La noticia cultural de 1623 en la Nueva Granada Carlos Julio Cuartas Chacón 1
Para hacer referencia al motivo del acto que hoy nos congrega en este magnífico recinto, donde tantas voces han evocado acontecimientos y personajes de nuestra nación, podría haber apelado a una conocida frase y empezar mis palabras así: “Corría el año de Dios de 1623 cuando en la capital de la Nueva Granada, territorio americano conquistado y colonizado por la Corona española….”. Pero no. No me pareció que ese fuera el más acertado punto de partida de la narración que me propongo hacer gracias a la obligante invitación que me formularon el señor Presidente y el señor Secretario de la Academia. Consideré que, en su lugar, el punto de partida debía ser el que presentaré a continuación. Corría el año de Dios de 1930, cuando en la capital de la República de Colombia, nación que en 1819 había sellado su independencia de España -un reino que vería marchar a su monarca rumbo al exilio en 1931-, ocho jesuitas, seis colombianos y dos españoles, suscribieron un documento manuscrito, con esa caligrafía que hoy echamos de menos quienes somos considerados algo jurásicos, documento que fue titulado Acta de Fundación 2. Pues bien, en ese par de hojas lo que resolvieron esos hombres que hacían parte de las Consultas de la Provincia y del Colegio San Bartolomé, en reunión presidida por el Padre Provincial, Jesús María Fernández, fue algo muy concreto: “desde el año entrante se abrirán de nuevo -la expresión es importante-, los estudios universitarios que por mucho tiempo dirigió en esta ciudad la Compañía de Jesús”. A renglón seguido, decidieron también que “el nombre de la nueva institución -nova et ventera-, será Universidad Javeriana, como lo fue desde sus comienzos la institución universitaria de los jesuitas fundada en 1622”. Notemos que el año es 1622 y no 1623. ¿Por qué? Ya lo veremos. Fue así como en 1935 culminaron sus estudios los primeros alumnos de la Facultad que había sido abierta en el Colegio San Bartolomé, que en 1933 había recibido personería jurídica como Universidad Javeriana, según consta en antiguo expediente del Ministerio de Gobierno, en el cual se halla una copia de la mencionada Acta de Fundación.
Ingeniero civil, Asesor del Secretario General de la Pontificia Universidad Javeriana, Académico Correspondiente de la Academia Colombiana de Historia y Socio Vitalicio de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Intervención en la Sesión Solemne de la Academia Colombiana de Historia convocada para conmemorar el IV centenario de la fundación de la Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 9 de octubre de 2023. 2 Cuartas Chacón, Carlos Julio, Relieves. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Javegraf, 2006, pp. 16-17. 1
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Ese mismo año, 1935, en una publicación de gran formato 3 aparecieron los retratos de Profesores y Estudiantes de esa primera promoción de egresados. En la portada interior se puede apreciar un sello, circular, impreso en varias tintas, con la efigie de san Francisco Javier, apenas un detalle del óleo que presidió el aula de grados de la Universidad. En la leyenda circundante leemos UNIVERSIDAD JAVERIANA - BOGOTÁ, y en una pestaña que se alza sobre el nombre de la ciudad, un año: 1622. ¿Y entonces? ¿No es 1623 el año de fundación? Ese año que aparecía en el sello, 1622, dejó de usarse poco tiempo después, cuando la leyenda pasó a ser PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA JAVERIANA BOGOTÁ. Ahora bien, para celebrar los 350 años de la Universidad, el Gobierno Nacional emitió en 1973 una estampilla en la que se destacan los años 1623-1973; y no apareció ni el sello ni el escudo, -este último se había adoptado años atrás-, pero sí un logotipo formado por la letra U y la J, ilustrado con las armas del Vaticano. No podía perderse la referencia al célebre título de pontificia, recibido de la Santa Sede en 1937. Por otra parte, en 1980, en el folleto Ayer y Hoy - Síntesis Histórica de la Pontificia Universidad Javeriana 4, el inolvidable P. Manuel Briceño, S.J., Académico Numerario de la Academia Colombiana de Historia, nos cuenta cómo nació “la Academia Javeriana”. Dice él que “a Santafé, con las acostumbradas demoras -eran tiempos de carabela-, llegaron por fin los correos”. ¿Cuáles? Los que esperaban unos jesuitas en esta ciudad y que tenían relación con su labor educativa. Continúa el Padre Briceño así: “con la real cédula en la mano -la expedida por Felipe IV el 2 de febrero de 1622 5-, y el breve pontificio -el firmado por Gregorio XV el 8 de agosto de 1621 -9 de julio en algunas obras6-, el 13 de junio de 1623, fecha clásica de la fundación de la javeriana, se presentó ante la real audiencia ‘el P. Baltasar Mas Burgués, Rector del Colegio de la Compañía en Santafé -testifica un documento del Archivo de Indias-, y dijo que para conferir los grados estaban hechas unas reglas y constituciones que se habrían de confirmar en el Real Consejo de Indias, y que en el ínterin las confirmase el presidente, y en esta conformidad el mismo año de 1623 se fundó la Academia conforme a dicha cédula y breve’”. Esta misma información apareció en el Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, Universidad Javeriana 1935. Bogotá, Escuela Tipográfica Salesiana, 1935. 4 Briceño Jáuregui, S.J., Manuel, Ayer y Hoy - Síntesis Histórica de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Arte Publicaciones, 1980. 5 Hernández de Alba, Guillermo, Documentos para la Historia de la educación en Colombia. Bogotá, Patronato Colombiano de Artes y Ciencias (Colegio Máximo de las Academias de Colombia), 1969. Tomo I, 1540-1653, p.143. 6 Ibid., p. 141. En esta obra, la fecha es 9 de julio. En la copia ilustrada que se exhibe en la Iglesia de la Compañía de Quito, la fecha que aparece es 8 de agosto de 1621. 3
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inserto del sobre del primer día de la estampilla colombiana puesta en circulación el 8 de mayo de 1973 7. Solo añadiría unos pocos detalles históricos a lo dicho por el Padre Briceño, texto basado en lo consignado por el P. Juan Manuel Pacheco en el primer tomo de su obra Los Jesuitas en Colombia 8(1959). Por una parte, vale la pena recordar que en 1621, Felipe IV, conocido como “el grande” solamente por “cruel ironía”-, había sucedido, tan solo con 16 años de edad, a Felipe III, conocido como “el piadoso”, fallecido el 31 de marzo de ese año. Había sido él quien había insistido ante el papa Paulo V para que se modificaran los términos de un breve anterior acerca de los grados en los colegios de la Compañía. Y es, precisamente, durante el reinado de estos dos monarcas de la Casa de Austria, Felipe III y Felipe IV, que se ha fijado el comienzo de “la decadencia española” 9. En segundo lugar, Paulo V, el papa Borghese cuyo nombre se destaca en el gran dintel de la fachada de la Basílica de San Pedro, seguido del año 1612, falleció el 28 de enero de 1621 y fue sucedido por Gregorio XV, elegido el 9 de febrero siguiente, quien, a propósito, canonizó en 1622 a los jesuitas Ignacio de Loyola y Francisco Javier, y murió apenas dos años y cuatro meses después de llegar al trono de San Pedro 10. De esta forma, en 1621 hubo relevo tanto en la Corona de España como en el Papado, no así en la Audiencia de Santafé, donde el presidente era el célebre don Juan de Borja, ni tampoco en la sede episcopal, donde el Arzobispo era Hernando Arias de Ugarte 11. Estos fueron, pues, los acontecimientos que tuvieron en mente los jesuitas que restablecieron la Universidad en 1930, luego de esa larga interrupción de labores -duró cerca de siglo y medio-, debida a la expulsión de la Compañía de Jesús de los dominios españoles, ordenada en 1767 por un monarca Borbón. Volviendo sobre el año 1623, debo anotar que fue finalmente consagrado, no solo en los Estatutos de 2003, sino también en la heráldica javeriana, cuando en 2004, en el Reglamento de Emblemas, Símbolos y Distinciones promulgado en la Universidad 12, se adoptó el sello vigente, que lleva la efigie de Javier, que sigue el modelo de 1935, rodeada por la leyenda PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA - COLOMBIA, sobre la cual se
República de Colombia, Ministerio de Comunicaciones – Administración Postal Nacional. Emisión de sellos postales “350º aniversario de la Pontificia Universidad Javeriana”, 8 de mayo de 1973. 8 Pacheco, S.J., Juan Manuel, Los Jesuitas en Colombia, Bogotá, Editorial «San Juan Eudes», 1959.Tomo I (1567-1654), p. 514. En esta obra, para el breve pontificio se anota que es de “9 de junio o 8 de agosto de 1621”, p. 513. Por su parte Sor Agueda María Rodríguez Cruz, O.P., en el Tomo II de su obra Historia de las Universidades Hispanoamericanas (Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1973), fija la fecha en 8 de agosto de 1621 (p. 227). 9 Sánchez, Lázaro (dir.), Historia de España Ilustrada Sopena, Barcelona, Editorial Ramón Sopena S.A., 1978. Tomo I, 1978, p. 488, 496-497. 10 Gelmi, Josef, Los Papas - Retratos y semblanzas. Barcelona, Editorial Herder, 1986, pp. 154-156. 11 Granados, S.J., Rafael M., Historia General de Colombia, (novena edición), 1984, pp. 166-167, 181-182. 12 Pontificia Universidad Javeriana, Reglamento de Emblemas, Símbolos y Distinciones, Bogotá, 2005, n. 4, p. 10. 7
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incluyó de nuevo una pestaña con un año, 1623, que según la respectiva norma “corresponde al de la inauguración jurídica de la Universidad”. Y esta es, queridos amigos, la razón por la que estamos hoy aquí, porque hace cuatro siglos, la Universidad se inauguró jurídicamente o quedó definitivamente fundada en el Colegio de la Compañía, esa institución establecida en 1604, que abrió sus puertas al año siguiente, y a la que se encomendó la formación de los alumnos del Colegio Seminario de San Bartolomé, fundado por el Arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero en octubre de 1605. Así consta en un texto recogido en el primer tomo de la compilación Documentos para la Historia de la Educación en Colombia (1969) que realizó el Cronista de la ciudad de Bogotá, Don Guillermo Hernandez de Alba 13. En efecto, el documento No. 54, fechado el 30 de junio de 1623 y que lleva la firma de don Juan de Borja, titulado “Carta de la Audiencia de Santa Fé, informando a su Majestad de las fundaciones de los colegios de la Compañía de Jesús y Santo Domingo en el Nuevo Reino de Granada, con su parecer sobre este asunto”, es decir, sobre el pleito que entonces se inició acerca de los privilegios para otorgar grados. En ese documento se advierte que “en ese colegio -el de la Compañía-, han graduado a muchos que de tiempo atrás habían estudiado, antes del indulto y cédula de vuestra Majestad, según prueban ahora de bachilleres en artes y teología…”. Permítanme, antes de terminar, hacer algunas breves citas sobre el tema tratado, la primera tomada del clásico Historia de Colombia 14, de 1967, obra de los Académicos Henao y Arrubla -no podía dejar de hacerlo un hombre como yo-, en unas líneas acerca de la “Instrucción pública” durante “El régimen colonial”. Dicen esos connotados autores que “desde 1604, los Padres jesuitas habían fundado un Colegio en donde enseñaban artes, gramática y teología; a dicho Colegio asistían los estudiantes de la Compañía, los alumnos del Colegio seminario y los laicos que lo quisieren. Fue tal la importancia de este Colegio que, años después, se erigió en Universidad y, durante ciento cincuenta años, funcionó la ilustre Universidad Javeriana”. Otra cita es de Jaime Jaramillo Uribe, en el primer tomo de la Nueva Historia de Colombia15 obra de 1989: “En 1623 los jesuitas reciben autorización real para fundar la Universidad Javeriana, institución que otorgaría los primeros títulos de doctor en jurisprudencia y teología. Tres años más tarde los dominicos establecen la Universidad Tomística que sólo funciona realmente a partir de 1636”. Abramos ahora la Gran Enciclopedia de Colombia 16, publicación de 1993. En el volumen 11, que contiene LA CRONOLOGÍA, hallamos el siguiente suceso en 1623: “fundación de la Academia Javeriana en Santafé”; el mismo acontecimiento que, en otras palabras, “fundación de la Universidad Javeriana en Bogotá”, aparece en la Cronología que incluye el Historical Dictionary
Hernández de Alba, Guillermo, Documentos… pp. 145-148. Henao, José María y Gerardo Arrubla, Historia de Colombia para la enseñanza secundaria, Bogotá, Librería Voluntad, octava edición, 1967, p. 219. 15 Tirado Mejía, Álvaro (Director Científico), Nueva Historia de Colombia, Bogotá, Planeta Colombiana Editorial, S.A., 1989, Vol. 1, pp. 209-210. 16 Guáqueta Girvin, Alexandra (Investigación y textos), “Cronología e Índices”, en Gran Enciclopedia de Colombia, Bogotá, Círculo de Lectores, S.A., 1993, Vol. 11, p. 38. 13 14
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of Colombia 17, también de 1993, obra de Robert H. Davis, Académico Correspondiente Extranjero de la Academia Colombiana de Historia. Pero ¿en qué año? En 1622 y no en 1623, como en verdad ocurrió. Así son las fuentes, ¡así es la Historia! No puedo dejar de mencionar en este apartado sobre algunas cronologías, la que aparece en una obra sobre el Colegio Mayor de San Bartolomé, que vio la luz en 2004 con motivo de la conmemoración de los 400 años de esa institución, que estuvo a cargo del Rector de entonces, P. Alberto Múnera, S.J. 18. En este documento podemos leer que el 13 de junio de 1623 “el P. Baltasar Mas Burgues, Rector del Colegio de San Bartolomé, provisto de las autorizaciones pontificias y reales, acude ante la Real Audiencia, le presenta las Constituciones y Reglas de la Universidad y pide su aprobación. Así nace la Universidad Javeriana. Comienza a funcionar en los predios del Colegio de la Compañía, en la Casa de las Aulas (hoy Museo de Arte Colonial). En la naciente universidad se comienza a estudiar el pensamiento moderno. Fue el P. Denis Mesland, S.J., discípulo de René Descartes, el primero en enseñar las doctrinas racionalistas en tierras americanas”. Sobre este maestro javeriano, que vino a Santafé en 1654 -aquí murió, en 1672, publicó un trabajo en 2002 el Padre jesuita José del Rey Fajardo 19. Con unas palabras de este insigne Académico correspondiente de la Academia Colombiana de Historia y gran estudioso de la Javeriana colonial, pronunciadas en este mismo salón el 23 de marzo de 2004 20, en la Sesión Solemne conmemorativa de los 400 años del establecimiento de la Compañía de Jesús en Colombia, cerraré mi exposición: “Al partir los hijos de Loyola al exilio -año 1767-, atrás dejaban el señorío de la Universidad Javeriana donde durante casi siglo y medio habían enseñado los valores genuinos de la libertad diseñados por los grandes maestros jesuitas. En estas luchas entre el espíritu y la racionalidad los jesuitas neogranadinos fueron tomando conciencia de los tres factores principales: la ciencia, la moral filosófica y el Estado de derecho. Y como maestros comenzaron a distinguir las ideas de las creencias, la fe de las expresiones culturales y la historia de la eternidad… También resonaban en su memoria las voces de las aulas del solemne edificio de la Academia San Francisco Javier…”, que fue la del fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón, la de los maestros jesuitas José Gumilla y Juan Martínez de Ripalda, y, sobre todo, la del santo jesuita Pedro Claver. Davis, Robert H., Historical Dictionary of Colombia, Metuchen, N.J., & London, The Scarecrow Press, Inc., 1993, p. 10. 18 Múnera, S.J., Alberto, “Hitos cronológicos del Colegio de San Bartolomé” y “Cronología histórica del actual Colegio Mayor de San Bartolomé”, en: Colegio Mayor de San Bartolomé - 400 años, Bogotá, Fundación Tomás Rueda Vargas, septiembre de 2004, pp. 18-25, 30-42. 19 Del Rey Fajardo, S.J., José, Denis Mesland. Amigo de Descartes y maestro javeriano (1615-1672), Bogotá/ San Cristóbal, Pontificia Universidad Javeriana/ Universidad Católica del Táchira, 2002. 20 Del Rey Fajardo, S.J., José, “Los jesuitas en las raíces de la colombianidad” (ponencia presentada en la Academia Colombiana de Historia, Bogotá, 23 de marzo de 2004), en Boletín de Historia y Antigüedades No. 825, AbrilMayo-Junio de 2004, p. 297. 17
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