros medios, siguiendo en ello el impulso de mi Real benignidad, como Padre y Protector de mis Pueblos. III. Declaro, que en la ocupacion de temporalidades de la Compañía se comprehenden sus bienes y efectos, así muebles, como raíces, ó rentas Eclesiásticas, que legítimamente posean en el Reyno; sin perjuicio de sus cargas, mente de los Fundadores, y alimentos vitalicios de los Individuos, que serán de cien pesos, durante su vida, á los Sacerdotes, y noventa á los Legos, pagaderos de la masa general, que se forme de los bienes de la Compañía. IV. En estos alimentos vitalicios no serán comprehendidos los Jesuítas estrangeros, que indebidamente existen en mis Dominios dentro de sus Colegios, ó fuera de ellos, ó en casas particulares; vistiendo la sotana, ó en trage de Abates, y en cualquier destino en que se hallen empleados: debiendo todos salir de mis Reynos sin distincion alguna. V. Tampoco serán comprendidos en los alimentos los Novicios, que quisieren voluntariamente seguir á los demas, por no estar aún empeñados con la profesión, y hallarse en libertad de separarse. VI. Declaro, que si algún Jesuíta saliere del Estado Eclesiástico, (á donde se remiten todos) ó diere justo motivo de resentimiento á la Corte con sus operaciones ó escritos, le cesará desde luego la pensión que vá asignada. Y aunque no debo presumir que el Cuerpo de la Compañía, faltando á las mas estrechas y superiores obligaciones, intente ó permita, que alguno de sus Individuos escriba contra el respeto y sumision debida á mi resolucion, con título ó pretexto de Apologías ó Defensorios, dirigidos á perturbar la paz de mis Reynos, ó por medio de Emisarios secretos conspire al mismo fin; en tal caso, no esperado, cesará la pensión á todos ellos. VII. De seis en seis meses se entregará la mitad de la pension anual á los jesuítas por el Banco del Giro, con intervencion del de (sic) mi Ministro en Roma, que tendrá particular cuidado de saber los que fallecen ó decaen por su culpa de la pension, para rebatir su importe. VIII. Sobre la administración, y aplicaciones equivalentes de los bienes de la Compañía en obras pías; como es dotación de Parroquias pobres,
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Seminarios conciliares, Casas de Misericordia, y otros fines piadosos, oídos los Ordinarios Eclesiásticos en lo que sea necesario y conveniente: reservo tomar separadamente providencias, sin que en nada se defraude la verdadera piedad, ni perjudique la causa pública, ó derecho de tercero. IX. Prohibo por Ley y regla general, que jamás pueda bolver á admitirse en todos mis Reynos en particular á ningun Individuo de la Compañía, ni en cuerpo de Comunidad, con ningun pretexto ni colorido que sea, ni sobre ello admitirá el mi Consejo, ni otro Tribunal instancia alguna; antes bien tomarán á prevencion las Justicias las mas severas providencias contra los infractores, auxiliadores, y cooperantes de semejante intento, castigandolos como perturbadores del sosiego público. X. Ninguno de los actuales Jesuítas Profesos, aunque salgan de la Orden con licencia formal del Papa, y quede de Secular ó Clérigo, ó pasé á otra Orden, no podrá volver á estos Reynos sin obtener especial permiso mio. XI. En caso de lograrlo, que se concederá tomadas las noticias convenientes, deberá hacer juramento de fidelidad en manos del Presidente de mi Consejo; prometiendo de buena fe, que no tratará en público, ni en secreto con los Individuos de la Compañía, ó con su General; ni hará diligencias, pasos, ni insinuaciones, directa o indirectamente á favor de la Compañía, pena de ser tratado como Reo de Estado, y valdrán contra él las pruebas privilegiadas. XII. Tampoco podrá enseñar, predicar, ni confesar en estos Reynos, aunque haya salido, como vá dicho, de la Orden, y sacudido la obediencia del General; pero podrá gozar rentas Eclesiásticas, que no requieren estos cargos. XIII. Ningun Vasallo mio, aunque sea Eclesiástico Secular ó Regular, podrá pedir Carta de la Hermandad al General de la Compañía, ni á otro en su nombre; pena de que se le tratará como reo de Estado, y valdrán contra él las pruebas privilegiadas. XIV. Todos aquellos, que las tubieren al presente, deberán entregarlas al Presidente de mi Consejo, ó á los Corregidores y Justicias del Reyno, para que se las remitan y archiven, y no se use en adelante de ellas, sin que les sirva de óbice el haberlas tenido en lo pasado, con tal que puntualmente cumplan con dicha entrega: y las Justicias que las entregaren, para que de este modo no les cause nota. XV. Todo el que matubiere correspondencia con los Jesuitas, por prohibirse general y absolutamente, será castigado á proporcion de su culpa. XVI. Prohibo expresamente, que nadie pueda, escribir, declarar, ó conmover con pretexto de estas providencias en pró ni en contra de ellas; ántes impongo silencio en esta materia á todos mis Vasallos, y mando, que á los contraventores se les castigue como Reos de lesa Magestad.
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XVII. Para apartar altercaciones, ó malas inteligencias entre los particulares, á quienes no incumbe juzgar, ni interpretar las órdenes del Soberano; mando expresamente, que nadie escriba, imprima ni expenda papeles, ú obras concernientes á la expulsion de los Jesuítas de mis Dominios, no teniendo especial licencia del Gobierno é inhibo al Juez de Imprentas, á sus Subdelegados, y á todas las Justicias de mis Reynos, de conceder tales permisos o licencias, por deber correr todo esto baxo de las órdenes del Presidente, y Ministros de mi Consejo, con noticia de mi Fiscal. XVIII. Encargo muy estrechamente á los Reverendos Obispos Diocesanos y á los Superiores de las Ordenes Regulares, no permitan que sus Subditos escriban, impriman, ni declamen sobre este asunto; pues se les haria responsables de la no esperada infraccion de parte de cuaquiera de ellos, la qual declaro comprehendida en la Ley del Señor D. Juan el Primero, y Real Cédula expedida circularmente por mi Consejo en diez y ocho de Setiembre del año pasado, para su mas puntual execución, á que todos deben conspirar, por lo que interesa al bien público, y a la reputacion de los mismos individuos, para no atraherse los efectos de mi Real desagrado. XIX. Ordeno al mi Consejo, que con arreglo á lo que vá expresado haga expedir y publicar la Real Pragmática mas estrecha, y conveniente, para que llegue á noticia de todos mis Vasallos, y se observe inviolablemente, publíquen, y executen, por las Just:cias y Tribunales territoriales, las penas que ván declaradas contra los que quebrantaren estas disposiciones, para su puntual, pronto, é invariable cumplimiento; y dará á este fin todas las órdenes necesarias, con preferencia á otro cualquier negocio, por lo que interesa mi Real servicio; en inteligencia, de que á los Consejos de Inqulsicion, Indias, Ordenes y Hacienda, he mandado remitir copia de mi Real Decreto, para su respectiva inteligencia, y cumplimiento. Y para su puntual é invariable observancia en todos mis Dominios, habiendose publicado en Consejo pleno este dia el Real Decreto de veinte y siete de Marzo, que contiene la anterior Resolucion, que se mandó guardar y cumplir, segun y como en él se expresa, fue acordado expedir la presente en fuerza de Ley y Pragmática Sancion, como si fuese hecha y promulgada en Cortes, pues quiero se esté, y pase por ella, sin contravenirla en manera alguna; para lo qual, siendo necesario, derogo y anulo todas las cosas que sean ó ser puedan contrarias á esta: Por la qual encargo á los muy Reverendos Arzobispos, Obispos, Superiores de todas las Ordenes Regulares, Mendicantes, y Monacales, Visitadores, Provisores, Vicarios, y demas Prelados, y Jueces Eclesiásticos de estos mis Reynos, observen la expresada Ley, y Pragmática, como en ella se contiene, sin permitir que con ningún pretexto se contravenga en manera alguna á quanto en ella se ordena: Y mando á los del mi Consejo, Presidente, y Oídores, Alcaldes de mi Casa, y Cortes, y de mis Audiencias, y Chancillerías, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes mayores y ordinarios, y demas Jueces y Justicias de todos mis Dominios, guarden, cumplan y executen la citada Ley, y Pragmática Sancion, y la hagan guardar, y observar en todo y por todo,
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dando para ello las providencias que se requieran, sin que sea necesaria otra declaracion alguna mas que esta, que ha de tener su puntual execucion desde el dia que se publíque en Madrid, y en las Ciudades, Villas, y Lugares de estos mis Reynos, en la forma acostumbrada; por convenir así a mi Real servicio, tranquilidad, bien, y utilidad de la causa pública de mis Vasallos. Que asi es mi voluntad, y que al traslado impreso de esta mi Carta, firmado de Don Ignacio Estevan de Higueda, mi Escribano de Cámara mas antiguo, y de Gobierno de mi Consejo, se le dé la misma fe y crédito que á su original. Dada en el Pardo á dos de Abril de mil setecientos y sesenta y siete años. yo el rey. Yo Don Joseph Ignacio de Goyeneche, Secretario del Rey Nuestro Se-
ñor, le hice escribir por su mandado. = El Conde de A randa. = Don Francisco Zepeda. = Don Jacinto de Tudó. = Don Francisco de Salazar y Aguero. = Don Joseph Manuel Dominguez, = Registrada. = Don Nicolás Berdugo, Theniente de Chanciller mayor. = Don Nicolás Berdugo16.
El cuerpo que recopila mayor número de reglamentaciones es el encaminado a llevar a cabo la incautación de los bienes y la expulsión de los jesuitas. Era, sin duda, el más certero y el mejor pensado. Con el “Pliego reservado” todo comisionado recibió una Instrucción general que pauta el modus operandi en la consecución de los dos objetivos señalados17. En las demarcaciones ultramarinas se precisó, además, de una Adición a la Instrucción sobre el Extrañamiento de los Jesuitas de los dominios de S.M. por lo tocante a las Indias e Islas Filipinas18 en la que se completaban, de acuerdo con las circunstancias específicas, las disposiciones que se juzgaban más adecuadas para el éxito de la operación en aquellas dilatadas regiones.
Para el texto, véase Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 103-109. En realidad existen algunas diferencias entre el texto transcrito y la Real Cedula, para que en los Reynos de las Indias se cumpla, y observe el Decreto que se inserta, relativo al Estrañamiento y ocupación de Temporalidades de los Religiosos de la Compañía de Jesús. 27 de marzo de 1767, es decir, publicada seis días antes. Las diferencias más llamativas son: 1) el encabezamiento es distinto; 2) los destinatarios son distintos o, si se prefiere, la Pragmática-Sarnción estatuye todo el universo de personas e instituciones a quienes va dirigida; 3) la real cédula de 27 de marzo no tiene una parte expositiva en que expresamente así lo declare; 4) la parte dispositiva es casi igual, pero se dan fundamentalmente dos variantes: primera, la Pragmática numera los párrafos conceptuales, mientras que la real cédula no; segunda, y es la más importante, corresponde al parágrafo XIX de la Pragmática, pues en él, además de recoger lo que dice en sus dos párrafos finales la real cédula de 27 de marzo, añade un concepto jurídico fundamental: explica el propio rey que la Pragmática tiene fuerza de ley “como si fuese hecha y promulgada en Cortes”; y así lo hace saber de nuevo a todos los destinatarios y concluye advirtiendo que no es necesaria declaración alguna.
Instrucción del modo con que deben hacer los Comisionados los Inventarios de los Papeles, muebles, y efectos de los Regulares de la Compañía, y Interrogatorio por el qual deben ser preguntados sus Procuradores. Madrid, 7 de abril, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 113-118.
Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 98-103.
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A este “Manual de Procedimientos Generales” fueron siguiendo algunos parciales que definen muy a las claras los objetivos perseguidos por el Consejo Extraordinario. Así se explica, por ejemplo, la instrucción del modo cómo se deberán realizar los inventarios y el interrogatorio a que deberán ser sometidos los “Procuradores”19, las normas para inventariar libros, bibliotecas y papeles personales20 o el uso que debería darse a las boticas21, imprentas22 o edificios que habían servido a la educación tanto del pueblo español como del americano23. Finalmente, la máquina administrativa fue la de más larga duración y la que más modificaciones experimentó. El 2 de mayo de 1767 se creaba la Depositaría General que debía manejar los “caudales” incautados a la Compañía de Jesús24. Y el 29 de julio se expedía una Carta circular, pidiendo informe sobre la división en suertes reducidas de las haciendas de los Jesuitas, destino de sus Casas, y otros puntos; y prescribiendo método para formar el inventario de los papeles manuscritos25. Para no alargar la historia de la burocracia surgida a raíz de la expulsión de los jesuitas, hacemos alusión a las juntas que se crearon en ultramar para el control y destino de los bienes de los expatriados26.
Instrucción del modo con que deben hacer los Comisionados los Inventarios de los Papeles, muebles y efectos de los Regulares de la Compañía, y Interrogatorio por el qual deben ser preguntados sus Procuradores. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 113-118.
Instrucción de lo que se deberá observar, para inventariar los libros, y Papeles existentes en las Casas, que han sido de los Regulares de la Compañía, en todos los Dominios de S.M. Madrid, 23 de abril, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 118-121.
Real Provision de S. M. a consulta del Consejo, en el Extraordinario, aplicando las Boticas, existentes en las Casas de Regulares de la Compañía a Hospitales, Hospicios, Inclusas, y otras Casas de misericordia, que estén bajo de la Real Protección. Madrid, 22 de setiembre, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 135-136.
Carta circular, sobre que se haga Inventario de los Peltrechos de las imprentas que tenían los Regulares de la Compañía. Madrid, 14 de octubre, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 139.
Real Provision, de los Señores del Consejo en el Extraordinario, a consulta con S.M., para reintegrar a los Maestros y Preceptores seculares en la enseñanza de las primeras Letras, Gramática y Retórica, proveyéndose estos Magisterios, y Cátedras a oposición, y estableciendo viviendas, y casas de pupilage, para los Maestros y Discipulos, en los Colegios donde sea conveniente, informando por menor al Consejo. Madrid, 5 de octubre, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 136-139.
Real Cédula, sobre crear Depositaria General para el resguardo y manejo de los caudales de los Jesuitas de España, e Indias, despues de su extrañamiento. Madrid, 2 de mayo de 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 121-131.
Carta Circular, pidiendo informe sobre la división en suertes reducidas de las haciendas de los Jesuitas, destino de sus Casas, y otros puntos: y prescribiendo método para formar el Inventario de los papeles manuscritos. Madrid, 29 de julio, 1767. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 131-134.
Real Cedula de S.M. y Señores del Consejo en el Extraordinario, por lo qual se manda establecer en los Dominios Ultramarinos de Indias e Islas Filipinas Juntas, para proceder a la aplicación y destino de las Casas, Colegios, Residencias y Misiones, que fueron de los Regulares de la Compañia con las Reglas prácticas convenientes, resueltas por S.M. a consulta del mismo Tribunal. Madrid, 9 de julio, 1769. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 176-191.
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Si del terreno de la planificación pasamos al de la ejecución, hay que reconocer que, a pesar de que el “Secreto de Estado” fue observado por los ejecutores con extremado celo, lo dilatado de los espacios ultramarinos y la complejidad geográfica de las demarcaciones territoriales americanas impidieron la sincronización de los dos factores que se juzgaban esenciales: espacio y tiempo. Una prueba evidente la constituye la simple cronología de la promulgación de la Pragmática Sanción en las diferentes casas que constituían la provincia del Nuevo Reino: 2 de julio, Misiones del Orinoco27; 11 de julio, Mérida28; 15 de julio, Cartagena29 y Mompox30; 1 de agosto, Santafé de Bogotá31 y el colegio de Honda; Tunja32 y Antioquia33; 8 de agosto, Pamplona34; y 2 de octubre, fecha inicial de la intimación de la Real Orden en los Llanos de Casanare y Meta35. De esta forma, la real voluntad le otorgaba fuerza de ley, como si hubiera sido promulgada por las Cortes, y además derogaba toda disposición que pudiera ser contraria a ella. La suerte estaba echada y la historia presenciaría un acto de autoritarismo ilustrado contrario a toda forma civilizada de entender la justicia. En resumen: el 20 de febrero de 1767 el rey Carlos III firmaba en el Pardo el Real Decreto de expulsión de la Compañía de Jesús de todos sus dominios36 y el 2 de abril promulgaba la Pragmática Sanción para el extrañamiento de los jesuitas de sus reinos, ocupación de sus temporalidades y prohibición de su restablecimiento37. Y en 1773 el papa Benedicto XIV extinguía la Orden religiosa fundada por Ignacio de Loyola en 1540. En un término de seis años (1767-1773), el gran edificio que la Compañía de Jesús había levantado en todo el mundo se convertía en ruinas. Ese breve espacio de tiempo bastó para trazar una línea divisoria entre dos fronteras que interpretan dos mundos distintos para los hombres de la Compañía de Jesús que habían nacido o laborado en la América hispana:
Archivo Nacional de Chile (ANCh). Jesuitas, 446.
Ildefonso Leal, El Colegio de los Jesuitas en Mérida, 1628-1767 (Caracas, 1966), 45. Separata de la Revista de Historia. Lamentablemente el autor no cita la fuente archivística de donde transcribió el documento.
27 28
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 113.
29
ANB. Temporalidades, 16, fol. 336.
30
José Yarza, “La expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino de Granada en 1767”. Cfr. Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 76-77.
El informe del oidor Benito Casal fue publicado en el Boletín de Historia y Antigüedades, 2 (1904): 573-576. Bogotá.
31
32
ANB. Temporalidades, 17, fol. 737 y ss.
33
ANB. Miscelánea, 89. fols. 471-472.
34
ANB. Conventos, 29, fol. 794v.
35
Archivo General de Indias (AGI). Caracas, 210. Texto íntegro, fols. 1r-3v.
Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 103-109.
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atrás quedaba el gran proyecto americano del que habían sido protagonistas; por delante, la producción literaria y científica que desarrollaron los expulsos en tierras italianas, y esos escritos representan la eclosión de un alud que hubiera florecido en el contexto de un verdadero proyecto de la nueva América. El sorpresivo extrañamiento de los miembros de la Orden fundada por Ignacio de Loyola, la consiguiente incautación de todos sus haberes sin excepción, la proscripción oficial de todo vestigio jesuítico y el forzado destierro a los Estados Pontificios, facilitan y a la vez dificultan la intelección de tan inaudito fenómeno histórico. En 1767 culminaba repentinamente la obra desarrollada por los jesuitas en la villa de Honda38. El día 8 de julio recibía el virrey Pedro Mesía de la Zerda “copia del real decreto, impreso y autorizado que su Majestad por orden escrita de su letra y real puño me manda observar” Y, doce días después, don Joseph Palacios, oficial real juez de puertos de Honda, acusaba recibo de toda la documentación respectiva39. Las instrucciones eran ciertamente precisas. El documento recoge 26 puntos en los que se detallaba de forma pormenorizada la metodología de la denominada “operación cesárea”40. Al final se fijaba que la expulsión se ejecutara el 1 de agosto y aclarando lo siguiente: “para que no tengan demora tendrán las embarcaciones listas de ante mano para manejar esto con prudencia y no causar sospecha en la población”41. Antes del amanecer del día 1, “como cosa de las cuatro de la mañana”, se presentó don José Palacios, oficial real juez de puertos, asistido por los alcaldes ordinarios, los jefes militares y el escribano. Pero con antelación “se cercó de guardias y por el consiguiente las avenidas con las tropas de pardos y milicianos y por las fronteras de dicho colegio con gente española”. Habiendo tocado la puerta, ingresó la comisión al colegio y se dirigieron al aposento del P. rector, Juan Díaz, “se hizo tañer la campana” y así concurrieron los tres miembros restantes de la comunidad: los padres Juan de Fuentes y Carlos Benavente y el H. Manuel Tejada. Leída “la real deliberación de su Majestad”, respondió el rector “que en todo estaban prontos a obedecer las órdenes de su Majestad”42. De seguidas, el escribano hizo comparecer al rector y demás miembros de la comunidad e hizo que “se juntasen todos los esclavos de dicho colegio, así hembras como
38
Todo el expediente puede verse en ANB. Curas y obispos, 14, fols. 93-317. “Testimonio del cuaderno de extrañamiento de Jesuitas de Honda”.
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 93.
39
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 96v-109.
40
ANB. Curas y obispos, 14, fol. 111v.
41
42
Firmaron el acta como testigos: Juan de Castro, Alonso Herrera y Manuel Zaldúa. Don José Palacios, el Rector y el escribano Luis Jiménez (ANB. Curas y obispos, 14, fols. 121-121v).
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varones y los demás que asisten en dicha casa […] los cuales no solamente servían en este colegio sino también eran peones en la obra que se estaba construyendo de la Iglesia del Corazón de Jesús”43, cuyo número ascendía a 21 personas. El siguiente paso consistió en exigir las llaves “de la iglesia, colegio, sacristía, aposentos y demás oficinas a él anexas” de forma tal que se iniciaran los correspondientes inventarios44. Como es natural, trataron de asegurar “las alhajas de plata y otras anexas tanto de la iglesia” como de las habitaciones de sus moradores y también “los archivos, papeles, bibliotecas, libros y escritorios de los aposentos”. Y ante los clérigos de la localidad, “los vasos sagrados, custodia, aras consagradas y diferentes ornamentos”. Y todo quedó encerrado en dos aposentos “con llaves que guardó el Oficial Real”45. En el trajín de ese 1 de agosto, no podía faltar la indagación sobre el dinero que se hallaba en dos cajas. Encontraron “en la una de ellas unos cortos pesos y en la otra unos reales para el gasto diario”. En este contexto, interrogaron al P. Juan de Fuentes para que diera cuenta de la Hacienda Fierro Abajo que pertenecía al Colegio Máximo de Bogotá46. También se requisó el aposento del rector y censaron “la cantidad de novecientos cinco pesos, cuatro y medio reales”47. El día 2 de agosto libró don José Palacio las providencias obligadas a los administradores de las cuatro haciendas del colegio, para que “pasasen a dar personalmente [cuenta] a estos reales oficios”, y mandó trasladar al rector del colegio “al convento del Señor San Francisco de esta villa con sus precisos equipajes y custodia”48. El día 6 prosiguió la “judicial ocupación” de los Archivos. El P. Juan Díaz presentó un libro manuscrito intitulado “Entregas de este colegio”. Y a continuación siguió el inventario de la Hacienda de Purnio49. También se recogieron las informaciones sobre las “Tierras del Río de la Miel”50, y las Haciendas de Buena Vista51, Fierro Arriba52 y las Tierras de San Cayetano53. A todo esto se añadieron de forma pormenorizada las posesiones urbanas54. En cada
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 122-123v.
43
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 125-125v.
44
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 126-126v.
45
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 127v-132v.
46
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 133-134v.
47
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 150v-152v.
48
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 155v-157v.
49
ANB. Curas y obispos, 14, fols. fol. 158-158v.
50
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 158v-159.
51
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 159-159v.
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ANB. Curas y obispos, 14, fols. 160.
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ANB. Curas y obispos, 14, fols. 160-168v.
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propiedad el Rector hacía referencia a los títulos y escrituras que reposaban en el Archivo. Nos parece oportuno transcribir lo relativo a la nueva edificación que estaban levantando los jesuitas de Honda. Según el rector: pertenece a este colegio la construcción de una Iglesia grande toda de cal y canto, lo más de ella cubierta de teja, con tres naves, bóvedas y su retablo en el Altar Mayor para perspectiva formado de tablazón, que dicha Iglesia se titula del Corazón de Jesús y que igualmente fuera de cimientos se halla el primer lienzo de las oficinas del Colegio, como en dos estados de altura. Que en el costo de esta iglesia ha gastado su Reverencia más de 13 mil pesos, precedidos de 7 mil que recibió de don Diego Antonio Viana por venta del colegio antiguo, que ha de servir a los religiosos de San Juan de Dios y que la restante cantidad fue recogida de limosnas, que para tan santo fin suministraron distintos individuos de la villa55.
Pero si retornamos al hilo de la narración, hay que dejar constancia de que la salida de Honda de los moradores del Colegio tuvo lugar el día 2 de agosto. De sus cuatro componentes, solo tres emprendieron el viaje al destierro: los padres Carlos Benavente y Juan de Fuentes y el H. Manuel Tejada, pues el rector Juan Díaz permaneció en el colegio para dar razón de todos sus haberes. Los tres jesuitas fueron reseñados por las justicias ordinarias en las reales bodegas. Después subieron “a una canoa de diez y seis bogas”, custodiados por el cabo principal Juan Tomás Quintana, don Miguel Alcalá, don Joaquín Méndez, don José Gutiérrez con el piloto de la nave Martín Hernández, los respectivos bogas y un negro esclavo, llamado Eugenio, “para el oficio de cocina en que estaba empleado”. Su misión consistía en entregar a los oficiales reales de Mompox a los tres ignacianos, con el mandato de “sin consentir que en el transcurso del viaje ninguna persona de cualquiera estado, calidad o condición que sea, lleguen a la canoa […] a hablar ni a entregarles carta, papel, ni permitirles escribir […] tirando a excusar ruidos y alborotos u otras circunstancias”56. Ese era el pago de la real corona a los 147 años de servicio de la Compañía de Jesús a la sociedad de la villa de Honda. No sería larga la estancia en la Perla del Caribe. El 27 de agosto abandonaba el continente americano la primera expedición de expulsos, integrada por los ignacianos de Cartagena, Mompox y Honda, en total 18,
ANB. Curas y obispos, 14, fols. 166v-167.
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Seguiremos la transcripción que ofrece José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada. Escrita sobre documentos auténticos, t. II (Bogotá: Librería Colombiana Camacho Roldán & Compañía, 1890), Apéndice, XXIX-XXX.
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que se embarcaron en las balandras reales La Pacífica y La Pastora57. No eran las embarcaciones más apropiadas para realizar semejante travesía, a pesar de las fuertes erogaciones que habían realizado, según informaba al virrey uno de los oficiales del puerto cartagenero58. Al poco de abandonar Cartagena, falleció el P. Joaquín Visner y así llegaron a La Habana el 7 de septiembre con un jesuita menos59. Este abnegado seguidor de Ignacio de Loyola había consagrado su vida a la docencia de la gramática tanto en la isla de Santo Domingo como en el Colegio de Cartagena60. El circuito atlántico de las comunicaciones entre la metrópoli y las Indias lo definían fundamentalmente La Habana y el Puerto de Santa María. En realidad, la isla caribeña y la ciudad gaditana son claves para entender el viacrucis a que fueron sometidos los expulsos, ya que, gracias a sus declaraciones y a la correspondencia oficial, se puede atisbar la genuina realidad histórica. El lector puede asomarse a la problemática planteada por la presencia de los jesuitas en La Habana gracias a una interesante síntesis que ofrece Edelberto Leiva Lajara61. No se ha podido todavía precisar el número exacto de los ignacianos que tuvieron que tocar en la capital cubana, pero la cifra aproximativa nos lleva a 1.014 religiosos de la Compañía de Jesús entre 1767 y 1770. Las explicaciones consiguientes ilustran lo complejo del caso. En los seis meses finales del año 1767 zarparon hacia La Habana 576 jesuitas, de los cuales 16 murieron en el trayecto entre Veracruz, Cartagena y Guatemala; diez fallecieron en la capital cubana y 21 tuvieron que permanecer en esa ciudad por problemas de salud62. Otro tema es el de las esperas. Los llegados a lo largo del año 1767 fueron remitidos todos a España en nueve embarcaciones antes de concluir el año. Pero con los que arribaron en 1768 hubo necesidad de esperar el trasporte transoceánico, que en algunos casos tardó meses en aparecer. ANB. Miscelánea, 89, fol. 784. Lista de los diez y ocho Religiosos de la Compañía de Jhs remitidos por el Gobernador de Cartagena a la ciudad de la Habana en las Balandras del Rey la Pacífica y la Pastora del cargo del Theniente de Navío don Martín Vázques y del Theniente de Fragata don Santhiago Muñoz de Veles. [Cartagena, agosto 27 de 1767].
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ANB. Miscelánea, 89, fol. 404v. Carta de Francisco de Bances al Virrey. Cartagena, 7 de agosto de 1767.
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ANB. Miscelánea, 90, fol. 16. Carta del Gobernador de La Habana Antonio Bucarelli al Gobernador de Cartagena. La Habana, 212 de septiembre de 1767.
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José del Rey Fajardo, Los jesuitas en Cartagena de Indias 1604-1767 (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2004), 338-339.
Edelberto Leiva Lajara, “Claves de un episodio: La Habana y el Puerto de Santa María en la expulsión de los Jesuitas de España y América”, Revista de Historia de El Puerto, 45 (2010): 109135. Puerto de Santa María.
Biblioteca Nacional José Martí (BNJM). Fondo Bachiller, No. 308. “Lista que comprehende las embarcazes en que se conduxeron á este Puerto los Regulares”. Citado en Leiva Lajara, “Claves de un episodio”, 120.
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Sin embargo, el criterio que mantuvo Antonio María Bucarely, capitán general de la Isla, fue el de mantener a los jesuitas en los propios barcos en que llegaban a La Habana, aunque, de igual manera, muchos debían hacer transbordo, y para ello habilitaron el Depósito de Regla –la casa del marqués de la Real Proclamación– bajo la custodia del capitán José de Cuesta63. Los que llegaron por el Surgidero de Batabanó se alojaron brevemente en Bejucal, “donde la marquesa de San Felipe y Santiago les brindaba las mejores piezas de su casa”. Así se explica la habilitación del Depósito de Regla, lugar habilitado para los expulsos, que en 1767 registra la presencia de 87 religiosos, mientras que en 1769 ascendían a 28364. Este poblado estaba ubicado al otro lado de la bahía y frente a la ciudad de La Habana; por consiguiente, ofrecía las mejores garantías para mantener la incomunicación de los expatriados con el resto de los habitantes habaneros65 y, al parecer, se comenzó a utilizar este “depósito” a partir del 10 de septiembre de 176766. Como dato curioso, el historiador cubano Pedro Pruna recoge el malestar en La Habana por la expulsión de los seguidores de Ignacio de Loyola, sobre todo entre las “clases altas”. Y, en este sentido, aduce el testimonio de José Antonio Armona, administrador del correo marítimo estatal, a quien se le acercó una dama rica, “marquesa poetisa latina, crítica” para apostrofarlo con un “Quis talia fando, temperet a lacrimis?” (¿quién, al narrar tales hechos, podría contener las lágrimas?)67. Sin embargo, en la correspondencia oficial el tono era diferente, pues el gobernador de la Isla, Antonio María Bucareli, le escribía el 8 de mayo del año 1768 a Ricardo Wall y le decía que la entrada y salida de los jesuitas causaba “menos novedad que la de cualquier embarcación que viene al puerto”68. El propio
AGI. Cuba, 1123. “Instrucción para gobierno de D. José de la Cuesta, Capitán del Regimiento de Infantería de Lisboa, comisionado para la custodia, asistencia y buen trato de los Religiosos de la Compañía que llegaren a este puerto y por depósito se coloquen en la Casa del Marqués de la Real Proclamación situada en las inmediaciones de Regla”. Antonio María Bucareli al Conde de Aranda. La Habana, 6 de septiembre de 1767.
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Pedro M. Pruna Goodgall, Los jesuitas en Cuba hasta 1767 (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1991), 76-77.
Leiva Lajara, “Claves de un episodio”, 132.
Biblioteca Nacional José Martí (BNJM). Fondo Bachiller, No. 309.
José Antonio Armona y Murga, “Noticias privadas de casa, útiles para mis hijos. Recuerdos históricos de mi carrera ministerial en España y América”, Anales y Memorias de la Real Junta de Fomento y de la Real Sociedad Económica, 4 (IV) (1859): 111. La Habana. Citado por Pruna Goodgall, Los jesuitas en Cuba hasta 1767, 75. En la nota correspondiente anota que la cita pertenece a Virgilio (Eneida, II, versos 6 y 8). La dama pudiera ser Teresa Rosa Beltrán de Santa Cruz y Calvo de la Puerta (1721-1804), esposa del primer conde de San Juan de Jaruco y autora de varias obras poética.
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AGI. Indiferente General, 1629. Carta de Antonio María Bucareli a Ricardo Wall. La Habana, 8 de mayo de 1768.
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Armona69, funcionario adicto a la monarquía, dejará en sus Memorias estas curiosas anotaciones: La Habana […] vino a ser un depósito general de los jesuitas […]. Hubo temporada en que llegaron a juntarse en La Habana más de trescientos cincuenta individuos de tan ilustre, virtuosa y cándida familia: provinciales, rectores, teólogos, hombres astutos, pacíficos, virtuosos, humildes y turbulentos. Lo más fino, lo más profundo del gobierno jesuítico de las Américas estaba en la bahía, repartido en navío de guerra, en fragatas y en las anchurosas casas de Regla, donde se puso un comandante militar, con instrucción reservada y tropa que montaba la guardia70.
También llama la atención el estudio de los costos. Edelberto Leiva calcula que para 1767 gastó la monarquía 482.568 reales discriminados casi todos de la siguiente manera: 81,49 % dedicados a la contratación, preparación y avituallamiento de las embarcaciones; 15,19 % destinado a las necesidades materiales de los expulsos (comida, ropa, zapatos, etc.) y 3,31 % que se invirtió en la salud médica ofrecida en el convento de Belén y los pagos al médico Matías Cantos. Y el autor llega a la conclusión de que en La Habana el gasto promedio por jesuita fue de 138 reales diarios, mientras que en el Puerto alcanzó la suma de 2.301 reales71. El mejicano P. Francisco Javier Alegre trasmite una imagen igual de negativa del convento de los betlemitas que sirvió de hospital para los enfermos. Y llegó a escribir que se mantenían “con tanto recelo de las órdenes con que les estrechaba el Gobernador que ni aún se les permitía el consuelo de visitar al Santísimo por la Tribuna de la Iglesia”72. No es fácil todavía hoy tener una visión crítica y acertada de la actuación del capitán general Antonio María Bucareli, pues existen testimonios muy acres de los expatriados73. Por su formación y creencias, el gobernador de La Habana estaba en la banda contraria a la de los jesuitas. En su correspondencia oficial es perceptible su doble discurso, pues mientras
Era protegido del marqués de Grimaldi y llegó a Cuba para establecer el sistema de correo marítimo para América. Casó en La Habana con una hija de José Veitía y Rentería, Marqués del Real Socorro. En 1776 regresó a España para asumir el cargo de intendente del Reino de Galicia. Sus memorias las escribió en 1787. (Pruna Goodgall, Los jesuitas en Cuba hasta 1767, 69).
Armona y Murga, “Noticias privadas de casa”, 111-112; citado por Pruna Goodgall, Los jesuitas en Cuba hasta 1767, 76.
Leiva Lajara, “Claves de un episodio”, 130.
Francisco Javier Alegre, Historia de la Compañía de Jesús. Memorias para la historia de la Provincia que tuvo la Compañía de Jesús en Nueva España (México, 1940), 226.
Salud Moreno Alonso, “Bucareli y el paso de los jesuitas por Cuba camino del destierro”, en La Compañía de Jesús en América: evangelización y justicia. Siglos XVII y XVIII (Córdoba: Provincia de Andalucía de la Compañía de Jesús, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Córdoba, 1993), 197-202.
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escribía a Madrid como responsable de la operación cesárea con cierto desaire, también en la correspondencia personal evidenciaba su posición. En carta al duque de Losada le manifestaba: “después de nueve meses he tenido lugar de cansarme de sus impertinencias”74; y en su comercio epistolar con Ricardo Wall se quejaba de que aún no podía librarse “de la gente de la ropa negra, que dan siempre que hacer y ocasionan cuidado”75. Citaremos dos ejemplos: uno, el de los expatriados de Nueva Granada; el segundo, el de los mejicanos. El 16 de noviembre de 1767 se dirigía el P. Nicolás Candela, superior de los jesuitas que trasladaba la “fortuna”, al gobernador de La Habana para notificarle que dos habían fallecido durante la travesía y especifica: “si fue o no por la impericia del cirujano del navío, aunque lo sospecho con grandes fundamentos, no me atreveré a asegurarlo”. A continuación solicita que tres o cuatro enfermos puedan ser atendidos en tierra pues, de lo contrario, “presto será preciso enterrar algunos de ellos, y tal vez, cundiendo de unos a otros por la estrechez e imposibilidad de separarse los sanos de los enfermos, las enfermedades, perecerán otros muchos”76. A pesar del silencio del gobernador Bucareli y de todas las prohibiciones, el P. Candela logra escribir una segunda carta el 16 de diciembre en la que persiste en sus peticiones, pero también obtuvo el silencio como respuesta77. Sin embargo, Bucareli se compadeció a última hora y permitió que desembarcase el novicio Juan Pla, quien el 22 de diciembre fallecía solo en el hospital de Belén. La sensibilidad literaria del P. Alegre rechaza desde el comienzo el término de “depósito”, pues “la puerta principal estaba siempre cerrada y defendida de buena guardia, fuera de las centinelas que día y noche guardaban los cuatro ángulos. No se permitía entrada, sino a los sirvientes necesarios a las horas precisas, […] y entraban por disposición del comisario casi desnudos […]. Todos tenían pena de la vida, si de palabra o por escrito trataban con alguno de los padres”78.
AGI. México, 1241. Carta de Antonio María Bucareli al Duque de Losada. La Habana, 8 de abril de 1768.
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AGI. Indiferente General, 1629. Carta de Antonio María Bucareli a Ricardo Wal. La Habana, 13 de mayo de 1769.
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APT. Legajo, 30. José Cotanilla. Reseña histórica sobre la expulsión general de los jesuitas de ambos mundos. (Mss.). Carta del P. Nicolás Candela al Sr. Antonio María Bucareli. A bordo de La Fortuna y noviembre 16 de 1767, donde consta que el gobernador le remite la carta al conde de Aranda y le comunica que se desentendió y con un escribano y ante el capitán del barco y del P. Candela le insistió en “no permitirles papel ni tinta, pues quedaba responsable de cualesquiera desorden en el particular, interim subsisten a su bordo”.
APT. Legajo, 30. Cotanilla. Reseña histórica.
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Alegre. Historia de la Compañía de Jesús. Memorias para la historia de la Provincia que tuvo la Compañía de Jesús en Nueva España, 227.
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Antonio García-Baquero analiza el viaje de La Habana a Cádiz y señala que, por término medio, el paso del Atlántico solía durar dos meses, que eran “de constante sufrimiento, de no tener constancia de dónde se encontraban, de no poder coordinar sus propios movimientos, de no ser personas, de estar obligados a ser ruda gente marinera cuando en realidad habían forjado su existencia como personas sensibles y delicadas, más atentas al espíritu que a las cosas materiales”79. De la travesía del Atlántico no tenemos ninguna noticia referente a este grupo así como tampoco de la fecha de llegada al Puerto de Santa María. Gracias a una comunicación del investigador porteño Manuel Pacheco Albalate, conocemos el proceso que se seguía con los expatriados en el Puerto de Santa María. Una vez arribado el barco a la bahía, el capitán mandaba, en un falucho o pequeña embarcación, el listado de todos los jesuitas que portaba al marqués del Real Tesoro, que por aquellos años era el presidente de la Casa de la Contratación, y esperaba la orden de desembarcar a los jesuitas. Seguidamente, este remitía a las autoridades de sanidad, que después de revisar el barco indicaban si debían guardar cuarentena y qué tiempo, antes de desembarcar. No hay constancia de largas esperas, siendo lo normal entre uno y tres días. Desembarcados, en este mismo tipo de faluchos navegaban a El Puerto e iban dirigidos al conde de Trigona, gobernador político militar de la ciudad, quien a su vez remitía el listado, por lo general, al marqués de la Cañada. Este, acompañado del escribano que se designó para todo el proceso de expulsión, empezaba a tomar las filiaciones, en presencia del marqués de la Cañada y del jesuita de mayor rango del grupo, por los distintos colegios o casas de asiento en que se les había alojado, a razón de unos seis u ocho por día, por lo que el periodo que transcurría entre el primero y el último estaba en función de los que habían llegado en la misma barcada. La única referencia escrita que poseemos es la reseña policial que tuvo que pasar cada uno de los viajeros indianos: Juan Díaz, el 15 de enero; Juan de Fuentes y los tres restantes el 7 de marzo. Los documentos de control son los siguientes80:
Antonio García-Baquero González, Cádiz y el Atlántico: el comercio colonial español bajo el monopolio gaditano (Cádiz: Diputación Provincial, 1988), 283, en Manuel Pacheco Albalate, El Puerto: ciudad clave en la expulsión de los jesuitas por Carlos III (Puerto de Santa María: Ayuntamiento, 2007), 139.
Archivo Histórico Nacional (AHN). Madrid, Jesuitas, 827/2. Filiación de los Regulares de la Compañía del nombre de Jesus pertenecientes a la Provincia de Santa Fee de Bogota Venidos en diferentes Navios en esta forma… [La lista que ponemos corresponde al Índice]. Para la ubicación hemos preferido dejar el número de expediente que les asigna el documento porque así es mucho más fácil la consulta.
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72. El Padre Juan Díaz, natural de la Ciudad de Peñíscola Reino de alencia, de edad de cincuenta y tres años, y treinta y cuatro de Religión; ha estudiado Filosofía y Teología, y ha enseñado Letras Humanas, era actual Rector del Colegio de Honda, Nuevo Reino de Granada, Sacerdote profeso del cuarto voto como así lo manifiesta y firma de su nombre. En el Puerto de Santa María en quince de Enero de mil setecientos ochenta y ocho. // Y también manifiesta es hijo de Don Antonio Díaz y Doña Josefa de Neyral, entró en la Compañía en esta Provincia de Andalucía y paso á America el año de Setecientos treinta y tres en Misión en que se embarcó en a Bahía de Cádiz, y llegado que fue a Santa Fe enseñó Humanidades en el Colegio Máximo de donde paso de Misionero a las Misiones de Gentiles de Orinoco, y de allí pasó a Rector del Colegio de Honda donde se hallaba como tiene dicho y lo firmó. 125. El Padre Juan de Fuentes hijo de Don Martín de Porcuna y Carvajal, y Doña María de las Fuentes, de estado Noble, natural de la Ciudad de Baeza, nació el año de mil Setecientos treinta y uno, en el de Setecientos cuarenta y ocho entró en la Compañía en esta Provincia de Andalucía, y en el de Setecientos cuarenta y nueve, pasó a America en Misión que se embarcó en la Bahía de Cádiz, y llegado a la Provincia de Santa Fe, pasó al Colegio Máximo de Santafé donde estudio Filosofía, donde quedó de Maestro de Gramática de donde fue al Colegio de Tunja, a la tercera de allí paso de Compañero de Cura a la Residencia de Fontibón, después de Operario al Máximo, y con el mismo Oficio vivió en Tunja y últimamente también de Operario en el Colegio de Onda, donde se hallaba. Sacerdote Coadjutor Espiritual formado como así lo manifiesta, y firma de su nombre. En el Puerto de Santa María a Siete de Marzo de mil setecientos sesenta y ocho. 126. El Padre Carlos Benavente hijo de Isidro Benavente, y Doña Antonia Benavente San Martí Cristianos Viejos, natural de la Villa de Guerri Principado de Cataluña, nació el año de mil Setecientos Veinte y dos, en el de Setecientos cincuenta y nueve entro en la Compañía en la Provincia de Aragón, y en el de Setecientos y Sesenta pasó a America en Misión que se Embarcó en la Bahía de Cádiz, y llegado a la Provincia de Santafé pasó al Colegio Máximo de Santa Fe y después de haber pasado su Noviciado, y Examen ad profesionem, fue de Misionero a las Misiones del Río Orinoco, después volvió de Operario al Colegio Máximo, de allí de Compañero del Cura de Fontibón; y últimamente, paso al Colegio de Onda de Operario, y Maestro de Gramática donde se hallaba. Sacerdote Escolar como así lo manifiesta, y firma de su nombre. En el Puerto de Santa María a 7 de Marzo de mil setecientos sesenta ocho. 127. El Hermano Manuel Texada hijo de Martín Texada, y Francisca Herreros de estado Noble, natural de la Villa de Laguna en la Rioja, nació el año de mil Setecientos treinta y cinco, y en el de Setecientos Cincuenta y seis entró en la Compañía, en la Provincia de Santa Fe, y después de su Noviciado en el Colegio de Tunja fue de Sacristán, y Despensero al Colegio
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de las Nieves de Santa Fe, y después a administrar la hacienda nombrada Fucha propia del Colegio Máximo, desde donde pasó a dicho Colegio de Sacristán, y Operario; y últimamente, de Maestro de primeras Letras en el Colegio de Onda, donde se hallaba. Coadjutor Temporal formado, como así lo manifiesta, y firma de su nombre. En el Puerto de Santa María a siete de Marzo de mil Setecientos sesenta y ocho.
En julio de 1768 ya habían atravesado el océano unos 1.200 jesuitas indianos y, al conocer Campomanes que había 46 enfermos que no podían continuar el viaje a Italia, se dirige al Consejo para exponer que en estos valetudinarios “podrá tener mucha parte la afectación y artificio, de que han sido siempre tan fecundos, y no poca la indiscreta compasión de los médicos”81. Y el 15 de diciembre de ese mismo año remite el Consejo al señor Trigona el siguiente criterio de acción: “proceda V. S. a observar a dichos regulares con la mayor escrupulosidad haciendo embarcar en la primera ocasión a todos aquellos en quienes no se advierte peligro próximo de la vida por el hecho de pasar el Mar; y que a los que se quedasen por el grave motivo, los mantenga V. S. en reclusión, sin más condescendencia que la que la piedad de S. M. encarga en la Pragmática del extrañamiento”82. Todavía en junio de 1770 la junta médica se veía obligada a responder ante la presión de las autoridades reales como una especie de objeción de conciencia que “en el día se hallan algunos de dichos Regulares de más de ochenta años con accidentes habituales, tres ciegos, algunos paralíticos, otros tullidos, inaptos para andar, y muchos asmáticos, reconocen con concepto a lo que previene dicha Real Orden que Ninguno de todos tienen, a el que los ancianos y enfermos inclinan deseosos como dicen de la Libertad”83. Y como concluye Pacheco Albalate, “la consigna era inapelable: que no quedara un solo jesuita en la España borbónica de Carlos III”84. ¿Cuándo realizaron el tramo de Cádiz a Córcega? No lo hemos podido verificar, pero, si no fueron con los españoles, es lógico pensar que lo hicieron con el resto de americanos a quienes el 6 de junio de 1768 se les comunicó de nuevo la orden de abandonar España y partir para Córcega85. Salían de los dominios de España para enfrentar lo desconocido. La navegación hasta Córcega duró treinta días86. Breve sería la estancia en esta isla, AHN. Jesuitas, 456. Exp. 40, fol. 2.
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AHN. Jesuitas, 456. Exp. 40, fol. 2. Citado por Pacheco Albalate, El Puerto: ciudad clave, 160-161.
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AHN. Jesuitas, 456. Exp. 40, fol. 4v.
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Pacheco Albalate, El Puerto: ciudad clave, 162.
José Antonio Ferrer Benimeli, La expulsión y extinción de los jesuitas según la correspondencia diplomática francesa, t. II: Córcega y Paraguay (San Cristóbal, 1995), 105 y ss.
José Yarza, “Expulsio sociorum, 1767. Narratur historia laborum Societatis inter Indianos, quorum indoles et mores discribuntur. Iter exsulium Jesuitarum in Italiam. Suppressio Societatis. 1773”, en Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 84.
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pues, al pasar a poder de Francia según el Tratado firmado en Compiègne el 15 de marzo de 1768, Génova había vendido Córcega a la nación gala por un millón de francos87. A lo largo del mes de septiembre tuvieron que desalojar la isla corsa y otra vez se vieron obligados a vivir la amarga experiencia de ser expulsados de España, despedidos de Córcega, rechazados por Génova, a la vez que Roma les cerraba sus puertos88. Por fin, se determinó que los jesuitas fueran llevados a Porto Fino para de allí ser trasportados en pequeñas falúas a Sestri con orden de pasar por tierra al estado confinante de Parma y de aquí a su destino final, que fueron algunas pequeñas localidades de la Marca de Ancona y del ducado de Urbino, como Pesaro, Fano, Sanigaglia, Gubio y otras89. El P. José Yarza, cronista de los desterrados jesuitas neogranadinos, pinta la llegada de sus colegas neogranadinos a su destierro definitivo de la siguiente forma: “llegaron con los vestidos destrozados, faltos de fuerza, lánguidos, macilentos, descoloridos, quemados por el sol, tanto que los nativos del país mostraban horror, llenos de enfermedades y dolencias contraídas por la gran diversidad de climas, víveres, cárceles, navegaciones y, cuantos padecimientos se puede imaginar”90. Todavía es un campo virgen para la investigación la vida de los expatriados en el exilio italiano. Quizá no intuyeron que les tocaría vivir aún dos etapas amargas hasta el final de sus días. La primera, su dura vida como jesuitas exiliados (1767-1773) en las pequeñas ciudades de los Estados Pontificios que les dieron asilo, la segunda, el Breve Dominus ac Redemptor (1773)91 del Papa Clemente XIV, que ponía punto final a la biografía de la Orden religiosa fundada por Ignacio de Loyola. Tras ella, cada jesuita se vio obligado a romper con el pasado, iniciar una vida nueva y luchar por subsistir en un mundo que, en el mejor de los casos, toleraba a unos hombres que habían servido a la humanidad en todos los continentes conocidos.
Ferrer Benimeli, La expulsión y la extinción, 103. El documento lleva por título: Tratado entre el Rey y la Serenísima República para el envío de un cuerpo de tropas a Córcega.
Ferrer Benimeli, La expulsión y la extinción, 112.
Ferrer Benimeli, La expulsión y la extinción, 113-114. Según Giménez López y Martínez Gomis, en La expulsión y exilio de los jesuitas españoles, 201, los jesuitas americanos trazaron la siguiente ruta: 31 de agosto salen de Bastia; del 2 al 12 de septiembre permanecen anclados en Porto Fino; el 12 llegan a Sestri y permanecen hasta el 14, fecha en que comienzan su viaje a pie pasando por Campesi, San Pietro y Tuberoni. Del 15 al 18 atraviesan los montes hasta Borgo di Toro y en esta población descansan hasta el día 20. Ese mismo día 20 llegan a Fornovo y el 21, en carruajes, pasan ante las murallas de Parma y llegan a Reggio. El 22 pasan por Rubiera, comen en Módena y arriban a los estados Pontificios. Esa misma tarde avistan Bolonia, en cuyos alrededores pernoctan. El 23 cruzan por Castel San Pietro y se detienen en Imola. Y el 24 entran en Faenza.
Yarza, “Expulsio sociorum”, 1767, en Del Rey Fajardo, Documentos jesuíticos, t. III, 89.
El texto puede verse en Ferrer Benimeli, “La expulsión y extinción de los jesuitas según la correspondencia diplomática francesa. Tomo III. 1770-1773”, Paramillo, 17 (1998): 319-384.
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Esta decisión reducía a cenizas las ilusiones y las obras desarrolladas por los jesuitas en todo el mundo92. Los últimos informes de los moradores del colegio de Honda los recoge el Catálogo de Archimbaud93 que informa, por domicilios, cuál era la situación de cada exjesuita de la Provincia del Nuevo Reino en 1774. Por él sabemos que Juan Díaz murió en Ferrara el 24 de septiembre de 177294 y Juan de Fuentes y Carlos Benavente vivían en Fano el año 177495. El H. Manuel Tejada se secularizó el 11 de agosto de 1770. En 1774 vivía en Orciano y falleció en Forli el 30 de enero de 177696.
Véase: José Antonio Ferrer Benimeli, “Carlos III y la extinción de los jesuitas”, Paramillo, 9-10 (1990): 417-436; y “La expulsión y extinción de los jesuitas”, 5-386; Isidoro Pinedo Iparraguirre, “La intervención del Gobierno de Carlos III en el Cónclave de Clemente XIV (1769)”, Paramillo, 9-10 (1990): 437-449; y “El antiguo régimen, el Papado y la Compañía de Jesús (1767-1773)”, Paramillo, 14 (1995): 363-569.
Existen varios manuscritos de este documento, pero en nuestra investigación hemos utilizado el que reposa en el Archivo de Monumenta Historica Societatis Jesu (AMHSJ). Roma. Armadio, F-10. El Ms. romano tiene añadiduras posteriores que generalmente indican la fecha de defunción del exjesuita.
AMHSJ. Armadio F-10. Archimbaud. Relación individual de los Ex-jesuitas muertos de las Once Provincias de España e Indias desde la expulsión hasta el día 30 de junio de 1777. Por Don Juan Antonio de Archimbaud. Provincia del Nuevo Reino de Granada. No. 4417.
AMHSJ. Armadio F-10. Archimbaud. Relación individual de los Ex-jesuitas, Nos. 4418 y 4419.
AMHSJ. Armadio F-10. Archimbaud. Relación individual de los Ex-jesuitas, No. 4420.
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Alamín, Félix de. Falacias del demonio y de los vicios que apartan del Camino Real del Cielo […]. Madrid, en la imprenta de Blas Villanueva, 1714. 006 Alamín, Félix. La felicidad, o bienaventuranza natural y sobrenatural del hombre. Madrid, por Manuel Román, a costa de Vizente de Senosiain, mercader de libros, 1723. 005 Alapide, Cornelius: Véase: Den Steen, Cornelissen van. Lapide, Cornelius a. Álvarez de Toledo, Gabriel. Carta del Maestro de Niños a don Gabriel Álvarez de Toledo... En Zaragoza: s. n., 1713. 033 Amat de Graveson, Jacinto Ignacio. Historia ecclesiastica variis colloquiis digesta. Venetiis, 1738 [3 partes, 3 volúmenes. Los tomos de 1734 y 1744 no los hemos podido identificar]. 053 Andrade, Alonso. Avisos espirituales de Santa Theresa de Iesvs. Comentados por el Padre Alonso de Andrade de la Compañía de Jesús, natural de Toledo, y Calificador del Consejo Supremo de la Santa, y General Inquisición. En Madrid, por Gregorio Rodríguez, a costa de Gabriel de León, 1647. 008 Anónimo. Traslado del menologio de varones ilustres de la Compañia de Jesus, cuyos elogios aprobados por NN. PP. Generales se leen los dias, que corresponden en la Casa Professa de Roma; sacanse estos traslados fielmente traducidos à nuestro idioma, para mayor conveniencia de nuestros Colegios en su domestico uso y para mayor utilidad, exemplo è imitacion en los nuestros y para privada memoria y veneracion de nuestros mayores. En Madrid: s. n., 1729. 099 Aquino, Santo Tomás. Dos tomos de a folio. Título: Theologia y Philosophia. Edición año 1751. 002
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Arenas, Joseph Lorenzo de [pseudónimo de Salvador José Mañer]. Oráculo de la Europa consultado por los Príncipes de ella sobre los negocios presentes, políticos y militares. Madrid, Imprenta del Reyno, s. a. [1744]. 004 Ascempción, Antonio. Regla primitiva y constituciones del Carmen. Un tomo en 8.º. Su edición año 1736. 010 Barcia y Zambrana, José. Compendio de los cinco tomos del Despertador christiano. Olite, 1685. 014 (f) Barcia y Zambrana, José. Despertador christiano divino y eucharistico de Dios Trino y Uno y de Iesu-Christo... en los mysterios de sus festivadades. Barcelona, por Vicente Suria, 1695. 014 (d) Barcia y Zambrana, José. Despertador christiano marial de varios sermones de Maria Santissima N. S. en sus festividades. Madrid por Juan Garcia Infanzon, 1692. 014 (e) Barcia y Zambrana, José. Despertador christiano quadragesimal de sermones doctrinales para... la Quaresma: con remissiones copiosas al Despertador christiano de sermones. Madrid, por Antonio Roman, 1697. 014 (c) Bartoli, Daniel. Dell’ huomo di lettere difeso et emendato parti due. Venetia, peri il Zini, 1678. 013 Bellarmino, Roberto. Declaracion copiosa de la Doctrina Christiana compuesta de orden del Beatisimo Padre Clemente Octavo por el P. Roberto Belarmino de la Compañia de Jesus, Cardenal que fue de la Santa Iglesia Romana, traducida del italiano en castellano por Luis Vega con adiciones y exemplos. Madrid, 1745 [No hemos encontrado la edición de 1691]. 015 Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia, Segun la última edición corregida y aumentada por el autor. Dedicada a la Catholica Magestad de Nuestro Rey, y Señor D. Fernando Sexto (que Dios guarde). Tomo I. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Imprenta de D. Gabriel Ramirez, Criado de la Reyna Viuda nuestra Señora. Año de mdccli. 016 (1º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Tomo II. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta
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del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (2º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Tomo Tercero. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (3º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Tomo IV. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Imprenta de D. Gabriel Ramirez, Criado de la Reyna Viuda nuestra Señora. Año de mdccli. 016 (4º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Quarta Edad. Tomo Quinto. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (5º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Tomo VI. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (6º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la
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Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Tomo VII. Segunda edición en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernández, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (7º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Quinta Edad. Tomo octavo. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (8º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... V y VI Edad. Tomo nono. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (9º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Prosigue la VI Edad. Tomo decimo. Segunda edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, e imprenta del Supremo Consejo de la Inquisicion, y de la Reverenda Camara Apostolica. Año de mdccli. 016 (10º) Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... VI y VII Edad. Tomo undecimo. Tercera edicion en castellano. En Madrid: En la Oficina de Don Agustin de Gordejuela y Sierra, Calle del Carmen [s. a.]. 016 (11º)
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Berruyer, Isaac José. Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Septima Edad. Tomo Duodecimo. Tercera edicion en castellano. En Madrid: Año de mdccliii. 016 (12º) Biblia. Cuatro tomos. 012 Bonucci, Antonio María. Anatomiae Cordis Christi Domini lancea perfossi, duobus libris comprensa. Romae, typis Bernabó, 1703. 011 Breviario. 020 Buenaventura. Lengua zeraphica. Cuatro tomos en 8º. Su edición año de 1678. 017 Busembaum, Herman. Medvlla Theologiae moralis facili ac perspicua methodo resolvens casvs conscientiae Ex variis Probatisque authoribus concinnata. A. R. P. Hermano Bvsenbavm e Societate Iesv, S. Theolgiae Licenciato. Poenitentibus aeque ac Confessariis perquam utilis ac necessaria... Editio Prima, et nouissima Barcinonensis. Barcinone. Ex Typographia Antonii Caballeria, Anno 1690. 019 Cabassut (Cabasucio), Juan. Iuris canonici Theoria (et) Praxis: ad forum tam Sacramentale, quàm contentiosum, tum ecclesiasticum, tum saeculares... authore Joanne Cabassutio... Congregationis Oratorij... Lugduni: Laurentio Arnaud & Petro Berde, 1674. 028 Cabasucio. Véase: Cabassut. Calatayud, Pedro. Doctrinas Practicas, que suele explicar en sus Missiones el Padre Pedro de Calatayud, Maestro de Theologia, y Missionero Apostolico de la Compañia de Jesus, de la Provincia de Castilla. Dispuestas para desenredar y dirigir las conciencias, para alivio de los Curas y Rectores de Almas en dar pasto espiritual a sus ovejas, para mayor expedicion de los Confessores, y dilatacion de ánimo en oir Confessiones, y para mayor facilidad, y menos trabajo de los Missioneros y Predicadores Evangelicos en predicar, segun Dios, y en instruir, y doctrinar práctica, y oportunamente a los Pueblos. En Villagarcía. En la Imprenta del Seminario. Año de 1762 [El tercer tomo apareció en Logrono en 1754, con el título de Opusculos y Doctrinas Practicas, que para el gobierno interior y direccion de las almas y para el conocimiento, examen, y prueba de varios espiritus ofrece a sus Directores...]. 025 Calepino, Ambrosio. Ambrosii Calepini Dictionarium Octolingue, in quo latinis dictionibus hebreae, gallicae, italicae, germanicae, hispanicae atque anglicae adiecti sunt. Colonia, sumptibus Caldorianae Societatis, 1609. 027
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Calino, César. Sermones morales. Su edición año de 1752. 035 Cartagena, Juan. Homiliae Catholicae de Sacris arcanis christiana religionis ad Christum Dominum Spectantibus. Antuverpiae, 1622. 026 Casani, Joseph. Barones ilustres. Sin edición. 039. Véase: 040 Cassanaeus, Bartholomaeus [Chasseneux, Barthélemy]. Catalogus gloriae mundi, laudes, honores, excellentias ac prae-eminentias omnium fere rerum illius continens. Londres, 1546. 030 Cassani, Joseph. Glorias del segundo Siglo de la Compañia de Jesus, dibuxadas en las Vidas y Elogios de algunos de sus Varones Ilustres en virtud, y zelo de las almas, que han florecido desde el año 1640 primero del segundo Siglo, desde la aprobacion de la Religion. Escritas por el P. Joseph Cassani, de la misma Compañia. Dedicase al Venerable Augusto Soberano Sacramento, que debaxo de veinte y quatro milagrosamente incorruptas Formas, se venera en el Colegio de la misma Compañia de Alcalá y comunmente se nombra las Santissimas Formas de Alcalá. Con Licencia. En Madrid: Por Manuel Fernández, Impresor de Libros, Año de m.d.cc.xxxiv. [Tomo I y VII en el orden de Varones Ilustres, Obra que empezó el V. P. Juan Eusebio Nieremberg. Tomo II y VIII en el orden... de M.DCC.XXXVI. Tomo III y IX en el orden de Varones Ilustres, Obra, que empezó el P. Juan Eusebio Nieremberg. Dedicase a la Muy Ilustre Señora, la Señora Doña Eugenia Rodriguez de los Rios, Marquesa de Valdeolmos, de la Torrecilla, y Peña Tajada, Señora de las Casas, y Castillos de Lardez y de Boscan Alto, y Bajo. Con Licencia. En Madrid: Por Manuel Fernandez, Impressor de Libros, Año de M.DCC. XXXVI. Tres tomos en folio de 692 pgs. + 23 de preliminares; 679 pgs. + 6 de preliminares; 728 pgs. + 16 preliminares. De la Relacion inserta en las pp. 658-679. Del tomo II (VIII en el orden de Varones Ilustres) se hizo tirada aparte]. 040 Cassani, Joseph. Historia de la Provincia de la Compañia de Jhesus del Nuevo Reyno de Granada en la America, escrita por el P. Joseph Cassani de la misma Compañía. Un tomo de a folio bien tratado; en pergamino. En Madrid con licencia y aprobación. Año de 1741. 023 Castropalao, Hernando de. R. P. Ferdinandi de Castro Palao, Legionensis Soc. Iesv, Sacrae Theologiae Professoris, Et sanctae Inquisitionis Qaulificatoris & Consultoris; Operis Moralis, de Virtvtibvs, et Vitiis contrariis, In varios Tractatus, & Disputationes Theologicas distributi... Venetiis, Apud Nicolaum Pezzana, 1721. 029 Celada, Diego. Ivdith illvstris perpetuo Commentario Litterali et Morali, cum Tractatv Appendice de Ivdith Figvrata, in quo Virginis Deiparae laudes
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in Iuditha adumbratae, praedicantur... Lugduni, Sumpstibus Iacobi et Petri Prost, 1637. 024 Cervantes, Miguel de. Vida y hechos de don Quijote de la Mancha en dos tomos en 4º. Por Miguel de Cervantes Saavedra. Año de edición 1750. 101 Chasseneux, Barthélemy. Véase: Cassanaeus, Bartholomaeus. Claus. Conceptos morales. Su edición año de 1668. 036 Cliquet, Josef Faustin. La Flor del Moral, esto es, lo más florido, y selecto que se halla en jardín ameno, y dilatado campo de la Theología Moral. Madrid, Antonio Sanz, impresor de libros, 1733-1734. 032 Coca y Gotica, Diego de. Octava acorde, en cuya consonancia forman suave mística, en ocho dulcísima voces, los Maestros de la oratoria, que de varias sagradas Religiones concurrieron en el solemnísimo Octavario, que la Venerable Congregación de Clérigos Presbíteros de el Oratorio celebró en la dedicación de su nuevo Templo, consagrado a María Santísima, en el Misterio de su Inmaculada Concepción y a su glorioso Patriarca San Felipe Neri, en el día diez y ocho de Septiembre de el año de mil setecientos y diez y nueve… Cádiz, Herederos de Cristóbal de Requena [1720]. 078 Codorniu, Antonio. Indice de la Philosophia Moral, Christiano-Politica, dirigido a los Nobles de nacimiento y espiritu... Escrito por el P. Antonio Codorniu de la Compañia de Iesus, Cathedratico que fue de Philosophia y Theologia, y Examinador Synodal de varios Obispados. Gerona: Por Jaime Bro, Impressor y Librero en la calle de las Ballesterias. Año de 1746. 034 Comentarios de la guerra de España. Un tomo en 4º. Sin autor. Su edición año de 1710. 041 Concordancias de la Biblia. Su edición año de 1718. 022 Constituciones y decretos apostólicos de Regulares. Año de 1716. 037 Croisset, Juan. La devocion del Sagrado Corazon de Jesús, inspiróla Dios para bien universal de todo el mundo, a la V. M. Margarita María Alacoque, religiosa del orden de la Visitación que fundó S. Francisco de Sales, con la vida de esta prodigiosa virgen al fin del segundo tomo; la escribió en francés el R. P. Juan Croisset, de la Compañía de Jesús, y la ha traducido en castellano y aumentado el R. P. Peñalosa… Barcelona, en la imprenta de Mauro Martí. Año de 1741. 038 Daubenton, Guillermo. Vida del Bienaventurado Juan Francisco de Regis de la Compañía de Jesus escrita en lengua francesa por el R. P. Guillermo Daubenton, de la misma Compañía, Confesor de la Magestad Catolica. Y traducida en español por otro de la misma Compañía. En Madrid, por Francisco del Hierro, año 1717. 043
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Delicias de Ytalia. Su edición año de 1701. 042 Den Steen, Cornelissen Van. Véase: lapide, Cornelius A. Duhamel, Juan Bautista. Theologia speculatrix et practica... Tomus I. Venetiis, Apud Nicolaum Pezzana, 1734. 044 Epitome Instituti Societatis Iesv. Romae, MDCXXXIX. Ex Typographia Dominici Antonij Herculis. [Por el P. Curcio Sesti]. 046 Espejo, Luis. Corona de doce estrellas ideada en doze sermones por el P. Luis Espejo de la Compañia de Jhesus. Un tomo, nuevo, en cuarto; pergamino. En Barcelona con licencia. Año de 1744. 045 Faría, Francisco Javier. Vida y heroicas virtudes del Venerable Padre Pedro Velasco, Provincial que fue de la Compañía de Jesús de Nueva España. México, en la imprenta de Doña María de Ribera, 1753. 047 Fernandes Galvao, Francisco. Sermões das Festas dos Santos de Francisco Fernandes Galvão Doutor na sagrada Theologia, & Arcediago de Villa nova de Cerveira no Arcebispado de Braga, dirigidos a Senhora Dona Caterina Senhora dos Estados de Bragança; tirados de seus originaes & ordenados pelo Licenciado Amador Vieira Prior de Santiago de Travanca no Bispado de Coimbra. Em Lisboa: por Pedro Crasbeeck, 1613. 049 (b) Fernandes Galvao, Francisco. Sermões do Dr. Francisco Fernandes Galvão. Sevilha, Imp. Alonso Rodrigues Camara, 1615. 049 (a) Fernández Patiño y Prado, Gabriel. Origen de las ciencias: arte nuevo de leer, escribir y contar, con cinco formas de letras útiles... por Don Gabriel Fernandez Patiño y Prado... En Madrid, por Antonio Martinez..., 1753. 087 Flórez de Ocariz, Juan. Libro primero de las genealogías del Nuevo Reino de Granada. Madrid, Ioseph Fernandez de Buendia, 1674. 080 Galluzzi, Francisco María. Vida del Venerable Padre Antonio Baldinucci misionero apostolico de la Compañía de Jesus, escrita en italiano por el Padre Joseph Maria Gallucci de la misma Compañía. Y traducida al castellano por otro Padre también de la Compañía. México, en la Imprenta del Real y más antiguo Colegio de San Ildefonso, 1760. 051 Gigas, Gerónimo. De pensionibus ecclesiasticis, Hieronimo Gigante Forosemproniensi autore. Adiecta est in calce operis Tabula Quaestionum secundum ordinem quo sunt annotatae. Lugduni, apvd Gulielmum Rouillium sub Scuto Veneto, 1546 [No hemos identificado la edición de 1719]. 054 Gil de Godoy, Juan. El mejor Guzmán de los Buenos, N.P.S. Domingo, Patriarca de los Predicadores. Tomo Primero. Barcelona, en la Imprenta de Juan Pablo Marti, a costa de los Herederos de Gabriel de Leon, s.a., 1717. 048 Giustiniani, Francisco. El Atlas abreviado o el Nuevo Compendio de la Geografía Universal, Política, Histórica i Curiosa, según el estado presente del Mundo.
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Illustrado con quarenta i tres Mapas, i enriquecido con un breve Tratado de la Geografía Antigua mui util para los curiosos de la Historia Antigua. En León de Francia, por Jaime Certa, Año de 1739. 003 Granada, Luis. Tertius tomus concionum de tempore: quae a pascha dominicae resurrectionis ad sestum usque sacratissimi corporis Christi habentur, nunc primum in lucem editur autore R. P. F. Ludovico Granaten... Olysippone: Excudebat Antonius Riberius, expensis Ioannis Hispani, 1576. 050 Gumilla, Joseph. El Orinoco ilustrado. Historia Natural, Civil y Geographica, de este Gran Río, y de sus caudalosas vertientes: Govierno, usos, y costumbres de los indios sus habitantes, con nuevas y utiles noticias de Animales, Arboles, Aceytes, Resinas, Yervas, y Raíces medicinales: Y sobre todo, se hallarán conversiones muy singulares a nuestra Santa Fé, y casos de mucha edificacion. Escrita por el P. Joseph Gumilla, de la Compañía de Jesús, Missionero, y Superior de las Missiones del Orinoco, Meta, y Casanare, Calificador, y Consultor del Santo Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias, y Examinador Synodal del mismo Obispado, Provincial que fue de su Provincia del Nuevo Reyno de Granada, y actual Procurador a entrambas Curias, por sus dichas Missiones y Provincia. Madrid, Por Manuel Ferndandez, 1741. 052 Haeftenus (van Haeften), Benito. Schola cordis, sive auersi a Deo cordis ad eundem reductio et instructio auctore D. Benedicto Haefteno... Ordinis S. Benedicti... Antuerpiae, typis Hieronymi Verdussi, 1629. 055 Institutum Societatis Jesu ex Decreto Congregationis Generalis Decimae Quartae meliorem in ordinem digestum, auctum, ac denuo recusum. Pragae, typis Universitatis Carolo-Ferdinandeae in Collegio Societatis Jesu ad S. Clementem, Anno 1705. 056 Instruccion y memoria de lo que se ha de leer cada seis meses en tiempo de Renovacion. Un tomo en 4º. Su edición año de 1662. 057 Izquierdo, Sebastián. Praxis exercitiorum spiritualium P. N. S. Ignatii. Auctore P. Sebastiano Izquierdo Alcarazense Societatis Iesu. Romae, Typis Ioannis Francisci Buagni, 1695. 009 La Mothe le Vayer, François de. Escuela de principes y caualleros, esto es la geografía, retorica, la moral, economica, politica, logica y física compuesta por el señor de la Mota Levayer; sacada en toscano por el Abbad Escipion Alerano Boloñes y nuevamente traducida en lengua española y añadida de algunas cosas... por el P. F. Alonso Manrique de predicadores... En Palermo, por Thomas Romolo. Impr. Vanni V. G. Impr. Homa F. P., 1688. 065
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Lacroix, Claudio. Theologia Moralis Antehac ex probatis Auctoribus breviter concinnata a R. P. Herman. Busenbaum Societatis Jesu, SS. Theologiae Licentiato; Nunc pluribus partibus aucta a R. P. Claudio la Croix ejusdem Societ. Jessu. SS. Theologiae in Universitate Coloniensi Doctore et Profesore Publico. Tomus I. Coloniae Agrippinae, apud Servatium Noethen, Anno 1707. 061 Lapide, Cornelius A. 031 (f) Lapide, Cornelius A. Commentaria in Acta Apostolorum, Epistolas Canonicas et Apocalypsin. Antverpiae, 1627. 031 (g) Lapide, Cornelius A. Commentaria in Ecclesiasticvm... Antverpiae, 1634. 031 (b) Lapide, Cornelius A. Commentaria in qvatvor Prophetas Maiores... Antverpiae, 1622. 031 (c) Lapide, Cornelius A. Commentaria in Salomonis Proverbia... Antverpiae, 1635. 031 (d) Lapide, Cornelius A. Commentarii in Ecclesiasten... Antverpiae, 1638. 031 (e) Lapide, Cornelius A. Commentarivs in qvatuor Evangelia... Antverpiae, 1639. 031 (a) Lapide, Cornelius A. Génesis. 031 (h) Larraga, Francisco. Promptuario de la Theologia Moral, muy util para todos los que se han de exponer de confesores y para la debida administracion del Santo Sacramento de la Penitencia. Nuevamente reconocido, corregido y añadido por su autor en esta impresion que es la tercera. Por el Rmo. P. M. [Madrid, Juan de la Sierra, 1727]. 060 Larralde, Juan Ignacio de. Annus Sanctus, poëtice concinnatus, in quo Omnia sanctae ecclesiae festa, tum de tempore, tum de sanctis brevi, perspicua methodo, et multigena versuum varietate celebrantur… Matriti, anno Domini, 1719 [sin impresor]. 062 Laserbe, Fray Zacarias. Sermones morales. Su edición año de 1755. 059 Letanias. Su edición año de 1736. 063 Lorenzo de san Nicolás. Arte y uso de arquitectura... con el primer libro de Euclides: traducido de latin en romance: primera parte compuesto por... Lorenzo de S. Nicolás, agustino descalzo... En Madrid: por Manuel Román, 1736. 058 Lucas de Arcones, Andrés. Isaiae Prophetae dilucidatio literalis mystica et moralis, exornata discursuum varietate auctore P. Andrea Luca de Arcones, e Societate Iesu, Granatensi, in Collegio Diui Pauli Diuinorum oraculorum interprete. Cum triplici Indice. I. Sermonum ad Quadragessimam, Aduentum Christi Domini, Eucharistiae, Beatae Virginis
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praecipua mysteria; el aliquorum Sanctorum festiuitatem attinentium. II. Locorum Sacrae Scripturae. III. Rerum et verborum copiosissimo. Lugduni, sumpt. Laurentii Durand, 1642. 007 Manual de guerra. 067 Manual para administrar los santos sacramentos. 072 Manuale pastorum pro administrandis Sacramentis. 071 Mañer, Salvador José. Pseudónimo de Arenas, Joseph Lorenzo de. Mazzota, Nicolás. R. P. Nicolai Mazzota Societatis Jesu. Theologia moralis omnem rem moralem absolutissime complectens ad mentem praecipue R. P. Claudi Lacroix. Un tomo, folio marca mayor, nuevo; en pergamino. En Bolonia con aprobación, 1754. 073 Miralles Marín, Ginés. Escuela de Daniel: discursos políticos y morales a su profecía. Madrid, Imprenta de Juan Ariztia, 1722. 068 Misal Romano. Su edición año de 1651. 066 Montanos, Francisco. Arte de canto llano, con entonaciones de coro y Altar y otras cosas compuesto por Francico Montanos, y aora nuevamente corregido, y aumentado. En Madrid, en la imprenta de Musica, hallarase en casa de Juan Estevan Bravo..., 1712. 069 Moya, Mateo de. Selectae quaestiones ex Praecipuis Theologiae Moralis Tractatibus. De opinioni probabili. De Religioni. De Poenitentia. De aliis Sacramentis. De Censuris et ex aliis miscellaneae. Editio tertia. Matriti, ex Typographia Antonii Gonçalez a Reyes, 1678. 070 Naxera, Juan de. Maignanus redivivus: sive de vera quidditate accidentium in eucharistia, juxta novo-antiquam maignani doctrinam dissertatio physico-theologica, in tres partes divisa per R. P. F. Joannem de Naxera, Ordinis Minimorum Sancti Francisci de Paula... Tolosae: Typis Molybdianis, 1720. 074 Nebrija. Bocabulario sin principio. 077 Nepveu, Francisco. Pensamientos o reflexiones christianas para todos los dias del año. Escritos por el Rdo. Padre Francisco Nepueu de la Compañia de Jesus. Y aora traducidos en Castellano... Año 1764. Barcelona: En la Imprenta de Jayme Osset, Mercader de Libros [Esta es la primera edición en castellano]. 076 Nieremberg, Juan Eusebio. De la diferencia entre lo Temporal y Eterno. Crisol de desengaños, con la memoria de la eternidad, postrimerías humanas, y principales misterios Divinos. Madrid, 1675 [Primera edición, 1640. Diversas ediciones]. 075 Oficia Sanctorum. Dos tomos: 1 en 4º, su edición año de 1739. Y el otro en 8.º, edición año de 1751. 079
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Oficio y misa para el dia de Corpus Christi. Su edición año 1702. 082 Oviedo, Juan Antonio de. Elogios de muchos hermanos coadjutores de la Compañia de Jesus, que en las quarto (sic) partes del Mundo han florecido con grandes creditos de Santidad. Recogiolos de muchos autores el Padre Juan Antonio de Oviedo de la misma Compañia. Prefecto de la Ilustre Congregacion de la Purissima, y Calificador del Santo Oficio. Primera parte, en que se contienen los seis primeros meses del año; y los dedica A sus Carissimos Hermanos Coadjutores de toda la Compañia, y especialmente a los de esta Provincia de Nueva España. En Mexico en la Imprenta de la Viuda de D. Joseph Bernardo del Hogal. Año de 1755. 083 Oviedo, Juan Antonio. El apostol mariano representado en la vida del V. P. Juan María de Salvatierra, de la Compañía de Jesus, fervoroso misionero de la provincia de Nueva-España y conquistador apostólico de las Californias. Escrita difusa y eruditamente por el P. Miguel Venegas… y reducida a breve compendio por el P. Juan Antonio de Oviedo… México, en la imprenta de doña María de Ribera, Impressora del Nuevo Rezado. Año 1754. 081 Párraga, Gabriel. Defensa De Los Nvevos Christianos, Y Missioneros De La China, Japon Y Indias. Contra dos libros intitulados, la Practica Moral de los Jesuitas, y el Espiritu de M. Arnaldo. Traducida de frances en español de la segunda impression, hecha en Paris, en casa de Estevan Michallet, Impressor Mayor del Rey, en la Calle de Santiago, a la Insignia de San Pablo, año 1688. Por Don Gabriel de Parraga, Gentil-hombre de la Casa de su Magestad, que la dedica al Santissimo Christo de las Injurias, sita en la Iglesia de San Millàn desta Corte. Con licencia. En Madrid: Por Antonio Roman. Año de 1690. 086 Pasqual, Miguel Ángel. El oyente preservado y fortalecido, en una mission practicada, que en prosecución y complemento de su obra comenzada, saca a la luz, y ofrece a todo género de personas, dividida en tres Partes. El P. Miguel Pasqual, de la Compañia de Jesus. Tomo septimo. Parte Segund... Año 1698. Con licencia. En Valencia, por Diego de Vega, impressor de Libros. 085 Pereyra, Benito. Pallas togata et armata documentis politicis in problemata humaniora digestis, & in utroque pacis belliq[ue] statu rempublicam formantibus, varia historicae atq[ue] poeticae eruditionis supellectili ornatur opus humaniorum literarum professoribus, ipsis que etiam concionatoribus per quàm utile authore Benedicto Pereyra [...] Eborae, Apud Emmanuelem Carvalho Ducis & Academiae typographum, 1636. 088 Pérez de Montalbán, Juan. Sucesos y prodigios de amor. Novelas ejemplares compuesta por el Dr. D. Juan Perez de Montalván, natural de Madrid y
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Notario del Santo Oficio de la Inquisicion. Añadidas aora nuevamente las tres novelas que están en su Para-Todos. Barcelona, por Pablo Campins impressor, 1734. 064 Practica de los ejercicios de San Ignacio. Su edición año de 1688. 084 Ramos Evangélicos. Sermones panegiricos. Su edición año 1724. 089 Regel. Un tomo en octavo en lengua alemana. Su edición año de 1752. 092 Rodríguez, Alonso. Exercio de Perfeccion, y virtudes cristianas por el Padre Alonso Rodriguez de la Compañia de Jesus natural de Valladolid. Dividido en tres partes. Dirigido a los Religiosos de la misma Compañía. 091 Rodríguez, Amador. De modo et forma videndi & examinandi processum in causis civilibus: divisa in duodecim capita authore... Amatore Rodriguez... Madriti, ex typographia Alphonsi Martin, a costa de Antonio Rodriguez, mercader de libros, 1609. 090 Sartolo, Bernardo. El eximio doctor, y venerable Padre Francisco Suarez, de la Compañia de Jesus, en la fiel Imagen de sus heoricas virtudes, por el P. Bernardo Sartolo, de la misma Compañia, Cathedratico de Theologia, en su Real Colegio de Salamanca, y Calificador del Santo Oficio. Con licencia de los Superiores. En Salamanca: por Andres Garcia de Castro, Impressor de la Universidad, Año de 1693. 095 Savila, Francisco. Nueva Cyropedia, o los viajes de Cyro. Y un discurso sobre la Mythologia que escribio en lengua francesa Monsieur de Ramsay, con una carta de Monsieur Fréret, en que manifiesta la exacta Chronologia de la obra. Lo que tradujo el año de 1732 en lengua castellana Don Francisco Savila. Barcelona, Hros. De Juan Pablo y María Martí, 1738. 096 Señeri, Pablo. Veinte tomos en 4.º, uno de ellos en lengua portuguesa, su edición año de 1718 y los otros 19 en castellano. 097 Serlio, Sebastián. [Libro tercero [-quarto] de architectura de Sebastian Serlio boloñes tr. de toscano en lengua castellana por Francisco de Villalpando]. Impresso en Toledo: En Casa de Iuan de Ayala, 1573. 093 Squarzafigo, Pedro María. Tractatus de dispensationibus in foro conscientiae impertiendis seu pro solo concientiae foro [valituris]. Auctore P. Petro Maria Squarzafigo Societatis Jesu. Un tomo en cuarto; pergamino, bien tratado. En Madrid con aprobación y privilegio, 1727. 094 Taguada. Sermones de santos en Lengua portuguesa. Un tomo en 4º. Sin edición. 100 Torrecilla, Martín. Theologia moral. Cinco tomos de folio. Su edición año de 1694; dos año de 1691; otro, título: Consultas apologeticas año de 1694; otro título Consultas morales esposición de la las proposiciones condenadas año de 1693.
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Torrecilla, Martín (a) (b) (c) Consultas morales y exposicion de las proposiciones condenadas por nuestros muy Santos Padres Inocencio XI y Alejandro VII su autor el r.p.m.fr. Martin de Torrecilla... de la orden de menores capuchinos. Quarta impression. En Madrid: en la imprenta de Juan Garcia Infanzon: a costa de los herederos de Gabriel de Leon, 1693. 098 Van Haeften, Ver: Haeftenus, Benito. Vasquez, Dionisio. Martyrologio Romano. Traduzido de Lengua Latina en la Española por Dionysio Vasquez de la Compañia de Jesus. Valladolid, 1586. 021 Vergara, Fernando. Breve Noticia de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro, erigida en la Iglesia de la Compañía de Jesús de la Ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada. Su autor el P. Fernando de Bergara, Prefecto de dicha Congregación; quien la dedica a María Santíssima, con título del Socorro. Madrid, 1760]. 018 Vieira, Antonio. El V. P. Antonio de Vieyra de la Compañia de Jesus. Todos sus sermones, y obras diferentes, que de su original Portuguès se han traducido en Castellano. Reducidos esta primera vez a orden, è impressos en quatro Tomos. 103 Vieira, Antonio. R. P. Antonio Vieyra, de la Compañía de Jesús. Sermones varios traducidos en castellano de su original portugués. Tomo 1. En Madrid, en la imprenta de Agustín Fernández, 1711. 103 Viesmeet, V. Derecho canónico. Dos tomos de a folio. Su edición, año de 1706. 104 Villavicencio, Juan Joseph de. Vida y virtudes de el Venerable, y apostolico Padre Juan de Ugarte de la Compañia de Jesus, Missionero de las Islas Californias, y uno de sus primeros conquistadores. Escrita por el P. Juan Joseph de Villavicencio de la misma Compañia... Impressa en Mexico, en la Imprenta del Real, y mas Antiguo Colegio de San Ildefonso. Año de 1752. 102 Ximenez Arias, Diego. Lexicon ecclesiasticum latino-hispanicum, ex sacris bibliis, conciliis, pontificum decretis, divorum vitis, variis dictionariis aliisque probatissimis scriptoribus concinnatum sservata ubique vera etymologiae, ortographiae & accentus ratione. Barcinone, ex Typ. Petri Escudèr, venditur ipsius domi atque Jacobi Ossèt & Mauri Marti, 1750. 001 [Solo hemos encontrado el siguiente libro sin autor: Regla primitiva y constituciones de los religiosos descalzos de el Orden de la Bienaventurada Virgen Maria de el Monte Carmelo, de la Primitiva Observancia, de la Congregación de España... traducidas de el idioma latino en castellano. En Madrid, por Don Miguel Francisco Rodriguez, 1736.]
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Ambrosii Calepini Dictionarium Octolingue, in quo latinis dictionibus hebreae, gallicae, italicae, germanicae, hispanicae atque anglicae adiecti sunt. Colonia, sumptibus Caldorianae Societatis, 1609. Calepino, Ambrosio. 027 Anatomiae Cordis Christi Domini lancea perfossi, duobus libris comprensa. Romae, typis Bernabó, 1703. Bonucci, Antonio María. 011 Annus Sanctus, poëtice concinnatus, in quo Omnia sanctae ecclesiae festa, tum de tempore, tum de sanctis brevi, perspicua methodo, et multigena versuum varietate celebrantur… Matriti, anno Domini, 1719 [sin impresor]. Larralde, Juan Ignacio de. 062 Arte de canto llano, con entonaciones de coro y Altar y otras cosas compuesto por Francico Montanos, y aora nuevamente corregido, y aumentado. En Madrid, en la imprenta de Musica, hallarase en casa de Juan Estevan Bravo..., 1712. Montanos, Francisco. 069 Arte y uso de arquitectura... con el primer libro de Euclides: traducido de latín en romance: primera parte compuesto por... Lorenzo de S. Nicolás, agustino descalzo... En Madrid: por Manuel Román, 1736. Lorenzo de san Nicolas. 058 Avisos espirituales de Santa Theresa de Iesvs. Comentados por el Padre Alonso de Andrade de la Compañía de Jesús, natural de Toledo, y Calificador del Consejo Supremo de la Santa, y General Inquisición. En Madrid, por Gregorio Rodríguez, a costa de Gabriel de León, 1647. Andrade Alonso. 008 Barones ilustres, sin edición. Casani, Joseph. 039 Véase: 040 Biblia, cuatro tomos. 012
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Bocabulario sin principio. Nebrija. 077 Breve Noticia de la Congregación de Nuestra Señora del Socorro, erigida en la Iglesia de la Compañía de Jesús de la Ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada. Su autor el P. Fernando de Bergara, Prefecto de dicha Congregación; quien la dedica a María Santíssima, con título del Socorro. Madrid, 1760. Vergara, Fernando. 018 Breviario. 020 Carta del Maestro de Niños a don Gabriel Álvarez de Toledo... En Zaragoza: s. n., 1713. Álvarez de Toledo, Gabriel. 033 Catalogus gloriae mundi, laudes, honores, excellentias ac prae-eminentias omnium fere rerum illius continens. Londres, 1546. Cassanaeus, Bartholomaeus [Chasseneux, Barthélemy]. 030 Comentarios de la guerra de España. Un tomo en IV. Su edición año de 1710. Sin autor. 041 Commentaria in Acta Apostolorum, Epistolas Canonicas et Apocalypsin. Antverpiae, 1627. Lapide, Cornelius A. 031 (g) Commentaria in Ecclesiasticvm... Antverpiae, 1634. Lapide, Cornelius A. 031 (b) Commentaria in qvatvor Prophetas Maiores... Antverpiae, 1622. Lapide, Cornelius a. 031 (c) Commentaria in Salomonis Proverbia... Antverpiae, 1635. Lapide, Cornelius a. 031 (d) Commentarii in Ecclesiasten... Antverpiae, 1638. Lapide, Cornelius A. 031 (e) Commentarivs in qvatuor Evangelia... Antverpiae, 1639. Lapide, Cornelius a. 031 (a) Compendio de los cinco tomos del Despertador christiano. Olite, 1685. Barcia y Zambrana, José. 014 (f) Conceptos morales. Su edición año de 1668. Claus. 036 Concordancias de la Biblia. Su edición año de 1718. 022 Constituciones y decretos apostólicos de Regulares. Año de 1716. 037 Consultas morales y exposicion de las proposiciones condenadas por nuestros muy Santos Padres Inocencio XI y Alejandro VII su autor el r.p.m.fr. Martin de Torrecilla... de la orden de menores capuchinos. Quarta impression. En Madrid: en la imprenta de Juan Garcia Infanzon: a costa de los herederos de Gabriel de Leon, 1693. Torrecilla, Martín. 098 Corona de doce estrellas ideada en doze sermones por el P. Luis Espejo de la Compañia de Jhesus. Un tomo, nuevo, en cuarto; pergamino. En Barcelona con licencia. Año de 1744. Espejo, Luis. 045
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De la diferencia entre lo Temporal y Eterno. Crisol de desengaños, con la memoria de la eternidad, postrimerías humanas, y principales misterios Divinos. Madrid, 1675. Primera edición, 1640. Diversas ediciones. Nieremberg, Juan Eusebio. 075 De modo et forma videndi & examinandi processum in causis civilibus: divisa in duodecim capita authore... Amatore Rodriguez... Madriti, ex typographia Alphonsi Martin, a costa de Antonio Rodriguez, mercader de libros, 1609. Rodriguez, Amador. 090 De pensionibus ecclesiasticis, Hieronimo Gigante Forosemproniensi autore. Adiecta est in calce operis Tabula Quaestionum secundum ordinem quo sunt annotatae. Lugduni, apvd Gulielmum Rouillium sub Scuto Veneto, 1546 [No hemos identificado la edición de 1719]. Gigas, Gerónimo. 054 Declaracion copiosa de la Doctrina Christiana compuesta de orden del Beatisimo Padre Clemente Octavo por el P. Roberto Belarmino de la Compañia de Jesus, Cardenal que fue de la Santa Iglesia Romana, traducida del italiano en castellano por Luis Vega con adiciones y exemplos. Madrid, 1745. No hemos encontrado la edición de 1691. Bellarmino, Roberto. 015 Defensa De Los Nvevos Christianos, Y Missioneros De La China, Japon Y Indias. Contra dos libros intitulados, la Practica Moral de los Jesuitas, y el Espiritu de M. Arnaldo. Traducida de frances en español de la segunda impression, hecha en Paris, en casa de Estevan Michallet, Impressor Mayor del Rey, en la Calle de Santiago, a la Insignia de San Pablo, año 1688. Por Don Gabriel de Parraga, Gentil-hombre de la Casa de su Magestad, que la dedica al Santissimo Christo de las Injurias, sita en la Iglesia de San Millàn desta Corte. Con licencia. En Madrid: Por Antonio Roman. Año de 1690. Párraga, Gabriel. 086 Delicias de Ytalia. Su edición año de 1701. 042 Dell’ huomo di lettere difeso et emendato parti due. Venetia, peri il Zini, 1678. Bartoli, Daniel. 013 Derecho canónico. Su edición, año de 1706. Viesmeet, V. 104 Despertador christiano de Sermones doctrinales sobre particulares assumptos... tomo tercero... su autor... Don Joseph de Barcia y Zambrana, Obispo de Cadiz... En Madrid, en la imprenta de Manuel Roman... a costa de los herederos de Gabriel Leon..., 1719. Barcia y Zambrana, José. 014 (a) Despertador christiano de sermones doctrinales... tomo tercero... su autor... don Joseph de Barcia y Zambrana, Obispo de Cadiz... En Cadiz, en casa de Christoual de Requena..., 1694. Barcia y Zambrana, José. 014 (b)
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Despertador christiano divino y eucharistico de Dios Trino y Uno y de IesuChristo... en los mysterios de sus festivadades. Barcelona, por Vicente Suria, 1695. Barcia y Zambrana, José. 014 (d) Despertador christiano marial de varios sermones de Maria Santissima N. S. en sus festividades. Madrid por Juan Garcia Infanzon, 1692. Barcia y Zambrana, José. 014 (e) Despertador christiano quadragesimal de sermones doctrinales para... la Quaresma: con remissiones copiosas al Despertador christiano de sermones. Madrid, por Antonio Roman, 1697. Barcia y Zambrana, José. 014 (c) Dictionarium Octolingue, in quo latinis dictionibus hebreae, gallicae, italicae, germanicae, hispanicae atque anglicae adiecti sunt. Colonia, sumptibus Caldorianae Societatis, 1609. Calepino, Ambrosio. 027 Doctrinas Practicas, que suele explicar en sus Missiones el Padre Pedro de Calatayud, Maestro de Theologia, y Missionero Apostolico de la Compañia de Jesus, de la Provincia de Castilla. Dispuestas para desenredar y dirigir las conciencias, para alivio de los Curas y Rectores de Almas en dar pasto espiritual a sus ovejas, para mayor expedicion de los Confessores, y dilatacion de animo en oir Confessiones, y para mayor facilidad, y menos trabajo de los Missioneros y Predicadores Evangelicos en predicar, segun Dios, y en instruir, y doctrinar practica, y oportunamente a los Pueblos. En Villagarcía. En la Imprenta del Seminario. Año de 1762. El tercer tomo apareció en Logrono en 1754 con el título de Opusculos y Doctrinas Practicas, que para el gobierno interior y direccion de las almas y para el conocimiento, examen, y prueba de varios espiritus ofrece a sus Directores...]. Calatayud, Pedro. 025 El apostol mariano representado en la vida del V. P. Juan María de Salvatierra, de la Compañía de Jesus, fervoroso misionero de la provincia de Nueva-España y conquistador apostólico de las Californias. Escrita difusa y eruditamente por el P. Miguel Venegas… y reducida a breve compendio por el P. Juan Antonio de Oviedo… México, en la imprenta de doña María de Ribera, Impressora del Nuevo Rezado. Año 1754. Oviedo, Juan Antonio. 081 El Atlas abreviado o el Nuevo Compendio de la Geografía Universal, Política, Histórica i Curiosa, según el estado presente del Mundo. Illustrado con quarenta i tres Mapas, i enriquecido con un breve Tratado de la Geografía Antigua mui util para los curiosos de la Historia Antigua. En León de Francia, por Jaime Certa, Año de 1739. Giustiniani, Francisco. 003 El eximio doctor, y venerable Padre Francisco Suarez, de la Compañia de Jesus, en la fiel Imagen de sus heoricas virtudes, por el P. Bernardo Sartolo, de la misma Compañia, Cathedratico de Theologia, en su Real Colegio
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de Salamanca, y Calificador del Santo Oficio. Con licencia de los Superiores. En Salamanca: por Andres Garcia de Castro, Impressor de la Universidad, Año de 1693. Sartolo, Bernardo. 095 El mejor Guzmán de los Buenos, N.P.S. Domingo, Patriarca de los Predicadores. Tomo Primero. Barcelona, en la Imprenta de Juan Pablo Marti, a costa de los Herederos de Gabriel de Leon, s. a., 1717. Gil de Godoy, Juan. 048 El Orinoco ilustrado. Historia Natural, Civil y Geographica, de este Gran Río, y de sus caudalosas vertientes: Govierno, usos, y costumbres de los indios sus habitantes, con nuevas y utiles noticias de Animales, Arboles, Aceytes, Resinas, Yervas, y Raíces medicinales: Y sobre todo, se hallarán conversiones muy singulares a nuestra Santa Fé, y casos de mucha edificacion. Escrita por el P. Joseph Gumilla, de la Compañía de Jesús, Missionero, y Superior de las Missiones del Orinoco, Meta, y Casanare, Calificador, y Consultor del Santo Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias, y Examinador Synodal del mismo Obispado, Provincial que fue de su Provincia del Nuevo Reyno de Granada, y actual Procurador a entrambas Curias, por sus dichas Missiones y Provincia. Madrid, Por Manuel Ferndandez, 1741. Gumilla, Joseph. 052 El oyente preservado y fortalecido, en una mission practicada, que en prosecucion y complemento de su obra comenzada, saca a la luz, y ofrece a todo genero de personas, dividida en tres Partes. El P. Miguel Pasqual, de la Compañia de Jesus. Tomo septimo. Parte Segund... Año 1698. Con licencia. En Valencia, por Diego de Vega, impressor de Libros. Pasqual, Miguel Angel. 085 El V. P. Antonio de Vieyra de la Compañia de Jesus. Todos sus sermones, y obras diferentes, que de su original Portuguès se han traducido en Castellano. Reducidos esta primera vez a orden, è impressos en quatro Tomos. Vieira, Antonio. 103 Elogios de muchos hermanos coadjutores de la Compañia de Jesus, que en las quarto partes del Mundo han florecido con grandes creditos de Santidad. Recogiolos de muchos autores el Padre Juan Antonio de Oviedo de la misma Compañia. Prefecto de la Ilustre Congregacion de la Purissima, y Calificador del Santo Oficio. Primera parte, en que se contienen los seis primeros meses del año; y los dedica A sus Carissimos Hermanos Coadjutores de toda la Compañia, y especialmente a los de esta Provincia de Nueva España. En Mexico en la Imprenta de la Viuda de D. Joseph Bernardo del Hogal. Año de 1755. Oviedo, Juan Antonio de. 083 Epitome Instituti Societatis Iesv. Romae, mdcxxxix. Ex Typographia Dominici Antonij Herculis [Por el P. Curcio Sesti]. 046
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Escuela de Daniel: discursos políticos y morales a su profecía. Madrid, Imprenta de Juan Ariztia, 1722. Miralles Marin, Ginés. 068 Escuela de principes y caualleros, esto es la geografía, retorica, la moral, economica, politica, logica y física compuesta por el señor de la Mota Levayer; sacada en toscano por el Abbad Escipion Alerano Boloñes y nuevamente traducida en lengua española y añadida de algunas cosas... por el P. F. Alonso Manrique de predicadores... En Palermo, por Thomas Romolo. Impr. Vanni V. G. Impr. Homa F. P., 1688. La Mothe le Vayer, François de. 065 Exercio de Perfeccion, y virtudes cristianas por el Padre Alonso Rodriguez de la Compañia de Jesus natural de Valladolid. Dividido en tres partes. Dirigido a los Religiosos de la misma Compañía. Rodriguez, Alonso. 091 Falacias del demonio y de los vicios que apartan del Camino Real del Cielo […]. Madrid, en la imprenta de Blas Villanueva, 1714. Alamín, Félix de. 006 Génesis. Lapide, Cornelius A. 031 (h) Glorias del segundo Siglo de la Compañia de Jesus, dibuxadas en las Vidas y Elogios de algunos de sus Varones Ilustres en virtud, y zelo de las almas, que han florecido desde el año 1640 primero del segundo Siglo, desde la aprobacion de la Religion. Escritas por el P. Joseph Cassani, de la misma Compañia. (Tomo I y VII en el orden de Varones Ilustres, Obra que empezó el V. P. Juan Eusebio Nieremberg). Dedicase al Venerable Augusto Soberano Sacramento, que debaxo de veinte y quatro milagrosamente incorruptas Formas, se venera en el Colegio de la misma Compañia de Alcalá y comunmente se nombra las Santissimas Formas de Alcalá. Con Licencia. En Madrid: Por Manuel Fernandez, Impresor de Libros, Año de M.D.CC.XXXIV. Tomo II y VIII en el orden... de M.DCC.XXXVI. Tomo Tercero y Nono en el orden de Varones Ilustres, Obra, que empezó el P. Juan Eusebio Nieremberg. Dedicase a la Muy Ilustre Señora, la Señora Doña Eugenia Rodriguez de los Rios, Marquesa de Valdeolmos, de la Torrecilla, y Peña Tajada, Señora de las Casas, y Castillos de Lardez y de Boscan Alto, y Bajo. Con Licencia, En Madrid: Por Manuel Fernandez, Impressor de Libros, Año de M.DCC.XXXVI. Tres tomos en folio de 692 pgs. + 23 de preliminares; 679 pgs. + 6 de preliminares; 728 pgs. + 16 preliminares. De la Relacion inserta en las pp. 658-679 del tomo II (VIII en el orden de Varones Ilustres) se hizo tirada aparte]. Cassani, Joseph. 040 Historia de la Provincia de la Compañia de Jhesus del Nuevo Reyno de Granada en la America, escrita por el P. Joseph Cassani de la misma Compañía. Un tomo de a folio bien tratado; en pergamino. En Madrid con licencia y aprobación. Año de 1741. Cassani, Joseph. 023
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Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañía. Berruyer, Isaac José. 016 (1º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Berruyer, Isaac José. 016 (2º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Berruyer, Isaac José. 016 (3º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Berruyer, Isaac José. 016 (4º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Quarta Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (5º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Berruyer, Isaac José. 016 (6º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y
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traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Berruyer, Isaac José. 016 (7º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Quinta Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (8º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... V y VI Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (9º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Prosigue la VI Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (10º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... VI y VII Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (11º) Historia del Pueblo de Dios, desde su origen, hasta el Nacimiento del Messias: sacada solamente de los Libros Santos, o el Sagrado Texto de los Libros del Antigo Testamento, reducido a un cuerpo de Historia. Escrita en el Idioma Frances por el P. Isaac Joseph Berruyer, de la Compañia de Jesvs. Y traducida al Español por el P. Antonio Espinosa de la misma Compañia... Septima Edad. Berruyer, Isaac José. 016 (12º) Historia ecclesiastica variis colloquiis digesta. Venetiis, 1738, 3 partes en 3 volúmenes [Los tomos de 1734 y 1744 no los hemos podido identificar]. Amat de Graveson, Jacinto Ignacio. 053 Homiliae Catholicae de Sacris arcanis christiana religionis ad Christum Dominum Spectantibus. Antuverpiae, 1622. Cartagena, Juan. 026 Indice de la Philosophia Moral, Christiano-Politica, dirigido a los Nobles de nacimiento y espiritu... Escrito por el P. Antonio Codorniu de la Compañia de Iesus, Cathedratico que fue de Philosophia y Theologia, y
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Examinador Synodal de varios Obispados. Gerona: Por Jaime Bro, Impressor y Librero en la calle de las Ballesterias. Año de 1746. Codorniu, Antonio. 034 Institutum Societatis Jesu ex Decreto Congregationis Generalis Decimae Quartae meliorem in ordinem digestum, auctum, ac denuo recusum. Pragae, typis Universitatis Carolo-Ferdinandeae in Collegio Societatis Jesu ad S. Clementem, Anno 1705. 056 Instruccion y memoria de lo que se ha de leer cada seis meses en tiempo de Renovacion. Un tomo en 4º. Su edición año de 1662. 057 Isaiae Prophetae dilucidatio literalis mystica et moralis, exornata discursuum varietate auctore P. Andrea Luca de Arcones, e Societate Iesu, Granatensi, in Collegio Diui Pauli Diuinorum oraculorum interprete. Cum triplici Indice. I. Sermonum ad Quadragessimam, Aduentum Christi Domini, Eucharistiae, Beatae Virginis praecipua mysteria; el aliquorum Sanctorum festiuitatem attinentium. II. Locorum Sacrae Scripturae. III. Rerum et verborum copiosissimo. Lugduni, sumpt. Laurentii Durand, 1642. Lucas de Arcones, Andrés. 007 Iuris canonici Theoria (et) Praxis: ad forum tam Sacramentale, quàm contentiosum, tum ecclesiasticum, tum saeculares... authore Joanne Cabassutio... Congregationis Oratorij... Lugduni: Laurentio Arnaud & Petro Berde, 1674. Cabassut (Cabasucio), Juan. 028 Ivdith illvstris perpetuo Commentario Litterali et Morali, cum Tractatv Appendice de Ivdith Figvrata, in quo Virginis Deiparae laudes in Iuditha adumbratae, praedicantur... Lugduni, Sumpstibus Iacobi et Petri Prost, 1637. Celada, Diego. 024 La devocion del Sagrado Corazon de Jesús, inspiróla Dios para bien universal de todo el mundo, a la V. M. Margarita María Alacoque, religiosa del orden de la Visitación que fundó S. Francisco de Sales, con la vida de esta prodigiosa virgen al fin del segundo tomo; la escribió en francés el R. P. Juan Croisset, de la Compañía de Jesús, y la ha traducido en castellano y aumentado el R. P. Peñalosa… Barcelona, en la imprenta de Mauro Martí. Año de 1741. Croisset, Juan. 038 La felicidad, o bienaventuranza natural y sobrenatural del hombre. Madrid, por Manuel Román a costa de Vizente de Senosiain Mercader de libros, 1723. Alamín, Félix. 005 La Flor del Moral, esto es, lo mas florido, y selecto que se halla en jardín ameno, y dilatado campo de la Theología Moral. Madrid, Antonio Sanz, impresor de libros, 1733-1734. Cliquet, Josef Faustin. 032 Lengua zeraphica. Su edición año de 1678. Buenaventura. 017 Letanias. Su edición año de 1736. 063
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Lexicon ecclesiasticum latino-hispanicum, ex sacris bibliis, conciliis, pontificum decretis, divorum vitis, variis dictionariis aliisque probatissimis scriptoribus concinnatum sservata ubique vera etymologiae, ortographiae & accentus ratione. Barcinone, ex Typ. Petri Escudèr, venditur ipsius domi atque Jacobi Ossèt & Mauri Marti, 1750. Ximenez Arias, Diego. 001 Libro primero de las genealogías del Nuevo Reino de Granada. Madrid, Ioseph Fernandez de Buendia, 1674. Flórez de Ocariz, Juan. 080 Libro tercero [-quarto] de architectura de Sebastian Serlio boloñes tr. de toscano en lengua castellana por Francisco de Villalpando]. Impresso en Toledo: En Casa de Iuan de Ayala, 1573. Serlio, Sebastián. 093 Maignanus redivivus: sive de vera quidditate accidentium in eucharistia, juxta novo-antiquam maignani doctrinam dissertatio physico-theologica, in tres partes divisa per R. P. F. Joannem de Naxera, Ordinis Minimorum Sancti Francisci de Paula... Tolosae: Typis Molybdianis, 1720. Naxera, Juan de. 074 Manual de guerra. 067 Manual para administrar los santos sacramentos. 072 Manuale pastorum pro administrandis Sacramentis. 071 Martyrologio Romano. Traduzido de Lengua Latina en la Española por Dionysio Vasquez de la Compañia de Jesus. Valladolid, 1586. Vasquez, Dionisio. 021 Medvlla Theologiae moralis facili ac perspicua methodo resolvens casvs conscientiae Ex variis Probatisque authoribus concinnata. A R. P. Hermano Bvsenbavm e Societate Iesv, S. Theolgiae Licenciato. Poenitentibus aeque ac Confessariis perquam utilis ac necessaria... Editio Prima, et nouissima Barcinonensis. Barcinone. Ex Typographia Antonii Caballeria, Anno 1690. Busembaum, Herman. 019 Misal Romano. Su edición año de 1651. 066 Nueva Cyropedia, o los viajes de Cyro. Y un discurso sobre la Mythologia que escribio en lengua francesa Monsieur de Ramsay, con una carta de Monsieur Fréret, en que manifiesta la exacta Chronologia de la obra. Lo que tradujo el año de 1732 en lengua castellana Don Francisco Savila. Barcelona, Hros. De Juan Pablo y María Martí, 1738. Savila, Francisco. 096 Octava acorde, en cuya consonancia forman suave mística, en ocho dulcísima voces, los Maestros de la oratoria, que de varias sagradas Religiones concurrieron en el solemnísimo Octavario, que la Venerable Congregación de Clérigos Presbíteros de el Oratorio celebró en la dedicación de su nuevo Templo, consagrado a María Santísima, en el Misterio de su Inmaculada Concepción y a su glorioso Patriarca San Felipe Neri, en el día diez y ocho de
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Septiembre de el año de mil setecientos y diez y nueve… Cádiz, Herederos de Cristóbal de Requena [1720]. Coca y Gotica, Diego de. 078 Oficia Sanctorum. Dos tomos: 1 en 4º, su edición año de 1739. Y el otro en 8º, edición año de 1751. 079 Oficio y misa para el dia de Corpus Christi. Su edición año 1702. 082 Operis Moralis, de Virtvtibvs, et Vitiis contrariis, In varios Tractatus, & Disputationes Theologicas distributi... Venetiis, Apud Nicolaum Pezzana, 1721. Castropalao, Hernando de. 029 Oráculo de la Europa consultado por los Príncipes de ella sobre los negocios presentes, políticos y militares. Madrid, Imprenta del Reyno, s.a. [1744]. Arenas, Joseph Lorenzo de. 004 Origen de las ciencias: arte nuevo de leer, escribir y contar, con cinco formas de letras útiles... por Don Gabriel Fernandez Patiño y Prado... En Madrid, por Antonio Martinez..., 1753. Fernández Patiño y Prado, Gabriel. 087 Pallas togata et armata documentis politicis in problemata humaniora digestis, & in utroque pacis belliq[ue] statu rempublicam formantibus, varia historicae atq[ue] poeticae eruditionis supellectili ornatur opus humaniorum literarum professoribus, ipsis que etiam concionatoribus per quàm utile authore Benedicto Pereyra ... Eborae, Apud Emmanuelem Carvalho Ducis & Academiae typographum, 1636. Pereyra, Benito. 088 Pensamientos o reflexiones christianas para todos los dias del año. Escritos por el Rdo. Padre Francisco Nepueu de la Compañia de Jesus. Y aora traducidos en Castellano... Año 1764. Barcelona: En la Imprenta de Jayme Osset, Mercader de Libros. [Ésta es la primera edición en castellano]. Nepveu, Francisco. 076 Practica de los ejercicios de San Ignacio. Su edición año de 1688. 084 Praxis exercitiorum spiritualium P. N. S. Ignatii. Auctore P. Sebastiano Izquierdo Alcarazense Societatis Iesu. Romae, Typis Ioannis Francisci Buagni, 1695. Izquierdo, Sebastián. 009 Promptuario de la Theologia Moral, muy util para todos los que se han de exponer de confesores y para la debida administracion del Santo Sacramento de la Penitencia. Nuevamente reconocido, corregido y añadido por su autor en esta impresion que es la tercera. Por el Rmo. P. M. [Madrid, Juan de la Sierra, 1727]. Larraga, Francisco. 060 R. P. Antonio Vieyra, de la Compañía de Jesús. Sermones varios traducidos en castellano de su original portugués. Tomo 1. En Madrid, en la imprenta de Agustín Fernández, 1711. Vieira, Antonio. 103 R. P. Ferdinandi de Castro Palao, Legionensis Soc. Iesv, Sacrae Theologiae Professoris, Et sanctae Inquisitionis Qaulificatoris & Consultoris; Operis
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Moralis, de Virtvtibvs, et Vitiis contrariis, In varios Tractatus, & Disputationes Theologicas distributi... Venetiis, Apud Nicolaum Pezzana, 1721. Castropalao, Hernando de. 029 R. P. Nicolai Mazzota Societatis Jesu. Theologia moralis omnem rem moralem absolutissime complectens ad mentem praecipue R. P. Claudi Lacroix. Un tomo, folio marca mayor, nuevo; en pergamino. En Bolonia con aprobación, 1754. Mazzota., Nicolás. 073 Regel. Un tomo en octavo en lengua alemana. Su edición año de 1752. 092 Regla primitiva y constituciones de los religiosos descalzos de el Orden de la Bienaventurada Virgen Maria de el Monte Carmelo, de la Primitiva Observancia, de la Congregación de España... traducidas de el idioma latino en castellano. En Madrid, por Don Miguel Francisco Rodriguez, 1736. Ascempción Antonio. 010 Regla primitiva y constituciones del Carmen. Su edición año 1736. Ascempción Antonio. 010 Schola cordis, sive auersi a Deo cordis ad eundem reductio et instructio auctore D. Benedicto Haefteno... Ordinis S. Benedicti... Antuerpiae, typis Hieronymi Verdussi, 1629. Haeftenus (van Haeften), Benito. 055 Selectae quaestiones ex Praecipuis Theologiae Moralis Tractatibus. De opinioni probabili. De Religioni. De Poenitentia. De aliis Sacramentis. De Censuris et ex aliis miscellaneae. Editio tertia. Matriti, ex Typographia Antonii Gonçalez a Reyes, 1678. Moya, Mateo de. 070 Sermões das Festas dos Santos de Francisco Fernandes Galvão Doutor na sagrada Theologia, & Arcediago de Villa nova de Cerveira no Arcebispado de Braga, dirigidos a Senhora Dona Caterina Senhora dos Estados de Bragança; tirados de seus originaes & ordenados pelo Licenciado Amador Vieira Prior de Santiago de Travanca no Bispado de Coimbra. Em Lisboa: por Pedro Crasbeeck, 1613. Fernandes Galvao, Francisco. 049 (b) Sermões do Dr. Francisco Fernandes Galvão. Sevilha, Imp. Alonso Rodrigues Camara, 1615. Fernandes Galvao, Francisco. 049 (a) Sermones de santos en Lengua portuguesa. Sin edición. Taguada. 100 Sermones morales. Su edición año de 1752. Calino, César. 035 Sermones morales. Su edición año de 1755. Laserbe, Fray Zacarias. 059 Sermones panegiricos. Su edición año 1724. Ramos Evangelicos. 089 Sermones varios traducidos en castellano de su original portugués. Tomo 1. En Madrid, en la imprenta de Agustín Fernández, 1711. Vieira, Antonio. 103
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Sermones, y obras diferentes, que de su original Portuguès se han traducido en Castellano. Reducidos esta primera vez a orden, è impressos en quatro Tomos. Vieira, Antonio, 103 Sucesos y prodigios de amor. Novelas ejemplares compuesta por el Dr. D. Juan Perez de Montalván, natural de Madrid y Notario del Santo Oficio de la Inquisicion. Añadidas aora nuevamente las tres novelas que están en su Para-Todos. Barcelona, por Pablo Campins impressor, 1734. Perez de Montalban, Juan. 064 Tertius tomus concionum de tempore: quae a pascha dominicae resurrectionis ad sestum usque sacratissimi corporis Christi habentur, nunc primum in lucem editur autore R. P. F. Ludovico Granaten... Olysippone: Excudebat Antonius Riberius, expensis Ioannis Hispani, 1576. Granada, Luis. 050 Theologia moral. Su edición año de 1694; dos año de 1691; otro, título: Consultas apologeticas año de 1694; otro título Consultas morales esposición de la las proposiciones condenadas año de 1693. Torrecilla, Martín. 098 Theologia Moralis Antehac ex probatis Auctoribus breviter concinnata a R. P. Herman. Busenbaum Societatis Jesu, SS. Theologiae Licentiato; Nunc pluribus partibus aucta a R. P. Claudio la Croix ejusdem Societ. Jessu. SS. Theologiae in Universitate Coloniensi Doctore et Profesore Publico. Tomus I. Coloniae Agrippinae, apud Servatium Noethen, Anno 1707. Lacroix, Claudio. 061 Theologia moralis omnem rem moralem absolutissime complectens ad mentem praecipue R. P. Claudi Lacroix. Un tomo, folio marca mayor, nuevo; en pergamino. En Bolonia con aprobación, 1754. Mazzota., Nicolás. 073 Theologia speculatrix et practica... Tomus I. Venetiis, Apud Nicolaum Pezzana, 1734. Duhamel. Juan Bautista. 044 Theologia y Philosophia. Edición año 1751. Aquino Santo Tomás. 002 Tractatus de dispensationibus in foro conscientiae impertiendis seu pro solo concientiae foro [valituris]. Auctore P. Petro Maria Squarzafigo Societatis Jesu. Un tomo en cuarto; pergamino, bien tratado. En Madrid con aprobación y privilegio, 1727. Squarzafigo, Pedro María. 094 Traslado del menologio de varones ilustres de la Compañia de Jesus, cuyos elogios aprobados por NN. PP. Generales se leen los dias, que corresponden en la Casa Professa de Roma; sacanse estos traslados fielmente traducidos à nuestro idioma, para mayor conveniencia de nuestros Colegios en su domestico uso y para mayor utilidad, exemplo è imitacion en los nuestros y para privada memoria y veneracion de nuestros mayores. En Madrid: [s. n.], 1729. Anónimo. 099 Varones ilustres, sin edición. Casani, Joseph. 039 Véase: 040
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Veinte tomos en 4.º, uno de ellos en lengua portuguesa, su edición año de 1718 y los otros 19 en castellano. Señeri, Pablo. 097 Vida del Bienaventurado Juan Francisco de Regis de la Compañía de Jesus escrita en lengua francesa por el R. P. Guillermo Daubenton, de la misma Compañía, Confesor de la Magestad Catolica. Y traducida en Español por otro de la misma Compañía. En Madrid, por Francisco del Hierro, año 1717. Daubenton. Guillermo. 043 Vida del Venerable Padre Antonio Baldinucci misionero apostolico de la Compañía de Jesus, escrita en italiano por el Padre Joseph Maria Gallucci de la misma Compañía. Y traducida al castellano por otro Padre también de la Compañía. México, en la Imprenta del Real y más antiguo Colegio de San Ildefonso, 1760. Galluzzi, Francisco María. 051 Vida y hechos de don Quijote de la Mancha en dos tomos en 4º. Por Miguel de Cervantes Saavedra. Año de edición 1750. Cervantes, Miguel de. 101 Vida y heroicas virtudes del Venerable Padre Pedro Velasco, Provincial que fue de la Compañía de Jesús de Nueva España. México, en la imprenta de Doña María de Ribera, 1753. Faría, Francisco Javier. 047 Vida y virtudes de el Venerable, y apostolico Padre Juan de Ugarte de la Compañia de Jesus, Missionero de las Islas Californias, y uno de sus primeros conquistadores. Escrita por el P. Juan Joseph de Villavicencio de la misma Compañia... Impressa en Mexico, en la Imprenta del Real, y mas Antiguo Colegio de San Ildefonso. Año de 1752. Villavicencio, Juan Joseph de. 102 Vocabulario sin principio. Nebrija. 077
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libro iii Los edificios del colegio de la Compañía de Jesús en Honda (1625-1767)
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Introducción
El presente estudio sobre los edificios que constituyeron el colegio fundado y establecido por los jesuitas en 1634 en la villa de San Bartolomé de Honda cumple un destacado papel para la comprensión de la historia arquitectónica de los colegios jesuíticos coloniales pertenecientes a la Provincia Jesuítica del Nuevo Reino de Granada, en el marco de la línea de investigación “Patrimonio construido de la Compañía de Jesús en Colombia”, desarrollada por el Instituto “Carlos Arbeláez Camacho” para el Patrimonio Arquitectónico y Urbano, adscrito a la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana. Desde una perspectiva urbana, el estudio evidencia la localización de los dos predios utilizados por los jesuitas para el establecimiento de su colegio: el primero estaba ubicado en un paraje algo alejado del centro de la villa y fue utilizado como colegio en el periodo 1628-1746; y el segundo, obtenido gracias a una petición de traslado de lugar, se localizó a un costado del río Gualí, en un solar más amplio y capaz. Fue el sitio donde se construyó el nuevo y definitivo templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, y donde se dio inicio al edificio del colegio, cuyas obras quedaron suspendidas por la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767. Con una visión arquitectónica, se registran las características espaciales de la planta arquitectónica del templo y las transformaciones realizadas en el edificio jesuítico para uso industrial a partir de 1777, para el establecimiento de la Real Fábrica de Aguardiente de Caña de la villa de Honda. El estudio se complementa con la localización e información de las propiedades rurales anexadas al colegio hondense, como fueron las haciendas de La Miel, Buenavista, Purnio y La Egipcíaca, lo que evidencia sus componentes arquitectónicos y vocación económica. Se relacionan igualmente las posesiones del colegio, según inventario practicado en 1767.
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En cuanto a las fuentes, la información histórica y arquitectónica contenida en el presente trabajo proviene principalmente del material documental del Archivo General de la Nación (AGN) de Bogotá, en particular de los manuscritos localizados en el fondo Temporalidades, donde se logró conocer muchas de las características constructivas y espaciales del templo del colegio de Honda, mediante el Avalúo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús1, así como en los libros o tratados de arquitectura existentes en la librería del Colegio2. La consulta y estudio del fondo Curas y obispos permitió conocer, entre otros aspectos, los componentes arquitectónicos de las haciendas anexadas de Purnio, La Miel (mina-hacienda), Buenavista y La Egipcíaca3, además de las rentas y bienes del Colegio, según el inventario realizado en 1736, así como las posesiones e inventario de las alhajas del templo jesuítico en 17674. Como un aporte al tema y la historia del puerto, el presente estudio incluye material documental gráfico proveniente de la Mapoteca 4, con la inclusión de un mapa de 17375 y un plano de 17766, que permiten localizar, identificar y visualizar los templos jesuíticos construidos en aquellos años en el puerto de Honda. Consulta obligada para el estudio del establecimiento de los jesuitas en la villa es la obra Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús7 del P. Pedro de Mercado, S. J., rector del Colegio de Honda en los periodos 1657-1664 y 1672-1678. En ella se describe y explica la presencia en aquel puerto de los templos construidos y administrados por los jesuitas, así como la fundación del primer hospital de la villa. De igual manera, fue indispensable la consulta de la obra del P. Juan Manuel Pacheco, S. J., Los jesuitas en Colombia8, para la ubicación histórica de este colegio en la Provincia Jesuítica del Nuevo Reino de Granada. Para conocer cómo fue el surgimiento del primer
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Archivo General de la Nación (AGN). Temporalidades, 4, 1772. Avalúo Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, fols. 804r-814r.
2
AGN. Temporalidades, 16, 1772. Inventario librería, fols. 879r-894r/v.
3
AGN. Curas y obispos, 14, 1767. Inventarios haciendas de Purnio, La Miel, Buenavista y La Egipcíaca, fols. 155r-209v.
4
AGN. Curas y obispos, 14, 1767. Inventario de alhajas, fols. 281r-293r/v.
5
AGN. 1737. Plano del curso del río Magdalena con el puerto de Nare y el río Nus. Mapoteca No. 4, 203-A.
6
AGN. 1776. Plano de acceso a la villa de Honda con el puente caído sobre el río Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de aguardientes. Mapoteca No. 4, 201-A.
7
Pedro de Mercado, Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, 4 vols. (Bogotá: Presidencia de la República, 1957).
8
Juan Manuel Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I (Bogotá: San Juan Eudes, 1959); t. II (Burgos: Hijos de Santiago Rodríguez, 1962); t. III (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1989).
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introducción
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poblado de españoles a orillas del río Magdalena, fue muy útil el trabajo del historiador Enrique Otero D’Acosta Los orígenes de la villa de Honda9. Sobre el desarrollo espacial del puerto desde los primeros asentamientos en el siglo XVII hasta el siglo XX, así como la importancia de su ubicación geográfica para el comercio neogranadino y configuración de su estructura urbana, se consultó el trabajo de la arquitecta e investigadora Ángela Inés Guzmán, La ciudad del río, Honda10. Acerca de la historia de los puentes construidos sobre el río Gualí con la participación de los jesuitas, se consultó el trabajo del historiador Roberto Velandia La villa de san Bartolomé de Honda11. La información sobre la ocupación del primer templo de los jesuitas y su conversión en hospital por la orden de San Juan de Dios en el periodo 1770-1827 la refiere Fr. Clemente López Vargas en su obra 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad. La Orden Hospitalaria en Colombia12. Para la interpretación gráfica de la planta arquitectónica del templo del colegio de Honda existente en 1767, momento de la expulsión de la Compañía, así como de la información sobre las reformas, ampliaciones y la posterior utilización del edificio religioso como fábrica de aguardientes, se ha retomado del trabajo del autor del presente estudio, Reales fábricas de aguardiente de caña en el Nuevo Reino de Granada13, donde se estudia con mayor amplitud la real fábrica de aguardiente de Honda, como caso de estudio de un interesante ejemplo de refuncionalización de una estructura arquitectónica concebida para culto y su transformación para uso industrial en 1776. En cuanto a los daños en las edificaciones situadas en el sector urbano del puerto afectadas por terremoto de 1805, que dejó casi totalmente arruinada la villa de Honda, fueron de ayuda las descripciones anotadas por José María Caballero en su Libro de varias noticias particulares14. La información acerca de las estructuras arquitectónicas existentes en el antiguo
Enrique Otero D’Acosta, “Orígenes de la villa de Honda”, Boletín de Historia y Antigüedades, 27 (1940): 524-536.
9
Ángela Inés Guzmán, La ciudad del río, Honda (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002).
Roberto Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1: Conquista y Colonia (Bogotá: Cámara de Comercio de Honda, Kelly, 1989).
Clemente López Vargas, 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad. La Orden Hospitalaria en Colombia (Bogotá: Secretariado Latinoamericano para la Renovación, 1997).
Felipe González Mora, Reales fábricas de aguardiente de caña en el Nuevo Reino de Granada. Arquitectura industrial siglo XVIII (Bogotá: CEJA, 2002).
José María Caballero, Libro de varias noticias particulares, t. I, Serie Historia No. 39, Biblioteca Shering Corporation USA de Cultura Colombiana (Bogotá, 1973).
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solar jesuítico en los siglos XIX y XX hasta la actualidad proviene del blog de Tiberio Murcia Godoy, presidente del Centro de Historia de Honda15. 1. El marco espacial y jesuítico El puerto de Honda Con la fundación de la ciudad de Mariquita en 1551, a los notables de esta ciudad se encomendaron los dos poblados prehispánicos localizados en la confluencia del río Gualí con el río Grande de la Magdalena, y allí se construyeron dos capillas doctrineras. Así comenzó la configuración del lugar, Onda, que de poblado prehispánico pasó a ser territorio de indios encomendados, para luego convertirse en el desembarcadero de la ciudad de Mariquita. Más tarde, a comienzos del siglo XVII, fue “el puerto interno” del Nuevo Reino de Granada, lo cual llevó a su erección en villa. Durante el siglo XVIII esta alcanzó su punto más alto de desarrollo, al constituir un eje comercial con Mompox y Cartagena. El siglo XIX marcó momentos de auge y decadencia, de acuerdo con la mayor o menor trascendencia del transporte fluvial y, en consecuencia, con las políticas de libre cambio o proteccionismo16. En el asentamiento de Honda, los pobladores vivían en forma dispersa alrededor de las estancias, hatos, trapiches, minas de Purnio y actividades relacionadas con la pesca. De esta manera, como afirma Guzmán, “coexistían indígenas de las encomiendas, indígenas forasteros, mestizos de diferentes etnias y esclavos. Algunos de estos formaron palenques, uno de los cuales se encontraba cerca del río La Miel”17. La situación geográfica de Honda es estratégica. Como puerto sobre la principal arteria de país, articulado con la capital del Nuevo Reino y con la rica región minera del occidente y más allá con el Reino de Quito, la villa cobró gran importancia. Se configuraron circuitos comerciales de larga distancia: España-CartagenaMompox-Honda, y viceversa; circuitos comerciales con el Nuevo Reino: las ciudades de oriente (Santafé y Tunja), las del occidente (Cali, Popayán); la provincia de Antioquia y el valle alto del río Magdalena. Por lo anterior, Honda se convirtió en un destacado espacio de intercambio y el grupo de comerciantes creció en tamaño e importancia (figura 1).
15
Tiberio Murcia Godoy, “Breve reseña histórica de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”, El Tiempo - Tolima 7 días, 25 de julio de 2005. Blog: tiberiomurciagodoy.blogspot.com.co (consultado 25-6-2015).
Guzmán, La ciudad del río, 21.
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Guzmán, La ciudad del río, 38.
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Figura 1. Localizaciรณn de la villa de Honda. Fuente: elaboraciรณn propia.
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En cuanto a la presencia de religiosos en la región, la Compañía de Jesús fue la segunda orden religiosa que se estableció en el puerto, después de la franciscana. Su localización obedeció a la diversidad de sus pobladores: indígenas bogas, esclavos y españoles, además de las características del puerto como centro vital de distribución y arribo de mercancías. La población esclava, para el año de 1625, ascendía a 700, y las familias españolas residentes no llegaban a veinte en 162918. Aspectos urbanos El lugar de la villa de Honda se caracteriza por estar circunscrito por barreras naturales: el río Magdalena, el río Gualí y Quebradaseca limitan tres costados, y al occidente lo cierra una meseta. El poblado se sitúa sobre la orilla izquierda del primer río, donde se forma un gran recodo que origina los raudales conocidos como “salto de Honda”, con riberas bajas a la izquierda y altas a la orilla derecha. El río Gualí lo divide en dos partes (figuras 2-4). En cuanto al crecimiento urbano de la villa, anota Guzmán que fue espontáneo y basado en castas: la margen izquierda del río Gualí fue ocupada antes de la llegada de los españoles por indígenas a los cuales se fueron agregando africanos y mestizos; la margen derecha fue paulatinamente ocupada por españoles. Empero, al ser erigida Honda en villa (1643), decidió el presidente que los indígenas y esclavos fueran puestos en barrios aparte y encargó a la villa enviar los bastimentos necesarios a la ciudad de Mariquita19.
Para la articulación espacial de los dos sectores divididos por el río Gualí, fue de suma importancia la construcción de puentes que dieran continuidad al espacio público, es decir como calle. En 1585, ya existía un puente de madera y en 1603 la real Audiencia ordenó al corregidor de Mariquita que se pagara a los indios que trabajaron en su construcción. Cuando el puerto se erigió en villa, el presidente Martín de Saavedra y Guzmán dispuso que el peaje producido por el paso sobre el río Magdalena y el puente sobre el río Gualí se destinara a su mantenimiento y reparación. Éste era una necesidad, pues además de ligar los dos sectores del poblado, de él dependía el abasto de las ciudades de Mariquita, Ibagué y el occidente del territorio20.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 180.
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Guzmán, La ciudad del río, 42.
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Guzmán, La ciudad del río, 42.
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Figura 2. Honda. Estructura predial del sector antiguo en 1993. Fuente: Patrimonio urbano en Colombia, Colcultura, 1997.
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Figura 3. Honda. Puente sobre el Gualí. Acuarela de Mark. Fuente: Papel Periódico Ilustrado, 1881-1887.
Figura 4. Honda. Puente sobre el Gualí (lado opuesto). Acuarela de Mark. Fuente: Papel Periódico Ilustrado 1881-1887.
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El marco espacial y jesuítico
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Aspectos arquitectónicos La villa de Honda, centro de gran importancia comercial gracias a la presencia de los tratantes y mercaderes, generó, según Guzmán, “la construcción de una arquitectura doméstica sólida basada en casas de dos pisos o de un piso que disponían de un espacio para la actividad de distribución”. Mediante la construcción, se fue densificando el núcleo urbano “a manera de cortina continua, interrumpida por el vacío de los solares hacia la calle, solamente en forma excepcional, construcción de una ciudad desde este punto de vista, diferente también a otras de la región, como el caso de Mariquita e Ibagué”21. En este sentido, el solar urbano se utilizó al máximo en los primeros sectores conformados en donde el patio interno se redujo para dar paso a un segundo piso. Desde el siglo XVII, los elementos religiosos comienzan a destacarse en la estructura urbana de la villa: el hospicio (luego convento en 1674) y templo de los franciscanos; la Compañía de Jesús con las mejoras materiales realizadas a un templo de paja existente y la construcción de su colegio y templo de calicanto y teja, que luego fue trasladado a otro lugar; el templo del Alto del Rosario, construido por los jesuitas para indígenas y esclavos; el templo del Carmen, parroquial para los españoles; el templo y convento de los agustinos en extramuros de la ciudad, y el desaparecido convento de los dominicos. Arribo de los jesuitas a Honda Durante el año de 1620, los padres José Alitrán y Vicente Imperial, en su ruta para Antioquia, realizaron una misión en el puerto de Honda. Debido a la muerte Gonzalo Vera, párroco del lugar, los vecinos del puerto insistieron en que los jesuitas se encargaran de las necesidades espirituales de la población. Como resultado de tales peticiones el P. Imperial viajó a Santafé llevando consigo varias cartas del corregidor de Mariquita, del juez de canoas y otros vecinos apremiantes. En Guaduas, el P. Alitrán tuvo encuentro con el presidente, don Juan de Borja, quien dio su aprobación para que los jesuitas se encargaran del curato. Luego, en la ciudad de Tunja obtuvo la autorización definitiva por parte del arzobispo, don Hernando Arias de Ugarte. En agosto del mismo año, los padres José Alitrán y Pedro de Ossad fueron nombrados párrocos de Honda. Al comienzo, se aceptó el curato de manera temporal con la aprobación del padre general. A pesar de que no todos los vecinos se encontraban a gusto con el arribo de los jesuitas, la congregación provincial de 1621 determinó continuar con la parroquia con los argumentos de la buena experiencia obtenida en tan breve tiempo por los padres que allí residían y las ventajas que el lugar Guzmán, La ciudad del río, 92.
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ofrecía por ser puerto muy activo, pues en un año habían sido ya “bautizados 300 negros, hasta entonces cristianos solo de nombre pues se les había administrado mal el bautismo”22. Nadie mejor que el historiador Otero D’Costa (1940) para reflejar la descompuesta realidad social que reinaba en aquel puerto a la llegada de los jesuitas, al afirmar que Honda, en ese entonces, era un rancherío informe, cundido de bogas ignorantes y viciosos, así negros como indios, plagado de maleantes y tahúres que lo visitaban atraídos por la riqueza que afluía merced al tráfico y a la vecindad de minas tan ricas y afamadas como las de Purnio, y azotado por empresarios de navegación que desplumaban al pasajero a más mejor. Puerto sonoramente tropical, donde corría el oro en abundancia, y en abundancia iba a parar en los bodegones, a los garitos, y a las casas de las busconas que pululaban en aquellos patios al cebo de los ducados de fina ley que fácilmente ganaban sus habitantes y transeúntes y que tan fácilmente derrochaban.
Agrega el historiador que, con el ejemplo virtuoso de los jesuitas, con la predicación diaria, así en el templo como en calles y plazas logró realizar el milagro. Y las rancherías y las bodegas de Honda de que hablaba el Padre Simón, fueron convirtiéndose en poblado sustancioso, y los hogares se establecieron y florecieron, y una sociedad cristiana y organizada empezó a vibrar paulatinamente y a impulsar el progreso y el desarrollo local. Y surgieron viviendas confortables, y tomaron cariz calles y plazas, Honda se transportaba de la nebulosa rica pero desorganizada en que había vivido por muchos lustros, a la comunidad rica y organizada que era ya necesario crear y que era necesario fomentar. Y Honda entró al rol de la vida política colonial23.
2. Los primeros templos Capilla existente cubierta de paja, 1625-1628 El señor arzobispo Arias de Ugarte, el 11 de enero de 1625, entregó en propiedad el curato de Honda a los jesuitas. Los vecinos estaban contentos por el buen ejemplo de los padres y las mejoras realizadas en la iglesia24. Al
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 181.
22
Otero D’Acosta, “Orígenes de la villa de Honda”, 533-534.
Según anota el historiador Velandia en La Villa de San Bartolomé de Honda, al arribo de los jesuitas en 1620 al poblado de Honda “encontraron dos iglesias o capillas en el costado sur del río Gualí: la pajiza que éstos ocuparon y la del convento de los franciscanos”. Los frailes dominicos fueron los primeros doctrineros en llegar al poblado de Honda, aunque de forma temporal, pues a su convento, fundado en Mariquita en 1571, apenas se lo menciona. Los
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los primeros templos
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respecto, el P. Pacheco refiere lo siguiente: “Una de las primeras preocupaciones de los jesuitas al encargarse de la doctrina de Honda fue el colocar el Santísimo en la iglesia, que hasta entonces no había tenido sagrario. La iglesia era un edificio cubierto de paja. Un descuido permitió un incendio que la redujo a cenizas. El párroco de entonces, P. Beltrán de Lumberri, emprendió la reconstrucción de un nuevo templo de teja”25. El P. Mercado, cuando se refiere a esta capilla cubierta de paja, comenta: Por el celo de la casa de Dios comenzaron los ministerios del padre cura Pedro de Osat y su compañero Josef de Alitrán, los cuales hallaron iglesia con tan falta en lo necesario y tal desaliño […]. Lo que digo es que estos dos primeros padres pusieron su primer cuidado en la virtud de la religión usando de santas industrias para que la iglesia tuviese lo necesario con curiosidad y aliño para el culto divino y especialmente para celebrar el santo sacrificio de la misa. Su devoción eligió por titular de la iglesia a la Virgen Santísima […] y para este efecto hicieron traer desde Santafe a Honda un muy grande y muy bello lienzo y con gran aliño lo colocaron en el altar mayor […]. // No habían tenido antes en el pueblo al Santísimo Sacramento colocado en su sagrario […]. Para ocurrir a este daño trataron luego los padres de hacer una custodia que pusieron en un sagrario de madera dorada […]. Para que ardiese continuamente la luz delante del Santísimo Sacramento dio una lámpara muy buena de plata el capitán Antonio Sotelo26.
Erigieron también una cofradía del Santísimo Sacramento que duró muchos años en la capilla y luego se trasladó al templo parroquial creado por los habitantes de Honda, al ser otorgado años más tarde el título de villa en 1643. Esta primera capilla tuvo refacciones y mejoras dirigidas por el P. Juan Bautista Coluccini, quien estuvo encargado del curato de Honda durante los años 1624-1627. Posteriormente “un incendio la redujo a cenizas, [y] su párroco en ese entonces el P. Lumberri, emprendió la construcción de un nuevo templo”.27 En cuanto a su localización, “estaba a un lado de la calle real, del lado sur del río Gualí”28. Respecto al lugar de residencia de los primeros jesuitas en Honda, el P. Mercado anota que “no fue mala primicia el no haber hallado casa en qué vivir porque la que había sido del antiguo cura se estaba cayendo y les fue forzoso morar con mucha incomodidad en casa prestada”29. franciscanos llegaron al puerto aproximadamente en 1600, siendo los primeros doctrineros. Los agustinos recoletos llegaron en 1652. Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 182.
25
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 182-183.
26
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. I, 182.
27
Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 154.
28
Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 146.
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Primer templo cubierto de teja, 1628-1746 Estando el P. Lumberri como rector del colegio en el periodo 1628-1631, tomó la decisión de no reedificar esta capilla en paja –destruida por un incendio–, sino construir un nuevo templo cubierto con teja. Para conseguirlo, “anduvo solicitando tierra a propósito para formar la teja, y movido por Dios por ventura de su fervorosa solicitud y de sus devotas oraciones le deparó tierra acomodada y en ella agua bastante para su deseada labor no lejos de donde tiene la Compañía su casa y enfrente a las bodegas donde se albergan todos los pasajeros que van y vienen de Cartagena a Santafé”30. De acuerdo con el cronista, las tierras para la nueva construcción fueron obtenidas mediante merced otorgada por el presidente D. Juan de Borja. Los datos arriba consignados permiten inferir que se localizaban al otro lado del río Gualí (costado norte). Luego, el jesuita comenzó las actividades de construcción: “Hizo levantar una ramada capaz y fabricar un horno y labrar la teja, y mientras esta se hacía echó los cimientos, levantó las paredes de la casa de Dios, y contiguamente a ella un corredor en que puso la sacristía y unos aposentos pequeños donde los de este Colegio vivieron algunos años hasta que los rectores que le fueron sucediendo labraron un cuarto muy capaz que es hoy el de vivienda”31. Para su construcción los padres instalaron tres chircales donde hacer la teja de barro, que fue la primera que allí se vio. Con la tierra como material de construcción, este nuevo edificio de culto contó con sus muros gruesos en tapial y adobes y la cubierta en madera rematada con teja de barro. La villa de Honda y el templo del alto del Rosario En 1643, el rey Felipe IV elevó el poblado de Honda a la categoría de villa, independiente de Mariquita, para lo cual se nombraron regidores y eligieron alcaldes. Fue así que en 1644 se señaló como cura de españoles a Francisco Sotelo y en 1647 a Bartolomé Jijón, quedando los jesuitas en calidad de curas y doctrineros de todos los indios y negros bogadores. Por esta razón se les quiso quitar su iglesia, con el siguiente argumento: “que era del pueblo, pero los de la Compañía probaron que se había fabricado a expensas del colegio de Honda, y así viéndose convencidos fueron fabricando su iglesia parroquial de tapias y teja donde tienen su altar mayor y algunos colaterales, una cofradía del Santísimo Sacramento, otra de la Virgen de la Soledad y otra de las ánimas del purgatorio”32.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 197.
30
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 197.
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Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 199.
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La ubicación de este templo levantado por el cura Jijón correspondería al sector urbano de la villa ocupado por españoles, es decir, sobre la banda derecha (sur) del río Gualí, en la zona denominada el alto del Rosario. Años más tarde, llegaron cédulas reales ordenando que los jesuitas volviesen a ser curas de españoles en la villa de Honda, posesión otorgada por el vicario general del arzobispado Sr. Lucas Fernández de Piedrahíta. De esta manera, los jesuitas en Honda administraron dos templos. El P. Mercado explica la situación de esta manera: En la iglesia parroquial y en la del Colegio de la Compañía se dividen los de ella según la dirección del padre rector para decir las misas, oír las confesiones, predicar los sermones varios que se ofrecen entre año de festividades que se celebran y los de la cuaresma, que unos se predican en nuestra iglesia y otros en la de la villa porque no se falte a ninguna. También se dividen en la administración del Baptismo, Viático, Extremaunción y Matrimonio administrando estos santos sacramentos a los españoles en su iglesia y a los bogadores en la nuestra33.
Refacción del primer templo de teja El templo de la Compañía (costado norte del Gualí) construido por el P. Lumberri en el periodo 1628-1631, luego de unos años comenzó a deteriorarse. Según parece, el padre Mercado, quien se encontraba en calidad de rector del colegio de Honda en 1659, fue el jesuita que refaccionó los daños en el edificio del templo34. En su Historia de la Provincia lo relata: Al cabo de unos años se maltrató la cubierta o el techo de nuestra iglesia porque las tablas se carcomieron con la polilla, algunas de las varas se pudrieron y las goteras no sólo hicieron daño en el cuerpo del templo sino también en las paredes ensuciándolas con el agua lodosa que caía sobre ellas. Sucedía que por haber fabricado el techo más pendiente de lo que convenía hacía y causaba muchas goteras el que subía a quitar una de las que antes había. Viendo esto el padre que entonces era rector consultó alarifes y carpinteros y por su parecer previno los materiales, y sin salir de la iglesia la fue descubriendo y volviéndola a cubrir a trechos con mejor arte que antes tenía el techo para que en adelante no se siguiese el inconveniente de goteras experimentado35.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 200.
33
34
El historiador Pacheco, en su libro Los jesuitas en Colombia, t. II, 173, consigna que el P. Mercado fue “probablemente el rector que reparó la iglesia, como cuenta en su Historia, sin mencionar su nombre”.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 201.
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Además, mandó que se abrieran en las paredes cuatro concavidades arqueadas, para la colocación de altares, y las mandó pintar. Compró lienzos para adornar el cuerpo interior del templo, agrandó la sacristía y en su interior colocó una imagen de san Ignacio vestido de sacerdote. Colocó imágenes de bulto de san Francisco Javier, del apóstol san Bartolomé (patrono de la villa) y una escultura de san Ignacio para colocar en el primer arco lateral con su propio altar. Sobre este primer templo de los jesuitas, no disponemos de información alguna acerca de su planta arquitectónica u otras características espaciales, por lo que desconocemos si su planta obedecía a una nave central con espacios para capillas laterales, crucero y presbiterio o si solo obedecía a una planta de nave única. Apenas conocemos, por la información consignada, la presencia de una sacristía que fue agrandada, relacionada con el cuerpo del templo gracias a un corredor y cercana a unos aposentos que servían de vivienda del colegio (figura 5). El primer hospital de Honda y su edificio Durante la mitad del siglo XVII, la villa de Honda seguía creciendo y la construcción de edificios continuaba, pero hacía falta un hospital. En aquellos días falleció un rico comerciante llamado Jorge de Grijalva, cuyo albacea y testamentario, el alférez Pedro González Barroso, por insinuación de un jesuita36 señaló una apreciable cantidad que debía asignarse para la construcción de un edificio destinado a hospital. Se nombró como patronos de este a los rectores del colegio y a los alcaldes de la Villa. El P. Mercado relata así los pormenores del solar y lugar seleccionado para el nuevo Hospital de San Cosme y San Damián: Para su edificio ofreció el padre rector un solar que tiene la Compañía en la plazuela enfrente de su mismo templo con intención de tener más cerca y más a manos a los enfermos para acudirles así en lo temporal como en lo espiritual […]. Pero el alférez González Barroso objetó que el solar ofrecido estaba lejos del río, y que para la limpieza tan necesaria en un hospital era preciso que estuviese cerca del agua. No tuvo el padre rector respuesta con qué satisfacer a la objeción, pero lo que hizo fue negociar con el alférez real Jerónimo de Mena Loyola que a menor precio vendiese un solar que tenía cerca del río Gualí. En este sitio edificó el alférez González Barroso con tapias y con cubierta de teja la casa de los pobres dividida en dos salas, la una para varones, la otra para las hembras37.
36
El P. Pacheco nuevamente hace alusión al P. Pedro de Mercado, quien continuaba para estas fechas (1657-1660) como rector del colegio de Honda. Por su voluntad se llamó Hospital de San Cosme y San Damián.
Mercado, Historia de la Provincia, t. II, 208.
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Localización templo 1620 (destruido por incendio) Localización primer templo jesuítico 1628-1631 Templo parroquial 1644
Figura 5. Honda. Localización de hitos arquitectónicos, s. XVII. Fuente: La ciudad del río: Honda, Ángela Inés Guzmán, 2002.
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Por lo anterior se puede inferir que los jesuitas, a través del P. Mercado, ofrecieron para hospital un solar que tenía la Compañía cerca de su colegio, que estaba localizado en la banda izquierda (norte) del Gualí, pero algo distante del río. Al no ser satisfactoria esta localización para el edificio del hospital, la solución fue ocupar el solar ofrecido por Mena Loyola, ubicado más cerca del río Gualí sobre su banda derecha (sur), en el sector ocupado por los españoles. 3. Traslado de los edificios del colegio y templo de la Compañía Solicitud de traslado El P. Ángel María Manca, provincial del Nuevo Reino en 1745, solicitó al virrey Eslava la renuncia del curato de la villa de Honda. De igual manera, solicitaba autorización para realizar el traslado del colegio y templo que tenía la Compañía en Honda a otro lugar más a propósito, ya que el edificio que servía de colegio estaba situado en un paraje montuoso y distante del centro de la villa: Y para llegar a él se ha de vencer una cuesta bastante penosa que en temple tan ardiente como el de aquel puerto, no puede menos que retraerlos [a los vecinos] gravemente, por evitar la molestia, la cual es mayor para los muchachos y niños que frecuentan el aula de gramática y escuela que tenemos en aquel nuestro colegio, que por este motivo no asisten en tanto número y con la continuación que pudieran, si el colegio estuviera en sitio menos distante y más proporcionado para su asistencia38.
Los vecinos, sorprendidos por la intención de la renuncia de los jesuitas en la villa, solicitaron al cabildo comunicar al P. Jaime López que no se efectuara la traslación del Santísimo Sacramento de la iglesia de la Compañía a la iglesia parroquial39, ceremonia que se efectuaría en diciembre de 1746. El cabildo aceptó la solicitud de los vecinos argumentando que el templo parroquial (El Carmen) no se encontraba terminado, pues carecía de techumbre así como de puertas y ventanas. El P. López, notificado por el cabildo, añadió que el traslado del Santísimo se haría a la iglesia viceparroquial de Nuestra Señora del Rosario, “que era iglesia capaz
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 278.
38
39
En ese entonces, el templo parroquial era el edificio religioso llamado de El Carmen, localizado en el sector de negros e indios, sobre la banda izquierda (norte) del río Gualí. La viceparroquia era el templo de Nuestra Señora del Rosario, construida en lo alto del sector de españoles, banda derecha del río Gualí.
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y decente”, y no a la capilla del Carmen. La traslación quedó suspendida hasta nuevas órdenes. El nuevo solar Durante el mismo año de 1746, los jesuitas deliberaban acerca del lugar donde era mejor trasladar su colegio y templo. Para tal efecto se revisaron los lugares posibles, “solar por solar”, hasta dar con el más a propósito: El que está al pié del puente, con cola y campo suficientísimo para nuestra vivienda y oficinas necesarias, sin que tenga registro de parte alguna. La puerta de la iglesia, que ha de ser, hace frente con la calle más principal, llana y extendida, y hoy en día adornada con muchos edificios de casas y tiendas de cal y canto y teja. El sitio es apacible; goza de los mismos vientos que hoy en día tenemos, y de los que vienen de todas cuatro partes, oriente, occidente, aquilón y mediodía. Los que hasta hoy han vivido y están viviendo en este sitio gozan y han gozado de robusta y vigorosa salud; y todos los que han vivido y están viviendo en toda la población de caserío que está fundada, en más de tres cuadras, a las márgenes y orillas de este río de Gualí, vemos y sabemos gozan de salud40.
El lugar donde se encontraba el colegio era, al decir de los jesuitas: “una inculta selva, rodeada de ásperas serranías, y tan alejada del comercio, que nuestra iglesia se ve muy poco concurrida” Uno de los vecinos principales de Honda, D. Francisco Cícero, y sus hermanos ofrecieron construir a su costa un edificio para iglesia, decente y capaz, y que además comprarían el viejo colegio con su iglesia, “avaluada que sea por los alarifes y maestros ya de albañilería, ya de carpintería”, y prestar sin interés el dinero necesario para la construcción del nuevo. Con el parecer de los jesuitas de Honda, “se aprobó en consulta de Provincia, y se resolvió la mudanza del Colegio y Templo al sitio junto al Gualí”41. La autorización del traslado del colegio la había otorgado el presidente del Nuevo Reino a la Compañía, desde el año 1736, “con la condición de que se demolería lo construido en caso de no obtenerse la autorización del rey. Con este permiso se comenzó la construcción del nuevo colegio”42 (figura 6). Durante el año de 1746, los jesuitas renunciaron definitivamente al curato de Honda. El 3 de junio, el virrey Eslava firmó el título al cura José Texeira, de Cáqueza, para que tomara posesión. Sin embargo, los padres de la Compañía continuaron su labor educativa y misionera, y su preocupación por el momento era el establecimiento de su nuevo colegio en Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 280.
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Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 205.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 360.
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el lugar seleccionado. En el año de 1764, los franciscanos de Honda se opusieron al establecimiento del colegio de los jesuitas y solicitaron al virrey que ordenase la suspensión de la obra, alegando “que los jesuitas no tenían licencia para construir y por otra parte, que entre el colegio y su convento no mediaba la distancia que prescribían sus privilegios”43. El reclamo pasó a la Audiencia, donde el fiscal, en enero de 1765, juzgó la petición de los franciscanos como “intempestiva e injusta” por realizarla “cuando la obra se hallaba casi terminada”. La obra referida incluiría el edificio para el templo como primer volumen arquitectónico del conjunto jesuítico, y la construcción de los muros del primer piso del edificio del colegio en el nuevo solar a orillas del río Gualí. El H. Lorenzo Köninck 44 y el puente sobre el río Gualí, 1750-1758 Desde temprana época, cuando se inició el embarcadero o puerto de Honda, hasta el establecimiento de la navegación a vapor por el río Magdalena, a fines del siglo XIX, la vida en Honda siempre ha girado en torno al río Gualí. Durante el siglo XVII y XVIII, fueron numerosos los contratos para la construcción de puentes que ayudaran a salvar este obstáculo y poder mantener la comunicación entre los dos poblados localizados en sus orillas. En abril de 1750, ante el cabildo de Honda se presentó el despacho del virrey Alfonso Pizarro por el cual se ordenaba poner en obra el puente de calicanto sobre el río Gualí. Para tal efecto, fueron nombrados como diputados para dirigir administrativamente la obra los señores Ambrosio Joseph Rodríguez, Manuel Gregorio Álvarez del Pino y Bernardo Cícero, a quienes se les entregó la caja de tres llaves del puente y amplias facultades para gastar. Agregaba el cabildo que “para la construcción, se les entregue el Plan que ha formado el hermano Lorenzo Conig [Könink], de la Compañía de Jesús precediendo aprobación del ingeniero de la Plaza de Cartagena don Juan Bautista de Mac-Evan, a fin de que el Superintendente y los Diputados se arreglen precisamente a sus medidas”45.
43
“La Compañía de Jesús, por concepción de los Papas Pío IV (1571) y Gregorio XIII (1576), podían construir cerca de los conventos de mendicantes, no obstante los privilegios de éstos” (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 360, n. 97).
Véase la reseña biobibliográfica del P. José del Rey Fajardo sobre Lorenzo Koninck (1698-1768), supra libro II, cap. II, y n. 14, para lo relativo al apellido, donde se lee: “Rey es la traducción al español y así lo utilizó por algún tiempo, al menos desde el momento de pasar a América (AGI. Contratación, 5549. Expedición de 1735) hasta el catálogo de 1756 (ARSI. N. R. et Q., 4, fol. 347v) que lo designa Koninc y el de 1763 (fol. 359), Konik”.
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Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 299.
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Figura 6. Honda. Solar para el nuevo templo jesuita, 1746-1767. Fuente: Patrimonio urbano en Colombia, Colcultura, 1997.
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Para el año 1751, el hermano Lorenzo Köninck “se había separado voluntariamente” de la dirección de la obra, razón por la cual fue reemplazado por el hermano Marcos Belsenberger46. El 13 de enero de 1751 se iniciaron las obras de los dos cajones para el puente bajo la dirección del hermano jesuita. El plano del puente fue realizado por los ingenieros militares Antonio de Arévalo e Ignacio Salas, quienes proponían construir en madera y no en calicanto, así fuera este último “más permanente”. Como si fuera poco, el hermano Marcos insistía en que los cimientos del puente proyectado se debían fabricar con cinco ojos y no con tres como aparece en el plano de Juan Bautista Mac-Evan. Sus razones para tal cambio no fueron aceptadas por las autoridades de la villa47. En 1754, se informó al virrey que el puente se encontraba en buen estado y adelantado en obra. Para 1755-1758, se presentaron cuentas de lo gastado y relación de materiales comprados, nombres de oficiales, artesanos y peones que intervinieron. En 1757, una creciente del Gualí destruyó parte de la obra, mientras el superintendente insistía en que se fabricara en madera. Al final, el virrey Solís ordenó que “se procediese [a] hacerlo de nuevo”, lo que ocasionó un nuevo reconocimiento por parte del cabildo de Honda para nueva contratación de obras. El hermano Lorenzo Köninck, maestro en arquitectura, estuvo presente en la villa de Honda en 1751; por tanto, pensamos que es muy probable su participación y asesoría en la definición del proyecto arquitectónico del templo nuevo y definitivo que se construiría en el nuevo solar ubicado en las orillas del río Gualí. Tratados de arquitectura en la librería del colegio de Honda En noviembre de 1771, se realizó la diligencia de inventario de los libros impresos pertenecientes a la librería del colegio jesuítico. Entre los libros relacionados aparecen dos conocidos tratados de arquitectura: L’Architettura de Sebastiano Serlio48, un tomo en pasta, sin año de edición,
Véase la reseña biobibliográfica del P. José del Rey Fajardo sobre Marcos Belsenberger [Beltzenberger/Welsenberger] (1698-1768), supra libro II, cap. II, y n. 29: “A. Huonder, Deutsche Jesuitenmissionäre des 17. und 18. Jahrhunderts (Freiburg/B, 1899), 204”.
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Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 302-304.
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48
Sebastiano Serlio (1475-1554). Pintor y arquitecto nacido en Bolonia, más conocido por su tratado L’Architettura. Escribió un total de nueve libros, de los que en vida publicó los libros I a V y el “Libro Extraordinario” (publicados entre 1537 y 1551). Infortunadamente, el documento manuscrito del AGN con la relación de los libros realizado en 1771 no informa a cuál de los libros de la obra de Serlio corresponde el nombrado en dicho inventario. Hanno-Walter Kruft, Historia de la teoría de la arquitectura, t. 1: Desde la antigüedad hasta el siglo XVII (Madrid: Alianza Forma, 1990); Felipe González Mora, “Arquitectos y tratados de arquitectura en la Javeriana colonial”, en José del Rey Fajardo y Myriam Marín Cortés (eds.), La Biblioteca colonial de la Universidad Javeriana comentada (Bogotá: Archivo Histórico Javeriano, 2008), 441-492.
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y Arte y uso de la arquitectura, de Fr. Lorenzo de San Nicolás, en dos tomos, edición madrileña de 173649. Muchos de los libros de la biblioteca jesuítica fueron vendidos a particulares, mientras que 234 de ellos fueron guardados en petacas con candados y luego remitidos en mula a la ciudad de Mariquita50. L’Architettura. El tratado de Sebastiano Serlio fue el primer libro sobre arquitectura cuya finalidad era práctica más que teórica y el primero en codificar los cinco órdenes arquitectónicos. Difundió con él el estilo de Bramante y Rafael por toda Europa y proporcionó a los constructores un amplio repertorio de motivos. Nacido y formado en Bolonia, Serlio se marchó a Roma (c. 1514) y permaneció allí, hasta el saco de 1527, como discípulo de Peruzzi, quien le donó planos y dibujos que utilizaría en su libro. El libro IV fue el primero en publicarse y contiene los principios de los cinco órdenes arquitectónicos, que por primera vez en la teoría de la arquitectura fueron sistematizados aquí. En un apéndice, se refiere a las pinturas de los edificios y habla de la decoración interior y de grutescos, que siempre habrían de estar subordinados al proyecto general del arquitecto. Primera publicación fue en Venecia, en 1537, y en el mismo lugar se reimprimió en italiano en 1544, 1551 y c. 1562. El libro III, publicado en 1540, está dedicado a la arquitectura antigua. Comienza a tratar sobre el piú bello edificio de la Antigüedad: el Panteón de Roma. Se traslucen las reminiscencias de las discusiones teóricas cuando habla, en relación con este edificio, de tantas partes, que se corresponden tan bien con el cuerpo y al denominar la forma circular como la forma más perfecta. Las reediciones fueron en 1551 y 1562. Arte y uso de la arquitectura, Madrid, 1736. Este tratado de Fr. Lorenzo de San Nicolás es, desde muchos puntos de vista, el mejor libro sobre instrucción arquitectónica escrito jamás. Lo destinó a los jóvenes principiantes (mancebos) para la práctica y teoría. Su tono es en todo momento el de un inteligente maestro que habla con claridad, comprendiendo las dificultades de los discípulos respecto a las urgentes e inmediatas materias de la profesión. Su estilo de escritor es trasparente, haciendo claros los más intrincados asuntos de la estereotomía o la mensuración. Lamenta la degeneración de la profesión de arquitecto y su invasión por pintores, escultores y privados de la corte. La ordenación de la materia, en su tratado,
Fray Lorenzo San Nicolás (1595-1679), arquitecto toledano y religioso agustino recoleto. Su obra ha sido considerada el mejor libro sobre instrucción arquitectónica escrito jamás. Lo destinó a los jóvenes principiantes para la práctica y la teoría, facilitando eruditas recopilaciones y dibujos. Otorga espacio a Vitrubio, Serlio, Sagredo, Arfe y Villafañe, Scamozzi, Palladio y Vignola. George Kubler, Ars Hispaniae. Arquitectura siglos XVII y XVIII, vol. 14 (Plus Ultra. Madrid, 1957; Mora, “Arquitectos y tratados de arquitectura”, 441-492).
Inventario de la librería del colegio de Honda, AGN. Temporalidades, 16, fols. 879r-894.
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corresponde a la realidad profesional, que estudia las etapas del proyecto y la construcción, como actualmente se sucede. Vale la pena recordar que el H. Lorenzo Köninck –maestro en arquitectura, quien laboró en la ciudad de Cartagena de Indias entre 1736-1756 en la construcción del templo del colegio cartagenero y estuvo en la villa de Honda en 1751 colaborando en el diseño y construcción de uno de los puentes sobre el río Gualí–, en 1767, año de la expulsión, se encontraba en la residencia de Maracaibo y, según el inventario de los libros encontrados en su aposento privado, tenía, entre otros, los tratados de Serlio y Fray Lorenzo de San Nicolás. Los antiguos edificios del colegio jesuítico para hospital El cabildo de Honda mantenía interés en conseguir las antiguas estructuras arquitectónicas del antiguo colegio de los jesuitas con su terreno incluido para convertirlo en hospital, ya que la villa necesitaba a toda costa un mejor edificio que reemplazara el antiguo de San Cosme y San Damián. La autorización para la compra del colegio jesuítico para hospital la otorgó el virrey Messía de la Cerda el 20 de mayo de 1765; “el traslado de aquél o construcción del nuevo, […] el rey autorizó por decreto de 12 de mayo de 1766”51. Después de la autorización real, D. Diego Viana, sujeto de los más interesados en la fundación del hospital, “urgió la traslación de los padres al nuevo edificio y el otorgamiento de la escritura de venta del antiguo colegio”. En carta dirigida al P. Egurvide, comunicaba, entre otros puntos: Sólo resta que V.R. mande la orden para que los padres de este colegio, como dispuso el padre provincial, se muden luego a la casa alta que les tengo facilitada con don Gregorio Álvarez, sin interés por dos años, y sin pérdida de tiempo […] otorgue la formal escritura de venta del colegio, iglesia y tierra en que están, por los siete mil pesos tratados, los que inmediatamente tomará este padre rector de los diez mil pesos que de reales cajas ha de sacar el H. Rafael de la Vega, para cuyo recibo en esta ocasión le mando el poder del cabildo52.
Según afirmaba Pacheco, “en el nuevo sitio, los jesuitas habían ya levantado una nueva iglesia que dedicaron al Sagrado Corazón de Jesús”, pero desconocía si en realidad se alcanzó la traslación del colegio –lo que obligaba la construcción de un nuevo edificio–, “pues esta se suspendió hasta que pasase la misión que venía de Europa, porque en el nuevo sitio no había manera de hospedarla”53. Pasada la misión europea, sobrevino
Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1, 207.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 362.
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Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 362.
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la expulsión de la Compañía de Jesús del Nuevo Reino de Granada, en febrero de 1767 (figura 7).
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Hospital San Juan de Dios, 1764 0 500 1000 METROS
Iglesia jesuita, 1746-1767 Fábrica, 1774-1805
Figura 7. Honda. Hitos arquitectónicos, s. XVIII. Fuente: La ciudad del río: Honda, Ángela Inés Guzmán, 2002.
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El templo del Sagrado Corazón de Jesús, 1746-1767 A partir de 1746 los jesuitas iniciaron las obras de construcción de los edificios de su nuevo colegio y templo en el solar recién adquirido, junto al río Gualí. Se conoce que la planta arquitectónica del templo que sería dedicado al Sagrado Corazón de Jesús tenía dimensiones interiores de 50 varas de longitud por 22 varas de ancho (42 x 18,48 m), contaba de nave central, con pilares y arcos que definían los espacios para capillas laterales, presbiterio centrado, sacristías colaterales y testero plano, espacios todos incluidos en el mismo cajón. Se evidencia claramente en esta planta el influjo de la organización espacial del templo de San Ignacio de Bogotá, construido en el periodo 1610-1691, modelo jesuítico difundido en los templos de colegios de las principales ciudades y villas del territorio del Nuevo Reino. En 1767, el templo se encontraba a punto de terminación, mientras el edificio del colegio, en su fase inicial de construcción, apenas tenía levantadas sus paredes en tapial a cuatro metros de altura. Pasada la expulsión de los jesuitas y después de varios años de estar el edificio de culto cerrado y sin uso alguno, la Real Administración de Aguardiente de Caña en 1772, interesada por el edificio del templo que fue propiedad de la Compañía de Jesús, mandó realizar un informe sobre su estado y avalúo correspondiente para el establecimiento de la real fábrica de aguardientes de Honda. En 1774, luego de la intervención arquitectónica, consistente en el alargamiento de su planta, se adaptó como un edificio de carácter industrial. 4. Los templos del colegio de Honda en la Mapoteca del Archivo General de la Nación El plano de 1737 La más antigua representación gráfica documental del Colegio de Honda se encuentra en el Archivo General de la Nación, en Bogotá, cuya Mapoteca contiene un plano a color de 173754, que muestra el curso del río Magdalena, el puerto de Honda y afluentes. El plano ilustra la localización de la villa (No. 3 en el plano) dividida en dos sectores –españoles e indios– por el río Gualí (No. 4). En el costado norte, banda izquierda del Gualí, aparece representado el templo del primer colegio de los jesuitas, única construcción de culto en este sector a la fecha del plano, construido por el P. Beltrán de Lumberri, S. J., durante los años 1628-1631, aproximadamente. Años más tarde, este templo y el edificio del colegio constituirán la sede del segundo hospital de Honda (figura 8).
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AGN. 1737. Plano del curso del río Magdalena con el puerto de Nare y el río Nus, Mapoteca, No. 4, 203-A.
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Figura 8. Curso del río Magdalena, puerto de Nare y río Nus, 1737. Fuente: AGN, Mapoteca, No. 4, 203-A.
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Figura 9. Acceso a la villa de Honda, con el puente caído en el Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de aguardiente, 1776. Fuente: AGN, Mapoteca, No. 4, 201-A.
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El plano de 1776 La segunda representación gráfica nos deja constancia del uso industrial del nuevo templo. Se trata de un plano55 a color, localizado en el Archivo General de la Nación relativo a la villa de Honda, donde se ilustra el último templo que fue de los jesuitas, cuyo espacio interior fue adaptado y refuncionalizado para la fabricación de aguardiente de caña, localizado en la orilla norte del río Gualí, frente al convento de San Francisco. En este plano de 1776 se representa el templo que la Compañía acababa de terminar en su nuevo solar. El edificio del colegio no aparece representado, posiblemente debido a que su construcción apenas se había iniciado para el momento de la expulsión de la Orden, pues las paredes del primer piso llegaban a lo sumo a los metros de altura, en 1767 (figura 9). 5. Propiedades rurales anexadas al colegio de Honda Hacienda-mina de La Miel A comienzos del siglo XVIII, el colegio de Honda contó con un importante benefactor en la persona del capitán Cristóbal de Pantoja56, pionero en el cultivo comercial del cacao en la zona de Honda. A orillas del Magdalena, este capitán había logrado montar una hacienda de cacao, localizada a orillas del río Magdalena, entre los ríos La Miel y Cocorná. Estas tierras se encontraban en región inculta, adjudicadas al capitán en 1673, por el entonces presidente del Nuevo Reino, el arzobispo don Melchor Liñán y Cisneros. El globo de tierra medía de frente tres caballerías. El capitán Pantoja, antes de morir y sin tener descendencia alguna, escribe su testamento en abril de 1705, donde dona a favor de algunos parientes, amigos y otras obras pías. Una de las disposiciones manda que a su costa se pusiera ladrillo en el piso del templo de Honda y se terminara de blanquear. Al colegio de Honda, dejaba la hacienda La Miel, que contaba, con sus 40 esclavos, 18.500 nuevos pies de cacao y una carga de pagar 2.000 patacones al convento de las monjas de la Concepción de Santafé […]. Hace al colegio heredero del remanente de sus bienes y nombra por albaceas al P. Francisco de Saldaña, rector del colegio y al P. Gabriel de Aguilar. Los bienes del capitán se avaluaron en 30.000 pesos. Para el año 1736, la hacienda contaba con 60 esclavos, entre útiles e inútiles y 20.000
AGN, 1776. Plano de acceso a la villa de Honda con el puente caído sobre el río Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de aguardientes. Mapoteca, No. 4, 201-A.
Cristóbal de Pantoja, nacido en España, contrae matrimonio en 1654 con doña Marina de Zúñiga, momposina e hija del capitán Juan de Zúñiga. Se radicó en la villa de Honda y fue encomendero de Ambalema (Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 123).
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árboles de cacao, Su avalúo fue de 25.000 pesos y se convertiría así en la principal hacienda del colegio de Honda57.
De acuerdo con el inventario practicado en agosto de 1767, en presencia del oficial real Joseph Palacio, el P. Juan Díaz, S. J., y testigos presentes, la hacienda de La Miel constaba de unas tierras, que hacía cuatro años había sido dejadas por los negros, por estar sembradas de arboledas de cacao antiguo y no dar fruto. Se trasladaron en las mismas tierras a orillas del río Magdalena, en un paraje llamado Buenavista, “con árboles de cacao nuevos, en cantidad de trece o catorce mil, y los primeros sembrados ya empiezan a fructificar [...]. En la misma hacienda hay esclavos varones, hembras y párvulos”58. Hacienda Buenavista El 19 de agosto de 1767, Ignacio Mina, negro esclavo encargado de la hacienda Buenavista, declaraba al oficial real D. Joseph Palacio “que dicha hacienda es nueva y se comenzó a planificar siendo rector el padre Agustín Rueda, antecesor del presente”59. La formación de esta hacienda, “en un paraje [de la hacienda La Miel] a orillas del mismo río [de La Magdalena,] en un paraje que se nombra Buenavista”, se efectuó entonces durante los años 1759 a 1763, periodo donde el P. Rueda fungió como rector del Colegio de Honda: Se halla [en la hacienda Buenavista] una buena casa, cubierta en palma forrada de a dos latas [especie de caña] que sirve para hospedar algún religioso. En esta misma casa una capilla que tiene dos campanas y su ornamento para celebrar, con todo lo anexo […]. Igualmente hay varias casas en la misma conformidad en las que habitan los referidos esclavos […]. Las escrituras de la propiedad de estas tierras del río La Miel se hallarán en el Archivo del Colegio60.
Hacienda de Purnio La hacienda de Purnio, localizada en las tierras atravesadas por el río Guarinó, banda occidental del río Magdalena, se constituyó en uno de los principales bienes del colegio de Honda. Esta hacienda contaba con 42 esclavos, 11.000 árboles de cacao, un trapiche y ganado. Su avalúo fue
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 124.
57
AGN. Curas y obispos, 14, fols. 157r-159v.
58
AGN. Curas y obispos, 14, fol. 200r/v.
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AGN. Curas y obispos, 14, fol. 159r/v.
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de 18.000 pesos61. De acuerdo con el Inventario practicado en agosto de 1767, con presencia del oficial real Joseph Palacio, el padre Juan Díaz S. J. y testigos presentes, constaba de “una casa cubierta de palma; forrada los estantes de ella de guadua picada para la habitación de los religiosos [...] una capilla que tiene dos campanas [...] y los esclavos de dicha hacienda tienen sus bohíos o casitas donde viven. […] un hato con 500 reses; 12 caballos; 38 yeguas; potros y caballos muy pocos con todo lo necesario para su manejo. Sus escrituras de propiedad se encuentran en el archivo del Colegio”62. Hacienda La Egipciaca El 19 de agosto de 1767, el oficial real D. Joseph Palacio hizo comparecer a Juan Londoño, negro esclavo de este Colegio de la Compañía a cuyo cargo estaba la Hacienda La Egipcíaca, localizada en las tierras atravesadas por el río Guarinó, banda occidental del río Magdalena. Informaba Londoño que la hacienda tenía 68 esclavos, entre hombres y mujeres, algunas sin el bautismo, y que se hallaban 10.500 matas nuevas de cacao sin dar fruto, por ser nuevas; en lo respectivo a las herramientas, se había once machetes, cinco palas, cuatro hachas, 33 azadones y una barra; con respecto a las prisiones, existían dos cepos y unas esposas; una romana de fierro con su pilón para pesar el cacao; una escopeta, dos fierros para marcar, zurrones de cacao; una barqueta de diez bogas sin cadena. Contaba la hacienda, además, con una casa grande cubierta de palma, forrada de embarrado, y una capilla independiente de la casa, cubierta de palma y forrada de embarrado, con mesa de altar y dos campanas, una grande y una chica. Felipe de la Cruz, negro esclavo a cargo del hato de ganado del colegio de Honda, informaba que hacía meses que no realizaba el rodeo del ganado para conocer la cantidad, pero calculaba “que en ganado grande y pequeño podrá haber de 400 a 500 reses [...]; que se hallan 8 bestias cabalgares entre nuevas y viejas, 22 yeguas, 6 burros 3 mulas, dos sillas de vaquería con estribos de cobre, un fierro de herrar ganado”. Con respecto a la vivienda, informaba que “no hay casa, ni ajuar, pues para recogerse pasaba a la citada hacienda [La Egipciaca], del encargado Juan Londoño [y] que tampoco hay herramienta, ni lanzas, ni armas algunas”63. Las propiedades rurales del colegio de Honda se situaban al norte de la villa, sobre la margen izquierda del río Magdalena. Estas haciendas, algunas de ellas vecinas, compartían linderos con las haciendas de Fierro
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 256.
61
AGN. Curas y obispos, 14, fol. 157 r.
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AGN. Curas y obispos, 14, fols. 205r-206v.
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Arriba y Fierro Abajo, pertenecientes a la provincia y al colegio de Santafé, respectivamente, administradas por el colegio de Honda. La arquitectura de las haciendas del colegio hondense seguía la tradición en el uso de los materiales de construcción precederos, de fácil consecución y renovación, presente en la arquitectura de los valles calientes del río Magdalena. Dominaba en ella el bahareque o el “embarrado” en los cerramientos del edificio, con la utilización de la madera para la armadura de cubierta y la palma para cubrición (figura 10).
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Escala. 1:700.000
Figura 10. Las haciendas del colegio de Honda. Fuente: Elaboración propia a partir de la documentación del Fondo Curas y Obispos del Archivo General de la Nación.
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Otras posesiones del colegio de Honda
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6. Otras posesiones del colegio de Honda Según consta en el Inventario practicado en agosto de 1767, el colegio de Honda tenía las siguientes posesiones: Edificios del templo y colegio: una construcción de un templo grande, todo de cal y canto, cubierto de teja, con tres naves, abovedado, con su retablo en el altar mayor en tablazón. El templo se llamaba del Sagrado Corazón de Jesús, y fuera de cimientos se hallaba el primer lienzo de las oficinas del Colegio “como en dos estados de altura”64. En el costo de este templo se habían gastado más de $13.000 pesos, procedidos de $7.000 recibidos de D. Antonio Viana, por la venta del colegio antiguo que hubo de servir para los religiosos de San Juan de Dios. Materiales: madera, viguería y tablazón depositada en varias tiendas, para poder acabar la obra del Colegio de la Compañía del Corazón de Jesús. Cerca de la boca del Gualí, había ocho vigas, y en una tienda inmediata a la casa alta de Gregorio Álvarez se hallaba buena porción de cal para la obra. Tejar: inmediato a las bodegas, en él se fabricaban tejas y ladrillos que se consumían en la obra del templo del Sagrado Corazón de Jesús. Este tejar poseía sus hornos y tendal con sus buenos pilares, cubierto el techo con teja. Casas: tres casas de calicanto, cubiertas de teja, con solar propio, localizadas en la plazuela de San Francisco, donde se ganaban cada mes $8 por el arriendo de la primera y $7 por las últimas; una casa y tres tiendas, en la calle de la iglesia parroquial y la banda del río Magdalena, en solar propio. La casa ganaba cada mes $3 pesos y las tiendas valían de alquiler 8 reales al mes. La Compañía poseía también: dos tiendas en la calle de la iglesia parroquial, fabricadas por Luis Ospina en favor de este Colegio, en solar propio, de las cuales, al mes, cada una ganaba 8 reales; otras dos tiendas, en la misma calle de la iglesia parroquial, con solar propio, que daba cada una 8 reales por mes; una casa baja de calicanto, cubierta de teja, en solar propio, localizada en la calle de la iglesia parroquial, banda opuesta del río Magdalena, en frente de la Real Contaduría; tres tiendas de calicanto, cubiertas de teja, localizadas en la misma calle de la iglesia, en la banda opuesta del río, en solares propios, de propiedad del doctor Antonio Caro, del presbítero D. Gregorio Reyna y de D. Juan Flores. Cada una ganaba al mes 20 reales; tres tiendas de calicanto, cubiertas de teja (algo maltratadas) en solar propio del colegio, en la calle de San Juan de Dios, dos de ellas cerradas y la restante, habitada por Magdalena Méndez, por la que al mes se ganaban 8 reales; y una casa baja, en la calle donde
El estado como medida de longitud equivale a 7 pies, lo que significa que en la obra del Colegio nuevo en 1767 las paredes del primer piso tenían aproximadamente 3,92 m de altura.
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asistía el comercio (calle Real), con solar propio, que por la época del inventario se mantenía cerrada. Solares: un solar, cercano a la iglesia parroquial; un solar, a un costado de la plaza de la iglesia parroquial, en cuya mitad estaba una casa fabricada de paja (donde vivía el sastre Joseph Quintero, quien elaboraba sotanas y manteos); un solar yermo, inmediato a la cuesta llamada “de Urquijo”; varios pedazos de solar, en la calle que del colegio iba al puente del Gualí, y en ellos varias casitas donde vivía gente pobre; un solar sin casa, en la calle de la iglesia parroquial, situado frente al puente derribado del Gualí; un solar yermo, en el callejón de las Trampas; un solar, en la cuesta de El Alto, que estuvo en pleito y, para la época, en posesión de los religiosos de san Francisco. Tierras: las tierras desiertas, llamadas de la mesa de los Padres, se destinaban para ganados y bestias mulares, y otras tierras en arriendo, llamadas de San Cayetano. Esclavos: de los 24 que había, entre varones, hembras y niños, dos trabajaban como sirviente y asistente de cocina; cinco como sirvientes del colegio y como peones en la obra del templo del Sagrado Corazón de Jesús; tres adultos y cuatro negros jóvenes asistían en el tejar para la fabricación de tejas y ladrillos; un mulato anciano, servía en la sacristía y el templo; y los demás trabajan en la hacienda La Egipciaca. Después de la diligencia de inventario, firmaron el documento el oficial real Joseph Palacio y el padre rector, Juan Díaz, S. J., ante los testigos Juan Bautista de Agesta, Juan Antonio González y Martín Gálvez Mendoza65. En resumen, las posesiones del colegio de Honda a la hora de la expulsión consistían en: un templo grande y capaz, construido en cal y canto, con bóvedas, nave central y espacios laterales para las capillas, y cubierta rematada en teja de barro; parte del edificio del colegio estaba en pleno proceso de construcción; cuatro haciendas de cacao y algún ganado; un tejar; siete solares, algunos con casa techada en paja; seis casas, dos de ellas bajas y tres de cal y canto; trece tiendas en la villa, entre las cuales seis eran de cal y canto y cubiertas con teja, y el resto con cubierta en paja. Por concepto de arriendos de las viviendas y las tiendas, el colegio de Honda recibía $39,5 pesos al mes. Es de resaltar la buena localización urbana de la mayoría de los inmuebles, al estar situados en el área central de la villa sobre vías principales, cerca de hitos de importancia, como el templo parroquial, casas oficiales o conventos.
AGN. Curas y obispos, 14, fols. 160r y ss.
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7. Los edificios jesuíticos después de 1767 El antiguo colegio Arriba se dijo que los edificios del antiguo colegio de la Compañía (templo, colegio y terreno, localizados en la banda izquierda del Gualí) fueron vendidos al cabildo de la villa en 1764, con la intención de fundar en ellos un hospital. Como se verá, estos edificios continuaron en el tiempo con su nuevo uso, como hospital, hasta el terremoto de 1805 que los dejó en estado ruinoso. La historia del Hospital de Honda la refiere Fr. Clemente López Vargas, O. H.66, en su trabajo sobre la Orden Hospitalaria, donde afirma que el 14 de enero de 1770, el comisario general de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, Fr. José Tello de Guzmán, Designó como fundador al P. Pedro Sánchez y asesorado por los Hermanos José María Conrado, Fermín Murillo y Manuel Ortiz, tomaron posesión de la iglesia, el edificio y los terrenos que fueron del colegio jesuítico. La fundación se llamó Hospital San Rafael, figurando a veces con el nombre de Hospital San Juan de Dios. El Patrono del hospital era el Cabildo, de quien dependía toda la economía […]. Las labores se iniciaron con el permiso del virrey hasta el mes de mayo de 1776, fecha en la cual llegó la Real Cédula aprobando la fundación del Hospital San Rafael de la villa de Honda67.
En 1786, el hermano Juan José Merchán, procurador general del Comisariato, inculpó al cabildo de la villa por el deterioro que se encontraba el hospital, a tal punto que se consideró cerrarlo. En noviembre de 1797, monseñor Baltasar Jaime Martínez ordenó a su albacea donar al convento hospital la suma de 700 pesos para aliviar la situación de pobreza. En 1804, se reunió el Capítulo Provincial en el convento hospital sin ningún inconveniente. En 1805, la villa de Honda sufrió un fuerte terremoto, que destruyó la mayoría de los edificios, entre ellos el hospital. En la catástrofe murieron bajo los escombros el prior del hospital y cuatro padres, dos soldados que estaban hospitalizados y un enfermero seglar. En enero de 1807, el superior provincial ordenaba: “no se use la capilla que se ha improvisado a raíz del terremoto que arruinó el establecimiento [...]. El cabildo había prometido al virrey reedificar el hospital, pero nada se hizo hasta entonces”68. En 1823, “el hospital atravesó una situación económica muy difícil, pues sólo recibía cuatro reales diarios”. A finales de 1827,
López Vargas, 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad.
López Vargas, 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad, 99.
López Vargas, 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad, 100.
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el prior del hospital, padre Pedro Vargas, entregó el arruinado edificio al cabildo de la villa, finalizando la presencia de los Hermanos Hospitalarios después de 55 años de misión69. El nuevo colegio Como se recordará, desde el año de 1746 los jesuitas pensaron seriamente acerca del lugar del nuevo solar para la construcción de su iglesia y colegio. Cómo arriba se comentó, el sitio elegido fue un solar capaz situado a orillas del río Gualí, frente al convento de San Francisco, en relación directa con la vía comercial que atravesaba el puente sobre el mismo río. El nuevo templo, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, se pudo construir gracias a la ayuda económica de los hermanos Cícero, cuando ofrecieron construir a su costa un edificio religioso decente y capaz. Acerca los inicios de este templo, fray Juan de Santa Gertrudis, Orden de Frailes Menores, en su paso por la villa de Honda y en viaje de misión en 1756, relató: “no tiene la villa más que la parroquia, nuestro convento, el de San Juan de Dios70 y de la otra parte del río Gualí, en donde está el puerto y la tercera parte de la villa, había un colegio de jesuitas, que entonces se fabricaba de nuevo”71. Cuando se vendió el antiguo colegio al cabildo de la villa en 1765, los jesuitas se acomodaron temporalmente durante dos años en una casa alta prestada por D. Gregorio Álvarez, mientras se terminaba el templo y se comenzaba la construcción del edificio anexo para su colegio. Dos años más tarde llegaba la orden de expulsión de los jesuitas de los dominios españoles. Este abrupto acontecimiento tendría como efecto que, apenas fue terminada la fábrica del templo por los jesuitas, el edificio se mantuvo desocupado y cerrado por 12 años, para después ser refuncionalizado para uso industrial y ocupado en 1777 por la Real Administración de Aguardiente de Caña (figura 11). Intervención arquitectónica del templo para la real fábrica de aguardiente El uso posterior del templo construido por los jesuitas en el solar a orillas de río Gualí como real fábrica de aguardientes ya fue objeto de
López Vargas, 1596-1996. Cuatrocientos años de Hospitalidad, 101-102.
El cronista, al hacer alusión al convento de San Juan de Dios, se refiere al hospital construido en el siglo XVII por el P. Mercado, llamado de San Cosme y San Damián, localizado en el sector urbano de españoles. El nuevo hospital se construirá algunos años después de la visita a Honda por el misionero franciscano.
Juan de Santa Gertrudis, Maravillas de la Naturaleza, t. I, vol. 10 Biblioteca Banco Popular (Bogotá: Kelly, 1970), 110.
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1-Planta iglesia jesuita, 1767
16,8 m
coro
nave central
18,76 m
21 m
45,36 m
5,67 m
5,04 m
Ampliación
Ampliación 2-obras de adición para fÁbrica, 1776
21 m
10,71 m
67,20 m
3-estado de la fábrica aguardiente de honda, 1779 Esc. 1:50
Figura 11. Honda. Planta del templo jesuítico y obras de ampliación para la Real Fábrica de Aguardiente, 1776-1779. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación del Fondo Aguardientes Tolima. Tomo V. Archivo General de la Nación.
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estudio pormenorizado por parte del autor del presente estudio, en el trabajo Reales fábricas de aguardiente de caña en el Nuevo Reino de Granada72. Sin embargo, se considera de interés recordar algunos sucesos de la transformación de este edificio religioso como destilería. Desde 1766, el señor Joseph Palacio, quien manejaba la producción de aguardiente en Honda, informaba al virrey de la necesidad de una casa apropiada para depósitos de mieles, anises, leña y habitación del administrador. El virrey del Nuevo Reino, D. Pedro Messía de la Zerda, en carta dirigida a Joseph Palacio el 19 de marzo de 1772, le previene para que informe el estado de la obra del edificio que había de ser colegio de la Compañía, especificando para tal efecto, “su extensión y proporción para dedicarlo a la Administración de Aguardiente; el valor que se considera, con el de los materiales existentes y cuál podrá ser el que ascienda a lo que deba gastarse aprovechando los dichos materiales en la construcción de casa y oficinas para la citada administración”73. El terremoto de Honda de 1805 El 16 de julio de 1805, un fuerte terremoto sacudió la zona central del Reino, afectó seriamente la villa de Honda y causó daños de gran consideración. José María Caballero, subteniente de milicias de infantería de Santafé, hizo una descripción de los efectos producidos por el terremoto en Honda74. Referente a los daños, afirmaba que hubo “212 edificios caídos, 353 edificios maltratados, 121 personas muertas y 109 heridas”. Con respecto a la fábrica de aguardiente –antiguo templo jesuita–, que “hubo 2 personas muertas, 1 persona herida y la ruina del edificio donde funcionaba la real fábrica”75. Documento de gran valor histórico y documental es el informe realizado por el administrador de la fábrica de aguardientes, D. Bernardo Fernández del Anillo, donde incluye algunas características espaciales del inmueble que ocupó la fábrica, su localización, dimensiones totales y las obras que se realizaron para su adaptación como fábrica, con la relación de los daños en el edificio ocasionados por el terremoto de 1805: La fábrica propia de aguardiente, ocupaba la antigua iglesia de los PP. de la Compañía, añadida para este fin de 6 varas en la fachada principal de oriente, y de 20 varas a la parte posterior opuesta, con lo que resultó a
Mora, Reales fábricas de aguardiente, 186-196.
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AGN. Temporalidades, 4, fols. 805r-806r.
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Caballero, Libro de varias noticias particulares, t. I.
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Caballero, Libro de varias noticias particulares, t. I, 110.
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lo largo del templo y río Gualí una línea de 80 varas de fondo, por 25 de ancho, y tenían las tres naves, con cuarto principal para despacho del administrador en lo que estaba el coro y las 6 varas añadidas; y toda esta obra sin claro alguno de patio es la destruida hasta sus cimientos por el terremoto, quedando al mismo tiempo conmovidos el terreno, y la muralla de Gualí, sobre que cargaba por el lado de mediodía76.
Las autoridades de la renta de aguardiente pensaron en reconstruir el edificio y continuar la producción del licor, pero ello nunca fue realizado, “por no ser conveniente ni necesario su restablecimiento”, de acuerdo con el concepto de los peritos y autoridades. Para surtir de aguardiente el territorio de la administración de Honda, se ordenó realizar obras de ampliación y ensanche de la real fábrica de aguardiente de Neiva, trabajos que dieron comienzo en junio de 1806. 8. El solar del colegio jesuítico en los siglos XIX y XX Después del terremoto de 1805, las ruinas de la real fábrica de aguardiente fueron testigos mudos del crecimiento y desarrollo de la villa por muchos años, hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX. Los viajeros que pasaron por Honda consignaron sus impresiones. Es el caso de Isaac Holton, quien a su paso por la villa en 1825-1826 comentó: “aún se pueden ver las ruinas de la iglesia central y muchas de sus casas distinguidas. En la misma catástrofe resultó destruido el bello puente de piedra sobre el río Gualí [...]. Todas las ruinas muestran la grandeza que debió alcanzar Honda en la época de la ocupación española”77. José María Samper afirmaba que en 1834 “ninguna de las casas altas ha[bía] sido reedificada, y que las nuevas eran construidas de bahareque y palma”. Además describe los barrios de la ciudad repletos de ruinas de templos, conventos y grandes casas. Así lo confirma Guzmán en su trabajo sobre Honda, al decir que “en las dos primeras décadas del siglo XX, la ciudad había integrado nuevos espacios a su tejido urbano. El sector colonial destruido por el terremoto, se reconstruyó casi en su totalidad en las dos últimas décadas del siglo XIX, a excepción de los conventos”78. D. Alejandro Agudelo, prestante vecino de la villa, logró la terminación de las obras del templo del Carmen y la capilla del nuevo cementerio en 1841-1846. En el periodo 1870-1872, ordenó construir el puente que lleva su nombre y se comprometió además a financiar el empedrado de las calles
Mora, Reales fábricas de aguardiente, 190-191.
76
Guzmán, La ciudad del río, 113.
77
Guzmán, La ciudad del río, 162.
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del Comercio, del Retiro y la de San Francisco. Por último, regaló la casa destinada a escuela pública, diseñó y construyó la Casa Municipal, y “en las ruinas del extinto convento de San Juan de Dios, edificó el Hospital de Caridad”79. En 1883, el Concejo Municipal de Honda, por iniciativa del cura Uldarico Camacho, solicitó a la reverenda madre Gertrudis, superiora de las religiosas de la Presentación en Bogotá, que enviara a la villa unas hermanas de la caridad para dirigir el hospital y escuela que deseaban crear. Acogida la petición, el 26 de septiembre llegó a Honda la madre Gertrudis en compañía de cuatro hermanas, madre Casilda (francesa), hermana San Roberta (francesa) y hermanas Sofía y Alejandra (antioqueñas). Estas religiosas vivieron a su llegada en una casa alquilad en la calle del Palomar, mientras buscaron locales adecuados para su vivienda y la escuela. Creada la junta para proveer gastos y alimentación a los enfermos, su presidente, D. Julio Samper, se interesó en la restauración del antiguo edificio, con el acopio de madera par refeccionar las cubiertas, trabajos suspendidos por la revolución de 1885. Un año después, el presidente de la junta, D. Alejandro Agudelo, reedificó el hospital y buscó ayuda económica para las obras de construcción80. El 1887, con el edificio adelantado, la madre Casilda y demás hermanas se trasladaron al local que aún ocupaban en 193681. No es claro cuándo cambia el uso del edificio estilo republicano construido en 1872. Se conoce que entre 1960 y 1985, funcionaron en este edificio las oficinas de la Personería, Tránsito, Catastro, Escuela de Artes y Oficios, así como las sedes de entidades cono Coldeportes, Defensa Civil y el Club Ondama. En 1986, la alcaldía ordenó la demolición de esta estructura arquitectónica republicana del antiguo hospital, por daños y deterioro producidos por una avalancha sucedida el 13 de noviembre de 1985. En 1990, alcalde David Robert Owen Hughes inauguró el nuevo edificio del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, proyectado por la Oficina de Planeación Municipal de la Alcaldía de Honda, para alojar las oficinas de Turismo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal, con sala de exposiciones y conferencias. En 2005, los medios comunicaron que otra avalancha del río Gualí había puesto en riesgo a miles de personas en pleno centro de Honda. Las corrientes del río socavaron la zona sobre la que se asientan gran parte del comercio, la plaza de mercado y más de Guzmán, La ciudad del río, 120.
79
Murcia Godoy, “Breve reseña histórica”.
J. Eduardo Vernaza, “El Hospital de San Juan de Dios de Honda”, Revista Cultural y Comercial, 1936; citado por Murcia Godoy, Breve reseña histórica.
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diez barrios82. En noviembre de 2010, nuevamente el río Gualí, la creciente producida por torrencial aguacero de más de diez horas en el puerto y el alto nivel de corriente produjeron erosiones en su cauce que afectaron tanto el solar como el edificio del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, quedando totalmente destruidas la Biblioteca y su Archivo Administrativo Histórico. Un triste y esperado final para un solar urbano significativo con importantes y emblemáticos edificios, históricamente afectado por las fuertes corrientes del río Gualí.
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Murcia Godoy, “Breve reseña histórica”.
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Figura 12. Puerta del antiguo hospital de Honda. Xilografía de Francisco A. Cano. Fuente: Revista El Montañés, año 1, Medellín, 1898.
Figura 13. Templo de Nuestra Señora del Rosario, 1652. Fuente: Tomás Restrepo, Impresiones y recuerdos, 1922.
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Figura 14. Honda. Templo de Nuestra Señora del Carmen, s. XVII, después de su restauración en 1846. Fuente: Tomás Restrepo, Impresiones y recuerdos, 1922.
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Cronologías
El colegio de Honda 1620 Los jesuitas, en su ruta para Antioquia, realizan la primera misión al puerto de Honda. Mediante aprobación del presidente Borja y el arzobispo Arias de Ugarte, la Compañía se encarga del curato de Honda. 1625 El arzobispo Arias de Ugarte entrega en propiedad el curato de Honda a los jesuitas. Se coloca el Santísimo en la iglesia existente techada con paja. 1625-1627 La primera iglesia recibe refacciones y mejoras realizadas por el padre J. B. Coluccini. Residencia de los jesuitas en casa prestada. Un incendio reduce a cenizas la iglesia de paja, localizada “a un lado de la calle real, lado sur del río Gualí”. 1628-1631 El párroco P. Beltrán de Lumberri emprende la reconstrucción de un nuevo templo cubierto con teja. Establece un tejar para la fabricación de teja y ladrillo y recibe, por merced del presidente Juan de Borja, tierras para la nueva construcción, localizadas “cerca de donde la Compañía tiene su casa y enfrente de las bodegas donde se albergan los pasajeros que van y vienen de Cartagena a Santafé”: costado norte del río Gualí. 1634 La residencia de Honda pasa a la categoría de colegio incoado. Su primer rector es el P. Julio Ledi, S. J. 1635 De acuerdo con un informe, “la situación del colegio era holgada [...]. Ayúdanse de las haciendas que se van entablando”. La iglesia nueva, de acuerdo con el P. Hazañero, “es muy capaz con ricos ornamentos”.
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1643 El rey Felipe IV eleva el poblado de Honda a la categoría de villa, independiente de Mariquita, para lo cual se nombran alcaldes y regidores. 1644 Se nombra cura de españoles a Francisco Sotelo. Los jesuitas quedan en calidad de curas y doctrineros de todos los indios y negros bogadores y se les quiere quitar la iglesia. El cura Bartolomé Jijón –cura desde 1647– levanta nueva iglesia en el sector habitado por españoles (banda derecha del Gualí, sector del alto del Rosario). Años más tarde, cédulas reales ordenan que los jesuitas vuelvan a ser curas de españoles. Los jesuitas, de esta manera, administran dos templos. 1659 Ante el deterioro, el templo de los jesuitas se refacciona por acción del P. Pedro de Mercado, rector del colegio. 1659-1664 Necesidad de hospital en la villa. El P. Mercado, rector del colegio de Honda (primer periodo), ofrece solar en la plazuela frente al templo jesuítico. Se rechaza el ofrecimiento, por lo lejano al río. Se negocia otro solar para el hospital, ofrecido por el alférez real Jerónimo Mena Loyola, localizado cerca al río Gualí, banda derecha (sur), en el sector de los españoles. Se denomina Hospital de San Cosme y San Damián. 1731 Hay necesidad de reparar y ampliar el templo parroquial. Para los trabajos son recogidos 3.500 patacones. Los directores de las obras son el P. Baltasar de Caicedo de la Compañía de Jesús y los señores Francisco de Tordesillas y Francisco Javier de Andrada. La reconstrucción se hace en el mismo sitio del alto del Rosario. 1736 El P. Jaime López hace relación de las rentas y bienes del colegio. La Real Audiencia otorga autorización para trasladar el colegio a nuevo lugar. 1745 El provincial, P. Ángel María Manca, solicita al virrey Eslava la renuncia al curato de la villa de Honda. Igualmente, pide autorización para el traslado del colegio y templo de la Compañía a otro lugar más a propósito. 1746 Los jesuitas deliberan acerca del lugar apropiado para la traslación de su colegio. Se define como lugar un solar sobre la banda izquierda (norte) del río Gualí. Los jesuitas renuncian definitivamente al curato de Honda. Los padres continúan con su labor educativa y misionera, pendientes de la nueva construcción de su colegio. 1750 El H. Lorenzo Köninck diseña el plano para el puente que se ha de construir en Honda, con aprobación del ingeniero de la plaza de Cartagena Juan Bautista Mac-Evan.
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cronologías
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1751 El H. Marcos Belzemberger actúa como director de obras en la construcción del puente sobre el río Gualí. 1756 El franciscano Juan de Santa Gertrudis, a su paso por la villa de Honda en viaje de misión, relata que en las cercanías del puerto “había un colegio de jesuitas que se fabricaba de nuevo”. 1764 Los franciscanos de Honda se oponen a la construcción del nuevo colegio e iglesia de los jesuitas y piden la suspensión de la obra. 1765 La audiencia rechaza la petición de los franciscanos por considerarla “intempestiva e injusta”. En mayo, el virrey Messía de la Cerda autoriza la compra del colegio (antiguo) para hospital y “el traslado de aquel o construcción del nuevo”. Para residencia de los padres jesuitas se mudan a “la casa alta prestada por don Gregorio Álvarez”, sin interés y por dos años. 1766 El rey da autorización para el traslado y obra nueva del colegio de Honda. 1767 Expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino de Granada. Los jesuitas del colegio de Honda y haciendas anexas, los administradores de las haciendas cercanas pertenecientes a la Provincia y demás colegios jesuíticos del Reino se reúnen en este puerto para ser embarcados en el río Magdalena con destino Mompox y a Cartagena, vía al destierro. El solar jesuítico y demás edificios después de la expulsión 1 1772 El virrey D. Pedro Messía de la Zerda, en carta dirigida a D. Joseph Palacio, director de la Renta de Aguardientes de Honda, le previene para que informe sobre el estado de la obra del edificio que habría de ser colegio de los jesuitas, especificando su extensión y proporción, para dedicarlo a la Administración de Aguardientes. En este año se procede a realizar el avalúo del edificio del templo del Sagrado Corazón de Jesús. 1777 El edificio del templo jesuita se destina para uso industrial por la Real Administración de Aguardiente de Caña, formalizando la “Real fábrica de aguardiente de caña de Honda”.
1
La información acerca de los edificios que ocuparon el antiguo solar del colegio jesuítico de Honda durante los siglos XIX y XX fue tomada de Tiberio Murcia Godoy. Blog (consultado 25 de junio de 2015): http://tiberiomurciagodoy.blogspot.com/2010/11/breve-resena-historicade-la-iglesia.html
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1777-1805 Periodo de producción de aguardiente de caña por la real fábrica de Honda. 1805 Terremoto de Honda el 16 de junio. Queda destruido el edificio de la real fábrica de aguardiente (antes templo jesuita). 1825-1827 Los edificios principales y casas altas de la población siguen en ruina. 1834 Según José María Samper, en este año ninguna de las casas altas había sido reedificada. El sector colonial destruido por el terremoto se reconstruyó casi en su totalidad en las dos últimas décadas del siglo XIX, a excepción de los conventos. 1835-1869? 1870-1872 El rico comerciante D. Alejandro Agudelo se compromete con el adelanto de diferentes obras en beneficio de la villa: empedrado de calles, terminación de obras en el templo del Carmen, capilla del nuevo cementerio, casa para escuela pública, construcción de la Casa Municipal: “en las ruinas del extinto convento de San Juan de Dios, edificó el nuevo hospital de caridad en el antiguo solar de los jesuitas”. 1883 El Concejo Municipal de Honda solicita a la superiora de las religiosas de la Presentación en Bogotá que se sirvan mandar unas hermanas de la caridad para dirigir el hospital y escuela que se deseaba crear. Viven ellas en casa alquilada, en la calle del Palomar. Un mes después, las hermanas se pasan a las dos casas que terminaban en la calle del Palomar, al occidente. La escuela se monta en la casa más inmediata al río y el domicilio, en la casa de enfrente. 1884 En la escuela –casa más inmediata al río– se establecen dos clases, con 40 alumnas más o menos. 1885 D. Julio Samper, presidente de la junta para proveer gastos de alimentación de los enfermos y suministro de drogas, ropas y otros elementos, se interesa mucho en la restauración el antiguo edificio y el acopio de madera para comenzar los techos. Los trabajos se detienen por efecto de la revolución de 1885. 1886 Después de la guerra, el presidente de la junta, D. Alejandro Agudelo, se dedica enteramente a reedificar el hospital y a buscar fondos para las obras. 1887 Con los trabajos de obra adelantados, la reverenda madre Casilda, con las hermanas Sofía, Alejandrina y Candelaria, se trasladan al local que en 1936 aún ocupaban junto con las 50 alumnas del colegio.
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cronologías
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1960-1985 En el edificio republicano existente funcionan diversas oficinas municipales, como Personería, de Tránsito, Coldeportes, Club Ondama, Defensa Civil, Catastro y Escuela de Artes y Oficios. 1986 La alcaldesa especial, Cecilia García de Van Enden, ordena “la demolición del edificio republicano del antiguo hospital”, por los daños y deterioro del edificio donde funcionó el Hospital San Juan de Dios, por acción de la avalancha sucedida en la noche del 13 de noviembre de 1985. 1990 El alcalde David Robert Owen Hughes inaugura las obras terminadas del edificio Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, con oficinas de turismo, biblioteca y archivo municipal, sala de exposiciones y conferencias, talleres de artes y oficios. 2005 Una avalancha del río Gualí pone en riesgo a miles de personas en pleno centro de Honda. Las corrientes del río socavan la zona sobre la que se asientan gran parte del comercio, la plaza de mercado y más de 10 barrios. 2010 Noviembre. Con la creciente producida por torrencial aguacero de más de 10 horas en el puerto, el río Gualí, con niveles altos de corriente, produce erosiones que afectan el edificio del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, proyectado por la Oficina de Planeación Municipal de la Alcaldía de Honda. La fuerza del agua destruye el edificio donde funcionaba la Biblioteca y Archivo Administrativo Histórico.
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Referencias
Fuentes manuscritas y gráficas Archivo General de la Nación (AGN). Bogotá. Colonia. Fondo Temporalidades, t. 4, fols. 804r-814r (1772. Avalúo Iglesia Sagrado Corazón de Jesús), fols. 820r-836v (1773. Avalúo construcción oficinas Real fábrica de aguardiente); t. 16, fols. 879r-894rv (1772. Inventario Librería). Colonia. Fondo Curas y obispos, t. 14, fols. 155r/v-210rv (1767. Ocupación Bienes Colegio); fols. 281r-293r/v (1767, Inventario Alhajas); fols. 293r/ v-317v (1767. Inventario Aposentos del Colegio); fols. 157r/v-159r/v (1767. Haciendas de Purnio, La Miel); fols. 198r/v-201r/v (1767, Hacienda Buenavista); fols. 202r/v-209rv (1767. Hacienda La Egipcíaca). Mapoteca No. 4. 1737. Plano del curso del río Magdalena con el puerto de Nare y el río Nus, 203-A; 1776. Plano de acceso a la villa de Honda con el puente caído sobre el río Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de aguardientes, 201-A. Libros Caballero, José María. Libro de varias noticias particulares. T. 1. Biblioteca Shering Corporation USA de Cultura Colombiana, Serie Historia No. 39. Bogotá, 1973. De Mercado, Pedro. Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús. 4 tomos. Bogotá: Presidencia de la República. 1957.
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De Santa Gertrudis, Juan. Maravillas de la Naturaleza. Biblioteca Banco Popular, t. 1, vol. 10. Bogotá: Kelly, 1970. González Mora, Felipe. “Arquitectos y tratados de arquitectura en la Javeriana colonial”. En José del Rey Fajardo y Myriam Marín Cortés (eds.), La Biblioteca colonial de la Universidad Javeriana comentada, Archivo Histórico Juan Manuel Pacheco. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2008, 441-492. . Reales fábricas de aguardiente de caña en el Nuevo Reino de Granada. Arquitectura industrial siglo XVIII. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2002. Gutiérrez, Rufino. Monografías. T. 1. Biblioteca de Historia Nacional, vol. 28. Bogotá: Imprenta Nacional, 1920. Guzmán, Ángela Inés. La ciudad del río, Honda. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002. López Vargas, Clemente. 1596-1996. Cuatrocientos años de hospitalidad. La Orden Hospitalaria en Colombia. Bogotá: selare, 1997. Murcia Godoy, Tiberio. “Breve reseña histórica de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”. Blog. Consultado el 25 de junio de 2015: http://tiberiomurciagodoy.blogspot.com/2010/11/breve-resena-historica-de-la-iglesia.html Otero, D’Acosta, Enrique. “Orígenes de la villa de Honda”. Boletín de Historia y Antigüedades, 27 (1940): 524-536. Pacheco, Juan Manuel. Los jesuitas en Colombia. 3 t. Bogotá: San Juan Eudes, 1959; Burgos: Hijos de Santiago Rodríguez, 1962; Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1989. Papel Periódico Ilustrado, 1881-1887. Bogotá: Banco de la República, 1968. Restrepo, Tomás S. Impresiones y recuerdos. Bogotá: Escuelas Gráficas Salesianas, 1942. Rico Villamizar, José Jesús. Pamplona o la historia del nororiente colombiano. Bogotá, 1990. Velandia, Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. T. 1: Conquista y Colonia. Bogotá: Cámara de Comercio de Honda, Kelly, 1989. Vernaza, Eduardo. “El hospital de San Juan de Dios”. Revista Cultural y Comercial de Honda, 6 (diciembre 1936).
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Anexos
de teja, 1628-1746
1ª capilla,
Templo definitivo del Sagrado Corazón de Jesús, 1746 - 1776
1er templo cubierto
1625-1628
1. Templos del colegio de Honda varas castellanas
metros
Largo-ancho
Largo-ancho
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varas castellanas
metros
Largo-ancho
Largo-ancho
Materiales
Origen
Bahareque Madera Paja
Capilla adquirida por donación
Tapial Madera Teja
Materiales
Capilla adquirida por donación
Cúpula
Tapia 24.50
44.10
20.58
Ladrillo Madera Teja
Tuvo obras de reparación en las cubiertas. Se crearon concavidades en las pareces para los altares. Ampliación de sacristía y decoración interior.
Observaciones
Inicio: 1746 Terminación: 1776, Real Administración de Aguardientes
Piedra 52.50
Observaciones
No
1776-1805: El templo es convertido en fábrica de aguardiente de caña 1805: El edificio de la fábrica es destruido por fuerte sismo
* Vara castellana = 0,84 m.
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2. Haciendas del colegio de Honda BENEFACTOR
LOCALIZACIÓN
VOCACIÓN ECONÓMICA
ARQUITECTURA
Cristóbal Pantoja 1705
Orillas del río Magdalena. Entre los ríos La Miel y Cocorná.
- Cacao: 20.000 matas.
P. Agustín Rueda 1759-1763
En un paraje de la hacienda La Miel a orillas del Magdalena.
- Cacao: 14.000 Casa cubierta matas nuevas de palma, bahareque y guadua.
Buenavista
La Miel
HACIENDA
ESCLAVOS
60 (1736) En 1763, los esclavos se trasladan a la hacienda Buenavista
Avalúo: $20.000
Casas de esclavos del mismo material. Capilla exenta. Dos campanas.
La Egipcíaca
Purnio
Ornamento para celebrar. Banda occidental río Magdalena. Tierras atravesadas por río Guarinó.
- Hato 500 reses.
Tierras atravesadas por el río Guarinó, banda occidental río Magdalena.
Cacao: 10.500 matas.
- 12 caballos.
42 (hembras y varones)
- 38 yeguas.
Capilla exenta. - 11.000 árboles Dos campanas. de cacao. Bohíos o casitas - Trapiche para esclavos. Avalúo: $18.000
Ganado: 400 – 500 reses. 8 caballos. 22 yeguas. 6 burros. 2 mulas.
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Casa cubierta de palma, bahareque y guadua.
Casa grande cubierta de palma, en bahareque.
68 (hembras y varones)
Capilla exenta, cubierta de palma y bahareque. Dos campanas.
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3. Rentas y bienes del colegio, 1736 En el año de 1736 el P. Jaime López, tomó la siguiente relación de las rentas y bienes del Colegio de Honda, en ese entonces bajo la dirección del P. Martín de Egurvide, donde se especifica lo siguiente1: • En primer término halló tener de renta segura 4.050 pesos “más que menos, libres de todos gastos” •
Hacienda del río de La Miel, que le donó D. Cristóbal Pantoja; tiene 70 esclavos (entre útiles e inútiles) y 20.000 árboles de cacao. Avaluada toda ella en 25.000 pesos.
•
Hacienda de Purnio, con 11.000 árboles de cacao, sementeras, trapiche, hato con ganados, 42 esclavos. Avaluada en 18.000 pesos.
•
Casa vendida a censo a doña María Serrezuela.
•
Casita con su tienda en frente de la puerta colateral de la parroquia.
•
Una casa y tiendas al lado del río, en la calle de la iglesia mayor, donde vive D. Domingo Bueno, en frente del tamarindo.
•
Casa del tamarindo que se compone de cuatro tiendas y dos solares.
•
Un suelo en el Remolino donde hay fundadas unas casitas de pobres.
•
En calle de San Francisco, arriba al otro lado, un solar con dos tiendas de paja.
•
En la plaza de San Francisco una casa con su tienda que donó el vicario Hurtado.
•
En la misma plaza al otro lado del callejón que corre a las Trampas está una casa con cuatro tiendas y un solar a las espaldas.
•
Delante de este nuestro Colegio hay un gran pedazo de suelo donde viven varios pobres con sus casitas, y cada una da para el día de N.S. una gallina en reconocimiento de dicho suelo.
•
En este mismo lado a espaldas de la Iglesia Mayor está una casa que se le vendió a Francisco Velasco...
•
Río arriba de Gualí está un pedazo de tierra que llaman de San Cayetano.
AGN, Miscelánea, t. 129; en Roberto Velandia, La Villa de San Bartolomé de Honda, t. 1: Conquista y Colonia (Bogotá: Cámara de Comercio de Honda, Kelly, 1989), 193-194; Juan Manuel Pacheco, Los jesuitas en Colombia. 3 t. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1989), 255.
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•
Río arriba de la Magdalena inmediata a esta villa está una estancia con su casa y sementera.
•
En el sitio que llaman de la Guásima tiene este Colegio varias estancias de tierra.
•
En la boca de Guarinó unas tierras que llaman de Periquitos donde suele haber algunos arrendatarios.
•
Termina el inventario diciendo:
•
La carga que por razón de estas fincas tiene este Colegio son cuarenta y ocho misas rezadas, a patacón por misa [...].
4. Inventarios 1. Inventario de alhajas de la Iglesia, 1767 2 Ynventario. En la Villa de Honda, luego / incontinenti, para los inventarios / de la Yglesia, mandados / hacer en este dia concurrio a // este colegio el señor oficial real / Juez executor con asistencia / del señor cura y vicario, / presente yo el escribano se / comenzo esta diligencia en la / forma siguiente: Primeramente abierto que fue / un aposento donde existen las / alhajas de plata respectivas a la Yglesia de este Colegio se hallo: Una cruz de plata con / un lignum crucis engastado en oro con otras reliquias que en ella parecen Ytem una cruz de madera / con guarnicion de plata con / varias reliquias en ella. Ytt. otra cruz de plata de la / manga alta con alma de palo // Ytt. dos custodias de plata doradas Ytt. un Picis con dos tachuelas / y sus tapas, el picis dorado / que existe en la Yglesia / Parroquial de esta Villa, adonde se llevo / el dia de la intimacion / del Real Decreto Ytt. una tachuelita con su / platico de plata para purificar dedos Ytt. una porta paz de plata Ytt. tres incensarios de plata Ytt. tres navetas con sus cucharitas
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AGN, Curas y obispos, 14, fols. 281r-293r/v.
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Ytt. un relicario de plata / en que esta un clavo de madera / tocado en los originales de // Cristo Ytt. un relicario dorado / de dar viatico con su crucesita de plata Ytt. tres llaves de plata del / sagrario de las cuales la una / esta en la Yglesia Parroquial / Ytt. un vaso de plata para el / comulgatorio Ytt. seis blandones de plata / como de tres cuartas de alto Ytt. seis candeleros pequeños / de plata como de una tercia de alto Ytt. dos lamparas de plata / una grande y otra mediana y / la una con su vaso de lo mismo. Folio 283r/v Ytt. Dos arañas de plata Ytt. cuatro cornucopias de plata / dos curnocopia medianas de plata / Ytt. otras ocho pequeñas de plata Ytt. dos ciriales de plata / Ytt. un porron de la cruz / alta de plata y el alma de palo Ytem una vara del Señor / San Joseph de plata con sus / azucenas de lo mismo y / el alma de fierro / ytt. dos arcos chapeados / de plata con sus estrellas volantes y herrantes / Ytt. dos columnas chapeadas / de plata por arriba y en medio = // Ytt. un Hostiario de plata / Ytt. cinco calices de plata / dorados, el uno de ellos sin / patena y los demas con ella / Ytt. cuatro cucharitas de plata . . . . . Ytt. dos calices dorados con / las copas de bronce doradas / por dentro y sus dos cucharitas / de plata y patenas de lo mismo / sobre doradas Ytt. otro Caliz, patena y / cucharita todo dorado, que se le / entrego al Señor Vicario por el / paramento suplido para el / entierro del Padre Francisco / Granados, respecto a estar / cerrado el colegio y hallarse en las Reales Bodegas el señor // Folio 284r/v Juez ejecutor entendiendo en el Despacho de los Padres Jesuytas Ytem dos coronas de plata, la una grande y la otra chica sobredorada Ytt. una corona de plata = / una corona de espinas de plata
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Ytt. un rayo de plata sobredorado / un hisopo de plata / Ytt. un sol y una diadema de plata de San Ygancio = Ytt. una espada de Nuestra / Señora de los Dolores al parecer de plata sobredorada / con unas piedras de esmeraldas / y amatistas // Ytt. tres potencias pequeñas de plata / tres potencias grandes de plata / una cruz de estandarte / un capres del piscis / con doce campanitas de plata semidoradas / Ytt. once campanitas de bronce / Ytt. un centro de plata / tres potencias de plata doradas / Ytem un Niño de la Virgen del Socorro con dos cadenitas / de oro, la una con una crucesita / de cristal la otra con una palomita y su relox = // Ytt. dos botoncitos de oro // chiquitos Folio 285r/v Ytem una gargantilla de cuentas / de oro y perlas y una / crucesita con piedras de / esmeraldas y otra mas grande / de cristal engastada en oro / Ytt. dos caxonsitos en que se contienen tres crismeras de plata / Ytt. dos diademas de plata / un resplandor de plata / un puñal de plata con piedras / falsas y el cabo dorado / Ytem siete pares de vinageras con sus platillos todo de plata / tres campanitas de plata / una medidita de plata // para el vino / Ytt. tres chapas como media / vara y un octavo en cuadro / que contiene la peana de / Nuestra Señora de los Dolores / y tres cantoneras de plata de la cruz del Señor / Ytem veinte y nueve casullas entre nuevas y viejas con los / colores correspondientes al uso / de la yglesia y sus recados / necesarios , de las que una con / su terno preciso se le entrego por el Señor Juez al señor / cura y vicario de esta villa / por la que suplio de su iglesia / al Padre Francisco Granados / difunto enterrado en ella / como antes se expresa en esta // Folio 286r/v diligencia, bajo la precisa / circunstancia que sea de la / aceptacion de su Ecxelencia Ytem otra casulla negra usada sin recados / seis dalmaticas con sus / correspondientes adornos, las cuatro de diferentes colores / de oro y plata y las restantes negras / ytt. una capa de coro y un almaysal y un frontal de gayse de oro todo / un palio con su guion / y su estandarte de brocato / de seda todo y en el estandarte una efigie de San Ygnacio / diez y ocho albas y la // mayor parte de ellas son muy antiguas / dos albas mas viejas / Ytt. veinte y seis manteles / los mas de ellos muy usados / seis sobrepellises usadas / cuatro roquetes / cuatro tunicas
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de monacillos (monaguillos) / seis pa単os de comulgatorio / catorce corporales / veinte y cinco purificadores / veinte y cuatro palias, la / mayor parte maltratadas / Ytt. diez y seis amitos usados / nueve aras / dos caxonsitos con diferentes // Folio 287r/v reliquias sin autenticas con / unos breveticos cortos / Ytem un Santo Xristo de pulpito / que estaba por separado Ytem trece colgaduras de diaitinales / de tafetan carmesi doblete / ytt. una cortina de olandilla / de Quito para cubrir el altar / el jueves santo / cinco frontales de seda viejos / un vestidito viejo de la / Virgen de la Asumpcion / una capa vieja de seda / con punta de oro fino del santo / Patriarca San Joseph Ytt. un velo de persiana azul y blanca / una manga de cruz // negra vieja / otro roquete viejo / quince singulos usados / un fierro de hacer formas (hostias) / un capusito de tusu (tisu) de oro / una coronita de flores de manos / ytt. tres cajones que contienen / varias piezas del uso de la yglesia todas muy / inservibles asi de seda como de lienzo, y solo sirven para comunicarse / Ytem un par de sarcillos de / oro con piedras azules de la / Virgen del Socorro / dos jarros de peltre / pertenecientes al uso de la sacristia / dos pilones de fierro / pertenecientes a las dos lamparas // Folio 288r/v Con lo cual y ser ya las / doce del dia se cerro esta / diligencia, quedando las referidas alhajas y ornamentos / de yglesia en el mismo aposento / donde se hallaban para / prosegir cada que convenga / y lo firmaron sus mercedes / de que doy fe = Joseph Palacio = / Doctor Joseph Joaquin Govar = / Ante mi Luis Ximenez Ynventario. En la Villa de Honda a 18 de septiembre de 1767 a単os, en seguimiento de este ynventario concurrio a este / colegio el Se単or Oficial RealJuez / executor con asistencia del / Se単or Cura y Vicario presente // Yo el escribano; y hallandose / en la Sacristia y despues en / la Yglesia de este mismo / Colegio, se practico esta / diligencia en la forma siguiente // Primeramente seis misales / de ellos los dos con abrazaderas/ de plata y mas otro fuera de / los seis, tambien con abrazaderas / y los restantes muy usados / Ytt. cuatro cuadros con / marcos dorados de los / cuales
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dos estan padeciendo ruina / once cuadros sin marco / ecepto cuatro los demas / estan muy lastimados / otro cuadro de marco negro // Folio 289r/v Ytem un espejito maltratado / siete laminitas pequeñas / lastimadas la una de ellas sin / vidriera y las demas con ella / otro marquito en que se contienen las palabras de / la Consagracion / cuatro cajones en que / se guardaban los ornamentos y estan viejos Ytt. un sagrario de madera / pintado en que se / encerraba a su Majestad el jueves Santo / un cajonsito en que se guardaban los amitos con / ocho navetas // Ytt. una imagen de la Concepcion / un aguamanil de loza / con su tapa y su llave / un sitial de tafetan / morado guarnecido con puntica de plata y su armazon de madera Ytt. cuatro vinagueritas / de cristal y un platico y cuatro / pomitas de lo mismo / una pilita de loza, que / servia para tener agua / bendita en la sacristia / seis varas de palio de palos pintados / dos alfombras viejas / una grande y una chica / dos pedestales de // Folio 290r/v madera donde se ponen los ciriales = / Ytem tres cruces de palo viejas / de guiar procesiones / Ytem un Hostiario grande / de madera muy viejo / ytem tres ampolletas de/ oja de lata viejas en un / cajoncito de madera / Ytem un baul, un escaño / y dos caxas, todo muy viejo= / Ytem un paño de enjugar / las manos. El Altar Mayor / en que se contienen diez / imagenes de la Virgen y sus Santos, con dos velos de persiana y cinco cenefas viejas / cinco frontales el uno de madera muy maltratados / Ytem seis altares en el cuerpo / de la yglesia con sus / frontales y velos maltratados / de los cuales los tres contienen / Imagenes de pincel y los otros tres de bulto quiteñas, / entre las cuales tienen el mayor adorno y descencia la Capilla de los Dolores / y la Virgen del Socorro / Ytt. un pulpito y cuatro confesionarios / dos cuadros viejos que estan puestos en la pared / ocho escaños viejos / dos arpas // Folio 291r/v Ytem. El pavimento interior / de la Yglesia, que se compone / de columnas de guayacan = Ytt. dos pilas de piedra / un Coro Alto con su Santo Christo / Ytt. nueve atriles, dos de ellos dorados todos de palo usados / dos arañitas de madera pintadas y viejas / dos tapetes grandes
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viejos / diez candeleros de palo plateados / dos imagenes de bulto / que estan en el Altar de Nuestra Señora / de Los Dolores / dos cruces de madera // viejas de guiar procesiones = / Ytem una escalerita de madera / que servia para tomar / la custodia Ytem veinte y seis candeleros / de palo entre nuevos y viejos, / y algunos pintados. / Ytem una caxeta de hueso que sirve de hostiario / un organo en su / cajon con su cerradura El camarin de la Virgen de los Dolores / tiene de adorno dos velas. / Ytem dos Niños en sus conchas / Ytt. dos laminitas de pasta / de reliquia de cristal / Ytem tres láminas de bronce = Ytem doce espejitos // Folio 292r/v Ytem cinco dichos mas grandes / dos dichos mayores, todo / embutido en el relieve de / madera que esta al respaldo de la / Virgen de los Dolores / Ytem un frontal de poasta / de madera plateado que / esta en la boveda de la Capilla / Ytem un sitialito con su velo / de glase con campanitas de / plata, que son seis Ytem un armazon de imagen averiada / El Camarin de la Virgen del Socorro tiene de adorno cinco espejos medianos =/ Ytem otro dicho quebrado / Yten siete laminas de las // cuales sola la una es grandecita / Ytem seis niñitos en sus conchitas averiados / un San Joseph de bulto / mediano averiado / Ytem cuatro angelitos de bulto / Ytem dos campanas en el / campanario / Ytem dos matracas / Ytem un vaneo para poner / la cruz y ciriales de madera / muy viejos / Adviertese que todos los Altares mencionados estan como / dispone el ceremonial para / poder celebrar segun lo ha / expresado el Señor Vicario / entendiendose que las correspondientes // Folio 293r/v alhajas de cada uno / de ellos estan inventariadas / y separadas por temor de averia / Ytem tres sillas de asentarse =/ Ytem se pesaron dos arrobas / diez libras de cera en / velas enteras, algunos / cabos y desperdicios que todo se / hallo en la Yglesia y en / el aposento Rectoral, con / lo cual y por no haber mas que inventariar / en la Yglesia y ser ya dadas las doce de este dia se concluyo enteramente / esta diligencia que firmo el escribano oficial Real con el Señor Vicario de que doy fe = Joseph // Palacio = Doctor Joseph Joaquin / Govar = Ante mi Luis Ximenez =
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2. Inventario de los aposentos del colegio, 1767 3 Folio 293r/v Ynventario. En la Villa de San / Bartolome de Honda a diez y nueve de septiembre de / mil setecientos sesenta y / siete años en prosecucion de estos ynventarios el señor / Theniente de Fragata de la real / Armada, Don Joseph Palacio / y Valenzuel, Oficial Real Juez de Puertos, executor, / paso su merced, con asistencia / de mi el escribano al / Colegio de la Compañia de / Jesus de esta Villa; y estando / en el mando su merced / se abriese el aposento de la habitacion del Padre Juan // Folio 294r de Fuentes y en el se hallaron los bienes siguientes = Primeramente se hallaron siete sillas de baqueta usadas = Ytem dos mesas la una con su caxon y la otra mediana sin él todas usadas = / Ytem dos estantes muy pequeños de madera, el / uno con su mesita de lo mismo usados
Ytem en el dormitorio una cama o cuja de cuero con sus varandillas / Ytem otro estante y una / mesita del ancho de una tabla = Ytem bajo de la cama un caxonsito de madera = / Ytem un taburetico de camino // Ytem dos hamacas la una / nueva y la otra usada / Ytem dos cortinas la una con / ligotera todo de ruan viejo = / Ytem una barita de fierro / de una cortina / Ytem una sombredera de / madera vieja / Ytem un fogonsito de madera = / Ytem un bracerito de oja / de lata / Ytem dos chocolateras y un / fuelle / Ytem una sierrecita mediana = / Ytem una lanza de fierro vieja = / Ytem una lesnita / Ytem un fierrecito de arrancar / clavos / Ytem un sincelito viejo //
Folio 295r/v- 298v Ytem un candelero de palo y / la alcayata de fierro / Ytem una tinaja de barro con su banquillo de madera / y su tapa todo muy viejo / Ytem tres botijas y lebrillo = / Ytem dos lanzas de fierro / con sus cabos de palo / Ytem un pedazo de barrilla de fierro / Ytem cuatro cuadernitos / de a cuartilla de papel, dos / de ellos de gastos de la Hacienda de Fierro, del año de / 76, otro de gastos / para Santafe y otro de recibos; todos con 16 fojas escritas y sin / ningun metodo en la formacion // Ytt. tres cuadernitos chiquitos / el uno de ellos con media / foxa escrita de plata / entregada a Diego Ortiz sin / ningun gobierno y los dos / de ellos solo con caratula / Ytem dos tinteros el uno de cacho y
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otro de madera con sus salvadera de lo mismo / Ytem una hachuelita de fierro con su cabo / SantafĂŠ, 28 de noviembre de 1767. 3. Otras posesiones del colegio, 1767 4 Folio 159r/v [...] Ytem expuso su Reverencia / haber unas tierras desiertas / que se nombran de la Nesa - (Mesa) de / los Padres que siempre han servido / para ganados y bestias mulares. Ytem que las escrituras de estas // Folio 160r/v tierras existen en el referido Archivo. Ytem expreso . . . . . / que este colegio tiene un pedazo / de tierras que se nombran de / San Cayetano en las que vive / un arrendatario que despues / se mencionara. . . . . y que las escrituras de propiedad / se hallan en el Archivo. Ytem advirtio su Reverencia que / inmediato a las bodegas de / su Merced, se halla un texar / perteneciente a este colegio y en / tierras propias de el, el que sirve / para fabrica de ladrillo y texa / que se consume en la obra de el / Corazon de Jesus que se estaba // construyendo, cuyo texar tiene / sus hornos y tendal para esta / maniobra, con sus buenos pilares y cubierto el techo de texa, y que la escritura de propiedad . . . . . Ytem expreso su Reverencia que por frente / de este colegio hay un solar / que comienza desde el pie del / cerro, por uno y otro lado de dicho Colegio y termina en la Ceja de / la Barranca, que esta junto a / la Yglesia Parroquial y por / un lado esta una casa de paja que / fabricĂł Jacinta Mercado; y por / el otro lado de abajo, esta / lindando con solar de Juan de / Sandoval, que todo consta de la nueva posesion // Folio 161r/v que juridicamente se dio al Colegio el aĂąo / pasado de cuarenta y seis, en virtud / de titulo antiguo que se hallara en el Archivo . . . . . y que en todo el dicho solar habia antes / arrendatarios sumamente pobres .....
Ytem . . . . . que en la / Plaza de la Yglesia Parroquial / de esta villa, a un lado se halla / un solar que en su mitad tiene / fabricada casa de paja un sastre, Joseph Quintero y que ha pretendido / se le vendiere, y que para / ello se esperaba la venida del / Padre Provincial y que se le deben // como cuarenta ($40) pesos por obras que / ha hecho al
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colegio de sotanas, manteos, / etc. cuya cuenta se hallara / en el colegio y la propiedad de este / solar en el Archivo y que la otra / mitad esta yelmo. Ytem . . . . . que inmediato a la / cuesta que se nombra / de Urquijo hay un solar yelmo que / no tiene mas titulo que la / inmemorial posesion. Ytt . . . . . que en / la calle que de este colegio va al / Puente de Guali, hay varios / pedazos de solares y en ellos algunas / casillas de gente sumamente pobre, que no contribuye cosa alguna = Ytt . . . . . que en la calle de la Yglesia Parroquial hay // Folio 162r/v un solar sin casa, el cual esta situado, por frente del Puente / derribado Guali, y que la escritura . . . . . Ytt . . . . . que en el Callejon de las Trampas está / un solar yelmo, lindando con / casas de Doña María de la Soledad / Bonilla y por otro lado con la / de Don Francisco Torrente, que mira / a la Plazoleta de San Francisco y que la propiedad se halla en el Archivo. Ytt . . . . . que en la Cuesta del Alto frente / de Don Pedro de San Miguel, y / en el dia casa de Doña Maria / Delgado está un solar que / estuvo en pleyto, y lo poseen los Religiosos // de San Francisco de esta Villa.Con lo cual y por ser hora / competente se manda . . . . . / suspender esta diligencia por ahora para proseguirla cuando convenga, / y lo firmo con dicho Reverendo Padre / Rector de que doy fe = Joseph Palacio = Juan Diaz = Ante mi Luis Ximenez Ynventario. En la Villa de Honda a siete / de Agosto de 1767 años / para seguir la diligencia que en la mañana / del dia de ayer se comenzo . . . . . con la presencia de // Folio 163r/v varios testigos que firmarán, por enfermedad del escribano / de estos autos y no haber otro Público, ni Real, se efectuo esta diligencia / . . . . . en la forma siguiente: . . . . . Primeramente expreso su Reverencia / que en la Plazuela del Señor San Francisco se hallan situadas / tres casitas de calicanto, cubiertas de texa, con solar propio, / que todo pertenece a este Colegio / en las que habitan al presente / Don Juan de los Santos, Don / Alonso de Herrera y Don / Joaquin Garcia, que en cada mes ganan estas dos ultimas / a siete ($7) pesos y la de Santos ocho ($8) / pesos, que en el Archivo Ytt . . . . . que en la calle / de la Yglesia Parroquial de esta / Villa a la Banda del Rio Grande / estan situadas, una casa y tres / tiendas,
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pertenecientes a este colegio / en solar propio, que la casa / gana cada mes tres ($3) pesos, en la / que vive Xavier Custodio Gaytan / y que las tiendecitas o casitas / valen de alquiler a ocho (8) reales / al mes, que no tiene presente / su Reverencia los que habitan en estas ultimas, y que de estas posesiones no hay en este Archivo ynstrumento, que solo consta por lo / inmemorial, y por el deslinde / de que se hace en la donacion de Luis / Folio 164r/v Ospina que esta en este Archivo. Ytt. . . . . . que en / la misma Calle de la Parroquial / y banda de Rio Grande estan / dos tiendas fabricadas por Luis / Ospina en favor de este Colegio, / y en solar propio, que al mes cada una / gana ocho (8) reales, cuyos / ynstrumentos se hallaran en el Archivo. Ytt . . . . . que en / la misma calle de la Yglesia / Parroquial y banda del Rio / Grande estan otras dos tiendas / con solar todo propio de este / Colegio que cada una gana al / mes ocho (8) reales, y que asi de estas / como de las demas ignora . . . . . // quien las posee, pero que toda es / gente pobre . . . . . Ytt . . . . . que en la misma calle de la Yglesia / Parroquial, a la banda opuesta / del Rio, y por frente la Real / Contaduria, se halla una casa / baja de calicanto como las / antecedentes cubierta de texa en solar propio . . . . . de este colegio . . . . . y hoy vive en / ella Don Juan Antonio Gonzalez / vecino de esta villa, que la propiedad de esta finca se hallara en el Archivo = Folio 165r/v Ytt . . . . . que en la misma calle / de la Yglesia . . . . . a la banda opuesta del Rio se / hallan tres (3) tiendas de calycanto / cubiertas de texa en solares propios, todas de este colegio / las cuales en el dia poseen / el Doctor Don Antonio Caro, / Presbitero Don Gregorio de Reyna y / Don Juan Flores, que cada una gana al mes 20 reales la propiedad . . . . . en el Archivo. Ytt . . . . . en la calle que se nombra / de San Juan de Dios, por frente / del puente derrumbado de piedra, / estan en solar propio del colegio // tres tiendas de calycanto, cubiertas / de teja, como las demas / algo maltratadas que las / dos de ellas se mantienen cerradas / y que la restante la habita / Magdalena Mendez, viuda de Francisco de Avila, alias el Feligranero, / que al mes gana esta / tienda 8 reales y la inmediata, / y que la otra cercana a las / posesiones del Doctor Don Manuel / Geronimo Dominguez vale / cada mes $3 pesos; que dichas casitas o tiendas son fincas de la / escuela de este colegio y
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que la propiedad contara en el Archivo. Ytt . . . . . que en la calle Real donde asiste el comercio // Folio 166r/v por frente calle en medio con / tiendas de Doña Josepha Dominguez / por la banda de abajo con / casa alta que era de Don / Francisco Cacho, difunto que / hoy posee Don Baltazar de / Salazar y por la parte de arriba con casa baja de Don Maximiliano / Jurado, se halla en solar / propio una casa baja, que en / lo pasado poseia Don Joseph Fernandez / de Zeballos y Don Manuel de / Heras . . . . . la que / actualmente se mantiene cerrada y pertenece a este colegio / la cual es finca respectiva a la / escuela de la Compañia . . . . . // Ytt . . . . . tambien dijo . . . . . que pertenece a este colegio / la construccion, . . . . . de una Yglesia grande toda de cal / y canto, lo mas de ella cubierta de / texa, con tres naves, bobedas y / su retablo en el Altar Mayor / para perspectiva, formado de / tablazon, que dicha yglesia se titula / del Corazon de Jesus, y que / igualmente fuera de cimientos / se halla el primer lienzo de las / oficinas del Colegio, como / en dos estados de altura. Que / en el costo de esta yglesia ha / gastado su Reverencia mas de $13 mil / pesos, procedidos de $7 mil // Folio 167r/v que recibio de Don Diego / Antonio Viana, por la venta / del colegio antiguo, que ha de / servir para religiosos de San / Juan de Dios y que la restante / cantidad fue recogida de limosnas, que para tan santo / fin suministraron distintos / individuos de esta Villa . . . . . // Ytt . . . . . que en la Yglesia nueva en la tienda / de la esquina de la casa de Don / Gregorio Alvarez, en otra tienda / al lado de donde vive Xavier / Custodio en otra tienda de Doña / Liberata que esta frente de dicha / casa de Don Gregorio Alvarez / hay suficiente madera de vigueria y alguna tablazon / para poder acabar el colegio/ de la Compañia del Corazon / de Jesus, y en la orilla del / Rio a la boca de Guali, hay unas / 8 vigas y que tambien en una tienda de don Gregorio / Alvarez, inmediata a la casa / alta de este sujeto se halla / porcion de cal para esta obra. Con lo cual por no haber mas // Folio 168r/v posesiones, ni otra cosa que mencionar anexo a ellas . . . . . se concluyo esta diligencia . . . . . para comenzar / la de las deudas que hasta / el día de hoy estan estables / en pro y en contra de este colegio de la Compañía de Jesús . . . . . Con lo cual y por ser hora competente se
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cerro esta diligencia, que firmo el Oficial Real con el Padre Rector, ante los testigos que firmaran por la enfermedad el Escribano = Juan Díaz = Testigos Juan Baptista del Agesta, Juan Antonio González y Martín Galvez Mendoza. = 4. Inventario de la hacienda Purnio, 1767 5 Folio 156r/v Ynventario. En la Villa de San Bartolomé / de Honda a seis de Agosto de mil setecientos sesenta y siete [...] hallandose presente el Padre Juan Diaz, / Rector del Colegio de la Compañia de / Jesus de esta Villa se / formo esta diligencia con lo que expuso el citado Padre / Rector en la forma siguiente = [...] se hallo por lo tocante / al estado de Haciendas que / la que se nombra de Purnio en / esta jurisdiccion perteneciente / a este Colegio de Honda, que puede / tener en arboleda de cacao / de trece a catorce mil / arboles inutiles, que por antiguos / no dan fruto; y que de los nuevos / que fructifican en dicha Hacienda / se hallan cuatro mil por / una parte y por otra dos mil / setecientos y treinta, que ambas / partidas hacen, seis mil setecientos / y treinta arboles frutales // y fuera de estos otros cuatrocientos / medianos con muchos otros arboles / pequeños, que ignora su reverencia / el numero de ellos. Ytem. en la misma Hacienda de / Purnio expreso su Reverencia .... hallarse existentes los esclavos / hembras y varones y algunos / parbulos de que dara razon el Capitan de dicha Hacienda, cuyo nombre ignora su Reverencia / y el numero de dichos esclavos / pues aunque estan anotados / en el referido libro ha habido / variacion y aun muerto algunos / y otros se han trasladado / a las otras Haciendas de esta Colegio = Ydem Expreso su Reverencia que por lo // Folio 157r/v tocante a la herramienta de la / mencionada Hacienda de Purnio, / igualmente daria cuenta aquel / Mayordomo pues aunque en dicho libro consta como quiera que cada / instante se esta componiendo y / remitiendose varias piezas nuevas / que se necesitan no le es dable / formalizar esta razon Ytem. Expuso su Reverencia que en / la misma Hacienda existe una casa cubierta de palma; forrada los estantes de ella de guadua / picada para habitacion de los religiosos // que solian ir a ella. Ytem. Tambien expuso su Reverencia / hallarse en dicha Hacienda 5
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una Capilla / que tiene dos campanas y algunas / estampas que no tiene presente / Que los Esclavos de dicha Hacienda tienen en ella sus buhios o casitas donde viven. Ytem expreso su Reverencia que la citada / Hacienda de Purnio tiene un / Hatico de varias reses, hasta el numero / de quinientas entre chico / y grande, con mas algunas que / hay alzadas; doce bestias cabalgares; trinta y ocho yeguas, potros / y caballos muy pocos y todo lo / necesario para el manejo. Ytem expuso su Reverencia tener / estas tierras de Purnio sus // Folio 158r/v correspondientes escrituras de propiedad / y que en esta Hacienda y Hato no hay otra cosa que agregar mas // en el asunto [...] 5. Inventario de la hacienda de La Miel, 1767 6 Ytem expreso su Reverencia que las tierras / que las tierras que se nombran / del Rio de la Miel / de cuatro aĂąos a esta parte / dejaron los negros el plantio de / arboledas de cacao antiguo por / no dar ningun fruto y se / trasladaron en las mismas tierras / a orillas del Rio Grande en / un parage que se nombra Buena / Vista en, cuya situacion podra / haber de arboles de cacao nuevos / de trece a catorce mil y que / de los primeros sembrados ya / empiezan a fructificar. // Ytem que en esta Hacienda existen / varios esclavos varones y / hembras y algunos parbulos, / de cuyos nombres y numero dara /razon el Capitan Ygnacio de / Jesus, esclavo de la casa pues / aunque estan anotados en el / referido Libro de entregas ha / habido variacion . . . . . y que las escrituras de los / Bozales y fees de Bautismos / de los criollos se hallaran en / el Archivo, como las de los respectivos a los de la antecedente / Hacienda de Purnio . Ytem . . . . . que en / dicha Hacienda de Buena / Vista se halla una buena casa // Folio 159r/v cubierta de palma forrada de / a dos latas, que sirve para hospedar / a algun religioso que / solia ir, que en la misma casa / esta la capilla que tiene dos / campanas y su ornamento para / elebrar, con todo lo ello anexo. Ytem que igualmente hay / varias casas en la misma conformidad / en las que habitan / los referidos esclavos. Ytem que tambien existe / en la dicha Hacienda la precisa / herramienta de que dara razon el Capitan Ignacio de Jesus = Ytem que fruto alguno de ello 6
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no existe hasta lo presente. Ytem que las escrituras de la propiedad de estas tierras // del Rio de la Miel, se hallaran en el Archivo de este Colegio. . . . . . Reverencia que a la Provincia / de su Religion y que de ella daria cuenta el Capitan Alexo / Villar, negro libre. . . . . . [...] 6. Inventario de la hacienda Buenavista, 1767 7 Folio 198r/v [...] Declaracion. En la Villa de Honda a 19 de agosto de 1767 . . . . . el Oficial Real . . . . . Don Joseph Palacio hizo / comparecer . . . . . a Ygnacio Mina, negro / esclavo de este Colegio de la Compa単ia / de Jesus, a cuyo cargo corre la Hacienda que se nombra de / Buenavista, situada en esta jurisdiccion, rio abajo y respectiva / a este mismo Colegio . . . . . / y yo el escribano le recibi su / juramento que hizo por Dios / Nuestro Se単or y una se単al de cruz // Folio 199r/v . . . . . y prometio decir verdad de lo que supiere . . . . . / y preguntandole / sobre el estado que hoy tiene dicha Hacienda /dixo que en ella se / hallaban los esclavos siguientes = Ygnacio Murillo = Geronimo / de Jesus = Javier Ramirez / . . . . . Continua la lista de todos lo negros esclavos, . . . . . / que hacen el numero de cuarenta y ocho piezas, entrando / los parbulos que se hallan // Folio 200r/v actualmente en la Hacienda / de Buenavista, de la que / dice el declarante no puede / expresar fixamente la / arboleda de cacao antiguo y / moderno que alli se alla / pues nunca se han contado / las matas. Que se halla / limpio de monte y con / dos almudez de platanar / que es donde se proveen dichos / esclavos, a los que ni al / declarante se les contribuya racion / alguna mensual, ni por a単o, ni menos salario al que / declara, ni de vestir a nadie, / que solo se les daba por libre / el sabado de cada semana, en / que trabajan para si en las // Haciendas que cada esclavo tiene/ abajo del citado paraje de Buenavista / que solamente se halla ensurronada / una carga de cacao, pues aunque / tenia otras de este fruto las / entrego de orden del Padre / Rector Juan Diaz, para que / siguiesen a la Provincia de / Antioquia y que eran / 4 cargas y media. Que dicha / Hacienda es nueva y se comenzo / a planificar siendo Rector el / Padre Agustin de Rueda, antecesor / AGN, Curas y obispos, 14.
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del presente. Que en ella se / hallan para el trabajo 27 / azadones 7 machetes, / 4 hachas, 7 palas de cobar, una sierra mediana, una/ desparretadera (para abrir las piernas) de prisiones, un // Folio 201r/v grillo, una esposa y un zepo que / tambien se halla un fierro de marcar / Que igualmente se halla en / dicha Hacienda, una casa grande / cubierta de paja, forrada en lata, en la que esta la / Capilla o Altar y en una caxita / el ornamento, candeleros, / y todo lo demas correspondiente / para celebrar, que dice el / declarante no pertenecer a los / Padres, pues ellos mismos con / su trabajo lo han costeado. Que / hay dos campanas de la / Hacienda, una grande y otra pequeña. / tambien dice que se halla un / San Antonio, tres imagenes / de las advocaciones de los Dolores // de la Candelaria y del Rosario / Un San Benito, un Niño / Jesus en su caxonsito y un Santo / Cristo todo de bulto; un cuadro / de Santa Barbara otro de San / Cristobal, otro de San Ygnacio / de Loyola, dos farolitos de vidrio; / una araña de madera, una / cuja o cama, dos sillas viejas, / una mesa grande con su / cajon, otra chiquita, otra de / altar, un cajonsito en que / se guarda la cera para celebrar. / Que asi mismo tienen / un chinchorro, para pescar, / y tambien una Romana de / fierro con su pilón, para pesar / los cacaos. Que no subsiste / en dicha Hacienda otra cosa // 7. Inventario de la hacienda La Egipcíaca, 1767 8 Folio 202r/v [...] Declaracion. En la villa de Honda, / en dicho dia, mes y año / . . . . . el Oficial Real hizo . . . . . comparecer / a Juan Londoño, negro esclavo de este Colegio de la Compañia / de Jesus a cuyo cargo esta la / Hacienda que se nombra de Egipciaca, situada en esta / Jurisdiccion Rio abajo y respectiva / a este mismo Colegio . . . . . y yo el Escribano / le recibio juramento . . . . . siguen convencionalismos . . . . . y se le pide de razon del estado // Folio 203r/v . . . . . Dixo que los esclavos que en / ella se hallan son los siguientes: . . . . . Miguel Mendez = Manuel = Pedro = / Francisco = Phelipe que esta de Mayordomo de un Hato de ganado, / inmediato a la Hacienda
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= Roque = Francisco = Maria Rosa = Mariana = Rosalba . . . . . siguen mas mujeres . . . . . y especifica a cuales les falta el bautismo . . . . . / que todos los esclavos hasta aqui referidos hacen / el numero de sesenta y ocho (68) // Folio 204r/v grandes y pequeños, a los cuales / ni al declarante se le / contribuye rasion alguna mensual, / ni por año, ni salario / al declarante, ni de vestir / a nadie, que solo se les daba por / libre el sabado de cada semana, en que trabajan para si / en las Estancias que cada esclavo / tiene, cercanas a aquel / paraje; que la Hacienda del / todo no se halla desyerbada / porque a aquellos / esclavos los hacian venir a este / colegio y faltaban alli al trabajo. / Que se hallan diez mil quinientas (10.500) / matas de cacao, sin dar / fruto, por ser nuevas; que del / antiguo fruta, no puede dar razon // porque lo ignora. Que se halla / en dicha Hacienda un tercio de cacao / ensurronado y suelto como seis cargas . . . . . pues / aunque habia 16 cargas / mas estas dispuso el Padre Rector /Juan Diaz, siguiesen a la / Provincia de Antioquia, por el mes / de junio o julio. Que por lo / respectivo a Herramientas se hallan 11 machetes, 5 palas, / 4 hachas, 33 hazadones, / una barra. Que / de prisiones existen 2 zepos, / unas esposas. Que asi mismo / hay en dicha hacienda, una / Romana de fierro con su pilón / para pesar el cacao, una / escopeta, 4 lesnas de coser // zurrones, dos fierros para marcar / los zurrones de cacao, una / barqueta de diez bogas sin / cadena, / una casa grande cubierta / de palma, forrada de / embarrados, en la que estan dos / sillas viejas, una mesa grande, / tres cujas o camas, una / capilla independiente de la casa / cubierta de palma forrada de / embarrados, en la que existe una mesa de / Altar, dos campanas, una / grande y otra pequeña, una imagen / de la Concepcion, otra de Santa Rosa, otra de San Antonio, / un Niño Jesus, todo de bulto / que no tiene ornamentos, ni lo / necesario para celebrar, y que / es lo unico de que puede dar razon // y la verdad en fuerza del juramento / que fecho tiene y siendole leida / su declaracion se afirmo y ratifico en ella / y dijo ser de edad de / cuarenta años poco mas o menos / y por no saber firmar . . . . . lo hizo un testigo . . . . . Folio 206r/v . . . . . Declaracion. En . . . . . Honda a 21 / de agosto de 1767 . . . . . para la declaracion que se resta por recibir a Fhelipe de la Cruz, / negro esclavo de este Colegio de la Compañia de Jesus, que se halla / incluso en el numero de los / que tiene tiene a su cargo el / Mayordomo de
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la Hacienda de la / Egypciaca Juan Londoño, el Señor / Don Joseph Palacio, Oficial Real . . . . . / hizo comparecer . . . . . / al citado Phelipe de la Cruz / por el manejo que tiene de // un hato de ganado de dicho / colegio inmediato al citado paraje / de la Egypciaca, quien estando / presente . . . . . yo el escribano le / recibi su juramento . . . . . / y se le pidio que de razon / individual del estado del / ganado y su manejo en aquel hato dijo; / que hacia tiempo de / tres o cuatro [(meses)], que no / se ha hecho rodeo del ganado que tiene a su // Folio 208r/v cargo . . . . . y que por esto en este momento / se hallan las reses remontadas / y que para contarlas se / hace preciso se soliciten / foraneos y bestias, pues las que hay / no son bastantes; y que solo asiste en aquel hato, un / negrito Mateo, que . . . . . con el / declarante esta incluido en / los del cargo del capitan de la / Egipciaca, Juan Londoño, / pero que calcula que en ganado grande y pequeño podra haber de 400 a 500 reses, las que no estan del todo en carnes, / pues con el recio verano // se han maltratado. Que se / hallan 8 bestias cabalgares / entre nuevas y viejas con / mas otro nuevo y asi mismo / 22 yeguas, 6 / burros, 3 mulas, la una / de ellas muy vieja, 2 sillas / para vaqueria, con estribos de / cobre, un fierro de herrar ganado. / Que no hay casa, ni ajuar, / pues para recogerse pasaba / a la citada Hacienda del manejo / de Juan Londoño; que tampoco / hay herramienta, ni lanzas / ni armas algunas; / que no le daba racion, ni de vestir / el padre Rector, que / solo tenia para trabajar para / si una estancia de su // Folio 209r/v pertenencia el sabado de cada / semana y los dias festivos; / que es lo que puede decir y es la verdad . . . . . formalismos . . . . . dixo ser de 30 años poco mas o menos y por no saber lo hizo a su ruego un testigo . . . . . = Joseph Palacio = . . . . . Testigo Manuel Calieres . . . . . 8. Avalúo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, 1772 9 Folios 804r “El Comisionado de la Villa de Honda / para la actuación de Temporalidades // Remite // Las diligencias practicadas en virtud / de Superior
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Orden sobre el estado de la obra / del Corazon de Jesus y demas que / se expresa Folio 805r-806r [folios de media cuartilla] Carta dirigida a Don Joseph Palacio // “Prevengo a Vuestra merced me avise / para que me sirvan . . . . . estas noticias, / el estado de la obra del que / habia de ser Colegio de la / Compañia de esa Villa; / su extension y proporsion / para dedicarlo a la / Administracion de Aguardiente; / el valor que se considera / con el de los materiales / existentes y cual podra / ser el que ascienda lo que / deba gastarse aprovechando / los dichos materiales / en la construccion de casa / y oficinas para la citada // administracion: formando / un plano puntual por / donde pueda comprenderse / el referido de dicha obra / y añadiendome las noticias que puedan conducir al mas exacto conocimiento de lo que se intenta hacer. . . . . . // Santafé 19 de Marzo de 1772. // Firma el [Bachiller] Fray Don Pedro Messia de la Zerda” Folios 807r/v En la Villa de San Bartolomé de Honda a veinte de marzo de 1772, el Señor Don Joseph de / Palacio, Gobernador y Comandante de la ciudad de / Mariquita y su provincia . . . . . informo de la carta enviada // por el . . . . . Virrey de este Reino, en la que se pide informe del estado en que se encuentra la construccion del que debia ser el Colegio de la Compañía de Jesús . . . . . continua lo de la carta anterior . . . . . Folio 807v-810r . . . . . Yo, Joseph de Palacio y Valenzuela pase / a reconocer el cuaderno testimoniado de avaluos / de casas y demas posesiones que en esta dicha / villa tenian los expatriados regulares de la Compañia / de Jesus . . . . . que en dicho cuaderno se halla la diligencia que se practico el dia 16 de octubre del año pasado de 1771, en el avaluo de la obra del Corazon de Jesus . . . . . que son las siguientes: Primeramente tiene el solar / sesenta varas de frente a $6 pesos cada vara ..... $360 Ytem las dos paredes principales / de la Yglesia componen mil ciento / y seis (1106) varas, a $3 pesos cada una ..... $3.348 Ytem por las paredes del costado de la / capilla de la Yglesia de atras / componen doscientas y setenta y ocho (2278) varas a $3 pesos cada una ..... $734
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L o s j e s u i t a s e n H o n d a , 1 6 3 4 - 1 7 6 7. E n t r e e l e s p l e n d o r y l a s c e n i z a s
Ytem componen todos los arcos / de dicha Yglesia de ladrillos, diez y seis mil y quinientos (16.500) ladrillos // a veinte ($20) pesos el millar, hacen trescientos y treinta ($330) pesos ..... $330 Ytem las paredes que hay sobre las / cornizas se componen de trescientas y cincuenta (350) varas a 8 reales ..... $350 Ytem las paredes que forman las bovedas / componen ciento y ochenta (180) varas / a 8 reales importan ..... $180 Ytt. por la frente de la portada se / compone de ciento treinta y dos (132) / varas de pared del grueso de cuatro (4) / tercias, al precio de cuatro ($4) pesos vara, importan ..... $528 Ytem componen las paredes de las / viviendas de los cuartos, ciento cuarenta y cuatro (144) varas de paredes / principales del grueso de una / vara y un doceavos (1/12) de otra / que al precio de tres ($3) pesos vara importan ..... $432 Folio 809r/v Ytt. las mediaciones de los cuartos / de dichas viviendas componen / cincuenta y siete (57) varas de media vara / de grueso a razon de doce (12) reales van a / importar ochenta y cinco ($85) pesos, cuatro (4) reales ..... $85 Ytem. Por el texado se le hayan siete (7) / mil texas de canales a treinta ($30) pesos el millar. Importan ..... $210 Ytt. por ocho (8) mil texas chicas a / veinte ($20) pesos el millar / importan ciento y sesenta pesos ..... $160 Ytt. Por quinientas sesenta / y seis (566) varas de armadura, a dos (2 1/2) reales y medio cada una importan ..... $180 Ytt. Por doscientas quarenta y / cinco biguetas de armadura a quatro (4) reales cada una importan ..... $122.4 Ytt. Por treinta y seis (36) vigas / de asiento de dicha armadura, a doce (12) reales cada una, importan 54 reales ..... $54 Ytt. Por trecientas (300) tablas de madera / a cuatro (4) reales cada una, importan ciento y cincuenta ($150) pesos ..... $150 Ytt. Por un porton con sus cerradura / en veinte pesos ..... $20
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Ytt. Por doscientas y cincuenta (250) / tablas de guadiva, a un real cada una / importan treinta y un pesos y dos reales ..... $250.2 TOTAL ..... $7275. 2 Las que importan por mayor segun el avaluo / que hicieron, el Almotazen (fiel (persona) de pesos y medidas,/ el mayordomo de la hacienda del rey) y Alarife, Domingo Leal y Thomas Solorzano por menor / la cantidad de siete mil doscientos setenta / y cinco ($7.275) pesos y dos (2) reales, que es el / unico valor que corresponde a estos materiales / al presente por estar la fabrica bastantemente deteriorada, segun expresaron / los avaluadores al tiempo del reconocimiento / que hicieron de ella que es cuanto / puedo certificar sobre este asunto en / cumplimiento . . . . . de lo / mandado. Y para que conste y remitiendome / al citado avaluo, doy la presente en Honda / a veinte y tres (23) de marzo de 1772 aĂąos. Francisco de Quevedo, Escribano pĂşblico y de cabildo. Nota: Que en el avaluo antecedente aunque no se hace / mencion de la clavazon tiene expresado el maestro / mayor de carpinteria, Domingo Leal ser costumbre / el valor de dicha clavazon ir incerto en el de las / maderas = Ut supra = (en la fecha de arriba)
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Los jesuitas en Honda, 1634-1767. Entre el esplendor y las cenizas To m o I I Se terminรณ de imprimir en el mes de octubre de 2017, en los talleres de Javegraf, Bogotรก, D.C., Colombia. Compuesto con tipos Stone serif y Stone sans serif e impreso en bond beige de 70 gr.
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